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Propiedades mecánicas
Introducción
σ
Se Toma un perfil o una barra de algún material (Fig. 1)
Se aplican fuerzas en 3D
Se extrae una parte y se analiza. Se tienen fuerzas en x, y, z
Se dividen las fuerzas sobre la superficie y se tienen las tensiones ()
Las tensiones pueden ser de tracción o compresión
Cuando se aplican tensiones, el material puede deformarse o
romperse
Se deforma en el campo plástico (la plasticidad aumenta con
la temperatura)
Se rompe si hay alta deformación en la zona elástica
La cohesión atómica tiene relación con la energía de enlace
La rotura sin deformación es sinónimo de fragilidad
La deformación implica que el material desarrolla plasticidad
En el campo elástico los materiales se utilizan como componentes de
estructuras o máquinas
En el campo plástico se fabrican los productos, en general con asistencia de
energía térmica y y mecánica. Se utiliza el mecanismo de deslizamiento
Fig. 1 – Estado de tensiones
de planos atómicos.
x x
Rp0.2 Rp0.2
Nominal
=0.2 % =0.2 %
Deformación
Una medida importante de la ductilidad es la reducción de área, que está dada por la siguiente
ecuación:
R.A. = (Ao – Af)/Ao
Los materiales dúctiles presentan una alta reducción de área en la sección transversal antes de
romperse. Existen situaciones en las cuales se debe especificar la reducción de área como
medida de la ductilidad porque no se dispone de la longitud de la probeta. No es posible
establecer una correlación precisa entra el alargamiento y la reducción de área, debido a que la
deformación plástica puede ser muy localizada. Por lo tanto el alargamiento es una medida de la
deformación longitudinal mientras que la reducción de área es una medida de la contracción
plástica. Desde luego, un material frágil tiene valores de alargamiento y reducción de área
cercanos a cero.
tracción (x)
laminador
tracción (y)
material
Figura 2
Resistencia mecánica
La capacidad de un material para resistir deformación plástica se denomina resistencia a la
fluencia o tensión de fluencia (R.F.) y se calcula dividiendo la fuerza que inicia la fluencia del
material con el área transversal. En cierto tipos de materiales (por ejemplo en aceros de bajo
carbono, Fig. 4), la resistencia a la fluencia está indicada por un punto definido que es límite
proporcional
13 6
I – Zona elástica 4 5
II – Período plástico.
1 – Zona el elástica
2 – zona de deformación pseudoelástica.
3 – Zona de fluencia. 2 3
Tensión
Deformación
Fig. 4 - Curva de ensayo de tracción estática acero bajo carbono
Materiales para Ingeniería 65
Resistencia al impacto
La tenacidad es una medida de la energía necesaria para producir la rotura de un material
mediante impacto. Es opuesta a la resistencia que es una medida de la tensión para deformar una
material (Fig. 5 y 6). La energía que es el producto de la fuerza por la distancia se expresa en
joules (J) y está relacionada con el área bajo la curva tensión-deformación.
Inoxidables
austeníticos
Dureza
La dureza está definida como la resistencia de un material a la penetración de su superficie (Fig.
7). Por lo tanto la dureza y la resistencia mecánica de un material están íntimamente
relacionadas.
Resistencia a la fatiga
Bajo cargas alternadas, el material puede resistir un cierto número de ciclos hasta la rotura. Este
fenómeno se denomina fatiga (Fig. 8 y 9).
rodamiento
rodamiento
probeta
Correa de transmisión
Un factor físico que afecta a la resistencia a la fatiga es la calidad superficial (rugosidad, defectos
superficiales, etc.).
Resistencia al creep
El creep es un proceso térmicamente activado. Tienen importancia los defectos puntuales tales
como las vacancias. Se define creep como fluencia del material por solicitaciones mecánicas en
servicio, en presencia de un campo de energía térmico. En la Fig. 9 se observan curvas de
comportamiento de aceros sometidos a creep.
Fractura
Fractura es la separación de un componente en dos o más partes. Puede tener características
frágiles o dúctiles.
La fractura frágil se produce debido a una propagación rápida de una fisura después de poca o
ninguna deformación plástica (en frío a velocidad del sonido en materiales sólidos).
En materiales cristalinos se propaga a través de planos de clivaje. También puede propagarse por
borde de grano por lo que se denomina intergranular. En ambos casos la fractura se produce en
una dirección perpendicular a la componente máxima de la tensión.
La fractura dúctil se produce después de una deformación plástica extensa y se caracteriza por
una propagación lenta de la fisura debido al proceso de formación y coalescencia de
microcavidades. La superficie de este tipo de fractura es opaca y fibrosa
Tenacidad a la fractura
Se trata de un nuevo concepto de ductilidad o fragilidad de un componente que debe soportar
solicitaciones mecánicas. La tenacidad a la fractura se determina mediante el siguiente ensayo
(Fig. 10):
Se prepara una probeta prismática, con entalla V.
Se genera una fisura de longitud a.
Se somete a solicitaciones de tracción-compresión alternada, con un cierto nivel de tensiones
mecánicas, hasta que se produce la rotura.
Se observa el campo de deformaciones que se forma en el extremo de la fisura.
Si el campo de deformación es nulo, el material es frágil.
A medida que aumenta el tamaño del campo de deformación, el material aumenta su ductilidad.
Las dimensiones del campo de deformación plástica constituyen una barrera a la propagación de
la fisura. Cuando se produce una fisura de un componente en servicio (por ej. recipiente
sometido a presión y temperatura), una forma de evitar la propagación de la falla es generar una
barrera. Para el caso se prepara un agujero cilíndrico con una mecha de un determinado diámetro
en el extremo de la fisura. Luego se rellena con material de aporte dúctil.
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Vibración-amortiguación-microestructura
Propagación de ondas acústicas en medios elásticos (Fig. 11). La microestructura de grano fino y
homogéneo (Acero laminado o forjado), constituye un medio ideal para la propagación de este
tipo de energía.
Maquinabilidad
La maquinabilidad es una propiedad de los materiales que permite comparar la facilidad con que
pueden ser mecanizados por arranque de viruta (fragmento de material residual con forma de
lámina curvada o espiral. Es un residuo que se utiliza para reciclado). Los materiales con alta
maquinabilidad requieren potencias y fuerzas de corte reducidas, con un desgaste lento del filo
de las herramientas de corte. Además pueden mecanizarse obteniendo superficies menos rugosas
y en general con un mejor terminado. Otro factor que indica la maquinabilidad de un material es
la posibilidad de poder controlar longitud de la viruta resultante. Las virutas largas y delgadas
mantienen contacto continuo con el flanco de la herramienta. Producen recalentamiento y
pérdida de dureza que es sinónimo de desgaste.
Algunos factores que suelen mejorar la resistencia de los materiales a menudo degradan su
maquinabilidad. Por lo tanto, para una mecanización económica, los ingenieros se enfrentan al
reto de mejorar la maquinabilidad sin perjudicar la resistencia del material.
Es difícil establecer relaciones que definan cuantitativamente la maquinabilidad de un material,
dado que las operaciones de mecanizado tienen una naturaleza compleja. En algunos casos, la
dureza y la resistencia del material se consideran como los principales factores a evaluar. Los
materiales duros son generalmente más difíciles de mecanizar pues requieren una fuerza mayor
para cortarlos. Sobre estos factores influyen propiedades del material como su composición
química, conductividad térmica y su estructura microscópica. A veces, sobre todo para los no
metales, estos factores auxiliares son más importantes. Por ejemplo, los materiales blandos como
los plásticos pueden ser difíciles de mecanizar a causa de su mala conductividad térmica.
Hay muchos factores que afectan a la maquinabilidad, pero no hay un consenso en la forma de
cuantificarla. Eso explica porque la maquinabilidad se evalúa caso por caso y los ensayos se
adaptan a las necesidades específicas de una fábrica. Las medidas más comunes para efectuar
una comparación de maquinabilidad son la vida de la herramienta, el acabado superficial, la
temperatura de corte, el consumo de energía y la producción de viruta.
Existen tablas y gráficos que proporcionan una referencia para comparar la maquinabilidad de
materiales diferentes, pero son imprecisas debido a la multitud de variables de proceso y otros
factores externos que pueden tener una influencia significativa. Estas tablas suelen medir la
maquinabilidad en términos de velocidad de corte para una determinada vida útil de la
herramienta. Por ejemplo, la maquinabilidad relativa podría darse como:
𝑉𝐶60.1
𝑉𝐶60.2
Donde VC60 es la velocidad de corte para una vida útil de la herramienta de 60 minutos. Siendo 1
la práctica y 2 la teórica. Las pruebas de maquinabilidad más conocidas fueron las llevadas a
cabo por Frederick W. Taylor y dieron lugar a lo que se conoce como ecuación de Taylor que
relaciona la velocidad de corte con la vida de la herramienta VTn = C. V: Velocidad de corte. T:
Temperatura, n: Constante que depende del material de la herramienta y la pieza.
Habitualmente se toma como referencia el acero AISI 1112 al que se le da la calificación de 100
de maquinabilidad.
Maquinabilidad de aceros
Una mejora de la maquinabilidad de los aceros de construcción mecánica, se logra por agregado
de fósforo o azufre. Se forman inclusiones no metálicas que dan discontinuidades. De esta
manera se puede obtener viruta fragmentada durante el mecanizado. Esto, si bien mejora la
maquinabilidad para los casos de producción automatizada, genera deterioro principalmente en
la resistencia al impacto. Otra forma de mejorar la maquinabilidad de estos aceros consiste en el
agregado de plomo. El plomo es inmiscible en el acero y se ubica en pequeñas partículas en
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borde de grano. Esto posibilita la obtención de virutas discontinuas y alarga la vida útil de las
herramientas.
Maquinabilidad en fundiciones
Fundición nodular: Tiene una importante dureza, mejorada por una gran maquinabilidad, por lo
cual todas aquellas piezas fundidas tiene que ser realizadas mediante este proceso ya que el
terminado puede ser dado con procesos de arranque de viruta.
El aluminio puro y las aleaciones de aluminio-manganeso son duros para maquinar, a no ser que
se empleen herramientas especiales con mayor ángulo de salida que el acostumbrado para el
acero. Las herramientas duras de carburo cementado son esenciales para el aluminio-silicio. Las
aleaciones que contienen cobre y las forjadas tratadas térmicamente tienen buena
maquinabilidad.