Eres el rayo, el trueno, el relámpago, la tromba, el huracán La pobreza no es un vicio, mi buen amigo Un hombre es como la pólvora: se enciende, se inflama, arde y todo pasa No será mejor que lo piense un poco, aunque sea un minuto... El vino está escanciado y hay que beberlo. Me río de toda esa gente y de las torpezas que yo haya podido cometer. Si, como crees, has procedido en todo este asunto como un hombre inteligente y no como un imbécil. Hace un momento estabas dispuesto a arrojar al agua esa bolsa, esas joyas que ni siquiera has mirado... Me torturo y me hiero a mí mismo. Soy incapaz de dirigir mis actos. Ayer, anteayer y todos estos días no he hecho más que martirizarme... Tú eres mejor que todos los demás, es decir, más inteligente, más comprensivo... No me hacen falta los servicios ni la simpatía de los demás... Estoy solo y me basto a mí mismo... Tenía la impresión de que todo este pasado, sus antiguos pensamientos e intenciones, los fines que había perseguido, el esplendor de aquel paisaje que tan bien conocía, se había hundido hasta desaparecer en un abismo abierto a sus pies... Tenía la impresión de que había cortado, tan limpiamente como con unas tijeras, todos los lazos que le unían a la humanidad, a la vida... Nos atenemos a los hechos, pero sin embargo, los hechos no, son lo único que nos interesa. También existe la honradez, aunque desde hace algún tiempo estemos plagados de bandidos. El que persigue varias liebres a la vez no caza ninguna. Las equivocaciones conducen a la verdad. El camino que hay que seguir para llegar a la verdad se nos muestra con toda claridad y es precisamente esa joya la que lo indica. Nos atenemos a los hecho. sin embargo, los hechos no son lo único que interesa. Cuando uno tiene la íntima convicción de que podría ayudar al esclarecimiento de la verdad, le es imposible contenerse. El sentido de los negocios no nos llueve del cielo, sino que solo lo podemos adquirir mediante un difícil aprendizaje. Los resultados son modestos, pero no debemos olvidar que los esfuerzos han empezado hace poco. La ciencia me ordena amar a mi propia persona más que a nada en el mundo, ya que aquí abajo todo descansa en el interés personal. si te amas a ti mismo, harás buenos negocios y conservaras tu capa entera. Herido en lo más vivo y adoptando una actitud llena de dignidad. Si nos imaginamos un plan bien urdido y un criminal experimentado, nada tiene explicación. para que la tenga, hay que suponer que es un principiante y admitir que solo la suerte le ha permitido escapar. Una idea económica no ha sido nunca una incitación al crimen, y suponiendo… Vivir, vivir sea como fuere el caso es vivir. El hombre es cobarde, y cobarde el que le reprocha esta cobardía. La literatura cobra un carácter de madurez. prejuicios verdaderamente perjudiciales han caído en el ridículo, han muerto… En una palabra, hemos roto definitivamente con el pasado, y esto, a mi juicio, constituye un éxito. Se habla del deber, de la conciencia, y no tengo nada que decir en contra, pero me pregunto qué concepto tenemos de ellos. Lo más indignante de este asunto no son los errores de esa gente: uno puede equivocarse; las equivocaciones conducen a la verdad. Lo que me saca de mis casillas es que, aun equivocándose, se creen infalibles. Bien que se viviera por una idea, por una esperanza, incluso por un capricho, pero vivir simplemente no le había satisfecho jamás. Perezca yo con tal que mis seres queridos sean felices. Siempre me había considerado como un hombre fuerte y que un hombre fuerte no debe temer a la vergüenza. Es chocante que lo que más temor inspira a los hombres sea aquello que les aparta de sus costumbres sí, eso es lo que más los altera. Soy un ser humano y en consecuencia, tengo mis debilidades. El hombre más sagaz es el que menos sospecha que puede caer ante un detalle insignificante. No es el tiempo lo que debe preocuparle, sino usted. Conviértase en un sol y todo el mundo lo verá. Al sol le basta existir, ser lo que es. Los cuernos no son sino la consecuencia lógica del matrimonio legal, su correctivo, por decirlo así..., un acto de protesta. Observando a sus compañeros de presidio, se asombraba de ver cómo amaban la vida, cuán preciosa les parecía. Incluso creyó ver que este sentimiento era más profundo en los presos que en los hombres que gozaban de la libertad. Ah, miserables gusanos!!! No alcanzan a comprender lo que es la inteligencia. A veces nos ocurre que personas a las que no conocemos nos inspiran un interés súbito cuando las vemos por primera vez, incluso antes de cruzar una palabra con ellas. Por lo demás, para conocer a una persona, hay que verla y observarla atentamente durante mucho tiempo, so pena de dejarte llevar de prejuicios y cometer errores que después no se reparan fácilmente. El hombre es cobarde, y cobarde el que le reprocha esta cobardía. El hombre honrado y sensible se entrega fácilmente a las confidencias, y el hombre de negocios las recoge para aprovecharse. Es una desgracia poseer un alma grande y noble sin genio. Sí, el hombre lo tiene todo al alcance de la mano, y, como buen holgazán, deja que todo pase ante sus misma narices. Me someto a la ética, pero no comprendo en modo alguno por qué es más glorioso bombardear una ciudad sitiada que asesinar a alguien a hachazos. Vivir, vivir sea como fuere el caso es vivir.El hombre es cobarde, y cobarde el que le reprocha esta cobardía. Miseria humana! A todo se acostumbra uno. La ciencia me ordena amar a mi propia persona más que a nada en el mundo, ya que aquí abajo todo descansa en el interés personal. Si te amas a ti mismo, harás buenos negocios y conservarás tu capa entera Es chocante que lo que más temor inspira a los hombres sea aquello que les aparta de sus costumbres. Se han acostumbrado. Al principio derramaron unas lagrimitas, pero después se acostumbraron. ¡Miseria humana! A todo se acostumbra uno. Que el Señor dé paz a los muertos y deje vivir a los vivos. Así les ocurre, sin duda, a los condenados a muerte: cuando los llevan al lugar de la ejecución, se aferran mentalmente a todo lo que ven en su camino. Sólo posee el poder aquel que se inclina para recogerlo. A los hombres hay que conocerlos antes de juzgarlos. Cuanto más bebo, más sufro. Por eso, para sentir más, para sufrir más, me entrego a la bebida. Yo bebo para sufrir más profundamente. Cuando fracasan, incluso los mejores proyectos parecen estúpidos. Cuando uno tiene la íntima convicción de que podría ayudar al esclarecimiento de la verdad, le es imposible contenerse. El que sufre reconociendo su error, recibe un castigo que se suma al del penal.