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Asistencia al parto y
complicaciones
RECEPCIÓN DE LA GESTANTE
Diagnóstico de parto verdadero
El primer objetivo al llegar cualquier gestante a término a urgencias que cree
haber iniciado el parto es decidir si se trata o no de un parto verdadero. Pueden
existir distintas causas para que la paciente crea estar de parto:
• Inicio de la dinámica uterina.
• Pérdida de líquido amniótico.
• Otros: dolor intenso y mantenido, sangrado vaginal, no percepción de los
movimientos fetales...
a) Valoración de la dinámica uterina
Si el motivo de consulta es el inicio de dinámica uterina se debe interrogar acerca
de la misma a la paciente: inicio de las contracciones, intensidad constante o en
aumento, frecuencia de las mismas. Es importante diferenciar la dinámica uterina
de parto verdadero (que produce modificaciones cervicales) de las contracciones
de Braxton-Hicks, típicas del final de la gestación, que son irregulares, leves y no
producen modificaciones cervicales.
Las contracciones de parto verdadero son:
•Rítmicas.
•ntensas: intensidad aumenta gradualmente.
• El intervalo se reduce progresivamente.
• Dolorosas. La localización del dolor suele ser en la espalda, región lumbar y en el
abdomen.
b) Pérdida de líquido amniótico
La pérdida de líquido amniótico es frecuentemente indicio del comienzo de parto o
de su proximidad. Puede presentarse como un síntoma aislado o junto con
dinámica uterina. Es necesario valorar y diagnosticar la rotura de membranas real
mediante:
• Inspección: Con la paciente en posición de litotomía y realizando maniobras de
Valsalva, se observa si existe o no amniorrea.
• Exploración: Con la ayuda de espéculo y/o amnioscopio se comprueba la
integridad de las membranas y el color del líquido amniótico.
c) Valoración cérvico-vaginal
Se realiza una exploración vaginal mediante tacto manual con el que se define:
• Dilatación: desde cerrado hasta complemente dilatado con 10 cm.
• Consistencia: dura, media o blanda.
• Borramiento. En el preparto 3 cm de longitud es igual a no borrado. En
primíparas se borra el cuello antes de la dilatación; en multíparas, en cambio, la
dilatación se inicia antes o al mismo tiempo que el borramiento.
• Posición. Al inicio del parto el cuello está posterior y, conforme avanza el parto, el
cuello se va centrando.
• Altura de la presentación. Relación de la presentación con el canal del parto.
Todos estos parámetros se reflejan en el test de Bishop
Evaluación materna
En la evaluación inicial de una gestante de parto es recomendable:
• Historia obstétrica y de la gestación actual (resulta muy importante datar la edad
gestacional). En ella deben constar aquellos antecedentes médicos o quirúrgicos
que puedan influir negativamente en el parto o que requieran medidas especiales.
• Exploración general (toma de constantes vitales) y obstétrica
(Palpación del tamaño uterino y tacto vaginal).
• Ecografía si existen dudas sobre presentación, existe hemorragia u otros
problemas
• Analítica elemental. Hemograma y estudio de coagulación, si no se cuenta con
uno reciente. Conviene disponer antes del parto del grupo sanguíneo y Rh,
serología de VIH y hepatitis B y cultivo vagino-rectal (para descartar colonización
por el estreptococo grupo B).
Evaluación fetal
La evolución del parto y la conducta a tomar ante el mismo depende, en gran
medida, de los datos biofísicos recogidos al ingreso de la gestante. Debemos, por
tanto, conocer el estado fetal mediante:
• Historia gestacional. Con ella se discriminaran aquellas gestaciones de riesgo
por criterios clínicos, analíticos o ecográficos.
• Auscultación del latido cardíaco fetal, con estetoscopio de Pinard o mediante
ultrasonidos.
• Monitorización cardiográfica fetal (CTG). Siempre que sea posible resulta
conveniente realizar un registro externo de la frecuencia cardíaca fetal y de la
dinámica uterina durante 30 minutos.
PERIODO DE DILATACIÓN
El período de dilatación constituye el primer estadio del parto y engloba desde el
inicio del trabajo de parto hasta la dilatación completa del cuello uterino. Se puede
subdividir en dos fases:
1. Fase latente o preparto, desde el inicio del trabajo de parto hasta los 2-3 cm de
dilatación. En esta fase se va madurando el cuello.
2. Fase activa, dilatación más rápida hasta los 10 cm o dilatación completa.
Amniorrexis
Se define así a la rotura de la bolsa amniótica artificial o espontánea. La
amniorrexis electiva facilita la dilatación y el descenso de la presentación. Está
justificada en los siguientes casos: sospecha de líquido amniótico meconial, para
“dirigir” el parto, antes de administrar oxitocina por una hipodinamia, cuando
precisemos tener acceso directo al feto (monitorización interna, microtoma de
sangre fetal...), en dilatación completa y en casos de placenta de inserción
marginal (el encajamiento de la presentación evitará el sangrado).
Se realizará siempre en periodo intercontráctil. Se hace con una lanceta estéril y
revisando posteriormente el canal del parto, para poder diagnosticar con celeridad
procidencias o prolapsos de cordón.
PERIODO DE EXPULSIVO
El expulsivo constituye la segunda fase del parto, comienza con la dilatación
completa y termina con el parto del feto.
La paciente permanecerá en paritorio durante el expulsivo, alumbramiento y
postparto inmediato. El paritorio debe ser considerado como un quirófano y estar
dotado como tal, para poder hacer frente en él a las posibles complicaciones de
estos periodos, principalmente de trastornos hemorrágicos. El paritorio debe
disponer del material necesario para la asistencia operatoria de un parto, para
realizar una anestesia general y para la reanimación neonatal.
La posición de parto debe ser la factible en cada centro acorde a los recursos y a
la decisión de la mujer.La más habitual es la litotomía o semi-Fowler, porque
permite los pujos, la visión y protección del periné, la expulsión fetal y la protección
del periné para evitar desgarros. Otras posturas son admisibles pero dificultan
estos menesteres y debe de advertirse a la parturienta sobre ello para que elija
con criterio.
Se respetarán exhaustivamente las normas de asepsia y antisepsia, se creará un
campo quirúrgico adecuado mediante paños estériles. Las soluciones yodadas
deben evitarse por el riesgo de frenación del tiroides fetal.
La venoclisis es recomendable y sobre todo será imprescindible en caso de
hemorragia. Se procurará el vaciado vesical mediante cualquier maniobra. No son
obligatorios los sondajes.
Resulta aconsejable monitorizar la frecuencia cardíaca fetal y la dinámica uterina.
Actuación materna
La colaboración materna mediante los pujos es muy importante. La parturienta no
debe empezar los pujos hasta alcanzar la dilatación completa. Al inicio de la
contracción la parturienta realizará una inspiración profunda y a continuación
realizará una maniobra de Valsalva.
Actuación médica
La actuación médica va encaminada a actuar lo imprescindible, favorecer el
expulsivo, actuando sólo cuando hay repercusiones negativas fetales o maternas.
La duración media del expulsivo en primíparas es de 50 minutos y de 20 minutos
en multíparas.
En ausencia de compromiso fetal y siempre que exista un adecuado progreso del
descenso de la presentación, se acepta como duración normal hasta 2 horas en
primíparas y 1 hora en multíparas. Estos tiempos se alargan en una hora
respectivamente en el caso de anestesia regional.
En este período se definen unas actuaciones básicas:
Episiotomía
No es una práctica rutinaria ni la SEGO la recomienda como tal. Sólo cuando hay
indicación. Consiste en la ampliación quirúrgica de la porción final del canal blando
del parto. Tiene como objetivo ensanchar el tercio inferior de vagina, anillo vulvar y
periné, para de esta manera acortar el expulsivo y evitar desgarros de III y IV
grado. Actualmente es controvertido su papel en la prevención de la relajación
pélvica que a largo plazo pudiera estar relacionada con prolapsos uterinos y/o
incontinencia urinaria.
Se realiza con unas tijeras largas de punta roma.
PERIODO DE ALUMBRAMIENTO
Constituye el último periodo del parto, se inicia al terminar el expulsivo y concluye
con la expulsión de la placenta y membranas ovulares. En el 95% de los partos el
intervalo de tiempo entre el nacimiento del neonato y la expulsión de la placenta
es de 15 min. La complicación más grave y frecuente de este periodo es la
hemorragia.
El alumbramiento puede ocurrir de forma espontánea o dirigida
farmacológicamente (incrementando el ritmo de perfusión de oxitocina tras la
salida del hombro posterior).
Existen diversas maniobras para diagnosticar el desprendimiento placentario:
Signos de Descenso.
A medida que la placenta se desprende y cae en el segmento inferior, el útero se
torna más globoso y asciende por encima del ombligo, lateralizándose levemente
hacia el flanco derecho: Signo de Schroeder. Este signo responde al efecto
fisiológico que se produce al caer la placenta a nivel del segmento inferior del
útero.
-Colocando a nivel vulvar una pinza Kocher sobre el cordón umbilical, podremos
observar cómo, a medida que se produce el descenso placentario, la misma pinza
se aleja del lugar primitivo: Signo de Ahlfeld.
-Otra maniobra que se basa en el mismo principio es la Maniobra de Fabre, o
Pescador, ya que las sacudidas las realiza la mano que sostiene el cordón
umbilical y la mano abdominal recibe o no las crepitaciones.
-signo de kustner:al ejercer presion manual sobre el utero elevandolo en la
cavidad abdominal, se observa el comportamiento del cordon que no seguira el
movimiento del fondo del utero.
-Signo de strassmn: al ejercer presion sobre el utero se sentira propagacion por
ausencia de placenta.
• Examen Placentario
Una vez expulsada la placenta debe ser revisada primero en la mano del
operador y posteriormente en una superficie plana.
En la cara materna si falta algún cotiledon o si en las membranas hay algún
vaso que indique que a quedado cotiledones aberrante.
Se debe examinar el útero ( globo de seguridad de pinard)
• Causas
Inercia uterina. (cese de contracciones)
Anillo de contracción
Adherencia anormal-acretismo
Etiología:
Parto prolongado
Situación anómala
Embarazo múltiple
Macrosomia
Desnutrición
Tironamiento del cordón umbilical
Placenta previa
Clínica:
Sangrado con coágulos
Disminución de la consistencia de útero a la palpación
Choque hipovolémico.
anemia
Diagnóstico
• Por la palpación se puede percibir irregularidad en la superficie del útero
advirtiéndose una zona prominente a nivel de la contractura (útero retraído
firmemente)
• El tacto profundo y la perdida hemática aumentada confirman el diagnostico
Tratamiento
• Si el sangrado es <500ml posterior a la expulsión fetal se administran
relajantes uterinos.
• Si es >500ml, se procederá a efectuar el alumbramiento manual se debe
efectuar con anestesia y con todos los recaudos de asepsia
Adherencias anormales de placenta
Acretismo placentario: Adherencia anormal de la placenta a la pared del
útero por deficiencia o ausencia de la membrana de Nitabuch ( acreta,
increta, percreta).
Acreta: fallo decidua vellosidades se insertan directamente sobre miometrio.
Diagnóstico:
Ecografía trasvaginal.
Tratamiento:
• Histerectomía total (si ocupa más del 50% de la superficie del segmento
uterino)
Desgarro:
Un desgarro en el parto es una ruptura de la piel del perineo (el área entre la
vagina y el ano). Se trata de una lesión común que afecta hasta un 90% de las
de las mujeres que dan a luz por parto vaginal.
Alrededor de un cuatro por ciento de las mujeres que dan a luz vaginalmente
tienen un desgarro más serio en su perineo, que se extiende a través de su
recto. Este tipo de desgarro puede causar un dolor considerable durante
muchos meses e incrementa tu riesgo de incontinencia anal.
Estos desgarros severos se llaman laceraciones de tercer y cuarto grado.
-desgarro de vagina
-desgarro de vulva
Diagnóstico
Tratamiento
Inversión uterina:
Cuadro clínico:
Diagnóstico
Tratamiento
Hemorragia puerperal:
Causas:
Atonía uterina.
Retención placentaria.
Lesiones del canal blando del parto.
Rotura uterina.
Inversión uterina.
Placenta ácreta.
Coagulopatías.
Cicatriz de histerotomía.
Tumores del útero.
Diagnóstico:
TRATAMIENTO
El tratamiento debe ir enfocado en primer lugar a reponer el volumen perdido.
Esta reposición se lleva a cabo con cristaloides a razón de 3 ml de cristaloides por
cada ml d sangre perdido. Si aparece sintomatología hemodinámica se supone
que la pérdida es mayor de 1000 ml (porque como se ha explicado anteriormente
hasta pérdidas de 1 litro se toleran bien) por lo que la cantidad mínima a
administrar son 3000 ml de cristaloides.
Debe conservarse la perfusión y oxigenación de los órganos vitales por lo que se
administrará oxígeno y se colocará una sonda vesical permanente que cuantifique
el gasto urinario. Si la micción es superior a 30 ml/h se supone una perfusión renal
razonable.
Debemos pedir el grupo y Rh de la paciente y pruebas cruzadas cuando se prevea
que la paciente puede precisar transfusión sanguínea posterior.
Además de las medidas generales el tratamiento debe ir encaminado a solucionar
la causa que produzca la hemorragia.