INTELIGENCIA EMOCIONAL

INTRODUCCION

Momentos estresantes, las decepciones amorosas, miedo al fracaso y un sinfín de situaciones

pueden quebrarnos emocionalmente en cualquier etapa de nuestra vida. Muchos hemos
escuchado la frase “Conócete a ti mismo” un dicho que viene de la filosofía e invita al autodominio
y al autoconocimiento. La pregunta es ¿la practicamos cuando vivenciamos dichas situaciones?
Nunca es tarde para ponerlo en práctica por lo que hoy les hablaré de la importancia de la
inteligencia emocional en nuestras vidas.

De acuerdo con Goleman, la inteligencia emocional es la capacidad de reconocer propias

emociones. Según Baron la inteligencia emocional es un conjunto de capacidades emocionales,
personales e interpersonales que influyen en la capacidad global del individuo para afrontar las
demandas y presiones del medio ambiente. La IE puede dividirse en inteligencia emocional
intrapersonal o habilidad para controlar en forma óptima nuestras emociones e inteligencia
emocional interpersonal o habilidad para comprender las emociones ajenas. La unidad básica de
estudio de la inteligencia emocional son las emociones, reacciones automáticas que nuestro
cuerpo experimenta ante un determinado estímulo. Las emociones universales son la sorpresa,
disgusto, alegría, tristeza, ira y miedo, aprendidas a lo largo de nuestra evolución, específicamente
con el desarrollo del sistema límbico, dándonos dos grandes herramientas: el aprendizaje y la
memoria, los cuales nos ha permitido afinar nuestros impulsos (respuestas automáticas) para
adaptarlas a las cambiantes exigencias de nuestro complejo modelo social mediante el
adiestramiento de las artes de cooperación, resolución de conflictos y negociación de
compromisos. La base de estas habilidades son la empatía, la asertividad y la comprensión de las
emociones, lo que supone comprender las necesidades de la otra persona. Las técnicas que se ha
difundido como eficaz a la hora de gestionar nuestras emociones son: 1. Encuentra el motivo de
tus emociones siendo sincero contigo mismo siempre pensando en reducir el significado negativo
de tu sentimiento (a través de la reafirmación de tus virtudes y capacidades). 2. Piensa en el futuro
inmediato, es decir, deberás entender que las emociones muy intensas son de corta duración y
por ende, sabes que pasará a pesar de que en ese momento estés muy mal. 3. Haz de la
meditación un hábito. La meditación y los ejercicios de respiración pueden reducir la ansiedad y
prevenir los pensamientos negativos. 4. Cuando todo falle, busca un espejo, varios estudios han
demostrado que al verse así mismo reflejado es capaz de observarse de una manera más objetiva
alejándonos de nuestra emocionalidad.

En conclusión, la inteligencia emocional es la capacidad de reconocer nuestras emociones y las de

los demás. El control de tus emociones es clave en el desarrollo de cualquier persona que vaya a
desempeñarse en el mundo de hoy y del futuro pues su gestión cumple un papel fundamental
para salir adelante en los momentos más difíciles. Por ello se recomienda identificar y comprender
el origen de nuestras emociones y sentimientos y aprender las diferentes formas de controlarlas.