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Con carácter general, las funciones del personal propio del establecimiento o del
personal auxiliar de servicios, y las del personal de seguridad privada, no son
intercambiables, es decir, no pueden ser prestadas indistintamente por uno u otro
colectivo.
- ¿Puede un vigilante de seguridad conducirle a dependencias apartadas para
proceder al registro de los efectos personales o para realizar un cacheo?
Los agentes del Cuerpo Nacional de Policía, de la Guardia Civil y de la Policía Local
pueden realizar las comprobaciones pertinentes en la vía pública o en el lugar donde se
hubiere hecho el requerimiento. Por lo tanto si los propios agentes de la Policía deben
realizar esta comprobación “in situ” lo mismo debe desprenderse de la actuación de los
vigilantes de seguridad, que no podrán registrar nuestras pertenencias en dependencias
apartadas.
La diligencia de cacheo siempre debe responder a una sospecha fundada de que se ha
realizado algún hecho punible, por lo que debe realizarse exclusivamente por
funcionarios policiales, siempre que se cumplan tres requisitos: que se realice por
alguien del mismo sexo, que según la intensidad y alcance corporal se haga en un sitio
reservado y que se eviten posturas o situaciones degradantes o humillantes.
En cualquier caso debe tener en cuenta que los cacheos que en algunos centros
comerciales se llevan a cabo por personal laboral como los dependientes constituyen un
atropello contra nuestra intimidad y una infracción grave, al no ser realizado por un
funcionario policial, que es el único que puede hacerlo.
En el caso de que se quiera realizar un cacheo o un registro a un menor de edad, no es
necesario efectuarlo en presencia de sus padres o tutores legales, aunque se realizará
con la discreción suficiente para preservar la intimidad de aquel y, siempre que sea
posible, por funcionarios policiales que no porten uniforme.
¿Qué podemos hacer si consideramos que se ha producido una vulneración de
nuestros derechos?
En primer lugar podemos solicitar la hoja de reclamaciones para dejar constancia de lo
ocurrido y llevar una copia a la Administración competente de consumo.
Es importante recabar datos de los testigos que hayan presenciado alguna de las
actuaciones que pueden vulnerar sus derechos como en caso de haberse producido un
registro o un cacheo irregular.
En todo caso siempre puede acudir a interponer una denuncia en la Comisaría
aportando los datos más significativos como el día, la hora, el centro comercial, los
datos del agentes o agentes que han intervenido y si es posible datos de los testigos.
Determinadas Delegaciones del Gobierno han formulado una consulta sobre diversas
cuestiones relacionadas con los medios de defensa que pueden utilizar los vigilantes de
seguridad, con arreglo a lo previsto en la normativa reguladora de la seguridad privada.
En relación con ello, esta Secretaría General Técnica expone su opinión, en las
siguientes consideraciones:
Es bien clara la normativa en este sentido y específicamente, para el caso que nos
ocupa, el articulado de la misma referido a la posesión de armas u otros medios de
defensa, y a la utilización del uniforme y distintivos de los vigilantes de seguridad,
aspectos regulados en los artículos 83,86 y 87 del Reglamento de seguridad privada.
Concretamente, el artículo 86, en sus apartados 2 y 3, establece lo siguiente:
De igual manera el artículo 87, en su apartado 2, dispone que los vigilantes no podrán
vestir el uniforme ni hacer uso de sus distintivos fuera de las horas y lugares de servicio
y de los ejercicios de tiro.
De acuerdo con las consideraciones anteriores, puede concluirse que supone un ilícito
administrativo portar medios de defensa por parte de los vigilantes de seguridad fuera
de las horas de trabajo, pudiendo constituir dicha conducta una infracción leve tipificada
en el artículo 23.3.c) de la Ley 23/1992, y en el artículo 153.9 del Reglamento de
seguridad privada.
Por último, y en relación con la defensa, el tamaño estipulado para la que porten los
vigilantes de seguridad es de 50 centímetros de longitud, por lo cual, en el supuesto
objeto de consulta y caso de que la defensa en cuestión fuese propiedad de la empresa
de seguridad, ésta incurriría en infracción administrativa, al no adecuarse a lo exigido en
la vigente normativa de seguridad privada, y, concretamente, a la Orden de 7 de julio de
1995. Tal infracción sería subsumible en el tipo previsto en los artículos 22.3.a) de la
Ley 23/1992, y 150.17 del Reglamento de seguridad privada, sin perjuicio de que pueda
asimismo sancionarse al vigilante en cuestión por portar la defensa fuera de las horas de
servicio.
En relación con ello, esta Secretaría General Técnica pone de manifiesto lo siguiente:
En relación con este asunto, tanto esta Secretaría General Técnica como la Dirección
General de la Policía han venido considerando que de la vigente normativa de seguridad
privada no puede deducirse la obligatoriedad de que los centros de control estén
atendidos por personal de seguridad.
Sobre este particular no debe olvidarse que el artículo 12.1 de la Ley 23/1992, establece
que los vigilantes de seguridad, dentro de la entidad o empresa donde presten sus
servicios, se dedicarán exclusivamente a la función de seguridad propia de su cargo, no
pudiendo simultanear la misma con otras misiones.
Son dos, por tanto, las premisas que se exigen para que puedan producirse excepciones
a la norma general prevista en los citados artículos: que la actividad que no sea
propiamente de seguridad se relacione directamente con ésta y que sea imprescindible
para su efectividad.