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(1) Seguiremos a J. JEREMIAS, Der gegenwartlge Stand der Debatte um das Pro-
blem des historlschen [esus, en: Der hist. Jesus und der keryg. Christus Berl in 1961, pago
12-25.
4 David Kapkin
(2) Von dem Zwecke jesu und seiner j únqer, Wolfenbüttel 1778, pago2765.
(5) Der sogennante hlstorlsche jesus und der geschlchtliche, blb/lsche Christus,
6.
München 1956 (2a. ed.l
6 David Kapkin
I precio que tuvo que contrario. Ella dice no a toda su historia; da la razón a Kahler y
ultmann el que reco- declara los esfuerzos por reconstru ír al Jesús histórico como un
r y el que pagó todo cometido irrealizable e infructuoso; ella se refugia en la fortaleza
y kerygma. inexpugnable del kervqrna" (7\'
n eslabón importante
tendió encontrar la 11.
nte influ ída por la
ngelio de Mc. era el La desmitologización en R. Bultmann. El punto que acabamos
si todos los intentos de tratar nos ha mostrado en qué momento aparece la obra de
nsideraban que éste Bultmann. Bultmann quiere adelantar el programa que había fija-
a a la realidad histó- do M. Kahler: lo que realmente es importante es el~9.!Dª-Que
recibir su golpe. Fue nos anuncia la salvación revelada en Jesucristo. Se trata del keryg-
El Secreto MesiániCQ... macomopalabra de Dios que Interpela al hombre e!liY yo histó-
Marcos no era una rico y lo coloca ante una decisión trascendeQ..tal. Todo el Nuevo
del evangelista. Me- Testamento, en especial los evangelios que nos presentan la palabra
común en el Segun- y obra de Jesús, quiere poner al hombre ante esta decisión funda-
Marcosintroduce en mental. En este contexto se entiende perfectamente lo que Bult-
datos de silencio he- mann quiere decir cuando habla de "desmitologización" del NT.
indicacionesde inin- En Bultmann ~smitologización no se refiere al kerygma mismo,
concordar una fase pues Bultmann afirma que el kerygma es lo esencial. Desmitologi-
ús histórico títulos zación es un rinci io hermeneutlco que permite penetrar en el
sabía de la mesiani- rnensale del NT que a arece encubierto de mitología para hallar en
ta manera destruyó él el verdade~kerygma, la palabra de Dios que interpe a y sa va.
angeliomás antiguo
fielmente la histo- Así, pues, como K. Barth se puso el problema de cómo una
palabra humana podía pretender proclamar la palabra de Dios,
Bultmann, adelantando una labor de exégeta, quiere "traducir" el
obra de Bultmann. mensaje del NT de su expresión mitológica a una expresión acorde
órico aparecía críti- a la real situación del hombre moderno. Bultmann aparece como el
adical se atribu ía al precursor de una nueva hermenéutica.
de Jesús. Bultmann
que ha tenido una La mayor dificult¡:¡d que se experimenta cuando se aborda el
te y aún en la cató- NT, es la de la distancia que nos separa de él. Esta distancia no se
Itmannse ha realiza- mide simplemen<te en sigl02. Esta distancia entraña una difereñte j
te conmovedor. La cQncepción del mundo. Según Bultmann el universo en que se
se esforzó por re- sitúa el NT es un universo Jnítico, que el hombre moderno ilumi-
nte que se ha pro- nado por la ciencia no podría retener. Todo el mensaje del NT está
je de reconocer esto presentado en forma mítica. La labor que se presenta al exégeta eS;-
splegadas al campo pues, como dijimos, la de una traducción de este mensaje.
ribe lo mítico como lo cual la muerte que había entrado en Adán, es destruída (1 Coro
en el cual lo que no 15, 12ss.). El resucitado es elevado al cielo donde está sentado a la
si fuera del mundo, derecha de Dios (Act 1, 6ss). Debe regresar sobre las nubes del
de acá; según el cual, cielo para consumar la obra de salvación. Esto, según Pablo, debe
oncebida como aleja- ocurrir rápidamente. Todo el que pertenece a la comunidad de
en virtud del cual el salvación está ligado al Señor mediante el Bautismo y la Eucaristía
rial que produce fuer- (Rom. 6). Los creyentes poseen desde ya las arras de la herencia
eterna por el Espíritu que Dios les ha dado (Rom. 8, 23). Toda
esta mitología a la cual se refiere el NT, es, como hemos de ver,
constatar que la ima- según Bultmann, la de la apocal íptica judía y la del mito gnóstico
es mítica. El universo de redención.
ntro la tierra, arriba el
lo es la habitación de
ernol es el luqar de los
Bultmann está convencido de que es imposible para el hombre
moderno hacer suXa esta ima n mítica el mundo, a ue ia
j
r de los sucesos natu- ciencia moderna la contra Ice. Pero esta imagen no tiene nada e
d creadora, sino como específicamente cristiano. El cristianismo la asumió debido a qUe
sobrenaturales, Dios y
rzas intervienen en el
.--
era la imagen del mundo vigente en la época en que surgió.
del pensamiento, del Hay que buscar la verdad cristiana auténtica que es independien-
ilaqro es algo corrien- te de todas estas representaciones m íticas. Esto es lo que pretende
ismo sino que puede la desmitologización. La desmitologización no consiste en eliminar
nto Dios como Satán las_expresiones mitológicas sino en interpretarlas, "no es un proce-
rso de su vida. Dios le so de sustracción sino un método hermenéutico". Así la desmito-
, le puede hacer escu- logización no es sino la cara negativa de un proceso positivo que,
'a no sigue un camino según Bultmann, consiste en interpretar existencialmente el NT.
miento y dirección de
tá bajo el dominio de
mo a terminar median- 111.
del fin del mundo son
del Juez Celestial, la La interpretación existencial del Evangelio.
vación o condenación.
A) Exposición del pensamiento de R. Bultmann:
Bultmann la represen-
eso de la salvación en El kerygma cristiano, el anuncio de la salvación en Cristo, apare-
á expresado en forma ce en el NT expresado en forma mítica. En el parágrafo anterior
lirse la plenitud de los explicamos los principales elementos de expresión mítica del
Este es un ser divino kerygma. R. Bultmann se propone desrpitologizar dando una inter-
mo un hombre (Fil. pretación apropiada y apta al hombre de hoy, de estas expresiones
os pecados (Rom. 3, míticas.
atástrofe cósmica, por
Bultmann recurre a la ayuda de su reconstrucción histórico
crítica del origen del mensaje cristiano para fundamentar su desmi-
tologización o lo que es igual, su interpretación existencial.
10 David Kapkin
El ser del hombre se distingue del ser de las cosas del mundo.
Las cosas del mundo son constatables como fenómenos por un
pensamiento objetivante. El hombre "existe" en cuanto es un "po-
der ser", un "yo existente históricamente" (geschichtlichJ que se
El Jesús Histórico y el Cristo de la Fe 17
roclamar el Ahora"
11
realiza sólo en una decisión inteligente ante la realidad que se le
presión m ítica de la presenta (9).
essimplemente esto:
cisión definitiva, la A partir de esta intuición de la historicidad (Geschichtlichkeit)
oso del mundo cadu- del ser del hombre que Bultmann recibe de la filosofía existencial
obrado milagros, sin y de la importancia qntológica del entender, fundada precisamente
el salvador escatoló- en esa historicidad, se deriva la interpretación existencial como
I Mesías. principio general hermenéutico. Una realidad histórica se entiende
sólo en la medida en que el hombre como ser histórico toma
irtieron al predicador posición ante ella desde sus concretas posibilidades de autocorn-
icaciónapostólica (el prensión existencial. Aplicado esto al NT hay que decir: el NT hay
nteesto: en el Cruci- que interrogarlo partiendo de las concretas posibilidades de auto-
senforma definitiva comprensión existencial del hombre que quiere entenderlo. Una
ecisión.Así confesa- realidad es histórica (geschichtlich), tiene importancia para mí,
a cruz. La forma de cuando aparece como un fenómeno de la existencia. Sólo así pue-
día: el profeta Jesús, de ser histórica una afirmación sobre Dios (10).
Hombre eran expre-
ón del kerygma me-
Como vi mos antes, todo el kerygma cristológico está presentado
y del Hijo del horn-
en forma mítica. Según lo dicho sobre la interpretación existen-
licó a Jesúshistórico
cial, la fe que el NT exige no puede consistir en la afirmación de
vestidode los rasgos
hechos salvíficos objetivos. La fe sólo se da como respuesta a la
elestede la luz que palabra proclamada que interpela al hombre, como disposición a
lasalmasde los horn- asumir la nueva comprensión de existencia que se le ofrece.
riba.
12 David Kapkin
(18) Dado que Jeremías tiene también un principio hermenéutico digno de conside-
ración, le dedicaremos un punto especial en este capítulo, sobre la reconstrucción, o
mejor, determinación de las "misrnfslrnas palabras de Jesús". Nótese los criterios de
Jeremías en: Kennzelchen der tpslssima vox jesu, en: Synoptlsche Studlen, München
1954, pago 86-93 Cfr. además: Las Parábolas de Jesús, Navarra, Estela, 1970; El Mensaje
central del NT, Salamanca, Sígueme, 1966; Las Palabras del Señor, Madrid, Fax, 196.8.
(25) Das Keryqma un d der lrdlsche jesus. Historlsche Motive In den [esus=Erzdhtunq
der Evangellen, Gi:ittingen, Vandenhoeck-Ruprecht. 1970, pago 25-47.
as inmediatas que sus- c. El juicio que da la Historia de las Formas sobre la esencia de
a "nueva pregunta". la tradición evangélica aparece cada vez más discutible para la
nueva investigación sobre los Evangelios. Según la Historía de las
ús histórico. Formas clásica la tradición evangélica no pretendía en ninguna
forma "recordar" históricamente los hechos sino presentar la im-
portancia de Cristo en el kerygma. Esto aparece para un examen
crítico desapasionado de la tradición evangélica como una simpli-
eto de la aparición de ficación de los hechos reales: el cristianismo primitivo no se limitó
recisamente a ra íz de a conservar las palabras de Jesús para expresar en ellas el kervqrna
salvador que lleva la de Cristo sino que además recordó y desarrolló los hechos mismos
as críticas que hacen a cumplidos por Jesús en forma de relatos en los cuales el kery.gma
Buri (27), dejan claro de Cristo es presentado en la forma de la historia de Jesús.
la historia (Historie) se
, en últimas, aún según 2) Diálogo de R. Bultmann con sus discípulos.
este punto se presenta
nte bajo su control y
Tenemos que citar en primer lugar un artículo de E. Kasernann
i la identificación que
el cual se ocupó del carácter histórico de los evangelios, carácter
entendido no sólo en el sentido de su maestro Bultmann. (30)
Motive In den [esus=Erziihlunq
, pago 25-47.
(28) Theologie des Neuen Testaments,pag. 44.
vthotoqisterunq, en: Schwelz;
(29) Die Frage nach dem htstorlschen jesus und das Problern der Christologie, en:
ZThK 56 (1959) 15.
der Theoloqie, en: Kerygma
(30) Das Problem des blstorlschen jesus, en: ZThK 51 (1954) 125-153.
20 David Kapkin
(34) H. BRAUN, en: ZThK 54 (1957) 368; J. M. ROBINSON, Keryoma und bls- tologle,
torlsche [esus, Zürich, 1967, 2a. Ed., pago 215-249. Theologl
(35) Das Verbdttnls der urchrtstücben Cnristusbotschatt zum hlstorlschen jesús, Tü- (37)
bingen, 1967, pago 445-469. Beslnnun
El jesús Histórico y el Cristo de la Fe 23
udir la necesidad de NT no entiende la exigencia de fe en Cristo como una contraposi-
haciendo notar que ción a la historia de Jesús. .
ión de Jesús y el
opología, mientras 3) G. Ebeling (36) empezó a ver que el punto fundamental era
desarrollando siem- precisamente la relación entre el kerygma y la historia de Jesús . .!:!..
, la nueva autocorn- historia de Jesús debe tener, entonces, según Ebeling importancia
fundamental identi- teológica. ,El hecho mismo de que el kerygma habla de Jesús impli-
Lo que ocurrió con éa el que el teólogo tenga que preguntarse por el significado "his-
a a comprenderme tórico" (historischl de Jesús. Hay que preguntarse entonces por el
fundamento que tiene el kerygma en Jesús mismo. Bultmann al
prohibir esta pregunta no le hace justicia al NT, según el cual el
te en el debate. Lo kerygma está referido esencialmente a los hechos y palabras de
exegético planteado Jesús. En el hecho de Jesús aparece la palabra de Dios: la fe de
fundamentos de la todas maneras, si quiere ser aceptación de ella, tiene que referirse a
bultmanniana: dos él.
ricos? ¿Hubo, por
ra Bultmann el inte- Ebeling le crrtrca a Bultmann el recurso unilateral a Pablo y
e sostener la inter- Juan para fundar su enfatización "en el hecho mismo simple" (Das
sin duda recalca el blosse Dass) de Jesús y recalca el peso de la tradición sinóptica:
Bultmann olvida el ésta está interesada en algo más que en el simple hecho de la
iento consecuencias existencia de Jesús y quiere mostrar que lo importante no es sim-
esta a insistir en lo plemente esto sino además quién era ese Jesús, cómo se manifestó,
ostrar la legitimidad qué hizo!
a un interés rnoder-
nta que a éste no le 4) En un nuevo artículo publicado en lilli.i. vuelve ~
resado en la histori-
mann a ocuparse de este problema, señalando ya con más claridad
mple (Das Dass s
ras tendencias históricas del NT. (37). Estas tendencias históricas
e el ker ma exi e la
aparecen no sólo en Mateo y Lucas sino aún en Juan, el cual, en
sde esto entiende la
lugar de contentarse con proponer su teología en cartas, escribe un
tiene al ún interés"
Evangelio. Los evangelios quieren ser relatos sobre hechos ocurri-
e la repetición de su
d.2!:.-Esto se nota preferentemente en los sinópticos: "Mientras que
verdadero no lo ve
la dimensión del pasado del evangelio y de la cristología en Pablo y
ue él su pone y que
Juan queda en la sombra del presente y del futuro, sin ser en modo
'Sino" del texto cita-
alguno suprimida, esta dimensión del pasado domina precisamente
e interpreta la histo-
la predicación de los sinópticos, au.ngue se mezclen evidentemen~
esta fe ue exi el
intereses kerygmáticos y catequ ísticos de la comunidad. De donde
(Sino) con la histori-
e Jesús sí existió. "El
(36) Sobre todo: Die Frage nach dem hlstorlschen [esus und das Problem der Chrls-
tologle, en: ZThK 56 (1959) 14-30; jesus und Glaube, en: ZThK 65 (1958) 64-110;
BINSON, Kerygma und hls-
Theoloqle und Verkündlgung. Ein Gesprikh mlt R. Bultmann, 28. Ed .• Tübingen, 1963.
zum hlstorlschen jesus, Tü- (37) Sackgassen 1m strett um den hlstorlschen [esus, en: Exegetlsche Versuche un
Beslnnungen, 1'. Gottingen. 1964.
24 David Kapkin
mente predicación sino mo Jesús hizo y dijo. Kásernann, como dijimos también, sostiene
que hubo un rompimiento: esta tendencia historificante se inicia
con la redacción de los sinópticos, la tradición anterior era exclusi-
cia historificante solo vamente kerygmática. La pregunta que surge es, entonces, ésta:
eran redactados. En el ¿Es sostenible este rompimiento? zCuando los evangelistas crea-
s la tradición se carac- ron -los sinópticos usaron las tradiciones en un sentido que éstas
kerygmático: no pre- antes no ten ían? ¿ E;I interés fundamentador y normador de la fe
cristianismo primitivo que se ascribe a los evangelistas no es ya propio de la misma
ción de los sinópticos, tradición que estos utilizan? En otras palabras: es preciso diluci-
latos de los hechos de dar el problema de si la tradición evangélica presinóptica estuvo
historia fue el medio guiada por intereses históricos. Por este lado se han orientado las
tusiasmo gnóstico na- nuevas investigaciones.
ngelio se convierta en
le a propio antojo y D.-J. Jeremías ha d~sarrollado en la exégesis actual la posición
sentaciones narrativas más diametralmente opuesta a Bultmann. Según Bultmann la bús-
e Cristo mediante la queda histórica de Jesús es irrelevante e ilegítima teológicamente,
diciones kerygmáticas mientras que para Jeremías es la única actividad teológica legítima.
ann explica hasta la Hay que librar la "ipsissime vox Jesu" de los aditamentos e inter-
: "CÓI}10 se Rudo vol- pretaciones de la comunidad. Jeremías no rechazó el método de la
z a la narración sobre historia de las formas como otras corrientes de la investigación
del kerygma? ", Con opuestas a Bultmann, sino que lo empleó decididamente con la
de Jesús evangelio de intención señalada antes. Además, trató Jeremías de precisar los
u pregunta: "EI Jesús rasgos históricos con la ayuda del método histórico, de la filología
ación de diluírse en la y de la historia de las religiones. Así continuó Jeremías el esfuerzo
ógica y convertirse en que caracterizó la investigación positivista del S. XIX y renovó el
a recibió función esca- propósito contra el cual M. Kahler había protestado.
criterios para una dis-
Jeremías estaba ciertamente convencido de que no era posible
una reconstrucción de la vida de Jesús debido al estado de las
erva ya en los sinópti- fuentes; sin embargo no cejó en su empeño de determinar la revela-
glesia en Cristo por la CTOndivina mediante el análisis científico. Aqu í se hace el acceso a
ser sin duda escritos la revelación dependiente de la inteligencia de los especialistas. El
s hechos y palabras de fundamento de esta pretensión lo obtiene Jerem ías de un concep-
ad cristiana: lo que la to de revelación que no tiene en cuenta el kerygma y se concentra
ortancia salvífica, lo simplemente en el hecho de la encarnación: ya que Dios se entregó
Cristo no queda así al a la historia en Jesús, con toda la vacilación y relatividad que ésta
a partir de su propio incluye, la revelación divina debe determinarse mediante investi-
a mediante el uso de gación y crítica histórica.
es, por lo que el mis-
Es evidente que la intención de Jeremías de concentrar en Jesús
la revelación recupera uno de los anhelos claves del NT, pero es
claro también que él opera con un concepto de revelación demasia-
do estrecho. En la problemática que hemos ido desarrollando, he-
David Kapkin
26
mos tenido ocasión de precisar la cuestión que nos ocupa: no p
solamente determinar quién fue realmente Jesús de Nazareth, sino e
cómo se relacionan los sinópticos y la tradición que está tras ellos e
con este Jesús; qué importancia le dan ellos y ella a Jesús como e
suceso del pasado. Para esto no basta señalar la importancia radical
de la encarnación ni determinar la "ipsisslme vox Jesu". Es preciso
mostrar que el kerygma es en sí mismo una indicación hacia la e
(
historia pasada de Jesús como el hecho revelador por excelencia.
Esto quieren ser y son los sinópticos (40). e
I
E. J. Schniewind. Tratamos aqu í de la obra de Schniewind pues
este exégeta logró integrar en el interés de su investigación el Jesús
histórico y el kerygma de la comunidad. Es una lástima que su
prematura desaparición haya privado a la exégesis de su valioso
aporte.
que nos ocupa: no para el cristianismo primitivo no simplemente un hito a partir del
sús de Nazareth, sino cual cada uno debe entenderse a sí mismo sino el eslabón que une
ión que está tras ellos el AT como promesa con la situación escatológica que alboreó en
y ella a Jesús como el mismo como Resucitado.
la importancia radical
vox Jesu". Es preciso F. La Historia de la Redacción. Es una corriente de la investiga-
a indicación hacia la ción de los evangelios sinópticos que se ocupa metódicamente de
lador por excelencia. detectar y valorar literaria y teológicamente la obra redaccional de
cada evangelista: sus criterios, la estructura que le dió a su obra,
los puntos de énfasis, etc. Dentro de este campo se han logrado
a de Schniewind pues importantes avances. Este método de investigación fue desarrolla-
investigación el Jesús da precisamente en el campo dominado por la hermenéutica de
s una lástima que su Bultmann. Hasta cierto punto fue determinante en esta búsqueda
xégesis de su valioso de la "teología del evangelista" el convencimiento de que todo
camino hacia Jesús a través de la tradición era imposible e irrele-
vante. Aún más: la estructura existencial del kerygma fue "halla-
da" también en el fondo de las copilaciones redaccionales de los
ntalmente el desarro-
evangelistas. Hoy en día la situación ha empezado a cambiar decisi-
to, Jesús es el Señor.
vamente. Los investigadores de la Historia de la Redacción han ido
ñalar como Mesías y
comprendiendo progresivamente cuál era la verdadera orientación
, al hombre Jesús de
teológica de los evangelistas.
citado y exaltado, el
co Jesús, aunque con
Primero fué H. Conzelmann el que para la obra de Lucas demos-
de la salvación a un
tró la importancia del esquema histórico-salvífico. Lucas distin-
o.
gue muy bien el AT del NT y en éste, el tiempo de Jesús del
tiempo de la Iglesia. Por eso puede añadir a su evangelio la obra de
y dijo pertenece en-
Actos. Según Conzelmann esta "historificación" que supera la es-
I Jesús histórico y el
tructura existencial del kerygma la hizo Lc. ante el hecho del
s un trabajo histórico
retardo de la parusía (42).
ue' en ello consiste la
(44) Der Evangelist Markus, en: FR LANT 67. 1959, 2a. ed.
(45) Op. cit., pago 87.
El jesús Histórico y el Cristo de la Fe 29
lo del presente de la evangelio de Marcos no solo contiene algún relato, sino que es
relato de principio a fin.
rmativamente a esta
G.- Kertelge publicó en 1970 "Los Milagros de Jesús en el evan-
evangelio de Me. en
gelio de Marcos" (47). La obra se concentra, como lo indica su tí-
lo de la exégesis que
tulo, en los relatos de milagros del segundo evangelio.
a ya una idea de que
opinión no se sostie-
Kertelge hace notar que la interpretación que hace Marxen
del evangelio de Marcos es insuficiente si se toma seriamente la
tradición de los milagros. En realidad Marcos no narra "casual-
reflexiones sobre la
mente" historias sobre Jesús. La oposición entre el kerygma y
xen "El Evangelista
el relato histórico que Marxen presupone no es de ninguna ma-
a obra de la corrien-
nera un elemento que el evangelista haya podido tener en cuenta.
terpreta la obra de
Ya E. Kasernann en su discusión con su maestro R. Bultmann
obra hay que leerla
1 y no relato sobre había planteado este problema. Kertelge da una solución se-
eién algún relato es, mejante a la de Kasernann: "Marcos manifiesta por la predicación
nos entender el ori- de la historia de Jesús como evangelio, la identidad del resu-
tiempo de Marcos, citado con el Jesús histórico. Pero si el resucitado es el Jesús
tiempo el autor del terreno, entonces su historia terrena es norma de fe para la
'or el hecho de que Iglesia ... " (48).
esucitado" (45).
(47) Ole Wunder [esu im Markusevangelium, München, Kósel, SANT 23, 1970.
Marcos entendió como escribas" o en Mc. 1,27: "Una nueva doctrina en poder", enfatiza
sólo, pues, las obras de el singular poder de Jesús, «ía él simplemente una reflexión teoló-
también su enseñanza. gica de su tiempo (Hacia el año 70) ... O está detrás de esto un
disolublemente unidas, recuerdo del singular poder de Jesús, que todavía perduraba en la
os hace notar que esta comunidad? Algo semejante se podría preguntar con respecto al
pezó con la incompren- concepto de Marcos sobre el "seguimiento de Jesús", las "palabras
ante su sistematización sobre el Hijo del Hombre", la actividad de Jesús en Galilea y el
ve la muerte y resurrec- camino hacia Jerusalén. En general: ¿de dónde saca Marcos su
e ilumina toda su vida. marco histórico (de la vida de Jesús)? ¿Se basa en pura invención
eda "retardada" pues la o tiene aún después de 40 años ciertos fundamentos (no en el
muerte y resurrección. sentido del historiador crítico ... ) en el sentido de un narrador
ser considerados abusi- kerygmático interesado existencialmente en el tiempo de Jesús?
I milagro no pretende Según mi parecer la tradición de Jesús tenía ya para la comunidad
más bien siempe ya la antes de Marcos importancia normativa y era ya antes de Marcos
én es importante el he- "evangelio". El hecho de que Marcos hacia el año 70 fije esta
ene las tradiciones que tradición por escrito como "Historia de Jesús", está en conexión
de algún modo con el hecho de que la continuidad de esta tradi-
ción se puso en peligro entre los años 60 y 70 a causa de la
ertelge con las siguien- destrucción de la comunidad de Palestina, la persecución en Roma
ueltamente los resulta- bajo Nerón y por la muerte de los testigos autorizados Pedro y
xegética y la reflexión Santiago. El origen del más antiguo de los evangelios está así deter-
es ulteriores que tocan minado por el paso de la primera a la segunda generación; esta es
tal y demuestran que una tesis que no es ciertamente nueva, pero que hoy debería ser
tarse con su aplicación, considerada de nuevo más seriamente" (51).
s de los sinópticos. ¿De
arrar la historia pasada J. Roloff también en 1970 publicó su obra "El Kerygma y El
la resurrección como Jesús Terreno" (52). en la cual se atreve a preguntar por los "moti-
de que la situación de vos históricos" que hay en las narraciones sobre Jesús en los evan-
a de la segunda genera- gelios. Al inicio da una visión de toda la historia del problema
asequible aceptar que desde M. Káhler. Se refiere a esa "región libre de tormenta" que
cual la narración de la Kahler pretendió ganar cuando se adhirió al kerygma de Cristo
era entendida ya como dejando a un lado la historia de Jesús y critica la falsa seguridad de
e para la comunidad de una fe que cree con los ojos cerrados. No es aceptable según él la
prendido y probado en manera tan fácil y superficial con que "largo tiempo en el ámbito
ces se nos pondr ía el de la iglesia y de la teología se habló del exaltado y de la presencia
o también de la redac- de su palabra", de este modo rechaza Roloff el "menosprecio de lo
agudamente de lo que histórico". Se dedica a examinar las narraciones de los evangelios
i el evangelista en Mc. con el objeto de encontrar en ellas indicios de que en el proceso de
poder y no como los
(52) Das Kerygma und der irdlsche jesus. Hlstorische Motive In den [esus=Erzdhlun-
gen der Evangellen, Gottingen, 1970.
•
32 David Kapkin
(53) .
Op. crt., pago 263.
El Jesús Histórico y el Cristo de la Fe 33