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CÓMO ENFRENTAR EL MUNDO LECCION 1

Muchos cuando llegan del Encuentro vienen con ganas de seguir al Señor y ser
radicales en todas las áreas de su vida. No quieren nada del mundo. Sin
embargo, como no saben manejar algunas situaciones se dejan vencer por las
circunstancias.

I. ¿QUÉ ES EL MUNDO?

El mundo representa todo aquello que desagrada a Dios, se opone a sus


enseñanzas y esta bajo el dominio de Satanás (Juan 5:19).

Las filosofías, los conceptos y las doctrinas que distorsionan o denigran a


Cristo y su sacrificio en la cruz del calvario, ofreciendo otro tipo de salvación
diferente a lo establecido por Dios en su Palabra, son manifestaciones del
mundo.

El apóstol Juan señala tres aspectos que manifiestan el amor al mundo: los
deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida.

1 Juan 2:5-17
No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo.
Si alguno ama al mundo el amor del padre no está en él.
Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de
los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.
Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios
permanece para siempre.

Deseos de la carne
Son aquellos que están por naturaleza en nosotros y nos impulsan a hacer lo
malo incitándonos, aún desde niños, a seguir lo que la carne quiere. Se pueden
describir como la satisfacción, pasión o goce que se siente por las cosas
incorrectas y con las cuales le damos lugar. Al pecado en nuestras vidas.

Gálatas 5:17-21 dice:


“Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu; y el del Espíritu contra la
carne y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis”

“Un pescador bajaba al poblado todos los sábados por la tarde. Siempre traía
con él a sus dos perros. Uno era blanco y el otro negro. Les había enseñado a
pelear cuando les ordenaba hacerlo. Todos los sábados por la tarde en la plaza
del pueblo se juntaba la gente para ver pelear a los perros, y los pescadores
hacían sus apuestas.

Un Sábado ganaba el perro negro, el otro el perro de color blanco ¡pero el


pescador esquimal ganaba siempre! Sus amigos empezaron a preguntarle
cómo lo hacía. Les dijo: Dejo con hambre a uno y alimento al otro.

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El que alimento siempre gana porque se siente más fuerte.

Esto nos enseña que si queremos vencer los deseos de la carne debemos
prestar especial atención a nuestro espíritu, alimentándolo y cuidándolo de tal
forma que ante la tentación del espíritu prevalezca.

Deseos de los ojos:

Los ojos pueden ser fuente de vida, pureza e inspiración o instrumentos de


maldad, perversión o malos deseos. El doctor W. E. vine y los describe como
“La principal avenida de la tentación”. Los deseos de los ojos pueden
describirse como un goce morboso, mal intencionado y egoísta que incluye no
sólo la vista, sino también, la mente y la imaginación.

La Biblia nos enseña en 2 Pedro 2:14:


“Tiene los ojos llenos de adulterio y no cesan de pecar”

Mateo 5:27-28
“Oíste que fue dicho: No cometerás adulterio Pero yo os digo que cualquiera
que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.”

Los deseos de los ojos incluyen no solo la vista, también la mente y la


imaginación y buscan satisfacer por medio de la pornografía, literatura o
películas que no edifican, creando una adicción que solo puede ser saciada
cediendo a los placeres de la carne.

Vanagloria de la Vida

La Biblia nos enseña en Filipenses 2:3:


Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad,
estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; se refiere a
creer que el sentido de la vida se encuentra en la apariencia y en el precio de
las cosas y no en el valor que Dios le ha dado.

La vanagloria hace alusión a dejarse llevar por la superficialidad, infla el ego y


nos hace creer que se es más valioso por la posición, el dinero y los amigos.

Estas “vanidades” se convierten en fortalezas en quienes le dan lugar y les


hace creer que son ellas que dan su lugar con la gente que le rodea. Por esta
razón, algunos pasan por encima de otros, violando principios bíblicos y la
voluntad de Dios; detrás de su apariencia ocultan su inseguridad.

II. CÓMO ENFRENTAR EL MUNDO AHORA QUE SOY CRISTIANO

Efesios 5:11 dice:


“Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas sino más bien,
repréndelas”

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Debe aprender, desde el principio, a ser radical con el pecado y mostrar lo que
ahora es sin disfraz alguno. Por ejemplo: Si te ofrecen un trago no mientas
diciendo: No gracias, estoy tomando medicina y me hace daño.
La verdad no es esa. No estás tomando medicamento alguno y no quieres
enfrentar la situación.

SER RADICA EN SU POSICIÓN COMO CREYENTE

Job 22:28 dice:


Determinarás una cosa, y te será firme, Y sobre tus caminos resplandecerá luz”

Decida de antemano a que cosas no va ceder. Por ejemplo: Irse de programa


con no cristianos; fiestas o reuniones sociales donde prima el licor, y otros
vicios. Determinarlo de antemano evitará la lucha del momento y cerrará la
puerta a la caída.

Lo fundamental es decir: pase lo que pase no voy a dejar el camino que he


escogido; esto es determinación. Cuando yo hago esta parte, Dios hace la
suya: traerá su luz para indicarnos qué debemos decir o hacer.

“PORQUE VIENE EL
PRÍNCIPE DE ESTE MUNDO
Y ÉL NADA TIENE EN MÍ”
Juan 14:30

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