Você está na página 1de 3

UNIVERSIDAD DEL ZULIA

FACULTADA DE ARQUITECTURA Y DISEÑO


PROGRAMA DE ESTUDIOS PARA GRADUADOS
DOCTORADO EN ARQUITECTURA

Electiva
Paisaje Urbano

“Plaza del Buen maestro: Espectro urbano”


Notas sobre la visita realizada a la Plaza del Buen Maestro el día sábado 24 de noviembre de
2018, con la colaboración de la Dra. María Eugenia Molero, Arq. y el Arq. Enrique Catina Hetzel.
Experiencia vivencial intuitiva e intencional # 2, para una aproximación fenomenológica al concepto
del Paisaje Urbano.

Profesor: Dr. Carlos Prieto, Arq.

Alumno: M. Sc. Alberto José Villalobos, Lic.


0424 6833387 / albervil22@gmail.com / @albervil23

Maracaibo, enero de 2019


“Plaza del Buen maestro: Espectro urbano”

M. Sc. Alberto José Villalobos, Lic.

Si bien el centro pujante de la ciudad de Maracaibo fue, en sus inicios, el casco central;
también es cierto que los procesos de desarrollo urbano; emprendidos entre la década de
los 30 hasta mediados de los 50, fueron moldeando los nuevos enclaves de concentración
por razones de ocio y recreación de la ciudad. A mediados del siglo XIX la zona norte
central de la ciudad, ubicada en lo que hoy reconocemos como El Parque la Marina, se
convirtió en un enclave de actividades de servicios a la ciudad a decir: el matadero
municipal y la primera planta industrial moderna para el servido de agua potable. Esta
zona partió de la aparición de hatos residenciales que, posteriormente, fueron
beneficiados con adaptaciones a los servicios de agua y luz, ya en la década de los 30
debido, entre otros factores, a la construcción de núcleos residenciales para personal
extranjero, mayormente involucrado con la explotación petrolera. Amén de la asimilación
de la nueva clase empresarial de importadores y terratenientes.
Va a ser en medio de esta nueva fase urbana de Maracaibo en la que se presenta la
Plaza del Buen Maestro, cuya nominación obedece a la exaltación de la labor docente en
la región y cuya utilización de la misma era prácticamente diaria como espacio de
recreación y disfrute familiar, como paseo lacustre. Hoy por hoy solo es el asomo de un
recinto que, aun pasando por procesos de remodelación y recate, sigue siendo un lugar
baldío y de alto riesgo a nivel de seguridad personal para el visitante.
Una de las características de esta plaza fue su ubicación frente a la orilla del lago, lo
cual no interrumpía la actividad pesquera artesanal de la zona ni la incorporación de
servicios de transporte marítimo o hidroaviones. Tal ubicación también aprovechó el
hecho de ser la zona más fresca de la ciudad por estar más al norte en dirección al Mar
Caribe, lo cual implica mejores corrientes de aire fresco. Dicho esto la plaza aunque
protagonizada por una doble fila de columnas con carácter escultórico, era consolidada
con la aparición de una estructura a modo evocativo de templete renacentista pero con
una utilidad de terraza en su segundo nivel a modo de terraza y la venta de bebidas y
helados refrescantes, en la parte inferior. A ello se le agrega caminerías circundantes que
le indicaban al visitante la delimitación entre tierra firme y manglar. Posteriormente se
anexaron otras estructuras arquitectónicas y escultóricas en sus adyacencias que no
tuvieron mayor impacto.
Todos estos elementos convirtieron a la plaza en centro de encuentros más
domésticos que comerciales entre los concurrentes, a diferencia de lo que ocurría en la
Plaza Baralt, en el casco central. Y aunque las estructuras arquitectónicas de esta plaza
eran las distintivas y referenciales del espacio, el paisaje urbano como tal estaba
integrado de manera irrenunciable a la naturaleza: el lago, la brisa, la vegetación y la luz
natural. El urbanismo, en este caso, obedeció a una simbiosis hombre-natura por vía de la
recreación y el ocio. De hecho, su ubicación “despejada” de edificaciones altas la hacía
ser parte del paisaje desde larga distancia, mucho antes de llegar al lugar por estar en la
desembocadura de la Av. Bella Vista y en la mitad de recorrido de la Av. El Milagro. En la
primera se establecen los primeros comercios de bienes y servicios como bancos y
distribuidoras, después del casco central. En la segunda se fueron perfilando centros
residenciales, escuelas privadas, hoteles y clubes mayoritariamente. Esto trajo como
consecuencia que la plaza tuviese una lectura de lugar obligado de visita, tanto por
propios y extraños como paisaje que identificaba, en el contexto de lo urbano, a la ciudad;
desde ella misma y desde el lago.

Você também pode gostar