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LA PRIMERA PRESENCIA HUMANA EN LA PENÍNSULA IBÉRICA

Prehistoria de la Península Ibérica


Hay que hablar del proceso de hominización, es decir, del cambio desde el punto de
vista físico y del desarrollo de destrezas o habilidades que se producen en el ser
humano. Se trata de una evolución muy lenta, que no es lineal y que posee un trasfondo
cultural.

El Homo Sapiens surge en África, donde se produjo el primer yacimiento de esta


especie, aunque anteriormente ya existían otros homos. Se va produciendo una
adaptación al medio que llega hasta la actualidad.

El momento clave de la Prehistoria es el paso de las sociedades depredadoras a las


sociedades productoras, que se trata de un cambio político. En el neolítico se produce un
aumento demográfico y una sedentarización, aparece la sociedad privada y los
conflictos se multiplican. También aparecen las primeras organizaciones estatales. Esta
etapa ha sido descrita como una etapa ágrafa, sin documentos o testimonios escritos.

Se produce también un cambio de las estructuras primitivas clásicas y en el


Paleolítico ya hay grupos muy pequeños y reducidos con lazos sanguíneos. A partir del
neolítico habrá ya grupos mayores y se empiezan a crear los Estados. Se trata de un
cambio del clan a la tribu.

La llegada del hombre a la Península Ibérica


A la hora de hablar de fechas, habría que cogerlas con cierto cuidado ya que los
arcos cronológicos son poco precisos y nos encontramos con evidencias fósiles y útiles
que no se pueden ligar.

El hombre surge en África (más concretamente en el Rift Valley, es decir, la falla


tectónica que atraviesa el continente de nordeste a suroeste) y poco a poco va migrando
(no hay que olvidar que el Homo Sapiens tuvo también su origen en África) y a partir de
ahí se produce una evolución, es decir, aparecen nuevas especies, que pueden haber
surgido en otros continentes y que, a su vez, van migrando.

En cuanto a la llegada del hombre a la Península Ibérica, no se sabe si entró por el


continente, por el Estrecho de Gibraltar. Es decir, hay una doble vía a pesar de que se
considera más posible la vía continental.

El proceso de hominización
El proceso de hominización es el conjunto de todos los cambios que sufrieron los
primeros homínidos. Destaca sobre todo la marcha bípeda, pues hace 3 millones de años
se produjo un cambio climático en África, que se hizo más seco, el bosque tropical
retrocedió, apareció el bosque abierto y se produjeron cambios en cuanto a los seres
vivos. Los homínidos que ahí habitaban se tuvieron que adaptar a esa serie de cambios,
que fue una adaptación tanto al medio como a los recursos (tuvieron que buscar

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alimento en tierra firme ya que en los árboles escaseaba) para tener libres las manos y
los brazos y para mejorar la visión (tenían que cruzar altas hierbas y zonas pantanosas y
eran una presa fácil de los carnívoros, por lo que tuvieron que erguirse para poder otear
el horizonte). Consecuencia de ello habrá otros cambios físicos importantísimos, como
lo son el pie plantígrado (se apoya toda la planta), el cambio del dedo gordo (que pasa a
situarse en el mismo plano que los otros cuatro), la disminución de las extremidades
superiores (que quedan libre para la manipulación de los objetos y que desarrolla otro
cambio: el desarrollo de la pinza del dedo pulgar), el acortamiento y la robustez de la
pelvis (que permite una mayor sujeción de los glúteos, necesarios para caminar
erguidos), la inserción del cráneo en la columna vertebral por su base, la curvatura de la
columna vertebral (para soportar mejor el cuerpo), reducción de la mandíbula, aumento
del cerebro y el desplazo de la laringe hacia abajo. También se desarrollará el lenguaje.
Se trata de un proceso lentísimo.

Primeros pobladores de Europa


Se desconoce por dónde llegan los primeros pobladores a Europa. Habría que
empezar hablando del Homo Antecessor (1,2 millones de años) cuyos fósiles son los
más antiguos encontrados en Europa, más concretamente en Burgos y se plantea un
origen eurasiático (eran fundamentalmente cazadores y fueron migrando al oeste hasta
que llegan a Europa y a la Península), aunque anteriormente se planteó un origen
africanista. Su economía era una economía depredadora propia del paleolítico. Eran
cazadores-recolectores (la recolección predominaría durante bastantes años). Sus útiles
serán bastante toscos y su capacidad organizativa es escasa. Se cree que eran carroñeros,
es decir, que aprovechaban la carne que dejaban otros), y existen pruebas de
canibalismo (se cree que para alimentarse, aunque también podía ser de tipo ritual).
Vivían en grupos pequeños, estructuras sociales de tipo clánico integradas por
individuos con pasado común, abierto, de lazos de sangre pero sobre todo culturales y
permiten la entrada de miembros de otros clanes para que la endogamia no hiciera
estragos. Son nómadas en según de las migraciones animales y los cambios climáticos.
Habitaban en refugios y en cuevas y construían pequeños útiles de piedra con una sola
cara labrada.

El Homo Heidelbergensis (500000-250000), que deriva del Homo Antecessor, se


extendió por África, Europa y gran parte del mundo. Los miembros de esta especie
evolucionaron en Europa en condiciones de un relativo aislamiento debido a las
glaciaciones que asolaron el hemisferio norte durante el Pleistoceno medio. La
Península Ibérica fue uno de los rincones de Europa donde los homínidos encontraron
refugio durante los momentos más fríos del Pleistoceno medio. Dominó el fuego y la
industria lítica. Poseía una capacidad de comunicación básica. Siguen siendo sociedades
cazadoras-recolectoras nómadas.

El Homo Neanderthal (230000 – 24000 a. C.) se extiende sobre todo por el


continente europeo (zona del Cáucaso). Convivió con el Homo Sapiens durante mucho
tiempo (unos 15000 años). Físicamente, se aleja del Sapiens actual: es más robusto,
muy resistente, es un hombre pesado, no ágil, pero podía hacer desplazamientos largos.

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Eran sobre todo cazadores (caza mayor), que requería la colaboración del grupo. Su
fonética estaba muy limitada. El Homo Neanderthal forma parte de la Leyenda Negra.
Hay evidencias de canibalismo de tipo ritual con creencias manifiestas en el culto a los
muertos y en esos rituales de canibalismo. Su extinción es polémica, habiendo varias
teorías: que estaba demasiado adaptado al clima frío y los mamíferos que cazaban
desaparecieron, algo a lo que el Homo Neanderthal no se adaptaría; que estaría muy
especializado y que no era versátil; que tenían problemas de reproducción; y que no
pudo competir con el Homo Sapiens.

El Homo Sapiens (40000-hoy) surge en África y se difundió por todo el mundo con
extrema rapidez. Entró en contacto con los neandertales entre el 40000 y el 28000. Se
caracterizan ya por su industria lítica avanzada y porque son grandes pescadores y
comen prácticamente de todo (aunque siguen siendo cazadores-recolectores). Vivían en
sociedad (tribus) y tenían una gran capacidad de adaptación al medio. Se caracteriza por
su gran flexibilidad y porque posee una mayor tecnología.

ETAPAS DE LA PREHISTORIA
Paleolítico (1,2 m. a. – 9.000 a.C.)
“Paleolítico” significa etimológicamente “piedra antigua” y se identifica como la
época de la piedra tallada (aunque también se utilizaron otros materiales). El Paleolítico
se divide en tres momentos:

 Paleolítico Inferior: Desde 1,2 millones de años (Homo Antecessor) hasta el


90.000. La evolución es muy lenta. Fue una época repleta de glaciaciones y
muy dura con una industria lítica muy pobre.
 Paleolítico Medio: 90.000 al 35.000 a.C. Europa, en este momento está
poblada por el Hombre de Neanderthal. Desde el 40000 convive con los
primeros Homo Sapiens, llegados de África. El Neanderthal se extinguió
hacia el 28000 a. C. Está dominada por una glaciación muy dura y la
industria lítica era más moderna. Se empieza a trabajar la madera.
 Paleolítico Superior: 35.000 al 9.000 a.C. Homo Sapiens. Los útiles de esta
época son mucho más modernos y pequeños. Hay claras muestras de
actividad artística rupestre (Altamira), que son rituales de caza en los que no
aparecen figuras humanas. La industria lítica se centra en la caza de
animales más pequeños.

Durante este período, hubo diferenciación sexual, ya que los hombres se dedicaban
a la caza y las mujeres a la cría. Lo que no está claro es si ya había parejas o no. A partir
del 3000 se produce un cambio tecnológico con la aparición de los metales que marcaría
el fin de esta etapa.

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Epipaleolítico/Mesolítico (9.000 – 6.000 a.C.)
En esta etapa, desaparecieron los animales más peligrosos y el clima era más
benigno que antes. El arte rupestre esquemático ya muestra una narración de caza y
sinos humanos y figurativos, se desarrolla en abrigos de difícil acceso.

Neolítico (6.000 – 3.000 a.C.)


La neolitización tiene su origen en el Próximo Oriente Asiático, donde hubo la
posibilidad de domesticación autóctona de animales, y desde donde se difundió por el
Mediterráneo (de manera lenta). Hay una coexistencia entre grupos productores y
depredadores. Comienza un tipo de economía productora basada en la domesticación
autóctona de algunos animales y en el tratado de las tierras. Se produce una división y
especialización social del trabajo y la economía es más diversa (es la gran revolución
económica de los tiempos antiguos) y, con ello, también son sociedades más complejas
y estratificadas. Aparece la cerámica cardial.

Edad de los Metales (3.000 – siglo III a.C.)


La metalurgia tiene su origen en el Próximo Oriente, más concretamente en
Mesopotamia, y de ahí se expande por todo el Mediterráneo hasta llegar a España.
Había escasez de mineral (de estaño) en Oriente, lo que lleva a la comercialización
(sobre todo con las Islas Británicas) y al empleo de las aleaciones. La metalurgia se
difunde de manera rápida, y empezaría un flujo comercial y un flujo socio-cultural muy
importante.

La Edad de los Metales se divide a su vez en:

 Calcolítico (3000-2000 a. C.): primer milenio del descubrir del metal. Aún
muchas sociedades no conocían este material, que se presentaba como algo
oscurantista, y se sigue usando mucho la piedra.
 Edad del Bronce (2000-750 a.C.): surge la aleación del cobre y del estaño,
lo que crea el bronce y empieza el flujo comercial.
 Edad del Hierro (750-218 a. C.): nos encontramos ya en la Protohistoria (es
decir, existen fuentes escritas, aunque no son hispanas ya que las hispanas
no se entienden) y se trata de una etapa de transición.

Es una técnica que viene del exterior y que se extiende por el Mediterráneo. La falta
de materia prima (sobre todo estaño) alentó la salida de fenicios y griegos, fomenta el
intercambio cultural y produce una evolución en la sociedad.

Se produce una mayor especialización del trabajo y, además, se pasa de una


sociedad segmentada a una jerarquizada (diferenciación social progresiva), como se
puede observar en los enterramientos individuales en ajuares funerarios diferenciados.

Los conflictos militares van en aumento (armamento: espadas, puñales, brazaletes


de arqueros…) y aparecen los poblados fortificados: control del territorio, de las minas
y de la propiedad.

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Se sigue desarrollando la agricultura y la ganadería, que en este momento es más
diversa (aves, cerdos, caballos) y se encuentran datos firmes de que practicaban el
regadío.

También percibimos un cambio en los rituales con los enterramientos individuales


(que en el calcolítico eran aún colectivos) y en la Edad del Hierro nos encontramos con
incineraciones (necrópolis de campos de urnas).

El megalitismo no es una etapa, sino una manifestación o un fenómeno cultural que


abarca desde el neolítico hasta la mitad de la Edad de los Metales (4899 – 1400 a.C.)
que se da en la fachada atlántica y el Mediterráneo. Se caracteriza fundamentalmente
por la construcción de grandes megalitos, que son monumentos funerarios (dentro de los
que se realizan enterramientos colectivos) propios de sociedades segmentadas con
chamanes, sin ajuares importantes. Existe una tipología de monumentos y no existe una
clara diferenciación social. Son dólmenes, sobre todo, cubiertos por tierra que requerían
un trabajo colectivo y la necesidad de una jefatura para coordinar esos trabajos, que
quizá eran sacerdotes, es decir, una jefatura religiosa. Se relacionan con los cultos
solares (corredores orientados al solsticio de invierno).

Los crómlech son ménires situados en forma oblicua o circular, que a veces
rodearían un dolmen. En cuanto a la taula mallorquina, se sale de lo común y es propia
de las Islas Baleares.

Las sociedades calcolíticas se diferencian muy poco de las sociedades neolíticas, ya


que, como hemos dicho, se conoce muy poco los metales (principalmente cobre, oro y
plata). Se desarrolla la cultura de los millares, donde aparecen las primeras
fortificaciones y la forma de enterrar a sus muertos era en tholos, es decir,
construcciones circulares en forma de cúpula que se cubrían con tierra. Eran todavía
enterramientos colectivos.

Durante la Edad del Bronce surge la cultura del Argar (Almería y Sudeste), que es
una cultura autóctona con la que se empieza a hablar de fenómeno urbano. Se trata de
una evolución de la cultura de los millares, que tiene una mayor importancia de la
guerra. Hay ya enterramientos individuales o en parejas en ajuares diferenciados y, por
lo tanto, la sociedad se encuentra más segmentada. Es una sociedad abierta al comercio
cuyas elaboraciones están cada vez más perfeccionadas.

En la Mancha aparece la cultura de las motillas, en la que aparecen ya


construcciones complejas con enorme interés debido a la fortificación y a su estructura
defensiva de planta circular y apariencia cónica de unos 40 metros. Son poblados no
muy grandes con ajuares diferenciados e individuales. En el centro de la motilla existía
un pozo que servía para proteger el agua, que escaseaba.

Los castellones manchegos son yacimientos en altura con defensas naturales, ya


que eran poblados situados en lugares estratégicos con viviendas fortificadas donde
encontramos enterramientos en las mismas casas.

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En el bronce final hubo una mayor riqueza, y muestra de ello son las estelas
funerarias, que son piedras en las que se hace algún tipo de representación: símbolos
concéntricos, símbolos del sol y, sobre todo, guerreros. Se produjo por toda Europa una
serie de sucesiones de movimientos migratorios que aportan la cultura céltica, cambios
en los ritos (incineraciones) y la aparición de los primeros estados (Tartessos).

La Edad del Hierro supone la entrada de las comunidades hispánicas en la Historia


(aparecen noticias escritas de lo que sucede en la Península). Se empieza a hablar por
primera vez de los Estados, y la primera monarquía es Tartessos.

Tartessos es un territorio situado en la desembocadura del Guadalquivir, que surge


por la influencia de ese comercio internacional ya que era una zona muy rica en
minerales, lo que atrajo a comerciales de Oriente (fenicios y griegos). Tenían una
madurez desde el punto de vista organizativo. Surge en el Bronce Final y desaparece en
la primera etapa de la Edad del Hierro. Era una población con influencias culturales
orientales y comercializan con fenicios y griegos.

Se conoce como cultura íbera (siglos VI – III a.C.) al conjunto de pueblos indígenas
de influencias orientalizantes que tienen mucho en común. Serían ciudades-estado en las
que había jefaturas, castas militares y religiosas y la sociedad estaba jerarquizada. Se
sitúan por toda la Costa Mediterránea con ramificaciones hacia el interior. Son agrícolas
(vid, cereal y olivo) y ganaderos (en menor medida). Además, realizan actividades
comerciales bastante fructíferas. Viven en oppidum, grandes poblados fortificados y con
desarrollo urbano, que a veces se puede llamar casi ciudades; y poblados pequeños en
llanos.

Las sociedades íberas (siglos VI – IV a.C.) son ciudades-estado que ya tienen reyes,
y también castas de sacerdotes. Es una sociedad compleja. Hay esclavitud y tienen
moneda propia.

En el área indoeuropea se encuentran las sociedades más antiguas, con una


pervivencia de la ganadería y una economía más pobre. Son los grandes metalúrgicos de
la Península Ibérica, pero con materiales más pobres. Son sociedades básicamente
rurales, muy militarizadas y gentilicias.

En las sociedades gentilicias había tres niveles: familia (cognatio), clan (gentilitas)
y tribu. El clan es un grupo formado por una familia extensa pero además con nexo
ideológico-simbólico, y se incluyen extranjeros que han sido adoptados en ese clan y
son conocidos como parentelas. La tribu puede estar dispersa por un territorio amplio
pero más o menos con su demarcación definida. Tienen una asamblea (Senado).

COLONIZACIONES HISPANIA ROMANA


España entra de lleno en la Edad Antigua, que abarca unos 1500 años y se centra
en la etapa de los grandes imperios y las grandes colonizaciones que va a sufrir la
Península Ibérica.

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Colonización fenicia
Tiene comienzo desde el I milenio a.C., cuando llegan unos pueblos comerciantes
de Oriente a la Península Ibérica a través del Mediterráneo, siendo una de las
colonizaciones más importantes la de los fenicios, que crean una serie de
establecimientos sobre todo en el sur (Gadir, Toscanos, Sexi, Trayamar…). No se puede
hablar de invasiones, sino del establecimiento de colonias de mercaderes, a partir de lo
cual desempeñan su labor comercial. Introducen la escritura, la religión, mejoras en
navegación, urbanismo, salazones, incineración, etc., que será de gran importancia.
Hubo gran influencia en Tartessos y en el mundo ibérico. Como de lo que se trataba era
de comerciar con metales y otro tipo de productos ibéricos, la mayor parte de su arte se
corresponde con este tipo de actividad (ánforas, jarrones…), que influiría de forma
significativa en la religión o en los ritos religiosos llevados a cabo por los fenicios.

Colonización griega
Inmediatamente tras el declive de la colonización fenicia aparecen los griegos al sur
de la Península Ibérica y es fundamental la colonia de Marsella. Al igual que los
fenicios, establecían sus colonias para ejercer el comercio y también fueron de gran
influencia para los pueblos ibéricos, que tomaron sus costumbres e instituciones de
gobierno.

Colonización púnica o cartaginesa


Cartago había sido fundada en el norte de África por los fenicios y, tras la
decadencia de estos, inicia su expansión por la costa occidental del Mediterráneo.
Surgió como una colonia, pero con el paso del tiempo pasaría a ser una metrópoli. Les
movía el interés comercial, al igual que a los fenicios y los griegos, pero también tenía
pretensiones de conquista y se presentaba como una potencia militar, reduciendo a la
esclavitud a muchas poblaciones de la Península Ibérica. Vencen a los griegos en la
batalla de Alalia (520 a.C.) y crean nuevas factorías en el litoral levantino y en las Islas
Baleares, desde las que controlan todo el oriente peninsular.

Colonización romana
Sin embargo, sus deseos de expansión encontraron la oposición de Roma. En el
contexto de las guerras entre estas potencias se inscribe el inicio de la conquista de la
península por los romanos, que comprende las siguientes fases:

1. Segunda Guerra Púnica (218-206 a.C.): por el Tratado de Ebro (226 a.C.)
romanos y cartagineses se habían repartido las respectivas áreas de influencia en
el Mediterráneo, pero el asedio de Sagunto por los cartagineses (219 a.C.) sirvió
de pretexto a los romanos para declarar la guerra. La victoria de las legiones
romanas sobre Aníbal y sobre sus aliados posibilitó que gran parte del sur y la
franja costera del este pasaran a depender de Roma. En el año 197 a.C. establece
la primera división territorial en dos provincias, Citerior y Ulterior.
2. Se divide a su vez en 2 periodos:
o Las Guerras de lusitanos y celtíberos (154-133 a.C.): las causas fueron el
interés de los romanos por evitar las pérdidas económicas que les
ocasionaban las incursiones de los pueblos indoeuropeos y asegurar la

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explotación de sus dominios. La guerra contra los lusitanos se produce
entre el 154 y el 139 a.C. y concluye tras el asesinato de Viriato, jefe
guerrillero de los lusitanos. La guerra celtibérica finaliza con el asedio y
posterior conquista de Numancia. En el año 123 a.C. conquistan las Islas
Baleares.
o Las guerras civiles en Roma: desde finales del siglo II a.C. se produce la
crisis de la república e Hispania se convierte en uno de los escenarios
principales de las luchas por el poder.
3. Guerras cántabras (29-19 a.C.) ponen fin a la conquista con el sometimiento de
los pueblos del norte (cántabros y satures). Son promovidas por Octavio
Augusto por motivos políticos (controlar todo el territorio peninsular y
consolidar su poder personal) y económicos (explotar las minas de la zona).

La dominación romana origina un proceso de adaptación y asimilación por parte de


los pueblos hispanos a nuevas formas de vida, bien voluntariamente o bien por la
fuerza. Esta asimilación se produce en todos los ámbitos: economía, sociedad, política,
lengua, religión…, y supone la desaparición de las estructuras indígenas y su sustitución
por las de Roma.

Los factores que propiciaron la romanización fueron: la administración con la que


controlaba el territorio, la construcción de nuevas ciudades y la red de calzadas, la
imposición del latín como lengua oficial, la extensión del derecho de ciudadanía, el
sincretismo religioso, el comercio y la presencia del ejército romano en la Península.
Los pueblos que ofrecían resistencia eran sometidos a la esclavitud o se les trasladaba
lejos de su territorio, obligándoles a asumir la nueva situación. El este y el sur se
adaptaron sin dificultad, sin embargo, en los territorios del norte ese proceso no fue tan
intenso.

En la época de la república (siglo III-I a.C.), y más concretamente en el 197 a.C., se


produce la primera división administrativa de los romanos de las zonas conquistadas: la
Hispania septentrional recibirá el nombre de Hispania Citerior, y la zona meridional erá
Hispania Ulterior. Octavio Augusto reorganizó el territorio con una nueva división
provincial en el 27 a.C. en Tarraconensis, Bética y Lusitania. Caracalla en el año 212
d.C. separó de la Tarraconensis la provincia de Gallaecia y, ya a finales del siglo III, se
crearon las provincias Cartaginensis y Mauritania Tingitania. En el 385 d.C. se añadió
la Balearica.

La ciudad era la base de la administración del Imperio Romano. Las ciudades de


Hispania se dividieron según sus derechos y obligaciones:

 Ciudades libres: ayudaron a los romanos en la conquista, los habitantes gozaban


de la ciudadanía romana y no pagaban impuestos
 Colonias: construidas para pagar los servicios de los soldados licenciados.
 Estipendiarias o sometidas: eran la gran mayoría, debían pagar tributos al Estado
por su oposición a la conquista.
La estructura social estaba determinada por la condición jurídica de cada individuo,
dividida en:

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 Los hombres libres: divididos a la vez en:
o Ciudadanos: con todos los derechos políticos, como el sufragio, el acceso
a los cargos públicos y a no pagar impuestos
o No ciudadanos: sin derechos políticos, aunque si de carácter civil
(contraer matrimonio, tener propiedades o heredar)
 Los esclavos: constituían el grupo social más numeroso. No tenían ningún
derecho y pertenecían totalmente a su dueño. A veces el dueño podía dar libertad
a sus esclavos y convertirlos en libertos a través de la manumisión.

En economía, se dedicaron a explotar en su propio beneficio los recursos naturales


y humanos. Del reparto de la propiedad de la tierra se encargaba el Estado, manteniendo
en su poder grandes extensiones y otras las cedía a los veteranos de guerra a cambio de
impuestos. Otros sectores importantes eran la explotación minera, la industria del
salazón y el garum y la fabricación de productos artesanales.

LOS VISIGODOS
A partir del siglo III se produce la decadencia del Imperio Romano, propiciando la
transición hacia la Edad Meda.

Una de las bases de la economía, el trabajo del esclavo, deja de tener importancia
por las dificultades para conseguirlos y por lo costoso de su manutención al aumentar
los precios. Por ello aparecen nuevas formas de explotación de la propiedad agraria,
como el colonato. Los colonos, libertos o campesinos libres que entregaban sus tierras a
cambio de protección, fueron perdiendo la libertad y quedaron bajo la dependencia del
gran propietario.

Las guerras civiles ponen de relieve el acusado protagonismo del ejército frente al
poder del emperador. Junto a las revueltas sociales ocasionan el declive del comercio y
un aumento de la inseguridad, que acentúa el sometimiento de los más desfavorecidos.

Todo ello origina la decadencia de las ciudades y una ruralización cada vez más
acusada. Los propietarios se trasladan a sus latifundios, villae, donde se practica una
economía de autoabastecimiento y cuentan con ejércitos privados (comites). Ante esta
situación, la fiscalía del Estado se resiente, lo que profundiza aún más la crisis política.

La difusión de las religiones mistéricas desde oriente y del cristianismo, introducido


en Hispania por las legiones del norte de África, socavan los cimientos de la religión
romana y del culto al emperador, ayudando a su debilitamiento.

La presión de los pueblos bárbaros será el factor desencadenante del derrumbe


definitivo del Imperio. En el año 409, suevos, vándalos y alanos invaden la Península
poniendo fin a la dominación romana, aunque formalmente el poder imperial se
mantenga hasta el año 476 (caída del Imperio romano de occidente).

Asentados en el sur de Francia, los visigodos llegan a la Península en el año 507,


estableciendo su capital en Toledo. A lo largo del siglo VI consiguen la unificación

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territorial. La integración de los visigodos no fue fácil porque los hispanorromanos eran
muchos más, sin embargo los visigodos tenían a su favor: la asimilación del latín, su
imitación a la cultura clásica y el mantenimiento de la estructura administrativa
heredada del Imperio. La combinación de ambas sociedades presenta una cuádruple
vertiente:

 Jurídica: Leovigildo promulga el Código de Leyes (Liber Iudiciorum), común


para todas las personas. En el código se establece el reparto de tierras y permite
los matrimonios mixtos.
 Religiosa: la unificación con los hispanos se produce cuando el rey Recaredo se
convierte al catolicismo (589), arrastrando a los visigodos. A partir de esto la
Iglesia adquiere una gran importancia, como pone de manifiesto Concilio de
Toledo (633), donde se establece que el monarca sería elegido por la nobleza y
por los obispos.
 Social: se favorece la integración. Para los más humildes (campesinos, libres,
colonos, libertos y esclavos) las condiciones de vida no varían respecto a la
dominación romana.
 Político: El deseo de independencia de los nobles provocaron luchas entre los
poderosos por la ocupación del trono. En 710 se produce una guerra civil entre
los descendientes del rey Witiza y los partidarios de Don Rodrigo. Esto es
aprovechado por los árabes para invadir la Península y terminar con el reino.

AL-ÁNDALUS
La entrada de los musulmanes en la Península se produjo con el desembarco en
Gibraltar, en el 711 por Tariq Ibn Ziyad, lugarteniente de Musa. Después los visigodos
fueron derrotados y su rey, Rodrigo, murió en la batalla de Guadalete. Pronto se
produciría la implantación masiva de poblaciones norteafricanas. Así comenzaría el
reino de Al-Ándalus.

Se denomina Al-Andalus al territorio de la Península Ibérica bajo dominio del


Islam. La conquista de Hispania por las tropas árabes se produjo en el contexto de
expansión del Imperio islámico, que, desde Arabia, se apoderó en poco tiempo de la
mayor parte de los territorios de la antigua Mesopotamia y del norte de África.

En el año 711 tiene lugar un hecho trascendental para la Historia de España: la


conquista arabo-beréber. Se produce así el final de Hispania/Spania.

La mayor parte del Península pasa a llamarse Yazirat al-Andalus (Península de al-
Ándalus) o al-Ándalus a secas.

Al-Ándalus sería el equivalente de Hispania, se documenta por primera vez en


monedas acuñadas en el 98 H/716.

La evolución política de Al-Andalus se caracterizó por la inestabilidad. Al-Andalus


nunca pudo superar los enfrentamientos y disputas por el poder entre los distintos
grupos tribales árabes, a los que se sumaron los nuevos musulmanes de diferente origen
étnico presentes en la península: sirios, jordanos, distintas tribus beréberes y,

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finalmente, musulmanes de origen hispano, que eran conocidos como muladíes. Estos
grupos se asentaron en Al-Andalus manteniendo sus identidades tribales y étnicas, y no
llegaron a cohesionarse de un modo completo. Por eso, en cuanto el poder central daba
muestras de debilidad, cada grupo intentaba asentar su propio poder político
independiente, y se enfrentaba a los vecinos.

Ya en la época del Emirato dependiente de Damasco (711-756), se produjeron


revueltas sociales que enfrentaron a bereberes, mozárabes (cristianos en territorio
musulmán) y muladíes (cristianos convertidos al Islam) contra la administración árabe
por el excesivo peso de los impuestos. En el 756 el príncipe Omeya Abd-al-Rahmán I
conquista el poder y se proclama emir, iniciando el periodo del Emirato Independiente
(756-929)

A la muerte de Abd-al-Rahmán II en el 852, la presión de los pueblos cristianos del


norte y la crisis económica provocan una nueva fase de inestabilidad. Se producen
levantamientos, incluso proclamaciones de la independencia de naciones.

Abd-al-Rahmán III llega al poder en el año 912. En el 929 proclama el Califato de


Córdoba (929-1031), que significaba la independencia política y religiosa respecto a
cualquier poder externo. Con ello se convierte en juez supremo y en el máximo
representante religioso, transformando al-Andalus en la principal potencia del
Mediterráneo. Sin embargo la economía, la política y la cultura del Califato se
resquebrajan a principios del siglo XI, comenzando las guerras civiles que concluyen
con la fragmentación del califato en los denominados Reinos de Taifas. De esta manera
comienza el declive del poder musulmán, pues se une la presión de los monarcas
cristianos. Sólo la petición de ayuda al norte de África, detiene por breves períodos el
avance cristiano. Tras la batalla de las Navas de Tolosa (1212) la expansión se acelera y
a mediados del siglo XIII el dominio musulmán queda reducido al Reino nazarí de
Granada hasta 1492.

Cuando los almorávides comienzan a gobernar al-Andalus la situación social


experimenta un giro radical. El cambio fue propiciado en parte por el nuevo espíritu
implantado por los norteafricanos y su intento de re-islamización de al-Andalus, que no
se fundamentó en motivos religiosos sino en razones político-militares y económico-
fiscales, y en parte como consecuencia del avance cristiano. Esta situación se acentúa
con el advenimiento de las almohades: a pesar de que siempre se respetaron las leyes
sobre los dimmíes se producen episodios muy concretos de intransigencia en los que,
por ejemplo, a los judíos se les obligó a portar signos distintivos como gorros,
cinturones o vestidos especiales, y se les clausuraron sinagogas y academias. En cuanto
a los cristianos, una fetua de Abã l-Walid b. Rušd en 1126 dictamina la conversión o
deportación de los cristianos y la expropiación de iglesias y conventos. Pero incluso en
esos periodos, en los que se detecta un cambio importante en la mentalidad de los
dirigentes andalusíes, los dimmíes gozaron de total autonomía para gestionar su vida, y
siguieron siendo gobernados por sus propios dirigentes y leyes.

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Paradójicamente es en esta época, considerada especialmente conflictiva para las
relaciones entre cristianos, judíos y musulmanes, cuando se materializan el mayor
número de ejemplos de integración e intercambio cultural.

Respeto a los efectivos humanos, la escasez de fuentes dificulta el conocimiento


detallado de los hombres que vivieron en la parte musulmana de la Península.

La identidad de los grupos humanos que poblaron al-Andalus al principio ha sido


objeto de controversias. Descata Ignacio Olagüe con su obra Les arabes n`ont jamais
envahi l`Espagne.

Sánchez Albornoz, critica las tesis de Américo Castro, basándose en las fuentes
árabes que demuestran la insignificancia numérica de la población árabe.

Defiende la idea del “Homo Hispánicus”, soporte de la civilización española


anterior a la Edad Media, a la romanización, incluso.

También la idea de aproximaciones culturales ha sido muy debatida. Revitalización


de las ideas de Américo Castro.

La España de las tres culturas

La España de la sociedad de castas que se originan en la etapa Medieval.

La península como laboratorio de observación cultural. Dinámicas de conflicto,


convivencia, coexistencia o tolerancia .Ha sido un tema de interés reciente
investigaciones del CSIC.

Sobre las visiones actuales del tema, la historia de Al-Andalus en sus orígenes es
una historia árabe oriental, también bereber. Los elementos indígenas tienen un papel de
meros comparsas. Las tradiciones que se forjan en los primeros tiempos de la España
musulmana nacieron en medio árabe. Llegan unas decenas de miles de guerreros que
debieron venir agrupados por clanes o con sus familias. Hubo un establecimiento sobre
la base de la organización tribal.

Las primeras décadas de la ocupación están dominadas por luchas tribales. Se trata
de una sociedad segmentada con desequilibrio socioeconómico. El equilibrio se lleva a
cabo mediante alianzas entre clanes que se romperán fácilmente. Las tradiciones
literarias y cronísticas evocan:

“la estructura segmentaria de la sociedad árabe tradicional, en la que el


equilibrio socioeconómico, perpetuamente cuestionado y perpetuamente reconstruido,
se lleva a cabo por medio de un sutil juego de oposiciones y alianzas entre grupos
movidos por la solidaridad tribal, la venganza y el honor”.

Un siglo después de la conquista, en las regiones apartadas, alejadas de los


principales centros de difusión de la cultura islámica en formación, las estructuras
tribales y las rivalidades ancestrales eran lo suficientemente fuertes como para mantener

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un conflicto interminable entre yemeníes y qaysíes en el que murieron miles de
guerreros.

La lengua árabe actuó como factor de cohesión cultural. La tradición beduina


preislámica se ve invadida por la cultura jurídica y religiosa ligada al Islam.

En la crisis política que afecta al emirato en el último tercio del siglo IX se aprecian
los muchos conflictos locales que enfrentan a los árabes con los indígenas islamizados.

El proceso de islamización (adquisición de la cultura jurídica y religiosa ligada al


Islam (Vehiculada por la lengua Árabe) muestra el naciente antagonismo entre la
aristocracia guerrera y una “nueva clase dirigente” formada por los que poseen ese saber
nuevo (literario y jurídico-religioso).

Hay fuerte diferenciación de elementos sociales que conviven y coexisten diversos


grupos étnicos, religiosos y lenguas. La estructura social andalusí estaba condicionada
por el origen étnico de cada grupo y por la clase social. Se diferencia entre nobleza
(jassa), notables (ayam) y masa (amma). Hay condición de hombres libres y esclavos.

Respecto a los bereberes, fue un aporte poblacional mucho más numeroso que el
árabe. Protagonizaron disidencias locales con un componente étnico fuerte.

A finales del siglo VIII protagonizaron importantes movimientos de rebelión.

Se establecieron en las regiones centrales y orientales de Al-Andalus, al norte de


Córdoba, entre los valles del Guadalquivir y el Guadiana. En las extensiones
montañosas situadas entre Toledo y Valencia- regiones de Huete, Cuenca, Teruel y
Albarracín- Tierras altas de la Andalucía occidental, en los alrededores de Ronda. Y en
las proximidades de las ciudades del V. del Guadalquivir, Carmona o Écija. Son zonas
de peor calidad que los árabes.

En Valencia su presencia muy numerosa. S. IX. Un geógrafo informaba “Valencia


es una vasta y bella región en la que se han establecido tribus bereberes que no
reconocen la autoridad de los omeyas”.

Se aprecia un elevado número de topónimos de origen gentilicio: Benifayó,


Benimantell, Benicassim.

Buscaron en el estudio de las ciencias jurídicas islámicas el prestigio que les faltaba
dada la menor consideración de su origen étnico. Es así como se interpreta el hecho que
los personajes más conocidos de las primeras generaciones de doctores andalusíes que
conocemos no sean árabes sino bereberes.

Por otro lado, los mozárabes y muladíes. Los mozárabes son poblaciones cristianas
que permanecen en suelo andalusí. Forman esa gran población dimníes. Se caracterizan
por su régimen tributario y son protagonistas de algunas revueltas en el siglo IX. Los
obispos se convierten en administradores políticos. Los mozárabes emigrarán hacia los
reinos cristianos del norte, confluyendo lo artístico y la cultura mozárabe en el norte. Se

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produce una aculturación creciente. Se mantiene como un grupo incluso en la época de
Alfonso VI. Mediante un proceso natural de disolución se irán convirtiendo al sistema
islámico recibiendo el nombre de muladíes.

Los muladíes reflejan el proceso de conversión del cristianismo al islam.


Conservan el recuerdo del cristianismo y provocarán algunos revueltas.

Al analizar la sociedad andalusí hay que hablar del papel de las mujeres. En una
sociedad patriarcal, el género es una forma primaria de organización social. La sociedad
andalusí es una sociedad multicultural que se va estructurando según las misiones de la
sociedad. La mujer es un colectivo que aparece variable en innumerable líneas de
variación. Al mismo tiempo, hay varios estatus como el ser libre o esclava, origen
étnico o familiar, adscripción religiosa o posición socioeconómica.

Hay ya una identidad social, es decir, una idea ya establecida de lo que hacen los
hombres o característico de ellos y lo que es de las mujeres. Así, hay una profesión que
propia de las mujeres, según menciona Ibn Jaldún, y que tiene gran importancia ya
adquiere función de peritaje. Pues un hombre no puede explorar a una mujer. Por lo
mismo, las señas de identidad de lo masculino y femenino están bien marcadas y no se
aceptan ambigüedades (texto la mujer barbuda).

Por lo que respecta a las fuentes, hay menos indicios y fuentes para documentar
mujeres en Al-Ándalus. La figura de la mujer en la política es reducida a su papel
dentro del harem de las cortes emirales y califales.

El matrimonio es una institución fundamental para comprender el estatus de las


mujeres. La función del matrimonio es destacada por algunos autores, mientras que la
mujer se encarga de las tareas serviles el hombre puede progresar en el estudio
(ciencia…etc.). Es además el espacio habitual donde la mujer se integra. No es una
ceremonia religiosa si no un acto legal, un contrato, donde la dote es un elemento
fundamental. En este contrato se incluyen todo tipo de clausulas, de monogamia,
respecto a la dote…etc. En la herencia las hijas reciben la mitad de lo que reciben los
hijos varones.

Un elemento a destacar en lo que respecta al matrimonio es la virilocalidad, es


decir, la esposa reside donde reside el marido, y a veces en caso de tener que abandonar
su localidad podía significar desprotección para la esposa.

Por otro lado, la poligamia esta establecida en el Corán y además es una práctica
habitual de las tribus preislámicas. El número máximo de esposas se estable en cuatro,
siempre que se les pueda mantener a todas por igual. También el hombre puede tener el
número de esclavas y concubinas que pueda mantener, con las que puede tener
relaciones sexuales y sus hijos son legítimos.

Por lo tanto el carácter no permanente del vínculo matrimonial esta establecido. La


vía más normalizada es el divorcio o el repudio, por lo que algunas mujeres incluían
cláusulas antirepudio en su contrato matrimonial.

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La ley islámica admite la disolución del matrimonio por voluntad expresa o
unilateral del marido y en ciertas condiciones a petición de la esposa.

Era un mal a evitar. Deja a la esposa en precariedad económica y ésta pierde la


custodia de los hijos varones púberes. Repercutía en la economía del esposo que había
de pagar la dote aplazada.

Se busca mediación para evitarlo de una persona de confianza, o un representante


de cada familia.

Maneras de poner fin al matrimonio: declaración expresa del marido (se debía hacer
por primera vez entre dos periodos menstruales dela esposa y repetirse dos veces más al
término del periodo.

Mujeres de clases altas lo tenían más fácil por el respaldo familiar y la situación
económica.

También el matrimonio se podía disolver debido a la ausencia del marido, cláusula


de ausencia del marido (3 años, para cumplir con el precepto de la peregrinación) un
año de ausencia para los hombres desaparecidos en combate.

La Escuela Maliki, predominante en al-andalus aceptó que los malos tratos por
parte del esposo eran causa para que la esposa solicitase el divorcio.

En este caso los daños habían de ser testificados por vecinos, criadas y mujeres de
la familia. Y esto era difícil de llevar a cabo ante el cadí, además no todas las mujeres
disponían de criadas…etc.

También, el matrimonio tiene un carácter de unidad, como intercambio entre


varones que crea lazos entre diferentes grupos. En la época omeya se practicaba la
endogamia y no se casaba a mujeres árabes con no árabes para mantener la cohesión
social. Así, durante el siglo XI que es época de debilidad política, las mujeres tendrán
un papel muy importante a través de alianzas selladas con matrimonios. Los
matrimonios significativos se producen sobre todo en grupos como los ulemas ya que se
consigue prestigio estudiando las ciencias sagradas islámicas.

La mayoría de edad, entendida como capacidad para obrar jurídicamente, no tiene


una regla establecida. Pero se articulan diferencias entre las clases sociales en lo que a
la independencia legal de las mujeres respecta. Las mujeres de las clases aristocráticas
están dentro de un código de honor más alto que el resto y quedan reducidas al espacio
doméstico. En cambio, las clases populares y trabajadoras tienen más libertad de
movimientos, como ocurren en otras sociedades.

Emires y califas omeyas mantuvieron un tipo de familia en el que convivían


esposas y un elevado número de esclavas, cuyos hijos eran igualmente legítimos como
los de la primeras.

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Las madres de los príncipes omeyas andalusíes fueron todas esclavas en origen.
Poco se sabe de ellas, salvo el nombre.

Las mujeres de la familia real perpetúan su nombre en obras de beneficencia


pública: cementerios, hospitales y mezquitas fueron muchas veces instituciones
fundadas y financiadas por mujeres de la familia gobernante.

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