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Comisión Diocesana de Pastoral Profética

Año del Anuncio 2018-201


Equipo Diocesano de Misiones
I Semana Diocesana de Misiones

ENVIO ACTO DE AMOR Y CARIDAD

ÍNDICE
INTRODUCCIÓN ...................................................................................................................... 4

OBJETIVOS GENERALES........................................................................................................... 5

MISA DE ENVIO ....................................................................................................................... 6

JESUS EL ENVIADO .................................................................................................................. 8

JESUS PREDICA EL REINO DE DIOS (PARABOLAS) ................................................................. 11

JESUS NOS INVITA A EXTENDER EL REINO DE DIOS ............................................................. 16

AMOR A DIOS Y AL PROJIMO, PUERTA DE ENTRADA AL REINO DE LOS CIELOS .................. 20

LA IGLESIA EXISTE PARA EVANGELIZAR ................................................................................ 24

HORA SANTA ENVIO: ACTO DE AMOR Y CARIDAD .............................................................. 28

MISA DE CLAUSURA .............................................................................................................. 32

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INTRODUCCIÓN
Con motivo del año del envío que celebramos en nuestra Diócesis, se ha propuesto una
semana para reflexionar sobre la misión a la cual estamos todos llamados por ser miembros
del cuerpo de la Iglesia. Compartimos una misión común; un solo Señor una sola fe, en
solo Bautismo, un Solo Dios y padre de todos.
Esta semana tiene como centro la Misión, es la acción o la consecuencia del envío,
contemplando a Jesús de Nazaret el enviado y misionero por excelencia. Para ser
misioneros debemos ver con los ojos de Jesús, contemplar la realidad para captar la
necesidad de anunciar el Reino.
Este envío da seguimiento a la invitación de Jesús a nosotros cuando dice: Vayan por todo
el mundo y anuncien la Buena Nueva bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo Mt 28,20

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OBJETIVOS GENERALES

1-. Ser capaz de ver objetivamente como Jesús: para que y que es la misión, reconocerme
elegido y enviado a anunciar la Buena Nueva (se centra en como Jesús asimila e identifica
el porqué de su envío y misión)

2-.Ser positivos en nuestra manera de ver, juzgar y actuar, en medio de adversidades poco
evangélicas. (Ante una realidad visualizada, nuestro compromiso en la sociedad)

3-.Captar la necesidad de la evangelización como respuesta a una necesidad actual. Poner


en práctica el Evangelio y su manera de ver el Reino hoy presente ante dificultades. (la
creatividad de las Parábolas para decir y actuar para encontrar el Reno)

4-.Que nuestra actividad misionera esté impregnada e impulsada por el amor a Dios y al
prójimo (No hay envío ni misión si no tengo amor por el prójimo, porque simplemente
nadie da lo que no tiene. Y la misión de Jesús es el Amor y caridad)

5-. Ver y actuar no aislados sino consientes de un todo universal como lo es la Iglesia. (Ser
capaz de trabajar en comunión, consiente de que soy parte de un todo)

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MISA DE ENVIO

INTRODUCCION: Cada trabajo pastoral, cada inspiración a seguir proclamando el Reino requiere
una íntima unión con Cristo Resucitado; con motivo del año del Envió en nuestra Diócesis, se nos
propone una semana de misiones en cada una de nuestras parroquias, con nuestras familias y
feligreses, iniciamos esta semana de misiones profundizando y reflexionando que nos pide el
Señor a cada uno de nosotros para ser auténticos misioneros de su palabra y de su proyecto desde
nuestra vocación específica.

MONICION INICIAL: Cada hombre y mujer es una misión, y esta es la razón por la que se
encuentra viviendo en la tierra. Ser atraídos y ser enviados son los dos movimientos que nuestro
corazón siente como fuerzas interiores del amor que prometen un futuro e impulsan hacia
adelante nuestra existencia. Elevemos al Señor nuestra oración y pidamos la luz de su Espíritu para
dejarnos impulsar a la misión reconociéndonos discípulos y enviados a seguir propagando el Reino
de Dios.

NOTA: este acto siguiente pude ser en el acto penitencial o donde el sacerdote crea conveniente.

Bendición de los agentes que compartirán los temas y aspersión del agua

Invoquemos, queridos hermanos, a Dios Padre todopoderoso, para que bendiga esta agua, que va
a ser derramada sobre nosotros en memoria de nuestro bautismo, y pidámosle que nos renueve
interiormente, para que permanezcamos fieles al Espíritu que hemos recibido.

Breve oración en silencio, prosigue con las manos juntas:

Señor, Dios todopoderoso, escucha las oraciones de tu pueblo, ahora que recordamos la acción
maravillosa de nuestra creación y la maravilla, aún más grande, de nuestra redención; dígnate
bendecir + esta agua. La creaste para hacer fecunda la tierra y para favorecer nuestros cuerpos
con el frescor y la limpieza. La hiciste también instrumento de misericordia al librar a tu pueblo de
la esclavitud y al pagar con ella su sed en el desierto; por los profetas la revelaste como signo de la
nueva alianza que quisiste sellar con los hombres. Y, cuando Cristo descendió a ella en el Jordán,
renovaste nuestra naturaleza pecadora en el baño del nuevo nacimiento. Que esta agua, Señor,
avive en nosotros el recuerdo de nuestro bautismo y nos haga participar en el gozo de nuestros
hermanos bautizados en la Pascua. Por Jesucristo nuestro Señor.

R. Amén.

(Canto bautismal o apropiado)

OFERTORIO Y OFRENDAS

(Propuesta)

Llevar como signos

- Vino y pan: El Vino y el Pan son el alimento por excelencia para el misionero porque nos recuerda
las palabras de Jesús: el que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto (Jn 15)

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-La Sagrada Escritura: La Sagrada Escritura es la fuente de la Evangelización, no nos proclamamos a
nosotros mismos, si no a Aquel que tiene palabras de Vida Eterna.

-Santo Rosario: Representa a la Santísima Virgen María, ella es misionera por excelencia ella nos
guía y nos acompaña, es María en el Rosario nuestra luz.

-El proyecto pastoral de esta semana de misiones: Es el instrumento para dejarnos guiar a la Luz
del Espíritu Santo.

ORACION UNIVERSAL
SACERDOTE: Invoquemos a Dios, Padre misericordioso que ungió a su Hijo con el Espíritu Santo
para que evangelizara a los pobres, vendara los corazones desgarrados y consolara a los afligidos.
Digamos confiados: ESCUCHANOS SEÑOR

MONITOR: Para los que anuncian la palabra de Dios, la anuncien a nuestros hermanos con fe
esperanza y caridad conscientes de que somos una sola familia y un solo cuerpo eclesial. OREMOS.

Para que el señor nos conceda a los que conocemos a Jesús y a los que no lo conocen, ser
iluminados por el evangelio y participar de su salvación. OREMOS.

Para que el Evangelio de la paz arraigue en nuestros corazones y en los pueblos que sufren
violencia la caridad y el respeto a nuestro prójimo y podamos gozar de prosperidad y de paz.
OREMOS.

Para que en nuestra parroquia arraigue la fe verdadera, se viva fielmente la unidad católica y
florezca un celo ardiente por anunciar el Evangelio de palabra y obra.

SACERDOTE: Escucha Señor las oraciones de tu pueblo y concede a tus fieles perseverar en la fe
verdadera, a los infieles el gozo de conocerte y convertirse a ti, tanto a ellos como a nosotros
congréganos un día en el Reino de tu Hijo. El que vive y reina por los siglos de los siglos. Amen.

MONICION DE SALIDA: Queremos vivir nuestro compromiso y nuestra responsabilidad de


personas y de cristianos. Queremos compartir lo que somos y tenemos. Queremos mantener
encendida la antorcha e iluminar el mundo con la Luz de su Palabra y el Mensaje de Jesús. Vamos y
hagámoslo vida.

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JESUS EL ENVIADO

OBJETIVO DEL TEMA: Ser capaz de ver objetivamente como Jesús: para que y que es
la misión, reconocerme elegido y enviado a anunciar la Buena Nueva. Quien soy, a donde
voy, a donde quiero llegar. Captar la misión como una fuerza de crecimiento y de
movimiento de caridad.
ORACION INICIAL:
Tomad Señor
tomad, Señor y recibid toda mi libertad mi memoria, mi entendimiento
y toda mi voluntad. Todo mi haber y mi poseer
vos me lo disteis a vos Señor lo torno
Todo es vuestro disponed a toda vuestra voluntad
Dadme vuestro amor y gracia que ésta me basta
San Ignacio de Loyola

EXPERIENCIA DE VIDA: Narrar una experiencia personal en que te hayas sentido


enviado a una misión (de cualquier tipo sea) y compara este envío con el de Cristo, enviado
del Padre. (tomar unos minutos)
La dinámica favorece la reflexión sobre la misión.
(anotar las preguntas y contestarlas)
-¿Cuál creo que es mi misión en la vida?
-Con los dones que reconozco en mí, ¿Qué servicio a favor del Reino puedo llevar acabo

Misión movimiento de caridad


El programa de Jesús consiste en acoger a los excluidos. Y nosotros ¿acogemos a todos, o
excluimos a algunos? ¿Cuáles son los motivos que nos llevan a excluir a ciertas personas?
- El programa de Jesús, ¿está siendo realmente nuestro programa, o mi programa? ¿Cuáles
son los excluidos que deberíamos acoger mejor en nuestra comunidad? ¿Qué es lo que me
da fuerza para realizar la misión que Jesús nos dio?

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ILUMINACION DOCTRINAL
- Lc 4, 18. El Espíritu del Señor está sobre mí…
Del latín missio (enviar, mandar). En la reflexión teológica la palabra ocupa un lugar
importante en la doctrina trinitaria, va que expresa la relación que liga al Padre con el Hijo
y con el Espíritu Santo. Se distingue entre las "misiones ad intra" (el Hijo procede del
Padre; el Espíritu Santo, según la fórmula occidental del Símbolo, ex Patre Filioque
procedit) y las "misiones ad extra'": para llevar a cabo la comunicación íntima entre sí
mismo y los hombres y la unión de los hombres entre sí, el Padre envió a su Hijo al mundo;
Cristo, a su vez, envió de parte del Padre al Espíritu Santo para que cumpliera desde dentro
su obra de salvación.
Con la fuerza del Espíritu que ha recibido, Jesús comienza su predicación por Galilea
(4,14s), ampliándola luego a toda la nación judía (4,44; cf 23,5; He 10,37-39).
Es programático el episodio de Nazaret (4,16-30), expresamente anticipado (cf Mc 6,1-6a).
Jesús proclama que está ya en curso el cumplimiento de las esperanzas salvíficas; puede
aplicarse a sí mismo las palabras del profeta: "El Espíritu del Señor está sobre mí, porque
me ha ungido. Me ha enviado a llevar la buena nueva a los pobres, a anunciar la libertad a
los presos, a dar la vista a los ciegos, a liberar a los oprimidos y a proclamar un año de
gracia del Señor" (4,18; cf Is 61,1-4). Pero sus paisanos, después de una momentánea
reacción positiva, no logran superar su perplejidad. Y cuando Jesús comenta amargamente
los episodios anteriores de Elías y Eliseo, de cuya misión salvífica fueron más bien los
paganos los que se beneficiaron, hubo una reacción violenta; se observa incluso un intento
de matarlo, del que misteriosamente se libra Jesús para "proseguir su camino".
Los dos aspectos, el gozoso y el doloroso, preanunciados en el episodio de Nazaret,
encuentran su analogía en toda la sección. Lucas concentra aquí la predicación de tono más
kerigmático (4,18.41.43; 7,22; 8,1; 9,6). La acompañan, como signos concretos de la
irrupción del reino, los exorcismos, las curaciones y, en particular, el gesto inaudito del
perdón de los pecados.
Pero esta salvación no es acogida, a no ser por el grupo de los discípulos. Se perfila la
división entre creyentes e incrédulos, subrayada por la sección de la parábola del sembrador
(8,1-18), que Lucas, invirtiéndola respecto a Mc (cf Mc 3,21-35), concluye con el episodio
de la contraposición entre los parientes incrédulos y "los que oyen la palabra de Dios y la
cumplen" (8,19-21).
La transición a la sección posterior se hace gradualmente. Para Lucas este giro no está
marcado, como en Mc, por la confesión de Pedro y por el primer anuncio de la pasión, sino
por el comienzo del viaje hacia Jerusalén. También la transfiguración (9,28-36), en la
relación lucana, prepara el comienzo del viaje: Moisés y Elías no se limitan a aparecer
silenciosamente, sino que hablan con Jesús de sus éxodos, que estaba a punto de cumplirse
en Jerusalén (9,31). Bajo esta perspectiva, puede comenzar ya el gran viaje.

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¿El gran Viaje? Si, necesito y necesitamos estar en salida.
El Reino que está en medio de nosotros requiere la evangelización para que sea visto y
acogido explícitamente. A su vez, la evangelización exige la misión universal el Reino está
destinado a todos los pueblos, en todos los tiempos. Para captar la realidad de la misión
universal es necesario ver en Cristo, enviado del Padre, el misionero por antonomasia.
(Hacer notar la vocación de Jesús y para que fue enviado)
(Recordar nuestra vocación de hijos de Dios y de Bautizados al servicio de nuestros
hermanos)

COMPROMISO:
-Ver mi vida en continua misión
-Cual puede ser mi misión en la Iglesia.

ORACION FINAL
AL VIENTO DEL ESPÍRITU
(fragmentos)
Señor, conduce mi vida al Viento del Espíritu
que sopla en todas partes,
libre y haciendo libre a otros…
Al Viento del Espíritu
que penetró en Jesús
y lo envió a los pobres…

Al Viento del Espíritu


que barre los miedos
que alimenta las llamas de la justicia y la liberación
y que es el alma del Reino.
Para que seamos el Viento en el Viento,
hermanas y hermanos.
Amén.

(Pedro Casaldáliga)

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JESUS PREDICA EL REINO DE DIOS
(PARABOLAS)

OBJETIVO
Ser positivos en nuestra manera de ver, juzgar y actuar, en medio de adversidades poco
evangélicas. Que nuestros oyentes comprendan que la vida y misión de Jesús no se quedó
en el pasado sino que está vigente desde nuestra manera de actuar como cristianos en el
mundo.
ORACION INICIAL
Canto: Joven galileo
Por la mañana cerca del mar apareció un cierto galileo, nadie podía imaginar que otro
pudiese amar así como él amaba. Era sencillo al conversar llegaba al corazón de quienes lo
escuchaban……….
EXPERIENCIA DE VIDA
El Reino se puede ver
Un cristiano se atrevió a decir al rabino de una sinagoga: "El Mesías ya llegó e inauguró el
Reino". El rabino abrió la ventana miró hacia afuera y dijo: "No, el mundo está en tal
estado que el Reino no ha llegado aún “El Rabino miró el mundo pero no vio el Reino. ¿Es
que acaso el Reino se puede ver? ¿Está ya aquí?
Dinámica
El coordinador invita a las personas a expresar con colores e imágenes, lo que cada una
entiende por el Reino de Dios. No hay que preocuparse por el aspecto artístico. Basta
dejarse inspirar, libre y creativamente, por el tema.
La dinámica quiere facilitar la comparación entre nuestros planes humanos en favor de la
vida y el plan de Dios que llamamos el Reino.
-¿A dónde vamos?
-¿Qué queremos hacer?
-¿Por qué queremos hacerlo?

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ILUMINACION DOCTRINAL
Toda la gente comenzaba a hablar con elogio de Él, sus palabras eran diferentes abrían
horizontes invitaba a ver diferente, todos se preguntaban quién era, de donde venía.
Hablaba de un Reino, el Reino de Dios que había inaugurado, les anunciaba el Reino con
comparaciones, con relatos, con analogías, sus parábolas muestran el reino, lo hacen
palpable.
La Palabra de Dios interpela, es espada de doble filo, es como un fuego que devora, ese es
el mensaje del misionero: la Palabra de Dios, las parábolas de Jesús, su enseñanza, su
manera; nos muestra el Reino presente y activo ya entre nosotros es su anuncio su entrega,
sus palabras sus enseñanzas.
En las Parábolas Jesús indica que el Reino ya está aquí entre nosotros y que requiere
nuestra acción.
Mt 13, 1-23: El Sembrador
vv 24-30: El Trigo y la Cizaña
vv 31-32: El Grano de Mostaza
v33: La Levadura en la Masa
vv 44-45: El Tesoro y la Perla
vv 47-49: La Red
Después de predicar invitaba a sus oyentes a tomar decisiones.
Las Parábolas son un lenguaje en imágenes y un instrumento útil para expresarse,
relacionarse e involucrarse en la vida de los demás, como Dios en la nuestra; son también
una proyección del ser humano, que dice lo que es y quiere, sus metas y aspiraciones, sus
logros y fracasos, sus riquezas y debilidades.
Son recursos con que los humanos recrean, trabajan y redimen al mundo en que ha sido
colocados; son un vehículo para transmitir la verdad de Dios, no como regla, sino con la
fluidez y belleza poética de la comparación y el proverbio, el encanto de la motivación, el
tino de la sugerencia y el alcance de la provocación que lleva al compromiso.

JESÚS MISMO ES LA GRAN PARÁBOLA DE DIOS


Jesús es la gran Parábola que nos ha sido dicha no para saber más de Dios, sino para llegar
a Él; y la Biblia, un lenguaje parabólico que nos permite intuir el misterio del Creador, del
hombre y de las relaciones entre ambos. Jesús se sirvió de parábolas para comunicar y
realizar la salvación, es decir:
- para dar el mensaje de Dios en lenguaje, acción y sentimientos humanos;
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- para ser comprendido inmediata, directa y concretamente;
- para mostrar que Dios quiere de verdad al ser humano y se encarna en sus valores y
lenguaje, en su cultura y forma de percibir la verdad.
EL MENSAJE DE JESÚS EN LAS PARÁBOLAS

1. Actualidad de la salvación, que se obtiene por la entrada en el Reino por él predicado. Ilustran
esta doctrina las comparaciones del «vino nuevo» y del «paño nuevo» (Mc 2, 18-22). Cristo
inaugura una realidad nueva, frente al judaísmo. No se trata de un «remiendo» a la ley antigua,
sino de la proclamación del Reino definitivo de Dios que trae la verdadera salvación espiritual.

También la parábola del banquete (Mt 22, 1-14), que concluye precisamente con la necesidad del
bautismo a que tiene que llevar la conversión, para poder entrar en el banquete del Reino. La
parábola de la «higuera» (Mc 13, 28-29; 1c 13, 6-9) indica que hay que aprovechar el momento
presente para traer la salvación.

2. El Reino, no obstante sus humildes orígenes y las dificultades que encuentra, contiene una fuerza
expansiva, capaz de transformar el hombre y /a sociedad. Vienen a este propósito, entre otras, las
parábolas del sembrador (Mc 4, 1-9), la de la mostaza (Mt 13, 31s) y la de la levadura (Mt 13, 31s).
En ellas Cristo hace una contraposición entre los principios humildes del Reino con la maravillosa
expansión que conseguirá con el tiempo. En la parábola del sembrador, a pesar de los obstáculos y
defecciones, se anuncia que la cosecha superará todas las previsiones. Fue después la primitiva
comunidad cristiana la que desplazó el acento escatológico de la parábola de Cristo al sicológico-
parenético, poniendo en guardia a los cristianos frente al espíritu del mundo y las persecuciones,
indicando la relación del fruto con las disposiciones con las que cada uno recibe la Palabra (Mc 4,
13-20).

Por tanto, será preciso: tener paciencia, mientras llega el final; será entonces cuando se recojan los
frutos. Así lo advierte la parábola del labrador paciente (Mc 4, 26-29). Y tener confianza en
Dios, que ciertamente atenderá la súplica del discípulo que acude a él. Así lo inculcan las parábolas
del amigo importuno (Lc 11, 5-8) y la del juez injusto (Lc 18, 1-8). En la del amigo importuno, la
redacción lucana ha pasado el acento a la perseverancia en la oración; pero esa perspectiva es
secundaria y propia del tercer evangelista; en la enseñanza de Cristo el acento se coloca en la
certeza de que la oración será escuchada.

3. Cristo hace una llamada urgente a la «conversión», indispensable para la entrada en el Reino y
no ser objeto de un juicio de condenación. Esta enseñanza implica la parábola de los niños en la
calle (Mt 11, 16-19): el término «generación» tiene sentido peyorativo; designa al pueblo judío
que rechaza la palabra, tanto la de Juan Bautista como la de Jesús. Es una intimación a la
conversión la parábola de la higuera estéril (Lc 13, 6-9), que será arrancada si no da fruto. La
parábola de los viñadores homicidas (Mc12,1-12) entraña una dura advertencia a los dirigentes del
pueblo judío y les ofrece la última oportunidad de conversión cuando están a punto de culminar
sus iniquidades.

4. La invitación, la intimación de Cristo es rechazada por los dirigentes del pueblo judío. Es,
en cambio aceptada por los pecadores y publicanos. Por ello Cristo predica a publicanos y
pecadores, a pesar de las críticas de escribas y fariseos.

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Tanto que le llaman «amigo de publicanos y pecadores» (Mt 11, 19). Cristo justificó esta su actitud
con varias parábolas, como la de los dos hijos» (Mt 21, 28-31), dirigida a los dirigentes religiosos
del pueblo, quienes, aceptando la ley de Moisés, dijeron sí; pero ahora se niegan a aceptar la
conversión y la nueva ley que trae Cristo.

En cambio, los pecadores y publicanos que con su vida dijeron que no, ahora reciben el mensaje
de Jesús y se convierten, con lo que cumplen la voluntad de Dios. En esta línea están las parábolas
de la oveja perdida y la de la dracma extraviada (Lc 15, 1-10), que son respuesta a la acusación de
los escribas y fariseos de que acoge a los pecadores y come con ellos (Lc 15, 1-3), en las que,
además, se pone de relieve la alegría que se siente en el cielo por la conversión aunque sea de un
solo pecador.

Cristo trata de justificar también su actitud en la parábola de los «viñadores homicidas», en la que
explica los dirigentes religiosos por qué se les quita el Reino: por no haber dado los frutos que
debían dar, injusticia que colman con el rechazo de la invitación de Jesús a la conversión.

COMPROMISO
-Tener una nueva visión, estar atentos.
Identificar a una persona que, en tu parecer, está realizando algo significativo en favor del
Reino, recordando que el Reino se hace presente gracias a la actividad misionera de quien
comparte el Evangelio en su vida.

ORACION FINAL
Contradicciones
Jesús, vivo dudando y tú me dices: confía.
Tengo miedo y tú me dices: ánimo.
Prefiero estar solo y tú me dices: sígueme.
Fabrico mis planes y me dices: déjalos.
Me agarro a mis cosas y me dices: despréndete.
Quiero vivir y me dices: da tu vida.
Creo ser bueno y me dices: no basta.
Quiero mandar y me dices: ponte a servir.
Deseo comprender y me dices: cree.
Busco claridad y me hablas en parábolas,
quiero poesías y me habas de realidad,
deseo tranquilidad y me dejas inquieto,
quiero violencia y me hablas de paz,
busco tranquilidad y vienes a traer fuego a la tierra.
Quiero ser grande y me dices: sé como un niño.
Quiero esconderme y me dices: sé luz.

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Quiero ser visto y me dices: ora en lo escondido.
¡No te entiendo Jesús!
Me desconciertas y me atraes,
me sucede lo mismo que a Pedro,
no encuentro un maestro mejor,
solo tú tienes palabras de vida eterna.

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JESUS NOS INVITA A EXTENDER EL REINO DE DIOS

OBJETIVO
Captar la necesidad de la evangelización como respuesta a una necesidad actual, como
respuesta a un llamado, como respuesta a nuestro bautismo de donde parte ser profetas,
anunciadores, misioneros.

ORACION INICIAL
Queremos, Señor, ser tus testigos,
luz en medio del mundo,
Sabemos, Señor, y por eso pedimos tu ayuda,
que ser testigo es tener tus sentimientos,
es creer en tu evangelio,
es sembrar los caminos de tu amor.

EXPERIENCIA DE VIDA
"Si un pez que nada en el agua me pidiese un consejo para buscar el océano ¿qué podría
decirle?". Le diría: "Abandona toda búsqueda y mira, ya te encuentras en el océano. No
tienes que buscarlo o alcanzarlo; debes sólo comenzar a verlo" Esta obra es una invitación a
ver algo que nos rodea; algo en lo que ya estamos sumergidos; algo que se impone como el
sol o la tierra; algo que no tenemos que buscar con fatiga. "Un ciego se puso en marcha a la
búsqueda del sol. Era una búsqueda equivocada. El sol existe ya. Ese hombre tenía que
encontrar los ojos. Una vez encontrados, descubriría también el sol"
Esta obra nos quiere ayudar a ver y, digámoslo de una vez, a ver de una manera especial:
con ojos misioneros.
Dinámica
- En grupos se buscan los clamores de hoy en los periódicos,
(huelgas, marginalidad, costo de la vida, violencia, droga,
guerra, etc.).
y hacer un collage
-Luego reflexionar

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-¿Qué lugares o sectores se requiere urgentemente la obra misionera?
-¿Qué actitudes misioneras tengo yo ante las realidades sociales?
¿Qué nos quiere ayudar a ver? La respuesta es muy sencilla: todo. En este término tan
supremamente englobante se encierran la realidad divina y la humana; la realidad cósmica
y la histórica; la realidad particular y la universal; la realidad de ayer, de hoy y de mañana;
la realidad interna y la externa.

Procedimiento
En privado, cada participante toma en consideración los siguientes textos del Antiguo
Testamento:
Sal. 82, 3-4
Miq. 7, 7-10
Sof. 2, 3

ILUMINACION DOCRTINAL
Lc 10,1-9 Envío de los setenta y dos discípulos
En el tiempo de Jesús había otros movimientos que, como Jesús, procuraban vivir y
convivir de forma nueva, por ejemplo, Juan Bautista, los fariseos y otros. Muchos de ellos
formaban también comunidades de discípulos (Jn 1,35; Lc 11,1; Hec 19,3) y tenías sus
misioneros (Mt 23,15). ¡Pero había una gran diferencia! Por ejemplo, los fariseos, cuando
iban a misión, iban prevenidos. Pensaban que no podían confiar en la comida de la gente
que no siempre era ritualmente “pura”. Por esto, llevaban bolsa y dinero para poder cuidar
de su propia comida. Así, en vez de ayudar a superar las divisiones, estas observancias de la
Ley de la pureza debilitaban aún más la vivencia de los valores comunitarios.
● La propuesta de Jesús es diferente. Trata de rescatar los valores comunitarios que se
estaban extinguiendo, y procura renovar y reorganizar las comunidades para que fueran
nuevamente una expresión de la Alianza, una muestra del Reino de Dios. Es lo que nos
muestra hoy el evangelio que describe el envío de los 72 discípulos:
● Lucas 10,1: La Misión. Jesús envía a los discípulos a los lugares a donde él mismo debe
ir. El discípulo es el portavoz de Jesús. No es dueño de la Buena Nueva. El los envía de dos
en dos. Esto favorece la ayuda mutua, pues la misión no es individual, sino que es
comunitaria. Dos personas representan mejor que una la comunidad.
● Lucas 10,2-3: La corresponsabilidad. La primera tarea es rezar para que Dios envíe a los
obreros. Todo discípulo y discípula debe sentirse responsable de la misión. Por esto tiene
que rezar al Padre para la continuidad de la misión. Jesús envía a sus discípulos como

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corderos en medio de lobos. La misión es tarea difícil y peligrosa. Pues el sistema en que
vivían y en el que seguimos viviendo era y sigue siendo contrario a la reorganización del
pueblo en comunidades vivas. La Misión para la cual Jesús envía a los 72 discípulos trata
de rescatar cuatro valores comunitarios:
● Lucas 10,4-6: La hospitalidad. Al contrario de los otros misioneros, los discípulos y
discípulas de Jesús no pueden llevarse nada, ni bolsa, ni sandalias. Sólo pueden y deben
llevar la paz. Esto significa que deben confiar en la hospitalidad de la gente. Pues el
discípulo que va sin nada, llevando apenas la paz, muestra que confía en la gente. Acredita
que va a ser recibido, y la gente se siente respetada y confirmada. Por medio de esta
práctica, el discípulo critica las leyes de exclusión y el antiguo valor de la hospitalidad. No
saludar a nadie por el camino significa, probablemente, que no se debe perder tiempo con
cosas que no pertenecen a la misión.
● Lucas 10,7: El compartir. Los discípulos no deben andar de casa en casa, sino
permanecer en la misma casa. Esto es, deben convivir de forma estable, participar de la
vida y del trabajo de la gente del lugar y vivir de lo que reciben en cambio, pues el obrero
merece su salario. Esto significa que deben confiar en el compartir. Así, por medio de esta
nueva práctica, ellos rescatan una antigua tradición de la gente, critican la cultura de
acumulación que marcaba la política del Imperio Romano, y anunciaban un nuevo modelo
de convivencia.
● Lucas 10,8: La comunión de mesa. Los discípulos deben comer lo que la gente les ofrece.
No pueden vivir separados, comiendo su propia comida. Esto significa que deben aceptar la
comunión de mesa. En el contacto con la gente no pueden tener miedo a perder la pureza
legal. Actuando así, critican las leyes de la pureza que estaban en vigor y anunciaban un
nuevo acceso a la pureza, a la intimidad con Dios.
● Lucas 10,9a: La Acogida a los excluidos. Los discípulos deben ocuparse de los enfermos,
curar a los leprosos y expulsar los demonios (Mt 10,8). Esto significa que deben acoger
dentro de la comunidad a los que de ella fueron excluidos. Esta práctica solidaria critica la
sociedad que excluye y apunta hacia saldas concretas.
● Lucas 10,9b: La llegada del Reino. Si todas estas exigencias son respetadas, los
discípulos pueden y deben gritar a los cuatro vientos: ¡El Reino ha llegado! Pues el Reino
no es una doctrina, ni un derecho canónico, ni un catecismo, sino que es una nueva manera
de vivir y convivir a partir de la Buena Nueva que Jesús nos trae: Dios es Padre y por esto
todos somos hermanos y hermanas. Educar para el Reino no es en primer lugar enseñar
verdades y doctrinas, sino que es una nueva manera de vivir y de convivir, una nueva forma
de actuar y de pensar.
Adaptación de Lc 9, 22-25
Mira, yo, el Hijo del hombre, padecí y fui rechazado, por vivir y mostrar el rostro del Dios
vivo, por plantar cara a los maestros de la ley, por tirar los muros del egoísmo. Fui
ejecutado, en una cruz, entre acusaciones de los ancianos, los sumos sacerdotes y los

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escribas. Y al tercer día resucité, con el poder de Dios. ¿Qué vas a hacer tú con tu vida? Si
quieres seguir mi camino, si quieres ser de mis discípulos, si quieres compartir mi vida
plena, mi alegría verdadera, y mi pasión, no te pongas en el centro de todo. Pon en el centro
a Dios, y a tu prójimo, y ya verás cómo cambian las cosas. Carga con tu cruz de cada día,
que son las consecuencias difíciles de tus decisiones, tus proyectos, tus esfuerzos. Y vente
conmigo, que estoy cerca, aunque no siempre te des cuenta. Si pretendes poseer tu vida, te
darás cuenta de que no tienes nada. Pero si aprendes a regalarla por mi causa, verás que es
plena. ¿De qué te serviría ganar el mundo entero, si al final eso te vacía y te deja sin nada?
Envío
Id de dos en dos. No vayáis solos, que no es posible ser cristianos viviendo como islas.
Vosotros, tratad de ser comunidad. No os carguéis de cosas innecesarias que hagan más
pesados vuestros pasos. Y sentíos muy libres ante los bienes de este mundo… para poder
llevar una vida sencilla y pobre… Confiad en el Dios que provee en cada momento de todo
lo necesario… Por el camino, habréis de renunciar a los medios poderosos y en su lugar,
optar por los signos sencillos del Reino… Y no negociéis por lo que hacéis, dadlo, a manos
llenas, sin pedir nada a cambio, entregando gratuitamente lo recibido.
COMPROMISO
Llevar la hojita dominical y leer la misa a algún enfermo o persona que no pueda acudir a
la Santa Misa, como signo de que somos enviados a llevar la Palabra; con este acto
practicamos una obra de caridad y recordamos lo que nos dice el S.P. el Papa Francisco: La
indiferencia es el pecado contra los pobres, y los pobres es toda persona que necesita algo.
ORACION FINAL
Vete (inspirado en Lc 9, 1-6)
Vete, no tengas miedo del mal y de otras lógicas que seducen y envuelven a la gente. Yo te
doy autoridad, la autoridad del amor, de la verdad, de la fe y de una palabra sincera. Hay
muchas enfermedades alrededor, físicas y espirituales. Hay odio, y violencia, hay egoísmo
e indiferencia, hay rencor y rechazo, hay abusos de los más inocentes, hay pobreza
injusta… Pero yo te envío para sanar corazones y vidas heridas. No creas que tienes que
tener un arsenal de recursos para el camino. No esperes a armarte de sabiduría, de títulos,
de bienes, de seguridad y confirmaciones. No acumules ropas, bienes u objetos para la
misión. Vete ya. No todos te recibirán. Muchos se reirán de tu palabra y mi proyecto.
Acepta ese fracaso, y sigue caminando. Que hay mucha gente dispuesta a recibir la buena
noticia. Y no vayas solo, sino con otros, que la misión es horizonte común.

19
AMOR A DIOS Y AL PROJIMO, PUERTA DE ENTRADA AL
REINO DE LOS CIELOS

OBJETIVO
Que nuestra actividad misionera esté impregnada e impulsada por el amor a Dios y al
prójimo como requisito fundamental de caridad y responsabilidad con los hermanos.

ORACION INICIAL
Canto: hazme un instrumento de tu paz

EXPERIENCIA DE VIDA
"El bus que escogí"
Recuerdo que una vez leí un breve artículo cuyo título era: "El busque escogí". Decía lo
siguiente: Un día en el increíble tráfico de Bombay, vi a dos hermanos que corrían para
alcanzar el bus. El más grande logró agarrarse y poner el pie en el estribo del bus. El
hermano más pequeño, en cambio, no lograba alcanzar el bus que se alejaba cada vez más.
Entonces el primero bajó del bus y continuó a pie en compañía del hermano menor.
En mi vida acaeció algo parecido. Me hubiera gustado tanto subir al bus de una carrera
profesional, de la casa cada vez más bella, de las vacaciones cada vez más largas, del
vestido cada vez más a la moda. Pero luego me di cuenta que mis hermanos no tienen
manos para agarrarse, ni pies para correr. Me di cuenta que miles de millones de hombres,
hermanos míos, aún no logran agarrar el bus del progreso. Entonces, descendí del bus.
Actualmente no tengo tiempo de vacaciones; profesionalmente me encuentro como al
comienzo, pero estoy junto a aquellos que caminan despacio. Ya no me interesa saber hasta
dónde me hubiera podido llevar el bus. Tomé la decisión de caminar con los otros y estoy
contento". Hasta aquí el relato de D. Sipione
Dinámica
Los integrantes del grupo son vendados de los ojos. El coordinador les explica que tienen
que seguir el sonido de una campana la cual él va a estar tocando, otras personas harán
sonidos con otras cosas cuando llegue a donde está el sonido, se termina la actividad.
Explicación: La campana es la voz de Dios que debemos escuchar para poder tomar el bus
e ir hacia el prójimo. Es importante escuchar a Dios y no las voces que puedan distraernos
de esta noble causa.

20
ILUMINACION DOCRTINAL
Jn 15,12 "amaos los unos a los otros como yo os he amado" (Jn. 15, 12), Se trata de una
comunidad llamada a vivir en sintonía con el mandato de Cristo ella debe alimentar el
movimiento de fe y caridad que lleve a sus miembros a la comunión en el amor. Jesús no
solo nos envía sino que nos dice como, con exquisita caridad, con amor, dando la vida, no
hay mor más grande que el gastarla por el otro.
El que ama a Dios, ama al prójimo
Un día un maestro de la ley se acercó a Jesús y le preguntó: «¿Cuál es el prime-ro de todos
los mandamientos?» Jesús le contestó: «El primer mandamiento es: Oye, Israel, el Señor
nuestro Dios es el único Señor. Ama pues al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu
alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el primer mandamiento. Y el
segundo es parecido, y es: Ama a tu prójimo como te amas a ti mismo. No hay otro
mandamiento más importante que éstos» (Mc. 12, 28-31).
¿Por qué es éste el mandamiento más grande?
Simplemente porque DIOS ES AMOR. El amor viene de Dios. Todo el que tiene amor es
hijo de Dios y conoce a Dios. El que vive en el amor vive en Dios y Dios vive en él (1 Jn.
4, 7-16). El amor de Dios consiste en esto: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino
en que El nos amó a nosotros y envió a su Hijo como sacrificio por nuestros pecados (1 Jn.
4,10).
La prueba más grande de amor nos la dio Jesucristo. El se entregó por amor a nosotros y
derramó hasta la última gota de su sangre por nosotros. Ojalá que podamos comprender
cada vez más «cuán ancho, largo, profundo y alto es el amor de Cristo. Que conozcamos
este amor» (Ef. 3, 18-19), y que seamos imitadores de este amor.
No seamos mentirosos
Pero si alguno dice: «Yo amo a Dios» y al mismo tiempo odia a su hermano al cual ve,
tampoco puede amar a Dios, al cual no ve (1 Jn. 4, 20). Si alguno dice que está en la luz,
pero odia a su hermano, todavía está en la oscuridad. El que odia a su hermano vive y anda
en la oscuridad, y no sabe a dónde va, porque la oscuridad lo ha vuelto ciego (1 Jn. 2, 9-10).
Nosotros hemos pasado de la muerte a la vida, y lo sabemos porque amamos a nuestros
hermanos. El que no ama a su hermano, sigue muerto. Todo el que odia a su hermano es un
asesino, y ustedes saben que ningún asesino puede tener vida en su corazón (1 Jn. 3, 14-15).
Amémonos unos a otros.
Algunos piensan que el amor al prójimo es solamente amar a sus amigos o sus hermanos, y
que pueden «guardar rencor a su enemigo», como en el Antiguo Testamento (Lev. 19, 18).
Pero Jesús nos dice otra cosa: «Tengan amor para sus enemigos, bendigan a los que les
maldicen, hagan bien a los que les odian, oren por los que les insultan y les maltratan...
Pues si ustedes aman solamente a los que les aman a ustedes, ¿qué premio van a recibir por

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eso? Hasta los pecadores hacen eso. Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué de bueno
hacen?, pues hasta los que no conocen a Dios hacen eso» (Mt. 5, 44-47).
Queridos hermanos, este amor al prójimo que Jesús nos pide no es nada fácil. Pero los que
tratan de amar así, serán llamados hijos de Dios (Mt. 5, 45). El verdadero discípulo de
Cristo debe ver en cada hombre a su hermano: «Bendigan a los que les maltratan. Pidan
para ellos bendiciones y no maldiciones» (Rom. 12, 14). «Cada vez que podamos, hagamos
bien a todos» (Gal. 6, 10). Si amamos de verdad, Dios mismo llena nuestro corazón con su
amor (Rom. 5, 5), y este amor nos empuja a amar a todos los hombres, a no ofender al
prójimo (Mt. 5, 21-30), a ser sinceros con todos (Mt. 5, 33-37), a renunciar a la venganza, a
hacer el bien a todos (Mt. 5, 43-48), a no condenar a nadie (Mt. 7, 1), a amar con obras (Mt.
7, 12).
La fe y las obras
Escuchemos lo que dice el apóstol Santiago, cap. 2, 14-20: «Hermanos míos, ¿de qué sirve
que alguien diga que tiene fe, si no hace nada bueno? ¿Puede acaso salvarlo esa fe?
Supongamos que a algún hermano o hermana le faltan la ropa y la comida necesaria para el
día, y que uno de ustedes le dice: 'Que te vaya bien; tápate del frío y come', pero no le da lo
que necesita para el cuerpo; ¿de qué sirve eso? Así pasa con la fe, si no se demuestra con lo
que la persona hace, la fe por sí sola es una cosa muerta».
Pero tal vez alguien dirá: «Tú tienes fe, y yo hago bien. Muéstrame, pues, tu fe aparte del
bien que haces, y yo te mostraré mi fe por medio del bien que hago. Tú tienes fe suficiente
para creer que hay un solo Dios, y en esto haces bien; pero también los demonios creen eso,
y tiemblan de miedo. Pero ¿no quieres reconocer que si la fe que uno tiene no se demuestra
con el bien que hace, es una fe muerta?».
Jesucristo se identifica con los pobres, los marginados, los enfermos, los encarcelados de
nuestro tiempo. Ahí encontramos el rostro de Cristo, y ¿cuántas veces hemos despreciado
este rostro? Y cuando dejamos de hacer el bien con uno de estos más pequeños, también
con Jesús dejamos de hacerlo.
Meditando estos textos sobre el mandamiento más importante de la Biblia, muchas veces
pienso que nosotros los cristianos debemos sentirnos avergonzados, puesto que con
nuestras discusiones sobre religión y nuestras divisiones somos un escándalo para todo el
mundo y faltamos gravemente al mandamiento del amor. A veces me da la impresión de
que hasta ahora no hemos hecho nada y que debemos aprender de nuevo a ser obedientes a
la voz de Cristo: «Les doy un mandamiento nuevo: que se amen los unos a los otros. Así
como yo los amo, ustedes deben amarse también los unos a los otros» (Jn. 13, 34). De esa
manera debe realizarse la misión, amando para que la obra misionera no quede hueca, como
campana que solo suena.
No nos desanimemos, pero comencemos ahora con la práctica del amor, el amor verdadero
a Dios y al prójimo, que se expresa en como anuncio, como evangelizo a mi prójimo.

22
Recordando cómo debe ser la misión.
«Si yo hablo en lenguas de hombres y de ángeles, pero no tengo amor, no soy más que un
tambor que resuena o un platillo que hace ruido. Si yo doy mensajes recibidos de Dios y
conozco todas las cosas secretas, tengo toda clase de conocimientos y tengo toda la fe
necesaria para cambiar los cerros de lugar, pero no tengo amor, yo nada soy. Si reparto todo
lo que tengo y si entrego hasta mi propio cuerpo para ser quemado, pero no tengo amor, de
nada me sirve. El que tiene amor tiene paciencia, es bondadoso, no es presumido ni
orgulloso, no es grosero ni egoísta... no se alegra del pecado de los otros sino de la verdad.
Todo lo soporta con confianza, todo lo espera con paciencia. El amor nunca muere» (1 Cor.
13, 1-8).

COMPROMISO
- Acercarme a pastoral social e interesarme colaborando con alguna obra de caridad que
tengan planeada.

ORACION FINAL
Que sea
Señor, que yo sea
el primero en servir…
el primero en perdonar…
el primero en acoger.
Señor, que yo sea
el último en cruzarme de brazos ante la necesidad…
el último en juzgar y crear envidias…
el último en rechazar y cerrarme al hermano.

Dame un corazón servidor.


Que no olvide nunca que tú te inclinaste
para lavar los pies a tus amigos.
Haz de mi vida una vida de entrega y servicio…
porque, quien no vive para servir
no sirve para vivir.

(Fermín J. Negre)

23
LA IGLESIA EXISTE PARA EVANGELIZAR

OBJETIVO
Comprender mejor la dimensión comunitaria del compromiso misionero como inserción en
el cuerpo de Cristo. Ver y actuar no aislados sino consientes de un todo universal como lo
es la Iglesia.
ORACION INICIAL
Canto: Alma misionera
EXPERIENCIA DE VIDA:
Se trata de una dinámica sencilla que ayuda a reflexionar sobre la propia realidad eclesial,
en base a lo que ya vimos acerca de lo que es la misión.
A. El grupo se divide en subgrupos. A la mitad de los subgrupos se les pide caracterizar la
iglesia no misionera con unos 10 rasgos. A la otra mitad, se le pide caracterizar la iglesia
misionera renovada.
B. Se exponen los rasgos en papelógrafos o se escriben en el tablero. Se completan si es el
caso.
C. Divididos en grupos más pequeños, se les pide contestar:
¿A cuál de los dos retratos se parece más nuestra iglesia local?
¿En qué hemos avanzado en estos años?
¿En qué estamos aún lejos?
D. Plenario. Se escuchan los relatores y se tiene una discusión conclusiva.

ILUMINACIÓN DOCTRINAL:
La evangelización necesita la misión y ésta requiere una iglesia formada por cristianos de
un contexto social determinado, la Iglesia, en su apertura misionera se constituye signo e
instrumento de comunión universal.
Ver universalmente, como pre-rrequisito a la misión, entraña una verdadera madurez
humana. Esto no significa que entre madurez humana y vida misionera haya una relación
cronológica de antes y después. Quiere decir, más bien, que la auténtica vida misionera
exige el esfuerzo continuo por lograr una madurez humana que abra a ver universalmente,
según las dimensiones de la misión.

24
La persona es misionera, primero que todo, porque se inserta en un cuerpo misionero, el
cuerpo de Cristo que es la Iglesia. Decir que la iglesia local es el cuerpo de Cristo es
aseverar que ella es la presencia vivida de Cristo en el mundo, su posibilidad de apertura,
de comunicación.
Así como el cuerpo humano es puente entre la persona y el mundo, también la iglesia es
puente de comunicación de Cristo con el mundo. Y así como la corporeidad limita al
hombre en el espacio y en el tiempo y hace surgir de su limitada percepción la necesidad
del movimiento, del mismo modo el cuerpo de Cristo que es la Iglesia, clavado en el
espacio y en el tiempo y por tanto localizado, está llamado a moverse, a ir, para ser la
expansión de Cristo y de esa manera revelarlo, manifestarlo a los otros. La Iglesia es la
visualización de Cristo en todos los tiempos y en todos los lugares. Ella está llamada a ir
más allá de las fronteras de la fe hacia los que aún no conocen a Cristo; esa es su
responsabilidad misionera por el hecho de ser el cuerpo revelador de Cristo.
Si la iglesia es una realidad misionera por ser cuerpo revelador de Cristo, toda persona que
se inserte en la misma asume la misma tarea. Por ello, todo miembro de la Iglesia es un
misionero, un revelador, un puente entre Dios y el hombre, un medio a través del cual
Cristo es sensible, visible, perceptible, disponible y accesible a todos los hombres de todas
las edades y de todas las naciones.
Por ello, dice el Vaticano II: "La responsabilidad de diseminar la fe incumbe a todo
discípulo de Cristo en su parte" (L.G. 17). Y en forma más explícita se refiere a esta
responsabilidad misionera como consecuencia de la inserción en el cuerpo de Cristo:
"Todos los fieles, como miembros de Cristo vivo, incorporados y asemejados a él por el
bautismo, por la confirmación y por la eucaristía, tienen el deber de cooperar a la expansión
y a la Evangelización.
Adaptación de 1Cor 12, 12-30 (RV)
Hermanos: Lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los
miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo;
Todos nosotros, hombres y mujeres, de un país o de otro, jóvenes o ancianos, trabajadores,
estudiantes, parados, ricos, pobres, ágiles o torpes, conversadores o silenciosos, sanos o
enfermos… todos nosotros formamos parte de ese mismo cuerpo, bautizados en su mismo
Espíritu.
Si todos fuéramos iguales. Si todos viéramos los mismos programas en la televisión,
tuviéramos idénticas aficiones, leyésemos el mismo libro, pensásemos de una única forma,
¿no sería terrible? Si uno dijera, “es que tú y yo pensamos distinto en este punto o este otro,
luego no podemos ser parte de la misma iglesia”, “es que nos preocupamos por problemas
diferentes, luego tenemos distinto Dios…” ¿No sería demasiado excluyente? Si solo
hubiera una forma de celebrar, una forma de pensar, una forma de actuar, ¿dónde quedaría
la riqueza de una comunidad viva? ¿No sería una masa informe?

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Somos muchos y distintos, cada uno aporta algo al conjunto no solo los más brillantes, los
más elocuentes o los más asertivos; a menudo son los que parecen más débiles, más frágiles
o pasan más desapercibidos, quienes en realidad hacen más falta. Ese es el secreto de la
comunidad, el valor de lo pequeño.
El contraste entre el brillo aparente y la grandeza escondida. Pero que no haya divisiones en
el cuerpo, en la comunidad; puede haber diferencias, porque somos distintos, pero no
dejemos que las diferencias se conviertan en barreras que nos incomuniquen a unos de
otros. Dios ha distribuido en la iglesia muchos carismas y talentos, muchas sensibilidades.
Hay hoy gente más apegada a la tradición y gente más abierta a lo nuevo, hay quien
coordina y quien enseña, hay quien cuida, con ternura, de los enfermos y quien investiga,
hay quien canta, quien vive solo, quien forma una familia o quien abraza una comunidad.
Hay catequistas, sacerdotes y laicos comprometidos con la realidad concreta, hay religiosos
y religiosas. Todos sois necesarios.
Ciudadanos del Reino
Hacen falta ciudadanos del Reino, que trabajen por la justicia, por la paz, por el amor, que
se nieguen a sucumbir al desaliento o al odio, que rechacen sembrar discordia, que no
miren constantemente por encima del hombro, que eviten estar lanzando condenas y
anatemas a los otros, que respeten a quien no piensa como ellos. Ciudadanos que
construyan la paz, no sobre la sangre ajena, sino sobre la dignidad de cada vida. Que
busquen el bien. Ciudadanos que sueñen con una ciudad mejor, con una iglesia mejor, con
una vida mejor, para todos, portadores de una buena noticia, que a veces habrá de ser
palabra amiga, otras, profecía exigente, y otras veces será silencio respetuoso, que se
nieguen a entrar en la dinámica de destruir. Trigo. Trigo que no se deje devorar por la
cizaña; hacen falta cantores de concordia y justicia, de evangelio y verdad, de esperanza y
encuentro. Haces falta tú…

COMPROMISO:
Ejemplo: -No aceptarás barreras que impidan a un pueblo amara otro pueblo.
o en el plano pastoral no oponerte a otro grupo pastoral sino ayudarse unos a otros a
encontrar a Cristo.

ORACIÓN FINAL
Creo en el Espíritu
Creo en el Espíritu, que da la fuerza que infunde aliento,
que hace que dentro de cada uno resuene el eco de Dios.
Creo en el Espíritu, que con el Padre y el Hijo es Dios-en-nosotros. Creo en el Espíritu,

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lámpara encendida en las noches oscuras, alivio en la hora difícil, viento que empuja
cuando fallan las fuerzas. Creo en el Espíritu, sabiduría inmortal que orienta a la gente,
que inquieta a los necios, que guía a los pueblos, que mueve a la Iglesia.
Creo en el Espíritu maestro de una lengua común construida con palabras de compasión,
con frases de justicia, con sentencias de misericordia con proclamas de fe.
Creo en el Espíritu, más allá del cansancio, más allá de la muerte, más allá de la duda,
abrazo último del Dios de la vida.
(José María R. Olaizola, sj)

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HORA SANTA
ENVIO: ACTO DE AMOR Y CARIDAD

Canto de exposición y adoración.


En los cielos y en la tierra sea para siempre alabado
-El Corazón amoroso de Jesús Sacramentado
Creo en Jesús Sacramentado
Padre Nuestro, Ave María. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
Canto
En los cielos y en la tierra sea para siempre alabado
-El Corazón amoroso de Jesús Sacramentado
Espero en Jesús Sacramentado
Padre Nuestro, Ave María. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
Canto
En los cielos y en la tierra sea para siempre alabado
-El Corazón amoroso de Jesús Sacramentado
Amo a Jesús Sacramentado
Padre Nuestro, Ave María, Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
Canto

Monitor: Señor Jesús, Dios de la vida, estamos aquí como iglesia misionera, queremos
adorarte, queremos permanecer en tu presencia queremos escucharte.
Lector: Jesús se acercó a ellos y les hablo así: “Me ha sido dado todo poder en el cielo y
en la tierra: vayan, pues, y hagan discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre
del Padre, de Hijo y del Espíritu Santo y enseñándoles a guardar todo lo que yo les he
mandado. Y he aquí que yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo”(Mt 28,
18-20)
Momentos de silencio.

28
Acción de gracias
1. Jesús Eucaristía, pan partido para dar vida al mundo, gracias porque nos has llamado a
seguirte, porque nos invitas constantemente a escucharte, a permanecer a tu lado, a
compartir la vida contigo.
2. Jesús Eucaristía, pan partido para dar vida al mundo, gracias porque nos llamas a la
conversión, vigorizándonos para dejarlo todo e ir tras de Ti, cambiando nuestra forma de
pensar y de vivir, aceptando la cruz de cada día, que es tu misma cruz; en la conciencia de
que morir es alcanzar la vida.
3. Jesús Eucaristía, pan partido para dar vida al mundo, gracias porque nos llamas a
conocerte, amarte y servirte, porque nos acompañas a través de la vida sacramental
fortaleciendo nuestra conversión inicial.
4. Jesús Eucaristía, pan partido para dar vida al mundo, gracias porque nos llamas a vivir en
comunidad, participando de la vida de la iglesia, en el encuentro con los hermanos, en una
vida fraterna y solidaria.
5. Jesús Eucaristía, pan partido para dar vida al mundo, gracias porque nos llamas a
compartir con otros, la alegría de ser enviados, gracias porque compartiendo tu misma
misión nos haces constructores del Reino.
Momento de silencio.
Lector: Jesús les dijo otra vez: “La paz con ustedes, como el Padre me envió; también yo
les envío, dicho esto soplo sobre ellos y les dijo reciban el Espíritu Santo” (Jn 20, 21-22)
Canto.
Momento de silencio.
Lector: se levantó un legista y dijo para ponerle a prueba: Maestro ¿Qué he de hacer para
tener en herencia vida eterna? “Él le dijo”: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees?
Respondió: “amaras al Señor tu Dios con toda todo tu corazón, con toda tu alma, con
todas tus fuerzas y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo” dijo entonces:
“Bien has respondido. Haz eso y vivirás”. Pero él queriéndose justificarse, dijo a Jesús “y
¿Quién es mi prójimo? Jesús respondió: “bajaba un hombre a Jerusalén a Jericó y cayó en
manos de salteadores que, después de despojarle y golpearle, se fueron dejándole medio
muerto. Casualmente, bajaba por aquel camino un sacerdote y al verle dio un rodeo. De
igual modo un levita que pasaba por aquel sitio le vio y le dio un rodeo. Pero un
samaritano que iba de camino llego junto a él, y al verle tuvo compasión y acercándose,
vendo sus heridas, echando en ellas aceite y vino y montándole sobre su propia cabalgara,
le llevo a una posada y cuido de él. Al día siguiente, sacando dos denarios, se los dio al
posadero y dijo: “cuida de él y si gastas algo más, te lo pagare cuando vuelva” ¿quién de

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estos tres te parece que fue prójimo del que cayó en manos de los salteadores? Él dijo: el
que practicó la misericordia con él. Jesús le dijo: Vete y haz tú lo mismo
Monitor: Enséñanos Señor Jesús a no pasar de largo, indiferentes, sin detenernos al lado
del hermano que está en necesidad. A comprender y sufrir con el que sufre; a alegrarnos
con el que se alegra; a llorar con el que llora; a hacernos como San Pablo “Todos a todos,
pasa salvar a toda costa a algunos”
A tener un corazón bueno, compasivo y misericordioso, capaz de enternecerse ante el
sufrimiento del otro. Y también, Señor, ayúdanos a hacer algo eficaz para remediar el
dolor. Se tú nuestro modelo del buen samaritano, remediabas sus necesidades espirituales
y corporales, consolabas, predicabas el amor al padre, curabas enfermedades físicas y
sanabas toda dolencia, multiplicabas los panes para darles de comer, a los ciegos
devolvías la vista, curabas a los leprosos, resucitabas a los muertos. Y al final te nos has
dado entero en la Eucaristía y en el calvario, para darnos vida eterna. Tómanos a cada
uno y haz de nosotros instrumento de tu misericordia.
Nos ponemos de pie
Monitor: como comunidad llevada por el Espíritu te presentamos Jesús Pan de vida, las
necesidades de nuestros hermanos con esta suplica: Envíanos, Señor tu Espíritu
1. Amadísimo Jesús Sacramentado te pedimos por nuestra Diócesis, para que aumentes en
número y santidad las vocaciones sacerdotales, religiosas y misioneras. Que en este año del
envió logremos todos unidos ser misioneros unos con nosotros para estar siempre en
continua salida. Oremos.
Envíanos Señor tu Espíritu
2. Pidamos al Señor con oración y nuestros sacrificios por la evangelización en nuestra
Parroquia, en las distintas pastorales y en nuestras familias, que cada uno de los cristianos
aprendamos a vivir con autenticidad, buscando siempre el servicio, haciendo presente el
Reino con nuestra vida y testimonio. Oremos
Envíanos Señor tu Espíritu
3. Pidamos a Jesucristo, para que a través de la caridad enfrentemos el reto de
evangelización en el concierto disonante y complejo del mundo contemporáneo y que la
palabra de Dios sea alimento del alma. Oremos
Envíanos Señor tu Espíritu
4. Jesús sacramentado te pedimos nos dejemos guiar con la luz del Espíritu Santo que con
sus dones, carismas y la generosa ayuda de sus discípulos y misioneros, logremos
comprender tu mensaje y abrir nuestro corazón a la conversión. Oremos
Envíanos Señor tu Espíritu
Canto.

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Monitor.
“Señor que nos haces participar del milagro de la eucaristía: te pedimos que esté siempre
claro tu rostro a nuestro ojos; que vivas con nosotros, porque sin tu nuestra vida no tiene
sentido; que te veamos con los ojos purificados en el sacramento de la penitencia; que te
toquemos, como aquella mujer que se atrevió a tocar la orla de tu vestido y quedo curada;
que te sintamos, sin querer acostumbrarnos nunca al milagro, que queramos estar siempre
junto a ti, que es el único lugar en el que hemos sido felices plenamente; que sea el Rey de
nuestras vidas y de nuestros trabajos, porque te lo hemos dado todo”
Canto y Bendición con el Santísimo
Bendito sea Dios.
Bendito sea su Santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo verdadero Dios y verdadero Hombre.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendito sea su Preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Consolador.
Bendita sea la Incomparable Madre de Dios la Santísima Virgen María.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su gloriosa Asunción.
Bendito sea el Nombre de María Virgen y Madre.
Bendito sea San José su casto esposo.
Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos.
Oremos
Oh Dios, que en este sacramento admirable nos dejaste el memorial de Tú pasión;
Te pedimos nos concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de Tu Cuerpo y de Tu
Sangre, que experimentemos constantemente en nosotros el fruto de Tu redención.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amen.
Canto y reserva del Santísimo.

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MISA DE CLAUSURA

MONITOR

La Acción de Gracias es la debida manifestación de gratitud a Dios, por todos sus favores y
bendiciones que recibimos en este mundo y por los beneficios que está previsto para cada uno de
nosotros. Con espíritu agradecido por esta semana de misión y de trabajo pastoral, dispongamos
nuestro corazón y ofrezcamos en esta Eucaristía los trabajos realizados.

El Envío también es el resultado de una atenta escucha. María escuchaba, meditaba y guardaba en
su corazón, luego se experimentó enviada a una gran Misión. Todos somos Enviados llenemos
nuestra esperanza con la Palabra que da Vida y Luz.

OFERTORIO

(OFRENDAS)

MONITOR: Presentamos al señor nuestra acción de gracias trayendo al Altar los signos que
fortalecen nuestra actividad y apostolado en la Iglesia.

- Pan y Vino: como signos de nuestro alimento espiritual el cual es la fuente y cumbre de
toda la vida y actividad cristiana
- La Sagrada Escritura: Es el fundamento de nuestra Fe y la guía clave para la Evangelización
y el anuncio
- El Santo Rosario: La oración por excelencia para el enviado, es María en nuestra misión
como lo hizo con los Apóstoles
- Despensa: Como solidaridad con los que más necesitan
- Flores: representan la alegría de Anunciar cristo resucitado, en algunas de sus formas y
maneras, como reflejo de la creatividad misionera.

ORACION UNIVERSAL

SACERDOTE

Oremos hermanos al Señor, que es rico en Misericordia y ha hecho maravillas en favor nuestro, y
pidámosle que continúe bendiciendo al mundo con sus dones. A cada petición diremos Jesús
enviado del Padre escúchanos.

MONITOR: Para que los pastores y los demás fieles sean para el mundo anuncio claro y
sacramento eficaz de la salvación que Dios prepara a todos los pueblos. Oremos

Para que los hombres de todos los pueblos, religiones y culturas en su esfuerzo por encontrar a
Dios descubran con gozo que el Señor no está lejos de cada uno de ellos

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Para que los pueblos que sufren por la pobreza el hambre o las guerras obtengan un mayor
desarrollo y gocen de la paz y así puedan recibir con mayor facilidad el anuncio del Evangelio.
Oremos

Por los agentes de pastoral para que unidos en un mismo sentir logren transmitir con fidelidad el
mensaje de salvación. Oremos

SACERDOTE

Escucha Dios Nuestro la oración de tu pueblo e infunde en ellos el Espíritu misionero a fin de que
por tu Palabra más almas gocen de ti y de tu Reino. Por Cristo Nuestro Señor.

MONICIÓN FINAL

Con alegría de sabernos especialmente elegidos a una misión y fortalecidos con el Cuerpo de
Cristo, sigamos llevando su mensaje en nuestra vida cotidiana, en nuestra familia, con nuestros
amistades y trabajos, en todo momento recordar la noble causa de salvación por medio de la
predicación.

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