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EL BARC iVamos mas lento, por favor! Neva Milicic Ilustraciones de Loly & Bernardilla ediciones Me volvieron a retar por apurén. Esta vez fue la profesora de mate- matica. —~Por qué se apura en contes- tar, Rafael? Resulta que ella habia comenzado a preguntar: —Si en una sala hay cuatro alum- nos trabajando cada uno en un com- putador y hay ocho computadores mas desocupados... Pero antes de que terminara la pregunta, grité con voz de triunfo: —jHay doce computadores! Pensaba que iba a preguntar cudn- tos computadores habia, pero la pre- gunta era cudntos alumnos pueden trabajar en la sala ocupando un com- putador cada uno. Igual eran doce; pero nifios, no computadores. Ella me explicé: —Rafael, si usted hubiese espe- rado y dado el tiempo para que yo ter- minara la pregunta, su respuesta habria sido correcta. Pera como se apuré, se equivocé. Yo le discuti que estaba casi bien, pero ella me contests: —Casi bien no es igual a bien, especialmente en matematica ie Ry & ic?

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