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Integrantes:
Elvis Absalon Tavera Ariza
Cód. 80.227.553
Materia:
Psicología social
Tutor:
SANDY SANCHEZ
Thurstone sostuvo que las actitudes podían medirse, es decir que mide la
actitud atravez de un continuo ítems escalados, para construir una
escala de tipo Likert y el escalograma de Guttman, difieren en los
principios y postulados de los que parten para seleccionar los ítems y en
el análisis estadístico utilizado para confeccionar la escala definitiva.
Likert Likert elaboró una técnica de medición escalar de las actitudes que
sigue vigente en la actualidad. Selecciona un conjunto de enunciados
relacionados con la actitud que pretendemos medir, estos ítems los
somete a análisis estadísticos.
Murchinson & Son los que fundan la primera revista exclusivamente de Psicología
Dewey Social en 1976.
1. ¿Cuáles son las características más sobresalientes que tuvo la psicología social
en sus inicios (Siglo XIX)?
Es en el año de 1908 cuando surgen los primeros trabajos en psicología social. Sus autores
fueron dos académicos norteamericanos llamados William McDougall (quien ponía
especial énfasis en lo psicológico) y Edmund A. Ross (cuyo énfasis estaba más centrado en
lo social). El primero de ellos sostenía que el ser humano tiene una serie de tendencias
innatas o instintivas que la psicología puede analizar desde un enfoque social. Es decir,
sostenía que la psicología podría dar cuenta de cómo la sociedad “moraliza” o “socializa” a
las personas.
Por otro lado, Ross consideraba que más allá de estudiar la influencia de la sociedad en el
individuo, la psicología social debía atender a la interacción entre los individuos. Es decir,
sugería estudiar los procesos por medio de los que nos influimos unos a otros, así como
diferenciar entre los distintos tipos de influencias que ejercemos.
Surge en este momento una conexión importante entre la psicología y la sociología. De
hecho, durante el desarrollo del interaccionismo simbólico y los trabajos de George Mead,
emerge una tradición frecuentemente denominada “Psicología Social Sociológica”, que
teorizaba sobre el uso del lenguaje en la interacción y los significados de la conducta social.
Pero, quizá el más recordado de los fundadores de la psicología social es el alemán Kurt
Lewin. Este último le dio una identidad definitiva al estudio de los grupos, lo que fue
determinante para la consolidación de la psicología social como disciplina con objeto de
estudio propio.
Conforme la psicología social se consolidaba fue necesario desarrollar un método de
estudio que, bajo los cánones positivistas de la ciencia moderna, legitimara definitivamente
esta disciplina. En este sentido, y la par de la “Psicología Social Sociológica”, se
desarrollaba una “Psicología Social Psicológica”, más vinculada al conductismo, el
experimentalismo y el positivismo lógico.
De ahí que una de las obras más influyentes de este momento es la de John B. Watson,
quien consideraba que para que la psicología fuera científica, debía separarse
definitivamente de la metafísica y la filosofía, así como adoptar el enfoque y los métodos
de las “ciencias duras” (las fisicoquímicas).
A partir de esto la conducta comienza a ser estudiada en términos de lo que es posible
observar. Y es el psicólogo Floyd Allport quien en la década de los 20’s termina por
trasladar el enfoque watsoniano hacia el ejercicio de la psicología social.
En esta línea, la actividad social se considera como el resultado de la suma de los estados y
las reacciones individuales; cuestión que termina por mover el foco de estudio hacia la
psicología de los individuos, especialmente bajo el espacio y los controles del laboratorio.
Este modelo, de corte empicista, estaba concentrado principalmente en la producción de
datos, así como en conseguir leyes generales bajo un modelo de “lo social” en términos de
pura interacción entre organismos estudiados dentro de un laboratorio; lo que terminaba
alejando a la psicología social de la realidad que se supone que estudiaba (Íñiguez-Rueda,
2003).
Esto último será criticado más adelante por otros enfoques de la propia psicología social y
de otras disciplinas, lo que, aunado a los siguientes conflictos políticos, llevará a las
ciencias sociales a una importante crisis teórica y metodológica.
Después de la segunda guerra mundial
4.2. ¿Cuáles son las características más relevantes de la psicología social propuesta por
Ignacio Martín-Baró?
A grandes rasgos la psicología social se encarga de estudiar las relaciones entre el individuo
y la sociedad. Es decir, se interesa por explicar y comprender la interacción entre personas
y grupos, producida en la vida social.
A su vez, la vida social se entiende como un sistema de interacción, con mecanismos y
procesos de comunicación particulares, donde las necesidades de unos y otros crean normas
explícitas e implícitas, así como sentidos y estructuración de relaciones, comportamientos y
conflictos (Baró, 1990).
Dichos objetos de estudio podrían rastrearse desde las tradiciones filosóficas más clásicas,
pues el interés por comprender la dinámica grupal en relación a la individual ha estado
presente incluso antes de la época moderna.
No obstante, la historia de la psicología social suele contarse a partir de los primeros
trabajos empíricos, ya que son estos los que permiten considerarla como una disciplina con
suficiente “validez científica”, en contraste con el carácter “especulativo” de las tradiciones
filosóficas.
Dicho esto veremos a continuación un recorrido por la historia de la psicología social,
comenzando por los primeros trabajos de finales del siglo XIX, hasta la crisis y las
tradiciones contemporáneas.
La psicología social comienza su desarrollo en el transcurso del siglo XIX y está permeada
por una pregunta fundamental, que también había impregnado la producción de
conocimiento en otras ciencias sociales. Esta pregunta es la siguiente: ¿qué es lo que nos
mantiene unidos dentro de un orden social determinado? (Baró, 1990).
Bajo la influencia de las corrientes dominantes en psicología y sociología,
fundamentalmente asentadas en Europa, las respuestas a dicha cuestión se encontraron en
torno a la idea de una “mente grupal” que nos mantiene unos con otros más allá de los
intereses individuales y nuestras diferencias.
Esto ocurre a la par del desarrollo de las mismas disciplinas, donde son representativos los
trabajos de distintos autores. En el terreno psicológico, Wilhelm Wundt estudió los
productos mentales generados en comunidad y los vínculos que producían. Por su parte,
Sigmund Freud sostenía que el vínculo se sostiene por los lazos afectivos y los procesos de
identificación colectiva, especialmente en relación a un mismo líder.
Desde la sociología, Émile Durkheim hablaba sobre la existencia de una conciencia
colectiva (un saber normativo) que no puede ser entendida como conciencia individual sino
como un hecho social y una fuerza coactiva. Por su parte, Max Weber sugirió que lo que
nos mantiene unidos es la ideología, ya que a partir de ésta los intereses se convierten en
valores y en objetivos concretos.
Estos enfoques partían de considerar la sociedad como un todo, desde donde es posible
analizar cómo se vinculan necesidades individuales con necesidades del mismo todo.
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Ensayo
¿Creen ustedes que la psicología de la liberación se mantiene vigente en el contexto
latinoamericano? ¿Por qué?
Si bien la psicología, y en especial, la figura del psicólogo debe comprometerse con el tiempo
y espacio que le toca vivir, su enfoque debe estar puesto en el trabajo con el sujeto, que
favorezca una transformación social de acuerdo a la comprensión de los significantes, y luego
a un proceso de concientización.
Por otro lado, también sería pertinente rescatar, e igualmente adecuar y acomodar, los
postulados psicoanalíticos de cadena significante, que orientarán la posición que se mantiene
dentro del panorama social, “La cadena significante es la estructura básica del inconsciente,
es decir, del discurso, tal como lo crea el sujeto humano, puesto que los hombres se definen
por el habla” (Kapnist & Roudinesco, 2001), de esta manera el trabajo del psicólogo social
se encaminaría hacia provocar un cambio en el lenguaje de los sujetos, y por ello, en su
mundo y realidad.
Con todo lo señalado se pretende expresar que el ser social no se construye dejando a un lado
la constitución del sujeto, lo que resulta inviable si solamente se pone el foco en el contexto
en que se vive. La formación del sí-mismo, como base que contiene al Yo y al Mi, son
aspectos que deben ser considerados al momento de abordar una psicología Latinoamericana.
De igual manera, la distinción que se practica entre el NOSOTROS y el ELLOS, configura
una base para la conformación de este sí-mismo, situación que abre camino a cambios
cualitativos de integración de otros enfoques y disciplinas.
BIBLIOGRAFIAS
Marín-Baró, I. (1990). El papel del psicólogo en el contexto Centroamericano. Revista de
Psicología de El Salvador, IX , 53-70.