Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
FRACTURAS DE LA PIERNA
Dr. Alfredo Martínez R.
INTRODUCCION
La pierna esta conformada por dos huesos la tibia y fíbula, unidos por la
membrana interósea y articulados proximal y distalmente y estabilizados por los
ligamentos de las sindesmosis de la rodilla y tobillo. La tibia es un hueso par
asimétrico con una forma transversa triangular y un ápex anterior. La cara
anteromedial es subcutánea fácilmente palpable, favoreciendo las fracturas
abiertas.La longitud de la tibia varia de 30 a 47 centímetros de largo, su canal
medular tiene un diámetro de 8 a 15 milímetros.
EPIDEMIOLOGÍA
Se calcula una incidencia de una fractura de la diáfisis tibial por 1.000 habitantes
por año en Suecia. En nuestro medio se atienden un promedio de 900 a 1000
fracturas por año para una cobertura de población de 2 millones, lo que genera
una incidencia de una fractura por cada 2000 habitantes. La tibia es la fractura
diafisaria mas común por la alta accidentabilidad de tránsito en motocicletas,
heridas por arma de fuego y traumas deportivos de contacto.
Las causas de las fracturas de pierna son producto de un trauma de alta o baja
energía, en accidentes de tránsito, actividades deportivas, caída simple o de
altura y heridas por arma de fuego. 30% de los pacientes con fracturas de la
pierna, tienen trauma múltiple, y en 25% tienen otra fractura en la pelvis, fémur,
antebrazo o húmero.
EVALUACIÓN
1
movilidad anormal con crepitación de la pierna, e imposibilidad para la
movilización y deambulación, son signos y síntomas muy sugestivos de una
fractura de la diáfisis de la tibia o pierna. La radiografía de toda la pierna en dos
proyecciones confirma el diagnostico.
CLASIFICACIÓN
Las fracturas diafisarias de la tibia se clasifican en términos descriptivos según
su localización en el tercio proximal, medio o distal. Además según su rasgo en
transversa, oblicua, espiroidea, segmentaría o conminuta. La clasificación más
común es la alfanumérica de la AO (Asociación para la Osteosíntesis).
2
Adicionalmente en cada tipo de fractura A, B, y C, se distinguen tres grupos, que
explicamos a continuación:
Fracturas tipo A:
Tipo A1: fractura en espiral por mecanismo de torsión.
Tipo A2: fractura oblicua, con angulación mayor de 30 grados por mecanismo
en flexión mixto.
Tipo A3: fractura transversa, con angulación hasta los 30 grado por flexión.
Fracturas tipo B:
Tipo B1: fractura en espiral con un tercer fragmento por torsión y flexión.
Tipo B2: fractura oblicua con un tercer fragmento por flexión, compresión y baja
energía.
Tipo B3: fractura con dos fragmentos adicionales por flexión, compresión y alta
energía.
Fracturas tipo C.
Tipo C1: fractura espiral conminuta por torsión y alta energía.
Tipo C2: fractura segmentaría por flexión en cuatro puntos.
Tipo C3: fractura segmentaría y conminuta por aplastamiento.
En la figura # 1. Ilustramos la clasificación AO de las fracturas diafisarias de la
tibia.
3
Figura # 1. Clasificación AO de la fractura diafisaria de la tibia en tres Grupos A, B y C.
Estos nueve grupos de fracturas se dividen en tres subgrupos cada uno, dando
origen en total a 27 subgrupos según la fractura este localizada en la región
proximal, media o distal.
DIAGNÓSTICO
4
Todo paciente con fractura de la diáfisis tibial debe tener una radiografía
completa de la pierna en las dos proyecciones, anteroposterior y lateral donde
puedan visualizarse en forma completa las articulaciones adyacentes, rodilla y
tobillo. La radiografía inicial debe tomarse en una placa grande de 14 por 17
pulgadas con dos imágenes perpendiculares que permitan visualizar toda la tibia
y la fíbula y las articulaciones de la rodilla y el tobillo.
LESIONES ASOCIADAS
5
3) Trauma múltiple. Algunos pacientes con fracturas diafisarias de la tibia
presentan trauma en otro sistema o extremidad. En estos pacientes la
estabilización precoz de las fracturas con fijación interna o externa según el caso
disminuye las complicaciones sistémicas. En los pacientes hemodinámica mente
inestables, es recomendado una fijación externa precoz de su fractura para
realizar el Control del daño Ortopédico.
TRATAMIENTO
Tratamiento Ortopédico.
6
fracturas simples o estables después de dos semanas, previo control
radiográfico que confirme una reducción adecuada de la fractura, y disminución
significante del dolor y edema, se procede a cambiar el yeso inguino pedio, y
colocar una inmovilización funcional o yeso de Sarmiento. Este yeso funcional
deja la articulación de la rodilla libre y el paciente inicia una marcha con apoyo
progresivo y sin dolor.
A B
Figura # 3.A: Método funcional de Sarmiento B: Dos casos de fracturas cerrada de la tibia
tratadas con yeso funcional tipo Sarmiento con buen resultado.
7
En fracturas abiertas tratadas inicialmente con fijación externa, cuando las
partes blandas han cicatrizado, la fractura ha iniciado su proceso de
consolidación y la posición de los fragmentos es de estabilidad, se recomienda
continuar el tratamiento con un yeso funcional hasta la consolidación.
Tratamiento Quirúrgico.
Para fijar las fracturas diafisarias de la tibia se prefieren los clavos fresados y
bloqueados, pues permiten implantes de un mayor diámetro favoreciendo el
8
apoyo precoz y menor posibilidad de ruptura, asociado a una fijación mas
estable.
9
Figura # 4. Fractura inestable de la pierna tratada con un clavo intramedular bloqueado.
Con este abordaje se modifica el punto de inserción un poco más alto y se evitan
deformidades en flexión y varo a nivel del foco de fractura. Con esta técnica
debe tenerse precaución con no lesionar la cara articular de la patela y el
ligamento inter meniscal.
10
Figura # 5. Abordaje suprapatelar para las fracturas del tercio superior de la pierna.
Placa de compresión.
Algunas fracturas diafisarias de la tibia cerradas o abiertas se estabilizan con
placa de compresión. En la actualidad, disponemos de numerosas placas
especiales o anatómicas que nos permiten estabilizar las diferentes fracturas de
la tibia. Placas de menor contacto buscan evitar la osteoporosis y necrosis por
debajo del implante, y las placas bloqueadas mejoran la fijación en fracturas muy
conminutas o huesos con osteoporosis.
A B C
Figura 6: Métodos de osteosíntesis en fracturas de pierna: A: clavo endomedular. B: Placa de
compresión y C: Fijador externo
11
La localización excéntrica de la placa en relación con el hueso genera que las
líneas de fuerza del peso pasen mas por la placa que por el hueso, esto origina
una gran fuerza de flexión sobre la placa. Los progresos más importantes en la
estabilización de una fractura con una placa, es la fijación biológica interna
estable, y los nuevos diseños. Cuando la fractura diafisaria se reduce en forma
cerrada e indirecta, y se logra restaurar de la longitud, y la alineación adecuada,
se utiliza un menor número de tornillos; no es necesario exponer el foco de
fractura; obteniéndose la ganancia de conservar las condiciones biológicas
óptimas de la fractura cerrada, denominando esta técnica como MIPO
(Osteosíntesis con placa mínimamente invasiva). Los nuevos diseños de placas
de compresión llamada LCP: placa de compresión bloqueada; son sistemas de
estabilización menos invasivos, con guías especiales que facilitan la reducción y
fijación de la fractura en forma cerrada y percutánea; y tornillos con rosca en su
cabeza que se atornilla a la placa para una mayor estabilidad.
El abordaje para estabilizar una fractura diafisaria de la tibia con una placa de
compresión, se realiza en la cara anterolatetral de la pierna. El periostio debe
tratar de conservarse; el foco de fractura debe limpiarse y lavarse en sus bordes;
deben retirarse todos los tejidos blandos adheridos. Se procede a la reducción
de la fractura, se puede utilizar un distractor, que facilita recuperar la longitud del
hueso, o se puede reducir la fractura con la ayuda de pinzas de hueso.
Las fracturas estables de dos fragmentos exigen una reducción anatómica y la
colocación de tornillos con compresión dinámica para una mejor reducción y
fijación. La placa previamente moldeada debe adaptarse a la estructura
anatómica la tibia en su cara antero medial o antero lateral. Debe escogerse una
placa estrecha de ocho o más agujeros, donde el borde posterior de la placa
debe quedar paralelo al borde posterior de la tibia. En cada fragmento debe
quedar un mínimo de 3 a 4 tornillos tomando al menos 6 a 7 corticales, si el
paciente presenta sobrepeso la fijación debe ser mayor. Cualquier defecto óseo
alrededor del foco de fractura debe colocarse injertos corticoesponjosos. En la
figura # 7 ilustramos una fractura de la tibia tratada con una placa.
12
Figura # 7. Fractura inestable del tercio distal de la pierna tratada con una placa de tibia distal.
13
Figura # 8 Fractura distal de la pierna reducida en forma indirecta y fijada con una placa de
compresión bloqueada.
Fijación Externa.
14
En las fracturas abiertas complicadas, con infección severa, necrosis o pérdida
ósea, es necesario utilizar fijadores externos que permitan realizar un transporte
óseo para recuperar lentamente el hueso perdido. Estos tratamientos son largos
costosos, y pueden dejar secuelas que comprometen la función de la
extremidad.
Las heridas de las fracturas abiertas deben dejarse abiertas; los casos
complejos de fracturas Grado III requieren varios desbridamientos, y
posteriormente realizar un cubrimiento óseo con colgajos locales o a distancia o
cierre de la herida, según cada caso.
Todos los pacientes deben recibir tratamiento con antibióticos por vía parenteral
en las primeras 48-72 horas, se prefiere una cefalosporina de primera
generación asociado a un aminoglucosido. Adicionalmente los pacientes deben
recibir una profilaxis contra el tétano, así como inmunoglobulina tetánica.
15
Figura # 9. Fractura abierta Grado III de la pierna tratada con fijación externa y posteriormente
injertos óseos hasta obtener la consolidación de la fractura .
COMPLICACIONES
16
Figura # 10. No unión fractura diáfisis de la tibia tratada con clavo intramedular obteniéndose la
consolidación de la fractura.
17
La consolidación en posición viciosa o mala unión se considera cuando la
fractura ha cicatrizado con un acortamiento mayor de un centímetro, deformidad
rotacional lateral o medial mayor de 20° y deformidades angulares mayores de
10°. Los tratamientos con reducciones cerradas, las fijaciones con reducción
indirecta o con pobre estabilidad de los fragmentos favorecen la consolidación
con deformidad. Cuando clínicamente hay síntomas es aconsejable realizar una
osteotomía correctora.
Las lesiones neurológicas producto del trauma inicial y en pocos casos por el
exceso y prolongada tracción en las mesas ortopédicas durante la estabilización
de la fractura; también son signos de un síndrome de compartimiento o de la
severidad del trauma que ocasiono una lesión del nervio perineo que es el mas
frecuentemente afectado.
Bibliografía.
1) Anderson J.T. Compression plate fixation and the effect of different types of internal fixation
and fracture healing. Journal Bone Joint Surgery. 1965. 47A: 191-208.
2) Anglen, J.O., Blue, J.M., A comparison of reamed and unreamed nailing of tibia. Journal
Trauma. 1995. 39: 351-355.
3) Bhandari, B.W., McKee, M.D., Guyatt, G.H., et al. Interobserver and intraobserver variation in
the assessment of the healing of tibia fractures after intramedullary fixation. Journal Bone Joint
Surgery. 2001. 84B: 15-18.
4) Buehler, K.C., Green,, J., Woll, T.S., et al. A technique for intramedullary nailing proximal third
tibia fractures. JournalOrthopedic Trauma.1997. 11: 218-223.
18
5) Court-Brown, C.M., Will, E., Christie, J., et al. Reamed or unreamed nailing for
closed tibia fractures. A prospective Study of Tscherne CI fractures. Journal
Bone Joint Surgery. 1996. 78B: 580-583. 1996.
9) Konrath, G., Moed, B.R., Watson, J.T., et al. Intramedullary nailing of unstable
diaphyseal fractures of the tibia with distal intrarticular involvement. Journal
Orthopaedic Trauma.1997.11: 200-205.
10) Merchant, TC., Dietz, FR. Long-term follow-up after fractures of the tibial and
fibular shafts. Journal Bone Joint Surgery.1989. 71A; 599-605.
11) Olson, SA. Open fractures of the tibial shaft. Journal Bone Joint
Surgery.1996. 78A: 1428-1437.
12) Prayson MJ, Dalstrom D, Sirkin M. Fractures of the Tibial Shaft. In Schmidt
AH. Orthopaedic Knowledge Update. Trauma 4.American Academy Orthopaedic
Surgery. 2010. 487-497.
15) Sarmiento, A., Sharpe, F.E., Ebramzadeh, E., et al. Factors influencing the
outcome of closed tibial fractures treated with functional bracing. Clinical
Orthopaedics Related Research. 1995. 315: 8-24.
16) Schmidt, A.H., Finkemeier, C.G., Tornetta III, Paul. Treatment of Closed
Tibial Fractures.Journal Bone Joint Surgery. 2003. 85A: 352-268.
17) Toivanen, J.A., Vaisto, O., Kannus, B.M., et al. Anterior Knee Pain After
Intramedullary Nailing of Fractures Of the Tibial Shaft. Journal Bone Joint
Surgery. 2002. 84A: 580-585.
18) Tornetta, Paul.,Rina, J., Geller, J., Intrarticular anatomic risks of tibial nailing.
J. Orthopaedic Trauma. 1999. 11: 247-251.
19
19) Tornetta III, Paul. Technical Considerations in the Surgical Management of
Tibial Fractures.Instructional Course Lectures.American Academy of
Orthopaedics Surgeons. 1997. 46: 271-280.
20) Trafton, P.G. Tibial Shaft Fractures. In: Browner, B.D. Skeletal Trauma. W. B.
Saunders Company. 1992. 1771-1869.
21) White, R.R., Babikian, G.M. Tibial: Shaft. In: Ruedi, T.P. AO Principles of
fracture management. 2000. 519-536.
22) Williams, J., Gibbons, M.,Trundle, H., et al. Complications of nailing in closed
tibial fractures. JournalOrthopaedic Trauma. 1995. 9: 476-481.
20