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Allá por el año de 1895, exactamente el 6 de noviembre de ese año, fue presentado
a la entonces Cámara de Diputados un proyecto de ley por los diputados Felipe de
Osma, José M. Manzanilla, Germán Leguía, M. J. Pozo, J. D. Cáceres y
Washington Ugarte, que proponía la adopción del Código de Comercio español de
1885 y la elección de una comisión que informara acerca de las reformas que fuese
necesario introducir en él.
Pero esta observación no debe causar sorpresa porque en ese año, 1895, se
encontraba vigente el Código de Comercio de 1853 que era resultado a su vez de
la incorporación del Código de Comercio español de 1829 a la normatividad
peruana.
Pero este proyecto de ley no llegó a ser ley del Estado porque en ese año (1897) se
clausuró el Congreso sin que el Senado hubiera tenido tiempo para ocuparse del
asunto. ley. El Poder Ejecutivo (exactamente el gobierno de Nicolás de Piérola)
expidió entonces un decreto el 28 de febrero de 1898 mediante el cual se nombró
a los doctores Luis Felipe Villarán y Felipe de Osma y Pardo miembros de la
comisión encargada de adaptar el Código de Comercio español de 1885 a nuestras
costumbres mercantiles, forma de gobierno y organización de los juzgados y
tribunales, disponiendo a su vez que la Cámara de Comercio de Lima agregara un
comerciante, quien unido a los dos anteriores completaría dicha comisión. Esta
comisión «trabajó asiduamente durante ocho meses».
De tal manera que lo único que en realidad hizo esta comisión a través de dicho
dictamen fue simplemente, pues, aprobar el proyecto de Código de Comercio.
Como siguiente paso dicho proyecto fue remitido a la Cámara de Senadores de ese
entonces para su correspondiente revisión y aprobación. Finalmente el Poder
Ejecutivo de ese entonces, exactamente el gobierno de Eduardo López de Romaña,
promulgó el Código de Comercio el 15 de febrero de 1902.
De tal manera que puede advertirse ahora que la falta de exposición de motivos de
dicho código, que tanto fue criticada por los parlamentarios de aquel entonces, sí
era justificada. No podía ser de otra manera, al no haber sido creación propia, sino
sólo copia.
Ahora bien, es cierto que la copia del Código de Comercio español de 1885 no fue
total, sino que algunas partes de este código de comercio no llegaron a copiarse,
como señala Carlos Torres y Torres Lara: «El nuevo Código de 1902 fue a su vez
copia del Código español de 1885, aunque con algunos cambios importantes».
MESOPOTAMIA
La localización de conchas del Mediterráneo y del mar Rojo en Rusia, así como
marfil africano en Europa, hacen presumir que la navegación, durante el
Mesolítico y el Neolítico, tuvo un importante desarrollo, como medio de transporte
destinado al comercio, lo que permite afirmar que en sus albores, el derecho
mercantil, fue, antes que nada, un derecho de la navegación.
Los emporios comerciales existe “una jurisdicción propia para los asuntos
mercantiles y así, en efecto, obtienen –los Asirios- la prerrogativa, concedida por
las autoridades locales, de poder, ellos mismos, dirimir sus pleitos aplicando sus
propias leyes y, lo que es más asombroso, con su procedimiento. Podemos ubicar
el primer mercado conocido como Karum.
LOS EGIPCIOS
LOS FENICIOS
LOS GRIEGOS
Fiducia mercantil, dejar todos los bienes en ciudades neutrales, para que fueran
administrados para ser devueltos una vez finalizado el conflicto.
El préstamo a la gruesa ventura, según el cual el Capitán de una nave, podía acudir a un
crédito, cuando se encontraba en puerto extranjero, sin tener que obtener el
consentimiento del armador o del propietario, con el objeto de repararlo o avituallarlo,
sujeto a devolución al feliz arribo de la nave a puerto.
Los griegos crean una jurisdicción especial para resolver los conflictos mercantiles, que
debía decidir de manera pronta y sumaria. Los comerciantes recurrían al arbitraje y a la
amigable composición, como una salida elegante para eludir los estrados judiciales.
La banca encuentra su antecedente remoto en los pueblos griego, iniciando su actividad
mediante el cambio de monedas y, posteriormente, otorgando préstamos a interés o con
Garantía de prenda sobre tierras, que explotaba el banquero mientras el dinero le era
devuelto.
ROMA
La actividad propia del ciudadano romano era agrícola; y a que la economía estaba basada
en la esclavitud.
Pero lo que resulta evidente es que el comercio constituyó una actividad importante
durante el Imperio, realizada por senadores, caballeros, ciudadanos, extranjeros, libertos y
hasta esclavos.
El aval y el derecho de quiebras son otras de las instituciones heredadas del derecho
romano,