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Buenos días dra. Aura, compañeros un gusto el grupo está integrado por: Carol Andrea De La
Espriella Niebles y Ana Marcela Salinas Mendoza
INICIALMENTE La concepción cristiana del matrimonio que en Francia perduró siglos se prolongó
hasta el año de 1598, año en el que ocurrió un hecho transcendente: El Edicto de Nantes, que
condujo a su laicización (hacer laico o independiente de las creencias religiosas). Ello fue la causa
para que se prohibiese a los protestantes la celebración del matrimonio ante ministros de culto
o sacerdotes, lo que ocasiono su presencia ante los oficiales laicos de la justicia civil, para
contraer nupcias.
La potestad del marido sobre su esposa, es decir, la potestad marital adquirió un contenido
tutelar que abarcó los campos personal y patrimonial, sin que ello ocasionara el detrimento de
la influencia de la mujer en la familia, pues la esposa seguía como la dueña de casa.
El concepto de patria potestad, como fuente de poder casi ilimitado en cabeza del pater familias
sobre la persona y los bienes de sus hijos, adquirió una esencialidad mas humana. Ya no era el
padre que dotado de un poder absoluto lo domina todo, sino la persona que ejerce una función
en beneficio de sus hijos. Pero si el ejercicio de la patria potestad se le atribuyó con exclusividad
al padre, con el correr de los meses se extendió a la madre para circunstancias especiales.
Estos caracteres de la familia medieval cambian a partir del renacimiento. Es en el siglo XVII
cuando el movimiento filosófico de la ilustración inicia en Francia una renovación radical en su
filosofía. La moral natural, las transcendentales reformas que inspiraban y la efímera
revolucionaria francesa, influyeron definitivamente en el Código de Napoleón, el cual aunque
dejo de lado muchas de las exageraciones revolucionarias, no pudo sustraerse a esta influencia
individualista disociadora, predominante de la época.
La concepción familiar del Código de Napoleón predominó luego sobre las anteriores
modificaciones de países europeos y sobre las legislaciones latinoamericana, particularmente la
nuestra.
LA FAMILIA CONTEMPORÁNEA.
Es importante que recordemos que la La Revolución francesa fue un conflicto social y político, con
diversos periodos de violencia, que convulsionó Francia y, por extensión de sus implicaciones, a otras
naciones de Europa que enfrentaban a partidarios y opositores del sistema conocido como el Antiguo
Régimen. Se inició con la autoproclamación del Tercer Estado como Asamblea Nacional en 1789 y
finalizó con el golpe de estado de Napoleón Bonaparte en 1799.
A raíz del avance anterior se da la creación de los tribunales de familia cuyo objetivo era
garantizar los principios revolucionarios de igualdad, fraternidad proporcionando así un
equilibrio a la nueva sociedad.
Estos cambios habrían de tener efecto a largo o a medio plazo , es decir, empezando a trabajar
por la base de la sociedad ( familia y niños) mediante las herramientas adecuadas (leyes y
educación) , con la intención de crear un individuo totalmente nuevo y lograr una
sociedad transformada. Era necesario intervenir en los más reconditos e íntimos rincones de la
sociedad para modificarla, más aun teniendo en cuenta la fuerza de la tradición y la resistencia
al cambio de instituciones firmemente asentadas.
El estado debía de garantizar la libertad individual, interviniendo contra las instituciones que la
coartaban (Iglesia o familia).
OTRAS CARACTERISTICAS
Las normas tenían un contenido ético-moral, por este motivo la religión, las costumbres y la moral
influyeron, todo lo anterior explica porque el derecho de familia se relaciona íntimamente con
principios religiosos, En Francia durante largos siglos se rigió por el erecho canonico; y si bien la
Revolución lo regularizó.