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Durante la ejecución de los procedimientos restauradores se puede

producir una respuesta inflamatoria o una necrosis pulpar por la


acción de los biomateriales dentales, por su no adecuada
manipulación. Algunas respuestas del órgano dentino pulpar a los
biomateriales serán expresadas a continuación:

*CEMENTO DE DIOXIDO DE ZINC-EUGENOL: Este es un derivado


del fenol, que es un producto toxico que puede producir trombosis
de los vasos sanguíneos si se llega a aplicar directamente en el tejido
pulpar. El eugenol libre es el responsable del efecto sedativo,
teniendo la propiedad de participar en la interrupción de la
respiración celular y además bloquear la transmisión nerviosa. Por
esto la penetración del eugenol libre en las células de la pulpa podría
traer consecuencias, causando una necrosis pulpar, especialmente
cuando se aplica en una pared dentinaria delgada.
*CEMENTO DE FOSFATO DE ZINC: Es una de los materiales que
causan un daño grave en la pulpa debido a sus propiedades irritantes
escenciales, provocan necrosis y abscesos apicales. La irritación
química del cemento y además las fuerzas hidráulicas durante la
cementación contribuyen en el impulso de líquido hacia la pulpa
desencadenando las reacciones desfavorables.
*ACIDO GRABADOR: La necesidad del grabado de la dentina para
remover la capa de desecho con este material, causa la apertura de
los túbulos dentinarios y la desmineralización de la dentina
intertubular, aumentando así la permeabilidad y el fácil paso de
líquidos irritantes hacia el órgano dentino pulpar.
*AMALGAMA: Las fuerzas provocadas por el condensado de la
amalgama puede producir una inflamación pulpar, pero estas
respuestas solo aparecen cuando la condensación ocurre sobre los
tubulos dentinarios recién cortados, y si estas se usan solas como un
material de restauración sin recubrimientos causan la inflamación
pulpar por las microfiltraciones iniciales.
*RESINAS COMPUESTAS: La contracción tiende a dar la separación
de la restauración de las paredes dentinarias lo que origina una
brecha por donde se producen filtraciones marginales. Al producirse
esto la estructura dentaria queda sensible y con tensión provocando
también fisuras en el esmalte. Por esto si no s polimeriza
adecuadamente se genera una necrosis pulpar al reaccionar con las
molecular orgánicas (mientras más profunda sea la cavidad mayor
será el daño).
*CORONAS O INCRUSTACIONES: Las fuerzas oclusales excesivas
en un periodo de tiempo corto no generan ningún daño pero por un
tiempo largo produce cambios pulpares (deposio de dentina
terciaria, concentración de macrofagor y linfocitos, y transtornos de
la capa odontoblasticas.

El Complejo dentino-pulpar debe entenderse como un sistema,


donde existe una íntima conexión entre ambas estructuras,
considerándose a la dentina como la parte mineralizada; y la pulpa,
representa la parte laxa del complejo, formada por un tejido
conectivo que se encuentre encerrada dentro de la cámara pulpar y
los conducto radiculares, cuyo volumen disminuye al transcurrir los
años por la formación continua de la dentina. A lo largo de los años
con los estudios realizados se puede afirmar que los cambios
pulpares se manifiestan como una reacción dolorosa, esto obliga a
evaluar y según la sintomatología a usar un protector dentino pulpar
teniendo como objetivo estimular el mecanismo de defensa
biológico de la pulpa. Se puede definir a un protector dentino pulpar
como:
• La colocación de una barrera que impida el paso de las bacterias,
sus productos tóxicos o de los materiales de la restauración hacia la
pulpa.
• Todo material que evite la enfermedad, o el traumatismo dentario.
Las características de un material protector para ser considerado
como ideal son:
1. Proteger al complejo dentino pulpar contra choques térmicos y
eléctricos.
2. Ser bactericida o inhibir la actividad bacteriana, esterilizando la
dentina sana e infectada.
3. Anticariogénico, por la liberación de fluoruros.
4. Mineralizador: Remineralizar la dentina desmineralizada;
hipermineralizar la sana, posterior a la remoción del tejido dentario
cariado (esclerosis de los túbulos); estimular la formación de dentina
terciaria (reparadora), formando una barrera protectora en lesiones
profundas.
5. Biocompatible, mantener la vitalidad pulpar.
6. Proteger de la infiltración de saliva y de micro-organismos,
perfeccionando el cierre marginal.
7. Proteger al tejido profundo de los materiales irritantes de la
restauración definitiva.
Evidentemente ningún material disponible presenta todas estas
características, por lo que se debe realizar una evaluación de cada
caso clínico en particular, seleccionando el material que proporciona
mejor protección, que alivie el dolor y que favorezca a la
regeneración pulpar a través de la formación de una barrera.
La elección del protector pulpar está condicionada por:
• Estado de salud pulpar.
• Edad del diente.
• Compatibilidad bio-físico-química del material.
• Profundidad de la cavidad.

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