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Interruptores
ocultos
en la mente
Mediante cambios epigenéticos que activan o desactivan genes,
la experiencia puede influir en las enfermedades mentales
Eric J. Nestler
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es drogadicto. (Los nombres se han cambiado para pro-
teger el anonimato.) Durante los años de juventud, trans-
curridos en Boston, ambos pasaron con éxito los ciclos
de educación media: eran buenos estudiantes y depor-
FOTOGRAFÍA DE PLAMEN PETKOV
tistas, y se llevaban bien con sus compañeros. Como muchos jóvenes, de vez
en cuando los hermanos tomaban cerveza o fumaban cigarrillos a escondidas.
También experimentaron con la marihuana. Más tarde, en la universidad, pro-
baron la cocaína. A Greg, la experiencia le desbarató la vida.
Al principio llevaba una vida normal. Asistía a clase y man- MÁS ALLÁ DE LOS GENES
tenía el contacto con sus amigos. Pero la droga se convirtió Nuestros esfuerzos por desentrañar el modo en que los factores
pronto en algo de suma importancia. Greg abandonó la escue- [f_][dj_Yei_dÑko[d[dbWi[d\[hc[ZWZ[ic[djWb[i[ij|dYed-
la y aceptó varios puestos de trabajo precarios. Raras veces tribuyendo a resolver enigmas, planteados desde hace decenios,
mantenía un empleo durante más de uno o dos meses, ya que sobre el origen genético de la adicción, la depresión, el autismo,
lo despedían por faltar al trabajo o discutir con los clientes y la esquizofrenia y otros trastornos psiquiátricos. Como la ma-
compañeros. Su comportamiento se hizo cada vez más impre- yoría de las enfermedades, las dolencias neurológicas pueden
visible, a veces violento, y fue detenido varias veces por robar heredarse: alrededor de la mitad del riesgo de adicción o depre-
para costearse la droga. Fracasó en los múltiples intentos de sión es genético, proporción superior al riesgo de padecer hi-
rehabilitarse y, a los 33 años de edad, cuando un juez le man- pertensión arterial o numerosos tipos de cáncer. Pero los genes
dó a un centro psiquiátrico para que fuera evaluado, era ya in- no lo son todo. Tal como vimos en el caso de Greg y Matt, inclu-
digente y vivía en la calle. Había sido repudiado por su familia so poseer genes idénticos no garantiza que dos individuos con-
y era prisionero de su adicción. traigan la misma enfermedad. Por el contrario, lo que desenca-
¿Qué hizo a Greg tan susceptible a la cocaína, hasta el punto dena trastornos psiquiátricos en personas con una predisposición
de que destruyera su vida? ¿Y cómo fue que su hermano gemelo, genética concreta son los estímulos ambientales, como la expo-
con quien comparte los mismos genes, se librara de tal destino? sición a drogas o al estrés, e incluso ciertos eventos molecula-
´FehgkbW[nfei_Y_dWkdWZhe]Wi_]d_ÐYWfWhWWb]kdeikdW res que se producen al azar durante el desarrollo. No existen
vida entera de adicción, mientras otros superan sus impruden- dos personas que presenten las mismas experiencias o trayec-
cias juveniles y siguen adelante llevando una vida productiva? toria de desarrollo.
;iWifh[]kdjWideieddk[lWi"f[heWbÐ`Whi[[d^WbbWp]eiZ[ Por tanto, deberíamos formularnos la siguiente pregunta:
ejhWiZ_iY_fb_dWi"beid[kheY_[djÐYei^WdYec[dpWZeWWZef- ¿Qué mecanismos determinan que esos estímulos desencade-
tar un nuevo enfoque para intentar resolverlas. Durante el úl- nen una enfermedad mental? La respuesta resulta obvia a cier-
timo decenio, los biólogos que estudian el desarrollo embriona- to nivel: la herencia y el ambiente convergen para dar forma
rio y el cáncer han descrito numerosos mecanismos molecula- a las células del cerebro. Las neuronas procesan todo lo que
res en los que el ambiente determina el comportamiento de los experimentamos (ya sea ver una película, recibir un abrazo, es-
genes sin cambiar la información que contienen. En vez de mu- nifar cocaína o preguntarnos qué hay para cenar) y comparten
jWh][d[i"[ijWiceZ_ÐYWY_ed[i[f_][dj_YWibeicWhYWdZ[jWb información unas con otras al liberar y reconocer ciertas sus-
manera que alteran su actividad, en algunos casos, durante toda tancias, los neurotransmisores. Estos estimulan o inhiben dis-
la vida. tintas neuronas, a la vez que activan o desactivan una serie de
Mi laboratorio y otros estamos descubriendo ahora indicios ][d[i$9edeY[hbei][d[igk[i[l[d_dÑk_ZeifehkdZ[j[hc_-
de que los cambios epigenéticos causados por el consumo de nado neurotransmisor nos ayudará a establecer el modo en que
Zhe]Wie[b[ijhiYhd_Yefk[Z[dceZ_ÐYWhbW\ehcW[dgk[[b una neurona responderá ante una experiencia y, en última ins-
cerebro responde a la experiencia. Esos cambios hacen que un tancia, moldeará la conducta de un individuo.
individuo reaccione con resiliencia o sucumba a la adicción, la Muchos de esos efectos son de duración breve. Por ejemplo,
depresión u otros trastornos psiquiátricos. Aunque todavía es- la exposición a la cocaína activa el centro cerebral de la recom-
tamos empezando a comprender esa interacción entre genes y pensa, lo que produce un estado de euforia transitoria. Este
ambiente, esperamos que los resultados nos permitan mejorar sentimiento se desvanece pronto y el sistema se restablece. La
los tratamientos de estas dolencias devastadoras. Incluso tal vez forma en que las drogas, el estrés u otras experiencias engen-
nos ofrezcan una nueva perspectiva sobre los mecanismos de dran efectos a largo plazo y hacen que un individuo sucumba
herencia de las enfermedades mentales. a la depresión o a la adicción representa todavía un enigma.
EN SÍNTESIS
Nuevos hallazgos indican que las ex- Los estudios con ratones demues- Los cambios epigenéticos pueden Aunque queda mucho camino por
periencias contribuyen a la enferme- ïàD´ y¨ ÈDÈy¨ my ¨Då ®¹m`D`¹´yå afectar también la conducta materna: recorrer, se espera que los nuevos
dad mental mediante la adición o eli- epigenéticas de larga duración en los las crías reproducen el comportamien- descubrimientos ayuden a mejorar
minación de señales epigenéticas en trastornos como la adicción y la de- to de la madre, aunque los cambios no el tratamiento de las enfermedades
los cromosomas. presión. se transmiten por línea germinal. mentales.
de la adicción
Algunos estudios con ratones han demostrado
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Ese cambio vuelve a los animales más sensibles
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convertirse en adictos.
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¿Qué cambia exactamente? y´D`ïÿ¹
Incluso una única dosis de cocaína puede alterar el
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una zona del centro de la recompensa. En ausencia
de droga ( a ) predominan las señales metilo, lo que
hace condensar la cromatina y silenciar sus genes.
La cocaína provoca un predominio de los grupos
D`y塀jÕùyD¹¦D´ la cromatina ( b ). Entonces se
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implicadas en la respuesta placentera a la droga.
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Baja
A B C D A B C D A B C D
Gen
Una semana después Una semana después
de haber consumido de haber consumido
droga, la actividad droga, algunos genes se
Efectos duraderos génica vuelve mantienen hiperactivos
La exposición inicial a la cocaína eleva de forma transitoria la actividad de muchos genes a la normalidad
(representado esquemáticamente por cambios en B, C y D, arriba a la izquierda), pero pronto
la actividad regresa a la línea base. No obstante, la exposición crónica produce efectos
más complejos: algunos genes se vuelven menos sensibles a la droga (A y B, arriba a la
derecha), pero esta estimula la actividad de otros a un nivel incluso superior al anterior
(C y D, abajo a la derecha). Algunos de los genes se mantienen hiperactivos durante un
A B C D A B C D
período de tiempo anormalmente largo.
la estimulación intensa al producir una onda sostenida de libe- UNA HUELLA ADICTIVA
ración de neurotransmisor. Pero a menudo los marcadores per- Los hallazgos relacionados con la adicción contribuyen a acla-
manecen activos durante meses o años, incluso a lo largo de rar el modo en que las drogas se hacen con el control del cen-
toda la vida del organismo. En la memoria, refuerzan o debili- tro de la recompensa en el cerebro. Numerosos estudios han
tan las conexiones neurales implicadas en el establecimiento de _Z[dj_ÐYWZekdYWcX_eZh|ij_Ye[dbWWYj_lWY_d]d_YWYece
los recuerdos. consecuencia del consumo de cocaína, opiáceos u otras sus-
La adición y eliminación de grupos metilo y acetilo (y otras tancias adictivas. Se observó que algunas de esas alteraciones
señales) ayudan, pues, al cerebro a responder y adaptarse a re- se mantenían incluso después de meses de abstinencia, si bien
tos ambientales y a la experiencia. Sin embargo, mi laborato- ha resultado difícil explicar los mecanismos responsables de
rio y otros estamos comprobando, en estudios con animales, esa persistencia. Dados los efectos a largo plazo que pueden
gk[[ijeifheY[iei[f_][dj_YeiX[d[ÐY_eiei\WbbWd[dbeijhWi- acarrear los cambios epigenéticos, hace unos diez años nos
tornos de adicción o depresión. En tales situaciones, una con- propusimos examinar si la cocaína podía alterar la actividad
Ð]khWY_dWbj[hWZWZ[bWii[Wb[iWYj_lWWdi_WiYecfkbi_lWi"_d- Z[bei][d[iZ[bY[djheY[h[XhWbZ[bWh[Yecf[diWWbceZ_Ð-
duce sentimientos de indefensión o predispone al animal a una car sus marcadores epigenéticos. Igual que en los humanos,
conducta inadaptada. El examen del tejido cerebral humano la cocaína causa una fuerte adicción en los animales, por lo
en la autopsia sugiere que el mismo fenómeno podría darse en que su efecto a largo plazo puede estudiarse con facilidad en
las personas. el laboratorio.
Mi madre y yo
§ø³¸äxäîøl¸äßxD§ąDl¸ä`¸³ßDîDäD³ßxþx§Dl¸Ôøx§DxÇx- ben los cuidados de una madre relajada y atenta, muchos de los
³yî`DÇøxlx³øßx³§D`¸³lø`îDDîxß³DÍ`¸x
x`î¸jÔøx ßøǸäxlxäDÇDßx`xßE³j§¸Ôøxlx¥DßED§¸äD³D§xäEä
D`îùD丧¸x³x§`xßxU߸lx§D`ßDjä³D§îxßDߧDä`y§ø§Däxß³D- `D§Dl¸äÍøD³l¸xäîDä`ßDäDløßx³jäx`¸³þxßîßE³Däøþxą
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Ul¸ßj§Dä`øD§xäDøx³îD³§Däx³äU§lDlD§xäîßyäÍ3§Dä`ßDäßx`- ras nerviosas y negligentes.
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