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Evolución histórica del concepto de trabajo y su transformación con la llegada del

Cristianismo
Econ. Giancarlo Mascellaro –Docente Ordinario Asociado del curso de ICEA

El hombre es un sujeto de deseos y necesidades que debe satisfacer de una u otra forma.
Una de las mayores necesidades está referida a la fisiológica es decir la alimentación, por
ello necesita realizar una actividad o “trabajo”, mediante el cual transforma los recursos
que le brinda la naturaleza. Esta actividad se dio desde las primeras etapas del hombre
en la faz de la tierra gracias al uso de los instrumentos de piedra, el cultivo de la tierra, el
descubrimiento del fuego, la domesticación de los animales, etc. Pasando a ser durante la
Edad Antigua una actividad propia de esclavos, luego en la Edad Media con una nueva
esclavitud mediante el sistema feudal, la Revolución Industrial con la cuestión obrera y las
luchas de clases hasta el concepto de trabajo en la actualidad. Para tratar de comprender
esos cambios analizaremos la evolución del concepto del trabajo en las distintas etapas
visiblemente diferenciadas y como el Cristianismo trae una revolución en la concepción
del trabajo.

El concepto de la palabra “trabajo” a través de la historia ha evolucionado hasta el


concepto actual. La gran mayoría de los historiadores del fin de la Edad Antigua y de los
primeros pasos de la Edad Media están de acuerdo en afirmar que las palabras neolatinas
TRABAJO (castellano), TRAVAIL (francés), TRAVAGLIO (italiano), tienen sus raíces en
una misma palabra latina: TRIPALIUM cuya etimología más probable es Tres palos: se
trataría de tres palos fijados en el piso (como para formar una pequeña pirámide) donde
se ataban a los esclavos que se quería castigar, con azotes, por alguna negligencia o
error en el trabajo. Una huella de esta idea de sufrimiento queda muy clara, todavía, en la
palabra italiana TRAVAGLIO que indica sufrimiento, dolores (se utiliza hoy sobre todo
para indicar el esfuerzo de la mujer para dar a luz: "Travaglio del Parto").1

Además, antiguamente el trabajo se caracterizaba por su indignidad, ya que no había un


valor del trabajo en sí mismo, pues el trabajo era considerado una actividad denigrante,
porque el hombre superior estaba llamado a la vida del pensamiento como los filósofos.
Sin embargo, hoy en día con el transcurrir del tiempo, el concepto de trabajo está
asociado a la idea de transformación del medio y generación de riqueza.

El trabajo en la Edad antigua siglo V a.c. hasta el siglo V.

El trabajo durante la Edad Antigua fue exclusivamente de esclavos. Según el abogado,


doctor en ciencias jurídicas y especialista en derecho del trabajo y seguridad laboral Julio
Lalanne en las antiguas civilizaciones griega y romana, el trabajo fue considerado una
actividad servil e indigna, en contraste con otras actividades, como la política, el
sacerdocio, la intelectual o la militar. En Grecia y Roma, en líneas generales, el trabajo
físico de esfuerzo fue despreciado y, en general, se consideraba oficio vil estar al servicio
de otro ya que ello implicaba una renuncia al dominio de sí mismo. Los grandes filósofos

1
BOLIS CARCASSOLA, Gian Battista. “la transformación del concepto del trabajo por obra del
cristianismo” en revista cultural de la USMP Vol. 8 (1994), pp. 42-57.
como Platón miran ordinariamente al trabajo físico como indigno del ciudadano.
Aristóteles califica de vulgares “los trabajos mercenarios o asalariados porque privan a la
mente de todo ocio y la degradan”. En Grecia las personas que ocupaban una buena
posición despreciaban los oficios manuales. Los prejuicios aristocráticos de la cultura
helénica contra el esfuerzo físico fueron adoptados también por la clase alta de la
sociedad romana, como puede verse muy claramente en Cicerón, quien siguiendo a
Aristóteles, dice que “el hombre, casi un dios mortal, nació para dos cosas: para
comprender y para obrar.” Y que “en un taller no puede haber nada digno” dando a
entender que el trabajo humilde y sacrificado era considerado indigno. La esclavitud fue
una institución universal en el mundo antiguo. Se ha dicho, con acierto, que “la esclavitud
fue tan característica de la economía de la polis como el asalariado lo es de la nuestra”.

En los tiempos antiguos antes del nacimiento de Cristo el trabajo significo algo totalmente
negativo, hasta el punto de que los esclavos eran los que trabajaban. Los hombres
verdaderamente libres se dedicaban a la filosofía y la política.
Un primer cambio se da con el nacimiento de Cristo que era hijo de un carpintero. El
trabajo de este carpintero significaba algo mucho más de lo que puede significar hoy. Y Él
mismo trabajó a su vez junto con sus discípulos.

En el Compendio Social de la Iglesia encontramos como en el Antiguo Testamento Dios


creador plasma al hombre a semejanza suya y le invita a cultivar la tierra y a cuidar el
Jardín del Edén en el que le ha puesto. Vemos como el designio del creador existe en
función del hombre y este trabajo pertenece a la condición originaria del hombre y que no
es un castigo ni una maldición.

Cristo en su predicación terrena enseña a apreciar el trabajo y lo hace dedicando la mayor


parte de sus años de vida al trabajo manual; es decir, en el taller de carpintería de su
padre José. En el Evangelio de Juan encontramos la misión de Cristo y el mismo nos dice
“mi padre trabaja siempre y yo también trabajo”. Encontramos también las exhortaciones
del apóstol Pablo a “vivir tranquilo con el trabajo de las propias manos para no depender
de nadie y a compartir los frutos del trabajo con quien se haya en necesidad”.

En el siglo III después de Cristo encontramos el desarrollo de las primeras Comunidades


Cristianas y de algunos padres de la Iglesia sobre el trabajo observando
imperceptiblemente una transformación de mentalidad donde el trabajo manual, humilde
sencillo y repetitivo, es preferido por su adaptación a la necesidad de la memoria de Dios,
es decir de la “Mirabilia Dei”

Para el Cristianismo de los primeros siglos el trabajo tiene un significado positivo donde
vemos que el trabajo físico es uno de los elementos fundamentales de la vida en los
monasterios junto a la oración y el ayuno. El valor educativo de los monjes hacia el trabajo
para hacer limosna les permitió concebirse no individualmente o aislados de la gente al
contrario fue ejemplo de testimonio y para todos los que vivían cerca de los monjes. Gran
ejemplo lo vemos en la reconstrucción de la civilización y de la economía europea de esos
siglos.

Una de las más antiguas fuentes respecto al trabajo en las primeras experiencias
monásticas se encuentra en los escritos de San Atanasio, que describen la vida y la
actividad de San Antonio. En "La vida de San Antonio", Atanasio cuenta un episodio que
le ha referido el mismo Antonio y que resulta muy importante para comprender el lugar
que ocupa el trabajo en su experiencia. Una vez, como Antonio trabajaba un pequeño
huerto y hacía esteras, el diablo lo tentó diciéndole que no era un verdadero monje porque
no sabía hacer oración y contemplación ininterrumpida; entonces él fue tentado de
abatimiento, casi quería dejar todo y regresar a la ciudad; pero de pronto se le apareció
un ángel que tejía esteras y rezaba a intervalos regulares y le dijo: "Haz lo que me ves
hacer". Este hecho le hizo comprender que debía mezclar el trabajo y la oración.

Hay una segunda figura importante para comprender el significado del trabajo en las
primeras experiencias monásticas: San Pacomio. Originario de la Tebaide vivió entre el
292 y el 348 d.C. y fue artífice de un fenómeno impresionantemente masivo, es suficiente
observar que a su muerte había 3,000 monjes en los 9 monasterios fundados por él. Fue
un óptimo organizador, sus reglas constituyen los primeros intentos de una vida
"cenobítica", en sus monasterios (que se parecían a pequeños pueblos se hacían
diferentes trabajos y los monjes vivían agrupados en diferentes casas, según el trabajo;
habían: tejedores, estereros, sastres, carpinteros, zapateros, cocineros, enfermeros,
agricultores.

Uno de los principios de su Regla, fruto de la revelación de un Ángel, es el siguiente


"Dejarás que uno coma y beba según sus fuerzas y le darás un trabajo proporcionado a
ellas. No prohíbas a nadie comer o beber, pero haz que los que comen y tienen más
fuerzas, ejecuten los trabajos que exigen mayor vigor y deja para los más débiles y
ascéticos los trabajos menos pesados".2

El Papa Benedicto XVI también nos hace referencia del aspecto negativo que el trabajo
tenía en la Edad Antigua sobre todo en el mundo griego que consideraba el trabajo físico
tarea de siervos. El hombre verdaderamente libre, se dedicaba únicamente a las cosas
espirituales; dejaba el trabajo físico como algo inferior a los hombres incapaces de la
existencia superior en el mundo del espíritu. Encontramos algo diferente en la tradición
judía pues los grandes rabinos ejercían a su vez una profesión artesanal. Un ejemplo es
el de Pablo, que como rabino y luego como anunciador del Evangelio a los gentiles, era a
su vez también tejedor de tiendas y se ganaba la vida con el trabajo de sus manos como
sigue la tradición rabínica.

2
BOLIS CARCASSOLA, Gian Battista. “la transformación del concepto del trabajo por obra del
cristianismo” en revista cultural de la USMP Vol. 8 (1994), pp. 42-57.
El trabajo en la Edad Media siglo V al XV.

La Edad Media se inicia con la caída del Imperio Romano de Occidente en el año 476 y
finaliza con la caída de Constantinopla por los turcos en 1453. Durante esta etapa la
organización política se modifican: la sociedad medieval sustituye la esclavitud por la
servidumbre (un tipo de esclavitud disfrazada). La sociedad adopto como fenómeno social
al feudalismo caracterizado por el surgimiento de pequeños estados en poder de
personas muy poderosas conocidos como los señores feudales. Alrededor del cual se
agruparon las demás personas, celebrándose entre ellos una especie de alianza mediante
el cual el señor feudal se comprometía a proteger y defender a los siervos y sus familias a
cambio de que estos presten sus servicios en el cultivo de la tierra, el siervo estaba
íntimamente ligado a la tierra y compartía con el señor feudal los frutos que esta les
proveía.

En la etapa inicial de la época medieval el trabajo en general no ganó mayor aprecio.


Desde la perspectiva cristiana hay una inclinación a justificar el trabajo, pero no a verlo
como algo valioso. Los pensadores cristianos hacían referencia al principio Paulino "quien
no trabaja no debe comer…", pero entendían que el trabajo era un castigo o, cuando
menos un deber. Se justificaba el trabajo por la maldición bíblica y por la necesidad de
evitar estar ocioso. Como vemos el ocio comienza a adquirir otra connotación algo distinta
a la del mundo antiguo. Sin embargo, la vida monástica dedicada a la contemplación se
valora mejor que el trabajo. Para legitimar esta excepción al principio Paulino, filósofos
como Santo Tomás argumentan que el trabajo es un deber que incumbe a
la especie humana, pero no a cada hombre en particular.3

Luego en este mismo periodo ya el trabajo no se considera al como indigno y denigrante


y surge un nuevo concepto moral del trabajo considerándose como una concepción de
cualidad humana originada en los monasterios portugueses y caracterizada por la
expresión “el ocio es enemiga del alma” dando a entender que el hombre tiene necesidad
de subsistir, de sostener su familia y de dedicarse al desarrollo interior otra idea que se va
perfeccionando es la de que “todos debemos de trabajar en la medida de nuestras
posibilidades”.

Esta nueva concepción del trabajo la podemos apreciar claramente en la orden


Benedictina con su lema “ORA ET LABORA” (ora y trabaja) fundada por San Benito de
Nursia en el siglo VI, esta orden fue muy activa durante gran parte de la Edad Media
debido a las grandes aportaciones a la cultura occidental con todos los conocimientos que
almacenaron y reprodujeron en el interior de los monasterios y catedrales que iban
construyendo.

Recordamos algunos aportes importantes que dieron los monjes a la cultura medieval
entre los cuales podemos mencionar el uso de los primeros molinos para la molienda de
los granos de trigo, el cultivo de la vid para obtener los vinos con los cuales se oficiaban
las misas, el cruce de las razas de ganados, la transcripción de los diversos escritos tanto
religiosos como helénicos, el canto gregoriano, etc.

3
ÁLVAREZ DORRONSORO, Javier. El trabajo a través de la historia.
http://www.filosofia.net/materiales/num/numero9a.htm
El historiador belga Leo Moulin en una de sus últimas publicaciones antes de morir
resume la importancia del trabajo para San Benito de la siguiente manera:

“El trabajo manual, intelectual, artístico y artesanal es el elemento esencial de la identidad


monástica y encontramos las respuestas del [por que trabajar]:

-Se trabaja en razón de la propia condición de pobreza para ayudar a los más pobres.

-Se trabaja para evitar el ocio.

-Se trabaja para el servicio a la comunidad y los huéspedes.

-Se trabaja para desarrollar los dones que Dios ha puesto en nosotros.

-Se trabaja con el trabajo manual de cada día, solo así son verdaderos monjes, cuando
viven del trabajo de sus propias manos.”

La cumbre del significado del trabajo se realiza en la Edad Media con la construcción de
las grandes Catedrales: la obra de un pueblo que encontraron la esperanza y el sentido
de la vida y que decidieron dedicar un tiempo para construir un lugar para agradecer a
Dios por todo lo que habían recibido. La construcción de las Catedrales son un pequeño
símbolo de la espiritualidad del trabajo y de su sentido.

Entonces se puede afirmar que el sentido de trabajo y la capacidad de construcción de un


pueblo llegaron a su expresión más alta en la construcción de las catedrales medievales:
una gigantesca obra común donde cada individuo daba su contribución según lo que
sabía hacer.
En la economía pre-industrial, el campo o el taller fueron el centro de la vida y del trabajo.
Llevándose a cabo dentro de grandes redes de solidaridad. El trabajo en este contexto es
manual y requiere una gran cantidad de fuerza y sacrificio.

El conocimiento se transmite de padres a hijos, de discernir el momento cuando plantar y


cuando cosechar. Es interesante las pinturas de Van Gogh y Millet que ilustran muy bien
este clima, el trabajo es oración y un sentido de familia donde no falta la pobreza y el
drama.
La Revolución Industrial

La Revolución Industrial es llamada así al periodo iniciado en el siglo XVIII, este periodo
se caracterizó por un conjunto de transformaciones en materia económica, laboral y social
que empezó en Inglaterra y que se expandió por toda Europa.

Nace la industria gracias a las innovaciones generadas por la maquina a vapor y se


desarrolla nuevas tecnologías que progresivamente llevaran al crecimiento de la gran
fábrica desarrollando economías de escala y el surgimiento del capitalismo. Se rompe
esta unidad vida y trabajo y las relaciones de solidaridad que unían a los miembros de la
comunidad agrícola. Implicando que Muchos campesinos son obligados a huir hacia las
ciudades dejando sus campos.

La Revolución Industrial ocasiono un cambio irreversible, acelerado, intenso y decisivo en


la forma de vida de la sociedad, los cambios tecnológicos propiciaron las fábricas y
rápidamente estas se multiplicaron. Miles de campesinos abandonaron los campos y se
genera la existencia de grandes concentraciones de obreros en tareas obreras. Se verifica
también el desordenado desarrollo de las ciudades, que en muchos casos se convierten
en sinónimo de hacinamiento y contaminación. El exceso de mano de obra a causa de la
migración y de progresos tecnológicos y las periódicas crisis de sobreproducción por el
afán de acumulación de riquezas que inspiraba a la nueva clase de propietarios,
generaron situaciones de explotación y miserias graves.4

Son importantes en este periodo las innovaciones tecnológicas del maquinismo y su


aplicación a la industria, desde mediados del siglo XVIII. El maquinismo consiste en la
invención de nuevas máquinas motrices que multiplican el trabajo del hombre o sustituyen
su esfuerzo, es el caso de la máquina de vapor descubierta por James Watt y su

4
LALANNE, Julio. El trabajo humano a través de la historia. Buenos Aires 2011.
aplicación a las diferentes industrias que pasan de sistemas de producción manuales a
sistemas de producción mecanizados. Además estos avances en la tecnología también
trae una nueva división del trabajo y de los procesos productivos, y el nuevo objeto del
contrato del trabajo ya no es el bien final producido por el artesano sino su trabajo que
muchas veces queda desvinculado del producto final. Otro fenómeno es la concentración
de los trabajadores en los establecimientos fabriles, es decir hay una concentración de
trabajadores en el local de la fábrica en reemplazo del antiguo taller artesanal.

Además, este periodo es caracterizado por el drástico cambio en la titularidad de los


medios de producción, pues antes trabajo y capital estaban unidos en la persona del
maestro artesano ahora se distancian capital del trabajo. El ambiente de explotación y
miseria propició un contexto de conflicto entre las clases sociales claramente
diferenciadas por un lado los burgueses y del otro lado el proletariado.

Durante toda la historia, las sociedades estaban diferenciadas por diversos motivos,
estableciéndose una escala en cuanto a las condiciones que tenían cada estrato de la
sociedad. En la edad antigua hallamos a los hombres libres y los esclavos, en la edad
media a los señores feudales y los siervos y en la sociedad de la revolución industrial a
los burgueses y el proletariado.5

Nacen es este momento histórico grandes concentraciones de capital que dan origen al
nacimiento de las “sociedades de capital”, y la concentración de los medios de producción

5
KARL Marx y Fiedrich ENGELS. Manifiesto del partido comunista. Editorial progreso. 1981
en manos capitalistas y con ello se producen situaciones de explotación como el trabajo
infantil de niños de 8-9 años que trabajaban jornadas de 14 a 16 horas y se recurría a
este tipo ya que se conseguían salarios más bajos. Las jornadas de trabajo son muy
extensas se trabajan de sol a sol y eran pésimas las condiciones de seguridad e higiene
en el trabajo, faltando medidas de seguridad y prevención y era inexistente cualquier
sistema de previsión social además de los salarios bajos.

Ante tal situación Karl Marx en la introducción de sus manuscritos de economía afirma
que el trabajador en este periodo histórico se ha vuelto una mercancía más y cuanto
mayor es el poder y magnitud de su producción más miserable es. Denuncia la
acumulación del capital en manos de pocas personas y aparecen marcadas dos clases
sociales: la propietaria del capital, es decir los capitalistas o burgueses y el proletariado
que son los trabajadores.

La burguesía comprendía a la clase compuesta por los capitalistas, que son los
propietarios de los medios de producción y las grandes fábricas, y emplean trabajo
asalariado; mientras que el proletariado comprende a la clase de trabajadores que
privados de medios de producción propios, se ven obligados a vender su fuerza de trabajo
a los primeros a cambio de miserables salarios.6

6
KARL Marx y Fiedrich ENGELS. Manifiesto del partido comunista. Editorial progreso. 1981
Importante resaltar los cuatro tipo de enajenación de trabajo que identifica Karl Marx en
sus manuscritos afirmando que de seas enajenaciones nace el problema del trabajo de la
sociedad capitalista y que de ello se produce la alienación del trabajador.

La primera enajenación está referida al trabajo como mercancía, caracterizada porque el


trabajo y el trabajador se desrealizan mientras que el producto se realiza, perdiéndose lo
esencial que es el trabajador.

La segunda enajenación está en función del trabajo mismo del trabajador, es decir su
misma actividad productiva se da con el objeto de producción y esa se aleja, se hace
ajena al trabajador y a cambio de ella recibe el trabajador un salario. Marx afirma que el
trabajador no está a la par con lo que entrega. Más tarde esta enajenación dará origen a
la teoría de plusvalía y lo dramático de este tipo de enajenación es que arruina el espíritu
del trabajador pues es infeliz y desgraciado -el trabajo es la pérdida de sí mismo- para
Marx.

En la tercera enajenación afirma que el trabajo enajenado despoja al hombre de su vida


genérica perdiendo su actividad misma es decir perdiendo su libertad, esa actividad vital
para el trabajador ya no es vida genérica sino el medio de su vida física. Marx afirma que
es la esencia humana que se pierde

La cuarta enajenación tiene relación directa con la enajenación antes mencionada pues
es una enajenación social es decir del hombre respecto al otro hombre que Marx
desarrollara en su teoría de división de clases pues si el trabajador esta enajenado de su
ser genérico es decir de su esencia universal esta también enajenado del otro.

La industria moderna ha convertido el pequeño taller del maestro patriarcal en la gran


fábrica del magnate capitalista. Las masas obreras concentradas en la fábrica son
sometidas a una organización y disciplina militares. Los obreros, soldados rasos de la
industria, trabajan bajo el mando de toda una jerarquía de sargentos, oficiales y jefes. No
son sólo siervos de la burguesía y del Estado burgués, sino que están todos los días y a
todas horas bajo el yugo esclavizador de la máquina, del contramaestre, y sobre todo, del
industrial burgués dueño de la fábrica. Y este despotismo es tanto más mezquino, más
execrable, más indignante, cuanta mayor es la franqueza con que proclama que no tiene
otro fin que el lucro […] Cuanto menores son la habilidad y la fuerza que reclama el
trabajo manual, es decir, cuanto mayor es el desarrollo adquirido por la moderna industria,
también es mayor la proporción en que el trabajo de la mujer y el niño desplaza al del
hombre. Socialmente, ya no rigen para la clase obrera esas diferencias de edad y de
sexo. Son todos, hombres, mujeres y niños, meros instrumentos de trabajo, entre los
cuales no hay más diferencia que la del coste.7

Surge así una de las grandes ideologías encabezada por Karl Marx y Friedrich Engels
denominada “comunismo científico o marxismo”, el cual pretende dar respuesta al
contexto político y social en que se encontraban.

7
KARL Marx y Fiedrich ENGELS. Manifiesto del partido comunista. Editorial progreso. 1981
Esta ideología proporciona una base para la llamada “lucha de clases”, que busca una
forma superior de sociedad humana “el socialismo”. Proponiendo una revolución social en
dos fases:

La primera fase comprendería que el proletariado se organizase y tomase el poder del


estado. Con el poder tomado, el estado seria controlado por una organización proletaria y
con ello se despojaría el control de los medios de producción de los burgueses y se
realizaría una redistribución justa por el trabajo de los obreros y que ninguno se quedase
sumido en la pobreza. Con la intención de abolir las clases sociales.

En la segunda fase el estado debería desaparece y en su lugar aparece una sociedad de


trabajadores libres en la que se aplicaría la máxima de "de cada cual según sus
capacidades, a cada cual según sus necesidades".

Marx y Engels fueron los teóricos del socialismo científico proponiendo la lucha de la
burguesía contra el proletariado. La dictadura del proletariado aboliría el capitalismo y el
estado. El énfasis de esta ideología no está en el individuo, en el trabajador sino en la
colectividad, abolir la propiedad privada era consigna para dar fin a las desigualdades y
cambiar las instituciones burguesas.

Entonces verificamos que hay una nueva concepción del hombre y de su trabajo en el
marco del pensamiento económico que surgió de la ilustración, es decir, el hombre tiene
un valor solo porque es parte de la maquinaria económica y social, afirmando también que
el hombre no es hombre sino consumidor, fuerza-trabajo y es proletario.
La Rerum Novarum.

Todos estos eventos que se produjeron en el siglo XIX vinculados a la Revolución


Industrial ocasionaron graves problema de injusticia originando la primera cuestión obrera
causada sobre todo por el conflicto capital-trabajo. Como respuesta a esta primera
cuestión social el Papa León XIII publica la primera encíclica social la Rerum Novarum.

En la Rerum Novarum en donde se enumera los errores de la cuestión social excluyendo


al socialismo como remedio a todos los males sociales de ese entonces, siendo el tema
central de la encíclica la instauración de un orden social justo que ayude a valorar los
ordenamiento socio-políticos existentes.

El remedio propuesto por el socialismo que tiene como problema de fondo la lucha de
clases y la sustitución de la propiedad privada por la propiedad colectiva en donde el
estado tiene que conservarlo y distribuirlo de manera igual para todos, perjudica a los
obreros y recae en quienes deben de tenerlos .

Afirma, León XIII en la encíclica que la propiedad privada es conforme con la ley natural y
ley divina y que ninguna ley terrena puede atentar con este principio y que el socialismo
genera injusticia y la propiedad privada es un derecho natural y es necesario que el
hombre empiece a gozar de las cosas terrenas que ha recibido y que la propiedad privada
debe ser perpetua.

El socialismo es subversivo porque perjudica a los obreros a quienes trata de socorrer,


pugna los derechos de los individuos y perturba los deberes del estado.

La Laborem Exercens.

Al cumplirse los 90 años de la RERUM NOVARUM el papa juan pablo en la encíclica


LABOREM EXCERSENS desarrolla la idea de trabajo como un bien fundamental para la
persona además que es el factor primario de cualquier actividad económica y clave para
resolver la cuestión social. Esta postura nos hace entender que el trabajo humano tiene
una doble dimensión trabajo objetivo y trabajo subjetivo. El sentido objetivo es el conjunto
de actividades, técnicas que usa el hombre para dominar y el trabajo en sentido subjetivo
es el actuar del hombre en cuanto ser dinámico capaz de realizar acciones que
pertenecen al proceso del trabajo impidiendo así que el trabajo sea visto como una simple
mercancía o un elemento impersonal de la organización productiva. La persona es la
medida de la dignidad del trabajo es decir que el trabajo humano tiene un valor ético pues
quien lo lleva a cabo es una persona.

"La Iglesia está convencida de que el trabajo constituye una dimensión fundamental de la
existencia del hombre en la tierra. Ella se confirma en esta convicción considerando
también todo el patrimonio de las diversas ciencias dedicadas al estudio del hombre: la
antropología, la sicología, la paleontología, la historia, la sociología, etc.; todas parecen
testimoniar de manera irrefutable esta realidad. La Iglesia, sin embargo, saca esta
convicción sobre todo de la fuente de la Palabra de Dios revelada, y por ello lo que es una
convicción de la inteligencia adquiere a la vez el carácter de una convicción de fe".8

Esta encíclica resalta el concepto del trabajo humano. Mostrándonos Juan Pablo II que el
hombre mediante su trabajo se hace más humano, enfatizando los elementos de la
espiritualidad del trabajo que son: los seres humanos comparten sus actividades con la
acción de Dios, el trabajo imita la acción de Dios y le otorga dignidad.

En este contexto histórico entre la Rerum Novarum , la Laborem Exercens y la


Centesimus Annus vemos como la Iglesia defiende y promueve la dignidad de los
hombres que trabajan, y el medio por lo cual lo hace es a través de las encíclicas, de las
iniciativas sociales y del pensamiento reformista. Vemos como la concepción del hombre
que defiende la iglesia es muy diferente al del que brota del pensamiento social. Trabajar
no es la manifestación de la fuerza del hombre que debe superar. El trabajo es expresión
de la conciencia y la responsabilidad del hombre que somete la tierra y de la persona
imagen de dios, en contraposición a los socialismos que tratan a los seres humanos como
un instrumento de producción y no como personas sujetos de trabajo, lo mismo sucede
con el mercantilismo que trata al trabajador como mercancía sujeta al mercado de la
oferta y demanda.

8
Juan Pablo II. “Laborem exercens”. 1981.
Economía de la información.

Hoy en día el trabajo ha cambiado por que el mundo sigue cambiando. Un aspecto
fundamental de la economía que vivimos es el desarrollo del conocimiento y las nuevas
tecnologías de la información, ya no se trata de producir bienes físico sino cada vez más
servicios. Ya no es la gran fábrica y el trabajo en la gran fábrica, ahora el trabajo se centra
en la atención del cliente y la atención de brindar respuestas a sus necesidad a través de
la interrelación y el dialogo.

Nacen nuevos contextos de subcontratación, Join Venture y de globalización, El trabajo


cambia y es cada vez más independiente de su ubicación física y su localización
cambiando también las consecuencias en los diferentes niveles. El trabajo se vuelve
flexible y precario. La apreciación de la destreza y fuerza física es menos relevante. El
trabajo es cada vez más el compromiso de todos, de habilidades interpersonales y
cualidades intelectuales.

Nace una nueva concepción de trabajo, no se necesita fuerza física, hoy es la


inteligencia, la capacidad de relacionarse, el poder de análisis, etc., dado que las grandes
fábricas desaparecen y el estado se reduce. Ya no hay puestos seguros de trabajo, El
trabajo no se identifica como un puesto fijo sino como un recorrido de oportunidades, es
decir, es un recorrido de oportunidades que el ser humano debe seguir.

La persona es el centro de la actividad económica, en esta economía de la información el


factor productivo más importante es “la calidad y la potencialidad humana” porque son los
hombres los que producen y usan las informaciones, se trata de un cambio radical
respecto a la sociedad industrial en la que persona humana no tenía valor y el éxito de la
empresa dependía sobretodo del nivel de la inversión en dinero y el tamaño de la
instalaciones productivas.
En la encíclica Centesimus Annus de Juan Pablo II afirma que el trabajo humano se ha
vuelto cada vez más importante, trabajar es trabajar con otros y para otros y el trabajo es
un trabajo social. El hombre mismo es el principal recursos del hombre pues es
importante el papel de la capacidad de iniciativa y del espíritu emprendedor.
Recordándonos también que la iglesia no propone un modelo alternativo de sociedad y
que es un esfuerzo de todos afrontar los problemas concretos en todos los aspectos y la
positividad del mercado y la empresa orientados hacia el bien común.

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