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República Bolivariana de Venezuela.

Ministerio del poder popular para la educación universitaria,


ciencia y tecnología.
Universidad Nacional Experimental «Francisco de Miranda»
Ciencias de La Salud – Medicina
HCSC. EDO. TACHIRA

Asistencia al parto y
complicaciones

DR: Oscar Pérez

IPG: JESUS GARAVITO


C.I:21036958
Obstetricia
San Cristóbal/ Julio 2017
Se entiende como parto eutócico el que se produce a término, en presentación de
vértice, sin signos de hipoxia fetal, con adecuada progresión temporal, con Recién
Nacido
(RN) de peso 2500 grs o más, buena vitalidad y sin incidencias en el
alumbramiento ni en el estado materno.
El parto, como todo proceso biológico, es difícil de definir cuándo comienza
realmente. Se considera que el parto
ha comenzado cuando se instaura una actividad uterina regular y de moderada-
fuerte intensidad con 2-3 contracciones cada 10 minutos, la dilatación del cuello
uterino es de 2-3 centímetros y existen otras modificaciones cervicales
(borramiento, consistencia, posición).

Se distinguen tres períodos del parto:


1. Dilatación: engloba desde el inicio de parto definido anteriormente hasta la
dilatación completa. Podemos subdividirla en dos fases: latente y activa. La fase
latente es definida desde el inicio del parto hasta los 3-4 centímetro de dilatación,
a partir de los cuales comienza la fase activa. Esta distinción es en muchas
ocasiones, teórica y sólamente determinada a posteriori.
2. Expulsivo: comienza con la dilatación completa y termina cuando se produce la
salida completa del feto.
3. Alumbramiento: desde el nacimiento del feto hasta la salida de la placenta y de
las membranas.

RECEPCIÓN DE LA GESTANTE
Diagnóstico de parto verdadero
El primer objetivo al llegar cualquier gestante a término a urgencias que cree
haber iniciado el parto es decidir si se trata o no de un parto verdadero. Pueden
existir distintas causas para que la paciente crea estar de parto:
• Inicio de la dinámica uterina.
• Pérdida de líquido amniótico.
• Otros: dolor intenso y mantenido, sangrado vaginal, no percepción de los
movimientos fetales...
a) Valoración de la dinámica uterina
Si el motivo de consulta es el inicio de dinámica uterina se debe interrogar acerca
de la misma a la paciente: inicio de las contracciones, intensidad constante o en
aumento, frecuencia de las mismas. Es importante diferenciar la dinámica uterina
de parto verdadero (que produce modificaciones cervicales) de las contracciones
de Braxton-Hicks, típicas del final de la gestación, que son irregulares, leves y no
producen modificaciones cervicales.
Las contracciones de parto verdadero son:
•Rítmicas.
•ntensas: intensidad aumenta gradualmente.
• El intervalo se reduce progresivamente.
• Dolorosas. La localización del dolor suele ser en la espalda, región lumbar y en el
abdomen.
b) Pérdida de líquido amniótico
La pérdida de líquido amniótico es frecuentemente indicio del comienzo de parto o
de su proximidad. Puede presentarse como un síntoma aislado o junto con
dinámica uterina. Es necesario valorar y diagnosticar la rotura de membranas real
mediante:
• Inspección: Con la paciente en posición de litotomía y realizando maniobras de
Valsalva, se observa si existe o no amniorrea.
• Exploración: Con la ayuda de espéculo y/o amnioscopio se comprueba la
integridad de las membranas y el color del líquido amniótico.

c) Valoración cérvico-vaginal
Se realiza una exploración vaginal mediante tacto manual con el que se define:
• Dilatación: desde cerrado hasta complemente dilatado con 10 cm.
• Consistencia: dura, media o blanda.
• Borramiento. En el preparto 3 cm de longitud es igual a no borrado. En
primíparas se borra el cuello antes de la dilatación; en multíparas, en cambio, la
dilatación se inicia antes o al mismo tiempo que el borramiento.
• Posición. Al inicio del parto el cuello está posterior y, conforme avanza el parto, el
cuello se va centrando.
• Altura de la presentación. Relación de la presentación con el canal del parto.
Todos estos parámetros se reflejan en el test de Bishop

Clínicamente se considera que el parto ha comenzado cuando se constata:


• Dinámica uterina regular: 2-3 contracciones en 10 minutos de moderada a fuerte
intensidad.
• Dilatación cervical de 2-3 cm.
• Maduración del cuello uterino: blando, centrado y borrado.

Evaluación materna
En la evaluación inicial de una gestante de parto es recomendable:
• Historia obstétrica y de la gestación actual (resulta muy importante datar la edad
gestacional). En ella deben constar aquellos antecedentes médicos o quirúrgicos
que puedan influir negativamente en el parto o que requieran medidas especiales.
• Exploración general (toma de constantes vitales) y obstétrica
(Palpación del tamaño uterino y tacto vaginal).
• Ecografía si existen dudas sobre presentación, existe hemorragia u otros
problemas
• Analítica elemental. Hemograma y estudio de coagulación, si no se cuenta con
uno reciente. Conviene disponer antes del parto del grupo sanguíneo y Rh,
serología de VIH y hepatitis B y cultivo vagino-rectal (para descartar colonización
por el estreptococo grupo B).

Evaluación fetal
La evolución del parto y la conducta a tomar ante el mismo depende, en gran
medida, de los datos biofísicos recogidos al ingreso de la gestante. Debemos, por
tanto, conocer el estado fetal mediante:
• Historia gestacional. Con ella se discriminaran aquellas gestaciones de riesgo
por criterios clínicos, analíticos o ecográficos.
• Auscultación del latido cardíaco fetal, con estetoscopio de Pinard o mediante
ultrasonidos.
• Monitorización cardiográfica fetal (CTG). Siempre que sea posible resulta
conveniente realizar un registro externo de la frecuencia cardíaca fetal y de la
dinámica uterina durante 30 minutos.

Desde el momento en que la paciente está de parto y queda ingresada, resulta


conveniente emplear un partograma para recoger la evolución del parto, así como
todas las incidencias, medidas y tratamientos realizados durante el mismo. Para
algunos autores el partograma sólo debe emplearse en la fase activa del parto.
Dependiendo de la fase de parto en que se encuentre la paciente, la actitud ha de
ser distinta:
• En fase latente: se puede ingresar a la paciente en una zona de observación
para valorar la progresión o no del parto. Si se trata de un falso trabajo de parto,
se le dará el alta.
• En fase activa: se ingresará a la paciente en el área de dilatación destinada a tal
efecto.
• En expulsivo: se trasladará a la gestante al paritorio.

PERIODO DE DILATACIÓN
El período de dilatación constituye el primer estadio del parto y engloba desde el
inicio del trabajo de parto hasta la dilatación completa del cuello uterino. Se puede
subdividir en dos fases:
1. Fase latente o preparto, desde el inicio del trabajo de parto hasta los 2-3 cm de
dilatación. En esta fase se va madurando el cuello.
2. Fase activa, dilatación más rápida hasta los 10 cm o dilatación completa.

Actuación durante la fase latente


La duración de esta fase es variable desde las 8-20 horas
en primíparas a las 5-14 horas en multíparas. Durante este tiempo no es necesario
que la paciente permanezca en la sala de dilatación, es suficiente con
observación, registro
cardiotocográfico cada 8 horas y valoración cervical en no más de 12 horas y ante
cualquier evento. La paciente no es preciso que permanezca en ayunas.

Actuación durante la fase activa


La fase activa de la dilatación comienza cuando la dilatación progresa con rapidez
desde los 2-3 cm a ritmo variable, aproximadamente 1 cm/hora en primíparas y
1,5 cm en multíparas.
En esta fase la paciente estará en la sala de dilatación.
Hoy en día es discutida la necesidad del rasurado vulvar de forma rutinaria. Su
finalidad de evitar la contaminación bacteriana y de facilitar la episiotomía no está
demostrada.
Se recomienda enema de limpieza sólo cuando se aprecie la ampolla rectal llena
de heces, no estando indicada de forma sistemática. Es una cuestión de limpieza
pero sin utilidad contrastada
Desde que está instaurada la fase activa del parto es recomendable
la venoclisis continua, para asegurar una adecuada hidratación y para la
administración de los fármacos que se precisen, pero no es obligatoria. Puede ser
de gran utilidad en caso de hemorragia grave para reponer liquidos.
Se informará a la paciente y a sus familiares más allegados sobre el estado actual
del parto y posibles variaciones.
La información debe ser comprensible y completa. Resulta de gran ayuda para la
parturienta el apoyo emocional tanto del equipo responsable de dilatación y
paritorio como de su familia; por este motivo, siempre que sea posible, se debe
permitir el acompañamiento familiar en la dilatación. La postura mejor para la
dilatación es la que elija la parturienta y depende de las posibilidades estructurales
del centro. La SEGO recomienda libertad en este punto así como administrar
únicamente los fármacos que estén indicados. No se recomienda la utilización
sistemática de oxitócica. Sólo cuando existen trastornos de la dinámica uterina.
Todas las actividades que ocurran durante el parto y la evolución del mismo deben
quedar reflejadas en el partograma.

Control de la evolución del parto


La evolución del progreso del parto durante la dilatación se realiza mediante la
exploración vaginal y el control de la dinámica uterina.
El intervalo entre cada exploración vaginal depende de la paridad, de la dinámica
uterina y de la propia evolución del parto. Durante la fase activa es conveniente
realizar una exploración vaginal cada 2 horas hasta los 6 cm y en multíparas hasta
los 4 cm. Posteriormente a requerimiento de la parturienta y sobre todo si
manifiesta deseosos de pujos.
Cada exploración debe quedar anotada en el partograma.
En cada exploración se valorarán tres variables:
• Cuello uterino: se describirá su dilatación, posición, consistencia y borramiento.
• Bolsa amniótica: estado de la misma y características del líquido amniótico.
• Presentación fetal: actitud, posición y altura de la presentación.
El control de la dinámica uterina se puede realizar mediante palpación abdominal
o mediante control electrónico
(registro cardiotocográfico).

Amniorrexis
Se define así a la rotura de la bolsa amniótica artificial o espontánea. La
amniorrexis electiva facilita la dilatación y el descenso de la presentación. Está
justificada en los siguientes casos: sospecha de líquido amniótico meconial, para
“dirigir” el parto, antes de administrar oxitocina por una hipodinamia, cuando
precisemos tener acceso directo al feto (monitorización interna, microtoma de
sangre fetal...), en dilatación completa y en casos de placenta de inserción
marginal (el encajamiento de la presentación evitará el sangrado).
Se realizará siempre en periodo intercontráctil. Se hace con una lanceta estéril y
revisando posteriormente el canal del parto, para poder diagnosticar con celeridad
procidencias o prolapsos de cordón.

PERIODO DE EXPULSIVO
El expulsivo constituye la segunda fase del parto, comienza con la dilatación
completa y termina con el parto del feto.
La paciente permanecerá en paritorio durante el expulsivo, alumbramiento y
postparto inmediato. El paritorio debe ser considerado como un quirófano y estar
dotado como tal, para poder hacer frente en él a las posibles complicaciones de
estos periodos, principalmente de trastornos hemorrágicos. El paritorio debe
disponer del material necesario para la asistencia operatoria de un parto, para
realizar una anestesia general y para la reanimación neonatal.
La posición de parto debe ser la factible en cada centro acorde a los recursos y a
la decisión de la mujer.La más habitual es la litotomía o semi-Fowler, porque
permite los pujos, la visión y protección del periné, la expulsión fetal y la protección
del periné para evitar desgarros. Otras posturas son admisibles pero dificultan
estos menesteres y debe de advertirse a la parturienta sobre ello para que elija
con criterio.
Se respetarán exhaustivamente las normas de asepsia y antisepsia, se creará un
campo quirúrgico adecuado mediante paños estériles. Las soluciones yodadas
deben evitarse por el riesgo de frenación del tiroides fetal.
La venoclisis es recomendable y sobre todo será imprescindible en caso de
hemorragia. Se procurará el vaciado vesical mediante cualquier maniobra. No son
obligatorios los sondajes.
Resulta aconsejable monitorizar la frecuencia cardíaca fetal y la dinámica uterina.

Actuación materna
La colaboración materna mediante los pujos es muy importante. La parturienta no
debe empezar los pujos hasta alcanzar la dilatación completa. Al inicio de la
contracción la parturienta realizará una inspiración profunda y a continuación
realizará una maniobra de Valsalva.
Actuación médica
La actuación médica va encaminada a actuar lo imprescindible, favorecer el
expulsivo, actuando sólo cuando hay repercusiones negativas fetales o maternas.
La duración media del expulsivo en primíparas es de 50 minutos y de 20 minutos
en multíparas.
En ausencia de compromiso fetal y siempre que exista un adecuado progreso del
descenso de la presentación, se acepta como duración normal hasta 2 horas en
primíparas y 1 hora en multíparas. Estos tiempos se alargan en una hora
respectivamente en el caso de anestesia regional.
En este período se definen unas actuaciones básicas:

Episiotomía
No es una práctica rutinaria ni la SEGO la recomienda como tal. Sólo cuando hay
indicación. Consiste en la ampliación quirúrgica de la porción final del canal blando
del parto. Tiene como objetivo ensanchar el tercio inferior de vagina, anillo vulvar y
periné, para de esta manera acortar el expulsivo y evitar desgarros de III y IV
grado. Actualmente es controvertido su papel en la prevención de la relajación
pélvica que a largo plazo pudiera estar relacionada con prolapsos uterinos y/o
incontinencia urinaria.
Se realiza con unas tijeras largas de punta roma.

Entre las indicaciones aceptadas actualmente:


• Maternas:
– Periné poco elástico.
– Periné corto (<4-6 cm de diámetro anopubiano).
– Musculatura atrófica.
• Fetales:
– Prematuridad.
– Macrosomía.
– Distocia de hombros.
– Presentaciones de nalgas, occipito-sacras o deflexionadas.
– Necesidad de extracción rápida fetal.
– Parto instrumental.
La episiotomía se realiza en el acmé de la contracción, cuando la presentación
está coronando.

Asistencia a la expulsión fetal


La expulsión de la cabeza fetal se debe permitir con una distensión progresiva del
introito vaginal y el periné evitando una expulsión rápida y descontrolada que
produzca desgarros perineales.
Cuando la presentación está coronando se indicará a la parturienta que realice
pujos de manera controlada. En el momento del desprendimiento de la cabeza, se
mantendrá la flexión de la cabeza presionando el periné sobre la barbilla fetal
antes de permitir la extensión de la cabeza. Se protege el periné con la mano
izquierda y con la mano derecha sobre el vértice de la presentación se controla la
salida de la cabeza.
Una vez que sale la cabeza se procede a aspirar las secreciones nasofaríngeas.
Se comprueba la existencia de circulares de cordón y se liberan si es posible o, en
caso contrario, se procede al pinzamiento y sección de las mismas.
A continuación se produce una rotación externa espontánea o se favorece ésta
con una ligera presión de la cabeza fetal hacia la horquilla perineal.
El parto de los hombros se facilita mediante el desprendimiento del hombro
anterior, traccionando en dirección inferior de la cabeza fetal, colocando para ello
ambas manos alrededor de la cabeza a nivel cervical y parietal. Seguidamente se
desprende el hombro posterior con la misma maniobra, pero en sentido contrario y
protegiendo el periné. El resto del cuerpo sale con facilidad.

Sección del cordón umbilical


Tras la expulsión fetal se pinza y secciona el cordón a
10 cm del extremo fetal. Se mantiene una porción suficiente de cordón para
obtener el pH fetal. Antes de pinzar el cordón, debe evitarse situar al neonato por
encima del nivel materno a fin de prevenir desplazamiento de volumen sanguíneo
del hijo a la madre.

Atención neonatal e identificación

Una vez producido el nacimiento, si el recién nacido se encuentra en buenas


condiciones y la madre está despierta, se procederá a la colocación del neonato
sobre el abdomen materno. De esta manera se favorece el contacto físico piel a
piel entre madre e hijo, siendo recomendable la succión del pezón materno por el
recién nacido.
En caso de necesitar el neonato cuidado especial será entregado sin dilación al
personal especializado en la atención neonatal.
En la misma sala de paritorio se debe llevar a cabo la identificación del neonato,
de acuerdo con el protocolo establecido en cada centro.

PERIODO DE ALUMBRAMIENTO
Constituye el último periodo del parto, se inicia al terminar el expulsivo y concluye
con la expulsión de la placenta y membranas ovulares. En el 95% de los partos el
intervalo de tiempo entre el nacimiento del neonato y la expulsión de la placenta
es de 15 min. La complicación más grave y frecuente de este periodo es la
hemorragia.
El alumbramiento puede ocurrir de forma espontánea o dirigida
farmacológicamente (incrementando el ritmo de perfusión de oxitocina tras la
salida del hombro posterior).
Existen diversas maniobras para diagnosticar el desprendimiento placentario:

Signos de Descenso.
A medida que la placenta se desprende y cae en el segmento inferior, el útero se
torna más globoso y asciende por encima del ombligo, lateralizándose levemente
hacia el flanco derecho: Signo de Schroeder. Este signo responde al efecto
fisiológico que se produce al caer la placenta a nivel del segmento inferior del
útero.
-Colocando a nivel vulvar una pinza Kocher sobre el cordón umbilical, podremos
observar cómo, a medida que se produce el descenso placentario, la misma pinza
se aleja del lugar primitivo: Signo de Ahlfeld.
-Otra maniobra que se basa en el mismo principio es la Maniobra de Fabre, o
Pescador, ya que las sacudidas las realiza la mano que sostiene el cordón
umbilical y la mano abdominal recibe o no las crepitaciones.
-signo de kustner:al ejercer presion manual sobre el utero elevandolo en la
cavidad abdominal, se observa el comportamiento del cordon que no seguira el
movimiento del fondo del utero.
-Signo de strassmn: al ejercer presion sobre el utero se sentira propagacion por
ausencia de placenta.

• Examen Placentario
 Una vez expulsada la placenta debe ser revisada primero en la mano del
operador y posteriormente en una superficie plana.
 En la cara materna si falta algún cotiledon o si en las membranas hay algún
vaso que indique que a quedado cotiledones aberrante.
 Se debe examinar el útero ( globo de seguridad de pinard)

Manejo activo: Se recomienda la administración de oxitocina 10 UI por vía im


después de la salida del hombro anterior o bien inmediatamente después del
nacimiento Con este tratamiento se consigue disminuir el volumen de la perdida
sanguínea entre un 41% y un 70%.

Para disminuir la hemorragia post parto también resultan útiles el masaje y la


compresión del útero a través de la pared abdominal ya que estimula la retracción
uterina.

Retención placentaria: se define como aquel alumbramiento que demora más de


los tiempos máximos establecidos (30 minutos en multípara y 45 minutos en
primigesta). La incidencia es del 1%. El tratamiento requiere de anestesia y
consiste en la extracción manual de la placenta; para lo cual se introduce la mano
al interior del útero, se detectar el borde placentario y se despega con los dedos.

• Los factores de riesgo son: antecedentes de retención placentaria, parto pre


termino, multiparidad, edad materna avanzada, gestación múltiple,, trabajo
de parto prolongado por agotamiento de fibra muscular uterina.

• Causas
 Inercia uterina. (cese de contracciones)
 Anillo de contracción
 Adherencia anormal-acretismo

Atonía uterina: Ausencia de contracción del útero tras el parto. Se


desencadena un mecanismo de suma importancia, se trata de una potente
contracción de los vasos sanguíneos (uterinos) gracias a esta contracción el
sangrado es mínimo.

Etiología:
 Parto prolongado
 Situación anómala
 Embarazo múltiple
 Macrosomia
 Desnutrición
 Tironamiento del cordón umbilical
 Placenta previa

Clínica:
 Sangrado con coágulos
 Disminución de la consistencia de útero a la palpación
 Choque hipovolémico.
 anemia

Tratamiento: Oxitocina en sol glucosada al 0.5% (20u en 1000 ml EV) 500 ml a


goteo rápido y los otros 500ml a goteo controlado para 8H) Esto asegura una
buena retracción uterina, se obtendrá una hemostasia satisfactoria.

Anillo de contracción:Es la exagerada retracción del útero o las contracciones


espasmódicas localizadas a nivel del anillo de Bandl que producen la retención
placentaria desprendida o no.
• Maniobras inoportunas
• Dosis elevadas de oxitócicos.

 Diagnóstico
• Por la palpación se puede percibir irregularidad en la superficie del útero
advirtiéndose una zona prominente a nivel de la contractura (útero retraído
firmemente)
• El tacto profundo y la perdida hemática aumentada confirman el diagnostico
 Tratamiento
• Si el sangrado es <500ml posterior a la expulsión fetal se administran
relajantes uterinos.
• Si es >500ml, se procederá a efectuar el alumbramiento manual se debe
efectuar con anestesia y con todos los recaudos de asepsia
Adherencias anormales de placenta
 Acretismo placentario: Adherencia anormal de la placenta a la pared del
útero por deficiencia o ausencia de la membrana de Nitabuch ( acreta,
increta, percreta).
 Acreta: fallo decidua vellosidades se insertan directamente sobre miometrio.

 Increta: vellosidades penetran en el interior del miometrio.

 Percretas vellosidades alcansan la serosa peritoneal e incluso penetran en


la actividad abdominal e invaden organos vecinos.

Diagnóstico:

Clínico (posterior a la realización del alumbramiento manual)

Ecografía trasvaginal.

Tratamiento:

• Finalización del embarazo si está a término para evitar urgencias

• Histerectomía total (si ocupa más del 50% de la superficie del segmento
uterino)

Desgarro:

Un desgarro en el parto es una ruptura de la piel del perineo (el área entre la
vagina y el ano). Se trata de una lesión común que afecta hasta un 90% de las
de las mujeres que dan a luz por parto vaginal.

Los desgarros más superficiales implican la piel del perineo y el tejido


alrededor de la abertura de la vagina, o la capa más exterior de la propia
vagina. Estos desgarros, que se llaman laceraciones de primer grado,
generalmente son tan pequeños que se requieren muy pocos puntos o
ninguno. Generalmente sanan rápido y causan pocas o ninguna molestia.

Los desgarros de segundo grado son más profundos y necesitan coserse


capa a capa. Te causarán algunas molestias y generalmente tardan unas
semanas en sanar. Los puntos se disuelven solos a medida que sanas.

Alrededor de un cuatro por ciento de las mujeres que dan a luz vaginalmente
tienen un desgarro más serio en su perineo, que se extiende a través de su
recto. Este tipo de desgarro puede causar un dolor considerable durante
muchos meses e incrementa tu riesgo de incontinencia anal.
Estos desgarros severos se llaman laceraciones de tercer y cuarto grado.

Una laceración de tercer grado es un desgarro en el tejido vaginal, piel del


perineo y músculos del perineo que se extiende hasta el esfínter anal (el
músculo que rodeo tu ano).

Un desgarro de cuarto grado atraviesa el esfínter anal y el tejido que está


por debajo.

-desgarro de cuello uterino

-desgarro de vagina

-desgarro de vulva

Diagnóstico

• El sangrado persistente con útero bien retraído, descarta lesiones de


alguna otra porción del canal del parto.

• Se realiza a través de inspección y palpación con el empleo de valvas


vaginales.

Tratamiento

• Reparación con puntos separados con sutura reabsorbible.

Inversión uterina:

Es la invaginación a modo de dedo de guante, del fondo del útero en su propia


cavidad

• Conlleva el riesgo de shock, hemorragia, infección y muerte materna.

Primer grado: Laceración superficial que incluye la mucosa vaginal, la piel


del perineo o ambas

Segundo grado: Se extiende para afecta la fascia y los músculos que


circundan la vagina

Tercer grado: Atraviesa el musculo del esfínter externo del ano

Cuarto grado: Se extiende a la luz anorrectal e implica tanto la rotura de los


esfínteres externos e internos del ano.
 Etiología

• Causas predisponentes: Hipotonía de la pared uterina, lesiones de pared,


adherencia anormal de la placenta.

• Causas determinantes: partos rápidos con brevedad del cordón,


maniobras intempestivas.

Cuadro clínico:

Dolor, hemorragia y shock

 Diagnóstico

• La palpación abdominal delimitando una depresión en el fondo uterino

• Tacto de cuerpo extraño en cuello o vagina o hasta visualización en vulva


del cuello uterino

• Ultrasonografía de diagnóstico dudoso.

 Tratamiento

• Antes de cualquier maniobra se debe administrar anestesia general y


asegurar la provisión de sangre.

• La reducción del útero puede ser manual o quirúrgica.

Hemorragia puerperal:

Corresponde al sangrado vaginal excesivo luego de un parto (vaginal o cesárea),


cuya magnitud puede llegar incluso a comprometer la vida de la mujer. Se define
hemorragia puerperal como: “Pérdida sanguínea mayor a 1.000 ml en relación al
parto”. (Independiente de si el parto fue vaginal o cesárea).

Causas:

 Atonía uterina.
 Retención placentaria.
 Lesiones del canal blando del parto.
 Rotura uterina.
 Inversión uterina.
 Placenta ácreta.
 Coagulopatías.
 Cicatriz de histerotomía.
 Tumores del útero.
Diagnóstico:

Inicialmente se debe intentar cuantificar la cantidad de sangre perdida, con una


exploración que haga especial hincapié en los signos vitales y con
determinaciones analíticas de sistemático de sangre y estudio de coagulación para
valoración urgente del nivel de hemoglobina y hematocrito de la paciente, si es
posible debemos compararlos con los datos que se dispongan de la paciente
previos al parto.

Debemos detenernos en la historia de la paciente e investigar si existen algunos


de los factores predisponentes para sufrir una hemorragia postparto

TRATAMIENTO
El tratamiento debe ir enfocado en primer lugar a reponer el volumen perdido.
Esta reposición se lleva a cabo con cristaloides a razón de 3 ml de cristaloides por
cada ml d sangre perdido. Si aparece sintomatología hemodinámica se supone
que la pérdida es mayor de 1000 ml (porque como se ha explicado anteriormente
hasta pérdidas de 1 litro se toleran bien) por lo que la cantidad mínima a
administrar son 3000 ml de cristaloides.
Debe conservarse la perfusión y oxigenación de los órganos vitales por lo que se
administrará oxígeno y se colocará una sonda vesical permanente que cuantifique
el gasto urinario. Si la micción es superior a 30 ml/h se supone una perfusión renal
razonable.
Debemos pedir el grupo y Rh de la paciente y pruebas cruzadas cuando se prevea
que la paciente puede precisar transfusión sanguínea posterior.
Además de las medidas generales el tratamiento debe ir encaminado a solucionar
la causa que produzca la hemorragia.

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