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La doctrina alemana moderna (Mayer, Finger, Binding, Beling, Lizt, Schmidt, Oetker,
etc.), niega validez y utilidad a la clásica distinción entre error de hecho y de derecho,
como así también el principio de que el error de derecho no excusa.
Así, por ejemplo, Mayer sostiene que es indiferente que el error recaiga sobre hechos o
sobre el derecho; lo que interesa, es la consecuencia que el error deba producir:
imposibilidad de comprender la criminalidad del acto. Si el error produce efectivamente
esa consecuencia (impide comprender la criminalidad del acto), sea error de hecho o de
derecho, debe excluir la culpabilidad.
Finger, por su parte, agrega que el derecho, al referirse a los hechos, los transforma en
cuestiones de derecho, con lo cual aparecería sumamente confuso el límite entre las
cuestiones de hecho y las de derecho (Binding, sostiene un criterio similar).
Finger apoya su opinión con el siguiente ejemplo: supongamos que, siendo delito la
tenencia de estupefacientes sin autorización, yo tengo cocaína sin estar autorizado.
Ahora bien: puede ser que yo ignore la disposición que prohíbe la tenencia sin
autorización, o bien, que ignore que la sustancia que tengo es cocaína. En el primer
caso, habría error de derecho; en el segundo, de hecho. Pero “en ambos casos –dice
Soler, refiriéndose al ejemplo de Finger- ignoro que la sustancia que tengo, está
jurídicamente considerada y sometida a determinada reglamentación”; con lo cual, la
distinción entre error de hecho y de derecho, no aparece suficientemente clara.
Para concluir, Zaffaroni expresa que “no puede identificarse al error de prohibición con
el error de derecho. La clasificación del error en error de derecho y error de hecho (error
juris y error facti) está desprestigiada y, si queremos compararla con la de error de tipo
y de prohibición, así como el error de tipo no es lo mismo que el error de hecho, el error
de prohibición tampoco es igual al error de derecho, porque la falsa admisión de una
situación de justificación que no está dada, es decir, la llamada “justificación putativa”,
es un error de hecho (el sujeto cree que lo agraden y le están jugando una broma, cree
que el incendio le amenaza porque está encerrado y no está encerrado) y, no obstante, es
un error de prohibición”.
CONCLUSIONES:
1. Dentro del aspecto subjetivo (tipo subjetivo) se analiza el dolo y la culpa en sus
diferentes manifestaciones, pero también existen los elementos subjetivos del tipo. El
aspecto subjetivo es excluido al surgir un error de tipo vencible e invencible.
2. Error de tipo, es el error o ignorancia sobre uno o todos los elementos que integran el
tipo objetivo. Puede ser que el sujeto activo no haya comprendido algún elemento
típico, que existe objetivamente (falta de representación), o lo comprenda de manera
diferente de lo que en la realidad (representación falsa).
3. El error Vencible, es aquel que hubiese podido evitarse si se hubiere observado el
debido cuidado, por lo que puede considerarse “error imprudente”. Aquí se elimina el
dolo pero subsiste la culpa y el hecho será sancionado como un delito culposo, siempre
y cuando se encuentre contemplado en el Código Penal.
4. Finalmente concluyo diciendo que el error invencible, se presenta cuando, a pesar de
haber actuado con la diligencia debida, el sujeto no puede darse cuenta de su error, es
decir es un error de carácter insuperable, aquí el sujeto queda exento de responsabilidad,
pues se elimina tanto el dolo como la culpa en donde el agente queda exento de
responsabilidad penal, configurándose una causal de atipicidad. El error de tipo
invencible, excluye la responsabilidad o la agravación.
SALA PENAL
R. N. Nº 3662-2004
UCAYALI.
SUMILLA:
PRESUPUESTOS BÁSICOS PARA DETERMINAR LA
RESPONSABILIDAD POR VIOLACIÓN
La doctrina y la jurisprudencia han esbozado que para determinar la
responsabilidad penal por violación debe existir un presupuesto temporal, esto
es, no debe haber un intervalo de tiempo considerable y pronunciado entre el
último acto comisivo del delito y la fecha de la denuncia; asimismo señalan que
debe haber un presupuesto lógico entre la declaración de la agraviada sobre los
hechos y las circunstancias de tiempo y lugar; exigen además que la víctima
mantenga coherentemente sus afirmaciones tanto respecto al hecho como al
autor; y por último consideran necesario que haya pruebas sobre la versión de
la agraviada.
Lima, dieciséis de junio de dos mil cinco.-
VISTOS; actuando como ponente el señor Vocal
Supremo Raúl Alfonso Valdez Roca, con lo expuesto por la Señora Fiscal
Supremo viene el recurso de nulidad, la sentencia de fojas ciento cuarentiuno
su fecha seis de octubre de dos mil cuatro, interpuesto por el Fiscal Superior;
y CONSIDERANDO además: Primero.- Que alega el Señor Fiscal Superior
que en autos existen suficientes elementos probatorios que acreditan la
responsabilidad penal del imputado, esto es, las referenciales vertidas por
el menor agraviado, señalando que el hecho no sólo se cometió una vez
sino que se realizó hasta en siete oportunidades sin importarle el grado de
dependencia (tío de a víctima), ni la minoría de edad que ostentaba el
perjudicado; que además la materialidad del delito se encuentra acreditada
con el Certificado Médico Legal de fojas nueve ratificado a fojas sesentitrés
que concluye con el diagnóstico «coito contra natura antiguo» de otro lado
tenemos el informe psicológico que arroja «coito contra natura positivo antiguo» «abuso
sexual y transtorno depresivo» como es de verse de fojas once, así como la minoría de
edad del menor se acredita con la partida de nacimiento de fojas sesenticinco y con lo cual
queda establecido que el menor en el año de mil novecientos noventicinco, fecha de la
primera violación, contaba con siete años de edad, que el procesado no ha podido
desvirtuar la sindicación en su contra, además debe tenerse en cuenta que el hecho
que el agraviado en el juicio oral se haya negado a declarar no enerva de
modo alguno la incriminación que se le hace a nivel preliminar, máxime si
el procesado en primera instancia ha reconocido que el menor mostraba
inclinaciones homosexuales lo que hace advertir que éste aprovecho de
tales manifestaciones para dar rienda suelta a sus bajos instintos. Segundo:
Que se le imputa al procesado Rafael Picota Díaz, haber abusado
sexualmente de su sobrino menor el agraviado, en distintas oportunidades
desde el año de mil novecientos noventicinco, en circunstancias que éste
acudía a la vivienda de su agresor ubicada en el Jirón Miguel Grau número
quinientos ocho Yarinacocha para visitar a su tía Claudia Mori Valera
(esposa de aquél) o para pedirle algunos efectos de los que se carecía en su
casa, siendo el caso que Picota Díaz aprovechando la ausencia de su esposa
e hijos condujo a la víctima a uno de sus dormitorios en donde procedió a
ultrajarlo; Tercero: Que de lo actuado se concluye que si bien es cierto que
se ha vulnerado el bien jurídico «indemnidad sexual», conforme se colige
del Certificado Médico Legal de fojas nueve ratificado a fojas sesentitrés
que concluye con el diagnóstico «coito contra natura antiguo» de otro lado
tenemos el informe psicológico que arroja «coito contra natura positivo
antiguo» abuso sexual y trastorno depresivo como es de verse de fojas once,
así como la minoría de edad del menor agraviado se acredita con la partida
de nacimiento de fojas sesenticinco; sin embargo estos requisitos de tipicidad
objetiva, por sí solos no conllevan al juzgador a concluir que el acusado
Picota Díaz, sea el autor del hecho punible; por cuanto para efectos de arribar
a la convicción de que en autos fluye la responsabilidad penal de un
imputado se hace necesario que ésta sea el resultado de un análisis crítico,
lógico y jurídico de las pruebas reales, históricas, documentales y directas
que hayan sido aportadas durante el proceso judicial por los sujetos
procesales. Cuarto.- Que de otro lado si bien el agraviado imputa al
procesado la comisión del hecho punible, sin embargo no ha precisado la
fecha exacta del evento delictivo, señalando que éstos han tenido lugar
desde que tenía siete años de edad; sin embargo debe tenerse en cuenta
que al no haberse denunciado en forma oportuna las pruebas han perdido
espontaneidad, validez y eficacia; además que el certificado médico legal
arroja «violación antigua», la misma que no guarda relación con la fecha
de interposición de la acción penal, ello sumada a la negativa coherente y uniforme del
procesado, se suma el hecho que en la doctrina y jurisprudencia, se han esbozado
presupuestos para determinar la responsabilidad penal por violación; esto es: a: Que
exista un presupuesto temporal, es decir que no debe existir un intervalo de tiempo
considerable y pronunciado entre el último acto comisivo del delito y la fecha de la
denuncia; b: Que haya un presupuesto lógico, que se debe dar entre la declaración de
la agraviada, respecto al hecho punible, con las circunstancias de tiempo y
lugar, así como respecto a la relación de autoría que deben ser regulares y
uniformes; c: Se exige también, que la víctima mantenga coherentemente sus
afirmaciones tanto respecto al hecho como al autor; requisito jurídico
relacionado a la relevancia de la declaración de la agraviada, pues se supone
que la declaración de la víctima ha de aportar suficiente información
respecto a cómo ocurrieron los hechos y que las características del autor
sean lo suficientemente idóneas para acreditar su plena identidad; y d: Que
haya comunidad de pruebas, a fin de que la versión de la agraviada sea
corroborada con el certificado médico legal y el reconocimiento sicológico;
que aplicando estos presupuestos al término del proceso, la imputación
sea contundente respecto a que la víctima fue violada en su indemnidad
sexual, toda vez que tratándose de menores de edad, no siempre pueden
expresarla libremente. Quinto: Que en el presente caso, ante la deficiencia
en los medios probatorios ofrecidos por el representante del Ministerio
Público y de la parte agraviada, resultan insuficientes para demostrar la
responsabilidad penal del sindicado, por lo que cabe absolverlo en
aplicación del principio del «in dubio pro reo», más aún si reiterada
jurisprudencia señala que la sola imputación contra un procesado, sin
prueba que lo corrobore, no es motivo suficiente para imponer una sentencia
condenatoria, por lo que se llega al convencimiento que la sentencia
recurrida se encuentra arreglada a ley; por estas consideraciones. Declararon
NO HABER NULIDAD en la sentencia de fojas ciento cuarentiuno su fecha
seis de octubre de dos mil cuatro, que ABSUELVE de la acusación fiscal a
RAFAEL PICOTA DÍAZ por el delito de violación de la libertad sexual -
violación sexual de menor en agravio del menor identificado con clave J.R.V.
con lo demás que contiene; y los devolvieron.-
S.S.
VILLA STEIN