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PARKINSON

-1817. Descrita en su “Ensayo sobre la Parálisis Agitante”, como un trastorno crónico y progresivo del
sistema nervoso central, de comienzo insidioso en la edad media de la vida, con aparición primeramente de
un ligero temblor y debilidad de una mano que luego difunde y compromete las extremidades. Con la
progression de la enfermedad, el paciente adopta lentamente una postura anteflectada y una marcha en que
apura los pasos como si fuese impulsado. Luego de un numero variable de años”

- La EP es una enfermedad neurodegenerativa cuya causa es desconocida. Esta enfermedad es compleja


porque, además de producir un deterioro en las funciones motoras, también produce alteraciones en el
comportamiento, en los procesos cognitivos y en definitiva, en la generalidad de las funciones diarias
del paciente. Se ha demostrado que hay varios factores interrelacionados (Fig.3) que contribuyen a la
patogénesis de la EP como los procesos celulares autónomos (autofagia, disfunción lisosomal y disfunción
mitocondrial) o procesos celulares no-autónomos (transmission trans-sináptica de proteínas anormales,
neuroinflamación y pérdida de soporte trófico) (Hirsch y cols, 2013 ).

Los procesos celulares autónomos son:


- La autofagia es el proceso por el que las neuronas hacen frente a las proteínas anormales. En el caso de la
EP, la proteína clave es la α -sinucleína que es el principal factor de riesgo genético que produce la EP
idiopática debido a un aumento en los niveles de proteína anormal ya sea por duplicaciones, triplicaciones o
por formas mutadas. Esto aparece cuando se alteran los procesos normales del sistema lisosomal y del
sistema ubiquitina-proteosoma. La alteración de cualquiera de los dos sistemas o su saturación por
sinucleína anormal, lleva a la acumulación de α -sinucleína, lo cual da lugar como consecuencia a la
formación de cuerpos de Lewy (Bezard y cols, 2013 ).
- En la disfunción lisosomal se producen anormalidades en el gen GBA que produce la enzima
glucocerebrosidasa (GCasa). Mutaciones de GBA en homocigosis o heterocigosis causan la enfermedad de
Gaucher, además se sabe que GCasa está involucrada en el funcionamiento lisosomal normal y la
interacción entre dicha enzima y la α -sinucleína. Recientemente se ha visto que, en la sustancia negra, la
actividad enzimática de la GCasa se reduce un 58% en los pacientes que presentan una mutación
heterocigótica de GBA, sin embargo, en los casos de EP idiopática, la actividad de la GCasa es menor
(33%) (Gegg y cols, 2012 )
- - En la disfunción mitocondrial la causa más evidente que influye en la producción de la EP son las
toxinas mitocondriales (Langston y cols, 1983 ). Por otro lado, se ha demostrado que las neuronas
dopaminérgicas nigro-estriatales necesitan mucha energía ya que establecen una gran cantidad de sinapsis,
lo que las hace vulnerables a cualquier proceso que afecte a la función mitocondrial. Esta demanda
metabólica podría relacionarse con la vulnerabilidad selectiva de neuronas degeneradas por α -sinucelína
(Bolam y Pissadaki, 2012 ).
El factor de transcripción PGC1α tiene una gran importancia en el movimiento de energía mitocondrial y
se ha asociado con el riesgo de padecer EP porque está implicado en la disfunción mitocondrial. No
obstante, la sobre-expresión de PGC1α puede proteger contra las toxinas inductoras de parkinsonismo
(Shin y cols, 2011; Zheng y cols, 2010) . Además, existe una evidencia de la relación entre la expresión de
PGC1α , la acumulación de α - sinucleína y la disfunción mitocondrial. En otro estudio vincularon la
función de los microtúbulos normales, los microtúbulos fosforilados por tau y LRRK-2, la α -sinucleína y
el transporte mitocondrial (Arduíno y cols, 2012; Chinta y cols, 2010) .
La inhibición de la actividad de la enzima GCasa produce efectos negativos sobre la función mitocondrial y
hace que se acumule α -sinucleína. También hay un efecto negative bidireccional

Los procesos celulares no-autónomos:


- Transmisión trans-sináptica de proteínas anormales: la α -sinucleína puede ser transferida de una neurona
a otra y, si hay disfunción lisosomal, esa transmisión aumenta (Alvarez-Erviti y cols, 2011) .
- La inflamación es una parte importante de la patogénesis ya que se ha sugerido una menor incidencia de
EP en sujetos que hayan sido tratados con antinflamatorios no esteroideos (AINEs). Existe una relación
entre los antígenos leucocitarios humanos (HLA) y el riesgo de EP, y el riesgo de EP asociado a las vías
inflamatorias independientes de HLA. Además, las neuronas dañadas provocan la activación microglial y,
como consecuencia, la liberación de TNF-α e IL1-β , lo que puede provocar un mayor daño neuronal
(Collins y cols, 2012) .
La progresión de la EP puede estar relacionada con la pérdida de factores neurotróficos, haya o no haya
cuerpos de Lewy. Las proteínas bloqueadoras de calcio, enzimas antioxidantes y factores anti-apoptóticos
son regulados por factores neurotróficos, protegiéndonos contra la neurotoxicidad (Rangasamy y cols,
2010).

La enfermedad de Parkinson (EP) es una enfermedad neurodegenerativa progresiva


resultante de la muerte de las células dopaminérgicas de la sustancia Nigra pars compacta.
La EP afecta principalmente el aspecto motor del paciente. No obstante, es un síndrome
mucho más complejo que involucra otros aspectos, entre los que se incluyen: alteraciones
cognitivas, psiquiátricas, del sueño, óculo-motoras, de la voz, de la deglución y autonómicas,
entre otras1.
Desde el punto de vista de los trastornos neurodegenerativos, la EP sólo es superada en
frecuencia por la enfermedad de Alzheimer. Constituye el segundo trastorno del
movimiento en frecuencia, tras el temblor esencial y es la primera causa de consulta en los
centros especializados en trastornos del movimiento// afecta a unos 30 millones de personas en
todo el mundo (Benetti y cols, 2012) (Que es)

En concreto, la EP se produce por la muerte de las neuronas dopaminérgicas, que usan la dopamina (DA)
como neurotransmisor. Desde un punto de vista anatómico, se produce por la formación de unos acúmulos
citoplasmáticos intraneuronales denominados cuerpos de Lewy que contienen principalmente α -sinucleína,
pero también ubiquitina y otras proteínas (Stefanis, 2012; Yasuda y cols, 2013 ). Las neuronas
dopaminérgicas proyectan sus axones hacia el sistema dopaminérgico nigroestriatal, involucrado en el
control motor, y el sistema dopaminérgico mesolímbico, involucrado en la recompensa emocional
(Dunnen, 2013 ).
Debido al déficit dopaminérgico, el principal tratamiento de la EP es la administración de precursores de la
síntesis de dopamina como L-dopa.

Neuropatología
Las alteraciones neuropatológicas fundamentales de la EP son las siguientes: pérdida
neuronal en núcleos pigmentados del tallo cerebral, que afecta principalmente a la
sustancia nigra pars compacta, y en menor grado al locus coeruleus, área tegmental
ventral y núcleo dorsal del vago. La pérdida neuronal en la sustancia nigra pars
compacta debe ser como mínimo del 80% para que aparezcan los síntomas típicos
de la enfermedad. Las neuronas supervivientes contienen una acumulación de
material en su interior formado por componentes proteicos.
Estos depósitos reciben el nombre de cuerpos de Lewy y son el resultado de la
existencia de profundas alteraciones en el esqueleto celular. También se encuentran
en el hipotálamo, astas intermedios laterales de la médula dorsal, ganglios
simpáticos y parasimpáticos, plexos de Auerbach y Meissner, hipocampo, amígala y
cortex cerebral 7.

Los descubrimientos principales en la genética de la EP son la detección de una


mutación en el cromosome 4q21–q23 (PARK1), específicamente en gen de la α-
sinucleína. Este descubrimiento ha significado una aunténtica revolución en la
genética de la EP pues constituye la primera evidencia directa de que puede ser
producida por un defecto genético 8-10.
Debido a la relevancia que la α-sinucleína tiene en la patogénesis de la EP,
componente fundamental de los cuerpos de Lewy, Braak y Braak estudian en detalles
el patrón temporal en que aparecen los cuerpos y neuritas de Lewy en el sistema
nervioso central y lo correlacionan con los síntomas de la enfermedad.
Teniendo en cuenta la fuerte relación que tiene esta proteína con las enfermedades
priónicas, algunos autores postulan una extensión/progresión de la EP de una forma
semejante a la que ocurre en las enfermedades por priones. Esta teoría prion-like de
la EP tiene especial relevancia a raíz de estudios recientes que muestran la presencia
de cuerpos de Lewy en las células dopaminérgicas implantadas en sujetos con EP,
que han recibido un implante estatal de células dopaminérgicas fetales 14 años antes
8-15.

Criterios diagnosticos

Los criterios diagnosticos del banco de cerebros de londres se recomiendan como


los criterios clinicos para la EP. Se distinguen tres pasos para construer el diagnostic
de la EP.
1.- Establecer el diagnostic del syndrome parkinsoniano.
2.- Considerar criterios que excluyan el diagnostic, es decir, que nos hacen
sospechar de diagnosticos alternativos a la EP.
3.- Analizar los criterios que apoyan el diagnostic de EP, que si bien no son signos
cardinals y necesarios, cuando estan presents hacen mas probable el diagnostic.

La actividad motora voluntaria es el resultado de una serie de pequeños movimientos perfectamente


coordinados. Su origen procede de la corteza cerebral, de la intención de realizer una acción, pero require
del equilibrio de varios circuitos cerebrales que produciran, en ultima instancia, un movimiento fino.

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