Você está na página 1de 2

La importancia de saber envejecer: Bienestar psicológico en el

adulto mayor:
Las nuevas condiciones de vida generadas por la vejez suponen más de un problema para algunos
adultos mayores. La cultura en Chile, lejos de valorar esta nueva etapa, genera barreras que
impiden vivirla con inteligencia emocional y armonía.

Las arrugas surcan la piel, nuestro cuerpo cambia su contextura y el cabello se vuelve cano, como
si inaugurase la última fase de la vida. Los cambios impulsados por la vejez trascienden la estética
e implican aspectos emocionales y psicológicos que muchas veces pasan desapercibidos. Muchas
personas mayores desarrollan cuadros depresivos, cuadros ansiosos, estrés y somatizaciones. La
enfermedad más común de este tipo es la depresión, con una prevalencia del 11,2%, según la
Encuesta Nacional de Salud de Chile.

Los adultos mayores que más se deprimen son los hospitalizados (alrededor del 30%), quienes
residen en hogares de ancianos (30%), las mujeres (16,9%, en contraste con los hombres, quienes
concentran el 4,1%), aquellos que tienen escolaridad baja (superando a los que tienen educación
universitaria) y las personas que presentan comorbilidad (otra enfermedad).

El principal rasgo depresivo de los adultos mayores es la apatía, es decir, el desgano que los lleva a
abandonar actividades, a dejar de salir o de compartir con los demás, anteponiendo cualquier
excusa para evitar estas situaciones.

Cuando una persona mayor muestra una preocupación excesiva por todo, es decir, está
hiperalerta y cualquier cosa lo asusta o estresa, podemos estar ante el caso de un cuadro ansioso,
mientras que la somatización se refiere a variadas e inespecíficas dolencias que experimenta un
individuo, ya sean mareos o dolores de espalda, cuello y de estómago, por nombrar algunos. El
origen de estos malestares no es físico, sino psicológico. "Si nosotros no le damos cabida a
nuestras penas o frustraciones, el cuerpo lo expresa en forma de dolor físico", explica Claudia
Dechent, Neuropsicología del Servicio de Geriatría Hospital Clínico Universidad de Chile, quien
afirma que detrás de estas manifestaciones, muchas veces se encuentra la depresión.

El impacto que tienen estos trastornos psicológicos sobre la salud es enorme, ya que son
agravantes de enfermedades físicas (hipertensión, diabetes, entre otros) y fomentan la aparición
de trastornos cognitivos (pérdida de memoria, dificultades del lenguaje, problema atencional). En
algunos casos, el adulto mayor se auto abandona de tal manera que se niega a realizar tareas tan
básicas como bañarse, comer o limpiar su hogar, debido a la desmotivación que lo embarga. En
definitiva, los problemas físicos empeoran y el afectado descuida su vida general, lo que sin duda,
sólo acarrea consecuencias negativas.

El flagelo de la cultura anti senil: En Chile, la idea de convertirse en una persona


mayor no genera entusiasmo. Por el contrario, posee una connotación negativa que sólo se explica
con la cultura que desconoce y rechaza una etapa vital tan normal como sus antecesoras.
Si la celeridad y el ritmo vertiginoso de la sociedad actual son estresantes para los más jóvenes, la
peor parte se la llevan las personas mayores. La ciudad es un ejemplo de lo poco amable que es el
entorno: estaciones de metro con escaleras interminables y sin ascensores, semáforos que
cambian con rapidez, calles anchas y difíciles de cruzar, etc.

Los prejuicios de la sociedad hacia la vejez crean una especie de cerco, como si se tratasen de
"otros" cuya realidad es incompatible con la nuestra, pese a que tendremos el mismo destino. La
profesional del Servicio de Geriatría comenta con asombro cómo algunos de sus pacientes no se
asumen siempre como personas mayores.

El evidente problema cultural motivó incluso la creación de la Geriagogía, especialidad que enseña
a la gente a envejecer y a no morir en el intento. "Nunca se nos prepara a ser viejos", señala
Dechent, quien asegura que debemos prepararnos psicológicamente y pensar cómo viviremos
esta fase.

En este artículo pudimos observar como las etapas de la adultez pueden ser difíciles de aceptar
con un bien estar emocional y psicológico, este artículo hace más referencia desde nuestro punto
de vista a la fase de la adultez tardía o segunda adulta que se da entre los 50 a 65 años según el
texto Griffa y Moreno, en la que dice que muchos al llegar a esta etapa niegan el transcurrir de los
años y se viste siguiendo a la moda joven, otros recurren a la cosmética o a la cirugía para estirar
su piel, también la consolidación de la personalidad a medida que pasan los años se van
cristalizando y solidificando los rasgos de personalidad, tanto positivos como negativos.

Você também pode gostar