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BREVE EXPOSICIÓN SOBRE EL PAPEL DE IMMANUEL KANT EN LA FILOSOFÍA DE LA HISTORIA

Por Rodrigo Villalobos Herrero del grupo 0002 de Filosofía de la Historia No. Cuenta 419045340
villalobosherrero.rodrigo7@gmail.com

En el presente trabajo se abordará parte la obra del pensador Immanuel Kant que versa sobre
filosofía de la historia a modo de exposición y se pretenderá esclarecer por qué se trata de una
filosofía de la historia especulativa ilustrada. Esta aclaración resulta útil porque ubicará un
importante periodo de la filosofía de la historia. Kant expone su obra en una época donde las
ciencias cobran protagonismo y donde el uso de la razón es exaltado. A esa época nacida en el
siglo XVIII se le denomina Ilustración y es a su vez la última fase de la modernidad. La Ilustración
consiste en el empeño de secularizar todos los aspectos de la vida y del pensamiento humano. Así,
Dios es desterrado de toda explicación de la historia y nace, por el contrario, una explicación
inmanente de ella. La Ilustración declara que en el pasado existieron formas primitivas de actividad
mental y se caracteriza por ser una revolución contra la religión1. En medio de este movimiento,
es Voltaire quien acuña el término filosofía de la historia en 1765 y es Kant quien se vuelve uno
de sus máximos exponentes.
Siguiendo la cronología que Manfred Kuehn nos ofrece en su libro Kant: A Biography2,
expondré aspectos generales de la biografía de Immanuel Kant. Kant nace bajo el seno de una
familia burguesa de artesanos el 22 de abril de 1724 en Königsberg, antigua capital de Prusia
Oriental3. Tras recibir una educación pietista en su infancia, estudia desde los dieciséis años
matemáticas, ciencias naturales, física y teología en la Universidad de Königsberg. Con ambos
padres fallecidos, termina sus estudios en 1746 y se vuelve tutor privado de diversas familias de
los alrededores de la ciudad. En 1749 sale a luz su primer libro bajo el nombre de Pensamientos
para una verdadera estimación de las fuerzas vivas y no es hasta 1781 donde, después de más de
una década de trabajo, publica su Crítica de la razón pura que, junto a su Crítica de la razón
práctica (1788) y su Crítica del juicio (1790), forma una trilogía de críticas donde desarrolla su
epistemología, su ética y su estética respectivamente. La importancia de su primera y más
importante crítica radica en que logró combatir el dogmatismo de los racionalistas (Descartes,
Spinoza y Leibniz) y el escepticismo de la escuela empírica (Locke y Hume) presentando su

1
Paráfrasis de R.G Collingwood, Idea de la historia, p. 95.
2
Manfred Kuehn, Kant: A Biography, pp. XV-XXII.
3
Desde 1945 pertenece a Rusia y su nombre actual es Kaliningrado.

1
famosa revolución copernicana donde el objeto ahora es determinado por el sujeto, ya que nuestra
razón imprime en los objetos intuiciones y conceptos puros, es decir, a priori4. Kant logra
demostrar la posibilidad del conocimiento universal y necesario en la geometría euclidiana y en la
física newtoniana y, a su vez, logra negar a la metafísica como ciencia, esto es, como conocimiento
teórico. En el campo de la ética le asigna un papel importante a la razón, pues sostiene que debe
usarse para determinar cómo comportarse. Construye su ética a partir del deber, trata a las personas
como fines en sí mismos —y no como medios— y deja como legado su imperativo categórico que
bien puede encapsular hasta cierto punto su pensamiento ético: “obra según la máxima que pueda
hacer de sí al mismo tiempo una ley universal”5. En cuanto a su filosofía de la historia destacan
tres trabajos publicados en sus últimos veinte años de vida: Idea de una historia universal en
sentido cosmopolita (1784), ¿Qué es la ilustración? (1784) y Si el género humano se halla en
progreso constante hacia mejor (1798). Finalmente, el prusiano puntual muere el 12 de febrero de
1804.
El proyecto filosófico-histórico de Kant resulta ser de gran ambición, ya que propone
encontrar una sociedad justa en un Estado cosmopolita dominado por la libertad en su Idea de una
historia universal en sentido cosmopolita y busca defender el progreso de la especie humana en
su trabajo Si el género humano se halla en progreso constante hacia mejor. En su Idea de una
historia universal establece que las acciones humanas, en el nivel fenoménico, se hallan
determinadas por las leyes de la Naturaleza y que, a pesar del aparente curso irregular de los sujetos
singulares, la especie humana tiende a un desarrollo lento de sus disposiciones originales. Así
como los impredecibles fenómenos atmosféricos provocan, por ejemplo, el crecimiento de una
planta, los diferentes pueblos humanos, siguiendo cada uno su propósito, entretejen en suma un
hilo conductor totalizante que sigue la intención de la Naturaleza. Es labor del filósofo hacer lo
que Kepler en la astronomía y Newton en la física: encontrar un propósito oculto de los hombres
que siga la intención de la Naturaleza aunque la historia humana esté sumergida en un aparente
curso contradictorio6.

4
Esto es, anteriores lógicamente a la experiencia.
5
Immanuel Kant, Fundamentación para una metafísica de las costumbres, p. 151.
6
Paráfrasis de Immanuel Kant, “Idea de una historia universal en sentido cosmopolita” en Filosofía de la historia,
pp. 35-37.

2
Antes de continuar es preciso recordar la posición ilustrada del autor. Tal como Kant la
define, “la Ilustración es la liberación del hombre de su culpable incapacidad”7. Alude a la
incapacidad humana de servirse de su propia inteligencia sin estar bajo tutela de otro y a la
culpabilidad del hombre por no decidir usar su razón ya por pereza, ya por cobardía. Pereza, porque
no es necesario pensar cuando la autoridad ya te dice lo que hay que pensar ya sea en libros o en
consejos; y cobardía, porque las autoridades han inculcado miedo mediante peligros aparentes del
emanciparse con el pensamiento. Kant lanza su frase ¡sapere aude!8 para exhortar al pueblo a
pensar por sí mismos y menciona que, al ser pupilos de otros, estamos desaprovechando nuestro
regalo de la Naturaleza, el uso de razón. A pesar de las dificultades de aventurarse a pensar por
cuenta propia, los individuos “con unas cuantas caídas, aprenderían a caminar solitos”9. Kant
propone una reforma en vez de una revolución, pues declara que por más que una revolución acabe
con la opresión política y económica, “nuevos prejuicios, en lugar de los antiguos, servirán de
riendas para conducir al gran tropel”10, mientras que la reforma ofrece un cambio progresivo de
las estructuras legales, jurídicas y políticas mediante el pensamiento ilustrado. Kant promueve la
libertad de pensamiento sin dejar de obedecer las normas que tenemos como ciudadanos y propone
un uso de razón privado y un uso de razón público. Así lo escribe Kant: “entiendo por uso público
aquel que, en calidad de maestro, se puede hacer de la propia razón ante el gran público del mundo
de lectores”11, mientras que el uso privado de razón hace referencia a un uso más limitado como
en calidad de funcionario. Esto significa que, además de cumplir con el papel de ciudadano
siguiendo un orden y respetando las pautas sociales, uno puede expresar libremente diversos
cuestionamientos hacia lo establecido. Más adelante indica que en ese entonces vivían en una
época de ilustración y no en una época ilustrada, pues aún faltaba tiempo para un uso de razón
completamente desarrollado a pesar de los numerosos avances12. A continuación menciona que el
príncipe ilustrado13 es aquel que le inculca a su pueblo el libre pensar y que por deber no le ordena
nada en materia religiosa. Para terminar, Kant afirma que la libertad de pensamiento le da al pueblo
mayor libertad tanto espiritual como de obrar.

7
Immanuel Kant, ¿Qué es la ilustración? en Filosofía de la historia, p. 25
8
En español: ¡atrévete a saber! Ídem.
9
Ibid., p. 26.
10
Ibid., p. 27.
11
Ídem.
12
Paráfrasis de ibid., p. 32.
13
Kant toma a Federico II “el Grande” (que reinó Prusia de 1740 a 1786) como ejemplo de un príncipe y rey
ilustrado.

3
Retomando lo expuesto en la Idea de una historia universal en sentido cosmopolita, Kant
presenta una serie de principios que tratan de encontrar hilos conductores de una historia unificada.
El primer principio dice que “todas las disposiciones naturales de una criatura están destinadas a
desarrollarse alguna vez de manera completa y adecuada”14. Esto hace notar la teleología de la
Naturaleza y negar ese principio, según Kant, es otorgarle a aquélla una visión arbitraria, cosa que
sería una contradicción, porque se trataría de una disposición sin fin a alcanzar. En el segundo
principio se recalca la importancia del desarrollo de las disposiciones naturales del uso de razón15
en la especie humana —y no en los individuos— con el propósito de legar los conocimientos
adquiridos a las futuras generaciones. Se opta por avanzar como especie y no de manera individual
porque tendría que pasar un tiempo inconmensurable para que un sólo hombre alcanzara un uso
perfecto de sus disposiciones naturales. De esta forma Kant señala que hay que tener como meta
de nuestros esfuerzos ese momento de desarrollo pleno de la razón en la especie. El tercer principio
dice que la Naturaleza ha querido que el hombre logre por completo sobrepasar su existencia
animal y que alcance una felicidad que él mismo se procure por propia razón. Kant señala que la
especie humana es inmortal porque, a pesar de la muerte de un individuo, la especie sigue viva.
Utiliza una metáfora para referirse al goce de las generaciones futuras: “sólo las generaciones
últimas gozarán la dicha de habitar en la mansión que toda una serie de antepasados, que no la
disfrutará, ha preparado sin pensar en ello”16. Esto indica que a la Naturaleza le interesa el
desenvolvimiento del hombre por su propio esfuerzo para que sea digno de la vida y del bienestar.
Es en el cuarto principio donde Kant destaca la importancia del antagonismo entre los hombres, es
decir, su insociable sociabilidad, puesto que causa un orden legal. El hombre tiene que lidiar con
su inclinación a formar sociedad y al mismo tiempo con su constante resistencia a disolverla por
características propias como su egoísmo o su avidez de poder. Tiende a separarse de la sociedad,
pero se da cuenta que no puede prescindir de ella. La importancia de esta resistencia, en palabras
de Kant, radica en que sin ella “todos los talentos quedarían por siempre adormecidos en su germen
en una arcádica vida de pastores”17, es decir, se necesita de la rivalidad en la sociedad para
desplegar todo nuestro potencial. La Naturaleza pone a los hombres bajo esas condiciones para

14
Immanuel Kant, “Idea de una historia universal en sentido cosmopolita” en Filosofía de la historia, p. 37.
15
Kant entiende por razón “la facultad sin límites de ampliar las reglas e intenciones del uso de todas las fuerzas del
humano mucho más allá del instinto natural”. Ibid., p. 38.
16
Ibid., p. 40.
17
Ibid., p. 41.

4
que se esfuercen en conseguir los medios que los liberen de tal situación. Aclara en el quinto
principio que la Naturaleza no sólo quiere el desarrollo de las disposiciones naturales del hombre,
sino también que los hombres se procuren el logro de este fin suyo. Para ello, la opción que logra
equilibrar el antagonismo con la libertad de cada individuo es una constitución perfectamente justa
de carácter republicano18, cuya realización es tarea humana. Declara que la cultura y el arte son
producto de la insociabilidad y que ésta “se ve en necesidad de someterse a disciplina y, de esta
suerte, de desarrollar por completo, mediante un arte forzado, los gérmenes de la Naturaleza”19.
Enseguida se presenta una dificultad tratada en el sexto principio: como el hombre abusa de su
libertad a pesar de que busque una ley que lo limite, se necesita un señor que lo obligue a seguir
cierta voluntad, pero, ¿de dónde se escoge al señor aun sabiendo que éste, por ser hombre, también
abusará de su libertad? No puede haber en una madera tan desfigurada como los hombres un jefe
supremo completamente justo por sí mismo, pero Kant muestra una salida al problema y dice que
“lo que nos ha impuesto la Naturaleza es la aproximación a esta idea”20. En total existen tres ideales
a alcanzar: el hombre perfecto que respete las leyes; la formulación de leyes justas y adecuadas; y
la disposición de los ciudadanos a seguir las leyes establecidas.
Más adelante, Kant somete a revisión las relaciones entre los Estados en el séptimo
principio. Afirma que es la misma relación de insociable sociabilidad la que se da entre hombres
y entre Estados: tienen que estar juntos a pesar de las constantes guerras y conflictos. Aquí se
busca entonces una sociedad cosmopolita regulada por leyes que abarque todos los Estados en
donde “aun el Estado más pequeño puede esperar su seguridad y su derecho no de su propio
poderío o de su propia decisión jurídica, sino únicamente de esa gran federación de naciones” 21.
En el octavo principio se hace explícito el plan secreto de la Naturaleza de la realización de una
constitución interior estatal y una sociedad cosmopolita. La filosofía está convencida de la
existencia de un fin feliz y promisorio de la historia (se dice por ello que la filosofía tiene su propio
quiliasmo), lo cual sirve como idea propulsora para que tanto hombres como Estados lo busquen.
La humanidad es como una órbita de la que no sabemos qué va a suceder, pero según Kant existen
indicios históricos que afirman la tendencia a ese fin promisorio: los Estados han tenido relaciones

18
La república implica una representación del pueblo por parte de los tres poderes tradicionales, a saber, ejecutivo,
legislativo y judicial.
19
Ibid., p. 44.
20
Ibid., p. 45.
21
Ibid., p. 46.

5
tan cercanas que un Estado no puede perder influencia sobre los otros, lo que provoca que cada
uno genere su cultura interna para no perder la influencia suya sobre los demás; los Estados tienen
que darle mayor libertad a sus individuos para progresar económicamente (asemejándose al
liberalismo económico); y los Estados buscan evitar las guerras por las pérdidas y devastaciones
que generan. En su principio final comenta que el filósofo tiene que hacer la narración totalizante
de la historia humana que va dirigida hacia un fin, pero al mismo tiempo plantea que esa misma
narración podría parecer una novela ficticia. A ello responde que la labor del filósofo no es
puramente historiográfica, sino que tiene que tejer las historias particulares de los pueblos para
encontrar el plan oculto de la historia e indica que suponer que la Naturaleza procede con plan y
meta nos ayuda a sistematizar las acciones humanas. Si tomamos como ejemplo la influencia de
la historia griega22 sobre la romana y de ésta última sobre los bárbaros, y si añadimos la historia
política de los demás pueblos, Kant señala que: “se descubrirá un curso regular de mejoramiento
de la constitución estatal”23. Una vez que se haya descubierto el hilo conductor de la historia
universal, Kant agrega que resultará consolador trazar como meta el cumplimiento del destino
humano en este mundo mediante el desarrollo de todas nuestras disposiciones naturales. Para
terminar su texto, Kant menciona que al momento de realizar esta labor, los documentos antiguos
serán de utilidad para estimar si los pueblos pasados brindaban elementos en contra o a favor del
sentido cosmopolita de la historia y que el recuerdo glorioso de la posteridad “nos puede
proporcionar por añadidura un pequeño motivo para intentar semejante historia filosófica”24.
Para responder a la cuestión de si el género humano se halla en progreso constante hacia
mejor, Kant, en su texto epónimo, toma un pedazo de la historia futura para presentar una historia
profética, ya que no se puede predecir el futuro ni explicarse mediante leyes naturales. Destaca
que la investigación tratará acerca de la historia de las costumbres de la totalidad de los hombres
repartidos en diferentes pueblos. Enseguida señala que dicha historia es a priori y se pregunta cómo
es posible llevarla a cabo. A ello responde que los profetas hacen y disponen los hechos que
anuncian con anticipación. Usa el ejemplo de los profetas judíos que anunciaban la disolución de
su Estado, mientras propulsaban a que sucediera mediante las cargas eclesiásticas asignadas a su
constitución; y el de los sacerdotes, quienes predican sobre la decadencia de la religión y la llegada

22
En una nota a pie de página se declara que la primera página escrita por Tucídides es el auténtico comienzo de
toda verdadera historia. Ibid., p. 54.
23
Ídem.
24
Ibid., p. 56.

6
del Anticristo, mientras dogmatizan a sus simpatizantes en vez de enseñarles principios morales.
Kant presenta tres formas de predicción con sus respectivas objeciones: el terrorismo moral —
cuando el ser humano se halla en continuo retroceso— es imposible porque llegaría el punto donde
la historia humana se destruiría a sí misma; el eudemonismo o quiliasmo —cuando el ser humano
se halla en progreso continuo hacia mejor— parece insostenible porque de tal forma se tendría que
disponer de un bien mayor del que el hombre ya dispone: “el cuánto de bien mezclado en el hombre
con el mal [no] puede exceder cierta medida por encima de la cual se elevará y progresará
constantemente hacia mejor”25; y el abderitismo —cuando el ser humano se halla en un
estancamiento de su actual valor moral—, que no es posible porque el hombre estaría sumido en
la inacción: “invierte el plan del progreso, edifica para derribar, y se da a la tarea más desesperada:
a cargar la piedra de Sísifo montaña arriba para dejarla rodar en un momento”26. Kant dedica un
apartado de su estudio para exponer que no es posible resolver directamente la cuestión del
progreso por la experiencia. Menciona que a los hombres se les puede dictar lo que deben hacer,
pero no se les puede predecir lo que harán y sólo la Providencia puede al mismo tiempo ver y
prever (porque para ella es lo mismo). Las acciones de los hombres son como la rotación de los
planetas que aparentemente tienen cursos irregulares, pero al verlos desde el Sol, es decir, desde
la razón en caso de los hombres, se nota un curso regular. Así se va clarificando el camino que se
ha de tomar: “si pudiéramos atribuir al hombre una voluntad congénita e invariablemente buena,
[…] podría aquél predecir […] el progreso de su especie hacia mejor; porque se trataría de un
hecho que podía hacer él”27.
Kant propone ahora encontrar un signo en la historia, esto es, un signo empírico, que
permita afirmar si vamos en progreso hacia mejor. Preciso es lo que señala Colomer: “Kant dirige
su mirada hacia un hecho histórico que pueda ser considerado no como causa, sino sólo como señal
de que, pese a todo, existe en el género humano una disposición hacia el progreso moral”28. Una
vez con el resultado, se podría revisar la historia del pasado para identificar que los hechos no
fueron la causa del progreso, sino que sólo apuntaban a él. De tal forma se podría demostrar “la
tendencia del género humano en su totalidad, es decir, no considerado según los individuos, […]

25
Immanuel Kant, “Si el género humano se halla en progreso constante hacia mejor” en Filosofía de la historia, p.
82.
26
Ídem.
27
Ibid., p. 84.
28
Eusebi Colomer, El pensamiento alemán de Kant a Heidegger. I, p. 297.

7
sino tal como se encuentra repartido en pueblos y Estados por toda la tierra”29. El signo buscado
es el entusiasmo y la tendencia moral de los hombres encontrado en la Revolución francesa. Con
este signo se ofrecen dos aspectos: el derecho del pueblo de elegir la constitución que mejor le
parezca y el fin de ella que, por ser en sí misma justa y moralmente buena, evita toda guerra. Kant
señala que: “el verdadero entusiasmo hace siempre referencia a lo ideal, a lo moral puro, esto es,
al concepto del derecho”30 y dice que la búsqueda de algo tan desinteresado es fundamentalmente
moral, por lo que no es un fenómeno de una revolución, sino la evolución de una constitución
jusnaturalista que tiene como ideal una constitución republicana que emane de los derechos de los
hombres. Ya encontrado su signo empírico, Kant se aventura a predecir el progreso hacia mejor
de la humanidad, pues un fenómeno como tal que muestra un mejoramiento en la naturaleza
humana nunca se olvida, aun cuando fracase “porque ese acontecimiento es demasiado grande,
demasiado ligado al interés de la humanidad”31. Más adelante Kant afirma que la publicidad no
debe ser prohibida puesto que con ella los filósofos —llamados también enciclopedistas—
reclaman las necesidades de justicia del Estado y les recuerdan a los hombres cuáles son sus
derechos humanos. Perseguir el ideal de una constitución en armonía con los derechos naturales
del hombre no es una quimera, sino “la norma eterna de toda constitución política en general y que
aleja todas las guerras”32. Tender hacia mejor trae consigo múltiples efectos para la humanidad: se
obedecerán las leyes, los poderosos violentarán menos, habrá menos discordias, etc. Este
comportamiento se esparcirá no sólo en el Estado sino en la antes mencionada sociedad
cosmopolita. Para finalizar, Kant sostiene que el orden en el que se puede esperar el progreso hacia
mejor es de arriba abajo. Empieza arriba porque es el Estado quien debe reformarse y sumergirse
en una evolución —en vez de una revolución— para lograr una educación completa para los
individuos que tenga como resultado buenos ciudadanos dados al bien, con capacidad de
sostenerse y con un progreso continuo. Así, la sabiduría fluirá de arriba abajo y de tal forma se
erradicarán paulatinamente las guerras mediante una constitución apoyada en principios de
derecho que progrese hacia mejor. Para concluir su texto, Kant utiliza una imagen de Hume: ver a
las naciones en guerra es como ver a dos borrachos peleándose en una tienda que, además de tener
que pagar su cuidado físico para recuperarse, tendrán que pagar los daños del local. Las últimas

29
Immanuel Kant, op. cit., p. 85.
30
Ibid., p. 87.
31
Ibid., p. 90.
32
Ibid., p. 93.

8
líneas de Kant terminan por confirmar su tratado, pues afirma que el profeta político confiesa la
tendencia del género humano hacia mejor después de percibir los dolores causados por la guerra33.
Quedan ya expuestas tres obras fundamentales de Kant sobre filosofía de la historia. Ahora
procederé a dar un panorama general acerca de la filosofía especulativa de la historia para defender
el puesto de Kant en ella a modo de conclusión. Cuando se habla de filosofía de la historia
especulativa se hace referencia al intento de descubrir una finalidad y un sentido oculto en el
proceso histórico. Existe, tal como señala Walsh, un “intento de revelar la trama subyacente de la
historia”34. Asimismo, demuestra una pretensión ambiciosa, puesto que toma todo el conjunto de
elementos del pasado y planea otorgarles un sentido unitario hilando todas las historias
particulares. Contiene continuidad lógica y una teleología que tiene como meta alcanzar cierto fin.
Dentro de la rama especulativa existen dos vertientes, a saber, la ilustrada y la romántica. Voltaire
es quien inicia la primera y Vico, se podría decir, es quien anuncia la segunda. La diferencia radica
en que la rama ilustrada apuesta por una esencia fija del hombre: la razón (monismo racionalista);
mientras que la romántica promueve una esencia no fija del hombre que le otorga la posibilidad
de autoconfigurarse. Aquí se puede detectar que Kant es perteneciente a la vertiente ilustrada, pues
afirma que los humanos siguen la intención de la Naturaleza, esto es, el despliegue de la razón
como fin. Para Kant, el fin de la humanidad es el progreso hacia un uso de razón completamente
desarrollado. De esta forma, Kant promueve un fin esperanzador de la humanidad donde se alce
una sociedad cosmopolita apoyada en una constitución jusnaturalista que se dé con base en los
derechos de los hombres. Esto implica un desarrollo como especie y no como individuo para cada
vez impulsarse más hacia el ideal de aquélla sociedad. También, Kant señala el progreso de la
humanidad hacia mejor con base en el entusiasmo y la tendencia moral de los principios
moralmente puros buscados en la Revolución francesa: una constitución republicana buena y justa
en sí misma que evada toda guerra y que haga germinar los talentos de los hombres. Que existan
los derechos humanos implica que hay una esencia única del hombre (la razón) y mientras más se
acerque la humanidad a una constitución tanto interna como externa que promueva la libertad y el
uso de razón, se puede decir que tiende hacia mejor.

33
Paráfrasis de ibid., p. 98.
34
W. H. Walsh, Introducción a la filosofía de la historia, p. 24.

9
Bibliografía

COLLINGWOOD, R. G., Idea de la historia. Trad. de Edmundo O´Gorman y Jorge Hernández


Campos. México D. F., FCE, 1952.
COLOMER, Eusebi, El pensamiento alemán de Kant a Heidegger. I. 3a. ed. Barcelona, Herder,
2001.
KANT, Immanuel, Filosofía de la historia. 3a. ed. Trad. de Eugenio Ímaz. México D. F., FCE,
2015.
––––––––––––––, Fundamentación para una metafísica de las costumbres. 2a. ed. Trad. de
Roberto R. Aramayo. Madrid, Alianza, 2012.
KUEHN, Manfreed, Kant:A Biography. Cambridge, Cambridge University Press, 2001.
WALSH, W. H., Introducción a la filosofía de la historia. 11a. ed. Trad. de Florentino M. Torner.
México D. F., Siglo XXI, 1983.

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