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La poesía de Caracas:
Rescate historiográfico de
Jesús Sanoja Hernández
Índice Los barrios nuevos 122
Esta serie de libros digitales es el resultado del proyecto 2 En Carapita 124
Guaicaipuro 10 Frente al Ávila 126
El anauco 14 Las doce en San Francisco 130
Octava A La Muerte Del I.S.O. Francisco Ibarra, 20 Las rejas de Caracas 134
Arzobispo De Caracas 20 En Caracas 138
La ceiba de san Francisco 22 Pasando una sombra va 142
Jose María España 26 Guaicapuro 143
Nombres 28 Plaza de la misericordia 146
Balada de los ojos inolvidables 30 Nubes del amanecer sobre Caracas 148
Retablo parroquial 40 Las esquinas de Caracas en 1843 156
Viático 44 Poemas sonámbulos 160
Tríptico de las transmigraciones 50 Sin título 167
La farola 56 Caracas en el cancionero popular 172
Reloj de San Jacinto 58 El Ávila, maestro de belleza 176
Meseniana al reloj de catedral. 60 Fervor de Caracas 182
José María Vargas 64 El Samán de la Trinidad 194
El eucalipto 66 El “Frigidiario” 200
Remembranza 70 Entre España y América 204
Al año nuevo 74 ¡Viva la locha! 208
A la estatua de Bolívar 76 El frío coronado 216
El Parque Carabobo 78 Espectáculos públicos 222
Confesionario de San Francisco 82 Caracas 226
Naufragio en el closet 88 La plaza de la concordia 238
Galerón sabatino 102 Epístola a Alejandro de Humboldt 242
El limonero del señor 106 El reloj de Catedral 250
Fraternidad 116 A la ciudad 260
Expresión 117 De paisajes y retratos 290
El omnibús 120 El cardón de la beneficencia 294
“El Santo, la Parroquia y el Héroe” 299
Canto a la ciudad de todos 304
Uno 304
Dos 308
Tres 312
Cuatro 316
Ocho 322
Trece 330
Poema XI 336
Niebla 337
CARACAS 2000 338
Parasuicidio 340
Poema XXXVIII 342
El calvario 344
Que hubo Pacheco… 346
Caracas 350
Y oir también el desusado estruendo
Y los gritos que el bosque estremecían.
De los gandules que tu voz oyendo
A t acento de alarma respondían.
Ah¡ cómo me imagino estaros viendo!
…….
H Álvarez Ibarra
….
¡Guaicaipuro! Mírate aún me parece,
cuando los bravos tercios españoles
Penetran en las selvas donde crece
Tu raza, y donde en paz viera mil soles.
Como tu altuvo pecho se estremece,
Y mandando a sonar tus caracoles,
“Alas armas”! --gritar-“ Indios valientes,
Guerra, exterminio á las intrusas gentes!
Ver Palormares, Rubenangel Hurtado, etc.
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y las vegas hermosas
de la plácida Pafos,
resonarás continuo
20 con mis humildes cantos;
y cuando ya mi sombra
sobre el funesto barco
Andrés Bello visite del Erebo
los valles solitarios,
El anauco 25 en tus umbrías selvas
y retirados antros
erraré cual un día
Irrite la codicia tal vez abandonado
por rumbos ignorados la silenciosa margen
a la sonate Tetis 30 de los estigios lagos.
y bramadores austros; La turba dolorida
5 el pino que habitaba de los pueblos cercanos
del Betis fortunado evocará mis manes
las márgenes amenas con lastimero llanto;
vestidas de amaranto, 35 y ante la triste tumba,
impunemente admire de funerales ramos
10 los deliciosos campos vestida, y olorosa
del Ganges caudaloso, con perfumes indianos,
de aromas coronado. dirá llorando Filis:
Tú, verde y apacible 40 “Aquí descansa Fabio”.
ribera del Anauco, Mil veces venturoso!
15 para mí más alegre, Pero, Tú, desdichado,
que los bosques idalios por bárbaras naciones
lejos del clima patrio
14 15
45 débilmente vaciles
al peso de los años
Devoren tu cadáver
los canes saguinarios
que apacienta Caribdis
50 en sus rudos peñascos;
ni aplaque tus cenizas
con ayes lastimados
la pérfida consorte
ceñida de otros brazos
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Andrés Bello
La brisa, en tu harmonioso varillaje, - Alma venezolana, de Fernandez García y Urbaneja Achelpohl, es la revista
ya se queja, ya canta, ya murmura; criollista, cuando el género alcanza su perfección.
y eres digna del verso que fulgura, - En 1910 el gran maestro es Tolstoy; el mismo Fernandez García le dedica
y eres digna también del homenaje. un poema en AV, ese año. Asimismo, Arvelo Larriva y Arroyo Lameda. Los
paseos por Valle abajo y los aledaños, del grupo Alborada, son tolstoyanos.
Si todos te admiraran cual te admira Pero también a un rezago, tardío, de Baudelaire, que es el más o uno de los
más reproducidos en AV. Nietzche ya está afincándose: el modernismo lo re-
el alma soñadora que se embriaga coge a veces, en su aspecto de splin o de demonismo, este superficial. El más
con el color, las formas y la lira. profundo es Luis Lovera, colaborador del Cojo.
- Para encajar en el tolstotanismo: F García, en ocubre de 1910 escribe “Arra-
Fueras palio de amor, amplio y sincero, bal caraqueño”, cuento donde figura un pintor amigo (se están en víspera el
para iniciar al alma burda y vaga C e Belas Artes: pintores y literatos forman cofradía amoroso, perros y gatos
las ocultas bellezas del sendero. amaestrados). FA dice que a pesar de ser Junio no vio los jardines fantasma-
góricos ni los campos de heliotrop y e facintos, ni las maravillas aéreas.
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Jesús Sanoja Hernández
Caracas, 1911.
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Alfredo Arvelo Larriva
Nombres
30 31
Y bajé la calle por tornar a verlos, Corrieron los días, los meses, los años.
y torné a subirla por afán de ver, A mi suspirada Caracas torné.
obeso y poseso de su doble magia, Y otro azar benévolo, de súbito, un día
los ojos que saben de Cristo y Luzbel. diome a ver los ojos de Mal y de Bien.
Y desde ese día volví por la calle, Con un grato amigo, es mozo y poeta
a diversas horas, una y otra vez, y de entrambos modos tiene clara prez,
sólo por mirarlos, tal como si fueran pasaba una tarde por aquella esquina
dos gemelos ídolos, imán de mi ser. – ¡“Santa Rosalía”, sí recordé! –
y en el mismo instante pasaban los ojos,
A poco, la usencia. Por tierras lejanas, los ojos magníficos de Laura Isabel.
rudas y bravías mi vida se fue
Sonrió la dama. Mi amigo el poeta,
tejiendo aventuras de audacia y peligro,
que es también su amigo, saludó cortés.
de labor y ensueño, sola en su altivez; Ella, gentilísima, le dijo una frase
se fue como un río, rey fluvial que viola breve y donairosa que en el florecer
una selva virgen trenzando una red de sus rojos labios –rosa de sonrisa–
de aguas impetuosas corazón adentro rosa de ironía floreció también.
de la selva virgen, que en su doncellez Era reclamándole algo prometido,
salvaje y enorme, ya núbil de siglos, el ir a contarle tal cosa, no sé…
trémula esperara –cual una mujer
que intacta de amores espera a un amante – Los ojos me vieron lo mismo que antes:
la irrupción del río violador y rey. me ven impasibles si acaso me ven.
Lo mismo que antes, lo mismo que siempre:
Se alongó la ausencia. No vi más los ojos si acaso me miran es como a cualquier
de luz y de sombra, de Mal y de Bien. transeúnte anónimo que pasa entre muchos,
Pero en el santuario del íntimo culto un hombre enlutado, no se sabe quién.
a solas conmigo su imagen guardé Por eso, aunque pienso que a veces me han visto,
y ante los dos ídolos ofrendo mi alma sospecho que nunca me han llegado a ver.
oro, incienso y mirra, cual Mago fiel. Pasaron. Mi espíritu se fue tras los ojos
llenos de “¡quién sabe!”, llenos de “¡tal vez! ”...
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Corrieron los días. No vi más los ojos
hasta que, de pronto, lo he visto ayer:
los profundos ojos que más profundos
la convalecencia con su languidez.
Profundos lo mismo que lagos de cuento
donde los suicidas se dejan caer.
Lagos de leyenda, de fatal hechizo;
lagos de los ojos de Laura Isabel:
en su hondor se hunden mis sueños suicidas,
en su hondor se hunden con divina sed…
ENVIO
Perdón si el envío resulta indiscreto:
como va de incógnito, quizá no lo es.
Perdón si los versos parecen audaces:
sólo dos lectores los van a leer,
y los dos lectores guardarán silencio…
¿Verdad, ojos bíblicos de Laura Isabel?
Abril, 1925
Retablo parroquial V
Tiene sus callejuelas intrincadas, añejas.
Y cuando en la alta noche de las foscas tinieblas se despliega el
crespón
Barrio humilde que en torno publica y testimonia
evocan amoríos de antaño, los embozos
vestigios de una época ancestral.
y en el alma florecen las galantes consejas
Algo de los añejos días de la colonia
que en invisible cofre guarda la tradición.
tiene este barrio donde parece que persiste una huella mortal.
VI
II
A veces, por la tarde, cuando ya occidua alumbra
¡Oh tiempo en el que lucían en arcaicos salones
la luz crepuscular, en la plaza de Abril
blasones y vestidos y antañosas casacas!
se solaza y divierte en la blanda penumbra
Revivís en el alma históricos sucesos y antiguas tradiciones
locuaz turba infantil.
que el soñador sugieren los insignes blasones que ilustran a Cara-
VII
cas.
Año mil ochocientos veintisiete, ¡victoria!.
que a recibir al Héroe con palmas y epinicios se apercibe la gloria
III por la “Calle del Triunfo”, con los vivos laureles
Viejas casonas muestran sus fachadas pringosas que selló en cien batallas, para ceñir su heroica frente de vencedor;
donde sus arabescos dibuja en las mañanas pintorescas el sol; entre marciales músicas, bajo ricos doseles,
hay vetustas aceras de orinecidas losas; en carroza de flores y de la que tiraban dos bizarros corceles,
y patios enlajados y variedad de rosas:
por su pueblo aclamado, a la ilustre Caracas entra el Libertador!
asunto muy propicio para un lienzo español.
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VIII
En las calladas noches, el vasto firmamento
como un paludamento,
de la ciudad procera se dilata y extiende sobre el gran corazón
la luna, como un uso de lucero, devana
-silenciosa hilandera- su argentado vellón.
El noctámbulo evoca al ver la celosía de entreabiertas ventanas,
de una linda mujer la ensoñada visión,
un cita galana.
Y desmayada al soplo de la brisa nocturna suspirante canción.
IX
En el oscuro barrio bulle la algarabía de los trasnochadores.
Lejanos repercuten ruidos ignotos, secos…
Cual fantásticas vices apáganse los ecos
que la noche en clama recogen y difunden los distintos rumores.
X
Cuando como dolida por la carnal miseria, la tiniebla oportuna
de la noche, con áureas margaritas y esmaltes de reflejos de enjo-
ya,
Semeja el barrio una
aguafuerte de Goya.
Duzán, Juan. Poemas. Caracas. Talleres de Italgráfica, C.A. 1967. págs. 68-
70.-
42 43
Lleva a Cristo el señor Deán
bajo el gran paraguas rojo,
ofrenda de alguna Sojo
de almidonado fustán.
44 45
Hay, en los viejos balcones
de las casonas cerradas,
mujeres arrodilladas
y briseras con crespones.
Al romper los violines en encantado coro, Después, bajo el sol fiero, me evocó la bandera:
qué de níveas pelucas y casacones ví; los trigos reventones que amé en tu cabellera,
y tú, maravillosa de señoril decoro, y el ensueño imposible de tu mirada azul.
temblaste cuando el brazo, rendido, te ofrecí.
La farola
Caracas, 1911
Luis Churión
El eucalipto
Al Dr. Luis Gerónimo Pietri
El eucalipto,
Por sobre los tejados
Del arrabal, en el azul se hunde
Sonoramente claro.
Ni un columpio inarmónico;
Ni un toque pálido,
La victoria conutban
De su follaje heráldico.
Voces en el sendero
66 67
68
Ve el jardín, el azul; piensa y suspira;
Y por la gloria del azul que mira,
Cruza un gran vuelo blanco de palomas.
Al año nuevo
Semi-
En Caracas, la antigua ciudad española,
he cantado tus horas, oh año que terminas;
sé que una rosa vale cuatrocientas espinas
y que vela una sierpe bajo cada corola
A la estatua de Bolívar
1° diciembre de 1919
1) Dedicado a ¿la Plaza Bolívar? Historia EBN. Comparación Yépez T.
2) Son las dos últimas estrofas.
3) Picón Febres, págs.. 278 en adelante:
Es el bardo más popular después de Lozano. Creyó en Dios. Su poesía huele
a grama fresca. Tiene un canto a la Golondrina. Se compara con ella.
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filosófico parque franciscano,
por ese amable apartamiento tuyo
que es del extraño y del nativo hermano!
Ramón Sánchez
El Parque Carabobo
En yuxtaposición
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el mar desata colinas alegres, por la vaselina,
ebriedades de seno de muchacha, tan linda como ella por la crinolina,
toda firme y sensual. por la gasolina.
Eso lo sabe hasta una criatura de teta.
El juego submarino lanza con fuerza hacia arriba,
hacia los espumosos costados del velero, LA NOCHE viene hiriendo con su résped
las más extrañas imágenes el césped
los más deliberados coloquios, la noche se ha vuelto loca furiosa
las guitarras más llenas de caminos. desde que le arrastraron sus hijos a la guerra.
Pero el mar es xilófago Los japoneses mueren sin decir el secreto lascivo de la onda.
y abre y cierra interrogaciones Los japoneses fueron asesinados en alta mar
sin motivo justificable a primera vista. víctimas de la civilización.
Acúsome, Ramón,
de estar mintiendo;
acúsome
de todos los desprecios;
acúsome de bilis, de riñones
y de tumor en el cerebro.
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En el corral está sembrado
junto al muro, junto al portón,
y por encima de la tapia
hacia la calle descolgó
Andrés Eloy Blanco un gajo verde y amarillo
el limonero del Señor.
El limonero del señor
Cuentan que en Pascua lo sembrara,
Leyenda Caraqueña el año quince, un español,
En la esquinade Miracielos y cada dueño de la siembra
agoniza la tradición. de sus racimos exprimió
la limonada con azúcar
¿Qué mano avara cortaría para el día de San Simón
el limonero del Señor?
Miracielos: casuchas nuevas, Por la esquina de Miracielos,
con descrédito del color;
en su Miércoles de Dolor
antaño hubiera allí una tapia
y una arboleda y un portón. el Nazareno de San Pablo
pasaba siempre en procesión.
Calle de piedras; el reflejo
encalambrado de un farol; Y llegó al año la peste;
hacia la sombra, el aguafuerte moría el pueblo bajo el sol;
abocetada en un balcón con su cortejo de enlutados
a cuya vera se bajara, pasaba al trote algún Doctor
para hacer guiños al amor,
y en un hastazgo dilataba
el embozo de Guzmán Blanco
su puerta “Los Hijos de Dios”.
en algún lance de ocasión.
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La terapéutica era inútil; En la esquina de Miracielos
andaba el Viático al vapor hubo una breve oscilación;
y por exceso de trabajo los portadores de las andas
se abreviaba la absolución se detuvieron; Monseñor
y pasó el Domingo de Ramos el Arzobispo, alzó los ojos
y fue el Miércoles del Dolor hacia la Cruz; la cruz de Dios,
cuando, apestada y sollozante, al pasar bajo el limonero,
entre sus gajos se enredó.
la muchedumbre en oración,
desde el claustro de San Felipe
Sobre la frente del Mesías
hasta San Pablo, se agolpó. hubo un rebote de verdor
y entre sus rizos tembló el oro
Un aguacero de plegarias amarillo de la sazón.
asordó la Puerta Mayor
y el Nazareno de San Pablo De lo profundo de cortejo
salió otra vez en procesión. partió la flecha de una voz:
En el azul del empedrado -Milagro! Es bálsamo, cristianos,
regaba flores el fervor; el limonero del Señor!
banderolas en las paredes
candilejas en el balcón, Y veinte manos arrancaban
el canelón y el mariñaque la cosecha de curación
el garrasí y el quitasol; que en la esquina de Miracielos
un predominio de morado, de los cielos enviaba Dios.
de incienso y de genuflexión. Y se curaron los pestosos
-Oh, Señor Dios de los Ejércitos, bebiendo el ácido licor
la peste, aléjanos, Señor! con agua clara de Catuche,
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entre oración y oración.
Miracielos: casuchas nuevas;
la tapia desapareció
¿Qué mano avara cortaría
el limonero del Señor?
¿golpe de sordo mercachifle
o competencia del Doctor
o despecho de boticario
u ornato de la población?
Así como este mínimo paisaje Y luego, como un grande y raro fruto,
de silencio, de paz, de venturanza; fabrican su vivienda de descanso;
así como esta lírica armonía y allí viven, y sueñan, y suspiran
del Ávila; sus cánticos.
tienen tanta igualdad, tanta fraterna A) Dice que estos poemas fueron escritos en 1920 cuando tenía 26
afinidad, como sí mi pobre alma B) A la entrada del poemario: “Rien de plus cher que la chanson grise”.
que es como este mínimo paisaje Verlaine
C) ARACAURIAS, Bergamín.
D) El Calvario (Arvelo L) y Los pájaros (A. S. Calcaño)
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Abstraemos los ojos,
Por un rato no más,
Y se meten en Caracas las campiñas
O los pueblecitos foráneos,
De iglesia enmohecida
Y plaza sin limpiabotas ni billeteros.
GABALDÓN MÁRQUEZ
El omnibús Cascadas,
Verdura de largas hortalizas
Cañaverales de amarillento verdor,
Derrota del tranvía, A través de las ventanillas.
El ómnibus ha conquistado El ómnibus es un tranvía
El campo y la población. Que rompió rebeldemente
Tortuosidad en los caminos, Con el silogismo de los rieles.
Multiplica el fulgor de los paisajes.
Rapidez en la marcha,
Aproxima las suaves lejanías:
La novia que vive a veinte cuadras.
Con él estoy a la puerta de la casa.
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Luis Enrique Osorio
En Carapita
Para Socorro Bello Rodríguez
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Acoge en tu impenetrable arboleda los almos sueños mo-
ribundos que la ciudad expatria, hasta que un día ¿cuán-
do? puedan regresar, hechos carne como el verbo de Dios, a
triunfar de todos, por todos.
Esta honda inquietud ¿de dónde viene? Solo el recuerdo en la memoria queda
¿Por qué están todos mis dolores vivos? Pero el recuerdo, misterioso y santo,
es un girón de la rasgada seda
¡Ah! todo ser en la existencia tiene que surge al fin para empaparse en llanto.
algún huerto fatal de los olivos… 1909
Plaza de la misericordia
Las bombillas de los paseos se apagan de tiempo en Caracas se va mostrando cada vez más ardorosa, más con-
tiempo. En las urba-nizaciones, a intervalos pasan avecillas fusa. La entre -lazan carros y seres atropellados, gritos y
rezagadas. miradas convulsionadas por la acción*
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que los pintores alemanes aceptaban la técnica japonesa en
su dibujo, en especial en el género del humorismo (la cari-
catura, la parodia, la fantasía y la sátira), en el maravilloso
culto de la linea, el “impresionismo”, que suple en la forma,
pero no substituye el aspecto esencial, según el postulado
de Bernardo G Harros. Escritores, dibujantes y pintores si-
Pablo Rojas Guardia guieron la orientación japonesa. Los dibujantes europeos,
expertos en su profesión, adaptaron lo que el arte exótico les
Poemas sonámbulos aportaba y junto al método ensalzador de la línea considera-
ron lo plástico como un gran elemento hasta llegar a Capie-
llo. Los poetas europeos adoptaron de la poesía- japonesa lo
La poesía sintética que es ahora cuando parece que se ha esencial; y de la forma, cuando más el “hai-kai”, porque a
dado cuenta de ella cierto grupo literario de Venezuela, hace otras libertades se ha opuesto siempre el genio de los idio-
más de dos siglos que es patrimonio de las Letras japonesas, mas que tienen como matrices el latín y el griego y aun los
creación exclusiva de ios “hai-jins”, verdaderos aedas de la que se derivan del anglosajón.
juventud de su país, nuestros de la quinta esencia poética.
La epifanía del ‘‘hai-kai”, el lamoso terceto japones, pasó de En Venezuela los que observan y estudian el movimien-
un salto a Alemania, cuando ;há como tres cuartos de siglo to le las Letras universales se dieron cuenta de esas innova-
la na-ción de los crisantemos enviaba sus hijos a educarse a ciones desde aquella época, pero no le hicieron mayor caso,
los centros de la “Kultur” alemana, a la tierra de Goethe, en considerándolas en justicia como modalidades de las “mo-
cuyas Universidades e Instituitos militares aprendieron los das literarias”, entre otros el inmenso Pérez Bonalde, quien
nipones ciencia y arte occidentales (y otras cosas) asimila- sí se refirió a ellas alguna vez. Y fué por ello por lo que cuan-
das muy bien y los cuales hoy culminan en la abierta agre- do José Juan Tablada publicó en esta capital su volumen de
sión a la China y en el total desconocimiento le sus deberes “poe-mas sintéticos”, Un día. (Caracas, 1919) su primera
internacionales, conforme al Pacto Kellog. obra de esa clase, causaron admiración entre los “snobis-
tas”, por la novedad de su sintetismo más que por su esencia
Tal influencia del Japón en Alemania pasó casi de se- poética y todo el mundo se hacía lenguas del poder de “su-
guidas a Francia y liego paulatinamente a otros sectores li- gerencia” (palabra mágica considerada coro el “Abrete, Sé-
terarios de Europa, en lapso bastante largo, al mismo tiempo samo” de la nueva escuela). Luego el mismo Tablada hizo
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propaganda, en otras naciones de América, de su curiosa y intensas emociones el poeta Basho y la poetisa Shiyo, los
original “manera poé-tica” importada del Japón. En su país nombres bienamados del liróforo Tablada, puestos simbóli-
fué saludado como el animador de los artistas que en México camente como un “to-rii” (pórtico japonés) en la portada de
se orientan hacia el sol del “nuevo espíritu”. Y en una revista su antecitado libro. De tal suerte es así que para dar poder
de París, de re-nombre y trapío, el notable escritor mexicano de ‘“sugerencia” a sus versos el portalira azteca, hubo de
J. M. González de Mendoza proclamaba en correcto francés complementar su concepción con dibujitos y muñecos, con
que en Tablada su corazón estaba isócrono con el corazón letreros cursis y seudo-imitadores de la escritura ideográfica
universal y quecon la varilla de los brujos había encontrado que ya había explotado en Francia por notorio espíritu de
las grandes cofusiones subespirtuales de las inquietudes del “snobismo” el funambulesco Apollinaire. Y pasó Apollinai-
mundo”. Merced a esa propaganda de los discípulos de José re, pasó Laforgue, pasaron los poetas malditos, que fueron
Juan, no hay cosa más grande en Poesía que el sintetismo y insuperables en materia de concisión poética, como pasa
por ello se ha hecho celebre su dístico: toda moda.
“Mujeres que pasais por la Quinta Avenida, Ha pasado también en Italia el odio contra lo clásico, de
¡Tan cerca de mis ojos! ¡Tan lejos de mi vida!” Marinetti, así como los manifiestos y evangelios futuristas
lanzados por los grupos independientes en Pintura, como
En verdad es precioso, pero que no puede ser considera- el célebre firmado por Boccioni, Carrá, Russolo, Severini y
docomo la clave de un espíritu refinadísimo por su evidente Gia-como Baila.
decir de inserción integral
En Alemania ya nadie habla de vanguardismo en Lite-
Nadie vio entonces que lo que hacia Tablada en esa épo- ratura ni en las demás artes porque hay formas nuevas con
ca pudo agarrar a la lírica de este continente una forma de bases sólidas en las Bellas Letras y en las Bellas Artes, que
expresión nueva para algunos jóvenes en nuestra patria, no es fácil destruir con palabras.
pero de-jando vieja en Literatura: el “hai-kai” japonés, es En España hay tendencias modernistas en prosa y verso,
decir,legalización mínima del enunciado poético, por inter- muy lejanas de pretender sólo “sugerir”. Antes bien tienden
medio del distorsionamiento de un lenguaje de flexión tan a la concisión y a la precisión ideológica y verbal. Desde
amplio y fuerte como es el castellano, ya que el género del España misma un escritor venezolano bien “preparado”, co-
flamante verso oriental es sólo perfecto en los idiomas mo- rifeo de la vanguardia nuestra, según la agrupación, y,—si
nosilábicos como el japonés, en donde plasmaron sus más se. le estudia bien,—profundo tradicionalista, convicto de la
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verdadera orientación de las Letras castellanas, puesto que resulta un logogrifo literario. Véase, si no, cualquiera de los
lo ve palpable en el propio ambiente, aconseja el retorno al de Tablada:
clasicismo, exactamente lo mismo que aconsejaba Verdi a
los músicos innovadores de su tiempo: il ritorno a I’antico. Caballito del diablo:
Ese escritor venezolano es Fernando Paz Castillo. Clavo de vidrio
Con alas de talco.
¿Quiere eso decir que las formas y los troqueles artísti-
cos y literarios deben permanecer estancados, alineados en ¿Sugieren esos tres versos sintéticos la grácil y ágil fi-
museos arqueológicos y no sometidos a las leyes del pro- gura del Caballito del diablo? No. La visión es imprecisa, la
greso, que es depuración constante de técnica? De ningún expresión es débil y, además, ambigua, pues lo mismo pue-
modo. Antes por lo contrario, debe estimularse la creación de ser un vulgar caballito del diablo que otra libélula.
de nuevos arquetipos, de base firme, de sólida estructura, en
armonía con la índole de nuestro idioma. Del “hai-kai” japonés ha surgido toda la variedad de for-
mas de esa poesía nominada “vanguardista”. Y bien que los
Volviendo a la influencia del Japón en las Letras uni- afiliados a la agrupación, especialmente los poetas mexicanos,
versales, analicemos lo que es el “hai-kai”. ¿Qué es eso? niegan de manera rotunda que ellos imiten a los japoneses, lo
Un pequeño poema, de diecisiete silabas,—muy hábil, muy cierto es que han adaptado el procedimiento poético nipón,
ingenioso, diminuto pomo de poesía sintética,—distribuidas aunque, como lo afirma Wordsworth, imitar la Ilíada no es
en tres versos de los cuales el segundo es ¡heptasílabo y el imitar a Homero, y en ello estriba la licencia de su métrica.
primero y tercero pentasílabos y en el cual se puede, por un
esfuerzo de imaginativa, condensar a duras penas una emo-
ción, una sensación externa en nuestro idioma y casi im-
posible comprimir los motivos de un subjetivismo, el peso
equilibrado de una ideología cualquiera, las vagas inquietu-
des del mundo subconsciente. ¿Por qué? Porque el genio del
castellano, ampuloso, férreo, macizo, es un obstáculo de-
masiado fuerte,—no insalvable, (lo ha probado Juan Ramón
Jiménez)—para verificar esa operación De síntesis idiomá-
tica. iPor lo que, si el “hai-kai” no está bien estructurado, Elite. 13 de febrero 1932.- Literatura en Venezuela, influencias.
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Sin título
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lectura de los clásicos españoles y si le es posible extranje-
ros, ya se verá cómo su individualidad de poeta tendrá ma-
yor acervo con el cual expresar con agilidad y precisión sus
emociones. Bien es verdad que en un libro primigenio no se
puede pedir al autor una orientación definitiva ni sosiego ni
concep-to perfecto. Ha menester algo más que cultura cine-
matográfica y deportista.
En el camino e Caracas
mataron un pavo real,
y del buche le sacaron
la bandera federal.
Marisela se ha perdido
en el camino e Caracas:
su madre la anda buscando
con el cinco y las maracas.
En el inicio del crepúsculo matinal, el Avila es sólo di- Dentro de la vaporosidad; del ambiente, en primer está
seño de Pedro Zerpa. El esfumino de la madrugada da un dibujada a maravilla la silueta, todo esbeltez de dos gemelos
matiz borroso a su contorno y la primera emo-ción que da la chaguaramos. Empenachados caciques de la flora indígena,
línea ondulada de la Silla es la de un pai-saje impresionis- lucen su solemnidad columnas corintias, esmaltada sobre la
ta de pintor japonés del Siglo XV, ka-ino de Sansetsu o, de blancura de la neblina fuyente y cuando sus palmas son agi-
Sesson. No tiene a esa hora del transiito luminoso el relieve tadas por la ciudad del viento mañanero, se convierten en
de montaña real, sino sugiere espíritu de su naturaleza, no flabelos ios. Este árbol atlante es el representativo del tró-
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no el calumniado “bucare en flor”, que en la vesania de su sobre los hombros, de los lecheros ambulantes en vehículos
papel de paraninfo del cafeto muestra la vehemencia de su distintos. Pasa una camioneta pletórica de nardos y perfuma
parasol de fuego, indicativa de la lujuria de nuestro suelo. El de modo intenso el ambiente de la rúa. Los autobuses llenan
árbol genuinamente tropical es la palma y, a la cabeza de la el aire con el estrépito de sus bocinas.
especie, el arquetipo forestal del chaguaramo. Hay dignidad
y belleza varonil en su porte. Ya el sol ha cubierto con un polvo de oro las laderas del
Avila y comienza la sinfonía de los colores en el verde mate
Se siente la fortaleza de su estructura vegetal en su apa- de la selva, sobre la yerba rala de las estribaciones, en la
riencia de caballero acorazado de hierro en cuyo casco luce concavidad de las torrenteras y en los jardines de Galipán.
el penacho de plumas. Y el monte para el que tuvo loanzas el Libertador, añorado
por Bello en la nostalgia de su exilio, cantado en, suprema
En segundo plano, emerge el diseño de un pino de los exultación lírica por Pérez Bonalde, inmortalizado en telas
Alpes, suave pincelada puesta con maestría en esta estampa de Zarpa, de Cabré, de Alcántara, adquiere toda la energía
nipona. La gracilidad de su dibujo flota como los alucinan- de un Maestro sempiterno de Estética, con sus lecciones de
tes árboles, plenos de sutileza vertical, que se pierden en colorido infinito en la paleta de sus pintores! Antes que todo
las perspectivas de ciertos paisajes del Greco. Hay euritmia nos da el máximo dictado de Belleza, que es la conservación
perfecta en la arquitectura de sus ramas, sencilla gracia en de su unidad perenne dentro de la variedad multiforme de
sus hojas trémulas por el vapor de las neblinas, ejemplar sus aspectos.
lección objetiva de dignidad en la línea recta de su tallo.
Le ceden un tesoro
Con tupidos cafetales
sus ramos, cuyos frutos
son como granates.
Resplandores de esmeralda
tan lánguidos los sauces,
Entre cerros escondida, Fresca sombra y pomas de oro
Bajo fúlgidos celajes, Tus naranjos y bucares;
Con los rayos de la aurora
que de Oriente alegre sale, Te dan sones las corrientes,
Te dan música las aves
Te contemplo, ciudad bella, Y las flores sus perfumes
grato asilo de mis padres, Con la luz del sol que nace.
Sin rival encantadora.
como no te soñó nadie. ¡Oh ciudad! cuyos hechizos
Prestan son a mis cantares,
Tú te muestras a mis ojos Cuna egregia de varones
final trasunto de un paisaje Timbre y prez de las edades,
de esos riscos que se forman
con las nubes en los aires; No hay en tí suntuosos templos,
No hay en tí torres gigantes,
no te esmaltan con sus perlas Ni esas obras estupendas,
de los ríos, los cristales, Maravillas de las artes;
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Dios le dé tanto realce,
Mas en tí brillan ocultos Que ciudad de los portentos
Ciencia y genio, cual diamantes Las centurias te proclamen;
Que en recónditos asilos
Rayos límpidos esparcen; Y de amargas disensiones,
Sin sangrientas tempestades,
Y hay un pueblo laborioso Con sus alas diamantinas
Que en sus ímprobos afanes, De la paz te cubra el ángel!
Con el pobre desvalido
Parte el pan de sus hogares,
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y fuiste una explosión de primaveras viste pasar, viejo Samán !
al sonar los clarines Mas, ya nadie se acuerda de tí,
definitivos de Carabobo. ni de tu vida.
Pero sí te golpean el futuro:
Una sombra de pena estamos en la época de la urbanización.
te cubrió cuando viste el desfile Nuestro afán es fabricar casas
de Bolívar, el Padre, sobre terrenos arenosos,
a caballo, a orillas de barrancas,
seguido por su cuerpo de edecanes, de cinco mil por treinta mil bolívares,
rumbo al destierro que imponían casas para los nuevos ricos,
las pasiones políticas para los tontos.
y. más que nada, el miedo al Super-Hombre... ¡Toda tu vida la ha destruido un bloque
de piedra y una doble T de hierro!
Después, Páez
con un lento gobierno de zamarrerías; Por eso ya no serás más
luchas de los caciques por el mando el Samán de la Santísima Trinidad
en una confusión de ideas y de fórmulas; pues te ¡han oprimido los judíos
Pedro Carujo deponiendo al Justo... ; entre vigas de acero y adoboncitos crudos;
los Monagas cuidados por las puntas te queda
de sus lanzas llaneras, nada más que un ¡pedazo de barranca,
de la oratoria ígnea de Fermín Toro; sin agua del Catuche,
y todo ese inhumano tiroteo sin cundiamores,
del Partido Liberal, pues el progreso te echa hacia el olvido
que aún es pena en lo amargo de tu savia... y le rompe su encanto
a tu vejez que aún desafía el tiempo...
Etcétera. Todo un siglo de patria
infortunada pero propia Pero, Samán, asi, por sobre el barandal
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extiendes tu fragante ramazón
y el transeúnte atisba
la fuerza de tu vida,
la vida de tu fuerza,
encantando la inmensa tragedia de los años;
mientras le enseñas a aprender
que entre toda esta vorágine
de la post-guerra el pasado es bello,
y lo que es más terrible y verdadero:
el pasado queda...
¡Viva la locha!
No es la paparrucha supradicha
Una rucha o mentira, simple mecha;
es la locha una viuda tan mal trecha
que mi triste fracción siembra desdicha.
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Hablóle el abogado, de la Empresa
que no se quera corto cuando besa,
y el matador, por fin, vino a razones
gracias a tres o cuatro mojicones,
quitándole del rostro los acíbares
con unos tres millares de bolívares.
Ello es que la combina Manolete y Pacomio, en no ser tuvo
en un brete; estando la afición muy intrigada
con los disturbios de la temporada.
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del Eléctrico.... ¡Santo Dios!...... con currencia de niños de setenta años, a funciones del Me-
tro. Que las temperadas en Los Teques desaparecerán del
Que en la esquina de Los Angelitos encontraron un idem haz de la tierra, porque teniendo aquí buena dosis de frío, ¿a
vuelto un lío en el arroyo. qué irla a buscar a otra parte? Y en suma, que frío lo trans-
formará todo! todo!
Por más exageradas que sean estas cosas, me inclino a creer
la última, iUn angelito entumecido! natural! o mejor dicho, Ojalá se realice la profecía de los viejos. Acaso la prolonga-
divino! Por aquella cuadra pululan a millares ángeles, arcán- ción de esa temperatura atenuará un poco la agresividad de
geles, serafines. ¡Toda una corte celestial! Sólo que como algunos prójimos, y hasta ¡dé algunas prójimas, y mejorará
estamos en pleno siglo XX, divergen estos de los que nos los estragos que se suceden en estos trópicos americanos......
describe el Año Cristiano, en que «gritan, ríen, fuman, be-
ben, van a la policía, tiran de la manía al Diablo y.. las de Señores! Caracas se ha convertido en una Suiza ideal!
Caín.
Cine Candelaria
Teatro Nacional Hoy ha vuelto a anunciar la Empresa de este cine la grandiosa pe-
La película de serie “El Tres de Corazones” que en función ves- lícula de reconstrucción histórica «Napoleón», la que anunciada
pertina viene exhibiéndose en este hermoso coliseo, ha desperta- días atrás se vió obligada a suspender a causa de la lluvia.
do venda-dero interés y entusiasmo entre nuestras damas, las que
acuden cada día en mayor número a presenciar las atrevidas y Mañana empieza a exhibirse en este local la magnífica cinta de
temerarias empresas que dicha cinta ofrece. serie «El Tres de Corazones».
Los capítulos que esta tarde se exhiben ofrecen gran interés y va- Salón Sport
riedad. El jueves, a pesar del inmenso aguacero que hacía defraudar toda
esperanza de inauguración abrió, sus puertas este salón el cual se
Teatro Calcaño ha visto concurrido
Hoy a las 4 y media matinée infantil, Los Náufragos del Orenoco y
una cinta cómica. Por la noche se llevará al lienzo la proyección de
la hermosa película Pathé Color, Serie Robinne: Herida de Amor.
El que aquí puso la primera piedra correrla, y que fiera la rigurosa patria
alzó el primer andamio; el que aquí un día tendría aquí su corazón, su vasto
no supo que por esta Caracas nació un dia cuando rota se esparcía clamando la
mineral columna de los flecheros afiligranados,
arquitectura, el fuego se haría más ardiente, más torrencial
el agua, más ligero el viento y su arquería resonante. Indio puro: tu patria era esta faja nupcial, esta colmena de
abundancia. Combatiendo caíste en el preciso límite de tu
El que abrazó esta azul geometría lámina invadida Indio claro: tu patria era esta noche incon-
fundible, con sus planetarias fermentaciones, con su toldo
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seco y sus acuosas arpas doloridas. del suelo donde nace.
Defendiéndola asi, cayó tu cuerpo junto a su consumida cor- Un ojo agonizante bajo la tarde mira surgir de pronto en el
namenta. espacio, rudos pilares de esencial mamposteria: ha nacido
Caracas en el tiempo!.
Indio triste: tu patria era este rio
Por aquí, vespertinas
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como una cinta glauca,
que hoy lleva doloroso la copa de tu sangre.
irán sus calles de granito ciego.
Era tu patria este abarrancadero monumental, este plumón
de llama, este delgado pez adormedido, estos cristalizados Con rosas que la sangre de la tierra enrojeciera, crecerán
cinturones. susntuosos jardines lanceolados, y uno luna de fresco berilo
bruñirá sus muralIones verdosos, sus adustas almenas ar-
Por ellos, por su noble substancia florecida, tu morirás de- cillosas, sus coloniales armaduras tristes, los patios en que
trás de tu lamento. limpias fulguran como ardientes
Has de morir para que de tu casta mariposas de lila las blondas trinitarias; y sos arambelosas
techumbres encarnadas y sus aleros de perfil agudo y sus
ceniza brote la ciudad que canto opalescentes arquerías.
en el martirio frágil en que comienza ahora. Ciudad, como te canto: qué perpetua tu quejumbrosa forma
de pena y desconsuelo; que doloroso tu guijarro verde;
Ya el primer muro se levanta sobre
que oscura en el olvido la piedra sobre cuya
el ceniciento esmalte
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dimensión abrumada se alzó tu nacimiento. Tal como en el do fetiche de circonio?
ocaso en que brotara tu estatura de polvo, estoy mirando las
lineas de tu origen, tu creación amarga, Del ciego escombro salen mis hermanos.
Te estoy viendo en el tiempo en que del duro terrón precipi- de agria selva, de llano, de ignota cordillera
tado sube al azul, de pronto, tu granujienta cúpula de arcilla.
Velan aún, con sus intactas flechas
Para llegar, Caracas, a la tersa bandeja en que dormia mar-
móreo tu geranio, en la frontera negra de tu dolor, Caracas.
el feroz extranjero calcinó las preciosas Uno me dice: -El día que cantamos, el día de albarizos ji-
lotes, consumido fue de repente, y sobre nuestros ojos una
castas que defendían humeante cascada bajó despedazando
tu misterioso talismán, tu leve Gran hermano: en la noche natal que me has guardado vive
tu día de honda genealogía mutilada; clama
dios de rubí, tu flauta,
tu día de agria clámide colérica y su largo resuello. Más pro-
tu solemne pilón incomparable. funda
¿Dónde está tu Cacique de púrpura, tu virgen que el humo cruel de los conquistadores
marina, el hechicero terrible, la patata maternal, tu nimbra- es la luz con que llena tu corazón el tiempo
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Mas duradera que la furia inmunda
eternos se levanta
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El sonido lamentable, ¡Ah! Mira como se embriaga
Que de tu garganta sale, Esa turba sin camino,
A una sentencia equivale, Desorientada sin tino,
Que nos condena a morir; Con su vanidad pueril,
Si la voz de tu campana Mientras que de tu garganta
Es la voz de un anatema, Se desprende un anatema,
Diabólico, horrible tema, Diabólico, horrible tema,
Que nos persigue sin fin. Que la persigue sin fin.
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Tú mismo, reló gigante,
Descenderás de tu asiento
Y tu ruinoso cimiento
Te sepultará tal vez.
Sí, tú sentirás del tiempo
Las iras devastadoras
Y, si cuentas nuestras horas,
Las tuyas cuentan también.
Juan Tinoco
De paisajes y retratos
Bajo el monte, de la aldea inflorecente, Alguna vez, detrás de los mítines enfermos,
del número dígito de mi madre lavandera, una vez de amor, anclados en Caracas,
del obrero que se ahoga en los espejos. cuando nazcan los coros comuneros
Con ustedes en Caracas, con perros, y sonrisas, reconocerán la Palabra en los teléfonos,
y espejos, y protestas, y señales,
o en los periódicos, o en los telegramas.
y millones de riñones divididos
en los almuerzos y los días. De: Canto a la ciudad de todos. Caracas. Talleres de Gráfica Americana, C. A.
1967. Pp. 35-36
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¿Has visto sobre el lunes el hervor borracho del domingo
cuando cruzas las calles en tus ruedas con cornetas?
¿Has revisado el lloro de los vanidosos
cuando escrutan tu falda de bella ciudadana,
de mujer insectizada
en el temblor de la mañana que saluda?
Vladimiro Rivas Los he mirado. Y me asusto de los muros, me asusto
Canto a la ciudad de todos. por no correr con más angustia autobusera que los otros ,
cuatro por no sentir con quienes recorren las calles
con los ojos asustados, en sus jaulas de alambre
A tus pies la música de Brasil, y la lluvia, y el ocio Me asusto por no correr al galope de las sirenas
filtran la miel que faltaba a las ciudades. de esta ciudad que me aprieta y acobarda.
Sin embargo me asusto. Ahí, más allá de las persianas
los zapatos se entusiasman y se embriagan, Me quedo contigo y la música, y el ocio,
corren el vendedor de periódicos y e limpiabotas de alumi- sin la ciudad y sus fotógrafos de sombras.
nio, Contigo y la música de Brasil, sin antesalas,
corren las secretarias asustadas, los autobuses corren sin infartos, sin cuotas quincenales, sin despertadores.
dentro de las calles de nadie y de los que esperan,
corren cascadas grises, todos corren… No es posible salir de esta rendija de sueños,
de travesuras sin cortinas,
Repito, Mariemma que cuando viajemos a los arco-iris de esta brusca estación entusiasmada.
los abanicos florecerán en las muselinas, No deseo navegar en las aceras de Caracas
los telares desenredarán el calor de la mano que trabaja la del río acomplejado,
y nosotros entraremos en el alba que se anuncia. la del Guaire acicalado con cáncer y sortijas.
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¡Amo a la ciudad! Sabemos que la amo en sus pestañas
y que en su vientre resumo el dolor del que se siente solo!
Amo a la ciudad, y la busco en sus vacas numeradas,
en sus cicatrices y sus cuentos enlutados,
en sus costureros de ayer
con sus amos de fábricas remotas.
Busco el amor de los hombres, la ilusión de los niños
sobre la luz de los puentes.
y no es verdad que en las casas de nadie los encuentre,
o los presienta en los rojos vecindarios,
o los palpe en las almohadas, en los suburbios o en los par-
ques,
o en los inmigrantes, o en las blusas compañeras.
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Las enfermeras del cabaret clandestino el viaje de regreso a la estación que espera,
y la soledad de los enfermos tienen a veces el vuelo de la aurora al hospital enfermo?
iguales dimensiones. ¿Por qué no encienden la oración sobre el rutero
La muerte en los hospitales de tropa que al final esperó lo que no llega?
no se exhibe con smoking a las doce de la noche
Cuando diga que respiro el dolor Cuando alguien muere solo, y cuando la soledad
por la herida que más duele, de las ciudades se pudre de hospitales,
entenderán que fue Jorge quién murió sin abanicos, comienza entonces la Ciudad a mostrarnos sus milagros
sin dedos en los ojos, sin regalos con el dolor de cabeza que nos duele…
en un hospital resplandeciente de Caracas
entre dos millones de narices,
y sin embargo en Caracas, en medio de los hombres!
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Me dediqué a los dados, al ron, a los tabacos,
a las comadres, al bochinche de las calles
que amo y que detesto en las tijeras.
Poema XI Niebla
DE: LIRICA HISPANA N° 293. Caracas. Editorial Sucre. 1967.- págs. 23.- DE: LIRICA HISPANA N° 293. Caracas. Editorial Sucre. 1967.- págs. 30
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Juan Martin Echeverría
CARACAS 2000
DE: LIRICA HISPANA N° 293. Caracas. Editorial Sucre. 1967.- págs. 31.-
338 339
Juan Martin Echeverría
Parasuicidio
Walter 38
Un dedo sobre el gatillo
Y un disparo abandonado
DE: LIRICA HISPANA N° 293. Caracas. Editorial Sucre. 1967.- págs. 36.
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Juan Martin Echeverría
Poema XXXVIII
dame un pan
una rosa
media sonrisa
algo
El calvario
Caracas
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