videoinstalación sobre la desaparición forzada en Colombia,
realizada en 2013 con la Asociación de familiares de desaparecidos por el apoyo mutuo - Familiares Colombia, con el apoyo de la Alianza Francesa de Bogotá y la Unidad para la Reparación Integral a Víctimas - UARIV.
Sobre la desaparición forzada
Cuando una persona es desaparecida forzadamente su familia
queda en muy mala situación, al no tener noticias de su ser querido la zozobra es permanente. Ahora tiene dos nuevos oficios. El primero: luchar internamente por tratar de comprender lo que pasó, enfrentar los estigmas sociales, asimilar esta situación y continuar su vida. El segundo: lograr que las autoridades competentes cumplan con el deber de buscar a los desaparecidos y que investiguen los hechos y las circunstancias en que desaparecieron. Lucha hacia adentro y lucha hacia afuera… se lucha porque se busque, se lucha porque se encuentre, se lucha porque cuando los desaparecidos son encontrados muertos, sus cuerpos óseos sean entregados con la dignidad que merece la persona. 2
Parte del proceso de reparación de los familiares de víctimas
de desaparición forzada pasa por la participación de quienes así lo deseen, en la búsqueda de su ser querido. En entrevista con José Daniel Álvarez, director de Familiares Colombia en 2013, momento en que se realizó la obra, manifestó que: “Para una familia es muy importante poder participar en un proceso donde sientan que hayan aportado, que han hecho lo necesario y han agotado todos los recursos para poder encontrar a su familiar. Eso genera en la familia el sentimiento de haber hecho todo lo que está a su alcance para encontrar a su ser querido […] participar en la búsqueda de tu familiar te hace sentir que hiciste hasta lo imposible por recuperarlo, y eso… eso ayuda en la reparación de la víctima”.
De ahí que Familiares Colombia considere “que la entrega de
los restos óseos de un desaparecido debe ser un proceso digno donde se deben tener en cuenta, previo a la diligencia, todos los pormenores para no causar un mayor malestar a los familiares; la entrega digna es también la manera de rescatar, resaltar el buen nombre, la honra de los desaparecidos y de la familia en la sociedad que rumoró. Recordar que ese reencuentro doloroso había sido suspendido en el tiempo y se debe vivir conforme a las costumbres familiares y de la 3
comunidad. Por sencillo y obvio que parezca, en el ritual
funerario, aunque sea del cuerpo óseo, se debe participar y asistir con respeto y apropiadamente, desde el comportamiento que se despliegue hasta el vestuario debe corresponder con la ocasión.”
Cuándo empezó
A partir de 2005 en Colombia, paramilitares desmovilizados
buscando los beneficios de la Ley de Justicia y paz, dicen en dónde fueron enterrados algunos de los cuerpos de las personas que ellos mismos desaparecieron. Es irónico pero son precisamente aquellos quienes les arrebataron a sus seres queridos quienes tienen el poder de aliviar la angustia provocada por ellos, diciendo en dónde están.
La primera experiencia de entrega de cuerpos óseos ocurre en
Santa Marta el 5 de abril de 2009. Por las circunstancias en que se dio, su efecto fue devastador para las familias que sintieron que en ese hecho lo más importante había sido el espectáculo mediático donde las autoridades mostraron resultados de su compromiso con la tarea, dejando de lado el sentir de las familias que estaban reencontrándose con su ser 4
querido luego de años de búsqueda. Son dos perspectivas
diferentes para una misma situación: desde las familias el reencuentro, desde las autoridades el resultado de la gestión.
Lo que concierne a las familias es lo que más importa a
Familiares Colombia por eso y a partir de este caso, toma la decisión de que esto no puede volver a ocurrir y opta porque las entregas estén siempre a la altura de la dignidad de la persona, ahí nace el concepto “Entrega Digna”.
La videoinstalación
Dentro de las actividades de Familiares Colombia y como
parte del trabajo del Área de Divulgación y Comunicaciones – que tuve a mi cargo desde 2012 hasta 2016-, se encuentran las acciones que desde la asociación se proyectan hacia la sociedad. Y son tres razones las que las motivan:
1) Poner en la esfera pública la realidad de la desaparición
forzada de personas a través del rescate de la memoria de quienes son estas personas; 2) La falta de solidaridad e interés de la sociedad en rechazar y repudiar la desaparición 5
forzada de personas y; 3) Dar a conocer el impacto que
ocasiona en la familia y en la sociedad la desaparición forzada de personas.
La búsqueda de las personas desaparecidas en Colombia, el
trabajo por el bienestar integral de las familias, la historia de vida de las personas víctimas de desaparición forzada y el trabajo por recuperar la honra, el buen nombre y mantener la dignidad de sus familiares son los motivos por los que se busca que esas historias sean permanentemente tenidas en cuenta, que el desaparecido no desaparezca de la memoria de la sociedad, ya que es la familia quien incansablemente lo recuerda y trabaja para resaltar su buen nombre y mantener viva su memoria.
Los que participaron
Un principio rector de Asociación Familiares Colombia es que
los principales protagonistas de sus actividades son las personas que la constituyen. Para la realización de esta instalación, su participación fue el eje: 1) Entrevistas a los familiares que han logrado recuperar los cuerpos óseos de sus familiares desaparecidos. A partir de su dicho se hizo el 6
diseño sonoro que pone su voz como protagonista de la
instalación al ser ellas, sus voces, las que marcan la instalación y; 2) permanentes jornadas de trabajo y reflexión al interior de la Asociación Familiares Colombia en la necesidad del hay que pensarse y repensarse para crear.
Porque en la búsqueda de las personas desaparecidas en
Colombia, en el trabajo por el bienestar integral de las familias, la historia de vida de las personas víctimas de desaparición forzada y el trabajo por recuperar el buen nombre y mantener la dignidad de sus familiares son los motivos por los que se busca que esas historias sean permanentemente tenidas en cuenta, que el desaparecido no desaparezca de la memoria de la sociedad, ya que es la familia quienes incansablemente los recuerdan y trabajan para resaltar su buen nombre.
Qué la compone
Dos álbumes de fotografías en donde cada elemento de la
composición tiene un sentido: el papel base de las fotografías ha sido elaborado con los documentos desechados de los trámites realizados en el proceso de búsqueda de las 7
personas desaparecidas en Colombia, pasando de esta
manera, luego de un proceso de resignificación, del desecho a la base de esta memoria.
Otro elemento es el formato común que ha sido milimétrica y
perfectamente calculado con unos marcos con medidas específicas donde no se busca hacer encajar la foto de la persona, es decir, no siempre queda a la medida, no todos se acomodan al formato de la misma manera, dando como resultado que a algunas fotos les queda espacio y a otras les falta. Igual como ocurre en el caso por caso, el formato no le calza perfectamente bien a todo el mundo, las condiciones se tienen que ajustar respetando la singularidad.
Uno de los álbumes exhibe las fotos impresas de las personas
cuyos cuerpos óseos han sido hallados y entregados; sobre el otro álbum se proyectan imágenes intangibles de las personas desaparecidas y que aún no han sido encontradas, es una luz fría. Este álbum tiene la particularidad de que la imagen es proyectada sobre una página que tiene impresos unos nombres, lugar y fecha de nacimiento, lugar y fecha de la desaparición, pero ocurre que con el paso de la proyección los nombres se traslapan, se ve una imagen de la foto de una 8
persona con unos datos que no se sabe muy bien de quién
son porque están traslapados y eso hace referencia a lo que ocurre precisamente con el hallazgo de los cuerpos cuando se encuentra un ser humano pero no se sabe quién es. Y son precisamente las instituciones y las familias quienes ayudan a identificarlo y de eso se trata el juego que se le propone al espectador: que se tome el tiempo para comprender y para darle el nombre que le corresponde.
Al fondo, insistentemente, casi como el paisaje sonoro en que
se convierte lo dicho por las víctimas, se escuchan los testimonios de las personas que han participado en las entregas de los cuerpos óseos de sus seres queridos desaparecidos. Hablan con la tristeza de la pérdida y al mismo tiempo con la contradictoria alegría del hallazgo aunque sea “en forma de huesitos” como lo manifestó el padre de Luis Manuel Guerra Baena en Aracataca, pero se tiene algo de alivio de saber ya dónde está. Y lo repiten y lo cuentan y lo repetimos y lo contamos no para regodearnos en el relato sino buscando causar a ese espectador indiferente que sin entender mucho curiosea, mira y pasa… pero hay quienes se detienen y preguntan, se preguntan y algo les queda. 9
Respecto a las fotografías resalto que muchas veces las
familias no vuelven a recuperar las fotos de sus seres queridos luego de haberlas entregado a las autoridades que les ayudan a buscarlos. La fotografía de un desaparecido tiene gran valor para su familia porque con ella pueden mantener presente la imagen de la persona en un ejercicio en el que “cada vez que lo ves, vienen los recuerdos”.
Desafortunadamente algunas fotos son de mala calidad, pero
¿qué podemos hacer? es lo que nos queda y con ello tenemos que vérnoslas.
Pese a los ingentes esfuerzos hechos por Familiares Colombia
por tener la información completa en cada caso (nombre completo, fotografías, datos, hechos), no lo logramos del todo porque algunos de ellos están en proceso de construcción, la memoria falla, el tiempo borra la minucia de los detalles… con este trabajo hicimos lo mejor que pudimos para rescatar la memoria de los desaparecidos.
Mis reflexiones sobre la Reparación Simbólica
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No se puede pretender que el arte responda a LA reparación,
puede ser un mecanismo importante y valioso para contribuir a LA reparación pero no satisface todos los escenarios de impactos de violaciones de DDHH, como tampoco lo logra la indemnización. Es la suma de distintas medidas que ayudan a LA reparación, pero en la vida real de las personas esas medidas no cierran completamente esas expectativas de reparación.
Hay un principio de las reparaciones que es la restitución
integral -volver al sitio antes de la violación-, a lo que debería responder la reparación. Hay afectaciones psíquicas causadas por esa violación, pérdidas, impactos que no responden a ese principio. Nunca habrá la posibilidad de borrar todos los impactos que tuvo esa violación.
Lo simbólico se ha planteado a partir de las medidas de
dignificación que están dentro de las medidas de satisfacción, en ese sentido se habla de reconocimiento de responsabilidad, monumentos, actos conmemorativos, todo tiene una pretensión de memoria para garantías de no repetición que se denominan simbólicas. Hay un problema estructural en la manera como se ven las reparaciones que cruza por la 11
pregunta ¿puede la reparación simbólica y el arte como
mecanismo de reparación simbólica reparar realmente a una persona? LA reparación debe contribuir a la tramitación de los impactos de la violación de los DDHH, alivia. Pero… puede con eso ¿retomar su vida?
Hacer algo con lo que pasó, no quedarse sumido en EL SIN-
LUGAR donde lo puso la violación a sus DDHH, reducido como ser humano, actor social, miembro de una familia, una comunidad, es una situación degradante, pierde el control de la vida por ello. Se esperaría que las reparaciones ayuden a esa persona a tener las herramientas para salir de ese lugar, no quedarse ahí.
Reparar es comprender que su cumplimiento debe ser
integral, articulado, no sólo el acto simbólico, o el reconocimiento de responsabilidad, o la indemnización, debe ser un proceso en el que se aloje la pregunta singular de la víctima, sienta que en su conjunto tiene las herramientas para poder salir de ahí. 12
Suele suceder que los gobiernos realizan actos de supuesta
reparación, como los monumentos propuestos por las víctimas con la ilusión de efectiva reparación, pero esos actos pasan por muchos obstáculos, se degradan, el estado se apropia de la medida, la transforma a su medida y la vacía de sentido reparador para las víctimas.
Las víctimas dicen -con razón- que eso no los representa, el
estado debería hacer que el proceso sea reparador, debe tener voluntad política y administrativa para cumplir y por el contrario, el estado no admite su responsabilidad, se requiere un verdadero acto de contrición para que verdaderamente los haga.