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DE CERRO AZUL
HIDROLOGIA SUPERFICIAL
UNIDAD 3: ESCURRIMIENTO E INFILTRACIÓN
CATEDRATICO:
ING. JESUS MARIA MARTINEZ HERNANDEZ
ALUMNO:
DEL ANGEL ALVINO DANIEL ABRAHAM
DEL ANGEL CARRILLO JORGE ALBERTO
BLANCO GARCIA VÍCTOR ALFONSO
BRAVO SÁNCHEZ DULCE MARÍA
CARRERA:
INGRIA. CIVIL
La capacidad de estimar con exactitud la escorrentía que producirán la lluvia y/o el deshielo es uno
de los aspectos más importantes del proceso de predicción de crecidas.
La escorrentía (o escurrimiento) se define como aquella parte de la lluvia, del agua de deshielo y/o
del agua de irrigación que no llega a infiltrarse en el suelo, sino fluye hacia un cauce fluvial,
desplazándose sobre la superficie del mismo. Se denomina también escorrentía superficial o de
superficie.
La escorrentía también comprende el agua que llega al cauce fluvial con relativa rapidez justo
debajo de la superficie. Junto con la escorrentía superficial, este flujo, que se denomina interflujo
o flujo subsuperficial, constituye el volumen de agua que en hidrología se conoce generalmente
como escorrentía o escurrimiento.
El motivo principal del estudio del proceso de escorrentía es la necesidad de estimar la cantidad de
agua que alcanza rápidamente el cauce fluvial. La escorrentía es el elemento más importante de la
predicción de crecidas y puede consistir de agua pluvial o del agua generada por el derretimiento
de la nieve y del hielo. Las condiciones en la cuenca hidrológica determinan la proporción de lluvia
o nieve que se transforma en escorrentía. Conociendo la cantidad de agua esperada en forma de
escorrentía, pueden utilizarse otras herramientas, como el hidrograma unitario, para calcular el
caudal o gasto correspondiente que se descargará en el cauce.
El movimiento del agua en el suelo es el resultado de tres procesos físicos: entrada, transmisión y
almacenamiento. El proceso de entrada, que también se denomina infiltración, ocurre en el límite
entre el agua y la superficie del suelo. La transmisión es la percolación, tanto vertical como
horizontal, que puede producirse a cualquier profundidad en la capa del suelo. El almacenamiento
puede ocurrir en cualquier parte del perfil del suelo y se manifiesta como un aumento en la
humedad del suelo.
En términos generales, las condiciones ambientales que influyen en estos tres procesos se dividen
en dos categorías principales: efectos naturales y efectos antropogénicos. A diferencia de los
procesos naturales, que pueden tener varios efectos, la actividad humana suele reducir la cantidad
de agua que penetra en el perfil del suelo y, por consiguiente, aumenta la escorrentía en la
superficie del suelo, con todos sus conocidos.
Empleamos los términos cuenca, cuenca de drenaje y cuenca hidrológica (o hídrica o hidrográfica)
para describir el área que contribuye a la escorrentía. En términos generales, la escorrentía
comienza en la divisoria de las aguas que marca el perímetro de la cuenca. Toda la escorrentía
dentro de una cuenca drena en un único sitio, es decir, la salida o desagüe de la cuenca.
Primera fase
Comprende la época seca en la que la precipitación es escasa o nula.
La corriente de los ríos es alimentada por los mantos de agua subterránea.
La evapotranspiración es bastante intensa, y si esta fase no fuera interrumpida, llegarían a
secarse las corrientes.
En regiones de clima frío, donde la precipitación es en forma de nieve, si la temperatura
permite el deshielo, habrá agua disponible para mantener las corrientes fluviales,
interrumpiéndose así la primera fase e iniciándose la segunda.
Segunda fase
Caen las primeras precipitaciones cuya misión principal es la de satisfacer la humedad del
suelo.
Las corrientes superficiales, si no se han secado, siguen siendo alimentadas por el
escurrimiento subterráneo.
Si se presenta escurrimiento superficial, éste es mínimo.
La evapotranspiración se reduce.
Cuando existe nieve, ésta absorbe parte de la lluvia caída y su efecto de almacenamiento
alargará este segundo período.
A través del suelo congelado puede infiltrarse el agua precipitada si su contenido de
humedad es bajo.
Tercera fase
Comprende el período húmedo en una etapa más avanzada.
El agua de infiltración satura la capa del suelo y pasa, por gravedad, a aumentar las
reservas de agua subterránea.
Se presenta el escurrimiento superficial, que puede o no llegar a los cauces de las
corrientes, lo cual depende de las características del suelo sobre el que el agua se desliza.
Si el cauce de las corrientes aún permanece seco, el aumento del manto freático puede
ser, en esta fase, suficiente para descargar en los cauces.
Si la corriente de agua sufre un aumento considerable, en lugar de que sea alimentada por
el almacenamiento subterráneo (corriente efluente), la corriente contribuirá al
incremento de dicho almacenamiento (corriente influente; Figura).
La evapotranspiración es lenta.
En caso de que exista nieve y su capacidad para retener la lluvia haya quedado satisfecha,
la lluvia caída se convertirá directamente en escurrimiento superficial.
Si el suelo permanece congelado, retardará la infiltración, lo que favorecerá al
escurrimiento, pero en cuanto se descongele, el escurrimiento superficial disminuirá y
aumentará el almacenamiento subterráneo.
Cuarta fase
Continúa el período húmedo.
La lluvia ha satisfecho todo tipo de almacenamiento hidrológico.
En algunos casos el escurrimiento subsuperficial llega a las corrientes tan rápido como el
escurrimiento superficial.
El manto freático aumenta constantemente y puede llegar a alcanzar la superficie del
suelo, o bien la velocidad de descarga hacia las corrientes puede llegar a ser igual a la de
recarga.
Los efectos de la nieve y el hielo son semejantes a los de la tercera fase.
Quinta fase
El período de lluvia cesa.
Las corrientes de agua se abastecen del escurrimiento subsuperficial, del subterráneo y
del almacenamiento efectuado por el propio cauce.
La evapotranspiración empieza a incrementarse.
En caso de existir nieve, cuando la temperatura está bajo 0º C, produce la prolongación de
esta fase.
Esta fase termina cuando las reservas de agua quedan de tal manera reducida que se
presentan las características de la primera fase.
3.2.- Tipos de escurrimiento.
Escurrimiento superficial o escorrentía. Es la parte del agua que escurre sobre el suelo y después
por los cauces de los ríos.
Escurrimiento sub-superficial. Es la parte del agua que se desliza a través de los horizontes
superiores del suelo hacia las corrientes. Una parte de este tipo de escurrimiento entra
rápidamente a formar parte de las corrientes superficiales y a la otra le toma bastante tiempo el
unirse a ellas.
Escurrimiento subterráneo. Es aquél que, debido a una profunda percolación del agua infiltrada
en el suelo, se lleva a cabo en los mantos subterráneos y que, posteriormente, por lo general,
descarga a las corrientes fluviales.
A la parte de la precipitación que contribuye directamente al escurrimiento superficial se le llama
precipitación en exceso.
La parte de agua de escurrimiento que entra rápidamente en el cauce de las corrientes es a lo que
se llama escurrimiento directo y es igual a la suma del escurrimiento sub-superficial más la
precipitación que cae directamente en los cauces.
Con respecto a la medida del escurrimiento, existen algunos términos que se emplean
frecuentemente:
Nivel de agua. Es la altura del agua de los ríos en la sección en que se mide. Se expresa en
unidades lineales.
Velocidad. Es la relación del espacio recorrido por el agua de las corrientes en un tiempo
determinado. Se puede hablar de velocidad media, superficial o a diferentes profundidades. Se
expresa en m/seg.
Gasto o caudal. Es el volumen de agua que pasa por determinada sección del río en un intervalo
de tiempo.
Resulta de multiplicar la velocidad del agua por el área de la sección donde se midió dicha
velocidad. Se refiere a gasto o caudal instantáneo, máximo, mínimo y medio. Se expresa en
m3/seg.
Avenida. Es el aumento del caudal del río debido a la intensidad o frecuencia de las
precipitaciones. Puede durar horas o días. No necesariamente causa inundaciones.
Altura media del escurrimiento. Resulta de dividir el volumen medio total escurrido entre la
superficie de la cuenca. Se expresa en milímetros.
Medida del nivel de agua
La medida del nivel de agua interesa por la relación que guarda con el caudal que lleva el río. Los
instrumentos que se emplean son los limnímetros y los limnígrafos. Los limnímetros están
destinados a la observación directa del nivel de agua de los ríos. Los más usados son escalas
graduadas hechas de diversos materiales: madera, hierro, plástico, cerámica, etc. Los más
comunes son los de madera. Se colocan normalmente en la orilla de los ríos, de tal manera que el
cero de la escala coincida con el fondo del cauce. En ocasiones, cuando se quiere estabilizar el
cauce del tramo del río escogido para realizar los aforos, se cubre éste con una capa de concreto y
en una de las paredes se marca la escala limnimétrica. También se puede utilizar el limnímetros
por secciones, que consiste en montar secciones cortas de tal forma que una de ellas siempre
quede accesible (Figura).Los limnígrafos son aparatos que registran continuamente las variaciones
del nivel del agua. Son dos los sistemas fundamentales de funcionamiento de estos aparatos: uno
basado en el registro del movimiento de un flotador y otro basado en el registro de la variación de
la presión del agua.
En el primer caso, los aparatos constan de un tambor o sistema de rodillos acoplados a un
mecanismo de relojería, un flotador con contrapeso y una caja instrumental que protege a las
partes más delicadas contra la humedad y el polvo. En el tambor o sistema de rodillos va colocada
una gráfica en la que queda registrada la variación del nivel del agua, el movimiento del flotador,
colocado sobre la superficie del agua, mueve una pluma a lo largo de la gráfica, y cuando llega al
borde, invierte su dirección y continúa el registro en sentido contrario o bien puede seguir
atravesando el límite superior de la gráfica y empezar de nuevo por el límite inferior cuando el
mecanismo de relojería es el que acciona la pluma y el movimiento del flotador acciona el tambor
(Figura).
Un aparato registrador tipo flotador requiere de un pozo amortiguador que sirve para proteger el
flotador y los cables de contrapeso de los residuos flotantes y de las olas superficiales de la
corriente (Figura).
En el caso de los limnígrafos de presión, las fluctuaciones del nivel del agua ejercen variaciones de
presión sobre diversos mecanismos instalados en el fondo del cauce, según el modelo del aparato,
esas variaciones son transmitidas a un manómetro comunicado con el tambor del limnígrafos en el
que se registran gráficamente.
Este tipo de aparatos no requieren pozo amortiguador y se emplean en ríos con orillas muy
tendidas (Figura).
Otra manera de determinar el gasto de un río es por medio de flotadores. Un flotador puede ser
cualquier cuerpo que flota en la corriente de agua.
Se señalan dos secciones transversales medidas, situadas a una distancia conocida (L) que
constituya un trazo lo más recto posible del río. Se divide la corriente en tres o más canales y se
arrojan en ellos varios flotadores aguas arriba de la primera sección transversal y se miden los
tiempos invertidos al pasar de una sección a otra, repitiendo esta operación varias veces con
objeto de obtener con mayor aproximación el valor de la velocidad de las aguas. Se deduce la
media aritmética de los tiempos (tm) de cada canal y la velocidad media (vc) de cada uno de ellos:
Por último, se determina el caudal total cuyo valor será la suma de los caudales de cada canal
obtenidos al multiplicar la velocidad media de cada canal por el área transversal de los mismos.
Un tercer procedimiento son los aforos químicos, en los que se emplean fórmulas basadas en la
variación de concentración que experimenta una solución al ser vertida sobre el cauce de un río en
el cual circula un caudal determinado que se trata de conocer.
El análisis del hidrograma de una avenida tiene una forma típica, que a pesar de que puede variar
en sus detalles de una cuenca a otra y de una tormenta a otra, se pueden identificar las siguientes
partes que lo conforman, según la figura 4.4:
B.- Punto de cambio de pendiente en el hidrograma de ascenso. este punto nos indica la
disminución o terminación de la precipitación en exceso.
Pico. es el gasto máximo que se produce por la tormenta, con frecuencia es el punto más
importante de un hidrograma para fines de diseño.
Tiempo pico. es el tiempo que transcurre desde el punto de levantamiento (A) hasta el
pico del hidrograma (C).
Tiempo base. es el tiempo que transcurre desde el punto de levantamiento (A) hasta el
punto final del escurrimiento directo (E). Es entonces el tiempo que dura el escurrimiento
directo. El análisis del hidrograma de una avenida aislada, se realiza fundamentalmente
para encontrar su relación con la tormenta que lo produce. En este sentido, lo primero
que se requiere es separar el escurrimiento directo, del escurrimiento base.
La figura anterior muestra la separación de los dos escurrimientos en un hidrograma. Los métodos
más utilizados para trazar la frontera entre el escurrimiento directo y la base son:
Método a. La frontera se define trazando una recta horizontal que parte del punto de
inflexión que muestra el inicio del escurrimiento directo y llega hasta donde corta al
hidrograma, ver figura 4.4.
Método b. La frontera se define trazando una recta entre los puntas A y E. Para encontrar
el punta E se obtiene la curva de vaciado del escurrimiento base, analizando primero una
serle de hidrogramas y seleccionando tramos en los que sólo exista escurrimiento base
figura 4.5.
Se traza una horizontal a partir del punto de inflexión A, hasta la proyección del punto C
que corresponde al gasto máximo (punto C’ de la figura 4.6)
Se calcula N por medio de la expresión:
Dónde:
A = es el área de la cuenca hidrológica, en km2
N = es el tiempo de vaciado de la cuenca, en días
A partir del punto C’ se toma una distancia horizontal igual a –N para definir el punto E
Se traza una recta entre C’ y E.
Porción del hidrograma que corresponde al escurrimiento base
1.- Del registro histórico de escurrimientos, se selecciona el valor del gasto máximo de cada año.
2.- Los valores seleccionados se ordenan de mayor a menor y se les asigna un número de orden i,
tal que i = 1, para el valor mayor; i = 2, el siguiente y así sucesivamente hasta que i = N, para el
menor (N es el número de años del registro). Los valores así ordenados se designan con Tm.
3.- Se estima el período de retorno correspondiente a cada valor por medio del inverso de la
expresión de Weibull
4.- Se estima la probabilidad de que en un año cualquiera el gasto máximo sea menor que cada
valor Tm, mediante la ecuación:
( )
5.- Con base a estos valores se ajusta alguna función de las ya mencionadasen el inciso 3.6.3 y se
grafican. Se recomienda utilizar la función Gumbel.
3.5.- Proceso de Infiltración.
La tasa de infiltración, en la ciencia del suelo, es una medida de la tasa a la cual el suelo es capaz
de absorber la precipitación o la irrigación. Se mide en pulgadas por hora o milímetros por hora.
Las disminuciones de tasa hacen que el suelo se sature. Si la tasa de precipitación excede la tasa
de infiltración, se producirá escorrentía a menos que haya alguna barrera física. Está relacionada
con la conductividad hidráulica saturada del suelo cercano a la superficie. La tasa de infiltración
puede medirse usando un infiltrómetro.
La infiltración está gobernada por dos fuerzas: la gravedad y la acción capilar. Los poros muy
pequeños empujan el agua por la acción capilar además de contra la fuerza de la gravedad. La tasa
de infiltración se ve afectada por características del suelo como la facilidad de entrada, la
capacidad de almacenaje y la tasa de transmisión por el suelo. En el control de la tasa y capacidad
infiltración desempeñan un papel la textura y estructura del suelo, los tipos de vegetación, el
contenido de agua del suelo, la temperatura del suelo y la intensidad de precipitación. Por
ejemplo, los suelos arenosos de grano grueso tienen espacios grandes entre cada grano y
permiten que el agua se infiltre rápidamente. La vegetación crea más suelos porosos, protegiendo
el suelo del estancamiento de la precipitación, que puede cerrar los huecos naturales entre las
partículas del suelo, y soltando el suelo a través de la acción de las raíces. A esto se debe que las
áreas arboladas tengan las tasas de infiltración más altas de todos los tipos de vegetación.
La capa superior de hojas, que no está descompuesta, protege el suelo de la acción de la lluvia, y
sin ella el suelo puede hacerse mucho menos permeable. En las áreas con vegetación de chaparral,
los aceites hidrofóbicos de las hojas suculentas pueden extenderse sobre la superficie del suelo
con el fuego, creando grandes áreas de suelo hidrofóbico. Otros eventos que pueden bajar las
tasas de infiltración o bloquearla son los restos de plantas secas que son resistentes al remojo, o
las heladas. Si el suelo está saturado en un período glacial intenso, puede convertirse en un
cemento congelado en el cual no se produce casi ninguna infiltración. Sobre una línea divisoria de
aguas probablemente habrá huecos en el cemento helado o el suelo hidrofóbico por donde el
agua puede infiltrarse.
Una vez que el agua se ha infiltrado en el suelo, permanece allí y se filtra al agua subterránea, o
pasa a formar parte del proceso de escorrentía subsuperficial.
Proceso de infiltración.
El proceso de infiltración puede continuar sólo si hay espacio disponible para el agua adicional en
la superficie del suelo. El volumen disponible para el agua adicional depende de la porosidad del
suelo y de la tasa a la cual el agua antes infiltrada puede alejarse de la superficie a través del suelo.
La tasa máxima a la que el agua puede entrar en un suelo se conoce como capacidad de
infiltración. Si la llegada del agua a la superficie del suelo es menor que la capacidad de infiltración,
toda el agua se infiltrará. Si la intensidad de precipitación en la superficie del suelo ocurre a una
tasa que excede la capacidad de infiltración, el agua comienza a estancarse y se produce la
escorrentía sobre la superficie de la tierra, una vez que la cuenca de almacenamiento está llena.
Esta escorrentía se conoce como flujo terrestre hortoniano. El sistema hidrológico completo de
una línea divisoria de aguas se analiza a veces usando modelos de transporte hidrológicos,
modelos matemáticos que consideran la infiltración, la escorrentía y el flujo de canal para predecir
las tasas de flujo del río y la calidad del agua de la corriente.
Métodos directos: Valorar la cantidad de agua infiltrada sobre una superficie de suelo:
Infiltrómetros: Son dos anillos concéntricos, usándose el interior, de 23 cm. de diámetro para
determinar la velocidad de infiltración, mientras que el exterior de 35 cm se inunda a las mismas
profundidades para disminuir los efectos de frontera en el anillo interior. Los anillos se insertan en
el suelo a la profundidad mínima necesaria para evitar las fugas de los mismos. La medición es
menor que la anterior y más concordante con la capacidad real del suelo.
El método de Muntz trabaja con los mismos anillos pero cambia la forma de medir: junto al
cilindro interior se entierra una punta, colocándose una determinada cantidad de agua por encima
y repitiendo la medición en intervalos de tiempo y descenso del agua.
Los principales inconvenientes, aparte del carácter local de la experiencia, son que el suelo se
modifica al clavar el tubo, y no hay efectos de compactación, ni de arrastre de finos, ni del aire.
Se aclara que el terreno no es preparado para el ensayo de infiltración, si no que se hace sobre el
terreno natural. Como la medición varía según el estado de humedad inicial existente al momento
del ensayo, deben realizarse una serie de ensayos para distintos grados de humedad.
Los ensayos más simples y difundidos son los que se desarrollan con los anillos concéntricos. Los
datos obtenidos de campo se vuelcan en una planilla registrándose las distintas alturas de agua y
los tiempos correspondientes. Los intervalos de tiempo dependen del suelo donde se hace la
medición. Con los datos de altura y tiempo se obtienen los deltas de ambos. La capacidad de
infiltración se obtiene haciendo el cociente entre cantidad de agua infiltrada y el intervalo de
tiempo: f = Variación altura / Variación de tiempo.
Dónde:
Fo: Capacidad de infiltración inicial o máxima.
Fb: Capacidad de infiltración básica o mínima.
K: Constante de decaimiento.
T: Tiempo desde el inicio del ensayo.
Los valores de fo, fb y K están asociados a los suelos y a su cubierta vegetal. Se determina fo en
suelo completamente seco y fb en suelo totalmente saturado.
La infiltración es el proceso por el cual el agua penetra desde la superficie del terreno hacia el
suelo. En una primera etapa satisface la deficiencia de humedad del suelo en una zona cercana a la
superficie, y posteriormente superado cierto nivel de humedad, pasa a formar parte del agua
subterránea, saturando los espacios vacíos.
Entrada superficial: La superficie del suelo puede estar cerrada por la acumulación de partículas
que impidan, o retrasen la entrada de agua al suelo.
Transmisión a través del suelo: El agua no puede continuar entrando en el suelo con mayor
rapidez que la de su transmisión hacia abajo, dependiendo de los distintos estratos.
Características del medio permeable: La capacidad de infiltración está relacionada con el tamaño
del poro y su distribución, el tipo de suelo –arenoso, arcilloso-, la vegetación, la estructura y capas
de suelos.