Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
Alejandro en Egipto
Por JOSÉ MIGUEL PARRA
30 EN EL OBJETIVO
38 ASEGURANDO LA RETAGUARDIA
EN EL OBJETIVO
Egipto, con su enorme riqueza agrícola, estuvo en el radar de las potencias
de Oriente Medio y Próximo milenios antes de la llegada de Alejandro.
JOSÉ MIGUEL PARRA, DOCTOR EN HISTORIA ANTIGUA Y ESCRITOR
DOSSIER
J
usto a finales del Reino Nuevo, etapa, hubo dos entidades políticas inde- turado hasta tal punto su civilización que
el Mediterráneo entró en un pe- pendientes. Una tenía su capital en Tanis, sus modos e ideología eran plenamente
ríodo de inestabilidad económi- en el Delta, y ejercía su poder sobre el egipcios. Tanto que, viendo el desastre que
ca y política en el que tuvieron Bajo Egipto, mientras que en el sur, los asolaba a sus vecinos, llegaron a conside-
mucho que ver los llamados Pue- grandes sacerdotes del templo de Amón rarse los herederos directos del poder fa-
blos del Mar. Por suerte para Egipto, Ram- consiguieron tanto poder como para con- raónico y decidieron tomar cartas en el
sés III los derrotó por completo en una vertirse en los gobernantes independien- asunto: conquistarían el valle del Nilo
batalla terrestre y naval que puso fin a sus tes del Alto Egipto. No llegaron a procla- para acabar con las disensiones y fracturas
correrías e impidió que se asentaran en el marse faraones, pero lo fueron en todo y devolverían a Egipto su antiguo esplen-
valle del Nilo. Fue, por así decirlo, el primer excepto en la titulatura. Con el tiempo dor, como le correspondía. Y así lo hicieron,
y último hurra de lo que sería un largo aparecieron incluso otros centros de poder convirtiéndose en la xxv dinastía. Su sis-
reinado, en el que las tensiones sociales y político, como la ciudad de Heracleópolis tema de reunificación del poder funcionó
económicas fueron socavando cada vez Magna, en El Fayum, que controlaba el bien cerca de cien años, durante los cuales
más el mundo faraónico. centro del país, o la ciudad de Sais, en la volvieron a recuperar influencia comercial
Sus sucesores inmediatos, todos ellos lla- que surgió la xxiv dinastía. y política en Siria-Palestina..., donde tro-
mados Ramsés, no tuvieron reinados más Mientras, en Nubia, independizada del pezaron con la potencia dominante de la
fecundos, y cuando falleció el último de dominio que los egipcios llevaban ejer- región por entonces, los asirios.
ellos, Egipto entró en lo que se conoce co- ciendo sobre ella desde el Reino Medio,
mo el Tercer Período Intermedio. De la xxi sus reyes observaban con horror el pano- La apisonadora asiria
dinastía a la xxv, el poder de los faraones rama político del valle del Nilo. Eran in- El avasallador poder político asirio no sor-
disminuyó constantemente, hasta el pun- dependientes, sí, pero los milenios de prendía a los egipcios: su rápido crecimien-
to de que, durante la mayor parte de esa control y presencia faraónica habían acul- to fue uno de los motivos que llevaron a
32 H I STO R I A Y V I DA
ALEJANDRO
Faraones persas
A lo que parece, Cambises decidió conver-
tirse en faraón de Egipto con todas las de
la ley, coronándose como tal para ser acep-
tado por los habitantes del valle del Nilo.
Tampoco tuvo escrúpulos en ascender a
nativos a cargos administrativos impor-
tantes, e incluso enterró con toda la pom-
pa y el boato a un toro Apis. Pero, pese a
demostrar deseos de conservar y respetar
la religión y las costumbres egipcias, tam-
EL PERSA CAMBISES II
YA DECIDIÓ CORONARSE
FARAÓN PARA SER
TEMPLO de Karnak, Tebas. En la pág. anterior,
ACEPTADO POR LOS
el persa Cambises II en Egipto, por J. A. Guignet.
HABITANTES DEL PAÍS
estos y a los hititas a firmar un acuerdo de todo Egipto, para ser derrotado sin palia- bién quiso que su tesoro recibiera todos
paz tras la batalla de Qadesh. Intuyendo tivos por el nuevo monarca asirio, Asur- los impuestos que le correspondían. Pu-
el peligro que podían suponer los recién banipal, que llegó a saquear Tebas. Por blicó entonces un decreto mediante el cual
llegados, Ramsés II y Hatusil III decidieron fortuna para los egipcios, en Mesopotamia intentó acabar con parte de los privilegios,
aliarse para no debilitar sus posturas y estallaron entonces diversos alzamientos en especial fiscales, de los que disfrutaban
mantener controlados a los asirios. Lejos que requirieron toda la atención y recursos templos y sacerdotes. Como era de esperar,
quedaban los tiempos en los que los reyes de los asirios. Estos terminaron por aban- esto le granjeó pocas simpatías, y sin duda
mesopotámicos escribían a Akhenatón donar Egipto, a lo que contribuyó la insu- influyó en las fuentes egipcias, que descri-
quejándose de que el faraón los hacía de rrección encabezada por el primero de los ben su gobierno como el de un personaje
menos y no los consideraba tanto como a soberanos de la xxvi dinastía, Psamético. impío. Quizá por eso, a su muerte estalló
otros soberanos contemporáneos. Con ella comenzaba la Baja Época. una rebelión que apenas liberó Egipto du-
El caso es que los asirios decidieron termi- La saíta sería la última dinastía autóctona rante tres años, hasta que llegó Darío I con
nar con la presencia egipcia y se lanzaron egipcia que gobernó en el valle del Nilo su ejército. No obstante, entra en lo po-
a dominar el valle del Nilo. No tuvieron antes de la conquista total del mismo por sible que esta imagen oscura del persa le
problemas en conquistar Menfis, haciendo otro imperio extranjero. Fue una época de deba más a las propias fuentes aquemé-
huir al faraón Taharqa a Tebas. A pesar de renacimiento para Egipto, que recuperó nidas que a la realidad histórica. Estas
nombrar gobernadores y convertir el país todo su prestigio y poderío internacionales. habrían exagerado los puntos negativos
en una provincia, la muerte de su rey im- En la Biblia aparecen varias de las campa- de Cambises para destacar como intacha-
pidió que esta se consolidara, lo cual pro- ñas de los faraones por tierras de Siria- ble la imagen de su padre y fundador de
pició incluso rebeliones de sus propios Palestina. En el plano cultural, los gober- la dinastía, Ciro II el Grande.
gobernadores en el Delta. Al final, un fa- nantes saítas recurrieron a modelos del El reinado del nuevo emperador persa fue
raón kushita terminó por reconquistar Reino Antiguo como referencia. Sin em- largo y duradero, casi cuarenta años, du-
H I STO R I A Y V I DA 33
DOSSIER
Flujo de talentos
El principal cambio que el gobierno persa
impuso en Egipto fue el idioma empleado
en los documentos de la cancillería, que,
lógicamente, fue el propio de la adminis-
tración persa en todo el Imperio, el arameo.
Esto requirió el uso constante de traduc-
tores egipcios. Por otra parte, dado que se
trataba de un imperio que los aqueménidas
intentaban consolidar, estos no se mostra-
ron tímidos a la hora de incorporar en los
cargos que consideraran oportunos a per-
sonas no nativas del valle del Nilo, y así
fue creciendo el número de extranjeros
con poder en Egipto. Como demuestra el
caso de Udjahorresnet, la circulación de
RELIEVE DE DARÍO I EL GRANDE, tercer rey de la dinastía aqueménida de Persia. Museo Nacional de Irán. personajes destacados tuvo doble sentido.
Este egipcio, que ya había sido funcionario
durante la dinastía saíta, se encargó de
rante los cuales Darío se mostró especial- y Elam, llegando al corazón del Imperio crear la titulatura de Darío I como faraón
mente preocupado por mantener el control persa con rapidez. Y es que uno de los mo- antes de residir en Susa como consejero
de Egipto. Como no podía ser de otro mo- tivos por los cuales se conquistó Egipto era imperial, un claro ejemplo de que ni mucho
do, decidió no solo coronarse como su su relevancia económica. menos vieron los egipcios cortado el acce-
legítimo faraón, sino ganarse definitiva- Darío I se dio cuenta de que el sistema so a los puestos más importantes. Otro
mente a la clase sacerdotal, para lo cual administrativo egipcio llevaba largo tiem- caso de lo más interesante es el de Ptah-
comenzó una decidida política de cons- po funcionando y llenando el tesoro real hotep, que en el siglo v a. C. era el “jefe
trucción y mejora de los templos: el de de los faraones, por lo que resultaba por del Tesoro”, nada menos que el director
Sais, donde había una escuela médica, el completo innecesario modificarlo o aña- de finanzas de la satrapía.
de Amón de Hibis en el oasis de Kharga dirle enmiendas. Así pues, respetó la es- Por cierto, que no solo fueron personajes
(desierto occidental), el de Busiris, el Se- tructura existente y mantuvo en sus pues- de postín originarios del valle del Nilo
rapeo en Saqqara... Pero, en cuanto a obras tos a los funcionarios nativos. Al fin y al los que terminaron trabajando en la cor-
públicas, lo más destacado, sin duda, es cabo, era su legítimo faraón, y a él debían te persa: una gran estatua de cuerpo
que terminó el canal entre el Nilo y el mar rendirle cuentas. Bueno, a él concreta- entero de Darío I encontrada en Susa
Rojo que había comenzado años atrás Ne- mente no, sino a su representante en lo muestra al faraón vestido a la persa, pe-
cao II. No fue simple política de relaciones que se había convertido en una provincia ro está tallada al modo egipcio y luce una
públicas, porque, gracias a ello, los barcos, más del Imperio. Cada una de ellas estaba inscripción en persa, elamita, acadio y
desde el feraz valle del Nilo, podían alcan- gobernada por un sátrapa, un miembro egipcio jeroglífico. Está claro que Darío
zar con facilidad el sur de Mesopotamia de la élite persa, de las más nobles familias quiso aprovechar al máximo todos los
34 H I STO R I A Y V I DA
ALEJANDRO
Escitas Mar
de Aral Masagetas
Escitas
TRACIA Mar Negro
M
M AC EDO NIA
ar
Sínope
O
xu
Ca
Bizancio
s
Trebisonda
sp
LIDIA SOGDIANA
io
GRECIA CAPADOCIA ARMENIA
Artemisio
Atenas JONIA Hititas
Ti
Gaugamela PARTIA
gr
Salamina
ARIA
Esparta Ecbatana BACTRIANA
SIRIA MESOPOTAMIA MEDIA
Kabul
Mar Mediterráneo SAGARTIA
Qadesh Caldeos
Sais Babilonia Susa
N A
Pelusio AÁ IN
Alejandría N ST BABILONIA ELAM SATAGIDIA
A E
Náucratis Tanis C AL
P Nabateos
BAJO Saqqara Persépolis
EGIPTO Menfis Sinaí PERSIA do
Heracleópolis In
G
ol
I NDI A
ér
amat
Tebas Hamm
co
(Luxor)
M
ar
Mar Arábigo
Ro
lo
NUBIA 0 400 km
Ni
jo
Durante casi tres milenios, el reino del valle hasta que son derrocados finalmente por logra conquistar el valle del Nilo durante algu-
del Nilo atraviesa por varios procesos de ex- una dinastía local tebana. nos años, hasta que problemas internos y ex-
pansión y de pérdidas territoriales en las re- ternos la llevan a abandonar el país.
giones de Nubia y Siria-Palestina, hasta caer Reino Nuevo
bajo el dominio de sucesivas potencias riva- c 1550-c 1070 a. C. Baja Época
les, en especial, la del Imperio persa, el gran Reunificado el país con Ahmose I, las nuevas c 664-332 a. C.
enemigo del mundo heleno. amenazas proceden del también oriental pue- La dinastía saíta instaurada por Psamético I
blo hitita. La batalla de Qadesh, en 1274 a. C., inaugura la Baja Época, o Período Tardío. El
Reino Medio deja en tablas el enfrentamiento entre ambos tercer faraón de la estirpe se rinde ante el per-
c 2050-1750 a. C. imperios. Si Ramsés III, en el siglo XII a. C., se sa Cambises II tras la batalla de Pelusio en
Metuhotep II reunifica Egipto tras poco más las verá con los Pueblos del Mar, será una di- 525 a. C. Darío I (arriba, su imperio) encarna-
de un siglo de división. Durante el Reino Me- nastía de origen libio la que ponga fin al Rei- ría un largo dominio sobre la provincia egipcia
dio, Kush (Nubia) cae bajo la órbita egipcia, no Nuevo a la muerte de Ramsés XI. hasta su muerte, a finales del siglo V a. C. Su
de la que no se independizaría hasta el Tercer hijo Jerjes I continuará enfrentado con los
Período Intermedio. Tercer Período griegos en las guerras médicas, que termina-
Intermedio rán, ya con Artajerjes I, con la victoria helena
Segundo Período c 1070-c 664 a. C. en 449 a. C. Tras un paréntesis de unos se-
Intermedio Egipto se divide de nuevo en varios centros senta años de independencia, en 343 a. C. el
c 1800-1550 a. C. de poder político, siendo el principal el de la rey persa Artajerjes III vuelve a apoderarse del
Egipto vuelve a dividirse por la debilidad de dinastía XXII tanita (libia) en el Delta. Ya en el país. No será por mucho tiempo: el macedo-
sus soberanos. Los hicsos, llegados desde siglo VII a. C., soberanos procedentes de Kush nio Alejandro Magno se hace con Egipto en
Oriente Próximo hacia el siglo XVIII a. C., se tomarán las riendas de todo el país tras unifi- el año 332 a. C. Los aqueménidas no volverán
hacen con el poder en el tercio norte del país, carlo. La gran potencia del momento, Asiria, a poner un pie en el valle del Nilo.
DOSSIER
36 H I STO R I A Y V I DA
minar las tierras de Canaán le proporcio- no basado en los caprichos y arbitrarieda- opinión. En su constante lucha contra los
naba un colchón contra los inminentes des de los administradores foráneos. Una persas, la invasión de Egipto y los abusos
intentos persas por recuperar el control del política que alienó a los egipcios contra en el país del Nilo fueron un elemento de
valle del Nilo. Desgraciadamente, su inten- sus conquistadores... O así podría parecer, la guerra propagandística. Tenían todo el
to terminó en fracaso. Desde ese momen- pues conviene detenerse a analizar el con- interés en mostrar a los persas como go-
to hasta 343 a. C., cuando Artajerjes III tenido de tales fuentes. bernantes sin corazón, y a otro, Alejandro
volvió a apoderarse de Egipto, la supervi- Existen textos egipcios que se esfuerzan Magno, como el libertador que acabó con
vencia de los últimos faraones autóctonos por presentar el dominio persa de un mo- la tiranía de un pueblo sometido y llevó
estuvo envuelta en una gran tensión. Para do benigno, de modo que la presencia de de nuevo al país la libertad y la alegría.
Uno de los aspectos más interesantes de la
LA INVASIÓN PERSA DE EGIPTO SIRVIÓ A LOS GRIEGOS Baja Época, pese a la presencia de persas
primero y macedonios después, es que la
COMO ELEMENTO DE LA GUERRA PROPAGANDÍSTICA decadencia visible en las reconstrucciones
históricas del período en realidad no fue
entonces, la presencia griega en el valle del los aqueménidas resultara lo menos des- tanta. Lo cierto es que durante esos años
Nilo, tanto de mercenarios como de colonos agradable posible al pueblo. Son docu- la civilización faraónica se mantuvo fuerte
–en la ciudad de Náucratis, en el Delta–, mentos donde se presenta a los faraones y pujante. No solo fue capaz de sobrevivir
se había convertido en una constante. como hombres de bien, interesados en en un mundo en el que ya no era la gran
conservar la esencia egipcia, como demues- potencia, sino que incluso se atrevió a in-
¿Un yugo peor? tra que se coronaran. No obstante, en otros tentar recuperar parte de su antiguo do-
Fue apenas un decenio lo que duró esta textos egipcios se critica a ciertos empera- minio sobre Siria-Palestina... Hasta que la
segunda parte del dominio persa sobre dores como tiranos y explotadores del llegada final de Alejandro terminó por
Egipto, pero hizo olvidar con rapidez los valle del Nilo, carentes de legitimidad incorporar el país al mundo helenístico
respetuosos años de la primera. Todas las dinástica para ello. Como es lógico, las como uno de los puntos de referencia eco-
fuentes coinciden en describir un gobier- fuentes griegas solo recogen esta segunda nómicos y culturales del Mediterráneo.
H I STO R I A Y V I DA 37
ASEGURANDO LA
RETAGUARDIA
La jugada de Alejandro Magno al tomar Egipto poco tenía que ver con la
conquista per se y mucho con propinar un revés estratégico a su rival: Persia.
JOSÉ MIGUEL PARRA, DOCTOR EN HISTORIA ANTIGUA Y ESCRITOR
DOSSIER
C
uando uno escucha hablar de que la campaña contra los aqueménidas pareció extraño, pues Darío III seguía vi-
Alejandro Magno, puede que- no fue organizada por él, sino por su pa- vo y refugiado en su imperio, Alejandro
darse un poco anonadado ante dre, Filipo II, quien pretendía con ella decidió bajar por la costa del Mediterráneo
su aparentemente insaciable sed vengar los intentos persas de ocupar Gre- y tomar Egipto. Y con buenos motivos,
de conquistas, su desmesurada cia siglo y medio antes. Fallecido Filipo II porque de este modo cortaba una impor-
ambición y su impulso guerrero, que lo en una conjura palaciega, su hijo y here- tante fuente de suministros a los persas,
llevaron a erigir el más grande imperio dero se hizo cargo de llevar a buen térmi- al tiempo que se hacía con unas tierras
conocido hasta entonces por el mundo no la tarea. Si Alejandro cruzó a Asia con donde los griegos situaban el origen de
occidental... Hasta que uno profundiza 32.000 soldados, fue para juntarse con la sabiduría y donde muchos realizaban
un poco y se encuentra con que las cosas los 10.000 que ya había desplazado hasta un recorrido para culturizarse y aprender,
no son exactamente como nos las cuentan allí su padre, y conseguir con ellos, en como Platón, Galeno o Heródoto.
las fuentes. El héroe conquistador existe, solo un año, su primer objetivo: liberar a
es innegable, pero hay muchos matices las ciudades griegas de Asia del control Cuento de Alejandría
en sus supuestas ansias por apoderarse de los aqueménidas y vengar la invasión La entrada de Alejandro y sus ejércitos en
de los confines del mundo. El primero es de Jerjes. Después, en un movimiento que el valle del Nilo en el invierno de 332 a. C.
40 H I STO R I A Y V I DA
ALEJANDRO
H I STO R I A Y V I DA 41
DOSSIER
gico que sostenía una polis. Esto se había Vistos en conjunto, estos asentamientos territorio en el que podía producirse una
heredado de la época de las colonizaciones, presentan características comunes: eran insurrección. En modo alguno el objetivo
cuando el fundador de las polis en terreno meros puestos avanzados de pequeño del Magno fue crear una serie de centros
ajeno a Grecia (Asia, Magna Grecia, pe- tamaño donde Alejandro alojaba a los para el comercio; no habría tenido senti-
nínsula ibérica...) se convertía a su muer- veteranos que iban abandonando su ejér- do: el Imperio persa ya contaba con tales
te en un héroe adorado. Lo mismo quisie-
ron que sucediera en Alejandría, y ningún
héroe mejor para ella que Alejandro. ALEJANDRO CREÓ AL MENOS VEINTE “ALEJANDRÍAS”,
No hemos de olvidar tampoco que, a lo PERO ERAN PEQUEÑOS PUESTOS AVANZADOS
largo de su peregrinaje bélico por Oriente,
Alejandro fue creando diversos asenta- cito al ser reemplazados por nuevos re- núcleos. De modo que resulta difícil ima-
mientos, que por lo general recibían su clutas llegados desde Grecia. ginar por qué habría hecho algo por com-
nombre. Los documentos escritos permi- Sin duda, los veteranos estaban encanta- pleto diferente en Egipto.
ten afirmar que fueron al menos veinte las dos de dar carpetazo a una vida de com- Cuando Egipto fue conquistada por Ale-
localizaciones llamadas como la capital bates y probar su suerte como colonos; jandro, la capital administrativa del mismo
de los Ptolomeos, Alejandría (si bien el pero no podían ignorar que la intención se encontraba en Menfis, la mítica fun-
exagerado de Plutarco dijo que el mace- de Alejandro era la de dejar una guarni- dación del faraón Menes. Y desde allí co-
donio estableció nada menos que setenta). ción de soldados con experiencia en un menzó a gobernar, con el título de sátrapa
42 H I STO R I A Y V I DA
ALEJANDRO
“HARVARD” ANTIGUA
Tales de Mileto (a la dcha.) nos puede ser-
vir de ejemplo, porque las fuentes hablan
H I STO R I A Y V I DA 43
DOSSIER
Alejandro, faraón
¿Significa esto que el viaje a Siwa tampoco
tuvo lugar? No, más bien al contrario. Da
la impresión de que se trató de una visita
bien real y muy política, perfectamente
orquestada por todos sus protagonistas:
los sacerdotes, Alejandro y sus consejeros.
Por otra parte, si Alejandro pudo hablar
con el dios por intermedio de los sacerdo-
tes, y no durante una procesión, quizá fue
porque el macedonio tenía potestad para
ello, al haber llegado al oasis. Y el único
medio de que fuera así es que se hubiese
convertido en faraón de Egipto, al coronar-
se como tal antes de viajar al desierto.
Lo peculiar de esta coronación es que nin-
guno de los cronistas de Alejandro la men-
ciona, aunque sí se refieren a ciertas cere-
monias en las que participó el macedonio.
Solo el Romance de Alejandro afirma que
este fue coronado por el sacerdote de Ptah
en Menfis, la capital, adonde se dirigió
44 H I STO R I A Y V I DA
ALEJANDRO
OASIS DE SIWA. A la izqda., Alejandro como faraón en un pilono del templo de Jnum. Elefantina, Egipto.
H I STO R I A Y V I DA 45
DOSSIER
estos no dejaban de ser meros sustitutos, mular un gran número de acciones, pero ca..., excepto como cadáver glorificado diez
de modo que únicamente los faraones sus escasas disposiciones fueron funda- años después, utilizado como sostén ideo-
aparecen representados en los templos mentales. Antes de partir, dividió el poder lógico de la nueva dinastía ptolemaica.
junto a los dioses. Alejandro no solo figu- del país de un modo que resulta lógico. Recorridos y apaciguados los últimos con-
ra en Luxor ante Amón-Min, sino que lo Todo el ejército quedó en manos de mace- fines del Imperio aqueménida –pues en eso
hace identificado por los títulos de rey donios, con las tropas del Alto Egipto, las consistió la conquista de Alejandro, y no
del Alto y del Bajo Egipto, señor de las del Bajo Egipto y la flota al mando de un en lanzarse como un poseído a conquistar
Dos Tierras (Amado de Amón, Elegido general distinto. En cambio, para el gobier- tierras–, el macedonio retornó a Babilonia.
de Ra) e hijo de Ra (Poseedor de las Co- no civil recurrió a personajes que conocían Por desgracia, unas fiebres lo atacaron y
ronas, Alejandro). Es evidente que Ale- bien el lugar y las peculiaridades de su terminó sucumbiendo a ellas. Rondaba la
jandro no estaba sucumbiendo a los “en- administración: un greco-egipcio, un per- edad a la que fallecían la mayoría de los
cantos” de Oriente, como sugieren los sa con experiencia administrativa y un hombres por entonces. A pesar de ser un
cronistas grecorromanos, sino adoptando egipcio. El Magno dejó el poder bien re- hombre fuerte, estaba muy castigado por
las costumbres de un pueblo recién con- partido para evitar que, al alejarse –y sabía los combates y por varias heridas de dis-
quistado para mejor gobernarlo. que iba a estar mucho tiempo sin volver–, tinta gravedad. A su muerte, sus generales,
surgieran en alguno de los responsables sus más próximos colaboradores, se reu-
Grandes decisiones ganas de hacerse con el control del país. nieron y acordaron repartirse el imperio
En el plano de gobierno, la estancia de Tras apenas ocho meses en Egipto, Alejan- recién conquistado, a la espera de que el
Alejandro fue muy corta como para acu- dro lo abandonó para no regresar a él nun- hijo nonato de Alejandro pudiera heredar
46 H I STO R I A Y V I DA
ALEJANDRO
H I STO R I A Y V I DA 47