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HISTORIA II - UNIDAD IV

INTRODUCCIÓN
La última etapa de la guerra fría (1975-1993):
Inmediatamente después de terminada la Segunda Guerra Mundial, el mundo se
escindió en dos bloques, el oriental y el occidental, cuyas fronteras transcurrían
por el centro de Alemania, que quedó dividida en dos Estados (la República
Democrática Alemana y la República Federal Alemana). El bloque occidental, de
orientación capitalista, al frente del cual se encontraba EE.UU. como primera
potencia económica. Al frente del bloque oriental, marcado por la ideología
comunista, se situaba la URSS.
Ambos bloques estuvieron enfrentados irreconciliablemente en lo que se llamó la
Guerra Fría que, como sucedió en los casos del bloqueo de Berlín o de la crisis de
Cuba, corrió grave peligro de llegar al conflicto abierto.
Hasta el final de los regímenes comunistas en 1989, se vivió el miedo de que se
desencadenara una Tercera Guerra Mundial.
Hasta principios de los años ’80, el orden mundial todavía parecía claro y nítido.
Estaba el Este y Occidente, el comunismo y el capitalismo bien delimitados. Pero
la guerra fría, que había mantenido al mundo bajo su mano de hierro desde
1945, desapareció repentinamente, con el fin de la URSS, dejando tras de sí un
vacío político y cultural.
1972- Firma del tratado SALT-1 sobre limitación del armamento estratégico entre
EE.UU. y la URSS.
1975- Fin de la Guerra de Vietnam (1963-1975).
1983- El programa de investigación de una defensa espacial frente a los cohetes
enemigos, promovido por el presidente norteamericano Reagan, suscita fuertes
controversias (paralización 1993)
1985- Mijail Gorbachov es nombrado jefe del Estado soviético y secretario del
Partido e introduce la perestroika.
1987- Gorbachov y Reagan firman en Washington el tratado de destrucción de
todas las armas atómicas de alcance medio.
1989- Los cambios registrados en la República Democrática Alemana y el derribo
del muro de Berlín provocan la democratización y la convocatoria de elecciones
libres en otros países del bloque oriental.
1990- Reunificación de Alemania, tras 45 años de división; primeras elecciones
en toda Alemania después de la Segunda Guerra Mundial.
1993- Lucha por el poder en Moscú, Yeltsin disuelve el Parlamento.
1997- Cumbre OTAN – Rusia en París. Los antiguos estados del Pacto de
Varsovia podrán entrar en la OTAN.

La crisis petrolera:
Hitos como el informe Meadows –también llamado del Club de Roma (1973) o
como el texto de Schumacher “Lo pequeño es hermoso” (1973), constituyen
claras referencias de las coordenadas que se intentan definir a principios de los
años ’70.

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El informe del Club de Roma, elaborado por economistas e industriales entre
1970 y 1972, ponía de manifiesto el previsible agotamiento de los recursos
naturales –las fuentes de energía y de materias primas- si se seguían las pautas
de crecimiento, consumo y despilfarro que marcaban la evolución de los últimos
años.
Todos estos planteamientos encuentran expresión en una época marcada por el
aviso de la crisis de los países más industrializados, por el temor al agotamiento
de los recursos y por el reconocimiento de la necesidad trascendental de reciclaje
de los materiales producidos.
Esta situación potenció la búsqueda de medios alternativos relacionados con la
economía de recursos. Aprendiendo en cierto modo, del sentido común de las
sociedades pobres. Inaugurándose así, una mirada distinta hacia el “Tercer
Mundo”.

La crisis del determinismo como modelo de las ciencias:


El Determinismo es una doctrina filosófica que afirma que cualquier
acontecimiento, ya sea mental o físico, responde a una causa, y así, una
vez dada la causa, el acontecimiento ha de seguirse sin posible variación.
Lo que quiere decir que los acontecimientos precedentes determinan
definitivamente los subsiguientes. Esta teoría niega cualquier posibilidad al
azar o a la contingencia.
Después de la Segunda Guerra Mundial y sobre todo, con posterioridad a la
verificación de la crisis del modelo de desarrollo, el determinismo como
modelo de las ciencias, es puesto en tela de juicio, puesto que se ha
comprobado que todos los intentos de predicción han fracasado, por que
hay variables imposibles de controlar, como la voluntad humana y la
contingencia. Es decir que no siempre que se den determinadas
condiciones, el desarrollo de los hechos va ha ser el esperado.

El relativismo cultural:
A lo largo de los años ’50 y ’60 en Europa y América, se introducen una serie de
cambios, de manera que el concepto de cultura se amplia hacia la cultura
material y simbólica. Una serie de fenómenos distintos explican este cambio:
 En primer lugar el pensamiento antropológico y etnológico introduce esta
nueva dimensión de la cultura técnica y simbólica para explicar los procesos
mas generales del arte y la cultura en los pueblos primitivos.
 En segundo lugar aparece una nueva disciplina, la arqueología industrial, que
amplia el campo de estudio de la historia hacia los orígenes de la
industrialización, las múltiples lógicas de la obtención de energía y de los
sistemas de producción.
 También en el campo de los museos, se integran nuevos aspectos sociales,
científicos y técnicos, para convertirlos en verdaderos focos de transformación
e influencia social.
Por primera vez una parte de la cultura en general empieza a aceptar las
consecuencias del relativismo cultural y antropológico, entendiendo que no todas
las sociedades pueden ser medidas según los mismos patrones culturales y de
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desarrollo, asumiendo que la cultura occidental no es el centro del mundo ni es
superior a las demás culturas, aceptando la pluralidad y la diversidad cultural.
Cuando se habla de relativismo, se hace referencia a la doctrina epistemológica
que, niega la existencia de toda verdad absoluta, universalmente válida.

Abandono de las ideas de los procesos como continuidades


predecibles: las discontinuidades, las rupturas, las fracturas:
El Movimiento Moderno fue heredero del optimismo histórico presente en el
pensamiento hegeliano y de la simplicidad mecanicista heredera del positivismo
burgués de la segunda mitad del siglo XIX a lo cual se sumaron las nuevas
concepciones relacionadas con la percepción y la psicología de las formas.
Tras la Segunda Guerra Mundial, el pensamiento que pasó a predominar en una
parte de Europa y América fue el existencialismo, con sus distintas variantes. A
raíz de esta insistencia en lo humano y en la primacía de la existencia, se produjo
una auténtica eclosión de las ciencias dedicadas al hombre y una declinación de la
arquitectura hacia lo humano y la arquitectura vernácula.
Pero este mismo pensamiento fue derivando hacia el estructuralismo, una
rigurosa manera de interpretar, ideológicamente antihumanista y antihistoricista,
para la que serían más importantes los sistemas que los sujetos.
El estructuralismo generó los postestructuralismos y distintas teorías
postmodernas y deconstructivas. Un discurso cartesiano que descubre fracturas,
pliegues, dispersiones y discontinuidades en la historia generará una arquitectura
de autores como Eisenman, Tschumi, etc. Que buscan su poética en el
ensamblaje de fragmentos en la estética de la discontinuidad, en la recreación de
formas autónomas y extrañas a las coordenadas del sujeto, en la sugerencia de
espacios dinámicos totalmente nuevos y en la deconstrucción de la realidad
convencional. Una arquitectura que también celebra en sus formas la primacía de
la estructura y el sistema por encima del sujeto y la historia.
Esta arquitectura de la nueva abstracción, a pesar de su ensimismamiento formal,
ha buscado sus fuentes de legitimación en otras disciplinas. Además de la
influencia del pensamiento postestructuralista, de la narración literaria y de las
vanguardias de las artes plásticas, es clara la influencia de las teorías
matemáticas en Zaha Hadid o de la narración cinematográfica en Tschumi y
Koolhaas.

La crisis de la modernidad y el concepto de Postmodernidad en


la cultura reciente:
Durante los años posteriores a la segunda guerra mundial, la idea que predomina
entre arquitectos y críticos era la conciencia de continuidad, a principios de los ’60
se extiende la idea de crisis del movimiento moderno. En este sentido las
propuestas de Archigram en Gran Bretaña, de la crítica tipológica presente en las
ideas de Aldo Rossi en Italia o de la arquitectura comunicativa propuesta por
Venturi en EE.UU. representan ya alternativas constructivas que superan estos
años difíciles y que abren nuevos caminos. Temas como el del concepto de
tipología, la estructura de la ciudad. El lenguaje entendido como instrumento de

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comunicación simbólica, la experimentación de nuevas metodologías operativas;
abren nuevos horizontes y permiten entrar en una nueva época, una época de
nuevas propuestas de carácter metodológico que comportan nuevos sistemas de
entender y proyectar la arquitectura.
La Postmodernidad sería una categoría identificable más con una situación que
con una tendencia concreta. Pero a pesar de lo cual, a finales de los años ’70 y
especialmente en EE.UU. se proyectan y realizan obras que se convierten en
manifiestos de una nueva arquitectura declaradamente “postmoderna”.
Se trata de una arquitectura hedonista, que se despliega en la fachada, en la
epidermis, en la ornamentación, en el maquillaje, en aquello que es captado por
la vista y que le permite transmitir el máximo de sensaciones y referencias. Lo
cual está en la base de unos mecanismos compositivos y formales que son
constantes en la más radical arquitectura postmoderna: el desarrollo de las
formas abiertas con el máximo desarrollo escenográfico de fachada; el recurso de
la estética del “object trouvé” o “ready made”; un método compositivo basado en
el “collage”, el énfasis en la textura y policromía de la piel, persiguiendo una
percepción gratificante; el establecimiento de itinerarios perceptivos, la utilización
directa de elementos del pasado, recurriendo a lo simbólico frente a lo utilitario.
Hay una revalorización de los valores simbólicos y culturales, de las cualidades de
los materiales y sus texturas, de la importancia de la luz natural, del carácter del
lugar, de la expresión de la estructuración del espacio vital, de las referencia a
formas vernáculas o históricas, de las relaciones con el entorno y con el
ambiente, etc. Llevan a hablar más de “lugar” que de “espacio”. El lugar se
convertirá en la auténtica expresión de la identidad del hombre, como superación
de la concepción del espacio matemático y abstracto.
Con las ideas que se han analizado salta a la vista que lo más importante de la
arquitectura es su capacidad comunicativa, es decir, su fachada, la imagen que el
edificio ofrece. Lo cual será una carácterística definitoria de la arquitectura
postmoderna que irá estrictamente ligada a la emergente cultura visual de los
medios de comunicación y que comportará el peligro de caer en la mera
mercadoctenia. La arquitectura pierde sus atributos básicos y se convierte en
puro mensaje e imagen, por encima de los espacios, procesos, funciones,
tipologías, estructuras, tecnicas o formas. Entronizada la información como la
principal mercancía, en el panorama de la arquitectura internacional, triunfarán
cada vez más aquellas propuestas más facilmente convertibles en slogan, mas
reproducibles en imágenes, más directamente mediatizables.

LA CIUDAD DE LA POSTMODERNIDAD
Las “villes nouvelles” parisinas hasta 1975 - centros de
servicios de irradiación subregional:
En los últimos años de la década del ’60, la nueva sociedad plural y pluralista no
tenía ya un modelo de ciudad consensuado y las ciudades nuevas partían
evidentemente de pautas originales y variadas, como por ejemplo las “villes
nouvelles” de la aglomeración parisina, proyectadas desde 1966 y construidas
en la década del sesenta. Cada una debía ser un centro de servicio subregional de

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comunas preexistentes con la capital francesa como cabecera regional, cada una
debía ofrecer una amplia gama de oportunidades laborales equilibrando
actividades secundarias y terciarias, además de variedad de alojamiento y de
actividades sociales y de esparcimiento; en cada una se propuso lograr una gran
riqueza paisajística urbana, por medio de la calidad arquitectónica, para lo cual se
convocaron, por medio de concursos y encargos profesionales directos a diversos
arquitectos de renombre internacional.

El fin del crecimiento demográfico europeo y la revalorización


de la ciudad existente - los centros históricos europeos:
Desde el mismo momento en que se lanzaron las Villes Nouvelles parisinas, se
constataba el fin del crecimiento demográfico europeo con lo que dejaba de
justificar las extensiones urbanas y aún las
nuevas ciudades. A partir de 1975, se reformuló la política urbana: no se crearían
nuevas ciudades y se preveía la conclusión de las obras planeadas hacia 1990 o
2000.
A diferencia de los arquitectos y urbanistas del C.I.A.M. que estaban disconformes
con las ciudades y por lo tanto pretendían arrasarlas. Hoy se plantea la crítica a
las ciudades pero con el fin de mejorarlas, se plantea un redescubrimiento de la
Historia y la ciudad histórica, se vuelve a plantear el problema de la identidad, la
búsqueda de pautas en las tipologías edilicias; la refuncionalización de la vieja
arquitectura motivada por un criterio contextualista. Una arquitectura y un diseño
urbano que pretende mantener o resolver en los centros históricos la continuidad
del tejido urbano y establecer una interrelación entre edificio y emplazamiento.

Aldo Rossi y “La Arquitectura de la Ciudad” (1966): el lugar, la


memoria colectiva, los arquetipos:
La práctica destructiva de las realizaciones recientes terminó provocando
nostalgia cuando se la confrontaba con aquellos sectores antiguos de la ciudad
que ostentaban calidad ambiental y, como consecuencia surgieron con fuerza dos
líneas nuevas de gestión urbana, tanto desde la elaboración teórica como de la
realización práctica:
1- Los proyectos para proteger o recuperar aquellos sectores, especialmente los
centrales y, habitualmente más antiguos conocidos como “Centros Históricos”.
2- El análisis para la comprensión de la esencia de aquellos sectores históricos
que serviría como punto de partida, como pauta para la búsqueda de una
nueva calidad urbana fundamentada, al mismo tiempo, en realidades locales y
en los aspectos positivos rescatados de la experiencia reciente.
La primera línea de gestión encontró su base en los estudios de Historia Urbana y
en la traducción de la antigua teoría de la restauración o conservación de sectores
urbanos. La segunda línea propuso también la investigación de la Historia Urbana
como el fundamento de las pautas para el diseño urbano.
En este último sentido, fue clave la publicación, en 1966, de “La Arquitectura
de la Ciudad” de Aldo Rossi. Donde plantea que los arquetipos con los que está
construida la memoria colectiva, constituyen un mundo rígido de formas simples

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tomadas de la geometría a través del filtro de la historia.
Las analogías del lugar tienen una importancia decisiva, si se leen , ya son
proyecto. Los tipos constituyen un reservorio de sabiduría aprovechable, que
están en la historia por que relacionan las distintas épocas entre sí.
La idea de Rossi es entender siempre la arquitectura en relación a la ciudad. En el
contexto cultural y europeo, la ciudad, tras los desastres de la Segunda Guerra
Mundial, se ha convertido en un bien escaso y enfermo que debe ser
cuidadosamente reconstruido.
Uno de los conceptos de partida del libro es la crítica a lo que llama el
“funcionalismo ingenuo”. Plantea que no existe una relación unívoca y lineal entre
las formas y las funciones. Las formas no son el resultado de las funciones sino
que van más allá de las estrictas funciones.
“Los lugares son más fuertes que las personas, el escenario más que el
acontecimiento. Esa posibilidad de permanencia es lo único que hace al paisaje o
a las cosas construidas superiores a las personas”. Otorgándole al lugar una
preeminencia en el proceso del proyecto, entendiendo a la arquitectura como
creación de lugares significativos.
Otro de los aportes es la consideración de los dos elementos básicos de la ciudad:
1- Los monumentos, los elementos primarios, aquellos edificios o espacios
públicos pertenecientes a la esfera pública, que crecen siempre puntualmente,
que constituyen operaciones irrepetibles y que están promovidas por el
esfuerzo colectivo.
2- Las áreas residenciales, la vivienda, que crece siempre por áreas y que
conforma el tejido básico de la ciudad. Cada una de las tipologías
arquitectónicas residenciales, está pensada desde la lógica de la repetición.
Esta división entre monumentos y tejido residencial ha tenido una enorme
trascendencia y es un instrumento básico para la intervención en la ciudad
histórica. La revalorización del monumento como hito privilegiado para definir la
imagen de la ciudad –la voluntad de recuperar la idea de monumentalidad. Rossi
pone de manifiesto que la ciudad histórica se ha proyectado en el orden inverso al
planteado por el urbanismo racionalista.
Otro de los conceptos básicos reutilizados por Aldo Rossi es el de tipología
arquitectónica. Donde cada tipología arquitectónica debe entenderse en función
de la morfología urbana. Para Rossi el tipo es un arquetipo, un principio lógico e
inmutable. Instrumento de análisis y de proyecto.
Otro instrumento configurado por Aldo Rossi que relaciona análisis con proyecto,
es el de la analogía. La ciudad análoga es aquella operación lógico-formal que
utilizando el mecanismo de la memoria es capaz de mostrar con imágenes la
esencia de una ciudad. El pensamiento lógico significa “pensar en palabras”
mientras que pensamiento analógico es imaginar todavía en silencio, es sentir lo
irreal, es arcaico y prácticamente inexpresable en palabras. La analogía es una
operación lógico-formal que define el carácter de la obra de Rossi.
Rossi trata a la ciudad como hecho económico e histórico, el lugar de la política,
el espacio donde las manifestaciones colectivas expresan su voluntad. Al mismo
tiempo no hay transformación urbana que no implique la transformación de la
vida de sus habitantes.

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El contextualismo:
Paulatinamente se va a verificar un mayor interés por la Historia Urbana,
fundamento para todo intento de planificación urbana y herramienta
indispensable para la comprensión de la ciudad, entendida ésta como “contexto”
del proyecto arquitectónico. Esto estaría relacionado con el hecho de que el
espacio urbano empezaba a ser considerado como una prioridad, en oposición a
lo planteado por el Movimiento Moderno que consideraba al exterior
arquitectónico como un simple resultado expresivo del espacio interior.
La idea será mantener, instalar o reinstalar la continuidad en el tejido existente y
establecer una relación recíproca entre el edificio y el emplazamiento.

TEORÍA
1980. La Bienal de Venecia.
Con la I Bienal de Arquitectura, promovida por Paolo Portoghesi en Venecia en el
año 1980, cuyo lema fue “La Presencia del Pasado”. En la amplia sala donde se
realizó la exposición, y, a lo largo de la Strada Nuovissima, 20 arquitectos
presentaron este tema; entre ellos estaban los norteamericanos Charles Moore,
Robert Venturi y Robert Stern, el español Ricardo Boffil y el austríaco Hans
Hollein. Lo más llamativo de los trabajos presentados en la exposición fue el
elevado número de diseños de inspiración clásica, abarcando desde la pura
curiosidad ideosincrática hasta el neoclasicismo implícito. Evidentemente, tanto
los arquitectos norteamericanos como los europeos estaban preparados para
volver una vez más al ornamento. Esta bienal confrontó entre sí las arquitecturas
norteamericana y europea, e impuso definitivamente en Europa la arquitectura
postmoderna.
En la I Bienal de Venecia, se puso en evidencia los cambios que se venían
produciendo en la arquitectura desde principios de los ’60, primero, como una
tímida protesta contra el omnipresente funcionalismo del Movimiento Moderno. Y
ya en la década del ’70 se convirtió esta protesta, en un ataque salvaje. Se
trataba de un retorno a los estilos que polarizó a los arquitectos y a toda la
sociedad, hasta muy entrada la década del ’80. Como se manifestó en la
mencionada bienal.

El pluralismo en las tendencias arquitectónicas:


Como consecuencia del relativismo cultural y antropológico, que determinó la
aceptación de la pluralidad y diversidad cultural, la arquitectura de las últimas
décadas muestra una creciente diversidad. Nunca el entorno humano fue más
problemático así como jamás fue tan inseguro el equilibrio existencial del hombre.
La nueva diversidad se hizo evidente poco después de terminada la segunda
guerra mundial. Pero en las décadas del ’50 y ’60 se inicia un desarrollo de un
pluralismo de estructuras formales sobre bases técnicas.
El propósito esencial del pluralismo es lograr la caracterización individual de
edificios y lugares. Como reacción hacia la homogeneidad de objetivos y medios,
y a cierta rigidez del funcionalismo, así como a un deseo de tener en cuenta las

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diferencias de carácter regional, lo cual no concierne solo a factores geográficos,
sino que implica también a un determinado modo de vida y a un particular
substrato histórico y cultural. La palabra “Pluralismo” sugiere que el hombre ha
perdido la confianza en las soluciones globales y, por lo tanto, en un estilo
internacional.
A lo largo de los años ’50 ha quedado manifiesta la continuidad de la nueva
tradición del Movimiento Moderno, al mismo tiempo que surgía una nueva
generación de arquitectos y los primeros intentos de someter los principios de
esta ortodoxia a una paulatina revisión y crítica. A lo largo de la segunda mitad
de los años ’60 se irá evidenciando que se han producido ya cambios radicales y
que una gran parte de la arquitectura está muy distante del Movimiento Moderno.
Si durante la inmediata postguerra la idea que predominaba entre arquitectos y
críticos era la conciencia de continuidad, a partir de los ’60 se asiste a una
situación de gran diversidad de posiciones, donde incluso algunas se contraponen
a otras. Se asiste a la prolongación de la arquitectura moderna tardía,
especialmente en la modalidad del tecnologismo o “high tech”, mientras se
vuelve a considerar a la armazón resistente como un medio que no
necesariamente debe ser expresado o se plantea una actitud crítica y
contestataria al elaborarse la teoría de la “ tecnología apropiada”. Por otra
parte toma cuerpo un renovado historicismo apoyado en el lenguaje
arquitectónico de las obras del clasicismo, un revival del Movimiento
Moderno, como así también el interés por el rescate de lo vernáculo o folk, de
las tradiciones históricas locales, de la memoria colectiva y de la arquitectura
popular urbana. Así como la protección del patrimonio urbano, rural y natural
basado en su valor histórico pero también en su utilidad como recurso construido.
La prolongación de la arquitectura moderna tardía:
La prolongación de la faceta tecnológica del Movimiento Moderno Tardío en los
países, regiones o ciudades de elevado desarrollo económico y tecnológico,
conocida como High Tech.
En contraposición aparecen tendencias como aquellas que buscan tecnologías
alternativas adecuadas a la realidad económica, tecnológica y cultural de los
países en vías de desarrollo o subdesarrollados, conocida como Tecnología
Apropiada. Y otras que manifiestan una total despreocupación por expresar la
existencia o destacar una estructura resistente particular o el uso de un
determinado material. Indiferencia Tecnológica.
Es por eso que se puede hablar de Pluralismo Tecnológico.

El historicismo:
Se puede hablar de historicismo en cuanto al rescate de las fuentes de inspiración
histórica:
 Clasicismo: rescate del lenguaje empleado en la arquitectura de la
antigüedad clásica, y desde el renacimiento hasta el siglo XIX.

 Movimiento Moderno: revival de los rasgos fundamentales del Estilo


Internacional.

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El contextualismo:
La tarea de insertar con gracia una obra contemporánea en un entorno histórico
heredado se ha manifestado en esta periodo como un reto especialmente
delicado, de este desafío surge el contextualismo. Como una aproximación a la
arquitectura y al diseño urbano que pretende mantener, instalar o reinstalar la
continuidad en el tejido existente y establecer una relación recíproca entre el
edificio y el emplazamiento.
El espacio urbano como prioridad o la inversión del concepto moderno que
centraba en el espacio interno la preocupación arquitectónica y planteaba al
exterior arquitectónico meramente como un resultado expresivo del espacio
interior.
Renovado interés por la Historia Urbana, indispensable para su comprensión
como “contexto” del proyecto arquitectónico y como fundamento de la
planificación urbana.

El rescate de lo vernáculo y de las tradiciones históricas


locales, de la memoria colectiva y de la arquitectura popular
urbana:
 Arquitectura Folk: rescate de las expresiones constructivas más sencillas de
las áreas rurales.
 Arquitectura Popular Urbana: rescate de las manifestaciones de la
arquitectura de los barrios populares de las grandes ciudades.
 La Memoria Colectiva: búsqueda de los arquetipos descifrados del análisis
profundo de la tradición constructiva, utilitaria y estética de las ciudades
históricas.

Revalorización de los tipos:


Otro de los conceptos que vuelve a aparecer es el de tipología arquitectónica.
Donde por ejemplo en el caso de Rossi el tipo, es entendido como un arquetipo,
un principio lógico e inmutable, que constituye una herramienta tanto para el
análisis, como para la proyectación.
Para Rossi los tipos son un legado de sabiduría, que se debe aprovechar, por que
relacionan las distintas épocas entre sí.
A diferencia de lo planteado por el funcionalismo, Rossi plantea que no existe una
relación unívoca y lineal entre las formas y las funciones. Las formas no son el
resultado de las funciones sino que van más allá de las estrictas funciones. Y por
eso es importante el concepto de tipología, en el sentido de que la tipología
trasciende las funciones y se va adaptando a los cambios operados en la sociedad
(en cuanto a que da respuesta a sus necesidades).

El patrimonio urbano arquitectónico:


restauración, preservación, reciclaje:
 Restauración: acción de devolver un edificio o sitio su estado original de uso.
 Rehabilitación: Acciones de puesta en valor de edificios, áreas o sitios en sus
funciones específicas originales. (la idea es mantener el uso al cual está
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destinado.
 Revitalización: acción de dar nueva vida a un sitio o edificio mediante el
mejoramiento de las condiciones de uso, para el desarrollo de las actividades
que en él tienen lugar.
 Refuncionalización: acción de adaptar un sitio para nuevas funciones,
distintas de aquellas para las cuales fue construido.
 Reciclaje: Cuando se presentan formas complejas de deterioro, ya sea estado
deficiente de conservación, obsolescencia, abandono, usos incompatibles,
deterioro estructural, etc. Supone la sustitución de partes. Aprovechamiento
de lo que está en condiciones y por lo general implica un cambio de función.
 Preservación: Cuando no hay deterioro ambiental, plantea acciones de
mantenimiento y de protección. No implica cambios funcionales, tampoco
sustitución de partes.

Otras intervenciones: collage, “ironía”, cita:


Paralelismo con la arquitectura del Manierismo (s. XVI) en el diseño mediante
recursos tales como el collage, la ambigüedad, la doble lectura y la ironía.
 Collage: Técnica mediante la cual se yuxtaponen distintos elementos (por
ejemplo del pasado y del presente), llegando a ser contradictorios, para mayor
riqueza de significados. Dentro de un collage objetos distintos conviven en un
espacio común, están yuxtapuestos como fragmentos autónomos. El collage
puede incluir la cita de objetos que tienen una clara significación insertos en la
composición (por ejemplo arquitectos que se citan entre sí) la ventana de
Rossi.
 La cita: Cuando se se extrae elementos de otro contexto y se lo representa
textualmente. Las citas de obras memorables o la utilización, mediante la
inclusión en la composición de fragmentos significativos de obras y/o autores
importantes.
 La metáfora: Cuando se quiere transmitir un concepto empleando imágenes
que indirectamente hacen alusión al concepto que se quiere transmitir (recurso
tomado de la poesía).
Los códigos están basados en el aprendizaje y en la cultura y por ello se
presentan situaciones de múltiple código y múltiple cita (por ejemplo la opera de
Sidney de Jørn Utzon).
Un edificio ingenioso es aquel que nos permite hacer asociasiones de ideas.
Existen dos tipos de cita o metáforas:
1. Explícita. Metáfora que se comunica sin ambigüedad (por ejemplo el puesto
de salchichas)
2. Implícita. Se ve inmediatamente pero puede tener diversos significados. La
habilidad del artista está en saber apelar a nuestro almacenamiento de
imágenes sin que nos demos cuenta.
Ejemplo: agencia de viajes de Hans Holein las columnas que parecen palmeras
hacen alusión a lugares lejanos y exóticos como el Caribe, Hawai, etc. Pero en
esa obra también hay citas, la reja de la caja es la reja de un rolls roys, la
pirámide truncada, el techo- la caja de Otto Wagner en Viena, etc.

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Recuperación de la relación entre arquitecto y público:
La idea es reestablecer la comunicación con el público, con el usuario, que se
había quebrado desde la aparición de los movimientos de vanguardia figurativa
de principios del siglo XX y que se materializó en arquitectura con la abstracción
del Movimiento Moderno. A partir de la creación de una arquitectura que se
comunicara con el usuario, lo que terminó por convertirse en un objetivo
compartido por muchos arquitectos: “proyectar un edificio que hablase un idioma
inteligible, comprensible para sus usuarios”. Esta meta común se va a manifestar
de distintas maneras en los distintos arquitectos:
Venturi, apela a la arquitectura parlante, una arquitectura que “habla” de su
función, por eso va a recurrir a potentes símbolos arquitectónicos.
Moore, en la misma línea recurrirá al recurso de la cita.
Rossi trata a la ciudad como el espacio donde las manifestaciones colectivas
expresan su voluntad. Al mismo tiempo no hay transformación urbana que no
implique la transformación de la vida de sus habitantes. Para Aldo Rossi la
comunicación con los usuarios se manifiesta por medio de la memoria colectiva,
por eso recurre al proceso de analogías, donde a partir de operaciones de
carácter lógico-formal, utilizando el mecanismo de la memoria, es capaz de
mostrar con imágenes la esencia de una ciudad.
En la misma línea de Rossi, se encuentra Mario Botta, quien prefiere alejarse de
la abstracción, buscando en su lugar, formas evocadoras de las imágenes que
anidan en lo más hondo del subconsciente humano, en un esfuerzo de hacer una
“arquitectura que vuelva a conectarse con la gente”.

Recuperación de la primacía de la forma: experimentos


geométricos:
A fines de los ’60 aparece una nueva concepción arquitectónica. Sus máximos
representantes serán dos arquitectos norteamericanos –Peter Eisenman y John
Hejduk- que en un primer momento serán clasificados dentro de los llamados
“Five Architects” de New York. Su inicio surge de reinvindicar la actualidad que los
presupuestos formales modernos aún mantienen, frente a aquellos que habían
decretado su muerte. Surgen como reacción contra el incipiente postmodernismo
estilístico y como defensa de la riqueza inherente a los experimentos de las
vanguardias. La experiencia de los “Five Architects” arranca de un reflexión
interna sobre el lenguaje arquitectónico. Se trata de enfatizar la arquitectura
como trabajo intelectual, vaciado de cualquier pretensión populista o
contaminación realista. Una arquitectura que deberá partir de premisas formales
y concluir en resultados formales. Una arquitectura sin ninguna pretensión
pragmática –la abstracción conduce a un espacio virtual- y sin ninguna pretensión
semántica. Se trata de conseguir una neutralización estilística, evitando cualquier
expresión simbólica. La arquitectura no debe tener significado.
Peter Eisenman inicia el recorrido por esta vía arquitectónica realizando a partir
de finales de los ’60, una serie de casas unifamiliares concebidas como puros
experimentos de laboratorio. Donde cada obra es más una escultura o maqueta
realizada a escala gigante que un objeto real.

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Hay un objetivo de una arquitectura eminentemente intelectual y antiorgánica,
basada en el mundo perfecto y autónomo de las formas.
Negación de la tradición y la negación de la topografía.
Se debe enfatizar la ruptura y la discontinuidad histórica, la voluntad de entrar en
una nueva etapa – la edad no clásica -.
La ciudad, el lugar, el contexto urbano es tomado como banco de pruebas, sin
condicionantes de memoria, trazado o tipologías. Cada proyecto debe mostrar su
propia autonomía, oponiéndose, si es necesario a la lógica del lugar. Es lo que
Eisenman ha definido como arquitectura de la atopía, que niega el topos.
Se trata de una arquitectura basada esencialmente en la sintaxis. Una
arquitectura en la que la forma, y en la que lo queda explícito, esencialmente, es
el hecho de entender la arquitectura como pensamiento lógico. Lo que toma
protagonismo en los proyectos es la manifestación de su propia estructura,
apelando a los órdenes geométricos intrínsecos. No es una arquitectura
comunicativa, ni semántica, ni pragmática, ni funcional, sino de una arquitectura
que siguiendo los mecanismos del arte conceptual intenta dejar explícitos
estrictamente los procesos, órdenes y elementos que la constituyen.
Esta expresividad, basada en los ejercicios sintácticos y en la reflexión. Entorno al
mundo delimitado de la geometría, comporta otra de las características
fundamentales de esta corriente: su fuerte capacidad para renovar la
representación arquitectónica. Se insiste en la rotura del sistema clásico de
representación –planta, sección y alzado- y continuando con los hallasgos de las
vanguardias (cubismo, neoplasticismo, suprematismo, contrustivismo) se
explotan las posibilidades de múltiples combinaciones.
Las premisas de ruptura y experimentación radical de las vanguardias de
principios de siglo no sólo siguen siendo válidas y no están en absoluto agotadas,
sino que deben ser llevadas a sus últimas consecuencias (incluso hacia aquellas
que las vanguardias no llegaron a consumar).
El primer rasgo que permite identificar la obra inicial de los cinco equipos de
arquitectos neoyorquinos es su intento de reinterpretar las sintaxis racionalistas
de las figuras históricas del movimiento moderno. Cada uno elegirá algunas
referencias dominantes: Peter Eisenman estudiará la arquitectura de Giuseppe
Terragni; John Hejduck sigue los experimentos neoplasticistas holandeses;
Richard Meier, Michael Graves y el equipo Charles Gwathmey-Robert Siegel
admiran la arquitectura del primer Le Corbusier. Posteriormente cada uno de los
equipos ha seguido una evolución propia más allá de estos primeros pasos
delimitados por la recreación del círculo formal mágico de las vanguardias de los
años ’20. Pero su inicio surge de reinvindicar la actualidad que los presupuestos
formales modernos aún mantienen, frente a aquellos que habían decretado su
muerte.

ARQUITECTURA
Muerte de los Maestros del Movimiento Moderno
Entre 1965 y 1969 se da la desaparición de los maestros del Movimiento
Moderno, Le Corbusier muere en 1965, Mies y Gropius en 1969. Y la escuela de
diseño de Ulm, continuadora de la Bauhaus, despues de repetidas crisis cierra
12
definitivamente en 1968. Con ello se manifiesta el final de una cierta concepción
racionalista y Purista del diseño industrial.

Los nuevos referentes: todos arquitectos actuantes:


Robert Venturi
 “Complejidad y Contradicción en la Arquitectura” (1966). “Aprendiendo de
Las Vegas” (1977).
 Guild House (1960-1963).
 Casa Vanna-Venturi (1962-1964).
Charles Moore
 Plaza de Italia en Nueva Orleans (1974-1978).
Five Architects o “La Escuela de Nueva York”
1. Michael Graves
 Edificio Público en Portland, Oregon (1980-1982).
 Edificio de la Humana Corporation, Kentucky (1982-1986).
2. Richard Meier
 The Atheneum, Indiana.
Los Site:
Salones de Exposición de los Productos Best.
Aldo Rossi (1931-1997). Formas Geométricas clave: cubo, pirámide, prisma,
cilindro.
 Plaza Pilota y Teatro Paganini.
 Teatro del Mundo.
 Gallaratesse.
 Cementerio de San Cataldo.
Frank Gehry: El deconstructivismo.
 Casa Gehry (1978).
 California Aerospace Museum (1983-1984).
 Guggenheim de Bilbao (1997).
Miguel Angel Roca
 Mercado San Vicente.
 Mercado General Paz.
 CPC de Córdoba y La Paz.

LA POSTMODERNIDAD APROPIADA
LA CIUDAD DE LA POSTMODERNIDAD APROPIADA:
Creciente tensión entre la “aldea global” y las “culturas
regionales”.
La tensión manifiesta entre la cuestión de la identidad, lo propio y lo del lugar y el
“estar al día” (en cuanto a tecnología y valores considerados de carácter
“universal”, que no siempre han representado aportes para nuestra cultura) ha
marcado la historia de América Latina, sobre todo en estos últimos años.
Pero con el fenómeno de la globalización esa tensión se hace más marcada,
donde los valores de la cultura globalizada y globalizadora se generalizan, con la
facilidad que brindan los medios de comunicación y fundamentalmente la red –

13
internet-, para la transmición de información en cuestión de segundos que se
“desplaza” por el espacio virtual o ciberespacio, ese lugar impalpable que
configuran los que hablan por teléfono o los cibernautas que se mueven a través
de la infinita telaraña de Internet. Con la información viajan valores, conceptos
que tienden a uniformar espacios y a borrar las diferencias culturales que
determinan la identidad de cada región.
A lo cual se le suma la proliferación de espacios de la sobremodernidad y el
anonimato, los “no lugares”, definidos por la sobreabundancia y el exceso. Son
siempre espacios relacionados con el transporte rápido, el consumo, el ocio que
se contraponen al concepto de lugar de las culturas basadas en una tradición
etnológica localizada en el tiempo y el espacio, radicadas en la identidad entre
cultura y lugar, en la noción de permanencia y unidad.
También los parques temáticos y las rutas reales y virtuales del turismo generan
redes y focos de no lugares en medio de lugares auténticos.
La idea de sociedad localizada está entrando en crisis por la proliferación de estos
no lugares basados en la individualidad solitaria, en el pasaje y el presente sin
historia. Hay que tener en cuenta que el espacio del no lugar no crea identidad ni
relación, solo soledad y similitud.

La crisis de la ciudad latinoamericana: económica, cultural,


ética y política.
La ciudad es el resultado de los valores éticos y culturales de la sociedad que la
determina, así como es el espejo del sistema político y económico en el que esa
sociedad está inmersa.
Cuando vemos la realidad de las ciudades latinoamericanas, determinadas cada
vez más por las fuerzas del mercado, pero para ser más precisos por la
especulación inmobiliaria, que conforma el tejido y el paisaje de la ciudad, que
atiende a intereses de determinados sectores, resultándole indiferente el bien
común y la calidad de vida de la sociedad que la habita.
A lo cual se suma el crecimiento desmesurado y a saltos que vive la ciudad
latinoamericana, determinada por el crecimiento demográfico, por crecimiento
vegetativo y migraciones internas.
La ciudad crece, se expande, sin una red de infraestructura que acompañe el
crecimiento, con el deterioro de la calidad de vida de los habitantes
(contaminación por usos incompatibles, falta de tratamiento de los efluentes y
residuos erogados, discontinuidad de la red vial, fragmentación urbana,
inseguridad, violencia, pérdida de factores de identificación, etc.).
Este crecimiento descontrolado, es el resultado de la falta de planificación de los
gobiernos municipales, ausencia u obsolescencia de normativa (carencia de
planes de ordenación y regulación urbana, códigos de edificación que no preven
los cambios de la sociedad), situación motivada en parte por la falta de recursos
en los municipios.

Predominio de la multiplicidad sobre la unidad: la ciudad


fragmentada: la estructura vial y los barrios cerrados.

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La práctica urbanística en los últimos años no ha respondido, en la mayoría de las
ciudades latinoamericanas, a una estrategia previamente definida que
encauzara las acciones. De manera que se han venido desarrollando
obras sin un marco de regulación, siendo los resultados el crecimiento a
saltos de la trama urbana que se ha verificado en muchas ciudades en los
últimos años, crecimiento que no ha ido acompañado por la dotación
necesaria de infraestructura. Lo que ha generado periferias marginadas,
donde por la falta de una política urbanística, se hace cada vez más difícil
la difusión de la centralidad, consolidándose cada vez más la
fragmentación física y funcional de la ciudad. A toda esta situación se
suma la instalación de barrios cerrados y countries, sin una normativa
que regule la implantación de los mismos y sin verdaderos estudios sobre
su impacto sobre la ciudad, lo que determina áreas cada vez más
incomunicadas, acentuando la consiguiente fragmentación urbana.
Los “centros históricos no consolidados”: el diálogo entre la ciudad
heredada y la nueva arquitectura.
Los centros históricos conforman áreas homogeneas que confieren identidad a los
habitantes de las ciudades latinoamericanas. La mayoría de nuestras áreas
históricas son “centrales”, en la medida que allí – a partir de la plaza – se
sedimentan las expresiones más trascendentales de la vida social y cultural de la
ciudad.
Lo de “centro” queda definido para ciudades de cierto tamaño, en esos núcleos
generacionales cuya expansión se fue acelerando paulatinamente y cuyos límites
quedan definidos por las pautas de uso y del carácter remanente de las
renovaciones edilicias.
Pero las expansiones edilicias implican no solamente las transformaciones
funcionales de las áreas centrales sino la absorción de antiguos poblados
suburbanos, que de núcleos satélites quedan englobados en las nuevas
metrópolis. Lo cual determina que el centro histórico no tenga carácterísticas de
continuidad física dentro de la ciudad y por ende, presente áreas dispersas que
merecen criterios específicos de intervención.
También puede ocurrir que antiguos o recientes barrios que tienen carácterísticas
homogéneas y confieren valores de identidad a sus habitantes o un
reconocimiento a la comunidad en general merezcan políticas de preservación
equivalentes a las áreas históricas (como es el caso del barrio de la Boca en Bs.
As. Conformado por inmigrantes italianos en el siglo XIX.)
De manera que las categorías de valoración de un área que debe ser preservada,
aparte de las estrictamente históricas, estarían las relacionadas con valores
artísticos y estéticos, las condiciones de su paisaje urbano, las calidades de vida
que define para sus ocupantes o los usos que le confieren el carácter distintivo.
El valor decisivo en un área que debe ser preservada es su expresión cultural que
constituye así una de las coordenadas claves de la valoración de las áreas que
definen la identidad de la ciudad.
Se puede llegar al límite del poblado donde, en su totalidad, merece una política
conservacionista entonces se habla de “poblado histórico”.
La realidad latinoamericana nos enfrenta con ciudades con enormes carencias

15
sociales en materia de vivienda, equipamiento e infraestructura, en rápido
proceso de expansión y de renovación edilicia sin consolidación. Circunstancia
opuesta a la que se vive en Europa donde el crecimiento poblacional está
totalmente controlado.
Se plantea la cuestión que rescatar los centros históricos americanos implica
esencialmente, en la mayoría de los casos, resolver el problema de las
condiciones de vida de los sectores más desposeídos. El desafío es recuperar
potenciando las calidades de vida de los habitantes.
La ciudad es realizada por las fuerzas del mercado, fundamentalmente por la
especulación inmobiliaria, que actúa casi sin trabas en los factores de definición
del lucro emergente de la venta de tierras urbanas y de construcción de la ciudad.
La ciudad se conforma por un mercado inmobiliario dinámico que atiende a
intereses sectoriales pero que carece de toda visión de bien común o de dar
respuestas a calidades de vida adecuadas.
Una ciudad compuesta por obras singulares, donde el habitante recibe mensajes
superpuestos y contradictorios, en permanente competencia, es la mejor forma
de enajenar toda forma posible de identidad o replegarla a la coyuntura de lo
efímero.
En la mayoría de los casos las inmobiliarias han luchado por anular las
ordenanzas de preservación y obtener autorizaciones de demolición para generar
en las áreas centrales terrenos baldíos destinados a playa de estacionamiento o a
simples terrenos de “engorde” especulativo.
No pocos monumentos históricos y conjuntos de valor paisajístico y ambiental
fueron así destruidos.
Es por eso que la conciencia del bien común y una acción cívica participativa son
elementos imprescindibles de una política renovadora para el rescate de los
centros históricos americanos. De manera que la revitalización del centro
histórico debe ser concebida como una “renovación” no solo edilicia sino también
social.

TEORÍA Y ARQUITECTURA:
El problema de la identidad de “nuestra” arquitectura:
Nicolini plantea que la referencia histórica, para la búsqueda de la identidad, se
encuentra en la ciudad existente, la cual no constituye un organismo homogéneo,
puesto que está hecha de fragmentos que han sido yuxtapuestos, es decir, que
no han sido concertados entre sí. La ciudad puede definirse como un collage
(término postmoderno para especificar que la ciudad está hecha de fragmentos).
La ciudad termina siendo un conglomerado de elementos dispares entre sí, más
allá del hecho que se apoyen en una trama urbana, por que proceden de distintas
etapas de la historia de la ciudad.
La ciudad es la fuente de nuestra identidad, y por lo tanto hay que revalorizarla.
Ahora bien no se plantea como valor la unidad estilística (planteo propio de las
arquitecturas clásicas y del movimiento moderno – por ejemplo Brasilia). La
actitud que se plantea para la concepción de una obra nueva es el
contextualismo, es decir buscar insertar esa nueva obra en el entorno existente,
teniendo en cuenta los elementos vecinos, con distintos grados de aproximación.
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Entonces si la ciudad reúne una serie de valores de los cuales se desprende la
identidad, el reciclaje puede considerarse como una operación positiva, ya que
permite mantener, al menos, parte de la ciudad considerada por su valor.
En cuanto a la arquitectura, la idea es que la arquitectura tiene que ser
apropiada, lo cual significa básicamente que tiene que tener una relación muy
directa con lo propio, con el lugar. Lo importante es hacer arquitectura “de hoy” y
fundamentalmente “de aquí” (el movimiento moderno tenía como objetivo
desarrollar una arquitectura “de hoy” y que tuviera validez universal la
postmodernidad apropiada propone una arquitectura “de aquí”, es decir del
lugar).
Según Marina Waisman Latinoamérica tiene inserción en el mundo occidental,
como conjunto y por separado.
Plantea tres elementos para lograr ese regionalismo, esta reinterpretación
creativa de los modelos universales, por medio de la tipología, la tecnología y el
sincretismo.
1- Tipología entendida como el uso de los modelos del pasado, pero no solo en
lo formal, sino también con respecto al modo de vida. Lo cual permite
reconciliar el pasado con el presente. La repetición de un tipo va a lograr
consolidar la identidad del area en cuestión.
2- Tecnología apropiada, adecuada al lugar, la tecnología como medio para
alcanzar el bienestar y no como técnica misma. Esa técnica que mejora el nivel
de vida y no la tecnología del avance, la de punta. La mejor será la que
tenemos más a mano, la más próxima.
3- Sincretismo, como conjugación de conceptos distintos en una sola ideología.
Pero a partir de una comprensión genérica del problema y de la resultante de
reunir elementos de distinto origen. Actitud sincrética inclusiva, a diferencia
del eclecticismo, por que hay un criterio, una cuestión de fondo.
Para una postmodernidad apropiada plantea:
1- Profundo cambio de actitud – aceptación de las propias culturas y a
categorizarnos a nosotros mismos, por medio de la aceptación de la propia
identidad, lo que implica la reelaboración de los modelos extranjeros.
2- Abandono de la búsqueda del espíritu de la época.
3- Desplazamiento del referente geográfico a través de la revalorización del
espíritu del lugar, del lugar donde se ubica la obra, planteándose el diálogo
obra-lugar.
4- El punto de partida constituye un detallado análisis de la identidad propia.
5- Apelar a la memoria colectiva para lograr la aprehensión del usuario a la obra.
Por medio del rescate de tipologías eficaces.
6- Respeto y adecuación al medio ambiente del lugar (ecología-economía-
arquitectura).
7- Tecnología adecuada a cada lugar (ni la de punta, tampoco la tradicional), por
lo general suele ser la propia del lugar.
8- Forma resultante – tectónica, arraigada a la tierra, ese modo intemporal de
construir.
9- Una arquitectura que asuma los valores del pasado y se proyecte hacia el
fururo.

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Los seminarios de Arquitectura Latinoamericana (S.A.L.).
El regionalismo frente al internacionalismo, el mirar adentro o el mirar
afuera, el espíritu del lugar y el espíritu del tiempo.
Para Framton la arquitectura como identidad está definida como regionalismo
crítico. División que existe entre la civilización universal y las culturas regionales.
Ser auténticos es distinto a ser modernos.
Para superar estas dicotomías – regionalismo crítico, cultura arquitectónica
crítica, arquitectura de resistencia, opuesta a la civilización universal.

Existen cinco pares de oposiciones:


Espacio y lugar.
Tipología y topografía.
Artificial y natural.
Visual y tactil.
Escenográfico y arquitectónico (la construcción
expresada en la arquitectura).

Fundamentos del regionalismo como cultura regional:


Unidad geográfica.
Identidad histórica.
Símbolos culturales.
Estas culturas regionales deben asimilarse parcialmente a la civilización universal
para sobrevivir.
Debe asimilar el factor tiempo para no detenerse, porque una cultura que se
estanca muere.

Browne plantea que Latinoamérica surge de una fusión cultural de elementos


ibéricos, indígenas y africanos (del siglo XVI al XVIII). En el siglo XIX se
incrementa esta fusión con la inmigración. De manera que latinoamérica nunca
llega a formar una unidad etnica y cultural.
En latinoamérica se da una sincronía en las manifestaciones, se dan distintos
tipos de arquitectura en el mismo tiempo y en diversos tiempos, también. No
sigue la misma evolución de las vanguardias en Europa. Hay una escasa relación
entre arquitectura y política, sino como un lenguaje formal sin contenido que
puede representar estos cambios políticos.
El fenómeno histórico se puede explicar a través de tres aspectos:
1- El proceso social que es el cuerpo morfológico de la historia.
2- El proceso civilizatorio, sostenido por la razón, la cual es común a todas las
culturas y por lo tanto es universal y es facilmente transmitible (tecnologías,
técnicas, ciencias, matemáticas).
3- El movimiento cultural, es lo propio de cada pueblo y varía lentamente
(usos, costumbres, expresión subjetiva de la historia, vivencia, valores,
símbolos, cosmos anímico cultural, es la esencia).
El espíritu de la época tiene que ver con el proceso civilizatorio. Es estar al día.
Es el reflejo y expresión de los tiempos, de la época que se vive, es el “zeitgeist”.
El espíritu del lugar tiene que ver con el mundo cultural, de símbolos y

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costumbres, donde se encuentra, es el “genius loci” o “locus”.

Por lo tanto las consideraciones de la problemática arquitectónica se resuelven a


escala regional y no tienen validez universal. El ámbito donde deben plantearse
las preguntas y las respuestas es el ámbito regional, regional entendido como
Sudamérica, como Argentina o como Noa o como Tafí del Valle, de lo que se
desprende que este concepto de región es más flexible que el concepto
geográfico. Es decir región entendida como área más o menos grande, y no como
región geográfica.

La modernidad apropiada de C. Fernández Cox.


Fernandez Cox nace en Buenos Aires, estudia en la Universidad Católica de Chile.
Preside la Asociación de Arquitectos de Chile.
Sostiene que la dependencia cultural no es impuesta sino asumida
voluntariamente.
Los problemas que afronta una sociedad y sus posibilidades de resolverlos
dependen de la interacción de los dos polos:
Un polo objetivo, conformado por una determinada realidad y circunstancias.
Un polo subjetivo, que es el modo peculiar según el cual una sociedad aprecia y
afronta esa realidad. Para las sociedades, su destino depende en parte de
circunstancias pero también de su actitud frente a ellas.
La enajenación de nuestra arquitectura nos ubica en el polo objetivo del problema
por nuestro subdesarrollo, la saturación de información externa, la dominación de
las potencias centrales. Son el principal argumento. Pero nuestra realidad nos ha
hecho olvidar el polo subjetivo del problema: nuestra propia y antiprovocada
actitud de dependencia cultural que nos impulsa a copiar acríticamente las
soluciones externas sean o no apropiadas. Sin que lleguemos a desarrollar
nuestras propias soluciones para nuestros propios problemas; o sin apropiar otras
soluciones foraneas pero que sean adaptables a nuestra condición.
La identidad es un digestor crítico subjetivo de lo apropiado.
La identidad no depende de cerrarse hacia afuera, puesto que cuanto mayor sea
el campo observado, mayor será el campo de aprendizaje.
El reencuentro con la identidad no implica idealizarla, sino realizar una
apreciación realista de lo propio con sus potencialidades y carencias.
Desarrollando lo primero y considerando como dato lo segundo. La identidad es
una cuestión empírica, variable en cada región o país.
La cuestión de la identidad cultural no consiste en recuperar peculiaridades ya
fenecidas en otras latitudes. La cuestión de la identidad se juega en el aquí y en
el ahora, el desafío es construir una modernidad apropiada a nuestra realidad, sin
nostalgias sino reencontrándonos con los hechos actuales con una actitud
apropiada (una desajenación apropiada).
La arquitectura debe ser apropiada en cuanto al aquí y al ahora, hay que hacerla
propia, pero esa apropiación debe hacerse con respecto a aquello que es útil,
desechando lo que no lo es.
Así como hay distintas modalidades también deberían desarrollarse distintas
modernidades según la región.

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Las alternativas de la arquitectura latinoamericana según
Silvia Arango.
Silvia Arango es colombiana. Plantea en su trabajo que esta otra arquitectura que
descubre en latinoamérica es la “postmodernidad latinoamericana”.
Comienza con un análisis de la realidad latinoamericana con siete cuestiones para
“pensar”:
1- Latinoamérica se desarrolla por retaguardia (y no por vanguardias como
Europa). Siempre ha sido la arquitectura que va llegando, se va asimilando.
2- Polarización en las ideologías y polémicas arquitectónicas en Latinoamérica
entre lo propio (la identidad) y lo importado (la internacionalidad), “el espíritu
de la época en primer lugar”.
3- La dimensión de Latinoamérica como región se ha perdido en cada una de las
identidades de las regiones que conforman Latinoamérica.
4- Desde el punto de vista urbano las ciudades latinoaméricanas son modernas, a
diferencia de las europeas, se ha borrado la huella hispánica del pasado y por
lo tanto el movimiento moderno se ha afianzado en la ciudad, lo que ha
determinado problemas, (por ejemplo, congestión).
5- Plantea a los espacios públicos como carácterística propia del sentir de la
ciudad latinoamericana.
6- La teoría arquitectónica es la que permite inventar una nueva realidad. La
identidad está hacia adelante y debe apoyar esta teoría.
7- Plantea tres corrientes para clasificar la arquitectura actual latinoamericana.
El “contextualismo regional”: La rebelión de las provincias, la rebelión de la
periferia al espíritu del tiempo, a la arquitectura internacional, este
contextualismo regional encuentra la solución en la arquitectura vernácula,
una arquitectura que no cambia con el tiempo.

El “postmodernismo internacional”: Esencialmente arquitectura


tecnológica, fría, superficial y universalista, aplicable a cualquier lugar del
mundo.

El “postmodernismo latinoamericano”: Mezcla desprejuiciada y ecléctica


de arquitectura regional y estilo internacional, no es un estilo definido sino que
mezcla elementos distintos y se adecúa al lugar y a la época. Ofrece distintas
soluciones y se nutre de distintas vertientes. Plantea las soluciones según el
lugar y logra desarrollar una identidad a pesar suyo. Una identidad que no se
busca intencionadamente.

Obras de Barragán.

Obras de Dieste.

Obras de Salmona.

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Obras de José Ignacio (Togo) Díaz.

Obras de Enrique Browne.

Obras de Severiano Porto.

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