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COMUNIDAD
Gabriel Benavides
EJE 2
Analicemos la situación
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20
ÍNDICE
Continuando con la analogía del tejido, en este eje analizaremos por qué es tan
complejo tejer juntos, por ende, se tiene como propósito realizar una lectura crítica
de algunos aspectos relacionados con las tejedoras familia, escuela y comunidad,
para ello es necesario que el docente en formación asuma primero una actitud
crítica, es decir, que esté dispuesto a poner en tela de juicio situaciones, elementos,
procesos que suelen darse por hechos y que se naturalizan con su uso. De otra parte,
un factor fundamental para realizar la lectura crítica es tener en consideración en
todo momento el contexto, ya que la identificación de nuevos significados surge en
relación con el contexto. Así pues, actitud, reflexión y contexto son dos presupuestos
con los que el docente en formación ha de contar para avanzar en este eje.
INTRODUCCIÓN
Instrucción
La tejedora familia, ya no cumple su función dentro del tejido social de las formas más o
menos homogéneas que existían hasta la mitad del siglo XX y el hecho de que hoy se hable de
diversidad, donde son múltiples los hilos y muy diversas las puntadas que ofrecen las familias,
implica sin duda el protagonismo de las mujeres. Nuevamente, a manera de ejemplo men-
cionemos dos acontecimientos trascendentales en sus consecuencias, el primero, la escola-
rización de las mujeres que les permitió formar parte de la vida pública de las sociedades en
todos los órdenes y niveles (en lo político, en lo económico, en lo cultural) (Unesco, 2004) y, el
segundo, se trata del descubrimiento de la anticoncepción, lo que les permitió a las mujeres
decidir de manera más autónoma cuántos hijos tener y cuándo tenerlos (Knallinsky, 2010).
Educación y procreación se pueden presentar como dos derechos que recién empiezan a
ejercer las mujeres y traen consigo profundos cambios sociales.
Para la lectura crítica que se tomará como referente principal el análisis que realiza la
Unesco en su documento Participación de las familias en la educación infantil latinoame-
ricana. El informe se concentra en tres categorías los cambios cruciales que caracterizan
a la familia: cambios demográficos, nuevos tipos de familias y cambios de roles.
Otro factor que ha afectado las dinámicas familiares, es el conflicto armado, pues
son miles los hogares que se han quedado sin padres, obligando a madres, a hermanos
mayores, abuelos o a la familia extensa asumir la responsabilidad de crianza de huér-
fanos. En otros casos, las familias han tenido que desplazarse de sus zonas originarias y
buscar refugios en centros urbanos donde no se dan las condiciones para el desarrollo
de niñas y niños.
A nivel económico, la tendencia de los cambios demográficos, muestra que son las
familias más pobres las que tienen un mayor número de hijos, donde las mujeres son
mamás a más temprana edad lo cual incide negativamente en las posibilidades de gene-
rar una mejor calidad de vida para el entorno familiar, entre otras consecuencias porque
las madres jóvenes (en muchos casos adolescentes) no terminan sus procesos educativos,
lo cual les deja rezagadas en el escenario laboral a empleos de oficios por lo general.
La tercera categoría, tiene que ver con el cambio de roles en la familia, como ya se men-
cionó al modificarse las circunstancias de la mujer, las repercusiones se dan en todo el entorno
familiar. A mayor escolaridad, mayor inserción de la mujer en los ámbitos económicos (pro-
ducción, mercadeo, financiero, investigativo, comercialización), convirtiéndose en parte de
la fuerza laboral con incidencia en el núcleo familiar como en la sociedad en general. Esto
ha llevado a que el hombre empiece a asumir labores al interior del hogar en términos de
cuidado y crianza que antes se dejaban exclusivamente en manos de las madres, aunque el
desequilibrio entre los tiempos que dedican hombres y mujeres aún se mantiene.
Sin duda, es evidente la crisis de la familia nuclear, que Savater llama “eclipse de la familia”
(1997, p. 55), y que trae consigo una cadena de “desinstitucionalización” (Touraine, citado
por Bolívar, 2006) afectando inevitablemente el proceso de socialización de niñas y niños,
debilitando la capacidad de incidir en sus subjetividades de regular sus conductas.
””
Las nuevas formas de regulación familiar son sin duda más débiles en
los procesos de socialización, pero también porque, inmersas ellas mis-
mas en el individualismo de la sociedad del riesgo, apelan a que sus hijos
construyan creativamente sus propias trayectorias (Bolívar, 2006, p. 123).
Reflexionemos
¿Qué nos dice todo esto respecto a la educación inicial?
Uno de los aspectos más complejos para la tejedora escolar es toda la lógica de la
calidad educativa, lo cual genera no pocas complicaciones para el cumplimiento de sus
responsabilidades. En primer lugar, porque se desdibuja la educación como un derecho
(fundamental en y para la infancia) y el conocimiento como un haber cultural; la educa-
ción pasa a ser un servicio que se comercializa, y el conocimiento es parte de la mercancía
que hace parte de la ley de oferta y demanda.
Instrucción
El segundo aspecto que se propone para su lectura crítica es lo relacionado con asuntos
de orden más curricular, para cual nos apoyaremos en los argumentos de Palacios en su
estudio denominado La cuestión escolar. Críticas y alternativas. El autor se refiere a la
disfuncionalidad de la escuela tradicional.
””
La escuela actúa como si la realidad exterior a ella no existiese o
fuese poco importante; por su empeño en ligarse a los modelos
del pasado, por su obstinación en transmitir los valores y
conocimientos que están, supuestamente, por encima del tiempo
y del espacio, la escuela enseña muy poca cosa (1984, p. 320).
””
(…) el medio escolar, colectividad compuesta por la escuela y el maestro, debe-
ría resolver las dificultades del desarrollo infantil nacidas de los desajustes fa-
miliares y sociales. Por desgracia, somos testigos del siguiente desastre: el niño
rechazado por su medio social es rechazado aún más por la escuela. La escue-
la, así, en lugar de devolver a la realidad al niño, potencia los factores de exclu-
sión del grupo, de aquí los débiles mentales, caracteriales, etc. (1984, p. 318).
En términos macro, el sistema educativo que se le ofrece a las infancias sigue caracteri-
zándose por su tradicionalismo, conserva más que lo que transforma, sigue soñando con
una realidad sólida, que tiene una verdad (igualmente sólida) y que debe transmitir a las
siguientes generaciones, así lo haga con televisores, tabletas, juegos y algunas didácticas
más divertidas para los niños.
Reflexionemos
Instrucción
Ejemplo
Figura 4.
Fuente: Shutterstock / 321761012
Pero, de otra parte, el debate está a la orden del día, así como hay posibilidades y
ventajas, también hay riesgos, por ejemplo, aún se desconoce mucho respecto a “las
repercusiones de la conectividad sobre la cognición, el aprendizaje, el desarrollo social y
emocional” (Unicef, 2017, p. 7). Aunque es innegable que hay efectos positivos por ejem-
plo en procesos educativos de niños que viven en regiones apartadas, “las TIC ya están
ampliando el acceso a contenidos educativos de alta calidad, incluidos libros de texto,
material de video e instrucción remota, a un costo mucho más bajo que en el pasado”
(Unicef, 2017, p. 13). Lo cual no exime los riesgos sobre todo en términos de pornografía
infantil, abuso sexual de niñas y niños, exposición a contenidos indebidos; además de la
adicción que puede traer consigo la conectividad.
Instrucción
Luego de 1975 se genera una mayor discusión en asuntos de salud y educación, gracias
a la participación de diversos movimientos sociales. En un trabajo conjunto entre ICBF
y Ministerio de Educación, el ministerio reestructura el sistema educativo a través de
la promulgación del Decreto 088 de 1976, y “la educación preescolar se concibió como
el primer nivel de la educación formal, aunque no tenía carácter de obligatoriedad”
(Alarcón, 2013, p. 59). Para 1984 con base en el Decreto 1002, se establece el currículo de
preescolar, “en el cual se plantean cuatro formas de trabajo: comunitario, juego libre,
unidad didáctica y en grupo” (Alarcón, 2013, p. 59).
En 1989 la Asamblea General de Naciones Unidas ratifica la Convención sobre los dere-
chos del niño, se convierte en un hito fundamental para la primera infancia, primero por su
carácter internacional, lo que hace que muchos países se sumen a la estrategia de visibilizar
de manera más concreta y específica a niñas y niños; y, segundo, por la concepción del niño
como sujeto de derechos. Esta perspectiva se ve fortalecida por la aprobación del Código del
Menor también en 1989 (Alarcón, 2013, p. 67).
Con la nueva Constitución, también llega la Ley General de Educación (Ley 115, 1994)
con apartados específicos sobre la educación preescolar (artículos 6 y 15), de un grado
en preescolar se pasa a tres grados, la propuesta curricular se organiza en torno a “las
dimensiones del desarrollo humano (…) y establece los lineamientos pedagógicos para
la educación preescolar” (Alarcón, 2013, p.71). A partir de ese momento, se incrementa
el estudio sobre didácticas, dando paso a la implementación de proyectos pedagógicos,
teniendo como principios rectores la integralidad, la participación y la lúdica.
Siede, I. (2015). Casa y jardín: complejas relaciones entre el nivel inicial y las familias.
Argentina: Rosario HomoSapiens Ediciones.