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Este libro trata sobre como el autor Fernando Savater explica en su forma, la
filosofía de la vida con preguntas que casi siempre nos hacemos pero pocas veces
conocemos una respuesta, mas allá de lo que nos dicen y que todos damos por
hecho. El nos explica como ver el mundo de una forma diferente.


La Muerte Para Empezar

Savater nos dice que la muerte nos humaniza y que realmente la muerte es
necesaria para los hombres, de que la muerte es solo de uno y que nadie puede
sufrirla por otro.

Nos dice que empezamos a pensar cuando descubrimos que tarde o temprano
tenemos que morir, ya que es a partir de ese momento cuando empezamos a
elaborar nuestros propios pensamientos y no repetimos los de los demas.

Dice que la muerte no es solo cosa de viejos, porque desde que nacemos
estamos expuestos a morir. También hace mención que la muerte es inminente,
ya que puede alcanzar a cualquiera sin importar edad, sexo, o estado de salud.

Comenta que si fuéramos inmortales, no habría dioses porque los dioses seríamos
nosotros.

Que alguna gente tiene miedo a morirse porque creen que alguien los va a
castigar y a otra le da miedo morirse por el hecho de pensar que después no haya
nada.

Y, dice, que no existe nada positivo que pensar en la muerte, ya que si nos
angustia es porque es algo negativo, además de que la muerte nos hace pensar y
eso es lo que nos hace pensadores de la vida, y la vida dice que es positiva
porque el pensar en la muerte nos hará valorarla y pensar con ella.

Según Epicuro, el estado de muerte nunca fue experimentado, por lo tanto no


debe ser temido. Lucrecio apoya esta idea diciendo que el estado de muerte es
igual al estado anterior al nacimiento, y como nadie teme a este estado, nadie
debería temer a la muerte. Ellos buscan darnos serenidad con estas afirmaciones
y tratan de explicar porque no debemos temer a la muerte.





Las Verdades de la Razón

En este segundo capítulo, Savater explica que después de hablar de la muerte ha


despertado en él curiosidad en saber cosas sobre la vida. Nos quiere decir que
cuando comprendemos la muerte, nos entran más ganas de saber cosas sobre la
vida. Además, comenta que le gustaría dar respuestas a las preguntas que no se
han contestado y que no se han demostrado y que todas esas preguntas le vienen
a la cabeza pero dice que si no le vinieran es que la muerte no ha servido de
nada.

Hay cosas que las sabemos porque nos las han dicho nuestros padres o
conocidos, pero que casi nunca tenemos certeza de ellas, otras las sabemos
porque las hemos estudiado, y otras las sabemos por experiencias propias. Pero
dice que hay que saber hasta qué punto estamos seguros de ellas. Lo que quiere
decirnos es que debemos analizarlas a fondo y a este proceso es al que se le
llama razón y que la razón es el medio que utilizamos para hallar la verdad.

Por último habla de lo que es el relativismo, (el cual mantiene que existen muchas
verdades acerca de las cosas, al menos tantas como personas creen tener un
conocimiento de ellas.) que es el etnocentrismo (la creencia de que la propia raza
o grupo étnico sea la más importante, o que algunos o todos los aspectos de la
cultura propia sean superiores a los de otras.) y el escepticismo (es una corriente
filosófica basada en la duda: "u uu u
 ".) Que son las dudas que
se le han planteado a mucha gente sobre la búsqueda de la verdad a través de la
razón. Y dice, que como hombres que somos debemos desarrollar la capacidad de
ser convencidos por las mejores razones, vengan de donde vengan.


Yo Dentro, Yo Fuera

En este tercer capítulo el autor empieza explicando si podemos estar seguros de


poder estar seguros de algo; una expresión algo confusa pero en esto es en lo que
se basa toda la reflexión del capítulo. Dice que ³los escépticos vuelven a la carga
sin darse por vencidos´.

También habla sobre Descartes y las hipótesis que planteó. La primera, dice que
todo lo que consideramos real pude ser simplemente un sueño y que los sucesos
que pueden ocurrirnos, fueran sólo incidentes del sueño. En la segunda, planteó
que podríamos ser víctimas de un ser maligno o una identidad poderosa que se
dedicara a engañarnos, haciéndonos creer lo que no existe. Este filósofo pretendía
saber por sí mismo y comprobar por sí mismo lo que sabe.

Como dice Savater hay una cosa clara que sabemos que existe y eso es el ³yo´.
La proposición yo soy, yo existo es necesariamente verdadera.
En el capítulo, también se habla sobre el yo y para Descartes, el yo era una cosa
que piensa, una sustancia estable y personal.

Savater menciona que el yo está formado por una parte interior que serían
nuestros sentimientos y por una exterior que se juzga por las acciones. Comenta
que los filósofos por más que intentaron conocerse a sí mismos nunca han
conseguido encontrar su propia personalidad. También pone un ejemplo y dice
que si un extraterrestre examinara al ser humano lo primero que se preguntaría es
donde empieza y dónde acaba nuestro cuerpo.


El Animal Simbólico

En este cuarto capítulo nos informa de las diferencias encontradas, entre el ser
humano y los animales. La primera hipótesis fue dada por Darwin y, a partir de
aquí, se han formado muchas otras.

Los filósofos aseguraban, según Savater, que el mérito de los humanos provenía
de nuestra condición racional. Pero según Giovanni Pico, la dignidad de nuestra
condición nos viene de que somos algo menos que los demás seres. Decía que
todos los seres estaban prefijados de antemano menos el hombre, mientras que el
hombre se mantiene abierto e indeterminado.

También se comenta en el capítulo que el hombre es definido como el animal


racional, ya que en los animales la inteligencia parece estar siempre de la mano
con el instinto. Por otro lado, habla de que lo que realmente caracteriza al ser
humano es la posesión de un lenguaje, que el lenguaje animal sirve para mandar
avisos y señales para la supervivencia del grupo, mientras que el lenguaje
humano es aquel que sirve para decir aquello que queramos decir. También se
comenta que el ser humano se caracteriza por el ímpetu de aprender a hablar y a
comunicarse, mientras que a los animales les falta interés.

Además, nos dice Savater que el hombre es un animal simbólico. Dice, que un
símbolo es un signo convencional acordado por miembros de la sociedad humana
para referirse o comunicar algo.


El Universo y Sus Alrededores

En este quinto capítulo, Savater nos dice que el ser humano necesita un mundo
donde vivir, una sociedad, un entorno. Dice que ³el mundo más importante para
nosotros sería el más cercano y privado´.

También se plantea los tres interrogantes acerca del universo que son los
primeros que se hicieron los filósofos antiguos y, para responderlos nos da las
diferencias que existen entre las explicaciones filosóficas con las mitológicas, las
religiosas, y científicas. Comenta, que los filósofos empezaron a preguntarse
sobre su ³Yo´, y acabaron preguntándose por su ³donde´.

Las preguntas que se plantearon fueron: ¿Qué es el universo?, ¿Tiene el universo


algún orden o designio? y ¿Cuál es el origen del universo?

Dice que el universo se considera algo desordenado, pero que para llegar a esa
conclusión, primero se tiene que tener un concepto de lo que es el orden. También
dice que el universo es el lugar en el que los seres humanos somos y actuamos.

La segunda pregunta, dice que se ha respondido desde dos ámbitos diferentes:


mística y científicamente. Desde el ámbito místico, como la creación de algún ser
superior y, científicamente como resultado de la explosión del Bing Bang.

El capítulo termina respondiendo a la tercera pregunta, diciendo que es la más


difícil ya que no se puede imaginar que el universo salga de la nada, puesto que si
se acepta que se ha creado a partir del Bing Bang, cuando surgió esta explosión
ya existía universo.


La Libertad De Acción

Para empezar el capítulo, define que el ser humano viene prefabricado pero que la
madurez la alcanzamos por nuestros propios méritos. Comenta, que el hombre
habita en el mundo, lo que significa que actúa en el mundo aparte de estar en él.
Pero la cuestión que se plantea es la de determinar que es actuar y que es la
acción.

Comenta, que hay una diferencia entre lo que nos pasa por casualidad, que lo que
se hace sin darse cuenta o sin querer, o lo que se hace sin darse cuenta pero
según una rutina adquirida voluntariamente y lo que se hace dándose cuenta y
queriendo. Según él, la palabra acción es un término que solo va con la última
posibilidad, puesto que es un acto voluntario. Dice que no hay actos involuntarios,
pero lo que sí puede ocurrir es que se tomen actos voluntarios en contra de la
voluntad de las personas.

También menciona los tres usos que tiene el término libertad. El primero es la
disponibilidad de actuar de acuerdo con los propios deseos o proyectos, donde
nos dice que ante lo imposible nadie es realmente libre. El segundo término es la
libertad de querer lo que quiero, en el que la espontaneidad de mi querer es libre
aunque las circunstancias hagan que la posibilidad de ponerlo en práctica sean
nulas. Y, el tercer término, es el de la libertad de querer lo que no queremos y de
no querer lo que hemos hecho, en la que uno puede elegir lo que quiere ser a
partir de su voluntad pero no es posible elegir su voluntad.
Para Sartre, hombre no es nada sino la disposición permanente a elegir y revocar
lo que quiere llegar a ser. Nos dice, además, que la noción libertad tiene una
amplia gama de aplicaciones teóricas y que uno puede acertarla en uno de sus
sentidos y rechazarla en otros.


Artificiales Por Naturaleza

Este capítulo comienza citando las diferencias entre los usos y sentidos de natura
y naturaleza. Savater nos dice, que este término es utilizado en multitud de usos
como, por ejemplo, que es una forma de vida que nos envuelve a todos, y todos
dependemos de ella. A lo que se refiere en realidad es principalmente a todo los
que nos rodea y todo lo que existe en el universo. Pero, también nos da otro
sentido de la naturaleza, que es todo aquello que aparece en el mundo que nos
sea creación humana.

Comenta también que hay momentos en los que los seres humanos sacan rasgos
animales como los instintos y entonces el término naturaleza merece la mención
puesto que resulta indicado. Nos comenta, que entre los términos naturaleza y
natural se guarda fundamentalmente un aspecto cultural.

De igual manera nos dice que la naturaleza no tiene ningún acuerdo con nosotros
y, por lo tanto, no tiene por qué estar siempre a nuestro favor; pero nosotros, si
tenemos obligaciones que hay que cumplir con la naturaleza.

Además, nos dice que hay tres tipos de modelos para valorar a la naturaleza: el
primero, es el valor intrínseco que se toma desde una aspecto religioso, con la
obligación de respetar la vida. El segundo, es el valor unitario en el que tenemos la
obligación de no contaminar el aire. Y el tercero, es el criterio estético que nos
proporciona el placer de observar la naturaleza.


Vivir Juntos

En el octavo capítulo, Savater, comienza diciéndonos que nadie se llega a


convertir en ser humano si está sólo, sino que nos hacemos humanos los unos a
los otros. Comenta, que la vida se nos puede hacer infernal y revelarse contra
nosotros, pero aún así dice que estamos configurados para y por nuestros
semejantes.

Por otro lado, habla de que muchos filósofos a lo largo de los tiempos han estado
en contra de las ideas democráticas, y que de aquí proviene la afición de los
filósofos de crearse utopías. Dice, que los utopistas reclaman un hombre nuevo y
que en la actualidad se busca otra organización política de las personas a partir de
un contrato social. También nos dice que el gran problema es que en las
sociedades existentes no todos los ideales resultan compatibles y que la mejor
solución para esto sería la justicia.
 
El escalofrío de la Belleza

Para empezar este capítulo Savater nos aclara, que el placer no se refiere
solamente a lo que nos produce sensaciones físicas agradables, sino también a
todo aquello por lo que sentimos aprobación, también interviene el hecho de
disfrutar lo hermoso. Comenta, que lo bello es lo que complace al universo sin
concepto, osea, que lo bello no tiene concepto.

Por otro lado, nos dice las diferentes respuestas que han dado los filósofos a la
pregunta de lo que es la belleza. Mientras que unos nos dicen que es lo auténtico
y lo bueno, otros resaltan que lo bello es lo que nosotros creemos que todos
piensan igual, es decir, es bello lo que nosotros creemos que es bello y
suponemos que el resto de las personas lo piensa igual. También, hay algunos
que dicen que es importante la belleza para tener auténticos ciudadanos capaces
de vivir y participar en una sociedad moderna. Pero también hay otras definiciones
dadas de la belleza como que la belleza es aquel grado de lo terrible que aún
podemos soportar o que lo bello no gusta ni disgusta sino que nos detiene.

Para terminar, dice que el principal efecto estético es -fijar la atención que resbala
sobre la superficie de las cosas- y que una de las preguntas más frecuentes es si
siempre tiene que tener como significado lo bello de bonito.

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Perdidos en el Tiempo

En este último capítulo, el autor no da los diferentes tipos de definiciones que han
dado ciertos filósofos a lo largo de la historia. Nos dice, que la definición de tiempo
es algo que aun no se ha conseguido hasta el día de hoy, dice que es un concepto
pendiente para los filósofos.

Comenta,que algunos les ha bastado con establecer el tiempo en correspondencia


a si hace frío o calor, a si es de día o de noche, etc. Nos dice, que tengamos el
tipo de medida que tengamos, uno no puede dejar de pensar que existe una
medida independiente que establece el propio tiempo y que no se pude descifrar.

También nos dice que la principal pregunta tratada en este capítulo es ¿Cuándo?,
porque si el pasado y el futuro nos intrigan en el presente, quizá debamos pensar
que no son tan pasados ni tan futuros como parecen, porque todos los instantes
están en movimiento y no existe una diferencia notable entre los tres instantes.
Nos dice además, que nuestra relación con el pasado no es igual que la relación
con el futuro, ya que el pasado nos está influyendo en el presente, pero el futuro
está por venir.

Par finalizar, Savater nos dice que lo que nos ata definitivamente al tiempo y, por
tanto, a la muerte es nuestro cuerpo, pero dice, que quizá el nacer y el morir no
sean principio ni el final de nuestro tiempo.

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