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Hoy 24 de marzo se cumplen 43 años del golpe de estado de 1976, donde un grupo de

militares argentinos, en alianza cómplice con ciertos sectores civiles y otros militares de
la región, alentados y sostenidos económica e ideológicamente por el gobierno
norteamericano, se hicieron del poder en nuestra nación de la manera más cruenta e
ilícita que se recuerde. En pocas palabras, tomaron el gobierno de manera ilegítima y
clausurando toda posibilidad de oposición política o de libre expresión ideológica,
montaron un aparato represivo rapaz, ocultado en un escudo mediático y el temor
colectivo de la población. De esta manera clausuraron el Estado de Derecho, instaurando
una dictadura que sumió a nuestro pueblo en siete años de terror y violencia. El
avasallamiento a los derechos humanos que se llevó a cabo durante esa época,
dejó un saldo de treinta mil personas desaparecidas, cientos de niños apropiados
y despojados de su identidad, un multimillonario e inédito endeudamiento externo;
y a nuestros días, un país entero saliendo de las consecuencias que dejaron la
ignorancia, la desunión y el desprecio por lo propio.
Per retomo por un momento una palabra, "desaparecidos". Que ruido nos hace en la
cabeza cuando la escuchamos en lo cotidiano. Desapareció tal cosa de la preceptoría,
Desaparecieron las llaves del gimnasio, Desapareció la lapicera del escritorio y un sin fin
más de veces. Pero los invito, nos invito a pensar como puede sonar en nuestras vidas
la frase “No están ni vivos ni muertos, están desaparecidos”, tu hijo, tu marido, tu
hermano DESAPARECIDO.
Que no nos pase como escuchábamos en la canción y quedemos ciegos, sin ver lo que
ocurrió durante ese tiempo, ya que pensar nuestro pasado es importante, porque la
historia del país nunca está del todo resuelta, nunca hay hechos o pensamientos
totalmente borrados o totalmente grabados, sino que todas las ideas siempre están
palpitando su poder en cada uno de nosotros, en una constante lucha por definirnos. Hoy
la memoria consciente de nuestro pasado las mantiene apartadas, porque se sostiene
una creencia de que el camino que elijamos para realizar nuestro destino no puede ser
nunca impuesto por la fuerza y proclamado desde afuera, sino que tiene que ser el
resultado de nuestras deliberaciones abiertas, en el marco de nuestras leyes y a la luz
de nuestras instituciones. De otro modo la vida en sociedad carecería de todo sentido.

La dictadura miliar en la Argentina no fue un hecho que meramente pasó y se cuenta


como anécdota, sino que aún hoy 43 años después seguimos sufriendo como país las
consecuencias de aquello que se vivió. Y retomando lo que decía Agustín Ruiz de
Santayana, “Quién olvida su historia está condenado a repetirla”.

Hoy conmemoramos el Día Nacional de la Memoria, por la Verdad y la Justicia; NO


OLVIDEMOS, HAGAMOS QUE SE CONOZCA LA VERDAD Y LUCHEMOS POR LA
JUSTICIA.

Muchas gracias

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