Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
15
16 LA DENIGRAC!ON DE LAS MASAS POPUL!SMO, AMBIGÜEDADES y
PARADOJAS 17
de la gente común, pero unido a cierta forma de autoritarismo a menudo conocido libro sobre el tema compilado po
r Gh'Ita I onescu y Emest
bajo un liderazgo carismático. También incluye demandas socialistas (o
Ge11 ner.3
al menos la demanda de justicia social), una defensa vigorosa de la pe
queña propiedad, fuertes componentes nacionalistas, y la negación de la
importancia de la clase. Esto va acompañado dé la afirmación de los de
Los impasses EN LA LITERATURA SOBRE POP
rechos de la gente común como enfrentados a los grupos de interés p rív i UUSMO
4. "La creencia de que la opinión mayoritaria de la gente es controlada Lo primero que podemos observar es que esta tipología carece de
�
por una minoría elitista." . . cualquier criterio coherente alrededor del cual se establecen sus dis
. .
pnn
5. "Cualquier credo 0 movimiento basado en la s1gU1 nte premisa tinciones. ¿En qué sentido puede afirmarse que los populismos agra
te
cipal: la virtud reside en la gente simple, que constituye la aplastan rios no son políticos? ¿Y cuál es la relación entre los aspecros sociales
mayoría, y en sus tradiciones colectivas." y políticos de los populismos "políticos" que dan lugar a un modelo
tal es su
6. "El populismo proclama que la voluntad de la gente como de movilización política diferente del agrario? Pareciera que Canovan
prema por sobre cualquier otro criterio." simplemente hubiera elegido las características más visibles de una
clase
7. "Un movimiento político que cuenta con el apoyo de la masa de la serie de movimientos tomados al azar, para luego moldear sus tipos
·
· dora urbana yjo del campesmado, pero que no es
trabaJa resultad o del
,,, ¿_tsrintivos sobre la base de sus diferencias. Pero esto difícilmente cons
poder organizativo autónomo de ninguno de estos dos sectores. tituye una tipología digna de tal denominación. ¿Qué nos garantiza
que las categorías sean exclusivas y que no se superpongan entre sí (lo
Frente a tal variedad, Canovan considera importante distinguir entre cual, de hecho, es exactamente lo que ocurre, como reconoce la pro
un populismo agrario y otro que no es necesariamente rural, s1no
pia Canovan)?
esencialmente político y basado en la relación entre el pueblo y las
Quiza se podría sostener que lo que Canovan nos brinda no es una
elites. A partir de esta distinción, traza la siguiente tipología: tipología, en el sentido estricto del término, sino más bien un mapa
de la dispersión lingüísrica que ha dominado los usos del término
Populismos agrarios "populismo". Su alusión a los "parecidos de familia" de Wittgenstein
.
1 . El radicalismo agrario (por ejemplo, el Parndo del Pueblo de los Esta- pareciera, hasta cierto punto, apuntar en esta dirección. Pero aun si
dos Unidos). éste fuera el caso, la lógica que domina esa dispersión requiere una
2. Los movimientos campesinos (por ejemplo, el Levantamiento Verde precisión mucho mayor que la provista por Canovan. No es necesa
·
de Europa del Este). rio que los rasgos que constituyen un síndrome populista se limiten a
. .
3. El socialismo inrelectual agrario (por ejemplo, los narodmki). un modelo lógicamente unificado, pero al menos deberíamos ser ca
paces de comprender cuáles son los parecidos de familia que, en cada
Populismos políticos caso, han dominado la circulación del concepto. Canovan, por ejem
4. Las dictaduras populistas (por ejemplo, Perón). plo, señala que el movimiento populisra en los Estados Unidos no .
5. Las democracias populistas (por ejemplo, las convocatorias a referendos sólo fue un 1novimiento de pequeños productores rurales, sino que
y a la "participación"). también tuvo "un destacado aspecto político como rebelión popular
6. Los populismos reaccionarios (como el caso de George Wallace Y sus contra la elite de plutócratas, políticos y expertos"' inspirada en l a
te hablando, altamente hete- nantemente agrícola de la sociedad afirma como su estatuto de acción
te en movimientos que son, socialmen
política, su creencia en una comunidad y (generalmente) un Volk como
rogéneos? . . excepcionalmente virtuoso, igualitario y contra toda elite, mira hacia un
vario s punt os de su análi sis, Canovan está cerca de ambwr la
En pasado místico para regenerar el presente y confunde usurpación con
a política que orgamza cual
especificidad del populismo a la lógic . cCJnspiración exuanjera, se niega a aceptar ninguna doctrina de inevitabi
os mismos. As1, por
quier contenido social, más que a los contemd
ejemplo, afirma que los dos rasgos
�
universalmente prese tes en el
lidad social, política o histórica y, en consecuencia, se vuelca a la creencia
en un apocalipsis inmediato, inminente, mediado por el carisma de líde
lo y el annelmsmo. Llega m
populismo son la convocatoria al pueb res y legisladores heroicos -una especie de nuevo Licurgo-. Si con todo
rasgos puede ser atnbU!do de
eluso a afirmar que ninguno de los dos esto hallamos un movimiento de asociación de corto plazo, con fines
ía el cammo a la determm�
l o político (ideológico)
un modo permanente a un contenido socia políticos a ser alcanzados por la intervención estatal, y no un partido
político serio, real, entonces estamos frente a un populismo en su forma
particular. Podría pensarse que esto abrir
a política y no de conteni más típica.10
ción de ambos rasgos en términos de lógic
ocurre, ya que Canovan en
dos sociales. Sin embargo, nada de esto
social un inconveniente que No debería sorprendernos entonces que, después de una descripción
cuentra en esa falta de determinación
categorías que correspon tan detallada de lo que es el verdadero populismo, MacRae tropiece
reduce considerablemente la utilidad de las
ntes. Así, "la exaltación de con algunas dificultades para aplicar su categoría a populismos "real
den a sus dos rasgos universalmente prese
variedad de formas. Como mente existentes". En consecuencia, debe aceptar que los populismos
este ambiguo 'pueblo' puede tomar una
as de la retónca peromsta contemporáneos tienen poco en común con su modelo ideal:
abarca todo, desde las manipulaciones cínic
a mucho a la definición
hasta la humildad de los narodniki, no aport
' ción mejora sólo de manera El populismo de fines del siglo XX no ha sido transmitido desde Rusia ni
del concepto de populismo".8 Y la situa
los Esrados Unidos de un modo significativo. Más bien, ciertos puntos
marginal en el caso del antielitismo.9
del pensamiento europeo han sido difundidos y recombinados para for
mar diversos populismos nativos. En ellos, algunas de las ambigüedades
B. Si el análisis de Canovan tiene, aún así, el mérito de no tratar de
de los antiguos populismos se han complicado con elementos tanto pri
'.
mente el Islam, pero también d budismo, el cristianismo milenarista y el
!
la mayor parte de la literatura en este campo no ha res1st1do a la hinduismo) se han agregado a la combinación de la virtud arcaica y la
'1 tentación de atribuir al populismo un contenido social particular. personalidad ejemplar� El primitivismo agrario constituye una fuerza dis
'!
Por ejemplo, Donald MacRae escribe: minuida, aunque en India parece prosperar. La conspiración y la usurpa
ción se combinan en las diversas teorías sobre d neocolonialismo y las
7 !bid., p. 294. 10
Donald MacRae, "Populism as an ideology", en G. Ionescu y E. GeHner
" !bid.
(comps.), op. cit p. 168.
..
9 !bid., pp. 295-296.
LA DENIGRAC!ON DE LAS MASAS POPULISMO, AMBIGÜEDADES y PARADOJAS 23
22
(una figura familiar en el mito) ha reemplazado en gran medida al peque dicional está menos difundido entre los proletarios que entre los artesa -
ño propietario agrario y al campesino sin instrucción como personalidad nos. El traba;_ o de aquéllos está su¡'eto a una d.isc¡'pll·na de gran esca¡a, que
_
de culto. El marxismo moderno, en su giro hacia el "joven Marx", ha de hecho contradice la premisa principaL
pasado a ser populista. El populismo existe en los asuntos consensuales y
el apoliricismo difuso de la "Nueva Izquierda" . 11 Pero dos páginas más adelante afirma:
El problema con esta enumeración caótica es, por supuesto, que los El socialismo e�tá mucho más distante que el fascismo, como podemos
_
ver en esos soctahstas quintaesenciales·. Marx, los Webb y St al'm. pero
movimientos aludidos antes tienen pocos o ninguno de los rasgos del
�
no se nos dice absolutamente nada.
Uno p dría preguntarse qué otra cosa estaban haciendo Lenin y
Ésta es una característica general de la literatura sobre el populismo:
GramsCI SI no era Intentar construir una hegemonía proletaria. Pero
cuantas más determinaciones se incluyen en el concepto general,
el absurdo del ejercicio de Wiles se hace aún más evidente cuando
menos capaz es el concepto de hegemonizar el análisis concreto. Un
intenta hacer una lista de los movimientos que considera populistas:
ejemplo extremo es el trabajo de Peter Wiles;11 en él se elabora un
l�s na�odmkt;
carácter no revolucionario y su oposición a la lucha de clases hasta su _ los populistas
_ de los Estados Unidos; los socialistas-revolu
adopción de la pequeña cooperativa como tipo ideal económico, ade
cwnanos; Ghandi; Sinn Fein; la Guardia de Hierro; el Social Credit de
más del hecho de ser religioso pero contrario a la institución religio
Alberta; Cárdenas; Haya de la Torre; el CCF en Saskatchewan·' Poujade '
sa. No resulta sorprendente, entonces, que Wiles dedique la segunda Belaúnde; Nyerere.13
�
parte de su trabajo al análisis de las excepciones. Estas últimas son tan
1
abundantes que uno comienza a preguntarse si existe algún movi No se nos die nada, por supuesto, sobre lo «mucho en común" que se
miento político que presente las veinticuatro características del mo supone que nenen estos líderes; un conocimiento mínimo de ellos "'S
delo de Wiles. Ni siquiera se priva de la autocontradicción. Así, w la suficiente para saber que no puede ser, de rodas maneras, el síndro �e
página 1 76 nos dice: descnpto al comienzo del trabajo de Wiles. Por lo tanto, su observa
CIÓn final-"ningún historiador puede omitir el concepto [de populismo]
_
como herramienta de comprensión"- nos invita al comentario melan
específico del populismo -su dimensión definitoria- ha sido evitado pose1a una Ideo logía en un sentido serio, sino merame
nre una reton· ca. •
sistemáticamente. Deberíamos comenzar a preguntarnos si la razón de No sentó raíces profundas, porque de hech
o no habz'a nada que pu¿·1era
lHCl·1es constrm-
_
esta sistematicidad no descansa tal vez en algún prejuicio político no . _ - tz"empos ¿·r- ·
formulado que guía la mente de los analistas políticos. Más adelante da una vez que las cosas
meJoraran. 16
veremos que el principalmérito de la contribución de Peter Worsley
al debate ha sido comenzar a apartarse de esos presupuestos. Sin em
Y sobre las ideologías del Tercer Mundo nos dz
bargo, antes de esto deberíamos decir algo acerca de ellos, y para ello · · ente:
"ce 1o s1gm
nos referiremos a otro trabajo incluido en el volumen de Ionescu y
La primera es la distinción entre retórica e ideología: "debemos distin desesperación y esperanza que experime
ntan los pobres penr · r:,enco
· sd
guir cuidadosamente entre la retórica utilizada por los miembros de . . _ e un
mundo Industnal!zad o. No pueden permitirse ser doctrina
rios; el
un movimiento -la cual puede ser plagiada de un modo aleatorio de pragman_ smo debe ser el único hilo de
su comportamiento [ ...] . p1enso · ,
cualquier parte, según las necesidades del movimiento-, y la ideolo entonces, que podríamos racionalizar legít
imamente la rendenc·1a crec·iente
._ -
gía, que expresa la corriente más profunda del movimiento".15 a utihzar el término "'populismo" para abar
. car muchos y ¿·1versos mov!·-
i
su ideología constituyó una mezcolanza formada por elementos apropia- anecta en modo alguno a los con
tenidos transmitidos por éste. Ésta
1
es
1
denigración ética que refleja el trabajo de Minogue es compamda evoca demasiado una antigua diferenciación entre las ideas en la ca
''
por gran parte de la literatura sobre el populismo. Sin embargo, ¿qué beza de los hombres y las acciones en que éstos participan. Pero esta
ocurre si el campo de la lógica fracasa en su constitución como un distinción es insostenible. A partir de Wittgenstein sabemos que los
-
orden cerrado y se necesitan mecanismos retóricos para lograr ese juegos del lenguaje comprenden tanto los intercambios lingüísticos
cierre? En ese caso, los mismos mecanismos retóricos -metáfora, como las acciones en las cuales están involucrados, y la teoría de los
rnetonimia, sinécdoque, catacresis- se convierten en insuumentos actos del lenguaje ha establecido nuevas bases para el estudio de las
de una racionalidad social ampliada, y ya no podemos desestimar
f Es en este sentido que hemos hablado de los discursos como roralida
secuencias discursivas que constituyen la vida social institucionalizada.
una interpelación ideológica como meramente retórica. Así, la impre
cisión y el vado de los símbolos políticos populistas no pueden 'des esuuctu�adas que articulan elementos tanto lingüísticos corno no
desestirnarse con tanta facilidad: todo depende del acto performanvo )
lingüísticos., Desde este punto de visra, la distinción entre un movi
que tal vado ocasione. Minogue, por ejemplo, afirma sobre los po miento y su ideología no sólo es imposible, sino también irrelevante;
pu\ist�s estadounidenses: _h que importa es la determinación de las secuencias discursivas a
te" 24 Se está reftriendo, por supuesto, a las ideologías del Tercer A partir de esta exploración rápida -y obviamente
incompleta- de la
Mundo y no está dando su propia opinión. Sin embargo, su análisis literatura, podemos continuar ahora con la búsqueda de
un enfoque
crítico de los límites de la concepción de Lenin acerca de la superpo alternativo que intente evitar los callejones sin salida que
describimos
sición de las distinciones socioeconómicas y las solidaridades socio antes. Para hacer esto debemos comenzar por cuestion
ar -y en algu
políticas en el campesinado ruso, sugiere que -al referirse al rechazo nos casos invertir-los presupuestos básicos del anál
isis que ha con
de la lucha de clases por parte del populísmo del Tercer Mundo-- no ducido a ellos. Debemos tomar en cuenta dos cues
tiones básicas.
está simplemente haciendo una consideración etnográfica de alguna l. En primer lugar, debemos preguntarnos
si la imposibilidad (o
forma de "falsa conciencia)), sino señalando una verdadera díi:iCllltad)áí probable imposibilidad) de definir el populismo
no proviene del he
en el intento de generalizar la "lucha de clases" como motor universal cho de haberlo descrito de tal manera que cualquier
aprehensión con
El segundo movimiento consiste en su esfuerzo po� evita�,���H<
de movilización política. ceptual del tipo de racionalidad inherente a su
lógi ca política ha sido
excluida a priori. Pensarnos que, de hecho, esto
es lo que ocurre. Si al
quíer intento reduccionista y simplista de ver a la man1pulac10n populismo se lo define sólo en términos de
"vaguedad", "impreci
puria como necesariamente constitutiva del popuhsmo. Afirma sión", "pobreza intelectual", como un fenómen
o de un carácter pu
ramente "transitorio", "manipulador" en sus
procedimientos, etcéte
sería conveniente[. .] alterar parte de la definición de populismo de
.
ra, no hay manera de determinar su dijferent
ia sp ecifica en términos
de manera talque -sin eliminar la "seudoparticipación" (demagogia, positivos. Por el contrario, todo el esfuerzo
bierno por televisión", etcétera)- se pudiera incluir ta..'11bién, y &;tirrg uLir;,¡j
parece apuntar a separar
lo que es racional y conceptualmente aprehen
la participación popular genuina y efectiva. Así, el "populism�" se re!en-'!(f sible en la acción polí
tica de su opuesto dicotómico: un populism
ría no sólo a las relaciones "directas" entre el pueblo y un liderazgo o concebido como irra
cional e indeftnible. Una vez tomada esta
cual inevitablemente en cualquier sociedad compleja, de gran escala, decisión intelectual estraté
ser predominantemente pura mistificación o simbolismo), s no, e � � gica, resulta natural que la pregunta "¿qu
emplazada por otra diferente: "¿a qué real
é es el populismo?" sea re
modo más amplio, a la participación popular en general (mdmda idad social y política se refiere
el populismo?". Al ser privado de toda
seudoparticipación).25 racionalidad intrínseca, el
explanam sólo puede ser completamente exte
rno al explanandum. Pero
Esto también es importante, ya que hace posible eliminar del análí,;ísfc\( corno al aplicar una categoría se asum
e que existe algún tipo de vínculo
del populismo cualquier actitud necesaria de condena ética -actítuct¡¡' externo que justifica su aplicación,
la pregunta generalmente es re
emplazada por una tercera: "¿de qué
realidad o situación social es
'" !bid., p. 229. el
expresión populismo?". A esta altu
ra, el populismo está realmente
"!bid., pp. 245-246. relegado a un nivel meramente epif
enoménico. Para este enfoque no
32 LA DENIGRACIÓN DE LAS MASAS POPUUSMO: AMBIGÜEDADES Y PARADOJAS 33
hay nada en la forma populista que requiera explicación; la pr,egtmt: la inmadu rez de los actores sociales destinado a ser suplantado en un
"¿por qué algunas alternativas u objetivos políticos sólo pudieron estadio posterior, o constituye más bien una dimensión constante de
expresados a través de medios populistas?" ni siquiera surge. De ]a acción política, que surge necesariamente (en diferentes grados) en
1
! ; único que estamos hablando es de los contenidos sociales (intereses rodas los discursos políticos, subvirtiendo y complicando las opera
clase u otros intereses sectoriales) que expresa el populismo, mJL<Hlfa ciones de las ideologías presuntamente 'más maduras'?" Veamos un
que permanecemos en tinieblas con respecto a las razones por ejemplo.
cuales ese tipo de expresión resulta necesario. Estamos en una Se dice que el populismo "simplifica" el espacio político, al reem
ción similar a aquella que describe Marx en relación con la teoría plazar una serie compleja de diferencias y determinaciones por una
valor en la economía política clásica: ésta pudo demostrar que el cruda dicotomía cuyos dos polos son necesariamente imprecisos. Por
bajo es la sustancia del valor, pero no pudo explicar por qué ejemplo, en 1945, el general Perón adoptó una postura nacionalista y
sustancia subyacente se expresa a sí misma bajo la forma de un aseveró que la opción argentina era la elección entre Braden em (el
cambio de equivalentes. En este punto generalmente quedamos bajador estadounidense) y Perón. Y, como es bien sabido, esta alter
las alternativas poco aceptables que hemos revisado: o bien restn.ngÍI nativa personalizada tiene lugar en otros discursos mediante dicoto
el populismo a una de sus variantes históricas, o intentar una mías como ser el pueblo vs. la oligarquía, las masas trabajadoras vs.
ción general que siempre va a ser limitada. En el último caso, los exploradores, etcétera. Como podemos ver, existe en estas tres
autores generalmente se vuelcan al frustra..rtte ejercicio, al que ya dicotomías -así como en aquellas constitutivas de cualquier frontera
referimos, de colocar bajo la etiqueta de "populismo" a un político-ideológica- una simplificación del espacio político (todas las
de movimientos muy dispares, sin decir nada acerca del contenido
dos polos de la dicotomía) ,(y los términos que designan ambos polos
singularidades sociales tienden a agruparse alrededor de alguno de los
estR denominación.
2. Sin embargo, un primer paso para apartarnos de esta uc.'u<>''é;?i; deben necesariamente ser imp recisos (de otro modo, no podrían ab<g;
ción discursiva del populismo no es cuestionar las categorías utJ:l!z:ai(@ car todas las particularidades que supuestamente deben agrup .;. ) )i
das en su descripción -''vaguedad", "imprecisión", etcétera-, Ahora bien, si esto es así, ¿no es esta lógica de la simplificación y de la
tomarlas en sentido literal, pero rechazando los prejuicios que imprecisión, la condición misma de la acción política? Sólo en un
en la base de su desestimación. Es decir, en lugar de contraponer mundo imposible, en el cual la administración hubiera reemplazado
"vaguedad" a una lógica política madura dominada por un alto totalmente a la política y una piecemeal engineering, * al tratar las dife
do de determinación institucional precisa, deberíamos comenzar rencias particularizadas, hubiera eliminado totalmente las dicotomías
hacernos una serie de preguntas más básicas: "la 'vaguedad' de antagónicas, hallaríamos que la "imprecisión" y la "simplificació
n"
discursos populistas, ¿no es consecuencia, en algunas situaciones, habrían sido realmente erradicadas de la esfera pública. En ese caso,
la vaguedad e indeterminación de la misma realidad social?" Y en sin embargo, el rasgo disrintivo del populismo sería sólo el énfasis
caso, "¿no sería el populismo, más que una tosca operación ponu.ca �,¡) especial en una lógica política, la cual, como tal, es un ingred
iente
ideológica, un acto performativo dotado de una racionalidad prrlp"�k: necesario de la política tout court.
es decir, que el hecho de ser vago en determinadas situaciones es
condición para construir significados políticos relevantes?" Fi11alm<:nt<��� Piecemeal enginee ringes un término técnico usado
por Karl Popper que signifi
•
"el populismo, ¿es realmente un momento de transición derivado ca un cambio lento y gradual que excluy
e toda ruptura súbita. [N. de la T.]
34 LA DENIGRAC!ON DE LAS MASAS POPULISMO, AMBIGÜEDADES Y PARADOJAS 35
Otra forma de desestimar al populismo, como hemos visto, es más amplio, que fue la grande peur de las ciencias sociales en el siglo
legado a la "mera retórica". Pero como también hemos señalado, )(IX. Me refiero a la discusión general sobre "psicología de las masas".
movimiento tropológico, lejos de ser un mero adorno de una Este debate, que es paradigmático para nuestro rema, puede conside
dad social que podría describirse en términos no retóricos, rarse en gran medida como la historia de la constitución y disolución
entenderse como la lógica misma de la constitución de las u·letltld; de la frontera social que separa lo normal de lo patológico. Fue en el
des políticas. Tomemos el caso de la metáfora. Como sabemos, curso de esta discusión que se establecieron una serie de distinciones
establece una relación de sustitución entre términos sobre la base y opos.iciones que operarían como una matriz sobre la cual se organi
1 príncipio de analogta. Ahora bien, como ya hemos menCionado, zó una perspectiva general sobre fenómenos políticos "aberrantes",
toda estructura dicotómica, una serie de identidades o intereses que incluían al populismo. Nuestro punto de partida va a ser la con
ticulares tiende a reagruparse como diferencias equivalenciales sideración de esta matriz. Vamos a comenzar con el análisis de un
dedor de uno de los polos de la dicotomía. Por ejemplo, los texto clásico que estuvo en el epicentro de esta historia intelectual.
experimentados por di fe remes sectores del pueblo van a ser perciOHio Me refiero a Psychologie des foules (Psicologia de las multitudes), de
como equivalentes entre sí en su oposición a la "oligarquía". Pero Gustave Le Bon.
es simplemente para afirmar que son todos análogos entre sí en
confrontación con el poder oligárquico. ¿Y qué es esto sino
reagregación metafórica? De más está decir que la ruptura de
equivalencias en la construcción de un discurso más ·
se desarrollaría a través de mecanismos diferentes, pero igtlaLme:nte•.l(
re-KJricos. Lejos de ser estos últimos "mera retórica)', son inherentes :
la lógica que preside la constitución y disolución de cu.1/.t¡•ui·.er<esp•aciti;\l
político.
Así, podemos afirmar que para progresar en la comprensión
populismo, es una condición sine qua non rescatarlo de su posiciótí\�
marginal en el discurso de las ciencias sociales, las cuales lo han
finado al dominio de aquello que excede al concepto, a ser el >w"�''<G
opuesto de formas políticas dignificadas con el estatus de una verd,.•;;
dera racionalidad. Debemos destacar que esta relegación del popuusrnoé:
sólo ha sido posible porque, desde el comienzo, ha habido un
elemento de condena ética en la consideración de los mtwi·mJienLtoili
populistas. El populismo no sólo ha sido degradado, también ha
denigrado. Su rechazo ha formado parte de una construcción di,;cursiva�f
de cierra normalidad, de un universo político ascético del cual de
excluirse su peligrosa lógica. Pero desde este punto de vista, las
tegias básicas de la ofensiva antipopulista se inscriben en otro ae!Dai<;\1