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en suelos arenosos la simple formación de surcos mediante un surcador estándar será suficiente.

Se fomenta la labranza mínima, por tanto hay un menor impacto en las condiciones naturales del
suelo.

Rastra arado y rastra pulidora: deben ser empleados en suelos pesados y donde la simple hechura
de surcos no es posible. La evaluación del campo indicará si es necesario el paso de rastra o
solamente el paso del surcador. Varios estudios (Moberly, 1969 y 1972) han demostrado que el
arado profundo no es necesario para la caña de azúcar. Sin embargo, es necesaria una cama
relativamente fina que evite la formación de cámaras con aire ya que ello puede provocar la
desecación de las yemas y en consecuencia, en una pobre “brotación” (“germinación”).

Labranza mínima: la pérdida de humedad, estructura del suelo y materia orgánica son notorias al
realizar fuertes trabajos de mecanización del suelo (Meyer et al., 1996). En este sentido, en
muchas 9 ocasiones donde el control químico ha sido muy eficiente, se recomienda la utilización
de la labranza mínima o de conservación.

3. La labranza manual, no obstante haber preservado las propiedades físicas,


generado menor erosividad y menor pérdida de suelo, no es el tratamiento más
conveniente bajo la rotación papa–pasto kikuyo, porque limita el rendimiento del
cultivo.
4. Con el tratamiento de labranza mecánica (LM) se obtuvo el mayor
rendimiento, no obstante, presentó cambios negativos considerables en las
propiedades físicas, así como las mayores pérdidas de suelo.
5. El mejor tratamiento fue el de tracción animal (LTA), porque presentó los
menores cambios en las propiedades físicas del suelo, así como menores
pérdidas de suelo por escorrentía y la segunda mejor producción entre los cuatro
tratamientos efectuados.

Topografía:preferiblemente plana. Terrenos ondulados e inclinados con pendientes no mayores


al 15 por ciento pueden utilizarse siempre y cuando se hagan las labores de conservación de
suelos adecuadas para minimizar los riesgos de erosión. Costos de ingeniería para drenajes, si es
necesario. Es importante determinar la altitud media y específica de cada sitio importante dentro
del área de producción.

Clima: es importante conocer la precipitación promedio anual y su distribución, tomando en


cuenta que se requiere un período adecuado de época seca para la correcta planificación de la
cosecha. Período de radiación, importante en la fotosíntesis. Amplitud térmica, la máxima posible.
Latitud y elevación, para establecer las posibles tendencias de la floración.

Suelos: conocer las características físicas, químicas y biológicas mediante un muestreo de toda el
área con potencial de producción.

Condiciones climáticas: área plana del valle del Cauca tiene un régimen pluviométrico bimodal y
presenta dos períodos de mayores lluvias, el primero de marzo a mayo, y el segundo de
septiembre a noviembre; en julio y agosto, los registros anuales son inferiores a los 1.500 mm; el
área.
las tierras del Valle están en las mejores condiciones físicas de uso, siendo las
más productivas. Esto a pesar de la fuerza que ejerce la maquinaria pesada, que
conlleva altos contenidos de humedad en los cultivos de caña de azúcar.

El valle del río Cauca es una planicie originada por una depresión
tectónica interandina, que en el departamento tiene
aproximadamente 200 km de largo por 15 de ancho en promedio,
alcanzan en su parte más ancha hasta 50 km; este valle está
formado por depósitos de origen aluvial del cuaternario o con
suelos profundos y superficies de alta fertilidad. El área oriental del
valle es más ancha que la occidental, donde se
forman abanicos largos y de poca pendiente

Pendiente (%) Potencialidad


0-3 Tierras cultivables, suelos profundos, grados ligeros
de erosión, diversidad de cultivos potenciales.
Zonas aptas para mecanización, cultivos
limpios, semilimpios. Se requieren mínimas
prácticas integrales de manejo y conservación
de suelos y aguas.
3-12 Terrenos ligeramente ondulados y ondulados,
suelos moderadamente profundos, Grados ligero
a moderado de erosión. Aptos para cultivos
limpios y semilimpios. Labranza mínima. Se
incrementan prácticas integrales de manejo y
conservación de suelos y aguas.

Para zonas con pendientes mayores al 20% hasta 40% se hace necesario implementar prácticas
integrales en manejo y conservación de suelos y aguas en :
Trazado y distribución de cultivos
Obras biomecánicas (trinchos, terrazas)
Manejo eficiente de aguas (riego, drenaje)
Control de escorrentía (acequias de ladera, zanjas de coronación e infiltración, drenajes)
Labranza mínima
Agricultura orgánica y limpia

En la unidad fisiográfica del valle geográfico del río Cauca se puede referenciar la planicie aluvial
de desborde en proximidades del río en zonas inundables, donde se producen las mayores
acumulaciones de sedimentos aluviales, son suelos profundos, regularmente drenados, con
algunas limitaciones de salinidad. Actualmente están dedicados a la agricultura y a la ganadería
extensiva. Dentro de esta unidad fisiográfica se halla una zona de terrazas de origen sedimentario
fluvio-lacustre de textura arcillosa, con drenaje pobre y limitado por presencia de sales y/o sodio,
la actividad económica es la agricultura mecanizada, principalmente con cultivos de caña de
azúcar y pastos.
En áreas y por su potencial, el Valle del Cauca tiene 299.226 hectáreas en la parte plana del valle
geográfico del río Cauca, de las cuales 217.118 son aptas para la agricultura ya que existen
alrededor de 82.000 con problemas de sales de sodio y magnesio, presencia de arcillas expansivas,
drenaje imperfecto y compactación. Estos suelos pertenecen a las clases agrológicas I, II, III y IV,
dentro de las cuales se encuentran los órdenes molisoles, vertisoles e inceptisoles, que se
caracterizan por ser suelos profundos a moderadamente profundos, de texturas francas a franco-
arcillosas y arcillosas, de buena a mediana retención de humedad, y alta a mediana fertilidad.

Recomendaciones sobre la labranza convencional


Si el proceso de labranza se realiza sobre el terreno mientras este se encuentra
en estado de alta humedad, se incrementa el riesgo de compactación.
De acuerdo al punto anterior, se recomienda no transitar vehículos sobre el
terreno de cultivo cuando éste se encuentre húmedo.
Los suelos con más proporción de arcilla, son más propensos a compactarse,
mientras que en los suelos arenosos, el fenómeno no sucede con tanta frecuencia.
Se debe tratar de no alterar la estratificación del suelo, es decir, de no mezclar
las diferentes capas de suelos al momento de realizar la labranza.
El suelo no debe trabajarse mientras está muy seco o muy húmedo, debe
buscarse un punto medio (se identifica cuando la tierra no se queda pegada en las
herramientas).
En épocas de sequía, se recomienda realizar la labranza a una mayor
profundidad.
Existe un método denominado laboreo invertido, este consiste en efectuar
labranzas cada vez más profundas y en intervalos de tiempo cada vez más largos,
lo que resulta favorecedor a la hora de erradicar la maleza que ataca un cultivo.

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