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Presentación

Ajedrecista, bailarín, melómano, cinéfilo, poeta, dicharachero, enamorado de la


vida, ah, y también físico; pero sobre todo… veracruzano. Así es el profesor Martín
Zayas Boussart, autor de este extenso compendio de problemas resueltos de
física preuniversitaria y universitaria.

El libro está dirigido a estudiantes y profesores del nivel medio superior y de los
primeros semestres de las carreras universitarias en las que se lleva física como
materia de tronco común, típicamente carreras de ciencias o ingeniería.

Pero, ¿por qué un libro de problemas resueltos de física? La respuesta está en los
puntos de vista más recientes sobre la enseñanza de las ciencias. Hoy
reconocemos que cada estudiante tiene su propio estilo de aprendizaje, que los
estudiantes buscan por su propia cuenta la información, que la práctica intensiva
puede superar la ortodoxa exposición teórica, que la gran mayoría no aprende
yendo de lo general a lo particular, sino al revés, y a eso le sigue una larga lista de
nuevas convicciones que está generando la investigación educativa actual y que
apuntan en la dirección de poner la mayor cantidad de información al alcance de
los estudiantes, sin restricciones, ni obstáculos administrativos.
Está claro que lo anteriormente dicho pretende justificar la utilidad del libro para el
estudiante, pero ¿qué hay del profesor? Por término medio, un libro de física
contiene unos 600 problemas, de los cuales, sólo un quince por ciento, es decir
unos noventa problemas suelen venir resueltos. La preparación de la clase, la
preparación y calificación de las tareas y los exámenes, son actividades
extramuros que demandan mucho esfuerzo y consumen mucho tiempo de los
profesores y la mayor parte de ese tiempo está dedicado al diseño de problemas;
es en estas actividades en las que un libro como este puede ser de gran ayuda
para los profesores de física.

No obstante lo anterior, siempre habrá quien objete la utilidad y pertinencia de una


herramienta didáctica como ésta. Los argumentos principales de los detractores
giran en torno al aparente conflicto que se genera cuando el profesor y el
estudiante conocen ambos al libro y tienen, por lo mismo, acceso a los mismos
problemas resueltos. ¿Cómo puede diseñar el profesor una tarea o un examen
seleccionando problemas de este libro, si el estudiante tiene acceso a él? Está
claro que, en un caso así, le bastaría al estudiante copiar los problemas del libro y
obtener una buena nota, aún sin entender siquiera algo de lo que escribió. El
conflicto se resuelve, sin embargo, de manera muy sencilla, pues el profesor
siempre puede optar por modificar ligeramente los valores o condiciones del
problema y obligar así al estudiante a realizar sus propios cálculos, llevándolo de
paso por una ruta de actividades cognitivas, ciertamente no de la misma calidad y
profundidad que la que se obtiene de una exposición experta del tema, pues lo
que queda en esta experiencia es la mera ejecución de un procedimiento de
cálculo. Sin embargo, recordemos que este libro, como cualquier otro, no
constituye por sí mismo el curso de física, es solamente una herramienta
coadyuvante en el proceso de enseñanza-aprendizaje y debe ser utilizado como
tal.

Así las cosas, la gran virtud de este libro es su extensión: tan sólo el primer
volumen, dedicado a la mecánica, contiene casi un millar de problemas resueltos.
Los tres volúmenes reúnen más de mil quinientos problemas resueltos de todos
los temas de física general, tal y como se presenta en los planes de estudio de los
principales sub sistemas de educación media superior y de las principales
universidades en el mundo de habla hispana, al cual va dirigido este libro. Esto lo
convierte en el mayor compendio de problemas resueltos de física disponible en la
actualidad en lengua española.

El libro es, finalmente, el esfuerzo de casi dos años de escritura continua por parte
de su autor y pretende llegar a ser un firme referente, tanto para profesores, como
para estudiantes de nivel medio superior y universitarios que se ven enfrentados,
con vocación o sin ella, al estudio de la física.
Agradezco cumplidamente a mi buen amigo Martín el haberme invitado a realizar
algunas pequeñas contribuciones, pero sobre todo, por haberme concedido el
honor de presentar éste, su libro, a sus apreciables lectores.

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