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DIM.GC.006
GUÍA DE PRÁCTICA CLÍNICA ATENCION DE PARTO
1. OBJETIVO
Esta guía tiene como objetivo formular recomendaciones, con racionalidad y evidencia
científicas, que apoyen la toma de decisiones para el grupo de Médicos Generales de
urgencias, Ginecólogos y Obstetras, durante el proceso de atención de una paciente con
diagnóstico de Parto Eutócico buscando disminuir la morbilidad y mortalidad secundarias
a este diagnóstico en las pacientes atendidas en la Clínica de la Mujer.
2. ALCANCE
3.1 DEFINICION
La definición de la duración de los diferentes periodos y fases del trabajo de parto tiene
por propósito la identificación precoz de las alteraciones en la evolución del mismo y
contribuir a la disminución de la morbimortalidad materna y perinatal.
Primer período del trabajo de parto: una vez este instaurado el trabajo de parto
consiste en la fase de dilatación y borramiento cervical que normalmente tienen un
incremento progresivo hasta el período expulsivo.
Este período se divide en dos fases latente y activa.
Fase latente del trabajo de parto: corresponde a la etapa temprana del inicio del trabajo
de parto en donde se presentan contracciones uterinas regulares y una dilatación cervical
inferior a 4 cm.
Fase activa del trabajo de parto: comprende desde que el cuello llega a una dilatación
de 4 cm hasta lograr el borramiento y la dilatación completas, momento en el cual se inicia
el período expulsivo del trabajo de parto.
Segundo período del trabajo de parto: comprende el tiempo que transcurre desde que
se logran la dilatación y borramiento completos del cérvix hasta el nacimiento o expulsión
del feto.
Tercer período del trabajo de parto: también llamado período del alumbramiento,
corresponde a la expulsión de la placenta y de las membranas ovulares.
3.2 DIAGNOSTICO
Si la gestante tuvo control prenatal, solicitar y analizar los datos del carne materno,
exámenes, historia clínica o remisión; si se identifican factores de riesgo en el carne
materno o durante la anamnesis, la usuaria debe ser hospitalizada o remitida, de acuerdo
con la capacidad resolutiva.
3.4 TRATAMIENTO
Diligenciar el partograma a todas las usuarias al inicio de la fase activa del trabajo
de parto
Revisar cada 30 minutos la frecuencia de las contracciones
Revisar cada hora el pulso (frecuencia cardiaca materna) y la frecuencia
respiratoria y presión arterial en pacientes hipertensas.
Revisar al menos cada cuatro horas la presión arterial y la temperatura.
Comprobar regularmente la frecuencia del vaciado de la vejiga.
Considerar las necesidades emocionales y psicológicas de la mujer. (NE 5 D).
Dinámica uterina normal: Durante el trabajo de parto ocurren contracciones con una
frecuencia entre tres y cinco contracciones en 10 minutos, con duración de 30 a 60
segundos e intensidad progresiva de 30 a 50 milímetros de mercurio (mmHg). Se
caracterizan por el triple gradiente descendente, el cual consiste en que las contracciones
se inician en el marcapasos uterino (usualmente localizado en uno de los cuernos
uterinos), son más intensas y duraderas en el fondo uterino y se dirigen en sentido
descendente desde el cuerno hacia el segmento uterino. La dinámica uterina se controla
clínicamente y con el uso de monitores electrónicos. Clínicamente, las partes fetales
deben ser palpables y el útero es depresible entre cada contracción. Durante el pico de la
contracción, al alcanzar la intensidad de 50 mmHg, esta es dolorosa, el útero no es
depresible y no es posible la palpación de las partes fetales.
Los factores que pueden afectar la dinámica uterina incluyen: mal control del dolor, estrés,
deshidratación o agotamiento maternos, hiperdistensión uterina (polihidramnios,
macrosomía fetal, embarazo múltiple), infección amniótica, uso de medicamentos que
afectan la contracción uterina (oxitócicos, agonistas beta-adrenérgicos), analgesia
obstétrica, abrupcio de placenta, distocia mecánica, entre otros.
Por el momento no existe evidencia que permita recomendar la realización rutinaria del
monitoreo electrónico continuo de la FCF en gestaciones sin factores de riesgo (NE 1a –
A).
ANALGESIA
Según disponibilidad, durante el trabajo de parto debe usarse analgesia regional epidural
para conducción del mismo; excepto que las condiciones clínicas no lo permitan (NE 1a,
A). Se recomienda cualquiera de las técnicas neuroaxiales a bajas dosis: epidural o
combinada. (A). Se recomienda la utilización de técnica combinada (epidural-intradural) si
se precisa un establecimiento rápido de la analgesia. (A). Se recomienda informar que los
opioides parenterales como método analgésico tienen un efecto limitado y que pueden
provocar náuseas y vómitos. (A). Se recomienda monitorizar la Saturación de Oxígeno
(SaO2) materna y administrar oxigeno suplementario a las mujeres que reciban opioides
parenterales durante el trabajo de parto. (A). El uso adecuado de analgesia epidural no se
ha visto asociado con aumento de la necesidad de cesárea, tampoco ha mostrado
alteraciones inmediatas en los valores de Apgar neonatal, sin embargo, dependiendo de
la dosis analgésica utilizada se relaciona significativamente con un aumento en el número
de partos instrumentados (RR 1.38, 95% CI 1.24 a 1.53, 17 estudios, 6162 mujeres).
OTRAS INTERVENCIONES
Se debe suspender la aplicación de enema rutinario y rasurado perineal a las gestantes
en trabajo de parto en los sitios donde aún se haga esta intervención, pues no se ha
encontrado beneficios que justifiquen su aplicación (NE 1, A).
— El pulso materno también debe ser reconocido para diferenciar entre el ritmo materno y
el latido cardiaco fetal.
El manejo activo del tercer período debe ofrecerse a toda mujer con parto institucional u
hospitalario en todos los niveles de atención, pues reduce la incidencia de hemorragia
posparto secundario a atonía uterina.
En el Cuadro se resaltan los componentes del manejo activo del tercer período:
Al visualizar la placenta, se toma con las dos manos, se inicia un movimiento de rotación
para enrollar las membranas y favorecer su expulsión completa. Debe revisarse la
placenta tanto por su cara materna (observar su integridad) como por su cara fetal
(presencia de infartos, quistes, etcétera.). También debe verificarse la integridad de las
membranas, el aspecto del cordón umbilical, su inserción y el número de vasos (lo
normal, dos arterias y una vena). Ante la duda de que haya alumbramiento incompleto,
debe procederse a la revisión uterina y extracción manual de los restos retenidos.
Contraindicaciones:
Antes del nacimiento
No útil para inducción de parto
Hipersensibilidad
Insuficiencia hepática o renal
Pre eclampsia o eclampsia
Trastornos cardiovasculares graves
Epilepsia
Efectos adversos:
10- 40 %( frecuentes), prurito, vomito, sensación de calor, hipotensión, cefalea y
temblor.
1-5% (poco frecuentes) dolor de espalda, nauseas, sabor metálico, sudor, dolor
en el pecho, taquicardia y ansiedad.
REVISIÓN UTERINA
Se recomienda la revisión restrictiva de la revisión uterina (sospecha de retención de
restos placentarios o de membranas, hemorragia posparto, corioamnionitis, parto
pretermino) (NE 5 D). No obstante existen reportes de estudios que sugieren seguridad de
este procedimiento bajo adecuadas circunstancias de asepsia durante el procedimiento.
Educación materna
Es preciso educar a la madre sobre diversos aspectos:
SEGUIMIENTO
La gestante debe egresar con una cita de control ya establecida a fin de controlar el
puerperio dentro de los primeros 7 días del parto, se deben dar las recomendaciones
pertinentes explicándole a la paciente los signos o síntomas de alarma para recudir o
consultar a urgencias.
Se debe instruir a la madre, con respecto a la importancia de conocer los resultados de la
hemoclasificación del recién nacido y del tamizaje del hipotiroidismo congénito. La madre
debe consultar oportunamente para conocer el resultado del tamizaje, llevando el
resultado al respectivo control del neonato.
5. RECOMENDACIONES
- Se debe remitir a las pacientes a los programas de interconsulta como son: Lactancia,
Vacunación, Plan Canguro, Nutrición, etc.
6. APLICABILIDAD
7. FACTORES DE RIESGO
PRESENTACIÓN DE PELVIS
Se debe realizar cesárea electiva a las 39 semanas de gestación para la presentación de
pelvis (NE 1a, A). Una revisión sistemática, cuyo objetivo fue evaluar los efectos de la
cesárea electiva para la presentación de pelvis sobre variables de resultado perinatales,
incluyo tres estudios clínicos randomizados controlados (2396 participantes) que
comparaban cesárea electiva versus parto vaginal para la presentación de pelvis.
Se concluyo de esta revisión que la cesárea electiva reduce la morbilidad neonatal seria y
la muerte perinatal o neonatal (RR 0.33, 95% CI 0.19 - 0.56), a expensas de un leve
aumento de morbilidad materna a corto plazo (RR 1.29, 95% CI 1.03 - 1.61).
Complicaciones:
Eventos adversos:
NA
11. BIBLIOGRAFIA
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