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TEORIA DE LA PRODUCCIÓN

La teoría de la producción analiza la forma en que el productor dado "el estado del arte o la
tecnología, combina varios insumos para producir una cantidad estipulada en una forma
económicamente.

El impacto de la teoría de la producción social del espacio, que Henri Lefebvre expusiera
más de cuarenta años atrás, sobre las ciencias sociales y particularmente sobre la
arquitectura y el urbanismo no ha logrado aún ser dimensionado y se encuentra todavía
lejos de ser asimilada dentro de estos campos disciplinares. Pretendo centrarme
particularmente en las implicaciones que esta teoría tiene para la disciplina y la práctica de
la arquitectura.

De manera más bien regular, Lefebvre nos recuerda que no hay conocimiento posible sin
la crítica del conocimiento mismo, y que dicha crítica es siempre una crítica del mundo
existente. En consecuencia, su visión sobre la arquitectura y la actividad de los arquitectos
se construye sobre una crítica radical y desmitificadora, que apuntaba a exponer las raíces
materiales y objetivas de su producción bajo los requerimientos abstractos del capital,
abriendo así la posibilidad a un hábitat humano que supere ese estado de cosas,
restaurando al cuerpo humano como productor consciente de su propio espacio.

El espacio social, y la arquitectura en particular, son para Lefebvre la condición y el


resultado del intercambio orgánico (de energía y materia) entre los seres humanos y su
medio circundante. Este intercambio, el trabajo humano, es la práctica social efectiva y
constitutiva tanto de los seres humanos como de su medio. Bajo esta lógica, no es que los
seres humanos transformen la naturaleza por medio de su trabajo –como si fueran
entidades preexistentes–, sino que el acto mismo de la transformación produce a ambos
términos. Siguiendo a Hegel y Marx, para Lefebvre la actividad humana es propiamente el
ser de los humanos. Ni los seres humanos ni su medio preceden a su relación, sino que es
precisamente la modalidad material, social e histórica de dicha relación la que los constituye
en cuanto tales.

La arquitectura como medio de producción

Una de las primeras cosas que distingue el concepto de espacio introducido por Lefebvre
del resto de las ciencias –que en mayor o menor grado lo han tomado como objeto de
estudio– es su inseparabilidad con el concepto de producción: el espacio es siempre un
producto social, por lo que, paradójicamente, “el concepto de espacio no está en el espacio”
(Lefebvre, 1991, p. 299). El espacio como una abstracción vacía y homogénea, como vacío
o volumen neutral, es reemplazado por la noción de espacio social. Este carácter le da una
función fundamental dentro de la sociedad: no sólo es un producto social, sino una
condición básica para la producción misma, es “a la vez resultado y causa, producto y
productor” (Lefebvre, 1991, p. 142). Si la producción es lo que da a la idea de espacio su
significado social, la propia actividad productiva, a saber, la práctica social del trabajo, está
en el núcleo de la comprensión del espacio social: es la praxis humana la que constituye la
raíz de nuestro entorno humano objetivo. Por consiguiente, la producción posee al mismo
tiempo un sentido amplio (producción material de la vida) y uno acotado (producción de
bienes manufacturados). Siguiendo el concepto de Hegel a Marx y Engels, Lefebvre nota
cómo éste posee una mayor universalidad incluso que la noción de trabajo. Sin embargo,
al mismo tiempo, es un concepto concreto, ya que sólo tiene sentido en la medida en que
nos podemos preguntar “qué se produce” y “cómo se produce”: la producción es, entonces,
una abstracción concreta o sensible (Lefebvre 1991, p. 69; Marx 1859, p. 113). La
producción va más allá de la fabricación de bienes manufacturados, ya que incluye la
producción y reproducción de relaciones sociales

https://ordenartificial.wordpress.com/2014/06/16/la-produccion-social-de-la-arquitectura-
en-lefebvre/

Teorías y producción arquitectónica del siglo xx

HISTORIA E HISTORIOGRAFIA

En esta serie de juicios desempeña un papel preponderante el momento histórico que vive
el historiador, puesto que la historia se escribe desde los intereses del presente y con los
instrumentos y perjuicios y proyectos del presente. Por lo tanto la historia es rescrita
continuamente, y la historiografía permite la doble lectura de la materia tratada y la ideología
del momento histórico en que fue estudiada.

Problemas históricos

Son aquellos que pertenecen a la existencia misma del hecho histórico, su veracidad, su
datación, su autor, las circunstancias de producción, métodos de producción, etcétera.

Sus objetos de estudio y los instrumentos críticos, por lo tanto se obtienen textos subjetivos
y cada historiador hace la formulación de su propia versión del tema elegido.

SUBJETIVIDAD Y OBJETIVIDAD

La objetividad absoluta requeriría la existencia de una verdad única, de un punto de vista


único, lo que a su vez requeriría de un observador que no perteneciera a este mundo, pues
que todas esas circunstancias condicionan su modo de ver al mundo y por tanto su modo
de entender la arquitectura.

Este complejo haz de circunstancias producirá un particular enfoque de los problemas, una
ideología arquitectónica especifica. Éste somero enunciado confirma el carácter subjetivo
de la determinación de una escala de valores, una subjetividad que, si atiende a respetar
los aspectos básicos de la problemática enunciada, no podrá ser ni arbitraria ni caprichosa,
sino que representará una particular visión de la realidad histórica, enraizada en la realidad
misma.

ESPACIO Y PODER

Lo único que no se puede negar como absolutamente nuevo a propósito de la arquitectura


moderna es la manipulación consiente del espacio, cuya expresión (espacio arquitectónico)
se hace presente a fines del siglo XX y se define como algo inmaterial pero que tiene la
posibilidad de ser experimentado.

A lo largo de la mayor parte de la historia, el espacio ha existido en el interior de las


estructuras, fuera de ellas solo se encontraba la naturaleza, el caos. Los hombres del
renacimiento invirtieron el proceso y pudieron ver los exteriores de sus construcciones.
El espacio barroco ofrecía posibilidades infinitas, pero se trataba de una infinitud más
simbólica que real, su símbolo estaba en el obelisco que centraba la vista, en la luz que
caía sobre el altar desde una nave oscura. Pero apenas se apartaba uno del pórtico que
ordena la avenida, la entrada según el eje de la iglesia, se evaporaba toda posible relación
con el

infhttps://virginiafalconiimd.wordpress.com/teorias-y-produccion-arquitectonica-del-siglo-
xx/inito.

CONCLUCION
Podemos concluir que la la teoría de la producción analiza la forma en que el productor
dado el estado del arte o la tecnología, combina varios insumos para producir una cantidad
estipulada en una forma económicamente eficiente.
Asociado a la arquitectura podemos definir como que la teoría de la producción en el arte
es consecutiva desde un proyecto abstracto a algo real ya que se encarga de analizar
A nuestro, hay dos transformaciones ontológicas clave que nos permiten comprender la
teoría de la producción del espacio de Lefebvre, y que al mismo tiempo definen la base
epistemológica de su trabajo.
La primera tiene que ver con la ontologización marxiana de la producción humana, es decir,
una concepción de la historia en que la práctica de la producción de la vida material coincide
con la constitución de los seres humanos en cuanto tales.
La segunda, consecuencia del anterior, es que el espacio es una relación social y no
simplemente un objeto o un soporte de relaciones sociales. Bajo esta perspectiva, el
espacio sería un momento de la práctica social que es la objetivación, y su conocimiento
sería inseparable de la praxis del trabajo como el modo de ser específicamente humano.

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