Você está na página 1de 2

6 | LE MONDE diplomatique | octubre 2015

Autodeterminación de los pueblo originarios

Una lucha por conquistar


derechos civiles
por Fernando Pairicán*

“Somos el color de la tierra”, autonómicos con nuevas jurisdicciones


de las organizaciones políticas y adminis-
dijo en marzo del 2001, el trativas estatales. La autonomía, por ende,
subcomandante Marcos se refiere a “un régimen político formal de
autogobierno territorial en el cual el Es-
en el Zócalo de México, e tado reconoce derechos, tanto colectivos
indicó: “¡Ha llegado la hora como individuales, a los pueblos indíge-
nas de manera que estos puedan ejercer el
de los pueblos indios!” (1). derecho de autodeterminación” (6).
Aquellas palabras, que El derecho a ejercer la autonomía, co-
mo mecanismo de llevar a la práctica la
podrían haber sido una autodeterminación, recompone la vul-
excepción a lo largo de la neración de las repúblicas criollas en el
transcurso del siglo XIX. Revierte por lo
década de los 90 del siglo demás un proceso histórico que inten-
XX, a partir del siglo XXI tó asimilar a las sociedades indígenas a
se han consolidado en las los ideales de las oligarquías de manera
subordinada y los menos afortunados a
agendas de las repúblicas afrontar un exterminio a manos de los
criollas. Siempre con ejércitos de los Estados oligárquicos.
Las repúblicas a partir de la emer-
tensiones y confrontaciones, Paula de Solminihac, Libro blanco (cerámica), 2015 gencia de los movimientos indígenas
las revueltas indígenas (Gentileza Galerie Dix9 Hélène Lacharmoise, Paris) han afrontado de disimiles maneras sus
demandas. Ha preponderado lo que los
en el continente han sido pensadores mayas llamaron la “ideolo-
vistas por las elites como gía multicultural”, que hace alusión a
mentalidades de los ciudadanos, que aún transición en la agenda política, los mo- la capacidad del neoliberalismo corre-
una amenaza, y con justa no son capaces de ver a los descendientes vimientos indígenas comenzaron a dis- gido de adoptar aspectos de las deman-
razón, porque fortalecen la de pueblos originarios como sujetos por- putar la hegemonía al interior de las re- das indígenas pero descomponiéndola
tadores de derechos y por lo tanto, con- públicas criollas y a derribar algunos de su potencia libertaria. A partir de las
democracia y emplazan a las ductores de sus decisiones colectivas y mecanismos racializados que los margi- transiciones a la democracia en las re-
repúblicas culturalmente soñadores de su futuro. naban de las decisiones que los afectan públicas criollas, a fines de la década de
homogéneas del siglo XIX -y Esa transición, ese cambio en Améri-
ca Latina, rompería el apartheid cultural
como sujetos.
La autodeterminación, en esta pers-
los 80, el modelo neoliberal con modifi-
caciones, sigue siendo uno de los pila-
a las políticas publicas que que existe en el continente y daría sus- pectiva, es para los movimientos indíge- res en que se mantiene la gobernabili-
marginan por la etnicidad a tento una democracia inclusiva. nas un derecho político para recompo- dad de las democracias. Lo paradójico
ner la soberanía territorial suspendida para las sociedades indígenas, es que a
las mayorías indígenas-, a su La autodeterminación por las ocupaciones de las repúblicas del medida que se incorporan algunas de
transformación. La declaración de las Naciones Unidas, a siglo XIX. Es el derecho, “que tiene todos sus demandas, e inclusive aumentan la
fines del 2007, consagraba a nivel inter- los pueblos o naciones a decidir, en for- presencia de activistas indígenas en los
nacional una de las demandas y discur- ma soberana, su futuro político, social, puestos de decisión, las brechas socia-
sos emergidos desde los movimientos económico y cultural, como también la les aumentan y en algunos países (como

T
al vez uno de los mayores triun- indígenas. Sus procesos dieron luz a una estructura de gobierno y la participación Guatemala), los indígenas no logran sa-
fos de las revueltas indígenas en nueva fase en el proceso de reconfigura- que desean” (4). lir de su condición de exclusión políti-
el continente sea haber sacudido ción de las relaciones entre los pueblos La autodeterminación es un derecho ca y pobreza (7). De todas formas, es la
algo del racismo de los ciudada- indígenas y las repúblicas criollas. La de- humano. Todo pueblo originario tiene el capacidad de los movimientos y de su
nos de las repúblicas criollas. No signifi- manda por autodeterminación, a su vez, derecho de libre determinarse según su agenda de lograr revertir el multicultu-
ca que esté aplastado, sino más bien que dejaba de ser una “moda” o un hecho ais- condición política y de esa forma, perse- ralismo, como se dio en Bolivia a partir
hoy es “políticamente incorrecto” violen- lado -como acostumbran a señalar los guir libremente su desarrollo económico, de la rebelión del agua en el año 2000,
tar a alguien por sus orígenes y facciones opositores a los derechos colectivos-, pa- cultural y social. “Los pueblos indígenas que ha ido, de forma gradual resquebra-
indígenas. Tampoco implica que las polí- ra adquirir una indiscutida importancia -en ese aspecto-, en ejercicio de su auto- jando el antiguo modelo, proponiendo
ticas públicas estén basadas en una parti- en el escenario latinoamericano. determinación, tiene derecho a las auto- uno basado en el Buen Vivir.
cipación indígena democrática pensadas Consolidadas las repúblicas, luego de nomía en las cuestiones relacionadas con Una de las prácticas comunes en las
en empoderar a sus sociedades para un las independencias en 1810, las elites oli- sus asuntos internos y locales” (5). nuevas democracias, es confundir la au-
desarrollo acorde con los principios del gárquicas basaron su proyecto en la ex- Las autonomías en América Latina tonomía con la descentralización o re-
Buen Vivir. Fuera de la experiencia boli- clusión del componente indígena de las no son la norma, sino más bien la excep- gionalización. Sin un cambio de modelo,
viana, las repúblicas criollas han utiliza- emergentes naciones. Se consolidaba un ción. Como he dicho más arriba, las au- las autonomías puede terminar siendo
do el multiculturalismo, el que insertado discurso que permitía la expansión de los tonomías son vistas como una amenaza, capturadas por la estructura económica
al interior del neoliberalismo corregido, Estados en el transcurso del siglo XIX, en que las elites conservadores y los go- y reproduciendo lógicas de dominación.
han potenciado nuevos dispositivos de legitimando el despojo de la base mate- biernos han hecho un trabajo ideológico En Chile, antes que la oleada conserva-
dominación (2). Con ello, se perpetua un rial indígena, es decir, la tierra. A conse- para no incorporar esta demanda indíge- dora detuviera las tímidas reformas de
racismo institucional, heredero de la tra- cuencia de este proceso, la lucha por la na, detrás del discurso de una amenaza la segunda administración de Michelle
dición republicana de mediados del siglo tierra pasó a ser una de las banderas de a la soberanía territorial. En otros casos, Bachelet, la Comisión de Descentrali-
XIX, que ha hecho prevalecer un senti- reivindicación a lo largo del siglo XX. Lo se ha utilizado la coerción del estado pa- zación, en la cual trabajó el reconocido
miento de superioridad en las elites blan- que fue una invención criolla, un sueño ra detener las movilizaciones indígenas, intelectual José Mariman, concluyó que
cas y mestizas por sobre la morenidad in- ladino, era una “pesadilla indígena”, co- englobando esta demanda por derechos La Araucanía era una región que debería
dígena. Es la persistencia -a mi parecer-, mo señala Arturo Taracena para el caso humanos como un tema de seguridad pú- convertirse en plurinacional, en la que
de la pirámide de castas forjadas durante de los mayas en Guatemala (3). Sin em- blica, judicializando las protestas socia- las decisiones pasarían por representan-
la colonia y que se mantuvo con maqui- bargo, la apuesta de los movimientos in- les, como es el ejemplo de los mapuche tes del pueblo mapuche. Sin duda que es
llajes durante la república -aquel “fan- dígenas, luego de las reformas agrarias y en Chile y los mayas en Guatemala. un avance en el desmantelamiento de las
tasma sangriento”, del que hablaba el li- contrarreformas de las décadas de los 60 Las autonomías establecen un nuevo decisiones racializadas, sin embargo ello
beral Benjamín Vicuña Mackenna- y que y 70, fue sobrepasar la demanda de tie- orden de gobierno y por lo tanto la modi- no es autonomía, ya que no están recono-
se insertó como dispositivo cultural en las rra a una por territorio. A partir de esta ficación de los Estados en los territorios cidos los derechos colectivos.
LE MONDE diplomatique | octubre 2015 | 7

La autonomía es una conquista his- tes de los mayas. “Como indios -sostiene das de emergencia, no han señalado el se- terminación de los pueblos indígenas, sig-
tórica para los indígenas. Es una aspira- Marcos- queremos tener la posibilidad de paratismo en sus ejes programáticos, sino, nifica un nuevo contrato social, que parte
ción, como señalaron los zapatistas en construir (…) nuestra propia realidad di- un fortalecimiento a esos espacios, en base por una nueva carta magna y el que debe
su insurrección de 1994, a ser “ciuda- ferenciada” (11). Evo Morales, sin ir más a decisiones que sean tomadas de manera respaldarse además por una consulta am-
danos” sin perder “nuestras particula- lejos, en su tercer periodo presidencial, democrática. Decidir, en una realidad di- plia, masiva y democrática a a población
ridades, sin estar obligados a renunciar manifestó que el Estado Plurinacional ferenciada y conquistar aquel derecho de que compone la comunidad imaginada.
a nuestra cultura, en definitiva sin dejar de Bolivia, no busca “un retorno román- decisión. A partir de estas ideas, se podría Como ha ocurrido en otros procesos la-
de ser indígenas” (8). tico al pasado”, sino, “tomar los mejores avanzar hacia un nuevo nuevo horizonte tinoamericanos recientes, una Asamblea
Es en ese sentido que la conquista de elementos de las civilizaciones indígenas de época para las sociedades latinoameri- Constituyente que de paso a una nueva
la autonomía se convierte en una lucha para complementarlos con la moderni- canas, en los albores del siglo XXI. etapa en las relaciones sociales entre los
por los derechos civiles. El grado de con- dad y avanzar en el Buen Vivir” (12). En múltiples colores que coexisten la interior
trol sobre las instituciones autonómicas, la práctica, un Estado Plurinacional que Algunos desafíos de la comunidad imaginada. g
dependerá del resultado de la negocia- se rija bajo el Buen Vivir, basará su desa- Conquistar los derechos colectivos de
1. Subcomandante Marcos, “es la hora de los pueblos
ción con el Estado. Aquello, sin duda será rrollo preservado el ecosistema para los los pueblos indígenas, es reparar el in- indios”. 11 de marzo de 2001. http://palabra.ezln.org.
a partir de la capacidad de incidencia y, siguientes siglos y, de esa manera, perpe- tento de exterminio que intentaron las mx/comunicados/2001/2001_03_11_e.htm
como ha dicho Álvaro García Linera, de tuar la humanidad (13). clases dirigentes de las republicas en 2. Manuel Antonio Garretón, Neoliberalismo
corregido y progresismo limitado. Los gobiernos de la
hegemonía que puedan generar los mo- La autonomía además de ser una lucha el transcurso del siglo XIX. Es una re- Concertación en Chile, 1990-2010. Editorial ARCIS/
vimientos indígenas con el resto de mo- por derechos civiles, debe incorporar un paración histórica a la racialización de CLACSO, 2012.
vimientos sociales que disputan el poder proyecto de transformación económica. los sujetos indígenas, forzados a estar 3. Arturo Taracena, Invención criolla, sueño ladino,
pesadilla indígena: Los altos de Guatemala de región a
al interior de las repúblicas (9). Bajo las repúblicas multiculturales, las au- en un estado de subordinación a lo lar- Estado (1740-1871). Editorial CIRMA, Guatemala, 1999.
tonomías pueden terminar siendo revigo- go del siglo XX. Es construir un nue- 4. Pablo Mariman, Sergio Caniuqueo, Rodrigo Levil y
¿Estado multicultural o Estado rizantes de la gobernabilidad neoliberal, vo tipo de democracia, inclusiva en la José Millalen, ¡…Escucha, winka…! cuatro ensayos de
plurinacional? y por tanto, los derechos universales más diferencia, que aportará a la madurez Historia nacional mapuche y un epílogo sobre el futuro.
Ediciones LOM, 2006. p 253.
El dirigente de la Coordinadora de Co- que empoderar a las sociedades indígenas y consolidación de la misma. Posible- 5. ONU, Declaración sobre los pueblos indígenas, 2007.
munidades en Conflicto Arauco-Malle- pueden acabar por limitarlos en su inte- mente en ese sentido, sea que los mo- 6. Miguel González, Aracéli Burguere y Pablo Ortiz,
co, Héctor Llaitul, ha señalado que la racción con la administración multicultu- vimientos indígenas del presente, son Autonomía al debate. Autogobierno indígena y Estado
plurinacional en América Latina. FLACSO, Ecuador,
cultura de los pueblos indígenas, desde la ral. Tal vez por ello, uno de los desafíos, sea una suerte de jacobinos de las repúbli- 2010. p 9.
“concepción del ser humano, se contra- avanzar hacia una sociedad pluricultural, cas, al forzar la creación de un nuevo 7. Santiago Bastos y Aura Cumes, Mayanización y vida
pone al capitalismo” (10). Aquella afir- democrática en las decisiones autonómi- tipo de Estado, que resquebraje el ho- cotidiana.Volumen 1. Ediciones CIRMA/Cholsamaj,
2007.
mación, por lo demás ha sido respaldada cas y descolonizadas para el siglo XXI. mogéneo para dar paso a uno pluricul- 8. Ignacio Ramonet, Marcos, la dignidad rebelde.
por otros dirigentes indígenas a lo largo Para las repúblicas, las autonomías in- tural. “Pasar -en palabras de Vicepresi- Editorial Aún Creemos en los sueños, 2001. p 41.
del continente, que ven una contradic- dígenas no deberían representar un temor, dente de Bolivia- de un Estado propie- 9. Álvaro García Linera, La potencia plebeya. Ediciones
Casa de las Américas, 2011.
ción entre el ser indígena y la manera que podrían ser vistas como un aporte a la de- tario a uno comunitario”. 10. Héctor Llaitul y Jorge Arrate, Weichan,
el modelo extractivo del neoliberalismo mocratización de una sociedad, un factor La búsqueda de hegemonías al interior conversaciones con un weichafe en la prisión política.
avanza depredando el soporte material, de cambio cultural y un aporte a la madu- de la comunidad imaginada podría ser Ediciones CEIBO, 2012.
11. Ignacio Ramonet, Op.Cit., p 45.
cultural y social de los pueblos indígenas: ración cívica de los ciudadanos que convi- uno de los desafíos de los movimientos
12. The Clinic, El retorno al Pachakuti. El tercer tiempo
la tierra y biodiversidad. van con los descendientes de pueblos ori- indígenas. Transitar de la demanda local de Evo. Nª581, año 16, 2015. p 28
Los zapatistas han señalado que la de- ginarios. Así, las elites y clases gobernantes a una universal que logre articularse con 13. Álvaro García Linera, Las tensiones creativas de
manda indígena no es un retorno “al co- que ven como una amenaza la integridad otros movimientos sociales que van em- la revolución. La quinta fase del proceso de cambio.
Ediciones Vicepresidencia del Estado Plurinacional,
munismo primitivo”, sino, disponer de del territorio por los discursos de autono- poderándose a lo largo del nuevo milenio. junio de 2011. p 71
medios para transformar la realidad mate- mía, podrán comprender que los movi- Un Estado Plurinacional, como una etapa
rial en la cual sobreviven los descendien- mientos indígenas, a lo largo de dos déca- para avanzar en la conquista de la autode- *Historiador mapuche.

Você também pode gostar