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WALTER BRUGGER, S. I.

D IC C IO N A R IO
DE FILOSOFÍA
Redactado con la colaboración de los profesores
del Colegio Berchmans de Pullach (Munich)
y de otros profesores

T r a d u c c ió n po r

JOSÉ MARÍA VÉLEZ CANTARELL


Licenciado en Filosofía

BARCELONA
EDITORIAL HERDER
1969
La versión española se ha hecho so b re la 6.“ edición del Philosophisches
IVürterbuch de W a l t e r B r u g g e r , S. I„ pub licad o en 1957 po r V erlag
H erder & Co.. de F rib u rg o de Brisgovia (A lem ania)

Primera edición 1953


Sexta edición 1969

N ih i l o bsta t: El C ensor, D r. J u a n A. V e n t o s a , P bro.

I m p r ím a s e . B arcelona, 31 de agosto d e 1957

f G r e g o r io , A rzobispo-O bispo de B arcelona

P o r m an d ato de su Excia. Revm a.,


A l eja n d r o P e c h , P b ro ., C anciller-Secretario

'fS, Editorial Herder, Barcelona 1958

N.® Rgto. 3869*60

E s PROPIEDAD P r in t e d in S p a in

Reproducción Offset: G ka fesa , Ñ ipóles, 249 - Barcelona D epósito Legal: B. 1057-1958


ÍNDICE GENERAL
PAga.

Del prologo a la prim era edición española............................................. 7


Prólogo a la prim era edición o rig in a l...................................................... 7
Prólogo a la quinta edición original.......................................................... 9
C o la b o ra d o re s................................................................................................... 10
O bservaciones..................................................................................................... 11
N ota del traductor a la segunda edición esp añ o la................................ 11
Vocabulario ideológico.................................................................................... 13
A rtículos............................................................................................................... 37
Hsquema de historia de la filosofía............................................................ 503
Filosofía orienta]
India ....................................................................................................... 505
C h i n a ...................................................................................................... 509
T a p ó n ...................................................................................................... 511
Filosofía occidental
Filosofía a n tig u a .................................................................................. 513
Filosofía antigua cristiana y filosofía m e d iev a l.......................... 523
Filosofía m o d e rn a ................................................................................ 542
índice histórico.................................................................................................. 603
DEL PRÓLOGO A LA PRIMERA EDICIÓN ESPAÑOLA
E sta preciosa obra, sobre el m érito de ser u n a quintaesencia de riquí­
simo contenido filosófico, tiene tam bién otros m uchos. N o los mencionaré
todos, pero rogaría al lector que tuviera presentes dos, que le dan un
realce singular.
A nte todo la inform ación abundante y exacta, tanto de la filosofía
postkantiana, com o de la filosofía escolástica, ta n to de la antigua y me­
dieval, com o de la m oderna. H ay diccionarios que inform an con exactitud
sobre el contenido de sistemas filosóficos del siglo pasado y del actual.
Tam bién podría encontrarse alguno que p o r lo menos parcialm ente
inform ase del contenido de la filosofía escolástica. Pero un diccionario
que, com o éste, sepa herm anar las dos cosas, es a la vez sum am ente apre-
ciable y poco frecuente.
O tro m érito, y no pequeño, de la ob ra lo constituye el criterio seguro
con que h a sido escrita. C ad a día nos es m ás preciso huir de libros super­
ficiales; es absolutam ente necesario volver a la solidez sistemática, la
que resiste la acción dem oledora y pasajera de m odas, y, en cambio, fija
sillares que permanecen a través de los siglos com o fundam ento que
sobrellevará futuros edificios.
Finalm ente, entre los com plem entos que lo enriquecen no puede
olvidarse la bibliografía, breve pero m uy bien escogida, y el interesante
esquem a de la historia de la filosofía, añadido al final.

J u a n R o ig G ir o n e l l a , S. I.

PRÓLOGO A LA PRIMERA EDICIÓN ORIGINAL


D esde hacía tiem po se dejaba sentir la necesidad de u n diccionario
de filosofía que exam inara los problem as planteados po r el pensam iento
filosófico m oderno y la época actual a la luz de aquella tradición occi­
dental que culm ina en los nom bres de Platón, Aristóteles, San A gustín
y Santo Tom ás de A quino. N o había un diccionario de esta naturaleza.
Los existentes eran grandes diccionarios, al m odo del de Eisler, que, com o
obra de consulta, presta valiosísimos servicios al especialista, pero que,
dada la abundancia de sus datos, apenas cuenta p ara quien n o lo es, o eran
obras que, com o la de H . Schmidt, defienden en m uchas cuestiones u n
punto d e vista opuesto at cristiano. E n cam bio, los diccionarios inspira­
dos en u n a concepción cristiana del universo tenían, de acuerdo con su
finalidad práctica, ta n reducidas dimensiones, que la introducción a un
conocim iento filosófico m ás profundo caía fuera de sus límites.
Para satisfacer la necesidad antedicha, el doctor R o b ert Scherer, de
la casa editorial H erder, planeó ya po r los años de 1930 la edición de un
diccionario de filosofía. A fines de 1937 se nos confió la dirección de
la misma. En m ayo de 1939 estaban ta n adelantados los trabajos pre­
paratorios, que pudo procederse a enviar a los colaboradores la indicación
de los artículos que a cada uno correspondían. Estalló entonces la gue­
rra paralizando por el m om ento la labor. Paulatinam ente fué posible
ponerla de nuevo en m archa y, en la m edida en que se logró superar los
obstáculos derivados de las circunstancias, la redacción del original había
term inado al acabar el conflicto.
El m om ento en. que la obra aparece no es indiferente p ara la misión
que tiene asignada. Estam os viviendo las horas más som brías de la his­
toria de nuestra patria. A pesar de ello, confiamos en que sean horas
precursoras de un nuevo amanecer, de una nueva luz. ¡Ojalá nos deparen
un conocim iento m ás profundo de los verdaderos valores de nuestro
pueblo y de las bases auténticas de la existencia hum ana! E n este aspecto
será de la m áxim a trascendencia que el hom bre posea un a recta con­
cepción de si mismo y de su posición en la realidad.
A brigamos la esperanza de que el Diccionario de Filosofía contri­
buirá p o r su parte a iniciar y preparar u n a sana reorganización de la
vida. N o pretende ofrecer erudición, sino form ación de la inteligencia.
N o tratam os de explicar vocablos que quizá se usan sólo raras veces,
ni de reem plazar una enciclopedia o un diccionario de voces extran­
jeras, sino de presentar en su conexión real los conceptos filosóficos que
han pasado a la tradición de Occidente y continúan vivos en el filosofar
de hoy. P or eso pareció obligado n o proceder de m anera atom izada de­
dicando a todo vocablo un articulo independiente, sino tener en cuenta
el hecho de que en filosofía lo que im porta sobre todo es el conjunto del
pensam iento. M uchas cosas que insertas en sus enlaces reales se com ­
prenden sin larga explicación, serian incomprensibles tratadas p o r sepa­
rado. E l vocabulario ideológico posibilitará el hallazgo rápido de los
térm inos buscados sin hacer superfluo el estudio de los artículos en que
se encuentran. Supuesta, desde luego, en el lector cierta sensibilidad
intelectual, el diccionario intenta conducir a aquella actividad que se
llam a filosofar no sólo tratando m aterias filosóficas, sino esforzándose
po r presentarlas m ediante el ejercicio vivo y presente de dicha actividad.
D e ahi que renuncie a ser una m era com pilación de textos de la historia
de la filosofía y se proponga aclarar con el pensam iento propio el sig­
nificado histórico de los contenidos filosóficos.
El director se sien te obligado a dar las gracias a quienes h an colabo­
rad o en la realización de la obra, especialmente al claustro de profesores
del Colegio Berchm ans de Pullach (M unich), y entre ellos, de m anera
particular, a los P adres J. B. L otz y J. de Vries, que, tan to en el plantea­
miento com o en 1a redacción final, h an estado infatigablem ente a su lado
y tienen parte no pequeña en los últim os toques de la obra. A gradezco
tam bién desde este lugar a la señorita M. Zópfl su concurso en la pre­
paración de los índices y corrección de pruebas.

W a l t e r B r u g g e r , S. I.
M unich, 10 d e m ayo de 1945.
PRÓLOGO A LA QUINTA EDICIÓN ORIGINAL
H an encontrado una acogida tan laudatoria, lo mismo en A lem ania
que en el extranjero, las anteriores ediciones del D iccionario, que no ha
sido preciso modificar sustancialm ente su disposición n i la m ayor parte
de su contenido. A gradecem os, no obstante, los deseos y sugerencias
m anifestados en las reseñas, y, dentro de lo posible, hemos procurado
tenerlos presentes en la preparación de ésta.
A nte to d o se han incorporado al texto las correcciones y adiciones
añadidas en el apéndice a las ediciones tercera y cuarta. H em os corre­
gido, además, m uchos pasajes con la doble finalidad de destacar el pen­
sam iento en form a todavía m ás nítida y m enos expuesta a falsas inter­
pretaciones, y de rectificar eventuales inexactitudes. Principalm ente se
han com pletado y puesto al día las indicaciones bibliográficas que acom ­
pañan a cada artículo, prestando a la bibliografía extranjera m ayor aten­
ción de la que pudim os prestarle durante la guerra y la postguerra inm e­
diata, pero ello en la m edida que h a parecido conveniente, suponiendo
un público predom inantem ente alem án. Respecto a la ordenación de la
bibliografía, véanse las «Observaciones».
Se han vuelto a redactar por entero o en gran parte de su texto u n a
serie de artículos cuya enum eración resultaría prolija. E sta edición con­
tiene los siguientes artículos totalm ente nuevos: Epiqueya, Especulación,
É tica de la situación, M aterialism o dialéctico, Ontotógico (Argum ento),
Sensibilidad, Soberanía, Social (Problem a), Socialismo, Socialización,
Subsidíariedad (Principio de). Advertim os u n a vez m ás que no a todos
los conceptos que pueden buscarse (y se tratan en la obra) corresponde
un artículo. P ara encontrarlos con seguridad consúltese et vocabulario
ideológico colpcado ai principio del libro.
En el esquema de la historia de la filosofía se han som etido integra­
m ente a nueva redacción las secciones dedicadas a las filosofías francesa,
italiana, inglesa, norteam ericana, española y rusa. T an to el vocabulario
ideológico com o el índice histórico han sido adaptados a las modificacio­
nes del texto, am pliándose dicho índice hasta señalar, en cuanto cabe,
todos los artículos en que se hace m ención de un autor.
Expresamos aquí nuestra m ás sincera gratitud a los colaboradores
que han contribuido a llevar a cabo la refundición de la obra y a los alum ­
nos del Colegio Berchm ans que han cooperado a la corrección de p rue­
bas. La m uerte nos ha arrebatado en estos años a nuestros colegas K arl
F rank, Josef Frobes y Jakob Gemmel, y últim am ente a Joh. Schuster.
Se nos han unido en calidad de nuevos colaboradores H einrích Falíc,
A dolf H aas y G eorg T rapp. A lbert H artm ann (de F rancfort del M ain)
ha tenido la am abilidad de com pletar la bibliografía d élo s artículos es­
critos por Joh. Schuster.

W. B.

P u llach , 2 d e enero de 19S3.


COLABORADORES
B o l k o v a c , Paul, H am burgo
B r u g g e r , W alter, Pullach (M unich).
F a l k , H einrich, Pullach (M unich),
t F r a n k , K arl.
t F r O b e s , Josef.
t G e m m e l , .Takob.
H a a s , A dolf, P u l l a c h (M unich).
J u n k , N ikolaus, F rancfort del M ain.
K l e i n h a p p l , Johannes, Viena.
L o t z , Johannes B., R om a y Pullach (Munich).
N a u m a n n , V iktor, Innsbruck.
N e l l - B r e u n i n o , Oswald v o n , F rancfort del Main,
R a s t , M aximilian, Lucerna (Suiza).
S a n teler, Jo sef, In n sb ru c k .
S c h r í Jt e l e r , Josef, M ónchen-Gladbach.
f S c h u s t e r , Johannes.
S t e e l e , D om hnall, A., N ueva York.
T r a p p , G eorg, Pullach (Munich).
V r ie s , Josef de, Pullach (Munich).
W i l l w o l l , Alexander, Bad Schónbrunn (Zug, Suiza).
OBSERVACIONES
E l Diccionario consta esencialm ente de los artículos y del esquema
de la historia de la filosofía. Puesto que n o todos los conceptos se tratan
en un articulo independiente, pero siem pre se abordan en su conexión
real, precede al texto u n vocabulario ideológico. Prim ero se buscan los
vocablos en él. C uando están im presos en negrilla, su explicación se hace
en artículos independientes bajo el mismo título; de no ser así, la palabra
escrita después de los dos puntos rem ite al artículo en que se trata el con­
cepto, ya en u n a definición, ya en u n a relación que perm ite com prender
su sentido exacto. Si el concepto se encuentra en varios lugares, el de
im portancia fundam ental va impreso en bastardilla. Los núm eros colo­
cados entre corchetes [ ] , rem iten al citado esquem a de historia de la
filosofía.
L a bibliografía que acom paña a casi todos los artículos p ara facilitar
un estudio m ás am plio, se ha distribuido en los grupos siguientes: a) textos
clásicos; b) bibliografía según la orientación del artículo; c) otras concep­
ciones; d) historia del problem a o concepto; e) obras p ara u na prim era
iniciación. Sin em bargo, no siempre están representados todos los grupos.
Si el lector desea inform ación sobre filósofos (época, dirección filo­
sófica, obras, doctrina), lo m ejor es que consulte ante todo el índice colo­
cado después *del esquema histórico. Los núm eros que siguen al nom bre
rem iten a la num eración correlativa del m argen izquierdo de dicho es­
quem a, y los títulos, a los artículos en que se m encionan la dirección
o doctrinas del au to r o filósofo en cuestión.
Los artículos, están de ordinario, redactados de m anera que sea p o ­
sible u n prim er conocim iento del tem a sin consultar los dem ás artículos
que son objeto de referencias. Las referencias señaladas con -»■ sirven
p ara profundizar en el asunto, y hacen posible u n estudio sistemático
del Diccionario.

N O TA DEL TRADUCTOR A LA SEGUNDA EDICIÓN


ESPAÑOLA
E sta segunda edición h a sido preparada sobre la quinta edición ale­
m an a, cuyas notables modificaciones respecto a las anteriores quedan
indicadas en el prólogo correspondiente. H em os procurado ad ap tar lo
m ás posible la traducción al vocabulario filosófico español. D icha adap­
tación h a exigido retocar levemente el nom enclátor y acoplar total o p ar­
cialm ente el texto de algunos artículos. E l mismo m otivo h a obligado
u refundir por entero el intitulado «Fin», labor que ha realizado su autor,
el P. J. de Vries, a quien p o r ello expresamos aquí nuestro reconocim iento.
Hemos am pliado bastante la bibliografía añadida a la prim era edición,
y la hemos clasificado según el criterio seguido po r los autores sin darle
mayor extensión de la que parece aconsejar su carácter de simple com ple­
mento destinado a acrecentar la utilidad de la obra p ara los lectores de
lengua española. Estas adiciones bibliográficas van entre corchetes, f j.
En el esquema de historia de la filosofía se han incluido nuevos datos
q u ; com pletan los agregados a la edición an terio r; a todos ellris prece­
den dos asteriscos (**V
J. M.* V. C.
VOCABULARIO IDEOLÓGICO
N oto. — Si no se indica o trs cosa, los términos compuestos de adjetivo > substantivo están
tratados en eJ articulo encabezado con el substantivo. Asi, p o r ejemplo, el término Acto ¡imitado
se trata en Acto, Asirafetro, los térm inos integrados p o r varios substantivos han de buscarse
en el artículo dedicado al concepto más im portante; por ejemplo: Estrechez de la conciencia, en
Conciencia .

A : Silogismo categórico A ctus secundi: Inconsciente


A posteriori A daequatio intellectus et reí: Ver­
A priori dad
A brogación: Ley A doración: Religión
Absoluto A dulterio: M atrim onio
A bsoluto, E l: A bsoluto A dvaita: V edanta (Filosofía del)
A bsorción (Hegel): Idealism o ale­ A evum : E ternidad
m án A fán de g loria: H onra
Abstracción A fección: Criticismo
A bstracto A fectado (Ser) de los sentidos:
A bstracto (en Hegel): Concreto Criticismo
A bsurdo: Sentido A fecto : Sentimiento
A cadem ia: Platonism o A finidad Social: Psicología social
A ccidental: Predicables A firm ación: Juicio
Accidente A gere sequitur esse: Acción
Acción (como opuesto a pasión): Agnosticismo
Pasión A gradable (L o): Bien
Acción a distancia: C ausalidad n a ­ A grario (Problem a): Social (Pro­
tural blema)
Acción reciproca A gregado (físico): Cuerpo (social),
Acción recíproca (psicol.): A lm a y Psicología social
C uerpo (Relación entre) Agustinismo
A ctio imm anens, transiens: V ida A legoría: Sím bolo
A ctividad: A cción A legría: Placer, Virtud
A ctivism o: V irtud A lgo: Cosa
Acto Alma
A cto (Conciencia del): Conciencia Alma (Facultades del)
A cto religioso: Religión (Psicología A lm a (neop lató n ica): N eoplato­
de la) nism o
Actos perfectos: Inconsciente A lm a (Partes del): A lm a (Faculta­
A ctualidad p u ra: D ios des del)
A ctualism o: A lm a A lm a anim al: Animal
A ctualitas: R ealidad Alma del mundo (tam bién: P an­
A ctus purus: D ios teísmo)
A lm a espiritual: Espíritu A petitiva sensitiva (Facultad): Sen­
A lm a vegetativa: A lm a, Vegetal sibilidad
Alma y cuerpo (Relación entre) Apetito
Alógico: Logos, Irracional ’Anoxtnáoxaov; [38]
A ltruism o: A m or A porfas: Problem a
A lucinación: Representación, Ilu­ A podícticos (Juicios): M odalidad
sión A ppetitus, appetitus elicitus, na-
A m idism o: [20] turae: Apetito
Amor A prehensión: Percepción
A m o r: Pasión, V oluntad; (en D io s): A rbor porphyriana: Categorías
D ios (V oluntad de) A rgum entum ad hom inem : D em os­
Amor a si mismo tración
A m or platónico: Platonism o Aristotelismo
A m oralism o: Ética A rm onía preestablecida: A lm a y
Análisis cuerpo (Relación entre) en Leib-
Análisis causal: Finalidad niz, M ónada
A nalítica trascendental: Criticismo A rquetipo: Id ea; (como causa):
A nalítico: Análisis Causa
A nalogado: A nalogía A rquetipos: Inconsciente
Analogía A rracional: Irracional
A nalogía (Raciocinio por): Racio­ A rrepentim iento: Conciencia
cinio Arte
'Aváfivr¡ov;: Platonism o A rte: V irtud
A narquism o: L ibertad A rte (Filosofía del): Estética
Ancilla theologiae: Teología, Esco­ Ascensión (Teorías de la): H istoria
lástica (Filosofía de la)
Anfibología: M entira Aseitas: D ios
Angustia: Sentim iento, Existencial Asentimiento
(Filosofía) Asertóricos (Juicios): M odalidad
Animal Asimilación: Conocim iento
A nim atism o: Religión Asimilación (intencional): Conoci­
A nim ism o: Religión miento
A niquilación del m u n d o : C rea­ Asociación
ción Asociacionismo: Asociación
Antinomias A strología: Acción recíproca
Antinom ism o: Libertad 'Araoa^la: Epicureism o, [48]
A ntipatía: A m or Ateísmo
A ntítesis: Idealismo alemán Atención
A ntitética: A ntinom ias A tm an: V edanta (Filosofía del), [1]
Antropología Atomismo
A ntropologism o: A ntropología, Psi- Á tom o: Atomismo, Cuerpo, [32]
cologismo A tracción: Causalidad n atural
A ntropom orfism o: D ios (Idea de) A tributo: P ropiedad: (Espinosa):
A ntroposofía: Teosofía Espinosismo
A pariciones: Espiritismo A udacia: Virtudes Cardinales
«A partam iento»: [114] A utarquía: Pueblo
'AneiQov: Infinito A utenticidad (híst.): Certeza histó­
A percepción: Percepción rica
Apercepción trascendental: Criti­ A utom atism o: Animal
cismo A utom ovim iento: Vida
Autonomía Caracterología
A utonom ía adm inistrativa: Subsi- C arencia de pasiones: V irtud
diariedad (Principio) C aritas sociaíis: Ética social
Autoridad Cartesianismo
Averroísmo (lat.): V erdad (D oble) C astidad: Virtudes cardinales,
A verroísm o: Concepto (Form ación Cuerpo (hum ano)
del) C astigo: R etribución
A xiología: Valores (Filosofía de los) C astración: Suicidio
Axiom as: Principios del'conocimien­ C asualism o: A zar
to, Sistema Casuística: Conciencia
Azar C ategoría (en K an t): Criticismo
C ategorial: Categorías
Badén (Escuela de): N eokantism o Categorías
Behaviorism o: Psicología Categóricos (Silogism os): Silogis­
Belleza m o categórico
Beneficios: Propiedad Causa
Bhakti: [13] C ausa ejem plar: Idea
Bien Causa instrumental
Bien común C ausa parcial: C ausa instrum ental
Bien com ún (A m or al): Ética social C ausa principal: C ausa instrum en­
Bien suprem o: Felicidad tal
Bienes Causa suficiente: C ausalidad (Prin­
Bilocación cipio de)
Biología: Organismo Causa sui: D ios
Bíologismo Causalidad
Bios: Biologismo, Logos Causalidad (Concepción física de
Bizarría: H onra la): C ausalidad (Ley de)
Bonitas: V alor Causalidad (Ley de)
Bonum : Valor* C ausalidad de la naturaleza, de la
Bonum delectabile, honestum , uti- libertad (K ant): A ntinom ias
le: Bien Causalidad (Principio de)
Uonum p er se: Bien Causalidad natural
B rahm án: V edanta (Filosofía del), Causas ocasionales: Ocasionalismo
[1] Celibato: M atrim onio
Budismo Certeza
Certeza histórica
C alum nia: H onra Ciclo (Teorías del): H istoria (Filo­
Cambio sofía de la)
Cambios substanciales: H ilemor- Ciclotim ico: Caracterología
fismo Ciencia
Cunon: Idea Ciencia (Crisis de la): Ciencia (Teo­
Cantidad ría de la)
Caos: Logos Ciencia (Posibilidad y división):
C apacidad para con tratar: D ere­ Ciencia (T eoría de la)
cho Ciencia (Teoría de la)
Curócter: Caracterología Ciencia (Teoría de la) (Fichte):
Curácter em pírico: Criticismo Idealism o alem án
Carácter-herencia: Caracterología Ciencia de visión: Omnisciencia
C arácter inteligible, em pírico: Cri­ Ciencia deductiva: R acional
ticismo Ciencia fundam ental: Metafísica
Ciencia inedia: Molinismo, Pres­ Cognoscitiva (Form a): F orm a
ciencia divina Coincidentia oppositorum : D ialéc­
Ciencia natural tica, Dios (Idea de) [133]
Ciencia racional: Racional Colectivismo
Ciencia reductiva: Racional Colectivo: Colectivismo
Ciencia sin presupuestos: Presu­ Colisión de deberes: Conciencia
puesto Com binación quím ica: Cuerpo
Ciencias (Clasificación de las): C om m on sense: Fideísmo
Ciencia (Teoría de la) Com o-si (Filosofía del): Ilusión
Ciencias (Especialización de las): Com pasión: A m or
Ciencia Complejo
Ciencias de la cultura: Ciencias del Com posición: Simplicidad
espíritu Comprender
Ciencias del espíritu Comunidad
Ciencias del espíritu (M étodo): C om unidad política: Estado
Com prender C om unism o: Propiedad, M ateria­
Ciencias em píricas: Ciencia (Teoría lismo dialéctico
de la) Concepción del universo
C ien c ias e s p e c u la tiv a s : C ien c ia Concepto
(Teoría de la) Concepto (Existencia del): Concepto
Ciencias exactas: Ciencia (Teoría (Form ación del)
de la) Concepto (Formación del)
Ciencias naturales exactas: Cien­ Concepto análogo: Concepto
cias naturales Concepto colectivo: Concepto uni­
Ciencias norm ativas: Ciencia (Teo­ versal
ría de la) Concepto esencial: Concepto uni­
Ciencias particulares: Ciencia (Teo­ versal; Esencia (Conocimiento
ría de la) de la)
Ciencias prácticas: Ciencia (Teoría Concepto individual: Individuo
de la) Concepto-límite: Criticismo
Cientism o: Ciencia Concepto suprem o: Categorías
Círculo vicioso: Sofismas Concepto universal
Circunscriptiva (Presencia): Espa­ Conceptos de reflexión: Reflexión
cio Conceptos de la razón (K ant):
Circunstancias (en ética): M orali­ Criticismo
dad Conceptos fundam entales: C atego­
Civilización: C ultura rías
Clarividencia: Ocultismo Conceptos inferiores: Categorías
Clase (lóg.): División Conceptos prim itivos: Concepto
Clase to tal: División (Form ación del)
Clases (Lucha de): M aterialismo Conceptos primitivos ^lógic.): Ca­
dialéctico tegorías; (psicológ,): Concepto
Clases parciales: División (Form ación del)
Clases profesionales: C ultura (Filo­ Conceptos puros del entendim iento
sofía de la) (K ant): Criticismo
Clasificación: División Conceptos universales reflejos: P re­
Clemencia: Virtudes cardinales dicables
Coacción Conceptos vacíos (K a n t): C riti­
Coexistencia: Tiem po cismo
C ognitio: Conocimiento Conceptualismo
Conciencia Conocim iento adecuado: Verdad
C onciencia (Form ación d e l a ) : C on­ Conocim iento com prehensivo: Om­
ciencia m oral nisciencia
C o n c ie n c ia ( S e g u n d a ): I n c o n s ­ Conocim iento divino (M edio del):
ciente Omnisciencia
Conciencia en general Conocim iento inadecuado: V erdad
Conciencia moral Conocim iento p u ro : Criticismo
Conciencia m o ral: M oralidad Conocimiento sensorial
Conciencia p u ra: Conciencia en ge­ Co-principios: Principios del ser
neral, Fenomenología Consciencialism o: Idealismo
Conciencia T efleja: Reflexión Conscientia: Conciencia
C onclusión: Raciocinio Consecuencia: Raciocinio
Concreto Conservación del m undo: Creación
C oncupiscencia: M al m oral Consigna: E rro r
Concurso sim ultáneo: D ios (C on­ C onstancia: V irtudes cardinales
curso de) C onstancia (Teorías de la): H isto­
Condición necesaria: C ausa ria (Filosofía de la)
C ondicionado: Relativo C onstancia cultural: C ultura (Fi­
Condicional (Juicio): Juicio losofía de la)
C ondicional (Proposición): Juicio C onstancia de la naturaleza: C au­
hipotético salidad natu ral
C ondicional (Silogism o): Silogismo C ontacto: Espacio
hipotético C ontem plación: Mística
C o n fig u ra c ió n a n im a l, v e g e ta l, C ontiguo: C antidad
abierta, cerrada: Vegetal Contingencia
Configuración cerrada: A nim al Contingencia (Prueba de la): D ios
Confucianismo (Pruebas de la existencia de)
Conjunción: Juicio hipotético C ontinuo: C antidad
C onjunto: N úm ero Contradicción (Principio de)
Conocimiento C ontrario a la ra z ó n : Suprarracional
Conocim iento (com o pensar váli­ C ontrato m atrim onial: M atrim onio
do): G noseología C onvenio: Ley m oral
Conocim iento (Criterio de): Cono­ Convergencia (Raciocinio p o r): R a ­
cim iento (Fuente de) ciocinio
Conocim iento (C rítica del): G n o ­ Conversio ad phantasm ata: In tu i­
seología ción, Entendimiento
Conocimiento (Fuente del) Convicción: Certeza
Conocim iento (Límites del): G no­ C ópula: Asentimiento, Juicio
seología Corrección (Fin del castigo): R e­
Conocim iento (M edio de): (subj.): tribución
C onocim iento; (obj.): Conoci­ C orrelativo: Relativo
m iento (Fuente de), Evidencia C orruptio: H ilemorfísmo
C o n o c im ie n to (M e ta fís ic a d el): Cosa
G noseología, Conocim iento Cosa en si
C onocim iento (Principio del): P rin­ Cosm o-orgánica (Hipótesis): F ina­
cipios del conocim iento lidad
Conocim iento (Teoría del): G no­ Cosmología: Filosofía natural
seología Cosmológica (Prueba... de la exis­
C onocim iento (V erdad del): Ver­ tencia de D ios): D ios (Pruebas
dad de la existencia de)

2 BRUCGEB
Cosm os: Logos, Mundo, O rden D em onstratio p ropter quid: D e­
C ostum bre: M oralidad m ostración
Creación Demostración
Crecim iento: Evolución Demostración indirecta
Credibilidad, M otivos de credibi­ D epresión: Enferm edad m ental
lidad: Certeza histórica Derecho
Crisis de fundam entos: Ciencia D erecho (Filosofía del): D erecho
(Teoría de la) Derecho internacional
Cristiana (Filosofía) D erecho internacional p riv ad o : D e­
Criteriología: Gnoseologia recho internacional
C rítica de la época: C ultura (Filo­ D erecho m undial: D erecho inter­
sofía de la) nacional
C rítica de la razón p u ra: Criticis­ Derecho natural
mo D erecho positivo: D erecho natu ­
Criticismo ral
Cruzam iento: H erencia D erechos fundam entales del hom ­
Cualidad bre: H om bre
Cualidades sensoriales D erogación: Ley
«C uatro verdades» (budistas): Bu­ Descendencia (Teoría de la): Evo­
dismo lucionismo
Cuerpo D escom posición: Análisis
Culpa D eshonestidad: Cuerpo
C ulto: Religión D esintegrado: Integración
C ultura D estin o : Providencia
C ultura (Crítica de la): C ultura D estino del hom bre: Felicidad
(Filosofía de la) D eterm inante: Propiedad
Cultura (Filosofía de la) D eterm inativo: P ropiedad
C ultura (H istoria de la): Cultura D eterninism o
(Filosofía de la) D eterm inistas: L ibertad de la vo­
C ultura (M orfología de la): Cultura luntad
(Filosofía de la) D etracción: H onra
C ultura (R eform a de la): Cultura Devenir
(Filosofía de la) D evenir substancial: H ilemorfismo
Dialéctica
Chispa del alm a [114] D ialéctica trascendental: Dialécti­
ca, Criticismo: m aterialista: M a­
D ad o (Lo): O bjeto terialism o dialéctico
D arw inism o: Evolucionismo D ialelo: Sofismas
D ecisión: Existencial (Filosofía) átaMtfAwv: Sofismas
Deducción D iferencia: D istinción
Deducción trascendental: Criticis­ D iferencia específica: Especie
mo Diferenciación: Evolupión
D efendiente: D isputa D ignidad h um ana: M oralidad
Defensa contra la agresión injusta D ilem a: Silogismo hipotético
D efensa p ro p ia : D efensa contra la D im ensión: Espacio
agresión injusta D inám ica (Ley n atural): Ley n a­
Definición tural
Definitiva (Presencia): Espacio Dinámico
Deísmo Dinamismo
D em iurgo: Creación, Platonismo Dios
l*n>s (A m or de): A m or D esinterés: A m or
D io s (Concurso de) Dualismo
Dios (Conocimiento analógico de): «D ualización»: Universalism o
I )ios (Idea de) D ubium legis, facti: Probabilism o
(Demostración de) Duda
D io s (Existencia de): D ios (D e­ Duelo
m ostración de) D uendes: E spíritu
Dios (Glorificación de): Creación D uo-M onism o: Alma y cuerpo (R e­
Dios (Idea de) lación entre)
I >ms (Inmanencia de): Inm anencia Avvaiitg: Potencia
D io s (Libertad de)
«■Dios (Nacim iento de)»: [114] E : Silogismo categórico
Dios (N oción de): D ios (Idea de) Eclecticismo
Dios (Pruebas de la existencia de) Economía (Filosofía de la)
Dios (Santidad de): D ios (Volun- E conom ía (Principio de): [117]
tiid de) E conom ía del pensam iento: Prag­
Dios (U nión con): M ística m atism o
Dios (Veneración de): Religión Econom ía del pensam iento (Prin­
Dios (Vida de): Vida cipio de la): [173]
Dios (Voluntad de) Edipo (Com plejo de): Psicoanálisis
Discursivo (Pensar): Pensar E ducación: Pedagogía
Disolución: Cuerpo Educar (Obligación de; D erecho a):
Dispensa: Ley Fam ilia
Disposición E ductio form ae a m ateria: Hile-
Disposición religiosa: Religión (Psi­ m orfism o
cología de la) E fecto : Causa
D is p u ta Egoísm o: A m or a sí mismo
Distancia: Espacio Eidética (Imagen intuitiva): R e­
I Xstcleología presentación
Distinción Eidéticos: (Intuición, R epresenta­
Disyunción ción)
Disyuntivo (Juicio): Disyunción ElScoXa: (D em ócrito): [32]
Diversidad num érica: Individuo Eldoc: Especie
Divinización: M ística Ejem plar: Ideal; (como causa):
i )ivino (Conocim iento): Omniscien­ Causa
cia Ejem plarism o: Ideal
Divisibilidad «Elan vital»: D inam ism o, Vida (Fi­
División losofía de la)
División de poderes: Estado E leática (Escuela): Presocráticos
Divorcio: M atrim onio E lem ento: Cuerpo, Principio
i locta ig n o ran tía: D ios (Idea de), Elim inación: T otalidad
[133] E m anación: T eosofía
Dogmática (Teología): Teología Em ergente: Evolución
Dogmatismo Em inencia: Participación
Dolor Em oción: Sentimiento
Dolor aním ico: D olor Em ocional (Presentación): Valores
Dolor (Puntos del): D olor (Filosofía de los)
Dominantes (b io l): Vitalismo ’EfmetQla (A rist.): Experiencia
Dominio de sí m ism o: Virtudes car­ Em pírico (Ló): Experiencia
dinales Em pirio-criticism o: N eokantism o
Empirismo Espacio
Em pirism o m oral: Positivismo m o­ Espacio (Intuición del) (K ant):
ral (Criticismo
E n sí: A bsoluto Espacio (Percepción del)
E n sí (Hegel): Idealism o alemán Especie
E n y para sí (Hegel): Idealism o Especies (Origen de las): Evolucio­
alemán nism o
*Evégyeia: A cto Especulación: Trascendencia
Energía: C ausalidad natural Espinosismo
Energía (Conservación de la): Cau­ Espiritismo
salidad natu ral Espíritu
Energías específicas de los senti­ Espíritu (Prim acía del): H om bre
dos: Cualidades sensoriales E spíritu absoluto (Hegel): Idealis­
Enfermedad m ental m o alemán
E ngaño: Ilusión E spíritu colectivo: Ser espiritual
E n s: Ser Espíritu objetivo: Ser espiritual;
E nte: Ser (Hegel): Idealism o alemán
E nte de razón Espíritu subjetivo: (Hegel): Idea­
Entelequia: Aristotelism o, Finali­ lismo alemán
dad, Forma; Vital (Principio) Espiritual (Ser): Ser espiritual
Entendimiento Espiritualismo
Entendim iento agente: Concepto E spontáneo: Responsabilidad
(Form ación del), Entendim iento Espontaneidad del pensar (K ant):
E ntendim iento paciente: Entendi­ Criticismo
m iento, Concepto (Form ación Esquema
del) Esquem a: Instinto
E ntim em a: Raciocinio Esquem as: Empirism o
E ntropía (Prueba de la ) : D ios (Prue­ Esquem atism o (K an t): Esquem a
bas de la existencia de) Esquizofrenia: Enferm edad m ental
Epicureismo Esquizotím ico: Enferm edad men­
Epigénesis: Evolución ta l
Epiquerem a: Raciocinio Esse: Ser
Epiqueya Estadística moral
Epísilogismo: Raciocinio Estado
Epistem ología: G noseología Estado (A utoridad del): Estado
’ÜÍJtojpj: Escepticismo [48] E stado (Origen del): E stado
E quiprobabilism o: Probabilism o E stado (O m nipotencia del): Estado
Equivalencia (econ.): Justicia E stado nacional: Pueblo
E quívoco: Analogía E stático
Equívoco (lóg.) Sofism as; (ética): Esterilización: Suicidio
M entira E stética
E ros: Platonism o Estética trascendental: Criticismo
E rror «Estim ativa»: Instinto, Facultad de
Escepticismo juzgar, Conocim iento sensorial
Esclavitud Estoicismo
Escl avo: Esclavitud E stratos: (psicol.) Personalidad; Ser
Escolástica (G rados del)
Escotismo E structu ra: T otalidad *
Esencia É ter: C ausalidad n atural
E scuda (Conocimiento de la) Eternidad
í.lk a Explícitam ente: Análisis
f ik a biológica: Biologismo Expresión
í ilca de la situación Éxtasis: M ística
1 i tea económ ica: É tica social Extensión: C antidad
I tica form alista: Valores (Ética de Extensión con tinua: C antidad
lo s ) Extensión heterogénea: C antidad
ític a individual: Ética Social Extensión hom ogénea: C antidad
Etica m aterial de los valores: V a­ E xtranatural: Sobrenatural, N atu ­
lores (Ética de los) raleza
Íílica política: Ética social Extrem os: Silogismo categórico
I tica profesional: É tica social
fcíica social F acultades: A lm a (Facultades del)
M ico-teológica: D ios (Pruebas de Falsedad
la existencia de) F alsiloquio: M entira
'liuóatftovía: Felicidad; (A rist.): F am a (Buena): H onra
Aristotelismo Familia
I udem onism o: Felicidad, Placer. Fam ilia (D erecho de): D erecho
Ética Fantasía
Eudemonismo social: Ética F antasía (Im agen de la): R ep re­
IEutanasia sentación
Eutrapelia: Placer F atalism o: Providencia
Invidencia Fe
Involución Felicidad
Evolución creadora: D inam ism o Fenomenalismo
Evolucionismo Fenom enism o: Fenom enalism o
I volucionismo m oral: Positivismo Fenómeno
moral Fenomenología
«Évotution créatrice»: V ida (Filo­ Fenotipo: H erencia
sofía de la) F eo (Lo): Belleza
Excitante: Vegetal, Sensación Fetichism o: Religión
Excitante sensorial: Conocim iento Ficcionalism o: Ilusión
sensorial Fideísmo
insistencia F igura aparencial: H erencia
I xistencia: Existencia] (Filosofía) F igura hereditaria: H erencia
Existencia m atem ática: M atem á­ Figuras (Silog.): Silogismo cate­
tica (Filosofía de la); Ser górico
Existencial (Filosofía) F ilantropía: A m or
Existencial (Teología): Existencial Filogénesis: Evolucionismo, Evolu­
(Filosofía) ción
«líxistenciales»: Existencial (Filo­ Filosofía
sofía) Filosofía (H istoria de la)
I xistencialismo: Existencial (Filo­ Filosofía de la experiencia: Em pi­
sofía) rismo
lixistentivo: Existencial (Filosofía) Filosofía m o ral: Ética
Experiencia Filosofía natural
Experim ento: Experiencia, Induc­ Filosofía negativa (Schelling): Idea­
ción lismo alem án
Experimento psicológico: Psicología Filosofía positiva (Schelling): Idea­
Expiación lismo alem án
Explicar Filosofía prim era: Metafísica
Filosofía trascendental: Trascen­ G ene: D isposición
dental G eneracianism o: A lm a
Fin (como causa): Causa G eneración espontánea: Evolución
F inal: F inalidad G eneralización: Abstracción
Finalidad G eneratio: Hilemorfismo
Finalidad (Principio de) G eneratio aequivoca, spontanea:
Finito Evolucionismo
Física: Ciencia natural G énero (Concepto de): Especie
Fisicism o: N aturalism o G énero (lóg.): Predicables
Fisico G enerosidad: Virtudes cardinales
Físico-teológica (Prueba... de la Génesis: Hilemorfismo
existencia de D ios): D ios (Prue­ G enética: Definición
bas de la existencia de) G enotipo: H erencia
Fisiognóm ica: Expresión G enus (lóg.): Predicables
F luido: Confucianismo G loria: H onra
F obias: Coacción Gnoseología
Forma G noseología n atu ral: Filosofía n a­
F orm a (como causa): Causa tural
F orm a (Concepto de form a): A bs­ G nosticism o: M al, Patrística (Filo­
tracto sofía)
F orm a «asistente»: Vital (Principio) G racia (C ontroversia sobre la): M o-
F orm a del cuerpo: A lm a y cuerpo linismo
(relación entre) G ra d o : Intensidad
F o rm a esencial: H ilem orfism o G rados (Prueba de los): D ios (Prue­
F orm a esencial (U nidad de): H ile­ bas de la existencia de)
m orfism o G rados m etafísicos: Categorías
F orm a intelectual: Sensualismo G rafología: Expresión
F orm a substancial: Hilemorfismo G ram m atica speculativa [116]
F orm ación: Pedagogía Guerra
F orm alism o: Escotism o G usto : Estética
Form alism o jurídico: Derecho
F orm alista (Escuela): M atem ática H abituación
(Filosofía de la) H abitu do : Relación
Form as del pensam iento: Criticis­ H ab itu s: H abi t uación
mo H aecceitas: Individuo; (escotista):
F orm as esenciales (Pluralidad de): Escotismo
Hilemorfismo H echicería: Religión
F ortaleza: V irtudes cardinales Hecho
Fuentes (de la historia): Certeza Hedonismo
histórica Hegelianismo: Idealism o alemán
Fuerza H enológico (Principio): U nidad
F uerza: Propiedad, D erecho H enoteísm o: Teísmo
Función Herencia
F uncionarios: Soberanía H erm enéutica: A ntropología, Exis-
F undam entación (lógica): Razón, tencial (Filosofía)
D em ostración. H eroísm o: Virtudes cardinales
Fundam entación (m oral): M otivo H eteron om ía: A utonom ía
Fundam ento ontológico (del ente H eurístico (Valor): Hipótesis
de razón): E nte de razón Hilemorfismo
Futuribles: Presciencia divina H ílozoísm o: Presocráticos
H ínayana: Budismo Identidad
H ipocresía: M entira Identidad (Filosofía de la): Idea­
Hipóstasis: Persona lismo alem án (Schelling)
Hipótesis Identidad (Juicios de): Juicio
Hipótesis de trab ajo : H ipótesis Identidad (Principio de): Identidad,
Hipotético (Juicio): Juicio hipoté­ C ontradicción (Principio de)
tico Identidad (Teoría de la): A lm a y
Hipotético (Silogismo): Silogismo cuerpo (Relación entre)
hipotético Ideología
Historia Idolatría: Religión
H istoria (Filosofía de la) Ignorancia
Historia (Lógica de la): H istoria Ignorantia, iuris, legis, facti: Igno­
(Filosofía de la) rancia (m oral)
Historia (M etafísica de la): H is­ Ignoratio elenchi: Sofismas
to ria (Filosofía de la) Igualdad esencial: Identidad
H istoria (Sentido de la): H istoria Ilógico: Logos
(Filosofía de la) Iluminación
H istoria (Sentido inm anente de la): Ilusión
H istoria (Filosofía de la) Ilusión trascendental: Criticismo
H istoria (Sentido trascendente de Ilusiones: Representación
la): H istoria (Filosofía de la) Ilusiones valórales: M oral de se­
H istoria (Teología de la): H istoria ñores
(Filosofía de la) Ilustración
Histerismo Im agen (Teoría de la): C onoci­
H olism o: T otalidad miento
Hombre Im agen consecutiva: R epresenta­
Hom eom erías: [31] ción
H onestum bonum : Bien Im agen de D ios: H om bre
H onra Im agen intuitiva subjetiva: R epre­
H um anidad: H om bre sentación
H um anism o: H om bre Imágenes típicas: Sensualismo
H um anitas: [46] Im aginación: F antasía
H um ildad: Honra, Virtudes C ar­ Im penetrabilidad: Cuerpo
dinales Imperativo categórico
‘'Yfigic: H onra Im perativo hipotético: Im perativo
''Y át¡: M ateria categórico
Im petus: M ovim iento
í: Silogismo categórico Im plicación: Juicio hipotético
Idea Im plícitam ente: Análisis
Idea cosmológica (K ant): Criticis­ Imposibilidad
mo Im pulso: Movimiento
Idea psicológica (K ant): Criticismo Im putabilid ad: Responsabilidad
Idea teológica (K ant): Criticismo Incondicion ad o : A bsoluto
Ideación: Fenom enología Inconsciente
Ideal Incredulidad: F e
Idealismo Indefinido (L o): Infinito
Idealismo alemán Indeterminación (Relación de)
Idealismo valoral: V alor Indeterm inism o: Determ inism o
Ideas (Teoría de las): Platonism o Indeterm inistas: L ibertad de la vo­
Ideas (K ant): Criticismo luntad
Indiferente (Juicio valoral): Liber­ Inteligencia: V irtud
tad de la voluntad Inteligibilidad
Indiferente (m oralm ente): M ora­ Inteligible (M undo): Criticismo
lidad Intellectus: Razón, Intuición
Indiferentism o: Religión Intellectus agens, possibilis: Con­
Indiscernible (Principio de lo): In ­ cepto (Form ación del)
dividuo Intellectus principiorum : Intuición
Indiscernibles (Identidad de los): Intelligibile in sensibili: Esencia
Identidad (Conocimiento de la), Entendi­
Individuación: Individuo m iento
Individuación (Principio de): In ­ Intelligibilitas: Verdad
dividuo Intem poral: Eternidad
Individuaciones: Biologismo Intención (m oral): M otivo, M ora­
Individualismo lidad
Individuo Intención (Prim era): Reflexión
Indivisibilidad: Simplicidad Intención (Prim era, Segunda): R e­
Inducción flexión, Predicables
Inercia (P rincipio de): Movimiento Intencional
Inexperim entabilidad: Trascenden­ Intencional (Sentim iento): Senti­
cia miento, Valores (Filosofía de los)
Inferencia inm ediata: Raciocinio Intencional (Ser): Ser
Infinito Intensidad
Inherencia: Accidente Intentio insensata: Juicio
Inmanencia Intervención: D erecho internacio­
Inm anencia (Filosofía de la): In ­ nal
m anencia Intim idación (Fin de... del castigo):
Inm aterialidad: Espíritu R etribución
Inm ensidad: Omnipresencia Introspectivo (M étodo): G noseolo­
Inm oralism o: « M oral de seño­ gía
res» Intuición
Inmortalidad Intuición del tiem po (K ant): C ri­
Inmutabilidad ticism o
Innatas (Ideas): Concepto (Form a­ Intuición esencial: Esencia (Cono­
ción del) cimiento de la), Fenom enología
Inorgánico: Organismo, Vitalismo Intuición intelectual: Criticismo
Inspiración: Intuición Intuición (Form as de la) (K ant):
Instante: Tiem po Criticismo
Instinto Intuición p u ra: Criticismo
Instinto social: Psicología social Intuición sensible (K a n t): C riti­
Instrum ental (C ausa): C ausa ins­ cismo
trum ental Intuicionismo
Instrum ento: Técnica Intuicionista (Escuela): M atem á­
Integración tica (Filosofía de la)
Integrados (Tipos): Integración Intuicionistas (Teorías): Concepto
Intelección: Principios del conoci­ (Form ación del)
miento Intuitivo (Entendim iento) (K ant):
Intelectual: R acional Criticismo
Intelectualismo Invención: Ciencia (Teoría de la)
Inteligencia: A nim al, Entendimien­ Invención (M étodo de): Ciencia
to, Instinto (Teoría de la)
Ipsum Esse: Ser Ley estadística n atu ral: Ley natural
Irascible (Facultad apetitiva): Sen­ Ley moral
sibilidad Ley m oral (K ant): Im perativo ca­
Ironía: Socrático, R om anticism o tegórico
Irracional L ey natural
Irracional: Suprarracional Ley positiva: D erecho natural
Irritabilidad: Vegetal L iberalism o: L ibertad, Individua-
Ius norm ativum , obiectivum, po- • lismo
testativum, subiectivum : D erecho Libertad
Ius gentium : D erecho internacional L ibertad (Sartre): Existencial (Fi­
losofía)
Jónica (Filosofía... de la naturale­ L ibertad de elección: L ibertad de
za): Presocráticos la voluntad
luego (Fantasía en el): F antasía Libertad de la voluntad
Juicio L iberum arbitrium : L ibertad de la
Juicio analítico: Principios del co­ voluntad
nocimiento, Análisis L ibido: Psicoanálisis
Juicio de experiencia: Juicio L ibre albedrío: L ibertad de la vo­
Juicio de valor: M otivo luntad
Juicio explicativo: Análisis, Prin­ Lim itación (Principio de): Finito
cipios del conocimiento L im itado: F inito
Juicio extensivo a priori: Principios Lím ite: Finito
del conocim iento Lím ite (espacial): C antidad
Juicio m odal: M odalidad Lingüística com parada: Lenguaje
Juicio sintético a priori: Principios (Filosofía del)
del conocim iento Lógica
Juicios de reflexión: Reflexión Logicismo
Juicios extensivos: Síntesis Lógico: Logos
Juicios sintéticos: Síntesis Lógico (Ser): Ser
Justicia Logística
Logística (Escuela): M atem ática (Fi­
K u X o x á y a B í a : M oralidad losofía de la)
kíirm a: M etempsicosis, V edanta Aóyoi ajiBQftaTixói: Agustinismo,
(Filosofía del): [2] Estoicismo
húOaqais: N eoplatonism o Logos
K i: [22] Aóyoc: (H eráclito) [30], (Filón) [60]
Logos específico: V ital (Principio)
I um arkism o: Evolucionismo L ugar: Espacio
I ;iscivia: Cuerpo L uz (intelectual): Ilum inación
1 uxismo
1 L'clio: Escolástica M acrocosm os: Ser (G rados del)
l egalidad (K ant): Im perativo ca­ M agia: Religión
tegórico M ahayana: Budism o
I ciiRuaje M al (v. tam bién M al moral)
I «nnuaje (Filosofía del) M al moral
I enguaje técnico: Ciencia M anas: Teosofía
I ciiinísmo: M arxismo M anía: Enferm edad m ental
I cpiosom ático: Caracterología M aníaco-depresiva (Locura): Enfer­
I ex aetem a: Ley m edad m ental
Ir y Maniqueísmo
M ansedum bre: Virtudes cardina­ M etafísica
les Metafísica de las costum bres: Ética
M áquinas de fuerza: Técnica M etafísica fundam ental: G noseo­
M áquinas de trabajo: Técnica logía
M arburgo (Escuela de): N eokan- M etafísica n atu ral: Filosofía na­
tismo tural
M arxismo M etafísica social: Solidarismo
M ás allá del bien y del m a l: «M oral M etafitos: Animal
de señores» M etafórico: A nalogía
M asa M etageom etría: M atem ática (Filo­
M atem ática (Filosofía de la) sofía de la)
M ateria M etazoos: Animal
M ateria (como causa): Causa Metempsicosis
M ateria (N eop lat.): N eoplatonis­ M étodo
m o, (dialéct.): M aterialism o dia­ M etodología: M étodo
léctico M étricas: M atem ática (Filosofía de
M ateria prima la)
M aterial: M ateria M icrocosm o: Ser (G rados del)
M aterialismo M iedo: Virtudes cardinales
M aterialism o antropológico: H om ­ M iem bro: O rganismo
bre M ilagro
M aterialism o biológico: Hom bre M ilenarism o: Social (Problem a)
M aterialismo dialéctico M inoría: Pueblo
M aterialism o histórico: M aterialis­ M isterio
m o dialéctico M isterios: Misterio
M aterializaciones: Ocultismo M ística
Matrimonio M ito
Máximas (K ant): Im perativo cate­ M itología: M ito
górico Modalidad
M aya: V edanta (Filosofía del) M oderación: Virtudes cardinales
M ayéutica: Socrático M odernism o: Símbolo
M ayor de edad: D erecho M odestia: Virtudes cardinales
M ecánico: M ecanicismo M odo de ser: C ualidad
Mecanicismo M odos del absoluto: Panteísm o
M edición: Intensidad, N úm ero M odos (Espinosa): Espinosismo
M edida: Espacio M odos: Silogismo categórico
M edio (Térm ino): Silogismo cate­ M odus ponera, tollens: Silogismo
górico hipotético
Medios (m oral): M otivo M olécula: Cuerpo
M editación: T eoría Molinismo
M édium s: Ocultismo M ónada
M emoria M onadología: M ónada
M em oria (Im agen de la): R epre­ Monismo
sentación M onogam ia: M atrim onio
M ensurabilidad del espacio: E spa­ M onopsiquism o: A ristotelism o
cio M onoteísm o: Teísmo
M entira M oral: Ética, M oralidad
M érito (m oral): R etribución M oral (Principio): M oralidad
Merápaaiz ele yívos: D em os­ M oral (Valor incondicionado de
tración lo): M oralidad
M oral autónom a, independiente: N ación: Pueblo
A utonom ía N acionalidad (Principio de la):
«Moral de señores» Pueblo
Mora] de la utilidad: Ética Nada
Moral de los esclavos: M oral de N ad a (N ishída): [26]; (Sartre):
señores Existencial (Filosofía)
M oral del éxito: Ética N ativism o: Concepto (Form ación
M oral de! progreso cultural: Ética del)
M oral del sentim iento: Ética N atu ra naturans, n atu rata: Pan­
Moral doble: Ética teísmo
Moral estética: Ética Naturaleza
M oral interesada N aturaleza (Schelling): Idealism o
Moral laica: M oralidad alemán
Moralidad N aturaleza (U niform idad de la):
M oralidad (K ant): Im perativo ca­ C ausalidad (Ley de)
tegórico Naturalismo
M oralismo: Ética N áusea: Existencial (Filosofía)
M orfología: Form a Necesidad
MoQ(pr¡: F orm a N ecesidad de las leyes naturales:
M otivación: M otivo Ley natu ral
Motivo Necesidad, externa, interna: Coac­
Motor (Prim er): D ios (Pruebas de ción
la existencia de) Necesidad histórica: H istoria
Movimiento Negación
Movimiento (Principio de): Causa­ N eoconfucianism o: Confucianismo
lidad (Principio de) N eoevolucism o: Evolución
M uerte N eohegelianism o: Idealism o alemán
M uerte (Pena de) Neokantismo
M ujer: H om bre Neoplatonismo
Mundo N eopositivism o: Positivismo
M undo (Finalidad del): M undo, Neoscolástica
Creación N eurosis: Enferm edad m ental
M undo (G obierno del): Providen­ N ihilism o: N ad a
cia N irvana: B udism o
M undo (H uida del): Pesimismo N o-valor: V alor
Mundo (K ant): A ntinom ias N o-Y o (Fichte): Idealismo alem án
Mundo (O rden del): M undo, Fi­ «N oble (El)» (conf.): Confucianis-
nalidad mo
M undo (Razón del): Panteísm o Nárjfia Fenom enología
Mundo exterior Nót/oií : Fenom enología
M undo externo (Realism o del): Nórjoiz vorfostDC: Aristotelism o
Realismo N oética: G noseología
M undo interior: M undo exterior Nominalismo
M undo sensible: M undo exterior N o rm a: Idea
Mutaciones (B io lo g .): Evolucio­ N orm a m o ral: Ley m oral
nismo N o ta : Concepto
M utakallim ün: Ocasionalismo N o v fis v o v : Cosa en sí
M utatio: Cam bio iVoúf: Presocráticos; (A naxágoras):
M utilación: Suicidio [31]; (Platón): Platonism o; (neo-
plat.): N eoplatonism o
N ueva filosofía de la naturaleza: O ntología fundam ental: Existen­
Presocráticos cial (Filosofía)
Número O ntología regional: Fenom enología
N úm ero (Fundam entación del... en Ontológico: Ontología, Existencial
la teoría de conjuntos): Núm ero (Filosofía)
N úm ero racional: Racional Ontológico (Argumento)
Num inoso (Lo): Religión Ontologismo
O peratio: Acción
O : Silogismo categórico O pinión: Certeza, Probabilidad
Obedecer (D eber de): Sociedad Oposición
Obediencia: A utoridad Optimismo
O bediencia (R ehusar la): Ley Opuscula: Escolástica
O bjeción: D isputa O ración: Religión
Objetivación: Realism o O ración im petratoria: Providencia
Objetivaciones del espíritu: Ser Orden
espiritual O rd e n : Ley
Objetividad: Objetivo, Ciencia O rden (jurídico, social): D erecho
Objetivismo O rden de la naturaleza: N aturaleza
Objetivo O rgánica (Vida): O rganismo
Objeto O rganicism o: Solidarismo
Objeto (Conciencia del): Concien­ O rgánico (Lo): Vitalismo
cia O rgánicas (Sistema de condiciones):
Objeto (Teoría del): Fenom enolo­ Vitalismo
gía Organismo
Objeto del entendim iento: Enten­ O rganism o social: Psicología so­
dimiento cial
Objeto formal (de la ciencia): Cien­ Organización: (biol., m etaf.): O rga­
cia; (del concepto): Concepto nism o, (social) Sociedad, Psico­
O bjeto m aterial: Concepto, Objeto, logía social
Ciencia Ó rganos: Organismo
Obligación Órganos (Form ación de los): Ve­
O breros (Problem a de los): Social getal
(Problem a) O rgullo: H onra
O bservación: Experiencia Origen del hom bre: Evolucionismo
Obsesivas (Representaciones): Co­
acción, Representación Paciencia: Virtudes cardinales
Ocasión: Causa Pacifismo: G uerra
Ocasionalismo Padres (D erecho de los): Fam ilia
Ocultismo Palabra: Lenguaje
O culto: Ocultismo Palingenesia: Metempsicosis
O dio: Pasión, A m or; (en Dios): Panenteísm o: Panteísmo
D ios (Voluntad de) Panlogism o: Logicismo, Panteísmo
Omnipotencia Panpsiquism o: Finalidad, Panteís­
Omnipresencia mo
Omnisciencia Pansexualismo: Psicoanálisis
Ó ntico: Ontología, Existencial (Fi­ Panteísmo
losofía) Panvitalism o: Finalidad
Ontogénesis: Evolución P aradoja: Existencial (Filosofía)
Ontología. V. tam bién: M etafísica, Paradójico: Sentido
Ser, Existencial (Filosofía) Parafísica: O cultism o
Paralelism o psicofísico: A lm a y QBogá: HilemorJsmo
cuerpo (Relación entre) P iedad: Fam ilia
Paralogism o: Sofismas, Criticismo Pirronism o: Escepticismo
Parapsicología: Ocultismo Placer
«Para-sí» (Hegel): Idealism o ale­ Placer: Belleza
m án P lan: Providencia
Paréntesis: Fenom enología Platonismo
Parsism o: M al m oral Pluralidad
P arte: T otalidad Pluralidad de mandos (D octrina de
Partes (sus clases): Divisibilidad la): M undo
Partes alícuotas: D ivisibilidad Pluralism o: Ser
Partes constitutivas: D ivisibilidad Plusvalor: Marxismo
Partes esenciales: D ivisibilidad Pneum a: A lm a y cuerpo (Relación
Partes integrantes: D ivisibilidad entre)
Partes proporcionales: Divisibili­ Poderes (División de): Estado
dad P olaridad: Oposición
Participación P oliandria: M atrimonio
P asado: Tiem po Poligam ia: M atrim onio
Pasión Poliginia: M atrim onio
Pasividad: V irtud Poíilem a: Silogismo hipotético
Patrística (Filosofía) Polisilogism o: Raciocinio
Pecado: M al m oral; Culpa PáAt?: Estado
Pecado filosófico: Culpa Politeísm o: Teísmo, Ateísmo
Pedagogía P opular (Filosofía): Ilustración
Pensam iento (Tipos de): Psicolo- Posesión: Propiedad
gismo, Tipo Posibilidad
Pensar Posible (Lo m eram ente): Posibili­
Per accidens: Predicables dad
Percepción Posibles: Posibilidad
Percepción del espacio: Espacio Posición: Espacio
(Percepción del) Positivismo
Percepción engañosa: Ilusión, R e­ Positivismo ju ríd ico : D erecho
presentación Positivismo logístico: Positivismo
Perfección Positivismo m oral
Perfección (G rados de): Ser (G ra­ Posterius: A posteriori
dos del) Postulado
Perfecciones m ixtas: D ios Potencia
Perfecciones puras: D ios Práctica: Teoría
Perm isión: Teodicea P raedicam enta: Categorías
Persona Praem otio ph ysica: D ios (Concurso
Persona jurídica: D erecho de)
Personalidad Pragmatismo
Personalidad (D esdoblam iento de P rakriti [9]
la): A lm a «Pravda»: M aterialism o dialéctico
Personalism o: Ética «Praxis»: M aterialism o dialéctico,
Pesimismo Teoría
Petición de principio: Sofismas Precisivam ente in m a te ria l: Ser
P hantasm a: Representación P ra e d e te r m in a tio p h y sic a : D io s
Philosophia Perennis: Filosofía (Concurso des)
•Pvotz: Naturaleza, M etafísica Predicables
l’rcd icam ental: Categorías P rosilogism o: Raciocinio
Precscolástica: Escolástica Protístas: Animal
Preexistencia de las alm as: M etem ­ P rotozoos: A nim al
psicosis Providencia
Preformación (Teoría de la): Evo­ Proxim idad: Espacio
lución Prudencia. V irtud, Virtudes cardi­
Prelógico (Lenguaje): Psicología nales
social Psicoanálisis
Premio (m oral): R etribución Psicofísica (Actividad): Sensación
Prem isa m ayor: Silogismo categó­ Psicogénesis: Psicoanálisis
rico Psicología
Premisa m enor: Silogismo categó­ Psicología individual: Psicoanálisis
rico Psicología m oral: Ética
Presciencia divina Psicología p rofunda: F antasía
Presencia: Espacio Psicología social
Presente: Tiempo Psicologismo
Presocráticos Psicologismo tipológico: Psicolo­
Presupuesto gismo
Principio Psicologismo valoral: Relativismo
Principios constitutivos del conoci­ valoral
miento : Criticismo Psicopatía: Enferm edad m ental
Principios del conocimiento Psicopatología: Psicología
Principios del ser Psicosis: Enferm edad m ental
Principios reguladores del conoci­ Psicotecnia: Psicología
m iento: Criticismo Psíquico: Psicología
Principium identitatis indiscemibi- 'Pvjrf: A lm a
lium : Identidad P u d o r: Cuerpo
Prius: A priori Pueblo
Privación Punto de vista (Conocim iento des­
Privilegio: Ley de el): Relativism o
Probabilidad P urusha: [9]
Probabiliorism o: Probabilism o
Probabiíisrao Q uaestio: D ialéctica
Probable (Opinión) (ética): P ro ­ Q uaestiones: Escolástica
babilismo Q uandocafio: Tiempo
Problem a Q uanta (Teoría de los): Cam bio
Problem áticos (Juicios): M odalidad Q uatem io term inorum : Sofismas
Proceso indefinido: R azón sufi­ Q uidditas: Esencia
ciente (Principio de) Q uididad: Esencia
Progreso cultural: C ultura (Filoso­ Q uidquid m ovetur ab alio m ovetur:
fía de la) C ausalidad (Principio de)
Prom ulgación: Ley
Propiedad Raciocinio
Propiedades esenciales: Esencia Racional
Proporción: Relación Racionalismo
Proposición: Lenguaje, Juicio Racionalism o valoral: Valor
Proposiciones en sí: Juicio R a tio : Intuición, Razón
Proposiciones universales: Princi­ R ationes aetem ae: Ilum inación
pios del conocimiento R ationes seminales: A gustinismo
P roprium : Propiedad, Predicables Raza
Razas (Filosofía de las): V ida (Fi­ R eligión (Sociología de la): Reli­
losofía de la) gión (Filosofía de la)
Kazón Religión (Sucedáneo de la): Reli­
Razón p u ra : Criticismo gión
Kazón suficiente (Principio de) Religiones reveladas: Revelación
Real: Realidad R enacim iento: M etempsicosis
Real (L o): Realism o R eparación: Expiación
Realidad R eposo: M ovim iento
Realidad em pírica (K ant): C riti­ Representación
cismo R epresión: Psicoanálisis
Realismo R eproducción: O rganism o
Realismo valoral: V alor R epública (Plat.): Platonism o
Realización: Realismo R epulsión: Belleza
Receptividad de la intuición sensi­ R epulsión: C ausalidad natural
ble (K an t): Criticismo R es: Cosa
Reconocim iento: M em oria Res publica: E stado
Rectitud (lógica): Lógica R esentim iento: «M oral de señores»
R ecuerdo: M em oria R eservado stricte, late mentalis:
Reducción: Fenom enología M entira
Reducción al principio de co n tra­ R espeto: A m or, H onra, Psicología
dicción: D em ostración indirecta social
Reducción eidética: Fenom enología Responsabilidad
Reducción fenom enológica: F eno­ Responsabilidad com unitaria: Soli-
m enología darism o
Reductivo (M étodo): Psicología Restitución: Expiación
R edundancia: A lm a y cuerpo (R e­ R e s tric c ió n p u r a m e n te m e n ta l:
lación entre) M entira
Reflejo (M ovim iento): A nim al R etorno (E terno): M undo
Reflexión Retribución
Reflexión (Filosofía de la) (Hegel): Revelación
Idealism o alem án R evolución: M aterialism o dialéc­
R efutación: Raciocinio tico
R egiones: Fenom enología R i: [22]
R egressus in infinitum : Razón sufi­ Rigorismo
ciente (Principio de): Sistema R itm o: M ovim iento
R egularidad de la n atu raleza: C au­ Romanticismo
sa lid a d (Ley de) R yoki: [22]
Relación
Relacionism o: Relativism o Saber: Ciencia
Relatividad (Teoría de la) Saber latente: M em oria
Relativismo Sabiduría
R e la tiv ism o m o r a l: P o s itiv is m o Sabiduría m u nd an a: Filosofía
m oral Sabio (El): Estoicismo
Relativismo valoral Sacrificio: Religión
Relativo Sacrificio expiatorio: Expiación
Religión Salus publica: Bien com ún
Religión (Filosofía de la) Salvación: Expiación; (india): Ve-
R eligión (Fenom enología de la): dan ta (Filosofía del) [2]
R eligión (Filosofía de la) Sam sara: [2] M etempsicosis
Religión (Psicología de la) Sam urai: [24]
Sanción: Retribución Ser (M odos del): Categorías
Santidad S er espiritual
Santo (Lo): Santidad, Religión Ser-mismo: Existencial (Filosofía)
Satisfacción: Expiación Ser-para-la-m ucrte: M uerte
S atori: [23] Ser puram ente espiritual: Espíritu
Scientia m edia: M olinismo, Pres­ Servidum bre: Esclavitud
ciencia divina Sexo: H om bre
Schola: Escolástica Sexual (M adurez): Evolución
Scholasticus: Escolástica Sexual (Polaridad): H om bre
S ecreto: M entira Sic et non: Dialéctica, [93]
Segunda vista: O cultism o Siervo: Esclavitud
Selección: Evolucionismo Significación: Lenguaje
Semejanza: Identidad, Cualidad Significación (Com plejo de): C on­
Sem icultura: C ultura cepto (Form ación del)
«Senda de ocho partes» (budista) Signo
Budismo Signos: Instinto
Sensación Signos locales (Teoría de los): Es­
Sensación (Sede de la): Sensación pacio (Percepción del)
Sensibilecom m une: Cualidades sen­ Sílaba: Lenguaje
soriales Silogismo: Raciocinio
Sensibile per accidens: Percep­ Silogismo categórico
ción Silogismo conjuntivo: Silogismo hi­
Sensibile proprium : Cualidades sen­ potético
soriales Silogismo disyuntivo: Silogismo
Sensibilidad hipotético
Sensibilidad diferencial: Sensación Silogismo hipotético
Sensismo: Sensualismo Simbolismo: Símbolo
Sensualismo Símbolo
Sensus com m unis: Conocimiento Simplicidad
Sensus com m unis: Conocimiento Sim ultaneidad: Tiempo
sensorial, Síntesis Sincretismo: Eclecticismo
Sensus intim us: Conciencia, Cono­ Sindéresis: Conciencia
cim iento sensorial Sinestesias: Representación
Sentido Sinónim o: A nalogía
Sentido com ún: Conocimiento sen­ Síntesis (V. tam bién: Idealism o
sorial, Síntesis alemán)
Sentido de la form a: Sentido Sistema
Sentido interno: Sentido Sistema m oral: Probabilism o
Sentido sem ántico: Sentido S ituación: Existencial (Filosofía)
Sentidos (órganos de los): Conoci­ Soberanía
m iento sensorial Soberanía popular: G obierno (For­
Sentimiento m a de)
Sentim iento racional: Fideísmo Sobrenatural
Sentim ientos m orales: M oralidad S obrenaturaleza: Sobrenatural
Separabilidad: D ivisibilidad Sobrenaturalism o: Sobrenatural
Separación de mesa y lecho: M a­ Social (Política): Social (Problem a)
trim onio Social (Problema)
Ser Socialismo: M arxism o
Ser (Form as del): F orm a Socialización
Ser (Grados del) Sociedad
Sociedad com pleta, natural, per­ Supram undanidad (del alma, de
fecta: Estado D ios): Trascendencia
Sociedad (Filosofía de la) Suprarracional
Sociología: Sociedad (Filosofía de S uprarracional: Irracional
la) Suprasensible: Trascendencia
Sociología jurídica: D erecho
Socrático T ao: [15]
Sofisma T apas: [5]
Sofística: Escepticismo Tautología
Solidaridad: Solidarismo Técnica
Solidarismo Tecnocracia: Técnica
Solipsismo Teísmo
Sorites: Raciocinio Telefísica: O cultism o
Spccies: (en el conocim iento): F o r­ Teleología: Fin, Finalidad
m a; (lógica): Especie Telepatía: O cultismo
Spccies intelligibilis: Concepto (F o r­ Telequinesia: Ocultismo
mación del) Telestesia: O cultism o
Stalinismo: M arxismo TéXo?: F inalidad
Xroú: Estoicismo Temperamento
Suarismo Tem planza: V irtudes cardinales
Sub specie aetem itatis: Sabiduría Tem poral (D irección:) Tiempo
Subconsciencia: Inconsciente T enacidad: Virtudes cardinales
Subjetivismo Tendencia
Subjetivismo valoral: Relativism o Tendencias determ inantes: D eter­
valoral n in ism o
Subjetivo Teodicea
Sublimación: Psicoanálisis Teología
Sublime (Lo): Belleza Teología dialéctica
Subsidiariedad (Principio de) Teología m o ral: Ética
Subsistencia Teología negativa
Substancia Teoría
Substancia (en Espinosa): E spino' T eoría atóm ica: Atomismo
sismo Teoría de la decadencia: H istoria
Substancialidad del yo: Yo (Filosofía de la)
Substancias-parte: Substancia Teosofía
Substrato: Sujeto Tercero excluido (Principio del)
Sucesión: Tiem po T erm ini: [121]
Sufrimiento (en el budism o): B u­ Térm ino (espacial): C antidad
dismo T erm inología: M étodo, Ciencia
Sufrir Tesis: Idealism o alemán
Suicidio Tesis: Sistema
Sujeto Testim onio (histórico): Certeza his­
Sujeto m oral: M oralidad tórica
Suma: T otalidad Qeoigía: Especulación
Superhom bre: «M oral de seño­ Tiempo
res» Tipo
Superstición: F e T odo (El): T otalidad
Suposición Tomismo
Suppositum : Persona, Subsistencia Totalidad
Supracategorial: Categorías T ótem : Religión
T otem ism o: Religión U niverso (Finitud del): Espacio
Trabajo U niverso (Imagen del): Universo
Tradicionalismo (Concepción del)
T raducción: Lenguaje U niverso-U no (D octrina del): M o­
Traducianism o: A lm a nismo, Panteísmo
T ragedia: Existencial (Filosofía) U nívoco: A nalogía
Trance: Ocultismo U nívoco (Concepto): Concepto
Transeúntes (Acciones): Acción U no (El) (neoplat.): N eoplatonis­
Transform ism o: Evolucionismo mo
Transm igración de las alm as: Me- U num per accidens, per se: H ile­
tempsícosis morfism o
Transm utación de todos los valo­ U tilitarism o: Ética
res: «M oral de señores»
T ransubjetivo: M undo exterior Vacío (D em ócrito): [32]
Transubstanciación: Hilemorfismo Vacío (El): Espacio
Trascendencia (V. tam bién: Exis­ V alentía: Virtudes cardinales
tencial [Filosofía]) Validez
Trascendental Valor
Trascendental (Analítica, A percep­ V alor (Sentimiento del): Fenom e­
ción, Estética, D educción, D ia­ nología
léctica, Ilusión): Criticismo Valor (Sentimiento intencional d el):
Trascendentales Valores (Ética de los)
Trascendentalísmo lógico: Logicis- V alor de cam bio: Marxismo
m o: Objeto, Verdad V alor incondicionado de lo m oral:
Tres estados (Ley de los): Positi­ M oralidad
vismo Valores (Adulteración de): «M oral
T ríadas: N eoplatonism o de señores»
Tricotom ism o: A lm a Valores (Ética de los)
Tuciorism o: Probabilism o, Rigo­ Valores (Filosofía de los)
rismo Valores (Teoría d e los): Valores
(Filosofía de los)
U ltrarrealism o: Escotismo Variedad del universo: Pluralidad
U m bral del excitante: Sensación V arón: H om bre
Unicidad Vedanta (Filosofía del)
Unidad Vegetal
U nidad substancial de cuerpo y V eracidad: M entira, V erdad
alm a: A lm a y cuerpo (Relación Verbum m entís: Conocimiento
entre) Verdad
U niform idad: O rden V erdad (A ptitud p ara la): G noseo­
U niform idad de la naturaleza: Cau­ logía
salidad (Ley de) Verdad (Criterio de)
U nitas: U nidad Verdad (Doble)
U n iv e rsa le d ire c tu m , re fle x u m : Verdad (Validez universal de la):
Concepto universal Relativismo
Universalismo V erdad ontológica: V erdad
U niverso: M undo «Verdades (Cuatro)»: Budismo
U niverso (Concepción cuantitati­ Verdades fundamentales
va del): C antidad Verificación: H ipótesis
Universo (Esquem a científico-na­ Vicio: M al m oral, Virtud
tural del): Ciencia natural Vida
Vida (Concepción de la): Felici­ V oluntad (Buena): M oralidad;
dad (K ant) Im perativo categórico
Vida (Filosofía de la) V oluntad p u ra: Autonomía, Im pe­
Vida (Sentido de la): Felicidad rativo categórico
Vida psíquica norm al: Enferm edad V oluntario: Responsabilidad
m ental Voluntarismo
Vida vegetativa: O rganism o
Violencia interna: Coacción W eber—Fechner (Ley de): In ten ­
Virtud sidad
Virtudes accesorias: V irtudes car­
dinales Y ang: [14]
Virtudes cardinales Y in: [14]
Vis aestim ativa: Instinto, Cono­ Yo
cimiento sensorial, juicio Y o (Conciencia del): Yo, Conciencia
Vis cogitativa: Juicio, Conocimiento Y o (D esprecio del): H onra
sensorial «Yo» (Jung): Yo
Vital (Actividad): Vida Y o ajeno: Psicología social
Vital (Fuerza): Vitalismo Y o puro: (Fichte): Idealism o ale­
Vital (Principio) m án
Vitalismo Yoga
Vivencia (Tipos de): Vivencia Yogin: Y oga
Vivencia
Voluntad Z en: [23]
A posteriori. En general, significa el orden de sucesión e indicarse el
que en una serie ordenada se pasa elem ento respecto al cual algo h a de
de un elem ento posterior (posterius) ser calificado de anterior. U n ele­
a otro anterior, siendo indiferente m ento puede ser a priori o anterior
que dicha serie se desenvuelva o no (en oposición(a / a posteriori) se­
en el tiem po. L o a posteriori se gún un orden tem poral (ayer-hoy),
opone a lo / a priori y reviste en ontológico (causa-efecto) o lógico
cada caso u n significado distinto (premisa-conclusión). El a priori
según la diversidad del punto de psicológico pertenece al dominio
com paración. U na cosa puede ser ontológico y com prende aquellas
posterior a o tra respecto al tiem po condiciones psíquicas previas que
(m añana-hoy), a la naturaleza o de­ determ inan la dirección de la aten­
pendencia ontológica (efecto-causa) ción y la form ación del juicio. — En
o a la dependencia lógica (conclu­ la lógica escolástica reciben el nom ­
sión-premisa). — En la lógica esco­ bre de a p rio ri aquellas demos­
lástica se denom inan a posteriori traciones que tienen su p unto de
aquellas dem ostraciones que con­ partida en algo ontológicamente
cluyen del efecto o de la propiedad anterior, concluyendo, de la causa
(por lo tanto, de algo ontológica- al efecto, de la esencia a las pro­
m ente posterior) a la causa o a la piedades. D esde Kant llámase a
esencia. D esde Kant recibe el cali­ priori todo conocim iento cuya va­
ficativo de a posteriori aquel cono­ lidez no depende lógicam ente de
cimiento cuya validez depende lógi­ la /'e x p e rie n c ia ( = percepción).
cam ente de la / experiencia ( — per­ C on ello n o se niega que tales
cepción). N o es necesario que lo conocim ientos dependan h asta cier­
posterior lógica u ontológicam ente to punto de ella en cuanto al
lo sea tam bién tem poralm ente. — tiem po y al origen. Por a priori
Brugger. gnoseológico se entiende la suma
de todas las condiciones a priori
a) A r ist ó t fx e S, Categorías, 12; M eta ­
del conocim iento en cuanto por
física v , 1 1 ; I. K a n t , K ritik der reinen
Vernunft, H787, 1-3; b) H . F e l s , W as
ellas éste deviene objetivamente
ist a priori und a posteriori, en «Philoso- posible. K a n t usa el vocablo / tras­
phisches Ja h rb u ch » 38 (1925) p p . 201- cendental p ara designar esta no­
210, 222-232. ción m ás am plia de lo a priori.
E l a priori gnoseológico com pren­
A priori. E n general, significa de ías condiciones de validez del
que en u n a serie ordenada se pasa conocim iento; el a priori psicoló­
de un elem ento anterior (prius) a gico, las de existencia. — L a vali­
otro posterior, siendo indiferente dez de los conocim ientos a priori
que dicha serie se desarrolle o no reside, según K an t, en que me­
en el tiem po. P ara que la expresión diante ellos se fundam enta y hace
a priori no sea am bigua, debe fijarse posible la experiencia (com o serie
de conocim ientos objetiva y um­ siguiente, n o existe simplemente
versalm ente válida). P or eso dicha com o relación a o tra cosa; 2.a, lo que
validez queda lim itada al campo no consiste en p u ra determ inación
de la experiencia posible. / 'C r i ­ del ser de o tro ente = / s u b s t a n ­
ticismo. En cam bio, según ia con­ cia; 3.°, aquel ser que excluye to d a
cepción escolástica, la validez de relación real a otro ( = el Abso­
los conocim ientos a priori tiene luto). Puesto que todo lo finito
su fundam ento en la intelección es causado y, en consecuencia, dice
de las relaciones esenciales de los relación a una causa, el A bsoluto
objetos. L a validez absoluta de tal h a de ser necesariam ente íncausado
intelección dentro del orden onto- e infinito. En cam bio, no incluye
lógico posee su m ás profunda raíz contradicción el que el A bsoluto
en el hecho de que Janto la esfera sea térm ino final de relaciones. El
subjetiva com o la oojetiva se fun­ concepto de absoluto no coincide
dan en la misma p ura identidad con la noción teísta ni con la
de pensam iento y ser que caracte­ panteísta de D ios. E n esta últim a
riza a la M ente absoluta. Por con­ concepción la totalidad de todo
siguiente, aunque las proposicio­ lo recíprocam ente relacionado care­
nes a priori dependen genética­ ce de ulterior relación (el universo);
m ente de la experiencia, su valor en la teísta, p o r el contrario, la
objetivo la rebasa y es ilimitado. totalidad de todo lo m utuam ente
— El térm ino a priori pierde su relacionado encierra tam bién una
valor cuando se usa en la acepción relación a u n ser exento de rela­
de «anterior a la crítica». E n tal ca­ ciones (Dios) ( /I n m a n e n c ia ,
so es m ejor reem plazarlo po r el vo­ /T ra sc e n d e n c ia ). — E n la esfera
cablo «apriorístico». — B r u g g e r . del valor, absoluto es lo que vale
independientem ente de cualquier
a) A r is t ó t e l e s , Categorías, 12; M eta ­ condición. — Com o que un con­
física v , 1 1 ; I. K a n t , K rilik der reinen cepto considerado sin atender al
Vernunft, 21787, 1-10; b) i. M a r é c h a l , sujeto en que se realiza n o está
L e p o in t de départ de la métaphysique m ,
p p . 87 ss (lo «a priori» en K a n t) L ovaina
som etido a las condiciones lim ita­
M944; v, pp. 56-155 (lo «a priori» en la tivas de éste, el vocablo absoluto
escolástica) 2I949; J. L o t z , Z u m P ro­ en el sentido pleno de la noción
blem des Apriori, en «M élanges MaTé- significa frecuentem ente ilim itado,
chal» ii (1950) pp. 62-75; H . F e l s , Was incondicionado (v.gr.: «la» sabidu­
isl a priori und a posleriori, en «Philo- ría). — /R e la tiv o , / D i o s , / P a n ­
sophisches Jah rb u ch» 38 (1925) pp. 201- teísmo. — B r u g g e r . *
210, 222-232.
a) I. K a n t , K ritik der reinen Vernunft,
*1787, 380-2; H e g e l , Enzyclopádie, § 384
Absoluto (incondicionado, en sí) ss; b ) M . R a s t , W elt und Gott, 1952;
es lo que en algún aspecto está J. H etler , Das. Absolute, 1921; L. B a u r ,
exento de relación a o tra cosa. A b­ M etaphysik, s1935, «§ 15, 83, 101-3;
soluto desde el punto de vista ló­ [L. d e R a e y m a e k e r , Philosophie de
gico es aquello que puede definirse l'étre, 1947]; F . G r í g o i r e , Condition,
sin referencia a otro ser. Absoluto Conditionné, Inconditionné, en «R evue
philosophique de L ouvain» 46 (1948) pp.
en el plano ontológico es: 1.°, 5-41; d) C. H o t s c h s l , D as A bsolute in
aquello a lo cual corresponde un Hegels D ialektik, 1941; [M . C . C a i l l ,
ser en sí (como substancia o como The A bsolute and the R elative in S t.
uno de los /a c c id e n te s denom i­ Thom as an d in M odern Philosophy,
nados absolutos) y que, por con­ 1939].
Abstracción. A tendiendo a su una fuerza que separa y une datos
significado etimológico, este voca­ sensoriales (no es sólo «ratio»),
blo equivale a separación; es un sino que de alguna m anera es un a
separar de un todo algo de su con­ fuerza creadora que hace brillar
tenido; en lenguaje filosófico no se lo esencial en lo sensible (intel-
da el nom bre de abstracción al lectus en sentido estricto). L a «ilu­
desprendim iento de u n a parte con­ minación» creadora de la imagen
creta, real, separable, de u n todo sensible, m ediante la cual se hace
(v.gr. la ram a del árbol), sino úni­ visible en ella el contenido esencial
camente a la operación que separa sólo intelectualm ente aprehendible,
de un todo /'c o n c re to intuitiva­ se atribuye al «entendim iento agen­
mente dado una característica in­ te» (intellectus agens) y la com ­
capaz de existencia independiente prensión m ism a de la esencia al
( / A bstracto) (v.gr., el color, la «entendim iento posible» (intellectus
forma). E sta separación no perte­ possibilis) ( /C o n c e p to [Form a­
nece al orden de la realidad sino ción del]). Frecuentem ente la apre­
de la m ente; su resultado es un hensión de lo esencial en la im a­
/c o n c e p to . gen sensible se denom ina ya abs­
La psicología m oderna, cuando tracción. É sta se com pleta libe­
habla de abstracción ( 1) piensa las rando del todo concreto la esencia
más de las veces en este separar aprehendida y m anifestándola se­
m entalm ente de algo intuitivam en­ parad a en u n concepto. (Sobre
te dado u n a característica que le el sentido m ás exacto de «esencia»:
está vinculada, lo cual presupone /E s e n c ia [Conocimiento de la].)
una atención especial a la caracte­ D eben distinguirse dos tipos de
rística en cuestión. Pero si la abs­ abstracción: la que abstrae lo u n i­
tracción no hiciera más que sa­ versal de lo individual (v.gr., el
car determ inados rasgos de un dato concepto universal hom bre, de los
puram ente sensible, significaría un individuos hum anos) y la que
em pobrecim iento y el em pirismo abstrae !a «form a», o sea u n de­
tendría razón en lo esencial. F ren­ term inante, u n a perfección ontoló-
te a esto la teoría escolástica de gica, del sujeto (v.gr., la hum ani­
la abstracción ( 2) enseña que el dad del hom bre concreto, el m o­
innegable em pobrecim iento del con­ vimiento del cuerpo movido). Esta
tenido es m ás que com pensado con últim a recibe el nom bre de «abs­
la m ayor profundidad alcanzada tracción form al» (abstractio for-
por el conocim iento: m ediante la malis) y la prim era el de «abstrac­
abstracción se aprehende de algún ción total» (abstractio totalis) p o r­
m odo en el objeto la «esencia» o, que su resultado es siempre un
mejor dicho, algo esencial. Esto todo (totum ), es decir, un com pues­
supone que la abstracción no con­ to de un sujeto indeterm inado y
siste en un simple separar un ras­ una «form a» (v.gr., hom bre = un
go sensible de u n to d o que tam bién sujeto que tiene naturaleza hum a­
lo es, sino en un proceso (proceso na). Puesto que la form a es com ­
abstractivo) de |dos fases p o r lo prendida esencialmente, la abstrac­
menos, en que lo esencial prim e­ ción de lo universal no requiere
ram ente deviene visible y es lue­ ninguna generalización in ductiva;
go liberado de lo concreto. Por por el contrario, la form ación de
eso el /e n te n d im ie n to com o po­ /c o n c e p to s universales empíricos,
tencia abstractiva no es m eram ente en tanto que no se reducen simple­
m ente a una única n o ta sino que de sabio, la sabiduría (abstractio
significan un conjunto estable de formalis). Así pues, son repre­
caracteres m utuam ente vinculados sentaciones abstractas ya concep­
(como el concepto «caballo»), de­ tos universales todavía concretos
pende de una especie de / i n d u c ­ en tanto que integrados por / suje­
ción. — D e V r ie s . to y / f o r m a (hom bre) ya nocio­
a) A r ist ó t e l e s , D e anim a 3, 4-8; nes form ales cuyo contenido lo
S a n t o T o m á s d e A q u i n o , Sum m a theo- constituyen form as exentas de su­
togica i q. 84 a. 6: q. 85 a. 1; b) jeto (hum anidad). E sta abstracción
J. K l e u t g e n , Philosophie der Vorzeit I, del sujeto no es la misma en to ­
*1878 [trad. fran c .: La philosophie sco- dos los casos. E n el concepto de
lastique, Parts 1868J; E. H u s se r l , Lo- una form a física viene, cuando
gische Untersuchungen II, 1, ”1922 [In­
m enos, co-pensada la relación a un
vestigaciones lógicas, trad . p o r M. G arcía
M o ren te y J. G ao s, 4 vols., 1929];
sujeto (indeterm inado), pues dicha
J. M a r é c h a l , L e point de départ de la form a es esencialmente parte de
métaphysique i- v , 1922-47; F r . S l a d e - un concreto físico (v.gr., la redon­
czek, D ie intellectuelle E rfassung der dez respecto a lo rendondo). Por
sinnfáUigen Einzeldinge, en «Scholastik» 1 el contrario, en el concepto de una
(1926) p p . 184-215; N . B a l t h a s a r , form a metafísica se prescinde de
L ’A bstraction métaphysique, L o v a in a toda relación a un sujeto. Esta
1935; K . R a h n e r , Geist in W elt, 1939;
m anera metafísica de considerarla
C . F a b r o , Percezione e pensiero, M ilán
1941; G. F a u s t i , Teoría dell'astrazione,
m ira, po r consiguiente, a la form a
P a d u a 1947; [A . D o n d e y n e , L'abstrac- en cuanto tal, puram ente en sí,
tion, en «R evue néoscolastique de P h i­ y sólo es absolutam ente aplicable
losophie» (1938) pp. 5-20, 339-373; en el caso de las llam adas perfec­
G . V a n R iet , L a théorie thom iste de ciones puras ( / D i o s ) , las cuales
Vabstraction, en «R evue philosophique pueden realizarse tam bién sin su­
de L ouvain» 50 (1952) p p . 353-393]; jeto, identificándose entonces con
d ) P . E . G o h l k e , D ie Lehre von der Abs-
el Ser subsistente ( / Subsisten­
traktion bei P latón und A ristóteles, 1914;
L . M . H a b e r m e h l , D ie Abstraktionslehre
cia). L o m etafísicam ente abstracto
des heiligen Thom as von A quin, 1933. es, p o r consiguiente, lo m ás real,
cognoscible únicam ente m ediante
Abstracto. D enom ínam e abs­ el raciocinio. El conocim iento h u ­
tractas aquellas representaciones a m ano vuelve por la vía de lo abs­
las cuales no corresponde ninguna tracto a una com prensión nueva,
intuición sensorial, o sea que pre­ más profunda de lo concreto. Sobre
sentan sus objetos sin los caracte­ lo abstracto en Hegel, /C o n c r e ­
res individuantes. Las representa­ to. — / A bstracción. — B r u g g e r .
ciones abstractas sirven o bien para
clasificar, cuando la inteligencia, a) T o m á s d e V io ( C a y e t a n o ) , Com-
prescindiendo de las característi­ m entarium in D e ente et essentia, q. I
q u o ad 3 (ed. L au ren t, n.° 5 ) ; b) J . L in d -
cas individualizadoras, avanza hacia
w o r s k y , E x p e r im e n te lle Psychologie,
c o n c e p to s m á s generales, v.gr., s 1931 [Psicología experim ental, *1935];
hom bre, sensitivo, viviente, etc. d) W . W u n d t , Z u r Geschichte und Theo-
(abstractio totalis), o bien para co­ rie der abstrakten Begriffe, Kleinere Sch-
nocer la estructura lógica de los riften, II, 1910-11; e) J. d e V r ie s , D en-
conceptos y la estructura metafísi­ ke n und Sein, 1937 [P ensar y ser, *1953],
ca de la realidad, cuando la inteli­
gencia, prescindiendo del sujeto, Accidente. En sentido lato es
separa el elemento form al, v.gr., todo aquello que, com o determ i­
nante, se une a u n / s u j e t o . E n el bajo la experiencia la unión con­
urden lógico recibe el nom bre de creta de substancia y accidente.
accidente todo determ inante que La adm isión de accidentes rea­
puede darse o no darse en un su­ les distintos de la substancia viene
jeto (accidente lógico, v.gr., el c a ­ im puesta p o r el cam bio que se da
bello negro en el hom bre) ( / Pre­ en las cosas, las cuales sufren alte­
dicables). A ccidente en el orden raciones conservando, no obstante,
metafisico es lo que determ ina ul­ la m isma esencia.
teriorm ente u n a /s u b s ta n c ia ya E sta concepción ocupa un lugar
ile por sí constituida en u n grado interm edio entre la opinión de
del ser (accidente ontológico, v.gr., aquellos que, com o H um e y otros
la actividad pensante respecto al em piristas, sólo conceden valor real
alma). El accidente determ ina la a las apariencias fluentes y no
substancia en sí misma, como substanciales, co n lo que se ex­
la cantidad y la cualidad (acciden­ cluye una existencia estable de la
tes absolutos) , o en relación a o tra esencia de las cosas, y el p u n to de
cosa, com o v.gr., las determ inacio­ vista de Descartes y Espinosa que
nes espaciales o tem porales (acci­ llegan hasta hacer del accidente
dentes relativos). L a form a acciden­ (v.gr., de la cantidad y del pensa­
tal difiere de la substancial en que m iento) un ser substancial. L a de­
ésta constituye fundam entalm ente term inación accidental de una subs­
la esencia de una cosa (así, el alm a tancia denuncia siempre su finitud,
al cuerpo en cuanto cuerpo vivo) ya que el ser accidental es incom pa­
y aquélla, por el contrario, supone tible con la sim plicidad del E nte
dicha esencia ya acabada y cons­ infinito. L a determ inación acciden­
tituye un ulterior determ inante tal, por el contrario, pertenece ne­
de la substancia. El accidente no cesariam ente al ser creado, pues
puede jam ás existir com o substan­ el obrar ( / Acción), que sigue al
cia; por su naturaleza requiere un ser, n o puede constituir el ser
sujeto de inherencia. El accidente substancial m ism o en ningún ente
puede, ciertam ente, po r la om ni­ finito. — S a n t e l e r .
potencia divina (como enseña la a,I A r ist ó t e l e s , M etafísica, v n , 4 -5;
teología católica respecto a la tran- S a n t o T o m á s d e A q u i n o , D e ente et
substanciación eucarística) subsis­ essentia v n ; S u á r e z , Disputationes me-
tir de hecho separado de la subs­ taphysicae 32, 37-39; D e s c a r t e s , P rin­
tancia, pero ello no anula aquella cipia phiíosophiae I, 52-3, 56, 63-5;
exigencia esencial. El accidente es b ) J. D o n a t , Ontología¡ “1935; Lógica,
tam bién un ente, pero de m odo 81935; J. G r e d t , D ie aristotelisch-tho-
m istische P hilosophie, 1935, II, p. 120;
esencialm ente distinto de la subs­
L. B a u s , M eta p h ysik, a1935, § 31; J. d e
tancia (/A n a lo g ía ). L a inherencia V r ie s , D enken und Sein, 1937, 217 s
del accidente a la substancia, a [Pensar y ser, *19531; [F. v a n S t e e N-
pesar de la distinción real entre berghen, Ontologie, a1952;] c) D es ­
am bos, n o debe concebirse com o cartes /a ).
algo extrínseco, v.gr., al m odo de
la relación del hom bre a su vesti­ Acción. E n una u o tra form a
do, sino com o una unión interna encontram os la acción o actividad
entitativa. Se asemeja a la unión en todo ente observado p o r nos­
de alm a y cuerpo; sin em bargo, otros. A prim era vista, la esencia
jam ás p odrá despojársela de su de la acción parece consistir en
carácter m isterioso, pues sólo cae que algo es producido, elevado al
ser. C onsiderando la cuestión con la acción creada y no constituye la
m ayor detalle, se destacan dos ti­ verdadera esencia de la acción.
pos de acción. E l prim ero es la É sta reside en que el ente se «efec­
acción transeúnte (que pasa al otro túa» a sí mismo y existe así en su
lado), exterior (la t.: actio), por la plena realidad. Solamente con su
cual el agente obra sobre otro ente pensar y querer posee el hom bre
(el artista desbasta el m árm ol para la realidad plenam ente desplegada
convertirlo en estatua). El segun­ de sí mismo, m ientras que sin esta
do es la acción inmanente (que que­ actividad dorm ita aún. La produc­
d a dentro) o interna (la t.: operatio), ción se añade a la efectuación sólo
por la cual el agente se despliega cuando ésta no es dada con la
a si mismo (v.gr., el crecimiento substancia del ente, sino que debe
de la planta). Con frecuencia am­ ser producida como ulterior de­
bos tipos se enlazan m utuam ente, term inante accidental. En o p o ­
sobre todo cuando la acción exte­ sición a toda criatura, la autopo-
rior tiene sus raíces en la interior sesión pensante y volente de Dios
(el pensar y el querer del escultor se presenta como efectuación pura
que anim an cada golpe del cincel). sin producción alguna y, por lo
Puesto que la acción procede del tanto, com o acto p u ro (actus pu­
ente, el grado de su perfección res­ nís); la acción exterior de D ios
ponde al grado ontológico de éste; (la creación) no significa tam poco
esto dice el axiom a: Agere sequi- u n a producción en sí mismo. El
tur esse (el o b rar sigue al ser). En sentido de la acción es justam en­
general, cuanto más elevado está te elevar al ente a la com pleta
un ente, tanto m ás interior es su posesión de su ser y, en definitiva,
acción característica. El ser in-or- del Ser absoluto. P or eso la acción
gánico o sin-vida se desvanece en­ sólo puede coincidir con la subs­
teram ente en lo exterior; por eso tancia cuando se tra ta de quien es
sólo puede actuar sobre otras cosas. el m ismo Ser abso lu to ; p o r el
Con el vegetal empieza el ente que contrario, en el ente finito, la acción
se-mantiene-en-sí-mismo y con él h a de ser un determ inante acciden­
la acción interior, que se identifica tal m ediante et cual éste lucha p o r
con la / v i d a . Sin em bargo, la poseerse a «sí mismo y por aproxi­
p lanta está todavía perdida por m arse al Ser absoluto»: «O m nia
entero en el cuerpo, cuya exterio­ appetunt D eum » («Todo ser aspi­
ridad es superada prim ero po r la ra a Dios»).
conciencia sensorial (sorda po r es­ E n su fondo m ás íntim o la ac­
tar aún ligada al cuerpo) y sobre ción form a p arte de los / t r a s ­
todo por la vida espiritual, intrín­ cendentales. Ciertam ente, n o se
secamente independiente de aquél. pueden disolver las cosas en una
M ientras las especies inferiores de pu ra acción, suspendida en el aire,
acción no van más allá de un ám ­ com o hace el /d in a m is m o . Sin
bito lim itado de lo corpóreo, la ac­ em bargo, la esencia del ser se per­
ción espiritual abarca el reino ínte­ fecciona en la acción, de tal suerte
gro del ser y se eleva hasta Dios. que el ser, sólo en su efectuación
L a descripción anterior no po­ es íntegram ente él m ism o, es ple­
día tener más que u n carácter nam ente ser. N o obstante, la ac­
provisional. El producir (causar) ción n o aparece com o trascenden­
o hacer pasar de la /p o te n c ia al ta l propio sino oculto en lo verda­
/ a c t o p e rte n e c e ú n ic a m e n te a dero y lo bueno ( /V e r d a d , /
Valor), los cuales representan la la m ism a alm a espiritual. — Pues­
conexión esencial del ser con el to que, tan to entre los cuerpos
pensar y el querer y, p o r consi­ todos del universo, com o entre el
guiente, con la acción. — L o t z . alm a y el cuerpo, se dan acciones
a ) S a n t o T o m á s d e A q u i n o , S um m a recíprocas, y la / l i b e r t a d de la
theologica i q. 14 a. 4 ; q. 18 a. 2; q. 77; voluntad no excluye en m odo al­
S um m a contra Gentiles i 45; iv 11; guno el influjo de los motivos, es
J. G . F i c h t e , Grundlage der gesam ten probable que el carácter y la con­
W issenschaftslehre, 1794; b ) J. L o t z , ducta del hom bre estén influidos
Sein und W ert 1, 1937; J . d e F i n a n c e , Étre po r los astros, aunque, contra lo
et A gir, 1945; L. L a v e l l e , D e l ’acte, que la astrología pretende, dada la
París 1937; M. B l o n d e l , L ’action, P a­
naturaleza de éstos, n o pueden p ro ­
rís 1893; nueva edic. refu n d id a: P arís
1936-37; c) J. G . F í c h t e : / a); H . B e r g ­
porcionar el fundam ento p ara nin­
s o n , L'évolution créatrice, 1907.
guna predicción. — N a u m a n n .
M etaphysik, s1922;
H a g em a n -E n d r e s,
Acción reciproca en sentido res­ N. H artm ann,Philosophie der N atur,
tringido es la dependencia m utua c . 36 y 37; C . G u t b e r l e t , Psychologie,
de unas cosas respecto a otras, 41904, p p . 319 ss; A . W i l l w o l l , Seele
fundada en la causalidad eficiente. und Geist, 1938 [A lm a y espíritu, 1946].
La afirma el principio m ecánico de
la igualdad de la acción y la reac­ Acto. A cto (en griego: ¿véoyeia)
ción: to d a acción de u n cuerpo y /p o te n c i a son los elementos
sobre o tro produce sim ultáneam en­ constitutivos de lo finito m ediante
te u n a acción de éste equivalente los cuales Aristóteles prim ero, y la
y dirigida en sentido opuesto a la escolástica después, explican el de­
del prim ero. — E n acepción am ­ venir. E l acto, en oposición a la
plia háblase de acción recíproca potencia, denota la realidad des­
cuando se tra ta de la m utua orde­ plegada. Según se trate de tal o
nación y com plem entación de / cual clase de devenir o de lo que
causas heterogéneas, v.gr., de la está por encim a de él, reviste diver­
form a y de la m ateria, del fin sos significados.
y de la causa eficiente, siendo una En la esencia del acto se encuen­
de ellas condición para que la otra tra siempre u n a cierta abundancia
pueda o b rar en cada caso. — U n a o riqueza, es decir, un conjunto
clase especial de acción recipro­ de posibilidades que pueden reali­
ca reina entre lo som ático y lo zarse en m ayor o m enor m edida;
anímico. L a experiencia m uestra que piénsese, p o r ejemplo, en la m ayor
am bos dom inios se influyen m u­ o m enor am plitud del saber. Si
tuam ente. Sin em bargo, de este todas las posibilidades de un acto
hecho n o cabe inferir sin m ás que se realizan exhaustivam ente, éste
entre cuerpo y alm a existe sólo será u n acto ilimitado, v.gr., Ja ple­
una relación de acción recíproca nitud de u n a ciencia no lim itada
( / A l m a y cuerpo [Relación en­ por ninguna ignorancia. U n acto
de]). — Tam poco hem os de con­ limitado, por el contrario, com ­
cebir la acción recíproca entre en­ prende sólo u n a p arte de posibili­
tendim iento y voluntad en el sen­ dades, v.gr., el saber del hom bre
tido de un influjo de causalidad im pregnado p o r m ucha nesciencia.
eficiente, sino como u n a íntim a H ay que distinguir tam bién el
unión de am bos m odos de activi­ acto no puro (m ix to ), que ya en
dad enraizados en la naturaleza de su esencia dice lim itación, siendo,
a g n o s t ic is m o

por lo tanto, incapaz de realización último o perfecto', piénsese, v .g r.,en


ilim itada, y el acto puro (sim ple), el desarrollo del n iño hasta llegar
cuya esencia n o incluye límites y a hom bre. — L o t z .
perm ite, po r lo mismo, una ilimi­
a) A r i s t ó t e l e s , M etafísica i x ; S a n t o
ta d a realización. Así, el conoci­
T o m á s d e A q u i n o , Comentarios a la M e ­
m iento sensorial en cuanto tal es tafísica de Aristóteles, ix ; b) G . M a n s e r ,
esencialmente un saber im puro D as W esen des Thomismus *1949 [trad.
mezclado con n o saber, pues le es esp.: L a esencia deí tom ism o, 1947];
inaccesible to d o lo suprasensible; c) L. F u e t s c h e r , A k t und P otenz, 1933
el conocim iento intelectual, en cam ­ [trad . esp.: A cto y potencia, 1948];
bio, es en su esencia puro, simple L. L a v e l l e , D e l'a d e , 1937.
(no entra en com posición con la ig­
norancia), aunque en su realización Agnosticismo. U sado por vez
hum ana sea afectado po r la nes­ prim era p o r Th. H . H uxiey, este
ciencia. El acto lim itado es siempre térm ino, derivado del griego áyvíoa-
un acto recibido, pues se limita t o q : d e s c o n o c id o , significa eti­
siem pre p o r la capacidad receptiva m ológicam ente doctrina de la in-
de su sujeto; v. gr., el saber en el cognoscibilidad. Según la acepción
hom bre. P or el contrario, estando corriente, designa aquella dirección
el acto puro libre de todo sujeto filosófica que defiende la incognos-
lim itante, y existiendo, por lo tan­ cibilidad de lo suprasensible, y, p o r
to, com o acto subsistente o no- consiguiente, la negación de la m e­
recibido, debe carecer de límite en tafísica com o ciencia, especialmen­
la total plenitud de su esencia: tal te en lo referente a la posibilidad
es el caso de D ios. del conocim iento de Dios. N o im­
M ientras para D ios, en virtud pugna la posibilidad ni tam poco
de su sim plicidad, e f acto único la cogitabilidad del ser más allá
del Ser puro, subsistente, significa del área de la experiencia posible,
la m ás perfecta realidad en todos pero niega a la razón hum ana la
los aspectos, la realidad de lo finito capacidad para conocer con certe­
está com puesta por diversos actos. za la existencia y con m ayor razón
El acto entitativo es la /e x is te n ­ la esencia del ente metem pírico
cia. A él se contrapone el acto fo r­ («trascendente»). E l conocimiento
mal o form a esencial que determi­ está, pues, restringido a lo ultra­
n a el «qué» («quid») y en el ente m undano, a lo com prensible m e­
corpóreo constituye la esencia ju n ­ diante conceptos propios y unívo­
to con la m ateria. El núcleo subs­ cos; por el contrario, lo trascen­
tancial de una cosa recibe el nom ­ dente ( / Trascendencia) — al
bre de acto primero, en oposición desconocerse la posibilidad del co­
a sus determinaciones accidentales nocim iento analógico — queda en
denom inadas actos segundos. D e un el m ejor de los casos a m erced de
m odo especial se llam a acto pri­ un presentim iento, sentim iento o
mero la /s u b s ta n c ia equipada con «fe» / irracionales. El agnosticis­
su potencia activa, y acto segundo, m o es esencial a to d o /p o s itiv is ­
la operación misma, v.gr.. un acto mo, se encuentra, además, en el
de la voluntad. C uando un deve­ /c ritic is m o de Kant, en la filo­
n ir va realizándose paulatinam en­ sofía de la religión del m odernism o,
te, las fases interm edias inacabadas decisivamente influida p o r él, en
se designan com o actos imperfec­ la del m oderno protestantism o y
tos y el térm ino final com o acto tam bién en la /te o lo g ía dialéc­
tica. P or el contrario, el / i d e a l i s ­ ción del cristiano creyente que filo­
mo, llevado hasta sus últim as con­ sofa desde su fe. D ios es C reador
secuencias, al reducir to d a realidad y C ausa prim era del m undo: de
a la conciencia, desconoce p o r prin­ su ser, de sus valores y de los
cipio lo incognoscible, aunque, n a ­ diversos grados ontológicos que in­
turalm ente, sólo evita el agnosti­ cluye; es V erdad, Belleza y Bon­
cismo negando en absoluto la exis­ dad prim eras, causa única de la
tencia de lo /tra s c e n d e n te . — hum ana bienaventuranza. D ios, al
D e V r je s . crear el m undo m ateria], colocó en
él las form as germinales de todas
a) S a n t o T o m á s d e A q u i n o , Sum m a
las cosas (rationes seminales, Aóyoi
theologica i q. 13; b) G . M i c h e l e t , Dieu
et V Agnosticism e contemporain, P arís ojTEgjuazixoí de los estoicos) com o
11920; F . M . R in telen , W ege zu Gott, principios de su propio desarrollo
1934; d ) B. JA N S E N , D ie Religionsphilo- específico. E l m al, así m oral como
xophie K ants, 1929. físico, no es un principio originario
y distinto de D ios n i u n a esencia
Agustinismo. El agustinism o es real, com o en u n tiem po San Agus­
una escuela filosófico-teológica ins­ tín creyó con el maniqueísm o, sino
pirada en San Agustín (354-430), la carencia de la bondad o perfec­
que con tendencia conservadora se ción debidas. L a única causa del
desarrolló principalm ente en el si­ pecado es la voluntad libre que
glo xm. C ontó con influyentes re­ en lugar de volverse hacia el Bien
presentantes n o sólo entre los fran­ imperecedero, se vuelve hacia las
ciscanos y clero secular, sino tam ­ cosas caducas. El alma hum ana es
bién entre los prim eros dominicos. una substancia inm aterial, simple,
A m enazada en su suprem acía por racional e inm ortal, principio esen­
San Alberto Magno y Santo Tomás cial determ inante del cuerpo. L a
tle Aquino, pasó a segundo lugar m em oria, el entendim iento y la vo­
después de la prim itiva condena­ luntad, radicadas en la p arte su­
ción de proposiciones tom istas en perior del alm a, hacen de ésta un a
París y O xford. Las doctrinas ca­ imagen de la Trinidad. Sin em­
racterísticas de San A gustín y del bargo, el alm a inm ortal no es for­
agustinism o son las siguientes: hay m a única del cuerpo, en el sentido
verdades ciertas que el hom bre defendido p or Santo Tom ás. Cuer­
puede alcanzar. La autocerteza de po y alm a son autónom os. El agus­
la conciencia constituye el funda­ tinism o n o sólo enseña que tam ­
m ento inm ediato y seguro del co­ bién el alm a y el espíritu se com ­
nocimiento hum ano, fundam ento ponen de u n a cierta m ateria y
que San Agustín ha conquistado form a, sino que defiende, además,
en lucha contra su propio escepti­ la pluralidad de form as, p o r lo
cismo de o tro tiem po. Sin em bar­ m enos respecto al ser del cuerpo,
go, el fundam ento últim o de la que n o deriva del principio vital
certeza es D ios. Existe un cierto o del alm a inform ante. El princi­
contacto con las leyes, verdades p io de individuación del alm a h u ­
y norm as eternas, conform e a las m ana está constituido en lo esen­
cuales se m ide el saber del hom bre cial por el ser propio de la persona
( / Ilum inación). U na m oderna in­ espiritual, no p o r la m ateria (la
terpretación n o sólo ve aquí la «m ateria signata» de Santo Tomás).
influencia de Platón y del / n e o ­ E l conocim iento intelectual se ex­
platonism o, sino tam bién la posi­ c ita po r los sentidos, pero propia-
m ente hablando, n o es extraído de substancia inm aterial que perm ane­
éstos m ediante la fuerza espontá­ ce a través de los cam bios de los
nea del entendim iento agente, co­ procesos vitales, produce y sostie­
m o el tom ism o enseña. T anto el ne las actividades de la vida psí­
contenido del conocer com o el fun­ quica y vivifica el organism o. (En
dam ento de su certeza, sobre todo los trabajos sobre /'p sic o lo g ía in­
tratándose de los principios, pue­ fluidos todavía p o r el positivismo,
den brotar únicam ente del mismo se entiende m uchas veces p o r alma
espíritu. D e ahí que se dé tam bién el m ero conjunto de los procesos
conocimiento directo e intuitivo de psíquicos; en otros, dicho térm ino
los singulares. E l hom bre, usando designa preferentem ente el vivir
su libre albedrío, debe conquistar consciente no racional, y n o fal­
el Bien Sum o: la posesión de la ta n tam poco quienes lo aplican
verdad eterna en la bienaventu­ a otras cosas.) D e conform idad
ranza ultram undana m ediante la con los tres grados de vida, dis-
contem plación y am or de D ios T ri­ tínguense el alma vegetativa (en-
no. L a regla y n orm a de la liber­ telequia, principio vital; / V i t a l
ta d hum ana se encuentra en la ley [Principio]) del organismo), el al­
eterna divina, conjunto de norm as ma sensitiva (principio de la vida
m orales cuya verdad e inviolable sensitivo-animal) y el alma racio­
validez aparece evidente a la razón nal o espiritual (principio de las
hum ana. / [8 4 , 1 0 4 ], — S c h u s t e r . actividades vitales superiores, es­
pirituales, del pensar y del ape­
U e b e r w e g - G e y e r , Grundriss der Ge- tecer). — L a sencilla experiencia
schichte der Philosophie u n §§ 12, 33-34,
cotidiana, y las m ás antiguas con­
39; M . F . S c i a c c a , Augustinus (Biblio-
graphische Einftihrungen in das Studium
vicciones psicológicas, éticas y re­
der Philosophie, ed. I. M. Bochénski, ligiosas de la hum anidad, no menos
v o l. 1 0 ), B e r n a 1 9 4 8 ; J? M a u s b a c h , Die que la totalidad y unidad de la
E thik des heiligen Augustinus, 1909; vida anímica tan subrayadas por
M . G r a e m a n n , D er góttüche Grund la m oderna ciencia em pírica, im­
menschlicher W ahrheitserkenntnis rtach pulsan a preguntar por la existen­
Augustinus und Thotnas von A quin, 1924; cia y la dem ostrabilidad filosófica
Grundgedanken des heiligen Augustinus
del alm a hum ana. L a existencia
iiber Seele und G ott, ! 1929; É T . G i l s o n ,
Introductton á l ’étude de Saint A ugustinT
de un alm a inm aterial fué im pug­
París 1929; G . B a r d y , S a in t Augustin, nada por el /m a te ria lis m o para
l'hom m e e t l'oeuvre, P arís '1 9 4 6 ; J. H e s - quien sólo hay m ateria y procesos
s e n , Die Philosophie des heiligen Augus­ físico-químicos (m aterialism o de sa­
tinus, 1947; [Ch. B o y e r , L 'id ie de virité lón de la Ilustración francesa, m a­
dans la philosophie de S a in t Augustin, terialism o popular y de cátedra
1920; det m ism o: Essai sur la doctrine desde K. Vogt y L . Büchner en
de Saint Augustin, P arís 1932; R . JOLI-
el siglo x d í , reñexología de Paw-
v f . t , L e problém e du m a l chez S . Augus­
tin, 1929; F . C a y r í , Initiation á la philo­
low, Bechterew y otros en el xx).
sophie de Saint Augustin, P arís 1947; El actualismo com bate la existen­
E. P r z y w a r a , San A gustín (tra d . esp.), cia de un alm a substancial. Esta
1 9 5 0 ; M . F. S c ia c c a , San A gustín (trad. filosofía actualista disuelve todo ser
esp.), 1955; del m ism o : Sa in t Augustin estable en pu ro devenir, en acción
et le néoplatonisme, L ovaina 1 9 5 6 .] sin agente y, según eso, considera
únicam ente com o alm a el com ple­
Alma. Llam am os (en el hom ­ jo constantem ente cam biante de ac­
bre) alm a (en griego: <pvx*¡) la tividades y vivencias anímicas (el
núvTa 4« , «todo fluye», de Herá- ciencia y la corriente cam biante de
rlito; las m odernas psicologías los sucesivos, com o pertenecientes
nctualístas de Wundt y Bergson: no a un mismo y único yo que per­
hay cosas, sólo hay acciones; Paúl- manece idéntico en el cam bio del
sen, que aclara: las acciones pue­ acontecer psíquico. (Los fenóm enos
den existir sin substancia agente lo morbosos, aparentem ente opuestos,
mismo que las estrellas flotan en de desdoblamiento de la personalidad
d cosmos sin estar adheridas al se m uestran a una consideración
firmamento). — L a cognoscibi­ más exacta n o com o divisiones del
lidad filosófica del alm a es negada yo, sino com o juicios falsos o des­
por el /p o s itiv is m o conform e a su cripciones fantásticas de u n a de­
postulado de que el pensam iento fectuosa u n id ad de sentido de las
científico n o perm ite dar u n paso vivencias existente en lugar de la
hacia lo metafisico y el / c r i t i ­ norm al y acostum brada.) N o vivi­
cismo kantiano de la «C rítica de m os el yo com o un m ero «punto
la razón p u ra» p ara quien toda de referencia» de las actividades,
ooctrina especulativa acerca del com o m ero «acontecer y devenir»,
alma construye su edificio sobre un sino com o un ser «firme en sí
paralogismo. m ismo» («Selb-stand») que «pone»
E n contra de estas opiniones los actos, «produce» y tiene co­
están casi todas las grandes reli­ m o suyos los estados psíquicos y
giones de la hum anidad, y tam ­ es responsable de ellos, en suma,
bién la convicción m ilenaria del com o principio perm anente y sus­
pensar filosófico relativo a la exis­ tentante de to d o el vivir anímico
tencia del alm a: desde los clásicos consciente. Según esto, debe set
de la filosofía antigua (Platón, un ente substancia], irreductible p o r
Aristóteles, Plotino), pasando po r su parte a «estado» o «actividad».
los siglos de la patrística y la es­ (La alusión de Paulsen a las es­
colástica, del racionalism o de Des­ trellas es errónea, p orque precisa­
cartes y Leibniz e incluso del pri­ m ente n o son actos; debiera h a­
mer em pirism o (Locke, Berkeley) ber m ostrado que, v.gr., po d ría
y de la ética de Kant (que al m enos haber m ovim iento estelar sin es­
«postula» el alm a), hasta el retorno trellas movidas.) Las objeciones del
de la filosofía m oderna a la doc­ positivismo y del /c ritic is m o co n ­
trina del alm a y del principio vital tra la posibilidad de la m etafísica
( Driesch, Becker, Pfánder y otros). del alm a se refutan p o r la funda-
L a existencia del alm a se infiere m entación positiva de la / m e t a ­
de la experiencia inm ediata que física en la /g n o se o lo g ía general.
el hom bre tiene de sí m ism o y de El alm a hum ana com o principio
la observación exterior de la vida. de la vida intelectual es simple
N o experim entam os, claro está, ( / Simplicidad) y espiritual ( / Es­
un alm a desligada de sus actos, píritu). Es a la vez principio de
pero sí vivimos inm ediatam ente la vida anim al sensitiva (como
nuestros hechos de conciencia com o m uestra la unidad de la concien­
actividades o estados de nuestro cia intelectivo-sensitiva) y en cuan­
/ y o , n o com o flotando en sí to form a del cuerpo, principio
mismos «carentes de sujeto»: vi­ tam bién de la vida vegetativa del
vimos el yo pensante, volente, etc. organism o ( / Hilemorfismo, A l­
Vivimos la dilatada abundancia de m a y C uerpo [Relación entre}).
todos los actos sim ultáneos de con­ E l tricotomismo que adm ite en el
hom bre espíritu, alm a y principio esencia del / a l m a ordenadas di­
vegetativo com o principios real­ nám icam ente a su actuación, o
m ente distintos, no puede conci­ sea fuerzas enderezadas a las ac­
llarse con la realidad vivencial y la tividades anímicas. D intínguense en
unidad de sentido de los procesos prim er lugar p o r sus objetos for­
vitales, D igam os, p o r el contrario, m ales (verdad, valor, etc.), y luego
que la misma alm a espiritual se exte­ p o r la índole propia de la vivencia
rioriza en la vida sensitivo-vege- de sus actos. H ablase así, por
tativa p ara tom arla luego a su ejemplo, de m em oria, sentim ien­
servicio y ligarla a la síntesis de to, voluntad, tendencias sensitivas,
la vida plenam ente hum ana. — entendim iento, potencias sensoria­
Com o ser espiritual, el alm a hu­ les, etc. Las facultades no son partes
m ana no pudo desarrollarse a par­ del alma, pues ésta es simple y es­
tir del alm a puram ente sensitiva piritual. D esde los tiem pos de la
de los brutos, cualquiera que sea controversia entre las corrientes
el m odo com o se haya originado el aristotélica y agustiniana de la es­
cuerpo del prim er hom bre. Tam ­ colástica, discútese si las faculta­
poco puede proceder de otras almas des son o no son realm ente dis­
hum anas (generacianismo, tradu- tintas de la substancia del alm a y,
cianismo), porque a un alm a espi­ p o r lo tan to , distintas entre sí.
ritual n o le es posible d ar partes M ucho m ás im portante que esta
de si m ism a que se desarrollen para cuestión es el hecho de que, sea
form ar u n a nueva alma. E l alm a com o fuere, el alm a o bra p o r m edio
hum ana debe su origen a un acto de las facultades (no obran éstas
creador de Dios. N inguna fuerza a m odo de personas aisladas) y de
creada es capaz de destruir (des­ que en tal actividad siem pre se
com poner en sus partes) al alm a verifica una delicada cooperación
simple y espiritual, y D ios, que la de las diversas potencias (de las
ha creado inm ortal, no la aniqui­ disposiciones intelectuales y senso­
lará. /I n m o rta lid a d . — W h a w o l l . riales del conocer y del apetecer
unidas con u n estar determ inado
b) K . G u t b e r l e t , D er K a m p f um die
sentim entalm ente, etcétera). Las fa­
S eele, *1 9 0 3 ; -J . G e y s e r , Lehrbuch der
cultades intelectuales aventajan en
P sychologie, 21 9 2 0 ; A. P f a n d e r , Die
Seele des M enschen, 1 9 3 3 ; D . F e u l i n o , valor a las sensitivas. Difícilmente
D as Leben der Seele, * 1 9 4 0 ; [A. G a r - cabe atribuir al entendim iento o a
d e i l , L a structure de l'á m e et l'expérience la voluntad la prim acía absoluta,
m ystique, P a r ís 1927; B. R o m b y e r , Saint porque ello depende del sentido en
Thom as et notre connaissance de l ’esprit que se plantee la cuestión de di­
humain, en «A rchives de P hilosophie» 6 cha prim acía ( /In te le c tu a lism o ,
(1 9 2 9 ) c. 2 ; A. M a r c , Psychologie rifle-
/ V oluntarismo). — El m odo
xive, P arís-B ruselas 1948; S. S t r a ss e r ,
«contrapuntístíco» de actuar de
L e problém e d e l’ám e, L ovaina 1 9 5 3 ];
c) L . K l a o e s , D er Geist ais Widersacher las facultades anímicas es indu­
der Seele, 1 9 2 9 -3 3 ; e ) A. W il l w o l l , dable expresión de su lim itación,
Seele und Geist, 1 9 3 8 [A lm a y espíritu, m as po r o tra parte, cuando están
1 9 4 6 ]; [ F . M . PALMás, Psicología expe­ rectam ente subordinadas im as a
rim ental y filosófica, * 1952; M e r c ie r , otras, constituye tam bién el fun­
Psicología, 4 vols., 1 9 4 0 .] dam ento de la riqueza de la vida
psíquica hum ana. H ablar de lo es­
Alma (Facultades del). Son las piritual existente en el hom bre
/ potencias pertenecientes a la com o del «enemigo de la vida» sin
m ás y valorar únicam ente las fa ­ lares el principio vital y los ha
cultades irracionales, es n o parar sintonizado unos con otros en un
mientes en la realidad del alma. — plan lleno de sabiduría. / F i n a l i ­
W lLLW O LL. dad. — R a s t .
T ra ta d o s de psicología escolástica, así A . A a l l , Geschichte der Logosidee in
com o tam bién / C onocim iento, / A p e ­ der griechischen Philosophie, 1896, 98-167;
tito, / S e n t i m ie n t o , / V o l u n t a d ; [J. Z a - E . B e c h e r , Die frem ddienliche Z w eckm ás-
r a g ü e t a , El problem a de la clasificación sigkeit der Pflanzengatlen und die H ypo-
de las facultades d e l alm a, en «R evista these eines überindividuellen Seelischen,
de filosofía» I (1942) p p 7-45, 301-324.] 1917; J. M o r e a u , L 'á m e du monde de
P latón aux Stoiciens, P arís ] 939.
Alma del mundo. M uchos re­
presentantes del vitalismo bioló­ Alma y cuerpo (Relación entre).
gico adm iten la existencia de un L a relación entre alm a y cuerpo,
alm a del m undo para explicar la o sea la relación óntica, en parte
colaboración entre los organism os em píricam ente objeto de vivencia,
y entre los diversos reinos de la en parte sólo deducible p o r exa­
naturaleza. La relación del alm a men filosófico, entre el cuerpo
del m undo con el m undo visible anim ado y el alm a espiritual que
sería parecida a la del principio lo vivifica y dirige, plantea siempre
vital (alma) con ios organism os a la investigación y a la filosofía
individuales. Así com o éste, perte­ una profusión de problem as. — El
neciendo a un grado del ser más cuerpo se m uestra a la observación
elevado que el de los elementos em pírica com o base y cam po de
materiales del organism o, le ase­ expresión de la vivencia anímica
gura su despliegue teleológico y le ( / Cuerpo). — D e las teorías me­
vivifica, así el m undo y el alm a tafísicas sobre el alm a y el cuerpo,
a él correspondiente representarían unas se lim itan a subrayar de m a­
un gran organism o único. A l p ar­ nera unilateral la unidad del ser
ticularizar m ás discrepan las opi­ hum ano ( /M o n is m o ) ; otras, la
niones: unos conciben dicha alm a dualidad y oposición entre am bos
com o una razón del universo y aun ( /d u a lis m o puro); otras, en fin,
la identifican con D ios (Schelling, intentan hacer justicia a la unidad
Scheler, en su últim a época); otros, y a la dualidad del hom bre, según
en cam bio, prescinden de las cues­ son vivencialmente aprehendidas
tiones metafísicas más profundas (duo-monismo).
(E. Becher). El /e s to ic is m o ad ­ El m onism o m aterialista reco­
m ite una razón universal a m odo noce solam ente la realidad de la
de m ateria etérea, sutil, semejante m ateria y niega la existencia de un
al fuego y actuante en todas las alm a inm aterial ( /M a te ria lis m o ,
cosas. — El hecho de nuestra con­ /A lm a ) . El m onism o espiritua­
ciencia del yo habla en co n tra de lista ve únicam ente en lo som ático
un alm a del m undo cuya acepta­ el m odo exterior de manifestarse
ción convertiría tam bién al hom ­ la realidad única espiritual ( Wundt,
bre en u n a célula del organismo / Esplritualism o). El m oderno pa­
universal desprovista de substantivi- ralelismo psicofísico o teoría de la
dad. L a colaboración y finalidad identidad considera lo espiritual y lo
existentes en el universo se expli­ corpóreo com o dos lados o m ani­
can porque el C reador ha puesto festaciones de una realidad única,
dentro de los organism os particu­ incognoscible en sí. Afirma conse
cuen temen te, y debe presuponer, que exige ante todo u na interpreta­
que los procesos som áticos y aním i­ ción natural. Más próxim a a lo que
cos (vivencias) guardan entre sí acontece en la naturaleza es la teo­
riguroso paralelism o (G. Th. Fech- ría de la acción reciproca (sostenida
ner y la form a de m onism o domi­ p o r Platón y m uchos neovitalistas
nante a fines del siglo xix). El m o­ m odernos, com o Becher). Según
nismo en todas sus variedades es ellos, cuerpo y alm a son dos subs­
contrario a la realidad com proba­ tancias com pletas que se influyen
ble y a la oposición esencial entre m utuam ente po r una causalidad efi­
el m undo de la m ateria y el de lo ciente accidental. (Recuérdese la
anímico (ya en su grado inferior: vieja imagen del alm a com o piloto
el del principio vital, / Vital [Prin­ en la nave del cuerpo o, incluso,
cipio], con m ayor razón en el de la com o prisionera en la cárcel del
vida consciente, y m uchísim o más m ism o.) Los m odernos propugna-
en el del ser espiritual). N o explica dores de esta concepción estaban
cómo «aparece» lo m aterial com o en disposición de replicar a las ob­
m aterial. Y los hechos de que, po r jeciones que, invocando la ley de
un a parte, la vida espiritual tenga conservación de la energía, se habían
lugar sin intrínseca colaboración de form ulado contra todo dualismo.
lo m aterial y, de que p o r otra, lo E n cam bio, la teoría de la acción
inconsciente se dé sin vivencia psí­ recíproca tiene poco en cuenta la
quica, contradicen el supuesto de unidad del ser vivo orgánico (no es
u n a disposición absolutam ente pa­ la entelequia sola ni la m ateria sola
ralela de vivencias anímicas y pro­ la que «vive», sino que el vivir es
cesos materiales. un m odo de ser del todo uno e in­
El puro dualism o en su form a divisible, es decir, del viviente).
m ás extrema (Malebranche, Leib- / V i t a l (Principio).
niz), preparada p o r la separación E l dúo-monismo, la concepción
dem asiado tajante entre lo anímico hilemórfica ( / H ilemorfismo) ela­
(res cogitans) y lo corpóreo (res borada po r Aristóteles, considera el
extensa) realizada p or Descartes, cuerpo y el alm a com o dos «subs­
negaba toda interacción entre cuer­ tancias incom pletas» en su ser
po y alm a, atribuyendo los hechos substancial. É stas no se influyen
notoriam ente indicadores de una m utuam ente con actos individuales
m utua relación, a que el C reador eficientes d e carácter accidental,
desde el principio había ordenado sino que están unidas en su ser
de tal suerte los procesos somáticos substancial para constituir el todo
y psíquicos, que estaban coordina­ de u n a substancia com pleta viviente,
dos entre sí en armonía preestable­ que es el sujeto de la actividad
cida (harmonía praestabilita) sin in­ vital. El alm a se considera entonces
fluencia recíproca. E sta concepción, com o el principio determ inante, in­
hoy sólo históricam ente im portante, form ante, form a d el cuerpo, por la
contradice con dem asiada claridad cual la o tra substancia parcial, el
toda la experiencia vivida de sí mis­ principio m aterial, es elevado a par­
m o que el hom bre tiene, especial­ ticipar del existir vital del todo.
m ente la conciencia de responsabi­ Según el hilenjorfismo posterior, mi­
lidad p o r las acciones del cuerpo, tigado, este principio m aterial con­
y explica de m anera científicamente serva su ser propio m aterial con
inadmisible, recurriendo inm ediata­ sus determinaciones físico-químicas,
m ente a D ios, C ausa Prim era, lo reduciéndose el alm a inform ante
a dar la específica naturaleza de te conocidos de que, por un lado,
ser vivo. E n cambio, según parece la actividad espiritual del hom bre
decir ya el mismo Aristóteles e In­ está condicionada por el ser m ate­
dudablem ente según Santo Tomás rial (influencias cósmicas, herencia,
y otros defensores del hilemorfismo enferm edad), y de que, por otro, las
riguroso, adem ás de la form a (al­ vivencias de orden espiritual tienden
ma), hay sólo un principio p u ra­ espontáneam ente (con la repercu­
mente pasivo, indeterm inado y ca­ sión o «redundancia» sobre la
rente de existencia en sí (la m ateria esfera vital) a expresarse en lo cor­
prima), que únicam ente por aquélla póreo ( /C u e r p o ) . El carácter de
es elevado a participar tan to del ser un todo unitario, propio del ser
com o de la vida. A m bas opiniones hum ano, hoy tan acentuado de nue-
invocan consideraciones de orden .vo po r la m od ern a /a n tr o p o lo g ía
metafisico y em pírico. A quí pres­ em pírica, encuentra en el duo-mo-
cindimos de las discrepancias entre nism o sus cim ientos metafísicos. —
las direcciones escolásticas. El hile­ W il l w o l l .
morfismo, al m enos en su form a
a ) S a n t o T o m á s d e A q u i n o , Quaes-
m oderada, es, por exclusión del
tiones disputatae de anim a; Quaestiones
dualism o y del monism o, la única dispútam e de spiritualibus creaturis; S u m ­
teoría que hace justicia ta n to a la m a contra Gentiles, n , 56-72; Sum m a
unidad com o a la dualidad del ser theologica, i q. 76; b) F. K x i m k e , D er
hum ano, aunque encierra tam bién M onism us, 1911 (tra d . i ta l .: II monism o,
obscuridades (pero no contradic­ F lorencia 1914); B . v. B r a n d e n s t e i n ,
ciones). D er M ensck und seine Stellung im A lt,
U n problem a particular, no re­ E insiedeln 1947; H . B u s s e , Geist und
KSrper, Seele und L eib, 1903; [ S . S t r a s -
suelto claram ente en m odo alguno
s e r , L e problém e de l'ám e, L ovaina 1953];
por A ristóteles, y cuya solución c ) E . B echer , Gehirn und Seele, 1911;
sólo Santo Tomás form uló de m a­ A . W enz l , D as Leib-Seele-Problem im
nera inteligible, es el siguiente: L ichte der m ueren Theorien der p kysis-
¿có;r¡o puede el alm a espiritual chen und seelischen W irklichkeit, 1933;
unirse tan íntim am ente con el cuer­ d ) [P. S i w e k , L a psychophysique hum aine
po p ara constituir una unidad subs­ d ’aprés A ristote, P arís 1930; del m ism o :
tancial? N i hay en el hom bre dos L 'ám e et le corps d'aprés Spinoza, P arís
1930]; e) A . W i l l w o l l , Seele und G eist,
almas, u n a vital y o tra espiritual
1938 [Alma y E spíritu, 1946]; [F. M . P a l-
desligada del cuerpo (hoy a m enudo m é s , Psicología experim ental y filosófica,
caracterizada com o Pneuma p o r la *1952;] desde u n p u n to de vista em p í­
aplicación teológicam ente falsa de rico : H . R o h r a c h e r , Die Vorgánge im
una palab ra de San Pablo), ni el Gehirn und dem geistigen Leben, 1939;
alma espiritual tiene partes subordi­ E. S c h a r r e r , Vom Bau und Leben des
nadas m ediante las cuales anim e el Gehirns, 1936; / H e r e n c i a .
cuerpo ( J. P. Olivi). A ntes bien,
el alm a única, simple y espiritual, Amor, Es la fuerza prim ordial
es tam bién alm a vegetativa al mis­ del espíritu d o tad o de actividad
mo tiem po que lleva a cabo sola volitiva, fuerza afirm adora y crea­
sus actividades espirituales. — La dora de valores. D esde el punto de
unidad substancial que alm a y cuer­ vista de su esencia y de su núcleo
po constituyen, a pesar de la esen­ vivencial es u n a actitud de la vo­
cial diversidad existente entre ellos, luntad; considerado en la integridad
permite com prender en el plano de la vivencia que lo form a, consti­
metafisico los hechos em píricam en­ tuye u n a actividad total afirmativa
(reconocedora, creadora, buscadora pectos de u na actitud fundam ental
de unión) del alm a espiritual ante del ser espiritual-personal con res­
/* personas en cuanto (real o po­ pecto al ser grávido de valor y en
tencialmente) portadoras de valo­ especial a los portadores persona­
res espirituales, y ante estos mis­ les de valor. Pues del mismo m odo
m os valores. D e esta m anera, el que en toda ansia de verdad vibra
am or saca de su aislamiento a la inconscientemente la ordenación
personalidad individual conducién­ ontológica del espíritu a la V erdad
dola al «devenir nosotros» en las absoluta, tam bién en todo genuino
varias form as prim ordiales de / co­ am or espiritual alienta la orienta­
m unidad hum ana. R adicado en el ción hacia el V alor suprem o abso­
conocimiento del valor, su intensi­ luto que exige respeto.
dad puede elevarse sobre la claridad Lo opuesto al am or es el odio,
del conocim iento e incluso darle negador del valor propio de la per­
form a al repercutir en él. Proyec­ sona odiada. Así com o el am or es
tando de ordinario sus rayos sobre creador de valor y plasm ador de
la vida afectiva, aun no siendo elio com unidad, el odio destruye al p ri­
absolutam ente necesario, y sosteni­ m ero y m ata la segunda.
do p or ésta, el am or no es un m ero Puesto que todo hom bre p o r su
sentimiento de deleite ni un aislado personal ordenación al V alor su­
/ «sentimiento superior». Así, por prem o infinito (Dios) posee un
ejemplo, la voluntad puede apreciar valor propio irreiterable y nadie
en grado sumo a una persona m ientras vive puede ser conside­
(v.gr., a Dios) aun en el caso de que rad o com o definitivamente fraca­
el sentimiento siga o tra escala de sado en la consecución del fin de su
valores. Y, sobre todo, no cabe vida, existe el deber del amor al
equiparar el am or a la / tendencia prójimo que n o adm ite excepción.
puram ente instintiva (aunque sea Sin em bargo, esto no excluye, sino
«sublimada»). C ierto es que el que incluye un orden y gradación
am or integram ente hum ano puede del am or conform e a las diversas
fundirse con el instinto para cons­ relaciones y com unidades hum anas
tituir u n a totalidad vivencial y ele­ y las distintas clases de valores que
varlo, com o m edio de expresión, las fundam entan. El infinito y, a la
a un a superior unidad de sentido, vez, suprem o V alor personal de
cual acontece en el m atrim onio; D ios, que es el mismo A m or sub­
mas, por sí sola, la tendencia en sistente, constituye el fundam ento
cuanto tal apunta, según dice la del amor a Dios. P or u n a parte, la
experiencia vivida, a la satisfacción obligación del am or se refiere tam ­
del apetito de los instintos, convir­ bién a la actitud interior, n o sólo
tiendo a la com parte en u n medio a las obras externas. P or o tra, esa
para dicho fin, m ientras que el obligación concierne a dicha actitud,
am or se dirige a la com parte afir­ no en tanto que se sustrae al influjo
m ando y creando valor. El am or directo o indirecto del querer libre
com o actitud aním ica total admite, (como, v.gr., la apreciación afec­
evidentemente, distintas variedades tiva: simpatía y antipatía), sino en
individuales y típicas; así, po r ejem­ cuanto «sí» de la voluntad, radicado
plo, el am or típico del varón difiere en el conocimiento, que se inclina
de alguna m anera del de la mujer. hacia el valor personal reconocién­
A m or y respeto no se excluyen dolo, y abraza todo lo dem ás en
m utuam ente. Son, m ejor, dos as­ la m edida que puede b ro tar de él.
El am or a sí m ismo no se opone l'am our, 1946; P. H i r t , Das Wesen der
al am or a D ios y al prójim o, antes Liebe, Im m ensee 1943; A . W i l l w o l l ,
bien es su presupuesto. P or eso el Chasteté, en D ictionnaire de Spiritualité,
1945, fascículo x ; M. C . D ’A r c y , The
desinterés, la dilatación del yo que
M ittd and H e a n o f L ove, L ondres *1947
se vierte hacia el «nosotros», no (sobre Eros y Agape); [J. B o n n ., L a
denota oposición alguna al orde­ escala de los seres, 1950, pp. 124-166;
nado am or a sí mismo, sino única­ G. T h i b o n , Sobre el am or hum ano;)
mente al egoísmo desordenado que d ) J. V o l k e l t , Z u r Geschichte der P hilo­
se restringe y aferra al propio yo. sophie der L iebe, 1873; P. R o u s s e l o t ,
—El am or personal al prójim o, Pour l’histoire du problém e de l'am our
basado en el orden del ser y del au M oyen áge 21933 (en «Beitr&ge zur
G eschichte d e r P hilosophie des M ittelal-
valer, equidista tanto de la filantro­
ters», vol. v i, f a s e . 6 ) ; Z . A l s z e g h y ,
pía m eram ente sentim ental, encu­ Grundformen der Liebe. Die Theorie de
bridora m uchas veces de un refina­ Gottesliebe bei dem Heiligen Bonaven-
do egoísmo, com o del altruismo tura, R o m a 1946.
exagerado que sólo adm ite com o
moralm ente defendible el o b rar en Amor a sí mismo. Reciben este
atención al bien ajeno. — La com­ nom bre la estim ación de sí mismo
pasión (el com penetrarse con el su­ así com o la voluntad resultante de
frimiento del prójim o) debe fom en­ ella y la tendencia al propio bien.
tar el am or recíproco y la enérgica Es el instinto de autoconservación
prestación de ayuda, pero en m odo propio de todo ser viviente en
alguno es la m edida única del o brar, cuanto m anifestado p o r el conoci­
ya que es a m enudo tránsito nece­ m iento y la voluntad. El am or p ro ­
sario hacia m ás elevados valores. pio se vuelve contra todo lo que
Puesto que el am or apu n ta de la a su entender dism inuye o aniquila
manera más directa y com pleta al la propia existencia y reclam a lo
valor en cuanto tal, y el alm a espi­ que la conserva y fom enta. El A m or
ritual en sus fuerzas creadoras in­ a sí mismo enraizado en el instinto
vita con la m áxim a intensidad a la de autoconservación tiene com o fin
unión con los valores objetivos y inm ediato el individuo, sirviendo
sus leyes, el am or es tam bién la sólo m ediatam ente a la conserva­
fuerza m ás poderosa p ara com uni­ ción de la especie. — El am or
car una noble estructura a la to tali­ ordenado a sí mismo es un deber
dad de la vida hum ana y llevar a su moral, porque el fundam ento ver­
plena realización el orden m oral. — dadero y m ás profundo de la auto-
W il l w o l l . estimación reside en la condición
que el hom bre posee de ser imagen
A. E n t l e u t n e r , Naiurwissenschafi
Naturphilosophie u nd Philosophie der de D ios, imagen que con su activi­
Liebe, 1877; M . ScrtELER, Wesen und dad debe llevar a la m ayor perfec­
lo rm en der Sym pathie, 61948 [trad. e s p .: ción posible. El am or a sí mismo
Usencia y jo rm a s de la sim patía, Buenos com o voluntad del propio bien es
Aires 1943]; R. E g e n tb r , G ottesfreunds- ordenado cuando, siguiendo la co ­
chaft, 1928; E. R a it z v o n F r e n t z , rrespondiente serie de valores, per­
Drei Typen der Liebe, en «Scholastik» sigue los bienes adecuados a la
H (1931), don d e se en co n trará am plia
esencia del hom bre y con su aspira­
b ib lio g rafía; R . A l l e r s , L 'a m o u r et
l'instinct, en «É tudes C an n élitain es» ,
ción n o perjudica al prójim o en sus
1^36; S il v e r io d e S a n t a T e r e s a , El derechos. — El am or rectam ente
precepto del amor. Burgos 1941; M. ordenado a sí mismo no puede
N í u o n c e l l e , Vers une philosophie de estar jam ás en contradicción con
el verdadero bien de los semejantes, articuladas en un conjunto total,
antes, por el contrario, es necesario obteniendo así un conocimiento
para éste. Por Jo que respecta a los explícito de las mismas. A esta
bienes m orales e intelectuales, no dirección del pensar se opone otra
es posible, en general, la exclusión denom inada /s ín te s is . — En p a r­
de uno por p arte de otro. Si en lo ticular, se denom ina analizar un
que concierne a los bienes m ate­ todo conceptual, descomponerlo en
riales se observan po r todos las los contenidos parciales en él im­
leyes de la justicia, resulta posible plícitamente pensados llam ados no­
a cada u no procurarse Jo necesario. tas. C uando una de éstas se pre­
C uando todos piensan en su perfec­ dica de aquel todo en un juicio,
cionam iento esencial, el orden y el resulta un juicio analítico (juicio de
bien de la com unidad están también explicación: v.gr., el cuadrado tiene
asegurados. — El am o r a sí mismo cuatro ángulos rectos); K an t, por
es desordenado cuando antepone lo menos, entiende así esta expre­
los bienes inferiores a los superiores sión. O tros — menos acertada­
y cuando, reclam ándolo todo inde­ m ente — hablan tam bién de juicio
bidam ente p ara si, lesiona a los analítico cuando el predicado, aun
prójim os en su derecho. E n tal sin estar previamente pensado en
caso ha degenerado en egoísmo. — el concepto sujeto, se sigue, no obs­
A tenta co n tra el deber ético del tante, necesariamente de su conte­
am or a sí m ism o quien se causa nido, m ostrando una «propiedad
daños en el cuerpo y en la vida esencial» (un «proprium ») de aquél.
(v.gr., por la m utilación o el /P re d ic a b le s. — En otro sentido
/ suicidio) o en los bienes intelec­ cabe llamar análisis al proceso que
tuales y m orales y quien por desidia se rem onta de las conclusiones a las
deja de hacer esfuerzos p ara lograr proposiciones prim itivas en que
su propio desenvolvimiento y per­ aquéllas descansan ( /P rin c ip io s
fección. / A m o r . — K l f i n h a p p l .del conocimiento). — Analítico sig­
nifica lo que se sirve del m étodo
b) M . WriiMANN. E th ik, 1923: O
de análisis y tam bién lo obtenido
■ScHILliNf., L ehrbiuh der M orahheologie-
o lo que va a obtenerse con éste. —
1929; T h . S te in b u c h e l, Die philoso-
phische Grundlagen der katholischen Sit- D e V rtes .
letilehre, 1938; d ) J . M a u s b a c h , Die
b) G . SÓHNGFN, Ueber analytischc
E th ik des heiligen A ugustinus, *1929;
and synthetische Urteile, 1913; J. F ro -
e) V. C a t h r e i n , M oralphilosophie, *1924
b e s , Lógica form alis, R om a 1940, pp.
[trad. ital.: Filosofía m orale, Florencia
389-393; [É. R a b if .r , Logique, Paris
1913-1920]; [G, M á rq u e z , Filosofía mo­
*1899;] d ) J. d e V ries, Ceschichtliches
ral, 2 v o ls., 61943.]
zu m Streit um die metaphysischen Prín-
zipien, en «S cholastik» 6 (1931) pp.
Análisis. Etim ológicam ente sig­ 196-221; e) A . L e h m e n , Lehrbuch der
nifica descomposición (de un todo Philosophie i, *1917, pp. 131-134; }E.
en sus partes). E n el lenguaje filo­ C o l U N , M anual de filosofía tom ista,
sófico, análisis designa el m étodo 1943, H, pp. 178-181.}
consistente en descomponer m en­
talm ente un todo (ya sea real, ya Analogía. Vocablo acuñado ya
lógico) en sus constitutivos parcia­ por los griegos, viene de áváhoyov,
les. El análisis separa unas de otras que significa «según proporción».
las partes conocidas inicialmente Con este térm ino se expresa ante
sólo de un m odo implícito, es decir, todo la analogía del conocim ien-
lo, el cual concibe un ente p o r su hasta su m edula metafísica, no sien­
relación con otro distinto. E l ser do, p o r lo tanto, unívoco en ningún
ile un ente es, por consiguiente, aspecto; m ientras en el segundo
inferido o al m enos aclarado, com ­ caso es análogo únicam ente en su
parándolo con otro diferente, v .g r.: realización físico-concreta, perm a­
el pensam iento m e vino com o un neciendo unívoco en su fondo me-
rayo. L a analogía supone que el tafísico. El género «viviente» perte­
ser con que va a hacer la com para­ nece a la segunda clase; entre los
ción (p o r lo m enos desde el punto conceptos del prim er grupo, inte­
de vista de la misma) es más cono­ grado sólo p o r los p ro p ia o esen­
cido que el otro y que entre am bos cialm ente análogos, está el concepto
hay a la vez coincidencia y diver­ del ente.
sidad. Sin coincidencia desaparece P ara caracterizar más exacta­
toda posibilidad de com paración; m ente el concepto análogo deben
sin diversidad, la com paración da considerarse los dos tipos funda­
como resultado una m era repetición m entales de analogía: de atribución
de lo m ism o sin nueva aclaración. y de proporcionalidad. En este
De ahí que et conocim iento analó­ p unto hay que distinguir el conte­
gico tenga sus raíces en la analogía nido conceptual (o bien el térm ino)
del ente, gracias a la cual dos o m ás com ún y análogo (v.gr., el ente)
entes coinciden y al mismo tiem po de los sujetos de las relaciones
s e distinguen en su ser. Ella consti­ análogas o analogados (v.g., D ios
tuye el objeto de la exposición que y la criatura). En la analogía de
sigue. Esta analogía se refleja en atribución lo analogado com ún se
nuestros conceptos y palabras. atribuye al análogo secundario in ­
Q ueda a un lado, po r faltarle la dicando u n a dependencia respecto
coincidencia, el térm ino equivoco, al principal. H ay una analogía de
el cual reúne accidentalm ente bajo atribución extrínseca y o tra intrín­
el m ism o nom bre contenidos ente­ seca, pues en virtud de la aludida
ram ente diversos (v.gr., cisne com o dependencia puede aplicarse al ana-
animal o com o constelación). Al logado secundario ya sólo el nom ­
otro lado deben colocarse p o r fal­ bre análogo, y a también elcontenido
tarles la diversidad, los sinónimos conceptual p o r él significado. U n
y los unívocos, pues los prim eros ejemplo de la prim era lo constituye
coinciden com pletam ente en sus el predicado «sano»: el analogado
contenidos (v.gr., anim al racional principal es el cuerpo hum ano p o ­
y hom bre) y los segundos separan seedor real de la salud; los analoga­
de dos conceptos en conjunto com ­ dos secundarios pueden ser, v.gr.,
pletam ente diversos un sector en los colores del ro stro o el alimen­
el cual coinciden por entero, y, por to, los cuales, por su relación con la
consiguiente, concuerdan sin diver­ salud del cuerpo (com o signo o
sidad (v.gr., el género «viviente» causa de la misma), reciben el
respecto a anim al y planta). P ara nom bre de «sano», pero careciendo
el conocim iento analógico se tienen de aquélla. Com o ejemplo de la
sólo en cuenta los conceptos que segunda puede aducirse el concep­
encierran en sí inseparable (analo- to del ente: de D ios se predica la
nía m etafísica) o, p o r lo m enos, noción de «ente» com o analogado
inseparadam ente (analogía física), principal; de la criatura com o ana-
coincidencia y diversidad; en el p ri­ logado secundario; porque real­
mer caso, el concepto es análogo m ente lo es aunque en absoluta
dependencia de Dios. Existe entre In l senténtiaruni, d. 19 q. 5 a. 2 ad I ;
am bos una coincidencia en el ser, Comentarios a la M etafísica de A ristó­
penetrada, em pero, por la diver­ teles iv, lee. 1 (ed. C ath ala n.°« 536-39);
C a y e t a n o (T o m á s d e V io ) , De nominum
sidad, pues D ios lo posee con in­
analogía; S u á r e z , Disputationes meta-
dependencia y perfección, y la phvsicae, d. 32 sect. 2 ; b) B. d e S o l a g e s ,
criatura, en cambio, de un m odo Dialogue sur I’analogie, 1946; E. P r z y -
dependiente e imperfecto. w a r a . Analogía entis, 1932; M . P e n id o ,
La analogía de proporcionalidad Le rúle de l ’analogie en théoíogie dog-
se funda en que cada uno de los matique, 1931: H. H e n g s t e n b e r o , Auto-
analogados encierra una relación nomism us uneI Transzendemphilosophic,
en la cual a la vez coincide y dis­ 1950, pp. 415-463; [M. d e M u n n y n c k ,
crepa. Se trata de la recíproca re­ L'analogie mctaphysique, en «Revue
Néoscoíastique de Philosophie» (1923);
lación de analogía entre dos razo­
N. B a l t h a s a r , L ’abstraction métaphysi-
nes, la cual se denom ina también que et l ’analogie des étres dans l'étre,
«proporcionalidad». Puede ser pro­ 1935;] d ) P . G r e n e t , L es origines de
pia cuando la relación en am bos l'analogie phdosophique dans les dialogues
analogados apunta al contenido de Platón, P arís 1948; J. H a b b p l, Die
esencial com ún, e impropia si la Lehre des heiligen Thomas ron der nur aita-
relación del analogado secundario logen Bedeutung unserer Aussagen über
Gott, 1928; A , G o e r g e n , Die Lehre von
no es a dicho contenido esencial
der Analogie nach Kard. Cajetan und ihr
com ún, sino sólo a un efecto se­ Verhaltnis zu Thomas yon A qnin, 1938;
mejante de algún m odo al irra­ M. B a n g e , Eckeharts Lehre vom gSttU-
diado po r aquel contenido. D ios y chen und menschlichen Sein, 1931; [S. B el -
las criaturas guardan relación al m o n d , V univocité scotiste, en «R evue de
ser, pero de m anera esencialmente Philosophie», xxi (1912) pp. 38 ss y
distinta, a saber: D ios, de un m odo 113 ss; xx n (1913) p . 137; R. B l a n c h e ,
necesario; la criatura, contingente. La notion d'analogie dans la philosophie
H ablam os de un prado «riente», de Saint Thomas, en «Revue des Sciences
philosophiques et théologiques» (1921)
no en el sentido de que realm ente
pp. 169-194; S. R a m ír e z , De analogía
«ría», sino porque nos alegra de secundum doctrinam aristotetico-thomis-
igual m anera que un rostro son­ tam, en «C iencia tom ista», (1921) pp. 20,
riente. Éste es el llam ado lenguaje 195, 337; (1922) p. 17; J. H e l l í n , S. I.,
metafórico. La analogía del ser y el conocimiento de
La im portancia de la analogía Dios en Suárez, 1947.J
aparece sobre todo en el problem a
de Dios. P or significar coinciden­ Animal. Los animales m etazoos
cia, supera la absoluta separación son /o rg a n is m o s p lu ric e lu la re s
entre Aquél y el m undo, posibi­ que se diferencian com o reino pro­
litando, contra todo /a g n o s tic is ­ pio, esencialmente distinto tanto
mo, el conocim iento del Ser in­ de los protistas unicelulares o ace-
finito. Mas, p o r significar simul­ lulares (protozoos, grado ínfimo
táneam ente diversidad, excluye la del cosmos viviente) como de los
identificación panteísta de mundo vegetales pluricelulares (metafitos).
y D ios, y no perm ite alcanzar un Desde un punto de vista pura­
concepto exhaustivo de este últi­ mente descriptivo (zoológico), los
mo. — L o t z . animales son organism os heterotro-
a) S a n t o T o m á s d e A q u in o , Sum m a fos, es decir, organism os que se
theologica i q. 13 a. 5 .; Quaestiones nutren predom inantem ente de m a­
disputóm e de veritate, q. 2 a. 11; Quaes- terias orgánicas, m ientras que el
tianes dispútam e de potentia, q. 7 a. 7; vegetal, com o organism o autotro-
fo, está ligado a la m ateria y a las La tarea de m ostrar la existencia
energías inorgánicas. El anim al pro­ de m odos sensitivos de reaccionar
duce en el interior del cuerpo la y de refutar el automatismo (los
energía necesaria m ediante proce­ animales son m áquinas que fun­
sos de oxidación que se verifican cionan m ediante movim ientos re­
en la respiración interna. Con esto flejos: Descartes, Bethe, Loeh y
se relaciona el hecho de que los otros) se lleva a cabo en dos eta­
animales no se hallan ta n firme­ pas: 1.° M ientras en todos los
mente atados al substrato m aterial organism os existen procesos que se
com o los vegetales, m ostrando, por verifican en form a puram ente au to ­
el contrario, una gran abundancia mática (movimientos reflejos), es
de form as de m ovim iento y de decir, rígida, inalterable, unívoca
aparatos sensoriales que en gran y enteram ente dependiente del exci­
parte dispensan al animal de vin­ tan te desde el punto de vista cuan­
cularse rígidam ente a un lugar. titativo, en el com portam iento ani­
C onsiderado com o organism o, el m al se dan procesos que cierta­
anim al es una «configuración o m ente no discurren por el cauce del
form a cerrada», lo cual significa puro autom atism o, o sea el animal
que está integrado por sistemas reacciona no sólo al aspecto cuan­
cerrados de órganos y m ovim ien­ titativo de la excitación, sino, y
tos circulatorios (circulación san­ esto es lo decisivo, al contenido
guínea, sistema nervioso, etc.) pro­ significativo de la misma. P or ejem­
vistos de órganos centrales (v.gr., plo, un perro reacciona con igual
corazón, cerebro); las células indi­ intensidad a la aparición de su due­
viduales no están separadas entre ño tanto sí éste se encuentra cerca
sí po r fuertes paredes, com o acon­ com o lejos y, por consiguiente,
tece en el vegetal, y abandonan ta n to si la excitación es mayor
su substantividad, por lo que res­ com o menor. Lo que decide es
pecta a form a y función, a favor el contenido concreto significativo
de la superior unidad del órgano; de «dueño»; esto contradice el m o­
el desarrollo estriba en la form a­ do exclusivamente autom ático de
ción de hojas blastodérm icas que, reaccionar. Los animales, además,
en oposición a la estructura abier­ tienen / m em oria sensitiva y pueden
ta del vegetal, lleva a la constitu­ aprender po r /e x p e rie n c ia . 2.a T o­
ción de superficies interiores ab­ dos estos procesos se hacen inteli­
sorbentes. Finalm ente, el anim al gibles suponiendo en el anim al la
posee órganos correspondientes a existencia de estados semejantes a
aquellos que en el hom bre están aquellos de que el hom bre es cons­
al servicio de la vida consciente ciente puesto en condiciones p a­
de los sentidos. C onsiderado filo­ recidas : percepciones, emociones,
sóficamente, el anim al es u n ser movim ientos instintivos.
viviente que, adem ás de la irrita­ L a falta de pensar conceptual
bilidad ( / Vegetal), m uestra reac­ y de querer inteligente en los aní­
ciones psíquicam ente condiciona­ m ales se infiere de la falta de un
das; pero no vida intelectual. Com o lenguaje conceptual y de todo desa­
sujeto de la vida sensitiva hay que rrollo cultural, cosas am bas que
adm itir un alma animal. Condición deberían aparecer de alguna m a­
previa p ara los actos típicos del nera en un ser sensitivo-racional.
com portam iento anim al es la con­ L o que pudiera interpretarse en el
ciencia sensitiva. sentido de un / lenguaje o / cultura
es específicamente inm utable y ex­ llam a antitética y la contradicción
plicable p o r el /'in s tin to . La lla­ m isma antinom ia.
m ada inteligencia animal no es la L a prim era antinom ia (de la
capacidad p ara pensar por con­ cantidad) se refiere a la finitud o
ceptos o com prender en abstracto infinitud espacial y tem poral del
la relación medio-fin, sino una m u n d o : el m undo tiene (o n o tiene)
aptitu d condicionada por la heren­ un comienzo tem poral y posee
cia y el instinto p ara adaptarse (o no posee) límites en el espacio.
(más o m enos rápidam ente) al La segunda antinom ia (de la cua­
am biente. — H a a s . lidad) concierne a la división de
C la u s - G r O b b e n - K ü h n , Lelirbuch der un todo fenoménico dad o : toda
Zoologie, 1932; K . v o n F r is c h , D u und (ninguna) substancia com puesta es­
das Leben, 1950; A . K ü h n , Grundrias tá form ada por partes simples. La
der alfgemem en Zoologie, *1946 [trad. tercera antinom ia (de la relación)
c s p .: Compendio de zoología general, afecta al tipo de causalidad pro­
1953; D ’A n c o n a , Tratado de zoología ductora de los fenóm enos: la cau­
(trad . csp.) 1957]; R. H e s s e , Tierbau und
Ticrlehen, 1943; A. P o rtm a n n , Die Tíer-
salidad según las leyes naturales
gestalr, 1948; / 'i n s t i n t o . (en oposición a la causalidad libre)
es (o no es) la única de que pue­
Antinomias. Entiéndese por an­ den derivarse los fenóm enos en
tinom ia la aparente contradicción conjunto. L a cuarta antinom ia (de
entre proposiciones dem ostradas o la m odalidad) se refiere a la exis­
la contradicción real entre propo­ tencia de un ser necesario: un ser
siciones aparentem ente dem ostra­ absolutam ente necesario está (o no
das. La apariencia de contradicción está) im plicado en el m undo como
puede tener fundam ento objetivo parte o causa de él.
cuando se tra ta de objetos que sólo L a dem ostración en las dos pri­
pueden ser conocidos analógica­ m eras antinom ias (las denom ina­
m ente po r nosotros. L a solución das matemáticas) presupone, según
de la antinom ia descubre, sí, que K an t, que el mundo (sum a de
no se trata de una contradicción todos los fenómenos) es un todo
form al; pero no da a conocer las existente en sí; pero com o esta
recíprocas relaciones de los obje­ hipótesis es falsa, las conclusiones
tos en sí mismos. A sí, por ejemplo, lo son tam bién. L a oposición de
los conceptos de inm utabilidad y estas antinom ias no es contradic­
libertad divinas ( / D i o s [Libertad toria, sino contraria. — Solución
de]) rectam ente com prendidos, no de la prim era l : el m undo com o
se excluyen necesariam ente, mas fenóm eno (m eram ente dado en el
n o p o r eso puede com prenderse regressus em pírico a condiciones
positivam ente la posibilidad de su empíricas) n o es infinito ni finito;
coexistencia. es decir, el regressus em pírico pue­
Según Kant, la razón hum ana cae de ser continuado desde cualquier
inevitablem ente en contradicciones p unto alcanzado (in indefinitum).
tan pronto com o aplica su princi­ — Solución de la segunda: todas las
pio de la unidad incondicionada partes de un todo son ciertam ente
al m undo de los fenómenos. La dadas en la intuición, pero nunca
investigación de estas necesarias su división total, la cual (por lo
contradicciones y de sus causas se que toca al pu ro fenóm eno en el

1. Nótese que estas soluciones son las propuestas por K ant. (N . del T.)
espacio) puede continuar in indc- nóm enos (objetos de los sentidos),
linitum. no vale incondicionalm ente de ellos
M ientras en las antinom ias m a­ com o cosas en sí (objetos de la
temáticas el retroceso se hacía razón). Asi, es exacto que el m undo
necesariam ente a condiciones h o ­ visible, como un todo, nunca puede
mogéneas del orden sensible, cabe devenir objeto de una experiencia
adm itir tam bién en las antinomias y que la división com pleta de algo
dinámicas (tercera y cuarta) el re­ extenso tam poco puede term inarse
troceso a una condición hetero­ en experiencia alguna. K an t, sin
génea, puram ente inteligible (ase­ em bargo, va dem asiado lejos, redu­
quible a la razón), de suerte que ciendo los fenóm enos a m eras re­
tanto la tesis como la antítesis presentaciones en vez de conside­
pueden resultar verdaderas. — So­ rarlas com o reflejos de las cosas
lución de la tercera: todos los fenó­ en sí. En esta hipótesis una causa­
menos están m utuam ente enlaza­ lidad libre y un ser necesario se­
dos según una regla (causalidad rían no sólo posibles, sino exigi-
de ¡a naturaleza) , pero tienen, qui­ bles por la razón. L a solución de
zá, causas que no son fenómeno la tercera antinom ia es insuficiente
y, p o r consiguiente, tam poco son ( /L i b e r t a d de la voluntad). —
determ inadas por los fenóm enos a /C ritic is m o . — B r u g g e r .
su causalidad (causalidad de la I. K a n t , K ritik der reinen Vernwt/i,
libertad). — Solución de la cuarta: M787, pp. 432-595; J. R ic h te r , Die
en la sum a de todos los fenómenos kantischen Antinom ien, 1863; J. Q u a a t z ,
no puede ciertam ente encontrarse Kants k o s m o >og ¡ s c h e Ideen, 1872;
un ser necesario. Sin em bargo, no F. E h r h a r d t , K ritik der kantischen A n ­
repugna que la serie entera del tinomien, 1888; F . F,v el in , Im raison puré
et ¡es am inom ies, Parts 1907; W . R a u s -
mundo sensible dependa de un ser
CHENSERGF.R, Die Antinom ien Kants, 1923;
necesario, que se halle fuera de la
H . R a th sc h l a g , D ie Bedeutung der A n ­
misma. P or supuesto, a p artir de tinom ien fiir den K ritiiism us, 1936;
los fenómenos no puede deducirse [L . B r u n s i . H vrcc., La technique des anti-
ia existencia de tal ser, pues los nom ies kantieitnes, en «R evue d 'h isto irc
fenómenos no son más que repre­ de la philosophie» (1928) p p. 49-71],
sentaciones.
C rítica: H ay que conceder que Antropología. Etimológica­
las antinom ias se fundan en la do­ m ente deriva del griego y significa;
ble naturaleza de nuestra razón, doctrina del hom bre. E ste térm ino
la cual, de u n a parte, com o razón, fué usado en un principio p ara de­
se dirige a lo incondicionado del signar la antropología científico-
ser en cuanto tal, y de otra, com o n atural que, con m étodos de las
razón hum ana, está restringida pri­ ciencias naturales (distintos de los
m ariam ente a las cosas sensibles, propios de las del espíritu), estu­
de m anera que, si bien se eleva dia al hom bre en su peculiaridad
sobre éstas, no obstante, en su som ática, especialm ente racial y
manera de concebir utiliza, por genética. N o obstante, en los últi­
decirlo asi, los objetos corpóreos m os decenios h a prevalecido defi­
com o m odelo. L a resolución de las nitivam ente la antropología filo ­
antinom ias m ediante la distinción sófica, cuyo iniciador puede -decir­
ele cosas en sí y fenóm enos contiene se que ha sido Scheler.
también un núcleo de verdad, pues P ara valo rar este cam bio en la
lo que vale de las cosas com o fe­ historia del pensam iento bastarán
unas pocas indicaciones. La cues­ la de un m odo explícito el terna
tión acerca del hom bre es cierta­ antropológico com o tal. Finalm en­
m ente en algún m odo «el» tem a te, la filosofía existencial ( / E x i s ­
de la filosofía; sin em bargo, en tencia! [Filosofía]) representa la
tiempos pasados no constituyó el últim a profundización y com o un
punto dom inante. L a antigüedad epílogo. — / [195-198],
giraba en to m o al «cosmos» o la Las diversas direcciones d e la
naturaleza que descansaba sobre antropología m uestran al mismo
sí misma, considerando al hom bre tiem po los peligros que dentro de
en conexión con ella. P ara la Edad sí oculta. Si la vida pasa a prim er
M edia el hom bre fué un miembro térm ino, considerándola predom i­
del «orden» salido de Dios. La nantem ente desde el p unto de vista
E dad M oderna desató al hom bre del cuerpo, la naturaleza propia del
de tales cim ientos sustentadores hom bre se desvanece; esto es lo
colocándole sobre sí mismo, pre­ que se percibe en Nietzsche, se
dom inantem ente com o «sujeto» o advierte reiteradam ente en la fi­
razón, con lo cual ésta, com o su­ losofía de la vida y aparece sobre
jeto trascendental o panteística ra­ todo en el Scheler de los últimos
zón universal absoluta, acabó por años y en Klages. Las más de las
oprim irle y volatilizarle, haciendo veces se llega a volatilizar en la
de él un m om ento fugaz del curso vida los demás contenidos p o r las
evolutivo del A bsoluto. El hom bre vías del biologismo, relativismo y
cayó, al fin, en la cuenta de la psicologismo. O tros destacan el ca­
inanidad de tales construcciones, rácter privativo del hom bre que,
advirtiendo que lo había perdido com o existencia (Existenz), lleva
todo, incluso su propia personali­ por su autorrealización ventaja a
dad, que había sacrificado la vida todo m ero existente (V orhanden);
al concepto abstracto ilusorio y así, Kierkegaard y la filosofía exis­
que se encontraba ahora ante la tencial en general. Sin em bargo,
nada. El renacim iento empezó al aun en éstos se n o ta siempre la
verse arrojado sobre sí mismo y inclinación a reducirlo todo a pu­
(en oposición al idealismo) precisa­ ros m odos de existir del hom bre;
m ente sobre la personal e histó­ esta actitud cam bia la antropología
rica concretez de su vida, que se en antropologismo. La raíz m ás im ­
adelantaba y desbordaba todo con­ portante de los peligros señalados
cepto. Así deviene el hom bre mis­ se halla sobre todo en el irraciona-
mo tem a único del filosofar: se lismo ( /I rr a c io n a l) que no quiere
tra ta de estudiarlo y considerar trascender la autoexperiencia inm e­
en él todo lo demás. P o r eso la diata de la vida o del hom bre, per­
filosofía se hace m ás o m enos an­ m itiendo sólo la interpretación o
tropología, po r m ás que, a veces, hermenéutica (D ilthey), o bien el
se pierde tam bién en ella. Las pri­ análisis f e n o m e n o ló g ic o (desde
m eras manifestaciones se dan en Husseri) de la misma.
el Schelling del postrer período y A m odo de crítica d e la an tro p o ­
en Kierkegaard. Después, esta co­ logía cabe decir que jam ás la filo­
rriente va desenvolviéndose, p a­ sofía entera podrá reducirse a ella
sando por Nietzsche, p o r la filo­ (¡antropologism o!). C o n s id e r a d a
sofía de la vida ( / Vida [Filosofía metafísicamente, es m ás bien aque­
de la] y po r la / fenom enología, lla parte de la filosofía que investi­
hasta llegar a Scheler, que form u­ ga la estructura esencial del hom -
hre. N o obstante, éste se encuentra N atur und Person, 1949; d) E. D in k l er ,
en el centro del filosofar en cuanto D ie Anthropologie A ugustíns, 1934; J.
que infiere to d o lo demás a p artir L o tz , D as christliche M enschenbild im
R ingen der Z e it, 1947; e) Lo t z - d e V ries,
iic sí mismo y hace accesibles las
Die W elt des M enschen, a 1951 [trad. esp.:
realidades trascendentes a él en los El mundo del hom bre, 1955].
modos de su existir relacionados
con ias mismas. P or eso el camino
liad a los dom inios peculiares de Apetito (appetitus} . En el sen­
la ontología ábrese únicam ente a tido m ás am plio del térm ino, el
trrvés de una interpretación on- apetito com o activo tender a un
tológico-fundamental del hom bre. / f i n es propio d e todo ser finito
Kn este sentido una previa a n tro ­ capaz de actividad. D enom inam os
pología es la puerta de la filoso- apetito natural (appetitus naturae)
fía, la cual queda, p o r lo tanto, la cualidad que u n ente posee de
determ inada antropológicam ente estar inclinado a la plena realiza­
(no antropom órficam ente) en la for­ ción de su ser y de sus posibili­
ma de su expresión. — L o t z . dades operativas, cualidad en que
se apoyan todos los actos apeti­
A n tro p o lo g ía científico - n a tu r a l: R . tivos particulares (aun los cons­
M a r t in , Lehrbuch der Anthropologie, cientes). Así, p o r ejemplo, la plan­
M928; K . S allrr , Leitfaden der Anthro- ta tiende inconscientem ente a su
/¡ologie, 1930; H . M u c k e r m a n n , Die
desenvolvimiento. — A petito en el
neue Anthropologie im Z eitalter der
Technik, en «Stim m en der Zeit», 144
sentido literal estricto del vocablo
(1948-49) p p . 250-259; A. G ehlen , Der es el tender consciente (appetitus
M ensch und seine Stellim g in der Welt, elicitus) a fines conocidos p o r el
“1950; [J. P érez B a r r a d a s , M anual de entendim iento o los sentidos. A n­
Antropología, 1946; E. F r iz z i , A ntropo- clado en el apetito natural, sólo
logia, 1951.] A n tro p o lo g ía sociológica: puede dirigirse a fines que en a l­
L. v o n W iese, H om o sum, 1940. A n tro ­ gún aspecto m uestran u na confor­
pología filosófica: a) S anto T omás de
m idad con aquél y, por lo tanto,
A q u in o , S u m m a theologica, I q. 75-76;
b) P. W u st , Der M ensch und die Philo­ con la perfección ontológica del
sophie, 1946; J. G u a r d in i , W elt und apetente. N o hay apetito encam i­
Person, 1939; B. v o n B r a n d e n stein , D er nado al m al p o r el mal. — Según
Mensch und seine Stellung im A lt, 1947; sea la elevación del fin apetecido,
Das B ild des M enschen und die Idee des del acto de apetecer y del conoci­
Humanismus, 1948; A . D empf , Theore- m iento del fin (tres cosas que guar­
tische A nthropologie, 1950; [J. I t u - dan proporción entre sí) distíngue­
rr io z , E l hom bre y su m etafísica, 1943;
se un apetito espiritual ( / V o l u n ­
O. R o b le s , Esquema de antropología filo ­
sófica, 1942; J. R o io G ir o n b lla , E n­ tad) de fines conocidos intelectual­
sayo de antropología m etafísica, en «P en­ m ente y un apetito sensitivo~animal
sam iento», 5 (1949) pp. 275-315; 6 (1950); ( / I n s t i n t o ) . En el hom bre am bas
E. F r u t o s C o r té s , L os problem as de la form as se hallan dispuestas de tal
antropología filosófica en e l pensam iento m odo que, a pesar de su carácter
actual, en «R evista d e Filosofía», 12 opuesto, se enlazan m utuam ente de
(1953) pp. 3-30, 207-257;] c) M . ScHE- suerte que el desarrollo exclusivo
LER, Z u r Idee des M enschen ( Um sturz
del apetito sensitivo destruye el
der W erte i, ”1927; D ie Stellung des
M enschen im Kosm os, 1928 [trad. esp.:
ser y el valor del hom bre y el im­
Et puesto del hombre en el cosmos, pulso escueto (en lugar de una
Buenos A ires 1938]; M. B u b s r , Das recta disposición y subordinación)
Problem des M enschen, !948; A. V e t t e r , de la potencia apetitiva sensorial
puede llevar a una defectuosa for­ Las opiniones divergen cuando
m ación del alma. / I n s tin t o , / se tra ta de dar un a interpretación
V oluntad, / P a s i ó n . — W il l w o l l . más precisa de la naturaleza de es­
J. L o t z , Sein und W ert, i, 1938; tos elementos, principalm ente de
J. S m .E B , D er Z'A'eck in der Philosophie la form a, así com o de explicar la
des Franz Suárez, 1936, pp. 27 ss, 44 ss: discrepancia frente a la actitud pla­
/ I n s t i n t o , /V o l u n t a d . tónica. Las form as constituyen tam ­
bién el fin interno del ser o «telos»
Aristotelismo. £s la doctrina (de ahí év-reX-íxeta). Esto reviste
filosófica de Aristóteles (384-322 a. especial im portancia referido a los
de J. C.) y su escuela (llam ada principios formales de los seres vi­
Liceo o escuela peripatética), do­ vientes: al alm a de los vegetales,
m inante en la E dad M edia entre animales y del hom bre. E l alma
los árabes (Averroes) y judíos hum ana, única, desempeña tam ­
(M oisés M aimónides) y que, desde bién las funciones de la vida vege­
el siglo xm, gracias principalm ente tativa y animal. El hom bre no
a San Alberto Magno y Santo To­ crea, sacándolo de sí mismo, el
más de Aquino, ejerció u n influjo conocim iento intelectual, sino que
preponderante en el Occidente cris­ lo adquiere p or el influjo determ i­
tiano, no sin antes sufrir altera­ nante de los sentidos; no obstante,
ciones esenciales exigidas por la en vez de m antenerse puram ente
fe ( /E sc o lá s tic a ). A ristóteles no pasivo, actúa p or la fuerza espon­
funda la verdad del conocim iento tánea del intelecto agente (intel-
hum ano en un m undo ideal tras­ lectus agens), distinto del intelecto
cendente ( / Platonismo), separado pasivo. Sólo el intelecto agente es
de la experiencia, sino en las fo r­ inm ortal; éste viene «de fuera»,
m as que las cosas contienen y que no originándose por generación.
constituyen el correlato real de las Los árabes vieron en el obscuro
ideas de la m ente hum ana. E n la texto de Aristóteles un monopsi-
form ación y desarrollo del conoci­ quism o: la unidad del «intellectus
m iento colaboran la experiencia agens» para todos los hombres.
sensible y la abstracción del enten­ P or lo que se refiere a la vida de
dimiento. La filosofía prim era o la voluntad, Aristóteles enseña la
metafísica, ciencia del ente y de libertad de elección, aunque sin
sus form as m ás elevadas, tiene la distinguir claram ente lo libre de
prim acía entre las diversas ram as lo m eram ente voluntario. Concibe
del saber científico. El ser contin­ a D ios com o A cto purísim o vór¡ov;
gente, som etido al m ovim iento, ca­ voTjozms) y Prim er M otor de las
paz de devenir y de perecer, consta esferas celestes. L a afirmación de
de una parte potencial y otra su naturaleza personal queda en­
actual: de m ateria y form a. El de­ vuelta en dudas. N o es creador del
venir no es la producción de algo universo. En ética propone como
enteram ente nuevo, sino un cam ­ fin de la vida hum ana la felicidad
bio de esencia, en cuanto que la (eíócujuovia), consistente en el ejer­
m ateria, parte determ inable, con­ cicio de la virtud; sin em bargo,
cebida com o eterna e increada, esta felicidad en su form a m ás ele­
pierde su form a esencial precedente vada viene constituida por la acti­
y obtiene, po r influjo de una causa vidad contem plativa de la verdad.
eficiente, o tro nuevo determ inante El placer es sólo el eco de la per­
formal ( /H ile m o rfism o ). fección obtenida. En la teoría so-
brc el estado ensena el origen n a­ oficio m anual apunta a lo útil,
tural de la familia y de la com uni­ provechoso, m ientras que el arte
dad política y rechaza el estado se dirige a lo bello. H ay belleza
utópico de Platón con com unidad natural en la m edida en que las
de m ujeres y bienes, ya que en cosas presentan de m anera lum ino­
general fundam enta sus doctrinas sa las ideas en ellas implicadas. La
sobre la base de una am plia, p ru ­ belleza artística n o es sólo repeti­
dente e histórico-crítica discusión ción o copia fiel de aquélla; antes
con sus antecesores los / preso- bien, es dado al arte hacer brillar
cráticos y especialmente Platón. — las ideas con profundidad y vigor
/ [41-43, 55, 73, 100-102, 107-111, enteram ente nuevos, y aun hacer
1 3 0 , 163], — S c h u s t e r . relucir en las cosas los últimos
m isterios del ser; de ahí que su
A r i s t ó t e l e s , Obras filosóficas [ m ú l­
tarea capital no sea la producción
tiples trad u ccio n es de las obras m ás im ­
p o rtan tes; señ alarem o s las de E . R olfes
de cosas, sino la representación de
(al aiem .), R oss (al ingl.), T ric o t (al las ideas. E l artista es un viden­
franc.) y C arlini (al ¡ta l.)]. M . D . P h i- te que penetra hasta los m ás ín­
Ltppn, Aristóteles, B erna 1948 (bib lio g ra­ tim os fundam entos de todo ente,
fía) ; U e b e r w e g - P r a c h t e r , Grundriss der hasta las ideas creadoras de D ios,
Geschlchte der Phitosophie, 111 §§ 44-52, y un creador que puede expresar
6 6 ; 11n §§ 35-36; H . M e y e r , Geschlchte su visión en la o b ra; contem plar
der abendlandischen tVeltanschauung i,
y crear son en él u n a sola cosa.
1947, p p . 184-303; IH , 1948, pp. 160-243;
W . J a e g e r , Aristóteles, Grundlegung einer
D e esta m anera, el artista, a pesar
Geschichte seiner Entwicklung, 1923 [trad. de todos los límites im puestos p o r
e s p .: A ristóteles, 1946]; A . v o n P a u l e r , el tiem po y la persona, se rem onta
Aristóteles, 1933; W . B r ó c k e r , A ristó­ sobre sí m ism o, levantándose como
teles, 1955; P . W i l p e r t , Die L age der profeta y glorificador del ser entre
Aristoteles/orschung, en «Z eitschrift für los hom bres; en su figura genuina
philosophische Forschung» 1 (1946) pp. tiene algo de sacerdotal.
123-140; J. Z ü r c h e r , Aristóteles, W erk El arte exige esencialm ente in-
und Geist, 1952; M . G r a b m a n n , M ittel-
alterliches Geistesleben, 1926-1936; [Ross,
tuítividad sensorial, cuyas formas
A ristotle, L ondres 1923 (trad . fran c.: constituyen su lenguaje, al paso
A ristote, P arís 1930); O . H a m e l i n , L e que a la /b e lle z a en sí no le
systém e d 'A risto te, 1920 (trad . esp .: E l pertenece de m odo necesario la
sistema de A ristóteles, 1946); M. D . R o - expresión sensible. En oposición al
l a n d - G o s s e l i n , A ristote, 1928.] arte, el elem ento de la ciencia es
el concepto que, ju n to a la visión
A rte. La versión alem ana de es­ del artista, posee su irreem plaza­
te térm ino (K unst) se deriva de ble significación. Sin em bargo, el
«kónnen», «ser capaz de» y signi­ arte está en disposición de hablar
fica «habilidad, pericia, sabiduría»; con la belleza más íntim am ente
denota, p o r lo tanto, no u n «ser que la ciencia con el concepto. Se
capaz» ordinario, sino em inente. com prende que n i al artista ni ai
T am bién la raíz del latino -«ars» contem plador les sea lícito detener
entraña el sentido de «imaginar, su m irada en la form a sensiblemente
inventar, trazar», adem ás del de bella; de lo contrario, el alm a
«acom odar, adaptar». A rte y ofi­ del arte perecería. P o r lo demás,
cio m anual coinciden en que am ­ precisam ente su creciente «des­
bos producen una obra sensorial­ sen sorialización» hace posible una
m ente perceptible. N o obstante, el interna ordenación de las artes:
arquitectura, e s c u ltu ra , pintura, posición y decide, que u n a al conte­
literatura (aquí se tiene en cuenta nido precisam ente el asentim ien­
la palabra hablada), mímica (sobre to, v.gr., el hom bre es inm ortal.
todo, la danza) y música. Se dis­ Com o m uestra el ejemplo, el asen­
tinguen, tam bién, artes del espacio tim iento se expresa en la cópula
y del tiem po, en cuanto que las «es» y puede aparecer com o afir­
tres prim eras plasm an algo p er­ m ación o /n e g a c ió n . N o se lleva
m anente en e! espacio, y las tres a cabo ciegamente, sino que p ro ­
últim as, algo transitorio y que siem­ cede de la intelección de la rela­
pre h a de realizarse de nuevo en ción entre am bos contenidos (su­
el tiempo. — L o t z . jeto y predicado). A unque posee
a) A ristóteles , Poética-, S a n A g u s ' cierta semejanza con un a decisión
t í n , D e m ú sic a ; S a n t o T o m á s de de la voluntad, es o b ra del entendi­
A q u i n o , S um m a theologica i 2 q . 5 7 a . 3 ; m iento y justam ente aquella en que
i . K a n t , K ritik der UrteUskraft, p r in c i­ éste alcanza su perfección suprema.
palm ente §§ 4 3 - 5 3 ; F . S c h e l l i n g , Philo­ C uando dice «es» de lo que es, y
sophie der K unst; A . S c h o pe n h a u er , D ie «no es» de lo que no es (A ristó­
W elt ais WiUe und Vorstellung, 1. 3;
b ) M . D e u t in c fr , Die Kunstlehre, 1845;
teles usa esta form a), indica las
H . L ützeler , Einführung in die Philoso­ cosas en lo que son y penetra
phie der Kunst, 1934; R. G u a r d in i , Über hasta el ser del ente, m ientras el
das Wesen des Kunstw erks, 1948; T h. concepto representa únicam ente sus
H aecker , Opuscula, 1949, pp. 415-448; esencias com o manifestaciones to ­
Christentum u nd K unst; J. M a r it a in , davía no puestas en relación con el
A rt et Scolastique, P arís 31935; [J. M a- ser. L a consum ación del ser en
r itain (en co lab o ració n con Raüsa M a ri­
el asentim iento hace también del
tain ), S ituation de la poésie, 1938;]
c) F . S c h el ling , I. K a n t , A . S c h o ­
juicio el lugar de la /v e r d a d . El
p enh auer / a ) - , B. C h rist ianse n , Die
asentim iento del juicio tiene en úl­
Kunst, 1930; M . H eidegger , H ólderlin tim a instancia sus raíces (por lo
und das Wesen der D ichtung, 1936 {trad. menos m ediatam ente) en la / e x i s ­
esp .: Hólderlin y la esencia de la poesía, tencia actual o posible de) ente
en «E scorial» 10 (1943) pp. 163-180; mismo. — L o t z .
y p o r J. D. G arcía Bacca, México 1944];
D ie Ursprung des Kunstwerks, en H olz- b ) i . M a r é c h a l , L e point de départ
wege “1952, pp. 7-68; M. de C orte, de la métaphysique, cahier v, 1 9 2 6 (e s p e ­
L ’essence de la poésie, París 1942; [L. S te- cialm ente: 1. u ); J. L o tz , Sein und Wert,
f a NIN , M etafísica dell’A rte e d altri saggi, t. i, 1 9 3 7 ; M . M ü l l e r , Sein und Geíst,
1948 ;p d) H . S edlm ayr , Verlust der 1 9 4 0 ; (especialm ente: Untersuchung 2 );
M itte, 1948; e) [M . de W u l f , A rte y be­ A. M a r c , Dialectique de l'affirm ation,
lleza, 1950.] 1 9 5 2 ; W . B r u g g e r , K ant und das Sein,
en «S cholastik» 15 (1 9 4 0 ) p p . 3 6 3 -3 8 5 .
Asentimiento. Designam os con
este vocablo aquel elemento que Asociación. L a asociación con­
distingue al / j u i c i o de las demás siste en el siguiente hecho expre­
funciones cognoscitivas. El concep­ sado p o r u n a ley de reproducción:
to se agota en la presentación de cuando determ inadas imágenes,
contenidos sin tom a de posición, v.gr., A y B, estuvieron u n a vez
v.gr., hom bre, inm ortal. Puesto en la conciencia, ya sim ultánea­
q u e todo está todavía en suspenso, m ente, ya en sucesión próxim a,
ofrece el conocimiento sólo de m a­ la presencia de la vivencia p ri­
nera incoativa. Este sólo se realiza m era A suscitará tam bién la repre­
plenam ente en el juicio que tom a sentación de la vivencia B, sin
ATEÍSMO

que actúen las causas originaria­ base es, pues, u n a disposición com ­
mente productoras de ésta. L a aso­ puesta de u n elem ento m aterial
ciación es el lazo que une m utua­ y otro psíquico. L a excitación li­
mente las huellas de A y B. Si, gada a la imagen prim era es con­
posteriorm ente, A deviene cons­ ducida por disposición psíquica de
ciente por otra causa, se tirará de tal m anera que se sigue la imagen
este lazo poniendo a B sobre el asociada.
um bral de la conciencia. — A ris­ El asociacionismo hacía de las
tóteles m enciona ya las tres leyes leyes de la asociación el principio
de la asociación: de semejanza, con­ de toda la vida psíquica cuyos
traste y contigüidad en el espacio únicos elem entos eran las sensa­
y en el tiem po. L a ley de contras­ ciones. E sta opinión destruiría el
te se reduce fácilmente a u n caso valor universal de los principios
de semejanza. D os representacio­ lógicos y metafísicos, base de toda
nes que contrastan, v.gr.: blanco ciencia. El enlace lógico se dis­
y negro son, indudablem ente, se­ tingue de la asociación en que
mejantes com o colores y tam bién aquél tiene com o fundam ento la
por ser los extrem os de la serie inteligencia de la conexión entre
crom ática. La ley de semejanza pue­ los significados, lo cual no ocurre
de reducirse a la sustitución: si en la asociación. O tros recono­
A está asociado con B y A 1 es cían elementos psíquicos superio­
semejante a A , la experiencia m ues­ res, pero veían en la asociación
tra que u n a vez hecho A x cons­ la única causa de la presencia de
ciente existe una tendencia a pasar nuevos elem entos en la conciencia.
inm ediatam ente de A i a B. Q ueda En tal caso no sería posible do­
la ley de contigüidad, la cual, en m inar a voluntad los pensamientos.
rigor, se refiere al tiem po y requiere E n realidad, la asociación hace que
como condición que los miembros aparezcan nuevos elementos, pero
de la asociación se aprehendan co­ la voluntad los conserva o los re­
mo un í'jdo. chaza, gobernando así el curso
En cuanto a la naturaleza de la del pensam iento en el estado de
asociación, cabe preguntar: ¿es de vigilia. — F r o b e s .
índole m aterial o (inconscientem en­
b ) G . E . M ü l l e r , Z u r A nalyse der
te) psíquica? La m ayor parte de G edSchtnistatigkcit und des Vorstellungs-
psicólogos m odernos la conside­ laufes, 1911 ss; J . F r o b e s , Lehrbucli der
raron com o puram ente m aterial. experim entellen Psychoíogie, M929, », pp.
Sin em bargo, estas explicaciones 124-162 (trad. e sp .: Tratado de psicolo­
no pasan de ser, p o r lo com ún, gía empírica y experimental, 2 vols.
descripciones de hechos en tér­ a1944]; J. L i n d w o r s k y , E xperim entelle
m inos mecánicos. Becher m ostró Psychoíogie, *1931, pp. 141-166 [trad.
esp .: Psicología experim ental descriptive
que la explicación m aterial falla­ y teórica, *1935); e) A . W il l w o i .l , Seele
ba principalm ente en el recono­ und Geist, 1938, pp. 63 ss [trad. esp .:
cimiento de form as (Gestalten) con A lm a y espíritu, 1946J.
cualidades cam biadas. L a depen­
dencia del recuerdo respecto al Ateísmo. Es la negación de la
cerebro no constituye ningún obs­ existencia de D ios. El ateo prác­
táculo para la existencia de resi­ tico está convencido de dicha exis­
duos psíquicos inconscientes, com o tencia, pero la niega con su con­
tam poco lo es p ara la existencia ducta; el ateo teórico la rechaza
de conocim ientos conscientes. La en sus opiniones. El /m a te r ia -

5 BRUfiOKR
lismo y el /p o s itiv is m o encierran b) B. A dlo c h , Z u r m ssenschaftlkhen
un grosero ateísm o al no adm itir Erktárung des A tkeism us, en «Philoso-
ningún ser espiritual y suprasen­ phisches Ja h rb u ch » 18 (1905) p p. 297-
311, 377-390; C. F abrjcujs , D er A the­
sible. El /p a n te ís m o en sus di­
ismus der Gegenwart, seine Ursprung und
versos m atices constituye un ateís­
selne Ueberwindung, 1922; K . A lger -
m o velado, sobre todo por la Míssen , D ie Gottlosenbewegung und ihre
negación de un D ios personal y su- Ueberwindung, 1933; J. L iener , Psycho­
pram undano. Sin em bargo, con logie des Unglaubens, *1935; G . S ieg -
el reconocim iento de algo / a b s o ­ m ijnd , Psychologie des Gottesglaubens a u f
luto (ley m oral), ideal de belle­ Grund literariscker Selbstzeugnisse, 1937;
za, etc.) no coincidente p o r entero M . R a st , Welt und Gott, 1952; C . T ous-
sa in t , A tkéism e en D ictionnaire de théolo-
con el m undo em pírico, lleva en
gie catholique; ID e L u b a c , E l dram a del
sí germ inalm ente la creencia en
hum anism o ateo (trad . esp.), 1949; J. M a -
Dios. N o se tienen com o form as RITA1N, Significado d el ateísm o contem po­
del ateísm o el politeísmo ni el ráneo, 1950;] c) F . M a u t h n e r , Der
/ deísmo. Atheism us und seine Geschichte im Abend-
El ateo teórico negativo no sabe lattde, 1922-23 (ateo ); e) A . E c g e r , D er
absolutam ente n ad a de D ios, o si Atheism us, E insiedeln, 1893.
algo sabe de Él es a través de una
representación deform ada. E n un Atención. Es la actitud del alm a
adulto m entalm ente sano, es im ­ ordenada a obtener una com pren­
posible tal actitud durante mucho sión clara. E n el caso de la aten­
tiempo, pues la naturaleza entera ción sensorial, dicha actitud va
está ordenada hacia D ios ( / D i o s unida a la correspondiente adap­
[Idea de]). L os casos que se dan tación de los órganos de los senti­
se explican p o r una educación dos. L a atención puede ser desper­
totalm ente positivista e irreligiosa. tada pasivam ente por el objeto
El ateo teórico positivo duda de que actúa p o r sorpresa sobre el
la existencia de D ios por juzgarla sujeto, o fijada de m anera activa
insuficientemente dem ostrada (es y puesta en m archa bajo la direc­
un caso particular de /e s c e p ti­ ción de la voluntad hum ana a fin de
cismo), o bien cree imposible toda alcanzar un a m ás penetrante com ­
afirmación term inante acerca de prensión intelectual de relaciones
D ios, porque esto trasciende nues­ dadas o supuestas. A dem ás de la
tro conocim iento encerrado dentro atención actual dirigida a su objeto,
de los límites de la experiencia se da u n a atención que cabe llam ar
( /A g n o stic ism o ) o, en fin, está potencial, es decir, una orientación
persuadido de la no existencia de habitual, m arginalm ente consciente,
D ios. E sta últim a posición se ex­ que con facilidad y rapidez hace
plica p o r el carácter m ediatam ente en tra r en el foco de la atención
evidente de la prueba (debido con determ inadas clases de objetos. P a­
frecuencia a su com plicada estruc­ ra poner en m archa y sostener la
tu ra y a sus m últiples supuestos atención actual, adem ás de la im­
gnoseológicos) y tam bién por el portancia del objeto y del afán
influjo de las «objeciones» y de de conocer, se requiere cierta elas­
las pasiones personales. Con todo, ticidad y vigor psico-somático. Aun
el hom bre que m antiene tal actitud así, la atención n o perm anece largo
h a dejado atrofiar sus m ás profun­ tiem po fija en la cosa con igual
das tendencias y difícilm ente podrá intensidad, sino que está som etida
eximirse de to d a culpa. — R a s t . a oscilación rítm ica. En el centro
del cam po de una atención con­ W arum Erziehung trotz Vererbang? ‘ 1939;
centrada sólo puede haber u n con­ [F. M . P almes , L a atención, en «P ensa­
m iento», 10 (1954) p p. 53-78;] e) J. L in d -
tenido objetivo (pueden existir va­
w o r sk y , Experim entelle Psychologie,
rios, pero únicam ente en cuanto ‘ 1931, p. 236 ss [trad. e sp .: Psicología
estén unidos p ara constituir un experim ental descriptiva y teórica, “1935],
iodo; /'C o n c ien c ia ). P or lo demás,
en igualdad de condiciones, la am ­ Atomismo. Desígnase con este
plitud y rápida variabilidad de la térm ino aquella doctrina filosófica
atención están generalm ente en ra ­ que intenta explicar la esencia del
zón inversa de una intensa con­ ente corpóreo suponiéndolo com ­
centración. Condicionados p ro b a­ puesto de átom os. D esde los tiem ­
blemente p o r la herencia, distín- pos de Leucipo y Demócrito el ato ­
guense varios tipos de atención, m ismo h a aparecido reiteradam en­
según que ésta se desvíe fácil y te en form as m ás o m enos diversas
clásticamente h a c ia impresiones a lo largo de la historia de la filo­
cam biantes o, p o r el contrario, se sofía. Los átomos son partículas in­
lije duradera y concentradam ente finitam ente pequeñas separadas en­
en un único objeto. tre sí p o r el espacio vacío. E n ge­
L a im portancia de la atención es neral, se los concibe extensos y do­
muy grande p ara el conocim iento. tados de la m ism a naturaleza, di­
I avorece la rápida eficiencia de los ferenciándolos sólo p o r su form a,
excitantes y la claridad y precisión tam año y ordenación en el espacio.
de las imágenes, hace m ás inten­ T odos los cuerpos, según el ato ­
so el trabajo fijador y reproductor mismo, Se com ponen de tales p ar­
de la m em oria, e influye tam bién en tículas fundam entales. El atom is­
la voluntad, reforzando las viven­ m o mecanicista sólo asigna a los
cias valórales. En cam bio, la apli­ átom os una fuerza determ inante
cación de la atención estorba de de m ovim ientos locales; un tip o de
ordinario el curso de las emociones, atom ism o m ás dinámico adm ite en
poique, al proyectarla sobre la ellos otras varias fuerzas. E n todo
vivencia subjetiva en cuanto tal, caso, el /c a m b i o consiste única­
su desalojan del centro de la con­ m ente en la unión y separación de
ciencia las bases cognoscitivas de estas pequeñísim as partículas, no
la em oción. M orbosa y funesta de­ existiendo / devenir ni perecer p ro ­
viene bajo el influjo de la angustia piam ente dichos. — Sin em bargo,
la concentración rígida de la aten­ la explicación que de la esencia
ción pasiva cuando se sufren ideas de los cuerpos d a el atom ism o
c impulsos obsesivos, pero lo es resulta insuficiente. L a com posi­
también la incapacidad patológica ción corpuscular es solam ente una
para concentrarse en una tarea de las propiedades de los cuerpos
determinada. — W i l l w o l l . m acroscópicos; las num erosas cua­
lidades y fuerzas restantes no pue­
b ) J. F róbes , Lehrbuch der experim en- den reducirse satisfactoriam ente a
tellen Psychologie, 31929, II, pp. 67-98 u n a m era agregación de átom os, lo
llrad. e s p .: Tratado de psicología em pí­ cual debiera ser posible si la esencia
rica y experim ental, *1944, 11J; W . S t e r n ,
del ente corpóreo descansara en
/tllgemeine Psychologie auj personalisti-
>her Grundlage, 1935 [trad. esp .: Psico­
la estructura atóm ica. — H ay que
logía general desde el p unto de vista per- distinguir cuidadosam ente entre el
xonalistico, 1951]; A. M a g e r, D ie Enge atom ism o filosófico y la teoría ató­
des Bewusstseins, 31920; G . P fahi.br , mica científico-natural. Según ella,
los /c u e r p o s , sin perjuicio de su clinación, provecho y daño, pre­
esencia específica, son divisibles mio y castigo, felicidad subjetiva
en los elem entos últim os, átom os y bien com ún objetivo, autoridad
0 moléculas de que se com ponen. divina y hum ana, to d o lazo de
Esta teoría no pretende explicar unión con D ios, en general, incluso
en m odo alguno la esencia de la el del am or) enturbian la buen a y
corporeidad, pues esos últim os ele­ «pura voluntad».
m entos son tam bién cuerpos, cuya Frente a las m últiples y cam ­
esencia debe aclarar no la ciencia biantes form as del pragm atism o
natural sino la filosofía natural. — ético, que en el m ejor de los casos
/ [7, 32, 131.] - J un k . salva ]a corrección exterior, la au ­
tonom ía sitúa con razón la / m o ­
b ) A . S o m m erfeld , A tom bau und Spek-
iraüinien, “1931; T h . W u lf , Die Baits- ralidad en la actitud interna. La
leine der Kórperwelt, 1935; Z. B u c h e r, limitación de la teoría em pieza ya,
Die Innenw eh der A tóm e, L ucerna M949; p ara la consideración qu e se mueve
d) L assw it z , Geschichte der A tom lslik dentro del ám bito de lo intram un­
vom M iltelalter bis N ew ton, *1926; dano, cuando aquélla, prescindien­
Z e l le r , Die Philosophie der Griechen, do del m otivo ético principal (or­
1920 ss [trad. ital. p arcial con adiciones den, ley, virtud), rechaza todos los
p o r R. M o n d o lfo : L a filosofía dei Greci.
I. Origini, caraiteri e periodi, 1932; 11.
dem ás móviles terrenos que facilitan
1 presocratici'. ionici e pitagorici, 1938]; la realización de la acción, pero no
H . G . G a d a m e r, A n tike Atom theorie, deben tenerse en cuenta p ara su
en «ZeitschriU fíir die ges. N aturw issen- fundam entación m oral. E n efecto,
schaft» I (1935-36) p p . 81-96; [B u r n e t, aum entando la m oralidad con la
Eurly Greek Philosophy, M920 (trad. esp.: vinculación creciente a los valores
L a aurora d el pensam iento griego, 1944); éticos y no debiendo ésta im plicar
A . G . v a n M elsen , From A tom os to siem pre y en todas partes la exclu­
A to m , P ittsb u rg h , 1952]; e) S c h w e r t-
sión de otros motivos, cabe que
schlager , Philosophie der N atur, i !1922,
pp. 187-194; [H o en en, Filosofía della na­ tales móviles n o anulen la cualidad
tura inorgánica, Brescia 1949; A . G. v a n del acto con tal que perm anezcan
M elsen , The Philosophv o f Nature, subordinados a dichos valores.
*1954.] L a oposición entre autonomía y
heteronomía alcanza su p unto cul­
Autonomía. (Del griego aOrój: m inante en la cuestión relativa a
mismo, y váftcg: ley). — L a vo­ u n a fundam entación y m otivación
luntad tom a sus motivos de toda extram undana de la m oralidad. L a
la realidad. Móviles m orales, reli­ m oral autónom a, en general, recha­
giosos y profanos determ inan co­ za su necesidad y, en parte, incluso
m únm ente el o b rar concreto. La su posibilidad. E ste em peño en
moral autónoma o independiente separar la m oralidad d e la religión
(Kant y otros) destruye esta co­ bro ta de u n a concepción d e la
nexión defendiendo una autonom ía vida im pregnada de laicismo que
de lo m oral que, am pliándose, sirve n o com prende ya la analogía del
no sólo para la explicación teó­ ser con su separación y, a la vez,
rica, sino que conduce a la sepa­ unión de D ios y del hom bre sobre
ración real. El bien, o mejor, la la base de la creación. L a distin­
/o b lig a c ió n , debe constituir el ción ontológica entre C reador y
m otivo único de la acción m oral, criatura justifica y exige la hete­
pues todos los dem ás (trascen­ ronom ía; la libertad del hom bre
dentes e inm anentes: interés e in­ queda ligada al orden y al m an-
AUTORIDAD

dato divinos. U na autonom ía que dades propias de u na persona fí­


en la m oralidad ve no sólo un valor sica o m oral (en sentido am plio
situado p o r encim a de la arbitra­ tam bién de cosas, com o la cos­
riedad hum ana, sino sim plem ente tum bre o el uso) que m otivan un
el valor últim o, olvida la condición asentim iento personal al requeri­
creada del hom bre y la exigencia miento del sujeto de la autoridad.
de soberanía p o r parte de D ios. Difiere, pues, ta n to de la coacción
La religión sitúa adecuadam ente la m oral o física, com o del asenso
m oralidad insertándola en esta co­ fundado en el examen del objeto
nexión superior. Sin em bargo, esta presentado. El asenso del entendi­
heteronom ia no excluye u n a cierta m iento basado en ¡a au to rid ad re ­
autonom ía, pues en virtud de la cibe el nom bre de / f e ; el de la
relación ontológica que implica voluntad y de la conducta, obe­
la analogía, los preceptos divinos diencia. C uando el asentim iento
coinciden en su contenido con las descansa exclusivamente en la su ­
leyes de la naturaleza hum ana, perioridad de la persona sujeto de
y la voluntad m oral debe hacer la autoridad (debido a experiencia,
suyas estas leyes en la / conciencia saber, poder, carácter), ésta es
y dictárselas a sí m isma si han de personal, y en sí m ism a no obliga,
ser válidas para ella. — / I m p e r a ­ perm aneciendo en el plano del
tivo categórico; p ara el concepto consejo. Si se basa en una facultad
de autonom ía política, / Pueblo. — independiente de las cualidades
Bo lk o v a c . personales del sujeto (autoridad de
o fic io ) , las exigencias de la misma
b) P h . K n e ib , Heteronomie der christ-
(m andato, orden, prohibición) den­
Hchen M oral, 1903; L . I h m e ls , Theononúe
und A utonom ie un L ich te der christ fichen
tro de los límites de sus atribucio­
F.tkik, 1903; W . S c h n e i d e r , G dllliche nes obligan, en conciencia, bajo
Wettordnung und rellgionslose Sittlichkeit, pecado o castigo.
’ 1 9 1 0 ; J. B . S c h u s t e r , D er unbedlngte La fundam entación de la au to ­
ÍVert des S ittlichen, 1929 ; M . S c h e l e r , ridad depende de la concepción
Das Ewlge Im M enschen, 1921, p . 630 ss; dei universo que se profese, siendo,
[O. N . D e r i s i , L o s fundam entos m etafí­ p o r consiguiente, distinta según
sicas del orden m oral, *1951; J . L e c l e r c q ,
se trate de un a concepción indi­
¡.es grandes lígnes d e la philosophie mo-
raíe, L o v ain a “1954; V. M i n t e q u i a g a ,
vidualista-liberal, m aterialista-co­
l a m oral independiente y los nuevos prin­ lectivista, biológico-racial, o teísta.
cipios del Derecho, *1906]; c) N . H a r t - E sta últim a coloca el fundam ento
m a n n , E thik *1935, p . 181 s s , 735 s s ; m ás profundo en la finitud de ia
co n tra esta p o s ic ió n : R . O t t o , Frellieit existencia hum ana, la cual en la to ­
und N otw endigkeit. E ln Gesprdch m il talid ad de sus aspectos apunta
N. H artm antt Uber. A utonom ie und Theo- hacia algo trascendente, al D ios
nomle der W erte, 1940; d) M e s s e r - P r i-
personal, C reador y Señor. L a au­
b i l l a , KathoÜsches und modernes D enken.

Fin Gedankenaustausch ilber Gotteser-


toridad hum ana entonces repre­
kenntnis und S ittlich keit, 1924; A. B o r - senta a D ios, quedando asi rad i­
ííOLTE, Z u r Grundlegung der L ehre von calm ente preservada de la arb itra­
der Beziehung der Sittlichen 2um Jteli- riedad y de la voluntad egoísta
nidsen im A nschluss an die E th ik N iko la i de poder. — L a au to rid ad es con­
Kartmannns, 1938. ferida o bien p o r encargo divino
expreso (v.gr., la misión de la Igle­
Autoridad. Desígnase con este sia fundada por Cristo), o bien de
térm ino aque! conjunto de cuali­ u n a m anera im plícita, ya sea por-
que el hom bre naturalm ente de­ eficiente o final (azar absoluto)
viene m iem bro de com unidades, so­ ( /C a u s a lid a d [Principio de]); 2.°,
metiéndose con ello al poder direc­ lo que tiene causa eficiente, p ero
to r dim anante de la esencia de las n o causa final ( /F in a lid a d [Prin­
mismas (familia, estado), ya por­ cipio de]). — El azar absoluto (1)
que se subordina voluntariam ente denota una com pleta absurdidad o
(v.gr., entrando a form ar parte carencia de sentido de lo real; se
de una asociación n o obligatoria) opone a la unidad del / s e r . Con
a un a autoridad. — U n tipo espe­ respecto a la / G : u s a prim era
cial lo constituye la autoridad pe­ (Dios) no hay tam poco azar rela­
dagógica, resultante de la relación tivo ( 2): éste se da sólo respecto a
patemo-filial, que se com pleta con las causas segundas, com o efecto
la autoridad del estado y de la accesorio imprevisto de algo que­
Iglesia en m ateria de educación. rido o com o efecto nacido de la
Tiene como misión reem plazar a la coincidencia de dos o más causas
razón fácilmente extraviable del eficientes que no están de propósito
niño y del adolescente, m ientras orientadas a ella ni p o r naturaleza
ésta no se basta a sí misma. Es, ni p o r la acción de un a causa ex­
pues, esencialm ente u n com plem en­ trañ a dirigida a un fin. En este
to de la inteligencia en desarrollo, sentido, el azar n o está regulado
dism inuyendo con la edad la nece­ por la naturaleza n i p o r el fin. —
sidad de su actuación. Objetivo D enom ínase teoría del azar ( casua-
form al suyo es p ro cu rar una m ayo­ lismo) el intento de explicar sin
ría de edad plenam ente lograda. causa final lo que en la naturaleza
P ara llegar a él debe ayudar al niño, aparece com o teleológico, v.gr., las
hom bre en form ación, a cum plir de diversas manifestaciones del orden
m anera orgánicam ente progresiva el en las cosas y el origen de los gra­
conjunto de sus obligaciones perso­ dos superiores del ser a p artir de los
nales y sociales con un sentido de res­ inferiores ( /F in a lid a d ) , L a teoría
ponsabilidad ante D ios. — / Socie­ del azar es acientífica porque no
dad, / Ética social. — S c h r o t e l e r . puede señalar causa alguna del
b) D . v o n H il d e b r a n d , Z u m W esen tránsito de u n estado de desorden
der echten A u to ritSt, en «V ierteljahres- cósmico al ahora existente ordena­
schrift fü r w issenschaftüche P adagogik» do y regido p or leyes. E s arb itraria
(1927); A- S c h neider , Einfiihrung in die porque restringe el azar al origen
Philosophie unter Beriicksichligung ihrer
prim ero de las cosas. — F r a n k .
Beziehung zur Padagogik H, 1931; J . P.
StepfeS, D er W andel der A u to ritS t in a) A ristóteles, Física ii, 4-6; h) E.
der Gegenwart, 1931; Y . S im ó n , N ature D en n e r t , Naturgesetz, Z ufalt, Vorse-
and function o f au thority, M ilw aukee, hung, 1917; M . R a n z o l i , 11 caso nel
1940; R . H auser , A u to ritS t und M acht, pensiero e nella vita, M ilán 1913; [L.
1949; [F. K ie fp ir , L a autoridad en la f a ­ O llé-L a f r u n e , L e hasard, sa loi e t ses
milia y en la escuela (tra d . esp.), 19S0;] conséquences dans les sciences et la philo­
d ) F . v o n T essbn W esiersky , Der A uto- sophie, 1906;] d ) Z. L. von P eter , Das
ritS ts b e g n ff tn den Hauptphasen seiner Problem des Z ufalls In der grlechischen
historischen E ntw icklung, 1907; e ) C . Philosophie, 1910; W . W in d e l b a n d , Die
G róber , Handbuch der religiSsen Gegen- L ehren vom Z ufalt, 1870; [V. C io ffa r i ,
wartsfragen, 1940 (a rt. A u to ritá t). Fortune and Fate fr o m D em ocritus to
S t. Thom as Aquinas, 1949 ]
A zar puede significar: 1.°, lo que
no es necesario por su esencia ni Belleza. El vocablo alem án co­
está determ inado p o r una causa rrespondiente «Schónheit» se enlaza
etimológicamente con «schauen», perfectam ente expresado, no queda
contem plar. «Schón», bello, signi­ al conocim iento nada que buscar,
fica originariam ente: contem plable, concediéndosele, p o r encima de la
digno de verse; pasa luego a signi­ inquietud y fatiga del discurso, el
ficar lum inoso, brillante, resplande­ sosiego y facilidad de su acto per­
ciente, de donde paulatinam ente fecto: la contem plación. D e la aca­
nace el sentido actual. Esta historia b ad a perfección de lo bello y de su
del térm ino conduce al objeto co­ contem plación, nace el placer com o
rrespondiente, expresado en dos descanso extasiado en la perfección
fórmulas medievales. U na de ellas, lograda. Con ello, superada el
debida a Santo Tomás de Aquino, ham bre del deseo, el apetito expe­
describe lo bello como aquello que rim enta com o su acto m ás elevado
agrada a la vista (quae visa pla- la saciedad d e la posesión inefa­
cent), p o r consiguiente, desde la blem ente beatificante; arrebatado
vivencia de la belleza; la otra, pro­ po r lo bello, el hom bre, olvidado de
cedente de San Alberto Magno, sí mismo, se entrega a lo perfecto.
indica su fundam ento en el mismo A la epifanía consum ada del ser en
objeto bello que tal vivencia pro­ el ente responde el juego perfecto
duce, a saber: el resplandor de la y la actividad com penetrada de las
form a (splendor formae). Em pece­ fuerzas anímicas, es decir, un es­
mos por la segunda. tado excelso del hom bre.
La form a denota la esencia y, D esde este punto de vista pueden
con ello, el núcleo del ser de las com prenderse m uchas cosas; ante
cosas. Pero el contenido del ser lo todo, el «dem onio» de la belleza.
expresan los / trascendentales: uni­ Su entusiasm o hechiza al hom bre
dad, verdad, bondad. A hora bien, de tal m anera que se lo sacrifica
puesto que la belleza es el res­ todo. Olvida que en lo bello con­
p landor de la form a, estos atributos tem pla y vive ciertam ente la per­
deben irradiar con luminoso brillo. fección com o en u n a imagen, pero
Esto quiere decir que deben ser que no posee todavía vida personal
perfectos en sí mismos (ni p ertu r­ ni conm ueve con su presencia efec­
bados ni fragm entados), consonar tiva. A m enudo pasará tam bién
arm ónicam ente entre sí (ni estar por alto los grados en que la belleza
yuxtapuestos ni contradecirse) y, deviene siempre m ás profunda y lu­
por últim o, brillar centelleantes con minosa. C om o ser ligado a los
esta su perfección (no perm anecer sentidos, cautivado p o r el florecer
ocultos, siendo accesibles sólo des­ del cuerpo, apenas atiende al
pués de trabajoso ahonde). La abrirse del espíritu en el que, no
belleza es, pues, la form a de la obstante, la belleza corporal en­
perfección con que un ente expre­ cuentra tam bién su prim ario aca­
sa de m anera acábada el ser en la bam iento. — Si el hom bre no se
configuración que le corresponde deja seducir p o r este «dem onio»
o según la idea entrañada en él, percibirá la belleza com o un reflejo
logrando así su plasm ación ideal del m ás allá, de la absoluta perfec­
(en esto hay, naturalm ente, m u­ ción de D ios y de sus ideas creado­
chos grados de aproxim ación). ras. P or eso el corazón, ebrio de
A lo bello responde su vivencia belleza, sube de la belleza fragm en­
por p arte del hom bre, ante todo en taria de este m undo a la belleza
la contem plación. Com o aquí el prim itiva pura. A ludim os aquí al
ente resplandece lum inoso en su ser «Eros» de Platón cuyo ascenso
desarrolla éste patéticam ente en el resplandor digno de su excelso
Banquete. Por últim o, es obvio que contenido. El placer va aquí mez­
la belleza perfecta corre en la tierra clado con adm iración, respeto y fre­
riesgos indecibles y siempre cons­ cuentem ente con cierto estremeci­
tituye un m om ento fugitivo. Quien m iento.
se adhiere a ella sola, sentirá cada L o opuesto a lo bello es lo feo.
vez m ás que n o puede retenerla. Sin perjuicio de la belleza inicial,
De ahí la tristeza abismal, po r inamisiblemente entrañada en todo
ejemplo, de la escultura griega. ente, una cosa puede, en su realiza­
¿Es la belleza un /tr a s c e n d e n ­ ción concreta, repugnar tan to a los
tal? Su relación de proxim idad con atributos fundam entales del ser y
la unidad-verdad-bondad habla en en particular a su idea, que quede
favor de ello. Pero en tal caso todo todo enteram ente desfigurado, re­
ente debería ser bello. E n realidad, vistiendo esta desfiguración d e su
todo ente lo es en la m edida que form a una expresión excesivamente
es perfecto en su ser. Puesto que clara y excesiva hasta el p unto de
m ientras existe nunca le faltan un sobreponerse a to d o lo demás. A tal
cierto principio o incluso vestigios fealdad respondem os con un movi­
de verdadera perfección ni, por lo miento de repulsión. P or supuesto,
tanto, un cierto resplandor de los un rostro hum ano, p o r ejemplo,
trascendentales, posee siempre una feo desde el punto de vista p ura­
belleza, por lo m enos, inicial. Si m ente corporal, puede estar tan
todo ente es bello en el sentido profundam ente ilum inado p o r la
expuesto, al espíritu le conviene la luz de la belleza- espiritual que el
belleza en el m ás alto grado, por­ conjunto sea dom inado p o r ésta. —
que está en el ser de la m anera más / Estética. — L o t z .
perfecta. Entonces ¿la intuitividad
sensorial no pertenece esencialmen­ Th. H aeC X ír, Schónheit, 1936;
J. S t a u d i n c e r , Das Schdne ais Welt-
te a la belleza? L a belleza de las ansckauung, 1948; C. N i n k , Ontologie,
cosas corpóreas exige el resplandor 1952, c. ?5, apéndice 2; A. M a h c , Dialec-
sensible; a nosotros, hom bres, nos tique Je l'affirm ation, 1952, 1. I c . 5;
!o ofrece asimismo la vivencia de D . v o n H i l d e b r a n d , Z u m problem der
belleza que inicialmente m ás cau­ Schdnkelt des Slchtbaren und H órbaren,
tiva. Sin em bargo, hay tam bién un en M élanges M aréchal, B ruselas, 1950,
resplandor espiritual que nos beati­ p p . 180-191; J. L o t z , Vom Vorrang des
fica ya cuando logram os abarcar Logos, en «Scholastik» 16 (1941) p p .
161-192; M . DE W u l f , A rt e t beauté,
intuitivam ente contenidos intelec­
L ovaina ’ 1943 [trad. e s p . : A rte y belleza,
tuales, pero ello ocurre en grado 1950]; [L. F a r r é , Estética, 1950; A. R o l -
aun m ayor a quien dispone de in­ d á n , M etafísica del sentim iento, 1956;
tuición intelectual. L . S t e f a n i n i , Tratatto di E stética, Bres­
U na im portante m odalidad de lo cia 1955; J. R o io G ir o n e l l a , Esbozo
bello es lo sublime. El objeto res­ para una metafísica de la belleza, en
plandeciente posee grandeza, se «P ensam iento» 5 (1949) p p . 35-51; d e l
eleva esencialmente sobre lo ordi­ m ism o: M etafísica de la belleza, en «P en­
sam iento» 7 (1951) p p . 29-53; L . P a-
nario, tiene el cuño de lo extraor­
r e y s o n , Estética. Teoría delta form ativitd,
dinario, de lo sobresaliente; con T urín 1955;] A . S c h o p b n h a u e r , Parerga
relación a nosotros aparece com o und Paralipomena, c. 19 (M etafísica d e
sobrehum ano, digno de asom bro, lo bello y estética); K . R ie z l e r , T ra kta t
a m enudo com o inmenso, infinito. vom SchOnen, 1935; [F. K a i n z , E stética
Tal objeto debe poseer adem ás un (trad. esp.), 1952.] / A rte, / E stética.
Bien. B ueno es aquello que pue­ a) S a n t o T o m á s d e A q u i n o , Sum m a
de perfeccionar a un ente, siendo, theologica i, 2 q . 18-21; S u á r e z , De bo-
por lo tanto, apetecible y deseable nitate et maiitia humanorum actuum ;
b) V. C a t h r e i n , Moralphilosophie i,
para él. La bondad o / valor m o­
*1924 [trad. ital. de la 5.a a le m .: Filosofía
tiva el deseo del bien concreto o el morale, F lorencia 1913-19201; Sch u s­
gozo en el m ism o. A tendiendo al t e r , Der unbedingte Wert des Sittlichen,
sujeto de la bondad, distinguense 1929; M . W i t t m a n n , E thik, 1923; T h .
/ bienes m ateriales, biológicos, psí­ S t e i n b ü c h e l , Die philosophische Grund­
quicos, intelectuales, personales y lagen der katholischen Sittenlehre 11,
sociales. M ás im portante es la divi­ ! 1939, pp. 58 ss, 225 ss, 242 ss; J. P ie p e r ,
sión según la naturaleza y razón Die W irkíichkeit und das Guie, 1935;
B . H a e r i n g , D as H eilige und das Guie,
de la apetibilidad. El valor útil 1950; [N . O. D f i u s i , L o s fundam entos
(bonum utile) no es un valor por m etafísicos del orden moral, 21951;
razón de sí, sino que, com o valor J. L e c l e r c q , Les grandes Ugnes de la
orientado hacia algo distinto de él, philosophie m o ra le ,31954; D . v o n H i l d e -
conduce a o tro bien. El valor por ra­ b r a n d , Christian Ethics, N ueva Y ork
zón de s í es ya valor deleitable (bo- ¡953; F. J. v o n R i n t e l e n , E I fundam ento
num delectabile) , ya valor interior ríe metafisico de la noción de bien, en « S a -
perfección (bonum per se). E l valor pientia» 6 (1951) pp. 275-285;] c) N .
H a r t m a n n , E thik, 1926, pp. 339 ss.
hum ano de perfección se encuentra
en lo objetivam ente m oral (bonum
honestum) ( / M oralidad). Sólo Bien común (bonum commune:
este valor es para el hom bre «el» salus publica). T o d a colectividad,
bien, que perfecciona su personali­ sea /s o c ie d a d o / com unidad, tie­
dad en el centro y en la totalidad ne una m isión peculiar p o r la cual
de la m ism a, es decir, en las rela­ existe, m isión que le confiere su
ciones consigo mismo entre espíritu cuño y principio form al y que, por
e instintividad sensible, en las rela­ decirlo así, constituye su alma.
ciones con el prójim o y la com uni­ D icha misión debe consistir, evi­
dad, con los bienes m ateriales y dentem ente, en un / b i e n (o con­
con D ios com o últim o Fin. M ien­ junto de / bienes) que ha de conse­
tras el bien m oral de perfección guirse m ediante la actividad del
concierne a la persona com o un ente colectivo, y de m anera que no
todo, los valores lógicos y estéticos sólo reporte beneficios a éste en
perfeccionan únicam ente particula­ cuanto tal, sino que en últim o
res facultades de la persona. Sólo térm ino beneficie a sus miembros.
insertándolos de m odo justo en la Este bien (o conjunto de bienes)
totalidad de ésta participan de su recibe el n om bre de «bonum com ­
dignidad m oral. — El bien (en mune», «bien com ún». En él se
cuanto es de alguna m anera lo da u n a relación recíproca: to d a
apetecible) se identiñca con el ente, perfección del conjunto significa un
no sólo porque éste es de hecho provecho p ara los m iem bros; y,
p o rtador del valor (Scheler), sino viceversa, cuando aum enta y se
porque es bueno com o ente en consolida el perfeccionam iento de
virtud de su inteligible estructura éstos, el conjunto acrecienta su efi­
teleológica y fundam enta la tenden­ cacia.
cia a la to talid ad y a la perfección. l.° M uchos pretenden que p o r
D e ahí que no haya u n ser abso­ bien com ún se entienda preferen­
lutam ente desprovisto de valor. tem ente la perfección de los miem­
— S chuster. bros; sin em bargo, la colectividad
existe prim ariam ente para ayudar rios para que los individuos, com o
a éstos a conseguir dicha perfec­ miembros de la colectividad, cum­
ción. Así com prendido, el bien plan su destino terrenal y puedan
com ún de la / f a m ilia consistiría hacer efectivo con la actividad
en que todos sus miem bros llegaran propia su bienestar en la tierra.
a ser m iem bros realm ente perfectos Según esto, el bien com ún es un
de la com unidad fam iliar, provistos estado o situación social que, por
de todos los valores hum anos que encim a de todo, garantiza a cada
enriquecen la vida de ésta. Conce­ uno el lugar que le corresponde
bido en esta form a, el bien común en la com unidad, lugar en el cual
del /e s ta d o , com o colectividad ge­ puede desplegar las fuerzas que le
neral, natural y perfecta, consistiría han sido dadas por D ios a fin de
en conducir a los ciudadanos a la alcanzar su perfección corporal,
perfección universal propia de su intelectual y m oral y, sirviendo a la
condición hum ana. Del bien común com unidad, enriquecerse a la vez
entendido en la acepción expuesta en bienes externos e internos. Qué
hablan sobre todo los autores de elementos form an p arte en cada
la escuela tomista. caso del bien com ún de una colec­
2 ° La m ayor parte de autores, tividad particular, es cosa que ha
especialmente los que profesan el de determ inarse de acuerdo con
/ solidarismo o se hallan próximos su peculiar tarea y finalidad.
a él, entienden directam ente por El lenguaje de la vida política
bien com ún un estado o condición designa com o bien com ún ( = bien
de la m ism a colectividad. En este general sin más) el bien de la co­
sentido, lo caracterizan com o «va­ lectividad estatal o público, equi­
lor organizador». L a colectividad parándolo al «interés público». N o
debe ser ante todo cabal, es decir, obstante, desde el punto de vista
ha de estar construida cual corres­ de la filosofía social es preciso
ponde al cum plim iento de su pecu­ afirm ar que to d a com unidad, aun
liar m isión (el ejército debe poseer privada, tiene su bien com ún pecu­
un a estructura distinta de la que liar, el cual sirve de norm a o ideal
posee una em presa de transportes). para apreciar el progreso de dicha
A esta perfecta construcción de la com unidad en la realización del
colectividad pertenece no sólo !o mismo.
que llamamos estructura u organi­ En virtud del bien com ún ( / Jus­
zación en sentido estricto, sino tam ­ ticia), los m iem bros de la com uni­
bién la dotación de los medios dad deben a ésta lo que se presenta
necesarios para el cum plim iento de com o m otivado o positivam ente
su misión y la actuación de la co­ exigido p or él. — N e l l -B r e u n in g .
lectividad sobre sus m iem bros, ac­
tuación de que se sirve para condu­ b) V o n N e l l - B r e u n i n o , Gemeinwohl, en
cirlos a una eficaz colaboración. W órterbuch der P o litik d e O . v o n N e l l
A tendiendo a la vida hum ana de B r b u n i n g y H . S a c h e r , i , 1947; R . K a i-

com unidad en general m ás que a b a c h , D as Gem einwohl und seine ethische


Bedeutung, 1928; O . S c h i l l i n o , Christli-
u n a colectividad particular, resulta,
che Gesellschaftslehre, 1949; W. S c h w e r ,
en conform idad con esta últim a KathaHsche Gesellschaftslehre, 1928; J. B.
acepción, la definición que se da SCHUSTER, D ie Soziallehre nach L eo X II
ordinariam ente: conjunto de todos und P ius X I, 1935; E . W e l t Y , S o zia lka -
los supuestos y organizaciones de techismus i, 1951 [trad. esp .: Catecismo
carácter público y general necesa­ social, t. i, 1956]; J. M a r i t a i n , L a per-
sonne et le bien commun, P aris 1947; fuerza corporal, etc. A los exte­
J. T . D é lo s , B ien commun, en Diction- riores pertenecen la h o n ra y la
naire de Sociologie 111, 1936, pp. 831-855;
libertad, así com o el conjunto de
J. T o d o l í , E l bien común, M a d rid 1951;
[C h . d e K o n n i n c k , De la p rim a u lé du
los bienes m ateriales. L os bienes
bien com m un contre les personnalistes, exteriores son, económicos o no
Q uebec 1943; G . F e s s a r d , A u to rilé el económicos (libres). Bienes económi­
bien com m un, 1944; L. E. P a l a c io s , L a cos — entre ellos se cuentan los
prim acía absoluta del bien común, en bienes-cosas y los servicios — son
« A rb o r» , 1950]; c) O . S p a n n , Cesell- aquellos cuyo sum inistro y adm i­
schaftslehre, 31930 [trad. esp .: Filosofía nistración sólo resulta posible con
de la sociedad, 1930] (universalista). dispendio.
T ratan de los bienes la moral
Bienes son cosas que se anhelan y el derecho. L a m oral dice qué
porque ofrecen o prom eten al hom ­ bienes debe anhelar el hom bre,
bre conservación, com plem entación cuáles puede desear y cuáles ha
o satisfacción. — La tendencia h a­ de evitar. E l derecho debe defen­
cia las cosas tiene com o supuesto derle en sus bienes y posibilitar
el juicio de que poseen propiedades y asegurar la consecución de los
aptas p ara conservar, com plem en­ necesarios. — Puesto que la moral
tar o satisfacer. Las cosas son bie­ m uestra el cam ino p ara llegar al
nes y se desean porque son b u en a s; fin, establece tam bién la jerarquía
no son bienes porque se las desea. de los bienes. E l bien m ás elevado
El juicio sobre su aptitud puede ser e incondicionado es D ios; sigue
falso; los objetivos del hom bre son luego lo que hace al hom bre se­
a m enudo arbitrario s; pero con­ m ejante a D ios y le une a Él:
cluir de ello que sólo el deseo con­ la santidad y la virtud. Vienen
vierte las cosas en bienes es in­ después los bienes internos del al­
exacto. Las cosas son bienes por ma espiritual: el saber y la fuerza
su perfección; únicam ente en cuan­ de voluntad. Ju n to a éstos se colo­
to reales pueden ofrecer sostén, can los bienes exteriores de la hon­
com plem entación y perfección. T o ­ ra y la libertad. D etrás se sitúan
do, por corresponderle el ser, tiene los bienes interiores de la vida
y a p o r lo mismo un com ienzo de corporal, com o la salud, la fuer­
b ondad o / valor, puesto que el za, la integridad. O cupan el ú lti­
ente y el bien son realm ente lo m o lugar los bienes exteriores
mismo. E n sentido pleno, «bueno» materiales. — La doctrina de los
es, sin duda, sólo aquello que resulta bienes tiene p o r objeto exponer la
perfecto de acuerdo con su fin. esencia y significado de todos ellos.
Los bienes se dividen de varias — / H o n r a , /F e lic id a d , / B i e n ,
m aneras. A cerca de la distinción de / C u ltu r a , /C u e r p o , /V a lo r e s
valor o bien por razón de sí mismo, (Ética de los), / E conom ía (Filo­
valor o bien útil, etc., / B i e n . — Los sofía de la). — K l e i n h a p p l .
bienes pueden, además, dividirse
en interiores y exteriores, según que b) O . S c h il l i n g , Lehrbuch der M oral-
theologie, 1929; D . v o n H i l d e b r a n d ,
estén interiorm ente vinculados al
D ie R olle des «objektlyen Cutes f ü r die
hom bre o le vengan del exterior. Person» innerhalb des Sittlichen, en «Phi-
D e los prim eros, unos son bienes lo so p h ia perennis» 1930, n , pp. 974-995;
del alma espiritual, com o el saber e) V. C a t h r e in , M oralphüosophie, *1924
y la virtud; otros, bienes propios [trad. ital. de la 5.* alera.: Filosofía mo­
del cuerpo y de la vida, com o la rale, F lorencia 1913-1920].
B IO LO C ISM O

Biologismo. Recibe este nom bre Las unidades orgánicas suprain-


aquella dirección del pensamiento dividuales (el conjunto de los indi­
que enfoca la realidad y la vida viduos de cada sexo, las razas, co­
exclusivamente desde u n punto de m unidades biológicas, etcétera) no
vista biológico. Según el biologis­ nacen de u na coordinación id e o ­
m o, lo biológico, o sea la vida lógica de los individuos, sino que
orgánica o plasm ática ( / O r g a ­ son individuaciones más altas de
nismo) es idéntica a la realidad la vida total. E l / y o hum ano es
o constituye, por lo menos, la úni­ únicam ente un a transitoria m ani­
ca form a de / v i d a . M ientras el festación de la vida o u n medio
/ mecanicismo sólo ve los aspectos de acom odación del plasm a viviente
m ateriales del ser viviente y el a un cierto grado de diferencia­
/ vitalismo intenta rem ediar esta ción. El /e s p ír itu carece de subs-
falla con un principio vital director tantividad. T oda conciencia depen­
( / Vital [Principio]), el biologis­ de constitutivam ente de condicio­
mo considera al viviente como uni­ nes orgánicas y desaparece a su
dad indivisa. El biologism o se di­ vez con ellas. — Gnoseológica-
ferencia de la corriente filosófica m ente, el biologismo se m antiene
denom inada filosofía de la vida en el plano del relativism o, muy
( / Vida [Filosofía de la]) en que cerca del /p ra g m a tis m o . El pen­
ésta generalm ente coloca en p ri­ sar y el conocer no dan noticia de
m er plano la vida en oposición la realidad, sino que sirven única­
a lo rígido, mecánico y puram ente m ente para la acom odación bio­
conceptual, y aquél, en cam bio, la lógica. Lo que u n o tiene por ver­
restringe a la vida plasm ática. Del dadero depende de las posibilida­
biologismo debe distinguirse, ade­ des cerebrales condicionadas p o r
más, aquella interpretación orgá­ la herencia y la raza. — Principio
nica del universo que concibe el suprem o de la ética biológica es la
conjunto de la realidad a m odo autoafirm ación de la vida plasm á­
de un organism o e intenta con ello tica no sólo en el individuo, sino
explicar el m undo haciendo de él principalm ente en las individuacio­
una revelación o despliegue del es­ nes superiores: familia, pueblo, r a ­
píritu (de la razón). za. E n el biologismo queda lugar
P ara el biologismo, los organis­ p ara una especie de / religión úni­
mos individuales no son los suje­ cam ente donde las manifestaciones
tos prim arios de la vida, sino m e­ vitales se ven relacionadas con un
ras individuaciones de una vida fundam ento viviente originario.
(fiíos) que lo abraza todo, ya sea El biologismo está ciego para
que ésta n o pueda existir más que grandes dom inios de lo real. N o
distribuida en sus individuaciones resiste la critica científica n i filo­
(Kolbenheyer), ya sea que se la sófica. C om o /re la tiv is m o , renun­
entienda com o fundam ento último cia a tod a -pretensión de ser un
sustentador de todo lo viviente conocimiento verdadero. E s m a­
(K rieck). E n esta segunda opi­ terialista, no ya p o r conceder valor
nión, lo inorgánico está constitui­ sólo a lo cuantitativo-espacial, sino
do por aquello que sólo por m o­ p o r negar tod a realidad espiritual.
m entos se h a apartad o del proceso Interp reta sin reparo com o intrín­
vital, y la m uerte es el enlazarse seca dependencia en el ser. la ex­
nuevam ente de la individuación con trínseca del espíritu hum ano con
el fundam ento viviente originario. respecto al conocim iento sensible
( / A l m a y cuerpo [Relación en­ do sensible, pues sin ella no habria
tre]). / [1 9 5 ]. — B r u g g e r . sido posible la vida q u e'to n d u c e al
S ostienen diversos tip os de b io lo g ism o : nuevo nacim iento. L a aprehensión
E. G . K o l b e n h e y e r , D ie Bauhütle. se realiza sobre la base del deseo o
Grundzüge einer M etap hysik der Gegen- apetito sensible, el cual recibe su
wurt, 21941; D ie Philosophie der Bauhütte, alim ento de la percepción ocasio­
1952; E. K r i e c K , Leb en ais P rinzip der nada por el contacto de los sen­
W elianschauung und Problem der Wissen- tidos con las cosas. Los sentidos
schaft, 1938; H . G . H o l l é , Allgem eine suponen el cuerpo y el alm a («nom ­
Biologie ais Grundlage f ü r tVellan-
bre» y «form a»). C uerpo y alm a se
schauung, Lebensfiihrung und P olilik,
M 925; y o tro s. P a ra u n juicio crítico, form an cuando la conciencia del
véanse los artícu lo s an terio rm en te indi­ futuro hom bre en tra en la madre.
c a d o s ; b ) P h . D e s s a u e r , D as bionome L a nueva conciencia es efecto de la
Geschichtsbild, 1946. persistencia operativa que poseen
las realizaciones de la conciencia
Budismo. El budism o, nacido precedente, realizaciones que tienen
de la predicación de Buda (m uerto su causa en la ignorancia de las ver­
hacia el año 480, a. de C.), fué ori­ dades salvadoras enseñadas p o r B u­
ginariam ente una secta del brah- da (las cuatro verdades). D ebe, p o r
m anismo. C om o la doctrina del lo tanto, suprim irse esta ignorancia,
mismo B uda no puede establecer­ quedando entonces suprim idas tam ­
se con seguridad, describiremos pri­ bién las causas interm edias y es
m eram ente el budism o en la m ás efecto últim o: el d o lor. 3.° La cesa­
antigua form a asequible. El bu­ ción del dolor es consecuencia de
dismo es una doctrina de salvación. la com pleta anulación del deseo.
Supuesto suyo es la doctrina so­ La anulación parcial lleva a una
bre el ciclo de nacim ientos ( / Me- existencia celeste o sólo a un a exis­
tempsicosis). Son fundam entales las tencia terrenal extraordinaria des­
«cuatro verdades»: 1.° L a vida de la cual se alcanza el objetivo
hum ana entera es dolor, porque suprem o: el nirvana. Sin em bargo,
todo es pasajero. N o hay ningún este estado puede darse aun antes
fundam ento últim o firme, ninguna de la m uerte si la llam a del apetito
substancia: todo es devenir. N o ha sido enteram ente extinguida. El
hay alm a ni yo fuera del conti­ nirvana no es la nada, sino el estado
nuo cam bio de estados interiores. de entero desasim iento de todo lo
El renacim iento no consiste en el caduco, doloroso. F uera de esta
retorno de la m isma persona, sino determ inación negativa, no es po­
en la rigurosa conexión causal que sible decir en qué consiste, pues
im pera de una existencia a otra trasciende la caducidad de cualquier
no m enos que entre los varios experiencia y concepto. D escrip­
estados de una m ism a existencia. ciones intuitivas que pretendían
2.° El origen del dolor reside en acom odarse a la com prensión de
el deseo, en el apetito de los senti­ am plios círculos han hecho ap a­
dos. L a doctrina del nexo causal de recer frecuentem ente el nirvana co­
doce partes expone detalladam ente m o un estado paradisíaco. 4.° El
el fundam ento del dolor. L a vejez cam ino hacia esta m eta es la senda
y la m uerte suponen el nacim iento, de ocho partes que contiene en
el cual n o existe sin el devenir. substancia las mismas exigencias
El devenir, p o r su parte, tiene com o del / y o g a . E n la cim a de las exi­
condición la aprehensión del m un­ gencias éticas, que no son fines en
sí m ismas, sino m edios conducen­ Buddhism us in Indien und im fernen
tes a rem over los obstáculos para Oslen, 1939; Buddhisliscke M ysierien,
la ascensión espiritual, se encuentra 1940; [L. d e l a V e l l é e -P o u s s in , Bhoud-
disme, 1909; T h . S t c h e r b a t s k y , The
el respeto a to d a vida en hechos,
central concepüon o f Buddhism (d h a r m a )
palabras y pensam ientos. 1923;] e) H . B e c k h , B uddhism us, *1920
A lo largo de la historia, el bu­ ( G o s c h e n ) ; [P . N e g r b , E l budismo, 1946.1
dismo fué perfeccionándose. M ien­
tras en el budismo meridional (hi- Cambio (m utatio). Entiéndese
nayána = «pequeño vehículo») es­ por cam bio el devenir otro, el paso
te perfeccionam iento consistió prin­ de un m odo de ser a otro. Cam bio,
cipalm ente en u n a sistematización en sentido im propio, es el cambio
de la vieja concepción budista del externo en el cual u n a cosa recibe
universo, el septentrional (maháyá- nom bre distinto a causa de un
na = «gran vehículo») tom ó una cam bio que en realidad h a tenido
dirección en parte muy alejada del lugar en o tra relacionada con la
antiguo budism o. D e la venera­ prim era; así, el sol «pasa», «se
ción del B uda histórico, se pasó cam bia» de sol naciente en sol
a la am orosa veneración del Buda poniente po r la rotación de la
divino o de m últiples Budas divi­ tierra, sin que el sol mismo experi­
nos de carácter puram ente espiri­ m ente cambio real. En sentido p ro ­
tual, la cual, reduciéndose, por últi­ pio se denom ina cam bio únicam en­
m o, a un Buda fundam ental, ori­ te el cambio interno en el cual un
ginó u n a especie de panenteísm o. determ inante existente en la cosa o
En el budism o antiguo sólo el propia de la cosa m isma se convierte
m onje podía, m ediante la concen­ en o tro distinto. T odo cam bio supo­
tración, llegar al nirvana; la nueva ne un sujeto que lo experim enta, un
form a, en cam bio, da tam bién a estado inicial en el que se encuentra
los laicos la posibilidad de alcanzar el sujeto antes del cambio y un
la perfección po r el am or y la estado final a que el cam bio con­
liberalidad. Pero en el m ahayana duce. E n el verdadero cam bio se
dicha perfección no consiste en la conserva invariable un substrato
santidad, sino en esperar la «bu- com ún a los estados inicial y final
dificación» para contribuir así a lo que constituye la base de aquél,
largo de innum erables renacimien­ pues el cambio no significa la des­
tos a la salvación de to d a la hum a­ aparición de u n a cosa y la pro­
nidad. — L a gnoseología del hina- ducción enteram ente nueva de otra.
yan a es realista; la del m ahayana, El cam bio exige com o / causa
idealista. U lterior variedad del bu­ una / fuerza que lo origine. —
dismo m ahayana es el budismo má­ E n el cam bio substancial se trans­
gico del llam ado vehículo de dia­ form a la substancia, la esencia mis­
mante. — / D o l o r , / [ 4 , 10, 11, m a. C om o tal se consideraba anti­
20, 23]. — B r u g g e r . guam ente la conversión de un a m a­
teria en o tra ; sin em bargo, según
d) A. C . M a r c h , B uddkist Biblio- el estado actual de la ciencia, estas
graphy, L o n d res 1935; C . R e q a m e y , variaciones n o son de naturaleza
Buddhistische Philosophie, B erna 1950
substancial. Se d a cambio accidental
(b ib lio g rafía); O . S t r a u s s , ¡ndische Phi­
losophie, 1925, c . 5 y 9 ; H . O l d e n b e r g ,
cuando un estado de determ inación
Buddha, 111923; R o s e n b e r o , D ie philoso- accidental pasa a ser otro. Puede ser
phischen Problem e des óstlichen Buddhis- cuantitativo, cualitativo y local.
mus, 1928; H . v o n G l a s e n a p p , D er H ay cam bio cualitativo únicam en­
te en un devenir otro de la form a L a extensión es continua o dis­
exterior, llam ándose entonces cam­ continua. Llám ase discontinua una
bio configurativo. E l cambio local es extensión cuyas partes están se­
sinónim o de /m o v im ie n to en sen­ paradas entre sí p o r limites. Si
tido estricto. Exceptuando los cam ­ éstos coinciden de suerte que las
bios de estado energéticos, los extensiones parciales se toquen en
cambios accidentales en el m undo un límite com ún, se tiene un con­
corpóreo se realizan no de m anera tiguo ( contiguum) ; tal pueden con­
m om entánea, sino sucesiva. El cam ­ siderarse varias casas edificadas
bio es u n a realidad incom pleta en unas al lado de otras. Si los lími­
cuanto q u e denota un tránsito de tes no coinciden, encontrándose
la posibilidad ( /P o te n c ia ) a la entre ellos u n o o varios cuerpos
realidad de una cosa o estado. — de distinta naturaleza, se trata de
Según la teoría de los guanta, las una quantitas discreta, v.gr., la
variaciones de estado energéticas extensión del cielo estrellado. La
se efectúan no p o r m odo continuo extensión continua, el continuo
sino a saltos, en guanta exacta­ (continuum), no manifiesta lími­
m ente definidos. — J u n k . tes interiores, sino que se difunde
S c h w e s t s c h l a g e r , Philosophie der N a ~ po r el espacio sin interrupción.
lar i, *1922, pp. 106-1J 6; J. S e i l e r , D ie E l límite de un a extensión consiste
Philosophie der unbelebten N atur, 1948, en que ésta deja de existir en cierta
pp. 397-449; N . H a r t m a n n , Philosophie dimensión ( = término m eram ente
der N atur, 1950. p p . 251-318; [P. H o e - tal) em pezando al mismo tiem po
nen, Filosofía della natura inorgánico,
a p artir de dicho térm ino u n a nue­
Brcscía 1949; A. G . v a n M e l s e n , The
philosophy o f nature, *1954]. va extensión ( = límite real). El
lím ite carece de extensión en la
C antidad, del latino quantum — dim ensión en que es límite. Lím i­
cuán grande, es aquella propiedad te de los cuerpos es la superficie;
que separa al ser corpóreo de los de la superficie, la línea; de la
demás en virtud de la cual un línea, el punto, inextenso en cual­
/ c u e r p o puede dividirse ( / D i v i ­ quier dim ensión. D e ahí que una
sibilidad) en partes individuales in­ línea no pueda construirse con pun­
dependientes de la m ism a natu ra­ tos, com o tam poco u n a superficie
leza que el todo. L a consecuencia con líneas, ni un cuerpo con super­
más im portante de la cantidad es ficies. A ntes bien, en lo que res­
la extensión (extensio), p o r la cual pecta a la extensión, todo continuo
las partes de un ente corpóreo es­ es, po r lo m enos m entalm ente, in ­
tán en el espacio unas ju n to a otras definidamente divisible en partes
y corresponden a las partes del que a su vez poseen extensión conti­
mismo ( /E s p a c io ) . A unque la nua. En este aspecto, el continuo
cantidad es u n a propiedad que b ro ­ es potencialm enie infinito. — La
ta de la esencia de la substancia cor­ extensión, realizada en las cosas
pórea, no se identifica con ella, com o determ inante accidental de
como Descartes creía; p o r eso no las m ismas, se denom ina exten­
incluye contradicción alguna el que sión física. Sin em bargo, en rea­
la cantidad esté separada de la subs­ lidad las cosas no son continua­
tancia (com o adm ite la teología), m ente extensas tal com o aparecen
si bien n o hay tam poco ninguna a los sentidos; la continuidad se
explicación que perm ita com pren­ realiza a lo sum o en los últim os
derlo positivam ente. elementos constructivos de los cuer-
pos. Extensión matemática, en cam ­ nantes cuantitativos, va dem asia­
bio, es el concepto abstracto de do lejos. / M ecanicismo. —
extensión en cuanto tal, prescin­ JuN K .
diendo de una eventual realiza­ a ) A r ist ó t e l e s , M etafísica v , 1 3 ;
ción en el m undo objetivo de las S u á r e z , D isputationes metaphysicae, d . 4 0
cosas. Puesto que a la extensión y 4 1 ; I . K a n t , K ritik der reinen Ver­
física se adhieren tam bién diferen­ nunft, Transzendentale L ogik, § 1 0 ;
cias cualitativas, distínguese desde b) J. S e il e r , Philosophie der unbeleb-
este punto de vista una extensión ten N atur, O lte n 1 9 4 8 , p p . 1 0 2 -1 0 7 ;
A. F r a e n k e l , Einleitung in die M engen-
homogénea, cuyas partes son de
lehre, a1 9 2 8 ; c) K a n t / a ) ; e) S c h w e r t -
la misma naturaleza, y una exten­ sc h l a g e R, Philosophie der N atur i, M 9 2 2 ,
sión heterogénea, que las tiene de p p . 2 6 - 4 5 ; [P. H o e n e n , Filosofía della na­
diversa especie. C om o contiguo tura inorgánico, B r e sc ia 1 9 4 9 ; A. G . v a n
heterogéneo destácase ante todo el M e l s e n , The philosophy o f nature, * 1 9 5 4 .]
/ organism o.
El concepto de cantidad, tom a­ Caracterología. Ciencia que tie­
d a com o m agnitud, se trasladó de ne por objeto la esencia, génesis
lo espacial a lo n o espacial. Así y form as estructurales del carácter.
ocurrió sobre todo co n el movi­ Entendem os por carácter un con­
m iento local, estrecham ente unido ju n to de / disposiciones heredadas
al espacio (velocidad), y con el y tendencias adquiridas que, sin
tiem p o ; se traspasó luego del efecto ser rígido e inm utable, posee, no
dinám ico m ensurable en el espacio obstante, relativa estabilidad y fir­
a la fuerza m ism a; y, finalmente, m e trabazón, y preside el modo
verificóse la transferencia dicha a personal con que se realizan la
objetos no corpóreos (v.gr., gran /v iv e n c ia , el valor y la volición
virtud), de tal m anera que cantidad, de un ser hum ano. Puesto que
en sentido muy am plio, puede la m anera personal de valorar con­
designar todo aquello a lo cual diciona la peculiaridad form al del
conviene en grado m ayor o menor querer y sus direcciones ideológi­
el predicado grande o pequeño. — cas preferidas, cabe tam bién defi­
E n lógica, cantidad de un / c o n ­ nir el carácter com o «sistema per­
cepto significa su extensión. La sonal de m áxim as valorativas»
cantidad de un juicio es determi­ (Allers). D e acuerdo con la natu ­
nada p o r la extensión del sujeto, raleza ética del contenido valoral
distinguiéndose con arreglo a ella de aquellas direcciones, se distin­
juicios universales, particulares y guirán u n carácter éticam ente bue­
singulares. no y o tro éticam ente reprobable;
L a cantidad es, sin duda, un según la firmeza, arm onía y cons­
determ inante fundam ental del ser tancia de la estructura del carácter,
corpóreo; p o r algo aparece en existirá u n carácter form alm ente
la doctrina tanto aristotélica como enérgico y un carácter form alm en­
kantiana de ías categorías. Según te débil o lábil, sea cual fuere el
K ant, constituye una clase de las contenido ético de la orientación
/ categorías que com prende la teleológica.
unidad, la pluralidad y la to ta ­ La caracterología analiza las dis­
lidad. N o obstante, la concepción posiciones e inclinaciones reactivas
cuantitativa del universo que inten­ individuales, propias de los elemen­
ta reducir todas las / cualidades tos constitutivos del carácter, en
de las cosas a puros determ i­ su relación con el cuño caracte­
rístico de la /p e rs o n a lid a d . Clasi­ m inantem ente las causas de la for­
fica, en segundo lugar, las diversas m a que presente el carácter en
form as típicas del carácter y se la constitución som ática heredada.
plantea, por últim o, la cuestión C on esto llegan, en parte, a doctri­
de sus leyes genéticas y su posible nas m aterialistas y determ inistas
reform a. P ara clasificar los / tipos (p. e., doctrina de Lombroso sobre
se parte ya de la diversidad de el «crim inal n ato » ; interpretacio­
dom inios valórales objetivos a que nes de J. Lange, que presentan el
especialm ente se inclinan los dis­ carácter heredado com o destino).
tintos caracteres («form as de vida» Las teorías psicogenéticas ven en
de Spranger, «psicología de las con­ lo psíquico mismo, en la autoplas-
cepciones del universo» de Jaspers), m ación consciente o inconsciente,
ya preferentem ente de la peculia­ el m ás im p ortan te principio for-
ridad form al subjetiva de las es­ m ador del carácter ( / p s i c o a n á ­
tructuras caracterológicas, p.e., de lisis de Freud y «psicología indi­
la m ayor o m enor arm onía y uni­ vidual» de A dler). Su enérgica
dad de las disposiciones e inclina­ acentuación de la im portancia que
ciones estables (doctrina de E. poseen el influjo del medio y la
Jaensch sobre las estructuras inte­ educación en orden al ánim o y a
gradas y desintegradas), ya de la la voluntad de com unidad, ofrece
actitud constante de los intereses muchos valores pedagógicos. Sin
vitales orientada predom inantem en­ embargo, los dos sistemas adole­
te hacia el exterior o hacia el pro­ cen del defecto de considerar ex­
pio m undo interior (tipo extra- clusivam ente un único factor fun­
vertido e introvertido de C. S. dam ental, así com o tam bién de la
Jung; distinción establecida p o r P. orientación determ inista de sus fun­
Háberlin entre tipo en que prepon­ dadores. L a caracterología que hoy
dera el impulso egocéntrico y el se inspira en la psicología profun­
tipo con predom inio de la espiri­ da tom a y elabora lo que am bas
tualidad sustentadora de la com u­ direcciones tienen de justo, pero
nidad). P artiendo de la observa­ subrayando con m ayor vigor el
ción psiquiátrica de las grandes papel que en la autoform ación del
psicosis (esquizofrenia y enferm e­ carácter desempeña un tercer fac­
dad m aníaco-depresiva cíclica de to r: la orientación conform e al de­
la vida afectiva) ( /E n f e r m e d a d ber ( / Obligación) y a las norm as
m ental), E. Kretschmer describe den­ absolutas de la condición hum ana
tro del cam po de la vida anímica (Bovet, V. Frankl).
norm al las personalidades esquizo- U n a consideración exenta de ex­
tímicas y ciclotímicas, m ostrando clusivismos tendrá en cuenta tanto
al mismo tiem po la correlación (no los fundam entos biológicos condi­
absoluta, pero am plia) entre la cionados p or la herencia com o los
estructura psíquica del carácter y factores psíquico-individuales y so­
la constitución atlética o leptoso- ciales de la form ación del carácter.
mática (delgada) y pícnica (rechon­ Ciertas peculiaridades formales de
cha) de los correspondientes tipos. la contextura de la personalidad
E n la cuestión relativa a las con­ y de sus form as reactivas condicio­
diciones de la génesis del carácter nan fatalm ente el carácter-heren­
discrepan ante todo las teorías fi­ cia; a éste puede luego superpo­
siológicas y psicogenéticas. Las pri­ nerse en el curso de la vida la
m eras buscan exclusiva o predo­ estructura de las disposiciones ad-
CARTESIANISM O

quiridas sin que por ello abandone H . T u r n , Charakter, Charakterologie;


aquél su propia naturaleza, capaz L. Bopp, Charakterbildung, am bos estu­
de aflorar nuevamente. A unque las dios en Lexicón der Pádagogik, 1952, i;
[G . L o r e n z in t , Caracterología y tipología
propiedades del carácter-herencia
(trad . esp.), 1955.)
fundadas en el caudal transm itido
po r ésta lim itan hasta cierto punto Cartesianism o. René Descartes
el u lterior desenvolvimiento del ca­ ( Cartesius, f 1650,1, poniendo en
rácter en sus m aneras formales de duda con su «duda m etódica»
reaccionar, no determ inan en nin­ todos los hechos y verdades, ex­
gún caso las direcciones teleológi- cepto la proposición «Cogito, ergo
cas de la voluntad personal, que­ sum», fué ante todo un iniciador
dando norm alm ente am plio lugar de nuevas rutas en el cam po de
para la educación, la autoeduca­ la crítica del conocim iento. P ar­
ción y la responsabilidad. tiendo de dicha proposición, cuyo
Desde el punto de vista filosófico, sentido es hoy todavía objeto de
la caracterología es im portante po r­ controversia, Descartes intenta
que conduce a varias cuestiones construir de nuevo todo el universo
filosóficas; p. e., relación entre m ediante el criterio p robado en
alm a y cuerpo, unidad de lo psí­ ella, a saber; las percepciones cla­
quico en la m ultiplicidad de sus ras y distintas no pueden ser fal­
disposiciones, a priori psicológico sas. Así, conocem os nuestra alm a
de valoraciones y m odos de pensar, com o substancia inm aterial cuya
libre albedrío y obstáculos en la esencia es el pensam iento; conoce­
actuación de la voluntad, responsa­ mos, asimismo, la existencia de
bilidad personal, influjo de la vida D ios por la m era consideración
social, etc. — W i l l w o l l . de su concepto que incluye clara
y distintam ente la existencia —
R . A l l e r s , Das Werden der sittlichen las otras dos pruebas de la exis­
Person, 21935 [tru d . e s p .: Naturaleza
tencia de D ios son m enos caracte­
y educación del carácter, 1 9 5 0 ]; K ü n k e l ,
Einführung in die Charak.terk.unde, 1 9 3 1 ;
rísticas — y conocem os, p o r ú lti­
R . H e is s , D ie L eh re vom C harakter, 1 9 3 6 ; mo, la existencia del m undo exte­
L . K la G e s , Grundlagen der Charakter- rior, garantizada p o r la veracidad
kunde, 1 9 3 6 ; H . K e r n , Die M asken de D ios, el cual no puede perm itir
der Seele, 1 9 4 3 ; P h . L e r s c h , Der A ufbau que nos engañe nuestra tendencia
der Person, ‘ 1 9 5 1 ; [R . L e S e n n e , Traité n atural a adm itir un m undo c o r­
de caracterologie, P a r ís 1 9 4 5 ; E. M ou- póreo. — En su antropología, D es­
n i e r , Traité du caractére, P a r ís 1 9 4 7 ;
cartes prescinde p o r com pleto del
J. A . d e L a b u ? .u , Anorm alidades del ca­
rácter, 1 9 4 7 .] S o b r e c la s if ic a c ió n d e t i­
hecho de la relación m utua exis­
p o s : H. S p r a n g e r , Lebensform en, 71 930 tente entre alm a y cuerpo al hacer
[tr a d . e s p .: Formas d e vida, “1 9 4 9 ]; del pensam iento la esencia de la
E. Jaen sch , Grundformen des men- prim era y reducir a p u ra extensión
schlichen Lebens, 1 9 2 9 ; C . G . J u n g , la del segundo, poseedor de un a
P sychotogische Typen, 1 9 21 [tra d . e s p .: única actividad que consiste en el
T ipos psicológicos, 1 9 4 5 ]; E . K r e t - movim iento local. N o existe, p o r
sc h m e r , KOrperbau und Charakter, 1I1940
consiguiente, unión íntim a alguna
[tra d . e s p .: Constitución y carácter,
1 9 4 7 ]; G. P f a h l e r , S y ste m der Tipen-
entre cuerpo y alm a; ésta h abita en
lehren, 1 9 2 9 ; e) S t . v o n D u n i n - B o r - él com o en u n a m áquina o u n au tó ­
k o w s k i , C harakter; A . W i l l w o l l , Cha- m ata. E l cuerpo es m antenido en la
rakterologie, a m b o s tr a b a j o s é n Lexicón vida p o r el «calor vital», cuya sede
d er Pádagogik der Gegenwart, 1 9 3 0 , i; está en el corazón, mientras que el
alma se halla localizada en la glán­ centenario del «D iscorso del método»,
dula pineal. Com o que entre alm a 1937 (tom o su plem entario de la «R ivista
y cuerpo no se da influjo recíproco di F ilosofía N eoscolastica»); R . B a y e r
(editor), Congrés D escartes, P arís 1937;
de ninguna clase, el alm a no recibe
C. A. E m ge, D em Geddchtnis an Rene
sus conceptos del m undo sensible; Descartes, 1937 (en esta o b ra se inserta
posee, sin em bargo, ideas «inna­ bibliografía p re p a ra d a p o r G . K rueger);
tas», es decir, las produce p o r sí K . J a s p e r s , D escartes und die Philosophie,
misma, siendo la experiencia ex­ 1937; F . O l g i a t i , [Cartesio, M ilán 1934;}
terna sólo la causa ocasional de La filosofía di D escartes, M ilán 1937;
eilo. E. C a s s i r e r , Descartes, E stocolm o 1939;
Por su gnoseología, D escartes ha [ É . G i l s o n , É tudes sur le role de la
pensée médiévale dans la fo rm a tio n du
venido a ser el padre de la m oderna
systém e cartésien, 1930; J. C h e v a l i e r ,
crítica subjetivista del conocim ien­ D escartes, 1935; O . H a m e l i n , L e systém e
to ; su /o c a sio n a lis m o encontró de D escartes, 1910 (trad . esp añ o la: El
una expresión exacerbada en Ma- sistem a de D escartes, 1949); V. L a z z e -
lebranche ( / Ontologismo), su m é­ r o n i , L a form azione del pensiero carte­
todo racionalista fué continuado siano e la scolastica, P ad u a 1948.]
por Espinosa y Leibniz y, sobre
todo, su concepción mecanicista de Categorías. El térm ino «cate­
la naturaleza pasó a form ar parte goría» pertenece a la familia del
del esquem a m oderno del universo verbo griego xartjyogeív, que sig­
que, p o r cierto, en tiem pos muy nifica «enunciar, declarar». Según
recientes agregó al movim iento la eso, las categorías expresan los
fuerza inherente a las cosas o in­ diversos m odos d e enunciación y,
cluso constitutiva de las mismas co­ por consiguiente, puesto que siem­
mo segundo elemento dinám ico. — pre de alguna m anera se enuncia
C rítica: el criterio cartesiano de el ser, los distintos m odos de ser.
verdad es insuficiente; especialmen­ El mismo significado exactamente
te la existencia de D ios n o puede se encuentra en el latino «predi­
dem ostrarse p o r él. La filosofía na­ camento», conexo, a su vez, con
tu ral resulta dem asiado simplifi­ «praedicare» (predicar, enunciar,
cada y no corresponde a la realidad decir). L a explicación del térm ino
que, adem ás de la extensión, mues­ m uestra que las categorías están
tra siem pre en los cuerpos diversas íntim am ente enlazadas con el ju i­
naturalezas y fuerzas. N i puede el cio, en el cual se d a la predicación;
dualism o de alm a y cuerpo expli­ adem ás de Aristóteles y la escolás­
car su interacción ( / A lm a y cuer­ tica, Kant puso tam bién esto de
po [Relación entre]). El cartesia­ relieve.
nismo no ha visto tam poco al E n el juicio nos enfrentam os con
ser vivo en cuanto tal y com o pro ­ una desconcertante abundancia de
blema peculiar. / [136-141]. — m odos de predicar y de ser, v.gr.:
R ast. hom bre, m ortal, de g ran estatu­
ra, piensa. C uando intentam os o r­
K . F i s c h e r , Geschichte der neueren Phi­ denarlos m etódicam ente, m uchos de
losophie i, r,1912; A. H o ffm a n n , J?. D es­ ellos se reducen a-o tro s. Resultan
cartes, *1923 [trad. esp .: Descartes, 1932];
entonces conceptos inferiores o su­
C. v o n B r o c k d o r f f , D escartes und die
Fortbildung der kartesianischen Lehre,
bordinados de m ás escasa extensión,
1923; F . B o u i l l i e r , H istoire de la p h i­ pero m ás rico contenido, que apa­
losophie cartésienne, P arís 31868; A . G e- recen com o subclases de conceptos
m e l l i (p rologuista), Cartesio. N e l terzo superiores de m ás am plia extensión,
pero de m enor contenido. A sí, dos p ara la categoría de substancia.
«hom bre» es un concepto inferior Siempre ha ocupado a la filo­
a «ser sensitivo», que com o con­ sofía la deducción de u n a tabla
cepto superior abraza a los seres com pleta de categorías. Aristóteles
sensitivos dotados de razón y tam ­ enum era diez, enum eración en la
bién a los irracionales. E ste ascen­ cual se contraponen a la / substan­
so conduce a los conceptos superio­ cia las nueve clases de / accidentes.
res suprem os que, por no ser ya Este catálogo prevalece en la esco­
inferiores de una unidad más «le­ lástica y perdura hasta hoy. Santo
vada, se llam an conceptos primi­ Tomás de Aquino intenta justificar
tivos (conceptos fundamentales). su interna necesidad. U n nuevo es­
Ellos constituyen la pluralidad pri­ bozo lo encontram os sobre todo
m itiva y radicalm ente diferenciada en Kant, que saca de una tabla de
de las categorías o géneros supre­ Jos juicios doce categorías, cuyo
mos. P o r encim a de ellas está úni­ carácter necesario y com pleto pre­
cam ente el / s e r , que en realidad tende dem ostrar en su deducción
no es ningún género, pero del que trascendental. Fichte tiene esto por
participan las categorías com o ori­ insuficiente y em prende u na nueva
ginarios modos de ser. Determi­ deducción partiendo de la actividad
nantes primordiales (modi) del ser pu ra del espíritu. L a lógica de H e­
son, adem ás de las categorías, los gel es la m ás acabada tentativa de
/ trascendentales. Las categorías tal deducción, realizada, por cierto,
reciben el nom bre de determ inan­ som etiendo los datos a violencia.
tes peculiares, porque fundam entan Desde él hasta nuestros días no
diversos órdenes o clases y siempre han dejado de producirse continua­
expresan lo peculiar del orden m ente im portantes contribuciones.
correspondiente, m ientras que los Sin em bargo, se espera todavía una
trascendentales se llaman determ i­ solución definitiva. Recientemente
nantes com unes porque dominan la filosofía existencial ( / E x i s ­
proporcionalm ente todas las cla­ tencial [Filosofía]) subraya la dife­
ses, siéndoles comunes. P or la pro ­ rencia entre las categorías de lo
piedad que tienen de rebasar las m eram ente existente y los existen-
categorías, se califican de supraca- ciales del existir (Dasein) hum ano.
tegoriales el ser y los trascen­ N . Hartmann alude tam bién a la
dentales. Las categorías, en cam ­ modificación o flexión de las ca­
bio, con todos sus géneros subor­ tegorías en los estratos particula­
dinados hasta la especie ínfima res del universo.
form an el reino de los conceptos P or lo que concierne a la validez
categoriales (predicamentales). A de las categorías, repitense aquí
los grados existentes dentro de este todas las posiciones que apare­
reino se les denom ina también gra­ cen en el problem a del / con­
dos metafisicos porque son apre­ cepto universal en general. A l ul-
hendidos p o r una penetración en trarrealism o platónico se contra­
las cosas que trasciende las m ani­ pone el conceptualism o. Afín a
festaciones fenoménicas del orden él es el idealismo trascendental de
físico. El llam ado árbol de Porfi­ K ant, que hace valer las catego­
rio (arbor Porphiriana), diseñado rías sólo p ara la cosa com o fenó­
prim eram ente p o r el neoplatónico m eno, pero no para la cosa en sí.
Porfirio, presenta de m anera esque­ La doctrina aristotélico-escolástica
m ática la jerarquía de estos gra­ es el realism o m oderado. — L o t z .
a) A r i s t ó t e l e s , Categorías; M eta fí­ sa to d o / principio del ser, del
sica v i l ; Física 111 ; S a n t o T o m á s d e cual depende realm ente de alguna
A q u in o , Com entarios a la M etafísica de
m anera la existencia de un ente
A ristóteles v il; Comentarios a la Física de
contingente; el influjo de la causa
A ristóteles m , le e . 5 ; F . S u á r e z , Dispu -
tationes M etaphysicae d. 32-53; I. K a n t ,
( /C a u s a lid a d ) es, pues, la razón
K ritik der reinen Vernunft, Transz. L ogik, de ser ( / R a z ó n ) de lo causado,
sec. i I. 1; Prolegomena, § 3 9 ; J. F i c h t e , pero no cabe afirm ar, p o r m odo
Grundlage der gesam ten W issenschafts- inverso, que to da razón de ser deno­
lehre, 1794; G . H e g e l , W issenschaft der ta una clase de causalidad, pues la
Logik, 1812-1816; h ) L. B a u r , M eta- relación razón-consecuencia puede
ph ysik, 1935, § 28; C. N in k , Ontologie, existir con identidad efectiva y, por
1 9 5 2 , pp. 435-476; A . M a r c , Dialectique
*anto, sin dependencia ontológica
de l'affirm ation, 1952, p p . 541-663;
[F. v a n S t e e n b e r g h e n , Ontologie, L ovai-
real, m ientras que causa y causado
na Í 9 4 6 ; L. d e R a e y m a e k e r , L a P hiloso­ nunca son plenam ente idénticos,
phie de Pétre, L o vain a 1947; M í r c i e r , precisam ente porque entre ellos
Ontología (tra d . esp.) en 3 vols., 1935;] existe u n a relación real de depen­
c) I. K a n t , J. F i c h t e , G . H e g e l / a); dencia. L a influencia real sobre lo
E o. v o n H a r t m a n n , Kategorienlehre, causado distingue tam bién a la cau­
1896; E. L a s k , Die L ogik der Philosophie sa de la condición necesaria, la
und die Kategorienlehre, 1911; O . K Ü l p e , cual es indispensable p ara la p ro ­
Z u r Kategorienlehre, 1915; M . H e i d e g -
g e r , Sein und Z e it J, 1927 [tra d . e s p .:
ducción de u n ente (porque, v.gr.,
Ser y tiem po, p o r J. G ao s, M éxico]; la causa no puede actuar sin ella),
F. B r e n t a n o , Kategorienlehre, 1933; pero no influye sobre lo causado
H e i n r i c h M a i e r , Philosophie der W irk- (v.gr., la luz es condición necesa­
Uchkeit, 1933-1935, 2.* y 3.* p a r te s ; ria, pero no causa de la acción
O. S p a n n , Kategorienlehre, 21939; N . de escribir). C on m ayor razón no
H a r tm a n n , Der A u fb a u der reaten es causa u n a «ocasión» n o necesa­
W elt, 1940; d ) A . T r e n d e l e n b u r g , Ge­ ria (circunstancia que facilita la
s c h i c h t e der Kategorienlehre, 1846;
acción causal), considerada sólo en
} . B r e n t a n o , D ie m annigfachen Bedeu-
tungen der Seienden nach Aristóteles, cuanto tal.
1862, p p . 72-220; M. H e id e G g e r , Die Según que un a causa pase o no
Kategorien u nd Bedeutungslehre des Duns pase a form ar parte de lo causado
Scotus, 1916; 3. H e s s e n , Die Kategorien­ com o principio estructural interno,
lehre Ed. von H artm anns, 1924; N . H a r t - distínguense causas intrínsecas y ex­
m a n n , Heinrich M aiers Beitrag zu m Pro- trínsecas. Causas intrínsecas de to ­
blem der Kategorien, 1938; B. S c h e - dos los cuerpos son, según el /
schicS, D ie Kategorienlehren der badischen
hilemorfismo, la /m a te r ia y la
philosophischen Schulé, 1938; [R a g n is c o ,
Storia critica delle categorie dai prim ordi
/ form a, que constituyen el ente
del la filo so fía greca fin o a l H egel, 2 vols. total del cuerpo p o r su com unica­
1870; G . A m e n d o l a , L a categoría; apunti ción recíproca: la m ateria recibien­
critici sullo svolgim ento delta dottrina delle do y sustentando la form a; ésta,
categorie da K ant a ñ o r,‘1913; S. V a n n i- determ inando a la m ateria y con­
R o v io h i, L a natura delle categorie se- firiendo así al todo su sello especí­
condo F. Brentano, en «R ivista di filosofía fico. C ausa extrínseca es, en prir
neoscolastica» 30 (1938) p p . 362-366;]
mer lugar, la causa eficiente (causa
e j J. L o t z — J. d e V r ie s , D ie W elt des
M enschen, “1951 [trad. esp!: El mundo
en sentido estricto), la cual, p o r su
del hom bre, I955.J / a c c ió n , produce un ente que, en
cuanto producido, recibe el nom ­
Causa. E n Aristóteles y en la bre de efecto. Conform e al princi­
filosofía escolástica denom ínase cau­ pio de finalidad ( / F inalidad [Prin­
cipio de]), toda acción está deter­ deras causas principales, no m era­
m inada, en últim o térm ino, por m ente instrum entales ( / C a u s a
un / fin cuyo / v a l o r conocido instrum ental) u ocasionales ( / O ca­
y querido atrae a la causa eficiente sionalismo). E n cam bio, no guar­
o es propuesto por el C reador a su dan proporción con el ser en cuanto
acción naturalm ente necesaria; por tal (opuesto al no ser), porque,
eso el fin, considerado com o aque­ debido a su /c o n tin g e n c ia , tiene
llo por cuyo m otivo un ente existe, originariam ente una existencia tan
es tam bién causa extrínseca de éste. precaria com o sus efectos. P or eso,
A estas cuatro causas clásicas aña­ la totalidad de causas, efectos y re­
dióse luego com o causa ulterior laciones causales intram undanos
el ejemplar o arquetipo que, en dependen en su ser de la acción
cuanto form a exterior a cuya im a­ creador?. ( /C re a c ió n ), conserva­
gen un ente es m odelado, puede dora y cooperadora ( / D ios [Con­
reducirse a la causalidad formal. curso de]) de la Causa Primera.
U na explicación filosófica com ­ L a validez real del concepto de
pleta del ente intram undano debe causa eficiente tiene firmes cimien­
plantear el problem a de la causa tos en la conciencia; en ésta nos
en todas estas direcciones. A la experim entam os a nosotros mis­
actitud exclusivamente científico- m os —particularm ente en las vi­
natural de la filosofía m oderna vencias volitivas— com o producto­
orientada según la física clásica, res de nuestros actos. P or eso,
hay que atribuir el que se haya contra lo que Hum e afirmaba, la
restringido la consideración de las representación de la causalidad no
causas a las conexiones causales efi­ descansa en la interpretación de
cientes. Con este em pobrecim iento una sucesión regular com o cone­
de visión filosófica guarda relación xión interna de fenómenos ni el
el que tam bién los térm inos causa concepto de causa se reduce tam ­
y causalidad hayan sido lim itados poco, com o Kant pretendía, a una
a la causa eficiente. Por últim o, p u ra categoría del entendim iento
en la física, esta noción de causa ( /C ritic ism o ). L a intelección del
fué asimismo sustituida po r el con­ principio de causalidad ( /C a u s a l i­
cepto de /fu n c ió n (matemática), dad [Principio de]) nos hace posible
el cual dice solam ente que dos com probar tam bién en el m undo
fenómenos físicos se conducen exterior la existencia de verdadera
de tal m anera que a la variación de causalidad.
uno corresponde la variación del Sobre las restantes clases de
otro en u n a relación expresable causa, / M a t e r i a , / M ateria pri­
numéricam ente. U na «causalidad» ma, / F orm a, / F in; sobre las
así entendida, que prescinde cons­ causas principal e instrum ental,
cientem ente de la conexión onto­ / C ausa instrum ental. — N a u -
lógica entre causa y efecto, es con MANN.
m ayor razón filosóficamente insu­
ficiente ( /C a u s a lid a d [Ley de], b) L f . h m e n ' - B e c k , Lehrbuch der P hilo­
/C a u s a lid a d natural). sophie i , ‘ 1917, p . 467 s s ; T h . d e R é g n o n ,
L a m étaphysique des causes, P a r í s 1906;
Frente a D ios, Causa Primera,
c) E. M eyerson , Identité et realité, P arís
las causas ultram undanas son cau­ *1912; D e l'explication dans les sciences,
sas segundas. S u naturaleza guarda P arís 1921, t. i; Essais, París 1936];
proporción con la naturaleza de d) A . L a n g , Das Kausalproblew, 1904;
sus efectos, siendo p o r ello verda­ e) L. B a u r , M etaphysik, 31935, §§ 44-50;
[>•’. v a n S t e e n b e r ü h e n , Onlologie, L o­ /C a u s a lid a d n atu ral es aquella
vaina 1946; L. d e R a e y m a e k e r , Philoso­ clase de conexión eficiente caracte­
phie de l ’étre, L o v ain a 11947; M e r c i e r , rística de la naturaleza visible. La
Ontologia (trad . esp.) 3 vols., 1935.J
causalidad psíquica se define com o
el influjo causal de las fuerzas y
Causa instrumental. Recibe esta procesos anímicos. U na relación
denom inación aquella / causa cuya causal de índole enteram ente diver­
naturaleza y virtud operativa no sa con problem as propios de cada
guardan proporción con el efecto caso existe, v.gr., entre conocim ien­
que h a de producirse, necesitando to y apetito, procesos sensoriales
por ello de una causa superior y e intelectuales, actividad y hábito
proporcionada a dicho efecto ( = adquirido, entre representaciones
causa principal), causa que, por por asociación o p o r enlace lógico,
decirlo así, echa m ano de ella, la entre lo consciente y lo inconscien­
mueve y conduce. Sin em bargo, te, entre los procesos inconscientes
com o verdadera causa, influye tam ­ entre sí, entre alm a y cuerpo. La
bién en el efecto o lo prepara. La representación de la causalidad efi­
causa principa! e instrum ental son ciente m ecánica, com o la conoce la
variedades de la causa eficiente. ciencia natural, no puede hacer ju s­
Ofrecen ejemplos de la causa ins­ ticia a la causalidad psíquica. A lo
trum ental todos los instrum entos espiritual sobre to d o le corresponde
de la creación artesana y artística un a fuerza operativa original inex­
y adem ás el dominio de las fuerzas plicable por causas materiales. —
de la naturaleza en orden a su /A c c ió n recíproca. — N a u m a n n .
aprovecham iento, con la diferencia b ) L . B a u r , M etaphysik, “1935,
de que aquéllos pasan a la actividad § 44-50; T h . d e R é g n o n , La m étaphy­
sólo p o r la causa principal, m ien­ sique des causes, P arís 1906; J. F r 5 b e s ,
tras que éstas, activas por sí mis­ Lehrbuch der experim entellen Psychologie i,
mas, requieren únicam ente ser con­ *1923, pp. 518 ss; ii, pp. 279-283, 408-422
ducidas adecuadam ente po r ella. — [trad. esp.; Tratado de psicología em pí­
N aumann. rica y experim ental, a1944]; A. WlLL-
w o l l , Seele und Geist, 1938 [trad. esp .:

L e h m e n - B e c k , Theodizee, ‘ y ‘ 1923, pp. A lm a y espíritu, 1946]; O. M o s t , D ie


200 ss; T h . d e R é g n o n , La métaphysique D eterm inanten des seelischen Lebens I,
des causes, P arts 1906; J . S t u f l e r , Gott 1939; c) A. L a n O , D as Kausalprobiem,
der erste Beweger atler Dinge, 1936, pp. 1904; d) E . W e n t s c h e r , Geschichte des
57-67. Kausalproblems, 1921.

Causalidad. Este térm ino signi­ Causalidad (Ley de). Desígnase


fica el influjo de la / c a u s a sobre con este nom bre la aplicación del
su efecto y la relación fundada en principio de causalidad ( / C a u s a ­
dicho influjo. D e ordinario se lidad [Principio de]) a los procesos
entiende p o r causalidad el nexo de la naturaleza irracional y sobre
causal eficiente; así sucede cuando todo inanim ada. Es el principio más
se contrapone causalidad a finali­ im portante de las ciencias naturales
dad. El térm ino causalidad puede exactas y se form ula así: «Si en un
denotar adem ás la regularidad con determ inado m om ento se conocen
que el efecto depende de u n a causa las m agnitudes correspondientes a
( /C a u s a lid a d [Principio de]) o la los estados de todas las cosas que
causa produce su efecto ( / C a u s a ­ tom an parte en un proceso natural,
lidad [Ley de]). su curso ulterior está con ello com-
pletam ente determ inado» o más das Kausalgesetz in der jüngsten P hysik,
brevemente: «las mismas causas 1929; P h . F r a n k , D as Kausalgesetz und
producen los m ism os efectos». L a seine Grenzen, 1932; d ) E . W e n t s c h i r ,
Geschichte des Kausalproblems in der
ley de causalidad tiene com o su­
neueren Philosophie, 1921.
puesto que el acontecer en la esfera
infraespiritual transcurre con regu­ Causalidad natural. Entiéndese
laridad necesaria ( / L e y natural). por causalidad n atu ral el m odo
Esto es lo que significa la expresión especial de causación existente en
regularidad (uniformidad, constan­ la /n a tu r a le z a exterior, m aterial,
cia) de la naturaleza. opuesto a la m anera de o b rar de
C onsiderada desde el punto de las causas psíquicas y espirituales
vista filosófico, la ley de causalidad ( /C a u s a lid a d ) . L a conexión entre
expresa una relación real entre los fenóm enos naturales no es sólo
causa y efecto. En cambio, la con­ la correspondiente a un a /f u n c ió n
cepción puram ente física de la cau­ m atem ática, sino que realiza el
salidad cíñese, p o r razones de mé­ concepto de / c a u s a , pues según
todo, a lo único observable: la el principio de causalidad ( / Cau­
sucesión regular tem poral. Si se salidad [Principio de]), todo acon­
reem plaza la dependencia real de tecer requiere un a causa produc­
los acontecim ientos p o r este con­ tora. Puesto que en la esfera de la
cepto desvalorizado de causalidad, naturaleza infraespiritual no im pera
es decir, p o r el concepto de suce­ ninguna autodeterm inación libre,
sión regular, se llega, en el caso de las causas naturales producen sus
la observabilidad del acontecer mi- efectos con necesidad. E ntre causa
crofísico, fundam entalm ente incom­ y efecto existe, pues, u n a conexión
pleta, a la negación positivista de unívoca, de tal suerte que causas
la ley de causab'dad dentro del iguales originan siem pre efectos
dom inio atóm ico ( /I n d e te r m i n a ­ iguales. E n el m undo de la m ateria
ción [Relación de], /I n d u c c ió n , una causa no puede d ar lugar a un
/ L e y natural). — J u n k . efecto distinto, m ayor o m enor del
b) j . G e y s e r , Naturerkenntnis und que en realidad produce ( / C ausa­
Kausalgesetz, 1906; D as G eselz der Ur- lidad [Ley de]). En el dom inio de
sache, 1933; N . J u n k , D as Problem der lo orgánico hay que co n tar entre
Kausaíitát in der modernen Q uantenphy- las causas unívocam ente determ i­
sik, en «P hilosophisches Jah rb u ch » 54 nantes del efecto n o sólo los exci­
(1941) pp. 265-320; R . G l a u n e r , Allge- tantes exteriores, sino tam bién el
meines Kausalprinzip, physisches Kausal­
estado determ inado del mismo o r­
gesetz und physikalische Kausalitatsauf-
fassung, en «D ie K irch e in der W elt» 3
ganismo reaccionante. Sobre las
(1950) pp. 195-202; 4 (1951) pp. 35-44; aparentes excepciones de la cone­
[A. G . v a n M e l s e n , The philosophy o f xión causal unívoca, /I n d e te r m i­
nature, M 954; H . v a n L a e r , Philosophico- nación (Relación de). Sin em bargo,
Scientific Problems, P ittsb u rg h 1953; la naturaleza m aterial no excluye
J. R o ig G ir o n e l l a , E l indeterminismo la acción del espíritu ( / A lm a y
de la moderna físic a cuántica exam inado cuerpo [Relación entre]) y del C rea­
a la lu z de la noción filosófica de causali­
dor ( / M ilagro). N o existe un a
dad, en «P ensam iento» 9 (1953) pp. 47-76;
causalidad n atural cerrada.
R . P u i g r e f a g u t , D el determ intsm o clá­
sico a la indeterm inación cuantista, en C ontra lo afirm ado p o r el / oca­
«P ensam iento» 1 (1945); F . S e l v a g o i , sionalism o, la producción del efecto
Problemi della física moderna, Brescia ha de considerarse com o actividad
1953J; c) H. B e r o m a n n , Der K a m p f um propia de los cuerpos. N o obstante,
en el m undo inorgánico esta acti­ 1950, p p . 318-382; [ J . E c h a k r i , ¿Qué es
vidad no es un autom ovim iento, la energía?, e n «P ensam iento» 11 (1955)
sino que en toda acción de la cau­ p p . 387-432; H . v a n L a e r , Philosophico-
Scicntific Problem s, P itsburgo 1932.]
salidad natu ral los cuerpos se m ani-
liestan actuando unos sobre otros
( / A c c i ó n recíproca). U n cuerpo Cansalidad (Principio de). El
origina por la eficacia de su / fuer­ principio (metafisico) de causalidad
za un / cambio en o tro cuerpo. — es uno de los m ás im portantes
Estas alteraciones de estado son las principios del conocer ( / Princi­
más veces de naturaleza energética. pios del conocim iento). Reviste im­
Energía es la capacidad p ara reali­ portancia fundam ental sobre todo
zar un / t r a b a j o y se presenta en p ara la dem ostración de la existen­
las m ás diversas form as (energía cia de D ios ( / D ios (D em ostración
mecánica, eléctrica, térm ica, etc.). de]). — F orm ulación del principio
Puesto que la energía, com o / acci­ de causalidad: la fórm ula «no se
dente variable, puede pasar de un da efecto sin causa» resulta inade­
cuerpo a otro, la acción de la cau­ cuada po r tautológica. T am bién la
salidad origina una nueva energía fórm ula «todo lo que empieza a ser,
mientras o tra es consum ida en su tiene una causa» es en no pocos
lugar. Vige aquí el principio de la casos inutilizable por nosotros, por­
conservación de la energía, según el que el com ienzo tem poral de m u­
cual, la cuantía de la energía nueva chas cosas —especialmente del uni­
resultante es igual a la de la energía verso com o un to d o — es difícil de
que desaparece.— U na gran parte dem ostrar con certeza p o r parte
de la acción de la causalidad n atu ­ de las ciencias experimentales. Por
ral descansa en las fuerzas de atrac­ eso es preferible form ularlo así:
ción y repulsión. P or ellas los cuer­ «todo ente contingente es causado»
pos están en relación m utua pro­ ( / Contingencia). «Ente» ha de
curando acercarse unos a otros entenderse aquí com o «realm ente
o alejarse entre sí. N o obstante, existente»; «causado» significa más
nunca aparece la acción a distancia exactam ente originado, producido
(acíio in distans) m ediante la cual p o r u n a causa eficiente ( / Causa).
una causa m aterial produciría sin El principio dice, pues, qu e un
eslabón interm edio un efecto en un ente indiferente p o r su esencia p ara
lugar del espacio distante de aqué­ ser o no ser es u n ente dependiente;
lla. N o cabe dem ostrar con certeza que tal ente debe su ser a la acción
la im posibilidad absoluta de tal de otro (de la causa precisam ente),
acción a distancia, pero tal imposi­ siendo, po r lo tanto, «hecho». La
bilidad parece probable. A fin de causa puede ser considerada com o
hacer posible la acción contigua se causa suficiente, únicam ente en el
adm ite la existencia del éter, medio caso de que posea u n a perfección
im ponderable y elástico que llena ontológica igual, al m enos, a la
el espacio vacío de cuerpos pon- del efecto que por ella debe expli­
derables. — J u n k . carse.
L a valjdez del principio de causa­
E. B e c h e r , N aturphilosophie, 1914, p p -
lidad resulta / a priori del concepto
128-161; J. S e i l e r , Philosophie der unbe-
lebten N atu r, 1948, pp. 227-231; B. Ba- esencial de contingente y de cau­
v i n k , Ergebnisse und Probleme der N a-
sado. El ser contingente expresa
turwissens'chaften, *1949, p p . 218-248; de suyo únicam ente la posibilidad
N . H a r t m a n n , Philosophie der N atur, ( / Potencia), pero no la realidad
CERTEZA

(el / a c t o ) de existir; es, pues, se exige una causa para el cambio


enteram ente incapaz de contribuir —para la variación dirigida a una
por sí mismo de alguna m anera m ayor plenitud del ser, a la perfec­
a su propia realización, necesitando ción (tránsito de la potencia al
por lo mismo el auxilio de otro ac to )—, diciéndose, además, que
que, p o r su parte, exista realm ente dicha causa (por lo menos parcial­
con independencia de este contin­ m ente) ha de buscarse en o tro ente
gente, y que, m ediante su acción, distinto del que cambia, y que, en
sea para él causa del ser. — P or lo consecuencia, éste no se basta a sí
que respecta a la peculiaridad ló­ mismo para desplegar sus disposi­
gica del principio de causalidad, se ciones. L a razón de ello estriba en
ha discutido m ucho la cuestión de que lo inferior en perfección o nto­
si es un principio «analítico» o lógica, inferioridad implicada ini­
«sintético» ( / Principios del cono­ cialm ente en el ente som etido al
cimiento). Los defensores de su ca­ cam bio, no es suficiente para p ro ­
rácter analítico a m enudo pretenden ducir lo que tiene perfección m a­
sólo decir que descansa en una inte­ yor. — D istinta del principio meta-
lección apriorística resultante de físico de causalidad es la ley física
com parar los conceptos y enuncia, de causalidad ( / C ausalidad [Ley
po r consiguiente, u n a necesidad de]) que está lim itada a los procesos
esencial incondicionada; am bas del m undo corpóreo y p ara cuya
cosas son exactas. Pero si deben explicación natural exige un a causa
llamarse analíticos sólo aquellos que produzca el correspondiente
juicios en que el predicado repre­ proceso con necesidad física. La
senta una parte del contenido del consideración exclusiva de esta cau ­
concepto correspondiente al sujeto, salidad natura] explica que la ex­
el principio de causalidad no puede presión «proceso causal» se tenga
denom inarse analítico porque el m uchas veces p o r sinónim a de
ser causado no viene co-pensado «proceso necesario». E l principio
(no está «implícito») en el concep­ metafísico de causalidad, por el
to de contingente; en este sentido contrario, deja absolutam ente abier­
el principio de causalidad es, por ta la posibilidad de u n a causa que
lo tanto, «sintético a priori». Así actúe con libertad. — D e V r ie s .
pues, tam poco cabe reducirlo al a) S a n t o T o m á s d e A q u in o , Sum m a
principio de contradicción con una theologica i q. 44, a . I ; b ) L. F u e t s c h e r ,
dem ostración indirecta, si en tal D ie ersten Seins- und Denkprínzipien, 1930;
caso se form ula la exigencia de que J. G e y s e r , D as Gesetz der Ursache, 1933;
la reducción debe llevarse a cabo [A . G r í o o i r e , ¡m m anence e t transcen-
sólo m ediante el análisis de con­ dance, P arís 1939 ;J . R o ig G i r o n b l l a , Ca­
ceptos. A cerca de la relación del rácter analítico y sintético del principio de
causalidad, en «L as Ciencias», 11(1946);
principio de causalidad con el de
F . v a n S t b e n b e r g h e n , R eflexiones sobre
razón suficiente, / R azón suficiente el principio de causalidad, en «Sapientia»
(Principio de). 9 (1954) pp. 9-19]; c) J. H e s s e n , D as
U n caso particular del principio Kausalprinzip, 1928; d ) A. L a ñ o , D as
de causalidad es el llam ado prin­ Kausaíproblem, 1904; e) J. DE V r ie s ,
cipio de movimiento, que rem onta D enken und Sein, 1937, p p . 107-118
a A ristóteles: todo lo que se mueve [trad. esp.: P ensar y ser, *1953).
( = cam bia) es m ovido (modifi­
cado) po r otro ( Quidquid movetur, Certeza. D enota un conocimien­
ab alio movetur). E n este principio to acabado, tan to respecto a la
realización psicológica del acto co­ o independencia con respecto a la
mo a su validez lógica. Puede defi­ voluntad. C uando se hace la dis­
nirse com o un firme asentimiento tinción entre certeza teórica o es­
fundado en la evidencia del objeto. peculativa y certeza práctica, cabe
(P ara simplificar la expresión se entenderla del objeto dado en el
define aquí la certeza, no com o sentido de que la prim era designe
propiedad del juicio, sino concre­ la certeza concerniente a un enun­
tam ente com o el mismo juicio ciado relativo a la esfera' del ser,
cierto). — E n el aspecto psicoló­ y la segunda, aquella certeza que
gico, certeza es un juicio que se con­ atañe a u n a ley, a un deber. Con
suma en el asenso (afirmación); m ayor frecuencia, certeza teórica es
éste ha de ser «firme», o sea, puesto sinónim o de certeza teóricam ente
com o definitivo con exclusión de (lógicamente) válida, m ientras que
toda / d u d a , en oposición a la certeza práctica designa un grado
m era opinión, asenso provisional elevado de probabilidad del aserto
que n o la excluye. N orm alm ente, suficiente para la vida, y a veces
la certeza va unida a un sosiego tam bién un a convicción que sólo
del sentim iento; sin em bargo, la tiene el valor de un /p o s tu la d o .
esencia de la certeza no suprim e Conform e a la diversidad de la
un sentim iento de inquietud que / evidencia en que descansa la cer­
quizá siga existiendo. La certeza en teza lógicam ente válida, ésta puede
sentido psicológico recibe tam bién ser absoluta y condicionada (hipo­
el nom bre de convicción, particular­ tética). La prim era denom ínase
m ente en cuanto se la considera no asimismo metafísica. L a segunda es
sólo com o acto transitorio, sino física o moral según que se base en
com o actitud intelectual perm anen­ una evidencia física o m oral. Cer­
te. — Existe certeza válida sólo teza moral, en sentido am plio, es
cuando la convicción subjetiva en­ una certeza práctica en la que basta
cuentra su fundam entación lógica que se excluya la probabilidad de
en la evidencia del / o b j e t o (cer­ lo contrario. A veces se llam a rela­
teza objetiva); únicam ente así se tivamente cierta u n a convicción b a­
garantiza la verdad de la proposi­ sada en m otivos que bastan a un
ción correspondiente. — C uando espíritu todavía no desarrollado pa­
ésta expresa u n objeto que salta ra un asenso razonablem ente firme,
a la vista com o inm ediatam ente pero insuficientes p ara un pensar
evidente, hablam os de certeza in­ independiente, plenam ente desen­
mediata; cuando descansa sobre vuelto; piénsese, v.gr., en la au to ­
un a evidencia obtenida m ediante ridad de los padres, fundam ento
dem ostración, se da certeza m e­ de certeza p ara el niño. — Según
diata. — Si a la convicción le falta el grado de conciencia, la certeza
la fundam entación objetiva reque­ se divide en natural y científica
rida, se tiene u n a certeza puramente (refleja); en la n atural (espontánea)
subjetiva. los motivos no son m etódicam ente
F uera de las clases o m odos de exam inados, y p o r eso generalm ente
certeza correspondientes a la diver­ son menos advertidos, al paso que
sidad del objeto, distínguem e varios la científica incluye u n a m ás ele­
otros según la peculiaridad de la vada conciencia de la fundam enta­
fundam entación, el grado de con­ ción. — Relación de la certeza con
ciencia con que ésta se com prende, la voluntad: la aprehensión («vi­
y, adem ás, según la dependencia sión») del objeto que corresponda
inm ediatam ente a la evidencia, no nocer los hechos referidos y quiso
depende de un m odo inm ediato expresarlos conform e a la verdad.
de la voluntad libre, sino a lo más Las razones probatorias de la exis­
indirectamente, po r la dirección vo­ tencia real, así com o de la credi­
luntaria de la atención. Por el con­ bilidad de un testigo, reciben con
trario, el asenso y su firmeza de­ frecuencia el nom bre de motivos de
penden a m enudo del libre querer, credibilidad, en oposición a la cre­
no sólo en la existencia o no exis­ dibilidad misma, diferencia im por­
tencia, sino tam bién no raras veces ta n te especialmente p ara la recta
en su decir sí o no al objeto mismo com prensión del acto de fe ( / Fe).
(certeza libre); esto se aplica sobre Es tam bién condición necesaria
todo a la / f e . — D e V r i e s . para la certeza histórica la exacta
interpretación de las atestaciones
T ra ta d o s d e / g n o s e o l o g í a . b) J. H. y de los restos, es decir, la averi­
N ew m an, A Gramm ar o f A ssent, 1870;
guación de su verdadero / sen­
J. G e y s e r , A u f dem K a m pffeld der L oglk,
tido. — D e V r ie s .
1926; J. V o l k e l t , Gewissheit und Wahr-
heit, 1918; [A l b e r t F a g b s , L a crise de b ) E. B e r n h e im , Lehrbuch der histo-
la certilu d e, 1907;] d) [A. A l v a r e z d e Li- rischen M etode, ‘ 1 9 1 4 (trad e s p .: Intro­
n e r a , E l problem a de la certeza en N ew ­ ducción a l estudio de la historia, 1 9 3 7 ];
man, 1946;] e) J. B. L o t z — J. d e V r ie s , A . D y r o f f , Z u r G eschichtshgik, e n «H is-
D ie W elt des M enschen, *1951, pp. 95-106 to r is c h e s Jah rb u ch » . 1 9 1 5 -1 9 1 6 ; F . S a-
[trad . esp .: E l mundo del hombre, 1954], w ic k i , Geschick tsph ilosoph ie, * 1 9 2 3 ;
A . F e d e r , Lehrbuch der geschlchtlichen
M etode, " 1 92 4; (Z . G a r c ía V il l a d a , M e­
Certeza histórica. Certeza rela­
todología y critica histórica, 1 9 2 1 ; H . I.
tiva a hechos históricos del pasado. M a r r o u , D e la cor.naissance historique,
Se basa principalm ente en testimo­ L ovaina, 1 9 5 5 ; G . B a u e r , Introducción al
nios, es decir, atestaciones hum anas, estudio de la H istoria, 1 9 4 4 ;] d) F . W a g -
las más veces transm itidas por n f .r , Geschichtswissenschaft, 1 9 5 1 .
escrito. A dem ás de estas «fuentes»
escritas, poseen gran im portancia Ciencia. C onjunto de conoci­
com o «fuentes objetivas», los res­ m ientos que se refieren al mismo
to s; más aún, en lo referente a los objeto y están entre sí en conexión
llam ados tiem pos prehistóricos sólo de fundam entación. Es esencial a
ellos nos inform an; tal ocurre, la ciencia la conexión sistemática.
v.gr., con el hallazgo de sepulcros, E n dicha conexión de fundam enta­
de instrum entos de piedras, etc. Si ción lógica se reflejan las relaciones
las fuentes han de proporcionar existentes en el objeto mismo, sus
certeza histórica, debe establecerse razones ontológicas o causas. Que
su autenticidad; es decir, se requiere las relaciones del ser se nos descu­
la certeza de que las fuentes escritas bran sólo con el paulatino avance
tienen realm ente por autor a aquel de la ciencia, es un hecho fundado
bajo cuyo nom bre han sido trans­ en la peculiaridad de nuestro enten­
m itidas, o bien que las fuentes dim iento que no tiene com o carac­
(escritas u objetivas) proceden de la terística una visión intelectual de
época asignada a su origen. Cuando la realidad, sino el pensam iento
la certeza histórica ha de obtenerse ( / Pensar). N o se exige para que
de un testim onio particular es exista u n a ciencia la certeza de
preciso, además, cerciorarse de la todas las proposiciones y funda-
credibilidad del «testigo», o sea, m entaciones particulares, porque
hay que dem ostrar que pudo co­ puede com prender tam bién / h i p ó -
(esis y / t e o r í a s que todavía no cido a una progresiva especializa-
están definitivam ente aseguradas. ción de las ciencias, con el peligro
E n cam bio, con la noción de consiguiente de restringir la visión
ciencia (conocim iento científico) a un reducido dom inio técnico y de
únese a m enudo el pensam iento que desaparezcan de ella las grandes
accesorio de que los recursos em­ conexiones de la totalidad del ser.
pleados y los resultados obtenidos E ste y otros riesgos han llevado
deben en principio ser accesibles m uchas veces a m enospreciar la
a todos, supuesta, naturalm ente, la ciencia, sobre to d o la ciencia
necesaria instrucción; sin em bargo, «pura», es decir, no dirigida a su
parece m ejor no incluir este requisito aprovecham iento en la técnica, la
en la definición de la ciencia; por medicina, etc. Es cierto que una
lo dem ás, su cum plim iento está form ación unilateral del entendi­
asegurado de ordinario p o r la vin­ m iento puede hacerlo inepto para
culación del saber científico a las la vida y que u n a sobreval oración
cosas y la esenciil igualdad de de la form a y del m étodo riguro­
las facultades cognoscitivas hu m a­ sam ente científicos a expensas del
nas. L a objetividad es esencial a la contenido puede conducir a un seco
ciencia porque com o conocim iento racionalism o; pero es indudable
(intelectual) debe aspirar necesaria­ que, rectam ente subordinada a la
m ente a la verdad. O tra propiedad tendencia a la perfección integral
esencial del conocimiento científico, hum ana, la ciencia conserva su
es su m archa m etódica ( / M éto­ gran valor perfectivo, porque abre
do); la conexión de fundam enta­ la m irada a la altu ra y a la pro fu n ­
ción por él buscada no se lleva a didad de la realidad. Tan rechaza­
cabo alineando sin plan, unas ju n to ble com o el irracionalism o enemigo
a otras, cualesquiera observaciones de la ciencia es el dentism o, que
e ideas, sino que exige observar , cree resolver los más profundos
y pensar conform e a u n plan, es problem as con los m étodos de las
decir, m etódicam ente. U n im por­ ciencias particulares, especialmente
tante recurso m etódico lo consti­ de las naturales, y m erced a una
tuye la terminología científica, el «ooncepción científica del universo»
lenguaje técnico, que procura ofre­ ( / Concepción del universo) hacer
cer expresiones lo m ás claras y m e­ innecesarias la /m e ta fís ic a y la
nos am biguas posibles a los con­ /r e lig ió n . — D e V r ie s .
ceptos de la ciencia.
b j A r i s t ó t e l e s , M etafísica i, 1-2; vi, 1;
L a unidad de la ciencia se funda S a n t o T o m á s d e A q u in o , Comentario al
en la unidad de su / o b j e t o . La « D e Trínitate» de Boecio, q . 5 y 6 ;
doctrina escolástica acerca de la b ) «Jahresbericht der G orres-G esell-
ciencia distingue el objeto material schaft» 1932-1933 (conferencias de M .
(obiectum materiale), es decir, el G r a b m a n n , P . S im ó n y J. E n g e r t ) ;
objeto íntegro concreto a que se J. M a r it a i n , L e s degrés du savoir, P arís
dirige la ciencia, y el objeto form al *1947 [trad. esp.-. L os grados del saber,
(obiectum fórm ale), es decir, el as­ 1947]; A. B r u n n e r , D as W esen der
W issenschaft und seine Besonderung in
pecto particular en que se considera
Geistes- und Naturwissenschaften, ei>
el to d o ; lo que caracteriza a cada «Scholastik» 13 (1938) pp. 480 ss;
ciencia es su objeto form al, al paso J. LaN'OBEHN, R em brandt ais Erzieher,
que el m aterial puede ser com ún 2.* p a rte ; [E . M e ^ e r s o n , D e 1'explica­
a varias ciencias. E l desdoblam iento r o n dans les sciences, 1921; X . Z u b i r i ,
de los objetos del saber ha condu­ Ciencia y realidad, en Naturaleza, H is-
loria, Dios, 1944; del m ism o: ¿Qué es anim ada. En sentido estricto, la
saber?, ib id .; F . S e l v a g g i , Filosofía delle física es una parte de aquella cien­
scienze, R o m a 1953; W. S z il a s i , ¿Qué cia, especialmente destacada p o r su
es la ciencia? (trad. e s p .) 1949; d) A .
A n t w e i l e r , D er B e g r iff der Wissen-
m étodo exacto, cuyo objeto son los
schaft bei Aristóteles, 1936; H . M e y er, cambios de los cuerpos que no
D ie W inssenschaftslehre des Thomas von afectan a la naturaleza de las cosas
A quin, 1934; P . S im ó n , E rkennlnistheo- y a la estructura de las mismas. En
ríe und W issenschaftsbegriff in der Scho- la física es m uy visible la línea di­
lastik, 1 9 2 7 ; [S. M a n s i ó n , L e jugem ent visoria entre ciencia experimental,
d ’existence chez A ristote, L ovaina 1946]. que m ediante la investigación ex­
perim ental establece los hechos, y
Ciencia natural. El objeto de ciencia teórica, que form ula m ate­
la ciencia natural lo constituye la máticam ente las leyes y avanza
/n a tu r a le z a (4) entera, que aquélla hacia ulteriores consecuencias por
se esfuerza por conocer científica­ vía m atem ática. — L a división de
m ente. Este objeto le es com ún con la ciencia n atural en diversas ram as
la /f ilo s o f ía natural, de la que se (física, química, astronom ía, m ine­
distingue po r el p unto de vista y el ralogía, geología, etc.) está en gran
m étodo. L a ciencia procura regis­ parte condicionada p o r la. necesi­
trar todos los hechos naturales m e­ dad práctica de una división del
diante Ja /in d u c c ió n , basada en trabajo. — J u n k .
la observación y el experimento,
descubrir las regularidades ( / L e y F. B d c k e r , D as W eltbild .der exakten
natural) existentes en la naturaleza, N aturwissenschaften, 1946; W . H e is e n -
lograr así u n sistema ordenado (el b e r g , Wandlungen in den Grundlagen der
esquema científico-natural del uni­ Naturwissenschaften, 71947; A . S. E d -
verso) y de esta m anera llegar a una d i n g t o n , The Philosophy o f physical
explicación del cosmos. Los pro­ Science, 1939 [trad. esp .: L a filosofía de
la ciencia física , 1945]; E. B e c h e r , Geis-
blemas últimos y m ás profundos
teswissenschaften und Naturwissenschaf­
concernientes sobre todo a la esen­ ten, 1921; T , L. H á r i n g , Philosophie der
cia de las cosas naturales, los deja Naturwissenschaften, 1923; J. d e V r ie s ,
a la /e sp e c u la c ió n filosófica. U na D enken und Sein, 1937, pp. 236-252
especial perfección presentan las [trad. esp . ‘.P ensar y ser, *1953;] O . Si’üL-
ciencias naturales exactas que ex­ b e c k , D er Christ und das W eltbild
presan sus resultados en fórmulas der modernen N aturw issenschaften, *1950;
matem áticas, siendo po r ello capa­ [J. M a r i t a i n , L es degrés du savoir, P arts
11947 (tra d . esp .: L os grados del saber,
ces de alcanzar notable precisión. —
1947); C . P a r ís , Física y filosofía, 1952;
E n la antigüedad y en la E dad H. v a n L aer, Philosophico-Scientific
M edia se llam aba física todo es­ Problems, P ittsb u rg h 1953; J. P a l a c i o s ,
tudio científico de la naturaleza, E squem a físico del mundo, 1947; X. Z u-
incluso del alma. E n la E dad M o­ BIRI, L a idea de naturaleza: ¡a nueva
derna se ha llevado a cabo u n a física , en N aturaleza, H istoria, Dios,
separación entre ciencia y filosofía 1944;] F . S e l v a g g i ,P ro b lem i della física
natural. H oy el térm ino física, to ­ moderna, Brescia 1953; d ) E i n s t e i n -
I n f e l d , The evolution o f Physics, L o n ­
m ado en sentido m uy am plio, de­
dres 1 9 3 8 ; W . T . S e d g w i c k , A short
signa la ciencia de la naturaleza history o f Science, N u ev a Y o rk *1939;
inorgánica del mismo m odo que W . C . D a m p ie r , A history o f Science
bajo el nom bre de biología, también in its relation with Philosohpy and R eli­
en acepción latísim a, se agrupan gión, L ondres al 942; ID. P a p p , H istoria
todas las ciencias de la naturaleza de la físic a ,'-!944; A l d o M i e l i , H isto-
riei de la ciencia (varios volúm enes);] acción libre del hom bre; las cien­
e) B . B a v i n k , Ergebnisse und Problem e cias del espíritu estudian las obras
der N atur wissenschaften, 81 9 4 9 ; [ F . S e l - de la actividad espiritual hum a­
v a g g i , Filoso fia detle scienze, R o m a 1953
na ; por eso se llam an también
(trad . esp.: Filosofía de Jas ciencias^ 1955)].
ciencias de la cultura. H oy es fre­
cuente tam bién co n tar la filosofía
Ciencia (Teoría de la). La teoría y la teología entre las ciencias
de la ciencia es la filosofía de la del espíritu. D esde otro p unto de
/c ie n c ia . Tiene com o misión elu­ vista se distinguen ciencias experi­
cidar plenam ente la esencia y posi­ mentales, que se ciñen al campo
bilidad del saber científico, la clasifi­ de la /e x p e rie n c ia , y ciencias es­
cación de las ciencias, sus / presu­ peculativas, es decir, ciencias que
puestos y sus / m étodos. En cuanto con el esfuerzo del pensam iento
que plantea el problem a de su posibi­ rebasan las fronteras de la expe­
lidad, es decir, de sus condiciones y riencia y se proponen com o fin el
límites com o conocimiento univer­ conocim iento puro (o sea, no ende­
salmente válido, la filosofía de la rezado a la aplicación activa) de
ciencia se convierte en una / gno- lo suprasensible. La ciencia expe­
seología particular de las ciencias, en rim ental se denom ina exacta cuan­
critica de la ciencia. C onsiderada en do se apoya en mediciones preci­
cuanto doctrina de los m étodos (o sas y cálculos m atem áticos. En
metodología), constituye l a / l ó g i c a otro respecto, a las ciencias pura­
especial de las ciencias; com o tal mente teoréticas, que se lim itan al
tiene sobre todo que poner en claro conocim iento d e lo que existe de-
los m étodos de «invención» (in- pendientem ente de nuestro pensar,
ventio), o sea los m étodos de que se oponen las ciencias normativas
to da ciencia se sirve para investigar (prácticas), que establecen norm as
su objeto y llegar a nuevos conoci­ p ara el pensar, el querer y el hacer
m ientos; po r lo que respecta a este del hom bre.
punto, hay que tener en cuenta que Los presupuestos últim os de to ­
ia intuición creadora no puede re­ das las ciencias son de naturaleza
ducirse a norm as, sino sólo su filosófica (metafísica). L a crítica de
com probación y fundam entación. la ciencia descubre estos presu­
L a base m ás esencial p ara una puestos; pero com o m uchas veces
clasificación de las ciencias la ofre­ fué cultivada con espíritu positi­
ce el objeto correspondiente. Así, vista ( / Positivismo), no pudo fun­
en u n a prim era división, la / f i l o ­ dam entar la validez de aquéllos.
sofía y la / teología, p o r su m odo A sí se llegó a un a crisis de la cien­
universal de considerar las cosas, cia, que es, ante todo, u n a crisis
se contraponen a las ciencias par­ de sus fundamentos. Sin adm itir
ticulares, cada una de las cuales un conocim iento de la esencia ( /
tiene com o objeto un dom inio in­ Esencia [Conocimiento de la]) y
tram undano lim itado. Éstas se cla­ principios del conocer ( / P r i n c i ­
sifican en tres grupos: ciencias pios del conocim iento) incondicio-
m atem áticas ( /M a te m á tic a ), / nadam ente válidos, no hay que es­
ciencias de la naturaleza y / c i e n ­ perar u n a solución satisfactoria de
cias del espíritu; las ciencias de sus problem as. — D e V r ie s .
la naturaleza consideran las cosas / C i e n c i a . A d e m á s : B . B o l z a n o , Wis-
tal com o existen «por naturaleza», senschaflstehre, 1837 (reim presión 1929-
es decir, sin la intervención de la 1931); H . R i c k e r t , Kultwrwissenschaft
und N aturwissenschaft, 71926 [trad. esp.: encuentra la necesidad natural que
Ciencia cultural y ciencia natural, 1943]; lo fija todo unívoca e invariable­
Die Grenzen der naturwissenschaftlichen m ente según la ley que dice; causas
Begriffsbildung s1929 ; E. B e c h e r , Geis-
iguales producen siempre efectos
leswissenschaft und Naturwissenschdft,
1921; M . W e b e r , Ges. A u fsá tze zur IVis-
iguales; por eso la ciencia natural
senschaftslehre, 1922; H . P o in c a r é , L a persigue la explicación causal.
Science et V H ypothése, 1902 [trad. esp.: /E x p lic a r .
L a ciencia y la hipótesis, 1943]; J. H es - La ciencia del espíritu se dibuja
s e n , Lehrbuch der PhUosophie, i : Wis- en su esencia com o contrapolo de
senschaftslehre, 1947; [A. D íe z B l a n c o , aquélla. Tiene que habérselas con
Nuevas consideraciones sobre la clasi­ los diversos aspectos de la vida
ficación de las ciencias, en «R evista de
espiritual y sus objetivaciones. De
filosofía» 8 (1949) pp. 67-82; F . S el -
VAGGI, Filosofie delle scienze, R om a 1953;
ahí que aparezca, v.gr., com o cien­
E. J a c q u e s , Introduction au problém e de cia del lenguaje, del arte o de la
la connaissance, L o vaina 1953.] religión. H áblase tam bién de cien­
cias de la cultura porque el hom bre
Ciencias del espíritu. Las cien­ con su actividad creadora espiri­
cias del espíritu se contraponen, tual perfecciona necesariam ente lo
sobre to d o desde Dilthey, a las dado en la naturaleza; su crear ya
ciencias de la naturaleza ( / C i e n ­ es en sí cultura y produce bienes
cia n atural); el conjunto de am bos objetivos culturales. C on ello se
grupos de ciencias form a el do­ fuerzan los cuadros de la necesidad
minio total de las ciencias de la natural llegándose a un verdadero
experiencia. C om o ya indica su devenir histórico; la vida del espí­
nom bre, se diferencian por las es­ ritu, la actividad creadora espiri­
feras de realidad investigadas y ta m ­ tual de la cultura, se desenvuelve
bién po r los m odos de considerar­ en form a esencialmente histórica.
las o m étodos im plicados en ellas. Las ciencias del espíritu muévense,
L a ciencia natural prescinde de por lo tanto, en el ám bito de la
lo individualm ente peculiar y se historia, pudiendo decirse que en­
ocupa en lo universal, es decir, derezan sus esfuerzos a la com pren­
en enunciados y leyes aplicables sión de ésta y de lo que en ella
de m odo igualm ente válido a m u­ se ha ido realizando. L a historia
chos individuos y procesos particu­ no tra ta de la guerra ni del caudillo
lares. Su proceder se funda en que en general, sino, p. ej., de la guerra
la cosa natural singular no posee de las G alias y del caudillo César.
ningún significativo cuño peculiar La reflexión se vuelve, pues, a lo
individual, sino que únicamente concreto, a lo singular, conside­
representa a su especie en constan­ rándolo justam ente en su peculia­
te repetición de lo mismo. Reite- ridad irreiterable. A quí se encuen­
rable y sustituible a voluntad, es tra ya el principio selectivo con­
objeto de investigación sólo como form e al cual sólo se tienen en
sujeto de su clase (no com o este cuenta aquellos hom bres, grupos,
individuo). El exacto parecido de acontecim ientos y creaciones que
los individuos hace que su serie no representan realm ente algo nuevo,
constituya propiam ente un deve­ propio, irrepetible, contribuyen de
nir histórico, sino u n a m era reite­ una m anera esencial al desarrollo
ración indiferenciada e inhistórica de la hum anidad entera e influyen
en la coexistencia y sucesión del por ello profundam ente en sus con­
espacio y del tiem po. D etrás, se tem poráneos y en la posteridad.
Tal selección es posible porque en Coacción, en sentido propio
este caso los individuos, a pesar de (coacción fís ic a ), es la imposición
su naturaleza hum ana com ún a de una acción exterior m ediante
todos, no se parecen enteram ente, el em pleo de la violencia, acción
sino que p o r la fuerza plasm adora enteram ente som etida a la nece­
y la libertad creadoras del espíritu sidad externa y que, p o r lo tanto,
son capaces de im prim ir un cuño no es libre ni im putable. L a coac­
propio. Y porque éste no se fija ción moral se debe al miedo injus­
de m odo unívoco y causal, no bas­ tam ente infundido por medio de
ta en este cam po la explicación am enazas con el fin de im pedir o
por causas, apareciendo com o ú n i­ arrancar po r la fuerza un determ i­
co m étodo adecuado la com pren­ nado m odo de obrar. L a coacción
sión ( /C o m p re n d e r). m oral am inora la libertad de de­
L a diferencia entre ciencias del cisión, aunque ésta subsiste fun­
espíritu y de la naturaleza es un dam entalm ente m ientras no des­
poderoso testim onio en favor de aparezca por com pleto la capacidad
la peculiaridad del espíritu frente reflexiva, y n o suprim e la respon­
a todo lo perteneciente al orden sabilidad de las acciones malas
de la naturaleza. Sin em bargo, la com etidas p o r miedo. El contrato
orientación hacia lo individual y co n ­ llevado a cabo por m iedo injusto
creto condujo ya en D ilthey, y pos­ es rescindible, porque la seguridad
teriorm ente tam bién en otros, a un de la vida social exige un cierto
cierto relativismo. — L o t z . grado de libertad. La libertad psi­
cológica ( / L ibertad de la vo­
luntad) se hace imposible p o r la
a) W . D il t h e y , Einleitung in die Geis- violencia interna, es decir, por
teswissenschaften, *1922 [tra d . e s p .: In ­ todos aquellos estados que, como
troducción a las ciencias d el espíritu, obsesiones, fobias (estados descon­
1951]; D er A ufbau der geschichtlichen
certantes de miedo) o impulsos
W elt in den Geisteswissenschaften, 1910;
H . R ic k e r t , Kulturwissenschaft und N a-
obsesivos, provocan las acciones a
turwissenschaft, ‘ 1921 [trad. esp .: C ie n ­ ellos correspondientes independien­
c ia cultural y ciencia natural, 1943]; tem ente de to d a decisión delibe­
b j A . BRUNNER, Die Grundfragen der rada (coacción psíquica, necesidad
Philosophie, *1949 [tra d . esp .: Ideario f i ­ interna).
losófico, 1936]; D as W esen der Wissen- Causas de coacción psíquica son
schaft und seine Besonderung in Geistes­ los estados de agotam iento (v.gr.,
wissenschaften und N aturw issenschaften,
en la pubertad), la educación erró­
en «S cholastik» 13 (1938), p p . 490-520;
J. HÓFER, Vom L ebe/t zur Wahrheit. Ka-
nea, pero sobre todo las enferme­
/holische Besinnung a u f die Lebensan- dades y anom alías mentales. La
schauung W. D iltheys, 1936; c) D il t h e y , coacción m oral procede principal­
R j c k e r t : / a ) \ E. B e c h e r , Geisteswis- m ente de prejuicios sociales (pre­
senschaft und N aturwissenschaft, 1921; juicios de clase) y no raras veces
E . R o t h a c k e r , Einleitung in die Geistes­ im pone exigencias heroicas en lo
wissenschaften, *1930; L ogik und Syste- tocante a independencia m oral y
m a tik der G eisteswissenschaften, 1948; lealtad. Excepto en los casos de
F . S c h m i d t , Kleine L og ik der Geistes­
/ defensa propia, el uso de la fuerza
wissenschaften, 1938; [E. C a s s ir e r , L a s
ciencias d e la cultura (trad . esp.), 1951;]
es ilegal y crim inal. Sin em bargo,
d ) F . S c h m id t , D ie Theorie der Geistes­ en orden a asegurar el bien común,
wissenschaften vom A ltertum bis zur la autoridad del estado tiene facultad
Gegenwart, 1931. para utilizar la fuerza física con-

7 BRLKK1BS
CO LECTIVISM O

tra los transgresores contumaces y am plias. D e esta m anera mués­


del derecho: coacción jurídica. — trase esencialmente em parentado en
S ch u ster. el fondo con el individualism o, apa­
D esde el p u n to de vista psicológico;
reciendo com o un individualismo
O. B um ke, Handbuch der Psychiatrie, de grado superior. Siempre se en­
1928, v, 1 [trad . e sp .: N uevo tratado de cuentra un valor supremo inherente
enfermedades mentales, 1946); T h . M ü n - a la colectividad, que es invocado
ck er, D ie psychische Z w ang und seine por ella para fundam entar esta ab-
Beziehungen zu M oral und Pastoral, 1922; solutización de si misma. D e suyo
A . W i l l w o l l , Seele und Geist, 1938, puede ser elevado a valor supremo
p p . 65-67 [trad. esp .: A lm a y espíritu,
cualquier valor concebible en aras
1946]; K . Ja spers, Psychopatologie,
M948, p. 111 ss, 176 ss. D esde el p unto
del cual los m iem bros del ente
de vista filosófico-jurídico: K . P e t r a - colectivo deban vivir y m orir. En
sch ek , S ystem der Rechtsphilosophie, el /m a rx is m o es el valor económi­
1932, p. 121 ss; V. C a t h r e in , R echt, Na- co; en el nacionalsocialismo, el bio­
turrecht, positives R echt, 1901, p. 58 ss lógico (la raza); en el fascismo de
[trad. esp .: L a filosofía d el derecho. El Mussolini, el nacional-cultural (la-
derecho natural y el derecho positivo, tinitá, italianitá, rom anitá). El co­
21926]. lectivismo, exaltando así cualquier
valor a la categoría de valor supre­
Colectivismo. Se califica de co­ m o y divinizándolo, es decir, po­
lectivo to d o concepto que denota niéndolo en lugar de D ios, se hace
m ultitud, toda reunión de varios contrario a Éste y destruye toda
individuos, a menudo con el sen­ la ordenación de los valores. A nte
tido accesorio estim ativo de «m a­ esta subversión posee im portancia
sa», en la que perecen la peculia­ secundaria la situación m ás o me­
ridad y el valor propio de los ele­ nos elevada que el valor divini­
m entos (hombres o cosas); por eso zado ocupe en la jerarquía axio-
al hom bre inserto en lo colectivo lógica. En cambio, la vitalidad de
se le concibe m uchas veces com o este valor es factor decisivo en
hom bre despojado de su propia orden a la violencia con que la
dignidad personal (de su situación colectividad queda poseída p o r él.
de sujeto) degradado hasta venir El lenguaje ordinario califica ya
a ser m era cosa (objeto de curso de colectivismo to d a excesiva acen­
social y económico). tuación del papel de un a colecti­
Según esto, el térm ino colecti­ vidad, especialmente la tendencia
vismo denota aquella ordenación a confiar en la ayuda de grandes
de la sociedad que destaca el todo colectividades organizadas (sindi­
social (lo colectivo), sea cual fuere, cato, estado), en vez de ayudarse
hasta el punto de acarrear la alu­ a sí mismo o de llevar a la prác­
dida degradación del individuo. tica el auxilio com unitario en un
Este colectivismo ( /S o c ie d a d círculo m enor (v.gr., la familia).
[Filosofía de la], 2o) se opone de — N e l l -B r e u n i n g .
m anera contraria (pero no contra­
dictoria) al individualism o (ibid., b) V o n N el l - B r e u n i n g , K o lh ktivis-
mus, en Wórterbuch der P otitik, t. v , 1
I o). Y afirm ando lo colectivo en
(1951); C l. M ü n s t e r , M engen, M assen,
form a ta n absoluta com o el / indi­ Kollektive, 1952 (cristian o ); G . L e B o n ,
vidualismo, afirma el individuo, lo Psvchologie des foules, 1895; J. O r t b o a
desliga tam bién de toda vincula­ y G a s se t , L a rebelión de las masas, ‘ 1935;
ción a com unidades m ás elevadas H . M a r r , D ie M assenwelt im K a m p f um
¡hre F orm , 1934; c) W . R ópkb, Die Krise terna que produce; uno «se arregla»
des K oilektivism us, 1947 ( l i b e r a l ) ; B o g - con el recuerdo. Sin em bargo, esto
d a n o ff, Umrisse der Philosophie des ayuda poco en los síntom as difí­
K oilektivism us, 1909 ( b o l c h e v i q u e ) .
ciles; especialmente resulta ineñcaz
cuando, a causa de las ventajas que
Complejo. Por com plejo (1) se ofrece la enferm edad, existe una
entiende en psicología el todo uni­ obscura repugnancia a la curación.
tario de un producto psíquico. Más — F robes.
exactam ente; la teoría de los com ­ b) J. F r o b e s , Lehrbuch der experimen-
plejos sostiene que en la vida aní­ tellen Psychologie i, “1923, p. 576 ss,
mica hay una estructura orgánica; 593 ss [trad. esp.; Tratado de psicología
que los elementos son miem bros empírica y experim ental i , 31944]; J. L i n d -
del todo, susceptibles de encon­ w o rsk y , Experim entelle Psychologie,
51931, p. 163 s [trad. esp.: Psicología
trarse sólo por análisis a p artir de experim ental descriptiva y teórica, !1935]:
él, que éste no se reduce a una O . S e l z , Die G esetze des geordneten
m era sum a de elementos indepen­ Denkveríuufs, 1913; e) A . W i l l w o l l ,
dientes. En la m ayoría de los casos Seele und Geist, 1938, 65 [ t r a d . esp.:
se enfocó la investigación hacia la A lm a y espíritu, 1946J.
percepción intuitiva. A quí la for­
ma debía existir antes que las par­ Comprender. C on este vocablo
tes. Pero hay que distinguir. En se designa el m odo de entender
el sentido del tacto se nota pri­ correspondiente al /'s e n tid o obje­
mero la presión sin la form a, la tivo (con todos sus matices). T rá­
cual aparece m ás tarde. La melodía tase en este caso de dilucidar una
se conoce también sólo después de exteriorización, incom prensible por
notas individuales. Ú nicam ente en sí misma, desde su razón (o funda­
la nercepción óptica se da la coor­ m ento) interno. Tres peldaños lle­
dinación de m odo inm ediato, es van poco a poco a m ayor profun­
decir, sim ultáneam ente con las par­ didad. La comprensión semántica
tes; no antes que ellas; de ello tiene que habérselas con signos
resulta la aprehensión de la distan­ patentes cuyo sentido entiende en
cia y su interpretación por la expe­ seguida o pone prim ero en claro
riencia. — T am bién para el apren­ m ediante un a interpretación ( 1).
dizaje ayuda de m anera esencial la Especial im portancia posee la com ­
form ación de complejos, porque en prensión de las palabras como
este caso se lim ita el núm ero de /s i g n o s de nuestros pensamientos.
repeticiones; el fragm ento del com ­ A m enudo hay que com prender
plejo tiende entonces a suscitar el tam bién el sentido del contenido
complejo entero. — E n la literatura descubierto a través de los signos.
psiquiátrica el térm ino com plejo de­ La comprensión ideológica ( / Fina­
n ota u n a p erturbadora disposición lidad) aclara, atendiendo a los fines
sentimental. Vivencias de intensa correspondientes y a los valores p ri­
fuerza afectiva pueden producir m ordiales, el «moverse» dinámico,
perturbaciones, en parte desde el la form a o la m era existencia de
inconsciente y en parte tam bién algo (2). Es sostenida p o r la com­
siendo claram ente conscientes, co­ prensión metafísica, que investiga la
m o las pasiones. A veces, el hacer significabilidad del ser en general en
consciente el complejo puede curar­ cuanto que éste se justifica por sí
lo, puede resolver, m ediante una mismo o en virtud de su más pe­
descarga liberadora, la tensión in­ culiar esencia y fundam enta tam-
bién todos los valores y fines (3). D icho con m ayor exactitud: la
Q ue la com prensión incluya direc­ com prensión parte de los signos
tam ente la razón (o fundam ento) (restos de un a época, m anifestacio­
teleológica y esencial, se explica por nes de un a personalidad) y avanza
la interna conexión entre el fin y la pasando por las estructuras de
esencia; pues ésta señala el fin y el sentido hasta los valores supremos.
fin es la anticipación de la perfec­ N o se trata entonces de un m ero
ción acabada de la esencia. entender desde los valores los fe­
Según ocurre ya en la compren­ nóm enos históricos, sino también
sión dotada de compenetración o pro­ de justipreciarlos.
yección sentimental (éinfühlendes A plicando el m étodo com pren­
Verstehen) tom ada com o aprecia­ sivo, las ciencias del espíritu hacen
ción que co-vive el ser y el hacer justicia a la índole peculiar de lo
de un yo ajeno, los tres m odos de espiritual; en este aspecto los tra ­
com prensión se reúnen especial­ bajos de Dilthey, sobre todo, abrie­
m ente en el método de las / c i e n ­ ron el camino. Sin em bargo, hay
cias del espíritu. En este m étodo se que evitar los riesgos del relativis­
piensa hoy, por lo com ún, al hablar mo y del irracionalismo percepti­
de com prensión, considerándosela bles en él y en otros pensadores.
entonces en oposición a explicación Relativism o: n o se separan los va­
( /E x p lic a r ) . Las ciencias natu ra­ lores del cam bio de las form as cul­
les explican causalmente, es decir, turales porque no se advierte que
reducen las cosas y procesos de la la com prensión, com o m étodo de
naturaleza a las causas eficientes, u n a ciencia de la experiencia, no
los elementos constructivos y las puede d ar jam ás u n a últim a ju sti­
leyes generales que los determinan ficación de aquéllos, debiendo, p o r
unívocamente. Este proceder no lo tanto, fundarse en una doctrina
está a la altura de la vida espiri­ filosófica de los mismos. Irraciona-
tu al y de sus creaciones. Pues la lism o: se substrae dem asiado la
libre actividad creadora del espí­ com prensión al concepto racional,
ritu no se halla som etida a unívoca aunque en su íntegra profundidad
determ inación causal; tam poco se y plenitud no es u n proceso m era­
explican sus totalidades caracterís­ m ente conceptual, sino que exige
ticas sólo po r sus elementos y, en una inm ersión del hom bre entero
fin, nunca leyes universales pueden que lo hace proyectarse sentim en­
agotar lo concreto irrepetible de la talm ente (einfühlende Versenkung).
historia. L a com prensión supera los Recientemente, en la analítica
límites de la explicación al apre­ existencial de Heidegger, la com ­
hender la vida espiritual com o rea­ prensión es uno de los com ponentes
lización de sentido y de valor. Así del ser-en-el-mundo y ha encontra­
ésta se halla sujeta a u n a determi­ do su lugar entre el «sentim iento de
nación supracausal o valiosa; sus la situación original» (Befmdlich-
totalidades, com o «estructuras de keit) y la «discursividad» (Rede).
sentido», deben su peculiaridad a A quí n o significa m eram ente saber,
un valor o jerarquía de valores, y sino, sobre todo, poder. E l D asein
lo concreto (personalidad, suceso, (el hom bre) se proyecta en este
producto) se entiende desde sus va* com prender como poder-ser, o sea
lores prim ordiales, o sea, como según sus posibilidades. - L o tz .
realización de los valores inscritos W . D ilth e y , Einleitung In die Geistes­
en un núcleo personal o un pueblo. wissenschaften, *1922 [trad. e sp .: Intro-
flucción n las ciencias del espíritu, 1951]; la palabra sociedad puede designar
sobre este a u to r : J. H üfer , Vom Leben asimismo los lazos internos, para
zur W ahrheit. Katholische Besinnung an los cuales hoy se reserva el térm i­
die Lebensansckauung W. D iltheys, 1936;
n o com unidad. Pero después, en
C. G lo c k , W. D iltheys Grundlegung
einer wissenschaftlichen Lebensphiloso­
la época del individualism o, con la
phie, 1939; H . A . H o dges , W. D ilthey. com prensión. de los valores intrín­
A n Introduction, N ueva Y ork, 1944; secos de la vida de com unidad, en­
[L. G io s s o , W. D ilthey e la filosofía cogióse tam bién el contenido signi­
come visione della vita, Ñ apóles 1940;] ficativo del vocablo sociedad y el
J. W a c h , Das Verstehen, 1926-1933; anhelo po r u n a auténtica com uni­
W. E rxleben , Erlebnis, Verstehen und dad nuevam ente despierto eligió
geschichtliche Wahrheit, 1937; W. E h r - dicho nom bre p ara la imagen de
l i c h , Das Verstehen, 1939; O. F . B o l l -
n o w , Das Verstehen, 1949; E d . M ezger ,
su deseo. Con esta circunstancia se
Das Verstehen ais Grundlage der Z tt- unió no raras veces u n a aversión
rechnung, 1951; M . H eidegger , Sein und sentim ental al orden jurídico, com o
Z e it i, 1927 [trad. esp .: Ser y tiempo, si hiciera peligrar los vínculos más
1951]; J. M óller , ExistenzialphHosophie internos. Sin em bargo, los lazos ju ­
und katotísche Theologie, 1952, principal­ rídicos son de hecho necesariam en­
m ente 49-64; E. R othacker , L o g ik und te indispensables, siem pre que un
S ystem a tik der Geistes wissenschaften núm ero elevado de hom bres deba
1948 (nueva edició n): E. S eiterich , Die
reunirse p ara la acción com ún y
logische S tru k tu r des Typusbegriffes, 1930.
estable en orden a u n fin amplio.
Comunidad. M ientras / s o c i e ­ N o el derecho, sino la rígida e in ­
dad, en sentido lato, designa toda hum ana interpretación del mismo
form ación social, es decir, toda re­ es lo que com prom ete la verdadera
unión estable de hom bres para reali­ com unidad.
zar un fin, reservam os generalmente Según esto, hay que rechazar la
el nom bre de com unidad p ara u n a oposición rígida entre la com uni­
unión de vida y de destino (familia, dad basada exclusivamente en la
nación) que surge de la naturaleza «voluntad de ser», y la sociedad,
o resulta de suyo de la unidad de cim entada tam bién de m anera ex­
sentim ientos y que, p o r lo tanto, clusiva en la «voluntad de elegir»,
vincula íntim am ente a los indivi­ sobre todo cuando esta oposición
dúes entre sí. F rente a ésta, defínese se tom a en el sentido de que la
la sociedad en sentido estricto co­ com unidad nace de fuerzas p u ra­
mo u n a asociación basada de m o­ m ente irracionales y se sustrae a la
do predom inante en cálculos pura­ razón y a la voluntad.
m ente racionales, dirigida a un fin L a base ontológica de toda co­
particular determ inado y cuyos m unidad está constituida por una
miem bros pueden perm anecer, por «com unalidad», por la participa­
lo dem ás, internam ente extraños ción en u n bien que se trata de
unos a otros (una sociedad com er­ conservar o acrecentar, o bien por
cial). E sto se refleja en el hecho u n a necesidad, un destino com ún.
de que al tra ta r de la com unidad se U n a colectividad de hom bres uni­
piensa m ás en la unidad de senti­ dos entre sí p o r tal «com unalidad»
mientos y de am or, m ientras en el se llam a ya a veces com unidad (en
caso de la sociedad cobra relieve sentido lato) (v.gr., u n a «com uni­
predom inante la estructura jurídica dad lingüística»), particularm ente
y estatutaria,' la «organización». cuando el destino com ún está pre­
Ciertam ente, en el lenguaje antiguo sente en la conciencia de muchos,
despertando así u n sentimiento de sino que se ordena al bien, a la
solidaridad. Este sentim iento es sólo perfección de las personas que son
el prim er supuesto anímico de ia sus m iem bros. — D e V r ie s .
com unidad en sentido pleno. Si ha
b) A . P ie p e r , Organische und meca-
de venir a la existencia u n a genuina
nische Auffassung des Gemelnschaftslebens,
com unidad, no ya u n a / m a s a , es “1929; D . VON H il u e b r a n d , M etaphysik
insuficiente la disposición m era­ der Gemeinschaft, 1931; O . v o n N e i x -
m ente sentim ental e instintiva; se B r e u n t n g , Z u r christlichen Gesellschafts­
requiere, adem ás, una actitud valo­ lehre, en W Srlerbuch der P olitik l, 1947;
ral del espíritu, veneración y am or, [G . d e l E s t a l , C om unidad y persona so­
o p o r lo menos respeto a la dig­ cial, en «R evista internacional de socio­
nidad personal de los demás. La logía» 41 (1953) pp. 5-26;l c) F . T o n n i e s ,
G emeinschaft und Gesellschaft, *1935 [trad.
unión de m uchos surgida de tal
esp .: C om unidad y sociedad, 1947;] T h .
fundam ento y encam inada a alcan­ L it t , Individuum und Gemeinschaft, *1926;
zar el fin com ún con las fuerzas d) E. W f i .t y , Gemeinschaft und E in 2el-
reunidas de todos, constituye, en­ mensch nach Thomas -ton Aquin, 1935;
tonces, la com unidad en la acep­ J. B. S c h u s t e r , D ie Soziattehre nach
ción plena del térm ino. U n orden L eo X Ü I und P iu s X I, 1935; e) E. W e l t y ,
jurídico, especialm ente u n a direc­ H erders Sozialkatechism us I, 1951 [trad.
ción ( / A utoridad), es, com o ya se e s p .: Catecism o social i, 1955, u 1958].
ha hecho notar, exigencia resultante
de la esencia de la com unidad, po r­ Concepción del universo es la com ­
que de no ser así, quedaría sin prensión de conjunto de la esen­
garantizar la eficaz consecución del cia, origen, valor, sentido y fina­
fin. Los lazos morales, que m an­ lidad del / m undo y de la vida
tienen una com unidad y aseguran hum ana. Concepción del universo
la próspera colaboración de sus es esencialmente algo m ás que
miembros son, pues, no solamente «imagen del universo»; p o r ésta se
vínculos de am or, sino también de entiende la reunión y elaboración
/ju s tic ia . Sobre las falsas concep­ conceptual de los resultados de las
ciones acerca de la esencia de la ciencias naturales en una visión
com unidad, / Sociedad (Filosofía científica (o tam bién filosófico-na-
de la). tural) de conjunto; considerada en
Existen com unidades naturales cuanto tal, ésta se queda en un
que, conform e a su índole, van im­ plano puram ente teórico y no plan­
plicadas en la naturaleza hum ana tea las cuestiones últim as, m etafí­
(m atrim onio, familia, nación, esta­ sicas, acerca del ser y sentido del
do), la com unidad sobrenatural de m undo visto com o un todo. P o r el
la Iglesia, cim entada en la acción contrario, la concepción del uni­
divina de la gracia, y com unidades verso es u n a superación esencial de
libres, que deben su ser a la libre los límites de las ciencias particu­
decisión hum ana (v.gr., u n a asocia­ lares, una tom a valorativa de posi­
ción de jóvenes). — L a com unidad ción frente a la totalidad de aquél
posee su valor propio, su propia e incluye, por lo mismo, u n a res­
dignidad y belleza porque, en úl­ puesta a las cuestiones supremas
tim a instancia, ofrece de m anera acerca del origen, sentido y finali­
nueva rasgos de la esencia divina. dad del m undo. P or consiguiente,
Pero en cuanto que esto tiene lugar aunque en la frase «concepción del
m ediante un orden no personal, la universo» éste significa ante todo
com unidad no es fin de sí misma, m undo visible, sin em bargo, debido
a las cuestiones del origen y del D ios (por actos de adoración, en­
sentido, el alcance de dicha con­ trega, am or, etc.), rebasa de una
cepción se extiende hasta el Ser m era «concepción» (o visión) del
supremo, absoluto, puesto que sólo m undo y de su relación con Dios.
desde Él puede explicarse el m undo D esde luego, p ara el hom bre cre­
entendido com o conjunto. yente no puede haber ju n to a su
La concepción del universo es visión religiosa de conjunto ningu­
prim eram ente convicción natural, na o tra concepción religiosa del
precientífica; a diferencia de lo que universo, p orqu e la explicación y
ocurre con la filosofía, la form a valoración suprem a de éste no pue­
científica no le es esencial. A unque de prescindir de Dios. Es, pues,
esté científicam ente fundam entada absolutam ente imposible la «ami­
y estructurada no coincide en su gable» fijación de los limites inten­
esencia con una metafísica del ser tada de vez en cuando, según la
y del valor. L a oposición entre cual corresponde a u n a concepción
concepción precientífica y científica del universo que prescinde de toda
del universo n o equivale a la de religión, el ju zg ar en últim a instan­
irracional y racional, pues tam bién cia todas las cosas terrenas, mien­
la concepción precientífica puede tras a la religión se le reserva sólo
descansar en u n pensam iento claro, el m ás allá.
aunque no haya sido elevado a ob­ Por lo que respecta al origen de
jeto de conocim iento científico. El la concepción del universo, soste­
m odo de pensar según el cual la nem os firm em ente frente al irracio­
concepción del universo en su más nalism o que ella es en sus rasgos
íntim o aspecto no ha de tener ja ­ esenciales asunto propio de la men­
m ás u n a fundam entación racional, te cognoscente. En su acuñación
se basa en supuestos filosóficos fal­ particular, v.gr., en la acentuación
sos ( / agnosticismo universal o de tales o cuales verdades, está
por lo m enos irracionalism o de los determ inada p o r las influencias va­
/v a lo r e s ) . D e conform idad con la riables naturales e históricas (país,
fuente de conocim iento, hay que raza, carácter, tradición, am biente,
distirfguir una concepción del uni­ educación, etc.), m ás aú n : el falsea­
verso filosófica, puram ente natural, m iento de la concepción del uni­
y o tra cim entada en la revelación verso h a de atribuirse casi siempre
sobrenatural; según el contenido, a una repercusión extraordinaria­
la concepción del universo será m ente intensa de aquéllas. — D e
teísta, panteísta, o atea. V r ie s .
L a posibilidad de u na concepción
b) P. S im ó n , Sein und W irklichkeit,
atea (m aterialista) o panteísta (bio- 1933, p. 1 ss; D ie geisligen W urzeln unse-
logista o idealista) del universo, rer W eltanschauungskrise, 1933; c) W .
m uestra ya que concepción del uni­ D ilth e y , Weltanschauungslehre ( g e s a m -
verso y religión n o son la misma m elte S chriften, t. v m , 1931) [trad. esp.:
cosa. Sin em bargo, un a concepción Teoría de la concepción del mundo, en
religiosa (v.gr., la cristiana) del Obras, M éxico 1944-1948, t. v m l; K . J as -
p e r s , Psychologie der Weltanschauuñgen,
m undo no se identifica tam poco
“1925; M. S c h e l e r , Schriften zur Sozio -
con la religión (cristiana). L a reli­
logie und W eltanschauungslehre, 1923-24;
gión incluye ciertam ente, en la m a­ ej D . F e u l i n g , W eltanschauungslehre,
yoría de los casos, una concepción en «Benediktinisclie M onatschrift» 16
religiosa del universo, pero, com o (1 9 3 4 ) p. 207 s s ; W . S c h m i d t , Ras?e und
vinculación del hom bre entero a W eltanschauung, en K lbinbidam -K uss ,
Die Kirche in der Z eitw endet 1936; en cuando que el acto de pensa­
[A. M Ü l l e r , Introducción a la filosofía, m iento lleva en sí con existencia
1937 (reedición); F . R o m ero y E. P u c- ideal (sólo representada) un deter­
c ia r e l l i , L ógica, 21939, apéndice C.]
minado contenido (v.gr., en cuanto
que es concepto de núm ero, no de
Concepto. El concepto es la espacio); el concepto significa el
form a más sencilla del / pensar, en objeto, está intencionalm ente ( / In ­
oposición al / j u i c i o y al / r a c i o ­ tencional) dirigido hacia él. Pero
cinio, que son productos del pen­ el / o b j e t o del concepto n o está
sam iento com puestos por concep­ constituido por el «contenido» in­
tos. M ientras el juicio expresa un terior a éste, sino p o r el objeto
/ o b j e t o com o existente, el con­ independiente del pensar, que cier­
cepto es la expresión abstractivo- tam ente no es conocido en el con­
intelectual de una « q u id id a d » ; cepto com o existente, pero sí signi­
com prende un objeto, representa ficado en él. Así, p o r ejemplo, el
«lo que» es sin enunciar n ad a sobre concepto «hom bre» significa la qui­
él. El concepto tiene su expresión didad del hom bre real, no se signi­
gramatical en u n a palabra o tér­ fica a sí mismo (el hom bre en cuanto
m ino (v.gr., núm ero) o tam bién en conceptualm ente representado). En
una frase que no constituye todavía el objeto deben distinguirse el ente
un enunciado (v.gr., núm ero par). total y concreto de que el concepto
D ebe afirmarse contra el / nom ina­ se predica (objeto material) y el
lismo (sensismo), que el concepto, «aspecto», n ota o carácter de aquél,
com o representación intelectual, es aprehendido en el concepto (objeto
esencialmente superior a la repre­ form al). Com o representación abs­
sentación en sentido estricto, o sea tractiva, el concepto presenta las
a la representación sensorial. Por cosas no en su concreta e intuitiva
su naturaleza abstractiva difiere, plenitud, sino sólo caracteres aisla­
asimismo, esencialmente de la intui­ dos extraídos de ellas.
ción intelectual propia de los espíri­ > En to d o concepto cabe señalar,
tus puros. —'E l /ra c io n a lis m o no además, la comprensión y la exten­
siem pre h a tenido en cuenta sufi­ sión. Com prensión de un concepto
cientemente esta distinción (equi­ es el conjunto de notas expresadas
paración de concepto e / i d e a y en él; extensión, el núm ero de cosas
doctrina de las «ideas innatas») de las cuales puede predicarse. En
En todo concepto hay que distin­ general, cuanto m ayor sea la com ­
guir: el concepto com o «acto» de prensión, m ás restringida será la
pensam iento, el concepto com o extensión, y viceversa. Ú nicam ente
«contenido» de pensam iento y el en el caso de que la com prensión
«objeto» del concepto. Considerán­ se enriquezca con propiedades esen­
dolo desde el prim er p u n to de vista, ciales del objeto ( / Predicables), la
es un acto, las m ás de las veces de extensión no disminuye. — Con­
duración brevísima y de naturaleza cepto simple es el que incluye una
espiritual (inmaterial), aunque de­ sola n o ta ; complejo, el que contiene
pendiente en su producción ( / C o n ­ varias. El concepto se llam a claro
cepto [Form ación del], / A b s t r a c ­ cuando diferencia suficientemente
ción) de las representaciones senso­ de los dem ás el objeto significado.
riales ligadas al cuerpo. El concepto El concepto com plejo recibe el ca­
representa al objeto, n o po r estas lificativo de distinto si distingue
sus propiedades ontológicas, sino entre si las diversas n o tas; la / d e ­
finición aspira a un concepto per­ n ido; sin em bargo, p o r razón de su
fectam ente distinto. Desde el punto inm aterialidad, aventaja en profun­
de vista de la extensión se destacan didad de com prensión ( / Esencia
los conceptos singulares ( / Indivi­ [Conocimiento de la]) a la intuición
duo) y universales ( /C o n c e p to uni­ sensorial. Y aunque el concepto no
versal). — P or el m odo de adecuar­ puede agotar la plenitud de la rea­
se al objeto, existe una diferencia lidad, no obstante, norm alm ente su
esencia] entre conceptos propios y contenido se realiza en el ente,
análogos. El concepto propio nace com o con razón destaca el realis­
de la intuición de su objeto y mo frente al / conceptualism o
presenta, p o r lo mismo, notas y al /c ritic is m o de Kant. Es, p o r
positivas de éste en contenidos de lo tanto, injustificado despreciar el
pensam iento de carácter también pensam iento conceptual com o lo
enteram ente positivo. El concepto hacen el /in tu ic io n ism o y la filo­
análogo, po r el contrario, determ i­ sofía de la vida ( / Vida [Filosofía
na un objeto suprasensible en vir­ de la]). Sin la actividad conceptiva,
tud de la im perfecta semejanza que nuestro conocim iento hum ano que­
tiene con otro objeto intuitiva­ da incom pleto y, sobre todo, no
mente d ad o ; conserva com o conte­ puede rebasar el área de la / expe­
nido positivo la perfección ontoló- riencia ni elevarse a la /m e ta f ís i­
gica com ún a am bos; pero sólo ca. H ay, p o r o tra parte, una sobre-
m ediante la negación del m odo de valoración del concepto cuando
existencia correspondiente a lo in­ H egel hace de él la realidad ente­
tuitivo puede pensar el m odo de ra y la fuerza impulsiva de su evo­
existencia, absolutam ente positivo lución. — D e V r ie s .
en sí, propio de lo suprasensible.
a) A r istó teles , De anima n i, c. 4-6;
Ello n o entraña falsedad ninguna,
S a n t o T om ás d e A q u in o , Comentarios
aunque sí u n a adecuación esencial­ al «D e Anim a» de A ristóteles 3, lee. 11;
m ente m enor al objeto. N o coincide b) J. G ey se r , Über B egriffe und Wesens-
con la clasificación de los conceptos schau, en «P hilosophisches Jahrbuch»
en propios y análogos, la división 1926, p. 8 ss, 128 ss; M . H o n e c k e r ,
de los mismos en unívocos y aná­ Die L ogik ais Bedeutungs- oder Nolions-
logos. L a prim era concierne a la lehre, en Synthesen (F estgabe DyrofT),
relaciófi entre el concepto y su 1926, p. 32 ss; [A . G ó m e z I z q u ie r d o ,
A nálisis del pensam iento lógico, 1. 1, 1928;
objeto al cual m ás o m enos se
J . D o p p , Legons de logique form eüe,
adecúa (análogo es, p o r ejemplo, 3 vols., L o v ain a 1950]; c) W . B u r k a m p ,
nuestro concepto de D ios); la se­ B e g riff und Beziehung, 1927; W . S c h in g -
gunda afecta a la relación que un n i t z , M ensch und B egriff, 1935; d ) N .
concepto guarda con objetos lógi­ H a r t m a n n , A ristóteles und das Problem
camente subordinados a él en los des B egriffes, 1939; H . G l o c k n e r , Der
que se realiza con perfecta identi­ B e g riff in H egels Philosophie, 1924;
dad o con parcial desemejanza. Así E. H o r n , D er B e g r iff des B egriffes. Die
Geschichte des B egriffes und seine m eta-
el concepto del ente análogo con
physische Deutung, 1932; / L ó g i c a .
respecto a D ios y a las criaturas.
/ Analogía.
C iertam ente, debido a su abs- Concepto (Formación del). La
tractividad, el pensar conceptual form ación del concepto, conside­
(aun en el caso del concepto singu­ rad o como elaboración de im á­
lar) n o puede parangonarse con la genes cognoscitivas n o intuitivas,
/in tu ic ió n en riqueza de conte­ conduce a aprehender la «quidi-
dad» , inaccesible a los sentidos ésta (species intelligibilis), determ i­
del objeto de conocimiento. Como na el entendim iento paciente al
prim era aprehensión intelectual de conocim iento conceptual. Según la
objetos, puede llevar a conceptos interpretación de destacados co­
primitivos o (por com binación de m entaristas y tam bién del averroís-
éstos) a conceptos derivados. — mo, Aristóteles concebía esta fuerza
Los conceptos prim itivos n o se activa com o supraindividual; la
originan po r una visión inm ediata escolástica, en cam bio, vió en ella
de las esencias, com o piensan las con razón una fuerza individual
teorías intuicionistas. D ichos con­ propia del espíritu hum ano. Par­
ceptos no proceden de gérmenes tiendo de su / hilemorfismo, con­
conceptuales innatos («ideas» in­ form e al cual to d a cosa sensible
natas, innatismo: Platón, Leibniz), se com pone de form a esencial y
ni vemos las esencias de las cosas / m a t e r i a individualizante de la
intuyendo las ideas o el acto crea­ m isma, el conocim iento conceptual
d o r de D ios ( /O n to lo g is m o : M a- es, para Aristóteles (e igualmente
lebranche, Gioberti), pues la es­ para Santo Tomás de Aquino), un
tru ctu ra de los conceptos, sólo desligar de la m ateria lim itante e
analógicam ente manifestativos de individuante,la form a esencial, uni­
lo suprasensible, m uestra claram en­ versal en sí, de tal m anera que el
te que de hecho se originan en la resultado de la / abstracción es un
experiencia. U na visión inm ediata de /c o n c e p to universal. Las opinio­
D ios realizada con las fuerzas na­ nes de los filósofos escolásticos de
turales es imposible para el espíri­ todas las épocas discrepan en la
tu ñnito. — Los conceptos prim itivos cuestión de si los conceptos pri­
se obtienen de los datos de la expe­ mitivos son singulares o universa­
riencia externa o interna. Pero con les, en la ulterior interpretación
ello surge el problem a debatido y aclaración de las funciones del
durante siglos: ¿cómo es posible entendim iento agente y, p o r últim o,
pasar de la imagen sensible (o de en la solución al problem a de si
u n dato de conciencia que presen­ esta fuerza activa espontánea se
ta todavía la /'e se n c ia en su indi­ distingue realm ente del entendi­
viduación concreta) a la imagen m iento propiam ente cognoscente.
esencial universal del entendim ien­ Sin em bargo, coinciden en la doctri­
to? La teoría de la abstracción na de la génesis de los conceptos
fundada por Aristóteles, desarrolla­ prim itivos po r la colaboración de
d a ulteriorm ente po r la escolástica la imagen prim era empírica, con­
y discutida aún hoy en algún aspec­ creta e intuitiva y de un a activa
to, recurre a u n a activa y producti­ espontaneidad del espíritu.
va espontaneidad del espíritu. Aris­ E laboram os los conceptos deri­
tóteles adm itía, adem ás de la fa­ vados en el pensar discursivo cons­
cultad cognoscitiva propiam ente ciente, extrayendo, m ediante com ­
ta l ('el entendimiento paciente que paración y com prensión de rela­
recibe el determ inante: intellectus ciones, lo com ún a varios conceptos
possibilis), u n a fuerza espiritual acti­ previam ente obtenidos y presen­
va (el entendimiento agente: intel­ tándolo sin los caracteres diferen­
lectus agens) que, p o r así decirlo, ciales. Tam bién aquí son de fun­
«ilum ina» la imagen sensible con­ dam entalísim a im portancia los /
creta, abstrae de ella la esencia y, com plejos intuitivos y las com-
m ediante la imagen esencial de plementaciones de complejos con
que las representaciones intuiti­ Concepto universal. Concepto
vas aceleran o retardan el avan­ universal es aquel ( /C o n c e p to )
ce del pensam iento. P ara acele­ que puede predicarse individual­
rarlo deben, casi siempre, ser des­ m ente de m uchos m ultiplicándose
articuladas bajo la dirección su­ en eílos. P or la predicabilidad de
prem a del pensam iento y de sus m uchos el universal se distingue
fines y com binarse nuevam ente del concepto singular; porque cabe
sus elementos. Sin em bargo, en el predicarlo de cada uno «tom ado
núcleo del proceso se encuen­ individualm ente», se opone al con­
tran la comprensión o inteligencia cepto colectivo, el cual se predica
de relación que se da en la com pa­ tam bién de m uchos, pero tom ados
ración e ilum inación de la «relación en conjunto, no individualm ente
de validez universal» del nuevo (así el concepto «rebaño» designa
concepto elaborado (el /c o n c e p ­ una m ultitud de animales, m as no
to universal reflejo). La fijación a cada uno de éstos); p o r «multi­
del contenido conceptual (comple­ plicarse», se diferencia de aquel
jo de significación) m edíante un carácter com ún con que, según la
térm ino del / lenguaje que lo revelación cristiana, el concepto
designe, sirve, p o r regla general, «D ios» se dice de las tres divinas
para la firmeza y persistencia del Personas predicándose de todas sin
concepto obtenido. que quepa adm itir un a m ultipli­
A unque el concepto significa para cación de la naturaleza divina; en
el conocim iento un alejarse de la el universal, en cam bio, se m ulti­
realidad concreta hacia el plano plica la form a (naturaleza) signi­
de lo abstracto, constituye, no obs­ ficada: Pedro es hom bre, Pablo
tante, u n im portantísim o progreso, es hom bre, Pedro y Pablo son
pues, en lugar del conocer senso­ dos hom bres. — Según que la
rial, siempre cam biante, accidental unidad del contenido conceptual
y restringido a lo fenoménico, per­ sea perfecta o im perfecta, se dis­
mite com prender lo perm anente y tinguen conceptos universales uní­
en cierta m anera absoluto, la esen­ vocos y análogos; los prim eros son
cia de las cosas, y ordena el m ate­ universales en sentido estricto; sin
rial dfil conocim iento. Es, po r lo em bargo, no se tiene reparo en ca­
tanto, trascendental tarea de la for­ lificar tam bién de este m odo a
mación hum ana educar p ara alcan­ los segundos ( /A n a lo g ía ).
zar la claridad de la com prensión Los conceptos universales ni son
conceptual de la verdad objetiva innatos ni afluyen a nosotros desde
y n o m enospreciar irracionalísti- objetos propiam ente universales,
camente aquélla en beneficio de una sino que tienen su origen en la
vaga fraseología. — W i l l w o l l . / abstracción de lo / individual
( / C oncepto [Form ación del])
b) J. K l e u t q e n , Philosophie der Vor- dado en la /e x p e rie n c ia ; en este
zeit, 1878 [trad . fra n c .: L a philosophie p unto la experiencia interna (la
.'¡colastique, P arís 1868]; J. G eyser , Über / conciencia) reviste asimismo de­
Begrif/e und Wessensschau, en «Philoso- cisiva im portancia. A los concep­
phisches Ja h rb u ch » 39 (1926) p p. 8-44
tos universales originarios inm edia­
y 128-151; A . W il lw o ll , Begriffsbil-
dung, 1926; J. M aréchal , L e p o in t de
tam ente obtenidos de la experien­
départ de la m itaphysique v , 1926; e) D e cia opónense los derivados form ados
V ríes, D enken und Sein, 1937 [trad. esp .: po r com posición y, a m enudo, tam ­
Pensar y ser, *1953]. bién po r negación parcial de los
originarios. — El concepto univer­ cia deriva de que sin él n o es po­
sal, tal com o se predica de las sible ningún / juicio, pues en éste,
cosas, denom inase universal directo p o r lo m enos el predicado, es siem­
(universale directum). N orm alm en­ pre un concepto universal; con
te, su contenido es a la vez conte­ m ayor razón, sin él resulta im po­
nido ontológico de cosas reales sible el juicio universal y (puesto
( / Realismo), aunque realizado se­ que todo / raciocinio exige al me­
gún un «m odo distinto» de como nos un juicio de este tipo com o
está en el pensam iento, a saber: premisa) sin él desaparece todo
n o / a b s tr a c to ni despojado de pensar progresivo, todo ir m ás
los demás caracteres de la cosa, allá de la experiencia inm ediata,
sino «am algam ado» con ellos (espe­ toda / ciencia, y especialm ente to ­
cialm ente con la individuación) en da / metafísica. Por eso la des­
un todo /c o n c r e to form ando una valorización de lo universal conduce
unidad real. La abstractividad del lógicamente a la destrucción posi­
universal constituye el fundam en­ tivista de la vida intelectual; en
to de su predicabilidad con res­ el dom inio de la filosofía práctica
pecto a m uchos objetos, es decir, y de la vida social lleva a la diso­
de su universalidad. D e dicha pre­ lución de todo orden esencial en
dicabilidad nos dam os cuenta ex­ el cam po m oral y jurídico y, p o r
plícita en la /r e f le x ió n lógica so­ tanto, a la disolución del / dere­
bre el universal directo; así pode­ cho natural, conduciendo también
mos form ar un segundo concepto al / individualismo, pues sólo posee
universal en el cual concebimos valor el individuo, su experien­
m entalm ente la esencia abstracta cia individual y su arbitrariedad.
com o predicable de muchos, v.gr., — D e V rbes .
el contenido conceptual «hombre»
a) S a n t o T o m á s d e A q u i n o , D e ente
com o / especie; este segundo con­ e t essentia, c. m y l v ; b ) J . G e y s e r ,
cepto universal se denom ina uni­ Einige H auptprobleme der M eta p h ysik ,
versal reflejo o lógico (universale 1923; C. N in k , Sein und Erkennen, *1952;
reflexum ). que, en cuanto tal, no A. B r u n n e r , Erkenntnistheorie, 1948
se encuentra realizado en el orden [edic. fr a n c .: L a connaissance humaine,
del ser, porque la universalidad P a r í s 1943;] d) H . H e i m s o e t h , Die sechs

pertenece tam bién a su contenido; grossen Themen der abenldndischen M eta ­


physik, “1934 [trad. esp .: L os seis grandes
es un / ente de razón, el cual tiene
tem as de ¡a m etafísica occidental, 1928];
en la realidad su base ontológica. J . M a r é c h a l , L e point de départ de la
El universal lógico se divide en métaphysique h v , 1922-1947; A . B r u n ­
cinco /p re d ic a b le s. — El univer­ n e r , Das Allgem eine bei H egel, e n «Scho-
sal directo es concepto esencial si lastik» 25 (1950) pp. 1-20; e) J . d e
traduce la / esencia de las cosas V r i e s , D enken und Sein, 1937 { tra d . esp .:
( / Esencia [Conocimiento de la]) Pensar y ser, *1953.]
o concepto empírico si sólo manifies­
ta la form a aparencial com ún a Conceptualismo es aquella direc­
m uchos individuos sin penetrar su ción del pensam iento que sólo atri­
esencia; son ejemplo de esta últi­ buye a ios / conceptos universales
m a clase los conceptos vulgares de un ser mental. El conceptualism o
las diversas especies de animales, se distingue del antiguo nom inalis­
plantas y minerales. m o porque no adm ite únicamente
Sobre el valor del concepto uni­ nom bres comunes, sino tam bién
versal, / Realismo. Su im portan­ / conceptos universales. Sin em-
fcargo, niega, contra el / realismo, ción entre conceptos abstractos y
que a éstos corresponda algo en realidad concreta es allanada en la
la realidad. Si ello im plicara sólo teoría escolástica de la abstracción
a afirm ación de que en el m undo considerando que el contenido de
real no hay m ás que individuos, los conceptos se realiza efectiva­
nada cabria objetar. Pero el con­ m ente en lo dado, pero de otro
ceptualism o va m ás lejos afirm ando m odo, o sea, se verifica en la uni­
que al concepto universal no le dad de la cosa con otros determ i­
corresponde nada en el orden obje­ nantes que no entran en el concep­
tivo o que lo que le corresponde to, mas sin que el m odo de ser
carece de significado para nuestro abstracto de éste sea jam ás predica­
conocim iento de las cosas. — El do de los objetos ( / Abstracción).
conceptualism o surgió en el si­ — Sa nteler.
glo xrv com o reacción contra un b) D . M e r c i e r , Crltériologte générale,
realismo que acentuaba en las cosas “1923, pp. 337-398 [trad e s p .: Criterio lo­
excesivamente lo universal. Según gia, 2 vols., 1936;] C. N in k , Grundlegung
Ockham, el concepto universal es der Erkenntntsíheorie, 1930, pp. 181-196;
un / signo natural, com o el hum o J . S a n t e l e r , Intuition und Wahrheitser-

lo es del fuego. Su contenido no se kenntnis, 1934; J. d e V r i e s , D enken und


Sein, 1937, p p . 69-73 y 82-84 [trad. esp.:
realiza en la cosa de m anera idén­
Pensar y ser, 1953;] d ) C . G i a c o n ,
tica, sino que sólo es semejante Guglielmo di Occam i, 1941, p p. 263-353;
a ella; pero la sustituye en el pen­ IV. O ckham 1349-¡949, A ufsátze zu sei-
sam iento y, precisam ente, reem pla­ ner Philosophie und Theotogie, en « F ra n -
zando a cada uno de los objetos de ziskanische S tudien» 1950, fase. 1-2.
la colectividad. Los pensadores pos­
teriores cortan tam bién la conexión Conciencia. En sentido etim oló­
natural del signo con la cosa. Los gico, estricto, propio ( 1), concien­
conceptos universales no son m ás cia significa u n saber concom itante
que recursos p ara la clasificación (conscientia) acerca de la existencia
y ordenación lógicas de los obje­ psíquica prop ia y de los estados en
tos. — M ientras el conceptualismo que en un m om ento dado ésta se
empirista, al que pertenece también encuentra.
la filosofía de la vida ( / V ida [Fi­ A diferencia del / vegetal, que
losofía de la]), m enosprecia el valor «vive», pero n ad a sabe de sus acti­
de los «rígidos» conceptos en orden vidades vitales, el hom bre, m ediante
al conocim iento de la realidad un saber que las acom paña y versa
siempre cam biante, el conceptualis­ sobre ellas, puede «vivirlas», puede
mo racionalista ( / Criticismo y tenerlas com o «vivencias» que le
/ N eokantism o) subraya, en ver­ pertenecen. L a conciencia refleja
dad, la necesidad u universalidad perfecta se proyecta sobre los p ro ­
del conocim iento conceptual, pero cesos y estados psíquicos (conciencia
no lo considera fundado en las del acto), sobre el «estar dirigido»
cosas y su esencia, sino únicam ente a un objeto, que es propio del acto
en las funciones apriorísticas del (conciencia del objeto), y tam bién
sujeto, de tal m anera que po r él no sobre el propio yo, com o sujeto.de
se llega a conocer las cosas en sí. las vivencias (conciencia del sujeto,
L a orientación del pensam iento in­ conciencia del yo, autoconciencia).
troducida p o r el conceptualism o L a conciencia refleja hace que po­
favorece al 7 individualismo y es dam os distinguir entre yo, acto y
hostil a la metafísica. — La oposi­ objeto; distanciam os, p o r decirlo
así, de ellos e inquirir sus m utuas caso de la conciencia refleja intelec­
relaciones y el valor lógico-formal, tual, u n acto cognoscitivo especial
gnoseológico y ético de los actos, de la m ente. Sin em bargo, tratán ­
llegando así a la cultura intelectual. dose de la conciencia en sentido
En la conciencia im perfectam ente estricto, o sea, de vivir actos y es­
refleja de la vida cotidiana la aten­ tados presentes no parece necesario
ción se proyecta directam ente sobre un acto especial. M ás bien es una
los objetos, pero de tal m anera que propiedad del espíritu el poseerse
esta atención roza, como quien también a sí mismo p o r sus actos,
dice, el propio yo en cuanto que y una propiedad del acto espiritual
vive el objeto y lo tiene simultá­ el ser «consciente» p o r sí mismo.
neam ente ante la vista. D e lo con­ Algo análogo ocurre (en lo tocante
trario, no nos sería posible recordar a este últim o punto) con el acto
m ás tarde com o nuestras las viven­ sensitivo consciente. El espíritu li­
cias pretéritas. Estas form as de la bre de las trabas debidas al estado
conciencia refleja son privativas del de unión con el cuerpo contem pla­
ser espiritual y la capacidad para ría directam ente su esencia espiri­
ella pertenece a la esencia del / es­ tual com o tal; nuestro espíritu, en
píritu que «se autoposee», que cam bio, unido a él, tiene que de­
«existe consigo mismo». Sin em­ ducirla.
bargo, al ser puram ente animal Las distintas vivencias de la con­
debem os tam bién atribuirle por lo ciencia no están aisladas y yuxta­
m enos una conciencia directa en puestas, sino unidas norm alm ente
virtud de la cual «vive» de algún en un doble respecto: por pertene­
m odo su orientación hacia el obje­ cer a un único y mismo / «yo»
to, aunque sin reflexionar sobre el que perm anece el mismo en el curso
propio yo y el aspecto sujetivo de del cam bio vivencial, y por su
los actos. m utua conexión que es com prensi­
T om ándolo en acepción traslati­ ble para la inteligencia. D e ahí que,
cia, el térm ino conciencia significa en lenguaje metafisico, se hable
( 2) m uchas veces un conocimiento tam bién de la conciencia cual de
de vivencias no pertenecientes ya un espacio en que se encuentran las
al tiem po psíquico de presencia vivencias como «contenidos de con­
(recuerdo); denota, además, (3) un ciencia», situados, em pero, en «di­
saber acerca del valor o n o valor versos grados» de la m ism a p o r lo
del propio obrar (se tiene «concien­ que respecta a la claridad con que
cia» de una buena acción) o del devienen conscientes. M ientras en
valor de las propias cualidades un m om ento dado el centro de la
(«conciencia de sí mismo», enten­ conciencia se halla sólo ocupado
dida com o orgullo); e indica, por por un contenido objetivo («■estre­
últim o, (4) la capacidad para «vi­ chez de la conciencia» ), cabe que en
vir» conscientem ente (se «pierde» el «margen» de ella brillen con
la conciencia). tenue luz a un tiem po varios conte­
P ara explicar el m odo como los nidos m ás o m enos débilmente n o ­
actos psíquicos devienen conscien­ tados. E n casos patológicos, una
tes, m uchos escolásticos admiten, serie de vivencias coherente to d a­
en el caso de la conciencia sensitiva, vía en sí misma puede separarse
la existencia de actos especiales tan profundam ente de la conexión
propios de una «facultad» sensitiva vivida e inteligible con las restantes
peculiar (sensus intimus); y en el series vivenciales sim ultáneas o an-
leriores, que resulte posible hablar rechaza esta elevación de la con­
de u n a «escisión» o «desdoblam ien­ ciencia en genera] a realidad m eta­
to» de la / personalidad psicoló­ física, considerándola com o puro
gica. Sin em bargo, en térm inos «sujeto gnoseológico». N o es n in­
rigurosos no cabe referirse a un gún sujeto real (psíquico o divino),
«doble yo». Igualm ente, complejos sino únicam ente la form a vacía
aislados de vivencias o residuos de general de sujeto que queda u n a
éstas existentes en la m em oria pue­ vez se h a prescindido de todo con­
den ser em pujados al / incons­ tenido de conciencia, lo que com o
ciente en form a gravem ente nociva sujeto cognoscente se opone a «to­
para el sano desenvolvimiento psí­ do» objeto, sin que jam ás pueda
quico. devenir tal (así R ickert). D e m odo
El testim onio inm ediato de la parecido plasm a H usserl el concep­
conciencia se m uestra a la gnoseo­ to de «conciencia pura», con la dife­
logía com o la prim era y m ás se­ rencia de que atribuye a ésta un
gura fuente del saber objetivam ente ser absoluto, pero impersonal. —
cierto. Ese testim onio y su valora­ Podem os, ciertam ente, abstraer de
ción constituyen actualm ente, en nuestra conciencia individual un
una o en o tra form a, el p unto de concepto universal de conciencia
partida de la gnoseología realista. cognoscente. Sin em bargo, todo su­
— W il l w o l l . jeto realm ente cognoscente es nece­
b) K . O e s t e r r k i c h , D ie Phánomeno- sariam ente individual. Y si se afir­
togie des Ich i (¡ch und Selbstbew usstsein), m a que la «conciencia, en general»
1910; F . K a t z j n g e r , Inquisitiones psy- no puede en m odo alguno ser ob­
thologicae in conscientiam humanam, jeto, tal afirm ación contradice no
Innsbruck *1924; J. S a n t e l e r , Inluition sólo la esencia del / espíritu, de
und W ahrheitserkenntnis, 1934; E. WBNT- quien justam ente es característica
s c h e r , Das Ich ais seelische E inheit, en
la perfecta «vuelta sobre sí mismo»,
«A rch. fü r d. ges. Psychologie», 1936;
sino que constituye, tam bién, una
A. M a g e r , D ie Enge des Bewussiseirts,
31920; del m ism o: M y stik ais seelische contradicción interna, pues la «con­
W irklichkeit, 1946; K . S c h n e i d e r , Die ciencia, en general», se hace efecti­
psychopathischen Persónlichkeiten, 41940; vam ente objeto tan pronto com o
d) F . SljA D E C Z E K , D ie Selbsterkenntnis yo hablo de ella. — D e V r ie s .
ais Grundlage der Philosophie nach dem hl.
Áugustinus, en «S cholastik» 5 (1930) b) J. G eyser , Erkenntnistheorie, 1922,
p. 329 ss; B. R o m e y e r , S . Thomas el pp 10-39; N ene und alte Wege der Philo­
nolre connaissance d e I'esprit humain, en sophie, 1916; E. H errigel , D ie meta-
«A rchives d e P hilosophie» 6 (1932) 2; physische Form, 1929; c) H . R ickert ,
e) J . G e y s e r , Lehrbuch der allgemeinen D er Gegenstand der E rkenntnis, *1928;
Psychologie i ; J . d e V r i e s , D enken und F.. H usserl Ideen zu einer reinen Pháno-
Sein, 1937 [trad. esp.: Pensar y ser, *1953]. menologie i, 1913 [trad. esp.: Ideas rela­
tivas a una fenom enología pura y una
Conciencia en general. Al / su­ filo so fía fenom enológica, 1949]; d ) H .
A m rh eí N, Kants L ehre vom Bewusstsein
jeto / trascendental del pensar,
überhaupt, 1909.
Kant lo llam a ocasionalm ente «con­
ciencia en general» ( /C r itic is m o ).
Posteriorm ente se dieron de ella Conciencia m oral. E n sentido
diversas interpretaciones ( / I d e a ­ lato significa la capacidad del es­
lismo). El /id e a lis m o alemán la píritu hum ano p ara conocer los
concibió com o u n a esencia au tó ­ valores, preceptos y leyes m orales
nom a absoluta. El / neokantism o (sindéresis); en acepción estricta,
designa la aplicación de éstos al indirectam ente una conciencia cier­
o brar propio inmediato. Es aquella ta : 7 Probabilism o.) Siempre debe
autoridad interior que manifiesta obedecerse el dictam en de la concien­
al hom bre de m anera enteram ente cia cuando ordena algo. E sto vale
personal y forzosam ente perceptible tam bién en el caso de la conciencia
lo que debe hacer o dejar de hacer, errónea invencible e inculpable. El
que emite su juicio antes de la ac­ agente no tiene o tra posibilidad ra­
ción como voz avisadora, prohibi­ zonable. Se acom oda a la voluntad
toria, preceptiva o perm isoria, y de D ios en la m edida en que por
com o fuerza laudatoria o condena­ el m om ento le es posible. Sin em ­
toria (rem ordim iento), después de bargo, no puede invocar precipita­
ella. U n im presionante testimonio dam ente su propia conciencia cier­
de la fuerza de la conciencia lo ta, sobre todo cuando otras au to ri­
constituye el arrepentimiento moral, dades superiores juzgan de m anera
en que el hom bre detesta con pesar discrepante, pues no se daría en­
su m ala acción y que no raras veces tonces el caso de la conciencia que
le impulsa a confesar exteriormente yerra inculpablemente. Existe, pues,
su culpa. El origen de la concien­ la rigurosa obligación de form ar
cia se encuentra en la aptitud del una recta conciencia reflexionando,
hom bre, en cuanto persona e im a­ estudiando, solicitando consejo, etc.
gen de D ios, p ara realizar valores Particular dificultad p ara form ar­
morales, así com o en la capacidad se una conciencia se encuentra en el
para conocerlos y aplicarlos 9 la caso de la llam ada colisión de debe­
situación propia e individual. Al res. N o se trata aquí de un mal
igual que para el desarrollo de los clara o fácilmente cognoscible, sino
dem ás aspectos de la vida del es­ de dos deberes que parecen igual­
píritu, tam bién en la esfera ética m ente aprem iantes, y que p o r re­
tienen naturalm ente gran im por­ clam ar cum plim iento sim ultáneo se
tancia la instrucción, la educación excluyen. N o se da una real colisión
y la dirección, m ediante la autori­ de deberes fundada en el orden
dad y la com unidad. Cabe distin­ m oral. Esto iría co n tra la santidad
guir la conciencia antecedente y la y sabiduría de D ios que no puede
consiguiente, y adem ás, la verdade­ forzar necesariam ente a un hom bre
ra y la errónea. É sta puede ser in­ al pecado. L a colisión existe sólo
vencible y, po r lo tanto, exenta de en el defectuoso conocim iento del
culpa, o vencible, y, en consecuen­ hom bre. D ebe solucionarse inves­
cia, culpable. E ntre la conciencia tigando cuál de los deberes merece
laxa o em botada y la escrupulosa en el m om ento dado la preem inen­
o angustiosa se halla la conciencia cia. Si en un caso particular esto
delicada, finam ente form ada. no puede realizarse, no hay la li­
Puesto que la conciencia aplica bertad necesaria p ara la acción y la
las exigencias generales de la ley falta morales.
m oral al caso concreto, resultan La solución de tales o cuales
de ahí los siguientes deberes con casos de conciencia, denom inada
respecto a su dictam en: no puede casuística, es tarea frecuentem ente
obrarse con duda verdadera, inso- mal com prendida, pero im portante
luble acerca de la licitud de la ac­ e insustituible, de un a ética que
ción. Se requiere, pues, una / cer­ quiera influir sobre el o b rar real
teza práctica (no rigurosam ente de los hombres. N ingún ju rista ra ­
científica). (Sobre el m odo de lograr zonable pone en d uda la necesidad
del estudio de casos concretos de m ediante conceptos, sino también
derecho civil y penal referentes a m ediante las intuiciones a ellos co­
situaciones individuales a fin de rrespondientes. E l pensar hum ano
exponer el alcance y exacta aplica­ integral y el pensar precientífico son
ción de las leyes y de ayudar al preponderantem ente concretos. Por
ju rista práctico en e f no pocas ve­ eso la m an era de exponer de quien
ces difícil ejercicio de su profesión. pretende no sólo convencer a la
E sta necesidad existe asimismo para inteligencia sino m over al hom bre
quien tiene m isión tan grande' y entero, debe ser concreta en lo p o ­
llena de responsabilidad com o, es la sible. Según Hegel, lo concreto es
de dirigir hom bres. P or lo dem ás, el concepto lleno de los m om entos
a la casuística debe preceder la ex­ de despliegue del sistema, sinónimo,
posición positiva de la ley m oral. p o r lo tanto , de lo metafísicamente
E n la selección y solución de los suprem o, en oposición a lo abs­
casos de conciencia han de evitarse tracto, concepto despojado de la
las posibilidades abstrusas e irrea­ plenitud de los m om entos evo­
les. — S c h u s t e r . lutivos. / A bstracto, / Individuo.
b ) W. G a ss, D ie L ehre vom Gewissen, — Brugger.
1 8 6 9 ; V. C a t h r e in , Gewissen und Gewis- b) R. G u a r d i n i , D er G egensatz. Ver-
sensfreiheit, 1 9 0 6 ; H . G . S i o k e r , D as suche zu einer Philosophie des Lebendig-
Gewissen, 1 9 2 5 ; R . G e is , Gewissen und Konkreten, 1 9 2 5 ; T . M a r é c h a l , L e point
objektives Gesetz, 1 9 2 7 ; J. M a u s b a c h , de départ de la métaphysique, L o v a in a
Katholische M orallheologie i, 1 9 2 7 ; T h . 1 9 2 6 , t. v ( ín d ic e ) ; [C. O t t a v i a n o , M e ­
M Ü n c k e r , D ie psychologischen Grund­ tafísica del concreto, 1 9 3 0 ; A. F o r e s t ,
lagen der katholischen Sittenlehre, s 1 9 4 8 ; L a réalité concréte et la dialeetique, 1 9 3 1 ];
[ C h o l l e t , Conscience, e n Dictionnaire \d) A. F o r e s t , I m structure métaphysi­
de théologie catholique, 3 , 1 1 5 7 -1 1 7 4 ; que du concret selon Saint Tilomas d 'A q u in ,
D . v o n H i l d e b r a n d , Christian ethics, 1931 (É tudes de philosophie médiévale,
N u e v a Y o r k , 1 9 5 3 ;] c) T h . E l s e n h a n s , t. x i v ) ;] e) D e V r ie s , Lógica, 1 9 5 0 , n .° 1 8 5 .
fVesen und Entslehurtg des Gewissens,
1 8 9 4 ; P . H á b e r l i n , D as Gewissen, 1 9 3 0 ; Confucianismo se llama en prim er
d) V. C a t h r e i n , D ie Einheit des sit- lugar (1) la doctrina de Confucio
tllchen Bew usstseins der M enschheit ni, o Kung-tse (siglo vi a. de J.C.). El
1 9 1 4 ; e) V. C a t h r e i n , M oralphilosophie
confucianism o es m enos un a filoso­
i,* 1 9 2 4 [tja d . ¡tal. d e la 5.* alem .: Filo­
sofía m orale, F lo rencia 1 9 1 3 -1 9 2 0 ]; [ G .
fía que una doctrina m oral recopi­
M á r q u e z , Filosofía moral, 2 v o ls ., *1 9 4 3 ; ladora de la tradición antigua. E n
A , M a r c h , D ialeetique de i’agir, P arís el centro de esta doctrina se en ­
1 9 5 4 .] cuentra el m andam iento del am or
filial. E l ideal lo constituye el «no­
Concreto. Llám anse concretas ble» que reúne la perfección m oral
las representaciones que ofrecen su con las form as de la educación del
objeto ta l com o se da en la intui­ hom bre m undano. Las cuestiones
ción sensorial. En sentido lato pue­ metafísicas y religiosas son ajenas
den asim ism o denom inarse concre­ a Confucio. D espués de ulteriores
tos aquellos conceptos universales perfeccionamientos y luchas, el an?
que, adem ás de la form a determ i­ tiguo confucianismo alcanzó una
nante (v.gr., hum anidad), incluyen indiscutible influencia en China a
igualm ente el sujeto indeterm inado principios de nuestra era. Sólo en
(v.gr., hom bre = sujeto de la h u ­ el siglo x n d. de J.C. recibió el
m anidad). Pensar concreto es aquel confucianismo ( 2) una base metafí­
que representa sus objetos no sólo sica en el neo-confucianismo de la
CONOCIMIENTO

escuela de Hsing-li. E l m ás im por­ un ser intelectual o sensitivo, com o


tante representante de ella y m ayor sujeto cognoscente, se da cuenta
filósofo de China es Tschu-Hsi de algún m odo de u n objeto. En
( Chu-Hi). Reduce la realidad a dos acepción m ás estricta entiéndese
principios: la razón y lo fluido por conocim iento ( 2) sólo el / ju i­
(m ateria), que se origina de aquélla, cio verdadero y cierto { / Verdad,
pero que una vez producido no es / Certeza), es decir, la perfección
ya separable de la misma. A este del conocim iem to en la acepción
dualismo realista se contrapone un (1). Los m odos m ás imperfectos de
monismo idealista. D istinto del una consciente posesión de objetos
neo-confucianismo, com o filosofía, aparecen entonces com o medios o
es el confucianismo (3) tardío, fuentes del conocer.
com o religión del estado. La ética El conocim iento (1) es, en cuanto
del confucianismo antiguo se com ­ «acto vital», una perfección onto-
binó con elementos del taoísm o, lógica inm anente en el / sujeto,
/* budismo y del culto a los antepa­ y, sin em bargo, en cuanto «darse
sados, en el cual Confucio, como cuenta» de un «otro», lleva, por
ser divino, fué tam bién incluido. — encim a de los límites del sujeto,
/ [16, 17, 18, 22]. — B r u o g e r . hacia objetos ( / O bjeto); denota,
R, D v o r ÁK, Confucius und seine Leitre. pues, un devenir uno (llam ado
í 895; D e G r o o t , The religious system s / intencional, en oposición al real
o f China, A m sterd am 1905, 6 v o ls.; ser uno) con el objeto. Las cuestio­
R. W il h e l m , Kung-Tse und der Kon- nes m ás im portantes de la m etafí­
fuzianlsm us, 1930; A . F o r k e , Geschichte sica del conocimiento (problem a de
der alien, m ittelalterlichen, neueren chi- la esencia del conocer y de su en-
nesischen Philosophie, 1927, 1934, 1938; raizam iento en el ser tanto del cog­
[P. M a ssO N -O ü R S el, L a filosofía en Orien­
noscente com o de lo conocido), de
te, en : F . B r é k ie r , H istoria de la filoso­
fía i, *1944; F u n g -Y u -L a n , A H istory la psicología del conocimiento (pro­
o f Chinesse Philosophy, 1937; A Short blem a de las leyes que rigen la
S to ry o f Chínese Philosophy, 1948; M . producción del conocimiento) y de
G r a n e t , L a p e n tfe chinoise, 1934.] la teoría del conocim iento o / gno-
seología (problem a del valor obje­
Conocimiento. El conocimiento tivo del conocimiento), giran en
es un dato prim itivo de la realidad torno a la unidad y a la vez oposi­
y com o tal, indefinible. O riginaria­ ción, llena de misterio, de la
m ente significa el hecho maravilloso inm anencia del acto y de la tras­
de que un ente, el / espíritu, no cendencia de su orientación inten­
sólo existe entre otros entes, sino cional que apunta al objeto.
que, p o r así decirlo, es transparente D e conform idad con su esencia,
p ara sí mismo, «consciente de sí todo conocim iento (tanto respecto
mismo», está «dentro de si», y a la a su ser-acto com o a su carácter
vez se dilata y rebasa su propio intencional de representación) tie­
ám bito, reflejando en sí lo «otro», ne prim eram ente sus raíces en el
lo que no es él, y «deviniendo, en ser, desligado de la m ateria, del
cierta m anera, todas las cosas», sujeto cognoscente. Sólo entes con
com o dice Aristóteles. C on frecuen­ algún grado de inm aterialidad son
cia se usa la palabra conocimiento capaces de aprehender objetos de
(y tam bién la latina cognitio) en conocim iento y form ar en sí u na
sentido ( 1) muy am plio, para de­ a m odo de reproducción imaginal
signar cualquier acto vital en el que de los mismos sin perder p o r ello
su form a natural. C uanto más des­ citiva. Sólo en unión con el deter­
ligado de la m ateria sea el sujeto, m inante cognicional la facultad
lanto m ás perfecto será su conocer. cognoscitiva constituye el principio
K1 acto de conocim iento sensitivo suficientemente determ inado capaz
(esencialmente vinculado al acon­ de originar el acto de conocer. El
tecer m aterial, co-realizado direc­ acto cognoscitivo propiam ente tal,
tam ente por lo m aterial) aprehende producido p o r la facultad (previa­
únicamente la fachada, la m anera m ente determ inada p o r el objeto)
sensorial de representarse las cosas es inm anente en ésta, engendrado
materiales. El espíritu finito y crea­ por su fuerza propia y confiere a la
do del hom bre avanza a través de misma perfección ontológica e in­
este m odo de presentación hasta tencional. E n dicho acto el sujeto
el núcleo esencial, plantea las cues­ engendra en sí una semejanza del
tiones relativas a la esencia, exis­ objeto, la llam ada imagen cognos­
tencia y sentido y expone las res­ citiva (species expressa; en el en­
puestas a ellas en form a intelec­ tendim iento: verbum mentís [teoría
tual. E n cambio, no puede hablar de la im agen]), que, p o r supuesto,
de lo Infinito sino com o análogo no debe confundirse con u n a rígida
( / Analogía), por las relaciones de imagencilla. E l sujeto, descansando
lo finito a lo Infinito, ni, a causa en esta imagen, m ediante el acto
de la unión de alm a y cuerpo, cognoscitivo, abrazándola, conoce
concibe tam poco lo finito espiritual el objeto en la m edida y m odo que
sino sobre la base del dato experi­ éste brilla en ella. (D e m anera pa­
m ental em pírico, generalm ente de recida a com o, sin saber que se
orden sensorial. / Concepto (F or­ tra ta de una m era reflexión, en la
mación del). Se discute si es posi­ imagen reflejada p o r un espejo se
ble, y ello hasta qué punto, que, conoce con impresión de inmedia­
l>or sus propias fuerzas naturales, tez el objeto reflejado.) En esta con­
el espíritu hum ano, aun estando cepción del conocer, que establece
unido al cuerpo, se desligue excep- un medio, no se da en m odo alguno
'cionalm ente de su estrecha vincu­ el peligro de un subjetivismo gno-
lación a las imágenes sensibles y al­ seológico ( / Realismo). ~ E l todo
cance ufia intuición de lo espiritual del conocim iento específicamente
(no divino). E l Espíritu absoluto, hum ano es u n todo «configurado»
Dios, abarca desde sí mismo la que se desdobla en varias funcio­
profusión de todo lo cognoscible en nes parciales esencialmente distin­
su único, simple, substancial y ne­ tas. U na parte de éstas pertenece al
cesario acto de conocer. dominio del conocimiento sensorial
E n la producción del conocimien­ ( / Conocim iento sensorial), for­
to hum ano actúan las leyes de 7 p o ­ m ando la otra actos intelectuales
tencia y / a c t o , de m anera que ( / Entendim iento y / Pensar), ya
objeto y sujeto deben colaborar simplemente aprehensivos («intuiti­
para llevarlo a cabo. L a facultad vos» en sentido lato), ya progresivos
cognoscitiva del sujeto, de sí inde­ con peculiar actividad consciente
term inada, necesita una asimilación («discursivos»). — P o r lo general,
al objeto. É sta se verifica m ediante se habla con razón del conocimien­
una determ inación (species impres- to sólo com o de u na vivencia
sa, determ inante cognicional) con­ «consciente», pues es difícil conce­
dicionada por el objeto y recibida bir cóm o debe uno «darse cuenta»
vitalmente en la facultad cognos­ de un ente, sin que éste se in tro -
duzca en su conciencia. Ello no bién las potencias cognoscitivas a
excluye, de ninguna m anera, una ellos correspondientes, porque el
m ultitud de procesos inconscientes saber acerca de la verdad sólo es
(el / inconsciente) que preparan el posible por la reflexión sobre el
conocim iento consciente y, sin con­ mismo conocer ( / Gnoseología).
ciencia de recuerdo, pueden condu­ E n sentido derivado (2), constituye
cir a «reacciones inteligentes». (So­ igualmente fuente de conocimiento
bre los problem as de las llam adas todo aquello en que se dan o son
«percepciones extra-sensoriales» y accesibles, antes del juicio conclu­
del «conocimiento extrarracional» yente, los objetos y el sujeto que
del espíritu, /O c u ltis m o / M ísti­ conoce. Según eso, distínguense
ca, / Irracional, / Intuición). — fuentes externas de conocimiento,
W il l w o l l . com o el testim onio ajeno ( / Cer­
teza histórica), y fuentes internas.
a ) S a n t o T o m As d e A q u i n o , Sum m a
A éstas pertenecen la / experiencia
theologica i q. 14, 54-58, 79, 84-89;
Quaestiones disputatae de anima; h) J.
interna o externa y el / pensar
d e V r ie s , D enken und Sein, 1937, donde
en su triple actividad: form ación
se en co n trará am p lia bib liografía [trad. del concepto ( / Concepto [For­
esp .: Pensar y ser, *1953]; D. F e u l i n g , m ación del], /A n á lis is , / S í n t e ­
Das L eben der Seele, 21940, c. 6-10; J. sis), / j u i c i o (intelección inm edia­
M a r é c h a l , L e p o in t de départ de la ta) y /r a c io c in io ( /D e d u c c ió n ,
métaphysique v, 1926; K . R a h n e r , Geist /In d u c c ió n ). — Las fuentes del
in Welt, 1939; A . M a g f r , M y stik ais conocimiento se denom inan tam ­
seelische W irkltchkeit, 1946; [J. M a b i t a in ,
bién medios (para alcanzar el fin
R éflexions sur l ’intelligence el sur sa
vie propre, 51930; A . d e C o n n i n k , del conocer) y criterios del conoci­
L ’unité de -la connr¡¡sxntce h u m a in e m iento (encaminados a discernir los
e t le fo n d em en t de sa valeur, L ovaina verdaderos conocim ientos de los fal­
1947; B. P é r e z A r ó o s , Fenomenología sos). — S a n t e l e r .
del conocimiento, en «Pensam iento» 9
L o t z - d e V r ie s , D ie W elt des M ens­
(1953) pp. 455-479; E. J a c Qu p s , Intro-
ríuction au problém e de ¡a connaissance, chen, *1951, p p. 43-102 [trad. e sp .; E l
mundo del hombre, 1954]; J. d e V r ie s ,
L ovaina 1953; F . G r íg o ir e , L 'aspect
rationel dans l'idéal de la connaissance D enken und Sein, 1937 [trad. esp.: Pen­
sar y ser, *1953],
humaine, en « R e v u e ph ilosophique de
L ouvain» 53 (1955) pp. 197-224.1 e)
A . W i l l w o l l , Seele und Geist, 1939, Conocimiento sensorial, desde el
p 38 ss [trad. esp .; A lm a y espíritu, p unto de vista óntico, es todo / co­
1946], nocim iento en cuya efectuación in­
tervienen directam ente órganos cor­
Conocimiento (Fuente del). R e­ porales (órganos de los sentidos
cibe el nom bre de fuente del cono­ externos, cerebro); definido desde
cim iento aquello de donde puede el objeto, es la aprehensión de m e­
extraerse el conocimiento verdadero ros /fe n ó m e n o s en oposición al
y cierto, ta l com o se com pleta en ser y esencia de las cosas; en reali­
el / juicio. Se distingue de la m era dad, am bas definiciones coinciden,
condición del mismo, v.gr., del es­ porque el conocim iento vinculado
tado de vigilia. Respecto a la a lo orgánico perm anece siem pre
/v e r d a d , son fuentes del conoci­ relativo e, inversam ente, el cono­
miento en sentido originario ( 1) los cimiento no orgánico, intelectual,
objetos mismos (fuentes objetivas); se refiere necesariam ente al ente en
respecto a la / certeza, lo son tam ­ cuanto tal. Objeto del conocim iento
sensorial son ante todo l a s / cualida­ en su ser-en-sí, sino como una
des sensoriales (colores, sonidos, et­ imagen que deviene consciente, en
cétera) propios de cada sentido (las la cual se reflejan circunstancias
denom inadas secundarias), pero en del / m undo exterior conform e a
su ordenación espacio-tem poral (las la peculiaridad de los sentidos.
«cualidades sensibles prim arias»: P ara la cuestión gnoseológica de
tam año, form a, m ovim iento, etc.). hasta qué punto en este hecho
Hay que distinguir un conoci­ tiene lugar tina representación fiel
miento sensorial externo y otro in­ a la realidad ( / Realismo).
terno, según sea producido por un Los sentidos internos no pro d u ­
excitante que afecte a los órganos cen sólo m eras / representaciones
exteriores (ojos, oídos, etc.) o sus­ (en oposición a las / sensaciones
citado por causas psíquicas o ex­ causadas p o r Jos estímulos exter­
citaciones del órgano central (ce­ nos y a las / percepciones), ya
rebro) sin influjo actual sobre aqué­ sean imágenes de la m em oria o
llos. E n el conocimiento sensorial representaciones de la fantasía li­
exterior los órganos de los senti­ brem ente form adas, sino que tie­
dos recogen sólo un núm ero muy nen tam bién su insustituible im ­
limitado de influencias de entre portancia para la form ación de las
las innum erables que continuam en­ imágenes de la percepción. L a es­
te llegan en tropel desde el m undo colástica clásica, siguiendo a Aris­
corpóreo; la excitación conducida tóteles, distingue cuatro o cinco
;i los centros cerebrales a través sentidos internos: el sentido común
de los nervios, lleva a la determ i­ (sensus communis), la / fantasía,
nación de la potencia sensitiva y, la / memoria, la estimativa ( vis
m ediante la producción de una im a­ aestimativa) y, además, en el hom ­
gen sensorial, a la consumación bre, la «vis cogitativa» (traducible
del conocim iento mismo (a las sen­ quizá po r fuerza configuradora). El
saciones de luz, sonido, presión, sentido com ún, raíz com ún de los
tem peratura, gusto, olfato y dolor, sentidos externos, reúne los datos
a la percepción de la posición es- de éstos en el espacio intuitivo
' pacial y del movim iento del propio único, localizando, v.gr., los so­
cuerpo por el sentido estático y ci- nidos oídos en un determ inado lu­
nestésitfo, a las sensaciones orgá­ gar del espacio visual. L a fantasía
nicas difusas, com o ham bre, sed, y la m em oria com pletan, en virtud
fatiga). C ada aparato sensorial es­ de impresiones anteriorm ente reci­
tá sintonizado de tal m anera con bidas, la visión fragm entaria de
los excitantes especialmente orde­ las cosas dada en el m om ento
nados (adecuados) a él, que cuan­ (v.gr., añaden en cierto m odo la
do excitantes inadecuados (v.gr., representación del dorso ahora invi­
la presión sobre el ojo) provocan sible) y estructuran dentro de lo
una sensación en general, sólo pue­ sensorialm ente dado el orden del
den responder con imágenes sen­ tiem po. L a estim ativa pone en re­
sitivas de su propia clase (v.gr., lación lo dado com o útil o nocivo
sensación de luz) (cualidades sen­ con la vida total del ser sensitivo;,
soriales específicas). N o debe con­ esta ordenación tiene lugar, sobre
cebirse la imagen sensitiva misma todo, por los sentimientos de pla­
como representación inconsciente cer y disgusto ( / Instinto). E n el
de las propiedades de las cosas hom bre, la estimativa es elevada
que se m uestran inm ediatam ente a «cogitativa» o «fuerza configura-
dora» po r una influencia oculta del 3-4; h) ] . F r o b e s , Lehrbuch der experi-
entendim iento; dicha fuerza reúne m entellen Psychologie, 31929 [trad. esp .:
(«coagitat»; de ahí el nom bre de Tratado de psicología empírica y experi­
mental, *1944] ; E. J a e n s c h , Über den
cogitativa) las impresiones en for­
A u fb a u der W ah'nehm ungsw elt, 1928-
mas concretas que se destacan del 1931; J. S rnw E RTSCH LA O ER , D ie Seele,
m undo circundante, las cuales, co­ 1924; J. B. L o t z , Einzelding und Allge-
m o imagen sensible correspondien­ m einbegriff, en «Scholastik» 14 (1939)
te al concepto de u n a cosa corpó­ p. 321 ss; C . F a b r o , L a fenom enología
rea (v.gr., de la mesa), son punto delta percezione. M ilán 1941; J. G r e d t ,
de arranque inm ediato para la D e cognitione sensuum externorum , R o ­
actividad del entendim iento. — El m a *1924; [P. G a r c ía A sfnsio, Huellas
«sensus intimus», adm itido por es­ del espíritu en «m i» sensación «humana»,
en «P ensam iento» 9 (1953) pp. 177-197];
colásticos recientes, m ediante el d) G . P ic a r d , Es sai sur la connaissance
cual han de percibirse los actos sensible d'aprés les scolastiques, en «A rchi­
sensitivos de conocimiento y ten­ ves de Philosophie» 4 (1926) 1; F . L f.ist,
dencia y en ellos el mismo sujeto Die sensus interiores bei Thomas von
de m anera concreta, podría con­ Aquin, 1940; E. J. R y a n , The P o li o f
cebirse m ejor com o la caracterís­ the «Sensus communis» in the Psychologv
tica de ser conscientes, p ropia tam ­ o f S t. Thomas Aquinas, C a rth ag en a (O hio)
bién de todos los actos sensitivos 1951; H . A . W o l e s o n , The internal
senses in la tín , Arabic a n d Hebrew Phi-
{ / Conciencia). — Si, además del
losophic T exts, C am bridge 1935; G . P.
conocimiento logrado por los sen­ Kj-U h e r t a n z , The, Discursive Power, St.
tidos conocidos, hay una llam ada L ouis, 1952.
«percepción extrasensorial», es
cuestión que ha de plantearse en Contingencia. E n lógica, el tér­
otro lugar { / Ocultismo). m ino contingencia designa una de
El significado del conocimiento las 7 m odalidades del juicio (con­
sensorial dentro de la vida animal tingencia lógica). En sentido am ­
se agota en que incita a m odos de plio, contingencia significa, adem ás,
obrar esenciales p ara la vida. En la m odalidad contradictoriam ente
el hom bre, en cam bio, el conoci­ opuesta a / necesidad, es decir,
m iento sensorial com o instrum ento la posibilidad de n o ser, de no
de la inteligencia, alcanza su m a­ existir de un / objeto; en esta
y o r relieve porque, prim eram ente, acepción, lo contingente abraza tam ­
proporciona la m ayor parte de bién lo im posible; lo q ue no puede
m aterial para la form ación de los ser en m odo alguno, con m ayor
conceptos intelectuales y porque, razón es posible que no sea. Pero
en segundo lugar, aun el pensa­ la p alab ia contingencia se usa de
m iento más abstracto debe con­ ordinario en un sentido restringido;
servar siempre por naturaleza la en tal caso, lo contingente excluye
relación con imágenes sensibles. P or no solam ente lo necesario sino
eso es de la m ayor im portancia tam bién lo imposible, designando,
para la form ación de la inteli­ p o r lo tanto, una esfera interm edia,
gencia el prestar atención al co­ es decir, todo aquello que puede
nocim iento sensorial y un sano ser o no ser; así, v.gr., el objeto
cultivo del mismo. — D e V r ie s . correspondiente al juicio «la puerta
a) A ris tó te le s , D e A nim a h c . 5 -8 , m ;
está cerrada» es contingente.
S a n to T om ás de Comentarios
A q u in o , L a contingencia lógica de los
a « De A nim a» de A ristóteles n le e . 10, juicios es, según lo dicho, expre­
u i lee. 6 , S u m m a tkeologíca í q . 7 8 a . sión de la contingencia óntica del
objeto m ism o; y ésta, po r su parte, tradicción, es considerado con ra­
descansa, en últim a instancia, en zón por la escolástica clásica como
la contingencia metafísica del / ser el principio prim ero ( / Principios
de todo lo intram undano. E n este del conocim iento), es decir, com o
sentido, es contingente todo ente aquel principio universal cuya inte­
al cual la existencia no es esencial­ lección tiene p ara todo nuestro pen­
m ente necesaria. Tam poco los pro ­ sar la más- fundam ental im portan­
cesos físicam ente necesarios (en cia. C on m enor fortuna, algunos
virtud de las / leyes naturales) filósofos m odernos pretendieron co­
poseen ya por ello necesidad esen­ locar en prim er lugar el llam ado
cial, sino que perm anecen m etafí- principio de identidad y no el de
sicamente contingentes. Por supues­ contradicción. Si tal principio no
to que esta contingencia no consti­ ha de ser u n a m era tautología («lo
tuye un hecho perceptible de m odo que es, es»; A = A ) o un a form a
inm ediato, antes bien necesita de­ del principio de contradicción, su
m ostración. Puesto que, según el sentido queda indeterm inado y no
principio metafisico de causalidad todos lo explican de la misma m a­
( / Causalidad [Principio de]), todo nera. Aristóteles form uló el princi­
ente contingente es causado, la pio de contradicción: «Es imposible
prueba de la contingencia del uni­ que lo m ismo (el mismo determ i­
verso es la fase decisiva en toda nante) convenga y no convenga al
dem ostración «causal» de la exis­ mismo ente sim ultáneam ente y en
tencia de D ios ( / D ios [D em os­ el mismo respecto» (M etaf. 4, 3;
tración de]), es decir, en toda dem os­ 1005 b 19 s). Este principio des­
tración en que se concluye la exis­ cansa en el concepto de / ser y en
tencia de D ios com o A utor, o sea. la incondicionada incom patibilidad
C reador del ente em píricam ente da­ del ser con el no ser; del ente (es
do. Sin em bargo, la contingencia decir, de algo que posee el ser)
de todo ente intram undano no de­ dice que en cuanto ( = en el tiempo
nota una m era dependencia respec­ y aspecto en que) es no puede no
to a D ios en el prim er com ienzo del ser. — D e lo dicho se infiere que
ser, sino que, tan p ronto com o se el principio de contradicción enun­
ha pensado hasta el fondo la noción cia ante to d o algo del ente m ism o;
de contingencia, aparece claro que pertenece, pues, en prim er térm ino,
todo contingente sólo puede existir a la ontología, no a la lógica. El
m ientras y en cuanto es continua­ principio lógico de contradicción
m ente sostenido por la acción con­ se funda en el ontológico. Expresa
servadora de Dios. — D e V r i e s . que dos proposiciones m utuam ente
contradictorias no pueden ser ver­
d) A. B e c k e r - F r e y s e n g . Die Vor-
daderas; que, p o r lo tanto, nunca
geschichte des phílosophischen Terminas
«corttingens», 1 9 3 8 ; C. F a b r O , Intorno
puede afirmarse y negarse lo mis­
alia nozione «tom ista» di contingem a, mo. El m antenim iento de este
en «R ivista di filosofía, neoscolasíica» axiom a es la prim era condición de
30 (1938) pp. 132-149; /P o s ib ilid a d , / todo pensar ordenado. — D e V r ie s .
C au salid ad (Principio de), / D i o s (D e­
m o stració n de). a) A r i s t ó t e l e s , M etafísica i v , c . 3 - 8 ;
b) L. F u e t s c h e r , D ie ersten Seirts• und
D enkprinzipien, 1 9 3 0 ; G . M a n s e r , D as
Contradicción (Principio de). El W esen des Thom ism us, F rib u rg o (Suiza)
principio de contradicción, o m ás 3¡ 9 4 9 [trad. esp .: La esencia del tomismo,
exactam ente, el principio de no con­ 1 9 4 7 ] ; [ J . I t i j r r i o z , La fórm ula del prin-
cipio de contradicción, en «P ensam iento» 1940; K . R a h n e r , G eist in W elt, 1939;
8 (1947) p p . 275-308]. J. L o tz í Einzelding und Allgemeinbe-
g riff, e n «Scholastik» 14 (1939) p p . 321­
Cosa. El térm ino alemán corres­ 345; c) 8 . N o l i , Kants und Fichtes Frage
nach dem Ding, 1936; W. S t e r n , Person
pondiente «D ing» guarda cone­
und Sache, 1923-1924; A. G r o t e , D ie
xión con «denken»; pensar, y sig­ W elt der D inge, 1948.
nifica, p o r tanto, «lo pensado». Su
versión latina «res» tiene la raíz co­ Cosa en sí. L a expresión «cosa
mún con el verbo «reor», expre­ en sí» (Ding-an-sich) fué puesta en
sando «lo que se piensa o cree». circulación po r Kant; significa la
D e hecho, cabe distinguir en e] cosa, el ente, tal com o existe inde­
significado del térm ino cosa tres pendientem ente de nuestro cono­
etapas. Prim eram ente designa el ser cim iento; el ente real, por lo tanto,
individual concreto, espacio-tempo­ en oposición al / fenóm eno que
ral que nos sale al encuentro en la no existe «en sí», sino sólo «para
experiencia sensible; así hablam os, nosotros». K an t llam a tam bién a la
por ejemplo, del «m undo de las cosa en sí voéfievov, oponiéndolo
cosas». Indudablem ente, el hom bre a l fenóm eno, es decir, objeto del
puede ser tam bién denom inado entendim iento opuesto al objeto de
cosa; no obstante, solemos contra­ los sentidos, porque únicam ente
ponerlo a las cosas, porque lo con­ puede ser dado en u n a intuición
sideram os persona espiritual, no intelectual, no en una intuición sen­
m eram ente una de aquéllas. En sible. Según K ant, es posible pensar
sentido m ás am plio, cosa denota la cosa en sí de m an era indeter­
e! / o b j e t o acerca del cual habla­ m inada; pero no «conocerla», es
mos o pensamos, form ulam os pro ­ decir, determ inar su esencia. Por
posiciones o em itim os juicios; com ­ eso, en oposición al /r e a lis m o , el
prende entonces lo abstracto (el /c ritic is m o kan tian o es / fenome­
núm ero, la justicia) y lo suprasen­ nalismo. — D e V r ie s .
sible (Dios). E n este plano es donde ti) M . W u n d t , K ant ais M etaphysiker,
surge la cuestión gnoseológica: ¿es 1924; E. A d ic k e s , Kants L ehre ron der
accesible para nosotros la / c o s a doppelten A ffek tio n unseres Ich ais Sch-
en sí? En la m ás profunda acepción liissel zu seiner E rkenntnistheorie, 1929;
metafísica, «res» (cosa) pertenece [F . B a t t a g l i a , Im cosa in se, e n « A n n .
a los determ inantes fundam enta­ d. R . U niv. d i CagUari», 1927-28].
les del ser (/T ra sce n d en tale s) y,
po r lo mismo, de todo ente en ge­ Creación (1) significa, prim era­
neral. U nido lo m ás íntim am ente m ente, lo creado ( / M undo), y en
posible con el de «ente», el con­ segundo lugar (2) el crear, es decir,
cepto de «cosa» tiene como conte­ la libre producción de un a cosa
nido la esencia estática, el «ser tal» según su ser entero. Creación (2)
del ente, m ientras que el concepto en este sentido (teísta) es creación
de «ente» destaca la existencia di­ de la nada. Lo cual n o significa
námica. — L o t z . que la nada haya tenido que pre­
ceder tem poralm ente a lo creado
a) S a n t o T o m á s d e A q u i n o , Quaes­
tiones disputatae de veritate, q. 1 a. 1;
ni tam poco que la n ad a sea una
M . H e id e g g e r , Das D ing («G estalt und especie de m ateria de la cual h a­
G ed an k e. Ja h rb u c h d í í bayerischen A fca- bría sido producido, ni quiere decir
dem ie d er schOnen K ünste», 128-148) tam poco que ninguna causa efi­
1951; b) M . M ü l l e r , Sein und Geist, ciente ha intervenido en la p ro ­
ducción, sino únicam ente que lo do, porque la creación es p roduc­
creado no ha sido producido de ción de la nada, y la causa instru­
ninguna m ateria preexistente. Toda m ental o p rep ara algo ya existente
producción distinta de la creación p ara la acción de la causa principal,
es una actividad sobre algo que o transm ite a lo existente la acción
ya existe y ella ha cam biado. Pero de la misma. — Síguese de ahí que
la creación tiene lugar sin verda­ un dem iurgo ( = un formctdor del
dero /"cam bio. P o r eso no es un universo dependiente de D ios) entra
proceso tem poral, aunque con ella en consideración a lo sumo com o
puede com enzar un tiempo. C on­ ordenador del m undo, no corno
siderada com o actividad de D ios, creador del mismo. Con todo, no
es su acto interno de voluntad, que tenem os m otivo alguno p ara adm i­
no se distingue de su esencia y cuyo tir tal ordenador universal dis­
poder hacia el exterior tiene com o tinto de Dios.
efecto el m undo, pero de tal m a­ Conservación del mundo: D e la
nera, que sin m utación interna po­ esencial dependencia de la criatura
dría tam bién no tenerlo. en el prim er m om ento de su exis­
Por creación (3) en sentido neu­ tencia con respecto a la eficacia
tral, ni teísta ni panteísta, se en­ om nipotente de D ios, resulta nece­
tiende el origen del m undo depen­ sariam ente su dependencia igual c
diente del /A b s o lu to , sin indicar inm ediata tam bién p ara la conti­
con m ayor detalle la clase de de­ nuación en el ser, puesto que ésta
pendencia. En el /p a n te ís m o , el no modifica en m odo alguno Ja
vocablo creación denota o un des­ esencia de las cosas. La aniquilación
pliegue del A bsoluto en form as del universo consistiría, pues, en
finitas (despliegue parecido de al­ la m era cesación del influjo conser­
guna m anera a él), conservando la vador de la existencia; un a activi­
identidad substancial con dicho dad no podría aniquilar el m undo,
A bsoluto (4), o una auténtica, pero porque la n ad a no puede ser tér­
necesaria producción del ser del m ino de una actuación. E l que D ios
universo (5). P or esta necesidad no pueda tener m otivo alguno para
D ios y el m undo son opuestos p o ­ la aniquilación to ta l del mundo,
lares que se exigen m utuam ente. guarda relación con la necesaria
Ambas concepciones destruyen la ordenación de éste ( / M undo) al
verdadera infinitud ( / Infinito) y ser espiritual y con la / inm ortali­
/tra s c e n d e n c ia de Dios. dad de dicho ser.
Que D ios ha producido el m undo Cabe considerar el fin de la crea­
por creación ( 2), resulta de la ción desde la criatura o desde el
/c o n tin g e n c ia de éste. E l crear C reador. El m undo o creación (1)
com pete sólo a D ios, C ausa Pri­ tiene su fin en D ios en cuanto
mera, porque procede del poder que se manifiesta en él de m anera
sobre el ser, no del poder sobre tal finita su infinita plenitud ontoló-
o cual ser. El ente creado no puede gica ( = glorificación de Dios).
intervenir en la creación de una Puesto que esta m anifestación ca­
cosa ni com o causa principal coor­ recería de sentido sin un espíritu
dinada ni com o / causa instrum en­ finito que la percibiera, u n a crea­
tal subordinada. N o lo prim ero, ción sin seres racionales creados
porque la creación se refiere esen­ parece imposible. Los seres irra­
cialm ente al ser entero de lo que cionales están, pues (en su to ta­
ha de crearse; y tam poco lo segun­ lidad), ordenados a D ios sólo por
m edio de los racionales; los racio­ ligiósen Gegenwarlsfragen, 1936, p. 573 ss;
nales, inm ediatam ente. — D ebido L o t z - d e V r ie s , Die W elt des M enschen,
a su perfección infinita, D ios no 21951, p. 291 ss [trad. esp.: El mundo del
hom bre, 1954].
puede querer alcanzar con la crea­
ción (2) un bien para sí. Objetivo Cristiana (Filosofía). El proble­
de la creación es la infinita perfec­ m a de la filosofía cristiana se plantea
ción ya existente de D ios en cuanto porque, p o r un lado, /f ilo s o fía ,
que quiere com unicarla por medio en oposición a / teología, denota
de la im itación finita. Este objetivo un saber fundado en argum entos
confiere, ciertam ente, plenitud de racionales hum anos, no en la
sentido a la voluntad creadora divi­ /re v e la c ió n divina; y, p o r otro,
na, pero no la hace necesaria. Refi­ determ inadas form as históricas del
riéndose a D ios no cabe hablar de pensam iento a las que sin vacilar
m otivo en acepción propia, pues suele denom inarse «filosofía»,
D ios crea el m undo permaneciendo com o la filosofía /p a tr ís tic a y la
inmóvil en su Ser ( / Inmutabilidad). / escolástica medieval y postm e-
En sentido m etafórico se da el dieval, no se com prenden sin adm i­
nom bre de creación (6) a toda pro­ tir en ellas una profunda influencia
ducción en la cual aparece algo de la fe cristiana. A lgunos pensa­
nuevo que aparentem ente no es dores católicos (Mandonnet, M a n ­
deducible por entero de los elemen­ ser) intentan evitar la dificultad ne­
tos reunidos. En esta acepción gando a la «filosofía» de los Padres
debe caracterizarse com o creadora de la Iglesia y a la escolástica pri­
la actividad peculiar de la vida in­ m itiva el carácter de saber filosófico
telectual. — N a u m a n n . en sentido propio y considerando
el /a risto te lism o escolástico como
a) S a n t o T o m á s d e A q u t n o , Sum m a una filosofía de naturaleza p ura­
fheologica i, q. 44-46; Sum m a contra m ente racional, independiente de la
Gentiles H, c. 6-10, 15-27; sobre el fin
revelación; la noción «filosofía cris­
de la cre a c ió n ; Sum m a contra Gentiles 111,
c. 16-24; S u á r e z , D isputationes meta-
tiana», según ellos, incluiría en rea­
phystcae, d. 20-21; b ) E sse r -M a u s b a c h , lidad una contradicción interna. Sin
Religión, Christentum , Kirche i, 1911, em bargo, esta concepción no podría
pp. 275-302; L e h m e n -B e c k , Theodizee, hacer plena justicia a la realidad
* y * 1923, p p . 196-216; J. S t u f l e r , D ie histórica. O tros se inclinan a aban­
Lehre des heiligen Thom as von Aquin donar la noción usual de filosofía
über den Endzw eck des Schópfers und der por dem asiado racionalista y a es­
Schdpfung, en «Z eitschrift für katholi- tablecer un «filosofar en la fe»
schen T heologie» 41 (1917) pp. 656-700;
I . S a n t e l e r , Z u r L ehre von der SchSp-
como única form a posible de filo­
fu n g , en «Z eitschrift fü r katholischen sofar para el cristiano. Este m odo
T heologie» 69 (1947) pp. 209-227; de pensar parece moverse en los
A . D . S e r t il l a n g e s , L 'idée de création aledaños del tradicionalism o. M a-
et ses retentissem ents en philosophie, 1945; ritaiii exige, al menos para la filo­
[A . G r é g o ir e , Im m anence et transcendan- sofía mora!, p artir de principios
ce, P arís 1939; A . G o n z á l e z A l v a r e z , tom ados de la revelación.
Teología natural, 1949; G . M a n s e r , L a P ara resolver el problem a hay
esencia del tom ism o (trad . esp.), 1947;
que distinguir entre el concepto
R . P u i g r e f a q u t , L a ciencia moderna
y el problem a de la creación, en «P ensa­ general de filosofía y las formas
m ien to » 10 (1954) p p . 35-51, 169-188;] históricas concretas de su realiza­
c) J. B a u e r , K ausalltat und Schdpfung, ción; el concepto de filosofía en
1947; e) C . G r ó b e r , H andbuch der re- cuanto tal nada dice con respecto
al predicado «cristiano»; la cues­ tienne, 1930; J. d e V r i e s , Christliche
tión afecta, pues, sólo a determ i­ Philosophie, en «S cholastik» 12 (1937)
nadas form as de la filosofía apare­ p p . 1-16; A cta secm tdi Congressus Tho-
m ist’ci, T urfn 1937; H . M e y e r , Christ­
cidas en el curso de la historia,
liche Philosophie?, en « M ünchener T h eo -
como la patrística y la escolástica. lopische Z eitschrift» 2 (1951) pp. 390 ss;
E n ellas hay que trazar una ulterior [ O . N . N i c o l á s D f r i s i , Concepto de filo ­
distinción entre la fundam entación sofía cristiana, 21943; J. 1RIA r;T E , L a con­
lógica (dem ostración) de sus con­ troversia sobre la noción de filosofía
tenidos doctrinales y la influencia, cristiana, en «P ensam iento» 1 (1945)
el estímulo y el fom ento psicoló­ pp. 7-21; É . G ils o n , N o tes bibliogra-
gicos que el pensam iento recibe de phiques pour servir a l'histoire de ¡a no-
tion de philosophie chrétienne, en L ’E sprit
todo cuanto actúa sobre el alm a
d e la philosophie m idiévale, 2 .a serie,
del filósofo. P ara que pueda ha­ 1932, p p. 279-290; R . J o l iv e t , L a pililo-
blarse de filosofía (no de teología) sopkie chrétienne et la pensée contem po-
se requiere que la fundam entación ralne. P arís 1932; A.-D. S e r t i l l a n g e s ,
lógica descanse únicam ente en pro ­ L e christianism e e t les philosophies, 2 vols.
posiciones y objetos accesibles a la 1941]; G . M a n s e r , Gibt es cine chris-
razón natura!; si se partiera de liche Philosophie?, en «D ivus T hom as»
proposiciones de fe en cuanto tales (F rib u rg o ) 1936, pp. 87-122; M . B l o n ­
d e l , L e problém e de ¡a philosophie catho-
no cabría hablar de filosofía. Pero
liqite, P arís, 1932; [del m ism o : L a philo­
ello no excluye el que la fe cristiana sophie et l'esprit chrétien 1, 1944, I I 1946.]
ayude psicológicamente de diver­
sas m aneras, v.gr., estim ulando el Criticismo, en oposición al / dog­
planteam iento de nuevas cuestio- m atism o, que presupone sin exa­
tiones, insinuando nuevos intentos m en la validez de nuestro conoci­
de solución, facilitando la com pren­ m iento, especialm ente del metafí-
sión de verdades suprasensibles al sico, y al /e sce p tic ism o , p ara el
favorecer la form ación de concep­ que la últim a p alab ra radica en
tos «análogos». Es indudable que la duda universal, es, tom ado
la fe ha influido tam bién de esta en general ( 1), aquella actitud de
m anera en la filosofía escolástica. la m ente que hace depender el
E n este sentido la denom inación destino de la filosofía especulati­
de «filosofía cristiana» queda jus­ va, sobre to d o de la metafísica, de
tificada. *De lo dicho se infiere que una previa investigación acerca
no puede negarse a una doctrina de la capacidad y límites de nues­
el auténtico carácter filosófico p o r el tro conocim iento. En la m ayoría
m ero hecho de encontrarse sola­ de los casos, el térm ino «criticis­
m ente en pensadores cristianos y m o» (como a m enudo los nom ­
haber perm anecido oculta incluso bres term inados en «ismo») tiene
para los m ayores filósofos ajenos un sentido accesorio censurable,
al cristianismo. Piénsese, p o r ejem­ denota u n exceso de crítica, una
plo, en la doctrina de la / creación. unilateral acentuación de la actitud
— D e V r ie s . crítica. E n acepción (2) estricta,
histórica, la palabra criticismo de­
a ) S a n B u e n a v e n t u r a , De reductione signa la filosofía, particularm ente
artium in theologiam; S a n t o T o m á s d e
A q u i n o , S u m m a contra Gentiles 1. 1, c. 4;
la gnoseología, de Kant. Puesto
L eó n x i i i , Encíclica «A eterni Patris» ; que m uchos de sus conceptos fun­
b ) L a p h i l o s o p h i e c h r é t i e n n e (Jo u m é e dam entales han pasado al léxico
d ’étu d es d e la Société thom iste), 1933; filosófico universal, y su sentido
J. M a r i t a i n , D e la philosophie chré­ no puede apenas com prenderse si
no es en conexión con el edificio la inteligencia divina en cuanto
doctrinal entero, damos a conti­ hace b ro tar de sí las cosas reales).
nuación una breve ojeada a las A nuestro entendim iento le perte­
partes m ás im portantes de su doc­ nece únicam ente la espontaneidad
trina y una interpretación de sus del pensar, o sea, el activo unir
ideas básicas en cuanto éstas no (la síntesis) lo m últiple dado en la
son objeto de estudio en otros lu­ intuición sensorial para construir
gares. la unidad de un / o b j e t o , lo cual
L a confusión existente en las se realiza poniendo lo m últiple bajo
doctrinas metafísicas hace que a un solo concepto. H a de haber,
Kant aparezca com o indispensable po r lo tanto, «conceptos puros»
una inquisición prelim inar acerca que estén basados en el entendi­
de si nuestra razón, en general, es miento independientem ente de toda
apta para el conocim iento metafi- experiencia ( / A priori) y sean el
sico. Al dar a este examen el nom ­ fundam ento primitivo de la nece­
bre de Critica de la razón pura, sidad y universalidad incondicio-
se indica ya con ello un im por­ nadas de los conocim ientos cientí­
tante supuesto que él hace ya ficos; estos conceptos son las / ca­
tácitam ente desde un principio: to­ tegorías. Pero tam bién la intuición
da metafísica, y en general todo sensible, caracterizada por su recep­
conocimiento de validez universal­ tividad (capacidad de recibir im­
m ente incondicionada, ha de fun­ presiones) en oposición a la intuición
darse en un «conocimiento puro», intelectual creadora y al pensamien­
en una «razón pura», es decir, en to, debe basarse en / form as de la
un conocim iento o razón indepen­ «intuición pura», puesto que, v.gr.,
diente de la experiencia (sensación). en la geom etría se conocen como
Todos los contenidos de concien­ incondicionadas relaciones espacia­
cia que se verifican m ediante una les intuitivas. Así surge para K ant
«afección», un «ser-afectado» de la tarca de poner al descubierto
los Sentidos, es decir, m ediante una de m anera concreta las form as a
impresión que los sentidos reciben priori de la intuición y del pensa­
de las / c o s a s en sí, son y perm a­ miento m ediante una investigación,
necen m eram ente sensibles, m era­ / trascendental de nuestras aptitu­
m ente «em píricos» y accidentales: des cognoscitivas.
la idea de que el entendim iento, La estética trascendental realiza
p o r una /a b s tr a c c ió n creadora, este propósito p o r lo que concierne
puede extraer de aquéllas un con­ a la sensibilidad, cuyas form as a
tenido intelectual, está lejos de priori resultan ser las intuiciones
K an t. ¿De dónde proceden, pues, de espacio y tiempo. La analítica
los conocimientos incondicionada- trascendental investiga el «entendi­
m ente necesarios, cual se encuen­ m iento» juzgador y deduce de las
tran en los juicios sintéticos a priori diversas clases de juicios los con­
( / Síntesis) de la m atem ática y, ceptos puros del entendimiento o ca­
com o K ant supone, tam bién de la tegorías. Com o que estos conceptos
ciencia natural «pura»? N o entra no son abstraídos de un objeto
en consideración como fuente de dado, la validez de los mismos no
los mismos u n a «intuición intelec­ se funda en la experiencia; su jus­
tual» pura, porque nuestro enten­ tificación ( «deducción») sólo puede
dim iento no es un «entendimiento ser trascendental, es decir, se les
intuitivo» (tal es p ara K an t sólo m uestra com o principios co nstitu-,
tivos del conocer; sin ellos no puede los resultados de la analítica tras­
haber «objeto» alguno de conoci­ cendental. L a dialéctica trascen­
m iento, o sea, ninguna unidad de dental, que viene a continuación
una m ultiplicidad sensorial univer­ investigando los conceptos de la
salmente válida, ningún juicio de razón o ideas conductoras del pen­
validez universal. Condición su­ sar razonador, discute explícita­
prem a de todo conocim iento obje­ m ente con la metafísica racio­
tivo es la apercepción trascendental nalista contem poránea intentando
o autoconciencia, a la cual es presentar com o ilusión trascendental
referido todo contenido de con­ sus argum entos racionales. Estas
ciencia y que, por ello, es la su­ ideas, deducidas (bastante artificio­
prem a condición de toda unidad sam ente) de los m odos de racioci­
objetiva. D e la deducción trascen­ nio, so n : la idea cosmológica, o idea
dental se infiere la lim itación de del m undo com o sum a de todos
nuestro conocim iento al m undo los fenóm enos; la idea psicológica,
de los sentidos que en cuanto tal o idea del yo com o unidad incon-
no existe en sí, sino únicam ente dicionada del sujeto pensante; y la
com o m undo de /fe n ó m e n o s , idea teológica, o idea de D ios com o
constituido por nuestra intuición condición incondicionada de todos
del espacio y del tiem po. Pues sin los objetos del pensar en general.
la m ateria sensible las categorías Teoréticam ente no se prueba que
son conceptos vacíos, por los que, a dichas ideas corresponda un ser
ciertam ente, podem os pensar de en sí; el intento de realizarlo con­
m anera enteram ente indeterm ina­ duce necesariam ente a / a n t i n o ­
da, la cosa en sí; pero no «cono­ m ias, paralogismos, es decir, racio­
cerla», es decir, determ inarla en su cinios sofísticos (sobre todo en la
esencia. Sin em bargo, el concepto psicología especulativa, que con­
de / cosa en sí y de todo el mundo funde el sujeto trascendental inde­
inteligible, o m undo real, cognosci­ term inado con la substancia sim­
ble solam ente m ediante una intui­ ple del alma) y a las dem ostraciones
ción intelectual, sigue siendo un de la existencia de D ios ( / D ios
«concepto limite» necesario «para [Pruebas de la existencia de]) que
lim itar las pretensiones de la sensi­ K an t tiene, asimismo, por falaces.
bilidad» (pues de no haber cosa E l sentido positivo de las ideas es
alguna detrás jle los fenómenos, el de ser principios reguladores del
éstos serían ya el ser últim o, in- conocimiento, es decir, deben im­
condicionado). P o r lo tanto, según pulsar a nuestro espíritu a acer­
K an t, el ente eñ sí no está sujeto cam os, p o r el continuo avance del
a las condiciones de la sensibili­ pensam iento, a la incondicionada
dad (espacio y tiem po). E sto vale unidad de un sistema, aunque no
tam bién del «yo» en sí y de su podam os jam ás alcanzar este obje­
«carácter inteligible», el cual, en la tivo. Ciertam ente, la razón especu­
libre actuación propia sin ninguna lativa no puede descubrir tam poco
sucesión tem poral, pone el «carác­ en las ideas contradicción alguna;
ter empírico» del individuo y de así, la idea de D ios especialmente
to d a la serie de las acciones em píri­ sigue siendo el «ideal de la razón
cas tem porales enlazadas entre sí pura». D e esta m anera se deja
con rigurosa necesidad causal. libre el cam ino a un a metafísica
A decir verdad, toda metafísica irracionalista que debe m ostrar la
científica se hace ya imposible por libertad de la voluntad, la innior-
talidad del alm a y la existencia de esencia, ya se le agregue. En sentido
D ios como / postulados de la- ra ­ estricto son cualidades todas las
zón práctica. / f o r m a s accidentales. Com o / c a ­
P ara el influjo histórico del cri­ tegoría especial, la cualidad es un
ticismo, /I d e a lis m o , /Id e a lis m o determ inante de la substancia, de­
alemán, / N eokantism o. L a critica term inante interno, absoluto y dis­
del criticismo h a de atender prin­ tinto de la /c a n tid a d , v.gr., la
cipalm ente a sus bases y supues­ rojez, la redondez, la elasticidad.
to s: /C o n c ie n c ia , /A b s tra c c ió n , Com o determ inante interno acre­
/E s e n c ia (Conocim iento de la), cienta la riqueza ontológica de la
/ Principios del conocimiento. — substancia (en oposición a los de­
A dem ás / [153-170, 176-181, 215, term inantes exteriores, com o el
227, 230]. - D e V r ie s . lugar y el tiem po), p ero sin variar
b) B. J a n s e n , D ie Religionsphilosophie su esencia (en oposición a la form a
K ants, 1929 (existe trad . fran c .: París substancial). Com o / accidente ab­
1934); C h . S e n t r o u l , K ant und A ristó ­ soluto la cualidad determ ina a la
teles, 1911 [trad. fran c .: K ant et Aristote, substancia con relación a sí misma,
1913; del m ism o : L a philosophie reli- no directam ente con relación a
gieuse de K ant, B ruselas 1912]; C . N i n k ,
o tro (al revés de la relación). La
K om m eniar zu Kants K ritik der reinen
Vernunft, 1930; 3. M a r é c h a l , L e point cualidad se diferencia de la can­
d e départ de la m étaphysique, Bruselas, m tidad, que confiere a su sujeto o
*1944 y v 21949; E . P r z y w a r a , K ant portad o r extensión y divisibilidad,
heute, 1930; H . J . d e V l e b s c h a u w e r , en que en sí es indivisible, dejando
L a déduction tra n scen d en ta l dans l ’oeu- de serlo únicam ente cuando de­
vre de K ant, 3 vols., A m beres 1934-1937; pende de u n sujeto extenso. El
del m ism o : L ’évolution de la pensée ka n - que la cualidad sea algo distinto
tienne, P arís 1939; W . B r u g g e r , K ant
de la substancia y de la cantidad
und das S ein, en «Scholastik» 15 (1940)
363-385; [ A . d e C o n i n c k , L ’analytique
de los cuerpos, depende de que
t r a n s c e n d e n t a l de K ant I, 1955]; haya cambios corpóreos internos,
c) O . K ü l p e , Im m anuel Kant, * 1917 irreductibles a meros cam bios lo­
[trad. esp .: K a n t 1929]; B. B a u c h , cales de las partes ( / M ecanicis­
I. K ant, 1917; K . V o r l á n d e r , /. Kant. mo). L a unidad de la cualidad en
D er M ann und das W erk, 1924; A. R i e h l , sujetos diversos se denom ina se­
D er philosophisehe K ritizism us, i *1924, mejanza. — E n lógica, desígnase
Il-m *1925-26; M . W u n d t , K ant ais M e-
com o cualidad del juicio su carácter
taphysiker, 1924; M . H e id e g c e r , K ant
und das Problem der M etaphysik„ 1929 afirmativo o negativo. / Cuali­
[trad. esp.: K ant y e l problem a de la dades sensoriales, Intensidad.
m etafísica, 1954]; E . H e r r i o e l , D ie me- Brugger.
taphysische Form, 1929; H . J. P a t t o n , a) A ristóteles , Categorías, c. v m ;
K ant’s M etaphysics o f Experience, L o n ­ M etafísica v, c. 14; b) P. H oenen , Cos­
d res 1936; M . Aebi, K ants Begriindung mología, R om a 1936, pp. 135-204; [del
der «deutschen Philosophie», B asilea 1947; m ism o a u to r: Filosofía delta natura inor­
G . M a r t i n , I. Kant. Ontologie und gánico, Brescia 1949 ;| C . N in k , O ntolo­
W issenschafstheorie, 1951; e) B. J a n s e n , gie, 1 952; [A. G . v a n M blsen , T he phi-
D er K ritizism us Kants, 1925; S. V a n n i - losophy o f nature, P ittsb u rg h -L o v ain a
R o v i o h i , Introduzione alto studio di Kant, a1954;] e) L. B a u r , M etaphysik, *1935,
com o 1945 (trad. esp .: Introducción al § 38.
estudio de K ant, 1948],
Cualidades sensoriales. Son d a­
Cualidad se llama, en general, to ­ tos correspondientes a u n a quidi­
do modo de ser, ya pertenezca a la dad considerados tal cual se p re­
sentan a la sensibilidad de un su­ gías especificas de los sentidos, a
jeto A sentiente y / percipiente, a m enudo llam adas tam bién cualida­
saber: com o estados propios de la des sensoriales específicas (2): cada
naturaleza o del m ovim iento de sentido tiene un a disposición para
los cuerpos. D e tales datos, unos reaccionar que le es exclusiva y res­
se manifiestan (como sensibile com- ponde, en form a igual y específi­
mune) en los dominios de varios cam ente determ inada p o r la natu ­
/ sentidos, otros pertenecen de m a­ raleza de aquél, a cualidades obje­
n era exclusiva (como sensibile pro- tivas realm ente distintas, de suerte
prium) a uno solo de ellos. La que, a pesar de la diversidad ob­
acotación de los distintos sentidos jetiva de los excitantes, aparece
en su diversidad psicológicamente una sim ilitud de cualidades sen­
experim entable se realiza de acuer­ soriales orgánicam ente condiciona­
do con estos últim os datos. M ien­ d a (así las ondas y la presión, al
tras un /* realismo extrem oso quie­ encontrarse con la vista, producen
re trasladar form alm ente al m undo la misma cualidad). La distinción
de los objetos la m ultiform idad de entre cualidades sensoriales prima­
cualidades sensoriales inm anentes en rias y secundarias significa unas
el sujeto que sólo corresponden a veces la diferencia entre sensibile
un sentido (v.gr., el color, el soni­ commune y sensibile proprium; y
do), el /* idealismo gnoseológico exa­ otras, la diferencia entre cualida­
gerado no ve absolutam ente ningún des sensoriales objetivas y subje­
acceso desde dichas cualidades a tivas. — T r a p p .
las cualidades de la cosa. Según el
realismo m oderado, las cualidades b) H . G r ü n d e r , D e qualitatibus sert-
sensoriales han de concebirse como sibilibus, 1911; H . O s t l e r , D ie R ealitSt
der A ussenwelt, 1912, p p. 381-418;
estados subjetivos correspondientes
J. S e ile r, Philosophie der imbelebten
producidos por el hecho de que el N atur, O lten 1948; J. d e V r i e s , Denken
sujeto que percibe traduce p ara sí und Sein, 1937, p p. 204-208 [trad. esp.:
•y de m anera proporcionada a su Pensar y ser, 21953]; e) A . B r u n n e r ,
propia estructura los datos tras­ Die Grundfragen der Philosophie, 1933,
cendentes, estando condicionada p. 139 ss (trad. e s p .: Ideario filosófico,
tam bién po r la disposición del ob­ 1936],
jeto la naturaleza de esta traduc­
ción. L a objetividad ( / Objetivo) Cuerpo. I. Reciben el nom bre
del conocim iento se halla así su­ de cuerpos las cosas que nos ro ­
ficientemente a salvo, debiendo és­ dean y son sensorialm ente percep­
te entenderse en form a semejante tibles. Características com unes a
a la identificación de u n a substan­ todos los cuerpos son la extensión
cia quím ica po r sus reacciones. ( / C antidad) y el llenar u n / es­
D entro del cam po de las diversas pacio lim itado. M ientras la prim e­
cualidades sensoriales hay que ad­ ra condiciona la extraposición de
m itir varios grados entre la obje­ las partes de un cuerpo entre sí,
tividad y la subjetividad: la form a, la impenetrabilidad concierne a la
el tam año y el m ovim iento son exclusión de otro cuerpo del espa­
más objetivos; el color, el sonido, cio ocupado p o r el prim ero. Su
el olor, m ás subjetivos. L a vincu­ fundam ento lo constituyen fuerzas
lación de las cualidades sensoria­ repelentes. L a compenetración de
les al sujeto preséntase con espe­ cuerpos significaría q u e varios
cial relieve en la ley de las ener­ de ellos ocupan el mismo espacio.
N aturalm ente, esto n o es posible, resulta de uno o de varios princi­
aunque tam poco entraña contradic­ pios fundamentales. E sto últim o lo
ción interna alguna. N o se da compe­ enseña el / hilemorfismo con la
n etración (desde el punto de vista doctrina de la com posición esen­
filosófico) en la disolución que con­ cial de / m ateria prim a y form a
tiene en u n disolvente líquido una substancial.
m ateria disuelta finam ente dividida, Problem as especiales sobre la
ni en la mezcla de cuerpos gaseosos. esencia de los cuerpos surgen de
L a cuestión relativa a la exis­ lo que la m oderna ciencia natural
tencia de un m undo corpóreo in­ enseña acerca de ellos. L a totalidad
dependiente de la conciencia la del m undo corpóreo está construida
plantea la / gnoseología. D icha con 92 substancias fundam entales
existencia es afirm ada por el / r e a ­ a las que la quím ica designa con
lismo y negada p o r el /id e a lis m o el nom bre de elementos. Filosófica­
y el /fen o m en alism o . El proble­ m ente hablando, un elemento es
m a de la esencia del ente corpóreo una substancia fundam ental que
se cuenta entre los fundam entales no puede descomponerse en subs­
de la / filosofía natural. É sta ha de tancias cualitativam ente diversas.
dilucidar, sobre todo, si la apa­ Ignoram os si, tom ando la p alabra
riencia sensible, m ás concretam en­ en este sentido, hemos penetrado
te, la extensión y la im penetrabi­ ya hasta los elementos del ente
lidad, coinciden o no con la esencia corpóreo. Los elementos químicos
del cuerpo. Según Descartes, la m uestran en sus propiedades m úl­
esencia de los cuerpos consiste en tiples relaciones que posibilitan una
la extensión misma. Según la con­ disposición sistemática de los mis­
cepción escolástica, a la esencia de mos en el llam ado sistema perió­
lo corpóreo pertenece únicam ente dico. Las partes últim as en que
la inamisible ordenación a la ex­ puede dividirse u n elemento sin
tensión y a la im penetrabilidad perjuicio de su esencia se deno­
real, pero no el que dichas propie­ minan átomos ( / Atomismo).
dades se den actualizadas. L as substancias quím icam ente
O tras cuestiones en to m o a la com puestas se originan a p artir
esencia de los cuerpos atañen a de los elementos p o r reunión de
la relación de sus partes entre si varios de ellos en u n a combinación
y con respecto al todo ( / Divisibi­ química. E l últim o sillar de un a
lidad): ¿origínase el todo de la com binación es la molécula, p ara
com posición de partes dadas ul­ cuya constitución se unen varios
teriorm ente indivisibles (asi habla átom os m ediante fuerzas químicas.
el /a to m is m o ) o existe antes que E n oposición a la com binación, un
las partes, siendo éstas, a su vez, agregado es un a reunión m enos
susceptibles de división ilimitada? coherente de varios cuerpos sin que
¿están las partes separadam ente en de ella resulte un a nueva substan­
el espacio po r su m isma esencia cia unitaria. — A quí se suscita en
o sólo p o r m utuo influjo dinámico seguida la cuestión de la diversidad
( / Dinamismo)? — T anto la m ul­ de cuerpos. É sta puede ser numérica
tiplicidad-unidad, que se manifiesta y especifica. La prim era expresa que
en la divisibilidad de lo corpóreo, existe u n a m ultitud de ellos y que el
com o el problem a del / cam bio universo entero no constituye un
conducen a la cuestión m ás profunda solo cuerpo, com o el /m o n is m o
de si la esencia del ente corpóreo enseña. Y debe adm itirse la exis-
tencia de la segunda (en sentido hum ano desempeña, con respecto a]
científico-natural) entre las diversas / alm a del / hom bre, el m últiple
substancias químicas, ya sean ele­ papel de base, cam po de expresión
m entos o combinaciones. C ierto y objeto especial de su vivencia.
que tanto unos com o otros están, «Base»: toda la actividad del alm a
en últim a instancia, constituidos sensitiva está ta n íntim am ente liga­
po r las mismas partículas elemen­ da a procesos som áticos que cons­
tales: protones, neutrones y elec­ tituye, ju n to con éstos, la «única»
trones, dispuestos de m anera dis­ actividad vital anim al y sin ellos
tinta, pero sólo accidentalm ente, n o puede existir. Indirectam ente,
variante p ara constituir un todo; p o r la unión con la vida sensitiva,
mas, aun siendo esto así, dan o ri­ la vida intelectual depende tam ­
gen a substancias que reciben con bién del cuerpo de m uchas m ane­
razón el calificativo de distintas. E n ras. E n especial, recordem os sólo
cam bio, la diferencia entre cuerpos, la im portancia del cerebro y de los
vivientes y no vivientes es esencial nervios, de la com posición de la
hasta el punto de no poder ser sangre y de las secreciones internas
superada p o r ningún /c a m b i o ac­ (horm onas), así com o de la heren­
cidental ( / Vitalismo). U n p ro ­ cia p ara las vivencias y la acción
blema ulterior planteado p o r la aním icas. — «Cam po de expre­
ciencia natural es el de la relación sión» ( / Expresión): muchas vi­
(identidad o distinción) entre m asa vencias psíquicas no llegan a pleno
y energía. desarrollo (incluso dentro del alma)
M ientras la ciencia y filosofía de si no pueden traducirse en el acon­
la naturaleza consideran cuerpos tecer som ático. L a m irada, la fi­
que se encuentran en ésta com o sonom ía, la constitución, la acti­
cosas reales, la m atem ática trata tud, el m ovim iento, las actividades
de cuerpos com o form as abstrac­ orgánicas, manifiestan a menudo
tas. Así, el cuerpo geométrico hacei la peculiaridad y ritm o del vivir
abstracción de todas las propieda­ anímico. El contacto social de
des corpóreas, excepto de la exten­ alm a a alm a se realiza por la vía
sión tri- (o pluri-) dimensional. P or• de la acción som ática ( / Lenguaje).
cuerpo algebraico se entiende un U nido al alm a, el cuerpo form a el
conjunto cuyos elementos constitu­. más elevado e im portante «objeto»
yen u n todo cerrado, de tal suerte: m aterial «de vivencia» de aquélla,
que to d a com binación de varios, estim ulando o retardando la vida
elementos m ediante operaciones ra ­ psíquica.
cionales de cálculo da un elementoi Por su unión con el alm a espi-
que, a su vez, pertenece al mismoi ritual y la im portancia que p ara
conjunto, v.gr., el conjunto de los ésta posee, el cuerpo hum ano ad ­
núm eros racionales. quiere u n a dignidad especial de la
II. Entiéndese tam bién por cuer­ que el hom bre no corrom pido tiene
po el com ponente som ático anim a­. tam bién espontáneam ente concien­
do del hom bre y de los animales. cia en la repugnancia n atu ral al
Com o / c u e r p o o ente corpóreo, envilecimiento de aquél (pudor). E l
es un a partícula del cosmos m ate­ hom bre contrae un a responsabili-
rial; com o «anim ado», m uestra la, dad m oral respecto a su cuerpo,
subordinación de las leyes del acon­• que le im pone la obligación de ve-
tecer puram ente físico-químico a las¡ lar po r él procurándole alim ento,
de la vida orgánica. — E l cuerpoi cuidados y ejercicio. Especialmente

9 BRUOGEB
se le origina el deber de aspirar dignidad de la p ropia persona y a
a un a recta disposición y subordi­ las exigencias éticamente im portan­
nación de las fuerzas corporales. tes de personas ajenas, sino además
P ara ello se requieren, entre otras pecado, es decir, u n a ofensa a la vo­
cosas, la tem planza ( / Virtudes luntad de Dios, al orden y a la
cardinales) y la castidad (ordena­ finalidad establecidos p o r Él, m ás
ción racional de la vida sexual, aún, a sus mismas m ajestad y bon­
cuyo abuso es la deshonestidad o dad; el / m a l m oral tom a así el
lascivia). El hom bre no tiene de­ carácter de agravio e injuria per­
recho a disponer de la substancia sonal. Sólo esta concepción hace
de su cuerpo ( / Suicidio). U na de justicia a la seriedad de un a con­
las más im portantes tareas de la ciencia éticamente depurada, a la
form ación del hom bre completo es tradición avasalladora de los pue­
la de llegar a u n a ju sta valoración blos, al testim onio de la. conciencia
del cuerpo sin hacer de él un ídolo y a la posición real del hom bre en
ni profesarle u n odio m aniqueo. — el mundo, en el que debe preparar­
I. J u n k . — II. W i l l w o l l . se para su destino últim o y eterno.
I. b ) SCHWERTSCHLAGER, Philosophie Los grandes poetas y pensadores
der N a tu r I, M922, pp. 174-223, 62-64; han encontrado en el sentimiento
J. S e ile r, Philosophie der unbeleblen hum ano de la culpa el eco de esta
N atu r, O lte n 1948; E. B e c h e r , Naturphi- profunda convicción: el pecado es
losophie, 1914, p p . 192-195, 205-230; el m ayor de los males ( / Mal),
[A. G . v a n M e l s e n , The philosophy o f na-
y precisamente, porque viola la
ture, P its b u r g o . L o v a in a X1954; P. H o e -
n e n , Filosofía delta natura inorgánico, santa voluntad y el orden divinos.
B r e sc ia 1949;] T h . W u lf , D ie Bausieine Los ritos religiosos expiatorios de
der Ktirperwelt, 1935; L. d e B r o g l ie , la m ayor parte de pueblos demues­
D ie Elem entarteilchen, 1943; e) L f h m f n - tran lo mismo. El sentimiento de
B e c k , Kosmologie, ‘ y ‘ 1920, pp. 179-225; culpa no es, em pero, ningún des­
I I .B e r n h a r t - S c h r ó t e l e r - M u c k e r m a n n - honor ni ninguna degeneración
T e r n u s , Vom W eri des Leibes in A ntike, (N ietzsche), sino expresión d e la
Christem um und Anthropologie der Ge-
inviolable dignidad de la propia
genwart, 1936; K . B ü h l e r , Ausdrucks-
theorie, 1933 [trad. e sp .: Teoría de la
persona y de una conciencia fina
expresión, 1950j; W . H f l l p a c h , Geo- y elevada. Evidentemente, hay tam ­
psyche, *1935 [trad. esp.; Geopsique, bién un sentimiento m orboso de la
1940]; F . D e s s a u e r , D ie Teleologie in culpa, que se basa en una ilusión. —
der Natur, 1949; F. v o n H o r n s t e in - Puesto que toda culpa atenta con­
A . F a l l e r , Gesundes Geschlechtsleben, tra la ley de D ios, no existe el
1950 [trad. esp .: Vida sexual sana, 1951]; llamado pecado filosófico, el cual
/ A l m a y cu erp o (R elación entre), / E x ­
se supone com etido p o r un hom bre
presión, /H e r e n c ia .
inculpablem ente desconocedor de
Culpa es la decisión libre y, por D ios, pero que hace algo malo,
lo mismo, im putable, contraria a la y con todo no incurre en violación
ley m oral y al valor ético. Puesto de la voluntad divina ni en su
que la obligación m oral tiene su castigo, porque n ad a sabe de esta
fundam ento definitivo en la volun­ voluntad. Quien o b ra m al siente de
tad legisladora de D ios, la acción alguna m anera, por lo m enos oscu­
culpable no es la perturbación de ram ente, que com ete un atentado
un orden concebido com o pura­ contra un orden universal superior
m ente impersonal, ni tam poco una y se hace responsable de todas las
m era oposición al valor m oral, a la consecuencias de su acción. '
U na culpa colectiva, en el sentido cultura (2) aquello que el hom bre
de que la culpa de los jefes que añade a la naturaleza, sea en sí
asumen la responsabilidad de una mismo, seai en otros objetos (cultura
com unidad implica o manifiesta sin com o sunia de bienes culturales).
más, es decir, sin atender a la p ar­ M ientras, según esto, /n a tu r a le z a
ticipación o al consentim iento per­ significa lo que es im iato en el
sonal, la de todos los m iem bros hom bre y, adem ás, lo que existe
de dicha com unidad, es incom pati­ fuera de él sin su intervención, cul­
ble con la naturaleza de la culpa tura abarca to d o aquello que debe
en cuanto decisión libre y, p o r lo su origen a la intervención cons­
mismo, im putable. L a com unidad, ciente y libre de aquél. Sin em ­
considerada com o un todo, sólo se bargo, tan to el origen com o el fin
hace culpable po r la culpa de los enlazan entre sí naturaleza y cul­
individuos, y ello en la m edida en tura. Pues la capacidad hum ana
que cooperan ó asienten a las deci­ creadora de la cultura puede,
siones de los jefes responsables, en verdad, perfeccionarse después,
o sea por la negligencia al nom ­ pero originariam ente hunde sus
brarlos y vigilar su actuación. — raíces en la naturaleza; es innata.
Schuster. L a cultura, igualmente, encuentra
su verdadero fin en el perfeccio­
b) F . H ü r t h , Schuld und Sühne, 1931;
nam iento de la naturaleza del
M. B r u g g e r , Schuld u n d Strafe, 1933;
A. H o r v a t h , H eiligkeit und Sünde, Frl-
/h o m b r e . L a dirección y m edida
burgo 1943; J. S c h u s t e r , KoUektivschnld, de la actividad creadora de la cul­
crt « S tim m en d e r Z eit» 139 (1946) pp. tu ra están esencialm ente determ ina­
101-117; R . E g e n t e r , Gemeinschuld das po r ella. U n despliegue cultural
otler Strafhaftung? (de t h e o l o g i e der orientado co ntra la esencia del
Z 'i t » , 1948, pp. 114-136); D . Z a h r i n - hom bre, n o es verdadera cultura,
íjLK, Schuld und Schuldbewusslsein, en sino seudocultura.
«Ber.ediktinische M o n atsch rift» 24 (1948)
Según que la actuación cultural
p p. 243 s s , 349 s s, 422 s s ; [ D e m a n , P iché,
en D ictionnaire de théologie catholiqtw
se enderece inm ediatam ente a la
12. 261 s s ; H . B e y l a r d , L e péché philo- persona del hom bre y a su perfec­
sophique, en «N ouvelle R evue T héolo- ción o de m odo especial a los ob­
gique» 62 (1935) pp. 590-616, 671-698;] jeto s que subsisten con indepen­
W . S c h ó l l g e n , Schuld und Veraníwor- dencia de la existencia hum ana,
tung, 1947; c) K . ‘J a s p e r s , Die Schuld- cabe distinguir cultura personal (len­
frage, 1946; G. S t e in , Gedanken iiber die gua, vida social, ciencia, m oralidad,
Schuld, 1946. religión, etc.), y cultura «real», de
res*~cosa (técnica, arte). N o obstan­
Cultura. Este térm ino, derivado te, la m ayor parte de las actividades
del latino colere = cultivar, sig­ culturales se extienden p o r las dos
nifica originariam ente (1) el cuida­ esferas. M ientras la cultura en sen­
do y perfeccionam iento de las apti­ tido lato incluye la religión y la
tudes propiam ente hum anas m ás m oralidad, en sentido estricto (3)
allá del m ero estado natural (cul­ se contrapone a am bas, designando
tura com o cultivo del espíritu). La en este caso la creación de cultura
A ntigüedad y la E dad M edia tenía dirigida a fines m tram undanos. La
para esta idea los térm inos hu- cultura m eram ente exterior y m ate­
manitas, civilitas. En los siglos rial recibe (en el área lingüística
xvn y xvin el concepto se am plió. alem ana) el nom bre de civilización.
Entonces se entendió tam bién po r Su misión es servir de base y su­
puesto a la cultura interior. En formas (morfología de la cultura),
tanto que fom entada a costa de valores y obras, el objeto de la filo­
ésta, no pasa de semicultura siendo sofía de la cultura es fundam en­
verdaderam ente hostil a la cultura. tar las manifestaciones culturales
Ú nicam ente los bienes exteriores ( / Cultura), es decir, penetrar en
objetivos de la cultura pueden su esencia, com prenderlas p o r sus
transm itirse po r herencia. Los bie­ causas y condiciones esenciales, re­
nes ideales y personales de la mis­ ducirlas a sus fines últim os y deter­
ma deben ser adquiridos de nuevo m inar con ello la orientación y m e­
por cada generación. /P e d a g o g ía . dida de la actividad creadora cul­
L a posesión de la cultura se con­ tural. — Puesto que la cultura es
serva sólo por el trabajo cultural. com plem entación y perfección esen­
La cultura nace solam ente po r la cial del hom bre, las líneas funda­
colaboración de m uchos en la co­ m entales de un a filosofía de la
m unidad hum ana. D e las contribu­ cultura están necesariamente traza­
ciones culturales de los diversos das por la / antropología filosófica,
pueblos se origina u n a cultura de que nos dice lo que el hom bre es,
la humanidad condicionada en su la / é t i c a , indicadora de lo que
posibilidad po r la capacidad de debe hacer, y la / teología natural,
hablar, com ún a todas las razas. que m uesira el destino a que está
U n mínimo cultural es vitalm ente naturalm ente \ encam inado ju n ta­
necesario para el hombre. / C u l ­ m ente con los órdenes de la n atu ­
tura (Filosofía de la). — B r u g g e r . raleza y de la cultura en que se
b) L e x is , D as W esen der Kultur, e n encuentra inserto. E l fundam ento
K ultur der Gegen wart i, 1906, p . 1; últim o de estas disciplinas y, p o r
R . R a s t , Vom Sinn der Kultur, L u c e r n a lo mismo, de la filosofía d e la cul­
1941; [O. N . D e r i s i , L o s fundam entos tura, es la / metafísica. La diversa
m etafísicas del orden moral, *1951;] concepción que se tenga de ellas se
c) A . S c h w e i t z e r , K ultur und E thik, exterioriza en otras tantas direccio­
1947; A . P o r t m a n n , N a tu r und Kultur nes de la filosofía de la cultura.
im Sozialleben, *1946; H . F r e y e r , Typen
É sta se cultiva com o ciencia propia
und S tu fen der K ultur, e n H andwórter-
buch der Soziologie ( e d . V i e r k a n d t , 1931);
sólo desde el siglo xvm. Respectiva­
[L. F r o b e n iu s , L a cultura como ser vi­ m ente anexas a las distintas esferas
viente ( t r a d . e s p .) , 19^5; E . S p r a n g e r , de la cultura hum aija ( / Ciencia,
Ensayos sobre la cultura ( t r a d . e s p .) 1947; / A rte, / Religión, / H istoria,
M . S c h e l e r , E l saber y la cultura ( tr a d . / Lenguaje, / Técnica, / E duca­
e s p .) 1934; J . H u i z j n g a , Entre las som ­ ción, / Sociedad, / D erecho, / Es­
bras d el mañana. Diagnóstico de la enfer­ tado, etc.) hay ram as especiales de
m edad cultural d e nuestro tiem po ( tr a d .
la filosofía de la cultura.
e s p .) 1936]; d ) J . N i e d e r m a n n , Kultur,
Werden und Wandlungen des Begriffs und
D ebe distinguirse entre causas
seiner E rsatzbegriffe von Cicero bis Her- de la cultura y condiciones de
der, F l o r e n c i a 1941; e ) L o t z - d e V r ie s , la misma. Éstas propiam ente no la
Die W elt des M enschen, 1951, p p . 119-163. originan, sino que explican sólo p o r
[ t r a d . e s p . : El mundo del hombre, 1954.) qué se ha producido con m ayor
facilidad o de un m odo determ i­
Cultura (Filosofía de la). M ien­ nado. E ntre ellas se cuentan, v.gr.,
tras las /c ie n c ia s del espíritu y, las condiciones geográficas de un
sobre todo, la historia de la cultura, pueblo, su lugar en la historia,
intentan dam os una imagen com­ época y m odo del encuentro con
pleta del acontecer cultural, de sus otros pueblos y culturas, las orga-
ni/aciones culturales ya creadas en de relieve la verdadera finalidad de
orden a la actividad creadora cul- toda cultura y los efectos del acon­
lural ulterior. Tales circunstancias tecer cultural real (critica de la
condicionan de arriba abajo el m o­ época y de la cultura), la filosofía
vimiento cultural. N o hay progreso de la cultura debe influir tam bién
cultural continuo ni siquiera cons­ sobre la plasm ación de la cultura
tancia cultural. Las verdaderas cau­ respectiva (reforma de la cultura). —
sas de la cultura son las aptitudes B rugger.
y necesidades del hom bre. Así, la b) R . v o n N o s t iz - R ie n e c k , Das Pro-
ciencia b ro ta del im pulso a inves­ blem der Kultur, 1 8 8 8 ; W . L e x is ,
tigar, propio de la inteligencia es­ Das ¡Pesen der Kultur, en K ultur der
peculativa; los órdenes económico, Gegenwart r, 1906, p. 1; A. D e m p f ,
jurídico, social y la técnica, de la Kulturphilosophie, 1932 [trad. esp .: Filo­
tendencia a ordenar, propia de sofía de la cultura, 1933]; B. R e is e r ,
la inteligencia práctica; el arte, del D e cultura e t philosophia culturae, en
«A ngelicum » 14 (1937) pp. 355-416;
sentimiento estético y del impulso J. M a r it a i n , Religión et culture, París
creador; la m oralidad y la religión, *1946; J. P ie p e r , M usse und K ult, 1948;
del querer m oral. La diversidad de [M . S c h m a u s , Teología de la cultura, en
disposiciones e inclinaciones del «R evista de la U niversidad de M adrid» 2
hom bre, unidas a su perfecciona­ (1953) p p. 305-316]; c) H . F r e y e r ,
miento preferido, conduce a las Theorie des ob/ektiven Geistes. E ine Ein-
distintas clases profesionales, crea­ leitung in die Kulturphilosophie, 1923;
doras de cultura, que en su m ulti­ A. S c h w e it z e r , Kulturphilosophie, 1948;
d) M . G r a b m a n n , D ie Kulturphilosophie
plicidad se com plem entan para el
des heiligen Thom as von Aquin, 1925
bien com ún. Sustentador y creador [trad. e s p .: La filosofía de la cultura
de la cultura es el hom bre, no en de Santo Tom ás de A quino, 1942;]
aislamiento cerrado, sino com o A. S c h a l LER, D ie europaische Kulturphi­
m iem bro de la com unidad. — In ­ losophie, 1940; / C u l t u r a .
dudablem ente, el fin de la cultura es
en prim er lugar la satisfacción de Deducción. / Raciocinio que pasa
necesidades hum anas, pero adem ás de lo universal a lo m enos univer­
el despliegue de la riqueza conte­ sal, a lo particular, o, en el caso
nida en la naturaleza hum ana y, lím ite, de lo universal a lo igual­
en consecuencia, la m anifestación m ente universal. Opónese a / i n ­
del hom bre com o trasunto de D ios ducción. D esde Bacon de Verulam
Creador. El orden y m edida del se form ula al raciocinio deductivo la
crear cultural dependen de que el siguiente objeción: o se sabe que
individuo y la com ilhidad valoren la prem isa m ayor contiene lo p ar­
justam ente las necesidades del hom ­ ticular, o no. E n el prim er caso, la
bre, subordinando las inferiores a conclusión es conocida ya en dicha
las superiores, y éstas a su fin prem isa; en el segundo, no se in­
últim o. Esencial en este punto es fiere con certeza, pues queda por
si el fin consistente en el perfec­ saber si la m ayor tiene validez uni­
cionam iento del hom bre ( / Feli­ versal. L a objeción no advierte que
cidad) se busca del lado de acá o el concepto universal em pleado en
en el m ás allá. La orientación ul­ la prem isa m ayor únicam ente in­
tram undana del hom bre no anu­ cluye la naturaleza com ún a todos
la las exigencias de la cultura, pero los objetos que caen debajo de él,
las subordina a la persona hum ana pero no indica cuáles son estos
que rebasa lo terreno. — Poniendo objetos. P or ejemplo: la m ayor «lo
simple es incorruptible», enuncia al paso que el agresor injusto debe
sólo la relación esencial existente atribuirse a sí mismo los m alos re­
entre lo que es simple y lo inco­ sultados de su agresión. E l defensor
rruptible, m as no dice qué objetos no se arroga en este caso ningún
son simples. A cerca d e este punto derecho directo o indirecto sobre
debe inform ar la prem isa menor, la vida del injusto agresor, porque
v.gr., «el alm a es simple», siguién­ en la defensa éticamente licita la
dose entonces de am bas «el alma m uerte eventual de éste no es un
es incorruptible». — Kant llama medio para ella, sino consecuencia
deducción a u n a dem ostración que, no querida, aunque prevista, de la
en oposición a la prueba por he­ misma. P o r esta razón, el empleo
chos, evidencia una exigencia de de la fuerza se perm ite sólo para
derecho. La deducción es trascen­ rechazar un ataque actual, no para
dental (u objetiva) si explica cómo adelantarse a una agresión futura.
un concepto p u ro a priori se rela­ C ondición de la defensa es, además,
ciona con los objetos, y empírica que no se rebase la ju sta m edida
(o subjetiva) si m uestra cóm o se de la defensa inculpable, es decir,
adquiere un concepto m ediante la que el defensor utilice la fuerza
experiencia y la reflexión. / C r i t i ­ sólo en la m edida que sea necesaria
cismo. — S a n t e l e r . p ara repeler eficazmente el ataque.
a) A r is t ó t e l e s , Segundos analíticos, L a sanción { / Retribución) ha de
1. i; F r . B a c o n , N ovum Organum i, 69; dejarse en m anos del p oder públi­
A,) J . S a n t e l e r , Intultion und W ahrheit- co. — S c h u s t e r .
serkenntnis, 1934; M . H o n e c k f r , Logik,
1927; J. D o n a t , L ógica, “1935; J. G r e d t , a) S a n t o T o m A s d e A q u i n o , Sum m a
D ie aristotelisch-thom istische Philosophie, theologica n-n, q. 64 a. 7; b ) O. v o n
1935, i, 51; [ A . G ó m e z I z q u i e r d o , A ná­ A lb e rti, D as Notw ehrrecht, 1901;
lisis d el pensam iento lógico H, 1943; K . I I e i d e r , N otrecht und N otw ehr, 1911;
J . D o p p , L efo n s de logique form elle,
W. R a u c h , art. Lebensrecht, en Staats-
3 vols., L o v ain a 1950; M e r c i e r , L ó ­ lexicon n , p p . 8 6 6 s s ; [ O b l e t , D éjense
gica (trad. esp.), 2 vols., 19421; c ) B a ­ de sol, en Dictionnaire de théologie ca-
con /a ). tholique, 4, 227-230; P e l a y o d e Z a m a -
y ó n , E l derecho a la defensa en caso
de agresión permanente, en «R evista E sp a­
Defensa contra la agresión in­ ñola de T eología», 2 (1942) pp. 691-726;]
justa. Desígnase con esta expre­ e) V. C a t h r e i n , M oralphilosopkie,
sión la acción de repeler, sirvién­ *1924, t. ir Itrad. ital. de la 5.* alem .:
dose de la fuerza, un ataque actual Filosofía m orale, F lorencia 1913-1920];
injusto a la persona o a sus [G. M á r q u e z , Filosofía m oral, 2 vols.,
bienes, acción que puede producir, •1943.]
dado el caso, la lesión, herida o
m uerte del agresor. T al defensa es Definición. Expresión breve y
m oralm ente lícita (aun en favor de com pleta de lo que significa u n vo­
otros) y, en determ inadas circuns­ cablo o debe entenderse p o r un a
tancias, incluso está m andada. El cosa. La definición nominal tiene
uso de la fuerza en cuanto tal, p or objeto acotar el exacto signi­
o sea, sin determ inar los porm e­ ficado de un vocablo; la definición
nores de su legitimidad o ilegitimi­ real, indicar la /e s e n c ia especifica
dad, es m oralm ente indiferente, jus­ de u n a cosa. L a definición debe
tificándolo ante la ética la protec­ ser breve, es decir, evitar todos
ción de bienes valiosísimos para el los determ inantes superfluos: com ­
individuo y la seguridad pública, pleta, enunciando todas las carac-
ierísticas necesarias, no sólo para nido, es decir, h a de convenir a
distinguir de otras el térm ino o la todo y sólo lo definido. — L a defi­
cosa, sino tam bién para hacer re­ nición se encuentra dividiendo y
saltar la diferencia interna y esen­ subdividiendo u n género superior
cial articulación del significado. Los hasta llegar a la especie deseada,
contenidos significativos simples o bien investigando en los objetos
pueden ser vinculados convencio­ que llevan el nom bre del concepto
nalmente a un vocablo o m ostrados buscado aquellas notas que con­
en un objeto, pero no cabe dar de vienen a todos y solos los objetos
ellos una verdadera definición. La así designados. — B r u g g e r .
definición esencial se form ula indi­
H. R i c k e r t , Z u r L ehre yon der D efini-
cando el género próxim o y la dife­
tion, *1929; W . D u b i s l a w , Über die De-
rencia específica, v.gr,, hom bre *= finition, M 931; R . R o b i n s o n , Definition,
animal racional ( / Especie) o enu­ O xford 1950; [J. M . L e B lo n d , L a defi-
m erando las partes esenciales, v.gr., nition chez A ristote, en «G regoriam im »
hom bre = ser com puesto de cuer­ (1939) pp. 351-380; A . G ó m e z I z q u i e r ­
po y alma racional. C on frecuencia d o , A nálisis del pensam iento lógico i,
sólo es posible lina definición des­ 1928;] tra ta d o s de / L ó g i c a .
criptiva que se elabora añadiendo
a una determ inación genérica uni­ Deísmo. El deísmo, aparecido
versal las n otas precisas p ara que en Inglaterra en la segunda m itad
el objeto se distinga suficientemente del siglo xvi, reconoce un D ios per­
de cualquier otro de diversa espe­ sonal creador, p ero niega su ulte­
t é . La definición genética determ ina rior influjo en el m undo, recha­
y explica el objeto indicando el zando, por lo tan to , la conserva­
m odo com o se engendra. E n la ción y el concurso de D ios ( / D i o s
definición implícita lo definido se [Concurso de]) con las criaturas,
conoce haciéndolo en trar en un el /m i la g r o y to d a /re v e la c ió n
conjunto conocido tan to en cuanto sobrenatural. N o existe religión re­
todo com o en sus partes (excep­ velada, sino únicam ente u na reli­
tuando el objeto de la definición), gión racional o natural. — El deís­
con lo que viene a establecerse una m o inglés condujo en F rancia a
especie de ecuación con una incóg­ la /I lu s tr a c ió n m aterialista y atea.
nita. Especiales dificultades pre­ En A lem ania tuvo adeptos desde
senta la definición de aquellos ob­ m ediados del siglo xvm . / [ 1 4 3 ] .—
jetos que no son dados en una R ast.
experiencia interna o externa ni
G. V. L e c h l e r , Geschichte des engli-
pueden construirse sólo con el pen­
schen D eism us, T u b i n g a 1841; J . E n g e r t ,
sam iento partiendo de contenidos Der D eism us in der Religions- und Qffen-
significativos m ás sencillos, sino que barungskrM k des Reimarus, 1916; [C a r -
únicamente cabe concebirlos como r a u , Im philosophie religieuse en A n-
condiciones (externas o internas) gleterre jusqu'á nos jours, P a r í s 1888;
de la posibilidad de objetos em pí­ J . F o r g e t , Déisme, e n Dictlonnaire de
ricam ente dados. Sin em bargo, su théologie catholique IV , 1, 232-243];
significado puede ser exactam ente e) C h . P e s c h , D er G ottesbegriff, 1886;
acotado con el desarrollo del sis­ M . R a s t , W elt und Gott, 1952.
tem a de dichas condiciones. — R e­
glas de la definición: a) debe ser Demostración. E n sentido es­
más clara que lo definido, y b) con­ tricto ( 1) es aquel /r a c io c in io de
vertible simplemente con lo defi­ premisas verdaderas y ciertas, me­
diante el cual un / objeto antes duce sin rodeo de supuestos dados
cuestionable se conoce no sólo como la proposición que ha de dem os­
lógicamente conexo con ellas, sino trarse, la dem ostración indirecta
com o verdadero y cierto. —E n senti­ hace ver ante to d o que, adm itiendo
do más am plio ( 2) recibe el nom bre la opuesta contradictoria ( / O po­
de dem ostración todo proceso de sición) de la proposición en cues­
pensam iento que por u n método tión, resulta u n a conclusión eviden­
distinto del raciocinio m uestra como tem ente falsa; m as com o de supues­
cierto o probable un enunciado tos verdaderos sólo pueden fluir
u objeto discutible. Tal ocurre en conclusiones verdaderas, queda así
el tránsito inm ediato de una p ro ­ dem ostrada la falsedad de la hipó­
posición a o tra (ejemplos: / O p o ­ tesis hecha y, con ello, la verdad
sición, /M o d a lid a d ) o al m ostrar de la proposición que se tratab a de
la evidencia inm ediata de una pro ­ dem ostrar. Si la conclusión a que
posición p o r análisis y com posi­ conduce la dem ostración indirecta
ción de conceptos. T oda demos­ enuncia una abierta contradicción,
tración es una fundamentación, pues se da el caso particular de «reduc­
m ediante ella se indica la razón ción al principio de contradicción».
en que se apoya el asenso del en­ Esquem áticam ente esta especie de
tendim iento al objeto. Sólo en el dem ostración se desarrolla en la
caso de dirigirse a un determ inado siguiente form a: Vamos a dem os­
adversario, vale el argumento ad tra r que S = P. Supongam os que
hominem, que fundam enta un ob­ S = no-P; haciendo no-P — M ,
jeto partiendo de sus supuestos. — S = M. Pero com o en realidad
M ientras la demostratio quia señala M = no-S, resultaría S = no-S.
únicam ente la razón del conoci­ M as siendo esto una contradicción,
miento, la demostratio propter quid la hipótesis S = no-P debe ser
da tam bién a conocer la causa de la falsa y, por lo tanto, S = P, verda­
cosa. Para las restantes clases de dera, supuesto, naturalm ente, que
dem ostración, (/D e m o s tra c ió n in­ las proposiciones interm edias em­
directa, /I n d u c c ió n , / A priori, pleadas (no-P = M ; M = no-S)
/ A posteriori. — Incurre en el sean correctas. Sólo cuando éstas
sofisma llam ado utráfiaoií el? 5AAo sean analíticas, la dem ostración in­
yévoc el que en una dem ostración directa será una reducción «analí­
pasa de un dom inio lógicamente tica» al principio de contradicción;
cerrado a otro, v.gr., del orden en este caso, la negación de la p ro ­
de la posibilidad al de la reali­ posición S = P incluye u n a con­
dad. — S a n t e l e r . tradicción form al. L a dem ostración
indirecta puede siem pre convertir­
J . L in d w o r s k y , Das Schlussfolgernde
se en directa m ediante adecuadas
D enken, 1916; J. F r 5 b e s, Lógica fo rm a lis>
R o m a 1939; M . H o n e c k e r , L o g ik, 1927; transform aciones. — D e V r ie s .
J. G r e d t , D ie aristotelisch-thom istische a) A r is t ó t e l e s , Primeros Analíticos I,
Philosophie, 1935, i, pp. 108 ss; [M e r c ie r , 29, II 11-14; Segundos A nalíticos i, 26;
Lógica, 2 vols., 1942; A. G ó m e z I z q u i e r ­ e) DE V r ie s , Lógica, 1950, p . 149; [A . G ó ­
d o , Análisis del pensam iento lógico II, m e z I z q u i e r d o , Análisis del pensam iento
1943; d) S. M a n s i ó n , L e ju gem ent d ’exis- lógico ii, 1943;] tra ta d o s de / L ó g i c a .
tence chez A n sió le, L o vaina 1946.]
Derecho. D erecho y /ju s tic ia
Demostración indirecta. M ien­ ocupan den tro del co n junto del
tras la /d e m o s tra c ió n directa de­ orden m oral u n a situación especial
nítidam ente perfilada. N o obstante, a otros, u n a ordenación de rela­
en el habla im pera la am bigüedad. ciones ¿«fórpersonales), pertenecen
El lenguaje teológico llega m uchas en acepción estricta al m undo ju ­
veces a equiparar justicia con rídico sólo relaciones de persona
/ santidad. M uy difundida se halla a persona (no le corresponden,
una m anera de expresarse que une pues, ni relaciones de personas a
tan directam ente el derecho con la cosas [ / Propiedad] ni relaciones
dignidad de la persona que carac­ entre la persona y sus propios bie­
teriza sin m ás como derecho de nes personales, v.gr., su vida o su
]a m ism a todo lo que corresponde conciencia). Sin em bargo, n o todas
a aquélla ( / Persona) com o tal. las relaciones interpersonales (v.gr.,
Así, recibe el nom bre de «derecho» el am or, el agradecim iento, la con­
soberano la absoluta soberanía de fianza) son de naturaleza jurídica;
Dios sobre toda la creación, aun m ás aún, ni siquiera lo son todas
la irracional, y se designa igual­ las norm as ordenadoras de la co­
m ente com o «derecho» a la vida, m unidad. D e entre la abundancia
al desenvolvimiento de la persona­ de estas relaciones norm ativas úni­
lidad y a los medios de subsisten­ cam ente se m uestran com o «jurí­
cia, la facultad que el hom bre tie­ dicas» aquellas que defienden al
ne de poseer su vida, conservarla hom bre, com o individuo irrenun-
y desarrollarla, así com o tam bién ciablemente personal, en su sustan-
la de disponer de las criaturas irra­ tividad y distinción frente a todos
cionales y de servirse de ellas para los dem ás y a la vez —com o ser
s u í fines. T odos estos «derechos» esencialm ente social— lo ligan a la
se fundan en la condición de per­ /c o m u n id a d , ya natural, ya fruto
sona p ropia de su sujeto, m ás p ar­ de la libre voluntad. C oordinando
ticularm ente: en el dom inio que, entre sí estos dos polos —sustanti-
en virtud de su esencia, tiene la vidad personal y vinculación a la
persona sobre los objetos con que colectividad— el derecho determ ina
está en relación. E stando cim enta­ la estructura de la com unidad, y
dos en una base metafísicamente form a el arm azón sustentador en
necesaria, no cabe en m odo alguno torno al cual pueden disponerse
despojar de tales «derechos» al su­ las otras partes del edificio de aqué­
jeto de los mismos. lla. E n este sentido, orden social
P ara obtener un concepto de de­ y orden jurídico son dos nom bres
recho exactam ente acotado que que designan u n a misma cosa.
haga destacar con nitidez la pecu­ Puesto que entonces la ordenación
liaridad de éste frente al orden de la vida de la com unidad no
m oral general, es necesario circuns­ puede, evidentemente, ser jam ás
cribir con m ayor precisión la esfera contraria a ésta y a sus verdaderas
de lo jurídico. A tal efecto, la cien­ necesidades vitales, un derecho con­
cia y la filosofía del derecho no trario a la colectividad es un ab ­
descubren todavia ningún elemento surdo. P or la m ism a razón, el de­
jurídico en la soberanía de la per­ recho nunca es un a cosa m uerta y
sona, sino únicam ente algo pre- rígida, sino algo vivo en todo m o­
jurídico; ven sólo la base sustenta­ m ento y fio sólo capaz de adaptación,
dora sobre la cual puede construirse sino que im pulsa constantem ente ha­
el m undo del derecho. D e acuerdo cia el progreso (justicia social, / Jus­
con el clásico axiom a: ius est ad ticia). L o que los hom bres estable­
alios (el derecho es u n a relación cieron un día com o ordenación de
su com unidad puede envejecer y privada, no pública. El derecho
m orir, y cabe tam bién en lo posible anglosajón no conoce esta m anera
que, a m odo de cadáver, sea con­ de distinguir el derecho público del
servado todavía largo tiem po. O el privado.
derecho es joven y tiene el frescor Puesto que el derecho es relación
de la vida, o no es nada. de personas entre sí, insertas en la
Por lo demás, el térm ino «dere­ com unidad, sólo las personas pue­
cho» debe servir para designar: den ser sujetos de exigencias y de
1.° El orden jurídico y también obligaciones jurídicas. D e ahí el
cada una de las norm as jurídicas concepto auxiliar de «persona ju ­
particulares que son elementos de rídica» que em pleamos cuando, h a­
dicho orden (ius normativum). blando abreviadam ente, atribuim os
2 ° L o que responde al orden jurí­ exigencias y obligaciones jurídicas
dico o a norm as jurídicas particu­ a una asociación o institución.
lares, ya se trate de u n producto, Igualm ente, sólo será posible que
una disposición o un m odo de pro­ el hom bre entre en relación jurídica
ceder del hom bre (ius objectivum). con D ios si Éste baja hasta la cria­
3.° Las facultades que, en virtud tu ra hum ana p ara elevarla a una
de aquel orden, corresponden a quie­ especie de com unidad con Él.
nes participan de la comunidad jurí­ El derecho, en cuanto ordenación
dicamente ordenada ( ius subiectivum, de la vida colectiva, es, de acuerdo
llam ado también ius potestativum ). con su esencia, estructurador de
La am plia esfera del derecho se vínculos com unitarios; lo único que
divide en num erosas esferas p ar­ actúa en form a disgregadora es
ticulares, entrecruzándose varias de aquello que constituye un a defor­
sus divisiones. Las norm as directa­ m ación plena del derecho. Puesto
m ente concernientes a la estructura que existen transgresores del orden
y desenvolvimiento de la com uni­ jurídico, el derecho, p o r considera­
dad (pública) constituyen el derecho ción al orden y a la paz, necesita
público; las que regulan de m anera de la coacción en cuanto lo jurídi­
directa las relaciones entre los cam ente debido es susceptible de
m iem bros de ésta form an el derecho obtenerse po r la fuerza. Con el
privado. Al derecho público perte­ progreso de la cultura jurídica la
necen especialmente el derecho realización coactiva del derecho
constitucional, el derecho adm inis­ suele reservarse cada vez m ás al
trativo y el derecho penal, que está p oder ejecutivo de la com unidad
al servicio de la protección del pública (estado, etc.).
orden público. El derecho m atrim o­ El positivismo jurídico v a m ás le­
nial, subdividido en derecho de jos y, desconociendo que el derecho
cosas y derecho de obligaciones, es se funda en la condición de per­
inequívocamente derecho privado. sona propia del hom bre, condición
El derecho laboral, el económico que viene dada ju n to con su 7 esen­
y otros dom inios jurídicos análo­ cia, e ignorando su disposición so­
gos, todavía recientes, tienen un cial, fundada a su vez en la natu ­
aspecto público y otro privado. El raleza personal de la criatu ra h u ­
derecho de fam ilia ocupa una situa­ m ana, sostiene que la com unidad
ción especial: aunque organiza la determ ina de m anera absolutam en­
com unidad familiar, no se incluye te prim ordial el contenido del dere­
de ordinario en el derecho público, cho, E n consecuencia, adm ite sólo
p o rq ue la familia es una com unidad com o derecho preceptos positiva­
m ente form ulados (y, a lo sumo, dam entos. F rente a ella, la sociolo­
costumbres), y n o ata la determ ina­ gía jurídica investiga cóm o se llega
ción positiva del orden jurídico a la form ación del derecho, cóm o
a ninguna clase de derecho ante­ prevalecen o m ueren ciertas con­
rior, antes bien, hace que sus pre­ vicciones y tem as parecidos. La
ceptos sean «derecho» aun en el ciencia del derecho elucida el orden
caso de que contradigan las rela­ jurídico existente (u otro que haya
ciones esenciales ontológicas y el tenido existencia histórica), aclara
orden ético. En la form a m ás exa­ sus principios fundam entales, sus
cerbada de positivismo, lo único conexiones internas, los conceptos
que elevará u n precepto a norm a jurídicos usuales en él, etc.
jurídica será su efectiva capacidad El hom bre que se m antiene unido
de vigencia. V erdad es que algunas al derecho, acata las exigencias ju ­
veces parece querer decirse única­ rídicas ajenas y se esfuerza p o r
m ente que sólo la com unidad o r­ cum plir con sus deberes jurídicos,
ganizada (especialmente el / e s t a ­ practica la virtud de la /ju s tic ia .
do) confiere al orden jurídico aque­ Las exigencias del derecho quedan
lla acabada perfección técnica que igualm ente satisfechas cuando el
satisface las necesidades sobrem a­ m otivo de la acción no reside en
nera acuciantes de la vida actual. el respeto al orden jurídico; dicho
P odrá entonces entablarse discu­ m otivo puede ser de índole inferior
sión sobre si se da e l'n o m b re de (interés personal bien entendido) y
/ derecho natural a las ideas rela­ tam bién superior. Por eso el dere­
tivas a un orden sobre el cual se cho n o excluye el am or: frecuente­
basa todo el derecho positivo o se m ente, lo debido en justicia es a la
acuña u n nuevo térm ino libre del vez debido p o r razones de caridad
lastre de prejuicios y exento, por y siempre puede cumplirse p o r m o­
tanto, de falsas interpretaciones, tivos de la m ás p u ra benevolencia.
para reem plazar aquella denom i­ — N e l l -B r f u n t n g .
nación que, desgraciadam ente, ha b) V . C a t h r e in , R echt, N aturrecht und
venido a ser equívoca. p o sith e s R echt, 21909 [trad. esp .: L a f i ­
El formalismo jurídico coincide losofía del derecho. E l derecho natural
con el positivismo en cuanto no y el derecho positivo, *19261; O . S c h i l -
adm ite tam poco preceptos jurídicos l t jjg , Christliche Sozial- und R echts-
determ inados respecto al contenido philosophie, * 1950; K . P e t r a s c h e k ,
System der Philosophie des S ta a tes und
y anteriores o superiores a los po­
des Vólkerrechts, Z ürich-L eipzig 1938;
sitivos, aceptando únicam ente prin­ H . R ommen , D ie ewige W iederkehr des
cipios jurídicos «fonnales», v.gr., N aturrechts, 21947; J. M essner , D as
la libertad, según puede coexistir N aturrecht, 1950; G . d e l V ecc hio , L e-
con «igual» libertad de todos zioni di Filosofía del D iritto, M ilán
(Kant). Puesto que la vida nece­ ’ 1950 [trad. esp .: Filosofía del dere­
sita norm as con contenido, éstas cho, *1953]; L. B e n d er , Philosophia
deben ser establecidas positivam en­ iurls, R om a 1948; R . C lemens , Person-
te en su totalidad. L a m ajestad del nalité morale et personnalité juridique,
P arís 1935; [J. R u i z -G im én ez , L a con­
derecho es sustituida po r la m era cepción institucional del derecho, 1944;
devoción a la ley (Legalitüt: lega­ J. L ecle Rcq , Lecons de D roit N aturel;
lidad). I. L e fo n d em en t du D roit et de la S o c iité ,
La filosofía del derecho se ocupa *1947; J. M , D íez -A legría , É tica, dere­
en la esencia de éste y en la reduc­ cho, historia, 1953]; c) R . S tam m ler ,
ción del mismo a sus últim os fun­ Lehrbuch der Rechtsphilosophie, 1923
(fo rm alista rig u ro so ); G . R a d b r u c h , Los estados que exaltaban esta exi­
Rechtsphilosophle, 41950 (progresivo acer­ gencia de soberanía reconocían so­
cam ien to en cad a n uev a edición al p u n to lam ente com o derecho internacio­
d e vista aq u í d efen d id o ); C. A . E mge ,
Vorschule der Rechtsphilosophie, 1925;
nal el derecho contractual o con­
R . L a u n , R echt und S ittU chkcit, 1935; suetudinario, que descansa en la
K. C o in g , Grundzüge der Rechtsphilo­ voluntad concordante de todos
sophie, 1950; E. HO lsch er , Sittliche ellos. El veto de cualquier estado
Rechtslehre, 1929-1930; d) T h . W ü r - bastaba para frustrar todo progreso
tenberger , Wege zum Naturrecht in en la esfera del derecho internacio­
Deutschland, en «A rch. fü r R echts- u n d nal. Más aún ; revocando unilate­
S ozialphilosophie» 38 (1949) pp. 98-138; ralm ente el asentim iento un día
O. S. M o crn , S tu d l sulle origini storíche
otorgado, cualquier estado creía
dei diritti essenziali delta persona, B olo­
n ia 1937; E. LufJo P e S a , Historia de la recobrar la libertad de acción y, en
filosofía del derecho, 1949; (J. CORTS consecuencia, poder derogaT n o r­
G r a u , H istoria de la filosofía del derecho, mas de derecho internacional (v.gr.,
1944;] e) V . C at h r e in , Moralphilosophie, un tratado de paz) con tal que se
‘ 1924 [trad. ital. d e la 5 .* alem .: Filosofía sintiera suficientemente fuerte para
m orale, F lorencia 1913-1920]; [G . MAR­ ello. N i aun la guerra de agresión
QUEZ, Filosofía del derecho, 1949].
constituía una infracción del dere­
Derecho internacional. Entiénde­ cho internacional, y la tierra y el
se po r derecho internacional el con­ pueblo violentam ente arrebatados
ju n to de norm as jurídicas a que Jos se consideraban com o jurídicam en­
estados se sujetan en sus m utuas te adquiridos. El gran núm ero de
relaciones. Según esta concepción, agresiones perpetradas en la época
sólo los estados son sujeto del de­ de las guerras m undiales fué lo
recho internacional. Ú ltim am ente único que llevó a reflexionar, a re­
va ganando terreno la tendencia a conocer un orden de derecho y de
adm itir que en m uchos casos el paz entre pueblos y estados, aunque
derecho internacional, v.gr., el es­ quizá tal reconocim iento quede hoy
tatu to de las N aciones U nidas o un po r hoy reducido a m eras palabras.
catálogo de los derechos hum anos Com o todo derecho, tam bién el
que ellas han de poner en vigor, no internacional requiere un órgano
atañen únicam ente a los estados, es ejecutivo que, cuando sea necesario,
decir, no sólo pueden otorgar dere­ garantice coactivam ente su vigen­
chos u obligar a éstos, sino tam bién cia. M ientras no esté organizada
y de m anera directa a sus ciudada­ u n a sociedad de estados, u n o o un
nos y aun a todos los hombres. Así, grupo de ellos, y sólo en caso de
el derecho internacional se ensancha necesidad, puede encargarse, ape­
hasta com prender la totalidad de lando a la fuerza, de la tarea de
norm as jurídicas que, ya com o / de­ reducir al acatam iento del derecho
recho natural, ya com o / derecho a alguno de los m iem bros de la co­
positivo, son colectivamente obliga­ m unidad internacional que lo haya
torias para la hum anidad en gene­ violado. A quí reside la justificación
ra], para la totalidad o para la m a­ —muy lim itada— de la llam ada in­
yor parte de pueblos organizados tervención internacional y, en caso
en estado. extrem o, de la guerra d e interven­
L a absoluta /s o b e r a n ía exigida ción; A m edida que se vaya organi­
po r los estados en los últim os tiem­ zando la sociedad de estados, sur­
pos y el auténtico derecho interna­ girá en esta organización un poder
cional se excluyen recíprocam ente. ejecutivo del derecho internacional,
poder perm anente y regulado en su SCHEK, S ystem der Philosophie des Staates
m odo de proceder, con jurisdicción ¡md des Vólkerrechts, 1938; [L. L e F u r ,
obligatoria y que, dado el caso, Précis de droit International public, París
31937; Y . d e LA B r ié r e , D roit naturel et
actuará contra el transgresor con­
droit de gens, en « A rch ives de P h ilo so ­
tum az con m edidas que exterior- p h ie» 12 (19 36 ) fase. 1, pp. 137-158;
mente no se diferenciarán tal vez S. R a m ír e z, E l derecho de gentes, 1955;]
de la / g u e r r a , pero que, según su J. T. D e io s , L a sociélé internationale et
naturaleza, serán ejecutivas de una les principes du droit public, París 21950;
justicia situada por encima de los d) O . ScHILLING, Das Vdikerrecht nach
estados individuales. La com unidad Thomas von A quin, 1919.
jurídica supraestatal debe —teórica­
m en te— apoyar al ciudadano par­ Derecho natu ral. E n últim a ins­
ticular a quien el propio estado tancia, todo / derecho se funda en
niega los derechos de la persona la naturaleza de las cosas y tiene,
hum ana. p o r lo mismo, su fundam ento ú l­
E l ius gentium de la antigüedad tim o en D ios: en su esencia y su
no corresponde a nuestro derecho voluntad santa, es decir, identificada
internacional, sino que expresa el perfectam ente con aquélla. Así co­
derecho unánim em ente enraizado m o en el orden to tal de la creación
en la conciencia jurídica de todos la santa voluntad divina se m ani­
los pueblos (entonces conocidos). fiesta com o / l e y m oral n atural,
El llam ado derecho internacional así en aquellas relaciones esencia­
privado no es derecho internacio­ les creadas sobre las cuales des­
nal, sino un derecho intraestatal cansa la vida social y el orden ju ­
constituido por las denom inadas rídico que la sostiene, se manifiesta
«normas de colisión»; ¿qué derecho com o ley jurídica n atu ral (derecho
ha de aplicarse cuando los dom i­ natural). E sta ley jurídica n atu ral
nios jurídicos de varios estados en­ es, por consiguiente, un a p arte de
tran en contacto (v.gr., cuando se la ley m oral n atu ral; y el conjunto
tra ta del testam ento de u n extran­ del orden jurídico, un a parte del
jero sobre una herencia radicada orden m oral total. Todo perfeccio­
en territorio nacional)? C om o con­ nam iento del orden jurídico (dere­
secuencia de convenios internacio­ cho positivo) llevado a cabo p o r
nales, en un gran núm ero de esta­ el hom bre se halla vinculado a es­
dos muchas de estas norm as de tos fundam entos dados p o r D ios
colisión se ajustan, dentro de cada y ha de lim itarse a desenvolver los
uno, a iguales m edidas legislativas. preceptos del orden jurídico n atu ­
P or lo dem ás, hasta ahora la uni- ra l (per modum conclusionis) o,
fic ación de las norm as jurídicas su- donde tal orden presenta un vacío
praestatales en un derecho mundial y deja posibilidades de elección, a
(v .gr., en un derecho de cam bio llenar este vacío (per modum speci-
y de cheque) sólo se ha consegui­ ficationis) con determ inaciones con­
do en m edida m uy lim itada. — cretas, según las necesidades prác­
N e l l -B r e u n in g . ticas. Ello, aunque n o con carácter
exclusivo, es sobre todo tarea del
b) A . H a r t m a n n , D ie sittUche Ord-
/ e s t a d o , que, p o r regla general,
nurtg der V é lk e r g e m e in s c h a ft, 1950;
A. H o l d - F e r n í c k , Lehrbuch des Vülker- ejerce actividad legislativa y, por
rechts i 1930, n 1932; A . V e r d r o s s , lo tanto, establecedora de derecho;
V dikerrecht, *1950; J. M a u s b a c h , N alur- sin em bargo, tod a com unidad pes ;e
recht und V dikerrecht, 1 918; K . P e t r a - poder legislativo en lo que respecta
a sus propios intereses ( / Subsi- últim o origen en D ios, así también
diariedad [Principio de]). aquellos derechos reciben de Él su
Este derecho natural clásico fué inviolabilidad. — N e l l - B r e u n i n g .
tem poralm ente suplantado por u n b) V. C a t h r e i n , R echt, NaturrechI
«derecho racional» que se presen­ und positives R echt, “1909 (trad. esp.:
taba engañosam ente bajo el nom ­ L a filosofía del derecho. E l derecho natu­
bre de «derecho natural». E n el ral y el derecho positivo, 21926]; O. S c h i l -
apogeo del / racionalism o y de la l i n g , Christliche Sozial- und Rechtsphi-
/I lu s tr a c ió n se le creía capaz de losophie, !1950; H . Rommen, Die ewige
poder deducir en todos sus detalles, W iederkehr des N a tu r r e c h ts , *1947;
partiendo de principios racionales G. M a n s e r , N aturrecht in thom isticher
Beleuchtung, F rib u rg o de Suiza 1944;
universales, la regulación de cuanto d el m ism o : Angewandtes Naturrecht,
ocurriese en la vida y, po r tanto, F rib u rg o de Suiza 1947; J. M e s s n e r ,
la ordenación de la vida social hu­ D as N aturrecht, 1950; [i. C o r t s G r a u ,
m ana. El intento term inó en el ri­ Curso de Derecho N aturai, 1953; L. Le-
dículo. Desde entonces, entre quie­ c l e r c q , L eto n s de D roit naturel, 4 vols.,

nes no sabían distinguir el derecho L ovaina 1946-1950.]


natural clásico de este derecho na­
tural racionalista, se consideró el Determinismo. D octrina opues­
derecho natu ral sin m ás como cosa ta al indeterminismo, según la cual
que ya no debía tom arse con serie­ todas las direcciones de nuestra
dad, ejerciendo el positivismo y el voluntad están unívocam ente de­
formalismo jurídicos ( / Derecho) term inadas por la constelación de
un a soberanía absoluta casi indis- los motivos actuantes y el estado
cutida. Sólo las necesidades de los psíquico, consciente o inconsciente,
últim os tiempos, cristalizados en el del m om ento. Se basa a menudo
desenfreno con que las dictaduras en una errónea com prensión de la
y totalitarism os pisotearon la dig­ doctrina indeterm inista de la / l i ­
nidad hum ana, provocaron una re­ bertad de la voluntad, com o si
flexión sobre la existencia de dere­ ésta significara un a fuerza dirigida
chos anteriores y superiores a los a querer sin causa ni m otivo (in­
positivos, que en realidad era una determinismo exagerado) . G eneral­
reflexión sobre el derecho natural m ente, el determ inism o invoca so­
clásico. Así, los derechos hum anos bre todo la ley de causalidad, pero
proclam ados por las N aciones U ni­ n o se lim ita a concebirla com o
das y la U nión E uropea e igual­ exigiendo una causa suficiente
m ente los derechos fundam entales para todo efecto (única form a en
de las recientes constituciones polí­ que presenta el carácter de ley
ticas no se presentan com o otorga­ universal y necesaria del pensar)
dos por las Naciones U nidas, Ja ( / C ausalidad [Principio de]), sino
U nión E uropea o los legisladores pretendiendo ver en ella que todo
constituyentes, sino com o derechos efecto debe estar unívocam ente
simplemente dados e insoslayables. predeterm inado en su causa total
El que no cree en D ios los anclará (lo cual no se ha dem ostrado que
en la naturaleza y la esencia del convenga a todo el dom inio de lo
hom bre. El creyente, en cambio, real ( / Causalidad [Ley de]).
puede dailes un fundam ento esen­ Procediendo m ás empíricamente,
cialm ente m ás profundo y firme el determinismo interpreta la con­
cim entándolos en el orden de ía ciencia de la libertad como un ju i­
creación: así com o éste tiene su cio erróneo nacido del desconoci­
m iento de los móviles inconscien­ mo y el pragm atism o de todos los
tes (tendencias determinantes). Pero matices, así com o el racionalism o
no advierte que nosotros n o con­ y el biologismo extrem ados. —
sideramos com o «libremente que­ D esde el p un to de vista de la filo­
ridas», por desconocer su causa­ sofía natura], entiéndese p o r deter-
ción, vivencias que descansan en minismo la doctrina de la certidum ­
procesos inconscientes de com ple­ bre unívoca de todo acontecer
jos, com o, v.gr., inspiraciones cien­ natural. /C a u s a lid a d (Ley de),
tíficas y artísticas, recuerdos fa­ /In d e te rm in a c ió n (Relación d e).—
llidos, etc., sino que las tenemos A cerca del determ inism o económi­
por ((enigmáticas». U na ulterior co, /M a rx is m o . — W i l l w o l l .
jundam entación em pírica del de-
b) K . G u t b e r í -ET, D ie W illensfreiheit,
term inismo alude al hecho de que, “1904; K. Jo ri., Der fre ie IViüe i, 1908;
conociendo bien el carácter, los [J. L o t u s ’, Statistique morale et détermi-
hábitos, las inclinaciones y la si­ nisme, en «R evue néoscolastíque d e p h i­
tuación m otival, pueden predecirse losophie» 1908, pp. 48-89; A. G em f.lu,
las decisiones de la voluntad de Lom broso, F lorencia 1911; D . M e r c i e r ,
otro hom bre, así com o tam Fién in­ L a liberté d'indifférence e t le détermi-
voca la regularidad, señalada por nisme psychologique, en «R evue néosco-
la /e s ta d ís tic a m oral, de m uchas lastique de philosophie» 1904, pp. 5-17].
c ) L o m b r o s o , L 'u o m o delínqueme, 3 vols.,
acciones «libres», regularidad que
T urin ‘ 1896-97; N . A c h , A nalyse des
delata una ley operante. Sin em­ Willens, en Handbuch der biologischen
bargo, estas alusiones m uestran A rbeitsm ethoden, A bteilung 6, 1935; Z u r
únicamente que no hay ningún que­ neueren W illenslehre, en «B ericht über
rer sin motivos y que los hombres, d en 15. K ongress d e r deutschen Gesell-
por regla general, siguen gustosa­ sch aft fü r Psychologie» 1937; J. L a n c e ,
mente sus inclinaciones y carácter Verbrechen ais Schicksal, 1929.
y evitan los conflictos con ellas,
pero tales argum entos no deciden Devenir. El devenir es nuestra
la cuestión acerca de si esta evita­ característica fundam ental y. la de
ción es necesaria o libre. El deter- todo lo que en el m undo nos rodea.
minismo intenta salvar los concep­ P o r eso los esfuerzos de la filosofía
tos de responsabilidad, castigo, etc. se dirigieron desde el principio a la
( / L ibertad de la voluntad), vácíos com prensión del devenir, cuya cues­
de sentido si se suprim e la libertad, tión decisiva es la relación de éste
diciendo que precisam ente tiene por con el / s e r . Al principio no se
responsable y punible el «carácter» veían más que dos cam inos: o se de­
del hom bre culpable (con lo-cual ja b a perecer el devenir en el ser o
¿ste no se distingue del psicópata) el ser en el devenir; o el uno o el
c interpretando el castigo com o un otro eran explicados com o p ura
recurso puram ente intim idativo, o apariencia. A m bos tipos de con­
sea un m edio p ara defender a la cepción se enfrentan en Parménides
sociedad contra el hom bre asocia), y Heráclito, aunque n o en form a
(lo que anularía la dignidad de la tan extrem adam ente m arcada como
personalidad ética y haría del durante m ucho tiem po se creyó. En
hom bre un ser de adiestram iento). el curso de la historia, el devenir
- Consecuentes con las bases de trata constantem ente de alcanzar
sus sistemas, son determ inistas el la primacía. En cuanto se le consi­
m aterialism o y el monismo, el pan­ dera D ios, constituye el D ios deve­
teísmo, el positivismo, el empiris­ niente del panteísm o o del pensa­
miento actual de orientación bio­ no es un elemento del proceso del
lógica. devenir; sin em bargo, no es nece­
U na auténtica solución del pro­ sario que empiece p o r encontrarse
blema exige conservar íntegramente fuera de lo que deviene. Así, el
tanto el devenir com o el ser. árbol es causa eficiente próxim a de
Nietzsche com parte con la escolás­ su crecimiento. A su vez, la causa
tica esta apreciación fundam ental. eficiente depende, en el obrar, de
Pero am bos cam inos divergen en una causa extrínseca ulterior, a
seguida, porque Nietzsche identifica saber: del / fin o de aquello
ser y devenir, haciendo así de la «por lo cual», q ue atrae a la cau­
contradicción absoluta el núcleo de sa eficiente provocando y guian­
todas las cosas, m ientras la esco­ do su actividad; p o r eso todo
lástica salva esta contradicción el proceso del devenir tiende a
que provocaría su desgarramiento. él ( / Finalidad). El fin se de­
Nietzsche no puede encontrar res­ nom ina igualm ente causa extrín­
puesta alguna, pues, com o los pre- seca, porque no es elem ento del
socráticos, ve todavía el devenir movim iento mismo del devenir,
com o algo indescomponible, último. sino superior a él com o perfección
L a escolástica, en cambio, guiada acabada, consum ación, que h a de
p o r Platón y Aristóteles, penetra obtenerse; sin em bargo, n o es
a través de la interna estructura indispensable que sea prbpuesto
del devenir y de su referencia esen­ desde fuera, sino que en prim era
cial a causas últim as y situadas po r instancia puede serlo p o r lo de­
encima de él. E l devenir es necesa­ veniente mismo, com o el árbol en
riam ente producido: éste fué el virtud de su en-tel-equia (es decir,
gran descubrimiento de Aristóteles, en virtud de la ley esencial im presa
punto de partida para su desarrollo en él [ / F o r m a ] ) se p ropone in­
de la teoría de las cuatro / causas, conscientem ente com o fin su pleno
am pliada m ás tarde po r la esco­ despliegue.
lástica. C on ver lo que deviene com o
El análisis filosófico comienza algo activo y que se propone un
p or el devenir en el sentido más fin, n o hem os alcanzado todavía
propio del vocablo, po r el tránsito el fundam ento últim o del del deve­
paulatinam ente progresivo, v.gr., el nir, pues siendo lo deveniente en
crecimiento de u n árbol. Cuando cuanto tal producido, sus causa­
tenemos ante la vista una determ i­ lidades eficiente y final dependen res­
nada fase de este proceso, ya se pectivam ente de un a causa eficiente
ha logrado una cierta realización, y de una causa final situadas p o r en­
m ientras las fases ulteriores no cima del devenir. A sí pues, debe h a­
hacen sino aspirar a ella. C on ello, ber sobre todo devenir algo absolu­
el devenir aparece com o compuesto tam ente superior a él com o razón
del / a c t o ya realizado y de la últim a suya; Aristóteles lo llamó
/p o te n c ia , que perm anece frente «m otor inm óvil»; la escolástica,
a él esperando la realización. Éstas profundizando en su naturaleza, lo
son las / causas intrínsecas o convirtió en el Ser subsistente
/p r in c ip io s del ser del devenir. (Dios). Éste es a la vez origen pri­
Pero dichas causas entran en el m ero y fin últim o de to d o el
devenir únicam ente por el influjo devenir. A él conduce tam bién la
de la causa extrínseca eficiente, la tensión de los principios ontológi-
cual se denom ina extrínseca porque cos de acto y potencia, p o r cuanto
rl acto recibido en la potencia y c. 2 ; c) G . H e g e l / a ) \ F r . N ietzsche ,
limitado por ella presupone el acto D ie Unschuld des W erdens (o b ra p o s tu ­
ilimitado, subsistente, en definitiva, m a), 1931, 2 v o ls .; H. B ero so n , L 'évo-
lution créatrice; d ) W . B r ó ck er , A ris­
i-l Ser subsistente. P or lo tanto, el
tóteles, 1935 (tem a : B ew egung), C.
ilovenir com o tránsito del no ser al B aeu m k er , D as Problem der M aterie
s e r se funda en últim a instancia en in der griechischen Philosophie, 1890;
el Ser absoluto. [C. G ia c o n , ¡I divenire in A ríslolele (tex ­
Considerem os ahora las distintas to s y c o m en ta rio ), 1947; H . H eimsoeth ,
t<irmas de devenir. D e experiencia L o s seis grandes lem as de la m etafísica
cotidiana es el devenir com o cam ­ occidental (trad. esp .), 1928.]
bio de cualidades o actos acci­
dentales en un núcleo substancial Dialéctica. Térm ino derivado,
invariable que los sustenta com o del griego SiaXéytadai y que eti­
potencia pasiva y a m enudo, tam ­ mológicam ente designa el arte de
bién, activa (devenir accidental). conversar. Em pleado ya en tiem ­
A mayor profundidad llega el de­ pos anteriores a Sócrates, éste lo
venir substancial, v.gr., de un árbol practicó de un m odo que se hizo
0 de un anim al, en el cual la tran s­ clásico. C on la dialéctica pretendía
ió ™ ación afecta al mismo núcleo introducir a los hom bres en la ver­
ti substancia, puesto que la poten­ dadera esencia de las cosas m e­
cia del substrato m aterial (v.gr., diante graduales dilucidaciones de
del alim ento) es inform ada po r el los conceptos. Sobre esta base se
acto del alma. L a capa m ás pro ­ desarrollan m ás tarde los diálogos
funda la alcanza el devenir com o de Platón que, en la exposición y
creación p o r el que sin substrato contraargum entación de los inter­
precedente se produce un ser de locutores, extraen de lo dado las
la / nada, lo cual únicam ente pue­ esencias y facilitan así el ascenso
de ser llevado a cabo po r la om ni­ a su realización fundam enta] y ori­
potencia divina ( 7 C reación); esta ginaria; las ideas. L a dialéctica es,
última clase de devenir fue desco­ pues, p ara Platón el m étodo de la
nocida aun po r Aristóteles. — metafísica. Parecido carácter mues­
1 x»iz. tr a el m étodo escolástico de la m e­
a) H e r á c u t o , P arm énides , Fragmen­ tafísica medieval. Las / disputas se
tos (reunidos en : D ie Fragmente der Vor- llevan a cabo en form a de diálo­
Mtkratiker p o r H . Diels-W . K rao z, *1951; gos; idéntico tipo determ ina la
W. C a pelle , Die Vorsokratiker, 1935); estructura de la «Q uaestio» esco­
11). G a r c ía B a c c a , L o s presocrdlicos, lástica. P o r todas partes la diná­
1941; del m ism o: E t poem a de Parméni-
m ica del «Sic et non» im pulsa el
des, 1943); P l a t ó n , so bre to d o la Repú­
blica; A r is t ó t e le s , Física y M eta física ; pensam iento.
S a n t o T om ás d e A q u in o , Comentarios C uán profundam ente caracteriza
a la Física y M etafísica de A ristóteles; el diálogo la peculiaridad del hom ­
C¡. H e g e l, L o g ik , prin cipalm ente 1. r bre lo dicen estas palabras de
k c c . 1.“ c. 1.°; b) /'A cto, P otencia, P rin ­ Holderlin: «Existimos desde u n
cipios del ser; G . S ie w e r t h , D er Tho­ diálogo». D e hecho, estamos siem­
mism us ais Identitdtssystem , 1939; pre en conversación, si no con
M. M Ü lle r , Sein und Geist, 1940, U n-
otros, al m enos con nosotros m is­
icrsuchung 3; A . B r u n n e r , D er Stufen-
bau der W elt, 1950, c. 16; E . S te in ,
m os. L a evolución intelectual de
Etidllches und ewiges Sein, 1950, especial­ la hum anidad es tam bién un co-
m ente u -iv ; A . M a r c , Dialectique der loquio continuo entre las distintas
Vaffirm ation, 1952, particu larm en te 1. li, épocas. En este coloquio la verdad
plena se abre paso paulatinam ente C uanto llevamos dicho confluye
sólo a través del choque de opo­ en la «dialéctica trascendental» de
siciones antagónicas. A sí, la histo­ Kant. Siguiendo la gran tradición,
ria se encuentra bajo el signo de bajo este título se tra ta la m eta­
la dialéctica del espíritu. En esta física. Tam bién entra en juego la
perspectiva se insinúa la tendencia contradicción, pero no com o fe­
a elevar la dialéctica a ley funda­ cundo m om ento que im pulsa hacia
m ental del ser. Y a Heráclito veía delante, sino en form a de / a n t i ­
en la «guerra», es decir, en la opo­ nom ias destructoras de u n a m eta­
sición de los contrarios, «el padre física teorética. C on ello, según él,
de todas las cosas», o sea la m ás se tra ta de desenm ascarar la vana
íntima esencia del ser. E l / i d e a ­ apariencia de un a m etafísica es­
lismo alemán, H egel principalm en­ peculativa. — L o t z .
te, desarrolló esta concepción. P ara
Hegel, lo real es esencialmente de­ a) P l a t ó n , todos los diálogos, especial­
venir, que en la m archa ternaria de m ente la R epública; b) R . G u a r d i n i ,
tesis —antítesis-- síntesis va avan­ D er Gegensatz, 1925; R . R o b i n s o n ,
zando paso a paso; por eso nues­ P lato's Earlier D ialectic, s1953; P. W u s t ,
tro pensam iento debe seguir el D ie D ialektik des Geisles, 1928; P .
mismo curso. E n esta idea se oculta F o u l q u i é , Im dialectique, P arís 1949;
un núcleo de verdad, pero mezcla­ IA. F o r e s i , L a réalité concréte et la
da con una concepción panteísta, dialectique, 1931]; d ) B. L ie b r u c k s ,
Platons E ntw icklung zur D ia lektik, 1949;
ya que, según Hegel, tam bién D ios
J. T h e o d o r a k o p u i o s , Platons D ialektik
está sujeto a la dialéctica; además, des Seins, 1927; J. A . E n d r e s , Forschungen
de ordinario, no se tiene en cuenta zur Geschichte der D ialektik der frühm it-
que la dialéctica no avanza en la telalterlichen Philosophie, 1915; M . G r a b -
/o p o s ic ió n contradictoria, sino en MANN, Geschichte der scholastischen Phi­
la contraria. Si bien en el um bral losophie, 1 9 1 5 ; M . G r a b m a n n , Geschichte
de la E dad M oderna, Nicolás de der scholastischen M ethode, 1909-1911;
Cusa caracteriza a D ios como del m ism o: D ie Philosophie des M ittelal-
ters, 1921 [trad. esp .: Filosofía medieval,
«coincidentia oppositorum» (unidad
1928]; A. D e m p f, D ie H auptform mit-
de los contrarios), esto no ha de telalterlichen fVeltanschauung, 1925; R .
entenderse panteísticamente. —P ar­ K k o n e R , Von Kant bis H egel. 1921-1924;
tiendo de Hegel, el / m aterialis­ A. DÜRR, Z u r Problem der Hegelschert
mo dialéctico traspone la dialéctica D ialektik und ihrer Formen, 1938; S.
a la esfera de lo m aterial y eco­ M a r c k , D ie D ialektik in der Philosophie
nómico. der Gegenwart, 1929.
En sentido am plio, la dialéctica
coincide con la / l ó g i c a form al,
con la doctrina de las form as del Dinámico. Puede calificarse de
pensar hum ano en general. El dinám ico todo aquello que envuelve
hecho de que ésta fuera iniciada relación a /m o v im ie n to , / a c t i v i ­
desde el punto de vista del arte dad y /f u e r z a . E n oposición al
del discurso y de la disputa cien­ p unto de vista / estático, el dinám i­
tífica, explica que se le diera aquel co hace resaltar la conexión con­
nombre. Las épocas de decadencia creta de las cosas en el plano de
han abusado de ella j a r a fútiles la acción y del devenir. E l orden
cavilaciones, de suerte que ahora dinámicamente considerado se iden­
dialéctica significa tam bién muchas tifica con la /f in a lid a d ( / D i n a ­
veces sutileza. mismo). — B r u g g e r .
Dinamismo. Puede llam arse di­ de la]), la realidad es un a corriente
n a m is m oto d a teoría filosófica que continua y única de actividad libre
o ( 1) explica m ediante la / f u e r z a y de evolución creadora (sin sujeto
y la /a c tiv id a d lo que el hom bre distinto de ella), producida y guiada
m> filósofo considera com o ser p o r el im pulso vital (élan vital),
quiescente o ( 2), frente a otras di­ sustitutivo de las causas eficientes
lecciones del pensam iento filosó­ y finales que lo p enetra todo, —
fico, extiende este m odo de explica­ El dinamismo cosmológico enseña
ción a dom inios m ás am plios, o (3), que el espacio está ocupado diná­
en fin, lo hace extensivo a toda la m icam ente po r unidades inextensas
realidad (dinamismo integral). — de fuerza, las cuales, o bien indi­
],a escolástica defiende un dina­ vidualm ente y cada un a de p o r sí,
mismo de la / form a, pues no sólo acotan una esfera del espacio va­
asigna a su sujeto un ser estático, cío (Leibniz, / M ónada, Boscovich,
sino que le confiere tam bién fuerza E. von H artm ann), o bien lo llenan
y ordenación a u n fin que h a de p o r m utua atracción y repulsión
alcanzar, dotándole, por lo mismo, (Kant, Schelling). — /D in á m ic o ,
de apetito y actividad ( / F inali­ / D evenir, / Voluntarism o. —
dad). Esto se aplica tanto a la for­ Brugger.
m a substancial com o a las form as a) I . K a n t , M onadologia physica ( p r e -
accidentales que la siguen. T rasla­ crític a); M etaphysische Anfangsgründe der
dando esta teoría a la esfera del N aturwissenscha/t (crítica); H . B e r g s o n ,
conocim iento, J. M aréchal enseña L'évolution créatrice; b) i . M a r é c h a l ,
que la relación de nuestras repre­ L e poínt de départ de la métaphysique,
sentaciones a los objetos sólo es L ovaina 1926, v , pp. 274-327; E. W in-
posible por el carácter dinámico de g e n d o r f , D as D ynam ische in der mensch-

la facultad de conocer tal com o se lichen Erkenntnis, 1939-1940; P . H o e -


n e n , Cosmología, R o m a *1936, pp. 397-
revela en el / j u i c i o (dinamismo 407; [F. R e n o i r t e , É lém ents de criti­
gnoseológico). El dinam ism o de la que des sciences et de cosmologie, 21947;]
escolástica se distingue del integral: J . R e in k e , D as dynamische W eltblld,
primero, porque, según ella, la for­ 1926; c ) K ant, Bergson / a ) ; E . D u n -
ma es u n elemento esencial que GERN, D ynam ische Weltanschauung, 1921,
determ ina en la m edida m ínim a el
ser del objeto y lo o rdena a su Dios. C om o quiera que el p ro ­
plenitud, no, com o Bergson preten­ blema del / s e r desemboca esen­
de, un m ero concepto necesario cialm ente en el problem a de D ios,
para reducir el ser fluente a servi­ la disputa acerca del ser es, en
dum bre y que fragm enta la realidad últim a instancia, u na disputa acerca
de m anera contraria a su naturale­ de D ios. P or eso toda filosofía con
za; segundo, porque la escolástica su respuesta a la pregunta referente
(de dirección tom ista) supone en el al ser tom a de alguna m anera p o ­
ente corpóreo una / m ateria prim a sición respecto a Dios. Su noción
indeterm inada en sí, puram ente de D ios m uestra lo m ás profunda­
determ inable y, p o r lo m ism o, des­ m ente posible de qué espíritu es
provista de toda actividad. Sin em­ hija y hace patente co n la m áxim a
bargo, cuanto más se desliga el claridad su grandeza o su fracaso.
ser de la m ateria, tanto m ás activo E sta piedra de toque evidencia que
se to rn a; el ser p u ro es actividad la «.philosophia peretmis» ( / Filo­
pura. — Según el dinam ism o in­ sofía) aventaja con m ucho a todas
tegral (Bergson, / V i d a ÍFilosofía las dem ás en contenido de verdad.
D ios es el fundam ento primitivo buirse a D ios las perfecciones puras,
(LJr-grund) del ente m ultiform e que las que, según su esencia, designan
constituye el / m undo, de todo un ser puro (sabiduría, bondad,
ente en general. T odo se funda en poder); pero no las m ixtas, en cuya
Él en cuanto que la totalidad de esencia se mezclan ser y no ser
los seres sale de Él com o prim era o imperfección (v.gr., los efectos
Causa eficiente ( / Causa, / Crea­ sensibles que sólo m etafóricam ente
ción) y p o r É l es atraída como cabe predicar de Dios. / Analogía).
último / Fin, en cuanto que todo Ú nicam ente la consideración de
participa de su plenitud ( / Parti­ los atributos divinos en particular
cipación), ofreciendo así un tra ­ hace resplandecer ante nosotros en
sunto o p o r lo m enos una huella su sublimidad la noción de Dios.
de su magnificencia. El Fundam en­ Com o ser en persona, D ios es la
to prim itivo en cuanto tal no se plenitud integral del ser y, por lo
cim enta en ningún otro, sino sólo tanto, /in f in ito El ser no está en
en sí m ism o; la C ausa prim era y Él lim itado por ninguna clase de
últim a de todo ha de ser incausa- no-ser, por eso es ser puro, actua­
da, existe en virtud de la absoluta lidad pura (actus purus, / A c t o ,
necesidad de su propia esencia /P o te n c ia ), que, p o r suponer el
(a-se-¡tas: aseidad; ser-por-sí). P or devenir un no-ser aún, descansa,
eso coinciden com pletam ente en perfecto, desde un principio. D e
D ios /e s e n c ia y /e x is te n c ia ; no ahí que D ios sobrepuje inefable­
sólo tiene ser com o un ente, es m ente al ente finito, deveniente
decir, como ser-habiente, sino que ( / Trascendencia), para, a pesar de
es el / S e r mismo en persona, el ello, entrañarse en él sim ultánea­
Ser subsistente ( / Subsistencia). m ente com o su fundam ento últim o
En esto consiste la esencia m eta­ y primitivo ( / Inm anencia). Como
física de D ios, que le constituye quiera que la corporeidad incluye
en lo m ás profundo y le destaca esencialmente no ser, D ios es un
de todo lo demás. / e s p ír itu puro y, en consecuencia,
E n oposición a ella, su esencia un ser personal ( / Persona) que,
física com prende, juntam ente con conociéndose y am ándose, se posee
el ser subsistente, todas sus per­ a sí mismo y gobierna todo lo de­
fecciones, implicadas en éste como más con su providencia. El hom bre
en su m ás intim a raíz. E n cuanto entra en relación personal con esta
que dichas perfecciones le deter­ altísima M ajestad por la / religión,
m inan m ás en particular, las de­ que prepara la perfección suprem a
nom inam os atributos (propiedades) de aquél por la posesión de D ios
divinos. N o form an en D ios una en la o tra vida ( / Inm ortalidad).
m ultiplicidad, antes bien son una T oda desviación de esta depura­
simple ( / Simplicidad) y, no obs­ d a concepción de la D ivinidad sig­
tante, infinita plenitud. Puesto que nifica un fracaso. Este aserto vale
nosotros n o vemos a ésta directa­ tanto del politeísm o ( / teísmo)
m ente, abarcándola con u n a m ira­ com o del /p a n te ís m o , que sume
da, estamos obligados a form am os a D ios en el devenir m undano sin
una imagen fragm entaría de la mis­ distinguirle suficientemente de él y
m a de una m anera indirecta, o sea convirtiéndole, a m enudo, en un
con nuestros conceptos procedentes fundam ento prim itivo, ciego e im­
de lo terreno ( / D ios [Idea de]). personal (Schopenhauer). Afín a él
D etallando m ás: sólo pueden atri­ es la concepción según la cual D ios
es causa de sí mismo (causa sui: diante prom esas, preceptos y ex­
l 'xpinosa), se produce a sí mismo hortaciones.
(uutoengendramiento) o se pone a A cerca de la naturaleza del con­
sí mismo, v.gr., po r el pensam iento curso divino, particularm ente de su
(Fichte, Schell). Y erran m ás to d a­ com patibilidad con la libertad hu­
vía quienes no ven en D ios sino m ana, im peran en la escolástica
una ley abstracta del universo diversas concepciones. Báñez, la
( Renán, T a in e),o la suma de todas escuela dom inicana m oderna y el
las leyes (nomoteísm o), o el m undo tom ism o rígido no se lim itan a en­
de los valores ( / Valores [Filoso­ señar un inm ediato impulso o m o­
fía de los]). — L o t z . ción de D ios (praemotio physica)
p ara llevar a la criatura desde la dis­
a) P l a t ó n , especialm ente: B anquete, posición operativa próxim a a la
tic pública, Tim eo; A r i s t ó t e u b s , p arti- operación m ism a, sino que además
m larm e n te : M etafísica x i i ; S a n t o T o ­ defienden la existencia de una pre­
m ás d é A q u i n o , Sum m a theologica i ,
determ inación de la orientación de
sobre to d o q. 3-26; Sum m a contra Gen-
liles, en especial i - m ; b ) C . N i n k , Philo-
su voluntad (praedeterminatio phy­
snphische Gotteslehre, 1948; M . R a s t , sica). El hom bre no puede o brar
Welt und Gott, 1952; E. P r z y w a k a , sin la moción de D ios, ni dejar de
Religionsphilosophie katholischer Theo­ obrar cuando la h a recibido. L a
logie, 1927; R . G a r r i g o u - L a G R A N G E , indefectible vinculación de impulso
Dieu, P arís 111950; J. K l e u t g e n , Philo­ divino y acción hum ana garantiza
sophie der Vorzeit i, *1878 [trad. fran c.: así la ejecución de la voluntad de
l a philosophie scolastique, P arís 1868];
D ios y la / presciencia divina. Sin
I X . Z u b i r i , En torno al problem a de Dios,
n i Naturaleza, H istoria, Dios, 1944; A.
em bargo, según Báñez, ni la m oción
iío n z á l e z Á l v a r e z , Teología natural,
ni la predeterm inación divinas aten-
l‘>49;] d) M . G r a b m a n n , D ie Grundge- tan contra la libertad de la voluntad
iunken des heiligen A ugustlnus über See- creada, porque D ios mueve a cada
!<■ und G ott, M 929; [E. G i l s o n , Dios criatura conform e a su naturaleza;
r la filosofía (trad . esp.), 1945]; e ) P. moverá, p or lo tanto, a un ser
i .i p p e r t , G ott, *“1936; J. L o t z - J . d e creado libre de tal suerte que su
V r i e s , D ie W elt des M enschen, M951,
libertad siga conservándose bajo el
pp. 275-326 [trad. esp .: E l m undo del
hombre, 1954]; / Teología.
im pulso divin o.— O tros escolásti­
cos propugnan sólo un a m oción
indiferente po r p arte de D ios que
Dios (Concurso de). C on esta no predeterm ina la dirección de la
expresión se designa el influjo in­ voluntad.
mediato de D ios en la operación E l molinismo, defendido sobre
del ente creado y en el efecto de todo p o r los grandes teólogos je­
la misma, n o u n a influencia pura­ suítas del siglo xvi, ve en la doc­
m ente m ediata, com o Durando pen­ trina «tom ista» u n serio riesgo
saba, ejercida sosteniendo de conti­ p a ja la libertad hum ana y tam bién
nuo en el ser la criatura y sus p ara la santidad de D ios, quien
virtudes operativas. E l concurso lógicam ente parece cargar con la
divino inm ediato a todo lo creado responsabilidad de los pecados del
resulta de la íntim a dependencia hom bre. L a criatura no necesita
en que está respecto del único Ser ninguna m oción, ni m enos u n a pre­
independiente: D ios. T al coopera­ determ inación para o b rar; antes
ción no excluye la acción m oral bien, com o naturaleza activa, p ro ­
de Éste sobre la criatura libre me­ duce su acto en virtud de su propia
actividad y lo dirige en la decisión D ios no es un a m era idea (Kant),
libre. L a dependencia con respecto una creación del deseo (Feuerbach)
a D ios, Ser prim ero, esencial a todo o una «ficción útil» (Vaihinger),
ente creado, queda a salvo por el a la que en realidad no corresponde
hecho de que el mismo acto es ningún objeto. A diferencia de la
producido sim ultáneam ente por experiencia o vivencia de lo divi­
D ios y la criatura ( concursas simul­ no que, m ediante una intuición
taneas); p o r D ios, en el aspecto de cuño personal, nos convence, de
del ser; por la criatura, en el ser-así m anera psicológicamente inm edia­
(esencia) (o sea, en el aspecto de la ta, de la existencia de D ios, la de­
orientación d éla voluntad). L a liber­ m ostración desliga su estructura
tad hum ana queda así inviolada. — lógica de dicha experiencia. Por
El p unto débil de esta teoría reside, este su consciente alejamiento de
según los «tomistas», en la trans­ todos los factores puram ente sub­
gresión del principio de causalidad, jetivos, la prueba conserva su ne­
además, en la «dependencia» de cesidad lógica y su universal vali­
D ios con respecto al hom bre, que dez, pero la mayoría de las veces
se fija a sí m ismo el camino, de­ pierde con ello fuerza m otiva per­
term inando con ello tam bién el sonal.
concurso p o r parte de D ios y, so­ Los supuestos de la dem ostra­
b re todo, en la dificultad de ex­ ción de la existencia de D ios son
plicar satisfactoriam ente la divina en parte filosóficos y en p arte m o­
presciencia. — L a insuficiencia de rales. Se presuponen, sobre la base
am bos intentos de solución ha con­ de un sano / realismo, la existencia
ducido a diversas tentativas, todas del m undo exterior y de la expe­
las cuales desem bocan en una u riencia interna, así com o también
o tra de las dos expuestas. A unque la validez objetiva de los / concep­
el hecho del concurso divino sub­ tos universales y el carácter tras­
siste firmemente, el m odo de su cendente del principio de causali­
realización parece sustraerse a una dad { / Causalidad [Principio de]),
com prensión definitiva p o r parte es decir, las tesis fundam entales de
del hom bre. — R a s t . la «philosophia perennis». D ebido
a) S a n t o T o m á s d e A q u i n o Sum m a
a estos supuestos, cada u n o de los
contra Gentiles m 64-97; M o l i n a , Con­ cuales ha de asegurarse explícita­
cordia liberi arbitrii cum gratiae donis, m ente por separado, al proceso
1588; F. S u á k e z , D e concursu, motione frecuentem ente com plicado del pen­
eta u xilio D e i; b ) T o m istas: D u m m e r m u t h , sam iento y a las consecuencias
S. Thomas et doctrina praem otionis phy- prácticas, la evidencia de las p rue­
sicae, P arts 1886; R. G a r r i g o u - L a g r a n - bas puede enturbiarse. En todo
g e , Dieu, “ 1950, pp. 672-712. M otinis­
caso, ellas no obligan al entendi­
ta s : F r i n s , D e cooperatione D ei cum
m iento a asentir; la convicción de
om ni natura creata, praesertim libera,
P arís 1892; J. S t u f l e r , Gott, der erste la existencia de D ios no puede de­
Beweger aller Dinge, In n sb ru ck 1934; m ostrarse irresistiblemente a nadie,
P. D u m o n t , L iberté hum aine e t concours sino que perm anece siem pre depen­
divin d'aprés Suárez, P arís 1936. diente de un a libre decisión del
hom bre entero ( / Certeza libre).
Dios (Demostración de). El o b ­ P or eso, sin m enoscabo de su vali­
jeto de esta dem ostración es p ro ­ dez lógica, la aceptación d e to d a
b a r científicamente la existencia de prueba de la existencia de D ios
Dios, dem ostrar, por lo tanto, que presupone una determ inada actitud
moral del alm a: anhelar sincera­ existencia de D ios es un a insolen­
mente la verdad y estar dispuesto cia, porque le hace dependiente de
a no dejar que prejuicios y pasiones nuestro pensam iento. La escuela
de cualquier género le im pidan de Bergson ve en la prueba escolás­
seguir la verdad conocida ( / A teís­ tica d,; D ios una «fragmentación»,
mo). u n a deform ación del ser fluente
La estructura lógica de la de­ ( / V ida [Filosofía de la]). Algunos,
m ostración de D ios es la misma llevados por u n cierto antiintelec-
en todos los casos. El p unto de tualism o, ponen en d uda el valor
partida nunca está constituido por práctico de dicha prueba y desean
una m era idea, sino siempre por un substituirla p o r otras más intuitivas
hecho de experiencia cuyo carácter (Scheler, Hessen, Laros). — R a s t .
contingente o finito debe ser seguro. B ibliografía: / D ios (Pruebas de la
El principio conductor que nos existencia de).
permite la conclusión sobre D ios
es invariablem ente el de / c a u ­ Dios (Idea de). La representa­
salidad (eficiente, final o ejemplar). ción m ental de D ios puede pasar
De ahí que, desde el p unto de vista p o r diversos grados d e desarrollo.
de su estructura fundam ental, sólo Es enteram ente indeterm inada en
haya una única prueba de la exis­ m uchos panteistas que, negando
tencia de D ios, a saber: el racio­ un D ios personal, adm iten.no ob s-
cinio que va de lo relativo a lo tante, algo absoluto, superior (tras­
übsoluto, en el cual unos consideran cendente) al m undo visible; v.gr.,
como expresión de la relatividad un orden m oral absoluto, etc. L a
predom inantem ente la /c o n tin g e n ­ encontram os clara en sus líneas
cia y otros m ás bien la finitud, es fundam entales, pero escasamente
decir, la com posición de / a c t o y desarrollada, en los pueblos prim i­
/p o te n c ia . C abe, sin em bargo, tivos y semicultos, que reconocen
hablar de varias dem ostraciones un legislador suprem o, un juez del
en atención a los diversos puntos bien y del m al, un padre am oroso.
de p artid a que luego llevan también Por el trab ajo de la inteligencia,
a destacar en prim er térm ino di­ la idea de D ios, intensam ente re­
versos atributos divinos. / D i o s vestida de fantasía y elementos
(Idea de). sentimentales, va poco a poco con­
La crítica de la dem ostración de virtiéndose en el concepto científico
la existencia de D ios va dirigida de D ios, es decir, en un a imagen
ante todo a sus fundam entos. Así, intelectualm ente depurada en la que
el agnosticismo de Kant, que ejerce destacan de un m odo especial los
profunda influencia hasta en nues­ atributos metafísicos de A quél: Ser
tros días, niega la validez de ios infinito, existente por sí. El resul­
/c o n c e p to s universales y del prin­ tad o últim o de la doctrina natural
cipio de causalidad ( / Causalidad acerca de D ios es el concepto
[Principio de]) más allá de la ex­ pleno de Éste con conocimiento
periencia sensible, con lo cual se explícito de sus m ás im portantes
socava la base de cualquier prueba atributos. La superioridad sobre el
( / Trascendencia). P ara la teología m undo y la personalidad son ele­
protestante, especialmente p a ra la m entos esenciales de la noción
teología dialéctica con su negación teísta de Dios.
de la analogía entre D ios y las N uestras representaciones y con­
criaturas, to d a dem ostración de la ceptos no pueden com prenderle ja-
más de una m anera total (ade­ com o si para Él n o fuera válido el
cuaba); arrastran siempre consigo principio de contradicción. T am po­
rasgos hum anos, estando, además, co cabe decir que acerca de D ios
fuertem ente influidos p o r el carác­ «sólo» tenemos una docta ignorancia
ter, la educación y el ambiente. D e (docta ignorantia). Épocas y hom ­
ahí proceden los diversos concep­ bres dados al misticismo o (por
tos de D ios en las distintas religio­ o tra razón) también los intelectual­
nes. En este sentido, cada hom ­ m ente desalentados (el neoplatonis­
bre se crea su D ios, es decir, mo, la mística m edieval; el agnos­
su imagen de Dios. Sin embargo, ticismo m oderno) preferirán la
podem os llegar a un conocimiento /te o lo g ía negativa. Las épocas y
analógico de Él, exacto en lo esen­ los espíritus que se gozan en el co­
cial ( / D ios [Pruebas de la exis­ nocim iento, expresan a D ios m ás
tencia de]). Pues todo lo que de bien con conceptos y representacio­
grande o valioso hay en este m un­ nes positivas (la gran escolástica,
do, sobre todo en el hom bre, com o el idealismo alemán).
ser, vivir, conocer y querer, tam ­ E l origen psicológico d e la idea
bién debe corresponder a D ios por de D ios se encuentra, de u n a parte,
su calidad de fundam ento primitivo en la disposición total del hom bre,
de todo ser, aunque, claro está, es decir, en su necesidad de una
de m anera esencialmente distinta, causa y en el im pulso a la ideali­
incom parablem ente más elevada. zación, en su ham bre de infinito,
Este m odo divino de ser lo com ­ así com o tam bién en su fantasía
prendem os sólo por negación del o en sus sentimientos, que refuer­
m odo creado correspondiente. La zan las prim eras tendencias; de
idea de D ios deviene antropomór­ otra, en la naturaleza contingente
fico cuando n o se atiende a esta del m undo y, a la vez, en su m ara­
esencial diferencia en el m odo de villosa arm onía, en las huellas de
ser y se trasladan a D ios las limi­ belleza, bondad y verdad. T odos
taciones hum anas. La /a n a lo g ía estos elementos en conjunto garan­
nos perm ite ocupar el punto medio tizan al mismo tiem po la objetivi­
entre el / agnosticismo, para el que dad, es decir, el carácter real de
D ios es sólo una X desconocida, la idea de D ios. — R a s t .
y el /p a n te ís m o , que niega la di­
versidad esencial entre D ios y el a ) S a n t o T o m á s d e A q u i n o , Sum m a
hom bre. — D el conocim iento ana­ theoiot’lca I q. 13; S um m a contra G enti­
les I 32-34; b ) C h . P e sc h , D er Got-
lógico de D ios síguese que las «an­
tesbegriff, 1886: E. P r ZYw a RA, R eli-
tinom ias» de su concepto (inm uta­ gionsbegründung, 1923; A . D y k o ff (edit.)
bilidad y vida, necesidad y libertad, Probleme der G otteserkenntnis, 1940; M .
acción creadora y quietud máxima) R a s t , W elt und G ott, 1952; W . K e il-
se resuelven en misterios que, cier­ b a c h , D ie P roblem atik der Religionen,
tam ente, no podrem os jam ás des­ 1936; P . S im ó n , Z u r natürlichen Got­
cifrar enteram ente; pero en los que teserkenntnis, 1940; ! A . G o n z á l e z Á l -
tam poco es posible m ostrar una v a r e z , Teología natural, 1949; R . G a RRJ-
g o u -L a g r a n o e , Dieu, son existence, sa
contradicción real. P or eso D ios
nature, P arís U195Q (trad . esp. B uenos
es unidad de J o s contrarios (coin- A ires 1950);] A . D . S e r t i l l a n g e s , Las
cidentia oppositorum) únicam ente fu en tes de la creencia en D ios (trad-
en el sentido de que está por enci­ esp.) 1943; d) H . V ó l l m e c k e , Die Got-
m a de todas las oposiciones condi­ tesidee im Bewusstsein der M enschhett,
cionadas po r la finitud, pero no 1924; W . S c h m id t , D er Ursprung der
Gottesidee, a 1926 ss; N . S ó d e rb lo m , que lo abarca todo con u n solo
t a s W erden des Gottesglaubens, ! 1926; acto. N osotros podem os, a lo su­
A . D y r o f f , D er G ottesgedanke bei den m o, distinguir m om entos lógicos,
europaíschen Philosophen in geschícht-
condicionados entre sí, v.gr., D io s
Ik h e r S ich t (1941); A. H o r v a t h , D er
thom istische G ottesbegriff, F rib u rg o de
ve desde la eternidad la oración
Brisgovia 1941; [E. G ils o n , D ios y suplicante y resuelve desde la eter­
la filo so fía , 1945; J. H e ll ín , L a ana­ nidad escucharla. — L a antinom ia
logía d el ser y e l conocimiento de D ios entre la libertad e inm utabilidad
en Suárez, 1947; A. G o n z á le z Á l v a r e z , de D ios es resuelta de la siguiente
El tema de D ios en la filosofía existencial, m anera por los representantes clá­
1945;] e) H . L e n n e r z , N atürliche Got- sicos de la escolástica: D ios puede
teserkenntnis, 1926.
hacer, m edíante el acto único in­
finito de la voluntad, lo que a las
Dios (Libertad de). D ios es libre criaturas finitas solam ente seria po­
con relación al exterior, o sea pue­ sible m ediante distintos actos, del
de crear o no crear, hacer esto o mismo m odo que en su perfección
aquello. Su libertad es, pues, liber­ infinita encierra dentro de sí emi­
tad de elección, no u n puro obrar nentem ente todos los valores onto-
por necesidad de la propia n atu ra­ lógicos dispersos en las criaturas;
leza (Espinosa) o u n a com pleta in­ es decir, puede, p o r el acto necesa­
dependencia de lo externo ( H egel). rio de su ser, gracias al cual se am a
D ios n o creó el m undo p o r necesariam ente a sí mismo, am ar
un impulso interior inconsciente a la vez librem ente objetos contin­
( 7 Panteísm o) ni por coacción psi­ gentes. L a libertad divina presupo­
cológica, com o si siempre debiera ne la posibilidad de cosas contin­
elegir el objeto m ejor (Leibniz> gentes; po r eso el /p a n te í s m o
/ O ptim ism o), ni por coacción m o­ niega siem pre a am bas. — R ast .
ral porque se am ara necesariam ente
a) S a n t o T o m á s d e A q u i n o , Sum m a
en las criaturas ( Rosmini) . — La theologica i q. 19; S um m a contra Genti­
libertad divina conviene con la les i. 72-96; b) i . H o n t h e im , Institutiones
hum ana en que am bas significan theodiceae, 1893, p. 661 ss; C . N i n k , Phi-
un libre elegir frente a diversos losophische Gotteslehre, 1948; M . R a s t ,
objetos. Sin em bargo, el hom bre W elt und G ott, 1952; [A . G o n z á l e z
puede escoger entre el bien y el Á l v a r e z , Teología natural, 1949; R . G a -
mal m orales; D ios, sólo dentro del r r ig o u -L a g r a n o e , Dieu, París 111950.]

bien. E l hom bre elige no sólo entre


diversos objetos, sino tam bién entre Dios (Pruebas de la existencia
distintos actos de la voluntad, m e­ de). H istóricam ente fué la consi­
diante los cuales tiende a aquéllos. deración del orden de la naturaleza
D ios puede escoger únicam ente en­ lo que prim ero sugirió, desde los
tre objetos diferentes, porque su com ienzos de la filosofía occidental,
querer es un acto único e inm uta­ el argum ento p ara llegar a un fun­
ble identificado con sus propias dam ento prim itivo espiritual del
existencia y esencia ( / D ios [Vo­ m undo (NoOc). Esbozos de esta
luntad de]). «prueba teleológica» se encuentran
L a antinom ia entre el acto eterno ya en Anaxágoras, y luego en Pla­
de la voluntad y la libertad divi­ tón, los estoicos y Cicerón; los
na, que parece incluir reflexión y apologistas cristianos de los si­
sucesión, se resuelve teniendo en glos n y m la aducen explícitam ente
cuenta la ciencia infinita de D ios, com o dem ostración de u n D ios per­
sonal y supram undano. — La doc­ m a, sino que el raciocinio llega a
trina platónica de las ideas contiene D ios com o luz que ilum ina nues­
los pensam ientos fundam entales de tro espíritu y como V erdad sub­
la prueba po r los grados de per­ sistente, fundam ento prim itivo y ar­
fección (prueba de los grados); la quetipo de lo (ontológicamente)
diversidad de grados de belleza verdadero. — San Anselmo de Can-
y bondad que hay en las cosas las terbury fué el prim ero en intentar
manifiesta com o bellas y buenas dem ostrar la existencia de Dios
«por participación» y presupone partiendo sólo de su concepto. Esta
como fundam ento últim o y arque­ prueba, que en el siglo xvm recibió
tipo la pura e inm utable Belleza el calificativo de «ontológica», fué
y Bondad. Estas ideas influyeron aceptada también p o r Descartes y,
de m odo especial en San Agustín en form a m ás depurada, por Escoto
y San Anselmo y, a través de ellos, y Leibniz; por el contrario, la re­
en Santo Tomás de Aquino y la chazaron no sólo Kant, sino tam ­
escolástica. — Aristóteles, en su bién Santo Tomás y la m ayoría de
prueba por el movimiento (prueba escolásticos. — Clásicas se hicieron
kinesiológica), parte del movimien­ las pruebas que Santo Tomás pre­
to local de los cuerpos, especial­ sentó en sus «cinco vías». T odas
m ente de las revoluciones de las ellas, apoyándose en el -principio
esferas celestes, concluyendo la de causalidad ( / Causalidad [Prin­
existencia de D ios com o Primer cipio de]), m uestran a D ios com o
M otor que, moviendo sólo en ca­ Causa prim era del m undo. — Los
lidad de fin deseado, permanece apologistas del siglo xvm , en su
inmóvil. Santo Tomás muestra, con­ lucha con el ateísm o de la época,
tra él, que D ios, sin perjuicio de am pliaron los argum entos encam i­
su inm utabilidad, debe ser adm i­ nados a dem ostrar la existencia de
tido también com o Causa eficiente; Dios. En ellos aparece p o r vez pri­
pero, sobre todo, eleva la demos­ m era la división de las pruebas en
tración a un plano metafísico al metafísicas, físicas y morales. M ien­
concebir el «m ovim iento» como tras las dem ostraciones metafísicas
tránsito de la /* potencia al / acto. pasaban a segundo térm ino, se
A un así, n o obstante, la prueba m ostraba predilección p o r las «fí­
encontró m uchos críticos dentro de sicas» (sobre todo p o r la teleoló-
la escolástica. — E n Cicerón y los gicá, llam ada entonces «físico-teoló­
apologistas cristianos de la A nti­ gica») y las «morales». E ntre estas
güedad se encuentran las ideas fun­ últim as se encontraban, adem ás de
dam entales de la ptueba por la la etnológica, la prueba moral en
coincidente persuasión de los pue­ sentido estricto, es decir, basada
blos con respecto a la existencia en la obligación m oral que supone
de D ios (prueba histórica o etno­ u n legislador divino (« ético-teo­
lógica) . — La prueba de San Agus­ lógica») y la dem ostración por
tín, fundada en la inm utabilidad el anhelo de felicidad in n ato en el
de la verdad, que presupone una hom bre, más tarde denom inada
verdad prim era, subsistente, ha sido eudemonológica, que llegaba a
objeto de m últiples interpretacio­ D ios com o suprem o Bien y Fin
nes. Probablem ente n o hay que en­ de aquél. M odernam ente se ensa­
tenderla com o «prueba ideológica», yaron todavía otras pruebas, v.gr.,
que de la validez p u ra infiere la la fundada en la necesidad de un
necesaria base ontológica de la mis­ prim er comienzo tem poral del mun-
ilo, el cual se intentaba dem ostrar un A cto puro, fundam ento prim itivo
por consideraciones a p riori o con de toda evolución en este m undo
|a ayuda de la ley física de la en tro ­ tem poral. La prueba cosmológica
pía, es decir, de la creciente tran s­ (prueba de la contingencia), b asán­
formación de toda energía en ener­ dose en el producirse y perecer de las
gía calorífica (prueba basada en ¡a cosas, concluye su contingencia y,
entropía); de m anera análoga se partiendo de la m utabilidad propia
ha intentado recientem ente calcular tam bién de los elem entos constitu­
l-1 com ienzo de la evolución del tivos fundam entales cuyo origen no
universo tom ando com o fundam en­ es experim entalm ente m ostrable, in­
to la progresiva expansión de éste fiere su naturaleza asimism o con­
y la desintegración de la m ateria tingente, p rob an d o con ello que el
radiactiva. m undo en su ser entero es causado
Frente a la acumulación de prue­ p o r un C reador supram undano.
bas de la existencia de D ios en el L a m ás profunda, y a la p ar m ás
curso de los siglos, hoy, en el tra ­ difícil, prueba de la existencia de
tam iento sistemático de las mismas, D ios es la de los grados. T om ando
se atribuye con razón la im portan­ com o base la finitud de todas las
cia m áxim a a su cim entación fun­ cosas m undanas, dem uestra que
dam ental y a su estabilidad. En Jas perfecciones puras ontológicas
este respecto, las pruebas «clásicas» solo les corresponden «por participa­
de Santo Tomás merecen la prefe­ ción», y, po r lo tanto, no necesaria­
rencia. É stas parten de caracteres m ente; así lleva a un a prim era Causa
experimentalxnente com probables, que, com o Ser subsistente, es la ple­
propios del ente intram undano, de­ nitud infinita del ser. E sta prueba se
m uestran con ellos la /c o n tin g e n ­ com plem enta con la henológica que,
cia m etafísica de éste y, con auxilio partiendo de la m ultiplicidad num é­
del principio de causalidad ( / C au­ rica de perfecciones específicamente
salidad [Principio de]), concluyen iguales en este m undo, infiere, de
la existencia de D ios com o Causa m anera parecida, el «ser-por-parti-
prim era del m undo. Asi, prueba cipación» de las mismas y co n ello
teleológico, partiendo de la caracte­ la unicidad del Ser subsistente.
rística consistente en el orden expe- Las restantes pruebas se ap artan
rim entable de la naturaleza, infiere de estas clásicas en grado m ayor
que en las cosas, principalm ente en o m enor. Los argum entos fundados
los seres vivos, debe adm itirse una en el com ienzo tem poral del m undo
auténtica / finalidad producida por o del acontecer cósmico (prueba
el espíritu; pero, com o el espíritu basada en la entropía) razonan, sí,
ordenador no hay que buscarlo en con ayuda del principio de causa­
los seres particulares naturales ni lidad, pero el centro de gravedad
en el m undo com o conjunto (al se desplaza a la com probación de
m odo de un alm a del m undo), re­ la característica (del comienzo tem­
sulta necesario un O rdenador su- poral) indicadora de contingencia.
pram undano. L a prueba por el F uera de eso, suscítanse contra esta
movimiento, entendida metafísica- prueba n o despreciables reparos.
mente, m uestra que todo acto que es O tros argum entos intentan m os­
enriquecim iento ontológico de un trar directam ente a D ios com o ar­
ente de suyo sólo potencial, depende quetipo o fin del universo, dejando
de o tro ser actual en el aspecto res­ a «n lado la idea de la causalidad
pectivo, llegando así, p o r últim o, a eficiente. E ntre los segundos se
cuenta sobre todo la prueba eude- Gottes, 1912-1924; F . S a w i c k i , Die Got­
monológica. Se apoya sobre el tesbeweise, 1926; J. M a u s b a c h , Dasein
«principio de infrustrabilidad del und W esen Gottes, 1929-1930; C. N in k ,
Philosophische Gotteslehre, 1948; G . S iecí-
fin» ( / F inalidad [Principio de])
m u n d , Naturordnung a h Quelle der Got-
y, p o r lo ta n to , en la propiedad teserkenntnis, *1950; M. R a s t , W elt und
de «tener-sentido» que conviene a G ott 1952; [A. G r í g o i r e , ¡mmanence et
todo ser; en este caso surge la cues­ trascendance, París 1939; F. v a n S t e e n -
tión de si con ello no se presupone b e r q h e n , L e problém e philosophique de
ya la sabiduría del Creador. Com ún Vexistence de Dieu, en «Revue Philoso­
a las pruebas moral e histórica es la phique de L ouvain», 45 (1947) pp. 5-20;
particularidad de no referir a D ios 141-168; 301-313; R . G a r f u ü o u - L a -
g r a n g e , Dieu, son existence et sa nature
com o C ausa (eficiente, final o ejem­
“ 1950 (trad. esp. 2 vols., Buenos Aires
plar) el ser real de un ente intra- 1950). A. G o n z á l e z Á l v a r e z , Teología
m undano, sino partir de una espe­ natural, 1949; A. R o l d á n , M etafísica del
cie de atadura intencional de nues­ sentim iento, 1956, p p . 461-471;] c) inclui­
tras facultades espirituales, para d o s ci \ / a ) ; d ) H . S t k a u b i n q e r , Texte
explicarla, aunque no de la misma zum Gottesbeweise, 1916; A . D y r o f f , D er
m anera, adm itiendo un influjo de G ottesgedanke bei den europáischen Phi-
D ios: la atadura m oral de nues­ losopUen, 1941; K . v a n E n d e r t , Der
Gottesbeweis in der patristischen Z eit,
tra voluntad (que, claro está, ha
1869; G . G r u n w a l d , Geschlchte der
de suponerse) sólo puede reali­ Gottesbeweise im M ittelalter, 1907;
zarse m ediante una ley divina; la E. R o l f e s , D ie Gottesbeweise bei Thom as
atadura naturalm ente necesaria del von A quin und A ristóteles, “1927; H . C a r -
entendim iento, tal com o se m ani­ p e n t ie r , The H istórica! A spect o f the
fiesta en la persuasión universal, Quinqué Viae, e n : G . L a t t f y , God, L o n ­
únicam ente encuentra explicación d r e s 1931; [E. G il s o n , Dios y la Filoso­
en la evidencia de la existencia de fía (tr a d . esp.), 1945]; e) C . G r &b e r ,
Gott, s1937; J. B. L o t z -J. d e V r ie s ,
Dios. L a prueba ideológica pasa
D ie W elt des M enschen, *1951, p p. 262­
p o r alto que sólo de la validez 281 [trad . esp.: E l mundo del hombre,
incondicionada de la verdad no 1954]; [F. v a n S t e e n b b r g h e n , Ontologie,
cabe concluir la existencia de un L o v ain a 1946.1
ser eterno de la verdad. Con mayor
razón, debido al tránsito injustifi­ Dios (Voluntad de). En D ios no
cado del orden puram ente m ental hay impulso alguno n atu ral ciego
al ontológico, h a de rechazarse la (Schopenhauer, E. v. H artm am )
prueba ontológica, que por su m odo que paulatinam ente llegue a la con­
de proceder apriorístico se aparta ciencia ( / panteísm o idealista) ni
en la m áxim a m edida posible de es D ios m ero Pensar o p u ra Idea,
los argum entos clásicos, — D e sino que posee una voluntad espi­
V r ie s . * ritual consciente. E n form a pare­
a) P la t ó n , Banquete, 210e-21 Id; R e ­ cida a com o ocurre con el cono­
pública, 5 0 5 -520; A ristóteles , Física, cimiento (/O m n isc ie n c ia ), el su­
7 -8 ; M etafísica x h ; S a n A g u st ín , D e jeto volente, el acto de querer y su
libero arbitrio n ; S a n A nselmo , Proslo- objeto principal necesariam ente in­
gion, 2; S a n t o T om ás d e A q u in o , Sum m a
cluido, no se distinguen del Ser
contra Gentiles i 13; Su m m a theologica i
q. 2 a. 3. C ontra la s pruebas de ]a e x is­
eterno, inm utable y necesario de
ten cia d e D io s : K a n t , K ritik der reinen Dios. P o r eso a este querer no
Vernunft, Transiendentale D ia lektik n puede llamársele «tender» sino
c . 3; b ) R . G a r r iq o u -L ag r a n g e , Dieu «afirmarse a sí mismo», «am arse a
" 1 9 5 0 ; O . Z im m e r m a n n , Das Dasein sí mismo», pero sin interpretarlo
como si D ios se «pusiera» (Fichte) rriente usar el concepto de disposi­
por dicho acto. Las cosas ñnitas ción en relación con características
son objeto de su libre voluntad individuales, designándose prefe­
( / D ios [Libertad de]) en cuanto rentem ente con él la índole innata
posibles imitaciones lim itadas su­ y totalitariam ente estructurada de
yas. una función fundam ental (como
La n ota m ás sobresaliente de la conocer, querer, sentir), o de lo
voluntad divina es su absoluta psíquico en general (disposición ca-
/ santidad. D ios no puede pecar racterológica, / Carácter).
porque en É l coinciden naturaleza La disposición d a ciertam ente la
y norm a m oral. H a de am ar el posibilidad fundam ental para una
bien y odiar el m al porque sólo peculiar m anera de o b rar, vivir,
puede am ar las cosas en cuanto pero n o el com pleto apresto y la
que son trasunto de su propio Ser. facilidad. É sta se adquiere con el
Pero n o hem os de representam os ejercicio y la / habituación, im ­
el amor y el odio divinos al m odo pulsando a ella la fuerza instintiva
de los afectos y pasiones hum anos. entrañada en to d a disposición.
Si, de acuerdo con el sentido m o­ A unque las disposiciones señalan
derno, se calificara de «m oral» la a todo viviente u na determ inada
libertad de elegir entre el bien y dirección de su actividad, le im po­
el m al, D ios estaría m ás allá de la nen asim ism o ciertos límites. D en­
m oralidad. — R a s t . tro de ellos, la form ación de dis­
posiciones depende del am biente
a) S a n t o T o m á s d e A q u i n o , Sum m a
circundante, d e las necesidades vi­
theologica I q. 19-20; Sum m a contro Gen­
tiles i, 72-96; b) L e h m e n - L e n n e r z , Theo-
tales y, en el hom bre, tam bién de
dizee, 1923; C . N i n k , Philosophische la Ubre decisión de su voluntad
Go/teslehre, 1948; M . R a s t , H'elt und (/H e r e n c ia ) . — D isposición es la
Gott, 1952; R . G a r r i g g u - L a u r a n g e , traducción del vocablo latino dis-
Dteu, u 1950; [ A . G o n z á l e z Á l v a r e z , positio, tom ado prim eram ente en la
Teología natural, 1949.] acepción usada cuando se habla de
que, v.gr., un texto está dispuesto
Disposición. Recibe el nom bre u ordenado en ta l o cual form a.
de disposición, en la m ás am plia Luego pasa a significar estados y
acepción del térm ino, la aptitud disposiciones n o m eram ente inna­
o capacidad p ara hacer o recibir tas y perm anentes, sino tam bién
(experim entar) algo. E n este sen­ adquiridos y transitorios, com o el
tido, disposición es sinónim o de estado de ánim o, etc. — B r u g g e r .
/p o te n c i a subjetiva. — Usualm en­
R . S o m m e r , Geistige Veranlagung und
te tóm ase el referido térm ino en Vererbung, *1919; W . P e t e r s , D ie Ver-
sentido m ás estricto, significando erbung geistiger Eigenschaften und die
entonces el acondicionam iento in­ psychische K onstitution, 1925; G . K e r -
nato de un viviente p ara m odos s c h e n s t e i n e r , Theorie der Bildung, 1926;

particulares (no com unes a todos G. P f a h l e r , Vererbung ais Schicksal,


los seres de la m ism a especie) de 1932; del m ism o: W arum E rziehung
actuar, recibir, reaccionar, desarro­ tro tz Vererbung?, *1939.
llarse, etc. En biología se deno­
m inan genes las disposiciones he­ Disputa. L a disputa es u na dis-
reditarias que acom pañan a las cusi&n científica. Frecuentem ente se
características individuales del o r­ realiza exponiendo en form a libre
ganismo. E n psicología es m enos co­ las razones en pro y en contra.
E n esta m anera de disputar existe tam bién por disteleológica la opo­
fácilm ente el peligro de «divagar». sición entre la teleología al servicio
L a disputa escolástica se desarrolla del mismo sujeto o de seres extra­
según reglas determ inadas y en ños y determ inados fenómenos con­
form a rigurosa. «Expuesta» y pro­ com itantes que convierten en to r­
bada una «tesis» por el defendiente, m ento la consecución del fin (v.gr.,
el arguyente propone una obje­ el dolor, la «crueldad» de las
ción en rigurosa form a silogística; fieras).
aquél la repite y juzga cada una de Las disteleologías sólo pueden
sus proposiciones. Si niega alguna apreciarse rectam ente cuando no
de las premisas, el arguyente debe se pierde de vista la contingencia
intentar probarla. El m edio capital del ser y el carácter peculiar de la
p ara deshacer u n a argum entación finalidad. L a / contingencia im ­
capciosa es la /d is tin c ió n (dis- plica la m utabilidad (decadencia y
tinctio) de las expresiones o p ro ­ m uerte en los seres vivos), así com o
posiciones equivocas contenidas en tam bién la índole lim itada de las
ella. E n la E dad M edia la disputa cosas naturales y de su finalidad.
constituyó el recurso m ás im por­ E l carácter peculiar de la finalidad
tante para aclarar cuestiones con­ reside en la inserción de los seres
trovertidas; hoy se cultiva casi y de sus fines en u n orden total,
exclusivamente com o ejercicio esco­ integrado p o r órdenes parciales je­
lar, sirviendo para penetrar y exa­ rarquizados entre sí (los grados
m inar, en todos sus aspectos, inferiores se subordinan a los supe­
las cuestiones y dificultades. — riores), pero subordinados todos a
D e V r ie s . la construcción d e la totalidad cós­
b) T . P e sc h —C . F r i c k , Jnstitutiones mica. A dem ás, las cosas de la n atu ­
Logicae et Ontologicae i, 1914, pp. 296 s s ; raleza deben servir a los designios
C. C a r b o n e , Circulas philosophicus i, superiores de D ios, O rdenador su-
1934; J. DE V r ie s , Lógica, 1951, p p. 158­ pram undano de aquélla. El fin
174; d) M . G r a b m a n n , D ie Geschichte últim o inm anente en el universo
der scholastischen M ethode, 1909-11. es la perfección plena intelectual,
m oral y religiosa del hom bre, el
Disteleologfa es lo opuesto a te­ cual, llevado al conocim iento del
leología ( / F i n ) . El uso del voca­ C reador po r la autorrevelación de
blo difiere según sea el concepto D ios en la naturaleza, debe con­
que se tenga de lo teleológico o final. ducir el m undo a su últim o fin
D esde el punto de vista vulgar, es trascendente: la glorificación de
disteleológico lo adverso al bienes­ Dios. Sólo es realm ente disteleoló­
ta r subjetivo. Filosóficamente, dis­ gico lo que no posee sentido en
teleologfa es una falta de / f i n a l i ­ ninguno de estos aspectos. Así
dad debido a la cual el fin o n o se consideradas, las deficiencias e inar-
logra o se logra defectuosamente. m onías dejan de ser disteleologías.
E sta falta se m uestra en el uso de Por ejemplo: los dolores y epide­
medios insuficientes (v.gr., en los m ias dan a conocer al hom bre la
m onstruos, en las enfermedades contingencia de su ser y se han
mentales) o en la aplicación del convertido tam bién en poderoso
apetito teleológico a objetos inade­ prom otor de su progreso cultural.
cuados (como ocurre cuando las E l que m uchas cosas se to m en
bacterias atacan a animales y hom ­ absurdas cuando se excluyen los
bres). C on frecuencia se tiene fines que rebasan la naturaleza,
prueba justam ente la necesidad de tente entre lo pensado con concep­
tales fines. Q uien se queda en lo tos diversos sin que a esta distinción
«penúltimo» no puede com prender corresponda en Ja cosa una p lu­
el sentido del universo ( / Teodi­ ralidad de la m ism a clase. Se funda
cea). — F r a n k . en que, dada nuestra condición h u ­
b) G . S i f g m u n d , N aturordnung ais
m ana, debemos, p o r abstracción,
Quelle d er G otteserkenntnis, *1950; d) establecer separaciones entre con­
F. B i l l i c s i c h , D as Problem der Titeo - tenidos, aunque en la cosa se iden­
dizce im philosophischen D enken des tifiquen y a ella pertenezcan p o r un
Abendlandes, 1936-1952; / F inalidad, mismo principio. A sí, v.gr., el hom ­
/ T eodicea, / M a l , / S u f r i r . bre entero es anim al y racional
y am bas cualidades se deben a la
Distinción es, o bien (1) el acto m ism a alm a. Si en este caso uno
por el cual se conoce lo diverso de los contenidos, com o aquí ocu­
como diverso, o bien ( 2) la diver­ rre, no es convertible en el otro,
sidad mism a. D iversidad es la no sino que constituye conceptualm en­
/id e n tid a d , o sea la relación de te u n todo cerrado de suerte que
una cosa a o tra en cuanto otra. sólo en virtud de la experiencia
Descansa en la /p lu r a lid a d o / puede añadirse el segundo, se tiene
negación de / unidad y se cuentan una distinción lógica con funda­
tantas clases de ella com o de uni­ mento real perfecto. P or el contra­
dad. Son contenidos radicalm ente rio, se da una distinción lógica con
diversos (disparati; inconexos,) los fundamento real imperfecto cuando
pertenecientes a géneros u órde­ la concepción plena y acabada de un
nes diversos, com o «azul» y 2. contenido penetra necesariam ente en
Diferencia es aquello en que se el otro, com o sucede con los / tras­
distinguen varias cosas que poseen cendentales, los atributos divinos y
algo com ún, aquello, p o r lo tanto, las prim eras diferencias del / ser.
que la una tiene y la o tra n o ; tal •— /O p o s ic ió n . — B r u g g e r .
ocurre con el todo y la parte, el L. B a i t r , M etaphysik, ”1935, § 19;
concepto del género y el de la es­ J. d e V r i e s , D enken und Sein, 1937,
pecie. — H ay distinción real donde pp. 230-235 [trad. esp.: Pensar y ser,
a la negación de identidad concep­ 21953; L. d e R a e y m a e k e r , Philosophie
tual corresponde tam bién u n a dis­ de l'étre, L o v ain a 1947; E. v a n S t e e n -
b e r g e n , Ontologie, 1946],
tinción en la cosa, sea que la
distinción se m anifieste en la expe­
riencia ( = distinción física, exis­ Disyunción. D esigna esta pala­
tente, v.gr., entre cosas concretas bra la relación existente entre los
o partes de ellas sensorialm ente m iem bros de u n juicio disyuntivo.
perceptibles, o bien en la separabili- Éste figura entre los /ju i c io s h i­
dad), sea que la distinción sólo potéticos (en sentido amplio). C ons­
pueda conocerse p o r el pensam iento ta de varios m iem bros, de los cua­
com o condición necesaria p a ra la les, en la disyunción exclusiva, sólo'
posibilidad de u n objeto ( = distin­ se afirma que u n o de ellos es nece­
ción metafísica existente entre prin­ sariam ente verdadero y todos los
cipios parciales n o perceptibles por dem ás son falsos. D ichos miembros
los sentidos; v.gr., la distinción en­ no pueden ser todos verdaderos ni
tre esencia y existencia en el ser todos felsos a la vez, sino que uno
creado, según el tomismo). — D is­ y sólo uno de ellos es necesaria­
tinción conceptual o lógica es la exis­ m ente verdadero. E n la disyunción
no exclusiva, se afirma únicam ente sillares físicamente indivisibles del
que, por lo m enos, uno de los m undo m aterial. — E n oposición
miem bros es verdadero, pero no a las partes integrales, denom ínanse
se índica cuál. Estos miembros partes constitutivas o esenciales
pueden ser todos verdaderos, mas aquellas partes no homogéneas que
no todos falsos. P ara el silogismo por su unión form an un a esencia,
disyuntivo / Silogismo hipotético. com o el cuerpo y el alm a en el
— Brugger. hom bre, el cuerpo y el principio
T ra ta d o s de / lógica. vital en las plantas y animales. La
división en sus partes constitutivas
Divisibilidad significa la posibi­ destruye la esencia de la cosa. —
lidad de descomponer un todo en JU NK.
sus partes. L a divisibilidad supone a) A ristóteles, M etafísica v 24-27;
un a com posición de partes que b ) L ehmen -B eck , Kosmologie, ‘ r ' 1920,
unidas form an un todo ( / T o t a ­ 13-22; S chw ertsch lag er , Philosophie der
lidad) en el cual u n a unidad natu­ N atur i, *1922, 69-91; [P; H oenen , Cos­
ral dom ina la pluralidad. La indi­ mología, R om a, 1936.]
visibilidad supone / simplicidad. Si
varias cosas están unidas de m ane­ División. En sentido am plio, di­
r a que n o resulte unidad natural visión es la desarticulación de un
alguna, su resolubilidad se llama todo en sus partes. T o d a división
separabilidad. — L a divisibilidad supone un todo que se divide, las
es m ental o real, según que se partes en que es dividido y un fun­
trate de partes y totalidades idea­ dam ento o punto de vista desde
les o reales. — L a divisibilidad el cual se realiza la división. La
es la propiedad fundam ental de la división, en sentido estricto, con­
/ c a n t i d a d y de la extensión. Las cierne a la extensión de u n / con­
partes cuantitativas se denom inan cepto universal o de u n a clase,
tam bién integrales y poseen la mis­ entendiéndose por ésta la totalidad
m a naturaleza que el todo. Si se de los objetos que realizan un con­
divide una cosa extensa según una cepto. Así, los vivientes sensitivos
m edida determ inada, las partes re­ constituyen la clase de los objetos
sultantes reciben el calificativo de que realizan el concepto «viviente
alícuotas. Se obtienen partes pro­ sensitivo». M ediante ulteriores de­
porcionales dividiendo progresiva­ term inantes, tales com o racional,
m ente el todo según la misma rela­ irracional, pueden nom brarse ul­
ción, v.gr., dividiéndolo en dos teriores clases parciales corres­
partes, dividiendo éstas a su vez pondientes a conceptos inferiores.
en otras dos y así sucesivamente. Cuando la totalidad de los objetos
Teniendo en cuenta sólo la exten­ que se encuentran bajo ellas iguala
sión, el continuo es ilimitadam ente a los de la clase total, la división
divisible. Sin em bargo, esta divi­ de ésta h a term inado. — D e la
sibilidad ilim itada puede encontrar división en sentido estricto hay que
en la naturaleza de la cosa un límite distinguir la descomposición, ya
que no perm íta ulterior división de u n concepto en sus notas, ya de
real. Los /c u e r p o s son divisibles u n to d o real en sus partes. E n la
p o r m étodos físicos y químicos en división estricta el contenido con­
moléculas y átom os ulteriorm ente ceptual conviene íntegram ente a
divisibles todavía en protones, neu­ todos los miembros, lo cual no ocu­
trones y electrones com o últimos rre siem pre en la descomposición.
- D e conform idad con el concepto Dogmático significa: (1) sin cri­
de división, ésta ha de reunir tres tica, ( 2) perteneciente al dogma.
condiciones: 1.“) ser exhaustiva, es —S anteler.
decir, los objetos enum erados en a ) K a n t , K ritik der reinen Vernunft,
las clases parciales no pueden ser B 30, 35 (p ró lo g o ); b) J. d e V r i e s , Den-
más ni m enos que los de la clase ken und Sein, 1937, 17, 122 [trad. esp.:
to ta l; 2.') constar de m iem bros que Pensar y ser, *1953]; J. S a n t e l e r , Intui-
se excluyan: ningún objeto puede tion und W ahrheltserkenntnis, 1934.
pertenecer a m ás de una clase par­
cial; 3.*) ser ordenada, o sea, antes Dolor. En la m ayoría de los
de term inar la división de una casos, la psicología entiende hoy
clase no puede cam biarse el fun­ po r dolor u n a determ inada clase
dam ento. — Según que éste sea de /s e n s a c ió n , ya de la piel, ya
una n o ta esencial o accidental, se de los óiganos internos que, aun
ten drá u n a división esencial o acci­ siendo de débil intensidad, pro­
denta], respectivam ente. Si se divi­ duce fuerte disgusto. Com o órga­
de a su vez un miembro de una nos de la misma se descubrieron
división, resultan divisiones prin­ verdaderos puntos dolorosos, que
cipales y subordinadas. U na serie en gran cantidad (2-4 millones) se
ordenada de éstas se denom ina encuentran irregularm ente distribui­
clasificación ( / Distinción). — dos po r toda la piel y reaccionan
Sa n teler . de m anera específica. El hecho de
que las m ás diversas sensaciones,
b) J. D o n a t , Lógica, *1935; TH. E l- al alcanzar gran intensidad, dege­
s e n h a n s , Psychologie und L o g ik , ’1936 neren en dolor, se debe a la co­
(G óschen) § 3 7 ; [A. G ó m e z I z q u i e r d o , excitación de puntos dolorosos p ró ­
Análisis del pensam iento lógico i, 1928]; ximos. Los órganos internos pare­
e) J . G e y s e r , Grundlagen der L o g ik und
cen con frecuencia menos sensibles
E rkenntnislehre, 1909, n.° 115.
a las intervenciones exteriores, pero
sí lo son p ara m uchos cambios
Dogmatismo. Com o dirección internos (v.gr., irritación). E l do­
científica, significa ( 1) originaria­ lor tiene com o finalidad proteger
m ente lo opuesto al /e s c e p tic is ­ a l ser vivo contra excitantes noci­
mo. — Kant entiende por dogm a­ vos o im pulsarle a ap artar los
tismo (2) el /ra c io n a lis m o y, ade­ daños cuando de nuevo se presen­
más, to d a filosofía en la cual la ten. Por consiguiente, el dolor es
metafísica intenta avanzar sin crí­ un / m a l sólo porque es la vi­
tica del conocim iento. — E n la vencia de un mal. Puesto que el
neoescolástica se da tam bién el dolor produce intenso disgusto, es­
nom bre de dogm atism o (3) a la te mismo disgusto, esta repugnan­
llam ada teoría de las /v e r d a d e s cia al mal experim entado o p er­
fundamentales. D e un m odo general, cibido, recibe tam bién en el len­
puede caracterizarse com o dogm a­ guaje corriente el nom bre de do­
tism o (4) to d a concepción que pre­ lor. E n este sentido am plio, el
tend a eludir u n a crítica justificada dolor puede darse tan to en la po­
de sus afirm aciones y supuestos. tencia apetitiva sensitiva como en
— E l dogm atism o (5) com o acti­ la espiritual y referirse al conoci­
tud personal, tiende a decir en m iento de cosas distintas de daños
todo la palabra definitiva y a no corporales. Llám ase entonces dolor
to lerar contradicción alguna. anímico. — B r u g g e r .
a ) S a n t o T o m As d e A q u in o , Sum m a D uda es la oscilación entre el si
theologica m i q . 35; V o n F r e y , D ruckem p- y el no, entre hipótesis u opinio­
findung und Schm erz, 1896; J. F r o b e s ,
nes que se contradicen m utuam ente
Lehrbuch der experim entellen Psycholo-
gie i, *1932, pp. 149-151; n 31929, pp. 169­
sin que llegue uno a decidirse p o r
176 [trad. e sp .: Tratado de psicología em ­ ninguna de las dos. El d udar pre­
p írica y experim ental, *1944]; F . S a U e r - supone tener conciencia de un ju i­
b r u c k — H . W e n k e , W esen und Bedeutung cio frente al cual hay que tom ar
des Schm erzes, 1936; F . K n i p p , D ie Sin- posición y, además, la existencia
nwelt der Schm erzen, 1937; [A . R o l d á n , de razones o, p o r lo m enos, de
M eta física del sentim iento, 1956.] razones aparentes en favor de cada
una de las dos hipótesis antagó­
Dualismo. El dualism o, por lo nicas. Particularm ente cuando se
general, deja a salvo, en oposición tra ta de un a cuestión de gran im­
al /m o n is m o , los contrastes esen­ portancia para la vida, la duda
ciales existentes en la realidad en­ suele ir unida a un atorm entador
tre el ser contingente y el Ser sentim iento de inquietud. M ientras
absoluto (m undo y D ios), y (den­ las razones no arrojan un a / e v i ­
tro de la esfera de lo contingente) dencia, aunque sea im perfecta, en
entre conocer y ser, m ateria y es­ favor o en contra de la hipótesis
píritu o m ateria y form a vital en cuestión, la duda está justificada;
unida a lo m aterial, ser y acción, con un predom inio notable de ra ­
substancia y accidente, etc. — Toda zones en pro de un a p arte es sen­
pluralidad h a de reducirse cier­ sato m antener una opinión fun­
tam ente a -unidad en su últim o dam entada, o sea un a decisión
fundam ento, pero no debe anular­ provisional; pero, en tanto no se
se en su propia esfera. — En logre una evidencia, no es razona­
cambio, dualismo designa, con fre­ ble prestar un asenso firme que
cuencia, el otro extremo del m o­ excluya toda duda ( /C e r te z a ) .
nism o: la dualidad pura, irreduc­ Si, a pesar de un a evidencia su­
tible. Así, el dualismo metafísico ficiente, la duda continúa, es injus­
extremo explica la lim itación y el tificada.
m al en el m undo adm itiendo dos L a duda descrita es la duda en
principios: D ios y o tro principio sentido propio, es decir, la duda
«potencial», coetem o con Él, que real y positiva. D e ella hay que
pone obstáculos y límites a su ac­ distinguir, p o r una parte, la duda
ción configuradora del universo (la real negativa, que existe, cuando
m ateria eterna de Platón), o bien se da u n a falta absoluta de razo­
un ser malo independiente frente nes en pro o en contra, y debería
al principio bueno ( / M aniqueís- llamarse más bien ignorancia; y
mo). Tam bién el dualism o antro­ p o r otra, la duda aparente (o fin ­
pológico, tal com o es defendido gida) tal com o se presenta en el
por Descartes, desatiende la uni­ planteam iento científico de p ro ­
dad de cuerpo y alm a que, situada blemas ( /P ro b le m a ); esta duda
p o r encim a de la dualidad, existe significa sólo un prescindir de la
en el hom bre ( / Alm a y cuerpo certeza natural, p o r lo demás, fir­
[Relación entre]). — W i l l w o l l . m em ente sostenida, a fin de llegar
F . K lim k e, D er M onism us, 1911 [trad. a la certeza científica p o r la com ­
ital.s II m onism o, 2 vols., 1914]; A . VlBR- probación y elaboración explícita
k a n d t , D er D uallsm us im modernen de las razones. Es frecuente equi­
W eltbild, 1923. p a ra r la duda fingida a la metódica.
Sin em bargo, la expresión «duda tificación intrínseca, el derecho que
m etódica» no significa necesaria­ únicam ente Él tiene sobre la vida.
m ente duda aparente, sino que de­ P or eso el ofendido n o puede tam ­
nota cualquier duda, ya sea p u ­ poco legitim ar m oralm ente el reto.
ram ente fingida, ya real, provocada N i se da en m odo alguno el caso
de propósito con el fin de investi­ de defensa co ntra el injusto agre­
gar de m anera científica la verdad; sor, porque faltan p ara ello el
esta duda real se halla plenam ente ataque actual, inm ediato e ilegal
justificada cuando el objeto es efec­ al cuerpo y a la vida. En el duelo
tivam ente dudoso. — D e V r i e s . se trata de u n ataq u e concertado.
J. K l e u t g e n , D ie Philosophie der
— U na lucha entre dos personas
Vorzeit I, * 1 878, p p . 3 4 1 -3 9 6 [trad. que po r su m ism a índole no resta­
fran c.: L a philosophie xcolastique, P arís blece ni puede restablecer el dere­
1 8 6 8 ]; F . J . v . T e s s e n - W e s ie r s k i, Wesen cho del ofendido, sino que, a ve­
und Bedeutung des Z w eifels, 1928; E. Htis- ces, incluso expone y destruye su
s e r l , E rfahrung und V rleil, 1 9 4 8 , p p . vida, es ceguedad y crim en, prueba
3 6 5 -3 6 8 . de una concepción extraviada del
honor y, a la vez, desigualdad
Duelo. C om bate entre dos, diri­ social difícilmente tolerable, ya que
gido a rep arar la / h o n r a y lle­ se niega a am plios círculos la capa­
vado a cabo con arm as m ortíferas cidad p ara d ar satisfacción a la
o peligrosas, observando ciertas re­ honra. El llam ado duelo académico
gias o form alidades vigentes en un (M ensur) de los estudiantes es
grupo social. La cuestión acerca una preparación p a ra el duelo y no
de , 1a licitud m oral del duelo de­ excluye suficientemente graves heri­
pende no sólo del m otivo, fundado das y peligros. P or lo tanto, no
en la defensa de la honra, sino, puede tam poco justificarse ante la
ante todo, de la naturaleza m oral m oral. — La difícil cuestión que
del medio adoptado p ara ello. Éste, plantea la adecuada protección de
en el duelo, consiste en luchar con la honra sigue siendo un problem a
armas m ortíferas y, por consi­ aprem iante. —S c h u s t e r .
guiente, en exponer directam ente
b) M . G i e r e n s , Ehre, Duell und M en ­
la vida propia y la ajena bajo sur, 1928; K . A. S c h u l t e , Z w eikam pf,
autoridad privada. Tal riesgo sólo en Staalslexikon d e H . S a c h b r v (1932)
podría perm itirse en dos hipóte­ 1128; A . S c h a r n a g l , Z w eikam pf, e n
sis, a saber; si el medio de que va L exicón fü r Theologie und Kirche x (1938)
a echarse m ano y que entraña el 1109; [ F o u r n e r e t , Duel, en D ictiom aire
riesgo fuera apropiado p ara una de théologie calholique, 4, 1831-1836;
natural y naturalm ente necesaria E s t é v e , L e duel devanl les idées moder-
nes, P arís 1908; O . M í r q u e z , Filosofía
satisfacción o reparación del agra­
m oral, 2 vols., M943.]
vio; o bien, si se tratara de la de­
fensa contra el injusto agresor. Sin
em bargo, ninguna de estas dos con­ Eclecticismo. D enom ínase eclec­
diciones se cum ple en el duelo. ticismo la actitud intelectual de
Q uien lo acepta, no quiere, cierta­ aquellos filósofos qu e se limitan
mente, rep arar su agravio en for­ a exam inar los resultados del pen­
m a n atural, antes bien, está, dis­ sam iento ajeno, escogiendo lo que
puesto, en cuanto de é! depende, les parece verdadero y valioso sin
a añadir una nueva injusticia, usur­ intentar reunir en un todo acabado
pando, adem ás, a D ios, sk> ju s­ los fragm entos recogidos. Si la
aceptación de concepciones ajenas la m ás am plia y necesaria de las
y diversas se realiza sin exam inar regionej culturales.
su contenido de verdad, cabe hablar Com o acontecer inserto en los
de sincretismo. Eclécticos fueron la bienes materiales, la econom ía está
m ayor parte de filósofos grecorro­ estructurada p o r la /té c n i c a ; en
m anos desde el siglo x a. de J. C., cam bio, com o proceso vital lo está
muchos pensadores de la patrística, p o r la arquitectura y orden de la
la filosofía popular de la Ilustra­ sociedad. D e ahí el prim ado irre-
ción y V. Cousin. Ecléctica es tam ­ nunciable de la política sobre la
bién gran parte de la filosofía am e­ econom ía, frente al cual, en la era
ricana. — B r u g g e r . capitalista, la econom ía se desem­
P. H i n n e b e r g , Die K ultur der Ge-
barazó de los lazos sociales y, pro­
gen warr i, 5: Allgem eine Geschichte der longando su influencia, desarticuló
Philosophie (Indice); [3- H ik sc h b e r g e r , y disgregó el orden social. E l sen­
H istoria d e la filosofía (trad . esp.) i, tido de la econom ía n o es la ga­
19S4, n , 1956.] nancia de dinero (acum ulación de
plus-valor), sino el servicio de la
Economía (Filosofía de la ). Eco­ com unidad p o r la preparación de
nom ía es la función cultural que cui­ bienes y prestaciones -auténtica­
da de la sustentación (Som bart), m ente valiosos. — L a economía,
o —dicho en térm inos equivalen­ com o relación entre fines y medios,
tes — es la configuración de la con­ es autónom a; p ero el hom bre de­
vivencia hum ana orientada a la term ina con libertad y, p o r lo
arm onización perm anente de la ne­ tanto, con responsabilidad a qué
cesidad con la satisfacción de la fines deben enderezarse los m edios
misma (G ottl-O ttilienfeld); la filo­ («validez o legitim idad de los fi­
sofía de la econom ía h a de dar nes»): Ética. — N e l l - B r e u n i n g .
la interpretación últim a del sentido
N e l l - B r e u n in g , W irtschaftsphiloso-
de ésta, del m ism o m odo que la
phie; del m ism o : W irtschafisethik, am bos
filosofía de la sociedad ( / Socie­ trab ajo s en el Wtirterbuch der P o litik iv ,
dad [Filosofía de la]) lo lleva a 1949; H . P e s c h , Lehrbuch der N a tio m ló -
cabo en el dom inio entero de la konom le, 1922-1926 [trad. esp .: Tratado
vida social. — Según nuestras de­ de economía nacional] ; A . W e b e r , Ein-
finiciones, la econom ía es una es­ leitung in das Studium der Voíkswirt-
fera de la cultura y, por lo tanto, schaftslehre, M 932; del m ism o : A llge­
un dom inio parcial de la vida so­ m eine V o l k s w i r t s c h a f t s l e h r e , ‘ 1932;
cial humana. Puesto que el hom bre [A. M ü l l e r , N otes d'économ ie politique,
2 vols., P a r ís 1933-1938;] W . S o m b a r t ,
es un ser que consta de espíritu D ie Ordnung des W irtschaftsleben, ’ 1927;
y cuerpo, toda / c u l t u r a hum ana H . W e b e r — P. T is c h l e d e r , W irtschafts-
está vinculada a presupuestos m a­ ethik, 1931; O . S c h il l i n g , Katholische
teriales, a la disposición de bienes W irtschafisethik, 1933; G . W ü n s c h ,
materiales para la simple conser­ Evangelische W i r t s c h a f t s e t h i k , 1927;
vación de la vida y p ara su enri­ W . W e p d i g e n , W irtschafisethik, 1951
quecimiento, embellecimiento y en­ (cristiano-hum anitario). [F. V it o , Eco­
noblecim iento; en este sentido, ni nom ía política (trad . esp.), 1950; del
m ism o: L 'econom ía a servicio dell'uom o,
aun los dominios suprem os de la
M ilán 1949 (trad. esp .: L a economía a l
cultura (arte, ciencia, religión) están servicio del hombre, 1950);] d) T h . S urA -
suspendidos en el aire. L a econo­ n v í - U n g e r , Geschichte der W irtschaftsphi-
m ía es, ciertam ente, la más inferior losophie, 1931; E . W it t a k b r , A H isto ry
en valor y dignidad, pero también o f Economic Ideas, N u e v a Y o rk 1940;
(R. G o n n a r u , Historia de fas doctrinas es u n a representación consciente y
i conómicas, *1952.] clara. N o se niega que el concepto,
según las posibilidades, se vista con
Empirismo. Empirism o, o filoso­ un esquema sensible y vaya acom ­
fía de la experiencia, es aquella co­ pañado de representaciones acce­
rriente filosófica que considera la sorias sensibles; pero este proceso
/e x p e rie n c ia com o única fuente presupone el concepto lógico. —
del conocim iento ( / Conocim iento E l em pirism o confunde, además, la
[Fuente del]). El em pirismo olvida relación intelectiva sujeto-predica­
que la experiencia sólo es posible do con la /a s o c ia c ió n ciega. El
bajo el supuesto de condiciones no em pirismo intenta fundam entar la
cxperimentables. El em pirismo se validez de los juicios universales
propone de un m odo especial ex­ m ediante la /in d u c c ió n . M as la
plicar los conceptos y juicios uni­ /in d u c c ió n tiene supuestos (la ley
versales m ediante la pu ra expe­ de uniform idad de la naturaleza)
riencia. — Indudablem ente, «todo que no pueden ser fundam entados
nuestro conocim iento empieza con por la m era experiencia. — La
la experiencia» y está por ella con­ recusación de la metafísica com o
dicionado de alguna m anera. Pero conocim iento que trasciende la ex­
ia lim itación de nuestros conoci­ periencia no adm ite que la expe­
mientos al dom inio de la m era riencia m isma está condicionada
experiencia no puede sostenerse. por bases transem pfricas, siendo re­
Ni siquiera el principio «todo co­ basada ya im plícitam ente en todo
nocimiento procedente de la expe­ verdadero conocimiento.
riencia es verdadero», puede deri­ Precursor del em pirism o m oder­
varse de 1a experiencia; y m ucho no fué el /n o m in a lis m o de los
menos el axiom a del em pirism o: siglos prim eros y últim os de la
«sólo la experiencia garantiza un E dad M edia. Bacon de Verulam
conocim iento verdadero». — El ( t 1626) form ula clara e inequívoca­
em pirism o debe renunciar tam bién m ente en el «Novum O rganum » los
a explicar los /c o n c e p to s univer­ principios del em pirism o y ele­
sales. Las representaciones senso­ va la inducción a m étodo único de
riales com unes o esquemas n o bas­ la ciencia. E sta doctrina fué ulte­
tan p ara explicarlos, porque no riorm ente difundida siguiendo la
cabe predicarlos en sentido idén­ dirección del /s e n su a lis m o de
tico de m uchos objetos reales. El J . Locke ( t i 709) y del /p o s itiv is ­
concepto lógico de «hom bre» es ri­ m o de Condiüac (fl780). Tam bién
gurosam ente uno, m ientras que su el neopositivismo profesa el em pi­
esquema sensorial adm ite diversas rismo. K ant reconoce, ciertam ente,
formas. D ebido a esto, tales esque­ que la experiencia sólo es posible
mas n o pueden tam poco desempe­ gracias a funciones n o em píricas
ñar el papel de sujeto o predicado del espíritu, m as p o r falta de un
en un juicio universal, N ecesitan, análisis profundo de las mismas
p o r su parte, una norm a conform e lim ita la validez objetiva de ellas
a la cual se produzcan y sean a l cam po de la experiencia, en el
conocidos com o esquemas, a saber: sentido del em pirismo ( / Racio­
el concepto lógico. Insuficiente es nalism o, / [ 1 15, 135, 141, 147-9,
asimismo recurrir a subsconscien- 172-5, 234]). — S a n t e l e r .
tes representaciones accesorias sen­ a) L as o b ras principales de los em pl­
soriales. Pues el concepto universal a s ta s (Locke, Hume, M ach, M ili, Comte)
/ [ 1 4 2 , 145, 172, 213, 226]; b) J. G e y s e r , cación alcohólica o sifilítica), o por
Grundlagen der Logik und E rkenntnis- la destrucción y lesión del cerebro.
lehre, 1909, n.os 248-252, 281-285; E ntre las enfermedades m entales
O . K ü lp e , Einleitutig in die Philosophie,
y la esfera de la vida anímica nor­
UI928, § 15 [trad. esp .: Introducción a Ia
Filosofía, 1931]; J. H e s s e n , Teoría del mal se encuentran las m últiples for­
conocimiento (tra d . esp.) ’ 1936; E . W e n t - m as de psicopatías de origen cons­
s c h e r , D as Problem des Empirismus, titucional y, com o expresión de
1922; J. d e V r ie s , D enken und Sein, una situación de conflicto inasimi­
1937 [trad . esp .: Pensar y ser, *1953; lable, las neurosis. P or lo demás,
c) / a) ; d ) E . v. A s t e r , Geschichte der com o los síntom as ofrecen matices
neueren E rkennlniitheorie, 1921; A. M es- fiuctuantes y form as m ixtas, en las
s e r , Geschichte der Philosophie im 19.
escuelas psicopatológicas difieren
Jahrhundert (erop.-nat. P hil.), *1935 (trad.
esp.; L a filo so fía en et siglo X IX , 1939 tam bién el deslinde de conceptos
(reed .)]; B. J a n s f n , Die Geschichte der y las clasificaciones, e igualmente
Erkenntnislehre in der neueren Philoso­ las teorías sobre las causas subya­
phie bis Kant, 1940; G . DBLIA V o iP E , centes.
H um e e it genio d e lf empirismo i, F lo ­ E l estudio de las enfermedades
rencia 1939; e) L o t z - d e V r ie s , D ie W eh mentales, de su condicionam iento
des M enschen, *1951, pp. 43-57 [trad.
constitucional, de sus factores ori­
e sp .: E l m undo del hombre, 1954].
ginantes y de sus m étodos terapéu­
ticos, ofrecen a la filosofía y a la
Enfermedad mental. L a enfer­ psicología em pírica norm al un co ­
m edad m ental n o es propiam ente pioso m aterial ilustrativo sobre las
enfermedad d e la m ente o del / es­ cuestiones relativas a la conexión
píritu, sino u n a perturbación de en tre el cuerpo y el alm a, a la cons­
las funciones m entales que se des­ titución estratificada y a las fuerzas
envuelve en form a de proceso y form ativas de la personalidad psico­
está m otivada p o r alguna afección lógica, y tam bién sobre las cues­
de las bases som áticas de la vida tiones planteadas en torno a las
anímica anexa a la peculiaridad condiciones y límites del libre
formal de la perturbación (a la que albedrío y de la responsabilidad
en el estado agudo alcanzado por (suprim ida en estados patológico-
determ inadas form as acom paña la m entales agudos y gradualm ente
pérdida de la acostum brada uni­ dism inuida en las p s ic o p a tía s ) .
dad de la /p e rs o n a lid a d y de sus — W il l w o l l .
m odos fundam entales de com por­
tarse). C om o enfermedades m enta­
K . B i r n b a u m , H andwórterbuch der
les en el sentido m ás estricto del medizinischen P sychologie, 1930; O . Bum-
térm ino ( = psicosis) se cuentan los ke, Lehrbuch der Ge isteskrankheilen,
grandes grupos de psicosis heredita­ *1936 [trad. esp .; N uevo tratado de enfer­
rias; esquizofrenia y locura mania­ medades m entales, 1946]; K . J a s p e r s , All-
co-depresiva (ésta con las alternativas gem eineP sychopatologie, ‘ 1948 {trad. esp.:
de excitación [manía] y depre­ Psicopatologla general, 1951]; K . S ch-
sión), así com o tam bién los trastor­ NEiDER, D ie psychopatischen PersSnlich-
keiten , *1940; E . S f e e r , Vom Wesen
nos periódicos consecutivos a la epi­
der Neurose, 1938; 3. M a n s e r , Physische
lepsia. Constituyendo u n grupo más E rbkrankheiten und Gegenwart, 1943;
am plio, añádase a las citadas en­ J. F á s s l e r , N euere Gesichtspunkte zu r
ferm edades varios estados anorm a­ Neurosenlehre und P sychotherapie, en
les producidos p o r una infección « G esu n d h eit u n d W o h lfah rt» 1949;
interna o externa (com o la intoxi­ E. B l e u i b r , Lehrbuch der P sychiatrie
(edit. p o r M . Bleuler), *1949; [A. V allejo de razón, e n «P ensam iento» 1! (1955)
N á g era , Tratado de psiquiatría, *1954.] p p. 185-202.]

E nte de razón (ens rationis) es Entendimiento. El entendim ien­


aquello que sólo puede existir com o to hum ano es la facultad de / pen­
contenido de pensam iento, care­ sar, o sea la facultad de percibir
ciendo, p o r tanto, de existencia de m odo n o sensible el ser y las
«en sí», es decir, com o ente inde­ relaciones. C om o tal difiere esen­
pendiente del pensar. P or consi­ cialm ente de la denom inada, con
guiente, al ente de razón se le llam a expresión confusa, inteligencia ani­
«ente» en sentido im propio, com o m al au n en sus m ás elevados
efecto de concebirlo nosotros a efectos instintivos ( / I n s t i n t o ) . —
m odo de tal. Sin em bargo, n o es El entendim iento tiene su base en
necesariam ente u n a m era imagen la naturaleza del alm a considerada
engañosa; antes bien tiene, p o r lo com o ser espiritual ( / Espíritu,
regular, un determ inado fundamen­ / A l m a ) ; sin em bargo, en su pecu­
to real ontológico (fundamentum in liaridad de entendim iento hum ano
re), al que la peculiaridad de nues­ está a la vez reducido a las condi­
tro pensam iento añade u n deter­ ciones particulares del espíritu del
m inante puram ente m ental. Esta hom bre, que es form a esencial con-
adición no se realiza arbitrariam en­ figuradora de u n cuerpo. A unque
te, sino que tiene u n a función el entendim iento se n o s da, pues,
cognoscitiva indicadora (com para­ ante todo com o hum ano, entendi­
ble a la construcción geom étrica miento en general n o es, atendida
auxiliar). Así, po r ejemplo, en el su esencia, equivalente a entendi­
concepto de /e s p a c io la extensión miento humano. E l entendim iento
real de los cuerpos es el funda­ en general acom paña al conocer
m ento ontológico; pero que esta espiritual en cuanto tal sin diferen­
extensión sea pensada a m odo de cia alguna, ya se encuentre reali­
un ente independiente capaz de re­ zado de m anera ilim itada, com o en
cibir dentro de sí los m ás variados el espíritu infinito de D ios, ya lim i­
cuerpos, es un puro ingrediente tada, com o en el espíritu creado
m ental, que, n o obstante, hace p o ­ o ligado a lo som ático. E l objeto
sible, v.gr., form ular proposiciones característico del conocim iento es­
objetivas acerca de la posición de piritual y del entendim iento en
aquéllos. C om o especies principa­ general es el ente en cuanto tal
les de entes de razón citarem os los ( / S e r ) . M ientras el entendim iento
negativos resultantes de / negación del hom bre está u nido al cuerpo y
y los privativos (/P r iv a c ió n ) (v.gr., al conocim iento sensorial, dicho
la n ada, la ceguera), así com o tam ­ objeto se le da sólo en la esencia
bién las relaciones puram ente m en­ que brilla en la cosa sensible ( intel-
tales (v.gr., la identidad entre su­ ligibile in sensibili).
jeto y predicado). — D e V r ie s . D e ahí que la peculiaridad del
entendim iento del hom bre se ca­
a) F . S u A rez, D isputationes metaphysi- racterice p o r los siguientes pares
cae, disp. 54, t. v, ed. de P a rís 1861;
de conceptos opuestos. E n prim er
[A. M i l i . á n F u e l l e s , S e r Ideal y ente de
ra ió n , en « R ev ista de F ilosofía» 12
lugar, es espiritual y se orienta
(1953) p p . 191-205; J. R o to G i r o n e l l a , a lo espiritual y, n o obstante, está
Investigación sobre los problem as que ligado a las funciones sensoriales
plantea a j a filo so fía moderna el ente y, p o r lo tanto , a la m ateria. Espi-
ritual, pues únicam ente una facul­ la doctrina de la abstracción, tal
tad cuyos actos no son directa­ com o en diversas form as fué des­
m ente co-realizados por un princi­ arrollada desde Aristóteles ( / C on­
pio m aterial, u n a facultad, por cepto [Form ación del]). L a espon­
consiguiente, rigurosam ente inm a­ taneidad del espíritu se manifiesta,
terial, puede dirigirse a objetos adem ás, en la dirección de la aten­
espirituales y encontrar en ellos la ción, en los actos de tom a de po­
perfección de su ser y sentido. Sólo sición propios del juicio y en el
una facultad espiritual puede pre­ pensam iento creador qu e supone
sentar en su ser propio lo simple siem pre la recepción de un conte­
y lo no sensible. L a distinción de nido cognoscitivo.
yo, no yo y acto y la pregunta que E n tercer lugar, la oposición de
ello hace posible acerca del valor inm anencia y trascendencia en la
lógico, ético y estético de los actos actividad del entendim iento es su ­
y de la existencia propia, así como perada por la imagen cognosci­
el perfecto «consigo» (Bei-sich) de tiva intelectual, el verbum mentis
la autoconciencia, suponen también ( / Conocimiento), que, considera­
un principio espiritual del conoci­ da desde el p u nto de vista ontoló-
m iento. P or o tra parte, ]a unión gico, perm anece p o r entero en el
al conocim iento sensorial es noto­ cognoscente no obstante, por
ria: el entendim iento del hom bre su carácter de imagen, le conduce
debe obtener de la experiencia sen­ m ás allá de sí m ism a: al objeto. —
sible casi todos los conceptos pri­ Sobrepujando esencialmente a las
m itivos; no posee intuición inme­ facultades sensoriales, el entendi­
diata alguna de las esencias espi­ m iento, incluso en las obras aca­
rituales ( / C o n c e p t o [Formación badas del pensar creador, queda,
del], / Ontologismo). El entendi­ según lo dicho, unido de m anera
miento m antiene tam bién en el natural al conjunto del m odo de
curso total del pensar la vincula­ conocer sensitivo-intelectual y, a la
ción a las imágenes sensibles (la vez, al todo de la personalidad psi­
conversio a d phantasmata escolás­ cológica aun con su parte / i r r a ­
tica). Ú nicam ente puede elevarse cional. Por o tra parte, el culto
a lo espiritual y suprasensible por a una llam ada intuición extrainte-
el cam ino de la /a n a lo g ía . Con lectual de lo espiritual con elimi­
esta unión al conocim iento senso­ nación o menosprecio del enten­
rial guarda relación el carácter dimiento, es ta n deform ante o
discursivo y abstractivo de la acti­ m ás que un cultivo y valoración
vidad de nuestro entendim iento, de exclusiva del entendim iento. —
ta l m anera que, entendimiento en W n x w o u ,.
sentido estricto, denota la facultad D. F e u l i n g , D as L eben der Seele, 1939,
de pensar abstractiva y discursiva­ p p . 127-140; A. W i l l w o l l , Seele und
mente. Sobre la diferencia entre Geist, 1938, p p. 70-114, 178-184 [trad.
entendim iento y razón, «intellec- esp .: A lm a y espíritu, 1946]; del m ism o :
tus» y «ratio»: ( / R a z ó n ) . 25 Jahre deutsche Denkpsychologie, en
L a índole peculiar del entendi­ « S c h o la s tík » 8 (1933) p. 534 ss;
T h . H a e c k e r, D er G eist des M enschen
miento del hom bre se manifiesta,
und die Wahrheit, 1937; J. F r ü b e s , Lehr-
en segundo lugar, en la oposición buch der experim entellen Psychoíogie m ,
de, receptividad y espontaneidad. 1929, p p . 163-232 [trad . esp .: Tratado de
Clásica es la distinción entre en­ psicología empírica y experim ental II,
tendimiento agente y paciente en *1944]; K . B ü h l e r , Geistige E ntw icklung
des Kindes, 1929, § 7 ; [J. M a r i t a i n , el derecho superior de la epiqueya
R éflexions sur l'intelligence el sur sa ríe reclam a un razonable apartam iento
propre, P arís 1930.]
de la regla estricta. Sea, p o r ejem­
plo, la no rm a: u n a cosa confiada
Epicureismo. D octrina de Epi- a otro ha de devolverse cuando su
curo (341-271) y su escuela. Su dueño la reclam a. E sta norm a pue­
interés principal se polariza en la de perder su valor si alguien, con
h é tic a , que fundam enta en una el fin de m a tar a o tra persona en
gnoseología sensista y u n a m eta­ un insensato arrebato de cólera,
física m aterialista negadora de ]a exige la devolución de un arm a en­
inm ortalidad del alma. Siguiendo tregada en depósito. P ara aplicar
a la escuela cirenaica, pone el pla­ la epiqueya requiérem e estas con­
cer com o fin suprem o del hom bre diciones : una situación difícil cierta
( / Hedonism o). E l sabio aspira y real que haga irrazonable la
a la á T a g a g í a o im perturbabilidad norm a para el caso dado y la im­
del ánim o, en la cual consiste la posibilidad de acudir a la legítima
felicidad, m ediante la sabia p o n ­ autoridad. L a epiqueya no es apli­
deración del goce y el prudente cable cuando se tra ta de preceptos
dom inio de sí mismo. E n las esfe­ prohibitivos de la / l e y m oral n a ­
ras celestes hay ciertam ente dioses, tural. T ratándose de los preceptos
seres sobrehum anos; pero n o cui­ positivos de la misma, en caso de
dan del gobierno del m undo. El necesidad entra en juego el prin­
sabio vive sin tem or a ellos ni a la cipio superior de que no obliga
muerte. E l epicúreo de mayor in­ cuando im ponen un a carga pesada.
flujo fué el poeta rom ano Lucrecio Es cuestión discutida la aplicación
Caro (f 55 a. de J.C.). — U sando de la epiqueya a las llam adas leyes
el térm ino en sentido am plio, m u­ «irritantes» que tienen com o con­
chas veces se da el nom bre de epi­ secuencia la nulidad de un acto
cureismo a toda clase de hedo­ jurídico. — S c h u s t e r .
nismo. / [38, 47, 54], — S c h u s t e r . a) A r i s t ó t e l e s , É tica a Nicóm aco v,
H . M e y e r , Geschichte der alten Philo­ 10; S a n t o T o m á s d e - A q u i n o , Sum m a
sophie, 1925; J. W e w a l d , D ie geistige theologica i - i i , q. 120 a. 1; b ) F i c h m a n n -
Einheit E pikurs, 1927; A . C r e s s o n , Epi- M ó r s d o r p , Lehrbuch des. Kirchenrechts,
cure, P arís 1940. 1949, i, 100; K.. W o h l h a u p t e r , Aequitas
canónica, 1931; R . E o e n t e r , Über die
Epiqueya (del griego émdxEta = Bedeutung der E pikte tm slttlichen Leben.
equidad) es, según Aristóteles, en «P hilosophisches Ja h rb u ch » 53 (1946)
pp. 115-127; del m ism o : Von der Freiheit
aquella form a de equidad o / ju s­
der Kinder G ott es, *1950; [ A . M e n d i z á -
ticia superior situada por encim a b a l , Tratado de derecho natural, 3 vols.,
del precepto jurídico positivo, en 1928-1931, t. i; J. C a s t An T o b e S a s , L a
virtud de la cual es lícito al hom ­ equidad y sus tipos históricos en la cul­
bre o b ra r co n tra la letra de una tura occidental europea, 1950]; W .
norm a jurídica obligatoria, po r el G r a m s c h , D ie B illig keit im R echt, 1938.
rigor inadecuado de la m ism a en
un caso particular, siendo, a pesar E rro r es un juicio explícito o im­
de ello, su acción conform e con plícito en el cual quien lo form ula
la m ente del legislador. Como que a equivoca, sin saberlo, el objeto. El
una norm a positiva ( /'L e y ) nunca e rro r difiere de la / falsedad lógica
le es posible tener exactam ente en en que ésta concierne m eram ente
cuenta todos los casos particulares, a la relación objetiva de un juicio
con el objeto, m ientras el error de nuestro pensam iento respecto
incluye tam bién la tom a de posi­ a la am bigüedad del lenguaje; p o r
ción subjetiva. E l contenido de un la dependencia con relación a los
juicio que no corresponde al objeto sentidos y a la m em oria que pueden
es falso; entre los rasgos propios engañar; p o r los prejuicios, la falsa
del error debe contarse, además, educación y la precipitación al
el de afirm ar com o verdadero un juzgar; por la falta de form ación
contenido judicativo falso por des­ y ciencia unida a la necesidad de
conocer su falsedad. — La posi­ resolver rápidam ente las cuestiones,
bilidad del erro r es u n hecho que y, adem ás, por la torpeza y corte­
apenas ha de declararse; pero, no d ad de inteligencia y la sobrevalo-
obstante, plantea tam bién un pro ­ ración de la autoridad. D e p arte de
blema: ¿cómo puede errar el en­ la voluntad son fuentes de erro r;
tendim iento si po r su naturaleza el carácter apasionado, la perversa
está orientado hacia la verdad? El inclinación del corazón a u n falso
entendim iento, a causa de su fini- objeto, el espíritu de contradic­
tud, puede sucum bir a la apariencia ción, la deficiente voluntad de ver­
de verdad y a la influencia de inte­ dad. — El erro r es un gran mal
reses no teoréticos de la voluntad para el hom bre, que tarde o tem­
que le inducen a juzgar precipitada­ prano siente sus consecuencias.
m ente.—Cabe, según eso, distinguir A unque fundam entalm ente supera­
fuentes lógicas y fu e n tes psicológicas ble siempre, el erro r con frecuencia
del error. A m bas clases colaboran no puede evitarse, debido a difi­
siempre, aunque en distinta medida. cultades extraordinarias (error mo­
Las más im portantes fuentes lógicas ralmente invencible). El hom bre es
del error son las siguientes: la ge­ responsable del error moralmente
neralización, concluyendo de unos vencible. — S a n t e l f .R.
casos particulares a todos en gene­ L . K e e l e r , The problem o f error fro m
ral sin fundam ento suficiente; el P latón to Kant, R om a 1934; M . D. R o -
uso de frases hechas o «tópicos», l a n d - G o s s e l in , L a théorie tkom iste de
es decir, de fórmulas verbales que l'erreur, en M élanges thom istes, 1924;
ocasionan u n a tom a de posición de B . S c h w a r z , Der Irrtum in der Philo­
base sentim ental carente de funda- sophie, 1934.
m entación objetiva; concluir de lo
inconcebible a lo imposible; de que Escepticismo. Designa este tér­
nuestra inteligencia no penetre una m ino aquella opinión qu e pone en
cosa no se sigue todavía que sea d u d a la posibilidad de un conoci­
imposible; el raciocinio «post hoc, m iento verdadero. M ientras el es­
ergo propter hoc»; de que un cepticismo universal extiende la
acontecim iento sigue a otro en el / d u d a a to do , el escepticismo
tiempo, se infiere injustificadam ente ético, religioso o de cualquier o tra
que el prim ero (tem poralm ente) sea especie, la lim ita a un a esfera de­
la razón del segundo; po r últim o, term inada. El escepticismo consiste,
los / sofismas de to d a clase. — Las o bien en una actitud dubitativa
fuentes psicológicas del error resul­ frente a todo conocim iento, o bien
tan de nuestros lim itados pensar en una doctrina m ás o m enos
y querer, perturbados a menudo científicamente fundada sobre el ca­
por la pasión. D e parte del enten­ rácter dudoso de to d o conocim ien­
dim iento los errores pueden estar to hum ano. D istinto de am bos es
condicionados por la dependencia el escepticismo com o método, cuyo
fin es la certeza, y que elige com o Ideario filosófico, 1936]; d) R . R i c h t e r ,
punto de p artida de la / gnoseo- D er S keptizism us in der Philosophie, 1908;
logía la aludida duda universal e) J. d e V r i e s , D enken und Sein, *1951,
15, 119-122 [trad. e s p .: Pensar y ser,
respecto a todo conocimiento. La “1953].
/ duda m etódica, que pregunta por
la legitim idad de nuestros conoci­
mientos, sin d u d ar realm ente de Esclavitud es aquella organiza­
ellos, no tiene tam poco n ad a que ción social en la que una p arte de
ver en su aplicación general con el los hom bres sirve a la o tra com o
escepticismo. — A dúcense como esclavos. Esclavo en sentido propio
razones en favor del escepticismo: es quien debe servir a o tro durante
las contradicciones pretensam ente toda la vida sin recibir o tra retri­
insolubles del conocim iento hum a­ bución que el sustento y quedando,
no (asi la sofística), la relatividad en consecuencia, desposeído del
del /c o n o c im ie n to sensorial y la trascendental derecho a la libertad.
falta de un criterio suficiente de F orm a m itigada de la esclavitud
verdad ( /V e r d a d [Criterio de]) es la servidumbre. El siervo estaba
(Sexto Empírico). Pirrón enseñaba en verdad ligado a la gleba, pero
que había que abstenerse de asentir poseía m ayores libertades. L a escla­
a juicio alguno ( = tno%^)) porque vitud en general no es contraria
las razones en pro y en contra son de m anera absoluta al derecho
siempre de igual peso (pirronismo). n atural. A sí u n o puede elegir p o r
Com o representantes posteriores voluntad p ro p ia este servicio o ser
del escepticismo citarem os a M on­ reducido en justicia a esclavitud
taigne y a Charron. — L a mejor com o castigo de un crimen. En
refutación del escepticismo univer­ realidad, es m uy difícil que la es­
sal reside en hacer ver que noso­ clavitud histórica en sentido estric­
tros poseemos de hecho conoci­ to haya tenido razón justificante.
m ientos ciertos y bien fundados L a privación de derechos hum anos
v.gr.: acerca de los hechos de con­ esenciales (a contraer m atrim onio,
ciencia y en los prim eros princi­ al ejercicio de >a religión, etc.), es
pios /( P r in c ip io s del conocimien­ co n tra el derecho n atu ra l com o
to). El escepticismo corno actitud tam bién Jo son la caza de esclavos
no se da en la realidad porque toda y el ignom inioso comercio de los
acción incluye un juicio acerca de m ism os, cosas am bas ligadas a la
su factibilidad. Si este juicio se emi­ esclavitud. L a form a m itigada de
te tam bién con probabilidad, el agen­ la servidum bre pudo legitim arse
te debe estar cierto por lo menos en determ inados estadios cultura­
de ésta. T an pro n to com o el es­ les. E n todo caso, la esclavitud lleva
cepticism o en cuanto doctrina es anejos m uchos peligros m oralm ente
objeto de exposición, incurre en graves y responde muy poco a la
contradicciones: afirm a que nada dignidad del hom bre. L a tolerancia
es cierto y al m ism o tiem po que tem poral de la esclavitud, v .g r.: en
algo lo es (sobre el escepticis­ los prim eros siglos del cristianismo,
mo com o m étodo / G noseología). e ra inevitable, p orque la econom ía
- / [33-35, 48-50, 130, 232]. - y la sociedad enteras estaban edi­
S anteler. ficadas sobre dicha institución y su
supresión repentina habría ocasio­
b) A . B r u n n e r , Die Grundfra$en der nado a los mismos esclavos los más
f’liitowpíile, *1949, § 14-27 [trad. esp .: graves daños. — S c h u s t e r .
b) J . D u t e u i l , a r t . Esc/avageen el Dic- D e su peculiaridad nace et mé­
lionnaire d e théologie catholique v , 1, todo escolástico para la enseñanza
457-520; J . H O f f n e r , Christentum und
y la producción escrita. La lectio
M enschenwürde, 1947, p. 60 s s ; d) P f a f f -
G i e s b e r o , Die Sklaverei, ihr Ursprung, ihre
(conferencia) dilucidaba los textos
Verbreitung u n d ihre soziologische und vSl- tradicionales con explicaciones que
kerkundliche Bedeutung, 1935; A. S t e i n - se consignaban en com entarios.
m a n n , Sklávenlos und alte Kirche, *1922; La profundización com pleta de una
P . A l l a r d , Esclaves chrétiens, *1914. cuestión se llevaba a cabo en diá­
logos cuyo desarrollo estaba some­
Escolástica etim ológicam ente se tido a reglas: las / d is p u ta s ; de
deriva de schola, scholasticus (es­ ellas salían las colecciones de quaes-
cuela, m aestro) y significa ciencia tiones. L a estructura de la «quaes-
de la escuela. A tendiendo al objeto tio» escolástica com prende, p ri­
significado, designam os con este m ero las razones en pro y en
térm ino el saber teológico-filosófico contra, que plantean problem áti­
cultivado en las escuelas medieva­ cam ente la cuestión y se apoyan de
les. E n la exposición que sigue nos ordinario en la au to rid ad ; luego,
referimos sólo a la filosofía esco­ el desarrollo y dem ostración de la
lástica. — Según su carácter pecu­ solución positiva y, p o r ú ltim o ,'la
liar, es en prim er lugar filosofía respuesta a las objeciones que se
cristiana ( / C ristiana [Filosofía]). oponen. M uchas veces utilizan tam ­
Sirve a la teología (ancilla theolo- bién este esquem a los com entarios
giae), siendo al mismo tiem po cada con el fin de unir a los textos pen­
vez m ás una auténtica lucha en sam ientos propios, después de un
torno a las grandes cuestiones de p la n te a m ie n to in d e p e n d ie n te de
la hum anidad, una ciencia indepen­ las cuestiones, y sobre todo echan
diente con bases, problem as y mé­ m ano de él las grandes Sum as
todos propios. E n segundo lugar, teológicas para desenvolver su am ­
es predom inantem ente tarea de es­ plia sistemática. A dem ás, se em ­
cuela. Ello significa respeto ,a la pleó una form a libre, por ejemplo,
tradición, reserva ante las innova­ en la Sum a filosófica («Sum m a con­
ciones precipitadas, crecimiento or­ tra Gentiles») de Santo Tomás y
gánico, conservación de un patri­ en breves trabajos (opuscula) dedi­
m onio com ún de contenido y m é­ cados a investigaciones especiales.
todo. N o obstante, en este espacio Siempre caracterizan al m étodo
se desenvuelven el desarrollo crea­ escolástico el planteam iento nítido
dor del caudal transm itido, su de la cuestión, los conceptos cla­
fusión en el auténtico progreso del ros, la argum entación lógica y la
pensam iento propio, y un inter­ term inología sin am bigüedades.
cam bio vivísimo po r todas partes Tres fuentes contribuyeron al
de multiformes y relevantes perso­ nacim iento de la escolástica. San
nalidades y direcciones; un genio Agustín, de entre los escritores per­
com o Santo Tomás de Aquino im po­ tenecientes a la patrística, ejer­
ne incluso profundísim os cambios. ce un influjo inmenso. El / n e o ­
Q ue la escolástica no naufragó en platonism o actúa a través de aquél,
el concepto m uerto ni la construc­ del Seudo Areopagita, de Proclo
ción vacía, lo m uestran su íntim o y de la filosofía arábigo-judía. Pero
trato con las corrientes vitales de el cuño propio procede de Aris­
la mística y su no despreciable tóteles, conocido prim ero de m a­
observación de la naturaleza. nera especial por medio de Boecio, y
cuyas obras fueron en su totalidad Duns Escoto, llam ándose, p o r ello,
vertidas paulatinam ente al latín des­ /e s c o tis m o . E n oposición a estas
de m ediados del siglo xu. Añá- com entes cristianas existe un aris­
dense a esto los com entarios grie­ totelism o filosófico puro, particu­
gos y árabes (especialmente de larm ente el averroísm o no cris­
Avicena y Averroes) y las demás tiano de Siger de Brabante. — La
obras de la filosofía judaico-islá- escolástica tardía de los siglos xrv
mica. — E n el desarrollo de la y x v está constituida p o r escuelas
escolástica distinguimos tres perío­ vinculadas a diversas órdenes y
dos: escolástica primitiva, apogeo produce trabajos im portantes en el
de la escolástica y escolástica tardía. cam po de la investigación d e la
El camino lo prepara la pre-escolás- naturaleza (como anteriorm ente
tica, que sólo transm ite lo exis­ San Alberto M agno y Rogé rio Ba-
tente; de ella sobresale en el siglo ix con). L a mística alem ana vive tam ­
Juan Escoto Eriúgena con un siste­ bién u n nuevo florecim iento; en
ma idealista de tendencia panteís- ella el M aestro E ckart adm ite el
ta. L a escolástica prim itiva abarca neoplatonism o. E n general falta
los últim os años del siglo xi y el ím petu creador; eí pensam iento
xu; se abre con San Anselmo de se pierde en sutilezas form alistas;
Canterbury, el «padre de la esco­ Guillermo de O ckham principal­
lástica». O cupa el prim er plano m ente actúa de un m odo disol­
el problem a de los universales; le vente con su /n o m in a lis m o , si
com unica gran desarrollo Pedro bien no hay que olvidar su positiva
Abelardo, que busca un a vía m edia aportación a la lógica. La escolás­
entre nom inalism o y ultrarrealism o. tica así degenerada se encuentra
Entre las escuelas de esta época con el hum anism o; su crítica per­
debe citarse, ante todo, la de San du ra todavía, pero no afecta a la
Víctor y la de Chartres. — Además escolástica clásica. La escolástica
de las nuevas fuentes descubiertas, tiene, ciertam ente, sus limitaciones;
posibilitan el apogeo de la escolás­ la gnoseología aparece poco des­
tica la fundación de las universida­ arrollada y apenas lo está la com ­
des (especialmente de la de París) prensión de la historia. N o o bstan­
y la actividad científica de las ór­ te, su im portancia es imperecedera,
denes m endicantes. El /a g u s tin is - porque elabora sistem áticam ente
mo de la antigua escuela francis­ p o r vez prim era la filosofía cris­
cana (con Alejandro de H ales y San tiana poniendo con ello sus funda­
Buenaventura) y de la escuela do­ m entos. Su concepto n o oprim e
m inicana es sobrepujado p o r el com o form alism o m uerto a lo
aristotelismo cristiano de la direc­ dado, sino que lo dilucida desde
ción dom inicana nueva. San Alber­ dentro en su estructura esencial.
to M agno inicia la proeza de un ir P or eso la filosofía cristiana de
Aristóteles con la herencia agus- cualquier tiem po sólo puede hacer­
tiniana; esta em presa la term ina se realidad en una ulterior am plia­
Santo Tomás de Aquino, m ente de ción orgánica de la escolástica
prim er órden, y el más potente ( / Neoescolástica). / [87-129], —
sistemático de la gran escolástica. Lotz.
La nueva escuela franciscana lleva F . v a n S t s e n b b r g h e n , P h ilo s o p h ie d e s
también el sello de Aristóteles, si M ittelalters (bibliografía), B e r n a 1950;
bien continúa la línea agustiniana; F . U e b e r w e g - B . G e y e r , D ie p a tr is ti s c h e
esta dirección parte del crítico Juan u n d s c h o la s tis c h e P h ilo s o p h ie , 111928 (bi-
b l i o g r a f f a ) ; M . d e W u l f , H isloire de la de nuestros conceptos universales,
philosophie médiévale, ‘ 1934 ss; Beitráge enseña, frente al denom inado rea­
zar Geschichte der Philosophie (und Theo­ lismo m oderado, u n a distinción
logie) des M ittelalters, c o l e c c i ó n e d i t a d a
p o r C . B a e l t m k e r y o t r o s d e s d e 1891;
form al entre naturaleza universal
F . E h r l e , Die S cholastik und ihre A uf- e individuo (formalismo, ultrarrea-
gaben in unserer Z e it, “1933 [trad. itat.: lismo). Puesto que, a su juicio, la
L a Scolastica e l suoi com piii odíem i, doctrina tom ista de la analogía
1935]; M . G r a b m a n n , Philosophie des (según la cual nuestros conceptos
M ittelolters 1921 [trad. e s p . : L a filosofía extraídos de las cosas creadas son
medieval, 1928]; del m ism o : D ie Ges­ aplicables a D ios sólo de m anera
chichte der scholastischen M ethode, 1909- analógica, imperfecta), im pide al
1911; d e l m i s m o : M ittelalterliches Geis-
hom bre conocer a D ios, Escoto
tesleben, 1926-1936; É . G i l s o n , L a Philo­
sophie au m ayen áge, P arís *1947; d e l defiende una cierta univocidad ló ­
m i s m o : L 'E sp rit de la philosophie m édié­ gica del concepto de ser. Punto
vale, 1932; H . M e y e r , D ie Weltan- capital de su doctrina es el concer­
schauung des M ittelalters, 1948; T h . niente a la prim acía de la voluntad
S t e in b ü c h e l , Christiiches M ittelaiter, sobre la inteligencia. T odo es eflu­
1935; A. D e m p f , D ie H auptform en m ittel- vio del am or infinito, libre y gra­
alterlicher W eltanschauung, 1925; del cioso de D ios. L a divina voluntad
m is m o : D ie M etap hysik des M ittel­
es la única causa de su querer y la
alters, 1930; C . B a e u m k e k , D ie christ-
liche Philosophie des M ittelaters (K ultur sabiduría divina, el fundam ento
der Gegenwart i, 5), *1923; 1. H e s s e n , racional de aquella voluntad, la
Patrlstische and scholastische Philosophie, cual está ligada a las leyes m etafí­
1922; J . H í r s c h b e r g e r , Geschichte der sicas. L a esencia de la felicidad
Philosophie I, 1949 [trad. e sp .: Historia hum ana reside en la voluntad, no
de la filosofía i, 1954, u, 1956]; J. F i s c h l , en el conocim iento. E l principio de
Geschichte der Philosophie i, G ra z 1947; individuación n o lo constituye la
J. M aréchal, L e point de départ de la m ateria, sino una últim a diferencia
métaphysique i, *1927; K . V o r l An d e r ,
Geschichte der Philosophie I, '1949 [trad.
de la form a (la haecceitas escotista).
esp .: H istoria de ¡a Filosofía, 1921]; E l alm a es form a esencial del cuer­
K . S c h i l l i n o , Geschichte der Philoso­ po, pero n o su única form a. L a
phie i, *1951. / N ooescolástica. esfera del saber dem ostrable queda
restringida. Así, v.gr.: la existencia
Escotismo. Recibe este nom bre de D ios puede dem ostrarse filosó­
la doctrina de Juan Duns Escoto ficamente d e m anera rigurosa, pero
y la corriente de pensam iento de no ocurre lo mismo, v.gr.: con su
la llam ada nueva escuela francis­ om nipresencia y su om nipotencia.
cana de la E dad M edia, la cual /[ 1 1 2 , 120, 199]. — S c h u s t e r .
contó hasta los siglos x v i y xvn F u en tes: nueva edición critica de las
con em inentes representantes y ac­ o b ra s de E scolo a cargo de C . B a l i c
tualm ente experim enta u n a cierta (R em a), iniciada en 1950. — U e b e h w e o -
reviviscencia. L a aguda crítica de G e y b r , Grundriss der G eschichte der P hi­
Escoto se vuelve co n tra Santo To­ losophie íi, 111928, § 4 2 ; E. L o n o í r é , L a
más de Aquino, Aristóteles y los phttosophie du Bienheureux D uns S co t,
P arts 1924; D . d e B a s le y , Scotus docens
árabes. E n lo esencial, se atiene
ou D uns S c o t enseignant la philosophie, la
a la tradición del / agustinismo théologie, la mystique, P arís 1934; Con­
franciscano; no obstante, abandona g ris des Lecteurs franclscains. L yon, 1934;
la doctrina de la / iluminación di­ T . B a r t h , D e fundam ento univocatio-
vina en el conocimiento. E n (a nis apud J. D uns Scotum , R o m a 1939;
cuestión relativa a la validez real [É. G ils o n , Jean D uns Scot, P a rís 1952],
Esencia. L a esencia constituye el fenóm eno haciendo, en defini­
prim eram ente el contrapolo de la tiva, imposible la metafísica. El
/e x iste n c ia . A sí com o la existen­ panteísm o, en cam bio, disuelve el
cia responde a la cuestión de «si» fenóm eno en la esencia al hacer
un ente existe, la esencia responde del ser absoluto el fondo esencial
a la de «qué» es un ente; p o r eso inm anente en las cosas. En el cen­
la esencia se llam a tam bién quididad tro se encuentra nuestra concep­
(del latín: quidditas). E n el aspecto ción, según la cual, a las cosas
que estam os c o n s id e r a n d o , nos Ies corresponde u n fondo esencial
referimos a la esencia individual­ inm anente propio, que representa
m ente determ inada, o sea, al núcleo a la vez una participación del fun­
substancial del ente en su concreta dam ento últim o trascendente, del
individualización (v.g r.: « este » Ser absoluto, y refleja, por ello,
hom bre Pedro), porque lo univer­ analógicam ente las propiedades de
sal en cuanto tal no puede existir.— éste. N uestro conocim iento apre­
La esencia de lo finito no llega, hende p o r /a b s tr a c c ió n el fondo
por finita, a la plenitud del ser, inm anente esencial en el concepto
nunca com prende m ás que un sec­ universal, y p o r raciocinio en la
tor de sus posibilidades, m ientras dem ostración de la existencia de
que la esencia de D ios abraza la D ios, el fundam ento últim o tras­
plenitud infinita del ser: es «el» cendente.
mismo Ser (Ipsum esse). L a esencia E l fondo esencial inm anente pue­
de D ios excluye, en consecuencia, de ser considerado desde un punto
toda distinción respecto a la exis­ de vista metafísico o físico. L a esen­
tencia; lo finito, en cam bio, se ca­ cia metafísica sólo expresa el núcleo
racteriza por esta distinción en la intim o sin el cual esta esencia des­
que la esencia com o /p o te n c i a aparecería; la esencia física incluye
subjetiva y el ser (la existencia) adem ás, las propiedades esenciales
com o / acto constituyen (como (proprietates) que se siguen necesa­
/p r in c ip io s del ser) lo finito. riam ente de aquel núcleo y sin las
E n u n a segunda acepción, el tér­ cuales esta esencia n o po d ría reali­
mino esencia denota el fondo esen­ zarse físicamente. — L o t z .
cial interno de las cosas po r opo­
sición a su form a exterior. A quí a) P l a t ó n , República, Banquete, Fedón,
esencia es el ser propio o verdadero P arm énides ; A r i s t ó t e l e s , M etafísica v n ;
de aquéllas, el cual produce, sus­ S a n t o T o m á s d e A q u in o , Comentarios
tenta y hace inteligible su form a a la M etafísica de A ristóteles v il; D e
ente et essentia ( / S e r ) ; Sum m a thealo-
aparente. Propiedades opuestas di­ glca, 1 q . 3 a . 3 y 4 ; Sum m a contra Gen­
ferencian a u n dom inio del otro. tiles I 21 y 22, li 52; Quaestiones dispu-
M ientras la form a aparente está tatae de potentia q . 7 a . 2 ; F . S u á r e z ,
sujeta a la individualización, al D isputationes m etapkysicae, disp. 31;
cam bio, y, p o r lo tanto, a la ausen­ G. H e o s l , Logik, 1. n; b) G . S i e w e r t h ,
cia de necesidad, la esencia aparece D er Thom ism us ais Identitátssystem , 1939
com o algo superior a la individua­ (especialm ente v ); A . B r u n n e r , D er
lización, pérm anente y necesarié. Stufenbau der W elt, 1950, c. 17 y 18;
E . S te in , Endliches und ewiges Sein, 1950,
La teoría platónica de las ideas m y iv ; C . N in k , Ontologie, 1952, p a rte i,
se h a entusiasm ado interpretando s e c . 1 ; É . G il s o n , V É tr e et VEssence,
esta dualidad; aquí discrepan siem­ P arís 1948 [trad. esp .: E l ser y la esencia,
pre los sistem as filosóficos. El con­ 195]]; C. F a b r o , Neotom ism o e Suare-
ceptualism o absorbe la esencia en zism o, 1941; [L. d e R a e y m a s k e r , Philo-
sophie de l'étre, L o v ain a *1947; G . M a n ­ son presupuesto necesario de la
se r , L a esencia del tom ism o (trad. esp.), intelección a p rio ri de relaciones
1947; L. F u e t s c h e r , A cto y potencia esenciales ( / Principios del conoci­
(trad . esp.), 1948]; c) G . H e g e l: / ' a ' . ,
E. H u s s e r l , Ideen zu einer reinen Phá-
miento).
nomenologie und phanomenologtschen P hi­
El conocim iento inm ediato de la
losophie, ”1922 [trad . esp .: Ideas relativas esencia queda dentro de límites
a una fenom enología pura y una filosofía m uy estrechos; la doctrina esco­
fenom enológica, 1949]; N . H a r t m a n n , lástica de la abstracción no dice
Z u r Crundlegung der Ontologie, 31949, en m odo alguno, com o a veces se
jv p arte [trad. esp.: O n to lo g ía: i. Funda­ supone, que aprehendam os inm e­
mentos., 1954]; J. H a e r in g , Bemerkungen diatam ente y sin esfuerzo alguno
iiber das Wesen, die W esenheit und die
la esencia específica de las cosas
Idee, 1926; e j [ M e r c ie r , Ontología, 3
v ots., 1935; F . v a n S tef.n b e r g h e n , On-
(v.gr.: del hom bre, del caballo, etc.)
tologla (trad . esp.), 1957]. y que de ella podam os deducir a
priori todos los dem ás determ inan­
tes. A ntes bien, prim eram ente sólo
Esencia (Conocimiento de la). En son aprehendidos de m anera esen­
oposición a un conocim iento pura­ cial ciertos caracteres (no todos)
m ente empírico, que sólo aprehende dados s e n s o ria lm e n te ; la m íni­
/fe n ó m e n o s perceptibles por los m a cantidad de conocim iento de
sentidos (el aspecto de la cosa, etc.), la esencia se encuentra en que lo
el conocim iento de la esencia des­ dado es concebido como ente. P or
cubre la «esencia», es decir, lo que eso se habla m ejor de u n a apre­
el objeto es. A una aprehensión in­ hensión inm ediata de «lo esencial»
m ediata y directa (es decir, no sólo que de una intuición de la «esen­
dada en la reflexión sobre los pro ­ cia» sin más. L a esencia substancial
pios actos) de la esencia en el ente sólo es conocida de m odo m ediato,
concreto puede dársele el nom bre partiendo de lo esencial inmedia­
de intuición esencial ( Wesensschau). tam ente aprehendido. A un así, el
Ciertas form as de / intuicionismo conocim iento de la esencia perm a­
adm iten una intuición esencial in­ nece todavía dentro de fronteras
dependiente de la /e x p e rie n c ia . angostas. Las especies de la ciencia
Inversam ente, el / empirismo la n atu ral (animales, plantas, cuerpos
niega, porque nosotros no tenemos inanim ados) son las m ás veces
m ás intuición que la experiencia. conocidas únicam ente en concep­
A m bas opiniones suponen que la tos universales em píricos qu e no
experiencia es puram ente sensorial. ofrecen la esencia interna, sino
F rente a estos puntos de vista, la sólo la form a típica aparente. —
filosofía aristotélico-escolástica en­ D e V r ie s .
seña una aprehensión inm ediata de
lo esencial en lo empíricamente b) J. G e y s e r , N eue und alte Wege
dado; éste es el sentido d é la expre­ der Philosophie, 1916; W . PciLL, W esen
sión «intelligibile in sensibili», es und W esenserkenntnis, 1936; d) J. G e y ­
decir, un contenido aprehendible se r , D ie Erkenntnistheorie des A ristóte­

intelectualrnente en lo sensorial. les, 1917; A . H u f n a g e l , Intuition und


E rkenntnis nach Thomas ron A quin, 1932;
Cuando este contenido esencial es I . d e R o h e l l e c , V trum iuxta S. Thom ae
desligado de lo dado concreto y doctrinam essentiae rerum sensibilium sta-
pensado en sí mismo, se obtie­ tim in simplici apprehensione percipiantur,
n e u n concepto esencial ( / A bs­ en «X enia T h o m istica» ], R o m a 1925,
tracción). Los conceptos esenciales p p. 285-302.
Espacio. Entiéndese ordinaria­ de extensión real, que el espacio
mente p or espacio un vacio extenso sea algo puram ente subjetivo. El
en el que los cuerpos se hallan, p o r espacio, com o concepto, nace en
decirlo así, com o en un receptáculo. nosotros de reflexionar sobre la re­
El espacio guarda, pues, relación lación que la necesaria represen­
con la extensión de los cuerpos tación de espacio guarda con la
reales, pero no coincide con ella. extensión de los cuerpos reales (el
Sigue existiendo (al menos p ara vacío extenso a m odo de receptácu­
nuestra representación), aunque no lo de cuerpos). E n dicho concepto,
contenga ningún cuerpo real. El el espacio es concebido com o ob­
espacio carente de todo ente cor­ jeto existente en sí fuera de la ex­
póreo se denom ina espacio vacío tensión de aquéllos, sin que, a pesar
o vacío. A l espacio sin m ás, lla­ de ello, le corresponda realidad
m ado tam bién absoluto o imagina­ alguna: el espacio existente en sí
rio, se le concibe com o un recep­ es un / ente de razón, cuyo funda­
táculo sin fin ni límites ( espacio in­ m ento real está constituido p o r la
fin ito ), inmóvil, siempre existente, extensión de los cuerpos. D ebido
en el cual está el universo. Un es­ a este fundam ento real, con el auxi­
pacio finito es una parte determ i­ lio del concepto de espacio pueden
nada del espacio infinito. L a finitud form ularse proposiciones objetiva­
espacial del mundo significa que m ente válidas concernientes a las
éste podría ser m ayor de lo que en relaciones espaciales existentes, ta­
realidad es. Siguiendo la teoría de les com o la de posición de una cosa,
la relatividad ( /R e la tiv id a d [Teo­ es decir, la relación de su lugar
ría de la]) dícese hoy que el uni­ a o tro lugar conocido, o la distan­
verso es, ciertam ente, finito; pero cia de varios objetos, es decir, el
ilim itado, de m anera parecida a intervalo entre ellos. Si este inter­
com o una superficie esférica (curva) valo es pequeño, se habla de pro­
es finita, pero carece de límites ximidad espacial; si los límites coin­
( / C antidad). ciden, hay contacto.
¿Qué realidad corresponde ai Con ayuda del concepto de es­
espacio? P ara contestar a esta pre­ pacio exprésanse tam bién las dis­
gunta hay que distinguir el espa­ tintas clases de presencia espacial.
cio com o representación de nuestra U n cuerpo está presente en el es­
im aginación, com o concepto y co­ pacio cuando existe realm ente con
m o objeto. Es cierto que la repre­ su extensión. L os seres incorpóreos
sentación de] espacio (por lo m enos hácense presentes en el espacio por
hasta la segunda dim ensión) ( / E s ­ actuación directa sobre un cuerpo
pacio [Percepción del]) no es ar­ real. Los cuerpos extensos llenan
bitraria o producida desde fuera, el espacio con su extensión distri­
sino que inform a necesariam ente buyendo sus partes por las del
todas nuestras representaciones sen­ espacio im aginario (presencia cir-
soriales del m undo externo. En cunscríptiva); las substancias sim­
este sentido Kant llam a con razón ples, com o el alm a hum ana, están
al espacio form a a priori de nuestyo presentes en el espacio de tal suerte
conocim iento sensorial (exterior). que se hallan todas en el espacio
Pero con ello n o queda dicho ni ocupado y todas en cada un a de
dem ostrado en m odo alguno que sus partes (presencia definitiva). La
los objetos de nuestros sentidos p arte fija de espacio ocupada p o r
carezcan de espacialidad, es decir, un objeto recibe el nom bre de lugar
interno; los límites espaciales de del C ongreso In tern ac io n a l d e F ilosofía
las cosas que le circundan, el de d e B arcelona» u, 1949, p p . 45-93;
R . S a u m e l l s , L a dialéctica del espacio,
lugar externo. Por el /m o v im ie n to
1952J; c) K a n t / a ) \ W . G e n t , D ie
u n cuerpo cam bia de lugar sin
Philosophie des R aum es und der Z e it,
abandonar el espacio. P or m odo 1926; H . R e i c h e n b a c h , Philosophie der
natural, a cada cuerpo le corres­ Raum - und Z eitlehre, 1928; N . H a r t m a n n ,
ponde en el espacio una sola pre­ Philosophie der N atur, 1950, p p . 69-135,
sencia, es decir, únicam ente puede 216-250; d) W . G e n t , D ie R aum -Z eit-
estar en un lugar. La presencia Philosophie des 19. Jh ts, 2. vols., 1926-
m últiple sim ultánea en varios luga­ 1930; e) L e h m e n - B e c k , Kosmologie i,
res (bilocación) no es inconcebible 4 y ‘ 1920, pp. 34-55; [P. H o l n e n , Filoso­
fía della natura inorgánica, Brescia 1949;
porque significa sólo duplicación
A . G . v a n M e l s e n , The philosophy o f
de la relación, no del objeto. nature, *1954],
L a mensurabilidad del espacio
descansa en su relación a la exten­
sión; directam ente ésta se m ide Espacio (Percepción del) es la
sólo por com paración con u n a ex­ percepción de las cosas sensibles
tensión arbitrariam ente elegida co­ (incluso del cuerpo propio) en su
m o unidad que da la medida. El estar extendidas espacialm ente, en
espacio se extiende en las tres di­ su estructura y en la distancia que
recciones fu n d a m e n ta le s perpen­ las separa unas de o tras- y de
diculares entre sí: es tridimensional. nosotros. Esta percepción nos la
Entiéndese por espacio matemático procuran no exclusiva, pero sí
la extensión abstracta, objeto de la principalm ente, la vísta, el tacto
geometría. C on la denom inación y los sentidos estático y an e sté ­
de espacio físico desígnase la ex­ sico. Por una p arte, las imágenes
tensión real de las cosas o tam bién de las cosas no se nos ofrecen
un espacio en el que los rayos lu­ desde un principio e inm ediata­
minosos son considerados com o lí­ mente en precisa correspondencia
neas «rectas»; sin em bargo, en el espacial; m as, p o r otra, tam poco
cam po gravitatorio del universo ocurre que la percepción prim era
dichos rayos no son rectos en senti­ de lo sensorialm ente dado n o p re­
do euclídeo (espacio curvo). C uan­ sente extensión alguna com o que­
do en m atem áticas o física se alude rían las teorías «em piristas» ex­
a espacios de m ás de tres dimen­ trem as (v.gr.: la teoría de los signos
siones, sólo quiere expresarse con locales de L o tze). L a prim era y
ello una m últiple diversidad arit­ y segunda dimensiones, y tam bién
m ética útil para describir m atem á­ un com ienzo de distancia en pro­
ticam ente las relaciones espaciales; fundidad, son percibidas por los
pero sin atribuir al espacio mismo sentidos externos inm ediatam ente.
m ás de tres dimensiones. — Ju n k . E n cam bio, la construcción de las
«imágenes» tridim ensionales «del
a) I . K a n t , K ritik der reinen Ver- m undo» sólo se realiza en virtud
nunft (Transzendentale Á sthetik, sec. 1); de u n a múltiple experiencia y por
b ) J. S e i l e r , Philosophie der unbelebten el juego concertado de los sentidos
Natur, O lten 1948, pp. 97-117, 130-148;
externos respectivos, com plejos de
J . G e y s e r , A ligem eine Philosophie des
Seins und der N atur, 1915, pp. 274-294, representación, actividades de la
340-349; [D. N ys, L a notion d'espace, atención e incluso apreciaciones y
1922; J, ECHARRI, Carácter cuasiconcep- expectativas intelectuales. A efecto
tual del espacio y del tiem po, en «A ctas de la experiencia hay que reducir
ESPECIE

a s im is m o la v is ió n d ir e c ta , a p e s a r se, en cam bio, las distintas espe­


d e l a s im á g e n e s i n v e r t id a s f o r m a ­ cies m ediante form as substanciales
d a s e n la r e tin a ; a l a n te d ic h o ju e g o ( / F o r m a ) diversas. M anteniéndose
c o n c e r t a d o r e m i te n a d e m á s l a s l la ­ en el plano de este concepto de
m a d a s i l u s i o n e s ó p t i c o - g e o m é tr i c a s especie rigurosam ente ontoíógico,
y t a m b i é n l a l o c a l i z a c i ó n d e la s n o es posible determ inar con cer­
s e n s a c i o n e s ( v . g r . : s o n id o s ) e n e l teza sino muy pocas especies. Así,
e s p a c io r e p r e s e n ta d o o e n el o r ­ por ejemplo, n o lo son en este
g a n i s m o p r o p i o ( m ie m b r o s - f a n t a s ­ sentido, Jas especies biológicas, tal
m a ). — W il l w o l l . com o desde L im e o se entienden.
D ichas especies constituyen los gru­
J. F r ó b e s , Lehrbuch der experlm ente-
pos m ás inferiores de vegetales
llen Psychologie, 1929, 1.1, sec. 3, c. 3 y 4
[trad. esp .: Tratado de psicología em píri­ y anim ales que se diferencian por
ca y experim ental, *1944]; K . v. D ü r c k - caracteres considerablem ente dis­
h e im , U n te r s u c h u n g e n z u m gelebten tintos, no esfum inados p o r form as
Paum, 1932; D. K a t z , D er A ufbau der intermedias y conservados heredita­
Tastwelt, 1925 [trad. esp .: E l m undo de riam ente. P or debajo de estas espe­
las sensaciones táctiles, 1930]; O. T um - cies están las variedades y las razas;
u r z , A nthropologische Psychologie, 1939,
p ero de hecho los límites entre
p. 229 ss.
especie y variedad quedan frecuen­
tem ente borrosos. E n gran parte
Especie. E s p e c ie (slóoz, spe- es convencional el que unas dife­
cies) es la esencia com pleta de un rencias se consideren o no «im por­
ente en cuanto com ún a m uchos tantes» o esenciales. C on ello re­
/ individuos. Platón concebía la sulta posible un concepto de especie
especie com o una / i d e a existente puramente lógico com prensivo de
en sí, suprasensible, de la cual par­ los caracteres que hic et nttnc el
ticipan las cosas individuales sen­ clasificador considera esenciales pa­
sibles ( / Participación). P or el con­ ra su objeto. — / Esencia, / Evolu­
trario, según Aristóteles, la esencia cionismo, /P re d ic a b le s, / T i p o . —
específica está entrañ ad a en los Santeler.
seres del m undo sensible, siendo la
especie en cuanto tal (como uni­ a) A r i s t ó t e l e s , Tópicos vi, 6 ; P o r f :*
versal) sólo u n concepto, El con­ r io , Isagoge o Introducción a las catego­
cepto de la especie (v.gr.: hom bre) rías de A ristó teles; S a n t o T o m á s d e
se distingue del concepto del gé­ A q u i n o , D e em e e t essentia, c . 3-4;

nero (v.gr.: anim al) en que éste, b ) J . G e y s e r , Grundlagen der L ogik und
ErkenrJnislehre, 1909, n. 117-119; [ M e r -
om itiendo la diferencia específica c i e r , Lógica, 2 vols., 1942]; A. P f a n d e r ,
(v.gr.: racional), manifiesta la esen­ L o g ik , 1921, p. 145 ss. [trad. esp.: Lógica,
cia de un m odo indeterm inado, 1928]. D esde e] p u n to de vista de la
m ientras el prim ero, form ado de gé­ ciencia n a tu ra l: N a g e l i , Entstehung una
nero y diferencia, descubre la esen­ B e g r iff der naturhistorischen A rt, *1865;
cia total. — La / definición perfecta A. C. C o t t e r , N a tu ra l Species, W esten
intenta acotar con precisión el con­ M ass 1947; H . M e r x m ü l l e r , Fragen
cepto específico así entendido. Las des A rtbegriffes in der B otanik, en «N a-
turw issenschaftliche R undschau» 2 (1949)
diferencias existentes entre los indi­
68-73 (con bibliografía); A. R e m a n e , Die
viduos com prendidos bajo la misma Grundlagen des natiirtichen S ystem s der
especie, qonciem en, según la teoría vergleichenden A natom ie und Phyloge-
clásica, sólo a caracteres no esen­ ifetik, it (en p rep aració n , la p a rte dedi­
ciales (accidentales), diferenciándo­ cad a al co n cep to d e especie).
Especulación. Este vocablo guar­ m ayor parte de las veces se ade­
d a relación con el verbo latino spe- lanta a la conceptuación y al razo­
culari, que significa «espiar», «es­ nam iento explícitos y sólo poste­
cudriñar»; esta etim ología deja ya riorm ente es estructurada por éstos.
advertir que se trata de descubrir D icha visión nace de la adecuada
algo oculto. D e hecho, en el ám bito disposición del hom bre total y no
filosófico, el térm ino especulación se da a todos en la misma medida.
designa un / p e n s a r creador, que L a especulación degenera cuando
com o tal no recibe en form a exclu­ esta visión y su inserción en la
sivamente pasiva los datos de la totalidad del hom bre desaparecen
/e x p e rie n c ia , sino que penetra ac­ y se pasa a com binar arbitraria­
tivam ente con el poder de la m ente m ente conceptos rígidos, com o fre­
( / a priori) hasta sus últimos fun­ cuentem ente ocurrió en la escolás­
dam entos. Este pensam iento rebasa tica tardía. Ésta y el / racionalismo
esencialmente ta n to la experiencia m oderno hicieron caer en el des­
com o la dilucidación fenomenoló- crédito la especulación hasta el
gica de lo dado (/T ra sce n d en c ia) punto de que hoy suele conocerse
y constituye el núcleo de la / f i l o ­ únicam ente su caricatura. A ello
sofía. Sin em bargo, la especulación contribuyó tam bién Kant lim itando
tiene sus raíces en lo experimen­ la razón teórica al dom inio' de la
tado, porque sólo ahí encuentra su experiencia posible y suprimiendo,
punto de p artid a; p o r eso sus re­ com o vacías «especulaciones» p ro ­
sultados, aunque jam ás directa­ ductoras sólo de ilusión trascenden­
m ente accesibles a la pura expe­ tal, los esfuerzos encam inados a
riencia hum ana, son también con­ trascenderla. Hegel, p o r el contra­
firm ados o desm entidos de m anera rio, trabaja con el ím petu especu­
indirecta po r ella. Precisando más, lativo que supera la contradicción
direm os que la especulación inves­ y expresa la síntesis; pero tam bién
tiga la esencia íntim a de lo experi­ él, al exagerarla, desacredita la
m entalm ente captado, hasta llegar especulación.
al ser metafísico y hace al mismo E n Aristóteles, especulación y
tiem po visibles las leyes absolutas dewgla coinciden claram ente. La
de la esencia y del ser. A si apre­ OeaygCa investiga el ente de m anera
hende los principios constitutivos intuitivo-contem plativa y se con­
(/P r in c ip io s del ser) y las últimas trapone tanto a la acción m ofal
/ causas de to d o lo que puede com o a la creación artesana y artís­
darse en la experiencia y especial­ tica. H oy se establece una diferen­
m ente su m£s profundo fundam en­ cia entre especulación y teo ría: la
to de unidad: D ios. D esde Éste especulación es .sólo u n a parte de
trata de concebir en conexión uni­ la teoría, po r cuanto ésta, adem ás
taria todo lo existente y enlazarlo de la penetración especulativa, ab ar­
lo m ás posible en un /s is te m a . ca tam bién su fundam entación feno-
P or lo que concierne al / m é ­ menológica. La ciencia actual usa
todo, la especulación se sirve prin­ el vocablo / t e o r í a en sentido res­
cipalm ente del conocim iento esen­ tringido y a m enudo extraño al
cial ( /E s e n c ia [Conocimiento de concepto de especulación. — L o t z .
la]), del /a n á lis is , de la /s ín te s is a ) A r ist ó t e l e s , M etafísica v i , c . 1 ;
a priori y de la /d e d u c c ió n . Es S a n t o T o m á s d e A q u i n o , Comentarlos
decisiva en este punto la visión a la M etafísica de A ristóteles v i, Ie c t. 1 ;
profunda, viva y creadora que la I . K a n t , K ritik der reinen Vernun/t
(Transzendentale D ia lektik, especialm en­ se com prende la correspondencia
te 1. n c. 3); G . H e g e l , Phánomenologie existente entre los m om entos del
des Geisíes, P ró lo g o : EnzyklopBdie, §§ 79- despliegue de am bos. Sin em bargo,
8 2 ; b) .1. M a r é c h a l , L e p o in t de départ
de la m étaphystqne, cahier v , L ovaina
p ara nuestro conocimiento no hay
1 9 2 6 , pp. 372-384; A. B r u n n e r , Der
puente alguno de lo corpóreo a lo
Siufenbau der W elt, 1950, especialm ente espiritual, o viceversa, ni en la
c. 1 y 4 ; N . B a l t h a s a r , La m éthode en sucesión infinita de los m odos
métaphyslque, L o vaina 1943; D . v. H il- descubrimos po r ninguna p arte la
d e b r a n d , D er Sinn philosophischen Fra- substancia que los produce, sino
gens und Erkennens, 1950; M . T h i e l , que tanto en el reino de las ideas
Philosophieren, 1947; J. P ie p e r , Was com o en el de los cuerpos nos
heisst philosophieren?, 1948; E. W a t k i n ,
encontram os con una pura «causa­
A Philosophie o f Form, L ondres 31950;
c) I . K a n t , G . H e o e l / a ) \ J. H e ss f.n , lidad» inmanente.
Die M ethode der M etaphysik, 1932. Espinosa enseña u n panteísm o
term inante; D ios es la «natura na-
turans», los m odos la «natura natu-
Espiaosismo. El filósofo judío ra ta » ; pero en el fondo todo es
Baruch Espinosa ( f 1677) expone uno. Su angosto racionalism o hace
su sistema principalm ente en la que el «querer» quede absorbido
«Ética», que pretende ser una guía por el pensam iento y ni en D ios
para llegar a la vida feliz po r el ni en las criaturas deja lugar alguno
dom inio de los afectos. — Sólo para la auténtica libertad. Consi­
existe una substancia única, nece­ guientemente, la diferencia entre
saria, eterna e infinita; D ios, que bien y mal se ha conservado tan
se define com o «aquello que es en sólo de m anera nom inal. Tam poco
sí y se concibe p o r sí mismo, esto cabe hablar de «fines» en un siste­
es, aquello cuyo concepto no ne­ m a construido geométricamente. —
cesita p ara su form ación del con­ A tacada parcialm ente con dureza
cepto de o tra cosa». Por eso es durante la vida de Espinosa, su filo­
causa de sí misma. Atributo es un sofía ejerció u n poderoso influjo
aspecto de la plenitud esencial de sobre los pensadores posteriores,
la substancia divina. D el infinito sobre todo por la unidad del uni­
núm ero de atributos divinos sólo verso subrayada de m odo exclusivo
conocem os d o s: el pensam iento y la y en parte tam bién por su doctrina
extensión, identificados con D ios de los afectos. Bajo la influencia de
y entre sf, pero que expresan dos Espinosa estuvieron, entre otros,
diferentes facetas suyas. — Los Schelling con su sistema de la iden­
m odos son las form as lim itadas de tidad, Schleiermacher y Goethe. —
manifestación de los dos atributos Espinosa no pudo suprim ir jam ás
infinitos de D ios conocidos por la contradicción entre D ios, inm u­
nosotros, es decir, las cosas finitas table, y sus m odos variables. —
en las cuales el paralelism o de / [138]. - R a st.
am bos atributos se manifiesta com o
alm a y cuerpo. — El alm a hum ana A. v. L i n d e , Spinoza, seine Lehre und
no es m ás que la idea de su co­ deren erste Nachwirkung in Hoiland,
1862; K . F i s c h e r , Geschichte der neueren
rrespondiente cuerpo y desaparece
Philosophie H , *1909; V. D e l b o s , Le
con la disgregación de éste. Como Spinoz’sm e, P arís 1916; G . M e h l i s , Spi-
en D ios lqs atributos, así en el noz¡>s Leben und Lehre, 1923; C. Ge-
hom bre coinciden los m odos' del b h a r d t , Spinoza. 1932; S t . v . D u n t n -
pensam iento y de la extensión. Así B o r k o w s k i , Spinoza nach 300 Jahren,
1932; del m ism o : Spinoza, 1933-1935 aptitudes p ara actuar a distancia
(o b ra de p rim er o rd en ); Spinoza. N e l pertenecientes a hom bres vivos,
terzo centenario delta sua n a n ita , M ilán presentes o ausentes; las huellas,
1934 (tom o suplem entario de la «R ivista
dicen, son confusas y en m uchas
di F ilo so fía N eoscolastica») ;P . S iw e k ,
Spinoza et le panthéism e religieux, P arís ocasiones pueden ser producidas
1937; S t . H am pshire , Spinoza, 1952. m ejor p o r hom bres vivientes; a
su juicio, las fotografías son todas
ellas sospechosas, y la m ayor p ar­
Espiritismo. Significa: 1.° una te fraudulentas; las com unicacio­
teoría científica sobre la causación nes responden a los conocim ientos
de los denom inados fenómenos pre­ e inclinaciones d e los presentes
ternaturales, que se dice no pro­ (telepatía). D e hecho, en la m ayo­
ceden de hom bres vivos, sino de ría de casos son triviales y fre­
almas sin cuerpo pertenecientes a cuentem ente contradictorias entre
difuntos o de otros seres espiritua­ sí. L a teoría anim ista explica sa­
les: fenóm enos y figuras de «fan­ tisfactoriam ente lo que ocurre en
tasm as» (apariciones, espectros); las «sesiones espiritistas». Los ca­
2.°, u n a secta fanático-religiosa que sos auténticos en que se m ani­
pretende poner a su servicio los fiesta un a seria intención preter­
espíritus m ediante conjuros orales natural, han de interpretarse tam ­
o ceremonias simbólicas con el fin bién pretem aturalm ente. — F r a n k .
de obtener inform ación sobre la
R . C/FRr.lNCi, D er Spiritism ui und
vida ultram undana o sólo de satis­
seine Phánomene, *1923; F . M o se r ,
facer la curiosidad. — L a efectivi­ O kkullism us, Táuschungen und Tatsachen,
dad de «fantasm as» y apariciones 1935; K . O e s t ír r e ic h , Spiritism us, en
de los que se excluyen el fraude Religión in Geschichte und Gegenwart,
y la ilusión es incontestable. «Fan­ 2v , p. 699 ss; W . S c h n e i d e r , D er neuere
tasmas» son fenóm enos semejantes Geisterglaube, s1913; A. S e it z , ¡Ilusión
en realidad a los fenómenos a dis­ des Spiritism us, 1927; [G. M. d e H e r e d ia ,
tancia ( /O c u ltis m o ) ; pero cuya Los fraudes espiritistas, 1946; F . P a l m e s ,
M etapslsica y espiritism o, I950J.
producción no se sabe que sea de­
bida a hom bres vivos (médiums)
(ruidos, movim iento de objetos, pa­ Espíritu. Ser inm aterial, simple
labras, suspiros). Reciben el nom ­ y substancial, capaz de poseerse a
bre de apariciones, ya las figuras sí mismo m ediante la autoconcicn-
visibles de hom bres muertos, cuyas cia y la libre autodeterm inación,
almas sin cuerpo se procuran de así com o tam bién de com prender y
alguna m anera u n a «apariencia» realizar valores suprasensibles (,—es­
corpórea, ya las de otros seres in­ píritu subjetivo). Su inmaterialidad
corpóreos. — L a identidad con no sólo excluye el ser-m ateria, sino,
determ inados difuntos dicen que se adem ás, aquella «intrínseca vincula­
dem uestra p o r huellas de su corpo­ ción a la m ateria» en virtud de la
reidad en cera, etc., por fotografías, cual, el alm a de las plantas y de los
y por la com unicación de cosas anim ales no puede existir n i o b rar
únicam ente conocidas p o r ellos. sin estrechísima u nión con lo cor­
M ientras los espiritistas explican póreo (/H ile m o rfism o ). S u / s i m ­
estos fenóm enos recurriendo a espí­ plicidad implica u na concentra­
ritus incorpóreos, los animistas (de ción tal de plenitud de ser y de
«anim a»= alm a del hom bre vivo) fuerza que no perm ite la com posi­
pretenden interpretarlo todo por ción de partes esparcidas p o r el
espacio ni esenciales. E n la sim­ yen tam bién to d a vinculación de
plicidad y la inm aterialidad del su ser, conocer y querer a lo m a­
espíritu se enraizan, de u n a parte, terial. El / alma espiritual hum ana,
su capacidad para poseerse a sí com o form a substancial del cuerpo,
m i s m o p o r la a u t o c o n c i e n c i a tiene una relación esencial necesa­
(/C o n c ie n c ia ) y de otra, su ap ti­ ria con éste, aunque la unión de
tud p ara conocer todo ser en su hecho con él n o es un a condición
verdad, bondad y unidad y para de su existencia ( / A l m a y cuerpo
realizar valores suprasensibles. En [Relación entre], / Hilemorfismo).
su o b rar, n o restringido a un an ­ C om o ta l «form a» constituye ju n ­
gosto dom inio parcial de la realidad to con el cuerpo u n a unidad ope­
(como lo está el alm a sensitiva, sin­ rativa en el conocim iento y ten­
tonizada sólo con los bienes de los dencia sensoriales, estando tam ­
sentidos), sino ordenado al ser sin bién en el o b rar espiritual unida,
más, el espíritu posee una abertu­ por lo m enos indirectam ente, a las
ra ilim itada de su facultad cognos­ condiciones previas de dicho obrar
citiva (/E n te n d im ie n to , / R a z ó n ) m ientras d u ra la unión con el cuer­
«afinada» para la verdad en cuan­ po, pues el entendim iento elabora
to tal y, com o consecuencia, una la m ayor parte de sus conteni­
expansión sin limites de su / v o ­ dos conceptuales a p artir de im á­
luntad «acordada» con el valor genes sensibles y el querer y la
com o tal. E n esta am plitud de sus vivencia del valor están ligados
disposiciones y de la «soberanía» al alm a entera sensitivo-espiritual
sobre los valores parciales im pli­ (/E n te n d im ie n to , /P e n s a r , / Vo­
cada en la misma, hunde sus raíces luntad). D esligada del cuerpo, el
la aptitud para elegir librem ente alm a podrá m anifestar más libre­
entre valores parciales lim itados co­ m ente su naturaleza espiritual con
nocidos y, con ello, para la libre la visión intuitiva de la propia
autodeterm inación ( / L i b e r t a d de esencia y del ser espiritual ajeno.
la voluntad). Por últim o, la n atu ­ L a existencia de seres espirituales
raleza del espíritu con su capaci­ terrestres fuera del alma hum ana,
dad nunca susceptible de ser lle­ v.gr.: duendes, es cosa que perte­
n ad a p o r entero con bienes caducos, nece a la ingenua fantasía forja­
exige una ilim itada perm anencia en do ra de leyendas, pero no demos­
el ser, ap u n ta a la /in m o rta lid a d . trad a por hechos.
El espíritu, com o sujeto de esas C om o sujeto del impulso ten­
perfecciones y posibilidades onto- diente a la realización de valores,
lógicas, es u n a esencia substancial el espíritu subjetivo se expresa no
y su perfección funda de m anera sólo en las convicciones y acti­
natural el ser-persona ( /P e rs o n a ). tudes valiosas relativamente esta­
Existen varios grados de perfec­ bles plasm adas p o r él, sino tam ­
ción del espíritu. El espíritu di­ bién en las obras del esp íritu : cien­
vino, infinito, excluyfe toda poten­ cia, arte, técnica, industria, orga­
cialidad, to d o ser y acontecer p u ­ nizaciones sociales, etc. ( = espí­
ram ente accidentales y cualquier ritu objetivo [ / Ser espiritual]).
unión con otro. Los seres creados C uando con un esplritualismo ex­
puramente espirituales (de que nos cesivo, el espíritu hum ano, al mo­
habla la revelación y cuya existen­ delar valores culturales, olvida de­
cia no pasa de problem ática*en el m asiado su vinculación al ser total
terreno de la pura filosofía) exclu­ del hom bre, este exclusivismo se
traduce en form as defectuosas de H. ScriEi.L, Das Problem des Geistes,
la vida de la cultura. U na filosofía ’ 1 8 9 7 ; T h . L it t , M ensch und Welt.
de la vida ( / V i d a [Filosofía de Grundlinien einer Philosophie des Geistes,
1 9 4 8 ; d) R . R a s t , G eist und GeschSpf.
la]) unilateral concluiría de ello el
Sludien zur Seinslehre des reingeistigen
derecho a proscribir al «espíritu» W esen in M i/te lu lltr, L ucerna 1 9 4 5 ;
con recrim inaciones fantásticam en­ H . D r e y e r , D er B e g riff des Geistes in
te exageradas teniéndolo como prin­ der deutschen Philosophie von K ant bis
cipio enemigo de la vida, y viendo H egel, 1 9 0 8 ; e) A . W i l l w o l l , Seele
en él preferentem ente la facultad und Geist, 19 38 [trad. esp .: A lm a y espí­
de los conceptos (véase L. K l a g e s , ritu, 1 9 4 6 ],
Der Geist ais Widersacher der Seele
[El espíritu com o adversario del Esplritualismo. Desígnase con el
alma]). E n realidad, ocurre que el vocablo espiritualism o, en oposi­
alm a hum ana espiritual es al mis­ ción a /m a te ria lis m o , la doctrina
mo tiem po principio de la vida que defiende la realidad del espí­
sensitiva ( /A lm a , / Alma y cuerpo ritu o de seres espirituales. — El
[Relación entre]). Con ello el es­ espiritualismo metafisico intenta ex­
píritu hum ano se exterioriza, por plicar el ser a p artir del / espíritu.
decirlo así, en lo vital, pone frente L a form a m onista del espiritualis­
a sí su antítesis no espiritual, pero m o supone que to d a realidad es
no sólo com o algo opuesto a lo espíritu, y justam ente el espíritu
espiritual, sino com o cam po de su único y absoluto (así en el / i d e a ­
actividad y de su expresión, unido lismo alem án); la form a pluralis­
por o tra parte al ser total del ta sostiene que la realidad consta
hom bre. Cuando lo sensible-vital de una pluralidad de seres espiri­
se sustrae a esta unidad del hom ­ tuales; en consecuencia, al cuerpo
bre entero p ara seguir únicam ente no le corresponde ningún ser subs­
su propia tendencia, actúa de un tantivo (así el idealismo de Ber-
m odo destructor. Siendo el espí­ keley, la m onadología de Leib­
ritu lo más elevado que hay en el niz, etc.); la form a teísta afirma
hom bre y principio plasm ador de que el fundam ento prim itivo de
todos los valores de la cultura y, toda realidad es espíritu y p o r eso
sobrepujando, además, po r su in­ todas las demás cosas reales po­
m ortalidad el dom inio entero de seen una afinidad con él. — El
los valores terrenos, el cultivo ade­ espiritualismo psicológico enseña la
cuado de la vida espiritual será la espiritualidad del / a l m a hum ana,
más noble tarea de la formación ya com o corolario del espiritualis­
hum ana. — W i l l w o l l . m o metafisico, ya en contraposi­
a) G . H e g e l , P M nom enclogie des ción al cuerpo m aterial. L a doc­
Geistes; b) P . L i p p e r t , G ott, 1920; trin a de Descartes representa una
A . P f a n d e r , Die Seele des M enschen, form a extrem a del espiritualism o
1933; T h . H a e c k e r , Was ist der p s i c o l ó g i c o : espíritu ( = pensa­
M ensch?, 1933; J. M a r i t a i n , Quatre miento y libertad) y m ateria ( = ex­
essais sur l'esprit dans sa condltion char- tensión y necesidad mecánica) se
nelle, P arís 1939; D . F e u u n g , D as Leben oponen entre sí directam ente sin
der Seele, 21940; M . d e M u n n y n c k , L a
los grados interm edios de la vida
base m étaphysique de Ia personaliíé, en
« A n n u aire de la S ociété Suisse de philo- vegetativa y sensitiva, que, sin em­
s o p h i e » i i, 1942; B e l a v o n B r a n d e n s - bargo, no son puram ente m ateria­
t e i n , P er M ensch und seine Steliung im les, aunque dependan de la m a­
A l/, Einsierfcln 1947; c) H e g e l f a ) \ teria. — El espiritualismo ético-
sociológico acentúa la diferencia «proceder del entendim iento con
esencial existente entre los intere­ los esquemas». — E n la teoría es­
ses anim ales y los específicamente colástica del conocim iento, al es­
espiritual-hum anos. C uando es exa­ quem atism o de K an t corresponde
gerado, considera lo corporal según la actividad de la «vis cogitativa»
su escueto valor de servidor del ( / C o n o c i m i e n t o se n s o ria l), la
espíritu o aun sim plem ente como cual reúne de tal suerte las im pre­
no-valor o mal. — N o debe con­ siones sensoriales que las formas
fundirse el esplritualism o con el (Gestalten) intuitivas surgen com o
/e s p iritis m o . /[ 2 1 2 , 216, 218-219, representaciones de «cosas», a las
222, 228. 230]. — B r u g g e r . cuales se refiere la actividad abs­
tractiva del entendim iento. — D e
A. C A STEL filN , M atériaUsme et Spiri- V r ie s .
tualism e, Bruselas 1895; F . K l i m k e ,
Der M onism us i, 1911 [trad. ita l.: II P ara la concepción k an tian a del esque­
m onism o, 2 vols., F lorencia 1914]; m a, / C r i t ic i s m o ; en especial: M . He¡-
R . P í c t e t , É tude critique sur le M atéria­ d e G G E R , Kant und das Problem der M e ­

Usme et le Spiritualism e, P arís 1896. taphysik, 1929 [trad. esp,: K ant y el


problema de la m etafísica, 1954). P a ra la
com paración con la d o ctrin a escolástica;
Esquema. En la teoría kantiana J. B. L o tz , Einzelding und Allgem ein-
(/C ritic is m o ) del conocim iento, el begriff, en «S cholastik» 14 (1939) pp. 321-
esquem a desem peña el papel de 345; K . R a i i n e r , Geist in W elt, 1939;
C . F a b r o , Percezione e pensiero, 1941.
m iem bro interm edio que liga los
conceptos del entendim iento (las
«categorías») a los cam biantes fe­ Estadística moral es la captación
nóm enos de la sensibilidad y p o ­ y exposición estadística de las re­
sibilita la aplicación de las cate­ gularidades que se dan en las accio­
gorías a lo sensorialm ente dado. nes hum anas voluntarias bajo el
Él mismo es de orden sensible, influjo de determ inadas condicio­
«producto de la im aginación», o nes psíquicas, sociales, cósmicas,
sea, un determ inado m odo de ser etc. (v.gr.: estadística de m atrim o­
dado en el tiem po; debido a su uni­ nios, suicidios, crímenes, nacimien­
versalidad tiene parentesco con el tos). L a im portancia filosófica de la
concepto. Así, por ejemplo, el es­ estadística m oral reside en que es
quem a correspondiente al concepto una ilustración plástica de que
de causalidad es la sucesión regu­ nuestras vivencias motívales están
lar de los fenóm enos en el tiempo, ancladas en condiciones psicológi­
la cual hace posible pensar como cas y fisiológicas y en que m uestra
causa el fenóm eno que regularm en­ la im posibilidad de un querer sin
te antecede y com o efecto, el que m otivos o de ningún m odo in ­
sigue. O casionalm ente habla Kant fluido por ellos. E n cam bio, la es­
no sólo de esquem as de los con­ tadística m o ral n o prueba si en el
c e p to s p u ro s del e n te n d im ie n to caso dado u n hom bre o bra sin li­
(«esquem as trascendentales») sino bertad (entendida de conform idad
tam bién de esquemas de los con­ con el indeterm inism o m oderado)
ceptos em píricos (v.gr.: del con­ o con ella. L a cuestión metafísica
cepto «perro») que presentan sim­ de la / libertad de la voluntad no
plificados los rasgos esenciales de se resuelve positiva n i negativa­
la form a. Kant denom ina esquema­ m ente por m étodos estadísticos.
tismo del entendim iento puro al W il l w o l l .
K . G u t b e R L e t , Die fVilleitsfieiheit, L a m ancom unidad habría de en­
*1904; K . J o e l , D er fre ie WiUe, 1908 contrar su perfección últim a en la
[J. L o t t in , Sta tistiq ue morale e t déter- unidad organizada de la hum anidad
minisme, en «R evue néoscolasrique de que m ediante la Sociedad de N a­
p h ilosophie», 1908, p p . 48-89 : 3. L e -
ciones, las Naciones U nidas y otros
c l e r c q . Introducción a !a sociología
(.trad. esp .), 1955].
organism os semejantes se intenta
conseguir, pero qu e n o es todavía
realidad. E ntre las com unidades
E stado. L a / familia no agota la públicas más pequeñas (municipios,
aptitud esencial del hom bre para diputaciones), y la hum anidad in-
la vida social ni está en condiciones terpónense múltiples grados in­
de acudir a todas las necesidades termedios. Todos ellos son com u­
hum anas. P or am bas razones, el nidades públicas; pero sólo su con­
unirse en orden a constituir una ju n to estructurado constituye la
com unidad no llega a su fin con xocietas perfecta e t completa. Sin
la familia. T am poco son suficien­ em bargo, al correr de los tiempos,
tes las com unidades «libres», fruto corporaciones de orden superior
de la libre voluntad. N os hace dotadas de jurisdicción —p ara las
falta una am pliación y un rem ate cuales tom ó sim ultáneam ente carta
de la m ancom unidad que nos ga­ de ciudadanía el nuevo nom bre de
rantice que la disposición esencial «estado», suplantando la antigua
del hom bre para vivir en sociedad denom inación de res publica— fue­
encontrará su com pleta satisfacción ron creciendo hasta alcanzar tal pre­
y que no quedará insatisfecha nin­ dom inio que nos hem os acostum ­
guna de las necesidades a que la b rado a equiparar simplemente cada
familia es incapaz de atender. Esta una de ellas a la com unidad pública.
m ancom unidad term inal es una so­ Estos «estados» exigían en lo in­
ciedad natural porque viene exigida terior u n a ilim itada jurisdicción en
po r la misma naturaleza humana. todos los aspectos (estado totali­
Es sociedad perfecta porque dispone tario, omnipotencia del estado) y re­
de todos los m edios y fuerzas cuya chazaban, en lo exterior, cualquier
falta m otiva la insuficiencia de la vinculación con los dem ás o con
familia. Es sociedad completa por­ una com unidad situada por encima
que, en últim a instancia, lo suple de ellos. D e esta concepción bro­
todo y colma los vacíos que sin taron continuam ente nuevas gue­
ella perm anecerían siendo vacíos. rras que al fin llevaron a reflexio­
E sta m ancom unidad hum ana y los nar. El concepto de estado cortado
productos sociales en que tom a sobre el patrón de los estados
form a no se proponen directam en­ nacionales anteriores a 1914 está
te, com o la familia, el bien de los disolviéndose. La condición de es­
individuos, que son sus miembros, tado (la «estatalidad») se estratifica,
sino el / bien com ún (bonum com- diversificándose en varios planos
m une, salus publica); de ahí la desde el municipio hasta las N acio­
expresión latina res publica, «re­ nes U nidas, pasando p o r la pro­
pública», en el sentido de com uni­ vincia, el estado federal, la com u­
dad pública o cuerpo político. nidad europea y la com unidad
En la G recia antigua, la com uni­ atlántica, y se especializa en distin­
dad pública era la ciudad (náliQ, tas direcciones (entidades supra-
de donde se deriva el térm ino «po­ estatales com o la com unidad euro­
lítica»); no existía unidad superior. pea del carbón y del acero).
Por consiguiente, lo que, encogi­ autoridad tiene sus raíces en la ne­
dos dentro de las ideas del siglo cesidad objetiva señalada p o r el
xix, solíam os decir del «estado» orden creado; de ahí que, en este
desde el punto de vista filosófico, sentido, provenga «inm ediatam ente
hoy hem os de extenderlo a una de D ios» y form e la /s o b e r a n ía .
m ultitud de cosas. C ada una de El m odo de constituirse la autori­
ellas es «res publica», pero única­ dad en el estado d a lugar a las di­
m ente su conjunto total constituye versas form as de gobierno (m onar­
la «res publica». Según esto, en lo quía, aristocracia, dem ocracia y dic­
que sigue no entendem os p o r «es­ tadura, ya de un individuo, ya de
tado» el m oderno estado nacional, un grupo o clase).
sino la «res publica», la com unidad Elem ento esencial de todo estado
pública que en cada caso proceda. es el / p u e b l o , o sea, el conjunto
El estado es «com unidad de per­ de quienes lo integran. E l estado,
sonas» e «institución»; en cuanto p o r su carácter de corporación
com unidad de personas es a la vez dotada de jurisdicción, supone un
soberano y social. C uanto m ás se territorio com o base espacial. D e
destaca el aspecto institucional del la organización acabada del estado
estado (burocracia) tan to m ás ine­ form a parte la constitución de di­
vitable es acentuar el aserto: «N os­ versos órganos del poder, sobre
otros somos el estado». — Los todo de los suprem os, com o po rta­
estados pueden venir a la existencia dores del poder estatal. Sin em bar­
de muy diversas m aneras. D e la go, ni dicho poder ni sus p o rtado­
creación de un estado en concreto, res constituyen el estado, sino que
debida siempre a la libre actuación éste crea sus órganos, incluso el
hum ana (de los poderosos solos que lleva la dirección suprem a. D is­
o de todos los interesados), hay cútese en qué sentido los supremos
que distinguir la necesidad fundada órganos del estado son «poseedo­
en la naturaleza del hom bre que res» de su p oder; en consecuencia,
lleva a la form ación del estado en divergen tam bién las opiniones res­
abstracto (no de «este» estado). pecto al m odo y a las condiciones
P or últim o, siem pre hay «intereses en que es posible despojarlos de
com unes» en to m o a los cuales se su autoridad. En todo caso, el
form a una / com unidad. Si se trata poder estatal n o es poder sobre
de intereses esenciales p ara el hom ­ el estado, sino poder del estado
bre, es decir, absolutam ente nece­ sobre sus súbditos, que en últim a
sarios p ara una vida verdaderam en­ instancia, se extiende hasta donde
te hum ana, el ingreso en la com uni­ es preciso p o r razón del bien co­
dad no queda a la libre decisión m ún, pero sin rebasar este límite.
del individuo, sino que la com u­ E l p oder del estado es indivisible.
nidad le es obligatoriam ente im­ L a llam ada división de poderes se
puesta. L os mismos intereses com u­ reduce a u n a distribución de varias
nes le ordenan conducirse de acuer­ funciones entre distintos órganos.
do con aquélla, es decir, orientar Parece que con ella se asegura el
sus acciones en conform idad con ejercicio objetivo y esm erado de
ella y con su bien /c o m ú n . En cada función y que, al m ismo
esto se funda la / autoridad de la tiem po, la vigilancia recíproca de
com unidad sobre sus miembros. En los distintos órganos evita la pre­
cuanto que n o deriva de ninguna potencia de uno de ellos y el abuso
com unidad terrena superior, esta que de su predom inio pudiera hacer
en detrim ento del bien com ún. — en cuanto implica referencia a la
N e l l -B r e u n i n g . acción. En el dom inio de la acti­
vidad pura, la oposición entre
b ) N e l l - B r e u n in g , Z u r christlichen dinámico y estático queda supri­
Staatslehre (W orterbuch der P olitik) ,
mida. — B r u g g e r .
1948; G . V. H e r t l t n g , Recht, S ta a t und
G eselhchaft, ‘ 1918; O. S c h il u n g ,
Christlíche Staatslehre und P olitik, 1927; E stética. Térm ino acuñado p o r
H . R o m m e n , Der S ta a t in der katho- v ez p r im e r a p o r B a u m g a r te n
lischen G edankenwelt, 1935; nueva re­ (1750). D erivado etimológicamente
fundición 1948; K . P e t r a s c h e k , S ystem del griego áiaBt¡ai? ( = percepción
der Philosophie der S ta a t und des Vol- sensorial) significa en prim er lugar
kerrechts, 1938; J. M a r i t a i n , Ptincipes la ciencia de la percepción propia
d'une poíltique hum aniste , 21945; H . K i P P,
de los sentidos, en oposición a la
Staatslehre, 21949; V, H ip p e l, Gewalten~
teilung im modernen Staat, 1948; del
del conocimiento intelectual. Kant
m ism o ; D ie Krise des Staatsgedankens tiene también presente esta acep­
und die G rem en der Staatsgew alt, 1950; ción cuando en su «Crítica de la
[J. L e c l e r c q , L efo n s de droit naturel: razón pura» intitula «Estética tras­
M L 'É ta t ou la poliiique, 3 1948; L . I z a g a , cendental» la prim era parte de la
E lem entos de Derecho Político, 2 vols., doctrina elemental trascendental.
“1952J; c) E. K e r n , M odern S ta a t und Baum garten, sin em bargo, señaló
Staatsbegriff; H . N a w i a s k y , AUgemeine
ya com o fin de la estética la perfec­
Staatslehre, 1945 (com pletam ente positi­
ción del conocim iento sensorial
v ista); d) K . S c h i l l t n g , Geschichte der
Staats- und Rechtsphilosophie, 1937;
com o tal en el cual reside la belleza.
T h . J. C o o k , H isto ry o f P olitical Phiio- A quí se encuentra la peculiar acep­
sophie, M ilw aukee, 1938; G . C a t h i n , ción del térm ino estética, al que
The S to ry o f the P olitical Philosophers, Schiller principalm ente dió carta de
N u ev a Y ork 1939; G . M o s c a , Storia ciudadanía. En este sentido, estética
delle dottrine politiche, B arí *1942; es la ciencia de lo bello, cuyo nú­
[J. BeNFYTO, H istoria de las doctrinas cleo viene constituido por la doc­
políticasJ.
trina filosófica sobre la belleza (esté­
tica filosófica). T ratam o s aquí de
Estático. Recibe este calificativo esta doctrina, la cual tiene sus raíces
todo lo referente al estado de re­ en la parte de la ontología dedi­
poso. L o estático se encuentra en cada a los /tra sc e n d e n ta le s, en
el orden de lo m udable sólo de cuyo núm ero debe contarse lo bello.
m odo accidental, en tanto que algo N o se puede identificar p ura y sim­
deja transitoriam ente de moverse plemente la estética filosófica con
y cam biar; por el contrario, en el la filosofía del arte; pues, partiendo
orden de las relaciones esenciales de lo bello en general, abarca tan­
inm utables, se da en sí y, esencial­ to la belleza artística, com o la na­
mente. Estas relaciones son el ob­ tural, si bien la prim era constituye
jeto propio del punto de vista es­ su objeto principal y polariza la
tático. P ara conocer la realidad en m ayor parte de sus esfuerzos.
su plenitud este punto de vista C abría objetar a un a estética fi­
debe com pletarse con el / d i n á ­ losófica que lo bello (/B e lle z a ) se
mico. Puesto que el obrar como experimenta por el gusto o senti­
tal no incluye movim iento alguno, m iento estético, sustrayéndose, p o r
lo estático se contrapone a lo di­ lo tanto, a la filosofía. T al opinión
nám ico únicam ente en cuanto que es harto discutible. Sentim iento no
esto se refiere al /m o v im ie n to , no significa que lo bello sea algo pura-
m ente subjetivo, sentimental, que cuestiones incluye ya los proble­
no adm ite disputa; por el contra­ m as del valor y de la valoración
rio, la belleza existe en la realidad. estéticos.
El gusto no se le contrapone como Iniciadores de la estética son
un a vivencia enteram ente irracio­ Platón, Aristóteles y Plotino en la
n al, pues del m ismo m odo que lo A ntigüedad, así com o de un m odo
bello entraña estructuras ontológi- particular San Agustín y Santo
cas, también el gusto estético está Tomás de Aquino en las épocas
penetrado por factores racionales. patrística y medieval. En A lem a­
D e ahí que los conceptos filosóficos nia Baumgarten fundó la estética
puedan abarcar a am bos sin vio­ sistemática, que recibió un gran
lentarlos. N o obstante, lo bello impulso con los escritos estéticos
encuentra ante todo su respuesta de Schiller. Kant le dió form a p ro ­
plena y adecuada en la integridad pia en su «Crítica del juicio», que
de la vivencia estética, n o en el con­ queda encerrada en lo subjetivo.
cepto, porque, aun perteneciendo E ntre los idealistas alemanes, Schel­
p o r completo a la esfera del ser, ling ensalzó extraordinariam ente el
no se agota en el ente conceptual­ arte y H egel lo hizo también objeto
mente aprehendido, sino que le de profundas reflexiones, aunque
añade un nuevo trascendental. Es am bos lo consideran panteística­
el hom bre entero quien vibra de m ente com o un a m anifestación sen­
m anera análoga a com o se armoni- sible del A bsoluto. Schopenhauer ve
nizan tam bién en lo bello todos asimismo en lo bello la idea sensi­
los aspectos del ente. Especialmente bilizada que libera del dolor cósm i­
la form a sensible, que las m ás de co: Posteriorm ente, h asta nuestros
las veces reviste la belleza para nos­ días, ha ido surgiendo una copiosí­
otros, exige la participación de la sim a bibliografía estética. — L o t z .
percepción sensorial; por eso se
a) P l a t ó n , Banquete', P l o t i n o , Enca­
justifica el nom bre de «estética».
das 1, 6 , y 5, 8 ; S a n A l b e r t o M a g n o ,
Los múltiples elementos cuya nece­ Comentario al libro «D e divinis nomini-
saria colaboración requiere la be­ nibus» : De pulchro et bono ; S a n t o T o ­
lleza perfecta, confieren a ésta un más de A q u in o , Sum m a theologica
carácter excepcional que afecta 1 q. 5 a. 4 ad 1; 1 q. '39 a. 8 ; 1-2 q.
tam bién al gusto estético perfecto. 27 a. I ad 3; A . B a u m g a r t r n , A esthe-
A hora podem os precisar m ejor tica, 2 vols-, 1750-1758; 1. K a n t,
la problem ática de la estética filo­ K ritik der U rteilskraft, 1.* p a rte ; G . H e ­
gel, Vorlesungen über die Á sthetik,
sófica. Prim eram ente ha de poner
Jubilaum sausgabe, t. 12-14, 1927-1928;
en claro, desde el punto de vista b ) G . G i e t m a n n , Altgem eine A sthetik,
del ser, la esencia de lo bello en 1899; G . S c h u l e m a n n , Á sth etik, 1930;
general y en particular (naturaleza A . D y r o f f , Á sth etik des tátigen Geistes,
y / a r t e ) : problem a ontológjco- 2 vols., 1948; [L. F a r r é , E stética, 1950;
metafísico. E n segundo lugar debe L. P a r e y s o n , E stética. Teoría della fo r-
estudiar, desde el punto de vista de m ativitá, Turfn 1955; L . S t e f a n i n i , Tra­
la naturaleza hum ana, la esencia ta! to di E stética, Brescia 1955]; O. K ü l p e ,
Grundlagen der Á sth e tik (edft. p o r
de la vivencia estética en sus dos
S. Behn), 1921; J. V o l k e l t , S y s te m der
form as típicas (el creador y el Á sth e tik , M 925-1927; c) A . B a u m g a r ­
contem plador): problem a antropo- t e n , I. K a n t , G . H eg el / a ) \ B . C hoce,
lógico-existencial, que tiene igual­ L 'estetica com e scienza dell'espressione,
m ente raíces de índole ontofyigico- ‘1922 [trad. e sp .: E stética com o ciencia
metafísica. E l estudio de am bas d e la expresión 1912]; del m ism o : Bre-
víarin di estetica, 1913 [trad. esp .: B revia­ gran trazado sistem ático que una
rio de estética, 19381; W . P e r p e e t , Kier- dirección de intenso m atiz vital;
kegaard und die Frage nach einer Á sth etik pretende, como sucedáneo de la
der Gegenwart, 1940; [ F . K a i n z , Estética
(trad. esp.), 1952]; d) A. D y r o f f , Über
religión, proporcionar al hom bre
die E n tvicklu n g u nd den W ert der Á sth etik educación y un asidero p ara el
des Thomas von Aquin (F estschrift für alma. Ello condiciona tam bién la
L . Stein), 1929; [M . M e n é n d e z P e l a y o , consideración detallada de las vir­
Historia de las ideas estéticas en España, tudes particulares y la actitud peda­
1946-1947 (T o m o s i-v de la ed. nacional gógicam ente exhortativa que adop­
de Obras completas)]; e) W in d -S tó c k li, tan los escritos de los estoicos.
Grungzuge der Á sth e tik , : 1940. C aracterísticas son las doctrinas de
la igualdad de los hombres y un
Estoicismo. D enom ínase así la cierto cosmopolitismo. Los Padres
filosofía de una escuela grecorro­ de la Iglesia cristiana aceptaron
m ana que se extiende desde el m uchas ideas y distinciones estoi­
año 300 a. de J. C. al 200 d. de cas, pero eliminando de ellas el or­
J. C ., y tom ó su nom bre del pórtico gullo m oralista de la virtud y la va­
( oToá) de A tenas que era utilizado loración dem asiado negativa de los
com o lugar de reunión. Suelen dis­ afectos. / [45-46, 52]. — S c h u s t e r .
tinguirse el estoicismo antiguo (Ze-
nón, Cleantes, Crisipo), el medio P. B a r t - G o e d e c k e m e y e r , D ie Stoa,
(Panecio, Posidonio) y el tardío ■1946; M . P o h l e n z , D ie Stoa, Geschichte
einer geistigen Bewegung, 1 9 4 8 -1 9 4 9 ;
(Séneca, Epicteto, M arco Aurelio).
G . M a n c i n i , V e tic a stoica da Z enone
El estoicismo reúne doctrinas de a Crisippo, P ad u a 1 9 4 0 ; J. S t e l z e n -
los antiguos filósofos con pensa­ b e r g e r , D ie Beziehungen der frühchrist-
m ientos de Platón y Aristóteles; lichen Sittenlehre zur E th ik der Stoa, 1 9 3 3 ;
deja oir u n nuevo ethos y un nuevo [M . G e n t i l e , Ifo n d a m e n ti m etafisici delta
m odo de pensar que repercute espe­ morale di Seneca, M ilá n 1 9 3 2 ; S . T a -
cialm ente en la ética. D e [as tres l AMO, L e origini del Cristianesimo e il

partes de su filosofía: lógica, física, pensiero stoico, R om a 1 9 0 2 ].


ética, ésta ocupa el lugar m ás ele­
vado. El ideal lo constituye e l sabio Eternidad. Entiéndese p o r eter­
que vive conform e a la naturaleza, nidad la duración de un ser que
dom ina los afectos, soporta sereno excluye todo comienzo, fin, m u­
el sufrim iento y se contenta con tación o sucesión. Boecio la de­
la virtud com o única fuente de feli­ fine com o «posesión total, sim ul­
cidad (eudaim onía). P or lo que res­ tánea y perfecta de u n a vida in­
pecta a las cuestiones metafísicas, term inable». Conviene únicam ente
el estoicismo en general profesa de a D ios. — N o perm ite ninguna
m anera predom inante un panteís­ verdadera com paración con los
m o m aterialista. D ios es una espe­ acontecim ientos tem porales a los
cie de alm a del m undo; lleva en sí que en sentido propio n o precede,
los gérmenes o fuerzas seminales acom paña n i sigue. D ios está pre­
(Xiyot anBQpaTixol) de toda la evo­ sente en todos los tiem pos y cosas,
lución, de suerte que la totalidad en cuanto que las conserva. Las
del acontecer aparece regido por distinciones de tiem pos que predi­
un plan y com o efecto de la pro­ camos de su actividad externa, to ­
videncia; sin em bargo, ia libertad m adas en sentido preciso, valen
queda excluida (fatalismo). El es­ sólo del devenir de las cosas p ro ­
toicismo es m enos una filosofía de ducido p or D ios. «D ios ju zg ará al
mundo», significa «El m undo será a una descripción de las norm as
juzgado p o r D ios». — L a escolás­ éticas y de la vida m o ral en indi­
tica denom ina aevum la duración viduos, grupos, naciones, etc. (his­
propia de los espíritus puros. Puede toria de la cultura y etnología). La
tener principio; excluye u n a subs­ ética que profundiza en su objeto
tancial m utación de esencia, que rebasa los lím ites de la m oral des­
siempre está fundada en la m ate­ criptiva, intentando explicar las
ria; pero no el /c a m b i o acciden­ valoraciones y conductas existentes
tal. Cuestión discutida es la de si el de hecho, ya po r m edio de la his­
pensar y el querer de un espíritu p u ­ toria de su evolución, y a m ediante
ro m uestran sucesión real. C uando m étodos psicológicos, recurriendo
se le atribuye, se niega, con todo, a disposiciones, tendencias, funcio­
ia continuidad de la mism a. Las nes anímicas y a la unión entre
verdades abstractas, así com o la ellas (psicología m oral). — L a ética
posibilidad de las cosas, no son filosófica, com o p arte de u na cien­
eternas, sino intemporales, es decir, cia de lo universal que pregunta
valen independientem ente de cual­ por los últim os fundam entos del
quier tiem po, no están ligadas en su fenóm eno m oral, pretende inves­
realización a uno determ inado. — tigar con m ás precisión el ser y
R a st. sentido de las norm as m orales,
etc., llegando así a u n a metafísica
a) S a n t o T o m á s d e A q u i n o , Sum m a de las costumbres. T al propósito no
theologica i, q. 10; b ) C. N in k , Philoso- se logra con u n m étodo puram ente
phische G ottesíehre, 1948; M . R a s t , W elt
und'G ott, 1952; [A . G o n z á l e z á l v a r e z ,
empírico. T am poco b asta el recu­
Teología natural, 1949; R . G a r r ig o u - rrir a un m ero sentimiento no
L a g r a n g e , D ieu u 1950]; d) F. B eem el - analizable (moral del sentimiento),
m a n s , Z e it und E w igkeit nach Thomas A nhelo capital es la explicación del
von A quin, 1914; {J. G u i t t o n , L e tem ps / b i e n m oral y sus características,
et l'éternité chez P lotin e t Saint A ugus- v.gr.: la obligación A esta cuestión
tin, 1933J. pretenden responder los num erosos
v variados sistemas éticos.
É tica. L a ética o filosofía moral M uy en la superficie quedan el
tiene por objeto el examen filosó­ utilitarismo (m oral de la utilidad,
fico y la explicación de los llam a­ eudemonismo) o 1a ética del in­
dos hechos m orales {el térm ino terés propio bien entendido (Ben-
moral puede denotar tanto la / m o­ tham ), que, com o amoralismo, nie­
ralidad com o la ciencia de lo gan la substantividad de la ética
m oral). Cuéntanse entre los hechos y convierten el provecho del in­
m orales las valoraciones éticas, los dividuo en criierio de lo m oral; y
preceptos, ías norm as, actitudes además, el / hedonismo ( Aristípo,
virtuosas, manifestaciones de la Epicuro), que considera como fun­
conciencia, etc. La teología moral dam ento de la valoración m oral
o ética teológica explica y funda­ el placer y la satisfacción pruden­
m enta las norm as m orales po r la tem ente sopesados. E l eudemonismo
revelación sobrenatural. E sto apar­ social ( Cumberland) explica con
te, cabe exponer los preceptos m o ­ m ás facilidad que las doctrinas
rales en un a m odo de catecismo, anteriores los deberes sociales y los
con propósito m eram ente pedagó- actos éticos de sim patía, pero ol­
gico-práctico. L a actitud y ia inten­ vida los debres del hom bre p ara
ción especulativas pueden lim itarse consigo m ismo (tem planza, pureza,
paciencia en el sufrimiento). A de­ hacer de lo ético la base cie lo me-
más, presupone ya, sin probarla, la tafísico (K ant). E vita, asi*¿¡smo ja
índole m oral de la com unidad. Algo exagerada a u to c o m p la c e n ^ ^ ¡a
parecido cabe decir de la moral personalidad m oral (e stoic;snlo)
del progreso cultural (W undt), la Puesto que la persona e s p irituai en"
cual pone la actividad cultural y cuanto imagen de D ios ex*ste com o
las obras de la cultura por encima disposición en todo h o n ^ re h a
de la persona m oral y su peculiar en las exigencias fu n d ^ m e¡ltajes
valor, subordinando éstos, com o una ordenación m ora!, un¡versai
un medio, al progreso impersonal. y obligatoria. Las d iferencias in_
Resulta, a la vez, una moral del dividuales y sociales esftecial¡zan
éxito, puram ente exterior, a costa e individualizan estos deb,eres
de la intención ética de la persona. puede haber una doble m o^a¡ ^ gj. .
U na moral estética que habla sólo p ara el individuo en Pvivkdó y
de arm onía de la persona y del p ara su actuación política p ara ej
estilo de vida, n o hace justicia hom bre y p ara la m ujer, p.ara antes
a la seriedad de las exigencias mo­ y después del m atrim onio, p ara ]as
rales Con lo s sacrificios a ellas diversas clases sociales, el sen.
anexos. C ontra todas esas opinio­ tido de que ciertas pe*sonas 0
nes, el bien m oral se explica so­ círculos de ellas están <;xceptua.
lam ente por la peculiaridad del dos de la ley m oral u niveEsai
hom bre com o ser corpóreo-espi- delidad, pureza, justicia), *.¡no ú n ¡_
ritual y consiste en la perfección cam ente en cuanto que t r at¿ ncjose
teleológica de la persona hum ana de determ inadas situaciones la ley
(ética teleológica). I-a índole de m oral se aplica de un a m anera
esta perfección debe, ciertamente, especial. A sí, por ejem plo. n o est¿
precisarse m ejor. El perfeccionismo perm itido m atar a u n hom bre con
( W olff) es dem asiado indeterm i­ autoridad privada, salvo e] caso
nado, pues no basta para la m oral de legítima defensa; pero s( ^ Ucita
cualquier arbitraria perfección de la pena de m uerte aplicada p o r ia
las disposiciones valórales hum a­ autoridad civil. — S c h u s t %r
nas. L o m oral concierne a algo
central que parte del núcleo de li­ a) A r is tó te le s É tic a a m ó m a c o .
bertad de la persona espiritual y S a n t o T o m á s d e A q u in o , C o ^ e M a r io s a
a algo total que hace valer el cuño la É tica a N icóm aco, Sum m a *heologica.
del espíritu en el cuerpo, en la í 2 y 2'2l bí3 1901;
, L G J.rU™G em RI'ET- Ethik und
com unidad, dentro del m undo de Naturrecht, m ei.. .

los bienes-cosas y en la subordi­


heitsethik, 1 9 2 6 ); S . B e h n , Sein i d
1927; D ie tr ic h von H i l d e b i ,a n d
nación a D ios, su C reador y fin Idee der slttlichen Handlung, i 930* [d d
ultram undano. Así esta ética de m ism o: Christian ethics, Nn<¡va y 0 rk
la persona (personalismo) no se 1 9 5 3 ]; T h . S t b i n b ü c h e l , Z>í6 philoSo-
convierte en una /a u to n o m ía , ex­ phische Crundlegung der katholischen Sil.
trañ a a Dios, en moral laica, ne- tenlehre, s1947; M . R jb d in g , Kr„tnphvslk
gadora de deberes y valores reli­ der sitttíchen Werte, 1 9 4 9 ; mÁr c
giosos (K ant), ni en una ética de Dialectique de Vagir, P arís 195^'. j L e c ]
l e r c q , Las grandes lineas de h ’ft)nmna
la intención puram ente inmanente,
sin fecundación po r valores obje­
moral (trad . esp.), 1956]; c) M . s c h e l e r
Der Formalismus In der Ethik u„d die
tivos fundados tam bién en la es­ materiale Wertethik, * 1 9 2 7 [u a[j e9t> .
fera de las cosas, ni en u n extre­ Ética 2 v o l s . , « 19 4 9 ]; B . B a u c .
m ado m o r a lis m o , que pretende ziige der Ethik, 1 9 3 5 ; N . H wtTMANN>
I-.thik, “ 1 9 3 5 ; H . N o h l , Die sittlichen lugar, la dificultad aparentem ente
Grunderfahrungen, 1939; A . S c h w e i t z é r , excesiva y la supuesta im posibili­
Kultur und E th ik, *1947; d) F . W a o n e r , dad de cum plir plenam ente la ley
Geschichte des Sittlich keitsb egriff, 1928-
m oral. El fondo filosófico lo for­
1936; O. D i t t r i c h , Geschichte der E thik,
1923 ss; E . H o w a l d , E th ik des A lter- m a la duda escéptica acerca de la
lums, 1926; A . D e m p f, E th ik des M it- existencia de una esencia espiritual
telalters, 1927; T h . L i t t , E thik der Neu- perm anente de la persona que se
zeit, 1927 [trad . esp .: L a ética moderna, m antenga firme a través de todas
1932]; A . O . D e ú s t u a , L os sistem as de las situaciones y, en general, la
¡a moral, 1938-1940; U . A . P a d o v a n i , renuncia a una interpretación re­
Storia della filo s o fa con particoiare ri- ligioso-metafísica del universo. Los
%nardo ai problem i politici, m orali e re-
ligiosi i. C o rn o 1942; e) J. M a u s b a c h ,
preceptos prohibitivos d e la ley
E th ik, en K ultur der Gegenwart, ’ 1919;
m oral natural no adm iten jam ás
M . W it t m a n n , E th ik , 1923; V. C a t - excepción o dispensa en casos sin­
h r e i n , M oralphilosophie, *1924 [trad. ¡tal. gulares. U na situación particular
de la 5.* alem .: Filosofía m orale, F lo re n ­ cualquiera n o hace sino concretar
cia, 1913-1920]; [G. M árquez, Filosofía la ley universal que, en lo tocante
moral, 2 vols., *1943]. a su contenido, fluye de la impere­
cedera dignidad de la persona espi­
É tica de la situación. L a ética ritu a l y constituye por lo mismo
de la situación aborda el tem a de su defensa y garantía. El que por
la aplicación de la / l e y m oral la inviolable validez de la ley deban
universal al caso individual o a la hacerse incluso sacrificios heroicos
situación particular. La decisión y en determ inadas circunstancias, no
la elección m oral no se verifican prueba su carácter extraño a la
atendiendo de m anera puram ente vida, sino la dignidad de la perso­
abstracta a las norm as generales, na que sobrevive y supera todos los
sino teniendo en cuenta las cir­ valores terrenos y sólo encuentra
cunstancias especiales que tal vez su definitiva com prensión en una
son absolutam ente únicas e irre­ m oral religiosa. — S c h u s t e r .
petibles y que en determ inados
casos requieren la aplicación de la b j K . R a h n e r , Situationsethik und
/ epiqueya. La cuestión m ás im por­ Siindenm ystlk, en «Stim m en der Zeit» 145
(1949-1950) p p . 330-342; R . E gf.n t e r ,
tante planteada po r la ética de la
K asuistik ais christliche Situationsethik,
situación se form ula así: ¿es lícito en «M ünchener T heologische Z eitschrift»
decidir aun contra la ley clara y 1 (1950) p p . 54-65; G . B r e d o w , Sittli-
cierta, de suerte que prácticam ente cher W ert und X ealw ert, 1947; J. F u c h s ,
deba hablarse de despojar a la ley Situation und Entscheidung. Grundfragen
de su vigencia al m enos en casos christUcher Situationsethik, 1952; [J. I.
particulares? M uchos representan­ A l c o r t a , E l existencialism o en su as­
tes de la ética de la situación pare­ pecto ético, 1955]; c) E . M ic h e l , D er
P artner Gottes, 1946.
cen defender esta tesis. P ara ellos
son posiblem ente razones capita­
les los valores de la persona indi­ É tica social es la ciencia de las
vidual, las incontables posibilidades norm as concernientes a la actua­
de realización de la existencia que ción m oral rectam ente ordenada
siem pre perm anecen inéditas, el en el dom inio social, es decir, a
carácter extraño a la vida, propio las norm as de acción de las fo r­
de norm as puram ente generales, y m aciones sociales y del individuo,
probablem ente, y n o en últim oi m iem bro de dichas formaciones,
con relación a ellas. Distínguese de volencia con que los m iem bros se
la ética individual, ciencia relativa a alegran m utuam ente de su posi­
las norm as de acción del individuo ción y participación en el bien
com o tal en su relación a D ios, com ún, de su bienestar «en» el
a sí mismo, y al prójim o, prescin­ todo, lo desean y aun, rebasando
diendo de su vinculación social. Jo debido en justicia, lo fom entan
— Las norm as de la ética social (caritas socialis: am or a l bien co­
han d e extraerse de la esencia del m ún). — R am a principalísim a de
/ hom bre com o ser social (ens so- la ética social es la ética política
da le) y de las form aciones sociales (ética relativa a la vida estatal,
fundadas en esta esencia; po r eso interestatal y supraestatal). L a ética
la ética social n o es m ás que la vprofesional (referente a abogados,
parte práctico-norm ativa de la filo­ médicos, etc.), y tam bién la ética
sofía de la sociedad (/S o c ie d a d económica com prenden norm as tan­
[Filosofía de la]); todo sistema de to de ética individual, elegidas
filosofía de la sociedad culmina en y adaptadas al caso particular,
la ética social correspondiente. — com o de ética social, p o rq u e am ­
L a ética social del / individualismo bas están ta n entrelazadas en la
debe agotarse en la negación de las vida que su separación sistemática
obligaciones sociales; p ara el / c o ­ es irrealizable. — N e l l -B r e u n i n g .
lectivismo toda la ética queda ab­
sorbida en la ética social. El / s o - b) W . S c h w e r , Gesellschaftslehre,
lidarism o con su principio jurídico 1928; H . W bber-P . T i s c h l e d e r , H and-
buch der Sozialethik, 1931; D . v . H i l d b -
de la solidaridad lleva al punto
brand, M etaphysik der Gemeiaschaft,
central la exigencia, decisiva y 1930; JF. M e s s n e r , S ozialókonom ik und
grave com o la experiencia enseña, Sozialethik, *1930; N e l l - B r e u n i n o , S o ­
de la ética social: la responsabili­ zialethik, e n WOrterbuch der P o lilik l,
dad de cada individuo, en lo que 1947; U n i o n I n t e r n a t i o n a l e d ’ í t u d e s
está de su parte, con respecto al s o c i a l e s , Code de morale Internationale;

todo, a la cual responde la que [ C ó d i g o s d b M a l i n a s ( s o c i a l , fam iliar,


incumbe a éste y a la totalidad de internaciona)), t r a d . p o r I . G onzález,
sus m iem bros con respecto al bien­ 1954; P . S t e v e n , M oral social (trad .
e s p . ) , 1955]; d ) R . L i n h a r d t , D ie So-
estar del m iem bro individual. Los
zialprinzipien des heiligen Thom as von
preceptos y deberes concretos sólo A quin, 1932; e ) O . S c h i l l i n g , K atho-
pueden deducirse de la peculiari­ lische Sozialethik, 1929.
dad de Jas form as sociales p a rti­
culares y de las respectivas circuns­
tancias; p o r eso son innum erables, Eutanasia. Recibe el nom bre de
m últiples y mudables. eutanasia la provocación de la
E l orden social com o tal es / m u e r t e de un m odo directo y
u n orden jurídico ( /D e r e c h o ); de sin dolor p o r m otivos de com pa­
ahí que sus norm as esenciales sean sión en caso de u n a enferm edad
norm as jurídicas, y sus deberes incurable. Se denom ina tam bién así
esenciales, deberes jurídicos; in­ la utilización de m edios produc­
tervienen aquí todas las clases de tores de la m uerte en los casos de
/ju s tic ia , exceptuando sólo la jus­ u n a pretensa vida sin valor e in­
ticia conm utativa q u e pertenece deseable (lisiados, enferm os men­
exclusivamente a la ética indivi­ tales), con consentim iento del In ­
dual. N o obstante, ocupa tam bién teresado o sin él, fundándose en
su lugar el am or, la sincera bene­ razones d e m ejoram iento de la
/ r a z a y ahorro de los gastos de dencia es inmediata o mediata, se­
sostenim iento. L a valoración m oral gún que el objeto se haga patente
no depende prim ordialm ente de por sí mismo o p o r m ediación de
los motivos exteriores del hecho, otro er.te; en este caso debe exis­
sino de la índole intrínseca del tir y ser cognoscible u na conexión
mismo. A hora bien, la eutanasia necesaria entre dicho ente, medio
es una usurpación del derecho de conocimiento, y el objeto que
sobre la vida hum ana reservado ha de conocerse. Si la /n e c e s id a d
al C reador; está., pues, absoluta­ de tal conexión es absoluta, la
m ente prohibida por la ley m oral evidencia será tam bién absoluta,
natural que obliga a todo hom bre, y excluirá incondicionalm ente el
en igual m edida que el asesinato error, com o la inm ediata; si, por
o el /s u ic id io . Existe, adem ás, el contrario dicha necesidad es
el gran peligro de la extensión hipotética (física o m oral), la evi­
crim inal a m uchos otros casos, dencia resultará asim ism o hipo­
así com o el de la socavación de la tética (física o moral) excluyendo
confianza en el médico y en los norm alm ente el error, pero n o de
parientes. — S c h u s t e r . m anera incondicional. U n ejem­
plo de evidencia m ediata y abso­
E. M e l t z f . r , D as Problem der A bkiir-
luta lo constituye la dem ostración
zung lebensunwerten Lebens, 1925; L. R u -
laND, Euthanasie, 1934; F . W a l t e r , m atem ática, en la cual la con­
Euthanasie und H eiligkeit des Lebens, clusión m uéstrase com o verdadera
1935; [C. S a l i c r ú , Suicidio y eutanasia; p o r descansar en el hecho de se­
1936; A . O d o n n e , L ’uccisione pietosa, guirse con absoluta necesidad de
en « L a C iviltá C attolica» 101 (1950) 1, proposiciones prim ordiales inm e­
p p . 245-257; P o r t e s y o tro s, Eutanasia diatam ente entendidas. Un caso
( t r a d . esp.), 1951J. de evidencia física lo ofrece la
percepción sensorial respecto a la
Evidencia. Este térm ino signifi­ realidad de las cosas percibidas,
ca, ya el claro m ostrarse, revelarse, subyacente con necesidad física (de
saltar a la vista de un / o b j e t o ley natural) a dicha percepción.
(evidencia objetiva), ya la corres­ Tenem os evidencia m oral cuando
p o n d ie n te « v isió n » in te le c tu a l, estriba en un testim onio digno de
intelección, percepción del objeto fe de los hechos atestiguados. —
(evidencia subjetiva) C om o am bas La evidencia es criterio de verdad
consideraciones son únicam ente dos ( /V e r d a d [Criterio de]), o sea,
aspectos de la m ism a relación cog­ signo distintivo de la / verdad
noscitiva, n o im porta apenas dife­ (verdad del conocimiento). La evi­
rencia que se prefiere uno a otro dencia envuelve un m ostrarse del
de estos m odos de expresarse; si, ente mismo, lo cual, en últim a ins­
com o se h a indicado, se distin­ tancia, no significa sino que la
gue u na evidencia «objetiva» y o tra verdad tiene su m edida en ei ser
«subjetiva», queda excluida cual­ de las cosas. L a evidencia consti­
quier m ala inteligencia Sin em ­ tuye el necesario fundam ento lógico
bargo, debe notarse que a veces de la /c e r te z a . Pero n o siem pre
se u sa tam bién la expresión «evi­ es m otivo psicológico de seguro
dencia subjetiva» en el sentido de asentim iento; esta diferencia entre
evidencia sólo aparente, de un fundam ento y m otivo h a de tener­
m ero /s e n tim ie n to de evidencia se en cuenta especialmente en la
o de certeza — L a auténtica «vi­ / f e . — D e V r ie s .
b) J. K l e u t g e n , PhUosophie der Vor- de la preformación, com o si el
zeit I 21878 [trad. fran c.: La philosophie /o r g a n is m o con sus partes estu­
scoiasñque, P aris 1868]; D . M e r c i i r , viera ya preform ado en ei germen
Crirériologie générale, 81923; J . G e y s e r ,
Ober Wahrheit und FMdenz, 1918; del
y la evolución hiciera únicamente
m ism o : A u f dem K am pffelde der L o g ik , que se desenvolviera y aum entara
1926; C . M a z z a n t i n i , L a lotta per l'evi- de tam año, sino porque sólo por
denza, R o m a 1929; c) C. I s e n k r a h e , la ontogénesis aparece el plan ocul­
Z u m problem der Evidenz. 1917; d) to de la naturaleza. Puesto que en la
P. W i l p e r t , D as Problem der Wahr- ontogénesis se produce realm ente
heitssicherung bei Thomas von Aquin, algo nuevo, recibe tam bién el nom ­
1931; e) S. d e V r t e s , D enken und Sein, bre de epigénesis o neo-evolución.
1937 [trad, esp .: Pensar y ser, M953J.
Es, además una evolución en el
tercer sentido del térm ino.' Cabe,
Evolución. El térm ino evolución asimismo, situarla bajo la cuarta
puede significar: 1.°, el proceso acepción, no sólo respecto a la
por el cual sale a la luz un princi­ estructura, cada vez m ás ricam en­
pio interno y anteriorm ente ocul­ te diferenciada, sino tam bién res­
to (v.gr.: el desarrollo de un pen­ pecto a la función, pues m ientras
sam iento po r parte de un orador); en los estadios más prim itivos cada
2.°, una lenta y gradual transfor­ una de las partes puede desempe­
m ación (la cual n o es necesario ñar cualquier función, llega pronto
que sea unívocam ente determ inada un m om ento a p artir del cual la
ni dirigida a un fin; tal sucede determ inación de las partes para
en muchas evoluciones históricas); sus funciones crece progresivam en­
3.°, una transform ación de las te sin que sea posible el cambio.
mismas características, pero con­ Com plem ento de la ontogénesis es
ducida en una cierta dirección; el desarrollo pleno de las funciones
4.°, la transform ación que lleva de sexuales o sea la madurez sexual.
lo inform e, uniform e o poco deter­ E l crecimiento, en cam bio, difiere
m inado a lo form ado, form ado claram ente de la ontogénesis, pues
con riqueza y plenam ente deter­ no produce nada nuevo. Puede
m inado ( = diferenciación) ; 5.°, la considerársele evolución en el ter­
transform ación lenta o a saltos, cer sentido del vocablo, pero no
de una form a o especie en otra. en el prim ero ni en el segundo.
— E stas abstractas acepciones de El envejecimiento y m architam ien­
la palabra evolución no se exclu­ to del organismo son únicam ente
yen necesariamente. Varías de ellas evolución en la acepción segunda.
pueden existir realizadas en los O tra im portante evolución en el
procesos concretos que denom i­ reino de lo orgánico es la filogéne­
nam os evolución. T odo lo m uda­ sis, la aparición de nuevas espe­
ble está de algún m odo sujeto cies. Constituye una evolución en
a evolución. la quinta acepción de la palabra
A los procesos evolutivos en el (/E v o lu cio n ism o ). El hecho de la
dom inio de la vida orgánica per­ evolución dirigida (tercera acep­
tenece la ontogénesis, es decir, el ción), com o se m uestra en la o nto­
desarrollo del germen vital hasta génesis, no puede explicarse sin
llegar a ente form ado y capaz de una anticipación' del fin antes de
vivir. Es una evolución en la pri­ su realización. La posibilidad in­
m era acepción antes indicada, no determ inada, po r lo qu e respecta
en el sentido de la anticuada teoría a la m ateria, de que cualquier parte
puede desem peñar prim itivam ente H . D r ie s c h , Philosophie des Organis-
cualquier función, lleva al proble­ chen, M928; S c h á f f e r - G o t h a n - S t r o m e r
v o n R e ic h e n b a c h , Das L eben und seine
ma del / vitalismo.
Evolution (N a tu r und M ensch II), 1926;
La vida espiritual del hom bre
H. A. S t o l t e , Das Werden der Tierfor­
muestra tam bién una evolución que inen, 1926; M . C l a r a , Evolutionsgeschich-
rebasa los límites de lo orgánico te des M enschen, *1940; [A. R o l d a n ,
y no íe es necesariam ente paralela. Evolución, 1950; del m ism o: Epistem olo­
En parte está ligada al sujeto: evo­ gía de la evolución biológica, en «P ensa­
lución personal; en parte traspasa m iento» 7 (1951) pp. 583-601; C . B u r d o
el ám bito de los individuos: evo­ y o tro s, L a vie et t ’evolution, en «A rchi­
lución suprapersonal. A la evolu­ ves de P hilosophie» 6 (1928) c. 1];
c) H . S c h m id t , Geschichte der Evoiu-
ción personal dél hom bre cabe apli­
tionslehre, 1918; (!) B r e y s io , Gestaltungen
car tam bién las cuatro prim eras des Evolutionsgedankens. Respecto a la
acepciones de la palabra. Los lí­ filosofía de la evolución, véanse en el
mites de su posibilidad los seña­ esquem a de la historia de la filosofía ias
lan las disposiciones ( /D is p o s i­ obras de los filósofos citados. A. N e u -
ción); profundam ente influida por b e r G, Das W eltblld der Biologie. [J. P u-

el am biente, m antiene determ inada j iu l a . Problemas biológicos, 1941],

su dirección po r la libre decisión


de la voluntad ( /L i b e r t a d de la Evolucionismo. El evolucionismo
voluntad). A la dim ensión evo­ ( teoría de la descendencia, trans­
lutiva suprapersonal pertenece la form ism o) trata del origen de las
evolución histórica (según los sig­ especies (filogénesis), es decir, in­
nificados prim ero, segundo, y, en tenta, m ediante un proceso de de­
parte, tercero), en todas las esferas rivación, reducir la m ultiplicidad
(de ideas, cultural, nacional, polí­ de la vida orgánica a unas pocas
tica, etc.). Los hechos contradicen formas prim itivas e incluso (en la
el prejuicio de que la evolución formulación m ás radical de dicha
suprapersonal de la hum anidad se teoría) a una sola, reducida por su
realiza exclusivamente progresando parte a la m ateria inórganica por
hacia lo m ejor y más elevado. medio de la generación espontánea
E n el evolucionismo la evolución, (genera/io aequivoca). El evolucio­
más (Spencer, Alexander) o me­ nismo extrem o contradice a los
nos (Bergson) apoyada en la cien­ hechos: un viviente sólo puede ori­
cia de la naturaleza, pasa a ser ginarse de otro viviente ( / V i d a ) .
el esquema de todo el proceso del Probablem ente existe una variación
universo, proceso en el cual se de la especie condicionada por la
manifiesta y tom a form a cam biante evolución hasta el grado denom i­
lo absoluto que le está subyacente. nado por Linneo «orden» (v.gr.:
E n dicha evolución los procesos entre las fieras); pero no se ha de­
están desligados o bien surgen unos m ostrado plenam ente su existencia
de o tros (evolución emergente). entre las «clases» (v.gr,: mamíferos
A ristóteles hizo observar ya que un y aves) y m ucho m enos entre los.
devenir absoluto sin prim er princi­ «tipos» o tpvXa (v.gr.: vertebrados
pio dinám ico trascendente no puede e invertebrados).
resolver los problem as resultantes L a teoría general de la evolución
del nacer y del perecer. — B r u g g e r . adoptó las form as denom inadas
R . W o l t e r e c k , Grundziige einer attge- darwinismo y lamarekismo. Según
meinen Biologle, 1932; B. D O r k e n , E vo- Darwin, la naturaleza produjo pro­
lutionsbiologie und Ganzheit, 1936; H . fusam ente en un principio form as
poco diferenciadas entre sí. Explica total del organism o, no siendo, por
por la selección la actual limitación lo tanto, suficientes cuando se trata
a un núm ero relativam ente pequeño de explicar las grandes variaciones
de especies bien definidas; no to­ de los tipos. — E n la variación de
das las form as salieron igualmente las especies hay que distinguir dos
victoriosas en ia lucha p o r la exis­ casos: 1.°, modificación de u n a
tencia, sobreviviendo sólo las más organización fundam ental y a exis­
aptas para vivir. É stas se trasm i­ tente y acom odación de la m ism a
tieron luego po r herencia constitu­ a determ inadas circunstancias del
yendo las especies actuales. — El medio (v.gr.: tránsito de la form a
influjo de la selección en la form a­ de cinco dedos a la de dos y uno
ción de las especies hoy existentes en los équidos); 2.°, aparición de
es innegable, pero n o explica las u n a nueva estructura que no se ori­
profundas diferencias entre los di­ gina por adaptación de los prede­
versos órdenes de vivientes ni la cesores al medio, sino que exige
evolución específica superior. Los un m edio nuevo (v.gr.: paso de
organism os prim itivos no son más reptil a ave o mamífero). Las va­
incapaces de vivir que los superio­ riaciones paulatinas pueden con­
res. — Según Lam arck, la estruc­ ducir a un a diversificación de las
tura y funciones de los seres vivos especies, pero no llegan a explicar
se originaron por la acom odación cóm o se originan unas de otras las
activa a las diversas condiciones estructuras fundam entales. El ori­
de vida (v.gr.: la m em brana inter­ gen de los grandes tipos es un pro­
digital de los palm ipedos p o r la blem a insoluble desde el p u n to de
necesidad de nadar). Estos carac­ vista de las ciencias naturales. Los
teres adquiridos poco a poco se «tipos» o «phyla», e incluso las
habrían fijado definitivam ente por «clases», se encuentran a su tiem po
herencia. — E l lam arckism o tro ­ sin m iem bros intermedios.
pieza con el doble obstáculo de L a cuestión acerca del origen del
que la paleontología nos descubre hombre sólo puede form ularse res­
sólo tipos ya constituidos sin las pecto al cuerpo, puesto que el
teóricam ente incontables form as in­ / a l m a hum ana p o r su naturaleza
term edias necesarias (lo cual vale espiritual se origina únicam ente p o r
tam bién contra el darwinismo) y de creación inm ediata. Este problem a
que p o r ahora la / herencia de ca­ no está todavía resuelto con lo
racteres adquiridos no ha sido to ­ dicho anteriorm ente, porque los
davía com probada. m onos antropom orfos, el hom bre
Lo que respecto a cam bio de fósil y el actual tienen som ática­
form as m uestra la experiencia al m ente la m ism a estructura funda­
correr de las generaciones son las mental. Según un a difundida opi­
llam adas mutaciones, consistentes nión, el hom bre actual desciende
en variaciones que, preparadas ya del denom inado hom bre primitivo
quizás largo tiem po y favorecidas y éste de los antropoides. Sin em­
p o r cualquier circunstancia, apa­ bargo, contra ella habla en prim er
recen repentinam ente haciéndose lugar el hecho de que frente al
hereditarias. Las m utaciones son hom bre actual no sólo los an tro ­
frecuentes en la naturaleza, pero poides sino tam bién el hom bre fósil
las m ás veces atañen sólo a va­ constituyen tipos m ás especializa­
riaciones de escasa im portancia y dos y, en segundo, el qu e un pre­
en ningún caso al plan estructural cursor del hom bre actual con frente
elevada, gran capacidad craneal y berg , Das. W ellbild der Biologie, *1942;
en p arte sin toro supraorbitrario B . B a v i n k , Ergebnisse und Probleme der
se da aun «antes» del hom bre de Naturwissenschaften, B1949; T h . S tetm -
, D ie A bstam m ung des M enschen,
bü ch el
N eandertal. Los antropoides y los
1951; [J. P u j iu la , Problemas biológicos,
hom bres fósiles que ss ap artan del 1941].
lipo actual son pues, a lo más, líneas
colaterales respecto a éste, no ante­
pasados suyos. E n caso de que el Existencia. U no de los dos m o­
hom bre procediera som áticam ente m entos fundam entales que ju n to
del reino anim al, poseerla su propia con el o tro , la esencia, caracteriza
línea de ascendientes, o sea, tendría a todo ente. M ientras la /e s e n c ia
con el simio un antepasado común dice «lo que» la cosa es, la existen­
cuyo plasm a germinal habría conte­ cia expresa «que» la cosa es. La
nido potencialm ente a am bos. La existencia de un a cosa no consiste
creación e infusión de la prim era en que ésta sea sólo pensada o im a­
alm a hum ana ¿trajo consigo necesa­ ginada, sino en que, con indepen­
riam ente la alteración del plasma? dencia de dichos actos, esté sim­
Lo ignoram os. La paleontología plemente en sí y de p o r sí ahí, en
nada dice respecto a un tal antepa­ la realidad. Por eso nos encontra­
sado. E n todo caso, el hom bre apa­ mos con ella, nos afecta pasiva­
rece súbitam ente como ser datado m ente, experim entam os su resis­
de espíritu y, según m uestran los tencia, hem os de contar con su
descubrimientos, nunca, ni siquiera peculiaridad pre-dada y no p o ­
en sus form as primitivas, h a existido demos proceder con ella ilim itada­
sin cultura. — 7 [171], — B r u g g e r . m ente a nuestro antojo com o con
lo m eram ente pensado. A unque la
b ) B . D ü r k e n , A llgem eine A bstam - conciencia ingenua tiende con rei­
mungslehre, '1 9 2 4 ; O . K l e in s c h m id t , Die teración a considerar real sólo lo
Form enkreislehre, 1924; E. D acQ ué, especialm ente visible, esta cualidad
Physik und M etaphy.iik in der Entw l-
ckíungslehre, e n « E u r o p . R e v u e 1 9 4 1 » ;
no pertenece a la esencia de la
J. T e r n u s , Die A bstam m ungsfrage heute,
existencia, pues en nuestros actos
1948; H . C o n r a d - M a r t i u s , A bstam - y en nuestro yo experimentamos
mungslehre, 1949; A. G e h l e n , D er un existente que existe realmente,
M ensch und seine Slellung in der W elt, p ero no de m anera visible-espacial:
! 1950; O. K u h n , D ie Deszendenztheorie, la realidad espiritual. Con todo,
‘1951; [A. R o l d a n , Evolución, 1950; nuestra vida interior m uéstrase
V. A n d & r e z , H acia el origen del hombre, com o u n existente inscrito en el
1956], T h . D o b z h a n s k y , D ie genetischcn
tiem po y experim entable en esta
Grundlagen der A rt- und Rassenblldung,
1939; A . N a e f , D ie Vorstufen der M ens- form a. Sin em bargo, tam poco el
chenwerdung, 1933; F . R e i n o h l , A bstam - ser —tem poralm ente— experimen­
mungslehre, 1940; c) f l . H e s s e , Abs- table pertenece a la esencia de la
(ammungslehre und Darwinismus, 71936: existencia, ya que Dios, absoluta-
H . W e i n e r t , D er geistige A ufstieg der m enta supratem poral y fuera de
M enschheil, 194® ; G. H e b e r e r y o tr o s , to d a experiencia, existe con mayor,
Die E volutlon der Organismen, 1944; intensidad que todo lo demás.
M . H a r t m a n n , Allgem eine Blologie,
D esde un p u n to de vista m etafí­
s1947; B. R e n s c h , Neuere Problém e der
A bstam m ungslehre, 1 9 4 7 ; J. H u x l e y , E vo-
sico, hay dos m odos de existencia
lutlpn, the new synthesis, 1942; G . Simp- fundam entalm ente diversos, que se
s o n , T em po a nd m ode In evolution, 1944; traslucen ya de lo dicho h asta aho­
d ) T s c h u l o k , L am arck, 1937; e ) A . N íU - ra. N uestra existencia y la de todas
las cosas del universo es lim itada, una determ inada teoría, cuando,
de hecho es sólo un ser-ahí, (Da- con arreglo a los axiom as y nor­
sein), es decir, un ser lim itado a mas deductivas de la mism a, debe
un determ inado «ahí» espacial y ser necesariam ente pensada; 2) en
tem poral. E sta lim itación fluye de sentido amplio y general le corres­
nuestra esencia finita, pues única­ ponde dicha existencia cuando pue­
m ente podem os recibir el / ser de concebirse sin contradicción.
(esse), participar en él, en la m edida
a) S a n t o T o m á s d e A q u i n o , De ente
de la capacidad de aquélla. U na et essentia, especialm ente c. S; Sum m a
esencia finita no alcanza, pues, la theologlca 1 q. 3 a. 4; S um m a contra
plenitud del ser ni se identifica con Gentiles i, 22: Quaestiones disputatae
él: la esencia difiere del ser (esse) de potentia, q. 7 a. 2 a d 9 ; F, SuÁ-
en el ente finito. Éste existe, en R E Z , Disputationes m etaphysicae, disp. 31;
consecuencia, de un m odo no nece­ b) G . S i e w e r t h , Der Thom ism us a h
sario (contingente); porque de sí Identitatssystem , 1939, particu larm en te
71-129; G . R a b e a u , Le jugem ent d 'exis-
su esencia no dice ser, puede ser
tence, P arís 1938; J. L o t z , Sein und
o no ser, ser existente o puram ente W ert i, 1938: H . H X cer, Realsein, 1937;
posible. Al ente finito se opone el [ J . M a r i t a i n , Court traite de i'existence
Ente infinito, que agota la plenitud et de 1'existan!, 1947 (trad. e s p .: Breve
entera del ser, cuya esencia iguala tratado acerca de la existencia y de lo
a éste identificándose con él. Es existente, 1949)]; c) N . H a r t m a n n , Z u r
el Ser subsistente y, p o r lo tanto, Grundlegunfí der Ontologie, 1935, en espe­
pura y sim plem ente necesario. cial 88-150 [trad. esp.: O ntología; i. Fun­
dam entos, 1954]; K, J a s p e r s , E xistenzphi-
D entro de lo finito, la filosofía
losophie, 1938; M . H e i d e g g e r , Sein und
existencial ( / Existencial [Filoso­ Z e it i, 1927 [trad. esp .: El ser y e l tiem po.
fía]) destaca, asimism o, dos m odos 1951]; del m ism o: Ober den H um anism us,
fundam entales de existencia. Lo 1949; d) M . D . R o l a n d - G o s s e l i n , L e
infrahum ano, lo m eram ente exis­ «D e ente et essentia», 1926, p rin cip al­
tente (das Vorhandene), alcanza ya m ente 137-205; e) A. D y r o f f , Über den
su realidad plena en el desnudo ser- E xistentialbegriff, 1902.
ahí. El hom bre, en cam bio, «com­
prende» (versteht) el ser y p o r eso Exietencialismo. La llam ada fi­
está inserto en su decisión sobre losofía existencialista está llevando
éste; sólo en su ejecución encuen­ a cabo hoy en el ám bito alem án
tra su plena realidad, la cual in d u ­ un auténtico filosofar de elevada
dablem ente puede m alograr. D e categoría y am plísim a influencia.
esta m anera, e] hom bre es un exis­ D esarrollada de m odo sistemático
tente (Daseiendes) que también en el siglo xx, sus raíces llegan
para su propio vivir consciente, es- hasta la prim era m itad del x a . E n
ahí, es ser-ah' P or eso la filosofía térm inos precisos: representa una
existencial reserva para él los nom ­ reacción contra el /id e a lis m o ale­
bres de «D asein», «Existenz». mán. El pensam iento de Hegeí, que
Así Heidegger llam a al hom bre se presta al peligro de tal interpre­
Da-sein («ser-ahí») en cuanto que tación, fué últim am ente com pren­
es el único ente íntram undano en dido de tal suerte que el hom bre
el cual se verifica el «da» (ahí) del individual quedaba volatilizado,
«Sein» (ser). — A una noción per­ convirtiéndose en un puro m o­
teneciente al cam po de las ciencias m ento evolutivo de la idea abso­
m atem áticas le corresponde: 1) lu ta; con ello la profusión d e lo
existencia matemática respecto a existente se explicaba p o r u n a ne-
cesaría conexión conceptual. Frente C orrientes afines llevan m ás allá
a este despotism o de lo universal, el esbozo d e K ierkegaard. Con
prevaleció la substantividad e inde­ él la filosofía de la vida ( / Vida
ducibilidad del individuo hum ano [Filosofía de la]) quiere salvar a
concreto. E n u n prim er m om ento ésta en su profusión y profundi­
el positivism o y la achaparrada dad concretas de la violencia por
burguesía le hicieron inconsistente parte de todo concepto universal:
y desesenciado porque derribaron la vida se abre sólo a la com pren­
lo universal ideal sin ofrecer un sión pre o su p e rra c io n a l, v.gr.: al
nuevo fundam ento radical. Y aquí instinto ( Nietzsche) o a la intuición
viene a insertarse la filosofía exis- (Bergson). A ñádese la hermenéu­
tencial, que presta al individuo tica (interpretación) de lo histórico
consistencia y profundidad llam án­ (D ilthey), lo cual en su irreitera-
dole a la existencia («existenz»). ción no puede explicarse p o r con­
El rom anticism o prepara el ca­ ceptos y leyes universales, sino que
m ino a dicha filosofía, en tanto únicam ente cabe com prenderlo in­
que ordena colocar al hom bre en terpretando su sentido ( / Com ­
su existencia concreta, hace pene­ prender). A fín a este m étodo es la
tra r en él la abundancia del ser y /fe n o m e n o lo g ía de Husserl, con
despierta tam bién el sentido de la su intuición de la esencia, en tanto
indeducibilidad de lo histórico. El que lleva a cabo un a interpretación
Schelling de la últim a época per­ de los datos interiores desde ellos
fila las cuestiones con m ayor agu­ m ism os; en el Scheler de los últimos
deza: el problem a de la existencia, años la fenom enología se aproxim a
rebasando las fronteras de la nece­ a la filosofía de la vida, con lo
sidad lógica de lo universal, apunta que el im pulso vital, de im portan­
a la libertad y, allende la m era ra ­ cia central ya p ara Nietzsche y (en
zón, exige com o origen la voluntad: distinto sentido) p ara Bergson,
«El ser prim ordial es volición». avanza de nuevo hasta el prim er
El paso decisivo hacia la llam a­ plano.
da filosofía existencialista o exis- Pasando ah o ra a los represen­
tencialism o lo da la teología exis- tantes principales de la filosofía
tencial de Kierkegaard, el cual pre­ existencial en A lem ania, se nos pre­
tende conducir al individuo a la senta Jaspers (1883) en posición
plenitud de su existir, es decir, a la m uy cercana a K ierkegaard, a quien
existencia (Existenz) (por prim era se agrega el influjo de K ant. El
vez aparece el térm ino en esta acep­ individuo com o existencia no es
ción). L a existencia se realiza por la concebido desde lo universal, sino
decisión o elección libre, en la cual que, en cuanto en cada caso tal
el hom bre se pone o aprehende a sí individuo, ha de elucidarse desde
mismo, y p o r la fe con que se él mismo en su irreiterable situación
apoya en D ios; previam ente surge histórica. C o n tra la n ad a experi­
la angustia com o conm oción de m entada en la angustia, la existen­
to d o lo finito y experiencia de la cia se afirm a m ediante la decisión
nada. L a fe viene pensada de m a­ en favor del propio íe r s í mismo
nera cristiana y concebida a m odo (Selbstsein). Tal decisión, p o r o tra
de salto; su indeducibilidad se parte, se funda en la / trascenden­
acrecienta hasta la paradoja, en cia, la cual se manifiesta al pasar a
cuan to que el cristiano aparece través de las situaciones límite. A
com o contradictorio del hom bre. ella corresponde la supraconceptual
«fe filosófica» que, en oposición a n ad a abraza, pues, todas las pro­
la «fe religiosa» que abraza al D ios longaciones del «ser-ahí» o Dasein,
presente, sólo puede dirigirse al poniendo co n ello al hom bre ante
D ios ausente o escondido. la totalidad de su existencia. Al
Heidegger (1889) ha recibido to ­ captarlo en la existencia resuelta
das las influencias citadas. Su pen­ [estado de resuelto] (Ent-schlossen-
sam iento no es sólo existentivo heit), llega a la autenticidad [pro­
[iexistencia/], es decir, elucidador de piedad] (EigentHchkeit). E sta sig­
todo en su significación para la nificaría carencia de sentido (Sinn-
existencia individual (Jaspers), sino losigkeit) y, por lo mismo, tra­
prim ordialm ente existencial [exis- gedia sin esperanza, si la nada
tenciario], o sea, dirigido al Dasein denotara el vacío absoluto. Pero,
[«ser-ahi»] (al hom bre), y aun al de hecho, bajo el velo de la n ad a
ser simplemente, a través del indi­ (de la nada del ente) se m uestra
viduo. P or eso se mueve de lo el ser, el cual en m odo alguno es
óntico a lo ontológico, del ente fác- sólo un proyecto [una proyección]
tico al ser que lo fundam enta. Así del hom bre, sino que lo precede,
la analítica existencial del hom bre com o fundam ento ( Grund) de todo
es únicam ente la ontología funda­ ente. A unque el , ser deja espacio
mental, a la que debe seguir la an­ p ara lo santo, para la D ivinidad
tología com o interpretación del ser el problem a de D ios sigue todavía
m ism o; últim am ente, sin embargo, sin solución categórica.
Heidegger llam a ontología a la in­ Junto a la filosofía existencial
vestigación acerca del ente, la cual alem ana, ha de citarse el pxisten-
se identifica con la metafísica, de­ cialismo francés en el que p erdura
nom inando, en cam bio, ontología la herencia espiritual de pensado­
fundamental al esclarecimiento del res com o Pascal y M aine de Biran.
ser; ésta, según él, lleva a cabo la Se desarrolla en dos direcciones
superación de la metafísica. El ser fundam entales: una ateo-nihilista
m uéstrase prim ero com o proyecto cuyo representante principal es Jean
[proyección] (Entw urf) del hom bre Paul Sartre (1905) y otra, metafísico-
en sus m odos de existencia o exis- teísta, desarrollada especialmente
tenciales [existenciarios], En la inau- por Gabriel M arcel (1889).
tenticidad [impropiedad] (Uneigent- Sartre arranca principalm ente de
lichkeit) (caracterizada en conjun­ Heidegger, Husserl y Hegel. Según
to como una «caída»: Verfallen) él, en el hom bre la existencia pre­
se pierde a sí m ism o con la preocu­ cede a la esencia, lo cual equivale
pación [«cuidarse de»] (Besorgen) a decir que sólo el hom bre com o
p o r las cosas m undanas. Sobre libertad absoluta e ilim itada de­
esto le eleva la angustia, que di­ term ina su esencia y los valores
buja la n ad a com o fundam ento im portantes de la existencia. Pues­
de todo ente: en el presente como to que en cuanto libertad debe
futilidad [«no ser»] (N ichtigkeit) buscar su cam ino enteram ente de­
de lo cotidiano, en el pasado en sam parado, sin D ios y sin norm a,
tanto que el «de donde» ( woher) parece condenado a ella com o a
permanece oculto: derelicción [«es- una carga. L a libertad incluye la
todo de yecto»l ( G ew orfenkeit); en conciencia, la cual se contrapone
el futuro, porque de éste sólo una esencialmente a sí mism a, y p o r
cosa es cierta: que se precipita en lo tanto, no es enteram ente ella.
la m uerte. La experiencia de la Im pedida, p o r éste n o o nada, de
ser com pletam ente ella, es el ser existencial. Ju nto con el univer­
roto po r la nada. A él se enfrenta sal idealista se le hace sospe­
lo inconsciente corpóreo com o ser choso el universal en general y lá
pleno sin ruptura. Puesto que la razón (ratio) a él subordinada.
conciencia tiende por necesidad, Pero com o lo /ir r a c io n a l hace
aunque en vano, a devenir cons­ patentes las cosas sólo en su rela­
ciente y com pletam ente ella misma, ción a la existencia, hay el peligro
muéstrase com o pasión inútil o de que lo objetivo se diluya en
absurdo del cual da testim onio la m ero existencial del hom bre, de
náusea com o experiencia fundam en- que, po r lo ta n to , «sea» únicam en­
ental de la existencia. te en tanto q u e él lo proyecte com o
El polo opuesto, en cierto m odo, aspecto de su existencia. La filoso­
lo constituye Marcel, que ha lle­ fía existencial n o debe sucum bir a
gado a sus ideas fundam entales este riesgo, pues en el paso a tra ­
independientem ente de Kierkega- vés de los existenciales puede ab rir­
ard y de la filosofía existencial ale­ se una ru ta nueva y llena de vida
mana. Tam bién él investiga el mis­ hacia el / s e r . /[1 9 5 ,1 9 8 -1 9 9 , 225
terio de la persona hum ana y de (Francia), 233 (Italia)]. — L o t z .
su libertad. Al elucidarse su situa­
ción concreta el hom bre aparece, a) S. K ie r k e g a a r d , K. J a spers,
M . H e id e g g e r , J . P. S a r t r e , G . M a r ­
primero, com o fracturado y segre­
c e l : o b ra s de estos au to res; b) M . R n -
gado de la propia vida. Sin em bar­ d in o , D ie Existenzphilosophie, 1949;
go, la encuentra encontrándose con L . G a b r i e l , Existenzphilosophie, (9 5 1 ;
ello a sí mismo, al rebasarse, me­ R . / o l i v e t , L e s doctrines existentialistes,
diante el recogimiento y la fidelidad, 1948 ftrad. e s p .: L a s doctrinas existen •
en dirección hacia la / trascenden­ cialistas, 1950; del m ism o: Introducción a
cia y apoyarse así en el «tú» divino. K ierkegaard (tra d . esp.), 1951]; A . B r u n -
n e r , L a personne inearnée, 1947; F . J. VO N
De esta m anera, la existencia queda
R i n t e l f n , Philosophie der E ndlichkeit,
caracterizada, en Maree], m ás p o r
1951 ; J . I . e n z , D er moderne deutsche und
la esperanza y la adoración que fra n jó se E xistentialism us, *1951 [trad.
por la angustia y el cuidado. e s p .: E l moderno exlstencialism o alem án
L a filosofía existencial tiene ra ­ y francés, 1955]; H . U . v o n B a l t h a s a k ,
zón al decir que el hom bre no es A pokalypse der deutschen Seele n i: D ie
m eramente existente ( vorhartden) Vergdttlichung des Todes, 1939; J. L o t z ,
sino existencia (E xistenz), es decir, Z u m ÍVesen der Existenzphilosophie, en
que sólo se conquista a sí mismo «S cholastik» 25 (1950) pp. 161-183;
M . D u f r e n n b - P . R i c o e u r , K. Jaspers
en la decisión con que abarca y rea­
et la philosophie de l ’existence, 1947;
liza la plenitud de su ser. Con ello
H . F r í e s , I s t der Glaube ein Verrat am
la voluntad y la libertad, el hacer M enscken?, 1950; B. W e l t e , D er phUo-
en general, se instalan en el punto sophische Glaube bei K. Jaspers und die
central y vienen exigidos un ser- M &glichkelt seiner D eutung durch die
captado personal y u n a seriedad thom istische Philosophie. «S ym posión» n ,
existencial. Con visión profunda se 1949; É . G i l s o n , L 'étre e t l ’essence, 1948
ha destacado tam bién que esta ftrad. esp .: E l ser y la esencia, 1951];
« e s e n c ia liz a c ió n » (Verwesentlich- J. L o t z , A nalogie und Chiffre, en «Scho-
tastik» 15 (1940) p p. 39-56; A . d e W a e -
ung) se funda en la trascendencia,
l h e n s , Tm philosophie de M . Heidegger,
en la unión con algo ■supram unda- 1942 [trad. esp .: L a filosofía de M artin
no. Sin em bargo, el disfraz que Heidegger, 1945]; M . M ü l l e r , E xistenz­
envuelve a lo trascendente, m ues­ philosophie im geistigen Leben der Ge-
tra la lim itación de la filosofía gen wart, 1949; J . M S ll e r , E xistenzial-
philosophie und katholische Theo/ogie. am pliación de la acepción corrien­
1952; R . T r o i s t o n t a i n e s , Le c h o ix -d e
te.) D ando al vocablo un sentido
/ . P. Sa rtre, 1945; A. B r u n n e r , Z u r
m ás restringido, Aristóteles no de­
Freiheít veriirteilt, e n « S t i m m e n d e r
nom ina experiencia a la percep­
Z e i t » 140 (1947) p p . 178-190; É . G i l s o n ,
ción aislada, sino que la experien­
E xistentialism e chrétien: G. M arcel, 1947;
cia (3) (éfinuola), según él, está
A. W e i g l e i n , D ie Situation des M enschen
bei dem fra m d sisch en Philosophen der constituida p o r la reunión de m u­
chas percepciones y recuerdos de
E xisten z G. M arcel, 1950; [J. d e T o n -
q u é d e c , L 'exisíen ee d'aprés Karl Jaspers,
casos análogos en la que lo com ún
P arís 1945; R . T r o i s f o n t a i n e s , E l exis-
se fija en una imagen esquemática.
tencialismo ateo de J. P . Sartre, 1950; d e !
O tros dan el nom bre de experiencia
m i s m o : D e l'exisíenee de l’Élre. L a Phi­
(4) al juicio form ulado sobre la
losophie de Gabriel M arcel, 2 vols., París
base de la percepción, al juicio de
1953; A . G o n z á i .e z Á l v a r e z , El tem a
experiencia. Kant entiende todavía
de Dios en la filo so fía existencial, 1945;
más restringidam ente el concepto
J. I. A l c o r t a , E l existencialism o en su
de experiencia (5); no todo juicio
aspecto ético, 1955]; c) O . F . B o l l n o w ,
de percepción es para él una ex­
Existenzphilosophie, 1942 [ t r a d . e s p . : Fi­
losofía d e la existencia, 1954]; JE. M o u -
periencia, sino sólo aquél en que
NIER , Introducción a los existendalism os
entra un concepto a p rio ri del en­
(trad. esp.) 1951]; e) A . D e l p , Tragische
tendim iento y tiene, por lo mismo,
E xistenz, 1935 [trad. e s p . : E xistencia trá­
' validez universal (/'C riticism o ).
gica, 1942]; J. P f e i f f e r , Existenzphilo­
sophie. Einführung in fleidegger und Cabe distinguir una experiencia
externa y otra interna. «Experiencia
Jaspers, 1934; H . P f e i l , E xistentialist
externa» significa en este caso per­
philosophy, 1950; J. L o t z , E xistenzphi­
losophie und C hristem um (Sfcripten des cepción de objetos y procésos cor­
S tudentenw erks M ünchen), i 951. póreos m ediante los sentidos ex­
ternos (/C o n o c im ie n to sensorial);
Experiencia. E n lenguaje corrien­ «experiencia interna» designa un
te (1), experiencia designa de ordi­ vivir conscientemente (erieben) los
nario el conocim iento obtenido con propios estados y actuaciones inte­
el trato reiterado de hom bres y riores (anímicos) ( / Conciencia).
cosas, en oposición al saber adqui­ T am bién esto es experiencia en el
rido exclusivamente en los libros. sentido antes descrito y no p u ra
La acepción filosófica es más am ­ visión intelectual de la esencia y
plia. Conform e a ella (2), experien­ actos del alma, pues se halla esen­
cia denota generalm ente toda per­ cialm ente condicionada p o r u n ser-
cepción sencilla producida por una afectado del alm a desde fuera. —
impresión externa. C om o que ésta D esde otro punto de vista, se distin­
sólo es naturalm ente posible m e­ guen la experiencia corriente, pre-
diante la acción de cuerpos exte­ cientifica, y la científica; la segunda
riores sobre los órganos sensoria­ o es observación, con arreglo a un
les, la experiencia, en sentido pro ­ plan, de procesos naturales espon­
pio, es característica del alm a unida táneos, generalm ente con ayuda de
al cuerpo, lo cual n o significa que instrum entos especiales, o experi­
sea necesariam ente algo de pura mento, en el que las condiciones de
naturaleza sensible (véase m ás ade­ la observación son artificialm ente
lante). (C uando se habla de una determ inadas.
«experiencia m ística» suscitada por A veces se caracteriza el conte­
una acción inm ediata de D ios so­ nido de la experiencia (lo «dado» en
bre el espíritu, se trata de una ella) com o puram ente sensible. Mas
si con ello se quiere negar todo experiencia y teoría en la físic a , en «P en­
contenido in te le c tu a lm e n te apre- sam iento» 9 (1953) pp. 29-45; del m ism o;
¿Se da experiencia microfisica?, en «Pen­
hendible en lo dado (intelligibile in
sam iento» 10 (1955) p p. 83-88; F . df.
sensibili), debe rechazarse esta m a­ Ii r u i n a , Conocer p o r experiencia, en «L a
nera de hablar. D e hecho, aprehen­ C iu d ad de D ios» 165 (1953) pp. 253-282;
demos en la experiencia interna F . G r é g o I R E , N o te sur les term es «intui-
inm ediata, no sólo nuestros propios tion» et «expérience», en «R evue philoso-
actos espirituales y en ellos nuestro p h iq u e de L o u v ain » 44 (1946) p. 401 ss];
«yo», sino tam bién, dentro de lí­ c) [S. H. H o d g s o n , T he M etaphysics o f
m ites estrechos, la esencia de los E xperience 1898]; R. A v e n a r i u s , K ritik
objetos de los sentidos ( / E s e n ­ der reinen Erfahrung, !1907; H . C o h é n ,
K ants Theorie der Erfahrung, 31918;
cia [Conocim iento de la]), cognos­
E . H u s s e r l , E rfahrung und U rteil, 1948;
cible únicam ente por la inteligencia. d ) [D . C a s a NOVa s , E l concento de expe­
N uestra experiencia hum ana es, riencia en la filo so fía contemporánea,
pues, de naturaleza sensitivo-inte- 1943],
lectual. Indudablem ente, a lo que
en la experiencia se capta sólo con Expiación (satisfacción) es la re­
los sentidos, se aplica con prefe­ paración que la esencia y la fuer­
rencia el calificativo de lo (pura­ za del orden m oral exigen ante
mente) «empírico». En todo caso, el hom bre, la sociedad y sobre todo
la experiencia da únicamente he­ ante D ios p o r la comisión de un
chos particulares, no objetos uni­ pecado o / c u l p a , así com o tam ­
versales y necesarios. — N o hay bién po r sus consecuencias. La
que sobreestim ar de ligero la im por­ expiación consiste, prim ero, en el
tancia de la experiencia. D e ella interno apartam iento del hecho m a­
provienen todos nuestros conceptos lo y de la intención perversa por el
prim itivos ( /C o n c e p to [Form ación arrepentim iento verdadero, el pesar
del]) en tanto que todo pensar sincero, la retractación formal de
debe enlazar con ella. El conoci­ la ofensa inferida a D ios o al pró­
m iento de la existencia especial­ jim o, m anifestada con adecuados
m ente descansa en la experiencia signos exteriores y, luego, en la
inm ediata o se concluye de ella. disposición para rep arar en lo po­
Sin em bargo, la experiencia n o es, sible los daños ocasionados (repa­
com o el /e m p iris m o pretende, la ración; en sentido estricto: restitu­
fuente única prim ordial del cono­ ción) y especialmente, para acep­
cim iento, porque no puede explicar ta r el castigo merecido. N o se sa­
los principios del conocer ( / P r i n ­ tisface, pues, todavía a D ios y a
cipios del conocimiento) universal­ su santa voluntad legisladora ni a
m ente válidos y necesarios, ni fun­ la com unidad si el culpable se li­
dam entar exclusivamente el valor m ita a em pezar una nueva vida
del conocim iento inductivo ( / I n ­ m oral: debe rep arar tam bién el
ducción). — D e V r ie s . m al causado. L a expiación se con­
vierte así en un deber m oral de
T ra ta d o s d e / G n o s e o l o g f a ; a ) A r i s ­ h o n o r, p o r el que el hom bre se
t ó t e l e s , Segundos Analíticos, 2 , 19; pone de nuevo en buena relación
b) S. V o l k e l t , Erfahrung und D enken ,
con D ios y la sociedad y restablece
a1924; J. d e V r ie s , D ie Z w eieinheit
menschlicher Erkenntnis, en «S cholastik» su propia h o n ra. — El castigo im­
14 (1939) p p. 161-187; [G. B o n t a d i n i , puesto p o r el estado sirve ante
Saggia di una m etafísica deW esperienza i, todo p ara asegurar el bien público
M ilán 1938; J. £ c h a r r i , D ualism o de y, en la m edida de lo posible, para
corregir; sin em bargo, todo castigo conexión de los fenóm enos se­
presupone u n a culpa libre y pasa gún leyes (acerca de las aparen­
a ser u n a expiación enderezada al tes excepciones, /In d e te rm in a c ió n
bien com ún que, com o tal, el cul­ [Relación de]). Con razón se con­
pable debe aceptar tam bién. — trapone, desde D ilthey, el expli­
E l sacrificio expiatorio está dirigido car (erkláren) com o m étodo ca­
a expiar ante D ios la culpa com e­ racterístico de las ciencias n atu ra­
tid a ; en él, según u n a extendida les, al /c o m p r e n d e r (verstehen),
teoría del sacrificio, el hom bre propio de las ciencias del espíritu.
manifiesta m ediante la destrucción Pues en aquéllas se trata de redu­
de la víctima que ante D ios ha per­ cir los fenóm enos a sus elementos,
dido el derecho a la vida. L a acep­ entenderlos p o r sus conexiones le­
tación de la prestación expiatoria gales. conocer al individuo, que
po r o tra persona que esté en paz aquí (a diferencia de lo que sucede
con D ios, aceptación que no hace en el dom inio del espíritu) no po­
superfluo el cam bio personal de see valor propio alguno com o caso
disposición anímica, lleva a la idea particular de un algo universal.
de salvación. — S c h u s t e r . (La m irada de la ciencia natural
b ) J. M a u s b a c h , Schuld, Sühne, ErlS- no se dirige a «este» arco-iris, sino
sung (D e « K a th . Ideenw elt», 1920, p. al arco-iris; en cam bio la 1ciencia
1 0 9 s s); D . v o n H ild f .í r a n d , D ie Idee del espíritu, v.gr.: la historia del
der sittlichen Handlung, 1930; del m ism o: arte , tra ta no del «cuadro», sino de
Vom W esen der S tra fe en Z eitliches im determ inados cuadros de m aestros
L ich te des Ewigen, 1932, pp. 47-74; determ inados). En conexión con
F . HÜRTh, Schu ld u nd Sühne, 1931; el objeto y la m eta del conocimien­
M . B r u g g e r , Schuld und Strafe, 1933;
to privativos de las ciencias natu ­
e) V. C a t h r e i n , M oralphilosophie i,
‘ 1924; [trad. ital. de la 5.a alem .: Filoso­ rales está el hecho de que su
fía morale, F lo ren cia 1913-1920]; [J. L e- m étodo, la explicación, es racional-
c l e r c q , L a s grandes líneas de [a filo so ­ conceptual. A unque en él la deri­
f í a m oral (trad . esp.), 1956]. vación de los fenóm enos a partir
de sus causas eficientes ocupa el
Explicar y explicación significan, prim er plano, seria un a concepción
en general, reducción de lo desco­ unilateral, no tener en cuenta, ade­
nocido a lo conocido. Se explica más, la /f in a lid a d (inconsciente
un concepto indicando las notas en la naturaleza) que se d a en esta
particulares, ya supuestas, de que esfera, y la to talid ad , que en lo
consta. E n este sentido, desde el biológico y tam bién en la n atu ra­
siglo xv m se habla de la expli­ leza inanim ada, se encuentra p o r
cación de palabras y conceptos encima de los elementos. A m bos
como de u n sinónim o de )a / d e ­ puntos de vista n o se excluyen;
finición. Explicar un objeto es re­ antes se com plem entan.
ducirlo a sus elementos, sus causas C uando la ciencia n atural inten­
necesarias o, considerado como caso ta «explicar» tam bién los principios
particular, a u n a ley general. — de su explicación, llega a sus fron­
M ientras la vida del espíritu y sus teras y se convierte en /f ilo s o f ía
creaciones están caracterizadas por natural, la cual está obligada a
la libertad de éste, la cual elude reducir lo que es conocido a lo
tod a determ inación unívoca y m e­ desconocido, pero necesario (como
ram ente legal, la naturaleza infra- condición de la posibilidad de lo
espiritual está dom inada por' la conocido). — B r u g g e r .
W . D il t h e y , Gesamm elte Schriften v , la escritura com o expresión de la
1925 [trad. e sp .: Psicología y teoría del índole anímica). El interés p o r la
conocimiento, t. vj de )a versión de psicología de las razas h a llevado
E. Im az, 1944-1948]; E. M e y e r s o n , De
a la teoría de F. Clauss acerca del
¡'explication dans les sciences, P arís 1921;
W . S c h w e iz e k , Erkláren und Verstehen
tipo racial fisiológico com o expre­
in der Psychologie, 1924; H . G o m p e r z , sión del tipo racial psíquico pri­
Über Sinn u nd Sinngebilde, Verstehen und m ario. K. Bühler ha resum ido los
Erkláren, 1939. trabajos anteriores a él, desarro­
llando, adem ás, una am plia y sis­
Expresión es la m anifestación de tem ática teoría de la expresión.
la índole psíquica, o de una viven­ Las form as de expresión revisten
cia transitoria, en la conform ación im portancia filosófica porque dan
del cuerpo o en el m ovim iento vo­ a entender la estrecha vinculación
luntario o involuntario e instintivo existente entre cuerpo y alm a
del m ism o. Inclúyese aquí la ex­ ( / A l m a y cuerpo [Relación entre]),
presividad de los ojos, de la mím ica así com o el hecho y estructura de
del rostro, de la actitud, de la m ar­ la naturaleza social del hom bre,
cha (danza, pantom im a, euritm ia), pues el sentido últim o de la ex­
etcétera. — L a investigación cientí­ presión es evidentem ente su ser-
fica intenta desde antiguo distinguir manifiesta a otros. E l irresistible
y com prender m ejor las form as p ar­ impulso del hom bre a expresar pa­
ticulares de expresión, indagar su tente y sim bólicam ente lo psíquico
correspondencia con determ inadas m ediante el cuerpo y sus m ovi­
configuraciones anímicas así com o m ientos se funda no sólo en la
la génesis de esta correspondencia esfera biológico-instintiva de su
y poner en claro la im portancia y esencia, sino tam bién en la n atu ra­
repercusión de las form as expresi­ leza de su espíritu unido al cuerpo.
vas p ara el desarrollo del espíritu. Inversam ente, el cultivo o aban­
Teofrasto, discípulo de Aristóteles, dono de las form as expresivas de
se ocupó en esta tarea y tam bién lo anímico, su autenticidad o dege­
el retórico Quintiliano. E n el si­ neración en lo falso o m eram ente
glo x v m los trabajos de Gal!, La- form alista, refluyen tam bién y son
vater, Engels y Goethe despertaron de gran im portancia en la estruc­
el interés po r la fisiognómica ( teoría turación y curso de la m isma vida
de la expresión). Carus en el xix psíquica consciente. — W i l l w o l l .
reanudó los e s tu d io s realizados
p o r aquéllos. Duchenne y Gratiolet K. B ü h l e r , Ausdruckstheorie, 1932
[ tr a d . esp .: Teoría de la expresión, 1950];
investigaron en las clínicas de P h . L e r s c h , Gesicht und Seele, 1932;
París los m ovim ientos expresivos. M . P i c a r d , G renzen der P hysiognom ik,
Darwin y, en o tro sentido, Wundt 1937; L. K la q b s , Grundlegung der W ls-
establecieron teorías sobre la gé­ senschaft vom A usdrucke, ‘ 1936; d e l m i s ­
nesis de la correspondencia entre m o : H andschrift und Charakter, ” 1943
expresión y vivencia. Piderit creó [ t r a d . esp .: E scritura y carácter]-, d e l m i s ­
un a especie de léxico de los movi­ m o : Vom W esen des R hythm us, *1944;
J . S c h r ó t e l e r , R h y th m lk und Erziehung,
m ientos de expresión. Kiages ha
1925; A . V e t t e r , N a tu r und Person,
constituido científicamente la doc­ 1949; [ M . M a r c h e s a n , Tratado de gra-
trin a de la expresión tom ando fopsicología, 1950; F . L a n o e , E l len­
com o base su m etafísica del espí­ guaje del rostro ( t r a d . e s p . ) *1951;
ritu y del alm a y h a fundado la C h . W o l f f , Psicología del gesto ( t r a d
grafologia científica (estudio de e s p . ) ] 1951.
falsedad

Falsedad. A la verdad se opone F am ilia. Com unidad constitui­


falsedad. D e conform idad con los da po r padres e hijos, que se des­
diversos significados de la palabra arrolla conform e a la naturaleza
/ verdad, distínguese falsedad lógi­ a p artir de la unión conyugal y
ca, ontológica y ética. — 1.° Hav cum ple con el fin prim ordial de la
falsedad lógica cuando un juicio misma. L a familia, com o el / m a ­
equívoca el objeto significado. El trim onio, no es una creación p ura­
mero hecho de que el juicio no m ente natural, biológica fundada
alcance la plenitud del objeto en el m ero instinto o en el puro
no suministra fundam ento todavía arbitrio hum ano, sino una com u­
p ara u n a falsedad lógica. Ésta re­ nidad poseedora de valores y rea­
quiere que se afirme lo que, según lizadora de fines, que descansa en
la cosa, debería negarse, o que se el plan divino y m oral del u ni­
niegue lo que debiera afirmarse. verso; com unidad que, a pesar de
Los conceptos no son verdaderos todos los cam bios históricos de for­
ni falsos. Sólo cabe hablar de con­ m a exterior (familia num erosa con
ceptos falsos, en la m edida en que, hijos casados bajo la autoridad del
p o r juicios desacertados, son rela­ padre, o simple fam ilia reducida)
cionados con los objetos. — 2.° La ha de llevar a cabo tareas que, en lo
falsedad ontológica consiste en que esencial, perm anecen iguales en
un objeto se desvíe de su / i d e a . todos los tiempos. Fin prim ero de
N o hay falsedad ontológica, si e! la fam ilia y valor que le confiere
objeto ccfhtiene m ás de lo que la sentido es el niño, su educación
idea expresa, sino únicam ente cuan­ física, psíquica, in telectivo-moral,
do encierra algo distinto que la religiosa, económica y social. El
contradice. En la naturaleza no cum plim iento de esta m isión tan
existe falsedad ontológica, porque trascendental p ara el individuo y la
todas las cosas, al menos esencial­ sociedad significa a la vez p ara los
mente, corresponden a las ideas padres el desenvolvimiento gozoso
divinas. E n la esfera del arte, en de sus propias disposiciones valio­
cam bio, es ontológicam ente falso sas. corporales y espirituales. La
lo que contradice las ideas y propó­ realización de tan elevado com etido
sitos del artista o del arte mismo. no puede quedar a m erced del azar
Tam bién, a veces un objeto se de­ o de la arbitrariedad, sino que h a
nom ina falso al com pararlo con de estar asegurado p o r u n a verda­
ideas hum anas accidentales e in­ dera obligación m oral. Sujetos de
exactas a las cuales d a pie la se­ la obligación educativa son, en pri­
m ejanza con otros objetos (v.gr.: m er lugar, los padres, que norm al­
falsas piedras preciosas). — 3.° Se m ente poseen la especial inclina­
d a falsedad ética cuando un hom ­ ción, idoneidad y capacidad de sa­
bre habla o procede de m anera crificio, así com o la responsabilidad
diversa de com o piensa ( / M e n ­ requeridas para ello. A este deber
tira). La m era ocultación de lo va inseparablem ente u nido el dere­
interior n o es aún falsedad. — cho de los padres, en general, a vivir
/E r ro r . — Sa n t el er . con los hijos y a dirigirles, y en
L o t z - d e V r i e S, D ie W elt des M en­
especial el derecho prim ario y exclu­
scheni, 21951, p. 30 [trad. esp .: E l mundo sivo de educarlos. El poder público
del hombre, I954J; J. d e V r i e s , D enken tiene sólo derecho a com plem entar
und Sein, 1937, p p . 46-50 [trad. esp .: la educación en caso de inhibición
Pensar y ser, *1953]. po r parte de los padres, y además.
el de inspeccionar y exigir la ins­ de m anera libre para constituir
trucción escolar oportuna y nece­ nuevas form as; no obstante, en el
saria. D el derecho de los padres ejercicio de su actividad, está ínti­
dim ana la autoridad de los dem ás m am ente ligada a las leyes de la
educadores. E n la esfera de la asociación, así com o tam bién a las
religión revelada los padres son al esferas del sentim iento y de la ten­
m ismo tiem po m andatarios de la dencia. E n cam bio, p o r la dirección
Iglesia de C risto. D entro de la fa­ libre o pasiva de la atención queda
milia no ocupa el prim er lugar, puesta al servicio de la actividad
como en la vida del E stado, el creadora intelectual. Llam am os es­
derecho riguroso y, dado el caso, pecialm ente la atención sobre la
exigido coactivam ente, sino que im portancia de la fantasía en la
predom ina la obligación m ás suave conciencia onírica o de los sueños,
de la piedad. — L os hijos deben en el juego, en las fábulas y m itos
a los padres veneración, am or y y en todo pensar creador.
obediencia; pero esta últim a única­ L a fantasía en el sueño ofrece en
m ente m ientras vivan bajo la au ­ prim er lugar a la conciencia un
toridad paterna y vinculados a la juego de imágenes aparentem ente
com unidad doméstica. El prim ado desordenado y carente de sentido,
de la autoridad corresponde al pa­ al que falta en grado m áxim o !a
d re; sin em bargo, la m adre posee guía del pensam iento lógico y del
tam bién verdaderos derechos edu­ querer libre, y en el cual pueden
cativos. — S c h u s t e r . dejarse sentir leyes elementales de
asociación y del instinto; p ara la
Pío xi, E ncíclica D ivini illius M agis- fantasía propia del sueño desapa­
tri, 1929; W . H . R i e h l , D ie Familie, rece, pues, la organización unitaria
121 9 0 4 ; V . C a t h r e i n , M oralphilosopkie n ,
y la dirección teleológica del tra ­
61924 [trad. ital. d e la 5 .11 alem .: Filosofía
morale, F lo re n cia 1913-1920]; H . M u- bajo durante el estado de vigilia;
c k e r m a n n , K in d und Volk, “ 1924; d e l sin em bargo, la ectividad de la fan ­
m ism o: D ie Familie, 1946; J. S c h r ó - tasía en el caso que estudiamos
t e l e r , D as E lternrecht in der katho- puede conducir tam bién a produc­
lisch- teologischen Auseinandersetzung, tos valiosos, v .g r.: a la solución de
1936; J. L a c r o i x , Forcé et faiblesse de problem as, a com posiciones poéti­
la fa m ilie, 1 9 4 9 ; G . M a r c e l , Recherche cas, a inspiraciones. L a psicología
de la fa m ilie , 1 9 4 9 ; J. L e c l e r c q , L e fo n s
profunda busca, además, u n sentido
de droit nature! iii: L a fa m ilie , “1950;
C. C. Z i m m e r m a n n , Family and Cirili-
más hondo en el juego imaginativo
zation, 1 9 4 9 ; [G . MÁRQUEZ, Filosofía aparentem ente absurdo de los en­
moral, 2 v o ls ., 619 4 3 ; E . G u e r r b r o , sueños. Las fantasías del ensueño
Fundamentos de pedagogía cristiana. Co­ se consideran entonces com o sím­
mentario a la Encíclica «D ivini illius M a- bolos que perm iten al interpretador
gistri» ; Códigos de M alinas (tr a d . e s p . p o r hábil conocer el núcleo inconsciente
I. G o n z á le z ) , 1954 (C ódigo fam iliar)', de la personalidad. Indudablem en­
S . d e L e s t a p i s , A m o u r et institution fa -
te, las ideas m edulares de esta con­
miliate, P a rís 1948].
cepción, que el m anejo m oderado
y prudente de las m ism as h a legiti­
Fantasía (imaginación) es, a di­ m ado, han sido con frecuencia des­
ferencia de la / m em oria, la facul­ m esuradam ente distendidas por un
ta d de un ir librem ente contenidos exclusivismo forjador de construc­
representativos. E xtrae su m aterial ciones apriorísticas y p o r lucubra­
de los recuerdos, pero lo com bina ciones francam ente quiméricas, m as
n o po r eso es preciso rechazar plejos» a m enudo casi repentina,
dichas ideas. — La fantasía ac­ un contenido cognoscitivo, insos­
tu ante en el juego com bina de pechado y nuevo. Evidentem ente
m anera peculiar el capricho con la la «ocurrencia» así «inspirada»
fijación de reglas. E sta actividad debe ser luego exam inada por el
im aginativa manifiesta, adem ás del pensar lógico de relación, porque
im pulso n atural al «ejercicio de en el juego de la fantasía lo irracio­
funciones», la necesidad de ilusión nal puede producir tanto resulta­
creadora que, ju n to al trabajo serio, dos defectuosos com o geniales. —
fijador unilateral de las fuerzas, Si una fantasía exuberante y des­
tiene el alm a hum ana, ilusión que bordante es de escaso valor en el
relaja y a la vez form a y colma la conjunto de la personalidad, el fo­
vida espiritual. — La fantasía de m ento continuo y prudente de una
las fábulas y m itos deja ver no sólo fantasía rica y sana, tan to psicoló­
determ inadas relaciones de sus m o­ gica com o éticam ente, es precioso
tivos con la edad de desarrollo del e im portante p ara to d o desarrollo
hom bre individual, sino también espiritual. — W i l l w o l l .
rasgos característicos sorprenden­
tem ente parecidos en los diversos J . F r ó b e s , Lehrbuch der experim ente-
pueblos y épocas, hasta el punto llen Psychologie u, *1929, p p . 216-232,
530-548, don d e se e n c o n tra rá copiosa
de haberse presum ido que en su
b ibliografía [trad. esp .: Tratado de psi­
juego actuaba u n «inconsciente co­ cología empírica y experim ental, S1944J;
lectivo», n o en el sentido de algo C h . B ü h l e r , Die M árchen-P hantaüe des
real supraindividual, sino más bien Kindes, 1926; S . F r e u d , Traumdeutung,
com o tendencia fundam ental in­ 1900 [trad. esp .: Interpretación de los
consciente y uniform e, ínsita en los sueños i *1931, n 1934]; C . G . J u n o ,
hom bres de todos los tiem pos y Über die Psychologie des Unbewussten,
pueblos, a producir ciertas formas 1943, p. 116 ss; O . S b l z , Z u r Psychologie
des produktiven D enkens und des Irrtum s,
de juego de la fantasía.
1922; R . M ü l l e r - F r e i b n f e l s , D as D en-
L a fantasía desem peña su papel ken und die P hantasie, 1916; W . H e l l -
m ás im portante com o fantasía crea­ pa ch , Schópferísche U nvernunft, 1937;
dora al servicio del pensar produc­ H . K u n z , D ie anthropologische Bedeu-
tivo, en las «inspiraciones» de orden tung der Phantasie, 1946; A . V b t t b r ,
científico, artístico, técnico, reli­ D ie Erlebnisbedeutung der Phantasie,
gioso, etc. T odo pensar neocreador 1950; [R. D a lb ie z , E t método psicoanall-
requiere en el hom bre de m anera tico y la doctrina fr e u d ia m (tra d . esp.),
2 vols., 1948; J . N u i t i n , Psicoanálisis
natural el áuxilio de la imaginación
y concepción espiritualista del hombre
con sus representaciones del fin y su (tra d . esp.), 1956],
inventiva libertad de movimientos.
Tendencias determ inantes proce­
dentes de la conciencia del tem a, F e. Las palabras «fe» y «creer»,
levantan de múltiples m aneras en derivados de los vocablos latinos
las proximidades de la conciencia fides y credere, se em plearon tam ­
complejos representativos acom o­ bién desde u n principio p ara trad u ­
dados a él, haciéndolos así más cir los conceptos bíblicos expresa­
fácilmente reproducibies. Al com­ dos po r dichos vocablos, los cuales
binarse tales /c o m p le jo s , esque­ son a su vez versión latina d e los
m as anticipadores de soluciones griegos Jilarti y ntarevuv. Así, fe (1),
y nuevos conocim ientos surge, en particularm ente en San Pablo, de­
una «com plem entación de com ­ signa a m enudo el nuevo cam ino de
salvación abierto po r la gracia de fe se traslada del acto y la virtud
Cristo en oposición a la «ley» del p o r ella designados al objeto o con­
A ntiguo Testam ento. E n especial tenido de la m ism a; asi sucede al
se entiende p o r fe ( 2 ) aquel acto decir: conocer su fe. C uando la
que expresa la prim era respuesta Iglesia con decisión definitiva de­
del hom bre al llam am iento divino clara («define») com o revelada p o r
de la gracia, es decir, el libre «sí» D ios una verdad de fe, esta doc­
a la autom anifestación ( / R e v e l a ­ trin a recibe el nom bre de dogma
ción) de D ios: f e en la revelación. E n sentido lato, fe (4) significa
Este acto, para ser razonable, su­ fe en D ios, denota to d a convicción
pone com o fundam ento lógico una religiosa aunque no se apoye en la
cierta evidencia eti cuanto que de­ revelación divina. T am bién en esta
ben conocerse el hecho de la re­ acepción la fe sigue siendo una
velación y la autoridad (o sea, la im portante decisión libre y, p o r lo
verdad y veracidad) de D ios reve­ tan to , m oral del hom bre todo.
lante; pero no h a de equipararse C uanto m ás le h a sido sustraído
a la conclusión que en un racio­ a la fe (2 y 4) el fundam ento
cinio resulta del conocim iento de racional por o bra del m oderno
la fundam entación, antes bien es el /a g n o stic ism o , tan to m ás se sus­
asenso firme (es decir, excluyendo tituyó la creencia razonable p o r
toda duda) del entendim iento a una fe (5) /ir r a c io n a l. Así Kant
la verdad revelada en atención a la pretendía «anular el saber p ara
autoridad de D ios. Este asenso, reservar un sitio a la fe». F e (fe
com o / c e r t e z a libre, depende de m oral) es, según él, la aceptación
la voluntad y, po r lo tanto, del va­ de los /p o s tu la d o s de la razón
lor que, com o m otivo, la deter­ práctica, en especial de la existen­
mina. Pero el m otivo del asenso cia de D ios, no p o r motivos racio­
no es en la fe (cual, po r ejemplo, nales objetivam ente suficientes, sino
ocurre en la ciencia teológica) el porque son subjetivam ente necesa­
valor cognoscitivo de la proposi­ rios com o supuesto p ara la obser­
ción de fe, valor puram ente teoré­ vación razonable de la ley m oral.
tico, garantizado por la fundam en­ E n lugar de esta base voluntarista
tación lógica y, com o tal, finito, aparece en la filosofía irraciona-
sino únicam ente la autoridad de lista de la religión, principalm ente
D ios, en la cual el hom bre confía, desde Schleiermacher, el sentimien­
aun c o n tra to d a apariencia y a la to ( /F id e ís m o ) . Fe designa, en­
que se som ete con incondicional tonces, u n a convicción que se
entrega. L a expresión «creer en apoya en el sentim iento religioso
Cristo» acentúa, rebasando los lí­ o, incluso, este mismo sentimiento
m ites de la sumisión de la propia (fe sentimental).
inteligencia, la entrega confiada Incredulidad en sentido teológico
y la adhesión del hom bre entero es la falta de fe en la revelación
que de C risto espera to d a su sal­ y tam bién la carencia de to d a fe
vación. Lutero entendió de un en D ios (4 y 5), siendo aproxim a­
m odo unilateral esta entrega, cuan­ dam ente sinónim o de /a te ís m o .
do p ara la justificación exigía sólo L a incredulidad implica culpa cuan­
la fe (3), es decir, la confianza en do se rehúsa la fe conociendo con
que los pecados m e son perdona­ suficiente certeza el hecho de la
dos en atención a los m éritos de revelación o bien las razones en
C risto (fe fiducial). — L a palabra favor de la existencia de D ios
e igualmente cuando se rehuye de logie des Unglaubens, *1935; E . W a l t e r ,
antem ano el recto conocimiento. Glaube, H offnung und L iebe im Neuen
L a superstición se define como una Testam ente, s 1942; A . B r u n n e k , Glaube
falsa fe en la infalible eficacia de
und E rkenntnis, 1951 [trad. e s p .: Conocer
y creer, 1955); J . d e V r ie s , D e lim ltato
ciertas fórm ulas o prácticas que, muñere rationis naturalis in actu fid e i eli-
naturalm ente, n o son adecuadas ciendo, en « D o c to r C om m unis» 4 (1951)
para el efecto deseado y —de modo p p. 74-78; [S. H a r e n t , a rt. F oi, en el
más o m enos consciente— deben D ictlonnaire de Théologie catholique vi,
obligar a fuerzas extranaturales y cois. 55-516; R . V a n c o u r t , L a phénom e-
misteriosas a ponerse al servicio del nologie e t la f o i , Tournat ( B e lg .) , 1953;
hombre. M . E . d a l V er m e , L a liberta nellxa tto di
fe d e , M ilá n 1945; A . D o n d b y n e , F oi
En el dominio n o religioso, fe (6)
chrétienne e t pensée contemporaine,
designa ante todo la creencia en el '19521; d) R . A u b ert, L e probiém e de
testim onio de otro bajo su palabra. l’acte de fo i, L ovaina *1950; B . J a n s e n ,
E sta fe incluye, igual que la fe (2), D ie religionsphilosophie K ants, 1929 (trad.
una confianza en la veracidad aje­ f ra n c .: P arís 1934); e) D . F e u l i n g Ka-
na. Por eso se distingue de una tholische Glaubenslehre, 1937, p p . 1-45,
adquisición de conocimientos que 601-623.
sólo hasta cierto punto tiene en
cuenta el testim onio de otros, v.gr.: Felicidad ( e v d a i/x o v ía ) . E n la fi­
porque lo especial de las circuns­ losofía griega la felicidad es el fin
tancias no perm ite conocer ningún últim o y supremo bien del hom bre,
motivo racional p ara m entir; en lo que constituye su verdadero sen­
este caso quizá cabe hablar de un tido de la vida; p o r supuesto que,
«saber por testimonio». — A te­ en general, sólo se tenía ante la
nuando más el sentido, «creer» (no vista la realización imperfecta, te­
«fe») deviene, muy corrientem ente rrenal de dicho bien suprem o. V a­
en la vida cotidiana, sinónimo de rias fueron las concepciones acerca
«tener por cierto, opinar», y, por del contenido de la felicidad; se
últim o, aun de «suponer». preguntaba si era el placer o la po­
A p artir del significado religioso sesión de bienes exteriores, o la
de «creer en D ios, en Cristo» se virtud, o el conocim iento; si era
ha desarrollado recientemente una don o destino concedido p o r los
acepción secularizada, según ia dioses o fruto del propio esfuerzo.
cual, fe (7) designa la actitud cre­ La definición m ás im portante la dió
yente, la convicción y confianza in­ Aristóteles en su Ética a Nicóm aco;
conmovibles po r la duda, firmes según él, la eidai/tovía consiste en
e intensam ente penetradas de senti­ la actividad del espíritu p o r el
miento, con que alguien se adhiere conocim iento de la verdad, activi­
con fervor casi religioso a la per­ dad que es conform e a su n atu ra­
sona o cosa en que cree. — D e leza y responde a su propia teleolo­
V r ie s . gía. E l placer y la alegría son sólo
un eco de la perfección obtenida.
a ) S a n t o T o m á s d e A qxjtno, Sum m a F uera de eso, la actitud m oral vir­
theologica 1.2 q. 1-16; b ) J. H . N ew -
tuosa constituye un elemento esen­
mann, A G ram m ar o f A ssent; C h r .
P e sc h , Glaubenspflicht und Glaubens-
cial de la felicidad, la cual, p o r lo
schwierigkeiten, 1908; S t . v o n D u n i n - demás, es también concebida úni­
B o r k o w s k i , D er Glaube an das men- cam ente dentro del ám bito terreno.
schliche Zeugnis, en «Stiram en der Zeit» San Agustín y Santo Tomás • apli­
108 (19.25) p. 435 ss; J. L ie n e r , Psycho­ caron el concepto de eúdaipovla
al fin consistente en la visión beati­ ‘ 1 9 2 4 ; [trad. ital, de la 5 .1 alem .: Filo­
ficante de D ios dado con la / reve­ sofía inórale, 2 vols., F lo ren cia 1 9 1 3 ­
1 9 2 0 ]; [I. L e c l e r c q , Les grandes lignes
lación. El m ero eudemonismo, que
de la philosophie morale, L ovaina 1 9 4 7 ;
ve el fin de la vida hum ana única­
(trad . e s p .; L a s grandes lineas de la f i ­
mente en una satisfacción conce­ losofía moral, 1 9 5 6 ) ; G . M á r q u e z , Filo­
bida de m anera no teleológica, es sofía moral, 2 . vols., ‘ 1 9 4 3 ; A. M a r c ,
superado m ediante el pensam iento Dialectique de l'agir, P arís 1934].
de la perfección interna de la per­
sonalidad, asequible solam ente con Fenomenalismo, llam ado tam bién
la posesión de D ios por conoci­ a veces fenomenismo, es aquella
miento, am or, santidad perfecta y concepción gnoseológica, según la
gozo. Precisando más, la doctrina cual nosotros únicam ente podem os
cristiana distingue una felicidad na­ conocer los /fe n ó m e n o s , no el
tural correspondiente a las capaci­ ente mismo (la / cosa en sí). Si se
dades y tendencias de la naturaleza niega p o r com pleto la existencia de
espiritual y o tra sobrenatural que cosas, el térm ino «fenómeno» (lo
en el orden efectivo constituye por que aparece) pierde, a decir verdad,
sí sola el destino del hombre y con­ su sentido, pues n o hay nada que
siste en la contem plación de D ios «aparezca»; en este caso es mejor
trino. T al felicidad satisface tam ­ hablar de /id e a lis m o (empirista).
bién el n atu ral anhelo de bienaven­ El fenom enalism o propiam ente tal
turanza ínsito en el espíritu y no exige, por lo tanto, en oposición
am engua el m érito de su esfuerzo al idealismo gnoseológico, la exis­
m oral. Éste y su valor incondicio­ tencia de cosas independientes del
nado quedan, por el contrario, pensam iento; sin em bargo, para
m erm ados con la negación de la nosotros permanece incognoscible
inm ortalidad y de la felicidad ul- lo que ellas son en sí; por esta
traterrena, que pertenecen esencial­ últim a característica el fenom ena­
m ente a la personalidad espiritual lismo se distingue del /r e a lis m o .
y a la m edula de una depurada con­ N uestra conciencia recibe impresio­
cepción de ¡a vida. — S c h u s t e r . nes procedentes de las cosas, en las
a ) A r ist ó t e l e s , É tica a Nicóm aco, !, cuales éstas n os aparecen de con­
6 ; 10, 7 ; S a n t o T o m á s d e A q u in o , form idad con la peculiaridad del
S u m m a tkeologica 1-2 q . 2 - 5 ; Sum m a, sujeto y tales impresiones pasiva­
contra Gentiles m a. 2 5 - 3 7 ; b) M . S a il e r m ente recibidas son el objeto de
G lückseligkeitslehre, 1 7 9 3 ; C . H il t y , Das nuestro conocim iento; esto diferen­
Glück, 1 8 9 1 - 1 8 9 9 ; P h . K n e ib , D ie L ohn- cia al fenomenalismo tanto del
sucht in der christttchen M oral, 1 9 1 4 ;
realism o com o del idealismo por
D . v o n H il d e b r a n d , Über die christ-
liclie Id ee des him m tíschen Lohnes, en antonom asia (no puram ente em pí­
Z eitliches im L ichte des Ewigen, 1 9 3 2 , rico) para quien el objeto es pro­
p p . 2 3 - 4 6 ; P . A d a m , Vom Sinn des Glü- ducido activam ente p o r el pensar.
ckes, 1 9 4 7 ; d ) J. L é o n h a r d , L e bonheur Puesto que el fenómeno puede ser
chez A risto te, 1 9 4 8 ; M . W i i t m a n n , D ie distinto según la peculiaridad del
E th ik des A ristóteles, 1 9 2 0 ; J. M a u s b a c h , sujeto y en el fenomenalismo es
D ie E th ik des heiligen A ugustinus i, * 1 9 2 9 , «verdadero» lo q ue aparece, el fe­
p . 51 ss; M . W i i t m a n n , D ie E th ik des
nomenalismo es, consiguientemen­
heiligen Thom as von A quin, 1 9 3 3 , p p . 2 0 ­
7 2 ; { A . M a n s ió n , V eud ém onism e arts-
te, u n a form a de /re la tiv ism o .
totélicien et la morale thom iste, en «X enia El representante m ás destacado del
th o m istica» i, R o m a 19 2 5 , pp. 4 2 9 - 4 4 9 ] ; fenomenalismo es Hume. — El fe­
e) V . C a t h r e i n , M oralphilosophie i, nom enalism o se restringe con fre­
cuencia al conocim iento del m undo imagen sensorial n o es m eram ente
exterior, conservando p ara el m un­ fenóm eno, sino que —por lo m enos
do interior de la conciencia la dentro de ciertos lím ites— es un a
concepción realista del conocer: — representación de la cosa concor­
E n todo caso, el fenomenalismo dante con la realidad. — U n se­
ilim itado contradice a los hechos gundo p a r de conceptos contra­
de / conciencia. E l fenomenalismo puestos lo constituyen fenóm eno (2)
restringido al conocim iento del y /e s e n c ia . A quí fenóm eno de­
/ m u n d o externo se refuta con los signa el objeto conocido no en su
mismos argum entos qu e prueban ta esencia, sino únicam ente según su
cognoscibilidad de éste. — De m odo sensoria] de darse, o sea, lo
V r ie s . «puram ente em pírico» ( / E x p e ­
riencia). La oposición entre los
b) J , G e y s e r , Allgem eine Philosophie conceptos citados no coincide con
des Setns und N atur, 1915; J . d e V r ie s , la prim eram ente expuesta, pues en
D enken und Sein 1937 [trad. e s p .: Pensar dicha segunda acepción el,fenóm e­
y ser, M953J; E . M a y , A m A bgrund des no no excluye el ser real e, inversa­
R elativism os, 1941; d ) A. S a m m a r t in o ,
mente, la esencia sólo puede ser
II fenom enlsm o n el sao sviluppo storico,
N áp o les 1936. algo representado. — U n sentido
distinto tiene la palabra fenómeno
(3) en el lenguaje de la / fenom eno­
Fenómeno. En general, significa logía (que las m ás veces u sa el
lo intuitivam ente dado (/O b je to ). térm ino «Phñnomen» en lugar de
En particular, la acepción difiere «F.rscheinung»), Fenóm eno designa
según los diversos objetos. M uv aquí todo contenido inm ediata­
corriente es la contraposición de m ente contem plado o vivido, en
fenóm eno (1) y / c o s a en sí, que oposición a los contenidos sólo
se rem onta a Kant. En este caso pensados, m ediatam ente conocidos.
fenómeno significa la imagen sen­ D e acuerdo con tal acepción puede
sorial que nace en el sujeto cognos- ser fenóm eno un ente real (v.gr.:
cente bajo el influjo de la cosa actos internos propios) o u n objeto
y en la cual ésta se nos manifiesta aprehendido esencialmente (v .g r.:
en la form a correspondiente a la triángulo). C uando se pide que toda
peculiaridad de nuestros sentidos. especulación p arta de los fenóme­
Distínguese de la m era /il u s ió n nos, el térm ino se entiende en este
porque apunta esencialm ente a u n a tercer sentido. — D e V r ie s .
cosa en sí po r la cual ha sido produ­
cida conform e a leyes. Según Kant, b) G. S ó h n g e n , Sein und Gegenstand,
el fenómeno (Erschcinung). como 1930; respecto al fenóm eno (I), / C r i t i ­
impresión sensorial form ada con cism o; respecto al (2), / E s e n c i a (C o n o ­
sujeción al espacio y al tiem po, es cim iento de la); respecto al (3), / F e n o ­
m enología; d) H . B a r t h , Philosophie der
todavía «subjetivo»; conviértese en
Erscheinung. Elne Problem geschichte i,
fenómeno objetivo (denom inado por B asilea 1946.
él «Phaenom enon») al ser pensado
bajo una categoría (/C ritic ism o ).
L a doctrina de Kant es /f e n o m e ­ Fenomenología (térm ino usado
nalismo, porque, según él, sólo po­ prim eram ente po r Lambert p ara
demos conocer el fenómeno (lo que significar la «teoría de los / f e n ó ­
aparece) de la cosa, no ésta en sí. menos) es en sentido am plio la cien­
Según el /r e a lis m o escolástico, la cia de los /fe n ó m e n o s . N o obs­
tante, puesto que los objetos se el ser verdadero y absoluto, siendo
nos revelan en la conciencia, llá­ la filosofía la ciencia «prim era»
mase fenomenología, en acepción ordenada a él.
estricta, la ciencia de los fenóm enos M ientras la fenomenología de
que se m aniñestan en la conciencia. Husserl estudia sobre todo el p ro ­
Com o peculiar dirección filosófica, blem a de la verdad, M . Scheler se
la fenomenología fué fundada por vuelve a la filosofía de los valores.
E. Husserl. A fin de lograr una base E l sentimiento del valor (como
inatacable para todas las ciencias aprehensión n o racional de un va­
se sirvió del método fenomenológico. lor) reem plaza a la ideación teoré­
Éste em pieza con una doble reduc­ tica. C ontra el form alism o de Kant,
ción : la reducción eidética prescinde Scheler propugna un a ética m aterial
por lo pronto de la existencia del de los valores ( /V a lo r e s [Ética de
yo, de los actos aprehensivos y de los]). En Heidegger, por últim o, la
los objetos, considerando m era­ fenom enología se convierte en filo­
mente la esencia (sidos) de éstos sofía existencial (/E x iste n c ia l [Fi­
en su concreción íntegra. En la se­ losofía]): la esencia del ser no es
gunda, la reducción fenomenológica, conciencia quiescente supratem po-
es tam bién «suspendida» la inde­ ral, sino historicidad y tiempo.
pendencia de estos contenidos con P or m ás que la fenomenología
respecto a la conciencia. L a feno­ (de H usserl), com o m étodo, tenga
menología considera sus objetos sus méritos en la lucha co n tra el
sólo «com o» objetos (teoría del em pirism o y el psicologismo, sin
objeto), como correlativos de la em bargo, considerada com o doc­
conciencia. Q ueda así la conciencia trin a que m antiene la reducción
pura, pero que no está en m odo introducida po r razones de m étodo,
alguno vacía. Constituyen su estruc­ queda dentro del subjetivismo tras­
tura el «tener conciencia» ( vár¡ai?) cendental kantiano. N o logra tam ­
y «lo tenido en la conciencia» poco equilibrar la tensión entre
fiórjua). L o «tenido en la concien­ esencia y existencia, ser y valor. —
cia» no se halla contenido en la En H egel la «fenom enología del
vórjoi? com o parte real, pero es espíritu» es el conjunto mismo de
construido p o r ella com o objeto. su sistem a ( / Idealism o alemán),
D e ahí que el vóy/ia pueda ser considerado com o m etam orfosis de
aprehendido y descrito en u n a in­ la conciencia. — / [191, 21OJ. —
mediata intuición de la esencia Brugger.
(Wesensschau, Ideation). P o r eso
F u en tes: / [ 1 9 1 ]; B ibliografía: J. P a-
la filosofía h a de definirse com o
t o c k a , Bibliographie de Husserl, en «R e-
una teoría puram ente descriptiva vue I n t e r n a t i o n a l e de Philosophie» (B ru­
de la esencia de las configura­ selas) 1 (1939) p p. 374-397; com pletada
ciones inm anentes de la concien­ p o r R a es, ibid. 4 (1950); G . K r a e n z li n ,
cia. Puesto que todos los objetos M a x Schelers phánomenologische S yste-
de la experiencia están regulados m a tik, m it einer monographischen Biblio-
p or las, esencias a ellos subya­ graphie, 1934; G . M isc h , Lebensphilo-
centes, a to d a ciencia em pírica losophie und Phanomenologie, *J931;
E. F in k , D ie phánomenologische P hilo­
corresponde u n a ciencia eidética
sophie E. H usserls in der gegenwártigen
de la esencia u ontología regional. K ritik, 1934; I . K r a f t , Von H usserl zu
T odas las regiones (o esferas obje­ H eidegger, 1932; L a Phénoménologie
tivas), em pero, se fundan p o r su .(C o m p te re n d u des jo u m ées d ’É tudes
p arte en la conciencia pura. Éste es d e la S ociété T hom iste), Juvisy 1932;
J. HíSSEN , M a x Scheler. E ine kritische adm itirse basándose en un acto de
Einführung in seine Philosophie, 1948; confianza. — C ontra el fideísmo
L . L a n d g r e b e , Phflnomenoíogie und M e­
ha de afirm arse: 1.°) que es falso
taphysik, 1949, [S . V a n n i R o v i g h i , L a
filo sofía di E dm und H usserl, M ilán 1939;
su supuesto de u n a im posibilidad
T . C elm s , E t idealismo fenom enológico
p o r parte de nuestra razón para
de Husserl, 1931]; e) J. G e y se r , N eue conocer lo suprasensible ( / M e t a ­
und alte IVege der Philosophie, 1917; del física, / D i o s [Demostración de]);
m ism o: M a x Schelers Phanomenologie 2.°) que establece un criterio de
der Religión, 1924; [G . G u r v it c h , L es verdad ( / V e r d a d [Criterio de])
tendances actuelles de la philosophie alle- insuficiente, pues en realidad sólo
mande, 1930, c. 1 (trad . esp .; Las tenden­ la evidencia puede, en definitiva,
cias actuales de la filo sofía alemana,
1933)1.
asegurar la verdad. / [146,154,168,
234, 253, 262], — S a n t e l e r .

Fideísmo. V ocablo derivado de] H . H a i d i m a n n , L e fidéism e, París


latino «fides»: fe; significa, pues, 1907; A . G i s l b r , D er M odernism os, 1912;
filosofía fundada en la fe. Este tér­ [C ardenal D. M E R C IE R , L e M ódernism e,.
m ino designa aquella doctrina se­ 1909; M . F . S c i a c c a , L a filosofía di
Tom m aso Reid, 1935; R. P Á N lK tR ,
gún la cual las verdades metafísicas
F. H . Jacobi y la filosofía del sentim iento,
morales y religiosas son inaccesi­ 1948j:
bles a la razón y han de aprehen­
derse sólo m ediante la / f e . Si ésta
se entiende com o fe basada en la F ilo so fía significa etimológica­
autoridad, el fideísmo se identifica m ente am or a la sabiduría. Con
entonces con el /tra d ic io n a lism o . esto se da a entender que el hom bre
Sin em bargo, con la palabra fi­ nunca posee de m anera perfecta la
deísmo caracterízanse generalmen­ com prensión definitiva de todo, que
te aquellas corrientes que hacen eso es la sabiduría, sino que lucha
captar lo suprasensible por medio siempre anhelante por ella. Según
de una fe cim entada en el senti­ su definición real, filosofía es aquel
miento. Así, la escuela escocesa saber de la razón hum ana que,
(Reíd) invocaba p ara las verdades penetrando hasta las últimas razo­
filosóficas fundam entales el ins­ nes, investiga la realidad total, es­
tinto natural de la razón hum ana pecialmente el ser y el deber pro­
com ún (common sense); Jacobi su­ pios del hombre. — U na cierta
ponía u n raro sentimiento racional inteligencia de sí m ism o y del uni­
sobre cuya base afirmamos las ver­ verso anim a de continuo la acción
dades religiosas y morales. Schleier- del hom bre adulto. Esta espontánea
macher, fundaba to d a religión en orientación de la existencia cons­
el «sentimiento de nu d a dependen­ tituye su filosofía precientífica. Tie­
cia». Este reducir la religión a ne, en verdad, un cuño instintivo
un a fe /ir r a c io n a l, que encontró y sentim ental, pero no p o r eso nace
am plia difusión en la filosofía pro­ menos de u n pensar inscrito en la
testante de la religión (Ritschl, A. conexión total de la vida, no ais­
Sabatier), intentó tam bién ganar lado ni form ulado en cuanto tal.
terreno en el ám bito católico con M ás allá de este conocim iento, el
el llam ado m odernism o. — A pro­ hom bre se siente im pulsado en
xím am e algo al fideísmo quienes todos los siglos hacia un saber
defienden que los prim eros prin­ seguro, sistemático, detallado y do­
cipios del pensam iento sólo pueden tado de claridad lógica, acerca
de lo real, precisam ente hacia la m undo. E l hecho de que la filo­
filosofía científica. sofía sea o b ra de la razón no la
Su objeto puede perfilarse con entrega a m erced de un / r a c i o ­
mayor nitidez contraponiéndolo a nalismo enemigo de la vida; pues
las dem ás ciencias. A l igual que la razón m ism a es un aspecto de
¿stas, la filosofía es tam bién un la vida hum ana y está en inter­
saber por las causas, pero de ín­ cam bio orgánico con los aspectos
dole enteram ente peculiar. T odas restantes. P or eso la filosofía no sólo
tas otras ciencias son ciencias par­ satisface la tendencia del espíritu
ticulares, porque se lim itan a un hacia la verdad, sino que también
sector de la realidad e investigan aclara, com plem enta y vigoriza la
únicam ente las razones últim as orientación de la vida del hom bre
dentro de este circulo (relativas, po r la cual, en cam bio, es guiada
por lo tanto). L a filosofía, en cam ­ y preservada de una dispersión
bio, es u n a ciencia universal, por­ inconsistente. — T al filosofía no
que abarca la totalidad de lo real, puede ser nunca obra exclusiva del
y penetra hasta sus razones últi­ individuo, que sucumbe con dem a­
mas o sea, hasta las razones abso­ siada facilidad a las contigencias
lutamente últim as. — El punto de de su yo y de su tiempo, deform an­
partida m ás íntim o de la filosofía do según ellas la realidad. Ú nica­
lo constituye el hacer hum ano, m ente el diálogo respetuoso y a la
única cosa inm ediatam ente dada vez crítico con la tradición filosó­
al hom bre, en la que se le revela fica de la hum anidad conduce a la
su yo y todo lo demás. Conside­ verdad integral. Pues las preguntas
rada desde este ángulo, la filosofía eternas encuentran eternas respues­
entera se presenta com o una inter­ tas que perduran a través de todas
pretación de aquel hacer hum ano las épocas y opiniones, form ando
llevada hasta sus más profundas una philosophia perennis. N o se tra­
raíceí. E n sentido am plio, es punto ta, empero, de una fe ciega en la
de p artida del filosofar cualquier autoridad de las grandes figuras
saber acerca de Jo real que preceda ni de un a aceptación rígida de
a la filosofía, no sólo el implicado sus fórm ulas; antes bien cada épo­
en la vida cotidiana y en la crea­ ca ha de volver a plantear los pro­
ción cultural, sino tam bién el p ro ­ blem as eternos y darles solución.
porcionado por las restantes cien­ P or lo que concierne a la división
cias. Si éstas sirven a la filosofía, de la filosofía, distinguiremos con
tam bién ella les presta servicio, Santo Tomás de Aquino el orden
aclarando y asegurando sus bases del ente, que la razón encuentra
últim as. delante de sí, y el orden del obrar
Con respecto al método de la que ella realiza. D en tro del prim er
filosofía, direm os únicam ente que cam po estudia a la razón en cuanto
lleva a cabo una clarificación del descubridora del ser: /g n o s e o lo ­
m undo, que incluye tam bién al gía. En el ente mismo penetra la
hom bres m ediante la razón hum a­ /m e ta fís ic a . C om o metafísica ge­
na, pudiendo ser considerada en neral desenvuelve las cuestiones
este aspecto com o sabiduría mun­ relativas' a todo ente en cuanto
dana. A ello se contrapone la sabi­ tal, ya se refieran a su estructura
duría divina o / teología que, apo­ interna (ciencia del ser u ontolo-
yada en la revelación divina, es­ gía) ya a su origen prim ero (cien­
tudia a D ios y su acción en el cia de D ios o / te o lo g ía natural).
Com o metafísica especial aplica filosofía, 1953; S. R a m í r e z , E l concepto
los conocim ientos obtenidos a los de filosofía, 1954; J. I r i a r t e , E l p e n ­
círculos fundam entales de lo crea­ sam iento filosófico, 1953; J u a n R . Sb-
p ic h , L a actitud del filósofo, 1946;
do, dilucidando la naturaleza ( / fi­
M . G a r c ía M orente y J. Z a ra g ü eta ,
losofía natural o cosmología) y el Fundamentos de filosofía, 31951J. Breves
espíritu, que se nos presenta sólo exposiciones de c o n ju n to : A . B r u n n e r ,
com o alm a hum ana (filosofía del D ie Grundfragen der Philosophie, “1949
alm a o /p sic o lo g ía ). D e am bos [trad. esp .: Ideario filosófico, 1936);
resulta la ciencia filosófica del hom­ A. D e m p p , Christliche Philosophie, 1938
bre ( / A ntropología). — El se­ [trad. e sp .: Filosofía Cristiana, 1956]; D .
gundo cam po se estructura aten­ F e u l i n g , H auptfragen der M eta p h ysik,
1936; J. L o iz -J . d e V r i e s , D ie W elt des
diendo a las clases de hacer u
M enschen, “1951 [trad. e s p .: E l m undo
obrar. L a / l ó g i c a estudia la rec­ del hombre, 1954]; [ F . O l g i a t i , I fonda-
titu d del pensar; la / é t i c a y la m enti della filosofía classica, M ilán
filosofía de la religión (/R e lig ió n 1950]. C olecciones: Philosophische H and-
[Filosofía de la]), la bondad de la bibliotek, M unich 1922 ss; D ie Philo­
acción interior perfeccionadora del sophie, ihre Geschichte und ihre S yste-
hom bre total; la filosofía de la m atik, B onn 1934 ss; M ensch, W elt,
cultura ( / C u l t u r a [Filosofía de G ott, F riburgo 1937 ss. [trad . esp.:
H om bre, M undo, Dios, 1945 ss]; Cours
la]) en sus diversas ram as consi­
pu b liéi p a r l'Ittstitut Supérieur de Philo­
dera la obra de la creación externa sophie, L ovaina. B ibliografía: I. M . Bo-
que desenvuelve diversas actuacio­ c h e n s k i (edit.), Bibliographische Einfüh-
nes parciales. — C on los aludidos rungen in das Studium der Philosophie,
cam pos no coincide enteram ente B erna 1948 ss; I. M . B o c h e n s k i - F . M o n -
la dualidad de filosofía teorética teleone, A llgem eine philosophische Bi-
o especulativa (OemQeív: contem plar) bliographie, B erna 1948 [vol. I d e la
y práctica (ngát t « i >: hacer). La colección c itad a]; G . A . d e B r i e , Biblio-
prim era abarca todo lo concer­ graphia philosophica, 1934-1945, U trech t-
B ruselas 1950-1953; [ G u i d b b i b l i o o r a -
niente al saber, incluso la lógica; f ic h e publicadas p o r la U niversidad
la segunda solam ente el obrar pro­ C a tó lica de M itán. Serie filosófica diri­
piam ente tal, en cuanto es m ás gida p o r U . P ad o v an i, 24 vols. P ublica­
que saber. — L o t z . ción bibliográfica p erió d ica: R é p é r t o i r e
B ib l io g r a p h iq u e de la P h il o s o p h ie .
In tro d u ccio n es: J . P i e p e k , W as heisst L ovaina].
pkilosophieren?, 1948; P . W u s t , D er
M ensch und die Philosophie, 1946; D . v o n Filosofía (H istoria de la). L a filo­
H i l d e b r a n d , D er Sinn philesophischen
sofía, com o to d a ciencia, tiene tam ­
Fragens u nd Erkennens, 1950; L . d e
R a e v m a e k e r , Introduction a la philoso­
bién su / h i s t o r i a en la doble
p h ie, *1947 [trad. esp .: Introducción a la acepción de este térm ino: en cuan­
filoso fía , 1956]; J . L e N z , Vorschule der to serie tem poral del acontecer y
fVeishelt, *1948; H . M e y e r , Das Wesen en cuanto exposición científica de
der Philosophie und die philosophische la misma. Objeto principal de la
Problem e, 1936; J. d e V r i e s , L ógica cui historia de la filosofía (como cien­
praem ittitur introductio in philosophiam, cia) son los hechos de la m ente
1952; [X. Z u b i r i , So bre el problem a de
pensante los pensam ientos filosó­
la filo sofía , en «R evista de O ccidente»
(1933), n o s. 115 y 118; P . W u s t , L 'hom m e
ficos, su contenido y resultado, no
et la philosophie, en «R evue de philoso­ los acontecim ientos exteriores. (Los
p hie» (1936) p. 93 ss; J . M a r i t a i n , In ­ / m isterios de la / revelación cris­
troducción a la filosofía (trad . esp.); tian a y los / m i t o s n o pertene­
A. G o n z á l e z Á l v a r b z , Introducción a la cen a la / filosofía ni, p o r lo
tanto, a su historia). Pero los he­ los filósofos, no en cuanto deben
chos de la m ente pensante se exte­ su nacim iento a tales o cuales
riorizan en u n a m ultitud de suje­ «influencias» accidentales, sino en
tos finitos; son, para decirlo con­ cuanto fueron pensadas p o r vir­
cretam ente, pensam ientos hum anos tud de la razón en general; por
con todos los condicionam ientos lo tanto, según el dinam ism o en ­
y contingencias del curso histórico trañado en las ideas en cuanto
propios del hom bre. L a cuestión tales. L a regla p ara discernir lo
que se plantea es saber si éstos que pertenece a la historia de la
pertenecen tam bién al objeto de filosofía, tom ada en este sentido,
una historia de la filosofía y en no es la relación abstracta de la
qué m edida. El tratam iento his- verdad o falsedad formales, sino
tórico-cultural de la m isma dedi­ la contribución que un a filosofía
cará la m áxim a atención posible aporta a cualquier problem a rela­
a considerar los productos del pen­ tivo a la com prensión del ser o a
sar filosófico en todos sus entre­ la autocom prensión de la razón,
lazam ientos con las dem ás esferas superando el estado ya alcanzado
de la cultura. Sin em bargo, com o po r el mismo problem a. U na tal
manifestaciones de una persona hu­ m anera de tra ta r la historia de la
m ana, las ideas filosóficas poseen filosofía se eleva por encima del
tam bién un centro sintético de «escándalo» producido por el es­
unidad m ediante el cual salen de pectáculo de los filósofos co n tra­
la corriente de los restantes acon­ diciéndose entre sí y evita la ten­
tecimientos y del que reciben un tación de escepticismo que un a
m atiz enteram ente personal e irrei- consideración m eram ente histórico-
terable. A quí se encuentra la base cultural fácilmente insinúa.
para tratar la historia de la filo­ L a filosofía y su historia están
sofía >de una m anera biográfica y en relación de intercam bio. L a filo­
conform e a las ciencias del espí­ sofía com o creación del espíritu
ritu. A fín a ta l p unto de vista es hum ano, sólo «deviene» en form a
el m étodo histórico-nacional e his- de /h i s t o r i a . P or eso no puede
tóricb-racial que indaga los rasgos «prescindir» de su historia si quiere
com unes a la nación o la raza. ser creadora, conocerse a sí m ism a
N o obstante, el m étodo consis­ y conocer sus fines. P or otra parte,
tente en historiar problem as e ideas una historia de la filosofía (p o r lo
será siem pre la m eta y el corona­ m enos según el m étodo consistente
miento de una historia de la filo­ en historiar id fas) n o es posible,
sofía. Este m odo de tratarla pre­ tam poco, sin u n a profunda y ex­
supone recoger la existencia del tensa filosofía sistemática. —Acerca
acontecer filosófico con fidelidad de los períodos de la historia de la
a la verdad, pero no lo tom a todo filosofía, véase el «Esquem a» de
allegadizam ente en consideración. la misma. — B r u g g e r .
E n este caso, la m era transm isión
de un a filosofía de escuela y la H. G u t h r ie , Introduction au problém e
sola aplicación de principios reci­ de Fhistoire de la philosophie. L a m ita p h y-
sique de l'individualité a priori de la
bidos a dom inios m ás vastos re­
p en sie, P arís, 1937; G . W . F . H e g e l ,
visten escasa im portancia. E l ver­ Voriesungen iiber die Geschichte der P hi­
dadero objeto lo constituyen m ás losophie: F . Ü b e r w e g , Geschichte der
bien los principios m ism os y su ■Philosophie, 11 * “ 1923-1928 (o b ra cap ital
progresivo desarrollo, las ideas de p o r lo q u e respecta a d a to s y bib lio g ra­
f ía ); Phllosophische Forschungsberichte, logía natural inquiere especialmen­
fase. 1-16, 1930 ss; O . A. d e B r i e , Bi- te el esfuerzo dirigido al conoci­
bliographla philosophlca l, 1934-1945, m iento de la naturaleza. En este
U trecht-B ruselas 1950; P. H in n e b f .r o
(editor), Die Kultur der Gegenwart i, 5:
aspecto hay que atender tanto al
A llgem eine G eschichte der Philosophie, conocim iento precientífico com o a
'1 92 3; F . S a w i c k i , Lebensanschauun- los principios, m étodos y supues­
gen alter und neuer D enker, 31926 ss; tos del saber científico acerca de
R . S c h m id t , Die Philosophie der Gegen­ aquélla. L a metafísica natural ha
wart in Selbstdarstellungen, 1921-1930; de procurar una com prensión filo­
K . S c h il l i n g , Geschichte der Philoso­ sófica de los conceptos fundam en­
phie, *1951; H . M e y e r , G eschichte der
tales de la ciencia natural, tales
abendlándischen tVehanschauung, 1947­
1950; W i n d e l b a n d - H eim so e t h , Lehr­
com o los de espacio, tiem po, m o­
buch der G eschichte der Philosophie, vimiento, fuerza, energía, m ateria,
'*1948 [trad. esp.: H istoria de la filosofía, vida orgánica, etc., establecer en
7 vols., 1941-1943]; E. B r é h ie r , H istoire la m edida de lo posible sus consti­
de la Philosophie, P arís 1942 ss [trad. tutivos esenciales y elaborar, a
esp .: H istoria de la Filosofía, 2 vols. p artir de ellos, un a imagen filosó­
19 4 4 ] ; F . C o p l e s t o n , A H istory o f Phi- fica del mundo. Pero el m étodo de
losophy, L on dres *1945 ss; B . F u l l e r , de la filosofía natural no puede ser
H istory o f Phllosophy, N ueva Y ork
puram ente apriorístico y especula­
M945; G . d b R u g g i e r o , Storia delta
filosofía, Barí 1934 ss; I. M . B o c h e n s k i , tivo, com o acontecía en la escuela
Europñische Philosophie der Gegenwart, de Schellíng. La realidad de la n atu ­
*1951 [trad. esp .: L a filosofía actual, raleza es u na de las m uchas posi­
1949]; J. H e s s e n , D ie Philosophie des 20. bles, surgida p o r libre disposición
Jahrhunderts, 1951; [M . F . SCIACCA, l a del Creador. Por eso la filosofía
filoso fía , hoy, 1947]; e) J. H i r s c h b e r g e r , natural debe construirse sobre el
Geschichte der P hilosophie, 1949-1952 saber acerca de la naturaleza con­
[trad. e s p .: H istoria de la filosofía, 2 vols.,
creta. M as, dada la dem asiada
1954-1956]; [ K l im k e - C o lo m b r , H istoria
de la filosofía, *1953; M . F . S c i a c c a ,
inseguridad y superficialidad del
Historia de la filosofía (tra d . esp.), *1954; conocim iento precientífico, la base
F . J. T h o n n a r d , Compendio de historia de la reflexión filosófico-natural
'd e la filosofía (trad . esp.), P arís 1949], han de constituirla los resultados
de las investigaciones de la ciencia.
Filosofía natural (Cosmología) es N o basta, sin em bargo, lim itarse
aquella p arte de la /f ilo s o f ía que a reunir estos hechos p ara obtener
versa sobre la /n a tu r a le z a (4) una imagen total acabada, porque
anim ada e inanim ada. Su objeto tal conocim iento no rebasaría las
es, pues, avanzar hacia el conoci­ lindes de la ciencia natural. P ara
m iento lo m ás profundo posible la finalidad que ésta ( /C ie n c ia
d e ella. E sto im plica dos partes: natural) persigue bastan conceptos
gnoseología n atural y metafísica que traduzcan alguna propiedad
natural. La gnoseología natural, que característica de las cosas n atu ra­
puede considerarse tam bién com o les. Objetivo de la filosofía natural
filosofía de las ciencias, es una re­ com o ram a de la metafísica aplica­
flexión crítica acerca de la índole, da es lograr conceptos que contes­
valor, sentido e im portancia del ten a la pregunta acerca del núcleo
conocim iento hum ano de la natu­ íntim o de las cosas, qu e respondan,
raleza. A sí com o la /g n o se o lo g ía p o r lo tanto, a la cuestión sobre la
investiga los problem as generales esencia de las mismas. / [131, 143,
del conocer hum ano, así la gnoseo­ 149, 156, 207, 245, 255]. - J u n k .
b) N . Junk, Naturphilosophie ais existe, el fin no es causa final en
Grundlegung u n d ¡Veiterführung der N a ­ acepción propia, sino únicamente
turwissenschaften, en «S cholastik» 14 razón final, la cual coincide casi
(1939) pp. 397-411; P. H o e n e n . Filo­
sofía detta natura inorgánica (tra d . ¡tal.)
con el / s e n t i d o teleológico. Así,
Brescia 1949; fdel m ism o : Cosmología, por ejemplo, la indicación de las
R o m a 1936]; J. G r e d t , D ie aristote- horas es causa final de la acción
lische- thom istische Philosophie, 1935; del relojero, pero razón final del
H. C onrad M a r t i u s , D er Selbstauf- movimiento regular de las m ane­
bau der N atur, 1944; J. S e i l e r , P hi­ cillas del reloj.
losophie der unbelebten N atur, O lten L a causa final ejerce influjo cau­
1948; H . D r i e s c h , M eta physik der N a ­ sal porque, conocida en su dim en­
tur, 1927; del m ism o : Philosophie des
sión de bien, incita a o b rar a la
Organischen, *1928; [J. M a r i t a i n , L a
philosophie de la nature, (trad . e s p .: Fi­
causa eficiente; de ahí que sólo
losofía de la naturaleza, 1945); A. G . v a n mediante ésta pueda causar. N o se
M e l s e n , The Philosophy o f N ature, P itts- trata, pues, en m odo alguno de
b urg -L ov aina, *1954; D . H . S a l m a n , D e sustituir la causa eficiente por la
la m éthode en philosophie naturelle, en final ni, com o a veces se reprocha,
«R evue p h ilosop hiq ue de L ouvain» 50 de adm itir la segunda p o r m era
(1952) p p. 205-229; N . L u y t e n , Cosm o­ ignorancia de la prim era. D e lo
logie et « Philosophie id en tifiq u e» . Ré-
dicho resulta claro que la causa
ponse au R .P . Salm an, en «R evue p h ilo ­
so p h iq u e de L ouvain» 51 (1953) p p. 587­
final, al m enos cuando se la consi­
602]; c) E . B e c h e r , Naturphilosophie, dera de m anera com pleta, o sea,
1914; E. M a y , Klelner Grundriss der formalmente (form aliter), dice rela­
Naturphilosophie, 1949; N . H a r t m a n n , ción al entendim iento y a la volun­
Philosophie der N atur, 1950; d ) C , S i e g e l , tad, porque sólo al conocimiento
G eschichte der deutschen Naturphilosophie, y al apetito racionales les es dado
1913; W . B u r k a m p , Naturphilosophie alcanzar el bien en cuanto tal. Sin
der Gegenwart, 1930; e) J. S c h w e r t -
embargo, el anim al, dotado única­
s c h l a GER, Philosophie der N atur, *1922;
mente de conocim iento y apetito
[F. R e n o i r t e , É lém ents de critique des
sciences e t de cosmologie, L ovaina, sensitivos, obra tam bién analógica­
21947]. mente por u n fin, ya que lo im­
pulsa a la actividad un determ ina­
do bien particular en su aspecto de
Fin. P or lo general, en el len­ bien deleitable. M ás aú n : todo
guaje filosófico este vocablo no agente, en cuanto dirigido al menos
designa el m ero térm ino, o sea, lo por el / a p e t i t o natural, o bra por
últim o de una serie, sino «aquello un fin. Por lo dem ás, el fin apete­
p o r lo cual» ( id, propter quod) cido de m odo sensitivo o m era­
algo existe o se hace (fit). La mente n atural supone en última
locución «por lo cual» da a en­ instancia u n fin conocido p o r una
tender que el fin es un cierto bien inteligencia y apetecido p o r una
que m ueve a obrar, no aquello voluntad racional. D e aquí que el
«m ediante» (per) lo cual algo se fin tom ado de m anera incompleta,
hace o realiza. Si dicho bien es como puro térm ino del apetito n a­
realm ente distinto de lo que p o r él tural o sensitivo, sólo pueda con
existe o se hace, el fin constituye razón llam arse fin desde el punto
entonces u n a verdadera / causa, de vista m aterial (materialiter).
a sab er: la causa final. M as si el Con m ayor m otivo es una consi­
bien que mueve a obrar se identi­ deración únicam ente m aterial del
fica realm ente con lo que por él fin la que atiende sólo a los crite-
río s empíricos que nos indican la m eram ente coordinadas desde fue­
ordenación teleológica. ra en form a tal que p o r su coopera­
E l bien que es fin puede haberse ción se logre el fin perseguido por
diversam ente respecto a la opera­ el constructor; en cambio, cuando
ción que tiende a éste. P orque se tra ta de la hétero-finalidad de
o dicho bien no existe todavía y un viviente, dicho viviente tiende
ha de producirse prim ero por la con finalidad interna a un fin
operación: fin de realización (finís externo, a saber: el provecho de
efficiendus), o ya existe, pero el un ente de diversa especie. — T am ­
apetente no lo posee y desea lo­ poco coincide con la división ex­
g rarlo : fin de obtención (finís obti- puesta del fin en interno y externo
nendus), o poseyéndolo el sujeto la que se propone dividiéndolo en
volente tiende a él para com uni­ fin de la obra (finis operis) y fin
carlo a otros: fin de comunicación del que obra (finis operantis). Sig­
(finis communicandus); así D ios nifícase con este nom bre todo' fin
com unica su bondad 3 las criaturas buscado p o r un agente y con el
po r el am or que a aquéllas tiene. de «fin de la obra» aquel al cual
C uando el fin no se realiza u obtie­ está ordenada la obra p o r su misma
ne inm ediatam ente p o r la m era vo­ naturaleza. Así, por ejemplo, cabe
lición del mismo, es necesario em­ que el fin a cuya consecución
plear medios adecuados a su con­ tienda el relojero al construir un
secución. Éstos son puros medios si reloj sea la sustentación de su fa­
se apetecen exclusivamente po r ra ­ m ilia: fin externo, tanto al relojero
zón de o tra cosa, n o por la bondad com o al reloj. Sin em bargo, tam ­
que ellos mismos poseen; mas bién el fin de la o b ra puede ser
constituyen u n fin intermedio, si externo a elia, com o p o r ejemplo,
hasta cierto p unto se apetecen tam ­ la cortadu ra que h a de realizarse es
bién por su propia bondad ordena­ el «fin de la obra» del cuchillo.
da al fin. En el agente libre hay que dis­
El fin (sobre todo el de realiza­ tinguir sobre todo el fin buscado
ción) puede ser interno o externo, de hecho y el fin qu e debe buscar,
según se realice en el mismo agente o sea, el que le está señalado o fi­
que a él se ordena o en otro ente. jado, fin que continúa siéndolo
Así, p o r ejemplo, fin interno del aunque de hecho n o se tienda a él.
viviente es el pleno desarrollo de Así, el bien m oral es el fin a cuya
su vida; fin externo del mismo obtención debe tender el hom bre.
puede ser el provecho de otro vi­ E n cuanto a la aplicación de me­
viente, cual ocurre en la hétero- dios p ara conseguir un fin, rigen
finalidad ( /F in a lid a d ) , N o coinci­ los siguientes principios: medios
de con esta división del fin la que indiferentes en $í participan de la
se hace de la finalidad en interna bondad del fin al aplicarlos a un
(o intrínseca) y externa (o extrín­ fin bueno; pero m edios de suyo
seca), entendiéndose po r la prim era m oralm ente m alos n o pueden co­
la dim anante de u n principio activo honestarse por ningún fin bueno.
interno, y po r la segunda la que, Según esto, es inadm isible el aserto
careciendo de ta l principio, viene que dice: «El fin justifica los me­
im puesta desde el exterior. U na dios». — D e V r ie s .
m áquina, po r ejemplo, no posee un
principio interno que tienda a su T h . db R í a n o s , L a métaphysique des
fin, sino que sus partes h an sido causes, *1906; A. T r e n d e l e n b u r g , D er
f in a l id a d

Z w eck, 1925; E . B e c h e r , D ie frem ddien- ah í que se la denom ine también


liche Z w eckm ü ssig keit der P flanzengallen, finalidad natural ( 1) o incompleta.
1917; IC. S o r i a , E l fin ; su intencionalidad, Los elem entos restantes deben de­
y su causalidad, e n « E s t u d i o s f i l o s ó f i c o s »
ducirse de la realización general del
2 (1953) pp. 57-87, 3 (1953) p p 349-379];
c) R . E lS L E R , D er Z w ec k, seirte Bedeutung
sentido p o r p arte del ente y de las
f ü r N a tu r und Gelst, 1914; d ) T h . S t e i n - m anifestaciones ordenadas especia­
b ü c h e l , D er Z w eckgedanke in der Philo­ les en que dicha realización se nos
sophie des Thomas von Aquin, 1912; aparece. La finalidad natural mués­
i. S e i l e r , D er Z w ec k in der Philosophie trase adem ás com o heterónoma ( im­
des F ranz Suárez, 1936; / F i n a l i d a d . puesta). Existe finalidad de ordena­
ción externa (extrínseca) o acciden­
Finalidad (Teleología). Este tér­ tal cuando el estar dirigido hacia
m ino denota la orientación de un un fin viene im puesto desde fue­
ente hacia un / f i n , en el cual al­ ra, v .g r.; a la flecha p o r el arquero,
canza la perfección y realización al reloj por la unión mecánica de
correspondientes a su esencia. El las p artes; finalidad esencial interna
fundam ento de la finalidad lo cons­ (intrínseca) o inmanente es aquella
tituye el hecho de que todo ente que corresponde a la cosa de m a­
posee com o ta l un / s e n t i d o en su nera natural, de suerte que «aspire»
ser y su obrar, expresado en el ( /A p e tito ) y alcance el fin m e­
principio general de finalidad ( / Fi­ diante su propia actividad natural.
nalidad [Principio de]). L a realiza­ Según el punto de vista en que nos
ción m etafísica del sentido encuen­ situemos, distinguense, además, una
tra su expresión em píricam ente finalidad estructural o estática y otra,
aprehensible en sistemas o estruc­ natural ( 2) o dinámica, así com o
turas ordinales ( /O r d e n ) de la tam bién u n a finalidad al servicio
m ás diversa naturaleza y com pleji­ del mismo sujeto o de la especie
dad. Com o que el sentido y la (auto-teleología) y otra al servicio
/ u n i d a d que los penetran y rigen de seres extraños a ésta o aquél
sólo son com prensibles desde el (hétero-teleología) . La finalidad
punto de vista del fin, tales sistemas inm anente, cual la poseen todos
reciben el calificativo de teleológícos los seres vivos, presupone siempre
o finales, ya estén ordenados a di­ en la cosa un fundam ento substan­
cho fin desde el exterior, ya tiendan cial y propio de aquélla ( / F o r m a
a él p o r u n principio interno. L a fi­ o Entelequia, / V i t a l [Principio]).
nalidad se puede aprehender con la La finalidad del cosm os en su con­
m áxim a claridad en el hom bre que ju n to ha de considerarse com o fi­
con conocim iento y determ inación nalidad de ordenación.
conscientes del fin procura libre­ E s ineludible aceptar una teleo­
m ente conseguirlo (finalidad plena logía esencial constitutiva donde,
e intenciona!, autónoma). A quí se en virtud de signos característicos
patentiza cóm o el fin precede a la de finalidad, cual a los ojos exen­
acción y, por auténtico influjo cau­ tos de prejuicios se presentan en la
sal (aunque no eficiente) sobre la ontogénesis, la regeneración, etc.,
/ c a u s a eficiente, es m otivo de su de los organism os, puede probarse
propia realización. E n los seres in­ la existencia de un auténtico ape­
feriores al hom bre la experiencia tito natural y de su constante rea­
no perm ite conocer m ás que en lización en manifestaciones ordena­
p a ite los elementos constitutivos de das. Los sistemas inorgánicos (de
la finalidad existente en ellos; de estrellas, cristales, el sistem a perió-
ríos empíricos que nos indican la m eram ente coordinadas desde fue­
ordenación teleológica. ra en form a ta l que p o r su coopera­
El bien que es fin puede haberse ción se logre el fin perseguido por
diversam ente respecto a la opera­ el constructor; en cam bio, cuando
ción que tiende a éste. Porque se trata de la hétero-finalidad de
o dicho bien no existe todavía y un viviente, dicho viviente tiende
ha de producirse prim ero por la con finalidad interna a un fin
operación: fin de realización (finis externo, a saber: el provecho de
efficiendus), o ya existe, pero el un ente de diversa especie. — T am ­
apetente no lo posee y desea lo­ poco coincide con la división ex­
grarlo: fin de obtención (finis obti- puesta del fin en interno y externo
nendus), o poseyéndolo el sujeto la que se propone dividiéndolo en
volente tiende a él para com uni­ fin de la obra (finis operis) y fin
carlo a otros: fin de comunicación del que obra (finis operantis). Sig­
(finis communicandus); así D ios nifícase con este nom brei todo' fin
com unica su bondad 3 las criaturas buscado po r un agente y con el
por el am or que a aquéllas tiene, de «fin de la obra» aquel al cual
C uando el fin no se realiza u obtie­ está ordenada la obra p o r su misma
ne inm ediatam ente por la m era vo­ naturaleza. Así, por ejemplo, cabe
lición del mismo, es necesario em ­ que el fin a cuya cohsecución
plear medios adecuados a su con­ tienda el relojero al construir un
secución. Éstos son puros medios si reloj sea la sustentación de su fa­
se apetecen exclusivamente po r ra ­ m ilia: fin externo, tan to al relojero
zón de otra cosa, no por la bondad com o al reloj. Sin em bargo, tam ­
que ellos m ism os poseen; mas bién el fin de la o bra puede ser
constituyen un fin intermedio, si externo a ella, como por ejemplo,
hasta cierto punto se apetecen tam ­ la cortadura que h a de realizarse es
bién p o r su propia bondad ordena­ el «fin de la obra» del ;cuchillo.
d a al fin. En el agente libre hay que dis­
E l fin (sobre to d o el de realiza­ tinguir sobre todo el fin buscado
ción) puede ser interno o externo, de hecho y el fin que debe buscar,
según se realice en el mismo agente o sea, el que le está señalado o fi­
que a él se ordena o en otro ente. jado, fin qu e continúa siéndolo
Así, po r ejemplo, fin interno del aunque de hecho n o se tienda a él.
viviente es el pleno desarrollo de Así, el bien m oral es el fin a cuya
su vida; fin externo del mismo obtención debe tender el hom bre.
puede ser el provecho de otro vi­ E n cuanto a la aplicación de m e­
viente, cual ocurre en la bétero- dios p ara conseguir un fin, rigen
finalidad ( /F in a lid a d ) . N o coinci­ los siguientes principios: medios
de con esta división del fin la que indiferentes en participan de la
se hace de la finalidad en interna bondad del fin al aplicarlos a un
(o intrínseca) y externa (o extrín­ fin bueno; pero m edios de suyo
seca), entendiéndose por la prim era m oralm ente m alos n o pueden co­
la dim anante de un principio activo honestarse p o r ningún fin bueno.
interno, y p o r la segunda la que, Según esto, es inadm isible el aserto
careciendo de tal principio, viene que dice: «El fin justifica los m e­
im puesta desde el exterior. U na dios». — D e V r ie s .
m áquina, por ejemplo, no posee un
principio interno que tienda a su T h . de R í g n o n , L a tnétaphysique des
fin, sino que sus partes h an sido causes, *1906; A . T RENDELENBURG, D er
f in a l id a d

y'week, 1925; E. B e c h e r , D ie frem ddien- ah í que se la denomine también


Uche Z w eckm d ssig keit der Pflanzengallen, finalidad natural (1) o incompleta.
1917; IC. S o r ia , E l fin ; su intencionalidad, Los elem entos restantes deben d e­
v su causalidad, en « E stu d io s filosóficos»
ducirse de la realización general del
2 (1953) p p. 57-87, 3 (1953) p p 349-379];
<) R. E jsler , D er Z w ec k, seine Bedeutung
sentido p o r parte det ente y de las
fiir N a tu r und Geist, 1914; d ) T h . S t e in - manifestaciones ordenadas especia­
nüCHEL, D er Z w eckgedanke in der Philo- les en que dicha realización se nos
sophie des Thomas von A quin, 1912; aparece. L a finalidad n atural mués­
J. S e il e r , D er Z w e c k in der Philosophie trase adem ás com o heterónoma ( im­
des F ranz Suárez, 1936; / F i n a l i d a d . puesta). Existe finalidad de ordena­
ción externa (extrínseca) o acciden­
Finalidad (Teleología). Este tér­ tal cuando el estar dirigido hacia
mino denota !a orientación de un un fin viene impuesto desde fue­
ente hacia un / f i n , en el cual al­ ra , v.gr.; a la flecha p o r el arquero,
canza la perfección y realización al reloj por la unión m ecánica de
correspondientes a su esencia. El las partes; finalidad esencial interna
fundam ento de la finalidad lo cons­ (intrínseca) o inmanente es aquella
tituye el hecho de que todo ente que corresponde a la cosa de m a­
posee com o tal un / sentido en su nera natural, de suerte que «aspire»
ser y su ob rar, expresado en el ( /A p e tito ) y alcance el fin m e­
principio general de finalidad ( / F i­ diante su propia actividad natural.
nalidad [Principio de]). L a realiza­ Según el p u nto de vista en que nos
ción metafísica del sentido encuen­ situemos, distínguense, además, una
tra su expresión em píricam ente finalidad estructural o estática y otra
aprehensible en sistemas o estruc­ natural (2) o dinámica, así como
turas ordinales ( /O r d e n ) de la tam bién un a finalidad a l servicio
m ás diversa naturaleza y compleji­ del mismo sujeto o de la especie
dad. C om o que el sentido y la (auto-teleología) y o tra al servicio
/ u n i d a d que los penetran y rigen de seres extraños a ésta o aquél
sólo son com prensibles desde el (hétero-teleología). L a finalidad
punto de vista del fin, tales sistemas inm anente, cual la poseen todos
reciben el calificativo de teleológicos los seres vivos, presupone siempre
o finales, ya estén ordenados a di­ en la cosa u n fundam ento substan­
cho fin desde el exterior, ya tiendan cial y propio de aquélla ( / F o r m a
a él por u n principio interno. L a fi­ o Entelequia, / V i t a l [Principio]).
nalidad se puede aprehender con la L a finalidad del cosm os en su con­
m áxima claridad en el hom bre que ju n to ha de considerarse com o fi­
con conocim iento y determ inación nalidad de ordenación.
conscientes del fin procura libre­ E s ineludible aceptar un a teleo­
m ente conseguirlo (finalidad plena logía esencial constitutiva donde,
e intencional, autónoma), A qui se en virtud de signos característicos
patentiza cóm o el fin precede a la de finalidad, cual a los ojos exen­
acción y, p o r auténtico influjo cau­ tos de prejuicios se presentan en la
sal (aunque no eficiente) sobre la ontogénesis, la regeneración, etc.,
/ c a u s a eficiente, es m otivo de su de los organism os, puede probarse
propia realización, E n los seres in­ la existencia de un auténtico ape­
feriores al hom bre la experiencia tito natu ral y de su constante rea­
no perm ite conocer m ás que en lización en m anifestaciones ordena­
p arte los elementos constitutivos de das. Los sistemas inorgánicos (de
la finalidad existente en ellos; de estrellas, cristales, el sistem a perió­
dico de los elementos) insinúan Inepta es p ara fundam entar la
tam bién, según m uchos autores, una finalidad la hipótesis del acaso: el
consideración teleológica. P o r lo / a z a r , de acuerdo con su concep­
que respecta al todo complejo del to, no explica ningún acontecer
cosmos (m undo inanim ado y reino legal. — Fundam entaciones au tó ­
de la vida) es indudable que mues­ nom as intentaron el panteísm o, el
tra relaciones de finalidad. Los panvitalism o y el panpsiquism o. La
grupos parciales n o se llam an unos cim entación panteísta se derrum ba
a otros a la existencia p o r vía de con el sistema del /p a n te ís m o .
causalidad eficiente (v.gr.: los vege­ Según el panvitalismo (hipótesis
tales no son efecto necesario del cosmo-orgánica) el todo cósmico
cosmos inorgánico), y los tem po­ constituye una substancia viviente
ralm ente posteriores y de constitu­ con una entelequia to tal o alm a
ción m ás elevada tienen su lega­ del m undo de la que los órdenes
lidad propia frente a los primitivos finales parciales sacan su finalidad
y m ás imperfectos. P or lo tanto, la inmanente, Pero, co n tra tal opinión,
dependencia m u tu a y conforme debe afirmarse que la diversidad
a leyes cual, a pesar de lo dicho, esencial de éstos, ontológicam ente
existe efectiva y contingentem ente irreductibles entre sí, contradice a
(/C o n tin g e n te ), n o es posible sin la unidad substancial del cosmos
el influjo ordenador de una causa (/V ita lis m o , Vegetal, A ninial). —
eficiente y racional supracósmica. — El panpsiquismo reduce todo acon­
L a causa final, p o r cuya influencia tecer final en plantas, animales,
la acción tiende a un fin, no reem ­ e incluso en lo inorgánico, a un
p laza la eficiente, pues el fin sólo pensar y querer subjetivo-racional
se realiza y alcanza p o r la acción de causas eficientes individuales,
de causas eficientes. L a necesaria porque, un obrar racional com uni­
‘intervención de éstas para la conse­ cado sólo objetivamente, es decir,
cución del fin es lo que lleva a ver en la ejecución concreta, sería una
en las causas eficientes las únicas contradicción. La experiencia, sin
que fundan el conocim iento, actitud em bargo, m uestra lo contrario. El
injustificada que se da en algunos reloj, p o r ejemplo, ejecuta el plan
sectores de la m oderna investiga­ y el designio racional del hom bre
ción de la naturaleza. L a investiga­ sin estar dotado de razón. D e m a­
ción de las causas eficientes («.aná­ nera análoga, aunque esencialmente
lisis causal») da la explicación m ás perfecta, a saber: m ediante
( /E x p lic a r ) de los procesos natu­ sujetos substanciales de finalidad
rales; la de la finalidad, en cam bio, puestos en ellas, las cosas de la
introduce en su significación más naturaleza inferior al hom bre rea­
profunda y perm ite u n a com pren­ lizan el proyecto e intención de su
sión (/C o m p re n d e r) m ás am plia A utor supram undano; su finalidad
del conjunto de la naturaleza. es natural, pero im puesta ( / V i t a ­
Llevados p o r prejuicios gnoseo- lismo, Vital [Principio]). — Hete-
lógicos, Kant y sus sucesores conci­ rónom a, pero no llevada hasta las
ben la finalidad n o com o principio últim as conclusiones, es la funda-
constitutivo de lo real, sino com o m entación de la finalidad m ediante
m ero principio regulador de la algo « psíquico supraindividual»
/f a c u lta d de juzgar ( / Juicio) que que se deja indeterm inado (enteie-
investiga y busca la unidad ( / Cri­ quias de grupo o especie o ideas
ticismo). universales en sentido platónico).
N ad a definido dice la teoría en agens agit propter finem ); y a veces
cuestión acerca de cómo se indivi­ tam bién esta o tra conexa con la
dualizan en los seres individuales prim era, pero no equivalente a ella:
estas entelequias o ideas, las cuales, una tendencia n atu ral no puede ser
p o r lo demás, piden ser explicadas «vana», carecer de sentido (impos-
recurriendo a una causa absoluta sibile est desiderium naturale esse m
últim a, racional y supracósm ica que vanum). P ara distinguirlas llam are­
reú n a en el conjunto del cosmos m os a la prim era principio de ape-
todos los grupos e ideas de grupo, tición de fin; y a la segunda, Princi­
causa que nosotros llam am os D ios. pio de infrustrabilidad del fin. Com o
—F r a n k (H a a s ). principios del conocer ( / Princi­
pios del conocim iento) dotados de
a) S a n t o T o m á s d e A q u i n o , S um m a alcance metafisico, ninguno de Jos
contra Gentiles m , 1-9, 1 6 -2 4 ; I. K a n t , dos puede fundam entarse en la ex­
K ritik der U rteilskraft, 1 7 9 0 ; b ) F . A l -
v erd es, L eben ais Sinnverwirklichung,
periencia de la /f in a lid a d , sino
1 9 3 6 ; E . B e c h e r , Die Frem ddienlichkeit
únicam ente en la intelección a p rio­
der Pflanzengalien und die H ypothese ri de la esencia. El principio de
eines überindividuellen Seelischen, 1 9 1 7 ; apetición de fin se entiende fácil­
F. D e s s a u e r , D ie Teleologie in der N atur, m ente refiriéndolo a todo obrar
1 9 4 9 ; R . E i s l e r , D er Z w ec k, seine B e- inm ediatam ente resultante de la
deutung fü r N a tu r und Geist, 1 9 1 4 ; reflexión racional (a lo cual debe
L . J. H e n d e r s o n , Umwelt des Lebens,
observarse que p ara el o b rar de
1914; A . C. M o r r i s o n , Z u fa ll oder
D ios n o existe un fin que haya de
Schdpfung, 1 9 5 1 ; T h . d e R í g n o n , L a
m étaphysique des causes ,2 1 9 0 6 ; E . S .
alcanzarse, sino que la m ism a divi­
R u ssE L b , L enken de Krüfte des Organis- na bondad constituye su motivo
chen, 1 9 4 3 ; G . S ie g m u n d , N aturordnung [ / Creación]). Pero tam bién un
ais Q uelle der G otteserkenntnis, a1 9 5 0 ; obrar que n o nazca de un modo
A . T r e n d e l e n b u r g , D er Z w ec k, 1 9 2 5 ; inm ediato de la reflexión racional
C . N i n k , O ntologie; 1 9 5 2 , p p . 3 0 2 -4 3 7 ; está, en últim a instancia, teleoló-
[H . v a n L a e r , Philosophico-Seientific gicamente determ inado, puesto que
Problems, P itts b u r g h 1 9 5 3 ]; c) K a n t
procede de un / a p e t i t o natural
/ a ) ; M . H a r t m a n n , D ie philosophis-
che Grundlagen der N aturwissenschaften,
ínsito en el ser natural como fuerza
1 9 4 8 ; N . H a r t m a n n , Philosophie der que impulsa una cierta actuación
N-itur, 1 9 5 0 ; d e l m is m o , Teleologisches y que, en definitiva, sólo h a de
D enken, 1 9 5 1 ; F. H e i k e r t i n g e r , Das tener su explicación en la m ente
Scheinproblem der frem ddienlichen Z w eck- del C reador que establece los fines.
m ássigkeit, en «.Naturwissenschaften», El principio de infrustrabilidad
1 9 1 8 ; E . M a y , K leine Grundriss der del fin añade a lo dicho que el
N aturphilosophie, 1 9 4 9 ; d,I T h . S t e i n -
fin del apetito natural es asequible,
b ü c h e l , D er Z w eckgedanke in der Phi­
losophie des Thom as von A quln, 1 9 1 2 ;
pues dicho apetito sería «vano», ca­
J. S e il e r , D er Z w e c k in der Philosophie recería de sentido, sí se dirigiera
des F ranz Suárez, 1 9 3 6 ; e) J. R o lo G l- a un fin enteram ente imposible o si
r o n e l l a , L o s m agnos problem as de la faltaran a la naturaleza de las cosas
finalidad, e n « P e n s a m ie n t o » 2 ( 1 9 4 6 ) mismas las disposiciones necesarias
p p . 2 9 5 -3 2 1 . para la consecución de dicho fin.
E sto no excluye u n a frustración del
Finalidad (Principio de). E n la apetito en casos particulares, de­
filosofía escolástica suele llam arse bida, po r ejemplo, a fuerzas con-
así la proposición que dice: todo traoperantes y p o r su p arte tam bién
obrar está dirigido a u n fin (omne teleológicam ente dirigidas;m ás aún,

15 BRUGGER
dicha frustración es a menudo ne­ del ser o / categoría. En esta acep­
cesaria en vista de fines superiores. ción el vocablo se aplica a todo
E n los apetitos naturales subordi­ ser creado. Según el /c a rte s ia n is ­
nados, los casos de m alogro del m o y el / ontologism o, la idea de
fin inm ediato pueden incluso ser lo metafísicamente finito supone ya
num erosos (piénsese, v.gr., en el la de /in f in i to com o el concepto
núm ero relativam ente pequeño de negativo supone el positivo. Más
semillas que llegan a desarrollarse). acertadam ente cabría decir quizá
Se disputa acerca de si el principio que cinbos brillan p ara nosotros
de infrustrabilidad del fin es un sim ultáneam ente.
«principio» en el sentido de una Acerca de la interna constitución
proposición inm ediata o casi inm e­ del ente finito, dom inan dentro de
diatam ente inteligible. En todo la escolástica dos opiniones princi­
caso, su fundam entación se encuen­ pales, cada una de las cuales invoca
tra en la sabiduría del Creador. — en su favor la autoridad de Santo
D e V rdes . Tomás d e Aquino. Según la doctrina
neotomis.ta, el ser, en sí infinito, es
a) S a n t o T o m á s d e A q u in o , Sum m a lim itado po r la relación a un prin­
contra Gentiles, m , 1-24; b ) R . G a r r ig o u - cipio d e limitación, real distinto de
L a g r a n g f , L e rialism e du príncipe de
él: la esencia potencial. Las criatu­
finalité, París 1932 [trad. esp.: E l realismo
del principio de finalidad, 1949]; J. d e ras finitas ocupan un lugar tanto
V r ie s , Z ielsicherkeit der N atur und m ás elevado en la escala del ser
G em ssheit der Erkenntnis, en «Scholas- cuanto m enos de /p o te n c i a hay
tik» 10 (1935) p. 484 ss, 11 (1936) p. 52 ss; en ellas. — Según Suárez, en cam ­
G . M a n s e r , D as W esen des Thomismus, bio, es superfluo tal principio limi­
*1949 [trad. esp .: L a esencia del tom ism o, tativo realmente distinto. El ser
, 1948]. puede lim itarse p o r sí mismo p o r­
que el / acto no dice de sí infinitud
F inito. Según la acepción co­ positiva, sino que únicam ente pres­
rriente, finita o lim itada es, en cinde de toda limitación. Las cosas
prim er lugar, una cosa extensa que finitas, según él, están com puestas
podría ser todavía m ayor, que tiene sólo metafísicamente del ser que,
u n l ím ite . Lim itar es poner límite conform e a su naturaleza, prescinde
o térm ino a una perfección o reali­ de límites y de la potencia limi­
dad. D enota, pues, ante todo, tér­ tante o esencia. D icho en otras
m ino, pero incluye le existencia de palabras: u n ente finito determ i­
la propiedad lim itada y a la vez la nado no es, po r así decirlo, u n
posibilidad de un «más». En lo recorte del Ser divino, sino una
cualitativo, la palabra finito designa particular imitación suya. H e ahí
u na propiedad m aterial o espiritual p o r qué el /s u a r is m o ve en la
en cuanto que perm ite un aum ento /c o n tin g e n c ia la propiedad fun­
intensivo. / Ser finito es un ser en dam ental de la cosa finita, y el
com paración con el cual es posible / tomismo, en cam bio, la ve en la
una m ayor plenitud ontológica. D e com posición real de esencia y exis­
este m odo llegamos al concepto tencia. A esta diferencia corresponde
em pírico «finito» con sólo com pa­ tam bién una distinta estructura de
ra r las cosas entre sí. — E n sentido la dem ostración de D ios. — R a s t .
profundo, metafísico, llam am os fi­ a) S a n t o T o m á s d e A q u in o , De ente
n ito a aquel ente que pertenece et essentia, c . v i ; L . d e R a e y m a e k e r ,
todavía a una determ inada clase L a structure m étaphysique de l'itr e fin!,
en «R evue N ¿o scolastiqu e d e P h ilo so ­ perteneciente a la experiencia ex­
phie» 33 (1926); A . A n t w e i l e r . Unend- tem a, se opone a todo lo psíquico.
lich, 1937; M . R a S t , W elt und G o tt, —B r u g g e r .
1952; J. I t u r r i o z , L o fin ito y Ia nada,
en « A cto s del I C ongreso N acio n al de A rtículo «Physisch», en R . E i s l e r ,
F ilosofía», M end oza (A rgentina) 1950, Wórterbuch der philosophischen Begri/fe H,
pp. 792-797; del m ism o : E l hombre y su <1929; artículo «Physique», en A . L a-
m etafísica, 1943; C. O t t a v i a n o , M e ta fí­ l a n d e , Vocabitlaire technique et critique
sica dell'essere parziaíe, P ad u a 1947]; de la Philosophie, P arís *1947.
c) C . I s f n k r a h f , Untersuchungen über
das Endliche und Unendlicke, 1920;
W . J a m e s , A Pluralistic Universe, 1909; F o r m a . (E n latín: form a, en
d) [ H . H e i m s o í t h , L o s seis grandes tem as
griego: n<>Q<pr¡.) E sta p alabra desig­
de la m etafísica occidental (trad . esp.),
1 9 2 8 ]; e) O . Z im m e r m a n n , Ohne Gren-
n a ( 1) originariam ente la configu­
zen und Enden, 1 9 2 3 . ración exterior, el contorno, la
figura, la estructura visible de un
cuerpo. Com o que la form a en
Físico. El térm ino «físico» no este sentido ofrece dentro del m un­
proviene de física, sino de <púei? do corpóreo una im portante base
= / naturaleza. D e ahí que algu­ de diferenciación y determ inación,
nas veces equivalga a «natural». la «morfología» le dedica especial
Sin em bargo, n o siempre ge usan atención. Con este significado p ri­
paralelam ente. El significado del m itivo guarda conexión un a se­
vocablo «físico» se define enfren­ gunda acepción ( 2), según la cual,
tándolo con otros. form a es la expresión exterior, re­
En* sentido m uy am plio físico ( 1) gulada por norm as de validez uni­
expresa lo real y capaz de realidad, versal, de u n pensam iento o de
oponiéndose a lo m eram ente repre­ una decisión de la voluntad, apli­
sentado, intencional, conceptual, cándose en especial dicho nom bre
abstracto (así, v.gr., el cuerpo fí­ a la índole y m odo legalmente de­
sico frente al m atem ático represen­ term inados de u n acto jurídico
tado sólo según sus dimensiones). (v.gr.: de un testam ento). E n este
Sin em bargo, puesto que la realidad sentido, una dem ostración «en for­
no se agota en el m undo de ía m a» es aquella en que cada uno
experiencia, lo físico ( 2), en acep­ de sus pasos y la articulación lógica
ción estricta, se distingue de lo de los mismos resaltan claram ente
metafisico (/M e ta fís ic a ) com o in- en la form ulación oral.
experimentable. Físico (2) desig­ Porque la configuración, la fo r­
n a, p o r lo tanto, lo que puede m a ( 1) caracteriza m ejor que, p o r
hallarse en la experiencia interna ejemplo, el color, las distintas espe­
o externa y está som etido a sus cies de cosas, la filosofía, señala­
leyes. E l significado de lo físico (3), dam ente desde Aristóteles, d a m eta­
tom ado en oposición al espíritu fóricam ente el nom bre de form a al
(a la libertad, a la m oral, a lo fundam ento esencial interno de la
ético), se restringe todavía m ás. peculiaridad específica de los seres.
Expresa entonces lo som ático o lo L a form a en esta acepción (3), la
psíquico en cuanto determ inado form a esencial (forma substancial),
p o r el cuerpo, v.gr.: dolor físico. se contrapone, en los cuerpos a la
E n acepción restringidísima, lo fí­ m ateria / (Hilemorfismo). E s el
sico (4), considerado com o lo ex­ principio substancial del ser propio
clusivamente corpóreo, m aterial, específico y del o b rar teleológico
(entelequia) ( / Dinam ism o). E n los m ateria determ inada ya p o r su par­
seres vivos la form a es el / a l m a te. O tras veces a la form a (5) opó-
o el principio vital ( / V i t a l [Prin­ nese un / s u j e t o enteram ente in­
cipio]). L a form a es, pues, sólo una determ inado, el cual, en cuanto
parte esencial del ente to ta l; parte «este» individuo, viene considera­
que es form a incapaz de existencia do com o «soporte» últim o que
separada, tratándose de animales «tiene» todas las determinaciones
y plantas; y que es form a «subsis­ ontológicas o form as. F orm a en
tente en sí», es decir, capaz de exis­ este sentido, es, v .g r.: la naturaleza
tir separadam ente, en el caso del hum ana, de la que se dice que tal
alm a espiritual del hom bre. Por o cual individuo (v.gr.: Pedro) la
último, el espíritu puro es «forma «tiene». La form a en esta acepción
pura» o sea una form a que, esen­ no coincide con la form a (3) como
cialmente separada de la m ateria, parte esencial. M ientras ésta es
constituye por si sola un todo. sólo el alm a, a la naturaleza h u ­
D e la com posición substancial de m ana pertenece indudablem ente
los cuerpos integrados por m ateria tam bién el cuerpo, o bien, la m a­
y form a, la palabra form a se teria en general. M uchos distin­
trasladó a toda composición cons­ guen la form a en este sentido,
tituida p o r un substrato determ ina- llam ándola «forma metafísica», de
ble (no necesariam ente corpóreo), la form a «forma física», p arte
es decir, la m ateria, y un principio esencial. La form a asi entendida
determ inante: la form a (4). El par constituye sobre todo el funda­
de conceptos m ateria-form a se acer­ m ento de la cognoscibilidad del
ca así al p ar: /p o te n c i a / a c t o . ente frente al sujeto individual siem­
Según esta acepción, todo acciden­ pre envuelto para nosotros en un a
te, en oposición a la substancia, cierta oscuridad.
puede denom inarse form a acci­ T odas las formas citadas (1-5)
dental. Santo Tomás, oponiendo la son form as del ser; se les enfrenta
existencia a la esencia, da a aquélla la form a del conocimiento ( 6) (im a­
el nom bre de form a, más aún, la gen cognoscitiva, spectes), form a ya
designa como lo m ás form al (m á­ sensible, ya intelectual. En ella el
xime fórmale). En lógica, los con­ objeto representado no posee exis­
ceptos del sujeto y del predicado tencia alguna real, sino / intencio­
se llaman m ateria del /ju i c io , de­ nal. Cuando com o contenido dé
signándose al «es», p or el cual la imagen cognoscitiva se señala la
tales conceptos pasan a constituir form a del objeto, n o hay que pen­
la relación judicativa, com o form a sar, en prim er térm ino, en la form a
de aquél. Frente a dicha form a esencial (3), sino en lo form al to ­
siempre igual, ia m ateria del m ado en sentido m ás lato (4 y 5),
juicio es su «contenido» m u­ que, com o se h a dicho, es el funda­
dable. L o mismo cabe decir res­ m ento de la cognoscibilidad. T am ­
pecto al raciocinio. E n el campo poco la m ateria o sujeto queda
de la ética, el deber, el carácter enteram ente excluida de la repre­
obligatorio del bien, recibe el nom ­ sentación, puesto que es coaprehen­
bre de form a de la ley moral, dida en la percepción sensorial y
considerándose los diversos valo­ en el concepto /c o n c r e to . / H i l e -
res éticos com o m ateria o conte­ morfismo.
nido de la misma. — E n todos estos II. El térm ino español «form a»
casos la form a se contrapone a una suele utilizarse tam bién com o tra ­
ducción del vocablo alem án Gestalt. Chr. v. Ehrenfels (1890), pregunta
E n esta acepción form a es la totali­ entre otras cosas, si nuestra per­
dad estructurada de datos sensoria­ cepción de la form a tiene lugar
les (y, en sentido m etafórico, también sim plem ente en virtud de estructu­
intelectuales) dispuestos, ya espa- ras excitantes correspondientem en­
cialm ente (v.gr.: figuras m atem áti­ te «form adas» (W ertheim er) o de
cas, cuadros), ya de m odo ritm ico- reparticiones de la atención que se
tem poral (v.gr.: melodías). L a m o­ disponen com o «función secunda­
derna psicología de la form a ( Ges- ria» sobre la sum a de impresiones
taltpsychologie) subraya con razón sensoriales (Meinong) o de percep­
en nuestras vivencias sensoriales el ciones intelectuales de relación (así
prim ado de la totalidad estructural dice a veces Lindworsky). C ontra
o form al sobre la vivencia de las la prim era opinión habla el hecho
partes. E n prim er lugar, el todo de que existe diversidad de percep­
form al es «más que las partes», en ción form al perm aneciendo igual
cuanto que la percepción de la fo r­ la estructura excitante; contra la
ma no se identiñca con la m era últim a, el hecho de que tam bién
suma de las impresiones parciales. los seres puram ente sensitivos tie­
El / t o d o , en cierta m anera, no nen vivencia de la form ación o es­
depende de las partes en cuanto tructuración y del cambio de for­
que continúa perceptible com o tal ma. En la percepción hum ana de la
o cual conjunto form al aun cuando form a podrían de ordinario colabo­
ellas sufran cambios (v.gr.: así ra r muy bien estructura excitante,
ocurre al trasponer a tono distinto funciones secundarias y tam bién
una m elodía o reproduciendo sólo una tram a intelectual. — La espe­
con golpes su ritm o melódico). El cial im portancia histérico-psicoló­
todo es «antes que las partes», en gica de la psicología de Ja form a
cuanto que nosotros no percibam os reside en que condujo a reflexionar
prim ero las partes de u n a totalidad m ás intensam ente sobre el carácter
para luego juntarlas a m odo de totalitario de todas las vivencias
mosaico, sino que la prim era per­ aním icas y a insertar las viven­
cepción ofrece un todo (aunque cias particulares en la totalidad es­
difuso) del que luego se destacan tructurada de la personalidad (psi­
las partes diferenciadas para, final­ cológica) hum ana. — Sobre la «for­
mente, ser o tra vez vistas en un m a del pensar», / Sensualismo. —
conjunto claro y estructurado. Por I. D e V rtes — IT. W il l w o i l .
últim o, el todo está «sobre las
a) A r ist ó t e l e s , Física, 1; M etafísica•
partes» en cuanto que el m odo 7-8; S a n t o T o m á s d e A q u in o , D e ente
com o éstas son percibidas po r nos­ e t essentia; b) G . v. H e r t l t n g , M aterie
otros se halla condicionado m últi­ und Farm, 1871; i . G e y s e r , Eidologie,
plem ente po r su función en el con­ 192!; E. J. W a t k i n , A Philosophy o f
ju n to y p o r la percepción de éste Form, L ondres 1938; d) E. R o l pe s , Die
(v.gr.: las partes de un rom peca­ substantielle Form und der B e g riff der
bezas, una mancfia descolorida de Seele bei Aristóteles, 1896; e) D . F e u -
un cuadro com o «ardiente sol del ung, H auptfragen der M etahpysik,
*1949; [F . v a n S t e e n b e r g h e n , Ontología
desierto»).
(tra d . esp.) 1957; L. DE R a e y m a e k e r ,
La investigación en el cam po de Filosofía del ser (trad. esp), 1956].—
la psicología de la form a, tal com o II. C h. v o n O h r e n f e l s , Gestaltqualitaten,
se establece desde 1912 después en «V ierteljahreschrift fu r w issenchaft-
de las prim eras investigaciones de lichcr P hilosophie» 14 (1890); E. v o n
B r u n sw ig , Prinzipienfragen der Ges- en los objetos naturales, actúan
taltpsyckologie, en Beitrage zur Problem - necesariam ente y constituyen la ba­
geschichte der Psychoíogie, Bühier-Fest- se de las / leyes naturales. —
schrift, 1929; K . B ü h l e r , Die Gestalt-
wahrnekmung, 1913; W . K ó h l e r , D ie
Conform e al lenguaje corriente en
physischen G estalten in R uhe und im la ciencia natural, fuerza significa
stationáren Z ustand, 1920; W . B u r k a m p , la causa a que se debe la variación
D ie S tru k tu r der Ganzeiten, 1929; O. del estado de m ovim iento de un
K l em m -H . V o l k e l t - K . von D é ír ck eim , cuerpo. E sta definición está in­
Ganzeit und S truktur, en Krueger-Fest- cluida en la ley de inercia ( / M o ­
schrift, 1934; F . W e i n d h a n d l , G estatt- vimiento). — Según Leibniz, la
analyse, 1929; A. W e n z l , A péndice a ; fuerza dirigida teléológicamente es
A. H ó f l e r , Psychoíogie, s1930; D . K a t z ,
constitutiva de la substancia. Las
Gestaltpsychologie, “1948 [trad. esp.: P si­
cología de la fo rm a ] ; fW iLLis D . B l l is , /m ó n a d a s son en sí centros inex-
A source B ook o f G estalt Psychology, tensos de fuerza, que sólo p o r su
L ondres 1938; P . G u il l a u m e , L a P sy- acción producen en los cuerpos las
chologie de la Forme, P arís 1937 (trad. form as geom étricas extensas. —
esp .: Psicología de la fo rm a , 1947); Junk.
F . P a l m é s , L a psicología guestaltista:
Introducción a su estudio crítico, en «P en­ S ch w ertsch lag er, P hilosophie der
sam iento» 1 (1945) pp. 31-61; Funda­ N atur x, !1922, p p. 105-110; J. S e il e r ,
m entos de hecho de la psicología guestal­ Philosophie der unbeiebten N atur, O lten
tista, ibid. 2 (1946) p p. 5-32; L a teoría 1948, p p . 127-129; B . B a v i n k , Ergeb-
de la fo rm a «Gestaittheorie», ibid. 3 nisse und Problem e der N aturw issen­
(1947) p p. 21-57; La percepción de ¡a schaften, a1949, pp, 1-275.
fo rm a a la luz de la psicología aristotélico-
tomista, ibid. 3 (1947) p p . 147-171],
Función. D esde el p unto de
Fuerza significa capacidad para vista m atem ático (1) este térm ino
obrar, para producir algo; denota, denota una relación entre m agni­
por lo tanto, capacidad de / a c ­ tudes variables que guardan entre
ción, /p o te n c i a activa. Es un sí determ inada dependencia, de tal
/a c c id e n te de la substancia do­ m anera que a un valor de la u n a
tada de poder operativo y / c a u s a corresponda unívocam ente un va­
próxim a de su / actividad. Su lor de la o tra : y = f (x), o sea, «y»
existencia se infiere en virtud del es una función de «x». Reciben así
principio de causalidad ( /C a u s a ­ expresión m atem ático-cuantitativa
lidad [Principio de]). L a ocasión las relaciones de dependencia exis­
concreta para form ar el concepto tentes en la naturaleza que se m a­
de fuerza es la m anifestación y es­ nifiestan en las leyes de la m ism a;
fuerzo dinám icos vitalm ente expe- sin em bargo, estas relaciones no
rimentables. L a fuerza se da en son únicam ente funcionales, sino
todos los dom inios del ser: en lo tam bién causales ( / C ausalidad
espiritual, en lo puram ente vital y [Ley de]). E n la / logística las
en lo m aterial. Las fuerzas actuan­ relaciones lógicas se representan en
tes en la naturaleza inorgánica form a de funciones m atem áticas.—
entre los distintos cuerpos son (2) D esde el punto de vista fisio­
concebidas, en la m ayoría de los lógico, denom ínase función la m a­
casos, por analogía con las fuerzas nera de actuar y el trab ajo de los
espirituales y m usculares experi- órganos, del /o r g a n is m o , del alm a
mentables, au.,que- sin correspon­ y de sus facultades (función del
d e rá s vitalidad. Las fuerzas insertas cerebro, del hígado, etc.; función
del pensamiento). Los sentimientos nidos, es decir, de su validez con
elementales se explican com o placer respecto al / o b j e t o , o, si sólo se
0 desagrado funcionales, es decir, denom ina «conocim iento» el pen­
m ediante los correspondientes m o­ sar válido, el problem a de la posi­
dos de «funcionar» de los procesos bilidad del conocim iento en gene­
fisiológicos. — (3) Kant entiende ral. Puesto que el deseo de saber
po r función «la unidad de la ac­ del hom bre cuya inteligencia no
ción, que consiste en ordenar di­ h a sido deform ada se dirige natu ­
versas representaciones bajo una ralm ente al ente, como objeto prin­
com ún». R esultado de tales funcio­ cipal del conocim iento, y, por o tra
nes son los conceptos, m ediante los parte, la validez del conocim iento
cuales se llevan a cabo los juicios. del ente constituye la / verdad y el
«Todos los juicios son funciones de saber que versa sobre la verdad, la
la unidad entre nuestras represen­ /c e r te z a , el problem a puede ya
taciones.» — Ju n k . desde u n principio plantearse en
form a más determ inada com o cues­
K ant , K rillk der reinen Vernunft tión acerca de la verdad y de la
(Transzeridentaíe A n alytik 1 B, 1 H au p tst., certeza de nuestro conocimiento.
1 A b sch n itt); K l e in , E iem entarm athe-
Así, la gnoseología será la investi­
m a tik vom hdheren Standpunkte aits i,
51924, pp. 215-223 [trad . e sp .: M a tem á ­
gación filosófica de la aptitud de
tica elem ental desde un p unto de vista nuestra razón para la verdad y a la
superior l, 192?}; L i n d w o r s k y , E xperi- vez de los limites del conocimiento:
m enteile P sychologie, ‘ 1927, p. 128 s ¿podemos estar ciertos de la verdad
[trad. esp .: Psicología experim enta! des*- de nuestro pensar? ¿hasta qué
criptiva ¡i teórica, ‘ 1935]; N . H a r t m a n n , punto se extiende esta posibilidad?
Philosophie der N a tu r, 3950, p. 401 s. E n el desarrollo histórico de la
filosofía estos problem as no se han
Gnoseología. En sentido lato, la planteado desde el comienzo, sino
gnoseología ( 1) com prende tanto que la inquisición filosófica, inge­
las investigaciones psicológicas so­ nuam ente confiada en la fuerza de
bre la producción y esencia del la razón, se volvió hacia el ente
/c o n o c im ie n to hum ano com o las m ism o, y sólo cuando la confusa
investigaciones críticas acerca de su oposición de opiniones hizo patente
validez. Incluso puede atribuírsele toda la dificultad de la empresa se
u n a metafísica del conocimiento que siguió en el sujeto cognoscente la
estudie el conocer hum ano en el reflexión acerca de las condiciones
contexto total del ente. T om ado el de la verdad y de la certeza. Inves­
térm ino en sentido estricto, ( 2), tigaciones aisladas de esta n atu ra­
gnoseología equivale a critica del leza no faltan tam poco en la A nti­
conocimiento. E n este caso, ha­ güedad y la E dad M edia; basta
blando en general, 'es la investiga­ recordar la doctrina aristotélica de
ción filosófica de la / validez obje­ la abstracción, la refutación que
tiva de nuestro conocim iento. A : San Agustín hace del /e s c e p tic is ­
diferencia de la / lógica, no consi­ m o recurriendo a la autoconcien-
dera únicam ente las condiciones de cia, y la controversia medieval,
validez fundadas en las relaciones sobre los universales. Pero sólo en
de los contenidos de pensam iento la E dad M oderna, señaladam ente
entre sí, sino que plantea la últim a desde Descartes, se llega a tra ta r
y decisiva cuestión acerca de la va­ de un m od o coherente la totali­
lidez «objetiva» de dichos conte­ dad de los problem as. E n los si-
glos x vn y xvm estas investigacio­ investiga las condiciones de validez
nes se hallan dom inadas por la an­ de todas ellas. N o disputa a la
títesis entre / racionalism o y / e m ­ metafísica su rango de ciencia fun­
pirismo. El /c ritic is m o de Kant dam ental, puesto que, por lo menos
intenta ju n ta r en unidad interna en sus sectores principales, no es
estas opiniones antitéticas, pero o tra cosa que, metafísica fundamen­
abandonando parcialm ente la con­ tal llevada a la esfera de la con­
cepción realista fundam ental. D es­ ciencia refleja. L a gnoseología suele
de entonces la lucha de la gnoseo­ recibir también los nom bres de:
logía está determ inada, sobre todo, teoría del conocimiento, noética (teo­
p o r la oposición entre /r e a lis m o ría del pensamiento), epistemología
e /id e a lis m o . (teoría del saber) y criteriología
El método em pleado en la inves­ (teoría de los criterios, es decir, de
tigación gnoseológíca significa ya los signos característicos de la ver­
frecuentem ente un a decisión previa dad). — D e V r ie s .
en favor de un a dirección deter­
m inada. Si, por ejemplo, se escoge a ) S a n t o T o m á s d e A q u i n o , Quaes-
el método puram ente psicológico, tiones disputatae de veritate; b) J. K x k u t -
ello denota, casi siempre, que, en GEN, D ie Philosophie der V orzeit I, *1878
últim a instancia, la validez del co­ [trad fran c .: La philosophie scoíastique,
nocimiento se hace depender de la P arís 1868]; D . M e r c i e r , Critériologie
générale, L o vaina 81923 [trad. esp .: Cri-
norria) realización de las procesos
teriologia, 1936, 2 vols.]; P. C o f f e y ,
cognoscitivos, o sea / psicologismo Epistem ology, L o ndres 1917; J. G e y s e r ,
y, en consecuencia, /re la tiv ism o . Erkenntnistheorie, 1922; J. d e T o n q u é -
En cambio, un método puram ente d e c , L a critique de la connaissance, P arís
lógico {o /« tra sc e n d e n ta l» ) que 1929; M . D . R o l a n d - G o s s e l i n , Essal
pretende llegar a u n a solución con d'une étude critique de la connaissance,
sólo separar lo necesario de lo P arís 1932; J. E n g e r t , D ie Erschliessung
accidental en los contenidos de des Seins, 1935; J. d e V r ie s , D enken
und Sein, 1937 [trad. esp.: Pensar v ser,
conciencia, se enlaza internam ente
11953] ; C . N i n k , Sein nndE rkennen, 1938;
con una concepción idealista del E . T . T o c c a f o n p i , L a ricerca critica de
conocer. Si la verdad ha de poder la realtá, R o m a 1941; F . v a n S t e e n b e r -
ser captada en sentido realista, la c h e n . Epistemología, [trad. esp.] 1956;
gnoseología debe tra ta r de encon­ A . B r U n n e r , Erkenntnistheorie, 1948
trar un caso en que la concordan­ [ed. fran c.; La connaissance humaine,
cia de pensar y ser sea vivida de un P arís 1943); [E . J a c q u e s , Jntroduction
m odo inm ediato, en que, po r lo au problém e de la connaissance, L ovaina
1953]; c) I. V o l k e l t , Gewissheit und
tanto, el ente mismo se revele
Wahrheit, 1918; N . H a r t m a n n , Grund-
directam ente. San Agustín, mucho ziige einer M etaphysik der Erkenntnis,
tiempo antes que Descartes, vió ya s1941 [trad. fran c.: Principes d'une
que este caso singular se daba en m étaphysique de la connaissance, París
nuestro conocim iento acerca del 1947]; J. H e s s e n , Erkenntnistheorie, 1926
propio ser, pensar y am ar ( / Con­ [trad. e s p .: Teoría del conocimiento,
ciencia). E sta circunstancia hace 1932]; del m ism o: Lehrbuch der Philoso­
indispensable p ara la gnoseología phie i: W issenschaftslehre, 1947 [trad.
esp.: Tratado de filosofía, t. i: L ó­
el «método introspectivo», es decir, el
gica y Teoría del conocim iento, 1957];
m étodo de la observación interna. A , M esser , Einführung in die Erkennt-
L a gnoseología es básica p ara to ­ nistheorie, 81927; R. H ü n ig s w a l d ,
das las ciencias y también p ara las Grundfragen der Erkenntnistheorie, 1931;
demás partes de la filosofía, porque C . S t u m p f , Erkenntnisíehre, 1939-1940;
][. S chlóterm ann, E rkenntnistheorie, tam ente al estado, así com o tam ­
19 4 7 ; T h . L i t t , D enken uttd Sein, 1948; bién la reconquista del derecho
G . K r o p p , E rkenntnistheorie i, 1950;
lesionado. N egar ese derecho de
¡i) R . H o n i g s w a l d , Geschichte der Er­
legítima defensa concedido p o r el
kenntnistheorie, 1933; T h . B a ix a u f , Das
gnoseologische Probiem (textos), 1949;
derecho internacional natural no
J. G e y s e r , D ie Erkenntnistheorie des haría más que robustecer al agresor
Aristóteles, 1917; P . W i l f e r t , Das codicioso y carente de frenos m o ra­
Probiem der W ahrheitssicherung bei Tho­ les y poner en peligro la verdadera
mas von A quin, 1931; G . Z a m b ó n !, L a paz de las naciones. É sta requiere el
gnoseología di San Tommaso, V erona derecho y, dado el caso, la obliga­
1934; R , M e s s n e r , Schauendes und be- ción de defenderse. 2 ° Sin em bar­
griffliches Erkennen nach D uns Scotus,
go, para la licitud ética de un a
1942; J. M. A l e j a n d r o , L a gnoseología
del D octor E xim io, 1948; B. J a n s e n , Ges­
guerra existen u na serie de condi­
chichte der E rkenntnislehre in der neueren ciones: injusticia real, cierta y
Philosophie, 1940; E . v o n A s t e r , Ges- grave, imposibilidad de defender
chíchte der neueren E rkenntnistheorie, sus justas dem andas p o r vía pacífica
1921; E. C a s s i r e r , D as Erkennlnispro- (tribunal de arbitraje, etc.), pers­
blem in der Philosophie und W issenschaft pectiva y esperanza de éxito, evita­
der neueren Z e it, ‘ 1922-1923 [trad. esp. ción de todo perjuicio inútil a ter­
del vol. i v : E l problem a d el conocimiento,
ceros inocentes, etc. Si se cum plen
de la m uerte de H egel a nuestros días,
1948]; G .. V a n R ie t , L ’épistémologie
tales condiciones, los otros daños
thom iste, L o v ain a 1946; [L. J. W a l k e r , inevitables deben cargarse en cuen­
Theories o f Knowledge, 1910]; e) J. ta al agresor injusto, no a quien se
F is c h l , D ie W ahrheit unseres D enkens, defiende. L a ju sta defensa del bien
1946; J. R . L o t z -J. d e V r ie s , D ie W elt público prevalece sobre el derecho
des M in sch en , *1951, pp. 31-106 [trad. del agresor al cuerpo y a la vida,
esp .; E l mundo de! hombre, 1954J. y tam bién sobre el riesgo que p ue­
de correr la vida de los propios
Guerra es la lucha que de m a­ súbditos. Ú nicam ente es ilícita la
nera violenta y con derram am iento m atanza injusta. M as porque tam ­
de sangre se lleva a cabo entre / es­ bién una guerra hecha con la m o­
tados independientes. En la cuestión derna técnica bélica trae consigo
relativa a la licitud m oral de la espantosos sufrim ientos y daños
guerra hay qué distinguir: 1.°, si morales, se hace acreedor al más
la guerra en general puede ser lícita alto reconocim iento el sano m ovi­
y, 2.°, si se garantizan las condi­ m iento en favor de la p az o paci­
ciones requeridas. l.° E n general, fism o moderado m ediante la difu­
la guerra no es necesariam ente ilí­ sión del verdadero espíritu pacífico,
cita. Si el C reador en virtud de la el fom ento de la com prensión entre
ley m oral natural quiere que los los pueblos, etc., pacifismo que
pueblos se organicen en estados, actúa en favor de la paz sin negar,
debe proporcionar tam bién los m e­ incluso en la época actual, la lici­
dios p ara ello. E ntre éstos se cuenta tud fundam ental de la guerra. H a
no sólo el derecho a aplicar en de rechazarse el pacifismo extre­
el orden interior la pena de m uerte mado que defiende el repudio rad i­
( / M uerte [Pena de]) al concul- cal del servicio m ilitar. — S c h u s t e r .
ca d o r de las norm as jurídicas, sino a) F . d e V ic t o r ia , Relectio de iure
igualm ente el derecho de autode­ belll, 1 5 9 3 ; S u á r e z , D e b ello ; D e chari-
fensa o de legítim a O fe n sa contra tate, d is p . x n i; H . G r o t iu s , D e iure
el enemigo exterior que ataca injus­ belll ac pacis, 1 6 2 5 ; b ) Códigos de M a­
linas, tra d . p o r I. G onzález, 1954 (C ódigo raciones de las disposiciones ( / I n s ­
d s m o ral in tern acio n al); M . d e S o l a g e s tintos, Disposiciones del espíritu).
L a théologie de la guerre juste, 1946; D onde un hábito adquirido retro ­
[Y . d e l a B r ié r e , E l derecho de la guerra
justa, 1944; L . L e F u r , P récis de droii
cede p o r el desuso, rápidam ente
international public, P arís '1 9 3 7 ; G . R . d e vuelve a adquirirse en virtud del
Y u r r e , Justicia en la guerra y en la p a z, efecto posterior ejercido p o r aquél.
1942].—J. B . S X g m ü ix e r , P apst, VStke- M ediante habituaciones contrarias,
rrecht und Volkerfriede, 1924; F . S t r a t h - puede refrenarse u n hábito adqui­
m a n n , fVeltfriede u nd W eltkirche, 1924; rido aunque permanecen las incli­
c) C . v o n C l a u s e w i t z , Vom Kriege naciones y aptitudes resultantes de
(ed. S innebach), “ 1933; d) R . R e g o u t , él. P ara establecer hábitos cabales
L a doctrine de la guerre ju ste de S t.
A ugustin á nos jo urs, 1935; H . K iip p ,
es im portante que, sobre to d o al
M oderne Problem e des Kríegsrechts in principio, se les prepare con actos
der Spatscholastik, 1935; [E . G u e r r e r o , correctos (v.gr.: correcta pronun­
L a verdadera doctrina de Suárez sobre el ciación desde los com ienzos en el
derecho a la guerra, en «Pensam iento» 4 aprendizaje de un idiom a) y que
(1948), n ú m . ex trao rd ., pp. 583-601; el establecim iento de los pertinen­
M . F r a g a I r i b a r n e , L uis de M olina y el tes com plejos sea sentim entalm ente
derecho de la guerra, 1947]; e) V. C a- m atizado de m anera positiva y,
t h r e i n , M oralphilosophie i!, “1924 [trad.
dado el caso, vivencialmente im ­
it. d e la 5.* alem .: Filosofía morale, F l o ­
rencia 1913-1920]; [G . M á r q u e z , Filoso­
presionante.
fía m oral, 2 vols., M943], A penas hay que encarecer la im ­
portancia y fuerza de la h abitua­
ción en el conjunto de la vida
Habituación es prim eram ente (1) aním ica: desde el aprendizaje de
la adaptación de un ser vivo a los los m ovim ientos elementales en el
datos del am biente de tal m odo que andar y hablar, etc., hasta la téc­
éste no ejerza ya ninguna influen­ nica más perfecta de los oficios
cia perturbadora; en este sentido la y artes, en las form as de vivencias
habituación se da ya en el dominio valórales, de hábitos del pensa­
puram ente biológico (v.gr.: una m iento, en el dom inio de las pa­
p lanta se acostum bra a nuevas siones, en toda la form ación del
circunstancias climatológicas). E n carácter. L a habituación a lo co­
acepción algo diferente háblase de rrecto debe em pezar ya tem prano
habituación (2) cuando m ediante el en el niño pequeño, pues, de lo
hacer consciente se fom entan deter­ contrario, p o r espontáneo auto-
m inados m odos de com portam ien­ acostum bram iento fórm anse com ­
to, de suerte que son preferidos plejos que oponen obstáculos d u ra­
de m anera estable («habituarse deros a la educación posterior y
a algo»); el resultado de tal habi­ a veces a la autoeducación a lo
tuación es un hábito (lat.: habitus). largo de la vida. Sin em bargo, la
L a habituación (2) se construye habituación únicam ente alcanza su
sobre /d is p o s ic io n e s existentes, y pleno valor cuando no sólo resulta
con la conjugación de influencias un adiestramiento exterior (es decir,
am bientales y tom a de posición una habituación puram ente asocia­
respecto a éstas, de influjo excitante tiva), com o en los anim ales am aes­
y respuesta a la excitación, hace, trados, sino que es em prendida
estableciendo favorables asociacio­ y ejercitada activam ente por el edu­
nes y com plejos, m ás fáciles, rápi­ cando, según su_ m adurez, sobre la
das y perfectas determ inadas ope­ base de com plejos m otívales capa­
ces de moverle a un interno «tom ar m ientos de disgusto y perm anece
parte» aun sin influjo exterior e in­ abierto a las alegrías de la vida. —
cluso en lo futuro. La habituación El supuesto de que el hom bre obra
de m ero aprendizaje puede perder exclusivamente p o r el goce es inde­
su eficacia m uy pronto. — W i l l - m ostrado y contradictorio. El valor
w oll. ético, el bien, no se reduce a u n a
m era sublim ación del placer. El
J. L i n d w o r s k y , W illenschule, ” 1927 goce y la satisfacción son un ali­
[trad. e sp .: E t poder de la voluntad, ciente o un eco de la perfección de
* 1 9 4 3 ]; F . Z e u g n e r , D as Problem der
la personalidad y del ser alcanzada
Gewffhnung in der Erziehung, 1 9 2 9 ;
[J. D w e l s h a u v e r s , Tratado de psicología.
en la acción buena. L os deberes
19 3 0 ; T . U r d á n o z , L a teoría de los m ás sublimes y serios exigen a m e­
hábitos en la filo sofía moderna, en « R e­ nudo la renuncia al gusto. El valor
vista de filosofía», 13 (1 9 5 4 ) pp. 8 9 -1 2 4 ]; ético y la satisfacción son con fre­
/A s o c ia c ió n , C om plejo, E ducación. cuencia contrapuestos. / [32, 38,
40, 47]. — S c h u s t e r .
Hecho. Con este térm ino (co­
rrespondiente al alem án «Tatsa- b ) H . G o m p e r z , K ritik des Hedonis-
rnus, 1898; M . W i t t m a n n , E th ik, 1923,
che») se designa un / o b j e t o de
p. 60 ss; J. M a u s b a c h , D ie E thik des
juicio (Sachverhalt) concreto, per­ heillgen Augustinus i, *1929, p. 58 ss,
ceptible, u n a cosa y sus relaciones 241 ss; [J. L e c l e r c q , L es grandes Ugnes
en conexión eficiente concreta. T o ­ de la philosophie morale, 21954 (tra d . e s p .:
do hecho pertenece al orden de la Las grandes lineas de la filosofía moral,
realidad. Sin em bargo, los hechos 1956)]; c) F . P a u l s e n , E th ik, 1921;
no agotan el ám bito de los objetos d) H . M e y e r , fie sc h ic h te der abendlün-
de juicio /o b je tiv o s . E ntre éstos dischen W ettanschauung I, 1947; e) V . C a-
t h r e in , M oralphilosophie I, *1924 [trad.
se cuentan tam bién las puras rela­
¡tal. de la 5.a a le m .: Filosofía morale
ciones esenciales. Ciencias de he­ F lorencia 1913-1920],
chos (en oposición a ciencias de
esencias) son aquéllas cuyo objeto
está constituido por hechos expe­ H erencia. Todos los organism os
rim entales. Por consiguiente, no están en conexión generadora. Se
toda ciencia se funda en hechos; parecen a los organism os de los
pero sí en objetos de juicio objeti­ padres de conform idad con su es­
vos. — (/P o s itiv is m o , Experiencia, pecie, y de ordinario se les aseme­
Realidad). — B r u g g e r . ja n tam bién en diversas cualidades
individuales. En cuanto que éstas
Hedonismo. D octrina según la no son debidas a las influencias
cual el placer determ ina el valor del am biente se las denom ina here­
ético de la acción. A l mismo tiem ­ ditarias. L a herencia es, pues, el
po se presupone que, en general, hecho de que los organism os, con
el hom bre o bra sólo p o r el placer. su generación y en virtud de su des­
Defensores del hedonism o son D e- cendencia, reciben ciertas cualida­
mócrito, Arístipo de d re n e , Eudoxo, des individuales. Los descubrimien­
Epicuro y el /m a te ria lis m o . P ara tos de frlendel m ostraron que en
el hedonism o los preceptos éticos el cruzamiento, es decir, en la fe­
son únicam ente reglas em píricas cundación de gérmenes paternos
prudentem ente trazadas, m ediante específicamente distintos, se verifi­
las cuales el hom bre queda defen­ can determ inadas leyes de la heren­
dido lo m ejor posible de los senti­ cia. D e ellas resulta que hay que
distinguir entre la figura aparencial se considera hereditario es debido
(fenotipo) exterior y la figura al am biente y a la educación. La
hereditaria (genotipo) oculta: un herencia fija al hom bre unos límites
carácter que en una generación no más allá de los cuales no puede
aparece puede, no obstante, deter­ pasar; pero dentro de ellos es libre.
m inar la form a aparencial de la Al mismo tiempo, le señala la tarea
próxim a. Sin em bargo, la disposi­ en que debe p ro b ar su temple. Pres­
ción hereditaria nunca es lo único cindiendo de casos patológicos de
decisivo para la configuración de im pedim ento de la libertad, en m a­
un organism o. U n papel co-deter- nos de ésta se encuentra ( / L i b e r ­
m inante lo desempeña el ambiente ta d de la voluntad) el ceder o resis­
y probablem ente tam bién el pro- tir al impulso de una disposición
toplasm a del óvulo m aterno. L a hereditaria funesta. — B r u g g e r .
disposición hereditaria deja siempre
libre un espacio en el que luego a) G . M e n d e l , Abhandlungen, en
pueden actuar las influencias am ­ «K lassiker der exakten N aturw issen-
chaften» n.° 121; b ) B a u r - F is c h e r -L e n z ,
bientales. Según las investigaciones
Grundriss der menschlichen Erblichkelts-
realizadas hasta hoy, los caracteres lehre und Sassenhygiene, “1940; A . K ü h n ,
adquiridos positivos no se“transm i­ Grundriss der Vererbungslehre, !1950;
ten por herencia. N o ocurre así H . M u c k e r m a n n , E ugenik, 1934; G.
con las lacras adquiridas. Si son P f a h l e r , Vererbung und Schicksal, 1932;
tales que han atacado al plasma W. S c h ó l l o e n , Vererbung und sitiliche
germinal pueden transm itirse here­ Freiheit, 1936 [S. A l v a r a d o , Biología
ditariam ente. Lo que se ha fijado general n , 1946-1952]; e) A . N h u b e r g ,
W eltbild der B b log ie, 31942, p p . 37-46;
po r la herencia no puede modifi­
iJ. P u j i u l a , Problem as biológicos, 1941].
carse por variaciones paulatinas,
pero sí p o r saltos hereditarios
repentinos, p o r las denom inadas Hilemorfismo. Recibe este nom ­
mutaciones ( / Evolucionismo). bre la teoría, elaborada prim ero p o r
Las leyes de la herencia se veri­ Aristóteles y am pliada posterior­
fican en las plantas, en los anim a­ mente en la filosofía escolástica, re­
les y en el hom bre. Tam bién está lativa a la com posición de los cuer­
bien cim entado el hecho de la he­ pos, que son todos naturales, los
rencia psíquica. El problem a reside cuales están integrados p o r / m a ­
en saber cóm o se lleva a cabo y teria (M t¡) y / form a {p.ofj(prj) en
hasta dónde se extiende. H ay que calidad de com ponentes esenciales
descartar del / alm a, indivisible, unidos para constituir una unidad
una generación de la vida espiri­ natural. Com o cuerpos que, com ­
tual. Con ella se elimina asimismo puestos de esta m anera, constituyen
la herencia de las facultades espiri­ una unidad suelen considerarse los
tuales. Pero la vida aním ica de­ elementos, los com puestos verdade­
pende no poco de la organización ram ente tales (m ixta ), los vege­
m aterial del cuerpo ( / A l m a y tales, los animales y el hom bre.
Cuerpo [Relación entre]). A quí hay Opuestos al hilemorfismo son, de
lugar tam bién p ara la herencia u n a parte, el / atom ism o y el / di­
psíquica. Pero n o cabe pensar que nam ism o filosófico-natural, los cua­
se hereden virtudes o vicios cons­ les adm iten un único fundam ento
tituidos. T ransm ítem e sólo ciertos esencial de los cuerpos, y de o tra,
m odos fundam entales de reacción el /d u a lis m o unilateral que supo­
somático-anímica. M ucho de lo que ne en el ser v i » o al menos en el
hom bre dos entes unidos sólo m e­ ble. Si por o tra parte, la substancia
diante una interacción accidental y, de los dos cuerpos debe ser dis­
p o r lo demás, independientes. El tinta, se requiere la existencia en
hilemorfismo se denom ina tam bién ellos de un principio substancial
sistema peripatético, al igual que sujeto a cam bio, fundam ento de la
Jos seguidores de Aristóteles fueron diversidad específica: la fo rm a subs­
llam ados peripatéticos calificativo tancial. M as porque, según la opi­
derivado de Tiegínaros, el paseo en nión de A ristóteles, todos los cuer­
que aquél enseñaba. La hipótesis pos son fundam entalm ente tran s­
de la unidad integrada p o r dos formables entre sí, se hace precisa,
constitutivos surgió en A ristóte­ en últim a instancia, una m ateria
les del problem a filosófico-natural prim itiva com ún, una /« m a te r ia
del / d e v e n i r en el m undo corpó­ prim a», substrato últim o de todo
reo. L a observación cotidiana se­ devenir substancial. L a producción
ñ ala en la naturaleza cam bios y de u n a form a nueva se explica
transform aciones de los cuerpos, diciendo que u n a causa eficiente
los cuales, por lo menos según las exterior la «saca de ía m ateria»
apariencias, producen algo de es­ (eductio form ae a m ateria); lo cual
pecie enteram ente diversa. Tales no significa, claro está, que la
procesos, v.gr.: la evaporación del form a estaba ya de antem ano co n ­
agua, son interpretados g p r A ris­ tenida realm ente en la m ateria, sino
tóteles (en la m ayoría de los casos únicam ente que ésta se convierte
precipitadam ente) com o devenir ah o ra en aquello que podía venir
substancial, como cambios substan­ a ser, en aquello p ara lo cual estaba
ciales; es decir, se trata en ellos en /p o te n c ia .
no de m eros cam bios en la posición E n la escolástica medieval junto
de las partículas m ás pequeñas a los puntos de vista de la filoso­
o dé variaciones de su estado de fía natural, adquirieron relieve
m ovim iento, sino de la producción más intenso las controversias de
de / substancias corpóreas nuevas, orden lógico-metafísico. Se preci­
específicamente diversas; po r ejem­ saron los lim ites del devenir subs­
p lo : del agua se origina el «aire». tancial frente a la transmutación
Por eso, A ristóteles, p ara designar esencial (transubstanciación), com o
tales nuevas producciones emplea según el dogm a católico, se da
tam bién en el cam po de lo inor­ cuando el p an y el vino se tran s­
gánico el vocablo «generación» form an en el cuerpo y la sangre
(generatio, yéveaiz), que significa, de Cristo. M ientras en la m utación
p o r io tanto, producción de una substancial ordinaria un elem ento
nueva substancia a p artir de otra esencial, la m ateria, persevera co­
existente; inversamente, llam a co- m o sustentador de la fo rm a que
rruptio fqiOooú) al perecimiento de cam bia, en la transm utación esen­
la substancia que se transform a en cial se transform a la substancia
otra. Pero si el devenir substancial entera (m ateria y form a) quedando
no debe ser una com pleta aniquila­ sólo accidentes sensorialm ente per­
ción y u n a producción enteram ente ceptibles. — Además de los p ro ­
nueva, sino una transform ación au­ cesos del devenir, se in ten ta aducir,
téntica, h a de haber algún subs­ com o fundam ento de la com po­
trato perm anente com ún al cuerpo sición esencial de los cuerpos, la
que perece y al que se origina; este oposición de unidad y m ultiplicidad
algo com ún es la m ateria inform a- en la substancia extensa continua,
la contracción del ser de por sí vivos com puestos de un cuerpo ya
intelectual al ser n o intelectual y real de po r s( y del alm a, tenién­
au n inconsciente, y, p o r últim o, la dose, pues, el cuerpo com o com ­
m ultiplicación de los individuos puesto de la m ateria prim a y de una
dentro de la m ism a especie, que o varias form as substanciales; es
sólo parece posible m ediante un decir, se supuso (p o r lo m enos en
/ s u j e t o reiterable a voluntad, dis­ el viviente, y a m enudo tam bién en
tin to de la form a especificante, los «mixtos») un a multiplicidad de
a saber: la m ateria ( /In d iv id u o ). form as.
E ste últim o pensam iento lleva a Al juzgar el hilemorfismo hay
San Buenaventura y a otros a ex­ que hacer diferencia entre la com ­
tender el hilemorfismo a todo ente posición física del ser viviente,
creado, incluso al espíritu creado dem ostrable con certeza p o r los p ro ­
puro, que de una m anera análoga cesos vitales (/V ita lism o ) e igual­
se concibe com puesto de una «mate­ m ente por la colaboración de cuer­
ria» espiritual y una form a substan­ po y alm a en la percepción senso­
cial. Cuestión disputada es el m odo rial ( / A l m a y cuerpo [Relación
preciso de entender la estructura de entre]), y una com posición análoga
la esencia, sobre todo en los seres de los cuerpos inorgánicos, cuya
vivientes. L a escuela tom ista opina prueba depende de la existencia de
que un ser n atural fuertem ente cam bios substanciales en los m is­
u n itario (unum p er se) exige la uni­ mos. Los resultados de la física
dad (unicidad) de form a substancial, m oderna insinúan, al menos, la ve­
es decir, la com posición por la m a­ rificación de tales cambios, v.gr.,
teria prim itiva enteram ente indeter­ en la generación de un a pareja de
m inada, que es pura potencia, y el electrones (o sea de un electrón
alm a como única form a substancial; cargado negativam ente y u n «posi­
todo lo corporal es, p o r lo tan to , trón» con carga positiva) a p artir
eco del alm a; si se adm itiera una de un «cuanto» de luz. Prescin­
com posición p o r un alm a y un diendo de esta com posición física,
cuerpo que independientem ente de existe tam bién la posibilidad de
ésta tuviera ya realidad, el todo considerar, basándose en las refle­
no sería m ás que u n a coordinación xiones especulativas anteriorm ente
de dos o m ás substancias indepen­ indicadas, una com posición «meta­
dientes (unum per accidens) . La física de los cuerpos» situada en
objeción principal co n tra la con­ u n a capa m ás p ro fu n d a; este orden
cepción tom ista reside en la dificul­ de pensam ientos n o depende del
ta d de explicar la producción de cam bio a que está sujeto el esque­
las nuevas form as substanciales que m a científico-natural del universo.
h an de adm itirse, v.gr., en la m uer­
te de un viviente. En el esquema a) A r ist ó t e l e s , Física 1, 7 -9 ; M eta ­
medieval del universo, la represen­ física , 7 , 3 ; 12, 1 -5 ; S a n t o T o m As d e
tación de un m isterioso influjo de A q u in o , D e ente e t essentia 2 - 4 ; Com en­
los cuerpos celestes que dom inaba tarios a la Física de A ristóteles, 1 , 1 2 - 1 5 ;
el nacer y el perecer de lo «sublu­ Comentarios a la M etafísica de A ristó­
teles, 7 , 2 ; 1 2 , 1 -4 ; S u á r e z , D isputationes
n a r» am ortiguaba la fuerza de esta
metaphysicae, 13 y 1 5 ; J u a n d e S a n t o
dificultad. N o obstante, fuera de la T o m á s , Cursus phllosophicus thom isti-
escuela tom ista, en la m ayor parte cus n , T u rín 1 9 3 3 , 3 4 - 1 1 8 ; b ) P . D es -
de los casos se siguió la concepción ccxjs. E ssal critique sur V H ylem orpkism e,
natu ral que considera a los seres P arís 1 9 2 4 ; A . M it t e r e r , D as R íngen
der alten S to ff-F o rm -M etaphysík m it der encontrar la verdad. M ientras se
heutigen S to ff-P h ysik, 1935; del m ism o : trata de u n a hipótesis, se da so­
W esensartwandel und A rten system der lam ente un grado m ayor o m enor
physikalischen KSrperwelt, 1936; A cia
de /p r o b a b ilid a d , no existe toda­
II Congressus Thom istici, T u rin 1937;
P. H o e n e n , Filoso fia delta natura inorgá­
vía /c e r te z a , porque el mismo
nica, B rescia 1949; [del m ism o ; C osm o­ estado de cosas perm ite a veces
logía, R o m a 1936]; J. S e il e r , Philosophie ser interpretado de varias maneras.
der unbelebíen N atur, O ¡ten 1948; M ediante la verificación, es decir,
Z . B u c h e r , D ie Innenw elt der A lom e, la com probación, directa o indirec­
51949; ad em ás, los tra ta d o s escolásticos ta, la probabilidad existente puede
de /'F i l o s o f í a n a tu ra l; [A. G . v a n M el - aum entar y conducir, finalmente,
s b n , T he philosophy o f N ature, P ittsburgh
a la certeza al excluir cualquiera
M 954; F . R e n o ir t e , É lém ents de Critique
des Sciences e t de Cosmologie, L o v ain a
o tra clase de explicación; la h ipó­
*1947; J. E c h a RRI, A utocrítica del hile- tesis se convierte entonces en una
m orfism o, en «P en sam iento» 8 (1952) / teoría. L a hipótesis atóm ica,
pp. 147-186; J. H e l l ín , S istem a hilemór- v.gr., ha devenido teoría atóm ica
fico y ciencias modernas, en «P ensam ien­ p o r m últiples com probaciones inde­
to » 12 (1956) p p . 53-64]. —P ara los fu n ­ pendientes entre sí, de suerte que
d am en to s físicos; W . H e is e n b e r o , D ie la existencia de átom os no es ya
P hysik der A to m kern e, *1947 [trad. esp .;
una suposición, sino un hecho. —
L a físic a d el núcleo atóm ico, 1954];
[J. M . R i a z A, Ciencia moderna y filosofía,
L a hostilidad de los pensadores
1953; J. M . d e l B a r r io , L a s fronteras de positivistas a la form ación de hipó­
la Filosofía y la Física, 3 vols., 1949-1953, tesis es únicam ente u n a consecuen­
t. ¡ y ti] ; d ) C l . B a e u m k e r , Das Problem cia de' su concepción de la ciencia
der M aterie in der griechischen Philoso­ natural, cuya única misión con­
phie, 1890; F r . S a n c , Sententia Aristo- siste, según ellos, en describir los
telis de com positione corporum, Z agreb, datos observados, sin form ular ex­
1928. plicación alguna de los mismos. —
Ju n k ,
Hipótesis. En las ciencias n atu ­
rales, recibe el nom bre de hipótesis B. B a v i n k , Ergebnisse und Probleme
der Naturwissenschaften, *1949, p p. 22-40;
una suposición que se hace con
H . D in g l e r , P h ysik und H ipothese, 1 9 2 1 ;
el fin de explicar los hechos obser­ H . P o t n c a r é , L a Science et l'hypothése,
vados; el objeto supuesto se sus­ 1902 [trad. esp .: L a ciencia y la hipótesis,
trae, p o r lo m enos al principio, 1943]; [E. R a b i e r , Logique, P arís *1899;
a la com probación inm ediata. Así, E. M e y e r s o n , Id en tité et realité, 1908;
para explicar las leyes de la com ­ A . L a l a n d e , L es théoríes de l'induction
binación quím ica se supone que los e t de V expérlm entation, 1929 (trad . esp .;
cuerpos están com puestos po r pe­ L a s teorías de la inducción y de la experi­
queñísimas partículas; los átom os. m entación, 1945)].
U na hipótesis posee valor heurís­
tico si, adem ás, conduce al descu­ H istoria. Llám ase historia en
brim iento de leyes y hechos desco­ sentido muy am plio ( 1) todo acon­
nocidos hasta el m om ento. C uando tecer. Así hablam os de un a historia
la hipótesis no proporciona expli­ de la tierra, de u n a historia natural.
cación alguna exenta de contradic­ Pero en acepción estricta y pro­
ción, siendo, por lo ta n to , induda­ pia (2) el vocablo historia se desliga
blem ente falsa, puede, sin em bargo, del acontecer de la naturaleza,
seguir -existiendo com o hipótesis de necesario y unívocam ente explica­
trabajo, en caso de ser útil para ble p o r sus causas eficientes, que
nunca pasa de ser m ero caso de sentido de suprim ir la decisión
u na ley, y designa el acontecer hu­ libre y responsable. Históricamente
m ano que tiene sus raíces en la fecundo es sólo aquel acontecer que,
libre autorrealización y decisión del alim entado por las fuerzas m ater­
espíritu. Se realiza en el espacio nas del pasado, hace justicia a los
y en el tiempo, en la coexistencia impulsos que apu n tan al futuro.
y sucesión de familias y pueblos y Las decisiones éticam ente defectuo­
con m últiples lim itaciones de la sas traen consigo su venganza, si
naturaleza infraespiritual exterior no en los efectos próxim os, pero sí
e interior al hom bre. Estas lim ita­ en los lejanos. — L a historia re ­
ciones del o b rar hum ano no sobre­ viste im portancia p ara la an tro p o ­
vienen accidentalm ente; antes bien logía filosófica tan to p o r lo que
fluyen de la naturaleza hum ana respecta a su esencia general (en
( /H o m b re ) . L a historia (2) mués­ cuanto desenvolvimiento dinámico
trase así com o el m odo de obrar de la naturaleza hum ana y, por
específicamente hum ano (historia ello, cam ino para su conocimiento),
com o espacio y orden vitales del como en su form a concreta, porque
hombre). Es esencial a éste estar la esencia de la historia sólo se hace
en la historia y h acerla; todo cuan­ manifiesta en lo concreto.
to hace, lo hace com o ente histó­ Recibe además el nom bre.de his­
rico. Incluso el cam ino directo de toria (3) la investigación de la histo­
su espíritu hacia D ios es / t r a s ­ ria (2) ( — ciencia histórica) y su
cendencia, superación, que nunca, exposición (v.gr.: historia de la gue­
hasta la muerte, abandona entera­ rra de los Treinta Años). Según
mente el m undo y la historia. Por sea ésta, la historia será narrativa,
eso el hom bre no puede cum plir pragmática (docente) o genética
su misión sobrenatural más que (evolutiva). ~ B r u g g e r .
saliendo airoso de su tarea histó­
rica (historia com o cam po de prue­ a) W . v o n H u m b o l d t , Über die
A ufgabe des Geschichtsschreibers, 1 8 2 2 ;
b a de la hum anidad).
W . D i l t h e y , D er Á ufbau der geschichl-
Para que un acontecer sea histó­ Hchen W elt in den Geisteswissenschaften
rico debe tener relación con el ( G e s . S c h r . v n , 1 9 2 7 ) [tra d . e s p .: E l
hom bre y no sólo con el individuo mundo histórico (t. v n d e la o b r a fu n d a ­
en cuanto tal sino con lo universal m e n ta l c o m p le t a tr a d u c id a p o r E. Im a z ,
hum ano. El hom bre es miembro en 8 v o ls ., 1 9 4 4 -1 9 4 8 )1 ; b) A . D e l p . Der
de la hum anidad no inm ediata­ M ensch und die Geschichte, 1 9 4 4 ; R . V o l -
mente, sino a través de un grupo, GENSBERGER, D er B e g riff der Geschichte
ais W issenschaft im L ichte aristote-
raza o nación. Cierto que el acon­
lichthomistischen P rinzipien, F r ib u r g o
tecer histórico sale siempre de per­ S u iz a 1 9 4 8 ; E . S p r a n g e r , Die Grund­
sonas individuales responsables, lagen der Geschichtswissenschaft, 1 9 0 5 ;
pero está esencialmente relaciona­ G e ig e r , D as W ort Geschichte, 1 9 0 8 ;
do con la com unidad. Cabe hablar [J. D a n ié l o u , El misterio de la historia
de necesidad - histórica en el senti­ (tra d . e s p .) 1 9 5 7 ]; d ) O . L o r e n t z , Die
do de una lim itación de la libertad Geschichtswissenschaften in ihren A ufga-
y de sus posibilidades debida a la ben und Hauptrichtungen, 1 8 8 6 -1 8 9 1 ;
G . K r ü c e r , D ie Geschichte im D enken
parte infraespiritual de la natura­
der Gegenwart, 1 9 4 7 ; e) L o t z - d e V r ie s ,
leza hum ana, a los límites de su in­ D ie W elt des M enschen, 1 9 4 0 [tr a d . e s p . :
teligencia, a hechos que han venido E l m undo del hombre, 1 9 5 4 ] ; E . B e r n -
a ser históricos y poseen su lógica h e im , Einleitung in die Geschichte, * 1926
y su peso natural, pero no en el ( G ó s c h e n ) T irad, e s p .: Introducción a l
estudio de la historia]; / C e r t e z a h is tó ­ ria universal, puede únicam ente de­
rica, H isto ria (Filosofía de la). cirse que dicho sentido no difiere
del propio de los acontecimientos
H istoria (Filosofía de la ). D is­ del m undo y del de éste ( / M u n ­
tinta de la ciencia de la historia, do) en general: la manifestación y
que ha de extraer de sus fuentes representación de la infinita ple­
y exponer el acontecer histórico, nitud ontológica de D ios hecha de
es la filosofía de la historia (lla­ un m odo finito y hum ano. T oda
m ada tam bién m etahistoria), cuyo época y to d o hom bre han de con­
fin consiste en entender a ésta tribuir a esta manifestación, que
( /H is to r ia ) desde los últim os fun­ incluye tanto la plena realización
dam entos del ser y del conocer, de las disposiciones hum anas en el
com o el de la ciencia de la historia tiem po (sentido inmanente de la
es som eterla a u n a «reflexión pen­ historia) com o la consecución del
sadora» (Hegel). L a filosofía de la fin eterno propuesto al hom bre
historia abarca com o disciplinas (sentido trascendente). C uál sea
principales la lógica y la m etafí­ concreta e históricam ente este fin
sica de la historia. L a prim era es cosa que depende de la libre
indaga los fundam entos, supuestos determ inación de Dios.
y m étodos de la ciencia histórica Y a en los comienzos de la filo­
( /C e r t e z a histórica); la segunda sofía se encuentra un a reflexión
investiga la esencia, las causas histórico-filosófica (recuérdense los
( /H is to r ia ) y el sentido de la m itos culturales). Las opiniones de
historia. T rátase de com prender la filosofía griega señalan diversas
la historia ta n to en su relación direcciones (teorías de la decaden­
esencial con el hom bre com o de in­ cia, de la ascensión, de la constancia,
sertarla en la últim a conexión del del curso cíclico). A unque la con­
ser. D e aquí se sigue que la / a n ­ cepción de la historia existente en
tropología filosófica y la / m e t a ­ el A ntiguo Testamento está orien­
física poseen decisiva im portancia tada teológicamente, adquiere tam ­
p ara la filosofía de la historia. bién gran im portancia p ara la ul­
A dem ás, ésta tiene de hecho cons­ terior estructuración de la filosofía
tru id a sobre sí la teología de de la historia al acentuar la unidad
la historia, porque la /re v e la c ió n del linaje hum ano y concebir la
cristiana expone la historia del historia com o un proceso único
m undo com o historia de la sal­ con conclusión llena de sentido.
vación. P or eso, si a la filosofía Lo m ism o se diga de San Agustín,
de la historia incum be la m isión de cuya obra principalm ente teológico-
com prender a ésta desde una in­ histórica, «L a C iudad de D ios»,
teligencia general del ser y de la contiene asimism o muchas ideas de
esencia del hom bre, debe com ple­ filosofía d e la historia. Pensamien­
m entarse con dicha teología para tos filosóficos y teológicos acerca
alcanzar u n a visión de la historia de la historia reunieron igualmente
hum ana, nueva, m ás profunda y en lo sucesivo: Otto von Freísing,
que no lograría po r sí misma. Dante, Bossuet, Fr. Schlegel, Gdrres
Sólo en el caso de períodos de­ y Soloviev. C om o disciplina pro­
term inados y relativam ente cerra­ piam ente ta l la filosofía d e la his­
dos, cabe leer en el curso de los to ria existe sólo desde que en la
hechos'-el sentido de la historia. Ilustración el hom bre avanzó hasta
R especto al conjunto de la histo­ situarse en el centro de la reflexión
filosófica. La expresión «filosofía de Vom U rsprung und Z ie l der Geschichte,
la historia», procede de Voltaire; 1949 [tr a d . e s p .: Origen y m eta de la
fundador del pensam iento filosó- historia, 1953]; [J. O r t e o a y G a s s e t ,
H istoria como sistem a, 1942; R . G . C o l -
fico-histórico alem án fué Herder.
l i n g w o o d , Idea de la historia (tr a d . e s p .)
L a dirección idealista concibió la 1952; E . R o t h a c k e r , Filosofía de la h is­
historia com o realización de una toria (tr a d . e s p .), 1951; R . A r o n , Intro-
idea divina; la naturalista, com o duction á la philosophie de l'histolre, 1938
efecto necesario de leyes naturales. (tr a d . e s p .: Introducción a la filosofía de
L a prim era se presentó en form a ¡a historia, 1945)]; d j F . K a u f m a n n , Ge­
teísta y panteísta. Según Hegel, schichtsphilosophie der Gegenwart, 1931;
a quien la filosofía de la historia ÍS. V a n n i - R o v io h i , L a concezione hege-
liana della storia, M ilán 1942],
debe profundas intuiciones, a pesar
de las muchas violencias de sistema,
la historia es el curso deveniente H isterism o. Sólo en la fase ta r­
del espíritu objetivo ( / S e r espiri­ día de la historia del espíritu hu­
tual, Idealism o alemán). A la di­ m ano despertó u n a com prensión
rección naturalista pertenecen el real de la / h i s t o r i a que aprendió
/ positivismo de Comte, y el m ate­ a m edir el pasado con m ódulos
rialism o histórico (/M a te ria lism o propios de éste. D esarrollada en
dialéctico). L a doctrina del eterno la reacción contra el racionalism o
retom o de Nietzsche com bina el del siglo xvm , se robusteció con
p unto de vista idealista y natu­ los esfuerzos de la ciencia natural,
ralista. L a filosofía de las razas con­ orientados en el mismo sentido
sidera la historia exclusivamente (teoría de la evolución) logrando
com o lucha racial (Chamberlain, po r vez prim era su fundam entación
Rosenberg). — B r u g g e r . m ediante la filosofía especulativa
de Hegel. É sta concede a to d a fo r­
A d em ás d e la s o b ra s antes citad as: m a histórica su puesto necesario
b ) F . S a w i c k i , Philosophie der Geschich­
en el curso evolutivo de la idea
te, *1923 [tr a d . e s p .: Filosofía de la
historia, 1948]; J. B e r n h a r t , Sinn der
absoluta y, con ello, un a validez
Geschichte, 1931 [tra d . e s p .: E l sentido supratem poral, pero, al mismo
de la historia, 1946); A. S c h ü t z , G ott tiem po, despoja a lo histórico de
in der Geschichte, 1936; K . R a h n e r su carácter peculiar suprim iendo su
H órer des W ortes, 1940; A. D e l p , D er libertad e independencia (Mstoris-
M ensch und die Geschichte, 1944; [A. mo especulativo). E n oposición a tál
M íl l An P u e l l e s , Ontología de la exis­ punto de vista, Dilthey destaca pre­
tencia histórica, 19S1; J. P é r e z B a ­ cisam ente esta peculiaridad de lo
l l e st a » , Fenomenología de lo histórico,
1955. — H . E ib e l , M eta p h ysik und Ge­
histórico, pero disuelve en su con­
schichte, 1913; L . Z ie g l e r , Überliefe- sideración panhistórica to d o m ó ­
rung, “1949; E. S p ie s S, D ie Grundfragen dulo y valor supratem poral. Así
der Geschichtsphilosophie, Schwyz, 1937; se llega al historismo relativista que
c ) T h . L in d e r , Geschichtsphilosophie, sólo perm ite una crítica inm anente
•1912; W . W i n d e l b a n d , Geschichtsphi- de lo acontecido. Consecuencia del
¡osophie, 1916; N . B e r d ia e f f , D er Sinn historism o es que tam bién la m ism a
der Geschichte, 1925 [tra d . e s p . : E l sentido ciencia del espíritu deviene relati-
de la historia, 19311; T h . L riT , Wege und
vizada; tam poco ella elude el con­
Irrwege geschichtlíchen D enkens, 1948;
H . J. B a d é n , D er Sinn der Geschichte, dicionam iento p o r e! tiem po y la
1948; H . H e im so e t h , Geschichtsphilo­ cultura no sólo en lo que respecta
sophie, 1948, en S ystem der Philosophie a la selecci^ji^ exposición e interés,
(edit. p o r N . H a rtm a n n ); K . J a s p b r s , sino tam bién a su validez. E l his-
torism o desemboca así en la filoso­ pensante». T am poco se conoce
fía de la vida ( / V i d a [Filosofía exactam ente el sentido originario
de la] y el /p ra g m a tis m o , para del térm ino griego S vOqooiuk; inter­
los que el conocim iento se reduce p retad o hoy com o «rostro de va­
a un puro medio de la voluntad de rón», fué entendido prim itivam ente
vivir. — /[ 1 8 9 ] . — B r u g g e r , com o «el que m ira hacia arriba».
E n todo caso, será siempre el ente
F. N tE T Z S C H E , Vom Nutzen und Nack- m undano que m ás dignas cuestio­
teii der Historie fü r das Leben, 1874; nes plantea, el ente que de ordina­
W . D i l t h e y , Einleitung in die Geistes-
wissenchajten i, 1883 [trad. esp .: Intro­
rio renuncia a form ularlas; pero,
ducción a las ciencias del espíritu, 1950]; tam bién, el que, p o r lo com ún,
del m ism o : Das fVesen der Philosophie, recom pensa las preguntas que se le
en Kultur der Gegenwart: System der dirigen. La investigación auténtica
Philosophie, 1907 [trad. esp .; La esencia descubre de continuo su grandeza
de la filosofía, 1944]; E. T r o e l t s c h , Der incom parable, según el inm ortal
Hisíorismus und seine Überwindung, 1924; canto del coro de la «A ntígona»
K . H e u s s i , Die Krisis des Hisíorismus,
de Sófocles: «M uchas cosas gran­
1932; T h . L i t t , Geschichte und Leben,
diosas viven, pero n ad a aventaja
31930; E. R o t h a c k e r , Logik und Syste-
matik der Geisteswissenschaften, 1948; al hom bre en m ajestad».
[J . S A N C H E Z V i l l a s e ñ o r , La crisis del U n a m últiple estratificación ca­
historicismo >' oíros ensayos, 1945; J . I t u - racteriza la naturaleza humana, es
r r i o z , Hombre e historismo, 1947; A. d b decir, al hom bre en su ser y o b rar.
C o n i n c k , La connaissance humaine est­ Ofrécese en prim er lugar un ser
ille radicalement historique?, en «Revue corpóreo, en cuya estructura en­
philoso p b iq u c de L ouvain» 52 (1854) tran elem entos del dom inio inor­
pp. 5-30; I. P é r e z , La verdad y el error
gánico. N o obstante, si se preten­
filosóficos como realidades históricas, en
«E studios filosóficos» 4 (1955) pp. 5-44];
diera explicar el hom bre sólo por
d) F. S c h m i d t , Die Theorie der Geistes- ellos, surgiría el materialismo an­
wissenschaften vom Alterlum bis zur Ge­ tropológico, qu e equivoca de raíz
genwart, 1931, p . 106 ss; F . M e i n e c k e , la esencia de aquél. Vemos, ade­
Die Entstehung des Hisíorismus (hasta m ás, al hom bre com o cuerpo vivo
G o eth e), *1946 [trad. esp.; E l histori­ u organism o, reuniendo en sí todos
cismo y su génesis, 1943]. los fenómenos y actividades de la
vida corporal. Su / cuerpo se
H om bre. D el latino «hom o», parece al de los animales superio­
significa «el nacido de la tierra» res, de ahí que las funciones vege­
(recuérdese: humus). E sta indica­ tativas (nutrición, crecimiento, re­
ción etim ológica conduce ya a la producción) se realicen en él según
esencia del hom bre. Ser form ado el tipo fundam ental del anim al con
con tierra, de una parte, com o to ­ el que com parte tam bién la vida
das las cosas terrestres, se eleva, consciente sensitiva. T an vincu­
de o tra, p o r encim a de ellas aden­ lado está el hom bre a los orga­
trándose en un m undo superior. nismos, que cabe preguntar p o r la
El vocablo alem án equivalente descendencia som ática o la e v d u -
«M ensch» está relacionado con lución de su cuerpo a p artir de
«M ann»: varón. En su obscuro form as previas inferiores ( /E v o l u ­
sentido prim itivo, y debido quizá cionismo). Sin em bargo, el hom bre
a u n a raíz hoy todavía existente no se explica únicam ente p o r la
en 1» voz «m ahnen»: advertir, vida corporal, p o r la m ism a razón
exhortar, «M ensch» significa «ser que tam poco el despliegue de ésta
ha de tener a su servicio todo lo personal, en cuya virtud, pasando
dem ás; tal primacía de la vida sería a través de todo lo terrenal, aspira
materialismo biológico. a su fin personal supraterreno: la
H asta aquí hem os contem plado posesión de D ios. L o cual trae
al hom bre com o m iem bro de la consigo que nunca sea lícito uti­
naturaleza; no obstante, según su lizarle com o medio, y que deban
propia peculiaridad, es m ás que dejarse a salvo sus inalienables de­
/n a tu r a le z a . L e corresponde una rechos fundamentales ( / l i b e r t a d
vida espiritual intrínsecam ente in­ exterior, inviolabilidad, libertad de
dependiente de cuanto sea corpó­ conciencia, libre ejercicio de la reli­
reo. P or eso, el conocim iento inte­ gión, propiedad privada, etc.). El
lectual desciende hasta lo m ás p ro ­ verdadero valor del hom bre lo de­
fundo de las cosas, hasta el ser, term ina su acrisolada pureza ética,
y se eleva hasta su últim o funda­ no su producción visible. É sta, con
m ento, hasta el Ser absoluto (Dios). todo, le h a sido encom endada
Por eso, la voluntad es soberana­ com o cam po de su realización m o­
m ente libre frente a los bienes fi­ ral. Su naturaleza espiritual se
nitos y abraza to d o bien, incluso revela aquí en la plasm ación crea­
el Bien suprem o (Dios). La vida do ra de la / c u l t u r a histórica.
espiritual representa, pues, el más L a polaridad sexual no está en
elevado grado de / v i d a , porque, el hom bre m enos inform ada p o r lo
trascendiendo tod os los límites, se espiritual que las restantes esferas.
mueve en lo infinito. A unque el E l sexo es, ante todo, algo bioló­
hom bre posea dicha vida sólo de gico; varón y mujer guardan entre
m anera finita y D ios, por el con­ sí m utua correspondencia com o ser
trario, en grado infinito, coinciden fecundante y receptor respectiva­
en ella, siendo el hom bre po r lo mente. Pero este acontecer se su­
mismo, imagen de Dios. D e ahí blim a en el varón a la nobleza de
resulta para aquél la primacía del la paternidad y en la m ujer a la
/ espíritu, a quien todo lo demás de la m aternidad, entrando enton­
está subordinado. Este ente altísi­ ces en juego la personalidad tan to
mo vivifica e im prim e tam bién su de los padres com o del hijo. In­
cuño en las otras capas del hom ­ versamente, la personalidad entera
bre, v.gr.: en su vida sensitiva y del hom bre lleva tam bién el sello
hasta en su apariencia exterior (la de su destino a la paternidad.
m archa erecta, etc.), de tal suerte Pasando p o r encim a d e su reper­
que a pesar de su m últiple estrati­ cusión en el m atrim onio y la fa­
ficación presenta un conjunto unita­ milia, ta l peculiaridad reviste gran
rio. E sta arm onía total está princi­ trascendencia p ara el cum plim iento
palm ente garantizada p o r el hecho de Jas diversas tareas del género
de que el alma espiritual única es hum ano, sobre todo, p ara la cons­
a la vez principio de los otros dos trucción de la /c o m u n id a d hum a­
grados de vida y form a, ju n to con na. É sta, penetrada y vivificada por
el cuerpo, u n solo ente. lo espiritual, sobrepuja a todas las
La naturaleza espiritual que el asociaciones infrahum anas; es el
hom bre posee le hace el presente espacio vital del hom bre, que sin
de la peculiar dignidad e intangibi- ella no encontraría su pleno des­
lidad de su persona ( /P e rs o n a li­ envolvim iento; p o r este m otivo, el
dad). Su carácter único y singular individuo no debe negarle su ap o r­
brilla sobre todo en la inm ortalidad tación. El desarrollo integral de
las disposiciones y fuerzas de la conocim iento de alguna preem inen­
naturaleza del hom bre conduce cia en otro, m anifestativo de la
a la noble hum anidad que el huma­ alta estim a interio r hacia su per­
nismo proclam a com o fin de la sona. E sta estim a interior, llam ada
colectividad hum ana. Sus ideales tam bién respeto, es en sí más im ­
deben suscribirse en tan to que no p o rtan te que la acción aislada de
excluyan de la hum anidad a D ios h o n rar externam ente. D e ordinario,
y a lo sobrenatural. — L o t z , la h o n ra presupone un verdadero
m érito en la persona honrada. El
a ) S a n t o T o m á s d e A q u in o , Sum m a
tkeologica, 1, q q. 75-93; b) K . Rahner.,
m ás excelente objeto de la h o n ra
H drer des W ortes, 1941; R. G u a r d i n i , es la p rob idad m oral, la honora­
W elt und Person, 1940; del m ism o : D er bilidad, la honradez, la h o n ra in­
M ensch vor G o tt (dedicado a T h. Stein- terna, denom inada hoy con fre­
büchel en su 60.° aniv ersario), 1948; cuencia sim plem ente honra. C uan­
T h . A. W a l t e r , S elnsrhytm ik, 1932; do u n a persona encuentra alta es­
B . v o n B r a n d e n s t e i n , Der M ensch und tim a m oral en un círculo m ayor
seine Steilung im A ll, 1947; T h . H a e c k e r ,
y capaz de juzgar, se dice que goza
Was ist der M ensch?, 41949; J. PiBPER,
Wahrheit der D inge, 1947; H . P f e i l ,
de buena fam a. La h onra y la
D er M ensch im D enken der Z e it, 1938; buena reputación son bienes im ­
F . R ü s c h e , B iu t und Geist, 1937; portantes p ara el esfuerzo ético del
R . A l l e r s , D as Werden der sittlichen individuo y p ara la vida social,
Person, *1931 [trad. e sp .; N aturaleza constituyendo las bases de la con­
y educación del carácter, 1950]; J. S e ll- fianza m utua. Por eso, es lícita,
m a ir , D er M ensch in der T ragik, 1939; y aun necesaria, u n a ordenada as­
F. M u c k e r m a n n , D er M ensch im Z eit-
piración a la h o n ra y a la buena
a lter der Technik, 1945; J. L o t z , Das
christiiche M enschenbild im R ingen der
fam a. El am or a la h onra fundado
Z e it, 1947; [A . G u z z o , V io e la ragione, en la absoluta probidad es una
1 9 4 7 ; A . E t c h e v e r r y , L e conflic actuel virtud m oral. D entro de límites
des hum anism es, 1955]; c) A. G e h l e n , razonables, la m oral perm ite asi­
D er M ensch, *1950; W . K a m l a h , D er mismo el deseo ordenado de hacer­
M ensch in der Profanitát, 1 9 4 9 ; T h . L it t , se acreedor a u na m ayor h onra
D ie Sonderstellung des M enschen im Rel- y buena reputación (gloria), sobre
che der Lebendigen, 1948; E . M ic h e l ,
la base de obras y riesgos notables.
D er Partner Gottes, 1 9 4 6 ; W . S o m b a r t ,
Vom M enschen, 1938; H . T h ie l ic k b ,
Es la bizarría. — D e la antedicha
L eben u nd Tod, *1946; W . T r i l l h a a s , im portancia de la buena fam a sí­
Vom W esen des M enschen, 1949; W . Jae- guese la obligación no sólo de n o
g e r , H um anism a n d Theology, M ilw aukee perjudicar la del prójim o con falsos
1943; [P a is s a c T h é v e n a z , H e r s c h , C h e - testim onios (calumnia) sino tam ­
v a l ie r , W . K e l l e r , J e a n W a h l , L 'H o m - bién de no m enoscabarla revelan­
me. M étaphysique et Trascendence, 1943; do sin necesidad faltas verdaderas,
E . C a s s ir e r , A n E ssay on M an, 1944
pero ocultas (detracción). Los lí­
(trad . esp .: Antropología filosófica,
mites del deseo de honra y dis­
1945)1; d ) M . M ü i.i.e r , D ie Krise des
Geistes. D a s M enschenbild in der Philoso­ tinción surgen de la naturaleza del
phie selt Pascal, 1946; e ) J. L o tz -J . d e hom bre com o criatu ra de D ios,
Vries, D ie W elt des M enschen, *1951 ente social y ser falible y poseedor
[trad. esp .; E l mundo del hom bre, 1954]; de defectos. D ios es la fuente de
/A n t r o p o lo g í a . to d o valor; p o r eso le son debidas
siempre y en prim er lugar la hon­
H onra. Según A ristóteles, la ra y la glorificación. F alta a la
h o n ra es un signo exterior del re­ pro b id ad interior y al verdadero
am or a la honra quien se atribuye nifiesto de una cosa según sus
méritos que no posee o pretende rasgos característicos; en segundo
ser honrado de un m odo exclusivo. lugar, designa sobre todo el aspec­
Tam bién et prójim o tiene y merece to interior o contenido esencial que
su honra. La lealtad y la honradez en aquél se revela. M ientras el
exigen no sólo reconocer con sen­ / concepto sigue al ser de las cosas
cillez ante D ios y la sociedad la y reproduce su esencia, la idea le
propia falibilidad, sino tam bién las precede como eterno y perfecto
faltas reales y num erosas cometi­ arquetipo conform e al cual han sido
das. Así la aspiración a la honra ellas configuradas. Así la idea es
queda preservada de su exceso: esencialm ente causa ejemplar o ar-
el orgullo (iJpQtc), de la arrogan­ quetípica. A prehendida p o r el en­
cia, la am bición desmedida, y el tendim iento, conviértese en norma
vano afán de gloria. L a humildad (canon) con arreglo a la cual éste
refrena, pero no im pide el am or juzga las cosas que se le presentan
a la honra. Es el deseo de atenerse o se guía en la realización de la
al orden jerárquico de los seres idea ( /I d e a l) .
espirituales determ inado po r Dios. Platón considera las ideas com o
H um ildad no es desinterés o indi­ realidades independientes supra-
ferencia ante el debido am or a la m undanas que representan un rei­
honra. El hum ilde quiere evitar las no propio bajo la idea suprem a
pretensiones exageradas de la hon­ del bien. San Agustín (precedién­
ra, precisamente porque venera en dole Plotino) las convierte en los
sí y en otros un vivo trasunto de pensam ientos originarios creadores
Dios. L a hum ildad y la generosi­ existentes en la m ente divina. D ios
dad descansan en la profundidad mismo aparece com o la Id ea abso­
m isma del alma. C uando la hu­ luta o Idea de las ideas en cuanto
m ildad se califica de desprecio de que su infinita plenitud abarca to ­
si mismo, éste debe entenderse de das las esencias (según su núcleo
desprecio del yo falible y come­ positivo, prescindiendo de lo que
tedor de faltas, n o del yo donado entraña imperfección) en altísimo
por D ios, que es imagen suya. U no despliegue. Santo Tomás de Aquino
de los m ás im portantes deberes de incorpora esta teoría a su aristote-
la educación m oral lo constituye Iismo. L a nrisma concepción alienta
el despertar, fom entar y cuidar un posteriorm ente en H egel cuando
fino y m oderado sentimiento de la denom ina «Idea absoluta» a su
honra. — S c h u s t e r . fundam ento primitivo (U rgrund);
b) F . K a t t e n h u s c h , Ehren und Ehre, sin em bargo, en él to d o se trueca
1909; M . W u n d t , Die Ehre ais Quelle en panteísmo, porque la Idea abso­
des sittlichen Lebens in Volk und Staat, lu ta no es perfecta en sí, sino que
1927; M . G lE R E N S . Eftre, Duell und Men- sólo alcanza su perfección p o r el
sur, 1928; W , R a u c h , Ehre, en Lexikon despliegue de las cosas.
fü r Theologie und Ktrche, m (1931) 575; Puesto que las cosas terrestres
J. B. S c h u s t e r , Ehre und Demut, en
están configuradas conform e a las
«Stitnm en der Zeit» 127 (1934) pp. 1-6;
O . H . N e b e , Die ehre ais theologisches ideas, éstas deben de alguna m a­
Problem, 1936; R . E g e n t e r , Von chrtst- nera pasar a form ar parte de las
Ilchen Ehrenhaftigkelt, 1938. mismas. N i Platón ni San A gustín
encontraron p ara ello fórm ula sa­
Idea (del griego ISeiv: ver) sig­ tisfactoria. Solam ente la doctrina
nifica prim eram ente el aspecto m a­ aristotélica de la form a interna
esencial de las cosas ( / Form a) a ) P l a t ó n , t o d o s lo s d iá lo g o s , e s p e ­
hace posible la solución a Santo c ia lm e n te la República; S a n t o T o m á s
d e A q u in o , Summa theologica, 1 q . 1 5 ;
Tomás, quien considera dicha for­
Quaestiones disputatae de veritate, q. 3;
m a com o participación y reproduc­
I. K a n t , K ritik der reinen Vemunft
ción de las ideas de D ios; toda cosa {Transzendentate Dialektik, I. 1 ); G. H e ­
lleva el cuño de u n pensam iento g e l , Wissenschaft der Logik, p r in c ip a l­
divino que desde un principio la m e n te 1. m , sec. 3 ; c) I. K a n t , G . H e g e l :
determ ina en su peculiaridad. / a) \ N . H a r t m a n n , Zur Grundlegung
N uestros conceptos son capaces der Ontologie, 31 9 4 8 , iv p a r te [tr a d . e s p .:
de aprehender las ideas. Platón Ontología, i: Fundamentos, 1 9 5 4 ]; d) O .
sólo sabía explicarlo p o r la visión W illm a n n , Geschichte des Idealismus,
JI 9 0 7 ; H . O p p e l, K jv w v . Z ur Bedeutungs-
de las ideas ( / Intuicionism o) y
geschichte des Wortes und seiner latei-
San Agustín por irradiación de una htschen Entsprechungen, 1 9 3 7 .
luz procedente de las ideas di­
vinas ( / Iluminación). Ú nicam en­
te Santo Tomás llegó, siguiendo Ideal. D enom ínase ideal la rea­
a A ristóteles, a la /a b s tr a c c ió n lización perfecta de u n a / i d e a .
de las ideas partiendo de las cosas. El ideal se consigue, pues, cuando
N uestros conceptos, en cuanto que una idea h a llegado a desplegarse
reflejan las ideas, pueden denom i­ (al m enos, aproxim adam ente) se­
narse ideas en sentido profundo. gún todas sus posibilidades. E l ideal
Sólo desde el /c o n c e p tu a lism o , o se encuentra existiendo en u n a
que rom pió la conexión entre con­ determ inada esencia o es represen­
cepto e idea procurada p o r el co­ tado com o figura lejana, todavía
nocim iento de la esencia, se da no encam ada, dotada del carácter
a to d o concepto e incluso (en el de fin. E n el prim er sentido la
em pirism o) a la im presión senso­ idea platónica es a la vez ideal,,
ria] el nom bre de idea. — Al con­ pues existe com o realidad su p ra­
cepto, en cuanto traduce un as­ sensible que acuña en sí las posi­
pecto del ente, cabe llam arlo idea bilidades todas de la misma. Com o
si m ás allá de este sentido des­ ideal de todos los ideales aparece
vaído no se excluyen o elim inan los la idea del bien, en cuanto que
fundam entos m ás profundos. — com prende todas las dem ás ideas
D esignam os señaladam ente como en calidad de origen de las mismas.
ideas los pensam ientos hum anos E sta concepción se repite depu­
cuando representan arquetipos crea­ rad a en nuestra imagen de D ios;
dores (v .g r.: ideas artísticas) o «dan D ios es el Ideal absoluto, porque
ocasión p a ra pensar m ucho». reúne en sí la totalidad de las / per­
E n las ideas trascendentales de fecciones (puras) con la m áxima
K ant (m undo, alma, D ios) hay, po r perfección o según el conjunto de
u n a parte, u n lastre conceptua­ sus posibilidades. Teniendo esto
lista, porque son pensadas única­ presente, com prendem os que D ios
m ente p o r el hom bre y carecen aparezca en Kant com o «Ideal
de to d a validez real; m as, po r otra, trascendental». Como ya lo era la
resuena en ellas la profundidad idea platónica, D ios es ante todo
metafísica, pues las esbozam os n e­ el arquetipo conform e al cual h a
cesariam ente com o totalidades úl­ sido configurado todo lo terrestre
tim as que desde un principio guían y finito, puesto que participa de
to d o jiu e stro afán de conocer. — É l (ejemplarismo). Los ideales de
Lotz. nuestro anhelo m oral, así com o los
de la educación, hay que com pren­ Pero el idealismo incurre en se­
derlos tam bién desde estas relacio­ guida en la m ás extrem a oposición
nes. Sólo alcanzan su plena efi­ al realism o, m antenido n o m e­
cacia cuando nos salen al paso en nos resueltam ente en la escolástica,
u n modelo concreto, a la m anera cuando el E spíritu, el Pensar, de
que, v.gr., C risto brilla ante nos­ quien todo ser objetivo depende,
otros com o el ideal absoluto de es equiparado de alguna m anera
la santidad. — E l adjetivo «ideal» al pensar hum ano. Así se llega al
puede relacionarse con el sustanti­ idealismo gnoseológico, que encierra
vo ideal que com entam os, signifi­ u n a interpretación com pletam ente
cando entonces «conform e al ideal», distinta no sólo de la esencia del
o puede guardar relación con la conocim iento hum ano, sino tam ­
p alabra / i d e a , adquiriendo en tal bién del ser en general. El conocer
caso el sentido de existir al m odo de hum ano, según él, no significa u na
la idea (o sólo en ella). Frecuente­ asimilación al ente com o objeto
m ente designa el m ero contraste previam ente dado, sino u n a p ro ­
con «real», tom ando entonces la ducción del objeto; m as porque
acepción de irreal o m eram ente el pensam iento solo no puede p o ­
representado ( /R e a lid a d ) . —L o t z . ner ninguna / c o s a en sí, el ver­
dadero ser, objeto del conocim ien­
a) P l a t ó n , especialm ente l a Repú­
to, aparece como m ero contenido
blica; I. K a n t , Kritik der reinen Ver-
del pensar, como ser puram ente
nunft (Transzendentale Dialekíik, 1. u,
c. 3); b) A. S c h l e s i n g e r , Der Begriff ideal; cuando en ciertas form as de
des Ideáis, 1908; c) I. K a n t : / a ) ; idealismo elaboradas de m anera
d) C. R i t t e r , Die Kerngedanken der m enos rectilínea y consecuente, se
platonischen Philosophie, 1931. adm ite todavía un a realidad in­
dependiente del pensam iento, ésta
Idealismo. E tim o ló g ic a m e n te , es absolutam ente irracional, o p o r
idealismo es aquella concepción que lo m enos lo es p ara nosotros. La
asigna a las / i d e a s , al /id e a l , interrogación en cuya respuesta
y con ello al /e s p ír itu , una p o ­ discrepan las distintas form as del
sición dom inante en el conjunto idealismo es la siguiente: ¿cuál es
del ser: el ser, en últim a instancia la naturaleza del «pensar», de la
está determ inado desde las ideas, «conciencia», del «sujeto» que pone
desde el espíritu. Así entendido, to d o lo objetivo? Según el idea­
el / idealismo no se opone al lismo empírico (psicológico), el ob­
/ realismo genuino, sino única­ jeto lo funda la conciencia del in­
m ente al /m a te ria lis m o . E l ser dividuo en cuanto tal; el ser no
prim ero es, en efecto, el Ser pu ra­ es m ás que el contenido individual
m ente espiritual de D ios, en quien de conciencia (esse est percipi).
se identifican p o r com pleto ser Este «punto de vista de la concien­
y conocer espiritual y conforme cia» (conciencialismo) llevado a sus
a cuyas ideas está form ado todo últim as consecuencias, conduce al
ente n o divino; así, todo ser está /s o lip s is m o , o sea, a la opinión
desde su origen penetrado por la de que sólo el propio yo (solus
luz del espíritu siendo, po r lo tanto, ipse) es cognoscible. Berkeley lo
«verdadero» y cognoscible ( / V e r ­ elude restringiendo la tesis del idea­
dad). Este legítimo idealismo perte­ lismo em pírico al m undo corpóreo,
nece justam ente a la inalienable cuya existencia independiente del
herencia de la filosofía escolástica. pensar niega absolutam ente (idea-
lismo acosmista). La m ayoría de to d a validez. L a m ayoría de veces
idealistas n o reconocen al idealis­ esquiva la cuestión acerca del su­
m o em pírico com o auténtico idea­ jeto últim o de dichas form as, di­
lismo, porque cae en un com pleto rigiendo su atención únicam ente a
subjetivismo y relativism o y no la articulación lógica de los con­
puede explicar la validez universal tenidos cogitativos. N egando un
de la ciencia, independiente de sujeto real pensante, el idealismo
to d a contingente experiencia indi­ lógico incurre, según N . Hartmann,
vidual. P or eso Kant supone que en el absurdo de un «subjetivismo
no es el sujeto individual con todas sin sujeto». — Las expresiones idea­
sus contingencias quien determ ina lismo subjetivo y objetivo n o siem­
el objeto, sino un «sujeto / t r a s ­ pre se entienden en el m ism o sen­
cendental», es decir un sujeto cu­ tido. U nas veces se entiende p o r
yas form as de la intuición y del idealismo subjetivo el psicológico,
pensam iento, universales y a prio­ que convierte en norm a la concien­
ri frente a las sensaciones cam bian­ cia em pírica individual; otras, todo
tes, son ley incondicionadam ente idealismo que afirme que el objeto
válida p ara todo ser pensante igual sale del sujeto (como en Fichte),
a nosotros ( idealismo trascendental denom inándose, en cam bio, idea­
o crítico; /C riticism o '). E l sujeto lismo objetivo el que defiende la
trascendental, cuya índole Kant no identidad inicial de sujeto y objeto
precisa, encontró en lo sucesivo di­ (como en Schelling y H egel). En
versas interpretaciones. Si, com o acepción m uy restringida es idea­
en J. F. Fríes, se concibe que es lismo objetivo el puram ente lógico,
la naturaleza psíquica del hom bre, en que la cuestión acerca del sujeto
se va a p ara r a una especie de pensante queda enteram ente pos­
/ psicologismo y a la anulación tergada.
de la incondicionada validez del Com o concepción general del
conocim iento. Si, conservando el universo, el idealismo repercute,
diseño idealista, ésta debe ser naturalm ente, en la ética y la teo­
puesta a salvo, el sujeto trascen­ ría de la sociedad. Frente a todo •
dental h a de concebirse entonces superficial positivismo, acentúa con
com o conciencia absoluta, divina. seriedad m oral que las norm as,
Así resulta el idealismo metafisico ordenadoras de la vida indivi­
que im plica el /p a n te ís m o . (N o dual y colectiva, son independien­
obstante, el nom bre de «idealismo tes de las opiniones y estados de
m etafisico» puede designar tam ­ ánim o m eram ente fácticos; pero
bién el legítimo idealism o de que cuando, conform e al respectivo di­
al principio hemos hablado.) E n seño idealista, desliga dichas n o r­
el /id e a lis m o alem án, en Fichte, m as del orden esencial del ente,
Schelling y Hegel, encontram os el pretendiendo fundarlas en actitu­
idealismo metafisico panteísta ela­ des exclusivamente «formales» del
b orado de diversas m aneras. — sujeto «puro» vacías de contenido,
P or últim o, el idealismo lógico, es­ incurre en u n abstraccionism o ajeno
pecialm ente tal com o el /n e o k a n - a la vida. - / f l 1,17,20; 137; 153­
tismo lo h a perfilado, ya n o con­ 1 6 1 ,176-181; 217, 230-231, 237-239,
sidera las form as del pensam iento 254, 256, 263, 265]. - D e V ribs.
com o contenidos de conciencia de b ) J. G e y s e r , A u f dem K am pffelde
un real sujeto pensante, sino co­ der L o g ik , 1 9 2 6 ; G . S ó h n g e n , Sein
m o fundam ento autosuficiente de und Gegenstand, 1 9 3 0 ; C . O t t a v j a n o ,
Critica dell'Idealismo, '1 948; V. M. K m - co, con que debe tam bién llevarse
per , Lo sforzo verso ¡a trascertdenza,
a cabo nuestro pensam iento si,
R o m a 1940; C . G i a c o n , II problema filosofando, quiere realizar la ver­
c'ella trascenderla, M ilán 1942; c) A.
L i e b e r t , Die Krise des ¡dealtsmus, 1936;
d ad absoluta, traduce el curso
N . H a r t m a n n , Grundzüge einer Meta- recorrido po r el devenir. Tres m o­
physik der Erkenntnis, 31941 [trad. fra n c .; m entos entran en este m ovim iento:
Principes d'une métaphysique de la con­ la tesis, principio no desplegado,
naissance, París 1947] (respecto a esta todavía quiescente; la antítesis en­
o b ra , véase: A . G u g g e n b e r g e r , Der trañada en él, que le pone en m o­
Menschengeist und das Sein, 1942); vim iento (de la «dicción» [Spruch]
d) O . W i l l m a n n , Geschichte des Idea- se separa la «contra-dicción» [1*7-
lismus, a1907; A. E t c h e v e r r y , L ’idéa-
lisme frunzáis contemporain, P arís 1934;
der-spruch])-, la síntesis, que re­
H . D. G a r d e i l , Les ¿tapes de la philo­
duce am bos contrarios ( Gegen-
sophie idéaliste, P arís 1935; R . J o l i y f .t , satze) a su más profunda unidad.
Les sources de VidéaUsme, París 1936 Este m ovim iento com prende in ­
[trad. esp .: Las fuentes del idealismo, num erables peldaños, porque to d a
1945]. síntesis aparece a su vez com o tesis
en un plano superior. Sirva lo
Idealismo alem án. D esígnase con siguiente p ara aclarar esta m archa
esta expresión u n a de las más triádica: u na verdad parcial (Teil-
poderosas irrupciones del pensa­ Wahrheit) produce, en virtud de
miento en el palenque filosófico de su unilateralidad, su contrario (Ge-
la hum anidad. E n un intervalo de gen-teil) igualmente unilateral; sólo
apenas cuarenta años (entre 1790 la com pensación (Ausgleich) y com-
y 1830), se desarrolló un movi­ plem entación (Er-gánz-ung) de am ­
miento intelectual de riqueza y pro­ bas no-verdades (Un-W ahrheiten)
fundidad incomparables. Se presen­ dan com o resultado la verdad p ro ­
ta com o idealismo en cuanto que piam ente tal o plena (Voll-W ahr-
p ara él ser e idea coinciden, con lo heit), la cual p o r su p arte desde
cual renueva a su m anera el plato­ un punto de vista ulterior deviene
nism o. Y le caracteriza com o idea­ verdad parcial,
lismo alem án el hecho de estar E ste caudal fundam ental común
determ inado p o r la filosofía m o­ aparece en Fichte (1762-1814) com o
derna, sobre to d o por K ant. Sus teoría de la ciencia ( Wissenschafts-
representantes m ás destacados son lehre). D esarrollada prim ero en su
Fichte, Schelling y Hegel. Pese a ob ra capital «Fundam ento de la
las profundas diferencias que les teoría de la ciencia» (1794-95), es
separan en los detalles, convienen perfeccionada y transform ada con­
principalm ente en dos rasgos fun­ tinuam ente en lo sucesivo y con­
dam entales: la prim acía de la ra ­ ducida a sus esferas de aplicación.
zón o del espíritu y el movimiento Fichte parte de Kant y quiere su­
dialéctico. La razón es la idea de perar la escisión que en éste existe
las ideas y el fundam ento prim i­ entre lo teorético y lo práctico, la
tivo ( Urgrund) absoluto, que se conciencia v la cosa en sí. P or eso
pone a sí m isma y pone en sí coloca en posición central el Yo
m ism a todo lo dem ás com o m o­ práctico con su libertad, entendién­
m entos evolutivos o manifestacio­ dose, naturalm ente, por tal el Yo
nes suyas, estando, po r lo tan­ puro, que se conduce respecto al
to, sujeta esencialmente al devenir empírico com o el fundam ento p ri­
( Werden) . El m ovim iento dialécti­ m itivo (Urgrund) general respecto
a su m anifestación particular. C o­ m ovim iento dialéctico e incluve la
mo actividad pu ra (Tathandhmg) prim acía de lo estético. D esde 1809
el Yo se pone a sí mismo en la aproxim adam ente, Schelling quiere
intuición intelectual y pone todo con su doctrina de la libertad y su
lo demás en el movim iento dialécti­ filosofía de la religión superar el
co. É ste resulta de que el Y o ne­ panteísm o contenido en todas las
cesita para su despliegue la resis­ doctrinas precedentes. O torga al
tencia de un lím ite; po r eso coloca m undo cierta sustaatividad porque
frente a sí el N o-Yo. Al Y o práctico únicam ente así son posibles la liber­
se subordina el teorético, porque tad y la religión. C on ello guarda
el m undo de los objetos se dibuja estrechísima relación la últim a fase
sólo com o m aterial de la obliga­ de la filosofía positiva, que Schelling
ción m oral. Posteriorm ente Fichte, opone a la filosofía negativa de
considerando el Yo m ás acentuada­ Hegel. A la consideración de lo
m ente desde el punto de vista del esencial añade la de lo existencial,
hom bre, lo h a reducido a la razón com pletando así la razón y la esen­
( Vem unft) absoluta, que aparece cia universal con la voluntad y la
entonces com o fundam ento pri­ existencia concreta. A dem ás, apro­
mitivo m arcadam ente panteísta. vecha las experiencias de la con­
E xpositor al principio de la teo­ ciencia religiosa en el m ito y la
ría de la ciencia y esencialmente revelación y aspira a arm onizar el
influido po r el rom anticism o, Sche- saber con la fe. —A pesar de todo,
lling (1775-1854) crea su propio los dos últim os períodos siguen las­
sistema, que som ete a im portantes trados por el panteísm o prim itivo
cambios. Distínguense en él gene­ y sólo poco a poco llegan a tener
ralm ente cinco períodos. Prim era­ eficacia histórica sus geniales es­
mente elabora la filosofía de la bozos. /E x is te n c ia l (Filosofía).
naturaleza, la cual, bajo la prim a­ P or la am plitud de la m ateria
cía de lo ético defendida po r Fichte, y el rigor del m étodo, H egel (1770-
se había desarrollado poco. La 1831) representa la culminación del
naturaleza es inteligencia'inconscien­ idealism o alem án. Así lo m uestran
te que tiende a la autoconciencia sus obras capitales: «Fenom enolo­
a través de la abundancia de sus gía del espíritu» (1807), «Lógica»
formas. El idealismo trascendental (1812-16) y «Enciclopedia» (1817),
presenta luego al espíritu en su en las que se propugna la prim acía
vida consciente, con lo que la in­ del pensam iento. El fundam ento
clusión de la historia y del arte prim itivo m ás profundo e íntim o
señala un nuevo rem ontarse por es la idea que en el saber absoluto
encima de Fichte. Vistas estas dos se eleva a idea absoluta y en una
fases com o tesis y antítesis, la m archa necesaria despliega todas
filosofía de la identidad constituye las realidades com o m anifestacio­
la síntesis correspondiente; en lo nes de sí mism a. Hegel presenta
A bsoluto o en la razón absoluta, este proceso de dos m aneras: la
com o indiferencia total, quedan fenom enología (doctrina del fenó­
superadas todas las diferencias (in­ m eno, de «lo que aparece») con­
cluso la de naturaleza y espíritu). duce al saber absoluto a través de
Schelling, p o r lo que al método los fenóm enos; dentro del saber
se refiere, propugnaba la intuición absoluto el sistema propiam ente tal
intelectual que se despliega según se mueve desde el ser indeterm i­
el principio de la polaridad o del nado a la profusión de sus form as.
E n dicho sistema la lógica m ira al El siglo xx, sobre to d o después de
ser pre-m undano (vorweltliches Sein) la guerra m undial, trajo un a pode­
de la idea, la filosofía de la n atu ra­ rosa reviviscencia del pensam iento
leza, a su ser-fuera-de sí (Ausser- hegeliano y aunque un neo-hege­
sich-sein) y la filosofía del espíritu, lianismo, com o dirección intelectual
a su ser en cuanto perm anece con­ definida, no llega a plena vigencia,
sigo (Bei-sich-sein). Éste com pren­ el influjo profundo de Hegel se
de tres estadios: el espíritu subjetivo deja sentir por todas partes.
en el sujeto hum ano particular, el E n el idealismo alem án cautiva
espíritu objetivo en las form as rea­ la grandiosa fuerza constructiva
les existentes de la com unidad con que, según rigurosísim a ley,
(derecho, eticidad [Sittlichkeit], his­ hace b ro tar de u n único funda­
toria) y el espíritu absoluto que m ento prim itivo la m ultiplicidad
vuelve sobre sí mismo en el arte, de la realidad. H a com prendido,
la religión y la filosofía. — Desde asimismo, com o apenas ninguna
el p unto de vista del m étodo, Hegel o tra corriente filosófica, la esencia
lleva el movim iento dialéctico a su del espíritu y su im portancia m eta­
perfección. L a filosofía de la refle­ física, conform e a la cual aun
xión que elabora sus arbitrarias lo corpóreo debe concebirse desde
«reflexiones» sobre los contrarios aquél. Pero aquí se encuentran
unilaterales es superada po r él me­ tam bién los límites de este idealis­
diante la absorción (Aujheben) de mo. Creemos que su erro r funda­
los mismos, la cual no los extingue mental reside en la afirm ación de
sino que los conserva en su m ás la prim acía del devenir sobre el
elevada unidad. Las expresiones en ser, como resalta principalm ente al
si (an sich), para sí (für sich) y en principio de la Lógica de H egel;
y para sí (an un d für sich), co­ el ser es sólo un m om ento parcial
rresponden a la tesis, la cual «en ju n to a la nada dentro de la ver­
sí», es decir, en form a no desple­ dadera realidad: el devenir. Puesto
gada, es ya todas las cosas; a la que tam bién el fundam ento prim i­
antítesis, en la cual los contrarios tivo absoluto está, en consecuencia,
se afirman «para sí», es decir, se­ som etido al devenir, es inm anente
parados y aparecen por ello, sólo en el m undo del devenir, y sólo por
en lo que son «para sí; y a la el devenir alcanza el despliegue de
síntesis que co n la unidad de los su plenitud, nos encontram os en el
contrarios presenta su verdad des­ panteísm o. El espíritu prim itivo
plegando en lo «p ara sí» la oculta divino llega entonces a la concien­
profusión de lo «en sí». — M ien­ cia de sí mismo únicam ente en el
tras que Fichte y Schelling no ac­ espíritu del hom bre; p o r lo tanto,
tuaro n form ando escuela, hubo un la m ás elevada realización del sa­
hegelianismo que se escindió en ber hum ano coincide con el saber
una derecha fiel al m aestro y una divino y el hom bre cree poder
izquierda que cayó en el m ateria­ incluir exhaustivamente en el saber
lismo ; n o obstante, tam bién el absoluto el proceso del universo.
hegelianismo se extinguió pronto Pero de hecho la m ente hum ana
com o escuela propiam ente tal, so­ se pierde en un a construcción de
breviviendo únicam ente en el / m a­ relum brón que no puede hacer ju s­
terialismo dialéctico. E n lo sucesivo ticia a la realidad substantiva del
continuó influyendo especialmente fundam ento prim itivo infinito ni
la doctrina hegeliana del Estado. del ser finito y que, además, no
deja espacio alguno p ara la autén­ E . M et zk e , H egels Vorreden, 1949;
tica lib e rtad .—El idealismo alem án G . R. G . M u r e , A n introduction to
em pezó ya a superarse a sí m ism o H egel, O xford 1940.
en el Schelling de la últim a época
al tender a la realidad íntegra. Identidad. C uando se dice que dos
É sta enseña que la verdadera n atu ­ cosas son idénticas, se d a a entender
raleza del espíritu exige la tras­ que no son dos, sino una. A pesar
cendencia del espíritu infinito, el de ello, la identidad com o / r e l a ­
cual en un acto libre creador p ro ­ ción supone necesariam ente, p o r lo
duce esencias finitas substantes que m enos dos miem bros. L a aparente
no p o r eso participan m enos de la contradicción se resuelve teniendo
nobleza del espíritu y de D ios. — presente que las cosas idénticas son
/ [155 ss]. — L o t z . dos y una según distintos puntos
de vista. Así, p o r lo que respecta
a ) J. F ic h t b , F . S c h e l u n o , G . H e g e l :
las o b ras d e estos filósofos; b j O . W i l l - a la identidad lógica, varios entes
m an n, G eschichte des ¡dealism us, 1906; se llam an idénticos en cuanto con­
M . E t t l i n g e r , Geschichte der P hilo­ vienen en el m ism o concepto; en
sophie von der R o m a n tik bis zu r Gegen- este caso es m ejor h ab lar de igual­
wart, 1924; H . U . v o n B a l t h a s a r , dad, y precisam ente esencial, cuan­
Prometheus, Sludien zu r Geschichte des do el concepto correspondiente
deutschen Idealismus, z1947; T h . S t e in - expresa la esencia com ún (Pedro
b ü c h e l, D a s Grundproblem der Hegels-
y P ablo son hom bres iguales en lo
chen Philosophie i, 1933; L . P e l l o u x ,
L a lógica di H egel, M ilán 1938; esencial), de igualdad en sentido
C . HÓTSCHL. D as Absolute in H egels m ás estricto si se tra ta de concor­
D ia le k tik , 1941; H . O g ie r m a n n , H egels dancia en la /c a n ti d a d , de seme­
Gottesbeweise, 1948; J. M ó ix e r , D er janza si se da igualdad esencial
G eist und das Absolute, 1951; G . S ie- parcial, o conform idad en la / c u a ­
w er t h , D er Thom ism us ais Identitátssys- lidad. Según el (controvertido)
tem , 1939; J. L o t z , Sein und W ert i, 1938; principio de identidad de los indis­
[H eg el. volum en co n m em orativo del
cernibles (principium identitatis in-
centen ario de su m u erte p u b lic a d o p o r
la U n iv ersid ad C atólica de M ilán, 1932;
discernibilium: Leibniz y otros) la
X . Z u b ir i , H eg el y el problem a m etafí­ igualdad com pleta, en todos los
sica, en N aturaleza, H istoria, D ios, 1944, determ inantes que hacen a urna
p p. 279-301]; c) R . K r o ner , Von K ant cosa ser lo que es, trae consigo la
bis H egel, 1921-1924; N . H a r t m a n n , identidad real. L a identidad real
Philosophie des deutschen Idealism us, — llam ada tam bién identidad obje­
1923-1929; H . S chelsky , Schelíings Phi­ tiva — es, prim ordialm ente, la coin­
losophie des W illens und d er E xisten?,
cidencia de varios contenidos de
1937; [X. L éo n , F ichte et son tem ps,
3 vols., 1922-1927; E. B r í h ie r , Schelling,
pensam iento en u n único ente. T al
1912; E . C a ir d , Hegel, (trad . ital.) P a- identidad constituye el sentido p ri­
l e r m o 1910; J. W a h i ., L e m alheur de la mitivo del / j u i c i o . Puesto que
conscience dans ¡a philosophie de H egel, objetivam ente no se dan m iem bros
1929; W . M o o g , H egel y la escuela hege- distintos, esta identidad, conside­
liana, (tra d . esp.) 1932; N . H a r tm a n n , rad a com o relación, no es real,
H eg el e t Ia dialectique du réel, e n «R évue sino únicam ente m ental. La iden­
de M étap h y siq u e» 1931, p p . 285-316, tidad real es form al o sólo m aterial.
A . K o jé v e , lntroductíon á la lecture de
Hegel. L cforts sur la Phénoménologie de
Son form alm ente idénticos aquellos
l'E sprit, -1947]; e) C. N in k , K om m entar conceptos que expresan el m ism o
z u den grundlegenden A bschnitten von ente bajo la m ism a / f o r m a , así
H egels Phánomenologte des Geistes, 1931; la identidad enunciada en el prin-
cípio «todo ente es verdadero», es a ) A ristóteles , M etafísica, 1. v, c. 9;
form al, porque el ser-verdadero I. x , c. 3 ; b) L . B a u r, M etaphysik, *1935,
viene dado con la form a de ser. § 19; G . S iew erth , D er Thom ism us ais
Identitatssystem , 1939; ¡F. v a n S teen -
El ejemplo m uestra al mismo
b e r g h e n , Ontología (tra d . esp.) 19.57; L.
tiem po, que la identidad form al d e R aeym aeker , Filosofía del se r (trad.
n o implica necesariam ente u n a re­ esp.) 1956]; c ) E. M eyerson , L a notlon
lación puram ente analítica de con­ de l'idem ique, en «R echerches Philoso-
ceptos de igual contenido, sólo dis­ phiques», 1933-34, pp. 1-17; d ) R . G ó l-
tinguibles entre si por el diverso d e l , D ie L ehre von der ld en titá t in der
grado de claridad con que se ex­ deutschen Logikw issensvhaft seil L otze,
presan las notas. D onde tal rela­ 1935.
ción se presenta dicese que existe
identidad conceptual. (La locución Ideología. E sta p alab ra (en obras
«identidad interna», a m enudo usa­ antiguas) designa, unas veces, la
d a para designarla, podría enten­ «ciencia de las ideas o conceptos»
derse de toda identidad form al.) y, otras, algo asi com o u n sistema
H ay solam ente identidad material abstracto de ideas sin corresponden­
cuando los conceptos indican for­ cia con la realidad. E l vocablo «ideo­
m as diversas que se lim itan a con­ logía» tom a un significado m ás de­
currir en el m ism o / s u j e t o (v.gr.: term inado en el /m a te ria lis m o dia­
este hom bre es justo). P or último, léctico. É ste llama «ideología» a to ­
cabe hab lar tam bién de identidad do sistema, v.g r.: filosófico, religio­
real (ontológica) en el perseverar so, pero, especialmente, ético y de
de un ente, sobre todo de la / subs­ teoría del Estado, el cual, aunque se
tancia, a través del tiempo, a pesar diga espiritual (idea), es en realidad
del cam bio de las apariencias o de m era función de un proceso o esta­
los accidentes. E sta identidad puede do puram ente m aterial (sobre todo
entenderse de m anera m ás o m enos económico). — T al concepto de
rigurosa. Así, por ejemplo, el cuer­ ideología n o es m ás que un sub­
po hum ano, n o obstante el paula­ terfugio del /m a te ria lis m o ante la
tino cam bio de sus partes, es con­ realidad innegable de lo espiritual.
siderado como el «mismo cuerpo» Su aparente justificación reside en
au n después de años; algo parecido la circunstancia de que el espíritu
se dice de Jas com unidades. — El hum ano en sus actuaciones está
principio de identidad («lo que es, ligado de múltiples form as a lo m a­
es») recibe diversas interpretacio­ terial (y tam bién a lo económico).
nes, si n o debe tenérsele po r una /[ 1 6 0 , 211). — B r u g g e r .
m era tautología. M uchos lo consi­
deran com o u n a form a del princi­ K . M a n n h e im , Ideologle und V topie,
pio de contradicción ( /C o n tr a d ic ­ 1929; J. C . R o ucek , A H isto ry o f the
Concept o f Ideology, en « Journal o f the
ción [Principio de]). Según otros,
H isto ry o f Ideas» 5 (1944) n.° 4.
ha de expresar que todo ente en
cuanto tal, tiene u na form a deter­
m inada, u n a determ inada esencia Ignorancia (m oral) es la falta del
o, tam bién, que es inteligible por su necesario conocim iento del valor
form a. Sin em bargo, interpretado m oral de una acción, y en especial
de esta m anera, el principio de de la ley (ignorantia iuris, legis)
identidad no puede valer incondi- o de u n hecho que cae bajo ella
cionadam ente com o prim er princi­ ( ignorantia fa c ti). Q uien al con­
pio. — D e V r ie s . traer m atrim onio n o sabe que la
bigamia está prohibida, tiene igno­ Iluminación. San Agustín y la
rancia de la ley; quien no sabe que gnoseología agustiniano-franciscana
el consorte estaba ya válidam ente del siglo xm (v.gr.; San Buenaven­
casado, ignorancia del hecho. L a tura) dan el nom bre de ilu­
ignorancia m oral puede ser venci­ m inación a un influjo divino espe­
ble e invencible. L a ignorancia ven­ cial en la realización del conoci­
cible es culpable en tanto que m iento hum ano cierto, necesario
existe negligencia p ara adquirir el y universal. A sí com o la produc­
conocim iento requerido. Q uien ción del conocim iento sensorial,
hace el m al p o r ignorancia inven­ adem ás de la potencia sensitiva y
cible n o es responsable de éste en de la acción del cuerpo presente,
conciencia. Sin em bargo, en el do­ requiere el concurso de la luz, así
minio exterior jurídico, a pesar de tam bién p ara la perfección del co­
la ignorancia no dejan de presen­ nocim iento intelectual (revestido
tarse m uchas consecuencias: res­ con los caracteres de certeza ab­
ponsabilidad por daños resultantes, soluta, necesidad y universalidad)
invalidez del m atrim onio debido ju n to a la potencia cognoscitiva del
a im pedim entos ocultos, etc. L a entendim iento y la representación
ignorancia culpable no exime ante de la cosa p o r la percepción sen­
D ios de responsabilidad p o r el m al sorial o la fantasía, se necesita una
y sus consecuencias ni, p o r lo tanto, especial (no ya la m eram ente uni­
de culpa y de merecer castigo. La versal) colaboración de D ios, una
culpa existe, ya antes del hecho, ilum inación o irradiación (de ahí
en la negativa a procurarse la ilus­ las denom inaciones de teoría de la
tración debida y en la despreocu­ iluminación o de la irradiación) de
pación con que se aceptan los m a­ una luz espiritual en la cual el
los efectos previstos, aunque tal hom bre se une con el m ism o D ios,
previsión sea obscura. N adie, pose­ V erdad eterna e inm utable, m e­
yendo el pleno uso de la razón, diante u n a cierta visión de las
puede desconocer sin culpa los rationes aeternae, de las norm as
principios m ás universales de la eternas. Esto, sin em bargo, n o im­
m oralidad, v.gr.: que se debe hacer plica una visión de D ios, cual se
el bien. Lo m ism o cabe decir de verifica en el cielo, o la enseña el
las consecuencias y aplicaciones / ontologism o. N o basta, pues,
próxim as (v.gr.: hay que ho n rar com o Santo Tomás de Aquino su­
a los padres), a menos, que una pone, la fuerza del intelecto agente
educación contraria haya deform a­ ( / A ristotelism o). Según u n a con­
do el juicio natural. Sin em bargo, cepción m ás m oderna, la irradia­
en lo concerniente a las aplicacio­ ción del / agustinism o no es o tra
nes difíciles (v.gr.: a la ilicitud del cosa que la luz sobrenatural de la
suicidio aun en casos excepcionales) gracia. Los teólogos agustinistas fi­
no es ra ra la ignorancia inculpa­ losofan partiendo de la vida cristia­
ble. — S c h u s t e r . na de fe, conform e a las palabras de
San Anselmo: Credo, u t intelligam:
creo p ara entender. — S c h u s t e r .
b ) J. B. H ir s c h b r , Selbsttduschungen,
1865; A . H u b e r , Die H em m nisse der E. G ils o n , L a philosophie de S a in t
W illensfreiheit, *1908; H . W e lz b l, Vom Bonaventure, P arís 1924, p . 326 [trad.
irrenden Gewissen, 1949; d ) i . M a u s - esp .: L a filo so fía de San Buenaventura,
b a c h , D ie E th ik des heiligen A ugustinus, 1948]; del m ism o : L 'esp rtt de la philoso­
>1929, ti, p. 226 ss. phie médlévaie, ! 1944; M . G ra b m a n n ,
D er gSttliche Grund menschUcher Wahr- de ser u n a ilusión; no es o tra cosa
h eitserkem tn is, 1924; B. A . L u y k x , que /esce p tic ism o . L a filosofía del
D ie E rkenntnislehre Bonaventuras, J923; como-si ( Als-ob-Philosophie) ( el fic-
Ü berw eg -G eyer , Grundriss der Ges­
chichte der P hilosophie “ n, pp. 392-394
cionalismo) de H ans Vaihinger su­
pone que todo conocim iento h u ­
m ano consta de ficciones; sin em­
Ilusión. L a (mera) ilusión con­ bargo, m uchas de estas ficciones
siste en que los datos de los senti­ se recom iendan com o fom entado­
dos o del pensam iento son de con­ ras de la vida ( / Pragm atism o). —
dición tal que pueden sugerir un D e V r ie s .
juicio falso; el objeto o contenido
b) B. S c h Wa r z , D er Jrrtum in der
objetivo enunciado en este juicio
Philosophie, 1934; J , F r ó b e s , Lehrbuch
«parece» existir, aunque en rea­ der experim entellen Psychologie i, *1922,
lidad n o existe. L a ilusión sensorial p p . 227 ss (d o n d e se encontrará co p io sa
reside en que la percepción presen­ b ib lio g ra fía ) [trad. e sp .: Tratado de psi­
ta el objeto en form a distinta de cología em pírica y experim ental I, 31 944] ;
com o es; la ilusión lógica descansa O. K lem m , SinnestSuschungen, 1919;
de ordinario en un parentesco o d ) H . S c h o l z , D ie Religionsphilosophie
semejanza de conceptos que, de­ des A ls-O b, 1921.
bido a u n a atención defectuosa,
son falsam ente equiparados con fa­ Ilustración. Recibe este nom bre el
cilidad. E n m uchos casos, la ilu­ m ovim iento cultural e intelectual
sión sensorial surge con arreglo que pretende dom inar con la razón
a leyes po r razón de los excitantes el conjunto de problem as que a ta ­
exteriores, de suerte que p ara el ñen al hom bre. A unque h an exis­
observador experim entado n o exis­ tido varios m ovim ientos de esta
te peligro alguno de engaño ( / F e­ naturaleza, se designan especial­
nómeno). E n tal caso, no se habla m ente con el térm ino «Ilustración»
de engaño de los sentidos (m era los siglos x v n y xvm . — C ausa de
ilusión en sentido estricto); éste la Ilustración fué el p rurito de li­
se da únicam ente cuando las im­ bertad que acom etió a la razón
presiones sensoriales son falseadas cuando los pueblos de Occidente
po r influjo de la fantasía. La llegaron a la m ayor edad, desve­
ilusión se convierte en percepción lada la conciencia Be sí mismos
engañosa cuando, p o r los elementos p o r los éxitos de la ciencia natural.
representativos mezclados, apare­ L a razón hum ana creyóse capaz de
cen objetos que poseen naturaleza poder com prender exhaustivamen­
diferente de la correspondiente a te la realidad, y se dispuso a trans­
los objetos realm ente existentes (ilu­ form ar con arreglo a sus opiniones
sión) o cuando las escuetas repre­ todas las esferas de la vida pres­
sentaciones de la fantasía adquieren cindiendo de la historia. D e ahí
la vivacidad de u n a percepción el carácter atrayente de la filosofía
fingiendo cosas inexistentes (alu­ de la Ilustración y su influencia
cinación). H ay engaño en sentido literaria sobre la m asa de los in­
propio sólo cuando el hom bre se telectuales («filosofía popular»). E n
deja inducir p o r la ilusión a un el aspecto religioso, la Ilustración
juicio falso. se debió al cansancio engendrado
¡lusionismo es la opinión según p o r las divisiones religiosas, frente
la cual todo o casi to d o lo que or­ a las cuales se esperaba encontrar
dinariam ente se juzga real n o pasa en la razón, com ún a todos los
hom bres, un principio de unidad Storia della filosofía iv, ’ 1941; H . M .
y conciliación. E xtrayendo de los W o l f f , D ie W ehanschauung der deut­
diversos credos religiosos lo com ún schen A ufklarung, 1949; C- v o n B r o c k -
d o r f f , D ie deutsche AufklürungsphilosO-
a todos, llegábase a una religión
phie, 1926; del m ism o : D ie englische
n atu ral puram ente racional que Aufklárungsphilosophie, 1924; O. E w a ld ,
e x c lu ía c u a l q u i e r r e v e la c ió n y D ie fra m d sisch e Aufklárungsphilosophie,
vínculo sobrenatural así com o tam ­ 1924; [P. H a z a r d , L a crise de la cons-
bién to d a autoridad natural reci­ cience européenne, 1935 (trad. esp.: L a
bida de D ios. E sta religión, pre­ crisis de la conciencia europea, 1941); del
sentada generalmente bajo la for­ m ism o : L a pensée européenne au X V I II
m a de /d e ís m o , se consideraba siie le , de M ontaigne á Lessing, 3 vo!s„
1946 (trad . esp .: E l pensamiento europeo
com o la religión p u ra y prim itiva.
en el siglo X V I I I , 1946)]; e) S. M a r c k ,
La Ilustración com enzó en Ingla­ D a s Jahrhundert der A ufklarung, 1923.
terra y Francia. E n Inglaterra se
unió al em pirism o de L ocke y
H ume, y en H olanda y F ran cia a Imperativo categórico. A diferen­
D esearles y Espinosa. R asgo fun­ cia de todos los bienes relativos
dam ental de la Ilustración francesa de la vida, el único valor absoluto
y alem ana (Leibniz, W olff, Rei- de la vida hum an a es, según Kant,
marus, Lessing, Kant) es el / r a ­ aquella buena voluntad que sin
cionalism o. L a filosofía m oral de «peros» ni condiciones se une a
Ja Ilustración, cultivada sobre todo la ley moral. É sta no pone en la
en Inglaterra (Hobbes, Shaftesbury, conciencia imperativos (exigencias)
Bentham ), buscó, po r un lado, apo­ hipotéticos, cuales resultan del en­
yo en el deísmo, liberándose, por lace entre fin y medio (si no quie­
o tro , de todo supuesto religioso y res vivir en la indigencia cuando
metafisico (Bayle). La Ilustración viejo, debes trabajar de joven), sino
desem bocó en el radicalism o de que sólo conoce el im perativo ca­
Voltaire y de los enciclopedistas, tegórico (incondicionado): «debes».
y acabó, finalmente, en el grosero N o cabe inferir a posteriori de
m aterialism o de Holbach y Lam et- la experiencia qué cosa sea siempre
trie. Ju n to al racionalism o de la y en todas partes m oralm ente bue­
Ilustración, y oponiéndose a él, na, antes bien debe establecerse
surgió u n a corriente que salió por a priori m ediante u n principio de
los fueros del sentim iento, no menos validez universal que K a n t form u­
natural, haciendo de él la fuente la así; «O bra de tal m odo que la
más profunda de la actividad hu­ m áxim a de tu vo luntad pueda va­
m ana (Rousseau y otros). O puesta ler siempre, al mismo tiem po, co­
asimism o al desprecio de la historia, m o principio de una legislación
característico del enfoque puram en­ universal» (K ritik der praktischen
te científico-natural de la Ilustración Vernunft, § 7). L a cualidad m oral
de la prim era época, es la filoso­ de una acción es, p o r lo ta n to ,
fía de la historia de Herder, que cognoscible p o r la propiedad fo r­
traslada al devenir histórico la con­ m al de que fundam entalm ente pue­
cepción evolutiva de lo orgánico. de y debe ser realizada p o r todos los
— / [142-152], — B r u g g e r . hombres. L a conducta ética perm a­
a) nece dentro de la legalidad(Legalitat)
I. K a n t , W as ist A u fkliru n g ? , 1784;
d ) E . C a s s i r e r , D ie Philosophie der m ientras el acto conserva la confor­
A ufklarung, 1932 [trad. esp.: Filosofía m idad con el im perativo categórico,
de la Ilustración, 1943]; G . d e R u o g i e r o , siendo, em pero, heterónom o, no
autónom o, en la m otivación. C uan­ I. K a n t , Grundlegung der M etaphysik
do la heteronom ía de motivos intra der Sitien', K ritik der prakiischen Ver-
o extram undanos se separa de la nunft', M . S c h e l e r , D er Form alism us ín
der E th ik und die materiale W ertethik,
autonom ía de lo m oral, la legalidad
a1927 [trad. esp.: É tica, 2 vols., ! 1949|;
se convierte en moralidad (M orali- M . W i t t m a n n , E th ik, 1923, p. 152 s s ;
tát) al pasar de la heteronom ía a la H . K n i t t e r m e y e r , Kant, 1939, p. 101 ss;
/■autonom ía. La buena voluntad H. J. P a t t o n , The CategóricaI Im pera­
es siempre la voluntad pura que tivo, 1947; [V. D e l b o s , La philosophie
no tiene como m áxim a o norm a pralique de Kant, P arís 1905; E. B ou-
y m otivo de su o brar intereses o T R o u x , L a philosophie de K ant, 1926;

inclinaciones de ninguna clase, sino E. C a s s i r e r , K ants Leben und Lehre, 1918


únicamente la ley m oral. (trac!, esp.: Kant. Vida y doctrina, 1948);
J. L e c l e r c q , L es grandes lignes de la
Kant señala de nuevo con in­
philosophie morale, “1954 (trad. esp.: L as
sistencia la peculiaridad del fenó­ grandes líneas de ¡a filosofía moral, 1956);
m eno moral. La /o b lig a c ió n po­ S. V a n n j - R o v i g h i , Introducción al estu­
see carácter absoluto; el provecho dio de K ant (trad. esp.) 1948]; / A u t o ­
o el perjuicio de una acción no nom ía, O bligación.
determ inan su cualidad m oral; la
intención interna tiene la prim acía Imposibilidad es el opuesto con­
sobre la acción exterior; la educa­ tradictorio de /p o s ib ilid a d ; se
ción enderezada a form ar un ca­ contrapone, por consiguiente, tanto
rácter m oral está ligada a la lucha a contingencia com o a necesidad.
y al sacrificio. — Los límites de Com o en el caso de la posibilidad,
esta teoría se encuentran donde tam bién aquí hay que distinguir
K an t recurre al form alism o y a la imposibilidad intrínseca y extrínse­
autonom ía para d ar una explica­ ca. Intrínsecam ente im posible o
ción. El im perativo categórico se­ / n a d a absoluta es lo contradicto­
p ara del orden metafísico la exi­ rio en sí mismo ( = imposibilidad
gencia form al del deber. Sin em­ m etafísica). Lo intrínsecam ente im­
bargo, sólo una ordenación obje­ posible es asimismo im posible abso­
tiva de los bienes y valores de la lutam ente, o sea, en cualquier sen­
existencia hum ana puede dilucidar tido. En cam bio, lo que no es in­
en cada situación qué m odo de trín se c a m e n te imposible no es
proceder hace al caso como norm a imposible en absoluto, o sea, desde
universalmente válida. El carácter cualquier p unto de vista. — L a
absoluto de lo m oral no excluye imposibilidad extrínseca significa la
los fines interm edios intram unda- incapacidad de un a causa para
n os ni el fin últim o extram undano producir algo. Así, es imposible
del hom bre, procurando solamente que un recién nacido m ueva un
ordenar la totalidad de las pers­ pesado fardo (incapacidad activa)
pectivas en un todo y ponerlas en o que la m adera húm eda arda
relación con dicho fin supremo. (incapacidad pasiva). Puesto que
Cuando se tom a por base esta co­ las ciencias no filosóficas conside­
nexión ontológica no puede m an­ ran ante todo la im posibilidad ex­
tenerse la radical separación entre trínseca y se lim itan a juzgar según
autonom ía y heteronom ía en orden la incapacidad activa o pasiva de
a la motivación del obrar hum ano, las causas próximas, se tiene por
sino que la prim acía de lo ético imposible en sentido científico-natu­
exige simplemente una jerarquía ral lo que c o n tra d ice, las leyes
de m otivos. — B o l k o Va c . naturales ( = imposibilidad física).
Con re s p e c to a la / o m n i p o t e n c i a de la conciencia, ya por ser radical­
d e D ios no se d a im p o s ib ilid a d (e x ­ m ente incapaces de la misma, ya
trín s e c a ) a lg u n a . M oralmente im­ porque volvieron a escaparse de
posible e s lo q u e la v o lu n ta d lib re ella com o algo olvidado, reprim i­
sólo d ifíc ilm e n te y c o n e sfu e rz o do. Hay que distinguir entonces
e x tr a o r d in a r io p u e d e re a liz a r, y «actos com pletos» o «acabados»
a c o n te c e , p o r lo ta n to , r a r a s v e ­ psicológicamente inconscientes (co­
ces. — B r u g g e r . m o el percibir, pensar, desear in­
conscientes), estados afectivos in­
A. F a u s t, D er M dglicltkeilsgedanke, conscientes que estén en la base
1931-1932; e) L. B a u r , M etaphysik, de los actos com pletos o proceden
a1935, p. 66 s s ; [ M o r c i e r , Omología,
de ellos y, finalmente, la realidad
3 v o ls ., 1935; F . v a n S t e e n b f . r g h e n ,
Ontología (trad. esp .) 1957].
psíquica últim a (alma, entelequia
y sus potencias y disposiciones).
Después de la doctrina leibni-
Inconsciente. £1 significado de ziana sobre la estructura de lo aní­
este vocablo es extrem adam ente mico y del universo, las teorías
cambiante. Se habla de inconsciente acerca del inconsciente metafisico
metafisico com o núcleo esencial y desem peñaron un im portante p a­
fondo prim itivo de to d o ser, ya pel en los representantes del ro ­
en la acepción de un impulso origi­ m anticism o, en la doctrina pesi­
nario ciego y destructor del «sen­ mista schopenhaueriana de la vo­
tido» (v.gr.; el /p e s im is m o , de luntad cósmica, en Ed. v. Hartmann
Schopenhaucr), ya en la acepción y recientem ente en la «metafísica
de un único palpitar prim itivo antiespiritual» de Klages Tras el
cósmico y grávido de valor (como precedente de los trabajos del médi­
en Klages). En una dirección de co y escritor rom ántico C.G. Carus,
pensamiento enteram ente diversa las teorías sobre el inconsciente re­
se em plea la expresión inconscien­ cibieron su m ás poderoso estímulo
te fisiológico para indicar la base y adquirieron su fisonomía en la
fisiológica del acontecer psíquico in­ psicología y en !a psicopatología
dividual. E ntre am bos significados m odernas al com enzar el siglo xx
se encuentra la locución incons­ por obra principalm ente del psico­
ciente psicológico, que designa el análisis de S. Freud. Freud vió en
estrato fundam ental sustentador de si inconsciente (personal), en el
todo el vivir consciente en la vida «ello» y sus energías tendenciales,
anímica del individuo (inconsciente el estrato fundam ental de la vida
individual) y en la hum anidad (in­ anímica que m ás im portancia tenía
consciente colectivo). M ientras en para la vida consciente del «yo»,
sentido lato y muy impreciso se estrato al que se superpone esta vida
denom ina asimismo inconsciente (/V iv e n c ia ) a m odo de débil capa
psicológico (y tam bién subconscien­ superficial. AI configurar la vida
te) la m ultitud de procesos que sólo consciente enm ascaradas bajo la
tienen en la conciencia débil re­ form a de síntom as neuróticos o su­
sonancia, son psicológicam ente in­ blim adas, com o fuerzas creadoras
conscientes en acepción estricta úni­ de la cultura, las energías tenden­
cam ente los procesos y estados ciales (libido) «reprim idas» por la
anímicos «no conscientes en reali­ /c o n c ie n c ia , constituyen también
dad», ya simplemente p o r n o h a­ la fuerza m odeladora de la vida es­
b er llegado todavía a la m adurez piritual. Por otra parte, ciertos fenó­
menos de la parapsicología ( / Ocul­ y procesos inconscientes que ejer­
tism o), del hipnotism o («órdenes cen su influjo sobre la vida de la
posthipnóticas») y asimismo de la conciencia. Finalm ente, la última
psicología norm al (v.gr.: del re­ realidad psíquica, el / a l m a subs­
cuerdo, del pensar productivo, de tancial, no puede ser intuitiva­
las tendencias determ inantes de las m ente vivida en su esencia espiri­
acciones voluntarias, etc.) condu­ tual, sino (en el estado de unión
jeron a una ulterior am pliación de con el cuerpo) sólo indirectam ente
las teorías sobre el inconsciente. deducida. — W i l l w o l l .
P artiendo de la parapsicología se
llegó a la hipótesis de una segunda D. B r i n k m a n n , Problem des Unbe-
conciencia que sólo difiere del «yo» wtissten, Z ürich 1943; G . W e i n o a r t e n ,
consciente, o sea, de la vida ordi­ D as Vnterbew usstsein, 1911 (am bos co n ­
n aria de la conciencia, por la di­ tienen copiosa bibliografía); S. F re u d ,
Vorlesungen über Psychoanalyse [trad.
sociación de sus funciones. A esta
esp.; Introducción a la psicoanálisis I,
segunda conciencia se la consi­ *1934; ii, : 1929J; del m ism o; Traum-
dera ya como disposición natural deuiutig, 1900 [trad. esp.: L a interpre­
norm al (D essoir), ya como des­ tación de los sueños i, 21931; n, 1934];
doblam iento patológico ( Janet). D e s s o i r , D as Doppelich, 1896; P . J a n e t ,
C. G. Jung continuó la teoría del L 'autom atism e psychologique, 1889; C. G .
inconsciente personal con la del in­ J u n o , Über die Psychologie des Unbe­

consciente colectivo, el cual se con­ wussten, 1943; J . J a c o b i , Die Psycho-


logie von C. G. Jutig, '1945 [trad. esp.;
cibe com o un estrato profundo de
L a psicología de C. G. Jung, 1947];
la vida aním ica, siempre sano y de­ C . G . C a r u s , Psyche (nueva edición),
sigualmente am plio, que contiene 1926; E. R o t h a c k e r , D ie Schichten der
el precipitado de la dilatada vida Persónlicftkeit, 1938; L. S z o n d i , Schick-
consciente de la hum anidad (los salsanalyse, 1944; E. S p ie s s (editor), Stu-
arquetipos). Los arquetipos, entre dien ¿ur Psychologie des Unbewussten,
los que se asigna el prim er lugar O lten 1946 (ab u n d an te bibliografía);
al religioso, influyen por su parte [F. M. P a l m e s , Lo psíquico consciente
e inconsciente, «A ctas d el C ongreso in­
en el individuo, estim ulando y de­
ternacional de F ilosofía de B arcelona»,
term inando ulteriorm ente (aunque 1949, ir, pp. 343-373; T h . V, M o o r e ,
n o de m anera exclusiva), a m odo Conferencias de psicolo¿ia dinámica, 1948],
de «form a a priori» psicológica (no
gnoseológíca), el m odelado de ideas
fundam entales e im portantes para la Indeterminación (Relación de).
vida { / Religión [Psicología de la]). Así se denom ina la relación de
A decir verdad, no se ha probado inexactitud resultante de la mecá­
ni es com prensible la existencia de nica cuántica de Heisenberg que
actos perfectos (actus secundi, de está necesariam ente ligada a la me­
la escolástica) inconscientes de co­ dición de m agnitudes atóm icas co­
nocer y querer, siempre que se dé rrespondientes a un estado. Ello
a los térm inos el sentido usual. En quiere decir que no es posible
cam bio, hechos de casi todos los determ inar sim ultáneam ente con
dom inios de la vida aním ica (la exactitud la posición y velocidad
m em oria, el pensar productivo y la de una partícula. Si quiere m e d irse,
inspiración, los ensueños, las acti­ exactam ente la posición, requiérese
vidades mediánicas, los desdobla­ una radiación de la m enor longitud
m ientos de la personalidad, etc.), de onda posible; pero és)a modifica
señalan la existencia de estados la velocidad de la partícula. Si p ara
evitar tal modificación de la ve­ F . S e l Va g g i , P roblem i della física m o­
locidad se tom a una radiación de derna, Brescia 1953]; e) A. H a a s , M ate-
mayor longitud de onda, se hace rievellen und Quantenm echanik, * y ‘ 1934,
p. 100 ss.
entonces im posible la determ ina­
ción rigurosa de la posición. El
cálculo indica que el prod u elo de Individualismo. Este térm ino de­
las inexactitudes en una m edición signa ( 1) una acentuación del valor
de la posición y del im pulso (el de la /p e rs o n a lid a d del hom bre,
impulso es igual a m asa por velo­ el cultivo y desarrollo de la m ism a
cidad) del orden de m agnitud de en oposición al gregarismo hu m a­
un «quantum » de acción de Ptanck no, a la «masificación»; y ello en­
es igual a h: A p. A q = h. Pensa­ tendido en sentido lato, es decir, no
dores positivistas han inferido de sólo de la personalidad individual,
esta relación de imprecisión la in­ sino tam bién de familias de gran­
validez de la ley de causalidad des prendas y de otros grupos en
( /C a u s a lid a d [Ley de]) en la los que se cultiva y fructifica —«en»
física atóm ica. Sin em bargo, lo y «para» el to d o superior — la con­
único que se sigue es que en el ciencia de la propia clase y del p ro ­
dom inio atóm ico no pueden en pio valor. Individualism o (2) desig­
principio observarse y m edirse los n a la opinión que concede excesivo
enlaces causales, pero ello n o quiere relieve al individuo o a grupos p ar­
decir en m odo alguno que n o exis­ ticulares con m enoscabo de la vin­
tan. — JUNK. culación a la com unidad situada p o r
encima de ellos y aspira ya a u n a
W . H e i s e n b e r g , Über den anschauli- hum anidad de «señores» (N ietz-
chen In halt der quantentheoretischen Ki- sche), y a la anarquía (Proudhon).
nemaal-' und M echanik, en «Z eitschrift für D enom inase individualismo (3) una
Physik» 4 3 (1927) p p . 17 2 -1 9 8 ; M . v o n concepción de la sociedad ( / S o ­
L a i i e , Über Heisenbergs Ungenauigkeits-
ciedad [Filosofía de la], n.° 1) que
beziehungen und ihre erkenntnistheoreti-
realza al individuo hasta el p unto de
sche Bedeutung, en «D ie N aturw issen-
schaften» 22 (1934) pp. 439-441; N . J u n k , reducir la /s o c ie d a d a una sum a
D as Problem der Km tsatílát in der mo- de entes individuales, despojándola
dernen Q uantenphysik, en «P hilosophi- del carácter de totalidad o unidad.
sches Jah rb u ch » 54 (1941) p p. 265-320; Según dicha concepción, el derecho
W . B ü c h e l , Z u r philosophischen D eutung y la libertad de m ovim iento de los
des Q uantenmechanischen Indeterm inis­ individuos deben únicam ente en­
m o , en «S cholastik» 27 (1952) p p. 225- contrar sus límites en el derecho
240; [A. G . V a n M e l s e n , The Philosophy
igual de los dem ás, pero n o en
o f N ature, P ittsburgh “1954; R . P á n i k e r ,
El indeterm inismo científico, en «A nales
obligaciones internas p ara con la
de Física y Q uím ica» x u (1945) pp. 573- com unidad. Y sólo puede haber
605; R . P u i g r e f a g u T , D el determinismo «orden» cuando el interés p ar­
clásico a ¡a indeterminación cuantista, en ticular individual bien entendido
«P ensam iento» t (1945) pp. 413-466; del conduce —com o es de esp erar— a
m ism o: ¿Crisis del determ inism o en la una especie de «coordinación»,
física contemporánea?, ibid. 6 (1950) a una harmonía praestabilita. E n
pp. 63-77; J. R o i g G i r o n e l l a , El inde­
realidad ocurre que los m ás fuertes
terminismo de la moderna física cuántica
examinado a la luz de la noción filosófica
devoran a los m ás débiles, y en
de causalidad, en «P ensam iento» 9 (1953) lugar de una m uchedum bre «li­
pp. 47-75; H . v a n L a e r , Philosophico- bre» aparece el ejercicio despótico
Scientific Problems, P ittsburgh 1953; e irresponsable del p oder bajo las
apariencias de libertad e igualdad. Pedro. Duns Escoto y su escuela
— Este individualismo (llam ado en denom inan también haecceitas a la
política «liberalismo») dominó en individuación, en cuanto que Pe­
el siglo xix la sociedad y la econo­ dro, por su ser individual, es éste
mía, y fué decayendo con él, pero determ inado capaz de ser señalado
perdura com o individualismo de com o «éste». En la esfera del cono­
grado superior en form a de / c o ­ cimiento, el individuo se manifiesta
lectivismo y acrecentado hasta lo en el concepto individual. — La
gigantesco. — N e l l -B r e u n in g substantividad incomunicable del
individuo y su separación de todo
G . E . B' u r c k h a r d t , W as isl ImVmdua- lo demás crecen con la perfección
lismus? 1913; O. D i t t r í c h , Imliviilualis- de los grados del ser. En el domi­
mus, Unlversalismus, Personaüsnms, 1917;
F . K o e h le r , W esen und B eg riff des Indi-
nio de lo inorgánico los individuos
vidualismus, 1922; H . P esch, Lehrbuch se destacan lo menos posible; en­
der N ationalokonom ie t, '1924 [trad. esp.: tran siempre en asociaciones m a­
Tratado de economía nacional]: V. R ü f- yores (atóm icas o moleculares) y no
N fr , D er K arnpf ums Dasein, 1929; V o n han sido unívocam ente definidos
N e l l - B r e u n i n g , hidividualismu.s, e n Wór- hasta hoy. E n los reinos vegetal
lerbuch der P olitik, v, 1, 1951; del m is­ y anim al todo individuo está de o r­
m o : E inzelm em ch und Gesellschaft, 1950; dinario separado claram ente de
¡ G . R . d e Y u r r e , Sistem as sociales, i:
todos los otros. El hom bre po^ee
E l liberalismo, 1952],
una substantividad esencialmente
superior, pues su alm a espiritual
Individuo. C on esta palabra se le eleva a la categoría de / per­
designa el sujeto concreto de una sona. Todavía está m ás en si el
esencia en su peculiaridad inco­ espíritu puro. A D ios, en fin. le
m unicable, v.gr.: este abeto, este conviene la substantividad absolu­
hom bre llam ado Pedro. Al indi­ ta, porque se eleva infinitamente
viduo se opone lo universal, o sea, sobre todas las cosas.
la esencia, que prescinde (abstrae) L as opiniones divergen cuando
de todo sujeto determ inado y que se trata del principio de individua­
com o tal es com unicable a diver­ ción, o sea, del fundam ento onto-
sos sujetos. Sólo el individuo existe lógico interno de la misma. Es cosa
realmente, m ientras que lo univer­ cierta que la individuación abraza
sal en cuanto tal únicamente se ela­ y confiere un cuño individual a to ­
bora en el pensam iento conceptual. do el fondo ontológico de un ente.
E l térm ino latino individuum sig­ E n el m undo corpóreo hay u n a
nifica etimológicamente lo indiviso, diversidad m eram ente numérica de
denotando una unidad esencial­ los individuos, es decir, convienen
m ente indivisa e indivisible, porque en todos los rasgos esenciales dis­
este uno, en cuanto tal, nunca tinguiéndose sólo según el núm ero.
puede existir m ultiplicado y, por Santo Tomás de Aquino encuentra
consiguiente, varias veces. Este el fundam ento de esta diversidad
abeto o este hom bre existen nece­ en la m ateria, en el principio éspa-
sariam ente sólo u n a vez. D e indi­ cial-tem poral. Conform e a dicha
viduo se deriva individuación, pala­ concepción, el individuo es «éste»,
b ra que indica aquello p o r lo cual porque ocupa este sitio en el espa­
este individuo es precisam ente éste, cio y el tiem po o (tratándose del
distinguiéndose de todos los demás, hom bre) este lugar histórico, por­
p o r ejem plo: este determ inado ser- que pertenece precisam ente a este
punto del contexto del cosmos visi­ Inducción. M ientras la / d e d u c ­
ble. D e acuerdo con esta doctrina, ción concluye de lo universal lo
Santo T om ás enseña que en el es­ particular o de la esencia de un
píritu puro, donde no hay m ateria objeto sus propiedades necesarias,
alguna, toda diversidad individual la inducción in ten ta obtener de los
lo es necesariam ente de esencia; casos particulares observados una
más exactam ente: denota diversi­ ley general válida tam bién p ara los
dad específica (con sólo conve­ no observados. Al dom inio de la
niencia genérica). Así, este ángel inducción pertenecen, v.gr,, las le­
es tal, no por la peculiaridad espa- yes de las ciencias naturales y de
cial-temporal, sino ya po r su espe­ la psicología empírica. — La lla­
cífico nivel ontológico. Pero, mien- m ada inducción completa, consis­
(ras en los ángeles hay todavía in­ tente en la observación de todos
dividuos, D ios es el individuo que los casos particulares, no es un
está po r encima de todos a conse­ raciocinio, sino un a enum eración.
cuencia de su infinita plenitud on­ E n cambio, la inducción matemá­
tológica. — Leibniz form uló el tica, es decir, la conclusión de que
principio de los indiscernibles, según una cierta fórm ula, válida p ara
el cual dos cosas que convinieran n, vale asimism o p ara n + 1, se
en todas las propiedades coincidi­ dem uestra partiendo de la ín­
rían necesariam ente; no podría dole de la fórm ula con el mismo
haber, po r lo tanto, dos cosas com ­ rigor deductivo con que se prueba
pletam ente iguales, que se distin­ que vale p ara un núm ero deter­
guieran únicam ente po r su estar-al­ m inado; en realidad es, por lo ta n ­
iado una de o tr a ; para no ser idénti­ to, una deducción. — La verdadera
cas deberían, además, diferir entre sí ■inducción es la inducción incompleta
de alguna m anera. Esto se aplicaría que de un núm ero relativam ente
aun a los m ás m ínim os elementos corto de casos observados saca u n a
(v.gi., a los electrones). T al doc­ conclusión respecto a todos los
trina difícilmente puede dem os­ casos semejantes. Este raciocinio
trarse com o metafísicamente nece­ encuentra su justificación en el
saria. — L o t z . principio de / razón suficiente,
el cual, excluyendo u n a casual se­
a) S a n t o T o m á s d e A q u i n o , Opuscu- m ejanza de los casos som etidos a
ium de principio indhtduañonis', [ S u A r e z , observación metódica, exige, en
D tsputationes metaphysicae, disp. 5]; las condiciones observadas, cierta
b j E . S t e i n , Endliches und ewiges Sein, /n e c e s id a d por parte del proceso
1950, p p . 431-482; C. N i n k , Ontologie,
estudiado. A h o ra bien, si éste es
1952, especialm ente 11-79 [ L . d e R a e y -
m aeker, Filosofía del ser (tra d . esp.)
necesario en las condiciones dadas,
1956; G . M a n s e r , La esencia del tomismo se verificará siem pre que se den
(trad . esp.), 1947; L. F u e t s c h e r , A cto y condiciones semejantes. La induc­
potencia (trad . esp.) 1948]; c) A d a m s - ción engendra auténtica /c e r te z a ,
L o w e n b e r g - P e p p e r , The problem o f the aunque, evidentemente, n o es ab ­
Individual, 1937; d ) J. A s s e n m a c h e r , Die soluta (certeza «hipotética»).
Geschichte des individuatiom prinzip in der Los m étodos inductivos p ara el
Scholastik, 1926; [H. H e i m s o e t h , Los
conocim iento de conexiones cau ­
seis grandes tem as de la m etafísica occi­
dental (tra d . esp.) 1928]; e ) P. S i m ó n ,
sales unívocas fueron elaborándose
Sein u nd W irklichkeit, 1933; [ M e r c i e r , paulatinam ente, especialmente p o r
Ontologia, 3 v o l s . , 1935; F . v a n S t e e n - Bacon de Verulamio y J. Stuart
b e r g h e n , Ontologia (trad. esp.) 1957]. M ili. Bacon pretendía determ inar
la esencia de las propiedades par­ ( /F i n ito ) . Infinito en, cierto res­
ticulares de un objeto natural. pecto es lo que carece de límites
Mili, por el contrario, buscaba, con con relación a determ inadas pro­
ayuda del experimento, leyes cau­ piedades, perfecciones; infinito sin
sales, en el sentido de la ciencia m ás es io que carece de ellas desde
natural actual. Sus m étodos recuer­ cualquier punto de vista, o sea,
dan ios de Bacon, pero dan reglas con respecto al / ser en general. —
más precisas p ara la práctica. El E n la filosofía griega, que consi­
experimento, colocado con razón en deraba como perfecto lo que poseía
prim er plano, es la observación form a y, p or lo tanto, límites, lo
sistemática de un proceso natural infinito i&nEiQov) era expresión de
en condiciones de m ayor simplifi­ lo inacabado, indeterm inado y. en
cación elegidas a voluntad. Su ren­ consecuencia, de lo imperfecto. Así,
dim iento es considerablem ente su­ p ara Aristóteles y tam bién para la
perior al de la simple observación. escolástica, la / m a te r ia prim a es
— La crítica perfeccionó más tarde infinita, en cuanto que no está
de m odo esencial los m étodos de determ inada por / f o r m a alguna,
Mili, cosa que él mismo reconoció. sino que es (de m anera sucesiva)
Pero principalm ente se echaba de m eram ente determ inable por tantas
menos la unión de los m étodos form as com o se quiera. F rente a la
de inducción propiam ente tales con infinitud m aterial se encuentra
el de la /h ip ó te s is , que fué siem­ la infinitud de la form a con res­
pre el m étodo principal de los gran­ pecto a los sujetos individuales,
des investigadores de la naturaleza. ninguno de los cuales puede ago­
— F r 6 b es ( D e V r ie s ). tarla, L a escolástica distingue, ade­
más, entre el infinito potencial
a) ARisrÓTF.LES, Primeros analíticos, 2, o indefinido, finito en sí, pero p o ­
23; b) P. S iw ek , L a siructure logique de tencialm ente ( /P o te n c ia ) infinito,
l'induction, en « G r e g o r ia n u m » 17 (1936)
porque puede aum entarse o dism i­
p p. 224-253; J. F r ó b e s , Lógica form alis,
R o m a 1939, pp. 291-318; J. d e V r ie s ,
nuirse sin fin (infinita en este sen­
D ie neue P h ysik und das Problem der In- tido es la divisibilidad o multiplica-
d u ktion e n «Philosophisches Jahrbuch» 60 bilidad de un núm ero), y el infinito
(1950) pp. 151-160; [E. R a b ie r , Logique, actual o infinito propiam ente tal,
P arís ‘ 1899; A. G ó m e z I z q u ie r d o , A náli­ que excluye positivam ente todo
sis del pensam iento lógico H, 1943); c) }. lím ite y allende e ltu a l, en el aspec­
S t . M il l , A S ystem o f L ogik. Rationative
to respectivo, n ad a puede haber.
a n d Inductive* 2 vols., 1843; A. L a l a n d e ,
Según el tom ism o, la / form a y el
L es théories de l'induction e t de l'expé-
rim entation, París 1929 (tra d . esp .: Las / a c t o puros poseen esta infini­
teorías d e ¡a inducción y de la experi­ tud. — L a m atem ática llam a infi­
m entación, 1944) d) S. V a n n i - R o v ig h j , nitam ente grande a la m agnitud
Concezione aristotelico-tom istica e con- m ayor que cualquier conjunto n u ­
cezione moderna deiV induzione, e n « R i- m erable integrado p o r las m agnitu­
v ista di filosofía neoscolastica», 1934, des tom adas com o unidad, e infi­
p p . 578-593; e) A. B r u n n b r , D ie Grund- nitam ente pequeña a la que lo es
fra gen der Philosophie, F riburgo d e Bris-
de ta l suerte que todo m últiplo d e
g o v ia *1949, p p . 183-193 (trad. e s p .:
Ideario filosófico, 1936].
la m isma es m enor que la u n id a d ..
E l cálculo con el infinito matemá­
tico se llam a cálculo infinitesimal.
Infinito. El concepto de infinito Es cuestión controvertida la posibi­
envuelve la negación de límites lidad, po r lo m enos en abstracto,
de una m ultitud actualm ente infi­ Inmanencia. D erivada del latino
nita. Sea com o fuere, no puede «im m anere», la palabra inm anen­
llamarse infinito un / n ú m e r o si el cia significa etim ológicam ente «per­
térm ino «núm ero» se entiende en manecer en». C om o im plicando un
el sentido de una m ultitud suscep­ no-traspasar, designa lo opuesto
tible de ser com pletam ente contada a / trascendencia y se ¡a tom a, al
en una pluralidad finita de pasos. — igual que ésta, en diversas acep­
La infnitud con respecto al / espa­ ciones. — P ara la gnoseología, in­
cio y al / t i e m p o denota, en la m anencia ( 1) expresa dependencia
m ayoría de los casos, la m ultipli- de la conciencia. El objeto no es,
cabilidad fundam ental ilim itada de pues, algo independiente que re­
cuerpos extensos o de aconteci­ basa el acto de conocer y posee
mientos sucesivos; es, pues, una un ser propio, antes bien, es puesto
infinitud potencial. p o r dicho acto y perm anece en él
La infinitud de D ios es infinitud de tal suerte que su único ser con­
actual y significa la plenitud ilimi­ siste en ser pensado. Esta opi­
tada del Ser divino; expresa, po r nión sostienen la filosofía de la in­
consiguiente, la infinitud absoluta, manencia y el /id e a lis m o gnoseo-
es decir, la perfección suprem a de lógico (el ser coincide con la idea,
Dios, que no puede entrar en nin­ es decir, aqui, con el ser pensado).
guna categoría finita y está por P or lo com ún, el objeto no se hace
encim a de todos los grados del ser b ro tar de la conciencia em pírica
creado. Incluye en sí la m ás ele­ del hom bre individual, sino única­
vada sim plicidad. N o es la totali­ m ente de la universal conciencia
dad del ser, com o el panteísm o en general o de la conciencia tras­
cree, ni encierra el ser individual cendental. P o r lo tanto, si el objeto
de las criaturas en cuanto tal, sino parece ser trascendente frente a la
que posee de una m anera superior prim era, es absolutam ente inm a­
sus peculiares perfecciones ontoló- nente con respecto a la segunda.
gicas (como, v.gr., un sabio m ate­ En todo ello hay un núcleo de ver­
m ático posee el saber de su dis­ dad: el absoluto saber divino (uni­
cípulo). — R a s t . do con la om nipotencia) pone los
objetos finitos, lo que n o anula su
a ) S a n t o T o m á s df. A q u i n o , S um m a ser real, antes bien, les confiere
theoiogica, 1 q.7; S um m a contra Gentiles i, precisam ente su fundam ento.
28, 30, 4 3 ; b) C . G u t b e r l e t , Das Unend- E n relación con nuestra expe­
liche, m etaphysisck und m athem atisch riencia, inm anencia (2) significa el
betrachtet, 1878; A . A n t w e i l e r , Unend-
estar restringido ai ám bito de la
lich, 1934 (b ib lio g rafía); [J. B a l m e s , Filo­
sofía fundam ental, iv, 1. 8 (vol. x ix de la experiencia posible. L a imposibili­
ed. C asan o v as, 1925-1927)]; E. K a m k e , dad de rebasar dicho ám bito ex­
M engenlehre, 1928 ( G o s c h e n ) ; B. B o l - cluye al hom bre de lo suprasensi­
z a n o , P aradoxien des Unendlichen ( e d . ble, o al m enos de lo n o experimen-
H ófler 1920); d) R . M o n d o l f o , V in fi­ table. Esto enseñan el /f e n o m e n a ­
nito n el pensiero dei Greci, F lorencia lismo em pirístico de H um e y la
1934; A . D e m p f , D as Unendliche in der crítica de la razón p u ra de Kant.
m ittelalterlichen Scho la stik und in der
Com o en am bos se deja ver, tal
kantischen D ia lektik, 1926; fH . H e i m -
s o e t h , L o s seis grandes tem as de la m e­
doctrina volatiliza tam bién lo expe-
tafísica occidental (trad. e s p . ) , 1928]; rim entable, convirtiéndolo en puro
e) O . Z i m m b r m a n n , Ohne G renzen und fe n ó m e n o p r o d u c id o p o r n o s ­
Enden, *1924. otros. D e este m odo, la segunda
acepción de inm anencia desem bo­ Inmortalidad. L a cuestión de la
ca en la prim era. inm ortalidad pertenece desde an­
E n el plano metafísico, inm anen­ tiguo a las m ás im portantes p ara
cia (3) expresa el ser-en del A bso­ el género hum ano, pues u na m era
luto en el universo o en lo finito. aceptación «heroica» del propio
El /'p a n te ísm o opone esta inma­ ser, com o de un ser absurdo des­
nencia de Dios a la trascendencia, tinado en últim a instancia a la
en cuanto que sólo adm ite un alm a /'m u e rte , no sería heroísm o, sino
del m undo o bien u n fundam ento em botam iento del espíritu que pre­
del universo, del que los restantes gunta por el sentido de la vida.
seres no son m ás que m om entos R echazada por el m aterialism o, el
de su despliegue. Con ello se nie­ positivismo, el criticismo, el panteís­
gan la auténtica infinitud de D ios, m o y el biologismo, la doctrina
ya plenam ente desplegada en sí de la inm ortalidad h a sido defen­
misma, y la libertad divina, nega­ dida por las religiones m undiales
ción con la que resulta incom pa­ com o convicción espontánea de la
tible una acción creadora propia­ hum anidad, p or las grandes men­
m ente tal. L a verdadera inm anen­ tes de la A ntigüedad (Pitágoras,
cia del m undo en D ios y de D ios en Platón, Plotino; no hay coinciden­
el m undo no anula la trascen­ cia de opiniones con respecto al
dencia divina, sino que la incluye sentido de la inm ortalidad en Aris­
de m anera necesaria; D ios se halla tóteles) y de la E d ad M edia (San
íntim am ente presente en su crea­ Agustín y la patrística, Santo To­
ción precisam ente en virtud de su más y la escolástica), por los racio­
plenaria infinitud, hasta el punto nalistas Descartes y Leibniz, por
de que no sería infinito si le fuera varios em piristas y, al menos com o
posible asentar p o r com pleto las postulado de la razón práctica,
criaturas sobre sí mismas. p o r Kant.
U n uso enteram ente distinto ha­ L a inm ortalidad como capacidad
cemos de la palabra,inm anencia (4) para seguir viviendo (/'V id a ) sin
cuando definimos la vida com o ac­ fin corresponde únicam ente al ser
tividad (/'A c c ió n ) inm anente en vivo y, es p o r naturaleza, p atri­
oposición a la transeúnte. Q uere­ m onio exclusivo del /'e s p íritu . La
m os d ar a entender con ello que inm ortalidad conviene al Ser divi­
esta actividad gira en torno a sí n o con absoluta-necesidad esencial,
misma y perm anece en el agente. — que hace absolutam ente imposible
L otz. el no ser, porque en este caso coin­
ciden la esencia y la existencia. Al
a) I. K a n t , K ritik der reinen Vernunft
espíritu contingente creado le con­
(Transzendentale L o g ik und D ia le k tik ); viene com o perduración exigida
H e o e l , W issenschaft der L o g ik ; b) J. DE p o r su esencia en el ser y a obte­
V ries , D enken und Sein, 1937 [trad. esp .: nido. — El hecho de la inm ortali­
Pensar y ser, *1953]; C. N in k , Philoso- dad del alm a hum ana está ontoló-
phische Gotteslehre, 1948; M . R a s t , W elt gicam ente fundado en su esencia
und G ott, 1952; J. L o t z , Im m anenz und simple (de ahí que no pueda dis­
Transzendenz, en «Scholastik» 13 (1938)
gregarse en partes) y espiritual
p p . 1-21, 161-172; [A. G o n z á l e z Á l v a -
r e z , Teología natural, 1949]; H . E. H e n g s -
(ordenada, p o r lo tanto, a vivir
t e n b e r g , Autonom ism us und Transzen- eternam ente). Sus disposiciones
denzphilosophie, 1 9 5 0 ;' c) K a n t , H e o e l : cognoscitivas y valórales, {/■ Enten­
/a). dimiento, / V oluntad), que apuntan
a lo ilim itado, y cuya actuación ra ­ seits und U nsterblichkeit in der Religión,
zonable hace necesaria u n a ilimi­ L iteratur und Philosophie der Griechen
tada duración de la existencia, und R óm er> 1953; e) A . W i l l w o l l ,
Seele und Geist, 1938, pp. 244-2 5 0 [trad.
serían internam ente contradictorias
e sp .: A lm a y espíritu 1946]; [D . M er ­
si no im plicaran la garantía de una c i e r , Psicología (trad. esp.), 4 v o ls., 1940;
satisfacción posible, p or lo m enos F . P a l m e s , Psicología experim ental y filo ­
en principio, de sus tendencias. La sófica, ‘ 1948).
dignidad ética del hom bre exige
asimismo la vida eterna ultrate-
rrena en que se com pensen con el Inmutabilidad. L a inm utabilidad
premio y el castigo ( / R e t r i b u ­ de un ente excluye de éste cual­
ción) las tensiones entre las ten- quier clase de / c a m b i o real, pero
dencias éticas y otras tendencias no el que, según nuestro m odo de
fundam entales del ser hum ano. Por hablar, le corresponde de m anera
eso la aceptación de la vida eterna puram ente extrínseca, en virtud del
es con razón una persuasión básica cambio ocurrido en otro. Así, la
que se encuentra en toda la hum a­ circunstancia de que un objeto
nidad, cuya falsedad revelaría una sea conocido no produce en él
estructura defectuosa y un absurdo cam bio alguno. Las cosas m ateria­
radical del hom bre. les o ligadas a la m ateria manifies­
L a form a de llevarse a cabo la tan sólo un a inm utabilidad relativa,
vida perdurable no consiste en des­ pues el vivir, crecer y actuar en
aparecer en un espíritu universal este m ündo visible descansan en el
impersonal, sino en existir perso­ m ovim iento, es decir, en el cam bio.
nalm ente realizando de m anera Sin em bargo, cuanto m ás desliga­
acabada las disposiciones espiritua­ das están de la m ateria la / acción
les m ediante la Verdad infinita y el y la actividad, tácito m enos cambio
V aler divino infinito cuya pose­ o movim iento suponen. Y a en el
sión constituye la bienaventuranza hom bre el cam bio o movim iento
sin fin. Si el alm a se hace indigna está en relación inversa de la
del V alor eterno, el pensar sen­ elevación de sus actividades espi­
sato exige la sanción consistente en rituales, com o m uestran las in ­
la pérdida de D ios en el m ás allá. tuiciones intelectuales, la contem ­
Las fantasías de una /m e te m p s i- plación am orosa de u n a o bra de
cosis, que reaparecen con frecuen­ arte y, sobre todo, las vivencias
cia, no son susceptibles de funda- místicas. A ctividad e inm utabilidad
m entación a priori ni de com proba­ n o son, pues, conceptos que se
ción em pírica y repugnan, además, excluyan m utuam ente. — L a in­
a la existencia personal del hom bre. mutabilidad física de D ios, que se
— W lL L W O L L . funda principalm ente en su sim­
plicidad, e infinitud, no niega la
b ) H e i d i n G s f e l o e r , D ie Unsterblich­ actividad, pero sí cualquier cam ­
k e it der Seele, 1930; F u l , D ie Unster- bio en su ser, cualquier aum ento
blichkeit der Seele, 21919 [trad. i ta l.: o dism inución de su perfección; de
L 'im m artalitá delV ánima umana, M ilán ahí que excluya to d a evolución,
1921]; J. E n d r f s , D ie Unsterblichkeit der
y aun la m era posibilidad de ella.
M enschenseele, en «D ivus T hom as» 22
(1944) p p . 75-94; [J. M a r i t a i n , D e Por eso, el /p a n te ís m o en todas
Bergson a S anto Tom ás de A quino (trad. sus form as implica una interna con­
esp.), 1946 ( i v : L a inmortalidad de si tradicción. L a inmutabilidad moral
m ism o )\,d ) G . P f a n n m ü l l e r , Tod, Jen- m antiene alejada de D ios to d a mo-
dificación de la decisión eterna de y están «acoplados» a ella. Ésta
su voluntad. D ios no concibe nue­ es desencadenada por determ ina­
vos planes ni modifica los concebi­ dos objetos del m undo anim al en
dos. Él conoce en un acto inm uta­ torno (presa, enemigo, etc.), y sobre
ble el acontecer variable. A los todo por signos de los mismos,
distintos m odos de pensar que se cuyo conocim iento posee el animal
se suceden en el hom bre (v.gr.: de m anera innata y plenam ente
pecado y arrepentim iento) corres­ independiente de la experiencia
ponde en D ios un único acto eterno ( esquema innato). Los signos pue­
que a causa de su infinitud equivale den ser de índole química, acústica
en su sim plicidad a la actitud de u óptica. Se dan casos en que un
odio y am or (coincidentra opposi- esquema (v.gr.: el de «com pañero
torum; / D i o s [Idea dej). En la sexual») está, p o r decirlo así, «va­
creación tem poral del m undo la n o ­ cío», n o m odelándolo la experien­
vedad y el cam bio se encuentran cia m ás que en un determ inado
sólo del lado de aquél ( / D i o s período de la vida (las más veces
[Libertad de]). — R a s t . en la prim era infancia).
Tam bién en el hom bre se dan
a) S a n t o T o m á s d e A q u in o , Sum m a acciones instintivas. Cronológica­
theologica, 1 q. 9 ; 10; Sum m a contra m ente, el prim er instinto es el de
Gentiles i, 15; b) F . M it z k a , Der Phi-
losophische Beweis fü r die morale Unve-
succión, al que siguen los de vol­
rSnderlicbkeit G ottes, en «Z eitschrift für verse, expresarse, im itar y jugar.
k atholische T heologie» 59 (1935) pp. 57­ Sin em bargo, el com portam iento
72; e) O . Z immf.r m a n n , Der immer- instintivo n o es la propiedad ca­
gleiche Gott, 1920; [ A . G o n z á l e z Á l v a ­ racterística del hom bre. En éste se
r e z , Teología natural, 1949; R . G a r r i - encuentra m ás bien un a am plia
g o u -L a g r a n g e , Dieu, “ 1950]. «reducción del instinto» (Gehlen),
de suerte que no existe ninguna
Instinto. El térm ino instinto de­ gradación entre el com portam iento
signa, en acepción muy general, la instintivo y el intelectivo-racional
disposición natural de los seres n i cabe considerar el instinto com o
vivos para o b rar teleológicamente. prim er estadio ontogenético o filo-
C onsiderado desde el punto de genético de los productos m entales
vista de la ciencia natural, el ins­ superiores. A dem ás, el instinto no
tinto es una disposición natural está en el hem bre tan unívoca­
hereditaria, un caudal de disposi­ m ente determ inado com o en el
ciones ordenadas y relacionadas anim al, apareciendo subjetivamente
con el todo, que im pulsan al vi­ las m ás veces com o un estado em o­
viente a atender de m anera especial cional difuso y pobre en contenido
a ciertos objetos del m undo cir­ representativo que, sin reflexión te-
cundante, a entrar en contacto leológica, se traduce directam ente
afectivo con éstos y a o b rar luego en una actuación.
en form a específicamente típica y L a explicación filosófica del ins­
adecuada a la conservación de la tinto ha seguido diversos cam inos
especie. L a experiencia y procesos de acuerdo con los presupuestos
de aprendizaje no desempeñan nin­ sistemáticos. Un progreso esencial
gún papel fundam ental, aunque, lo representa la m oderna investiga­
aliados, entre otras cosas, con re­ ción de la conducta (Lorenz, Seitz,
flejos y autom atism os acom pañan Tmbergen y otros), que h a elevado
frecuentem ente la acción instintiva los estudios sobre el instinto a d en -
cia experimental de conceptos rigu­ arrolle sin objeto teleológico exte­
rosos: trabajos dirigidos a estable­ rior, es necesario que a la «estima­
cer una separación clara entre los tiva» preceda algo configurado p o r
reflejos y la experiencia, por un la fantasía con anterioridad a toda
lado, y los verdaderos com ponen­ experiencia («coordinación heredi­
tes del instinto, relativam ente rígi­ taria»), Con la «prueba de sorpre­
dos y específicamente típicos, po r sa», las m odernas investigaciones
otro; análisis minucioso de los es­ sobre el instinto h an puesto direc­
quemas desencadenantes (prueba de tam ente de manifiesto en muchos
sorpresa); trabajos para m ostrar anim ales estas «imágenes de la
la acción conjugada variable de fantasía» acuñadas previam ente y
reflejo, autom atism o, experiencia y condicionadas p o r la herencia (es­
acción instintiva. quem a de la presa, esquem a del
La doctrina escolástica del ins­ enemigo, etc.). M uchos de estos
tinto es, en filosofía de la n a tu ra ­ esquemas se m odelan al alcanzar
leza, una parte de la problem ática determ inada intensidad el estado
relativa a los grados esenciales de excitante intern o que com unica el
la / v i d a ; en la psicología, consti­ impulso a las acciones instintivas. —
tuye una parte de la doctrina sobre Puesto que en éstas el anim al tiende
los sentidos internos. Colocado así al fin de m anera objetivo-racional
en el lugar que le corresponde, el (sin intelección subjetiva de la te­
instinto, com o facultad cognosci­ leología), el instinto es un caso p ar­
tiva y apetitiva perteneciente a la ticular de la / finalidad y plantea los
sensibilidad interna, se diferencia mismos problem as que ella.—H a a s .
de todo proceso condicionado por
puros reflejos. A dem ás, la habilidad b) J. H . B ie r e n s d e H a a n , D ie tieri-
instintiva distínguese claram ente de schen In stin kte und ihr V m bau durch
Erfahrung, 1941; K . L o r e n z , Über die
la m em oria sensitiva. A l form ular Bildung des Instinklsbegriffes, 1937; del
tal distinción, la escolástica coin­ m is m o : Tiergesckichten, 1949; R . S c h u -
cide con los resultados de la m o­ bert-S o l d e r n , Philosophie des Leben-
derna investigación del com porta­ dingen, 1951; E. W a s m a n n , D er Trichter-
m iento, pero salva la separación, wíckler, 1884; del m is m o : In stin k t und
dem asiado rigurosa a m enudo, que Inteltígenz im Tierreich, 11905 ftrad. ita l:
ésta establece entre los distintos Istinio e intelligenza nel regno anímale.
com ponentes de la acción, ense­ 1908]; JE. S . R u s s e l l , The Behaviour o f
anim áis, 1934; E . C. T o l m a n , Purposive
ñando a concebir el instinto com o
Behaviour in A nim áis and M en, L ondres
vis aestimativa (facultad de juzgar 1932; R . R e in h a r d t , Psicología anim al
[ /J u ic io ] de naturaleza sensitiva) (trad. esp.) 1944; G em elli - Z u n i n i , Intro­
dentro del conjunto del /c o n o c i­ ducción a la psicología (trad . esp.) 1953;
m iento sensorial, vis aestimativa que, M . T h o m a s , L a notlon de l ’instinct et
de m odo objetivo y teleológico, apli­ ses bases scientifiques, P arís 1936; G . d e
ca al caso concreto las señales recibi­ M oNTPELLiER, Conduites intelligentes et
das m ediante los sentidos exteriores psychism e chez /'anim al et chez I’hom m e,
L o v ain a *1949]; d) E. Z ie g l e r , D er B e ­
(y recogidas p o r el sentido com ún).
g r iff des Instin ktes einst und je tz , 1920.
Sin em bargo, com o que m uchas
veces los animales buscan el objeto
apetecido sin que les haya sido Integración designa en m atem áti­
dado jam ás en la experiencia, y aun cas la sum ación de infinito núm ero
cabe q u e en la acción «en vacío» de partes infinitam ente pequeñas.
(Lorenz) la acción instintiva se des­ E n biología entiéndese p o r integra­
ción el fenómeno consistente en y a la psicología de las razas. —
que organism os lesionados (y, a ve­ Brugger.
ces, divididos) se com pletan nueva­
m ente para constituir un todo o r­ E. R . J a e n s c h , Grundformen men-
gánico; en sociología, el hecho de schlichen Seins, 1929; del m ism o : Stu-
dien zur Psychologie menschlicher Typen,
la inserción de entes sociales en
1930; Psychologische Typenlehre und ver-
totalidades de orden superior. — gleichende Vólkerpsychologie, 1932; A.
E l concepto de integración alcanzó M e sse r , Psychologie, l 1934, p p . 54-63
en la m oderna /'ca ra ctero lo g ía una [trad. e s p .: Psicología, 1948],
especial significación po r obra de
E. Jaensch. Según él, los diversos
tipos de carácter se diferencian Intelectualismo. Cabe definir co­
principalm ente por la índole, di­ m o intelectualism o (del latino «in­
rección y m edida de la integración, tellectus»: inteligencia) to d a doc­
es decir, del enlace totalitario de trina que atribuya una prim acía al
las funciones anímicas. E n los tipos espíritu, a la idea, a la razón. Esto
integrados colaboran funciones que puede tener lugar, legítima o ile­
en otros casos están separadas, gítimamente, en diversas esferas.
sobre todo lo físico y lo psíquico; Extrem adam ente exagerado es el in-
dom inan la arm onía del conjunto telectualismo metafísico del idealis­
y la totalidad. O tra cosa sucede m o trascendental, llam ado / i d e a ­
con los desintegrados, donde pasa lismo alemán, que convierte el ám ­
a prim er plano la multiplicidad. b ito entero del ser en «posición»
L as funciones particulares se inde­ (Setzung) de la razón. Con sana
pendizan hasta la ruptura. Según ponderación defiende el intelectua­
el centro, dirección y grado de inte­ lismo metafísico Santo Tomás de
gración, Jaensch distingue los sub­ Aquino, según el cual el ser en su cau­
tipos integrados I 1( I 2, Is. El I x sa prim era divina se identifica con la
m uestra u n a integración lo m ás razón, de donde se sigue que todo
fuerte posible, tanto p o r lo que ente, aunque no sea en todas p ar­
respecta a las funciones entre sí tes razón y espíritu, es racional y
como a la conexión aním ica con el conform e a éste. Con el intelectua­
am biente. El I s presenta un cierto lismo metafísico concuerda el inte­
aflojam iento de las funciones fun­ lectualismo gnoseológico ( / Inteli­
damentales. El I s está exclusiva­ gibilidad) confundible con el / r a ­
m ente integrado hacia el interior. cionalismo. Com o opuesto al / vo­
D el tipo I j derivan los sinestésicos luntarism o, el intelectualism o no
tipos S. Sin em bargo, el tipo S es significa un excluir necesariam ente
proyectivo en oposición al tipo I*, del ser a la voluntad (pues donde
receptivo. El tipo S , intenta com ­ hay razón hay tam bién voluntad),
pensar la inestabilidad de las ca­ sino que sólo expresa la prim acía
pas apetitivo-sensitivas elementales, conceptual de la inteligencia sobre
características del S1( m ediante una la /v o lu n ta d , que sin aquélla ni
superestructura racional inorgánica­ siquiera puede ser pensada. Lo que
m ente encajada. — L a doctrina de separa a la voluntad de cualquier
la integración y su utilización para otra clase de tendencia es precisa­
para una tipología ofrece cierta­ m ente la razón que en ella está
m ente valiosas ideas. Sin em bargo, entrañada y la inform a. El intelec­
n o siempre se aplican sin violencia tualismo psicológico expresa la ci­
a form as históricas y culturales, ta d a preem inencia de la razón so­
bre la voluntad o, yendo m ás allá, rias, y tam bién, a m odo de com ple­
la errónea concepción de que las mento, la com prensión que se co­
funciones psíquicas de querer, sen­ loca en el p unto de vista de la
tir y otras pueden ser reducidas /f in a lid a d ; para entender al / s e r
a meros elementos intelectuales. espiritual, se recurre a los fines y
E n un aspecto más práctico (pe­ a la individualidad espiritual, o séa,
dagogía, cultura) se habla de inte- a la com prensión (/C o m p re n d e r)
lectualismo cuando, con detrim en­ propia de las ciencias del espíritu.
to de las demás fuerzas del espí­ Si algo contingente debe ser com ­
ritu, se concede un espacio excesivo pletam ente entendido, es decir, no
a la vida intelectual. Sócrates, en sólo en tal o cual peculiaridad, sino
la filosofía griega, defendió u n in- en su contingencia mism a, hay que
telectualismo ético. A su juicio, la rem ontarse a la Causa últim a y ne­
virtud no era m ás que el saber cesaria p o r sí misma.
acerca del bien, lo cual hacía que A la intelección p o r parte del
pudiera aprenderse. — Con fre­ entendim iento corresponde la inte­
cuencia, la palabra «intelectualis- ligibilidad po r la de los objetos. El
m o» se usa en el mismo sentido problem a estriba en saber si éstos
que /ra c io n a lis m o . N o obstante, en su totalidad son inteligibles, o
el intelectualism o, en oposición al sea, si el ente en cuanto tal es inte­
racionalism o, significa una situa­ ligible. E n todo caso, cabe que la
ción preem inente de la razón y del inteligibilidad esencial al ente en
espíritu sin lim itación a lo especí­ cuanto tal no se refiera exclusiva­
ficamente hum ano del concepto y m ente a la inteligencia hum ana.
del pensar discursivo, incluyendo, Esta inteligibilidad implica relación
por lo tanto, el Espíritu divino, al / entendim iento en general, con­
infinito. — B r u g g e r . cerniendo p o r eso en prim era línea
al puro e infinito de D ios. La inte­
J. M a k it a I N , Réfiexions sur l'ittlelli- ligibilidad plena y absoluta de todo
gence et sur sa vie propre, P arís "1930; ente existe sólo p ara D ios porque,
M . W u N D T , Der Intellektualism us in der
debido a la perfecta identidad de
griechischen Philosophie, 1907; P . R ous-
s e l o t , V intellectu a lism e de Saint Thomas,
conocer y ser, es com pletam ente
París *1924. inteligible p ara sí mismo y ve todo
lo dem ás desde su m ás profun­
do fundam ento en cuanto que
Inteligibilidad. E n te n d e r algo de éste (y de su libre acto de
significa, en prim er lugar, pene­ voluntad dim ana. El principio de
trarlo p o r com pleto, hasta su razón la inteligibilidad universal del ente
o fundam ento. Lo que se com pren­ caracteriza al /id e a lis m o metafí-
de enteram ente se ve tal com o es, sico. Este principio excluye la po­
o sea, desde su fundam ento origi­ sibilidad de algo en sí que sea
nario. Sin em bargo, com o lo con­ transinteligible, que sea com pleta­
tingente tiene su razón suficiente, m ente incognoscible ( N . H art­
no en sí, sino siempre en o tro que m ann); pero n o excluye que la
es su causa, entender un objeto inteligibilidad del ente tenga sus
contingente es conocerlo p o r ésta. grados correspondientes a los de
P ara entender los fenómenos de la la perfección ontológica ( / S e r
n aturaleza sirve ante todo la expli­ [G rados del]). L o que existe única­
cación ( /E x p lic a r ) o reducción m ente en un sentido im propio y
a causas o leyes naturales necesa­ m inorado, v.gr.: el mal, es inteli­
INTENCIONAL

gible tam bién de una m anera mi­ s ó lo ve, sie n te y q u ie r e ; s a b e ta m ­


norada. b ié n q u e e je c u ta e so s a c to s y p u e d e
Todo ser está de algún m odo c o n s u ra z ó n re fle x io n a r s o b r e
patente al entendim iento hum ano ello s, a lc a n z a n d o a s í u n c o n o c i­
po r su condición de verdadero y m ie n to in d ire c to d e e sta s a c tiv id a ­
genuino entendim iento, es decir, d e s y d e su s o b je to s. — B r u g g e r .
puede de alguna m anera, aunque
b ) G . S ó h n o e n , Sein und Gegenstand,
im perfecta, devenir objeto de su
1930; J. M a r é c h a l , L e paint de départ
conocim iento. En cam bio, existen de la métaphysique v, L ovaina 1926;
vallas que impiden la intelección K. R a h n e r , Geist in W elt, 1939; M . M ü -
plena. N o podem os entender to ­ l l e r , Sein und Geist, 1940; P. R o u s s e l o t ,
da la realidad exhaustivam ente m e­ L'ir.tellectuaüsm e de Saint Thomas, París
diante conceptos propios ( / Concep­ 21924; e) J. p e V rie s , D enken und Sein,
to) como creía el /r a c io n a lis m o ; 1937, pp. 214-235, 267-284 [trad. esp.:
sólo nos es dado definir concep­ Pensar y ser, 1J 953].
tualm ente un dom inio interm edio
de aquélla, y aun esto de m a­ Intencional. Intencional (1) es
nera incompleta. A la com pleta todo aquello que tiene una orien­
y positiva definición conceptual se tación (como el ente al ser, el
sustraen tanto la indeterminación agente a su operación y al efecto
del resto m aterial (ininteligible) que de la misma, etc.). E n sentido es­
queda después de toda abstracción tricto, es intencional (2) to d o lo
y la individualidad condicionada que posee una orientación cons­
po r la m ateria (/in d iv id u o ), co­ ciente hacia un objeto. E n este
m o la infinitud del A cto puro caso se encuentran to d a clase de
situado más allá de toda forma y representaciones, conceptos, actos
limitación. E n el área intermedia cognoscitivos y apetitivos. Todos
se encuentran, no obstante, el / ellos «significan», apuntan a («in-
sentim iento y el hecho de la deci­ tienden») algo. Son, tam bién in ­
sión libre, que n o adm iten una tencionales (3) los mismos objetos
com prensión conceptual exhaus­ significados com o tales. Además
tiva. N uestro pensam iento puede del eventual ser en sí real, tienen,
acercarse a estos objetos sólo m e­ en cuanto objetos representados,
diante los conceptos análogos ( / pensados o queridos, un ser «in­
A nalogía, /C o n c e p to ) y la reflexión. tencional».^ — B r u g g e r ,
A sí se hace posible conocer de un
m odo indirecto y analógico el re­ F. B r e n t a n o , Psychologie f, 1874 [trad.
siduo ininteligible de u n objeto por esp, p arcial: Psicología, 1935]; E. H u s ­
ser l . Logische Untersuchungen, 21913­
relación a la quididad conceptual,
1921, ii [trad. esp,: Invesligacones lógi­
y conocer, asimismo, la infinitud cas, 1929]; N . H a r t m a n n , Grundzlige
del A cto puro com o fuente de las einer M etaphysik der Erkenntnis, 1921
esencias finitas. La posibilidad de [trad. fra n c .: Principes d'une m étaphy­
com prender (imperfectamente) el sique de la connaissance, P arís 1947);
propio sentir y querer viene dada d ) A . H a y e n , V intentionnel dans lc^ p hi­
p o r el hecho de que la razón penetra losophie de Saint Thomas, B ruselas 1942;
las demás facultades del / a l m a , e) J. d e V r ies , D enken un d Sein, 1937,
n . 20 [trad. esp.: P ensar y ser, ! 1953].
siendo en últim o térm ino el hom ­
bre entero quien actúa m ediante
las potencias y no cada una de Intensidad es la m a g n itu d d e la
éstas p o r separado. E l hom bre no /c u a lid a d o*el g r a d o e n q u e u n
sujeto participa d e un m odo de Intuición. E n sentido estricto, es
ser. H ay que distinguir la m agnitud la visión directa de algo individual
de Ja cualidad de la m agnitud de existente
< que se m uestra de un
su sujeto, v.gr.: m ayor o m enor m i odo inm ediato y concreto, es
superficie lum inosa; m ayor o me- decir,
i sin intervención de otros co­
ñ o r intensidad lumínica en u n a nocimientos.
i D e aquí que sólo pue­
superficie de extensión invariable. da< llam arse intuitivo, en acepción
M ientras que la intensidad de cua- rigurosa,
i aquel conocim iento que
lidades espirituales sólo puede me- aprehende
; el objeto en su propio
dirse en sentido im propio, las cua­ ser presente; p o r el contrarío, es
lidades corpóreas y m udables están iabstractivo to d o conocim iento que
sujetas a verdadera medición, es prescinde de la presencia viva de
decir, a conocimiento num érico lo1 conocido. — Se distinguen dos
dimensivo. El núm ero indicador de clases
i de intuición: sensorial e in­
la m agnitud de la cualidad se lia- telectual;
i denom inándose ésta tam ­
m a grado o grado de intensidad. L a bién
1 visión intelectual.
intensidad se m ide p o r efectos La intuición sensorial se da en
c o m p ro b a b le s m ensurablem ente, los1 animales y (m ás perfectam ente)
v.gr.: la dilatación p o r el calor, en < el hom bre. Ligada a diversos
o por causas m ensurablem ente re- órganos
< del cuerpo, se lim ita asi­
conocidas, v.gr.: la intensidad lu- mism
i o a las m anifestaciones del
m iñosa (en bujías). L a m agnitud del m i undo corpóreo. El térm ino intui­
efecto perm ite inferir la de la fuerza ción
< proviene del sentido de la
(intensidad — fuerza). Los núm eros vista, que en el hom bre tiene la
con que se m ide la intensidad son prim
] acía; sin em bargo, los demás
prim ero solam ente ordinales, pero sentidos
: poseen igualmente a su
pueden establecerse tam bién nú- m i anera una «intuición» de m ás o
meros proporcionales. L a opinión menos
¡ valor. En sentido pleno, sólo
de que la teoría escolástica de las cabe
< designar com o intuición la
cualidades excluye la aplicación de percepción
j inm ediata, porque ú ni­
to m atem ática al conocim iento de la camente
i ella co-presenta en los
naturaleza, e s tá in d u d a b le m e n te fenómenos
I sensoriales la existen­
muy extendida, pero es errónea. — cia< de lo individual. En u n a acep­
Al aum ento geométrico de la in- ción
< m ás am plia se califica tam ­
tensidad de los excitantes de la bién
I de intuitiva la /r e p r e s e n ta ­
sensación corresponde únicam ente ción
< en cuanto está contruida con
un crecim iento aritm ético en la in- elementos
< intuitivos puram ente sen­
tensidad de la m ism a: ley de W eber- soriales,
¡ pero prescinde de la exis­
F echner ( / Sensación). — B r u g g e r . tencia
¡ de ]o individual representa­
ido. E ntre la representación y la
b ) P , H o e n e n , Cosmología, R o m a 1936. percepción
] se sitúan las llam adas
pp. 185-204, 468-477; [del m ism o: Fi- «imágenes
< intuitivas subjetivas» de
losofia delta natura inorgánica, Brescia los] eidéticos (del griego ddo?:
1949]; J. F rü b e s, Lehrbuch der experi- \
imagen); producidas por la fan­
mentellen Psychologie i, *1923, p p. 463- ,
tasía (no por el objeto) como
517 (trad . e sp .: Tratado de psicología
representaciones corrientes, igua­
empírica y experim ental I, 31944]; A . G . ,
V a n M e l s e n , The philosophy o f nature,
lan, sin em bargo, en claridad plás­
P ittsb u rg h 21954]; d) A. M a i e r , D as 1tica (y, tratándose de ciertos ti­
Problem der intensiven Grósse in der Ipos, también en independencia de
Scholastik, 1939. !la voluntad) a las percepciones
(/R e p re se n ta c ió n ). — La intui­ de toda intuición, pues versa sobre
ción sensorial como percepción y re­ lo universal, prescinde de lo exis­
presentación es de la m ayor im­ tente y nu nca saca de lo concreto
portancia para el pensar hum ano, m ás que rasgos aislados; tam poco
pues éste elabora a p artir de ella es un aprehender inm ediato, sino
m uchos de sus conceptos prim eros realizado siempre m ediante la in­
y permanece incrustado en la mis­ tuición sensorial o la reflexión. N o
m a durante su curso ulterior (con­ obstante, puesto que prim eram ente
venio ad phantasma de los esco­ lo universal se conoce com o in­
lásticos). / Concepto (Form ación crustado p o r com pleto en estos
del), /E n te n d im ie n to . m odos intuitivos de aprehensión,
La intuición intelectual, en sen­ el concepto cobra una cierta intui-
tido riguroso, se da únicam ente en tividad pudiendo hablarse de «in­
el espíritu puro ; su arquetipo lo tuición de la esencia». A dem ás, el
constituye la visión con que D ios conocim iento conceptual se cali­
se com prende y com prende todo fica de intuitivo en cuanto que in­
lo existente finito en el espejo de m ediatam ente, es decir, sin inter­
sí mismo. Esta visión se dirige al vención de un raciocinio, apre­
ser (en oposición a lo aparente o hende sus objetos, ya sean esencias
fenoménico) llegando, por consi­ ya conexiones esenciales. En este
guiente, si se trata del ente cor­ sentido habla Santo Tom ás del
póreo, hasta su núcleo esencial, intellectus principiorum y distingue
desde el cual ve los fenómenos. entre intellectus y ratio, o sea, co­
P or eso no es sólo un opaco com ­ nocim iento intelectual y discursivo
p ro bar lo fácticam ente existente respectivamente, el prim ero de los
(como la intuición sensorial), sino cuales, según él, participa en for­
vm necesario y sim ultáneo conce­ m a m ínim a de la visión del espí­
birlo por su fundam ento. Esta in­ ritu puro. — M ás señaladamente
tuición intelectual le está negada cabe hablar de intuición cuando se
al hom bre po r más que el ontolo- abarcan con una m irada (sin me­
gismo y, en diversas formas, tam ­ diación del discurso) relaciones de
bién el idealismo se la atribuyan. m ayor am plitud; esto se aplica
Sin em bargo, en su conocer inte­ sobre todo a la visión artística,
lectual se da la intuición en sen­ pues en ella lo contem plado se
tido am plio, en cuanto este cono­ concreta^ tam bién en form as sen­
cimiento participa de algunos ras­ sorialm ente intuitivas. E sta visión
gos esenciales a dicha intuición es sentida como inspiración cuando
intelectual. abre repentinam ente perspectivas
Se le aproxim a la comprensión no presentidas y se presenta sin
de los actos intelectuales de pen­ la intervención propia, com o gra­
sar y querer. Puede aquí hablarse ciosa merced. Según Santo Tom ás,
de intuición porque estos actos se el conocimiento intuitivo aquí des­
m uestran inm ediatam ente como crito no difiere radicalm ente del
algo existente singular; pero no en discursivo, pues «intellectus» y «ra­
la acepción plenaria del térm ino tio» constituyen únicam ente dos
ya que se hacen patentes no en funciones de u n a sola potencia
visión directa sino únicam ente m e­ cognoscitiva intelectual.
diante la /re fle x ió n . — N uestro L a filosofía m oderna restringe
conocim iento conceptual aparece mucho y de m últiples m aneras el
ante todo com o el polo contrario alcance del ^conocer teorético (to­
mado, sobre todo, com o discursi­ «R evue p h iiosop hique de L ouvain» 4 4
vo), sustrayéndole especialmente los (1 9 4 6 ) p . 40 1 ss]; c) I. K a n t , K ritik der
conocim ientos directores de la vida reinen Vernunft, especialm ente A 5 0 -7 ;
J. K ó n io , D er B e g riff der Intuition, 1 9 2 6 ;
y las realidades metafísicas. Éstas
M . H e id e g g e r , K ant und das Problem
se ponen entonces en correspon­ der M etaphysik, 1 9 2 9 [trad. esp. '.Kant
dencia con m odos de com prensión y el problem a de la m etafísica, 1 9 5 4 ] ; H .
extraintelectuales, irracionales o B e r g s o n , L ’évolution créasricc; del m is­
emocionales, que frecuentem ente se m o, L a pensée et le m ouvant; [J. P a l i a r d ,
m anifiestan com o intuiciones. A quí Intuition et réfiexion, 1 9 2 5 ; E . L e R oy,
deben incluirse, además de la filo­ L a pensée intuitive, 2 vols., 1 9 2 9 -1 9 3 0 ];
sofía de la vida ( / V i d a [Filoso­ d) B . J a n s e n , A ufstiege zur M etaphysik,
1 9 3 3 , p p . 3 4 1 -3 6 4 (K a n t u n d T h o m a s);
fía de la]), la «presentación em o­
S. G e IGe R, D er Intuitionsbegriff in der
cional» y el «sentimiento intencio­ katholischen Religionsphilosophie der Ge-
nal» de la filosofía actual de los genwart, 1 9 2 6 ; [S . J. D a y , Intuitive Cog-
valores ( /V a lo r e s [Filosofía de nition. A K ey to the S ignificóm e o f the
los]), así com o tam bién la irracio­ later S d w la stics, 1 9 4 7 ]; / Religión (F i­
nal aprehensión de D ios de la filo­ losofía de la), / V i d a (Filosofía de la).
sofía contem poránea de la religión.
A unque tales direcciones adolecen Intuicionismo. Con esta palabra
de una infravaloración de lo ra ­ se designan aquellas direcciones
cional, han puesto, no obstante, que en el conocim iento hum ano
de relieve con gran intensidad la atribuyen el papel principal a la
insuficiencia de la «ratio» m oderna «intuición», sobrestim ando en la
alicortada, m atem atízada y es­ m ayoría de los casos su valor
clava de la técnica. Sostienen tam ­ cognoscitivo o concediendo al hom ­
bién que únicam ente la inserción bre m odos de conocer que rebasan
en la totalidad de las fuerzas aní­ las posibilidades de su naturaleza.
micas presta al conocim iento su Por intuición no se entiende en­
pleno poder y vitalidad, con lo tonces la /in t u ic i ó n o visión en
cual a m enudo una aprehensión sentido usual, sino funciones cog­
intuitiva totalitaria se adelanta al noscitivas superiores que se apro­
análisis racional. — L o t z . ximan real o supuestam ente a la
inm ediatez y plenitud de u n a in­
a) S a n t o T o m á s d e A q u in o , Sum m a tuición espiritual. U n a aproxim a­
theologica, 1. q. 79 a. 8; q. 84 a. 6-7; ción de esta clase se encuentra,
q . 85 a. 1; b) R . J o l iv e t , L ’im uition in- v.gr., en la «visión sim ultánea»
tellectuelle et le p roblim e de ¡a m étaphy­ creadora de vastas conexiones, tal
sique, en «A rchives d e Philosophie» xi,
com o de m anera especial se da, re­
2, 1 9 3 4 ; K . K a h n e r , Geist in W elt, 1 9 3 9 ;
M . M ü l l e r , Sein und Geist, 1940, espe­
pentinam ente a veces, en hombres
cialm ente pp. 207-232; J. S a n t e l e r , adecuadam ente dotados. Sin em ­
Intuition und W ahrheifserkenntnis, 1934; bargo, esta «intuición» supone, por
A . W i l l w o l l , Über das Verháltnis von lo regular, u n largo trato intelec­
Anschauung und D enken im Begriffser- tu a l con el objeto y debe ser des­
lebnis, en «BeitrSge z u r P roblem geschi- pués justificada p o r el pensar m e­
ch te d e r Psychologie, 1929; E. J a e n s c h , tódico. — U na form a particular
Über den A u fb a u der M'ahrnehmungs- del intuicionism o la constituye el
welt, i 1928, ii J931; del m ism o :
Grundformen menschiichen Seins, 1929;
/o n to lo g is m o que falsam ente ad­
[J. V ia l a t o u x , L e discours et l’im uition, m ite una visión n atural de Dios.
París 1930; F . G r é g o ir e , N o te sur les O tros pensadores, com o Platón,
termes «intuition» e t «expérience», en hablan de una visión intelectual
para la que el hom bre debe estar El irracionalism o psicológico atri­
capacitado po r ideas innatas, M o­ buye a Jo irracionaJ (1) el papel
dernam ente, el intuicionismo se une preponderante en la vida aním ica
a m enudo con el irracionalism o al ( / V i d a [Filosofía de la], / P s i ­
suponer una aprehensión / irra­ coanálisis). El irracionalism o me-
cional o em ocional inm ediata de tafísico supone que hay un ente
la realidad suprasensible; así, v.gr., absolutam ente irracionaJ (2), es de­
en Bergson y Scheler. — D e V r ie s . cir, p ara toda m ente, e incluso que
el ente en su m ás profundo fondo
h) E. P k z y w a r a , Rellgionsbegriin- esencial es irracional; adem ás, el
dung, 1923; S. G e ig e r , D er ¡ntuitiom be- ente es concebido en últim a ins­
g r iff in der kathnlischen Philosophie der
tancia como voluntad ciega o im­
Gegenwart, 1926; c) J. K.6NIO, D er
B e g riff der ¡ntuition, 1926; [E. L e R oy, pulso vital (Schopenhauer, Nietz-
L a pensée iniuitive, 2 vols., 1929-1930]; sche, E. v. H artmann) o se renun­
d) A, H u f n a g e l , ¡ntuition und E rkenntnis cia a to d a positiva determinación
nach Thomas fon Aquin, 1932. de su esencia irracional ( N. H art­
mann). E l irracionalism o metafí-
Irracional. D enom ínase general­ sico es incom patible con un depu­
m ente irracional lo contrapuesto rad o concepto de D ios ( / Verdad).
o, por lo m enos, extraño al espí­ El irracionalism o gnoseológico afir­
ritu, en especial al pensar concep­ m a, por Jo p ro n to , únicam ente
tual (a la «ratio»). A lo que es que la realidad o determ inadas
ajeno a la m ente o al pensam iento esferas de la misma, conside­
se le llam a a veces arracional (tér­ radas de ordinario com o racio­
mino poco feliz) y m ejor alógico nalm ente com prensibles p o r nos­
( /L o g o s ) , para diferenciarlo de otros, son irracionales (2 ) para
lo irracional com o opuesto a ella nuestro pensam iento. A sí, Scheler
en sentido estricto. Lo irracional y N . Hartmann opinan que la exis­
puede entenderse psicológicamente tencia es aprehendida sólo en
(subjetivamente), de los actos psí­ actos irracionales (emocionales), el
quicos, u objetivamente, de los irracionalism o valoral sostiene que
objetos a que dichos actos se diri­ los /v a lo r e s son de índole irra­
gen. En sentido psicológico (1) cional y la filosofía de la religión
es irracional la vida consciente que de R . Otto hace irracional lo divino,
se substrae en grado mayor o m e­ aprehendible sólo en el sentimiento
nor a la guía de la razón, especial­ de lo «num inoso». — H a de reco-
m ente la vida sentim ental y apeti­ nocerse^que lo irracional ( 2) existe
tiva. Pero tam bién el querer espi­ efectivamente p ara nosotros. A sí
ritual incluye en la elección libre, el individuo, en cuanto tal, nunca
sobre todo del bien m enor, un ras­ es enteram ente com prensible para
go que no es racionalm ente inte­ nuestro pensar conceptual. P o r el
ligible en su integridad. En acep­ contrario, la existencia y los va­
ción objetiva, irracional (2) es si­ lores son tenidos sin m otivo por
nónim o de incognoscible por su irracionales. D ios es, ciertam ente,
obscuridad, de inadecuado a la ra­ incomprensible, pero n o cam pleta-
zón, ininteligible, aprebendible sólo m ente incognoscible p ara nosotros.
por actos irracionales. Los divinos / misterios que rebasan
E l térm ino irracionalismo deno­ nuestra razón se denom inan m ejor
ta , en general, una acentuación o superracionales, porque n o nos
sobreacentuación de lo irracional. resultan ininteligibles a causa de su
obscuridad en sí, sino de su cega­ enuncia un predicado de un sujeto
dora abundancia de luz ( / S upra­ m ediante la cópula «es». E n opo­
rracional). — D e V r ie s . sición a un concepto com puesto
(v.gr., hom bre m ortal), la esencia
¿ J A . W i l l w o l l , Über das Irrationale de la proposición y, por lo tanto,
in der Psychoíogie, e n «S cholastik» 11 del juicio, reside en la cópula, p o r­
(1936) p p . 346; G . W u n d e r l e , Über
que ella expresa la relación con el
das Irrationale im religiósen Erleben, 1930;
J. G e y s e r , Intellekt oder Gemiit, 1921 ser y el asentim iento (v.gr., el h om ­
(contra e l irracionalism o d e R . O tto); bre es m ortal). P ara asegurar la
A . G u g o e n b e r g , Der M enschengeist und verdad de la proposición y del ju i­
das Sein, 1942 (contra e l irracio n alis­ cio, algunos (v.gr., Bolzano) adm i­
m o d e N . H a rtm a n n ); R . G a r r ig o u - ten proposiciones en s í ( verdades
L a g r a n Ge , L e sens du myst&re et le en sí) que n o existen allende la
clairobsctir intellectuel, P arís 1934 [tra d . realidad, pero poseen una cierta
e s p .: E l sentido del misterio y el claros­
existencia (recuérdese los produc­
curo intelectual, 1945].
tos irreales de sentido de R ickert).
Esta concepción, que trae a la m e­
Juicio. I . Con este térm ino se de­ m oria las ideas platónicas, no es
signa el acto central del conoci­ necesaria, porque la verdad del
m iento hum ano cuya dilucidación juicio queda sobradam ente asegu­
lógica y m etafísica persigue la teo­ rada p o r el hecho de que e] objeto
ría del juicio. El estudio lógico de enunciado se dé efectivamente,
éste investiga el juicio com o form a m ientras que la form a propia de
de pensam iento atendiendo a su la enunciación representa sólo el
estructura esencial y a sus propie­ m odo (fundado en lo dado) com o
dades necesarias. Desde este punto nosotros, hom bres, debemos expre­
de vista se distingue del simple sar esto dado p ara poderlo com ­
concepto y del raciocinio. El / con­ prender con el pensamiento.
cepto representa sólo un conoci­ Expliquem os algunas propieda­
m iento incoativo porque se lim ita des del juicio y divisiones ligadas
a form ar contenidos sin relacio­ a ellas. L a cualidad del juicio es
narlos con el ser ni expresarlos en inherente a la cópula en cuanto
su existencia por el /'ase n tim ien to . ésta, com o afirmación en el «es»
En cam bio, el juicio lleva el cono­ o /n e g a c ió n en el «no es», atri­
cimiento a su realización plena buye o quita, respectivamente, el
porque relaciona los contenidos con predicado al sujeto. Así, tenemos
el ser y, asintiendo a ellos, consti­ juicios afirmativos y negativos. Per­
tuye u n a expresión de su existen­ tenece asimismo a la cópula la
cia. F rente a ello, el /r a c io c in io / modalidad del juicio p o r la cual
no significa una ulterior perfección éste expresa el m odo del «es»
de la esencia interna del conoci­ o del «no es». Con ello resultan
m iento, sino un progresar de un juicios apodícticos, que enuncian
conocim iento a otro. algo com o absolutam ente necesario
L a estructura exacta del juicio o absolutam ente imposible, asertó-
puede elucidarse en la proposición ricos, que dicen sencillamente «es»
o, dicho con m ayor rigor, en la pro­ o «no es» sin determ inar su m odo,
posición enunciativa, pues la fun­ y problemáticos, que expresan un
ción de la proposición consiste en poder ser o tam bién la posibilidad
ser expresión oral o signo pa­ del n o ser. Según la extensión del
tente de aquél. L a proposición sujeto, se da un a diversa cantidad
del juicio. Distínguense en conse­ que enuncia la esencia de un indi­
cuencia, juicios universales, particu­ viduo concreto. N uestro conoci­
lares, singulares e indefinidos; en miento se detiene prim ero en el
éstos la extensión del sujeto queda aspecto patente de la cosa; si no
indeterm inada. P or lo que respecta pasara m ás allá sería un m ero cono­
a la relación del predicado con el cimiento sensorial. Pero, en reali­
sujeto, el juicio afirmativo «pone» dad, com o conocimiento intelectual
siempre la identidad de am bos, po r penetra h asta el núcleo más íntim o
lo m enos la identidad m aterial en de la cosa que aparece, a saber:
virtud de la cual el predicado con­ hasta el / s e r . Sin em bargo, éste
viene de hecho al sujeto, v.gr.: nunca lo posee u n a cosa finita en
Pedro está en casa. Puede, no obs­ su plenitud total, o sea, según todas
tante, existir también una identidad sus probabilidades, sino únicamen­
formal de m anera que el predicado te según la m edida de su / esencia,
esté implicado esencialmente en el la cual representa siempre un m odo
su je to ; tales juicios se llaman juicios de ser lim itado. L a cosa encierra
de identidad en sentido destacado. los tres grados: individuo, esencia,
Éstos no coinciden en m anera al­ ser, en una /s ín te s is com pacta
guna con los juicios tautológicos, y opaca. D espués de haber sido
en los que el predicado repite lo separados p o r la abstracción, el
que el sujeto ya ha dicho, ni son juicio reúne estos mismos grados
esencialmente analíticos ( / A náli­ en una síntesis estructurada y diá­
sis), antes bien pueden ser también fana. La síntesis existente en la cosa
juicios esenciales sintéticos (v.gr.: retiene los dos últim os factores
todo ente contingente exige una dentro de los límites del individuo;
causa [/S ín te sis]). A dem ás de los frente a ella, la síntesis judicativa
juicios simples hay los compuestos. eleva los dos prim eros a la am plitud
M ientras los simples juicios categó­ del ser. Con ello im ita a su m anera
ricos enuncian de m anera absoluta la visión divina, inscrita desde un
(Carlos estudiará), los juicios con­ principio en el Ser absoluto y que,
dicionales añaden en una proposi­ p o r lo mismo, lo com prende todo
ción ulterior u n a condición (Carlos desde la m ás íntim a razón del ser.
estudiará, si obtiene u n a beca). Los E sta im itación de la visión divina
juicios disyuntivos m uestran una dis­ tiene su expresión en la tendencia
yunción (Carlos estudiará o será natural de la m ente hacia el Ser
com erciante); po r el contrario, los absoluto, tendencia que, según M a-
juicios conjuntivos niegan que dos réchaly, constituye el único funda­
enunciados puedan ser verdaderos m ento de la verdad objetiva del
a la vez (Carlos n o puede estudiar juicio (/D in a m ism o ).
y ser com erciante al mismo tiem­ II. A diferencia del juicio categó­
po). Los juicios copulativos unen rico que dice algo de un objeto de
en u n a m isma proposición varios m odo directo, el juicio hipotético,
sujetos o (y) varios predicados (C ar­ en sentido am plio, es una enuncia­
los y Francisco estudian; Carlos ción acerca del enlace necesario en­
se gana la vida y estudia a la vez). tre varias enunciaciones. N o son los
L a consideración metafísica del mismos enunciados - m iem bros los
juicio sitúa esta form a hum ana de que se afirman, sino sólo la índole
pensar en el contexto to tal de una y validez de su unión. El juicio hipo­
metafísica del conocimiento. D icha tético puede ser verdadero, aunque
consideración h a de partir del juicio las enunciaciones que !o integran no
lo sean o incluso sean imposibles. animal (v.gr., com o comestible),
El m ás im portante enlace de enun­ en analogía a la adición del pre­
ciados, que usualm ente da el no m ­ dicado al sujeto en el juicio p ro ­
bre a la clase entera, es el juicio piam ente tal. D e m anera parecida
hipotético en sentido estricto o pro­ se adscribe a la vis cogitativa sen­
posición condicional, consistente en sorial peculiar del hom bre la ca­
una unión de enunciaciones tal que pacidad de «juzgar» sobre Ja subs­
si A (el antecedente) vale, B (el tancia corpórea individual ( / M un­
consecuente) vale tam bién necesa­ do exterior). — En Kant la facultad
riam ente. E n form a negativa: aun­ de juzgar (U rteilskraft) es la facul­
que A valga, n o es necesario que B tad de pensar lo particular como
valga también. — D istinta del contenido bajo lo universal. D ado
juicio hipotético es la implicación lo universal (la norm a), la facultad
material que en / logística se de­ de juzgar que subsum e lo particu­
fine com o aquella unión de dos lar debajo de lo universal se llam a
enunciaciones « p » y «q» que sólo facultad de juzgar determinante;
es falsa si «p» es verdadera y «q» pero, si se da sólo lo particular
falsa; dfcese entonces que «p» im­ y hay que buscarle lo universal,
plica «q». Sin em bargo, esta im pli­ tenemos fa cultad de juzgar reflec­
cación n o es un verdadero juicio tante. — I. L o t z . — II. B r u g g e r .
hipotético porque no indica ningún - III. D e V r ie s .
necesario seguirse «q» de «p»; po r
eso el em pleo de la fórm ula «si... I. a) A r i s t ó t e l e s , D e interpretatio-
luego» p ara la implicación resulta, ne (~ ' '■ ¿P'I r v i i %:); SANTO T o m á s d e
por lo m enos, equívoco. — O tros A q u in o , Comentario a l « D e interpreta-
juicios hipotéticos en sentido am ­ íione» de A ristóteles; Sum m a theologica,
plio son: la conjunción, según la J q . 16, a , 2 ; Q uaestiones dispútalas de
cual es imposible que todos los veritate, q , i, a . 3 ; I. K a n t , K ritik der
reinen Vernunft (Transzendentale A naly-
m iem bros sean conjuntam ente ver­
t ik j ; G . H e g e l , L o g ik, 1. m , s e c . 1. c . 2 ;
daderos, y la / disyunción. b) J. M a r é c h a l , L e point de départ
III. E n sentido propio, la f a ­ de la métaphysique, v , 1 9 2 6 ; J. L o t z ,
cultad de juzgar o form ar juicios Sein und W ert, i , 1 9 3 7 ; M . MÜLLER,
c o rre s p o n d e só lo al / 'e n t e n d i ­ Sein und Geist, 1 9 4 0 ; A . M a r c , Dialec­
miento. P or lo tanto, cuando la tique de l'affirm ation, 1 9 5 2 ; P . R o u s s e -
filosofía escolástica atribuye a ve­ l o t , L 'intellectuaiism e de Saint Thomas,
ces a las facultades sensoriales una P arís * 1 9 2 4 ; G . S o h n c .e n , Sein und Ge-
genstand, 1 9 3 0 ; J. G e y s e r , Grundlegung
«actividad judicativa», ello h a de
der L o g ik und Erkenntnistheorie, 1 9 1 9 ;
entenderse en sentido am plio, im­ [G . R a b e a u , L e jugem ent d'existence,
propio. A sí se atribuye a la «esti­ 1 9 3 8 ; X . Z u b ir i, Ensayo de una teoría
mativa» (vis aestimativa) sensorial, fenom enológica del juicio, 1 9 2 3 ; A. G ó m e z
que tam bién poseen los animales, I z q u ie r d o , A nálisis del pensamiento ló­
la capacidad p ara juzgar sobre lo gico i, 1 9 2 8 ; J. D o p p , L efo n s de logique
útil o nocivo p ara la vida, es decir, form elle, 3 v o ls ., L o v a in a 1 9 5 0 ]; c) I .
p ara añadir a la percepción de K ant, G. H eo el / ’a); E. H u sserl,
Erfahrung und Urteií, 1 9 3 9 ; [L . B r u n -
una cosa (v.gr., de cierta planta)
s c h v ic g , ím m odalité du jugem ent, 21 9 3 4 ];
un contenido de conciencia (in- d) P. H o e n e n , L a théorie du jugem ent d ’a-
tentio insensata) no determ inado prés Saint Thom as d'A qnin, R o m a 1 9 4 6 ;
por la im presión sensible exte­ A . W il m s e n , Z u r K ritik des logischen
rior, p o r el cual el objeto es orde­ Transzendentalismus, 1 9 3 5 ; [S. M a n s ió n ,
nado a las necesidades vitales de] L e jugem ent d ’existence chez A ristote,
L ov ain a 1 9 4 6 ]. — II. W. B r u g g e r , D ie presión del derecho, y con ello
M o d alitát einfacher Aussageverbindungeu, «orden» en el sentido pleno del
en «Scholastik» 17 (1 9 4 2 ) p p . 2 1 7 -2 3 6 ; vocablo, necesita continuo retoque
tra ta d o s d e / ¡ ó g i c a . - I I I . d ) L . S c h ü t z ,
y acom odación a los datos reales
D ié vis (¡estimativa sive cogitativa des
heiligen Thomas, en «Jahresbericht d er
cam biados. N orm as que fueron un
G ó r r e s g e s e lis c h a f t » , 1884; W. F r o st, tiem po expresión de un pensa­
D er B e g riff der U rteilskratf bei K ant, miento jurídico pueden, variadas
1 9 0 6 ; b ) [D o m e t d e V o r g e s , L 'estim ati- las circunstancias, devenir contra­
ve, en «Revue néoscolastique de philo­ rias a la razón, nocivas a la com u­
sophie», (1 9 0 4 ), pp. 4 3 3 -4 5 4 ], nidad e ilegales en alto grado. El
beneficiario intentará mantenerlas
Justicia. Si el / derecho consti­ com o su derecho escrito; el peiju-
tuye el orden de la /c o m u n id a d , dicado tenderá a quebrantarlas con
tarea de la justicia es «dejarlo violencia p o r injustas. A la com u­
a salvo» y «restablecerlo» en la nidad sólo aprovecha un desarrollo
m edida que las circunstancias exis­ orgánico. L a tendencia a él y a la
tentes no form en u n a ordenación buena voluntad p ara llevarlo a ca­
verdadera e idónea de aquélla, bo constituyen la justicia en orden
o sea, una ordenación que garanti­ a l bien común (justicia social), asi
ce la realización del bien com ún. — llam ada porque crea de nuevo en
D entro de un orden existente han cada m om ento el verdadero orden
de considerarse prim ero las norm as de la com unidad y protege de un
que miran a la com unidad (el / bien m odo perm anente el bien general
com ún) o / leyes con las cuales se ( /c o m ú n ) . — N e l l - B r e u n i n g .
constituye dicho o rd en : justicia ge­
neral o legal (inexactam ente llam ada K. K ie fe r, Die Tugend der ausglei-
chenden Gerechtigkeit, “1908; V. C a-
tam bién «social»), — Con respecto
t h r e in , R echt, N aturrecht und positives
a los m iem bros de la com unidad Recht, *1909 [Irad. esp .: L a filosofía del
hay que proteger la repartición de derecho. E l derecho natural y el derecho
cargas y obligaciones, así como la prim itivo, *1926]; K r e b s - H o f m a n n , Ge­
de honores y veutajas conform e rechtigkeit, en el Staatslexikon de H . S a -
a so situación, aptitudes y fuerzas: c h e r , n, 1927; A. J. F a i d h e r b e , L a jus-
justicia distributiva. Los miembros tice distributive, P arís 1934; H . H e ju n g ,
de la com unidad han de defender D e iuslltia sociafí, F rib u rg o (Suiza)
recíprocam ente lo que en derecho 1944; V o n N e l l - B r e u n i n g , iu stitia so-
cialis, e n e l W órterbuch der P olitik, de
a cada uno corresponde. Aplica­
O . vaj-j N el l - B r e u n i n g y H . S a c h e r , sn,
ción capital de esto la constituye 1949; G . d e l V e c c h io , D ie Gerech­
el proteger la equivalencia de pres­ tig keit, *1950; [J. A . R y a n , Justicia dis­
tación y contraprestación, la pro­ tributiva (tra d . esp.) 1950; A. B r u c c u -
tección, po r lo tanto, de la igualdad l e k i , L a giustizia soziale, R o m a 1948];
de valor en el trato económico; e ) V . C a t h r e in , M oralphilosophie i,
de ahí que a esta justicia se la de­ *1924, [trad . ital. de la 5.a ed. alem :
nom ine conmutativa, — E n oposi­ Filoso fia morale, F lo re n cia J913-I930J.
ción a la justicia general primera­
m ente citada, se incluye a las últi­ Laxismo, en oposición ,a / r i g o ­
m as bajo el calificativo de particu­ rism o, es la doctrina según la cual
lares. deja de existir la obligación en
D e hecho, el orden existente cuanto se d a un a leve d u d a res­
nunca es enteram ente com o debería pecto a la existencia de la ley. El
ser; p ara ser p ura y perfecta ex­ laxismo, com o teoría, jam ás fué
directam ente sostenido, pero si ori­ leyes. El lenguaje com o sonido
ginó indirectam ente un cierto peli­ existe sólo al ser producido. A un­
gro de caer en él la m anera de que siempre, aparte la transm isión
proceder en la /c o n c ie n c ia dudo­ de ideas, el habla es ya un a cierta
sa. El laxismo es reprobable porque expresión del alm a del locutor, sin
una duda ligera nunca puede hacer em bargo su intención principal,
oscilar en su obligación una ley a diferencia de otros movimientos
conocida con certeza en otras oca­ expresivos, no tiende a esto, sino
siones. Inm otivadam ente se h a ta ­ a la representación y comunicación
chado de laxismo al /p r o b a b ilis - de pensamientos. M ientras la repre­
m o. Éste exige, com o supuesto sentación gráfica im ita el objeto
esencial p ara la validez de su significado en su form a sensible
principio, que las razones en contra y es, en consecuencia, inm ediata­
de .la ley sean sólidas y de peso m ente com prendida p o r cualquier
adecuado. — S c h u s t e r . contem plador, el lenguaje hace pre­
sente n o el objeto, sino el pensa­
A . S c h m i t t , Geschichte des Probabi-
Hsmus, 1904: J. M a u s b a c h , D ie katho- m iento y (en su form a desarrolla­
lische M o ra l und ihre Gegner, ‘ 1921; da) no copiándolo, sino m edíante
V. C a t h r e i n , M oralphilosophie (, *1924 u n signo que lo reem plaza. Por
{trad. ital. d e la S.“ a le m .: Filoso fia m o­ consiguiente, sólo es com prendido
rale, F lo ren cia 1913-1920]: E. Á m a n n , p o r quien conoce el /s e n t i d o y,
L a xism e, en el D ictionnaire de théologie con ello, el significado de los sig­
catholique ix, 1, 39-86. nos. Indudablem ente, en sus oríge­
nes el lenguaje trabajó también con
Lenguaje. Este térm ino designa: medios de representación directa­
1.°, la actividad universal hum ana m ente com prensibles, gráficos. La
dirigida a servirse de u n sistema unión de sonidos sensibles, que en
de / signos según determ inadas sí no poseen significado peculiar,
reglas de enlace que en todas p a i­ con determ inadas significaciones, es
tes han de darse p o r supuestas; decir, la indicación de un / sentido
2.a, las form as histórica y social­ resulta posible porque en el hom bre
m ente condicionadas de la función no existe separación alguna radical
general hum ana del lenguaje: las entre intuición sensorial y pensa­
lenguas particulares o idiomas. miento espiritual; antes bien, éste
D entro de to d a lengua hay que se obtiene de aquélla por / a b s ­
distinguir: a) la totalidad de signos tracción y conserva siempre un
y form as de que puede servirse el cierto enlace con el esquem a sen­
que habla (lo «hablable»); b) la sible. L a aludida función indicado­
realización som ático-anim ica del ra perm ite al hom bre establecer
acto de h ab lar; c) la palab ra pro­ entre el sonido articulado y dicho
ducida y oída (lo «hablado»). Len­ esquema una conexión perceptible
guaje en sentido prim ordial es la asimismo p ara otros y fijarla por el
representación de pensam ientos por uso reiterado. El supuesto p ara la
m edio de sonidos. Sujeto del len­ com prensión de los interlocutores
guaje es el hom bre, único de los es su com ún naturaleza somático-
seres visibles que tiene pensamien­ espiritual y sobre todo la identidad
tos y es capaz de expresarlos con de contenido p o r ellos pensado
el sonido articulado sensible. El o p o r pensar.
lenguaje refleja, pues el ser aními- L a cuestión del origen del len­
co-corpóreo del hom bre y sigue sus guaje puede referirse a la capacidad
para hablar o a la práctica des­ difieren entre sí de m anera n o ta­
arrollada de aquél. La capacidad ble. Siempre existe fundamental"
p ara hablar está im plicada en la m ente la posibilidad de trasladar
esencia del hom bre. L a práctica a una lengua lo representado en
o m anejo de la lengua com prende o tra (traducción); pero tal posibi­
el descubrim iento y prim era aplica­ lidad es lim itada en diversos aspec­
ción de signos sensibles com o re­ tos, sobre todo en lo concerniente
presentantes de los conceptos y el al valor sentim ental que resuena
desarrollo ulterior del sistema de en las palabras. — P ara un con­
signos. C óm o llegó el hom bre ori­ ju n to de enunciados exactam ente
ginariam ente a esta práctica del definidos se establecen lenguajes
lenguaje, es cosa que sólo podem os universales de gran precisión, co­
conjeturar viendo la m anera com o m o h a ocurrido, p o r ejemplo, en
todavía hoy la adquiere. — Ú nica­ la m atem ática y la /lo g ís tic a , los
m ente cabe hablar de lenguaje ani­ cuales sirven exclusivamente p ara
m al en u n sentido im propio, pues com unicar contenidos conceptuales
el / a n i m a l n o puede exteriorizar prescindiendo de toda expresión
pensam iento alguno ni manifestar anímica. — A unque ei lenguaje
por m edio de conceptos sus sensa­ no constituye u n a condición in ­
ciones o apetitos. A cerca del len­ dispensable del conocim iento inte­
guaje prelógico, / Psicología social. lectual, contribuye en gran m edida
El hom bre puede substituir los a la precisión y claridad del pensar.
signos fonéticos del lenguaje por — Puesto que el lenguaje se ha
o tros; así ocurre, v.gr,, en la escri­ originado de la necesidad del in­
tura, que reem plaza los pasajeros dividuo como m iem bro de la com u­
fonemas por trazos escritos de ca­ nidad, ni es descubrimiento de un
rácter m ás estable. Sin em bargo, individuo ni cabe concebirlo en
la representación de ideas puede su conservación y desarrollo fuera
tam bién efectuarse m ediante signos de la com unidad. La com unidad
escritos o de o tra clase, sin pasar lingüística orgánica y natural, for-
por el rodeo del sonido, com o m adora de la lengua en la m ayo­
sucede en la escritura conceptual ría de los casos, es la nación, e in ­
de los chinos. L a prim era form a versamente, el idiom a desempeña
fonética fundam ental es la silaba; un im portante papel en la form a­
la prim era form a fundam ental de ción de aquélla. Sin lenguaje no
signo lingüístico dotado de signifi­ sería posible ni la com unidad h u ­
cación es la palabra; la prim era m ana ni un cierto grado superior
form a fundam ental del lenguaje de cultura. D e la im portancia del
m ism o, la oración. Sólo en ésta se lenguaje p ara la com unidad resulta
expresa un pensam iento completo. tam bién p ara el individuo la obli­
L a situación de la lengua y el con­ gación especial de no utilizarlo con­
ju n to de la oración confieren a las tra su esencia que es ser expresión
p alabra el significado definido. Esto del pensam iento. — B r u g g e r .
es aplicable tam bién en cierta me­
dida a la oración en cuanto es W. von H um bo ldt, Gesam m elte
Schriften, 1904 ss (especialm ente t. v n , 1);
m iem bro del discurso.
K , B ü h l e r , Sprachtheorie. D ie D arstel•
El lenguaje (1) se nos presenta lu n g sfm k tio n der Sprache, 1934 [trad.
en u n a variada profusión de idio­ esp.: Teoría del lenguaje, 1950]; D b la -
mas [ = lenguaje ( 2)], que tanto en c r o ix , L e langage et la pensée, P arís 1930;
el léxico com o en la construcción A . M a r t y , Untersuchungen zu r Grund-
h-gung der allgem elnen G ram m atik und terior desarrollo de la lengua. —
Sprachphilosophie i , 1 9 0 8 ; d el m i s m o , C as'direcciones de la filosofía de!
Psyche und Sprachstruktur, e d . F u n k e , lenguaje divergen principalm ente en
B ern a 1 9 4 0 ; F . DE S a u s s u r e , Cours
la cuestión relativa a la coordi­
de linguistique générale, P a r í s *1922;
W . W u n d t , V ó lk e r s p s y c h o lo g ie , D ie
nación de pensam iento y lengua.
Sprache, a1 9 1 1 -1 9 1 2 ; L. v a n H a e c h t , M ientras la antigua filosofía del
Le problém e de ¡’origine du langage, e n lenguaje reconocía de m anera u n á­
«R evue P h ilo s o p h iq u e de L o u v a in » 45 nim e la independencia y supre­
(1 9 4 7 ) pp. 1 8 8 -2 0 5 . m acía del pensam iento con res­
pecto al habla, y la relación entre,
Lenguaje (Filosofía del). El es­ ambos era diversam ente concebi­
tudio del /le n g u a je po r parte de da (según la dirección em pirista
la filosofía es tan antiguo com o la [M arty\, el lenguaje lo produce
misma filosofía. Ya en la A nti­ el pensar con el fin de com uni­
güedad existía la opinión (sofis­ carse; según la idealista [Vossler],
tas) de que el lenguaje había de el lenguaje es m anifestación per­
atribuirse a un convenio arbi­ fectamente adecuada del pensa­
trario de los hombres, p unto de miento), m uchos m odernos absor­
vista opuesto a otro que lo con­ ben el pensam iento en el lenguaje
sideraba com o algo dado por la (Ipsen) o lo hacen proceder de
naturaleza (e sto ic o s). P la tó n y él (Stenzel). — B r u g g e r .
Aristóteles adoptaron u n a posición
E. C a s s i r e r , Philosophie der symboli-
intermedia. La filosofía del len­ schen Formen (t. i: D ie Sprache, 1923);
guaje com o disciplina filosófica J. S t e n z e l , Philosophie der Sprache, 1934
propiam ente tal existe sólo desde [trad. esp.: Filosofía del lenguaje, 1936];
W. v. Humboldt. La fom entaron L . L a c h a n c e , Philosophie du langage,
principalm ente la lingüística com­ O ttaw a-M o n treal 1943; J. Z a r a g ü e t a ,
parada (estudio de la función uni­ E l lenguaje y la filosofía, 1945; R . C a r -
versal del lenguaje y de la estruc­ NAP, Iniroduction 10 Sem antics, *1946;
R . H ó n i g s w a l d , P hilosophie un d Spra­
tu ra esencial del mismo) y la
che, B a s e l 1 9 4 8 ; d ) O . F u n k e , Studien
psicología em pírica (investigación zur Geschichte der Sprachphilosophie, B er­
de los elem entos del lenguaje y de n a 1927; L . L e r s c h , D ie Sprachphilo­
sus condiciones psíquico-físicas). sophie der A lten, 1838-1841; P. R o t t a ,
— Las m ás im portantes tareas L a filosofía d el linguaggio nella P atrística
de la filosofía del lenguaje son la e nella Scolastica, T u rín 1909; G . I p s e n ,
aclaración de las relaciones entre Sprachphilosophie der Gegenwart, 1930;
pensam iento y habla (prim acía e A . M ü u . e r , B etrachtungen zur neueren
influencia), entre las funciones deutschen Sprachphilosophie, 1938.
expresiva y representativa del len­
guaje, la dilucidación de las con­ L ey. Ley, en la acepción plena
diciones psíquico-físicas del habla, del térm ino, es la orden dada a
del papel del individuo y de la u n a com unidad con carácter obli­
com unidad nacional en la cons­ gatorio para los m iem bros de la
trucción del lenguaje, de las re­ misma, es decir, im poniéndoles
laciones entre el lenguaje-tipo y un deber m oral. Leyes en sentido,
la estructura de las lenguas p ar­ am plio son norm as que h a n de
ticulares, la investigación del ori­ observarse si h ay que alcanzar
gen prim ero del lenguaje en el determ inados fines particulares (le­
tiem po así com o del origen del yes lógicas, gram aticales, d e la
lenguaje en el niño y en el ul­ o b ra artística, que denotan un
deber no m oral). Por últim o, ley el cam bio, así com o tam bién la
en sentido figurado designa el de­ abolición entera o parcial p o r su
ber naturalm ente necesario regu­ autor (abrogación y derogación).
lador del o b rar que se sustrae a la Éste, por motivos de peso, puede
libertad ( /le y e s naturales, leyes conceder excepciones en casos p ar­
psicológicas). — E n tanto que la ticulares (dispensa) u otorgar pri­
ley, tom ada en su acepción plenaria, vilegios.
im pone al hom bre un deber moral, L a ley m oral n atural es reflejo
es decir, u n no-poder o tra cosa, de la llam ada ley eterna (lex ae-
ordena llevar a cabo u om itir terna) divina, es decir, de la vo­
acciones propias dependientes de luntad existente en D ios desde la
la voluntad libre o tolerar ac­ eternidad, que exige la observan­
ciones ajenas dependientes asimis­ cia del recto orden por las criatu ­
m o de la voluntad libre. — U na ras. L a ley m oral n atu ral es la
ley sólo puede ser dada po r quien base de to d a o tra ley librem ente
posee el poder correspondiente. estatuida, pues ésta recibe de ella
Dios, com o C reador, tiene por sí su firmeza y nada puede contener
soberanía legisladora sobre la co­ contrario a la misma. Puesto que
lectividad hum ana. D e Él la recibe esta segunda clase de ley se apoya
tam bién necesariam ente sobre sus en la natural teniéndola al mismo
m iem bros la com unidad perfecta tiem po como p au ta, y, la ley m o­
(el Estado) considerada com o un ral natural es, en últim a instancia,
todo. — P ara que una ley sea reflejo de la eterna, queda garanti­
válida debe ser suficientemente m a­ zado el interno carácter unitario,
nifiesta, es decir, su autor ha de de todas las leyes tan to respecto
darla a conocer de m anera que a la obligación com o al contenido.
todo aquél a quien afecte pueda — Fin inm ediato de la ley m oral
adquirir de ella un conocimiento n atural es la realización del orden
seguro (promulgación ). m oral universal; el de la ley h u ­
Según su auto r inm ediato, cabe m ana, la realización del bien p ú ­
distinguir leyes divinas y humanas. blico. Las leyes hum anas que evi­
E n tre las divinas, hay unas tan dentem ente no responden a dicho
internam ente unidas a la esencia fin n o obligan en conciencia. L a
y orden de las cosas que han sido ley, p o r dictarla la soberanía le­
dadas con la creación m ism a y gisladora a u n a colectividad e ir
po r ella sola son ya cognoscibles. .dirigida al bien com ún, se distin­
E n conjunto representan la / l e y gue de la orden dada a un individuo
m oral natural, necesaria e inmu­ o u n grupo p o r au to rid ad com pe­
table como las esencias de las tente en atención a un determ inado
cosas. Su carácter obligatorio se fin particular. Respecto a los m an­
deriva de la voluntad de Dios datos que exigen un proceder con­
(/O b lig a c ió n ). A dem ás de dichas trario a la ley m oral natural, no
leyes, D ios puede todavía dar li­ sólo existe el derecho sino también
brem ente otras, pero éstas nece­ el deber de rehusarles la obediencia.
sitan una /re v e la c ió n propia para — / A utoridad. — K i e i n h a p p l .
hacerse manifiestas y en m anos de
A quél está el m udarlas o abolir­ S a n t o T o m A s d e A q u i n o , Sum m a theo-
ías. T odas las leyes hum anas son lógica 1, 2 q . 9 0 -1 0 8 ; S u Ar e z , D e legibus;
librem ente establecidas (leyes posi­ b) A . L e h m e n , Lehrbuch der M oralphi-
tivas) adm itiendo, en consecuencia, losophie, 1 9 3 0 ; O . S c h i l l i n o , Lehrbuch
der M oraltheologie, 1929; E . W e l t y , La parte de la ley m oral natura]
D ie Leitungsnorm iter Gemeinschaft: Das relativa a la vida jurídica form a
Gesetz, en «D ivus T hom as», F rib u rg o de el / derecho natural. L a ley m oral
B risgovia 21 (1943) pp. 257-286,386-411;
natural puede ser tam bién inti­
M . W i t t m a n n , D ie E thik des hl. Thomas
von A quin, 1933, pp. 318-368; M a u s b a c h -
m ada por la / l e y positiva o, en
T ischlf . d e r , Katholische M oraltheolo­ cuanto desde el ángulo de la n a­
gie i, 31936, pp, 79-140; [V. C a t h r e i n , turaleza del hom bre perm ite diver­
M oralphilosophie, "1924 (trad . ital. de sos m odos de proceder, ser deter­
la 5.a alem .: Filoso fia morale, F lorencia m inada con m ayor detalle p o r la
1913-1920); O- L o t t in , L a definition costum bre ( /M o r a lid a d ) o la ley
1lassiqiie de la loi, en «Revue N éoscolas- positiva.
tique de Philosophie» 27 (1925) pp. 129­
Puesto que la «historicidad» no
144, 243-273; R o d r í g u e z S o t il l o , La
obligatoriedad de las leyes civiles en con­
anula las form as hum anas fun­
ciencia, en « R e v is t a d e D erecho C a n ó ­ dam entales, sino que únicamente
nico» 1 (1946) pp. 135-171, 669-695; las modifica, estos m ódulos m o­
2 (1947) pp. 676-701]; c) Jo a c h im -J u n - rales no están vinculados a ninguna
g iu s - G e s e l l s c h a ít (ed.). D as Probiem articulación del hom bre en el es­
der G esetzlichkeit (t. 1, Geisteswissen­ pacio y el tiem po, sino que cons­
sc h a fte n ; t, ir, Nalunvissenschaften), 1949; tituyen proposiciones de validez
d j [K. C . M a r t y n i a , L a dífinition tho- universal fundam entalm ente acce­
m iste de ¡a loi, en «R evue de P hilosophie»
sibles siem pre y en todas partes
(1930) pp. 231-250; A . A v e l in o E st e b a n
R o m ero , 1 a concepción suareziana de Ia a la razón hum ana; los supues­
ley, 1944]. ' tos individuales, históricos y socia­
les sólo intervienen en el proceso
de su conocim iento estorbándolo
Ley m oral. M ientras la norma o fom entándolo. C uanto más bási­
moral indica el módulo de lo m oral cos son los preceptos, tan to más
en genera] ( = principio m oral) fácil se hace el conocerlos. Así, la
describiendo y aclarando así la conciencia m oral del hom bre m ues­
esencia de la /m o r a lid a d , la ley tra tam bién en sus perfiles form a­
m oral (denom inada tam bién ley mo­ les una asom brosa concordancia
ral natural a diferencia de la / l e y (respeto a D ios, la familia, la
natural física) abarca el conjun­ vida, la propiedad). En tan to que
to de las norm as m orales que re­ la m oralidad únicam ente está de­
sultan de la situación del hom bre term inada p o r el objeto (v .g r.: obli­
en la realidad y ligan a la totalidad gaciones fundam entales religiosas
de los hom bres de m anera radical y sociales) sus norm as son univer­
con anterioridad a todo convenio salm ente válidas e inm utables de­
( /O b lig a c ió n ) . E l fu n d a m e n to bido a la unidad de la naturaleza
trascendente de la ley m oral con­ hum ana y a la indisoluble conexión
tenida en la naturaleza hum ana es entre ser y deber.
la relación de copia a ejemplar C uanto m ás se traduzcan las
existente entre el orden de acá y el obligaciones generales en deberes
del m ás allá, a saber; la / ley eterna concretos ( /ta m b ié n Ética de la
divina com o ordenación y exigen­ situación), tan to m enos tom ará la
cia. P o r lo que respecta a su con­ ley m oral una form a rígida, antes
tenido, la ley m oral coincide con bien se ad ap tará al curso evolu­
el decálogo (los diez m andam ientos tivo y a los estadios culturales
de la Biblia), exceptuada la form a de la hum anidad; asimismo, el
particular del tercer m andam iento. hom bre se encontrará a menudo
ante casos-límite en que su razón ción natu ral constituye el funda­
sola sin la luz de la /re v e la c ió n m ento de un acontecer necesario,
únicam ente p odrá conseguir un gra­ al que, no obstante, corresponde
do m ayor o m enor de probabi­ una cierta am plitud de m ovim iento,
lidad y con frecuencia sucum birá puesto que el ser vivo responde de
al error. A sí se explican las dife­ m anera diversa según su necesi­
rencias en las concepciones éticas dad a los estímulos actuantes sobre
concretas de los pueblos (moral él. Ú nicam ente en el acontecer
sexual y m atrim onial: trato sexual inorgánico, ley n atural es sinónimo
antes y fuera del m atrim onio, di­ de acontecer uniform e. Los culti­
vorcio, m onogam ia; m uerte de ino­ vadores de las ciencias de la n atu ­
centes en casos extremos, suicidio, raleza denom inan ley n atural a este
duelo, m entira). — B o l k o v a c . mismo acontecer regular, que se
expresa en juicios de validez uni­
b) J. P i e p e r , D ie W irklichkeit und das versal y que, tratándose de lo in a­
Cute, 1935; M . W i t t m a n n , G esetz und nim ado, encuentra su exacta for­
Sittengesetz, e n «Philosophísches Jahr-
m ulación cuantitativa en ecuacio­
buch» 51 (1938) pp. 292-316; A . S e r t i -
l l a n g e s , L a philosophie des lois, París
nes matem áticas. Estas leyes de
1946; á) V. C a t h r e i n , D ie E inheit des la ciencia natural son de dos clases;
sittlichen Bewusstseins der M enschheit, leyes dinámicas, expresión directa
1914; W . S t o c k u m s , Die Unveranderlich- del acontecer individual causalmen­
k e it des natürlichen Sittengesetzes in der te determinado, y leyes estadísti­
scholastischen E th ik, 1911; [E. B r u n e - cas concernientes a un acontecer
t e a u , D e la loi natur elle, en « R e \u e de
regular que se realiza com o vale®
Philosophie» 18 (1911) pp. 621-636; 19
medio constante en el concurso de
(1911) pp. 63-85; L. G e a m m u s s o , L ’unitá
della coscienza morale, en «G regoiianum » un gran núm ero de causas indivi­
6 (1935) p p . 226-285]; e) V. C a t h r e i n , duales, com o, v.gr., en las leyes de
M oralphilosophie, '1 924 [trad. ital. de los gases. Es imposible que todas
la 5.1 alem .: Filosofía morale, F lorencia las leyes sean estadísticas; por lo
1913-1920]; G . M á r q u e z , Filosofía m o­ menos en el «micro-acontecer» debe
ral, 2 vols., “1943; A. M a r c , Dialectique haber legalidades dinámicas ( /
de ra g ir, P arís 1954; O. L o t t i n , M orale C ausalidad [Ley de]). — L a ne­
fondam entale, 1954J.
cesidad de las leyes naturales rela­
tivas a la esfera infraespiritual no
Ley natural en sentido filosófico, es absoluta, sino condicionada ( /
es u na ordenación hacia determi­ Contingencia), pues afecta al acon-
nada actividad ínsita en las cosas x tecer real del orden contingente
naturales. Recibe el nom bré de de la existencia. L a naturaleza no
/ l e y porque con esta disposición puede introducir excepciones en el
se ,h a dado a los seres de la natu­ acontecer legal, porque las disposi­
raleza u n a necesidad p ara obrar. ciones operativas están unidas de
E sta necesidad reviste diversas for­ m anera necesaria con las cosas
m as según la índole de la cosa: y sus acciones; pero tales excep­
distinta es la que rige en lo inorgá­ ciones pueden ser realizadas p o r
nico, lo orgánico o lo hum ano- u n a causa extranatural ( / M i ­
espiritual. E n este últim o dom inio, lagro). — El conocim iento de las
ley natural equivale a ley /m o r a ] leyes naturales es tarea fundam en­
natu ral; su necesidad consiste en tal de las ciencias de la n atu ra­
el deber de la /o b lig a c ió n . En leza que p ara ¡levarla a cabo se
la esfera infraespiritual, la disposi­ sirven de la / inducción. — J u n k .
J. S e ile r , Philosophie der unbelebten resolverse a algo sin ataduras psí­
N atur, OI ten 1948, p p . 221-259; M. quicas antecedentes al acto de la
P l a n c k , Wege zur physikalischen E rkennt-
decisión que necesiten unívocam en­
nis, *1944; A . G a i t e r e j í , D as Problem
te la volición en un sentido deter­
des statistischen N aturgeseízes, Innsbruck
1924; G . K a f k a , N aturgesetz, Freiheit
m inado; en otros térm inos: es la
und W under, 1 9 4 0 ; B . B a v in k , Ergeb- facultad de «querer com o se quie­
nisse und Problem e der Naturwissenschaf- ra» ( /L ib e r ta d de la voluntad).
ien "1949, p p . 218-275; N . H a r t m a n n , Sin una cierta preponderancia de
Philosophie der N atur, 1950, p p . 382-441; lo interior sobre lo exterior, pre­
[E. B O U T R O U X , D e la cotttingence des ponderancia inexistente en el ser
lois de la nature, w1929; del m ism o : D e inorgánico, no cabe h ab lar de li­
l'idée de lo i nalurelle dans les S ciences et
bertad.
dans la philosophie, 1895; R . P u i g r e f a -
g u t , A propósito de las leyes estadísticas
Según Kant, la libertad inteli­
de la naturaleza, en « R azón y F e» 124 gible consiste en que la voluntad
(1941) pp. 297-313; 125 (1942) p p . 25-46; es únicam ente determ inada p o r la
D. P a p p , Filosofía de las leyes naturales, razón pura, con independencia del
1951; F . S e l v a g GT, Problemi della física influjo de las tendencias sensibles.
moderna, Brescia 1953; de) m ism o : Fi­ L a voluntad, com o tal, sigue el /
losofía de las ciencias (trad. esp.), 1955]. im perativo categórico, siendo ne­
cesariam ente, por lo mismo, vo­
L ibertad. Este térm ino significa, luntad m oral. D icha voluntad pue­
en general, exención de trabas, de devenir eficaz en el m undo fe­
exención de determ inación proce­ nom énico (Jo cual, p o r cierto, no
dente del exterior, con ta l de que pasa de ser un postulado práctico),
dicha exención vaya unida a una porque su causalidad inteligible se
cierta facultad de autodeterm inarse atraviesa, p o r así decirlo, en la
espontáneam ente. Según sea la ín­ serie causal necesaria de los fenó­
dole de dichas trabas, distínguense menos. — K a n t olvida que la sana
varias clases de libertad. L a li­ razón, aunque ap u n ta siempre en
bertad física o de acción correspon­ dirección a lo m oral, n o prescribe
de a los seres vivos que apetecen realizarlo necesariam ente de u na
conscientem ente (hom bres y ani­ sola m anera; y pasa p o r alto tam ­
males), y tam bién, en m enor esca­ bién que la estim ación objetiva de
la, a los vegetales, en tanto que a su intereses sensibles n o anula la elec­
o brar n o se oponen estorbos exte­ ción dim anante de la facultad ra ­
riores m ateriales; la libertad mo­ cional. L a coexistencia de las cau­
ral (1) en sentido Jato consiste en la salidades inteligible y empírica sólo
facultad de poder resolverse a algo es posible cuando ésta no es abso­
sin que lo im pidan causas exterio­ lutam ente necesaria.
res psíquicam ente influyentes (por F undado en la naturaleza del
vía de representación), v.gr.: u n a hom bre com o ser finito, anímico-
am enaza; la libertad moral (2), en corpóreo, racional y social está el
acepción restringida, es la facultad que su libertad no puede ser ilim ita­
de poder resolverse a algo (v.gr.; da, según pretenden el liberalismo y,
a pasear) sin que exista obligación m ás todavía, el anarquismo y el anti­
contraria. L a libertad psicológica, nomismo (recusación de to d a atad u ­
que no excluye la atad u ra física ra legal). L a razón exige que el hom ­
ni la obligación m oral e incluso bre se rinda a la ley m o ra lp o r p ro ­
es un supuesto de esta última, p ia convicción, no p o r m era coac­
consiste en la facultad de poder ción externa; que reconozca com o
a su Señor a! D ios personal, fuen­ berta e la legge, R om a 1936; G . R . d e
te originaria de todo orden intelec­ Y u rre , Sistem as sociales, i : E l liberalis­
tual, m oral y físico, y que, dejando mo, 1 9 5 2 ]. — A . W e n z l , D ie Philosophie
der Freiheit (m etafísica, ética), 1947-1949;
a salvo su dignidad personal y
d ) E. C a s s i r e r , F reiheit und Form. Stu-
poniéndola com o supuesto ( / P e r ­ dien zur deutschen Geislesgeschichte, 1917;
sona, /S o c ie d a d ), se acom ode al J. M . R o B E R T S O N , A H isto ry o f Free-
orden social dado por la n atu ra­ thought (hasta la R evolución francesa),
leza. A busa, en cam bio, del tér­ L ondres 1936.
m ino «libertad» la doctrina de­
fendida por el marxismo y el nacio­ Libertad de la voluntad (libertad
nalsocialismo, doctrina preparada de elección, libre albedrío) es la ca­
ya po r Hegel, según la cual es li­ pacidad del ser espiritual p ara tom ar
bre lo que acontece con conoci­ por sí mismo (es decir, sin ser prece­
m iento de su necesidad. — Según dentem ente determ inado de m anera
el objeto respecto al cual se es unívoca p o r nada) un a dirección
libre, cabe señalar entre o tras: la frente a valores lim itados conoci­
libertad de conciencia, o sea, el dos, para elegir o no elegir el bien
derecho a poder seguir sin estorbo lim itado o para elegir éste o aquél
la propia / conciencia personal (lo bien concebidos com o lim itados.
cual no excluye el deber de form ar­ P or consiguiente, la libertad entra
la de acuerdo con norm as objetivas sólo en consideración donde se
ni los derechos fundados de la aprehende un valor com o real, pero
com unidad); la libertad de religión dotado de límites, u nido a un no-
(como parte de la de conciencia); la valor que es tal desde o tro punto
libertad de profesión (que excluye de vista. D onde algo aparece como
la coacción física o m oral en la valer absoluto tal que la tendencia
elección de la m ism a); la libertad a él no lleva anejo ningún no-valor
de ^investigación y enseñanza (po­ en otro sentido, la voluntad debe
sibilidad de seguir en am bas tareas —no por coacción, sino de confor­
únicam ente la verdad conocida y m idad con su m ás propio impulso
la certeza); la libertad para la p ú ­ n atural hacia lo valioso ( / A p e ­
blica exteriorización de opiniones tito )— afirm ar y aspirar necesa­
(libertad de expresión oral, de pren­ riam ente al bien en cuestión. Liber­
sa). Es cosa obvia que las últimas tad de la voluntad no significa en
clases de libertad (incluida la de m odo alguno capacidad p ara que­
enseñanza) n o pueden ir tan lejos rer «sin causa», com o m uchos ad ­
que representen una am enaza rea^ versarios del libre albedrío (deter­
para la com unidad y los valores ministas) afirman repetidam ente sin
que ésta debe custodiar.—B r u g g e r . conocer la verdadera doctrina de
b) I . D o n a t , D ie Freiheil der Wissen- la libertad. N o hay u n querer sin
schaft, In nsbruck *1925; J. G e y s e r , m otivo. L ibertad de la voluntad no
Einige Hauplprobteme der M etaphysik, quiere decir que ésta no pueda estar
1923, p . 167 ss (para K a n t); J. M a r i t a i n , intensam ente im presionada y solici­
D u régime tem porei et de la liberté, París ta d a po r los motivos o q ue puede
1933; [del m ism o : D e Bergson a Santo perm anecer frente a ellos absoluta­
Tomás de Aquino (trad . esp.), 1946 (c. v :
m ente indiferente. N i quiere decir
L a idea to m ista de la libertad, y c . V ] : E s­
pontaneidad e independencia)]', A . A d a m , tam poco que, de hecho, los hom bres
Die Tugend der Freiheit, 1947; G . K a f k a , quieran siempre librem ente, pues
Freiheit und Anarchie, 1949; [C. P ia t, muchas acciones de la vida coti­
L a liberté, 1894; G. F e r t i c o n e , L a li­ diana se realizan sin consideración
alguna de los motivos. A dem ás, obstante, sea posible en algunos
puesto que la deliberación necesa­ casos predecir con la m áxim a p ro ­
ria para la elección puede estar babilidad decisiones ulteriores de
tam bién lim itada y entorpecida por las personas si se conocen exacta­
la pasión o po r estados patológi­ mente su carácter, inclinaciones y
cos, v.gr.: ideas obsesivas u otros situaciones, se explica p o r el hecho
trastornos parecidos, cabe con ra ­ de que en m uchos casos los hom ­
zón en tales circunstancias hablar bres escogen justam ente aquello
de am inoración de la libertad e im- que de ordinario responde a sus
putabilidad, aunque n o de total costum bres, inclinaciones estables
supresión de las mismas (excepto o a su consideración de la situa­
en los casos de / enferm edad m en­ ción, sobre todo si ésta no ofrece
tal grave). ninguna ocasión especial p ara u na
El hecho del libre albedrío se elección contraria (recuérdense los
infiere ante todo de sus relaciones experimentos de Ach p ara «refutar»
con la personalidad ética. Sin li­ la libertad). — Tam poco cabe decir
bertad, y, po r lo tanto, sin la que aun sin lib ertad los conceptos
posibilidad de querer de tal o cual éticos fundam entales conservarían
m anera, el hom bre n o puede razo­ su sentido, porque, v.gr., el hom bre
nablem ente ser m ás responsable de habría debido form ar m ejor el ca­
las orientaciones de su voluntad ni rácter que ah o ra le determ ina a lo
más digno de prem io o castigo de m alo. Pues si no es libre n o pudo
lo que lo es un enferm o de su en­ cabalm ente form ar el carácter de
fermedad. P or consiguiente, sin li­ otra m anera, y, p o r lo tanto, no
bertad n o cabría tam poco separar es responsable de sus repercusiones.
con razón del puro valor de utili­ L a libertad de la voluntad ancla
dad la bondad m oral o la m aldad en últim o térm ino en la esencia
del querer. El im perativo categó­ del ser espiritual. Éste, p o r una
rico de la conciencia carecería asi­ parte, ha de llegar de m anera esen­
mismo de sentido, com o tam bién cialm ente necesaria al conocimiento
la vivencia de la buena o m ala del valor m eram ente relativo de los
conciencia, la culpabilidad, el arre­ fines lim itados apetecidos (al juicio
pentim iento, etc. C on la renuncia valoral indiferente, el cual dice: el
a la libertad debería sim ultánea­ fin en cuestión sintoniza bien aun­
m ente renunciarse a la dignidad que no del to d o con el sentido del
ética de la personalidad, pero con querer; pero en otro aspecto tam ­
ello quedaría tam bién vacío de sen­ bién le contradice; no ofrece, p o r
tido el ser entero del hom bre. — lo tanto, la fundam entación abso­
A dem ás, la conciencia de la liber­ luta de un a volición); p o r o tra
tad antes, en y después de las de­ parte, una voluntad psicológica­
cisiones voluntarias (por lo demás, m ente determ inada tam bién en este
adm itida com o un hecho por m u­ caso estaría necesaria y esencial­
chos adversarios) es un hecho tan m ente ordenada a ta l fin ; p o r con­
universal y fácticam ente invencible siguiente, la orientación intencional
que no se puede explicar siempre de la voluntad estaría contradicién­
y en todos los casos, v.gr.: po r un dose a sí m ism a, la voluntad se
m ero engañarse a si m ism o, por anularía a sí m ism a y se convertiría
un desconocimiento inconsciente de en un absurdo. — La libertad no
los m otivos, etc., sino sólo p o r la repugna en m odo alguno a la va­
realidad de la libertad. Q ue, no lidez universal del principio de

19 bxuogbk
razón suficiente o a la validez asi­ apreciación de tales ensayos, el que
mismo universal del principio de en los intentos teoréticos de explica­
causalidad ( /C a u s a l id a d [Princi­ ción se dejen a salvo la libertad, la
pio de]), cuyo caso particular, la responsabilidad, la dignidad ética
ley de causalidad ( / Causalidad del hom bre y con ello la justicia
[Ley de]), está lim itada en su vali­ y veracidad de D ios, así como tam ­
dez a los acontecim ientos del m un­ bién la dependencia de la criatura
do corpóreo. Razón suficiente, aun­ con respecto al Creador. — Según
que no necesitante, del querer es Kant, ¡a libertad de la voluntad no
siempre la bondad aprehendida del es teoréticam ente dem ostrable; sin
fin. C ausa eficiente bastante del em bargo, debe adm itirse com o pre­
acto volitivo es la voluntad satis­ supuesto de las exigencias éticas.
fecha con los motivos, o sea, la Pero no consiste propiam ente en
misma alma en cuanto lleva en sí la libertad de elegir frente a valores
la eficacia productora no sólo de lim itados sino en la independencia
una, sino de m uchas direcciones de respecto a los impulsos sensitivos,
la voluntad. Y no se ha dem ostrado lo cual en realidad no significa
com o ley universalmente válida y líbre albedrío, sino espiritualidad
necesaria el que una causa suficien­ exagerada de la voluntad. — W i l l -
te en cada caso, aun actuando W O LL.
como fuerza decisoria a la luz de
K . S c h m i d , Die menschliche IVillens-
un com pleto conocimiento de va­
freih eit in ihrem Verhaltnis zu den Leiden-
rias posibilidades, deba ser una schaften, 1 9 2 5 ; V . C a t h r e i n , M oralphi-
causa coartada, capaz sólo de la losopkie i, '1 9 2 4 [trad. ilal. de la 5 .a aI5m .:
acción en cuestión. Filosofía morale, F lorencia 1 9 1 3 -1 9 2 0 ];
A lgunos defensores de la liber­ K . J o e l , D er fre ie Wiile, 1 9 0 8 ; [ A . J a -
tad de la voluntad ( indeterminis­ k u b i s i a k , La pensée el le libre arbitre,
tas) han intentado en profundas París 1 9 3 6 ; A . M a r c , Psychologie réfle-
controversias especulativas, exami­ xive, 1 9 4 8 ; B . P é r e z A r g o s , E l determi­
nativo funcionai de la voluntad, en «P en­
n ar con m ayor detalle el «cómo»
sam iento» 7 (1 9 5 1 ) p p . 2 8 5 -3 1 9 ; J. H e -
de la génesis y de la posibilidad l l í n , E l principio de razón suficiente y la
de los actos volitivos libres e igual­ libertad, en «P ensam iento» 11 (1 9 5 5 )
m ente de su cooperación con la p p . 3 0 3 -3 2 0 ; A . R o l d A n Diecinueve zo­
om nipotencia y la razón divinas. nas de determinismo en la libertad del
En los siglos x v i y xv n se encuen­ hom bre compatibles con la libertad, en
tran entre ellos Báñez, Molina, Be- «Pensam iento» 11 (1 9 5 5 ) pp. 4 5 3 - 4 5 8 ;
larm i no ( / D i o s [Concurso de], J. E c h a r r i , Necesidad, contingencia y li­
bertad, en «P ensam iento» 12 (1 9 5 6 ) pp.
/ Presciencia divina, / Molinismd),
1 2 7 -1 5 6 ]; S obre los im pedim entos de la
Leibniz (doctrina de la elección lib erta d : K . J a s p e R S , A llgem eine P sycho-
del fin que en cada caso parece pathoiogie, *1948 [trad. esp .: Psicopatolo-
mejor, con lo que la libertad queda­ gla general, I9 5 1 J ; [ A . V a l l e j o N á g e r a ,
ría lógicamente suprim ida) y otros. Tratado de psiquiatría, * 1 9 5 4 ]; c) N . A c h ,
N o se ha conseguido un acuerdo A naiyse des Willens, 1 9 3 5 ; d) J. A u e r ,
definitivo sobre estas cuestiones, D ie menschliche W illensfreiheit bei Tho­
apenas posible quizá psicológica­ mas und D urn Scotus, 1 9 3 8 ; V . C a v a l l o ,
L a liberta umana nella filosofía contem po­
m ente y que fracasa por la imposi­
ránea, N á p o 'e s 1934; E . G i l s o n , L a
bilidad de elucidar exhaustivamen­ liberté chez Descartes et la théologie,
te con nuestros medios racionales 1913; O. L o t t i n , L a théorie du libre
la esencia y la acción de D ios en arbitre depuis S. A nselm e jusqu’á S . Tho­
las criaturas. Es esencial para la m as d'A quin, 1 9 2 9 ; G . C a p o n b B r a g a ,
La concezíone agostimana delta liberté, tancia en lógica, sobre todo como
1 9 3 1 ; F . O l g i a t i , L'aulocoscienza e la elementos del raciocinio. L a lógica
dim ostrotione del ¡ibero arbitrio in San es esencialmente una ciencia teoré­
Tom m aso d'Aquino, e n « R iv is t a d i filo ­
tica, aunque encierra también indi­
s o f ía n e o s c o la s t ic a » 1 9 3 1 , p p . 4 9 0 -5 0 3 ;
A . B o n e t , L a filosofía de ¡a libertad en
caciones prácticas como, v.gr., las
las controversias teológicas del siglo X V I reglas de u n a buena definición. El
y prim era m itad del X V II, 1 9 3 2 ; A . D a ­ hom bre es apto por naturaleza
v i d , Fatalisme et liberté dans l'antiqitité p ar- pensar rectam ente (lógica na­
grecque, 1 9 4 7 ]; e) A . W i l l w o l l , Seele tural); la lógica científica la nece­
u nd G eist 1 9 3 9, p p . 1 4 9 -1 6 5 (tr a d . e s p .: sita de m odo preferente p ara con­
A lm a y espíritu, 1 9 4 6 ]; [ M e r c ik r , Psico­ trastar su pensam iento en casos
logía, 4 v o l s ., 1 9 4 0 ; F . P a l m é s , Psicolo­
difíciles o discutidos.
gía experim ental y filosófica, a1 9 4 8 ].
Con frecuencia se divide la lógica
en tres partes principales: doctrina
Lógica. Su objeto es el / p e n ­ del concepto (y de su expresión
sar considerado no com o propiedad o ral: el térm ino), del juicio (y de
o actividad de /s u j e to s existentes su expresión oral: la proposición)
(desde este punto de vista lo estu­ y del raciocinio. Y a Aristóteles,
dia la / psicología), sino viendo en f u n d a d o r de la ló g ic a c ie n tífi­
él las relaciones de los contenidos ca, aborda tam bién en la teoría
de pensam iento en cuanto tales, del raciocinio u na doctrina de la
susceptibles de ser pensadas idénti­ / c ie n c ia y deí /m é to d o . Los m o­
cam ente por muchos. P or eso es dernos, p o r lo com ún, constituyen
erróneo te n er‘a la lógica por una con ella u n a cuarta parte, en la que
p arte de la psicología, com o el tratan la teoría de la /in d u c c ió n ,
/ psicologismo pretende. Los con­ la form ación de los conceptos de la
tenidos de pensam iento pueden ser ciencia natu ral y de la ciencia del
investigados, según su interna es­ espíritu, etc. M uchas de estas cues­
tructura (como /c o n c e p to s , / j u i ­ tiones pertenecen a la lógica m a­
cios, y / raciocinios) y sus recípro­ terial. — N otem os que la lógica
cas y necesarias relaciones (leyes trascendental de Kant es una clase
lógicas), lo cual es tarea de la ló­ particular de gnoseología ( / C r i t i ­
gica pura o form al, es decir, de la cismo). Puesto que p ara H egel con­
lógica propiam ente dicha, o bien tenido de pensam iento y objeto son
según su relación al objeto y su coincidentes, la lógica, consecuen­
función representativa, com etido tem ente con tal concepción, es para
que a veces se asigna a una lógica él, a la vez ontoiogía ( /Id e a lis m o
■real» o «material». En este caso alemán). — A lgunos distinguen ló­
resulta m ás adecuado denom inarla gica clásica (no logística) y moder­
crítica del conocim iento o / g n o ­ na (/lo g ís tic a ) — B r u g g e r .
seología. La lógica form al o lógica
en sentido estricto tiene sólo en a) A r i s t ó t e l e s , O rganon; W . S t . J e-
cuenta la rectitud, es decir, la lega­ v o n s, Principies o f Science, L o n d r e s
lidad del pensar (leyes del pensar); 1879 (tra d . e s p .: L o s principios de las
la gnoseología, la correspondencia ciencias, 1 9 4 6 ]; J. N . K e y n e s , Siudies
and E xercises in Formal Logic, L o n d r e s
con el objeto, o sea, la / verdad; * 1906; H . L.o t z e , L ogik, 1 9 1 2 ; J. G e y s e r ,
y la m etodología, la invención de Grwtdlagen der L ogik und E rkenntnis­
ésta. N úcleo de la lógica form al es theorie, 1 9 0 9 ; d e l m is m o : A u f dem Kampf-
la doctrina del raciocinio. Juicios fe ld e der L o g ik 1 9 2 6 ; A . H ó f l e r , L o g ik
y conceptos adquieren su im por­ und E rkenntnistheorie, 1 9 2 2 ; O . K ü l p e ,
Vorlesungen über L og ik, 1 9 2 3 ; E , H u s s e r l , A . W i i .m s p n , Z u r K ritik des logischen
E rfahrung und Urteil (ed. L andgrebe), Transzendentalismus, 1 9 3 5 ; W . W u n d t ,
1 9 4 8 ; A . P f á n d e r , L ogik, 21929 [trad. P sychologism us und L ogik, en Kleine
esp .: Lógica, 1 9 2 8 ] ; J. F r ü b e s , Lógica Schriften, I, p. 511 ss.
form a tís, R o m a 1 9 3 9 ; [A. G ó m e z I z q u i e r ­
d o , A nálisis del pensam iento lógico, I 1 9 28,
ll 1 9 4 3 ; J. D o f p , L efo n s de logique fo r- Logística es aquella form a de la
melle, 3 vols., L o v ain a 1 9 5 0 ]; d) H . lógica que se presenta bajo un
S c h o lz , Geschichte der Logik, 1 9 3 1 ; sistema de signos, lo cual perm ite
[I. M . B o c h é n s k i , E lem enta logicae grae- operar, hacer cálculos con éstos
cae, 1 9 3 7 ; del m ism o : L a logique de com o ocurre en la m atem ática.
Théophraste, 1 9 4 7 ; del m ism o : L ’état et M ientras la lógica aristotélica no
les besoins de l'histoire de la logique fo r-
puede deducir un a nueva conclu­
melle, en «A ctas del x C ongreso in ter­
n acional d e filosofía», A m sterdatn 1 9 4 8 ] ; sión más que partiendo de dos
e) J . d e V r i e s , Lógica, 1 9 5 0 ; [ M e r c i e r , premisas con sus tres conceptos,
Lógica, 2 vols., 1 9 4 2 ; J. M a r it a i n , la logística es capaz de deducir m e­
É lém ents de philosophie'. n , U ordre des diante el cálculo todas las conse­
concepts. P etite logique, 1923 (existe trad. cuencias que en general cabe sacar
esp.)]. de las premisas, partiendo de m ás
de dos proposiciones conexivas de
Logicismo. Este térm ino (y tam ­ gran núm ero de conceptos. En
bién el de logismo) hace alusión principio, la logística fué vislum­
a / l o g o s o a /ló g i c a . Logicismo b rad a y cultivada ya p o r Leibniz.
( 1) significa que todas las cosas P o r desgracia, los logísticos n o han
son m om entos del autodespliegue podido todavía ponerse de acuerdo
del logos o grados de la evolución p ara form ar un sistema de signos
hacia éste — panlogismo. C ontra universalmente obligatorio.
él m ilitan las mismas razones que L a logística no h a refutado la
co n tra el /p a n te ís m o . Conside­ lógica tradicional n i la h a hecho
rado el térm ino con relación a la superflua, pues sin ésta apenas es
lógica, logicismo designa en gno­ posible com prender la prim era. N o
seología, o bien ( 2) la doctrina de obstante, hay q ue co n tar entre sus
que lo lógico constituye u n a es­ ventajas una m ayor exactitud y una
fera independiente ju nto a lo real perfección sistemática que permiten
y a lo psíquico — trascendenta- aplicarla a esferas d e la realidad
lismo lógico ( /O b je to ) , o bien (3) p ara las cuales p odría resultar in­
la teoría que deriva del pensar suficiente la lógica ordinaria. —
form al de la lógica to d o conteni­ Respecto a l empleo de la logística
do de conocim iento (v.gr.: Cohén). en filosofía hay que prevenirse con­
E n psicología se entiende p o r lo­ tr a u n exagerado m atem atism o sin
gicismo (4) aquella concepción>que correspondencia ninguna co n los
intenta reducir a actos de pensa­ resultados que h an de esperarse. —
m iento funciones psíquicas inde­ El neopositivism o h a abusado de
pendientes, v.gr.: los actos de la la logística para atacar a la m eta­
voluntad o los sentimientos. — La física. — P ara la historia de la
filosofía de Hegel, caracterizada fre­ logística /[ 1 3 9 , 175, 189,, 241,
cuentem ente com o logicismo, lo es 244, 258]. — B r u g g e r .
solamente en sentido (1), n o (3). — E. W . B b t h , Sym botísche L o g ik und
B rugger. Grundtegung der exa kten W issenschaften,
G . L asso n , en la In tro d u cció n a la «En- B erna 1 9 4 8 (B ibliografía); A. CHURCH,
zyklopSdie» de H egel, *1911, pp. x x v ss; A Bibliography o f Sym bolic L ogic, en
(J o u rn a l fo r S ym bolic Logic» I (1936); la esfera íntegra de los pensam ien­
R u s s e l l -W h it e h e a d , Einjuhrung in die tos, de las ideas, del espíritu, en
m athem atische L o g ik , 1932; de lo s m is­ oposición a la esfera del ente m ate­
m o s: Principia M athem atica, C am bridge
rial o de la vida orgánica, corporal,
*1925-1927. T ra ta d o s: R . C a r n a p , A briss
der L o g lstik, 1929; [ D . G a r c ía B a c c a ,
al bios, o, para distinguirla de la
Introducción a la Lógica moderna, B arce­ esfera de la acción m oral, del ethos;
lo n a 193$; del m ism o: Introducciú a la esta acepción se atribuye al térm ino
Logística, 2 vols., B arcelona 1934; logos cuando, v.gr., se habla del
A . T a r s k i , Introduction to L ogik, N ueva «prim ado del logos». — T odo lo
Y o r k 1941 [trad. e sp .: Introducción a la que pertenece a este cam po del
lógica m atem ática y a la metodología de pensar puede denom inarse lógico
las ciencias deductivas, B arcelona 1951];
en sentido lato. Sin em bargo, las
I. M . B o c h e n s k i , Précis de logique mathé-
matlque, B u s s u m 1948; [del m is m o : N ove
m ás de las veces se usa en sentido
lezioni d i lógica simbólica, R o m a 1938; estricto, designando aquellas rela­
del m is m o : Fórmale L o g ik, F rib u rg o de ciones puram ente ideales que tienen
B risgovia-M unich 1956]; J. P i a g e t , Traité entre sí los contenidos de pensa­
de logique, P arís 1949; H i l b e r t - A c k e r - m iento, relaciones exclusivamente
m a n n , G rundzfigf der theoretlschen L ogik, originadas p o r nuestra m anera abs­
'1 9 4 9 ; [R. F e y s , Principes de Logistique, tracta de pensar, que n o se encuen­
1939; J. D o p p , L e fo n s de logique form e-
tran en el ser real y son, p o r lo
lle, 3 vols., L ov ain a 1950; del m ism o:
L a form a lisa tlo n de la logique, en «R evue
tan to / e n t e s de razón v.gr.: la
p h ilo so p h iq u e de L ouvain» 50 (1952) identidad entre sujeto y predicado;
pp. 533-586; A. D í e z B l a n c o , N uevas lo lógico tom ado en este sentido
lógicas, e n «R evista de filosofía» 10 (1951) constituye el objeto de la /ló g i c a .
pp. 45-82; J. F e r r a t e r M o r a - H . L e - E l pensar mismo es llam ado lógico
b l a n c , Lógica m atem ática, 1955; J. cuando guarda las leyes estableci­
C l a r k , Conventlonal L ogic and M odern das por las citadas relaciones de los
Logic, W ash in g to n 1952]. Juicio crítico: contenidos d e pensam iento; en caso
I. M . B o c h e n s k i , L ogistique e t Logique
classique, en « B u lle t in thom iste» 4 (1934)
contrario es ilógico. E n cam bio, el
pp. 340-348; del m ism o, L a pensée catho­ calificativo alógico se usa con el sig­
lique et la logique moderne, C racovia nificado de ajeno al pensar, a la
1937: G . C a p o n e B r a g a , L a vecchia e la m ente; así son alógicos los senti­
nuova lógica R o m a 1936. L ogística y filo­ m ientos y tendencias en cuanto que
s o f ía : H . S c h o l z , M eta p hysik ais slrenge se sustraen a la dirección de la inte­
W lssenschaft, 1941 (véase respecto a esta ligencia ( /Ir r a c io n a l).
o b ra : W . B r u g g e r en «S cholastik» 17 Logos (4) designa tam bién la
[1942] p p . 95-98); W . B r u g g e r , Phiio-
/ i d e a ínsita, p o r decirlo así, en
sophisch-Ontologische Grundlagen der L o-
g istik, en «Scholastik» 27 (1952) pp. la realidad, incluso en el m undc
368-381; d ) H . S c h o l z , Geschichte der corpóreo, o sea la configuración
L o g ik, 1931. y form a de las cosas determ inada
p o r las ideas, la contextura racio­
Logos significa (1) discurso, p a­ n al in tern a a aquéllas. P o r esta
labra (verbo), palabra dotada de estructura y orden racionales, p ro ­
u n sentido. E l nom bre se traslada vistos de sentido, el m undo físico
después (2) al /s e n t i d o mismo, al se convierte en cosmos oponiéndose
concepto, al contenido de pensa­ a un caos irracional. Este signi­
m iento, al «verbo interior», que ficado adquiere el térm ino logos
tiene su expresión en el verbo ex­ cuando se habla de la «estructura
terior, en la palabra externa. A ve­ lógica de la realidad» ( / Verdad). —
ces se denom ina tam bién logos (3) E l m undo d e las ideas n o tiene
existencia en sí mismo, sino única­ m alo (m al en sentido form al); con
m ente en un ser real intelectual; m enor frecuencia se denom ina mal
la estructura inteligible del m undo ( 2) al ente mismo afectado por
físico presupone tam bién un fun­ un mal ( 1) (m al en sentido mate­
dam ento primitivo real dotado de rial). Puesto que todo ente en
inteligencia. Este fundam ento pri­ cuanto tal es bueno (/* Transcen­
mitivo intelectual del universo que dentales, / Valor), el m al (1) no
lleva en sí todas las ideas recibe, es u n a cualidad positiva del m is­
igualmente, en la filosofía antigua mo, sino la falta de aquella bondad
e! nom bre de logos. Heráclito y los (perfección, plenitud de ser) que
estoicos entendieron este logos (5) debería corresponderle de confor­
como una razón universal que to ­ m idad con su esencia total ( / 'P r i ­
do lo penetra y dom ina ( / Alma del vación). N o obstante, se presta
m undo). Para otros, como Filón, el a error el m odo de hablar de
logos ( 6) era un ser interm edio entre Leibniz, que llam a m al metafísica
D ios y el m undo, m ediante el cual a la falta de cualquier perfección,
D ios creó a éste. San Juan, en el pues la ausencia de ulterior perfec­
um bral de su evangelio, contrapone ción ontológica es esencial a todo
a am bas concepciones la doctrina ente finito, po r perfecto que sea
cristiana del Hijo de D ios esencial­ en su especie.
m ente igual a Éste y, no obstante, Se distinguen dos clases de m al:
hecho hom bre, al que, aceptando el ético (m oral) y el físico. El
con inaudita audacia la vieja expre­ / m al moral lo constituye, primero,
sión griega, llam a Logos, el único la libre decisión de la veluntad
verdadero Logos (7). Desde San contraria al / b \ e n m oral; y, en
Agustín la teología católica en­ segundo lugar, la acción exterior
cuentra la explicación del nom bre resultante de ella y el hábito y ac­
de Logos en el hecho de que el titud interior m alos consolidados
Hijo es engendrado por el conoci­ subsiguientes a la misma. M al f í ­
m iento del Padre; en el Hijo, como sico, en cambio, es la ausencia, en
Verbo o Palabra del Padre, expresa sí éticam ente indiferente, de una
Éste toda su Esencia y la plenitud perfección ontológica exigida por
de sus ideas. — D e V r ie s . la naturaleza del ser respectivo
a) S a n A g u s t í n , In loannis Evange-
( / D olor, / Sufrir, / Disteleología).
lium, 1: S a n t o T o m í s d e A q u i n o , Quaes- —Puesto que to d a falta, todo defec­
íiones disputarte de vertíate, 4; b) J. D i- to supone un sujeto que, com o ente,
lle r s b e r g fr , Das W o rt w m Logos, posee por lo m enos u n a m ínim a
1935; c) E . G r a s s i , Vom Vorrang des m edida de bondad, no existe n in­
Logas, 1939 (véase respecto a esta o b ra : gún m al subsistente, es decir, un
J. B. L o t z , Vom Vorrang des Logos, en ser que no sea m ás que mal. En
«S cholastik» 16 [19411 pp. 161-192);
este punto fracasan las doctrinas
d) M . H e i n z e , Die Lehre vom Logos in
der griechischen Philosophie, 1872; P. P a-
dualistas que, ju n to a l principio
RAIN , E ssai sur le Logos platonicien, P arís bueno del m undo, adm iten un prin­
1942; J. L b b r e t o n , L es thforíes du L o ­ cipio m alo igualmente originario
gos au debut de l'ére chrétienne, 1906; (parsismo, / maniquelsmo).
E . K re b s, D er L ogos ais Heiland im E n la cuestión acerca del origen
1. J k t., 1910. del m al hay que considerar, ante
todo, que la acción produce siem­
M al es (1), en prim er lugar, la pre algo positivo en sí, n o u n a
cualidad por la que u n ente es m era deficiencia; por eso el m al
no tiene jam ás una causa que de la voluntad en contra del /'b ie n
aspire directam ente a producirlo, y de la / l e y m oral; distínguese,
sino que resulta siempre como pues, no solam ente del m al meta-
efecto secundario. Así, por ejem­ físico ( = finitud de la criatura),
plo, una causa ya defectuosa rea­ sino tam bién de los restantes males
liza su acción propia defectuosa­ y daños extra-éticos: enferm edad,
mente. Originariam ente, un mal dolor, m uerte, fealdad, etc. (mal
físico puede nacer por la coinci­ físico). El mal m oral, en cuanto
dencia de dos series causales, cada oposición a la ley divina, se llama
una de las cuales tiende de suyo pecado, y en cuanto hecho im pu­
a un bien, pero cuya accidental table, responsable, /c u l p a . El mal
concurrencia produce un m al (v.gr., m oral, com o todo mal, carece, en
un accidente de circulación). A de­ cuanto tal, de ser propio inm ediato
más, un m al puede provenir de que oponible al bien, contra lo ense­
se pretende y causa un bien que ex­ ñado por el parsismo, el gnosticismo
cluye necesariam ente o tro (así, en y el /m a n iq u e ísm o , que defienden
una intervención quirúrgica la cu­ el / dualismo de un principio bue­
ración del organism o total excluye n o del m undo y otro m alo. T an
la conservación de una parte de! lejos está el bien m oral de coincidir
mismo). El m al ético consiste siem­ con lo noble, vigoroso o acrecenta-
pre, o sea, tiene siempre su funda­ dor de la vida, como el mal m oral
m ento en una decisión pecam inosa de ser originariam ente lo débil,
de la voluntad libre creada. L a po­ vulgar e innoble, según quiere
sibilidad del mal va implicada, en Nietzsche. Está situado por encima
última instancia, en la finitud de del plano biológico: en el dominio
toda criatura, — Por lo que res­ del espíritu. M ala ( /M o r a lid a d )
pecta al sentido del mal, / T e o d i ­ es, ante todo, la decisión e inten­
cea, Providencia. — N aumann . ción interna, libre, espiritual; m a­
o ) S a n t o T o m á s d e A q u in o , Sum m a
los, en segundo lugar, son la acción
theologica, 1 q. 19 a. 19; Sum m a contra y el hábito resultante de ella: el
Gentiles l, 95-96; m , 4-15; Quaestiones vicio. La tendencia instintiva entra­
c/isputatae de m alo, q. 1; q. 3 a. 1-2; ñada en la naturaleza hum ana, que
b) L . B a u r , M etaphysik, ‘ 1935, § 25; intenta prevalecer tam bién contra
K . G u t b e r l e t , M etaphysik, ‘ 1906, p. la razón, la concupiscencia, llámase
52 ss; B. B a v in k , Das Übel in der W elt, m ala no porque considerada en sí
21947; A. D . S e r t i l l a n g h s , L e prabléme
misma e independientem ente del
du m al, [. L'histoire, París 1949 [trad.
esp ,: E l problem a del mal, 1952]; P. Sl-
libre consentim iento lo sea, sino
w e k , L e problém e du mal, 1942; T . D r- porque da lugar a que la voluntad
m a n t , L e m a l e t Diett, P arís 1943; caiga en el mal. El origen del mal
[J. H eL L Ín , Dios y la razón del m al en no reside en un principio malo
el mundo, en «Pensam iento», 9 (1953) opuesto al principio bueno del u ni­
p p . 5-27, 147-175); c) W . - J a n k í l í v i t c h , verso ni en una coacción para el
L e m al, P arís 1947; L . L a v e l l e , L e m al m al ejercida p o r p arte de D ios, sino
e t la sonffrance, 1948; d) G . P h il ip s ,
en la libre apostasía del espíritu
La raison d 'iir e du m al d'aprfo S . A gus­
tín, 1927; e) L o t z — DE V r ie s , D ie W elt con respecto al bien, a la cual de
des M enschen, 1951, pp. 334-338 [trad. ordinario cooperan, en el hom bre,
e s p .: E l m undo del hombre, 1954]. la concupiscencia o algún otro es­
tím ulo externo. La cuestión acerca
M al m oral. El / mal ético tiene del sentido del mal se plantea así:
com o fundam ento la libre decisión ¿Por qué D ios, que es santo y no
puede jam ás querer, causar ni apro­ y, al fin, mezclas de am bas. En
bar el mal m oral, lo permite? el hom bre Habitan un alm a lum i­
O ¿por qué no im pide que los seres nosa y u n alm a corpórea proce­
libres por él creados abusen de su dente del mal, que luchan entre
libertad? E sta perm isión, que no sí. Se niegan el pecado y la culpa
incluye ninguna positiva aproba­ com o Ubre y responsable produc­
ción ni responsabilidad, es m oti­ ción del alma. Puesto que m ateria
vada por elevados valores. La y mal son equivalentes, las tres
decisión m oralm ente buena, como clases de adeptos del m aniqueísmo
libre glorificación de Dios, supone prom etían abstenerse de com er
la libertad de elección y, con ello, carne, de la propiedad, del tra­
la posibilidad del m al ( /L ib e r ta d bajo lucrativo corporal y del m a­
de la voluntad). L a bondad de D ios trim onio. Ya en vida de M anes su
perdona al hom bre caido y arre­ doctrina se difundió por la India
pentido que en la caída aprende la y China. Sus repercusiones en el
hum ildad y la necesidad de salva­ Occidente cristiano llegaron hasta
ción. El agravio causado por el la E dad M edia (cátaros). San Agus­
prójim o proporciona ocasión p ara tín perteneció un tiempo al m ani­
ejercitarse en la paciencia y acri­ queísmo antes d e su conversión.
solar el am or. Finalm ente, el peca­ / [ 6 1 , 76]. S c h u s t e r .
dor que no se arrepiente encontrará
O . G . VON W e s e n d o n k , D ie Lehre
su' justo castigo, restableciéndose
des M aní, 1922; H . H. S c h a e d e r , 67-
así el orden m oral violado. — fo r m und Fortbildungen des manicháischen
Schuster. System s, 1924-1925; [E r m o n í ». M anés et
le manichéisme, 3 vols., B ruselas 1908-
a) S a n t o T o m á s d e A q u in o , Sum m a 1912; J. L é b r e t o n , M aní et son oeurre
theologica, I. 2 q. 71-79; Quaestiones d ’apri's tes papyrus récem m ent découverts,
disputatae de m alo; S u á r f z , D e bonitate en «É tudes» 1933; H . C h . P u e c h , L e
et m alitia hum anorum a ctu u m ; b ) [D. v o n M anichéism e, P arís 1949].
H i l d e b r a n d , C kriitian ethics, N ueva
Y o rk 1953]; / d ) ; c) H. B a r t h , Das
P roblem des BOsen, 1931; d ) 3. M a u s - M arxism o. T om ado el térm ino
b a c h , D ie E th ik des heillgen Augustlnus, en su m ás am plio sentido ( 1), de­
21929; F . W a g n e r , D er B e g riff des signa la doctrina de K arl M arx,
Guten und Bósen nach Thomas yon A quin que com prende tan to el m ateria­
u nd Bonaventura, 1913; J. M a r it a i n , lismo histórico com o el dialéctico
S t. Thom as et le problém e du mal, en y la aplicación de éstos a la vida
D e Bergson á Thom as d 'A quin, 1944 social. E n acepción algo m ás cir­
[trad. esp .; D e Bergson a S to . T om ás de
A quino, 1946]:
cunscrita (2), entiéndese p o r m ar­
xismo sólo el materialism o histó­
rico (sobre am bos, /M a te ria lis m o
Maniqueísmo es la doctrina de dialéctico). E n sentido m uy res­
M anes (ajusticiado en Persia el tringido (3), el marxism o es una
año 276 d. de J.C.), com binación crítica del capitalism o, m uy pers­
del viejo dualism o persa de Z o- picaz, pero falsa en m uchos p u n ­
roastro con elem entos gnósticos y tos, que tiene com o fundam ento
cristianos. El m undo io explican la concepción del universo elabo­
dos principios; u no bueno, el de rad a p o r el m aterialism o dialéctico
la luz; y .o tro m alo, el de las tinie­ e histórico. Según dicha crítica, la
blas (de la m ateria). D e ellos bro­ historia hum ana se reduce a una
ta n em anaciones buenas y m alas historia de la lucha de clases; el
Estado» a instrum ento de que se m o: la producción social de bienes
sirve p ara oprim ir a la clase con­ ya no se lleva a cabo p ara embelle­
traria la clase dom inante en cada cer la existencia, sino p ara des­
caso. M ediante sus teorías del va­ envolver la fuerza de la colectivi­
lor del trabajo y del plusvalor, dad. - /[ 1 6 0 , 232, 266.] - N e ll-
M arx interpreta el capitalism o co­ B r e u n in g .
mo un sistem a de explotación del
trab ajador por el capitalista, el a) M a r x y E n g e l s , D as kom m unis-
cual se queda con el plusvalor tlsche M anlfest (1848), [trad. esp .: M ani­
fiesto del partido comunista, 1932];
creado po r el prim ero; la acum u­ K . M a r x , D as K apital, 1867-1894 [trad.
lación y concentración de los plus- esp.: E l capital, 1931]; b ) J. M e s s n i r ,
valores en m anos de un núm ero a rt. M arxlsm us, en el Sta a tslexiko n de
cada vez m enor de capitalistas, H . Sacher, t. m , 1929; V o n N e l l - B r e u -
unida a la ley del descenso del n i n g , M arxlsm us, en el WOrterbuch der

beneficio, hace que este sistema de P olitik, v, 2, 1952; G . A . W e t t e r ,


explotación caiga po r si m ism o: se II materialismo dialettico soviético, T u rln
llega a la «expropiación de los 1948; [H. C h a m b r e , L e m arxlsm e en
Union Sovietique. Ideologle et institutlons.
expropiadores», es decir, la clase L eu r ¿volutlon de 1917 á nos jours, P arís
trabajadora (el proletariado) entra 1955; F . G r é g o i r e , Aux sources de la
en posesión de los medios de p ro ­ pensée de M arx. H egel, Feuerbach, L o ­
ducción, estableciendo interinam en­ vaina 1947; P . B ioo, M a rxlsm e et
te la «dictadura del proletariado» humanism e. Introduction á l'oeuvre ico -
como etap a previa p ara el tránsito nomique de K a rt M arx, P arís 1954];
a la «sociedad sin clases». c) W . S o m b a r t , D er proletarlsche Sozla-
El marxismo, en oposición a las llsmus, 1“1924; F . O p p e n h h m e r , D as
Grundgesetz der M arxschen Gesellschafts-
form as antiguas del / socialismo,
lehre, 1926; F . O e is s n k r , D er M arxism os
despreciadas com o «utópicas» por der Gegenwart und seine K rlttker, 1950;
él, pretende ser «socialismo cientí­ d ) fW . G u r i a n , E l bolchevismo: estudio
fico». Sin em bargo, se pierde tam ­ histórlco-doctrínal (,tr a d . esp.), 1932; e) F .
bién en la u topía de la sociedad GONZÁLBZ R o j a s , L o que es el m arxism o,
sin clases. El establecimiento de tal 1935; A . B r u c c u l e r i , El com unism o: su
finalidad contradice, adem ás, el Ideología, sus m étodos (tr a d . esp.), 1948;
R . L o m ba Ji d i , L a doctrina m arxlsta (tr a d .
principio dialéctico. El ím petu re­
esp.), 1949].
volucionario del marxismo contra­
dice, asimism o, el riguroso deter-
minismo económ ico ( = m ateria­ M asa. E ste vocablo designa en
lismo histórico). lenguaje corriente la cantidad de
E n el marxism o antiguo, «hijo m ateria de u n cuerpo. C onsidera­
legítimo del liberalism o burgués y da desde el ángulo de la física, la
del /in d iv id u a lism o » , el sacrificio m asa aparece prim eram ente en la
de la libertad a la actividad social ley fundam ental de la mecánica
y m uy racionalizadam ente organi­ com o factor d e proporcionalidad:
zada de la producción de bienes, la aceleración com unicada a un
sirve p ara poner al hom bre en con­ cuerpo por u n a fuerza es inversa­
diciones de configurar librem ente m ente proporcional a la masa. Al
su vida, equipándose con la m ayor mismo tiem po la m asa depende de
abundancia posible de bienes de la cantidad de m ateria contenida
uso y consum o. E l marxism o m o­ en el cuerpo. Ella es la causa de la
derno (leninismo, stalinismo) se ha inercia (/M o v im ie n to ) y del peso
convertido en riguroso colectivis­ de los cuerpos; de ahí que se hable
de masa inerte y pesada; en la todo en la geometría), se h a puesto
teoría general de la relatividad al descubierto un núcleo lógico, de­
( /R e la tiv id a d [Teoría de la]) am ­ duciéndose de m anera lógico-for­
bas han sido incluidas en un punto mal todos los dem ás conceptos y
de vista superior. La masa es una todos los teorem as a p artir de
propiedad aditiva de los cuerpos, unos pocos conceptos primitivos
es decir, varias m asas reunidas de y de un reducido núm ero de axio­
un m odo cualquiera forman una mas. Los enunciados primitivos
m asa total de acuerdo con las leyes eran en o tro tiem po considerados
de la adición ordinaria. L e teoría com o afirmaciones indemostrables
de la relatividad m uestra que la y evidentes s o b re determ inados
m asa de u n cuerpo depende de su objetos. Mas, puesto que muchos
velocidad. — En la esfera socioló­ complejos de axiomas expresaban
gica entiéndese por m asa un grupo a m enudo en sí, y, por lo tanto, en
de hom bres producto a la vez de todas sus consecuencias, relaciones
su gran núm ero y de la igualdad de de igual clase, adquirió im portan­
sentimientos, tendencias, intuicio­ cia decisiva para la m atem ática el
nes y juicios que con frecuencia tipo de relación (cuyo dominio no
entorpecen notablem ente, e incluso se restringe a las cantidades) en
suprim en, el sentir, tender, pensar lugar de la cantidad, sujeto origi­
y juzgar personal del individuo nario de ella. La m atem ática devino
(despersonalización). A diferencia más abstracta, su construcción más
de lo que ocurre en la /c o m u n i­ rigurosa y su aplicación m ás sus­
dad, la m asa carece generalmente ceptible de com probación. E n el
de estructura social o bien ésta es orden físico es aplicable cuando
ineficaz. La m asa tom ada com o un im peran en éi relaciones reales de
todo está sometida a las más di­ la misma forma. Pero la cuestión
versas influencias señaladas por la está en saber si, en general, es ne­
psicología de las masas, — Ju n k . cesaria una realización empírica
para establecer los enunciados pri­
T h . W u l f , Lehrbuch der P hysik, *1929, mitivos y dem ostrar su independen­
pp. 32-35 [irad. esp.: Tratado de f ís i­ cia y no contradicción, o, en otro
ca, s / f ] ; J. S e il e r , Philosophie der unbe- caso, cómo es posible un a lógica
lebten N atur, O lten 1948, pp. 124-127, puram ente form al de la relación.
130, 133; L e B o n , Psychologie des fouíes,
L as tres escuelas de la m oderna
1895; [H. V a n L a e r , PhUosophico-Scien-
tifie Problem s, P itlsb u rg h 1953], filosofía de Ja m atem ática discre­
pan entre sí en este punto. (Acerca
de una conciliación entre ellas, véase
M atem ática (Filosofía de la). lo que dice Gentzen.) La escuela
U na filosofía de la m atem ática logística ( Fre^e-Rusell) pretende
debe estudiar cuidadosam ente la con puros recursos lógico-formales
m atem ática actual, su copioso ins­ com binar y deducir los conceptos
trum ental lógico y las investiga­ y enunciados p r im itiv o s ^ ; la m a­
ciones sobre sus fundam entos rea­ tem ática a p artir de los de la lógica.
lizadas po r los cultivadores de la L a m atem ática es p ara esta direc­
misma, disponiendo todas estas ción u n a parte de la lógica formal.
cuestiones en un elenco filosófico de Los problem as surgen cuando se
problem as. — La axiom ática ofrece hacen necesarios los enunciados de.
un ejem plo de ello. E n m uchos do­ existencia o cuando las paradojas,
minios de la m atem ática (sobre com o las de Rusell, m uestran que
la lógica forma] necesita un a cons­ determ inaciones de m edida en la
trucción m ás rigurosa ( / L o g í s ­ geom etría proyectiva, libre de ellas,
tica). La escuela intuicionista (Brou- resultan diversas métricas (órdenes
h'ctJ apoya la serie natu ral de los de medida), todas las cuales, están
números en una «intuición prim i­ en sí igualm ente justificadas. Eucli-
tiva» e interpreta la existencia ma- des escogió inconscientem ente una
tamática com o constructibilidad, es sola; a las restantes Ies cuadra
decir, sólo se reconocen com o o b ­ m ejor la denom inación de «m étri­
jetos m atem áticos aquellos que cas no euclídeas», que de «geome­
pueden construirse y m ostrarse con trías no euclídeas». El núm ero de
una pluralidad finita de pasos; no paralelas y la sum a de los ángulos
im pugna la validez de la disyun­ son consecuencia de la m étrica ele­
ción «o P o no-P», sino que o bien gida y n o necesitan ningún juego
P valga de cada m iem bro de una de axiomas filosóficamente des­
serie infinita o bien no-P valga, orientador. La elección de una m é­
por lo m enos, de uno. M uchos ca­ trica para el espacio y el tiem po es
pítulos de la m atem ática, enum e­ cosa de la física ( /R e la tiv id a d
rados por Fraenkel y H eyting, de­ [Teoría de Ja]). — / N úm ero, C an­
jan de existir o se hacen com pli­ tidad. — S t e e l e .
cados. — La escuela formalista
H. B e h m a n n , M athem atik und L ogik,
(Hilbert) se funda en la axiom ática
1927; B. A . W . R u s s e ll, ¡ntroduction
y asegura la existencia matemática into m athem aticaI philosophy, 1919 [trad.
por la ausencia de contradicción esp.: Introducción a la filosofía m atem á­
(que ha de dem ostrarse no-existen- tica, 1947]; d el m ism o: Principies o f
cialmenfe). A unque los axiom as en M athem atics, *1938 [trad. e sp .: L o s p rin ­
sí tienen sólo en cuenta las relacio­ cipios de la m atem ática, 1948]; R. B a l-
nes formales sin atender ulterior­ pus, N ichteuklidische G eometrie, 1927
m ente a las cosas puestas en rela­ (G oschen 970); O. B e c k e r, M athem a-
ción, n o son m ero juego de concep­ tische E xistenz, 1927; A. C h u r c h , B i-
bliography o f Sym bolic Logic (co n am plia
tos porque, según el contenido, inform ación so b re filosofía de la m ate­
pueden interpretarse de varias m a­ m ática), en «Journal o f Sym bolic Logic»
neras. — T an breves indicaciones 1 (1936) pp. 121-218; 3 (1938) pp. 178­
requieren el com plem ento de la 212, don d e c o n tin ú a ; A. F r a e n k e l , Ein-
bibliografía. — L a filosofía de la íeitung in die M engenlchre, *1928 (buena
m atem ática de la antigua escolás­ b ibliografía sobre filosofía d e la m a ­
tica es m atem áticam ente insuficien­ tem ática proseguid a en « E rk en n tn is» );
G . G e n t z e n , D ie gegenwártige L age in
te. L a neoescolástica n o hace sino
der mathematischen Grundlagenforschung,
em pezar a ocuparse en la m atem á­ en «D eutsche M athem atik» 3 (1938)
tica m oderna. pp. 255-268; A . H e y t í n g , M athem atische
La llam ada metageometría, o geo­ Grundlagenforschung, 1934; D. H il b e r t -
metría fio euclídea, reviste hoy me­ P . B e r n a y s , Grundlagen der M athem a­
n o r im portancia para la filosofía tik , I 1934, II 1939; H . W e y l , Philo­
de la m atem ática. Considerados sophie der M a th em a tik, e n : B á u m l e r -
desde el punto de vista superior de S c h r S t e r , Handbuch der Philosophie,
II, A , 1926; F . K l e in -W . R o s e m a n n ,
la geom etría proyectiva, los puntos
Vorlesungen über nichteuklidische Geome­
y las rectas son form as abstractas, trie, 1928, principalm ente p. 164; A . M ü-
sujetas únicam ente a las relaciones l l e r , D er Gegenstand der M a th e m a tik;
expresadas por los axiomas. Pues [R . B o n o l a , Geometrías no euclidianas,
bien, si, coordinando núm eros 1923; F . G o n s b t h , L e s fondem ents des
con dichas form as se introducen m athém atiques, 1926; del m ism o : Philo-
sophle m athém attque, 1939; W . B k a n d - m entos), cada un a de las cuales
M . D e u t s c h b e in , Introducción a la f i ­ consta a su vez de átom os, es decir,
losofía m atem ática (trad . esp.), 1930;
de partículas pequeñísima^ con
F . T o r a n z o s , Introducción a la episte­
mología y fundam entación de la m atem á­
/ m a s a y peso determ inados. Los
tica, 1942]; d ) H . W ie l e it n e r , Geschl­ fenóm enos radiactivos y otras le­
chte der M a th em a tik (G oschen), 1939 yes insinuaron el pensam iento de
[trad. esp .; H istoria de ¡as m atem áticas]; que los átom os m ás pesados esta­
[L . B r u n s c h v i c g , L es ¿tapes de ¡a philo­ ban construidos con los de menos
sophie m athém atlque, 1913; P . B o u t r o u x , peso, y de que, quizás, en últim a
L 'id ea l scientifique des m athématiciens, instancia, todos los átom os se com ­
dans l ’antiquité et dans ¡es tem ps m oder­
ponían de un cierto núm ero de
nas, 1920]. P ara la filosofía de la m atem á­
tica d e o rien tació n escolástica: arts. de átom os de los m ás ligeros, de áto­
P. H o í n e n en « G regorianum », 1938 ss, m os de hidrógeno. D u ran te largo
de C . N i n k y N . J u n k en «Schoiastik», tiem po se concibieron los átom os
1939 y 1943; C . N i n k , Ontologie, 1952, com o cuerpecillos dim inutos y ex­
p p. 476-485, así com o com o tam bién las tensos sin solución de continuidad,
reseñas en «R évue p h ilosophique de «corpúsculos»; pero el m oderno
L o u v ain » ; [J. M . F e r n a n d e z , E l p ro ­ desarrollo de la física h a obligado
blem a fu n d a m en tal de la filosofía m ate­
a adm itir tam bién en el átom o un a
mática, en «M iscelánea C om illas» 20
(1953) pp. 199-232; P . H o e n e n , D e noe-
fina estructura com puesta de diver­
tica geom etriae origine theoria cognltionis, sos elementos primitivos (protones,
R o m a 1954; F . SELVACGt, Filosofía de neutrones, electrones). L a cuestión
las ciencias (trad . esp.), 1955]. que se plantea la ciencia n atural
respecto a la esencia de la m ateria
M ateria (en griego tih¡) es en concierne sobre todo a dichos ele­
casi todas sus acepciones u n opues­ m entos. H oy se trab aja intensa­
to relativo a / f o r m a . O riginaria­ m ente por resolverla, habiéndose
m ente significa (1) la prim era m a­ convertido en u n problem a extre­
teria de que el hom bre m odela las m adam ente difícil, porque la misma
obras de su habilidad artística m ateria aparece en sus m anifesta­
(v.gr.: m adera, piedra), en oposi­ ciones, ya com o corpúsculo, ya
ción a la form a que la m ateria com o onda. — La m ateria (2) a que
recibe por su elaboración. L a opo­ se aplica la actividad investigadora
sición entre m ateria y form a se de la ciencia n atu ral es denom inada
ha trasladado luego a los cuer­ p o r la filosofía escolástica materia
pos naturales. M ateria (2) es aquí segunda (materia secunda), en opo­
aquello «de que» un cuerpo consta; sición a la /m a te r ia prim a (3), la
m ientras el concepto de «cuerpo» cual, a diferencia de aquélla, no
denota u n a cosa individual de de­ es u n a substancia corpórea deter­
term inada m agnitud y form a (v.gr.: m inada ni puede, en consecuencia,
este bloque de granito), el concepto ser alcanzada con los m edios de la
de «m ateria» prescinde eje estas física, sino que es un a p arte esen­
propiedades. L a m ateria es, por lo cial aprehensible sólo m ^ ta lm e n te
tanto, aquello que ante todo nos y que ju n to con la form a substan­
aparece com o substancia del cuer­ cial constituye la substancia cor­
po, opuesta a su form a accidental, pórea (/H ile m o rfism o ).
etcétera. L a química, que se ha de­ E n el lenguaje filosófico corriente
dicado a investigar la m ateria, re­ el térm ino m ateria (4) rebasa la
dujo su inabarcable m ultiplicidad esfera del m undo de los cuerpos,
a 92 m aterias fundam entales (ele­ designando en sentido latísim o lo
determ inable (formable) com o con­ M ateria prim a. Según la teoría
trapuesto a la form a determ inante. hilemórfica ( / Hilemorfismo), la
Así los conceptos del sujeto y del m ateria prim a es la base onto-
predicado se denom inan m ateria lógica com ún a todos los cuerpos,
del juicio, frente al «es» de la no siendo ella, em pero, todavía un
cópula considerado com o su fo rm a; cuerpo o m ateria en el sentido de
igualmente, las proposiciones con la ciencia n atu ra l (no es un a «m a­
que el silogismo está construido teria segunda»), sino únicam ente
son la m ateria de éste en oposición la parte esencial determ inable de
a la conexión de consecuencia exis­ todo ente corpóreo, la cual sólo
tente entre elias tenida com o for­ por la form a substancial / ( F o r ­
ma. E n estos y otros casos pare­ m a) que se le agrega p asa a ser
cidos la m ateria (4) es al mismo un cuerpo determ inado (materia).
tiem po el «contenido» cam biante Aristóteles la define asi: la m ateria
opuesto a la form a más o m enos prim a es «el prim er substrato de
invariable. — Acerca del uso p a r­ to d a cosa (cuerpo), del cual, com o
ticular de los conceptos de m ate­ de parte esencial internam ente
ria y form a en la doctrina k antiana constitutiva, se produce algo de
del conocim iento, / Criticismo. m anera n o m eram ente accidental»
M aterial se llam a en prim er lu­ (Phys. 1,9; 192a 31/). Según Santo
gar lo que está com puesto de m a­ T om ás de A quino, las palabras
teria ( 2) o es propiedad de una «de m anera n o m eram ente acci­
cosa de tal naturaleza, o sea, de dental» obligan a distinguir la m a­
un cuerpo; es, por lo tanto, sinó­ teria prim a de la / privación, que
nim o de corpóreo. E n la term ino­ es sólo principio accidental del
logía escolástica la palabra m ate­ devenir. L a m ateria prim a se consi­
rial designa tam bién a m enudo lo dera como fundam ento últim o de
«ligado a la m ateria», es decir, la pasividad y de la ocupación
lo que sin ser cuerpo ni propiedad de espacio p o r p arte de los cuerpos.
de un cuerpo depende, no obstan­ Según la concepción tom ista ri­
te, intrínsecam ente de la m ateria, gurosa, es pu ra /p o te n c ia y, por
o sea, no puede existir ni obrar sin lo tanto, absolutam ente indeterm i­
ella, v .g r.: el alm a de los animales n ad a p o r sí, m ientras que otros le
a diferencia del alm a inm aterial atribuyen un m ínim o de determ i­
(espiritual) del hom bre. —D e V r ie s . nación real (actual). T am bién es
controvertida la doctrina tom ista
b) O . v o n H e r t l i n g , M aterie und que defiende que la m ateria prima
Form, J871; A . W e n z l , M etaphysik der
«m arcada po r la cantidad» (mate­
P hysik von heute, *1951; L . d e B r o g l í k ,
M ateria y lu z (trad. esp.), 1939; B. B a -
ria ngnata quantitate) determ ina
v i n k , Ergebnisse und Probleme der Na-
la individuación, el ser-éste, de los
turw issenschaften '1 9 4 9 ; N . J u n k D as cuerpos (/'in d iv id u o ). — De V r ie s .
R ingen um einen neuen M ateriebegriff,
en «S ch o lastik » 16 (Í941) p. 521 ss; a) A r i s t ó t e l e s , Física i, 9 ; M etafísi­
W . BÜCHF.L, b e r M a terieb eg riff der mo- ca, 7, 3; S a n t o T om ás d e A q u i n o , C o­
dernen P h ysik. en «P hilosophisches Ja h r- mentario a la Física, 1; Comentario a la
buch» 58 (1948) p p . 55-64; [H. v a n M etafísica, 7, 3 (lee. 2); b ) G . v o n
L a e r , Philosophico-Scientific Problems, H e r t l i n g , M aterie und Form, 1871;
1953; A . v a n M e l s e n , From A tom os to J. B. S c h ü s t e r , F ine D eutung des aris-
A to m , P ittsb u rg h 1952; de] m ism o : The totetíschen fíyieb eg riffes, en «Scholas­
Philosophy o f N ature, P ittsb u rg h Lo- tik» 10 (1935) p. 31 ss; [G. M a n s e r , L a
v ain a *1954]. esencia d el tom ism o (tra d . esp.), 1947;
P. H o e n e n , Cosmología, R o m a 1936; del de sus leyes propias. Al repercutir
m ism o : Filoso fia delta natura inorgánica, en la vida disgrega la cultura y la
1949; A . v a n M e l sb n , The Philosophy o f m oralidad.
N ature, Vittíburr.h-I-OVíúna, “1954J.
M ientras el materialismo como
doctrina niega de antem ano lo su­
• M aterialism o. El materialism o co­ pram aterial, el materialismo como
mo concepción general del universo método prescinde provisionalm ente
enseña la reductibitidad total de de ello p ara intentar explicarlo
lo real a la / m a t e r i a o a fuerzas por sus condiciones materiales. Al
enteram ente sometidas a las con­ decir esto, no debe entenderse por
diciones de la misma. El materia­ m aterial sólo la m ateria espacio-
lismo racionalista ( / M e c a n i c i s ­ tem poral, sino lo que en cada caso
mo) sostiene que la realidad toda es inferior frente a lo superior.
es enteram ente concebible según n ú ­ Puesto que m uchas entidades que
m ero y m edida, m ientras el mate­ nos aparecen com o originarias y
rialismo mítico o biológico descubre supram ateriales pueden reducirse a
en el acontecer m aterial un misterio sus constitutivos m ateriales y otras
incomprensible para nosotros (la dependen, p o r lo m enos, de co n ­
/ vida) que, sin em bargo, no apunta diciones de esta naturaleza, no
a ningún principio independiente puede negarse u n a validez restrin­
de la m ateria. — U n materialism o gida al m odo de explicación m a­
parcial profesan quienes en cual­ terial. Sin em bargo, el axiom a ili­
quier esfera reducen lo suprama- m itado según el cual lo superior
terial o form al a lo m aterial, ne­ ha de explicarse p o r lo inferior es
gando con ello su peculiaridad, falso, porque convierte en m étodo
v.gr.; la teoría m ecánica de la vida to tal u n método parcial. L a reduc­
(/V ita lism o ). — El materialismo ción a la m ateria debe com plem en­
antropológico se presenta en una tarse con la consideración del ele­
doble form a: o com o negación del m ento form al, pues sólo ella es
/ a l m a , que es reducida a la m a­ capaz de com prender la peculiaridad
teria y a sus cam bios físico-quími­ del objeto, su form a (G estalt) ( /
cos, o com o negación de la indepen­ Form a). — La confusión entre reali­
dencia ontológica de la prim era dad y perceptibilidad ha m ostrado
respecto a la segunda ( /E s p ír i­ ser el cam ino hacia el m aterialis­
tu). — El materialismo dialéctico m o, ya que, a consecuencia de
com bina la concepción que redu­ ello, se confunde tam bién la rea­
ce la realidad a la m ateria con la lidad m aterial con la / r e a lid a d en
/d ia lé c tic a de Hegel. D e su apli­ general. — / Espiritualism o, Biolo-
cación a la vida social resulta el gismo, A ntropología. — / [32, 137,
materialismo histórico, según el cual 142,148,160,171,266]. - B r u g g e r .
la esencia prim ordial de la historia
está constituida p o r los procesos A . S t ó c k l , D er M ateríalism us, 1877;
económicos de que, coíno meros T h . L . H a r i n g , Die M uterijjjkierung des
fenómenos consiguientes o con­ Geistes, 1919; A . W i l l w o l l , Seele und
com itantes, dependen los aconte­ Geist, 3938, c. 2 y 10 [trad. esp .: Alm a
y espíritu, 1946]; H a n s D ríesch , Die
cimientos de la historia del espí­
Übcrwindung des M aterialismos, Z ürich
ritu ( /M a rx is m o , Ideología). — 1935; L . W o l t m a n n , Der historische
El m aterialism o está ciego para M ateríalismus, 1900; G. A. W b t t e r , . / /
la realidad, pues pasa po r alto la materialismo dialettico soviético, 1948;
peculiaridad de lo supram aterial y d) F. A . L a n c e , Geschichte des M ateria-
hsm iK, 101921 [trad. esp.: H istoria del ser: la m ateria. L a propiedad esen­
materialismo y critica de su significación cial de esta única y absoluta rea­
en el p resen te, 2 v o ls ., 1 9 0 3 ]; [H . B e rg - lidad es la de moverse a sí misma
son, H. P o in c a ré , C h d f, W agner y
en el espacio y el tiempo.
o tro s, Le m aiérialism e actual, 1913];
e) L. B a u r , M eta p hysik, 31935 (índicc). Este autom ovim iento de la m a­
teria realízase de acuerdo con las
leyes de la / dialéctica. Según ellas,
M aterialismo dialéctico. El m ate­ todo lo existente (tesis) encierra
rialismo dialéctico es ia unión del en sí contradicciones que impulsan
/m a te ria lis m o clásico con la dia­ a la lucha y, p o r lo mismo, al desa­
léctica de H egel y representa el rrollo o evolución. É sta va de lo
núcleo filosófico del /m a r x is m o . inferior a lo superior, de la m ateria
Con él sale a la superficie la posi­ inanim ada a la vida, a la sensación,
bilidad, que en Hegel sólo está a la conciencia. E l cam bio súbito
latente, de una concepción m ate­ de la tesis lo preparan m odifi­
rialista. Si Hegel consideraba la caciones cuantitativas que pueden
naturaleza com o m ero «ser fuera irse produciendo hasta un punto
de si» del espíritu, Feuerbach, m áxim o n atu ral p ara cada cosa
Marx y Engels invierten los tér­ (v .g r.: calentam iento del agua hasta
m inos convirtiendo la conciencia el p u n to de ebullición). Pero, si
en puro reflejo de la naturaleza. se rebasa este límite, origínase en
En el m aterialism o dialéctico so­ u n «salto dialéctico» un ser cuali­
viético de nuestros días, que es tativam ente nuevo (v.gr.: vapor de
el que de m odo especial tenem os agua) com o negación del prim ero
ante los ojos en lo que a conti­ (antítesis). L a «negación de la n e­
nuación decimos, únicam ente es­ gación» conduce luego a la terce­
tán organizadas hasta cierto punto ra fase (síntesis), la cual representa
dos disciplinas filosóficas: la doc­ a la vez un nuevo com ienzo: el
trina del ser y la del conocimiento. proceso dialéctico continúa eter­
La prim era describe las leyes del nam ente su cam ino.
movim iento de la m ateria; la se­ L a gnoseología del m aterialism o
gunda, su reflejo en la conciencia. dialéctico contiene dos afirmacio­
Invocando el m étodo dialéctico, nes: la conciencia nace m ediante
las restantes ram as de la filosofía el salto dialéctico de la m ateria
han sido sustituidas por la respecti­ m enos organizada, y reproduce
va ciencia positiva fronteriza. exactam ente el am biente que la
Cuando la física m oderna pasó rodea. Según Lenin, nuestras per­
a form ular nuevas definiciones de cepciones (y, en sentido lato, tam ­
la m ateria, Lenin se recluyó en un bién nuestros conceptos) son «re­
«concepto filosófico» de la m is­ flejos» de un m undo exterior cuya
ma. «L a única propiedad de la realidad se da com o evidente. Pues­
m ateria a cuya aceptación está to que el ser, que se supone lleno
ligado el m aterialism o filosófico de contradicciones, no es apre-
es la de ser realidad objetiva, la hensible p o r medio de la lógica
de existir fuera de nuestra con­ y de su principio de contradicción
ciencia [en otro lugar dice: «in­ ( / C ontradicción [Principio de]),
dependientem ente de ella»]. Pe­ y, por o tra parte, ningún aserto
ro, al afirm ar esto, su intención con sentido puede renunciar a la
es sostener de m anera categórica lógica form al, el m aterialism o dia­
que sólo existe un único tipo de léctico inten ta crear un a nueva
Jógica «dialéctica» con el fin de re­ gresa prim ero c u a n tita tiv a m e n te
presentar en form a n o contradicto­ (luchas de clases entre los poseedo­
ria el ser henchido de contradic­ res de los medios de producción
ciones. El único criterio revelador y los asalariados) hasta que al al­
de la corrección del conocimiento canzar su p u n to máximo natural
lo constituye la praxis [o acción], produce, m ediante el salto dialéc­
es decir, la técnica, Ja industria y, tico (revolución), un orden social
especialmente, la lucha po r el co­ nuevo, opuesto al precedente. Su-
munismo. C om o que, según se da pónese que de esta m anera una
p o r sentado, la evolución funda­ prim itiva sociedad com unista se
m ental del universo, evolución in­ convirtió en el régimen social de
dependiente de la voluntad hum a­ la esclavitud antigua; ésta, en feu­
na, transcurre tam bién en tal direc­ dalism o, capitalism o y (provisio­
ción, la incorporación consciente nalm ente y sólo en la URSS) «so­
a este movim iento concuerda con la cialismo». E n el / socialismo cesa
realidad, siendo «correcta» en el la lucha de clases, porque la form a
doble sentido del térm ino ruso social de la producción m oderna
pravda (verdad y justicia). La praxis coincide con la form a social de la
[acción] es dirigida p or el «partido», propiedad y, p o r consiguiente, no
el cual conoce de la m ejor m anera existen ya clases antagónicas. A quí
posible el cam ino que lleva al fin la dialéctica esencial a todo ser m a­
y, en consecuencia, em ite el ve­ nifiéstase únicam ente en la «crítica
redicto suprem o en todos los do­ y la autocrítica». Desde esta fase,
m inios de la vida y del saber. D e la hum anidad pasará a un estado
todo ello fluyen estos dos postu­ final paradisíaco;. el com unismo
lados m etodológicos fundam enta­ propiam ente tal.
les del m aterialism o dialéctico: uni­ El núcleo del m aterialism o dia­
d ad de teoría y praxis [acción] y léctico lo constituye la absolutiza-
carácter partidista de la filosofía. El ción de una «m ateria» que se m ue­
materialism o dialéctico repudia co­ ve en el espacio y el tiempo, es
m o «objetivismo» la investigación decir, en últim a instancia, un / de­
puram ente objetiva, imparcial. venir sin causa. T al concepción es
E l m aterialism o dialéctico sirve insostenible. El /e s p ír itu , caracte­
p ara justificar teoréticam ente la rizado por la independencia que,
concepción m aterialista de la his­ conform e a su ser, posee respecto
to ria : el materialismo histórico. a la m ateria, n o puede proceder de
Tam bién la vida social, com o todo ésta p o r ninguna «evolución», p o r
ser, entraña necesariam ente contra­ dialéctica que sea. A dem ás, la on­
dicciones. Las «fuerzas productivas» tología del materialism o dialéctico
(los instrum entos y la destreza de puede fundam entar a lo sum o un
los productores), constantem ente realism o; pero no un /m o n is m o .
perfeccionadas, en tran en conflicto Tam poco la definición d e m ateria
con las «condiciones' de produc­ dada po r Lenin es lógicam ente
ción» (la form a de la propiedad), com patible con el mcmismo, pues
trayendo así u n trastorno de la deja subsistir la m ateria indepen­
«superestructura ideológica» (polí­ dientem ente de la conciencia y fue­
tica, filosofía, derecho, arte, reli­ ra de ella, perm itiendo, p o r tanto,
gión) que p o r su parte repercute una dualidad. P or otra parte, un a
nuevam ente en la «base económ i­ realidad contradictoria en sí misma
ca» (/Id e o lo g ía ). El conflicto pro­ es un absurdo ( / C ontradicción
[Principio de]). — Los conceptos M oscú *1951; H . L e f e b v r e , Le maté-
bolcheviques de verdadero, bueno rialisme dialéctique, P arís “1949; G . S o ­
r e l , D 'A risto te á M arx. L'ancienne et
y beilo n o están sujetos a la verdad
la nouvelle m étaphvsique, P arís 1935;
objetiva, sino subordinados en] d) M . T r u m e r , L e m atérialism e histo­
form a puram ente pragm ática a una rique chez K. M a rx et Fr. Engels, P arís
ideología política arb itraria que la 1934; e) H. F a l k , D ie W eltanschauung
evolución real n o confirma, pues des Bolschewismus, 21 9 5 2 ; (R . L o m b a k d i ,
la «socialista» Unión Soviética, con La doctrina m arxista, (trad . esp.), 1949],
su extensa capa social de funcio­
narios socialmente privilegiados, M atrim onio. El m atrim onio es
dista m ucho de ser sociedad sin una form a determ inada de vida
clases. E n resumen, el m aterialism o hum ana en com ún, justam ente la
dialéctico y el m aterialism o histó­ prim ordial, que constituye la cé­
rico son los fundam entos teórica lula prim itiva de la hum anidad.
y prácticam ente insostenibles de un Se basa en el contrato matrimonial,
inhum ano sistema de opresión. — vínculo m oral que establece entre
/ [160, 266], - F a l k . el varón y la m ujer una com unidad
estable independiente del arbitrio
F u en tes: o b ra s de M a rx y Engels; hum ano p ara cum plim iento de la
L e n i n , M aterialism o y empiriocriticismo misión im puesta p o r D ios. Los ob­
(tra d . e s p .) , 1 9 3 1 ; del m ism o : Obras filosó­ jetivos del m atrim onio resultan de la
fica s póstum as, 1.929; $ ¡ a u n , Sobre e l m a­
consideración teleológica del hom ­
terialismo dialéctico e-histórico, 1 9 3 8 ; del
m ism o : E l m arxism o y los problem as filo ­ bre y de la distinción de sexos,
sóficos, 1 9 5 0 ; A . A . S h d a n o w , N otas cri­ así com o tam bién de las posibili­
ticas a l libro de G. F. Alexandrow, 1947 dades valórales contenidas en estos
(existe trad u cció n alem an a de los m en­ hechos y de las inclinaciones a rea­
cio n ad os escritos, 1 9 4 9 ss). B ibliografía: lizarlas. D e los tres fines u obje­
b ) G . A . W e t t e r , U materialismo dialet- tivos naturales que confieren a^
tico soviético, T u rin 1 9 4 8 ; [d el m ism o: m atrim onio su sentido, su valor*
Im evolución d el materialismo dialéctico ético y, p o r lo tanto, su licitud,
en la U .R .S .S ., e n «A rbor», 1 9 4 8 , pp. 2 4 3 -
2 5 5 , 4 1 9 - 4 3 6 ]; I . M . B o c h é n s k i , Der
aparece en prim er lugar, la p ro ­
sow ietrussiscke dialektische M aterialis­ creación y educación de los hijos,
mos, 1 9 5 0 ; R . H e is s , H egel und M a rx, el aseguram iento de descendientes
en «Sym posion» i, pp. 1 6 9 -2 0 6 ; [A. E t - en una form a digna p ara llevar
CHEVERRY, Le maierialisme historique, en a cabo la ta re a n atu ra l terrena es­
«A rchives d e Philosophie» 15 (1 9 3 9 ) pp. tablecida p o r el C reador y dilatar
3 -1 4 4 ; C h . M c F a d d e n , L a filosofía del el reino de D ios. En segundo lu ­
com unismo (trad . esp.), 1 9 4 9 ; R . G a m b r a ,
gar, el m atrim onio debe ser una
La interpretación m aterialista de la his­
toria, 1 9 4 6 ; del m ism o : E l materialismo
form a enteram ente definida de co­
histórico com o teoría sociológica, en « R e ­ m unidad m oral y de am istad diri­
vista intern acio n al de sociología» 3 (1 9 4 5 ) gida a la confortación, al consuelo
v. 1 1 -1 2 , p p . 1 2 9 -1 7 6 ; F . G r é g o i r b , Aux y a la m utua educación m oral de
sources de la pensée de M arx. H egel, los esposos sin om itir el auxilio en
Feuerbach, L o vaina 1947'; P' ¡Bioo, M ar- las cuestiones económicas. E l m a­
xism e e l hum anism e, Jntrnduction á trim onio, finalmente, constituye la
l’oeuvre économique de Kart M a rx, P arís
única form a m oralm ente lícita de
1 9 5 4 ]; c) M . A . L e o n o v , O cherk dialek-
ticheskovo m ateriaiizm a, M oscú 1 9 4 8 ;
satisfacer el fuerte impulso sexual,
F . V. K O n s t a n t i n o v , Istoricheskiy ma- siendo por ello u n dique co n tra el
terializm , M oscú 1 9 5 0 ; M . R o z e n t a l - libertinaje y sus perniciosas conse­
P. Y u d i n , K ra tkiy filo so fskly slovar, cuencias. D esde el punto de vista
de la hum anidad considerada com o suficientemente el derecho y la
un todo, el hijo posee la prim acía dignidad de la m ujer ni la paz de
entre los objetivos del m atrim onio, la familia, y en la poliandria no
lo cual no significa que los demás están tam poco garantizadas de m a­
fines sean de menos valor. Incluso nera suficiente la procreación y la
donde el hijo lio es posible el m a­ educación de los hijos. Conform e
trim onio conserva su pleno sentido, al /d e r e c h o natu ral, el m atrim o­
sobre todo com o íntim a com uni­ nio es asimismo indisoluble no sólo
dad de vida entre los esposos. en los casos norm ales, sino siempre
En virtud del fin principal que y sin excepción. E n prim er lugar,
el C reador persigue con la institu­ la dignidad de la m ujer, que que­
ción m atrim onial, ésta reviste tam ­ daría en situación de desventaja
bién el carácter de necesaria; hay esencial con el divorcio, así com o
pues, al m enos en general, un pre­ tam bién la seguridad de la futura
cepto de matrimonio para la hum a­ prole y la preservación de desór­
nidad. Tal propósito del C reador denes m orales en cuanto es hum a­
se logra siempre en la m edida nam ente posible, exigen la entrega
precisa con la fuerte inclinación irrevocable. En casos gravísimos
recíproca de ios sexos y com o con­ está perm itida la separación de mesa
secuencia de otras circunstancias, y lecho, pero 110 el divorcio que
de suerte que el individuo en cuan­ posibilita un nuevo m atrim onio.
to tal no está de ningún m odo obli­ Precisamente el conocim iento de la
gado al m atrim onio. P or eso no irrevocabilidad es decisivo p ara la
va contra su carácter necesario en protección del am or y de la fidelidad
general ni constituye inm oralidad entre los esposos. — Los llam ados
el celibato librem ente elegido y que nuevos ideales " d e l m atrim onio,
renuncia tam bién a la satisfacción v .g r.: el matrimonio de camaradería,
sexual extram atrim onial. Por el el matrimonio temporal, el matri­
contrario, el celibato, principal­ monio reformado, que sin excep­
m ente si se adopta por motivos ción socavan la indisolubilidad, son
religiosos, posee nuevas y fecundas contrarios al derecho n atu ral y no
posibilidades valiosas no sólo para logran tam poco evitar los incon­
el célibe m ism o por el m enor dis­ testables males que, por la fragi­
pendio de fuerzas psíquicas y so­ lidad hum ana y la inm oralidad
máticas y la más íntim a entrega im perante, han de aceptarse ju n to
a D ios, sino tam bién para la socie­ con la severa exigencia de la indi­
dad, cuyas m últiples miserias única­ solubilidad. Todos estos «ideales»
mente pueden ser com batidas con son brotes del individualism o o del
eficacia por la capacidad de sacri­ socialismo m arxista Inaceptables
ficio de personas que viven en son asimism o los proyectos de un
estado de virginidad. matrimonio nacional reformado que,
La prim era obligación de quie­ fundándose en los motivos nacio­
nes están unidos por el vínculo con­ nales y eugénicos exjstentes en
yugáis es el / a m o r y la fideljdad, favor de una prole ndm erosa y sa­
gravísimamente lesionados por eí na, rechazan la indisolubilidad y el
adulterio. Según la ley m oral n a­ celibato. — s c h u s t e r .
tural, el m atrim onio debe ser fun­ b) Pfo X I, Encíclica «C asti connubli»;
dam entalm ente monógamo (mono­ J. Ba is r, D ie N alurehe, 1886; K . B5-
gamia se opone a poligam ia), por­ c k e n h o f p , R eform ehe und ckristliche Ehe,

que en la poliginia no se aseguran 1 9 1 2 ; W . K o p p e r s , Ehe und Familie, e n


el Handworterbuch der Soziologie, de posteriores de mecanicismo, Des­
V i e r k a n d t , 1931. 112-122; G . H . J o y c e , cartes y el / cartesianism o conser­
Die christUche Ehe', M . L a r o s , M oderne van los puntos esenciales deí me­
Ehefragen I, 1936; M. P ic a r d , D ie uner-
canicismo general; sólo cantidad y
schütterliclie Ehe, 1942; H . M u c k e r-
m a n n , D er Sinn der Elle, “1947; J. L e-
núm ero, m ovim iento local, exclu­
c i e k c q , L e mariage chrétien, 1948 (trad. sión de cualesquiera otras fuerzas
e sp .: E l m atrim onio cristiano, 1950; clef que no sean las mecánicas, es decir,
m ism o: Le^ons de Droit nature! m : La las productoras de movim iento, ne­
famille, 31950; R . U o í g e l o t , D u sens et gación de la finalidad. Descartes
la fin du mariage, en « N o u v e lle R evue extiende esta explicación a la vida
T h é o lo g iq u e» 65 (1938) pp. 5 -3 8 ; 5 1 3 ­ de los /v e g e ta le s y /a n ím a le s ,
550; P. V i l l a i n , L 'encyclique « Casti
teniendo asimismo a éstos por me­
connubii», París 1934; S. d e L e s t a p is ,
Les rraies valeitrs de ta vie conjúgale, ros autóm atas sin conciencia. Sin
París. 1 95 3 ]; c) P. H á b e r lin , Über die em bargo, el mecanicismo se con­
Ebe, 1928; T il. V. S c h e f f e r , Philosophie vierte en m aterialism o únicamente
der Ehe, 1947; d) E. W e s t e r m a r c .k , The cuando la vida consciente es expli­
H istory o f H untan M arriage, 1891; cada tam bién de m anera mecani-
H . G ü n t h e r , Formen und Urgeschíchte cista, rechazándose, en consecuen­
der Ehe, 1940; [ P é r e z d e B a r r a d a s , La cia, el / alm a esencialmente distin­
fa m ilia , 1941]; e) V . C a t h r e i n , M oral-
ta del cuerpo, y el /e s p ír itu . —
philosophíe. 6 1924 (trad. ital. de la 5 .1
a lem .: Filosofia morale, F loren cia, 1913­
U na form a especial de mecanicismo
1920; G . M á r q u e z , Filosofía moral, la constituye la llam ada teoría me­
2 v ols., 6] 943]. cánica de la vida (orgánica). Ésta
afirma que el /o r g a n is m o es un
sistema m aterial dispuesto a m a­
M ecanicismo. Así se denom ina el nera de u n a m áquina, sin su­
intento de explicar mecánicamente, jeto substancial de la totalidad
es decir, por meros cam bios de lu­ ni finalidad interna, o sea, sin
gar de partes invariables en sí, la principio vital ( / V i t a l [Principio])
estructura interna de los cuerpos substancial. N o obstante, la teoría
naturales y el acontecer de la mecánica no reduce necesariam en­
naturaleza en general o en ciertas te todo el acontecer de la vida a
esferas parciales. La form a más puras fuerzas mecánicas, ni niega
antigua del mecanicismo es el tam poco de m odo necesario toda
/a to m is m o de la filosofía griega finalidad (externa); por lo común,
(Leucipo, D em ócrito), según el cual considera la form a organizada de
Jos cuerpos constan de partículas la m ateria com o algo originaria­
(átom os) invariables que sólo se mente dado que existe ju n to a la
distinguen entre sí p o r la m agni­ m ateria no organizada. — La teo­
tud, la form a y la colocación. El ría mecánica de la vida es refutada
/ c a m b i o se realiza únicam ente por la fundam entación del / vita­
gracias al movimiento local con lismo. En el dom inio de lo inor­
que los átom os actúan unos sobre gánico, el mecanicismo fracasa por
otros p o r presión y choque y pue­ lo menos frente a los resultados
den reunirse entre sí en virtud de de la m oderna física atóm ica. Si,
su form a para constituir de m odo p o r ejemplo, de un cuanto de luz
estable cuerpos mayores. Todo puede producirse un a pareja de
acontece, además, con ciega nece­ 'electrones, no cabe dar de ello
sidad natural, excluyéndose cual­ u n a interpretación mecanicista, pues
quier /f in a lid a d . E ntre las formas el cuanto de luz no puede conce­
birse como com puesto de dos elec­ tecimientos principales de la p ro ­
trones. — D e Vries . pia vida, a m enudo acom pañados
de num erosas circunstancias. E n­
a) A r ist ó t e l e s , p e gene' alione et co- tre reproducción y reconocim iento
rruptione, 1, 8 ; R. D e s c a r t e s , Principia existe en muchos aspectos u n pa­
philosophiae u ; h ) P . H o e n e n , Cosmolo­
ralelism o, si bien aquélla exige más
gía, R om a 1936, p p. 135-204; [del m ism o:
Filoso fia delta natura inorgánico, Brescia
fuertes asociaciones que el m ero
1949]; H. D r ie s c h , Die M aschine und reconocer. P or o tra parte, se dan
der Orgamsmus, 1935; M . P l a n c k , Die tam bién reproducciones espontá­
Stellung der neueren P kysik zur m echanh- neas sin reconocim iento. L a re­
tischen W eltanschauung, 1910; [J. P u- producción ulterior requiere aten­
j iu l a . L a vida y su evolución filogenctica, ción voluntaria en la recepción del
'1 9 2 5 ; A. v a n M e l s e n , From A tom os to excitante (aprender); el reconoci­
A to m , P ittsb u rg h 1952; del m ism o; The
m iento, no.
Philosophy o f Nature, P ittsburgh *1954];
c ) R . D e s c a r t e s : / a ) ; J. S c h u l z , D ie
D esem peñan el papel de crite­
M aschinentheorie des Lebens, 21929; rios del recuerdo: la rapidez con
d ) A. D y r o f f , D em okritstudien, 1899; que surge una representación a
R . L e n o b i.e M ersenne ou la naissance continuación de la ofrecida, su
du mécanisme, P arís 1943; e) [F. R r- carácter exclusivo, su especial cla­
n o i r t e , É lém ents de critique des sciences ridad, la abundancia de circunstan­
et de cosmologie, L o v ain a *1947.] cias que vienen a las mientes. C uan­
do con la m irada se recorren suce­
M emoria. L a m em oria en sentido sivam ente las partes de un objeto
lato se da ya en las / asociaciones. extenso, las prim eras percepciones
E n acepción m ás restringida, este despiertan a veces conjeturas sobre
térm ino designa las /r e p r e s e n ta ­ lo que sigue, tas cuales se confir­
ciones reproducidas procedentes del m an al aparecer esto después. E s­
/in c o n sc ie n te , cuando la viven­ pecialmente los acontecim ientos
cia prim itiva es reconocida. Por principales de la vida m uestran
lo que respecta a la m em oria to­ una claridad, duración e invaria-
m ada en sentido am plio, cabe dis­ bilidad com o n o los posee ninguna
tinguir en ella la capacidad para imagen de la fantasía. A dem ás, se
aprender, la firmeza y la fidelidad, adaptan bien a la experiencia ac­
La investigación de los testim o­ tual y son corroborados p o r los
nios (en el exam en de los conoci­ conocim ientos pasados. — L a re ­
m ientos acerca de una imagen ob­ producción de re p re s e n ta c io n e s
servada durante un minuto) esta­ sensoriales, tenidas tam bién por
bleció que los errores cometidos los animales, es propia de u n a me­
p o r escolares en el relato espon­ moria sensitiva; en ella la partici­
táneo oscilaban entre 5 y 10% ; pación psíquica va siem pre ligada
en el interrogatorio entre 20 y 30 %. a una excitación corporal entera­
La afirmación, oída con frecuen­ m ente determ inada, com o ocurre
cia, de que el testigo debía haber también en la sensación consciente.
percibido un suceso que presenció, P or encim a de dicha^ffem oria hay,
carece de justificación. — En la adem ás, en el hom bre una superior,
imagen reproducida hay recuerdo, la memoria intelectual, saber la­
re co n o cim ien to , cuando aparece tente, relativo, v.gr., a proposicio­
com o anteriorm ente vivida. La se­ nes geométricas aprendidas, a los
guridad del reconocim iento es par­ actos espirituales propios del en­
ticularm ente grande para los acon­ tendim iento y de la voluntad, que
se som eten a examen. N o bastan dero y o tro falso. L o mismo se
para ello las representaciones sen­ diga de la restricción no puram ente
soriales sim ultáneas de las que los m ental o reservatio late mentalis, en
pensam ientos dependen sólo débil­ la que el sentido verdadero n o es
mente. La m em oria intelectual es ciertam ente presum ible p o r el uso
más rápida, exacta y com prensiva. corriente de la lengua, pero sí por
N i aun p ara las palabras recorda­ las circunstancias particulares del
das es suficiente la m em oria sensi­ m om ento. E n am bas form as se dice
tiva, pues ha de ir acom pañada del la verdad, pero de m anera obscura.
significado; deben, p or lo tanto, La consecuencia inm ediata es dejar
estar asociadas con pensamientos. al oyente en la penum bra. N o es
— F r Obes. licito usar a capricho estas dos fo r­
E. B e c h e r , Gehirn und Seele, 1911, m as de expresión, pues ello origi­
p. 167 ss; J. FRdMS, Lekrbuch der expe- n aría los mismos efectos que la
rimentellen Psychologie II, *1929, p. 60 ss, m entira; pero pueden utilizarse
(24-162 [trad. e sp .: Tratado de psicología p ara defender secretos legítimos,
empírica y experim ental n, *1944], J. G e y ­ especialm ente cuando callando o
s e r , Lehrbuch der aügemeinen Psycholo­
rehusando la pregunta se ponen en
gie i, »1920, pp. 187-255; e) A. W ill-
peligro. P or consiguiente, la m en­
w O I. l , Seele und Geist, 1938, 57-70 [ t r a d .
esp .: A lm a y espíritu, 1946; F . M . P a l-
tira no es tam poco un medio nece­
m é s , Psicología experim ental y filosófica,
sario y dado po r la naturaleza p ara
‘ 1948]. dejar a salvo secretos necesarios, y
la d ife re n c ia c ió n intentada p o r
M entira es una expresión o m a­ Grocio y otros entre m entira ( = ex­
nifestación conscientem ente co n tra­ presión falsa injustificada) y fa lsi­
ria a ia verdad que por lo com ún loquio (= ex p resió n falsa justificada)
ocasiona el engaño del prójimo. es superflua y con traria a la virtud
Todas las form as de m entira (m en­ de la veracidad. — S c h u ste r.
tira jocosa, oficiosa y dañosa) son V. C a t h r e i n , M oralphilosophie, *1924
sin excepción intrínsecam ente ilíci­ [trad. ital. de la 5.1 alem .: Filosofía m o­
tas, porque atenían contra la fide­ róle, F lorencia 1913-1920]; O . L i p m a n n -
lidad y el crédito dentro de la P. P l a u t , D ie Liige, 1927; J . M a u sb a c h ,
com unidad y es imposible estable­ D ie katholische M ora! und ihre Gegner,
cer un a excepción razonable con ‘ 1921, p. 112 ss; W . R a u c h , Der wider-
christliche C harakter der Liige (de E thik
límites determ inados. L a hipocre­ und Leben, 1931, p . 149 ss); A . K b r n ,
sía o fingimiento de un m odo de D ie L üge, 1930; M . L a r o s , S eid klu g
pensar inexistente equivale a la wie die Schlangen und einfáltig wie die
m entira. T am bién es reprobable la Tauben, 1951, 37-100; [ G o d í f r o y , M en-
restricción puramente m ental ( re­ songe, en D ictionnaire de Théotogie Ca-
servado stricte mentalis), en la cual tholique 10, 555-569; G . M á r q u e z , Fi­
la expresión, falsa según el sentido losofía m oral, 2 vols., ‘ 1943].
m aterial de las palabras, queda
lim itada a u n significado verda­ M etafísica. El nom bre de m eta­
dero sin que, a pesar de ello, éste física, en su acepción actual, ap a­
sea de alguna m anera exterior- rece por vez prim era a fines del
m ente cognoscible. E n cam bio, la siglo V después de J. C. en el neo-
expresión de doble sentido o anfi­ platónico Simplicio. L a ciencia con
bología n o constituye m entira po r­ él designada había sido abordada
que, conform e al uso conocido del sistem áticam ente p o r Aristóteles ya
idiom a, encierra un sentido verda­ en el siglo iv antes de J. C. Es u n a
ciencia de lo metafisico, de lo que cial o aplicada, la doctrina filosó­
se encuentra más allá de lo / físico. fica del m undo (cosmología) y del
El significado que los griegos atri­ hom bre (psicología y antropología),
buían a lo físico n o coincide en puesto que dilucidan en su más
m odo alguno con el que hoy tiene íntim a estructura esferas particu­
esta palabra, sino que designa la lares del ente recurriendo ai ser y a
totalidad de la realidad empírica sus leyes.
corpórea en cuanto som etida a la D e todo ello resulta la im por­
<fvmg, es decir, al nacim iento y, tancia de la metafísica. Representa
en general, al devenir. P or consi­ la zona m edular de la filosofía, la
guiente, se denom ina metafisico lo ciencia filosófica fundam ental, pues
esencialm ente jnexperimentable, in­ ofrece a todos los cam pos especia­
m utable y, en alguna m anera, espi­ les de aquélla sus últimos funda­
ritual, no lo incognoscible ( / I n t e l i ­ m entos. A ristóteles la llam a filo­
gibilidad), com o N. Hartmann pre­ sofía primera, porque se ocupa en
tende. — Siguiendo a Aristóteles, lo que es prim ero; pues el ser y
vemos que lo metafisico se presenta D ios son lo prim ero en el orden
en dos formas. H ay, en prim er lu­ real, aquello de donde procede
gar, algo que n o puede ser objeto de y por quien se sostiene todo lo
experiencia y que está entrañado en demás. — El método de ¡a me­
lo experim entable como su núcleo tafísica, en especial de la ontolo­
más íntim o: el / ser indeterm inado gía, no puede ser puram ente an a­
o general que dom ina todo el ente. lítico ni m eram ente inductivo. El
Existe, luego, un InexperimentabJe / racionalism o (v.gr., Espinosa)
que sobrepuja a lo em pírico por procede por vía analítica; esto es
ser su origen prim ero: el Ser infini­ imposible, porque no cabe obtener
to y divino, C reador de todo ente los ulteriores determ inantes del
finito. D e aquí brotan las dos ra­ ser por pura descomposición de su
mas de la metafísica. La doctrina concepto. U na metafísica inductiva
del ser considera todo ente desde el la reclam an ciertos pensadores p ro ­
punto de vista del ser, en general, venientes de las m odernas cien­
cuya esencia, propiedades y leyes cias naturales (v.gr., Külpe y B e­
inquiere; ordinariam ente se la lla­ cher). Pretenden llegar a las más
m a /o n to lo g ía (D u Hamel, 1661, com prensivas leyes del ser por
fué quien utilizó prim ero esta pala­ progresiva generalización induc­
bra). La doctrina de D ios consi­ tiva; frente a ellos, debe afirmarse
dera a todo ente referido al Ser que toda / inducción presupone ya
divino de quien investiga la exis­ com o válidas las leyes ontológicas
tencia, esencia y actividad; Aris­ supremas. E ntre am bas tendencias
tóteles le dió el nom bre de OsoAo- unilaterales se encuentra la m eta­
y<xr¡, y recibió más tarde el de física de la /s ín te s is a priori o
/te o lo g ía natural (en oposición de la necesidad sintética, la cual
a la teología revelada sobrenatu­ añade de alguna m anera al ser
ral) y tam bién el poco afortunado sus ulteriores determ inantes, pero
de / teodicea. — O ntología y teo­ concibiéndolos, a la vez, com o
logía form an juntas la metafísica consecuencias intrínsecas, esencial­
general o pura, porque afectan a m ente necesarias y, p o r lo mismo,
todo ente y se dedican al ser me- apriorísticas de aquél.
tafísico mismo. A ellas puede con­ En la actualidad, /m a te ria lis ­
traponerse, com o metafísica espe­ tas y /p o s itiv is ta s rechazan la
metafísica. Pero a la vez está veri­ 1925; [N. B a l t h a s a r , La m élhode en m é­
ficándose un cierto retorno a ella; taphysique, L ovaina 1943; L. d e R a e y -
m a m c e r , Filosofía de! ser [írad. esp.]
aun en Kant se ha descubierto
1956; J. R o jg G i r o n f l l a , Experiencia
recientem ente un metafísico sin que, y m etafísica, en A ctas del X I Congreso
a decir verdad, se hayan superado Internacional de Filosofía, Bruselas 1954
siempre los límites de su pensam ien­ iv, pp. 97-102]; c) N . H a r t m a n n ,
to. Así, por ejemplo, N. Hartmann Grundzüge einer M etaphysik der Erkennt-
no pasa de la /o n to lo g ía , porque nis, ‘ 1949 [trad. franc.: Principes d'une
a la m etafísica le asigna únicam ente métaphysique de la connaissance, P arís
el acotam iento de los problem as 1947]; L. L a n d o hfhe, Phanomenologie
und M etaphysik, 1949; M . H e i d e g g e r ,
últim os e insolubles planteados en
Was ist M eta ph ysik? “1949 [trad. e sp .:
todos los dominios del saber. La
¿Q ué es la metafísica?, en «C ruz y R aya»
metafísica irracionalista sigue tam ­ 6 (1933) pp. 85-115]; Über den fíum a-
bién lastrada po r K ant, no viendo nismus, 1949 [trad. esp.: Carta sobre
frecuentem ente en el saber metafísi­ el humanismo, en «R ealidad» (B uenas
co m ás que u n asunto de / f e o Aires) 7, 9 (1948) pp. 1-25, 346-367];
de /c o n c e p c ió n del universo, pero d) M . W u n d t , G esdiichie der M eta p h y­
no una /c ie n c ia . Insuficiente es, sik, 1931; A. D e m p f , M eta p h ysik des
M lttelalters, 1930: M . W u n d t , K ant ais
desde el punto de vista del m étodo,
M etaphysiker, 1924; P. W u s t , Die
la metafísica inductiva que, llevada Auferstehung der M etaphysik, 1920;
adelante de m anera radical, se B . J a n s e n , D ie Bedeutung der Scholastik
anularía a si misma. Heidegger fü r die M eta ph ysik, en «Pliilosophische
( / Existencial [Filosofía]) trata de M onatshefte d e r K an tstu d icn » n (1926)
superar la metafísica en cuanto pp. 94-108; e) P. S i m ó n , Sein und W irk-
ésta, com o ontología, se ha lim i­ lichkeit, 1933. — / O n t o l o g í a , M étodo.
tado a investigar el ente sin plan­
tearse la cuestión ontológica fun­ Metempsicosis. La creencia en
dam ental acerca del ser; pero en una metempsicosis o transm igración
dicha tarea m enosprecia la dilu­ de las almas se encuentra repetidas
cidación del mismo, que precisa­ veces en los pueblos primitivos,
m ente la metafísica tiene hace tiem ­ así como en los pitagóricos, Pla­
po realizada. — L o t z . tón y otros pensadores de la A nti­
güedad. D esde las U panishads esta
a ) A r i s t ó t e l e s , M etafísica (fuente clá­ idea es fundam ental para las reli­
sica), ed. W . D. R oss, *1948; tra d u c ­ giones indias ( /V e d a n ta [Filoso­
ciones alem an as de A . L asson, 1924, y fía del]). Según ella, después de
F-. R olfes 31928, [inglesa de W. D . Ross, la m uerte del hom bre, su alma de­
21928, franc. d e J. T ricot, 1933, e ital.
be anim ar otro cuerpo, de hom bre,
de A . C arlin i, *1950]; S a n t o T o m As d e
A q u i n o , C om entarios a Ja M etafls'ca de
de anim al o de planta, según sea
A ristó teles (igualm ente clásico), ed. Ca- el destino que en su vida anterior
th ala, T u rln 1926; F . S u á r e z , Dispu- haya merecido. La ley conform e a la
tationes m etaphysicae, ed. de P arís 1861; cual el m érito y la culpa conducen
b) L . B a u r , M eta p hysik, 31935; P. D e s - inevitablem ente a u n adecuado re­
c o q s , Institutiones metaphysicae generalis nacimiento (palingenesia) se llam a
i, 1925; J. W í b e r t , Essai de m étaphysique karma. Consecuentem ente, la vi­
//lam iste, 1923; M . F a t t a , L ineam em i
da actual tam poco es considerada
di metafísica generóle, 1929; A . M a r c
Dialectique de Vaffirmation. E ssai de com o la prim era, sino que se su­
m étaphysique réflexive, 1952; D . F e u - pone una preexistencia del alma. La
l i n g , H a u p tf’
r agen der M eta p h ysik, 1949; doctrina de la metempsicosis se
A . V a l e n s i n , A travers la métaphysique. apoya sobre los pretensos recuer-
dos de algunos videntes relativos su aspecto de contenido y el pri­
a vidas anteriores. Pero la razón m ero su aspecto formal. Precisan­
principal, que ya se dibuja en do más, designamos con el térm ino
Platón, es la incapacidad p ara con: sistema el conjunto ordenado de
ciliar en o tra form a la desigualdad conocimientos o contenido de una
en el destino de los hom bres con ciencia. Caracterizam os, en cam bio,
la idea de la justicia. E n los siste­ com o m étodo, de conform idad
mas panteístas añádese a esto la con el sentido etimológico de la
necesidad y supratem poralidad de palabra (en griego: ftéBodoí [ = a ta ­
la creación, que parece exigir jo], vocablo com puesto de <J<5dc
un ritm o sin principio ni fin en = cam ino, y fin á = ju n to a, al lado
el nacer y el revertir al absoluto, de, en pos de; de donde: rodeo),
y, junto con él, un ciclo de naci­ el camino seguido p ara construir y
m ientos (= Sam sa ra). El / b u d i s ­ alcanzar dicho conjunto. E n gene­
mo enseña tam bién la reencarna­ ral, nos ocupam os metódicamente
ción como reiterado engendram ien­ en una esfera del saber cuando la
to de la existencia según la ley del investigamos con arreglo a un plan,
karm a, pero sin identidad perso­ destacam os sus especiales articu­
nal. — En una metafísica teísta laciones, ordenam os los conoci­
la hipótesis de la metempsicosis m ientos parciales de acuerdo con la
no es necesaria porque la desigual­ realidad, los enlazamos con rigor
dad de destino es consecuencia de lógico y los hacemos inteligibles
la libre voluntad gobernadora del (dado el caso, m ediante dem ostra­
Creador, quien, independientemen­ ción); al term inar hemos de saber
te del m érito o culpa, asigna a sus de todas y cada u n a de las cosas
criaturas situaciones distintas en no sólo «que» s6n así, sino tam ­
la vida en las cuales deben dar bién «por qué» son así, o sea, no
m oralm ente buena cuenta de sí sólo el hecho, sino tam bién la
p ara alcanzar luego u n estado de­ razón del mismo. E l m étodo aquí
finitivo que satisfaga las exigencias descrito, general p ara «toda» cien­
de la justicia ( / A l m a , Inm orta­ cia, adquiere, al realizarse conforme
lidad, Retribución). — B r u g g e r . a la peculiaridad de las diversas
b ) W . B r ú g g e r , W iederverkdrperm g, esferas, un cuño particular propio
en «Stim m en d er Zeit» 142 (1948) y adecuado al cam po respectivo.
pp. 252-264; G . E . M o o rb , M etem psy- C ada uno de los sectores de lo
chosis, N ueva Y o rk 1921; d ) C h á n t e m e real dicta el m étodo con que debe
d e l a S a u ss a y e , Lehrbuch der Religions- recorrerse. A tal efecto, son deci­
geschichte, *1925 (Índice); E. R o h d b , sivos, p o r una parte, el m odo co­
Psyche, “ 1925 [trad. esp.: Psique, La m o el sector respectivo se hace
idea de! alma y la inmortalidad entre los
accesible al hom bre (v.gr., ya me­
griegos, 1948]; C . d e H e n sel Sr , L 'á m e
et le dogm e d e ta transm igraron dans les diante la observación sensorial, ya
livres sacrés de rin d e , P arís 1928; H . v o n sólo m ediante u n raciocinio que
G la se n a p p , U nsterblichkeit und Erldsung rebasa todo lo sensible), y, por otra,
in den Indischen Religionen, 1938; C . C iE - las leyes, o sea, la vía interna por
m en, D as I*eben nach dem Tode im la cual despliega sus m om entos y
Glauben der M enschheit, 1900. a la que el m étodo científico, com o
«camino», debe asimilarse lo más
M étodo y /s i s te m a integran la posible. E l traslad ar el m étodo
esencia del saber científico ( / Cien­ propio de u n a ciencia a o tra dis­
cia) en el que el segundo representa tin ta puede falsearlo y au n destruir-
to to d o ; así acontece cuando quiere a) A r i s t ó t e l e s , M etafísica n , m , vi,
elaborarse la metafísica solamente especialm ente c. 1; S a n t o T o m ís d e
A q tjin o , C om entario a los citados pasa­
con el m étodo de la ciencia n atu ­
jes de A ristóteles; Comentario a « D e
ral. — Santo Tomás de Aquino pre­ Trinitate» de Boecio, q q . v y v i {ed.
para ya la nítida separación de los P. W yser, 1948); F . S u Á r e z , Disputatio-
m étodos con la distinción entre nes m etaphysicae, disp. 1; b ) J. K le m t-
los tres grados de abstracción, dis­ GEN, Philosophie der Vorzeit I, *1878
tinción que desarrolla siguiendo [trad. fra n c .: L a philosophie scholastique,
a Aristóteles. Sobre la abstracción París 18681; E. P r z y w a r a , Analogía
física (científico-natural) y la m ate­ entis I, 1932; N . B a l i h a s a r , La m éthode
mática, elévase la / abstracción en métaphysique, 1943; A. M a r c , Prin­
cipe et métode de ¡a métaphysique, en
metafísica que considera el ente en «A rchives d e P hilosophie» x i (¡934)
cuanto tal. pp. 83-108; P . B o r g m a n n . Gegenstand,
E n lo concerniente a las divisio­ Erfahrungsgrundtage, M ethode der M e ta ­
nes del m étodo, llam am os la aten­ physik, e n «Franziscanische Studien» 21
ción sobre la diferencia entre m é­ (1934); J. L o t z , M etaphysik und aprio-
todo analítico (que descompone) y riselle Svnthese, en «S cholaslik» 12
'sintético (constructivo), distinción (1937); [É. R a h ie r , Logique, P arís ‘ 1899;
im portante p ara la filosofía. El J. DE l a V a is sié r e , M éthodologie seten-
tifique. en «A rchives de Philosophie»
prim ero va desde el ente concreto
10 (1932), c. 3 ; A. B r u n n e r , L a connais­
a sus partes com ponentes internas sance humaine, P arís 1943; R im au d ,
(principios del ser, grados meta- Thom ism e et méthode]. —!. H e sse n , D ie
físicos) y causas extrínsecas. Inver­ M ethode der M etaphysik, 1932; d) H .
sam ente, el segundo construye el M e y e r , Die W issenschaftslehre des Tho­
ente partiendo de esos elementos. m as von A quin, 1934; [J. M . L e B lo n d ,
La diferencia no coincide, pues, Logique e t ' m éthode chez A ristote, P arís
con la existente entre juicios ana­ 1939]; M . G r a b m a n n , Die tkeologische
E rkennlnis und Einleitungslehre des heili-
líticos y sintéticos. El juicio «lo gen Thom as von A quin, 1948; e) J. L e n z ,
finito está com puesto de esencia Vorschule der W eisheit, *1948.
y existencia» contiene u n análisis,
pero n o es un juicio esencial ana­
lítico, sino sintético. A quí se ve ya M ilagro. E l m ilagro es un su­
que el análisis metafísico, si bien ceso patente y extraordinario que,
asciende de las cosas a sus orígenes sobrepujando las fuerzas puram en­
y, p o r lo tanto, de lo posterior te naturales, tiene en D ios su au to r
a lo anterior (a posteriori a d prius), inm ediato o m ediato. Sólo recibe
no es una /in d u c c ió n . La filo­ el nom bre de milagro el aconteci­
sofía necesita en prim er lugar del miento /s o b r e n a tu r a l manifiesto.
/a n á lis is , preparando así el terre­ El térm ino «extraordinario» no
no p ara la / síntesis. tanto excluye la frecuencia cuanto
Recibe el nom bre de metodología da a entender que el suceso es
la investigación científica de! m é­ contrario al curso regular de la n a­
todo. M ucho favorece el despliegue turaleza. El m ilagro no infringe los
m etódico del saber científico una principios metafísicos ni aun deroga
precisa terminología (del latino «ter- propiam ente las leyes físicas, sino
m inus» = lím ite y, m ás tarde, que D ios im pide en determ inado
expresión que circunscribe u n pen­ caso la repercusión de ellas y, en
sam iento) o lenguaje técnico, ¿jue virtud de su /o m n ip o te n c ia , que
no debe ser vago, pero tam poco n o está atad a p o r / l e y n atu ral
anquilosado. — L o t z . alguna, produce efectos p ara los
cuales no son suficientes las causas con reserva. Las circunstancias físi­
naturales existentes. N o puede ha­ cas y morales del m ilagro y, sobre
ber, pues, una explicación cientí­ todo, la personalidad m oral del
fico-natural del milagro, pues ello ta u m a tu rg o ex c lu y e n o rd in a r ia ­
significarla suprim irlo. — L a po­ m ente la sugestión y otros «arti­
sibilidad del m ilagro se infiere de ficios». — E n ta n to la naturaleza
la om nipotencia de D ios, de la del efecto no supere to d a causa
/'co n tin g en c ia de las cosas y de creada, la verdad teológica del mi­
la / necesidad m eram ente física de lagro, es decir, que es debido
sus leyes. Sin em bargo, el milagro a D ios com o causa verdadera y no
no es un «rem iendo» echado poste­ al dem onio, pueden garantizarla,
riorm ente a la creación; donde a su vez, el fin y las circunstancias
acontece, h a sido incluido en el morales. En todo caso, D ios no
plan creador desde la eternidad en obra jam ás m ilagro alguno para
atención a fines superiores. Con satisfacer la curiosidad o confirm ar
este carácter entran particularm en­ una religión que contradice el o r­
te en cuenta los fines religiosos, den m orat. — R a s t .
com o la testificación de una reve­
a) S an t o T omás d e A q u in o , Sum m a
lación divina, e igualmente la difu­
contra Gentiles m , 98-103; b) G . K a f k a ,
sión y robustecim iento de la cre­ N aturgesetz, F reikeit und W under, 1940;
encia en ella; y, sólo en segunda C. GuTBERLET, Vernunft und , Wunder',
linea y subordinados a los anterio­ J. B. M etzler , Das W under vor dem
res, los bienes terrenos, v.gr.: el Forum der GescM cktswissenschaft, en
restablecim iento d e la salud, etc. «K atholik» 88 (1908) ii. pp. 241-257,
D ad a la finalidad superior a que 358-373; F.. P feifer , Das W under ais
el m ilagro sirve, éste debe ser cog­ Erlcenntnism ittel d tr Glaubwürdigkeit der
Offenbarung, 1936; J. d e T o n q u fd e c ,
noscible. La verdad histórica, es
¡ntroduction á l'élude du m erveilleux et
decir, la com probación del hecho du miracle, P arís 31923; M . R ast . W elt
mismo, v.gr.: de la curación de und Gott, 1952; A . M ichel , M iracle, en
una enferm edad, n o ofrece de ordi­ Dictionnaire de théologie catholique X, 2,
nario dificultades insuperables por 1798-1859; [L epicier , Le miracle. Sa na-
lo que respecta a sucesos de un ture, ses b is , P a rís 1936; J. E c h a k r i ,
pasado reciente. En lo conoemiente M ilagro sin determ inism o, en «P ensa­
a los milagros de épocas pretéritas, m iento» 5 (1949) p p . 175-186].
ha de en trar en funciones la crítica
histórica. — M ás difícil es paten­ M isterio. P o r m isterio se entien­
tizar de m anera irrecusable la lla­ de un ser o un a verdad oculta
m ada verdad filosófica, es decir, o difícilmente accesible para nos­
que el hecho milagroso supera to­ otros, v.gr.: el sentido desconocido
das las fuerzas puram ente natura­ de un sím bolo o los problem as di­
les. Sin em bargo, aunque hay toda­ fíciles e insolubies que la realidad
vía por investigar m uchos dom inios nos plantea. Por antonom asia, de­
del reino de la naturaleza, n o es nom inase misterio el de orden reli­
necesario, para establecer la exis­ gioso. — L a teología católica dis­
tencia de un milagro, conocer todas tingue entre misterios en sentido
las fuerzas naturales; basta saber lato y en sentido estricto. Los
lo que en ciertos casos la n atu ra­ prim eros son verdades sólo en su
leza no puede hacer en m odo al­ existencia o en su esencia ocultas
guno. L a curación de enfermedades p ara el entendim iento finito. E n­
nerviosas deberá adm itirse siempre cubierto por lo que toca a la exis­
tencia es, por ejemplo, lo que D ios signa, atendiendo al sentido etim o­
ha determ inado para el futuro; lógico, una vida consciente p ro ­
inaccesible sólo según su esencia, fundam ente interior, misteriosa, so­
es la interna com patibilidad entre bre todo en la esfera de lo religioso.
los atributos divinos, puesto que En acepción muy am plia entiéndese
nuestra razón puede com prender la por mística to d a clase de unión in­
necesaria existencia de la misma. terior con Dios; en sentido restrin­
M isterios en acepción estricta o gido, sólo la unión extraordinaria.
absolutos son, en cambio, aquellas La mística como vivencia se con­
verdades que tanto en lo referente trapone a la mística como ciencia
a su existencia com o a su esencia de la vida mística. — La teología
perm anecen encubiertas para toda católica define la mística (cristiana,
inteligencia finita, de suerte que no sobrenatural) com o u n percatarse
cabe com prender su interna posibi­ experim ental de la vida divina de
lidad ni aun después de revelada la gracia en el hom bre. Parece ser
su existencia. A esta clase pertene­ un rasgo com ún a to d a m ística el
cen las verdades capitales de la que D ios es conocido experimen­
revelación cristiana tales com o la talm ente en el interior dei alma.
T rinidad de Personas D ivinas, C ierto que esta experiencia no es
la E ncam ación del Hijo de D ios y general, pero la atestiguan un án i­
otras. El que una verdad sea m iste­ m em ente tantos hom bres eximios
rio no implica su incognoscibili- a lo largo de los siglos, que resulta
dad en sí ni su incognoscibilidad absolutam ente imposible d udar del
absoluta p ara nosotros. Los mis­ hecho. A quí prescindirem os del as­
terios son inteligibles en sí y para pecto teológico del problem a. La
Dios. Su existencia es com unicable filosofía se interesa sobre todo por
m ediante la / revelación y su senti­ las m anifestaciones místicas de las
do es com prensible tam bién para cuales se dan testim onios fuera del
nosotros, de m anera analógica e cristianism o (v.gr.: los éxtasis de
imperfecta, sobre la base de la fe. Plotino, las visiones de Bada, etc.).
En las antiguas religiones recibían Discútese, en efecto, si existe una
el no m bre de misterios unos cultos mística natural y en qué sentido
secretos en que sólo podían parti­ (/S o b r e n a tu r a l) ; no obstante, los
cipar los iniciados; éstos estaban hechos histórico-religiosos la hacen
obligados a guardar u n riguroso probable. N o hay que pensar aquí
silencio po r lo que se refería al en u n a visión inm ediata de D ios,
culto y a la doctrina ( /S o b r e n a ­ pero sí en u n m odo de conocer pu­
tural. S uprarracional.) — B r u g g e r . ram ente espiritual independiente de
b) M . J. S c h f e d e n , D ie M ysterien des la fantasía (contemplación) con el
C hristentum s, a1912 [trad. esp .: L o s mis­ que el alm a espiritual percibe un
terios del cristianism o, 1950]; R . G a r r i - especial influjo de D ios (v .g r.: u na
g o u - L a g r a n g e , l.e sens du m ystére et idea infusa) o se conoce intuitiva­
le clair-obscur intellectuel, P arís 1934
m ente a sí m ism a en su inm ediata
( t r a d . esp .: E l sentido del misterio y el
claroscuro intelectual, 1945]; [A. M i c h e l ,
relación a Él (v.gr.: en su ser p ro ­
M ystére, en el Qictionnaire de théologie ducida por D ios, o en la abertura
cathollque x , 2585-2.599]; e) F e u u n c , del espíritu hacia lo infinito).
KathoUsche Glaubenslehre, 1937, 1-67. A unque tal m odo de conocer no
sería adecuado al estado del alm a
M ística. Este térm ino, derivado unida al cuerpo (y necesitaría, p o r
del |griego pieiv ( = cerrarse), de­ lo mismo, u n a particular acción de
Dios), no superaría, con todo, [as religiones, estudia los m itos; su
de m anera absoluta la naturaleza contenido, origen, influencia y tra ­
del alm a espiritual ( y en este sen­ yectoria.
tido sería natura]). Sólo cabe ha­ El m ito (3) es un testim onio del
blar de una divinización en la acep­ espíritu popular. N o está lim itado
ción de transform ación por el Ser al pasado o a una determ inada
divino, no en la de una unificación época, sino que constituye una
substancial. C uando en virtud de concepción del universo a la que
un a vivencia m ística cesa la activi­ puede acudir en todos los tiempos
dad natural de los sentidos, se dice una hum anidad ingenua. L a histo­
que h a y éxtasis. — B r u g g e r . ria de las religiones muestra, sin
em bargo, que en las fases prim iti­
b) J. B e r n h a r t , Die philosophische
M y stik des M ittelallers, 1922; A. M a g e r ,
vas las representaciones del Ser
M y stik ais Lehre und Leben, Innsbruck suprem o estaban exentas de mitos.
1934; del m ism o : M y stik ais seelische E l mito natural resulta de la con­
tVirklichkeit 1946; J. M a r é c h a l, É tudes sideración ingenua de la naturale­
sur la psychologie des m ystiques, Brujas za; el mito cultural, de la reflexión
1924; J. M a r it a in , Quatre essais sur posterior sobre el precedente des­
l'esprit dans sa condition charnelle (en­ arrollo de la cultura. El m ito no
sayo in), P arís 1939 ftrad e sp ,: Cuatro posee de suyo carácter religioso,
ensayos sobre el espíritu en su condición
carnal, 1947; E. H e r n á n d e z , L a mística
pero puede com binarse con repre­
natural, en «M anresa» 24 (1952) pp. 5-32; sentaciones religiosas.
A. O rtega, Conceptuación y mística, en El pensar científico-abstracto no
« R evista de filosofía» 11 (1952) pp. 381­ favorece el nacim iento y la eficacia
4001; e) F . H e ile r , Das Gebet, 1S1923; del mito. D e ahí que, por reacción
R . O t t o , W estóstllche M y stik , 1926 (trad. contra el racionalism o de la Ilus­
fra n c .: M ystique d 'O rient e t M ystique tración, el rom anticism o y más
d 'O ccident, P arís 1951]. tarde la filosofía de la vida de
Nietzsche y Rosenberg trajeran con­
M ito (del griego ftCQof) significa sigo u n nuevo aprecio del m ito
originariam ente (1) narración, le­ com o interpretación irracional, no
yenda de tiem pos antiguos (mitos científica, del universo. A unque la
de los dioses y héroes), pasando filosofía ha em pleado ocasional­
luego a designar (2) una imagen m ente los m itos com o form a de
o alegoría que traduce relaciones exposición y no desconoce la acción
existentes en el universo o en la fom entadora de la cultura inheren­
vida (v.gr.. los m itos de Platón). te a m uchos de ellos, debe elevarse
E n la vida y cultura de los pueblos por encima de la plasticidad con­
ejerce gran influjo el m ito (3) com o creta del m ito p ara venir a la clara
intuitiva y gráfica / concepción del y despierta autoconciencia del pen­
universo y de la vida, las más de samiento. — B r u g g e r .
las veces personificada, en la que
lo plástico no es m era alegoría ex­ b) H . H eielp , M ythos, Geschichte,
terna de lo conceptual, sino que H istorie, en « H o c h l a n d » 1926 (ju n io );
form a con ello u n a indivisa unidad W . S c HMIDt , D er Ursprung der Gottes-
idee, 4 vols-, 1926-1932; P. S im ó n ,
originaria, vivida especialmente por
M ythos oder Religión? *1934; c ) E . C as-
el hom bre prim itivo com o si fuera sirer , D ie B egrif/sform im m ythischen
la misma realidad. — L a mitología, Denken, 1922; d e l m ism o ; Philosophie
com o ram a ya de la etnología der simbotischen Formen, 1923-1925;
com parada, ya de la historia de A. R osenser q , D er M yth u s des 20.
m o d a l id a d

Jahrhunáerts, 1930; véase sobre esta dlcticos, aquellos en que se tom a


o b ra : Studien zum « M ythus des 20. com o necesaria.
Jahrhunderts», 1934; E. U n g e r , W irk- E n la lógica tradicional, en­
¡ichkeil, M yíhos, Erkenntnis, 1930;
tiéndese p o r m odalidad del juicio
P, S t o c k l e i n , Über die philosopkische
Bedeutung von P latos M yth en , 1937,
el m odo de unión entre sujeto y
W . N e s t l e , Vom M yth o s zum Logos, predicado tal cual resulta de la
2}942, F . M e d i c u s , D as M ythologische naturaleza del contenido de éstos.
in der R eligión, Z ü rich s /f {aprox. 1947); Su m odo fundam ental es la / p o ­
[V. B r o c h a r d , Eludes de philosophie sibilidad, de la que, por negación,
ancienne et d e philosophie moderne, 1912 resultan las dem ás m odalidades:
(ed. V. D elbos) (trad . esp. parcial.: E s­ la afirm ación es posible (posibili­
tudios sobre S ócrates y Platón, 1940);
dad) y no-posible ( /im p o s ib i­
A . W a c n e r d e R e y n a , Sobre e l mito,
en « Ideas y valores» (B ogotá), (1952)
lidad); la negación es posible
pp. 301-307], (/c o n tin g e n c ia ) y no-posible ( /
necesidad). Estas posibilidades ló­
gicas se basan en las correspondien­
M odalidad. E n sentido muy am ­ tes posibilidades del / ser. Sin em­
plio este vocablo designa el m odo bargo, no siempre debe expresarse
com o u n a cosa existe o se realiza. en todo juicio la m odalidad lógica.
N o obstante, el térm ino m odalidad El juicio en que se expresa la
se aplica de ordinario al / j u i c i o m odalidad recibe el nom bre de
denotando entonces el m odo com o juicio modal, v.gr., cuatro es nece­
el sujeto y el predicado se enlazan sariam ente divisible por dos. En
en aquél. Cabe considerar dicho estos juicios hay que distinguir la
enlace com o u n proceso psicoló­ enunciación y su m odo. — L a
gico; en este caso resultan las m o­ m odalidad de los juicios ofrece
dalidades psicológicas de la afirma­ la base para form ar, perm anecien­
ción (v.gr., tím ida, resuelta, enfá­ do invariable el contenido, racio­
tica, etc.). Si se tom a el juicio desde cinios de modalidad que de la ne­
el p unto de vista del contenido y en cesidad objetiva concluyan la exis­
su relación con el objeto que debe tencia real; de la existencia real,
expresar, surgen las m odalidades la posibilidad, y de la imposibi­
valorativas «verdadero» y «falso» lidad, la no-existencia de un objeto.
( /V e r d a d , Falsedad); con res­ — Brugger.
pecto a la apropiación de la verdad
por parte del entendim iento apa­ a) A r is tó te le s , De
interpretatione,
( ir e p i íu'i.r;,: : x:'¡. c. 12; K ritik
I. K a \T ,
recen la / certeza y la / probabili­
der reinen Vernunft!, 99-101; b) O . B e c -
dad. A fín a este orden de ideas KER, Z u r L o g ik der M odalitáten, en
es la concepción kan tiana de la «Jah rb u ch für P hilosophie und Ph&-
m odalidad. Puesto que, según Kant, nom enotogische F orschung» 2 (1930)
el enlace judicativo no expresa un pp. 496-548; R . F e y s , L es logiques nou-
objeto existente, la m odalidad velles des m odalités, en «R evue N éos-
. «afecta sólo al valor de la cópula colastique d e P h ilosophie» 40 (1937);
( /J u ic io ) en relación con el pen­ 41 (1938); W . B r u g g e r , Die M odalita-
ten einfachcr Aussageverbindungen, en
sar en general». Juicios problemá­
«S cholastik» 17 (1942); del m ism o: Die
ticos son aquellos en que la afir­ Übermodalitaten der N otw endigkeit in
m ación o negación se adm ite com o logischer B etrachtung, en K ontrolliertes
m eram ente posible (discrecional); D enken ( — F estschrift für W . Brit-
asertárteos, aquellos en que se con­ z elm ay r); c) [L. B r u n s c h v i c o , L a mo-
sidera com o real (verdadera); apo- d alité du jugem ent, *1934]; d) I. M.
B o c h ín s k i, N otes kistoriques sur tes a) L . M o l i n a , Concordia liberi arbitrii
propositions modales, en «Revue des cum gratiae donis, 1 5 8 8 .— E . V a n s t e e n -
sciences philosophiques et théologiques» u l r g h e , M oiinisnte, en el Dictionnaire
26 (1937) pp. 673-692; del m ism o: de theologie catholique X, 2 0 9 4 -2 1 8 7 ,
S . Thomae Aquinatis de M odalibus opuseu- 1 9 29. T ratad o s de teología dogm ática,
lum et doctrina, en «Angelicum » 17 v.gr., P o h l e - G i e r f . n s i i , p. 4 8 3 ss,
(1940) 180-218. “1937 (m olinista); F . D te k a m p ii,
1,11952 (to m ista); d) J. R a b e n e c k ., D e
Molinismo. El molinismo, lla­ vita et scriptis Ludovici M olina (tra ta tam ­
m ado así po r el nom bre de su bién la cuestión de ¡a p rio rid ad de la
fundador Luis de M olina (1535­ d o c trin a de M olina sobre fa de P edro de
1600), es un sistem a teológico para F onsecs), en «A rchivum H istoricum So-
cictatis lesu» 19 (1 9 5 0 ) pp. 7 5 -1 4 5 ; nueva
explicar la cooperación de la vo­
edición crítica de la Concordia de M o ­
luntad libre con la gracia divina. l i n a , p o r J . R a b e n e c k (O ñ a); F . S t e e g -
En lo que sigue se expone sólo m ü i .l e r , Geschichte des MoUnismus l :
desde el punto de vista filosófico. N eue M olinasschriften (edición) 1 9 3 5 .
Según el m olinism o, la libertad
de la voluntad consiste en su ca­ M ónada (del griego /io v d ? ) sig­
pacidad para determ inar la exis­ nifica «unidad». D esde los com ien­
tencia y esencia (dirección hacia zos del filosofar se vió en ella un
el objeto) m ism as de sus actos, determ inante esencial del ser. Por
supuestas todas las condiciones re­ eso la doctrina del ser fué tam ­
queridas para obrar. Tal capaci­ bién doctrina de la unidad o de
dad parece contradecir tanto el las mónadas (moitadología) sin que,
influjo necesario de la Causa pri­ a pesar de ello, este aspecto ad ­
m era com o la presciencia de Dios. quiriera un valor caracterizante de
El molinismo intenta solucionar especial im portancia. Sólo Leib-
estas dificultades dejando plena­ niz hizo de la m ónada el concepto
mente a salvo la libertad. El con­ nuclear de su filosofía definitiva,
curso divino ( / D i o s [Concurso lograda tras m uchas vacilaciones,
de]) no consiste en que D ios pre­ y cuya peculiaridad queda cir­
determ ine el acto de la volun­ cunscrita, consiguientemente, por
tad, sino en que ponga a disposi­ el nom bre de «m onadología». Se
ción de ésta su concurso indife­ opone a Descartes y a Espinosa. La
rente en sí, produciendo luego el dualidad de cosa pensante y cosa
acto ju n to con ella, con lo cual, extensa cede al principio único
pese a la dualidad de causas, el primitivo de la m ónada. Ésta evita
efecto es solam ente uno. Esto se el monismo de Espinosa en cuanto
hace posible, porque D ios sabe de que hace posible un a pluralidad
antem ano cóm o se «com portaría» de substancias.
la voluntad libre en una condición Por lo que toca a su esencia, la
dada cualquiera (es la llam ada m ónada es el p o rtad o r o sujeto
ciencia media para distinguirla prim itivo simple y absolutam ente
de la ciencia de lo necesario y de cerrado en sí mismo del ser subs­
lo real; /P re s c ie n c ia divina). -■ tancial; se la concibe com o una
L a introducción de esta teoría con­ entidad de naturaleza psíquica en
dujo a la denom inada controversia la cual tiene tam bién lo corpóreo
sobre la gracia entre el molinismo su fundam ento. Las m ónadas fi­
y el bañecianism o o /to m is m o nitas han sido creadas p o r D ios,
estricto defendido por Báñez y M ónada infinita, ilim itada en lo
otros. — / [127]. — B r u g g e r . que concierne a la plenitud del
ser y a la visión del universo. r r e s p o n d ie n te m ó n a d a -a lm a o m ó -
Las m ónadas creadas encierran asi­ n a d a - e s p ír itu , m ie n tr a s su c u e rp o
mismo la plenitud deí ser y re­ c o n s ta d e u n a in fin id a d d e « sim ­
flejan el universo, pero sólo en p le s » ( « n u d a s » ) m ó n a d a s .
la m edida de su punto de vista E l p r im a d o d e l e s p íritu q u e a q u í
(point de vue), por el cual se expli­ b rilla r e to r n a d e u n a u o t r a fo rm a
can su finitud y pluralidad. — e n t o d a a u té n tic a filo so fía . L e ib n iz
Respecto al o b rar de las m óna­ h a a m o r tig u a d o d e m a s ia d o la a c ­
das hay que observar que están t iv id a d e x te r io r d e la s m ó n a d a s y la
cerradas en sí mismas, no «tienen s u b s ta n tiv id a d d e lo c o r p ó re o . —
ventanas». Ú nicam ente la M ónada Lotz.
increada puede o b rar sobre las
creadas. E ntre éstas no existe nin­ a) C . L e i b n i z , en especial, las obras
guna acción recíproca; no obstante, siguientes: Discours de m étaphysique\
S y s tim e nouveaw, Principes de la nalure
en cada una se despliega u n a acti­
et de la gráctr; M onadologie (en lu e d . de
vidad inm anente que desarrolla las >1. Schm alcnbach, 2 vols., 1914-1915);
posibilidades puestas en ella. Las T raducción alem an a de las obras m ás
m ónadas son, pues, centros diná- im portantes p o r CJ. K riiger, 31949; b)
mico-teleológicos de fuerza. Las 1 O l g i a t i , 11 iignificato storico di L eibniz,
fases de su despliegue coinciden Í92.9; A. B o e h m , L e vinculum substan-
siem pre (v.gr.: la m uerte de un liale che: Leibniz, 1938: í. P a p e , Leibniz,
hom bre y el disparo del arm a) Z ugang und D eutung aus dem ÍVahrheiís-
problem , 1949; A . G u G C E N B E R G E K , Leib­
porque D ios las ha puesto, com o
niz oder die Hierarchie des Geistes, 1947;
relojes distintos, en una armonía K . H u b e r , G. W . Leibniz 1951; c) H . R o-
preestablecida (harmonía praesta- p o h i ., D as F ine und die W elt, 1936 ( c o n
biliía). bibliografía); H . M a t z a t , G esetz und
Las m ónadas creadas form an Freiheit. 1948; R . M f y f r , L eibniz und die
una escala. El carácter de su acti­ europc.Uchc O rdnungskrise, 1948; e) B .
vidad inm anente m uestra que to­ J a n s e n , Leibnizens W ellbild, en Wege Jet

das las m ónadas son de n a tu ra ­ W ehweisheit, 1924.


leza psíquica, pues dicha actividad
se desenvuelve en percepciones (re­ Monismo equivale literalm ente
presentaciones) y apeticiones (ten­ a doctrina de la u nidad (término
dencias). Estas perm anecen incons­ que usó W o lff p o r vez primera).
cientes en las m ónadas-cuerpos Cabe una concepción del monismo
o «simples» («nudas») m ónadas, según la cual la m ultiplicidad de
por estar sum idas en el instante las cosas se reduce a un funda­
singular. Las m ónadas del grado m ento distinto de ellas (en el sen­
sensitivo se elevan con la m em o­ tido del / t e i s m o o del /d e ís m o ) .
ria p o r encim a del m om ento co­ Pero casi siem pre el m onism o se
rrespondiente, insertándolo en una entiende de m anera que expresa no
totalidad m ayor; así consiguen una la unidad de origen, sino de subs­
conciencia sorda. L a conciencia tancia y esencia. E sto puede ocu­
plenam ente despierta es propia sólo rrir con respecto al conjunto de
de las m ónadas espirituales, en la realidad (doctrina del universo-
tanto que po r la com prensión de uno) o a 'u n a esfera lim itada de
los prim eros principios del ser objetos. El m onism o universal afir­
ascienden hacia lo eterno y con lo m a la unidad esencial de D ios
eterno m iden el instante. Los seres y m undo ( /P a n te ís m o ; A teísm o);
vivientes están dirigidos p o r la co­ con esta afirmación suprim e ta m .
bién to d a diferencia esencial entre la reducción bien entendida a un
los diversos sectores de objetos: único principio. — B r u g g e r .
m ateria y espíritu, substancia vi­
viente e inanim ada, individuo y co­ J. E n o e r t , D er naturalistische M onis-
m unidad, etc. Según sea ef contra­ m us H aeckets, 1907; F . K l i m k e , D er
M onismus und selne philosophische Grund-
rio que en estos pares de opuestos
lagen, ‘1919 (o b ra fundam enta!) [trad.
tenga la suprem acía, resultarán dis­ ita l.: U monismo e le sue bus i filo so fiche,
tintas clases de monism o. Las 2 vols., F lorencia 1914]; P. M i n g e s , D er
form as fundam entales son el m o­ M onism us des deutschen M onistenbundes,
nism o materialista y el espiritua­ 1919; c) A . D r e w s , D er M onism us, dar-
lista ( / M aterialism o, Espiritua- gestellt itt Beitrágen seiner Vertreter, 1908­
lismo, Idealism o alem án). El m o­ 1909.
nism o m aterialista fué sometido
a una elaboración especial, incluso «M oral de señores.» Nietzsche no
político-social, por o bra de H aeckel critica prim ariam ente la m oral de
y la Liga m onista. Consecuencias su tiem po por las exigencias par­
del m onism o son la negación de ticulares, sino por su últim a funda-
la libertad de la voluntad y la m entación. L a verdad y la bondad
d o c trin a del p a ra le lism o psico- de una m oral dependen de que sus
físico ( / A l m a y cuerpo [Relación valoraciones vengan de u na vida
entre]). intensa, vigorosa, de una hum ani­
El m onism o p arte del axioma dad de señores o de un espíritu
verdadero que dice: el ser en cuan­ débil e inepto. «Bueno» y «malo»
to tal es uno. Pero de ahí no se significan originariam ente «fuerte»
sigue que sólo pueda haber un ente y «m odesto» o «miserable». La
o que todas las cosas posean una m oral cristiana es u n a típica moral
esencia única. El m onism o de la de esclavos nacida del sentim iento
substancia yerra cuando en la po­ de debilidad. P ara elim inar la dis­
sibilidad de que se dé el ser finito, posición aním ica de resentimiento
adem ás del infinito, ve un / d u a ­ contra el fuerte y creador basada
lismo o aun u n pluralism o ( / p l u ­ en aquel sentim iento, el alm a de
ralidad) insuperable; pues dicha po­ los esclavos conñgura u n a nueva
sibilidad se funda en el ser infinito valoración de personas y cosas en
único, con lo que el dualism o des­ la cual lo débil y enferm o se es­
aparece. Ú nicam ente en el caso de tam pilla con el sello del valor
que el ente finito fuera ser en .el suprem o. A esta falsificación de
m ismo sentido que el Ser infinito valores responde el ideal de la
se seguiría la unicidad de la subs­ hum ildad cristiana y del am or u ni­
tancia ( / Analogía). C ontra el m o­ versal al prójim o resultante de la
nism o m aterialista puede argüirse enferm iza com pasión q ue intenta
que es absurdo buscar en la m ate­ po r todos los m edios conservar lo
ria, principio de m ultiplicidad, el débil y degenerado. E l ideal de
principio de la unidad. Salta a la N ietzsche es el «superhom bre», el
vista la contradicción en que incu­ genio, cuya producción es lo único
rre todo monism o, sea cual fuere que conñere a la historia hum ana
su especie, con respecto a la expe­ su pleno sentido. L a m oral de los
riencia. L a pluralidad de los seres, hom bres superiores, llena de orgu­
especialm ente de personas hum a­ llo aristocrático, debe ocasionar
nas, es u n hecho, lo mismo que es u n a transmutación de todos los va­
una exigencia necesaria del espíritu lores tradicionales, especialm ente la
supresión de la servil m oral cris­ interesada constituye a m enudo la
tiana de la hum ildad y del am or al objeción de principio contra to d a
prójim o que descubren nocivas ilu­ m oral que enseña la existencia de
siones valórales dim anadas del re­ una felicidad ultram undana y su
sentim iento y, frente a la actual pérdida en el infierno, poniendo así
adulteración de valores, particular­ en peligro, po r el afán de recom ­
m ente la proscripción del cuerpo pensa y po r m otivos extram orales,
ha de conseguir un a nueva actitud la pureza de la intención ética. N o
más allá del bien y del mal, es decir, obstante, esta objeción adolece de
más allá de las m aneras tradicio­ errores muy serios. Puede se m o­
nales de juzgar el bien y el mal. tivo valioso y lícito todo aquello
La expresión inmoralismo designa que de alguna m anera posee im ­
tam bién en Nietzsche la m era nega­ portancia m oral. Pero a tal efecto
ción de la m oral tradicional. — n o hay que tener únicam ente en
C rítica: N ietzsche ensalza unilate­ cuenta el valor inm ediato del acto
ralm ente los valores biológicos y o el pensam iento abstracto del de­
falsifica, n o sin m ucho resenti­ ber, pues el valor individua] de
miento, bajo el influjo de Schopen- aquél tiene su significado en el
hauer, el verdadero sentido de la conjunto de la persona, de su fin
m oral cristiana. E n ella se unen y de todos los entretejim ientos va­
la hum ildad, com o voluntad de lórales dados p o r la naturaleza.
jerarquía de los espíritus situados P or eso es erróneo tam bién hablar
debajo de D ios, con un santo sen­ de u n prem io «extrínseco». L a re­
tim iento del propio valor. El am or com pensa próxim a consiste ya en
se funda, ante todo, en el recono­ la acción buena (o en la intención)
cimiento de la dignidad espiritual en cuanto tal. Es u n prem io que
de la persona. — /[ 1 9 5 J . — el hom bre pueda ser bueno. La
Sch u ster. acción individual tiene luego un a
interna relación de finalidad con la
M . S c h e l e r , Über Ressentim ent und
moralisches W erturteil, 1912 [trad. esp .:
perfección integral de la persona.
El resentim iento en la moraI, 1927]; del M as esta perfección sólo llega a su
m ism o: Das R essentim ent im A ufbau térm ino después de la m uerte, en
der Mor alen, en Vom (Jm sturz der ¡Ver- la unión con D ios que hace al
te, i , 1923; W . S p e t h m a n n , Der hom bre enteram ente puro, bueno
B egrijj des H errertum s bei Nietzsche, y santo. E n esto consiste la / f e l i ­
1935; K . J a s p e r s , Nietzsche, 1936; H . cidad eterna, recom pensa natural,
H e i n t e l , N ietzsches «System » in sei-
intrínseca y altísim a del esfuerzo
nen Grundbegriffen, 1939; P . W o l f f ,
N ietzsche und da¡ christliche Ethos, 1940;
m oralm ente bueno. N o es confor­
T h . S t e i n b O c h e l , F. N ietzsche, 1946; me a la naturaleza exigir al hom bre
[F . COPLESTON, N ietzsche, philosopher que obre por m eros motivos abs­
o f Culture, 1942; G . T h ib o n , N ietzs­ tractos de deber. C on m ayor razón
che o la decadencia del espíritu (trad. aten ta contra la dignidad del orden
esp.) 1951J. m oral la negación del fin perfec­
tivo ultram undano o de su trascen­
M oral interesada. Es frecuente dencia ética. C on ello se socava
calificar despectivam ente de «moral internam ente el valor mismo de la.
interesada» aquella m oral en la acción buena. Bien y m al se redu­
que, adem ás del valor inm ediato cirían en últim a instancia a ilusio­
del acto, se prom eten y toleran nes, porque el curso del universo
como m otivo otros bienes. El ser sería indiferente a la lucha m oral.
m o r a l id a d

«H acer ei bien por el bien», sin es­ radical de la ley m oral. L a acción
peranza, es un producto de la deses­ individual es m oralm ente buena,
peración im plicado en el m oderno n o sólo a causa de la concordancia
heroísm o t r á g i c o . — S c h u s t e r . accidental con ella, sino en cuanto
nacida de la intención ética. £1 ca­
V . C a t h r e i n , Moralphilosophie I,
rácter valioso de la intención m oral
‘ 1924 [trad. ital. de la 5.* alem : Filoso­
fía mor.ile, Florencia 1913-1920]; P h . (valor subjetivo d e lo m oral) tiene
K n e l b , Die «Lohnsucht» der christUchen su fuente en el valor ético del objeto
M oral, 1904; del m ism o: D ie Jenseils- a que la acción m oral se dirige
m oral im Kam pfe um ihre Grundlagen, y del que recibe su sello (valor
1914; M. S c h e l e r , D er Formalismits in objetivo de lo m oral). E l hom bre
der E th ik und die m ateriale tVertethik, deviene m oralm ente bueno p o r su
1921 [trad. esp .: Ética, 2 vols., 2I949J; respetuosa entrega al m undo valo­
J. M a u s b a c h , D ie kathoiische M oral
ral que encuentra dado, al / bien.
und ihre Gegner, 61921; M . W i t t m a n n ,
E thik, 1 9 2 4 ; D . v o n H i l d e b r a n d , Über L a cuestión acerca del llam ado
die christliche Idee des himmiischen Loh- principio moral ( / É t i c a ) investiga
nes, en Z eitliches im L ichte des Ewigen, el fundam ento determ inante de tal
1932, p p . 2 3 -4 6 ; [J. L f . c l e r c q , L es gran­ valor objetivo. É ste n o se encuen­
des lignes de la philosophie morale, tra en la /a u to n o m ía y legalidad
21954 (trad . esp.: L a s grandes líneas de racional del /im p e r a tiv o categó­
la filosofía moral, 1956)]. rico (Kant) que presupone ya el
valor objetivo de lo m oral. P or
M oralidad es la conducta del o tra parte, el bien h a de distin­
hom bre basada en la libre deter­ guirse claram ente de lo que única­
m inación con respecto a la ley m o­ m ente produce placer ( /h e d o n is ­
ral. M uchas veces se llam a ethos m o) y de lo útil (utilitarism o).
la peculiaridad del m odo de pensar Tiene 1^ propiedad de perfeccionar
ético propio de un pueblo, clase so­ a la persona hum ana com o un
cial, etc., determ inada por el predo­ todo y de conservar así la dignidad
minio de un valor. M oralmente del hombre. L a fórm ula griega de
buena es la acción libre del hom bre la xaAoxdyadía, es decir, de la
que afirm a el valor ético objetivo y unión de lo bello y lo bueno, se
la / ley m oral; m oralm ente m ala es inclina indudablem ente a u n a exa­
la que los contradice. M oralm ente gerada concepción arm ónica de
indiferente es u n a acción libre que índole estética; pero si con ella
según su objeto n o es buena ni se designa la arm onía espiritual, la
m ala. Sin em bargo, el obrar libre fórm ula es exacta y significativa. —
del hom bre en su situación indivi­ Lo objetivam ente m oral posee un
dual y concreta es siempre bueno valor, en cierto sentido incondicio-
o m alo, porque p o r lo m enos la nado y absoluto, evidentem ente no
intención que lo preside n o es infinito, que, ju n to con la deter­
m oralm ente indiferente, sino buena m inación últim a del fin del / hom ­
o m ala. P ortadores del valor o no- bre (la / fe lic id a d que h a de
valor m oral son, prim ero, la deci­ realizarse en el m ás allá p o r la
sión libre de la voluntad; en se­ posesión de D ios) y la voluntad le­
gundo lugar, la conducta virtuosa gisladora divina, constituye el fun­
resultante de ella, y, p o r últim o, la dam ento de la ley m oral natural.
persona o sujeto ético. El / m a l m oral tiene u n no-valor
L a intención moral (la buena vo­ incondicionado que no puede ser
luntad) consiste en la afirmación com pensado p o r ningún o tro va-
lor po r elevado que sea. El valor M otivo. En sentido am plio (1), es
incondicionado de lo m oral exige to d o aquello (adem ás de la m ism a
la to ta l sum isión de la voluntad, facultad volitiva) que influye en el
aun contra la inclinación egoísta, origen y dirección del querer, v .g r.:
sin que, p o r supuesto, se dism inuya sentim ientos, instintos, representa­
la im portancia de la inclinación ciones, etc. E n sentido estricto (2),
m oralm ente ordenada. entiéndese p o r m otivo u n / valor
Agréganse a las leyes de la m ora­ representado que, com o causa final,
lidad-las reglas de la costumbre que fundam enta y confiere sentido a un
o aplican los preceptos de aquélla a apetito o volición. Considerado
determ inadas situaciones actuales, según esta acepción ( 2), el m otivo
poseyendo en este caso igual fuer­ no se encueniía, pues, en el plano
za obligatoria que dichos preceptos de la causalidad eficiente, sino de
o, lo que es m ás frecuente, prescri­ la finalidad ( / Causa). Al rechazar
ben ciertas acciones dentro de una un / m a l o escapar de él, se busca
clase social o de un pueblo, sin tam bién el bien opuesto. El mal
que en conciencia se im ponga una en cuanto tal nunca puede ser p o ­
necesidad que obligue rigurosam en­ sitivam ente querido. El querer posi­
te. — L a bondad o la m aldad m o­ tivam ente u n m al siempre ocurre
ral de las acciones individuales en vista de u n bien aparente o real.
brota de diversas fuentes. L a m ás E l valor es, p o r consiguiente, el
im portante es el objeto inm ediato objeto form al del querer, su ley
que determ ina específicamente al esencial expresiva de la interna
querer; añádense, adem ás, las cir­ orientación intencional del alma.
cunstancias éticam ente im portantes Síguese de ello, p o r u na p arte, que
y el / fin o intención. — E l cono­ la voluntad tiende necesariam ente,
cimiento del valor m oral ( = con­ pero sin /c o a c c ió n , a un objeto
ciencia moral) n o se realiza po r un que se m anifiesta com o valor desde
sentido moral especial e irracional; cualquier punto de vista y, p o r otra,
pero sí es fom entado por la reacción que la voluntad es libre frente a un
finam ente desarrollada del senti­ objeto que presenta no sólo un va­
miento moral, v.gr.: de respeto, de lo r p ara ella, sino tam bién u n no-
entrega, etc. — S c h u s t e r . valor. E n consecuencia, p o r nece­
sario que sea u n m otivo p ara el
b) D . v. Hii.DEBRA.ND, D ie Idee der querer, no hace necesaria la voli­
sittlichen H andlung, 1930; J. B. S c h u s ­ ción de valores lim itados. E sto se
t e r , D er unbedingte W ert des Sittlichen,
aplica, tam bién, al motivo prevale­
1929; T h . S t e i n b ü c h e l , D ie philosophi-
sche Grundlagen der katholischen Sit-
ciente, pues n o predom ina com o
tcnlehre, *1939; M . R e d in g , M etaphysik
causa eficiente prepotente n i com o
der sittlichen IVerte, 1949; [D. v. H il - m anifestación de un valor m ayor,
d e b r a n d , Christian Ethics, N ueva Y ork sino debido a u n libre juicio de
1953; J. L e c l f r q , L es grandes ligues valor que p o r preferir uno de los
de la philosophie morale, a1954 (trad. valores lo lleva a «prevalecer»
esp.: L a s grandes lineas de la filosofía aunque tal vez sea tenido p o f el
moral, 1956)]; d) F . W a g n e r , Geschichte m enor. P o r eso, los m otivos expli­
des SU tlichkeitsbegriffs, 1928-1936; e) V.
can solam ente p o r qué pudo ele­
C a t h r e i n , M oral philosophie I, ‘ 1924 [trad.
ital. d e la 5.a a le m .: Filosofía morale,
girse tal cosa, pero jam ás por qué
F lorencia 1913-19201; L o t z - D e V r ie s , de hecho se eligió. El m otivo da
Die W elt des M enschen, *1951, p. 335 ss u n sentido a la elección, m as no
[trad. esp .: E l m undo del hombre, 1954j. suprim e su / contingencia. Sin em-
bargo, para que un valor se con­ la 5.® a le m .: Filosofía morale, F lorencia
vierta en m otivo n o debe ser co­ 19I3-1920J; del m ism o: I.ust und Freude,
nocido únicam ente com o valor en 1931.
sí, sino que con la m áxima inten­
sidad h a de conocerse o vivirse Movimiento. Considerado este
tam bién com o posible (asequible, térm ino en su más am plio senti­
realizable) en su im portancia para do (1) designa toda m utación; así
el sujeto volente. lo em pleó la filosofía aristotélico-
Para la fundamentación moral escolástica. — Según el uso' m o­
(motivación) de u n a acción se re­ derno del vocablo, significa (2) el
quiere que el m otivo, tom ado en continuo cam bio de lugar de un
sentido estricto (2), pertenezca al cuerpo, acepción que tam bién A ris­
orden m oral, dirigiéndose así la in­ tóteles y la escolástica dieron prefe­
tención hacia un valor ético, y, rentem ente al térm ino m ovim ien­
además, que tanto los medios em ­ to. L a escolástica distinguía entre
pleados com o las restantes circuns­ movimiento (2) natural y movi­
tancias de la acción sean m oral­ miento (2) violento. N atu ral es el
mente irreprochables. Pueden ac­ que p o r un impulso interno dado
tuar com o motivos éticos todos los con la naturaleza de la cosa se
elementos valórales pertenecientes, realiza en dirección al lugar n atu ­
ya al objeto inm ediato, ya a las ral: hacia abajo para los cuerpos
circunstancias o a ulteriores fines, pesados; hacia arriba, p ara los li­
en cuanto subordinados a la ley geros. El m ovim iento violento se
m oral o necesariam ente ligados com unica a los cuerpos desde el
a ella; por consiguiente, n o sólo exterior en contra del impulso n a­
la obligación abstracta (K a n t), sino tural, de suerte que la causa con­
tam bién, v.gr., el am or de Dios, tinuam ente actuante se halla situa­
la obediencia y profundo respeto da juera de aquél. — Según la
a su ley, la esperanza de una per­ concepción m oderna fundada en
fección ultram undana, etc. ( / M o ­ la nueva ciencia natural, todo m o­
ral interesada). vimiento presupone en el objeto
Cabe hablar de motivos respecto movido u n impulso (Ímpetus) co ­
a otras potencias del alma distin­ m unicado p o r el m otor. Conform e
tas de la voluntad, en tanto que al principio de inercia, todo cuerpo
ésta influye sobre aquéllas. A sí, por opone al cam bio de su estado de
ejemplo, en la denom inada / c e r ­ m ovim iento u n a resistencia que h a
teza libre hay que distinguir entre de vencerse con un a /f u e r z a . E n
la fundam entación lógica, o sea, consecuencia, de no actuar u na
las razones que garantizan al en­ fuerza exterior, el cuerpo perm a­
tendim iento la verdad de una pro­ nece en reposo o en m ovim iento
posición incitándole a asentir, y los rectilíneo y uniform e; to d a fuerza
motivos que la voluntad puede provoca en él un a aceleración. U n
tener, además, para el asenso en cuerpo al que m ediante una fuerza
tanto que éste le presenta un se com unica un impulso, se mueve
bien. — S c h u s t e r . cam biando continua y regularm ente
de lugar en el espacio. Filosófica­
D esde el p u nto d e -vista psicológico:
A. W il l w o l l , Seele und Geist, 1 9 3 8 , m ente, hay que distinguir entonces
pp. 142-153, 162-166 [trad. esp.: A lm a en el movim iento, tom ado en la
y espíritu, 1946]. Id. ético : V. C a t h r e i n , segunda acepción antes expuesta,
M oralphilosophie i, *1924 [trad. ital. de dos aspectos: el estado interno de
m ovim iento ( movimiento absoluto) corpóreo y consiste en la cesación
y el cam bio de lugar exterior (m o­ de la vida. Este fin se manifiesta
vimiento relativo). El estado interno po r la extinción de las actividades
es u n a cualidad que corresponde vitales: crecimiento, asimilación y
al cuerpo de un m odo abso­ reproducción en el dom inio vege­
luto, independiente de la situación tativo; conciencia y apetito senso­
respecto a las dem ás cosas; el riales, ju n to con el m ovim iento di­
cambio de lugar es una consecuen­ m anante de ellos, en el sensitivo.
cia de dicho estado y consiste en Después de la m uerte se presenta
la constante variación de la posi­ la m ás o m enos ráp id a descompo­
ción relativa respecto a los otros sición del organism o, es decir, su
cuerpos ( /R e la tiv id a d [Teoría de resolución en las m aterias inorgá­
la]). — D entro del m arco de la nicas que de él form aban parte.
/f in a lid a d , el térm ino movim iento Estos fenóm enos visibles indican
designa (3) el paso desde el estado que ha ocurrido lo que constituye
inicial carente de movim iento al la verdadera esencia de la m uerte,
estado final pretendido. El reposo, a saber: que el principio vital, el
como térm ino del m ovim iento final, alm a, se h a separado del cueroo
es una situación obtenida m ediante porque éste, debido a la edad, la
ia actividad. Físicam ente, el reposo enferm edad o las lesiones, ya no es
es la m era falta de movim iento (2), capaz de ser sujeto de la vida. Con
el estado en que n o actúa fuerza dicha separación, las alm as de las
alguna ni es él mismo efecto de plantas y de los animales perecen,
ninguna fuerza; reposo relativo es porque no pueden existir sin el
la falta de m ovim iento respecto cuerpo; por el contrario, el alm a
a un sistema de referencia.—Ritm o, espiritual del hom bre empieza su
en un proceso de m ovim iento, es supervivencia supracorporal, in­
el retom o alternativo de la misma m ortal; debido a ésta, su pensar
fase según una determ inada m edida y querer n o aparecen ya ligados al
tem poral. — En sentido figurado, cuerpo, pero en m odo alguno cesan
se hab la tam bién de movim iento (4) de existir (/In m o rta lid a d ).
en el dom inio del espíritu. —J u n k . L a m uerte, poniendo rem ate a la
vida, la redondea en su totalidad
a) A r i s t ó t e l e s , Física d i ; b ) J . G e y ­
y manifiesta así el sentido últim o
s e r , D ie philosophischen B egriffe von R uhe
und Bewegung in der Kdrperwelt, en «Phi-
de la misma. L os vivientes inferio­
losophisches Ja h rb u ch » 9 (1896) pp. res al hom bre se m uestran entonces
427-436; J. S c h w e r t s c h l a g e r , Philo­ com o m om entos de tránsito que
sophie der N a tur i, s1922, p p. 106-145; desaparecen en la serie to tal de los
[P. H o e n e n , Filosofía della natura inor­ sucesos del universo. P o r el con­
gánica, B rcscia 1949; A . v a n M e ls e n , trario, la m uerte significa p ara el
The Philosophy o f N ature, P ittsburgh-L o- hom bre el reto m o a la u nidad inte­
vain a *1954]; N . H a r t m a n n , Philo­
riorizada del espíritu desde la mul­
sophie der N atur, 1950, p p. 226-234;
d) L . L a n g e , D ie geschichtllche Ent-
tiplicidad exteriorizante del m undo
wicklung des B evegungsbegriffes, 1886; espacio-tem poral, unidad que do­
A. M a ie r , D ie Im petustheoríe der Scho- m ina ya su existencia intram unda-
la stik, 1940. na y la dirige desde el principio
hacia el reto m o definitivo, hacia
M uerte. L a m uerte es ante todo la m uerte.
un fenóm eno bio-fisiológico que, Kierkegaard ofreció al siglo xix
p o r lo tanto, afecta a todo viviente u n a profunda visión de la m uerte
hum ana; R ilke y Heidegger, sobre verstandene Tod, 1934: M a x D e s s o i r ,
todo, h an hecho de ella un factor D as Ich, der Traum , der Tod, *1951.
determ inante de la época actual.
Todos ellos ven al hom bre preso M uerte (Pena de). E l problem a
en el m undo, en cuyas vanidades de la pena de m uerte plantea la
corre el riesgo de perderse a sí cuestión de si el poder punitivo
mismo, porque se le ha desfigu­ del / E s t a d o contra ei violador del
rado la totalidad de su existencia. derecho y el perjudicador del bien
Sólo experim entando su «ser-para­ com ún se extiende hasta el poder
la-muerte» y abrazándolo resuelta­ de dar la m uerte, que quita al
m ente asciende al to d o de su exis­ hom bre irrevocablem ente la vida
tir y a la plenitud de su hum anidad, tem poral. A tacada en la Antigüe­
desde la cual dom ina entonces lo dad cristiana y en la E dad M edia
intram undano. Estas ideas adquie­ po r adversarios aislados, Beccaria,
ren su sentido justo, si el ser para en el siglo xvm , fué quien prim ero
la m uerte significa en definitiva la ]a impugnó con ocasión de una
unión más íntim a del hom bre con sentencia errad a ; fué luego com ­
D ios y la m uerte, su abism arse en batida bajo la influencia de aspi­
Él, com o (a su m anera) cree Kier­ raciones hum anitarias y reform as
kegaard. Sin em bargo, todo se del derecho penal excesivamente
vuelve incierto cuando, como en d u ro ; finalmente, por razones de
Sartre y acaso en R ilke, la m uerte orden ideológico, n o sólo fué com ­
se convierte en un despeñarse en batida de m anera m eram ente teo­
la nada. Según Heidegger, n o queda rética, sino incluso abolida o, p o r
tam poco en la m uerte m ás que la lo m enos, n o aplicada en muchos
nada, pero ésta es el velo del ser estados europeos. Sin em bargo,
y no perm ite, po r tanto, en m odo no cabe d u dar de la licitud de la
alguno una interpretación nihilista pena capital. Está justificada en
(/E x iste n c ia l [Filosofía]). — L o t z . todas partes donde sea el único
a) S . K ie r k e g a a r d , Die K rankhelt
medio ordinario p ara asegurar efi­
zum Tode (trad . alem .) 1938 [trad. in g l.: cazm ente y sin esfuerzo desmedido
The Slckness unto Death, P rinceton 1944]; el orden público y cuando, al m is­
b) R . J o l i y f t , L e problém é de ¡a mort m o tiem po, el crim inal merece en
chez M . H eidegger e t J . P . Sartre, P arís justicia ser privado p o r com pleto
1950; K . R a h n e r , Z u r Theologie des de los bienes de la sociedad. La
Todes, en «Synopsis» 3 (1949) p. 92 ss; sanción ( /R e trib u c ió n ) y la / e x ­
P. L a n d S b e r q , Essai sur Vexpérience de
piación justas n o fundam entan,
¡a mort, 1936 [trad . e sp .: Experiencia de la
pues, con carácter único e inde­
muerte, 1940; J. R . S an a b r ia , A proxi­
mación a la muerte. Ensayo de una fe n o ­ pendiente del aseguram iento del
menología de la muerte, en «S apientia» 6 bien com ún, la pena de m uerte.
(1951) pp. 207-221; C . F in la v so n , E l É sta n o contradice al precepto de
problem a de la m uerte desde el punto de la ley m oral; no m atarás. Pues,
vista d e ¡a m etafísica, en «A ctas del según el sentido del mismo, lo que
I C ongreso N acio n al d e F ilosofía», M en­ se prohíbe en él es únicam ente la
do za (A rgentina) 1950, pp. 748-756: m uerte injustificada. El C reador
H. B on , La m uerte y sus problem as
y Señor de la vida puede y debe
(trad . esp.), 1950]; c) K ie r k .e o a .a r d ,
/ a ) ; M . .H e i d e g g e r , Sein und Z e tt i, transm itir a la autoridad estatal,
1927 [trad. e sp .: E l ser y e l tiem po, 1951]; bajo las condiciones antedichas,
J . W acht, D as Probiem des Todes in der facultades p ara im poner la pena
Philosophie, 1934; D . STERNBERGER, D er de m uerte, porque sin ella no po-
d tían conseguirse plenam ente los tonces el poder contrario a Dios.
fines del Estado. L a experiencia de Con frecuencia entiéndese por m un­
siglos, la de innum erables estadis­ do (3) la to talid ad de lo visible: el
tas, y aun la de condenados, con­ universo, el cosmos. M uchas veces
firma la necesidad y justicia de la este concepto de m undo es referido
pena capital. El hom bre no posee a una parte del universo, v.gr.: a
el derecho ilim itado al m ejora­ nuestro sistem a solar o a ía tierra
m iento y al progreso ético con daño para diferenciarla de otros «mun­
del bien com ún. Pero hay que dos». El vocablo m undo adquiere
exigir que la pena de m uerte n o se u n sentido relativo a u n sujeto (4)
aplique sobre la base de u n a mera cuando hablam os del m undo del
prueba de indicios y que, fuera de anim al, del hom bre. Expresa en­
casos extrem os (estado de sitio, y tonces el espacio vital, la totalidad
revolución inminente), sólo se haga de aquello que es accesible al ani­
efectiva por delitos gravísimos. Ei m al, al hom bre, aquello a que
indulto es adm isible en casos p a r­ conscientem ente se refiere.
ticulares ; pero, sobre todo en tiem­ M undo (1) y D ios: El / p an­
pos de peligro, sería incom patible teísmo, en la m ayor p arte de sus
con el debido cuidado del bien formas, adm ite tam bién un a dife­
com ún el indulto sistemático y ge­ rencia, por lo menos relativa, entre
neral. — S c h u s t e r . D ios y el m undo. L a concepción
teísta que defiende la diversidad de
S. G r e i n w a l d , Für und wtder die To­ am bos es inevitable ta n pronto
desstrafe, 1931; del m ism o; D ie Todes­ como se establece la verdadera
strafe, 1948; W . R a u c h , Lebensrecht. en
/c o n tin g e n c ia del ser del univer­
el S la a tslexiko tt *in, p. 862 ss; M . P ri-
b il l a , Über die Todesstrafe, en «Stim-
so. La supram undanidad de D ios
men d e r Z eit» 146. (1950) p p. 335­ (/T ra sc e n d e n c ia ) excluye su ser-
346, F . J. K l e in , Tod ais S trafe, 1929; m undo o identidad absoluta con
H. K ü h i .e , Sraat und Todesstrafe, 1934; éste, pero n o su estar-en-el-m undo
F, D e h n o w , D as Für und W ider der (/In m a n e n c ia ).
Todesstrafe, 1930; [J. M .a P a l a c io , L a Unidad del mundo: El m undo (1)
pena de m uerte ante el derecho natura!, tiene como fundam ento de su u ni­
en «La ciencia to m ista» 42 (1930) pp. 309­
326],
dad sus relaciones esenciales a D ios
su C ausa prim era y F in últim o,
(en oposición al pluralism o del
M undo. E n contraposición a / s e r ) . N o es incom patible con la
D ios, m undo significa (1) el conjun­ unidad del m undo (1) que acaba­
to de la realidad extradivina, o sea, m os de indicar u na m ultiplicidad
la /c r e a c ió n . Pero m ientras el espacial o tem poral del mismo (3)
concepto de creación incluye la (doctrina cosmológica de la plura­
relación del m undo a D ios, el con­ lidad de mundos). — L a unidad
cepto de m undo (1) prescinde de del m undo (3) significa que entre
ella y considera a dicha realidad todos los seres corpóreos existe
según su ser en sí. Este ser del una c o n e x ió n e s p a c io -te m p o ra l,
m undo es ta n independiente que causal y de ordenación. D e ello
puede incluso dirigirse contra el resulta que todos estos cuerpos en
C reador con su querer espiritual sí o en sus acciones son fundam en­
y libre. Con esto guarda relación talm ente ex p e rim en tale s p ara un
el sentido religioso (bíblico) del vo­ ser sensitivo perteneciente a ese
cablo m undo (2) que denota en­ m undo. D e aquí se infiere al mis­
mo tiem po que una eventual plu­ dica repetición (Heráciito, pitagó­
ralidad de m undos (3) nunca puede ricos y la filosofía oriental). E n los
establecerse con medios astronóm i­ tiempos m odernos, Nietzsche habla
cos, — Orden y finalidad del mundo. del eterno retorno de Io mismo,
El universo accesible (3) a nosotros frase con la cual quiere significar
está ordenado ( / Finalidad). D e ahí no sólo el reto m o periódico del
la voz griega xóoftoz (orden, ador­ m undo considerado en conjunto,
no). Por lo que respecta a la fina­ sino tam bién el de cada estado o
lidad del m undo (1), /C re a c ió n . situación en particular, incluidas
Principio y fin del mundo: Pres­ las vivencias hum anas. — / M u n ­
cindiendo de la /re v e la c ió n que do [Alma del], Finito, Infinito. —
nos enseña que el m undo (1) ha N aumann.
tenido un com ienzo en o con el
a) S a n A g u s t í n , l a ciudad de Dios xn,
tiem po y que el m undo (3) tendrá
12-22 {sobre e l eterno reto rn o ); b) L .
un íin consistente n o en una ani­ B a u r , M etaphysik, * í9 3 5 §52-55; L e h m e n -
quilación, sino en una catástrofe B e c k , Theodizee, * y ‘ 1 9 2 3 ; C. N i n k , P hi­
y transform ación («nuevo cielo» y losophische Gotteslehre, 1948; M . R a s t ,
«nueva tierra»), el m ero hecho de W elt und Gott, 1952; [R. P á n tk e r , Im
la creación no constituye una ra­ entropía y el fin de! mundo, en «R evista
zón para suponer un comienzo de filosofía» 4 (1 9 4 5 )p p .285-318; A . G o n ­
tem poral del m undo (1), pues la z á l e z Á L v a r e z , Teología natural, 1949;
J. M . DEL B a r r i o , La edad del universo,
dependencia perpetua de un acto
en «Pensam iento» 9 (1953) p p . 229-238;
eterno, pero libre, de la voluntad V . M e r s c h , ¡'origíne de l ’univers selon
de D ios no excluye el que nosotros, la science, en «N ouvelle révue théolo-
retrocediendo en el tiem po a los gique» 75 (1953) p p . 225-251]; c) A l.
prim eros sucesos y cosas del m un­ M ü l l e r , W elt und M ensch in ihrem
do, n o lleguemos a un fin. M as no irrealen Aufbau, Leiden *1951; d) K . L6-
por eso el m undo es pensado com o w i t z , N ietzsches Philosophie der ewigen

coetem o con D ios, sino única­ W iederkehr des Gleichen, 1935; e) L o t z -


Db V r ie s , Die W elt des M enschen, *1951
m ente como producido sin princi­
ítrad. esp .: F.l mundo del hombre, 1954],
pio ( /E te r n id a d ) o desde siempre
en y con el tiempo. Tam poco la
dependencia con respecto ai C rea­ Mundo exterior. En oposición al
dor constituye u n a razón p ara mundo interior de la /c o n c ie n c ia ,
adm itir una term inación del m un­ llámase exterior el m undo espacio-
do (1). — En cam bio, la continua tem poral. Se le denom ina asimismo
evolución del cosmos en el orden transubjetivo p o r darse en aquélla
astronóm ico excluye una prehisto­ el / sujeto (psicológico) (el yo) con
ria ilim itada del m undo (3) accesi­ sus actos y estados psíquicos. F re­
ble a nosotros; la ley física de la cuentem ente se usan com o sinóni­
entropía hace im probable una du­ m os los conceptos mundo sensible
ración indefinida. D esde el punto y m undo exterior; sin em bargo,
de vista astronóm ico no sólo es tom ado en sentido estricto, el pri­
posible, sino tam bién probable que m ero es, p o r u na parte, m ás am plio
las condiciones de vida sobre nues­ que el segundo, porque com prende
tra tierra sean destruidas un día tam bién los datos de la conciencia
p o r una catástrofe cósmica. — Los sensorial y, p o r o tra, m ás restrin­
sistemas panteístas han aceptado gido, en cuanto que n o incluye los
siempre u n a duración del m undo datos del m undo exterior aprehensi-
sin principio n i fin, o bien su perió­ bles sólo intelectualm ente. Si se ad ­
mite que en la conciencia se da una vas a la existencia desconocim iento
experiencia inm ediata del propio de la realidad del m undo exterior,
cuerpo en su ser en sí, la «exteriori­ así com o al m odo de llevarse a cabo
dad» del m undo externo queda refe­ dicho conocim iento, / Realism o,
rida al «sujeto psicofísico», es decir, Idealism o y Fenom enalism o. —
al hom bre entero: cuerpo y alma. D e V r ie s .
Pero si, com o sostiene la opinión
m ejor fundada, el cuerpo propio b) H . O s t l e r , D ie R ea lita t der A us-

es percibido en lo esencial de la senwelt, 1912; J. G e y s e r , A llgem eine


Philosophie des Seins und der N atur, 1915;
misma m anera que m ediante los
A . S t o n n e r , D er kritische R ealism os und
sentidos se perciben los cuerpos ex­ die E rkenntnis der Aussenwelí, en «Pfiilo-
teriores, hay que colocar a aquél sophisches Ja h rb u c h » 33 (1920) p . 105 ss;
en el m undo externo; la «exterio­ J. G r e d t , Unsere Aussenw elí, 1921;
ridad» índica entonces relación a la J. B. t .O T z , E im elding und AUgemeinbe-
c o n c ie n c ia in e sp a c ia l, perdiendo grijf, en «S cholastik» 14 (1939) p . 321 ss;
consiguientemente todo sentido de V. v a n S t e e n b e r g h e n , E pistem ologiq,

referencia al espacio. (<rad. e s p .) 1956; d ) P. F l e i g , D ie E r­


kenntnis der A ussenw elí nach Thomas von
En la percepción del m undo ex­
Aquin, en «Philosophisches Ja h rb u ch » 43
terior cabe distinguir psicológica­ (1930) p . 41 ss.
m ente la actuación de varias po­
tencias. C ada uno de los sentidos
externos aporta su correspondiente N ada. L a n ad a no es algo p ro ­
/c u a li d a d sensorial, y los de la piam ente ta l que se dé adem ás del
vista y el tacto, adem ás, un prin­ ser, sino únicam ente su falta o
cipio de ordenación espacial; el deficiencia; p o r eso su concepto
sentido com ún dispone los datos se form a tam bién por negación de
de los sentidos particulares en un aquél. D istínguense la nada abso­
espacio único, com pletando con luta o negativa y la nada relativa
ello la percepción de éste ( / E s ­ o positiva. L a prim era niega la
pacio [Percepción del]); la fantasía realidad y la posibilidad del ente;
y la m em oria sensitiva enlazan en la segunda, sólo la realidad, pero
sucesión lo actualm ente dado con no la posibilidad. E n la propo­
lo anteriorm ente percibido, inser­ sición «D ios ha creado el m undo
tando asi los datos sensoriales en de la nada», este térm ino se tom a
un a ordenación tem poral; la esti­ en la segunda acepción. Ser y
m ativa, m ediante los sentim ientos n ada form an la oposición m ás fun­
de placer y disgusto, refiere esos dam ental que existe, cuya expre­
datos, com o provechosos o nocivos, sión se encuentra en el principio
a la vida anim al; la cogitativa, final­ de contradicción (/C o n tra d ic c ió n
m ente, los reúne en form as (Ges- [Principio de]). Hegel parece negar
talten) intuitivas que se destacan del la incom patibilidad de ser y n ad a
m undo circundante ( / Conocim ien­ expresada en dicho principio ( /
to sensorial). A la representación D ialéctica, Idealism o alemán). —
sensorial de la cosa asi obtenida se El nihilismo disuelve de diversas
añade luego la actividad espiritual m aneras el ser en la nada. E n su
del entendim iento haciendo que de­ variedad meta físico-ética (1) consi­
vengan visibles en ella los conte­ d era com o ficciones vanas la rea­
nidos esenciales intelectualm ente lidad metafísica y los valores abso­
aprehensibles ( / A bstracción). Para lutam ente válidos. Nietzsche creia
las cuestiones gnoseológicas relati­ inevitable este nihilismo y preten­
dió superarlo con su nueva funda­ H . T h i e l t c k e , D er Nihilism us. Ents/e-
ción de valores. El mismo nihi­ htmg, Wesen, Überwindung; [J. P. S a r t r e ,
lismo defiende hoy Sartre en cuanto L 'E tr e et le Néant. Essai d'onlologie pfi¿-
noménoloi’ique, 1943]; e) D . F e u l i n o ,
que no adm ite a D ios ni orden
H auptfragen der M etaphysik, 1936; W.
alguno objetivo de esencias y va­ G r e n z m a n n , Die Überwindung des Nihi-
lores y todo, en últim a instancia, lismus, en «Stim m en der Zeit» 148 (1950-
carece de sentido. En su variedad 1951).
político-social ( 2), el nihilismo re­
chaza el orden político existente N aturaleza. El vocablo «natura­
y a m enudo to d a ordenación social leza» procede del latino «natura»,
o estatal. N acido en Rusia a m e­ traducción exacta del griego qníatc.
diados del siglo xix com o reacción A m bos térm inos dicen relación al
contra la au toridad política bru­ nacim iento, al origen, designando
talm ente despótica y desarrollado ( 1), en prim er lugar, la peculiari­
en p aite hasta llegar al anarquism o dad n atu ral (es decir, nativa, re­
com pleto, desembocó en el movi­ sultante o surgida del nacimiento)
miento obrero bolchevique. — de un viviente. En sentido am plio,
Cuando la mística (v.gr., el m aestro se llam a naturaleza (2) el m odo
Eckhart) da a D ios el nom bre de de ser de «cada» ente tal com o le
N ada, quiere decir únicam ente que corresponde por Su origen. A unque
no existe com o existe el único ente con frecuencia no se hace distin­
inm ediato a nosotros, es decir, ción entre naturaleza y «esencia»,
com o finito y nom brable; puesto sin em bargo, tom ando la palabra
que su Ser supera a todo nom bre en acepción estricta, «naturaleza»
finito, puede expresarse diciendo añade a «esencia» u n m om ento
que es la N a d a de to d o lo finito. — dinám ico; o sea, ésta se llam a
La nada en torno a la cual gira la «naturaleza» en cuanto principio
filosofía de Heidegger fué interpre­ del desarrollo del ente, en cuanto
tada a m enudo en el sentido de la fundam ento interno de sus dimen­
n ad a absoluta; pero, según sus más siones activa y pasiva (de su acción
recientes publicaciones, es en rea­ y pasión). Considerado desde este
lidad et velo del ser. — L o t z . punto de vista, todo ente tiene su
naturaleza, incluso el hom bre y
a) G . H b o e l, W tssenschaft der Logik, D ios mismo (excluyendo cualquier
1. I, s . 1. c . 1; F . N i e t z s c h e , D er Wille imperfección y devenir). Esta n a­
zur M achi, u D er europñiscke Nlhlltsmus', turaleza (3) es el plan constructivo
M . H e id e g g e r , W as ist M etaphysik, entrañad o en todo ser y, p o r lo
‘ 1949 [trad. e sp .: ¿Q ué es la m eta­
mismo, la norm a determ inante de
física?, en «C ru z y raya» 6 (1933)
p p . 85-115]; b ) R . B e r l i n g e r , Parado-
su o b rar; es decir, la / l e y natural
xien des N ichts, 1952; G . K a h l - F ü r t h - tiene sus raíces en la naturaleza.
m an n , D as Problem des N ichts, 1934; Las cosas inferiores al hom bre si­
C. N in k , K om m entar zu Hegels Ph¿tno- guen la ley n atu ral sin inteligencia
menologie des Geistes, ’ 194R; M . O ’B r ie n , y, por lo tanto, necesariam ente; en
The Antecedente o f Being. A n analysis o f cam bio, la ley n atu ra l correspon­
the concept «de nihilo» in S t. Thomas diente a la vida espiritual del
Philosophy, 1939; í . L o t z , Heidegger
und das Sein, en «U niversitas» 6 (1951);
hom bre adquiere u n carácter m o­
[J. I t u r r i o z , Lo fin ito y la nada, en A ctas ra l porque la conoce com o un
del / Congreso N acional de Filosofía, «debe» ético que invita a su liber­
M endoza (A rgentina) 1950. p p . 792-797]; tad. P o r consiguiente, se m uestra
c j H e o e i., N i e t z s c h e , H e i d e o o e r contrario a ¡a naturaleza lo que
está reñido con las leyes n atu ra­ el legítimo deseo de vencer el ca­
les, especialm ente con la ley m oral pricho y la conciencia m orbosa­
natural. — Supuesto lo anterior, m ente exagerada de u n espíritu
naturaleza (4), considerada como degenerado, lo cual exige del hom ­
un todo com pleto, significa la to­ bre que vuelva a la naturaleza
talidad de los seres que tienen una (5) uniéndose a ella de m anera
naturaleza sujeta al devenir. Se­ profunda.
gún el panteísm o, esta totalidad E n segundo lugar, ha de esta­
es la de lo existente en general blecerse u n a distinción entre n a ­
(v.gr.: en Espinosa'. «D eus sive n a ­ turaleza y /c u l t u r a . N aturaleza (6)
tura»), pero de ordinario representa denota el estado del hom bre y de
el conjunto de los seres espacio- todas las cosas visibles tal com o
tem porales en tanto que en vir­ de suyo resulta de las leyes n atu ra­
tud de su particular naturaleza (3) les y se renueva de m odo no his­
se producen, desarrollan y unen tórico en el eterno ciclo del nacer
para constituir u n orden: el orden y del perecer. C ultura, en cam bio,
de la naturaleza (1). Vista asi, la es aquello que el hom bre, por su
naturaleza (4), com o voluntad de intervención proyectante y plas­
orden que todo lo envuelve, es m adora, desarrolla partiendo de sí
frecuentem ente personificada (la mismo y de las cosas y en lo cual
«m adre» naturaleza); se dice que se realiza com o ser histórico lu­
nada hace inútilm ente, que n o da chando por su constante y superior
saltos (natura non fa c it saltus). desenvolvimiento. Puesto que el
Esta voluntad de orden, a la que hom bre crea necesariam ente cul­
tam bién el hom bre está sujeto, se tura, tam poco hay en este sentido
funda en últim a instancia en D ios, (esencialmente distinto del antes ci­
en su potencia creadora y conser­ tado), ningún p u ro estado de na­
vadora. turaleza (1); lo único que ocurre
Sin em bargo, para una determ i­ es que los pueblos naturales están
nación m ás precisa de cuanto lleva­ más cerca 0e él que los pueblos de
mos dicho, son necesarios todavía cultura. Si la cultura se aleja de­
ulteriores acotam ientos. m asiado de la naturaleza, el lema
En prim er lugar, ha de distin­ «vuelta a la naturaleza» (Rousseau)
guirse entre naturaleza (5) y / e s p í ­ tiene su justificación.
ritu. E n aquélla están entonces ins­ E n tercer lugar, hay que distin­
critos todos los seres que se desen­ guir lo natu ral de lo /s o b r e n a tu ­
vuelven de m anera inconsciente e ral. N aturaleza (7) o natural es
impulsivo-instintiva, y en prim er tér­ todo lo perteneciente a u n ser crea­
m ino la esfera de la vida biológica. do ya com o elem ento constitutivo
A unque el hom bre toca esta n a ­ (alm a, cuerpo, m iem bros íntegros),
turaleza (5) inferior por m uchos ya com o propiedad, disposición,
estratos de su ser, se le opone, fuerza operativa (entendim iento,
n o obstante, prim ordialm ente en voluntad) dim anante de él, ya, en
cuanto portad o r del espíritu, es fin, com o medio necesario p ara que
decir; de la vida consciente, libre­ pueda existir, desenvolverse y al­
m ente realizada. N o com prende al canzar su fin (alim entación, edu­
hom bre el /n a tu r a lis m o , que que­ cación). D esde este p unto de vista,
rría convertirle en un trozo de na­ la expresión orden de la naturale­
turaleza (5) (Nietzsche, Klages); za (2) designa el conjunto de los
sin em bargo, esta opinión encierra seres creados incluidos los espíri­
tus puros) con to d o cuanto perte­ /n a tu r a le z a (en un a de sus varias
nece a su naturaleza (3) como cria­ acepciones) u n papel decisivo o
turas de D ios. E n oposición a dicho aun exclusivo. E n ello en tra en
orden, denom inam os sobrenatural cuenta sobre to d o la oposición al
la participación de las naturalezas /e s p ír itu y a lo sobrenatural.
espirituales creadas en la n atu ra­ Así ei naturalism o (1), com o con­
leza divina (3) o vida de D ios por cepción filosófica general, dedica
la gracia de la ñliación; ésta, según unilateralm ente su atención a la
la revelación cristiana, le fué con­ naturaleza inferior al hom bre, es­
cedida al hom bre desde el princi­ pecialmente biológica ( / Biolo­
pio, de m anera que (aun en este gismo), y considera lo propiam en­
sentido esencialmente distinto del te hum ano, el acontecer espiritual
antedicho [1]) nunca se h a encontra­ y la historia, com o m era continua­
do en puro estado de naturaleza ción de lo físico, de lo biológico,
(2). — Califícase de extranatural aplicándole criterios análogos. Este
una perfección que sobrepuja las punto de vista experim enta una
fuerzas de una derm inada natu­ am pliación panteísta en Giordano
raleza creada, pero no de todas. Bruno y Schelling, que conciben
A quí debe incluirse tam bién el / el conjunto to tal de los fenóm enos
milagro, que en casos excepciona­ de la naturaleza com parándolo
les puede ser producido por la a un organism o, viendo en él
om nipotencia divina para dar testi­ una unidad vital sustentada por
m onio de su / revelación. — L o t z . el A bsoluto. E n la esfera ética, el
a) A r ist ó t e l e s , M etafísica v , 4 ; Fí­ naturalism o (1) lleva a m enudo a
sica n , I ; S a n t o T o m As d e A q u in o , sugerir la satisfacción de las ten­
Com entarios a la M etafísica de A ristó­ dencias naturales sin la guía de
teles v, lect. 5 ; del m ism o: Comentarios una norm a diferente del instinto.
a la Fisica de A ristóteles ti, le c t. 1 y 2 ; El arte, según el naturalism o (1),
b) H . A n d r é , D ie E inheit der N a tu r, tiene la única misión de copiar
1 9 2 3 ; A. D em p p, Kulturphilosophie, 1 9 3 2
[trad. esp .: Filosofía de la cultura, 1 9 3 3 ];
lo m ás fielmente posible la n atu ra­
M . S c h e e b e n , N atu r und Gnade (nueva leza, absteniéndose de elaborar
edición) 1 9 2 2 ; J. P o h l e , N a tu r und Über- ideas superiores. — O puesto a lo
natur, 1 9 2 1 ; C . N i n k , Ontologie, 1 9 5 2 , /s o b r e n a tu r a l, es el naturalism o
p . 11 s s ; J . R e in k e , D ie schaffende N atur, (2) teológico, que sostiene la im po­
1 9 1 9 ; R . P á n ik e h , E l concepto de natura­ sibilidad de un a com unicación de
leza, 1 9 5 1 ; [ M e r c i e r , Ontología, 3 vols., D ios a los hom bres distinta de la
1 9 3 5 ; F . v a n STEENBERGHEN, Ontología,
que corresponde a la naturaleza
(trad . esp.) 1 9 5 7 ; X . Z u b iri, Im idea de
naturaleza', la nueva fisica , en N atura­
de los mismos y, en este sentido,
leza, H istoria, Dios, 1 9 4 4 ]; c) F . N i e t z s - le es debida. T al naturalism o (2)
c h e , W ille zur M a c h t ; L . K l a g e s , Der tiene tam bién com o fundam ento
G eist ais Widersacher der Seele, 1 9 2 9 ­ últim o u n desconocim iento del /
1 9 3 2 ; A d . W i e n e r , Entstehung und W esen espíritu y de su libre am plitud
von N a tu r und Kultur, 1 9 2 3 ; [R. G . orientada hacia lo infinito. — /
C o l l i n o w o o d , Idea de la naturaleza [235, 255, 258]. — B r u g g e r .
(tra d . esp.), 1 9 5 0 ]; e) J , L o t z - J . d e
V r i e s , D ie W elt des M enschen *1951 T ra ta d o s de h isto ria de la fllosofla;
[trad. esp.: E l m undo del hombre, 19541. S a c h e r, S taatslexicon ‘m , 1513-1517;
A . K r a n i c h , Über die Empf&nglichkeit
Naturalismo, Se consideran com o der menschlichen N a tu r fü r die G iiter der
naturalism o aquellas direcciones del íibernatürlíchen O rdnung, 1892; A . M .
pensam iento que atribuyen a la W e i s s , N a tu r und Ü bernatur, *1907.
Necesidad. N ecesario es aquello de enlazar unas con otras ciertas
que n o puede ser de o tra m anera representaciones, conceptos o pro­
o cuyo opuesto contradictorio es posiciones en virtud de la intelec­
imposible. L a necesidad incluye ción del objeto concreto o de rela­
la /p o s ib ilid a d . Se opone contra­ ciones esenciales abstractas es ob­
dictoriam ente a /c o n tin g e n c ia en jetiva y universalm ente válida. —
sentido lato (posibilidad de no ser) / M odalidad, D eíerm inism o, Coac­
y contrariam ente a /im p o s ib i­ ción. — B r u g g e r .
lidad. — L a necesidad absoluta,
metafísica o incojtdicionada des­ L. B a u r , M etaphysik, *1935, § 14;
cansa en las relaciones de esencias J. M a r é c h a l , L e p o in t de départ de la
métaphysique, L o v a in a 1926 (Índice);
que se incluyen o se exigen reci­ L a k e b r i n k , D as W esen der theoretlschen
procam ente. L a necesidad absoluta N otw endigkeit, en «P hilosophisches Ja h r-
de existir es propia de D ios, pero buch» 46 (1933) p p . 160-174; 291-318;
nosotros n o podem os deducirla de [ M e r c ie r , Ontología, 3 vols., 193S;
ningún concepto dado antes de F . v a n S t e e n b e r g i i e n , Ontología (trad.
dem ostrar sus existencia ( / D i o s esp.) 1957]; d ) [J. C h e v a l i e r , L a notion
[Dem ostración de]). L a necesidad du nécessaire chez A ristole e t ses prédó-
absoluta cognoscible p o r nosotros cesseurs, 1915],
a partir de conceptos es una nece­
sidad de relaciones esenciales o de Negación. La negación tiene su
posibilidad interna. Necesidad re­ lugar en el juicio. D e ordinario
lativa o condicionada es la que m ega la existencia de un / objeto,
depende de un requisito. C uando o sea, expresa su no-ser; v.gr.: hoy
esta dependencia se refiere a una no llueve. T al negación es verda­
causa unívocam ente determ inada dera cuando, en efecto el objeto
por la naturaleza, hablam os de correspondiente no existe. Sin em ­
necesidad fundada en leyes natura­ bargo, a m enudo se expresa tam ­
les o físicas ( / L e y natural). La bién m ediante u n a negación un
necesidad que supone causas libres estado positivo, v.gr.: aquel h om ­
se llam a moral. Es subjetiva cuando bre no está ciego. E sta clase de
en virtud de hábitos innatos o negaciones son verdaderas cuando
adquiridos se espera un determ ina­ se da en realidad el pertinente
do m odo de proceder ( /C e r te z a ) ; estado positivo (aquí: la facultad
en cam bio, es objetiva con res­ visual). L a segunda clase de nega­
pecto a u n m edio necesario p ara ción tiene para la m etafísica im ­
conseguir sim plem ente un fin pre­ portancia decisiva, pues el espíritu
supuesto o para alcanzarlo m ejor. finito sólo puede avanzar hacia ei
— La necesidad lógica indica la Infinito en virtud de la negación.
necesidad propia de la conclusión Es decir, puesto que la infinitud
supuestas las prem isas de las cua­ no le es accesible directam ente,
les fluye; no es, pues, necesidad de form a concepto de ella, afirm ando
lo deducido en sí, sino m eram ente el contenido positivo de u n a / per­
de la consecuencia. — D esde el fección (pura) divina, pero negando
punto de vista gnoseológico dis­ al mismo tiem po todo límite. Así,
tínguese necesidad subjetiva y ob­ v.gr., se predica de D ios la vida,
jetiva. L a necesidad de com binar y en plenitud infinita ( *=i-limitada),
en tre sí determ inadas representacio­ negando to d a lim itación de eüa.
nes debido a /a s o c ia c io n e s y / E n el fondo hay aquí u n a nega­
com plejos es subjetiva; la necesidad ción de negación, porque el límite
no dice m ás que negación de per­ V. B uzzetti ( 1 1824) y su discípulo
fección u lterior posible más allá S. Sordi ( f 1865) en el sentido de
de aquél. U n juicio de este tipo un tomismo p u ro que prevaleció
posee verdad por cuanto D ios es con fuerza creciente frente a direc­
realm ente infinito. C on ello hemos ciones m ás eclécticas (Tongiorgi y
alcanzado algo del núcleo legítimo otros). E n A lem ania algunos (como
contenido en el «poder de lo nega­ Fr. v. Baader, A . Günther, M . Deu-
tivo» («M acht des Negativen») que tinger) intentaron en la prim era
en H egel desem peña ta n gran pa­ m itad del siglo x ix renovar la filo­
pel. — El m odo de conocer des­ sofía cristiana entablando diálogo
crito en lo que precede se llama con el rico patrim onio intelectual
en lenguaje técnico «vía de nega­ del /id e a lis m o alemán. Sin em ­
ción»; por ella discurre con dem a­ bargo, estos ensayos estaban llam a­
siado exclusivismo la que, en con­ dos a fracasar, porque se llevaban
secuencia, se denom ina /te o lo g ía a cabo sin tener en cuenta la gran
negativa, a la cual se inclina con tradición de la E dad M edia cris­
frecuencia la mística, incluido el tiana. E ra necesario em pezar vol­
m aestro Eckhart. — L o tz . viendo a esta tradición; vuelta
ciertam ente m ucho menos creadora
a ) S a n t o 'I o m á s d e A q u i n o , Sum m a a la que sobre todo la «Philosophie
theologica, 1 q . 85 a. 5; q. 16 a. 2; der V orzeit» ( l . “ edición 1860) de
Quaestiones disputatae de veníate, q. 1
J. Kleutgen abrió el camino. La
a . 3 ; Sum m a contra Gentiles I, 14; Quaes­
tiones disputatae de anim a, a. 16; G . H e - neoescolástica recibió un impulso
O E L , Phanomenologie des Geistes (pró lo ­ poderoso con ía publicación de
g o ); b) G . K a h l - F u r t h m a n n , Das Pro­ la encíclica «A etem i Patris» de
blem des N ichts, 1934; c) G . H e g e l , / a ) ; León X III (1879) sobre la filosofía
M . H e id e g g b r, Was ist M etaphysik?, de Santo Tomás. Sin em bargo, du­
61949 [trad. esp .: ¿Q ué es la m etafí­ ran te el siglo xix siguió predom i­
sica?, en «C ruz y raya» 6 (1933) pp. n ando la conservación de lo trad i­
85-1153- cional con fines escolares, Además
de la corriente tom ista, se culíivó
Neoescolástica. C on este tér­ señaladam ente en España, pero
m ino desígnase a veces la renova­ tam bién en A lem ania y Francia,
ción de la filosofía y teología esco­ la suarista. C on to d o , n o debe
lásticas iniciada a m ediados del si­ olvidarse que en este neoescolas-
glo x vi; pero en la m ayoría de los ticismo se hicieron sentir tam bién
casos se entiende por neoescolás- ideas de la escolástica del si­
tica el m ovim iento escolástico de glo xviii influida p o r el raciona­
los siglos xix y actual. Algunos lismo.
juzgan tal denom inación desacer­ Com enzó a rebasar los límites
tada, porque fácilmente puede sus­ del área escolar la investigación
citar la impresión de que se trata histórica de la escolástica m edie­
de u n a m era resurrección de lo val desarrollada principalm ente en
antiguo, pese al alcance m ucho A lem ania (H . Denifte, Fr. Ehrle,
m ayor de los trabajos y propósitos Cl. Baeumker, M . Grabmann) y
del neoeseolaSticismo. Prim eram en­ F rancia (P. Mandormet, É. Gilson).
te fué preciso reanudar la corriente La escuela franciscana (San Buena­
tradicional casi interrum pida en la ventura, Escoto) se estudió tam bién
época d e la Ilustración, tarea rea­ con especial predilección, señalada­
lizada, sobre todo en Italia, por m ente en la orden respectiva. (Cen-
iro de estos estudios es el Cole­ tual. L a tragedia de la escolástica
gio d e San Buenaventura de Q ua- m oderna, de m odo especial a p a r­
racchi ju n to a Florencia.) Así fue­ tir del siglo x v i i , fué cabalm ente
ron destacándose progresivam ente el no haber repercutido con sufi­
el vivo esfuerzo de los pensadores ciente vida en el am biente intelec­
medievales y su riqueza de ideas tual de la época, con lo que dejó
e intentos de solución a los p ro ­ a la filosofía «m oderna» seguir
blemas planteados. Estas investiga­ cada vez m ás su propio cam ino,
ciones han rehabilitado la filosofía convirtiéndose, p o r su parte, en
medieval. E llas facilitan tam bién la asunto puram ente interior de semi­
tarea de separar de las condiciones narios y centros de form ación de
histérico-tem porales lo que en la órdenes religiosas. L o que Santo
misma hay de eternam ente válido. Tom ás realizó frente a Aristóteles,
— El ulterior desenvolvimiento sis­ Avicena y Averroes, dejó de h a­
tem ático se realizó procurando in ­ cerse con respecto a ios pensadores
corporar la m oderna ciencia n a tu ­ de la E d ad M oderna. Y, no obs­
ral y la psicología empírica. La tante, si la filosofía escolástica ha
asim ilación de los nuevos conoci­ de llegar a ser una fuerza viva, debe
mientos po r parte de la antigua instalarse en la problem ática actual
filosofía natural y de la psicología y desenvolver en ella de m anera
filosófica, exigió reform as m ás o original sus propias y grandes
menos profundas en ciertos puntos ideas fundam entales. E sto implica
doctrinales. A l mismo tiem po, Jos tam bién que, ju n to al carácter co­
progresos de la fisiología y psico­ m ún de verdad poseedora de eterna
logía de los sentidos fecundaron validez, ha de tener un cuño propio
los estudios de crítica del conoci­ de cada pueblo particular. Si debe
m iento («realism o crítico»). En ser filosofía verdaderam ente cató ­
este aspecto merecen especial m en­ lica, no puede im ponérsenos a n o s­
ción el «Instituí Supérieur de P hi­ otros, los alem anes, con un estilo
losophie» de Lovaina, fundado por m ental rom ánico, siendo imposible
el que luego fué cardenal D. M er- con m ayor razón aú n hacer que
cier, así com o tam bién J. Geyser la acepten los pueblos del lejano
y J. Frdbes, entre los pensadores O riente presentándola bajo un a
alemanes. — Pero cuando, después form a de sello occidental. L a espe­
de un a época de orientación posi­ cial recom endación de la filosofía
tivista que reducía la filosofía casi de Santo T om ás por p arte de la
únicam ente a gnoseología ( / N e o - Iglesia no se opone a estas tareas;
kantism o), fué progresivam ente los papas, sobre todo, han subra­
despertando hacia fines de siglo un yado siempre la necesidad de un a
filosofar dotado de contenido, los «razonable libertad». N o faltan
pensadores cristianos se percataron im portantes proyectos orientados
tam bién con creciente claridad de hacia la solución de los problem as
que la ta re a fundam ental era la actuales. Recordem os los trabajos
Conciliación creadora con la filoso­ histórico-filosóficos, v.gr., de la
fía m oderna y precisam ente no U niversidad C atólica de M ilán,
sólo con la filosofía contem porá­ fundada po r A . Gemelli (F. Olgiati,
nea, sino tam bién con los grandes entre otros), el acercam iento a la
filósofos m odernos del pasado sin /fe n o m e n o lo g ía y a la filosofía
los cuales n o puede com prenderse existencial ( / Existencial [Filoso­
n uestro m ovim iento filosófico ac­ fía]), la tentativa audaz y a la vez
discutida de J. Maréchal para una no pretendía lim itarse a repetir
unión interna de la metafísica to ­ a K ant, sino am pliarlo de m anera
m ista del conocim iento con el m é­ consecuente. P or entonces las es­
todo trascendental de K an t y las feras de la realidad parecían estar
enciclopedias católicas para el Ja­ com pletam ente distribuidas entre
pón y C hina, que llevarán tam bién las ciencias particulares; el único
a Jos pueblos orientales el patri­ sentido que podía aún tener la filo­
m onio intelectual de la filosofía sofía era el de u na «teoría de la
cristiana de m anera adecuada a su ciencia». Este solo aspecto fué el
índole peculiar. / [200-210, 226, que se extrajo de K ant, separando
229, 249, 261, 264]. - D e V r ie s . todo lo metafisico, especialmente
la cosa en sí. La escuela de M ar-
b¡ 1. S. Z y b u r a , Present-D ay Thinkers burgo ( Cohén, Natorp) fijó su aten­
and the N ew Scholasticism , St. L ouis ción en la ciencia m atem ática de
1926; G . B r u ñ í, R i/lessioni sulla Scolas-
la naturaleza y, con ayuda de los
tica, R o m a 1927; B. J a n s e n , Papsttum
und neuscholastische M eta p h ysik, en conocim ientos adquiridos en la re­
A ufstiege zur M eta p h ysik, 1933, pp. 216­ flexión sobre la misma, dilucidó
240: F r . K a r d . E h r l e , D ie Scholastik tam bién la ética, la estética y la
und ihre Atífgaben in unserer Z eit, ”1933 filosofía de la religión. N o hay
[trad. ita l.: L a scolastica e i suoi com piti n ad a dad o; todo es puesto, todo
odierni, 193?]; In dirizzi e conquiste della es «posición» de la conciencia en
filo so fia neoscolastica italiana, suple­ general. É sta se sitúa frente a la
m ento de la «R ivista di ñ lo so ñ a neosco­
conciencia em pírica como reino ob­
lastica» 26 (1934); d) P. D b z z a , Alie
origini d e l neotomismo, M ilán 1940; jetivo de estructuras ideales: idea­
L. d e R a e v m a e k e r , L e Cardinal M ercier lismo objetivo (nueva versión de las
et L ’In stitu t Supérieur de Philosophie de ideas platónicas). En oposición a la
Louvain, L ovaina 1952; [J. Z a r a g ü i t a , citada dirección, la escuela de Ba­
L a escuela de Lovaina, en «R evista de dén (Windelband, Rickert) vió los
filosofía» 7 (1948); M . C a s ü LA, M aré­ «límites de la conceptuación cien­
chal e K ant, R o m a 1955]; e) 5. I . i í n z , tífico-natural» y desenvolvió la teo­
Vorschule der W eisheit, *1948.
ría de las ciencias del espíritu. Lo
últim o, lo suprem o, en la historia
Neokantismo. D espués que el y la cultura no son las leyes u ni­
idealismo alem án y las corrientes versales, sino los valores ( / V a l o ­
que lo reem plazaron perdieron su res [Filosofía de los]). A la esci­
vigor, y tras la carencia de éxito sión en tre razón práctica y razón
rotundo experim entada por diver­ teorética propia del /c ritic is m o
sos proyectos renovadores, sobre­ corresponde aquí la separación
vino en la filosofía alem ana de m e­ entre los valores y el ser. Pensa­
diados del siglo xix u n alarm ante m ientos m enos fecundos que las
reflujo. El trabajo sistemático-crea- dos corrientes aludidas ofrecen el
do r cedió en gran p arte el terreno positivismo y el empirio-criticismo
a la investigación m eram ente his­ (Cornelius, M ach, Avenarius, Vai-
tórica sobre el pasado. El impulso hinger). Según éste, sólo es real
decisivo p ara una renovación lo el curso regular de las sensaciones,
dio sobre todo, adem ás de K. F i­ m ientras que todos los elementos
scher, O. Liebm ann con su pro ­ conceptuales se volatilizan, que­
gram a: «P or lo ta n to , h a de vol­ dando reducidos a form as aparen­
verse a K an t» (1865). D e ahí surgió tes o ficciones útiles: giro psicoló-
el neokantism o que, p o r supuesto, gíco-pragmatista. — En los últimos
decenios el neokantism o h a ido plenitud. L a producción de lo
rebasándose paulatinam ente a sí m últiple a p artir del Prim ero se
mismo, pasando a segundo plano. realiza m ediante u n a «progresión»
Külpe y N . Hartmann se orientan (o «procesión») de seres. Estos
hacia un realism o m ás o m enos seres son: la M ente o m undo inte­
term inante; tam bién la /f e n o m e ­ ligible, el A lm a del m undo y la
nología y la filosofía existencial m ateria. Puesto que esta serie es
( / Existencial [Filosofía]) influida intem poral, el m undo, considerado
por ella rebasaron, al tom ar con com o u n todo, es eterno. El m ovi­
seriedad lo dado, los límites del m iento descendente del universo
neokantism o. — L o t z . que procede desde lo superior a lo
im perfecto es ateleológico, m ien­
F u en tes; O . L i e b m a n n , K ant und die tras la tendencia regresiva hacia el
Epigonen, 1865; R . S c h m i d t (editor): Prim ero está dom inada p o r una
Philosophie der Gegenwart in Selbstdar-
finalidad que crece progresivamente
steliungen, 1921-1924; o tra s fuentes / « E s ­
q uem a de la historia de la filosofía»;
de conform idad con la jerarquía
b } M . M í j u . e r , Sein und Geist, 1940, ontológica.
especialm ente 1-15; J. H e s s e n , Die ph<- L a unidad del pensar y del ser
iosophischen Stróm ungen der Gegenwart, constituye la esencia de la m ente
‘ 1934; d) K . V o r i . á n d e r , I. Kant und (voví). É sta se halla vuelta hacia
sein E infiuss a u f das deutsche D enken, el U no que la produjo. D e él tiene
1922; P. A. S c h i l p p (editor), The Phiio- su contenido, a saber: las ideas
sophy o f J?. Cassirer, 1949.
que, n o obstante, form an en ella
una m ultiplicidad, un sistema. Su
Neoplatonismo. El neoplato­ desenvolvimiento lleva a las cate­
nism o n o es sólo, com o su nom bre gorías y núm eros y también a la
indica, u n a renovación de la filo­ materia inteligible com o substrato
sofía de Platón, sino un sistema de todas las ideas (formas). — Así
que, adem ás deí pensam iento pla­ com o el U no produce el voví,
tónico, recoge con gran vigor es­ éste produce el alma, imagen im­
peculativo las restantes direccio­ perfecta suya. Indivisible en sí,
nes fundam entales de la filosofía puede, sin em bargo, penetrar en
antigua (excepto el epicureismo), eJ m undo espacio-tem poral (por
así com o tam bién ideas religiosas ella organizado) y anim arlo no di­
y místicas incluso de O riente. — vidiéndose ella, sino únicam ente su
F undado p o r Ammonio Sakkas, el acción. A su naturaleza correspon­
neoplatonism o fué expuesto pri­ de dar origen a la materia sensible.
m ero p o r Plotino. É ste coloca en É sta n o tiene nad a del U no n i del
la cum bre de su sistema el Uno, Bien, no siendo, por tanto, ap ta
que está po r encim a de todos ios para ninguna ulterior producción.
contrarios. Puesto que el ente C onfundida con las tinieblas, ca­
existe sólo p o r su unidad, el U n o rente de orden y de form a, es el
es antes que él. Es incognoscible principio del mal. El alm a a que
e innom inable. H asta la denom ina­ aludíam os es el alm a del m undo
ción de «U no» h a de entenderse o naturaleza. Las alm as individua­
en form a puram ente negativa. les están contenidas en ella y se
F rente a to d a m ultiplicidad, el U no identifican con las ideas que el
es el ser prim itivo, la suprem a p er­ alm a del m undo recibe del voSc.
fección que, al producir aquélla, E l destino del alm a consiste en
no cam bia n i pierde nada de su desviarse de lo sensible, volverse

22 BRCOOBK
al vovg y, por su medio, al U no. /« T h e o lo g is c h e Revue» 42 (1943) p.
E n la vida presente esto es posi­ 56 ss; H. v o n A rm in, Die europáische
ble sólo raras veces y po r breves Philosophie des A ltertum s, en K ultur der
Gegenwart (H inncberg), I, 5, p. 248 ss;
m om entos. Sin em bargo, el alma
Z tL L E R , Philosophie der Griechen 4m
ya aquí ha de pensar en tal re­ 2, pp. 468-931; G . K a fk a -H . E ib l, Der
to m o porque, de lo contrario, tam ­ A usklang der antiken Philosophie und das
poco estará en condiciones de rea­ Erwachen einer neuen Z eit, 1928; P. H e n ­
lizarlo cuando llegue la m uerte, r y , E ludesplotiníennes, 1935-1941; J. Ha-

y deberá unirse de nuevo con un r i o n , Piolín und Augustinus, 1935; M .

cuerpo. — Puesto que la misión d e C o r t e , A rislote et Piolín, P arís 1941;


C . C a r r o ñ a r a , L a filosofía di Plotino,
del hom bre es devenir semejante
1938-1939; A . A r m s t r o n g , The Archi-
a D ios, no bastan las virtudes de
tecture o f the intelligible Universe in the
la vida social. A ntes bien, se trata phitosopky o f Plolinus, C am bridge 1940;
de desligar al alm a de la unión W. R. I n g e , The Philosophy o f P loti-
m ancillante con el cuerpo me­ nus, L ondres *1948; [S. C a r a m e l l a , La
diante la purificación (xáBagai;) y, filosofía di Plotino e il neoplatonismo, C a -
por la vida en el vovg (la 8ea>QÍa = lania 1940; E. B r é h i e r , L a filosofía de
conocim iento contem plativo), pre­ Plotino (trad . esp.) 1953].
pararla a la unión con el U no en
el éxtasis. Nominalismo es aquella doctrina
La doctrina de Plotino es un que no adm ite la existencia del
panenteísm o. Pero su sistema deja universal ni en las cosas n i en el
también sitio al politeísmo, as­ pensam iento. En su form a más
pecto que Porfirio y Jámblico acen­ radical aparece en el siglo xi con
túan todavía más. Éste am plió el Roscelín de Compiégne, que atribuye
sistem a plotiniano de la triple universalidad sólo a los nom bres
«progresión» (o «procesión») intro­ (de ahí el vocablo «nominalismo»).
duciendo ulteriores triadas. En for­ Esta opinión contradice la clara
m a parecida procede Proclo, que com probación de la conciencia que,
dió la últim a form a sistemática al adem ás de los nom bres comunes,
neoplatonism o. Según él, el hom ­ m uestra asimismo contenidos uni­
bre posee com o base p ara la unión versales de pensam iento. D e la
extática una potencia anímica que form a medieval del nom inalism o
se encuentra por encima de la hay que distinguir la m oderna,
ra z ó n : el «uno». Siguiendo a otros llam ada tam bién / sensualismo.
pensadores, atribuye al alm a fuera Los filósofos ingleses Berkeley,
del cuerpo m aterial un cuerpo lu­ Locke, Hume, S t. MUI y Spencer,
m inoso o etéreo incorruptible. — y los alemanes Wundt, Ziehen y
El neoplatonism o fué el últim o M ach, influidos p o r un defectuoso
gran sistema de la filosofía antigua. análisis de la conciencia, tom an
Influyó grandem ente en la filosofía los esquemas sensoriales p o r su­
patrística ( / Patrística [Filosofía]) cedáneos de los verdaderos con­
y la mística cristiana, persistiendo ceptos universales ( / Concento
dicho influjo hasta ya avanzada la universal). El m otivo para ello re­
form ación de la escolástica. / [57­ side en el desconocimiento de la
72, 78, 8 4 , 8 8 ,1 1 3 , 1 1 4 .] - B rugger. /a b s tra c c ió n intelectual, única ex­
Enéadas. N u ev a edición c r i ­
P l o t in o ,
plicación de que, a pesar de de­
tic a por P . H e n r y y H . R. S c h w y z e h , pender nosotros de la experiencia
Plotini Opera i, P arís 1951. R especto en la form ación de los conceptos,
a las ediciones d e P lo tino y b ibliografía los conceptos universales se rem on-
ien por encim a de ella ( / E x p e ­ de m uchas unidades; por eso no
riencia). Por 'o com ún, se denom i­ es un ente real, sino de razón
na tam bién nom inalism o el / con­ ( / E nte de razón). Distínguense
ceptualism o de fines de la Edad el núm ero trascendental, form ado
Media, principalm ente de Ockham por los conceptos trascendenta­
y hasta cierto punto no sin razón, les de / u n i d a d y pluralidad
porque los conceptos universales, (distinto del trascendente, o sea,
tal com o los entiende el concep­ del que no puede expresarse por
tualismo, no son más apropiados una ecuación con coeficientes ra ­
que los esquem as sensoriales del cionales) y núm ero predicamental,
nom inalism o para la construcción cuya noción se obtiene de la uni­
de las ciencias. — / [92, 121-124, dad cuantitativa, del continuo d i­
126]. — S a n t e l e r . visible hasta el infinito ( / C an­
tidad); el único fundam ento o nto­
b) J. G e y s e r , Lehrbuch der allgemeinen
lógico de todos los núm eros, aun
Psychologie, 1920, *n, p p. 298-341;
A. W i l l w o l l , Regriffsbildung, 1926; de los fraccionarios, lo ofrece la
K . H l / s s h r l , Logische Untersuchungen n, cantidad. Santo Tomás de Aquino
I, *1913, pp. 23-215 [trad. esp .: Investi­ reserva el nom bre de núm ero para
gaciones lógicas, 1929]; J. V o l k e l t , Ge- el predicamental, m ientras que al
m ssheit und W ahrheit, 1918, pp. 498-514; trascendental lo caracteriza sólo
ti) O . W j l l m a n n , Geschichte des ldea- com o pluralidad.
lisnms n , 21908, § 69-70; M. DE W u l f , Tam bién la m atem ática m oder­
H isloire de la philosophie ntédiévale,
na entiende ante todo p o r nú­
3 vols., “1934-1947 [trad. esp. de la
5.“ ed. fran c .: H istoria de la filosofía
m ero los números naturales (1,2,3...).
medieval, 2 v o l s . , 1949]; e) J. d e V r i f s , Peano les dió una base aritm ética­
D enken und Sein, 1937 [trad. esp.: Pensar m ente suficiente que no tiene la
y ser, M953J. pretensión de ser una fundam en­
tación filosófica. Partiendo de los
Número. La concepción escolás­ cinco axiom as form ulados por Pea-
tica del núm ero tiene su punto de no (o tam bién de otros), con­
p artida en la definición de Aris­ venientem ente elegidos, se estable­
tóteles: N úm ero es una pluralidad cen funciones uniform es de tal
m edida (o medible) por la unidad m odo que S (x , y ) , P (x , y ) , x ¡ y
(M etaf. 10,6; 1057a 3). El concepto equivalen a las ordinarias x + y ,
indica, pues, en prim er lugar, u n a xy, x y y. C on x / y se designa una
/p lu r a lid a d , es decir, unidades relación de dos partes unimembres
que se distinguen entre si, y, en entre x e y , caracterizada aqui por el
segundo lugar, que esta pluralidad, hecho de ser invertible sólo cu an ­
com o unidad repetida, es reunida do x e y son iguales (por lo tanto,
m entalm ente para constituir una únicam ente se verifica x / y , y / x
nueva unid ad ; la definición no cuando x = y ) , así com o tam bién
puede aplicarse al núm ero uno. p or el de que la relación es tran si­
El fundam ento ontológico del nú­ tiva, o sea, si x / y , y / z , siempre
m ero lo constituye la pluralidad se verifica x ¡ z. Esta relación de
de cosas num erables; en el núm ero orden x / y perm ite colocar en una
abstracto no im porta la peculia­ serie los núm eros naturales.
rid ad especial de estas cosas, sino M ás cercana a la filosofía está
únicam ente que son entes y uni­ la fundam entación basada en la
dades. El núm ero, en cuanto tal, teoría de conjuntos. Por u n a ade­
resulta sólo de la reunión m ental cuada coordinación de los ele­
m entos de los conjuntos (clases Estos núm eros nacen más bien
lógicas) a, b entre sí, nace una de núm eros naturales o de n ú ­
nueva relación que pertenece a m eros ya producidos, tratados con
las del tipo «equivalencia» y ori­ los recursos unificados, filosófi­
gina una distribución de los con­ cam ente im portantes también, det
juntos en clases (H osse). Cada álgebra m oderna (Hasse, van der
clase se llam a «núm ero» (Frege, Waerden). Los núm eros 2, + 2,
Russell). Contar un conjunto quie­ 2 : 1 , 2 + Oi no son idénticos;
re decir determ inar a qué clase guardan correspondencia en una
pertenece. Si los conjuntos (finitos adecuada sintonización de dom i­
o, con cierta reserva, también nios num éricos antiguos y nuevos
infinitos) a, b, que no tienen nin­ cam pos parciales (H a sse). Las posi­
gún elemento com ún, pertenecen bles relaciones de orden han de
a las clases A , B, el enunciado establecerse siempre en form a p ro ­
«estar en a o en b» determ ina nue­ pia y peculiar y trasladarse a otros
vam ente un conjunto, tal como s, núm eros por una apropiada co­
cuya clase S, por depender sólo ordinación entre dominios an ti­
de las clases A , B , puede llamarse guos y campos parciales nuevos.
S ( A , B ) . Supongamos que tales con­ Las relaciones de cálculo y de
ju n to s sean cuatro huevos y cinco sucesión entre núm eros naturales
huevos, pertenecientes a las clases y artificiales corren frecuente­
4 y 5 y sin ningún elemento co­ m ente paralelas a otras semejantes
m ún. H ay tam bién entonces otro existentes entre m agnitudes fí­
conjunto cuya clase depende úni­ sicas; éste es el tem a de investi­
cam ente de las clases 4 y 5 y cuyos gación de la teoría de la medición. —
elem entos se distribuyen en los Para cada clase de núm ero da
conjuntos cuatro huevos y cinco Landau u n a construcción com ple­
huevos de tal suerte que se encuen­ ta. H ay todavía otras cuestiones
tran en el conjunto de cuatro o en filosóficamente dignas de atención,
el de cinco huevos. E sta clase, la v.gr., la construcción teorético-
clase sum a de 4 y 5, se llama 9. ideal de los núm eros reales (van
O tros procedim ientos de la teoría der W aerden). — /M a te m á tic a
de conjuntos dan origen a una se­ (Filosofía de la). — S te ele .
gunda función de clase P ( A, B) y
a una relación de orden A / B, de F. S u A rez, Disputationes metaphysicae,
m anera que S ( A, B), P (A, B ) y disp. 4 , sect. 9 ; disp. 41, sect. 1-2;
la relación de orden A / B equivalen C . N in k , Sein und Erkennen, 1938, pp.
20 0-208; R . D e d e k i n d , Was sind und
o tra vez a las ordinarias A + B,
was sallen die Zahlen, '1 9 3 0 ; G . F r e c e ,
AB, A > B (K am ke). Con 7 + 5 Grundlagen der Arithm etik, 1884; d el
= lA, el 12 ni es descompuesto ni mismo: Grundgesetze der Arithm etik
producido, sino caracterizado com o f, 1893; n , 1903; H . H a s s e , Hfíhere
el «relatum »-sum a de 7 y 5. Álgebra, *i, 1933 (col. Goschen, 931);
E n la «introducción» de los E. H u s s e r i . , Philosophie der A rithm etik,
números artificiales (el 0 , los nega­ 1891; E. K a m k e , Mengenlehre, 1928 (col.
tivos, los real-irracionales, los com ­ Gdschen, 99 9 ); E. L a n d a u , Grundlagen
plejos, etc), se hallan círculos der Analysis, 1930; A . L o e w y , Lehrbuch
der Algebra, t. i, 1915 (buena demos­
viciosos a consecuencia de aplica­ tración d e independencia); B . L . v a n
ciones, ficciones, analogías geo­ der W a e rd e n , Moderne Algebra l,
m étricas y aproxim aciones a lo *1950, h ,1 1940; [R. P o ir ie r , Le nombre,
que previam ente ha de definirse. 1938],
OBJETIV O

Objetivismo. E n oposición a tra la utilización excesiva y m aqui­


/ subjetivismo, es aquella dirección nal de las expresiones «objetivo» y
filosófica según la cual el valor del «subjetivo». Puede justificadam en­
conocim iento tiene su norm a en el te llam arse objetivo (1) lo propio
/ o b j e t o independiente del sujeto. del objeto (en cuanto tal), lo que
A nálogam ente cabe hablar de ob­ está en él, frente a lo propio del
jetivismo en ética y estética cuan­ / sujeto, a lo que se encuentra
do el objeto, el orden objetivo, en éste (véase la oposición entre
es reconocido com o decisivo para / evidencia objetiva y subjetiva). El
la bo n d ad m oral o la belleza. significado filosófico m ás im portan­
Según el /r e a lis m o aristotélico- te del vocablo «objetivo» (2) es:
escolástico, el objeto, m edida del determ inado desde el objeto, fun­
conocim iento (de la bondad ética, dado en el objeto, acepción opues­
de la belleza), es, en últim a ins­ ta a «subjetivo» = no fundado
tancia, el ente, el ser mismo, y en el objeto, sino determ inado ú ni­
el o rd en esencial en él fundado. cam ente po r sentim ientos o afir­
N o obstante, el concepto de obje­ maciones arbitrarias del sujeto
tivismo tiene m ás am plitud que (compárese la oposición entre
el de realismo. El trascendenta- / c e r te z a objetiva y puram ente sub­
lismo lógico (v.gr.: de algunos jetiva). A la ciencia se le exige
representantes de la /f e n o m e n o ­ objetividad en este sentido. Por cier­
logía) es u n a variedad de objetivis­ to, tal exigencia no debe enten­
m o; pero de ningún m odo puede derse mal, interpretándola com o si
llam ársele realism o, pues reconoce la ciencia debiera prescindir de todo
como n orm a últim a un m undo ob­ / v a l o r del objeto y considerarlo
jetivo com pletam ente independien­ casi com o si n o nos afectara; esta
te del sujeto, al que, sin em bargo, pretensión b ro ta sólo del falso su­
no corresponde ser real, sino única­ puesto de que el valor esalgo
m ente /v a lid e z . — D e V r ie s . irreal, atribuido al objeto única­
m ente en virtud del sentimiento.
T r a t a d o s d e / g n o s e o l o g í a ; b ) J . P ie - P or eso, objetividad no denota
per , D ie W irklichkeit und das Guie, tam poco u n pensar o investigar
‘ 1949; A . W i l m s e n , 7.ur K ritik des lo-
sin interés personal. O tro sentido
giseben Transzendentallsm us, 1935.
de «objetivo» (3) aparece al de­
nom inar objetivos a todos los actos
Objetivo. A tendiendo al sentido /in te n c io n a le s en cuanto rela­
literal, es aquello que implica cionados con el objeto, calificán­
relación con el / o b j e t o . En casi dolos, po r el contrario, de sub­
todas sus acepciones se opone a jetivos en tan to que son actos
subjetivo. Puesto que «objeto» no (accidentes) del sujeto. Así, co n ­
es en m odo alguno sinónim o de cepto objetivo (m ejor: concepto
«ente real», u n lenguaje filosófico objetivamente considerado) es el
que se preocupe de distinguir con concepto en cuanto manifestación
nitidez los conceptos debe rechazar de un objeto por el contenido men­
(a pesar de su em pleo generaliza­ tal incluido en él; concepto sub­
do) el uso del térm ino «objetivo» jetivo (concepto subjetivamente
en la acepción de «real», oponién­ considerado) es el concepto com o
dose a «subjetivo» = irreal, sólo acto real de pensam iento del su­
pensado o representado, com o en jeto. Si ya aquí lo subjetivo es
general h a de estar prevenido con­ lo real, en oposición a lo objetivo
como representación referida al guaje filosófico riguroso se adhiere
objeto, con m ayor razón ocurre a este sentido relativo de la pala­
esto en la acepción antigua de las bra no utilizándola com o simple
expresiones «objetivo» (4) y «sub­ sinónimo de «cosa», según ocurre
jetivo» dentro de la filosofía esco­ en la vida ordinaria. Objeto en
lástica; dicha acepción descansa acepción (1) am plia es todo aquello
en que no sólo se denom ina sujeto a lo cual se dirige el acto cons­
el sustentador de actos intenciona­ ciente de un / sujeto, o todo
les, sino tam bién todo ente exis­ aquello a que una facultad, u na
tente en sí. Por to tanto, existir duradera actitud anímica o hábito
subjetivamente quiere decir exis­ (habitus) e incluso una ciencia
tir realm ente en sí; existir (sólo) puede dirigirse, o sea, el fin del
objetivamente significa existir (só­ acto (de la facultad, etc.) en cuanto
lo) com o objeto pensado (pero no tal. Por consiguiente, el puro ente
en si); v.gr., el / e n t e de razón en sí no es objeto, sino en tanto
se define com o el que únicam ente que cognoscible, apetecible, etc.,
tiene existencia objetiva en el en­ deviniendo objeto de un m odo
tendim iento. Este significado se con­ nuevo al ser conocido, apetecido
trapone de m anera franca al sen­ de hecho. La filosofía escolástica
tido abusivo a v. que al principio distingue el objeto material, es de­
aludimos. — Puesto que en el cir, el ente concreto total a que se
/id e a lis m o gnoseológico (v.gr., en dirige el sujeto, y el objeto form al,
el /c ritic is m o de Kant) el o b ­ o sea, la característica particular,
jeto no puede contraponerse a los el aspecto especial («form a») que
contenidos de pensam iento, sólo en este todo se considera. Objeto
cabe m antener una distinción en­ form al de lina facultad, de una
tre «objetivo» y «subjetivo» ha­ ciencia, de una virtud es aquel as­
ciendo a lo objetivo (5), entendido pecto com ún a todos sus objetos
como lo que está inform ado por y aprehendido, por lo m enos im­
las categorías del sujeto trascen­ plícitamente, en cada una de las
dental, equivalente a universal (vá­ participaciones individuales de di­
lido para todo ser pensante), en cho aspecto. — En sentido restrin­
oposición a lo subjetivo considera gido, objeto (2) n o significa cual­
do como lo existente sólo para los quier cosa conocida o querida, sino
individuos. -- D e VRres. únicam ente aquello que «está de­
/ lante» del sujeto con independen­
,/L ó e ic a ; /^ G n o se o lo g ía : b) H. Reí- cia del mismo y a lo cual éste debe
n er, D ie E xisten z der Wissertschaft und
am oldarse. E n tal sentido, por
ihre O hjektivitat, 1 9 3 4 ; M . W u n d t , Die
ejemplo, el conocim iento y la vo­
Snchlichkeit der W issenschaftt 1940»
luntad creadoras de D ios n o tienen
objeto; su saber puede calificarse
Objeto. Etim ológicamente, la pa­ de saber en el proyecto o en el
labra «objeto» (de «obiectum») origen, — D esde o tro punto de
significa «lo arrojado delante». El vista, el concepto de objeto (3) res­
vocablo alem án «Gegenstand» tie­ tríngese al ente m aterial a que di­
ne un significado parecido: «lo rectam ente ap u n ta la percepción,
que está (en pie) delante, enfrente». m ientras se denom ina no objetivo
Así pues, «objeto» evoca esencial­ todo lo que posee condición de
mente relación con alguien frente al sujeto y persona, es decir, el propio
cuaí el objeto se encuentra. El len­ yo, experim entado únicam ente en
la realización de sus actos, y ia per­ al decir que nuestro conocim iento
sona del prójim o, com prendida en consiste en u n a asimilación a un
una especie de co-realización de sus objeto pre-dado.
actos intencionales. Con esta acep­ Consideración especial merece el
ción cabría relacionar tam bién la objeto correspondiente a un / j u i ­
restricción dei concepto de objeto cio, es decir, el expresado en éste,
(4) reduciéndolo a significar el ob­ n o en cuanto pensado en él, sino
jeto de un puro y desinteresado en cuanto existe independiente­
afán de conocer. m ente del pensam iento de dicho
D onde el conocim iento se lleva juicio. El objeto, en el caso del
a cabo por m ediación de una im a­ juicio, consiste, pues, en que a un
gen cognoscitiva inconsciente debe ente (el expresado por el sujeto del
distinguirse entre objeto y conte­ juicio) !e conviene un determ inante
nido de aquél. Así, por ejemplo, (utia nota, una cualidad, una rela­
el contenido del pensar es la repre­ ción: precisam ente lo expresado
sentación incluida en el / concepto po r el predicado). Pero a la estruc­
o en el juicio; el objeto es el ente tura lógica del juicio no correspon­
independiente de dicho pensar de una estructura de la misma clase
(trascendente a él) significado («in- en el objeto real; la relación ló­
tendido») por el pensam iento. C on­ gica de sujeto y predicado existe
siderando el contenido com o ver­ sólo en nuestro pensar, no «en sí»
dadero objeto, se va a p ara r al como quiere el trascendentalismo
/■idealismo gnoseológico, que hace lógico. Ciertam ente, a la relación
del objeto una creación del pensar. lógica corresponde a menudo en
Al apuntado sentido idealista de la el objeto real alguna relación an á­
palabra objeto (5) subyace a veces, loga, v.gr., de substancia y acci­
cuando se acentúa, el aserto de que dente; sin em bargo, el objeto de
D ios no puede devenir nunca ob­ un juicio no tiene necesariam ente
jeto de nuestra actividad pensante. la estructura de un a relación real
— Conexo con la distinción entre (C uando decim os: «Dios es espí­
contenido de conocim iento y objeto ritu», a esta proposición no corres­
se encuentra el hecho de que lo dado ponde una relación real entre D ios
no siempre coincide con el objeto. y su ser espiritual.) La form a lógica
D enom ínase (inm ediatam ente) «da­ del juicio es cabalm ente sólo nues­
do» todo lo que se m uestra inm e­ tro m odo de pensar y la /v e r d a d
diatam ente sin cooperación cons­ del juicio no exige que nuestro
ciente del sujeto. Así, es algo «m odo» de pensar se encuentre en
«dado» lo que en la percepción de la cosa, sino únicam ente que al
los sentidos externos llega de un «contenido» de pensamiento co ­
m odo inm ediato a la conciencia; rresponda un contenido ontoló­
pero (según la concepción del gico. — Los objetos del juicio pue­
/r e a lis m o m ediato) este algo no den ser necesarios o contingentes.
es el objeto exterior en su propio Los objetos incondicionadam ente
ser real, sino el ser interno imaginal necesarios son (prescindiendo de Ja
(intencional), en el que el objeto existencia real de Dios) m eros con­
es contem plado. — A m pliando el tenidos esenciales, que en sí n o
sentido del térm ino, algunas veces indican todavía existencia real;
se llam a «dado» todo objeto (2) que así, v.gr., el objeto de juicio:
se enfrenta independientem ente con 2 x 2 = 4 no dice que 2 x 2
el sujeto cognoscente; tal sucede exista realm ente en algún sitio,
sino únicam ente que la esencia com o ser espiritual y libre n o está
2 x 2 trae consigo necesariam ente som etido a ninguna coacción in­
la relación = 4, de suerte que si terna ni ha de ser obligado desde
en un m om ento cualquiera se reali­ fuera, sólo resulta posible guiarle
za 2 X 2 será necesariam ente = 4. haciendo que m ediante el «tú debes»
Los objetos contingentes existen de la /c o n c ie n c ia m oral se ponga
sólo en tanto que en un cierto delante de su decisión el espejo de
m om ento les sobreviene la existen­ su propio ser. Las leyes para la
cia real; frecuentem ente se llam an acción las proporciona el hom bre
tam bién / hechos. — La m anera entero considerado según su pecu­
de hablar según la cual al juicio ne­ liaridad, relación y desarrollo. La
gativo verdadero corresponde «un libertad hum ana está atada por
objeto negativo existente en sí» es la obligación no sólo de m anera
equívoca; el juicio negativo es ver­ hipotética (condicionada), sino ca­
dadero precisam ente cuando el ob­ tegórica (incondicionada), a los de­
jeto negado en él «no» existe en el beres resultantes de estos funda­
orden del ser; atribuir a lo negati­ m entos, puesto que las relaciones
vo un «ser-en-sí» es contradictorio; esenciales perm anecen constantes
lo negativo «existe» solam ente en y la existencia es algo dado, algo
nuestro pensam iento. — D e V r ie s . con que el hom bre se encuentra.
Sin em bargo, con esto no se ha
T ra ta d o s de /g r io s c o lo g ía ; b ) G . dicho todo. L a conexión histórica
S o h n g e n , Sein und Gegenstand, 1930; entre m oralidad y religión encuen­
R . G a r r i g o u - L a g r a n g e , A ctus specifí-
tra su fundam ento en la ordenación
cantur ab obiecto fo rm a /i, en «A cta Pon-
tificíae A cadem iae R o m an a s Sancti T ho-
jerárquica entre am bos dominios.
m ae», T urln 1934, pp. 139-153; A. P ara una reflexión que parte de la
Brunner, Der Stufenbau der iVell, /r e lig ió n y coloca la vida entera
1950, pp. 26-56; M. H o n e c k e r , L o g ik , del hom bre a la luz de Dios, la
"1942; A. W i l m s e n , Z u r K ritik des logi- obligación adquiere tam bién su
schen Transzendentaiismus, 1935; c) H . justificación últim a sólo en Dios.
R i c r e r t , Der Gegenstand der E rkenntnis,
Vistos desde esta base trascendente,
‘ 1928.
los deberes y exigencias resultan­
tes de la naturaleza hum ana se
Obligación. /E Í núcleo de la convierten en preceptos y prohibi­
/m o r a lid a d lo constituyen los pre­ ciones intim ados por D ios, que se
ceptos y prohibiciones a que et fundan en su Esencia y V oluntad.
hom bre está ligado p o r la obliga­ P o r o tra parte, el punto de p ar­
ción. El deber de la obligación tid a «ético», lleva m ás allá del
tiene carácter absoluto, su cum pli­ fenóm eno m oral y reclam a una
miento se exige a todos los hom ­ fundam entación religiosa.
bres siem pre y en todas partes. Esta necesidad aparece sobre
Constitución biológica y estructura todo ta n pronto com o la confi­
espiritual, am biente y tradición, guración de la vida conduce a la
provecho y daño, placer y disgusto cuestión de la «motivación». U na
n o explican el origen de la obliga­ m oral autónom a sin base trascen­
ción, sino únicam ente intervienen dente sólo puede apoyarse en m oti­
fom entando o entorpeciendo su vos intram undanos. Q uerer y hacer
cumplimiento. La fuente de la obli­ el bien únicam ente porque es bueno
gación m oral es ante todo el orden en sí presupone condiciones exte­
del ser. Puesto que el hom bre riores e interiores que las m ás veces
sólo entran en cuenta para grupos se aprovechan y piensan hasta el
reducidos. El cum plim iento exterior fin, conducen al hom bre desde la
e interior de la ley m oral íntegra, lle­ finitud y lim itación de su existencia
vado a cabo durante largo tiem po y, m oral al ám bito religioso. — / A u­
sobre todo, en casos-límite que exi­ tonom ía, Im perativo categórico. —
gen gravísimos y suprem os sacri­ B 01.K 0VAC.
ficios será posible a la totalidad
de los hom bres únicam ente cuando M h s s e r - P r i b i l l a , K atholisches und mo-

la u nión con D ios y el conoci­ dernes D enken. E in Gedankenaustausch


iiber G otteserkenntnis und S ittlic h keit,
m iento de u n a sanción ultram un­ 1924; J. B . S c h u s t e r . , D er unbedingte
d an a proporcionen nuevas energías W ert des Sittlichen, 1929; A. B o r g o l t e ,
anímicas. La historia de ia concien­ D ie Grundlegung der L ehre von der Be-
cia m o ral y de la ética autónom a liehung des Siítiichen m m ReligiSsen im
m uestra cóm o, de m anera lenta Anschiuss an der E thik N iko la í H arl-
pero segura, en el curso de las ge­ manns; P h . K n e i b , H eleronom ie der
neraciones, la relajación de costum ­ christlichen M oral, 1903; W . S c h n e i d e r ,
bres y la disolución de las norm as Gótlliche W eltordnung und religionslose
Sittlichkeit, =1910; K . G u t b e r l e t , E th ik
m orales corren paralelas a la sepa­ u nd Religión, 1892; T u. S t e i n b O c h h l ,
ración entre m oralidad y religión. D ie philosophische Grundlagen der katho-
Ésta es la consecuencia psicológica lischenSittenlehre, 31947, 1 .11, p. 87ss;251
e histórica de u n aislam iento que s s ; [ M o n n i e r , L ’exisíenee de D ieu e t
desliga al hom bre de la conexión l'obUgation morale, en «R evue de P hiloso­
con la realidad entera y hace des­ phie» 25 (1914) pp. 354-371; V. M.* M i n -
tacar en orden a la m otivación sólo TEGUlAGA, L a mora! independiente y ios
una parte del m undo de los valores nuevos principios del Derecho, *1906;
O. N . D e r i s i , Los fundam entos m etaji-
objetivos. Así pues, tan p ro n to se sicos del orden moral, 81951; J. L e c l e r c q ,
plantea el problem a de los motivos Les grandes Ugnes de la philosophie m o­
de la acción m oral, Ja m oralidad, rale. *1954 (trad. e sp .: L a s grandes lineas
en consideración a sí misma, exige de la filosofía moral, 1956); D . v o n
por regla general la vinculación H i l d e b r a n d , Christian Ethics, N ueva
a la religión. Y ork 1953],
Sin em bargo la fundam entación
trascendente de la obligación se Ocasionalismo. Entiéndese por
convierte, adem ás, en exigencia ab ­ ocasionalism o aquella doctrina que
soluta y universal que no adm ite niega a los seres finitos la activi­
excepción, cuando se tom a en con­ dad causal eficiente, dim anante de
sideración la «experiencia de la su propia fuerza, haciendo de ellos
contingencia», ínsita en el fenóme­ m eras causas ocasionales de la ac­
no m oral. L a /c o n tin g e n c ia expe­ ción de D ios, única existente. El
rim entada y conocida lleva al hom ­ ocasionalism o universal estriba o en
bre desde el m undo a Dios. Es la concepción m ecanicista del uni­
incluso el único camino, fuera de verso ( / M ecanicismo) o en un
la revelación, para llegar a Él. Las falso concepto del concurso divino
pruebas de la existencia de D ios ( / D i o s [Concurso de]) (com o en
se diferencian únicam ente por la el M utakallim ún islámico). E l oca­
m ateria variable en que se com ­ sionalism o particular resulta de la
prueba la contingencia. L a distin­ dificultad cartesiana concerniente
ción de ser y deber así com o el a la relación entre alm a y cuerpo
desacuerdo entre ideal y realidad ( / Alm a y cuerpo [Relación entre])
son form as de aquélla que, donde que veda la acción recíproca entre
am bos. M ientras todos los ocasio- fuera del orden total de aptitudes,
nalistas convienen en que Dios es queda libre y se dirige hacia falsos
la causa única principal de toda objetos. Aquí deben incluirse los
actividad, unos consideran a las inusitados efectos del / inconsciente
criaturas como meras condiciones en el sueño, la hipnosis y la histe­
del obrar divino (Malebranche), ria. 2.° Lo extraordinario que
y otros ven en ellas instrum entos acontece sin o contra las disposi­
pasivos del mismo (Geulincx). No ciones norm ales (oculto en sentido
pudiéndose dar ser sin /a c c ió n , estricto), ya dentro de la concien­
el ocasionalism o conduce lógica­ cia (parapsicología), ya fuera de
m ente al panteísm o ( / Causali­ ella (parafísica) , v.gr., el conoci­
dad). — / [140], — B r u g g e r . miento de lo no presente espacial
o tem poralm ente (segunda vista);
T ratad o s de historia de la filosofía la comunicación de estados interio­
m o d erna (véanse los índices); W . B kuo- res anímicos sin exteriorización m a­
g f . k , De Sebastiano Basso occasionalismo
nifiesta; los efectos de la voluntad
praeíudenle, en «G regorianum » 14 (1933)
pp. 521-539: F. U ebkkw eo, (írundriss
fuera del propio cuerpo sin interven­
der Geschichte der Philosophie m , n 1924, ción cognoscible a través del espa­
§ 28 (donde se en co n trará am plia biblio­ cio; en suma, los llam ados fenóme­
g rafía); F. DE M a t t e i s , occasionalismo nos a distancia. Citarem os en este
e il suo sviluppo nel pensiero di N . Ma- grupo: la telepatía =» transferencia
lehranche. Ñ apóles 1936; e) A. W ill- a otros de representaciones, afectos
w o l l , Seele und Geist, £938, 203-206 y actos de la voluntad por mero
[trad. esp .: A lm a y espíritu, 1946],
querer interno; la telestesía, clari­
videncia = visión directa de un ob­
O c u ltism o (del latino «occul- jeto no conocido por nadie (exclu­
tum »). Se ocupa de m odo profano, yendo, por lo tan to , la telepatía)
es decir, no religioso, de aquello sin uso de sentidos conocidos; la
que no está todavía explorado por telejisica — producción de movi­
la capacidad cognoscitiva del hom ­ mientos ( telecinesia) , sonidos, for­
bre o cuyo acceso, en general, le mas materiales (materializaciones)
está cerrado. M odo de conocer n o r­ y huellas del rostro y de las m anos,
mal es el sensitivo-xacional propio sin contacto y, en general, sin acti­
por naturaleza Á s todo hom bre; vidad exterior. 3.° Lo extranatural,
su resultado últim o lo constituye el cuya causalidad no parece provenir
esquema científico em pírico-racio­ de hom bres vivientes, sino de entes
nal del m undo. P o r lo tanto, se incorpóreos (alm as de difuntos)
denom ina oculto todo lo conocido u otros seres puram ente espirituales
de m anera no norm al, pero pro­ (espíritus, inteligencias). Pertenecen
fana, así com o tam bién este modo a este grupo los fenóm enos y apa­
mismo de conocer. La / f e y la riciones de «fantasm as» o «espec­
/m ís tic a se acercan a lo m isterio­ tros».
so en actitud religiosa. Según su Juicio crítico. G rupo 1.°: estos
desviación de lo norm al, califí­ procesos han com enzado a expli­
case de oculto: 1.° Lo insólito, ya carse com o m eras desviaciones de
sea lo supranorm al, lo anorm al lo norm al y dicha interpretación
que se verifica únicam ente en indi­ llegará al fin que se propone. G ru ­
viduos puestos en estados extraor­ po 2 .°: los efectos a distancia pro­
dinarios semejantes al sueño ( tran­ ceden sin duda de hombres vivos
ce), o lo patológico que, cayendo especialmente dotados p ara ello
(médium s); pero faltan teorías sa­ cesaria. D ios, por consiguiente, no
tisfactorias acerca de! «cóm o»; ra ­ puede m udar los principios m eta-
diaciones desconocidas del sistema físicos ni m orales. La afirmación
nervioso, acción directa de alm a a de Descartes de que D ios podría
alma sin cooperación del cuerpo en realizar cosas contradictorias en sí
la telepatía, superación del espacio mismas descansa en el erróneo su­
y del tiem po en la clarividencia: puesto de que la posibilidad in ­
todo esto es aún casi enteram ente trínseca de las cosas se funda no
desconocido, oculto, para nosotros. en la esencia de Dios, sino en su
Sin em bargo, puesto que los efectos libre voluntad. — En virtud de
a distancia son reiterables baio de­ su om nipotencia, D ios puede o b rar
term inadas condiciones, apuntan /m ila g r o s , com o tam bién elevar
(en oposición al /m ila g r o ) a leyes a la criatura por encim a de sus lí­
naturales que todavía no conoce­ mites a un orden superior ( / S o ­
mos. C on respecto al grupo 3.°, brenatural). — R a s t .
/E sp iritis m o . — / [ Í 8 6 , 234]. —
a) S a n t o T o m á s d e A o u i n o , Sum m a
F ra n k .
titeológica, 1 q. 25; Sum m a contra Gen­
tiles n. 6-10; ni, 98-100; b ) M . R a s t ,
M . D essoih, Vont der Seele,
Welt und Gott, 1952; [ A . G o n z á l e z
5193); F . M o sb r, Der O kkullism us, 1935:
A l v a r e z , Teología natural, 1949]; d) É .
H. S c h l o i i'RMANN, D as H eflseben;
G j i s o n , L a Philosophie de Saint Borta-
■i) L. G tRiN -RirA Rn, IItsloire Je l ’occuí-
venture. 21943 [trad. esp .: L a filosofía
lism c, P arís 1939; e) A. C a t t f r e r , Der
de San Buenaventura, 1948],
wissenschaftliche O kkullism us, 1927;
[F. M p A T . M t s , M etapstquica y espiri­
tismo, *1950; C. M. dk H c re d ja , l.o.i Omnipresencia. La omnipresen-
grandes espiritistas y los fenóm enos mu- cia de D ios consiste en su estar
tapsiquieos, B arcelona 1946]. presente en todas las cosas. Los
cuerpos ocupan un espacio por su
Omnipotencia. Es aquel atribu­ extensión, en virtud de la cual
to de D ios en virtud del cual puede desalojan a otros; los espíritus
realizar todo aquello que no im­ puros, en cambio, p o r no estar
plique en sí contradicción interna. sometidos a las leyes de la m ateria,
Por p arte de D ios supone el poder lo ocupan p o r su o b rar sobre lo
creador ( / Creación), pues sólo la extenso. D ios está tam bién pre­
independencia respecto a toda m a­ sente en las cosas de este m odo,
teria ya existente suprime los lími­ conservándolas y obrando en ellas.
tes a su acción; nosotros, en cam ­ P or ser inespacial y simple ( / Sim­
bio, no podem os en nuestras pro­ plicidad), las cosas espaciales no
ducciones prescindir de la m ateria pueden tener respecto a Él ninguna
y quedam os lim itados po r ella. — relación real. En este sentido D ios
Por parte de la cosa que ha de no está «dentro» ni «fuera del m un­
realizarse, se requiere su no contra- do», no lo llena a m anera de un
dictoriedad interna ( / Posibilidad éter sutil ni o b ra «desde fuera»
objetiva). D ios no puede hacer una sobre él, sino que le es, en el orden
cósa im posible en sí misma, v.gr.: ontológico, plenam ente interior (in­
un círculo cuadrado, porque es un m anente), perm aneciendo, sin em ­
no-ser, nada. Tam poco puede pe­ bargo, separado del mismo (tras­
car, pues esto significa contradic­ cendente), pues jam ás se funde con
ción conceptual respecto a su san­ él para constituir un a unidad. Por
tidad absoluta, esencialm ente ne­ eso el espacio infinito n o es u n
atributo o m anifestación de D ios / D i o s [Concurso de]) (ciencia de
(Espinosa). — M ientras la omni- visión). Con todo, según el / m o l i -
presencia supone la existencia de nismo, este decreto, por lo que con­
cosas creadas, siendo, por consi­ cierne a los actos libres de las cria­
guiente, un atributo relativo y «tem ­ turas, supone la llam ada ciencia
poral» de D ios, que, sin em bargo, media ( / Presciencia divina), en
sólo dice relación real a Aquél de virtud de la cual D ios conoce
parte de las cosas, la inmensidad desde la eternidad en su simple
se identifica con D ios en cuanto Esencia los actos libres condicio­
que en virtud de su infinitud puede na lm ente futuros de aquéllas.
siempre crear y conservar m undos Por consiguiente, la ciencia di­
mayores estando, por lo ta n to , vina no es pasiva. Dios, al conocer,
presente en ellos. — / Inm anencia, no está, com o nosotros lo estam os,
Infinito. — R a s t . determ inado p o r las cosas, deter­
minación que éstas llevan a cabo
a ) S a n t o T o m á s df. A q u in o , Sum m a
m ediante su influjo físico, sino
theolog’ca, 1 q. 8 ; Sum m a contra Genti­
les ni, 68; b) C. N i n k , Philosophische que conoce su esencia y su exis­
Gotteslehre, 1948; M . R a s t , W elt und tencia conociendo su propia Esen­
G ott, 1952; [A . G o n z á l e z A l v a r e z , cia y los decretos de su V oluntad
Teología natural, 1949J. ( / M olinismo). — R a s t .

Omnisciencia. Este atributo sig­ a ) S a n t o T o m á s d e A q u i n o , Sum m a


nifica que el conocer de Dios es theologica, 1 q. 14; Sum m a contra Gen­
tiles i, 44-71; b ) M . R a s t , W elt und G ott,
infinito y abraza, por tanto, todo
1952; [A . G o n z á l e z Á l v A r e z , Teología
lo cognoscible de la m anera más natural, 1949]; d) É. G il s o n , L a philo­
perfecta. D ios, como ser puram en­ sophie de Saint Bonaventure, *1943 [trad.
te espiritual y exento de toda po­ esp.: La filosofía de San Buenaventura,
tencialidad ( / Acto, Potencia), 1948]; C. S c h n e i d e r , D as Wissen G ottes
está siempre conociendo; en Él nach Lehre des heiligen Thomas von
se identifican el sujeto cognoscen- Aquin, 1884-1886.
te, el objeto conocido y el acto
de conocer. — D e ahí que D ios Ontología. Este térm ino fué acu­
esté siem pre consigo en perm anen­ ñado a m ediados del siglo x vn,
te autoconcienciá, penetre su más surgiendo casi al mismo tiem po los
íntim o ser en u n único e inm uta­ nom bres afines a él de «philosophia
ble acto de infinita claridad ( co­ entis» y «ontosophia». Con arreglo
nocimiento comprensivo). Sin em­ a su etim ología griega, significa
bargo, puesto que su infinita Esen­ «ciencia del ente», según esto,
cia es el fundam ento ontológico de la ontología podría coincidir con la
la / posibilidad intrínseca de los «filosofía prim era» de Aristóteles,
seres nnitos, D ios conoce también denom inada m ás tarde / «m eta­
en aquélla todas las cosas y verda­ física» (pura o general). D e hecho
des posibles (ciencia de simple constituye sólo su prim era parte,
inteligencia). E n cam bio, la reali­ a sa b e r: la ciencia del ente en cuan­
dad de las cosas, así com o los acon­ to tal y de lo que esencial y directa­
tecim ientos (para nosotros) preté­ m ente le pertenece; frente a ella,
ritos, actuales y futuros, los conoce se sitúa la doctrina del Ser supremo
en su decreto de producirlas o y divino. Com o ya sabían A ristó­
de llevarlos a cabo (junto con teles y los filósofos medievales,
los seres creados) respectivamente la ciencia del ser y la de D ios for­
m an una sola ciencia, pues el se aproxim a un ente al espíritu
problem a de D ios es únicam ente o mayor es su espiritualidad, tan­
el problem a del ser plenam ente to más elevado se encuentra
desarrollado y el problem a del ser en la escala del ser. Reciente­
no es o tra cosa que el problem a m ente, defiéndese con frecuencia
im plícito de Dios. Sin em bargo, la desligadura del ser respecto al
puesto que ser y D ios se diferencian espíritu, y del extrañam iento con
entre sí como dos polos, cabe con­ relación a éste hácese sin rebozo
siderar de m anera predom inante m edida del nivel ontológico (Sar­
el prim ero, llegándose entonces a tre). Por estos cam inos se per­
la ontología, cuya más íntim a cone­ sigue una ontología fundam ental­
xión con la doctrina de D ios es m ente d istin ta que, en sentido
preciso, no obstante, dejar a salvo. propio, no merece ya el nom bre de
D esde que la ontología, sobre onto-Iogía; esta form a de conce­
todo p or obra de W olff, se convirtió birla equivale a u n a angosta res­
en una ram a científica con existen­ tricción a la pura finitud, con lo
cia propia, esta unión sufrió un ex­ que, en últim a instancia, tal o nto­
cesivo relajam iento. Kant suprim ió, logía resulta imposible. — D esde
ju n to con la ciencia de D ios, la este orden de ideas cabría, si­
on tología; teniendo al ser po r in­ guiendo a la filosofía existencial
cognoscible, la conciencia consti­ (/> Existencial [Filosofía]), esta­
tu ía p ara él lo últim o y supre­ blecer una diferencia entre las
m o a que todo lo dem ás debía re­ expresiones óntico y ontológico
ducirse. C ontra K an t ha surgido que la escolástica considera ordi­
en nuestros días del / neokantis- nariam ente como sinónimas. Ó n­
mo y de la filosofía existencial tico significa, entonces, el ente
(/* Existencial [Filosofía]) una nue­ en su ser y no alum brado todavía
va ontología que pone en el ser por el espíritu (intelligibile in po-
la realidad últim a. Sin em bargo, tentia); ontológico, en cam bio, de­
N . H artmann cierra su ontología a n o ta el ente que h a sido dilucidado
la ciencia de Dios, y el ser, que en su ser p o r el espíritu y que de
interesa a Heidegger com o funda­ esta m anera se h a convertido en
m ento del ente, sigue hasta ahora una m ism a cosa con él (intelligi­
en com pleta oscuridad. — La onto­ bile in a ctu ). — P or lo que respecta
logía reclam a hoy una valoración a la estructura de la ontología en de­
de estos esbozos y u n diálogo con talle, / Ser. — L o t z .
ellos, la superación de todo el
a) / M etafísica; C h . W o l í f , Phi-
lastre racionalista y kantiano y losophia prim a seu Ontología, 1 729;
la adquisición auténtica de la gran b) A . B r u n n e r , D er Slufenbau der
tradición. W elt, 1950; C . N in k , Ontologie, 1952;
U n a interpretación m ás profun­ A . M a r c , Dialectique de l ’affirm ation.
d a , del nom bre de ontología pone E ssai de m étaphysique réflexive, 1952;
en relación al ente con el espíritu F . v a n S teenberghen , Ontologie, 1946
(logos); éste aparece como el ám bi­ [trad. esp. O ntología, 1957]; M . M ü-'
to en qu e se revela el ente en cuanto LLFR, Sein und Geist, 1940; D . M er -
cier , M étaphysique génerale ou O nto­
tal o en su ser. D e esta m anera, el
logie, 71923 [trad. esp .: Ontología, 3
espíritu se presenta com o arque­ vols, 1935]; P . C o ffey , O ntology, 1938;
tipo del ser en el cual éste alcanza J. L o t z , Ontologie und M etaphysik, en
su plena m ism idad, está enteram en­ «S cholastik» 18 (1943) p p . 1-30; c ) N .
te consigo. Así pues, cuanto más H a r t m a n n , Z u r Grtmdlegung der O nto-
logie M948 [Irad. esp.: Ontología, i: Fun­ sariam ente existente. Sin em bargo,
dam entos, 1954]; del m ism o: Nene iVege con ello no está todavía resuelto
der Ontologie, “1949 (trad. esp.: L a si al concepto de absolutam ente
nueva ontología ] ; M , H e p u e g g e r , Sein
m ayor corresponde una realidad
und Z e it I, 1927 [trad. esp.: E t ser y el
tiem po, 1951]; del m ism o : Über den Hu-
objetiva o un a posibilidad. N o
manismus, 1949 [trad. esp .: Carta ¿'obre el basta a tal efecto, como Leibniz
hum anism o, en «R ealidad» (Buenos A i­ creía, la mera posibilidad de pen­
res) 7, 9 (1948) pp. 1-25; 346-367]; del sarlo sin contradicción. P or eso,
m ism o : W as ist M etaphysik?, E1949 Santo Tomás de Aquino y muchos
[trad. esp .: ¿Qué es la metafísica?, en escolásticos, (no todos) rechazaron
«C ru z y raya» 6 (1933) pp. 85-115]; el argum ento ontológico. Éste, en
e) P. S s m o n , Sein und W irklichkeit, 1933.
cambio, siempre encontró acogida
dentro del / racionalismo ( Des­
Ontológico (Argumento). Desde cartes, Leibniz, W olff), que acep­
Kant recibe este nom bre una taba sin más el orden de los con­
prueba de la existencia de D ios ceptos com o orden real. Kant vol­
( / D i o s [Pruebas de la existencia vióse justam ente contra el argu­
de], presentada prim eram ente por mento. N o obstante, es inexacto
San Anselmo de Canterbury, / [90], su aserio de que todas las pruebas
que, sin otros presupuestos, in­ de la existencia de D ios tienen com o
tenta dem ostrar la existencia de supuesto lógico la validez de dicho
D ios basándose únicam ente en su argum ento y se anulan ju n to con
concepto. S an A n selm o p a r te él. Pues si la existencia (o posibi­
del concepto del ser absolutam ente lidad real) del ser absolutam ente
m ayor, po r encima del cual nin­ m ayor consta por o tra vía, v. gr.,
gún otro m ayor puede pensar­ m ediante un raciocinio fundado en
se. y arguye que, com o existir en el principio de causalidad, queda
la realidad es más que existir sólo justificado tam bién el razonam iento
en el entendim iento, el ser mayor que concluye la interna necesidad
cogitable debe existir también en de su existencia. — B r u g g e r .
la realidad, porque de lo contrario a) S a n A n s e l m o , Proslogion. 2-5;
no sería el m ayor que cabe pensar. D e s c a r t e s , M editatio v ; L e ib n iz , Mo-
Cuando un contem poráneo suyo nadologie, n.° 45; S a n t o T o m á s d e
( Gaunilón)xié objeta que así podría A q u in o , Sum m a theologica, 1, q. 2, a. 1;
igualmenté concluirse la existencia Sum m a contra gentiles I, 10-11; K a n t ,
de la m ayor isla posible, y K ant K ritik der reinen Vernunft, B, 620-630;
observa que cien táleros reales no b ) C . N i n k , Philosophische Gottesíehre,
1948, 130-138; M. R a s t , W elt und G ott,
tienen m ás de lo que se piensa en
1952; [A . G o n z á l e z Á l v a r e z , Teología
el concepto de cien táleros posibles, natura!, 1949; A . A m o r R u i b a l , L o s
ninguno de los dos acierta el pun­ problem as fundam entales de la filosofía
to decisivo, a saber: que el ser y del dogma, vi]; d ) A . D y r o f f , D er
absolutam ente m ayor (el Infinito) ontologische Gottesbeweis des heiligen
se conduce respecto a la / e x i s ­ A nselm in der Scholastik, en Probleme
tencia en form a esencialmente dis­ der Gotteserkenntnis, 1928, p p. 79-115;
tin ta del ente finifo. San Anselmo C . N i n k , Kom m entar zu K ants K ritik der
reinen Vernunft, 1930, pp. 254-288;
tiene razón al decir que Dios, como
[A. K o y r f , L 'idée de D ieu dans la phi­
absolutam ente m ayor e insupera­ losophie de Saint Anselme, Parts, 1923;
blem ente perfecto en el ser, no M . C r u z HERNÁNDEZ, Introducción al
puede de ningún m odo ser pensado estudio del «argumento ontológico », en
sin que se le conciba com o nece­ «R evista de filosofía» 11 (1952) p p. 3-36].
Ontologismo. E l ontologism o, F uentes: / ( 1 4 0 , 227]; A. L t. p id i , De
fundado sobre todo p o r M alebran- Ontologismo, L ouvain ¡874; J. K le u t -
che (siglo xvn) y adm itido en el si­ OFN, Philosophie der Vorzeit, *1898,
nos. 377-426 [trad. fran c .: L a philosophie
glo xix por diversas escuelas cató­ scolastique, París 1868]; d) K. W e r n e r ,
licas, es históricam ente una con­ D ie iiaüenische Philosophie des 19. Jahr-
secuencia de la teoría cartesiana hunderts, Viena 1884-1885; A . G fm elli
del conocim iento y del / o c a s i o ­ (ed.), M alebranche. N el terzo centenario
nalismo, para quien la «acción» de della nascita, M ilán 1938 (tom o suple­
las criaturas sólo tiene a D ios por m entario de la «R ivista di filosofía neos-
verdadera causa. Las criaturas son colastica»); E . R o l l a n d - L. F.s q u ik o l ,
activas únicam ente en apariencia. L a philosophie chrétienne de M alebranche,
en «A rchives de Philosophie» 14 (1938)
P or eso tam poco nosotros desarro­ pp. 1-234; G . E x p ó s it o , II sistema filo ­
llamos actividad en el conocer ni sófico di A. R osm ini, M ilán *1934; G . C e-
las cosas actúan sobre nuestros RIAN1, L ’ideologia rosminiana nei rapporti
sentidos y entendim iento. Los se­ con ¡a gnoseología agostiniano-tomistica,
les sensibles n o pasan de m eras M ilán 1938; P . D e z z a , L'ontoíogism o
ocasiones para «orar», es decir, di A . R osm ini e la critica d iS . Sordi, M ilán
para dirigir nuestra atención a 1 9 4 1 ; e) H . L e n n e r z , Natiirliche (Jottes-
Dios, en cuya Esencia lo contem ­ erkenntnis, 1926.
plamos todo o, por lo m enos, Jas
ideas de las cosas espirituales. Sin Oposición. H ay oposición entre
em bargo, esta visión de D ios no dos contenidos cuando la posición
es igual a la de ios bienaventura­ de u no excluye de alguna m anera
dos, sino que se reduce a un ver la del otro. Según sea la índole de
su esencia en cuanto arquetipo de esta exclusión, resultan diversas
todas las ideas (Malebranche) o clases de oposición. Irreductible
causa de las cosas creadas (Gio- es la exclusión en la oposición con­
berti). Este conocim iento, en tanto tradictoria existente entre el ser
que se refiere a la esencia de D ios, y n o ser y, com o consecuencia,
no goza tam poco de claridad, sino tam bién entre cualquier contenido
que está envuelto en penum bra; (participante de alguna m anera
es m ás un recibir pasivo que un en el ser) y su negación. P or eso
saber judicativo. U nicam ente el la oposición contradictoria no to­
térm ino finito de la relación es lera medio. — Cuando dos conte­
objeto de conocim iento claro y nidos, los cuales son algo positivo,
reflejo. D ios, el Ser prim ero (Pri- entes, se excluyen dentro de un
mum ontologicum; de ahí el no m ­ círculo lim itado, v.gr., dentro del
bre de ontologism o), coincide con m ismo género, del mismo indivi­
el prim er Conocido en quien co­ duo o de la misma situación espe­
nocemos todo lo dem ás.—Los prin­ cial y tem poral (como alegría y tris­
cipales defensores del ontologism o teza, blanco y negro), se dice que
en el siglo pasado fueron Ubaghs hay oposición contraria. A dicha
(de la escuela de Lovaina), Gioberti oposición, tom ada en sentido es­
y Rosmini. — El error fundam ental tricto, pertenece, además, el m ayor
del ontologismo consiste en confun­ alejam iento posible entre los opues­
dir con el Ser divino, infinito, el tos dentro de la esfera común.
ser en cuanto tal, abstracto, inde­ Los opuestos contrarios perm iten,
term inado, coaprehendido por nos­ p o r lo tan to , la existencia de un
otros en toda percepción y todo medio. — E ntre una perfección y su
pensam iento. —/ [140,227], —R ast. falta (v.gr., salud y enfermedad)
así com o entre el sujeto de u n a del o tro ; m as no al revés. E ntre
perfección y el privado de ella (sano entes reales y sus principios cons­
y enfermo) se da una oposición pri­ titutivos cabe oposición contraria,
vativa (/P riv a c ió n ). — Relativa privativa, relativa y p o lar; pero n o
es la oposición existente entre re­ contradictoria. A la clase de las
laciones que im plican orden m utuo oposiciones polares pertenece tam ­
y tam bién entre los sujetos de las bién la oposición dinámica entre
mismas (v.gr., padre e hijo). Las afanes y actividades, que puede
relaciones de esta clase se excluyen perm anecer oculta en el equilibrio
de m odo m eram ente relativo, es de fuerzas. E ntre los principios
decir, en el m ismo sujeto y en la internos del ser ( / Principios del
m isma dirección, pero vienen exi­ ser) constitutivos de u n ente, im­
gidas sim ultáneam ente en distintos pera la polaridad. Si ésta n o es
sujetos y en dirección inversa. Los integral a causa de la / t r a s c e n ­
opuestos relativos en cuanto tales dencia de uno de los principios
no adm iten medio. — La com bina­ parciales (v.gr., en el hombre),
ción de oposición contraria y op o ­ existe la posibilidad de un con­
sición relativa se llama oposición flicto dinám ico en el mismo sujeto
polar o polaridad (com párense: los (sensibilidad y espíritu). — . / I d e n ­
polos del globo terráqueo, hom bre tidad, D istinción, Relativo, D inám i­
y mujer. L os opuestos polares se co, Acción recíproca. — B r u g g e r .
exigen recíprocam ente y toleran un
medio, pero n o en la dirección de a) A r i s t ó t t . i . t s , M etafísica v, 1 0 ; x,
la oposición relativa. 3 ; b) R . G i'A R D iN !, D er Gegensatz, 1 9 2 5 ;
C . N in k , Sein, Einheit, Gegensatz, en
Según el contenido, se distingue
«Scbolastik» 17 (1942) pp. 504-522; M .
la oposición de conceptos, juicios, H o n e c k e r , L ogik J927 (índice); J. F rS -
entes reales y principios constitu­ b e s , Traclatus Logicae fo rm a lis, R om a
tivos internos de éstos. Ejemplo de 1 9 4 0 , p . 7 0 ss, 1 5 6 s s ; [A . G ó m e z I z ­
conceptos opuestos pueden verse q u ie r d o Análisis del pensamiento lógico
,
en lo dicho anteriorm ente. P or lo t. i, 1 9 2 8 ; t. i i , 1 9 4 3 ; J. D o p p , L efons
que respecta a los juicios simples de logiquf form elle 3 v o ls ., L ovaina. 1 9 5 0 ],
categóricos, reina oposición con­
tradictoria (contradicción) entre ju i­ Optimismo. E n sentido psicoló­
cios del,m ism o contenido uno de gico (1) es aquella disposición de
los cuides es universal (o particular) ánim o que propende a verlo todo
afirm ativo y el otro particular (o por el lado bueno. E n acepción
universal) negativo (v.gr. todo metafísica denom ínase optim ismo
árb ol tiene raíces — algún árbol la concepción según la cual el
no tiene rafees). N o pueden ser m undo existente, com o expresión
am bos verdaderos ni am bos falsos. necesaria de la sabiduría y de la
D e la verdad de uno síguese la fal­ bondad divinas, es el m ejor de
sedad del otro o viceversa. E n tre todos los posibles (2) (Leibniz,
juicios universales del mismo con­ /I lu s tr a c ió n ) o tam bién la doc­
tenido, uno de los cuales es afirm a­ trina que tiene p o r fundam ental­
tivo y el otro negativo, hay opo­ m ente bueno to d o cuanto hay en
sición contraria (v.gr., todo árbol el m undo y hace consistir el mal
tiene raíces — ningún árbol tiene sólo en la finitud del ente (3) (Es­
raíces). N o pueden ser am bos ver­ toicos, Espinosa). L a doctrina esco­
daderos, pero sí falsos. D e la ver­ lástica puede calificarse de opti­
dad de u no infiérese la falsedad mismo m oderado (4); según ella,
c] ente es valioso en sí ( / Valor) al hom bre únicam ente las norm as
y el m al, que no es pura m inora­ del orden, fijándosele com o tarea la
ción de u n bien, sino ei no ser de realización del m ismo en su propio
lo que debe ser, está encauzado pensar y obrar (orden lógico y m o­
por la sabiduría y bondad de Dios, ral). Es creador del orden en la
aunque no siem pre podem os pe­ plasm ación del m undo exterior (or­
netrar sus designios en casos par­ den cultural). — D ecim os que hay
ticulares (/'T e o d ic e a ). — El opti­ orden donde u n a pluralidad de
mismo cultural (Lessing, H erder, miem bros, elem entos o partes está
Fichte, Hegel, marxismo) cuenta gobernada y dom inada p o r una
con una supuesta evolución con­ ley, un /s e n t i d o o una /u n id a d .
tinua de la hum anidad y de su Los elementos constitutivos pueden
/ c u l t u r a hacia estadios más ele­ ser seres independientes, v.gr., los
vados: el m al físico, e incluso el soldados de un ejército, o depen­
moral, queda reducido a mero dientes, com o los m iem bros y fun­
tránsito necesario que es absorbido ciones de un organism o. — E l or­
en un bien superior. — El optim is­ den está conceptualm ente próxim o
mo ( 2), en su form a más radical, a la /to t a li d a d . Su concepto es,
desconoce que el Infinito nunca no obstante, m ás am plio que el de
puede encontrar en lo finito su ésta, puesto que hablam os de to ­
expresión absolutam ente necesaria. talidad sólo cuando los elementos
El m undo ha salido, ciertam ente, de un orden form an u nidad por
de la sabiduría y bondad infinitas, su estar juntos (como las piedras
pero a pesar de ello no es el mejor, de un m ontón), m ientras que hay
porque lo finito p o r naturaleza no tam bién órdenes en los que los
permite ningún máximo, antes bien, elementos n o se ju n ta n para cons­
puede ser superado en cada grado tituir u n todo (v.gr., la serie ili­
de su realización. El / m a l no es m itada de ¡os núm eros, 1, 2, 3...).
mera finitud, sino deficiencia. Tam ­ Ejemplo convincentísim o de ello
poco el autor del / m a l m oral nos lo proporciona el / organismo.
puede justificarlo recurriendo a las Pero justam ente m uestra tam bién
buenas consecuencias necesarias del que orden no equivale a uniformi­
mismo. — B r u g g e r . dad. C uanto m ás dom inan en una
m ultiplicidad el sentido y la unidad,
a) S a n t o T o m á s d e A q u in o , Sum m a
tanto más desaparece la uniform i­
theologica, q. 25, a. 6; G . W . L e ib n i z ,
F.ssaisde Theodicée, 1710.— J. A. B e r r e n - dad, en la cual la m ultiplicidad
b e r g , D as Leiden im W eltplan, 3J942; queda superada sólo a prim era
J. D u b o c , D er O ptim lsm us ais Weltan- vista, externam ente y no desde den­
schauung, 1881; [J. H e l l ín , Interpreta­ tro. Tam poco ha de equipararse el
ción o p tim ista de la historia, en «P ensa­ orden a lo estático. E l orden puede
m iento» 8 (1952) pp. 291-311]. realizarse tan to de m anera / e s t á ­
tica com o /d in á m ic a , cual acon­
. O rden. El m undo se presenta al tece, v.gr., en el organism o y en el
hom bre ordenado en sus múltiples orden ético.
aspectos; p o r eso los griegos lo lla­ Puesto que el ente existe en la
m aron xéofioz. A unque perturbado m edida que es uno en sí mismo
y q uebrantado a veces, el orden es ( / U n i d a d ) y en general aparece
lo preponderante, sobre todo en el con u n a cierta /p lu r a lid a d sólo
dom inio de la naturaleza. En la esfe­ en sus realizaciones finitas, el con­
ra de lo lógico y m oral se han dado ju n to de lo real se m uestra com o
u n a gradación ontológica ( / S e r partes se llam a organización); las
[G rados del]) ordenada en lo más diversas partes del organism o tie­
íntim o, pues la unidad pura del nen sus actividades peculiares que,
Ser subsistente precontiene en sí a pesar de ello, ejercen con depen­
de m odo em inente toda la m ul­ dencia del todo y de su bien, es
tiplicidad de las perfecciones fi­ decir, como /f u n c io n e s del con­
nitas. Pero el orden del ente finito junto. Las partes del organism o re­
n o se manifiesta solam ente en la ciben el nom bre de miembros, aten­
unión, p o r el acto del existir subs­ diendo a la diversidad d e estruc­
tancial, de todos los principios del tura, y de órganos, cuando se los
ser ( / Ser [Principios del]) que considera desde el punto de vista
constituyen un ente, sino también de la diversidad de funciones. El
por la unión de todos los entes calificativo orgánico (opuesto a in­
m ediante las variadísim as / r e l a ­ orgánico) se aplica a los cuerpos
ciones que, en últim a instancia, estructurados de m anera análoga
los rem iten a la unidad del Ser a los organism os, a las m aterias que
subsistente. en la naturaleza son producidas
P reparado por las concepciones sólo p o r ellos (v.g., la albúm ina)
de Platón acerca del reino de las y, finalmente, a las funciones efec­
ideas, el pensam iento del orden tuadas por órganos. Las más im­
abrióse paso principalm ente en el portantes funciones de conjunto
neoplatonism o. Así Plotino coloca­ del organism o son: la /e v o lu c ió n
ba en la cum bre del ser el «U no» y el crecimiento, la conservación
del que toda perfección desciende activa y el autosostenim iento en el
en escala ordenada hacia los dem ás medio am biente (alim entación, et­
seres. E ste pensam iento neoplató- cétera), y la reproducción, es decir,
nico-agustiniano fué n o menos de­ la form ación de u na p arte que
cisivo que el aristotelism o para la después de separada seguirá exis­
síntesis metafísica elaborada por tiendo com o organism o indepen­
Santo Tomás de Aquino y aplicada diente. L a totalidad de estas fun­
a los dom inios ontológicos particu­ ciones/en los diversos organism os
lares. — B r u g g e r . constituye la / vida orgánica (bio­
logía — ciencia de la vida orgá­
b) L. A n d r i a n , D ie Stdndeordmmg des nica). E n cuanto realizada de m a­
AUs, 1930; H . K r i n g s , Ordo, 1941;
nera inconsciente (tam bién en el ani­
H . D r i e s c h , Ordnungslekre, 1912; d) H .
M b y e r , Thom as von Aquin, 1938, 519-570
m al y el hom bre), denom ínase vida
[existe t r a d . in g lesa]; (A. S i l v a - T a r o u c a , vegetativa. — Son organism os en
L'idée d'ordre dans la philosophie de S a in t el sentido descrito n o sólo los seres
Thom as, en «R evue néoscolastique de pluricelulares, sino tam bién los in­
Philosophie» x l (1937)]; e) C. F e c k e s , dividuos celulares, pues conform e
D ie H arm onie des Seins, 1937. a su estructura y función son
totalidades integradas p o r miem­
Organismo. Los seres vivientes bros. F rente a lo inorgánico n o es
m ateriales revisten la form a de or­ u n rasgo diferencial decisivo la
ganismos. Éstos se definen p o r los estructura totalitaria, que se en­
siguientes caracteres: son / t o t a l i ­ cuentra asimismo en los cristales,
dades corpóreas naturales; constan sino la función orgánica. El con­
de partes, distintas po r su posición, cepto de organism o prescinde de
constitución química y estructura que su función sea sólo posible
(la estructura y ordenación de estas con un principio vital ( / V i t a l
[PrincipioJ) distinto de la m ateria el hom bre, no son substancias in­
o pueda verificarse sin él. — L as dependientes sino sólo determ i­
expresiones citadas se em plean tam ­ nantes (modi) o m odos de manifes­
bién en sentido m etafórico. Así, el tación del A bsoluto. Al conocerse
térm ino organism o se utiliza p ara el hom bre a sí m ism o, es D ios
designar totalidades semejantes a en realidad quien se conoce a sí
los organism os biológicos, v.gr., mismo. C onsideradas em píricam en­
económicas, sociales, sistemáticas, te, las cosas difieren unas de otras;
etc. (de esta traslación se han sa­ m as en su esencia profunda, m eta­
cado a m enudo consecuencias in­ física, se identifican entre sí y con
justificadas [/B io lo g ism o ]); el a d ­ D ios (teoría del Todo-Uno). Dios
jetivo orgánico, para indicar lo que com o principio p roductor de las
tiene funciones diversas, pero orien­ cosas es la natura naturarts; éstas
tadas hacia el to d o o lo que resulta son la natura naturata. Puesto que
de tales funciones; el vocablo orga­ todas las cosas están en D ios y en
nización, p ara d en o tar un todo cu­ la vida interior de É ste sólo hay
yas partes colaboran gradualm ente necesidad, queda excluida to d a li­
ordenadas; el térm ino órgano, p ara bertad tanto en A quél com o en
designar u n a parte del todo a quien las criaturas.
corresponde una función especial. F orm as principales del panteís­
— B rugger. m o: a) E n relación con la identidad
entre D ios y los seres em píricos,
O . BAUSRNFErND, Das Wesett lebender distínguense el panteísmo inma-
Gestalt, 1931; H . D r i e s c h , The Science nentista ( / M onismo), que diluye
and the philosophy o f the Organism
com pletam ente a D ios en las cosas,
(G ifford L ecturas), 1908 [trad. alem . p o r
su m ism o a u to r: Philosophie des Orga-
equivaliendo así al /a te í s m o m ate­
nischen, 1909, *1928]; del m ism o: Die rialista craso ( Ostwald, Haeckel, Tai-
M achine und der Organismus, 1935; ne); el panteísmo trascendente (místi­
A. M ü l l e r , Struktur und Aufbau der co), que ve lo divino sólo en lo m ás
Ganzheiten, 1933; J. M a r i t a i n , Philoso­ íntim o de las cosas, sobre todo en
phie de i ’organisme, en «R evue thom iste» el aim a, de tal suerte que la criatu­
1937; H . C o n r a d - M a r t i u s , Der Selbst- ra se diviniza únicam ente suprim ien­
aufbau der Natur, 1944; R . S c h u b e r t -
do la envoltura sensible (panteísmo
S o l d e r n , Philosophie des Lebendigen,
1951; [F. G r í g o i r e , Note sur la philoso­
indio de la filosofía del / Vedan-
phie de Vorganisme, en «R evue philoso- ta, Plotino, Escoto Eriúgena); y el
p h iq u e d e L o u v ain » 45 (1948)]. panteísm o ínmanente-trascendénte,
según el cual D ios se realiza
y m anifiesta en las cosas (Espino­
Panteísm o. Según el panteísm o sa, /id e a lis m o alem án, Goethe,
hay sólo u n a única substancia o Schleiermacher, E ucken). A quí debe
naturaleza, a saber: el ser existente incluirse tam bién el panpsiquismo,
por sí, absoluto, eterno, infinito que considera ai T odo anim ado p o r
e im personal. Éste es concebido un alma o razón del mundo. Así
de diversas m aneras: com o vida intenta el panteísmo biológico ex­
(Bergson), substancia inm utable plicar la /f in a lid a d interna y la
(Espinosa), ser abstracto indeter­ hétero-finalidad propias de los or­
m inado (H egel), absoluto (Fich- ganism os. — b ) D esde el p u n to de
te), vo luntad ciega (Schopenhauer), vista del origen de las cosas hay
idea y voluntad a la vez (E. v. que señalar: el panteísmo emana-
H artm ann), — L as cosas, incluso tista, que las hace salir del Absolu-
to inalterado ( /N e o p la to n is m o ); socavan los fundam entos de la
el panteísmo evolucionista, confor­ m oral; ¡a desaparición de to d a di­
m e al cual Dios se realiza a sí m is­ ferencia entre D ios y hom bre des­
m o m ediante el devenir de! universo truye las bases esenciales de la
y llega a la autoconciencia (Fichte, religión. — Finalm ente el pan­
Schelling, Hegel, Gentile, Croce), teísmo contradice nuestra concien­
y, por últim o, el panteísmo estático, cia, pues si no fuéramos substan­
que sencillamente deja de lado el cias independientes no podríam os
problem a del origen de las cosas tener conciencia ninguna del yo. —
(Espinosa). — c) Gnoseológica- R ast,
m ente se diferencian el panteísmo
realista, que atribuye a las cosas b) F . A . S c h a l c k , Panthéisme, en el

y a la conciencia individual un ser D ictionnaire de théologie catholique x i, 2 ;


A . V a l e n s i n , P anthéism e, en el D iction­
independiente del pensar divino,
naire apologétique de la f o i catholique III,
(Espinosa, E. v. H artm ann), y el 1 3 0 3 -3 3 ; del m ism o: Panthéisme, París
panteísmo idealista, p ara el cual 1 9 2 2 ; G . M . S c h u l e r , D er Pantheismus,
todo se reduce a pensamiento del 3 8 8 4 ; F . K lim k e , D er M onism us und
A bsoluto. Tenemos, además, el seine philosophischen Grundlagen, ‘ 1 9 1 9
panlogismo de un Hegel, por ejem­ [trad. ital.: 11 monism o e le sue basi
plo, en el que se identifican pen­ filoso fiche, 2 vols., F lorencia 1 9 1 4 ];
sar y ser. — d) Según se asigne J. U h l m a n n , Die Persffnlickkeit Gottes
und ihre modernen Gegner, 1 9 0 6 ; d) Ja -
la prim acía a D ios o al m undo,
s c h e , D er Pantheism us nach seinen ver-
cabe hablar de panteísm o en sen­ schiedenen H auptform en, 1 8 2 6 -1 8 3 2 ;
tido estricto, que disuelve a D ios G . E . P l u m t r e e , General Sketch o f the
en el universo, o de panenteísmo, H isrory o f Pantheism, L ondres 1 8 8 1 ;
que ve en el mundo un puro m odo J. E n g e r t , Der Gottesgedanke im mo­
de m anifestación de D ios (lo cual dernen D enken, 1 9 3 2 ; [P. S i w e k , Spinoza
es propio, v.gr., de los antes cita­ et le panthéism e religieux, P arís 1 9 3 7 ];
dos panteísmos trascendente e in- e) J. H e i l e r , Gottgeheimnis in Sein und
Werden, 1936.
m anente-trascendente). Afín es la
distinción entre panteísmo y teopa-
nismo: según el prim ero, D ios se Participación. L a participación
subordina al T odo; conform e al es uno de los conceptos fundam en­
segundo, en cambio» el T odo se tales de la teoría platónica de las
subordina a Dios. ideas. T oda / i d e a supram undana
R efutación del panteísm o: El realiza exhaustivamente, o sea, se­
panteísm o incurre ante todo en gún la plenitud entera de sus posi­
contradicciones internas al intro­ bilidades, un contenido esencial;
ducir necesariam ente a / D i o s , in­ por eso brilla como / i d e a l sobre
m utable y simple, en el cambio el dom inio de lo terrestre. Las
y la pluralidad del, m undo, pues cosas de este m undo presentan
los determ inantes y m odos de únicam ente un a participación de
manifestación afectan también de las ideas en tan to que sólo pueden
m anera necesaria a su fundam ento recibir en sí un sector de sus posi­
ontológico. — Suprim iendo la li­ bilidades. D e ahí que las ideas
bertad se quita al hom bre la res­ aparezcan como el verdadero ente,
ponsabilidad, y la diferencia entre m ientras que las cosas terrenas,
bien y m al queda destruida. Esta adheridas al no ser o m ateria, sig­
doctrina, así com o tam bién la ne­ nifican sólo una som bra de aquel
gación de la inm ortalidad personal, m undo superior, según describe
uw tivadoram ente Platón en la fa­ un sector de su plenitud. Los g rados
mosa alegoría de la caverna, inserta del ser de las cosas ( / S e r [G rados
m su «República». Además de del]) corresponden a los peldaños
este sentido estático actuante en­ de esta asimilación. La dem ostra­
tre arquetipo y copia, la parti­ ción de la existencia de D ios a partir
cipación platónica posee también de estos grados es el núcleo uno de
otro dinámico. Es decir, debe sal­ los puntos centrales de la reflexión
var el abism o entre la idea supra- sobre la participación. — E n el um ­
m undana y la cosa terrena. Puesto bral de la E dad M oderna Nicolás de
que la idea no pasa a form ar Cusa hizo de la idea de participación
parte de ésta, hay que explicar el centro de sus esfuerzos. La época
cómo a pesar de ello está configu­ actual ha vuelto a estudiar, ju n to
rada conform e a la idea. P latón con la herencia platónica, la parti­
dice que la cosa participa de la cipación. Partiendo de la «inhabita-
idea sin que sea capaz de definir ción» del arquetipo en su trasunto
categóricam ente tal participación. y del parentesco esencial existente
La noción de participación acom ­ entre am bos, se vino a un a com ­
paña al platonism o en su m archa prensión m ás profunda de la inefa­
a través de los siglos. Sigue des­ ble unión de D ios con su creación,
arrollándose en el /n e o p la to n is ­ o sea, de la / inm anencia de Dios
mo, en San Agustín y en el / agus- en el mundo. — L o t z .
iinismo tardío. Santo Tomás de
Aquino le da una form a en cierta b) G . S i f w t . r t h , D er Thomismus ais
¡dentitdtssystem , 1939 (especialm ente x),
m anera clásica al fundirla con su
A . M a r c , D ialectique de l’affirm ation
aristotelismo. E n latín se acuña el 1952, [S . C u e s t a , L o s arquetipos de las
térm ino participatio (de «partem ca- teorías de la participación, en «M iscelánea
pere» = tom ar parte). — P ara C o m i l l a s » 19 (1953) pp. 1-51}; d) L. B.
Santo Tom ás el fondo prim itivo G f í Ci E R , L a participalion dans la phiio-
de que todo participa es la pleni­ sophie de Saint Thomas d'A quin, 1942;
tud de Dios, el cual por ser «el» C . F a b r o , L a nozione metafísica di parte-

Ser, es decir, el Ser absoluto o in­ cipazione secondo S . Tom m aso d'Aquino,
1939; A. H a y e n , U intentionnel dans la
finito, incluye todas las perfeccio­
phiiosophie de S a in t Thomas, 1942 (espe­
nes en su más elevada y acabada cialm ente J, 5); G . S óhncien, Thomas
realización, o sea, según sus com ­ von Aquin über Teilhabe durch Beriihrung,
pletas posibilidades ( / Dios, Per­ en «Scientia S acra» (Festschrift fü r K ard.
fección). Él tiene unificado en sí, Schulte), 1935; del m ism o: D ie neupta-
por vía de eminencia, todo lo que tonische Scholastik und M y s tik der
en la creación aparece dividido. Teilhabe bei Plotin, en «Philosophisches
Como Ser puro es tam bién subsis­ Jah rb u ch » 49 (1936), pp. 98-120; J.
HlRSCHBERGER, Geschichte der Philosophie
tente, m ientras que el ente finito
(índice de m aterias) [trad. esp.: Historia
se com pone de form a y sujeto de la filosofia, 2 vols., 1954-1956J.
( / A c t o , Subsistencia). E n oposi­
ción a todas las teorías, panteístico-
em anatistas, la participación, se Pasión I. En sentido psicológico
realiza p o r la creación, que im­ (1), pasión es la disposición de la vi­
plica inseparablem ente las causa­ da afectiva y apetitiva p ara reaccio­
lidades divinas eficiente y ejemplar. nar intensam ente, unas veces irrum ­
Por ésta las criaturas están form a­ piendo en form a bruscam ente explo­
das según su arquetipo, de suerte siva e invadiendo el alm a (v.gr., un
que cada u n a refleja a su m anera arrebato de cólera), otras m ante­
niendo largo tiem po la vida aní­ duce sólo en virtud del cambio
m ica bajo su jurisdicción y servi­ ocurrido, en virtud, p o r lo tanto,
cio con tranquila tenacidad. Santo de la pasión. — (1) W i l l w o l l —
Tomás de Aquino distingue once (II) B r u g g e r .
pasiones fundam entales (passio­
nes)'. seis simples «pasiones del I. a ) S a n t o T o m á s d p A q u i n o , Sum m a
apetito» (passiones concupiscibiles) theologlca, 1. 2 q. 22-48; b) L e h m e n ,
Lehrbuch der Philosophie v (Psychologie);
y cinco «pasiones de defensa y con­
Th. M üncker, D ie psychologischen
secucióni» (p a ssio n e s irascibiles), Grundlagen der kathollschen Slttenlehre,
fundadas en las prim eras, excitadas 1934; K . S c h m i d , Die menschliche WiUens-
po r los obstáculos que se oponen fre ih e it in íhrerrt Verháltn's zu den Le!-
al apetito. Según la relación inten­ denschalten, 1925; [J, Le R o h e lle c , La
cional a bienes o m ales actuales, théorie des passion.i chez saint Thomas,
presentes o bien inminentes, Santo en «R evue de P hilosophie» 22 (1913)
Tomás establece en el primer grupo pp. 306-314; L a h r - P i c a k d , Cours de
P hlbsophie, P arís 1920. t . j; L a V a i s s i é r e -
com o pasiones fundam entales el
P a i .m j ?s , Psicología experimental, '1952;
amor y el odio (no debiendo en­ H. D. N o d l p , Les passions dans la vie mora­
tenderse aquí estas palabras en el le, !.» parte, Parts I932J.— II. J. S c h w í r t -
sentido complejo hoy usual, sino s c h l a g e r , Philosophie der N atur i, *1922;
únicam ente en el de «inclinación» [ H o e n e n , Cosmología, R om a 1936; del
o «aversión»), y, además, alegría m ism o: Filosofía delta natura inorgánico,
y tristeza, deseo y aversión; en el Brescia 1949].
segundo grupo coloca esperanza
y desesperación, valor y tem or, y, Patrística (Filosofía). Entiénde­
finalmente, ira. Platón puso acer­ se po r filosofía patrística el con­
tadam ente de relieve la fuerza ju n to de ideas filosóficas de la
acrecentadora o destructiva de va­ época patrística, es decir, de los
lores que las pasiones tienen en Padres de la Iglesia o de la anti­
la vida psíqtrica^ com parándolas güedad cristiana. I.a filosofía pa­
a fogosos corceles que m archan ve­ trística no posee unidad sistemá­
loces, dom inados y utilizados por tica ni histórico-evolutiva; pero es
la m ano firme del auriga, o bien im portante en la historia de la
corren de m anera insensata y des­ filosofía como preparación p ara la
tructora carentes de firme direc­ /e sc o lá stic a . Las nociones filo­
ción. Sin pasiones, la vida del alm a sóficas están inscritas en la vida
sería raquítica; dom inada por ellas, cristiana y en la penetración teo­
provoca la ruina de sus valores. lógica del patrim onio de la fe en
II. E n otro sentido (2), pasión el cual encuentran su norm a. Sólo
(passio) se opone a acción (actio). en pocos autores, entre los que
Acción y pasión son en el m undo destaca especialmente San Agustín,
corpóreo las dos caras del / c a m ­ adquieren un desarrollo ulteriór
bio: el mismo proceso se llama ac­ autónom o.
ción con respecto a la causa eficien­ El cristianismo no tenia prim ero
te de aquél; pasión, con relación a necesidad alguna de actuación filo­
lo que cam bia. Así entendidas, actio sófica po r lo que respecta a la fe
y passio se cuentan entre las / ca­ en la revelación divina hecha p o r
tegorías aristotélicas. La ley física Cristo. La situación varió sólo
de la igualdad de acción y reacción cuando se presentó la necesidad
n o anula la oposición entre acción de defender (apologistas) la doc­
y pasión, pues la reacción se p ro ­ trina cristiana frente a los que le
eran ajenos, sobre todo los sabios. O. P ep.l e r , Patristische Philosophie,
En la polémica contra el politeísmo B erna 1950 (bibliografía); F. U e b e r w e g ,
utilizáronse ideas de la filosofía Grundriss der Geschichte der Philosophie,
11: Die Patristische und scholnstlsche Phi-
antigua, pero rechazándolas a la losophle (B . G eyer), "1928; J. T i x e r o n t ,
vez com o fundam ento suficiente de ffistoire des dogmes, 3 vols., Parts 111930;
la vida. U n nuevo contacto con la O . W illm ANN, Geschichte des Idealismus,
filosofía lo ofreció la polémica de *1907, t. II; i. H e s s e n , P atristische und
Ja Iglesia con la balbuciente es­ scholastische Philosophie, 1922; B. R o-
peculación religiosa del gnosticis­ m e y e r , L a philosophie chrétienne Jtisqu’á

mo. Éste no se contentaba con la Descartes, París 1935-1936; G i l s o n -


BO h n e r , Die Geschichte der christlichen
fe sencilla de los cultos religiosos
Philosophie von ihren Anfñngen bis Ni-
(judíos, paganos, cristianos), sino kolaus von Kites, 1937; B . S t e id l e , Die
que quería avanzar, por encima de KirchenvSter, 1939; H . M ey e r , Geschichte
ellos, hacia la gnosis, hacia el saber der abendlandischen W eltanschauung n,
especulativo. Al sincretismo y sim­ 1947; B . A l t a n e r , Patrologie, 1950
bolismo (/S ím b o lo ) fantástico de [trad . esp.: Patrología, *1957); [R. Jo l i -
la «falsa» gnosis, Clemente de A le­ VET, Essai sur Ies rapports entre la pensée
jandría opuso la gnosis «verdadera», grccque et la pensée chrétienne, 1931;
A . D . S e r t il i . a n o e s , Le chrhtianlsm c et
com binación del pensam iento filo­
les phihsúphics i, 1936}. — H . L e isccanc . ,
sófico griego con la tradición cris­
Gnosis, 1937; e ) C. B a e u m k e r , Die Pa­
tiana, que, apropiándose y trans­ tristische Philosophie, en Kultttr der Ge-
form ando re c u rs o s conceptuales genwart (H innebcrp) i, 5, pp. 264-298.
filosóficos, quiere llegar a una dog­
mática especulativa y sistem atiza­
da. Orígenes fué quien por vez Pedagogía es la ciencia de Ja edu­
prim era la desarrolló. A unque re­ cación. N o se reduce a mero arte,
chazada en muchos puntos por la sino que intenta describir, funda­
conciencia eclesiástica, siguió dom i­ m entar y sistem atizar conform e
nando desde entonces el principio a las razones últim as el proceso
de la unión de teología y filosofía, cultural llam ado «educación», que
que pasó a la escolástica a través se encuentra en los pueblos de
de San Agustín. todos los tiempos. O bjeto de la
El cristianism o repudió siempre educación es el educando, o sea,
el /e p ic u re is m o y el escepticismo. el /h o m b r e incom pleto en cuya
Aristóteles, cuya escuela se entregó esencia finita estriban la capacidad,
especialm ente a la actividad lite­ necesidad y anhelo de complemen-
raria erudita, ejerció tam bién es­ tación. E sta necesidad de educación
caso influjo sobre la filosofía p a­ abarca to d a la am plitud del ser
trística. Las fuentes de ésta son hum ano (cuerpo-alm a, individuo-
sobre to d o el /e s to ic ism o , el sociedad, hombre-D ios). La tarea
/p la to n is m o , la filosofía religiosa de la educación consiste en que
de Filón y, especialmente, el / n e o ­ hom bres ya form ados presten el
platonism o, cuyas doctrinas no auxilio correspondiente a dicha n e­
fueron aceptadas sin previa selec­ cesidad. Su objetivo es estimular,,
ción y profunda transform ación. lo mismo en su desarrollo que en
E l pensam iento patrístico revistió su inserción ontológicam ente orde­
eficacia histórica sobre todo en n ad a d en tro del hom bre total, y
la form a que le dió San Agustín fom entar, ta n to con la interven­
( / Agustinismo). — / [74-86]. — ción directa com o p o r la estructu­
B rugger. ración del am biente, las disposicio-
nes puestas en el educando y ten­ ción del entendim iento) y la edu­
dentes a la perfección de tal m anera cación (m odelado de la voluntad)
que éste se haga capaz de cum plir O tros, en fin, con O. Willmann.
sin ayuda ajena su misión en la tom an la educación com o un con­
vida com o persona y ente social junto total cuyas partes orgánicas
(formación form al). Esta indepen- son cuidado, disciplina y form a­
dización se realiza proporcionando ción. — /A u to r id a d . — S c h r ó -
los bienes esenciales de la cultura, teler.
conduciendo al dom inio autónom o
de los mismos y al anhelo de confi­ b) G . G r u n d w a l d , Philosophische Pá-

gurar estos bienes desarrollándolos dagogik, 1917;,. C. K r i e o - G . G r u n d -


w a u > , Lehrbuch der Padagogik, M922-
según la m edida de las posibilida­
1923; O. W i l l m a n n , D idaklik ais Bil-
des individuales (formación mate­ dungslehre, “1923 [trad. esp .: Teoría de
rial). T oda la héteroeducación es, ¡a form ación humana, 2 vols., 1948]; del
pues, una ayuda para la autofor- m ism o: Philosophische Padagogik, en
m ación del educando. L exiko n der Padagogik', J. G o t t l e r ,
La pedagogía depende esencial­ System der Padagogik, "1923 [trad. esp.:
m ente de la /a n tr o p o lo g ía y, por Pedagogía sistem ática, 19551; F . X. Eo-
consiguiente, de todas las discipli­ cek sdo rfer, Jugendbildung, *1933; A.
S c h n e i d e r , Einfiihrung in die Philosophie
nas filosófico-teológicas que pasan
itnter Br.riicksichtigung ihrer Beziehung
a form ar parte de una teoría gene­ zur Padagogik, 1931; M. S. G i l l e t ,
ral del hombre. Los distintos sis­ L 'éducation du caraclére, P arís 231908;
temas educativos descansan, en rie l m ism o: Valcur ¿ditcative de la morale
últim a instancia, sobre las diver­ cathoHque, París *1927; J. M a r i t a i n ,
sas concepciones acerca de aquél. L 'éducatio’) á la croisée des chemins, París
N o hay ninguna pedagogía que se 1947.— J. S p í e l e r ( e d i t . ) , L exiko n der P a­
construya sin concepción del uni­ dagogik der Gegenwart, 1930-1932; nueva
edición: L exikon der Padagogik l, 1952;
verso y partiendo sólo de puntos
K l e i n e r t ( e d i t . ) y o tro s: L exikon der Pii-
de vista inm anentem ente pedagó­ dag.ov.ik, Berna 1950 ss. — d) H. W e i m e r ,
gicos. La pedagogía considera al Geschichte der Padagogik, 1921 (Gfi-
hom bre d esd e'« n —punto de vista schcn); P. R a r t h , Die Geschichte der
especial: por encima del ser m ira E rziehung, 31925; J. G o t t l e r , Geschichte
sobre todo al devenir, a la evolu­ der Pádagogík, a1935; A . M i l l o t , L es
ción ; por encima de la form a grandes tendances de la pédagogie con-
com ún a todos m ira la configura­ temporaine, Paris 1938; J. G e s s l e r , Mis­
to iré de la pédagogie, L ovaina 1941.
ción concreta, irreiterable, y esto
lo hace siempre teniendo en cuenta
la posibilidad de influir, que es Pensar. M odo n o sensible de co­
decisiva p ara la elección de los nocer, dirigido al ente en cuanto
medios. P or eso la pedagogía ne­ tal y a las relaciones implicadas
cesita de una antropología que le en su sentido. Se realiza en diver­
proporcione una visión previa. — sos actos de aprehensión (inteli­
A lgunos usan casi indistintam ente gencia de relación, form ación del
los térm inos educación (Erziehung) concepto, raciocinio) y de tom a
y formación (Bildung). Para otros, de posición (pregunta, duda, etc.)
la form ación considerada como para llegar en el asentim iento del
plasm ación universal y completa juicio al abrazo definitivo (o que
del hom bre, es un todo que in­ se cree definitivo) con un objeto.
cluye en sí como partes orgánicas Pasa rítm icam ente de la contem ­
el cuidado, la enseñanza (forma­ plación tranquila de un objeto
(aprehendido sea com o fuere) al ( /C o n c e p to [F o rm a c ió n del]).
progreso y búsqueda de conoci­ T oda com prensión más o menos
m ientos siempre nuevos (pensar com pleja de datos y todo pensar
discursivo), y de entender en for­ creador de algo nuevo se sirven
ma m eram ente reproductiva una de com plejos y com plementacio-
verdad presentada, entendiéndola nes de complejos inconscientes, lo
m ediante la com prensión de sus re­ cual frecuentem ente ocurre en tal
laciones lógicas a verdades adqui­ m edida que las «intuiciones» crea­
ridas en o tra ocasión (pensar re­ doras o «inspiraciones» pueden apa­
productivo), a un pensar creador recer casi com o obra de lo / i n ­
más independiente (inspiración; consciente. S in e m b a rg o , estos
/I n tu ic ió n y más adelante). procesos inconscientes no son ver­
El pensar se distingue esencial­ dadero pensar; el trabajo espiritual
mente del /c o n o c im ie n to senso­ productivo se consum a por la cons­
rial. N o sólo se dirige a lo que ciente inteligencia de relación de
cae bajo los sentidos, sino también conexiones intelectuales dotadas de
a lo no intuitivo y en lo sensorial­ sentido.
m ente perceptible m ira a la qui­ N uestro pensar está ulteriorm en­
didad de la cosa no aprehensible te condicionado por el / «a priori
por aquéllos. En vez de seguir psicológico», en cuanto que las
únicam ente las leyes de las / aso­ particularidades individuales típicas
ciaciones y / complejos que ac­ o accidentales del «temperam ento
túan de una m anera ciega para intelectual», la peculiaridad de los
el sentido (necesidad subjetiva del contenidos de pensamiento adqui­
pensar), el pensar se orienta en úl­ ridos y acostum brados (a los cua­
tim o térm ino por la conexión nece­ les ha de incorporarse lógicamente
saria de los contenidos mismos ( ne­ lo que va a entenderse p o r vez
cesidad lógica u objetiva del pensar). prim era), influyen (con frecuencia
A pesar de diversos vínculos que le de m odo imperceptible, pero, por
unen a lo m aterial, no es, com o el lo mismo, m ás im portante) tanto
conocim iento sensorial, una activi­ sobre los procesos de la elabora­
dad inm ediatam ente co-ejecutada ción discursiva de conocimientos
por la m ateria, sino que posee n atu ­ com o sobre la configuración de sus
raleza espiritual (/E s p ír itu ) . A pun­ contenidos. A quí ha de incluirse
tando al verdadero / ser de lo dado tam bién la peculiaridad del estilo
y encontrado en él su objeto for­ form al del pensamiento, más vuelto
mal, puede, aunque a m enudo sólo a lo concreto o a lo abstracto, el
analógicam ente, en trar en contacto entendim iento más sintético o m ás
con todo lo que de algún m odo tiene críticam ente sondeante, el tipo de
ser. Su am plitud es, pues, ilim ita­ atención tenaz o lábil, la estructura
da. — Sin em bargo, el pensar hu­ de la personalidad predom inante­
mano perm anece prendido de m u­ m ente esquizou'mica o ciclotímica,
chas m aneras en la unidad psí- integrada o desintegrada, y, por
quico-som ática del conocim iento últim o, el ¿do; incondicional de
sensible (y, po r lo mismo, a lo la verdad. P or eso el pensar h u ­
m aterial e inconsciente), tanto en m ano, cuanto m ás se ocupa en
los actos de aprehender como de cosas de im portancia vital, cuanto
tom ar posición. Los contenidos de más em peñado está en u n serio
nuestros conceptos proceden casi «tener que buscar», más es un
todos de la experiencia sensible «hacer personal» sostenido por la
personalidad total. Así com o la sición a la impresión sensorial
índole y form ación de ésta influye pura, tom a el aspecto de una
en el pensar, así tam bién la edu­ apercepción.) E n la vieja psicolo­
cación del pensam iento en orden gía «atom ista» fué interpretada co­
al £0o? de la verdad, a la au to ­ m o u n producto com puesto, a
crítica sensata, a la claridad y rec­ m odo de mosaico, de / «sensa­
titu d lógica, a la am plitud y doci­ ciones simples elementales» pre­
lid ad p ara a p r e n d e r , es de la cedentemente form adas, mientras
m áxim a im portancia para la edu­ que, según los m odernos puntos
cación de la personalidad total y de vista relativos a la totalidad
el encuentro objetivo de la verdad. psicológica, la percepción es el ver­
— Según Kant, pensar, en oposi­ dadero «acto primitivo» del / c o ­
ción a conocer, designa todo uso nocim iento sensorial que luego des­
de conceptos, sea o no sea un ob­ com ponem os en sus elementos. A
jeto determ inado p o r ellos; en la construcción de la imagen per­
oposición a intuición, pensar sig­ ceptiva pueden cooperar, ju n to con
nifica el acto de determ inar me­ las impresiones procedentes del ob­
diante conceptos la diversidad dada, jeto sensible, factores subjetivos de
construyendo con ellos la unidad muchas clases; complejos represen­
de un objeto, lo cual es sinónim o de tativos asociados, esquemas anti-
conocim iento. — WnxwoLL. cipadores y distribución de la aten­
ción, que realizan un a especie de
b) K . B ü h l e r , Die geistige Entw icklung
des Ktndes, 1929, § 7 [trad. esp.: E! des­
selección entre las partes del todo
arrollo espiritual del niño, 1 9 3 4 ]; J . L in d - que han de considerarse. Estos
w o r s k y , Theoretische Psychologie, *1932 factores y, en el hom bre, los inte­
[trad. e s p .: Psicología experim ental des­ lectuales de enfoque e interpreta­
criptiva y teórica, “1935 (pfirte teórica)]; ción de sentido que se unen--a
O . S e l z , Z u r PsychotSgie des produkti- las funciones sensoriales, convier­
ven D enkens u nd des Irrtum s, 1922; ten la impresión sensorial en una
A . W e n z l , Theorte der Begabung, 1934; apercepción. Sin em bargo, la con­
H . D e l a c RO i x , L a croyance, e n : D u m a s ,
secuencia de este «a priori psicoló­
N ouveau traité d e Psychologie v , 1936;
J . d s V r i e s , D enken und Sein, 1937
gico» no es necesariam ente una
[trad . e s p .: P ensar y ser, 21953]; [ M e r - percepción engañosa ( /R e p r e s e n ­
c i e r , Psicología, 4 vois., 1940; A. M a r c , tación), sino ante to d o u n a «paten-
Psychologie réflexive, 1948]; c ) T h . L n r , tización» de lo que en el complejo
D enken und Setn, 1948; [ E . R i g n a n o , concreto tiene im portancia para
Psychologie du ralsonnem ent, P a r í s 1920; el sujeto E n cuanto en la apre­
P . J a n e t , L es débuts de l'intelligence, hensión hum ana del m undo de
P arís 1936; J . P i a g e t , L a psychologie de
los sentidos se com binan lo inte­
l ’intelligence, P arís 1947]; e) A. W ílij-
w o l l , Seele u nd Geist, 1938, pp. 70-113
lectual y la percepción sensorial,
[trad . esp .: A lm a y espíritu, 1946]; del ésta se ensancha hasta hacerse
m ism o : Ueber das VerhSitnis von A n - percepción de casas, la cual nos
schauung und D enken In unseren B eg'íffs- presenta los objetos com o / s u b s ­
erlebnlssen, en Beitrdge zu r Problemge- tancias existentes en sí. Por eso
schichte der Psychologie (K . Bühler- la term inología escolástica habla
F estschrift), 1929. de la substancialidad de las cosas
sensibles com o de un «sensibile per
Percepción es la aprehensión sen­ accidens». Por lo que respecta a las
sorial total de u n complejo de da­ propiedades que fundam entan la
tos sensibles. (Considerada en opo­ «impresión de realidad» de la per­
cepción y la distinguen de la m era de conform idad con su m odo de
representación, / R epresentación; existencia supratem poral). Este des­
sobre la aprehensión de la totali­ pliegue recorre varias fases a las
dad en la percepción, Form a. — cuales acom pañan diversas acep­
W il l w o l l . ciones del vocablo perfección.
E n sentido preferentísimo atri­
J . F r o b e s , L e h r b u c h der experimente- buimos perfección al estado final
llen Psychologie i, a1929, sec. 3, § 3 [ tT a d . en el que están realizadas todas las
esp .: Tratado de psicología empírica y
posibilidades de un ente, en el que,
experim ental i, ’ 1944]; E. J a e n s c h , Ueber
den A ufbau der W ahrnehmungsweit und po r lo tanto, éste ha alcanzado el
die Grundlagen menschlicher Erkenntnis fin o ideal a él señalado. Perfec­
i , *1928; t . II, 1931; H . B e n d f .r , Psycho- ción ( 1) denota aquí consumación
¡ogiscbe Autom atism en. Z u r Experim ental- o acabam iento pleno; hablamos,
psychologie des Unterbewussten und der po r ejemplo, de un m aestro consu­
aussersínnlichen Wahrnehmung, 1936; m ado. Este estado final se com po­
C . F a b r o , L a fenom enología della per- ne de varios elementos, cada uno
cezione, M itán 1941; del m ism o: Perce-
de los cuales presenta un aspecto de
zione e pensiero, M ilán 1941 (E. G . Bo-
R IN G , Sem a!ion and Perception ¡n the
la perfección o sea hace perfecto
history o f experim ental Psychology, N ueva al ser en cuestión desde un determ i­
Y o rk 1942], nado punto de vista. A sí como al
estado total lo llam am os la per­
fección, así a cada elem ento indi­
Perfección, D el térm ino latino vidual Jo denom inam os una per­
perfectio: «efectuación» o «deve- fección, v.gr., salud, fuerza de vo­
nim iento» acabado (per), o sea, luntad, pureza. Lo que hasta ahora
enteram ente realizado. Perfección hem os descrito com o perfección
incluye, pues, consum ación, aca­ produce siem pre el despliegue o
bam iento. F.sta consum ación puede satisfacción de disposiciones y es
realizarse de diversas m aneras; o resultado de un a acción que des­
existe plenam ente desde un prin­ arrolla ulteriorm ente el caudal on-
cipio o llega poco a poco a m a­ tológico inicial. E n sentido lato,
durez. recibe tam bién el nom bre de per­
Perfecto o acabado desde un fección ( 2) el m ismo caudal onto-
principio y sin pasar po r devenir lógico originario e implícito, por­
alguno es sólo D ios. A Él, com o que con él un ente posee por lo
Infinito, le corresponde la perfec­ m enos la estructura fundam ental
ción absoluta, porque es perfecto íntegra de su esencia (así, el recién
en todos los aspectos pensables; nacido es hom bre). Por últim o,
en É l están realizadas, con perfec­ tom ado el vocablo en acepción
ción suprem a, todas las posibili­ muy am plia, perfección (3) es tam ­
dades del ser. — Lo finito posee bién toda participación aun la m ás
sólo perfección relativa, es decir, pequeña en el ser, pues siempre
dentro del espacio que le fija su denota un paso hacia lo pleno y
esencia, el cual incluye determ ina­ com pleto (sentido idéntico a / a c ­
das posibilidades ontológicas y ex­ to). — Sobre la distinción de per­
cluye otras. A dem ás, liega a su fección pura y no pura, / A c t o .
perfección sólo a través del deve­ La perfección ético-religiosa sig­
n ir; sale inacabado de las m anos nifica consum ación en las virtudes
del C reador y debe perfeccionarse m orales y en la unión con D ios.
a sí m ism o (incluso el espíritu puro Exige tam bién que no se dejen
baldías las restantes disposiciones, persona tiene su destino y su fin
sino que se las desenvuelva en la absolutam ente irreiterables por en­
m edida de lo posible. — L o t z . cima del bien de la especie y del
todo social (personalismo}. Mues­
a ) S a n t o T o m á s d e A q u i n o , Sum m a tra principalmente esta preeminen­
theologica, 1 q. 4; 2. 2 q. 184; Sum m a
contra Gentiles i, 2 8 ; Compendium theolo-
cia su libertad, en virtud de la
giae, c. 20-22; b ) / 'A c t o , S er; A. M a rc , cual determ ina su propio camino
Dialectique de l ’affirm ation, 1952, espe­ sin estar atada con inevitable ne­
cialm ente TI, 2; e) L o t z — D e Y k ie s , Die cesidad p o r las leyes esenciales de
W elt des M enschen, a1951, especial­ su especie; y su inm ortalidad, en
m ente parte II, c. 2, y p arte m [trad. esp.: cuya virtud aspira a una perfección
E l mundo del hombre, 1954], que sólo a ella corresponde. D e
ahí que nunca sea lícito utilizar
Persona. Recibe este nom bre el a la persona como una cosa, com o
/in d iv id u o de orden espiritual. puro medio para un fin; sin em bar­
Es, pues, un individuo dotado de go, supuesto que queda a salvo su
naturaleza espiritual en su peculia­ valor propio, ha de prestar su con­
ridad incomunicable. En el m undo tribución a la com unidad, si es
visible sólo aparece el hom bre con necesario incluso con los m ás d u ­
los caracteres de la persona; se ros sacrificios, hasta el riesgo de la
le designa con un nom bre propio vida.
y se presenta como sujeto de toda Desde el punto de vista de la
proposición y portad o r de propie­ historia del pensam iento, el cris­
dades. Pablo es hom bre, es artista, tianism o, por su defensa de la na­
está sano, etc. (de ahí., el latino turaleza espiritual del hom bre do­
suppositum = lo puesto debajo, y tada de libertad e inm ortalidad,
el griego vnóoxaais = lo que está ha contraído méritos imperecede­
debajo). A la esencia de la persona ros con respecto a la intangible
pertenece sólo [a capacidad para nobleza de la persona. En oposi­
la autoconciencia intelectual y, co­ ción a ello, ésta experim entó otras
rrespondientem ente, para disponer veces múltiples y muy contrarias
de sí mismo, pero en m odo alguno valoraciones. Influido por el / b u ­
el ejercicio actual de dicha capaci­ dismo, Schopenhauer ve en la in ­
d ad; el niño en el seno m aterno d iv id u a liz a c ió n personal la des­
ya es persona. P or supuesto, la gracia primitiva que reclam a la
naturaleza espiritual ha de reali­ salvación por disolución en la vo­
zarse en el individuo en form a no luntad universal. C ontinuando y
com unicable; por eso la esencia llevando hasta el extremo la línea
divina y la hum anidad de Cristo, de Parménides y Platón, H egel va­
aun siendo substancias individuales, cía a la persona haciendo d e ella
no son personas, porque la primera un m ero mom ento de tránsito en
pertenece a las tres divinas Perso­ la evolución de la idea absoluta;
nas y la segunda es com unicada, en esta concepción se fundan las
como naturaleza hum ana, al Hijo tendencias colectivistas del / m ate­
de Dios. rialism o dialéctico. Así pues, mien­
Siempre se ha conocido la dig­ tras por u n a parte la persona es
nidad incom parable de la perso­ sacrificada al todo general, p o r otra
na. M ientras los supuestos infra- se volatiliza dicho todo desde el
espirituales desaparecen completa­ cam po del /c o n c e p tu a lism o . Se
m ente al servicio de la especie, la hace descansar a la persona sobre
p e r s o n a l id a d

sí misma, solitaria y sin atad u ­ 1927 [trad. e s p .: E l ser y e l tiempo, 1951];


ras, preparando así el camino a W . S t e r n , Person und Sache, 1923-1924;
la d e g e n e ra c ió n de un / indivi­ W. E h r u c h , S tufen der Personalitát,
1930; A . V e t t e r , N a tu r und Person, 1949;
dualismo desenfrenado; de él ha si­
d j H . R h e i n f e l d e r , D as W ort «Persona»,
do victima la E dad M oderna desde Í928; E r d i n , D as W ort H ypostasis, 1939;
el Renacim iento. En Nietzsche se e) J . L o t z , Das christtiche M enschenbíld
encuentran rasgos colectivistas y im R ingen der Z e it, 1947 (especialm ente
rasgos individualistas, según se m i­ c. 1); J. L o t z — J . d e V r j e s , D ie W elt des
re a la m ultitud o al superhom bre. M enschen, *1951 (principalm ente p a rte n,
Hoy la filosofía existencial ( / Exis­ c. 1, 2 y 14) [trad. esp .: E l mundo del
tencial [Filosofía], procedente de hom bre, 1954],
Kierkegaard y preparada por Sche-
ler, aboga de nuevo en favor de Personalidad en sentido empírico-
la persona; sin em bargo, traslada psicológico, es la /to t a li d a d , el
exageradam ente su esencia a lo «sistema estructural», de las / dis­
«actual», aunque es verdad que posiciones e inclinaciones estables
el hom bre se eleva a la autenti­ anímicas de un hombre. En cuanto
cidad o existencia, es decir, a la que éstas ofrecen la base del m odo
realización plena de su ser-persona individual de conducirse ante los
sólo por la decisión con que acepta valores y de dirigir la voluntad,
su ser. — Con ello vemos ya la los térm inos personalidad y ca­
tarea que incum be al hom bre como rácter (/C a ra c te ro lo g ía ) se usan
persona: debe desenvolverse libre­ frecuentem ente casi como sinóni­
m ente conform e a la ley inscrita mos. Puesto que las funciones su­
en él, pasando así de la persona a periores (v.gr., las intelectuales)
la m adurez de la /p e rs o n a lid a d . están rem otam ente condicionadas
— l.O T Z . por las correspondientes inferiores,
háblase m etafóricam ente de estra­
a) S a n t o T o m á s d e A q u in o , Sum m a tos de la personalidad, por analogía
theologica, 1 q. 29 a. 1-3; Quaestiones
con los estratos geológicos. Sin
dispútatele de potentia, q. 9 a. 1-3; b ) A .
B r u n n e r , L a personne incarnée, 1947;
em bargo, hay que tener presente
del m ism o : D er Stufenbau der W elt: que no sólo los estratos superiores
Ontologische Untersuchungen über Person, (vivencias intelectuales) descansan,
Leben, S to ff, 1950; R . GuARDrNl, W elt por decirlo así, sobre los inferiores
und Person, 21940; T h . S t e i n b ü c h e l , Die (sentidos, inconsciente), sino que,
philosaphische Grumllegung der katholi- viceversa, tam bién el m odo de
schen Sitteniehre, 1939, especialm ente c. 6 funcionar de estos últim os puede
y 14; A . S c k ü l e r , V erantvortung. Vom
hallarse influido por las capas supe­
Sein u nd E thos der Person, 1948; [G. Z a m -
b o n i . L a persona umana, 1940; J. Q u ii.is,
riores, produciéndose así un entre­
L a persona humana, 1942; S . C u e s t a , lazam iento de los estratos psíqui­
L a «ensidad» y la «racionalidad» como cos. Además, no debe perderse de
constitutivos de la persona, en «P ensa­ vista que los estratos superiores
m ien to » 3 (1947) pp. 59-76; O. N . De- de la vida del espíritu, a pesar de
r i s i , L a persona. Su esencia, su vida, su estar condicionados por los infe­
mundo, 1950; M. F e b r e r , E l concepto riores, son ontológicam ente distin­
de persona y la unión hipostática, 195]];
tos de ellos y tienen sus particulares
c) M . S c h e l e r , D er Formalismus in der
E th ik u n d die m ateriale W ertethik, 1913-
funciones ( /E s p ír itu , Pensar, Vo­
1916 (p articu larm en te c. v i: Formalismus luntad). M ientras en estado norm al
und P erson) [trad. esp .: Ética, 2 vols., la referencia de las diversas funcio­
!1949]; M . H e i d e g ü e r , Sein und Z e it i, nes conscientes al yo es vivida de
m anera correcta y los distintos es­ en la doctrina de que la esencia de
trato s vivenciales se conciertan para las cosas es fundam entalm ente m a­
form ar un todo estructurado, en la (2), o de que en el m undo el
ciertas form as de trastorno m ental m al físico y m oral prevalece sobre
( /E n fe rm e d a d m ental) esta «uni­ el bien (3) (E. v. H artm ann). Por
dad de la personalidad» puede que­ pesimismo cultural entiéndese aque­
dar profundam ente quebrantada lla concepción según la cual toda
(desdoblamiento simultáneo o suce­ cultura florece únicam ente p ara pe­
sivo de la personalidad, despersona­ recer y no hay m edio alguno p ara
lización de vivencias). A unque casi detener su ruin a (Troeltsch, Spen-
nunca es posible u n desenvolvi­ gler). P ara Schopenhauer, el clá­
m iento arm ónico, universal y per­ sico representante del pesimismo
fecto de todos los aspectos y (2), la esencia de la realidad es la
disposiciones de la personalidad, «voluntad», o sea, el impulso sin
responde a la d ig n id a d de la finalidad que impele hacia configu­
/ p e r s o n a la tarea de procurar un raciones siempre nuevas. El h om ­
cierto despliegue y m odelado inte­ bre escapa de su torm ento sólo p o r
gral de la personalidad psicológica la anulación de la voluntad de
y, sobre todo, de esforzarse por vivir, p o r la negación y huida del
orientarla hacia los valores abso­ mundo. El goce estético resulta so­
lutos del bien m oral y las norm as lam ente un medio p ara un aquie-
de la personalidad ética. — W i l l - tam iento transitorio. El pesimismo
w oll. trágico intenta afirm ar el m undo
b ) T h . H a b c k b r , fVas ist der Mensch?, y la vida a pesar del absurdo pre­
1933; M . d e MuNNYN'CK./ia base m éta­ ponderante (Nietzsche) o del ser
physique de ¡a personnaHté, en «Jah rb u ch para la m uerte que lleva anexo la
d e r Schweizerischen Philosophischen Ge- fundam entación de todo ente en
sellschaft», 1942, p. 1 ss; R . A l l e r s , la n ad a (Heidegger; pero en su in­
D as W erden der sittlichen Person, *1935 terpretación es preciso ir con p ru ­
[trad. esp .: N aturaleza y educación de1 dencia; /E x iste n c ia l [Filosofía]).—
carácter, 1950]; P h . L e r s c h , A ufbau der
L a superación del pesimismo viene
Person, 1952; [F. M . P a l m é s , L a perso­
nalidad-carácter, 1949; M . Ü b e d a P u r - esencialm ente dada por la doctrina
Kiss, Teorías de la personalidad en la psi­ del carácter valioso del ser ( / V a ­
cología actual, en «E stu dios filosóficos» 2 lor). El / m a l , el / m a l m oral, el
(1953) pp. 215-235; (1953) pp. 449-465]; sufrim iento ( /S u f r ir ) , el / d o l o r ,
c) E. R o t h a c k e r , Die Schlckten der que ninguna teoría filosófica puede
Persdnlichkeit, 1938; H . W . G r u h l e , elim inar del m undo, tienen con
Verstehende Psychologie, 1948, pp. 149­ todo, p ara la realidad total, u n
217; C . G . J u n o , Psychologische Betrach-
significado positivo ( / Teodicea).
tungen (A nsíese v o n J . Jacobi), Z ürích
1947; [G. W . A l l p o r t , Personality. — Brugger.
A Psychoíogical Interpretation, N ueva b) F . S a w ic k i, Biblischer und moder-
Y o rk 1937; C h . B l o n d e l , L a personna- ner Pessimismus, 1903; J. A. B e r r e n -
U ti, 1948]. b e r o , D as Leiden im W eltplan, *1942;
A . D e l p , Tragische E xistenz, 1935 [trad.
Pesimismo, desde el p unto de esp.: E xistencia trágica, 1942]; L . R o u r b ,
P essim ism e, en Dictionnaire apologétique
vista psicológico (1), es u n a dispo­
de la f o t catholique]; c) A . S c h o p e n ­
sición general del ánim o que incli­ h a u e r , D ie W elt ais Wille und Vorstel-
n a a c o n s id e ra rlo todo por el lung, 1819 y reiteradas ediciones; E . v o n
lado m ás d e s fa v o ra b le . Metafí- H a r t m a n n , Z u r Geschichte und Begriín-
sicaxnente, el pesimismo consiste dung des Pessim ism us, ’1891.
P lacer. Este térm ino'designa (en /n e o p la to n is m o , San Agustín y el
oposición a /d o l o r ) , la / s e n s a ­ Renacim iento, encontró am plio eco
ción agradable o, en la m ayoría de aun m ás allá de éstos. Platón, deci­
los casos, el sentim iento de satis­ sivam ente influido p o r Sócrates,
facción. Lo origina el hecho de que, quería llegar a ser el educador de
ya en la realidad, ya tam bién en la juventud ateniense, conform e al
la representación viva, u n a ten­ modelo de las com unidades pitagó­
dencia encuentra el objeto adecua­ ricas de varones y jefes. T ras el
do a su naturaleza. La satisfacción fracaso de sus planes fundó la
espiritual recibe el nom bre de ale­ A cadem ia y dejó entrever a través
gría. L a im portancia teleológica del de sus diálogos su propia filosofía
placer reside, com o ya vió A ristó­ y concepción del universo. L a refor­
teles, en que debe producir la ope­ m a política la cim entaba en u n fir­
ración adecuada, pero bajo la me ideario, e n la convicción de que
dirección de la razón, y en que, existían valores inm utablem ente vá­
com o satisfación, es el eco de la lidos. Expresión filosófica de esta
perfección alcanzada. P o r consi­ concepción es la teoría platónica de
guiente, el placer n o es el funda­ las ideas. M ientras los sentidos nos
m ento y m edida del / b i e n m oral, m uestran únicam ente el m undo del
com o si la acción fuera éticam ente nacer y del perecer, térm ino medio
valiosa po r ser placentera ( / e p i ­ entre el ser verdadero y la nada, el
cureismo, hedonism o y eudemonis­ voüc (la razón) penetra hasta las
m o); pero, dentro de ciertos limites ideas, form as ejem plares o unida­
y en arm onía con el fin total del des objetivas eternas, no sensibles,
hom bre, el placer posee tam bién que existen fuera y por encim a de
im portancia m oral y constituye un las cosas sensibles y confieren su
m otivo ético p o r cuanto fom enta verdadero sentido al m undo y a
y hace patente el bien. En el repu­ la vida. Las cosas perecederas par­
dio y depreciación rigorista del ticipan de las ideas, las imitan. El
placer y de la alegría no cobra ascenso al b ie n y a la b e lle z a
suficiente relieve la virtud de la v e rd a d e ro s de éstas tiene lugar
eutrapelia (Aristóteles), o del orde­ m e d ia n te la pasión del I quiz del
n ado recrearse con el juego y la amor (p la tó n ic o ) que anhela e
alegría con propósito de esparci­ investiga la belleza y la verdad.
m iento. — S c h u s t e r . Las ideas están ancladas en D ios
( - idea del bien). El m undo no
a ) P l a t ó n , F ilebo; S a n t o T o m á s d e h a sido creado: la m ateria es eter­
A q u i n o , S u m m a theologica, 1.2 q. 31-34; na, pero el demiurgo, el plasm ador
b ) A . T r e n d f . l e n b u r o , D ie L u st und das
del universo, la h a m odelado for­
ethische Prinzip, 1867; M . W i t t m a n n ,
E th ik , 1923, p. 96 ss; V. C a t h r e i n , L u st m ando con ella el cosmos y la h a
u n d Freude, 1931; [A . R o l d A n , M e ta fí­ vivificado con u n alm a del m undo.
sica d e l sentim iento. 1956]; c ) E . v o n E l alm a es principio del movimien­
_ H ar tm a n n , Phánomenologie des sittlichen to y d e ,l a vida; procede de u n
Bewusstseins, 1879; d) M . W i t t m a n n , m undo ultraterreno. L a elevación
E th ik des A ristóteles, 1920, p p, 246-322. de la m ente a l a contem plación de
las ideas es debida a un recuerdo
Platonismo es la doctrina filosó­ (ávifivrjais) de las ideas contem ­
fica de Platón (427-347 a de J.C.) pladas en la existencia anterior,
y de su escuela la Academia po r suscitado p or los objetos sensibles.
él fundada, que resucitada p o r el E l fin de la vida hum ana es aseme-
jarse a D ios, idea suprem a del aristotelism e, christianisme, P aris 1945;
bien. C ondición para alcanzar este C. B a e u m k e r , Der Platonismus im M it-
fin es la recta form ación y educa­ telalter, 1916; R . K 'J B A N S K Y , The
Continuity o f the Plainnic Thought
ción en y por la com unidad ver­
during the M iddle Ages, L ondres 1939;
dadera y ordenada, descrita en la J. S a n t e l e r , D er Platonism us in der
célebre utopía de la República y, Erkenntnislehre des heiligen Thomas von
en form a más m itigada, en las L e­ Aquin, Innsbruck 1939; [A. D iís, A utour
yes (obra de la ancianidad). Así de Platón, 2 vols., 1927; E. G r a s s i , U
com o en el alm a del hom bre debe problem a deila m etafísica platónica, Barí
haber arm onía entre sus tres partes, 1932; L . R o b í n , Platón, 1935; L. S t e f a -
concupiscible, irascible y racional, n in i, Platone, 2 vols., 1932-1935];
e) A . K.OYRÉ, Jntroduction á la lecture
así tam bién la gran com unidad po­
de P latón, N ueva Y ork 1945 (trad. esp.:
lítica, el estado educador, en sus Introducción a la lectura de Platón, 1947];
tres partes, los filósofos com o jefes, K . S c h i l l i n g , Platón. E infühnm g in seine
los guardianes y el pueblo dedicado Philosophie, 1948.
al trabajo, ha de estar dom inada
por Ja arm onía ju sta o justicia legal,
conform e a la cual cada parte tiene Pluralidad se opone a / u n i d a d
la función que le corresponde. U n y significa el «estar dividido» del
cuidadoso sistema form ativo pre­ ser, pero de tal m anera que los
p arará las clases de los dirigentes diversos elementos se excluyen,
y guardianes. A ellos se aplica la com o unidades, unos a otros.
com unidad de bienes y también Puesto que el ente, en cuanto le
la de mujeres con rigurosas medi­ corresponde el ser, posee unidad,
das eugénicas. El m ito de la trans­ la pluralidad (o m ultiplicidad) debe
m igración de las almas y la retri­ tener sus raíces en el no ser. Pero
bución eterna (Re^i x) busca, así com o no puede haber puro no
frente a la grosera fe del pueblo ser, sino únicam ente un no ser sus­
y el escepticismo burlón de los so­ tentado po r el ser, mezclado con
fistas, una seria tom a de posición él, así tam poco es posible una plu­
ante los problem as de la inm or­ ralidad pura, sino sólo una plurali­
talidad, de la responsabilidad ul­ dad sustentada por la unidad, mez­
tram undana y del fin últim o del clada con ella; es decir, la plurali­
hom bre. - / [39-40,56-57]. - dad se realiza exclusivamente com o
Schuster. unidad ro ta por la multiplicidad.
Según esto, donde el ser, elevado
O. G ig o n , Platón, B erna 1950 (biblio­ por encima de todo no ser, existe
g rafía); U e b e r w e g - P r a c h t e r , Grundriss
der Geschichte der Philosophie i, “ 1926;
con plenitud infinita, manifiesta
C. R i t t e r , P latón, 2 vols., 1910-1923; una absoluta unidad sin m ultipli­
W . W í n d e l b a n d , Plato, 71923 (trad. cidad alguna. Sólo donde el ser está
ita l.: Platone, P alerm o]; J. M o h e a u , La limitado po r el no ser y es, por lo
construction de l'idéalism e platonicien, tanto, finito, hay lugar p ara la
P arís 1939; G . K r ü g e r , Einsicht und pluralidad; finitud y m ultiplicidad
Leidenschaft. D as W escn des platonischen coinciden esencialmente: así como
D enkens, *1948; H . v o n S t e i n , Sieben no existe pluralidad sin finitud, así
Bücher zur Geschichte des Platonismus,
tam poco finitud sin pluralidad. D os
1862-1875; E . H o f f m a n n , Platonismus
und M y stik im A ltertu m , 1935; J. H e s s e n , form as de m ultiplicidad son carac­
Platonism us und Prophetism us, 1939; terísticas de lo finito: la de los
R . A r n o u , D e platonism o P atrum (tex­ sujetos del ser y la de las partes
tos), R o m a 1935; E . G ils o n , Platonisme, o elementos constitutivos dentro de
cada sujeto particular. E n am bos reducidas a unidad en sí en un
aspectos la pluralidad crece al todo com puesto, el cual desapa­
aum entar la finitud. rece al separarle aquéllas. A la
Respecto a la prim era, D ios es absoluta sim plicidad de D ios se
único, porque agota la plenitud contrapone ya en el espíritu puro
infinita del ser. Puesto que cada la dualidad de esencia y existencia,
espíritu finito posee únicam ente substancia y actividad. En lo cor­
una p arte de ella, estos espíritus póreo añádese todavía la plurali­
son m uchos. Sin em bargo, según dad de partes esenciales (v.gr.,
Santo Tom ás de A quino, en el cuerpo y alma) y extensas (v.gr., los
caso de los espíritus puros un solo miembros del cuerpo). — Sobre la
individuo realiza ya la perfección pluralidad puram ente conceptual,
en tera de su especie. H ay m uchas si bien fundada en la realidad,
especies, pero un único individuo / D istinción.
en cada u n a de ellas. T ratándose A unque la pluralidad tiene sus
del hom bre la especie se despliega raíces en el no ser, no es algo malo,
en una pluralidad de seres porque algo que no debe ser (como el
ninguno de éstos puede expresar /b u d is m o enseña), n i un a m era
en sí m ismo la perfección íntegra apariencia (com o quizá opinan Par-
de aquélla. P or debajo del hom bre ménides y el brahmanismo) ni, en
no se encuentra, desde el punto fin, una pluralidad de fenómenos
de vista metafísico, más que una dentro del mismo ente (como Es­
especie, a saber: la del ser infra- pinosa y, en últim o térm ino, todo
espiritual. Sin em bargo, puesto que /p a n te ís m o afirman). L a m ultipli­
no puede agotarse de una vez, se cidad recibe su íntegra realidad sólo
desarticula en tres grandes especies del C reador trascendente que quiere
físicas: lo anima), lo vegetal y lo m anifestar y com unicar la unidad
inorgánico, así como tam bién en de su riqueza en u na pluralidad de
una m ultitud de especies empíricas, seres independientes. — L o t z ,
variedades siempre nuevas y casi
im tum erables individuos. Éste es el a) A r ist ó t e l e s , M etafísica i y x ;
S a n t o T o m á s d e A q u i n o , Comentarios
fondo filosófico del cuadro ofre­
a la M etafísica de A ristóteles i y x ;
cido p o r la variedad del universo, Sum m a theologica, 1 q . 4 7 a . 1 ; Sum m a
que, sin em bargo, presenta sim ul­ contra Gentiles II, 3 9 - 4 5 ; Hl, 9 7 ; Quaes­
táneam ente pluralidad de cosas tiones disputatae de potentia, q . n i a . 1 6 ;
hom ogéneas; p o r eso puede ser Compendium theologiae, c . 7 1 -7 3 , 1 0 1 ;
aprehendido tam bién en form a m a­ G . H e g e l , L o g ik (e s p e c ia lm e n t e i, sec. 1,
tem ática, lo cual tiene sobre todo c . 3 ); b) G . S ie w e r t h , D er Thomismus
aplicación donde la hom ogeneidad ais Identitdtssystem , 1 9 3 9 (p a r tic u la r ­
m e n t e c . v n y v m ) ; C . N i n k , Ontologie,
llega a su m áxim o, a saber: en la
1 9 5 2 ; A . B r u n n e r , D er Stufenbau der
esfera de lo inorgánico. L a unidad
fVelt, 1 9 5 0 ( e s p e c ia lm e n te c . 9 ) ; A . M a r c ,
subyacente a la m ultiplicidad de D ialectique de l'affirm ation, 1 9 5 2 (en
estos independientes sujetos del ser p a r tic u la r i, c . 2 ) c) G . H e g e l , / a ) ;
se m anifiesta en la unidad física­ N . H a r t m a n n , D er A ufbau der reaten
m ente real del orden cósmico y, W elt, *1949 (p r in c ip a lm e n te c . 2 9 y 3 0 );
por lo que respecta al hom bre, en d) J. M a r é c h a l , L e p o in t de départ de
la unidad espiritualm ente real de la m étaphysique I, * 1 9 2 7 .
sus com unidades.
Tocante a la segunda, trátase Posibilidad. L a posibilidad de
aqu í de la pluralidad de partes un ente, o sea su /p o te n c ia ob-
jetiva, puede ser considerada en sí a la pensabilidad lógica (contra
( = posibilidad intrínseca) o con K ant), sino que es tam bién posibi­
respecto a la potencia activa o pa­ lidad metafísica de existir. A lo
siva de que depende ( = posibili­ lógicamente posible o pensable
dad extrínseca). La posibilidad in­ K an t contrapone lo realm ente po­
trínseca es propia de todo aquello sible o intuitivo. U na posibilidad
que no incluye contradicción. La no intuitiva y, sin em bargo, real es
posibilidad extrínseca corresponde ajena a su pensam iento.
a todo lo que puede ser producido A unque la posibilidad extrín­
por una causa. Las ciencias no seca del ser finito descansa en la
filosóficas aprecian la posibilidad /o m n ip o te n c ia de D ios, n o es
y la / im posibilidad únicam ente ésta, con todo, el fundam ento
según las causas próxim as accesi­ últim o de la posibilidad intrínseca
bles a la experiencia; la filosofía (contra O ckham ). T am poco depen­
debe tener tam bién presente la Cau­ de ella de la voluntad o arbitrio
sa suprem a inaccesible a la expe­ divinos (contra Descartes). Por el
riencia (/O m n ip o te n c ia , Milagro). contrario, la om nipotencia y la
A l orden metafísico pertenecen voluntad electiva tienen com o su­
no sólo los seres existentes alguna puesto la posibilidad intrínseca del
vez sino, en general, todos los ca­ ente finito. La razón de que lo
paces de existir aunque jam ás posible form e parte del orden on­
existan (lo meramente posible, los tológico está en la esencia inm uta­
puros posibles; contra Espinosa ble de D ios, o sea, en la vincu­
y los panteistas). Los posibles lación de lo posible con el Ser ne­
n o son la n ad a absoluta. Pues la cesario. En cambio, la acuñación
/ n a d a no puede existir, ni defi­ de lo posible con la peculiaridad
nirse, ni distinguirse de o tra nada correspondiente a cada caso des­
por determ inadas características, cansa en el conocim iento creador
m ientras qué acerca de lo pura­ y a la vez necesario de D ios, que
m ente posible cabe form ular estas de m anera siempre nueva puede
afirmaciones. Tam poco son los po­ expresar su perfección en la imagen
sibles m eros / e n t e s de razón, ya de lo finito ( / I d e a ) . — B r u g g e r .
que, conform e a su esencia, pue­
b) J. G eyser , AUgemeíne Philosophie
den tam bién ser reales fuera del
des Seins und der N atur, 1915, p. 82 ss;
pensam iento. Sin em bargo, a los M . R a st , W elt und G ott, 1952; [L . DE
posibles no les corresponde una R aeymaeker , Filosofía d el ser (trad.
especie de existencia reducida, pues esp.) 1956; A. M a r c , L a idea de p o ­
entre existir y no existir no hay sible y el sentido de la existencia, en
m edio. Su últim o fundam ento es «Sapientia» 6 (1951) p p. 10-25]; c ) N .
D ios, que se encuentra fuera de lo H a r t m a n n , M óglichkeit und W irklich-
puram ente posible porque en Él keit, 1938; d) A. F a u st , Der Mó'gllch-
keitsgedanke, 1931-1932; A . B ecker , D ie
coinciden posibilidad y realidad.
aristotelische Theorie der M dglichkeits-
L a esfera de lo posible no depende schlüsse, 1933; e) L. B a u r , M etaphysik,
del orden del ser fácticam ente rea­ J1935, § 14; [M ercier , Ontología, 3 v o ls .,
lizado ni de nuestro entendim iento, 1935; F . v a n S teenberghen , Ontología
sino de Dios, cuyo ser es la fuente (tra d . esp.) 1957].
de todo ser finito y cuya inteligen­
cia constituye la m edida de todas Positivismo. El positivismo no
las cosas. P or consiguiente, la po­ sólo exige a toda ciencia que parta
sibilidad intrínseca no se reduce de /h e c h o s tom ados en el sentido
de objetos perceptibles, sino tam ­ metafísicas tácitas. Pero si esta li­
bién que se lim ite a com probarlos m itación m etódica se declara obli­
y enlazarlos con leyes. El positi­ gatoria para to da ciencia erigién­
vismo en la filosofía m oderna fué dola en doctrina positivista, se
fundado por H ume, siendo su prin­ destruye a sí misma. Pues la afir­
cipal representante Augusto Com- m ación de que sólo gozan de sen­
te. Según él, todas las ciencias tido los enunciados que expresan
deben recorrer en su desarrollo ires inm ediatam ente vivencias sensoria­
fases: la teológica, que explica los les o bien aquellos otros equiva­
acontecim ientos recurriendo al in­ lentes a ellos, o no pasa de ser un
flujo sobrenatural de dioses o de convenio term inológico n o obliga­
D ios; la metafísica, que trabaja con torio o es un enunciado revestido
conceptos esenciales universales y de significación. E n el segundo caso
fuerzas de la naturaleza; y, por habría de m ostrarse la vivencia
últim o, la positiva, que se ciñe sensorial cuya expresión debe ser,
a describir los hechos y su lega­ lo cual resulta imposible. Por con­
lidad (ley de los tres estados). La siguiente, el positivismo como doc­
filosofía es sólo la reunión de las trina sólo puede darse a condición
ciencias positivas. — Según el neo- de que su afirm ación fundam ental
positivismo (positivismo logistico; se contradiga a sí mism a, o sea,
Círculo de Viena, / [175]) única­ es imposible. Sobre el positivismo
m ente es com prensible y posee sen­ jurídico, /D e r e c h o natural. —
tido aquello que puede com pro­ / [172-5, 212, 214, 216-219, 227
barse por la experiencia. En conse­ 232, 235, 266]. — B r u g g e r .
cuencia, todos los asertos metafí-
sicos carecen de él. — H ay que F u en tes: / E s q u e m a de la historia de
distinguir el positivismo com o doc­ la filosofía. B ibliografía: K. D ü r r , Der
trina, que reduce lo real a lo expe- logische Positivismus, B erna 1948 (biblio­
rim entable, del método positivista, g rafía); A . M olitor , D ie « Überwindung»
der M etaphysik durch den szientifistischen
según lo expresan m uchos repre­ (logistischen) Positivism us, en «Philoso-
sentantes de la m oderna ciencia phisches Ja h rb u ch » (1934) pp. 20-37,
natural. A su juicio, sólo están 157-170; [H. v a n L aer , Philosophico-
inm ediatam ente dotados de sentido Scientific Problems, P ittsburgo 1953 (cri­
aquellos asertos que de m anera tica del «principio de verificación»);
directa se refieren a nuestras vi­ F . S e l v a c g i , II neopositivismo e il método
vencias sensoriales, en los cuales delta nuova scienza, en «L a Civiltá C at-
tolica» 98 (1947); del m ism o: Problemi
se encierra tam bién implícitam ente
delta física moderna, Brescía 1951;
la esperanza de futuras vivencias E. R] verso , A porie e difficoltá del posi­
sensoriales tal com o viene expresa­ tivismo logico, en «Sapienza» 6 (1953)
d a en las leyes naturales. Cualquier p p . 72-84]; c) M . S ehlick , P ositivismus
o tra proposición sólo adquiere sig­ und Realism us, en «E rkenntnis» 3 (1932)
nificado p o r el hecho de que, en vir­ p p . 1-31; P. Jo r d á n , Über den positi-
tud de acotaciones term inológicas, vistischen B eg riff der W irklichkeit, en
resulta equivalente a asertos pro ­ «N aturw issenschaften» 22 (1934) p. 48,5
vistos inm ediatam ente de sentido. ss; [J. R . W einberg , A n Exam ination o f
L ogical Positivism , 1936; H. F f ig l , L o-
C o n tra esta autolim itación m etó­ gical Empiricism , en Twenty Century P hi­
dica de la Ciencia natural n ad a cabe losophy (edit. D . D . R uñes), 1943];
objetar, porque en realidad todo d ) H . G r u b er , D er Positivismus vom
traspaso de tales fronteras es única­ Tode A . Comtes bis a u f unsere Tage, 1891
m ente posible bajo suposiciones [trad. ital.: II positivismo, U dine 18961;
A. S chmekel , Z u r Geschichte des Pos!- por la p ura experiencia, porque
tivism us, 1898; A. C resson , A . Comte, ésta dice únicam ente lo que es,
P arís 1941; [H . G o u h ie r , L a jeunesse de pero no lo que debe ser. El juicio
A . Com pte e t Ia fo rm a tio n du positivism e,
2 v o ls., P arís 1933-1936J.
ético valorativo precientífico y el
acatam iento de la ley m oral se
fundan ya en un conocim iento su-
Positivismo m oral. Según el p o ­ praem pírico, m etafísico: la concep­
sitivismo m oral, los valores éticos ción de la personalidad espiritual
se fundan en la cultura y su evolu­ del hom bre com o expresión de un a
ción, en el pueblo y cosas pareci­ idea eterna. El testim onio de la
das. D e ahi que la bondad m oral etnología dem uestra la concordan­
o valor de las acciones hum anas cia de todos los pueblos en las
no esté vinculada de m anera natu­ exigencias fundam entales de la ley
ralm ente necesaria e inm utable a la m oral. Sus extravíos con respecto
esencia de la persona hum ana, a los preceptos derivados se expli­
sino que se halle radicalm ente so­ can p o r la falsa aplicación de los
m etida a todas las oscilaciones axiom as m orales supremos. H ay
posibles. P or consiguiente, la ley tam bién un cam bio justificado en
m oral no es invariable, com o tam ­ exigencias morales de carácter m ás
poco lo son los juicios éticos de especial, v.gr., en la concepción
valor que se reflejan en el espíritu del m odo de vestir, en las llam adas
de los hom bres y de las culturas norm as de cortesía, etc. — Y con­
(relativismo moral). L a prueba fun­ tra O ckham ha de decirse que la
dam ental en favor del positivismo voluntad de D ios n o es arbitrarie­
m oral es el testim onio de la histo­ d ad ciega, sino que se identiñca
ria. C ada pueblo y cada cultura con la sabiduría de su santa e in­
form an sus propios juicios valorati- m utable esencia. — S c h u s t e r .
vos m orales ¡hnuy opuestos entre sí.
L o que en yn tiem po era lícito, E. W esterm arck , The origin an d de-
o tra generación posterior lo consi­ velopment o f the m oral ideas, 1906;
M . W u n d t , E th ik, 1912; V. C ath re in ,
dera m oralm ente inferior o incluso
D ie E inheit des sittlichen Bewasstseins
un a atrocidad. Vale, además, en der M enschheit, 1914; {resumen de esta
este terreno el axiom a de la evolu­ o b ra : L. G iammusso , L 'unitá della co-
ción: no hay ninguna m oral aca­ scienza m orale, en « G regorianum » 6
bada, caída del cielo, p o r decirlo (1925) p p. 266-2821; del m ism o: M oral-
así. L a m oral determ inable po r la philosophie i, *1924 (trad . ital.: Filosofía
experiencia (empirismo moral) se morale F lorencia 1913 1920]; [J. Le-
clbrcq , L es grandes tignes de la philo­
h a desarrollado a p artir de formas
sophie morale, L ovaina *1954 (trad. esp .:
prim itivas, anim ales, com o, v.gr.,
L as grandes líneas de la filosofía moral,
el lenguaje, y otros contenidos de 1956)].
la cultura hum ana (evolucionismo
m oral). El positivismo m oral teó-
nom o de un Ockham y de otros no Postulado. Aristóteles y Santo
deduce el valor ético de u n a idea Tomás de Aquino entienden p o r
inm utable del hom bre, sino de la postulado (petitio) u n a proposi­
libre voluntad de D ios, que, po r ción n o in m e d ia ta m e n te inteli­
lo tanto, en un orden universal gible que, renunciando a dem os­
distinto podría, v.gr.. perm itir la trarla, se adm ite provisionalm ente
m entira. — C rítica: N unca puede en una discusión científica su­
llegarse a definir el bien y el mal poniéndose, em pero, que se d e­
m uestra en o tra p arte; distíngue­ de Hegel. H oy la biología ( Driesch)
se del /p re s u p u e s to (suppositio) y tam bién la física han encontrado
porque éste es adm itido en la de nuevo el cam ino hacia ella. En
disputa com o verdadero p o r am bas lo concerniente a la esencia de la
partes, m ientras que en el postu­ potencia direm os que sólo puede
lado u n a de ellas se abstiene de describirse p o r su relación al acto
decidir sobre la verdad de la pro­ com o real posibilidad o aptitud
posición. En la filosofía m oderna para él. Consiguientem ente, existen
recibe las m ás de las veces el nom ­ dos tipos de potencia.
bre de postulado u n a proposición La potencia pasiva es la ap titu d
que no es inm ediatam ente inteli­ p ara recibir un acto. N o coincide
gible ni dem ostrable, pero que se con la potencia objetiva, con la
adm ite com o indispensable. Así m era / posibilidad, abandonada
Kant, especialmente, habla de pos­ po r el ente al com ienzo de su exis­
tulados de la razón práctica; un tencia y que n o en tra en él com o
postulado de esta clase es «una factor parcial; se la denom ina ob­
proposición teórica; pero no de­ jetiva porque únicam ente la m ente
m ostrable com o tal, en cuanto del C reador acuña com o objeto lo
depende inseparablem ente de una puram ente posible en su form a
ley práctica incondicionadam ente peculiar. M as aquí se tra ta de la
válida a priori», es decir, u n a pro­ potencia subjetiva que como sujeto
posición que debe ser adm itida si real (sub-jectum) del acto a ella
la ley m oral y su cum plim iento no agregado, co-estructura lo real.
han de aparecer com o carentes de Ésta es pura potencia cuando no
sentido. Postulados en esta acep­ trae consigo ningún acto ni supone
ción son, según K ant, la libertad alguno a m odo de base. Tal con­
de la voluntad, la inm ortalidad del sideran Aristóteles y m uchos esco­
alm a y la existencia de D ios — lásticos a la / m a t e r i a prim a de
En realidad, p ara la auténtica cer­ lo corpóreo, la cual debe to d a
teza es precisa la /e v id e n c ia del su actualidad al acto (la form a
objeto; ésta n o puede sustituirse esencial) adjunto a ella y p o r ella
por postulados ininteligibles. — recibido. U na potencia no-pura o
D e V r ie s . pone ella m ism a u n acto o tiene
sus raíces en otro acto en el cual se
a ) A ristóteles, Segundos A nalíticos, cimenta. L o prim ero ocurre en
I, 10; b ) H asenfuss , D ie Grundlagen der la form a esencial que sólo es po­
Religión bei K ant, 1927, p p . 118-126;
tencia frente a la existencia; pero
[C. S en t ROUL, L a philosophie religieuse
de K ant, B ruselas 1912]; /C r itic is m o . frente a la m ateria prim a es acto.
El segundo caso se verifica en las
potencias accidentales que estri­
Potencia. L a potencia (del lati­ b an en la substancia; piénsese,
no «posse» = poder), com o factor v.gr., en la receptividad del hom ­
parcial, form a, ju n to con el / acto, bre para la ciencia. Com o p ura
la estructura de lo finito. D esarro­ receptividad, la potencia pasiva no
llada esta noción prim eram ente p o r es en sí acto todavía, pero tam poco
Aristóteles (que la llam a a la poten­ com pletam ente nada, sino que es
cia ówáfiEt 8v y ulteriorm ente per­ algo real; a la piedra, v.gr., le falta
feccionada p o r la escolástica, sigue la receptividad p ara la ciencia. La
viviendo en el concepto de fuerza am plitud de esta potencia decide
leibniziano y en el «en sí» (An-sich) la extensión del acto- que un ente
puede recibir; de esta m anera ]o o tra norm a. M ientras el / p s i c o -
limita. logismo ve esta norm a en las causas
E n la potencia pasiva se incluye psíquicas del proceso cognoscitivo,
la potencia obediencial, que consiste el pragm atism o la busca en el fin
en la capacidad de la criatura que debe obtenerse con él. Si un
para recibir la acción de Dios, conocimiento favorece dicho fin.
incluso por encim a de los límites si resulta fecundo para la acción
de su naturaleza, mas sin an u ­ (en griego = nQ&ypa; de ahí el
larla. Constituye el supuesto del nom bre de pragm atism o) es «ver­
milagro y de la gracia / s o b r e ­ dadero» concuerde o no concuer-
natural del hombre. de con la realidad. Según el p rag­
En oposición a la potencia pa­ m atism o, no hay verdad univer­
siva se encuentra la potencia ac­ salm ente válida, porque lo que a
tiva com o facultad o poder de uno aprovecha a otro daña. En
producir u n acto. Éste es, por lo el /b io lo g ism o el concepto prag­
menos, la actividad correspondien­ m atista de verdad n o se refiere
te a la facultad (v.gr., acto del al individuo, sino al fom ento de
pensamiento o de la voluntad), la especie. Como pragm atista apa­
y con frecuencia además u n a obra rece asimismo el principio de eco­
(v.gr., un hijo, u n a casa). La po­ nomía del pensar form ulado p o r
tencia activa incluye ya un cierto M ach: una teoría es verdadera
acto, pues, según el principio de cuando reduce nuestras experiencias
causalidad, nadie puede producir a la fórm ula más sencilla. El prag­
lo que no posee de algún modo. m atism o encontró una especial aco­
M ientras en D ios no puede darse la gida en Inglaterra (F. S. C. Schi-
potencia pasiva porque repugna ller) y América (IV. Jam es). —
a su esencia, existe en Él la poten­ Es indudablem ente exacto que el
cia activa,\ no para producir su ac­ conocimiento ha de servir a la
tividad, claro está, pero si para vida y que el conocimiento verda­
producir una obra; y ello sin el dero, o sea, el conform e a la rea­
recibir pasivo que a todo producir lidad, favorece tam bién con fre­
finito queda mezclado, como, v.gr., cuencia las finalidades prácticas.
a nuestro enseñar se mezcla un Pero de ello no se sigue en modo
aprender. — L o t z . alguno que el fom ento de la vida
a) / A c t o ; b) G . M an ser , Das HPesen constituya la m edida de la verdad.
des Thomismtts, *1949 [trád. esp .: La Pues qué cosa haya de conside­
esencia del tom ism o, 1947]; L. F uet - rarse com o prom otora de la vida
scher , A k t und P otenz, 1933 [trad. esp.: es cuestión dependiente de !a com ­
A cto y potencia, 1948]; A . B r u n n e r , prensión que el hom bre adquiere
D er Stufenbau der W elt, 1950 (especial­ de si mismo, de la finalidad de
m ente c. 13 y 14); E. S t ein , Endllches su existencia y de los círculos u
und ewiges Sein, 1950 (en p articu lar n);
órdenes en que está inserto, cues­
A. M a r c , Dialeetique de l ’affirm atlon,
1952 (principalm ente ij, 2); c ) N . H a rt ­ tión, por lo tanto, dependiente de
m ann, M d g lk h k e it und W irklichkeit, la verdad. - / [173, 174. 195,
s1949. 232, 240, 257]. — S a n t e l e r .
F uentes: W. J a m e s , Pragm atism , 1907
Pragmatismo. El pragm atism o [trad. esp.: P ragm atism o, 1907]; / E s ­
es un a variedad del /re la tiv ism o quem a de la h isto ria de la filosofía.
según la cual la / v e r d a d no se B ibliografía: b ) L . B a u r , M etaphysik,
mide por el / o b j e t o , sino por *1935, § 87; J. d e V r ie s , D enken und
Sein, 1937, pp. 126-132 [ t r a d . esp .: Pensar dicación resultan cinco predicables.
y ser, M9531; W . S w i t a l s k i , Probleme En efecto, un concepto se predica
der Erkennrnis, 1923; [E. C h i o c c h e t t i , de los objetos o com o concepto co­
Ii pragm atism o, M ilán 1926]; E. B a u m -
rrespondiente a la totalidad ó co­
g a r te n , D er Pragmatismus, 1938; c)
R. B. P e r r y , In the spirit o f W. James,
mo concepto de una parte. El con­
N ew H av en 1938; d) R. B. P e r r y , The cepto de la totalid ad denota o la
thought and character o f WiUiam Jam es, esencia enteram ente determ inada:
B o s t o n 1935; P. S i m ó n , Der P ragm atis­ la / especie, v.gr., hom bre, o la
m us in der modernen franzdsichen P hilo­ esencia ulteriorm ente determinable
sophie, 1920; e) A. B r u n n e r , Erkenntnis- de m anera co n ceptual: el género
theorie, 1948, pp. 168-171 [ed. fran c.: v.gr., anim al; el género abraza
L a connaissance humaine, P arís 1943J.
siempre varias especies. El con­
cepto que corresponde a una parte
Predicables. Los conceptos uni­ expresa o bien el d e te rm in a n te
versales pueden considerarse ya radicado en el concepto especí­
según su contenido ya según el fico: diferencia específica, v.gr., ra­
m odo como se predican de los cional con respecto a hom bre, o
objetos com prendidos bajo ellos bien un determ inante situado fue­
Así, v.gr., los conceptos «casa» y ra del concepto de la especie.
«m áquina» difieren desde el p un­ Este determ inante puede estar u ni­
to de vista del contenido, pero am ­ do necesariam ente o per se con el
bos se predican de !a misma m a­ concepto especifico: propio, v.gr,,
nera de los objetos por ellos signi­ la facultad de reir, o ser m eram ente
ficados: se predican com o género accidental (per accidens): / acci­
bajo el cual existen varias especies. dente lógico, v.gr., la risa. La tabla
M ientras que los conceptos dis­ de predicables elaborada por Aristó­
puestos conform e a su contenido teles aparece en su deducción como
constituyen las /c a te g o ría s , agru­ necesaria y com pleta. — S a n t e l e r .
pados, atendiendo a su m odo de
a ) A r ist ó t e l e s , Tópicos i, 4-5; P o r ­
predicarlos, form an cinco clases f ir io , Introducción a las categorías; b) J.
llam adas predicables, a saber: gé­ G e y se r , Grundiagen der L ogik und F.r-
nero, especie,- diferencia específica, kenntnislehre, 1909, n .° 120; J. d e V r i e s ,
propio o propiedad y accidente Lógica, 1950, nos. 166-173; [A . G ó m ez
lógico o cualidad accidental, cla­ I z q u ie r d o , Análisis del pensamiento ló­
sificación en la cual las relaciones gico, 2 vols., ) 928-1943; M e r c ie r , L ó ­
se tratan com o cualidades. Como gica, 2 vols.. 1942],
consecuencia, los conceptos mis­
m os reciben tam bién el nom bre de Presciencia divina. En sentido
predicables en cuanto entran en propio no cabe h ab lar de u n a
un a de estas clases. Puesto que «presciencia» divina porque D ios
el pensar atiende prim ero al con­ está fuera y por encim a del tiempo
tenido y sólo después de reflexio­ y, por consiguiente, no hay para
n a r ( / R e f l e x i ó n ) al m odo de su Ser ni su ciencia «antes» ni
predicación, las categorías se de­ «después» («pre» ni «post»). Por
nom inan tam bién primeras inten­ eso, ante su m irada no están sola­
ciones y los predicables segundas m ente los acontecim ientos actua­
intenciones universales reflejos. Las les, sino tam bién los pretéritos y
categorías pertenecen a la / onto­ los que en sí son futuros. Su vista
logía; los predicables, a la / l ó g i ­ abarca asimismo nuestras decisio­
ca. — D e los cinco m odos de p re­ nes libres futuras; ocultas todavía
para nosotros mismos, pero sin m enta m uchas veces recurriendo
que el hecho de ser vistas les quite a que D ios conoce to d a verdad.
la libertad. N uestras acciones li­ Sin em bargo, resulta difícil enten­
bres actuales no varían porque ten­ der cómo, independientem ente de
gan un espectador; D ios es el la ciencia divina, puedan las cosas
espectador eterno, intem poral. futuras gozar de ser y, en conse­
D ios conoce tam bién nuestras cuencia, de verdad. — R a s t .
acciones libres condicionadamente
a) S a n t o T o m á s d e A q u in o , Sum m a
futuras (futuros libres condiciona­
theologica, 1 q. 14; Sum m a contra Gen­
dos o futuribles) o sea, aquellas tiles i, 44-71; L. M o l in a , Concordia,
que se realizarían sólo en ciertas disp. 49-53. O bras de orientación to­
condiciones, pero que de hecho m ista: F . D ie k a m p , Katholische Dogma-
nunca se realizarán, precisam ente tik i, 10 s 11 1949; G a r r ig o u - L a g r a n -
porque nunca se darán tales con­ g e , Dieu, París u !950 ftrad. esp. 1950];

diciones. Pues únicam ente así pue­ [A . G o n z á l e z Á l v a r e z , Teología natu­


de explicarse la providencia sin ra!, 1949]. O bras de orientación m olinista:
M . R a s t , Z u den Beweisen fiir das gfitt-
que coTra riesgo nuestra libertad.
llche Vorherwissen, en «S cholastik» 1936,
Es decir, si D ios sabe cómo obra­ pp. 481-498; J. H e l l ín , Theologia natura-
rá el hom bre en todas las situacio­ lis, 1950.— d) K . K o l b , M enschliche Frei­
nes particulares, le basta para lo­ heit und gdttliches Vorherwissen nach
grar el fin que se propone hacer Augustin, 1908; C. S c h n e i d e r , Das ¡Vis-
que se presente aquella situación. sen Gottes nach der Lehre des heiligen
Q ue D ios conoce desde la eternidad Thomas von Aquin, 1884-1886; J. S tu -
f l e b , Die Lehre des heiligen Thomas vom
las acciones libres condicionada­
güttlichen Vorherwissen der freien W il-
m ente futuras, es cosa apenas dis­
¡ensakte der GeschSpfe, en «Z eitschrift
cutida hoy dentro de la escolástica. fü r katholische T heologie» 1937, p. 323
P or el contrario, los intentos para ss; H . S c h w a m m , Das gdttliche Vorher­
explicarla y coordinarla con la vo­ wissen bei Duns Scolus und seinen ers-
luntad de D ios y las otras clases ten Anhángern, 1934; J. S c h w a n e , Das
de ciencia divina discrepan notable­ góttliche Vorherwissen und seine neuesten
mente, com o ocurre en la cuestión Gegner, 1855.
del concurso divino ( / D i o s [Con­
curso de)). Según la opinión «to­ Presocráticos. Los presocráticos
m ista», D ios conoce los actos fu­ constituyen la prim era gran fase de
turos libres tanto absolutos como la filosofía griega. Entre ellos deben
condicionados en los decretos de contarse, en prim er lugar, los filó­
su voluntad que predeterm inan el sofos jónicos de la naturaleza: Ta­
querer del hom bre; según la doc­ les de M ileto (585? a, de J.C.),
trina m olinista, D ios conoce los fu­ Anaximandro y Anaximenes, que se
turos libres condicionados «en si plantean la cuestión de la m ateria
mismos», en tanto que de m anera prim era del m undo (agua, lo ilim i­
para nosotros ininvestigable se ofre­ tado, aire) y n o hacen todavía dis­
cen a su divino conocimiento (cien­ tinción esencial entre lo anim ado
cia media) independientem ente de y lo inanim ado (de ahí su hilozoís-
todo decreto de su voluntad. C uan­ m o). Pitágoras (532? a. de J.C.),
do se tra ta de .particularizar más, figura envuelta en la leyenda, es el
se siguen tam bién aquí diversos ca­ fundador de u n a liga ascéticopolíti-
m inos sin que ninguno sea lle n a ­ ca de varones que cree en la metem-
m ente satisfactorio, — El hecho psicosis. F undam ento del m undo
de la divina presciencia se funda­ ,es, según él, el núm ero, considerado
com o expresión de una interna F u en tes: D if l s - K r a n z , D ie Fragmen­
arm onía del ser. El prim er m eta- te der V orsokratiker (texto griego y
traducción alem ana), 3 vols, '‘1934-1937;
físico es Heráclito, «el oscuro»,
W . C a PELLF, Die Vorsokratiker. Frag­
de Éfeso (500? a. de J.C.), p ara m ente und Q uellenberichte, 1935. B iblio­
quien el ente se encuentra en con­ grafía: H . K a f k a , D ie Vorsokratiker,
tinuo devenir y, por lo mismo, no 1921; W . K r a n z , D ie griechische P h i­
puede ser aprehendido con concep­ losophie, 1941; O. G i o o n , D er Ur-
tos unívocos, rígidos. Por encim a sprung der griechischen Philosophie, B a s i-
del cam bio hay sólo la ley del uni­ ¡ea 1945; W . N e st l e , Vom M yth o s zum
verso. E n oposición a este m odo Logos, *1942; J. B u r n e t , E arly Greek
de pensar, Jenófanes de Elea (es­ P hilosophy, J945 [trad. esp. La aurora
del pensam iento griego, 1944]; C h . W e r -
cuela eleática: Parménides, Zenón) n e r , L a philosophie grecque, París 1938;
sólo quiere adm itir u n único ente M . G e n t il e , L a m etafísica presofistica,
verdadero com o fondo del universo P ad u a 1939.
y realidad absoluta. E l ente es uno,
inm utable, objeto solam ente del
pensam iento y u n a sola cosa con Presupuesto* Este vocablo, aten­
él; de ahí que el m undo sensible diendo a su etim ología, denota algo
sea pu ra apariencia. D esde estas que se da previam ente por sentado.
alturas metafísicas los llam ados fi­ D e ahí que en sentido restringido
lósofos nuevos de la naturaleza (presupuesto lógico) signifique u n a
(Empédocles, Anaxágoras, Leucipo proposición que se em plea como
y Demócrito) descienden o tra vez base (premisa) en u n a argum enta­
al m undo de los sentidos. El mundo ción sin darle, al m enos p o r el
consta de unas pocas (cuatro) m a­ m om ento, una fundam entación es­
terias fundam entales o de infinito pecial. Sin em bargo, «presupuesto»
núm ero de elem entos en parte ho­ se entiende con frecuencia en sen­
m ogéneos, en parte diversos, pues­ tido muy la to ; así recibe este nom ­
tos en m ovim iento (Anaxágoras) bre cualquier convicción, actitud es­
po r el vovz (mente), o bien, según piritual o aním ica, o incluso cual­
un atom ism o m ecánico-m aterialista quier situación exterior que influya
que suena a m oderno, de pequeñísi­ histórica y psicológicamente en la
m as partículas que se juntan o sepa­ producción de nuevos pensamien­
ran al azar (Demócrito). Casi todos tos, convicciones o movim ientos
estos filósofos adoptan una posi­ espirituales; lo nuevo no surge
ción crítica frente a las representa­ jam ás en el vacío, p o r decirlo así,
ciones antropom órficas de los dioses no aparece com o comienzo abso­
de la religión popular. E n la ética luto. [Como sinónim o del térm ino
proclam an com o fin de la vida la «presupuesto» en las acepciones
EÓSatfiovla (felicidad), c o n s is te n te expuestas, suele usarse tam bién la
en una consciente evitación de todo palabra «supuesto» despojada de
exceso. Aristóteles desarrolló su su acepción m etafísica ( /P e r s o n a ,
concepción metafísica de la m ateria Subsistencia).
y de la form a com o principios cons­ Conform e a lo que llevamos
titutivos del ser corpóreo, según dicho, la exigencia de «abstenerse
m étodo histórico-crítico dialogando de supuestos», de una «ciencia sin
con H eráclito y la escuela eleática supuestos», puede tener dos senti­
(no hay m ás que movim iento — no dos. E n sentido estricto significa
hay movim iento real). — / [27-35]. que la ciencia debe fundam entar
—Sch u ster. todos sus asertos, que nada h a de
adm itir sin exam en; lo cual no de proceder realm ente sin supues­
implica que haya de «dem ostrarlo» tos y ello tam bién únicam ente en
todo ( / R a z ó n suficiente [Princi­ el sentido de abstenerse de su­
pio de]). Pero la exigencia de abs­ puestos lógicos. Sin em bargo, se
tención lógica de supuestos en el recom ienda con frecuencia, por
sentido del ideal libera] de la cien­ razones de m étodo, lim itar lo
cia, entendía el vocablo de otra más posible el núm ero de supues­
m anera: la /c ie n c ia , se decia, no tos incluso en las investigacio­
puede dejarse influir por considera­ nes de las ciencias particulares. —
ción alguna que no «ea de natu ra­ D e V r ie s .
leza puram ente cognoscitiva, sobre
todo por la / fe religiosa. Esta con­ b) J. D o n a t , Die Freiheit der ÍVissen-
cepción descansa en una valoración schafl, *1 9 2 5 ; J. H o m m e s, Lebens- und
Bildungsphilosophíe ais vólkische and ka-
unilateral del pensam iento y de la
tholische Aufgabe, 1 9 3 4 ; J . de V ries,
investigación por sí mismas (racio­ Denken und Sein, 1 9 3 7 [tra d . e s p .: Pensar
nalismo); no advierte qué la cien­ y ser, S19S3J; c) E. S pr a n g ek , Der Sinn
cia sólo puede ser fecunda si se der Voraussetzungslosigkeit in den Geis-
m antiene consciente de su carácter teswissenschaften, 1929; [M . F a r b er , The
de miembro y de su posición auxi­ ideal o/ a presuppositiontess Philosophy,
liar en el conjunto de la vida hum a­ e n Philosophical Essays in M em ory o f
na, orientada, en últim a instancia, E. Husserl (e d . F a r b e r ), 1 9 4 0 ].
a fines eternos. H oy m ás bien
existe el riesgo de que, siguiendo
a la irracionaiista filosofía de la Principio es aquello de donde de
vida ( / V i d a [Filosofía de la]) y al alguna m anera un a cosa procede
/p ra g m a tis m o , se pase tam bién en cuanto al ser, al acontecer o al
por alto el deseo justificado impli­ conocer. — Primeros principios son
cado en la exigencia de abstención los que en su orden no dim anan
de presupuestos. Desde luego, el de o tro ; pero ello no excluye que
hom bre, en sus decisiones de im­ en un orden superior tengan tam ­
portancia vital, no puede esperar bién principios. — El concepto de
a que la ciencia le proporcione principio es m ás am plio que el
/c e r t e z a refleja sobre todas las de causa o elemento. La noción de
cosas, sino que debe apoyarse siem­ / causa implica la diversidad del
pre en certezas naturales, orecien- ser y la dependencia de lo causado
tíficas; pero tam poco éstas deben respecto a la causa. L a noción de
ser ciegas. Con m ayor razón, la elemento incluye el que entre en la
ciencia auténtica, si n o ha ser víc­ form ación de un to d o com o parte.
tim a del //e la tiv is m o , no puede El concepto de principio prescinde
edificar s o b ^ bases puram ente sen­ de estas notas ( /R a z ó n , Causa,
tim entales, sino que ha de exigir Principios del conocim iento, Prin­
su fundam entación y que ésta, en cipios del ser). — B r u g g e r .
últim a instancia, se encuentre en la
cosa misma Evidentemente, las a ) A ristóteles, M etafísica v, I ; S anto
T omás d e A q u in o , Sum m a theologica,
ciencias particulares no pueden pa­
1 q. 33 a. 1; b) L. B a u r , M etaphysik,
sar sin presupuestos lógicos. El *1935, § 44; [M ercier , Ontología, 3 v o ls.,
p ro b ar las bases últimas de toda 1935; F . v a n S teenberghen , Ontología,
ciencia es cosa de la filosofía, sobre (trad. esp.) 1957]; d ) K . S t ernbero , D as
to d o de la /m e ta fís ic a o de la Probíem des Vrsprungs in der Philosophie
/ gnoseologia. Sólo la filosofía pue­ des A hertum s, Breslau 1935.
Principios del conocimiento. A di­ dental ( / 'C r i t i c i s m o ) puede ga­
ferencia de los / principios del ser, rantizar el valor ontológico de ios
la expresión principios del conoci­ principios. Éstos más bien se nos
miento designa lo prim ero y más revelan en un conocim iento aprio-
fundam ental en nuestro conocer rístico ( / A p r io ri), que se llama
(según Aristóteles, lo más primitivo intelección, d ando al térm ino un
en el orden ontológico suele ser en sentido especial. E sta intelección
nuestro conocim iento lo deducido). se verifica en u n a m irada que se
Así, reciben preferentem ente el dirige a los dos contenidos concep­
nom bre de principios los conoci­ tuales dados en el sujeto y en el
m ientos primitivos, inmediatos, las predicado d e la correspondiente
«proposiciones fundam entales», de proposición y que las relaciona
donde parte el pensam iento que entre sí. E ntonces se descubre o
avanza deductivam ente ( / R acio­ que el predicado representa un
cinio). En acepción usual estricta, contenido parcial del concepto-su­
la expresión de que tratam os se jeto incluido implícitam ente en él,
limita a las proposiciones universa­ o que el contenido del predicado,
les inm ediatas o casi inmediatas. aunque n o co-pensado todavía en
Un principio, en este sentido, enun­ el sujeto, se sigue de éste necesaria­
cia con / necesidad incondicionada mente. En el prim er caso, se trata
algo de todos los individuos de u n a de un juicio explicativo o rigurosa­
totalidad designada por el concepto m ente analítico, v.gr., el triángulo
del sujeto, v.gr., dos cantidades tiene tres ángulos ( /A n á lis is ); en el
iguales a una tercera son (necesa­ segundo, de un juicio extensivo a
riam ente) iguales entre sí. — Tales priori, que sin reparo puede deno­
proposiciones se dan en la m ate­ m inarse sintético a priori, v.g r.: los
mática, que de ordinario las de­ ángulos altem os de las paralelas
nom ina axiom as y, asimismo, en son ¡guales (/S ín te s is ). P ara que
la /m e ta fís ic a y en la i ló g i c a . sea posible la antedicha intelección
La crítica del conocim iento plan­ se requiere, p o r lo menos en el ju i­
tea la cuestión de la validez de cio extensivo a priori, que los con­
los principios. Este problem a está tenidos del sujeto y del predicado
estrecham ente conexo con el psi­ no sean sólo aprehendidos según
cológico de su producción. El un m odo de darse puram ente empí­
/e m p ir is m o pretende ver en toda rico (/E x p e rie n c ia ), sino que se
proposición universal una genera­ los aprehenda de m anera esencial
lización inductivam ente obtenida de ( /E s e n c ia [Conocim iento de la]).
experiencias sin g u la re s ( /'I n d u c ­ — D e V r ie s .
ción). C ontra ello ha de decirse b) L. huETSCHER, Die ersten Seins-
que d e esta m anera no pueden und Denkprinzlplen, 1930; [J. M a r it a in ,
asegurarse la necesidad y validez Siete lecciones sobre el ser y los prim eros
universal incondidonadas. M ás in­ principios de la razón especulativa (tra d .
suficiente aún es la concepción esp.), 1943; J. R oig G ir on ella , Carácter
según la cual los principios des­ analítico y sintético del principio de cau­
cansan en u n a elección arbitraria salidad, en «Las Ciencias» 11 (1946) pp.
317-359 (especialm ente 317-352)]; d) J . .
o son /'p o s tu la d o s aceptados sin G eyser , D ie Erkenntnistheorie des A ris­
exam en, sólo en virtud de u n a tóteles, 1917; P . W il lpert , D as Probiem
necesidad práctica. T am poco el ci­ der W ahrheitssicherung bei Thomas von
m entarlos con Kant exclusivamente Aquin, 1931; e) J. DE V ries , D enken und
en las categorías del sujeto trascen­ Sein, 1937 {trad. esp.: Pensar y ser, *1953],
Principios del ser. Los principios ente finito se com pone de / e s e n ­
del ser sólo pueden com prenderse cia y /e x is te n c ia ; este p ar cons­
partiendo de la definición de prin­ tituye la finitud (la calidad de
cipio en general. D am os el nom bre creado, la contingencia) en cuanto
de /p r in c ip io a aquello de que tal y la base d e todos los otros
algo procede. E n el orden lógico, •principios del ser. L a esencia de
lo es un conocim iento del cual se lo corpóreo lleva en sí com o prin­
sigue otro, y, en el ontológico, un cipios la / m a t e r i a y la / f o r m a
ser del cual otro de alguna m anera (llam ados tam bién substancias in­
procede. Por lo que respecta al com pletas), las cuales, según la
orden ontológico, hay que distin­ doctrina clásica aristotélico-esco-
guir principios extrínsecos e intrín­ lástica, integran la corporeidad co­
secos. Los extrínsecos, a los que m o tal. E n todo lo finito (y, por
hoy suele reservarse el nom bre consiguiente, también en el espíritu
de «causa», ejercen su influjo de puro), alrededor del núcleo subs­
tal m anera que permanecen fuera tancial se colocan los determ ina­
de lo influido por ellos; son ante tivos accidentales que, com o prin­
todo las causas eficientes y final. cipios del ser, com pletan lo finito
Los intrínsecos, en cam bio, entran para llegar a la plenitud de su
com o elem entos parciales o co- caudal ontológico. E ntre los polos
principios en la estructura de lo d e las tensiones apuntadas dom ina
que de ellos nace; llámanse «prin­ siem pre la rekfíTón de /p o t e n c i a
cipios del ser» en el sentido expre­ y / a c t o . — En sentido figurado
sivo del térm ino. N o son un ente, se denom inan tam bién / P r i n c i ­
es decir, un todo que es, sino sólo pios del ser aquellos principios del
u n a parte por la cual un todo conocim iento que expresan las le­
existe. C om o partes esenciales cons­ yes m ás universales del ser, v.gr., el
titutivas del ente en su estructura principio de contradicción ( / C o n ­
esencial se contraponen a las partes tradicción [Principio de]). ~ L o t z .
m eram ente extensas (en el hombre,
alm a y cuerpo, en oposición a ca­ b) G . M a n se r , D as W esen des Tho-
beza, brazos, piernas). L a im portan­ m ism us, 31949 [trad. e s p .: La esencia del
tom ism o, I9 4 7 h L. F uetscher , A k t und
cia metafísica de los principios del
P otenz, 1933 [trad. e s p .: A cto y poten­
ser resulta de que sólo D ios es cia, 1948]; M . M ü ll er , Sein und Geist,
absolutam ente simple, m ientras to­ 1940 (especialm ente la Untersuchung 2);
do lo finito está com puesto de F.. St e in , Endliches und ewiges Sein, 1950
principios parciales. Por eso todo (en p articu lar ii-iv); C . N in k , Ontologie,
concepto filosófico de lo finito exi­ 1952, p arte i; [L. de R aeymaeker , Filo­
ge avanzar de lo con-creto («con­ sofía del ser (trad . esp) 1956]; e) D . F eu -
l in g , H auptfragen der M etaphysik, 1936;
crecido») que prim eram ente nos
(F. v a n S t e ín b e r g h e n , Ontología (trad.
sale al paso a los principios del ser
esp.) 1957].
d e los cuales «con-crece» (o está
constituido). Sólo así se abre el
cam ino hacia el fundam ento últi­ Privación significa generalmente
mo de todo com puesto finito, ha­ la n o existencia de un estado o
cia el simple Infinito. propiedad en una cosa capaz de
Particularizando, hay que dis­ ellos y que h ab ría de poseerlos
tinguir tres grados de principios p ara ser perfecta en su especie
ontológicos, dos de los cuales con­ (v.gr., la ceguera). No denota,
ciernen al núcleo substancial. Todo pues, simple negación de u n ser,
sino que supone siempre un sujeto trario, pero no su posibilidad, y
carente de algo que, conform e a su que se llam a certeza moral en senti­
naturaleza, debería tener. La falta do lato. El /> probabilism o enseña
de una perfección ontológica desde cóm o es posible llegar indirecta­
el punto de vista del bien reci­ m ente a la certeza m oral sobre la
be el nom bre de / mal. — L a pri­ licitud de una acción, a pesar d€
vación no es en sí algo real; pero un juicio que en un principio no
designa un objeto de conocim iento pasa de probable.
real. — E n la filosofía natural L a probabilidad matemática de­
aristotélica O Hilemorfismo) la pri­ signa la relación existente entre
vación representa un papel com o los casos favorables a un suceso
principio del /'d e v e n ir : u n cuerpo, y los casos igualm ente posibles.
cuyos principios ontológicos son la Llám ase probabilidad a priori cuan­
m ateria y la form a, es punto de par­ do se calcula en virtud de consi­
tida de un cam bio form al cuando, deraciones generales independien­
bajo la influencia de una causa tem ente de la experiencia relativa
eficiente, llega a relación de pri­ a los casos efectivamente dados,
vación con respecto a una form a y probabilidad a posteriori cuando
distinta de la que efectivamente se deduce de los sucesos realm ente
tiene, o sea, cuando sus accidentes ocurridos según las norm as de la
son de tal suerte m odificados por e s ta d ís tic a . E l cálculo de pro­
la causa eficiente que a su m ateria babilidades constituye un a ram a
n o corresponde ya la form a subs­ de la m atem ática. El concepto de
tancial anterior, sino o tra nueva. — probabilidad m atem ática es, n a­
/ Oposición. — N a u m a n n . turalm ente, d is tin to del concep­
to de probabilidad propio de la
a) Categorías, 10; d e í m i s ­
A r is t ó te le s , gnoseología y de la vida práctica
m o: M etafísica v, 22; b) L. B a u r, M eta ­ y no puede equipararse a ésta. N o
p h ysik, "1935, §§ 25, 59; L e h m e n -B e c k ,
existe aún u n a teoría de la proba­
Lehrbuch der Philosophie i, 1917, p. 426;
[P. H o e n e n , Cosmología, R o m a 1936].
bilidad m atem ática exenta de obje­
ciones. — El cálculo de proba­
bilidades h a llegado a alcanzar
Probabilidad. Se califica de pro­ gran im portancia en la física m o­
bable un juicio o proposición en derna con el descubrim iento de
favor de cuya verdad hablan ra ­ las leyes estadísticas de la n atu ­
zones de peso pero sin excluir lo raleza ( / L e v natural). — La afir­
contrario, de suerte que n o se da mación de la invalidez de la ley
/ certeza. E n oposición a nn juicio de causalidad ( /C a u s a lid a d [Ley
c ie r ta m e n te v e rd a d e ro , el ju i­ de]), inferida de la aplicación de
cio probable es sólo u n a opinión. los m étodos estadísticos a la m o­
El m ismo juicio puede a la vez ser derna física cuántica, descansa en
probablem ente verdadero y p ro ­ un prejuicio positivista, siendo, p o r
bablem ente falso. La m ayor pro ­ lo tanto, injustificada. — J u n k .
babilidad de u n juicio no anula
L e h m e n - F r i c k , L ogik, K ritik, Onlolo-
tam poco la probabilidad de lo
gíe, 5y* 1923, p . 293; J. S e il e r , philoso­
con trario en sí. E n la vida coti­
phie der unbelebten N atur, 1948, p p . 240­
dian a hay que contentarse a menu­ 252; A. G a t t e r e r , Das Probiem des sta-
do con aquel grado elevado de tistischen N aturgesetzes, 1924; P . S. L a -
probabilidad que excluye la pro­ p l a c e , E ssal philosophique sur les proba-
babilidad bien fundada de lo con­ bilités, P arís 1814, “1840; R . v o n M ises ,
W ahrscheinlichkeit, S ta tistík und Wahr- ción de un fin necesario. El pro­
heit, *1950 [tr a d . e s p .: Probabilidad, babilismo m antiene un sano p unto
estadística y verdad, 1948]; E . C z u b e r , m edio entre el / 'r i g o r i s m o y el
W ahrscheinlichkeitsrechnung, 2 v o ls .,
laxismo y es el único que hace
•1924-1928; [A. G ó m e z I z q u ie r d o , A ná­
lisis del pensam iento lógico, 2 v o ls., 1928­ justicia a las exigencias razonables
1943; E . B o r e l , T raité du calcul des de la vida — S c h u s t e r .
probabilités, 1924; R . P u ig r e f a g u t ,
A propósito de las leyes estadísticas de b ) J . M a u s b a c h , Die katholische M o­
la naturaleza, e a « R a z ó n y F e » 124 (1941) ra l und ihre Gegner, ‘ 1921; D e B l ic -
p p . 297-313; 125 (1942) p p . 25-46; V ermef.r s c h . Probabilisme, en Diction-
H . R e ic h e n b a c h , Theory o f Probability naire apologétique de la f o i catholique iv,
(tr a d . in g l. c o n a d ic io n e s y c o rre c c io n e s), 1922, pp. 301-361; d) A . S c h m it t , Z ur
1949; H . d e l B u s t o , Las teorías moder­ Geschichte des Probabilismus, 1904;
nas de la probabilidad, 1955]. J . T e r n u s , Z u r Vorgeschichte der M oral-
system e von Vitoria bis M edina, 1930;
e) V . C a t h r b in , Moralphilosophie ii ,
Probabilísimo. El probabilism o *1924 [trad. ital. de la 5.* a le m .: Filosofia
es un sistema de m oral que responde m orale, 2 vols., F lorencia, 1913-1920],
a la cuestión dei m odo como la
conciencia ha de decidirse en el Problem a. N o toda^pregunta re­
caso de u n a ley dudosa p ara llegar cibe el nom bre de jfroblema, sino
a la certeza exigida acerca de la únicam ente aquella que, a causa
licitud de una acción. Según el de la dificultad en ella implicada,
tuciorismo ( / 'R i g o r i s m o ) , sólo no puede resolverse sin especial es­
puede escogerse la opinión favo­ fuerzo. P ara el progreso de la
rable a la libertad cuando es segura ciencia, especialm ente de la filo­
o extraordinariam ente p r o b a b le ; sofía, es de im portancia decisi­
según el probabiliorismo, cuando va el exacto planteam iento de los
es más probable que la sentencia problem as. Éste debe referirse a lo
favorable a la ley; según el equi- indudablem ente dado, o bien, en
probabilismo cuando goza de p ro ­ un ulterior avance de la investi­
babilidad igual o casi igual. El gación, a lo ya conocido, y desarro­
simple probabilism o enseña que llar a p a h ir de ah i las cuestiones
no se requiere preguntar cuál es resultantes de los puntos obscuros
la opinión más probable. Si la que todavía queden en el objeto.
opinión favorable a la libertad es L a elaboración metódica de un
verdaderam ente probable, o sea, problem a requiere, adem ás de un
si, en general, en favor de la n o claro planteam iento, que se desta­
existencia de u n a ley hablan ra­ quen nítidam ente las razones en
zones sólidas y serias, n o hay pro y en contra, las aportas Aris­
obligación; pues u n a ley verdadera­ tóteles acentúa ya (al com enzar
m ente dudosa n o está suficiente­ el lib. ni de la «M etafísica») la gran
m ente prom ulgada, y, p o r lo tan­ im portancia de este oportuno «du­
to, según la voluntad racional del dar» ( / D u d a ) p ara to d a investi­
legislador, tam poco puede obli­ gación cien tífic a. A sí com o un
gar. Sin em bargo, la duda h a de planteam iento exacto y fecundo del
concernir directam ente a la ley problem a favorece la investigación,
(dubium legis), n o a un m ero he­ así tam bién, los planteam ientos
ch o (dubium fa c ti); además, no desacertados pueden em brollar y
es lícito an d a r en regateos sobre desorientar. Los m ás innocuos son
u n m edio dudoso p ara la obten­ aquellos seudoproblemas que detrás
de palabras enfáticas ocultan pre­ que pertenecen a un sujeto necesa­
guntas, las cuales, una vez cono­ riam ente. Pueden referirise al ser en
cidas claram ente, quedan resuel­ general, com o los /tr a s c e n d e n ta ­
tas sin m ás, por ser su respuesta les, o bien al género, a la /e s p e c ie
una trivialidad o por carecer ellas o al /in d iv id u o . Las propiedades
mismas de sentido. M ucho m ás pertenecientes a un individuo, una
peligrosos son los planteam ientos especie o un género, con exclusión
desacertados que parten tácitam en­ de cualesquiera otros, constituyen
te de un supuesto falso conduciendo las propiedades características. P ro ­
así la investigación por u n a falsa piedades en sentido am plio son
vía. H ay problem as que encierran asimism o los determ inantes acci­
sin duda u n planteam iento posible, dentales — /P re d ic a b le s . — II.
pero, n o obstante, son infecundos S entido enteram ente distinto posee
porque, v.gr., su solución excede el térm ino «propiedad» cuando de­
radicalm ente las fuerzas hum anas n o ta la institución jurídico-natural
o faltan los trabajos p reparato­ cuya naturaleza se expone a conti­
rios necesarios o, en fin, la solución, nuación. El o rdenado aprovecha­
aun siendo posible, debido a su m iento del m undo irracional p o r el
escasa trascendencia, n o recom pen­ hom bre dotado de razón supone una
sa el esfuerzo dedicado a ellos. — «ordenación» de los bienes p arti­
D e V r ie s . culares a determ inados individuos o
grupos hum anos; la propiedad es­
a) A r is t ó t e l f s , M etafísica m ; b) H . tablece esta ordenación. Previa­
W e in , Utttersuchungen über das Problem- mente a to d a propiedad existe la
bewusstsein, 1937.
facultad m oral del ser racional
p ara servirse de las criaturas irra­
Propiedad. I. La propiedad es cionales con m iras a sus fines. L a
una clase de d e te r m in a n te o de propiedad regula el ejercicio de
term inativo. Llám ase determinan­ esta facultad en las relaciones de
te o determinativo todo aquello los hom bres entre sí. Estoy ju rí­
que confiere un carácter dado a dicam ente autorizado p ara dispo­
u n a cosa todavía indeterm inada. ner, según m i arbitrio y prove­
Según que algo sea determ inado cho, de lo que es mío. Esta facultad
en cuanto al ser o sólo en cuanto al es fundam entalm ente universal, pe­
concepto, cabe distinguir deter­ ro está internam ente sujeta a la
m inantes reales (como la form a ordenación de la / c o m u n i d a d
esencial, los accidentes) y deter­ y a la consideración al bien com ún,
m inantes conceptuales (v.gr., la pues el / derecho nunca puede ser
diferencia especifica de los géne­ contrario a la com unidad, ni algo
ros). Ú nicam ente puede hablarse opuesto a ella será jam ás derecho.
de propiedades (atributos) donde — L a institución de la propiedad
un determ inante (real o conceptual) en cuanto tal se funda en la n atu ra­
tiene com o supuesto algo determ i­ leza, siendo, p o r lo mismo, ju rí­
nad o ya de alguna m anera. Los dico n atu ral; su plasm ación es varia­
determ inantes prim ordiales de una ble y, en consecuencia, asunto de
cosa todavía enteram ente indeter­ legislación «positiva» (v.gr., es­
m inada n o son propiedades, sino tatal). D e hecho, la propiedad en
que form an su núcleo esencial. P ro­ la legislación de los estados re­
piedades en sentido estricto (pro­ viste form as m uy variadas (v.gr.,
pios) son aquellos determ inantes germ ánica, rom ana).
L a m ala repartición y el abuso a) I . A r i s t ó t e l e s , Tópicos i , 5; v ;
de la propiedad im pulsan a gran­ b) J . G e y s e r , Grundlagen der L o g ik und
des m asas de «desheredados» a Erkenntnislehre, 1909, n.° 9 0; [ A , G ó m e z
I z q u i e r d o , Análisis del pensam iento ló­
oponerse a la propiedad en ge­
gico, 2 vols., 1928-1943; M e r c i e r , Lógi­
n eral (comunismo) o a la pro ­ ca, 2 vols., 1942]. — I I b) P. T i s c h l e -
piedad de los m edios de producción D E R , Eigentum , e n el Staatslexikon, de
(/so c ia lism o ). Es exigible una sana H . S acher, i, *1926; O . S c h i l l i n g ,
organización de la / sociedad y de D er kirckliche E igentum sbegriff, 21930;
la econom ía ju n to con una orde­ A . F . U t z , Freiheit und Bindung des

nación de la propiedad que dé E igentum s 1949; [ G a r r j g u e t , L a propie­


lo que es debido tanto al individuo dad privada ( t r a d . esp.) s. f . ; T o n n e a t j , en
el Dictionnaire de théologie catholique, 13,
como a la com unidad. L a supre­
757-846; J. L e c l e r c q , L efo n s de D roit
sión de la propiedad m ataría la naturel, t . iv, 2, *1946; Códigos de M a­
vida cultural. C uanto m ayor n ú ­ linas ( t r a d . esp. p o r I . G o n z á l e z ) 1954
m ero de propietarios se cuente ( Cod. Social) ; L . A . S o b r e r o c a , L a doc­
entre los hom bres (familias), tanto trina social de la Iglesia. T extos pontifi­
m ás firme será la institución de cios sistematizados, 1954; I . G . M e n é n -
la propiedad y tanto más dejará d e z - R a i o a d a , E l destino fundam ental de

sentir sus beneficios. — Conform e ¡a riqueza, e n « L a ciencia t o m i s t a » 76


(1949) pp. 585-606]; R e n n e r , Die
a su concepto, la propiedad co­
R echtsinstitute des Privatsrechts und ihre
rresponde siempre a alguien en soziale Funktion 1929 ( s o c i a l i s t a ) ; d ) A .
particular, pudiendo ser el pro ­ H o r v a t , Eigentumsrecht nach dem hl. Tho-
pietario ya un individuo, ya un mas von Aquin, 1929; [ R . B r u n e t , L a pro-
grupo (familia, asociaciones libres) prielé privée chez S a in t Thomas, e n « N ou-
(propiedad privada) , ya también vellc r e v u e t h é o l o g i q u e » 61 (1934) pp.
u n a entidad pública (municipio, 914-927; 1022-1041]; e) V. C a t h r e i n ,
estado). — L a propiedad reporta Moralphilosophie n , “1924 [ t r a d . i t a l . d e
la 5.» a l e m . : Filosofía morale, 2 v o l s . ,
beneficios. P or eso, es o al menos
Florencia 1913-1920; G . M á r q u e z , Fi­
puede ser fuente de renta. N ada losofía moral, 2 v o l s . , 51943; P. V i l a ,
im pide lim itar la renta procedente Orientaciones sociales, ‘ 1952],
de la propiedad; en cambio, pre­
tender suprim irla equivaldría a an u ­
lar la propiedad misma. Providencia. Con este térm ino se
L a propiedad es facultad de dis­ designa la actividad por la cual
poner en derecho de una cosa D ios guía las criaturas al fin que
(derecho de propiedad), frente a les está señalado. L a providencia
la cual la posesión consiste en la com prende, prim ero, el plan eter­
facultad de disponer de hecho de no, vivo en el espíritu de Dios,
ella. Las más veces, propiedad y de conducir a cada un a de las
posesión coinciden, pero pueden criaturas en particular y al conjun­
estar separadas tan to legal como to de todas ellas a su objetivo
ilegalmente. M ás que lim itar la suprem o: la glorificación divina.
ren ta producida por la propiedad, Este plan predeterm ina tanto el
im porta lim itar el poder anexo a fin com o los m edios (disposicio­
ella y a la posesión. U n recurso nes naturales, condiciones de exis­
extremo para lograr dicha lim ita­ tencia, etc.). E n segundo lugar, la
ción, cuando viene exigida por el providencia abarca la ejecución del
bien com ún, es la /so c ia liz a c ió n plan antedicho, o sea el gobierno
( /E c o n o m ía [Filosofía de la]). — del mundo, que no es sólo resultado
I. Sa nteler. — II. N e l l -B r e u n x n g . de la sabiduría y de la om nipoten-
cia de D ios, sino efecto de su am or acontece que D ios no quiera o,
y bondad. Pues la consecución de p or lo m enos, perm ita; pero Dios
su fin significa p ara las criaturas con su omnisciencia h a incluido
participar en grado diverso, se­ en sus decretos la conducta moral
gún su naturaleza, de la divina libre del hom bre. P o r eso, la ora­
perfección. — D ios, en la goberna­ ción impetratoria no carece de sen­
ción del universo, se sirve de la tid o : el que o ra n o pretende lu­
actividad de las causas creadas, no char contra u n plan inm utable
porque renuncie a su poder, sino establecido p o r D ios, sino ocupar
p ara hacer partícipes a las criatu­ con su plegaria el lugar que en
ras de la preem inencia que implica este plan le h a sido ofrecido por
el ser causa. — Según sea n atu ­ la providencia. — N a u m a n n .
ral o /s o b r e n a tu r a l el fin esta­
blecido p o r D ios para las criatu­ a) S a nto T om ás d e A q u in o , Sum m a
ras (racionales), se distinguirá una contra Gentiles m , 64, 71-83, 90-97;
b ) Vorsehung, en el L e x ik o n fü r Theolo-
providencia natural y o tra sobre­
gie und Kirche, x , 695; C . G utberlet ,
natural. Q ue la providencia de Theodizee, M 909, p. 295 s s; E sser-
hecho ejercida po r D ios es sobre­ M a u sb a c h , Religión, C kristentum , K ir­
natural, lo sa b e m o s únicam en­ che I, 1911, p . 294 ss; E. K rebs , Dogma
te po r la /r e v e la c ió n — L a pro­ und Leben ti, p p . 693-752; G . W u n d e r l e ,
videncia general se extiende a la Grundziige der Religionsphilosophie, 1918,
totalidad de las criaturas; la par­ p. 171 ss; A . L e h m k u h l , D ie gdttliche
ticular, a los seres racionales, a Vorsehung, ‘“1923; J. R a n f T, D er Vorse-
hungsbegriff, 1 928; D ’A lés , Providence
los cuales los dem ás están orde­
et liberté. 91928; P. D oret L'irrépro-
nados. La providencia es, por lo chable providence, 1938; [A . G o nzález
tanto, universal, de suerte que A lva rez , Teología natural, 1949]. —
con relación a D ios no puede haber H . E . H engstenberg , Von der góttlichen
/a z a r. Vorsehung, 1940; J. K o n r a d , Schicksal
E ntiéndese p o r destino el con­ und Gott, 1947; d ) V. C ioffa ri , Fortune
ju n to de los sucesos de la vida hu­ and Fate fr o m D em ocritus lo S t. Thomas
m ana que n o dependen de la libre Aquinas, N ueva Y ork 1935; e) C . G ró -
b e r, H andbuch der religiósen Gegen-
voluntad del hom bre. Concebir es­ wartsfragen, 1940, p. 566.
te destino com o u n a ley ciega que
incluso gobierna a la D ivinidad
( = fatalism o cósmico) es desco­ Psicoanálisis. Recibe preferente­
nocer el poder soberano absoluto m ente el nom bre de psicoanálisis
de D ios. La obra del destino, a el m étodo psicoterapéutico intro­
saber: el caer bajo las leyes de la ducido por S . Freud, aproxim ada­
m ateria, de la vida y de la historia m ente desde 1890, consistente en
con los males físicos y m orales que hacer inteligible el origen (psicogé­
se m anifiestan en estos dominios, nesis) de ciertas perturbaciones de
es conocida y querida o perm iti­ la vida aním ica consciente con el
d a p o r D ios. — A ceptar el destino descubrim iento de sus causas psí­
com o inm utable y arbitraria pre­ quicas inconscientes, a fin de su­
determ inación de parte de D ios, prim irlas m ediante la conciencia
ya p a ra la salvación, ya p ara la que de las mismas se h a adquirido.
eterna condenación ( = fatalism o Algunos hechos notados en las in­
teológico de los m ahom etanos, cal­ vestigaciones sobre los estados hip­
vinismo), significa suprim ir la li­ nóticos ( Charcot. Bernheim) y, so­
b erta d hum ana. C ierto que nada bre todo, las observaciones llevadas
a cabo en la práctica clínica con­ opuesta a la interpretación bioló­
dujeron a Freud a su brillante, gica de los mismos dom inante por
y po r entonces inaudita, concep­ entonces, sino, sobre todo, los ex­
ción de la estructura de la vida clusivismos frecuentem ente ridícu­
anímica. Según ella, la vida cons­ los y las construcciones concep­
ciente descansa com o tenue capa tuales apriorísticas, asi com o tam ­
superñcial sobre las capas m ucho bién su adhesión al positivismo del
más gruesas de lo psíquico incons­ siglo xix y su condición de psico­
ciente (personal). Vivencias expul­ análisis cultural, suscitaron en el
sadas de la conciencia o memoria, prim er m om ento, dentro de los
orientaciones de la vida tendencial círculos de especialistas dedicados
y afectiva, «complejos» en suma, al cui'ivo de la psiquiatría y la
rechazados hacia el /in c o n sc ie n te psicología, u na enérgica resistencia
(represión), tienden a regresar a la al movim iento psicoanalíiico, que
conciencia. Im pedido su retom o ' desde 1910 cundía con intensidad
p o r una «censura» que, por de­ creciente. A. Adler y C. G. Jung,
cirlo así, dom ina en el um bral de al principio discípulos de F reud,
la zona preconsciente, engañan elaboraron otros tipos de teorías
a aquélla e influyen en la vida psicogenéticas: la psicología indivi­
d e la conciencia «disfrazándose» de dual de A dler reem plazó la concep­
síntom as neuróticos y psicopáticos ción pansexualista p w 4 a reducción
o tam bién «em bozándose» en una (sin duda tan unilateral com o el
form a «sublim ada» com o tenden- pansexualismo) de todos los tras­
dencias de orden estético, científico, tornos neuróticos a la oposición
religioso, etc. (sublimación). Freud, entre el afán de valer y la voluntad
yendo muy lejos en sus afirmacio­ de com unidad. C G . Jung llegó
nes, interpretó com o energía sexual a la doctrina del / inconsciente co­
la energía tendencial reprim ida (li­ lectivo. H oy la discusión en to m o
bido) que desde el inconsciente al psicoanálisis (que, p o r cierto,
actúa en la vida consciente y espi­ dom ina aú n en la psicología am e­
ritual, interpretación que, sin espe­ ricana) se ha hecho mucho más
cial protesta de aquél, sus prim eros serena. T ém anse de la teoría de
seguidores hicieron todavía m ás F reud atisbos y conceptos funda­
exclusiva y apriorística (pansextia­ m entales y valiosos sin aceptar la
lismo). (L a teoría del compleio de totalidad del sistema n i las conclu­
Edipo, es decir, del apego sexual siones que entrañan un a concep­
del niño a su m adre y de la n iña ción del universo, utilizándose con
a su padre, desem peñó u n im por­ m ayor prudencia lo que tiene de
tan te papel en la literatura psico- legitimo según sugieren en cada
analítica «clásica» y, sobre to d o ,’ m om ento los casos particulares. —
en las exposiciones de vulgariza­ W il l w o l l .
ción.) E n u n a de las últim as obras,
el mismo F reu d reducía aún la F u en tes: S. F r e u d , Gesammelte W erke,
religión al com plejo de Edipo, con V íena 1935, L ondres 1940 ss [trad. esp.:
Obras completas, 18 vols., 1922-1934].
cuyo desenm ascaram iento creía que
E n especial: Vorlesungen über Psychoana-
aquélla se verla obligada a m ostrar
lyse, 1909 [trad. esp .: Introducción a la
su inanidad («El porvenir de una psicoanálisis i, *-1934; n , *I929j; A . A d l e r ,
ilusión»). P ra xis und Theorie der Individualpsycho-
N o sólo la explicación psicoge- logie, 1924; C . G . J u n g , Ueber die
nética de los trastornos psíquicos, Psychoíogie des Vnbewussten, 1943. B i­
b lio gra fía : b) J. d e l a V a issié r e, La crita, com o cosa de la «metafísi­
théorie psychanalytique de Freud, en ca», la doctrina que hace del alm a
«A rchives de P hilosophie» 8 (1930); el sujeto substancial de las viven­
W. P . W i t t c u t , Catholic thought and
cias. L a psicología científico-expe­
modern Psychology, L o n d res; [R. D a l -
b ie z , L a m étode psychanalitique et la rim ental de hoy deja ciertam ente
doctrine freudienne, 2 vols., 1936 (trad. el tratam iento especializado de lo
esp.: E l m étodo psicoanatttico y la doc­ puram ente vegetativo a las ciencias
trina freudiana, 1948); J. D o n a t , A dler biológicas y fisiológicas, pero, en
y su psicología individual (trad . esp.), cam bio, p resta m ayor atención
1949; T e s s o n y o tro s, Psicoanálisis y tanto a las bases psíquico-incons-
conciencia m oral (trad . esp.), 1949; cientes de la vida de conciencia
J. N u t t i n , Psicoanálisis y concepción
espiritualista del hom bre (tra d . esp.),
com o (en cuanto /a n tro p o lo g ía
1956]; c) B irn b a u m , Handwórterbuch psicológica) al entrelazam iento de
der medizinischen Psychologie, 1930; la vida aním ica c o n -e l coryunto
J. J a c o b i, D ie Psychologie von C. G. Jung, de la vida hum ana. E l nom bre de
*1945 [trad . esp .: L a psicología de C. G. psicología procede del siglo xvn
Jung, 1947], y sólo a partir de Chr. W olff, y pos­
teriorm ente en el siglo xdc , en tró en
Psicología significa etimológica­ el uso general.
m ente ciencia del / a l m a o de io Según se lim ite la psicología a es­
anímico (psíquico). El significado tu d iar los acontecim ientos psíqui­
real ordinario del térm ino ha va­ cos em píricam ente aprehensibles
riado reiteradas veces. Aristóteles, o investigables en cuanto tales o se
que fué el prim ero en elaborar una aplique a la consideración del alm a
doctrina sistemática del alm a, tra­ com o sujeto de la vida psíquica,
taba en ella de todos los grados de distínguem e u n a psicología empí­
vida terrestre (vegetativa, sensitivo- rica y u n a psicología llam ada (desde
anim al e intelectual) y veía en el W olff) racional o, mejor, filosófico-
alm a el principio form al substan­ metafísica. A m bas difieren entre sí
cial de los procesos vitales; así tam ­ p o r su objeto form al y por la di­
bién procedió su seguidora, la esco­ versidad de com etido y m étodo. —
lástica medieval (e igualmente, en L a psicología empírica se ocupa en
parte, la neoescolástica). D espués las vivencias conscientes (v.gr., co­
que la restricción exclusiva del con­ nocim iento, tendencia, sentimien­
cepto de vida a la vida intelectual to), se esfuerza p o r describirlas
consciente, llevada a cabo p o r Des­ exactam ente en sus rasgos caracte­
cartes a principios de la E dad M o­ rísticos y m utuas conexiones (así
derna, atrajo de m odo especial la com o tam bién en sus relaciones
atención a lo psíquico consciente, con el /in c o n s c ie n te y la to ta­
v que el em pirismo extrem o, el lidad del hom bre), descubrir sus
positivismo y el criticismo negaron leyes estadísticas, causales y fi­
m ás tarde la cognoscibilidad de un nales (psicología descriptiva y e x ­
alm a substancial, surgió en el si* plicativa), deducir leyes y hechos
glo xix, bajo el predom inio del po­ particulares de leyes psicológicas
sitivismo, la definición de la psico­ generales (p sic o lo g ía teo rética :
logía com o «ciencia de los hechos véase Lindworsky) y com prender el
de conciencia» (aunque esta psico­ sentido del acontecer psíquico (psi­
logía puram ente em pirista nunca se cología comprensiva, psicología co­
contentó sólo con / «vivencias m o ciencia del espíritu). T rata ta n ­
conscientes»), Además, quedó pros­ to de las form as y leyes universales
de las vivencias com o de las formas cientes ciencias naturales inorgáni­
particulares que se dan en los di­ cas a m edida d e lo psíquico, la
versos individuos (pscología dife­ auto y hetero-observación, m etódi­
rencial y de los tipos; /c a r a c te r o ­ cam ente afinadas en el experimento
logía), de las fases evolutivas de psicológico han quedado com o uno
la vida psíquica del niño, del ado­ (no el único) de los m étodos prin­
lescente, etc. (psicología del des­ cipales de investigación psicoló­
arrollo o genética), de la inser­ gica. Consiste en provocar, delibe­
ción de la vida personal en la rad a y sistemáticamente, procesos
vida psicológico-sodai (psicología psíquicos a fin de observarlos d e
social), de la ordenación de la vida m anera científica. E l ideal del ex­
consciente a las esferas valórales perim ento científico-natural de en­
del espíritu objetivo (v.gr., psico­ contrar el conjunto y significación
logía de la religión, psicología de la de todos los factores parciales de
creación v vivencias artísticas, etc.) un oroceso variando a voluntad las
y, p o r últim o, de las form as an o r­ condiciones de la experiencia, re­
males del psiquism o (psicopatolo- sulta sensiblemente im posible en el
gía). La psicología aplicada procura experim ento psicológico, porque lo
aprovechar en la vida cotidiana psíquico es irreiterable. A pesar de
(escuela, profesión, educación), los ello, el experim ento h a contraído
resultados de la investigación cien­ m uchos méritos. _ A d ap tad a en
tífica (psicología pedagógica y tera­ sus comienzos lo m ás ajustada­
péutica, psicotecnia, psicología mé­ m ente posible al m odelo de la fí­
dica y forense o judicial). sica y de la quím ica p o r lo que
El m étodo fundam ental de la psi­ respecta al m étodo y construcción
cología empírica sigue siendo la de las teorías (psicología científico-
simple contem plación de la vivencia natural de fines del siglo pasado),
psíquica (auto-observación), ju n ­ la psicología em pírica fué luego
to con la hetero-observación (que recobrando cada vez m ás su inde­
manifiesta la vivencia del alm a pendencia al transform arse hacia
ajena) y con la com prensión que el año 90 de «atomística» en «psi­
entiende el sentido de la vida aní­ cología de la totalidad». C on la in­
mica en su ordenación a cam pos vestigación en el cam po del cono­
valórales objetivos. Pero es abso­ cim iento intelectual y de la volun­
lutam ente insuficiente u n a psicolo­ ta d (escuela de Külpe desde 1905
gía del «com portam iento» o «con­ m ás o menos), de la psicología de
ducta» (behaviorísmo o conductls- la religión y social m ás tarde,
m o) que se queda en lo puram ente y tam bién de la psicología diferen­
exterior. L a oposición a m enudo cial y caracterológica, la psicología
exagerada durante la «crisis de la h a dado desde entonces m ucho
psicología» (ocurrida por los años fruto.
de 1920 a 1930) entre estas formas La psicología racional o , m ejor,
y m étodos se reduce, p o r lo tanto, filosófico-metaflsica, pregunta p o r
a la diferencia entre aspectos de las últim as bases ónticas de la vida
la única psicología m etódicam ente consciente radicadas en e l «sujeto
com pleta que de m anera necesaria que vive» las vivencias, en la esen­
se exigen y com plem entan recípro­ cia substancial, espiritual, libre e
cam ente. — D esde que G. Th. inm ortal del / a l m a . Su método
Fechner aplicó en principio los m é­ no puede ser intuitivo (porque
todos experimentales de las flore­ nosotros no aprehendem os intuiti­
vam ente lo espiritual), ni m enos ra- experimental, *1943; del m ism o : Estudios
cionalísticam ente deductivo (a m o­ de psicología experim ental, 2 vols., 1946­
do de la geom etría euclidea que 1948; G e m b i u - Z u n in t , Introducción a ¡a
psicología (trad. esp.), 1953; G . D w e l s -
lo deduce ,todo partiendo de prin ­ h a u v e r s , Tratado de psicología (trad .
cipios inicialm ente establecidos), ni esp.), 1930; E. P o l it z e r , L a crise de la
tam poco pu ra am pliación inductiva psychoíogie contemporaine, P arís 1947;
del saber em pírico, sino única­ L a V aissiére -P a lm és , Psicología experi­
m ente «reductivo», es decir, h a de mental, s1952].
considerar los hechos em pírica­ Psicología filosófica: J. G e yser , Lehr-
m ente dados desde el p unto de buch der allgemeinen Psychoíogie, *1920;
[d el m is m o : Diseño de Psicología general
vista de las leyes universales del
(tr a d . e sp .), 1927]; D . F e u l ín g , D as
ser con el fin de com prender así L eben der Seele, *1940; A. W il l w o l l ,
la existencia y esencia del alma. Seele und Geist, 1938 [tra d . esp .: A lm a
Sus problem as fundam entales, im­ y espíritu, 1946]; A . P f a n d e r , D ie Seele
portantes p ara la valoración to ta l des M enschen, 1933; J. G r e d t , Die
de la existencia hum ana (tales co­ aristotelische-thomistische Philosophie l,
mo responsabilidad, espiritualidad, 1935, 270-422; B. v o n B r a n d e n s t e in ,
inm ortalidad), ocuparon a los hom ­ D er M ensch und seine Stellung im A lt,
Einsiedeln 1947; A . M a r c , Psychoíogie
bres desde la A ntigüedad. A partir
réflexive, B ru sela s 1949; [M e r c ie r , Psi­
de Anaxágoras, que aclaró el con­ cología ( tr a d . esp.), 4 v o ls., 1940; F. M.
cepto de lo espiritual, la psicología P alm és , Psicología experim ental y filosó­
m etafísica fué contada com o u n a fica, ‘ 1952; S. S t r a sse r , L e problém e de
de las partes m ás im portantes de l ’ám e, L o v a in a 1953; R . B k e n n a n , P si­
toda filosofía p o r los guías m á­ cología general ( tr a d . esp.) 1952].
ximos del pensam iento occidental, H istoria de la psicología: H . S ie b e c k ,
desde Platón, Aristóteles, Plotino Geschichte der Psychoíogie, 1880-1884;
O . K lem m , Geschichte der Psychoíogie,
y San Agustín hasta hoy, si bien
1911 [trad. esp .: H istoria de la psicolo­
a veces dejáronse sentir corrientes gía,, 1929]; C. S p e a r m a n , Psychology
positivistas. L as diversas afirm a­ down the ages, L ondres 1937; R . E. B r EN-
ciones referentes a la imposibilidad n a n , H istory o f Psychology fr o m the
de la psicología descansan en su­ standpoint o f a thom ist, N u ev a Y ork,
puestos falsos y antimetaffsicos. — 1945 [trad. esp.: H istoria de la psicolo­
W il l w o l l . gía 1957; P. F o u l q u ié , L a psychoíogie
contemporaine, 1951] /* [185, 208, 221,
P sicología em p írica: J. F r Obes , Lehr- 246, 253],
buch der experim entellen Psychoíogie, *1929
[trad. e sp .: Tratado de psicología empíri­ Psicología social. E l im pulso a
ca y experim ental, 2 vols., *1944]; J. L i n d - constituir u n a com unidad espiritual
w o r sk y , E xperim entelle Psychoíogie, ‘ 1931
[trad. e sp .: Psicología experim ental des­
con otras personas tiene sus raíces
criptiva y teórica, ‘ 1935]; W . S t e r n , A ll- psicológicas, p o r u n lado, en la
gemeine Psychoíogie a u f personalistlscker riqueza óntica del ser personal que,
Grundlage, 1931 [trad . esp.: Psicología ge­ salvando sus propios límites, se da
neral desde el p u n to de vista personalísti- a sí m ism o, y, p o r o tro , en su po­
co, 1951]; O . T u m l ir t z , Anthropologische breza necesitada d e com plem enta-
Psychoíogie, 1939; G . K o f k a , Handbuch ción. Indudablem ente, en la com u­
der vergleíchenden Psychoíogie, 1922;
n id a d la persona, con su d ar y su
K . B ü h l e r , D ie X rlse der Psychoíogie,
'1 9 2 9 ; A . TlLQurN, L e behaviourisme,
recibir, sus derechos y sus deberes,
P aris 1942. A d em ás: A ctas de lo s co n ­ condúcese, desde el p u n to de vista
gresos d e psicología experim ental; (M. particular de la com plem entación
B a r b a d o , Introducción a la psicología com unitaria, com o si fuese «miem­
bro» de un organism o, m as a pesar m ándolas en parte a su servicio)
de ello conserva su inalienable sus- de «representación de objetos» m e­
tantividad, y la dignidad y los de­ d iante u n sistema de signos y sím­
rechos que le son inherentes. T area bolos arbitrariam ente establecidos
de la psicología social es inquirir (p s ic o lo g ía del le n g u a je de K.
las bases y fuerzas form ativas psí­ Bühler).
quicas de la com unidad hum ana L a inclinación social hum ana in ­
de vida (en sentido m uy amplio cluye tam bién, com o el lenguaje
tam bién de la anim al), lo que hay hum ano, lo instintivo y lo espiri­
de psicológico en sus form as es­ tual. La riqueza de los instintos so­
tructurales y en su repercusión so­ ciales encierra, entre otras cosas,
bre la vida aním ica individual. El el im pulso a estar ju n to con los
hecho evidente, subrayado desde congéneres, a «com prenderse» ins­
antiguo, de que el hom bre es un tintivam ente (función prelógica de
ser social, pone delante, en primer «com unicación» y «provocación»
lugar, los problem as de la com­ de los «lenguajes» prelógicos), a la
prensión del «alma ajena'» o del conducta negativo-social en el a ta ­
«yo ajeno», de los medios de inte­ que y la fuga, al enlace de reac­
ligencia inter-aním icos y del im­ ciones positivas y negativas en el
pulso al contacto social. — La contacto sexual y, por últim o, al
com prensión de la vida psíquica juego en c o m ú n -J .a conducta so­
ajena, en su existencia y particula­ cial espiritual en cuanto tal pone
rid ad , la reducen unos predom i­ en relación el ser espiritual-perso-
nantem ente a disposiciones instinti­ nal del hom bre con el ser personal
vas, otros a u n a «proyección senti­ ajeno com o po rtador de valores.
m ental» (Einftihlung), a un penetrar Manifiesta sobre to d o dos aspec­
de la propia vida consciente en otros tos que se com plem entan y en
hom bres haciéndose uno con ellos, cierto sentido se exigen: el respeto
otros, en fin (Scheler), a una es­ que m antiene la distancia ante el
pecie de inm ediata intuición de lo valor personal ajeno, le estim a y no
psíquico ajeno fundada en u n a ori­ le ofende, y el / a m o r que, con
ginaria unidad de ser. Sin em bargo, la im itación, la donación creadora
dicha com prensión no puede acla­ y el impulso a «devenir nosotros»,
rarse exhaustivam ente con ninguna spira a él. Los diversos grados
explicación unilateral, sino que ne­ especies de «disposición social»
cesita la síntesis de varias formas anímica, las diferencias típicas de
explicativas. El m edio p ara la co­ orientación hacia el objeto, la m a­
m unicación de alm a a alm a lo yor o m enor totalidad y fuerza
constituye el /le n g u a je , pero to ­ atractiva de la conducta social (afi­
m ado en sentido amplísimo. Así nidad social, Hellpach) dependen
entendido, abraza n o sólo las fun­ de las situaciones individuales cam ­
ciones prim itivas (comunes al hom ­ biantes y de las particularidades
bre y al animal) de «manifestación» típicas de la vida anímica.
de las vivencias propias a él n atu ­ E ntre las form as estructurales
ralm ente anejas y «provocación» de los «productos de com unidad
d e vivencias por las form as m ani­ psíquica» pueden distinguirse con
festativas del vivir ajeno (lenguaje Hellpach las estructuras de gene­
prelógico) , sino tam bién la función ración, de reglam ento y de aglo­
intelectual exclusiva del hom bre m eración, es decir, el organismo
(construida sobre aquéllas y to ­ social (como la familia), la organi-
zaciórt y el m ero agregado. Según duction to social psychology, B oston
predom inen entre los factores psí­ ” 1931; A. M io tto , Psicología del com-
quicos aglutinantes enderezados portam ento sociale, F lorencia 1939;
K . Y o u n g , Handbo'ok o f social P sycho­
a la constitución de formaciones
logy, L ondres al 946].
sociales los m odos de proceder
puram ente instintivos o los espiri­
tuales, hay que distinguir la / m a ­ Psicologismo. El psicologismo
sa y la /c o m u n id a d auténtica. asigna a la /p s ic o lo g ía la prim a­
Las form as primitivas de com uni­ cía absoluta entre todas las cien­
dad hum ana son la am istad y el cias filosóficas. E n especial, hace
/m a tr im o n io ; de ellos nace la que la / l ó g i c a y la /g n o se o lo g ía
familia y partiendo de ésta se ori­ queden absorbidas por la psicolo­
ginan las com unidades m ás am ­ gía. Procede así p orque p ara él las
plias: la parentela, la clase profe­ causas psíquicas que determ inan la
sional, la tribu y el /p u e b lo . realización del juicio son al mismo
La base ontológica de la ten­ tiem po n orm a de la / verdad: es
dencia anímica a la com unidad no verdadero aquel pensar que trans­
es una m isteriosa «alm a supraindi- curre norm alm ente, o sea, confor­
vidual» o u n ser-uno originario de me a las leyes de las causas psico­
un a corriente de conciencia única lógicas. Según sea el m odo de
que se desliza a través de todos concebir esta norm a distínguense
los individuos, sino, por u n lado, varias form as de psicologismo. El
el entretejim lento de lo anímico antropologismo sostiene que la n o r­
con las conexiones vitales bioló­ m a consiste en la peculiaridad es­
gicas y, por otro, la riqueza del pecífica del hom bre, de suerte que
espíritu personal que impulsa a co­ hay u n a n o rm a d e verdad com ún
municarse, tendencia a la cual corre a todos los hom bres y válida sólo
paralela u n a correspondiente nece­ p ara ellos. O tras form as de psico-
sidad de com plem entación p o r el jogism o restringen la no rm a to d a­
alm a ajena. — W i l l w o l l . vía m ás: según el psicologismo
tipológico ( D ilthey, Leisegang) los
a) M . S c h e l e r , (Vesen und Formen der distintos tipos de pensar conducen
S ym p a lh le, *1926 [trad. fesp.: Esencia y necesariam ente a concepciones dife­
fo rm a s d e la sim patía, 1943]; b) A . G e c k ( rentes del universo; según el / h i s -
Sozialpsychologie im Ausland, 1928; del torism o, el nivel de la evolución
m ism o: Sozialpsychologie in D eutschland cultural en cada m om ento influye
1929; del m ism o : D er G egenstand der decisivamente en la norm a de la
Sozialpsychologie, e n «Z eitschrift fü f Psy­
verdad. F undam ento de u n cierto
ch o lo g ie» 131 (1934) p p . 382-387;
P . WOLFF, Vom Sinn der Ehrfurcht,
carácter com ún de la verdad son
1935; C h . B ü h l e r , Sozialpsychologie, en el alm a de la cultura (Spengler)
« IX K o n g ress d e r deutschen Gesell- respecto al mismo círculo cultural,
sc h a ft fiir experim entelle Psychologie, el alm a de la raza o las circunstan­
1938; H o r n s t b in - F a l l e r , Gesundes Ge- cias económico-sociales ( / M ar­
schlechtsleben, 1950 [trad. esp .: Vida xismo). T odas las variedades de
sexu a l sana, 1951]; c) W . H e l l p a c h , psicologismo coinciden en el / rela­
Elem entares Lehrbuch der Sozialpsycho-
tivism o de la verdad.
logie, 1933; T h . E r i s m a n n , M assenpsy-
ch o b g le, 1928; L . S z o n d i , Schicksalsana- L a im pugnación del psicologis­
lyse, B asilea 1944; [C h . B l o n d e l , [n- mo b ro ta fundam entalm ente de la
troductlon á la psychologie collective, refutación del relativismo. E n lo
París 1928; W . M e . D o u g a l l , A n intro- concerniente a la mezcla de la psi-
cologfa con la lógica y la gnoseo­ cendencia, lengua, cultura e histo­
logía, debe decirse que estas cien­ ria. L a diferencia entre pueblo y
cias se ocupan efectivamente en / r a z a reside en que ésta se halla
el mismo objeto: el conocimiento, determ inada preferentem ente p o r
pero desde puntos de vista esen­ las cualidades corporales basadas
cialm ente distintos. La psicología en la descendencia y puede abarcar
estudia un proceso en un / sujeto, y varios pueblos (total o parcial­
las condiciones de su producción m ente), m ientras que entre los ele­
y existencia, atendiendo al conte­ m entos integrantes de la unidad de
nido sólo en cuanto influye en ellas. un pueblo sólo puede haber uno
L a lógica, por el contrario, pres­ condicionado por la sangre. El
cinde de todo esto, ocupándose vocablo nación p ara designar el
únicam ente en los contenidos pu­ pueblo (del latino «nasci» = ser
ros y sus recíprocas relaciones, en engendrado) recuerda etimológica­
la rectitud y la legitimidad del m ente el origen n atu ral de éste,
pensar. La gnoseología investiga la pero en lenguaje corriente nación
verdad del conocim iento, es decir, (m ás aún que pueblo) denota la
si es tal com o lo exige el objeto. com unidad unificada por la cultu­
C on ello queda indicada una nor­ ra com ún y consciente de dicha
m a que no depende de la natura­ unidad (nación de cultura), sobre
leza del sujeto. Los raciocinios todo si la»eem unidad cultural está
lógicam ente ilegítimos y los juicios com penetrada con u n a com unidad
objetivam ente falsos se rigen tam ­ estatal p ropia ( / Estado). Si los
bién en su realización según las límites de un a nación de cultura
leyes psicológicas. N orm a de la coinciden con las fronteras polí­
verdad y leyes lógicas y psicoló­ ticas, se tiene un estado nacional.
gicas son, por consiguiente, cosas En sentido estricto, los nom bres
distintas. - ^ [167, 177, 185, 189]. de nación y estado nacional se re­
— Santeler. servan p ara los casos en que el
estado n o se reduce a un concepto
b) E. H u s s e r l , Logísche Untersuchun-
gen i *1913, 50-191 [trad. esp .: Investi­
espacial jurídico, sino que es vivido
gaciones lógicas, 4 vols., 19291; C . N in k , com o realidad ligada al pueblo. —
Grundlegung der Erkenntnistheorie, 1930, Si un pueblo o un grupo de pue­
p. 29 y 153; J . V o l k e l t , W ahrhelt und blos form a u n a minoría dentro de
Gewissheit, 1918, pp. 286-313, 348-382; un estado, el / derecho n atu ral
W . M o o o , L o g ik, Psychologie un¿( Psy- exige que, sin perjuicio de la au to ­
chologism us, 1919; O. J. M o s t, Die De- ridad estatal, se consideren sagra­
term inanten des seelischen Lebens, 1939; dos los bienes nacionales de la
c) T h . L i p p s , Grundziige der L ogik, 1893
m inoría. Ésta, en los casos en que
[trad. esp .: E lem entos de lógica]; del
m ism o: Leitfaden der Psychologie, *1906, sólo organizándose com o estado
31; F r . W e id a u b r , K ritik der Transzen- sea posible al pueblo obtener el
dentalphñnomenologie Hasserls, 1933; d) desenvolvimiento de su misión, u n
H . P feo ., D er Psychologismus im engll- verdadero derecho propio y el
schen Empirlsmus, 1934; e) J. d e V ries , cultivo de su nacionalidad, puede
D enken und Sein 1937, pp. 12-13 124-132 aspirar p o r vías legales y constitu­
[trad . esp .: Pensar y ser *1953]. cionales a la independencia polí­
tica. Y si un pueblo vive repartido
Pueblo es la com unidad integra­ en varios estados puede, asimismo,
d a por m uchas familias y linajes m anifestar y favorecer la variedad
fundada en la com unidad de des­ de sus disposiciones con los diver­
sos tipos de unión política. El «Revue de philosophie» 32 (1925) p p .
principio de nacionalidad bien en­ 113-125, 306-318; J . L e c l e r c q , L efo n s
tendido deja a salvo, según eso, de droit nature! n , L ovaina *1948; L . I z a ­
g a , Elem entos de derecho político, 2 vols.,
el derecho natural y positivo, tan to
*1952].
de los estados com o de los pueblos.
Por el contrario, el principio revo­
lucionario de nacionalidad, des­ Raciocinio es aquella actividad
preciando el derecho positivo exis­ del pensam iento p o r la cual, de la
tente, trata de obtener por la fuer­ afirm ación de u n a o varias pro p o ­
za u n estado para cada pueblo; siciones, se pasa a afirm ar o tra en
en form a m itigada, aunque arbi­ virtud de la intelección de su co­
traria, esta exigencia se form ula nexión necesaria. E n el raciocinio
con la condición de que el pueblo inmediato (inferencia inmediata) el
dem uestre su capacidad y su m i­ tránsito se verifica sin interven­
sión. Puesto que los estados pre­ ción de u na tercera proposición
sentan con gran frecuencia una (ejemplos: / O p o s i c i ó n , M odali­
mezcla de razas y pueblos casi dad); en el raciocinio mediato o
inextricable, u n a realización ilimi­ silogismo se infiere de varias (en
tada del principio de nacionalidad el silogismo sim ple de dos) pre­
sólo puede conducir a la disolución misas un a conclusión. L a deducción
y debilitam iento de los estados y de incluye dos pasos; com prender la
los mismos pueblos. Especialmente conexión objetiva y necesaria de
el aislam iento y autarquía cu ltu ra­ las prem isas y extender la afirm a­
les de éstos em pujan necesaria­ ción de éstas a la conclusión. La
m ente hacia el em pobrecim iento, consecuencia (fuerza concluyente)
com o lo dem uestra la historia. El del raciocinio descansa sólo en la
cuidado ju sto de los bienes nacio­ conexión necesaria de las p ro p o ­
nales, así com o la solidaridad siciones, prescindiendo de la ver­
hum ana igualm ente querida por dad o falsedad de su contenido.
D ios, favorecen al conjunto de la L a form a característica del racio­
hum anidad y, po r consiguiente, cinio garantiza la existencia de la
a sus partes. — El sentim iento conexión lógica. Las form as de
nacional es u n deber, al paso que raciocinio son distintas en el ra ­
el nacionalismo, es decir, la des­ ciocinio categórico y en el hipo­
m edida sobrevaloración de la n a ­ tético.
ción. resulta nocivo para esta mis­ Diversas clases de raciocinio; U n
m a. — G e m m e l . silogismo de m ás de dos premisas
se llam a polisilogismo. Si dos si­
A . F r a n k b , Volk, 1934; F . F r o d l , logismos simples están enlazados
Geseüschaftslehre 1936; W . S c h w e r , Ka- de m an era qu e la conclusión de
thollsche Geseüschaftslehre, 1928; W. uno es a la vez prem isa del otro,
S c h m i d t , Rasse und Volk, *1935; ¡ . F e l s , la prim era p arte recibe el nom bre
B e g riff u nd W esen der N ation, 1927; de prosilogismo y la segunda el de
J. T . D b l o s , L a nation, M o n treal, 1944, episilogismo. C uando varias p re­
[trad. e s p .: L a nación, 2 vols. (J Sociolo­ misas se u nen en form a tal que
gía de la nación, I I E l nacionalismo y el
el predicado de la an terio r pasa
orden d el derecho), 1948]; S a c h b r - V o n
N e l l - B r b u n i n o , N ationalism us, en el
a ser sujeto de la siguiente y la
WOrterbuch der P olitik, de O . von N ell- c o n c lu s ió n enlaza el sujeto de
B reuning y H . S acher, t . V , 2 ; [I. d e l a la prim era co n el predicado de la
B h ié r e , L e principe des nalionalllés, en últim a, resulta u n raciocinio en
cadena o sorites. En el sorites Racional. D e s íg n a se co n este
goclénico, el sujeto de la propo­ térm ino (del latino «ratio»: razón)
sición precedente pasa a ser pre­ el m odo de conocer discursivo-
dicado de la que sigue, uniéndose conceptual específicamente hum a­
en la conclusión el sujeto de la no. R acional, p o r lo ta n to , no
últim a con el predicado de la pri­ equivale a intelectual. N o todo co ­
m era. — Si a u n a prem isa se añade nocim iento del entendim iento o
la razón de la mism a, se obtiene intelectual se lleva a cabo inevita­
un epiquerema; si se om ite una blem ente con / c o n c e p t o s . L a
de las premisas, com o sobreenten­ com prensión de la belleza se sus­
diéndola, resulta u n entimema. En trae al discurso. El conocim ien­
el raciocinio p o r analogía de la to místico ( /M ís tic a ) no se rea­
sem ejanza de dos relaciones se in­ liza en m odo alguno p o r conceptos;
fiere que tam bién las propiedades sin em bargo, no deja de ser inte­
de los m iem bros de u n a relación son lectual. Intelectual es asimismo la
semejantes a las de los miembros conciencia de los actos internos,
de la otra. Se supone para ello y, sin em bargo, n o está necesaria­
que aquellas propiedades subyacen m ente m oldeada en conceptos. —
a la relación o nacen de ella pre­ E n particular, el térm ino racional
cisam ente en ta n to que es igual puede equivaler a «relacionado con
a la otra. E n el raciocinio por el raciocinio», «lógico», «metódi­
convergencia, de varias razones, co». U n a ciencia racional es un a
cada u n a de las cuales no es ciencia deductiva o reductiva (que
suficiente p o r sí sola, se infie­ deduce de principios o reduce a
re una conclusión. Lleva a la cer­ ellos lo dado). Número racional es
teza sólo cuando la dirección co­ el que puede expresarse p o r la re­
m ún de las razones puede tener lación de dos núm eros enteros. —
su causa en el contenido mismo Brugger.
de dicha conclusión. — E n la re­
futación (raciocinio apagógico) se W . S e s e m a n n , Studien zum Erkenntnls-
infiere la im posibilidad de u n a problem , K ovno 1927; J . M a r i t a i n , D is-
tínguer p o w unir ou les degrés du savoir
proposición m ostrando que de ella
P arís *1939 [trad. esp.: L os grados d e l
resulta lo contradictorio. — (R a­ saber, 2 vols., 1947].
ciocinio m odal, /M o d a lid a d ). —
Brugger.
Racionalismo (del latino «ratio»:
a) A r ist ó t e l e s , Prim eros analíticos;
razón, entendim iento). El cono­
Tópicos; b ) / L ó g i c a ; [P. H o e n e n , L a
cim iento hum ano es u n to d o con­
structure du systém e des sy lh g lsm es et
des sorites, 1947; M . D o r e l l e , L e raison- creto resultante de las aportacio­
nem ent p a r analogie, P arts 1949; G . B ue­ nes del entendim iento y d e los
n o , Una nueva exposición de la silogística, sentidos. L a íntim a u nión de am ­
en « R ev ista d e filosofía» 10 <1951) pp. bas encuentra su expresión en la
603*640]; c) F r . W e id a u b r , Z u r Sytlo- teoría de la abstracción y del co ­
g istik , 1928; [J. L a c h e l ie r , D e natura nocim iento de lo esencial en el fe­
syltogism i, 1876; d el m ism o : Études sor nóm eno sensible. E n la realización
le syllogism e, 1907]; d) H . M a ib r, Die
to ta l de la vida entran, adem ás, las
S yllo g lstlk des A ristóteles, 3 vo!s., 1896­
1900; [E. d e S t r y c k e r , L e syllogisme fuerzas de la voluntad y del en­
chez P latón, e n «R evue néoscolastique tendim iento. C uando u n o de estos
d e philosophie», 34 (1932) p p . 42-46, elem entos es desatendido o su pe­
218-239]. culiaridad negada en favor del
entendim iento, se va a parar al espíritus, según el cual to d o co­
racionalism o. N o siem pre aparece nocim iento cierto es consecuencia
éste com o doctrina explícita, sino necesaria de principios necesarios
que a veces se presenta únicam ente y a priori del entendim iento. P ara
com o actitud psicológica ocasio­ ei racionalism o la única fuente
nada p o r ¡a disposición intelectual, del conocim iento hum ano es la
la ocupación predom inante u otras razón. I.as sensaciones no p asar
causas. E sta actitud racionalista de ser ideas confusas. — L a exa­
co rre a través de todos los períodos geración del racionalism o suscitó
de la h isto ria y de varias direc­ la reacción contraria del em pi­
ciones del pensam iento filosófico. rism o inglés. Kant intentó tender
El racionalism o, procediendo de u n puente entre estas posiciones
m anera unilateral, estim a exclu­ antagónicas, pero no lo logró de
sivam ente el saber po r el saber m anera com pleta, porque las for­
mismo, al cual hay que aspirar m as subjetivas y conceptos del
po r lo tanto, «sin supuestos» ( / En entendim iento 'son extraños y ex­
Presupuesto), prescindiendo del sig­ teriores a la m ateria de las sen­
nificado de la vida o del fin de ia saciones m oldeadas por ellos.
voluntad. E sta actitud, olvidando El racionalism o gnoseológico no
que to d o saber vuelto a lo finito, hace justicia a la to talid ad del
com o actividad parcial del hom bre conocim iento hum ano, que es in­
dentro del conjunto de su vida, debidam ente restringido p o r él en
ocupa, en definitiva, una posición dos aspectos: prim ero, no recono­
fam ular, conduce a una ciencia in­ ciendo la substaniividad del cono­
fecunda y extraña a la viaa. cimiento sensorial y, en conse­
El racionalismo gnoseológico, co­ cuencia, haciendo degenerar el co­
m o doctrina, fué defendido espe­ nocim iento conceptual en vacio
cialm ente por Descartes, Espinosa form alism o, a lo cual va ligada
y la filosofía de la / I l u s t r a c i ó n la falta de com prensión histórica
(Leibniz, W olff), L a disgregación de frecuentem ente n o tad a en el ra­
la s ín te sis aristotelico-escolástíca cionalism o; segundo, lim itando, a
de alm a y cuerpo ( /A lm a y cuerpo pesar de la aparente, aproxim ación
[Relación entre]), iniciada en el de los conceptos hum anos a las
nom inalism o tardío, y ía consi­ ideas divinas, el conocim iento ra ­
guiente separación entre conoci­ cional al m odo específicamente hu­
m iento sensonal e intelectual, llevó m ano del pensar discursivo-con-
a D escartes a la doctrina de las ceptual ( / R a c i o n a l ) y convir­
ideas innatas. Pero si los concep­ tiendo esta lim itación en norm a
tos n o debían obtenerse de la ex­ suprem a de to do conocer y de todo
periencia p o r abstracción e in­ ser.
ducción, sino que en el fondo eran A plicando estas ideas a la teo­
de la m ism a especie que las ideas logía'resu lta el racionalismo teoló­
creadoras de D ios, había de re­ gico que lo juzga todo, incluso la
sultar posible con ei auxilio de / f e y la /r e v e la c ió n con arreglo
aquéllos u n tratam iento apriorís- a la m edida de la razón puram ente
tico-deductivo de todas las cien­ hum ana, n o adm itiendo n ad a que
cias. E sta concepción del racio­ rebase sus fronteras ( /M is te rio ).
nalism o vióse corroborada p o r el Este racionalism o o deja sólo una
idea] científico d e 'l a m atem ática, religión de la razón o vacía la
qu e p o r entonces cautivaba a los /r e lig ió n positiva de todo carác­
te r de m isterio e intenta expli­ do a estas características bioló­
carla de m anera histórico-inm a- gicas hay siempre tam bién u n p a­
nente. recido psíquico, fundado en la
Así com o el racionalism o gno- relación entre el alm a y el cuerpo
seológico m enoscaba el conocimien­ ( / A l m a y cuerpo [Relación en­
to sensorial frente al entendim ien­ tre]), objeto de las investigacio­
to, así tam bién el racionalismo nes de la psicología de las razas. El
ético perjudica a la voluntad y género hum ano se presenta, pues,
a las fuerzas em ocionales. Según en una variedad de razas cuyo
él, sólo el conocim iento y la cien­ conjunto de modificaciones no hace
cia del bien son lo decisivo para la sino m anifestar en concreto la
conducta m oral. El representante ¡dea de hom bre. N o puede negarse
típico del racionalism o ético es que las diversas razas poseen un
Sócrates (/S o c rá tic o ). — A me­ valor desigual con respecto a obje­
nudo se entiende el térm ino ra ­ tivos culturales dados (ciencia, arte,
cionalism o com o sinónim o de in- constitución del estado, etc.). Sin
telectualism o; p ara la diferencia em bargo, un juicio valorativo acer­
en tre am bos, / fn te le c tu a lis m o . ca de razas extrañas supone siem­
[136-140, 151]. — B r u g g e r . pre una regla válida p ara todos
que m uestra com o simplemente
b) J . H o m m e s , L ebens-und BUdungsphi- d istia to m ucho de lo que a los
losophie ais vólkische und kathollsche A uf- ojos ofuscados p o r la raza pro p ia
gabe, 1934; O l l é -L a p r u n e , L a raison et
aparece a prim era vista com o de
le ratianalhm e, P arís 1906; A. B rém okd,
Rationalism e e t religión, en «Archives de valor diferente o m enor. L a n atu ­
P h ilosophie» XI (1935) 4 ; c) M . R o b e r t - raleza espiritual del / alm a excluye
so n , R ationalism , E dim burgo 1912; que las diferencias raciales pene­
K . G ir o e n s o h n , D er Rationaiism us des tren hasta las últim as raíces del
Abendlandes, 1926; F . B e c h t e l , Posi- ser hum ano. Tam bién p ara los
tlve Theologie und der moderne Rationar individuos de otras razas es posi­
lism us, 1894; d ) G . F r a n k , Geschichte ble la relación lógicamente idéntica
des R ationaiism us, 1875; M . C a m p o ,
con las mismas leyes del pensar,
Christiano W o lff e il raziom lism o pre-
critico, M ilán 1939. del ser y del deber, aunque la eje­
cución vivida de actos psíquicos
conform es a ellas resulte a m enudo
R aza es u n concepto subordina­ difícil o im posible p ara un m iem bro
do a / especie. A la filosofía le inte­ de raza extraña. U nicam ente cabe
resa su aplicación al hom bre. U na h ab lar de u n alma de la raza en
raz a hum ana biológica es u n grupo el sentido de una semejanza psí­
de hom bres que, en los caracteres quica racialm ente condicionada, no
com unes, pero todavía indeterm i­ en el de u n a esencia psíquica tras­
nados, correspondientes a todos los cendente.
hom bres (com o el color de la piel, L a tendencia a la conservación
de los ojos, de los cabellos, volu­ de la raza p ropia tiene u n funda­
m en de cuerpo, form a de la cabe­ m ento sólido y es conform e a la
za, etc.), m uestra u n parecido con­ naturaleza. Pero no todas las unio­
creto com ún, basado en la heren­ nes de razas significan u n per­
cia, que le diferencia de otros juicio p ara el patrim onio racial.
grupos (v.gr., piel clara, ojos claros, Las disposiciones raciales pueden
cabellos rubios, alta estatura, for­ com plem entarse a rm ó n ic a m e n te
m a esbelta, cabeza alargada). U ni­ (razas afines) o perm anecer an ta­
gónicas (razas extrañas). El cui­ lectiva de los / p r i n c i p i o s del
dado de la raza tiene com o misión conocim iento se aproxim a a una
im pedir con m edidas adecuadas, intuición intelectual, y la ratio
n o lesivas para la ley m oral uni­ (razón), facultad del pensar dis­
versal, las uniones raciales dañosas cursivo, característico del entendi­
y fom entar las favorables. — R aza m iento hum ano abstractivo. En
y / pueblo no son nociones coinci­ Kant ( /C ritic is m o ) el entendim ien­
dentes, pues no sólo un pueblo to es la facultad de los conceptos y
puede constar de varias razas, sino juicios; la razón, en sentido es­
tam bién u n a raza existir en varios tricto, es la facultad del raciocinio
pueblos. — Sobre la filosofía de y, po r lo tan to , de buscar lo in-
la raza, / ( V i d a [Filosofía de la]). condicionado p ara lo condicionado;
— B rugger. en esta actividad la razón se enreda
inevitablem ente en sutiles paralo­
b) E. v o n E i c k s t e d t , R assenkunde und gismos; po r consiguiente es infe­
Rassengeschichte der M enschheit, *1937; rio r al entendim iento en valor cog­
del m ism o ; Grundlage der Rassenpsycho-
noscitivo. L a razón práctica es la
logie, 1936; O . M e n g h i n , Geist und
B lut, 1934; H . M u c k e r m a n n , Rassen- razón (en sentido lato) en tanto
forschung und Volk der Z u ku n ft, *1934; que determ jna a la voluntad por
del m ism o: K ind und Volk, 1*1933-1934; la ley m oral. E n Hegel el entendi­
[ C h . L b t o ü r n e a u , L a psychologie ethni- m iento se queda en los concep­
que, P arís 1910; T . R . G a r t h , Race tos abstractos, que se m antienen
Psychotogy, N u ev a Y o rk 1931]; d) A. fijos en sí m ismos; p o r el contrario,
C o m b r i s , L a philosophie des races du la razón especulativa lleva a cabo el
com te de Gobíneau el sa portée actuelle,
m ovim iento dialéctico de la idea
París 1938.
llegando así a los conceptos «con­
cretos»; es, po r consiguiente, supe­
Razón I. En sentido lato (1), ra ­ rior al entendim iento y la facultad
zón es la facultad cognoscitiva inte­ propia de la metafísica.
lectual en oposición a la sensibili­ II. «D ar la razón» de algo es
d ad ; es, pues, sinónim o d e /e n te n d i­ indicar su «por qué», es señalar
m iento. Sin em bargo, dentro de la su fundam ento. H e aquí, pues, otra
razón en sentido am plio se presenta acepción del térm ino «razón» (3)
a m enudo, según sea el aspecto con­ distinta de las dos anteriores. A hora
siderado, u n a oposición entre dos bien, la cuestión acerca del «por qué»
m odos de actividad que luego se puede ten er u n doble sentido: po­
distinguen com o entendim iento y demos preguntar por qué o en vir­
razón en sentido estricto. (2). En tu d de qué u n / objeto existe en sí o
general, entendim iento significa pre­ tam bién, cóm o sabemos, o con qué
ferentem ente el pensar que abstrae, derecho podem os al m enos supo­
com para y descompone; y razón, ner, que el objeto existe y nuestro
designa la actividad intelectual su­ juicio acerca de él es verdadero.
perior que tiende a la conexión L a prim era interrogación se refiere
y unidad definitiva del saber y a la razón real, razón del ser u orto­
del obrar. L a escolástica establece lógica. L a segunda, a la razón del
u n a distinción entre el intellectus conocimiento, a la fundam entación
(inteligencia) que, con el conoci­ lógica. Si la razón real se encuen­
m iento inm ediato de la esencia tra en un ente distinto del funda­
( /E s e n c ia [Conocim iento de la]) m entado p o r ella (v.gr., en el
y la intelección o penetración inte­ o b rar de o tro ente), dicho ente
será la / c a u s a . La últim a razón E n tanto que el principio lógico
ontológica no fundada a su vez de razón suficiente se relaciona con
en ninguna otra, se denom ina ra­ juicios ciertos es sinónimo de una
zón primitiva o primordial. La ra ­ exigencia de / evidencia. E n últim o
zón del conocim iento o lógica, térm ino, tiene, pues, com o base la
es decir, la que da u n saber acerca vinculación de nuestro pensar con
de la verdad, debe trae r siempre el ser; cierto que frecuentem ente
consigo la /e v id e n c ia del corres­ la razón próxim a de un a p ro p o ­
pondiente objeto. Si u n a razón sición debe buscarse en o tra (así
lógica indica u n objeto de tal suer­ ocurre en todo juicio fundam enta­
te que entre ella y éste existe úni­ do m ediante / dem ostración), pero
cam ente conexión posible o pro ­ la razón últim a es siempre el ser
bable pero no necesaria, puede, del objeto que se m uestra a sí
si, fundam entar u n a hipótesis u mismo. Por eso la exigencia de
opinión, pero en m odo alguno ci­ fundam entar toda proposición no
m entar un saber y justificar un equivale a la pretensión imposible
firme asenso. — E n el conoci- de dem ostrarlo todo ni conduce
cimiento / a priori coinciden ra ­ a u n proceso indefinido (regressus
zón del ser o n to ló g ic a y razón in infinitum ). — El principio onto­
del conocim iento; o lógica; en el lógico de razón suficiente dice que
c o n o c im ie n to / a posteriori, la tnrln objeto tiene u n a razón del
razón lógica difiere de la razón ser, una razón ontológica. En su
ontológica. — D e V r ie s . aplicación a objetos existentes, con
necesidad esencial, es decir, en vir­
I. d ) A . H u p n a g e l , Intuirían und Er- tud de las esencias, viene dado
kenntnis nach Thom as von Aquin, 1932; con el principio de contradicción
J. P é g h a ir e , Intellectus et Ratio selon
(/C o n tra d ic c ió n [P rin c ip io de]);
S. Thomas d'A quin, P a r ís 1936; C. N i n k ,
D ie Grundlagen der Philosophie Hegels, en tanto que, además, incluye una
en «Philosophisches Ja h rb u ch » 44 (1931), nueva afirmación de la m ás deci­
p . 171 ss (especialm ente 185-190); / C r i ­ siva im portancia es sinónimo de
ticism o; I b) J. G e y s e r , Das Prinzip vom exigencia de un a / c a u s a p ara to ­
zureichenden Grunde, 1 9 2 9 ; L . F u e t - do objeto /c o n tin g e n te , p ara todo
S C H E R , D ie ersten Seins- und D enkprin- ente contingente. El principio de
zipien, 1930; e [M e r c ie r , Ontología (trad. causalidad ( / C a u s a l i d a d [Princi­
esp.), 3 vols., 1935; F . v a n S t e e n b e r -
pio de]) en el sentido usual es un
o h e n , Ontología (trad . esp.) 1957; L. d e
R a e y m a e k e r , Filosofía d el ser (trad. e s p .)
caso particular de este principio
1956]. general de causalidad cuando, pre­
cisando más, determ ina la cauoa
com o causa «eficiente». P o r eso la
Razón suficiente (Principio de). fundam entación de la validez del
Com o principio ontológico dice que principio ontológico de razón sufi­
todo ente, con m ás exactitud, todo ciente cuanto que se refiere no
/ o b j e t o tiene una razón del ser; sólo al Ser necesario sino tam bién
com o principio lógico, que todo al contingente, es igual a la del
juicio (toda proposición) debe m a­ principio de causalidad ( / C a u s a ­
nifestarse com o válido ante la lidad [Principio de]), pero supri­
m ente po r una razón del conoci­ m iendo el últim o paso que funda­
m iento; u n juicio n o fundam en­ m enta justam ente la necesidad de
tad o podría con- el mismo derecho u n a causa «eficiente». D ad a la
(o sin m otivo) negarse o afirmarse. estrecha conexión del principio de
razón suficiente con el de causali­ el abstracto «realidad» designa pro­
dad se com prende que n i Aristó­ piam ente el ser-real com o estado
teles ni los escolásticos medievales del ente; pero a veces se utiliza
lo hayan form ulado com o ta l; tam bién com o térm ino concreto
Leibniz le dió exnresión propia por (equivalente entonces a «algo real»)
vez prim era. — D e V r i e s . denotativo de u n ente particular
(«una» realidad) tam bién o com o
a) O . W . L e i b n i z . M onadologle 32,
expresión de la to ta lid a d de lo
36-38; Theodicée, § 44; b) / R a z ó n
/ / ; [J. R o i g G i r o n e l l a , Carácter ana­ real: «la» realidad. El / id e a l is ­
lítico y sintético del principio de causali­ m o g n o se o ló g ic o , p ara quien el
dad, en «L as Ciencias» 11 (1946) pp. ente en sí es incognoscible, debe
317-359; R . G a r m g o u - L a g r a n g e , N ote d ar o tro sentido ai térm ino «reali­
sur le principe de raison d ’étre, en dad» si quiere conservar una reali­
«A ngelicum » 26 (1949); J . H e l l In , E l dad cognoscible que no haya de ser
principio de razón suficiente y Ia libertad, m era ilusión; real es p ara él, v.gr.,
en «Pensam iento» 11 (1955) pp. 303-320
el / fenóm eno legalm ente form ado
(especialm ente 303-314); O. N . D e r is i ,
Sentido, alcance y fundam entación del
en cuanto ta l; K an t le atribuye
principio de razón de ser, en «S apientia» «realidad empírica» a pesar de su
10 (1955) p p . 249-260]; c) A. S c h o p e n - «idealidad trascendental». — D e
hauer, Über die rlerfache W urzel des V r ie s
S a tze s vom zurelchenden Grunde: R.
L a u n , D er S a tz vom Grunde 1942. b) P . Sim ón, Sein und W lrklichkeit,
1933; L. F u e t s c h e r , A k t und P otenz,
1933 [trad. e sp .: A cto y potencia, 19481;
Realidad. En lenguaje filosófico,
T ratad o s de o n to lo g ía ( / S e r ) ; c) 3.
el térm ino real denota, po r lo co­ H e s s e n , Lehrbuch der Philosophie, iii:
mún, lo que es, lo que existe en W irklichkeitslehre, 1950.
oposición tan to a lo m eram ente
aparente com o a lo puram ente p o ­
sible. Así pues, desde el primer Realismo significa literalm ente
punto de vista se denom ina real opinión que defiende la realidad.
lo q u e n o es sólo representado, E n sentido general gnoseológico-
im aginado, pensado, lo aue no metaflsico, realism o ( 1), como
tiene u n m ero ser «ideal», sino opuesto a /id e a lis m o , es aquella
que existe independientem ente de concepción que afirm a que el ente
nuestro representar y pensar. A ten­ real existe «en sí» independiente­
diendo al segundo aspecto del vo­ m ente de nuestro conocim iento;
cablo, es decir, com o opuesto a que el ser, p o r lo tanto, no es
puram ente «posible», real equiva­ m era producción del / sujeto pen­
le a «actual». sante; que el sentido de nuestro
D e acuerdo con lo que llevamos conocer es asim ilarse al ente, apre­
dicho, realidad significa el estado henderlo com o es en sí, y que tal
de ser-real en las dos acepciones objetivo puede lograrse, p o r lo
apuntadas, oponiéndose, de una menos dentro de determ inados lí­
parte, a / ilusión y de otra, a / po­ m ites; este últim o aserto distingue
sibilidad. Em pleando el térm ino en tam bién al realism o del /f e n o m e ­
el prim er sentido, se habla, v.gr., nalism o. N o obstante, sería exage­
de la realidad de m undo exterior. rado definir lo «real» com o aque­
R ealidad (actualidad), en oposición llo que existe con independencia
a posibilidad, es sinónim o de / exis­ de nuestro pensar; real es, más
tencia. Según su form a lingüistica, bien, lo que tiene / s e r (ser real)
aunque este ser, com o el de nues­ to) y que, p o r lo tanto, el juicio
tros actos internos y externos y sobre ésta descansa en una / e v i ­
nuestras obras exteriores, dependa dencia inm ediata. Consiguiente­
de nuestro pensar, querer y hacer. m ente, a las /c u a lid a d e s sensoria­
— C uando a veces se habla de les se les asigna tam bién en los
realismo idealista, es posible que cuerpos un ser igual al contenido
con ello quiera significarse la tesis de la sensación. La dificultad prin­
com ún a todo platonism o y aris- cipal del realismo inm ediato radica
totelismo cristiano (en oposición en la explicación de las ilusiones
a un realism o m aterialista) de que de los sentidos, cuya existencia es’
todo ente, en últim a instancia, indudable. El realismo mediato ad ­
está plasm ado según las ideas di­ m ite que el ser real no es inm edia­
vinas y que, p o r lo mismo, no es tam ente d ad o ; en los datos sensi­
«irracional», sino intelectualm ente bles se manifiesta, ciertam ente (so­
penetrable ( /V e r d a d ) . L a ante­ bre todo p o r la fuerza irresistible
dicha expresión puede designar con que se imponen), un ser inde­
tam bién intentos insostenibles de pendiente de la conciencia y la
mediación entre idealismo y realis­ percepción conduce ya de m anera
m o o adornos realistas del idea­ puram ente instintiva a exteriorizar
lismo gnoseológico, com o cuando acciones que responden a la reali­
se dice, po r ejem plo, que lo ideal es d ad de las cosas; p ero el ser real
lo real. n o es contem plado de m odo inm e­
Prescindiendo del sentido más diato en los datos sensoriales,
general del térm ino realismo, éste sino pensado (con razón) ju n to a
se usa de m anera particular al ellos; esta «objetivación1» se verifica
tratar de dos dom inios especiales prim ero instintivamente, p ero se
d e nuestro conocer: el conocimien­ corrobora cada vez m ás p o r la
to del / m u n d o exterior y la va­ experiencia de las relaciones entre
lidez de los /c o n c e p to s universa­ el hom bre y el m undo circundante;
les. El realismo (2), com o realismo tarea de la filosofía es elevar a cer­
del mundo exterior, se opone al tidum bre científica, p o r la elabora­
llam ado / idealismo acosmístico, ción explícita de las razones, la cer­
que niega el ser al m undo corpóreo teza natural im plicada en la aludi­
en general, y al fenomenalismo en da «objetivación» espontánea; tal
cuanto rechaza la cognoscibilidad fundam entación filosófica del rea­
del m undo. Es realismo ingenuo lismo recibe a veces el nom bre de
cuando en el conocim iento del «realización» (v.gr., en Külpe). El
m undo externo no se ve ningún realism o m ediato n o está obligado
problem a y los datos de los sen­ a aceptar que todos los determ i­
tidos son considerados sin más nantes dados en la imagen senso­
com o reales; el realismo recibe el rial (incluso las cualidades sensi­
calificativo de crítico, cuando jus­ bles) se hallan realizados en las co­
tifica la persuasión n atural Es sas en la m isma form a. — C uando
m ejor no equiparar estos dos rea­ se niega la evidencia racional del
lismos al inm ediato y m ediato, res­ ser real de las cosas, aceptándose
pectivamente. El realismo inmediato su existencia sólo en virtud de ex­
(v.gr., R ehm ke, Gredt) adm ite que periencias volitivas o sentimentales
en la percepción sensorial (por lo surge el realismo volitivo, emocional
menos, táctil) se «da» inm ediata­ o irracional (defendido p o r Scheler
m ente la realidad exterior ( / O b j e ­ y N. Hartmann),
El realism o relativo a los con­ die Erkenntnis der Aussenwell, en «Phito-
ceptos universales (3) se opone al sophisches Jah rb u ch » 33 (1920) pp. 105-
/n o m in a lis m o que rechaza la exis­ 136; A. M esser, D er krilische Realismus,
1923 [trad. e s p .: E l realismo critico, 1927];
tencia de los mismos y al / con­ N . H a r t m a n n , Z u m Problem der Reaíi-
ceptualism o que los tiene por tátsgegebenheit, 1931; J. £>E V ries, Tun
m eras form as del pensar. Frente und Erkennen, en «Scholastik» 17 (19421
a estas opiniones, el realism o afir­ pp. 321-341; [del m ism o: Pensar y ser
m a que el contenido de los con­ (trad. esp.), *1953]; F . v a n S teenber -
ceptos (la «quididad» pensada) está g h e n , Epistemología, (trad. esp.) 1956;

tam bién realizado en el ente. El [E. G ilson , L e réalisrne méthodique, Pa­


realism o exagerado (realismo con­ rís s.f. (1936) (trad . esp.: E l realismo
m etódicoy, del m ism o: R éaíism e Ihomiste
ceptual) opina que hasta el modo
et critique de la connaissance, París 1939;
de existir de las «quididades» reales L . NoEL, L e réalisrne im m édiat, 1938;
es igual al m odo com o se conciben: N . P ic a r o , D e contributione IV. D ilthey
así com o en el concepto lo univer­ ad realismum volitivum, en «A ntonianum »
sal se piensa desligado de lo indi­ 21 (1946) pp. 127-148; R . V a n c o u r t ,
vidual, así tam bién existen ver­ L a théorie de la connaissance chez M aine
daderas esencias universales (o al de Biran, París 1944).
menos n o individuales), ya en las
cosas mismas, ya separadas de ellas Reflexión. En sentido lato y
(/P la to n ism o ). Por el c o n tra rio poco riguroso, el térm ino refle­
según el realismo moderado, el xión ( 1) designa u n a meditación
contenido del concepto existe en com parativa y exam inante contra­
los individuos de «otra m anera», puesta a la percepción sencilla
es decir, no desligado de los deter­ o a los juicios prim eros y espontá­
m inantes constitutivos del indivi­ neos sobre un objeto. A quí se in­
duo en cuanto tal, sino realizado cluye tam bién la «reflexión ontoló­
con éstos en la unidad concreta gica'» de que hablan algunos esco­
de u n ente. lásticos m odernos considerándola
En el dom inio de la filosofía com o un re-plegar-se o volverse
práctica, el realismo (4) exige la hacia el objeto conocido. N o obs­
rectitud ontológica de la acción; tante, la reflexión ontológica como
significa, por lo tanto, que las m étodo de la /m e ta fís ic a puede
norm as m orales tienen igualmente entenderse asimismo en u n sentido
com o fundam ento último el orden m ás preciso y profundo, en tanto
esencial del ser. Y lo mismo que que la operación intelectual que
lo bueno, tam bién lo bello encuen­ del ente concreto abstrae el ser
tra su m edida últim a en este orden. (como objeto peculiar del saber
L o cual n o justifica aquel realis­ metafísico) (/A b s tra c c ió n ) signi­
mo (5) estético a cuyo entender fica a la vez un regreso del espíritu
el arte debe lim itarse a exponer hacia su más íntim a esencia. —
la realidad en sus rasgos esencia­ E ste regreso (reflexio = re-flexión,
les sin «idealizarla». — . D e V r ie s . doblam iento) es el sentido propio
del vocablo reflexión. Así, refle­
/ C o n c e p t o universal, G noseología, xión ( 2) denota, ante todo, un
M u n d o ex terio r: b ) E. v o n H a r t m a n n ,
volver-atrás (un re-pliegue) de la
Krilische Grundlegung des transzenden-
talen Realism os, * 1 9 1 4 ; J. R e h m k e , Utí­ atención que de los objetos exte­
tere Gewissheit von der Aussenwelt, 1 8 9 4 ; riores, los prim eram ente conocidos
O . K U lp e , D ie Reaiisierung, 1 9 1 2 -1 9 2 3 ; en la actitud natural, se dirige a la
A . S t o n n e r , D er krilische Realismus und actividad aním ica propia y al modo
de existencia que a dichos objetos m ental - en un concepto (concep­
corresponde sólo en cuanto objetos to de reflexión) o juicio (juicio
de esta actividad. E l concepto de de reflexión, juicio d t conciencia).
reflexión es, pues, afín al de / c o n ­ L a reflexión, particularm ente en la
ciencia. Sin em bargo, al simple perfección lograda en la conciencia
tener conciencia de los actos pro ­ refleja, pertenece únicam ente a la
pios, a la «conciencia concom itan­ inteligencia, m ientras que el simple
te», acertadam ente n o se le llama tener conciencia de los actos p ro ­
todavía reflexión, recibiendo sólo pios corresponde tam bién a la sen­
este nom bre la explícita atención sibilidad. — D e V r ie s .
a dichos actos y a su sujeto: el
/ y o . Escolásticos m odernos cali­ /C o n c ie n c ia , G noseologla, P sicología;
fican tam bién a esta reflexión de b) J. WÉBERT, É tude sur les opératiotts
réfiexives dans la psychologie de S. Tho­
segunda intención oponiéndola a la
mas, en M élanges M andonnet I, París
acción de dirigir la m irada a ios 5 9 3 0 , p p . 2 8 5 -3 2 5 ; H . D r ie s c h , Selbsl-
objetos exteriores considerada co­ besbmung und Selbsterkenntnis, 1 9 4 0 ;
m o primera intención. En la esco­ A . M a r c , Psychologie réfiexive, B ruselas
lástica clásica, tales expresiones no 1 9 4 9 ; [J. d e F in a n c e , Cogito cartésien et
designan el acto de volverse al réflexion thom iste, en «A rchives de P hilo­
objeto o al acto propio, sino el sophie» 16 (1 9 4 6 ) c. 2 ] .
concepto que en virtud de esta
vuelta se form a; prim eras inten-' Relación. La relación posee im­
ciones son, por consiguiente, los portancia decisiva en la estruc­
conceptos abstraídos de los objetos tu ra del m undo. E n to d o tiem po
de la intuición; segundas intencio­ los hom bres echaron de ver la
nes son los conceptos form ados en profunda y sorprendente unidad
virtud de la reflexión, conceptos de existente en el m ultiform e univer­
reflexión; es de n o ta r que se deno­ so. A lgunos quedaron tan hechi­
m inan preferentem ente segundas in­ zados p o r ella que la tuvieron
tenciones los conceptos form ados p o r lo único real, reduciendo la
a consecuencia de la reflexión lógi­ m ultiplicidad a m era ilusión; así,
ca. P orque hay que distinguir la po r ejemplo, Parménides. Frente a
reflexión psicológica, es decir, diri­ él se trata de salvar la realidad de
gida a los actos propios y al yo, la m ultiplicidad, pero sin menos­
de la reflexión lógica enderezada al cabo de la unidad. A m bas exi­
m odo (abstracto) de pensar y a las gencias las reúne el tam balean­
relaciones lógicas dadas con él, co­ te xóofios griego, que la E dad M e­
rrespondientes a los objetos sólo en dia perfecciona insertándolo en el
cuanto pensados; éstos form an las «ordo» fundado en D ios. El m undo
«segundas intenciones» que consti­ es concebido así com o una m ul­
tuyen el objeto de la lógica y son, en tiplicidad de seres que, vinculados
cuanto tales, sólo / entes de razón, recíprocam ente p o r diversas rela­
v.gr., la subordinación de los con­ ciones, constituyen «un» to d o ; sin
ceptos según géneros y especies relación no hab ría unidad de / o r­
( / P re d ic a b le s). La expresión den. Ésta hace que las relaciones
«conciencia refleja» se usa a veces tengan su raíz m ás p rofunda en la
com o sinónim o de reflexión; en absoluta unidad de D ios, la cual
sentido restringido n o designa la encierra unificado to d o lo que d i­
escueta consideración de los actos vidido p o r la /p a rtic ip a c ió n , fo r­
propios, sino su peculiar expresión m a el edificio del m undo. D e esta
m anera la unidad de la creación, cial, siendo una /c a te g o r ía del
basada en la relación, refleja la /a c c id e n te (v.gr., la relación de
unidad absoluta de la F uente o ri­ dependencia n o esencial).
ginaria. Además de las relaciones reales
La relación es el «conducirse» hasta ah o ra consideradas, existe
(el haberse; recuérdense los la­ la relación lógica (relatio rationis).
tinos: «se habere» y «habituado» P e rte n e c e n a esta clase ciertos
de u n ente con respecto a otro. aspectos que en sí no son rela­
H ablase tam bién de proporción, ciones, pero que nuestro pensa­
pero, las m ás de las veces, sólo m iento los considera com o tales
en el dom inio m atem ático y casos porque de lo contrario no podría­
afines. U na relación supone el mos concebirlos; tales relaciones
sujeto, el término y el fundamento, son / e n t e s de razón con funda­
de la m ism a; en la relación de m ento en la realidad (v.gr., la re­
paternidad el sujeto, es el padre; el lación entre el concepto de la es­
térm ino, el hijo, y la generación, pecie y los individuos reales, la
el fundam ento. identidad de una cosa consigo
H ay relaciones m utuas y no m ism a, pensada a m odo de rela­
m utuas o' unilaterales; relaciones ción). D e estas relaciones lógicas
cuyas dos partes son de la misma tratan preferentem ente la lógica
especie y otras que las tienen de y la logística. — L o t z .
especie distinta (com párese: pa-
tem idad-filiación); relaciones en a) A r i s t ó t e l e s , Categorías v i l; M eta ­
que participan sólo dos elementos física v , 15; S a n t o T o m á s d e A q u i n o ,
y relaciones en que participan Com entarios a la M etafísica de A ristó ­
varios (v.gr., el conjunto de rela­ teles v, lect. 17; Comentarios a la Fisica
ciones de un reloj). Además, las de A ristóteles m , lect. 1; v, lect. 3; Sum m a
relaciones difieren entre sí po r su theologica, 1 q. 13 a . 7 ; Sum m a contra
Gentiles ii, 18; Quaestiones disputatae de
profundidad y duración (así ocurre,
potentia, q. 3 a. 3; q. 7 a. 8-11; F . ' S u á r e z ,
por ejemplo, entre la realización Dispulationes metaphysícae, disp. 47;
de u n a com pra y la unión m atri­ I. K a n t , K ritik der reinen Vernunft, A 80;
monial), y brotan ya de la indigen­ G. H egel, W issenschaft der Logik',
cia (com o, v.gr., en el niño peque­ b ) A. H o r v á t h , M etaphysik der Rela-
ño), ya de la riqueza sobreabun­ tionen, 1 9 1 4 ; T h . M e y e r , Thomas von
dante (cual acontecía a P latón en Aquin, 1 9 3 8 , 1 3 8 -1 4 4 [existe tr a d . in g l.] ;
cuanto cabeza de la Academia). H . K r i n c s , Ordo, 1941; A . B r u n n e r ,
Im portantísim a es la distinción D er Stufenbau der W elt, 1950, p p . 157­
184; [A. K r e m p e l , L a doctrine de ¡a
entre relación trascendental o esen­ rélation chez Saint Thom as, P arís 1952;
cial y relación predicamental (ca- S. B r e t ó n , L ’esse in et ¡’esse ad dans la
tegorial) o accidental. La prim era métaphysique de la relation, R om a 1951];
rebasa los límites de una categoría c) N . H a r t m a n n , D er A ufbau der realen
traspasándolas todas y entra tam ­ W elt, 1940 (especialm ente c. 28); K a n t ,
bién en la constitución esencial de H e g e l : / a ) ; d) A . T r e n d é l e n b u r g ,
su sujeto (v.gr., la relación entre los Geschichte der Kategorienlehre, 1846, p p .
/p r in c ip io s del ser, de la relación 117-129; G . M a r t i n , fVilhelm von
O ckham , 1949, pp. 99-182; C. G . K o r s e l ,
de la criatu ra con respecto a D ios, The probiem o f Relation in som e non-
la del pez con respecto al agua). scholastic philosophers, en «T he M o d e r a
L a segunda viene a añadirse como S c h o o lm a n » 23 (1945-46) p p . 61-81;
determ inante ulterior al sujeto ya e ) [ M e r c i e r , Ontología ( t r a d . esp.),
com pleto en su constitución esen­ 3 vols., 1935].
Relatividad (Teoría de la). Así se en relatividad generalizada, al
se denom ina la teoría físico-ma­ hacerla extensiva al movim iento
tem ática m oderna del movim iento. acelerado (que incluye el de ro ­
La física antigua, la llam ada clá­ tación). Conform e a ella es im po­
sica, conocía ya un principio de sible, en general, determ inar cual­
relatividad: el de la mecánica. Se­ quier m ovim iento absoluto. P ara
gún él, en todo sistem a de coorde­ definir m atem áticam ente el espa­
n adas de referencia que se mueve cio hubo de em plearse una geo­
con m ovim iento uniform e y recti­ m etría no euclídea ( / M atem á­
líneo en dirección contraria a otro, tica [Filosofía de la]). Reciente­
las leyes mecánicas rigen de m anera m ente (1950), Einstein form uló una
invariable; dicho de o tra m anera: generalización todavía más am plia
m ediante fenóm enos mecánicos es de la teoría, generalización que se
im posible determ inar si un cuerpo se m antiene preferentem ente en la es­
encuentra en estado de reposo abso­ fera de la pura m atem ática. Su
luto o de m ovim iento rectilíneo y valor y alcance no aparecen aún
uniform e; sólo cabe com probar m o­ con claridad.
vim ientos relativos. — E n 1905 H asta ah ora las consecuencias de
Einstein am plió fundam entalm ente la teoría experim entalm ente com­
este principio con la relatividad probables han resultado exactas,
especial. Para suprim ir la contra­ deviniendo así la teoría de la rela-
dicción a que las experiencias so» ' tividad patrim onio com ún de los
bre el éter habían conducido, ex­ físicos. Sin em bargo, sus asertos
tendió tam bién la relatividad a los conciernen más bien a la observa­
fenóm enos electromagnéticos. N o ción y descripción de la naturaleza
hay así fenóm eno alguno en el que a la naturaleza misma. — Filo­
universo que haga posible determ i­ sóficamente, la teoría de la relati­
n ar el absoluto reposo o el movi­ vidad ha suscitado m uchas discusio­
m iento uniform e y rectilíneo. El nes en las que se han puesto de m a­
segundo principio fundam ental de nifiesto errores fundamentales. En
la relatividad especial, consecuen­ prim er lugar, no se enseña en m odo
cia asimismo de las experiencias del alguno un / r e l a t i v i s m o de Ja
éter, es el de la constancia de la ve­ verdad. Además, no se trata de
locidad de la luz en todo sistema / la relatividad del / espacio y del
que se m ueva con movim iento tiem po en sentido filosófico, sino
uniform e y rectilíneo en dirección de una relatividad de su medida,
co ntraria a otro. El cálculo m ate­ aunque el m odo positivista de pen­
m ático basado en estos principios sar o expresarse de m uchos físicos
llevó entonces a la relatividad del produzca o tra impresión. P or últi­
espacio y del tiem po; es decir, las m o, no se afirma que todo / m o ­
mediciones del espacio y del tiem ­ vimiento sea esencialm ente relativo,
po se m uestran dependientes del sino que sólo es com probable el
estado de m ovim iento del observa­ movim iento relativo que, n atu ral­
dor que realiza la m edida con res­ m ente, supone el absoluto. La con­
pecto al objeto que ha de medirse; secuencia filosófica m ás im portante
longitudes y tiem pos son más bre­ de la teoría es saber que en el
ves para el observador en movi­ conocim iento hum ano de la n atu ­
m iento que p ara el que está en raleza entran m uchos supuestos tá ­
reposo. — La relatividad especial citos cuyo descubrimiento es tarea
fué am pliada en 1916 convirtiéndo­ de la gnoseología natural. — J u n k .
A. E in st ein , Über die spezielle und cipio de]) y a la validez universal de
allgem eine R elativitatstheorie, *1920 [trad. la verdad. — E n cam bio, no hay re­
e sp .: Teoría de la relatividad especial y lativismo cuando se adm ite que
general, 1921]; del m ism o: The meaning
nuestro conocim iento puede, según
o f relativity, 1950; L o r en t z -E instein -
M in k o w sk i , D as Relativitatsprinzip,
sean la fuerza y dem ás condiciones
r>1923; M . P l a n c k , Vom Relativen zum del conocer, com prender el objeto
Absoluten, 1925; B. B a v in k , Ergebnisse con m ayor o m enor perfección, pero
und Probleme der Naturwissenschaften, nunca de m anera exhaustiva. H ay
s1949, pp. 100-137; H . W eyl , Raum, que añ ad ir tam bién que a m enudo
Z eit, M aterie, *1923; M . B o r n , D ie R e* en nuestros conocim ientos se dejan
lativitatstheorie E insteins und ihre physi- sentir de hecho influencias distin­
kalischen Grundlagen, 31922; A l . M ü-
tas del puro objeto, pero tales in­
ller , D ie phitosophischen Probleme der
Einsteinschen Relativitatstheorie, 1922;
fluencias no constituyen el funda­
[F. S elvao g i, II significato della relati- m ento de ninguna verdad relativa.
vitá, en « G regorianum » 33 (1952) pp. N o es argum ento en favor del
418-437; del m ism o: Problemi della física relativism o la variabilidad de nues­
moderna, Brescia 1953; P. G . B e r o m a n n , tro conocim iento sensorial, según
Introduction to the Theory o f R elativity, las circunstancias de situación y
N u ev a Y o rk , *1953]; e) T h . W u l f , tiem po, pues el conocim iento in­
E insteins Relativitatstheorie, *1921.
telectual puede elevarse sobre ellas
indicando la posición espacial y
Relativismo. El relativismo se tem poral del observador. H ab ría
caracteriza po r una cierta inter­ conocimiento desde el punto de vis­
pretación del concepto de verdad. ta, con sentido de relativism o o
La / v e r d a d finita, com o con­ perspectivismo, si sobre u n objeto
form idad del conocim iento con su unívocam ente determ inado pudie­
objeto implica, sin duda, esencial­ ran, desde un mismo punto de
m ente una relación, y en este vista, form ularse juicios diversos
aspecto es relativa. Pero sólo cabe y, a la vez, verdaderos. — E l re­
hablar de relativism o cuando se lativismo en la acepción aq u í estu­
considera com o norm a de la ver­ diada n ad a tiene que ver con la
dad no el objeto acerca del cual teoría de la relatividad ( /R e la tiv i­
se em ite un ju icio sino cualquier dad [Teoría de la}). Asimismo ha
o tra cosa (v.gr., la estructura del de distinguirse del relacionismo que
sujeto, la índole especial de las disuelve el / s e r en m eras / r e l a ­
condiciones culturales). M ientras el ciones. — C o n tra el relativism o uni­
objeto es una m edida de la verdad versal h a b la n : 1.°, el hecho de que
válida p ara todos los / s u j e t o s , poseemos indudablem ente conoci­
enteram ente igual sean cuales fue­ mientos absolutam ente verdaderos,
ren las condiciones en que se veri­ es decir, válidos p ara todo enten­
fique el conocim iento, este módulo dim iento, v.gr., los juicios sobre
com ún desaparece tan p ronto como hechos simples de conciencia, y 2 .°,
se le busca en sitio distinto del el que el relativismo universal in ­
objeto mismo. L a verdad deviene curre en contradicción interna cuan­
entonces relativa en el sentido par­ do afirm a hab er descubierto la
ticular de que existe p ara u n sujeto naturaleza relativa de la verdad.
y puede sim ultáneam ente n o exis­ Pues si la conoce com o es en sí,
tir p ara otro. Con ello el relati­ la conoce de m anera universalm en­
vismo renuncia al principio de con­ te válida. Si el relativismo estu­
tradicción ( /C o n tr a d ic c ió n [Prin­ viese en lo cierto, nunca podríam os
descubrir que asi ocurre. ( / Psico­ va, dichas opiniones están ya juz­
logismo, /P ra g m a tism o ). — San- gadas con él. El relativismo con­
teler. cerniente sólo a los valores, los
separa del ser. Llega entonces con
b) E . H u s s e r l , Loglsche Untersuchun-
gen i, 21913, pp. 50-210 [trad. esp.: In­
frecuencia al psicologismo valoral,
vestigaciones lógicas, 4 vols., 1929]; que equipara falsam ente los valo­
J. V o l k e l t , Gewissheit und W ahrheit, res objetivos a las valoraciones del
1918, pp. 286 ss, 348 ss; B. W . S w i t a l s k i , sujeto, sobre todo a sus estados
Probleme der Erkenntnis, 1923, p p. 21-83; sentimentales. O se es víctim a del
A. B r u n n e r , Die Grundfragen der Phi­ subjetivismo valoral, según el cual
losophie, 1933, p. 21, 51, 137 [trad. esp .: el hom bre mismo (el sujeto) de­
Ideario filosófico, 1936]; del m ism o: E r­ term ina sus valores. Nietzsche afir­
kenntnistheorie, 1948 [ed. fra n c .: La con­
m a que los «señores de la tierra»
naissance humaine, P arís 1943]; E . M a y ,
A m A bgrund des Relativism us, 1941;
fijan los valores a la hum anidad
E . W e n t s c h e r , Relative oder absolute y a. los pueblos. Evidentem ente hay
Wahrheit?, 1941; J. T h y s s e n , D er philo- tam bién valores m udables y crea­
sophische Relativism us, *1947; H . WeiN, dos por el hom bre. Pero los valo­
D as Probiem des Relativismus, 1950; res fundam entales d e la existencia
[A. R o l d á n , Fundamentos del relativismo están necesariam ente ligados a la
filosófico moderno, en «Pensam iento» 1 estructura esencial del hom bre y
(1945) p p . 181-206; del m ism o: L a verdad
del ente; de ahí q ue posean vali­
del relativismo, ibid. 1 (1945) p p . 299-J¿¿;
A. E t c h e v e r r y , Connaissance humaine
dez absoluta e inm utable. — L o tz .
et sens de l'A bsolu, en «A rchives de P h i­
losophie» 18 (1952) 2, p p . 232-247; A. d e /V a lo r , V alores (F ilosofía de los);
C o n i n k , L a connaissance hum aine est-elle
H . S p ib c e l b e r G ,A ntirelativism us, 1935;
radicalement historique?, en «R evue philo- F . N i e t z s c h e , W ille zu r M acht. Versuch
sophique de L ouvain» 52 (1954) pp. 5-30]; einer Vmwertung aller W erte; [A. L i n a ­
r e s H e r r e r a , Elem entos para una critica
c) E . C a s s i r e r , Das Erkenntnisproblem
in der Philosophie und W issenschaft der de la filosofía de los valores, 1949; D . v o n
H i l d e b r a n d , Christian Ethics, N ueva
neueren Z e it, 3 vols., 1906-1920; F . P a u l -
s e n , Einleitung in die Philosophie, **1921;
Y o rk 1953; A . E t c h e v e r r y , Connais­
e) J. d e V r ib s , D enken und Sein, 1937, sance humaine e t sens de l ’Absolu, en
pp. 124-132 (trad . esp .: Pensar y ser, «A rchives de Philosophie», 18 (1952) 2,
21953], pp. 232-247],

Relativismo valoral. Recibe este Relativo. U n ser es relativo en


nom bre la concepción que atribuye cuanto dice relación a otro o es
a los /v a lo r e s sólo una / v a l i ­ portad o r de un a relación. R elati­
dez relativa, es decir, sólo para vo, desde el p unto de vista concep­
un hom bre, raza o tiem po deter­ tual, es aquello que n o puede de­
minados. N o hay valores que val­ finirse sin relación a o tro ser, v.gr.,
gan absolutam ente, o sea, con padre, hijo. — Relativo, desde el
independencia de estos determ ina­ punto de vista del ser, es: 1.°, lo
tivos p a rtic u la re s . P o r eso, to ­ que posee el ser sólo con relación
dos ellos, sin excepción, están su­ a otro ente, v.gr., los accidentes;
jetos al cam bio; se niega la exis­ 2.°, aquello cuyo ser funda u n a rela­
tencia de valores eternos, impere­ ción reai a otro (todo ser finito).
cederos, que obliguen a todos los — Relativo, desde el p unto de vis­
hom bres, razas y épocas. E n tanto ta del valor, es lo qu e vale única­
que resultantes del /re la tiv ism o , m ente de m anera condicionada. —
para quien toda verdad es relati­ Relativo a m enudo se tom a com o
sinónim o de relacionado ai sujeto, da deform ado en lo que tiene
subjetivo, o condicionado, debién­ de m ás noble, p o r ricos que sean
dose, en este caso, entender por los dones y adm irables las obras
condición aquello de que una cosa que pueda m ostrar; es com o un
depende en un orden cualquiera. — bello engarce del que se h a arran ­
El calificativo de correlativo aplí­ cado la piedra preciosa. — E n la
case solam ente a lo que está en re­ religión, el hom bre entero se vuelve
lación recíproca con otro ser, v.gr., a D ios; por eso com prende todas
m ayor, menor. — ( / R e l a c i ó n sus fuerzas aním icas superiores:
/ Absoluto, / Relativismo, / Rela­ conocer, querer, sentir. M as por­
tividad [Teoría de la]). — B r u g g e r . que la religión no tan to es un
saber cuanto u na entrega, apa­
F. G r é q o tre , Condition, conditionné, rece principalm ente com o o b ra de
inconditiomté en «R evue P hilosophique la voluntad inserta en el senti­
de L ouvain» 46 (1948) pp. 5-41; / R e ­
m iento, ve el Ser absoluto de D ios
lación.
com o absoluto Valor. C uando m o­
dernam ente suele darse a éste el
Religión. L in g ü ís tic a m e n te es nom bre de lo numinoso o lo santo,
más acertado buscar en «re-legeré» no hay que rechazar en sí tales
que en «re-ligare» el origen del vo­ denom inaciones m odernas; sin em ­
cablo latino correspondiente «reli- bargo, es frecuente, al em plearlas,
gio», — A tendiendo a su etim olo­ desligar el valor del ser y hacer la
gía, religión significa entonces un conducta religiosa com pletam ente
constante «re-volver-se», un cui­ irracional. D e hecho, el V alor ab­
dadoso y concienzudo considerar soluto coincide con el Ser absoluto,
algo. A quello en to m o a lo cual com o tam bién la entrega religio­
gira la consideración debe merecer sa está vivificada p o r el saber que
este esm ero, y aun exigirlo, confor­ ciertam ente n o se presenta en for­
m e a su dignidad. Cuál sea este m a racional-discursiva, sino íntui-
ser, pod ría indicarlo la o tra inter­ tivo-totalitaria o vivencial. D esde
pretación del térm ino religión: re­ lo espiritual, la religión proyecta
ligación, y, precisam ente, al ori­ tam bién sus rayos sobre la vida
gen prim ero y fin últim o. Porque sensitiva y el cuerpo; así se procu­
este Prim ero y Ú ltim o posee m ayor ra expresión visible en la palabra
trascendencia que todo lo demás, el adem án y el /s ím b o lo . D e ahí
es digno de que se le considere que una religión de p u ra interiori­
diligentemente po r encima d e todo. d ad repugne a la naturaleza del
D esde el punto de vista del ser, hom bre y deba m architarse; p o r
todas las cosas proceden de / D ios supuesto, los gestos m eram ente ex­
y a É l aspiran tam bién. Sin em bar­ teriores n o significan menos la
go, únicam ente el hom bre tiene m uerte de la auténtica religión. P or
religión en ta n to que com o espí­ últim o, puesto que el hom bre está
ritu hace efectiva, libre y cons­ inscrito esencialmente en la com u­
ciente su relación a D ios, es decir, nidad, la religión no puede redu­
le conoce y acepta com o su ori­ cirse a asu nto privado del indi­
gen y fin. P o r tratarse del A ltí­ viduo; antes bien, la com unidad
sim o, en dicho reconocim iento y ha de fom entarla, siendo asimismo
aceptación reside el m ás elevado de­ de n o ta r que la vida religiosa no
b er ético y la m ás exquisita perfec­ llega a pleno desenvolvimiento si­
ción del hom bre. Sin religión que­ n o en la com unidad. C om o resul­
ta de todo lo dicho, con la religión gue bastante entre la D ivinidad
del espíritu subjetivo (religión co­ misma y su imagen: idolatría. En
m o acción y conducta) se une la el fetichismo se veneran com o algo
religión en el sentido de espíritu ob­ personal cosas m ateriales no a
jetivo y objetivado (religión com o causa de su relación de imagen,
doctrina, com unidad, instituciones, sino de un poder superior mágica­
usos), que es fuente prim ordial o m ente ínsito en ellas. A l obscure­
precipitado y substrato de la pri­ cim iento politeísta de la imagen
mera. de D ios se une el panteísta. Un
En todos los pueblos y épocas /p a n te ís m o explícito suprime, cla­
se encuentra alguna religión; ni ro está, la auténtica religión, pues,
la historia ni la prehistoria cono­ las m ás de las veces, D ios queda
cen un estado arreligioso de la substituido p o r un fondo prim i­
hum anidad. L a religión aparece tivo im personal y en definitiva
por doquier com o dato prim itivo; el hom bre mismo es lo divino.
en ninguna p arte deriva de m ani­ Pero en ningún pueblo la religión
festaciones no religiosas com o el realm ente vivida es un panteísm o
animismo, el anim atism o, el to ­ de esta clase; a lo sumo reviste,
temism o o la magia. Entiéndese com o en los indios, un m atiz pan-
po r animismo la creencia en almas teísta procedente del fundam ento
(anim a) y espíritus y su venera­ últim o establecido por la concep­
ción; p o r animatismo, la creoacia ción del universo. — C uando se
en un alm a o fuerza m aterial que traslada a los valores terrenales
lo dom ina todo invisiblemente. El el carácter absoluto de D ios abra­
totemismo cree en el parentesco del zándolos con entusiasm o religioso,
individuo o de u n grupo con un hablase de un «sucedáneo de ¡a
tótem (casi siempre un anim al); en religión».
las culturas prim itivas es desco­ H asta aquí hemos tratad o de la
nocido. L a magia y la hechicería religión natural que b ro ta de la n a­
pretenden con sus conjuros poner turaleza espiritual creada del hom ­
a su servicio un poder superior, bre. A ella se contrapone la religión
al paso que el hom bre religioso se positiva establecida o, p o r lo menos,
somete suplicante a él. Acciones determ inada en sus detalles por
parecidas a las de la m agia sin un acto positivo histórico, prim ero
referencia a un poder superior, no de D ios (/R e v e la c ió n ) y, luego,
son magia, sino que brotan de una tam bién del hom bre (leyes escritas
concepción prim itiva de las fuer­ o no escritas). L a religión escueta­
zas naturales y de su gobierno. m ente natural no se encuentra en
Religión equivale a veneración parte alguna, pero constituye el
de Dios, es decir, la religión ve a fondo sobre el que se dibuja toda
D ios com o Persona, según sabía ya religión histórica. Sin em bargo, el
el paganism o y m uestra insistente­ deísmo va dem asiado lejos cuando,
m ente la actual filosofía de la re­ al excluir aquí, com o en todas
ligión (Scheler). D esde luego, la partes, cualquier intervención de
imagen de D ios dibujada p o r el Dios, considera intraspasable el es­
paganism o es sum am ente confusa pacio de la religión natural. —
Además de trib u tar honores divi­ C om o que el hom bre puede co­
nos al D ios único, éstos son trib u ­ nocer inequívocam ente su rela­
tados tam bién a fuerzas naturales ción de criatura a D ios y la reve­
personificadas; tam poco se distin­ lación de Éste históricam ente p ro ­
clam ada, no le es lícito perm anecer scher Theologie, 1927; W . K eilb ach , Die
indiferente ante la religión en ge­ Problem atik der Reügionen, 1936; A. A n-
w a N der , ¡Yórterbuch der Religión, 1948;
neral ni ante una verdadera re­
K . G utberlet , E th ik und Religión, 1892;
ligión revelada; no le es lícito,
A . D yroff , Religión und M oral, 1925;
pues, adherirse al indiferentismo. B. H ae r in g , Das Heilige und das Guíe,
La religión revelada, especial­ 1950; [E. M a g n in , Religión, en Dic-
m ente la cristiana, m uestra más tionnaire de théologie eatholique XIII,
claram ente en qué actitudes se 2182-2306; U. A . P a d o v a n i , Saggio di
despliega la vida religiosa. F u n ­ una filosofía della reiigione, 1934;
dam entalm ente son la fe, la espe­ J. L. L. A r a n g u r e n , La actitud ética
ranza y la caridad. A ellas corres­ y la actitud religiosa, en «C uadernos
H ispanoam ericanos» (M adrid) 19 (1954)
ponden en la religión natu ral la
pp. 243-252; J. T o d o lí , Filosofía de la
vivencia de D ios cuidadosam ente religión, 1955; P. O rtegat , Intuition et
alim entada y cada vez m ás profun­ religión, L ovaina 1947].— J. H essen, Die
dam ente arraigada, el aspirar a Werte des H eiligen, 1938; c) M . S cheler ,
Él com o fin últim o con la con­ Vom Ewigen im M enschen I, 31935 [trad.
fianza en su asistencia y el abra­ esp. p arcial: D e lo eterno en el hombre,
zarle con am or indestructible. So­ 1940]; R . O tt o , D as Heilige, 2' 2a1947
bre estos actos florece el trato per­ [trad. esp .: L o santo 1925]; H. B erg ­
so n , L es deux sources de la morale et de
sonal con D ios en la oración.
la religión, 1932; d) A . A n w a n d e r , Die
É sta es, prim ero, adoración, o sea Religionen der M enschheit, 1949 [trad.
respetuoso inclinarse ante la in­ fra n c .: L e s religions de l'hum anité, 1955];
finita sublim idad y absoluta sobe­ W . S c h m id t , Ursprung und W erden der
ran ía de D ios. La adoración en­ Religión, 1930; H . S traurincf . r , Die
cuentra su expresión visible más Religión und ihre Grundwahrheiten in der
solem ne en el sacrificio: en éste, deutschen Philosophie seit Leibniz, 1919;
el hom bre ofrece al Altísimo como F . KÓNIG (editor), Christus und die R e ­
ligionen der E rde, 3 vols., 1951; [H . Pl-
sím bolo de la entrega de sí mismo
n a r d de la B oullaye , E l estudio com pa­
un bien que rep u ta valioso, el rado de tas religiones (trad. esp.), 2 vols.,
cual es a m enudo quem ado para 1945; T a c c h i -V e n t u r i , H istoria de las
hacer la entrega absoluta e irre­ religiones (tra d , esp.), 3 vols., 1947];
vocable. A la adoración se unen e ) H . M uckp .r m a n n , D ie R eligión und
la acción de gracias al D ad o r de die Gegenwart, *1935; P. SIMON, Religión
todo bien y la petición de ulterior und M ythos, 1935.
y favorable auxilio, petición a que
la experiencia de los limites de Religión (Filosofía de la). Filoso­
su poder em puja al hom bre. T ra ­ fía de la religión es la investigación
ducción práctica de la religión filosófica de la /r e lig ió n com o tal
auténtica es una vida fiel a la vo­ o de aquello p o r lo cual las reli­
luntad divina. — Al culto perte­ giones históricas se distinguen, en
nece todo el hacer interior y ex­ cuanto religión, de los demás fe­
terior cuyo sentido exclusivo o nóm enos culturales. Su investiga­
prim ario lo constituye la venera­ ción prim ordial se dirige a la eseji-
ción de D ios. — L o t z . cia de la religión, a lo que ésta
es y debe ser en su concepto pleno.
a ) S a n t o T omás d e A q u in o , Sum m a
D esde este p un to trátase luego de
theologica, 2-2 q. 81-101; F . S u á r e z ,
D e virtute e t statu religionis', b) A . S eitz ,
determ inar u n concepto de religión
N atürliche Religionsbegründung, 1914; que, p o r un lado, sea bastante
E. P r z y w a r a , Religionsbegründung, 1923; am plio p ara encerrar íntegram en­
d el m ism o : Religionsphilosophie kathoti- te dentro de sí la experiencia his-
tórica de aquélla y, p o r otro, b) G . W u n d e r l e , Grundzüge der Reli-
suficientemente definido para ex­ gionsphilosophie, ! I924; I . P . S t e f f e S.
cluir todo sucedáneo (/R e lig ió n ). Religionsphilosophie, 1925; E. P r z y w a r a ,
Religionsbegründung, 1923; det m ism o:
P ara esclarecer la esencia de la
Relígionsphilosophie kalholischer Theolo-
religión, la filosofía se sirve de gie, 1927 ; H . S t r a u b i n g e r , Religions-
la /te o lo g ía natural que plantea p h iio s o p h ie m ít T h e o d iz e e , *1949;
el tem a de D ios y de la posibilidad O . G r ü n d l e r , Elem ente zu elner R eli­
de conocerle. M as p a ra aprehender gionsphilosophie a u f phdnomenologischer
la religión en sus manifestaciones Grundlage, 1932 [trad. esp. de u n a edic,
históricas, la filosofía de la religión a n t.: Elementos para una filosofía de la
necesita de la ciencia com parada religión sobre base fenomenotógica, 1926];
W . K e i l b a c h , D ie P roblem atik der Reli~
de las religiones y de la fenomeno­
gionen, 1936; A . D e m p f , Religionspkilo-
logía religiosa, es decir, de la des­ sophie, 1937; K . R a h n e r , H Srer des
cripción eidética de la religión que W orles, 1941; B. R o s e n m ó l l e r , M eta­
destaque lo peculiar de los actos physik der Seele (in titu lad a an terio r­
religiosos fundam entales y especia­ m ente: Relígionsphilosophie), 1947; F . J.
les. M idiendo las manifestaciones S h e e n , Philosophy o f Religión, N ueva
históricas de la religión por el con­ Y ork 1948 [trad. esp.: Filosofía de ¡a
cepto cum plido de la misma, re­ religión 1957); P . O r t e g a t , Philosophie de
sulta posible p a ra la filosofía Jan la religión, 2 vols., L ovaina 1948; O.
S p a n n , Retigionsphilosophie, Z.ürieh 1947;
juicio valorativo de las religiones. [U. A . P a d o v a n i , Saggio di una filosofía
T an to la naturaleza de D ios en della religione, 1934; A. M a s n o v o , La
cuanto Ser personal com o el hecho filo s o fa verso la religione, 1936; J. T o d o -
de que m uchas religiones invoquen l í, Filosofía de la religión, 1955]; c) R.
com unicaciones divinas, hacen ne­ O t t o , Das Heilige, !*-3a1947 [trad. esp.
cesario que la filosofía se ocupe de una edic. a n t.: L o santo, 19251 (véase
en la cuestión de la posibilidad respecto a esta o b ra : B . H a e r i n g , «Das
Heilige» R. Ottos in der neueren K ritik,
de la revelación. — Las investi­
en «G eist und Leben» 24 (1951) p p. 66­
gaciones sobre las condiciones con­ 71) ; J . H essf . n , Religionsphilosophie, 1948;
cretas del nacim iento y plasmación G . M b n s c h i n g , Soiiologie der Religión,
de la religión en el hom bre indi­ 1949; M . W e b e r , Gesammelte A ufsátze
vidual, pertenecen al dom inio de la zu r Religionssoziologie, 1947 (reim pre­
psicología de la religión ( / Religión sión); d ) E. P e t e r i c h , Die Theologie der
[Psicología de la]); las investigacio­ Hellenen, 1938; H . F r í e s , D ie katholische
nes referentes a las form as com uni­ Religionsphilosophie der Gegenwart, 1949;
tarias de la religión, a su posición G . M e n s c k i n g , Geschichte der Religions-
wissenschaft, 1948; [ M . F . S c i a c c a , Dios
frente a la cultura y a la vida del
y la religión en la filosofía actual (tra d .
espíritu, corresponden al dom inio esp.), 1952].
de la sociología de ¡a religión.
La filosofía de la religión fué
fundada com o disciplina filosófica Religión (Psicología de la ). L a
prop ia p o r el / neokantism o. La psicología de la religión estudia las
filosofía neokantiana de la religión leyes y m odos psíquicos especiales
reduce ésta a un particular «a prio­ de m anifestación de la vivencia re­
ri» religioso. E sto es verdad en ligiosa, es decir, de la conducta
ta n to que el hom bre por n atu ra­ psiquico-subjetiva del hom bre con
leza sintoniza con lo religioso, pero relación a D ios y, en general, a las
el neokantism o yerra cuando nie­ doctrinas y exigencias de la vida
ga el ser al objeto de la religión. religiosa que se presentan objetiva­
— Brugger m ente. P or su objeto y m o d o de
plantear la cuestión distínguese La psicología de la religión no
tan to de la historia y filosofía de es en m odo alguno un a disciplina
la religión ( /R e lig ió n [Filosofía específicamente m oderna. En la co­
de la]) com o de la ciencia filosó­ piosa literatu ra ascético-mística de
fica de D ios y de la / teología dog­ los siglos pasados se encuentra u n a
mática. N o tiene que plantear el m ina de observación psicológico-
problem a del contenido objetivo de relígiosa, sin sistem atizar pero de
verdad de las convicciones religio­ gran delicadeza, explotada todavía
sas ni tam poco el del carácter con excesiva parquedad. A nte el
/s o b r e n a tu r a l de la acción divina influjo ejercido p o r la Ilustración
de la gracia en el alma, sino que y el criticismo, creyóse a fines del
se lim ita al aspecto psiquico-natu- siglo xvni que los valores de la.
ral de la experiencia religiosa. Así vida religiosa únicam ente podían
quedan indicados, por una par­ salvarse alojando de hecho la reli­
te, los limites de sus posibilidades gión en la esfera de lo em ocional,
y de la esfera que le com pete, y, com o m ero asunto de sentim iento
p o r otra, que la psicología de Ja y concediendo sólo im portancia se­
religión no excluye lo sobrenatural cundaria a las cuestiones de orden
(que h a de considerarse desde el dogm ático-intelectual (religión del
p unto de vista teológico) en la vida sentimiento, doctrina de Schleier-
aním ica religiosa ( /M ís tic a ), pues macher sobre el sentim iento de co­
tam bién la vivencia religiosa sobre­ existencia con el Infinito; doctrina
n atural tiene, com o actividad vital ulterior del mismo acerca del sen­
del alma, u n aspecto psicológica­ tim iento de dependencia absolu­
m ente aprehendible. ta). Así cundió con sus exclusivis­
L a interrogación fundam ental de m os u n a interpretación psicológica
la psicología de la religión apunta apriorísticp-em ocional de la viven­
a la estructura aním ica de la vi­ cia religiosa, interpretación que en
vencia religiosa: ¿cóm o se distin­ las postrim erías del siglo xix siguió
gue ésta de las otras form as de vi­ dom inando durante decenios la
vencia? ¿ a qué «capa» de lo aním i­ psicología de la religión. A l mismo
co pertenece principalm ente: al co­ tiem po, difundióse la concepción
nocer y querer espirituales, a lo dt¡ que las verdaderas fuentes de
tendencial, a lo em ocional?, ¿está la vivencia religiosa habían de bus­
c o n s titu t iv a m e n te arraigada en carse sólo en el inconsciente (Sa-
com plejos reprim idos, en u n «des­ batier, W. James, Flournoy, Janet
bordam iento» del inconsciente per­ y otros). Leuba desarrolló un a psi­
sonal, en los arquetipos del / i n ­ cología de la religión de carácter
consciente colectivo o se enraiza m aterialista, m ientras W. Wundt
esencialm ente en la parte espiritual consideraba en lo esencial la reli­
del hom bre? E ntretejida en el todo gión com o fenóm eno psicológico-
de la vida aním ica, plantea ulte­ social. Los análisis fenomenológi-
riores problem as com o los referen­ cos de R. O tto veían el núcleo de
tes a la tensión de lo individual la vivencia religiosa en el senti­
y lo social, de lo intelectivo-racio- m iento del mysterium fascinosum et.
nal y lo irracional, y los referentes tremendum, com o eco de una ca­
a su dependencia respecto a! tipo tegoría afectiva em ocional a priori.
particular hum ano, a las fases del Las investigaciones de Girgensohn
desarrollo del hom bre, a la salud y Gruehn trajeron u n cam bio, m os­
y a las anorm alidades psíquicas. trando que en la m edula de la vi-
ron ju n ta s un tiem po en un todo en ella. E n virtud de ésta, la per­
vivencial, tienden a evocarse una sona m oral, com o causa decisiva
a o tra en la conciencia. — (Sobre de su obrar bueno y m alo, debe
la im portancia de la representa­ responder de sus actos ante su
ción en el conjunto del conoci­ conciencia, el m undo ético cir­
m iento hum ano, /P e n s a r , / F a n ­ cundante y sobre todo ante el Juez
tasía, /M e m o r ia ) . — P or lo que divino y aceptar las inevitables
respecta a los dom inios objetivos, consecuencias de su conducta. El
la facilidad p ara conservar y re­ sujeto de la responsabilidad es la
producir imágenes de representa­ /p e r s o n a capaz de acción moral.
ción n o es la m ism a en los diver­ El objeto lo constituye la acción
sos tipos representativos; de ahí que peculiar y plenamente humana p ro ­
se distingan tipos visuales, acús­ cedente de la parte esencial espi­
ticos y m otores, videntes de for­ ritual del hom bre a través de su
mas y de colores, etc. — U na voluntad libre. Los fenóm enos es­
com binación infrecuente de repre­ pontáneos de la actividad corres­
sentaciones la tenem os en las de­ pondiente a la impulsividad sen­
nom inadas sinestesias, en las que sitiva (movimientos de ira, concu­
con imágenes perceptivas de un piscencia) no son libres en cuanto
dom inio sensorial (v.gr., acústica) tales, pero la voluntad libre pue­
se com binan regularm ente imágenes de, refrenándolos, influir en ellos.
representativas de o tro (v.gr., visual) L a ordenación fundam ental de la
(fenóm enos de audición de colores voluntad al / b i e n en general y a
y visión de sonidos). — W i l l w o l l . la m eta suprem a de la felicidad es
ciertam ente voluntaria porque p ro ­
J . L in d w o r s k y , W ahrnehmung und cede de la voluntad, p ero insupri-
Vorstellung, en « Z eitschrift für Psycho- mible. Sólo cae bajo la libertad el
logie» 80 (1918); G . E. M ü l l e r , Z u r
dirigir esta tendencia fundam ental
A nalyse des Gedáchtnisses und des Vor-
stéflungsverlaufes, 3 vols., 1911-1924;
hacia determ inados fines particula­
J. F r ó íb s , Lehrbuch der experimentellen res de tal m anera que la voluntad
Psychoíogie, ’ 1929, t. i, sec. 3, c. 1 [trad. podría tam bién prescindir de ellos.
e s p .; Tratado de psicología empírica y ex­ Sin em bargo, la persona sólo es ca­
perim ental, 2 vols., i, “1944]; F . S c o l a , paz de im putabilidad y, p o r lo ta n ­
Über das Verháltnis von Vorstellungsbild, to, responsable cuando se d a el co­
Anschauungsbild und Nachbild, en «A r- nocim iento m oral suficiente y . el
chiv fü r d ie ges. Psychoíogie» 52; E . Ja -
querer libre no está entorpecido
ENSCH, Über den A u fb a u der Wahrneh-
munsgswelt, t. I, *1928; t. n , 1931,- y la
por el impulso dem asiado poderoso
bibliografía de su escuela; A . A r g e l a n - o la sorpresa. Tam bién dism inu­
d e r , Dos FarbenhOren und der synásthe- yen o suprim en enteram ente la
tische F aktor der W ahrnehmung, 1927; im putabilidad y la responsabilidad
H . K u n z , D ie anthropologísche Bedeutung diversas clases de perturbaciones
der Phantasie, 1946; K . J a s p e r s , Allge- mentales. En la responsabilidad se
meineP sychopathologie, M948; [ttad. esp .: manifiesta la nobleza de la persona
Psicopatología general 1951; A . V a lle jo
hum ana. — S c h u s t e r .
N A g e r a , Tratado d e psiquiatría, "1954].
b) M . M ü l l e r , E th ik und R echt in
der Lehre von der Verantwortlichkeit,
Responsabilidad. L a responsabi­ 1932; E . S c h l u n d , Verantwortung, 1926:
lidad es una consecuencia nece­ W . B e r g m a n n , Religión und Seelenlei-
saria de la / l i b e r t a d de la volun­ den i i , 1927; A. S c h ü l e r , Verantwortung,
ta d y de la imputabilidad fundada 1948; [O. N . D e r i s i , L o s fundam entos
m etafísicas deI orden moral, *1951; D. v o n cíón de un / m a l físico a causa
H ild e b ra n d , Christian ethics, N ueva de u n mal m oral. Es la ju sta retri­
Y o rk 1953; J. L e c l e r c q , L as grandes bución p o r el m al o acción cul­
líneas de la filo sofía m oral (trad. esp.),
pable. La transgresión de la ley
1956; J. M .a D í e z A l e g r í a , Deber m oral
y responsabilidad, en «R evista de F ilo so ­ divina encuentra su correspondien­
fía» 13 (1954) pp. 172-176]; c) W . Wei- te castigo en el m alogram iento
s c h e d e l . Das W esen der Verantwortung, del fin últim o m oral por la pérdida
1933. de la eterna felicidad. — El pre­
m io y el castigo m orales, en cuanto
Retribución. E n sentido muy anunciados p o r el legislador h u ­
am plio se considera com o retribu­ m ano o divino, poseen el caráctei
ción lo que corresponde a uno por de sanción, es decir, garantizan la
su ser, su dignidad y principalm en­ observancia de la ley al unir las
te p or sus obras. E s-una exigencia exigencias supraindividuales del
de la /ju s tic ia . E n acepción res­ bien m oral con la verdadera feli­
tringida, la retribución consiste en cidad del individuo. Puesto que la
el prem io debido o en el castigo sanción se dirige por la representa­
m erecido por las acciones buenas ción de este encadenam iento a la
o m alas. E l premio moral sigue a la voluntad libre, hace el bien m oral
acción buena en el testim onio de m uy atractivo p ara el hom bre sin
la buena / conciencia, (/c o n c ie n c ia hacerlo físicamente necesario, lo
m oral), en el ho n o r ético y en la es­ que sólo podria ocurrir coaccio­
tim ación y buena reputación; pero n ando a la persona hum ana. —
m uy particularm ente se encuentra P o r eso, todo castigo, incluso el
en la perfección m oral final del impuesto por el estado, incluye
hom bre que se logra con la obten­ necesariam ente la retribución por
ción de la / felicidad eterna, ju sta la violación libre y culpable del
recom pensa tam bién de la acción derecho. La negación de la liber­
buena librem ente ejecutada. Este ta d y de la retribución conduce a la
prem io interno n o suprim e la aspi­ supresión del derecho penal y de
ración a la pu ra /m o r a lid a d y al la dignidad m oral del hom bre. Sin
p u ro cum plim iento del deber; es, em bargo, en la sanción hum ana
m ás bien, u n reconocim iento de la la m edida de la retribución no se
personalidad libre. El reproche de determ ina po r la interna m edida
«afán de recom pensa» (Kant y de la m alicia que sólo D ios juzga,
o tro s) no com prende el carácter ab­ sino por los fines de intimidación y
solutam ente ético del fin consistente corrección propios del castigo, nece­
en la perfección ni el valor decisivo sarios para el bien com ún. ( / E x ­
del m undo sentim ental hum ano y piación, Culpa). — S c h u s t e r .
de la tendencia naturalm ente nece­
saria a la felicidad. El prem io m o­ b) M. W i t t m a n n , E th ik, 1923;
ral supone el mérito, es decir, el J. B . S c h u s t e r , D ie christliche Straf-
merecim iento de recom pensa basa­ rechtsidee, en « D er katholische G edan-
do en la libre realización personal ke», 1932, pp. 33-40; D . v o n H il d e -
b r a n d , Z u m W esen der Strafe, en Z eit-
del bien. E n la educación y en la
liches im L ichte des Ewigen, 1932 p. 47 ss;
vida d e la com unidad se em plean J. B e t s c h a r t , D as W esen der Strafe,
asim ism o legítim am ente recom pen- Einsiedeln 1939; M . B r u g g e r , Schuld
pensas y distinciones com o m oti­ und Strafe, 1933; [V. M . M ik t e g u ia g a ,
vos éticam ente justificados. L a moral independiente y los nuevos prin­
E l castigo consiste en la irroga- cipios del derecho, *1906; O. N . D e r is i ,
Los fu ndam entos m etafísicas del orden entenderse aquí n o un proceso
m oral, z1951; A. M a r c , Dialectique de fisiológico, sino un a actuación m e­
l'agir, P aris 1954; J. L fc lf .rc q , Las diata (por el empleo de signos)
grandes lineas de la filosofía moral (trad.
esp.), 1956]. — F r . H a r t z , IVesen und
o inm ediata de D ios sobre el en ­
Zw eckbezíehung der S tra fe, 1914; M . tendim iento hum ano por la cual
S c h e l e r , Der Formalismus in der E thik A quél no sólo le com unica ciertos
und die m ateriale W ertethik, 1921, p. 368 pensam ientos (asertos), sino que
[trad. esp .: Ética, 2 vols., “1949]; F. B a s - tam bién le hace conocer m ediante
s e n g e , E th ik der S trafe, 1933; 3. B in d e r , señales seguras ( / Milagro) que
S ystem der Rechtsphilosophie, 1937, p. Él es quien se los com unica y ga­
355 ss. rantiza su verdad. El objeto de
la comunicación pueden ser / m i s ­
Revelación, en general, es toda terios, por su naturaleza ocultos
manifestación de lo oculto. En sen­ al hom bre, y tam bién verdades en
tido religioso, revelación es la m a­ principio no incognoscibles para
nifestación de lo oculto hecha por él acerca de las cuales adquiere,
un poder superior, concretam ente sin em bargo, un a nueva e infali­
p o r Dios. E n lenguaje corriente, ble certeza gracias al testim onio
suele denom inarse también reve­ divino.
lación un conocim iento repentino L a posibilidad de la revelación
que estaba ya preparado el sobrenatural estriba en que / Dios
subconsciente, pero cuyas causas es u n ser personal, inteligente y
no se adivinan (com o, v.gr., en la libre, cuya acción externa no está
inspiración del artista). Afín a este lim itada por las leyes naturales.
sentido del térm ino es la concep­ El cam bio que la revelación im­
ción m odernista de la revelación plica se encuentra exclusivamente
para la cual ésta se reduce al sen­ del lado del entendim iento recep­
timiento religioso que brota del tor. — Las religiones que invocan
subconsciente. Sin em bargo, la re­ una revelación sobrenatural en fa­
velación, tom ada en sentido estric­ vor de su contenido doctrinal esen­
to, implica un manifestante de cial y de sus instituciones funda­
lo que está oculto, un receptor m entales se llam an religiones re­
de la m anifestación y una ver­ veladas. Religiones diversas en
dad manifestada. L a m era con­ cuanto contradictorias entre sí
ciencia de la interna relación a respecto al contenido doctrinal,
D ios ( / Mística) n o constituye to­ no pueden estar sim ultáneam ente
davía una revelación — La m ani­ fundadas en una revelación real.
festación de la existencia y de Para que la aceptación de la reve­
ciertos atributos de D ios, insepa­ lación, que se verifica por la / f e ,
rablem ente unida a la creación, sea obligatoria, el hecho de la
recibe el nom bre de revelación na­ misma debe estar asegurado por
tural. D e el Ja debe distinguirse, lo m enos con / c e r t e z a práctica.
según la teología católica, aquella N i de parte de D ios n i del hom bre
revelación que se verifica mediante es necesario que la revelación se
el lenguaje propiam ente tal y el dirija inm ediatam ente a los indi­
testim onio de D ios. Llámase reve­ viduos: puede tam bién realizarse
lación sobrenatural porque ni la por personas interm ediarias dig­
exige la naturaleza hum ana ni nas de fe. La naturaleza del hom ­
obedece a la necesidad de ley n a ­ bre como ser histórico trae con­
tu ral alguna. P or lenguaje ha de sigo que éste deba contar con
encontrar a D ios po r el cam ino de Romanticismo. E l rom anticism o
la revelación y, p o r lo tanto, en com o m ovim iento se extiende des­
la historia. — B r u g g e r . de fines del siglo x vni a m ediados
del x d c . Sin em bargo, su influjo
b) R . G u a r d i n i , Die O/fenbarung, 1940;. perdura hasta h oy; esto se aplica
N e u n e r - R o os,D er Gtaube der Kirche sobre to d o a A lem ania, donde tras
in den Urkunden der Lehrverkiindigung,
19 3$ ( C o n c ilio V a t ic a n o ) ; P o h i . e - G ie r e n s ,
la prim era guerra m undial se veri­
Lehrbuch der D ogm atik, "1936, pp. 20-26; ficó un nuevo encuentro con él.
K . R a h n e r , Hórer des Wortes, 1940; C aracterística peculiar del rom an­
[ H . D i e c k m a n n , D e revelatione christiana ticismo es que abarca y com prende
tractatus philosophico-historici, F r ib u r g o la vida espiritual en su entera
de B r isg o v ia 1930]; e ) D . F e u l i n g , Ka- am plitud. P or lo que respecta a la
thotische Glaubenslehre, 1937, pp. 1-67. filosofía en particular, hay filóso­
fos que pueden llam arse rom ánti­
Rigorismo, en general, es cual­ cos (Schleiermacher y, sobre todo,
quier doctrina o actitud que, en el Schelling) y un rom ántico, p o r lo
antagonism o de opiniones acerca menos, m erecedor de que se le
-de la licitud de una acción, se de­ incluya entre los filosófos (Fr.
cide sistem áticam ente por la di­ Schlegel) .
rección m ás estrecha y rigurosa. Considerado históricam ente, el
E n sentido estricto, el rigorism o rom anticism o nació com o reac­
equivale al tuciorismo, el cual exige ción contra la / Ilustración con su
que en la duda sobre la licitud de aprecio exagerado de la razón y
u n a acción nunca esté perm itido, del concepto universal. E ntre el
determ inarse por la libertad y / idealismo alem án y ei rom an­
contra u n a ley m eram ente proba­ ticismo hay u n a m últiple acción
ble, m ientras el parecer favorable recíproca entrem ezclada de an ta­
a la libertad no sea enteram ente gonismo. A sí com o el rom anti­
seguro. El verdadero tuciorismo no cismo recibió sugerencias de las
es m enos recusable que su opuesto ideas fichteanas sobre la produc­
el / laxismo. Pues ei riesgo de tividad del yo y en especial de la
e rrar m oralm ente obrando contra fantasía, recibiéndolas asimismo de
un a ley dudosa existe sólo en el la prim acía de lo estético de Sche­
supuesto (indem ostrado) de que lling, así tam bién Schelling se dejó
un a ley realm ente dudosa obliga llevar e influir p o r los impulsos
a sti observancia. La historia mues­ del rom anticism o, el cual (especial­
tra que el rigorism o n o raras veces m ente con Schlegel) no influyó
h a llevado a sus defensores obsti­ tam poco de m anera m enos fe­
nados a la violación de induda­ cunda en la visión hegeliana del
bles obligaciones (/'C o n c ie n c ia , devenir histórico.
Probabilism o). — S c h u s t e r . Visto en su contenido, el ro m an ­
ticismo es un producto extrem ada­
b) I . D E B l i c , Probabilisme, en e l m ente irisado y m ultiform e; n o
D ictionnaire apologétique de la f o t catho- obstante, se descubren en él ras­
lique IV , 301-340; J. M a u s b a c h , Die ka- gos característicos comunes. En
tholische M o ra l u n d ihre Gegner, ‘ 1921;
prim er lugar, el cen tro a cuyo al­
d ) A . S cH M rn , Geschichte des Probabi­
lísim a, 1904; e) V. C a t h r e i n , M oral-
rededor gira todo es la vida en
phtiosophie i , ‘ 1924 [ t r a d . i t a l . d e l a su íntegra plenitud, n o la razón
5.*-alero.: Filosofía morale, 2 vols., F lo ­ y el concepto; p o r algo escribió
r e n c i a 1913-1920]. F r. Schlegel u n a «Filosofía de )a
vida». El sentido de las leyes pro­ de la individualidad predom ina en
pias de la vida despierta; puesto el conjunto. P or cierto, en este
que la realidad ofrece una am plia punto am enaza el otro peligro: una
unidad orgánica en la que hunden volatilización del orden objetivo
sus raíces los opuestos naturaleza del ser en el sujeto, i/na últim a fri­
y espíritu, la única com prensión volidad caprichosa que disuelve el
adecuada de lo real será la que ser en pura poesía y se expresa en
posea un no m enor carácter «or­ la ironía rom ántica. N o obstante,
gánico». Desde este punto de vista hom bres com o Schlegel tom aron
son contem plados de nuevo los con tanta seriedad lo objetivo que
vínculos orgánicos en que el hom ­ se volvieron hacia el D ios personal.
bre se halla inserto; la nación y, — La raíz de todos los reparos
detrás de ella, la hum anidad; por suscitados contra el Tomanticismo
eso se corre tras el espíritu popu­ es su unilateral irracíonalism o
lar y et lenguaje. Conexa con ello (/Ir r a c io n a l), el cual, em pero, no
está, por últim o, lina auténtica va­ quita fecundidad a sus intuiciones
loración de la historia en su inde­ fundam entales. — / [ l 58]. — L o t z .
ducibilidad y de lo históricam ente
acontecido, lo cual lleva a dedi­ P h. F ij n k , Von der A ufklñrung zur
carse principalm ente a la E dad R om antik, 1925; S . B e h n , Rom antische
M edia com o algo nuevo R iz o sa ­ oder klassische L ogik, 1925; L . W ir z ,
m ente descubierto. — Tam bién al í'. Schlegels philosophische Entwicklung,
1939; M. H o n e c k e r , Die Wesenszüge
hom bre se le tom a en su vida total.
der deutschen R om antik in phiiosophi-
Más que el entendim iento y la vo­ sc-her Sicht, en «Philosophísches Jahr-
luntad dom inan el sentim iento y la bucli» 49 (1936) pp. 199-222; T h . S t e in -
fantasía, lo cual m uestra que el ro ­ b ü c H e l , Das Problem der E xistenz in
m anticismo tuvo predom inantem en­ idealistischer und rom antischer Philoso­
te su patria en la región de lo artís­ phie und R eligión, en «Scientia Sacra»
tico, y, de m anera principal, de la (1935) pp. 169-228; H- B e c h e r , Die R o­
poesía. Tiene así el m ando un irra­ m antik ais totale Bevtegung, en «S cho­
lastik» (1949) pp. 182-205 (bibliografía);
cional sentirse un o y vivir con todo,
A . D e m p f, Das Erbe der R om antik und
que aparece al mismo tiem po como das jew eils Klassische, en «H ochland» 22
intuición intelectual. É sta repudia (1925) i i , pp. 573-588; H . K n i t t e r m h -
todo concepto definitivamente per­ y e r , Schelling und die romantische Schule,
filado y acom paña a la vida en su 1929; R . B e n z , D ie deutsche R om antik,
progreso incesante o en su devenir !1938; W. B i e t a c k , Lebenslehre und
que corre hacia lo infinito y desha­ W eltanschauung der jiingeren R om antik,
ce reiteradam ente toda forma. U na 1936; R . H a y m , D ie rom antische Schule,
‘ 1928; p, K l u c k h o h n , Das ídeengut der
actitud ta l era naturalm ente poco
deutschen R om antik, *1942; A . T u m u r -
favorable ai esfuerzo sistemático KIN, Die romantische Weltanschauung,
del pensamiento. — Con la recusa­ 1920; O . W a l z l , Deutsche R om antik,
ción del concepto y de su univer­ 1923-1926.
salidad el individuo hizose o tra vez
visible en su substantividad, pasan­
do, por supuesto, a prim er plano Sabiduría. La sabiduría no es
el hom bre extraordinario, genial. un saber cualquiera, sino un saber
A unque todavía no está entera­ que versa sobre lo esencial, sobre
m ente superado el naufragio idea- las causas y fines últim os del ente,
lista-panteísta del individuo en el es u n a consideración y apreciación
universo, sin em bargo, el desarrollo de lo terreno a la luz de la eter­
nidad (sub specie aeternitatis), un acción sobre el sentimiento como
saber que da prueba de fecundi­ mysterium tremendum y a la vez
dad porque asigna a todas las cosas j'ascmoswn, es decir, com o fuerza
el lugar que les corresponde en la misteriosa, superpotente, ante la
ordenación jerárquica del universo, cual la criatura se asusta y estreme­
según la sentencia de Santo Tomás ce y que, sin em bargo, la arrebata
frecuentem ente repetida: «Sapientis y beatifica. Por o tra parte, algunos
est ordinare»-. ordenar es cosa pro ­ teólogos n o parecen entender la
pia del sabio. La form a científica santidad sino com o la más alta
no es esencial a la sabiduría, pero bondad m oral com prensible de un
sí la conform idad del obrar y del m odo conceptualm ente claro. —
saber, Santo Tom ás distingue tres C abe que am bos puntos de vista
grados de sabiduría: el prim ero, sean unilaterales. La santidad es,
es la intelección m odeladora de la prim eram ente, como santidad on-
■vida resultante de la m editación tológica, la plenitud infinita del
filosófica, sobre . todo metafísica. Ser divino, de la bondad, el poder
Encima se encuentra la sabiduría y la magnificencia divinos; es, por
procedente de la fe y de la cien­ lo tanto, la infinita m ajestad de
cia teológica, la cual ordena todas Dios, que (en oposición a la con­
las cosas en el conjunto del m undo cepción irracionalista) puede ser
sobrenatural que com prende cielo com prendida de alguna m anera
y tierra. El tercer grado lo consti­ po r nosotros con conceptos aná­
tuye la sabiduría com o don del Es­ logos, pero que siempre sigue sien­
píritu S anto; con ella el hom bre do u n m isterio inefable ante el
que am a a D ios ya no com prende cual nos estremecemos con vene­
con el solo esfuerzo propio, sino ración profunda. Santidad, en se­
que a la luz de la divina inspira­ gundo lugar, designa la santidad
ción, «experim entando lo divino», «m oral» de D ios, es decir, la santi­
se siente adherido a ello y persigue dad de su V oluntad, que esencial­
con am oroso gozo el orden que m ente consiste en ei am or con que
Dios ha querido en todas las co­ necesariam ente abarca su propia
sas. — D e V r ie s . infinita bondad, arquetipo de toda
perfección creada. Tam bién la santi­
b) J. M a r i t a i n , Science et sagesse, dad de D ios así entendida es siem­
1936 [trad. esp .: Ciencia y sabiduría, pre para nosotros un mislerio inson­
1944]; R. G r a b e r , Die Gaben des Hl.
dable; el hom bre tiem bla ante ella
Geisíes, 1936; d) M . G r a b m a n n . Das
Seelenleben des hl. Thomas von Aquin, dándose cuenta de su cualidad de
1924, p. 30 ss. pecador (Is 6, 5), pero sintiéndose,
no obstante, atraído irresistible­
m ente por su radiante pureza. —
Santidad. E n la m oderna filo­ La santidad se atribuye a las cria­
sofía de los valores y de la religión turas por razón de un a especial
se considera lo santo com o el / va­ vinculación con Dios. Así, las per­
lor m ás elevado, específicamente sonas o cosas son santas (sacer) en
distinto de todos los demás y pro­ la m edida que están consagradas
pio de lo divino; a él se dirige la p o r entero al servicio divino; las
/r e lig ió n . Según R. O tto, lo santo personas son santas (sanctus) en
es ante todo lo «num inoso» y, com o cuanto que por su vida m oralm ente
tal, algo /ir r a c io n a l que única­ perfecta están unidas con D ios y se
m ente puede caracterizarse por su asemejan a Él. — D e V r ie s .
b ) M . J. S c h e e b e n , D ogm atlk i, §§ 86 ralelo a ella se llam an actividad'
y 9 9 ; H . D e l e h a y e , Sanctus, en «A na- psicofísica.
lecta B ollandiana» 28 (1909.) p. 14S ss;
L a sensación, psicológicamente
A . H o r v a t h , H eiligkeit und Siinde, F ri­
b urgo (Suiza) 1943; B. H& r i n g , Das
considerada, presenta varias p ro ­
H eilige u nd das Guie, 1950; c) R . O t t o , piedades. C ualidad (especie), in­
D a s Heilige, “ 1947 [trad. esp. de u n a tensidad (o fuerza), y propieda­
edic. a n t.: L o santo, 1925] (véase sobre des espaciales (figura, m agnitud)
esta o b ra : B. H a r i n q , «D as H eilige» y tem porales (m om ento, duración).
R . O ttos in der neueren K ritik, e n «G eist C uando se tra ta de la sensación
u nd Leben» 24 [1951] pp. 66-71); en sentido estricto se tienen pre­
J . H e sse n , D ie Werte des Heiligen, *1951;
sentes las dos prim eras. Estas p ro ­
d ) J. D il l e r sd e r g e r , D as Heilige im
Neuen Testam ent, 1926.
piedades no son reales, sino inten­
cionales ( /I n te n c io n a l) , pifes sólo
convienen a la imagen de la percep­
Sensación. E l lenguaje corriente ción en cuanto tal. N o es, pues, el
designa con este térm ino cualquier acto consciente com o tal ei que es
inm ediato vivir consciente, darse verde, o cuadrado, sino el objeto
cuenta, sentir. La psicología actual conocido; tenem os la sensación de
entiende po r sensación el elemento «lo» verde, de «lo» extenso en tal
últim o de la percepción sensorial, o cual form a, etc. N inguna p ro ­
v.gr., azul, dulce (sensación^sn sen­ piedad peculiar de u n sentido pue­
tido estricto). É sta constituye siem­ de desaparecer sin que la sensación
pre una parte de un /c o m p le jo desaparezca N o hay ningún sonido
m ayor; aquí, de una percepción, de intensidad o duración cero. Sin
v.gr,, de una casa que estoy vien­ em bargo, no todas las propieda­
do. — Condiciones de la sensación: des citadas pertenecen a todos los
En la base de la visión de una casa sentidos, v.gr., la extensión corres­
se encuentran excitantes del m undo ponde sólo a la vista y al tacto.
exterior, a saber, ondulaciones del Sensibilidad diferencial es la capa­
éter que son reflejadas irregular­ cidad p ara percibir diferencias en
m ente por la casa y producen una la cualidad, intensidad, etc. E sta
im agen en la retina. A esta excita­ capacidad es tan to m ayor cuanto
ción sigue o tra en el nervio óptico m enores sean las diferencias que
y, por últim o, en la corteza ce­ todavía puedan notarse. E n los
rebral. L a imagen psíquica cons­ sonidos llegan a distinguirse dé­
ciente de la casa con su form a, cimas de vibración, pero nunca
color y tam año está exclusivamente milésimas. — Intensidad de la sen­
vinculada a esta pequeña imagen sación: Se d a el nom bre de umbral
corporal. E stas condiciones corpo­ del excitante al excitante m ás dé­
rales se denom inan excitantes, de bil capaz de producir todavía u n a
los cuales unos son exteriores al sensación; las ondas d e aire tienen
organism o y de varia Indole: me­ que rebasar una determ inada in­
cánicos, acústicos, ópticos, etc.; tensidad p ara que se oiga u n so­
y otros, interiores, encontrándose nido. L a sensibilidad absoluta de
en los órganos de los sentidos un sentido es inversam ente p ro ­
y nervios. A los diversos senti­ porcional al um bral del excitante:
dos corresponden en el cerebro cuanto m ás débil sea el excitante
diversas regiones: esfera visual, audible, tan to m ás fino será el
esfera auditiva, etc. L a actividad oído. A l umbral diferencial se ap li­
nerviosa y el acto consciente pa­ c a la ley de Weber. Según ella,
dicho um bral es, dentro de ciertos y /c o n c r e to . E n esta aprehensión
límites, proporcional a la fuerza se conduce de m anera esencialm en­
del excitante; por tanto, el um bral te receptiva; pero no está p ura­
diferencial relativo (o sea el um ­ m ente pasiva, sino que configura
bral diferencial dividido p o r el ío aprehendido a través del m odo
excitante) es constante; por ejem­ de recibirlo. Según la acepción
p lo : si u n excitante de fuerza que tiene dentro del /c ritic is m o
10 exige u n a adición de 1 p ara (K ant), la sensibilidad (2 ) es re­
que se note el aum ento, u n exci­ ceptividad p u ra que nos hace po­
tante d e 30 exigirá 3. — L a sede sibles las /in tu ic io n e s en que se
de la sensación está constituida por funda el pensam iento ( / Pensar).
el proceso corporal orgánico a que L a determ inación A ffektion de la
se vincula la sensación consciente. sensibilidad (2) se lleva a efecto
Se encuentra en el cerebro. Pues con dependencia del sujeto según
si se intercepta la com unicación las form as de /e s p a c io y / t i e m ­
con éste o se destruye en él la p o ; mas p o r ellas no se representa
correspondiente esfera sensorial, todavía el objeto com o tal, sino
desaparece la sensación aunque el únicam ente el m odo como afecta a
órgano sensitivo perm anezca ileso. la sensibilidad (2). U n concepto al­
L o mismo corrobora la doctrina go m ás am plio de ésta (2) abarca
hoy aceptada de que psicológica­ tam bién la imaginación ( / F an ta­
m ente las percepciones sensibles sía) porque sólo puede reproducir
externas y las representaciones de los objetos com o aparecen en la
la fantasía son en esencia el mismo sensibilidad (2).
proceso. Y siempre se ha adm itido E n el dom inio de la apetición.
que el asiento de la fantasía está el térm ino sensibilidad (3) designa,
en el cerebro. — F r 5 b es . frente a la voluntad espiritual, la
función espontánea de las / t e n ­
b) J . F róbes , Lehrbuch der experimen- dencias en cuanto éstas preceden
teüen Psychoíogie i, *1929, p p. 20-176, a la consciente y querida acción
463-503; n , *1929, 1 ss; suplem ento
directora de la persona espiritual.
a l t. i, 1935 [trad. esp .; Tratado de p s i­
cología empírica y experim ental, 2 vols., E n este sentido, Kant califica a
*1944]; J . L in d w o r s k y , E xperim entelle la sensibilidad (3) de obstáculo
Psychoíogie, '1931, pp, 15-63 [trad. esp .: natural p ara el cum plim iento del
Psicología experim ental descriptiva y teó­ deber, obstáculo con el cual h a
rica, *1935]; A. M esser , Psychoíogie, de tr o p e z a r la o b lig a c ió n q u e
‘ 1934, p p . 151-198 [trad. esp .; Psicolo­ el agente reconoce tener respecto
g ía, *19541; J ’ SCHWERTSCHLAGER, D ie a la ley m oral. Santo Tomás de
Slnneserkenntnis, 1924; e) A . W i l l w o l l ,
Aquino tom a el vocablo sensibili­
Seele und Geist, 1938, p p. 45-49 [trad.
esp .: A lm a y espíritu, 1946].
d ad en acepción m ás restringida
(como sensualitas) significando con
él la facultad apetitiva sensitiva
Sensibilidad. E n el dom inio del ( = sensibilidad en sentido [3]) que
/c o n o c im ie n to , es (1) la capacidad se divide en concupiscible e iras­
p ara recibir /s e n sa c io n e s, consi­ cible. L a prim era se dirige a lo
derada com o función de los senti­ sensitivamente agradable; la se­
d os m ediante la cual se verifica el gunda, a lo ú til p ara el individuo
contacto con el m undo corpóreo o la especie; esto n o aparece inm e­
y físicam ente perceptible. L a sen­ diatam ente com o agradable a los
sibilidad aprehende lo /s i n g u la r sentidos y sólo es asequible supe­
rando un a resistencia. Los movi­ gestalten) intuitivas a todas las fun­
mientos infra-espirituales de la con­ ciones del pensar ( Kof f kah Estas
textura afectiva, los /'sen tim ien to s explicaciones no eran satisfacto­
y las /p a s io n e s se agregan así rias. Las imágenes típicas son más
a la sensibilidad (3) como estados o m enos semejantes a los indivi­
afectivos del sujeto que apetece. duos en un aspecto, pero n o pre­
Las emociones del apetito concu­ dicables en sentido unívoco de
piscible son odio, am or, deseo, todos ellos, com o los conceptos
aversión, gozo y tristeza; las del universales Éstos vienen en la con­
apetito irascible, esperanza, des­ ciencia plena aprehendidos «como
esperación, audacia, tem or e ira. tales» de m anera refleja y clara.
Con todo, según Santo Tomás, la Las /a so c ia c io n e s explican efecti­
sensibilidad (4) en sentido lato vam ente la ciega sucesión de re­
(sensibilitas) incluye no sólo las presentaciones según la necesidad
facultades sensitivas externas e in­ psicológica; mas no la evidencia
ternas ( / sentidos), sino también del enlace lógicam ente necesario
la facultad apetitiva que las acom ­ de dos conceptos. La expresión
paña. — T r a f p . form a intelectual (Denkgestalt) sería
adm isible si sólo designara la u ni­
a) S a n to T om ás de A q u in o , S um m a dad-m ultiplicidad de los procesos
t¡teológica, 1 q. 81 1; Quaestiones
intelectuales; sin em bargo, no da
disputatae de verltate, IfT25 a. 1; I. K a n t ,
K ritik der reinen Vernunft (transzenden-
razón en m odo alguno del carác­
tate Á sth etik ); tra ta d o s de /p s ic o lo g ía ter peculiar del pensar frente a las
filosófica. representaciones sensoriales. Para
la prueba positiva de la diferencia
esencial entre pensam iento y cono­
Sensualismo, (sensismo) es la cim iento sensorial / Conocimiento,
doctrina según la cual no existe Pensar. — W i l l w o l l .
diferencia esencial entre el pensar
y la representación intuitiva, antes b ) K . B ü h l e r , Tatsachen und Probleme
bien, las funciones del pensamiento zu einer Theorie der D enkvorgSnge, en
«A rchiv für die gesam le Psychologie» 11
se resuelven en las de la repre­
(1907) p. 297 ss; 12 (1908) 1 ss; ) . F ró -
sentación sensorial. Cimentado en b e s, Lehrbuch der experim entellen P sy­
el /e m p iris m o inglés (H um e) y la chologie, ”1 9 2 9 ,1 .1, sec. 3, c. 6 [trad. esp .:
/I lu s tr a c ió n francesa (Condillac), Tratado de psicología empírica y experi­
el sensualismo, bajo la influencia mental, 2 vols., J1944J; ]■ L i n d w o r s k y ,
del /p o sitiv ism o (C om te), predo­ Theoretische Psychologie, 1932 (trad e s p .:
m inó en la psicología del siglo xix Psicología experim ental descriptiva y teó­
d urante decenios. Se explicaba, rica., *19351; A . W i l l w o u l , Anschauung
und D enken im Begriffserlebnis, en «Bei-
v.gr., el / concepto universal com o
trage zu r Problem geschichte d e r P sycho­
m era imagen típica (Gaíton); co­ logie», 1929; c) W . W u n d t, L ogik, t. i,
m o resonancia de m uchas imáge­ “1906; T h . Z ie h e n , L eitfaden der P sy­
nes inconscientes u nidas en la con­ chologie, 1920.
ciencia con una im agen única gra­
cias a la cual se producía la impre­
sión de universalidad (Jam es); el Sentido. Este vocablo se usa en
juicio se concebía com o exclusiva acepción subjetiva y objetiva. T o ­
y firme asociación de dos repre­ m ado subjetivam ente, direm os ante
sentaciones (Ziehen); o se denom i­ todo que hay tan to s sentidos ( 1)
n ab a <<formas intelectuales» (Denk- com o potencias del hom bre y del
animal encam inadas a aprehender dades). Al carácter predom inante­
inm ediata o intuitivam ente los fenó­ m ente dinám ico del sentido teleo­
menos del m undo corpóreo. A un lógico únese otro más estático: el
siendo en sí algo aním ico, las fa­ sentido de la fo rm a (Gestalt). D eci­
cultades sensoriales están esencial­ m os que la estructura de la parte es­
mente ligadas a órganos corporales tá dotada de sentido cuando sirve
( / Conocimiento sensorial). Dis- al todo, e igualm ente lo decimos de
tínguense sentidos externos, que de la estructura de éste (v.gr., del ojo)
las impresiones recibidas por pri­ cuando corresponde a su fin D iná­
m era vez form an las / sensaciones, m icas y estáticas a la vez son las
y sentidos internos, que elaboran «estructuras de sentido» descubier­
ulteriorm ente el m aterial de aqué­ tas por las /c ie n c ia s del espíritu
llas. — El significado de la pala­ en la actuación y en las creaciones
bra sentido hasta ahora descrito se de éste, estructuras com prensibles
aplica tam bién, am pliado, a la vida desde el ángulo de los valores que
del espíritu. P or sus sentidos el las determ inan ideológicam ente en
hom bre es sensible a los colores, su sentido. El sentido teleológico
sonidos, etc. Por eso, cuando uno exige siempre que el fin sea ase­
es abierto, receptivo para algo, quible y esté dotado de sentido;
y esto se le hace fácilmente acce­ de lo contrario, la tendencia a di­
sible, dícese que posee el sentido ( 2) cho fin carecería de él. — A quí se
de aquello, v.gr., de la música, de manifiesta el fondo últim o del tér­
lo religioso. — Tales disposicio­ m ino sentido. Fin y valor reciben
nes tienen com o raíz com ún el sen­ del ser su cualidad de poseer sen­
tido del hom bre, entendido (?) co­ tid o ; el ser lo posee en sí y por sí
mo el medio espiritual que le da debido a que se justifica p o r sí m is­
acceso a todo, relaciona con todo m o ta n to en orden a la com pren­
y es la fuente de donde proceden sión com o en orden a la aspiración
su pensar y querer. o tendencia: sentido metafísico (6).
T om ado objetivamente, el voca­ Ser y sentido coinciden y en D ios
blo «sentido» (4) denota aquella esta coincidencia es absoluta. Lo
cualidad del objeto que corres­ finito participa de tal identidad en
ponde al sentido existente en el la m edida y el m odo de su ser;
hom bre (3), aquella cualidad, afín sí n o tiene su sentido pleno en sí
a su /c o m p r e n d e r intelectual, que mismo, dicho sentido se consum a
hace al ente accesible o com pren­ en o tro ente al cual está ordenado.
sible. E n este caso el sentido m ira P o r consiguiente, puesto que el ser
prim eram ente a aquello p ara lo posee sentido en sí, éste no le
cual algo existe: sentido teleológico viene de un Irreal reino del valer
(5). La cualidad de estar dirigida que com o m undo propio se con­
u orientada a u n fin constituye el trapusiera al ser (neokantism o h á­
sentido de u n a cosa en tan to que dense). Incluso cuando el hom bre
la hace >com prender en su peculia­ con su crear cultural produce sen­
ridad o, por lo m enos, en su exis­ tido dentro del ser no hace sino
tencia. A sí hablam os del sentido de presentar de m anera creadora el
la vida, de la historia, del m al, que ya se encontraba en el ente.
de u n a acción o de u n fenóm eno Ligado al sentido objetivo está
(v.gr., la posición cam biante de el sentido semántico (7), es decir, la
las hojas de las plantas), de una referencia indicadora p ropia de
institución ( v .g r , de las universi­ un / signo respecto a lo signi­
ficado, o a su significación (v.gr., ción sentim ental aguda e intensa
el sentido del apretón de manos). se habla de emoción; cuando el
«Paradójico» es lo que pretende estado afectivo persiste de m anera
reunir varios sentidos contradicto­ uniform e recibe el nom bre de es­
rios entre sí. E l térm ino «absurdo» tado de ánimo. M ientras la esco­
denota cualquier oposición ai sen­ lástica medieval subordinaba el sen­
tido. — L o t z . tim iento a la facultad apetitiva,
desde Teténs la psicología m oder­
S o b re el sentido en acepción subjetiva:
n a prefiere con razón la división
A . W i l l w o l l , Suele und Geist, 1938
[trad. esp .: A lm a y espíritu, 1946]; trim em bre de las form as d e vi­
G . S ie w e rth , D ie M etaphysik der Er- vencia: conocim iento, tendencia,
kenntnis nach Thomas von A quin\ t. i: sentim iento. D eterm inadas teorías
D ie sinnllche Erkenntnis, 1933; K . R a h - del sentim iento excesivamente sim­
n e r , G eist in W elt, 1939; M . M ü l l e r , plistas, surgidas en el siglo xix,
Sein und G eist, 1940, U ntersuchung 4 ; pretendían ver en aquél sólo una
[G. P ic a r e ) , E ssai sur la com aissance d a s e d e impresiones sensoriales, o
sensible d ’aprés les scolastiques, en «A r­
una propiedad de las mismas,
chives d e Philosophie» 4 (1926) 1J.
S obre el sentido en acepción objetiva: o un oscuro conocim iento de la
E . S tein , Endliches und ewiges Sein, 1950 utilidad o nocividad de los objetos
(especialm ente v i); C. N in k , Ontologie, del conocer, y llegaban hasta equi­
1952, p a rte n , sec. 2 ^ H . E. H e n q s te n - p arar el sentim iento con la form a
B erg , A utonom ism aS und Transzendenz- de expresarlo («no lloramos por­
philosophie, 1950; E. H u s s e r l, Logische que estam os tristes, sino que es­
tfnlersuchungen, *1913-1921 [trad. e sp .: tam os tristes porque lloram os o
Investigaciones lógicas, 4 vols., 1929];
J . K . H o lz a m e r, D er B e g riff des Sinnes,
m ientras lloramos») (teorías sen­
e n «Philosophisches Ja h rb u cb » 43 (1930); sualistas, intelectualistas y fisioló­
.[A . S o l d á n , E l absurdo, la paradoja y el gicas del sentim iento). E sta acti­
entendimiento hum ano, e n «Pensam iento» tu d n o hacía justicia a la peculia­
12 (1956) p p . 25-521; c) H . R i c k e r t , ridad vívencial d e los fenóm enos
D ie E rkenntnis der intelligiblen W elt und afectivos. Por o tra parte, em pero,
das Problem der M etaphysik, e n «L ogos» el sentim iento está intim am ente
16 (1927) y 18 (1929); P. H o fm a n n , fundido con el conjunto de la
Sinn und Geschichte, 1937; H . G om pbrz,
vida consciente, la envuelve y sos­
Über Sinn und Sinnesgebilde, Verstehen
und E rkláren, 1929; M . G . R a lf s , Sinn tiene com o u n a atm ósfera, y ap a­
und Sein im Gegenstande der Erkenntnis^ rece com o un reflejo del funciona­
1931; W . B l ü m e n f e l d , Sinn und Vnsinn, m iento psíquico (y a veces fisio­
1933 [trad . esp .: Sentido y sin sentido, lógico) total. F. Krueger lo definía
1949J; W . BuRKAMt*, W irklichkedit un com o la «cualidad de totalidad»
S in n , 1938. (GamheitsguaUt&t) de la vida an í­
mica, con lo que se destaca bien
Sentimiento. A i paso que en el la estrecha unión del sentim iento
conocer el alm a se representa inten­ con el conjunto de lo psíquico,
cionalm ente los objetos y en la pero resulta dem asiado oscura la
tendencia trata de alcanzar bienes naturaleza peculiar d e la vivencia
sensibles o espirituales con una em ocional. Los sentim ientos están
afirmación activa, el sentimiento en parte producidos p o r la peculia­
com o tal n o es propiam ente in­ rid a d de los objetos d e conoci­
tencional, sino que constituye un m iento, siendo inteligibles desde
estado subjetivo, u n ser m ovida ellos; y e n p arte son sentim ientos
el alm a en si misma. E n la agita­ elem entales acoplados con sim ple
paralelismo a determ inados pro ­ estuvieran com puestos p o r pocos
cesos fisiológicos (v.gr., el estado «elementos», a m odo de un m osai­
acentuadam ente placentero origi­ co C ierto que el / placer y el dis­
n ado p o r u n a agradable tem pera­ gusto encu éntram e com o «matiz»
tura). C iertos sentim ientos orgáni­ últim o en todo sentim iento, pero
cam ente condicionados y «carentes no son, p o r decirlo así, elementos
de objeto» parecen, com o quien químicos de las em ociones y
dice, «buscarse» un objeto de co n o ­ estados de ánim o. Tam poco h a ­
cim iento (la angustia depresiva bus­ cen justicia a la riqueza de la
ca la cosa «ante la cual» debe in­ vida afectiva las sistematizaciones
quietarse, desem peñando así un fu­ de los sentim ientos propuestas en
nesto papel en las ideas religiosas épocas anteriores, sistematizaciones
de pecado). predom inantem ente lógicas y basa­
Se discute si los sentimientos das en la relación de éstos con el
valórales espirituales difieren de los objeto. Sin em bargo, tales sistema­
sentim ientos sensitivos, estrecha­ tizaciones po nen de relieve ciertas
m ente vinculados a la vida apetitivo- form as capitales d e la vida em ocio­
sensitiva.sólo p o r la diversa direc­ nal (como la cólera, la tristeza, la
ción del objeto (Lindw orsky), o si alegría, la m elancolía, etc.). E ntre
tam bién se diferencian de ellos on- las vivencias afectivas m ás funda­
tológicam ente, por u n m odo espiri­ mentales cuéntanse ia angustia (co­
tual de ser, parecidam ente a com o m o reflejo em ocional de un riesgo
el conocer y el querer de orden espi­ to ta l o parcial del ser y del obrar)
ritual se distinguen de la percepción y el sentimiento de alegría corres­
y del apetito sensoriales (Frdbes). pondiente a la seguridad del ser y
A dem ás de la particular vincula­ a su libre funcionam iento. C on
ción que, desde el punto de vista frecuencia se conglom eran senti­
del sentido, tienen los sentim ientos m ientos y estados de ánim o de
valórales con la volición y el cono­ diversas clases, y au n opuestos,
cim iento intelectual, hablan en fa­ p ara form ar com plejos sentim enta­
vor de la existencia de sentimientos les. Igualm ente ia peculiaridad e
valórales espirituales la índole sub­ intensidad de u n sentim iento puede
jetiva peculiar y el curso de m uchos (en el cam bio repentino, y el con­
sentim ientos de valor respecto a los traste sentim ental) co-determ inar
cuales cabe difícilmente la posibi­ la naturaleza e intensidad del sen­
lidad de m ostrar u n estrecho p ara­ tim iento subsiguiente.
lelismo psicofísico; p o r o tra parte, E s difícil destacar con suficien­
fúndense a m enudo tan íntim am ente te vigor la im portancia del senti­
los sentim ientos de naturaleza inte­ m iento en el conjunto de la vida
lectual y sensitiva, que es ardua aním ica ta n to norm al com o p ato ­
tarea poderlos acotar m ediante el lógica (v.gr., en la psicosis m aníaco-
análisis reflexivo (el m odo de sentir depresiva). Influye, com o fuerza de
el valor está tam bién am pliam ente prim er orden, lo mismo en el co­
condicionado p o r el / te m p e r a ­ nocim iento y el juicio que en lá
m ento y, en consecuencia, po r bases orientación ideológica, la peculia­
orgánicas). ridad form al, la energía y la de­
L a estructura de la vida senti­ bilidad del querer. Suscítanse aquí
m ental n o puede concebirse de el problem a del llam ado sentimien­
m anera «atom ística», como si los to intencional, com o de u n estado
sentim ientos y estados de ánim o em ocional ciertam ente subjetivo,
pero que es a la vez vivencia diri­ giosa y ética. M ientras u na falsa
gida hacia un objeto, y el problem a «contextura afectiva» (excesivamen­
de la llam ada certeza sentim en­ te artificial, que degenera en sen­
tal. Los sentimientos de seguridad tim entalism o al prevalecer el senti­
( / Evidencia) que pueden unirse m iento y desbordarse) carece de
a una intelección profunda y lú­ todo valor en la vida psíquica, y,
cida, son capaces de adelantarse po r o tra parte, una «contextura
a un conocim iento (real o supuesto) afectiva» anorm alm ente pobre sue­
que no hace sino iniciarse y carece le ir asociada a una deformación
todavía de claro fundam ento. Se y hasta m utilación de dicha vida
hablará entonces, inexactam ente, de psíquica (y puede incluso favorecer
presentim ientos sentimentales, in­ de m uchas m aneras ciertas inclina­
telección afectiva, certeza senti­ ciones criminales), un vivir dotado
mental, etc. El sentimiento es en de auténtica y vigorosa «contex­
tal caso com o un garante de la tura afectiva» es, en cam bio, una
exactitud de la hipótesis o suposi­ fuerza poderosa en 'la vida del
ción; sin em bargo, en sentido p ro ­ alm a y constituye un elevado obje­
pio, el sentim iento no «presiente, tivo de la form ación del carácter.
ni supone, ni sospecha»: es el —W il l w o l l .
entendim iento. Así com o la pobre-
z^rafectiva constituye u n a deplo­ J. F r S b e s , Lehrbuch der experim entel­
len Psychoíogie, *1929, t. i, pp. 172-197;
rable m erm a de la riqueza psíqui­
t. n , pp. 262-351 [trad. esp.: Tratado
ca, un a vida sentim ental exagerada de psicología empírica y experim ental
y sin contención puede inundar 2 vols., *1944); E . R a i t z v o n F r e n t z ,
to da el alm a de perniciosísima m a­ Bedeutung, Ursprung und Sein der Ge-
nera (arrebatos pasionales, dege­ fü h le , en «S cholastik» 2 (1927) p p. 3 8 0 ­
neración histérica del carácter, etc.). 4 1 1 ; J. R u d i n , Erlebnisdrang, 1942; S a n -
P or eso se cuenta entre las más im­ d e r , Z u r neueren Gefühlslehrc ( x v K on-

portantes tareas de la educación la gress fü r Psychoíogie, 1937); K . S c h n e i -


d e r , Psychopathoíogie der Gefühle und
de form ar para conseguir el dom i­ Triebe, 1935; F . K r u e g e r , Das Wesen
nio indirecto de una vida afectiva der Gefühle, ‘ 1937; [A. M io tto , Psico­
auténtica y orientada hacia los va­ logía d el sentim iento, F lorencia 1941;
lores. G em elli - Z u n i n i , Introducción a la psico­
Especial relieve dentro del ám bito logía (tra d . esp.), 1953; A. R o l d á n ,
de la afectividad posee lo que la M etafísica deI sentim iento, 1956; J, A. d e
lengua alem ana significa con el tér­ L a b u r u , L os sentim ientos, su influjo en
m ino «Gemüt», Este vocablo, sin la conducta del hombre, 1946; M . Ü b e d a
P u r k i s s , Desarrollo histórico de la doc­
equivalente en español, pero trad u ­ trina de las emociones, en «L a ciencia
cible tal vez (con inexactitud) por tom ista» 8 0 (1953) p p. 4 3 3 - 4 8 7 ; 81 (1954)
«contextura afectiva», denota la in­ pp. 35-68]. — T h . R ib o t , L a psychoíogie
tim a y perfecta unidad, en la vida des sentim ents, 1891 [trad. esp .: L a p si­
afectiva, de lo espiritual «y» lo sen­ cología de los sentim ientos]; M . K e il -
sitivo. E n este sentido, suele con­ h a c k e r , Entw icklung und A ufbau der
traponerse el hom bre dotado de tal menschlichen Gefühle, 1 9 4 7 ; J. J u n g m a n n ,
«contextura» al unilateral «hom ­ Das G em üt, *1885; H . M a ie r , P sycho-
logie des emotionalen D enkens, 1918;
bre de inteligencia y de voluntad».
M , S c h e l e r , Wesen und Formen der
La «contextura afectiva» penetra Sym pathie, 1948 (reim presión) [trad. esp.:
enteram ente la vivencia del valor Esencia y fo rm a s de la sim patía, 1943];
en las esferas individual y social, y, e) M . H o n e c k e r , Gemüt, e n L e x ik o n der
no en últim o térm ino tam bién, reli­ PSdagogik der Gegenwart, 1929.
Ser («Esse»). Desígnase con es­ El ser, en efecto, es la perfección
te nom bre aquella / perfección por prim era y fundam ental de todo
la cual algo es ente (ens). Éste no ente cuyas restantes perfecciones se
coincide con lo sensorialm ente p er­ presentan com o participación en
ceptible, com o los positivistas cre en ; el ser, com o ser así o ser de o tra
ya Platón tildaba de «profanos» m anera. P o r consiguiente, n i el
a quienes sólo consideraban como tiem po (por ejem plo, según Hei-
ente aquello que podían coger con degger) n i el devenir (H egel) le
las manos. El ente no constituye preceden, sino que am bos hunden
tam poco u n círculo particular ju n ­ sus raíces en el ser que se expresa
to a otros a él equiparados, según en ellos de este modo.
pretende el pluralismo, al que rei­ D e conform idad con su sentido
teradam ente se inclina la actual prim itivo, ser significa existir real­
filosofía de los / v a lo r e s ( / V a l o ­ m ente; así el ente ( 1) es en p ri­
res [Filosofía de los]). Pues lo m er lugar lo existente, es decir,
único que distingue de la / n a d a algo a lo cual corresponde actual­
a una cosa es que posee ser o es un m ente el ser. A h o ra bien, puesto
ser; un a realidad que n ad a tuviera que lo finito sólo «tiene» ser y, en
que ver en absoluto con el ser, que, consecuencia, no existe necesaria­
por lo tanto, n o apareciera de m ente, su existir se basa en un
ninguna m anera com o ente, no poder ser o en la p u ra / p o s i b i ­
sería algo, sino nada. P or consi­ lidad; tom ado, p o r lo tanto, en
guiente, puesto que «todo» entraña acepción am plia, el ente ( 2) abarca
la perfección del ser, el concepto tam bién lo posible denotando en­
de ente, com o omn ¡comprensivo o tonces algo a lo cual corresponde o
universalism o, tiene fundam ento puede corresponder el ser. Todos
objetivo; n o es un vocablo vacío los otros significados se reducen
o u n a pura ficción de nuestro en­ a este sentido prim itivo; p o r eso
tendim iento. E n tanto que este fuera de la /e x is te n c ia n o se da
concepto, debido a su am plísim a ningún m odo de ser enteram ente
extensión, trasciende todos los do­ sustantivo. E n particular, el ser
minios particulares, recibe el cali­ ideal no contiene m ás que las es­
ficativo de trascendente y tam bién tructuras esenciales de lo existente
de / trascendental ( / trascenden­ (actual o posible); patentizadas y
cia lógica). A tendiendo a su conte­ desligadas p o r abstracción, pose­
nido, expresa sólo esta única n o ta en necesidad y eternidad que, en
determ inativa; que a algo ( / E s e n ­ últim a instancia, se fundan en
cia) le corresponde el ser; en con­ el ser divino. El ser lógico expre­
secuencia, puesto que prescinde sado en la cópula del ! / juicio
de todos los determ inativos p ar­ («es») tiene tam bién sus raíces en
ticulares de contenido, es el co n ­ la existencia, pues enuncia un exis­
cepto m ás indeterm inado; pero no tir real o ideal. Finalm ente, lo
po r ello coincide en m odo alguno mismo cabe decir del ser intencio­
con la n ad a, com o H egel enseña. nal del conocim iento conceptual,
L a peculiaridad señalada m uestra puesto que sus contenidos son sólo
al ente com o el suprem o y verda­ traducción del ente.
dero concepto prim itivo irreduci­ L a pregunta acerca del ser afec­
ble a cualquier o tra cosa, al cual ta al fundam ento m ás íntim o gra­
todo lo dem ás debe reducirse y cias al cual todo ente es. Revelar
desde el que todo ha de entenderse. esto que es lo m ás profundo cons­
tituye la esencia- del /e s p ír itu , que esencialm ente conduce al Ser
«el» deseo de la filosofía occiden­ subsistente com o a su causa o fun­
tal desde los griegos. E n esta cues­ dam ento originario. A cuñado desde
tión trátase siempre, en últim a allí en su peculiaridad, aparece
instancia, de pasar del ente finito, com o núcleo metaflsico y precisi-
que sólo tiene ser o participa de vamente inmaterial (es decir, pres­
él (de ahí, lo con-creto, [del la­ cindiendo d e la m ateria y trascen­
tino con-cretum = c o n -crecido] de diéndola de algún m odo) de lo fí­
nuestro concepto de ente = lo sico y corpóreo. Puesto que el
que tiene ser) al Ser infinito que en te abraza m odos tan esencial­
es esencialm ente el Ser (en toda m ente diversos de ser com o el Ser
su plenitud) y se llam a, por ello, infinito y el finito, a su trascen­
el Ser mismo (ipsum esse) ( / S u b ­ dencia se une la /a n a lo g ía . El
sistencia). D e lo dicho se originan problem a de cóm o es posible en
ya en Aristóteles dos problem as general el ente finito lleva a la dis­
parciales: el del «ente en cuanto tinción de esencia y existencia que,
tal» con la escueta form a (acto) com o potencia y acto o / p r i n ­
abstracta de ser, y el del «Ser divi­ cipios del ser, constituyen la es­
n o » com o form a (Acto) pu ra y tructura de lo finito. — E n se­
subsistente. A m bos están en la más gundo lugar, se tra ta de investigar
estrecha relación, pues el ser del las propiedades esenciales del ser
i n t e finito es aquello «últim o» con que caracterizan a todo ente y
lo cual se halla arraigado en el reciben, po r lo m ism o, el nom bre
Ser infinito. D ebido a este entrela­ de /tra sc e n d e n ta le s . Estas p ro ­
zam iento, el E stagirita asigna am ­ piedades son: / u n i d a d , / verdad,
bos problem as a una ciencia única, / b o n d a d ( /V a lo r ) y /b e lle z a .
aunque bipolar, a la que deno­ Conexas con ellas están las leyes ab­
m ina «filosofía prim era», porque solutam ente válidas del ser (princi­
está dirigida al Prim ero, y que pios de /c o n tra d ic c ió n y / r a z ó n
más tarde recibirá el nom bre de suficiente, /c a u s a lid a d y / f i n a ­
/m e ta -fís ic a , porque se pone al lidad). — En tercer lugar, h a de
servicio de quien trasciende lo considerarse la diferenciación del
físico y finito. H oy los dos polos ente en los dom inios particulares
se perfilan com o / ontología y de las /c a te g o ría s ; pues sólo asi
/te o lo g ía natural, que versan se interpreta plenam ente su esen­
respectivam ente sobre el ente en cia en la dirección del ente finito.
cuanto tal y el Ser divino. N o P o r lo que respecta a este punto
pocas veces la ontología nacida hay que estudiar an te todo la dua­
en nuestros dias conoce sólo al lidad de / substancia y / acciden­
ente en cuanto tal, convirtiéndose te. E ntre los accidentes, la / r e ­
en un a filosofía de la finitud, lación desempeña u n papel espe­
m ientras el panteísm o hace que cial señaladam ente en form a de
aquél se derram e en el Ser divino. /c a u s a lid a d . Es decir, la relación
Los tem as de la / ontología ata la m ultiplicidad de lo finito en
m uestran las cuestiones plantea­ u n a unidad uniendo luego a ésta
das p o r el ente com o tal y el ser en con el Ser infinito. — L o t z .
general. E n prim er lugar hay que a) /M e ta f ís ic a , O n to lo g ía; S a n t o
poner de relieve la /e s e n c ia de T o m As d e A q u in o , D e ente e t essentta-,
am bos. Del ente finito extraemos C a y e t a n o , Comentarlo a l «.De ente e t
ante todo el ente en cuanto tal essentta» (ed. L aurent, 1934): G . H e g e l ,
lo g ik , i : D ie L ehre vom Sein; b) J. G e y ­ creador no es cada individuo de por
se r, AUgemeine Philosophie des Seins und sí, sino la com unidad espiritual, el
der N atu r, 1915; E. P r z y w a r a , A nalogía espíritu colectivo, v.gr., de un a fa­
entis i , 1932; J . L o t z , Sein und W ert i ,
m ilia, de u n pueblo. Espíritu ob­
1938; E . S t e i n , Endliches und ewiges
Sein, 1950; J. M A R IT A IN , S ep t lefons sur
jetivo es, por lo tanto, el conjunto
l ’élre, 1934 [trad. esp .: Siete lecciones y u nidad del contenido creador
sobre e l ser, 1943]; N . B a l t h a s a r , L'abs- de u n a com unidad, el conjunto de
traction m étaphysique et l ’analogíe des aquel m undo cu ltu ral con que se
étres dans l'étre, 1935; del m ism o : M on relacionan el pensar y el querer
m oi dans l ’étre, 1946; L . d e R a e y m a e k e r , de los individuos, o sea, el m undo
Filosofía del ser ( t r a d . esp.)1956; [ E . G i l - de la realidad cultural ( / C u l t u ­
s o n , El ser y la esencia, (trad. esp.), 1951}.
ra, Ciencias del espíritu): la len­
— B. v o n B r a n d e n s t e i n , D er A ufbau des
Seins, 1950; H . E . H e n g s t e n b e r g ,
gua, la m oralidad, el arte, la cien­
A utonom ísm us und Transzendemphiloso- cia, la religión, etc. N o deben
p h ie, 1950; G . M a r c e l , L e m ystére de confundirse con este objeto inte­
l'étre, 1951 {trad. e sp .: E l misterio del rio r al espíritu las realizaciones
ser, 1953]; M . B l o n d e l , L 'étre et les m ateriales exteriores del mismo.
étres, 1935; [M . F . S c i a c c a , E l existir Para distinguirlas del espíritu ob­
com o experiencia de ser, e n «Crisis» 1 jetivo se las denom ina objetivacio­
(1954) pp. 33-40]; . c) H e g e l / a) ;
nes del espíritu o espíritu objeti­
M . H e i d e o g b k , S ein und Z e it i, 1927
[trad . esp .: E l ser y e l tiempo, 1951];
vado N o obstante, entre éstas y el
N . H a r t m a n n , M tiglichkeit und W irk­ prim ero reinan estrechas relacio­
lichkeit, *1949; d ) M . D . R o l a n d - G o s - nes com o claram ente se ve de
S e u n , L e «D e ente et essentia» f le S . Tho­ m anera especial en e] arte, p ara el
m a s d'A quin, ’ 1948 (ed. critica con n o ta s que la objetivación es absoluta­
y estu d io s h istó rico s); M . G r a b m a n n , m ente esencial.
D ie S ch rift « D e ente e t essentia» und die El espíritu objetivo no es el
Seinsm etaphysik des Thomas von A quin, en-sí intem poral de las esencias
en M ittelalterliches Geistesleben, 1926,
pp. 314-331; G . S i e w e r t h , Der Thomís-
posibles y de las relaciones esen­
rnus ais Identitdtssystem , 1939; J. d e ciales, sino que posee u n ser, que
F i n a n c e , É tre et agir dans la philosophie tiene com o supuesto el ser del es­
de iS. Thom as, 1945; J. L o t z , H eidegger píritu subjetivo y d e su actividad
und das Sein, en « U n iversitas» 6 (1951); psíquica, sin identificarse con él.
A . G u g g e n b e r o e r , D er M enschengeist E l espíritu objetivo vive en el sub­
und das Sein, 1942 (so b re N . H a rtm a n n ); jetivo, pero tiene sus propias leyes,
[S. G ó m e z N o g a l e s , L a abstracción del
las cuales no pueden reducirse
ser y e l exlstencialism o, en «P ensam iento»
a m eras funciones psíquicas como
10 (1954) p p . 5-33].
el / psicologismo quiere. P or su
naturaleza de realidad inserta en
Ser espiritual. E sta denom ina­ el tiem po, posee u n a historia que
ción puede designar tan to el espí­ no es la del espíritu individual,
ritu subjetivo com o el objetivo. Por sino la de la com unidad espiritual
lo que toca al espíritu subjetivo en cuanto tal (v.gr., la historia de
o al espíritu en cuanto sujeto in­ la filosofía platónica). E stá en los
dividual activo, /E s p ír it u , / A l ­ espíritus individuales que de él
m a. El espíritu objetivo está, cons­ participan, sin restringirse a ellos.
tituido p o r aquel m undo de obje­ L o que éstos ap o rtan a su acre­
to s que el espíritu subjetivo no centam iento o variación es poco
encuentra, sino que produce en sí en proporción a lo que reciben del
mismo. Pero ese espíritu subjetivo espíritu colectivo. — M ientras Dil-
they n o ve en el espíritu objetivo aquél y los del / cuerpo descienden
más que un precipitado de la na­ hacia lo infrahum ano.
turaleza hum ana universal, Hegel El espíritu del hom bre está do­
lo considera com o un desborda­ tado de infinitud por lo que res­
m iento del A bsoluto. D ilthey pasa pecta a su acción en cuanto que su
aquí p o r alto que la naturaleza conocer y querer pueden abarcarlo
hum ana debe ulteriorm ente fun­ todo en general y en este sentido
dam entarse, tam bién, como idea es «de algún modo todas las co­
de D ios, y Hegel, que toda reali­ sas■» com o dicen Aristóteles y Santo
zación y concretización de ideas se Tomás. Sin em bargo, es a la vez
realiza en el ám bito de la / con­ finito en su ser y está som etido
tingencia y de la libertad. — B rug ­ por su cuerpo a la espacialidad
ger . y a la tem poralidad, de tal suerte
H e o e l, Phánomenologie des G eistes; que debe conquistarlo todo con su
W . D i l t h e y , Einleitung in die Geistes- pensam iento conceptual que parte
wissenschaften, "1922 [trad. esp.: Intro­ de la intuición sensible. Aristóteles
ducción a las ciencias del espíritu, 19511; vió ya que por encim a del espíritu
N . H a r t m a n n , D as Problem des geistigen hum ano era posible un espíritu
Seins, z1949; R . F a l k E n b e r o , D ie Kea- puro, o sea, exento de lo corpóreo,
litdt des objektiven Geistes, 1916; H. F r e -
pues tam poco aquél en su obrar
y e r , Theorie des objektiven Geistes, “1934
[trad. esp .: Teoría del espíritu objetivo];
necesita del cuerpo más que como
O . S p a n n , G eseüschaftslehre, *1923; condición previa, n i éste le es n e­
P . W u s t , D ia lektik des Geistes, 1928; cesario en m odo alguno como prin­
W . S z i l a s i , M acht und Ohnm acht des cipio co-actuante, estando lejos
Geistes, 1946; N . B e r d j a j e w , G eist und asimism o de depender en su ser
W irklichkeit, 1949. respecto al cuerpo que después de
la m uerte perdurará inm ortal sin él.
S er (Grados del) ( Grados de per­ Espíritu puro es ante todo Dios,
fección). Los grados del ser estruc­ que, siendo el Ser, es la plenitud
tu ran en su diversidad y concierto absoluta o sim plem ente infinita. Por
el orden del universo. El acceso eso, con su visión intelectual lo
a ellos nos lo abre el hom bre en abarca todo en cualquier m o m en to ;
quien todos convergen com o en un Él, origen de todas las cosas, las
centro. Él, com o microcosmo (uni­ contem pla a todas en cuanto p ro ­
verso en pequeño) refleja el ma­ ceden de Sí mismo. Según la revela­
crocosmo (universo grande), D en­ ción cristiana, hay todavía p o r de­
tro del hom bre se com penetran ante bajo de D ios espíritus puros finitos.
todo los dos dom inios fundam en­ C ada uno de ellos participa, con­
tales de lo espiritual y lo corpóreo form e a su situación en la escala
qu e en él se reúnen para constituir del ser, de la visión creadora de
«una» naturaleza o esencia. E n D ios, quien desde el principio im­
ésta el espíritu es la realidad más prim e en ellos u n a copia de sus
poderosa por la plenitud y pro­ ideas.
fundidad del ser. M ás aún, según Si m entalm ente descomponemos
Santo Tomás de Aquino, representa al hom bre grado p o r grado, p o ­
el tip o más elevado de ser, el grado dremos com prender lo infrahu­
suprem o de vida, pues entraña una m ano. L o que queda después de
cierta infinitud. — Desde el hom bre separar la vida espiritual corres­
los grados del /e s p ír itu ascienden ponde, plasm ado, p o f supuesto,
hacia lo que está por encima de en una totalidad que le es propia,
al /a n im a l. Posee todavía vida de el signo pueda cum plir su misión
conciencia, pero restringida al ám ­ ha de haber un a relación cognos­
bito de sus necesidades vitales. Si cible entre él y lo significado. Si
se ap arta tam bién toda conciencia esta relación está dada p o r la n a­
resulta, m odelado en una totalidad turaleza tenem os un signo natural,
característica suya, el / vegetal, que v.gr., los gritos del n iño como
con su vivir inconsciente ob ra to ­ expresión de d olo r y, en general,
davía inm anentem ente. Prescindien­ los m ovim ientos expresivos. Si, por
do, por últim o, de la / v i d a en el contrario, la relación se esta­
general, llegamos a lo inorgánico, blece arbitrariam ente, resulta un
que en su acción y «pasión» está signo convencional. A esta clase
sólo referido a lo exterior pertenecen el lenguaje y la escri­
Los peldaños que constituyen tu ra en su form a desarrollada. El
la escala del ente intram undano /s í m b o lo se encuentra aproxim a­
son verdaderos grados del ser, dam ente en el punto m edio de la
puesto que el ente existe única­ distancia que separa am bas clases
m ente porque participa ( / P arti­ de signos. D e conform idad con su
cipación) de él ( / Ser). Frente finalidad, los signos son sólo m a­
a esta concepción, N. Hartmann nifestativos o tam bién representa­
no ve más que estratos del ente tivos, según que se reduzcan a in­
intram undano sin flexión interna dicar o m anifestar algo (como el
( / Analogía) del ser. C om o ley reloj señala las horas) o represen­
suprem a de la estratificación esta­ ten de alguna m anera lo signifi­
blece la siguiente: los estratos su­ cado (v.gr., las llaves de la ciudad
periores no proceden de los infe­ entregadas al vencedor com o signo
riores, y, po r lo mismo, tam poco de la rendición de la misma). La
cabe reducirlos a ellos: dependen, teoría del signo se ha desarrollado
sin em bargo, de los inferiores en últim am ente con gran intensidad
el sentido de que sin éstos no exis­ en conexión con la / logística y los
tirían. — Obsérvese que este último esfuerzos encam inados a la crea­
aserto sólo con limitaciones es apli­ ción de un lenguaje técnico exacto.
cable al espíritu hum ano y en m odo Entiéndese en ella p o r significa la
alguno lo es al /e s p ír itu puro. — teoría general de los medios de
Lotz. com prensión o com unicación entre
b) A . B r u n n e r , D er Stufenbau der los hom bres; p o r semiótica, ya (al
W elt, 1950; C . F e c k e s , D ie H arm onie des igual que la ram a anterior) la doc­
S eins, 1937; H . M e y e r , Thomas von trina general del signo (como ocu­
A quin, 1938 [existe trad . ingl.]; H. rre en América), ya la teoría gene­
K r i n q s , O rdo, 1941; L . A n d r i a n , Die ral de las form as significadoras,
Stándeordnung des AIIs, 1930; [J. B o f i l l , prescindiendo de su sentido y sig­
L a escala de los seres, 1950]; c) N . H a r t ­ nificación; por semántica, la teoría
m a n n , Der Á u fb a u der reaten Welt, *1949;
general de las relaciones entre el
del m ism o, Philosophie der N atur, 1950;
e) J . L o t z - J . d e V r i e s , D ie W elt des
signo y lo significado; por sintác­
M enschen, *1951, p rin cipalm ente la 2 .‘ tica o sintaxis, la teoría de las rela­
p arte [trad. e sp .: El mundo del hombre, ciones de los signos éntre sí; por
1954]; / S e r , O n to log ía, M etafísica. pragmática, la teoría de las rela­
ciones entre los signos y los h om ­
Signo es todo aquello que, pre­ bres que han de utilizarlos. — Los
viam ente conocido, conduce al co­ signos poseen grandísim a im por­
nocim iento de o tra cosa. P ara que tancia para to d a la vida social
hum ana; sin signos n o es posible 2.* L a extensión de S y P en la
lenguaje alguno ni, p o r lo tanto, conclusión n o puede ser m ayor
la cultura. L a necesidad del uso que en las premisas, debiendo te­
de signos es consecuencia de la es­ nerse en cuenta a tal efecto que
tructura aním ico-corpórea del hom ­ un concepto negado tiene exten­
bre. ■ S a n t e l e r -B r u g g e r . sión ilim itada. — D e la diversa po­
sición de M resultan las distintas
B. Bolzano, W issenschaftslékre m , figuras del silogismo; y de las di­
1837, § 285; R . G abtsch enber o er,
ferentes com binaciones de cantidad
Grundzüge einer Psychologie des Zeichens,
y cualidad de las proposiciones
1 9 0 1 ; O . K ü l p e , Vorlesungen über L o g ik,
1 9 2 3 , p . 158 ss; J. M a RITAIn , Quatre
(designadas por las letras A = uni­
essais sur l'esprit, P arís 1 9 3 9 (ensayo 2 ) versal afirm ativa; E = universal n e­
[trad. e sp .: Cuatro ensayos sobre e l gativa; I = particular afirm ativa;
espíritu en su condición carnal, 1 9 4 7 ]; O = particular negativa), los mo­
G . M a n n o u r y , D ie Signifischen Grund­ dos silogísticos. — B r u g g e r .
lagen der M a th em atik, 1 9 3 4 ; R . C a r n a p ,
Introduction to Sem antics, C am bridge a) A r i s t ó t e l e s , Primeros analíticos',
M ass. * 1 9 4 8 ; [ C h . W . M o r r is , Founda- Tópicos; b) [J. P i c a r d , Syllogism e carégo-
tions o f the theory o f signs, 19381. rique et syllogism e hypothétique, en « R e­
vue de M étaphysique et M orale» (1936)
p p. 231-267, 405-439; P . H o e n e n , L a
Silogismo categórico es aquel si­ structure du systém e des syllogismes et
logismo que consta sólo de jui- des sorites, 1947; G . B u e n o , Una nueva
«iCs categóricos o sea, de juicios exposición de ¡a silogística, en «R evista
que directam ente enuncian algo de de F ilosofía» 10 (1951) pp. 603-640. - J.
un objeto, n o sólo conexiones en­ L a c h e l i e r , D e natura syllogism i, 1876;

tre enunciados. L a form a m ás sen­ d el m ism o : É tudes sur le syllogism e,


1907]; d ) H . M a i e r , D ie Syllogistik des
cilla de silogismo categórico es el
Aristóteles, 3 vols., 1896-1900; tratad o s
silogismo constituido por dos pre­ de /L ó g ic a .
m isas y u n a conclusión. L a conve­
n iencia entre sujeto (S) y predica­
do (P) se infiere de que tan to el Silogismo hipotético es aquel si­
prim ero como el segundo se iden­ logismo cuyas prem isas contienen
tifican con un término medio (M) p o r lo m enos un / juicio hipotético
com ún. E sta identidad se expresa (en sentido lato). E n el silogismo
en las prem isas (m ayor y menor). condicional, de varias proposicio­
nes condicionales puede concluirse
P or ejem plo: M —P o tra en la form a: si A , luego B ;
S - M si B, luego C ; p o r lo tanto, si A ,
S -P . luego C. — Pero de u n a proposi­
ción condicional cabe tam bién, con
Si sólo uno de los términos e x ­ el auxilio de un a proposición cate­
tremos (S o P) se identifica con górica, inferir o tra proposición
M , resulta: S n o es P. Si ninguno categórica. D os form as son posi­
de los dos es idéntico a M , n ad a se bles en este caso: concluir de la
sigue. Las reglas de la consecuen­ condición el condicionado (=* mo-
cia en el silogismo categórico flu­ dus ponens: si A es, B es; A es,
yen de su naturaleza. Las m ás im­ luego tam bién B), o concluir de
portantes de ellas son: 1.* M debe la negación del condicionado la
tom arse por lo m enos u n a vez en negación de la condición ( — modas
to da su extensión ( / Concepto). tollens: si A es, B es; B n o es,
luego tam poco A). H ay que ob­ yuntivo exclusivo (sí la disyunción
servar: si A o B se tom an negati­ consta de m ás de dos m iem bros
vam ente en la m ayor, la negación el raciocinio se llam a polilem a);
debe m antenerse en la conclusión la prem isa m enor niega todos los
E n el «m odus tollens» de la doble m iem bros del juicio disyuntivo;
negación resulta entonces u n a afir­ síguese de ahí, entonces, que debe
m ación (si no-A , luego B ; B no es, negarse tam bién el antecedente de
luego no no-A = luego A es). — la condicional (si A , luego o B o C ;
E s ilegítim o inferir de la verdad pero ni B ni C son, luego tam ­
del condicionado la verdad de poco A es). — B r u g g e r .
la condición o de la falsedad de la
condición la falsedad del condi­
cionado. L a conclusión del con­ Símbolo. E ste vocablo (del grie­
dicionado a su condición necesaria go ovpflákkeiv = reunir) expresa
es u n a conclusión según el «m odus etim ológicam ente un signo de re­
tollens» (si no-A , luego no-B ; conocim iento consistente en que el
B es = n o no-B, por tan to A borde de u n fragm ento de cierto
es = no no-A). — E n el silogismo objeto (v.gr., de un anillo) divi­
disyuntivo la m ayor consta de una dido en dos se ad ap tab a exacta­
disyunción. Si ésta es exclusiva, de m ente al otro. E n el lenguaje actual
la negación de u n m iem bro (o de llámase a veces símbolo to d o ele­
todos excepto uno) puede con­ m ento de u n sistema de signos;
cluirse la afirm ación del otro y de así se habla de sím bolos de la
la afirm ación de u n m iem bro, la /lo g ís tic a . E n sentido propio el
negación del o tro (o de todos los vocablo sím bolo denota un / signo
dem ás) (o A o B ; A n o es, luego patente de u n a realidad suprasen­
B es; o bien: A es, luego B n o es). sible que por naturaleza tiene cier­
Si, p o r el contrario, la disyunción ta ap titu d p ara ilustrarla y es inme­
n o es exclusiva, sólo cabe concluir diatam ente com prensible den tro de
de la negación de u n m iem bro una determ inada com unidad (v.gr.,
(o d e todos, excepto uno) la afir­ el cetro com o símbolo de sobera­
m ación del o tro . Tam bién aquí, si nía). C uando falta la com prensibi­
se da el caso, hay que tener pre­ lidad inm ediata y la interpretación
sente en m iem bros negados u n a depende de com plicados procesos de
doble negación en la conclusión. pensam iento, se trata m ás bien
En el silogismo conjuntivo la p re ­ de u n a alegoría. L a base de la sim­
m isa m ayor consta de u n juicio bolización es, de parte del hom ­
conjuntivo (en la fo rm a: A y B bre, la necesidad de ilustrar de
pueden n o ser sim ultáneam ente alguna m anera lo espiritual que,
verdaderos). D e la verdad de un conform e a su carácter peculiar,
miem bro se infiere la falsedad del sólo es concebible en el pensa­
otro . D e la falsedad de uno, en m iento abstracto. Las cosas del
cam bio, n o se sigue n ad a con res­ m undo sensible satisfacen esta n e­
pecto al o tro , porque am bos pue­ cesidad a causa de la analogía que
den (pero n o deben) ser falsos a la dom ina todas las esferas sel ser:
vez. — A fín al silogismo condi­ todas las cosas tienen, en últim o
cional y al disyuntivo es el dilema. térm ino, su arquetipo en D ios;
Su prem isa m ayor está constituida pero las visibles, debido a su m ú l­
po r u n a proposición condicional tiple peculiaridad y gradación es­
cuyo consecuente es u n juicio dis­ pecífica, reflejan, p o r decirlo así,
SIMPLICIDAD

co n rayos variadam ente refracta­ c r e to ; d e h e c h o , e s te s im b o lis m o


dos la p u ra plenitud lum inosa del h a m o s tr a d o m u c h a s v e c e s in c li­
m undo espiritual; de ah í que su n a c i ó n a lo m o r b o s o y e x t r a v a ­
contem plación pu ed a reem plazar g a n te . — D e Vr ie s .
de alguna m anera l a intuición de
lo espiritual que n o poseemos, si b ) S. B ehn, Schdnheit und M agie, 1932;
a la imagen intuitivam ente dada O. D o ering , Ckristliche Sym bole, 1933;
R . S cherer , D as Sym bolische, e n «Philo-
se le une el pensam iento explica­
sophisches Jahrbuch» 48 (1935) p. 210 ss;
tivo del sentido. Si, a pesar de G . S ie w e r t h , W ort und Bild, 1952;
ello, precisam ente po r n o tener con [J. M a ritain , Signe et sym bole, e n «R evue
lo suprasensible u n a sem ejanza es­ th o m iste» (1938) p p. 299-330]; c) E. C as-
pecífica, n o puede expresarlo an a­ s ir e r , PhUosophie der sym bolischen For­
lógicam ente en su peculiaridad co­ m en, 1923-1931; F . W e in h a n d l, Das
m o lo hace el pensar conceptual, aufschliessende Sym bol, 1929; H - F r ie d -
aventaja, n o obstante, a éste en m an n , W issenschaft und Sym bol, 1948;
[A . N . W h it e h e a o , Sim bolism , its Mea-
aptitud p a ra descubrir po r alusión
tting and E ffects, 1927]; d ) M . S c h le s in -
un a m ayor copiosidad de l a reali­ G er, Geschichte des Sym bolbegriffs in der
dad espiritual; p o r eso habla di­ Philosophie, 1912.
rectam ente al sentimiento.
El uso de símbolos se denom ina
m uchas veces simbolismo ( 1). Como Simplicidad. L a sim plicidad es
corriente doctrinal, simbolismo ( 2) una form a d e /< unidad y se opone
jja n o ta las concepciones según las a composición. É sta den o ta que
cuales nuestro conocim iento sólo algo tiene partes, ya cuantitativas,
versa sobre sím bolos. Así, ciertos ya esenciales. Así, el hom bre cons­
representantes del neopositivismo ta de cabeza y tronco, o de cuerpo
consideran los símbolos de la lo­ y alm a. Si las partes se separan
gística com o el objeto propio de unas de otras, el com puesto pierde
la ciencia. El modernismo concibe su integridad o incluso perece.
las proposiciones acerca de lo di­ Simplicidad, en cam bio, significa
vino, incluso los dogm as form ula­ que un ser carece d e partes en que
dos conceptualm ente, com o alu­ pudiera resolverse, gozando, p o r
sión puram ente sim bólica y, por lo m ism o, de indivisibilidad. A las
lo mismo, variable, a una realidad partes cuantitativas corresponde la
incognoscible que se manifiesta sólo simplicidad cuantitativa; a ias p ar­
en el sentim iento. A m bas form as tes esenciales, la simplicidad esen­
de simbolismo destruyen radical­ cial; am bas se encuentran en el
m ente el concepto mismo de sím­ espíritu puro, es decir, no ligado
bolo, porque lo despojan de su a un cuerpo, y (con m enor per­
sentido. E sta observación es tam ­ fección) en el alma. —H ay que dis­
bién aplicable a la concepción m o­ tinguir cuidadosam ente la simplici­
dernista; pues si el pensam iento d ad po r pobreza de la sim plicidad
n o pasa de ser u n sím bolo, falta p o r abundancia. E n la prim era,
el medio para explicar su sentido; debido a la falta to tal de riqueza,
además, el sím bolo mismo deviene queda sólo u n m ínim o últim o, el
algo n o intuitivo. — E n arte en­ cual posee entonces la sim plicidad
tiéndese po r sim bolismo (3) el es­ com o efecto de su extrem ada indi­
fuerzo po r d ar m ediante símbolos gencia. En este caso se encuentran
un a indicación de lo suprasensible el p unto m atem ático o, en el do­
que rebase los lím ites de lo con­ minio lógico, el concepto de ser
que exhibe únicam ente esta nota. todo. A bsolutam ente perfecta es la
Cuando Ja física habla de átom os, simplicidad de Dios, que excluye
es decir, de indivisibles, no h a de asimism o aquellas com posiciones
entenderse com o expresando ver­ a que aún está sujeto to d o espíri­
dadera sim plicidad, sino solam ente tu finito, coincidiendo plenam ente
en el sentido de que la disolución en Él esencia y existencia, substan­
del todo atóm ico destruiría el ele­ cia y acto vital. — L o t z .
mento químico correspondiente. —
En la segunda clase de sim plicidad a) S a n t o T o m á s d e A q u i n o , S um m a
se tra ta de seres que poseen su theologica, 1 q. 3; S um m a contra G enti­
les i, 16-25; S u á r EZ, D isputationes meta-
riqueza reunida en unidad indivisa ohysicae, d is p . 30, s e c . 3-5, 11; L e i b n i z ,
e indivisible, no dispersa en partes. M onadologie; b ) A . W illw o x -l, Seele
Estos seres n o deben concebirse und Geist, 1938, c. 10 [trad. e sp .: A lm a
a m odo de puntos m atem áticos, y espíritu, 1946]; M . R a s t , W elt und Gott,
sino com o estando en sí p o r enci­ 1952; [A. G o n z á l e z Á l v a r e z , Teo­
ma de toda relación espacial. Les logía natural, 1949]; c ) L e i b n i z / a ) ;
es posible, no obstante, en trar en e) J . L o t z — J . d e V r ie s , D ie W elt des
el orden del espacio; pero enton­ M enschen *1951, II, c. 7 y 10 [tra d . e sp .:
E i m undo d e l hombre,. 1954],
ces no se encuentran en éste según
la disposición de sus partes, lo cual
exigiría que ellos asimismo las tu­ Síntesis (del griego ovvOsai;)
vieran p ara estar con u n a aquí significa etim ológicam ente «com­
y con la o tra allí (como los cuer­ posición». En lenguaje filosófico, el
pos), sino que únicam ente enteros vocablo síntesis designa la unión
pueden hallarse presentes en las de varios contenidos cognoscitivos
diversas partes del espacio que en u n producto totalitario de cono­
llenan. cim iento, unión que constituye un a
La sim plicidad por riqueza nos de las m ás im portantes funcio­
sale al paso prim eram ente en la nes de la /c o n c ie n c ia . Según esto,
simplicidad del alma, que, com o el calificativo de sintético se aplica,
causa inextensa de la vida, está de una parte, a la actividad u ni­
ontológicam ente unida al cuerpo ficante, y, de otra, al todo obtenido
extenso p ara constituir u n ser vi­ p o r ella. — E n la /in tu ic ió n sen­
viente total. E sta sim plicidad apa­ sorial se encuentra y a u n a síntesis,
rece todavía imperfecta en el prin­ aunque com o actividad es la m ás
cipio vital ( / V i t a l [Principio]) de de las veces inconsciente: los con­
la p lan ta y en el alm a de los ani­ tenidos sensoriales adquiridos p o r
m ales; pues am bos, a pesar de ser los sentidos particulares son reu­
simples, dependen del cuerpo hasta nidos po r el sentido común en u n a
el p un to de no poder existir sin sola intuición espacial com plem en­
él. Superior es la .simplicidad del ta d a p o r la im aginación o la m e­
/ a l m a hum ana que, com o espiri­ m oria con contenidos perceptivos
tual, puede existir tam bién después anteriores e insertados así en el
de la m uerte del cuerpo, aunque tiem po, siendo finalmente com bi­
está destinada a la u nión esencial nados en /« f o r m a s » (Gestalten)
con éste. L a sim plicidad de todas ( /C o n o c im ie n to sensorial). —
las alm as es superada p o r la del Com o / m é to d o , la síntesis es la
/ e s p í r i t u puro, el cual no es una reunión consciente d e productos
parte de u n com puesto, sino que m entales en unidades superiores.
ya p o r sí mismo constituye un E n este sentido se contrapone al
/a n á li s is y es su necesario com ple­ denación según un com ún principio
m ento. Por síntesis, los conceptos ordenador, gracias al cual a cada
com puestos nacen de los primitivos, parte se le asigna en el conjunto
y p o r o tra especie de síntesis se su lugar y función im perm utables.
origina el / j u i c i o a p artir de con­ T oda ciencia procura sistem atizar
ceptos. Si, según eso, todo juicio sus materiales. El principio con­
puede llam arse, siguiendo a Aris­ form e al cual se ordena u n a m ul­
tóteles, «síntesis de conceptos», re­ titud de conocim ientos se basa en
ciben en p articular el nom bre de los mismos objetos, resulta de la
juicios sintéticos (juicios extensivos) índole de su conocim iento o. en
aquellos en que el predicado añade fin, es traído a los conocim ientos
al concepto del juicio u n nuevo desde el exterior. E n este últim o
contenido m ental que n o estaba, caso sólo se produce sistema en
com o en el juicio analítico ( / A n á ­ sentido im propio (o sistemática).
lisis), co-pensado en dicho sujeto. L a m era sistem ática no aclara el
El juicio sintético se denom ina sin­ objeto, pero sirve co n frecuencia
tético / a posteriori cuando el p ara orientarse m ás fácilmente en
predicado se añade en virtud de la u n a gran m asa de conocimientos.
/e x p e rie n c ia , sintético / a priori Puede realizarse de diversos m odos
cuando es agregado independiente­ (recuérdese la sistem ática de los
m ente de ésta p o r advertirse que vegetales según las notas n o esen­
se sjgue necesariam ente del conteni- ciales).
d tfael concepto-sujeto( / Principios Si los conocim ientos no se han
del conocim iento). P ara las p a r­ obtenido independientem ente unos
ticularidades de la doctrina kan­ de otros po r la experiencia o la
tiana de la síntesis, / Criticismo. — intelección inm ediata, sino que
P or últim o, m ediante la síntesis los han sido adquiridos p o r / d e d u c ­
conocim ientos particulares se ju n ­ ción, guardan entre sí u na relación
ta n p ara constituir la unidad de fundam entante, y en tal form a que
un edificio doctrinal ( / Sistema), todas las proposiciones o son de­
ya de una /c ie n c ia , ya de un ducidas o no lo son (sistemas de
esquem a del m undo o /c o n c e p ­ j'undamentación; v.gr., m atem ática,
ción del universo. — D e V r ie s . logística). Las proposiciones no
deducidas (inteligibles p o r sí o
b ) J. F r &b e s , Lógica form alis, R o m a presupuestas) se llam an axiomas
1940, p p . 389-393; A . L e h m e n , Lehrbuch / (Principios del conocim iento); las
der Philosophie i, ‘1917, p p . 131-134;
J. B . L o t z , Einzelding und AUgemeinbe-
deducidas, teoremas o tesis. D esde
griff, en «S cholastik» 14 (1939) pp. 321- cualquier teorem a debe llegarse p o r
345; [ L a h r - P i c a r d , Cours de Philoso­ u n núm ero finito de pasos a un
phie, 2 vols., 1920; A . G ó m e z I z q u i e r d o , axiom a ( = prohibición del regres-
Análisis d el pensam iento lógico, 2 vols., sus in infinitum ), p o rq u e de no ser
1928-1943]; c) [ R a b i e r , Logique, 1886; así el teorem a carecería de funda­
A . R e y , Lógica (trad . -esp.), 1927]. m ento; pues un a proposición inter­
m edia cim enta sólo en tan to que
Sistema es u n a m ultiplicidad de ella descansa en u n axiom a. — L a
conocimientos articulados según articulación de conocim ientos que
una idea de /to t a li d a d . N i un expresa el orden esencial existente
conocim iento aislado ni muchos en los objetos mismos, origina un
inconexos constituyen u n sistema. sistema natural (v.gr., el sistem a
É ste nace sólo p o r conexión y o r­ periódico de los elementos). El
sistema es u n a exigencia de la ra ­ entidades de naturaleza in ter y su-
zón que en to d a pluralidad busca praestatal, y em pieza a consti­
la unidad y el orden y, en el su­ tuirse con eficacia operativa la co­
puesto del /id e a lis m o metafísico, m unidad juríd ica que siem pre h a
es tam bién una exigencia del ser existido entre los pueblos. P o r lo
y de la realidad. L a búsqueda de que concierne a varias cuestiones,
un sistema n atu ral de la realidad la soberanía (le droit du dernier
es el anhelo capital de la / f i l o ­ m o t: el derecho a pronunciar la
sofía. — B r u g g e r . últim a palabra) puede estar en di­
versas entidades; sobre los estados
I. K a n t , K r itlk der reinen V em unft, yérguese el p od er ejecutivo orga­
B 860 ss. — O . R it s c k l , S ystem und syste- nizado del / derecho internacional.
matlsche M ethode, 1906; P . T il l ic h , D as
L a fórm ula «el p o d er del estado
System der W issenschaften nach Gegen-
stánden und M ethoden, 1923; H . R ic k e r t ,
procede del pueblo» adm ite un
S ystem der Philosophie j, 1921; JR a b i e r , sentido que se m ueve exclusiva­
Logique, 1886; L a h r - P i c a r d , Cours de m ente dentro del plano de la orga­
PhUosophie, 2 vols-, 1920; N . H a r t m a n n , nización y del derecho constitu­
El pensamiento filosófico y su historia cional. D e hecho, las m ás de las
(trad . esp.), 1944; N . G o o d m a n n , Sam e veces asp ira probablem ente a ex­
reflections on the T heory o f System s, en presar la doctrina filosófico-polí-
«Philosophy an d P h eno m enological R e ­
tica de la soberanía del pueblo: el
se a r c h » 9 (1949) 3].
poder político (sea cual fuere
el m odo de concebir su relación
Soberanía. La soberanía absolu­ a D ios) se encuentra originaria
ta com pete exclusivamente a D ios. e inalienablem ente en el pueblo
La criatura sólo puede ser soberana unido en form a de estado. E n sen­
en el sentido de no estar subordi­ tido racionalista e individualista
nada a ninguna autoridad terrena ello significaría qu e la voluntad del
superior, es decir, de estar subor­ / p u e b l o (la m ayoría) perm anece
dinada sólo a D ios y a su ley m o­ siempre p o r encim a de los sujetos
ral y jurídica ( / D erecho natural), que desem peñan las funciones es­
lo cual im plica especialm ente ate­ tatales hasta e] extrem o de quedar
nerse a los limites que acotan el éstos reducidos a m eros funciona­
ám bito del poder propio (ám bitos rios dependientes de aquélla y des-
del derecho y de la com petencia) tituibles en to d o m om ento. F rente
y respetar el derecho ajeno, incluso a esta concepción, la doctrina
cuando no es posible estar obligado clásica habla de órganos. C abe que
coactivam ente a ello. E n u n a pala­ el pueblo se constituya a sí mismo
bra, es soberano quien n o tiene en órgano suprem o del estado; en
sobre sí ninguna autoridad, sino tal caso, p o d rá reservarse el ejer­
únicam ente el /d e r e c h o . cicio del poder estatal. Si n o lo
E n u n m undo en que las nacio­ hace así o resulta im posible que
nes y estados coexisten sin una proceda de esta m anera y surge, en
organización que los u n a entre sí, consecuencia, la necesidad de cons­
los estados son plenam ente sobe­ tituir órganos estatales peculiares
ranos. L a presunta soberanía total (gobierno, representación popular,
y absoluta aparece com o m uy rela­ etc.), el ejercicio del p o d er p a­
tiva en la m edida en que tareas sará a éstos, teniendo aneja la fa­
hasta ah o ra propias de los / e s t a ­ cultad de obligar necesariam ente en
dos p asan a ser desem peñadas po r virtud de la condición de órganos
que los mismos poseen. C uando se finitos. Según eso, se distingue lo
d a esta estructura política, las defi­ sobrenatural con relación a un a
ciencias de los órganos suprem os naturaleza individual ( = extrana-
del estado, su incapacidad para el tural) y lo sobrenatural sin m ás, es
desempeño de las funciones pro­ decir, con relación a la totalidad
pias o el fracaso, equiparable a de la naturaleza creada. Lo que
dicha incapacidad, llevan a aquél p ara u n a naturaleza individual es
a u n a situación crítica. En virtud extranatural (v.gr., la vida para
de su soberanía, el pueblo tiene una piedra), puede resultar n atu ­
entonces n o sólo el derecho sino ral p ara otro ser (v.gr., la vida
el deber de ayudar a rem ediarla p ara la planta). Lo sobrenatural sin
según lo perm itan las circunstan­ m ás, sólo es n atu ra l p ara D ios
cias, lo cual significa constituir de y tan peculiar a Él que por n atu ra­
nuevo órganos aptos p ara des­ leza no puede convenir a criatura
em peñar las funciones correspon­ alguna. N o obstante, si D ios lo
dientes, ya colocando en los exis­ hace asequible, es p o r pura gracia
tentes personas distintas de las an­ (participación de la naturaleza di­
teriores ya creando órganos que vina concedida com o don). El con­
antes no existían. Con este tem a ju n to de lo sobrenatural sin m ás
se enlazan las difíciles cuestiones se denom ina sobrenaturales. A un­
relativas al derecho y al deber de que la sobrenaturaleza nu n ca es
resistencia, cuestiones que no h an com plem ento de la naturaleza en el
tenido todavía respuesta unánime. dom inio propio de ésta, no contra­
— N e l l -B r e u n t n o , dice en m odo alguno la naturale­
za espiritual. P o r el contrario, el
P . T j s c h l e d e r , Ursprung und Tráger /e s p ír itu con su ap ertu ra al ser
der Staatsgew alt nach Thomas von Aquin, y al bien tiene, allende su n atu ral
1923; F . X . K i e f l , D ie Staatsphilosophie
capacidad de com plem entación o
der katholischen Ktrche, 1928 (adversario
d e la s o b e r a n ía del p u eb lo ); M . P r ib il l a , perfección, la posibilidad de que
Deutsche Schtcksalsfragen, 1950 (con u n D ios, en virtud de su poder su­
articu lo so b re el d erecho de resistencia); prem o, lo eleve a la participación
J. M a r i t a i n , Chrlstianlsme et démocra- de su propia vida ( = p otentia
tie, P arís *1945; F . A. v a n d e r H b y d t e , obediencial; / Potencia). L a sobre-
D ie Geburlsstunde des souverñnen Staates, naturaleza, pues, n o destruye la
1952; [R. B s r n i í r , L 'a u to rité politique naturaleza, antes bien la supone
Internationale e t la souveraineté des É tats,
y perfecciona m ás allá de su cam ­
M o n treal 1951; P . DE L u c a , L a sovranitá
degli S ta ti nella comunitá dei popoli, po propio. — E ntiéndese p o r sobre-
P a d u a 1956]. naturalismo o bien (I) el reconoci­
m iento de un orden sobrenatural
o bien, desvalorizando el vocablo,
Sobrenatural. Llám ase sobrena­ cualquier teoría o m odo de p ro ­
tu ral en el lenguaje corriente de ceder que deprim e la naturaleza
la /te o lo g ía católica lo que no frente a la sobrenaturaleza. — E l
pertenece a la substancia o a la concepto d e sobrenaturaleza es fun­
com plem entación de la / n a t u r a ­ dam ental p ara com prender la reve­
leza ni es consecuencia o exigencia lación cristiana. D istinto de lo so­
d e la mism a. N aturaleza puede brenatural según el ser es lo sobre­
entenderse aquí com o naturaleza natural en el modo de acontecer (que
o esencia de u n individuo o bien se da, v.gr., cuando D ios, m ila­
com o la totalidad de los seres grosam ente [ /M ila g r o ] restablece
la salud [bien natural] de u n hom ­ E n térm inos groseros, el problem a
bre). F u era del uso teológico, el social pasará a ser un «problem a
térm ino sobrenatural significa m u­ de estóm ago». Si el hom bre es
chas veces o bien lo suprasensible algo m ás, si tiene un fin superior,
o espiritual, contraponiéndose la h ab rá que ten d er entonces a con­
naturaleza al espíritu, o bien io seguir aquel o rd en social que le
divino; en cam bio, la teología ca­ ofrezca (a cada hom bre en p arti­
tólica distingue conceptualm ente en­ cular) los m ejores presupuestos p a­
tre D ios com o C reador (en el orden ra desarrollar su personalidad y
natural) y D ios com o A u to r de alcanzar su verdadero destino.
la gracia (en el orden sobrenatural.) E n el lenguaje corriente, com ­
— / M isterio. — B r u g g e r . préndense bajo la denom inación de
problem a social las anom alías espe­
b) M . J. S c h e e b e n , N atur und Gnade, cialm ente visibles en cada caso que
1861; C . v o n S c h a t z l e r , N a tu r und am enazan la estabilidad de la so­
Gnade, 1865; A . R a d e m a c h e r , N atur
ciedad hum ana, y los esfuerzos
und Gnade, *1925; V. d e B r o g l i e , D e fine
ultim o humanae vltae I, 1948; J . B u c k l e y , realizados p ara rem ediarias. Estos
M a rís last end, St. L ouis 1949; W . B r u o - esfuerzos pueden dirigirse a u n a
g e r , D as Z ie l des M enschen und das radical reform a del o rden social:
Verlangen nach der Gottesschau, en reforma social; p ero las m ás de
«S cholastik» 25 (1950) p p . 535-548; las veces se lim itan a suavizar o
[A. M i c h e l , Surnaturel, e n e l D iction- hacer soportables aquellas anom a­
naíre de théologie catholique x iv , 2, 2849­ lías sin to car las bases del orden
2859; H . b e L u b a c , Surnaturel. É tudes
existente: política social en el sen­
hist ariques, 1946J.
tido estricto y m ás usado del tér­
m ino. L a locución «política social»
Social (Problem a). E s el rela­ (en francés: poiitique sociétaire,
tivo a la /s o c ie d a d hum ana y para destacarla frente a la poiitique
a su ordenación. C uando ciertos sociale ordinaria denota tam bién
grupos sociales se encuentran en los esfuerzos encam inados a crear
situación ap u ra d a o indigna, plan­ y conservar u n recto orden social,
téase el problem a de las causas de tan to si es necesario p ara ello re­
estos inquietantes fenómenos, así form ar la sociedad o suprim ir las
com o tam bién e] de los m edios p ara deficiencias existentes, com o si no
rem ediarlos. se requieren tales m edidas.
L a concepción del hom bre que E l problem a social de la antigüe­
se tom e p o r base establecerá la d ad fué la esclavitud. O tras m ani­
norm a p ara determ inar el contenido festaciones del mismo son el régi­
del problem a y la recta ordenación men indio de castas o los an ta­
reclam ada a la vista del mismo. gonismos raciales (v.gr., blancos,
Si el hom bre viene concebido com o negros e indios en Africa del Sur).
un anim al, superior, sí, pero desti­ El industrialism o de la E d ad M o ­
n ado exclusivam ente a u n a exis­ derna trajo a la superficie el pro­
tencia terrena, será preciso que las blema de los obreros, el cual,
instituciones de la sociedad hum a­ durante el siglo xix, pasó a o cupar
na se ordenen p o r entero a p ro p o r­ el prim er plano h asta el extrem o
cionar y asegurar la m ayor canti­ de que m uchas veces se le identifi­
d ad posible de felicidad terrenal, caba con el problem a social. D e
no a u n pequeño grupo, ni siquiera hecho, éste se planteó en la form a
«al m ayor núm ero», sino a todos. m ás ciara cuando el proceso de
proletarización despojó a masas 1949 (con am plia reseña bibliográfica);
cada vez m ás num erosas de la trab ajad o s de la V erein fü r S ozialpolitik
posición de sujeto que al hom bre (unos 200 tom os hasta el presente);
O . S c h i l l i n g , Die Soziale Frage und
com o tal corresponde en la esfera
ihre Spezialgebiete *1951; [F. P i t a r q u e ,
social y económ ica, y le hizo re­ L a cuestión social. Solución, 1947; P. V n,A
troceder al papel de m ero objeto. C r e u s , Orientaciones sociales, ‘ 1952;
P or desgracia, sólo unas pocas J. M .“ L l o v e r a , Tratado de sociología
mentes com prendieron el problem a cristiana, 1953]; c) F . O p p e n h e im e r , D ie
social con esta radical nitidez; así Soziale Frage und der Sozialismus', 1912;
se desarrolló u n a am plia política d) [I. G o n z á l e z , L a cuestión social según
social indudablem ente m eritoria e Jaim e Batm es, 1943].
indispensable, m ientras dejaba de
hacerse la reform a social que las Socialismo, El socialismo se pre­
circunstancias pedían. — A través senta com o concepción del univer­
de toda la historia de la hum anidad so, com o sistema de orden social
el problem a social avanza en form a y, sobre todo, com o movim iento
de problema agrario, es decir, de de crítica y reform a social en el
ordenación social (jurídica) de las ám bito de la política y de la orga­
relaciones del hom bre con el suelo. nización cooperativa y sindical.
Las form as en que se ha manifes­ Resultante de la confluencia de
tado este problem a h an sido ex- fuentes ideológicas m uy distintas
trajjpdinariam ente diversas; en úl­ y au n contradictorias, el socialismo
tim a instancia, se tra ta siempre de dista hoy m ás que nunca de poseer
crear sobre una superficie que unidad de pensam iento. E ntre la
no adm ite ensanche (la terrestre) no m itad d e l siglo xdc y la prim era
sólo un espacio sum inistrador de guerra m undial prepondera el so­
alimentos (cosa no dem asiado di­ cialismo marxista h asta el p unto
fícil), sino u n espacio vital social de darse u n a u n itaria concepción
p ara un núm ero creciente de per­ del universo y de poderse equiparar
sonas (familias). socialismo y /m a rx is m o . D esde
L a «solución» del problem a so­ entonces la escisión del socialismo
cial sería el paraíso en la tierra. m arxista en un ala com unista y
T odas las doctrinas que predican o tra revisionista se hace definitiva,
una salvación terrenal se ven obli­ despréndese la segunda cada v e r
gadas a prom eter esta solución m ás n o ya del /m a te ria lis m o dia­
y sucumben a la utopia (térm ino léctico e histórico, sino tam bién de
que significa «país n o situado en las doctrinas ecqnóm icas de M a rx,
p arte alguna»), al milenarismo la gradación conducente al socia­
(«reino de mil años»). Sólo el co­ lismo no marxista se hace incierta,
nocim iento de u n fin últim o y de y el socialismo no comunista se
una vida ultraterrenos proporciona encuentra en com pleta disolución
sensatez p ara trab a jar en la des­ ideológica. N o existe y a u n a base
aparición de las deficiencias socia­ com ún; com o sím bolo d e unión
les sin prom eterse su com pleta queda únicam ente u n a declarada
y acabada superación en u n orden actitud de crítica social co n tra la
social definitivamente perfecto. — econom ía del capitalism o y la so­
N e l l -B r e u n in g . r ciedad capitalista (integrada poi
b) V o n N e ll -B r e u n i n g , Z u r Solíalen clases). A unque n o generalizada, se
Frage, en el W ürterbuch der P olitik (ed. halla am pliam ente extendida una
p o r O . v. N ell-B reuning y H . Sacher) m , actuación práctica (ética) que pres­
cinde de toda consideración del der Sozialism us, 1912; E . H e i n e m a n n
más allá. Kapitallsm us und Sozialism us, 1931; H . DE
M a n , Psychologie des Sozialism us, 1926;
L a oposición entre socialismo
[C. K a u t s k y , L a doctrina socialista (trad.
y concepción cristiana reside prin­
esp.), 1930].
cipalm ente en la explicación de la
/s o c ie d a d hum ana y de la dispo­
sición social del hom bre. Al orien­ Socialización. Se denom ina así
tarse unilateralm ente el socialismo la m edida (que n o recom ienda so­
hacia la necesidad de complemen- lam ente el / socialismo) consis­
tación que el hom bre tiene y hacia tente en hacer pasar la / p r o p i e ­
las ventajas de la división del tr a ­ dad, sobre todo de los m edios de
bajo y de la asociación laboral, su producción, a «propiedad com uni­
sociedad se convierte en u n a orga­ taria», no p ara entregaría a la
nización m eram ente enfocada al utilización com ún, sino p ara orga­
interés, im potente, com o tal, para nizar su explotación de m anera
atar al hom bre con vínculos m o­ «económ ico-com unitaria», es decir,
rales. A u n socialismo que se libe­ en beneficio de u n círculo más
rara de esta concepción n o le se­ am plio o de la generalidad. E n la
ría preciso oponerse necesariam ente m ayoría de los casos se hacía pasar
a la concepción cristiana. la propiedad al estado (nacionali­
P ara el «hom bre de la calle» zación); hoy, en cam bio, se inten­
el socialismo es todavía sinónim o tan form as d e verdadera «sociali­
de / socialización de los medios de zación». — C uando la propiedad
producción; en cam bio, el socia­ confiere un excesivo poder., la so­
lismo actual (en A lem ania) h a p a­ cialización puede ser el único medio
sado a insistir en la planificación de ponerle freno . P or el contrario,
de la econom ía com o m edio para el hacer pasar al estado todos los
asegurar la existencia de trabajo. — medios de producción (socializa­
N e l l -B r e u n in g . ción total o sistemática) crearía, al
reu n ir los poderes político y eco­
b) G . G u n d l a c h , Sozialism us, en el
Sta a tslexiko n (d e H . Sacher) iv , ‘ 1931;
nóm ico, u n a prepotencia todavía
del mismo: Sozialism us, en el L e x lk o n fü r más peligrosa. — N e i a -B r e u n i n g .
Theologie u nd Kirche IX , 1937; V o n N e l l -
B rb u n in g , Sozialism us, e n el W Srterbuch b) H . P e s c h , Lehrbuch der N ationalo-
der P o litik (de O . v o n N ell-B reuning konom ie i, *1924 [trad. e sp .: T ratado de
y H . Sacher) v, 2 (1952); V. C a t h r b i n , economía nacional]', V o n N e l l - B r e u -
D er Sozialism us, 151923 [trad. esp .: E l n t n q , Sozlalislerung, en ef W Srterbuch
socialismo, 1907]; T u B r a x j e r , Der mo- der P olitik (de O . v . N ell-B reuning y
derne deutsche Sozialism us, 1929; T h . H . Sacher) m , 1948; del m ism o : varios
S t b i n b ü c h e l , D er Sozialism us ais sittliche artícu lo s en Untersuchungen zu r sozlalen
Idee, 1921; del m ism o : Sozialism us, en G estaltung der W irtscha/tsordnung, 1950
Gesamm elte A u fsá tze i, 1950; [F. G o n ­ (ed. p o r W . W eddingen) {trabajos de la
z á l e z R o j a s , L o que es el m arxism o, V erein fü r S ozralpolitik, N . F . t. 2).
1935; M . B o u r o u i n , L es systém es socia-
Hstes e t l’évolution économique, P arís Sociedad. Sociedad (1), com o
*1933; T o n n e a u , Socialisme, en el Dlc~ sinónim o de / com unidad, designa
tionnaire de théologle catholique xiv, cualquier estable y activa reunión
2273-2326]; c) S ocialistas: M . A d l e r ,
Wegweiser. Studien zur Gelstesgeschichte
de hom bres dirigida a la realización
des Sozialism us, 1914; M . B e r n s t b i n , de u n fin o valor com ún. — E n
D okum ente des Sozialism us, 1902-1905; acepción distinta de com unidad,
F . O p p e n h e m rr, D ie s o z h le Frage und sociedad ( 2) den o ta sólo los e n ­
tes colectivos encam inados a un social, p ara ser capaz de acción,
fin artificial; en cam bio, el tér­ requiere determ inados órganos y,
mino com unidad se explica a los con ellos, organización. Los órga­
entes colectivos basados en un nos directivos necesitan la / a u t o ­
vínculo n atu ra l — Sociedad (3) ridad, pues los dem ás deben se­
expresa la totalidad de las creacio­ guirles com o hom bres libres. Desde
nes y relaciones surgidas de la un punto de vista ético-jurídico, la
índole social dada al hom bre po r autoridad y la subordinación, el
la n aturaleza; expresa, por lo ta n ­ poder de m and ar y el deber de
to, la hum anidad com o u n a uni­ obedecer, son esenciales a todo
dad, el estado, el municipio y la ente social y, por consiguiente,
clase profesional, la fam ilia, la queridos por D ios jun tam en te con
parentela, el linaje ( / Pueblo), y el la índole social del hom bre. La
conjunto entero de las llam adas autoridad tiene su fundam ento y su
asociaciones libres de toda espe­ lim itación en el / b i e n com ún. —
cie. — Sociedad (4) indica, ta m ­ N e l l -B r e u n i n g .
bién, la clase social más influyente
y, p o r lo com ún, económ icam ente b) A . P ie p e r , Organiscke und m echa-
m ejor dotada, es decir, aquellos nische Auffassung des Gemeinschaftsleben,
* 1 9 2 9 ; D . v o n H il d e b r a n d , M etaphysik
c ír c u lo ^ n que existe trato «social»
der Gemeinschaft, 1931; O . VOIJI N eLL-
y, en g eneral, es m al visto el m atri­ B r e u n i n g y H . S a c h e » , Z u r christlichen
m onio de uno de sus miembros Geselischaftslehre, 1947; [J. L e c l e r c q ,
con otro de clase «socialmente» L efo n s de Droit nal arel i , '1 9 4 7 ; E . G ó ­
inferior. — Sociedad (5) en opo­ m e z A r b o l e y a , Teoría d el grupa social,
sición a / e s t a d o : entendiendo po r en «R evista de estudios políticos» (1954)
éste la com unidad del pueblo or­ 7 6 , pp. 3 -3 3 ; S . G a l i n d o , Orden y Jerar­
ganizada y dotad a de poder, socie­ quía en la estructura soda!, 1954; J. M ."
D íe z A l e g r ía , El problem a ontológico de
dad será, por el contrario, la m is­
las sociedades trastemporales, en «P ensa­
m a com unidad del pueblo (pero, m iento» 10 (1954) pp. 79-83]; c) F. TflN-
de hecho, las m ás veces sólo los n i e s , Gemeinschaft und Gesellschaft, 71926
círculos de la «sociedad» en sen­ [trad. esp.: Comunidad y sociedad, 1947];
tido [4] com o supuesta zona «libre d ) C . B o u g l é , Hilan de la soclologle
del estado») sin interna relación contemporaine, P aris 1935; e) O . v o n
al m arco del estado que la contie­ N e l l - B r e u n i n g , Gesellschaftsordnung,
ne. — Este concepto de la sociedad 1947.
se basa en la concepción liberal-
burguesa del estado del siglo xix, Sociedad (Filosofía de la). N u ­
en que «uno» se sentía a salvo de merosas ciencias (la sociología, co­
aquél y p o r esto lo m inim izaba m o ciencia de las form as y estados
h asta reducirlo a un m arco va­ sociales; la ética social, la pedago­
cío (i). — Sociedad ( 6), en lengua­ gía, la psicología, etc.; las ciencias
je jurídico, designa sobre to d o las políticas, jurídicas y económicas)
agrupaciones de naturaleza jurf- investigan, ordenan y explican,
dico-económica, generalm ente aso­ cada u n a desde su p u n to de vista,
ciaciones de trabajo y capital para los fenóm enos de la vida social.
fines industriales. L a filosofía de la sociedad intenta
A to do ente social le correspon­ interpretar la / sociedad misma, la
de u n o brar social. Pero com o sólo vida social en general, p o r su
los hom bres, n o dichos entes, pue­ últim o fundam ento, es decir, p o r
den pensar, querer y obrar, el ente la índole naturalm ente social del
hom bre. ¿Consiste esta índole o b ado en sí, sino d otado de esencial
naturaleza m eram ente en la insu­ ralación a la com unidad. L a co­
ficiencia y consiguiente necesidad m unidad (totalidad) n o se contra­
de com plem entación para ciertos pone a sus m iem bros com o algo
fines exteriores o, m ás bien, en la extraño; p o r el contrario, n o es
posibilidad de edificar con la ri­ sino la unión de los mismos. Éstos,
queza de sus disposiciones una con su personal sustantividad, no
com unidad com o totalidad supe­ pueden en dicha unión (fundada
rior y en la com unidad con o tros precisam ente en su condición de
llegar a su pleno desenvolvimiento? personas) anteponerse ni subordi­
D e hecho, to d o lo que llam am os narse a sí m ism os (en cuanto to ­
/ c u l t u r a n o es realizable m ás que talidad); antes bien, lo que se da
con el trato espiritual. Según la es una relación que, p o r u n a parte,
prim era concepción, lo social se­ vincula cada u n o de los miembros
ría sólo un suplem ento y recurso con el to d o y, p o r otra, vincula
del hom bre; conform e a la segun­ a éste con ca d a uno de sus miem­
da, es algo esencial al m ism o y b ros: /s o lid a ris m o . Puesto que se
únicam ente dentro de lo social se trata de la sociedad hum ana, to d a
consum a su verdadera hum anidad. filosofía social debe p a rtir del
Con esto no se niega que m uchas / hom bre; y, puesto que se trata de
asociaciones (v.gr., para defensa de explicarla p o r sus últim as razones,
intereses) posean únicam ente el ca­ h a de com prender a éste en sus
rácter de auxilio; pero, al menos, últim os fundam entos esenciales: la
la /f a m i l i a y el / e s t a d o pertene­ filosofía de la sociedad es / m e t a ­
cen a la realización esencial del física (ontología), m ás exactamente,
hom bre. /a n tr o p o lo g ía . C uando se dice
Existen tres posibilidades: 1.* Te­ que el hom bre, en definitiva, viene
ner al hom bre p o r perfecto en sí de D ios y que Éste constituye su
mismo, de suerte que sólo se asocie últim o fin, queda enunciada en
p o r razones de oportunidad (venta­ cifra la filosofía de la sociedad. Si
jas de la división del trabajo, etc.). el hom bre h a sido elevado p o r D ios
El individuo lo es to d o ; la socie­ a u n orden sobrenatural, el ám bito
dad se reduce a un m edio sin va­ social se ensancha tam bién con ello
lor p ropio: /in d iv id u a lism o . — necesariam ente; u n a filosofía de la
2.a C onsiderarle, p o r el contrario, sociedad que pretendiera descono­
com o algo inacabado y depen­ cer este hecho m utilaría los hechos
diente que únicam ente en cuanto en lugar de explicarlos. — N e l l -
m iem bro de la com unidad recibe B r e u n in g .
un sentido esencial y u n fin para b) G . V o n H e r t l i n g , R echt, Staat und
su existencia. A quélla lo es todo, G esellschaft, «1918; W . S c h w s r , Katholl-
el individuo com o tal carece de sche Gesellschaftslehre, 1928; J. B. S c h u s ­
valor, vive y m uere exclusivamente t e r , O te SoziaUehre nach L eo X I I I und
en gracia a la com unidad: / c o l e c ­ Pius X I, 1935; O . S c h il l i n o , Christliche
tivismo. — 3.* El hom bre indivi­ Gesellschaftslehre, 1949; [A. P e r p iñ á R o ­
d r íg u e z , Teoría de la realidad social,
dual posee el valor inam isible de
2 vols., 1949-1950; del m ism o: Sociolo­
su /p e rs o n a lid a d m oral que no
gía general, 1956; J. L e c l e r c q , Introduc­
le perm ite ser nunca u n sim ple me­ ción a Ia sociología (trad . esp.), 1955]. —
dio p a ra u n fin, m iem bro escueto O. SpaKN, Gesellschaftslehre, *1930 [trad.
de un todo situado p o r encim a de e sp .: Filosofía de la sociedad, 1933];
él. Sin em bargo, n o es u n ser aca­ tam bién / S o c i e d a d ; c) A . V i e r k a n d t ,
Gesellschaftslehre, 1922 [trad. e sp .: Fi­ ha hecho resaltar de nuevo la sig­
losofía d e la sociedad y de la historia, nificación de la ironía. — [36-
1934]; W . S o m b a r t , Sociologie, *1923; 38], — S c h u s t e r .
B. S c h w a l m , L a so c ié ti e t ¡'¿tal, P arís
1947; d) R . T h u r n w a l d , Die menschtl- H . M e y e r , Sokrates, sein W erk und
che G esellschaft in ihren ethnologischen seine geschichtliche Slellung, 1913; A .
Grundlagen, 1931 s s ; C . F . l l w o o d , A H is-
B u s s p , Sobrales, 1914; G . K a f k a , S o ­
tory o f Socia l P hllosophy, N ueva Y ork, krates, Platón und der sokratische Krets,
1938.
1921; J. S t e n z e l , Sokrates, 1929; E .
S p r a n g e r , Sokrates, 1931; W . W u n d t ,
Socrático. E ste calificativo se Sokrates, e n e l PSdagogisches L exiko n IV ,
aplica al m étodo y, en form a feme­ 1931; W . J a e g b r , Paideia n , 1944 [ t r a d .
nina, a la doctrina de Sócrates (469- e s p . : Paideia, L o s ideales de la cultura
399 a. de J.C.), quien a través de griega, 3 v o l s . , *1946]; R . G u a r d i n i , D er
la influencia ejercida sobre Platón T od des Sokrates, 1945; A. J. F e s t u -
o r íR E , Socrate, P a r í s 1934; R . S i m e t e r r e ,
inició el período de florecimiento
L a th¿orie socratique de la vertu-sclence,
de la filosofía griega. E n lucha P arís 1938; [V. B r o c h a k d , L ’oeuvre de
contra el escepticismo de los sofis­ Socrate, e a Élludes de philosophie an-
tas, nuevos educadores de la juven­ cienne e t de philosophie m odem e, 1912
tud ateniense, quiere ser su verda­ ( e d . D e l b o s ) ( t r a d . e s p . e n : Estudios
dero educador. S u m étodo consiste sobre Sócrates y Platón, 1940); X . ¿UBrai,
en -^ írm u la r adecuadas pregun­ Sócrates y la sabiduría griega, e n N atu­
tas para, con la ayuda de ejem­ raleza, historia, Dios, 1944; A. T o v a r ,
Vida de Sócrates, 1947; E . E l o r d u y ,
plos inductivos, estim ular al inter­
Filosofía y vida en Sócrates v e n A ristó­
locu to r a pensar p o r sí mismo teles, en « P e n s a m i e n t o » 2 (1946) p p . 455-
rebasando los límites de la m era 466]; A. E. T a y l o r , Sócrates, *1951].
autoridad y llevarle a reconocer
esencias (de la virtud, de las cosas)
eternas, inm utables, sustraídas al Sofisma. El /r a c io c in io carente
capricho hum ano, desempeñando de consecuencia lógica es un ra­
con ello, p o r decirlo así, el papel de ciocinio vicioso (paralogismoJ. Los
una p artera intelectual (/xaiEvrutf¡ raciocinios viciosos aparentem ente
T ¿ X v r ¡ ) : mayéutica. A lm a de su in­ concluyentes se llam an sofismas. —
vestigación y enseñanza es la ironía, Puesto que el /s ilo g is m o categó­
(eloanida), que tiene en poco la pro ­ rico descansa en la com paración
pia ciencia («sólo sé que n o sé n a­ de los conceptos extrem os con un
da»). O bjeto principal de su filoso­ mismo concepto medio, sólo puede
far es la ética y el arte de vivir; contener tres conceptos. Si p o r
el fin de la vida es la felicidad equívoco contiene cuatro ( = qua-
(eiSatfiovía). El bien reside en lo ternio terminorum), no hay conse­
verdaderam ente útil. L a verdade­ cuencia. — La petición de principio
r a virtud o ap titu d depende tanto consiste en suponer com o p u n to
de un conocim iento profundo que de partida o m edio dem ostrativo
la voluntad y la libertad salen lo que va a dem ostrarse. — E n el
muy m alparadas. Nietzsche ve en círculo vicioso (dialelo) se prueba
Sócrates el m om ento crítico, fu­ una cosa p o r o tra y ésta p o r la
nesto p ara la filosofía occidental, prim era. — Se d a ignoratio elenchi
en que ésta pasa del m ito y del (equivocar la cuestión) cuando en
instinto a la «racionalidad» dis- una controversia no se acierta el
gregadora de la vida ( teoría de los p unto exacto de la cuestión y se de­
dos mundos), m ientras Kierkegaard m uestra una proposición que ni es
idéntica a la que ha de dem ostrar­ m iem bros. E l nom bre d e «solida­
se n i tiene a ésta com o consecuen­ rism o» procede de esta responsa­
cia necesaria de ella. — B rugger . bilidad (obligatio in solidum); tanto
m ás, pues, h a de inculcarse que el
a) A r i s t ó t e l e s , Refutaciones sofísticas; solidarism o n o es prim ariam ente
b) T ra ta d o s d e / l ó g i c a . ética, sino u n a teoría del ente so­
cial, teoría de contenidos objeti­
Solidarismo es aquel sistem a de vos y de esencias, que determ inan
ordenación social ( / Sociedad [Fi­ directam ente la estructura de la so­
losofía de la]) que, frente a ias ciedad, y sólo indirectam ente la
doctrinas unilaterales del indivi­ vida y actuación de la misma.
dualism o y del colectivismo ( / el El orden social es un orden ju ­
artículo aludido), hace justicia al rídico ( /D e r e c h o ). A sí, el princi­
doble aspecto de la relación entre pio de solidaridad (la responsabi­
individuo y sociedad: asi com o lidad com unitaria en la recíproca
el individuo está ordenado a la vinculación, es el principio jurídico
com unidad en virtud de la disposi­ fundam ental que en la vida social
ción p ara la vida social ínsita en y, p o r consiguiente, en la vida eco­
su naturaleza, la com unidad (que nóm ica garantiza la irrenunciable
no es sino el conjunto de los posición de sujeto p ropia del hom ­
m ism os individuos en su esta­ bre sin lesionar n i dism inuir el va­
do de vinculación com unitaria) se lor propio y la sustantividad d e las
halla ordenada a los individuos totalidades sociales (familia, n a ­
que le dan el ser, en los cuales ción, estado, hum anidad y, dentro
y p o r los cuales exclusivamente de los límites pertinentes, las m úl­
existe, haciéndose realidad el sen­ tiples asociaciones libres). D e esta
tido de aquélla sólo con la perfec­ m anera se reconoce la profunda
ción personal de los individuos verdad contenida en la vieja m etá­
y la personal realización de lo que fo ra del «organism o» social, pero
su esencia im porta. L a relación rechazándose resueltam ente com o
antes indicada es de naturaleza falso otganicisnio la exagerada equi­
ontológica; de ahí. que, original­ paración al /o r g a n is m o real (fí­
m ente y de acuerdo con su esencia, sico).
el solidarism o sea una teoría filo­ C aracterístico del solidarismo es
sófica del ser social (metafísica so­ su concepto del / b i e n com ún y
cial). Sobre esta relación ontoló­ la posición dom inante que le asigna
gica se levanta el edificio del deber ( /J u s tic ia ). — E n lo concerniente
y de la conducta a ella correspon­ a la esfera social de la vida econó­
dientes. A si, el solidarism o es, en m ica ( / Econom ía [Filosofía de
un segundo m om ento, teoría filo- la]), el solidarism o acentúa la pri­
sófico-social sobre el deber y la m acía del / t r a b a j o sobre la p o ­
conducta sociales (ética social). sesión de bienes-cosas; de ah í que
El contenido objetivo de los víncu­ se le caracterice com o «sistema
los com unitarios («todos vam os en social del trabajo». L a denom ina­
el m ism o barco») form a la base ción de «solidarism o» y algunos
de la responsabilidad comunitaria pensam ientos fundam entales p ro ­
(«uno p o r todos, todos po r uno»); vienen de Francia, pero Heinrich
cada cual h a de responder p o r el Pesck lo desarrolló en Alem ania
todo cuya p arte es; el to d o h a de haciendo de él un sistema de orde­
responder p o r cada uno de sus nación social. — N e i x - B r h u n i n g .
b) H . P e s c h , Lehrbuch der N ational}-
m o es su concepción del ser. M ien­
konom ie i, *1924 [trad. esp .: Tratado de tra s el tom ism o ve la «razón in­
economía nacional]; V o n N el l -B r e u ­
terna» de la existencia del ente en
n i n g , Solídarismus, en el W onerbuch der
P o litik, d e O. v o n N ell-B reuning y H . Sa-
el ser considerado com o / a c t o ,
cher, V , 2, 1952; del m ism o: Einzel- según el suarism o el ser es sólo
mensch und Gesellschaft, 1950; G . G u n d - el «estado» de existir. A decir
l a c h , Solídarismus, en el Sta a lslexiko n , verdad, estas concepciones no se
de H . Sacher, iv , 1931; del m ism o : Zur excluyen necesariam ente, sino que
Soziologie der katholischen Ideenwett, se com plem entan; sin em bargo, a
1927; H . L e c h t a p e , Der Solídarismus, m enudo son defendidas con ex­
*1922; R . A. G é ly , Z u r Soziologie des clusivismo conduciendo a dos es­
Solídarismus, 1943; d ) W. H a u r a n d ,
D as nationalSkonomische System von
cuelas diversas. L a concepción to ­
H . Pesch, 1922. m ista se funda en la abstracción
form al; la suarista, en la total
(/A b s tra c c ió n ). E n el tom ism o,
Solipsismo es aquella especie de la existencia es, consiguientemente,
/ idealismo que n o reconoce com o distinta de la esencia; en el suaris-
cierto n ad a m ás que el acto de m o, se la concibe com o realm ente
pensar y el propio /s u j e to . T odo idéntica a ella. E n consecuencia,
Io^dem ás es incognoscible o in­ el tom ism o acentúa en el ser la
cierto, E l solipsismo tuvo repre­ analogía de proporcionalidad; el
sentantes en el siglo xvm , los cua­ suarismo, la analogía de atribución
les elevaron a único objeto de co­ ( / Analogía).
nocim iento el cogito, ergo sum D e m anera parecida divergen
cartesiano. E n el siglo xix apa­ las opiniones con respecto al prin­
rece en M a x Stirner com o reacción cipio de individuación. El suaris­
co ntra H egel y su vigorosa acen­ m o sostiene que el * individuo es
tuación de lo universal. A ctual­ absolutam ente po r sí m ismo este
m ente no es ya u n punto de vis­ individuo; el tom ism o afirm a que
ta m eram ente especulativo, sino en los individuos m ateriales hay
egoísmo práctico. El solipsismo no que distinguir un principio por el
puede afirmarse com o doctrina sus­ cual pertenecen a tal grado espe­
ceptible de exposición sin contrade­ cífico del ser (la form a esencial)
cirse a sí misma. P ara una refuta­ y un principio p o r el que, dentro
ción m ás am plia, /I d e a lis m o . — de su especie, se contraponen a u n
S anteler. sem ejante de la m ism a especie (la
m ateria, que posibilita u n a m ulti­
b) J. D o n a t , Critica *1945; C. N in k , plicación m eram ente espacio-tem­
Grundlegung der E rkenm nistheorie, 1930, poral) (/H ile m o rfism o ). D e ahí
p. 258 s s ; e) J. d e V r ie s , D enken und
resulta, po r lo que respecta a la
Sein, *1951, pp. 135, 192 [trad. e s p .:
Pensar y ser, *1953]. gnoseología, que, según el tom is­
m o, el objeto directam ente apre­
hendido p o r el entendim iento en
Suarismo. El suarismo, denom i­ el concepto es sólo u n a «quididad»
nación derivada de Francisco Suá- abstracta y universal, la cual se
rez (1548-1617), es una dirección concreta únicam ente p o r su rela­
escolástica afín al /tó m is m o que, ción a la imagen cognoscitiva sen­
no obstante, ha adm itido m uchas sorial, m ientras que, según el sua­
ideas del / escotismo. Lo que prin­ rismo, el entendim iento form a con­
cipalm ente le diferencia del tom is­ ceptos de individuos concretos, de
los que luego, p o r abstracción C, F e r n á n d e z , M etafísica del conoci­
de las n otas individuantes, p asa a m iento en Suárez, 1954],
los conceptos universales.
E n sum a, el tom ism o considera Subjetivismo es, en oposición
al ser m ás desde el punto de vista a /o b je tiv is m o , aquel p unto de
puram ente m etafisico; el suarism o, vista filosófico según el cual lo
por el contrario, lo considera en decisivo p ara el valor del conoci­
cuanto realizado en el m undo fe­ m iento n o es el / o b j e t o , sino la
noménico. — El suarism o ejerció naturaleza o estado del /s u j e t o ,
gran influencia n o sólo en la esco­ conform e a la conocida sentencia
lástica católica, sino tam bién en de Protágoras: el hom bre es la
la protestante e incluso en la filo­ m edida de to das las cosas. Este
sofía m oderna (Leibniz, Schopen- aserto se entiende referido ya a
hauer) y significó una contribución ciertas form as del pensar que son
im portante al desarrollo del dere­ com unes a to do ente pensante, y a a
cho n atural, internacional y de la la com ún naturaleza hum ana, ya
filosofía del estado /[ 1 2 8 ] . — (y entonces recibe preferentem ente
Bru gg er . el nom bre de subjetivismo) a p ar­
ticularidades de determ inadas ra ­
Bibliografía en G . S m i t h , Jesu it Thin- zas, / t i p o s psicológicos o indivi­
kers o f the Renaissance, M ilw aukee 1939, duos. Si se consideran com o deci­
pp. 227-238; K , W e r n e r , F ranz Suárez
sivas las form as de to d o pensar
und die S ch o la stik der letzten Jahrhun-
derte, 1889 (reim presión); Six, G r a b - o la naturaleza hum ana com ún,
m a n n y o tro s, F. Suárez, Gedankenblátter la verdad aparece fundada en u n a
zu seinem dreihundertjáhrigeti Todes- legalidad /tra s c e n d e n ta l o psico­
tag, In n sb ru ck 1917; R i v i é r e - S c o r r a i l - lógica del sujeto; en los otros
l e , Su á rez e t son oeuvre, T ou lo u se 1918; casos considéranse de ordinario co ­
P. D e s c o q s , L e suarézianisme, en «A r­ m o decisivos los sentim ientos e
chives d e Philosophie» 1-5 (1923-1928); inclinaciones m ás o m enos varia­
L . M a t h i e u , Suárez, sa philosophie e t les
bles; se manifiesta entonces con
rapports qu'elíe a avec sa théologie, P arís
1921; J. L e i w e s m e i e r , D ie Gotteslehre
particular claridad que el subjeti­
bet F. Suárez, 1938; G . S i e g m u n d , Die vismo significa /re la tiv is m o . Las
L ehre vom Individuationsprinzip bei S u á ­ teorías afectivistas, especialmente en
rez, en «P hilosophisches Jah rb u ch » la cuestión acerca de la esencia de
(1928); J . d e V r i e s , D ie E rkenntnislehre los / valores, cuentan con m uchos
des Fr. Su á rez und der Nom inalism us, en defensores q ue en el dom inio del
«S cholastik» 24 (1949) p p . 321-344; conocim iento sensorial escueto re­
H . R o m m e n , D ie Staatslehre des F. S u á ­
chazan el subjetivismo (subjetivis­
rez, 1927; J. I t u r w o z , Estudios sobre la
m etafísica de F, Suárez, 1949; núm eros
m o valoral). Así, p o r ejemplo, se
ex trao rd in ario s con m em orativos d el iv tiene com o m edida suprem a del
cen ten ario del nacim iento de S u á r e z valor ético un peculiar sentimien­
p ub licad o s p o r « R a z ó n y F e » (1948), to m oral, y de lo bello, el «gusto».
« E studios Eclesiásticos>> 22 (1948) y «P en­ El fundam ento últim o de todo
sam ien to » 4 (1948) [intitulado Suárez1, subjetivismo reside en no ver en
e n los q u e se incluye tam bién copiosa la esencia,del / e s p ír itu la esencia
b ib lio g rafía; adem ás, «M iscelánea C om i­
del ente abierto a la totalidad del
llas» i x (1948) y «A rchives de P h ilo so ­
phie» 18 (1949) 1; [J. M.» A l e j a n d r o , L a
ser; p o r eso aparece el sujeto en­
gnoseología d el D octor exim io y la acu­ tregado a sus propios estados in ­
sación nom inalista, 1948; J. I. A l c o r t a , ternos y leyes puram ente n atu ­
L a teoría de los m odos en Suárez, 1949; rales. P o r lo tanto, aunque el
subjetivismo parece a prim era vista subjetiva). A parece o tro sentido dis­
elevar al hom bre haciendo de él el tinto cuando los actos /in t e n c io ­
centro de todo, estudiándolo más nales (3) se denom inan subjetivos en
despacio, adviértase que significa tanto que considerados, n o en su
su desarraigo y, en consecuen­ referencia al objeto, sino com o actos
cia, su atrofia. C on ello no se abo­ reales (accidentes) del sujeto (así se
ga p o r u n objetivismo exagerado. dice: concepto subjetivo o, m ejor,
H ay, indudablem ente, en nuestro concepto considerado subjetiva­
conocim iento u n a aportación «sub­ m ente). En la m anera de expre­
jetiva», es decir, condicionada sólo sarse p ropia de la escolástica anti­
por la peculiaridad del sujeto, que gua, subjetivo (4) dice a m enudo
puede ser un peligro de error, pero relación al sujeto com o lo existente
el espíritu no está ciegamente cons­ en sí m ism o; en este caso, existir
treñido a m ezclar con el objeto lo subjetivam ente (no de m odo m e­
que únicam ente se halla condicio­ ram ente objetivo) significa existir
n ado por el sujeto, sino que con­ en sí mismo com o ente real (no
serva siempre la libertad p ara no com o p u ro objeto de pensam iento).
dejarse determ inar sino po r la Sobre los conceptos de potencia
/e v id e n c ia del ente. — D e V iu e s . subjetiva y objetiva, /P o te n c ia .
P ara com pletar lo dicho, / O b j e ­
G noseología, Id ealism o, Psicologis- tivo. — D e V r ie s .
^fSo, R elativism o; b ) H . S p i e g e ib e r o ,
Antirelaíivism us, 1935; e) W. B r u g g e r , /G n o s e o lo g ía , O ntología.
D er S u b jektm sm u s ais Z eitkrankheit, en
«Stim m en d er Z eit» 139 (1946-1947)
pp. 363-380. Subsidiariedad (Principio de).
A cción subsidiaria es la ayuda
com plem entaria, o sea, la que con
Subjetivo, en sentido etim oló­ carácter supletorio debe prestarse
gico, es lo que está en relación cuando las circunstancias lo re­
con el / sujeto y precisamente,' se­ quieran. E sta acción subsidiaria
gún el uso efectivo del térm ino, con constituye la relación fundam ental
el sujeto en oposición al / o b j e t o ; de la /s o c ie d a d co n la persona
así, subjetivo es casi siempre lo hum ana. L a sociedad, sea cual fue­
opuesto a objetivo. E n el lenguaje re la acepción que dem os al tér­
corriente no filosófico el significa­ m ino, n o existe nunca sino en sus
do del vocablo subjetivo es con m iem bros y, en consecuencia, no
frecuencia muy variable y am biguo; existe tam poco sino para sus m iem ­
en atención a la claridad sólo cabe bros. El / bien com ún, superior al
prevenir contra u n empleo desme­ bien del individuo, realízase como
dido e irreflexivo del mismo. Filo­ valor funcional sólo al ayudar a
sóficamente, subjetivo ( 1) puede los m iem bros de la com unidad
significar, ante todo, existente de a actu ar las disposiciones qu e gra­
p arte dei sujeto, oponiéndose a ob­ ciosam ente les concedió el C reador
jetivo, existente de parte del objeto. y que, ya p o r su naturaleza, ya
L a acepción filosófica m ás im por­ tam bién p o r razones extrínsecas,
tan te ( 2) es la de n o fundado en n o puedan llegar a desenvolverse,
el objeto, sino condicionado úni­ sino en el m arco de la sociedad.
cam ente p o r sentim ientos o afir­ É sta altera, pues, su sentido cuan­
m aciones arbitrarias del sujeto do, en lugar de prestar ayuda a sus
(recuérdese la certeza puram ente m iem bros-personas p ara' conseguir
el expresado fin, les im pide el des­ ni los accidentes n i la form a esen­
envolvimiento de su personalidad, cial de un cuerpo ni, en general,
los ahoga en la masificación de lo )a parte fuera del todo concreto.
rolectivo o llega incluso a sacrifi­ O cupa en este aspecto u n a cierta
carlos a am biciosos fines de la co­ posición excepcional el / a l m a es­
lectividad. piritual que, existiendo originaria­
D e la ley que dice: omne. agens m ente en sí misma y con indepen­
ngendo perficitur (todo agente se dencia de la m ateria, com unica el
perfecciona con la actividad) re­ ser a ésta, de suerte que su subsis­
sulta que n o está perm itido al ente tencia no depende de la del todo
social encargarse de lo que los concreto sino, al revés, ésta depen­
individuos o las agrupaciones m e­ de de aquélla. U n espíritu puro
nores pueden efectuar con igual es u n a form a esencial subsistente.
o m ayor com petencia por sus p ro ­ El / S e r («Esse») subsistente es el
pios medios. E n el círculo de la existente en sí m ism o; existente,
familia, el ejercicio de una acción po r tanto, de m anera absoluta
tutelar en lugar de u n a actividad y sin ninguna relación real a un a
que eduque para el autogobierno, esencia distinta de él; existe, por
para la propia responsabilidad y consiguiente, allende todo deter­
para ayudarse a sí m ism o, consti­ m inante categorial ( /T ra s c e n d e n ­
tuye un atentado contra el princi­ cia). L a naturaleza de las cosas fi­
pio de subsidiariedad o acción sub­ nitas, según su propio ser finito,
sidiaria, del m ismo m odo que en subsiste en éstas; según su conte­
la vida pública atenta contra él un nido ontológico positivo, subsiste
/ e s t a d o que se arroga la om ni­ tam bién sin sus peculiares lim ita­
potencia y la totalidad de funcio­ ciones en el Ser subsistente, el
nes a expensas de la autoayuda de cual, a causa de su infinitud, pre-
los ciudadanos, y de la autoadm i­ contiene en sí em inentem ente todo
nistración o autonom ía adm inistra­ ser finito. C u an to m ás se aproxim a
tiva de las corporaciones m enores, un ente al Ser subsistente, tanto
ya de derecho público, ya privadas. más espiritual es y tan to m enos
El contenido doctrinal del p rin ci­ adherido a la m ateria. Los grados
pio de subsidiariedad es m uy an­ del ser son tam bién los grados de
tiguo; pero com o tal principio se su /id e n tid a d y espiritualidad Lo
encuentra proclam ado por prim era que subsiste distinguiéndose abso­
vez en la encíclica Quadragesimo lu ta o relativam ente de otro ser se
anno (15.5.1931, n.° 79) al prevenir llam a supuesto (suppositum); si el
co n tra la m area desbordada del supuesto es racional, recibe el nom ­
/c o le c tiv ism o y del totalitarism o bre de / p e r s o n a (en lenguaie es­
estatal. — N e l l -B r e u n i n g . colástico). — B rugger .

/S o lid a r is m o . Sa n t o T omás d e A q u in o , Sum m a theo-


logica, 1 q. 29 a. 2 ; L. B a u r , M eta p h ysik ,
Subsistencia. L a subsistencia es *1935, § 30 [ M e r c i e r , Ontología (tra d .
p ro pia de aquello que posee / s e r esp.), 3 vols., 1935; F . v a n Steenber -
g h e n , Ontología, (trad. csp.) 1957; S.
no en otro, sino en si mismo. D e C uesta , L a «ensidad» y la «racionalidad»
a h í que la subsistencia convenga, como constitutivos de la persona, en «P en­
an te to d o , a la /s u b s ta n c ia com ­ sam iento» 3 (1947) pp. 59-76; J. I r u -
pleta. Puesto que subsistir equivale rrio z , L a noción de subsistencia y supásilo
a existir en sí mismo, no subsisten en Suárez, en «E studios eclesiásticos» 17
(1943) p p . 33-74; M . F e b r e r , E l concepto tras que éstos determ inan ulterior­
de persona y la unión hipostática, 1951], m ente a su sujeto sólo en un cierto
aspecto. A dem ás, la substancia-
Substancia, etimológicamente, es parte existe m ás con que en otro. —
«lo que está debajo» o lo per­ El ser en sí y p ara sí de la subs­
m anente bajo los fenómenos. Sin tancia adm ite grados. E n este res­
em bargo, lo característico de la pecto, la prim era se encuentra por
substancia n o es su relación a los encima de la segunda, la com pleta
accidentes, sino la /su b s iste n c ia por encim a d e la incom pleta, las
propia. Substancia es lo que tiene substancias anim adas están sobre
su ser. no en o tro , sino en sí. Así las inanim adas, siendo la m ás ele­
como lleva en sí el ser, la substan­ vada la /p e r s o n a .
cia lleva tam bién en sí su sentido O tras interpretaciones del con­
y valor, pudiendo por eso, en opo­ cepto de substancia: L a confusión
sición a los /a c c id e n te s , definirse que se anuncia y a en Descartes
sin recurrir a u n sujeto. L a subsis­ entre subsistencia y absoluta inde­
tencia de la substancia, en virtud pendencia se consum a en Espinosa;
de la cual ésta existe en sí misma, ello conduce, en consecuencia, a la
n o excluye que deba el ser al. influ­ unicidad de la substancia y al
jo de u n a causa eficiente. Según su panteísm o. — Kant restringe la
carácter peculiar, la substancia es aplicación del concepto de subs­
u n a cierta persistencia, absoluta, si tancia al dom inio de la experien­
se tra ta de la Substancia divina; cia. Característica decisiva es el
relativa, frente a los accidentes, en persistir en el tiempo. — E l m ate­
las substancias finitas. Éstas son rialismo ve realizado el concepto
siempre sujetos de determ inantes de substancia sólo en lo corpó­
accidentales. T o d a substancia es reo. — D esde Leibniz se destaca
asimismo principio interno de ac­ unilateralm ente, sobre todo p o r los
tividad, o sea, /n a tu r a le z a . — filósofos orientados hacia la cien­
D esde Aristóteles distínguense la cia natura], el aspecto /d in á m ic o
substancia primera y la substancia de la substancia. P or ultim o, el
segunda: la prim era es el ente in­ actualism o, la filosofía de la vida
dividual y determ inado po r acci­ y la filosofía existencial desprecian
dentes reales, que n o puede ser enteram ente la substancia (m al en­
predicado de ningún o tro (v.gr., tendida a m enudo com o un frag­
Sócrates; = substancia en el sentido m ento rígido de realidad): sólo es
anteriorm ente definido); la segunda real ia actividad, no el sujeto que
es la esencia universal obtenida de la produce.
lo individual po r abstracción y pre­ P artiendo del propio yo, cono­
dicable de la substancia prim era cem os la realidad n o sólo de upa,
(v.gr., hom bre). — El / hilemorfis- sino de diversas substancias ^ ar­
m o establece u n a diferencia entre ticulares. E ncontram os en aquél
substancias completas e incompletas actos de pensar etc., producidos
o substancias-partes. Éstas incluyen p o r nosotros. Pero estos actos
u n a natu ral ordenación a o tra están necesariam ente relacionados
parte esencial ju n to con la cual con un centro o sujeto del cual
form an u n a substancia completa proceden. E ste sujeto se experi­
com puesta. Las substancias-partes m enta com o idéntico en to d a la
difieren de los accidentes en que diversidad de sus actos. Q ue no
aquéllas constituyen el todo, mien­ existe en o tro com o en su sujeto,
lo conocem os p o r !a conciencia de Substanzlehre A vicennas bei Thom as ron
autorresponsabilidad en nuestros Aquin, 1933; J . H e s s e n , D as Substanz-
actos libres. D e la substancia lidad problem in der Philosophie der N e u ze it,
1932; e) {M e r c ie r , Ontología (tra d .
del propio yo inferimos legítima­
esp.), 3 vols., 1935; F . v a n S t é e n b e r -
m ente que al yo ajeno le corres­ q h e n , Ontología, (trad . e s p .) 1957],
ponde la m ism a propiedad E n los
animales y plantas encontram os
actividades que aluden a un todo Sufrir, en la acepción corriente,
provisto de sentido com o sujeto -de significa estar privado ( / P r i v a ­
la /f in a lid a d , el cual presupone ción) de un b ie n ,-la m utación o
un en sí y p ara si al m odo de la cam bio hacia lo peor: se sufren
substancia. Tam bién en los cuerpos daños. Si el sufrim iento se predica
inorgánicos descubrimos todos do­ de un ser dotado de conocimiento,
tados de sentido que perm iten con­ con ello se quiere d ar a entender
cluir una substanciaJidad aparte, no solam ente la modificación m is­
aunque no es fácil en los casos m a hacia lo m alo, sino a la vez
particulares distinguir una subs­ la experiencia de la misma. La
tancia individual de u n a unión de m agnitud y profundidad del sufri­
substancias. P or últim o, el concep­ m iento depende n o solo de la in­
to de substancia debe aplicarse tensidad del daño, sino tam bién
tam bién a D ios, puesto que la del m odo y capacidad del conoci­
n ota característica de aquélla, a sa­ miento. Los anim ales son menos
ber: el ser en sí y p ara si, n o in­ receptivos que el hom bre p ara el
cluye imperfección alguna, antes, sufrim iento y el dolor, porque
al contrario, conviene necesaria­ únicam ente son capaces de una
m ente, en últim a instancia, al ente conciencia imperfecta. L a posibili­
en cu anto tal; evidentemente, dicha dad del sufrim iento no se lim ita
aplicación ha de hacerse de m a­ a ser u n a consecuencia necesaria
nera analógica y excluyendo deter­ de la finitud; es tam bién, com o lo
m inantes accidentales. — S a n t e l e r . m uestra la experiencia de innum e­
rables hom bres, apropiada en gran
a ) A r ist ó t e l e s , M etafísica v u y v m ; manera para llevar al hom bre a la
S a n t o T o m á s d e A q u i n o , Comentarios m adurez interior. Pero este valor
a 1a M eta física de A ristóteles vil y v in ; no lo posee directam ente, sino p o r
b ) C . N in k , Ontologie, 1952; [L. d e la m anera com o aquél lo acepta
R a e y m a e k e r , Filosofía del ser (trad. y le sale al encuentro; de ah í.q u e
e s p .) 1956; J. A b e l é , L a physique tam bién pueda frustrarse. Enseña
moderne e t la hotion de substance, en
al hom bre en form a profundam ente
«A rchives de Philosophie» 18 cahier u
(1952) p p . 42-55 (pp. 218-231); F . S el-
íntim a que es u n ser lim itado y
Va g g i , P roblem i della física moderna, dependiente, q u e estam os obligados
B rescia 1953]; c) E. C a s s ir e r , Subs- a prestarnos recíproca ayuda, que
ta n zb e g riff úndF unctionsbegríff, 1910; [D. n o hem os de esperar nuestra feli­
H . P a r k e r , Experience and Substance, cidad en esta existencia terrena., etc.
1941]; d ) B, B a u c h , D as Substanzpro- — B rugger.
blem In der griechischen Philosophie, 1910;
R . J o ij v e t , L a notion de substance. Essai P . Blau, D as Problem des Leidens,
historique et critique sur le développement 1927; P. W . v o n K e p p l e r , D as Problem
des doctrines d ’A listó te á nos jours, 1929; des Leidens in der M oral, *1919; J. A- Be-
S. M a n s i ó n , L a substance selon A ristote, RRENBERG. D as Leiden im Wieitplan,
en «R evue p h ilo sophique de L ouvain» 44 *1942; [M . C . D ’A r c y , P ain a n d the
(1946) p p . 349-369; W . K l e in e , D ie Providence o f God, 1935; J. L ó p e z - I b o r ,
E l sentido d el dolor y del sufrimiento en licita po r razones im portantes es
la vida humana, en « A rb o r» 26 (1953) la muerte indirecta o exposición
pp. 1-15], de la vida en la que de u n a acción
perm itida se siguen con carácter
Suicidio es la destrucción directa igualmente inm ediato (es decir, sin
de la propia vida po r impulso pro ­ que la m uerte se convierta en me­
pio (no, v.gr., com o ejecución de dio) un efecto bueno y la m uerte
la pena de m uerte). L a ley m oral o aceleración de la misma. Causas
prohíbe tam bién el suicidio en del suicidio y de su frecuencia son
casos excepcionales (en enfermeda­ la disposición m orbosa, la presión
des graves e incurables, en peli* social y, sobre todo, la vacilación
gros que am enazan el honor y la de la creencia en D ios que no
buena reputación) porque significa deja prevalecer la recta concepción
una injustificada intervención en de la vida con sus fuerzas conso­
el derecho, que sólo el C reador ladoras y vigorizadoras de la res­
posee, sobre la vida hum ana. D ios ponsabilidad. — S c h u s t e r .
debe reservarse el derecho a fijar
H. R o s t , Bibliographie des Selbstm or-
u n lím ite a la vida del hom bre
des, 1927; b) í . M . S a i l e r , Über den
porque ésta ( / V i d a ) tiene un ca­ Selbstm ord, 1919 (reim presión); H . K ko-
rácter de tiem po de prueba y nunca s e , D ie Ursachen der Selbstm ordhaufig-
puede perm itirse a quien es pro ­ keit, 1906; P. L . L a n d s b e r g , Den
bado determ inar la duración del Selbstm ord ais moralisches P roblem , en
tiem po de su probación. El suicida « H ochland» 39 (1946-1947) pp. 401-419;
sólo aparentem ente m uestra u n es­ R . S c h n e id e r , Über den Selbstm ord,
píritu valiente. El auténtico valor, 1947; A. K n o r r , Z u m Problem des Selbst-
mordes, 1947; [ G . R u t t e n , L e suicide,
por ceder en favor de un bien
P arís 1932; A . O d o n n e , II rispetto delta
m oral, lo m anifiesta el hom bre re­ vita, en «L a Civiltá C attolica» (1947) 3,
sistiendo aun en las más duras aflic­ pp. 289-300; dél m ism o; II suicidio: cause
ciones en el puesto asignado por e rim edi, ibid. (1947) 3, p p. 512-523];
Dios (Platón). La responsabilidad c) R . W e i c h b r o d t , D e t Selbstm ord,
de evitar la deshonra, el escán­ 1937; H . W . G r t j h l e , Selbstm ord, 1940;
dalo, etc., se extiende hasta donde e) [G. M á r q u e z , Filosofía moral, 2 vols.,
se dispone de m edios lícitos. — *1943],
El suicidio es tam bién una grave
violación del verdadero / am or a sí Sujeto (del latino subiectum) sig­
mismo porque el hom bre, por el nifica etimológicamente «lo puesto
suicidio librem ente querido, hace debajo», «lo que se encuentra en
imposible para él la consecución la base»; de ahí su sentido afín
del fin de su vida: la /f e lic id a d a substrato («lo extendido debajo»)
eterna. L a glorificación del suicidio y substancia («lo que está debajo»).
p o r la Stoa y n o pocos autores A este sentido etimológico respon­
m odernos no está al servicio de de las m ás de las veces el signifi­
la auténtica responsabilidad m oral cado ontológico del vocablo «suje­
ante la vida y sus obligaciones. Lo to», conform e al cual el sujeto ( 1)
mismo que el suicidio son tam bién es la realidad que está en la base,
ilícitas la automutilación, la castra­ que «sostiene», el «sustentador»;
ción y la esterilización. Únicam ente indica, pues, esencialmente u n a re­
po r el bien de to d o el cuerpo puede lación a o tra realidad que «des­
permitirse lesionar o am putar un cansa sobre él» qu e está «sosteni­
miembro. D istinta del suicidio y da» p o r él, la cual realidad depende
en alguna m anera de la susten- / o b j e t o , el yo es también co n tra­
lante com o determ inativo del ser puesto conscientem ente p o r ellos
y ulterior perfeccionamiento de la a o tro , justam ente al objeto. El
misma, recibiendo en acepción am ­ yo recibe entonces el nom bre de
plísima el nom bre de / f o r m a . sujeto en cuanto situado frente al
Considerada en cuanto tal, la de­ objeto; el vocablo sujeto tom a así
pendencia de ésta con relación a su u n segundo significado distinto del
sujeto no es la del efecto respecto prim ero. E n esta acepción (2) el
a la causa; la form a, po r lo tanto, yo es sujeto en ta n to que se orienta
no es necesariam ente producida hacia u n objeto conociendo, apete­
p o r el sujeto. Lo que quiere decirse ciendo o sintiendo. Así se origina
con las expresiones gráficas de el concepto de sujeto en oposición
«sustentar, recibir», sólo nos es a / o b je to . E n tal caso concíbese
dado originariam ente de m odo in ­ com o sujeto ya el «sujeto psicofi-
mediato en la relación de nuestro sico», es decir, el hom bre entero
/ y o a sus actos y estados. El com puesto de alm a y cuerpo, ya
hecho vivido de que el yo «tiene» únicam ente el «sujeto psicológico»,
por suyos sus actos, de que los o sea, el yo consciente de sí mismo
actos están «en» él, se expresa filo­ que de hecho es el alma. — La
sóficamente denom inando al yo gnoseología, sobre todo, pone en el
sujeto de los mismos. Si bien el centro de las discusiones la oposi­
sujeto que (como el yo) no es p o r ción de sujeto (cognoscente) y ob­
su p arte u n determ inativo de otro, jeto (conocido). E n ellas el «sujeto
sino que existe en sí mismo, recibe gnoscológico» se contrapone a ve­
preferentemente el nom bre de su­ ces al sujeto individual, psicológico,
jeto, la relación de sujeto y form a com o algo esencialmente distinto
ha de concebirse con m ayor am ­ (así ocurre principalm ente en el
plitud que la de /s u b s ta n c ia y /n e o k a n tism o ). Todo lo indivi­
/a c c id e n te . Pues, prescindiendo de dual propio del sujeto psicológico
que la substancia no es por necesi­ se cuenta en la parte del objeto,
d ad sujeto de accidentes (D ios es no quedando com o sujeto gnoseo-
substancia, pero n o sustentador de lógico m ás que una indeterm inada,
accidentes), puede tam bién u n ac­ supraindividual, / «conciencia en
cidente ser sujeto de ulteriores general». Ciertam ente es posible
determ inantes accidentales (sujeto abstraer del yo individual el con­
próxim o de la velocidad es el cepto universal de u n sujeto cog­
m ovim iento, el cual, a su vez, es noscente; pueden también conside­
accidente del cuerpo) y adem ás la rarse en el sujeto individual sólo
«form a» recibida en el sujeto no las condiciones del conocimiento
es necesariam ente una form a acci­ um versalm ente válido; pero, en
dental, sino que puede asimismo últim a instancia, el sujeto realm en­
ser u n a form a substancial (el cuer­ te pensante y cognoscente es siem­
po com o sujeto del alm a y, en pre u n yo individual. Y si se dice
general, la / m a t e r i a com o sujeto que este sujeto no podría devenir
de la form a; / Hilemorfismo). objeto en ningún caso, se contra­
U n caso p articular del sujeto dice la esencia del /e s p ír itu de
ontológico lo constituye el sujeto quien cabalm ente es propio el vol­
psicológico, el yo en cuanto sujeto verse o replegarse sobre sí mismo.
de sus actos. E n tan to que éstos, .O tra acepción del térm ino sujeto
com o / intencionales, apuntan a un igualm ente conexa con la ontoló-
gica es la de sujeto lógico (3) en «Sym posion» 3 (1952) pp. 1-134; e) A.
oposición a predicado. E n el / j u i ­ LEH M EN , Lehrbuch der Philosophie i,
cio, po r regla general, se enuncia ‘1918; J. d e V r i e s , Lógica, pp, 113 s;
[ M e r c i e r , L ógica, 2 vols., 1942].
de un ente, sujeto real, u n determ i­
nante que le corresponde (forma).
P o r eso el concepto indicador del Suprarracional es literalm ente lo
objeto que ha de determ inarse con que supera o está p o r encim a de
más detalle m ediante el predicado la / r a z ó n . Sin em b a rg o , esto
se llam a tam bién sujeto. — D e no puede entenderse con respecto
V r ie s . a la razón sin más. Pues la razón
en cuanto tal está ordenada al
T ra ta d o s de /G n o s e o lo g ía , Lógica,
M etafísica; H . R j c k e r t , D er Gegenstand
ser com o tal, de suerte que por
der Erkennlnis, *1928 (concepción neo- encim a de la razón a secas no h a­
k an tian a del su jeto); J. G e y s e r , E rkennt­ b ría m ás que l a . / n a d a absoluta.
nistheorie, 1922 (critica de dicha concep­ El vocablo suprarracional debe,
ción). pues, referirse a la razón finita en
su m odo finito de ser. P ara la
Suposición. D e la significación razón infinita no hay nada supra­
de un /c o n c e p to y del vocablo rracional. Suprarracional, p o r con­
que lo expresa hay que distinguir siguiente, es aquello que debido a
la suposición de éste, es decir, la la plenitud y potencia de su ser
aplicación del térm ino a determ i­ está p o r encima de la fuerza com ­
nados objetos, la cual puede cam ­ prensiva de una razón finita, en
biar sin que varíe la acepción. Así, especia], hum ana. Tal es el modo
se habla de suposición material positivo de existir de posibles se­
cuando el térm ino se tom a no por res puram ente espirituales, y, so­
Ja cosa que significa, sino p o r él bre todo, el ám bito del Ser divino,
mismo, com o en la proposición: realidades . am bas que solam ente
hom bre es u n vocablo bisílabo. La podem os concebir de m anera ana­
suposición form al (uso del vocablo lógica e im perfecta p o r com para­
po r un objeto significado) es ló­ ción con o tra especie de ser y por
gica (uso del térm ino po r el con­ negación. Lo absolutamente supra­
cepto com o concepto, v.gr., hom ­ rracional, es decir, no sólo para
bre es u n concepto específico) o nuestra razón hum ana sino para
real (uso del térm ino por la cosa toda razón finita, es lo / sobrena­
m ism a: el hom bre es m ortal); esta tu ral sin más. — P or consiguiente,
últim a suposición adm ite a su vez suprarracional no es lo mismo que
diversos m odos. L a clase de supo­ absurdo o irracional, pues absurdo es
sición resulta' del contexto. E n el lo que repugna a la razón en cuanto
raciocinio no debe variar la supo­ tal, p o r lo tanto, a to d a razón, e
sición de los térm inos. — D e V r ie s . irracional lo que (objetiva o subje­
tivamente) no es poseído p o r razón
b) G . H a g e m a n n , E lem ente der Phi­ alguna. — / M isterio. — B r u g o e r .
losophie, i : L o g ik u nd N oetik, a1909;
[A. G ó m e z I z q u i e r d o , Análisis del pen­ b ) M . J. S c h e e b e n , N atur und Gnade,
sam iento lógico, 2 vols., 1928-1943; 1861; R , G a r r j g o u - L a g r a n g e , L e sens
J. M a r j t a i n , L ’ordre des concepts. P etite du m ystére e t le clair-obscur itttellectuel,
logique, P arís 1923 [trad. esp .: E l orden P arís 1934 [trad. esp .: E l sentido del
de los conceptos 1953]; P h . B o e h n e r , misterio y el claroscuro intelectual, 1945];
M edieval Logic, 1952]; d ) E . A r ^ t o l d , e) D . F e u l i n q , Katholische Olaubens-
Z u r Geschichte der Suppositionstheoríe, en lehre, 1937, p p. 1-67.
Tautología. Recibe el nom bre (herram ientas m ovidas a m ano con
de tautología u n juicio cuyos sujeto aum ento de la fuerza laboral, v.gr.,
y predicado son idénticos real y la cuña, la polea), la técnica (4)
tam bién conceptualm ente. L a ta u ­ de la época m oderna (la técnica
tología expresa la /id e n tid a d n e­ mecánica) avanzó tam bién hacia el
cesaria y form al de sujeto y pre­ empleo de máquinas de fuerza (he­
dicado. P or consiguiente, no es rram ientas m ovidas p o r fuerzas
algo carente de significación. T o­ naturales, v.gr.: m áquinas de va­
da tautología es un juicio analítico, por). Este progreso sólo fué po­
pero n o viceversa. E n /lo g ís tic a sible en virtud de un am plio co­
denom ínanse tautológicas las le­ nocim iento de la naturaleza. D e
yes lógicas, es decir, aquellas com ­ ahí que la técnica (4) pueda defi­
binaciones de enunciados que, con nirse como el aprovecham iento o r­
cualesquiera variables, dan siempre denado de los recursos y fuerzas
po r resultado, en virtud de su m e­ naturales fundado en el conoci­
ra form a, el valor de verdad «ver­ m iento de la naturaleza y puesto
dadero». E n sentido peyorativo es al servicio de la satisfacción de
taulológico ( = que dice lo mismo) las necesidades del hom bre.
el uso de térm inos diversos con el U na filosofía de ¡a técnica como
fin de aparentar un sentido dis­ parte de la filosofía general de la
tinto o una fundam entación. — cultura ( / C u l t u r a [Filosofía de
Brugger. la]) no sólo tiene que m ostrar el
origen y condiciones de la técnica
en la naturaleza hum ana, sus dis­
Técnica (del griego xéyyr¡) sig­ posiciones, fuerzas y necesidades,
nifica (1) en la A ntigüedad, com o sino también investigar las m ulti­
tam bién en la E dad M edia, ars — formes reacciones de la técnica so­
arte, habilidad, toda realización de bre el hom bre y sobre la estructura­
cosas sensorialm ente perceptibles ción concreta de la vida hum ana
al servicio de una necesidad o en el individuo y en la com unidad.
idea; denota, pues, la habilidad En lo que respecta a este punto,
o destreza ta n to para lo necesario si p o r un lado se manifiesta el
(producir cosas) com o p ara lo be­ p oder beneficioso de la técnica, sin
llo (hacer visible una idea). D eri­ la cual no h ab ría sido posible que
vado de esta acepción, el sentido ia vida de la hum anidad y su
del vocablo «técnica» ( 2) indica cultura alcanzaran el grado actual
lo form al, las reglas com unica­ de desarrollo, no hay que desco­
bles de la realización antedicha nocer, p o r otro, una serie de inde­
(v.gr., de tocar el piano). La téc­ seables consecuencias que 'eviden­
nica (3), en oposición al / a r t e , tem ente no brotan en su totalidad
es la utilización d e los tesoros y de la esencia de la técnica, sino a
fuerzas naturales dirigida a cubrir menudo de su defectuosa inser­
las necesidades hum anas. M ientras ción en la esfera total de la vida.
el oficio manual (la técnica artesm a) Son consecuencias de la técnica,
se lim itó durante largo tiem po a en parte necesarias y en p arte
aplicar m eros instrumentos (m e­ evitables o com pensables con ade­
dios para actuar corporalm ente; en cuadas m edidas: la evolución que
sentido estricto; sin acrecentamien­ convierte el régim en de industria
to de la fuerza de trabajo) y las dom éstica en régimen de fábrica,
denom inadas máquinas de trabajo el desligarse el obrero de su familia,
la acum ulación de grandes capi­ aceptada de dioses, se dirige en la
tales, la desigual posibilidad ad­ oración y el culto a un dios solo
quisitiva, el aum ento de las gran­ cual si fuera único, el teísmo,
des ciudades, el alejarse el trabajo como monoteísmo, se adhiere teó­
de la naturaleza con los consi­ rica y cultualm ente al D ios único,
guientes peligros para la salud, el fuera del cual no hay ni puede
alm a y el estado. L a independi- haber otro. En consecuencia, re­
zación de la técnica o la subordi­ chaza tam bién un principio con­
nación a ella de la econom ía y trario absoluto que sería au to r del
demás dom inios de la vida (tec­ mal o de la m ateria ( / Dualismo).
nocracia) ha de conducir a la su­ F rente al / deísmo defiende no
perproducción, a la esclavización sólo la conservación de las cria­
del hom bre po r la m áquina y a la turas por D ios y su continua co­
desorganización social. La técnica operación, sino tam bién su provi­
debe servir, no gobernar. — .Br u g ­ dencia y la posibilidad de su inter­
ger. vención extraordinaria con la reve­
lación y el milagro. El teísmo se
F. D e s s a u e r , P h ilo s o p h ie der Technik, destaca nítidam ente del / p a n t e í s ­
3193 3 ; F . M u c k e r m a n n , D er M ensch im mo por la acentuación del carác­
Z eita lter der Technik, L ucerna 1947;
F . v o n G o t t l - O t t i m e n f e i . d , W irtschaft
ter personal de D ios y de la diver­
und T echnik, *1923; H . H a r d e n s e t t , D er sidad substancial de É ste co n res­
kapitalistische und der technische M ensch, pecto al mundo (/T ra sce n d en c ia).
1932; H . K r a f f t , Kulturformung durch — R ast.
Technik und W irtschaft, 1930; P . K r a n -
n h a l s , D er W eltsinn der Technik, 1932; b) K . G u t b e r l e t , G ott und die Schdp-
M . S c h r S t e r , Philosophie der Technik > fu n g , 1 9 1 0 ; L e h m e n - L e n n e r z , Theadizee,
1934; W. S o m b a r t , T echnik und K ultur, 1 9 2 3 ; [E . L . M a s c a l l , H e Who Is.
e n «A rchiv fü r Sozíale W issenschafi» A study in traditional theism , 1 9 4 3 ];
1 9 1 2 ; O . S p e n o l e r , D er M ensch und die e) C. G r 5 r f r , Gott, M 9 3 7 ; P . L i p p e r t ,
Technik, 1931 [trad. esp .: E l hombre y la Gott, 101 9 3 6 ; adem ás, / D i o s , T eología,
técnica, 1932]; E. Z schim m er, Philoso­
phie der Technik, 1933; D . B rinkm ann,
M ensch und Technik. Grundziige einer Temperamento. Llam am os tem ­
Philosophie der Technik, B erna 1945; peram ento a la individua] y carac­
[L . M u m f o r d , Technics and Civilization, terística capacidad de respuesta que
1934 (trad . esp .: Técnica y civilización, tiene la / disposición p ara las reac­
1944); J. O r t e g a y G a s se t , M editación
ciones sentimentales y apetitivas
de ¡a técnica ‘1957; J. C o r t s G r a u , Cara
y cruz de la técnica, en «A rbor» 31 de orden sensitivo. Es notorio que
(1955) pp. 232-244]. éstas presentan m uchas diferencias
individuales; se desencadenan con
facilidad o dificultad, son enérgi­
Teísmo es la doctrina que con­ cas o débiles, crecen y decrecen co n
sidera a D ios com o Ser personal rapidez o lentitud, son fácilmente
supram undano, el cual po r su acto m udables o persistentes. A sí se
creador llamó al m undo de la distinguen desde la A ntigüedad ( Ga­
nada a la existencia (/C re a c ió n ). leno) los cuatro conocidos tem ­
M ientras el politeísmo adm ite una peram entos : sanguíneo, colérico,
pluralidad de seres divinos, aun­ melancólico y flemático. T ras las
que muchas veces bajo la hegemo­ c lasific ac io n es y denominaciones
nía de u n dios suprem o, y el heno- bastante artificiosas d e la época
teísmo, a pesar de la pluralidad Tomántica, los psicólogos m odernos
han elaborado de m anera objetiva Constitución y carácter (trad . esp.), *1954;
cuadros detallados de temperam en- R . L e S e n n e , Traité de caractérologie,
los (Elsenhans y, sobre todo, H ey- P arís 1945; E. M o u n i e r , Traité du carac-
tére, París 1947; A. R o l d á n Tres radica­
inans y W iersma). Sin em bargo,
les biotipológicos y caracterológicos, en
;ipenas es posible lograr una cla­ «Pensam iento» 8 (1952) p p. 435-464;
sificación de ellos que de m anera G . L o r e n z a , Caracterología y tipología
inequívoca y exclusiva pueda en­ aplicadas a la educación (trad . esp.),
casillar a la m ayoría de los hom ­ 1955].
bres en un círculo tem peram ental
determ inado sin mezcla alguna de
otros tem peram entos. P or lo demás, Tendencia, en sentido am plio, es
muchas veces el vocablo «tem pe­ todo /'a p e tito ; así se habla de
ram ento» designa también, el con­ tendencias espirituales. E n sentido
ju n to de las cualidades psíquicas /r e s trin g id o , tendencia es el ape­
estables (Kretschmer). tito sensitivo dirigido a fines per­
Com o to d a la vida sentim ental cibidos sensorialmente. Objetiva,
y apetitiva, el tem peram ento es ordenada ideológicam ente de m u­
de la m áxima trascendencia en el chas m aneras a la realización de
conjunto de la vida anímica. Sin fines que trascienden el dom inio
em bargo, más im portante que sa­ de los bienes placenteros indivi­
ber cuál es el tem peram ento de un duales (v.gr., a la conservación de
sujeto es saber lo que con él hace. la especie y, en general, a la u ti­
Cierto que el tem peram ento no se lidad ajena), la tendencia, com o
halla bajo el imperio directo de la vivencia, se dirige sólo el placer
voluntad, pero ésta puede (dentro individual sentido en un estado o
de ciertos límites) regular de tal situación y en la actividad, o se
m odo las repercusiones del tem­ aparta del disgusto sentido en ellos,
peram ento que se adapte más o contraponiéndose, p o r ejemplo, el
menos al sentido to tal de lo aní­ / a m o r altruista creador.
mico. L a influencia indirecta sobre Inserta en el conjunto de la vida
las repercusiones tem peram entales sensitiva entre el conocimiento, el
con m iras al expresado fin es in­ sentim iento y las excitaciones m o­
dudablem ente tarea de autodisci­ trices, la tendencia sensitiva es una
plina durante la vida entera y se fuerza dinám ica esencial e indis­
logra sólo de m anera aproxim ada. pensable que im pulsa a o b rar bioló­
— W il l w o l l . gicamente en form a acom odada al
fin (acción tendencia!). E n el con­
ju n to del ser hum ano, u n a vida
J. F ró b E S , Lehrbuch der experimentaí-
len Psychologie ir, *1929, p. 43Í ss (con apetitivo-sensitiva sana y robus­
am plia bibliografía) [trad. esp .: Tratado ta, cuando está subordinada al
de psicología empírica y experim ental, 2 dom inio indirecto de la voluntad
vols. 31944j; G . H e y m a n s , Einführung in m ovida p o r fines claros, puede
die spezielle Psychologie, 1932; R . A l l e r s , contribuir a la eficacia del querer
Tem peram ent und Charakter, 1935; A. ( /P a s ió n ) ; sí se sustrae o adelanta
K r o n f e l d , Lehrbuch der Charaktcrolo-
a este dom inio, puede conducir a
gie, 1932; G . E w a l d , Temperament und
fatales cortocircuitos en las accio­
Charakter, 1924: I N . P e n d e , Biotipologia
umana, M ilán 1939; W . H . S h e l d o n ,
nes voluntarias, o sea, a u n obrar
The varieties o f human tem peram ent, puram ente apetitivo - sensitivo. Es
N u ev a Y o rk 1942 (tra d . esp .: L as varie­ decir, m ientras en el anim al, que
dades del tem peram ento)', E . K r e t c h m e r , encuentra su sentido to tal en la
esfera sensitiva, las reacciones ten- R . A l l e r s , Psychologie d es Geschle-
denciales están necesariam ente dis­ chtsleben, en K a f k a , H an d b u ch der ver-
puestas en orden dentro de dicho gleichenden Psychologie, n , 1922; del
m ism o: L 'am our e t Vinstinct, en «É tudes
sentido, en el hom bre, que form a
carm élítaines» (1936); K . B ü h u s r, Die
u n a totalidad superior, la vida de Instinkte des M enschen, en ix K ongress
las tendencias queda en una cierta fíir experim entelle Psychologie, 1926;
relajación, capaz y necesitada de W . M e . D o tx i a ll , The Energies o f M en:
dirección po r parte de la voluntad A . S tu d y o f th e Fundamentáis o f Dyna-
espiritual. E n cam bio, los hom bres mic Psychology, 1932; K . S c h n e i d e r ,
dotados de tendencias anorm al­ Psychopathologie der Gefühle und Triebe
m ente débiles 110 son psicológica 1935; L. S z o n d i, Schicksalsanalyse 1944;
K . J a s p e r s , AUgemeine Psychopatholo­
n i éticam ente hom bres de valor
gie ‘ 1948 [trad. esp .: Psicopatología ge­
pleno, sino que carecen a m enudo neral 1951; E. K r e t s c h m e r , Psicología
de la energía vital im pulsora nece­ médica (trad , esp.) 1954].
saria o útil p ara la realización de
los deseos de la /v o lu n ta d . Defi­
ciencias fisiológicas innatas o de­ Teodicea. Este térm ino significa
fectos psicológicos provenientes de (I) etimológicamente «justificación
la educación pueden llevar a reac­ de D ios», frente a las objeciones
ciones viciosas de las energías ten- que el incrédulo suscita contra
denciales acom pañadas de finalida­ É l a causa de las muchas clases de
des erróneas (perversiones de las / m a l existente en este m undo;
tendencias). el vocablo fué acuñado p o r Leib­
El gobierno de las tendencias por niz e introducido en la filosofía
la voluntad espiritual es sólo indi­ p o r el título de su o b ra «Essais
recto (dirección de la atención, de Théodicée» (1710). Pudiera p a­
establecimiento de asociaciones y recer una insolencia que el hom bre
com plejos favorables, etc.). N o ha tratara de «justificar» a D ios; pero
de conducir a la «represión» directa no sólo-en vista del lenguaje osado
de las energías tendenciales porque de los ateos, sino tam bién a cau­
tales intentos se vengan con la sa de la dificultad personal que con
«acumulación tendenciab> y la so- frecuencia experim entan asimismo
brecompensación. E n cam bio, es los buenos p o r el aparente absurdo
un grotesco desconocim iento de la del mal, está perm itido intentar
realidad hum ana ver en las tenden­ con todo respeto la solución del
cias la única energía psíquica que atorm entador problem a: ¿cómo se
fundam enta y m odela la vida entera com pagina el m al con la sabiduría
del alm a (como, v.gr., hace el / psi­ y bondad divinas? Por supuesto,
coanálisis freudiano con las ten­ el hom bre no puede hacer depender
dencias sexuales) o contraponer al su creencia en D ios de la solución
espíritu dotado de voluntad la vita­ del problem a de la teodicea, por­
lidad de las tendencias com o abso­ que la existencia de D ios se prueba
luto valor suprem o (Klages). — Por de m uchas m aneras con indepen­
consiguiente, la educación de las dencia de dicha cuestión ( / D i o s
tendencias n o puede aspirar razo­ [Pruebas de la existencia de]); no
nablem ente a ahogarlas, ni eman­ incum be tam poco al hom bre, p o r
ciparlas, sino solam ente'a una justa así decirlo, pedir cuenta a D ios
ordenación de las m ism as dentro acerca del porqué y p ara qué de
del sentido to ta l del ser hum ano.— sus providencias y permisiones en
W il l w o l l . particular. La solución, sobre todo
la solución puram ente filosófica, só ­ m al físico y en el / m a l m oral.
lo puede m ostrar, en general, su­ D ios no sólo puede perm itir el m al
poniendo la fe en Dios, que, en físico, sino tam bién proponérselo
últim o térm ino, por oscuros que positivam ente com o medio para la
puedan perm anecer para nosotros consecución de objetivos superio­
sus caminos en casos particulares, res; en cam bio, n o puede querer
D ios trueca en bien con su poder, jam ás de m anera positiva el mal
sabiduría y bondad todo sufri­ m oral, porque repugna al sentido
m iento y todo mal. últim o de la creación: la glorifi­
Imposibles son, evidentemente, cación de D ios. Pero sí puede per­
las soluciones dualistas que pre­ mitirlo, es decir, no impedirlo,
tenden atribuir el m al a otro ser aunque lo prevea. E sta perm isión
prim itivo m alo com pletam ente in­ del m al m oral está tam bién ju sti­
dependiente de D ios ( / D ualis­ ficada siem pre p o r u n bien perte­
mo, M aniqueísmo), pues así se neciente asimism o al orden ético:
negarían la infinitud y om nipoten­ si D ios hubiese de im pedir el mal,
cia de Éste. T am bién es insosteni­ o siquiera el m al m oral, su libertad
ble el /o p tim is m o metafisico de estaría restringida de m anera in­
Leibniz, que tiene al m undo exis­ digna y se excluirían de antem ano
tente p o r el m ejor de todos los m uchos bienes excelentes (fortale­
posibles y explica el m al que a pe­ za, paciencia, m isericordia, arre­
sar de ello lleva adherido com o si pentim iento, salvación; y tam bién
en conjunto fuera la m enor sum a la m anifestación de la justicia
posibie de él; opónese a esta con­ punitiva divina). Sin em bargo, la
cepción el que D ios con su om nipo­ m ayor victoria del bien aparece
tencia podría sin duda haber evi­ precisam ente en que D ios sabe
tad o en este m undo todo m al encauzar hacia el bien los peores
particular, sin que, por ello, com o males. L a fe firme en esta victoria
Leibniz opina, debieran perm itirse final del bien que nos garantiza
en otros lugares males de m agnitud el dirigir la m irada a D ios, debe
proporcional. D ios, por lo tanto, hacernos perseverar pacientem en­
perm anece libre en la elección de te en la lucha co n tra el m al m oral
los m undos posibles; no está obli­ y en la esperanza de la felicidad
gado a crear el m ejor de ellos; definitiva, a pesar de lo aparen­
m ás aún, no puede haber en m odo tem ente absurdo y cruel del des­
alguno un m undo tal, porque la tino.
om nipotencia divina siem pre po­ E n el siglo xix el significado del
dría crearlo m ejor; su infinita bon­ vocablo teodicea ( 2) se extendió
dad sólo exige u n a cosa: que el m uchas veces hasta designar to d a
m undo existente de hecho p o r su la ciencia filosófica de D ios o
voluntad, considerado com o con­ /te o lo g ía natural. Sin em bargo,
ju n to ordenado, sea bueno, predo­ en nuestro tiem pos esta acepción
m inantem ente bueno, y que, po r va poco a poco cayendo en des­
consiguiente, todo el mal que en uso. — D e V r ie s .
él se encuentre tenga su justifica­
a) S a n t o /T o m á s d e A q u in o , Sum m a
ción en u n bien superior al cual theologica, 1 q . 4 8 - 4 9 ; Sum m a contra
se ordene. Gentiles m , 4 - 1 5 ; b) E . L . F is c h e r , D as
D ios n o puede querer ningún Problem des Übels und die Theodizee,
m al com o fin. P o r lo demás, la o r­ 1 8 8 3 ; P. W . VON K e p p l e r , D as Problem
denación al bién es distinta en el des Leidens, ‘ 1919; O . Z im m e r m a n n ,
W arum Schuld und Schm erz, *1924; T h . analógico (/A n a lo g ía ). D os axio­
H a e c k e r, Schdpfer und SchSpfung 21949; mas gobiernan el juicio de la teo­
3. A . B e r r e n b e r g . Das Leiden im Welt-
logía natural: lo que conviene al
pla n 31942; P. S i w e k , L e probléme du
m al, 1942; [A . D . S f r t i l l a n g e s , E l pro­
ente en cuanto tal, conviene tam ­
blema del m al (trad . esp.), 1952; J. Hb- bién a D ios aunque a su m odo,
u J n , Dios y la razón d el mal en el y lo que conviene al ente contin­
mundo, en «P ensam iento» 9 (1953) pp. gente en cuanto contingente, hay
5-27, 147-175]; d) F . B i l l i c s i c h , D as que negarlo necesariam ente de Dios
Probiem der Theodizee im philosophischen ( /T e o lo g ía negativa).
D enken des Abendlandes, 1936-1952; G . L a teología sobrenatural o reve­
P k iu p s, La raison d'étre du m al d ’aprés lada (en ella se piensa cuando se
S. Augusthi, L ovaina 1927; R . J o l i v e t ,
habla de teología sin más) cimen­
L e probléme du m al d'aprés S . Auguslin,
P arts 1936; J. K r e m e r , D as Probiem der ta en últim a instancia sus pro p o ­
Theodizee in der Philosophie und Liíeralur siciones en la / revelación sobrena­
des 1S. Jhts., 1909; H . L in d a d , Das tural hecha por Dios. Su objeto es,
Theodizeeproblem im 18. Jh t., 1911; G . de un lado, dem ostrar la revelación
S t i e l e r , L eibniz und M alehranche und com o hecho histórico (teología fu n ­
das Theodizeeproblem, 1930; e) M . C. dam ental), de o tro , recoger de las
D. A rc y , The Probiem o f Evil, L ondres fuentes (teología positiva) el con­
1944.
tenido revelado y exponerlo con­
ceptual y científicamente (teología
Teología es la ciencia de / Dios. especulativa o dogmática). Objeto
Si se funda en la capacidad cog­ de la teología sobrenatural es D ios
noscitiva natural del hom bre, de­ no tanto como A u to r de la n atu ra­
nom ínase teología natural, y mu­ leza, sino principalm ente com o Sal­
chas veces tam bién / teodicea. La vador, su voluntad de salvación
teología natura] es aquella par­ y su institución de salvación. D e
te de ]a /m e ta f ís ic a que investi­ conform idad con su naturaleza,
ga el ente en su causa últim a, la la teología no se opone a la filo­
cual se encuentra más allá de to ­ sofía, com o no se opone la / f e al
da experiencia. Objeto de la mis­ saber. La teología se sirve de la
m a es D ios: su existencia, esencia filosofía (ancilla theologiae) p ara
y operación. La posibilidad de la sus fines, sin im pedir que ésta
teología n atural com o ciencia des­ persiga sus objetivos propios. Juz­
cansa en que podem os conocer ga tam bién a la filosofía, com o a
con certeza la existencia de D ios todo saber finito, con arreglo a
( / D i o s [D em ostración de], D ios la m edida que le proporciona su
[Pruebas de la existencia de]), fuente superior de conocimiento.
form ular enunciados conceptuales E n ello no hay desprestigio al­
acerca de Él ( / D i o s [Idea de]) guno para la razón, porque ésta
y juzgar el valor de verdad que n o es juzgada en tal caso con u n a
poseen. Es obvio p ara toda per­ m edida ajena a ella, sino con la
sona razonable que la ciencia que m edida de la R azón infinita. —
versa sobre D ios n o procura los B rugger .
conocim ientos en el m ismo sen­
a) S a n t o T o m á s d e A q u i n o , Sum m a
tido que si versara sobre objetos
theologica; b ) T e o lo g ía n a tu r a l: J.
d e la experiencia. Los asertos con­ K l e u t g e n , Philosophie der V orzeil i,
ceptuales acerca de D ios no nos ‘¡867 [trad. fra n c .: L a philosophie sco-
dan un conocim iento enteram ente lastique, P arís 1868]; M . R a s t , W elt und
adecuado de su esencia, sino sólo Gott, J 9 5 2 ; C . N i n k , Philosophische Got-
tedehre, 1948; E. G is q u ié RE, D eus Do- opuestos (dialécticos) cabe deter­
minus. Praelectiones theodiceae i, P arís m inar el objeto de aquélla, los
1950; B r o s n a n , God and reason, N u ev a cuales ni pueden ser absorbidos
Y o rk 1924 (bibliografía); J . H e l lí n ,
en un tercero m ás elevado (como
/ ¡teología naturalis, 1950; A . G 0N7.Ar.EZ
A l v a r e z , Teología natural, 1949; (R. G a -
en Hegel) ni arm onizados entre sí
k k ig o v -L a g r a N G E , Dieu, ” 1950 (tra d . (como ocurre en la escolástica).
u sp. 1950); P. D e s c o o s , Praelectiones L a teología dialéctica, expuesta
theologiae naturalis, 2 vols., P arís 1932; aquí únicam ente en su línea fun­
T . d e D i e g o , T heohgia naturalis, 1955], dam ental y desde el p unto de vista
T e o lo g ía so b ren atu ral: M a c c a f e r r i y filosófico, ve sólo la oposición en­
G i r a n d o , Bibliografia sut problem a della tre D ios y el m undo. En la / an a­
teología, B olonia 1942; J. B ilz , Ein-
logía del ser, «pecado original»
Jiihrung in die Theologie, 1935; J . K l e ü t -
u e n , Theologie der Vorzeít v, 5 A b h a n d .,
de la razón hum ana, barru n ta una
M874; P. W y s e k , Theologie ais Wissen- doctrina que coloca a D ios y al
xchaft, 1937; [ C h . J o u r n e t , Introductiott m undo sobre u n mismo plano con
á la th'éologie, P arís 1947; B. M . X i b e r t a , desconocim iento de la doctrina clá­
Introductio in sacram theologiam, 1949; sica según la cual D ios es, en virtud
J. M . A l o n s o , L a teología como ciencia, de su Esencia, el fundam ento del
e n «R evista e s p a ñ o la de teología» 4
orden ontológico sin estar subor­
(1944) pp. 611-634; 5 (1945) p p. 2-38,
dinado a él en lo m ás mínimo. N in ­
433-450, 529-560]; c) B. S c h u l e r , Die
Gotteslehre ais Grundwissenschaft, 1950;
gún predicado, ni au n el ser, con­
d) M . G r a b m a n n , D ie Geschichte der viene del m ismo m odo a D ios y a
katholischen Theologie, 1933 [trad. esp.: la criatura; y cóm o convenga a Él,
H istoria de la teología católica, 1940J; lo sabemos particularm ente p o r vía
E . H i r s c h , Geschichte der neueren evan- de negación. Ser creado es p ara la
gelischen Theologie in Zusam m enhang m il teología dialéctica sinónim o de pe­
der allgemeinen Bewegung des europái- cado y alejam iento de D ios, mien­
schen D enkens, 1949-1952.
tras que p a ra la concepción esco­
lástica el ente, en cuanto tal, es
Teología dialéctica. L a teología ontológicam ente bueno ( /V a lo r )
dialéctica es u n a dirección de la y D ios lo reconoce tam bién como
teología protestante, representada valioso. D el pecado original, según
principalm ente p o r K. Barth, E. le teología católica, se siguió la
brunner, F. Gogarten y otros, que pérdida de las gracias sobrenatu­
aspira a renovar la prim itiva teolo­ rales (/S o b re n a tu ra l), pero no
gía de )a R eform a. En unión con la destrucción o esencial atrofia
Lulero, afirma la com pleta incapa­ de la naturaleza hum ana, que con­
cidad del hom bre caído p ara el tinuó poseyendo, aunque notable­
conocim iento de D ios y el bien m ente restringida, la posibilidad
natural. L a razón no puede decir ta n to del conocim iento n atu ral de
n ada acerca de D ios, ni siquiera D ios como de la acción m oral
en sentido análogo. E ntre D ios y conform e a su naturaleza. — L a
el m undo hay u n abismo que no / f e y la verdad revelada deben
perm ite conocer a A quél desde éste. ser razonables. P or eso el hom bre
T al abism o lo salva únicam ente h a de procurarse una /c e r te z a
D ios hablando al hom bre en la práctica acerca del hecho de la
revelación. É sta debe justificarse por / revelación. Y au n d onde no cabe
sí m ism a. N o es posible p ro b ar penetrar la posibilidad interna del
el hecho de la revelación con la objeto de ésta, es posible todavía
razón. Sólo p o r m edio d e asertos a la razón creyente u n a concep­
ción del m ism o, exenta, p o r lo m e­ gía y en la / m í s tic a de la E dad
nos, de contradicción form al. — M edia. Así, Santo Tomás de Aquino
/[ 1 9 6 ] . — B r u g g e r . reconoce tam bién que acerca de
D ios sabemos m ejor lo que no
F uentes: K . B a r t h , D ogm atik I, 1927; es que lo que es. El M aestro
del m ism o : Die kirchliche D ogm atik n, Eckhart hizo considerable uso de
1, a1946; del m ism o : D ogm atik im
esta doctrina p ara expresar, con
Grundriss, 1947; indicación de otros, tr a ­
b ajos d e K arl B a rth en «Evangelische frecuencia de m anera paradójica, la
T heologie» 8 (1948-1949) p p . 283-288; vivencia mística, supraconceptual,
E. B r u n n e r , Religionsphilosophle evange- sirviéndose asimism o de ella N i­
líscher Theologie, 1927; del m ism o: P hi­ colás de Cusa. El m odo de pensar
losophie und O ffenbarung, 1925; F. G o- de la teología negativa (aunque con
g a Rt e n , Von Glaube und Offenbarung, otros nombres) dejóse sentir en
1923. B ibliografía: b j E. P r z y w a r a , la filosofía oriental m ás intensa­
R ingen der Gegenwart, 1929, r, pp. 242­
250; n , p p . 543-578; K . A d a m , Die
m ente que en Occidente. T al ocu­
Theologie der Krisis, en « H ochland» 23, n rre cuando los sabios indios ponen
(1926) p. 271 ss; U. v o n B a l t h a s a r , p o r delante de cualquier aserto
K arl Barth. D arstellung und D eatung sobre el A bsoluto el conjuro de
seiner Theologie, O lten 1951; [L . M a l e - un «no es así» o los filósofos chi­
VBZ, Théologie dialéctique'. théologie ca- nos hablan del gran «vacío» o el
tholique et théologie naturelle, en «Re- japonés Nishida proclam a un a filo­
cherches de science religieose» 28 (1938) sofía de la nada. — L a teología
pp. 387-429, 527-569; J. H am br, Karl
negativa presta el servicio d e agu­
Barth. V occasionalism e théologique de
K. Barth. É tude sur sa ntétliode dogma-
zar nuestro sentido de la infinitud
tique, 1949; J. M .a A l o n s o , Cosmología e incom prensibilidad divinas. Sin
y antropología cristianas de Karl Barth, em bargo, no le es lícito im pugnar
e n «R evista esp añ ola de teología» 15 la posibilidad de form ular afirma­
(1955) p p . 459-487].— I . R íe s , D ie natür- ciones positivas acerca de D ios si
llcfie G otteserkenntnis in der Theologie no quiere deslizarse hacia el / a g ­
d er Krisis, 1939; H . T h i e u k e , D ie Krisis nosticismo. — B r u g g e r .
der Theologie.
a) P s e u d o - D io n is iu s , D e divinis nom l-
Teología negativa. Siguiendo al nibus (M igne, P . G . 3); S a n to T o m á s
d e A q u in o , Sum m a contra Gentiles i, 14,
neoplatónico Proclo, el Pseudo-Dio­
29, 30, 36; / t r a t a d o s d e h isto ria de la
nisio Areopagita distingue una / t e o ­ filosofía en los lugares referentes a los
logía afirmativa y o tra negativa. pensadores citados.
M ientras la teología afirmativa par­
te de los efectos de D ios en la
creación, le da nom bres basados Teoría. El vocablo teoría se usa
en ellos y le considera com o «Om- las m ás d e las veces en oposición
ninom ioado», la teología negativa a práctica (nQ&ÍK), significando
asciende por el cam ino de la nega­ en este caso ( 1) el conocim iento
ción hacia el Infinito e «Innom ina­ puro, que es m era consideración
do» que se eleva sobre todo deter­ contem plativa, m ientras que prác­
m inante positivo y negativo. Lle­ tica den ota cualquier clase de
gada al térm ino de este ascenso, se actividad fuera del conocim iento
u ne con É l en la obscuridad ine­ mismo, especialmente la actividad
fable de la experiencia mística. — orientada hacia el exterior. Sin
L a doctrina de la teología negativa em bargo, n o hay práctica alguna
influyó grandem ente en la teolo­ (ni en sentido ético ni técnico) sin
teoría. Pues to d a práctica está llas partes de un a teoría que son
ligada a condiciones previamente co-afirmadas (inadvertidam ente o
dadas e inserta en un orden dado p o r prejuicio filosófico), pero no
<lc antem ano que debe conocer y son necesarias p ara la deducción
tener en cuenta si no quiere fra­ de lo realm ente observado, tam po­
casar. E n Aristóteles (y de m anera co se ven confirm adas p o r u na teo­
parecida en Kant) las expresiones ría por lo dem ás verdadera y cier­
jiQátK y práctico se reservan p ara ta. — B r u g g e r .
la acción m oral de la voluntad,
em pleando los térm inos ri%vr¡ y B. B a v in k , Ergebnisse und Probléme
técnico para designar la activi­ der N alurm ssenschaften, “1949; P . D u -
HEM , L a théorie p h ysig u e; son objet et
dad dirigida a objetos exteriores sa structure, P arís 1906; H . P o i n c a r é ,
(/T é c n ic a ). Afín a la teoría (1) es L a Science e t l'hypothise, 1992 {trad. esp.;
la meditación (atención concentra­ L a ciencia y la hipótesis, 1943]; C h .
da y, po r lo mismo, acrecentada S i g w a r t , L o g ik ii, 41 9 U ; F. R e n o i r t b ,
del conocer y del pensar) y la É lém ents de critique des sciences et de
/e sp e c u la c ió n . — E n la m oderna cosmologie, L ovaina 21947; [J. E c h a r r i ,
doctrina de la ciencia, teoría (2) Dualismo de experiencia y teoría en la
se contrapone tanto al escueto esta­ física, en «P ensam iento» 9 (1953) pp. 29­
45; F . S e i .v a g g i , Filosofía de las ciencias
blecimiento de / hechos com o a la
(trad , esp.), 1955].
/h ip ó te s is . A l establecimiento de
los hechos m ediante la experien­
cia y el experimento sigue en la Teosofía. L a teosofía intenta al­
ciencia n atu ral la descripción uni­ canzar un a visión de D ios y en
taria, exenta de contradicciones y, ella una inteligencia m isteriosa de
donde sea posible, m atem ática, de todas las cosas, m ediante el per­
aquéllos, así com o su explicación feccionamiento de disposiciones que
por leyes y causas necesarias. Sin se suponen existentes p o r n atu ra­
em bargo, m ientras una tal expli­ leza en todos los hombres. H ay
cación, exenta efectivamente de que establecer u n a distinción entre
contradicción en sí m isma y res­ la teosofía, en general, com o co­
pecto a los hechos, no excluye rriente que cruza la historia entera
otra, no pasa de hipótesis m ás o de la filosofía, y la teosofía m oder­
menos probable. Sólo cuando se na, influida principalm ente p o r el
dem uestra que la explicación dada / b u d is m o y el hinduísm o (H . Bla-
es la única que responde a los he­ vatsky, A . Besant), D espués de
chos, logra la categoría de teoría su separación de la Sociedad Teo-
(2). L a teoría se confirm a sobre to­ sófica, R. Steiner fundó la antro-
do conduciendo al descubrimiento posojia, que se apoya m ás en los
de nuevos hechos. Es de n o ta r que misterios egipcios y griegos. —
a m enudo lo com probable en la La teosofía m oderna profesa el
experiencia no son las proposi­ /p a n te ís m o . El m undo consta de
ciones aisladas de una teoría, sino u n a serie de emanaciones situadas
ésta en conjunto. C uando se m e­ en diversos grados o peldaños en­
jo ra y desarrolla ulteriorm ente u n a tre D ios y la m ateria, sin que entre
teoría, las prim eras formulaciones am bos se m uestre un a diferencia
de la m ism a n o son falsas sin m ás, esencial. Las em anaciones son pre­
sino que únicam ente se m ani­ sentadas en u n a fantástica cosm o­
fiestan com o insuficientes frente a gonía a la que acom paña u n a no
u n a experiencia m ás am plia. A que­ m enos fantástica concepción de la
historia. El hom bre es un com pues­ cipio dice que entre el ser y el no
to inestable de siete substancias ser del mismo objeto no puede
diferentes, cuatro de las cuales per­ darse tercero, medio, el cual ni
tenecen a los grados m ateriales sería ser ni sería no ser. En el o r­
y tres a los espirituales. E l vínculo den del pensam iento establece que
de unión lo constituye el manas to d a proposición o es verdadera
(según Stem er, el «yo»), que es o es falsa, no cabiendo, p o r lo
esencialmente uno en todos los tanto, un a tercera posibilidad ade­
hom bres y sólo de vez en cuando m ás de estas dos. Ú na proposición
se une a la m ateria durante la puede, claro está, perm itir varias
vida terrena. D espués de la muerte, interpretaciones, de las cuales una
las acciones buenas y m alas se tra­ será verdadera y o tra falsa; en
ducen en nuevos renacimientos a este caso no hay realm ente una
form as de existencia, ya inferiores, sola proposición. Es posible tam ­
ya superiores, las cuales pueden bién que una proposión sea verda­
al fin conducir tam bién a la libe­ dera en p arte; en tal supuesto,
ración del germen divino y su es falsa si se la considera íntegra­
absorción en el nirvana { / Me- mente. El principio del tercero ex­
tempsicosis). — Por lo que toca cluido resulta inm ediatam ente del
a la m oral, la teosofía sigue las de / contradicción. Pues el tercero,
form as m odernizadas del budismo. el medio, sería distinto del ser
O cupan el prim er plano el p re­ (siendo, p o r consiguiente, no-ser)
cepto del am or al prójim o (en y, a la vez, sería distinto del no-
sentido budista) y form as extra­ ser; sería, pues, distinto de sí mis­
vagantes de ascesis. Se rechaza la m o, es decir, expresaría u na co n tra­
oración y se coloca enteram ente en dicción interna. — D e V r i e s .
el hom bre la salvación del alma.
L a teosofía y la antroposofía están b) A. P f á n d e r , L ogik, 1921, pp. 223-
en abierta contradicción con las 230 [trad. esp■: Lógica, 1928]; P. H o e n e n ,
H e t principium e x d u s i tertii in de bran-
doctrinas fundam entales del cris­
ding, en «Bijdragen» 10 (1949) p p . 241-
tianismo. Se han tom ado de éste 263.
representaciones y símbolos, pero
vaciándolos de su sentido cristiano
m ediante u n a diferente explicación Tiempo. El tiem po es u n tipo
de los mismos. N i la teosofía ni de duración. D uración significa
la antroposofía pueden exigir vali­ perm anencia en la existencia. Lo
dez científica. — / Ocultismo, Mís­ que no existe, tam poco dura. L a
tica; /[ 1 8 6 ] . — B r u g g e r . duración de seres inm utables es la
/e te r n id a d ; la de seres mudables,
A dem ás de los escritos de los fu n d a ­
el tiem po. En la escolástica se dis­
do res: b ) A. M a g e r , Theosophie und
Christentum, *1926; G r a n d m a i s o n - T o n - tingue, además, tempus y aevum;
q ü é d e c , L a théosophie e t l'anthroposo- tempus indica el m odo de duración
phie, París 1939; A. L. M a t z k a , Theoso­ de las criaturas corpóreas; y aevum,
phie und Anthroposophie, 1950; c) K . L eh- el de las criaturas espirituales. Así
m a n n -I ssel , Theosophie, 1927 (Góschen). com o el / espacio m uestra u n estar
— G . B ic h l m a i r , Christentum, Theosophie junto a otro en la extensión, así
und Anthroposophie, V iena 1950. el tiem po un estar después de otro
en la duración (sucesión), lo cual
Tercero excluido (Principio de). significa u n extenderse continuo
E n el orden ontológico este prin­ desde el pasado al futuro a través
del presente. Pasado (o pretérito) estar-detenninado real de las cosas.
es lo que ya no existe, pero suele El tiempo imaginario es el resul­
conservarse objetivamente, en sus tado de un largo proceso evolutivo
ctectos, o subjetivamente, en la conceptual y, com o tal, carece de
/m e m o r ia . Presente (o actual) es realidad. Es un / ente de razón.
lo que se encuentra entre el pasado Sin em bargo, puesto que incluye
y el futuro, lo que existe ahora. com o elem ento objetivo la d ura­
En sentido estricto, sólo es presente ción, es posible form ular con su
un elemento indivisible del tiem po: auxilio juicios objetivam ente váli­
el «ahora». Son futuros las cosas dos sobre las circunstancias y rela­
y sucesos que todavía no existen, ciones temporales. — M edir el
pero existirán, y a m enudo se anti­ tiempo significa com parar un tiem­
cipan en la esperanza. El instante po con una m edida tem poral arbi­
constituye un elemento indivisible trariam ente elegida como unidad.
del tiempo, un corte en el mismo. Com o unidad de tiempo puede to ­
Puesto que la extensión del tiempo m arse cualquier fenómeno perió­
es continua no puede construirse dico, v.gr., la alteración de día
con instantes. La sucesión del y noche, el movim iento pendular,
tiempo, que está condicionada por etc. — D istinta de la noción de
los cambios de las cosas tem pora­ tiempo es su representación in­
les, va desde el pasado al futuro tuitiva. La duración tem poral de
( = dirección temporal) y es irre­ las vivencias interiores, el tiempo
versible; el sentido de su dirección psíquico, es inm ediatam ente perci­
lo lija la relación de causa y efecto. bido por el «sentido temporal», que
Así com o toda cosa y todo acon­ en virtud de circunstancias psico­
tecimiento tienen su duración, así lógicas puede apreciar la longitud
también poseen su tiempo concreto del tiempo transcurrido. Se llama
p ro pio: el tiempo físico. A dem ás tiempo psíquico de presencia la ex­
del tiempo propio de todo ser, tensión de tiem po inm ediatam ente
hablase del tiempo imaginario, que presente a la percepción tem poral.
representa un esquem a general, va­ Su duración se fija entre 6 y 12
cío, en que pueden alojarse todos segundos.
los sucesos tem porales, un sistema, Aristóteles considera sobre todo
vacío, de acontecim ientos posibles. el tiempo físico, entendiendo por
Es un a duración tem poral abstrac­ él la sucesión en ei movim iento
ta representada com o existiendo en y definiéndolo com o el número del
sí y concebida en form a parecida movim iento según un antes y un
al espacio absoluto, com o un con­ después. — K ant apoya sus refle­
tinuo sin principio ni fin, uni­ xiones sobre la noción de tiempo
dimensional y fluente de m anera im aginario elaborado por Newton
uniform e. La simultaneidad (coexis­ y ve en él una form a a priori de
tencia) denota que los aconteci­ la / intuición, que posibilita una
mientos de los cuajes se predica experiencia ordenada. El tiempo
están coordinados con el mismo tiene «realidad em pírica» e «idea­
punto o parte del tiempo imagi­ lidad trascendental» ( / Criticismo).
nario. — P ara Heidegger el tiempo es
L a teoría del tiempo constituye «el presente que se explícita, o sea,
un a teoría acerca del origen y va­ lo explicitado m anifestado en el
lidez de la noción de éste. El tiem ­ ahora». El tiem po «es antes que
po físico es, com o la duración, un toda subjetividad y objetividad,
porque ofrece la condición de la que los individuos aislados de un
posibilidad misma de este antes» grupo de hom bres se parecen más
( / Existencial [Filosofía]). — La o menos. Precisamente se distin­
teoría de la relatividad ( / Relativi­ guen de otros grupos con mayor
dad [Teoría de la]) trata del tiempo o m enor nitidez p o r esta semejan­
concretam ente com probable. M u­ za. Así, se han establecido diversos
chos de sus juicios sobre el tiempo tipos de tem peram ento, carácter,
conciernen propiam ente a la m e­ pensam iento, voluntad, sensibili­
dición del mismo. — Ju n k . dad, memoria, etc. El concepto de
tipo desempeña un im portante p a­
a) A r is t ó t e l e s , Física iv, 10-14; S a n pel en casi todos los dominios
A g u s t í n , Confesiones xi, 13-29; I. K a n t ,
particulares de la psicología, espe­
K ritik der reinen Vernunft (transzenden-
cialm ente en la /c a ra c te ro lo g ía ,
tale Á sth etik , 2. A b sch n itl); b) L e h m e n -
B e c k , Kosmologie, í -51920, pp. 163-178;
porque perm ite diferenciar hom ­
J . S e il e r , Philosophie der ynbelebten bres y grupos m ejor y con m ayor
N atur, 1948, p p . 118-123; 130-148; aproxim ación a la realidad que las
J . F r ó b e s , Lehrbuch der expeñm cnteüen nociones de género y especie d o ­
Psychologie n, s1929, p p. 379-416 [trad. tadas de rigor lógico, pero tam bién
esp .: Tratado de psicología empírica y de rigidez. C uando se habla de
experim ental, 2 .vols., “19441; [C . M a z - tipos y form as del pensamiento, tal
z a n t i n i , II tem po. Studio filosofico, 1942;
m odo de expresarse no concierne
D . N y s, L a notion de temps, *1925;
J. E c h a r r i , Carácter cuasiconeeptual del a la validez lógica y verdad del
espacio y del tiem po, en A ctas del Con­ pensam iento (/R e la tiv is m o ), sino
greso Internacional de filosofía (B arce­ al carácter de su realización psí­
lona 1948) ii, M adrid 1949, pp. 47-93; quica. Además de ia psicología,
P . H o e n e n , Filosofía delta natura inorgá­ m uchas otras ciencias particulares
nica, Brescia 1949; del m ism o: Cosmo­ (geografía, etnografía, botánica, et­
logía, R om a 1936; F . S e l v a g g i , Pro- cétera) se ocupan en el estudio de
blem i delta física moderna, Brescia 1953J;
tipos y cualidades típicas. Sus doc­
c) I. K a n t , / a ) ; M . H e id e g g e r , Sein
und Z eit, a1935 [trad. esp .: E l ser y e l
trinas sobre ellos constituyen las
tiempo, 1951); N . H a r t m a n n , Philoso­ respectivas tipologías especiales. E n
p h ie der N atur, 1950, p p . 136-250; cam bio, la solución del problem a
W . G e n t , D as Problem der 'Z #it, 1934; filosófico relativo a la esencia del
J. S i v a d j i a n , L e temps, 6 vols., 1938; tipo en general corresponde a la
d) W . G e n t, D ie Raum -Zeit-Philosophie tipología general. — W i l l w o l l .
des 19. Jahrhunderts, 2 vols., 1926-1930;
e) J. S c h w e r t s c h l a g e r , Philosophie der E . S e it e r ic h , D ie logische S tru k tu r des
N a tu r ii , *1922, p p . 91-102; [A. v a n Typusbegriffes, 1930; J. E. H e y d e , Typus.
M eilsen, The phílosophy o f nature, Pitts- E in Beitrag zur Bedeutungsgeschichte des
b u rg o , 21954]; adem ás, / E s p a c io . W ortes Typus, en «F o rsch u n g u n d F o rt-
schritt» 17 (1941) p p. 220-243; D . B r i n k -
m a n n , Grundprinzípien der Typenlehre, en
Tipo. El concepto de tipo, uno «S tudia Phiiosophica» (Suiza), 1948; va­
de los m ás característicos elabo­ rio s tra b a jo s en «S tudium G enerate» 4
rados p o r la investigación de la (1951) fase. 7 ; 5 (1952) fase. 4 ; C . G .
H e m pe l -P . O p p e n h e im , D er Typusbe-
personalidad, ha de distinguirse
g r iff im L ichte der neuen L o g ik, 1936',
cuidadosam ente del de género y
[B. R u sse l l -A . N . W h it e h e a d , Pmnci-
/e s p e c ie . M ientras éstos se rea­ p ia M athem atica, 3 vols., H925-1927;
lizan en los individuos en sentido P . W eiss , The theory o f types, en «M índ»
esencialmente igual, la imagen tí­ 37 (1928), N ueva serie, n.° 147; W . v a n
pica es una imagen com ún a 1a O . Q u i n e , On the theory o f types, en
xlournal o f Sym bolic Logic» 1938. S obre form a, y form a esencial única del
«lipo» desde el p u n to de vista psicoló­ cuerpo, de suerte que el hom bre
gico, /C a r a c te r o lo g ía . resulta de ella y de la m ateria
com o únicos principios esenciales.
Tomismo es el sistema doctrinal L a distinción real de esencia y
lilosófíco-teológico de Santo Tomás existencia, la doctrina de la indi­
</<’ Aquino y su escuela, consoli­ viduación y del alm a com o form a
dada a partir del siglo xiv y que esencial única son características
cuenta hasta la actualidad con emi­ del tomismo en sentido estricto. —
nentes representantes. Si po r to­ El hom bre, con saber seguro y de­
mismo (en sentido lato) se entien­ m ostrable, se eleva desde las cria­
den los puntos doctrinales m ás turas a D ios, prim er M otor, Causa
im portantes de Santo Tom ás, el suprem a, Ser absolutam ente nece­
tomismo es defendido hoy por la sario y subsistente en sí y por sí
mayor parte de teólogos y filósofos (esse subsistens, actus purus), prin­
católicos. Sin em bargo, a menudo cipio de to d o orden y finalidad,
se entiende p o r tomismo (en sen­ que es al m ism o tiem po causa
tido estricto) el tom ism o en opo­ final de la creación y en especial
sición al / suarism o o, aún más del hom bre. Sin em bargo, estas
rcstringidamente, la doctrina de la notas del concepto de D ios son
predeterm inación física ( / D ios únicam ente análogas, es decir, de­
[Concurso de]). finibles p o r un a semejanza con lo
A diferencia del / agustinism o, creado esencialmente afectada de
Santo Tom ás aceptó en gnoseo­ desemejanza. La ciencia hum ana
logía y metafísica las doctrinas no contradice la fe en la revelación
fundam entales más im portantes de sobrenatural, sino que es su supues­
Aristóteles. La doctrina agustinia- to, siendo tam bién perfeccionada
na del conocim iento com o contacto p or ella. El fin del hom bre es la fe­
con las ideas divinas es abandona­ licidad eterna, consistente en la
da y recibe o tra interpretación. El contem plación de D ios en la vida
hom bre extrae los prim eros con­ ultraterrena (prim acía del conocer
ceptos no de su espíritu, sino de sobre el querer).
los sentidos, po r la fuerza espon­ En ética y teoría de la sociedad,
tánea del entendim iento agente, y Santo Tom ás com bina la rica des­
llega con su ayuda, sin particular cripción esencial de la teoría aris­
asistencia de D ios, a la certeza de totélica de la virtud con la posi­
los prim eros principios. L a m eta­ ción cristiano-agustiniana y utiliza
física descansa en la analogía del asimismo, no sin crítica, ideas es­
ser. Santo Tom ás aplica la teoría toicas y neoplatóniéas. V irtud sig­
del acto y la potencia no sólo a la nifica m oderación y equilibrio en­
m ateria y la form a, concibiéndose tre actitudes opuestas a la razón.
entonces la m ateria prim a com o Consiste en observar el orden ra ­
pu ra potencia, sino tam bién a la cional, que, com o expresión del ser
relación de esencia y existencia en creado y de su orientación teleojó-
el ser creado cuya lim itación se gica, corresponde al mismo tiempo
funda en la potencialidad de la a la voluntad legisladora divina.
esencia. El principio de individua­ E n oposición al estoicismo, las p a­
ción es la m ateria determ inada de siones son valoradas positivamente.
m anera espacio-temp<3fal. E l alm a E l m atrim onio y la propiedad pri­
espiritual e inm ortal es a la vez vada son en su esencia indepen­
dientes del capricho de las leyes vencias ni el conjunto de la vida
estatales. La com unidad estatal, psíquica son comprensibles p a r­
cuyo fin lo constituye el bien co­ tiendo de elementos simplicísimos
m ún, es expresión del orden m oral (sensaciones, etc.), sino que repre­
natural. Las facultades del estado sentan totalidades primordiales. Al
no proceden de la Iglesia, sino que m ism o tiem po, en el cam po de la
se basan en la ley m oral natural. — sociología, la idea de totalidad
/ [109-111, 119, 127-8, 199], - triunfó tam bién (no sin ciertas
SCHUSTER. exageraciones) sobre el individua­
lismo y el liberalismo del siglo xix.
P . W y s e r , Thom as von Aquin, B erna D entro de la escolástica, el sentido
1950 (bibliografía); del m ism o: D er Tho- de la totalidad, herencia de la filo­
m ism us, B erna 1951 (bibliografía); V. J.
BoURKE, Thom istic Bibliography 1920-
sofía platónico-aristotélica, no des­
1940, St. L ouis 1945; E . G ilS O n , L e apareció nunca.
thomisme, P arís ‘ 1945; G . M . M a n s e r T otalidad se tom a hoy las más
Das tYesen des Thomismus, F riburgo de las veces en la acepción de todo
(Suiza) aI 935 [trad. esp.: L a esencia del concreto. Cabe h ab lar de totalidad
tom ism o, 1947]; A . D . S e r t i l l a n g e s , donde varias partes están ordena­
Saint Thomas d ’Aquin, 2 vols., París *1940 das de tal suerte que form an ju n ­
[trad. esp .: S a nto Tom ás de Aquino]; [del tas una unidad (el todo). L a totali­
m ism o: L a s grandes tesis de la filosofía
tom ista (trad . esp.), 1948]; C. G i a c o n ,
dad es una subespecie del / o r d e n .
L e grandi tesi del tomismo, M ilán 1945; Su peculiaridad reside en que en
J. M a r i t a i n , L e D ocleur angélique, 1929- ella los elementos del orden (las
1930 [trad e s p .: El Doctor Angélico, partes) form an, coexistiendo, un a
1942]; G . S ie w e r t h , D er Thomismus unidad cerrada. Si falta una, el
ais Identitátssystem , 1939; H . M e y e r , todo es incom pleto y pasa a ser
Thomas von A quin, 1938 [existe trad . parte. Parte de u n todo es, p o r lo
ingl.]; P. D e sc o q s , 5 . Thomas et le tho- tanto, aquello que ju n to con otra
m ism e, en «A rchives de Philosophie» 10
cosa constituye un a unidad orde­
(1934), pp. 595-643; J. S a n t e l e r , D er
Platonism us in der Erkenntnislehre des hl. nada. El orden de las partes (la
Thom as von Aquin, Innsb ru ck 1939; estructura o construcción articu­
e) M . G r a b m a n n , Thomas von Aquin, lada) hace a la totalidad distinta
’ 1947 (con extensa bibliografía) [trad. de la suma y del am ontonam iento
esp. de u n a edic. a n í.: Santo Tomás de en el cual la posición y el orden
Aquino, 1930], son cambiables a voluntad.
Sin em bargo, el concepto de to ­
Totalidad. En la superación del talidad no se realiza del mismo
m odo de pensar atomístico que se m odo en todas las totalidades,
ha ido abriendo paso desde prin­ porque la / u n i d a d (que participa
cipios del siglo xx, el concepto de de la /a n a lo g ía del ser) es de
totalidad ha desem peñado un im ­ diversa naturaleza en las diferentes
po rtante papel. Así, las investiga­ clases de aquéllas. P ara nosotros
ciones en el dom inio de la biología el prototipo de unidad lo consti­
llevaron a Driesch a adm itir en los tuye el organismo. E n él poseen
organism os u n particular factor de los elementos parciales un sentido
totalidad: la entelequia ( / V i t a ­ ta l de la unidad del todo qu£ sin
lismo). Ehrenfels y otros aplicaron relación a éste ni siquiera poeden
el punto de vista de la totalidad definirse las partes orgánicas (v.gr.,
a la investigación psicológica, don­ una mano). Tienen esencia y exis­
de quedó establecido que ni las vi­ tencia sólo com o partes del todo
luna «m ano» separada ya no es la casa), al paso que otras partes
mano). En este caso las partes se sólo vienen a la existencia en una
icúnen para form ar la totalidad totalidad (v.gr., los órganos en el
gracias al carácter com ún del ser organism o). El sentido del axiom a
substancial. M ás sobresaliente es es m ás bien: lo decisivo p ara el
;tím la unidad de la totalidad sobre todo no es aquello que las partes
l;is partes en el continuo ( / C a n ­ puedan ser en sí, sino aquello que
il dad), donde sólo potencialm ente hace de ellas un a to talid ad : el
existen com o unidades reales. En orden y la unidad (por ejem plo:
otros casos, com o es el de los el plan de construcción realizado
<(ciernentos» de vivencias anímicas, en la casa); las partes están subor­
lo vinculante es, prim ariam ente, la dinadas al to d o en su carácter
/f in a lid a d de la función, y, en úl­ parcial, existen en virtud de éste;
timo térm ino, la unidad substancial lo cual no excluye que, desde otro
de un fundam ento ontológico co­ punto de vista, posean valor y ser
mún, el alma, sin la cual no puede propios.
com prenderse el acontecer psíquico. L a idea de totalidad caracteriza
De m áxim a im portancia, incluso el llam ado holismo (del griego
práctica, para la vida del individuo olov = todo) fundado por J. S.
y de los pueblos es la índole de la Haldane y / . C. Sm uts. Según él,
totalidad en las com unidades ( / So­ los organism os no resultan de sus
ciedad [Filosofía déla]). A unque un elementos mecánicos ni de orga­
todo puede ser a su vez (desde otro nismos elementales, sino que des­
punto de vista) parte de una to ta­ envuelven sus m iem bros partiendo
lidad de orden superior, debe ob­ de la totalidad, los cuales, p o r su
servarse que hay totalidades, las parte, pueden ser tam bién totali­
cuales, en virtud de su esencia, no dades. M ateria, vida y espíritu son
pueden (como los m iem bros de un fases del mismo gran proceso evo­
organism o) ser jam ás m era parte lutivo. C aracterística del holismo es
de o tra; tal es el caso de la / p e r ­ la (impugnable) derivación de los
sona. T odas las com unidades cons­ dominios más sencillos a partir de
tan de personas con su valor pro­ los m ás com plejos (lo físico de lo
pio inamisible. biológico y esto de lo psíquico) por
Com o axiomas relativos a la to ­ m era eliminación y simplificación,
talidad se cuentan los siguientes: p a ra lo cual se requiere necesaria­
1.° «El todo es más que las p ar­ m ente la m atem atización de las es­
tes», es decir, la sum a de éstas feras superiores. — / Colectivismo,
no es todavía u n a totalidad. Se Universalism o. — B r u g g e r .
requiere, además, el orden y articu­ a) A r i s t ó t e l e s , M etafísica v, 25-2(5;
lación de las mismas, que en deter­ b) H . D r i e s c h . Das G a n z e und die S u m ­
m inadas circunstancias supone in­ irte, 1921; A . W e n z l , D er Gestalt- und
cluso un peculiar factor substancial G anzheitsbegriff in der modernen Psycho-
de totalidad (un / principio de uni­ logie, Bioiogie und Philosophie, und sein
dad y orden.) 2.° «El todo es antes VerhálIris zum Entelechiebegriff, en «Fest-
que las partes» (Aristóteles); lo schrift G eyser», 1931; F . K r u e o e r , D as
Problem der Ganzheit, 1932; del m ism o :
cual no significa que el todo exista
Ganzheit und Form, 1932; del m ism o:
tem poralm ente antes que ellas, Lehre von dem Ganzen, Seele, Gemein-
pues hay totalidades «£uyas partes scháft und das G dttlicke, 1948; F . A l v e r -
existen antes de reunirse en un des, D ie Ganzheiisbetrachtung in der
todo (v.gr., las piedras antes de B ioiogie, 1933; O . K o e h l e r , Das Ganz-
heitsproblem in der Bialogie, 1 9 3 3 ; cam ino (concepto físico del tra­
W . E h re n s te in , Einführung in die Ganz- bajo). El trabajo en su acepción
heitspsychologie, 1 9 3 4 ; J. S c h r ó t e l e r ,
propia es un privilegio del hom bre
D er aristotelische S a lz « D as Ganze ist
y constituye su nobleza. El tra­
vor dem Teil», e n « B ild u n g u n d E rz ie-
hung» 1 (1 9 3 4 ) p p . 1 4 -3 2 ; F. H ürth,
bajo supone tendencia a u n fin y
Totalitátsforderung und Totalitátsgesetz, esfuerzo. Con la prim era, la razón
e n « S c h o la s tik » 10 (1 9 3 5 ) p. 231 s s; dirige el trabajo que así adquiere
H . S c H lc K ttN G , Sinn u n d Grenze des responsabilidad m oral y m érito;
aristotelischen S a tz e s ’. Das Ganze is! el segundo acrecienta su valor m o­
vor dem Teil, 1 9 3 6 ; H . H o f fd in g , D er ral en cuanto que exige del hom bre
Totalitátsbegriff, 1 9 1 7 ; W . B ij r k a m p , un empíeo Teal de sus- energías.
D ie S tru ktu r der Ganzheiten, 19 2 9 ;
El trabajo intelectual fué siem­
W . H e in ric h (e d it .) , en Spann-Fest-
schrift: Die Ganzheit in Philosophie u n d pre apreciado, lo cual, faltando a
W issenschaft, 19 5 0 . S o b r e el holismo: la justicia, no ocurrió con el cor­
J . S . H a l d a n e , The philosophical basis poral. Inversamente, el trabajo en­
o f biology, 1 9 3 1 ; J . C . S m u t s , Holism cam inado a la producción de bienes
and Evolution, L o n d r e s 31 9 3 6 ; A . M e y e r - m ateriales fué a veces sobrevalo-
A b i c h , Ideen und Ideale der biologischen rad o de un m odo unilateral a causa
Erkenntnis, 1 9 3 4 ; d e l m is m o : Krisenepo- de su manifiesta utilidad. L a valo­
chen und W endepunkte des biologischen
ración del trabajo debe ser prim e­
D enkens, 1 9 3 5 ; d el m is m o : Naturphilo­
sophie a u f neuen W egen, 1 9 4 8 . ram ente «m oral»; en este respecto,
el provecho económico del resul­
tado de la actividad laboral ha de
Trabajo. El hom bre trabaja relegarse como criterio valorativo
cuando pone en actividad sus fuer­ al último lugar. A criterio entera­
zas intelectuales o corporales, di­ m ente distinto obedece la valo­
rigiéndolas a u n fin serio que debe ración «económica», la cual cobra
ser alcanzado o realizado. Estudiar tanta im portancia porque hoy, para
y orar son verdaderos trabajos, muchísimos hombres, la rem une­
aunque ninguno de los dos produz­ ración (e! «equivalente») que re­
ca n ad a ; otros trabajos de orden. ciben por su trabajo constituye la
intelectual y todos los de naturaleza base de toda su actitud en la vida.
corporal conducen a un resultado Los valores culturales en su to ­
exteriorm ente perceptible, ya sea talidad sólo pueden crearse y con­
un producto, ya un cambio de es­ servarse m ediante el tra b a jo ; de ahí
tado o situación. Conceptualmente la im portancia de revestir de dig­
es posible trazar limites definidos nidad cultural el trabajo y las
entre trabajo y juego, mas, de condiciones de vida del trabajador,
hecho, tales lífnites son imprecisos: siendo indiferente que su trabajo
una cosa que en sí es juego puede sea intelectual o corporal, de di­
resultar serio y penoso trabajo rección o de ejecución. U na / cul­
p ara quien la ejecuta. tura dirigida al placer, se hunde;
El anim al y la m áquina tam bién una cultura que aprecia y h o n ra el
trabajan, pero sólo m ientras el trabajo, prospera.
hom bre aprovecha y dirige su ac­ El trabajo es siempre un a bendi­
tividad; el animal com parte con ción, nunca una m aldició»; pero
el trabajo hum ano la fatiga; la puede trocarse en m aldición si es
m áquina, únicam ente el m ovi­ sobrem anera fatigoso y m onótono
miento y la sim ultánea superación y deja perecer el espíritu, si re­
de una resistencia a lo largo de un sulta estéril y si en la vida laboral
dominan circunstancias que arru i­ E rkenntnis, 1856; H . L e n n e r z , N atür-
nan al hom bre m oral y físicamente liche G otteserkenntnis, 1926, 39-75; J. L u ­
en vez de fortalecerle y perfeccio­ pus, L e traditionalism e et le rationalisme
exam inés au point de vue de la philosophie
narle. — N e l l - B r e u n i n g .
et de la doctrine catholique, Lieja 1858;
b} H . P e s c h , Lehrbuch der Nationald- [ M e r c i e r , Criteriología (trad. esp.), 2

konom ie, 1914-1926, IV [trad. e s p .: Tra­ vo!s., 1936]; e) L . B a u r , M etaphysik,


tado de economía nacional]; J. H a e s sl e , 31935, § 89.
Das A rbeitethos der Kirche, 1923; T h .
B r a u e r , Produktionsfaktor A rbeit, 1925;
del m ism o : Arbeit, en el Staaislexikoh Trascendencia (del latino trans­
de H . Sacher, i, 1926; F. B a t t a g u a , cenderé) denota la acción de «tras­
Filosofía del lavoro, B olonia 1951 [trad. cender», superar o salvar, v.gr.,
esp,: Filosofía del trabajo, 1955]; F. un obstáculo, los límites. Este sig­
Gíese, Philosophie der A rbeit ( l. X del
nificado fundam ental varía de m u­
Handbuch fü r Arbeilswissenschaft), 1932;
V o n N el l -B r e u n i n g , Arbeit, e n e l Wdr-
chas m aneras según los dominios
íerbuch der P o litik de O. von N ell-B reu­ a que se aplica eí térm ino. — D esde
ning y H . S acher, t. ir, 1948; ad em ás, la el punto de vista gnoseológico,
voz A rb eit en e l t. iv, 1949; [J. T o d o tí . trascendencia significa (1) indepen­
Filosofía del trabajo, 1955}; d) E . W e l t y , dencia de la conciencia. El objeto
Vom Sinn und W ert der menschlichen trasciende e] acto cognoscitivo, se
Arbeit (nach Thomas von A q u in ), 1946. contrapone a él com o algo indepen­
diente, no com o algo sólo puesto
Tradicionalismo. Según el trad i­ por el acto. Esto ocurre ya dentro
cionalismo estricto ( De B onald), de la autoconciencia; un acto de
la razón individual es incapaz de conocim iento orientado a com pren­
alcanzar por sí misma conocimien­ der un acto volitivo encuentra a és­
to alguno de la verdad. P ara ello te com o algo independiente de él.
necesita de la /re v e la c ió n divina, C on mayor razón el m undo exterior
que se le transm ite por la tradición trasciende nuestra conciencia entera,
del género hum ano. En especial, que se dirige a él com o a algo ya
el hom bre llega al pensar concep­ existente. — E n relación con nues­
tual sólo m ediante el lenguaje dado tra /e x p e rie n c ia , trascendente in­
por Dios. Bautain, Bonneity, Ven­ dica lo suprasensible y lo inexperi-
tura y otros lim itaban el tradicio­ m entable. E l núcleo esencial de las
nalismo a las verdades religiosas cosas visibles y todo lo espiritual
y morales. De Lamennais, por últi­ trascienden nuestra experiencia sen­
mo, no apelaba a la autoridad sorio-intuitiva: son, p o r lo tanto,
divina, sino a la razón universal suprasensibles = trascendentes (2),
hum ana. El tradicionalism o se apo­ pero no absolutam ente inexperi-
ya en el falso supuesto de la im po­ mentables. Pues m ediante la re ­
sibilidad de una /m e ta fís ic a des­ flexión experim entam os nuestro
arrollada po r la razón del hom bre. pensar y querer en su existencia,
Ú nicam ente puede fundam entar su aunque no en su espiritualidad.
propia validez incurriendo en un Tam bién respecto a lo esencial ca­
círculo vicioso. — / [2 1 II. — S a n - be hablar de experiencia, en cuan­
TELER. to que prim ariam ente centellea in ­
J . K l e u t g e n , Philosophie der Vorzeit I,
cluido p or entero en lo intuitivo.
*1878 [trad. fra n c .: 4 a philosophie sco- Sin em bargo, las esencias despren­
lastique, 4 vols., P arís 1868]; H . D e n - didas de lo sensible, así como sus
z i n o e r , Vier Büchcr von der religiósen leyes, y lo espiritual com o tal tras­
cienden toda experiencia, porque trascendencia. Jaspers habla del
únicam ente son accesibles en un ser com o de lo «envolvente» (V m -
nuevo acto aprehensivo que se greifcnd) y hace que la existencia
sitúa frente a ella (abstracción hum ana se constituya por la tras­
explícita, intelección de la esencia, cendencia, es decir, por su abrirse
consecuencia). Son trascendentes al A bsoluto. Heidegger entiende la
(3) también en el sentido de inexpe- trascendencia com o superación del
rimentables. El pensam iento diri­ ente aislado hacia el m undo en
gido a lo inexperimentable se llama general, hacia el ente en conjunto,
/ especulación. incluso hacia el ser, si bien p er­
En el orden del ser, trascenden­ manece indeterm inado lo que es
cia (4) índica supramundanidad. El este ser. — L o t z .
alma hum ana participa ya de ésta
en cuanto que en virtud de su D esde el p u n to de vista gnoseológico:
espiritualidad trasciende el m undo a) I . K a n t , K ritik der reinen Vernunft
(E stética trascendental y analítica tras­
visible, a pesar de estar inserta
cendental); E. H u s s e r l , Logische Unter­
en él com o form a esencial del cuer­ suchungen, 31922 [trad. esp. Investiga­
po. El espíritu, que no es miembro ciones lógicas, 4 vols., 1 9 2 9 ]; b) J. DE
ni parte del m undo, expresa ple­ V r i e s , D enken und Sein, 1 9 3 7 [trad. esp.;
nam ente la supram undanidad. In ­ Pensar y ser, 219,531; C. N in k , Sein und
com parable es la trascendencia (5) Erkennen, *1952 (especialm ente w ); N .
o supramundanidad de Dios, cuya H a r t m a n n , Grundzüge einer M etaphysik

infinitud sobrepuja de m anera ine­ der Erkenntnis, 41929 [trad. fran c .: Prin­
cipes d'une métaphysique de 1a connais-
fable al m undo y a todo lo finito;
sance, 2 vols., P arís 1 9 4 7 ]; c) I. K a n t ,
trascendencia a la cual se une, no / a ) . D esde el p unto de vista m ctafísico:
obstante, en virtud de la misma a) P l a t ó n , Banquete; R epública; A r i s ­
infinitud una /in m a n e n c ia igual­ t ó t e l e s , M etafísica x u ; S a n t o T o m á s
m ente incomparable. — La tras­ d e A q u i n o , Comentarios a la M etafísica

cendencia (4 y 5) refluye hacia de A ristóteles x u ; b) K . R A H N tR , Geist


la trascendencia (2 y 3), porque la in W elt, 1 9 3 9 ; J . L o t z , Sein und W ert j,
supram undanidad trae consigo tam ­ 1 9 3 7 ; del m ism o : Im m anenz und Trans-
zendenz, en «Schoiastik» 13 ( 1 9 3 8 ) pp.
bién un a rigurosísim a suprasen-
1 -2 1 ; 1 6 1 -1 7 2 ; B . W e l t e , D er philoso-
sibilidad e inexperimentabilidad. phische Glaube bei K. Jaspers und die
C onsiderada desde el punto de M iiglichkeit seiner D eutung durch die tho-
vista lógico, la trascendencia ( 6 ) mistische Philosophie, en «Sym posion»
conviene a aquellos conceptos uni- 2 (1 9 4 9 ) pp. 1 -1 9 0 ; H . E. H e n g s t e n b e r o ,
versalísimós que rebasan todas las A utonom ism us und Transzendenzphiloso-
categorías y, en general todos los phie, 1 9 5 0 ; W . B r u c c e r , D as Grund-
órdenes particulares envolviéndolo problem m etaphysischer Begriffsbildung,
absolutam ente to d o dentro de su en «Z eitschrift für phitosophischen F or-
schung», 4 (1 9 4 9 ) pp. 2 2 5 -2 3 4 ; [C. G ia-
extensión. T rátase en este caso del CO N , II problem a della trascendenza. Saggi
ser y de los llam ados / trascen­ e studi di filosofía contemporáneo, 1 9 4 2 ] ;
dentales. /A lu d ire m o s sólo bre­ K . J a s p e r s , Philosophie, 1 9 3 2 (especial­
vemente a la trascendencia m a­ m ente t. m ); c) M . H e i d e g g e r , Vom
tem ática (7) que se atribuye a una W esen des Grandes, *1931 [trad. e sp .: L a
cantidad que rebasa los límites esencia del fundam ento, 19441.
de lo algebraico, v.gr., el núm ero.
E n la actualidad, la filosofía Trascendental es, de acuerdo
existencial ( / Existencial [Filoso­ con la etimología del vocablo ( 1),
fía]) ha descubierto de nuevo la aquello que se refiere a lo trascen-
dente, es decir, según el uso ordi­ con la acepción primitiva. T oda
nario del térm ino, a lo trascenden­ la investigación de K an t parte de
te con respecto al m undo sensible esta interrogación: ¿es posible la
(/T ra sce n d en c ia). E n este sentido, metafísica com o ciencia? P ara re­
filosofía trascendental equivale a solver dicho problem a, K an t juzga
metafísica. Esta acepción se en­ absolutam ente indispensable inqui­
cuentra también en Kant; así ocurre rir los m odos de actuar de nues­
cuando llama trascendental al uso tras facultades cognoscitivas, in­
de los principios del entendim iento quirir cóm o, previam ente a toda
puro más allá de los límites de la experiencia accidental ( / A priori),
experiencia. — En la filosofía esco­ están basados en la estructura esen­
lástica m oderna, el térm ino trascen­ cial del sujeto. Así, el plantea­
dental (2) — a diferencia de trascen­ m iento trascendental (1) de la cues­
dente — se utiliza las m ás de las tión, es decir, dirigido a la posi­
veces en sentido lógico. M ientras lo bilidad de la metafísica, se hace
trascendente es el ente que se en­ trascendental (3) en el sentido de
cuentra m ás allá del acto de co­ la definición kan tian a: «Llam o tras­
nocim iento, de 1a conciencia o del cendental todo conocimiento que
m undo, el vocablo trascendental se ocupa, en general, no tanto de
designa los conceptos que superan objetos com o de nuestro m odo
en universalidad a las / c a t e g o ­ de conocerlos, en cuanto éste debe
rías o que, p o r lo m enos, no son ser posible a priori». (K ritik der
reducibles a una categoría única. reinen Vernunft, B. 25). E n este sen­
Así se denom inan ante todo tras­ tido, habla K an t de estética tras­
cendentales el concepto mismo del cendental, lógica trascendental, etc.,
ente y los conceptos de los atri­ y aun de filosofía trascendental
butos esenciales que convienen a en general. Con igual significado
todo ser (/T ra sce n d en tale s); por Maréchal, p o r ejemplo, denom ina
lo demás, Santo Tom ás, Escoto tam bién trascendentales las inves­
y, casi siempre, tam bién Suárez tigaciones escolásticas acerca del
usan en este caso el térm ino trans- objeto form al y la tendencia teleo-
cendens, no transcendentalis. U na lógica de las facultades cognosci­
relación se caliñca de trascendental tivas. El calificativo de trascendental
cuando a causa de su unidad nece­ pasa luego de la reflexión sobre las
saria y esencial con determ inan­ condiciones a priori del conoci­
tes absolutos del ser no puede miento a estas mismas condiciones.
incluirse en la categoría de / r e ­ Según esta acepción, llámanse tras­
lación. Precisamente porque los cendentales (4) las condiciones del
conceptos trascendentales son de conocim iento fundadas en el su­
decisiva im portancia en orden a la jeto mismo con anterioridad a toda
definición de lo suprasensible, e in­ experiencia y a todo conocimiento
cluso son los únicos que entran real, consideradas en cuanto tales,
en cuenta para la determ inación es decir, en cuanto posibilitan el
de lo divino, el trascendental lógico conocim iento objetivo. E n este sen->
conserva su relación esencial a lo tido, habla Kant de imaginación
trascendente o metafísico. trascendental; en este sentido tam ­
En Kant, el térm ino trascen­ bién reciben el calificativo de tras­
dental experim enta un im portante cendentales las form as a priori de
cam bio de sentido, m anteniendo, la sensibilidad y del 'entendim iento
no obstante, una cierta coflfexión y, finalmente, el sujeto mismo como
último fundam ento de la unidad de rasgos típicos, que en ellos explí­
to d o conocimiento (Kant: «unidad cita y revela su esencia. En el
trascendental de la apercepción», es transcurso del tiem po se h a ido
decir, de la conciencia). Puesto que m ostrando con progresiva claridad
en el mismo Kant la investigación qué determinativos deben contarse
trascendental conduce al resultado entre los trascendentales. Desde
de que por las form as a priori sólo Santo Jom as de Aquino han preva­
pueden conocerse objetos de la lecido generalmente tres: unidad,
experiencia, lo trascendental se pre­ verdad, bondad. M odernam ente se
senta en él revestido de una cierta propende cada vez más a añadir
oposición a lo trascendente. Sin o tro : la belleza. D e lo dicho re­
em bargo, no debemos pasar por al­ sulta la siguiente relación recí­
to que todavía conserva relaciones p ro ca: un ente posee estos cuatro
con lo trascendente: por las catego­ atributos según el m odo y medida
rías lo trascendente puede, al m e­ con que el ser le corresponde; e
nos, ser pensado, aunque — debido inversamente: el ser corresponde
a la falta de la correspondiente a un ente, según el m odo y m edida
intuición — no sea posible conocer­ con que posea estos cuatro atri­
lo; las ideas trascendentales se re­ butos.
fieren esencialmente a lo incondi- Expliquemos un poco los tras­
cionado, a lo metafísico, y si bien cendentales en particular. En vir­
esto tam poco puede ser dado como tud de su /u n id a d , el ente está
objeto ni, por lo tanto, conocido, cerrado en si mismo y separado
es adm itido, sin em bargo, justifica­ de todos los demás. Com o enseña,
dam ente, en calidad de / postula­ v.gr., una com paración entre lo
do de la razón práctica. —D e V r ie s . inorgánico y el hom bre, la unidad
aum enta con la categoría ontológi-
b) V . R ü f n e r , Die trans 2endentale ca; es decir, m ientras en la m ateria
Fragestellung ais metaphysisches Probiem, física el individuo propiam ente tal
1932; M . S c h e l e r , D ie Transzendentale
es sólo difícilmente cognoscible,
und die psychologische M ethode, 51922;
J. M a r Éc h a l , L e point de départ de la el hom bre como persona ostenta
métaphysique, t. m , 1923, y t. v, 1926; una individualidad claram ente ex­
d) H . K n it t e r m e v e r , D er Terminas presada. La falta to tal de unidad,
iram zendental in seiner historischert Ent- o sea el desgarramiento absoluto,
wicklung bis zu Kant, 1920; /'T r a s c e n ­ equivale a la / nada. —La / verdad
dentales. y la bondad ( /V a lo r ) denotan que
el ente, en virtud de su ser, sinto­
T ra sc e n d e n ta le s. Este vocablo niza con el conocer y el querer del
denota aquellos determinativos que espíritu, indican que, debido a un
inm ediata y necesariamente resul­ íntim o parentesco esencial, es acce­
tan de la esencia del ser acom pa­ sible a éste. Y o tra vez cabe decir:
ñándole inseparablem ente en todas cuanto más rica plenitud de ser
sus flexiones ce modos. Por consi­ tiene un ente, tan to m ás afín es
guiente, al igual que el / ser, al espíritu, tan to m ás participa
tam poco están restringidos a un de su transparencia, tan to más
sector del ente, antes bien, tras­ ofrece a su voluntad fletes que le
cienden todos los órdenes particu­ satisfacen. La com pleta extrañeza
lares limitados. Ofrecen la auto- al espíritu equivale a la falta total
explicación interna, el rostro, por del ser: a la nada. — P o r últim o, la
decirlo así, del ser con todos sus / belleza no está ju n to a los demás
trascendentales, sino que resulta de Unicidad, U nicidad dice más
ellos com o su perfección. Reside que individualidad. P or eso todo
en la concordancia de unidad, ver­ lo que es único es tam bién / indi­
dad y bondad, concordancia a la viduo, pero no viceversa. L a indivi­
que corresponde la arm ónica com ­ dualidad conviene al sujeto concre­
penetración de un cierto conocer to de una esencia en su peculiaridad
contem plativo y de u n querer sa- incomunicable, v.gr., a esta encina,
boreador. E n la belleza, el ser y el a este hom bre llam ado Pablo. La
espíritu descansan porque se han unicidad añade, además, que un
encontrado a sí mismos de m anera individuo carece de igual, que, por
perfecta. Algo de esto debe rea­ tanto, no hay fuera de aquél otros
lizarse en todo ser: de lo contrario, sujetos de la correspondiente esen­
el ente sería com pletam ente ajeno cia (unicidad de hecho) o que esen­
a sí mismo, es decir, se hundiría cialmente no puede haberlos nunca
en la nada. — E n esta imagen del (unicidad m etafísica). N o se d a en
ser va im plicada una imagen ente­ el ám bito terrestre u n a unicidad
ram ente definida de Dios. P orque tal; pero sí u n a unicidad de hecho.
Él es el Ser subsistente en su per­ É sta es poco destacada en la n atu ­
fección infinita, se m uestra desde raleza extrahum ana, donde los in­
este p u n to de vista como la uni­ dividuos existen sólo en vista de
dad, la verdad, la bondad y la la especie; p o r eso m uestran un
belleza en persona. — L o t z . exiguo sello individual, se parecen
a) S a n t o T o m á s d e A q u in o , Quaes- m ucho entre sí y pueden substi­
tiones disputatae de veritate (especial­ tuirse u no po r o tro , aunque tam ­
m en te q . 1 a. 1, q . 2 1 , a, 1; 1. K a n t , bién hablam os, v.gr., de la belleza
K rilik der reinen Vernunft, B 113; b) G. única de un paisaje, o de la fideli­
S cuxí I.e m a n N, Die Lehre von den Trans- dad única de un animal. El hom ­
zendentalien in der scholastischen Philoso­ bre individual, en cam bio, por ser
ph ie, J929; J. L o t z , Sein und W ert I, /p e r s o n a , no nace al servicio de
J937; M . M ü l l e r . Sein und Geist, 1940;
su especie, sino que tiene su fin
E. S t e in , Endíiches und Ewiges Sein, 1950,
especialm ente v ; C. N in k , Ontologie it,
eterno enteram ente personal, ad­
1952; A . M a r c , Dialeetique de l'affirm a- quiriendo con ello una determ i­
tion, P arís 1952, 1. i; [M e r c ie r , Ontología nada irreiterabilidad e insubsti-
(trad . esp.), 3 vols., 1935; F. v a n S t e e n - tuibilidad. E sta circunstancia se
b e r g h e n , Ontología (trad. esp.) 1957; manifiesta en el profundo sello in­
L. DE R a e y m a e k e r , Filosofía de! ser dividual de los hombres, el cual
(trad. esp.) 1956; A . R o l d á n , M etafísica puede acrecentarse hasta conferir­
del sentim iento, 1956]; c) K a n t / a ); les un carácter único, grandioso.
d) H . K ü h l e , D ie Lehre A lberts des
Grossen von den Transzendentatien, en
Así, por ejemplo, P latón, San
Philosophia Perennís i, 1930, pp. 129-147; A gustín, San Francisco de Asís,
H. L E ISE O A N G , Über die Behandlung des G oethe, constituyen figuras úni­
scholastischen S a tzes «Quodlibet ens est cas, incom parables. Sin em bargo,
unum, verum, bonum seu perfectum » und la verdadera unicidad metafísica la
seine Bedeutung in K ants K ritik der reinen m uestran solam ente los seres espi­
Vernunft, en « K an tstu d ien » 20 (1915) rituales puros. M ientras en el do­
p p . 403-421; [A. B. W o l t e r , The trans- minio de lo terreno ningún indi­
cendentals a n d their fu nction in the meta-
viduo agota la plenitud ontológica
physics o f D uns Scotus, 1 9 4 7 ]; e) J . L o t z -
J . d e V r i e s , D ie . W elt des M enschen,
de su especie, no ocurre así (se­
*1951, n , 13 [trad. esp .: E l\n u n d o del gún Santo Tom ás de A quino) en
hom bre, 1954]. el caso del ángel; todo individuo
es, pues, en esta esfera, necesaria­ rrado» (o «acabado»), estando, por
mente único en su especie. Mas lo tanto, separado de cualquier
porque jam ás una sola especie rea­ otro. L a segunda unifica en el con­
liza plenam ente la riqueza del es­ cepto universal u na m ultiplicidad
píritu puro, hay todavía en este real. La unidad de los conceptos
grado del ser m uchas especies que com o, v.gr., hom bre, ser, etc., es
convienen genéricamente. Sólo la lógica o de pensam iento; sin em­
unicidad de Dios es absoluta, por­ bargo, tiene un fundam ento real
que poseyendo Él exhaustivamente en cuanto que los seres individua­
en sí como individuo la infinita ple­ les com prendidos en aquéllos son
n itu d del ser, es imposible la exis­ semejantes entre sí p o r lo que res­
tencia de otro. — L o t z . pecta a su esencia. — La unidad
trascendental es de naturaleza m e­
a) S a n t o T o m á s d e A q u in o , Sum m a tafísica. P or eso no coincide con
theologica, 1 q. 11; S um m a contra Gen­ la unidad cuantitativa, la cual queda
tiles i, 4 2 ; b) M . R a s t , W elt und G ott,
lim itada a lo corpóreo. Ésta pre­
1952; [A. G o n z A l e z á l v a r e z . Teología
natural, 1949]; e) J. L o i z - J . d e V r ie s , supone cosas numerables, es decir,
Die W elt des M enschen ii, !1951 [trad . tales que sean del mismo orden.
esp .: El mundo del hombre, 1954], N o cabe, por consiguiente, predi­
carla de D ios ni, tom ada en sen­
tido estricto, tam poco de los espí­
Unidad. La unidad es el prim e­ ritus puros.
ro y fundam ental de los / t r a s c e n ­ C on los grados del ser vienen
dentales o atributos esenciales del dados los de la unidad. E n prim er
ser, lo cual significa que el / s e r lugar hay que distinguir la unidad
pone esencialmente unidad. Toda com puesta, resultante de partes,
realización del ser trae consigo y la simple que no se construye
unidad y toda form a de unidad con ellas; am bas tienen a su vez
tiene sus raíces en el ser. D el grados. Si se asciende desde lo
mismo m odo que no hay ser sin inorgánico hasta el hom bre, p a­
unidad, tam poco hay unidad sin sando p o r la vida vegetal y animal,
ser. La m edida y el m odo del ser se ve claram ente cómo aum enta el
determ inan la m edida y el m odo carácter de «cerrado» hacia den­
de la unidad; inversamente, la me­ tro y de «separado» hacia fuera,
dida y el m odo de la unidad reve­ y, p o r lo tanto, la unidad. — El
lan claram ente la m edida y modo principio henológico expresa la pri­
del ser. Como prim er trascenden­ m acía de la unidad sobre la m ulti­
tal, la unidad está lo m ás próxima plicidad diciendo: la m ultiplicidad
posible a la esencia del ser: ser es presupone la unidad y no puede
prim eram ente unidad. Com o tras­ existir sin un a unidad que esté a su
cendental fundam ental constituye base. Es un caso particular del
la base de los dem ás: de la m edida principio de causalidad ( / C a u s a ­
y modo de unidad dependen la m e­ lidad [Principio]). Pues to d a m ul­
dida y modo de la /v e r d a d , la tiplicidad denota contingencia, en
bondad ( / V a l o r ) y la /b e lle z a ; cuanto que el mismo contenido
a todos los penetra íntim am ente esencial se recibe en d iversos seres
ia unidad. — A la unidad real individuales, no perteneciendo, por
del ser opónese la unidad lógica del lo tanto, necesariamente a ningu­
concepto. La prim era expresa que no. E l fundam ento últim o de la
un ente es en sí indiviso y «ce­ m ultiplicidad ha de ser una esencia
que n o perm ite pluralidad de su­ espiritual). P o r medio de u n a in­
jetos, sino que existe sólo en uno cesante «estructuración» proceden
de m odo absolutam ente necesario: de ella, en inm ensa gradación y di­
la unidad de Dios. Todas las criatu­ versidad, las totalidades de orden
ras, en la m edida que entrañan re­ inferior (totalidades parciales), ca­
lación a este origen único, quedan racterizadas cada un a de ellas por
reducidas a unidad en la unidad su propio contenido espiritual. Ca­
real del mismo. É sta es exacerbada da dom inio cultural es una totali­
po r el / m onism o extremo, que dad parcial de este tipo, estabiliza­
considera al universo entero com o da orgánicam ente com o estamento
u n solo individuo (así, po r ejemplo, (Stand) (el estado es el «estamen­
Parménides y Espinosa) . A él se to supremo»). E l camino para pasar
aproxim a el /p a n te ís m o . N o rara­ del espíritu objetivo al subjetivo,
m ente son equiparadas en ellos la para inflam ar la conciencia y la
unidad lógica del concepto de ser vida espiritual, es la «dualización»
y la unidad real del Ser absoluto ( «Gezweiung»); la vida del espíritu
(/S im p lic id ad ). — L o t z . es siempre y exclusivamente «diá­
logo» con otros seres espirituales
a ) A r ist ó t e l e s , M eta física x ; S a n t o
(ningún yo es posible sin u n tú). —
T o m á s t>E A q u i n o , Comentarios a la
M eta física de A ristóteles x ; Sum m a theo­
Si el m undo conceptual del uni­
logica, 1 q . 1 1 ; b) D . F b u U n o , H aupt- versalismo causa un a extraña im­
fra g en der M eta p h ysik, 1936; F. K u m k e , presión, su declaración de guerra
D er M a n ís m us. 1911 [trad. íta f.; 11 m o­ a los sistemas corrientes de filoso­
nism o, 2 vols., F lorencia 1914]; M e r - fía social fué útil y estim ulante:
c i e r , O ntología (trad . esp.), 3 vols., 1935; el /in d iv id u a lism o cayó en esta
F . v a n S t e e n b e r g h e n , Ontología (trad. lucha definitivam ente; el solida-
esp.) 1957; A . M a r c , Dialéctique de
rism o salió de ella acrisolado y
i'affirm a tio n , P arís 1952]; c) H . R ic k e r t ,
D as Eine, die Einheit und das Eins, ‘ 1924;
robustecido. — /[ 1 9 4 ] , — N e l l -
d) J. M a r Éc h a l , L e po int de départ de B r e u n in g .
la m étaphysique i , “1927; e) J. L o t z -
J. DE V r ie s , D ie W eit des M enschen, O. S p a n n , Kategorienlehre, 1924; de!
*1951, II, 13 [trad. esp .: E t m undo del m ism o : Gesellschaftslehre, *1930; del m is­
hombre, 1954], m o : Haupttheorien der Volkswirtschafts-
lehre, *‘1949; W . H e in r ic h (edit.), e n
Spann-Festschrift, D ie Ganzheit in Philo­
Universalismo es (1) la visión del sophie und W issenschaft, 1950; W . H ein -
todo, de los horizontes amplios, RICH, Universalismus, en el Staatslexikon
de la universalidad, opuesta a la de H . S acher, t. v , 1932; J. M e s s n e r ,
lim itación m iope y m ezquina a va­ Universalismus, e n el Wdrterbuch der P o-
lores parciales o intereses particu­ ¡itik, de O . vo n N ell-B reuning y H . S a ­
lares. — Se denom ina universalis­ cher, t . v , 2, 1952; e) A . B r u n n s r ,
Grundfragen der Philosophie, *1949 [trad.
m o (2) la doctrina de la sociedad
esp.: Ideario filosófico, *1953],
elab o rad a por Othmar Spann, doc­
trin a idealista-cinética de la totali­
d ad que sólo tiene en com ún con Validez. E n el lenguaje filosó­
el /c o le c tiv ism o masivo corriente fico esta palabra denota la exis­
algunos fragm entos form ales de su tencia justificada de algo, distin­
definición. Su lem a es: «El todo guiéndola del existir o ser pensado
antes que las partes». ~ Encuén­ únicam ente de hecho. L a validez
trase ya dada la totalidad fhás ge­ no tanto se atribuye a las cosas
neral del espíritu objetivo ( / S e r cuanto a los productos del pensa­
miento, com o conceptos, juicios, «Validez universal» puede enten­
raciocinios, ciencia o, en el dom i­ derse de dos m an eras: o como
nio práctico, a norm as y leyes. validez p ara todos los sujetos pen­
Puesto que el ser pensado de hecho santes, en oposición a «validez so­
no garantiza todavía la validez, lam ente relativa», o com o validez
ésta, cuando se refiere a produc­ de todos los objetos (de un a deter­
tos m entales, apunta po r encima m inada clase), en oposición a la
de ellos a un fundam ento que los que se refiere a objetos particula­
trasciende. Según el /p sic o lo g is- res de la misma. — D e V r ie s .
rao, dicho fundam ento es la subje­
tiva necesidad del pensam iento im­ b) J. G e y s e r , Á u f dem K am pffeld der
plicada en la peculiaridad anímica L o g ik , 1926; A. W n .M S f N , Z u r K ritik
des logiscben Transzendemalismus, 1935;
del hom bre. En dicha opinión, la
c) A. L ie b e r t , D as Problem der Geltung,
validez, v.gr., de las proposiciones =1920.
m atem áticas es tan sólo para nos­
otros; p ara otros seres intelectua­
les quizá sea válida o tra m atem á­ Valor. E! térm ino valor fué pri­
tica (/R e la tiv ism o ). Para eludir m ero utilizado p o r la econom ía
esta consecuencia, el /c ritic ism o política que estudia el valor de
de K an t ancla to d a validez en la uso y de cam bio de las cosas.
/c o n c ie n c ia en general. Esta so­ Antes de H . L otze la filosofia habló
lución no es unívoca en m odo al­ de valores sólo ocasionalm ente; él
guno. En el /n e o k a n tis m o de la hizo del valor u n contenido funda­
escuela de Badén, la conciencia, en m ental del filosofar. A tendiendo
general, aparece todavía determi­ a la cosa significada con el voca­
nada por /v a lo r e s trascendentes, blo «valor», cabe afirm ar que in­
que com o «verdades en sí» no po­ dudablem ente el pensam iento filo­
seen existencia real, sino que úni­ sófico se había ocupado siempre
cam ente «valen». La validez, por en este problem a bajo el título de
lo tanto, es concebida entonces bien y de b on d ad (bonum et bo­
com o algo enteram ente indepen­ nitas).
diente, existente «en sí», carente, La m oderna filosofía de los va­
no obstante, de ser. Igualm ente lores ( /V a lo r e s [Filosofía de los])
ocurre en otras form as del «tras- (sobre todo Scheler) que procede
cendentalismo lógico» ( /V e r d a d ) . de Lotze distingue nítidam ente en­
Pero tal concepción contradice la tre valor y / bien. Según ella, los
trascendencia del / s e r , o sea, el bienes pertenecen al orden del ser,
principio de tercero excluido: lo m ientras que los valores se enfren­
que de ninguna rrianera participa tan a éste con «suprem a indepen­
del ser es simplemente nada. La dencia» y form an u n reino propio.
validez, p o r consiguiente, en últim a N os encontram os aquí con un a es­
instancia, sólo puede atribuirse al pecie de ideas valórales platónicas,
ser; es, en definitiva, validez onto­ rasgo que aparece expresado con
lógica (real), la cual, tratándose del particular energía en N . Hartmann.
juicio, coincide con su /v e r d a d , Puesto que de esta m an era los va­
y en el caso del /c o n c e p to , ex­ lores son en sí újkas supram unda-
presa que su contenido no sólo es nas que sólo el hom bre introduce
contenido de pensam iento, sino en lo T e a l, podem os denom inar
que tam bién es o al menos puede a esta opinión idealismo valoral.
ser contenido ontológico. Su contrario es el realismo valo-
ral o, m ejor, la teoría metafísica carácter propio del valor. E ntre
del• valor, que supera la indicada am bos se encuentra la aprehensión
separación entre los valores y el intelectual del valor, que lo descu­
ser. T al separación viene exigida bre porque el ser es intrínseca­
porque se considera al ser única­ m ente valioso, pero que nunca
mente com o realidad em pírica so ­ puede constituir la respuesta total
metida a las leyes naturales sin a aquél, porque el valor perfec­
interna necesidad esencial; induda­ ciona al ser y, p o r consiguiente,
blemente, anclar en ella los valores sólo encuentra la respuesta plena­
significa relativizarlos. Si, p o r el m ente adecuada en el sentir y el
contrario, se penetra hasta el ser querer; por eso, aun la aprehen­
metafísico con su absoluta necesi­ sión intelectual del valor estará
dad, im plicada tam bién en las co­ siem pre im pregnada de elementos
sas visibles en form a de leyes esen­ sentimentales y apetitivos.
ciales, anclar el valor en el / s e r Al dom inio del valor pertenecen
significa justam ente afianzar su ca­ ia oposición de valor y no valor,
rácter absoluto. Más aún, se pone así como la ordenación jerárquica
de manifiesto que el valor es uno de de los valores. E t valor descansa
ios / trascendentales; visto desde en el orden del ser y del obrar
su más íntim o núcleo, el ser es va­ a él ajustado, m ientras que la des­
lioso; y el valor, ontológico; sepa­ viación del orden ontológico de­
rarlos sería aniquilarlos. Sólo puede nota no valor y, al fin, conduce
haber distinción entre bienes y va­ a la / c u l p a m oral. P or lo que
lores en el sentido de que con el respecta a la jerarq u ía, los grados
térm ino bienes se indican las cosas del valor corresponden a los del ser.
individuales, en cuanto en ellas D esde un punto de vista m ás for­
están realizados los valores, al paso m al distínguense el valor por razón
que se denom inan valores las esen­ de sí, el valor p o r razón del goce
cias o ideas valórales abstraídas (o valor deleitable) y el valor p o r
de aquéllas. En definitiva, pode­ razón de la utilidad (o valor útil).
mos describir el valor com o el ser El valor por razón de sí es pre­
mismo en cuanto en virtud de su tendido p o r sí m ism o; el valor
contenido «¡ignifica u n a perfección deleitable irradia del valor p o r ra ­
y atrae a la potencia apetitiva. El zón de sí, puesto que atrae hacia
carácter norm ativo del valor tiene éste y fluye de su posesión beati­
sus raíces en las leyes esenciales ficante; el valor útil está al servi­
im plicadas en el ser, leyes que son cio del valor p o r razón de sí com o
norm a p ara el individuo, y, en m edio para un fin. A tendiendo al
últim a instancia, en que al ser le contenido, el valor p o r razón de
corresponde la prim acía sobre el sí m uestra los grados siguientes:
n o ser. valores económicos, vitales, espiri­
D e la esencia del valor depende tuales (lo verdadero, lo bello, el
la peculiaridad de su aprehensión. bien ético) y religiosos (lo santo).
Si el valor se separa del ser no es Su jerarquización responde a esta
accesible a la razón orientada hacia enum eración, que sigue los grados
él; y puesto que se abre única­ del ser, en la cual los valores
m ente al sentir emocional, surge religiosos ocupan el lugar supre­
el irracionalismo valoral. Lo co n ­ m o, pues en ellos se trata directa­
trario de éste sería un racionalismo m ente del Bien infinito (Dios). —
valoral que disolvería en el ser el L otz.
a) P latón, Filebo; República-, A r i s ­ 414]; d ) F . J. R i n t e l e n , D er W ertge-
tóteles, É tica a Nicóm aco (especial­ danke in der europáischen G eistesentw ick■
m ente i ) ; S a n t o T o m á s d e A q u i n o , Co­ lung, t. I, 1932.
mentario a Ia Ética a N icóm aco de A ris­
tóteles; Sum m a theologica, 1 q. 5 y 6;
1, 2 q. 18; S um m a contra Gentiles i, 37-41; Valores (Ética de los). Recibe
III, 3, 16, 20, 24; Quaestiones disputatae esta denom inación aquella corrien­
de veritaie, q. 21 y 22; S u á r e z , Disputa- te del pensam iento ético que se
tiones metaphysicae, disp. 10; h j S . B e h n , ocupa ante todo exclusivamente
Philosophie der W erte, 1930; M . M ü l l e r , en el fenóm eno valoral y ve en el
Über Grundbegriffe philosophischen W ert- / valor el problem a esencial de
lehre, 1932; J. P i e p e r , Die W irklichkeit la ética. Cabe distinguir una di­
und das Guíe, 51949; J. L o t z , Sein und
rección neokantiana ( Windelband,
W ert i, 1937; T h . S t e i n b ü c h f l , Die phi­
losophische Grundlegung der katholischen R ickert) y otra fenomenológica
Sittenlehre n, 1939; F . K l e n k , W ert, (Scheler, N. H artmann) de la ética
Sein , Gott, 1942; G . v o n B r e d o w , S itt- de los valores. L a prim era sólo
licher W ert und Realwert, 1947; M . R e - entiende po r valor el elemento
d i n g , M etaphysik der siltlichen Werte, universal form al, presupuesto del
1949; C. N i n k , Ontologie 1952, p arte n, querer ético, que más o menos se
sec. 3; J. D e l e s a l l e , L iberté et valeur, equipara al «deber» y se distingue
L ovaina 1951; (S. V a n n i - R o v i g h i , Essere
del ser (empírico) com o determ i­
reale, essere idéale, valore, en «R ivista
d i filosofía neoscolastica» 36 (1944)
nativo trascendental (ética p u ra­
p p . 29-42; J. M u ñ o z , Aprehensión de los m ente form al, formalismo ético).
valores, en A ctas del Congreso Interna­ La ética fenomenológica de los va­
cional de Filosofía (B arcelona 1948), lores ve en el valor algo dotado de
M adrid 1949, t. i, pp. 441-453; T . U r - contenido, algo objetivo y separado
d á n o z , Filosofía de los valores y filosofía del ser, que reviste carácter aprio-
del ser, en A ctas del Congreso Internacio­ rístico, confiere al apetito plenitud
nal de Filosofia (B arcelona 1948), M adrid de sentido y no coincide en modo
1949, t. i i , pp. 933-960; F . J. v o n R i n -
alguno co n la obligación o deber
t e l e n , Valor y existencia, en «Sapientia»
4 (1949) pp. 232-238; A. L i n a r e s H e ­ ( = ética material de los valores).
r r e r a , S er y valor, en «R evista de la C ontra el form alism o kantiano que
U niv ersid ad de Buenos A ires» 9 (1951) descuidaba en demasía el conte­
pp. 109-172; 357-417; J. Z a r a g ü e t a , nido valioso del precepto moral,
Filosofia y vida, 3 vols., 1950-1954, t. n la ética fenomenológica de los va­
y i i i (ver índices); D . v o n H i l d e b r a n d , lores tiene el m érito de haber sub­
Christian ethics, N ueva Y ork 1953; rayado la objetividad y prioridad
A . R O L D Á n , M etafísica del sentim iento,
del valor frente al deber y la obli­
1956, pp. 393-471]; v) M . S c h e l e r , Der
Formalismus in der E thik und die mate-
gación. Sin em bargo, esta ética
riale W ertethik, a1927 [trad. esp.; Ética, tiene también defectos, y no pe­
2 vols-, 21949]; del m ism o : Vom Ewigen queños. E n prim er lugar, no sale
im M enschen, 8I933 [trad. esp. p arcial: de la separación entre ser y valor
D e lo eterno en el hombre, 1940]; ( /V a lo r e s [Filosofía de los]). D e
J. H e s s e n , W ertphilosophie, 1937; del m is­ m anera parecida a lo que ocurre
m o : D ie W erte des Heiligen, 1938; del al ser, la objetividad de los valores
m ism o : Lehrbuch der Philosophie u : sólo puede fundam entarse en vir­
W ertlehre, 1948; J. E. H e y d e , Wert,
1926; [J. O r t e g a y G a s s e t , ¿Qué son
tud de la abstracción que extrae
los valores?, en «R evista de O ccidente» conceptos e/enciales de los entes
(1923) 4; E. B r é i i i e r , D outes sur la p h i­ y bienes concretos. Los valores no
losophie des valeurs, en «R evue de m éta- constituyen u n orden y u n a re­
physique e t de m orale» 51 (1939) pp. 399- gión de contenidos suspendida en
el aire sobre el ente. Puesto que el losófica, o tra investigación, v.gr.,
valor está fundado en el ser, com o psicológica, de los valores y valo­
orden de perfección del mismo, no raciones. Con m enor frecuencia se
ha de trazarse tam poco u n a sepa­ usa p ara designarla el nom bre de
ración tan radical entre el cono­ axiología (del griego &$iov «= digno,
cimiento del prim ero y el del se­ apreciable). Y a en Lotze, padre
gundo. E l sentimiento intencional de la m oderna filosofía de los valo­
del valor (intentionale Wertfühlen) res, aparece el valor separado del
de Scheler no es algo simple y últi­ ser. Este es carente de valor p o r­
mo, sino un producto complejo. que se le restringe a la realidad
Además, el dom inio del valor es em pírica exclusivamente som etida
ciertam ente un objeto im portante a las leyes m atem áticas de la cien­
y fundam ental de la ética, pero cia- natural. Los valores en que
no el único. Esenciales son ta m ­ se funda el sentido de nuestra
bién las cuestiones relativas al fin existencia form an el reino propio
de perfección del hom bre y, espe­ del valer. A esta duplicidad corres­
cialmente, al problem a de la ley ponde en el hom bre u n a dualidad
m oral y de la necesidad de la obli­ de facultades; así com o el enten­
gación. É sta presupone el valor dim iento (Verstand) conoce el ser,
y el fin, pero exige u n legislador asi la razón (Vermmft) siente los
divino. E l valor solo no basta p ara valores. —Las sugerencias de Lotze
explicar la necesidad incondicio­ se desarrollaron sobre todo en
nada d? la ley. — / [ H l , 191]. — dos form as: la filosofía neokantiana
Schuster. y la filosofía fenomenológica de los
valores.
b) G . E k m e c k e , D ie natiirlichen Seins- L a prim era recoge el aspecto de
grundSagen der christllchen E th ik , 1941; /v a lid e z ; su representante es la
D . v o n H i l d e b r a n d , D ie Idee der sitt-
escuela badense (Windelband, R ic­
lichen Handiung, 1930; del m ism o :
S ittlich keit und ethische W erterkenntnis, k e rt). P arte de la diferencia entre
en « Jah rb u ch fü r P hilosophie u n d phüno- la naturaleza, que debe ser expli­
m enologische F o rschu ng » v (1922); [del cada po r leyes, y la cultura histó­
m ism o: Christian ethics, N u ev a Y o rk rica, que h a de ser com prendida
1953]; M . W i t t m a n n , D ie moderne W ert- p or valores directivos. Así, ju n to
ethik, 1940; [G. M á r q u e z , L a ética de a la realidad, carente de valor,
los valores, en « R a zó n y fe» 126 (1942) se encuentra el reino substantivo
pp. 263-280]; c) H . R i c k e r t , System der
de los valores, que valen incondi-
Philosophie i, 1921; B . B a u c h , Grundzüge
der E th ik, 1935; M . S c h e lb r , V e r F or­
cionadam ente, pero n o existen, lo
malismus in der E th ik und die materiaíe que autoriza tam bién p ara califi­
W ertethik, *1927 [trad. es p .: É tica, 2 vols., carlos de irreales. A m bas esferas
*1949]; N . H a r tm a n n , E th ik, 1926; coinciden en el «nudo del m un­
A . K o ln a i, D er ethische W ert und die do», es decir, en los actos valiosos
W irklichkeit, 1927. del hom bre que im prim en tam bién
valores a lo real, siendo de esta
Valores (Filosofía de los). La m anera creadores de cultura. —
filosofía de los valores no se des­ Spranger y M einong en su últim a
arrolló com o dirección propia sino época profesan ideas parecidas.
después de H. .L otze. C uando se L a filosofía fenomenológica de
habla de teoría de los mlores, esta los valores (Scheler) recoge sobre
expresión en la m ayoría de los todo lo concerniente al sentimiento
casos com prende, además de la fi­ del valor; en oposición al form a-
lismo de Kan!, puesto apasionada- W ert, Sein, G ott, 1942; O. K r a u s , Die
rrlente de relieve, Scheler funda ia W erttheorien, 1937; A . M e s s e r , Deutsche
ética m aterial de los valores ( / V a ­ W ertphiíosophie der Gegenwart, 1926;
[det m ism o: La estim ativa o la filosofía
lores [Etica de los]). U na reducción
de los valores en ¡a actualidad (trad. esp.),
de éstos al ser, que es entendido 1932]; P. R o m a n o , Ontologia del valore.
sólo com o realidad existente, equi­ Studio storico-crltico sulla filosofía dei
valdría a su relativización. Su ca­ valori, 1949; [G. M á r q u e z , Crítica de
rácter absoluto está únicam ente la filosofía de los valores, en «R azón
asegurado por la «definitiva inde­ y F e» 126 (1942) pp. 53-70; A . L i n a r e s
pendencia» respecto al ser; en con­ H e r r e r a , Elem entos para una crítica de

secuencia, form an un reino propio la filosofía de los valores, 1949].


de «cualidades materiales» (de de­
term inativos que poseen la natura­ Vedanta (Filosofía del). E l tér­
leza de contenidos). D ebido a su m ino V edanta significa prim era­
separación del ser, los valores no m ente el final del veda o ciencia
pueden ser conocidos por el enten­ sagrada de los indios; pero luego
dimiento, sino sólo aprehendidos de pasa a denotar también la doctri­
m anera intuitivo-em ocional por el na que ve en dicho final el punto
sentimiento intencional que, dirigido culm inante del verdadero conoci­
a los valores com o a su objeto, se miento. El V edanta trató de ela­
distingue del sentim iento m era­ borar un sistema acabado sobre la
m ente subjetivo. — Afines al sen­ base de las tradiciones, contradic­
tim iento intencional son el «am or torias entre sí, contenidas en el
justo» de Brentano y la presenta­ género literario de las Upanishads.
ción emocional defendida por Mei- En el V edanta se cuentan diver­
nong en sus últim os años, mientras sas escuelas; pero, entre éstas, la
las teorías psicologistas disuelven de Sham kara (s. ix d. de J.C.)
los valores en el sentim iento pura­ llegó a alcanzar tan gran im por­
m ente subjetivo. N. Hartmann con­ tancia que en la m ayoría de los
tinúa la ética de los valores ( / Va­ casos entiéndese por V edanta el
lores [Ética de los]) con impulso sistema de dicho pensador. Sham ­
propio. Jaensch ha caracterizado kara distingue un saber superior
acertadam ente todos estos siste­ y otro inferior. La verdad suprem a
m as com o «teorías com plem enta­ es la no dualidad = advaita o m o ­
rias dualistas», pues se reducen nismo riguroso. La dualidad o di­
a com plem entar el ser carente de versidad es sólo encubrim iento de
valor colocando a su lado el valor la verdad, o sea, apariencia — ma­
carente de ser en vez de desarro­ ya, El principio fundam ental abso­
llar la radical unidad de am bos. luto y espiritual del universo =
Sin em bargo, sólo la teoría esco­ brahmán o Yo divino = atman es
lástica de los valores penetra hasta unidad pura, pero en virtud de
la raíz más profunda de dicha uni­ su m aya se presenta com o plurali­
dad. — / [179, 190, 191, 210J. - dad sin ser p o r ella tocado en sí
Lotz. mismo. Puesto que el producto
es únicam ente un a transform ación
F. J. R i n t e l e n , D ie Bedetttung des
de la causa, no se distingue de
philosophischen W ertproblems, en Philo­
sophia perennis (m iscelánea en h o n o r de ésta y es, com o ella, incausado.
J. G eyser), 2 vols., 1930, t. u ; J. L o t z , La verdadera causalidad y él ver­
Sein und W ert, en « Z eitschrift fü r katho- dadero devenir son absurdos. El
lische T heologie», 1933; F r . K l e n k , atm an universal y el atm an indi­
vidual se com portan com o el es­ saber superior. E n él se conoce
pacio universal y el espacio de com o situado m ás allá del bien
un tarro. Difieren sólo en la li­ y del mal, com o ser, espíritu y gozo
mitación. A este saber superior de absoluto. — E n tre los filósofos que
lo absoluto se contrapone el saber llevados las más de las veces por
interior de lo relativo, «según la motivos religiosos estructuraron el
agitación del m undo». D esde este V edanta en sentido teísta, destaca
punto de vista, el brahm án es principalm ente Ramanuja (s. xn). —
tanto causa eficiente com o m ate­ / [1 2 ]. — B r u g g e r .
rial, creador de los m undos dotado
de atributos y señor suprem o que P . D e u s s e n , D as S ystem des Vedanta,

crea, rige y destruye el universo 21906; V. S . G . c h e , L e Vedanta, P arís


1918; O. S t r a u s s , Ittdische Philosophie,
y a la vez m ateria del m undo que,
1925, c. 10; G . D a n d o y , L ’ontologie du
en repetición carente de principio Vedanta, P arís 1932; H . v o n G la s e n a p p ,
y de fin, de él sale y a él retorna. Die StuJ’e n zunt G Sttlichen, 1948; R. F o l-
El m undo tal com o nosotros lo l e t , Quelques som m ets de la philosophie
percibimos es, según Sham kara, no indienne, en «A rchives de Phiiosophie», 9
sólo construcción m ental o nada, (1931) f a s e . 1; [P. N e o r e , Vedanta; La
sino real, por supuesto, únicam en­ concepción filosófica más notable de la
te para el p unto de vista relativo, India, en «P ensam iento» 1 (1945) pp.
415-432],
que, sin em bargo, es com ún a to­
dos y decisivo para obrar, m ientras
el punto de vista absoluto sola­ V eg e tal. Es u n /o r g a n is m o
m ente puede obtenerlo el indivi­ pluricelular y diferenciado que vive
duo p ara sí mismo. La m aya no principalm ente de la utilización de
es existente, porque en sentido ab­ energías (luz y calor) y cuerpos
soluto es engaño, ni no existente inorgánicos, y que en la realización
porque es realm ente vivida. El alma de la vida orgánica (desarrollo ger­
es, según su esencia, espiritualidad minal, crecimiento, reproducción)
p u ra y brahm án. da sólo m uestras de irritabilidad. —
La escisión del U no en la plu­ L a planta, com o organism o, es una
ralidad de las almas individuales totalidad en el ser y el obrar con
viene del no saber, que somete /f in a lid a d inm anente fundada en
al hom bre a diversas condiciones. un factor natural autónom o ( / V i ­
A ellas pertenecen el cuerpo gro­ tal [Principio], alma vegetativa).
sero, el cuerpo sutil que en el trán ­ La irritabilidad constituye el modo
sito de u n a vida a o tra sirve al peculiar con que todo organismo
alm a de apoyo y es sustentador reacciona a influencias (excitacio­
del karm an, y los diversos órganos nes) exteriores, y que utiliza siem­
y potencias interiores. Karman son pre los efectos inm ediatos de la
los efectos de las- obras que de­ excitación en form a apta p ara
term inan el renacim iento ( / M e - conservar la vida (teleológicamen-
tempsicosis). Las buenas obras ayu­ te). Ejem plo: la luz produce di­
dan a lograr un buen renacim iento, rectam ente calentam iento y p ro ­
apartan los obstáculos para la sal­ cesos químicos en el protoplasm a;
vación, pero no pueden producirla. estos efectos provocan (excitan)
La verdadera salvación (no del pe­ a la planta a disponer en determi­
cado y de la culpa, sino del mal nada form a las hojas y los cloro-
del renacim iento reiterado) se con­ plastos; el crecimiento, la fructifi­
cede solam ente a quien posee el cación, etc., procesos teleológicos
enderezados a la conservación de C ontrariam ente a lo que acontece
la vida, tienen ahí su origen pri­ en el anim al, el vegetal posee, ad e­
m ordial. — Irritabilidad pura, es m ás, en sus puntos vegetativos,
decir, autom ática, significa que tejido em brionario capaz de p ro ­
nad a obliga a aceptar cualidades porcionar continuam ente m aterial
psíquicas (conscientes), v.gr., sen­ orgánico. Singularm ente caracterís­
tir, percibir, querer, pues cada reac­ tica del vegetal, en cuanto confi­
ción de la planta —especialmente guración abierta, es tam bién la
visible en los movimientos exte­ carencia de órganos centrales p ara
rio res— encuentra suficiente funda­ conducir las excitaciones (v.gr.,
m ento en la naturaleza, intensidad com o el sistema nervioso de los
y dirección de la excitación, así animales) y llevar a cabo el m eta­
com o tam bién en la estructura m e­ bolismo. P or últim o, aunque en el
cánica de los órganos receptores vegetal las células individuales se
y conductores de las excitaciones hallan flojamente unidas en tre si
e igualmente en la de los órganos por los plasmodesmos, cad a una
ejecutores de los movimientos. Esto de las células está separada de las
se aplica tanto a los movim ientos dem ás m ediante recias paredes ce­
com unes a todas las plantas com o lulares y conserva a veces gran
a los especiales y particulares, v.gr., sustantividad. Todos estos rasgos
los de la «sensitiva» («mimosa hacen del vegetal el grado ínfimo
púdica»), los de las plantas carní­ de individualidad orgánica. —
voras, etc. F r a n k - H a a s.
P or lo que respecta a la form a­
ción de los órganos, la configu­ H. C o n r a d -M a r t iu s , D ie S e d e der
ración o form a vegetal exige el P fianze, 1934; J. S c h w b r t s c h l a g b r ,
P hihsophie der N atur. 1922; W . T r o l l ,
desarrollo de superficies exteriores
Aílgem eine B otanik, 1948; (G o l a - N e g r i -
asimiladoras, es decir, extiende am ­ C a p e l l b t t i , Tratado de botánica (tr a d .
pliamente por el medio circundante esp.), 1957],
los órganos que están al servicio
del m etabolismo y de la reproduc­
ción (ramas, hojas, flores y raíces). Verdad, en la acepción m ás ge­
La hoja ocupa el prim er lugar en neral, expresa u n a igualdad o con­
la organización vegetal (el vegetal f o rm id a d e n tre in te lig e n c ia (el
es, según G oethe, u n conjunto de conocim iento intelectual) y ser
hojas). Por eso, en oposición al (adaequatio intellectus et rei), y,
proceso form ativo de los órganos en en su sentido m ás profundo, una
los animales 0 * Animal), que tien­ to tal interpenetración de am bos.
de a desarrollar superficies internas A nosotros, la verdad se nos pre­
absorbentes (el anim al es una con­ senta en prim er lugar com o verdad
figuración cerrada) , dam os al vege­ de nuestro conocer; esta verdad
tal el nom bre de configuración del conocimiento (verdad lógica) es
abierta. Este carácter lo manifiesta propia del a ju ic io y consiste en que
tam bién la construcción de órganos el pensam iento se asimila al ser,
en el vegetal: n o acaba en el esta­ en cuanto que expresa com o exis­
dio em brionario, sino que continúa tente el /'o b je to real. N uestra ver­
hasta m ucho después y, a decir d ad hum ana no sirve de norm a al
verdad, no cesa jam ás p o r com ­ ser, sino al revés: es m edida p o r
pleto. El vegetal vive sólo m ientras él (al m enos en el conocimiento
crece y produce nuevos órganos. especulativo), indica que el pen­
samiento está determ inado por el unidad y la bondad, com o uno de
ser, «legitimado» po r éste. E sta los atributos «trascendentales», es
conform idad no exige que el pensa­ decir, propios sin excepción de
miento reproduzca el objeto según todo ente (/T ra sc e n d e n ta le s), con
todos los aspectos posibles y, en ello se significa prim ariam ente
este sentido, haya de constituir u n aquella conform idad de todo ente
conocimiento adecuado, antes bien, con el pensam iento, en cuya vir­
basta u n conocimiento inadecuado tu d puede devenir objeto de éste;
con tal que los aspectos y notas considerando este aspecto, tenemos
del objeto pensados en el juicio se por fundam ento firme de la inclu­
encuentren realm ente en aquél; en sión de la verdad ontológica entre
otros térm inos: la verdad exige sólo los atributos trascendentales del
una adecuación o igualación fadae- ente, el encontram os nuestra razón
quatio) al objeto form al ( /O b je to ) ordenada ilim itadam ente a él. En
considerado en cada caso. — La el orden ontológico, esta inteligibi­
verdad auténtica es «universalmente lidad del ente se halla m otivada
válida», o sea, vale para to d o inte­ por el hecho de que to d o ser no
lecto cognoscente; lo que es ver­ divino está form ado según las
dadero p ara u no n o puede ser ideas de la m ente de Dios. Verdad
falso p ara o tro ; en este sentido ontológica denota, en últim o tér­
to da verdad es «absoluta» y no m ino, que el ente tiene su m edida
hay verdad alguna «relativa», es en u n a idea divina y que, por lo
decir, de sentido diverso según tanto, desde este punto de vista,
la diversidad de sujetos ( / R e l a t i ­ está im pregnado de inteligencia.
vismo): — Por analogía con la Este legítimo /id e a lis m o constitu­
verdad del juicio, pueden tam bién ye la superación últim a y definitiva
llam arse verdaderos u n concepto del / materialism o. — Las verdades
en cuanto supone un juicio verda­ del conocim iento y del ser de las
dero, y u n a percepción sensorial criaturas tienen su suprem o funda­
en cuanto que po r su conform idad m ento ontológico en la verdad di­
con la realidad conduce a u n juicio vina, en la que el ser y el conocer
asimismo verdadero. son una m ism a cosa; la frase
D istinta de la verdad del conoci­ «D ios es luz» expresa simbólica­
miento es la verdad del ser (verdad m ente estas ideas.
ontológica u óntica, según otros) Verdad en sentido moral es la
que conviene al ser mismo y de­ conform idad de las palabras con
n o ta u n a conform idad de éste con el pensam iento, o sea, la veracidad
el conocim iento intelectual. N o es de aquéllas ( /M e n tir a ) . — «Ver­
esencial al ente la verdad entendida dad en sí», según entiende esta lo ­
com o conform idad efectiva con cución el trascendentalismo lógico,
nuestro m odo de pensar; en este no significa verdad ontológica, sino
sentido hablam os, po r ejemplo, de u n a verdad qu e dicen h a de ser
«Verdadero oro» queriendo signi­ independíente del conocim iento y
ficar con ello que el m etal así del ser real. Concíbese, p o r ejem­
caracterizado es realm ente aquello plo, una proposición m atem ática
que creem os que es, m ientras que com o si existiera independiente­
oro «falso» es algo brillante, sí, m ente de todo pensar. A esta erró­
com o el oro, pero que en realidad nea concepción condujo el suponer
no lo es. C uando la verdad onto­ la form a lógica del juicio (sujeto-
lógica se considera, ju n to con la cópula-predicado J trascendente fren-
te al pensam iento (de ahí el nom ­ l e r , W ahrheit und W irklichkeit, 1913;

bre de trascendentalism o lógico). d) M . H e id e g g e r , P latons Lehre von


Según el concepto existencial der Wahrheit, 1947; C h . B o y e r , L'idée
de verdad (KierVegaard, Jaspers, de vérité dans ¡a philosophie de S. Augus-
tin, París 1921; M . G r a b m a n n , D er
/'E x iste n cia l [Filosofía]), sólo es góttliche Grund der menschlichen Wahr-
auténtica la verdad que se hace heiiserkenntnis, 1924; P, W i l p e r t , Das
efectiva en el libre impulso de la Problem der Wahrheitssicherung bei Tho­
existencia individual, la verdad m as von Aquin, 1 931; R . K r e m e r , L a
abrazada con el fervor de la inti­ sy n th ise thom iste de la vérité, en «Revue
m idad. Sólo ella es absolutam ente N éoscolastiq ue de Philosophie», 35 (1933)
válida; mas, por lo mismo, resulta pp. 317-338; e) [ M e r c ie r , Criteriología
inaccesible a todos, carece de vali­ (trad . esp.), 1 v o ls., 1936; F. v a n S teh n -
b e r g h e n , Epistemología (trad. esp.), 1956;
dez universa]; en cambio, la verdad J . d e V r ie s , Pensar y ser ( tr a d . esp.),
universalmente válida, que se m an­ M953],
tiene en la esfera de lo universal,
carece de validez absoluta. Esta
concepción olvida que lo universal Verdad (Criterio de) es la norm a
no es un m ero esbozo categoría] que perm ite distinguir los juicios
de una /c o n c ie n c ia en general, verdaderos de los falsos. L a cues­
sino que reproduce el orden esen­ tión acerca de si u n juicio es verda­
cial del ente, orden que por su dero o falso se decide en el hecho
parte rige y penetra tam bién la de si está o no está fundado en
existencia del hom bre individual. un / objeto. La índole de esta fun­
P o r otro lado, ha de tenerse en dam entación difiere según las di­
cuenta que la sola realización sub­ versas esferas de objetos. Estable­
jetiva no garantiza la verdad como cer sus condiciones es incumbencia
conocim iento del ser; ahora bien, de las ciencias particulares y de
la verdad posee validez absoluta sus metodologías. Pero suponiendo
únicam ente cuando es conocimien­ estos criterios particulares y refe­
to de éste. — D e V r ie s . rentes al contenido, debe plantear­
a) A r i s t ó t e l e s , M etafísica, 1. iv, c. 7;
se tam bién en la gnoseología el
S a n t o T o m í s d e A q u in o , Sum m a theo- problem a de los criterios universa­
logica, 1 q. 16; Q uaestiones disputatae de les y últimos. N o se trata aquí de
veritate; b ) G . S ó h n g e n , Sein und Ge- averiguar en qué objeto está fun­
genstand, 1930; A . W ilm s e n , Z u r K ritik dam entado un juicio, sino cóm o
des logischen Transzendentalismus, 1935; debe darse este objeto al sujeto
M . M ü l l e r , Sein und Geist, 1940; cognoscente p ara que pueda dis­
A . G u g g e n b e r g e r , D er M enschengeist
tinguir los juicios verdaderos de
u nd das Sein, 1942; H . U. v o n B a l t h a -
s a r , W ahrheit, t. i, 1947 [trad. e s p .:
los falsos y, p o r lo tan to , juzgar
L a esencia de la verdad, 1955]; J. P ie p e r , con /c e r te z a . Por consiguiente, el
Wahrheit der Dinge, 1947; [A . B r u n n e r , criterio universal de verdad sólo
L a connaissance humaine, P aris 1943; puede conducir a la certeza con­
j . M .“ A l e j a n d r o , L a verdad en la « Phi- cretándose en uno particular. El
losophia perennis», en «Pensam iento» 11 criterio universal de verdad es la
(1955) p p . 29-56; A . D fEZ B l a n c o , L a /e v id e n c ia , puesto que un juicio
verdad m atem ática, en « R evista de F i l o ­
únicam ente es verdadero cuando
s o f ía » 13 (1954) pp. 257-270]; c) M . Hei-
d b g g e r , Vom W esen der W ahrheit, 1943
concuerda con el objeto a qu e se
[trad. fran c.: D e l ’essence de la véríté, refiere y la certeza de ello sólo es
1948]; K . J a s p e r s , Philosophische L ogik, i: posible cuando el objeto mismo se
Von der Wahrheit, 1947; A l . M ü l- manifiesta a quien form ula el ju i-
cío. Los criterios de verdad pro ­ v iír e , L e m odernisme dans l'É glíse.
puestos otras veces tropiezan siem­ E ludes d'histoire religieuse contemporaine,
pre en estos dos obstáculos: o no 1929]; d ) W. B e t z b n d ó r f e r , D ie Lehre
von der doppellen W ahrheit im Abendland,
sim universales o, por ser determ i­
1924; M . G r a b m a n n , D er lateinische
naciones subjetivas, no ofrecen ga­ A verroismus im 13. Jahrhundert und seine
rantía alguna de verdad. — San - Stellung zur chrísrlichen W etlanschauung,
I ELF.R. 1931; [P. M a n d o n n e t , Siger de Brabant,
et I'averroisme latín au X I 11" siécle,
a) I. K a n t , K ritik der reinen Vernunft 2 vols., 908-1911; E. G i l s o n , L a doc­
(iranszendentale L ogik : E inleitung m ) trine de ¡a double vérité, en É tudes de
b) J. K l e u t g e n , Pkilosophie der Vorzeit, p h ih so p h ie médíévale, P arís 1922].
M 878, t. i, n.<» 259-282; J. G e y s e r , A u f
i¡e/n K am pffelde der L o g ik, 1926, p p. 156-
2 4 8 ; C. N i n k , Grundlegung der E rkennt- Verdades fundamentales. Desde
mstheorie, 1930, 155; A. B r u n n e r , Er- Balmes, entiéndense p o r tales cier­
kenntnistheorie, 1 9 4 8 , pp. 8 4 -1 0 4 (edic. tas verdades que, según el parecer
fran c .: L a connaissance humaine, 1943; de varios escolásticos, deben supo­
J. B a l m e s , Filosofía fundam ental, t. I,
nerse sin justificación crítica en
1. 1 )\ c) I. K a n t / a ) ; d) P . W i l p e r t ,
Das Problem der W ahrheitssicherung bei
toda investigación gnoseológica.
íh o m a s von A quin, 1931; e) J. d e V ries, Suelen adm itirse tres: el principio
Pensar y ser (trad . esp), *1953; [ M e r c i e r , de contradicción (primum princi-
Criteriologia (trad . esp.), 2 vols., 1936; pium ), la existencia del yo que in­
) . van S t e e n b e h g h e n , Epistemología, vestiga (primum fa ctu m ) y la cap a­
(trad. esp.), 1956}. cidad de la razó n p ara la verdad
(prima conditio). — Las citadas
Verdad (Doble). La doctrina de verdades no son ciertam ente sus­
la doble verdad, defendida prim ero ceptibles de un a / dem ostración
por el averroismo latino y m ás propiam ente dicha ni la necesitan;
tarde por Pomponazzi, dice que pero no pueden substraerse a la
filosóficamente puede ser verdadero reflexión crítica ni a la justificación
un aserto opuesto a otro firmemen­ ( / Escepticismo). / [262]. — S a n -
te sostenido desde el punto de vista TELER.
teológico com o verdad de fe. D e J. B alm es, Filosofía fundam ental, t. i,
m anera parecida el modernismo, 1. 1, c. 34; M e r c i e r , Criteriologia (trad.
hace m edio siglo, enseñaba que la esp.), 2 vols., 1936; J. de V rie s, D enken
negación de determ inadas verda­ und Sein, 1937 [trad. esp.: P ensar y ser,
des, v.gr., de la resurrección de M953]; [J. R o i g G i r o n e l l a , E l sentido
Cristo, po r la ciencia histórica era íntimo de la criteriologia balm esiana, en
perfectam ente com patible con su «P ensam iento» 4 (1948) pp. 405-431].
aceptación en la fe. Pero la / 'v e r ­
dad auténtica no puede contrade­ Vida significa (1) ante todo, co ­
cir a la verdad. La doctrina de la m o actividad vital, un a / a c c i ó n
doble verdad lleva a negar a los interna, «hacia dentro» (actio im-
dogm as el carácter de genuina ver­ manens), en oposición a la acción
dad y a concederles sólo el valor externa, «hacia fuera» (actio tran-
de una representación sim bólica.— siens) , dirigida únicam ente a p ro ­
De V rie s . ducir o m odificar otras cosas,
b) C h . P e s c h , Glaube, D ogmen und
cual la poseen tam bién los seres
geschichtliche Tatsachen, 1908; A. G is- inanim ados. D o n d e la actividad
l e r , D er M odernism us, *1913; [C a r d . vital no viene dada con la esencia,
M e r c ie r , L e moeferaisme, 1909; J. R l- sino que es repercusión, ya intensa,
ya lánguida, de fuerzas que. por dentro»), posee ya un a esencial su­
sí denotan sólo virtud para obrar perioridad sobre la acción mecá­
( /P o te n c ia ) , la potencia para la nica de los cuerpos inorgánicos;
acción inm anente se denom ina pero su «interioridad» (inm anen­
tam bién vida (2). L a vida (1) se cia) depende del acarreo de m ate­
manifiesta en la naturaleza exte­ ria desde el exterior (alimento)
rior en el brotar, crecer, verdear, y en la generación apunta tam bién,
florecer, fructificar de las plantas; en últim o térm ino, a producir otros
en el crecer, m ultiplicarse y m o­ seres vivientes; su riqueza se lim ita
verse de los animales, y en el des­ en cualquier especie a posibilidades
arrollo de las especies que rebasa de cam biar estrecham ente circuns­
los organism os individuales, p ro ­ critas, su fuerza se agota, m archi­
duciendo siempre nuevas form as tándose y m uriendo. A parecidas
a lo largo de los siglos. V ista desde lim itaciones está som etida, asi­
el interior, la vida se nos apa­ mismo, la vida sensitiva, st bien
rece en las / vivencias propias, en p o r la /c o n c ie n c ia que despierta,
el consciente ver, sentir, apetecer, aunque sordam ente, aventaja de
cuya fuerza ciertam ente depende m odo esencial en «interioridad»
del vigor y energía de los órganos (inm anencia) a la m era vida vege­
corporales. E n am bos casos la vida tativa. Pero, com parada con la
se presenta com o un devenir con­ «interioridad» del espíritu exento
tinu o y u n desplegarse de dentro de m ateria, to d a vida vegetativo-
afuera inagotablem ente multiforme, sensitiva, por ser orgánica, es decir,
en oposición a la rigidez y unifor­ po r estar vinculada a órganos cor­
m idad de los cuerpos sin vida, es­ porales, ha de calificarse ju sta
pecialmente de las máquinas. y cabalm ente de «exteriorizada»,
P or eso es com prensible hast puesto que se da siem pre en un
cierto punto que a la filosofía de exterior espacio-tem poral. Frente
la vida ( / V i d a [Filosofía de la]) a la riqueza de la vida del espíritu,
ésta se le aparezca a m odo de una cual se manifiesta en las m últiples
fuerza misteriosa y creadora que form as interiores y exteriores de la
desde los tiem pos prim itivos inun­ / c u l t u r a hum ana, la vida orgá­
da el universo, fuerza que, com o nica n o sólo en el individuo, sino
esencialmente /ir r a c io n a l, se sus­ tam bién en el conjunto de la n atu ­
trae a la determ inación conceptual, raleza, es asimismo, a pesar de su
y que en todo caso se contrapone abundancia, u n a vida indigente,
com o devenir constante a la in­ mezquina. L a apariencia contraria
m utabilidad del ser. E l /e s p ír itu sólo pudo nacer de que, conform e
es concebido entonces com o la a la m entalidad de u n árido / r a ­
últim a fase evolutiva de la vida cionalism o, se conocía al espíritu
ligada al cuerpo o com o enemigo únicam ente com o entendim iento
de ella que la violenta con su calculador y esquem atizante, pa­
rígido concebir, y sólo es apto para sándose p o r alto, en cam bio, su
ordenar de m anera uniform e y m e­ p rofundidad esencial, su am plitud
cánica. que abarca todo ser, su receptivi­
Y, no obstante, esta concepción dad valoral abierta a todo bien, su
se basa en graves errores. Cierta­ autodeterm inación frente a todo
mente, la vida vegetativa de las valor lim itado y, principalm ente, su
plantas, precisam ente po r ser una inm ortalidad. Sin em bargo,, to d a
acción inm anente (interna, «hácia nuestra vida espiritual, com o en
general to d a vida creada, es auu>- cología (tra d . esp.), 4 v o ls., 1940];
movimiento, o sea, acción inm anen­ H . D r i e s c h - R . W o l t e r e c k , D as Lebens-
te que conduce a una modificación, problem im L ichte der modernen For-
schung, 1931; R . W o l t e r e c k , Grundzüge
a un perfeccionam iento del propio
elner allgemeineit Bioiogie, 1 9 3 2 ; del
ser; la inm utabilidad aparece así m ism o: Ontologie des Lebendigen, 1940;
incom patible con la verdadera vida. J . B o y e r , E squisse d'une définition de
Y, no obstante, porque D ios es la vie, P arís 1939; H . C o n r a d - M a r t i u s ,
precisam ente la vida m isma y, en D er Selbstaufbau der N atur, 1944;
consecuencia, infinita plenitud vi­ E . S c h r o d i n g e r , W hat is U fe?, 1946;
tal, debemos concebir la vida d ivi­ [J. P ujiula, L a vida y su evolución filoge-
na com o vida inm utable, no, claro nética, *1925; d e l m ism o : Problemas bio­
lógicos, 1941; del m ism o ; Citología, *1954
está, a la m anera de rígida piedra,
(p arte teó rica); S. A l v a r a d o , Biología
sino com o acción vital eternam ente general, 2 vols., 1946-1952; F . M . P a l -
nueva, que se b asta eternam ente a m í s , Vida, en la Enciclopedia Espasa; del
sí misma. L a necesidad de p ro ­ m ism o : Polizoism o, ib id .; J. M u S o z ,
greso y, p o r lo tanto, de m odifi­ ¿Cómo nació la vida?, 1949; P. L e r o y ,
cación propia de nuestro vivir des­ l a théorie cellulaire, en «A rchives de
cansa únicam ente en que todavía Philosophie» 5 (1927), fase, 1, pp. 25-55;
nos falta algo de la plenitud vital; J . P a l a c i o s , D e la física a la biología,
1946; C . B u r d o y o tro s, L a vie e t l ’évo-
y, al mismo tiem po, el cam bio de­
iulion, en «A rchives de Philosophie» 6
no ta siem pre u n a dependencia de (1928) fase. 1]; d ) M . G r a b m a n n , Dle
la vida con respecto a fuentes exte­ Idee des Lebens in der Theologie des hl.
riores, un am inoram iento, p o r lo Thomas, 1922; P. G . H e s s e , D er Lebens-
tanto, de la inm anencia pura de b e g n ff bel den K lassikern der N aturfor-
lo vital. schung, 1943; / 'V i t a l (Principio), V ita­
Puesto que la vida vegetal es lismo.
ya p o r esencia superior a toda
acción de los cuerpos inorgánicos Vida (Filosofía de la). P o r filo­
dirigida sólo hacia fuera, n o cabe sofía de la vida ( 1) se entiende en
explicarla por las solas fuerzas de el vivir cotidiano la concepción
la m ateria, sino que supone u n o sabiduría d e la vida que sirve
principio ( /'V ita l [Principio]) de p ara estructurarla prácticam ente.
algún m odo inm aterial. P o r eso Tam bién la ética, en cuanto cien­
tam poco es posible com prender el cia de los fines y norm as de la
origen de la vida recurriendo a las vida m oral, puede denom inarse
fuerzas m ateriales, sino únicam ente filosofía de la vida (2). P or esta ra ­
a un a inm ediata intervención del zón, h an recibido preferentem ente
C reador de la naturaleza. D e m a­ el nom bre de filosofía de la vida
nera análoga, Jos grados esencial­ (3) aquellos sistemas filosóficos que
m ente superiores de lo vital no pue­ conceden u n lugar dom inante a la
den derivarse causalm ente de los ética práctica y a la concepción
que siempre son inferiores, en espe­ de la vida, v.gr., el /'e sto ic ism o
cial la vida in te lectu ald e la orgáni­ y el /e p ic u re is m o .
ca. — A cerca del sentido de la vida D e las citadas variedades de la
hum ana, / H o m b r e . — D e V ries. filosofía de la vida que tom an
a ésta en acepción equivalente a lo
a) A r i s t ó t e l e s , D el alma n , 1 -2 ; S a n t o
T om ás d e A q u i n o , Summa contra Gen-
práctico, a Jo ético, h a de distin­
Ules, 4, 1 1 ; Summa tkeoiogica, 1 q . 18 guirse la filosofía de la vida (4)
a . 1-2; b) D . M e r c i e r , La définitlon de que entra en escena a fines del
la ríe, L o v ain a 1 8 9 8 ; [d el m is m o : Psi­ siglo pasado co n la* pretensión de
hacer prevalecer tam bién en la trabajos de Kierkegaard que han
esfera teorética el concepto de vida. influido tanto en la / teología dia­
H abla sido preparada p o r las con­ léctica com o en la filosofía exis-
cepciones de lo vital propias de tencial ( / Existencia! [Filosofía]).
Goethe y del rom anticism o, pero M áxima repercusión tuvo la crí­
la hicieron surgir el predom inio tica de la cultura form ulada por
de la ciencia natural mecanicista Nietzsche, que contraponía ru d a­
y el progreso técnico del siglo xrx. m ente el vivir y la vivencia al ser
Sin em bargo, la corriente contraria y al conocer. El bien supremo es
a ellos, denom inada filosofía de la la plenitud y fuerza de la vida,
vida, no posee naturaleza unitaria. tal com o encuentra expresión per­
P or lo general, el verdadero fun­ fecta en el «superhom bre». El co­
dam ento y contenido de la realidad nocim iento ha de servir a la vida.
se pone en la «vida» considerada La cuestión acerca de su verdad
com o lo dinám ico, lo deveniente, o falsedad carece de im portancia;
lo que desde dentro im pulsa al lo decisivo es únicarnente si fo­
desarrollo, en oposición a lo está­ m enta la vida (/P ra g m a tism o ).
tico, lo m ecánico, lo conceptual­ Atines a estas ideas, pero trasla­
m ente acabado. Pero qué deba dadas de lo individual a lo racial-
entenderse más precisam ente por nacional, son las concepciones de
vida, es cosa a m enudo difícil de la filosofía de las razas (Gobineau,
determ inar. Con R ickert distín­ H . Sí. Chamberlain, Rosenberg):
guem e fundam entalm ente dos di­ la raza es no sólo un complejo de
recciones que con frecuencia se en­ caracteres exteriores, sino la m a­
trecruzan. U na de ellas concibe la nifestación del alm a (del alm a ra ­
vida en sentido predom inantem en­ cial); y el alm a es la cara interna
te biológico, extendiendo a todo de la raza. Ésta constituye la rea­
lo real las categorías sacadas de lidad últim a y el valor suprem o
dicha esfera. C abe hablar, enton­ accesible a nuestro pensam iento
ces, de / biologismo. L a o tra re­ e investigación. D esde ella h an de
fiere con preferencia el concepto de com prenderse y valorarse cultura,
vida a la vivencia, es decir, al «vi­ arte, ciencia, religión e historia
vir» interior, que no es jam ás m ero (Rosenberg). N o existe una m edi­
conocimiento, y m ucho menos es­ da suprarracial (/R e la tiv ism o ). —
cueto conocim iento científico abs­ E n F rancia y más allá de sus fron­
tracto, sino el juego entero de to ­ teras, Bergson influyó en el sen­
das las fuerzas del espíritu, fluir tido de la filosofía de la vida por
continuo, que n o puede expresar sus doctrinas del élan vital, im­
de m anera cum plida ningún con­ pulso vital, y de la évolution créa-
cepto «rígido». L a cultura en su trice, evolución creadora, que, en
integridad es interpretada, «com­ un a prim era fase, se eleva a ins­
prendida» desde este interno vivir tinto anim al y, en o tra segunda,
( / Ciencias del espíritu, Com ­ a inteligencia hum ana. É sta crea
prender). las com unidades hum anas y una
L a locución «filosofía de la vida» m oral vinculada a la sociedad. Por
se encuentra ya en Fr. Schlegeí encima de ella, el im pulso vital
(1827), que señala una desviación se rem onta en las figuras profé-
con respecto a Hegel y aplica el ticas de la religión dinám ica a la
térm ino a la experiencia interna de mística religiosa, creando u n a m o­
lo vital. Igual dirección siguen los ral que un e a la hum anidad entera.
El pensar conceptualm ente frag­ und Phánomenologte, *1931; varios auto*
m entante sirve, es verdad, al do­ res, Bergson e t bergsonisme, en «A rchi­
minio técnico de la naturaleza; ves d e P hilosophie» 17 (1947) fase. 1, p p,
1-171; [J. O r t e g a y G a s s ít , Guillermo
sin em bargo, una com prensión más
D ilthey y !a idea de la vida, en «R evista
profunda de la realidad sólo re­ d e O ccidente» x u i (1933) y x l i i i (1934)
sulta posible a la «intuición», la (reeditado en Teoría de Andalucía y
cual, para expresarla, debe utilizar otros ensayos, 1942); E. P u c c i a r e l l i ,
«conceptos» flexibles, interpenetra­ Introducción a la filosofía de D ilthey,
bles, plásticos. 1937 (Publicaciones d e la U niversidad
Es incontestable que la filosofía de L a P lata x x , n.° 10); E. Im az, El
de la vida actuó vigorosam ente pensam iento de D ilthey, 1946; L . M a r ­
t ín e z G óm ez, L o s tipos de « fYeltansvhau-
contra m uchos abusos de una ung» de G. D ilthey en «P ensam iento»
cultura racionalista y mecanicista. “(1952) pp. 5-29; J. C h e v a lie r , Bergson,
Pero es igualm ente cierto que se P arís 101935; J. M a r i t a i n , D e Bergson
excedió en su critica. El problem a a Santo Tom ás de A quino (trad . esp.),
no se plantea entre / s e r o / d e ­ 1946; D . M a r t i n s , Bergson, M adrid
venir, sino que resulta necesaria 1943]; e) A. M esser, Lebensphilosophie,
u n a profundización de conceptos 1931. S obre la filosofía de la vida (1);
que haga justicia a am bos. Es P . L i p p e r t , Von Christentum und L e-
benskunst, 1933; T . P e s c h , ChristHche
cierto que toda realidad tiene sus Lebensphilosophie, 1895 y varias ediciones;
raíces en D ios, / V i d a absoluta; F. S a w i c k i , D er Sinn des Lebens. 1913;
pero de ello no se sigue que lo A . M . W e is s , Lebensweisheit, *'1920.
vivo y lo no viviente sean una
m ism a cosa. L a policrom ía de lo
concreto y el cam bio continuo se V irtud. El térm ino virtud equi­
le escapan, ciertam ente, al m ero vale a capacidad y a ap titu d y
concepto. Pero éste, en cam bio, pe­ significa la habilidad, facilidad,
netra h asta una profundidad sus­ disposición para llevar a cabo de­
tentad o ra tam bién de lo m ulticolor term inadas acciones adecuadas al
y de la m utación y se une con la hom bre. La virtud no es innata;
experiencia concreta para explicar­ sólo hay disposiciones p ara ella
los. /R a c io c in io , Intelectualism o, y se adquiere únicam ente con el
Intuicionism o. — /[ 1 9 5 , 216, 218, ejercicio serio y duradero (asee-
2 2 2 ]. — Brugger. sis). La virtud es una disposición
perm anente; sin em bargo, p o r la
a) H . B erg son , obras, / [ 2 1 9 ] ; b ) i . inactividad y el o b rar co n trario se
H o m m es, Lebens und Bildungsphilosophie am ortigua o pierde p o r com pleto.
ais vSlkische und katholische Aufgabe,
Su opuesto es el vicio, es decir,
1934; H . R i c k e r t , D ie Philosophie des
Lebens, *1922; G . W o i .f f , L eben und
la disposición para actuar en for­
Erkennen, 1933; d ) A. C o m b r i s , L a phi­ m a inadecuada. — H ay virtudes
losophie des races du com te de Gobi- del entendim iento y de la voluntad.
neau et sa p ortée actuelle, París 1938; Las virtudes del entendimiento o dia-
O. F . BOLLNOW, D ilthey. Eine Einfiih- noéticas perfeccionan al hom bre
rung in seine Philosophie, 1936; P h . con relación al conocim iento de la
L e r s c h , Lebensphilosophie der Gegen- verdad. Respecto a la verdad p u ra
wart, 1932; E. O r r , H . Bergson, der
(especulativa) son éstas: inteligen­
Philosoph moderner Religión, 1914; R .
I n g a r d e n , Intultion und Intellekt bei
cia, o habilidad p ara juzgar; cien­
H . Bergson, en «Jahrb uch fü r Pbiloso- cia, o aptitud p ara razo n ar; sabi­
p h ie u n d p hanom enologische F orschung» duría, o capacidad p ara avanzar
5 (1922); G . MiSCH, Lebensphilosophie hasta los últim os y suprem os funda­
m entos de la verd ad ; respecto a la denado u n estrecho parentesco»
verdad activa (práctica) se cuentan oponiéndose am bos a la irresoluta
las siguientes: prudencia, o dispo­ pasividad. C o m o que la virtud es
sición p ara resolver rectam ente en la verdadera perfección del hom bre,
orden a determ inada acción par­ no puede existir sin ella verdadera
ticu lar; «arte», o habilidad para la alegría, es decir, satisfacción de la
creación exterior. Las virtudes in­ voluntad en el bien alcanzado. —
telectuales p o r sí solas no hacen /V ir tu d e s cardinales, Pasión, M o­
al hom bre m oralm ente bueno, ex­ ralidad. — K l e i n h a p p l .
cepción hecha de la prudencia
m oral ( /V ir tu d e s cardinales). — b) M . W i t t m a n n , D ie E thik des A ris­
La esencia de las virtudes de la tóteles, 1920, pp. 43-245; del m ism o:
D ie E th ik des hl. Tilomas von Aquin,
voluntad o morales consiste en u n a
1933, pp. 217-317; J. P ieper, Über das
disposición perm anente y firme de christüche M enschenbild,. 1936; R . H o f-
la voluntad p ara seguir lo que la m a n n , D ie heroische Tugend, 1933; M .
razó n presenta com o justo . Es S c h b l e r , Z u r Rehabilitierung der Tugend,
la virtud en sentido estricto y en Vom Um sturz der W erte f, 1919;
confiere al hom bre bondad m oral [A. D . S e r t i l l a n g e s , L a philosopkie
y perfección. Su sujeto inm ediato y morale de S. Thom as d'A quin, P arís
propio es la voluntad, porque sólo 1916; O. N . D e r i s i , L o s fundam entos
m etafísicos d el orden moral, 11951; J.
ella es libre y la libertad pertenece
L e c l e r q , L a philosophie morale de Saint
a la esencia de la acción m oral. Thomas devant la pensée contemporalne,
E l entendim iento y la facultad ape­ L o v ain a 1955]; c) W . J a n k é l é v i t c h ,
titiva sensitiva sólo pueden ser T raité des ver tus, 1949.
sujetos de la virtud en cuanto
están influidos p o r la -voluntad.
Las virtudes de la voluntad están Virtudes cardinales. Reciben este
íntim am ente enlazadas entre sí y nom bre (del latino cardo — quicio)
form an un conjunto cerrado. En porque toda la vida m o ral gira en
estado perfecto n o pueden dejar to m o a ellas, com o la p u erta alre­
de existir to d a s sim ultáneam ente, dedor de su quicio. Se llam an vir­
puesto que la prudencia, si se da tudes fundamentales p o r constituir
en m edida realm ente perfecta, debe el supuesto necesario de toda otra
gobernar la actividad libre entera virtud. Tam bién se las denom ina
del hom bre. virtudes principales o capitales por­
E n el o b ra r virtuoso se encuen­ que apuntan a lo m ás im portante
tra la perfección esencial acabada y difícil en la esfera m oral, estando
a que el hom bre, de acuerdo con las dem ás, como virtudes accesorias,
la voluntad del C reador, debe ten­ en relación de subordinación y va­
der. D e ahí que haya obligación sallaje respecto a ellas. — D esde
m oral de aspirar a la virtud uni­ la A ntigüedad se enum eran cua­
versal. — V irtud no significa ca­ tro virtudes cardinales: prudencia,
rencia de pasiones, pues éstas no /ju s tic ia , fortaleza y tem planza.
le son contrarias si la prudencia 1.a prudencia es aquella virtud
las m antiene dentro de los límites que capacita al entendim iento para
pertinentes y las coloca en su reflexionar sobre los m edios y ca­
justo lugar. Puesto que la virtud m inos conducentes a l fin últim o
únicam ente puede adquirirse con (Dios), juzgar y establecer el o b rar
e l ejercicio e im pulsa a la acción, racional y prescribirlo en cada
hay- entre ella y el activismo o r­ caso particular. L a virtud de la
prudencia h a de distinguirse cui­ que se acercan; la munificencia, es
dadosam ente de la prudencia en decir, la pron titu d p ara sacrificar
los negocios que puede ac tu a r tam- sus bienes en aras de fines buenos;
liién de m anera inm oral. La p ru ­ la tenacidad, o firmeza frente a las
dencia es u n a / v i r t u d intelectual dificultades exteriores, y la constan­
y, com o tal, no realiza ella misma cia, o sea, el m antenerse firme ante
las acciones morales. Sin em bargo, las resistencias interiores.
es virtud m oral porque exige y L a templanza perfecciona la p o ­
determina la rectitud del desear, tencia apetitiva sensible conte­
querer y obrar. L a prudencia guía niendo el deseo d e placer sensitivo
la voluntad; pero, en cam bio, de­ dentro de los límites de la razón.
pende de ésta por lo que respecta El placer sensible, ligado a m uchas
a su existencia. E sto significa que actividades, n o es reprobable en
si la voluntad n o está dirigida, en sí, sino que sirve p ara estim ular
general, hacia el bien m oral, to r­ al hom bre a acciones necesarias
cerá el juicio del entendim iento p a ra la conservación del individuo
conform e a su inclinación. La p ru ­ y de la especie. P o r eso n o debe
dencia incluye dos especies: pru­ buscarse de m odo excesivo y con­
dencia p ara dirigirse a sí mismo y trario al fin. Especies de la tem ­
prudencia p ara conducir a los de­ planza son: la moderación en el
más. Afines a la prudencia son la com er; la sobriedad en la bebida
reflexión, es decir, la disposición y la castidad en lo concerniente al
para descubrir los m edios; la inte­ placer sexual. C o m o virtudes auxi­
ligencia o habilidad p ara resolver liares citarem os el decoro y el
con claridad y seguridad en los sentimiento del honor. Tienen p a­
casos particulares; el juicio supe­ rentesco con la tem planza la ne­
rior, o sea la aptitud para encon­ gación o dominio de si mismo, o
trar lo ju sto en casos difíciles. sea, la voluntad de no dejarse des­
L a fortaleza o valentía consiste viar del bien n i au n p o r las más
en la disposición para, conform e violentas excitaciones del deseo;
a razón, es decir, en atención a la humildad ( / H o n r a ) , o m odera­
bienes m ás altos, arro strar peli­ ción en la tendencia a distinguirse;
gros, sobrellevar m ales y no re­ la mansedumbre, es decir, la volun­
troceder ni ante la m uerte (heroís­ ta d de refrenar la ira; la clemencia,
m o). La fortaleza vence el miedo, que se ejercita en la indulgencia
que se arred ra ante el m al inm i­ al castigar, y la modestia, que re­
nente y refrena la audacia que gula el continente exterior.
desafía el riesgo y la m uerte salién- L a tem planza y la fortaleza con­
doles al encuentro; reprim e la tris­ vienen en que am bas evitan las
teza y prefiere la virtud a la vida faltas contrarias y m antienen el
corporal. L a fortaleza se ejercita en ju sto m edio, com o la prudencia
el ataque y en la perseverancia has­ lo prescribe. / V i r t u d , Justicia. —
ta el fín. V irtudes auxiliares suyas K l e in h a p p l .
son: la paciencia, o constancia en
s o p « ta r las adversidades; la gene­ a) S a n t o T o m á s d e A q u in o , S um m a
theologica 1, 2 q. 61; 2, 2 q. 46 ss;
rosidad, o sea, la energía y decisión Quaestiones dispútam e de virtuiibus cardi-
en el ataque valeroso, especial­ nalibua; b) A . L e h Me n , Lehrbuch del
mente con peligro de m uerte. Afines M oralphilosophie, 1930; M . W it t m a n n ,
a la fortaleza son: la confianza D ie E th ik des hl. Thomas von A quin,
ju sta en sí mismo ante los riesgos 1933, p p . 287-317; T h , S t b in b ü c h e l ,
Die pkiiosophischen Grundlagen der k a - con la m ateria, tam bién substancial­
iholischen Sittenlehre, *1939; J . P i e p e r , m ente incom pleta, pasa a consti­
Über das christliche M enschenbild, 1936; tuir el todo (/T o ta lid a d ) natural
del m i s m o : T raktat über die Kardinal-
y viviente. — La prueba de la exis­
tugenden, 1937; d e l m i s m o : Vom Sinn
der T apferkeií, 3I 9 j 8 ; d e l m i s m o : Z ucht tencia de un principio vital en los
u n d M a s s , 1939; [ A . D . S e r t i l l a n g e s , organism os la da el /v ita lis m o .
L a philosophie morale de S. Thomas L a interpretación filosófica correc­
d 'A q u in , P a r í s 1916; J . L e c l e r q , La p h i­ ta de num erosos experimentos y
losophie morale de S . Thomas devant observaciones ( Driesch, Spemann
¡a pensée contemporaine, L o v a i n a 1955J; y otros) m ostró que «una teoría
c) N . H a r t m a n n , E thik, 21935, p p . m ecánica de la vida», o sea, el
379-407; e) V. K o l b , K urzer Abriss der
autom atism o de cualquier sistema
Tugendlehre nach Thomas von Aquin, 1922.
físico-químico no puede explicar
el carácter de totalidad que funda­
V ital (Principio). Es el funda­ m entalm ente posee el organismo.
m ento substancial originario de las D icho carácter se m anifiesta en
leyes que caracterizan a los / o r ­ el desarrollo encam inado a form ar
ganismos frente a to d o lo inorgá­ u n organism o com pleto. Esta for­
nico. Siguiendo a Aristóteles, la m ación se realiza aun partiendo de
filosofía vitalista de la naturaleza un fragm ento de em brión (si se
denom ina entelequia a este prin­ tra ta de u n estadio ontogenético
cipio supram aterial que lleva teleo- inicial) e igualmente se verifica
lógicamente a realización la to ta ­ trasplantando células em brionarias.
lidad orgánica. La entelequia puede D espréndese de ello tam bién la
concebirse desde varios puntos de naturaleza supram aterial del prin­
vista: ( 1) como principio del plan cipio vital. En el m om ento de se­
típico específico o / idea que tom a parar el fragm ento del em brión
cuerpo en la m ateria y se manifiesta existía únicam ente un todo y, por
en ella (logos especifica); (2) co­ consiguiente, no habia de hecho
m o / f o r m a esencial (twQ<pr¡) que, más que un principio de totalidad;
junto con la m ateria, constituye basta dividirlo y el organism o se
o n to ló g ic a m e n te el ser viviente m ultiplica com o un todo. Si el fun­
(/H ile m o rfism o ); (3) com o núcleo dam ento de la totalidad fuese un a
y fundam ento ( / a c t o prim ero) de estructura puram ente corpórea, al
toda anim ación, por Jo cual se le m odo de un a m áquina, es decir,
da tam bién el nom bre de / a l m a si fuese un sistema m aterial dife­
(que no implica necesariam ente la renciado y extendido p o r u n es­
conciencia). — Según sea el modo pacio, tal estructura debiera estar
de entender la unión del principio tan íntegra en cada una de las par­
vital con la m ateria, éste vendrá tes com o en el todo. Pero esto con­
concebido com o u n a substancia tradice la naturaleza espacial de
com pleta en sí m ism a (forma assis- una m áquina. Existe, pues, en el
tens: form a «asistente») que se une organism o un principio de to tali­
al com ponente m aterial sólo en dad superior a la m ateria; princi­
la esfera de la acción, sin procu­ pio único, ciertam ente, en cada
rar, po r ta n to , u n a u nidad fundada organism o, pero potencialm ente
en la esencia; o se le tendrá por m últiple, es decir, capaz en lo p o ­
algo substancialm ente incompleto sible de multiplicarse, en cuanto
que sólo por la unión inform ante que puede hacerse m últiple por
(es decir, com unicadora del ser) simple división. Este principio su-
pramateria] de la totalidad o rgá­ Lebendigen, 1940; [L. M é l i z a n , L e p rin ­
nica recibe el nom bre de principio cipe vital et la philosophie traditionnelle,
en «R evue thom iste» (1912) p p. 321-334;
vital. T am poco el desarrollo em ­
M . A b e l o o s , L a regéneration et les pro-
brionario puede estar dirigido úni­ blémes de la morphogenése, P a r í s 1932;
camente por un sistema mecánico, J . P u j i u l a , L a vida y su evolución filo-
pues éste debiera, por u n a parte, genética, 21925; R . C o l l i n , Physique
permanecer individualm ente el m is­ et métaphysique de la ríe, 1925; D.
mo, ya que la individualidad se M e r c ie r ., Psicología ( t r a d . esp.), 4 vols.,
conserva plenam ente en el curso 1940; T. V. M o o r e , Conferencias de
del desarrollo, y, al mismo tiempo, psicología dinámica, 1948, pp. 353-377;
debería pasar a ser algo distinto, F . M . P a l m e s , Vitalismo, en Enciclopedia
Espasa]; c) T h . B a l l a u f f , Das Problem
puesto que los distintos estadios
des Lebendigen, 1949; L . v o n B e r t a -
evolutivos que se suceden (v.gr., LANFFY, D as biologische W eltbild i, 1949;
las fases en la m etam orfosis de los d e l m i s m o : Theoretische Bioiogie n ,
insectos) exigirían continuam ente *1951; M . H a r t m a n n , Die philosophi-
otras m áquinas com o causas de schen Grundlagen der Naturwissenschaf­
ellos. Y tal tipo de m áquina es ten, 1948; N . H a r t m a n n , Philosophie
imposible. A la m ism a conclusión der N atur, 1950; P . J o r d á n , D ie P hysik
llevan los hechos de la reproduc­ und das Geheimnis des Lebens, ‘ 1947;
J . S c h u l t z , D ie M aschinentheorie des
ción, herencia, regulación y rege­
Lebens, 21929; d) E . D i t z , Julius Schulz’
neración, así com o el com porta­ «M aschinentheorie des Lebens», 1935;
miento teleológico de los órganos, H . D r ie s c h , D er Vitalismus a h Geschi­
que no obedece sim plem ente a una chte und ais Lehre, 1905; d e l m i s m o :
mera sum a de circunstancias exci­ M etaphysik der N atur, 1927.
tantes, sino que se da en virtud
del contenido significativo de una Vitalismo es aquella teoría cientí­
situación biológica. — H a a s . fico-filosófica sobre la interna cons­
titución de los vivientes orgánicos
a j / A l m a , F o rm a , H ilem orfism o, Vi­ que ve u n a diferencia esencial entre
d a; b ) H . A n d r é , Urbild und Ursache
ellos y los seres inorgánicos, la cual
i 11 der Bioiogie, 1931; H . C o n r a d - M a r -
i ¡ijs, D er Selbstaufbau der N atur, 1944; no perm ite reducir los unos a los
ilcl m ism o : Bios und P syche, 1949; H . otros, y adm ite en el / organism o
D r i e s c h , The Science and the philosophy un sujeto substancial propio de la
o f the organism (G ifford Lectures), 1908 / v i d a orgánica. La diferencia esen­
[trad. alem . p o r su m ism o a u to r : Phi­ cial entre orgánico e inorgánico se
losophie des Organischen, 21928 (existe infiere de la oposición entre lo
erad. fra n c .)l; del m ism o: Die M aschi- viviente (vegetal-animal-hombre) y
ne und der Organismus, 1935; D r i e s c h -
lo no viviente. P or de p ronto, pres­
W o l t e r e c k , D as Lebensproblem im Lich-
ic der modernen Forschung, 1931; J. cindim os de form as especiales (sen­
M a r i t a i n , Philosophie de l'organisme, sitiva y racional) de la vida. Desde
en «R evue T h om iste», 1937; R . S c h u - u n punto de vista puram ente des­
i i e r t - S o l d e r n , P hilosophie des Lebendi­ criptivo, la citada oposición reside
gen, 1951; H . S p e M a n n , E xperim entel- en los siguientes caracteres esen­
le Beitráge zu einer Theorie der E ntw ick- ciales: 1.° El organism o es u n todo
lung, 1936; A . W e n z l , M etaphysik der m aterial internam ente individuali­
Bioiogie von heute, “1951; del m ism o :
zado y d o tado de u n a actividad
M aterie und Leben, 1949; del m ism o :
Uans D riesch’s P ersSnlichkeit und Be- total, es decir, los diversos cuerpos
deutung f ü r Bioiogie und Philosophie von físico-químicos y sistemas de cuer­
heute, 1951; G . W o l f f , L eben und E rken ­ pos (órganos) se com plem entan
nen, 1933; R . W o l t e r e c k , Ontologie des p ara constituir un individuo único
y sus funciones parciales para d ar nism os, com o la «fuerza vital» de
lugar a efectos totales: nutrición, los antiguos fisiólogos (Joh. M üller
a u to c o n se rv a c ió n , re p ro d u c c ió n . y otros), «dominantes» (R einke),
P o r el contrario, los sistemas m a­ «condiciones orgánicas sistematiza­
teriales inorgánicos (incluso los doras», etc., sin sujeto substancial
cristales) son una pluralidad, unién­ correspondiente, sólo pueden atri­
dose p ara constituir u n a colectivi­ buirse. al vitalismo tom ado en sen­
d ad m ecánicam ente dispuesta; pero tido lato. — L a irreducibilidad de
no u n a totalidad. L a form ación y la la vida orgánica a fuerzas inorgá­
disgregación en las colectividades nicas se m uestra en estos efectivos
inorgánicas pueden a m enudo re­ caracteres opuestos: d e un lado,
petirse a voluntad con el m ism o to talidad interna individual y evo­
sistem a; el individuo orgánico pe­ lución a p artir d e gérmenes poten­
rece u n a sola vez con la m uerte ciales; de o tro , colectividad dis­
no pudiendo ser recom puesto a puesta m ecánicam ente y ausencia
p artir de las m ism as o de otras de proceso evolutivo. Sin em bargo,
m aterias. T odo organism o es irre­ p a ra la autonom ía de los fenóm e­
petible. — 2.° T odo organism o nos de la vida son decisivos los
(aun los unicelulares) nace de orga­ experim entos de D riesch y otros,
nism os ya existentes por evolu­ que a la vez inform an sobre la
ción germ inal; incluso la m ulti­ esencia peculiar del principio vi­
plicación m ediante la llam ada di­ tal. - ✓* Vital [Principio], ^ [187].
visión de los seres unicelulares es — Frank.
u n a evolución. L os gérmenes (se­
b ) H . D r i e s c h , D er Vitalismus ais
xuales, asexuales y vegetativos,
G esetz und Lehre, '1922; del m ism o:
com o bulbos, tubérculos, retoños) tVas Ist Vitalismus?, 1930; del m ism o:
son ya organism os enteros, pero The Science and the philosophy o f the
en form a potencial, inacabada. Su organism (G ifford L ectures), Í908 [trad.
estado perfecto se produce a tra ­ alem . p o r su m ism o a u to r: Philosophie
vés de u n proceso de desarrollo des Organischen, !1928 (existe trad.
{ / Evolución) irreiterable p ara cada fran c.)]; D r i e s c h - W o l t e r b c k , D as L e-
individuo. N ad a hay en lo inorgá­ bensproblem im L ich te der modernen
Forschung, 1 5 t(l; B. D Ü r c k e n , D as H aupt-
nico que corresponda a este m odo
problem der Biologie, *1925; R . W o j l -
de form ación; los llam ados gérme­ t e r e c k , O ntologie des Lebendigen, 1940;
nes de los cristales son ya peque­ R . S c h u b e r t - S o l d e r n , Philosophie des
ños cristales acabados y se originan Lebendigen, 1951; d ) E. D it z , Julias
p o r m era adición exterior. Schulz' « M aschinentheorie des L ebens»
El vitalismo en sentido propio ex­ 1935; [J. P u j i u l a , L a vida y su evolución
plica el acontecer autónom o de la filogenética, 21925; R . C o l l i n , P hysi-
vida orgánica, es decir, n o redu- que et métaphysique de la vie, 1925;
L . B o u l e , É tude des fondem ents cytolo-
cible a cuerpos y fuerzas inorgá­
giques du vitalisme, P arís 1939; D . M e r ­
nicas, p o r u n factor natural igual-, c i e r , Psicología (tra d . esp.), 4 vols., 1940;.
m ente autónom o, po r u n sujeto F . M . P a l m é s , Vitalismo, en Enciclopedia
substancial e inm aterial, que re ­ Espasa; T . d e C astro , Vitalismo, 1944;
cibe los nom bres de principio vi­ J. M u ñ o z , ¿Cómo nació Ia vida?, 1949]?
tal G* Vital [Principio]), entelequia ,/V it a l (P rincipio).
(D riesch), form a esencial o alm a
(escolásticos). L as teorías que úni­ Vivencia. T om ando el térm ino
cam ente adm iten fuerzas especiales en sentido am plio ( 1), de acuerdo
propias y exclusivas de los orga­ con la acepción que h a adquirido
carta de ciudadanía en la psicolo­ con m ayor intensidad los aspectos
gía em pírica, llám ase vivencia todo em ocionales, intelectuales o de fan­
hecho de /'c o n c ie n c ia , en tan to tasía, la vivencia resultará m ás re­
que su sujeto se aprehende a si ceptiva o productiva, m ás sintética
mismo (refleja o no reflejamente) o m ás orientada hacia los con­
com o encontrándose en u n a deter­ trastes; y según se dirija predo­
m inada situación psíquica. L a ca­ m inantem ente a lo form al o al
pacidad para tener vivencias en contenido del objeto valioso, cabrá
esta acepción distingue al hom bre distinguir diversos tipos de viven­
y al anim al de la planta, que vive cia. L a verdadera vivencia requiere
sin «vivir» su vida. cierta elasticidad psíquico-som áti-
L a vivencia en sentido estricto ca, recogim iento del alm a, m adurez
y relevante (2) es exclusivamente de desarrollo y capacidad p ara ser
propia del hom bre. Puede caracte­ «interrogado» p o r «valores»; de
rizarse com o u n a actitud to tal va- suerte que no sólo son u n obs­
lorativa «del alm a entera», con la táculo para ella la m era ham bre
unidad, profusión y profundidad de sensaciones, la actitud crítico-
de sus disposiciones espirituales, cínica y m uchas form as de debili­
ante la plenitud de sentido y de dad psicopática, sino que, p o r lo
valor que, con anterioridad a toda general, un a vivencia profunda no
reflexión, resplandece de m odo con­ se presenta antes de la adolescen­
creto en u n ser objetivo. cia m ás que en form as precurso­
Cediendo a u n a consideración ras e inm aturas.
parcial, m uchas veces esta vivencia, E l observar y cuidar en su pe­
este «vivir p o r excelencia», se con­ culiaridad, en sus posibilidades de
trapone, com o estado puram ente desarrollo y degeneración, las for­
em ocional y pasivo, a la actitud m as tem pranas de vivencia intensa
intelectual y activa. Sin em bargo, y genuina, es de la m áxim a tras­
no hay auténtica vivencia sin pen­ cendencia, tan to p ara com prender
sam iento. Evidentem ente, difiere de m ejor al niño y a! joven com o p ara
la reflexión racional, discursiva fom entar su progreso espiritual,
y abstracta, p orque en el m om ento contándose entre las tareas capita­
del «vivir» intenso el valor obje­ les de la educación la dé capacitar
tivo es aprehendido de m anera con­ p ara u n a vigorosa vivencia del va­
creta y desprovista de reflexión. lor. — W i l l w o l l .
Pero difiere tam bién (por la rela­ C h . B ü h l e r , Seelenleben der Jugend-
ción con el valor) de la m era lichen, “1929 [trad. e sp .: L a vida psíquica
ham bre de sensaciones, así com o d e l adolescente, *1950]; W . G r u e h n , D as
(por ia peculiaridad y vital fuerza Werterlebnis, 1924; J . E n g e r t , Ertebnis
operativa de la vivencia de serie­ und ErlebnispSdagoglk, en el L e x ik o n der.
dad) del sentim entalism o blando P Sdagogik der Gegenwart (edit. p o r
y del vago estado dé ánim o. N o J. Spieler), 1930; J . R u d in , D er Erleb-
tiisdrang, seine psychologischen Grundla­
siempre es> ta m p o co 'u n estado pu­ gen und pádagogísche Auswertung, L u­
ram ente pasivo; po r el contrario, cerna 1942 (con u n p rofundísim o a n á ­
con frecuencia se une, incluso es­ lisis fenom enológico y el exam en crítico
trecham ente, a un activo tender d e copiosa b ib lio g rafía); H . W . G x v h l s ,
hacía u n a m eta, a una. activa vo­ Verstehende P sychologie, 1948.
lu n tad de plasm ación, a u n activo
estar tensó p ara la acción. Según Voluntad. C onocer y querer son
que en la vivencia total resalten los m odos fundam entales de la ac­
tividad espiritual. Así com o la / ac­ los juicios de valor. Es decir, al
ción no es necesariam ente m uta­ conjunto de la vivencia valoral
ción ni el conocim iento intelectual contribuyen tam bién todos los esta­
pensar discursivo, así tam poco el dos afectivos anímicos, com o la
querer indica necesariam ente ten­ disposición de ánim o y el tem ­
dencia a un bien que ha de adqui­ peram ento, las bases sensoriales del
rirse o realizarse. Su acto funda­ pensam iento, el carácter, el tipo
m ental lo constituye la afirmación de personalidad y la abundancia de
de un valor, o sea, el amor. P or eso complejos inconscientes. La viven­
es tam bién voluntad la efectuación cia del valor provoca los prim e­
espiritual no tendencial del valor ros movim ientos de la voluntad,
infinito ( / D i o s {Voluntad de]). los cuales pueden, p o r su parte,
El objeto que caracteriza a la repercutir asimismo sobre la ulte­
voluntad en general es el / valor rior configuración de la vivencia
en general, o el bien en cuanto tal. del m otivo. Sin em bargo, dentro
La voluntad aparece com o / a p e ­ de ciertos límites, la orientación
tito sólo donde el bien no se iden­ últim a de la voluntad en las luchas
tifica con la voluntad o donde no suscitadas p o r los m otivos es un
está originariam ente ligado a ella. acto voluntario libre ( /L ib e r ta d
Por eso la voluntad humana puede de la voluntad).
ser considerada com o la facultad E l objeto del querer, que p o r su
espiritual que el hom bre posee de bondad debe ser pretendido, ha
alirm ar o tender a los valores inte­ de estar sintonizado hasta cierto
lectualmente conocidos. Su objeto punto con la perfección ontoló­
característico es el de la voluntad gica del sujeto apetente. Cuando
en general: el ser com o valor, pero se trata de conseguir con seriedad
presentado según ei m odo particu­ el fin, el objeto no puede aparecer
lar del conocim iento y del / enten­ al sujeto com o irrealizable en tal
dimiento hum anos. M ientras el ape­ m om ento y lugar, porque la volun­
tito sensitivo ( /T e n d e n c ia ) está ta d no puede querer seriam ente lo
restringido al angosto dom inio sen­ imposible ni, en general, el mal p o r
sorial, la voluntad tiene un ilimi­ el mal. — Sobre la base de innum e­
tado dom inio objetivo. En efecto, rables experiencias, se distingue un
puede dirigirse sólo a lo que de querer enérgico y otro débil. D is­
alguna m anera aparece como bue­ cútese, no obstante, si la «voluntad»
no. pero tam bién a todo lo que (como facultad particular) es inter­
posea esta cualidad, lo cual cons­ nam ente, ontológicam ente, fuerte o
tituye la esfera ilimitada del ente débil y si es vigoriza ble con el
en general, porque todo ser es de «ejercicio». Buenas razones hablan
alguna m anera valioso. en favor d e que el sentido de los
Com o causa final que actúa por llam ados «ejercicios de voluntad»
m ediación del conocim iento inte­ no consiste en un acrecentam iento
lectual, la bondad atractiva del interno ontológico de la fuerza
objeto es a la vez motivo de la de voluntad, sino en la creación de
voluntad. El querer está así an ­ u n a c o n s te la c ió n a n ím ic a t o t ^
clado inm ediatam ente en el m o­ de /c o m p le jo s en la cual deter­
tivo conocido, pero mediatam ente m inados valores objetivos son vi­
en todo lo que de parte de las di­ vidos subjetivamente com o valo­
versas disposiciones y «capas» del res superiores con m ayor facilidad,
alm a coopera a la constitución de se contraponen al querer corres-
pondiente m enos obstáculos inte­ buch der G eisteskrankheiten, 1928; H .
riores psíquicos y los hábitos favo­ R o h r a c h e r , Theorie des Willens, 1932
rables hacen m ás fácil que el que­ (co n tra esta o b ra : J. L i n d w o r s k y e n
«A rchiv für die gesarme Psychologie» 86
rer se im ponga en el conjunto del
[1932] p, 553 ss); W . H a e n s e l , Beitrag
alm a (véase la teoría de la volun­ zur Slrukluram /lyse des W ollens, 1939; d)
tad de Lindw orsky). — L a volun­ [H . H eim so e t h , L os seis grandes lem as de
tad com o poder apetitivo espiritual la metafísica occidental (tra d . esp.), 1928].
brota del conocim iento intelectual y
abraza fines intelectualm ente apre­
hendidos. Por eso no cabe hablar Voluntarismo. Califícanse de vo­
propiam ente de querer inconscien­ luntarism o aquellas direcciones filo­
te com o m ero impulso sordo (co­ sóficas que de alguna m anera con­
mo se habla de tendencias natu­ ceden preferencia a la / voluntad
rales sensitivas), a menos que se sobre el entendim iento ( /I n te le c -
equipare voluntad a / a p e t i t o . El tualismo). Esto puede realizarse
ver en u n querer inconsciente el de muy diversos m odos. Según
fondo prim itivo absoluto de toda el voluntarismo metafisico, la reali­
la realidad del m undo (filosofía dad, en su verdadero ser y m ás
del in c o n sc ie n te , Schopenhauer, profundo fondo, es voluntad (Sclto-
K. v. Hartmann) contradice el prin­ penhauer, E. v. H artm ann). El vo­
cipio de razón suficiente, porque luntarismo psicológico no va tan
lo superior (la voluntad espiritual) lejos, pero asigna a la voluntad
no puede tener su fundam ento en la prim acía sobre el entendim iento
lo inferior (el apetito inconsciente). (Enrique de Gante: el entendim ien­
- W il l w o l l . to es puram ente pasivo; su objeto
está subordinado al querer; m ás
K . S c h m id , D ie menschtiche Willens- m oderado es Duns Escoto: el en­
írpiheit in ihrem Verhaltnis ¡u den Leiden- tendim iento es causa al servicio
schaften, 1925; J. L in d w o r s k y , D er del querer, pero la verdad no
H'ille, 31923; del m ism o: WiHensschule,
depende de éste). El voluntarism o
l21927 [trad . esp .; E l poder de la volun­
tad, 21943]; A. P f á n d e k , P hanom enohgie psicológico se amplía en la m ayo­
des Willens, *1930 [trad. esp.: Fenomeno­ ría de los casos hasta hacerse
logía de la voluntad, 1931]; [E . B . B a r r e t , voluntarismo teológico (la esencia
M otive-force and M otivation Tracks, de la felicidad reside en el am or de
Londres 1911; A. M ic h o t t e y E. P r ü m , D ios; el orden de la naturaleza
Elude experim entóle sur le cíioix volon- y, en parte, tam bién el m oral,
taire, en «A rchives de Psychologie» 10 dependen de la voluntad divina).
(1911) pp. 300-315; T h . V. M o o r e , Con­
Lulero y (con ciertas restricciones)
ferencias de psicología dinámica, 1948;
D . M e r c ie r , Psicología (tr a d . esp.),
Ockham hacen depender de la
4 vols., 1940; J. F r o b e s , Tratado de psi­ arbitrariedad de Dios todo el or­
cología empírica y experim ental (tr a d . den ético; según Lutero, D ios es
esp.), 2 vols., 31944; 3. A. d e L a b u r u , incognoscible porque es voluntad
El poder de la voluntad en la conducta del absoluta. Difiere de todas estas
hombre, 1947; A. M a r c , Psychologie form as el voluntarismo gnoseológico
réflexive, 2 vols., París-B ruselas 1948; de Kant, según el cual, a la razón
B. P é r e z A r g o s , E l determinativo fu n ­
práctica le corresponde el prim ado
cionaI de ¡a voluntad, en «Pensam iento»
7 (1951) pp. 285-319]; N . A c h , W illens-
sobre la especulativa, porque aq u é­
a k t und Tem perament, 1910; del m ism o: lla nos lleva a convicciones m eta­
Analyse des Willens, 1935; B o st r o e m , físicas que la segunda no alcanza,
Stürungen des Willens, en B u m k e , Hand- aunque tam poco las excluye. Como
voluntarism o gnoseológico hay que sólo co-aludido y lo convierte en su
co n tar tam bién al / pragm atism o. único objeto (conciencia subsiguien­
Nietzsche defiende un voluntarismo te o refleja del y o ) . É sta p o sib ilita '
ético, al aparecer en él la volun­ un autoconocimiento (o conocim ien­
tad de poder com o suprem o valor to del yo) de m ás dilatado alcance
m oral. — E l voluntarism o con­ y m ás profundam ente penetrante.
funde las más de las veces querer Falsam ente interpretan la concien­
y actividad. V oluntad (cuando no cia del yo quienes la reducen al
se equipara al impulso ciego) y curso de los actos. Pues, en reali­
entendim iento están, según su na­ dad, no concebimos un pensar y
turaleza, en el mismo grado del u n querer suspendidos en el aire,
ser. Se com plem entan moviendo sino un pensante o un volente, es
la voluntad al entendim iento e decir, u n sujeto determ inado p o r
ilum inando éste a la voluntad. En tales actos. Y éste se m antiene el
D ios son realm ente una sola cosa. m ismo a través del cam bio de aqué­
— Brugger. llos (yo, que ahora escribo, m e
siento de m anera inequívoca exacta­
A dem ás d e los tra ta d o s de historia de m ente el mismo que tuvo p o r suyas
la filosofía, P . P a u l s e n , Einleítung in
innum erables vivencias hace tiem ­
die Philosophie, 1892; U . A. P a d o v a n i ,
A . Schopenhauer. V a m b ien te, la vita, ie
po desaparecidas y de las que tal
opere, M ilán 1934; d ) [H. H e i m s o e t h , vez debe responder, a pesar de
L os seis grandes tem as de la m etafísica que querría librarse de ellas). Así
occidental (trad. esp.), 1928]. tenem os conocim iento de la subs-
tancialidad del yo. Por su calidad
de substrato perm anente sostiene
Yo. El «yo» viene dado en y causa los actos com o determ ina­
todos los actos intelectuales del tivos accidentales suyos sin, por
hom bre como punto unitario de su parte, estar reducido a la condi­
referencia, sustentador o sujeto últi­ ción de determ inativo de o tro ser
m o y fuente activa de los m is­ ( / Panteísmo).
mos. D escúbrese prim eram ente en C on relación al aspecto histó­
la im plícita conciencia del yo (auto- rico, debe señalarse que San A gus­
conciencia) que acom paña a todos tín destacó vigorosam ente el yo
los actos dirigidos a otros objetos, y la conciencia del mismo. E n ella
o sea, es inherente a la m irada de encuentra el punto de p artida indu­
nuestro espíritu proyectada hacia bitable p ara todo afianzam iento de
lo exterior a nosotros (conciencia la verdad, pues nadie puede du­
concomitante o directa del y o ). Es d ar sin que en dicho acto vaya
que el espíritu no se pierde nunca incluida un a afirmación cierta de
enteram ente en lo «otro», sino su propia existencia. En la E dad
que lo interioriza al recogerlo ha­ M edia este problem a pasó a se­
cia las profundidades del propio gundo térm ino. Descartes fué el
«yo»; el conocim iento intelectual - prim ero en renovarlo con su Co-'
se realiza sólo m ediante esta reditio gito, ergo sum (pienso, luego exis­
completa (Santo Tom ás de Aqui- to) e influyó decisivamente en to d a
no), esta perfecta vuelta del espíritu la época m oderna. Kant atribuye
sobre sí mismo. Sobre ella se cons­ todo conocim iento al yo / t r a s ­
truye la conciencia desplegada o cendental, es decir, al yo como
explícita del yo, la cual sigue a la fundam ento que hace posible el
directa, se inclina sobre el yo antes saber; pero este yo n o coincide
con el yo com o cosa en sí inac­ Ich ais Grundproblem der M eta p h ysik,
cesible a nuestro conocer; sólo el 1897; C. G . J u n g , D ie B eziekungen zw i-
yo m oral llega a lo en sí. Partiendo schen dem Jch und dem Unbewitssien, 1928
(trad. esp.: E l yo y el inconsciente, 1950].
de este punto, los idealistas ale­
manes han conducido a su térm ino
lo que corría por las venas de los Yoga ( = tensión). E ste vocablo
tiempos m odernos: hacen al yo designa de ordinario en la filoso­
hum ano absoluto y lo equiparan al fía india (1) todo procedimiento
divino, con lo cual se convierte conducente a la intuición m ística
en creador. La filosofía existencia! y al conocim iento supraconcep-
( /E x iste n c ia l [Filosofía]) rem ite al tua!. En este sentido el yoga no
yo a los límites de su finitud, con lo está restringido a sistema alguno
que existe todavía el riesgo de disol­ determ inado. El yoga clásico de
ver en él todo contenido. P o r lo que Patañjali (s. v después de J. C.)
atañe a la valoración del yo, cabe tom a, en genera], sus bases filosó­
decir que, po r lo general, fué con­ ficas de la filosofía dualista del
siderado en Occidente com o un Samkhya. El yogin ( = el que prac­
alto valor; a ello se opuso el pe­ tica el yoga) se propone comp
simismo, sobre todo, Schopenhauer, finalidad reprim ir las funciones
quien, siguiendo el pensam iento de la substancia pensante a fin de
indio, tiene com o lo m ás excelso conducirlas a algo superior. Sir­
la extinción del yo. Term inológica­ ven de preparación p ara ello Ja
m ente im portante es el hecho de observancia de u n a serie de pres­
que la m oderna psicoterapia ( Jung) cripciones éticas, u na determ inada
distingue el «yo» consciente (ich) postura del cuerpo y la regulación
del «yo» (Selbst) que abarca tam ­ de la respiración; pero la práctica
bién el inconsciente (incluso lo di­ fundam ental consiste en ap a rtar los
vino). — L o r z ­ sentidos de los objetos, recogimien­
to, m editación y continua concen­
as S a n A g u s t í n , De c h ila te D ei xi, 2 6 ;
De Trinitate xv, 21; De libero arbitrio ir,
tración. / [9]. — B r u g g e r .
3 ; Soliloquia ii, 1 ; S a n t o T o m á s d e
A q u i n o , Quaestiones disputatae de veri- R . G a r b e , S a m kh ya und Yoga, 1896;
tate, q. 1 a. 9 ; R . D e s c a r t e s , M edita- del m ism o: D ie Samkhya-PhUosophie,
tiones de prim a philosophia; b ) A. W iix- M 917; O . S t r a u s s , Indische Philosophie,
w o l l , Seele und Geist, 1938 [trad. esp.: 1925, c. 8; J. W . H a u e r , D er Yoga ais
A lm a y espíritu, *1954]; B. S w i t a l s k i , Heilsweg, 1932; [M. M ü l l e r , The S ix
Z u r A nalyse des Subjektbegriffs, 1 9 1 4 ; System s o f Indian Philosophy, 1899;
J. N o g u é , E ssa i.s u r Pactivité prim itive S. R a d h a k r i s h n a n , Indian P hilosophy,
du m oi, P arís 1 9 3 6 ; S . S t r a s s e r , L e pro- 2 vols., 1927; P . M a s s o n - O u r s e l , E s-
blém e de l ’ám e, L o vain a 1 9 5 3 ]; c) R . D es­ quisse d ’une histoire de la philosophie
c a r te s, /a ) ; K. O e s tb r r e ic h , PhanO' indienne, 1923; S. D á s g u p t a , Yoga p h i­
menologle des Ich, 1910; A . D r e w s , D as losophy, C a lc u ta 1930].
FILOSOFÍA ORIENTAL
INDIA
T hé Sacred B o o ks o f the E ast; O . S t r a u s s , Indtsche Philosophie; (P. M a sso n - O u r s e l ,
Esquisse d ’une histoire de la philosophie indienne, P arís 1923; S . R a d h a k r is h n a n ,
Indian Philosophy, 2 vols., 1927)

1] A . ÉPO C A P R IM IT IV A :
Primeros indicios filosóficos en el Rigveda (colección de him nos;
segundo m ilenio antes de J. C.). Tendencia a la un id ad ; se pre­
gunta po r el origen del m undo y el D ios desconocido; el poder
mágico de los ritos com o sím bolo de la creación del m undo.
A . H i l l e b r a n d t , L ieder des Rigveda 1913.
E n los Bráhmanas (interpretaciones de los. ritos sacrificiales) se en­
cuentran las ideas fundamentales de la filosofía posterior: Brahmán
(palabra sacrificial m ágica que triunfa sobre los mismos dioses;
la fuerza del saber ritual com o etapa previa a la del saber meta-
físico; m ás tarde, el principio prim ordial del universo). Átm an
(respiración, el yo). Renacimiento.

B. L O S UPA N ISH A D S:
V éase P . D e u s s e n , S echzig Upanishads des Veda; colecciones no sistem áticas
d e tex to s; 800-300.

2] I . U PA N ISH A D S A N TIG U O S:
D octrinas esotéricas; hacia el 800 antes de J. C.
Doctrina: El brahm án es el universo y mi alm a es brahm án. Lo
distinto del brahm án-atm an es doloroso. L a existencia fu tu ra
depende de la acción m oral (karm a). Metempsicosis (samsara)
determ inada p o r el deseo bueno o m alo. Sólo el saber místico
acerca del brahm án-atm an conduce a la salvación = liberación
del sam sara.
Escritos principales: Brihadáranyaka- y Ch&ndogya-Upamshad.

3] II. U PA N ISH A D S M O D E R N O S :
U lterior perfeccionam iento de la doctrina de los U panishads.
Prim er grupo: U panishads en verso: Káthaka-, Shvetüshvatara-Upa-
nishad y otros (ideas del sám khya / [9] acerca de los grados de
valor de lo real; aplicación de estas ideas al cam ino hacia lo
absoluto: yoga; lo absoluto com o D ios su p ram u n d an o : nuevo
teísmo).
Segundo grupo: U panishads en p ro sa: Maitráyana-Upanishad y otros
(desarrollo ulterior de la filosofía del sám khya y del yoga; contra­
posición del alm a individual o elem ento-atm an al alm a universal).

C. SE C T A S:
*1 I . E L B U D ISM O A N TIG U O :
E n tre los U panishads antiguos y m odernos; Digha-Nikaya, trad. por R . O.
F ran k e, 1913. 11, 20, 23],

a) B u d a (cuyo nom bre en el m undo era Gotama; 560-480 aproxi­


m adam ente; nacido en el N epal m eridional). M era doctrina de
salvación de carácter antim etafísico { / Budismo). Supuestos com u­
nes con los U panishads: doctrina del renacim iento y aspiración
a la liberación.
b) Su e x p o s i c i ó n m á s a n t i g u a se encuentra en el Tipitaka (las tres
canastas; extensa colección de escritos en páli), que consta del
Vinaya-pitaka (ordenación de la com unidad), el Sutta-pitaka
(sermones y relatos, entre los que se cuenta el Dighanikáya, «co­
lección de grandes textos», la más antigua form a asequible de
la doctrina de Buda) y el Abidhamma-pitaka (compendios).

51II. E L JA IN IS M O :
M ahávira o Jaina (victorioso), reform ador de la secta que lleva
su nom bre (época de Buda). D octrina de salvación com o el
budism o, pero con una concepción prim itiva realista del karm a,
que viene pensado a m odo de sutil substancia m aterial; se
acentúa vigorosam ente el tapas o ascesis corporal.

«1 D . E L M A H A B H A R A T A :
G igantesca epopeya de unos 100.000 versos; los textos filosó­
ficos han de situarse entre el 200 antes de J. C. y el 200 después
de J. C. Pertenece a ellos el célebre Bhagavadgitá (canto del san­
to): instrucción poética de base teísta sobre m oral y sámkhya-yoga.
D e u s s e n -S t r a u s s , Vier philosaphische T exte des M ahabharatam.
M okshadharmaparvan (capítulo dedicado a la doctrina de la libera­
ción): fragm entos eclécticos de diversa procedencia sobre m eta­
física, ética, psicología, cosmología.

71 E. L O S S IS T E M A S :
N acieron a lo largo de u n a dilatada evolución; cada uno de
ellos cuenta con una am plia literatura; la prim era fijación lite­
raria se realiza en los sufras (grupos de aforismos), en el siglo i
después de J. C.
India

i. NYAYA-VAISHESHIKA (lógica y singularidad):


Tendencia que defiende u n orden realista en el esquema del uni­
verso sin atribuirlo a un principio trascendente; doctrina des­
arrollada de las categorías (nueve substancias, teoría atóm ica),
gnoseología y lógica (percepción, m étodo de definición, teoría
del raciocinio, filosofía del lenguaje). R epresentantes principa­
les: Prashastapada (posterior al 400 después de J. C.) y Gan-
gesha (siglo xn después de J. C ).

II. M IM A M SA (discusión):
Sistema antjm etafísico, afín al anterior, nacido de u n saber ritu al:
ateo; pluralidad de alm as eternas; realism o del m undo exterior;
teoría de las categorías; gnoseología sobre la base de la absoluta
autoridad de la palab ra eterna del V eda; filosofía del lenguaje.
R epresentantes principales: Prabhákara (siglo vn) y Kumárila
(siglo vni).

■'1III. SAM KHYA Y Y O G A : / [3],


a) S a m k h y a : D ualidad del devenir eterno (prakriti: la naturaleza
creadora eternam ente cam biante; lo físico y lo psíquico son sólo
aspectos suyos) y el ser eterno (purusha: el espíritu inm utable,
principio único de la conciencia); salvación p or el conocim iento
verdadero; la causalidad consiste en la m anifestación actual de
una cosa ya potencialm ente existente; no hay lógica ni gnoseo­
logía independientes. R epresentante prin cip al: Istvarakrishna:
«Sám khyakáriká» (anterior al 560 después de J. C-).
R. G arbe, D er M ondschein der Sam khya-W ahrheit (tr a d .), 1 8 9 1 .
b) Y o g a : P ara la doctrina: / Y oga. Desviación del sam khya por el
teísmo (Dios com o purusha especial). R epresentante principal:
Patánjali: «Y ogasutras» (posterior al 450 después de J. C.).
J. H . W o o d s , The Y oga-System o f P atanjali (trad ,), C am bridge 1914.

101 IV . E L B U D ISM O T A R D ÍO :
D esarrollado desde el siglo m antes de J. C. al v n i después de
J. C. / [4, 20], / Budismo.
D o c t r in a s c o m u n e s : todo es m om entáneo (instantes jnconexos
de actividad); to d o es sufrim iento (apartam iento de lo em pí­
rico); todo está aislado (sin esencia superior); to d o es vacío (in­
substancial, vano).
b) D ir e c c i o n e s :

1. Hinayana (Pequeño Vehículo), Tkeravadins (adeptos de la doc­


trina de los m ás antiguos): ulterior desenvolvimiento del / b u ­
dism o en estrecho contacto con los antiguos textos del canon
pálí, especialm ente en B irm ania; doctrina de la realidad y cog­
noscibilidad del m undo exterior.
Escuela de los Sarvdstivadins (seguidores de la doctrina que afirm a:
to d o existe). Se distinguen p o r adm itir la perceptibilidad directa
del m undo exterior. Representante principal: Vasubandhu (si­
glo iv o v después de J. C.).
Escuela de los Sautrántikas (adeptos de los Sutrantas = Sutras).
Les diferencia la afirmación de que el m undo exterior es sólo
deducible.
nl 2. M ahayana (G ran Vehículo), / t Budismo. Las obras están escritas
en sánscrito, pero parte de ellas se han conservado únicam ente en
traducción china o tibetana. N egación del m undo exterior.
Vijndnavñda (doctrina de la realidad exclusiva del espíritu) o Yo-
gachara (cam inando en el yoga). A serto diferencial: sólo es real
el m undo inierior. R epresentantes principales: Asanga; más tarde,
tam bién su herm ano Vasubandhu [ / 10] y el Lankávatárasu-
tra (siglo vn). E n posición interm edia respecto a esta escuela
y a los sautrantikas se encuentra Dharmakirti: «Nyayabindu»
(breve m anual de lógica): la realidad exterior es ciertam ente
incognoscible, pero form a el verdadero elem ento de la represen­
tación construida en lo demás por el pensamiento.
Shunyaváda (doctrina de la vacuidad): Se caracteriza p o r la negación
de los m undos exterior e interior; negación de to d a exterioriza-
ción de opiniones: todo es nada (vacuidad absoluta). Represen­
tante principal: Nñgárjuna (siglo n [?] después de J. C.). En el
siglo vm el budism o de la India se convierte en brahm anism o.
M . W a lle s e r , Die mittlere Lehre des Nagarjuna (trad .), 1911.

V. VEDANTA:
Final del V eda: p u n to de vista de los seguidores de los U pa-
nrshads. E laboración sistemática de doctrinas antagónicas de los
U panishads bajo el concepto suprem o de B rahm a ( / V edanta
[Filosofía del]).
Bádaráyana: «B rahm asutras» (com entado en sentido diverso por
los siguientes jefes de escuela).
Gaudapüda (siglo vm después de J. C.): m aestro de S ham kara;
m onismo riguroso.
Sham kara (788-850) form uló el m ás conocido e influyente sistema
del V edanta; m onism o riguroso.
P. D eu ssen , D ie S u tra s des Vedanta (con co m en tario de S ham kara), 1887.
R a m a n u ja ( t 1 137): r e fo rm a d e l m o n is m o e n d ire c c ió n te ís ta (el
a lm a y D ios n o s o n id é n tic o s , s in o ú n ic a m e n te se m e ja n te s).
G . T h ib a u t, The Vedantasutras with the commentary o f Ramanuja, O x­
fo rd 1904.
Nimbárka y Shrinivása (siglo xn ): tesis de la diversidad (bdeda)
y no-diversidad (abheda: imposibilidad de la existencia indepen­
diente del m undo). A ceptado p o r m uchos vishnuitas y shivaítas.
M adhva (1199-1278): pluralism o term inante.
Vallabha (1479-1531): clara no-dualidad.
iy VI. LA F IL O S O F ÍA IN D IA E N L O S S IG L O S XIX Y XX:
Ramakrishna (1833-1886): m ístico, representante del bhakti (am or
de D ios); Swam i Vivekananda, discípulo del anterior.
Teosofía: / [186].
E l brahmo-samaj: m ovim iento teísta del siglo x ix : R am M ohun
R oy (1777-1833); Debendranath Tagore (1818-1905); Rabindra-
nñth Tagore: hijo del anterior, poeta y filósofo de la religión;
«Sadhana, the R ealisation o f Life», Londres 1913.
Svi A u r o b i n d o ( f 1950): el m ás im portante filósofo m oderno de
la In d ia; adversario de la doctrina del maya, de Shankara. O bras:
Life divine.

CHINA
A . F orke, Geschichte der altent m ittelalterlicken und neueren chinesischen Philosophie,
1 9 2 7 -1 9 3 8 ; ( F u n g - Y u -L a n o , A Short S to ry o f Chínese P hilosophy, 1 9 4 8 )

14] A . C L Á S IC O S A N T IG U O S:
Surgidos paulatinam ente en los cargos públicos suprem os ( L e g g e ,
Chínese Classics).
Yiking: L ibro de texto del gran adivino; los 64 hexagram as dieron
tam bién ocasión para u n a interpretación filosófico-natural; dos
fuerzas cósmicas opuestas entre sí: Yin y Yang.
Schukittg: N otas históricas; en ellas se encuentra el H ungfan, «la
gran regla», enum eración de los conceptos fundam entales de la
doctrina de la naturaleza y del estado (presupuesto: acción re­
cíproca entre los procesos naturales y estatales) perteneciente
a la época C hang: 1766 a 1122).
Cliun-ch’iu: apuntes cronológicos.
Tso-chuan: se basa en crónicas oriciaies.
L iki: prescripciones rituales.

B. T A O ÍSM O :
•51 I. T A O ÍS M O A N TIG U O :
a) L a o - t s e , nacido el 604 (según otros el 480) antes de J. C .: «Tao~
lé-king», libro de T ao y de la virtud (especulación religioso-
m etafísica sobre Tao, el fundam ento prim itivo; ética; teoría del
estado), la m ás grandiosa y profunda creación del espíritu chino.
b) Lieh-tse (siglo v antes de J. C.), Chuang-tse (siglo rv), Wéntse
(siglo ni), H an Fei-tse ( | 233 antes de J. C.): filosofía del estado.

I I. T A O ÍS M O T A R D ÍO :
Se desliza enteram ente hacia la hechicería:
a) C om o filosofía: doctrina esotérica alquim ista.
b) C om o com unidad religiosa: crasa superstición.
C. C O N F U C 1A N ISM O ( / e s t e térm ino en el D iccionario):
'«i I. C O N FU C IA N IS M O A N TIG U O :
L egge, Chínese Classics; C o u v r e u r , L es quaire /ivres.
C o n fu cio (K ung-tse; 551-479): Fuentes de su doctrina: Lun-yii
(conversación) y un capítulo del Schi-tchi. /r Confucianismo.
M etido (Meng-tse, 372-289): fu n d a m e n ta ro n científica del confu-
cianismo.
Hsün-tse (siglo n antes de J. C.): gran influencia en la tradición
confuciana.

171 I I. N E O C O N F U C IA N ISM O :
Filosofía Hs'mg-U (filosofía de la naturaleza hum ana y de la ra ­
zón) o filosofía de la época Sung (960-1280). Inspirado por ideas
taoístas y budistas, añadió a la ética de los antiguos una m eta­
física.
a) Fundador: C h o u T u n -i (1017-1073): los pensam ientos fundam en­
tales del sistem a se encuentran en el T ’ai-tchi t ’uschuo (expli­
cación para el bosquejo del principio originario).
Ch'éng Hao (1032-1085): monismo idealista; y su herm ano Ctíéng I
(1033-1107): dualism o realista.
b) L a lleva a su perfección: C h u H si (1130-1200): el m ás grande
sistem atizador chino; dualism o realista.
L u Ch'iu-yuan (1138-1191): idealismo m onista.

183 IU . E L LLAM AD O C O N FU C IA N ISM O «S U P E R IO R »:


K'ang Yu-wei (1858-1927): reform a religiosa del confucianismo.
Liang Ch'i-ch'ao (1873-1929): nueva interpretación republicano-
socialista.

MI D . M E H IS M O :
M e T i (480-400 a p ro x im a d a m e n te ) f u n d a la é tic a s o b r e e l a m o r
u n iv e rs a l a lo s h o m b r e s ; e n la c e c o n el te ísm o a n tig u o ; se d e s ta ­
c a n la re lig ió n y el p e n s a m ie n to ló g ic o .
Sus discípulos exageraron el am or universal a los hom bres con
perjuicio de la articulación social.
A. F orke , M e T i (o b ras filosóficas), 1922.

201 E . B U D ISM O :
a) I n t r o d u c c ió n del budism o bajo la form a del M aháyána: «Sutra
de los 42 capítulos».
b) Intensa a c t i v i d a d d e t r a d u c c i ó n de la literatura sánscrita
budista (siglos iu -v t).
c) E s c u e l a s m á s i m p o r t a n t e s (todavía hoy existentes): T'ien-T'ai
tsung: escuela del T 'ien-T 'ai o del saber y de la m editación; obra
principal: Saddharma-pundarika-sütra (Sutra de la flor de lo to de
la doctrina maravillosa).
Lü-tsung: limpia doctrina m oral.
Tching-t’u tsung: escuela de] país claro, del paraíso de A m ithaba
Buda (Am idism o); m uy difundida aún en nuestros días.
Chén-yen tsung: escuela de las fórm ulas mágicas, escuela tantra
o mantra; de ella nació en el T ibet el lamaísmo.
Ch’an-tsung: escuela Dhyana o de la meditación, fundada p o r el
28.° patriarca Boddhidarma, que en 520 pasó de la India a China,
d) M om ento de la m á x im a d if u s i ó n del budism o en C hina: si­
glos v i - v i i . D espués, persecuciones y decadencia.

F. F ILO SO FÍA D EL W A N G YA N G -M IN G :
Wang Schou-jen (1472-1528): el más im portante filósofo de la época
M ing; idealismo.

JAPÓN
P. L üth, Die japanische Philosophie, J 944

21) A . SH 1N T O (cam ino de los dioses):


R aíz de la cultura japonesa; concepción m ítica japonesa del
em perador y del pueblo (veneración de los antepasados). Fuentes:
Nihongi y Koijiki (obras históricas del 620 después de J. C. ap ro ­
ximadam ente).
K . F l o r e n z , Die historischen Quellen der Shhito-Religión (trad.), 1919.

B. R E C E P C IÓ N D E L A C U LTU R A C H IN A :
22) I . E L C O N FÜ C IA N IS M O :
a) C a r á c t e r d i s t i n t i v o : en China se destaca el deber filial; en
eJ Japón, el deber de los súbditos.
b ) E s c u e l a s : N o tuvieron gran influencia hasta el siglo xvn.
Teishu: sigue el neoconfucianism o de Chu-H si / [17].
Yomei: sigue la escuela de W ang Y ang-m ing / [20]. Represen­
ta n te m ás im portante e independiente: N akae Toju (1608-1648):
D ios es la u nidad de R i (alm a del m undo) y K i (m ateria del
m undo); distinción entre el yo universal y especial (Ryoki:
el cielo en nosotros).
Fukko: retorno al confucianism o antiguo.

23) n . E L B U D IS M O : / [20].
a) I n t r o d u c c i ó n del budism o en el Japón bajo la form a del M ahá-
yana entre 552 y 587; gran difusión; transform ación en sentido
nacional. E ntre las m uchas sectas tiene im portancia filosófica el:
b ) Z e n - B u d is m o (O k a s a m a - F a u s t , Z en 1925): Enlace con e l Lan-
kávatárasutra / [ l l ] . Z en — Contem plación, m editación. La
enseñanza del Z en pretende llevar al hom bre al Satori, es decir,
a u n conocim iento m ístico, fulm inante, del yo com o idéntico
en su raíz con el fundam ento del ser, de tal m anera, que el hom ­
bre configure el presente en vista de la eternidad. R epresentan­
tes m odernos: Suzuki, Nishida / [26].

24] C. B U SH ID O :
E l cam ino del samurai (caballero). E! credo caballeresco resulta
de tres raíces: el shinto (fe del Japón en si mismo), el confucia­
nism o (relaciones éticas de los hom bres), zen-budism o (supera­
ción del m iedo a la m uerte).

25] Z>. IR R U P C IÓ N D E L E S P IR IT U O C C ID E N T A L (desde 1853):


a) A c e p t a c i ó n sin freno del espíritu de Occidente.
Filosofía inglesa: utilitarism o, pragm atism o; obras sociales, eco­
nóm icas y políticas; M ili, Spencer, D arw in.
Filosofía francesa: Conste, Rousseau, M ontesquieu.
Filosofía alemana (desde 1870): Bluntschli, G neisenau, Stein,
Haeckel, H erbart, K a n t, L otze; E . v. H artm an n , Schopen-
h au e r; Hegel.
b ) P e r ío d o d e c r í t i c a creciente (hasta la actualidad). Asimilación
de todas las direcciones esenciales de la filosofía occidental
m ediante traducciones y m onografías. Enciclopedia japonesa:
«Corrientes espirituales de la historia», T okio 1928.

26>E . R E F L E X IÓ N sobre la propia esencia asim ilando la tradición orien­


tal y occidental:
K it a r o N is h i d a (nacido en 1870): enlace co n el zen-budism o;
concepto fundam ental: la «nada», no com o negación abstracta,
sino com o expresión de la concentración de to d o lo concreto;
el ente, m era som bra de la nada. E n la realidad se distinguen
tres estados: el m undo natural, el m undo de la experiencia in­
terna y el m undo inteligible de lo ideal (el cam po de la «nada»).
Filosofía de la historia: despliegue de diversos tipos de cultura
com o expresión de la «nada». L o m ás profundo y últim o de la
realidad (la identidad de lo finito y de lo infinito) se sustrae a
la com prensión lógico-discursiva.
Obras (en ja p o n é s, 14 vols.), trad . p o r S c h in z ig e r : D ie intelligible W elt,
B erlín 1943.
FILOSOFÍA OCCIDENTAL
F IL O S O F ÍA A N TIG U A
Siglo v n an tes d e J. C . — siglo vi después de J. C.

27] A . C O M IE N Z O S D E L P E N S A M IE N T O F ILO SÓ FIC O :


L os / presocráticos, dirección cosm ológica (siglo vn-iv).
V éase H . D ie ls , D ie F ragm ente der V orsokratiker, 3 vols., ‘ 1934-1937
(ed. p o r K ran z); nueva edición 1948 (in tro d . p o r E . H o w a i d ; trad . p o r
M . G rünw ald).
Bibliografía: O. G ig o n , A n tik e Philosophie, B erna 1948; Bibiiographische
E inführungen in das Studium der Philosophie ( e d . I. M . B o c h é n s k i ) , vol. 5.

I . IN V E STIG A C IO N E S SO B R E E L SE R D E LAS C O SA S (600-450):


a ) J ó n ic o s a n t i g u o s (sig lo s v n -v ): c u e s tió n a c e r c a d e l o r ig e n d e la s
c o s a s ; a b s tr a c c ió n fís ic a .
Tales de M ileto (624-454 aproxim adam ente): el agua, princi­
pio de todo.
Ariaximandro de M ileto (610-547 aprox.): lo indeterm inado
(&7tetQov) es el principio de todas las cosas, las cuales se desen­
vuelven a p artir de él.
Anaxím enes de M ileto (588-524 aprox.): to d o nace del aire (vi­
tal) por condensación y rarefacción.
Diógenes de A polonia (siglo v ): el aire, com o principio de todas
las cosas, posee inteligencia (hilozoísmo propiam ente tal); de­
pendiente de A naxágoras. / [31].
28] b ) P i t a g ó r i c o s a n t i g u o s (sig lo v i- iv ) : c u e s tió n a c e rc a d e l a e se n c ia
d e la s c o s a s ; a b s tr a c c ió n m a te m á tic a .
Pitágoras de Sam os (580-500 aprox.): liga ético-religiosa en C re­
to n a (Italia m eridional). L a esencia de las cosas es el núm ero;
el m undo es u n cosm os; arm onia de las esferas; metempsicosis.
Filolao (siglo v ): la tie rra gira en to m o al fuego del universo
ju n to con el sol, la luna y las estrellas.
H ice tas: rotación de la tierra alrededor de u n eje; movim iento
m eram ente aparente de la bóveda celeste (influjo en Copér-
nico a través de Cicerón).
O tros (citados frecuentem ente p o r P lató n): Lisis, Hipaso, Sim -
mias, Cebes, Arquitas, Alcmeón (el cerebro, órgano central de
los sentidos). L a escuela se extingue en el siglo iv. Revive en
el i, / [57].
29] c ) E l e á t ic o s ( s ig lo s v i a v ) : c u e s t ió n a c e r c a d e l se r ; a b s tr a c c ió n m e ­
ta fís ic a .
Jenófanes de Colofón, en el A sia M enor (580-490 aprox.), más
tarde en Elea (sur de Italia): D ios es el U no, inm utable e
idéntico al m undo. El ente no puede devenir.
P a r m é n id e s de Elea (nacido el 540 aprox.): representante principal
de la -escuela. El ser es; el no ser no es; no hay nacim iento ni
m uerte (contra Heráclito), no hay pluralidad (m onism o); los
sentidps engañan. Lo que es pensado, existe (racionalism o).
Zenón de Elea (nacido hacia el 500): pruebas co n tra la posibili­
dad de la m ultiplicidad y del m ovim iento, las célebres antino­
m ias (preparación del cálculo infinitesimal).
M eliso de Samos (hacia el 444): el ser es eterno, infinito, uno,
inm óvil, impasible.

301 H . IN V E STIG A C IÓ N SO B R E E L D EV EN IR Y E L CAM BIO


(500-370 aprox.):
a) E x p l i c a c i ó n d i n á m i c a : principios intrínsecos del cam bio; dife­
rencia cualitativa de los elementos.
H e r á c l it o de Éfeso (535-465 aprox.), el «oscuro»: to d o está
en perpetuo fluir (n á v ra ¿ ñ ) , las cosas nacen de la oposición
(la guerra es la que engendra todas las cosas), la causa prim i­
tiva es el fuego. U na ley universal, razón del universo (Xóyog),
dom ina todo el acontecer.
Cratilo (un m aestro de Platón).
3U b ) E x p l i c a c i ó n m e c a n ic is t a : p r in c ip io s e x t r ín s e c o s d e l c a m b io ;
d ife r e n c ia c u a n tit a t iv a d e lo s e le m e n t o s .
1. M ecanicismo mitigado; hay tam bién elementos cualitativam ente
diversos.
Empédocles de Agrigento, en Sicilia (483-423 aprox.): la subs­
tancia es inm utable (contra H eráclito), pero m últiple (contra
los eleáticos): todo, incluso el afma, resulta de la mezcla de los
elem entos; la percepción sensorial se realiza gracias a efluvios
procedentes de los cuerpos.
Anaxágoras de K lazom ene, en el A sia M enor (499-428 aprox.):
pluralidad infinita de principios, homogéneos en si, pero cua­
litativam ente diversos entre ellos ( ó/¿eo/i£QÍai). El principio
del cam bio es la m ente (vovz); prueba de este aserto p o r el
movim iento y el orden cósmicos. Explicación m ecanicista de
los fenóm enos particulares.
32] 2. Mecanicismo atomístico riguroso: ilim itada pluralidad de ele- ■
m entos m eram ente cuantitativos.
Leucipo de M ileto (siglo v): citado de ordinario ju n to co n su
discípulo D em ócrito, apenas ss le distingue de él.
Demócrito de A bdera, en T racia (460-370): m ultitud infinita de
átomos indivisibles, que sólo difieren entre sí p o r la m agnitud,
la form a, la posición y la distribución; son inm utables. N o
poseen ningún principio de actividad fuera del peso. Su m o­
vimiento es eterno; entre ellos hay el vacio (existente). La per­
cepción se debe a imágenes materiales (elóo/.a) provenientes
de las cosas. T eoría de la génesis de la cultura.

33] III. CR ÍT IC A E SC É PT IC A DE LAS IN V ESTIG A C IO N E S P R E ­


CED EN TES (SO F IS T IC A ):
D ecadencia de la filosofía presocrática (450-350).
a) M o tiv o s d e l e s c e p t ic is m o : motivos internos: diversidad e insufi­
ciencia de las doctrinas establecidas; motivos externos: bienestar
después de las guerras m édicas: constitución dem ocrática de
A tenas; predom inio de la retórica.
341 b ) E sc e p t ic ism o e sp e c u l a t iv o :

Protágoras de A bdera (480-410 aprox.): pasa de H eráclito al


relativismo y al escepticismo. Las cosas son tal com o apare­
cen a cada uno. T odo es verdadero. El hom bre es la m edida
de todas las cosas.
Corgias de Leontini, en Sicilia (480-375 aprox.): pasa de los eleá-
ticos al escepticismo. T odo es falso. Sus tres tesis: nada existe;
si algo existiera, sería incognoscible; si fuera cognoscible, no
sería comunicable.
351 c ) E sc e p t ic ism o p r á c t i c o : a p lic a c ió n d el e s c e p tic is m o a 1a v id a
m o r a l y s o c ia l.
Hipias (400): la ley es el tirano del hom bre.
Polo y Trasímaco: p ara el fuerte es justo lo que le reporta uti­
lidad.
Caite les: cada uno tiene derecho a satisfacer sus apetitos con
los m edios que se le antojen.

B . F ILO SO FIA C L A SIC A (450 antes de J. C. a 200 después de J. C.


aproxim adam ente; dirección antropológica):

36] i . F IL O S O F ÍA ÁTICA (450-320: fundación de la filosofía clásica,


período sistem ático):
a) F ilo s o fía s o c r á tic a :
Introducción del m étodo científico. / Socrático.
Apología de Sócrates, y P l a ­
1. S ó c r a t e s (4 6 9 -3 9 9 ) : J e n o f o n t e ,
t ó n , Diálogos.

M étodo: negativo: ironía socrática, dialéctica, es decir, convencer


de ignorancia; positivo: inducción socrática com o medio p ara
la form ación del concepto y la definición.
Fin: la educación p o r el conocim iento verdadero (la virtud puede
enseñarse).
Objeto: el hom bre com o ser m oral.
371 2. Socráticos posteriores: desarrollo unilateral de pensamientos
socráticos. Los socráticos en sentido pleno son Platón y A ris­
tóteles. Para los socráticos y otros filósofos de la A ntigüedad:
D ió g e n e s L a e r c io , Vidas y doctrinas de ¡os filósofos.

D irección dialéctica:
Escuela megárica: Euclides de M egara (hacia el 400): com bina
la ética socrática con el m onism o de los eleáticos; Eubúlides
de M ileto: inventor de sofismas; Estilpón (hacia el 320) y otros.
Escuela de Eiis y Eretría: Fedón de Elis y M enedemo (critica dia­
léctica).
381 D irección ética:
Escuela cínica antigua: / [44, 51. 73]: Antistenes de A tenas (dis­
cípulo de G orgias y Sócrates): nom inalism o; virtud = supre­
sión de necesidades; repudiación de la cultura; Diógenes de
Sinope (discípulo de! anterior): com unidad de mujeres y de hi­
jos, cosmopolitismo, desvergüenza, endurecim iento (se cuentan
m uchas leyendas); Crates de Tebas.
Escuela cirenaica: Arístipo de Cirene (discípulo de Sócrates):
Sensualismo, hedonism o.
391 b) P l a t o n is m o : / {40, 49, 56, 57]. F undación del idealismo tras­
cendente: las ideas están más allá de las cosas.
1. P l a t ó n (427-347): de distinguida fam ilia ateniense; primero,
poeta; discípulo de Sócrates; varios viajes a la Italia m eridio­
nal y Sicilia; creación de la «Academia» en Atenas.
Escritos principales (diálogos): Escritos de juventud (definiciones
éticas, esencialmente socráticos): A pología de Sócrates, C ritón,
Io n , P rotágoras (unidad de la virtud y posibilidad de enseñar­
la), Laques (valor), República, lib. i (justicia), Cárm ides (m o­
deración), E utifrón (piedad), Lisis (am istad). — Escritos de
transición (tom a de posición frente a cuestiones políticas, con­
cepciones órfico-pitagóricas, paso de la doctrina lógica del
concepto a la teoría de las ideas): G orgias (sofistica), M enón
(virtud), Eutidem o, H ipias m enor, H ipias m ayor, Cratilo (filo­
sofía de! lenguaje), M enexeno. — Escritos de madurez (perfec­
cionam iento de la teoría de las ideas) : Banquete (eros y be­
lleza), Fedón (inm ortalidad), República, lib. n-x (el estado),
Fedro (retórica). — Escritos de la ancianidad (significado ló­
gico de la doctrina de las ideas, m ayor realism o en la teoría
del estado): Teeteto (ciencia), Parm énides (objeciones a la doc­
trin a de las ideas), Sofista, Político, Filebo (el bien), Tim eo
(filosofía natural), Critias, Leyes, Epínom is (sabiduría).
Doctrinas principales: / Platonism o.
<01 2. L a academia antigua (siglos iv-m ): / [39, 49]. D iscípulos per­
sonales y prim eros jefes de la escuela; continuación de los
pensam ientos pitagorizantes del P latón anciano; ideas = nú­
m eros aislados.
Espeusipo (dirige la escuela del 347 al 338): supresión del dualism o
de saber y percepción; Jenócrates (jefe, 338-314); Polemón (al
frente de la Academia, 314-269); teoría sistem ática de los bie­
nes; Heráclides del Ponto, Crantor, Hermodoro, Quion, Eudoxo.
4l¡ c) A r is t o t e l is m o : / [42, 43, 55, 73]. Fundación del idealism o
inm anente: las ideas están en las cosas.
1. A r is t ó t e l e s de Estagira, en T racia (384-322): discípulo de P latón
durante 20 años; preceptor de A lejandro M agno; en 325 funda
en A tenas el «Peripato».
Escritos principales (para la cronología: W. J a e o e r , Aristóteles,
Í923 [frad. esp.: Aristóteles, 1946]; P. G o h l k e , Aristóteles und
sein W erk, 1948; J . Z ü r c h e r . Aristóteles. W erk und Geist 1952):
Escritos lógicos: O rganon, que contiene: Categorías, Peri her-
meneias (del juicio), Prim eros y Segundos A nalíticos (sobre
el raciocinio), Tópicos (raciocinio probable), R efutaciones de
los sofismas (sofismas); escritos metaflsicos: los que versan
sobre la «Filosofía primera», denom inados m ás tard e «M eta­
física»; la ob ra t i s q I k o o f i o v (sobre el m undo), adm itida com o
auténtica p o r G ohlke; de lo contrario, añadida hacia el año
100 después de J. C .; escritos de filosofía natural: Física, Peri
Psyches (sobre el alm a); escritos referentes a la ética: Ética
a N icóm aco, É tica a Eudem o, Política (teoría del estado).
Doctrinas principales: / A ristotelism o.
42í 2. Peripatéticos antiguos: / [43], Los discípulos de Aristóteles aban­
donan !a metafísica y se dedican a estudios positivos y a una
ética popular.
Teofrasto (prim er sucesor en la dirección de la escuela desde el
322 al 288): estudios científico-naturales, escrito sobre los
«Caracteres».
Aristoxeno: escribió sobre la historia y la teoría de la m úsica;
Eudemo, Dicearco, Demetrio, Faléreo y otros.

n . F IL O S O F IA H ELE N ÍST IC O -R O M A N A (320 antes de J. C. al 200


después de J. C .; ocaso de la filosofía clásica):
V éase W . N e s tle , Die Nachsokratiker in Auswahl, 1923.

*31 a) Di r e c c io n e s p r e d o m in a n t e m e n t e é t ic a s (320 al 50 después


de J. C .):
I. Los peripatéticos de este período / [42]. C ontinuación de los
estudios de ciencias especiales. Estratón el físico, Atistarco
de Sam os (teoría heliocéntrica), Critolao y otros.
441 2. L os cínicos de este período: / [38]: Bión de Borístenes (300-250
aproxim adam ente): fundador de la diatriba (form a p opular de
exposición filosófica); cinismo hedonista. Menipo de G adara
(sátiras) y otros.
«1 3. Stoa (siglo rv antes de J. C. al n después de J. C .): p ara la doc­
trin a : /E s to ic is m o .
Stoa antigua (300-150 aprox.): (J- v. Arkí.m: Stoicorum veterum
fragmenta, 1905-1924).
Z e n ó n de Citio, ciudad d e Chipre (336-264 aprox.): F undador
de la Stoa hacia el año 300; com binación de la ética cínica
con la física heracliteana.
Cleantcs (330-232): sucesor de Zenón.
Crisipo de Cilicia (280-207 aprox.): desarrollo pleno del sistem a;
segundo fundador de la Stoa.
Diógenes de Babilonia, Boeto de Sidón y otros.
46l Stoa media (150-50 aprox.): abandono de doctrinas estoicas bajo
el influjo de la Academia escéptica; m itigación de las austeri­
dades del estoicism o; aproxim ación a ideas platónico-aristo­
télicas.
Panecio de R odas (185-110 aprox.): discípulo de Diógenes de
Babilonia, concepto de humanitas; difusión del estoicismo en
Rom a. Posidonio de A pam ea, en Siria (135-51 aprox.): discí­
pulo de Panecio; viajes; escuela en R odas; entre sus discípulos
se cuentan Cicerón y Pom peyo; reunión de lo opuesto para
constituir unidad y arm onía; preparación del neoplatonism o;
gran repercusión. Asclepiodoto (enlace con Séneca), Jasórt de
N isa (historia de la filosofía).
Stoa tardía (50 antes de J. C. a 180 después de J. C. aproxim a­
dam ente) = eclecticismo estoico / [52],
471 4. Epicureismo (siglo iv antes de J. C. a iv después de J. C.): / [54],
P ara la doctrina: ? Epicureismo.
H. U seher: Epicúrea, 1887; E . B ig n o n e : Epicuro, Barí 1920.
E picuro de Samos (341-271): influido por la filosofía de D em ó­
crito y de los cirenaicos [32, 38]; hacia el 307 funda su escuela
en Atenas. Metrodoro de Lam psaco, Filodemo, Lucrecio Caro
(96-55): «D e rerum natura».
48l b) D i r e c c i o n e s p r e d o m i n a n t e m e n t e e s c é p t i c a s (320 antes de J. C.
a 200 después de J. C .; /E sc e p tic ism o ):
1. Escepticismo antiguo o pirrónico:
Escepticismo ético.
P irrón de Elis (360-270 aprox.): influido po r la filosofía de D e­
m ócrito y cirenaica [32, 38]. Las cosas son incognoscibles
p ara nosotros; abstención de to d o juicio (epoche); im pertur­
babilidad (ataraxia) com pleta como fin de la ética. Timón
(320-230) y otros.
49l 2. E l escepticismo de ¡a Academia: / [40, 56]; escepticismo me­
tódico.
Segunda Academia fdesde 265): Arcesilao (314-240): im pugnaba
toda opinión, pero adm itía una fundam entación del obrar.
Tercera Academia (desde 150): Carnéades de Círene (214 a 129):
n o hay criterio alguno de verdad; teoría de la probabilidad;
critica de la Stoa. Clitómaco y otros.
Cuarta Academia (desde 110): Filón de Larisa (jefe de la escuela
después de 110): retorno al dogm atism o.
Quinta Academia (desde 88): An/íoco de A scalón (enseñó del 88
al 68): consum a la vuelta af dogm atism o. Terencio Varrón
(116-27): ecléctico.
Tulio Cicerón (106-43): ecléctico, in tro d ucto r en R om a de la
filosofía griega. Escritos: de re publica, de legibus, Paradoxa
Stoicorum , A cadém ica,, de finibus, Tusculanae disputationes,
de n atu ra deorum , C ato m aior (de senectute), de divinatione,
Laelius (de am icitia), de officiis, de o rato re, etc.
5°l 3. L os escépticos tardíos (desde el 50 antes de J. C. al 150 después
de J. C. aproxim adam ente): escepticismo sistemático. Enlace
con el escepticismo de los pirrónicos y de la Academia.
Enesidemo de Cnosos (escribió hacia el 50 antes de J. C.).
Sexto E m p í r i c o (hacia el 150 después de J. C.): el clásico del
escepticismo. Obras: H ipotiposis pirrónicas (rasgos fundam enta­
les); contra los dogm áticos (lógicos, físicos, éticos); contra
los «m atem áticos» (defensores de la especialización cultural).
Doctrina: A rgum entos escépticos contra el silogismo, el con­
cepto de causa, la doctrina de D ios, la providencia; la conducta
práctica debe seguir la vida corriente.
3 IJ c) (50-antes de J. C. a 200 después
P r e d o m in io d e l e c l e c t ic is m o
de J. C. aproxim adam ente): /E c le c tic ism o . Condiciones fa­
vorables: el escepticismo tenía a todos los sistemas por igual­
m ente probables; la suprem acía de R om a, que valoraba no la
teoría, sino la acción; a consecuencia del bienestar, la filosofía
se hace patrim onio cultural general.
1. Cínicos de este período: / [ 44, 73]; tendencia retrospectiva;
cartas con falsos epígrafes; aproxim ación a la Stoa.
Dion Crisóstomo (40-110 aprox.): predicador cínico, program a
social, doctrina de D ios, religiosidad; depende de Posido-
nio [46].
Demetrio el Cínico, Enomeo, Demonax, Peregrino, Proteo y otros.
52] 2. Estoicos de este período = Stoa tardía [46] (siglos i-n después
de J. C.).
Catón el Joven: figura ideal d e' estoico.
S éneca de C órdoba, en E spaña (1-65 aprox.): influido p o r Posi-
donio [46]; preceptor de N erón, por orden del cual se da
m uerte; su correspondencia con San Pablo es falsa. Obras:
N aturalium quaestionum libri v n ; D ialogorum libri x n (diser­
taciones religioso-m orales); Epistolae m orales. Doctrina: acen­
tú a la im portancia práctica de la filosofía; destaca el aspecto
teísta del concepto de D ios; am or al prójim o basado en el p a­
rentesco universal de los hom bres.
M usonio R ufo (i después de J. C.).
Epicteto (50-138 aprox.): liberto; después de su expulsión de
R om a fué jefe de escuela en Nicópolis (Epiro); acentuación
de lo religioso sobre la base de la razó n; am or a los hom bres,
ciudadanía universal; recurso a la ética del antiguo estoicis­
m o. Obras: C uatro libros intitulados «Disertaciones» (tom a­
dos po r escrito por su discípulo Arriano); extracto de ellos: el
«Enquiridion» o «M anual de m oral».
M arco Aurelio (em perador del 161 a l 180): «Soliloquios». Se
abre u n a brecha en el m aterialism o estoico; el vov;, efluvio
de la divinidad, está por encima del cuerpo y del alm a m ate­
rial; com binación de religiosidad ética.
53i D espués de M arco A urelio el estoicismo es absorbido p o r el
neoplatonism o.
Afines al estoicism o: los sextios, fundados por S extio (estoicismo
im pregnado de cinismo y eclecticismo) y el eclecticismo de
Potamón.
54l 3. Epicúreos (siglo n después de J. C .): / [47].
Diógenes de E noanda (gigantesca inscripción tallada en pied ra);
Diogettiano.
5í] 4. Peripatéticos: / [43, 73], trabajo erudito sobre las obras de
Aristóteles. Influencia de E stratón.
Andrónico de R odas (hacia el 70 después de J. C .); colecciona­
dor, ordenador y editor crítico de los escritos aristotélicos.
Claudio Tolomeo (s. n después de J. C.), astrónom o (sistema
tolem aico del universo) y geógrafo; ecléctico aristotélico. Ga­
leno (desde 129-199 a p ro x ): médico, ecléctico; de él to m ó
el nom bre la cuarta figura silogística. Alejandro de Afrodisia
(enseñó en A tenas del 198 al 211): célebre com entador de
Aristóteles; conceptualista. .
561 5. E l platonismo medio: / [49, 58], n o hay doctrina u n ita ria ; eclec­
ticism o; preparación del neoplatonism o.
Trasilo (astrólogo de la corte bajo Tiberio): da el nom bre a la
agrupación tetralógica de los diálogos platónicos.
Plutarco de Q ueronea (45-125 aprox.): estudios en A tenas, viajes,
actividad política, sacerdote de Delfos, m aestro y escritor.
Obras: adem ás -de las biografías y los «M oralia», un a gran
m ultitud de disertaciones filosóficas. Teón de Esm im a (bajo
A driano): escribió una introducción m atem ática a Platón.
Gayo (100-150 aprox.): deducción de la virtud a p a rtir del
fin consistente en asemejarse a Dios. Albino (discípulo del an ­
terior): «Prólogo», «Didaskalikos» (panoram a sistem ático de
la doctrina platónica). Apuleyo (nacido hacia el 125): «D e
deo Socratis», «D e Platone et eius dogmate>>. Nicóstrato (160­
170 aprox.): crítica de las categorías aristotélicas. A tico (ha­
cia 176): dirección ortodoxa con influencia estoica. Celso: «Pa­
labra verdadera» (escrito polémico contra los cristianos), réplica
de Orígenes; exageración de la trascendencia divina; dualis­
m o : D ios, m ateria.
C. N E O P L A T O N ISM O (del 250 al 600 aproxim adam ente. / [39, 56];
dirección teosófica: para la doctrina: /'N eo p la to n ism o ):

m I. P R E C U R S O R E S (50 antes de J. C. a 250 después de J. C. aproxi­


m adam ente) :
a) T e o s o f í a p a g a n a : Identificación de las ideas platónicas con
los núm eros pitagóricos y las ideas divinas; seres intermedios
entre D ios y los hom bres; dualism o: D ios y m ateria; doc­
trinas místicas.
I. Neopitagóricos (siglo i antes de J. C . a n después de J. C.): / [28].
Com binación de elem entos pitagóricos antiguos, platónicos,
peripatéticos y estoicos.
Nigidio Figulo ( t 45 antes de J. C.). Apolonio de Tiana (fines
del s. i antes de J. C .): m ago, teósofo; sobre él escribió una
novela Filóstrato. Nicómaco de G erasa (hacia el 140 después
de J. C ) . Numenio de A pam ea (150-200 ap ro x .): doctrina de
los tres dioses (Dios, dem iurgo, m undo).
58) 2. Libros herméticos: escritos místicos que reciben su nom bre del
dios Herm es trismegistos.
3. Platónicos pitagorizantes del platonism o m edio: Trasilo, Plu­
tarco, Teón, A puleyo y otros, [entre ellos el español M oderato
de G ades: «Ocios o tratados pitagóricos»] / [56].
59] b) T e o s o f ía ju d a ic o - a l e ja n d r in a :
I. Preparación: Los judíos se fam iliarizan con los m itos orienta­
les durante la cautividad de B abilonia; sectas de tos esenios y
terapeutas. C ontacto de los judíos de la diáspora, sobre todo
de A lejandría, con la filosofía griega. Interpretación alegó­
rica de la Sagrada E scritura al servicio de su arm onización con
las doctrinas filosóficas. A causa de la santid ad em inente de
D ios, se adm iten seres interm edios. A sí en Aristóbulo (hacia el
150 antes de J. C.): recurriendo a falsificaciones, intenta p ro b ar
la dependencia de los filósofos griegos con respecto a la Biblia.
sol 2.F i l ó n el Judío (de A lejandría, 25 antes de J. C. a 50 después
de J. C. aprox.).
Doctrina: fusión de judaism o, estoicismo y platonism o. Trascen­
dencia, de D ios incom prensible; eternidad de la m ateria; D ios
actúa en el m undo m ediante espíritus que están a sus órdenes,
principalm ente del Logos, considerado com o potencia de D ios,
es decir, com o u n ser personal, pero subordinado a D ios, en el
cual están las ideas; el alm a es u n a idea; desprendim iento ascé­
tico del m undo y de la m ateria; unión con D ios p o r la gracia
Obras: los escritos de contenido puram ente filosófico son p ro b a­
blem ente trozos escogidos. Com entarios al Pentateuco (los 5 li­
bros de M oisés): C om entario alegórico al Génesis; Cuestiones
y soluciones relativas al Génesis; Exposición histórico-exegética
del Pentateuco. E scritos histórico-apologéticos.
61l c) T eo s o f ía g n ó s t ic o - m a Wiq u ea :
Especialm ente Saturnilo, Basílides y Valentín, del siglo n des­
pués de J. C. /> [76].

II. F IL O S O F ÍA D EL N E O P L A T O N IS M O :
T odas Jas filosofías antiguas, especialm ente la de Platón, son
am algam adas en un gran sistema por la idea de la gradación.
M onism o em anativo con envoltura místico-religiosa. / N eopla­
tonism o.

6-l a ) F u n d a c ió n del n e o p l a t o n is m o :
A mmonio Saccas (175-242 aprox.); alejandrino; prim ero fué
cristiano; m aestro de P lotino; no dejó escrito alguno. D is­
cípulos (adem ás de P lotino): Orígenes, el n eo platónico; Heren-
nio, Longino, Orígenes, el escritor eclesiástico /* [78].

b) D ir e c c ió n m e t a f ís ic o - e s p e c u l a t iv a :
63J I. Escuela de Plotino:
P l o t in o (203-269): natural de Licópolis, en E gipto; enseñó en
R om a desde el 243 aproxim adam ente; es, ju n to con Proclo,
representante principal del neoplatonism o. P ara la doctrina:
/ N eoplatonism o.
Obras: varias disertaciones, destinadas prim ero a sus discípu­
los, que po r encargo suyo fueron reunidas y editadas por
P orfirio: «Enéadas» (seis grupos de nueve disertaciones cada
uno). É tica: En. i; Cosm ología: En. ii-iii; Psicología: En. iv ;
sobre el voí?: En. v ; sobre el ente y el u n o : En. vi.
Discípulos inmediatos: Am elio G entiliano (oyente de Plotino
desde 246): descom puso el voúg- en tres hipótesis. Porfirio de
T iro (233-300 aprox.): adepto de Plotino desde 263, editor
de sus escritos; filósofo y eru d ito ; entre sus com entarios a A ris­
tóteles, P latón y Teofrasto (perdidos en su m ayor parte) el
m ás conocido es la Elmycoyij (Introducción) a las categorías
de A ristóteles (de grandísim a influencia du ran te siglos com o
texto en las escuelas); «C ontra los cristianos» (fragm entos).
651 2. Escuela siria:
J ámblico ( f hacia 330) de Calcis, discípulo de Porfirio. Doctrina:
ulterior descomposición de los grados de la realidad p o r divi­
sión triádica (influencia sobre la escuela de A tenas); incorpora­
ción de representaciones religiosas griegas y orientales (influen­
cia sobre la escuela de Pérgam o); fundación de la exégesis
de Platón.
Obras: Vida de Pitágoras (en que contrapone la figura de éste
a la de C risto); E xhortación a la filosofía; Introducción a la
aritm ética de N icóm aco; Theologum ena A rithm eticae; D e
m ysteriis Aegyptiorum , etc. L a carta del em perador Juliano
a Jám blico es apócrifa.
Discípulos: Teodoro de A sina: desarrollo del sistem a de tríadas;
Sopatro de A pam ea: influyó prim eram ente en el em perador
C onstantino el G rande en el sentido del politeísm o; m ás tarde,
el m ism o C onstantino le hizo ajusticiar.
661 3. Escueta de Atenas: sigue a la escuela siria.
Antecesores de Proclo: Plutarco de A tenas ( t 431); Siriano (jefe
de la Academ ia desde el 431): m aestro de Proclo; num erosos
com entarios a A ristóteles y a P latón (conservados: cuatro
libros a la M etafísica de A ristóteles).
671 P roclo (410-485):' natural de C onstantino p la; el escolástico
de la antigüedad; influjo sobre el Pseudo-D ionísio / [85].
Doctrina: los rasgos fundam entales del sistem a proceden de
P lotino, Jám blico y Siriano. Proclo los com pletó en los deta­
lles. Se cierra la evolución neoplatónica. /N e o p la to n is m o .
Obras: Com entarios al Tim eo platónico, a la República, al
Parménides, al Alcibíades I y al C ratilo ; In Platonis theolo-
giam ; D e decem dubitationibus circa p ro vid en tiam ; D e pro-
videntia et fato; D e m alorum subsistentia; Institutio theolo­
gica, etc.
68] Discípulos: M arino de Siquem. Damascio: las deducciones co n ­
ceptuales tienen sólo valor de analogía; misticismo. Simplicio
(discípulo de D am ascio y A m m onio): valiosos com entarios a los
escritos aristotélicos «Sobre el cielo», «Sobre el alma», a las «C a­
tegorías», a la «Física» y al «Enquiridion» de E picteto.
El em perador Justiniano clausura en 529 la escuele de Atenas,
que no logró separarse del politeísmo.

69] c) D irección religioso -m ística :


Presente ya en la escuela siria.
Escuela de Pérgamo: se acepta el aspecto especulativo de la escuela
de Jám blico; ocupa el prim er plano la adaptación religioso-
m ística: cultivo de actuaciones m isteriosas sobre el m undo
suprasensible (teurgia); conservación y restauración del p o ­
liteísmo.
Edesio de C apadocia (siglo rv): discípulo de Jám blico; fundador
de la escuela de Pérgam o. M áxim o: principal representante de
la teurgia, ejerció gran influencia sobre Juliano.
Juliano, el A póstata (332-363; em perador desde 361): intentó
restablecer el politeísm o interpretándolo al m odo de Jám blico.
Obras filosóficas: D iscursos a la m adre de los dioses, al dios
Helios; D iscursos cínicos; Espejo del rey; C o n tra los cristianos
(galileos), etc. Salustio: escrito «sobre los dioses y el m undo».
Eunapio de Sardes: biografías de filósofos y sofistas.

7£)] d) D irección erudita :


1. Escuela alejandrina (siglos v-vn): estrechas relaciones personales
con la escuela de A tenas, pero el sistema gana en sencillez; cultivo
de las ciencias particulares; unión con el cristianismo con la
cooperación de la escuela catequética alejandrina / [78].
Hipatia, filósofa, asesinada en 415. Sinesio de Cirene (nacido
hacia 370): discípulo de H ipatia, m ás tarde obispo de Tole-
m aida; fusión de neoplatonism o y cristianism o. Hierocles de
A lejandría: tendencia cristiana. Ammonio Hermeiu: m aestro
de Simplicio [68]: com entarios a A ristóteles. Juan Filopón
(siglo vi): m ás ta rd e cristiano; num erosos com entarios aris­
totélicos; de su época cristiana: D e aetem itate mundi, D e
opificio mundi. Esté/ano de A lejandría: llam ado a Constan-
tinopla en tiem po del em perador H eraclio (610 a 641); lazo de
unión con el platonism o de la E dad M edia cristiana; com en­
tario al «D e interpretatione» aristotélico.
7*1 2. M ás o menos afines a los alejandrinos:
Nemesio, obispo de Em esa (siglos iv-v): «D e n atu ra hominis»
(se refiere a Posidonio [46]). Juan Lido (nacido en 490): enseñó
en Bizancio.
721 3. Neoplatónicos del Occidente ¡atino (250-500 aproxim adam ente):
A ctúan de interm ediarios entre la filosofía antigua y la E d ad
M edia p o r la traducción y com entario de escritos platónicos
y aristotélicos. N o form an escuela; en su m ayor p arte son cris­
tianos.
Calcidio [español] (siglo iv): C om entario al Tim eo platónico.
M ario Victorino (siglo rv): Com entarios a A ristóteles; D e
definitionibus; m aestro de San A gustín [84]. Macrobio (hacia
400): C om entario al «Somnium Scipionis» de Cicerón (ejerció
gran influencia en la E dad Media). Favonio Eulogio; discípulo
de San A gustín: «D isputatio de somnio Scipionis». M arciano
Capella (410-439 aprox.): «De nuptiis Philologiae et M ercurii»
(influyó en la cultura intelectual de la E d ad M edia).
Boecio (480-525): cristiano, el «últim o rom ano y prim er esco­
lástico». T raducción y com entario de escritos aristotélicos,
especialm ente del O rganon, y, adem ás, de la Elaaywy^ de
Porfirio y de los Tópicos de Cicerón. T rab ajo s propios en
lógica, m atem áticas y m úsica; obra principal: «D e consola-
tione Philosophiae» (platonism o ecléctico).

n i . O TRA S D IR E C C IO N E S D E E ST E P E R ÍO D O :
E l neoplatonism o las desalojó casi to d a s; quedan únicam ente:
a) L o s peripatéticos tardíos: / [55] Anatolio (siglo m ): m atem ático,,
m ás tarde obispó. Temistio (320-390: principalm ente en C ons­
tan tinopla; D iscursos; Paráfrasis a Aristóteles.
b) Los cínicos tardíos: / [51] M áxim o de A lejandría (hacia 380):
cínico cristiano.
F IL O SO F ÍA A N TIG U A CRISTIA N A
Y F IL O S O F ÍA M ED IEV A L
H a s ta 1450 aproxim adam ente

« I A. FILOSOFÍA PATRÍSTICA:
H asta el siglo vrn: / Patrística (Filosofía).
V éanse las o b ra s de la p atrística e n : J. P. M ig n e , Patrologiae cursus com­
p leta s (series griega y la tin a ) ; Corpus scriptorum ecclesiasticorum latinorum ,
V iena, desde 1866; D ie griechischen chrlsllichen Schriftsteller der ersten
drei Jahrhunderte (en griego), BerlJn, desde 1897; traducciones en la B i-
b lio tek der Kirchenváter, desde *1911.
Bibliografía: O. P e r l e r , Palristische Philosophie, B erna 1950, en Bibliogra-
phlsche Einfiihrungen in das Sludium der Philosophie (ed. I. M . Bochénski),
vol. 18.

I. C O M IE N Z O S :
H asta 325 aproxim adam ente: predom ina la apologética contra
el paganism o y el gnosticism o.
a) Los docum entos C R isn A N O s m ás a n t ig u o s y la f ilo s o f ía :
1. Evangelios (siglo i): persona y misión de J e s u c r is to ; la doctrina
de Jesús no es resultado del pensam iento filosófico, sino revela­
ción del P adre; influye m ediatam ente en éste p o r la reform a de
la conciencia religiosa: m onoteísm o ético, íntim o enlace de m o­
ralidad y religión, valor em inente del alm a hum ana, valor sustan­
tivo de lo espiritual y de la personalidad; am or universal a los
hom bres, aun a los enem igos; obligación del m artirio. Com unidad
del reino de D ios. La E ncam ación, el llam am iento a la divina
filiación y la Redención, verdades que constituyen la m ás p ro ­
funda esencia del cristianism o, sobrepujan las dimensiones de
la filosofía. / M isterio, S obrenatural.
2. San Pablo y San Juan (siglo i):
San Pablo: conoció la filosofía griega en cuanto era patrim onio
com ún de los hom bres cultos; contacto con la filosofía estoica
en la dem ostración de D ios p o r Ja naturaleza y en la form ula­
ción de la doctrina de la ley m oral n atural y de la conciencia.
San Juan: utilización del concepto heráclito-estoico-filónico de
Xoyo? dándole u n contenido característico nuevo.

75i b) A plica ció n cristiana de l a filosofía p ara la defensa del cris­


tianism o (hasta el siglo m aprox.):
1. Los apologistas del siglo II: lucha con tra los prejuicios y acusa­
ciones paganos.
Cuadrato de A ten as: escrito apologético h a d a el 124 (fragm entos).
M . Arístides de A tenas: A pología (hacia 140); acentuación del
m onoteísm o espiritual.
San Justino (hacia 150): de padres griegos, nacido en Palestina;
estudió las filosofías estoica y platónica. Doctrina: todo lo
verdadero y razonable es cristiano y procede del Logos, ex­
tendido p o r doquier a m odo de semilla, pero que en su ple­
nitud sólo se ha m anifestado en Cristo. O pina, adem ás, que
Pitágoras y P latón se habrían inspirado en Moisés y los pro­
fetas. E ternidad de la m ateria, representación innata de Dios,
inm ortalidad sólo gratuita del aliña. Obras: D iálogo con el
ju d ío T rifón; A pología m ayor y menor.
Taciano, el asirio (hacia 162): adversario de la cultura griega.
Atenágoras de A tenas: «Apología» (hacia 177): prueba racio­
n al del m onoteísm o. Teófilo de A ntioquía: «A d Autolycum »:
D ios ha creado todas las cosas del no ser; se le conoce p o r
sus obras. E pístola a Diognetes (anónim a). Hermias: «Burla
de los filósofos paganos»; M elitón de Sardes, etc.
76] 2. E l gnosticismo y su im pugnación (siglos ii-ni): prim er intento
de u n a filosofía cristiana de la religión y de la historia, no en
form a conceptual, sino de representación fantástica (elementos
del A ntiguo Testam ento, cristianos, orientales y helenísticos).
D ualism o de D ios y m ateria, em anación de seres intermedios
y retorno de éstos a su origen por la salvación.
Representantes de la gnosis: Cerinto (hacia 115), Saturnilo, Cer-
dón, Marción, Basílides (hacia 130) y Valentín (siglo n), que
form uló el más am plio sistem a gnóstico; M ani o M anes (216­
276 aprox.): /< M aniqueísm o.
Adversarios de la gnosis: San Ireneo (140-202 aprox.): Escrito
principal: «C ontra las herejías»; D ios y el C reador del m undo
se identifican; tam bién la m ateria h a sido producida p o r su
voluntad; el origen del m al radica en el abuso de la libertad
hum ana. San Hipólito (+ hacia 236): discípulo de San Ireneo;
o b ra principal: «Philosophum ena».
77] 3. Comienzos de la literatura ¡atina cristiana (siglos n -m ):'
Minucio Félix (hacia 200): «Octavius» (diálogo); inm ortalidad
del alm a; conocim iento natural de D ios p o r la finalidad de
la naturaleza; arm onía entre predeterm inación y libertad.
Tertuliano (160-230 aprox.): jurista, convertido al cristianismo
hacia 195, adepto de la secta de los m ontañistas desde 213;
hostilidad contra la filosofía pagana, pero sufre, no obstante,
el influjo del estoicismo.
Doctrina: creación de la m ateria p o r D io s; acentúa la oposi­
ción entre m oralidad y sensualidad; todas las substancias son
corpóreas, incluso D ios y el alm a; gnoseología sensualista;
traducianism o; inm ortalidad y libre albedrío; m onoteísm o; de­
fensa de la libertad de religión.
Obras: de la época anterior a su m ontañism o: Apologeticum ,
D e idolatría, D e testim onio anim ae; D e patientia, A d uxo-
rem . D e cultu fem inarum ; D e praescriptione haereticorum , et­
cétera; de la época m ontañista: D e exhortatione castitatis,
D e m onogam ia, D e pudicitia, D e ieiuniis; Adversus M arcio-
nem, D e anim a, etc.
Arnobio (hacia 300): «C ontra los paganos»; el alm a es corpórea,
no es inm ortal po r naturaleza; polém ica co n tra la teoría pla­
tónica de la anám nesis; sólo la fe en D ios es innata.

78] en sa y o s d e s is t e m a t iz a c ió n d e la concepción cris­


c) P r im e r o s
tiana del universo (siglo ra): necesidad de u n a exposición siste­
m ática de los dogm as en las escuelas catequéticas, sobre todo
en A lejandría.
1. Escuela catequética de Alejandría: en relación con el neo p lato ­
nism o alejandrino ^ [70]; intenta poner la filosofía helenística
al servicio de la teología cristiana.
Panteno (180-200 aprox.).
Clemente de A lejandría (f 215): «Protréptico», «Pedagogo»,
«Strom ata», etc. L a filosofía es un don que hace D ios m e­
diante el Logos, educador de los paganos p ara llevarlos al
cristianism o; la fe debe ser elevada al rango del saber (gnosis
cristiana); lucha contra la gnosis herética / [76]; creación del
m undo desde la eternidad.
O ríg e n e s ( t 254): / [62]; prim er sistem a de doctrina cristiana;
m étodo sintético-deductivo; elementos neoplatónicos. D o ctri­
nas que se ap artan de las concepciones cristianas generales
y fueron m ás tarde condenadas: creación sin principio, pre­
existencia de las alm as, relación con el cuerpo según un a culpa
prim itiva, salvación de todos los seres en la restauración
(áiTonaráotaoií) universal. Obras: negl ánywv (obra sistem á­
tica; 220-230 aprox.); C ontra Celso / [56] (carácter razo ­
nable y dem ostrabilidad de la fe cristiana).
San Dionisio el G ran d e: discípulo de Orígenes; escribió contra
el atom ism o. San Gregorio el T aum aturgo (213-275 aprox.):
escrito filosófico «Sobre el alma». Pánfilo de Cesarea (siglo m ) :
abrió una escuela teológica en Cesarea; «Apología» en favor
de Orígenes.
2. En Occidente:
Lactancia (250-325 aprox.): prim er intento sistemático de exposi­
ción del cristianism o en O ccidente; m enos independiente que
Orígenes. Obras: Institutiones divinae; D e opificio D ei; D e
ira D ei, etc. (pureza ciceroniana de su estilo).

791 H . P L E N O D E SA R R O L L O D E LA F IL O S O F ÍA PA T R ÍST IC A
(325 h asta 450):
D esarrollo profundo de la doctrina cristiana en la lucha contra
los enemigos internos.
a) C a m b io e n l a s c o n d i c i o n e s de vida de la Iglesia:
Condiciones exteriores: edicto de M ilán, prom ulgado p o r Cons­
tantino en 313; cesación de las persecuciones, prestigio pú­
blico del cristianismo.
Condiciones interiores: el concillo de Nicea fija las bases de la
doctrina cristiana. Luchas dogm áticas den tro de la Iglesia.

b) P a d r e s g r i e g o s del siglo rv: escuela de Orígenes / [78], lucha


co n tra las herejías trinitarias y cristológicas.

8°1 ]. Las herejías (desviaciones de la doctrina com ún de la Iglesia): Las


más de las veces de orientación aristotélica; las dos prim eras, entre
las indicadas a continuación, están influidas p o r el estoicismo.
E l arrianismo: Arrio ( f 336) enseñaba que el Logos, que se ha
m anifestado en Cristo, fué creado p o r D ios, p o r el Padre,
siendo, por lo tanto, u n D ios de segundo orden (subordina-
cionism o); Eunomio (hacia 370) enseñaba la com pleta inteli­
gibilidad de D ios.
E l apolinarismo: según Apolinar el Joven (hacia 375), el hom bre
consta de.cuerpo, alm a y espíritu; el Logos ocupa en Cristo
el lugar del espíritu, habiendo tom ado, p o r consiguiente, sólo
cuerpo y alma, no la naturaleza hum ana com pleta.
E l nestorianismo: según Nestorio ( t 440), en C risto no solam ente
hay dos naturalezas, sino tam bién dos personas: el Logos
sólo hab ita en el hom bre Cristo, no habiéndose hecho hom bre
en sentido propio.
E l monofísismo: según Eutiques, en C risto hay únicam ente una
persona y un a naturaleza resultante de la fusión de lo divino
y lo hum ano.

SU 2. Adversarios de estas herejías: influidos filosóficamente p o r Pla­


tó n y Orígenes.
San Atanasio el G rande (295-373 aprox.): «D iscursos contra los
paganos», «Discursos sobre la encarnación del Logos» (con­
tiene su psicología), «D iscursos contra los arríanos».
San Basilio el G rande (330-389 aprox.): intenso gozo de la n a­
turaleza (homilías al H exaem eron); luchó en favor de la for­
m ación intelectual griega (A d adolescentes).
S a n G r e g o r i o d e N i s a (335-394 aprox.): herm ano de San Basi­
lio. O bras filosóficamente im portantes: G randes discursos cate-
quéticos (sistema de teología); Sobre el alm a y la resurrección;
C ontra E unom io; C on tra el destino; A pologeticus de hexae-
m ero ; Sobre la creación del hom bre; V ita Moysis (mística),
etcétera. Separación clara entre fe y saber; la ciencia es
am iga de la fe; duda m etódica; la m ateria es u n a u nidad de
cualidades inmateriales en sí; retom o de todas las cosas a Dios.
Cirilo de A lejandría ( f 444): principal representante de la teolo­
gía alejandrina / [78]; giran en to m o a él las disputas teo-
lógicas de los siglos posteriores. Obras: Com entarios a las Sa­
gradas Escrituras, epístolas y escritos polémicos,
82I 3. Otros Padres de esta época:
M acario de M agnesia: gran apología «A pocrítico». M etodio de
Filipos ( t 311): escribió contra Orígenes y Porfirio. Eusebio
de Cesarea (265-340 aprox.): «padre de la historia eclesiás­
tica»; cristiano platónico; obra apologética: «Preparación evan­
gélica». Las «H omilías» (místicas), presuntam ente pertene­
cientes a M acario de E gipto ( | 395).
c ) P a d r b s l a t in o s del s ig l o rv :
]. Anteriores a San Agustín: San Hilario de Poitiers (f 366): el m ás
destacado adversario del arrianism o / [80] en Occidente. O bra
prin cip al: D e fide ad v ersu s. A rianos (de trinitate). San Am bro­
sio (340-397): «D e officiis m inistrorum » (doctrina m oral cris­
tiana que enlaza con C icerón); participa en la conversión de
San Agustín. M ario • Victorino / [72].
841 2. San A g u stín , nacido en Tagaste (norte de Á frica) (354-430):
*[104]: culm inación de la patrística, extraordinaria influencia
en la E dad M edia.
Vida: prim ero «rhetor», m aniqueo, escéptico; influido p o r el
neoplatonism o, se convierte al cristianism o (387); m ás tarde
es prom ovido a obispo de H ipona. L ucha co n tra el escepti­
cismo, m aniqueísm o, donatism o (en to rn o a la u nidad de la
Iglesia), pelagianism o (en to rn o a la universal eficacia de-D ios
y a la necesidad de la gracia).
Doctrina: / Agustinismo.
Obras: A nteriores al bautism o: C o ntra Académicos (contra el
escepticism o); D e beata vita (la felicidad); D e ordine (bien
y m al en el orden del m undo); Soliloquia (lo suprasensible,
la inm ortalidad); D e inm ortalitate anim ae (inm ortalidad).
Posteriores al bautism o: D e m úsica; D e q uan titate anim ae
(cuerpo y alm a); D e libero arbitrio (problem a del m al m oral,
libre albedrío); D e m agistro; D e vera réligione (sobre la fe
y el saber). Com o obispo: D e trin itate (su obra capital); D e
civitate D ei (La ciudad de D io s: filosofía y teología de la his­
toria); Confesiones (autoconfesiones; problem a del tiem po);
D e fide, spe et caritate (doctrina sistem ática de la fe); Retrac-
tationes (rectificaciones de sus propias obras), etc.
Discípulo: Próspero de A quitania ( t 463): Líber sententiarum
(esquem a de la teología agustiniana).

85] III. FIN DE LA F IL O S O F ÍA PA TR ISTIC A (450-800 aprox.):


Conservación del patrim onio heredado.
a) C i r c u n s t a n c i a s d e l a é p o c a : migraciones d é pueblos, fin del
im perio rom ano de Occidente, expediciones de conquista de los
sarracenos. Interrupción del desarrollo intelectual, pérdida de m u­
chos escritos, tendencia a la conservación (libros de sentencias).
b) E scritores griegos :
Sinesio / [703; Nemesio / [71]; Teodoreto (386 hasta 458 aprox.);
Eneas de G aza ( t 534); Zacarías de Mitilene (f antes de 553):
«Am onio» (contra la eternidad del m undo); Juan Filopón
/ [ 7 0 ] ; Leoncio de Bizancio (siglo vi): utiliza tam bién con­
ceptos aristotélicos en la teología.'
Dionisio Areopagita (hacia el 500 en Siria): supuesto discípulo
del A póstol (de ahí el nom bre de Pseudo-Dionisio); fusión
de ideas neoplatónicas (Proclo) y cristianas; distinción entre
teología positiva y negativa. Obras: D e divinis nom inibus;
D e coelesti hierarchia; D e m ystica theología etcétera. T ras­
cendental influencia sobre la m ística y la escolástica medieva­
les; sus escritos fueron com entados con frecuencia. San M á­
xim o, Confesor (580-662): C om entarios al Pseudo-D ionisio;
D e anim a (antropología).
San Juan Damasceno ( t 749): com pilador y sistem atizador; la
ob ra principal con que se cierra la patrística: «Fuentes del
conocim iento», con introducción filosófica; lógica y ontología
aristotélicas con influencia neoplatónica.
861 c) E scritores latinos :
Cíaudiano M amerto (siglo v ): «D e statu animae» (inm aterialidad
del alma). [**Liciniano de C artagena (s. vi): español, influido
p o r el an terior; un escrito sobre la espiritualidad del alm a.]
Boecio (480-525) / [72j. L a m ás decisiva autorid ad de la alta
E dad M edia, fuera de San A gustín. San Isidoro de Sevilla
(f 636): transm isor de la cultura antigua en E sp añ a; «Etim o-
logiae» (enciclopedia). San Beda el Venerable (674-735): trans­
m isor de la cultura antigua en Inglaterra.

B . F ILO SO FÍA D E L A E D A D M E D IA :
E SC O L Á S T IC A (800-1450.):
C arácter general ...de. la e sc o lá stic a :./E sc o lá s tic a , / [127, 141,
152, 200-210, 226, 229, 249, 261, 264].
Bibliografía: F . S t e e n b e r g h e n , Philosophie des M itteiaiters, B erna 1950. en
Bibiiograpkische Einführungen in das Studium der Philosophie (ed. I. M.
B ochénski), vol. 17.

I . LA PR E -E SC O LÁ ST IC A (siglos vni-ix):
*7] a) R enacimiento carolingio : al principio tiene todavía carácter
com pilatorio.
Alcuino (730-804): consejero de Carlom agno, organizador de los
estudios en el reino de los francos. Rabano M auro (776-856
aprox.): creador de las escuelas alemanas. Cándido Bruun:
prim er intento de u n a dem ostración de D ios en la E d ad Me­
dia. Pascasio Radberto, Ratramno, Godescalco.
881 b) J uan E scoto o E riúgena (810-877 aprox.): irlandés; fundó el
prim er g ran sistema filosófico-teológico de la E d ad M edia,
condenado m ás ta rd e p o r la Iglesia a causa de su carácter es-
piritualista-panteistizante.
Doctrina: identidad de la verdadera filosofía y de la verdadera
religión; prim acía de la razó n ; se vierte la creación en los
m oldes de la em anación neoplatónica; lo universal, adem ás
de existir en lo particular, existe tam bién com o orden aparte
antes de lo particu lar; todos los seres proceden de D ios (reso-
lutio) y reto rn an a Él (deificatio).
Obras: D e divisione naturae. N um erosas traducciones y com en­
tarios.
Discípulos: Erico y Remigio de A uxerre (siglo rx).

8»! n . LA P R IM E R A E SC O LÁ ST IC A (siglos xi- xii):


D espués del «oscuro» siglo x las ciencias reviven; m ayor inde­
pendencia en las cuestiones.

a) F e y saber :
1. L a lucha en torno a ¡a dialéctica:
L o s «dialécticos»: recorrían el país al m odo de los sofistas grie­
gos; cultivo intenso de la dialéctica (lógica); racionalism o en
las cuestiones teológicas. R epresentantes: Anselmo de Besate
(m oderado), Berengario de Tours y otros.
Sus adversarios: San Pedro Damiano (1007-72): subordinación de
la filosofía a la teología; la ley de contradicción depende de la
om nipotencia divina. Lanfranco (1010-1089): sólo ataca el ra ­
cionalism o de los dialécticos, no la dialéctica misma.
901 2. S an A nselmo, arzobispo de C anterbury (1033-1109, n atu ral de
A osta): pensador sistem ático; discípulo de L an fran co ; su lem a:
Credo u t intelligam (elevación de la fe a ciencia); utilización
de la filosofía p ara la teología sin racionalism o.
Doctrina: el verdadero pensam iento no puede contradecir a la
fe; intento de fundam entar tam bién p o r la razón n atu ral todas
las verdades de la fe; sin em bargo, la fe debe preceder, prueba
ontológica de D ios (en el Proslogion). C on tra él: Gaunilón
«L iber p ro insipiente».
Obras: M onologium (doctrina de D ios); P roslogion; adem ás:
L iber apologeticus; D e v eritate; C u r D eus h o m o ?; D e libero
arb itrio ; D e concordia praescientiae et praedestinationis, etc.

9*1 b) E l problema de los universales :


Siguiendo la Elaaytoyti de Porfirio y a Boecio / [64,86]. / C o n ­
cepto universal.
1. Vltrarrealismo:
Guillermo de Champeaux (1070-1121): discípulo de Roscelín / [92],
defendió prim ero u n realism o conceptual extrem o que, obli­
gado p o r A belardo, m itigó luego y finalm ente abandonó.
A dem ás: Juan Escoto [88], San Anselmo de Canterbury [90], la
Escuela de Chartres [93], etc.
92] 2. Adversarios del ultrarrealismo: en diversas form as.
/ Nominalismo extremo: Roscelín (1050-1125 aproxim adam ente).
Realismo moderado: Pedro A belardo (1079-1142): discípulo de
Roscelín; filósofo de extraordinaria influencia en el siglo x u ;
escritos lógicos y teológicos; análisis crítico de los contenidos
de conciencia guiado p o r el lenguaje; fundador del m étodo
escolástico p o r la fórm ula del Sic et Non (empleo de au to ri­
dades en favor y en contra) y la d u d a m etódica; teoría de la
conciencia m oral.
Otras form a s que en últim o térm ino conducen a un realism o
m oderado. Adelardo de Bath, Gualterio (W alter) de M ontagne,
Gilberto de la Porrée [94], Juan de Salisbury [94].

931 c) E s c u e l a d e C h a r t r e s :
1. Dirección filosófico-natural:
E n form a platónica, arm onización con A ristóteles; com binación
con teorías científico-naturales.
Bernardo de Chartres, Thierry de Chartres, Guillermo de Conches.
2. Dirección de Gilberto de ¡a Porrée:
»4) Gilberto de la Porrée (hacia 1150): discípulo de B ernardo de
C hartres; teo ría de la ciencia; «D e sex principiis» (sobre las
seis últim as categorías; libro de texto m uy utilizado); fueron
condenadas algunas de sus doctrinas teológicas.
Odón de Freising (1114-1158 aprox.): «C hronicon» (filosofía de
la historia); fom ento de los estudios aristotélicos. Juan de
Salisbury (1110-1180 aprox.): «Policraticus» (prim era gran
teoría del estado en la E dad M edia), «M etalogicus» (sobre el
valor de la lógica). Alanus ab Insulis (Alano de Lille) (hacia
1203): «M axim ae theologicae» (aplicación del m étodo axiom á­
tico a la teología). Nicolás de Amiens (hacia 1190): «D e arte
catholicae fidei» (teología dogm ática m ore geométrico). Radulfo
Ardens (hacia 1200): «Speculum universale» (sistema de ética).
951 3. Dirección de tendencia panteísta:
Bernardo de Tours (hacia 1150). Amalrico de Bene ( t hacia 1206);
D ios es la esencia y form a de todas las criaturas (relación con
Juan Escoto [88], así com o con el m aterialism o y m aniquefsmo
de los cátaros y albigenses). D avid de Dinant (hacia 1200):
D ios y la m ateria son un a m ism a cosa.

96J d ) L a m í s t i c a ( a s p ir a c ió n a la i n tu ic ió n i n te r i o r y a v iv ir la s v e r­
d a d e s r e lig io s a s ):
1. San Bernardo de Clairvaux (1096-1153): fundador de la m ística
medieval; adversario de A belardo y G ilberto; Obras: D e con-
sidératione, etc.
2. L os Victorinos:
H ugo de San Víctor (1096-1141, n atu ral de Sajonia): em inente
teólogo; reu nía ciencia y m ística en u n a m ism a persona. Obras
filosóficas: D idascalion (introducción a la filosofía y a la teo­
logía); D e unione corporis et animae. Obras místicas: D e con-
tem platione; com entario al Pseudo-D ionisio, etc,
Ricardo de San Víctor ( f 1173): exige una dem ostración segura;
la prueba de D ios debe p artir de la experiencia; in ten ta penetrar
discursivam ente los m isterios; es al m ism o tiem po u n teórico
de la contem plación. Obras: D e trinitate; D e gratia contem -
plationis, etc.

97l e ) « S e n t e n c ia s » y « S u m a s» ;
1. Sentencias: originariam ente colecciones de lugares de la Biblia
y de los Padres; trán sito paulatino a las Sum as; el conocidísimo
libro de «Sentencias» de Pedro Lombardo ( f hacia 1160) sirvió
de libro de texto hasta el siglo x v i .
2. Sumas: exposiciones sistem áticas, independientes, de la teología
(o filosofía) con am plio espacio p ara los argum entos racionales:
«Sum m a philosophiae» de la escuela de O xford; Alejandro de H a­
les, San Buenaventura, San Alberto Magno, Santo Tomás de Aquino
y otros.

981 m . F IL O S O F ÍA N O E SC O LÁ ST IC A D E LA EDAD M E D IA :
a) F il o s o f ía b iz a n t in a :

Predom ina la tradición, paráfrasis y com entarios a Aristóteles


y P lató n : Focio, Aretas, M iguel Psello, M iguel de Éfeso, Nicolás
de M etona, etc.
99] b) F i l o s o f ía á r a b e de cuño griego, que subsistió com o algo extra­
ñ o en el Islam , p ero influyó en el desarrollo de la escolástica.
V éase M. H o r t e n : D ie Philosophie des Islam s, 1924.
Bibliografía: P. J. d e M e n a s c e , A rabische Philosophie, B erna 1948, en
Bibiiograpkische Einführungen in das Studium der Philosophie (ed. I. M. Bo­
chénski) vol., 6. S. M u n k , M élanges de philosophie juive et arabe, 1859,
*1927. B. C a r r a d e V a u x , L es penseurs de l'Islam , 3 v o l s . , 1921-1923.
1. En Oriente:
Al-Kindi ( t 873): prim er pensador árabe de dirección griega.
Al-Farabi ( t 950): transm itió al Islam la lógica griega; místico
(sufi); distinción de esencia y existencia en la criatura.
A v ic e n a o Ib n Sina (980-1037): extraordinario prestigio en la
E d ad M edia; o b ra principal: «L ibro de la curación» (enciclo­
pedia filosófica de base aristotélica-neoplatónica). D el Avicena
«árabe» hay que distinguir el Avicena «latino» (frecuentem ente
m al entendido).
Alhazen ( f 1038): fisiología y psicología de la visión.
A lgazel o G azali (1059-1111): m ístico; escéptico en filosofía.
Obras: Las tendencias de los filósofos; L a destrucción de los
filósofos (contra ella A verroes escribió: D estructio destructio-
nis); L a restauración de los conocim ientosre ligiosos (obra
principal). D o ctrin a: creación tem poral de la n ad a ; resu­
rrección del cuerpo; p od er m ilagroso de D ios; negación de
la causalidad creada.
10°1 2. En Occidente (España):
Avempace ( f 1138): «Régimen del solitario» (elevación a la au to ­
rid ad de conciencia espiritual).
Abubacer o Ibn Tufail ( t 1185): «El filósofo autodidacto» (no­
vela filosófica).
A v e r r o e s o Ib n R oschd de C ó rd ob a (1126-1198): juez y m édico;
com entario universal de Aristóteles (com entarios grandes,
m edianos y pequeños), en el que expone sus doctrinas propias;
las form as se encuentran sem inalm ente en la m ateria; crea­
ción de la nada sin principio; D ios, actus purus; n o hay panteís­
m o, pero sí panpsiquism o; el entendim iento «agente» es dis­
tinto del alm a y único p ara todos los hom bres; sólo p o r con­
tacto con él surge el entendim iento potencial de los individuos,
que después de la m uerte es devuelto al intelecto universal
(la inteligencia de la esfera lunar); conciliación co n la religión
p o r la interpretación alegórica del C orán ; la doctrina de la
«doble verdad» parece que sólo se encuentra en el A verroes
«latino». /< [107, 115].

101! c) F il o s o f ía j u d ía m e d ie v a l :
J. G u t t m a n n : Die Philosophie des Judentum s, 1933.
Bibliografía: G . V a jd a , Jüdische Philosophie, B erna, e n Bibltographische
Einführungen in das Sludium der Philosophie (ed. I. M . B ochénski), vol. 19.
E . B e r t o l a , L a filo sofía hebraica, 1947.
1. L a Cabala: doctrina m isteriosa em anatista consignada p o r es­
crito entre los siglos ix y xiv.
2. Teólogos dados a la filosofía:
Isaac ben Salomón Israeli (845-945 aprox., n atu ral d e Egipto):
«Libro de las definiciones», «L ibro de los elementos».
Saadia (892-942): fundador de la filosofía ju d ía de la religión;
«Libro de las creencias y d e las opiniones».
ibn Gebirol ( — Avicebrón, = A vencebrol; nacido en E sp añ a;
1020-1070 aprox.): «Fuente de la vida»; neoplatónico; excepto
Dios, todas las substancias constan de m ateria y fo rm a; oca­
sionalism o; influyó en la escolástica.
M oisés M aimónides de C órdoba (1135-1204): o b ra principal:
G uía de perplejos (aristotélica; el m undo fué creado de la n ad a ;
providencia; libre albedrío); gran influencia en la escolástica.

>021 IV . A P O G E O D E LA ESC O LÁ ST IC A (siglo xm ):


É poca de las grandes creaciones sistem áticas.

a ) C a m b io pro fu n d o :

1. Causas y circunstancias:
Las traducciones de Aristóteles hechas a p artir del árab e y del
griego ( Guillermo de M oerbeke y otros) proporcionan el A iis-
tételes entero, m ientras que hasta este m om ento sólo se cono­
cían en O ccidente sus escritos lógicos. A ñádase a ello el co­
nocim iento de los com entarios y escritos árabes.
[G ran p arte de estas traducciones se deben a la escuela de
traductores de Toledo, en la que sobresalen Dominicus ( Do­
mingo.) Gundisalvi y sus colaboradores Juan de Sevilla y Ge­
rardo de Cremona.]
L a lucha en torno a Aristóteles: el Aristóteles arabizado y el neo­
platonism o de varias obras falsam ente atribuidas al Estagi-
rita conducen a tendencias panteistizantes /*[95]; resistencia
de la autoridad eclesiástica (prohibición de Aristóteles). El aris-
totelism o alcanza la victoria después de conocerse su teísmo. Se­
paración m etódica entre / teología natu ral y teología revelada.
Organización escolar: Universidades: desde 1200; estructuración en
cuatro facultades; la facultad de A rtes incluye los cursos de
filosofía que, no obstante, son seguidos de ordinario p o r teó ­
logos. Formas de enseñanza: lectio (com entario) y / disputado.
Formas de exposición escrita: las Sum as [97], quaestiones dispu-
tatae (para profundizar en la ciencia; resultado de las disputas
ordinarias), quaestiones quodlibetales (fruto de las disputas so­
lemnes), opuscula (m onografías). Estudios: 6 años p ara los «ar­
tistas» (condición previa p ara los teólogos), 8 años p ara los
teólogos; 8 años de actividad docente antes del magisterio.
Influencia de las órdenes mendicantes: franciscanos, dominicos.
•°3) 2. Primeros intentos de síntesis:
Domingo (Dom inicus) Gundisalvi de Segovia (todavía en el si­
glo xnt), Guillermo de Auvernia, Roberto Grosseteste (1175-
1253): canciller de O xford, orientado sobre todo hacia la cien­
cia n atu ral; teoría y metafísica de la luz cim entadas m atem á­
ticam ente. «Sum m a philosophiae» de la escuela de Oxford.

i°4] b) D i r e c c i ó n a g u s t i n i a n a t r a d i c i o n a l : / [84], Sigue adherida


al / agustinism o a pesar del conocim iento fundam ental de la
literatura aristotélica, arábiga y judía.
1. La antigua escuela franciscana:
Alejandro de H ales (poco antes de 1186-1245 aprox.): inglés;
«G lossa in q u attu o r libros Sententiarum »; «Summa fratris
Alexandri» (autenticidad hipotética; ob ra en gran p arte de
Juan de R upella); prim era utilización to ta l de A ristóteles; en
caso de litigio, se prefiere la opinión de San Agustín.
San Buenaventura (Juan de Fidanza, 1217?-1274): am igo de Santo
T om ás de A quino; escolástico y místico.
Obras: Com entario a las Sentencias; Itinerarium m entís ad
D eum (obra m ística capital); Collationes in H exaem eron; D e
reductione artium ad theologiam ; teoría de la ilum inación.
Gualterio de Brujas (hacia 1225-1307), Obras: Quaestiones dispu-
ta tae (im portante teoría de la conciencia).
Gilberto de Tournai ( f 1284): escritos pedagógicos.
2. La antigua escuela dominicana;
Pedro de Tarantasia ( = Inocencio v); Ricardo Fishacre o otros.
I05l 3. La escuela franciscana desde San Buenaventura a Duns Escoto:
L a oposición, latente en Santo Tom ás [109] y San Buenaventura,
entre las direcciones nueva y tradicional lleva a una lucha abierta.
M ateo de Aquasparta (aprox. 1235-1302): Q uaestiones disputa­
tae, entre ellas la D e cognitione. Juan Pekham (aprox. 1240­
1292): violento adversario de Santo T om ás de A quino, sobre
todo de su doctrina sobre la u nidad de form a esencial en el hom ­
bre / [110]. Guillermo de la M are (f 1298) / [110], Rogerio de
Marston, Ricardo de Middletown y Guillermo de Ware (a fines
del siglo xm ) se acercan al aristotelism o en la gnoseología.
Vite! de Fumo ( t 1327): adversario de Olivi. Obras: D e rerum
principio (erróneam ente atribuido a D uns Escoto).
Pedro Juan Olivi (12487-1298): Q uaestiones in n líbrum Sen-
tentiarum ; en el alm a hay partes esenciales las cuales se m an ­
tienen unidas p o r la m ateria espiritual de tal m anera que el
alm a intelectiva inform a el cuerpo sólo m ediante el alm a sen­
sitiva (doctrina condenada p o r el Concilio de Vienne y de la
que Pedro se retractó ); prim acía de la voluntad; teoría del
ímpetu.
i°6] 4. E nrique de G ante ( f 1293): Q uodlibeta; Sum m a theologica
(inacabada); la m ateria no es m eram ente potencial, sino real;
no hay distinción real entre esencia y existencia; la individua­
ción se realiza po r negación; rechaza las species intelligibi-
Ies; adm ite en el hom bre una form a de corporeidad además
del alma.

107] c) D irección nueva aristotélica :


1. Aristotelismo puro o averroísmo latino: / [100, 125]. Aceptación
de Aristóteles entendido según el Averroes (latino), prescindiendo
del dogma cristiano. D octrina de la eternidad del m undo y del
m ovim iento, de la unidad del intelecto en todos los hombres,
de la «doble verdad». R epresentantes: Siger de Brabante (12357­
1284) y Boecio de Dacia.
i°8] 2. Síntesis de la doctrina cristiana llevada a efecto por la orden
dom inicana:

Preparación:
San A lberto M agno (nacido en Bollstadt, 12007-1280): filó­
sofo, teólogo e investigador de la naturaleza, prim era exposi­
ción sistemática de la filosofía aristotélica teniendo en cuenta
a los árabes y adaptación de !a misma a la doctrina cristiana;
en teología, San A lberto sigue adherido al agustinismo.
Discípulos de San A lberto: las corrientes del aristotelismo, neo­
platonism o y agustinism o inconciliadas en San A lberto son
recogidas por varios discípulos: el aristotelismo, p o r Santo
Tomás de Aquino [109], el neoplatonism o, p o r TJlrico de Es­
trasburgo y o tros [113], el agustinism o, p o r Hugo Rlpelln de
E strasburgo.
i*»] Realización:
d e A q u i n o (12257-1274); el m ayor sistem atizador
Sa nto T om £ s
de la E dad M edia. / [110-111, 119, 127, 128, 141, 204-205],
Doctrina: / Tomism o.
Obras: Com entarios a A ristóteles, Q uaestiones disputatae, C o­
m entarios a las Sentencias, Opuscula, Sum m a co n tra Gentiles
(fundam entación racional de la teología, Sum m a filosófica),
Sum m a theologica (sistem a de teología y filosofía, obra capi­
tal), etc.

]1°1 L a lucha en torno a Santo Tom ás:


Adversarios (tam bién
Pertenecientes a su m ism a orden: Pedro de Tarantasia / [104],
Roberto Kilwardby ( t 1279), quien to m o arzobispo de C anter-
bury condenó doctrinas tom istas (1277).
Pertenecientes al clero secular: Esteban Tempier, obispo de P a­
rís: condenación de doctrinas averroístas que indirectam ente
afectaban tam bién a proposiciones tom istas (1277); Enrique
de Gante: / [106],
Pertenecientes a la orden franciscana: Juan Peckham: / [105];
renovó su condenación (1284 y 1286) com o sucesor de R o b erto ;
Guillermo de la M are: / [105]; «C orrectorium fratris Thom ae»
(1278). M ás tarde, Juan Duns Escoto: [112],
Defensa: recom endación oficial del tom ism o p o r la orden dom i­
nicana. Cinco «C orrectoria corruptorii fratris Thom ae» com o
respuesta al «C orrectorium » de G uillerm o de la M are.

U |1 E l tomismo en los siglos X IH y XIV:


Godofredo de Fontaines ( t después de 1306): sim patiza con el
tom ism o.
L a antigua escuela tomista (hacia 1300): libertad de interpretación
en los detalles. D om inicos: entre ellos, Hervaeus Nataiis
( t 1328) y Tomás de Sutton. A gustinos: su prim er m aestro
Aegidius Romanus (Egidio R om ano o G il de R om a) (12457-
1316). Carm elitas y cistercienses: siguen a Godofredo de Fon­
taines. [En España: Ramón M artí, dom inico ( f hacia 1270),
Guido de Terrena, carm elita ( t 1342), y Alfonso Vargas, agus­
tino ( t 1366), profesor u n tiem po en París, tom ista egidiano.]
Dante: m achos le colocan cerca de San A lberto Magno.

ll2 I d) E l e s c o t is m o : preparado p o r la escuela franciscana d e la época


que m edia entre San Buenaventura y D u n s Escoto / [105].
J u a n D u n s E s c o t o (1266-1308): «doctor subtilis», franciscano,
t en C olonia; agudo crítico del tom ism o, y [120, 141],
Doctrina: / Escotismo.
Obras: D e prim o principio, Q uaestiones in m etaphysicam , Opus
Oxoniense (C om entario a las Sentencias, obra fundam ental),
R e p o rtata Parisiensia, T heorem ata (cuya autenticidad es dis­
cutida). C om entarios a Aristóteles.

•13] e) D ir e c c ió n n e o p la tó n ic a : /< [57, 78, 84, 88].


1. Elementos neoplatónicos: en Alberto Magno (M etafísica) y Tomás
de Aquino (cada vez m ás num erosos en sus últim os escritos).
2. Manifestación del neoplatonismo: sobre todo en A lem ania y la
o rden dom inicana.
Witelo: / [115], UIrico de Estrasburgo: discípulo de San A lberto.
Dietrich (Teodorico) de Freiberg en Sajonia, (1250 aprox. hasta
después de 1310): tam bién investigador de la naturaleza (teoría
correcta del arco iris); sigue a P roclo y a San Agustín.

,,41 E l maestro E ckhart (1260-1327): fundador de la mística especu­


lativa en Occidente (penetración intelectual de las vivencias
m ísticas). Condenación eclesiástica de varías proposiciones
suyas.
Doctrina: concepción dinám ica del ser; em pleo de la p aradoja
D octrina del alm a: ante todo, tom ista; adem ás, la doctrina del
fondo del alm a o chispa del alma en la que ésta ve a D ios
prescindiendo de imágenes. D o ctrin a de D ios: tom ista en con­
junto, pero acentuando vigorosam ente la teología negativa
com o acceso hacia la vivencia supraconceptual, m ística, del
U n o prim itivo; el m undo fué creado de la nada p o r u n a acción
libre de D ios. L a doctrina (condenada) de la eternidad del
m undo le es atribuida injustam ente; la doctrina acerca del ser
de la criatu ra (y m ás todavía la de la «chispa» del alm a) tiene
algunas veces irisaciones panteístas. E l fin del hom bre es el
reto m o a D ios, en el «apartamiento» de to da criatura y p o r
el «nacimiento de Dios» en ella m ediante la gracia. A l inter­
p reta r a E ckhart hay que distinguir entre relación n atural
y sobrenatural del alm a a D ios.
Obras: O pus trip artítu m ; Q uaestiones; tratad os y serm ones en
alem án (con frecuencia, apostillas dudosas); escrito de ju sti­
ficación.

IISJ 0 D irección científico -natura l :


Roberto Crosseteste: / {103]; interés por las m atem áticas. A l­
berto Magno: / [108]; interés p or lo biológico (zoología y b o ­
tánica); observación. Petrus Peregrinas (Pedro de M arcourt):
E pistola de m agnete; postula el m étodo experimental.
R ogerio B acon (1210 aprox. hasta después de 1292).' Obras:
O pus m aius, O pus m inus, O pus tertium . A guda crítica del
m étodo teológico; su p lan: d ar u n a exposición de conjunto
de las ciencias p ro fan as; realizado sólo fragm entariam ente;
em pirism o, concepto pragm atista de verdad; experiencia in­
terna p o r ilum inación divina; la m atem ática, base de la cul­
tu ra científica.
Witelo (de Silesia, hacia 1210-1270): Perspectiva (óptica).

g) E l desarrollo de la l ó g ic a :
n*] 1. L a Lógica vetus: la lógica, hasta m ediados del siglo xn, se basaba
en la Eíoaycúytf de Porfirio [64], los escritos aristotélicos D e
interpretatione (Peri herm eneias) y D e categoriis y los tratados
de Boecio [72].
2. L a Lógica nova: desde Thierry de Chartres ( f hacia 1150); / [93];
se apoya en las restantes partes del O rganon aristotélico y en
el D e sex principiis [94],
3. L a Lógica modernorum (siglo xm ): influencia de los árabes; mez­
cla de lógica y gram ática (lógica «terminista» ); com pendios:
«Sum m ulae».
Petrus Hispanus (Pedro Hispano) ( = Ju an xxi, f 1277): «Sum­
m ulae logicales» (utilizado du rante siglos com o texto es­
colar).
4. Lógica del lenguap: investigación de las relaciones entre lógica
y gram ática (grammatica speculativa).
Rogerio Bacon: / [115]; Sum m a gram m aticae. Tomás de Erfurt
(siglo xiv): D e m odis significandi (falsam ente atribuido a D uns
Escoto).
5. R amón L ull (1235-1315): agitad a vida de peregrino; lucha
co ntra el Islam y el averroísm o latin o; poeta, filósofo, teólogo
y m ístico; Lull aspiraba a u n Ars generalis, u n sistema de concep­
to s fundam entales suprem os y de proposiciones, de los que p o r
com binaciones y operaciones mecánicas pudieran deducirse las
ciencias particulares. L a últim a form a literaria de sus ideas se
encuentra en el «Ars m agna et ultim a». Lull es el precursor del
A rs com binatoria de Leibniz y de la / logística.

Il7¡ h) V islumbres de u n a época nueva :


E ntre D un s Escoto y G uillerm o de O ckham ; disolución de la
síntesis escolástica.
Jacobo de M e tz (hacia 1300): crítica de Santo T om ás; Durando
de Saint Pourfain ( f 1334): enérgico adversario del A quinate;
lim itación de las relaciones reales a la relación causal; las po­
tencias del alm a se identifican co n la substancia de éstas y con
los actos; lo s'o b je to s son sólo condiciones de los actos; no
hay im agen alguna de los objetos en el conocer. Pedro Auréolo
o Auriot ( f 1322); crítico, principalm ente de D uns E scoto;
nom inalism o conceptualista y em pirism o; principio de eco­
nomía: hay que lim itar lo m ás posible los principios de
explicación.
'« I V. LA E SC O LÁ ST IC A TA RD ÍA (siglos xiv-xv):
Período de decadencia; época del nom inalism o; después de
O ckham no aparecen ideas nuevas.

a) C a u s a s d e l a d e c a d e n c i a :
1. Causas externas: guerra franco-inglesa (1339-1453); la gran peste;
el cisma de O ccidente; m ultiplicación de las universidades con
dism inución de requisitos.
2. Causas internas: falta de libertad doctrinal dentro de las órdenes;
creciente desconocim iento de los grandes filósofos del pasado;
lenguaje b árb a ro ; vacías sutilezas.

1191 b) L a « V ia a n t iq u a » : la oposición de «via antiqua» y «via m o­


derna» concierne a la doctrina de los universales ( / Concepto
universal). L a «via antiqua» com prende las escuelas orientadas
en sentido realista en oposición al nom inalism o de la «via m o­
derna».
1. Escuela tom ista (realismo m oderado): / [109, 111].
Juan Capréolo (1380-1444): «princeps thom ístarum »; o b ra prin­
cipal: L ibri qu atu o r defensionum theologiae divi doctoris Tho-
m ae de A quino. Antom no de Florencia (1389-1459): aplicación
del tom ism o a la ética social y a la economía. Dionisio Cartu­
jano (14037-1471): fecundo escritor, místico. E n París, donde
estudió Francisco de Vitoria, se verifica el enlace con la esco­
lástica española / [127]. [En España: Pedro M artínez de Osma
( t 1480); Diego de Deza ( f 1523).]
12°) 2. Escuela escotista: / [112],
F. de M archia (s. xiv): teoría del «Ímpetus»; Francisco M ayronis
( t 1325); fValter Burleigh ( f después de 1343); Pedro Tartareto
(hacia 1500): C om entarios a Escoto. Próxim o al escotismo
se halla Tomás Bradwardine (12907-1349): tam bién m atem á­
tico; en oposición a E scoto, enseña un a determ inación de la
voluntad po r D ios (influencia sobre W icklef y la R eform a).
[En E spaña: Guillermo Rubió (s. xrv): escotista influido p o r
O ckham .]

12|1 c) L a « V ia m o d e r n a » : / [92]; disolución de la síntesis de fe y saber.


1. G u il l e r m o d e O c k h a m (antes de 1300 hasta 1350?): francis­
cano; escritos sobre lógica y filosofía natu ral; escritos antipa­
pales y eclesiástico-políticos en defensa de Luis de Baviera.
Doctrina: / Conceptualism o; crítica del tom ism o y del escotism o;
la intuición, form a n atural de nuestro conocim iento; el objeto
de las ciencias reales lo constituyen los conceptos (term ini);
reduce el alcance de la psicología y teología racionales; los
artículos de la fe no son dem ostrables ni principios de dem os­
tración; exigencia de libertad de pensam iento p ara la filosofía;
la ley m oral (más tard e d irá: a excepción del am o r de D ios) se
funda únicam ente en la voluntad divina.
1221 2. Escueta nominalista:
Intensificación de ¡as tendencias críticas y escépticas. Gregorio
de R ím ini ( f 1358); Juan de M irecourt (hacia 1345): Dios,
causa del pecado. Nicolás de Autrecourt (hacia 1340): el prin­
cipio de contradicción y la experiencia interna son los únicos
principios del conocim iento; negación de la evidencia del p rin­
cipio de causalidad; negación del conocim iento de la substan­
cia (excepto del yo); atom ism o y mecanicismo. L a Iglesia con­
denó sesenta proposiciones suyas.
123J Estudio de las ciencias naturales, sobre to d o en París. Juan
Buridán (f después de 1358): lógico y físico; teoría del «Ímpe­
tus», aplicación a la m ecánica celeste, con lo que se hacen su­
perítaos los «espíritus estelares» aristotélicos; influye sobre
L eonardo de Vinci a través de A lberto de Sajonia, sobre D o ­
m ingo de Soto y Galileo. Irresolubilidad de la cuestión
acerca de si la vo luntad puede decidirse puesta en circunstan­
cias iguales; de ordinario, va co ntra el escepticismo de Ockham .
Nicolás de Oresme ( t 1382): el más im portante econom ista
del siglo x iv ; de m ayo r significación aú n p ara la m atem ática,
la física y la astronom ía; recoge la teoría del «Ímpetus» de
B uridán; precursor de Copérnico p o r la doctrina acerca del
m ovim iento diurno de la tierra, de D escartes p o r la invención
de la geom etría de coordenadas, de G alileo por el descubri­
m iento de las leyes de la caída de los cuerpos: Alberto de
Sajonia: ockham ista en lógica.
I24l Ulterior desarrollo de la lógica: principalm ente en Inglaterra.
A dem ás, Pedro de A illy (1350-1420): polifacético. Gabriel
Biel de Spira ( f 1495): hábil exposición del ockham ism o; in ­
fluye en L utero [129].

125] d) E l a v e r r o ís m o t a r d ío ( h a s ta e l sig lo x v n ) : / [100, 107].


1. Tendencia rígida: co n influencia sobre las doctrinas contrarias
ai cristianism o.
Juan de Jandún ( t 1328): la soberanía popular, fuente de todo
p oder po lítico; auto r, ju n to co n M arsilio de Padua, del «D e­
fensor pacis» (co n tra el papado).
2. Tendencia mitigada: A verroísm o cristianizado. Fitz-Ralph: iden­
tifica el intelecto agente con D ios. Juan de Baconthorp ( f 1348)
y otros.

126J e) La m ís t ic a ¿n l a b a ja E dad M e d ia :

1. E n la dirección del maestro Eckhart:


/ [114]; interpretación del m aestro de acuerdo con el sentir de lá
Iglesia; retroceso de lo especulativo.
Juan Taulero (130Ó-1361): m ística orientada hacia la ética; ser­
m ones.
Enrique de Suso (1295?-1366): profundam ente afectivo. Obras:
E l librito de la verdad, L ibrito de- la sabiduría eterna.
«Teología alemana» (anónim o): editado por L utero (1516).
Juan van Ruysbroeck (1293-1381). Obras: El reino d é lo s am antes
de D ios, A dorno de las bodas espirituales (su o bra principal),
L ibro de las doce beguinas.
2. En la dirección de los Victorinos y San Buenaventura / [96, 104]:
separación de escolástica y m ística: la mística, refugio ante el
escepticismo de la especulación.
Juan Gersón: discípulo de Pedro de Ailly [124]; adversario de
R uysbroeck; incluido sin razón po r los nom inalistas entre
los de su escuela; sin em bargo, acentúa, co n tra el ultrarrea-
lismo platónico, la libertad de D ios en la creación; crítica de
la injustificada transposición de m étodos; postula que se re­
m ate la teología escolástica con la teología mística.
3. Controversia sobre el carácter del conocimiento místico:
Vicente de Aggsbach (elevación a D ios prescindiendo del cono­
cim iento); Nicolás de Cusa (docta ignorantia): / [133].

126bis] [La f i l o s o f í a e s p a ñ o l a
cuenta en el ocaso de la E dad M edia.con
la figura del pensador independiente Ramón Sibiuda (o Sabunde)
( f 1436), n átu ra l de Barcelona: «Liber creaturarum (seu N a-
turae) seu L íber de hom ine»; el hom bre, centro de la n atu ra­
leza; ascenso a D ios desde él; esta actitud intelectual preludia
el Renacim iento.]

F IL O SO F IA M O D ERN A

A . H A S T A L A R E V O L U C IÓ N F ILO SÓ FIC A D E K A N T (1450-1781):


W I . É PO C A D E T R A N SIC IÓ N (1450-1640):

a) C ir c u n s t a n c i a s h is t ó r i c a s :
1. Externas: desarrollo de los estados nacionales; descubrim iento
de nuevos países y pueblos; im prenta.
2. Internas: H um anism o y R enacim iento; R eform a y C ontrarre­
form a; desarrollo de la ciencia de la naturaleza; individualism o
creciente.

b ) C o n t in u a c ió n de la f il o s o f ía de épocas a n t e r io r e s :

1. Escolástica española (denom inada así p o r el país en que se ori­


ginó la renovación del pensam iento escolástico): /[ 1 1 9 ] . T ra­
bajo crítico e independiente sobre la tradición escolástica; apli­
cación a nuevas cuestiones, especialmente a la filosofía de la
sociedad y del estado; lenguaje m ás correcto. / [141, 152, 200].
Dominicos: Pedro Crockaert ( f 1516); su discípulo Francisco de
Vitoria ( f 1546): iniciador del nuevo m ovim iento en Salam an­
ca. «D e iure belli» (sobre el derecho de guerra). Sus discí­
pulos: Domingo Soto ( f 1560) y M elchor Cano ( f 1560); D e
locis theologicis (doctrina acerca de las fuentes y m étodos
teológicos). Domingo Báñez (f 1604): / D i o s (Concurso de).
Los grandes Comentarios a Santo Tomás de Aquino: de Tomás
de Vio (Cayetano) a la Sum m a theologica (1507-22); de Fran­
cisco Silvestre (o de Silvestris) (el Ferrariense) a la Summa
co n tra G entiles (1516).
i 28¡ Jesuítas: «Cursus Conim bricensium » (Coim bra). Francisco de To­
ledo ( t 1596): discípulo de S oto; Pedro Fonseca ( t 1597);
Gregorio de Valencia ( f 1603); Jacobo Ledesma ( t 1575); Ga­
briel Vázquez ( f 1604); Luis de M olina (1535-1600) / Molinismo.
F r a n c i s c o S u á r e z (1548-1617): teólogo y filósofo. Obras filo­
sóficas: D isputationes m etaphysicae (prim er tratad o sistemático
de metafísica escolástica con am plia utilización de la tradición
filosófica); se com pleta con D e anim a (psicología) y D e legibus
(filosofía del derecho, derecho del estado e internacional). Res­
pecto a su d o ctrin a: / Suarism o. Influyó en la escolástica cató­
lica y protestante y en Leibniz.
[29] 2. Escolástica protestante:
[Lutero (1483-1546): influido p o r eí nom inalism o, San A gustín
y la m ística; rígida recusación de la filosofía; «De servo arbi­
trio» (Dios, razón determ inante de to d o el acontecer)].
M elanchton (1497-1565): fundador de la escolástica protestante;
aristotelism o ecléctico.
130] 3. Retorno a la filosofía antigua:
Platónicos: E n Ita lia : Plethon ( t 1450); Bessarion (fl4 7 2 ); M ar-
silio Ficino (1433-1499): traducciones; «Theologia platónica»;
alm a de la A cadem ia P latónica de F lorencia; Pico della M i­
rándola ( t 1494): busca la conciliación con A ristóteles.
E n Alem ania: Juan Reuchlin ( t 1522): influido p o r la Cábala
[101]; Erasmo de Rotterdam (1467-1536); Zwinglio (1484-1531):
reform ador; «D e Providentia» (panteísm o con elem entos es­
toicos).
Aristotélicos: orientados hacia A verroes o A lejandro de A fro-
disia. Sigue a este últim o Pedro Pomponazi ( t 1524): «D e im-
m ortalitate anim ae» (contra la inm ortalidad substancial).
Jacobo Zabarella ( f 1589).
Estoicos: Justo Lipsio ( f 1606).
Epicúreos: Lorenzo V alla [131]; G assendi [131].
Escépticos: en com binación con la filosofía estoica de la vida:
Montaigne (1533-1592): «Essais»; Piexre Charron (1541-1603):
«D e la sagesse».

131] c ) P r im e r o s in t e n t o s d e refo rm a :

1. Dialéctica humanística: Lorenzo Valla (1407-1457): D ialecticae


disputationes con tra A ristotélicos; Pedro Ramus (1515-1572):
Institutiones dialectae (dialéctica retórica).
2. Filosofía de la naturaleza y ciencia natural:
Filosofía de la naturaleza: inm ediata dedicación a la naturaleza;
generalizaciones faltas de crítica; am algam a con elementos
místico-religiosos.
E n Ita lia : Cardano, Telesio, Patrízzi; Tomás Campanella [134];
Giordano Bruno [133].
E n Alem ania: Teofrasto Paracelso (1493-1541); íntim a unión
de naturaleza y hom bre; van Helm ont; D. Sennert (f 1637):
teoría corpuscular; J. Jungius.
E n Francia: Sebastián Basson: Philosophia naturalis (1621),
prim era atom ística física; J. C. M agneno (siglo xvn).
Pedro Gassendi (1592-1655): «Syntagm a philosophicum » (in­
tenta conjugar el cristianismo con el atom ism o); M . Mersenne
( f 1648): am igo de D escartes; defiende las ciencias m atem á­
ticas con tra los escépticos.
Ciencia natural: fundada en el experim ento y el uso de la m ate­
m ática / [123],
Copérnico (1473-1543): fundador del sistema heliocéntrico;
Tycho-Brahe (1546-1601); Juan Kepler (1571-1630): leyes ke-
plerianas; Galileo (1564-1642): fundam entación exacta de la
ciencia n atu ral; subjetividad de las cualidades sensoriales
(secundarias).
132] 3 . Teosofía mística:
Agripa von Nettesheim (1486-1585): ocultista y neoplatónico;
Sebastián Frank (1499-1542): religiosidad independiente de
to d a au to rid ad ; Valentín Weigel (1533-1588): esbozo de una
m ística panenteista.
Jacobo Bóhme (1575-1624): zapatero. P un to culm inante de la
teosofía alem ana; síntesis de la filosofía alem ana de la n atu ­
raleza y de la fe de la R eform a. D ios es la voluntad del abis­
m o sin fondo (Ungrund) que introduce el proceso eterno del
devenir; el bien y el m al b rotan del abism o sin fondo; el «sí»
y el «no» so n u n a m isma cosa. Influencia sobre Á ngel Sile-
sio y Schelling.
•33) 4. M etafísica:
N icolás d e C usa (1401-1461): el p rim e r.g ra n filósofo alem án
de la época m oderna; visión cristiano-escolástica del universo,
pero con problem as y program as que apuntan a los tiem pos
m odernos; recibe la influencia del neoplatonism o y de la mís­
tica alem ana /[ 1 2 6 ] .
Doctrina: la «ratio», que sólo se dirige a objetos finitos, no
puede tener acerca de D ios m ás que ignorancia; el «intellec­
tus», en cam bio, capaz de ver los contrarios reducidos a unidad,
obtiene con ello u n cierto conocim iento del Infinito (que es
u n a coincidentia oppositorum o unidad superior de los con­
trarios) = docta ignorantia. A plicación de estos principios al
m undo, que, com o efecto de D ios, participa de su incognos-
cibilidad (en el escrito «D e coniecturis»). — N icolás es un esla­
bón interm edio entre E ckíiart y Leibniz.
Obras: D e docta ignorantia y D e coniecturis (1440); D e quae-
rendo D eum ; D e visione D ei; D e possest; D e venatione sapien-
tiae, etc.
G io r d a n o B r u n o (1548-1600): / [131]; poeta y filósofo; el p ri­
m er sistem a panteísta acabado de la E dad M oderna; influido
p o r N icolás de C usa; apasionado y sin m edida.
Doctrina: la naturaleza es eterna; ob ra po r la sabiduría en ella
entrañ ad a; avanzando de lo im perfecto a lo m ás perfecto se
produce a sí m ism a; su o bra es m últiple, p ero su orden, sim­
ple; el universo, que consta de u n a substancia corpórea e in­
corpórea, es u no e infinito. El m undo visible n o es un a parte
del universo; está anim ado (vacilaciones y obscuridades).
Obras: D ella causa, principio et u no (obra m etafísica princi­
pal); D e Tinfinito, universo e m ondi; D e gPeroici furori (filo­
sofía m oral); D e triplici mínimo.
134] 5. Filosofía política y jurídica:
Maquiavelo (1467-1527): D iscorsi sopra la prim a decade di Tito
L ivio; II principe (1513): prim acía de lo político sobre lo
ético y religioso.
Santo Tomás M oro (1480-1535): «U topía» (1516), novela polí­
tica, com unism o m oderado. Juan Bodin ( f 1596): concepto
de soberanía. San Roberto Belarmino (1542-1621): D isputa-
tiones de controversiis christianae fidei; D e potestate Summi
Fontificis (Iglesia y Estado). Ricardo H ooker (1553-1600): de­
recho natu ral, derecho eclesiástico anglicano. Altusio ( f 1636):
soberanía popular. Tomás Campanella ( f 1638): «La ciudad
del sol».
H u g o G r o c i o (1583-1645): clásico del derecho n atural e inter­
nacional. M are liberum ; D e lu re Belli ac Pacis (1625).
!35J 6 . Filosofía de la religión:
Bodin [134]: religión n atu ra l y tolerancia.
Herbert de Cherbury (1581-1648): D e veritate (1624); sistema
de u n a religión n atu ral racionalista.
7. Reform a de las ciencias:
L uis Vives (1412-1540): D e tradendis disciplinis (1531): crítico
de la ciencia; D e anim a et vita (psicología em pírica; ley de
la asociación). **Influencia sobre D escartes, F. Bacon y la
filosofía escocesa del sentido com ún.
F r a n c i s B a c o n de V erulam (1561-1626): D e dignitate et auga-
m entis scientiarum , N ovum organum scientiarum (1620). P ro ­
gram a de una reform a de las ciencias; finalidad de la ciencia:
dom inio de la naturaleza; separación de religión o ciencia;
m étodo inductivo. P artir de la observación y el experimento.
Bacon mezcla todavía ideas filosófico-naturales y científicas.
El program a no fué seguido de realización alguna.
Francisco Sánchez ( f 1632): «Q uod nihil scitur» (duda metódica).
135bis] [Además de los p e n s a d o r e s esp añ o les m encionados en el texto,
merecen citarse los siguientes:
1. Platónicos: Sebastián Fox M orcillo (1522-1558): «D e naturae
Philosophia»; intenta la conciliación de Platón y Aristóteles.
M iguel Servet (15117-1553): panteísta de inspiración neopla-
tónica.
Abrabanel Jehudá (León Hebreo) (1460-1535): neoplatónico;
«D ialoghi d ’amore».
2. Aristotélicos: Juan Gihés de Sepúlveda (1490-1573): versiones
de A ristóteles; tradujo al latín los Com entarios de A lejandro de
A frodisia a la M etafísica del E stagirita; Gaspar Cardillo de
Vülalpando (1527-1581): el más destacado com entador español
de A ristóteles; Pedro M artínez; Juan Páez de Castro ( t 1570).
3. Independientes: Gómez Pereira (1500-después de 1558); «A nto-
niana M argarita»; autom atism o de los b ru to s; precursor de
D escartes. Francisco Vallés (1524-1582): «D e sacra Philoso­
phia». Juan H uarte de San Juan (1530-1581): «Exam en de
Ingenios»; las diferencias de talento tienen principalm ente su
raíz en la constitución som ática; precursor de la psicología
diferencial. M iguel Sabuco (1562-aprox. 1622): «N ueva Filo­
sofía»; im po rtan cia m édica de las pasiones.]

II. DESCARTES Y L O S SIST EM A S C O N ST R U C T IV O S D E L SI­


G L O X V II:

136) a) A mbiente y objetivos del pensam iento en este periodo:


Ambiente: desprendim iento del esquem a escolástico del universo
preparado p o r la crítica y el escepticismo de la escolástica
tardía nom inalista; éxito de las ciencias naturales com o ca­
m ino p ara la au tonom ía de la razó n; su m étodo m atem ático,
ideal del pensar filosófico.
Objetivos: elabo rar una teoría sobre la conexión m ecánica uni­
versal de la naturaleza y sobre la relación entre naturaleza
y espíritu y fundam entar gnoseológicamente la nueva filosofía.
b) R e n a t o D e s c a r t e s (1596-1650): fundador de la filosofía m o­
derna. D espués de larga vida m ilitar y prolongados viajes
establecióse en H olanda.
Doctrina: / Cartesianism o.
Obras: Regulae ad directionem ingenii; D iscours de la m éthode;
M editationes de prim a philosophia (1641), Principia philoso-
phiae (1644, principal obra sistem ática); Les passions de l’áme.
Adeptos en diverso g rad o : los ocasionalistas / [140], m uchos ora-
torianos y jansenistas (la Lógica de Port-Royal; L ’a rt de pen-
ser, 1662, de A rnauld y Nicole) y o tros en F rancia, H olan d a
y A lem ania.
Adversarios: Voetius ( f 1676), H uét (1721) y otros. Intensa re­
sistencia de la au to rid ad civil y eclesiástica.
'¡las Pascal (1623-1662): m atem ático y místico. «Pensées su r la
religión» (obra postum a, 1669). Ideal m atem ático de la ciencia,
p ero crítica del racionalism o teológico de los cartesianos.
Pedro Bayle (1647-1706): escéptico, separación de razón y fe,
au tonom ía de la m oral racional. Obras: D ictionnaire histo-
rique et critique (1697).

137] c) T ransformación del cartesianismo partiendo del problem a de


las substancias extensa y pensante (naturaleza y espíritu):
1. Supresión de ¡a substancia espiritual:
E nlace con la filosofía n atu ra l m ecanicista de D escartes: meca­
nicismo universal y materialismo.
T omás H obbes (1588-1679): «Elem enta philosophiae: de corpore,
de hom ine, de cive»; «Leviathan» (teoría del estado). F i­
losofía = teoría de los cuerpos. Lógica: fundam entación del
pensam iento m atem ático sobre supuestos nom inalistas. Sub­
jetividad de las cualidades sensibles, asociación m ecánica de
ideas. E l estado es u n cuerpo artificial racionalm ente cons­
tru id o ; son principios suyos tom ados de la experiencia: el
apetito de posesión y de poder, así com o la razón que intenta
evitar la m uerte violenta; guerra de todos con tra todos en el
estado prim itivo; el estado surge p o r u n pacto; poder absolu-
Iuto del estado; éste es la fuente de lo ju sto y de lo injusto.
E n conjunto, su influencia no fué extensa; en Inglaterra se
le enfrenta una vigorosa corriente idealista co n el platonismo
de la escuela de C am bridge (Ralph Cudworth, 1617-1688).
2. Supresión de la substancia material:
E n conexión con el análisis de la conciencia de Locke: idealismo
acosmístico: B e rk e le y / [142].
>38] 3. Supresión de la dualidad de substancias:
Solución m onista: enlazado con la definición cartesiana de la
substancia (cosa que existe de tal m anera que n o necesita de
ninguna o tra p ara existir): panteísmo.
B enito (Baruch) E spinosa (1632-1677): p ara la doctrina: / Espi-
nosism o. O bra principal: E thica, ordine geom étrico demons-
trata, m étodo rigurosam ente m atem ático co n definiciones,
axiom as y teoremas. Influyó en H erder, G oethe, Schleierma-
cher, Schelling, Hegel, el paralelism o psicofísico y la critica
bíblica racionalista.
139l Solución pluralista: m onadología y armonía preestablecida.
G ottfried W ilhelm L eibniz (1646-1716): m ente creadora y uni­
versal; político, científico y filósofo; organización, de las cien­
cias p o r la fundación e iniciativa de academ ias; aspiración al
equilibrio y conciliación de teoría y práctica, de la considera­
ción m atem ático-m ecánica de la naturaleza y de la concepción
orgánica d e la mism a, d e ciencia n atu ral e historia, de u ni­
versalidad e individualidad, de fe y saber.
Obras: sus concepciones se encuentran dispersas en gran n ú ­
m ero de escritos, fragm entos y cartas. L o m ás im portante
está en: D iscours de m étaphysique (1686), Systéme nouveau
(1695); M onadologie (1714); N ouveaux essais sur l’entende-
m ent hum ain; Essais de Théodicée (1710); D e arte com bina­
to ria (principios de logística).
Doctrina: / M ónada, / O ptim ism o, / Logística.
Influencia en Wolff, Bolzano, Teichmüller, H erbart, Lotze.
Contemporáneos de Leibniz: A m os Commenius (1592-1670): desta­
cado pedagogo y didáctico. Angel Silesio ( *= Ju an Scheffler,
1624-1677): místico, «Cherubinischer W andersm ann» (Pere­
grino querúbico). Tsckirnkaus (1651-1709): su «M edicina men­
tís» tra ta la lógica com o arte de la invención.
Samuel P ufendorf (1632-1694): m érito en cuanto al derecho
n atural e internacional; D e iure n atu rae et gentium (1672).
Christián Thomasius (1655-1728): precursor de la Ilustración;
F undam enta iuris n aturae et gentium (1705).
Juan B . Vico (1668-1744): program a de una filosofía de la
historia y u n a psicología de los pueblos. Obras: Principi d i
u n a scienza nuova d ’intom o alia com m une n atu ra delle na-
zioni (1725). / [227],
l4°] 4. Supresión de la acción recíproca de las substancias:
Problem a de la conexión física:
Ocasionalismo:
Precursores: Sebastián Basson [1313, J- Clauberg ( f 1665), Louis
de la Forge, Cordemoy.
Sistem a desarrollado: A r n o l d G e u l i n c x (1624-1669). O b ra p rin ­
cipal: E thica. D octrina: /O c a sio n a lism o .
Problem a de la conexión intencional:
Ontologismo: / [227],
N M a l e b r a n c h e (1638-1715): O bra principal: D e la re-
ic o l á s
cherche de la vérité (1764). P ara la d octrina: /O n to lo g is m o .

1411 d) La e s c o lá s tic a en la é p o c a d e l c a rte s ia n is m o :


B. Ja n se n , G eschichte des E rkenntnislehre, 1940.

1. Continuación de las escuelas:


Tomistas: dom inicos: Juan de Sto. Tomás (1589-1644): Cursus
philosophicus (1637); A nt. Goudin ( f 1695); carm elitas des­
calzos: Antonio de la M adre de Dios (A ntonius a M atre D ei):
C ursus Salmanticenses; Felipe de la Santísima Trinidad (Phi-
lippus a SS. Trinitate) ( t 1671): Sum m a Philosophiae (1648);
benedictinos: el cardenal Sáenz de Aguirre ( t 1699): Philo-
sophia nova-antiqua rationalis (1671); L. Babenstuber ( t 1726):
P hilosophia thom istica Salisburgensis (1704).
Escotistas (m uchos franciscanos; otros siguen a San Buenaven­
tu ra o a Santo T om ás): L. Wadding (1588-1657): iniciador
del renacim iento escotista; M astrio (M astrius), Bellutio (Bel-
lutius), J. Poncius: ed ito r del «Philosophiae ad m entem Scoti
cursus integer» (1668).
Suaristas (en su m ayor p arte, jesuítas): Cosme Alamanni: Sum m a
totius philosophiae (1618); cardenal de Lugo (f 1600): D e
iustitia et iu re (1642).
Aristotelism o independiente (algunos, jesuítas): Hurtado, Arríaga:
C ursus philosophicus (1632); Oviedo.
2. M ateria de enseñanza: m enos com entarios (a Aristóteles, Santo
T om ás) y m ás «Cursus» sistemáticos y m onografías. H isto­
ria de la filosofía: el español Bartolomé Pou (Povius): «Insti-
tutiones historiae philosophiae» (1763); Steinacker; Ph. Couplet:
«Confucius Sinarum philosophus» (1687).
3. Conciliación con el cartesianismo y la moderna ciencia natural:
M ersenne [131]; E. Maignan ( f 1676); Honorato Fabri, S. I.
( t 1668); cardenal Tolemei, S. I. ( t 1728): Philosophia mentís
et sensuum (1696); J. Duhamel (fl7 0 6 ): Philosophia vetus et
n ova (1678).

adem ás de los citados:


I 4 ib ia ][ E n E s p a ñ a ,
Juan Carantuel (1606-1682): de orientación cartesiana; Isaac Car-
doso (1615-1680): «Philosophia libera»; atom ism o.
Sebastián Izquierdo, S. I. (1601-1681): escolástico; «Pharus scien-
tiarum »; precursor del «A rs C om binatoria» dé L eibnizJ

142] m . F IL O S O F ÍA D E L A IL U S T R A C IÓ N (siglo xviu):


Exigencia de p enetrar exhaustivam ente la realidad total y regu­
lar todas las circunstancias de la vida m ediante la p u ra razón;
/ Ilustración.

a) L a I l u s t r a c i ó n en Inglaterra:
1. E l empirismo inglés:
J o h n L o c k e (1632-1704): iniciador de la Ilustración. Obra prin­
cipal: A n essay concem ing h um an understandíng (1690); no
hay ideas innatas; todas las representaciones proceden de la
experiencia externa o interna; nom inalism o; la substancia =
soporte desconocido de propiedades percibidas; no es inconce­
bible que D ios haya dado a la m ateria la capacidad de pen­
sar. Otras obras: Pensam ientos sobre la educación (ideal del
gentlem an); L a racionalidad del cristianism o; C arta sobre la
tolerancia (se excluye a los ateos y a los católicos); Ensayos
sobre el gobierno (el estado, creado p ara defender la libertad
e igualdad de todos).
Ulterior desenvolvimiento de las ideas de Locke:
En sentido materialista: H artley ( t 1757): psicología de la aso­
ciación; firme conexión de los procesos psíquicos y fisioló­
gicos. J. Priestley (1733-1804): com pleta identificación de lo
psíquico y fisiológico conservando la inm ortalidad del alma.
En sentido espiritualista e idealista: Burthogge ( t después de
1700); Collier ( f 1732).
G e o r g e B e r k e l e y (1685-1753): Treatise concerning th e prin­
cipies o f hum an knowledge (1710); a nuestras sensaciones no
corresponden objetos m ateriales de ninguna clase; éstos son
m eras representaciones producidas en nosotros p o r D ios de
m anera ordenada = idealismo acosmístico.
David H um e / [145].
1431 2. La ciencia de la naturaleza y la filosofía natural inglesas de este
período:
Robert Boyle (1627-1691): iniciador de la quím ica; teoría ato ­
m ística de los cuerpos com binada con u n a concepción teleo-
lógica del universo.
Isaac Newton (1642-1727): Philosophiae naturalis principia m a-
them atica (1687); teoría de la gravitación; se rem ata el esque­
m a m ecanicista del m undo /< [131]; ideal m etódico d e los
filósofos. El espacio absoluto es el «sensorium» ilim itado
y hom ogéneo d e Dios.
3. La filosofia inglesa de la religión: / [135],
D eísm o; critica de to da religión positiva («librepensadores») p o r
la religión natural de la razón. Toland ( t 1722): panteísta;
Collins ( t 1729); Tindal ( f 1733); Bolingbroke ( t 1751).
I44¡ 4. L a filosofía m oral inglesa: / [137],
Locke [142]: cim entación de la m oral sobre el placer y el dolor
resultantes de nuestras acciones. Cumberland ( f 1718): bueno
es lo que sirve al bien general.
S h a f t e s b u r y (1671-1713): es bu eno lo que sirve a la arm onía
de ía personalidad; fundam entación en la experiencia interna.
Obras: «Inquiry concerning virtue» (1699): consideración de
la m oral independientem ente de la religión. «Los m oralistas»:
concepción artística del m undo y de la vida; identificación de
virtud y belleza. Adeptos: Butler ( t 1752), Hutcheson ( t 1746).
Influencia en Voltaire, Rousseau, el clasicismo alem án y el
rom anticism o.
Mandeville (f 1733): principio del egoísmo. S. Clarke (1675­
1729): principio m oral objetivo; buena es la acción conform e
a su objeto. Paley ( f 1805): bueno es lo que acrecienta la fe­
licidad general.
5. Estética inglesa:
Shaftesbury (véase antes); H enry H om e ( t 1782); Edm . B urke
( t 1797).
'« ) 6. D a v i d H u m e (1711-1776): term ina la Ilustración en Inglaterra.
Doctrina: em pirism o y escepticism o; se desvanece el concepto
de substancia y de causalidad; el yo es un haz de represen­
taciones; todas las acciones están determ inadas p o r disposi­
ciones; la m oralidad descansa en la benevolencia in n ata;
bueno m oralm ente es lo verdaderam ente útil; se subraya el
sentim iento m oral; la religión procede de las necesidades de
la afectividad; su form a prim era es el politeísm o.
Obras: A treatise on hum an nature; A n E nquiry concerning
hum an understanding (1748); Enquiry concerning the princi­
pies o f m oráis; Essays m oral an d political; T he n atu ral histo-
ry o f religión; D ialogues concerning n atural religión.
Desenvolvimiento ulterior: Adam Sm ith (1723-1790): notable eco­
nom ista.
Adversarios: la filosofía escocesa: P ara evitar el escepticismo,
adm ite, en form a análoga al sentim iento m oral de H um e y
otros, u n a facultad judicativa inm ediata p ara lo verdadero,
el Common Sense o sano entendim iento h um ano. P recursor:
Cl. Buffier, S. 1.
Thomas R eid (1710-1796): A n inquiry into the hum an m ind
on the principes o f C om m on Sense. Influencia en F . H . Ja-
cobi [154].
Otros: J. Beattie ( t 1803), D. Stewart ( t 1828), Th. Brown
( t 1820), / . M ackintosh (f 1832).

•« i b) L a I l u s t r a c ió n en F r a n c ia :

Progresiva em ancipación respecto a la influencia de los productos


form ados históricam ente: religión, estado, ciencia, arte. P repara­
ción de la revolución francesa.
1. Introducción del empirismo inglés: preparada p o r Bayle [136].
Pierre de M aupertuis (1698-1759): deísm o; introducción de New-
to n en Francia.
P. M . Voltaire (Arouet) (1694-1778): representante típico y caudi­
llo de la Ilustración; trán sito del optim ism o al pesimism o, del
indeterm inism o al determ inism o, del saber racional al escepti­
cismo. Se retiene la creencia én D ios sobre la base del sentim iento
m oral. Obras: Essai su r les m oeurs (1756); D ictionnaire philoso-
phique (1764); L e philosophe ignorant (1767). Montesquieu
(1689-1755): trasplanta a F rancia las doctrinas políticas inglesas.
«E sprit des ’lois» (1748), sobre la libertad política. La Roche-
foucauld ( f 1680). L a Bruyére (Les caractéres, 1687); el egoísmo
fuente de todas las acciones. Ch. Bonnet (1720-1713). Obras: Essai
analytique des facultés de l’áme (1760); Vauvenargues(1715-1747):
Obras: Introduction a la connaissance de l’esprit hum ain (1746).
*48! 2. M aterialismo pleno:
L am ettrie (1709-1751): L ’hom m e m achine (1748); Barón de Hol-
bach (1723-1789): Systéme de la n ature (1770); obra capital del
m aterialism o y ateísm o franceses; Heivetius (1715-1771): D e
l’esprit (1758); D . Diderot (1713-1784): iniciador y director de
la «Enciclopedia» (1751-1772); E . B. de Condillac (1715-1780):
T raíté des sensations (1754): sensualismo consecuente; adm ite
u n alm a inm aterial.
149] 3, Tránsito al positivismo:
J. L. d ’Alem bert (1717-1783): co-edítor de la «Enciclopedia»;
p ara ella escribió: D iscours prélim inaire (1751); Essai su r les élé-
ments de philosophie: transform ación del m aterialism o en posi­
tivismo. Turgot ( t 1781): destacado filósofo de la econom ía.
4. Ciencia natural y filosofía de ¡a naturaleza:
Rogelio José Boscovich [152]; G. L . Lesage ( t 1803): intento de
u n a explicación de la gravitación.
I5°I 5. J u a n J a c o b o R o u ssea u (1712-1778): térm ino y superación de la
Ilustración francesa; defensa de los derechos del corazón frente
a la inteligencia. D iscours sur les sciences et les arts (apasio­
nada crítica de la cultu ra); D iscours sur 1’origine et les fonde-
m ents de Finégalité parm i les hom m es; D u co ntrat social (1762,
teoría del estado); Émile ou su r l’éducation (en esta o b ra se en­
cuentra la profesión de fe del vicario saboyano).

c ) L a I l u s t r a c ió n en A l e m a n ia :
1. Racionalismo:
15,1 1. C h ristca n W o l f f (1679-1754): ecléctico; influido principalm ente
po r Leibniz [139]; organización sistemática del racionalism o con
finalidad m oral; im portante p ara la term inología filosófica ale­
m an a; de extraordinaria influencia en su tiem po. N um erosos
escritos en latín y alem án. O bra m etafísica principal: V em ünftige
G edanken von G o tt, der W elt u nd der Seele des M eoschen, aijch
alien D ingen überhaupt (Pensam ientos racionales sobre D ios, el
m undo, el alm a del hom bre y todas las cosas en general) (1719).
2. Seguidores de W olff: Bilfinger (f 1750), Gottsched ( t 1766),
Knutzen ( t 1751), A. G, Baumgarten (1714-1762): iniciador de
la estética alem ana.
3. Adversarios de Leibniz y W olff: Ch. A . Crusius ( f 1775); L . Euler
(1707-1783): m atem ático; teoría del éter y del espacio; G. Plou-
quet ( t 1790): desarrollo del cálculo lógico; J. H. Lam bert (1728-
1777): investigador en el cam po de la ciencia n atu ral y filósofo;
ob ra principal de crítica del conocim iento: «N eues O rganon»
(Nuevo O rganon) (1764); «Anlage sur A rchitektonik» (Proyecto
de una arquitectónica); correspondencia con K ant.
4. Ulterior difusión de la Ilustración:
Reimarus ( t 1768): deísta; «W olfenbütteler Fragm ente» (F rag­
m entos escritos en W olfenbüttel); M oses Mendelssohn ( | 1786);
Wieland ( f 1813); Federico el Grande (1712-1786): «Antimacchia-
vell», «D e la superstition et de la religión», «Essai su r l’am our
propre». Ch. Garve ( t 1788); Lessing (1729-1781): Obras: E r-
ziehung des M enschengeschlechts (Educación de la hum anidad)
(1780), L aokoon (Laocoonte), H am burgísche D ram aturgie (D ra ­
m aturgia ham burguesa). / . N . Teteus (1736*1807): im portante
p ara el desarrollo de la psicología em pírica; distingue tres facul­
tades: sentim iento, entendim iento, voluntad. O bra principal:
Philosophische Versuche ü b er die menschliche N a tu r u n d ihre
E ntw icklung (Ensayos filosóficos sobre la naturaleza hum ana y
su desarrollo) (1777). J. G. S u h e r (1720-1779): Psychologie des
künstlerischen Schaffens (Psicología de la creación artística).
J. B. Basedow ( t 1790): pedagogo.
5. J . H . Pestalozzi (1746-1827): supera la Ilustración en el dom inio
de la pedagogía; reelabora con criterio propio las doctrinas de
Rousseau. Obras: M eine N achforschungen ü b e r den G ang der
N a tu r in der E ntw icklung des M enschengeschlechtes (M is inves­
tigaciones sobre el curso de la naturaleza en la evolución de la
hum anidad) (1797), W ie G ertru d ihre K ind er Iehrt (Cóm o en­
seña G ertrudis a sus hijos) (1801).

,52l d) L a es c o l á s t ic a d u r a n t e l a I l u s t r a c ió n :
B. J a n s e n , Geschichte der E rkenntnislehre, 1 9 4 0 .
1. Aristotelism o independiente! Luis de Lossada: C ursus philoso-
phicus; Compton Carlton; A n t. M a yr ( t 1749).
2. Contacto con la filosofía moderna:
Intento de conciliación de la m etafísica aristotélica con la concep­
ción m odertia de la n aturaleza (atom ism o-hilem orfism o; m étodo
m atem ático), con aban do no parcial de doctrinas escolásticas.
Benedictinos: Vlrich Weiss ( t 1763): D e em endatione intellec-
tus hum ani (1747); Berthold Vogl. — fra n ciscan o s: Carlos José
de S . Florión; Fortunato de Brescia (Fortunatus a B rixia). —
Jesuítas: Roger Boscovich (1711-1787): atom ism o dinám ico;
«Philosophiae naturalis theoria» (1759); B erthold Hauser: Fhi-
losophia rationalis et experim entalis (1755); J a k ZalUnger: In ­
te rp retad o natu rae (según el m étodo new toniano) 1773-1775;
Berthier ( t 1782); B . Stattler ( t 1797): Philosophia m ethodo
scientiis pro p ria explanata (1769), A n ti-K ant (1788). — D om i­
nicos: Salv. Roselli: Sum m a philosophica (1777). — O tro s:
Euseb. A m ort ( t 1775); S . M utschelle ( f 1800); Sig. Storchenau:
Institutiones Logicae et M etaphysicae; Philosophie der Reli­
gión (1773); Gerdil ( f 1802).

152 bis] [ L a é p o c a d e l a I lu s tr a c ió n e n E sp aS a:
Feijóo (1675-1764).
Grupo de Cervera (escolásticos jesuítas abiertos al pensam iento
nuevo): Bartolomé Pou fl41J ( t 1802); M ateo Aym erich ( t 1799);
Tomás Cerdá; Antonio Codorniu ( t 1770); Luciano Costa ( t 1811);
Jaim e Pons ( t 1816).
Impugnadores de la Enciclopedia: Fernando de Ceballos (1732*
1802): «L a falsa filosofía, crim en de E stado»; Andrés Piquer
(1711-1772); Juan Pablo F om er (1756-1797); Francisco Alvarado
(1756-1814): «C artas aristotélicas» y «Cartas críticas»; Antonio
José Rodríguez: «Philoteo».
Empirismo inspirado en Loche y Condillac: F. J. Pérez y López
( t 1792); Antonio Eximeno ( t 1808); Juan Andrés ( t 1817).
Esteban de Arteaga ( t 1793): Estética: «Investigaciones filosó­
ficas sobre la belleza ideal», 1789.]

B. K A N T Y E L ID E A L ISM O A L E M Á N (1781-1854):
'5311. EL C R IT IC IS M O O FIL O SO F ÍA TR A SCEN D EN TA L: el sujeto
trascendental fluctúa entre lo universal hum ano y lo A bsoluto.
a) M anuel K a n t (1724-1804): base y supuesto de to d a la filosofía
posterior.
1. Camino del criticismo: el ideal de la ciencia natural m atem ática;
la necesidad de u n a conciliación entre el racionalism o dogm á­
tico (W olff) y el em pirismo escéptico (H um e); influencia de los
m oralistas ingleses y de R ousseau.
2. Doctrina y juicio crítico: /C ritic is m o , obligación, im perativo
categórico, antinom ias, cosa en sí, trascendental.
3. Obras:
Período precrítico: D er einzig w ahre Beweggrund von der De-
m onstration des D aseins G ottes (El único fundam ento legí­
tim o de un a dem ostración de la existencia de D ios), 1763;
T ráum e eines Geistersehers (Sueños de un visionario), 1766;
D e m undi sensibilis atque intelligibilis form a e t principis, 1770,
Período crítico: K ritik der reinen V ernunft (Crítica de la razón
pura), 1781, 21787; Prolegom ena (Prolegóm enos a to d a m eta­
física del porvenir), 1783; G rundlegung zur M etaphysik der
Sitten (Fundam entación de la m etafísica d e las costumbres),
1785; D ie metaphysischen A nfangsgründe der N aturw issen-
schaft (Prim eros principios metafísicos de la ciencia d e la n a­
turaleza), 1788; K ritik der praktischen V ernunft (Crítica de
la razó n práctica), 1778; K ritik der U rteilskraft (Crítica del
juicio), 1790; D ie R eligión innerhalb d e rG re n z e n der blossen
V ernunft (La religión dentro dé los límites de la m era razón),
1793; D ie M etaphysik der Sitten (M etafísica de las costum ­
bres), 1797, etc.

1541 b ) P r im e r a a c o g id a y m o d if ic a c ió n d e l c r it ic is m o :

G. E. Schulze ( = Enesidem o): crítica del concepto de «afección»


(Affektion). K. L . Reinhold: intento de derivar la sensibilidad
y el entendim iento d e una única facultad de representación;
parecidam ente, J. G. Hamann. Sa h m o n M aim ón ( f 1800): critica
de la cosa en si, elim inación de la «afección»; de m anera seme­
ja n te : J. S . B eck; C. G. Bardíli (idealismo realista).
J. G. Herder (1744-1803): co ntra el apriorism o de K a n t; espi-
nosism o interpretado teísticam ente; iniciador d e la filosofía ale­
m an a de la historia: «Ideen zur Philosophie d er G eschichte der
M enschheit» (Ideas p ara un a filosofía de la historia de la h u ­
m anidad), .1791.
F. H . Jacobi (1743-1819): iniciador de Ja «filosofía de la fe » , cer­
teza inm ediata de la realidad del m undo exterior y de lo supra­
sensible; m uestra con claridad la contradicción existente en la
«afección» k antiana; según Jacobi, el pensam iento consecuente
lleva al espinosism o, que es rechazado p o r él porque se opone
a las necesidades del sentimiento.
Friedrich SchiUer (1759-1805). Obras: Ü ber A nm ut und W ürde
(Sobre la elegancia y la dignidad) (contra la rigidez de la idea
kantiana de la obligación); Briefe üb er asthetische Erziehung
(C artas sobre la educación estética); Ü ber naive u n d sentimen-
talische D ichtung (Sobre la poesía ingenua y sentim ental).

n . E V O L U C IÓ N D E LA F IL O S O F ÍA TR A SCEN D EN TA L
E N SEN T ID O P A N T E ÍS T A :
E l sujeto trascendental es considerado com o lo A bsoluto.
155J a) S is t e m a s i d e a l i s t a s : L o A bsoluto com o razón, el denom inado
/ idealismo alemán (1794-1854): / [ 1 8 1 , 227, 231, 237-239, 256,
263, 265].
1. J o h a n n G o t t l ie b F i c h t e (1762-1814): / [181] Predom inio de
lo ético; idealism o subjetivo.
Doctrina: / Idealism o.
Obras: Versuch einer K ritik aller O ffenbarung (Ensayo de una
crítica de to d a revelación) (en la dirección de K an t); G rund-
lage der gesamten W issenschaftslehre (Fundam ento de la
teoría de la ciencia), 1794 (decisiva p ara el desenvolvimiento
u lterior de su filosofía; método dialéctico, doctrina del yo, de
la actividad [Tathandlung] y de la intuición intelectual).
F ich te escribió todavía varias exposiciones de la teoría de la
ciencia. A dem ás: G rundlage des N atu rrechts (Fundam ento del
derecho n atu ral); D as System der Sittenlehre (Sistema de
m oral); D ie Bestim mung des M enschen (El destino del h om ­
bre); D er geschlossene H andelsstaat (El estado com ercial ce­
rra d o ); Ü ber den G ru n d unseres G laubens an eine góttliche
W eltregierung (Sobre el fundam ento de nuestra creencia en
u n gobierno divino del m undo); D ie A nw eisung zum seligen
Leben (Instrucción p ara la vida feliz) (elemento m ístico);
Rechtslehre (Teoría del derecho) (separación d e m oral y de­
recho); G rundzüge des gegenwártigen Zeitalters (Caracteres
de la edad contem poránea) (filosofía de la historia).

*56] 2. F riedrich W ilhelm S chelling (1775-1854):


Período de la filosofía negativa: filosofía de la identidad (desde 1794
aprox. h asta 1815): predom inio de lo estético; idealismo objetivo.
Desde las ideas de Fichte a la filosofía de la naturaleza (1794-1797):
Obras: Vom Ich ais Prinzip der Philosophie (El yo com o p rin ­
cipio de la filosofía) (influye en H egel); Philosophische Briefe
ü b er D ogm atism us u n d K ritizism us (C artas filosóficas sobre el
dogm atism o y el criticismo) (intuición intelectual).
Sistem a de la identidad (1717-1807):
Predominio de la filosofía de ¡a naturaleza (1797-1802). Obras:
Ideen zu einer .Philosophie der N a tu r (Ideas p ara un a filoso­
fía de la naturaleza); V on der W eltseele (El alm a del m undo);
E rster E ntw urf eines Systems der N aturphilosophie (Prim er
proyecto de u n sistem a de filosofía natural); System des trans-
zendentalen Idealism us (Sistema del idealismo trascendental)
(1800, obra principal); Bruno.
Predominio de la filosofía del espíritu (1802-1815): Tránsito
a la filosofía positiva.
Obras: V orlesungen über die M ethode des akadem ischen Stu-
diums (Lecciones sobre el m étodo de los estudios académicos);
Philosophie u n d Religión (Filosoffa y Religión); Philosophie
der K u n st (Filosofía del arte); Ü b er das Verh&ltnis der bil-
denden K iinste zur N a tu r (Sobre la relación de las artes plás­
ticas con la naturaleza); Ü ber das W esen der menschlichen
Freiheit (Sobre la esencia de la libertad hum ana).
Periodo de la filosofía positiva: Filosofía de la m itología y de
la revelación (1834-1854); predom inio de lo religioso; misti­
cism o teosófico.
Obras: Ü ber die Quelle der ewigen W ahrheiten (Sobre la
fuente de las verdades eternas); Philosophie der M ythologie
(Filosofía de la m itología); Philosophie der O ffenbarung (Fi­
losofía de la revelación).
D octrina: / Idealism o alem án.
|57J Influencia: ,*[181).
E n H egel, Krause, Schleiermacher en el período precedente.
Franz Baader (1765-1841). B aader influyó tam bién, a su vez,
en Schelling. Teósofo; enlaza frecuentem ente con B 6 hm e [132].
«Vorlesungen üb er spekulative D ogm atik» (Lecciones sobre
dogm ática especulativa).
Guillermo von Hum boldt (1767-1835): representante del hum a­
nism o clásico; el fin del hom bre es perfeccionar su individua­
lidad h asta hacer de ella u n a arm oniosa obra de arte ; límites
del estado en la evolución interna de los individuos y naciones;
gnoseología de la historia; iniciador de la filosofía del lenguaje
(el lenguaje, trasunto de la estructura del espíritu popular);
reform a de la instrucción (gimnasio hum anístico). Obras:
Ü b er die K aw i-Sprache (Sobre la lengua kaw i); Ideen zu
einem V ersuch, die G renzen der W irklichkeit des Staates
zu bestimm en (Ideas para un ensayo dirigido a determ inar los
límites de la realidad del estado); Ü ber die A ufgaben des
Geschichtsschreibers (Sobre las tareas del historiógrafo).
158) L os r o m á n t i c o s : /R o m a n tic is m o .
Friedrich Hdlderlin (1770-1843): poeta filósofo; am igo de H e­
gel y Schelling; «H yperion».
Friedrich Schlegeí (1772-1829): influjo reciproco respecto a
Schelling y H egel; «Fragm ente» (Fragm entos); «Vorlesungen
ü b er die Philosophie des Lebens» (Lecciones sobre la filosofía
de la vida); «Philosophische Vorlesungen von 1804-1806»
(Lecciones filosóficas de 1804-1806).
Novaiis ( = F r. von H ardenberg): po eta; gran afinidad con
Schlegeí; «H einrieh von O fterdingen» (Enrique de Ofterdin-
gen); «Fragm ente» (Fragm entos).
Otros: G. Th. Fechner: / [182]; F. A si; L . O ken; J. von Gdrres;
K. G. Carus (psicólogo); Justinus Kerner (ocultism o); H enrik
Steffens; K. Ch. P lank; C. Frantz.
ís»! 3. G e o r g F r i e d r i c h W il h e l m H e g e l (1770-1831): Culminación
del idealism o alem án; p a ra la doctrina: / Idealismo alemán.
Obras: Phánom enologie des Geistes (Fenom enología del espí­
ritu), 1806; W issenschaft der Logik (Ciencia de la lógica);
Enzyklopádie der philosophischen W issenschaften (Enciclope­
d ia de las ciencias filosóficas), 1817-alS 3 0; G rundlinien der
Philosophie des Rechts (Líneas fundam entales de la filosofía
del derecho). Obras postumas: Vorlesungen ü ber die Philo­
sophie der W eltgeschichte, über die G eschichte der Philosophie,
üb er die Philosophie der Religión (Lecciones sobre historia
universal, histo ria de la filosofía y filosofía de la religión).
i«0] 4. E scu ela h e g e u a n a : ,*[181, 227, 231, 237-239, 252].
H asta mediados del siglo:
«A la derecha»: interpretación de Hegel en sentido teísta y o rto ­
doxo: Gabler, Hinrichs, Gdschel, Bruno Bauer (en su prim era
época).
«Ala izquierda» o «jóvenes hegelianos»: interpretación de Hegel
en sentido panteísta: Richter, Ruge, Bruno Bauer (en sus ú lti­
m os años), M ichelet.
Posición interm edia: Vatke, J. K. F. Rosenkranz (1805-1879):
«Hegels Leben» (V ida de Hegel).
E l ala izquierda radical desemboca en el m aterialism o / [171].
D. F. Slrauss (1808-1874): «Lebgn |Jesu» (Vida de Jesús),
«D er alte und der neue G laube» (L a fe antigua y la fe m o­
derna); L . Feuerbach (1804-1872): «D as W esen des Christen-
tum s» (La esencia del cristianism o), «Theogonie» (Teogonia)
(el origen de la religión es el egoísm o); Karl M a rx (1818-
1883): ' / M arxismo. Obras: « D as'K ap ital» (El capital) (desde
1867); «K om m unistisches M anifest» (M anifiesto com unis­
ta), 1848, redactado en colaboración con Friedrich Engels
(1820-1895). M a x Stirner ( f 1856): «D er Einzige u n d sein
Eigentum » (El único y su propiedad) (egoísmo absoluto).
16|1 Influjo posterior basta fines del siglo:
E n la filosofía de la religión: Ferd. Christ. Bauer (1792-1860):
fundador de la Escuela (crítico-teológica) de Tubinga; L . Noack.
E n la filosofía del derecho: Ferd. Lasalle (1825-1864).
E n la historia de la filosofía: J. E. Erdmann (1805-1892), Kuno
Fischer (1824-1907), Lasalie, Schwegler, K. Prantl (historia de
la lógica).
E n la estética: Hotho, Kostlin, Schasler ( f 1903), F. Th. Vischer
(1807-1887): tratam iento psicológico de la estética; Zeising
( t 1876): «D er goldene Schnitt» (La sección áurea).

162T 5. A d v e r s a r io s de H egel:
E l idealismo tardío o teism o especulativo:
I m m a n u e l H e r m a n n F ic h t e (1796-1879): hijo de J. G . Fichte
[155]: reto rn o al teísm o; p u nto de p artid a en la experiencia.
Obras: G rundzüge zum System d er Philosophie (Elementos
de un sistem a de filosofía), 1833-1846; System der E thik; An-
thropologie; Psychologie; D ie theistische W eltanschauung (La
concepción teísta del universo), 1873; D er neuere Spiritua-
lismus (El nuevo esplritualism o) ( = espiritism o).'
H . Ulrici (1806-1884): « G o tt u n d die N atur» (Dios y la natu ­
raleza); « G o tt u n d der Mensch» (D ios y el hom bre).
M . P erty ( f 1884): escritos sobre ocultism o; sobre la vida psí­
quica de los animales.
C h r is t ia n H e r m a n n W eisse (1801-1866): m ás estrecha adhesión
a Hegel, pero con orientación teísta y cristiana y utilizando
la experiencia. Obras: System der A esthetik; G rundzüge der
M etaphysik (Elem entos de m etafísica); Philosophische Dog-
m atik (D ogm ática filosófica).
R ud o if Seydel ( t 1892): Religionsphilosophie (Filosofía de la
religión); Thrandorff ( f 1863); M . Carriére ( t 1895): «Die
K unst» (El arte) (de carácter histérico-filosófico); Fr. Jul.
Stahl (1801-1861): «D ie Philosophie des R echts (La filosofía
del derecho); W. Rosenkranz (1821-1874): «Die W issenschaft
des Wissens» (La ciencia de la ciencia) (enlace con A ristóteles
y la escolástica); «Prinzipien der Theologie» (Principios de
teología); «Philosophie der Liebe» (Filosofía del amor).
Repercusión del teísm o especulativo en Lotze [182].
163} El semirracionalismo: intento católico de conciliación con el
idealismo alem án en el siglo xix. Subordinación de los mis­
terios cristianos a la filosofía. G. Hermes (1775-1831): Obras:
U ntersuchung ü ber die innere W ahrheit des Christentum s
(Investigación sobre la verdad interna del cristianismo).
Franz Baader: / [157]. Antón Günther (1783-1863): aunque
adversario de Hegel, tom ó m ucho de él. Obras: V orschule
zu r spekulativen Theologie des positiven Christentum s (Pro­
pedéutica a la teología especulativa del cristianism o positivo).
Jakob Frohschammer (1821-1893): Obras: D ie Phantasie ais
G rundprinzip des Weltprozesses (La fantasía com o principio
fundam ental de la evolución del m undo); M onaden und
W eltphantasie (M ónadas y fantasía del m undo). M artin Deu-
tinger (1815-1864): Obras: G rundlinien einer positiven Philo­
sophie (Elem entos de un a filosofía positiva). L as doctrinas
de H erines, G ü n th er y F rohscham m er fueron condenadas por
la Iglesia.
Trendelenburg (1802-1872): re to m o a A ristóteles; concepción
orgánica del universo. Obras: Logische U ntersuchungen (In­
vestigaciones lógicas); N atu rrech t (D erecho n atu ral); Escritos
sobre historia de la filosofía. Influencia en B rentano, O. Will-
m ann, G . Teichm üller, R . Eucken.

1641 6. K a r l C h r is t ia n F r ie d r ic h K r a u s e (1781-1832); panenteism o;


el fin de la hum anidad es u n a alianza universal de los hom ­
bres. G ran influencia en España. Obras: V orlesungen über die
G rundw ahrheiten der W issenschaft (Lecciones sobre las ver­
dades fundam entales de la ciencia); V orlesungen ü b er das System
der Philosophie (Lecciones sobre el sistem a de la filosofía),
1828; D as System der Rechtsphilosophie (Sistema de filosofía del
derecho), etc. Adeptos: Ahrens ( f 1874): desarrollo de la filo­
sofía del derecho; Sanz del Río (f 1869) / [262-263], y otros.

b) S is t e m a v o l u n t a r is t a : lo A bsoluto com o voluntad, tendencia.


íes] A r t h u r S c h o p e n h a u e r (1 7 8 8 -1 8 6 0 ): in te r p r e ta c ió n a n tr o p o ló ­
g ica d e la t e o r í a k a n ti a n a d e l c o n o c im ie n to .
Doctrina: las cosas consideradas com o fenómenos son m eras
representaciones; la cosa en sí es voluntad (tendencia); la vo­
lun tad única se objetiva en las cosas em píricas m ediante las
ideas (concebidas al m odo de P latón); el arte es m anifesta­
ción pu ra de las ideas, m ientras las cosas de la n aturaleza las
realizan sólo de m anera oscura; en los grados suprem os de
realización de la voluntad aparece la conciencia; el m undo
es el p eo r de los m undos posibles; la voluntad com o deseo
es carencia y do lo r; el arte eleva sobre ellos sólo provisional­
m ente; la com pleta liberación tiene lugar únicam ente p o r la
ascesis, es decir, p o r la m uerte total de la volu n tad de vivir
(afinidad con el budism o); el fundam ento de la ética es la com ­
pasión.
Obras: Ü b er die vierfache W urzel des Satzes vom zureichenden
G runde (L a cuádruple raíz del principio de razó n suficiente);
D ie W elt ais W ille u n d V orstellung (El m undo com o voluntad
y representación), 1819; P arerga u n d Paralipom ena.
i«6) Influye en J. Frauenst&dt ( f 1879); E. v. Hartmann [183]; Richard
Wagner (1813-1883); N ietzsche de la prim era época [195] (en
W agner y N ietzsche el cristianism o aparece con la deform a­
ción budista de S chopenhauer); Heinr. von Stein ( f 1887):
«D ie E ntstehung der neueren A esthetik» (El origen de la nueva
estética); «V orlesungen über A esthetik» (Lecciones sobre esté­
tica); Ju l Bahnsen ( f 1881); Paul Deussen (1845-1919): «Ele­
m ente der M etaphysik» (Elem entos de m etafísica); escritos
sobre filosofía in d ia; Leop. Schrdder ( f 1920): indólogo;
F. Tdnnies (nacido en 1855): «G em einschaft u n d Gesellschaft»
(C om unidad y sociedad).
1«7] m . EVOLUCION DE LA FILOSOFÍA TRASCENDENTAL EN
SENTIDO ANTROPOLÓGICO:
Interpretación psicológica del sujeto trascendental.
/ f Psicologismo.
a) J a k o b F r i e d r i c h F r íe s (1773-1843): la psicología em pírica, dis­
ciplina fundam ental de la filosofía; estrecha adhesión a K an t;
ju n to al saber y a la fe se coloca, en el sentimierito religioso-esté­
tico, el «presentim iento»; concepción puram ente causal de la
historia. Obras: N eue K ritik der V em unft (N ueva crítica de
la razón), 1807. Adeptos: E. F. A pelt ( f 1859): «Epochen der
G eschichte d er M enschheit» (Épocas d e la historia de la h u ­
m anidad); «M etaphysik». Escuela neofriesiana: / [177].
b) F r i e d r i c h E d u a r d B e n e k e (1798-1854): las disciplinas filosóficas
son psicología em pírica aplicada (de hecho, el m étodo de Beneke
es m ás constructivo); carácter individual de la m oralidad sobre
la base del sentim iento m o ral; determ inism o. Obras: N eue
G rundlegung zu r M etaphysik (N ueva fundam entación de la m e­
tafísica), 1822; L ehrbuch der Psychologie ais Naturw issenschaft
(T ratado de psicología considerada com o ciencia natural), 1833;
G rundlinien des natürlichen Systems der praktischen Philosophie
(Lines fundam entales de u n sistem a n atural de filosofía práctica).
c) S c h o p e n h a u e r [165] en su doctrina del conocim iento.

168) iv . EVOLUCIÓN DEL CRITICISMO EN SENTIDO REALISTA:


a) F r i e d r i c h E r n s t D a n ie l S c h l e i e r m a c h e r (1768-1834): Idea­
lismo realista.
Doctrina: las form as de la sensibilidad y del entendim iento son
tam bién form as de la realidad; la esencia de la religiosidad
reside en el sentim iento considerado com o conciencia inm ediata
de la dependencia de la divinidad, es decir, de la u nidad infi­
nita del conjunto del m undo; religión y ciencia independien­
tes entre sí; la dogm ática es m era reflexión sobre el senti­
m iento religioso; ética d e la individualidad y d e la arm onía
de sensibilidad y espíritu.
Obras: Ü ber die R eligión (Sobre la religión), 1799; M onologen
(M onólogos); V ertraute Briefe (C artas íntim as); G rundlinien
einer K ritik der bisherigen Sittenlehre (Bases p ara un a crítica
de la m oral vigente hasta el m om ento); D er christliche G laube
(La fe cristiana). Influencia en la teología protestante.
Seguidores: Ch. A . Brandis, H . R itter: am bos historiadores de
la filosofía.
169) b) J o h a n n F r i e d r i c h H e r b a r t (I77 6-I84 I): enlaza tam bién con
P latón y L eibniz; im portante p ara la psicología y la pedagogía.
Doctrina: la filosofía es elaboración de conceptos: la lógica tiene
com o fin aclararlos; la metafísica, contrastarlos; la estética
y la ética, com pletarlos m ediante determ inativos de v alo r;
tratam iento filosófico de la pedagogía; teísm o; sim plicidad
e inespacialidad del alm a; las cosas constan de seres reales
sim ples con sendas cualidades.
Obras: Allgemeine Pádagogik (Pedagogía general); Allgemeine
praktische Philosophie (Filosofía práctica general); L ehrbuch
der Psychologie (T ratado de psicología); Allgemeine M eta­
physik (M etafísica general).
Escuela: Steinthal ( t 1899): A briss der Sprachwissenschaft (Es­
quem a de lingüística); H . Bonitz ( f 1888); M . W. Drobisch
( t 1896); W. F. Volkmann ( t 1877): L ehrbuch der Psycho­
logie (con docum entación histórica). H erbartianos m oderados:
L . Strüm pell ( f 1899): «D ie Einleitung in die Philosophie vom
S tandpunkt der G eschichte der Philosophie» (Introducción a la
filosofía desde el p un to de vista de la historia de la filosofía);
«P3dagogische Pathologie» (Patología pedagógica); Th. Waitz
(f 1884): «G ruñdlegung der Psychologie» (Fundam entación
de la psicología), «A nthropologie der N aturvólker» (A n tro p o ­
logía de los pueblos n aturales), etc.

i™l V. O P O S IC IÓ N A K A N T: vuelta a Leibniz.


B e r n a r d B o l z a n o (1781-1848): m a te m á tic o y ló g ic o .
Doctrina: renovación de la m onadología; teísm o; separación de
lógica y psicología; doctrina de las «verdades, representaciones
y proposiciones en sí.»
Obras: A thanasia; W issenschaftslehre (Teoría de la ciencia),
1837; Paradoxien des U nendlichen (Paradojas del infinito).
Influencia en B rentano [190] y H usserl [191].

C. F ILO SO FIA P O STE R IO R A L ID E A L IS M O (1850 hasta la actua­


lidad):
Poderoso influjo de las ciencias naturales.

171] I . O P O S IC IÓ N A LA F IL O S O F ÍA TR A SCEN D EN TA L:
a) O p o s i c i ó n m e t a f í s i c a :
E l materialismo: enlace con el ala radical de la escuela hegeliana
/ [160].
1. E l materialismo como explicación del universo:
Concepción atom ístico-m ecánica del universo.
D octrinas influyentes procedentes de la ciencia natural: principio
de la cdnservación de la energía: R . M ayer, Joule, Helmholtz;
concepción mecánica de la vida en m uchos investigadores:
D u Bois-Reymond, Virchow y otros; teoría m ecánica de la
evolución de D arw in : Charles Darwin (1809-1882) «O n the
origin o f species» (O rigen de las especies), 1859; «The D escent
o f M an» (El origen del hom bre). /E v o lu c io n ism o .
Representantes del materialismo: C. Vogt ( t 1895); J. M oleschott
( t 1983); L. B&chner (1824-1899): «K raft u nd Stoff» (Fuerza
y m ateria), 1855 (libro fundam ental del m aterialism o), y otros.
Adversarios del materialismo (refutaciones): Frohschammer, M iche*
lis, Stóckl, Fabri; Snell, Schleiden, Hertling, Lasswitz, Lange, etc.
2. E l materialismo como doctrina social: socialismo y marxism o
[160, 213, 220, 232, 266J.
3. E l materialismo como «religión»; ^ m o n ism o .
E. Ldwenthal (1836-1917); Ernst H aeckel (1834-1919): «D er
M onism us» (El m onism o); «W eltrátsel» (Enigm as del m undo).
A dem ás, abandonando en p arte el m aterialism o m ecanicista:
H . Schm idt, A . Drews y otros. Refutaciones: Klim ke, Reinke,
Bavink, Dennert, etc

172i b) O p o s ic ió n a n t im e t a f ís ic a :

El / positivismo ju n to con el trabajo en el cam po gnoseológico.


Influencia de H um e [145], Berkeley [142]; escaso contacto con
el positivism o francés ¿*[213].
1. Positivismo puro: Ernst Laas (1837-1885): «Idealismus u n d Posi-
tivismus» (Idealism o y positivism o); Theob. Ziegler (1846-1918):
«G eschichte der Ethik» (H istoria de la ética); «Geschichte der
Padagogik (H istoria de la pedagogía); «D ie geistigen u n d sozialen
Stróm ungen des 19. Jhts» (C orrientes espirituales y sociales del
siglo xix); Fr. Jodl (1848-1914): «K ritik des Idealismus» (Crítica
del idealismo), «Geschichte der E thik» (H istoria de la ética);
«LehrbucH der Psychologie» (T ratado de psicología). Eugen
Dühring (1833-1921). Obres: N aüirliche D ialektik (Dialéctica
n atural): K ritische G eschichte der Philosophie (H istoria crítica
de la filosofía); K ursus der Philosophie (Curso de filosofía); Lo-
gik und W issenschaftstheorie (Lógica y teoría de la ciencia).
173] 2. E l empiriocriticismo: Richard Avenarius (1843-1896): retorno
al realism o ingenuo qu e está m ás allá de la oposición entre
m undo interno y externo; la realidad se resuelve en contenidos
de sensación. Obras: K ritik der reinen E rfahrung (C rítica de
la experiencia p u ra); D er menschliche W eltbegriff (El concep­
to hum ano del m undo). Ernst M ach (1838-1916): em pirism o
p u ro ; tam bién la física tiene que tra ta r sólo co n sensaciones;
principio de econom ía del pensam iento: las leyes naturales son
m eras abreviaciones de u n a pluralidad de experiencias. Obras:
D ie Analyse d er Empfindungen (Análisis de las sensaciones);
Erkenntnis u n d Irrtu m (Conocim iento y error). Wilhelm Ostwald
(1853-1932): creador de la quím ica física; concepción energética
del universo; to d o lo real consta de energía. Obras: Vorlesungen
ü ber N aturphilosophie (Lecciones de filosofía natural), 1902;
M oderne N aturphilosophie (Filosofía n atu ral m oderna). Theodor
Ziehen (nacido en 1862): u n a parte de nuestros contenidos
sensoriales pasa a la im agen física del m undo = sensaciones
reducidas; rebasan la conciencia individual; asociacionismo.
(F undación de la psicología).
•74] 3. Filosofía de la inmanencia: to d a la realidad existe com o con­
tenido de conciencia del yo. Whihelm Schuppe (1836-1913):
G rundriss der E rkenntnistheorie u n d L ogik (Elem entos de gno-
seología y lógica).
4. L a filosofía del «como si» (als-ob): el conocim iento se com pone
de ficciones cuyo fin es la autoconservación biológica / P r a g ­
m atism o. H ans Vaihinger (1852-1933): «D ie Philosophie des
Als-Ob» (La filosofía del com o si).
175] 5. E l neopositm sm o: el denom inado «Círculo de Vierta» (W iener
K reis). / Positivismo. M . Schlick (nacido en 1882); Reichenbach;
Ph. Frank; R . Carnap (nacido en 1881): «D er logische A ufbau der
W elt» (L a construcción lógica del universo), 1928; «Scheinproble-
m e der Philosophie» (pseudo-problem as de la filosofía). Posterior­
m ente, Reichenbach y C arnap han abandonado el p u n to de vista
rigurosam ente positivista. / [189 bis, 244, 258].
176] II. REN O V A C IÓ N D E LA FIL O SO F ÍA TRA SCEN D EN TA L:
a ) N e o k a n t is m o (e n s e n tid o l a t o ) : p r e d o m in io d e l a g n o s e o lo g ía ;
c o n s e rv a c ió n d e la c o n c e p c ió n m e c a n ic is ta d e la n a tu r a le z a .
1. Dirección fisiológica: la fisiología de los sentidos com o confir­
m ación del criticism o. H . H elm holtz (1821-1894): físico y fisió­
logo. Fr. A . Lange (1828-1875): «Geschichte des M aterialismus»
(H istoria del m aterialism o),
2. Dirección realístico-metafísica: O Liebmann (1840-1912); J. Volkelí
(1848-1930): «Aesthetik» (Estética), «Gewissheit u n d W ahrheit»
(Certeza y verdad).
3. Dirección realístico-positivista: A . R iehl (1844-1924): «D er philo-
sophische K ritizism us» (El criticism o filosófico). Su discípulo
R . Hdnigswald (1875-1947) acentúa m ás el idealismo.
4. Reform a de! kantismo en sentido relativista: Georg Sim m el (1858-
1918): teoría pragm atista de la verdad; a p riori histórico; cien­
cia m oral descriptiva. Obras: Einleitung in die M oralwissenschaft
(Introducción a la ciencia m oral); D ie Problem e der Geschichts-
philosophie (Problem as de la filosofía de la historia); Philosophie
des G eldes (Filosofía del dinero); Lebensanschauung (C oncep­
ción de la vida).
177] 5. Reforma del kantismo en sentido psicologista: H . Cornelius (na­
cido en 1863): «Transzendentale Siystematik» (Sistemática tras­
cendental); E. von Aster.
L a escuela neofriesiana: / [167],
L . Nelson ( t 1927). Obras: D ie U nm óglichkeit der Erkenntnis­
theorie (Im posibilidad de la gnoseología); Ü ber die G rundlagen
der E th ik (Los fundam entos de la ética); System der philoso-
phischen Rechtslehre (Teoría filosófica sistem ática del derecho).
R u d o lf O tto (1869-1937): « D as H eilige» (L o san to ), 1917.
Adversarios: E. M ar cus; A . Kastil. Próximos a Fríes: Th. El-
senhans ( t 1918): «Fries u n d K ant» (Fries y K ant), «Lehrbuch
der Psychologie» (T ratado de psicología).
l7S'¡ 6. E l neokantismo en sentido estricta: / N eokantism o.
Escuela de M arburgo: dirección logicista-m etodológica: Hermann
Cohén (1842-1918): «System der Philosophie» (Sistema de filoso­
fía), 1902-1912. Paul Natorp (1854-1924). Obras: D ie logischen
G rundlagcn der exakten W issenschaften (Los fundam entos lógi­
cos de las ciencias exactas); Sozialpádagogik (Pedagogía social);
Allgemeine Psychologie (Psicología social), 1912; Philosophie, ihr
Problem und ihre Problem e (Filosofía: su problem a y sus proble­
mas). Ernst Cassirer (1874-1945). Obras: D as Erkenntnisproblem
in der Philosophie u n d W issenschaft der neueren Zeit (El problem a
del conocim iento en la filosofía y la ciencia de la época m oderna);
Substanzbegriff un d Funktionsbegriff (Concepto de substancia
y concepto de función). A. Liebert (1878-1946); R . Stam m ler
(1856-1938): Obras: R echtsphilosophie (Filosofía del derecho);
D ie L ehre vom richtigen R echt (La teoría del derecho justo).
179] Escuela alemana sudoccidental (escuela de Badén): orientada en
la dirección de la teoría de los valores; /V a lo r e s (Filosofía
de los).
Wilhelm Windelband (1848-1915): Obras: Práludien (Preludios);
D ie Prinzipien der Logik (Los principios de la lógica); L ehrbuch
der G eschichte der Philosophie (H istoria de los problem as); Ein-
leitung in die Philosophie (Introducción a la filosofía). E m il L a sk
(1875-1915); Bruno Bauch (1877-1942): Obras: Im m anuel K an t;
W ahrheit, W ert und W irklichkeit (Verdad, valor y realidad),
1923; D ie Idee (La idea); G rundzüge dér E thik (Elementos de
ética); Heinrich R ickert (1863-1936): Obras: D er G egenstand der
Erkenntnis (El objeto del conocim iento); D ie G renzen der natur-
wissenschaftlichen Begriffsbildung (Los límites de la form ación
del concepto en la ciencia natural); K ulturw issenschaft und N a-
turw issenschaft (Ciencia cultural y ciencia natural) (separación
m etodológica); Vom System der W erte (Sistema de los valores);
D ie Pljilosophie des Lebens (La filosofía de la vida); System
der Philosophie (Sistema de filosofía); M a x Weber (1864-1921):
Obras: D ie protestantische Ethik und der G eist des K apitalism us
(La ética protestante y el espíritu del capitalism o); Ü ber einige
K ategorien der verstehenden Soziologie (Sobre algunas catego­
rías de la sociología com prensiva); D ie W irtschaftsethik der
W eltreligionen (La ética económica de las religiones m undiales);
W irtschaft u nd Gesellschaft (Econom ía y sociedad, 1921; Joñas
Cohn (1869-1947): Allgemeine Aesthetik (Estética general); D er
Sinn der gegenwártigen K ultur (El sentido de la cultura actual);
G eist der Erziehung (Espíritu de la educación). Hugo Münsterberg
(1863-1916): Obras: G rundzüge der Psychologie (Elementos de
psicología); Psychologie und W irtschaftsleben (Psicología y vida
económ ica); G rundzüge der Psychotechnik (Elementos de psico-
tecnia).
1801 7. Otros seguidores de Kant: Conde H . von Keyserling (nac. 1880);
H . S t. Chamberlain /[ 1 9 7 ] .
8. Interpretación de Kant: Kuno Fischer, E. Adickes, B. Bauch, E. Cas-
sirer, H . Cohén, H. Vaihinger, B. Erdmann, A. Riehl, J. Volkelt,
E. Herrigel, M . Wundt, M . Heidegger, etc.

ist) b) N e o i d e a l is m o :

R u d o lf Eucken (1846-1926): Obras: D ie Einheit des Geisteslebens


(La unidad de la vida del espíritu); D ie Lebensanschauungen
der grossen D snker (La concepción de la vida en los grandes
pensadores); D er K am p f um einen geistigen Lebensinhalt (La
lucha en torn o a un contenido espiritual de la vida); Mensch
und W elt (H om bre y m undo).
Siguen a Hegel: / [160], A d o lf Lasson: Georg Lasson (edición de
Hegel con introducciones); O. Pfleiderer (Filosofía de la reli­
gión); Richard Kroner: «Von K an t bis Hegel» (D e K an t a
Hegel); K. Larenz y G. H olstein (Filosofía del estado); Th. L itt
/ [189],
Interpretación de Hegel: los dos Lasson, Th. Haering, H . Glockner
(Vocabulario hegel ¡ano), J. H offm eister, K. Schilting, T. Stein-
büchel, N . Hartmann.
Siguen a Fichte: / [155] J. M . Verweyen, Fr. Medicus, H . Schwarz
/> [197].
Siguen a Schelling: / [136]: O. Braun, K. Joel.

182] c ) SÍNTESIS DE CIENCIA NATURAL Y FILOSOFÍA TRASCENDENTAL:


1. G u s t a v T h e o d o r F e c h n e r (1801-1887): sistema de filosofía
n atu ra l; vivificación del universo por u n alm a; fundación de
la psicofísica; estética psicológica. Obras: Zend-A vesta; Ele­
m ente der Psychophysik (Elem entos de psicofísica); Vorschule
der A esthetik (Propedéutica estética), etc. Adeptos: P. J. M o-
bius ( t 1907).
2. H e r m a n n L o t z e (1817-1881): discípulo de Weisse / [162]; sín­
tesis universal, que incluye el m undo espiritual-histórico; teísm o;
se adhiere a la m onadología de Leibniz; el m undo m aterial, m a­
nifestación de las m ónadas psíquicas. D istinción entre el ente
y lo válido (verdad y valor).
Obras: M edizinische Psychologie (Psicología m édica); M ikrokos-
m o s; G eschichte der A esthetik (H istoria de la estética); System
der Philosophie (Sistema de filosofía) etc.
Teístas afines a Lotze: G. Pertig ( f 1911): «D as W eltgesetz des
kleinsten K raftaufw andes» (La ley universal del m ínim o esfuerzo);
J. Baumanh ( f 1916); L. Busse (1862-1907): «Philosophie und
Erkenntnistheorie» (Filosofía y G noseología); «G eist und K orper,
Seele u n d Leib» (Espíritu y cuerpo, alm a y cuerpo). M a x Went-
scher (nac. 1862): «E thik»; Gustav Teichmüller (1832-1888):
«D ie w irldiche u n d die scheinbare Welt» (E! m undo real y el
m undo aparente); Jul. Bergmann (1840-1904): «Vorlesungen
ü ber M etaphysik» (Lecciones de metafísica), «System des objek-
tiven Idealism us» (Sistema del idealismo objetivo); G. Glogau
(f 1895); H. Slebeck ( t 1920): «Geschichte der Psychologie»
(H istoria de la psicología), «Lehrbuch der Religionsphilosophie»
(T ratado de filosofía de la religión).
,g3i v o n H a r t m a n n (18 4 2 -1 9 0 6 ): la realidad prim itiva es
3. E d u a r d
lo Inconsciente (vid. Schopenhauer); éste posee un a voluntad
a la que se atribuye la existencia del m undo, que es el m ejor de
los posibles, pero indigno de existir, y u na inteligencia que condi­
ciona la estructura teleológica del universo. La finalidad del m undo
es la supresión de su existencia = salvación ele D ios; m edio para
ello es el proceso cultural. Obras: Philosophie des Unbewussten
(Filosofía de lo inconsciente); Phanom enologie des sittlichen
Bewusstseins (Fenom enología de la conciencia m oral); Religions­
philosophie (Filosofía de la religión); A sthetik (Estética); D as
G rundproblem der E rkenntnistheorie (El problem a fundam ental
de la gnoseología); K ategorienlehre (Teoría de las categorías);
G eschichte der M etaphysik (H istoria de la m etafísica); System
de Philosophie (Sistema de filosofía).

I II. N U EV O S RU M B O S D E L P EN SA M IE N T O F IL O S Ó F IC O :
I. M. B o c h e n s k i : EuropSische Philosophie der Gegenwart, Bern 11951
(trad . esp .: L a filo sofía actual, 1949).

184] a) D e s d e e l c a m p o d e l a s c ie n c ia s p a r t i c u l a r e s :

1. L a metafísica inductiva:
L a filosofía es considerada com o un a concepción del universo
que sintetiza los resultados de las ciencias particulares.
W W u n d t (1832-1920): idealismo espiritualista; com ple­
il h e l m
to paralelism o de lo psíquico y de lo físico (como fenóm eno);
concepción actualista de lo aním ico; cultivo de la psicología
experim ental (el prim er instituto en Leipzig); renovación de
la psicología de los pueblos (psicología del lenguaje, de la reli­
gión, del arte y de las costumbres).
Obras: G rundzüge der physiologischen Psychologie (Elemen­
tos de psicología fisiológica), *1908; L ogik; E thik; System der
Philosophie (Sistema de filosofía); Vólkerpsychologie (Psicolo­
gía de los pueblos); Einleitung in die Philosophie (Introducción
a la filosofía).
Influidos filosóficamente por Wundt: R . Richter ( t 1912): «D er
Skeptizism us in der Philosophie» (El escepticismo en filosofía).
G. F. Lipps, R. Eisler, Fr. Paulsen (1846-1908): Obras: System
der E thik (Sistema de ética); Im m anuel K a n t; Einleitung in
die Philosophie (Introducción a la filosofía). E. Adickes.
I85l 2. Enlace con la psicología:
Desarrollo de la psicología: / Psicología.
Influencia en la lógica: concepto de la lógica com o teoría de las
norm as y de los m étodos del pensam iento: /< Psicologismo.
Ch. Sigwart (1830-1904): «Logik». B. E rd m a m (1851-1921):
trabajos históricos, «Logik». Heinr. M aier (nac. 1867): Obras:
Psychologie des em otionalen D enkens (Psicología del pensar
em ocional); D ie Syllogistik des A ristóteles (La silogística de
Aristóteles), 1896-1900; Philosophie der W irklichkeit (Filoso­
fía de la realidad), 1926-1935; trabajos históricos.
Influencia en Ja metafísica: William Stern (nac. 1871): cultivador
de la psicología del n iñ o ; personalism o histórico. C. Groos
(nac. 1861): «U ntersuchungen über den A u fb au der Systeme»
(Investigaciones sobre la estructura de los sistemas). Paul H&-
berlin: / [198], Th. Lipps (1851-1914): la filosofía es psicología;
acepta u n a conciencia trascendental a la que pertenecen las
conciencias individuales. Obras: G rundtatsachen des Seelenle-
bens (H echos fundam entales de la vida aním ica); D ie ethischen
G rundfragen (Cuestiones éticas fundam entales); Psychologische
U ntersuchungen (Investigaciones psicológicas); Á sthetik (Estéti­
ca). Félix Krueger (1874-1948): Obras: Ist Philosophie ohne
Psychologie m óglich? (¿E s posible la filosofía sin psicología?);
D as W esen der G efühle (La esencia de los sentim ientos); D er
S trukturbegriff in der Psychologie (El concepto de estructura
en psicología); Z u r Psychologie der G em einschaft (Para u n a
psicología de la com unidad). L . Klages (1872-1956): Obras:
Prinzipien der Charakterologie (Principios de caracterología);
D e r G eist ais W idersacher der Seele (El espíritu com o enemigo-
del alm a), 1929-1933; G raphologie (G rafología); G rundlegung
der W issenschaft vom A usdruck (Fundam entación de la ciencia
de la expresión), ‘ 1936. C. G. Jung (1875): Obras: Psycho­
logische Typen (Tipos psicológicos); W irklichkeit der Seele
(R ealidad del alm a);, Psychologie u n d Religión (Psicología
y religión). Erich Jaensch (1883-1940): fundam entación de un a
antropología filosófica partiendo de la psicología estructural;
descubrim iento de los fenóm enos eidéticos. Obras: D ie E idetik
(La eidética); G rundform en menschlichen Seins (Form as fun­
dam entales de la existencia hum ana), 1929; W irklichkeit u n d
W ert (R ealidad y valor); Ü ber den A u fb au der W ahm eh-
m ungswelt (Sobre la construcción del m undo d e'la percepción);
D er Gegentypus.
Parapsicología: / Ocultismo. C. du Prel (1839-1899): Obras:
E ntdeckung der Seele (D escubrim iento del alm a); M agie ais
N aturw issenschaft (M agia com o ciencia natural). H . Driesch
/ [187]; v. Schrenk-Notzing; T. K. Oesterreich.
Teosofía y Antroposofla: / Teosofía. H . P. Blavatsky (1831-1891):
fundadora de la teosofía; A m ié Besant (nac. 1847); C. W .Lead-
beater; R . Steiner (1861-1925): fundador de la antroposofla.
3. Enlace con las ciencias naturales:
H ans Driesch (1867-1941): iniciador del / vitalism o actual. D is­
tingue u n a teoría del orden (presenta la estructura general
de lo real sobre la base d e u n solipsismo m etódico) y un a teoría
tiven Jdealismus» (Sistema del idealismo objetivo); G. Glogau
( t 1895); H . Siebeck ( t 1920): «Geschichte der Psychologie»
(H istoria de la psicología), «Lehrbuch der Religionsphilosophie»
(T ratado de filosofía de la religión).
,831 3. E d u a r dv o n H a r t m a n n (1 8 4 2 -1 9 0 6 ): la realidad prim itiva es
lo Inconsciente (vid. Schopenhauer); éste posee un a voluntad
a la que se atribuye la existencia del m undo, que es el m ejor de
los posibles, pero indigno de existir, y un a inteligencia que condi­
ciona la estructura teleológica del universo. La finalidad del m undo
es la supresión de su existencia = salvación <íe D ios; medio para
ello es el proceso cultural. Obras: Philosophie des Unbewussten
(Filosofía de lo inconsciente); Phanom enologie des sittlichen
Bewusstseins (Fenom enología de la conciencia m oral); Religions­
philosophie (Filosofía de la religión); Asthetik (Estética); Das
G rundproblem der E rkenntnistheorie (El problem a fundam ental
de la gnoseología); K ategorienlehre (Teoría de las categorías);
Geschichte der M etaphysik (H istoria de la m etafísica); System
de Philosophie (Sistema de filosofía).

í t l . N U EV O S R U M B O S D E L PE N S A M IE N T O F IL O S Ó F IC O :
I. M . B o c h e n s k i : Europáische Philosophie der Gegenwart, B e r n *1951
(trad . esp .: L a filosofía actual, 1949).

184] a ) D esd e e l c a m p o d e l a s c ie n c ia s p a r t ic u l a r e s :

1. L a metafísica inductiva:
L a filosofía es considerada com o una concepción del universo
que sintetiza los resultados de las ciencias particulares.
W il h e l m W u n d t (1832-1920): idealismo espiritualista; com ple­
to paralelism o de lo psíquico y de lo físico (como fenóm eno);
concepción actualista de lo aním ico; cultivo de la psicología
experim ental (el prim er instituto en Leipzig); renovación de
la psicología de los pueblos (psicología del lenguaje, de la reli­
gión, del arte y de las costumbres).
Obras: G rundzüge der physiologischen Psychologie (Elemen­
tos de psicología fisiológica), ‘ 1908; L ogik; E th ik ; System der
Philosophie (Sistema de filosofía); Vólkerpsychologie (Psicolo­
gía de los pueblos); Einleitung in die Philosophie (Introducción
a la filosofía).
Influidos filosóficamente por Wundt: R. Richter ( f 1912): «D er
Skeptizism us in der Philosophie» (El escepticismo en filosofía).
G. F. Lipps, R. Eisler, Fr. Paulsen (1846-1908): Obras: System
der E thik (Sistema de ética); Im m anuel K an t; Einleitung in
die Philosophie (Introducción a la filosofía). E. Adickes.
I85l 2. Enlace con ¡a psicología:
Desarrollo de la psicología: / Psicología.
Influencia en la lógica: concepto de la lógica com o teoría de la*
norm as y de los m étodos del pensam iento: / Psicologismo.
Ch. Sigwart (1830-1904): «Logik». B. Erdmann (1851-1921):
trabajos históricos, «Logik». Heinr. M aier (nac. 1867): Obras:
Psychologie des em otionalen D enkens (Psicología del pensar
em ocional); D te Sylfogistik des Aristóteles (La silogística de
A ristóteles), 1896-1900; Philosophie der W irklichkeit (Filoso­
fía de la realidad), 1926-1935; trabajos históricos.
Influencia en ¡a metafísica: William Stern (nac. 1871): cultivador
de la psicología del n iñ o ; personalism o histórico. C. Groos
(nac. 1861): «U ntersuchungen ü ber den A u fbau der Systeme»
(Investigaciones sobre la estructura de los sistemas). Paul Ha-
berlin: / [198]. Th. Lipps (1851-1914): la filosofía es psicología;
acepta u n a conciencia trascendental a la que pertenecen las
conciencias individuales. Obras: G rundtatsachen des Seelenle-
bens (Hechos fundam entales de la vida aním ica); D ie ethischen
G rundfragen (Cuestiones éticas fundam entales); Psychologische
U ntersuchungen (Investigaciones psicológicas); Á sthetik (Estéti­
ca). Félix Krueger (1874-1948): Obras: Ist Philosophie ohne
Psychologie m oglich? (¿E s posible la filosofía sin psicología?);
D as W esen der G efühle (La esencia de los sentim ientos); D er
S trukturbegriff in der Psychologie (El concepto de estructura
en psicología); Z u r Psychologie der G em einschaft (P ara una
psicología de la com unidad). L. Klages (1872-1956): Obras:
Prinzipien der C harakterologie (Principios de caracterología);
D er G eist ais W idersacher der Seele (El espíritu com o enemigo,
del alma), 1929-1933; G raphologie (G rafología); G rundlegung
d er W issenschaft vom A usdruck (Fundam entación de la ciencia
de la expresión), "1936. C. G. Jung (1875): Obras: Psycho­
logische Typen (Tipos psicológicos); W irklichkeit der Seele
(R ealidad del alm a);. Psychologie u n d Religión (Psicología
y religión). Erich Jaensch (1883-1940): fundam entación de u n a
antropología filosófica partiendo de la psicología estructural;
descubrim iento de los fenóm enos eidéticos. Obras: D ie Eidetik
(La eidética); G rundform en menschlichen Seins (Form as fun­
dam entales de la existencia hum ana), 1929; W irklichkeit u n d
W ert (R ealidad y valor); Ü b er den A u fbau der W ahm eh-
m ungswelt (Sobre la construcción del m undo d e'la percepción);
D e r G egentypus.
Parapsicología: /O c u ltis m o . C. du P rel (1839-1899): Obras:
E ntdeckung der Seele (Descubrim iento del alm a); M agie ais
N aturw issenschaft (M agia com o ciencia natural). H . Driesch
/ [187]; v. Schrenk-N otzing; T. K. Oesterreich.
Teosofía y Antroposofla: /T e o s o fía . H . P. B lavatsky (1831-1891):
fundadora de la teosofía; Annie Besant (nac. 1847); C. W .Lead-
beater; R . Steiner (1861-1925): fundador de la antroposofía.
3. Enlace con las ciencias naturales:
H ans Driesch (1867-1941): iniciador del / vitalism o actual. D is­
tingue u n a teoría del orden (presenta la estructura general
de lo real sobre la base de u n solipsismo m etódico) y u n a tporía
de la realidad o m etafisica (lograda m ediante u n a filosofía
critica natural de lo orgánico). Obras: Philosophie des Or-
ganischen (Filosofía de lo orgánico); Ordnungslehre (Teoría
del orden); Leib u n d Seele (Cuerpo y alm a); W irklichkeitslehre
(Teoría de la realidad); Wissen u n d D enken (Saber y pensar);
D er O kkultism us (El ocultism o); M etaphysik der N atu r (M eta­
física de la naturaleza); D ie M aschine u n d der Organismus
(La m áquina y el organism o), etc.
J. von U exküll (1864-1944); «Forschungen ü ber Um w elt u n d
Innenw elt der Tiere» (Investigaciones sobre el medio am biente
y el m undo interior de los animales); J. R einke (1843-1931):
«D ie W elt ais T at» (El m u n Jo com o acción).
E. Dacqué (1878-1945): «U rw elt, Sage un d M enschheit» (M undo
prim itivo, leyenda y hum anidad); E Becher / [192]; A . W enzl
/f[1 9 4 ]; P. Jordán (nac. 1902): «D ie Physik des 20. Jhts»
(La física del siglo xx); A . Einstein (1789-1935): creador de la
teoría de la relatividad ( /rR e lativ id a d [Teoría de la]); M a x
Planck (1858-1947): cread or de la teoría de los «quanta»;
H. Dingler (nac. 1881): cultivador de la filosofía de la cienoifi.
188] 4. Enlace con la ciencia de la religión:
Ernesto Troeltsch (1865-1923): a priori religioso; verdadera e x p e­
riencia de D ios. Obras: D ie A bsolutheit des Christentum s u n d
die Religionsgeschichte (El carácter absoluto del cristianism o
y la historia de la religión); Psychologie und E rkenntnistheorie
in der Religionswissenschaft (Psicología y gnoseología en la cien­
cia de la religión); D er H istorism us (El histcirismo).
T. K. Oesterreich (nac. 1880): D ie religiose E rfahrung (La expe­
riencia religiosa); Einführung in die Religionspsychologie (In tro ­
ducción a la psicología de la religión). H . Scholz (nac. 1884):
cultivador de la logística; propugna la separación entre logística
y positivismo. Obras: Relígionsphilosophie (Filosofía de la reli­
gión); G eschichte der Logik (H istoria de la lógica)1; M etaphysik
ais strenge W issenschaft (M etafísica com o ciencia rigurosa).
189] 5. Enlace con la historia:
/ H istorism o.
Wilhelm Dilthey (1833-1912): destacado historiador de la his­
toria del espíritu; fundador de la gnoseología de las / cien­
cias del espíritu; historism o escéptico. Obras: Einleitung in die
Geisteswissenschaften (Introducción a las ciencias del espíritu);
D ie Einbildungskraft des D ichters (La im aginación del poeta);
Ideen üb er eine beschreibende und zergliedem de Psychologie
(Ideas acerca de una psicología descriptiva y analítica); D er
A ufbau der geschichtlichen W elt in den Geisteswissenschaften (La
estructura del m undo histórico en las ciencias del espíritu); D ie
Typen der W eltanschauung (Tipos de concepción del universo).
Escuela: G. M isch; M . Frischeisen-KShler; Eduard Spranger
(nac. 1882): Obras: Lebensform en (Form as de vida); T heorie
des Verstehens (T eo ría de la com prensión). Oswald Spengler
(1880-1936): C ultura y filosofía de la historia; curso inevitable
del acontecer. Obras: D er U ntergang des A bendlandes (La deca­
dencia de O ccidente); D er M ensch und die Technik (El hom bre
y la técnica). C. R othacker (nac. 1888): «Logik und Systematik
der Geisteswissenschaften» (Lógica y sistemática de las ciencias
del espíritu). Hans Freyer: Obras: Theorie des objektiven Geistes
(Teoría del espíritu objetivo); Soziologie ais W irklichkeítswissen-
schaft (Sociología com o ciencia de la realidad). Th. L itt (nac.
1880): Obras: Individuum u n d G em einschaft (Individuo y com u­
nidad); Padagogik (Pedagogía); W issenschaft, Biidung und
W eltanschauung (Ciencia, form ación y concepción del universo);
G eschichte und Leben (H istoria y vida); Wege und Irrw ege ge-
schichtlichen D enkens (Cam inos y extravíos del pensam iento
histórico); D enken u n d Sein (Pensar y ser), 1948; M ensch u n d
W elt (H om bre y m undo), 1948.
189bis] 6 . Enlace con la lógica y la matemática:
Desarrollo de la / logística: / [139, 175, 244, 258].
A . de M organ; G. Boolé: / 244; E. Schrdder (1841-1902). Obras:
A lgebra der Logik (Á lgebra de la lógica), 1890-1895; G. Frege
(1848-1925). Obras: D ie G rundlagen der A rithm etik (Los frag­
m entos de la aritm ética), 1884; G rundgesetze der A ritm etik (Le­
yes fundam entales de la aritm ética), 1893-1903; G. Peana (1858-
1932). Obras: Form ulario m atem ático, T urín 61908: A . JV. Whi-
tehead: / [242]; B. Russell: _/r [241 ]; H . S ch o lz: 188; D. Hil-
bert; W. Ackerm ann; A . H eyting; P. Bernays; F. Gonseth; E. W.
Beth: R. Feys; I. M . Bochenski.

I9°i b) La vuelta h a c ía el o b je t o :

1. La escuela de Brentano:
F r a n z B r e n t a n o (1838-1917): lógico; enlaza con A ristóteles
y L eibniz; restauración del teísmo. Obras: Psychologie vom
em pirischen S tandpunkt (Psicología desde el p u n to de vista
em pírico); Vom U rsprung sittlicher E rkenntnis (El origen del
conocim iento m oral); V on der K lassifikation psychischer Pha-
nom ene (La clasificación de los fenóm enos psíquicos).
Discípulos: Antón M arty (1847-1914); «U ntersuchungen zur allge-
m einen G ram m atik u nd Sprachphilosophie» (Investigaciones
sobre gram ática y filosofía del lenguaje); O. Kraus (nac. 1874);
E m il TJtitz; Cari S tu m p f (1848-1936): Obras: E rkenntnislehre
(Teoría del conocim iento); • Tonpsychologie (Psicología del
sonido).
2. La teoría del objeto:
A. M elnong (1853-1921): teoría de los objetos en cuanto tales»
prescindiendo de su existencia o no existencia. Obras: Psy-
chologisch-ethische U ntersuchungen zu r W erttheorie (Investi­
gaciones psicológicoéticas sobre la teoría de los valores); Ü ber
Gegenst&nde hoherer O rdnung (Objetos de o rden superior)}
Ü ber A nnahm en (Las hipótesis): Stellung der Gegenstands-
theorie (Posición de la teoría del objeto); Ü b er M oglichkeit
u n d W ahrscheinlichkeit (Posibilidad y probabilidad).
Escueta: A lois H dfler (1853-1922): «Psychologie»; F. Weinhandl
(nac. 1896): Obras: D ie G estaltanalyse (Él análisis de la forma),
1927; Ü ber das aufschliessende Symbol (El sím bolo manifes­
tativo).
3. La filosofía como «ciencia fundamenta!»:
Joh. Rehm ke (1848-1930): el objeto de la filosofía es lo m ás uni­
versal (v .g r.: m ovim iento, espacio, esencia, etc.) que se encuen­
tra en lo dado en general (lo cual com prende lo real y lo n o
real) y qu e está a la base de cada tona de las ciencias particu­
lares. Obras: L ehrbuch der allgemeinen Psychologie (M anual
de psicología general); Philosophie ais G rundw issenschaft (F i­
losofía com o ciencia fundam ental), 1910; Logik oder Philoso­
phie ais W issenslehre (Lógica o filosofía como- teoría del sa­
ber). Discípulo: J. E. H eyde (nac. 1892).
4. La fenomenología: /F e n o m e n o lo g ía .
Dirección lógico-gnoseológica:
E d m u n d H u s s e r l (1859-1938): p ara su doctrina: / Fenbnjeno-
logia. Obras: Philosophie der A rithm etik (Filosofía de la iarit­
m ética); Logische U ntersuchungen (Investigaciones lógicas),
1900 y ss.; Ideen zu einer reinen Phanom enologie u n d phstao-
m enologischen Philosophie (Ideas p ara una fenom enología p ura
y filosofía fenom enológica), 1913; F órm ale u n d transzenden-
tale Logik (Lógica form al y trascendental); E rfahrung u n d
U rteil (Experiencia y juicio) (ed. Landgrebe, 1948); Cartesia-
nische M editationen (fr. 1931; al. L ovaina 1950). H usserl-
A rchiv en Lovaina.
Escuela: Hedwig Conrad-Martius: / [207]; A. Pfdnder; Edith
Stein; M o ritz Geiger; G. K. Uphues.
Dirección de la teoría de los valores:
M a x S c h e l e r (1874-1928): cam bios repetidos; /f e n o m e n o ­
logía. Obras: D er Form alism us in der E thik u n d die m ate-
ríale W ertethik (El form alism o en la ética y la ética m aterial
de los valores), 1913-1916; D as Ewige im M enschen (Lo eterno
en el hom bre), 1923 (filosofía de la religión); Soziologie des
W issens (Sociología del saber); D ie W issensformen u n d die
Gesellschaft (Las form as del saber y la sociedad); D ie Stellung
des M enschen im K>smos (El puesto del hom bre en el cosmos).
Juan Hessen (1889): filosofía cristiana de los valores. Obras:
W ertphilosophie (Filosofía de los valores), 1937; Religions-
philosophie (Filosofía de la religión), 1948; trabajos sobre $1
agustinism o, etc.
Dirección ontológica:
O. Gründler, Dietrich von Hildebrand, Th. Lessing; M . H ei'
degger: / [199].
1921 5. Realismo crítico: contra el neokantism o.
Oswald Külpe (1862-1915): fun dad or de la «escuela de W ürz-
burg» (psicología del pensam iento y de la voluntad: M arbe, Ach,
Bühler). Obras: Einleitung in die Philosophie (Introducción a la
filosofía); D ie R ealisierung (La realización), 1912-1920.
August M esser (1867-1937): Obras: E m pfindung u n d D enken
(Sensación y pensam iento); Psychologie; G eschichte der Philo­
sophie (H istoria de la filosofía); W eltanschauung u n d Erziehung
(Concepción del universo y educación); G lau b e u n d W issen
(Fe y saber). Erich Becher (1882-1929): Obras: G eh im u n d Seele
(C erebro y alm a); N aturphilosophie (Filosofía n atu ral); D ie
frem ddienliche Zweckm&ssigkeit der Pflanzengallen (La hétero-
teleología de las agallas de los vegetales); Geisteswissenschaften
u n d N aturw issenschaften (Ciencias del espíritu y ciencias natu ­
rales). Gustav StSrring (nac. 1860): «Logik». O. v. d. Pfordten:
«K onform ism us» (Conform ism o). Th. Haering (nac. 1884): «Phi­
losophie der N aturw issenschaft» (Filosofía de la ciencia natural).
N . Hartm ann / [193]: procedente de la escuela de M arburgo.
193] 6 . Nueva ontologia, com o descripción del ser exenta de metafísica:
N ic o l a i H a r t m a n n (1882-1950): Obras: G rundzüge einer M eta-
physik der E rkenntnis (Fundam entos de un a metafísica del co­
nocim iento), 1921; D ie Philosophie des deutschen Idealism us (La
filosofía del idealismo alem án); E th ik ; Zum Problem der Reali-
t&tsgegebenheit (El problem a de los datos de la realidad); D as
P roblem des geistigen Seins (El problem a del ser espiritual); Z ur
G rundlegung der O ntologie (Fundam entación de la ontologia),
1935; M óglichkeit u n d W irklichkeit (Posibilidad y realidad); D er
A u fb au der realen W elt (L a estructura del m undo real); Philo­
sophie der N a tu r (Filosofía de la naturaleza), 1950; Teleologi-
sches D enken (Pensam iento teleológico), 1951, Á sthetik (Esté­
tica), 1953.
Günther Jacoby (nac. 1881): Obras: D e r Pragm atism us (El prag­
m atism o); Allgemeine O ntologie d er W irklichkeit (O ntologia
general de la realidad), 1925 y ss. H ans Pichler (nac. 1882):
Obras: Z u r Logik der G em einschaft (Lógica d e la com unidad);
D ie L ogik der Seele (Lógica del alm a); E inführung in die K ate-
gorienlehre (Introducción a la teoría de las categorías). T raba­
jo s sobre W olff y Leibniz. M . Heidegger: / [199].
1941 7. Nuera metafísica:
M a x W undt (nac. 1879): Obras: Staatsphilosophie (Filosofía del
estado); Ewigkeit u n d Endlichkeit (Eternidad y finitud) 1937
(su ob ra m ás im portante); G eschichte der griechischen E thik
(H istoria de la ética griega); G eschichte der M etaphysik (His­
to ria de la metafísica). T rabajos sobre la filosofía griega, K an t
y Fichte.
O thm ar Spana (1878-1950): /U n iv e rsa lis m o . Obras: D e r w ahre
S taat (El estado auténtico); K ategorienlehre (Teoría de las cate­
gorías); D er Schoofungsgang des Geistes (El proceso creador
del espíritu); Gesellschaftslehre (Teoría' de la sociedad), 1930;
G eschichtsphilosophie (Filosofía de la historia); E rkenne dich
selbst (Conócete a ti m ism o); N aturphilosophie (Filosofía n a­
tural).
Alois W enzl (nac. 1887): Obras: D as Leib-Seele-Problem (El
problem a del cuerpo y del alm a); W issenschaft u n d W eltan-
schauung (Ciencia y concepción del universo); M etaphysik der
Physik von heute (M etafísica de la física actual); M etaphysik
d er Biologie von heute (M etafísica de la biología actual); Philo­
sophie der Freiheit (Filosofía de la libertad), 1947. Arnold Geklen
(nac. 1904): Obras: D er Staat u n d die Philosophie (El estado
y la filosofía); D er Mensch, seine N atu r u nd seine Stellung in
der Welt (El hom bre: su naturaleza y su posición en el m undo).

I95l c) E l tem a a n t r o p o l ó g ic o :

I. / nacionalism o:
Filosofía de la vida: / V ida (Filosofía de la). Filosofía francesa
de la vida / [ 2 1 8 , 222].
Tendencia biológica:
F r ie d r ic hN ie t z s c h e (1844-1900): Doctrina del devenir abso­
lu to; voluntarism o (influencia de Schopenhauer y W agner);
concepción pragm atista-biológica del conocim iento; crítica de
la cu ltu ra; pesimismo heroico; acerca de su ética: / «M oral
de señores»; Nietzsche rechaza rotundam ente el cristianism o,
que es visto por él a través de la deform ación budista de Scho­
penhauer. Profunda influencia en la época actual. Obras: Also
sprach Z arathustra (Así hablaba Z arath u stra); Jenseits von
G u t und BSse (M ás allá del bien y del m al); D er Wille zur
M acht (La voluntad de poder), etc.
Biologismo: Erwin Kolbenheyer (nac. 1882): p oeta; «D ie Bau-
hütte», 1940. Ernesto Krieck (nac. 1882): pedagogo. Obras: Phi­
losophie der Erziehung (Filosofía de la educación); D as N atur-
recht der K orperschaften au f Erziehung und Bildung (El derecho
natural de las corporaciones a la educación y a la instrucción);
Erziehungsphilosophie (Filosofía de la educación); Vólkischpoli-
tische A nthropologie (A ntropología étnico-política). H. G. Hollé.
Tendencia espiritual:
S O r e n K i e r k e g a a r d (1813-1855): precursor de la filosofía exis-
tencial [198], Obras: L a alternativa; El concepto de la angus­
tia ; Fragm entos filosóficos; Enferm edad de m uerte; El ejercicio
del cristianism o. Wilhelm D ilíhey y su escuela: / [1891.
<96] Tendencia dialéctica: /T e o lo g ía dialéctica.
Karl Barth (nac. 1886): Obras: R óm erbrief (C arta a los R om a­
nos), 1919; Prolegom ena zu r christlichen D ogm atik (Prolegó­
m enos a la dogm ática cristiana); D ie kirchliche D ogm atik
(La dogm ática eclesiástica), 1932-1950. E m il Brunner: Obras:
Erlebnis, Erkenntnis un d G laube (Vivencia, conocim iento y fe);
ReJigionsphiiosophie protestantischer Theologie (Filosofía de
la religión de la teología protestante); G o tt und M ensch (Dios
y el hom bre). F. Gogarten: Obras: D ie religiose Entschei-
dung (La decisión religiosa); Politische E th ik (Ética política).
■97! Filosofía política:
Derecho político y filosofía del estado:
Cari Schmitt: profesor de derecho político. Obras: D ie D ikta-
tu r (La dictadura); Politische Theologie (Teología política);
Begriff des Politischen (C oncepto d e lo político); Verfas-
sungslehre (T eoría de la constitución); S taat, Bewegung,
V olk (Estado, m ovim iento, pueblo). Otto Koellreutter: Obras:
D e r nationale R echtsstaat (El estado nacional de derecho);
G rundriss der allgemeinen Staatslehre (Elem entos de teoría
general del estado); D e r deutsche F ührerstaat; D eutsches Ver-
fassungsrecht (D erecho constitucional alemán). Kurt Schil-
ling (nac. 1899): Obras: D er Staat (El estado); Geschichte
der S taats-und Rechtsphilosophie (H istoria de la filosofía de!
estado y del derecho); G eschichte der Philosophie (H istoria
de la filosofía); P latón, 1948.
Filosofía de las razas:
A . de Gobineau (1816-1882); H . Sí. Chamberlain (1855-1927):
Obras: D ie G rundlagen des 19. Jhts (Las bases del siglo xdc);
Arische W eltanschauung (Concepción aria del universo). Alfred
Rosenberg (1893-1946): la raza, idéntica al alm a racial, es un a
realidad fuera de la cual n ada hay que buscar y que posee
im portancia decisiva p ara todos los dom inios de la vida; pri­
m acía de la raza nórdica. Obras: D er M ythus des 20. Jhts
(El m ito del siglo x x ); D as Wesensgefüge des N ationalsozia-
lismus (La estructura esencial del nacionalsocialismo).
«M ovim iento religioso alemán»:
Hermann Schwarz (nac. 1864): Obras: D er G ottesgedanke in
der Geschichte der Philosophie (El concepto de D ios en la
historia de la filosofía); D as Ungegebene, eine Religions-und
W ertphilosophie (Lo no dad o; una filosofía de la religión y del
valor), 1921; G o tt, jenseits von Theismus u n d Pantheism us
(Dios, m ás allá del teísm o y del panteísm o); Christentum ,
N ationalsozialism us u nd deutsche G laubensbewegung (Cristia­
nism o, nacionalsocialism o y m ovim iento religioso alemán).
Ernst Bergmarm; J. ÍV. H auer (nac. 1881): Religionsgeshichte
(H istoria de la religión).
Pedagogía:
A lfred Báumler (nac. 1887): Obras: Á sthetik (Estética); M án-
n erb u n d u nd W issenschaft (La liga de hom bres y la ciencia);
Bildung und G em einschaft (Form ación y com unidad). Ernst
Krieck: / [195].
Biologismo / [195].
19«J 2. Filosofía existenciai: / Existencial (Filosofía) y / [210 bis, 225,
233]. P recursor: Kierkegaard [195].
Filosofía pedagógica de orientación existencial:
Eberhard Griesebach (nac. 1880): «W ahrheit u n d W irklichkeit»
(V erdad y realidad); «G renzen des Erziehers» (Los limites
del educador). Paul Hdberlin (nac. 1878): Obras: W issenschaft
u n d Philosophie (Ciencia y filosofía); D er Leib und die Seele
(El cuerpo y el alm a); D er C harakter (El carácter); D as W un-
derbare (Lo maravilloso) (filosofía de la religión); Philoso-
phische A nthropologie (A ntropología filosófica); Gegenwart
(A ctualidad); Schicksalsfrage des A bendlandes (La cuestión
decisiva p ara Occidente); D as G ute (El bien).
Filosofía existencial critica:
K a r l J a s p e r s (nac. 1883): Obras: Psychologie der W eltan-
schauungen (Psicología de las concepciones del universo);
Philosophie, 1932; V ernunft und Existenz (R azón y existencia);
Existenzphilosophie (Filosofía existencial); V on der W ahrheit
(La verdad), 1947; D er philosophische G laube (La fe filosó­
fica), 1948.
Filosofía existencial ontológica:
M a r t í n H e i d e g g e r (nac. 1889): para su d o ctrina: / E x i s ­
tencial (Filosofía). Obras: Sein und Zeit i (Ser y tiempo)} 1927;
W as ist M etaphysik? (¿Q ué es la m etafísica?); Vom Wesen
des G rundes (La esencia del fundam ento); K an t u n d das Pro-
blem der M etaphysik (K ant y el problem a de la metafísica);
Platons L ehre von der W ahrheit. M it einem Brief über den
«H um anism us» (D octrina de P latón acerca de la verdad.
C on una ca rta sobre el «humanismo»), 1947; Holzwege (Cam i­
nos equivocados), 21951. O skar Becker: «Transzendenz und
Paratranszendenz» (Trascendencia y paratrascendencia); «M a-
them atische Existenz» (Existencia matem ática).
Filosofía política de orientación existencial:
H ans H eyse (nac. 1891): Obras: D er Begriff der G anzheit
u nd die K antische Philosophie (El concepto de totalidad y la
filosofía kantiana); Idee und Existenz (Idea y existencia), 1935.
Filosofía existencial cristiana:
P. Wust (1884-1940): Obras: D ialektik des Geistes (Dialéc­
tica del espíritu); Ungewissheit u nd W agnis (Incertidum bre
y riesgo), 1937; G. M arcel: / [225]; M a x M üller; B. Welte.

2001IV . F IL O S O F ÍA CRISTIA N A A CTU A L: / N c o e s c o l á s ti c a ; /[ 1 4 1 ,


152, 223, 224, 226, 228, 229, 236, 249, 261, 262-263, 264, 265].
S o u i l h é : L a philosophie chrétienne de Descartes á nos jours, 1933.

a ) S i t u a c i ó n a l 'c o m e n z a r e l s ig lo x i x :
Decadencia de la filosofía escolástica:
Circunstancias de la época: influencia de la revolución francesa
en la vida de la Iglesia; secularización; opresión de las órdenes
religiosas; tendencia a las Iglesias nacionales; desconocimiento
de los grandes autores escolásticos.
Doctrina: investigaciones críticas sobre la filosofía de la época
e historia de la filosofía y obras apologéticas: Rixner, Win-
dischmann, Rozaven, de M aistre, Perrone y otros.
201*203] Intentos de conciliación co n la filosofía m oderna:
Fallidos po r defectuoso conocim iento de la escolástica: / T r a ­
dicionalismo / [ 2 1 1 ] ; / O ntologism o / [140, 227]; Semirracic-
nalism o (/R a c io n a lis m o ) / [163],

b) R e n o v a c ió n d e l a t r a d i c i ó n :
204] 1. En Ita lia : V. B uzzetíi ( t 1824) [influido decisivamente por
el jesuita expulso español B altasar M asdeu]; Serafín y Domingo
Sor di; M . Liberatore ( | 1892): «Della conoscenza intellettuale»;
Sanseverino ( f 1865): «Philosophia christiana cum antiqua et
nova com parata»; A . Taparelli ( f 1862): «Saggio teoretico di
diritto naturale»; S. Tongiorgi ( t 1865): ecléctico; crítica del
conocim iento; J. M . Corno ¡di ( t 1892); Lepidi; Zigliara ( f 1893);
Costa R osetii (1841-1900); D. Palmieri (fl9 0 9 ): D inam ism o.
2. En España: Jaim e Balmes (1810-1848): Obras: Filosofía fu n ­
dam ental; [Fernández Cuevas ( t 1864); J. M . O rtí y Lara
(1826-1904); Cornelias y Cluet (1832-1884); J. M endive (1836-
1906); J. J. Urráburu (1841-1904), «Institutiones Philosophiae»;
Z . González (1831-1894): «Estudios sobre la filosofía de Santo
Tom ás».]
3. En Francia: Roux-Lavergne; D om et de Vorges ( f 1910); F. Morin.
4. E n A lem ania: F. J. Clemens ( t 1862); C. Werner (f 1888): obras
históricas; A . Stóckl (1823-1895): historia de la filosofía; K. Gut-
berlet (1837-1928); J. Kleutgen (1811-1883): «Theologie der Vor-
zeit» (L a teología antigua), «Philosophie der Vorzeit» (La filosofía
antigua), 1860.

205] c) A c t it u d de la I g l e s ia :
Pío IX : sobre la relación de la fe co n el saber, el racionalism o,
el indeferentism o y el tradicionalism o.
León X III: encíclica «A eterni Patris» acerca de la misión, fuen­
tes y m étodo de la filosofía; su relación con la revelación;
recom endación de la filosofía de Santo Tom ás de A quino;
directrices p ara el progreso ulterior.
Pío X : condenación de la nueva apologética puram ente subje­
tiv a y del m odernism o (encíclica «Pascendi gregis»).

206] i) C entros c u l t iv a d o r e s de la e s c o l á s t ic a :

U niversidades eclesiásticas de R om a: Pontificia U niversitas G re­


goriana (jesuitas), A ngelicum (dominicos), Collegium In tern atio ­
nale S. A nselm i (benedictinos), A thenaeum A ntonianum (francis­
canos), A thenaeum U rbanum (C. de P ropaganda Fide). Univer-
sidades católicas de M ilán, F riburgo (Suiza), Lovaina, Nimega,
W ashington, St. Louis, O ttaw a. Instituí C atholique de París,
Institut fü r scholastiscbe Philosophie de Innsbruck, Pontifical
Institute o f M edieval Studies de T oronto. Universidades y facul­
tades de las órdenes religiosas.

e) I n v e s t ig a c ió n h is t ó r ic a so bre la e s c o l á s t ic a :

H . Denifie, cardenal F. Bhrle (1845-1934), Clemens Baeumker


(1853-1924), M artin Grabmann (1875-1949), P. Mandonnet (1858­
1936), Longpré, E. Gilson, M . de W u lf (1867-1947), J. Koch,
F. Pelster, F. Stegmüller.

f) D e s a r r o l l o s i s t e m á t i c o en conexión m ás o m enos estrecha


con la escolástica:
207J 1. Trabajos sobre las diferentes disciplinas en particular:
M etafísica: L . Baur, P. Descoqs, D. Feuling, S. Behn, P. Simón,
conde von Hertling, G. M . M anser (1866-1950), A. Horvath,
Geyser [201], Raeymaeker.
Filosofía de la naturaleza: Tilm. Pesch (1836-1899): «Die gcossen
W eltrátsel» (Los grandes arcanos del universo); ¡I. Sdhwert-
schlager: «Philosophie der N atur» (Filosofía de la ¡naturaleza),
1921; V. Rüfner: «Die N atu r u nd der M ensch in ihr» (La na­
turaleza y el hom bre); A . M itterer, G. Siegmund,' Z . Bucher,
H . Conrad-Martius (nac. 1888) /< [191]; J. Seilcr.
Ética y derecho natural: Th. M eyer: «Institutiones iuris natura-
lis», 1885; V. Cathrein (1845-1931): «M oralphilosophie» (Filoso­
fía m oral) (reiteradas ediciones); «D ie Einheit des sittlichen Be-
wusstseins der M enschheit» (La unidad de la conciencia m oral
de la hum anidad), 1914; J. Mausbach (1861-1931): «Die katho-
lische M oral u n d ihre G egner» (La m oral católica y sus adver­
sarios); «N atur und Volkerrecht» (D erecho n atu ral e interna­
cional); conde von Hertling; T. Steinbüchel (f 1949); M ich.
W ittmann; Siegfr. Behn; O. von Nell-Breuning.
Teología natural: J. Mausbach; Garrigou-Lagrange: «D ieu»;
C. Nink.
Filosofía de la religión: G. Wunderle, J. P. Steffes, K. Rahner,
Rosenntdller, E. PrZywara, R . Guardini (nac. 1885).
Filosofía de la cultura: A . Dempf.
Pedagogía: O. Willmann (1839-1920): Obras: Geschichte des
Idealism us (H istoria del idealism o); D idaktik ais Bildungslehre
(La didáctica com o teoría de la form ación); Fr. Eggersdorfer.
Economía y sociología: H . Pesch (1854-1926): «Lehrbuch der
N ationalokonom ie» (T ratado de econom ía nacional), 1914-1926.
Filosofía de la historia: F. Sawicki, A. Delp: «D er M ensch und
die G eschichte» (El hom bre y la historia), 1943; P. Wust.
Historia de la filosofia: conde von Hertling, (1843-1919), A. Dy-
roft (1866-1943), O. Willmann, F. Klim ke, H . M eyer (nac.
1884), P h. Boehner, E . Gilson.
Estética: G. Gietmann, J. Jungmann, H . Lützeler, A . Dyroff\
J. Maritain.
M81 2. Conciliación con las ciencias naturales y la psicología empírica:
Ciencia natural: J. M aritain, P. Hoenen, E. Wasmann, N ik. Junk,
Z . Bucher, J. Seiler.
Psicología: J. Geyser / [209]; J. Frdbes (T ratado de psicología
em pírica y experim ental); J. Lindworsky, A . Gemelli; carde­
nal M ercier [226],
209} 3. Cultivo de la gnoseología:
Realism o crítico.
D. Mercier; M .-D . Roland-Gosselin; Picará; G. Zamboni; G. Sóhn-
gen: «Sein u n d G egenstand» (Ser y objeto); C. N in k, J. de Vries;
J. M aréchal [226]; A . Brunner; J. M aritain [226]; J. Engerí;
F, von Steenberghen.
Jo se f Geyser (1869-1948): Obras: L ehrbuch der allgemeinen Psy-
chologie (T ratado de psicología general); N eue u n d alte Wege
der Philosophie (R u tas nuevas y antiguas de la filosofía) (la fe­
nom enología); Allgemeine Philosophie des Seins u n d d er N atu r
(Filosofía general del ser y de la naturaleza); G rundlegung der
L ogik (Fundam entación de la lógica); E rkenntnistheorie (G no­
seología); A u f dem K am pffelde der Logik (En el cam po de b ata­
lla de la lógica); Einige H auptproblem e d er M etáphysik (Algu­
nos problem as fundam entales de m etafísica) (sobre K an t); D as
Gesetz der U rsache (L a ley causal), etc.
2io] 4 . Conciliación con otras direcciones de ¡a filosofía:
Aspecto histórico: los trabajos de la U niversidad C atólica de
M ilán, Olgiati y otro s; B. Jansen, H . Urs von Bálthasar: «Apo-
kalypse der deutschen Seele» (Apocalipsis del alm a alemana).
Aspecto sistemático: con K a n t: J. Geyser, B. Jansen, J, M aré­
chal, C. N ink, E. Przywara, Ch. Sentroul: « K an t et A ristote»;
con el idealism o alem án (H egel): C. N ink, C. Hdtschl, T. Stein-
büchel, H . Ogiermann, E. Coreth; con la fenom enología:
J. Geyser; con N . H artm an n : A . Guggenberger; con la filosofía
existencial: A . Delp, T. Steinbüchel, J. L otz; con la filosofía in­
dia: P. Johanns: (Vers le C hrist par le V edanta); Dandoy (The
O ntology o f th e V edanta); con la filosofía del extrem o oriente:
L . Wieger, H . Bernard (Sagesse Chinoise et Philosophie chié-
tienne). Enciclopedias católicas del Jap ón y de. China.
P ara m ás inform ación sobre los núms. 2-4 (y sobre la historia
de la escolástica) véase tam bién la colección «Philosophie u n d
G renzwissenschaften», Innsbruck, que aparece desde 1924
(L. Fuetscher, J. Santeler, H . Schwamm, J. Stufler y otros).
5. Reelaboración de la metafísica escolástica a la luz de la filosofía
moderna:
J. Maréchal: «Le p oin t de dép art de la m étaphysique»; Gustav
Siewerth: «D er T hom ism us ais Identitatssystem » (El tom ism o
com o sistem a de la identidad); M a x Müller: «Sein u n d Geist»
(Ser y espíritu); Karl Rahner: «G eist in W elt» (El espíritu en el
m undo), «H órer des W ortes» (Filosofía de la religión); J. Lotz:
«Sein u nd W ert» i (Ser y valor); E. Przywara: «A nalogía entis i».

210bis] g) D ire c c io n e s n o e s c o lá s tic a s :


1. Filosofía de los valores y fenomenología de orientación cristiana:
E. Stein, D. von Hildebrand, Al. M üller ( t 1952), J. Hessen / {191].
2. Nueva metafísica:
O. Spann, A . Dempf, A. IVenzl / {194], F. J. von Rintelen, Th.
Haecker, (V. Szylarski, B. von Brandenstein.
3. Filosofía existencial cristiana: / [199],

2"J V . LA F IL O SO F ÍA FUERA D E A LEM A N IA :


a) F rancia : D esde N apoleón se enseña filosofía en todos los cen­
tros docentes.
V é a s e J . B e n r u b i , L es sources e t Ies courants de la philosophie contempo-
raine en France, 2 v o ls ., 1 9 3 3 ; E . B r é h i e r , H istoria de la filosofea ( t r a d .
e s p .) , 2 v o ls ., 2 1944, u . '

Período inicial (siglos X V I-X V IU ): / [131, 136, 140, 147-150].


Siglo X I X (primera m itad):
1. Tradicionalismo:
/T ra d ic io n a lism o , Fideísm o. L a d o ctrin an te Tos tradicionalistas
fué rechazada po r la Iglesia en diferentes ocasiones.
Joseph de M aistre (1753-1821): Obras: Soirées de Saint-Péters-
bourg. Louis de Bonald (1754-1840): Obras: Théorie du pouvoir
poiitique e t religieux dans la société civilisée, 1796; Législation
prim itive, 1802; Essai analytique su r les lois naturelles de
l’ordre social; F. de Lamennais (1782-1854): Obras: Essai sur
l’indifferénce en m atiére de religión, 1817-1823; Paroles d ’un
croyant; Esquisse d ’un e Philosophie, 1841-1846.
Tradicionalismo moderado: Ballanche (1776-1847); Ph. Buchez
(1796-1866): adepto de Saint-Sim on hasta 1831; Louis Bautain
(1796-1867): al principio adepto de Cousin. Obras: L a philo­
sophie d u C hristianism e, 1833; A . Bonetty ( t 1879).
Tradicionalistas fuera de Francia: Ubaghs (Lovaina, t 1875);
J. Ventura ( t 1861); M . Deutinger (f 1864); Donoso Cortés
( t 1853) / [264],
Reacción racional: H . M aret (1804-1884): Obras: Essai sur le
PanthH sm e; Philosophie et religión, 1856; Alphonse Gratry
(1805-1872): Obras: D e la connaissance de D ieu ; C ours de
philosophie, 1861 y ss.; L a philosophie du C redo; Les Sophis-
tes et la critique.
2. Ideología (análisis de las facultades hum anas): continuación del
sensualism o de Condillac / [ 1 4 8 ] ; precursores del positivismo
/ [213, 214]. D estutt de Tracy (1754-1836): Obras: Elementa
d ’Idéologie, 1801-1815; P. Cabartis (1757-1808): agnóstico. Obras:
R apports du physique et du m oral de l’home, 1802.
2121 3. Esplritualismo:
M a in e d e B i r a n (1766-1824): supera el sensualismo de su p ri­
m era época, adm ite el yo y su causalidad. Obras: Oeuvres de
M . de Biran (ed. Tisserand). Jouffroy ( f 1842); A. M . Ampere
1775-1836): físico. Obras: Essai sur la philosophie des scien-
ces, 1834.
4. Eclecticismo espiritualista:
Laromiguiére (1815-1818): Le^ons de philosophie; Royer-Collard
(1763-1843); Víctor Cousin: (1792-1867) Obras: Cours de l’His-
toire de la Philosophie; Fragm ents de philosophie contem po-
raine, 1826. G ran influencia en la filosofía universitaria.
2'3J 5. Filosofía social y positivismo:
Ch. Fourier (1772-1837): socialismo de grupos (falanges). Obras:
T raité d ’association dom estique et agricole, 1822; Le noveau
m onde industriel, 1829. V. Considérant; H enry Saint Simón (1760-
1824): discípulo de d ’A lem bert y m aestro de Com te; socialismo
del E stado; cristianism o subordinado a las necesidades sociales.
Obras: Systéme industriel, 1821; N ouveau Christianism e, 1825.
Adeptos: Bazard y Enfantin.
A u g u s t e C o m t e (1798-1857): fundador del / positivismo. Obras:
C ours de philosophie positive, 1830-1842; D iscours sur l’Esprit
positif, 1844; D iscours sur l’ensemble du posiíivisme, 1848; Le
systéme de Politique positive, 1851-54; Catéchism e positiviste,
1852; La synthése subjective, 1856 (Lógica). J. Proudhon (1809-
1865): la propiedad es un robo. Obras: Q u’est-ce que la pro-
priété?, 1840; Systéme des contradictions économ iques, 1846.

214] Siglo X IX (segunda m itad):


1. Positivismo: ¿*[213].
E. L ittré (1801-1881): Obras: Conservation, révolution et posi-
tivisme, 1852; L a Science au point de vue philosophique, 1873;
P. Lafitte (1823-1903): Obras: Cours de Philosophie premiére,
1889; Ernest Renán (1823-1892): Obras: D ialogues philosophi-
ques, 1876; Vie de Jésus, 1863; H ippolyte Taine (1828-1893):
Obras: D e l’Intelligence, 1870; A. de Gobineau (1816-1882):
/ [197]. Obms: Essai sur l’inégalité des races, 1853-55. Unión
con el evolucionism o: F. L e Dantec (1869-1917): Obras: Les
lim ites du connaissable, 1903; L ’Athéisme, 1907; C ontre la méta-
physique, 1912; L’Egoisme seule base de toute société, 1911.
2. Filosofía de la religión:
P. L eroux (1779-1871): depende de Saint-Sim on y H egel; J. Rey-
naud (1806-1863): teoría de la reencarnación; Ch. Secrétan (1815-
1895): interpretación filosófica del cristianism o; D io se s lo que con
su libertad quiere ser. Obras: Philosophie de la liberté, 1848-49;
J. Lequier (1814-1862): la libertad com o m edio de conocimiento.
215) 3. Criticismo:
Charles Renouvier (1815-1903): la libertad, raíz de la vida del
espíritu; finitism o; relativismo. Obras: Essais de critique géné-
rale, 1851-64; L a Science de la m orale, 1869; L ’Esquisse d ’une
classification systém atique des doctrines philosophiques, 1885-86;
L a philosophie analytique de l’H istoire, 1896-98; Nouvelle Mo-
nadologie (en colaboración con Prat), 1899; Dilemmes de la
m étaphysique puré, 1901; Pcrsonalism e, 1903. Influidos por R e­
nouvier: L . Prat, V. Brochará, L , Dauriac, J. J. G ourd,L. Liard,
F. Evellin. A. Cournot (1801-1877): teoría de la probabilidad.
Obras: Essai sur les fondem ents de la connaissance et sur les
caractéres de la critique philosophíque, 1851; T raité de l’enchai-
nem ent des idées fondam entales dans les sciences et dans l’his-
toire, *1911; M atérialism e, Vitalism e et Rationalism e, 1875.
216] 4 . Esplritualismo:
Influencia de V. Cousin / [212]; abandono del eclecticismo;
cultivo de la historia de la filosofía: A . Franck (1819-1890; editor
del D ictionnaire des sciences philosophiques); Cheignet, Ch. de
Rém usat (1797-1875); Hauréau (historiador de la E d ad M jd ia);
F. Bouillier (historiador del cartesianism o); Th. H . M artin.
E. Vacherot (1807-1897): finitud de la existencia, carácter ideal
de lo perfecto. Obras: La m étaphysique et la science, 1858; Le
nouveau Spiritualisme, 1884. Su adversario: E. Caro: Obras:
L ’Idée de D ieu, 1864. Paul Janet (1823-1899): rígida adhesión
a V. Cousin. Obras: Causes finales, 1877; L a m orale, 1874; Psy­
chologie et M étaphysique, 1897. - ------
Positivismo espiritualista (filosofía espiritualista de la vida): Ra-
vaisson-Mollien (1813-1900): iniciador del m ovim iento. Obras:
D e I’H abitude, 1838; Essai sur la m étaphysique d ’A ristote, 1837­
1846. J. Lachelier (1832-1918): m étodo reflexivo. Obras: Fon-
dem ent de FInduction, 1871; Psychologie et m étaphysique, 1885;
Entile Boutroux (1845-1921): crítica de la ciencia, teísta. Obras:
D e la contingence des lois de la N ature, 1874 (su obra m ás im ­
po rtante); L ’Idée de loi naturelle, 1895; Psychologie du Misti-
cisme, 1902; Science et Religión dans la Philosophie contem -
poraine, 1908; obras sobre historia de la filosofía.

Últimos años del siglo XIX y primera mitad del XX:


21?1 1. Idealismo:
Octave Hamelin (1856-1907): seguidor de Renouvier [215]; idea­
lismo personal. Obras: Elém ents principaux de la représenta-
tion, *1925. J. de Gauthier: teoría de la ficción. Obras: D e K ant
á Nietzsche, 1900; La fiction universelle, 1903; L a dépendance
de la m orale et l’indépendence des m oeurs, 1907; L a sensibilité
métaphysique.
2. Critica de la ciencia:
N o se lleva a cabo en nom bre de la vida, sino com o autorreflexión
sobre el proceder de la ciencia. H enri Poincaré (1853-1912):
m atem ático; reduce los conceptos fundam entales a convenciones
útiles; considera los hechos com o límites de la convención libre.
Obras: L a science et l’hypothése, 1902; La V aleur de la Science,
1905; Science et M éthode, 1909; Fierre Duhem (1861-1916):
Obras: L a théorie physique, son objet et sa structure, 1906; Sys-
tém e du monde, H istoire des doctrines cosm oiogiques de Platón
á Copernic, 1913-1917; G. M ilhaud (1858-1918): Obras: Essai
sur les conditions et les limites de la certitude logique, 1894;
Le R ationnel, 1898; Le positivisme et le progrés de l’Esprit, 1902;
Claude Bernad ( t 1878); Berthelot ( t 1907): quím ico; / . Duhamel
(tl8 7 2 ): m atem ático; P. Tannery ( t 1904): historiador y filósofo
de las ciencias; L. Couiurat (1868-1914): logístico. Obras: La
Logique de Leibniz; Les Principes des M athém atiques.
Dentro del espíritu del criticismo: A. Hannequin (1856-1905):
Obras: Essai sur l’hypothése des atom es; M . A . Darbon.
Dentro del espíritu del positivismo: M . A bel R ey: Obras: L a théo­
rie de la physique chez les physiciens contem porains, 1908,
>1923; H . Berr.
Crítica del positivismo: E m il M eyerson (1859-1933): concepción
m etafísico-realista del conocim iento. Obras: Identité et realité,
1908-a19I2; D e Pexplication dans les sciences, 1921; L a déduc-
tion relativiste, 1925; D u chem inem ent de la pensée, 1931.
2181 3. Esplritualismo positivista: / [216],
Dirección vitalista: A . Fouillée (1838-1912): dinamism o. Obras:
L iberté et déterminisme, 1872; Psychologie des Idées-forces,
1893; L ’Evolutionism e des Idées-forces; L a M orale des Idées-
forces, 1908; G. Séailles: Obras: Le génie dans l’art, 1883;
Ch. Dunan: idealism o experim ental. Obras: Essais de philoso­
phie générale, 1898; Les deux idealismes, 1911; Durand de
Gros ( t 1900); J. M . Guyau (1854-1888): filosofía de la vida;
P. Souriau: Obras: L a beauté rationelle, 1904; J. Lagneau
(1851-94): seguidor de Lachelier [216]. Obras: Écrits réunis,
1924; L’existence de D ieu, 1923 (am bas póstum as).
2ií»l Dirección racionalista: Léon Brunschvicg (1869-1944): teoría de
la ciencia. Obras: L a m odalité du Jugem ent, 1894; Les étapes
de la philosophie m athém atique, 1913; L’Expérience húm am e
e t la C ausalité physique, 1921; Les P ro g r' s de la conscience
dans la philosophie occidentale, 1927; D e la Connaissance
de soi, 1931; André Lalande (nac. 1867): teoría de la ciencia.
Obras: Les illusions évolutionistes, *1930; Théories de l’induc-
tion et de Pexpérim entation, 1929; V ocabulaire technique et
critique de la philosophie, 1926, 51951; E. Gobiot: Obras: Essai
su r la classification des sciences, 1898; T raité de Logique, 1918;
L e systéme des sciences, 1898; L a barriere et le niveau, 1925;
L a Logique des jugem ents de valeur, 1827.
Aplicación a los problemas morales: P. Lapie: Obras: La logique
de la volonté, 1902; D. Parodi: Obras: L e problém e m oral
et la pensée contem poraine, “1921; Fr. Rauh (1861-1909): ética
experimental. Obras: D e la m éthode dans la psychologie des
sentim ents, 1899; L ’expérience m orale, 1903.
4. Filosofía social:
Reforma social: F. L e Play: Obras: Réform e Sociale en France,
1864; H . de Tourville; Demolin; P. Bureau: Obras: La crise
m orale des tem ps nouveaux, 101908.
Teoría de la imitación: G. Tarde (1843-1904): la im itación, fenó­
m eno social fundam ental. Obras: Les lois de Pim itation, 1890;
L a logique sociale,1893; L ’opposition universelle, 1897; Les
lois sociales, 1898. O rganicism o: A . Espinas (1844-1922): Obras:
Des sociétés animales, 1877.
Sociología positivista: sigue las huellas de Saint-Sim on y Com te.
E. Durkheim (1858-1917): las reglas sociales son el a priori
para el individuo. Obras: D e la división du travail social. 1893;
Les regles de la m éthode sociologique, 1895; Le suicide, 1897;
Les formes élémentaires de la vie religieuse, 1912; L ’éducation
m orale, 1925. Adeptos de D urk heim : M , Halbwachs; L . Du-
guit; G. Belot; en el cam po de la sociología religiosa: fí/H u b e rt;
M . Mauss; en el cam po de la s^ jología ju ríd ic a : F. Faucon-
net, G. Davy; en la sociología del arte: Ch. Lalo. Adversa­
rios de D urkheim : G. Richard: Obras: La sociologie génerale
el Ies lois sociologiques, 1912; G. Bouglé: Les idées égalitaires,
1899; Essai sur le régim e des castes, 1908. L . Lévy-Bruhl
(1857-1939): continuador de D urkheim ; sociología de los
prim itivos; carácter prelógico del pensam iento'prim itivo. Obras:
L a m orale et la science des m oeurs, 1903; Les fonctions men­
tales des sociétés inférieures, 1910; L a m entalité primitive,
1922; L’ám e primitive, 1927; Le surnaturel et la na ture dans
la pensée primitive, 1931. Crítica de Lévy-Bruhl: D. Essertier:
Obras: Les form es inférieures de l’explication, 1927.
2211 5. Psicología (tendencia a estudiar totalidades indivisas):
A lfred Binet (1857-1911): Obras: Les altérations de la personna-
lité, 1892; L’étude expérim entale de rintelligence, 1903; F. Pau-
Ihan: Obras: L ’activité m entale et les éléments de l’esprit, 1889;
Pierre Janet: Obras: A utom atism e psychologique, 1889; H . Pie-
ron: m étodo fisiológico; G. Dumas; Ch. Blondel; H . Delacroix;
J. Piaget: psicología del niño: Th. Ribot (1839-1916): fundador
de la psicología francesa m oderna. Obras: LTiérédité psycholo­
gique; Les m aladies de la m ém oire, 1881; D es sentim ents, 1896;
L ’Im agination créatrice, 1900.
222¡ 6. Esplritualism o: / [216],
H e n r i B e r g s o n (1859-1941): la filosofía es u n a reflexión sobre
los datos de la intuición; extenso influjo; / V ida (Filosofía de
la). Obras: Les données im m édiates de la conscience, 1889; M a-
tiére et m ém oire, 1896; L ’évolution créatrice, 1907 (su o b ra m ás
im portante); Le rire, “ 1910; L ’énergie spirituelle, *1919; D urée
et sixnultanéité, 1922; Les deux sources d é la m orale e t de la re-
ligion, 1932. G. Sorel (1847-1922): m arxista. Obras: lllusions du
progrés; Réflexions sur la violence; Jean Baruzi: psicología de
la mística.
Filosofía del espíritu: Louis Lavelle (1882-1951): Obras: D e Fétre,
1927; D e l’acte, 1937; L e Senne (1883-1954): influido p o r H am eiin
[217]. Obras: Introduction á la philosophie, 21939; L e D evoir,
1930; O bstacle et V aleur, 1947; Pradines: psicología.
223] 7 . Filosofía de la acción (antirracionalism o):
Ollé-Laprune ( f 1899): influido p o r N ew m an y R enouvier [215];
m aestro de Blondel. Obras: D e la C ertitude m orale, *1898; M au-
rice Blondel (1861-1949): Obras: L ’A ction, Essai d ’une critique
de la vie et d ’une Science de la pratique, 1893; La Pensée, 1934;
L ’étre et les étres; L ’A ction, 1936-37; La philosophie et Pesprit
chrétien, 1944-46: P. Archambault ( t 1951).
2241 8 . Filosofía teológica de la religión:
Filosofía protestante de la religión: racionalism o, interpretación
sim bólica de los dogm as: A . Vinet ( t 1847); Aug. Sabatier (1839-
1901): sim bolismo crítico; E. M énégoz (1838-1921): símbolofi-
deísmo. M odernism o: A lfred L oisy (1857-1940). Filosofía católica
de la religión: nuevos cam inos de la apologética: cardenal Des-
champs ( f 1883); L . Laberthonniére (1860-1932); Ed. L e R o y
(1870-1954): bergsoniano. Obras: L ’Exigence idéaliste et le fait de
l’évolution, 1927; Les origines hum aines et l’Évolution de l’In-
telligence, 1928; L a pensée intuitive, 1929-1930; Le problém e de
D ieu, 1929; Introduction á l’étude du problém e religieux, 1944.
2251 9. Existencialismo: /> Existencial (Filosofía).
Precursores: Pascal [136], M aine de Biran [212]; preparación
desde el cam po de la fenom enología por obra de G. Berger.
Obras: Le Cogito dans la philosophie de Husserl.
A teos: Jean-Paul Sartre (nac. 1905): Obras: L ’étre e t le néant,
1943; L ’existentialisme est u n hum anism e, 1946; M atérialism e
e t R évolution; Simone de Beauvoir (discípula de Sartre); Albert
Camus. Teísta: Gabriel M arcel (nac. 1889): Obras: Journal m éta-
physique 1914-1923, 1927; É tre et A voir, 1935; H om o V iator,
1945; D u Refus á l'Invocation, 61948; Le m ystére de l’Étre,
1951. E. M ounier (personalism o); Jean Wahl: Études K ierkega-
ardiennes, 1938; R . Aron: historia de la filosofía. O tro s: W. Jan-
kélévich, M . M erleau-Ponty.
226I 10. N eoescolástica:
Se cultiva en el In stituto C atólico de París, Instituto Superior
de Filosofía de Lovaina (fundado po r M ercier) y en la Universi­
d ad de F riburgo (Suiza).
Gardeil (1859-1931): Obras: L a structure de l’áme e t l'expérience
mystique, 1927; R . Garrigott-Lagrange (nac. 1877): Obras: D ieu,
l l 195Ó; L a Synthése thom iste, 1946; A. D. Sertiilanges (1863-
1948): Obras: L a philosophie de S. T hom as d ’A q u in ; L ’Idée
de C réation et ses retentissem ents en philosophie, 1943; L a p hi­
losophie m orale de S. Thom as d ’A quin, 1946; Le christianism e
et les philosophes; Les grandes théses de la philosophie thom iste;
Les sources de la croyance en D ieu ; Le problém e du m al, 1948-51;
M . D . Roland-Gosselin (1883-1934); Obras: Essai d ’une critique
de la connaissance i, 1932; L . B. Geiger: Obras: L a participation
dans la philosophie de S. T hom as d’A quin; E. Gilson (nac. 1884):
Obras: Réalism e thom iste et critique de la connaissance, 1939;
L a philosophie au moyen age, *1947; L ’E sprit de la philosophie
médiévale, 31948; L ’étre et l’essence, 1948, y obras sobre historia
de la filosofía (San A gustín, San Buenaventura, Santo Tom ás de
A quino); Th. de Régnon: Obras: M étaphysique des causes;
P. Descoqs: Obras: Institutiones m etaphysicae generalis; Praelec-
tiones Theologiae naturalis; L. de Raeymaeker: Obras: Introductio
generalis ad philosophiam et thom ism um , a1934; M etaphysi-
ca generalis, 21935; Philosophie de l’étre, *1947; De W u lf (1867­
1947): Obras: H istoire de la Philosophie médiévale, *1934-47;
P. Rousselot: Obras: L ’intelectualism e de S. Thom as, 1924.
Conciliación con las ciencias empíricas: cardenal D. Mercier
(1851-1926): Obras: C ours de Philosophie; Les origines de la
psychologie contem poraine, 1897. Jacques M aritain (nac. 1882):
Obras: D e la philosophie chrétienne, 1933; D istinguer p o u r
u n ir: les degrés du savoir, 1934; H um anism e intégral, 1936;
Q uatre essais sur PEsprit dans sa condition charnelle, 1939;
Sept le?ons su r l’étre; C ourt traité de l’existence et de I’existant.
Conciliación con la filosofía moderna: R. Jolivet: Obras: Les sour­
ces de l’idéalisme, 1936; Le Thom ism e et la critique de la con­
naissance, 1933; T raité de Philosophie, 1939; Joseph M o ri­
chal (1878-1944): Obras: L e point de départ de la m étaphy­
sique, 1923-1926; De Finance: Obras: Cogito C artésien et
réflexion thom iste; É tre et A gir; André M arc: Obras: Psycho­
logie reflexive 1949; D ialeetique de l’affirmatíon, 1952.

2271 b) I talia :
Véase Bibliografía Filosófica 'Italiana t}al 1900 al 1950, R o m a 1950; M .
F. S c i a c c a , Italienische Philosophie der Gegenwart, B erna 1948 ( b i b l . ) .

Comienzos de una filosofía nacional:


G. B. Vico (1668-1744) ^ [139]; Genovesi (1712-1769): feno-
menismo.
Siglo XIX:
Neoescolástica: / [204].
Ontologismo: / [140].
Antonio Rosmini-Serbati (1797-1855): Obras: N uovo Saggio
sull’origine delle idee, 1830; Teosofía; Vincenzo Gioberti (1801*
1852): Introduzione alio studio della filosofía, al 846; Protolo-
gia; T. M amiani della Rovere ( t 1855): asociación co n el idea­
lismo; G. M . Bertini: Obras: Idea di una filosofía della vita, 1850;
F. Acri: Obras: V idem us in aenigm ate, 1907; F. Bonatelli (1830-
1911): Obras: Pensiero e conoscenza.
Sensualismo: Rom agnosi (1761-1835): Obras: Principi della scienza
del diritto naturale, 1820.
Positivismo: C. Cattaneo ( t 1869); G. Ferrari ( t 1876); A . La-
briola (f 1904); C. Lombroso (1836-1910): Obras: G enio e
F ollia; L ’uom o delinquente. R. Ardigd (1828-1920): sistema
positivista com pleto. Obras: Opere, 1822 y ss.
Kantismo: C. Cantoni (1840-1906): Obras: C orso elem entare di
filosofía; E. K ant. A dversario de K a n t: P. Galluppi (1770-
1846): em pirista. Obras: Saggio filosofico sulla critica della
conoscenza, 1819.
Hegenianos antigaos: A . Vera (1813-1885); B. Spaventa (1817-
1883): historia de la filosofía. Obras: Lógica e metafísica.
22*1 Siglo X X (1920-1940) (prepondera el idealism o; desde 1940 tenden­
cia predom inante al realism o):
1. Esplritualismo cristiano (enlaza con San A gustín y el ontologism o):
A . Carlini (al principio, neohegeliano). Obras: II m ito del R ea­
lismo, 1936; L a vita dello spírito, *1940; A. Guzzo: Obras: L ’Io
e la ragione, 1947; M . F. Sciacca: historia de la filosofía. Obras:
Problem i di filosofía, *1944; L . Stefanini: Obras: Idealism o cris­
tiano, 1931; Platone, 21949.
229] 2. Neoescolástica (cultivada principalm ente en los institutos de
R om a, la U niversidad C atólica de M ilán y el Colegio de San
Buenaventura de Q uaracchi [historia de la escolástica francis­
cana]):
A. Gemelli (nac. 1878): psicología; fu nd ado r de la U niversidad
C atólica de M ilán; F, Olgiati: historia de la filosofía; A . M as-
novo (nac. 1880): historia de la filosofía. Obras: L a filosofía
verso la religione, 21945; U. A . Padovani (nac. 1894): Obras:
L a filosofía della religione e il problem a della vita, 1937; Storia
della filosofía m orale; E. Chiocchetti ( t 1951): próxim o a R os-
m ini; C. M azzantini: Obras: C apisaldi filosofici, 1945; G. Zam -
boni: polem iza co ntra los o tro s neotom istas. Obras: L a gno-
seologia dell’atto com e fondam ento della gnoseologia dell’es-
sere, 1923; L a persona um ana, 1941; G. Bontadini: Obras:
Saggio di u n a metafísica deii’esperienza i, 1938; C. Giacon:
Obras: Occam, 1943; L a seconda scolastica, 1944-47; II pro­
blem a della trascendenza, 1942; C. Fabro: Obras: L a nozione
m etafísica di partecipazione secondo S. Tom m aso, 1939; Per-
cezione e pensiero, 1941; V. Kniper: Obras: L o sforzo verso
la trascendenza, 1940; E. Toccafondi: Obras: L a ricerca critica'
della realtá, 194!; M . Cordovani; P. Dezza.
230] 3. N eokantism o:
F. M asci: Obras: Pensiero e conoscenza, 1922; E. Jm alta: Obras:
I lim iti del razionalism o etico, 1945; F. Orestano: Obras: O pere
com plete, 1838 y ss.
4. Esplritualismo realista:
F. de Sarlo: Obras: Introduzione alia filosofia, 1928; G. Tarozzi
(procedente del positivismo): Obras: L a ricerca filosófica; La
libertá um ana e la critica del determ inism o, 1937; C. Ottaviano
(procedente del neokantism o): Obras: Critica dell’Idealismo,
1936; M etafísica delPessere parziale, 1942.
5. Idealismo crítico (las m ás de las veces con u na relativa tras­
cendencia de D ios):
J. Petrone (1870-1913): Obras: La filosofia del diritto ; G. del
Vecchio (nac. 1878; destacado filósofo del derecho): Obras:
Lezioni di filosofia del diritto, 71950; B. Varisco (al principio,
positivista): Obras: D ell’oum o a D io, 1939 (postum a); V. La
Via: D all’idealismo al realism o assoluto, 1941; P. M artinetti:
Obras: Introduzione alia m etafísica; L a libertá, 1928; P. Cara-
bailese: Obras: II problem a teologico com e filosofia, 1931;
G. Galli: filosofía de la inm anencia. Obras: DaH’iidea dell’essere
alia form a della coscienza, 1914.
23n 6. Idealismo especulativo (en conexión con Hegel):
P. D'Ercole ( t 1917); B e n e d e t t o C r o c e (1866-1952): bistori-
cismo. Obras: Filosofia dello Spirito (bibliogr. en castellano);
G io v a n n i G e n t il e (1875-1944): actualism o. Obras: L ’atto del
pensare com e atto pu ro ; T eoria generale dello Spirito com e
atto puro, 1938; Fondam enti della filosofia del d iritto ; Sistema
di lógica com e teoria del conpscere; Introduzione alia filosofia;
G. Calogero: Obras: L a conclusione della filosofia del conoscere.
Problem aticism o: U. Spirito: representa el tránsito al empirismo.
Obras: II Problem aticism o, 1948; G. Chiavccci: Obras: L a n atu ra
dell’uom o, 1936.
232) 7, M arxism o:
A. Banfi (racionalista critico h asta 1946): Obras: Principi d i una
teoría della ragione, 1926; V eritá ed um anitá nella filosofia con­
tem poránea, 1948.
8. Positivismo (fenomenismo):
G. M archesini (discípulo de A rdigó [227]: precursor de Vaihinger
[174]). Obras: Le funzioni dell’anim a, 1905; A . Pastore: Obras:
L a lógica del potenziam ento, 1936; C. Guastella: desarrollo del
em pirism o inglés. Obras: Le ragioni del fenomenismo, 1921-1923;
V. Pareto (1848-1923): sociología em pirista. Obras: T ra tta to di
Sociología generale, 1916-19.
9. Escepticismo relativista:
A. Aliotta: Obras: O pere com plete, 1942 y ss.; G. Rensi: mística
del ateísm o m aterialista. Obras: Le antinom ie dello spirito, 1910;
Lineam enti di filosofia scettica, *1921.
10. Pragm atism o:
G. Vailati: Obras: G li strum enti della conoscenza, 1916; II p rag­
m atism o, 1918; M . Calderoni: Obras: Scritti, 1924.
233] i ] . Filosofía existencia!:
V éase L. P a r e y s o n , SuU’esistenzialism o, 1943.
C. M ichelstaedter (precursor de la filosofía existencial italiana):
Obras: L a persuasione e la retorica, 1912 (p o stu m a); N. Abba-
gnano: dirección finitista. Obras; L a stru ttu ra dell’esistenza, 1938;
Introduzione alFesistenzialismo, 1942.
Síntesis de la filosofía existencia! y la tradición italian a: F. Lom-
bardi; E. Pací; E. Grassi: Obras: V om V orrang des Logos, 1939;
E. Castelli.
Personalism o em parentado con la filosofía existencial: A . Car-
lini, A. G uzzq.' Sobre am bos / [228],

c) G ran B retaña :
Véase R. M e t z , D ie Philosophische Strdm ungen der Gegenwart in Gross-
britannien, 1935 (trad u cc ió n inglesa am p liad a: A H undred Years o f British
Philosophy, 1938).
Siglo X IX :
1. Filosofía del «sentido común» («common sense») / [ l 56] (pre­
dom ina entre 1830 y 1860):
fVilliam Hamilton (1788-1856): escepticismo parcial debido a la
influencia de K ant. Obras: Lectures on M etaphysics an d Logic,
1858-60 (póstum a); H . L . M ansel (1820-1871); H . Calderwood
(1830-1897): rechaza el darw inism o; J. Veitch (1829-1894): re ­
chaza el idealismo.
2. Empirismo moderno (utilitarism o, asociacionism o; continuación
del em pirism o inglés interrum pido p or R eid / [146]; gran in­
flujo en la vida práctica):
Jerem y Bentham (1748-1832): Obras: T raité de la Législation
Civile et Pénale, 1802; D eontology, 1834; W. Godwin (1756­
1836): Obras: A n E nquiry concerning Political Justice; Th. R.
M althus (1766-1834): Obras: Essay on th e Principie of Popula-
tion, 1798; Z>. Ricardo (1772-1823): Obras: Principies o f Politi­
cal Econom y and T axation; Jam es M ili (1773-1836): Obras:
A nalysis o f the Phenom ena of the hum an m ind, 1829; John
H erschel (astrónom o): Obras: D iscourse on th e Study o f N atural
Philosophy, 1830; W. Whewell: Obras: Philosophy o f th e induc-
tive Sciences, 1840.
J o h n S t u a r t M i l l (hijo de Jam es M ili; 1806-1873): lleva a su
culm inación el em pirism o m oderno. Obras: A System o f Logic,
R ationative and Inductive, 1843; Exam ination o f Sir W. H am il-
to n 's Philosophy, 1865. A . Bain; Th. Fowler; G. C. Robertson;
J. Sully; H . Sidgwick (1838-1900): Obras: M ethod o f Ethics,
1874; Carveth R ead (1848-1931).
235] 3. N aturalismo (evolucionism o) (predom ina desde 1860 a 1900;
conexión con Charles D arw in / [171]):
H e r b e r t S p e n c e r (1820-1903): sistem atizador del evolucionism o;
la evolución m ecanicista es la ley suprem a de toda la realidad;
lo cognoscible es objeto de la filosofía; lo incognoscible (abso­
luto), de la religión. Obras: A System o f Synthetic Philoso­
phy, 10 vols., 1860-96. Th. H u xley (1825-1895); J. Tyndall;
J. C. M axwell: físico; K. Pearson (1857-1936): cientificismo.
Obras: T he G ram m ar o f Science; Francis Galton (1822-1911):
fundador de la eugenesia; W. K. Clifford (1845-1897); H . Drum-
m ond (1851-97): filósofo po p u lar de gran inñujo. Aplicación de
la teoría de la evolución a la antropología y a la ciencia de la
religión: E. B. Tylor (1832-1917); J. Lubbock; J. G. Frazer (1854­
1941): Obras: The G olden Bough; G. J. Romanes (1848-1894):
darw inism o modificado en sentido teísta. A plicación del evo­
lucionism o a la ética: Leslie Stepken (1832-1904): Obras: T he
Science o f Ethics, 1882; E. Westermark. A plicación del evolu­
cionism o a la sociología: B. K idd (1858-1916): Obras: Social
Evolution, 1894; S. Butler (1835-1902); L . T. Hobhouse (1864­
1929): parte de Spencer y llega al em pirism o, pasando p o r el
idealismo de O xford. Obras: D evelopm ent an d Purpose, 1927.
4. Positivismo (trasplante a G ran B retaña de la filosofía de A. Com te
/ [213]):
R . Congreve (1818-1899): fundador del movim iento en gran Bre­
ta ñ a; G. H . L en es (1817-1878); F. Harrison; E. Spencer Beesly.
En 1867 surge en L ondres la Positivist Society, con cu lto religio­
so ; pierde su im portancia después de la prim era guerra m undial.
236] 5. Teísmo y filosofia de la religión (M ovim iento de O xford [desde
1830, aproxim adam ente, a 1850]: reacción contra el espíritu de
la Ilustración; tendencia hacia el catolicism o):
E . Pqsey; W. G. Ward (1812-1882); cardenal J o h n H e n r y N e w -
m a n 0801-1890): cabeza del m ovim iento; especial atención al .
perfeccionam iento hum ano total, a la certeza y a la evolución
de las ideas. Obras: A n Essay on the D evelopm ent o f C hristian
F aith, 1846; Idea o f a U niversity, 1852; A n Essay in A id o f a
G ram m ar o f Assent, 1870. Jam es M artineau (1805-1900): idea­
lismo ético. Obras: Types o f E thical T heory; A Study o f Reli­
gión; T he seat o f A uthority in R eligión; M a x M üller (1823-1900):
destacado orientalista; historia com parada de las religiones;
R . Flint (1838-1900): historia y filosofía de la religión.
Siglo X X (y últimos años del X IX ) :
2” J 1. Neoidealismo (debido a la aportación del pensam iento alem án;
em pieza aproxim adam ente en 1860 y culm ina hacia 1900; trans­
form ación com pleta del pensam iento británico):
Preparación: S. Taylor Coleridge (1772-1834): metafísica espiri­
tualista; Thomas Carlyle (1795-1881): idealismo práctico;
J. F. Ferrier (1808-1864): metafísica especulativa.
Aparición: J. Hutchison Stirling (1820-1909): Obras: T he secret
o f Hegel, 1865; Thomas H ill Green (1836-1882): ajuste con la
tradición opuesta a la nueva corriente. Obras: Introductions
to H um e, 1874-75; Prolegom ena to Ethics (ed. Bradley).
Hegelianismo: Edward Caird (1835-1908): historia de la filosofía.
Obras: T he E volution o f Religión, 1893; J. Caird (1820-98),
herm ano del anterior, teólogo; D. G. Ritchie (1853-1903):
ética, filosofía social; J. H . M uirhead (1855-1940): ética, polí­
tica; J. Stuart M ackenzie (1860-1935): filosofía social, m etafí­
sica; R. JB. H aldane (1857-1928): estadista. Obras: A n A uto-
biography, 1929; T he Pathw ay to Raelity, 1903-04; T he Reign
o f Relativity, 1921; J. A . Sm ih (1863-1939): investigaciones
sobre A ristóteles; W. Wallace (1844-97): Obras:P ro Iegomena;
G. R . G. M ure (nac. 1893): estudios sobre H egel; T. M . Knox
(nac. 1900): Obras: H egel’s Philosophy o f R ight, 1942.
23g1 Direcciones:
Idealismo absoluto: Fr. H erbert Bradley (1846-1924): lo absoluto
com o sistem a com pleto de la experiencia sensible. Obras: Ethi-
cal Studies, 1875, *1927; T he principies o f Logic, 1883, *1923;
A ppearance an d Reality, 1893 (su o b ra m ás im portante); B e r -
n h a r d B o s a n q ü e t (1848-1923): sistema com pleto; considera
lo efectivam ente individual com o el universal concreto de lo
absoluto. Obras: L ogic o r the M orphology of Knowledge,
1888, 31911; T he philosophical T heory o f the State, 1899;
T he principie o f Individuality and valué, 1912; T he Valué and
D estinv o f the Individual, 1913; T hree lectures on Aesthetic,
1905; H . H . Joachim (1868-1938): Obras: T he n atu re o f truth,
1906; Logical Studies, 1948 (póstum a).
239] Idealismo personal: J. M . E. M e Taggart (1866-1925): lo absoluto
com o sistem a infinitam ente diferenciado de personas finitas,
pero intem porales, que se pertenecen m utuam ente en el am or.
Obras: escritos sobre H egel; T he N atu re o f Existence, 1921-27;
A . Pringle —Pattison (1856-1931; hasta 1897 = A . Seth ): busca
su orientación en Hegel y Lotze; D ios no posee verdadera
libertad. Obras. Essays in Philosophical Criticism , 1883 (ed.
en colaboración co n H aldane); Hegelianism an d Personaüty,
1887; T he Idea o f G o d in the Light o f recent Philosophy, 1917;
J. Seth (1860-1924), herm ano del an terior: ética; W. Ritchie
Sorley (1855-1935): ética y filosofía de los valores; Hastings
Rashdall (1858-1924): influido po r Lotze y Berkeley.
Emparentados con e l neoidealismo: S. Somerville Laurie (1829-
1909): Obras: M etaphysica N ova et V etusta, *1889; Douglas
Fawcett (nac. 1866); E. Belfort B ax (1854-1926); R. F. A .
Hoernlé (1880-1943); H . W. Carr (1857-1931); R . G. Colling-
wood (1889-1943): Obras: Essay on Philosophical M ethod,
1933; T he Idea o f N ature, 1945; The Idea o f H istory, 1946.
240] 2. Pragm atism o:
A p a rtir de 1900 surgen, com o reacciones con tra el neoidealism o,
el pragm atism o y el neorrealism o crítico /r[241]. El /«pragm atis­
m o fue fundado p o r W. Jam es / [257]; A . Sidgwick (1850-1943):
lógica pragm atista; precursor de Schiller; F. C. S . Schiller (1864-
1937): O bras: Riddley o f the Sphinx (anónim o), 1891; Axioms
as Postulates, 1902 (en Personal Idealism, ed. p o r H . S turt); H u-
manism, “1912; Studies in H um anism , a1912; Form al Logic,
1931; Logic for Use, 1929; M ust Philosophers disagree?, 1934.
3. Realismo antiguo:
L a m ayoría de sus representantes proceden del idealism o; no hay
un a direcci¿n unitaria del pensam iento. Shadworth H . Hodgson
(1832-1912): es uno de los fundadores de la A ristotelian Society;
em pirism o crítico. Obras: T he M etaphysics o f Expirence, 1898;
R. Adamson (1852-1902): historia de la filosofía; realism o críti­
co ; G. D . H icks (1862-1941): psicología y gnoseología; realismo
crítico; Th. H . Case (1844-1925): Obras: Physical Realism, 1888;
J. Cook fVilson (1849-1915): problem atizador y polem ista;
W. D. Ross (nac. 1877); trab ajos de investigación sobre A ristó­
teles / [ 2 4 7 ] ; R. J. Aaron (nac. 1901).
241] 4 . Neorrealismo:
D esde 1900 hasta nuestros días; dirección de raigam bre inglesa;
lucha contra el neoidealism o; predom inio de la gnoseología;
intensa influencia de la física y la m atem ática; pensam iento crítico
m ás que especulativo y, en parte, escéptico respecto a la m eta­
física.
Jeorge Edward M oore (nac. 1873): influido po r B rentano y Mei-
nong / [ 1 9 0 ] ; iniciador y fuerza im pulsora del neorrealismo.
Obras: Principia Ethica, 31929, Philosophical Studies, 1922.
Berírand A . W. Russell (nac. 1872): universal y lleno de contra­
dicciones; procedente de la m atem ática; muy influido p o r Hume
y M óore; positivismo em pírico; trabajos de excepcional im por­
tancia sobre la reducción de la m atem ática a la lógica. Obras;
Thie Principies o f M athem atics i, 1903; Principia M athem aticá
(en colaboración con Whitehead), 1910-13; The Problem s of
Philosophy, 1912; O ur Knowledge of the E xtem al W orld,
1914; T he Analysis o f M ind, 1921; The Analysis o f m atter,
1927; Principies o f Social Reconstruction, 1916; A n Inquiry
into M eaning an d T ruth, 1940; H um an K now ledge: its Scope
and Lim its, 1948.
2«] A lfred N orth W hitehead (1861 -1948; residente en N orteam érica
desde 1924): el filósofo angloam ericano m ás im portante del
siglo xx. Prim er p erío d o : m atem ática (con Russell; vid. § ant.).
Segundo período: filosofía de la naturaleza, de orientación
em pirista, estim ulado p o r la problem ática de la teoría de la
relatividad. Tercer período: metafísica especulativa; panen-
teísmo. O bras; An E nquiry concerning the Principies of natural
Knowledge, 1919, *1925; The Concep o f N ature, 1920, *1926;
Science an d the m odem W orld, 1926; Religión in th e Making,
1926; Process an d R eality; A n Essay in Cosmology, 1929 (su
obra de m ayor relieve); / [260].
243] Sam uel Alexander (1859-1938): nacido en A ustralia; afinidad
con el pensam iento de Bergson y Palágyis / [267]; ve en el
espacio-tiem po lo absoluto y la m ateria originaria; las cosas
son diferenciaciones del espacio-tiem po; D ios es el im pulso del
universo hacia lo supraespiritual. Obras: M oral, O rder and
Progress, 1889; Space, Time, Deity, 1920, *1927 (su obra capital).
C. L loyd M organ (1852-1936): psicología de los anim ales; pre­
paración del «behaviorism o»; filosofía de la evolución orien­
tada en sentido teísta. Obras: Em ergent E volution, 1923; Life,
M ind, Spirit, 1926; Ch. Dunbar Broad (nac. 1887); recibe su
orientación de la física m atem ática; la filosofía es análisis y crí­
tica de conceptos. Obras: Scientific T hought, 1923; T he M ind and
its place in N ature, *1929; Five Types o f E thical Theory, 1930;
J. L aird (1887-1946): realism o em pirista. Obras: Knowledge,
Belief an d O pinión, 1931; T. P. Nunn (1870-1944); Norman
Kem p Sm ith (nac. 1^72): trad u cto r y com entador de la «Crítica
de la R azón P ura» ; W. E. Johnson (1858-1931): lógico.
244] 5, Cultivo de ram as particulares:
Lógica y logística:
A . de M organ (1806-1871): Obras: F orm al Logic, 1847; Syllabus
o f a proposed System of Logic, 1860; George Boole (1815­
1864): abre el cam ino a la lógica m atem ática; subordina la
prim era a la segunda. Obras: The m athem atical analysis o f
Logic, 1847; A n investigation of th e Laws o f T hought, 1854;
W. Stanley Jevons (1835-1882): subordina la m atem ática a la
lógica. Obras: The Theory o f Political Econom y, 1871; The
Principies o f Science, 1874; Studies in D eductive Logic, 1880;
Joh. Venn (1834-1923): rigurosa separación de lógica y m ate­
m ática. Obras: Symbolic Logic, 1881. E n relación de depen­
dencia con éste: E. Schróder / [189 bis], Ludwig Wittgenstein
(1899-1951; austríaco residente en G ran B retaña): la filosofía
es u n a crítica del lenguaje / [175]. Obras: T ractatus Logico-
Philosophicus, 1922; Philosophische U ntersuchungen (edición
alemana-inglesa en preparación); Fr. Plumpton Ram say 1903­
1929): Obras: The F oundations o f M athem atics and other
Logical Essays, 1931 (postum a); L . S. Stebbing (1885-1943):
Obras: A m odern In tro du ctio n to Logic, 1931; W. Kneaie
(nac. 1906): Obras: P robability an d Induction, 1949.
Análisis del lenguaje:
Reducción de los problem as filosóficos a problem as del len­
guaje; conexión con G . E. M oore [241], Russell [241] y W itt­
genstein [§ ant.]; A. J. A yer (nac. 1910): Obras: Language,
T ru th an d Logic, 21946; The F oundations o f Em pirical K now ­
ledge, 1940; G. Ryle (nac. 1900): Obras: The C oncept o f M ind,
1949; A . John T. D. Wisdom (nac. 1904): Obras: O ther Minds,
1952; Philosophy an d Psychoanalysis, 1952.
Corriente antipositivista:
Recientem ente se h a hecho visible u n a corriente antipositi­
vista: C, E. M . Joad (nac. 1891): A C ritique o f Logical Posi-
tivism, 1950; W. H . F. Barnes (nac. 1909): T he Philosophical
Predicam ent, 1950; Dorothy M . Emmet: T he N atu re o f M eta-
physical Thinking, 1945; H . H . Price (nac. 1899); Viscount
H . L . Sam uel (nac. 1870): estadista y filósofo; H . J. Patón
(nac. 1887): estudios sobre K ant.
245) Filosofía de la naturaleza y ciencias naturales:
Oliver Lodge (1851-1940): físico. Obras: M y Philosophy, 1933;
A . S. Eddington (1882-1944): astrónom o. Obras: T he n atu re
of the Physical W orld, 1928; T he Expanding Universe, 1935;
New Pathw ays in Science, 1935; The Relativity Theory o f Pro-
tons an d Electrons, 1936; F undam ental Theory, 1946 (pós-
tum a); James Jeans (3877-1946): m atem ático, físico y astró­
nom o; el m undo es o b ra de u n espíritu m atem ático. Obras:
The m ysterious Universe, 1930; T he new B ackground o f
Science, 1933; J. A. Thomson (1861-1933): zoólogo, teología,
teísmo. Obras: The system of aním ate nature, 1920; Purpose
in E volution, 1932; H . Dingle (nac. 1890): Obras: T hrough
Science to Philosophy, 1937; J. O. Wisdom (nac. 1908): Obras:
Causality an d th e Foundations o f Science, 1946; F oundations
of Inference in N atu ra l Science, 1952; J. Scott Haldane (1860­
1936); precursor del holism o, teísta. Obras: T he sciences an d
Philosophy, 1929; J. C. Sm uts (1870-1950): estadista sudafrica­
n o ; holism o ( /T o ta lid a d ) . Obras: H olism an d Evolution, 1926.
246) Psicología y filosofia:
J. W ard / [248]: renovación de la psicología frente a la anti­
gua psicología asociacionista; G. F. Sto ut (1860-1944): realismo,
teísmo. Obras: M ind an d M atter i, 1931; G o d an d N atu re (pós-
tum a) y trabajos sobre psicología; William M e. Dougall (1871­
1938): residente en E E .U U . desde 1920; em inente psicólogó;
contacto con la tradición aristotélica. Obras: A n O utline o f Psy-
chology, 1923; A n O utline o f A bnorm al Psychology, 1926; A n
Introduction to Social Psychology, ” 1932; Body an d M ind,
1911; Religión and the Sciences o f Life, 1934; Hobhouse / [235];
L loyd M organ / [243]; A. F. Shartd (1858-1936): Obras: The
F oundations o f Character, *1927. O tros psicólogos: C. Sher-
rington; L . W. Grensted; F. C. Bartlett; C. E. Spearman: Psy­
chology down th e Ages, 1937; E. B. Titchener (trabajó en
A m érica); F. Aveling (1875-1941): Obras: T he psychological
A pproach to Reality, 1929; Personality an d Will, 1931; F. W.
H. M yers (1843-1901): fundador de la «Society fo r Psychical
Research» (parapsicología, /o c u ltis m o ). Obras: P hantom s o f
the Living, 1886 (en colaboración con G um ey y Podm ore);
H um an Personality an d its Survival o f Bodily D eath, 1903;
Fr. Podmore (1856-1910): Obras: M odem Spiritualism , a His-
tory and a Criticism, 1902.
247) Ética:
D iversas concepciones sobre el fundam ento de la ética.
G. E. M ore (teleológica) [241]; H . A . Prichard (1871-1947):
M oral O bligation, 1950 (intuicionista); E. F. Carritt (nac.
1876): Ethical an d Political Thinking, 1947; W. D. Ross [240]:
The R ight and the G ood, 1930; F oundations o f Etbics, 1939;
H . ¡V. B. Joseph; J. H . M uirhead [237]: R ule an d End in M o­
ráis, 1932; C. L. Stevenson (am ericano): Ethics an d Language,
1945 (positivista); A . C. Ewing (nac. 1900): The D efinition of
G ood, 1947 (intuicionista); H . J. Patón [244]; S. E. Toulmin:
A n Exam ination of the Place of Reason in Ethics (positivista);
A . N. Prior: L ogic and the Basis o f Ethics, 1949.
248] 6. Teísmo y filosofía de la religión:
D esde 1888 se dan anualm ente las «G ifford Lectures» sobre
«teología natural» fundadas p o r L o rd A dam G ifford. James
Ward (1843-1925)* psicología, m onadología teísta. Obras: Psy-
chological Principies, 1918; C. C. J. Webb (nac. 1865): filosofía
de la religión. Obras: G o d an d Personality, 1919; A . E. Taylor
(1869-1945): pasa del em pirism o a un a m etafísica teísta y fideísta.
Obras: T he Problem o f C onduct, 1901; T he F aith of a M oralist,
1930; D oes G o d ex ist?, 1945; W. Temple (1881-1944); A . J.B alfour
(1848-1930): estadista; hum anism o teísta. Obras: The founda-
tions o f Belief, 1895; Theism and H um anism , 1915; W. R. Inge
(nac. 1860): destacado dirigente protestante; se inspira en el
neoplatonism o. Obras: Personal Idealism and Mysticism, 1907;
Philosophy and Religión, 1924; The Philosophy of Plotinus, 31948;
B. H . Streeter (1874-1937): teísta. Obras: Reality, a new Corre-
lation o f Science an d Religión, 1926; W. C. de Burgh (1866-1943):
F ro m m orality to Religión, 1938; The Life o f R eason, 1949 (pos­
tum a); A . Farrer (nac. 1904): F inite a n d Infinite, 1943; Fr. von
Hiigel (1852-1925): de ascendencia austríaca y escocesa; vivió
en Inglaterra desde 1871; teólogo seglar; filosofía de la religión;
fom entó el m odernism o d urante largo tiem po. Obras: T he mys-
tical Elem ent of R eligión as studied in Saint C atherine of G enoa
an d her Friends, 21923; E ternal Life, 1912; T he R eality o f G od
an d R eligión and A gnosticism , 3931 (postum a); G. Tyrrell (1861­
1909): célebre m odernista. Obras: Lex credendi, 1906.
249] 7. N eoescolástica;
Th. M orton Harper (1821-1893): Obras: T he M etaphysics of the
School, 1879-1884 (incom pleta); R . F. Clarke: editor de m anua­
les; Peter C offey (1876-1943), Irlan d a: T he Science o f Logic,
1912; O ntology, 1914; Epistom ology, 1917; L . J. Walker (nac.
1877): Obras: Theories o f K nowledge, 1910; T he R etu rn to G od,
1933; M . C. D 'A rcy (nac. 1888): Obras: T hom as A quinas, 1930;
T he natu re o f Belief, 1931; The M ind an d H eart o f Love, 1945;
F. C. Copleston (nac. 1907): Obras: Nietzsche, 1942; Sch'open-
hauer, 1946; A H istory o f Philosophy, 1946-50; M edieval Philo­
sophy, 1952; C ontem porary Philosophy, 1958; D. J. B. H awkins
(nac. 1906): Causality an d Im plication, 1937; T he Criticism of
Experience, 1945; Essentials o f Theism, 1949; R . P. Phillips
(nac. 1887): M odem thom istic Philosophy, 1934; E. I. Wat-
kin (nac. 1888): A Philosophy o f F orm , 1835; E. L . M ascall
(nac. 1905): H e W ho Is, 1943; Existence and Analogy, 1949;
Illy td Trethowan (nac. 1907): C ertainty, Philosophical an d Theo-
logical, 1948.

250] <j) N o r t e a m é r ic a :

Predom inio del espíritu práctico-m oral y personalista-individua-


lista. E xceptuando el idealismo absoluto, el cartesianism o, el espl­
ritualism o francés y el existencialismo, todas las direcciones filo­
sóficas europeas (com o la fenom enología y otras) se hallan hoy
representadas en América.
V éase H . W . S c h n e i d e r , A H istory o f American Philosophy, N u ev a Y o rk
1946; G . E . M ü l l e r , A m erikanische Philosophie, * 1950; bibliografía en
R . B. W jn n , A m erikanische Philosophie, B erna 1948.

1. Filosofía de Nueva Inglaterra en la prim itiva etapa p u ritan a de


la historia am ericana (unión de filosofía y teología; influencia
del platonism o y del em pirism o [Locke]):
Jonathan Edwards (1703-1758): Obras; T he F reedom o f th e W ill;
N otes on th e M ind; O f Being (R epresentative Selections), 1935;
Sam uel Johnson (1696-1772): influjo de Berkeley; optim ista.
Obras: Elem enta philosophica, 1752; C. Colden: Filosofía de
la naturaleza. Obras: A n E xplication o f the F irst Causes o f
A ction in M atter, 1745; John Woolman (1720-1772): mística.
Obras: Jourpál.
2311 2. Ilustración, a p artir de la segunda m itad del siglo x vm (deísm o;
no sistem ática; u nión m uy estrecha con la vida pública):
Benjamín Franklin (1706-1790): hom bre de negocios, estrategfi,
estadista; secularización de la idea calvinista d e la predesti­
n ación; relativism o pragm ático. Obras: A D issertation on
L iberty an d Necessity, Pleasure and Pain; Thomas Jefferson
(1743- 1826): au to r de la declaración de los derechos del hom ­
b re; J. M adison: M em orial an d Rem onstrance on th e Reli-
gious R ights o f M an, 1785; J. Taylor: filosofia social; / . W it-
herspoon: filosofía m oral; W. E. Channing (alrededor de 1800):
influido p o r Schleiermacher; tránsito a la filosofia trascenden­
ta l; Ethan Alien (1737-1789): deísta. Obras: R eason, th e Only
O racle o f M an, 1784; Essay on the Universal Plenitud® o f
Being, etc.; Thomas Paine (1737-1809): librepensador m ate­
rialista. Obras: A ge o f R eason; Com m on Sense, 1776.
252] 3 . Filosofía política:
Nacionalismo: Alexander H am ilton ( f 1804): su nacionalism o
económ ico favorece el capitalism o am ericano; D . Raymond:
T houghts o n political Econom y, 1820.
Democracia: R . Hildreth: Theory o f M oráis, 1844; T heory o f
Politics, 1853; Fr. JJeber; O. A . Brownson: ontologista. Obras:
T he A m erican Republic, 1866.
Hegelianismo democrático (escuela de St. Louis): H . C. Brock-
m eyer (1826-1906); W. T. Harris (1835-1909); D. T. Snider:
Journal o f Speculative Philosophy (editor); E. M ulford: The
N ation, 1870; The R epublic o f G od, 1881.
Critica social y económica: H . George: Progress an d Poverty,
1879; Edw. Bellamy; socialism o utópico. Obras: Equality, 1897;
L . Grondlund: The C o-operative Com m onw ealth, 1884.
2531 4. Filosofia universitaria:
Liberalismo: J. Priestley: un itario / [142]; J Buchanan (1785­
1829): Philosophy o f H u m an N ature, 1821. Psicología: J. West:
Essays o n Liberty and Necessity, 1739; A . Burton y otros.
Filosofía del espíritu: influida p o r la filosofía escocesa [146]:
T. C. Upham: Elem ents o f M ental Philosophy, 1831; N . Por-
ter: H um an Tñtellect, 1868; J. M e. Cosh: Psychology, 1886­
87. Filosofía moral: F. Wayland: Elem ents o f M oral Science,
1835; M . H opkins; N . Porter. Realismo escocés: / [146]; J. M e.
Cosh: R ealistic Philosophy, 1887; F irst an d F undam ental
T ruths, 1889; Ch. W. Shields.
254J 5. Filosofía trascendental:
Trascendentalismo cristiano: Th. Parker; W. E. Channing / [251];
S . T. Coleridge: Aids to Reflection, 1829 (ed. am ericana);
J. M arsh; C. S. H enry; F. H . Hedge: R eason in Religión, 1866;
A theism in Philosophy, 1884.
Trascendentalismo liberal: ecléctico, individualista: Ralph Waldo
Emerson (1803-1832): idealism o rom ántico con influencia ale­
m an a; panteísm o; el h om bre es u n m iem bro orgánico de la
naturaleza. Obras: Essays; Com plete W orks, B oston 1903;
A . Bronson Alcott: el «Pestalozzi am ericano»; H . Thoreau:
idealism o antinóm ico; H . M elville (1814-1891); H enry James
(el p a d re ): esplritualism o engañoso. Obras: Lectures and
M iscellanies, 1852.
2SS) 6 . N aturalism o y filosofía de ia evolución, en oposición a la filoso­
fia trascendental espiritualista (influencia de D arw in y Spencer):
Filosofía de la naturaleza: J. Fiske (1842-1901): esbozo de u n sis­
tem a evolucionista de carácter teísta en conexión con Spencer
[235]. Obras: O utlines o f Cosmic Philosophy, 1874; The Idea of
G o d affected by m o dem K nowledge, 1887; F. E. Abbot: racio­
nalism o objetivo. Obras: Scientific Theism, 1885. Filosofía ro­
mántica dé la naturaleza: enlace con G oethe y Schelling [156];
J. B. Stallo: G eneral Principies o f the Philosophy o f N ature,
1848; T he Concepts an d Theories o f M odem Physics, 1882;
P. Carus: M onism and M eliorism, 1885. Ch. S . Peirce (1834­
1914): filosofía original de la evolución; precursor del prag­
m atism o / [257]; repercusión tardía. Obras: Collected Papers,
1931-35. Biología especulativa: Ch. Wright; A. Winchell:
Sketches o f C reation, 1870; T he D octrine o f Evolution, 1874;
J. L e Conte: Evolution, *1894; L. Agassiz; E. D. Cope (1840-
1897); E. M ontgomery: Philosophical Problem s in the Light of
Vital O rganization, 1907. Teología de la evolución: concilia­
ción de la Biblia con la teoría de la evolución: E. Hitchcock:
The R eligión o f Geology, 1851. E n conexión con D arw in:
J . M e. Cosh / [253]: T he Religious A spect o f E volution, 1888;
A . Gray; G. F. Wright. E n conexión con Spencer: M . J. Sa-
vage (1841-1918); J. Th. B ixby (1843-1921); F. H . Johnson:
W hat is Reality, 1891. Filosofía genética de la sociedad:
W. G. Sum m er: The F orgotten M an, 1918; L . F. Ward: D yna-
mic Sociology, 1883; T he Psychic Factors o f Civilization, 1893;
J. M . Baldwin: T hought and Things ( — Lógica genética),
1906-11; D ictionary o f Philosophy an d Psychology, 1901-02;
adem ás, la escuela de Chicago / [257]. Concepción pesi­
mista y naturalista de la historia: H enry Adams (1838-1918):
T he E ducation o f H. Adam s, 1918; George Santayana (1863­
1952) [español trasplantado al m undo cultural anglosajón]:
pluralism o (esencia, m ateria, verdad, espíritu); conflicto entro
realismo e idealismo. Obras: The Life o f R eason, 1905 y ss.;
Scepticism an d A nim al Faith, 1923; The Realms o f Being, 1942.
256] 7 . Idealismo / [254] (aproxim adam ente desde 1870; filosofía más
sistem ática, independiente y no som etida a otros intereses; trán ­
sito de la teología al idealismo):
Fr. Boyven; N . Porter / [253]. En conexión con K a n t: L . P. H ickok
(1798-1888): Obras: M oral Science, 1853; Empirical Psychology,
1854; R atio n al Cosmology, 1858; H um anity Im m ortal, 1872;
Ch. E. Garman; G. Fullerton: A System of M etaphysics, 1904.
Idealismo personab'G . H. Howison (1834-1916); G. T. Ladd (1834­
1916); B. P. Bowne (1847-1916): Personalism (1908); R. T. Fie-
welling.
Escuela de S t. Louis: / [252]; Davidson. Idealismo objetivo:
J. G. Schurman; J. E. Creighton ( t 1924): Studies in Specu-
lative Philosophy, 1925. Idealismo dinámico: G. S. Morris
( t 1889): Philosophy and C hristianity, 1883; A . H . Lloyd:
D ynam ic Idealism , 1898. Idealismo absoluto: Josiah Royce
(1855-1916): form ulación sistem ática del idealismo am ericano.
Obras: T he W orld an d the Individual, 1901-1902. O tros idea­
listas: Cunningham, Everett, Hocking, K. Schmidt, Sheldon.
257] g. Pragm atism o: / [artículo correspondiente].
Precursores: Peirce, W right, Abbot: / [255],
William James (1842-1910, hijo de H enry James [254]): plura­
lismo em pirista, idealismo pragm ático. Obras: Principies of
Psychology, 1890. T he Will to Believe, 1897; T he Varié tic»
of Religious Experience, 1903; Pragm atism . 1907; A Plura-
listic Universe, 1908; T he M eaning o f T ruth , 1909.
Escuela de Chicago: John Dewey (1859-1952): concepción ins­
trum ental del pensam iento (instrum entalism o). Obras: Tho
School an d Society, 1899; Experience an d N ature, 1925; Tho
Q uest for Certainty, 1929; A com m on F aith, 1934; Logic,
the Theory of Inquiry, 1938; Problem s o f M en, 1946. Biblio­
grafía: Thomas-Schneider: A B ibliography o f J. Dewey 1882­
1939, N ueva Y ork 1939. G. H . M ead: M ind, Self an d
Society; T he Philosophy o f the A ct, 1938; A. W. M oore;
J. H . Tufts: The Ethics o f C ooperation, 1918.
Aplicaciones del pragmatismo: en el «behaviorism o»: E. L. Thorn-
dike, J. B. Watson; a las ciencias de la naturaleza en el opera-
cionism o: P. W. Bridgman: T he Logic o f M odem Physics,
1927; en filosofía de la- religión: W. James, E. S . Ames,
J. B. Pratt; en filosofía del derecho y sociología: Th. Veblen;
en estética: Dewey: A rt as Experience, 1934; H . M . Kallen; en
pedagogía: Dewey.
258] 9 . Cientificismo:
Filosofia consulérada como «ciencia», es decir, sin m étodo filosó­
fico p ro p io ; realism o em pirista: E. G. Spautding: T he New
R ationalism , 1918; N ew Realism , 1912 (en colaboración con
E. B. H o lt); R. B. Perry (nac. 1876): A G eneral Theory of
Valué, 1926. Naturalismo moderno / [255]: Y. H . Krikorian
(nac. 1892): N aturalism an d the H um an Spirit, 1944; A. O.
Lovejoy: R evolt against D ualism , 1930; R. W. Sellars: realism o
m aterialista. Obras: Philosophy of Physical Realism, 1933;
W. P. M ontague: m aterialista anim ista. Obras: T he W ay o f
Things, 1940; F. J. E. Woodbridge: A n Essay on N ature, 1940.
Filosofía analítica (y filosofía de las ciencias): A . Pap: Elements
o f A nalytical Philosophy, N ueva Y ork 1949; Ch. Stevenson;
H . Feigl; E. Nagel; N . R. Campbell; A. H . Korzybski: Science
an d Sanity. A n introduction to N on-A ristotelian Systems and
G eneral Semantics, *1941; C. J. Ducasse: liberalism o filosó­
fico; C. I. Lewis: lógica pragm ática; J. H . Woodger; M . R.
Cohén: R eason an d N atu re, 1931.
Logística y filosofía de la matemática: W. V. Quine: M athem a-
tical Logic, 1940; M . Black: T h e N atu re o f M athem atics,
1934; E. V. Huntington: filosofía de la m atem ática; A. Church.
Los em igrados o refugiados políticos / [175]: R . Carnap: The
Logical Syntax o f Language, Londres-N ueva Y ork 1937; F or-
m alization o f Logic, Cam br.-M ass. 1943; Introduction to
Semantics, Cam br.-M ass. *1948; The continuum o f inductive
M ethods, 1952; M . Schlick: Problems o f Ethics, 1939; A.
Tarski: Introduction to Logic and to M ethodology o f deduc-
tíve Sciencies, 1941.
259] io . Filosofía m etafísica:
Nuevo humanismo: I. B abitt (1865-1933); P. E. M ore (1864-1937):
N ew Shelburne Essays, 1928; D. H . Parker: idealismo empí­
rico. Obras: Experience and Substance, 1941; J. E. Boodin:
Cosmic Evolution: O utline o f Cosmic Idealism, 1925; E. A. Sin-
ger Jr.: T he contented Life, 1936; A. C. Knudson: T he Phi­
losophy o f Personalism , 1950, / [256]; E. A . Burtt: T he M eta-
physical Foundations o f M odem Science, 1925; R. M . H ut-
chins; M ortim er Adler; John Wild; Paul Weiss.
2601 11. A l f r e d N o r t h W h i t e h e a d (1861-1948; residente en EE. U U .
desde 1924): imagen orgánico-platónica del universo; adversario
del cientificismo, subjetivismo y mecanicismo. Obras: Science and
the M odem W orld, 1926; Process and Reality, 1929 (su obra
capital); otras obras /[ 2 4 2 ] ; bibliografía com pleta en Schilpp.
26I1 12. Neoescolástica:
Institu t d ’Études M édiévales Albert-le G rand, M ontreal (C anadá);
Pontifical Institute of Medieval Studies, T oronto (C anadá); M e­
dieval A cadem y o f A m erica, Cam bridge-M ass. (ed. «C orpus Phi-
losophorum medii aevi»; Franciscan Institute, N ueva Y ork);
J. A. Ryan (1869-1945): D istributive Justice; Social Reconstruc-
tion; J. F. M e. Cormick (1874-1943): Scholastic M etaphysics;
Ch. A . H art (nac. 1893): A spects o f th e new Scholastic Philoso­
phy; H . Renard (nac. 1894): Philosophy o f Being; Phylosophy
o f G od; Philosophy o f M an ; L . Keeler (1890-1937): Probiem o f
E rro r; Th. V. M oore (nac. 1877): Cognitive Psychology, D riving
Forces o f H um an N atu re; Process o f A bstraction; Ph. Boehner:
H istory o f th e Franciscan School; C ritical editions o f Texts o f
O ckham ; M edieval Logic, 1952; G. Phelan: St. T hom as and
A nalogy; L. M . Régis: L a critique neothom iste; L’O pinion selon
A ristote; St. T hom as an d Epistem ology; Ch. de Koninek: In
Defense of St. T hom as; V. J. Bourke (nac. 1907); A ugustine’s
Q uest o f W isdom ; - Thom istic Bibliography, 1920-40; Ethics;
A . C. Pegis (nac. 1905): St. T hom as and the G reeks; The Probiem
o f the Soul in the thirteenth century; Basic W orks oí St T hom as;
J. D. Coltins (nac. 1917): T hom istic'P hilosophy o f th e A ngels;
E xistentialism ; G. P. Klubertanz: T he Philosophy o f H um an
N ature, 1951. Los em igrados o refugiados políticos: / . M a ­
ritain / [226]: M an and the State; Y. Simón: N atu re an d Func-
tions o f A uthority; Philosophy o f D em ocratic G overnm ent;
R. Allers (nac. 1813): The new Psychologies; Psychology o f Cha-
racter; H . Rom men (nac. 1897): The State in C atholic T hought;
T he N atu ral Law.
O. Robles (M éjico): Introducción a la psicología científica; filó­
sofos mexicanos del siglo xvi.

262-263) e) E s p a ñ a :
Véase H i r s c h b e r g e r , Historia de ta filosofía (trad . esp.), 2 vols., 1954­
1956 (A péndice i: L. M a r t í n e z G ó m e z , Bosquejo de historia de la filosofía
española).
Siglo X IX :
Neoescolástica: J . Balmes y los iniciadores de la restauración
escolástica: / [204].
Tradicionalismo: Donoso Cortés (1809-1853): político. Obras:
Ensayo sobre el catolicismo, el liberalismo y el socialismo, 1851.
Kraosismo: J. Sanz del Rio (1814-1869): Obras: Lecciones sobre
el sistema de filosofía analítica de K rause, 1850. El m ovim iento
krausista se extingue al term inar el siglo.
Filosofía del sentido común: R . M a rtí de Eixalá (1808-1857); Fran­
cisco Javier Llorens y Barba (1820-1872): discípulo del anterior;
afín a la escuela escocesa; dedica especial atención al análisis
de la conciencia. Obras: Lecciones de Filosofía, 1920; M . M e ­
riénde! Pelayo (1856-1912): independiente dentro de la tradición
cristiana y española; historia de la filosofía. Obras: H istoria de
los heterodoxos españoles, 1880; H istoria de las ideas estéticas
en E spaña, 1882-1891; Ensayos de critica filosófica, 1892.

2<S4] Siglo X X :
Neoescolástíca: A . Gómez Izquierdo (1870-1930): Obras: Análisis
del pensam iento lógico; A . Am or Ruibal (1870-1930): Obras:
L os problem as fundam entales de la filosofía y del dogm a;
J. Zaragüeta (nac. 1883): Obras: Filosofía y vida, 1954.
O tras direcciones: M iguel de Urtamuno (1864-1936): literato; no
sistem ático; adversario de la razó n y de la lógica; influido p o r
K ierkegaard. Obras: V ida de D o n Q uijote y Sancho, 1905;
D el sentim iento trágico de la vida en los hom bres y en los
pueblos, 1913; L a agonía del cristianism o, 1931; José Ortega
y Gasset (1883-1955): procedente del neokantism o de Mar-
burgo; filosofía de la razó n v ital; perspectivism o; historicism o.
Obras: El tem a de nuestro tiem po, 1923; L a rebelión de las
m asas, 1929; Ideas y creencias, 1940; H istoria com o sistema,
1941; Esquem a de las crisis, 1942; D os prólogos, 1945; M anuel
García M orente (1886-1942): procede tam bién de la escuela
de M arburgo; influencia de O rtega y G asset; volvió al catoli­
cism o en sus últim os años. Obras: Fundam entos de filosofía,
J943 (en colaboración con J. Z aragüeta); Ensayos, 1945; X a ­
v i e r Z u b í r i (nac. 1898): discípulo de O rtega y de H eidegger;
se mueve dentro del pensam iento cristiano. Obras: Ensayo de
una teoría fenom enológica del juicio, 1923; N aturaleza, his­
toria, D ios, 1944; Eugenio d ’Ors (1882-1954): filosofía cris­
tian a de la cultura. Obras: Las ideas y las form as, 1928; Esti­
los del pensar, 1944; El secreto de la filosofía, 1947.

2«3] f) R u s ia :

1. Seguidores del idealismo alemán:


Strákhov (1828-1896): hegeliano. Obras: E l m undo com o u n
todo, 1872 (en ruso ); Conceptos fundam entales de psicología
y fisiología, 1886 (en ruso); Vellansky (1774-1847): schellingiano.
Obras: P anoram a del contenido fundam ental del conocim iento
filosófico de la naturaleza, 1815 (en ruso); Davídov (1794-1863):
schellingiano. Obras: Elem entos de lógica, 1821 (en ruso).
2. Realistas cristianos:
G. Skovorodá (1722-1794): ético, m ístico; P. Chaadáyev (1796
aprox.-1856): psicología, antropología, historia de la filosofía,
universalismo católico. Obras: ocho «C artas filosóficas» (escritas
desde 1829-1831; véase la trad. alem ana de H . Falk, 1953); A po-
logie eines W ahnssinnigen (Apología de un loco); I. Kiréyevskiy
(1806-1856) y A. Khom yakov (1804-1860): jefes de los eslavó­
filos; acentúan la tradición nacional y de la Iglesia oriental; in­
fluidos p o r Hegel y, sobre todo, po r Schelling.
(1853-1900): el prim ero y hasta hoy el más
V l a d im ir S o l o v y e v
fam oso filósofo ruso propiam ente tal, escritor y teólogo; filoso­
fía del todo-unidad; doctrina de la «sofía» o sabiduría. Obras:
D oce lecciones sobre la hum anidad divina, 1877-1881; L a Russie
et PÉglise universelle, 1898 fia p arte ni es im portante desde el
punto de vista filosófico); La justificación del bien; Escritos so­
bre el problem a de la unión.
L . Lopátin (1855-1920); espiritualista, psicólogo. Obras: Tareas
positivas de la filosofía, 1886-1891 (en ruso). Poetas y literatos
de orientación filosófica: D ostoyévski (1821-1881); L . Tolstoy
(1828-1910); K. Leóntyev (1838-1891); W. Rozánov (1856-1919);
N. Berdyáyev (1874-1948): personalism o acunado con el troquel
de la filosofía existencial; sobrevaloración de la libertad frente
a toda autoridad, de la intuición frente al pensar discursivo, del
sujeto frente al objetivismo. Obras: Filosofía del espíritu libre,
1927; El destino del hom bre; Essai de m étaphysique escatolo-
gique; S. Bulgákov (1871-1944): elaboración teológica de la doc­
trina de la «sofía» o sabiduría; N. Lósskiy (nac. 1870): persona­
lismo, real-idealism o orgánico.
266] 3 . Positivistas:
P. Lavrov (1823-1900): Obras: C artas históricas, 1870 (en ruso);
Tareas de la com prensión de la historia, 1899 (en ruso); N. M i-
khaylóvskiy (1842-1904): sociólogo; N. Grot (1852-1899): poste­
riorm ente se acercó a la metafísica.
4. M aterialistas: / M aterialism o dialéctico.
M . Bakunin (1814-1875): esbozos de filosofía de la historia;
posteriorm ente, anarquista y nihilista. N. Chernischévskiy (1828­
1889): m aterialista vulgar; adepto de Feuerbach y C om te;
G. Plekhánov (1856-1918); Bogdánov (nac. 1873); Lenin (1870­
1924): /m a r x is m o v o lu n tarista; acentuación de la dialéctica;
nueva form ulación del concepto de m a te ria ; teoría de la «imagen».
Obras: M aterialism o y em piriocriticism o, 1909; C uadernos filo­
sóficos (póstum os); N. Bukharin (1888-1938): T eoría del m ateria­
lismo histórico, 1922 (en ruso); Deborin (nac. 1881): su filosofía
fué condenada p o r Staltn en 1931; M itin: actualm ente representa
el pensam iento oficial. Obras: M aterialism o histórico, 1932 (en
ruso); M aterialism o dialéctico, 1933 (en ruso).
2671 g) O tros p a ís e s :

1. Suecia: J. Bdstrom (f 1866): idealism o de la personalidad.


2. Finlandia: C. J. H artmann ( f 1809); Eino Kaila (nac. 1890): fí­
sica y gnoseología.
3. D inam arca: Sóren K ierkegaard/ [195]; H . H Sffding (1843-1931):
positivista
4. Noruega: Niels Treschow ( f 1833): teoría individualista de la
evolución; M onrad (f 1897): hegeliano; A . A all (nac. 1867):
historia de la religión y de la filosofía.
5. H olanda: Opzomer ( t 1892): em pirism o; Bolland ( f 1922): caudi­
llo del movim iento hegeliano; G. H eym ans (nac. 1857): criti­
cism o; Van der Leeuw: criticismo.
6. Checoeslovaquia: A. Smetana ( f 1851): filosofía hegeliana de la
naturaleza; T. G. M asaryk (1850-1937): am algam a d e positi­
vismo y religiosidad místicas. Obras: M odem M an an d Religión,
L ondres 1938 (bibliografía en B. J a k o v e n k o : L a bibliografía
de T. G. M asaryk, P raga 1935).
7. Polonia: Cultivo de la filosofía católica en la universidad cató ­
lica de L ublin; M orawski, M ichalski y otros.
Positivismo: Sniadecki (+ 1830).
Positivismo polaco: W ronski ( f 1853). ,
Escuela de Lwow: analítica del pensam iento: Twardowski (nac.
1866): fu nd ad or; Jan Lukasiewicz (1878-1956): fundador de
la lógica plurivalente.
8 . H ungría: K. Bóhm ( t 1911): criticism o positivo; «El hom bre y su
m undo»; Beóthy: «Lo trágico»; Palágyis: «El espacio-tiem po
com o principio de las cosas»; E. v. Brandenstein: m etafísica teísta
/ [210 bis]; A ko s Pauler (nac. 1876): inspirado en Aristóteles,
Leibniz, Bolzano y H usserl. Obras: Einleitung in die Philosophie,
1920; Logik, 1925.

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