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IntRoDUCCION El por qué de la filosofia [Arbol de sangre, el hombre siente, piensa, forsee ¥ da frutos insdlitos: palabras. ‘Se enlazan lo sentido yo pensado, tocamos las ideas: son euerpos y son nimetos. Ocravto Paz aTiene sentido empetiarse hoy, a fnales del siglo xx 0 co- mienzos del xxi, en mantener Ia filosofia como una asignatt- fa mas del bachillerato? ¢Se trata de una mera supervivencia el pasado, que los conservadares ensalzan por su prestigio, tradicional pero que los progresistas y las personas précticas deben mirar con justificada impaciencia? ¢Pueden los jove nes, adolescentes mas bien, nifos incluso, sacar algo en lin plo de lo que a su edad debe resultarles un galimatias? ¢No se limitardn en el mejor de los casos a memorizar unas cuantas Formulas pedantes que luego repetirn como papngayos? Qu 2 la filosofia interese a unos pocos, a los que tienen vocacién filoséfica, sies que tal cosa ain existe, pero ésos ya tendrén fen cualquier caso tiempo de descubrirla més adelante. En- tonces, ¢por qué imponérsela s todos en la educacién secun- aria? (No es una pérdida de tiempo caprichosa y reacciona- tia, dado lo sobrecazgado de los programas actuales de ba- chillerato? 16 |LAS PREGUNTAS DE LA VIDA {Lo carioso esque los primerosadversaros de a flosofia le reprochaban preisamnte ser cosa de nies, adecuada Come pasatisinp formative en los pero 08 pero propia de adultos hechos y derecho, Por ejemplo, Cals, {ue pretende rebar a plolon de Socrates de que ves mejor pacer una njutcia que causasan, Sepa Calis, I ver. Uaderament aso, gan lo que sieran as eyes, esque los ms Furies se impongan a los debi, los que valen is a Torque valen menos los capaces los ineapaces. La ley dirs Que es peor cometer una injesila que sufi per lo nal ‘shes censderar poor sua que cometerla. Lo demas son Siuismiguisfosdicos, par los ve gusta el ya aalo Ca lies todo su desprciorsLa fosofiaesclrtamente, amigo Séerates, una oeupacién gata, si uno se dedca a ella con rmesura on los fos jens, pero cuando Se alende ela nis tiempo del debido es la una de ls hombres Calicles no ve nada de malo aparentemente en ensenarfilowaia alos Jlvanes aunque considers el vicio de Hlsofar un peeado ri ot can yas: a erecdo, Digosaparentemente pordse to podemos cildar que Sécrates fie Corvin a beber In Cleutaacusado de corromper a los jvenes seduciéndoles con ‘esata, in eer loi lesapareciee del todo, para chicory grandes] enérgico Ca Hels —~portidurio de la anén del mis Berto no se levaria stan disgusto, Si se quieren resumir todos los reproches contra Ia filo sofa en cuatro palabras, bastan éstas mo sive para nada {Los fildsofos se empenan en saber mas que nadie de todo lo imaginable aunque en realidad no son més que charlatanes amigos de Ia vacua palabreria, Y entonces, cquién sabe de verdad To que hay que saber sobre el mundo'y la sociedad? Pues ls clentificos, los téenicos, los especalista, los que son capaces de dar fnformaciones vidas sobre la realidad 2 Gomis d Plan, ea, rropucciox. 7 En el fondo los fildsofos se empefan en hablar de lo que no saben: el propia Sécrates lo reconocia ast, cuando dijo «s6lo, SE que no sé nadas. Si no sabe nada, gpara qué vamos w es- Cucharle, seamos jévenes © maduros? Lo que tenemos que hacer es aprender de los que saben, no de los que no saben. Sobre todo hoy en dia, cuando las eiencias han adelantado tanto y ya sabemos como funcionan Ia mayoria de las co- sas... ¥ cémo hacer funcionar otras, inventadas por cientii 0s aplicados. Asi pues, en Ja época actual, Ia de los grandes descubri- mientos téenicos, en el mundo del microchip y del acelerador de partfeulas, en el reino de Internet y la television digital eau informacién podemos recibir de la filosofia? La unica Respuesta que nos resignaremos a dar es la que hubiera pro- bablemente ofrecido el propio Sécrates: ninguna. Nos infor: ‘man las ciencias de la naturaleza, los técnicos, los peri6dicos, ‘algunos programas de televisin.. pero no hay informacion, slilos6fican, Segtin senalé Ortega, antes citado, In filosofia es incompatible con las noticias y la informacién est hecha de noticias. Muy bien, pero zes informacién lo dinico que busca- ‘mos para entendernos mejor a nosotros mismos y lo que nos rodea? Supongamos que recibimos una noticia cualquiera, sia por ejemplo: un nimero x de personas muere diaria- ‘mente de hambre en teco el mundo. Y nosotros, recibida la informacidn, preguatamos (o nos preguntamos) qué debemos pensar de tal stceso, Reeabaremos opiniones, algunas de las uales nos dirdn gue tales muertes se deben a desajustes en el ciclo macroeconémico global, otras hablardn de la superpo- blacién del planeta, algunos clamarén contra el injusto repat- to de los bienes entre posesores y desposefdos, o invocarén la voluntad de Dios, ola fatalidad del destino... ¥ no faltaré.al- una persona sencilla y cindida, nuestro portero 0 el quios- Quero que nos vende la prensa, para comentar: «iEn qué Thundo vivimos'e Entonces nosotros, como un eco pero cam- biando Ja exclamackén por la interrogaci6n, nos preguntare- mos: «Eso: gen qué mundo vivimos?» 18 [AS PREGUNTAS DE LA VIDA No hay respuesta cientifica para esta wkima pregunta, porque evidentemente no nos conformaremos con respucstas ‘coma «vivimos en el planeta Tietras, «vivimos precisamente fen un mundo en el que x personas mueren diariamente de hhamnbres, ni sigulera con que se nos diga que «vivimos en un munde muy injusto» o «un mundo maldito por Dios a causa e los pecados de los humanos» (gpor qué es injusto lo que ppasa?, gen qué consiste la maldicion divina y quién la cerifi- cic). En una palabra, no queremos mas informacién so- bre lo que pasa sino saber que significa la informacion que te- rnemos, c6mo debemos interpretaria y relacionarla con otras Informaciones anteriores o simulténeas, qué supone todo ello cn la consideracion general de la realidad en que vivimos, ‘eémo podemos o debemos comportarnos en la situacién asi establecida. Estas son precisamente las preguntas a las que atiende Io que vamos a llamar filosofia. Digamos que se dan {res niveles dstintos de entendimiente: 2) la drformacién, que nos presenta los hechos y los me- canismos primarios de lo que sucede;, 4) el conocimiento, que reflexiona sobre la informacion rocibida, jerarquiza su importanela significativa y busca prin- cipios generales para ordenarla; ©) Ia sabiduria, que vineula el conocimiento con las op- clones vitales 0 valores que podemos elegit, intentanda esta- blecer como vivir mejor de acuerdo con lo que sabemos. Creo que la cencia se mueve entre el nivel a) y el) de co- nocimiento, mientras que la filosofia opera entre el) el) De modo que no hay informacion propiamente fllossica, pero sf puede haber conocimiento flossfico y nos gustaria llegar a que hubiese lambign sabiduriaBlosofica.¢Bs posible Jograr tal cose? Sobre todo: ese puede enseRar tal cosa? Busquemos otra perspectiva a partir de un nuevo ejemplo ©, por decirlo con més exactitud, utllizando una metéfora etropuccion 19 Imaginemos que nos situarnos en el museo del Prado frente a uno de sus cuadros més eélebres, Fl jardin de las delicias de Hieronymus Bosch, llamado El Bosco. Qué formas de enten- dinniento podemos tener de esa obra maestra? Cabe en primer lugar que realicemas un andlisisfisico-qulmico de la textura dl lienzo empleado por el pinto, de la composicién de los di- versos pigmentos que sobre él se extienden 0 incluso que uti licemos los rayos X para localizar rastros de otras imagenes 0 esbozos ocultos bajo Ia pintura principal. A fin de cuentas, el cuadro es un objeto material, una cosa entre las dems cosas que puede ser pesada, medida, analizada, desmenuzada, etc Pero también es, sin duda, una supaificie donde por medio de colores y formas se representan cierto numero de figuras. De ‘modo que para entender el cuadro también cabe realizar el inventario completo de todos los personajes y escenas que aaparecen en él, sean personas, animales, engencros demonia- cos, vegetales, cosas, etc, asf como dejar constancia de su dis+ tribucion en cada uno de los tres cuerpos del triptico. Sin em: Dargo, tantos mufecos y maravillas no son meramente gra- tuitos ni aparecievon un dia porque sf sobre la superficie de la tela, Otra manera de entender Ia obra sera dejar constancia de que st autor (al que los contemporéneos tambign se refe- rfan con el nombre de Jeroen Van Aeken) nacié en 1450 y mu: 116 en 1516, Fue un destacado pintor de la escuels flamenca, cuyo estilo directo, ripido y de tonos delicados marca el final de la pintura medieval. Los temas que representa, sin embar- go, pertenecen al mundo religioso y simbolico de la Edad Me- dl, aunque interpretado con gran libertad subjetiva. Una la bor paciente puede desentrafiar —o intentar desentratiar— el contenido alegérico de muchas de sus imagenes segin la fconografia de la época; el resto bien podria ser elucidado de acuerdo con la hermenéutica ontrica del psicoanalisis de Freud. Por otra parte, El jardin de las delicias es una obra del perfodo medio en la produceién del artista, como Las renta- Ciones de san Antonio conservadas en el Museo de Lisboa, an- tes de que cambiase la escala de representacion y la disposi cién de las figuras en sus cuadros posteriores, ct.

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