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Psicodinamia

Psic. Diego Felipe Lucero López

Este documento tiene la finalidad de profundizar la información referente a la ponencia de


Psicodinamia. Para ello, se ha dispuesto de explicar los términos de la manera más clara posible y
a través de un ejercicio práctico que busca aplicar dichos conocimientos y comprenderlos más
nítidamente.

Noción de Psicodinamia

Primero que nada el término proviene de elementos teóricos provistos por Freud. Freud,
médico vienés, después de un largo periodo de investigaciones científicas relacionadas con la
medicina y especialmente con la neurología, empezó a interesarse por las enfermedades mentales
y específicamente por la histeria, la cual en ese tiempo era considerada una enfermedad mental
que prácticamente se le desconocía su etiología. La enfermedad se caracterizaba por parálisis de
las extremidades, pérdida de conciencia, dificultades en el sueño, convulsiones, dificultades
gastrointestinales con ausencia de signos orgánicos, repugnancias y aletargamiento en vigilia
principalmente.

En su afán por descubrir su etiología y adquirir renombre, Freud se relaciona con dos
médicos importantes de la época, con el Dr. Jean-Martin Charcot y el Dr. José Breuer.

Charcot fue un médico francés quien instrumentó y evaluó el método de la hipnosis y la


aplicó en pacientes con histeria. En uno de los salones del Hospital de la Salpetriere, impartía
clases y exponía demostraciones en las cuales, hipnotizando a los pacientes podía ordenarles que
tuvieran una parálisis parecida a la que presentaban los pacientes histéricos, de igual manera,
proponía que ordenarles dejarlos en estado hipnótico podían mitigarlos.

En 1880, Freud se une con Breuer, un reconocido médico vienés que conoce el método de
la hipnosis aplicado por Charcot y juntos llevan a cabo un proceso terapéutico con Anna O.,
paciente que Breuer había diagnósticado con histeria debido a que presentaba síntomas sin
presentar alteraciones orgánicas, entre ellos se encontraban: parálisis rígida de brazo y pierna
derecho, incapacidad para beber agua, disminución progresiva de la capacidad de expresión,
estados de ausencia, etc. (Mandolini, 1992).

Después de un largo tratamiento observaron que muchos de los síntomas provenían de


recuerdos que no accedían a la consciencia. Por ejemplo, al hipnotizar a la paciente, ella recordó
que cuando era niña un perro había lamido el vaso donde ella tomaba agua y esto le había
generado repugnancia. Breuer y freud descubrieron que próximo a ese suceso es que había
desarrollado su incapacidad para tomar agua y concluyeron que fue éste suceso el cual lo
desarrolló. Después de hacerle recordar en estado consciente de lo que le había sucedido cuando
era niña se percataron que Anna se atrevía a tomar agua con mayor facilidad y así sucedía con la
mayoría de los síntomas que presentaba cuando le decían el origen de ellos (Freud, 2004).
A partir de la información recopilada a través de varios casos publicaron “Estudios sobre la
histeria” donde proponían el método catártico para curar la hipnosis, el cual consistía en hacerle
recordar a la persona aquello que había olvidado para curarla, evocando así también toda
emoción que ese recuerdo contenía. Sin embargo, dicha publicación, no contenía la división
fundamental que Freud otorgaría a la psique o mente humana por diferencias conceptuales con
Breuer.

En 1899 Freud, publica “La interpretación de los sueños” y en ella plasma su modelo
hipotético de la división de la mente humana. La psique humana, se divide para Freud en tres
elementos básicos: inconsciente, preconsciente y consiente, ésta estructura se le conoce con el
nombre de aparato psíquico (Freud, 2004).

En el inconsciente se van almacenar todos esos recuerdos que son dolorosos o que nos
producen angustia, en el caso de Anna O. lo que le produce angustia y estaba reprimido era que
bebió de un vaso que había sido lamido por un perro. El inconsciente está constituido entonces
como un saber no sabido, un saber que ha llegado ahí, a un estado de desconocimiento gracias a
que lo hemos reprimido. El estado preconsciente es la estructura en la cual aquello que hemos
reprimido ha sido simbolizado y aparecido de manera espontánea, sin llegar a mantenerse
permanentemente como es el caso de los sueños. La consciencia es la estructura en la cual van a
aparecer la influencia de esas simbolizaciones y contenidos reprimidos, ella va a mostrar una
representación permanente de lo reprimido, ésta representación tiene como base toda la
asociación de símbolos y recuerdos almacenado en el inconsciente, el caso de Anna O. esa
representación era su incapacidad para tomar agua.

Ahora bien, aquello que se encuentra fuera de la consciencia es el contenido latente de la


información que poseemos, es decir, aquello que está ahí dentro de nosotros y puede aparecer en
cualquier momento. Aquello que expresamos es el contenido manifiesto, claro, evidente de esa
información, es aquello que logra avanzar y expresarse a través de la consciencia.

Cada elemento del aparato psíquico tiene sus propios rasgos para manejar la información.
El inconsciente tiene ausencia de cronología, esto explicaría porque algo que había sucedido desde
que era tan solo una niña Anna O. actuaba en su psique siendo adulta. No posee contradicción,
puede tener en una sola imagen o recuerdo una ambivalencia de emociones, por ejemplo, una
adolescente que le molesta mucho un chico la esté molestando pero dentro de sí lo quiere mucho
y termina casándose con él cuando son adultos. Por último, podemos afirmar que predomina el
principio del placer, lo que significa que siempre busca satisfacerse sin límites. Los recuerdos en
este elemento del aparato psíquico se le denominan imágenes.

En el preconsciente hay una organización secuencial de escenas aunque algunas veces está
organización temporal no es coherente. Hay símbolos que son imágenes inconscientes asociadas a
una representación de la realidad y que están contenidas en un solo objeto o acto.

La consciencia es un órgano perceptual que nos informa de la realidad y actualiza la


información inconsciente por medio de ella. A la vez trata de coordinar el principio de realidad con
el principio de placer. En ella actúan las representaciones o escenas. Cada representación acumula
y organiza un conjunto de imágenes inconscientes por alguna asociación. Por ejemplo, una amiga
me comento de alguna ocasión en que todo se le junto cuando acababa de terminar con su novio,
perdió su cartera en la tarde y por ende su dinero, y sus identificaciones, sus llaves se le cayeron
en el micro, y para acabarla se le habían quedado las llaves dentro de su casa. En el lugar en el que
se encontraba solamente podía acudir a una persona, esa persona era su novio. Toda la escena es
la representación de varios sucesos asociados a una sola meta, acudir y estar con su novio.

Queda una pregunta con Anna O. y es ¿porque algunas personas como Anna O.
desarrollan incapacidad para tomar agua de un vaso lamido por un perro mientras otras no?
Tratando de determinar la forma en la que se constituyen ó se desarrollan éstas tres estructuras
psíquicas Freud hace una segunda división de la psique humana, y la divide en ello, yo y superyó.
Esta división le servirá para responder la pregunta.

El ello, es la energía vital con lo que nacemos, aquí se ubica el temperamento, ya que hay
quienes nacen con mucho ímpetu, es decir, un temperamento colérico, y otros que son muy
calmados inclusive apáticos con baja visión del futuro como los de temperamento melancólico. El
ello, nos lleva a buscar el placer desde el inicio de nuestra vida, es la fuerza motivadora, son los
instintos innatos y busca satisfacer todo a pesar de entrar en contradicciones ó impedimentos. Al
ello no le va a importar que una persona la odiemos y la amemos, va a tratar de satisfacer ambos
y entonces le va a frustrar su vida porque lo ama, como Helga Pataki de Oye Arnold ó simplemente
va a sentir una pasión al verlo ó estar con él, de hecho una definición de pasión es amor y odio al
mismo tiempo. El ello siempre va a buscar satisfacerse y es responsabilidad del yo controlarlo en
base al superyó.

El superyó es la instancia psíquica que se encarga de almacenar y recuperar información


procedente a las reglas y principios morales. Cuando la persona busca inhibir parte de sus
impulsos ó instintos recurre a la información del superyó para tratar de prever consecuencias y
limitar esos instintos en base a ellas, las personas tienden a almacenar esta información cuando la
asimilan de su medio circundante con el que usualmente conviven.

El “Yo” es la instancia coordinadora del ello y el superyó, es la expresión de la convivencia


entre éstas instancias. El “Yo” es la personalidad, es lo manifiesto de todo eso latente que se está
moviendo dentro de la psique del sujeto. Es el cargado de dominar al ello o dejarlo fluir de
acuerdo a las circunstancias en las que se encuentre el sujeto, es decir, de acuerdo a su realidad.

Los actos fallidos y los mecanismos de defensa

Las expresiones nítidas de este juego en el cual se encuentran nuestras instancias


psíquicas son los actos fallidos y los mecanismos de defensa. Los actos fallidos son la expresión
nuestro ello y los mecanismos de defensa son los propios de nuestro superyó. Mientras que los
actos fallidos liberan la energía y causan satisfacción encubierta, los mecanismos de defensa
liberan de la angustia (Tallaferro, 2004). Como ejemplo podremos poner a un par de amigas que se
odian por dentro pero que se hablan por fuera. En una ocasión que tuvieron que ir a una
conferencia ambas, una le dijo a la otra que le apartara su lugar, sin embargo, cuando llega se da
cuenta que a la amiga se le olvidó sin tener la intención de hacerlo, y entonces le reclama, la que
está sentada se acuerda en ese momento pero para no angustiarse le dice, no, tu no me dijiste
nada. El olvidar, seria un recuerdo fallido, que cumple su deseo de mostrarle odio, y su negación,
es el mecanismo defensa que le sirve para soportar la angustia de haberlo evidenciado.

El complejo de Edipo

Ahora bien, ¿Quién es el responsable de todo este relajo en la psique humana? Los seres
humanos con los cuales convivimos y los primeros con los cuales lo hacemos son nuestros padres y
hermanos.

El complejo de Edipo trata de explicar cómo es que se forman las instancias psíquicas a
través de la convivencia con nuestros padres. No voy a hablar de toda la complejidad del Edipo,
solo aquello que es ampliamente aportador al modelo dinámico. Algunos autores comentan que el
complejo se constituye a partir de los cuatro años (Tallaferro, 2004), otros sin embargo,
mencionan que empieza desde el momento en que nacen las personas (Mandolini, 1992).
Nosotros coincidimos con éste último, pues pensamos que desde el momento en que nace el niño
ya está interactuando afectivamente con todos sus órganos sensoriales.

La teoría psicoanalítica promulga que en el complejo Edípico se da una relación altamente


afectiva, inclusive de deseo sexual hacia el progenitor del otro sexo e identificación y competencia
con el progenitor del mismo sexo (Davidoff, 1989). El progenitor del mismo sexo limita al niño
sobre sus deseos y afectos hacia la madre y le instaura la represión que es la que origina al
superyó pues le instaura la ley suprema para la convivencia, la ley de prohibición de incesto.

Sin embargo, hay otros autores que manejan un papel menos riguroso en la función del
hombre y la mujer. Lacan menciona que el ser padre y el ser madre solamente es una función, y
por tanto, el deseo y la competencia pueden rotarse entre los diferentes géneros y personajes. Así
un tío puede actuar de padre al igual que una abuelita de madre y ambos pueden causar
emociones de competencia, identificación y amor de forma rotativa. En segundo lugar, la
represión no es sólo originada por la ley del incesto sino por cualquier clase de ley, y se transmite
de forma simbólica, por ejemplo, por medio de castigos se está enseñando lo que no se puede
hacer.

Esa interacción con la figura femenina o la figura masculina va ir marcando un


desenvolvimiento hacia esa figura. Por ejemplo, si la madre fue muy castigadora y el niño sentía
miedo hacia ella, cualquier figura que se le parezca, sea femenina o tenga rasgos de aquella le
generará temor y actuará como lo hacía con ella, en este caso con temor a ser castigado.

Al final del complejo edípico el niño sale con una estructura edípica que orientará sus
relaciones sociales ó su relación con el mundo externo. Por ejemplo, la mataviejitas se comprobó
que tenía mucho odio almacenado contra su abuela, quien la había vendido a un hombre, este
odio demarcó su relación con las demás mujeres, convirtiéndose así en luchadora de la lucha libre
y posteriormente matando a personas mayores.

Formación del síntoma

Partiendo del mismo ejemplo de la mataviejitas. Podemos ver que el contenido manifiesto
demarca un complejo, el cual es una forma de percibir y reaccionar ante el exterior. Ese contenido
que se encuentra oculto o que reprimimos puede actuar de manera consciente o inconsciente
generando como síntoma un trauma, algo demasiado doloroso, ó simplemente una forma de
relación con los demás de forma particular como en el ejemplo anterior, donde la forma de
relacionarse con las mujeres es con miedo.

Percepción

El factor de la percepción es importante porque si entendemos este proceso entendemos


como ve la persona su mundo. La percepción es una función psicológica superior que sirve para
reconocer e interpretar la realidad. Esa realidad la interpretamos en base a nuestros
conocimientos previos, en otras palabras hace uso de la memoria.

La terapia racional emotiva llama a ese evento que interpretamos como evento activador.
El evento activador despertará imágenes mentales conscientes o inconscientes, y hará
comparaciones y juicios en base a sus recuerdos, demandas y deseos, a partir de esas
comparaciones desarrollará una respuesta emocional, cognitiva o conductual. Si nosotros
conocemos bien todos esos recuerdos, demandas y deseos tenemos probabilidad de predecir un
poco la conducta, su forma de sentir y su forma de pensar, pues el sujeto en base a lo que
interpreta buscará regularse y adaptarse.

Emociones primarias y secundarias

Dentro del amplio espectro de lo que un sujeto pueda sentir podemos reconocer cuatro
emociones primarias y al menos cuatro emociones secundarias y sus posibles respuestas reflejas.
En este sentido, también podemos predecir en base a lo que regularmente siente, ya que como
siente también nos sugiere como pensará y lo que hará probablemente.

Dentro de las emociones primarias encontramos la alegría, la tristeza, el miedo y el enojo.


La alegría por si misma provee de un estado de relajación y posibilita la detección de elementos
generales de la información, es decir, la información que almacena es de tipo focal, comprende el
tema con mayor facilidad (Garrido, 2006).

Con un estado emocional de enojo o miedo, la persona se vuelve más perceptiva del
entorno y entonces percibe con mayor facilidad los detalles pero le cuesta mucho trabajo
comprender toda una situación en particular. Daniel Coleman relata de una pareja que estando
tensos y preocupados porque un asaltante estuviera en su casa tomaron una pistola y lo primero
que se movió le dispararon y lo peor vino cuando se enteraron que era su hija (Garrido, 2006).
La apatía y la menor calidad en el aprendizaje se da cuando la persona está triste, ya que
generalmente implica un pensamiento de desesperanza o visión pesimista en cuanto a las cosas.

Las emociones secundarias son aquellas que implican una o más emociones primarias ó
que implican varias situaciones o elementos en conjunto.

Inteligencia

La inteligencia es útil en muchos casos para hacer un diagnóstico diferencial. Una persona
puede no acatarse a las reglas porque no quiere, porque carece de un superó débil o simplemente
porque no tiene la capacidad de asimilar la información o las instrucciones que se le piden, o
porque no tiene su función ejecutiva de inhibición por un daño en la zona orbitofrontal del lóbulo
frontal. Es útil evaluar la inteligencia porque posibles alteraciones en procesos cognoscitivos
influencian demasiado en su forma de pensar y como ya lo vimos de actuar del sujeto.

Las mediciones en inteligencia generalmente miden las funciones psicológicas superiores,


las cuales son: lenguaje, percepción, praxia, atención y memoria. Cada una de las modalidades en
cada una son las siguientes (Smith, 2008; Peña-Casanova, 2007):

Atención:

Alternante: Capacidad de cambiar el foco de atención de un estímulo a otro.


Dividida: Capacidad para atender simultáneamente a dos o varios estímulos.
Sostenida: Capacidad para atender una actividad de manera repetida y continuada.
Focalizada: Prestar atención a un tema en general sin prestar atención en los detalles.
Sostenida: Capacidad para prestar atención a los detalles de un tema.
Memoria:

A corto plazo:
Memoria de trabajo: Es la memoria que almacena información de manera
temporal con una finalidad determinada.
Priming: Es la capacidad de registrar información cuantificable.
A largo plazo:
Semántica: Almacena información de tipo cultural y teórica, hace referencia a los
conocimientos y creencias generales del mundo y de uno mismo.
Episódica: Es la memoria autobiográfica, almacena las experiencias o
acontecimientos personalmente vividos.
Procedimental: Se manifiesta a través del aprendizaje implícito y habilidades
adquiridas.
Percepción:
Consciente: Reconocimiento e interpretación que llega a ser consciente.
Inconsciente: Reconocimiento e interpretación de la información sin ser consciente la
persona de hacerlo.
Lenguaje:

Impresivo: Principalmente la lectura y escucha.


Expresivo: Escritura y expresión oral.
Funciones ejecutivas:

Razonamiento lógico: Capacidad de secuenciar y organizar la información de acuerdo al


sentido común imperante, haciendo uso además de la planeación y verificación de la
información.
Análisis y síntesis: Deducción e inducción.
Inhibición: Capacidad de limitar los procesos automáticos e institntivos.
Abstracción: Capacidad de analizar y sintetizar la información en sistemas de categorías.
Verificación: La información es comparada con lo planeado.
Praxias:

Reflejos: Movimientos involuntarios e innatos.


Voluntarios: Son movimientos aprendidos y coordinados.
Habituales: Son movimientos automáticos.

Bibliografía:

 Freud, S. (2004). Proyecto de psicología en Sigmund Freud, Obras completas. Buenos Aires:
Amorrortu.
 Díaz, Isabel (1994). Técnicas de la entrevista psicodinámica. México: Edit. Pax.
 Tallaferro, A. (2004). Curso básico de psicoanálisis. México: Paidós
 Mandolini, R. (1992). Historia general del psicoanálisis. México: Braga.
 Smith E., Kosslyn S. (2008). Procesos cognitivos: Modelos cognitivos y bases neurales.
España: Prentice Hall.
 Davidoff, L. (1989). Introducción a la psicología. México: McGraw-Hill.
 Sarason, R. y G. (2006). Psicopatología. México: Prentice Hall.
 Shultz, D. y S. (2009). Teorías de la personalidad. México: CENGAGE learning
 Peña-Casanova, J. (2007). Neurología de la conducta y Neuropsicología. México: Edit.
Médica Panamericana.
 Bleichmar, H. (2001). Introducción al estudio de las perversiones. Buenos Aires Nueva
Visión.

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