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RECURSO DE APELACION

Sra. Jueza Electoral:

ERNESTO FELIX MARTINEZ, Abogado de la matrícula,


apoderado de la Alianza “Córdoba Cambia” (A 500), en el incidente
tramitado, con motivo de la solicitud de no oficialización del candidato a
Intendente de Córdoba, por la Alianza “Hacemos por Córdoba”, MARTIN
MIGUEL LLARYORA, fijando domicilio a los fines de la apelación en
Montevideo 674, Ciudad, ante V.S. respetuosamente comparezco y digo:

Por auto número cuatrocientos veintiséis, de fecha 4


de Abril de 2019, el Tribunal de V.S., dispuso hacer lugar al recurso de
apelación interpuesto por el Sr. Apoderado Ramiro Jesús Sánchez, de la
Alianza “Hacemos por Córdoba”, revocando el resolutorio número diez,
de la Junta Electoral Municipal, (punto II de la parte resolutiva).-

A consecuencia de esta decisión, MARTIN MIGUEL


LLARYORA, quedó habilitado para participar como candidato a
Intendente Municipal de la Ciudad de Córdoba, en los comicios del
próximo 12 de Mayo, autorización que configura el agravio a nuestra
parte, motivo de apelación, que esgrimimos, conforme lo autorizan los
arts. 16 y sets., Ley 9840.-

Se discutió y se resolvió, de modo disímil, en la Junta


Electoral Municipal de Córdoba y en el Juzgado Electoral Provincial, si el
candidato LLARYORA, cumplía con el requisito previsto por el art. 81, inc.
3 de la Carta Orgánica Municipal.-

El reclamo legal es muy simple: “Tener cuatro años de


residencia continua e inmediata anterior a la elección en el Municipio,
no causando interrupción la ausencia motivada por la prestación de
servicios a la Nación, Provincia o Municipio”.-

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A esta altura, lo que se discute y es la materia de
apelación, consiste en la antigüedad en la residencia, adjudicable a
LLARYORA, en la Ciudad de Córdoba y la falta de registración del pretenso
candidato, como elector en la Ciudad de Córdoba, extremo inicial pero
introducido por V.S., en su resolución, habilitando la discusión; el resto
carece de relevancia jurídica, a los fines recursivos.-

Para contradecir a la Junta Electoral Municipal, la


Jueza Electoral Provincial, se permite interpretar la manda categórica del
art. 81, inc. 3, de la Carta Orgánica Municipal, en intelección, por lo
menos confusa.-

Afirma que no se requiere la calidad de elector, en


dicha legislación municipal y que “también aparece poco claro, cuando
habla que la residencia no se interrumpe por la prestación de servicios a
la Nación, Provincia o Municipio, toda vez que en el caso del candidato
cuestionado, ha prestado servicios a la Nación como Diputado, a la
Provincia como Vicegobernador y Ministro de Comercio e Industria y al
Municipio de San Francisco como Intendente”.-

Seguidamente, incurriendo en contradicción, el


Tribunal memora el reclamo de la Ley Provincial 9572, en su art. 48, a
saber: “La residencia exigida por la Constitución Provincial o la ley como
requisito para el desempeño de los cargos para los que se postulan los
candidatos podrá ser acreditada por cualquier medio de prueba,
excepto la testimonial, siempre que figuren inscriptos en el registro de
electores del distrito que corresponda” (el subrayado es propio).-

El Tribunal declara aplicable a la especie, el texto legal


transcripto antes y, ello está bien, por el principio de supremacía de la
legislación, pues una ley general provincial, rige y se impone, frente a una
ordenanza, carta o ley municipal.-

Entonces se afirma, al mismo tiempo, que no se


requiere la calidad de elector, según la C.O.M., -lo cual es falso de toda
falsedad, con solo leer integralmente la C.O.M. y las normas señaladas

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por las partes objetoras de la candidatura de LLARYORA-, pero se admite
que la residencia podrá ser probada, por los candidatos, siempre que
figuren inscriptos en el registro de electores del distrito que
corresponda (art. 48, Ley Provincial 9572).-

A su vez, en la página 19, de la Guía para Autoridades


Electorales, editado por el Juzgado Electoral Provincial, a propósito de la
elección del 12 de Mayo de 2019, se consigna expresamente que para
aceptar como candidato a una persona, la misma debe ser elector del
distrito, donde pretende ser elegido, difusión que se erige en un acto
propio del Juzgado Electoral.-

Resulta un hecho incontrovertido y firme, aceptado


por “Hacemos por Córdoba”, que LLARYORA no figura inscripto en el
registro de electores de la Ciudad de Córdoba.-

Si esto es así, no puede acreditar residencia por


cualquier medio de prueba.-

La Jueza Electoral Provincial definió, en el auto


atacado y en la guía, la ley aplicable al caso, y esta es tan prístina, en
orden a la inscripción en el registro de electores del distrito, -como
requisito para luego pasar a la etapa de acreditación de residencia y su
antigüedad-, que deviene inaceptable cualquier desarrollo
argumentativo ulterior, para saltearse la ley.-

Directamente, el Tribunal apelado, se olvida de la


norma, -que apenas antes declaró adecuada para dirimir el caso-, y pasa
a referirse a dos contratos de locación de inmuebles, en la Ciudad de
Córdoba, acercados como prueba, por el candidato objetado,
documental que la lleva a concluir, en dar por ciertos, cinco años
continuos de residencia de LLARYORA, en esta Ciudad.-

Dicho esto, y luego de transitar por citas inconexas,


apenas antes del “resuelvo”, en dos frases, se pasa de la perplejidad

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hilarante a una verdadera épica de la obsecuencia, para habilitar al
candidato del oficialismo.-

Así, habiendo asumido tres carillas antes, que para


discutir sobre residencia, hay que figurar inscripto en el padrón de
electores del distrito, pues esa es la norma que rige el asunto, en la última
foja sostiene “que el domicilio constituye solo una presunción iuris
tantum –admite prueba en contrario-, ya que el candidato puede no
figurar en el padrón municipal de esta Ciudad, no tener domicilio en la
misma en su documento de identidad, pero sí acreditar residencia como
condición del control de legalidad y requisito esencial para legitimar su
postulación”.-

¿En qué quedamos? No es que la Ley Provincial 9572,


abre la discusión sobre residencia y antigüedad, siempre que se
estuviere inscripto en el registro de electores del distrito, y esto es una
afirmación de la Jueza Electoral, al fijar el marco normativo a fin de
decidir, para, a renglón seguido, sostener “que el candidato puede no
figurar en el padrón municipal de ésta Ciudad”.-

Se puede favorecer al oficialismo, desde el ejercicio de


la judicatura, -en definitiva, algo socialmente aceptado, por resignación
republicana, atento ser postura proverbial en nuestra historia política-,
pero no es posible que un Magistrado incursione en el ridículo,
generando asombro y dando risa, cuando se afirman dos cosas distintas,
con diferencia de renglones, para asesinar la seguridad jurídica.-

Por favor, que aquello que suena gracioso, -si bien


esencialmente trágico-, de “que así como te digo una cosa, te digo la
otra”, quede para la dirigencia política, pues si, en la línea de la Jueza
apelada, se hace carne en la Magistratura, estamos perdidos como
Estado de Derecho.-

Y el gozoso sometimiento a la coyunda del oficialismo,


es actitud confesa: “serán finalmente los electores del municipio de la

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Ciudad de Córdoba quienes con su voto decidan el destino de sus
habitantes”.-

Nadie acudió a los Tribunales de la Constitución y la


Ley a escuchar obviedades de candidatos en campaña, sino simplemente
a peticionar que el proceso electoral se adecue a derecho.-

Al transformar el Juzgado Electoral en una tribuna


política, donde la ley no importa, -pues, de cualquier manera, al final el
pueblo dictaminará-, se subvierte todo el orden jurídico.-

Precisamente, las leyes electorales se dictan para ser


cumplidas y originar el marco normativo democrático, antes que el
pueblo vote.-

En esta locura conceptual, de servilismo a vuelapluma,


se prohíja directamente la sustitución de la ley por fallos populares en las
urnas; nunca se había llegado a tanto, pero no lo descartamos, cuando
pronto se sostenga que las urnas, si les son favorables, absuelven a los
imputados de delitos contra la administración pública, y el auto
impugnado, bien que camina por esa ruta.-

Pero, para ir directamente al grano, en el punto que


dirime la cuestión, consistente en la antigüedad de la residencia de
LLARYORA en la Ciudad de Córdoba, vamos a cuestiones objetivas
legales, no enervables por instrumento privado alguno.-

El día 10 de Diciembre de 2011, y por el período de


cuatro años que culminaba el 10 de Diciembre de 2015, MARTIN MIGUEL
LLARYORA, asumió como Intendente Municipal de la Ciudad de San
Francisco, cumpliendo con el mandato popular, consecuencia del
comicio local.-

Fue electo Intendente, en el marco de la Ley Orgánica


de Municipios y Comunas Nro. 8102, ya que San Francisco no cuenta con
Carta Orgánica Municipal.-

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Para ello LLARYORA, debió cumplir con los requisitos
exigidos por la Ley 8102 (arts. 15, 16, 40 y cncds.).-

A diciembre de 2011, LLARYORA era elector en San


Francisco, con una residencia inmediata y continua de dos años en tal
Municipio.-

Por imperio del art. 45 de la Ley 8102, el Intendente


tiene que estar presente en su Ciudad, durante el ejercicio del mandato.
Ello se deriva, de la previsión expresa de la norma citada y titulada
como “AUSENCIA”, la cual reza: “El Intendente no podrá ausentarse del
Municipio por más de diez días hábiles, sin previa autorización del
Concejo Deliberante”.-

El sentido de la ley exige la presencia, que es lo mismo


que residencia, salvo ausencia autorizada por el Concejo, algo que nada
tiene que ver con la acefalía temporaria.-

En el año 2013, (las fechas constan todas en el


expediente, por eso resumimos), LLARYORA asumió como Ministro de
Industria de la Provincia.-

Con motivo de tal nombramiento, no se dio un caso


de ausencia en San Francisco, sino que sobrevino la hipótesis de acefalía
temporaria, prevista en el art. 43 de la Ley Orgánica de Municipios y
Comunas Nro. 8102.-

Ante el impedimento temporario (letra de la ley),


asumió, para desempeñar las funciones del cargo de Intendente, el
Presidente del Concejo Deliberante, Ignacio García Aresca.-

Desaparecido el impedimento temporario y la


circunstancia de acefalía transitoria, en el mes de Agosto de 2015,
MARTIN MIGUEL LLARYORA, reasumió, como continuidad del mandato
popular otorgado, la Intendencia de San Francisco.-

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Y por Ley de la Provincia, el ejercicio de ese cargo,
supone presencia (art. 45, Ley 8102), realidad que se cumplió hasta el
10 de Diciembre de 2015.-

Por más simpatía que se abrigue o docilidad que venga


bien, el mundo es redondo y la tierra no es plana.-

La Ley de la Provincia dice que LLARYORA tuvo


presencia o estuvo presente en San Francisco, por algo más de tres
meses, entre Agosto y Diciembre de 2015, con lo cual, invéntese lo que
se invente, la continuidad residencial en Córdoba, desde el 12 de Mayo
de 2015 al 12 de Mayo de 2019, no existe.-

Y obligado a ahondar en divagaciones retorcidas,


LLARYORA, no fue convocado a San Francisco a prestar un servicio,
empleo o conchabo, sino que prosiguió con el mandato popular
conferido, interrumpido por una acefalía transitoria, a la cual pone fin
con su reasunción, por la Ley y el resultado del voto y no por un
contrato.-

La Municipalidad de San Francisco no lo contrató por


tres meses y días para ser Intendente, sino que para ello había sido
elegido en el año 2011, y cumplió con su mandato, en los términos de la
Ley 8102, habiendo provocado antes una situación de acefalía
transitoria, que el mismo LLARYORA resolvió, asentándose, quedándose
o residiendo en San Francisco, para ejercer como Intendente, desde
agosto a diciembre del año 2015.-

Si la Ley 8102 reclama la presencia del Intendente,


mientras ejerce su mandato, ¿Quién puede sostener, sin sonrojarse, que
se puede residir en otra Ciudad, y a la vez ser Intendente en una distinta?
¿Algún autor, algún fallo aislado, alguna interpretación, han sostenido
disparate semejante? Nadie, porque no se le puede ocurrir a nadie,
precisamente porque la ausencia es restrictiva y debe ser autorizada por
el Concejo Deliberante y la presencia es la regla.-

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Mientras se es Intendente, se está presente en el
Municipio, por imperio de la Ley 8102, y así fue, para el caso de
LLARYORA en San Francisco, desde agosto a diciembre de 2015.-

No es que LLARYORA alquilaba y vivía en Córdoba y


cumplía su mandato en San Francisco. Eso es legalmente imposible, -y
entiendo el trasfondo de la discusión propuesta por el oficialismo
provincial-, pero me cuesta asignarle seriedad jurídica, a algo tan
absurdo.-

No puede ser que, con alquilar un departamento


pocos años antes, pueda elegir la Ciudad o Comuna, donde dentro de un
tiempo, procuraré ser candidato a Intendente. No es el espíritu de la ley
y afecta el sentido común, hasta el límite del cansancio moral y el insulto
jurídico-cultural, que ocasionan estos episodios, que siempre terminan a
favor del Gobierno.-

Tiene dicho el Juzgado Electoral Provincial, auto nro.


417, del 29 de Marzo de 2019, impugnación ante la Junta Electoral de San
Carlos Minas a Lisandro Gómez, haciendo lugar a una objeción de
“Hacemos por Córdoba”, que por residencia debe entenderse el lugar,
en el cual la persona tiene su actividad ordinaria.-

Si ese es el concepto del Juzgado Electoral, excepto


que prime, -reiterando la boutade-, por favorecimiento descarado,
aquello de “que así como te digo una cosa, te digo la otra” (Pepe Mujica
dixit), ¿CUAL ERA LA ACTIVIDAD ORDINARIA DE MARTIN MIGUEL
LLARYORA, ENTRE AGOSTO Y DICIEMBRE DE 2015?: SER INTENDENTE
DE SAN FRANCISCO, CON LO CUAL, PARA EL JUZGADO ELECTORAL, ESTA
CIUDAD DEBIA SER LA RESIDENCIA DE LLARYORA, DE MANTENERSE LA
COHERENCIA Y RESPETARSE LA SEGURIDAD JURIDICA.-

La disonancia, entre lo dicho el 29 de Marzo, para San


Carlos Minas, y lo sostenido el 3 de Abril para la Ciudad de Córdoba, si
bien alarmante por su arbitrariedad, es perfectamente explicable y ya lo

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hemos asumido: La Sra. Jueza Electoral mantendrá su invicto, fallando a
favor del Gobierno, hasta el fin de su acerada carrera judicial.-

Pero, procurando siempre una instancia judicial


superior, con apego a la legalidad, nunca nos rendiremos, -ante un país
al margen de la ley-, para no cimentar con silencios, la anomia
pregonada, en su hora, por Carlos Nino.-

Esa anomia, (total, al fin, el pueblo votará como crea),


nos mueve a afrontar, una vez más y nunca será la última, la empresa de
apelar, por ante la Cámara Contencioso-Administrativa, la resolución del
Tribunal Electoral, que habilita la candidatura de MARTIN MIGUEL
LLARYORA, propiciando que la Alzada declare que, la residencia de tal
candidato en la Ciudad de Córdoba, no reviste cuatro años de antigüedad
continua, al haberse interrumpido entre agosto y diciembre de 2015,
cuando reasumió como Intendente de San Francisco, con lo cual la
postulación no puede ser oficializada, debiéndose confirmar lo resuelto
por la Junta Electoral Municipal.-

RESERVA DEL CASO FEDERAL:

Se reitera la reserva de ocurrir, conforme lo previsto


por el art. 14 de la Ley 48, por ante la Corte Suprema de Justicia de la
Nación, al poner en juego, la resolución impugnada, las exigencias
constitucionales de resguardo a la autonomía municipal y al debido
proceso electoral.-

Por lo expuesto, a V.S. PEDIMOS:

Tenga por presentado, en tiempo y forma, el recurso


de apelación desarrollado precedentemente.-

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Eleve las actuaciones ante la Alzada, para que en tal
sede, se proceda a revocar el Auto de V.S. y declarar la no oficialización,
de la candidatura a Intendente Municipal, de MARTIN MIGUEL
LLARYORA.-

Proveer de conformidad, teniendo presente lo


manifestado, SERA JUSTICIA.-

Ernesto Félix Martínez

MP 1-21728

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