Como hemos explicado en el ciclo anterior existen diversas clases de señales y de códigos significativos. La ciencia que estudia los caracteres comunes de los sistemas de signos y de su funcionamiento en la vida social recibe el nombre de Semiología o Semiótica. El más completo e importante de tales sistemas es la lengua, único código en el que el hablante dispone de varias posibilidades para transmitir un mensaje. La ciencia que se ocupa del estudio de las lenguas se denomina Lingüística, en la cual se pueden distinguir diversas ramas según el aspecto concreto de la lengua que estudia cada una y los métodos que aplica En el estudio de una lengua concreta son posibles dos enfoques distintos, pues las lenguas, como todas las instituciones sociales, cambian en el transcurso del tiempo. Cabe, pues, por un lado, estudiar el sistema y su funcionamiento en un momento determinado, prescindiendo de los factores temporales; éste es el planteamiento de la lingüística sincrónica, llamada también, en ocasiones, descriptiva. Si el objeto es, en cambio, estudiar el proceso de la transformaciones o cambios, o las leyes o causas que lo determinan, se trata de la Lingüística diacrónica o histórica, que recibe también el nombre de Filología, en especial cuando se propone la comprensión de textos del pasado. Es preciso advertir, sin embargo, que existen profundas relaciones entre ambos planos, pues cualquier estado de lengua es resultado de una historia anterior y todo cambio se produce en una situación determinada.
NIVELES FUNDAMENTALES DE DE LA LENGUA
Dentro de cada lengua se pueden distinguir con claridad tres niveles fundamentales, a cada uno de los cuales corresponde una rama o parte de la Lingüística que tienen sus propios métodos: a) Al plano fónico corresponden como ciencias la Fonología y la Fonética b) Al plano de las formas significativas y su articulación para constituir enunciados concierne la Morfosintaxis c) Al plano de los significados atañe la Semántica y la Lexicología
RELACIONES ENTRE LOS SIGNOS: SINTAGMA Y PARADIGMA
a) Venimos afirmando que las lenguas son sistemas de signos. Esto supone que entre ellos existen unas relaciones determinadas que ordenan su funcionamiento. Tales relaciones son de dos clases fundamentales. Llamaremos relaciones sintagmáticas a las que se establecen dentro de lo enunciados o mensaje para que éstos tengan sentido. Denominaremos relaciones paradigmáticas a las que se establecen entre los signos dentro del código a que pertenecen. b) Las relaciones sintagmáticas, a su vez, pueden agruparse en dos tipos: morfosintácticas y semánticas. Si consideramos una frase elemental, como “El burro rebuzna”, comprobaremos con facilidad que entre el sintagma nominal y el verbal existen ambas clases de relaciones. I) Morfosintácticas 1. El sintagma nominal y el verbal tienen que coincidir en su forma gramatical de singular (no son posibles “el burro rebuznan” o los burros rebuzna”), y el empleo de un sujeto no pronombre personal exigen tercera persona del verbo: a este tipo de relaciones de igualdad formal se da el nombre de concordancia 2. Pero también los elementos que integran el enunciado tienen una relación de orden en el enunciado. En español serían posibles los enunciados “el burro rebuzna” o “rebuzna el burro”; pero no serían aceptables ordenaciones del tipo “el rebuzna burro”, “rebuzna burro el”, “burro rebuzna el”, etc. II) Semánticas. Las más importantes es la de compatibilidad entre el contenido del sintagma nominal y el verbal para que la frase tenga sentido o sea aceptable para el oyente. 1. dado el sintagma nominal “el burro”, el sintagma verbal puede ser: /rebuzna/, /cocea/, /come/, /duerme/, etc., pero quedarán excluidos necesariamente otros posibles: /bala/, /croa/, /maúlla/, /escribe/, /reflexiona/, /florece/, etc. 2. Recíprocamente, dado el sintagma verbal “rebuzna”, el sintagma nominal sólo puede ser burro o cualquiera de sus sinónimos: borrico, pollino, asno, aunque irónicamente, puede predicarse de seres humanos. c) Las relaciones paradigmáticas son de carácter más complejo, pero, atendiendo a dar sólo algunos ejemplos, pueden distribuirse también en el mismo esquema de las anteriores. I) Morfosintácticas 1) En el plano del sistema “rebuzna” se relaciona con los demás signos del sistema que integran la clase correspondiente al verbo (rebuznar/rebuznaba, rebuznó, rebuznará, etc), el conjunto de los cuales forma el llamado paradigma de este verbo, el cual pertenece a su vez al grupo paradigmático que conocemos como primera conjugación. 2) Por otro lado, existe una relación entre verbo y sustantivo que expresa la acción o resultado del verbo (rebuznar-rebuzno), que es aplicable a otros muchos verbos del sistema: cocear-coz, saltar-salto, etc. II) Semánticas. 1) Ya hemos señalado cómo el sintagma nominal “burro” puede ser sustituido por borrico, pollino, asno, sin que se produzca cambio en el contenido del mensaje; diremos, pues, que estos cuatro vocablos están en relación determinada que se denomina sinonimia 2) Otra relación frecuente entre los signos de un sistema es la denominada de inclusión, que consiste en que un término incluye al otro pero no se da la relación recíproca. De un modo general, en el sistema español el término masculino incluye al femenino; así, en la frase enunciada, burro se refiere al macho y a la hembra de esta clase de animal. Lo mismo ocurre con día y noche