han sobrevivido a décadas de reforma administrativa.
En Asia Central, las normas
Instituciones informales y
política comparada: una
agenda de investigación
Gretchen Helmke y Steven Levitsky
Helmke, Gretchen & Steven Levitsky (2004), Informal Institutions and
Comparative Politics: A Research Agenda, en Perspectives on
Politics, Vol. 2, núm. 4, pp. 725-740.
La investigación comparativa general sobre instituciones políticas se enfoca principalmente en las reglas
formales. Sin embargo, en muchos contextos, las instituciones informales, que van desde las normas
burocráticas y legislativas hasta el clientelismo y el patrimonialismo, dan forma aún más fuerte al
comportamiento y los resultados políticos. Los académicos que no consideran estas reglas informales del
juego corren el riesgo de perderse muchos de los incentivos y limitaciones más importantes que subyacen
en el comportamiento político. En este artículo desarrollamos un marco para estudiar instituciones
informales e integrarlos en el análisis institucional comparativo. El marco se basa en una tipología de
cuatro patrones de interacción institucional formal formal: complementaria, complaciente, competitiva y
sustitutiva. Luego exploramos dos temas que son ampliamente ignorados en la literatura sobre este tema:
las razones y los mecanismos detrás del surgimiento de instituciones informales, y la naturaleza de su
estabilidad y cambio. Finalmente, consideramos los desafíos en la investigación en instituciones
informales, incluidos los temas de identificación, medición y comparación.
En las últimas dos décadas, el análisis institucional se ha convertido en un foco
central en la política comparativa. Impulsados por una ola de cambios institucionales
en los mundos en desarrollo y poscomunistas, académicos de diversas tradiciones de
investigación han estudiado cómo el diseño constitucional, los sistemas electorales y
otros acuerdos institucionales formales afectan los resultados políticos y
económicos. Estos estudios han producido importantes avances teóricos.
Sin embargo, un creciente cuerpo de investigación sobre América Latina, Eurasia,
África y Asia postcomunistas sugiere que muchas "reglas del juego" que estructuran
la vida política son informales, se comunican y se aplican fuera de los canales
oficialmente sancionados. Abundan los ejemplos. Durante décadas, los presidentes
mexicanos fueron seleccionados no de acuerdo con las normas de la Constitución, la
ley electoral o los estatutos del partido, sino a través del dedazo ("dedo grande"), un
código no escrito que le dio al presidente en ejercicio el derecho a elegir a su
sucesor, especificó el grupo de candidatos y prohibió a los posibles candidatos
buscar abiertamente el trabajo. En Japón, las "reglas estrictas pero no escritas" de
Amakudari ("descendientes del cielo"), a través de las cuales los burócratas del
estado que se jubilan obtienen las primeras posiciones en corporaciones privadas,
1
basadas en clanes se han "convertido en las reglas del juego", mientras que las
estructuras constitucionales creadas después del colapso de la Unión Soviética son
"cada vez más ... intrascendentes". Y en gran parte del mundo en desarrollo y
poscomunitario, los patrones de clientelismo, corrupción y patrimonialismo
coexisten con (ya menudo subvierten) nuevas instituciones democráticas, de
mercado y estatales.
La atención a las instituciones informales no es de ninguna manera nueva para la
ciencia política. Estudios anteriores sobre "sociedades prismáticas", "economías
morales", "economías de afecto", pluralismo legal, clientelismo, corrupción y
consociacionalismo, así como sobre las relaciones entre el gobierno y los negocios
en Japón, en la Unión Soviética y en las "vías populares". del Senado de los Estados
Unidos destacó la importancia de las reglas no escritas. Sin embargo, las reglas
informales se han mantenido al margen del giro institucionalista en la política
comparativa. De hecho, gran parte de la literatura actual asume que los incentivos y
las expectativas de los actores de chat están configurados principalmente, si no
exclusivamente, por reglas formales. Un enfoque tan estrecho puede ser
problemático, ya que corre el riesgo de perder gran parte de lo que impulsa el
comportamiento político y puede obstaculizar los esfuerzos para explicar fenómenos
políticos importantes.
Este artículo amplía el alcance de la investigación comparativa sobre instituciones
políticas al sentar las bases para un análisis sistemático de las reglas informales.
Nuestra motivación es simple: un buen análisis institucional requiere una atención
rigurosa a las reglas tanto formales como informales. La atención cuidadosa a las
instituciones informales es fundamental para comprender los incentivos que
permiten y restringen el comportamiento político. Los actores políticos responden a
una combinación de incentivos formales e informales y, en algunos casos, los
incentivos informales superan a los formales. En la Italia de la posguerra, por
ejemplo, las normas de corrupción eran "más poderosas que las leyes del estado:
estas últimas podían violarse con impunidad, mientras que cualquiera que desafiara
las convenciones del mercado ilícito se enfrentaría a cierto castigo". Para dar un
ejemplo diferente, aunque la ley estatal brasileña prohíbe las ejecuciones
extrajudiciales, las reglas y procedimientos informales dentro del aparato de
seguridad pública permiten e incluso alientan a los oficiales de policía a cometer ese
tipo de asesinato. Por lo tanto, los oficiales que matan a presuntos delincuentes
violentos saben que estarán protegidos contra el enjuiciamiento y posiblemente
serán recompensados con una promoción o bonificación. En tales casos, un análisis
estricto de las reglas formales sería muy insuficiente para entender los incentivos
que conducen el comportamiento.
La consideración de las reglas informales también suele ser fundamental para
explicar los resultados institucionales. Las estructuras informales dan forma al
desempeño de las instituciones formales de manera importante y, a menudo,
inesperada. Por ejemplo, las relaciones ejecutivo-legislativas no siempre pueden
explicarse estrictamente en términos de diseño constitucional. Las normas
neopatrimoniales que permiten el control presidencial no regulado sobre las
instituciones estatales en África y América Latina a menudo producen un grado de
dominio ejecutivo que supera con creces la autoridad constitucional de los
presidentes. Las instituciones informales también pueden limitar el poder
presidencial. En términos constitucionales, Chile posee "una de las presidencias más
poderosas del mundo". Sin embargo, debido a un conjunto de instituciones
informales que alentaron la consulta ejecutiva y el poder compartido, los presidentes
chilenos subestimaron sistemáticamente sus prerrogativas constitucionales durante
los años noventa; en consecuencia, Chile fue citado como una excepción en una
región caracterizada por el dominio presidencial.
Las instituciones informales también median los efectos de las reglas electorales.
Por ejemplo, el sistema de representación proporcional de Costa Rica y la
prohibición de la reelección en el Congreso no ofrecen incentivos formales para que
los legisladores realicen un servicio al distrito electoral. Sin embargo, los
legisladores costarricenses participan habitualmente en tales actividades en respuesta
a los "distritos" informales, patrocinados por el partido y las listas negras. En el área
de selección de candidatos, los estudios en los Estados Unidos sugieren que debido a
que los votantes comprometidos tienen más probabilidades de participar en las
primarias, los sistemas primarios fomentan la elección de candidatos con
polarización ideológica. Sin embargo, en un contexto de clientelismo generalizado,
donde la participación primaria se limita en gran medida a las personas inducidas a
votar por corredores locales, tales elecciones no son ganadas por candidatos
ideológicos sino por aquellos con la mayor maquinaria política.
Las instituciones informales también configuran los resultados institucionales
formales de una manera menos visible: mediante la creación o el fortalecimiento de
incentivos para cumplir con las reglas formales. En otras palabras, pueden hacer las
habilitaciones y restricciones que se atribuyen ampliamente a las instituciones
formales. Desde los documentos federales, los académicos han reconocido que las
normas subyacentes a las instituciones formales son importantes. La estabilidad de
la democracia presidencial de los Estados Unidos no solo es un producto de las
reglas establecidas en la Constitución, sino que también está arraigada en reglas
informales (como la pérdida por gracia, la infrautilización de ciertas prerrogativas
formales y el consenso bipartidista en temas críticos) que evitan que los controles y
balances formales se deterioren y se conviertan en graves conflictos entre las ramas
del gobierno.
Estos son apenas ejemplos aislados. Las reglas informales dan forma a los resultados
institucionales formales en áreas como política legislativa, política judicial,
organización de partidos, financiamiento de campañas, cambio de régimen,
federalismo, administración pública y construcción del estado.
2
Al reunir una gran cantidad de becas, pero desarrolladas, desarrollamos una agenda
de investigación dirigida a incorporar instituciones informales en los conjuntos de
herramientas teóricas que utilizan los estudiantes de política comparativa. En la
primera sección, clarificamos el concepto de institución informal, distinguiéndolo no
solo del de institución formal, sino también de otros fenómenos informales, como
instituciones débiles, regularidades de comportamiento informal, organizaciones
informales y cultura. En la segunda sección examinamos cómo interactúan las reglas
formales e informales. Al ampliar el trabajo de Hans-Joachim Lauth, distinguimos
cuatro tipos de instituciones informales: complementarias, complacientes,
competitivas y sustitutivas. Las secciones tercera y cuarta están dedicadas a temas de
emergencia y cambio institucional informal, preguntas que se ignoran en gran
medida en investigaciones comparativas recientes. Finalmente, discutimos los
desafíos específicos relacionados con la investigación en instituciones informales,
como los problemas de identificación, medición y comparación.
Algunas advertencias están en orden. Aunque el término institución informal abarca
una amplia gama de instituciones sociales (por ejemplo, el apretón de manos o las
reglas de citas) y económicas (por ejemplo, mercados negros), solo nos preocupan
las reglas políticas del juego. Restringimos nuestro análisis al período moderno,
cuando la codificación de la ley es casi universal. Antes de este período, nuestra
distinción entre reglas formales e informales es menos significativa. Finalmente,
aunque nos basamos en una amplia gama de casos, los ejemplos que citamos son
solo ilustrativos, no exhaustivos.
Qué son las instituciones informales (y cuáles son netas)
El término institución informal se ha aplicado a una gran variedad de fenómenos,
que incluyen redes personales, clientelismo, corrupción, clanes y mafias, sociedad
civil, cultura tradicional y una variedad de normas legislativas, judiciales y
burocráticas. Proponemos una definición más precisa y analíticamente útil de una
institución informal. Debería capturar la mayor cantidad posible de universo de
reglas informales, pero debe ser lo suficientemente estrecho como para distinguir las
reglas informales de otros fenómenos no institucionales e informales.
Comenzamos con una definición estándar de instituciones como reglas y
procedimientos (tanto formales como informales) que estructuran la interacción
social al restringir y habilitar el comportamiento de los actores. Por lo tanto, no es
tan claro cómo distinguir entre instituciones formales e informales. Algunos
estudiosos equiparan las instituciones informales con las tradiciones culturales.
Otros emplean una distinción entre el estado y la sociedad, que trata a las agencias
estatales y las reglas impuestas por el estado como formales, y las reglas y
organizaciones dentro de la sociedad civil como informales. Otros distinguen entre
normas informales, que son auto impuestas, y reglas formales, que se aplican por Un
tercero, a menudo el estado.
Cada conceptualización no logra captar instituciones informales importantes. Por
ejemplo, aunque algunas instituciones informales están sin duda arraigadas en las
tradiciones culturales, muchas, desde normas legislativas hasta patrones ilícitos de
financiación de partidos, tienen poco que ver con la cultura. Con respecto a la
distinción entre estado y sociedad, muchas instituciones dentro del estado (desde las
normas burocráticas hasta la corrupción) también son informales, s4, mientras que
las reglas que gobiernan a muchas organizaciones no estatales (como corporaciones
y partidos políticos y corporaciones) son ampliamente consideradas como formales.
Finalmente, aunque la definición de autoafirmación es analíticamente útil, no tiene
en cuenta el hecho de que las reglas informales pueden ser forzadas externamente
(por ejemplo, por jefes de clanes y mafias), incluso por el propio estado (es decir,
corrupción organizada del estado) Nosotros Emplear un cuarto enfoque. Definimos
las instituciones informales como reglas compartidas socialmente, generalmente no
escritas, que se crean, comunican y aplican fuera de los canales oficialmente
sancionados. En contraste, las instituciones formales son reglas y procedimientos
que se crean, comunican y aplican a través de canales ampliamente aceptados como
oficiales. Esto incluye las instituciones estatales (tribunales, legislaturas,
burocracias) y las reglas impuestas por el estado (constituciones, leyes,
regulaciones), pero también lo que Robert C. Ellickson llama "reglas de
organización" o las reglas oficiales que rigen a las organizaciones como
corporaciones, partidos políticos. , y grupos de interes.
Sin embargo, distinguir entre instituciones formales e informales es solo la mitad de
la tarea conceptual. La "institución informal" a menudo se trata como una categoría
residual, en el sentido de que se puede aplicar a prácticamente cualquier
comportamiento que se aleje de las reglas escritas o no se tenga en cuenta por ellas.
Para evitar este escollo, debemos decir más sobre lo que no es una institución
informal.
Cabe destacar cuatro distinciones. Primero, las instituciones informales deben
distinguirse de las instituciones débiles. Muchas instituciones formales son
ineficaces, ya que las reglas que existen en el papel son ampliamente burladas o
ignoradas. Sin embargo, la debilidad institucional formal no implica necesariamente
la presencia de instituciones informales. Puede ser que no existan reglas estables o
obligatorias, formales o informales. Por ejemplo, en su artículo seminal sobre
democracia delegativa, Guillermo O'Donnell argumentó que en gran parte de
América Latina, las reglas formales de la democracia representativa están
débilmente institucionalizadas. En ausencia de controles institucionalizados sobre el
poder ejecutivo, el alcance del comportamiento presidencial permisible se amplió
considerablemente, lo que resultó en un abuso sustancial de la autoridad ejecutiva.
En trabajos posteriores, O'Donnell destacó cómo las instituciones informales
3
particularistas, como el clientelismo, socavaban la efectividad de las instituciones
representativas. El trabajo de O'Donnell apunta a dos patrones distintos de debilidad
institucional formal que no deben combinarse. El clientelismo y los abusos de la
autoridad ejecutiva se apartan de las reglas formales, pero mientras que la primera es
una institución informal, la segunda se entiende mejor como un comportamiento no
institucional.
Segundo, las instituciones informales deben distinguirse de otras regularidades de
comportamiento informales. No todos los comportamientos con patrones están
sujetos a reglas o arraigados en expectativas compartidas sobre el comportamiento
de otros. Las regularidades de comportamiento pueden ser producto de una variedad
de incentivos. Para citar un ejemplo ofrecido por Daniel Brinks, quitarse el sombrero
en la iglesia es una institución informal, mientras que quitarse el abrigo en un
restaurante es simplemente una regularidad de comportamiento. En este último caso,
dejar el abrigo puesto puede ocasionar molestias físicas, pero no se espera que
provoque desaprobación social o sanción. Para ser considerada una institución
informal, una regularidad de comportamiento debe responder a una regla o norma
establecida, cuya violación genera algún tipo de sanción externa. Para tomar otro
ejemplo, el injerto público es claramente un comportamiento informal, pero solo
algunos patrones de injerto deben considerarse institucionales. Donde el injerto se
impone desde arriba, o donde se basa en expectativas ampliamente compartidas
entre los ciudadanos y los funcionarios públicos (y la negativa a asumir los riesgos
de incurrir en costos importantes), la corrupción puede ser una institución. Por el
contrario, cuando el injerto no está sancionado externamente ni está arraigado en
expectativas compartidas, sino que es más bien una respuesta a los bajos salarios del
sector público y la aplicación inefectiva, puede caracterizarse mejor como un patrón
de comportamiento.
En tercer lugar, las instituciones informales deben distinguirse de las organizaciones
informales. Aunque los académicos a menudo incorporan organizaciones en su
definición de institución, es útil, después de Douglass North, separar a los actores
políticos (o "actores") de las reglas que siguen. Así como las organizaciones
formales (como los partidos políticos o los sindicatos) pueden distinguirse de las
reglas formales, las organizaciones informales (clanes, mafias) deben distinguirse de
las instituciones informales. Sin embargo, las reglas informales pueden estar
integradas dentro de estas organizaciones, y al igual que las organizaciones políticas
formales se estudian bajo la rúbrica de "institucionalidad", los clanes, las mafias y
otras estructuras informales pueden incorporarse de manera útil en el análisis
institucional informal.
Finalmente, volvemos a la distinción entre instituciones informales y el concepto
más amplio de cultura. La cultura puede ayudar a formar instituciones informales, y
la frontera entre las dos es un área crítica para la investigación. Sin embargo, desde
nuestro punto de vista, la mejor manera de perseguir esta agenda es poner las
instituciones informales en términos relativamente limitados definiendo la
institución informal en términos de expectativas compartidas en lugar de valores
compartidos. Las expectativas compartidas pueden o no estar enraizadas en valores
sociales más amplios. La distinción entre valores compartidos y expectativas
compartidas permite a los futuros estudiosos analizar posibles relaciones causales
entre la cultura y las instituciones informales, como si los valores sociales refuerzan
o socavan a las instituciones informales particulares.
Cuatro tipos de instituciones informales
Las instituciones formales e informales interactúan de diversas maneras. En esta
sección, desarrollamos una tipología dirigida a capturar estas relaciones. Las
caracterizaciones de las relaciones institucionales formales y formales tienden a caer
en una de dos categorías claramente contrastantes. One camp trata a las instituciones
informales como funcionales o como solución de problemas, ya que proporcionan
soluciones a los problemas de interacción y coordinación social, lo que mejora la
eficiencia o el desempeño de las instituciones formales. Un segundo campamento
trata a las instituciones informales como disfuncionales o creadores de problemas.
Se dice que el clientelismo, la corrupción y el patrimonialismo socavan el
desempeño de las instituciones democráticas, de mercado y estatales formales. Sin
embargo, estudios recientes sugieren una imagen más compleja de lo que imaginaba
cualquiera de los dos campos, en el que las instituciones informales a veces
refuerzan o sustituyen a las instituciones formales que parecen socavar.
Para captar estas diferencias, nuestra tipología se basa en dos dimensiones. El
primero es el grado en que convergen los resultados institucionales formales e
informales. La distinción aquí es si seguir las reglas informales produce un resultado
sustancialmente similar o diferente del esperado de una adhesión estricta y exclusiva
a las reglas formales. Cuando el seguimiento de la regla informal conduce a un
resultado sustancialmente diferente, las instituciones formales e informales divergen.
Cuando los dos resultados no son sustancialmente diferentes, las instituciones
formales e informales convergen.
La segunda dimensión es la efectividad de las instituciones formales relevantes, es
decir, la medida en que las normas y procedimientos que existen en el papel se
aplican y cumplen en la práctica. Las instituciones formales efectivas realmente
restringen o permiten las elecciones de los actores políticos. Los actores creen que
existe una alta probabilidad de que las autoridades oficiales sancionen el
incumplimiento. Cuando las reglas y procedimientos formales son ineficaces, los
actores creen que la probabilidad de cumplimiento (y por lo tanto el costo esperado
de la violación) será baja.
Estas dos dimensiones producen la tipología cuádruple que se muestra en la figura 1.
Los tipos ubicados en las células superior izquierda (complementaria) e inferior
4
derecha (competencia) corresponden a los tipos "funcional" y "disfuncional" que
predominan en gran parte de la literatura. La tipología también produce dos tipos
nuevos (acomodativos y sustitutivos) que nos permiten dar sentido a otros patrones
institucionales menos familiares.
Instituciones informales complementarias
El lado izquierdo de la figura corresponde a las instituciones informales que
coexisten con instituciones formales efectivas, de modo que los actores esperan que
se cumplan las reglas que existen en el papel. La esquina superior izquierda combina
reglas formales efectivas y resultados convergentes, produciendo lo que Lauth llama
instituciones informales complementarias. Dichas instituciones "llenan los vacíos",
ya sea abordando las contingencias que no se abordan en las reglas formales o
facilitando la búsqueda de objetivos individuales dentro del marco institucional
formal. Estas instituciones informales a menudo mejoran la eficiencia. Los ejemplos
incluyen las innumerables normas, rutinas y procedimientos operativos que facilitan
la toma de decisiones y la coordinación dentro de las burocracias, y las normas
judiciales (como los procedimientos de asignación de opinión y la "Regla de los
cuatro") que facilitan el trabajo del Tribunal Supremo de los Estados Unidos.
Las instituciones informales complementarias también pueden servir como una base
para instituciones formales, creando o fortaleciendo incentivos para cumplir con
reglas formales que de otro modo podrían existir simplemente en el papel. Por lo
tanto, los académicos han vinculado la efectividad de la Constitución de los Estados
Unidos a un conjunto complementario de creencias y expectativas compartidas entre
los ciudadanos. Asimismo, la eficiencia de la burocracia poscolonial de Singapur
(cuya organización formal se asemejaba a la de Indonesia y Filipinas) se ha atribuido
a las normas subyacentes de la meritocracia y la disciplina. Los gobiernos de las
aldeas rurales chinas tienen más probabilidades de proporcionar bienes públicos
donde existen normas informales de obligación social generadas por la membresía
en las asociaciones de templos locales. En cada caso, las instituciones informales no
solo existen junto con las formales efectivas, sino que juegan un papel clave para
hacer efectivas las reglas formales del juego.
Acoger instituciones informales
La esquina inferior izquierda de la figura 1, que combina instituciones formales
efectivas y resultados divergentes, corresponde a instituciones informales
acomodadas. Estas instituciones informales crean incentivos para comportarse de
maneras que alteran los efectos sustantivos de las reglas formales, pero sin violarlas
directamente; contradicen el espíritu, pero no la letra, de las reglas formales. Las
instituciones informales a menudo son creadas por actores que no les gustan los
resultados generados por las reglas formales pero que no pueden cambiar o violar
abiertamente esas reglas. Como tales, a menudo ayudan a conciliar los intereses de
estos actores con los arreglos institucionales formales existentes. Por lo tanto,
aunque acomodar instituciones informales puede no mejorar la eficiencia, pueden
mejorar la estabilidad de las instituciones formales al atenuar las demandas de
cambio.
Los mecanismos de poder compartido ejecutivo-legislativo de Chile son un claro
ejemplo. Los líderes de la Concertación Democrática heredaron un "sistema
presidencial exageradamente fuerte" y un sistema electoral mayoritario que iba en
contra de su objetivo de mantener una amplia coalición multipartidista. Al carecer de
la fuerza legislativa para enmendar la Constitución de 1980, las elites de
Concertación crearon mecanismos informales de consulta interpartidista y ejecutivo-
legislativa para contrarrestar sus efectos. Estos acuerdos de poder compartido
"aumentaron la confianza de la coalición" en un marco constitucional formal que de
otra manera "ofrecía muy pocos incentivos para la cooperación".
Las prácticas consociacionales holandesas también pueden caracterizarse como
acomodaticias. La democracia de los Países Bajos posterior a 1917 se basó en un
conjunto de "reglas informales y no escritas" de acomodación de la élite y reparto
del poder, incluida una amplia consulta en la formulación de políticas, el poder de
veto mutuo y la asignación proporcional de puestos gubernamentales entre los
partidos políticos. Si bien estos acuerdos similares a los carteles violaron el espíritu
democrático de la constitución holandesa (al limitar el poder de voto), redujeron los
conflictos de clase y religiosos, mejorando así la estabilidad democrática.
La acomodación de reglas informales también surgió dentro de las instituciones
socialistas estatales en la Unión Soviética. Debido a que la estricta adhesión a las
reglas formales que gobiernan la vida política y económica soviética no permitía a
las empresas cumplir con los objetivos estatales o permitir que los individuos
cumplieran con sus necesidades básicas, surgió un conjunto de normas informales,
comúnmente conocidas como bl.it, en las cuales los individuos cumplieron estos
objetivos a través de Redes personales. No es estrictamente ilegal, blat permitió a los
gerentes de fábrica, trabajadores y burócratas "encontrar una manera de evitar los
procedimientos formales". Al ayudar a las empresas a cumplir los objetivos estatales
y los individuos a obtener bienes y servicios esenciales, este sistema informal de
intercambio fue fundamental para la supervivencia del sistema soviético.
Instituciones informales competentes
En el lado derecho de la figura 1 encontramos instituciones informales que coexisten
con instituciones formales ineficaces. En tales casos, las reglas y procedimientos
formales no se aplican sistemáticamente, lo que permite a los actores ignorarlos o
violarlos. La celda en la esquina inferior derecha combina reglas formales ineficaces
y resultados divergentes, produciendo instituciones informales competentes. Estas
instituciones informales estructuran los incentivos de manera que son incompatibles
con las reglas formales: para seguir una regla, los actores deben violar otra. Las
instituciones informales particularistas como el clientelismo, el patrimonialismo, la
política de clanes y la corrupción son algunos de los ejemplos más conocidos. Así, la
5
corrupción italiana de posguerra estaba incrustada en "normas alternativas" bajo las
cuales los actores podían violar ciertas leyes estatales "con impunidad", mientras
que aquellos que se adhirieron a la ley "se enfrentaron con cierto castigo".
Las instituciones informales competidoras se encuentran a menudo en contextos
postcoloniales en los que se impusieron instituciones formales a las reglas y
estructuras de autoridad indígenas. En la Ghana poscolonial, los funcionarios
públicos recibieron instrucciones oficiales de seguir las reglas de la burocracia
pública, pero, como descubrió Robert Price, la mayoría creía que pagarían un costo
social significativo (como la pérdida de una posición en la comunidad) si ignoraban
las normas del grupo de parentesco. eso los obligó a proporcionar empleos y otros
favores a sus familias y aldeas.90 De manera similar, los estudiosos del pluralismo
legal han argumentado que la imposición de los sistemas legales europeos creó
"múltiples sistemas de obligación legal". Debido a que estos sistemas "incorporaban
principios y procedimientos muy diferentes", la adhesión a la ley de aduanas en
ocasiones requería una violación de la ley estatal (y viceversa).
Instituciones informales sustitutivas
Finalmente, la esquina superior derecha, que combina instituciones formales
ineficaces y resultados compatibles, corresponde a instituciones informales
sustitutivas.93 Al igual que las instituciones complementarias, las instituciones
informales sustitutivas son contratadas por actores que buscan resultados
compatibles con reglas y procedimientos formales. Sin embargo, al igual que las
instituciones competidoras, existen en entornos donde las reglas formales no se
aplican de manera rutinaria. Por lo tanto, las instituciones informales sustitutivas
logran lo que las instituciones formales fueron diseñadas, pero no pudieron lograr.
Las instituciones sustitutivas tienden a surgir cuando las estructuras estatales son
débiles o carecen de autoridad. Durante la prolongada transición democrática de
México, las instituciones formales de resolución de disputas electorales (como los
tribunales electorales) carecieron de credibilidad y con frecuencia se pasaron por
alto. En este contexto, los funcionarios del gobierno nacional y la oposición Partido
de Acción Nacional resolvieron las disputas postelección a través de concertaces
informales, o "acuerdos de caballeros". 94 Concertacesiones sirvió así como una
"estación de paso" para el gobierno y las elites de la oposición hasta que las
instituciones formales de resolución de disputas electorales se volvieron creíbles95.
rondas campesinas (patrullas de autodefensa) para defender a sus comunidades y
asambleas de ronda (cortes informales) para resolver disputas locales.96 En las
zonas rurales de China, algunos funcionarios locales compensan la incapacidad del
estado para recaudar ingresos y proporcionar bienes públicos movilizando recursos a
través del templo y asociaciones de linaje, que "sustituyen el uso de estas
instituciones informales por ... los canales institucionales políticos formales de
provisiones de bienes públicos".
En conjunto, estos cuatro tipos sugieren que las instituciones informales no pueden
clasificarse en términos dicotómicos simples (funcionales frente a disfuncionales).
Si bien las instituciones informales sustitutivas, como concertacesiones y rondas
campesinas, subvierten las reglas y procedimientos formales, pueden ayudar a lograr
resultados (resolución de conflictos postelectorales, seguridad pública) que las reglas
formales no lograron. Y aunque acomodar instituciones informales como el
consociacionalismo viola el espíritu de las reglas formales, puede generar resultados
(estabilidad democrática) que se consideran en general beneficiosos. Sin embargo,
sigue siendo una pregunta abierta, si las instituciones acomodaticias y sustitutivas
pueden contribuir al desarrollo de .fonna / estructuras más efectivas, o si "desplazan"
tal desarrollo (eliminando las demandas de cambio institucional formal o creando
nuevos actores, habilidades, e intereses vinculados a la preservación de las normas
informales). Las siguientes dos secciones sientan las bases para abordar tales
preguntas.
Orígenes de las instituciones informales
Hasta la fecha, gran parte de la literatura empírica sobre instituciones informales ha
descuidado las preguntas de por qué y cómo surgen tales instituciones. Los análisis
de instituciones informales competidoras arraigadas, como el derecho
consuetudinario, el clientelismo y el patrimonialismo, suelen tomarlas como
elementos históricos o como parte de un paisaje cultural estático, y rara vez
preguntan por qué surgieron en primer lugar. Como resultado, a menudo subestiman
el grado en que las instituciones informales se modifican, se adaptan o incluso se
reinventan con el tiempo. Mientras tanto, muchas explicaciones existentes
(particularmente los estudios de instituciones complementarias) enfrentan una gran
falla de las cuentas funcionalistas tempranas de las instituciones formales: explican
el surgimiento de instituciones informales principalmente en términos de sus
supuestos efectos (por ejemplo, los aumentos de eficiencia que producen), sin
identificar Los mecanismos por los que se crean. Por ejemplo, muchos análisis
tempranos de elección racional trataron las normas informales como soluciones
eficientes para los problemas del ciclismo, la información o la acción colectiva.
Aunque estas explicaciones pueden explicar parcialmente la persistencia de las
instituciones informales una vez establecidas, son insuficientes, si no engañosas,
para generar teorías sobre el surgimiento institucional. En esta sección buscamos ir
más allá de las cuentas estáticas y funcionalistas, argumentando que las
explicaciones convincentes de las instituciones informales no solo deben preguntar
por qué los actores crean reglas informales, sino también examinar cómo los actores
crean y comunican esas reglas.
¿Por qué insinuaciones informales?
Enfocamos nuestra discusión aquí en instituciones informales que son endógenas a
las estructuras institucionales formales. En otras palabras, ¿por qué, dada la
6
existencia de un conjunto de reglas formales y mecanismos de creación de reglas,
los actores eligen crear reglas informales? Sobre la base de la sección anterior,
vemos tres motivaciones generales.
Primero, los actores crean reglas informales porque las instituciones formales están
incompletas. Las reglas formales establecen parámetros generales para el
comportamiento, pero no pueden cubrir todas las contingencias. En consecuencia,
los actores que operan dentro de un contexto institucional formal particular, como
las burocracias y las legislaturas, desarrollan normas y procedimientos que agilizan
su trabajo o abordan problemas no previstos por las reglas formales.
Segundo, las instituciones informales pueden ser una "segunda mejor estrategia"
para los actores que prefieren, pero no pueden lograr, una solución institucional
formal. En algunos casos, los actores simplemente carecen del poder para cambiar
las reglas formales. Así, las elites post-Pinochet en Chile crearon acuerdos
informales para compartir el poder porque carecían de la fuerza política para
reescribir la Constitución de 1980. De manera similar, los trabajadores y gerentes
soviéticos optaron por la informalidad de la parte de Blatin porque no pudieron
reformar o eliminar las instituciones estatales socialistas.
Una declaración más amplia de esta motivación, elaborada por Carol Mershon, es
que los actores crean instituciones informales cuando lo consideran menos costoso
que crear instituciones formales a su gusto. En la Italia de la posguerra, los líderes
demócratas cristianos que buscaban mantener a los partidos comunistas y
neofascistas fuera del poder encontraron más fácil desarrollar una "fórmula"
informal para excluir a esos partidos de las coaliciones de gobierno que para
impulsar a través del parlamento un sistema electoral mayoritario destinado a
fortalecer a los grandes partidos moderados. Del mismo modo, el uso de dispositivos
informales por parte de los líderes de los partidos costarricenses para inducir a los
legisladores a participar en el servicio electoral puede haber sido más fácil que
anular la prohibición de la reelección legislativa.
Inventar instituciones informales también puede ser una segunda estrategia donde
las instituciones formales existen en el papel pero son ineficaces en la práctica. En el
caso de las instituciones informales sustitutivas, por ejemplo, los actores crean
estructuras informales no porque les disgusten las reglas formales, sino porque las
reglas existentes y los procesos de elaboración de reglas carecen de credibilidad. Por
lo tanto, los líderes de la oposición mexicana participaron en las concertaciones
durante la década de 1990 porque no consideraron creíbles las cortes electorales
formales, y los aldeanos peruanos crearon rondas campesinas porque el sistema
judicial del estado no hizo cumplir el imperio de la ley.
Una tercera motivación para crear instituciones informales es la búsqueda de
objetivos que no se consideran públicamente aceptables. Debido a que son
relativamente poco visibles, las instituciones informales permiten que los actores
realicen actividades, que van desde lo impopular a lo ilegal, que es poco probable
que resistan la prueba del escrutinio público. Incluso cuando el soborno, el
patrimonialismo y la compra de votos son ampliamente aceptados, las normas
imperantes de universalismo impiden su legalización. Las normas de aplicación
laxa, lo que los holandeses llaman gedogen, proporcionan otro ejemplo. La
prostitución, el uso de drogas blandas y la eutanasia (o el aborto en países
predominantemente católicos) están legalmente prohibidos pero son ampliamente
tolerados. Los procedimientos informales que permiten las ejecuciones
extrajudiciales en Brasil también pueden explicarse en estos términos.
Las instituciones informales también pueden crearse para alcanzar objetivos que no
son aceptables internacionalmente. Por ejemplo, los cambios geopolíticos
producidos por el final de la Guerra Fría elevaron el costo externo de mantener
abiertamente los regímenes autoritarios (por ejemplo, un solo partido militar o
leninista) durante la década de 1990, lo que llevó a muchas élites autocráticas a
adoptar instituciones democráticas formales. Para mantener el poder en este nuevo
contexto internacional, los autócratas en países como Bielorrusia, Kazajstán, Kenia,
Perú, Rusia, Ucrania y Zimbabwe recurrieron a mecanismos informales de coerción
y control, que van desde el uso de matones paramilitares hasta la elaboración de
sistemas de compra de votos y fraude. , cooptación, espionaje y chantaje.
Sin embargo, comprender por qué los actores crean instituciones informales no es
suficiente para explicar cómo se establecen. La falta de completitud no explica por sí
misma cómo la necesidad de reglas adicionales se traduce en su creación (o, para el
caso, por qué se adoptan reglas informales, en lugar de formales). Cuando las
instituciones informales son la segunda mejor estrategia, ¿por qué los actores que
carecen de la capacidad para cambiar las reglas formales son capaces de establecer y
hacer cumplir las informales? Y donde los actores comparten ciertos objetivos
ilícitos, ¿cómo pueden establecer mecanismos que eviten efectivamente las reglas
formales? En resumen, para evitar la trampa funcionalista, es esencial examinar los
mecanismos mediante los cuales se establecen las instituciones informales.
Cómo se crean y comunican las instituciones informales
La construcción de instituciones informales difiere notablemente de los procesos
formales de elaboración de normas. Mientras que las reglas formales se crean a
través de canales oficiales (como ejecutivos y legislaturas) y son comunicadas y
ejecutadas por agencias estatales (como la policía y los tribunales), las reglas
informales se crean, se comunican y se aplican fuera de los canales públicos, y
generalmente fuera de los ojo publico. Los actores que los crean y los hacen cumplir
pueden negar haberlo hecho. Por lo tanto, sus orígenes son a menudo poco claros.
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Precisamente debido a estas diferencias, los académicos deben tomar en serio el
proceso de elaboración de reglas informales al identificar a los actores, coaliciones e
intereses detrás de la creación de reglas informales. En la medida en que estas reglas
se crean en un contexto en el que el poder y los recursos se distribuyen de manera
desigual, se puede esperar que produzcan ganadores y perdedores. Por lo tanto,
siguiendo a Jack Knight, los académicos deben ser sensibles a los procesos
subyacentes de conflicto y coerción, en lugar de asumir una coordinación pura.
Los procesos de emergencia institucional informal varían. En algunos casos, el
proceso es "de arriba abajo"; Las instituciones informales pueden ser un producto
del diseño y la imposición de la elite (el dedazo mexicano, el consociacionalismo
holandés), o pueden surgir de la interacción estratégica de nivel de la elite
(concertacesiones de México). En otros casos (corrupción, clientelismo, flagrante)
emergen reglas informales de un proceso descentralizado que involucra a un número
mucho mayor de actores. En cualquiera de los dos procesos, podemos entender los
mecanismos de emergencia en términos de puntos focales, interacción repetida o
negociación. 2 Alternativamente, la creación institucional informal puede ser un
proceso históricamente contingente en el que las estructuras informales son un
producto no deseado de conflictos y compromisos particulares. Por ejemplo,
Amakudari se originó como una estrategia improvisada por parte de funcionarios del
ministerio japonés que buscaban conciliar las normas previas a la guerra del empleo
de por vida con las realidades de posguerra de la escasez de recursos y los sistemas
de antigüedad estricta. Si bien estas instituciones informales finalmente pueden
asumir funciones que se perciben como eficientes o beneficiosas, a menudo estas
funciones tienen poco que ver con sus orígenes.
Los análisis de los orígenes de las instituciones informales también deben explicar
cómo se comunican y aprenden en ausencia de reglas escritas y de cumplimiento
público. En algunos casos, la institucionalización informal parece ser un proceso de
aprendizaje social a través de casos de ensayo y error ampliamente observados. El
dedazo mexicano se institucionalizó a través de un "proceso de aprendizaje mediante
el ejemplo", ya que los líderes del PRI que rompieron las reglas informales durante
las décadas de 1940 y 1950 sufrieron la derrota política y la marginación, mientras
que los que cumplían las reglas "fueron recompensados con mejores puestos". De
manera similar, los primeros ministros italianos de posguerra que rompieron la regla
informal que otorgaba a los partidos el derecho de nombrar a los ministros del
gobierno "vieron a sus gobiernos alcanzar sus rápidos fines". Sus sucesores
rápidamente "aprendieron la lección" y, a mediados de la década de 1950, "la regla
de las decisiones negociadas por parte de los líderes de partidos y facciones había
sido elaborada".
Las redes sociales y las organizaciones políticas también pueden transmitir reglas
informales. Por lo tanto, las normas de Amakudari se difundieron a través de redes
sociales que vinculaban universidades, burocracias estatales y corporaciones
privadas, y las redes informales dentro de los estados peruanos y ucranianos
comunicaron las reglas de corrupción y chantaje que mantuvieron los regímenes
autocráticos durante los años noventa. Los partidos políticos también llevan reglas
informales. Las partes comunicaron acuerdos para compartir el poder en Chile, los
Países Bajos y la Italia de posguerra; las organizaciones del partido hicieron cumplir
el sistema de sobornos y sobornos en Italia; y los líderes de los partidos locales que
compiten entre sí distribuyeron rondas campesinas en el norte del Perú.
En resumen, ir más allá de las cuentas funcionalistas implica identificar a los actores
e intereses relevantes detrás de las instituciones informales, especificar el proceso
mediante el cual se crean las reglas informales y mostrar cómo esas reglas se
comunican a otros actores de tal manera que evolucionen hacia conjuntos de
expectativas compartidas.
Cambio Institucional Informal
Las instituciones informales a menudo se caracterizan por ser altamente resistentes
al cambio, ya que poseen una "capacidad de supervivencia tenaz". Cuando se
produce un cambio, se espera que sea lento e incremental. Lauth, por ejemplo,
sostiene que debido a que las reglas informales "no poseen un centro que dirija y
coordine sus acciones," el cambio institucional informal probablemente sea un
proceso "extremadamente largo". Sin embargo, las instituciones informales sí
cambian, ya menudo con bastante rapidez. La práctica china de siglos de atar los
pies desapareció en una generación, y muchas de las reglas informales que
estructuraron la política de la elite mexicana durante gran parte del siglo XX
(incluido el dedazo) se derrumbaron rápidamente a fines de los años noventa.
Varias fuentes pueden generar el ímpetu para el cambio institucional informal. Una
fuente importante es el cambio institucional formal. El impacto de los cambios de
reglas formales no debe, por supuesto, ser exagerado; muchas instituciones
informales han demostrado su resistencia incluso ante una reforma legal o
administrativa a gran escala. Sin embargo, en la medida en que el cambio
institucional formal altera los costos y beneficios de adherirse a reglas informales
particulares, puede servir como un catalizador importante para el cambio
institucional informal.
Dos tipos de cambio institucional formal son relevantes aquí. El primero es el
cambio en el diseño institucional formal. En particular, para las instituciones
informales que son endógenas a las estructuras formales, un cambio en el diseño de
las reglas formales puede afectar los costos y beneficios de adherirse a las reglas
informales relacionadas, lo que puede producir un rápido cambio institucional
informal. En el caso de instituciones informales complementarias, por ejemplo, la
modificación de las reglas formales relevantes puede cambiar la naturaleza de las
brechas que la institución informal ha diseñado para abordar, lo que puede crear
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incentivos para que los actores modifiquen o abandonen la regla informal. La
Declaración de Derechos de los Subcomités de la Cámara de Representantes de
1974 "produjo un cambio brusco en las reglas formales que anularon las estructuras
de los comités informales anteriores".
El cambio institucional informal también puede ser producto de cambios en la
fortaleza o eficacia institucional formal. En tales casos, los cambios en el nivel de
cumplimiento de las reglas formales alteran los costos y beneficios que se adhieren a
las instituciones informales que compiten con esas reglas o las sustituyen. Por
ejemplo, el cumplimiento de las instituciones informales que compiten entre sí se
vuelve más costoso con un mayor cumplimiento de las reglas formales, y en algún
momento, estos costos inducirán a los actores a abandonar la institución informal.
Así, el aumento de la ejecución judicial desencadenada por las investigaciones de
Mani Pulite debilitó las redes de corrupción en Italia; los estrictos controles
impuestos por el estado posrevolucionario debilitaron las normas tradicionales de
donación de regalos en la China maoísta; y la aplicación federal de la legislación de
derechos civiles debilitó las prácticas de Jim Crow en el Sur.
El aumento de la eficacia institucional formal también puede debilitar las
instituciones informales sustitutivas. Cuando aumenta la credibilidad de estructuras
formales previamente ineficaces, los beneficios asociados con el uso de instituciones
sustitutivas pueden disminuir, potencialmente hasta el punto de su dispensabilidad.
Por ejemplo, la mayor credibilidad de los tribunales electorales de México a lo largo
de la década de 1990 redujo el incentivo de los líderes de la oposición para trabajar a
través de concertaciones informales, y la mayor eficacia de la seguridad pública y
los sistemas judiciales de Perú llevaron al colapso de muchas rondas de campesinas
y asambleas de ronda. .
Otras fuentes de cambio institucional informal están fuera del contexto institucional
formal. Para los académicos que ven a las instituciones informales principalmente
como un producto de la cultura, el cambio institucional informal se basa
principalmente en la evolución de los valores sociales. Debido a que tales cambios
tienden a ser de ritmo glacial, este patrón de cambio institucional informal será lento
e incremental. Podríamos entender la erosión de los patrones de autoridad
tradicionales o basados en el parentesco en Europa en estos términos.
Las instituciones informales también pueden cambiar a medida que cambian las
condiciones del status quo que las sustenta. Los desarrollos en el entorno externo
pueden cambiar la distribución del poder y los recursos dentro de una comunidad,
debilitando a aquellos actores que se benefician de una institución informal en
particular y fortaleciendo a aquellos que buscan cambiarlo. Así, el ambiente
electoral cada vez más competitivo de México durante la década de 1990 fortaleció a
los líderes y activistas locales del PRI en relación con el liderazgo nacional, lo que
les permitió disputar y, finalmente, desmantelar el sistema de dedazo. En los Países
Bajos, un declive a largo plazo en las identidades de clase y religión fortaleció a los
nuevos partidos que desafiaron las reglas consociacionales del juego e indujo a los
partidos establecidos a abandonarlas. El crecimiento de los electorados de la clase
media erosiona las bases del clientelismo al reducir la dependencia de los votantes
en la distribución de bienes materiales selectivos. En estos casos, el cambio
institucional informal tiende a ser incremental, ya que los actores reorientan
gradualmente sus expectativas para reflejar los cambios subyacentes en su poder de
negociación y el de los demás.
Es posible que se necesiten otras herramientas analíticas para explicar algún cambio
institucional rápido informal o colapso. Los modelos basculantes ofrecen una
herramienta de este tipo. Estos modelos sugieren que si un número suficientemente
grande de actores se convencen de que existe una alternativa nueva y mejor, y si
existe un mecanismo a través del cual se coordinan las expectativas de los actores,
puede ocurrir un cambio de un conjunto de normas a otro con bastante rapidez.
Gerry Mackie sostiene que el movimiento para poner fin al atascamiento del pie en
China dependía de crear un mercado matrimonial alternativo que permitiera a los
hijos casarse con hijas que tenían pies naturales, escapando así de la inferioridad
convencional.
La figura 2 resume estas fuentes de cambio institucional informal. Como sugiere la
figura, las instituciones informales varían considerablemente con respecto a la fuente
y al ritmo del cambio. Mientras que algunos (complementarios, acomodaticios) son
altamente susceptibles a cambios en el diseño institucional formal, otros
(sustitutivos, competidores) son más propensos a verse afectados por cambios en la
fortaleza institucional formal. Con respecto al ritmo del cambio, es probable que la
evolución cultural produzca un cambio incremental, pero el cambio institucional
formal o la coordinación en torno a un equilibrio alternativo pueden desencadenar el
rápido colapso de las instituciones informales.
Desafíos de la investigación: identificación, medición y comparación
La incorporación de las instituciones informales al análisis institucional comparativo
general plantea un nuevo conjunto de desafíos de investigación. Un problema
importante es identificar y medir instituciones informales. En el análisis institucional
formal, esta tarea es relativamente sencilla. Debido a que las instituciones formales
generalmente están escritas y comunicadas y sancionadas oficialmente, su
identificación y medición a menudo requieren poco conocimiento de casos
particulares, lo que facilita la comparación de grandes n. Identificar instituciones
informales es más desafiante. La constitución de un país puede decirnos si tiene un
sistema de gobierno presidencial o parlamentario, pero no puede decirnos acerca de
la omnipresencia del clientelismo o las redes de parentesco.
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Una forma de identificar instituciones informales es buscar instancias en las que
reglas formales similares produzcan resultados diferentes y luego atribuir la
diferencia a instituciones informales. Aunque la lógica de este enfoque es clara,
reduce las instituciones informales a una categoría residual y corre el riesgo de
combinar instituciones informales con instituciones débiles. Una estrategia
alternativa es identificar patrones de comportamiento estables que no correspondan a
reglas formales. Sin embargo, este enfoque corre el riesgo de tratar todas las
regularidades de comportamiento como instituciones informales.
Como mínimo, los esfuerzos para identificar instituciones informales deben
responder tres preguntas básicas. Primero, ¿cuáles son las expectativas compartidas
de los actores sobre las limitaciones reales que enfrentan? Solo al examinar la
comprensión mutua de las reglas por parte de los actores se puede distinguir entre
patrones de comportamiento informales e instituciones informales. Segundo, ¿cuál
es la comunidad a la que se aplican las reglas informales? Mientras que el dominio
de una institución formal a menudo está delineado por leyes u otros estatutos, el
dominio de las reglas informales es a menudo más difícil de discernir. La comunidad
relevante puede ser una aldea, una nación, un grupo étnico o religioso, o una
organización como un partido político, legislatura o burocracia estatal. En algunos
casos, la comunidad relevante es una elite política, cuyos límites a menudo son
borrosos. Tercero, ¿cómo se aplican las reglas informales? Si el comportamiento
informal está sujeto a reglas, las infracciones deben generar una sanción externa. A
diferencia de los mecanismos formales de aplicación (policía, tribunales), los
mecanismos informales de sanción son a menudo sutiles, ocultos e incluso ilegales.
Pueden abarcar desde comentarios hostiles, chismes, ostracismo y otras
manifestaciones de desaprobación social hasta violencia extrajudicial.
Identificar las expectativas compartidas y los mecanismos de cumplimiento que
sustentan las instituciones informales es una tarea desafiante, que requiere en la
mayoría de los casos un conocimiento sustancial de la comunidad en la que están
integradas las instituciones informales. Por lo tanto, es probable que no haya
sustituto para el trabajo de campo intensivo en el análisis institucional informal. De
hecho, la mayoría de los estudios de instituciones informales toman la forma de una
teoría abstracta (N = O) o estudios de casos inductivos (N = 1). Los estudios de caso
proporcionan elementos esenciales para la comparación y la construcción de teorías.
Sin embargo, un cuerpo de teoría más general requerirá que los académicos
incorporen otros métodos también.
Uno de estos métodos es la comparación rigurosa de small-n. Sin perder la
sensibilidad al contexto que caracteriza a los estudios de caso, los análisis de small-n
pueden comenzar a identificar patrones de efectos institucionales informales,
interacción institucional formal-informal y cambio institucional informal. Por
ejemplo, el estudio comparativo de Kathleen Collins de tres estados de Asia Central
le permitió examinar la interacción entre las redes de clanes y los diferentes tipos de
régimen formal. De manera similar, el análisis de Scott Desposato del
comportamiento legislativo en cinco estados brasileños con diversos grados de
clientelismo le permitió considerar cómo afecta el clientelismo al funcionamiento de
las legislaturas con estructuras formales similares.
Las encuestas de gran n también pueden resultar útiles en la investigación en
instituciones informales. La investigación de la encuesta puede capturar las
expectativas y creencias de los actores sobre las reglas "reales" del juego. Aquí es
importante distinguir entre las encuestas convencionales que capturan valores o
actitudes hacia instituciones particulares (por ejemplo, la Encuesta de valores
mundiales) y aquellas diseñadas para capturar creencias compartidas socialmente
sobre las restricciones que enfrentan los individuos. Un ejemplo de lo último es el
análisis de Susan Stokes sobre las instituciones informales de rendición de cuentas
en Argentina, que utiliza datos de encuestas para demostrar la existencia en algunas
partes del país de expectativas ciudadanas compartidas de que los votantes
castigarán a los políticos que se comportan de manera deshonesta. Si bien las
encuestas basadas en expectativas inicialmente pueden estar limitadas a la
identificación de instituciones informales, eventualmente podrían usarse para
generar y probar reclamos causales.
Conclusión
Desde que James March y Johan P. Olsen declararon que "ha aparecido un nuevo
institucionalismo en la ciencia política", la investigación sobre las instituciones
políticas ha avanzado considerablemente. Sin embargo, debido a que la literatura
sobre política comparativa se ha centrado principalmente en instituciones formales,
se corre el riesgo de perder muchos de los incentivos y restricciones "reales" que
subyacen en el comportamiento político. De hecho, los análisis de elección racional
de las instituciones han sido criticados por una "atención excesiva a las reglas
formales" y una "atención insuficiente a las prácticas e instituciones informales
firmemente establecidas".
Hemos tratado de proporcionar un marco para incorporar reglas informales en el
análisis institucional general. Lejos de rechazar la literatura sobre instituciones,
buscamos ampliarla y ampliarla, con el objetivo de refinar y, en última instancia,
fortalecer su marco teórico. Vemos varias áreas para futuras investigaciones.
Primero, debemos plantear y probar hipótesis sobre cómo las reglas informales
moldean los resultados institucionales formales. Por ejemplo, ¿cómo las redes de
clientelismo y patrocinio median los efectos de las normas electorales y legislativas?
En política comparativa, el tema de cómo las instituciones informales sostienen o
refuerzan, en lugar de socavar o distorsionar las formales, no se ha investigado bien.
Cuando las instituciones funcionan de manera efectiva, a menudo asumimos que las
reglas formales están impulsando el comportamiento de los actores. Sin embargo, en
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algunos casos, las normas informales subyacentes hacen mucho de las habilitaciones
y restricciones que atribuimos a las reglas formales.
Segundo, necesitamos teorizar más rigurosamente sobre el surgimiento de
instituciones informales y particularmente sobre los mecanismos a través de los
cuales se crean, comunican y aprenden las reglas informales. Algunas instituciones
informales aparentemente antiguas son en realidad reconfiguraciones relativamente
recientes (o reinvenciones); este hecho hace que las cuestiones de los orígenes sean
aún más convincentes.
Tercero, necesitamos entender mejor las fuentes de estabilidad y cambio
institucional informal. Una pregunta que no se aborda en este artículo es la de la
codificación de reglas informales. En algunos casos, los actores estatales optan por
legalizar las instituciones informales que se percibe que compiten o socavan las
reglas formales. Varios gobiernos de América Latina "constitucionalizaron" los
aspectos de la ley indígena (otorgándoles el estatuto constitucional) durante la
década de 1990 en un esfuerzo por mejorar el cumplimiento de la ley estatal. De
manera similar, en Argentina, en un esfuerzo por regular el uso de la autoridad del
decreto extraconstitucional del presidente Carlos Menem, los legisladores incluyeron
una disposición para decretos ejecutivos en la Constitución de 1994. Necesitamos
saber más sobre lo que induce a los actores estatales a formalizarse en lugar de
oponerse a las instituciones informales.
La investigación en política comparada sobre instituciones informales aún se
encuentra en una etapa incipiente. Es probable que haya avances en varios frentes,
que van desde modelos formales abstractos hasta estudios etnográficos e
investigaciones de encuestas. Los nuevos conocimientos provendrán de una variedad
de disciplinas, incluyendo antropología, economía, derecho, sociología y psicología
política. Por lo tanto, es esencial promover una agenda de investigación amplia y
pluralista que fomente la fertilización a través de disciplinas, métodos y regiones.
Dada la variedad de áreas en las que las reglas informales y las organizaciones son
importantes desde el punto de vista político, es esencial que los científicos políticos
se tomen en serio las reglas reales del juego, ya sea que estén escritas en pergamino
o no.