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El proceso de hominización
El proceso de hominización es el conjunto de todos los cambios que sufrieron los
primeros homínidos. Destaca sobre todo la marcha bípeda, pues hace 3 millones de años
se produjo un cambio climático en África, que se hizo más seco, el bosque tropical
retrocedió, apareció el bosque abierto y se produjeron cambios en cuanto a los seres
vivos. Los homínidos que ahí habitaban se tuvieron que adaptar a esa serie de cambios,
que fue una adaptación tanto al medio como a los recursos (tuvieron que buscar
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alimento en tierra firme ya que en los árboles escaseaba) para tener libres las manos y
los brazos y para mejorar la visión (tenían que cruzar altas hierbas y zonas pantanosas y
eran una presa fácil de los carnívoros, por lo que tuvieron que erguirse para poder otear
el horizonte). Consecuencia de ello habrá otros cambios físicos importantísimos, como
lo son el pie plantígrado (se apoya toda la planta), el cambio del dedo gordo (que pasa a
situarse en el mismo plano que los otros cuatro), la disminución de las extremidades
superiores (que quedan libre para la manipulación de los objetos y que desarrolla otro
cambio: el desarrollo de la pinza del dedo pulgar), el acortamiento y la robustez de la
pelvis (que permite una mayor sujeción de los glúteos, necesarios para caminar
erguidos), la inserción del cráneo en la columna vertebral por su base, la curvatura de la
columna vertebral (para soportar mejor el cuerpo), reducción de la mandíbula, aumento
del cerebro y el desplazo de la laringe hacia abajo. También se desarrollará el lenguaje.
Se trata de un proceso lentísimo.
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Eran sobre todo cazadores (caza mayor), que requería la colaboración del grupo. Su
fonética estaba muy limitada. El Homo Neanderthal forma parte de la Leyenda Negra.
Hay evidencias de canibalismo de tipo ritual con creencias manifiestas en el culto a los
muertos y en esos rituales de canibalismo. Su extinción es polémica, habiendo varias
teorías: que estaba demasiado adaptado al clima frío y los mamíferos que cazaban
desaparecieron, algo a lo que el Homo Neanderthal no se adaptaría; que estaría muy
especializado y que no era versátil; que tenían problemas de reproducción; y que no
pudo competir con el Homo Sapiens.
El Homo Sapiens (40000-hoy) surge en África y se difundió por todo el mundo con
extrema rapidez. Entró en contacto con los neandertales entre el 40000 y el 28000. Se
caracterizan ya por su industria lítica avanzada y porque son grandes pescadores y
comen prácticamente de todo (aunque siguen siendo cazadores-recolectores). Vivían en
sociedad (tribus) y tenían una gran capacidad de adaptación al medio. Se caracteriza por
su gran flexibilidad y porque posee una mayor tecnología.
ETAPAS DE LA PREHISTORIA
Paleolítico (1,2 m. a. – 9.000 a.C.)
“Paleolítico” significa etimológicamente “piedra antigua” y se identifica como la
época de la piedra tallada (aunque también se utilizaron otros materiales). El Paleolítico
se divide en tres momentos:
Durante este período, hubo diferenciación sexual, ya que los hombres se dedicaban
a la caza y las mujeres a la cría. Lo que no está claro es si ya había parejas o no. A partir
del 3000 se produce un cambio tecnológico con la aparición de los metales que marcaría
el fin de esta etapa.
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Epipaleolítico/Mesolítico (9.000 – 6.000 a.C.)
En esta etapa, desaparecieron los animales más peligrosos y el clima era más
benigno que antes. El arte rupestre esquemático ya muestra una narración de caza y
sinos humanos y figurativos, se desarrolla en abrigos de difícil acceso.
Calcolítico (3000-2000 a. C.): primer milenio del descubrir del metal. Aún
muchas sociedades no conocían este material, que se presentaba como algo
oscurantista, y se sigue usando mucho la piedra.
Edad del Bronce (2000-750 a.C.): surge la aleación del cobre y del estaño,
lo que crea el bronce y empieza el flujo comercial.
Edad del Hierro (750-218 a. C.): nos encontramos ya en la Protohistoria (es
decir, existen fuentes escritas, aunque no son hispanas ya que las hispanas
no se entienden) y se trata de una etapa de transición.
Es una técnica que viene del exterior y que se extiende por el Mediterráneo. La falta
de materia prima (sobre todo estaño) alentó la salida de fenicios y griegos, fomenta el
intercambio cultural y produce una evolución en la sociedad.
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Se sigue desarrollando la agricultura y la ganadería, que en este momento es más
diversa (aves, cerdos, caballos) y se encuentran datos firmes de que practicaban el
regadío.
Los crómlech son ménires situados en forma oblicua o circular, que a veces
rodearían un dolmen. En cuanto a la taula mallorquina, se sale de lo común y es propia
de las Islas Baleares.
Durante la Edad del Bronce surge la cultura del Argar (Almería y Sudeste), que es
una cultura autóctona con la que se empieza a hablar de fenómeno urbano. Se trata de
una evolución de la cultura de los millares, que tiene una mayor importancia de la
guerra. Hay ya enterramientos individuales o en parejas en ajuares diferenciados y, por
lo tanto, la sociedad se encuentra más segmentada. Es una sociedad abierta al comercio
cuyas elaboraciones están cada vez más perfeccionadas.
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En el bronce final hubo una mayor riqueza, y muestra de ello son las estelas
funerarias, que son piedras en las que se hace algún tipo de representación: símbolos
concéntricos, símbolos del sol y, sobre todo, guerreros. Se produjo por toda Europa una
serie de sucesiones de movimientos migratorios que aportan la cultura céltica, cambios
en los ritos (incineraciones) y la aparición de los primeros estados (Tartessos).
Se conoce como cultura íbera (siglos VI – III a.C.) al conjunto de pueblos indígenas
de influencias orientalizantes que tienen mucho en común. Serían ciudades-estado en las
que había jefaturas, castas militares y religiosas y la sociedad estaba jerarquizada. Se
sitúan por toda la Costa Mediterránea con ramificaciones hacia el interior. Son agrícolas
(vid, cereal y olivo) y ganaderos (en menor medida). Además, realizan actividades
comerciales bastante fructíferas. Viven en oppidum, grandes poblados fortificados y con
desarrollo urbano, que a veces se puede llamar casi ciudades; y poblados pequeños en
llanos.
Las sociedades íberas (siglos VI – IV a.C.) son ciudades-estado que ya tienen reyes,
y también castas de sacerdotes. Es una sociedad compleja. Hay esclavitud y tienen
moneda propia.
En las sociedades gentilicias había tres niveles: familia (cognatio), clan (gentilitas)
y tribu. El clan es un grupo formado por una familia extensa pero además con nexo
ideológico-simbólico, y se incluyen extranjeros que han sido adoptados en ese clan y
son conocidos como parentelas. La tribu puede estar dispersa por un territorio amplio
pero más o menos con su demarcación definida. Tienen una asamblea (Senado).
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Colonización fenicia
Tiene comienzo desde el I milenio a.C., cuando llegan unos pueblos comerciantes
de Oriente a la Península Ibérica a través del Mediterráneo, siendo una de las
colonizaciones más importantes la de los fenicios, que crean una serie de
establecimientos sobre todo en el sur (Gadir, Toscanos, Sexi, Trayamar…). No se puede
hablar de invasiones, sino del establecimiento de colonias de mercaderes, a partir de lo
cual desempeñan su labor comercial. Introducen la escritura, la religión, mejoras en
navegación, urbanismo, salazones, incineración, etc., que será de gran importancia.
Hubo gran influencia en Tartessos y en el mundo ibérico. Como de lo que se trataba era
de comerciar con metales y otro tipo de productos ibéricos, la mayor parte de su arte se
corresponde con este tipo de actividad (ánforas, jarrones…), que influiría de forma
significativa en la religión o en los ritos religiosos llevados a cabo por los fenicios.
Colonización griega
Inmediatamente tras el declive de la colonización fenicia aparecen los griegos al sur
de la Península Ibérica y es fundamental la colonia de Marsella. Al igual que los
fenicios, establecían sus colonias para ejercer el comercio y también fueron de gran
influencia para los pueblos ibéricos, que tomaron sus costumbres e instituciones de
gobierno.
Colonización romana
Sin embargo, sus deseos de expansión encontraron la oposición de Roma. En el
contexto de las guerras entre estas potencias se inscribe el inicio de la conquista de la
península por los romanos, que comprende las siguientes fases:
1. Segunda Guerra Púnica (218-206 a.C.): por el Tratado de Ebro (226 a.C.)
romanos y cartagineses se habían repartido las respectivas áreas de influencia en
el Mediterráneo, pero el asedio de Sagunto por los cartagineses (219 a.C.) sirvió
de pretexto a los romanos para declarar la guerra. La victoria de las legiones
romanas sobre Aníbal y sobre sus aliados posibilitó que gran parte del sur y la
franja costera del este pasaran a depender de Roma. En el año 197 a.C. establece
la primera división territorial en dos provincias, Citerior y Ulterior.
2. Se divide a su vez en 2 periodos:
o Las Guerras de lusitanos y celtíberos (154-133 a.C.): las causas fueron el
interés de los romanos por evitar las pérdidas económicas que les
ocasionaban las incursiones de los pueblos indoeuropeos y asegurar la
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explotación de sus dominios. La guerra contra los lusitanos se produce
entre el 154 y el 139 a.C. y concluye tras el asesinato de Viriato, jefe
guerrillero de los lusitanos. La guerra celtibérica finaliza con el asedio y
posterior conquista de Numancia. En el año 123 a.C. conquistan las Islas
Baleares.
o Las guerras civiles en Roma: desde finales del siglo II a.C. se produce la
crisis de la república e Hispania se convierte en uno de los escenarios
principales de las luchas por el poder.
3. Guerras cántabras (29-19 a.C.) ponen fin a la conquista con el sometimiento de
los pueblos del norte (cántabros y satures). Son promovidas por Octavio
Augusto por motivos políticos (controlar todo el territorio peninsular y
consolidar su poder personal) y económicos (explotar las minas de la zona).
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Los hombres libres: divididos a la vez en:
o Ciudadanos: con todos los derechos políticos, como el sufragio, el acceso
a los cargos públicos y a no pagar impuestos
o No ciudadanos: sin derechos políticos, aunque si de carácter civil
(contraer matrimonio, tener propiedades o heredar)
Los esclavos: constituían el grupo social más numeroso. No tenían ningún
derecho y pertenecían totalmente a su dueño. A veces el dueño podía dar libertad
a sus esclavos y convertirlos en libertos a través de la manumisión.
LOS VISIGODOS
A partir del siglo III se produce la decadencia del Imperio Romano, propiciando la
transición hacia la Edad Meda.
Una de las bases de la economía, el trabajo del esclavo, deja de tener importancia
por las dificultades para conseguirlos y por lo costoso de su manutención al aumentar
los precios. Por ello aparecen nuevas formas de explotación de la propiedad agraria,
como el colonato. Los colonos, libertos o campesinos libres que entregaban sus tierras a
cambio de protección, fueron perdiendo la libertad y quedaron bajo la dependencia del
gran propietario.
Las guerras civiles ponen de relieve el acusado protagonismo del ejército frente al
poder del emperador. Junto a las revueltas sociales ocasionan el declive del comercio y
un aumento de la inseguridad, que acentúa el sometimiento de los más desfavorecidos.
Todo ello origina la decadencia de las ciudades y una ruralización cada vez más
acusada. Los propietarios se trasladan a sus latifundios, villae, donde se practica una
economía de autoabastecimiento y cuentan con ejércitos privados (comites). Ante esta
situación, la fiscalía del Estado se resiente, lo que profundiza aún más la crisis política.
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territorial. La integración de los visigodos no fue fácil porque los hispanorromanos eran
muchos más, sin embargo los visigodos tenían a su favor: la asimilación del latín, su
imitación a la cultura clásica y el mantenimiento de la estructura administrativa
heredada del Imperio. La combinación de ambas sociedades presenta una cuádruple
vertiente:
AL-ÁNDALUS
La entrada de los musulmanes en la Península se produjo con el desembarco en
Gibraltar, en el 711 por Tariq Ibn Ziyad, lugarteniente de Musa. Después los visigodos
fueron derrotados y su rey, Rodrigo, murió en la batalla de Guadalete. Pronto se
produciría la implantación masiva de poblaciones norteafricanas. Así comenzaría el
reino de Al-Ándalus.
La mayor parte del Península pasa a llamarse Yazirat al-Andalus (Península de al-
Ándalus) o al-Ándalus a secas.
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finalmente, musulmanes de origen hispano, que eran conocidos como muladíes. Estos
grupos se asentaron en Al-Andalus manteniendo sus identidades tribales y étnicas, y no
llegaron a cohesionarse de un modo completo. Por eso, en cuanto el poder central daba
muestras de debilidad, cada grupo intentaba asentar su propio poder político
independiente, y se enfrentaba a los vecinos.
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Paradójicamente es en esta época, considerada especialmente conflictiva para las
relaciones entre cristianos, judíos y musulmanes, cuando se materializan el mayor
número de ejemplos de integración e intercambio cultural.
Sánchez Albornoz, critica las tesis de Américo Castro, basándose en las fuentes
árabes que demuestran la insignificancia numérica de la población árabe.
Sobre las visiones actuales del tema, la historia de Al-Andalus en sus orígenes es
una historia árabe oriental, también bereber. Los elementos indígenas tienen un papel de
meros comparsas. Las tradiciones que se forjan en los primeros tiempos de la España
musulmana nacieron en medio árabe. Llegan unas decenas de miles de guerreros que
debieron venir agrupados por clanes o con sus familias. Hubo un establecimiento sobre
la base de la organización tribal.
Las primeras décadas de la ocupación están dominadas por luchas tribales. Se trata
de una sociedad segmentada con desequilibrio socioeconómico. El equilibrio se lleva a
cabo mediante alianzas entre clanes que se romperán fácilmente. Las tradiciones
literarias y cronísticas evocan:
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un conflicto interminable entre yemeníes y qaysíes en el que murieron miles de
guerreros.
En la crisis política que afecta al emirato en el último tercio del siglo IX se aprecian
los muchos conflictos locales que enfrentan a los árabes con los indígenas islamizados.
Respecto a los bereberes, fue un aporte poblacional mucho más numeroso que el
árabe. Protagonizaron disidencias locales con un componente étnico fuerte.
Buscaron en el estudio de las ciencias jurídicas islámicas el prestigio que les faltaba
dada la menor consideración de su origen étnico. Es así como se interpreta el hecho que
los personajes más conocidos de las primeras generaciones de doctores andalusíes que
conocemos no sean árabes sino bereberes.
Por otro lado, los mozárabes y muladíes. Los mozárabes son poblaciones cristianas
que permanecen en suelo andalusí. Forman esa gran población dimníes. Se caracterizan
por su régimen tributario y son protagonistas de algunas revueltas en el siglo IX. Los
obispos se convierten en administradores políticos. Los mozárabes emigrarán hacia los
reinos cristianos del norte, confluyendo lo artístico y la cultura mozárabe en el norte. Se
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produce una aculturación creciente. Se mantiene como un grupo incluso en la época de
Alfonso VI. Mediante un proceso natural de disolución se irán convirtiendo al sistema
islámico recibiendo el nombre de muladíes.
Al analizar la sociedad andalusí hay que hablar del papel de las mujeres. En una
sociedad patriarcal, el género es una forma primaria de organización social. La sociedad
andalusí es una sociedad multicultural que se va estructurando según las misiones de la
sociedad. La mujer es un colectivo que aparece variable en innumerable líneas de
variación. Al mismo tiempo, hay varios estatus como el ser libre o esclava, origen
étnico o familiar, adscripción religiosa o posición socioeconómica.
Hay ya una identidad social, es decir, una idea ya establecida de lo que hacen los
hombres o característico de ellos y lo que es de las mujeres. Así, hay una profesión que
propia de las mujeres, según menciona Ibn Jaldún, y que tiene gran importancia ya
adquiere función de peritaje. Pues un hombre no puede explorar a una mujer. Por lo
mismo, las señas de identidad de lo masculino y femenino están bien marcadas y no se
aceptan ambigüedades (texto la mujer barbuda).
Por lo que respecta a las fuentes, hay menos indicios y fuentes para documentar
mujeres en Al-Ándalus. La figura de la mujer en la política es reducida a su papel
dentro del harem de las cortes emirales y califales.
Por otro lado, la poligamia esta establecida en el Corán y además es una práctica
habitual de las tribus preislámicas. El número máximo de esposas se estable en cuatro,
siempre que se les pueda mantener a todas por igual. También el hombre puede tener el
número de esclavas y concubinas que pueda mantener, con las que puede tener
relaciones sexuales y sus hijos son legítimos.
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La ley islámica admite la disolución del matrimonio por voluntad expresa o
unilateral del marido y en ciertas condiciones a petición de la esposa.
Maneras de poner fin al matrimonio: declaración expresa del marido (se debía hacer
por primera vez entre dos periodos menstruales dela esposa y repetirse dos veces más al
término del periodo.
Mujeres de clases altas lo tenían más fácil por el respaldo familiar y la situación
económica.
La Escuela Maliki, predominante en al-andalus aceptó que los malos tratos por
parte del esposo eran causa para que la esposa solicitase el divorcio.
En este caso los daños habían de ser testificados por vecinos, criadas y mujeres de
la familia. Y esto era difícil de llevar a cabo ante el cadí, además no todas las mujeres
disponían de criadas…etc.
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Las madres de los príncipes omeyas andalusíes fueron todas esclavas en origen.
Poco se sabe de ellas, salvo el nombre.
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