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Según el neurolingüista Jacques Mehler

"El bebe empieza a adquirir el lenguaje


desde que nace"
Así lo indican las imágenes cerebrales

¿Quién no ha sospechado, al examinar con adoración a un hijo recién


nacido, que tras los ojos de esa cálida personita aparentemente desvalida se
oculta un cerebro ávido de sentido y más alerta de lo que muchos nos
atreveríamos a asegurar?

Pues bien, al parecer estamos en lo cierto: según afirma el destacado


neurolingüista Jacques Mehler, investigador emérito del CNRS francés y profesor
de la Escuela Internacional Superior de Estudios Avanzados de Trieste, ya a los
cuatro días de vida se detectan señales de activación cerebral en el bebe que
denotan que se inició el proceso de adquisición del lenguaje.

Mehler estuvo en Buenos Aires -invitado por la Fundación de Ciencias Exactas de


la UBA- para dar la conferencia "Nuevos enfoques en la adquisición del lenguaje"
en el Instituto Libre de Segunda Enseñanza (ILSE), donde se había graduado hace
más de cincuenta años. "Si no tengo falsa memoria, me parecía todo muy
familiar. Fue divertido, como una madeleine de Proust -afirma-. Y eso que no fui
con muchas ganas a la escuela secundaria. La rectora me regaló las notas, que no
eran muy buenas... "

Su carrera tuvo un derrotero inusual. Después de recibirse de químico en la ex


Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la calle Perú, se dirigió a la
Universidad de Oxford, donde decidió que la química no era lo que
verdaderamente le interesaba, de allí a Londres, donde obtuvo en el University
College un título en psicología, y de allí a Harvard, donde se quedó trabajando en
ciencias cognitivas más de un lustro.

"En Harvard crearon el primer instituto de ciencias cognitivas del mundo


-recuerda-. Me quedé allí y después fui al MIT, donde teníamos un laboratorio
experimental, que era lo que a mí me interesaba."

Influido por Chomsky y Fodor, Mehler empezó por refutar al mismísimo Piaget.
"En esa época me interesé por los números -cuenta-. Piaget había demostrado
que los niños no tenían conservación del objeto ni del número (si se les mostraba
una cantidad de bolitas, creían que había cambiado el número) y, dadas mis
posiciones teóricas, no podía creer que fuese así. Entonces empezamos a testear
algunos de sus experimentos y mostramos que niños mucho más pequeños que los
que estudiaba él ya lo tenían."
Ya en París, Mehler y algunos colegas fundaron un laboratorio de bebes y
comenzaron a estudiar a niños cada vez más pequeños en relación con uno de los
procesos más fascinantes que existen: la adquisición del lenguaje.

-Doctor Mehler, ¿qué es lo que le interesó del lenguaje como tema de


investigación?

-No se trata sólo de la maravilla de la adquisición, de cómo se desarrolla en el


tiempo, sino lo más extraordinario, que es comprender por qué cerebros muy
similares a los nuestros, como el del chimpancé o el del bonobo, no adquieren el
lenguaje. Una de las preguntas que nos podemos hacer es cuál es la propiedad
del cerebro humano que le permite a cada bebe proceder normalmente con una
facilidad espontánea, sin correcciones, sin necesidad de tutor, a adquirir el
lenguaje que se habla en su medio ambiente.

-¿El lenguaje es un hecho biológico?

-Nosotros pensamos que debe existir un patrimonio genético que posibilite a


nuestros cerebros adquirir un sistema gramatical. Hoy en día se considera que
poseemos dos tipos de patrimonios: por un lado, los principios universales, como
por ejemplo que todos los idiomas tienen sílabas que se componen de
consonantes y vocales. Ahora, los principios de combinación son determinados no
sólo por principios universales, sino por lo que Chomsky llamó "parámetros". La
metáfora que él utiliza muy a menudo para explicarlo es la de "interruptores",
que el bebe pone en posición negativa o positiva escuchando a los hablantes que
están a su alrededor. Aún no sabemos cuántos parámetros gobiernan los idiomas.

Por otro lado, la voz humana puede hacer muchas vocales y muchas consonantes,
pero no hay ningún idioma que use sólo unas u otras -agrega-. Ese es otro
principio universal. Hay idiomas que son monosilábicos en mayor medida, como el
chino, y que tienen tonos. Otros que tienen palabras polisilábicas y sin tonos.

Pero lo que Chomsky no supo decirnos es cómo el bebe fija un parámetro. Y ése
es un problema que estamos estudiando muy seriamente. Los fonólogos han
propuesto que la prosodia del idioma siempre ofrece indicios sobre qué tipo de
lenguaje uno está escuchando.

-¿En qué momento empieza el aprendizaje del lenguaje?

-¡Qué pregunta! Nosotros pensamos que es más bien innato y que hay elementos
que comienzan prácticamente con la vida misma. Hemos mostrado que los bebes
al nacer tienen ciertos procesos perceptivos que funcionan con especificidad
hacia el lenguaje. Por ejemplo, el bebe distingue si se le habla en su lengua
natural o con frases invertidas en el tiempo. Reacciona distinto.

-¿Qué pruebas experimentales muestran semejante precocidad?


-Con neuroimágenes demostramos que el bebe tiene capacidad de reconocer una
gramática "de juguete" que tiene repeticiones (con palabras trisilábicas, como
"melolo, terrarra, bofufu"), comparada con otra sin repeticiones. Con la primera
hay una activación de áreas frontales en el hemisferio izquierdo. Es decir, que el
bebe de cuatro días está reconociendo que todas las palabras tienen una
repetición, cualquiera que fuere la sílaba que la lleva. Lo testeamos más tarde
con palabras y sílabas que se reservaron para el experimento y siguió aumentando
la activación de esas áreas, comparado con lo que sucede cuando escuchan una
gramática de juguete sin repetición (por ejemplo, "melote, falado"), en la que
ninguna de las sílabas es parecida.

-¿Los bebes tienen preferencia por algún tipo de palabras?

-Ya con este experimento comprobamos que hay un aprendizaje en los minutos
que dura el experimento. En ese sentido, se ha observado también que es más
fácil para el bebe caracterizar una palabra que designa un objeto familiar que las
que se refieren a estados mentales. Lo primero que aprende son las partículas
gramaticales, como preposiciones o artículos, porque son las que oye con más
frecuencia.

-¿Qué diría sobre las personas que quieren aumentar las dotes lingüísticas de
los bebes? ¿Es posible? ¿Es conveniente?

-Pienso que es una ilusión. Cuando me encontraba en el pasillo, mi vecina, en


París, me decía: "Hoy le enseñé tres palabras al bebe", pero ella no le enseñaba
nada: el chico tenía su tiempo. Esos inventos como CD de música para bebes o
hasta la baby university no son más que un mito, tentativas de ganarse la vida...
Una de las cosas extraordinarias de los bebes es que el aprendizaje de la lengua,
del idioma, se desarrolla a su propio ritmo.

Por Nora Bär


De la Redacción de LA NACION

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