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INTRODUCCION:
Los tejidos especializados del organismo necesitan funcionar en forma integrada.
La coordinación e integración de este funcionamiento se realiza gracias a dos
grandes sistemas de control: El Sistema Nervioso (SN), que mediante una red
electroquímica y de mensajeros químicos denominados neurohormonas y
neurotransmisores mantiene su conexión con los diversos tejidos, y el Sistema
Endócrino (SE), el cual lo hace únicamente mediante mensajeros químicos
denominados hormonas. Actualmente se considera que una hormona es
cualquier sustancia que liberada por una célula actúa sobre otra célula, tanto
cercana como lejana e independientemente de su origen y sin tener en cuenta la
vía empleada para su transporte, sea ésta la circulación sanguínea, el flujo
axoplasmático o el espacio intersticial.
Las señales electroquímicas del SN circulan por circuitos específicos, los nervios,
mientras que las hormonas nerviosas denominadas neurohormonas son vertidas
a la sangre o bien actúan sobre otras zonas del SNC. El hecho que hormonas
digestivas como la gastrina, secretina, el VIP, etc han sido halladas en el SN,
indican que ambos sistemas se interrelacionan en forma muy estrecha. El
conocimiento de estos hechos y el descubrimiento de gran número de péptidos
con acción hormonal dentro del SNC hacen que estén apareciendo analogías
entre ambos sistemas de control: el SN y el SE y se puede hablar con mayor
propiedad de un sistema de control neuroendócrino.
Se conoce con el nombre de acción autócrina al efecto de una hormona o
sustancia sobre la célula que la produce, mientras que el efecto parácrino es la
acción de una sustancia sobre células contiguas (Fig l).
El SE ejerce su propia regulación mediante sus efectos autócrinos y parácrinos y
mediante el paso de las hormonas que producen las glándulas a la sangre o al
líquido intersticial donde alcanzan sus órganos efectores.
Las ferohormonas son sustancias volátiles segregadas por células específicas,
que ejercen sus efectos sobre otros individuos de la misma especie. Estas
sustancias utilizan el aire para propagarse .
Las hormonas ejercen sus acciones en concentraciones extremadamente bajas
actuando como catalizadores de reacciones celulares preexistentes. Algunas
pueden actuar sobre un tejido específico, target o blanco, mientras que otras lo
hacen sobre distintos tipos celulares que poseen receptores a esa hormona. La
respuesta celular depende de la especialización de esa célula, lo cual está
programado genéticamente. Así, por ejemplo, al ser estimulada la célula tiroidea,
siempre producirá hormonas tiroideas, en cambio la corteza suprarrenal sintetizará
corticoides. Como veremos la unión de la hormona a su receptor es lo que induce
en la célula blanco los cambios metabólicos que se traducirán en el efecto
hormonal, es decir en un estímulo de la secreción en el caso de una glándula, en
crecimiento, en un cambio metabólico, etc. De acuerdo a lo expresado es posible
que una misma hormona genere distintos tipos de respuesta según la célula
especializada sobre la que actúe y que tenga el receptor capaz de reconocer la
hormona. La ingeniería genética permitió demostrar que si las células de las
glándulas suprarrenales tuvieran receptores a la TSH que estimula la glándula
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tiroidea, ésta induciría secreción de corticoides adrenales al actuar sobre la
corteza suprarrenal lo cual indica que una vez que en la célula endócrina se ponen
en marcha los mecanismos de estímulo, ésta segrega siempre el mismo tipo de
hormona para la que está programada aunque el estímulo utilizado no sea el
fisiológico.
El control de la secreción hormonal se realiza a través de sistemas cerrados
mediante circuitos de retroalimentación. Se trata de sistemas cibernéticos, que
interrelacionan la secreción hormonal de los diversos ejes. Estos sistemas de
regulación tienden a mantener los niveles hormonales en concentraciones
normales. Las alteraciones permanentes de estos mecanismos llevan a las
distintas enfermedades endócrinas.
FIGURA 1 – Acciones de las hormonas y neurotransmisores y sus interrelaciones. Las células endócrinas y
las que producen neurotransmisores liberarán por difusión hormonas (H) y neurotransmisores (N) que han
sido sintetizados mediante vesículas secretoras. Estas hormonas pueden actuar sobre la misma célula que la
produce ( acción autócrina) sin salir de ella o bien luego de ser liberadas y se unen a receptores (R) dentro y
fuera de la célula. Pueden actuar sobre las células blanco en su vencindad, incluyendo c{élulas
neurotransmisoras, sin entrar en la circulación (acción parácrina). Es posible que se dirijan a la célula blanco a
traves de la circulación (acción endócrina). Las células neurotransmisoras producen neurotransmisores que
se liberan en las terminales nerviosas. Estos neurotransmisores pueden liberarse para actuar como hormonas
por medio de las uniones sinápticas o de modo directo en las células. (Tomado de Greenspan y Baxter:
Endocrinología Básica y Clínica. El manual Moderno – México 1995)
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neurohormonas. En algunos casos estas neurohormonas sintetizadas en los
cuerpos neuronales pueden pasar directamente a la sangre ya que los axones de
las mismas terminan en capilares o próximos a ellos. Esto implica la comunicación
de una neurona con una célula secretora denominándose neurocrinia. Por otro
lado una neurona puede segregar un neurotransmisor que regula la actividad de
una neurona productora de neurohormonas. En general las neurohormonas son
controladas por este tipo de neurotransmisores o neuromoduladores, los que
estimulan o inhiben a la neurona productora de la neurohormona.
Por otro lado, las neuronas productoras de hormonas en el SN poseen receptores
a las hormonas producidas por las glándulas endócrinas, y de la interacción de
estos receptores con las hormonas periféricas y centrales surgen actividades
neuronales vinculadas no solo con el SE, sino además con el comportamiento y
actividad síquica.
Todos estos nuevos conocimientos que se han adquirido en los últimos años
avalan a la neuroendocrinología y a la siconeuroendocrinología como
especialidades médicas en franco desarrollo. Es interesante señalar que existen
interrelaciones regulatorias entre el S. Inmunológico, que también segrega
hormonas, y el neuroendócrino que han sido la base fundamental para considerar
a la sicoinmunoneuroendocrinología como especialidad con jerarquía médica
independiente. Hoy en día se considera enfermedades endócrinas clásicas como
la diabetes, el hipertiroidismo, tumores hipofisarios, etc, como alteraciones
siconeuroinmunoendocrinológicas.
El concepto de la glándula endócrina como lugar único de formación de hormonas
no es exacto ya que existen numerosos tejidos capaces de sintetizar hormonas.
Sin embargo las glándulas endócrinas clásicas (Ver Tabla l) disponen en mayor
medida de la maquinaria para la biosíntesis, transformación y liberación de
hormonas.
Las hormonas segregadas por órganos no considerados "clásicamente" como
órganos endócrinos, tienen fundamental importancia en fisiología (tabla 2), como
en el aparato digestivo, donde las hormonas digestivas regulan el funcionamiento
del tracto gastrointestinal, las interleuquinas producidas por el sistema inmunitario
de la sangre y de otros tejidos, entre los que se encuentra el SNC, tienen un papel
fundamental en los procesos inmunitarios, en la síntesis, acción y liberación de
hormonas.
GLANDULA HORMONAS
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TIROIDES TIROXINA (T4), TRIIODOTIRONINA (T3),
CALCITONINA
PARATIROIDES PARATOHORMONA (PTH)
ADRENAL CORTEZA CORTISOL, ALDOSTERONA,
DEHIDROEPIANDROSTERONA,
ANDROSTENEDIONA
TESTOSTERONA, ANDROSTENEDIONA,
TESTICULO ESTRADIOL, SUSTANCIA INHIBIDORA
MULLERIANA
PLACENTA GONADOTROFINA CORIONICA (HCG),
PROLACTINA, ESTROGENOS, PROGESTERONA,
LACTOGENO PLACENTARIA
PANCREAS INSULINA, GLUCAGON, SOMATOSTATINA,
POLIPEPTIDO PANCREATICO, GASTRINA,
PEPTIDO INTESTINAL VASOACTIVO (VIP)
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distintos puntos y la aromatización en los anillos les confiere actividades biológicas
específicas.
3.-Derivados de los ácidos grasos: dentro de este grupo se incluyen los
eicosanoides (prostaglandinas, tromboxanos y leucotrienos) sustancias que si bien
su inclusión como hormonas tiene algunas limitaciones, hoy en día no queda duda
que son intermediarios en la acción de las hormonas. Son compuestos derivados
de los ácidos grasos polisaturados. Entre estos está el ácido araquidónico que es
el precursor más importante y abundante en los seres humanos. Estas sustancias
son producidas por la mayoría de las células y se liberan en la circulación con muy
poco almacenamiento. Se eliminan con rapidez de la sangre y se cree que actúan
fundamentalmente con un efecto autócrino o parácrino. Su mecanismno de acción
es similar a la de las hormonas que ejercen su efecto sobre receptores ubicados
en la membrana de la célula. La síntesis de eicosanoides con frecuencia se
estimula en respuesta a hormonas, así estas moléculas son mediadoras de la
acción hormonal. Por ejemplo, los cambios en la síntesis de prostaglandinas
constituyen una característica común de hormonas que actúan sobre el riñón. Los
eicosanoides pueden regular también la liberación y las acciones hormonales. Por
ejemplo, los compuestos de PGE inhiben la liberación de la STH, de prolactina y
de NA de las terminaciones nerviosas presinápticas simpáticas.
Los eicosanoides afectan en esencia, todo tipo de célula, incluyendo efectos sobre
la homeostasis, la contracción del músculo liso, la movilización de iones de Ca, la
función renal y reproductora así como la inflamación y las respuestas inmunitarias
vasculares de vías respiratoria e intestino.
Figura 2
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4.- Péptidos: en general, una proteína progenitora de alto PM origina varias
hormonas peptídicas de menor PM y de acciones diferentes, sugiriendo orígenes
filogenéticos comunes (fig 2). Con respecto a los péptidos con acción hormonal
cada vez se van conociendo mayores cantidades de distintos orígenes y tamaños.
Como ejemplo se podrían citar desde la "hormona hipotalámica liberadora de
tirotrofina" que es un tripéptido, hasta el "factor de crecimiento Insulina símil" que
posee 70 aa. Entre estos péptidos se encuentran las hormonas hipotalámicas,
vasopresina y ocitocina, la adrenocorticotrofina de la anterohipófisis, la hormona
melanocito estimulante de la hipófisis, el glucagón del páncreas, la gastrina, la
secretina del tracto gastrointestinal y la calcitonina de la tiroides.
5.- Proteínas: son hormonas de alto PM como la insulina del páncreas, la
hormona paratiroidea, la hormona de crecimiento, la prolactina, la folículo
estimulante (FSH), la luteinizante (LH), la tirotrofina (TSH), de la hipófisis anterior,
las citoquinas que son las hormonas del Sistema inmunitario sanguíneo y tisular.
Desde el punto de vista funcional las hormonas se pueden clasificar en:
Neurosecretoras: son neurohormonas que actúan estimulando o inhibiendo a
otras hormonas (las hipofisarias por ej.) o una función (metabolismo del agua).
Comprenden las hormonas inhibidoras y estimulantes del hipotálamo y las
hormonas de la neurohipófisis. El sitio de producción está en general separado del
lugar donde ejercen sus efectos principales.
Tróficas o trofinas: son hormonas producidas por la hipófisis anterior y la
placenta. Su función es la de mantener el trofismo de glándulas de secreción
interna que a su vez segregan otras hormonas que pueden ser esteroideas,
aminas o derivados de aa. Así por ejemplo la TSH de la hipófisis mantiene el
trofismo y la secreción de la tiroides, la LH y FSH denominadas gonadotrofinas
mantienen el funcionamiento de las glándulas sexuales que a su vez segregan
esteroides, etc. Estas hormonas en general actúan a distancia, no obstante se
autorregulan por efecto autócrino y parácrino.
Glandulares: son producidas por las glándulas de secreción interna clásicas como
la suprarrenal, gónadas, paratiroides, tiroides, páncreas, timo etc. Los sitios de
acción y de producción en general están separados.
Tisulares: son las producidas por tejidos que no están agrupados como glándulas
endócrinas. El ejemplo más típico son las hormonas que produce el tracto
gastrointestinal. Es interesante señalar que practicamente cualquier tejido puede
segregar sustancia con actividad hormonal, como por ejemplo, la piel que segrega
los factores epidérmicos, el corazón que segrega el péptido natriurético, la célula
de la sangre y otros tejidos que segregan las citoquinas, etc. Además los tejidos y
la sangre segregan sustancias mediadoras que inducen la secreción hormonal o
bien son productos intermediarios en la formación o acción de las hormonas como
las prostaglandinas (que media en diferentes tejidos la acción de las hormonas), la
serotonina (precursor de la melatonina), la angiotensina (precursor de la
aldosterona), etc.
Según la velocidad y duración de la respuesta que producen, las hormonas
pueden dividirse en hormonas de respuesta rápida y de corta duración (segundos
o minutos) y de respuesta lenta y persistente (horas y días). Entre las primeras se
encuentra la adrenalina, prostaglandinas, hormonas hipotalámicas, insulina,
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glucagón, hormona paratiroidea, calcitonina, hormonas gastrointestinales. Al
segundo grupo pertenecen las hormonas tiroideas, las esteroideas, la hormona de
crecimiento, las gonadotrofinas, etc.
Según la naturaleza la respuesta metabólica que provocan se puede distinguir
entre hormonas catabólicas (catecolaminas, glucagón, glucocorticoides, etc) y las
anabólicas (insulina, STH, etc).
Una importante característica de las hormonas es que pueden ejercer distintos
efectos en diferentes tejidos; además una determinada función puede ser regulada
por varias hormonas. Como ejemplo del primer caso citaremos el estradiol,
(hormona producida por el ovario), que actúa sobre el mismo folículo ovárico para
promover el crecimiento de la célula de la granulosa, sobre el útero para estimular
su crecimiento, sobre la glándula mamaria produciendo su desarrollo, sobre el
hueso a nivel de los cartílagos de conjunción, sobre la distribución del tejido
adiposo, etc.
Un ejemplo de la función regulada por varias hormonas es la liberación de los
ácidos grasos del tejido adiposo o lipólisis. Entre las hormonas que regulan la
lipólisis figuran las catecolaminas, el glucagón, la secretina, la prolactina, una
betalipoproteína estimulante de la lipólisis, la hormona de crecimiento, etc.
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factores específicos de crecimiento tisular, como" factor de crecimiento nervioso".
Las hormonas son importantes para el crecimiento de varios tipos celulares.
Ejemplos importantes son las acciones de los factores tróficos que regulan el
crecimiento de las glándulas endócrinas; por ej las acciones de la ACTH
(adrenocorticotrofina), angiotensina II, la TSH, la LH y la FSH en el crecimiento de
las glándulas suprarrenales, tiroides, testículo y ovario respectivamente. Además,
hormonas peptídicas como la somatotrofina, los factores de crecimiento (IGF-1 e
IGF-2) estimulan directamente el crecimiento lineal y la proliferación celular en
otros tejidos. Otros péptidos como el "factor de crecimiento fibroblástico", el "factor
de crecimiento derivado de las plaquetas" y "factores transformantes de
crecimiento alfa y beta", constituyen factores de crecimiento para diversos tejidos y
glándulas endócrinas.
Las hormonas tiroideas pueden inhibir o estimular el crecimiento tisular. Por
ejemplo, los glucocorticoides son de origen corticoadrenal, inhiben el crecimiento
de varios tipos celulares e incluso destruyen algunos tipos de leucocitos, mientras
que el estradiol, testosterona y DHT, pueden estimular el tejido mamario y
prostático respectivamente y ser el causante del desarrollo de tumores en estas
estructuras. Por esto, los inhibidores de la acción de los estrógenos y testosterona
se utilizan actualmente en el tratamiento de los cánceres de mama y de próstata.
Por otro lado los cánceres tiroideos pueden estar vinculados con la secreción de
TSH.
Efecto sobre el SNC: Las hormonas pueden actuar como neurotransmisores y los
neurotransmisores como hormonas regulando el SE. Por otro lado, la actividad de
los neurotransmisores en el SNC es regulada por la actividad hormonal. Las
hormonas regulan además otras funciones del SN como la conducta, apetito,
memoria, actividad sexual, etc.
Efecto sobre el metabolismo. Las hormonas regulan el metabolismo de las
principales sustancias químicas como son los H. de C., lípidos, proteínas, ácidos
nucleicos, etc.
Es importante señalar, el efecto de las principales hormonas pancreáticas,
(insulina y glucagón) sobre el matabolismo hidrocarbonado y la participación de
estas hormonas en el desarrollo de la diabetes, enfermedad caracterizada por un
incremento de los niveles de H de C en sangre.
La actividad de la mayoría de las enzimas que regulan el metabolismo intermedio
está regulada por hormonas.
Efecto sobre mantenimiento constante del medio interno. Implica el control del
volumen extracelular, la presión sanguínea, la composición electrolítica del
plasma, los niveles tisulares de electrolitos, etc. Una gran cantidad de hormonas
actúan sobre estos parámetros de conservación de la estabilidad del medio
interno. Por ej, la vasopresina u hormona antidiurética controla la eliminación de
agua por el riñón, la aldosterona la excreción de Na y K, y por ende participan en
la regulación del medio interno. Las concentraciones de Ca y P son controladas
por la paratohormona, etc
Efecto de las funciones del esqueleto. El hueso está en continuo proceso de
remodelación y esto es posible debido a la existencia de un control hormonal y de
otros factores. Estos efectos son controlados por la IGF-1, la paratohormona, la Vit
D etc. Además otras hormonas actúan sobre estos procesos como los esteroides
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sexuales y los glucocorticoides. La osteoporosis, enfermedad de la mujer
menopáusica se debe a la falta de estrógeno en este período de la vida.
Efecto sobre la funciones inmunitarias. En los últimos años se ha demostrado
que existe una amplia regulación del sistema inmunitario por parte de las
hormonas y viceversa. Los glucocorticoides y esteroides sexuales son las
hormonas cuyos efectos inmunitarios son mejor conocidos. Existen evidencias que
la hormona tiroidea, la hormona de crecimiento, las catecolaminas, la prolactina y
otras hormonas, influyen en las funciones inmunitarias o inflamatorias.
El principal tipo hormonal que afecta las citoquinas, las hormonas del sistema
inmunitario, son los glucocorticoides que a grandes dosis pueden inhibir las
funciones inmunitarias e inflamatorias.
Cuando se realizan transplantes de órganos es fundamental inhibir todos los
procesos inmunológicos que llevan al rechazo del órgano extraño. Esto se
combate con la administración de grandes cantidades de glucorticoides los cuales
al deprimir estos procesos inmunológicos vinculados al rechazo ponen al
organismo en una extremada vulnerabilidad ante agentes patógenos productores
de enfermedades por lo cual estos individuos deben estar aislados del medio
ambiente
Durante el estrés existe una importante liberación de glucocorticoides, lo cual lleva
al organismo a ser más susceptible a adquirir enfermedades por disminución de su
capacidad inmunológica. Este hecho es de trascendental importancia, ya que
enfermedades graves como el cáncer, la diabetes, las úlceras gastroduodenales,
el infarto de miocardio, etc. Están vinculadas con situaciones de estrés. El estudio
de estas interrrelaciones ha dado origen a una nueva especialidad médica,
interdisciplinaria denominada siconeuroinmunoendocrinología.
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Por otra parte, todos los mecanismos están interrelacionados. Por ejemplo, la
modificación en la permeabilidad de la membrana puede determinar el ingreso a la
célula de sustancias con capacidad para modular la actividad de enzimas o la
síntesis nuclear de ARNm. Además un efecto directo sobre enzimas puede
producir cambios en la disponibilidad de sustratos para el funcionamiento de otras
vías metabólicas o afectar procesos de síntesis de proteínas o de transporte de
membrana.
Estas interconexiones entre los efectos hace difícil conocer cual es la acción
primaria de una hormona.
SÍNTESIS DE HORMONAS:
Las hormonas proteicas son sintetizadas en el RE. Como todas las proteínas, la
secuencia de aa de la hormona está determinada por el ARNm que proviene del
núcleo y que ha sido codificado genéticamente por el ADN.
La síntesis de hormonas peptídicas se regula a través de modificaciones en la
velocidad de transcripción del ARNm. En general, la traducción del mensaje
genético produce la síntesis ribosomal de precursores proteicos de alto PM,
denominado pre-prohormona o prohormona. Estos precursores tienen en su
molécula otros péptidos, además de la hormona, que están ubicados al final de
ésta o bien intercalados en forma de puente entre 2 moléculas de la hormona. La
pre-prohormona migra de los ribosomas al aparato de Golgi donde es almacenada
en forma de gránulos de secreción que contienen la molécula activa. Los gránulos
son vertidos al torrente circulatorio por el mecanismo de exocitosis. La salida de
los gránulos de secreción implica, además, la liberación de los productos
accesorios de la hormona, que constituían la prohormona, así como las enzimas
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responsables del clivaje de la proteína. La salida de gránulos de secreción de las
células va precedida de un incremento del Ca intracelular y del APMc u otro
segundo mensajero involucrado en el mecanismo de la secreción hormonal.
Las hormonas esteroideas y aminas se originan de una molécula precursora,
colesterol y tirosina respectivamente, que llega a la glándula totalmente (tirosina) o
parcialmente (colesterol) a través de la sangre. Una vez dentro de la glándula
endócrina este precursor está sujeto a la acción de enzimas que promueven la
formación de varios productos intermediarios de la hormona que pueden tener
actividad hormonal.
En contraste con las hormonas proteicas, las hormonas esteroideas no son
acumuladas en la célula en forma de gránulos, ya que atraviesan fácilmente la
membrana celular saliendo al exterior a medida que se producen.
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esta vesícula la hormona se disocia del receptor. El endosoma puede unirse al
lisosoma situación en la que la hormona y el receptor son degradados. Este
mecanismo contribuye a la regulación negativa o en menos de la acción de las
hormonas. Sin embargo el endosoma puede volver a la superficie celular y
fundirse con ella, con lo que hacen volver el complejo hormona-receptor a la
superficie celular.
b) Hormonas esteroideas y vitamina D: Las hormonas esteroides hidrofóbicas y la
Vit D son filtradas por el riñón. Por ejemplo, el 1% del cortisol producido
termina en la orina. Estos compuestos se metabolizan hasta convertirse en
moléculas inactivas y formas más solubles en agua que se eliminan con mayor
efectividad. La fracción del esteroide libre es la que se inactiva. Las
inactivaciones se logran al convertir los grupos hidroxilos en grupo ceto, al
reducir los dobles enlaces y al conjugar los esteroides con grupos sulfatos y
glucurónido. Se han descripto más de 50 diferentes metabolitos de los
esteroides.
c) Hormonas tiroideas: Las vidas medias de T4 ( siete días) y de T3 ( 24hs) son
más largas que para la mayoría de las hormonas. La diferencia entre las dos
hormonas tiroideas se debe a la diferente afinidad por la proteína
transportadora (TBG). Estas hormonas se degradan a formas inactivas
mediante desyodinasas microsomales.
d) Catecolaminas: Estos compuestos se eliminan con rapidez y tienen vida media
de 1 a 2 minutos. La eliminación ocurre principalmente por recaptación celular
y metabolismo y sólo el 2 a 3 % de la noradrenalina que está en la sangre se
excreta en la orina. Más aún una cantidad significativa de metabolitos de
catecolaminas en circulación refleja catecolaminas cuya degradación ocurrió
dentro de las terminaciones neuronales adrenérgicas, punto de importancia
para determinar datos clínicos.
e) Prostaglandinas: Las prostaglandinas son metabolizadas con rapidez, en
segundos, por enzimas de amplia distribución. La oxidación del grupo 15-
hidroxilo que inactiva a la molécula, es prominente en el metabolismo. Otras
reacciones subsecuentes abarcan oxidaciones y reducciones.
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una frecuencia característica para cada una de ellas. Esto produce, a su vez, que
cada hormona de la hipófisis sea segregada con un ritmo característico, con un
pulso cada fracción de tiempo definido para cada una de ellas.
Si bien la secreción hormonal mantiene relación con modificaciones del medio
ambiente; por ejemplo la exposición al frío incrementa la secreción de hormonas,
que aumentan la producción de calor del organismo ( hormonas tiroideas por
ejemplo). La pérdida de agua lleva a un aumento de hormonas que retienen agua,
como la hormona vasopresina o antidiurética. Sin embargo en condiciones
basales, las hormonas se mantienen dentro de ciertos límites que son
fisiológicamente variables y que están dados por los puntos más altos y más bajos
de los pulsos. Cuando esta adaptación se produce en forma exagerada y no se
revierte luego de desaparecido el estímulo se producen las enfermedades
endócrinas.
TRANSPORTE DE HORMONAS:
Una vez que la hormona llega a la circulación puede circular libremente o unirse a
una proteína denominada "proteína trnasportadora". Hasta hace no mucho tiempo
se consideraba que únicamente los esteroides y las hormonas tiroideas circulaban
unidos a proteínas transportadoras, mientras que los péptidos, proteínas y otras
aminas con acción hormonal lo hacían en forma libre. Sin embargo, recientemente
se ha descubierto que la hormona de crecimiento de la hipófisis circula unida a
una proteína transportadora de fundamental importancia fisiológica. Es muy
probable que proximamente se puedan identificar otras proteínas transportadoras
para hormonas proteicas.
Las proteínas plasmáticas, como la albúmina y las globulinas tienen la propiedad
de transportar hormonas. Las albúmina y las prealbúmina transportan hormonas
de bajo PM, en forma no selectiva. En contraste existen globulinas específicas
para el transporte de hormonas, las que tienen sitios receptores de alta afinidad
para las hormonas que transportan. Entre estas globulinas podemos citar: la
globulina-fijadora de hormonas tiroideas (TBG), la globulina fijadora de
testosterona (SHBG) y la globulina fijadora de cortisol (CBG).
La vida media de una hormona en plasma depende del tipo de afinidad con su
proteína transportadora, cuanto mayor es la afinidad de ésta por la hormona,
mayor es el tiempo de permanencia de la hormona en circulación. Así por ejemplo
la tiroxina, que circula en un 99,95% unida a una proteína de alta afinidad, tiene
una vida media de 6 a 7 días, mientras que la aldosterona, que solo se transporta
unida en un 15%, su vida media es de 15 minutos. Las hormonas son activas en
su forma libre, es decir cuando se separan de su proteína transportadora. Esta
unión hormona-proteína es un importante reservorio de hormona disponible en
plasma, ya que no es inactivada por enzimas. La manera más exacta de conocer
la concentración de una hormona en plasma es determinando su forma libre.
Una muy pequeña cantidad de hormona se inactiva en la célula efectora luego de
haber actuado.
La mayor parte de las hormonas son metabolizadas y/o excretadas en el hígado o
riñón. Este proceso incluye la degradación hormonal por los mecanismos de
hidrólisis, oxidación, hidroxilación, metilación, decarboxilación, sulafatación y
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glucuronidación. En general una muy pequeña proporción de hormona se elimina
por las heces y orina en forma intacta( menos del 1%).
La interacción de la hormona con su efector es seguida por la degradación
intracelular de la misma. En el caso de las aminas y proteínas la degradación
ocurre luego de la unión de la hormona a su receptor, la internalización del
complejo H-R y disociación del mismo. En el caso de los esteroides y hormonas
tiroideas la degradación tiene lugar luego de la unión de la H a su R dentro de la
cromatina nuclear.
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menos implica aumento en el fenómeno de enmascaramiento de receptores en la
membrana, de la internalización de los mismos lo que lleva finalmente a una
disminución de los sitios receptores en la membrana celular. (Fig 3).
Figura 3
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Las hormonas o moléculas reguladoras van a interactuar con R situados en el
interior de la célula o en la propia membrana. Esto va a depender de su capacidad
para atravesar la membrana.
Los receptores esteroides se encuentran en el citoplasma y en el núcleo. Las
hormonas tiroideas tienen receptores fundamentalmente en el núcleo, aunque
recientemente se ha observado la presencia de transportadores citoplasmáticos
que son los que podrían transportar la H al núcleo. No es tan claro aún si estas
sustancias son verdaderos receptores.
Los receptores para la otras hormonas, (proteicas, peptídicas, catecolaminas, etc)
se localizan en la membrana plasmática.
La doble capa lipídica que forma la estructura básica de las membranas no
constituye un dispositivo rígido, sino que demuestra un alto grado de fluidez.
Por esta razón las proteínas asociadas a la membrana no están fijas o
inmovilizadas en un sitio fijo, sino que tienen la libertad de desplazarse por toda la
membrana. Este concepto de receptor móvil ha sido demostrado
experimentalmente constituye un hecho fisiológico fundamental en la unión de las
hormonas a sus receptores.
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El R de glucocorticoides es el único para el que la existencia de R citosólicos
parece hoy fisiológicamente relevante y su estudio fue decisivo para conocer el
mecanismo de acción de las hormonas esteroides. Ha sido identificada una forma
inactiva de R a los glucocorticoides. En presencia de cortisol y por tratamiento
térmico, la forma inactiva originó un R activo capaz de unirse al ADN y una
proteína no activa en forma de dímero. La proteína inactiva sensible al calor (hsp-
90) fue aislada y parece tener un importante papel relacionado con el
mantenimiento de los receptores en su forma inactiva y una conformación óptima
para el reconocimiento de la hormona.
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2. Receptores con actividad catalítica intrínseca, quienes operan
directamente como enzimas y están formados por proteínas
transmembrana, en la cual el dominio intracelular tiene actividad
tirosina - quinasa.
Para gran número de hormonas polipeptídicas la formación del complejo H-R es
seguida de un agrupamiento de los R y su captación en el interior de la célula. La
degradación posterior de los R internalizados por la acción de enzimas
lisosomales es uno de los mecanismos responsables del fenómeno de "
regulación en menos" o regulación negativa .
El descubrimiento de Sutherland en 1959, en el cual demostró que la adrenalina
en cortes de hígado inducía la aparición de un factor termoestable en el medio de
incubación capaz de inducir la fosforilación de la glucógeno-fosforilasa y promover
la degradación del glucógeno, marcó un cambio conceptual de la biología celular
al revelar la existencia de un mecanismo de transmisión en la señal hormonal y la
importancia de la fosforilación y desfosforilación de enzimas como mecanismo
fundamental en la regulación metabólica. El factor termoestable descubierto por
Sutherland se identificó como AMPcíclico y pronto se demostró su participación en
la respuesta de los tejidos a otros estímulos hormonales. Sutherland propuso el
término de segundo mensajero, el primero es la propia hormona para designar
nuevas moléculas que fueran generadas en el interior de la célula en respuesta a
la ocupación de un R de membrana.
Analizaremos a continuación estos sistemas de segundos mensajeros:
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AMPc, ya que aquellas que estimulan la fosfodiesterasa disminuyen la acción del
AMPc (metilxantinas como la cafeína, aminofilina etc).
Figura 6
19
Las proteínas-quinasas estimuladas por el AMPc promueven la fosforilación de
proteínas, con fosfatos provenientes del ATP, que están vinculadas a varias
acciones, desde la modificación de la actividad de sistemas de transportes a
través de la membrana hasta cambios en la síntesis de proteínas y en la actividad
proliferativa de las células.
Las hormonas que utilizan el sistema adenilatociclasa-AMPc como segundo
mensajero son: la adrenalina y noradrenalina (al actuar sobre los receptores ß
adrenérgicos) y las hormonas glicoproteicas de la adenohipófisis (LH, FSH, TSH ).
Un número importante de hormonas inhiben la actividad de la adenilatociclasa,
entre ellas se encuentran las catecolaminas, cuando actúan uniéndose a
receptores alfa-2 adrenérgico, los agonistas muscarínicos-colinérgicos y los
opioides. Estas hormonas se unen a un receptor que actúa sobre la unidad de
acoplamiento que posee una proteína G inhibitoria (G i). La Gi se diferencia de la
Gs en la subunidad alfa. La disminución de la formación de AMPc por este
mecanismo induce una inhibición en la actividad celular. ( Fig. 6).
Algunas hormonas pueden actuar sobre determinadas células a través del
mecanismo del AMPc, mientras que en otras células por otros mecanismos de
activación celular.
B. Fosfolípidos de membrana como precursores de mensajeros
intracelulares
Diversos hechos experimentales a partir de 1970 han demostrado que la unión de
algunas hormonas a sus receptores activa la hidrólisis de lípidos complejos de la
membrana celular, generando moléculas que actúan como segundos mensajeros
capaces de activar procesos intracelulares (Fig. 8).
Figura 8 -
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Entre los componentes de las membranas celulares se encuentra el fosfatidil
inositol (PI). El PI forma parte de la doble capa lipídica de la membrana plasmática
ubicada preferentemente en la hoja interna (en contacto con el citoplasma). El PI
es fosforilado en los carbonos 4 y 5 del inositol por trasferencia de fosfatos
cedidos por el ATP, para formar fosfatidil-inositol 4,5- bifosfato (PIP 2). Este sistema
forma parte de otro sistema de transmisión de señales.
La unión de la H a su R activa una proteína G que requiere GTP. El complejo
Proteína G-GTP activado produce estimulación de una enzima de membrana, la
fosfolipasa C (PLC), que cataliza la hidrólisis del PIP 2, produciendo diacilglicerol
(DG) y el 1,4,5 trifosfatoinositol (IP3 ) que actúan como segundos mensajeros.
El IP3 es capaz de interactuar con receptores de membrana en el retículo
endoplásmico y determinar la apertura de canales de calcio por lo que se produce
la liberación de calcio de los depósitos intracelulares. Este calcio
intracitoplasmático potencia en primer lugar a la proteinquinasa C (PKC) que se
encuentra en la membrana celular y que es activada por el otro mensajero liberado
del PIP2 , el DG. Por acción de la PKC se transfiere fósforo del ATP a proteínas
citoplasmáticas, las que se activan e inducen la respuesta biológica de la célula.
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En el citoplasma, el aumento de los niveles de calcio de 10 -7 a l0-6 M puede activar
directamente proteínas contráctiles (troponina C) y numerosas enzimas. Una
consecuencia importante del aumento de calcio intracelular es la preactivación de
una proteína-quinasa dependiente de Ca y fosfolípidos (PKC) responsable de la
respuesta celular a otras señales hormonales.
Por último, la unión del calcio a la calmodulina, una proteína intracelular que se
considera su receptor intracelular, activa el sistema calcio-calmodulina que a su
vez regula, en forma directa o indirecta a enzimas con actividad quinasa,
responsables de la regulación y control de numerosas respuestas celulares.
Después de su síntesis los receptores de proteínas y polipéptidos se insertan de
modo difuso en la membrana celular. Cuando se unen a hormonas se aglomeran y
localizan en invaginaciones de la membrana. El complejo hormona-receptor se
internaliza mediante el proceso de endocitosis.
Las vesículas de endocitosis se fusionan con los lisosomas, y las hormonas
peptídicas y el receptor son degradados por hidrolasas lisosomales. Algunos
receptores escapan a este proceso de degradación y se insertan nuevamente en
la membrana junto con aquellos recién sintetizados.
Las evidencias actuales indican que la señal hormonal se transmite a nivel de la
membrana celular, aunque la aglomeración puede ser necesaria en algunos casos
para la generación de señales. La internalización se halla claramente implicada en
la degradación de las hormonas peptídicas y sus receptores.
D. GMP cíclico como Segundo Mensajero:
Variaciones en el nivel de guanosina 3, 5 monofosfato (GMP cíclico) causadas por
distintos factores hicieron pensar en la existencia de un nuevo mensajero .
Posteriores demostraciones de la participación de este compuesto como la
activación de proteínas-quinasas relacionadas con la modulación del crecimiento y
la proliferación celular, el proceso de fotorrecepción de la retina regulando la
apertura y el cierre de los canales de sodio, parecerían indicar que el GMPc actúa
en algunos procesos como segundo mensajero.
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Por ejemplo un incremento de los niveles de glucosa aumenta la secreción de
insulina por parte de las células beta del páncreas; el aumento de calcio
plasmático inhibe la producción de hormona paratiroidea y su disminución la
aumenta. Al tratarse cada una de estas glándulas se especificará el mecanismo de
regulación de sus hormonas.
La secreción de hormonas se realiza en general en pulsos de secreción. Esta
secreción pulsátil tiene episodios de liberación de hormona con cambios
importantes en los niveles sanguíneos.
Estos episodios tienen amplitud y frecuencia determinada por cada hormona.
Entre cada episodio de secreción los valores permanecen dentro de los límites
basales. En el caso de las hormonas sometidas a efectos inhibitorios por
mecanismos de retroalimentación negativa ( ver más adelante), la remoción de la
inhibición resulta de un incremento en la amplitud y frecuencia de los episodios.
Los episodios de secreción pueden ocurrir con distinta periodicidad. Si tienen lugar
cada hora se denomina al ritmo de secreción circahoral, si ocurren con intervalos
mayores de una hora, pero menores de 24 horas el ritmo es ultradiano, si el
episodio se produce una vez por día el ritmo es circadiano o diario. En caso de
que ocurra una vez por mes se denomina circamensual ( ciclo sexual de la mujer)
y una vez por año circanual.
La importancia de la secreción pulsátil y episódica ha sido demostrada en seres
humanos , donde se ha determinado que la administración de un agonista de
Hormona liberadora de gonadotrofinas hipofisarias (LHRH), en forma de pulsos
con una frecuencia horaria similar a la que ocurre normalmente, induce una buena
estimulación de la actividad gonadotrófica de la hipófisis. Si se disminuye la
frecuencia de los pulsos el estímulo es menor , manteniéndose debajo de lo
normal.
El sustancial incremento de la frecuencia también inhibe la secreción
gonadotrófica mientras que la administración continua bloquea la secreción de
estas hormonas hipofisarias. Este último fenómeno se denomina regulación
negativa o en menos ( down regulation) y se debe fundamentalmente a una
"desensibilización" de los receptores hipofisarios a la hormona estimuladora,
siendo utilizado terapéuticamente en aquellos pacientes en los que se quiere
bloquear la secreción de gonadotrofinas como en la pubertad precoz, cáncer
hormono-dependiente, etc. (Fig 3).
El fenómeno de desensibilización está vinculado a un desacople entre el receptor
y enzima generadora del mensaje intracelular, que genera la unión del LH-RH a su
receptor, lo que produciría una disminución de los receptores en la membrana ya
que el complejo se invagina e se internaliza siendo destruídos por las enzimas
lisosomales; el reciclaje de los receptores a la membrana así como su síntesis
parecen estar interrumpidos. No se descarta que los niveles contínuos y
supramáximos de hormona puedan producir cambios conformacionales en los
receptores a esa hormona que disminuyan su afinidad por la misma. Este es un
mecanismo de autorregulación celular ante el efecto tóxico que puede tener el
incremento de una determinada hormona sobre su célula efectora. Por el contrario
la disminución de una hormona aumenta el número de receptores tratando la
célula de mantener una respuesta normal.
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De acuerdo a lo expuesto, la secreción pulsátil y episódica de las hormonas es la
manera fisiológica de obtener una máxima respuesta. Como ya hemos dicho se ha
denominado a este tipo de efecto regulación en más (up regulation).
MECANISMOS DE RETROALIMENTACION:
Además de los mecanismos que hemos citado mediante los cuales las células son
capaces de autorregular su respuesta a las hormonas, existen otros mecanismos
de regulación del sistema endócrino que tienen por finalidad mantener constante
el nivel de hormona circulante y por lo tanto el correcto funcionamiento del
sistema.
En el sistema neuroendócrino, cada uno de los componentes se mantiene
informado del estado funcional de las glándulas que lo constituyen, a través de
sustancias químicas u hormonas producidas por el mismo sistema. Estos
mecanismos de información se los conoce con el nombre de mecanismos de
retroalimentación (feed-back) y tienen por finalidad regular alteraciones en el
funcionamiento del sistema (Fig 10).
Figura 10 – Mecanismos de retroalimentación
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estrógenos sobre la secreción de la misma LH, lo que induce en la mitad del ciclo
de la mujer la ovulación en la mujer.
Figura 9 – Mecanismos de regulación positiva (+) y negativa (-)
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Las hormonas liberadas por la adenohipófisis son capaces de actuar a nivel
hipotalámico e influir sobre las neurohormonas que indujeron su secreción. Como
ejemplo de mecanismo corto de retroalimentación podemos ejemplificar el caso de
la prolactina. Esta hormona (ver prolactina) esta normalmente inhibida por el
hipotálamo a través de un neurotransmisor que llega a la hipófisis. La prolactina
regula a nivel hipotalámico la concentración y liberación de este neurotransmisor.
Mecanismo ultracorto:
Este mecanismo es intracelular y consiste en una regulación que ejercen las
hormonas, dentro de la célula que la ha sintetizado, sobre los mecanismos de su
propia síntesis.
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acromegalia. Un tumor productor de prolactina producirá fundamentalmente
secreción de leche (galactorrea) en la mujer no embarazada, etc.
Defectos en la sensibilidad a las hormonas:
Los defectos genéticos y adquiridos de la acción de las hormonas en general se
producen como una resistencia a la acción de las hormonas y por lo tanto se
presentan como una hipofunción de la glándula.
Existen resistencias primarias a la acción de las hormonas, habiéndose descripto
para una gran cantidad de ellas. En general son defectos del R y en algunos casos
post-receptor.
La resistencia adquirida a hormonas se presenta en varias situaciones. Puede
ocurrir cuando existe una alteración en el tejido donde actúa la hormona, por
ejemplo la vasopresina que fisiológicamente produce retención de agua a nivel
renal, en caso de enfermedad renal al no poder actuar la hormona, se elimina
grandes cantidades de agua( puede llegar a 20 litros diarios). Otro ejemplo
importante de citar, por lo frecuente, es la diabetes sacarina donde un
desequilibrio hormonal producido por exceso de insulina, aumento de cortisol y de
otras hormonas hiperglucemiantes impiden el efecto de la insulina en los tejidos y
generan una insulino-resistencia, que hace muy difícil el control de la diabetes con
insulina exógena.
La característica clave para diagnosticar estas alteraciones, es que a pesar de
existir una insuficiencia en el funcionamiento de la hormona, esta tiene valores
aumentados en sangre. Como ejemplo típico de esta situación merece citarse la
hiperinsulinemia de algunos diabéticos.
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