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Honneth, A. (2009). La dinámica social del desprecio. Para determinar la posición de una teoría
crítica de la sociedad. En Crítica del agravio moral. Patologías de la sociedad contemporánea (pp.
249-274). Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.
Axel Honneth (1949): Filósofo y sociólogo alemán considerado como una de las figuras más
importantes de la tercera generación de la Escuela de Fráncfort. Es reconocido por sus reflexiones,
las cuales dirige hacia la elaboración de una teoría crítica del reconocimiento y a la reconstrucción de
la teoría crítica de la sociedad.
Si bien, el sentido original de la tradición de la Teoría Crítica hace referencia a aquella “empresa con
un enfoque interdisciplinario para hacer un diagnóstico crítico de la realidad social”, Honneth no cree
que esta deba seguir desarrollándose sin ruptura alguna, de modo que, cuando haga referencia a la
“Teoría Crítica de la sociedad” no lo hará en el sentido francfurteano original.
Teoría Crítica de la sociedad: Más que una forma de teoría que somete su objeto a crítica.
o “Aquella clase de reflexión teórica sobre la sociedad que con el programa original de la
Escuela de Fráncfort y tal vez con la tradición de la izquierda hegeliana en su conjunto
comparte una determinada forma de crítica normativa: a saber, una crítica normativa tal
que al mismo tiempo es capaz de informar sobre la instancia precientífica en que se
encuentra arraigado de modo extrateórico su propio punto de vista crítico en cuanto
interés empírico o experiencia moral
“La teoría social de la tradición de Fráncfort se distingue de todas las otras corrientes o vertientes de
la crítica social por su forma específica de crítica. Sólo después de haber hecho este recordatorio
metodológico podré comenzar a esbozar la situación en que la Teoría Crítica de la sociedad se
encuentra en la actualidad.”
“Pero la teoría no debe ya tomar esta comprobación precientífica como evidencia de que los
interesados comparten también la dirección normativa de su crítica. En este sentido ella ya no puede
concebirse -como Horkheimer todavía lo pretendía- como la mera expresión intelectual de un
proceso precedente de emancipación. Por el contrario, esta teoría de la sociedad tendrá que centrar
sus esfuerzos en la solución de un problema que Horkheimer, totalmente fascinado por una gran
ilusión, aún no pudo ver como tal: el problema de cómo debería ser una cultura moral que provee a
los interesados -los despreciados y excluidos- la fuerza individual de articular sus experiencias en el
ámbito público democrático en lugar de vivirlas en las contraculturas de la violencia” (Honneth, 2009,
p.272).