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Los neurotransmisores son sustancias químicas creadas por el cuerpo que transmiten señales (es decir,

información) desde una neurona hasta la siguiente a través de unos puntos de contacto llamados
sinapsis. Cuando esto ocurre, la sustancia química se libera por las vesículas de la neurona pre-sináptica,
atraviesa el espacio sináptico y actúa cambiando el potencial de acción en la neurona post-sináptica.

Existen distintos neurotransmisores, cada uno de ellos con distintas funciones. De hecho, el estudio de
esta clase de sustancias es fundamental para entender cómo trabaja la mente humana. En este artículo,
revisaremos algunos de los neurotransmisores más significativos.

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Principales neurotransmisores y sus funciones

La lista de neurotransmisores conocidos ha ido aumentando desde los años 80, y en la actualidad se han
contabilizado más de 60.

Esto no es extraño, teniendo en cuenta la complejidad y la versatilidad del cerebro humano. En él se


producen todo tipo de procesos mentales, desde la gestión de las emociones hasta la planificación y
creación de estrategias, pasando por la realización de movimientos involuntarios y el uso del lenguaje.

Toda esta variedad de tareas tiene detrás a muchas neuronas coordinándose entre sí para hacer que las
diferentes partes del encéfalo funcionen de manera coordinada, y para ello es necesario que cuenten
con un modo de comunicación capaz de adaptarse a muchas situaciones.

El uso de los diferentes tipos de neurotransmisores permite regular de muchos modos distintos la
manera en la que se van activando unos u otros grupos de células nerviosas. Por ejemplo, cierta ocasión
puede requerir que los niveles de serotonina bajen y los de dopamina suban, y eso tendrá una
consecuencia determinada en lo que ocurra en nuestra mente. Así, la existencia de la gran variedad de
neurotransmisores permite hacer que el sistema nervioso cuente con una amplia gama de
comportamientos, lo cual es necesario para adaptarse a un entorno que cambia constantemente.

Pero, ¿cuáles son los neurotransmisores más importantes del organismo humano y qué funciones
desempeñan? A continuación se mencionan los principales neuroquímicos.
Serotonina

Este neurotransmisor es sintetizado a partir del triptófano, un aminoácido que no es fabricado por el
cuerpo, por lo que debe ser aportado a través de la dieta. La serotonina (5-HT) es comúnmente conocida
como la hormona de la felicidad, porque los niveles bajos de esta sustancia se asocian a la depresión y la
obsesión.

Quizás te interese: "Serotonina: descubre los efectos de esta hormona en tu cuerpo y mente"

Además de su relación con el estado de ánimo, el 5-HT desempeña distintas funciones dentro del
organismo, entre los que destacan: su papel fundamental en la digestión, el control de la temperatura
corporal, su influencia en el deseo sexual o su papel en la regulación del ciclo sueño-vigilia.

El exceso de serotonina puede provocar un conjunto de síntomas de distinta gravedad.

Si quieres saber más, puedes visitar nuestro artículo: "Síndrome serotoninérgico: causas, síntomas y
tratamiento"

Dopamina

La dopamina es otro de los neurotransmisores más conocidos, porque está implicado en las conductas
adictivas y es la causante de las sensaciones placenteras. Sin embargo, entre sus funciones también
encontramos la coordinación de ciertos movimientos musculares, la regulación de la memoria, los
procesos cognitivos asociados al aprendizaje y la toma de decisiones

Para saber más: "Dopamina: 7 funciones esenciales de este neurotransmisor"

Endorfinas ni
¿Te has dado cuenta de que después de salir a correr o practicar ejercicio físico te sientes mejor, más
animado y enérgico? Pues esto se debe fundamentalmente a las endorfinas, una droga natural que es
liberada por nuestro cuerpo y que produce una sensación de placer y euforia.

Algunas de sus funciones son: promueven la calma, mejoran el humor, reducen el dolor, retrasan el
proceso de envejecimiento o potencian las funciones del sistema inmunitario.

Adrenalina (epinefrina)

La adrenalina es un neurotransmisor que desencadena mecanismos de supervivencia, pues se asocia a


las situaciones en las que tenemos que estar alerta y activados porque permite reaccionar en situaciones
de estrés.

En definitiva, la adrenalina cumple tanto funciones fisiológicas (como la regulación de la presión arterial
o del ritmo respiratorio y la dilatación de las pupilas) como psicológicas (mantenernos en alerta y ser
más sensibles ante cualquier estímulo).

Para profundizar en esta sustancia química, puedes leer nuestro post: "Adrenalina, la hormona que nos
activa"lo

Noradrenalina (norepinefrina)

La adrenalina está implicada en distintas funciones del cerebro y se relaciona con la motivación, la ira o
el placer sexual. El desajuste de noradrenalina se asocia a la depresión y la ansiedad.

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Glutamato

El glutamato es el neurotransmisor excitatorio más importante del sistema nervioso central. Es


especialmente importante para la memoria y su recuperación, y es considerado como el principal
mediador de la información sensorial, motora, cognitiva, emocional. De algún modo, estimula varios
procesos mentales de importancia esencial.

Las investigaciones afirman que este neurotransmisor presente en el 80-90% de sinapsis del cerebro. El
exceso de glutamato es tóxico para las neuronas y se relaciona con enfermedades como la epilepsia, el
derrame cerebral o enfermedad lateral amiotrófica.
Artículo relacionado: Glutamato (neurotransmisor): definición y funciones

GABA

El GABA (ácido gamma-aminobutírico) actúa como un mensajero inhibidor, por lo que frena la acción de
los neurotransmisores excitatorios. Está ampliamente distribuido en las neuronas del córtex, y
contribuye al control motor, la visión, regula la ansiedad, entre otras funciones corticales.

Conoce más sobre este neurotransmisor pinchando aquí.

Acetilcolina

Como curiosidad, este es el primer neurotransmisor que se descubrió. Este hecho ocurrió en 1921 y el
hallazgo tuvo lugar gracias a Otto Loewi, un biólogo alemán ganador del premio Nobel en 1936. La
acetilcolina ampliamente distribuida por las sinapsis del sistema nervioso central, pero también se
encuentra en el sistema nervioso periférico.

Algunas de las funciones más destacadas de este neuroquímico son: participa en la estimulación de los
músculos, en el paso de sueño a vigilia y en los procesos de memoria y asociación.

Clasificación de los neurotransmisores

Los neurotransmisores pueden clasificarse de la siguiente manera:

Aminas: Son neurotransmisores que derivan de distintos aminoácidos como, por ejemplo, el triptófano.
En este grupo se encuentran: Norepinefrina, epinefrina, dopamina o la serotonina.

Aminoácidos: A diferencia de los anteriores (que derivan de distintos aminoácidos), éstos son
aminoácidos. Por ejemplo: Glutamato, GABA, aspartato o glicina.

Purinas: Las investigaciones recientes indican que las purinas como el ATP o la adenosina también actúan
como mensajeros químicos.

Gases: Óxido nítrico es el principal neurotransmisor de este grupo.

Péptidos: Los péptidos están ampliamente distribuidos en todo el encéfalo. Por ejemplo: las endorfinas,
las dinorfinas y las taquininas.

conocido y frecuente.

Se trata de un trastorno que causa grandes problemas en prácticamente la totalidad de los ámbitos
vitales del ser humano, afectando tanto a cognitivo como emocional e interpersonal. Por este motivo su
tratamiento es uno de los grandes objetivos de la psicología y de la psiquiatría, elaborándose distintos
tipos de tratamientos tanto a nivel psicológico como el tratamiento cognitivo-conductual como
farmacológico en forma de antidepresivos.

Respecto a estos últimos, la investigación a lo largo de la historia ha producido numerosos tipos de


antidepresivos con el fin de producir una mejora en la sintomatología depresiva evitando en lo posible
efectos secundarios.

Recordando conceptos: ¿qué es depresión?

El principal objetivo de los diferentes tipos de antidepresivo es tratar la depresión. Partiendo de esta
premisa, se justifica hacer un pequeño repaso de qué consideramos depresión. A nivel clínico se
considera depresión aquel cuadro en el que se presenta un estado de ánimo tri loste (pudiendo verse
como irritable en el caso de la depresión infantil) junto con la ausencia de motivación y de
experimentación de placer, juntamente con otros síntomas tales como problemas de sueño o peso.

Las personas deprimidas tienden a presentar un elevado nivel de pasividad a nivel vital, sintiendo que
tienen poco control de sus vidas y apareciendo frecuentemente sentimientos de desesperanza. Quien
padece una depresión presenta pues un elevado nivel de afecto negativo, junto con un bajo afecto
positivo y, en general, suele presentar un bajo nivel de activación tanto a nivel mental como fisiológico.

Así, los diferentes tipos de profesionales que se encargan de trabajar con el fin de mejorar la situación de
estas personas han de encontrar métodos y mecanismos que permitan hacer frente a dichas dificultades,
habiéndose creado desde la farmacología los diferentes tipos de antidepresivos que se describen a
continuación.

Principales tipos de antidepresivos

Los diferentes antidepresivos tienen diferentes mecanismos de acción, mas las principales hipótesis y
tratamientos explican la depresión a partir de la degradación de monoaminas y/o serotonina, con lo que
los antidepresivos creados se centran principalmente en evitar la degradación de dichas sustancias y
mantenerlas durante más tiempo en el espacio sináptico.

1. Inhibidores de la enzima MonoAmino Oxidasa o IMAOS


Se trata de los primeros antidepresivos descubiertos. Su actuación se basa, como en el resto de tipos de
antidepresivos, en impedir la degradación de las monoaminas, concentrándose en una enzima en
particular. Esta enzima es la monoaminooxidasa, que es emitida desde la neurona presináptica cuando
capta un exceso de monoaminas en la sinapsis cerebral con el fin de eliminar dicho exceso. Así, eliminar
o bloquear esta enzima impide la degradación de monoaminas en el espacio sináptico, habiendo una
disponibilidad mayor de estos neurotransmisores.

Sin embargo este tipo de antidepresivo presenta un elevado riesgo para la salud, dado que en
interacción con sustancias que contengan tiamina (sustancia que se encuentra fácilmente en una amplia
variedad de alimentos) puede provocar crisis hipertensivas, junto con otros efectos secundarios
desagradables. Por esto son principalmente empleados en los casos en que otros antidepresivos no han
presentado efecto.

Tipos de IMAOS

Dentro de los IMAOS podemos encontrar dos subtipos. El primer subtipo es el de los inhibidores
irreversibles de la monoaminooxidasa, cuyo principal mecanismo de actuación es la completa
destrucción de esta enzima, con lo que hasta que ésta no vuelva a generarse se pierde su funcionalidad
básica. Este tipo de antidepresivo es el que presenta mayor riesgo, siendo peligrosa su interacción con
otras sustancias ricas en tiamina y habiéndose de vigilar cuidadosamente los alimentos a consumir para
evitar problemas graves de salud.

Un segundo subgrupo son los inhibidores reversibles de la monoaminooxidasa o RIMA, los cuales
resultan preferibles a otros tipos de IMAOS debido a que no suponen un riesgo tan elevado ni tienden a
interaccionar con la dieta. Su funcionamiento se basa en inhibir de forma temporal la función de la
enzima. La moclobemida es una de las sustancias que forman parte de este tipo de antidepresivos.

2. Antidepresivos tricíclicos y tetracíclicos

Estos fármacos son, después de los IMAOS, los más antiguos y lo que por un largo período de tiempo
fueron los antidepresivos más empleados. Su mecanismo de actuación se basa en impedir la recaptación
de serotonina y noradrenalina. Sin embargo su actuación es inespecífica, afectando a otras hormonas
tales como la acetilcolina, la histamina y la dopamina. Debido a ello puede presentar efectos secundarios
serios e incluso resultar adictivos.

La sobredosis por este tipo de sustancias es potencialmente mortal. Por estos motivos y ante el
descubrimiento de nuevas sustancias ya no son tan empleados, más se pueden seguir encontrando en la
práctica clínica debido a su mayor efecto en casos de depresión graves.

3. Inhibidores Selectivos de la Recaptación de la Serotonina o ISRS


Los inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina son en la actualidad el tipo de antidepresivo
más empleado en la práctica clínica, siendo tratamiento de elección en casos de depresión, entre otras
cosas porque los efectos secundarios que producen no son tan intensos como los de otros fármacos
utilizados con el mismo fin.

Se trata de psicofármacos que actúan inhibiendo de manera específica la reabsorción de la serotonina,


no presentando efectos en otros neurotransmisores. Si bien pueden producir algunos efectos
secundarios estos suelen ser leves (náuseas, vómitos o sedación ligera entre otros), son una de las clases
más seguras, aplicándose en pacientes que no han tenido contacto previo con antidepresivos.

Además de ello, la relación existente entre depresión y ansiedad y el mecanismo concreto de actuación
del ISRS hace que se haya utilizado también como tratamiento de elección en algunos trastornos de la
ansiedad.

4. Inhibidores Selectivos de la Recaptación de la Serotonina y la Noradrenalina o ISRN

Este tipo de antidepresivo, siendo sus exponentes más conocidos la venlafaxina y la duloxetina, actúa
sobre la serotonina y la noradrenalina al igual que ocurre con los tricíclicos. La principal diferencia con
este otro tipo de antidepresivo se encuentra en su especificidad, es decir mientras que los inhibidores
duales de la serotonina y la noradrenalina tienen un efecto únicamente en estos dos neurotransmisores,
los tricíclicos tienen un efecto en otras sustancias como la acetilcolina, pudiendo producir efectos
secundarios.

Dado que trabajan no solo sobre la serotonina sino también con la noradrenalina estos fármacos
manifiestan un efecto relativamente más rápido que otras sustancias.

5. Inhibidor Selectivo de la Recaptación de la Dopamina y la Noradrenalina: Bupropión

Si bien esta sustancia es más conocida por resultar de gran utilidad en la desintoxicación de la nicotina y
otras sustancias, el bupropión ha demostrado tener efectos positivos en casos de depresión, actuando al
inhibir el transporte de dopamina y noradrenalina.

Riesgos y efectos secundarios


Como todos los psicofármacos, el uso de los diferentes tipos de antidepresivos puede conllevar diversos
riesgos y efectos secundarios. Hay que tener en cuenta que entre la primera administración de
antidepresivo y su acción terapéutica, en general, pueden llegar a pasar entre dos y cuatro semanas
debido a que las neuronas tienen que realizar un proceso de adaptación y modificación de sus
receptores, especialmente en lo relativo a la serotonina.

Sin embargo, la presencia de efectos secundarios puede darse antes de notar sus efectos terapéuticos,
motivo por el cual el tratamiento con antidepresivos suele ser discontinuo y en muchas ocasiones
abandonado. Algunos de los síntomas y riesgos del consumo de los diferentes tipos de antidepresivos
disponibles son los siguientes.

Dependencia

Algunos tipos de antidepresivos pueden generar tolerancia y dependencia, siendo ejemplo de ello los
tricíclicos. Asimismo el cese brusco de su consumo puede generar síndromes de abstinencia y efectos
rebote, siendo necesario pautar tanto su consumo como el cese de éste. Es por eso que en ocasiones no
se recomienda realizar una retirada brusca de su consumo, sino una más gradual que permita que el
organismo se adapte a la nueva situación.

Sobredosis

La toma de una cantidad excesiva de antidepresivos puede conducir a una intoxicación y sobredosis,
pudiendo ésta última resultar letal. Los tricíclicos son algunos de los fármacos que han registrado casos
de este fenómeno, hecho a valorar a la hora de medicar a pacientes con ideaciones suicidas.

Crisis hipertensiva

Este tipo de efecto secundario es uno de los mayores riesgos que producen los IMAOS. Se debe a la
interacción de esta sustancia con sustancias ricas en proteínas y tiamina, elementos frecuentes en la
alimentación. Por ello es necesario un estricto control de la dieta y la realización de analíticas sanguíneas
para prevenir problemas.

Síntomas sexuales y genitales

La toma de algunos antidepresivos produce en ocasiones un descenso en la libido de quienes los toman,
disminuyendo el deseo o pudiendo provocar situaciones como la anorgasmia o la eyaculación retardada.
Esto ocurre porque el desequilibrio hormonal producido por el consumo de estas sustancias se nota
mucho en el comportamiento sexual, al ser este muy sensible a este tipo de cambios.
Somnolencia y problemas de sueño

Muchos tipos de antidepresivo provocan la aparición de somnolencia y sedación como síntoma


secundario. Otros, como los IMAO, pueden llegar a suprimir el sueño paradójico o REM, produciendo
asimismo problemas a la hora de consolidar nuevos conocimientos.

Síntomas maníacos

Algunas sustancias provocan que se pase de un estado deprimido a uno maníaco. Ejemplo de ello es el
bupropión.

Otros síntomas somáticos y gastrointestinales

La presencia de náuseas y vómitos resulta habitual con la toma de estas sustancias. así como de cefaleas
y temblores. De hecho, este tipo de síntomas son los síntomas secundarios más comunes durante el
consumo de antidepresivos, siendo generalmente leves. Muchas de estas alteraciones aparecen
inicialmente y con la aparición de tolerancia a la sustancia desaparecen.

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