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2018

FEMINISMO Y
SOCIEDAD

INTEGRANTES
JESÚS MIGUEL DIAZ BECERRA
RAQUEL ABANTO DIEGO
JOSE FABRIZZIO SUASNABAR PAZCE

UNMSM | ESCUELA DE ESTUDIOS GENERALES


“No es justo enfrentar a las mujeres a la muerte para satisfacer los caprichos de un grupo de
hombres anti-derechos”

Reyna Martina observó que en su pequeño pueblo no se conseguían anticonceptivos y no había


información a la mano, su madre encadenó 16 embarazos producto de ello y solo cinco de sus
hijos sobrevivieron. "Esta era la realidad de muchas mujeres como su madre ". Aquello la llevo
a preguntarse mil veces cómo ellas soportaron tanta injusticia, discriminación y dolor; decidió
ser enfermera y lleva 25 años dirigiendo una institución sin fines de lucro donde se ofrecen
orientaciones personalizadas bajo el lema: “Ninguna mujer debe dejar de ser atendida por
asuntos de dinero ". Utilizan la técnica de AMEU (Aspiración Manual Endouterina) y misoprostol
para los abortos que realizan, mil abortos promedio por año. Lo cual ha generado que los
fundamentalistas los hostiguen utilizando estrategias de los malos políticos (engaño, escándalo
y morbo) y manipulen a la población escolar. El llevar a cabo estas políticas las hace víctimas de
intervenciones donde son tratadas como delincuentes. A lo largo de su existencia han
capacitado a sesenta profesionales entre obstetras, médicos y auxiliares de enfermería para
ofrecer servicios similares en otras zonas del norte. Pocas personas saben que una enfermera
puede realizar un aborto. Reyna Martina asegura que no es justo, ni ético, ni humanitario
enfrentar a las mujeres a la muerte cada segundo para satisfacer los caprichos de un grupo de
hombres anti-derechos, pero cada vez se ve más cerca la despenalización del aborto lo cual es
una señal de que se avizoran grandes cambios. Está demostrado que una educación sexual, laica,
sin prejuicios, la provisión de anticonceptivos y la equidad entre hombres y mujeres son las
únicas armas para disminuir los embarazos no deseados y, por ende, los abortos. Ante ello el
aborto seguro debería ser practicado con la mayor dignidad y humildad posible.

Visión crítica del grupo

Teniendo en cuenta la complejidad del tópico es natural encontrar perspectivas diversas, con
estratificaciones de carácter social, ideológico, de género e incluso económico. Pero en esta
oportunidad, en nuestra calidad de universitarios, optamos por una inclinación feminista
respecto a ello. No sólo porque reconocemos, respetamos y promovemos la libertad de cada
persona, sino porque priorizamos la integridad de un ser humano que es capaz de decidir y
sentir; ese mismo ser humano que ha sido depreciado y oprimido por la hegemonía absolutista
del dogma religioso desde siglos anteriores.

Si reflexionamos un momento nos damos cuenta que resulta satisfactorio juzgar a un individuo
desde la cómoda situación del espectador; es fácil criminalizar a una mujer que aborta, pero
ocultamos la mano cuando se nos habla de la educación, la alimentación y el bienestar de aquel
infante. Luchamos porque nazcan, como a de lugar y en cualquier situación cuando ni siquiera
somos capaces de sostener dignamente las enormes tasas de desnutrición en el país. Hacemos
marchas para repudiar este “asesinato”, pero somos indiferentes ante aquel niño sin hogar que
apenas se sostiene con una bolsa de caramelos recorriendo las calles limeñas de bus en bus.

Es claramente hipócrita, e incluso absurdamente ridículo, el hecho de defender a una vida


(desde un punto de vista estrictamente biológico) no concebida en completitud e ignorar, por
otro lado, al producto de esa lucha incesante.

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