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DEJARNOS QUEMAR POR LA GRACIA Y MISERICORDIA DE DIOS

A EJEMPLO DE MARÍA SIGUIENDO LAS HUELLAS DE MADRE EDUVIGES.

Muchas veces cuando uno va a confesar, se encuentra personas que a la hora de confesarse están como
emocionadas y respiran profundamente, como si estuvieran supe acusados, uno se sorprende por sus
reacciones incluso te podrá suceder que se desvanecen al momento de confesarse.

Entonces una persona de estas santas que Dios te pone en el camino dijo una vez: “Padre en la confesión
está muy bien que Dios te perdona los pecados, pero lo que es imprescindible, importante es dejarse
invadir por el perdón, por la misericordia de Dios, por la gracia de Dios, por la aceptación de Dios”.
Eso luego en la oración me puse a pensarlo, Dios a pesar de todas mis tonterías me vuelve aceptar una vez
más, pero muchas veces no reparamos en esto porque nos hemos acostumbrado a confesarnos se ha vuelto
una rutina.

Esto es difícil de conceptualizar porque cuando hablamos de experiencias personales las palabras casi
matan lo que uno quiere expresar porque hay cosas que son difíciles de explicar o definir, porque al
narrarlo casi que lo vacías y depende mucho de saber que me está queriendo decir este.

Entonces cuando uno celebra misa y dice yo confieso ante Dios… ahí es un acto de petición de oración y
de perdón a Dios y de oración a los demás; y uno intenta vivir lo de dejarse invadir por el perdón de Dios.
Y entonces es fácil darse cuenta de que si tú te dejas invadir por la misericordia de Dios, casi lo que tú
hacer al confesarte está bien decir los pecados, pero sobre todo es abrirme yo a la acción de Dios que me
quiere abrazar , dejar que la misericordia de Dios entre en mi corazón y poder experimentarla, ahora que
les digo les puede estar pasando cuando yo lo pensé pero cuando lo viví, entendí mejor lo que el Señor me
quiso decir a través de esa persona, lo que ella estaba viviendo le llevaba a él incluso a una acción
fisiológica, osea corporalmente el cuerpo reaccionaba ante la paz y la misericordia, su cuerpo reaccionaba
con un relax, con un relajamiento, con una respiración onda.

De verdad esto no sé si me explico, no es una tontería, pero ahí redescubrí efectivamente cuando yo me
confieso es muy interesante que Dios me perdone pero lo más interesante es que yo sea capaz de ponerme
delante de Él y dejarme perdonar, dejarme invadir por su misericordia, por su perdón, no sé cómo contar
como se hace pero lo que sí sé es que se puede hacer, que cuando uno lo hace, no hablo de
sentimentalismo, hablo de la conciencia que uno puede tener que yo puedo tener de la misericordia, de la
gracia de Dios que quiere entrar en mí e invadirme; que le da igual mis pecados que le da igual aquello
que si lo he hecho así, lo que Dios quiere es invadirme con su perdón, con su ternura, con su
misericordia, con su amor, invadirme, poseerme. Al hacerlo dejarnos, abrazar por él.

Mis queridas hermanitas hacer 20 minutos de oración al día 30 minutos, 80 minutos, no es nada
interesante, de verdad no es nada interesante, es más no lo aconsejo a todos, que no es importante, es
decir que no es importante el hacer oración, lo que es importante es, vamos a ver que si yo quiero
broncearme, quemarme, lo interesante qué es; ponerme al sol o sea tumbarme para tomar el sol. Eso es
interesante pues no es muy interesante, porque lo que es realmente interesante qué es, QUE EL SOL ME
DE, que el sol me dé, porque si yo me tumbo, me pongo el traje de baño me pongo el bronceador, la toalla
y me pongo en una sombra, pues el sol no me va poder dar, no me podré broncear, lo importante no es
tumbarme, echarme, me voy a poner bronceado, no tú no te pondrás bronceado porque decidas ponerte
bronceado, ni porque te eches, te bronceas si te pones bajo la acción del sol, entonces sí.

Por eso lo interesante no es decir voy hacer 30 minutos de oración, o lo que quieras, pero como no estés al
sol la oración no te va poner bronceado, si yo me echo pero me pongo en un sótano o en un closet, no va
actuar, por eso lo interesante es la acción del sol sobre mí y yo hacer capaz al sol de actuar sobre mí es
decir ponerme al sol, de manera que él pueda actuar y transformar mi piel, de eso era consciente madre
Eduviges siguiendo a María santísima, cuando decía: “destinada a pasar su vida a la sombra de este
santuario, bajo la mirada de la Virgen sin mancha”, “Yo pedía a Jesús y María vivir y morir bajo sus
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divinas manos”; esta resolución suya era fruto de ese deseo ardiente de dejarse trasformar por ellos y esto
por medio de la oración, por eso decía: “La oración es un tesoro insuperable, un refugio asegurado, un
puerto tranquilo, ella es la raíz que hace que nuestra vida sea fecunda en frutos de santidad, la
escalera por la cual se sube a Dios”, era consciente que la oración era capaz de transformarla, “La
oración purifica el corazón”.

Necesitamos ponernos al sol de la gracia de Dios sin esa gracia no podremos seguir; “Un alma peregrina
de ella misma no podrá dedicarse íntimamente a la unión con Dios. Un alma disipada estará poco
preparada a las comunicaciones divinas”. Decía madre Eduviges;

Por eso hay veces que yo puedo estar en una misa entera y esta solemne y no haberme puesto al sol ni un
milímetro de mi piel, porque puedo estar ahí en misa pero no me puesto bajo la acción del sol, no me
puesto bajo la acción del Espíritu no me dejado invadir por el espíritu, entonces saldré de ahí más o
menos como he entrado, yo me puedo confesar y me llevaré el perdón de Dios porque la gracia de Dios
actúa a pesar de mi pero el modo de invadirme, Dios de experimentar su misericordia, de ser capaz de
que me transforme su gracia, depende mucho de que yo me ponga al sol. Por eso es que puedan haber
confesiones que no sirvan, confesiones en las que ni Dios pueda hacer nada porque como no hay
arrepentimiento no hay dolor, no hay búsqueda de perdón, no hay búsqueda de curación de acción de
Dios, sólo hay como a lo mejor una terapia personal de quitarme esto de encima.

Yo puedo hacer oración pero si en la oración, no digo que en la oración uno este subido, que le salgan
salmos por la boca y revelaciones, no eso no, pero debe haber una intención, un deseo expreso, es decir
Dios vengo aquí buscándote a ti; igual me quedo dormido dentro de medio minuto tampoco me
importaría mucho, porque lo que me importa es que Tú Señor no actúes en mí. Osea yo quiero estar ahora
al Sol, al sol de tu acción, al sol de tu persona, al sol de tu Espíritu, para que tú puedas hacer en mi lo que
tú quieras; quiero dejarte hacer. Esa disposición lo he descubierto últimamente a lo mejor sea otra cosa
pero de momento lo que he descubierto y me ayuda mucho es que cuando uno dice que tengo que hacer
para cambiar o esto y lo otro: DESEA.

Porque esto es fundamental lo primero es desear, el desear abre las puertas y entonces ya es posible que
hay una interacción, yo puedo dar y puedo recibir, si abro puertas y las puertas las abre el deseo, el deseo
es determinante para que pueda haber una relación porque si no yo me puedo poner a tomar el sol con la
puerta cerrada y entonces no va entrar nada. “Yo rezaba: Dios mío ven en mi socorro, este socorro no
tardó”. EPC

Por eso es muy bueno cuando queremos hacer algo lo primero es una declaración expresa de los deseos,
yo cuando voy hacer oración o la misa, etc, nada más empezar decirle Señor deseo adorarte vas a estar ahí
como me gustaría estar a tu lado, al comulgar Señor deseo comerte, si voy a rezar las tres ave marías por
la noche, si voy a ayudar a un pobre, señor deseo… si voy hacer un favor a mi madre, Señor deseo… la
declaración de intenciones del deseo expreso es muy importante ayuda muchísimo a que la acción que
vayamos hacer realmente la hagamos con todo el corazón y que realmente salga del corazón y transforme
el corazón.

Todo esto debemos tenerlo en cuenta y recordar a veces (en nuestro ser cristiano, sacerdote, religiosa) que
vivir mi vida consagrada no es una construcción humana, voy a ver si hago esto y ahora esto y además
voy hacer esto, cosas que yo voy haciendo que pueden tener su interés, pero es un interés secundario, lo
interesante es lo que hace el otro y yo voy a ver si hago esto para ver si así me llega más sol y lo que yo
voy buscando no es una construcción humana. El ser religiosa es una construcción de Dios, osea el
espíritu de Dios; “Es imposible que un alma que es llamada a su santificación y conoce el don de la
Eucaristía, no sienta un ardiente deseo de aproximarse al Bien Eucarístico”. EPC. Dios vivo, está
actuando allá donde uno le deja, lo que decía un padre de la Iglesia igual que el fuego siempre arde, de la
misma manera el espíritu de Dios siempre está ardiendo, es decir no puede estar sin arder y sin hacer
arder lo que toca. El espíritu de Dios tiene una potencia (Dios mío ayúdanos a entender) que el Espíritu de
Dios dice hágase y se hace de la nada, la creación, y dice que se hagan las aves sobre los cielos y hay
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aves, el espíritu de Dios es la potencia de Dios la fuerza de Dios; ese mismo Espíritu con todo su poder y
con toda su capacidad abrazadora que arde, ese Espíritu lo tengo yo aquí dentro, lo tenemos cada uno de
nosotros dentro; el problema es que si yo mi corazón lo tengo acorazado(blindado), el Espíritu aunque
vaya en su misma esencia el arder no puede prender fuego en mí, porque lo que tiene al lado es hierro esta
acorazado y mi corazón no se transforma. “Querida hermana, cuando termina la Santa Misa, ¡Qué
tesoro lleva usted!...Usted posee a Jesucristo, su cuerpo, su alma, su divinidad y la más santa
familiaridad que le hace decir: “Mi Salvador, todo lo tuyo es mío y todo lo mío es tuyo”. EPC.
“Después de la santa comunión, la presencia de Jesucristo en nosotras, toma parte de todos nuestros
actos, entonces, Él en inmolación nos presenta al Padre y hace de estos momentos los más preciosos de
nuestra vida”. EPC

Pero el ser Religiosa no es hacer una serie de cosas, el ser religiosa es exponerse a una transformación del
espíritu de Dios en mi alma. “El gran deseo de recibir la Eucaristía es una excelente preparación, para
recibir abundantemente sus felices efectos”. EPC. No es ser buena persona, hacer muchas obras de
caridad, no es ser amable, no es no engañar, no es ir a cumplir con unos preceptos de la Iglesia, NO. Ser
religiosa es una relación con Cristo en la que su espíritu me lo da y estamos hermanados y ese Espíritu va
transformando toda mi debilidad, mi miseria, mis tonterías, mi forma de ver a la gente, mi forma de
entender a mis padres, hermanos, amigos, compañeros, mi forma de ver a un mendigo, la forma de
entender la sexualidad, (la forma de ver a mi novia a mi novio), la forma de ver como trabajo, la forma de
entender mi existencia, de vivir el dolor, el sufrimiento, es decir todo eso la verdad no hay ninguna receta
la única receta que hay es abrirme yo al Espíritu y decir: Espíritu obra en mí porque yo no sé cómo hacer
esto, pero cambia mi corazón, transforma mi forma de mirar, transforma mis relaciones, el tiempo que
quieras pero yo quiero hacértelo posible. “Tú me has hecho sentir tu gracia tantas veces, olvidas lo que
he sido y lo que soy, me llenas de ternura, de tal manera, que te ame solo a ti.” EPC

Por esto con el Espíritu caben 2 actitudes: UNA que es la más habitual en nosotros porque nosotros somos
occidentales y tenemos las lacras de occidente sobre nosotros, y se nota porque las aplicamos sin querer
en nuestro modo de vivir la fe. Nosotros normalmente queremos controlar y queremos dominar, dominar
siempre la situación, y prever y saber lo que tengo que hacer, PERO LO QUE NO SABEMOS HACER
ES DEJARNOS HACER ESO NOS CUESTA MUCHÍSIMO, por eso en el trato con el Espíritu no
debemos pretender dominar, como decía una persona yo cuando era pequeño pedía cuentas a Dios, le
pedía una cosa y oye te he pedido esto y no me has dado y que pasa no me escuchas, ya no me quieres, o
no existes, y decía yo le pedía cuentas a Dios de lo que le pedía; y ahora he aprendido a no pedirle cuentas
YO SÉ QUE ÉL ES, Y ES BUENO, ES MISERICORDIOSO, ME ESCUCHA Y ÉL SABRE PORQUE
HACE LO QUE HACE. Digámosle: “En los momentos en que tu gracia no se hace sentir, mis miserias
me envuelven, y si Tú no me envías a tus ángeles para ayudarme y sostenerme, ya no sé más
caminar.”EPC

Y la SEGUNDA: Yo le pediré lo que creo que es bueno, pero no le voy a pedir cuentas, voy a dejar que el
espíritu sea el que mande, no querer controlar al Espíritu y lo mismo en nosotros, yo no sé porque soy
tremendamente mentiroso, o porque tengo una visón de las cosas, me enfado por no sé qué, no sé qué
hacer, tranquilo(a), tú pídele a ese Dios que vive en ti y que arde como el fuego, o que es fuego ardiente y
dile: Abrázame, enséñame (y aquí es donde viene la acción nuestra), la acción nuestra no es aprenderlo, la
acción nuestra es reconocer mi vacío, reconocer mi incapacidad y decir Dios mío no sé qué es lo que está
impidiendo que estando el Espíritu de Dios en este corazón y estando vivo y estando ardiente no consigue
quemarme a mí en este aspecto, en esta área de mi vida, por lo que yo vivo enfadado, amargado, por qué
no quemas.

Entonces mi acción es descubrir cómo impido yo que Dios esté actuando en mí, “Tres escollos o
dificultades pueden presentarse al alma religiosa: presunción, negligencia, imprudencia.” EPC; me
explico: tengo que ver porque es que yo estoy siempre a la defensiva, o porque con esta persona tengo
tantos prejuicios sobre ella que cualquier cosa que haga me irrita, me molesta, me enfado; y entonces
tengo que ver yo Dios mío qué está impidiendo que yo tenga tú mirada, que impide que mi corazón sienta
como el tuyo, a es que tengo prejuicios entonces voy a luchar contra mis prejuicios, es como ir buscando
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que hay en mí que impide la acción transformadora de Dios. No es tanto dominar al Espíritu como dejar
al Espíritu que Él me guíe, que él me dé luz, que él me llene y que él sea el que va haciendo su trabajo
como quiera y cuando quiera mi preocupación es dejarle actuar, que tengo que vaciar. Con las sugerencias
del Espíritu que tengo que quitar para que aparezca ese Cristo, esa forma de vivir de Cristo que realmente
está en mí.

Ojala que en todo este tiempo todos nosotros diésemos unos pasos en facilitar al Espíritu que él actúe,
tomar conciencia de que lo importante es la acción del SOL, no que yo me eche, ni que me compre 20
cremas, lo interesante no es lo que yo pueda hacer lo interesante es el Sol, a ver qué hago para tomar más
acción solar.

Lo que decía este converso que escucho “Yo soy la vida”, y decía cuando yo iba a misa no me importaba
el cura yo no iba por él, yo iba él y le decía yo vengo porque Tú tienes la vida ahí está la vida, yo quiero
tu vida; él iba buscando el SOL, no iba buscando cumplir una misa iba buscando el SOL, la acción del sol
de la Eucaristía ahí está la vida eterna, ahí está la vida que yo estoy buscando y que no tengo, osea el
vacío que tengo es la falta de tu vida, y cuando uno busca el SOL entra por todos lados.

Queridas hermanitas que nos animemos y en cada cosa que hagamos voy a ponerme al SOL y una
declaración expresa deseo, deseo, deseo, y no tener prisa nadie con 10 minutos de sol ya es suficiente
porque si quieres más quemadito pues más tiempo. Darle tiempo a la acción del Espíritu Santo, dejarle y
darle tiempo Señor lo que tú necesites para transformar mi mirada, mi forma de amar, como me expongo
más y yo esperar quitar inconvenientes y esperar confiando en que Dios me quiere divinizar y que su
presencia en mi es fuego y aprender a escucharle.

Termino con frases de madre Eduviges: “Quiero creer, que siendo cada día más fieles serán más dignas
de la sublime vocación, a la cual han sido llamadas por Dios.” EPC
“Oh hermosa palabra: ¡Sólo Dios!.” EPC

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