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Marià Corbí
© Marià Corbí
© Las sociedades de conocimiento y la calidad de vida.
Principios de epistemología axiológica 5
Introducción breve
En este 5º volumen de la “Epistemología axiológica”
continuaremos reflexionando sobre las consecuencias de las
sociedades de conocimiento (SC) en todos los ámbitos de la
vida humana.
Empezaremos por una pequeña reflexión que nos parece
útil para el trabajo de construcción de PACs:
En la elaboración de un PAC hay mucho trabajo de análisis
y de construcción que no tiene por qué aparecer cuando se hace
una propuesta de PAC de sociedad de conocimiento a una
organización concreta.
El análisis de la situación axiológica y organizativa de la
sociedad de que se trate, no es necesario hacerla pública. Lo
mismo podemos decir de los postulados racionales, de la
axiologización de esos postulados, de la construcción del
cuadro actancial. Estos son trabajos de los axiólogos, previos a
la propuesta de PAC que se formule para una organización
concreta.
Lo que habrá que presentar es la narración.
Pero a la hora de la construcción de una narración que
sea capaz de convencer a los responsables de la organización
sobre la que se trabaja, posiblemente tendremos que contar
con una doble narración:
-La que se ofrece a los responsables de la organización,
para moverles a tomar la decisión de pasar de una sociedad
preindustrial o industrial a una sociedad de conocimiento.
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-Tendrá que hacerse una segunda narración dirigida al
resto de personal de la organización. En la elaboración de esta
segunda narración, se pretenderá convencer a todo el
personal para que asuman que tendrán que tomarse medidas
para convertirse en una organización de conocimiento. Esta
segunda narración la construirán los gestores contando con la
colaboración del axiólogo e irá dirigida a todo el personal de la
organización.
Además de la narración habrá que presentar a los directivos
las estrategias especiales que se precisan para hacer la
transformación de sociedad industrial o preindustrial a
sociedad de conocimiento. Tanto las estrategias como las
tácticas se trabajarán, en la práctica, con la colaboración de los
directivos. Habrá que juzgar si resulta útil hacer partícipes al
resto del personal.
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La razón de esta paradoja resulta de tener que transitar
de proyectos axiológicos colectivos, (PACs) de modos de vida
que se fundamentaban en bloquear todo cambio de
importancia, a tener que vivir y crear proyectos axiológicos
colectivos para programar y motivar el cambio.
Hemos de sufrir todavía una tercera transformación: los
modos de vida, los sistemas de valores colectivos, los proyectos
axiológicos colectivos (PACs) que nuestros mayores
comprendían y vivían como recibidos de los dioses y/o de los
antepasados sagrados o de la naturaleza misma de las cosas.
Eran modos de vida recibidos, sagrados, intocables, que tenían
un prestigio heterónomo absoluto. Desde esas concepciones
nos vemos forzados a tener que crear nuestros propios
modos de vida, nuestros proyectos axiológicos colectivos a
nuestro propio riesgo, sin ninguna garantía exterior a nuestra
propia calidad como sociedades humanas. Tampoco hubo
ningún cambio equivalente a este en la historia de nuestra
especie.
Es preciso reflexionar largamente sobre la transformación
cultural que estamos sufriendo y sobre las consecuencias que
tiene en todos los ámbitos de la vida individual y colectiva. El
trabajo que presentamos es otra vuelta de tuerca a todos esos
problemas.
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Conceptos centrales de la epistemología
axiológica (EA)
Sociedades de conocimiento
Entendemos por sociedades de conocimiento las que
viven y prosperan de la creación continuada de ciencias y
tecnologías en retroalimentación mutua, y mediante ellas, de la
creación de nuevos productos y servicios.
Son sociedades de innovación y cambio a ritmo
progresivamente acelerado, porque la creación continua de
nuevos saberes científicos arrastra a la creación de nuevas
tecnologías, que a su vez repercuten en el mayor crecimiento
de las ciencias, y así sucesivamente en un círculo virtuoso.
Las posibilidades que abren las tecnociencias empujan a crear
nuevos productos y servicios. Todos estos factores modifican
las formas de vida de las gentes, sus formas de trabajar, de
organizarse, y las formas de pensar y sentir.
En estas sociedades todo es indagación libre, incluso la
referente a la dimensión absoluta de lo real, (DA).
En estas sociedades la creatividad es la fuente de la
innovación, y esta es la causa del éxito económico.
Las organizaciones de conocimiento, a causa de la
complejidad y diversidad de las ciencias y tecnologías tienen
que trabajar en equipo. Los equipos no pueden cohesionarse
por sumisión, porque la creatividad y la sumisión no
compaginan bien, sino por adhesión voluntaria a un proyecto
propuesto por el mismo equipo. Por consiguiente no son
sociedades jerárquicas y de sumisión, sino planas y de
adhesión voluntaria.
Las sociedades innovadoras y creativas estallan en
diversidad, no son sociedades homogéneas porque la
homogeneidad sólo se consigue por la imposición y la
coerción.
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Los proyectos axiológicos colectivos (PACs) de este tipo
de sociedades tienen que motivar a la cohesión y la
motivación en el dinamismo continuo y para el cambio
continuo.
Todos los rasgos de este tipo de sociedades son interdependient
es. Ninguno de los rasgos puede darse sin contar con
los demás. La sociedad de conocimiento (SC) no se puede
dar sin que se den todos esos rasgos.
La cualidad humana (CH) y la cualidad humana profunda
(CHP) están en la misma entraña de todos los rasgos de las SC.
Se entiende por CH la cualidad todavía condicionada por los
intereses del ego; se entiende por CHP la cualidad ya no
condicionada por los intereses del ego, podríamos calificarla de
una cualidad humana incondicional.
Las SC se estructuran en red, no en árbol jerárquico.
Todos los individuos que intervienen en los equipos
son interdependientes en sus tareas, ninguno es autárquico para
realizar su trabajo, todos dependen unos de otros porque las
innovaciones y creaciones son el resultado de la colaboración
estrecha de varios saberes y disciplinas.
Consecuencia de todo esto es que el papel de los
individuos es máximamente creativo, pero su creatividad no
es autárquica. Tenemos algo nuevo en relación a las
sociedades de investigación, información y explotación (IIE)
que estaban compuestas por individualidades creativas pero
sometidas; en las nuevas sociedades
las individualidades son máximamente creativas pero no autárquic
as; son creativas sólo en equipos en los que todos
dependen de todos.
Los miembros de estos colectivos podríamos decir que
surgen de la interdependencia mutua. Todo lo que depende
de otro, no tiene el ser en sí mismo. Esto lleva a una
transformación ontológica: se pasa de una ontología donde los
seres poseen su ser en sí mismos, a una ontología en la que todo
son interdependencias a todo nivel.
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En una interdependencia generalizada ¿qué es el
individuo?
¿qué es el colectivo?
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Necesitamos cultivar las dos dimensiones de nuestro
acceso a lo real, la DA y la DR, para ser humanos. En la
situación actual tendremos que pensar procedimientos para
convencer a las gentes de la verdad de esta afirmación. En el
pasado este doble cultivo se hizo mediante las religiones,
ahora tendremos que hacerlo sin religiones.
El cultivo de la DA debe ser intensivo, porque a más
cultivo mejor solución de problemas.
La CHP en las SC tiene que tener fundamentación racional.
El acceso a la doble dimensión ha de tener fundamentación
racional y función primaria tanto biológica como cultural. La
función biológica explica su racionalidad, facilita la aceptación
como dato y la comprensión de la centralidad que debe ocupar
en la vida de las SC.
De todas estas reflexiones se concluye que si todo nos
lo tenemos que hacer nosotros, eso supone el fin de las
religiones y de las ideologías.
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El acceso a la DA es una creación biológica, con una
función concreta para la supervivencia de un ser viviente; es
una función biológica que nos permite adaptarnos al medio
en que vivimos y modificarlo cuando sea necesario o
conveniente. La DA es el fundamento de nuestra flexibilidad
con relación al medio en el que obtenemos lo necesario para
vivir, sin tener que cambiar nuestra dotación genética ni
modificar nuestra fisiología. Es un gran invento de la vida que
nos permite hacer modificaciones en nuestro sistema de
sobrevivencia, que resultan equivalentes a los cambios de
especies en los restantes animales.
Los animales, nuestros parientes, para modificar su relación
con el medio necesitan millones de años, los humanos
podemos hacer esos cambios tan rápido como sea necesario.
Podemos transformar nuestras formas de sobrevivencia, en
ocasiones radicalmente, sin modificar nuestra dotación
biológica.
El doble acceso a la realidad es la mutación biológica
más radical e importante de todas las especies vivientes y es,
también, como iremos viendo, una apuesta sumamente
arriesgada de la vida.
La DA no es una revelación divina, sino una pura
estructura antropológica; es una estructura adecuada a un
animal depredador. Siempre los animales depredadores son más
flexibles en su formas de vivir que sus presas. La vida en
nosotros ha creado el supremo animal depredador dotado de
una completa flexibilidad.
La doble dimensión de la realidad, efecto de la
bifurcación de la lengua, nos permite conseguir la
flexibilidad y la libertad incluso con relación a nuestro propio
destino interior. La estructura de deseos, temores, recuerdos y
expectativas que constituyen nuestra peculiar individualidad
unificadas por el ego; la recibimos en nuestra primera infancia
como consecuencia de nuestra socialización en la dependencia
completa de nuestros padres y primeros educadores. Esa
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estructura interna, que es la estructura de nuestro yo, la
confirmamos y asentamos con nuestras propias actitudes y
operaciones como individuos; de esa forma se convierte en un
destino inviolable.
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La vivencia de la doble dimensión de esa nuestra propia
realidad, nos permite liberarnos de esa sumisión rígida, y que
es más rígida cuanto más inconsciente es, y conociéndola se
gana en flexibilidad.
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La DA al presentarse sin forma en toda forma y al
presentarse como la fuente y la realidad de toda forma, dice, con
ello, que lo real de toda realidad es vacía de sí misma; que la
realidad de todo lo que pueda pensarse como “otro” es el “no otro”
de todo, que es el vacío.
Así, paradójicamente, la DA es la realidad de toda realidad y
es la que vacía de realidad propia a toda realidad. Muestra que
toda realidad es vacía porque su realidad es el gran vacío. El
gran vacío no es la nada, sino lo que por su plenitud es
inconceptualizable, irrepresentable y la ausencia absoluta de
agarradero para un frágil viviente como nosotros.
La DA desrealiza a DR porque, dándole realidad, se
muestra como el “no otro” verdadero de toda DR. Esta
desrealización es el fundamento de la verdadera libertad.
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La indagación libre es incompatible con la sumisión a
creencias y ortodoxias. Es incompatible con la homogeneidad.
Hemos de heredar el pasado, pero nuestra relación con él
no puede ser de sumisión, sino de veneración, amor,
aprendizaje libre y creativo.
La DA es puramente cualitativa, lo cualitativo no se
puede imponer, sólo puede inspirar. No hay ninguna certeza
axiológica heterónoma; la certeza de DA no puede ser, en
absoluto, heterónoma.
Esta condición de la CH y de la CHP es una gran condición
de riesgo para la humanidad, porque sólo la CH es criterio para
la CH; y sólo la CHP es criterio para la CHP.
La indagación en la espiritualidad de nuestros antepasados
era indagar la voluntad de Dios para someterse. Hoy la
indagación de la DA y de la CHP es indagación libre y creación
libre.
¡Qué gran transformación en la Vía! ¡Qué difícil es
concebir lo que nuestros mayores llamaron espiritualidad
como una creación libre! Pero si sustituimos el término
“espiritualidad” por CHP, la comprensión se simplifica.
Repetimos: la CHP y la DA en las nuevas condiciones
culturales no pueden imponerse sólo pueden seducir.
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Proyectos axiológicos colectivos (PAC)
Los humanos no tenemos determinado nuestro programa
genético de forma que estén concretados los “qué” y los “cómo”.
Tenemos concretada nuestra fisiología, nuestra condición de
vivientes simbióticos, nuestra condición sexual; pero no
está concretada la forma de simbiosis, ni la forma de
asociación sexual de cara a la crianza, pero nuestra dotación
genética nos proporcionó un instrumento para que nos auto-
programemos de forma que resultemos animales viables.
Llamamos “proyecto axiológico colectivo” a las
construcciones lingüísticas con las que los colectivos se auto-
programan de acuerdo con unas condiciones de sobrevivencia
determinadas, como la caza/ recolección, la agricultura, la
ganadería, etc.
En las sociedades preindustriales esos proyectos de vida
colectiva se establecen y se socializan mediante mitos,
símbolos y rituales, que se consideran revelación divina o
legado de los antepasados sagrados; en las sociedades
industriales se programan mediante ideologías, que se
consideran dictadas por la misma naturaleza de las cosas;
en las sociedades de conocimiento tendremos que construir
esos sistemas de cohesión y motivación, que son proyectos
axiológicos de vida colectiva, nosotros mismos, sin recibirlos ni
de nadie ni de nada.
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El conjunto formado por deseos, temores, recuerdos y
expectativas, reunidos en un hatillo por el ego, genera un
sentimiento de unidad y de identidad.
El ego como función unificadora del cerebro ejerce de
gestor del viviente para que se mantenga vivo y no muera. Para
hacer esa función, el ego ha de suponerse una unidad, una
realidad; así puede oponerse al medio que le rodea y crear una
dualidad-sujeto/mundo de objetos- que le permitirá satisfacer
sus necesidades y sobrevivir.
El ego como entidad autónoma es un supuesto necesario.
Precisa suponerse alguien, aunque no sea realmente nadie fuera
de una función del cerebro. El supuesto de ser alguien, un sujeto,
en un mundo de realidades, de objetos, todo ello interpretado
desde una epistemología mítica, es nuestro error necesario y
originario. Sin esos supuestos no podríamos sobrevivir.
Sin embargo, el ego con toda su estructura y todos sus
supuestos puede ser silenciado. Silenciarlo no significa matarlo, -
no podríamos sobrevivir sin él- si no alejarlo del primer plano
de la conciencia, para poder ver y sentir lo que hay más allá de
las modelaciones que hacemos de la realidad y de nosotros
mismos.
Gracias a ese distanciamiento y comprensión podemos
entender y vivir que nuestra verdadera realidad no son los
supuestos del ego, sino “Eso de ahí”, que nos incluye a nosotros
mismos, que no es a la medida de nuestras necesidades sino que
es no relativa a ellas, absoluto.
Esa dimensión absoluta de lo que damos por real, puede
convertirse en el piso, en el punto de apoyo de todas
nuestras operaciones. Podemos pasar de identificar nuestra
realidad con el ego, a identificarla con la dimensión absoluta de
todo lo que damos por real.
Si ese silenciamiento se produce, el ego continuará
gestionando todo lo que tiene que ver con nuestra
supervivencia, pero sin los supuestos erróneos. Si ejerce su
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gestión sin identificarse con sus deseos/temores, recuerdos y
expectativas, se liberará de las
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deformaciones que esa estructura causa en sus juicios y
actividades. Su gestión será más acertada, menos
egocentrada, porque sabe que su realidad verdadera no son
sus supuestos sino la dimensión absoluta de lo real.
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enfrentaban, el conflicto resultaba grave. La historia humana
está llena de estos conflictos, algunos muy sangrientos.
Resulta muy perjudicial prolongar la vida de los PACs y de
las religiones cuando las condiciones desde las que
arrancaron han desaparecido, empujadas por otras condiciones
nuevas.
Por ejemplo prolongar el PAC cazador/recolector y su
forma religiosa, a las sociedades agrícolas que les sucedieron, o
prolongar las religiones de estructura agraria, a las sociedades
industriales de conocimiento.
Es malo intentar prolongar la vida de las religiones cuando
las condiciones culturales han cambiado seriamente, dando
por razón su interpretación desde la EM.
Los enfrentamientos por este tipo de situaciones podrán
ser graves y muy graves si además de la razón de la
interpretación desde la EM existe, como es normal que
ocurra, otro tipo de intereses económicos, políticos, etc. o lo
que, en ocasiones es peor que los intereses, el temor de perder
lo bueno de lo viejo, o el temor que despierta lo nuevo.
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Epistemología no mítica
La epistemología mítica es la continuación de la
programación genética animal. Los animales tienen que
interpretar la realidad como se la dicta su programación
genética, su modelación de la realidad la viven como la
realidad misma.
La epistemología mítica continúa con ese mismo
supuesto: interpreta lo que dicen los PACs como la realidad
misma. Si se pudiera hablar así, diríamos que animales y
humanos de las culturas preindustriales interpretan y valoran las
realidades desde la EM.
La epistemología no mítica (EnoM) arranca a los
individuos y a los colectivos del enclaustramiento, próximo al
animal, de la epistemología mítica. Para la EnoM la
interpretación y valoración de la realidad es sólo una
modelación a la medida de las necesidades en un contexto de
sobrevivencia dado.
La EnoM facilita y promueve la comprensión entre las
diferentes culturas; facilita y promueva la comprensión entre
diversas religiones y tradiciones espirituales.
Es la única forma de poder heredar el pasado sin tener
que pensar, sentir, actuar y organizarse como en el pasado se
hizo. La EnoM resulta ser una noción central en las ciencias
de la religión y una noción central para la construcción de
PACs en las SC y en la globalización. Es una noción central
también para conseguir la disposición necesaria para cambiar
y modificar los PACs cuando sea conveniente o necesario en
las sociedades de conocimiento que son sociedades de
innovación y cambio continuo.
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Importancia de la noción de “modelación”
En los PACs de las SC no se admite nada heterónomo, todo
es creación humana.
La EnoM es una necesidad de sobrevivencia para las SC.
Implica que tengamos que crear una disciplina para
modelar adecuadamente las sociedades de conocimiento y sus
rápidas mutaciones.
La EnoM tiene que conocer y admitir que en condiciones
de vida iguales, las modelaciones pueden ser
superficialmente muy diferentes
Necesita que tengamos que aprender a leer el pasado
como creaciones dependientes de las condiciones de
sobrevivencia.
Las construcciones que hagamos con nuestras
modelaciones han de ser capaces de llegar al sentir y programar
tanto la DR como la DA.
La noción de modelación pone fin a las religiones como
se entendieron en el pasado.
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La religión
En la religión se presentan unificadas la modelación de la
DR y de la DA. Las religiones son un tipo de PACs
preindustriales en los que los mismos patrones y paradigmas
que modelan todo el mundo correspondiente a la DR,
modelan también la concepción, representación y vivenciación
de la DA.
Existe un parentesco entre la ideología y la religión: los
dos tipos de formaciones están vividos e interpretados desde
la EM y como dados.
Con el fin de las religiones se rompe para siempre la
forma unitaria de interpretar la DR y la DA.
En las SC, en las que nos vemos forzados a construir
nuestros PACs y que, por ello, no pueden tener una
interpretación desde la EM, las religiones, como PACs, no
tienen cabida. Las SC y las religiones no pueden convivir
porque las religiones se interpretan y viven desde la EM y las SC
imponen una interpretación y valoración de la realidad desde la
EnoM.
La filosofía y las ideologías son en su fondo enemigas de
la religión porque las dos pretenden ofrecer alternativas a los
mitos y símbolos como PACs de los colectivos.
Es preciso hacer comprender a las gentes que no hay un
lazo necesario entre la CH y la CHP y las religiones.
Las religiones no pueden aportar nada a la construcción
de PACs de las SC, salvo su sabiduría sutil.
Resulta peligroso alargar la vida de las religiones en las
SC porque pretenden competir con los PACs propios de este
tipo de sociedades y porque pretenden imponer una EM.
Tenemos que aprender a heredar el mensaje de sabiduría de
las religiones del pasado, pero sin creencias, sin religiones y sin
dioses.
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La noción de “espíritu”
La noticia de la DA condujo a las sociedades
preindustriales a concebir la condición humana como un
compuesto de cuerpo mortal y espíritu inmortal. Sostienen
que la naturaleza humana es dada; conciben la CHP también
como dada por Dios y concibe esa misma CHP como
espiritualización, como alejamiento del mundo y de la carne.
La noción de espíritu complica el cultivo de la CHP en las
SC como indagación y creación libre.
Espiritualidad y CHP
Resulta ser una gran novedad conceptual defender que en las
SC todo es indagación y creación libre y, por tanto, también el
cultivo de la CHP y de la DA. ¡Qué difícil es concebir la
espiritualidad como creación!, si se sustituye el término
“espiritualidad” por el de “cualidad humana profunda”, la
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dificultad se simplifica.
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Hay una clara contraposición entre “espiritualidad como
sumisión” y “CHP como indagación libre”. La indagación libre
es incompatible con las creencias y las ortodoxias y es, también,
incompatible con la homogeneidad.
Puesto que el legado de nuestros antepasados no puede
presentarse como sumisión, sólo nos queda la vía de la
seducción.
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Posiblemente tendrán repercusiones políticas las diversas
maneras de cultivo de la DA y los diversos tipos de grupos
de indagación.
32
Los PACs de las sociedades preindustriales están regidos
por la EM. La EM supone la máxima proximidad a nuestra
condición animal y una especie de prolongación cultural del
modo de proceder de la genética animal.
La EM expresa la dificultad de construir PACs adecuados
que aseguren la supervivencia de grupos humanos y expresa
también el temor a la flexibilidad. La EM fue una forma eficaz
de limitar la flexibilidad humana, en sociedades estáticas, a lo
que permite el PAC construido.
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Al patrón general de construcción de los PACs de las
sociedades preindustriales le llamaremos “Patrón R” porque
todos los PACs de esta etapa se presentan como religiones y,
porque son PACs para bloquear el cambio, son PACs de
repetición.
En este patrón general, la estructura de la operación
central preindustrial con la que principalmente se sobrevive,
como sería la caza, o el cultivo agrícola, o el cuidado de los
ganados, al pasar por la lengua se convierte en metáfora, que
funcionará como paradigma para la construcción de la
totalidad de narraciones del mito, de los grandes rituales
centrales y de los símbolos más importantes.
En un modo de sobrevivencia dado, por ejemplo la
agricultura, el mismo paradigma desde el que se construye
la totalidad del mundo mítico y ritual para modelar la DR, es
el que se utiliza para modelar, concebir y representar la DA y la
CHP.
Todo queda así unificado y ligado de una forma indisoluble.
Esa forma de vivir la DR y la DA es lo que se ha llamado “religión”;
porque la DA es percibida como la fuente de DR, a esa
estructura de PACs se le llama religión. Las religiones son pues
PACs preindustriales que se viven desde la EM y como
recibidos de los dioses o de los antepasados sagrados.
Esta es la estructura general del patrón de construcción de
PACs de las sociedades preindustriales, al que hemos llamado
“Patrón R”.
Este no puede ser el patrón para construir los PACs de
las sociedades de conocimiento, porque a estas sociedades les
falta el carácter axiológico de la operación central de
supervivencia. En las SC se vive de las ciencias y
tecnologías, que son abstractas y que, por consiguiente,
carecen de una estructura operativa central de sobrevivencia
que sea axiológica, que pueda transformarse en una metáfora
cargada de valor apta para convertirse en paradigma capaz de
modelar la DR, que en las SC es abstracta, ni de modelar la
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dimensión DA, porque es siempre profundamente axiológica.
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El patrón general de este tipo de sociedades tendrá que
construirse a partir de postular cómo se quiere vivir con el
conjunto de aparato tecnocientífico del que depende nuestra
supervivencia.
Esas postulaciones axiológicas, que son postulaciones
racionales, se convertirán en postulaciones axiológicas
haciéndolas pasar por la contraposición con las situaciones que
se quieren evitar en las sociedades que pretendemos
transformar en SC. Esta estructura de patrón, que es todo él
construido por nosotros mismos y no recibido de nadie ni de
nada, que por consiguiente no puede ser interpretado con una
EM, ni como heterónomo, es el que llamamos “Patrón C”, patrón
de construcción.
El colapso de las religiones es más grave que una mera
crisis espiritual, es el colapso del patrón general “Patrón R”.
Cuando se comprende con claridad la clara contraposición
que existe entre Patrón R y el Patrón C se puede entender la
inevitabilidad de la crisis de las religiones y la gravedad de
nuestro desmantelamiento axiológico.
En cierto sentido la vivencia de la DR queda debilitada
porque no entronca, como ocurría en las sociedades
preindustriales, con las operaciones con las que se sobrevive;
pierde su intocabilidad; pierde su garantía heterónoma. Pero
simultáneamente gana en profundidad porque deja más claro
que DR es pura forma de DA, que DA no es “otra” que DR,
que DR no tiene entidad propia si no es la que recibe como
pura forma de DA. Se gana también en flexibilidad y
movilidad.
Los PACs construidos desde el Patrón R disponían de
una certeza heterónoma y de máximo prestigio; los PACs
construidos desde el Patrón C disponen de una certeza
autónoma, una certeza que depende únicamente de nuestra
propia CH y CHP. Esta nueva y radical responsabilidad en la
creación de los PACs que nos han de dirigir y que deben
gestionar nuestros aparatos científicos y tecnológicos exige un
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cultivo generalizado y, a ser posible, intensivo de IDS-ICS como
medios para hacer crecer en los colectivos la CH y la CHP.
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Si no somos capaces de comprender los diferentes patrones
de construcciones de PACs en los que se expresará la DA y en los
que se cultivará la CHP, identificaremos la manera de construir
PACs, de expresar y cultivar la DA y la CHP con un
determinado tipo patrón de construcción de PACs, el propio de
las sociedades preindustriales, el Patrón R. Con ello amarramos
lo que es sin forma a una forma. Así falseamos e impedimos el
acceso a esas dimensiones, a los que han tenido que ir a parar a
tipos de PACs que ya no caben en el viejo Patrón R, que, por
consiguiente, tienen que construir sus PACs con un nuevo tipo
de patrón, el Patrón C. El Patrón C es el único que permite
construir PACs adecuados a las sociedades dinámicas de
conocimiento.
El Patrón R de construcción de PACs adoptaba las
formas religiosas. No reconocer que se necesita otro tipo de
patrón, supone exigir que todo acceso a la DA y todo cultivo de
la CHP tenga que adoptar formas religiosas. Con esa actitud se
bloquea el camino a los miembros de las SC.
Hay que poder reconocer este nuevo Patrón C para las
transformaciones de los sistemas axiológicos humanos, para
facilitar a todos los que inevitablemente tienen que caer en las
SC, y no estorbar o impedir la DA y la CHP a los nuevos
ciudadanos, que crecerán día a día.
Así, pues, las transformaciones que estamos sufriendo
exigen que se distinga con toda claridad el Patrón C del
Patrón R de construcción de PACs, con la misma claridad
que se nos exige distinguir la estructura superficial de las
narraciones sagradas de la estructura profunda.
Todos estos procedimientos de lucidez resultan
imprescindibles para quitar obstáculos a las SC para acceder a
la DA y a la CHP. Todos esos obstáculos amenazan la
posibilidad de heredar el pasado y de confundir las formas en
las que necesariamente se expresó la DA y se vivió la CHP por
parte de antepasados y de las culturas ya fenecidas, con lo que
es la DA, lo sin forma, y lo que es la CHP, la desnudez
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completa.
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La actitud axiológica de fondo en las culturas
La constancia de los rasgos de las diferentes civilizaciones a
través de los cambios en las formas de vida y en los necesarios
cambios de PACs, (por ejemplo la constancia de los rasgos de
la civilización china o la india a través de la historia) nos exige
racionalmente tener que aceptar que por debajo de todas las
estructuras de las diversas civilizaciones hay una actitud
axiológica de fondo.
Si no suponemos ese nivel previo a toda estructuración,
abriríamos las puertas a la homogeneización cultural, como
consecuencia inevitable de la plena industrialización, de la
globalización y de las sociedades de conocimiento.
Esa actitud no sería coherente con las SC, que son
sociedades fundamentadas en la creatividad y, por consiguiente,
en la continua diversificación. Cuanto más generalizadas estén
las sociedades de conocimiento y mayor sea la globalización,
mayor tendrá que ser la particularización y la diversificación.
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CHP en las SC no es tarea de la religión, sino de la EA. Todas
las tareas que el pasado fueron competencia de las religiones,
ahora son competencia de la EA, no de la EA como
epistemología, sino de sus construcciones.
La EA debe ocuparse de crear estrategias y tácticas para
llevar a los individuos y a los colectivos al cultivo de la DA y de
la CHP.
Es tarea también de la EA la compleción de la viabilidad
de los instintos centrales, que están incompletos desde
nuestra programación genética y que tiene que hacerse viables
en una SC.
Debe dar cuenta de cómo desde nuestra condición de
vivientes constituidos por el habla, surge la idea de espíritu y la
racionalidad.
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los medios axiológicos adecuados para llegar y para poder
acceder a la sensibilidad.
Resulta lógico que en una sociedad que vive de la
creación continua de ciencias y tecnologías, los problemas
axiológicos que se presenten, sean en el ámbito que sean,
tengan que plantearse y dar razón de ellos con procedimientos
racionales. Pero las soluciones racionales no tienen el poder de
llegar a conmover la sensibilidad. Para entrar en ese ámbito
hay que emplear procedimientos adecuados propios de la
formalidad de lo cualitativo concreto.
La razón abre la puerta y postula; luego dice cómo hay
que tratar lo axiológico y cómo lo que ella postula se puede
transformar en axiológico. Para conseguirlo, la razón indica,
además, que lo ya transformado en axiológico debe convertirse
en una narración que cumpla las normas de las narraciones
axiologizantes.
Todos estos saberes los elabora la epistemología axiológica.
Todos estos problemas tendremos que solventarlos desde la
EA,
lo cual significa que ha de ser una disciplina teórico-práctica.
Lo que las religiones nos pueden proporcionar es la
sabiduría informulable expresada y vivida por nuestros
antepasados. Teniendo siempre explícitamente en cuenta que
ninguna de las formas en las que vivieron esa profundidad nos
sirve.
Para buscar soluciones a cualquiera de los problemas
axiológicos de las SC hay que olvidar y alejarse, lo más
completamente posible, de las formas de las religiones.
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La gran profundidad, la gran cualidad, lo absoluto, está en
el mundo poco convincente que nos rodea. Y es poco
convincente porque es construcción nuestra.
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Habrá que estudiar lo más profundamente posible la
axiología y la formalidad que rige la DR en un modo de
sobrevivencia concreto. Debemos realizar este trabajo para
aprenden a construir los PACs adecuados a las nuevas
circunstancias, sin que se nos escape ninguno de sus niveles y
estructuras.
El estudio del pasado nos proporciona el conocimiento de
las constantes de construcción de los PACs y sus variantes. Esta
es tarea de la EA.
Los análisis de los PACs del pasado, vehiculados casi
todos ellos por las religiones, nos posibilitarán aprender la
diferencia entre la estructura superficial de esos PACs o
religiones, de lo que es su estructura profunda. Si no se es capaz
de llegar a la estructura profunda de los PACs de las religiones
y de los grandes textos que hablan de la DA y de la CHP, se está
apresado por la EM. Apresados por la EM quedamos
imposibilitados para manejar axiológicamente de forma
adecuada a las SC y para heredar la sabiduría de las
tradiciones.
48
Las sociedades de conocimiento son sociedades
creativas que viven de la creatividad. La creatividad es
diversidad. Cada acto creativo se aleja de la homogeneidad.
La homogeneidad en las sociedades nace de la sumisión. La
creatividad, en su esencia, es libertad. Cada acto creativo es
un acto libre. La creatividad y la libertad exigen diversidad
axiológica. Libertad axiológica de cada grupo, y libertad
axiológica incluso en el seno del grupo. La creatividad tiene
que ser libre. No acepta ninguna imposición, tampoco
imposición axiológica.
Las SC resultan ser sociedades muy polivalentes,
calidoscópicas. Las SC son inseparables de la diversidad
axiológica, pero siempre dentro de unos patrones comunes
aceptados libremente por todos. Sin eso fallaría la simbiosis,
que es el alma de las SC.
Los patrones comunes de las SC, aceptados libremente
por todos, jamás pueden ser impuestos. Toda imposición es
ajena a las SC. Eso no significa que no sea preciso que, en
ocasiones, se emplee la coerción con quienes quieren dañar a
otros o al colectivo.
42
Los valores y las virtudes
Los valores, como las virtudes, son los propios de un
viviente. Suponer que los valores y las virtudes están
ahí dadas por
Dios y su revelación o dadas con la misma naturaleza humana,
y
sostener, consecuentemente, que son universales y trans-
históricos es apoyarse en una antropología de cuerpo-espíritu
o de animal más racionalidad, y no partir del dato de que
somos vivientes, que aunque constituidos como tales por el
habla, con el habla no alteramos en nada nuestra condición de
vivientes.
Nueva ontología
Desde el Patrón C de construcción de PACs nada es lo que
parece ser porque todo es modelado por un viviente en unas
condiciones determinadas. Puesto que todo es modelado, todo
puede cambiar; nada tiene el ser en sí mismo.
Todo lo modelado es condicionado, todo lo condicionado
tiene forma; lo no condicionado no tiene forma.
En las SC es preciso pasar de la afirmación “toda
individualidad es existente”, aunque sea desde otro, a la afirmación
“todo son interdependencias” vacías de ser propio.
En las SC aparece una nueva ontología; en ella se pasa:
-de la afirmación de todo son existencias individuales, a una
afirmación en que todo son interdependencias;
44
-de la afirmación de que las existencias individuales
tienen una fuente, a la afirmación de que las
interdependencias son sin fuente;
-de la afirmación que sostiene la jerarquía en la
interpretación del ser (Dios-criaturas), a la afirmación de
la no jerarquía de la interpretación del ser, porque todo
son interdependencias generalizadas;
En el Patrón R de construcción de PACs, tanto el ser desde
sí mismo, Dios, como los seres desde otro, las criaturas,
coinciden en que son, y en que son individualidades. Todo son
individualidades dentro de una jerarquía del ser. Igualmente se
piensan los colectivos como entidades individuales.
La única salida
La historia humana no tiene una dirección, tampoco la
del progreso, como corrientemente se supone. Pero la ciencia y
la tecnología sí que tienen una dirección que a mi juicio no
es de progreso sino de complejización. En la historia humana
ha habido épocas en que las ciencias y técnicas se han estancado
o han frenado su crecimiento. Pero incluso en la Edad Media,
que parecería una época de retroceso en muchos aspectos, la
tecnología, especialmente militar, continuó siendo más y más
compleja. Los historiadores de lo militar afirman que la
tecnología militar ha crecido constantemente en los pueblos en
que se inició.
Ha habido, a lo largo de la historia varias situaciones de
salida única. Piénsese en el tránsito de los
cazadores/recolectores a horticultores y posteriormente a
agricultores de riego y más recientemente a industriales.
45
Cuando apareció la agricultura, los
cazadores/recolectores la adoptaron, cuando tenían tierras
que posibilitaran el cultivo. El proceso llevó miles de años,
pero fue implacable. Basta que un pueblo la adopte para que
todos sus vecinos se vean forzados a adoptarla también, si
tienen la posibilidad.
Eso pasó con cada uno de esos estadios de modos colectivos
de sobrevivencia.
¿Por qué ocurre eso así? Porque somos unos animales
necesitados y cuando aparece una forma en que las necesidades
se pueden satisfacer mejor y con más seguridad,
necesariamente se adopta.
Si un pueblo la asume, la ventaja que gana, fuerza a sus
vecinos a hacer lo mismo, a riesgo de poner en peligro su
supervivencia. El pueblo que hace suyo el procedimiento más
eficaz de cara a la sobrevivencia, crece en población y en
poder y amenaza así al que todavía no ha adoptado se modo de
vivir.
El mismo mecanismo, que es de sobrevivencia colectiva,
se repitió con la agricultura de riego donde, por las
condiciones del terreno, pudo practicarse, y lo mismo
ocurrió con la industria, cuando fue posible.
Estas situaciones son de vía única y forzada. ¿Qué país
pudo darse el lujo de no industrializarse, si tenía la posibilidad
económica, de mercado, etc., de hacerlo?
Mi afirmación es que ahora estamos en una situación
semejante. Si un colectivo opta por la sociedad de
conocimiento, es decir, por vivir de la creación continua de
ciencia y tecnología, y mediante ellas, por la creación
continua de nuevos productos y servicios, su ventaja
competitiva será enorme y hundirá a las sociedades
industriales que no hagan esa opción. Y además las sociedades
que han adoptado la sociedad de conocimiento no se estarán
en casita, sino que intentarán invadir con sus productos y
46
servicios a todos los demás países que no puedan competir con
ellos. El comportamiento de EE.UU. es prueba de ello.
47
El resultado será que las sociedades que hayan
permanecido en una forma de vivir agraria, o simplemente
industrial, vivirán mucho peor y a corto o medio plazo se
verán invadidas por las nuevas formas de cultivo y por las
nuevas formas de producción.
Ya ha ocurrido con los intentos de las sociedades
norteafricanas en los años 60 y 70 del siglo pasado. Esos países,
viendo su desventaja con respecto a Europa, fundaron
universidades al estilo europeo, sobre todo facultades
técnicas que el Islam no tenía, y cuando tuvieron a toda una
generación formada, se echaron a la industria. Fracasaron
terriblemente porque en ese espacio de tiempo Europa y sobre
todo EE.UU. habían creado una ciencia y una tecnología
superior. El resultado de ese fracaso y frustración fue la
creación de los Hermanos Musulmanes y otros movimientos
integristas musulmanes. El razonamiento que se hacían era:
hemos adoptado sus modos de vivir y estamos peor que antes,
volvamos a nuestras propias fuentes musulmanas y dejemos
de lado los caminos de Occidente.
Que esto funcione así puede ser lamentable, pero es
inevitable por nuestra condición de vivientes necesitados y
depredadores. Hay que contar con todo eso para calificar, o no,
de una situación de sin otra salida que el boquete que otras
sociedades han abierto.
Aquí no estamos defendiendo la idea de progreso, ni partimos
de ningún principio teórico o filosófico, partimos de nuestra
condición de vivientes necesitados y superdepredadores
constituidos por el habla. Pero conviene recordar que nuestra
condición de hablantes no mitiga para nada nuestra
condición de depredadores poco considerados, para ser
moderado.
Ahora bien, aunque la salida hacia las sociedades de
conocimiento sea única, por el momento, y se convierta en
una especie de destino inevitable, eso no quiere decir, ni mucho
menos, que estemos condenados a la uniformidad ni que
48
sólo nos quede una única manera de organizar nuestra vida.
49
Lo realmente inevitable es que tendremos que adoptar, y
más vale pronto que tarde, las maneras de sobrevivir propias
de las sociedades de conocimiento. Dicho más escuetamente,
nos vemos forzados a adoptar las ciencias y técnicas en
continuo crecimiento, con todas sus consecuencias.
Los humanos somos unos depredadores con poca
misericordia, pero la curiosidad por el saber nos lleva como a los
osos, por la nariz. Si esto es así, supuesto el desarrollo ya
conseguido de las ciencias y tecnologías, no habrá manera de
pararlo; seguirá y seguirá. Más vale que tomemos las riendas
de ese proceso imparable.
Ya no es posible, sin que comporte miseria a corto y
largo plazo, vivir como agricultores, ni como cazadores, ni
como meras y escuetas sociedades industriales al estilo del
siglo XIX y XX. En nuestra tierra los intentos que algunos
han hecho como “neo- rurales” han fracasado rotundamente.
Desde esa situación forzada, se podrá vivir de muy
diversas maneras, con PACs muy diferentes. No hay razón
alguna para que los sistemas de valores, las organizaciones
sociales, las opciones espirituales, tengan que ser uniformes o
las propias de Occidente. Es más, hay una razón de peso que
indica que será todo lo contrario.
Las sociedades de conocimiento son sociedades creativas,
que tendrán que crear sus propios proyectos de vida. Lo que es
creativo necesariamente genera diversidad, no uniformidad.
No serán sociedades cohesionadas por la sumisión y la
coerción, porque la creatividad no lo admite. Otra razón más
para prever una explosión de diversidad.
Las sociedades que nos han precedido estaban
articuladas por la sumisión, para lo cual requerían un mundo
de creencias o ideológico común impuesto. Esto se acaba con las
nuevas sociedades que tienen que ser sociedades de adhesión
voluntaria.
Podríamos decir que con las sociedades de conocimiento
50
entramos en la época de la gran diversificación. La
uniformidad de las nuevas sociedades no la crea su
condición de sociedades
51
de conocimiento, si no su sumisión a los intereses de las
grandes formaciones financieras y manufactureras.
Por otra parte, considerando el poder de las ciencias y
tecnologías que se retroalimentan unas a la otras en un
crecimiento cada día que pasa más rápido, no podemos
continuar con un uso de todo ese poder para explotar el medio y
los colectivos sociales. Esa actitud nos llevaría a la ruina en un
corto espacio de tiempo.
Esto no es especulación; lo podemos observar ya bastante
avanzado. Estamos perjudicando el medio tan seriamente que
será o difícilmente reparable o ya irreparable; estamos ante
la mayor extinción de especies animales, según dicen los
expertos; estamos polucionando de tal forma el medio que, si
seguimos así, haremos a la tierra inhabitable.
Que dirijamos todo el poder de nuestras ciencias y
tecnologías, no para explotar más y mejor el medio y todo lo que
nos rodea, sino para mejorar la calidad de la vida humana, no
parece tampoco muy optable, ni se ve otra salida a mano. Lo que
sí que se ve, y claramente, es que no podemos seguir así y que
tenemos que alejarnos, lo antes posible, de una situación que
está enfrentado a los pueblos y está destruyendo el medio.
Las tecnociencias no determinan nada más que las
condiciones de su producción, lo demás lo dejan a nuestros
proyectos axiológicos colectivos, que puede tener opciones tan
diferentes como se quiera, sin que nadie pueda imponer nada a
nadie; eso si se mantienen en la lógica que requieren las
sociedades de conocimiento. Quien no respete esa lógica, que
es de adhesión voluntaria a todos los niveles, se volverá menos
creativo, menos competitivo y podría llegar a arruinarse.
Siempre quedan a mano soluciones violentas, como lo
estamos viendo con los talibanes y otros grupos parecidos.
Pero razonablemente se ve que eso no es solución duradera.
52
Termino; en mi argumentación no hay supuestos metafísicos
y yo diría que ni siquiera supuestos filosóficos. Parto, lo más que
puedo, de hechos; y parto, sobre todo, de una concepción
antropológica exigida por los hechos, y de una postura
epistemológica también impuesta por los hechos.
Mi planteo pretende ser epistemológico, pero con una
epistemología que no parte de un sistema filosófico, ni pretende
llegar a una solución filosófica o religiosa; la fuerza de mi
argumentación reside sólo en la necesidad urgente de
sobrevivencia.
50
El esquema básico de este tipo de sociedad sería:
-ser en sí desde sí,
-seres perecederos que son en sí, pero desde otro.
Que es equivalente a
-Dios,
-criaturas.
Dios y criaturas coinciden en que son y en que son individuos.
Este esquema básico (ser en sí, desde sí - seres que son en sí,
pero desde otro; o su equivalente Dios-criaturas) es el criterio
jerárquico, de sumisión y de estabilidad, y es también el
fundamento de la interpretación jerárquica del ser. Para que
pueda haber jerarquía en los seres se requiere que los seres no
sean vacíos, no sean puras interdependencias.
El esquema es una estructura religiosa, sea la que sea la
forma que adopte.
52
Como hemos expuesto, una sociedad de conocimiento en
continuo proceso es una sociedad de interdependencias
entre los saberes, entre las personas, entre las sociedades y
entre las sociedades y el medio. En una sociedad así los PACs
no pueden ser fijos e intocables, han de cambiar al ritmo del
continuo crecimiento de ciencias y tecnologías y sus
consecuencias en nuevos productos y servicios, con las
repercusiones que todo esto tiene en las formas colectivas de
vivir. Una sociedad así no puede tener una ontología de la
realidad como teniendo ser desde sí mismo.
Una DA estática bloquearía una DR dinámica. Generaría
un PAC estático que imposibilitaría los procesos de una
sociedad de conocimiento e innovación continua.
La DA como ser en sí desde sí, supondría una interpretación
de la DR como ser en sí, aunque desde otro.
Si la sociedad es estática, el PAC tendrá que ser estático y
la interpretación de la realidad será una ontología del ser.
Si la sociedad es dinámica, el PAC tendrá que ser dinámico
y la DA vacía de toda posible fijación a una u otra
representación, que, consiguientemente, no podrá leerse desde
una epistemología mítica.
La creencia en una DA, un Dios trascendente
ontológicamente tiene graves consecuencias para la concepción
del ser, para la concepción de la sociedad, del PAC, etc.
Si la DA es ser en sí y desde sí, todo el resto se sigue:
ser perecedero desde otro, jerarquía del ser, ontología del
ser, PAC estático, sociedad estática.
En la sociedad de conocimiento en continuo proceso, todo
son interdependencias, consecuentemente todo está vacío de
ser en sí. El vacío en la interpretación de la DR y de la DA no es
el sinsentido de la nada, sino el más allá del sentido de la
plenitud.
53
El cultivo de la DA y de la CHP en las sociedades
de conocimiento.
La necesidad de una CH y de CHP suficiente para manejar,
en bien de todos y de la vida, las potentes ciencias y
tecnologías en continuo y acelerado crecimiento y las
consecuencias en los nuevos productos y servicios que ellas
pueden proporcionar en todos los campos, resulta ser el
problema más grave de las nuevas SC.
En las SC, sin creencias, sin religiones y sin dioses, el
cultivo de la DA y de la CHP, sobre todo si se pretende
intensivo o que sea colectivo, presenta características especiales.
Hemos sostenido que el cultivo de la DA y sus
consecuencias en la CHP para las SC no es optativo; y hemos
afirmado, de acuerdo con este carácter no optativo, que las
sociedades de innovación y cambio, las SC, deberían ocuparse
de que ese cultivo se dé de hecho, y de que se disponga de
medios colectivos para hacerlo posible.
En las sociedades que nos han precedido, las religiones
se ocupaban de ese cultivo, y en Occidente, era
mayoritariamente teísta. Las formas colectivas e individuales del
cultivo de la DA y de la CHP pasaban por las creencias, las
religiones y el teísmo.
¿Cómo habrá que concretar las formas colectivas e
individuales del cultivo de esas dimensiones de la realidad,
cuando en las SC no se pueden usar las creencias, ni las
religiones, ni el teísmo, entendiendo a Dios como una
individualidad “otra” de todo lo creado y realmente existente?
Vamos a hacer un recorrido de los principales
procedimientos posibles.
54
a). Leer poesía con cierta frecuencia refina la mente y
la sensibilidad y habitúa a un lenguaje que habla de la
realidad de forma desinteresada buscando la belleza, el
asombro y la sutilidad de la realidad. La lectura frecuente de
poesía acostumbra a un uso del lenguaje metafórico y
simbólico que sugiere lo que no se puede decir directamente;
un lenguaje sin pretensiones descriptivas, que pretende
hablar de la dimensión absoluta, la no directamente
relacionada con nuestras necesidades.
La poesía puede convertirse en un poderoso
instrumento para fomentar la CH y la CHP no religiosa, libre
de creencias y sumisiones.
56
Sumergirse en la naturaleza es una medicina poderosa, un
reconstituyente y una guía hacia el abismo y la maravilla de todo
lo que existe.
57
Veamos ahora unos procedimientos que, ayudados por
estas actitudes, pueden aplicarse y ejercitarse para conseguir
acercarse a la DA y adquirir la CH y la CHP.
59
Se toca también todo el misterio de la aparición del
cosmos, hasta llegar a la aparición de la tierra y de la vida en ella,
y desde ahí hasta el roble o el pájaro.
Insistimos, tenemos que llegar a sentir todas las realidades
que nos rodean y a nosotros mismos, como el fruto de un
proceso en el que en el inicio del proceso está el Big Bang y en
el otro extremo está en el roble y el pájaro. Tenemos que llegar a
sentir las realidades como teniendo en su misma corporeidad
todo ese largo proceso y origen. Todas las cosas son esas
magnitudes de espacio, de tiempo y de larguísimos procesos.
Todas esas magnitudes no es que les precedieron; son esas
magnitudes a las que podemos tocar con nuestras manos,
admirar con nuestros ojos y oír con nuestros oídos.
Estos dos tipos de indagación, la mental y la sensitiva, no
están rígidamente separadas una de la otra; se entrecruzan y
forman una unidad. Pero es importante señalar esos dos
aspectos de nuestra indagación, para que no nos olvidemos de
ninguno de los dos.
Esta indagación de toda realidad y de nosotros mismos
arranca de la cotidianidad de nuestras modelaciones de todo
lo real en función de nuestras necesidades, temores, recuerdos
y expectativas y nos enfrenta al abismo en el que existe y se
presenta todo lo real. Donde quiera que nos asomemos no hay
más que abismos.
Ese abismo, múltiple y uno, infinito y sin nombre, es la
DA; y vivir en ese abismo, como abismo, eso es la CHP.
61
De estas reflexiones se puede concluir que indagando
cada realidad, se está indagando la DA. Tratando, tocando,
amando, admirando e incluso sirviendo a todas las cosas, se
está tocando, amando y admirando o sirviendo a la DA.
Desde esta perspectiva el sol y la luna, la tierra y todos los
seres que contiene, y nuestros hermanos los humanos, son formas
de la DA y no otra cosa que ella. En cada cosa se dice y se define
la DA misma. En cada ser podemos indagar, conocer y amar
inmediatamente a la DA, porque los seres no son otra cosa que
ella; nada tienen de sí mismos que pueda servir de pantalla.
Sólo nuestras modelaciones a la medida de nuestras necesidades
se convierten en velo que oculta.
El trabajo es silenciar esos velos para comprender, ver y
sentir en cada cosa y en toda realidad lo que es su fuente y toda su
realidad, la DA.
Nuestro interés y amor por todo debe de ser sin condiciones.
Si nos comportamos así accedemos a la DA y nos integramos
en esa no-dualidad, que es nuestra propia y única realidad.
64
La noticia de esa otra realidad fundante, que se
presenta en las cosas, aparece como mente, conciencia,
sabiduría, como individualidad capaz de decisiones, etc.
Podemos argumentar que si las criaturas en conjunto tienen
esos rasgos su fuente los ha de tener de alguna forma.
Podríamos decir que esto es un dato: cuando un ego, que
se considera una individualidad, tiene noticia de la DA, esta
se le presenta como una individualidad otra, fuente de toda
realidad, y por tanto, fuente de lo que llamamos mente,
conciencia, sabiduría, libertad, previsión, etc. Por la belleza y la
bondad de las cosas se le ve como bueno.
A esa noticia le cae bien el término “Dios”, con todo lo que
esa noción ha cargado sobre sí a lo largo de la historia; pero
será un Dios sólo símbolo, no entidad. Ese Dios que aparecerá
en las SC no es la consecuencia de una creencia, sino un
momento de un proceso. Quien teniéndose como
individualidad, como ser que vive su vida, pretende acercarse a
la DA, le concibe como exterior a sí mismo, como un Dios del
que puede obtener ayuda, porque es benévolo con sus criaturas.
Ese es un momento del proceso al despertar con el que hay
que contar y, de alguna forma, hay que partir. Ahí arranca el
camino y ese tramo teísta del camino puede durar bastante
tiempo.
La conciencia de la que se parte es la de una
individualidad frágil, necesitada, impotente para seguir la
llamada que la noticia de la DA supone. En ese contexto surge
la plegaria, la demanda de ayuda.
Quien quiera ser fiel a la realidad del desarrollo del proceso,
debe aceptar ese momento teísta, sin que eso suponga
necesariamente que ese Dios que él vive en su interioridad
sea una realidad en sí mismo. Se trata de un Dios-símbolo,
momento del camino. Es preciso no quedarse ahí y pasar a un
momento de la vía en que ya no es necesaria esa ayuda del
símbolo “Dios”.
Puede pasar tiempo en el que se entre y se salga de esa
62
situación.
63
No hay que rechazar ese estadio del caminar, apoyándose
en creencias laicas. Esa situación ni debe llevar a creencias ni
debe ser obstaculizado por creencias.
65
El total desapego, al volverse hacia las realidades, aproxima a
su misterio, tanto más cuanto mayor sea el distanciamiento de
lo mío. Frecuentemente se queda algún tentáculo agarrado al
egoísmo para poderlo recuperar cuando sea necesario. Esa no
es una actitud de completa entrega, sin reservarse nada para
sí. Mientras quede un rastro de apego a sí mismo y a lo propio,
el ego permanece vivo; si el ego permanece vivo, rige la
dualidad; si hay dualidad, la DA, que es no dual, permanece
opaca y no se produce el despertar. La CHP está ausente donde
el yo y sus intereses permanecen todavía vivos.
El interés incondicional por la realidad exige y produce
el silenciamiento (S) de todo lo mío, de mis criterios de
realidad, de valor, de todos mis cánones interpretativos y
operativos; exige y produce silenciamiento de prejuicios, de
supuestos y de creencias, sean laicas o religiosas.
Sólo en el seno de ese gran silencio se produce la gran
palabra, la manifestación patente del misterio innombrable de
todo lo real. Ahí está la DA con toda su potencia. La presencia
de la DA en la mente y el corazón es la CHP.
El interés por lo real es siempre en compañía, en grupo,
por lo menos en comunión con los sabios del pasado y con los
que se esfuerzan por practicar de corazón IDS. Ese interés, en
compañía, es una auténtica indagación (I) que se realiza en
comunicación (C) y en servicio mutuo (S).
Somos seres simbióticos, también en nuestra indagación de
la DA. La indagación con otros pide una comunicación franca
y sin fronteras. Ese tipo totalitario de comunicación no será
posible sin un servicio de unos a otros sin fronteras ni
condiciones.
En las SC se estudia, se trabaja y se crea en grupo;
también tendrá que hacerse en grupo la indagación de la DA
y el cultivo progresivo de la CHP. La gran indagación, la
posibilidad más importante de nuestra especie, siempre se ha
hecho en colectivos; con más razón en las SC que son
sociedades que sobreviven y prosperan en equipos, en grupos.
66
Todo lo verdaderamente humano ha de pasar por un
grado u otro de cultivo de IDS-ICS, pero puede ser un
cultivo bajo las condiciones que le impone el ego y sus
intereses, temores y expectativas. IDS-ICS se convierten en
potente instrumento de trabajo interior cuando se practican
sin condición ninguna por parte del ego.
La incondicionalidad de la práctica de IDS-ICS es de una
gran potencia para aproximarse al despertar a nuestra verdadera
realidad y para cultivar a fondo la CHP.
Aunque debe practicarse IDS-ICS en todos sus
aspectos, porque forman una unidad inseparable, puede
insistirse en un aspecto o en otro: en el interés,
distanciamiento y silencio, o en la indagación profunda en
comunión, o en el servicio incondicional a toda criatura. Se
insista donde se insista, siempre se arrastra al resto de los
rasgos porque forman una unidad.
67
Cuando hablamos de este mundo nos referimos a la
inmensidad del cosmos, a la inmensidad de los mundos.
Esa inmensidad es como el océano y nosotros las olas de
su superficie. Nada tiene suyo la ola que no sea del mar. Nada
añade la ola, grande o pequeña, a la inmensidad del mar. Cuando
la ola nace, nada nace; cuando la ola muere, nada muere.
Somos esta inmensidad; somos Eso, y nada más que Eso,
sin nada añadido.
Nuestra mente puede comprenderlo fácilmente. Desde
esa comprensión hay que conducir al sentir para que lo sienta
así.
Esta eliminación de toda individualidad real, de toda
importancia, es como sumergirse en el océano, del que ni un
solo segundo nos separamos. Eso es el despertar. Residir,
con todo nuestro ser, en ese océano, eso es la CHP.
70
No se somete a las viejas formas, ni a las más
recientemente creadas, sino que la actitud adecuada es
crearlas y recrearlas continuamente, indagando libremente,
en interdependencia con los que pretenden lo mismo, y en
diálogo con los sabios del pasado.
Se heredan e indagan las formas del pasado para
aprender a abandonarlas. Esa es su enseñanza más profunda.
Resultará difícil pasar de una DA cultivada como
sumisión, a un cultivo de la DA como indagación y
creatividad continua completamente libre. Es un tránsito que
hay que hacer.
Estamos frente al cambio más trascendental de la historia de
la espiritualidad.
70
La sumisión era al PAC, que era sagrado, revelado por
los dioses o legado intocable de los antepasados, y sumisión
al rey. Para conseguir todo esto era central la constitución y
justificación del poder. La religión era la concreción
narrativa del PAC y su justificación sagrada y era,
simultáneamente y de forma unitaria, el medio de cultivar la
DA, la CH y la CHP.
La felicidad de los colectivos y de las personas de este tipo
de sociedades no era imprescindible para su funcionamiento,
era una cuestión de cada cual, con tal que se buscara dentro de
la sumisión y, en definitiva, era una cuestión de otra vida. El
asunto capital era la sumisión al poder y al PAC como
garante de ese tipo de organización.
70
En estas sociedades la preocupación por la supervivencia
era tan prioritaria que exigía la radicalidad del PAC de sumisión
a través de la religión, que también proporcionaba, en un
grado u otro, el acceso a la DA. Ese acceso a la DA daba una
fuerza extraordinaria a la función legitimadora del PAC de
sumisión.
73
un mayor bienestar de una sección pequeña del colectivo
humano y a costa de los terribles inconvenientes de ese
crecimiento acelerado?
Estamos frente a una alternativa:
-o las SC pretenden la calidad y la felicidad humana con el
uso de las tecnociencias y su aceleradísimo desarrollo,
-o se cae en la explotación de IIE, y que cada uno se
apañe en la cuestión de la felicidad.
El segundo miembro de la alternativa no resulta viable si no
es al precio de todo tipo de desastres, ya a corto plazo, pero
sobre todo a medio plazo.
74
Todo eso puede ayudar a la felicidad, y también puede,
más frecuentemente, ser un obstáculo. Será claramente
obstáculo si se considera que la felicidad es sólo todo tipo de
cosas, sin tener en cuenta adecuadamente la CH, la CHP y la
DA.
A esta segunda idea de felicidad le falta la dimensión
absoluta, la fontal, la que realmente es y no sólo parecer ser.
76
No hay felicidad sin un cultivo adecuado de la DA,
porque a todo le faltaría la fuente de su realidad.
Los PACs colectivos de las SC deben proporcionar a los
individuos y sociedades las condiciones adecuadas para el
cultivo de la CH y la CHP. Deben ser medios para la
realización de la plenitud humana.
En este contexto, la CHP, la espiritualidad, no puede
fundamentarse en la sumisión, el sacrificio y después en la
vida eterna.
La CHP tendrá que pasar por una indagación libre para
acceder a la DA y liberarse de la sumisión al ego y su séquito;
no para ser premiados en otra vida, sino para liberarse aquí
del sufrimiento, para la plenitud de todas las dimensiones
humanas en sociedades hermanadas, en un medio del que
nos sustentamos, con el que estamos en simbiosis y que
habrá que cuidar como un jardín.
Las tradiciones religiosas y espirituales son puras ofertas
de felicidad y plenitud humana, ya no pueden pretender
imponer creencias y someter. Los PAC de las SC tendrán que
ser también ofertas de felicidad en la sobrevivencia a través de
las tecnociencias en acelerado crecimiento.
Lo que hay:
-una inmensa cadena de interdependencias, vacías de
entidad propia, sin por qué
-que nos habla de la gratuidad absoluta, del sin por qué
absoluto, del gran vacío de toda posible categorización,
-ese vacío de inefabilidad absoluta, no es “otro” del vacío de
entidad propio de la cadena de interdependencias de los
mundos,
-y ese vacío absoluto no es ni ser, ni no ser, ni entidad ni no
entidad. No cabe en ninguna categoría.
80
Nuestra especie tiene una determinación genética
insuficiente para ser una naturaleza viable. Nos dotamos de un
instrumento para completar esa deficiencia, la lengua. Con ella
nos autoconstruimos PACs según el modo de sobrevivencia. La
socialización de ese PAC nos suministra algo equivalente a una
naturaleza, durante el tiempo en que esté vigente el PAC.
Por consiguiente, podemos afirmar que si los humanos no
tenemos una naturaleza dada, tampoco podemos tener un
destino dado.
Retengamos esta afirmación porque es de gran importancia:
los humanos no tenemos un destino dado e intocable. Como
tenemos que autoconstruirnos nuestros PACs y, con ellos, lo
equivalente a una naturaleza, así nos tenemos que construir
nuestro destino.
Tenemos un doble acceso a lo real, pero ese doble acceso
forma una unidad estricta que varía con cada nuevo PAC.
Nuestro acceso a la DA es un acceso sin forma propia, que
siempre se presenta en la DR y jamás separada de ella. Aunque
la noticia que tenemos de la DA se presenta siempre, explícita
o implícitamente sin forma, puesto que es la base de nuestra
flexibilidad como especie, adopta siempre una forma coherente
con la DR.
Ya hemos expuesto que de la DA sin forma no puede
deducirse un PAC y una forma. Pero cuando el modo de
sobrevivencia colectiva hace aparecer un PAC, esa forma es
siempre del “sin forma”. No hay otra fuente de realidad, ni
realidad alguna que no sea la DA, por consiguiente es válida
la afirmación que la DA determinándose en una manifestación,
se determina. Pero cuando la DA determina no lo hace como un
acto voluntario, ni como creando una alteridad con respecto a la
misma DA. Lo definido no es otro del que definiendo se define.
82
Ese es el destino que somete, que es el fruto de los deseos
y temores de otros y que caen en el nuevo ser como rectores y
guías en el mundo que le rodea. Esa individualidad, heredada y
asumida, es la base del egoísmo. Esos son los modeladores de la
realidad a nuestra pequeña medida. Esos son los fundamentos
de la posibilidad de sobrevivencia humana en esta inmensidad
que nos rodea y somos.
80
El destino y el libre arbitrio
La pregunta sobre el destino y sobre el libre arbitrio humano
ni se plantea ni tiene sentido, no es pertinente, por evidente,
desde una antropología que sostiene que los humanos somos un
compuesto de cuerpo y espíritu o de animal y racionalidad.
El espíritu y la racionalidad se oponen a la sumisión al
destino y dan razón de la libertad humana.
Si tenemos que partir de una nueva antropología
adecuada a las sociedades de conocimiento y cambio
continuo, hemos de reconocer que no hay una entidad
espiritual añadida a nuestra condición animal, ni hay una
racionalidad como añadida también a nuestra condición
animal.
Tenemos que reconocer que los humanos somos vivientes
constituidos como tales vivientes por el habla; entonces la
cuestión sobre el destino cobra relieve, y la pregunta por la
libertad humana es pertinente.
Tenemos que abordar estos dos temas desde la nueva
antropología. Desde nuestra condición de animales hablantes
habrá que dilucidar si estamos sometidos al destino o no, y si
somos libres o no.
84
Una animalización completa, es decir, una sumisión
completa al destino, y una carencia completa de libre arbitrio,
tiene que ser poco frecuente porque en todos los humanos se
da, de una forma u otra, la noticia de la DA, por lo menos de
forma operativa. Toda operación humana tiene un sustrato de
DA, se reconozca o no, que le permite un grado mayor o menor
de flexibilidad frente al medio.
Quien hace arte o ciencia, quien cambia su forma de
sobrevivir, aún negando la posibilidad de la DA, la está
reconociendo operativamente, de lo contrario no podría ni
hacer arte, ni ciencia, ni cambiar su forma de sobrevivir.
Una sociedad organizada exclusivamente al servicio de los
egos, será una sociedad poco libre y muy sometida a un
destino ciego. Será una sociedad con escasa humanidad y
con escasa cualidad humana.
Hemos de concluir que los humanos estamos,
simultáneamente, sometidos a un destino implacable, que nos
acompaña durante toda nuestra vida, y dotados de libre arbitrio
que tiene el poder de liberarnos del destino.
El destino no nos abandonará más que con la muerte.
Nuestro cuerpo nos acompañará toda la vida, y los rasgos
fundamentales de nuestra psicología reunidos en el ego,
tampoco nos abandonarán nunca. Y eso no es un mal, es la
condición humana que es la propia de un viviente. Tanto el
cuerpo como el ego cumplen su función y deben continuar
cumpliéndola mientras vivamos.
El destino no nos abandona ni un segundo, pero por
nuestra condición de vivientes constituidos por el habla,
podemos no vivir según él. Vivimos con el destino a cuestas o,
lo que sería más justo, con el destino como peana y soporte,
pero podemos ser libres de su dictado y de su dominio.
Y esto no porque tengamos un espíritu o una
racionalidad añadida a nuestra condición animal, sino
porque somos un tipo peculiar de animal: un animal
85
constituido como tal animal por el habla.
86
Insignificantes y de importancia suma
Nuestra existencia no tiene importancia ninguna. Somos
insignificantes. Frágiles formas de existir que hoy son y
mañana desaparecen.
Nuestro nacimiento fue insignificante para la inmensidad
de los mundos y nuestra muerte no significará nada para esa
misma inmensidad de mundos.
Somos tan sin importancia como una hierba del campo,
como una espiga de trigo, como una piedrecita del camino,
como la vida de un gorrión, como el existir o no existir de un
pequeño insecto.
¿Qué le importa a la inmensidad de los mundos nuestro
aparecer o desaparecer?
La enorme estirpe de los dinosaurios desapareció después
de dominar la tierra por centenares de millones de años. La
tierra siguió rodando, como si nada hubiera pasado, y la vida
continuó de nuevo fresca y creativa.
Cualquier humano, para toda la humanidad es
insignificante. La humanidad entera es insignificante para la
tierra, como lo fueron todas las especies de dinosaurios.
La tierra misma no tiene importancia. El día que
desaparezca engullida por el sol no le importará nada al
cosmos. El mismo sol, que la abrasará, es insignificante;
tanto como la galaxia entera. Cuando el cosmos mismo
desaparezca, no importará nada.
Todo lo que es aparecer y desaparecer, no tiene
importancia.
Nada importa, todo es insignificante.
En ese contexto del existir y del no existir, quien se crea
algo, quien se crea importante, por poco que sea, es un necio.
Todo lo que perece, da igual que viva o que muera. Y todo
es perecedero.
87
Qué más da que yo viva o muera. Ni a la humanidad, ni a
la tierra, ni al cosmos le importa. Soy rigurosamente
insignificante.
No somos nadie, ni somos nada.
89
Quien se cree alguien se condena a la nada; quien se sabe
nada, ve lo que es la radical grandeza.
Podemos ver a las personas y a cada uno de los vivientes
como carentes de toda importancia, porque así son.
Podemos ver los cielos y la tierra y todo lo que contienen
como un aparecer breve, que pronto, como una chispa de fuego,
se apaga.
Quien ve las realidades así, puede no amarlas, no
respetarlas, usarlas a su antojo.Pero podemos ver a todas y cada
uno de los seres como formas de la DA, como puras formas de la
DA, sin que tengan en ellos nada propio, nada que no sea la DA
misma.
Quien ve el mundo así, se reconoce a sí mismo como pura
forma de la DA. Entonces desaparecen todas las fronteras entre
los seres. Entonces en el aparecer y desaparecer de los seres no
hay muerte ni destrucción, sólo el mostrarse y ocultarse de las
formas en las que se dice lo que es absoluto, la DA.
Quien, porque se sabe nadie, ve a todos los seres como
puras formas de la DA, destierra el nacer y el morir de este
mundo y se adentra en la sacralidad suma. Frente a esa radical
importancia de todas y cada una de las criaturas, sólo cabe el
respeto, la veneración, la entrega con mente y corazón a todo
como a uno mismo.
Entonces se reconoce que entre los cielos y la tierra y
nuestros débiles cuerpos no hay dualidad alguna; se reconoce
que entre los humanos no hay frontera ninguna; que entre el
más insignificante de los animales o las plantas y nosotros no
hay el menor rastro de dualidad.
Podríamos decir que todo se muestra uno y,
consiguientemente, en la unidad hay amor, porque el amor, en
su esencia, es unidad.
Somos insignificantes, vacíos, nada, nadie, y porque lo
somos, y como tales nos reconocemos, somos todo, porque
somos la DA, Eso, el Único, “lo que es”.
90
La insignificancia reconocida es la puerta a la auténtica
realidad, a la auténtica grandeza de ser nadie.
91
La cualidad humana y la cualidad humana
profunda en las sociedades de conocimiento.
La noción “Dios”
En nuestros escritos hay muchas reflexiones sobre la idea
“Dios”. Vamos a intentar recogerlas, unificarlas y repensarlas.
El término “Dios” es una figura, un símbolo, no es un concepto,
ni es una descripción, por sumaria que sea, de una realidad. Es
el símbolo central de las culturas agrario-autoritarias y
ganaderas. Es un símbolo bien acotado que tiene muchas
valencias.
La conciencia de algo absoluto no perecedero nace con
la humanidad, pero se perfila claro como Dios cuando es
asumido como el vértice de las culturas agrario-autoritarias
y ganaderas, como la cumbre de los PACs de estas formas de
sobrevivir.
Las culturas agrarias complejas tienen que organizarse
jerárquicamente para posibilitar los cultivos, para posibilitar el
control de los ríos y de los regadíos, para la defensa de los
cultivos de sus enemigos, la extensión de los campos de cultivo,
el dominio de otros pueblos y de sus tierras con sus cultivadores
incluidos.
Este tipo de sociedades necesitan la colaboración de todos
para estas tareas, la colaboración no se puede dejar a la libre
opción. Esa colaboración necesaria se consigue mediante la
jerarquización de la sociedad y mediante la coerción, si es
necesario. Una coerción que disuada desobedecer. La sociedad
se organiza en una pirámide que va desde la suprema
autoridad, el Rey y Señor, hasta los últimos siervos, incluidos
los esclavos.
El PAC así estructurado es, a la vez, el vehículo de
expresión y de vivenciación de la DA de lo real. La DA es
92
figurada como un mundo divino, también perfectamente
jerarquizado, semejante al mundo humano. Dios es el Señor
Supremo que frecuentemente tiene una corte de dioses y otros
personajes divinos o cuasi-divinos.
93
Las culturas agrarias complejas generalmente tienen
muchos dioses pero siempre tienen un Dios Supremo, y en no
pocas ocasiones, tienen el apuntamiento a un único Dios.
Quienes tienen un PAC rigurosamente jerarquizado,
conciben toda realidad desde ese patrón jerárquico, por
consiguiente, también el mundo divino lo interpretan de esa
manera. No podría ser de otra forma.
Además, en la noticia de la DA de todos los humanos, y
también de los que viven en sociedades agrario-autoritarias, la
DA se presenta siempre como fundamento y fuente de toda
realidad. Estamos en el terreno de los datos para los humanos.
Esa noticia da pie, y podríamos decir que valida la
interpretación de la DA como Dios y Señor de todo lo que
existe.
El hecho de que no puedan interpretar el mundo de lo
divino de otra forma que jerárquicamente se convierte, a su vez,
en fundamento absoluto de la organización jerárquica de la
sociedad y de toda realidad. Dios, el Señor, es como el Rey
supremo, del que el rey terrestre o es su encarnación o es su
elegido y representante en la tierra.
Así de una manera obvia, y después muy elaborada, el teísmo
se convierte en la razón, fundamento y legitimador de la
organización autoritaria. La diferenciación entre Dios y
criaturas y la relación de subordinación de las criaturas
respecto de Dios se convierte en el patrón ontológico de la
interpretación, valoración y sentir del grupo social y de toda la
realidad.
El modo de vida agrario-autoritario genera una
ontología jerárquica del ser. La relación “Dios-criaturas” se
convierte en el patrón fundamental, básico e intocable de la
interpretación de toda realidad. Según esa interpretación se
organiza todo.
Toda sociedad agrario-autoritaria será, de una forma u
otra, teísta. Se establece un lazo indisoluble entre ese tipo de
94
sociedades y el teísmo. Que esto sea así lo confirma el hecho de
que cuando las sociedades agrario-autoritarias son sustituidas
por las sociedades
95
industriales, en la medida en que lo son y, sobre todo,
cuando entran las sociedades de conocimiento, el teísmo
empieza a tener problemas.
Según esto, el teísmo, su ontología jerárquica, su
interpretación de toda realidad desde el patrón jerárquico,
también en el orden social, está ligado a sociedades agrario-
autoritarias estáticas. Será imposible cambiar la organización
piramidal de la sociedad sin poner en cuestión lo que se ha
convertido en su fundamento: la creencia en los dioses,
señores de las criaturas. Los dioses son la fuente de la
realidad de las criaturas, que son y existen, porque reciben
su ser de los Señores Celestes. El ser de las criaturas y su
condición de subordinados, de servidores de los Señores,
están indisolublemente ligados.
Mientras se mantenga la creencia en un Dios Señor y
Creador de las criaturas, se mantiene el canon de
interpretación jerárquica y, consiguientemente, debe
mantenerse la organización jerárquica de la sociedad.
Las sociedades industriales continuaron con la
organización jerárquica de las empresas y de la sociedad en
general; pudieron mantener el canon de interpretación jerárquica
de la realidad y de la sociedad. Las sociedades industriales
vivieron, además enmarcadas en un contexto más amplio, que
en su mayoría continuaba siendo agrario-autoritaria.
Con la generalización de la industria que barrió a la
sociedad preindustrial y, sobre todo, con la aparición e
implantación progresiva de las sociedades de conocimiento, hay
que replantearse la organización jerárquica de los grupos
creativos, que poco a poco se convierten en responsables de la
supervivencia de las sociedades de conocimiento.
Las nuevas sociedades creativas en equipo (de ciencias y
tecnologías, nuevos productos y servicios) tienen que sustituir
la organización jerárquica, por una organización de
interdependencia de los miembros de los equipos. La
creatividad en equipo funciona mal y con menos rendimiento
96
si está sometida a un jefe que no
90
puede disponer de todos los conocimientos, por su
complejidad y diversidad, de cada uno de los miembros de
los equipos. La organización jerárquica es un estorbo grave
para las sociedades creativas, de innovación y cambio
constante.
Los PACs de este tipo de sociedades no pueden
continuar funcionando con el canon jerárquico de
interpretación de la realidad, con la ontología jerárquica, que
deberá ser sustituida por una interpretación basada en la
interdependencia, con su ontología correspondiente.
Si estos PACs deben programar una sociedad dinámica
formada por individuos de diversas especialidades,
organizados en interdependencia creativa, tendrán que
excluir lo que es el fundamento de la organización
jerárquica y de su ontología: la noción de Dios, Señor y
Creador de todo lo real. Ese canon de interpretación de la
realidad deberá ser eliminado, si se quiere que las sociedades
de conocimiento funcionen correctamente.
La noción y la creencia en un Dios, Señor y Creador de
todo, como ser existente y real, interpretado desde la
epistemología mítica,
-que las sociedades de conocimiento deben también eliminar-,
no se sostienen y son progresivamente abandonadas.
90
En las sociedades de conocimiento continúa la noticia
básica de una dimensión absoluta (DA) y de una dimensión
relativa (DR) de lo real. La noticia dice que no son dos
realidades, sino dos dimensiones de una misma realidad. De
esas dos dimensiones la fuente es la DA, no la DR.
Esa DA sobre la que se ejerce la modelación, como
conceptualizaciones y representaciones, la experiencia dice
claramente, con la complejidad de la estructura de todo lo
existente, que la DA, -que es su fuente-, es “como” inteligente,
“como” conciencia, “como” gestor interno de todo lo real.
Tenemos que decir explícitamente “como” porque tanto la
inteligencia, como la conciencia, como la gestión, son
nociones humanas aplicables a humanos, pero en las que no
cabe la DA.
La noticia de que la DA es fuente, que es “como” inteligente,
“como conciencia” y “como” gestor interno, es fundamento para que
la noción “Dios” pueda funcionar como símbolo que apunta a esa
dimensión de lo real, con los caracteres con los que se presenta.
Y la captación de esos rasgos de lo real no es fruto de ningún
tipo de creencias, ni restos de creencias.
A ese hecho hay que añadir que cuando, respondiendo a
esa noticia de la DA y siguiendo los consejos de los sabios del
pasado, quiere alguien acercarse, cobrar una mayor conciencia
de la DA, se siente como “otro” de ella, y a ella como “otra” de su
limitada individualidad. La DA se siente como un absoluto
frente a mí, con los rasgos de inteligencia, conciencia y
gestor interno. Se siente la necesidad de reconocer la DA, la
distancia que nos separa y la necesidad de ayuda.
Los rasgos de fontalidad absoluta, inteligencia, conciencia
y gestión interna, más el deseo de reconocerla y vivirla, la
conciencia de la distancia que nos separa y la tendencia a pedirle
ayuda como a “otro” de mí, dan fundamento para que pueda
funcionar el símbolo “Dios”, sin que se precise de la creencia, para
que apunte eficazmente a la DA de toda realidad.
92
Podríamos decir que la noción “Dios” como realidad
verdaderamente real y trascendente a todo lo creado,
tiende a desaparecer y sería bueno ayudarle a desaparecer;
pero la noción “Dios” como símbolo no tiene por qué desaparecer,
sino al contrario, habrá que enseñar a las sociedades humanas
de conocimiento que puede, e incluso debe, ser utilizado, sin
necesidad de pasar por la creencia.
Reconocer con toda nuestra mente, nuestro sentir y
nuestra acción a la DA de toda realidad, y reconocer que esa
es nuestra verdadera realidad y no la interpretación, la
modelación que como individuos hacemos de nosotros, pasará,
la mayoría de las veces, por un estadio en el que se es capaz
de reconocer la DA, pero no como la propia realidad, como la
propia individualidad, sino como “otra” de nuestro ser de
individuos.
En ese estadio surgirá la figura de “Dios” como símbolo. Será
un “Dios símbolo” porque nuestro modo de vida, nuestras ciencias
y la epistemología no mítica nos dice que el “Dios símbolo” no
es existente como lo enuncia la noción, no es una entidad
ahí, trascendente y real, sino una dimensión de esto real que
todo es y que nosotros también somos, que no es ni real ni
irreal y que es trascendente únicamente a toda nuestra capacidad
de conceptualizar y representar.
Sería un error, en el camino al reconocimiento pleno de la
DA, reprimir ese estadio, apoyándose en creencias o prejuicios
laicos.
93
-y puede quedar bloqueado e imposibilitado también por
creencias laicas que no sean capaces de reconocer que a pesar de
que Dios como entidad no sea realidad, Dios-símbolo, como
momento interno del proceso humano a la desidentificación
con el yo y al reconocimiento de que nuestra verdadera
realidad es la DA, debe ser asumido si se quiere llegar a buen
término.
Puesto que se trata de un Dios-símbolo-operativo en el
camino interior, reprimirlo, sea por creencias religiosas o laicas,
tiene siempre idéntico resultado: amarrar la interpretación de
lo real a una dualidad irreductible –Dios-criaturas-, o dejar lo
real plano, ignorando el dato de la doble dimensión por causa
de una ciencia interpretada desde la epistemología mítica. En
ambos casos queda bloqueada la posibilidad del proceso interior
del egoísmo a la gratuidad completa.
96
Todos nuestros conceptos y representaciones, cuando
intentamos aplicarlos a la DA son falsos. Sólo tienen algo de
verdad cuando los usamos únicamente para apuntar a “Eso
inconcebible”, para orientarnos hacia “Eso” a lo que, si queremos y
lo entendemos bien, podemos llamarle Dios, aunque no sea
ningún Dios tal como se le ha concebido.
Esto mismo, los cielos y la tierra, y todo lo que los
habitan, nosotros mismos incluidos, de infinidad traslucidos, todo
eso su dimensión no relativa es lo que alude el término “Dios”.
99
Nuestros antepasados no nos legaron ningún procedimiento
para construir PACs, porque no lo necesitaron, porque creían
que los recibían de los dioses o de la naturaleza misma de
las cosas. Eso significa que tenemos que construir una
disciplina, la EA, para construirnos nosotros mismos los
PACs al ritmo de las transformaciones que introducen las
ciencias y tecnologías en continua y acelerada transformación.
Todos estos pasos ya los hemos dado. El problema al
que nos enfrentamos en este momento es cómo promover y
difundir la CH y sobre todo la CHP en las sociedades de
conocimiento, porque sin ellas no resulta posible manejar
convenientemente el poder de nuestros saberes científicos y
tecnológicos y sus graves consecuencias.
Ya hemos fundamentado que la CH y la CHP nos son
optativas para las nuevas sociedades, sino que son una
condición sine qua non de la sobrevivencia de la vida en
general y de nuestra especie en particular.
Hemos de encontrar un procedimiento que sea capaz de
llevar la CH y la CHP a toda la población de las SC. Tiene
que ser un procedimiento, un método racional, no religioso, lo
suficientemente serio como para que pueda empalmar con toda
la sabiduría que nos legaron nuestros antepasados; ha de ser
fácil, para que sea accesible a todos, y práctico.
Este método o procedimiento tiene que derivarse de la teoría
de la EA, operar desde ella y ser adecuado a los rasgos del
nuevo tipo de sociedad.
10
0
ayudar a cultivar la sensibilidad de sus miembros. La educación,
el desarrollo y el cultivo de la sensibilidad es una cuestión
personal, un asunto individual, no algo del que depende la
sobrevivencia de individuos y colectivos. Esta es la opinión que
todavía prevalece; en las SC es peligroso pensar así.
100
Si crecemos en la conciencia de que todo es nuestra
construcción, advertiremos y viviremos que precisamos de una
gran cualidad para realizar esas construcciones de las que
depende no sólo nuestra vida sino toda vida.
100
Otro procedimiento importante es tener que excluir toda
creencia, sea religiosa o laica, lo cual supone también excluir
un teísmo que no sea meramente simbólico. Con respecto a las
creencias y al teísmo hay que abandonar radicalmente la
epistemología mítica. Todas nuestras modelaciones de lo real,
también las que acabamos de mentar, no son descripciones de
lo real, sino construcciones nuestras que pretenden apuntar a
lo que no puede ser nombrado.
Nadie en las SC debe poder mantener una interpretación de
la realidad desde la epistemología mítica; todos los individuos
y los colectivos deben ser conscientes que nuestras
modelaciones de la realidad no tienen la capacidad de ser
descripciones de lo real, si no es dentro de una previa
modelación.
La epistemología no mítica supone el humilde
reconocimiento de nuestra pequeñez, el respeto y veneración
por Eso real. Nadie puede pretender poseer la verdad
encerrándola en una formulación. A la verdad nadie la posee
como en un depósito. La verdad posee, pero no es poseída.
Quien pretenda poseer la verdad encerrada en una
formulación, no puede tener CH ni CHP
La indagación libre sólo se puede practicar desde una
epistemología no mítica. La epistemología mítica impone la
sumisión y, por consiguiente, prohíbe la indagación libre; y
sin indagación libre no son posibles las organizaciones de
conocimiento.
103
Hemos expuesto estos pocos procedimientos, pero se
pueden crear muchos más.
104
Está más allá del lenguaje significativo y entra en el valor y
en la CHP.
Dice que hablar de la ética y de la religión es arremeter
contra los límites del lenguaje. La ética, afirma, pretende decir
algo sobre el sentido último de la vida, sobre lo absolutamente
valioso. Es un testimonio de una tendencia del espíritu.
A nuestro juicio todo esto sobrepasa a la ética.
El sentido último de la vida, lo absolutamente valioso
que sobrepasa los límites del lenguaje es la sabiduría de los
sabios, no tarea de la ética. El lenguaje de los sabios deberá
estudiarlo la EA, aunque sólo sea para apuntarlo y describir
los rasgos peculiare de su lenguaje.
La tarea de la ética, tal como la entendemos, es la cuestión
de comportamiento, no la CH y menos la CHP; tiene que ver
con la CH, pero no es el objeto de su estudio.
106
-La religión es de revelación divina,
-la ética es desvelamiento de las consecuencias de nuestra
naturaleza humana, en relación al comportamiento,
-en la religión la fuente del sistema de comportamiento
humano es la revelación divina, la voluntad de Dios,
-en la ética la fuente del sistema de comportamiento es la
razón,
-la religión pretende prioritariamente, además de
construir un PAC, iniciar al cultivo de la CH y de la CHP a
través de la fe- creencia, y promover y mantener ese
cultivo mediante mitos, símbolos y rituales,
-la ética no tiene esa pretensión; no pretende construir un
PAC, porque no lo necesita, ni pretende iniciar el cultivo de
la CHP; la CH la presupone, más que proporcionar
procedimientos para fomentarla; su fundamento es la razón y
no la fe-creencia.
La CHP y la ética
Los humanos no tenemos una naturaleza dada porque
nuestra programación genética es insuficiente y porque se
nos dotó de la lengua para completar esa insuficiencia. Si no
tenemos una naturaleza dada, tampoco tenemos una ética dada.
107
Tanto la naturaleza que nos hace animales viables, como
la ética, nos las tenemos que construir según un modo
adecuado al modo de supervivencia que tengamos.
Las SC y cambio continuo en todos los niveles de la
vida individual y colectiva nos impide partir de la creencia en
un Dios que nos dicta unas normativas éticas válidas para los
humanos de todo tipo de cultura.
La ética ha de tener que ver directamente con esa necesidad
de que construyamos nosotros mismos nuestras formas de
vida, con los PAC.
Nuestra falta de naturaleza dada y fijada es una
consecuencia de nuestra condición lingüística. También
consecuencia de esa misma condición lingüística es la
posibilidad de practicar IDS-ICS. Por consiguiente la ética
también tiene que ver con esa práctica.
La CH, la CHP y la ética tienen relaciones cruzadas.
El PAC es el fundamento de la ética. El PAC es lo fundante y
la ética lo fundado. Diferencias en los PAC comportan
diferencias en la ética.
El PAC debe ser construido según los modos de
sobrevivencia, pero desde la CH. La CH que requiere el PAC
exige que entre sus constructores se dé un número conveniente
de hombres de CHP.
La CH y especialmente la CHP son independientes del
PAC porque ambas se fundamentan en el cultivo de IDS-ICS.
Desde ahí se construye, se acepta o se critica el PAC o incluso se
enfrenta a él. La CH y la CHP no dependen del PAC pero se
sitúan en él.
Sin la presencia de la CH y de la CHP, los PACs que
se construyeran estarían cargados de egoísmos de clase, de
grupos e incluso de colectivos, con ello perderían capacidad de
seducción si no es para los beneficiados.
108
Cuando las sociedades se cohesionaban por sumisión, no
era tan absolutamente necesario que los PACs fueran
plenamente seductores, bastaba con que fueran eficientes
respecto a la supervivencia y seductores para algunos
sectores de la sociedad. Ningún PAC es capaz de sostenerse
sin que provoque seducción además de eficiencia. La
seducción puede no llegar a todos los miembros de una
sociedad, basta con que lo sea para los que sostienen el
tipo de sociedad correspondiente.
La ética depende del PAC y el PAC, a su vez, depende de la
CH y de cierta dosis de CHP que se emplee en su construcción.
La ética tiene una doble dependencia: depende del PAC
correspondiente y de la CH y la CHP; de forma que puede
darse conflicto entre el PAC vigente en una sociedad y la ética.
Estos dos aspectos de la ética deben ser atendidos. La ética
pasa necesariamente por el PAC pero al tener relación directa
con CH y con la CHP, puede encontrarse distante e incluso
contrapuesta al PAC.
El fundamento primero de la ética es el PAC
correspondiente, pero también se fundamenta en la CH y en la
CHP. CH y CHP son, en gran medida independientes del PAC,
aunque se realicen en el PAC. La CHP es independiente del
PAC aunque se realice en él y tome parte en su construcción.
La ética no es independiente del PAC, pero su relación directa
con la CH y con la CHP, por medio de la práctica de IDS-ICS,
hace que pueda intervenir en la corrección del PAC o pueda
oponerse a él.
Premio y castigo
Cuando piensa uno en los crímenes de Hitler, o en los
responsables de la trata de blancas, o en los capos de la
droga, surge la pregunta ¿no habrá forma de sustituir el infierno
eterno de algunas tradiciones religiosas, o la reencarnación
109
como medios de castigar convenientemente a tales asesinos?
110
¿No hay premio adecuado para los que se han esforzado
por ayudar y mejorar la humanidad, para los que han vivido
para servir a sus hermanos de una forma u otra?
En las sociedades de conocimiento no podemos creer ni
en el cielo eterno como premio de las buenas obras, ni en el
infierno eterno como castigo de las obras malas.
La muerte lo iguala todo. Buenos y malos mueren por
igual.
¿No hay justicia en este mundo? ¿No hay una justicia
definitiva para los humanos?
Para solventar el problema de la justicia y de una
justicia definitiva, nuestros antepasados crearon los mitos del
paraíso y el infierno, o el mito de las reencarnaciones futuras
según las obras. Tanto en unos mitos como en otros, las
buenas obras o las malas obras tenían su premio y su castigo
ajustado a lo que cada individuo merecía.
Este problema no puede quedar en el aire sin una
solución o apuntamiento de solución en las nuevas sociedades
sin creencias, sin religiones y sin dioses.
112
La simbiosis correspondiente a la nueva antropología es
simbiosis de interdependencia mutua. No hay individualidades
humanas sin simbiosis. Cada individualidad depende, en su ser,
del colectivo y el colectivo depende, en su ser, de los
individuos. Sin lengua y sin cultura no puede haber individuos
humanos. La lengua y la cultura constituyen a los individuos.
No son individuos con una lengua y una cultura. Pero por otra
parte, no existe lengua ni cultura que no sea obra de la
interacción entre individuos.
Estamos en una ontología de interdependencias, no en
una ontología jerárquica del ser.
Los premios o castigos a las buenas o malas obras han
de pensarse desde las concepciones que imponen las
sociedades de conocimiento. Según eso, la justicia sobre las
buenas o malas obras habrá que plantearla no desde el individuo
como entidad autónoma, sino desde la simbiosis de
interdependencia.
114
Vayamos por pasos:
Los Evangelios, para no indisponerse con los romanos y
ganarse su benevolencia, culpabilizaron del ajusticiamiento de
Jesús, más a los judíos que a los romanos. Los judíos instigaron
a las autoridades romanas a que crucificaran a Jesús. Los
romanos fueron culpables, porque fueron ellos los que le
ejecutaron en la muerte ignominiosa de la cruz, pero, con el
gesto de Pilatos, se lavaron las manos de la muerte de aquél
justo.
Cargar las culpas de la muerte de Jesús principalmente a
los judíos era convertir a los judíos en el pueblo deicida,
porque los cristianos interpretaron a Jesús como Hijo de Dios.
Durante la antigüedad y toda la edad media, el pueblo judío
era el pueblo maldito deicida.
Ese antisemitismo se impuso en toda la cultura cristiana y
en toda la cultura europea. Durante ese tiempo se cometieron
muchas atrocidades contra los judíos. Podríamos decir que
la cultura europea se hizo profundamente antisemita porque
era una cultura de base cristiana. El islam de la época no fue
antisemita, impuso a los judíos un impuesto especial, el
mismo que se imponía a los cristianos y a todos los que vivían
en tierras del islam y se mantenían firmes en su religión.
Este antisemitismo se extendió a lo largo de toda la historia
de la cultura y la política europea, incluyendo también al
cristianismo ortodoxo.
Hitler es hijo de ese antisemitismo que él y sus secuaces
llevan hasta el extremo de intentar, con procedimientos
industriales, exterminar de raíz a los judíos de Europa.
Las expulsiones de los judíos de varias naciones europeas,
los pogromos rusos y los campos de exterminio nazis
empujaron a los judíos a crear el estado de Israel en el corazón
del islam. El miedo del pueblo perseguido de los judíos, en
Palestina le convirtió en perseguidor. Expulsó de las tierras de
Israel a los árabes y luchó
110
varias veces contra ellos, con la ayuda de EE.UU. para mantener
las tierras que creían que Dios les había asignado como propias.
El estado de Israel, los palestinos expulsados de sus tierras y
sus victorias militares enconaron y llevaron a un conflicto
constante y serio entre los judíos y los pueblos árabes. El
conflicto de los árabes con los judíos, se extendió a un
conflicto entre los musulmanes y Europa y EE.UU.
El conflicto de toda la cultura euro-americana con el islam
no está todavía solventado y es grave. Los motivos de ese
conflicto son varios: el estado de Israel apoyado por europeos y
americanos, el resentimiento musulmán por la colonización
europea y por las imposiciones occidentales en la cultura, en
la economía, en lo militar etc.
Ahí tenemos un caso de responsabilidad personal que es
fruto del error de cálculo de los primeros cristianos, de la
epistemología mítica de la interpretación de las narraciones
referentes a Jesús en los Evangelios, de la actitud de toda la
Edad Media europea y del antisemitismo de la cultura europea
de la edad moderna hasta llegar a Hitler y los nazis.
El horrible crimen de los campos de exterminio nazis no es
sólo responsabilidad de Hitler y de los miembros de la cúpula
nazi, sino que es responsabilidad de la historia del cristianismo y
de la historia de los pueblos europeos.
El castigo de estos crímenes cayó sobre los mismos
europeos con las guerras mundiales y, en cierta manera, con la
creación del estado de Israel y sus consecuencias en el
conflicto con los árabes que cae como castigo a Israel y toda la
cultura occidental.
112
Las responsabilidades serán, pues, de individuos
constituidos por la simbiosis. Sin los errores cristianos, sin
el antisemitismo provocado por la lectura de los Evangelios
desde una epistemología mítica, sin el antisemitismo profundo
que las creencias cristianas crearon en la cultura europea, no
sería comprensible el crimen de Hitler y la cúpula nazi.
Por consiguiente los castigos y los premios que
desearíamos que la justicia atribuyera a las malas y a las
buenas obras, no hay que buscarlos en el nivel de los
individuos, sino en el nivel de los individuos constituidos por
las simbiosis (los colectivos) y en las simbiosis (colectivos)
formadas por individuos.
Si queremos llegar a ver la justicia respecto a las buenas y
malas obras de los individuos, tendremos que concluir que no
hay justicia. Para evitar esta conclusión, nuestros antepasados
crearon los mitos del infierno y del paraíso y el mito de la
reencarnación. Nosotros debemos evitar esa conclusión por
otros medios, porque no nos es posible heredar la solución que
dieron nuestros antepasados.
Ontología jerárquica
Una interpretación y organización social jerárquica exige
una ontología positiva, jerárquica. No puede haber jerarquía
sin que el jerarca sumo sea una entidad en sí y sin que los
súbditos sean también entidades en sí.
La fundamentación de la ontología jerárquica requiere que
la suma jerarquía sea una entidad en sí desde sí mismo; los
súbditos tendrán que ser, también, entidades en sí pero desde
otro.
113
Esta es la fundamentación ontológica del teísmo y, con él,
de una interpretación de la realidad, jerárquica en todos sus
niveles: ontológicos, individuales, sociales, temporales y
espaciales.
La organización jerárquica de la sociedad y la ontología
jerárquica dependen una de la otra y se afianzan una a la otra.
Sin una ontología jerárquica no sería posible una
organización jerárquica, y sin una organización jerárquica no
tendría justificación una ontología jerárquica.
Si una falla, la otra fallará. Si falla la organización
jerárquica, fallará la ontología jerárquica. Si falla la ontología
jerárquica, la organización jerárquica carecerá de justificación.
Cuando la organización jerárquica deja de ser útil para la
sobrevivencia, no se sostendrá la ontología jerárquica; es más,
será necesario alejarse lo más posible de una ontología
jerárquica. Las sociedades de conocimiento, si quieren
posibilitar su implantación y funcionamiento, tendrán que
fomentar el alejamiento de la ontología jerárquica.
Si el teísmo entra en crisis, por causa de las ciencias y
de su monopolio en la interpretación de la realidad, cosa
que en las sociedades de conocimiento es inevitable, se
debilitará la organización jerárquica.
Las sociedades de conocimiento tendrán que alejarse
necesariamente del teísmo que no sea meramente simbólico, de
un teísmo que presente a Dios como un ser en sí desde sí
mismo.
El teísmo es el generador y justificador de la jerarquización
de toda la realidad. El teísmo se desarrolla en una sociedad
jerarquizada y en una ontología jerárquica.
¿Dónde se apoya la organización jerárquica hoy día? No
parece haber más razón que el capitalismo impuesto y sin
alternativa y la coerción. Mientras se mantenga, por los
medios que sean, la organización jerárquica, se sostendrá el
teísmo, porque ese tipo de sociedad lo necesita.
114
Todas las realidades son vacías de entidad en sí
Para los vivientes, toda la realidad es modelación.
Las modelaciones de los vivientes están vacías de entidad
en sí. Esas pretendidas realidades están en los sistemas
genéticos de los animales o, en el caso de los humanos, en su
sistema genético hecho viable y complementado por los
sistemas culturales de los colectivos.
Ni las realidades modeladas por los animales, ni las
modeladas por los humanos son en sí, están ahí fuera.
Utilizando una imagen informática, diríamos que están en la
nube que crean las especies, o en la nube de las modelaciones de
los colectivos humanos.
115
Todas las cosas son el abismo insondable, no objetos de
un sujeto necesitado.
116
Para todos los vivientes las cosas se individualizan por
contraposiciones cualitativas que funcionan como
estimulaciones o repulsiones. Nuestra estructura básica es
también esa. Las metalenguas científicas y axiológicas están
siempre suponiendo y están sustentadas por esa estructura
animal de nuestra estirpe.
Las individuaciones conseguidas por contraposiciones
cualitativas en relación a un viviente necesitado, es evidente
que no tienen el ser en sí mismas que les atribuimos; están
vacías, son como una ciudad edificada en una nube en cuanto a
su entidad real tomadas como cosas de este mundo.
Las individualidades son fruto de contraposiciones
cualitativas relativas, directa o indirectamente, a las necesidades
de un viviente necesitado. Esta afirmación vale para todos los
vivientes, sin excepción, y vale también para los humanos.
117
Estas afirmaciones son sólo para apartar de ella, que es lo
no modelado, nuestras modelaciones.
Que sea fuente de todo no es modelación nuestra sino dato.
118
En las SC todo son interdependencias
Lo que es condicionado es dependiente. Lo que es
interdependiente es por condicionamiento mutuo.
Todos los rasgos de las sociedades de conocimiento son
interdependientes, lo mismo ocurre con las personas que las
componen. Esta es la consecuencia de que sean sociedades
creativas en equipo.
Recordemos que los rasgos de las SC son la creación
continua en equipo; para que eso sea posible el equipo tiene
que crearse su propio PAC, al que hay que adherirse
voluntariamente, porque no es posible que la creatividad
funcione a pleno rendimiento desde la sumisión.
Para la adhesión voluntaria es imprescindible la libertad,
que no será posible sin libertad axiológica. Sin igualdad y
equidad la creatividad en equipo no podrá funcionar.
Para que el equipo sea realmente un equipo de creación
continua, precisa que todos sus miembros tengan espíritu de
indagación. El espíritu de indagación no será posible más con
un estudio de por vida.
La interdependencia de personas para la creación;
interdependencia que se logra por un PAC creado colectivamente
en el que la adhesión sea voluntaria, en el que la igualdad y la
equidad se respete rigurosamente, exige personas de cualidad
humana.
La cualidad humana practicada en condiciones
continuamente variantes, requiere aprender a heredar la
sabiduría de los antepasados; de ellos hay que destilar los
criterios de discernimiento para gestionar la marcha de las
sociedades dotadas de potentes ciencias y tecnologías.
Los mismos rasgos de las SC nos están diciendo que las
personas que las componen son también interdependientes. La
complejidad y pluralidad de las ciencias y tecnologías no dejan
otra posibilidad.
119
Por consiguiente, en las SC todo son interdependencias.
120
Los primeros estadios de la cultura humana continuaron
con el mismo sistema; dieron por reales las modelaciones que
hacían de la realidad a través de sus PACs, sus narraciones, sus
mitos, sus símbolos y sus ritos.
Así se cambió lo menos posible en su condición animal y
se aseguró la sobrevivencia. Esta epistemología rigió las
sociedades humanas hasta el último tercio del siglo XX.
Todavía está vigente en la mayor parte de las sociedades.
Pero esta epistemología tenía pésimos efectos secundarios.
Fue uno de los fundamentos principales de los
enfrentamientos humanos. Cada modo de sobrevivencia tenía
su estilo de PAC que inevitablemente se interpretaba con la
descripción verdadera y adecuada de la realidad, con lo cual se
enfrentaba con todo el resto de modos de sobrevivencia y sus
PACs.
Los PACs de las sociedades de cazadores-recolectores,
en sus estructuras superficiales difirieron unas de otras,
aunque las estructuras profundas fueran idénticas. Los
pueblos daban como verdadera descripción de la realidad la
estructura superficial, con lo cual, todos los pueblos entraron en
conflicto con todos los pueblos que tuvieran una estructura
superficial de su mitos y ritos diferentes.
Cuando llegaron las sociedades agrarias construyeron sus
PACs correspondientes, que se enfrentaron, primero con
todas las sociedades de cazadores-recolectores y, después con
todas las restantes sociedades de agricultores. Las sociedades
sumerio- babilonias tenían unas estructuras superficiales
diferentes de la sociedad egipcia. Aunque las estructuras
profundas fueran idénticas, las estructuras superficiales
diferían grandemente. Cada una de este tipo de culturas se
consideró como la única verdadera y juzgaba que todas las
demás eran falsas y contrarias a sus dioses. Lo mismo pasó con
el cristianismo y el resto de culturas helénicas y romanas y más
tarde con todas las culturas y religiones con las que se fue
encontrando.
122
Lo mismo ocurría entre las culturas ganaderas y las
agrícolas. Piénsese sólo en los conflictos de Israel con todas
las culturas circundantes. O los conflictos del Islam con todo
el resto de las culturas.
Además, recuérdese que en las sociedades preindustriales
los PACs y sus formas religiosas formaban una unidad
indisociable. Por consiguiente cada PAC iba unido a una
forma religiosa que, por efecto de la EM, era considerada
como la única verdadera. Así toda la fuerza de la religión, o si
se quiere, de la noticia de la DA, se convertía en fuerza
agresiva contra todos los otros PACs y sus formas religiosas
correspondientes.
La EM convirtió a todas las religiones y formas religiosas
en enemigas a muerte de las restantes. La historia humana está
llena de terribles conflictos religiosos, o conflictos de intereses
sacralizados por la religión. No nos parece necesario citar
ejemplos porque la historia humana y la historia de las
religiones están plagadas de estas confrontaciones que son,
quizás, los más graves de la historia humana.
Incluso en casos como la primera y la segunda guerra
mundial, que no tenían motivación religiosa, acabó
interviniendo también, y fuertemente, la religión. Los
enfrentamientos entre naciones, que versaban sobre conflictos
económicos, coloniales, etc. para ser verdaderamente
justificados y profundamente agresivos se tiñeron de
sacralidad.
Cuando las ideologías sustituyeron a las religiones como
PAC, continuaron interpretándose desde la EM. Por esa base
epistemológica, las ideologías, la liberal, la socialista-comunista
y la anarquista lucharon a muerte una contra todas y todas
contra una. También en esta ocasión la EM causó muchos
millones de víctimas y destrucciones.
122
Cuando la religión perdió fuerza, por el debilitamiento de
las creencias, la idea de nación tomó su sustitución. Se tomaba
la idea de nación, no como un simple sistema de organizar los
colectivos humanos, sino como una descripción de la esencia
de los pueblos. Todavía no hemos salido de esa trampa.
124
Ventajas de la eliminación de la epistemología
mítica
La rápida transformación y crecimiento de las ciencias
transforman constantemente la interpretación de la
realidad en todos los ámbitos de los saberes y de la vida:
el desarrollo concomitante de las tecnologías con sus
productos y servicios, cambian constantemente las condiciones
de la vida de los colectivos y de los individuos.
Las ciencias se han ganado el monopolio de la
interpretación de la realidad. Las tecnologías son las
responsables de nuestra sobrevivencia colectiva.
Las tecnociencias y sus resultados alteran constante y
aceleradamente las maneras de pensar y de sentir.
La globalización ha puesto en contacto inmediato, no
sólo a nivel mundial, sino también a nivel local, todas las
religiones, todas las tradiciones espirituales de la humanidad,
todas las culturas, con sus diferentes maneras de plantear la
vida, de pensar y de sentir, todas las ideologías, etc.
Ese contacto de todos con todos relativiza de hecho los
dogmatismos e intolerancias de todos.
Todos estos factores hacen imposible mantener una
epistemología mítica que pretende que lo que dicen nuestros
mitos, nuestras religiones, nuestras tradiciones espirituales,
nuestras culturas y nuestras teorías es como es la realidad. La
actitud que crea la epistemología mítica es ya incompatible e
insostenible en las sociedades de conocimiento y cambio
continuo globalizadas.
Aunque en ocasiones perder la epistemología mítica se
pueda sentir como quedarse desamparados en un descampado,
en realidad es una gran liberación.
125
El abandono de la epistemología mítica nos libera del
sometimiento de nuestra mente y nuestro sentir a los mitos
milenarios, a las religiones, a nuestras concepciones y teorías.
Sin epistemología mítica ninguna palabra nos
somete, quedamos libres de todas las palabras, incluso de las
más sagradas.
Las palabras ya no someten sino que se ponen a nuestro servicio.
Las palabras que se convierten en siervas de la verdad,
auxiliares en su búsqueda, pero no son la verdad. Ningunas
palabras son la verdad, todas carecen de poder para
enmarcarla, para recluirla en ellas como en un cofre sagrado.
Ese poder no lo tienen ni las palabras religiosas ni las
científicas.
Libres de la epistemología mítica comprendemos que las
palabras no describen las realidades, sólo las modelan a
nuestras pequeñas medidas.
La eliminación de la epistemología mítica deja a nuestra
exclusiva responsabilidad el acceso y el cultivo de la DA y la
gestión de la DR.
Sin epistemología mítica no hay fundamento para la
sumisión ni a Dios, ni a las religiones, ni a las ideologías, ni a la
naturaleza. A nuestros propios PACs no nos sometemos, sino
que nos adherimos libremente.
Eliminada la epistemología mítica se elimina la razón de
los conflictos entre religiones, entre culturas, entre ideologías e,
incluso, entre diferentes PACs.
Una epistemología no mítica es el único fundamento para
una pacífica convivencia entre diversas tradiciones culturales; es
el único fundamento para un ecumenismo real.
La epistemología no mítica, proclamando que todo discurso
es una modelación de la realidad, y sólo una modelación,
fomenta la comprensión, el enriquecimiento de las diversas
perspectivas de las cosas.
126
La individualidad, la CHP y la muerte
Cuando aparece la vida, aparece la individuación. Sin
individuación la vida no es posible.
Ni la vida ni los individuos son nada venido a este mundo
desde otro mundo; proceda de donde proceda la vida, si de un
cometa, de un meteorito o como hija de la tierra, el cosmos es
uno.
¿Qué es el cosmos? Una construcción desde nuestros
sentidos y desde nuestra mente y también una construcción
mediante nuestras ciencias y tecnologías. Lo que construyen
nuestros sentidos y nuestra mente y nuestras ciencias y
tecnologías son una modelación.
La modelación es una adaptación de Eso a nuestras medidas.
No hay vida sin un tipo u otro de individuación, y no
hay individuación sin modelación de Eso a nuestra
individualidad.
¿Qué es Eso que modelamos? Lo no modelado, el soporte,
la realidad de la modelación, que no puede ser mentado sin
modelarlo.
El modelador está frente a lo modelado. No hay un existir
previo del modelador respecto a la modelación. Modelador y
modelado son interdependientes; se da uno si se da el otro, y a
la inversa. No puede pensarse un modelador previo a lo
modelado. Modelador y modelado nacen simultáneamente.
Sin embargo “Eso” es el modelador y lo modelado.
La individuación parece distanciarse de “Eso”, pero no hay
distancia posible, porque el individuo es una forma de “Eso” que no
añade nada a “Eso”. El individuo no tienen ser por sí, su realidad es
la de “Eso”, aunque tiene que suponer que es alguien, no sólo frente
al mundo modelado, sino también frente a “Eso”. Su supuesto es
imprescindible y su error inevitable para su condición de
viviente.
127
Las sociedades humanas se interpretan como asociaciones
de individuos que se presuponen autónomos, pero que en
realidad son simbióticos e interdependientes.
128
El principio de individuación de todo viviente es un cuadro
de necesidades y deseos. Ese paquete de necesidades, que se
expresan como deseos, es lo que se lee a sí mismo como separado
de “Eso” y es lo que proyecta la modelación como contrapuesta
al modelador.
La individuación es el fundamento de la dualización de
la realidad.
Las individualidades son un supuesto necesario, pero no
son una entidad por sí, ni frente a “Eso”, ni frente a lo modelado.
“Eso” no es una individualidad porque es previo a ella; lo
modelado tampoco es una individualidad porque depende por
completo de a modelación y sólo existe frente al modelador, no
tiene existencia fuera del modelador.
La individualidad viviente siempre es modeladora y no
tiene otra existencia que la de “Eso”, y “Eso” no se puede decir que
exista o que no exista porque es previo a toda individualidad
y a toda modelación.
132
De la sumisión a la indagación libre
130
Todas las criaturas de la tierra también están organizadas
jerárquicamente. El hombre se sitúa en lo alto de la escala,
que termina en la materia como lo más bajo en jerarquía.
La antropología también es una construcción
jerárquica: el espíritu debe señorear sobre el cuerpo. La
organización de la sociedad también es jerárquica, y la de la
familia, igualmente la de los grupos religiosos y de las iglesias
que también se organizan jerárquicamente. La burocracia y el
ejército son rigurosamente jerarquizados. El tiempo está
dividido en tiempos sagrados y profanos, días sagrados y días
profanos; el espacio también está dividido en espacios
sagrados y profanos, los templos y los restantes espacios
reservados para las actividades profanas.
La CH se mide por el grado de sumisión a Dios y a toda
jerarquía establecida. La CHP se conseguía por la sumisión
completa a Dios, a sus revelaciones, a las creencias
establecidas, a sus mandatos, a sus consejos, y por la sumisión
igualmente completa a sus representantes, las personas
consagradas a Dios, sus sacerdotes.
La vida del espíritu, alejada todo lo posible de la vida de la
carne, es sumisión en todos sus aspectos; es revivir la vida de
los enviados de Dios, de sus santos. Es respetar las costumbres
de los mayores; es no alejarse de lo que enseñaron los que nos
precedieron dignos de crédito y respeto. La moralidad es
sumisión. La vida excelente es vivir las virtudes que se
prescribieron en la revelación de Dios y que practicaron nuestros
mayores. Virtudes que son perennes como el espíritu,
intocables por su origen.
Queda prohibida todo alejamiento de la revelación, todo
distanciamiento de la enseñanza ortodoxa. Toda innovación
humana en este terreno es considerada herejía, pecado,
atentado contra el orden social y político.
La espiritualidad es sumisión en todos sus aspectos y en todos
sus grados. La indagación libre con respecto a la DA no es ni
concebible. Aún hoy nos cuesta imaginarla. Pensar que esa
134
indagación libre es una creación, no se ha acercado a nuestra
comprensión.
130
La libertad está sólo para alejarse del mal, que es la
insumisión, y para someterse libremente a Dios y sus
representantes.
Estas concepciones han durado miles de años y todavía
no nos la hemos quitado de encima; e incluso hay que
afirmar que la mayoría de quienes todavía se preocupan por la
espiritualidad, están sometidos a estos cánones.
La sumisión en todos los niveles, no es que esté aconsejada
sino que está impuesta obligatoriamente y sancionada por la
coerción e incluso con la pena de muerte, cuando es
políticamente posible. Y si no es posible se emplea la coerción
física y moral, o se utiliza la marginación, la reducción al
silencio y a la insignificancia.
133
continua. Estas sociedades no pueden repetir el pasado, ni
pueden reactualizarlo; la dinámica de sus innovaciones y
creaciones aleja del pasado de forma acelerada, más acelerada
cuanto mayores son las innovaciones y creaciones de las
ciencias y tecnologías y sus consecuencias en la vida de los
humanos.
En estas sociedades será imposible considerar la revelación
como ligada indisolublemente a palabras, porque las palabras
en las que nos ha llegado la revelación corresponden a PACs
preindustriales, a su epistemología mítica y a su antropología
compuesta de alma, o equivalentes, y cuerpo.
Las nuevas sociedades tampoco pueden someterse a
creencias fijas e intocables, precisamente porque fijan
incondicionalmente y son sociedades de sobreviven gracias al
movimiento continuo. Tampoco pueden aceptar las dogmáticas
que someten.
Las nuevas sociedades, con respecto a la DA sólo
pueden someterse a lo que no tiene forma, a eso innombrable
que es el maestro interior y nuestra verdadera realidad.
Tendrán que practicar la indagación de la DA y el
cultivo de CHP desde ese guía interior, que es nuestra propia
realidad, y deberán indagarla en toda criatura, en toda forma,
como lo que es el fondo, el ser de todos los seres, pero sin
ligarse a ninguno.
Con el cultivo de la CH y de la CHP se tendrá que asumir y
vivir que la DA es libre de todas las palabras, no hay palabras
privilegiadas con respecto a ella, y la indagación es también
libre de las palabras; no hay palabras que tengan poder sobre las
indagaciones.
En las nuevas sociedades nada puede organizarse
jerárquicamente, todo debe articularse en equipos de
miembros en interdependencia y en equipos de equipos
igualmente interdependientes. Lo mismo habrá que decir de la
indagación de la CHP y de la DA.
134
En las sociedades dinámicas el trabajo para llegar a
reconocer en plenitud a la DA y para llegar a realizar la
CHP pasa por la indagación y la creación libre.
135
En unas sociedades que sobreviven de la investigación
científico-técnica y de la creación continuada de nuevos
productos y servicios, el camino a la DA y a la CHP tiene que
ser también una indagación y una creación libre.
137
El camino a la DA como indagación libre
Ya hemos estudiado con anterioridad, que en las sociedades
de conocimiento y cambio continuo, lo que nuestros mayores
llamaron espiritualidad no puede ser cultivada a través de la
sumisión. Durante miles de años se concibió y practicó la
espiritualidad como sumisión a Dios, a su revelación, a su
guía, a sus representantes eclesiásticos. En sociedades
articuladas, cohesionadas y motivadas por la sumisión, la
espiritualidad no podía concebirse como una indagación libre.
Sin embargo, todos los grandes de esa larga época
fueron auténticos indagadores libres. Piénsese en los grandes
Rishis indios, en Buda, Jesús, Mahoma y tantos otros de no de
tan enorme tamaño. Si nos distanciamos de la interpretación
mitológica que se hizo de cada uno de estos personajes, una
interpretación mitológica acorde con el PAC que regía las
sociedades en que aparecieron, podremos apreciar con claridad
que no eran tanto lo que las mitologías decían sino unos
grandes indagadores libres de la espiritualidad, que
nosotros ahora tendríamos que llamar la DA de la realidad y la
CHP.
Las sociedades de conocimiento, que viven y prosperan de
la creación continua y acelerada de ciencias y tecnologías, que
comen de la investigación, de la indagación, y de creación
de nuevos productos y servicios, no pueden ni concebir ni vivir
lo que nuestros antepasados llamaron espiritualidad desde la
sumisión. Eso crearía una esquizofrenia entre su vida
colectiva e individual cotidiana, entre su pensar y su sentir,
insoportable e inviable a medio y largo plazo.
En las sociedades conocimiento no pueden estar disociados
el cultivo de la DR y de la DA. Provocaría el abandono de todo
lo que tiene que ver con la DA y la CHP como imposibles. El
cultivo de la DR irremediablemente tendrá que continuar,
porque ese cultivo es el responsable de la sobrevivencia, pero
quedará dañado en la lógica de su funcionamiento y, lo que es
peor, sin dirección clara axiológica, sin CH y sin CHP.
138
En esta situación la lógica del desarrollo de las
ciencias y tecnologías será “lo que se puede hacer, se hace”, sin
más consideraciones; o “lo que puede redundar en beneficio
económico, se hace” también sin más consideraciones.
La imposibilidad de la espiritualidad (cultivo de la DA y de
la CHP) por la vía de la sumisión tiene una gravísima
consecuencia y es que deja que la marcha de las tecnociencias y
el de la creación de nuevos productos y nuevos servicios esté
regida exclusivamente por las dos normas: lo que se puede
hacer, se hace y lo que redunda en beneficio económico,
también se hace.
Esta forma de funcionamiento de las sociedades de
potentes tecnociencias, sin dirección axiológica seria y de
cualidad, está conduciendo a nuestros saberes a convertirse en
enemigos de nuestra propia especie, enemigos cada día más
poderosos de la vida en el planeta y de la habitabilidad misma
del planeta.
Las iglesias y organizaciones que pretenden preocuparse y
cultivar la CH y la CHP continúan empeñadas en que esas
cualidades se cultiven desde la sumisión. No se ocupan de
adaptar el cultivo de esas cualidades a la condición de las
nuevas sociedades, sino que hacen todo lo posible para que
nadie se aleje de la espiritualidad como sumisión radical.
Estamos frente a dos fuerzas opuestas: la de los que
sostienen que las tecnociencias deben estar al servicio de la
explotación de todo tipo de recursos y al servicio del
beneficio económico, sin más criterio; y la de los que
pretendiendo que las sociedades cultiven la CH y la CHP se
empeñan irreductiblemente que se ha de hacer a través de la
sumisión a unas verdades formuladas, a unas virtudes dadas, a
unas organizaciones y sus autoridades doctrinales intocables.
No puede haber conciliación entre estas dos dinámicas
opuestas; y mientras tanto las tecnociencias van dañando
gravemente las condiciones de vida de los pueblos, excepto
las de unas minorías; y los responsables del cultivo de la
139
espiritualidad van perdiendo rápidamente el prestigio. El
resultado son unas sociedades
140
poderosas, asilvestradas, sin otro proyecto colectivo, fuera
del de fomentar la investigación, el intercambio de
información y la explotación de personas y medios.
Es evidente que así no podemos seguir, porque nos
estamos suicidando colectivamente.
141
La indagación debe versar no sobre la voluntad de Dios
expresada en su revelación, porque la revelación sólo se
refiere a lo que es innombrable; ni la indagación debe versar
sobre algo que se cree trascendente; ha de hacerse sobre este
mundo en el que vivimos: sobre los cielos, la tierra y todo lo
que la habita, sobre las aguas y todos los que viven en ellas,
sobre nosotros mismos.
142
Y continúa el texto:
La autoridad sacerdotal abandona a quien cree que la autoridad
sacerdotal se encuentra en algo distinto al Âtman.
El poder soberano abandona a quien cree que el poder soberano
se encuentra en algo distinto al Âtman.
Estos mundos abandonan a quien cree que estos mundos se
encuentran en algo distinto al Âtman.
Los dioses abandonan a quien cree que los dioses se encuentran
en algo distinto al Âtman.
Los vedas abandonan a quien cree que los vedas se encuentran en
algo distinto al Âtman.
Los seres abandonan a quien cree que los seres se encuentran en
algo distinto al Âtman
Todo abandona a quien cree que todo se encuentra en algo
distinto al Âtman.
Esta autoridad sacerdotal, este poder soberano, estos mundos,
estos dioses, estos vedas, estos seres, todo lo que esto es, eso es el
Âtman.
140
Y termina el párrafo diciendo: todo lo que esto es, eso es
el Âtman.
No hay nada en ninguna parte que no sea ese Âtman.
Quien pretende amar a algo distinto de la DA en este mundo,
lo pierde, porque todo está vacío de otra cosa que no sea la DA.
Y concluye la idea:
Al igual que no se puede apresar los sonidos que salen de un
tambor golpeado, más cogiendo el tambor o a quien lo está
tocando, se coge el sonido…
Al igual que no se puede apresar los sonidos que salen de una
concha al ser soplada, más cogiendo la concha o a quien la está
soplando se coge el sonido…
Al igual que no se pueden apresar los sonidos que salen de un
laúd al ser tañido, mas cogiendo el laúd o a quien lo toca se coge
el sonido…1
144
La DA es el “no otro” de la DR, hasta tal punto que la DR no
tiene realidad ninguna que no sea la de la DA. La DR está vacía
de realidad propia porque no es más que una modalidad de la
DA.
Quien quiera investigar la DA debe volverse a la DR, porque
la DA no se muestra jamás fuera de la DR. Indagar las realidades
de la DR y es indagar la DA. No hay otra posibilidad.
Quien pretenda encontrar alguna realidad en la DR, la
pierde irremisiblemente, porque la DR le mostrará que está
vacía. Quien quiera amar a la DR como DR, perderá el objeto
de su amor. Quien ame a la DR como DA, la ganará para
siempre.
Quien quiera tomar en sus manos la DA, que tome la DR.
143
es, por el contrario, como afirma el Corán, el rostro de Allah,
el rostro de la DA que nos mira directamente a los ojos.
¡Qué hermosa es nuestra tarea sobre la tierra! ¡Qué
inagotable, apasionante y dulce tarea! Ocuparnos de otra
cosa ¡qué gran necedad!
144
La creación PACs concretos será tarea simultáneamente de
la EA y de la indagación de la CH y de la CHP.
145
La guía interior
Toda acción humana o es egoísta, o es ambigua. ¿Por qué?
Porque son actuaciones regidas por el ego, que opera
siempre en beneficio propio; ese es el papel que debe ejercer
como función del cerebro al servicio de la sobrevivencia del
animal necesitado que somos los humanos.
Incluso cuando se actúa a favor de otros, como es el caso de
la familia o el propio colectivo, su actuación será egoísta –el bien
de la familia o del propio grupo redunda también en bien
propio- o será ambigua.
Para que el ego haga la función que debe ejercer tiene
que considerarse como alguien venido a este mundo lleno de
amenazas; como alguien sujeto de necesidades y lleno de
fragilidad. Sin embargo, se considera ser alguien y no es
nadie; se cree actor autónomo y no es ni actor.
Ese es su error necesario, ese es su supuesto inevitable si
quiere sobrevivir.
146
El deseo/temor selecciona los recuerdos de acciones que
juzga que fueron positivas, y mantiene en la memoria los
recuerdos de las acciones que considera negativas. Sobre esas
bases diseña sus expectativas de futuro. La realidad no suele
responder a las expectativas construidas sobre el deseo/temor
de los individuos, porque las ansias del deseo y los miedos
del temor deforman la realidad que se espera conseguir, y la
realidad no obedece a las deformaciones.
148
Hemos dicho que hay que reconocer la guía que viene
desde la realidad de nuestro ser. Hay que ir más allá de esta
afirmación. Decir que hay una guía es hablar todavía
dualmente suponiendo que hay alguien que es guiado y que
existe también la guía de la DA.
En realidad, en nosotros no hay nadie diferente de la DA.
Por consiguiente, la DA no sólo guía, sino que es el único
actor. En mí mismo no hay un actor fuera de Él. Reconocer y
vivir eso es sabiduría.
La DA es la que es y la que actúa. Es el único actor sin
segundo.
Sin embargo, cuando decimos que la DA es la única que
es y que es el único actor, debemos ser conscientes de la
debilidad, inadecuación y pequeñez de nuestras afirmaciones.
De la DA no podemos decir que es o que no es, tampoco
podemos decir que sea un actor o no lo sea. Esas son categorías
de un pobre viviente de la tierra, hablando de lo que no se
puede hablar.
Por ello, el misterio innombrable de la realidad de
nuestra realidad es también nuestro propio misterio
innombrable.
150
Lo real no es ni un extremo ni otro de la contraposición, lo
real está en medio. Lo real es el “no otro” de uno y otro.
Nadie viene o va; no hay ir o venir; nadie surge y nadie
es aniquilado; nadie perece ni es eterno.
El pensar en contraposiciones, el pensar dualista, es una
modelación de los vivientes.
Los vivientes y sus mundos surgen en interdependencia. No
se puede decir que existen vivientes que entran en
contraposición, que entran en relación.
Toda contraposición es falsa en sus dos extremos, en el
sentido de que los dos términos contrapuestos surgen en la
contraposición. No hay entidades que se contrapongan. La
contraposición crea lo que parecen identidades.
La modelación del viviente crea su mundo. La modelación
de un mundo surge del viviente. El mundo modelado hace al
viviente.
No hay una entidad que modele y lo modelado.
Si no hay mundo modelado, no hay viviente. Si no hay
viviente, no hay mundo modelado.
151
Nada hay fuera de la DA, ni la DA es “otra” de todas y cada una
de nuestras realidades.
Quienes quieran comprender, amar, ver, tocar y sentir la DA,
lo absoluto no dual que todo es, tendrán que volcarse a
comprender, amar, ver, tocar y sentir todos y cada uno de los
seres, porque aun siendo modelaciones nuestras, no son “otros” de
la DA.
Si en los humanos no hay realidades, individualidades que
sean “otro” de la DA, nuestras modelaciones son modelaciones
de la misma DA que es el “no otro” de nuestra propia
individualidad.
Se comprende el hablar de los maestros cuando dicen que
los humanos cubrimos con un velo, el de nuestras
modelaciones, el rostro de la verdadera realidad. Pero es sólo
una metáfora útil, porque ningún velo cubre a la DA, porque
todo lo que pudiéramos considerar como velo no es “otro” que
la DA misma. Nada tiene entidad que sea “algo otro” de la DA
misma. Nada hay frente a la DA, que es “el no otro” de todo, que
pueda ocultar a la DA.
No veréis, ni tocaréis, ni sentiréis nada que no sea la DA
en todo su ser.
Esto es aquello, y aquello es esto. La DR es la DA y la DA es
la
DR
. Lo lógico, para nosotros los humanos, que es también
la
plenitud y la felicidad, sería volcarse con toda la pasión por el ser
de todo lo que nos rodea, desde los cielos y sus centenares de
millones de galaxias, hasta la tierra con todo lo que contiene.
Todo ser y todo humano es radicalmente “no otro” de la DA.
“Donde quiera que te vuelvas no verás más que la Faz de Allah” dice
el Corán.
¡Con qué amor, veneración, respeto, hermandad y
comunión hay que mirar y tratar todos los seres, incluso los más
152
humildes! No hay seres humildes y no humildes. No hay seres
importantes y sin importancia. Todos son por igual “no otros” de la
DA y la DA es “no otra” de todos los seres, sin discriminación.
153
Dice de Brihadaranyaca Upanishad (BU, 3.7.1- 3.11. 15)
154
La verdad es pura cualidad
La verdad no es una formulación, porque toda formulación
es una modelación de la realidad a la medida de las necesidades
de un viviente.
Lo que llamamos verdad los humanos es una modelación
a nuestra medida. Incluso la verdad científica, aunque no sea
a la medida de nuestras necesidades inmediatamente, es una
modelación a la medida de nuestras posibilidades como
animales terrestres.
Cuando damos nuestras modelaciones como descripción de
la realidad misma, eso es una falsedad.
Todo lo que podamos nombrar, describir, objetivar, es
falso, porque lo real no es así. Lo real de lo que damos por real
no es a la medida de ningún animal terrestre, y nosotros, en
definitiva, somos animales terrestres.
La verdad no es ni un nombre, ni una objetivación, ni
una descripción; la verdad es una pura cualidad. No es una
cualidad en relación a nosotros, es una cualidad pura, una
cualidad no relativa a nosotros, es una cualidad absoluta.
La DA de lo real no es nada acotable ni representable, es
una pura noticia cualitativa. Es una noticia mental-sensitiva de
Eso de ahí, como fuente de todo lo que damos por real, como
realidad de la realidad. Es una noticia no formulable, pero una
noticia real y operativa en todo nuestro vivir como animales
flexibles en relación al medio.
La verdad es la noticia que tenemos anterior a toda
modelación, no como anterioridad temporal, y como
fundamento y base de toda modelación. La verdad es el
soporte inmodelable de toda modelación. El soporte
innombrable de toda modelación no puede ser más que
cualitativo.
150
Aquí llamamos “cualidad pura” a una noticia mental-sensitiva
cierta e incuestionable a nivel operativo de nuestro vivir. Esa
noticia está siempre ahí a nivel inconsciente, pero no
siempre a nivel consciente. Las religiones y las grandes
tradiciones espirituales apuntaron a esa dimensión de nuestro
existir y la subieron a nivel consciente mediante
representaciones simbólicas, sea a través de imágenes o sea a
través de formaciones conceptuales usadas como símbolos, sin
pretensión de escribir lo indescribible.
152
Así se presenta la DA: cualidad pura en cualidades
concretas. Las cualidades concretas son sólo formas de la
cualidad pura; son formas de ella y guías a ella.
Quien comprende, ve las cualidades concretas de las
realidades y se adentra en ellas, con toda la mente y todo el
corazón. Esas cualidades concretas de las realidades se
desfondan de toda realidad y en su hondura abren unas puertas
que dan a la cualidad pura.
Las cualidades concretas de las cosas, cuando nos
volvemos plenamente a ellas, no por interés alguno sino por
ellas mismas, se transmutan de cualidades concretas a
abismos concretos que arrastran a lo que es su fondo y
fundamento: el gran abismo de la cualidad pura.
La cualidad pura es el gran abismo que toda cualidad
concreta tiene en su seno, como el agujero negro de las galaxias.
Quien ame, no por interés propio sino porque sí, en lo que
ama brillará para él la cualidad concreta de lo amado con un
gran brillo, porque tiene en el centro de su seno el agujero
negro de la pura cualidad.
Ese abismo tragará todo su ser, de forma que el engullido ya
no tiene otro ser, ni otra identidad que no sea el abismo sin
fondo de la pura cualidad.
153
La cualidad pura arrastra desde el corazón de cada
cualidad concreta a una cualidad que disuelve las fronteras
mismas de la cualidad concreta en la que se presenta y la
sumerge en la no realidad propia, en la no identidad propia, en
la nada y en el nadie de la pura cualidad.
Que un humano se despierte a la DA, se identifique con
ella, comporta:
-volverse con toda la mente y todo el corazón a todo lo
que tenga carga axiológica, a todo lo que tenga una cualidad
concreta;
-ir a esa realidad con interés por ella, sin ocuparse de sí
mismo;
-dejarse arrastrar por la cualidad de eso concreto para ir a
su mismo centro;
-quien se deja arrastrar o rema para alcanzar el hondo
centro de todas las realidades, ese pierde su pretendido ser, su
identidad y su individualidad.
Mientras es arrastrado al centro de las cosas, comprende y
siente que su ser, que su cualidad, que su identidad, no es “otra”
respecto a la pura cualidad. La pura cualidad sorbe todo lo que
se había tenido por realidad, y todo se pierde en ese camino
hasta llegarse a saber y sentir como “no otro” de esa pura
cualidad y a esa pura cualidad como “no otra” de su ser.
Así, quien despierta a la DA, pareciendo que conserva sus
límites en el espacio-tiempo y en el ser que le constituye como
cualidad concreta, como identidad, como individualidad, lo
pierde todo hasta el punto de ser no siendo nada de eso, siendo
únicamente la pura cualidad misma.
Llamamos cualidades concretas a las realidades que llegan a
la mente y pueden llegar al corazón porque tienen carga
axiológica, valor. Cada una de esas realidades parece tener
límites en el espacio- tiempo, parece tener identidad,
individualidad, parece ser algo o alguien, pero a la que se
supera su superficie y se intenta bajar a su hondura, se pierde
154
todo y se transforma en un profundo abismo,
155
que disolviendo esas categorías, las conserva en su apariencia
para que se pueda jugar el juego de la vida. No siendo, son; son no
siendo.
Quien reside en la cualidad pura, se aleja
definitivamente del nacer y del morir, del ser y el no ser, del
eternalismo y de la aniquilación.
Ese lugar, que no es un lugar, es la residencia de la paz, de
la reconciliación con todo, de la aceptación, de la plenitud, de la
nada, de la hondura, de la comunión con todo, del amor y del
servicio a todo.
158
grupo a grupo. Sin embargo, en época de cambios del sistema
de sobrevivencia, la urgencia de tener que vivir y actuar
según las nuevas condiciones de sobrevivir puede resultar
una ayuda muy poderosa.
Sólo lo que se arranca de lo concreto puede ser instrumento
de imposición. Un PAC formulado puede utilizarse como
instrumento de imposición, pero sería una tarea ardua e inútil,
porque las certezas axiológicas no pueden nunca ser
heterónomas; el convencimiento eficaz de un cuadro de valores
no puede apoyarse en la voluntad o en el convencimiento de
otro, tiene que fundamentarse en el propio convencimiento, en
el propio sentir.
Como consecuencia debemos comprender que la CH no
se puede imponer, menos aún la CHP, tienen que adoptarse
libremente. El sentir de lo cualitativo y, por tanto, también de lo
axiológico sólo puede realizarse libremente.
En sociedades articuladas por medio de la sumisión y la
coerción, que los PAC, que los sistemas axiológicos fueran
sentidos o no, tenía importancia, pero no era imprescindible. Las
sociedades podían funcionar sin que sus miembros vivieran la
certeza de su PAC.
En sociedades que sobreviven por medio de la continua
innovación y creación en equipo, no se puede usar la sumisión y
la coerción para la formación y buen funcionamiento de los
equipos. Los equipos tienen que aceptar sus PACs por
convencimiento, libremente, porque los sienten.
Una sociedad cuyo éxito y cuya sobrevivencia depende de
la CH y de la CHP, deberá tener muy en cuenta todas estas
cuestiones.
Las sociedades de conocimiento tendrán que ser
sociedades de adhesión libre al PAC que se propone. Eso
significa que el PAC tiene que articularse para convencer,
consciente de que no tiene a mano ningún otro procedimiento.
159
Ninguna certeza axiológica es heterónoma
Las certezas axiológicas tienen que ser siempre fruto del
convencimiento libre.
Todas las certezas axiológicas, incluso las correspondientes
al ámbito de la DR no pueden ser heterónomas, porque toda
certeza axiológica es un convencimiento personal e íntimo.
Las certezas axiológicas pueden ser personales o
compartidas, pero el hecho de compartirlas no es el
fundamento de las certezas. Una certeza cuya fuerza se apoyara
en el hecho de que es compartida, sería sumamente frágil.
Se pueden imponer valores, pero no se pueden imponer
certezas sobre valores, certezas axiológicas. Durante la historia
de nuestra especie, las certezas axiológicas, que equivale a
decir los sistemas colectivos de valores, se han difundido por
socialización de los nuevos miembros del colectivo, por
ejemplo los niños. La socialización es integración en el PAC
del colectivo. Los niños, nacen, son educados y criados en
una actuación según el PAC vigente.
Otro modo de difusión, sobre todo cuando se trata de
procesos de cambio de PAC, como sería el caso de la aparición
de una nueva religión, el cristianismo o el islam, o una
modificación importante de la vieja religión, como ocurrió con
los protestantes; en esos casos los cambios pueden producirse
por la capacidad de seducción de la propuesta de los nuevos
PAC, con las certezas axiológicas que postulan, o bien por
imposición.
En los primeros momentos el nuevo PAC se extiende por
seducción; en momentos posteriores se extiende por
imposición forzosa. Cuando se trata de imposición forzosa, la
certeza axiológica no llega a arraigar en las personas.
Las primera o primeras generaciones se adhieren al nuevo
PAC o a la nueva religión forzados o por interés. Las
generaciones
160
posteriores ya nacerán y se desarrollarán en el nuevo PAC,
serán educados en él y terminarán adoptándolo libremente.
161
-los que pueden asentir a una certeza axiológica autónoma
y pueden beneficiarse,
-y los que no pueden hacerlo ni pueden beneficiarse, que
tendrán que conformase con una certeza axiológica impuesta.
En una sociedad donde esto ocurriera, los dos sectores de
la sociedad no harían más que crecer en el distanciamiento
inicial. Sería una situación incoherente para una SC que
propugna y exige una adhesión voluntaria al PAC que se
ofrece y, por tanto, unas certezas axiológicas autónomas y
libres, y simultáneamente, tener que ser autoritarias e
impositivas para un sector amplio de la sociedad.
Sería una situación incoherente, injusta y explosiva.
160
El PAC de las SC tiene que ser democrático en su
origen y en su término. Si se cuela algún aspecto no
democrático, en esa misma medida se dificultará la
adhesión voluntaria de todos los miembros del colectivo
y, con ello, se pondrá freno a la rápida tarea de
innovación y creación continua.
Si se pone freno al dinamismo de las organizaciones
creativas, se ponen obstáculos a la producción de nuevos
saberes y nuevos productos y servicios, y a la vez a los
beneficios económicos que les acompañan.
161
Tendríamos la siguiente serie:
162
Esa certeza de buen funcionamiento es un tipo de
verificación.
Los mitos y narraciones se usan para construir
interpretaciones y valoraciones relacionadas con concretos
modos de vida. Pero los mitos y las narraciones tienen otro
tipo de uso posible: no para interpretar y valorar la realidad,
sino para silenciar toda interpretación y valoración y escapar
así del acceso a la realidad que nos proporciona nuestra
modelación de la realidad mediante mitos y narraciones.
Ese silenciamiento de toda interpretación y valoración nos
proporciona un acceso gratuito a toda la realidad y, por tanto,
un acceso a la dimensión de la realidad no relativa a
nosotros, sino absoluta.
Ese acceso a lo real absoluto, que ha silenciado toda
modelación, genera también una certeza, pero una certeza de
lo que es libre de nuestras modelaciones y, por ello, sin forma.
Esa es la más alta categoría de certeza, la certeza de lo sin
forma.
Precisamente porque es sin forma no está sometida a cambios.
Cuando esa certeza está libre de todo tipo de formas
genera la visión. Visión es un término que se emplea para
indicar que la certeza sin forma llega a la sensibilidad.
“Visión” es captar y tener noticia clara de la DA de toda realidad,
es decir, tener noticia en mente y en sentir e incluso en los
sentidos, de que la realidad no son nuestras formulaciones sino
lo que está totalmente libre de toda modelación.
Esa certeza que conduce a la visión es la mayor verificación.
164
Las buenas teorías generan certeza científica, una certeza
que no cambiará hasta que no aumenten los conocimientos o
la información de nuevos datos.
Tendríamos el siguiente esquema:
165
Las realidades no son hijas de un proceso anterior a ellas en
el tiempo y que llega hasta ellas. Tienen el proceso que llega
hasta ellas dentro, como constitutivo de su ser.
Las realidades no tienen historia, son en su propia realidad
su historia.
Tampoco están situadas en un espacio con exclusión de
otros espacios, abarcan la totalidad de los espacios porque entre
ellas no hay ni individualidades ni fronteras.
Nosotros somos los que acotando las realidades, la
individualizamos y las situamos en el tiempo-espacio.
Las realidades en sí mismas no tienen fronteras. Todo
comunica con todo y todo depende de todo.
Eso real es una no-dualidad llena de diversidad. Vemos que
no hay dualidad sin diversidad, ni diversidad sin no-dualidad.
Las fronteras las ponemos nosotros, porque nuestras
necesidades precisan acotar las realidades y poner fronteras.
Esas fronteras no son de las realidades mismas.
Las realidades no son unas respecto de otras. Nada es otro
de otro.
Todas las realidades dependen de todas. Nada es
independiente de todo.
Si nada es otro de otro, en realidad no existe ningún otro.
Hay diversidad sin que haya pluralidad. La pluralidad
requiere fronteras, la diversidad no.
Tampoco son todas las realidades una unidad, porque
donde no hay pluralidad no tiene sentido hablar de unidad.
No hay realidades que son frente a otras que no son. Ni
realidades que son frente a otras que son también. Ese es un
lenguaje dual que no se puede aplicar a lo que es no-dual.
166
Del ser propio de las realidades no se puede decir que sea
o que no sea. Es, pero al carecer de fronteras, en realidad no es.
No es porque carece de fronteras, y por tanto de
individualidad, pero no es la nada.
Todas las realidades en su ser propio son un abismo.
Cada realidad es un abismo; pero no son una infinidad de
abismos, todos son un único y mismo abismo.
Toda realidad es todas las realidades, y todas las realidades
no forman una pluralidad.
No hay ser propio para una realidad que se diga otro, de otra.
No hay dimensión relativa y dimensión absoluta de las
realidades. Son una única dimensión que no es relativa a nada.
Lo que no es relativo a nada es propiamente
incognoscible, innombrable.
Como toda realidad, en su ser propio, no es relativa a
nada porque carece de fronteras, toda realidad es innombrable.
Eso es lo que hay, fuera de “Eso”, nada. Pero de “Eso” no se
puede decir que sea o que no sea.
Ninguna realidad es cognoscible en su propio ser, sólo es
cognoscible en cuanto, por nuestra acotación, ejerce una
función en DR.
Todo son formas del sin-forma.
Toda individualidad es de “Eso” y “Eso” carece de individualidad
porque carece de fronteras, y lo que carece de fronteras no
tiene individualidad.
Lo que sobrepasa la comprensión, sobrepasa la expresión.
Nuestra propia realidad es sin fronteras, sin
individuaciones,
sin nombre, incognoscible. Es diversidad sin fronteras ni
pluralidad,
carente de dualidades, sin que eso suponga uniformidad.
167
La realidad es radicalmente incognoscible, pero de ella
tenemos una noticia clara.
A nosotros, vivientes necesitados, se nos muestra con
infinidad de caras, pero es un solo rostro.
En cada una de esas caras nos muestra la doble dimensión,
DR y DA. Pero no es ni DR, ni DA.
Parece ser una y múltiple, pero no es una, ni es múltiple.
168
Los grandes maestros religiosos y de las tradiciones
espirituales de la humanidad, también tienen errores
169
se transforma en metáfora que puede funcionar y convertirse
en paradigma desde el que se organiza la totalidad de la vida del
grupo de que se trate.
Los maestros espirituales no pueden alterar los ejes del
paradigma porque pondrían en riesgo de muerte al colectivo.
Pueden corregir el uso que se hace del paradigma, pueden
proponer otro desarrollo del paradigma, pero no pueden salirse
de él. No lo pueden hacer ni aunque quisieran, porque los
fundamentos del PAC que les hace vivientes viables, les
constituye en su ser cultural, individual y simbiótico.
Cuando se produce una transformación profunda del PAC
colectivo, como es el caso del paso de las sociedades
preindustriales a las industriales y a las sociedades de
conocimiento, se puede reconocer con facilidad que los
maestros se apoyaban, sostenían y defendían cuestiones que
eran adecuadas al PAC de su tiempo, del que no podían
escapar, pero que podían resultar un grave error en otro modo
de sobrevivencia y otro PAC radicalmente distinto.
Pondremos algunos ejemplos más para aclarar lo que
queremos decir, por su trascendencia.
Buda, en los escritos que nos han llegado de sus
seguidores, parece que creía en la reencarnación, una creencia
universal de la India de su tiempo, aunque desde lo que él
enseñaba, el Anatman, no tenía ningún sentido. Moisés lanzó
a las tribus de Israel a la conquista de Canaán para que
exterminaran o sometieran a sus legítimos habitantes. Jesús
creyó y predicó la intervención inmediata de Iahvé, en la
historia humana, el fin del mundo. Esa creencia de Jesús
causó no pocos quebraderos de cabeza a las primeras
comunidades cristianas. Mahoma predicó la guerra santa
contra los que atacaran a la comunidad musulmana y contra los
que no aceptaran, conociéndola, la revelación de Alá. Todavía
estamos sufriendo los inconvenientes de esa doctrina.
Moisés, Jesús y Mahoma dieron pie a que sus seguidores
pensaran que la revelación de Dios que cada uno de ellos
170
transmitía era la final y definitiva.
171
Esta pretensión de las grandes religiones ha llenado de
guerras crueles casi toda la historia humana. Incluso cuando las
guerras no eran estrictamente religiosas, las religiones diferentes
las justificaban y legitimaban. Todo eso, todavía ocurre en
nuestros días.
Estas consideraciones no van en desprestigio de los
grandes maestros, sino que nos fuerza a distinguir con toda
claridad lo que es su enseñanza, de lo que son las inevitables
dependencias del PAC de su época, de las creencias, supuestos
indiscutidos y la cultura de su época.
Si somos incapaces de hacer esta distinción, las
religiones y tradiciones espirituales continuarán siendo fuente
de conflictos y enfrentamientos y, lo que es más grave, nos
imposibilitaremos para heredar en toda su profundidad, sin
reticencias y sin fanatismos, las enseñanzas de los grandes.
Reconocer los errores de los maestros, desde el punto de
vista, también inevitable, de nuestros propios PACs, resulta ser
una gran ayuda a la CHP de nuestros colectivos de las SC y
honor a los grandes maestros.
Ellos hicieron lo que hicieron a pesar de la armadura
que les imponía la cultura de su tiempo. Nosotros tenemos
que hacernos capaces, individual y colectivamente, de
reconocer los condicionamientos con los que operaron. Sólo
haciéndolo podremos apreciar su auténtica grandeza.
Los grandes, con su mente, su corazón y su acción,
desbordaron sus propios condicionamientos, sus propios PACs,
sin poderse salir de ellos. Fueron hombres, con todo lo que
supone ser un humano.
Distinguiendo lo que era el PAC que les constituía en su
condición de humanos, de lo que era su mensaje de
sabiduría, hacemos honor a su grandeza y posibilitamos que su
mensaje pueda traspasar todas las fronteras de los PACs sin
daño ninguno para su legado de sabiduría.
170
Reflexiones sobre la muerte
El doble acceso a lo real que provoca nuestra condición
de vivientes constituidos como tales vivientes por el habla, nos
da un doble acceso al fenómeno de la muerte.
La muerte aniquila la individualidad y muestra, desde
nuestro doble acceso a lo real, que es una aflicción y una ficción.
La individualidad es un supuesto necesario para todo
viviente.
Es solo un supuesto, pero es un supuesto sumamente
exigente.
Es sólo un supuesto pero es el fundamento de los deseos, de
los temores, de los recuerdos, de las expectativas y de las
ambiciones.
171
Para quien ve la DA de lo real, la muerte es:
-El fin del paseo por la individualidad;
-El abandono definitivo del personaje;
-El descanso definitivo de las rutinas de la vida;
-La puerta abierta
¿a qué?
-a lo que era antes de nacer;
-a lo que siempre he sido sin advertirlo;
-a lo que es mi verdadera realidad, mi verdadera
entidad;
-es la liberación de toda dualidad;
-es volver a gustar las aguas de la fuente;
-es la eliminación de fronteras;
-es el reencuentro.
La muerte en las SC
En un trabajo anterior hemos visto que las SC con su
crecimiento e innovación continua en ciencias y tecnologías
en una creación progresivamente más acelerada, no pueden
continuar con el planteo de explotación de la naturaleza, de
los recursos y de los colectivos humanos. Iríamos, y estamos
yendo ya, a la más grave extinción de las especies viviente; a
dañar irreversiblemente el medio; a una diferencia, cada vez
más insostenibles, económica
y cultural entre países, secciones de la tierra, grupos sociales
en las mismas sociedades. Todo esto ya se está mostrando
como una peligrosísima bomba de relojería.
172
No podemos continuar utilizando el crecimiento de las
tecnociencias, con todas las consecuencias que comportan,
para explotación, cada vez más potente, en beneficio de
unos pocos colectivos humanos de la tierra. No nos queda otra
opción razonable, viable y que no termine con la habitabilidad
de planeta, que utilizar esa acelerada marcha de nuestros
saberes tecnocientíficos para la calidad, para la felicidad de
los habitantes de la tierra, tanto humanos como no humanos,
y para convertir la tierra entera en un jardín.
A nuestro juicio no hay otra salida razonable que no
comporte un suicidio.
173
El planteo del problema
Hay que abordar y dar una solución al problema de la muerte
en las SC. Todas las tradiciones de la humanidad han dado a la
muerte una interpretación que la mitigue, que la haga
asumible sin gran angustia, que no haga de la muerte un final
abrupto en el abismo negro de la no existencia.
En el pasado se ha hablado de la vida del espíritu después
de la muerte del cuerpo, del paso al reino de los espíritus, del
paso al reino de los antepasados, se ha hablado de la
resurrección de los muertos, de una muerte que sabiamente
asumida es en realidad una no muerte, de la reencarnación, de la
vida eterna, de la vida en Dios.
Los judíos y los griegos de la Grecia clásica hablaban del
reino de los muertos como un reino oscuro de sombras. Pero
los griegos terminaron por adoptar los mitos y ritos de muerte
y resurrección de los misterios helenos, y muchos judíos
aceptaron la resurrección de los muertos.
Esas referencias a mundos de ultratumba no era un
autoengaño colectivo, era una interpretación de la vida que
veía en la muerte no a una enemiga sino su contracara
necesaria. La muerte teñía toda la vida y haciéndolo mostraba
que la vida era tan perecedera como las hierbas del campo; y la
vida teñía a la muerte como un traspaso a otro nivel, no como
un final trágico en la nada.
La vida y la muerte no son dos asuntos simplemente
contrapuestos, son una unidad, son una sola realidad con dos
caras. La vida necesita de la muerte para sentirse siempre
fresca y nueva; la muerte sirve así a la vitalidad perpetua de la
vida.
175
Sin embargo, para quien comprende, nada arrebata la
muerte.
La muerte no puede con lo que yo era antes de nacer. No
es capaz de barrer la DA de lo real, de la que todo lo que
existe son formas pasajeras, como olas breves del mar, de un mar
y que sólo es mar, sin nada añadido.
La DA es “Eso” que era antes de nacer, y que fui, aunque no los
supe, mientras existía, y a lo que volveré después de la muerte.
¿Qué es eso que era antes de nacer, que fui nacido y que
seré muerto?
Algo imposible de conocer, indecible como un abismo,
porque es un abismo. Cada ser no es lo que parece ser, sino un
abismo que escapa a toda representación y conceptualización
humana.
Si reflexionamos, comprenderemos que nadie ha venido a
este mundo; todas nuestras facultades son de este mundo. No
somos “otro” de este mundo, ni el mundo es “otro” de nosotros.
Para vivir y poder depredar hemos de suponernos ser
alguien, en un medio del que se vive. Pensamos que nosotros
somos “uno” y el medio “otro”. Pero ese supuesto, necesario, es
falso: somos formas breves de “Eso”. Formas que no añaden nada a
la DA que es todo.
177
para nosotros, siempre será una interpretación y una
construcción. Será una descripción, pero sólo desde nuestros
modelos de construcción.
La fuente de la inmensidad de los mundos son los
mismos mundos, no un Dios, ni otro mundo, ni nada “otro” de
todo esto.
Esa inmensidad, ciñéndonos a los datos, es como mente,
como conciencia, como inteligente, como providente y
calculador, pero sólo “como” porque ninguno de esos conceptos
se le pueden aplicar rigurosamente, sólo valen como
apuntamientos. Nada se puede predicar de ella porque está
fuera de la posibilidad de modelación; es el vacío de toda
nuestra posibilidad de acotación, categorización.
Con respecto a la DA de lo real tenemos noticias que son
como datos, pero no podemos convertirlas en datos
conceptualizables.
179
Se presenta siempre en un tiempo y en un espacio, pero
no se sitúa en ellos para emitir su noticia. No hace referencia
a una situación espacio-temporal que deba desencadenar una
operación.
Podríamos decir que la DA desde un tiempo-espacio arranca
del tiempo-espacio. La DA puede presentarse en una flor de
calabaza; esa flor se da en un tiempo-espacio, en la época de la
floración de las calabazas, desde la esquina del campo en
que está plantada. Desde esa situación, la flor de la calabaza
puede emitir dos tipos diferentes de noticias: que está ahí y se
puede rebozar con harina para freírla y comerla, esa es su DR, y
que está frente a mí con toda su delicadeza, su belleza su
complejidad. Me habla de los abismos de espacio-tiempo que
le llevaron a ser como es, del abismo del misterio de su
propio ser, esa es su DA.
La DA se expresa desde un tiempo-espacio concreto,
pero se sale de esa situación ordenada a nuestra vida
cotidiana y a la sobrevivencia. Al hacerlo remarca su
gratuidad. Se presenta como una cualidad pura, sin pretensión
alguna.
En el arte ocurre un fenómeno semejante, pero más
acentuado. Un cuadro, una sinfonía enmarcan sus obras en un
espacio delimitado, con movimiento en su propio interior, y
por tanto, con un tiempo en su composición.
Pero ese espacio-tiempo del cuadro o de la sinfonía se
escapa del espacio-tiempo de nuestra cotidianidad y sus
finalidades de sobrevivencia.
Es un espacio-tiempo diferente, sin ninguna pretensión
práctica. No es útil, es puramente cualitativo. La cualidad es la
que expresa el cuadro o la sinfonía.
Según estas consideraciones, quien realiza la DA, la CHP,
aunque esté situado en un lugar de la tierra y en un tiempo
determinado, se sale de ese espacio-tiempo cuantitativo para
situarse en un espacio- tiempo puramente cualitativo.
180
Quien comprende y vive que su auténtica realidad es la
DA, quien realiza su identificación con ella, la DA le saca del
espacio- tiempo de la sobrevivencia y la depredación y le sitúa
en un ámbito puramente cualitativo, gratuito, más intensamente
cualitativo que en el caso del arte.
Quien reside en esa intensidad cualitativa se sale del
tiempo- espacio y, por ello, se hace ajeno al nacer y al morir.
Los grandes maestros de la DA y de la CHP, ni mueren
ni permanecen eternamente. No tiene sentido preguntarse si
el Buda sobrevivió a su muerte. Así lo piensan los grandes
budistas. Otros grandes maestros si mueren resucitan; esa
es una manera simbólica de expresar la misma idea, pero
en una sociedad agraria. Afirmar que esos maestros cuando
mueren están en Dios, es otra forma de expresar la misma idea.
Decir que los que despiertan a la DA viven eternamente
es intentar expresar, con las categorías del tiempo, lo que se
sale del tiempo. Decir que están en el paraíso, en el cielo, es
expresar lo que se sale del espacio con categorías de espacio.
La pura cualidad se sitúa fuera del tiempo-espacio y fuera
del nacer y morir.
Porque están fuera del tiempo-espacio quedan fuera de la
individualidad, porque la individualidad necesita situarse en
un tiempo-espacio. Por tanto, quien realiza la DA está fuera del
tiempo- espacio, fuera de la individuación y es pura cualidad.
Habrá que sustituir las expresiones que hablan de
eternidad y paraíso, por la cualidad intensa, sin tiempo ni
espacio, sin aniquilación, sin eternidad y sin individuación.
180
-Hay también el espacio-tiempo 2 que es de las artes y el
de experiencias más o menos puntuales de la DA. Ese es un
tiempo separado de nuestra cotidianidad y sus legalidades de
sobrevivencia.
El espacio-tiempo 1 es cuantitativo, el espacio-tiempo 2
es cualitativo.
La identidad con la DA saca de toda referencia espacio-
temporal. Es un estado puramente cualitativo.
181
La individualidad es un hatillo amarrado por el yo. La
estructura del ego es un conjunto de deseos, temores y
expectativas heredadas de nuestros padres y primeros
educadores.
4º. Haciéndoles comprender que el cuerpo es sólo un
momento de la evolución de la vida, un eslabón de la cadena de las
generaciones, una ola del océano de lo que es.
La muerte
La vejez es el preludio de la muerte.
Nadie decide la muerte de las personas. Nuestro cuerpo
mismo está programado para aparecer, desplegarse por un
tiempo y desaparecer.
Nuestro propio programa biológico y, según el proyecto
personal que cada uno se construya, puede volver la mente y
el sentir parapléjicos, o dejarlos flexibles y sanos hasta el día
de la muerte.
Somos el breve aparecer y desaparecer de los mundos.
Por la muerte, los mundos mantienen las generaciones de
vivientes frescos y flexibles.
Cuando los cuerpos y las mentes se endurecen, la muerte
los toca, y a su toque se van.
La muerte, que es la servidora de la vida, está planeada por
la vida para su bien. Gracias a la muerte la inmensidad de los
mundos se dice continuamente de forma fresca, flexible y nueva,
desplegando día a día el magnífico y bello espectáculo de la
vida.
Quien no comprenda el papel regenerador de la muerte,
no comprende la vida.
Quien piensa que la vida es un milagro en el nacer y
una catástrofe al morir, no podrá conocer la vida.
183
La muerte no es un mensaje duro y cruel de la inmensidad,
es la proclama con potente trompeta que nada ni nadie puede
creerse que es, porque su realidad es, desde el día de su
nacimiento, no siendo, muriendo, apareciendo para desaparecer
en breve.
La muerte orienta nuestra mente y sentir al gran misterio de
la realidad, que se muestra en un fluir rápido y breve de la vida.
Nada ni nadie es en ninguna parte, si no es el fluir constante
de la vida gracias a la muerte.
Ese fluir acelerado del esplendor de la vida y la dureza de
la muerte dejan una proclama en los mundos: ¿qué es “Eso” que así
es?
Esa es una pregunta tan honda, que no tiene contestación.
La contestación es un silencio admirado, perplejo y lúcido de lo
que no acepta fórmulas.
Ni aniquilación, ni eternalismo
Como vivientes que somos, morimos, desaparecemos por
completo. Nuestra individualidad, nuestro ego, nuestros deseos,
temores, recuerdos y expectativas, nuestra personalidad
perecen sin que quede nada.
Como humanos con acceso a la doble dimensión de lo real,
la DR y la DA, desaparecemos en nuestra dimensión relativa.
No es una desaparición real, porque lo que nunca fue una
entidad en sí misma, no puede desaparecer.
Toda criatura, todo ser es sólo una forma efímera de la
DA. Ya hemos visto que el ser de la DR, de nuestra
individualidad con todo lo que la compone, no tiene otra
realidad que la DA de quien es forma, sin nada que nuestra
individualidad pueda añadir a la realidad de DA.
Todo viviente perece, desaparece como entidad, como
individualidad. Viven en su descendencia, pero eso que en
184
cierto
185
modo es una perduración de quien perece, no es ningún
consuelo para la individualidad que fenece.
Pero si reflexionamos que lo que muere no es “otra” realidad que
la DA misma, se comprende que la muerte no es un
aniquilamiento. La DA, que es la realidad de DR, de la
individualidad que perece, no muere ni le afecta en nada el
nacimiento o la muerte de la individualidad viviente.
Por consiguiente, si consideramos la individualidad
humana como una pura forma de DA, sin nada añadido por
parte de la individualidad humana, podemos comprender la
afirmación budista explícita, y las afirmaciones implícitas de
otras tradiciones religiosas y espirituales que dicen:
En la muerte del individuo no hay aniquilación, porque
toda su realidad es DA; pero tampoco hay eternalismo,
pervivencia del individuo que pasa por la muerte. Como
individualidad desaparece por completo, pero eso no equivale a
la aniquilación. Por tanto lo que debemos sostener es que no
hay aniquilación ni tampoco eternalismo; ni el viviente va a
parar a la negra nada, ni pervive en otro mundo, en otra
dimensión.
Para el individuo, su muerte es real, pero no va a parar a
la nada; tampoco pervive de ninguna forma imaginable, no
hay otra vida para el que muere. Sin embargo, puesto que la
realidad del individuo humano no tiene un ser propio, sino que
es la realidad de la DA, su desaparición no es una aniquilación.
La DA no está sometida a la muerte, porque es "Esa"
inmensidad, inobjetivable, inconcebible, porque no le podemos
marcar fronteras, límites que la individualicen. No es individuo y
lo que no es individuo ni nace ni muere.
Cuando morimos regresamos a nuestra propia fuente,
regresamos a nuestra auténtica realidad, porque
abandonamos el supuesto necesario de nuestra condición de
animal necesitado, de que somos alguien venido a este mundo.
186
La muerte despierta a que no somos nadie venido a este
mundo. Despierta a nadie, elimina un error que fue necesario
para vivir, pero quien estaba en el error ya no existe.
Cuando con la muerte despertamos de nuestra supuesta
individualidad, ya no hay nadie que despierte, ni nadie
despierta a nada.
Por consiguiente, el no al eternalismo es claro y patente: todo
lo que fue la individualidad del que muere, desaparece por
completo, sin residuo ninguno desde el que pueda decirse que
el que muere sobrevive. Pero no es una aniquilación porque todo
su ser es la DA y la DA no puede ser aniquilada, porque no cabe
ni en la categoría de ser, ni en la categoría de no ser. Pero nada
propio de lo que se tenía por una individualidad permanece,
todo desaparece.
Nuestra individualidad, nuestro ego, con su séquito de
deseos insaciables, sus temores siempre presentes, sus
recuerdos que se hunden en el pasado y sus expectativas que
no se cumplen y que cuando se cumplen defraudan; todo eso,
que Buda dice, y con razón, que es un mundo de dolor,
desaparece. ¡Bien ido sea!
¿Qué queda de esa amada individualidad, de ese siempre
servido yo? Queda lo que siempre fue y no se reconoció: la DA
de nuestro vivir, pero sin estar empañada por los velos del yo.
Eso es lo que permanece, eso es lo que nos permite afirmar, con
toda certeza, que no vamos a la aniquilación, a la negra nada.
Pero del yo, de la pretendida individualidad, no se salva nada,
todo perece.
Ese es el fundamento sobre el que podemos afirmar que no
hay vida eterna para el individuo, que no hay otra vida, que no
pervive ningún espíritu, ningún residuo que se cuele más allá de
la muerte.
¿Se funde, se disuelve la individualidad humana en la DA?
No, porque lo que no tenía más ser que ser forma de la DA
no tenía ser propio. Lo que no tiene ser propio no se puede
187
fundir en la DA.
188
Todas las formas que aparecen y desaparecen de la DA, no
tienen otro ser que la DA. Las formas requieren del tiempo-
espacio; la DA no tiene tiempo-espacio. En el tiempo-espacio
las formas nacen y mueren; donde no hay tiempo-espacio no
hay nacer ni morir.
No puede pensarse una DA anterior en el tiempo a DR,
aunque nosotros, desde el tiempo-espacio tengamos que
pensarlo así, porque la DA se presenta como fuente de DR. No
podemos olvidar que la DA no tiene tiempo-espacio, por
consiguiente no tiene sentido hablar de antes y después.
Lo que son puras formas de la DA no se puede pensar que
en un momento del tiempo nacen en la DA y desaparecen en
la DA. Las formas de la DA, sin tiempo-espacio, ni nacen en
la DA ni desaparecen en la DA.
La no existencia de tiempo-espacio no puede concebirse
como un ahora concentrado y perenne. Eso sería pensar el no
tiempo- espacio desde el tiempo-espacio. Donde no hay ni
pasado, ni futuro, tampoco hay presente. Donde no hay ni aquí ni
allá no es concebible un “ahora”.
Las cosas, las individualidades, como puras formas de la
DA hay que intentar comprenderlas fuera de las categorías de
tiempo- espacio y, por tanto, fuera de las categorías de nacer y
de morir.
La consecuencia es a la que ya hemos llegado varias veces:
las realidades todas, que no tienen otro ser que el de ser puras
formas de DA, son tan inconcebibles como la mismísima DA.
Cuando morimos nos sumimos en el abismo sin fondo
del misterio de la DA de la realidad, nos sumimos en nuestra
condición inconcebible.
Todo se lo lleva la muerte, aunque en realidad, nada
arrebata la muerte.
¿Qué traspasa la frontera de la muerte sin ser aniquilado?
189
Podríamos expresarlo así: lo que el individuo era antes
de nacer. Eso que era antes de nacer y que es después de
muerto, eso permanece, porque no es cosa alguna de la que
podamos decir que es algo o alguien.
Eso que el individuo era antes de nacer no es una
individualidad, es sin fronteras, no cabe en ninguna
categoría, tampoco en las de ser o no ser. Por estas razones
no conoce la muerte. Ese es el fundamento de la no-
aniquilación.
Por consiguiente, terminaremos como empezamos:
ni aniquilación, ni eternalismo.
190
Era bueno, muy bueno. Buen amigo, buen compañero.
Ha sido un modelo de comportamiento tanto para perros
como para humanos.
¡Estoy desolado por su pérdida!
Desde el no tiempo-espacio
ni él ha muerto, ni yo
moriré. En esa dimensión
de lo real, entre él y yo no
hay dualidad.
191
Si nuestra dimensión mortal
es pura forma de la dimensión
absoluta sin ningún añadido,
ahí está ya él, como forma de lo absoluto,
ahí estoy ya yo en esa otro dimensión de lo real.
190
Las antiguas tradiciones decían
que nos encontraríamos en
Dios.
Es la misma idea con conceptos religiosos y sin ellos.
No podemos concebir
una dimensión absoluta pura,
sólo sabemos de ella
desde el seno de la dimensión de lo
real que hoy es y mañana no aparece.
191
En esa dimensión relativa a
vivientes, la dimensión absoluta se
presenta como la fuente única.
No podemos pensar la realidad como una
suma de algo sutil sin espacio-tiempo
y algo grosero, material y perecedero.
192
Tenemos noticia de esa inmensidad
inconcebible para un cerebro
terrestre, y esa noticia es la que nos
permite
desarrollar nuestras ciencias del cosmos y de la vida.
Todo lo que percibimos son las puras
formas de presentarse de lo absoluto,
no otra cosa,
no una criatura material y perecedera.
Eso fue y es Quitxo
eso mismo soy yo.
193
Lo que he escrito no es una pura
especulación ni es un sueño de añoranza,
es sacar consecuencias
de la doble dimensión de lo real
y del dato de que la fuente de lo
perecedero es la dimensión absoluta.
No hay otra agua que esa.
No hay dualidad entre las dos dimensiones de lo real.
194
Reencuentro con mi perro muerto Quitxo
La doble dimensión de lo real, supone que las realidades
son a la vez espacio-temporales y no espacio-temporales.
Los humanos tenemos noticia de la dimensión absoluta
(DA) siempre en el plano accesible a nuestros sentidos, porque
la DA es cualidad pura y la cualidad sólo es accesible a la
sensibilidad.
Sin poder sensar no hay DA para nosotros. Cuando un ser,
mi perro, muere, desaparece de la dimensión espacio-
temporal y no puede ser sensado, ni puede verse en él la DA,
aunque esté en ella y sea ella.
Pero Quitxo, que aparecía en la dimensión espacio-
temporal y en la no espacio-temporal, en su realidad
verdadera, como pura forma de la DA, era no espacio temporal.
Todo lo que es pura forma de la DA, todos los seres como
formas de la DA, sin nada añadido, están fuera de la
dimensión espacio- temporal. Luego las formas, los seres de
la dimensión relativa a nuestras necesidades, en su ser propio,
la DA, están asentados en la dimensión no espacio-temporal.
Yo no veo a mi perro muerto, a pesar de que en su ser era
pura forma de la DA porque está fuera de la dimensión espacio-
temporal y no puedo sensarlo. Cuando yo, por mi muerte, me
salga de la dimensión espacio-temporal, como pura forma de
DA, aparecerá mi unidad con ella y con las formas salidas,
como yo, de la dimensión espacio-temporal.
Las formas de la DA, en su ser propio no están en el
espacio- temporal. La realidad de todas las formas de la
DA, todas las criaturas, en su ser propio no entran y salen
del tiempo-espacio, están siempre en el no espacio-tiempo.
Cuando muera me encontraré con mi perro, no con
un fantasma de ser, disuelto en la DA.
195
Todas las formas de la DA, son como la DA misma, son
sin espacio-tiempo.
196
Con la muerte las formas pierden su carácter de individualidade
s, o mejor, se muestra que nunca fueron entidades
autónomas, individuos. Lo que se tenía como un ser
desaparece. No hay una eternidad, un no perecer de las
individualidades en otro mundo. Lo que hay es una unidad
absoluta, la DA, con una gran diversidad. En esa diversidad no
hay otros seres que la DA que es tan inconcebible que ni se
puede predicar de ella que sea o que no sea.
Las criaturas, que fueron meras formas de la DA en el
tiempo- espacio, no pierden su condición cuando se salen del
tiempo-espacio. Esa salida, la muerte, hace patente que su
realidad verdadera no era la individualidad que se le atribuía,
sino el vacio completo de individualidad en el total vacío de
toda posible concepción de la DA.
Somos conscientes de que no hemos aclarado nada sobre la
DA, ni sobre el no tiempo-no espacio. Permanece todo
inconcebible, inimaginable.
Las reflexiones que hemos hecho a partir de la muerte de
mi perro Quitxo, nos han aproximado más al vacío completo de
todas las pretensiones de individualidad de los seres al vacío
completo de todas las formas, vacío que es el mismísimo vacío
de la DA.
Hemos intentado comprender que ese vaciamiento de
entidad propia de todas las formas, de todas las criaturas, no es
una pérdida sino una gran ganancia. Mi perro no perdió nada
con su muerte, ni yo tampoco con su desaparición; sólo
fue la ocasión para comprender mejor el misterio inagotable
de la vida y de la muerte.
197
La ciencia es obra de unos vivientes necesitados
constituidos por el habla
199
La lengua habla de las cosas del medio, pero puede
también hablar de sí misma. Este hablar de la lengua sobre sí
misma es un uso de la lengua de segundo grado. Es lo que
llamamos una metalengua. Con ayuda de la lengua manejamos
las relaciones con el medio y las relaciones entre humanos.
Con la ayuda de la lengua podemos construir una
metalengua que, como ya hemos visto, puede ser de cara a
recargar su contenido axiológico, y darían como resultado los
mitos, las religiones, las ideologías y los PACs, la poesía, o
para eliminar de sus estructuras semánticas todos los
componentes axiológicos, es decir, todo lo que hace referencia
al valor estimulativo de las cosas y personas y al valor de
respuesta subjetiva a esa estimulación.
Estas manipulaciones darían nacimiento a las lenguas
abstractas que se llaman abstractas no porque destilen la
forma de las realidades, como dirían los clásicos, sino porque
se abstrae de todo lo axiológico. Estas metalenguas
abstractas son las que crearían las ciencias.
Racionalidad sería, pues, el uso coherente y formal de
esas lenguas abstractas para investigar las realidades sin que
en esa investigación se inmiscuya ni lo subjetivo (los
deseos, temores, recuerdos y proyectos peculiares de cada
individuo) ni lo axiológico entendiendo por tal todo lo referente
a lo estimulativo de la realidad y lo referente a la respuesta a esa
estimulación.
Las ciencias construyen metalenguas para tratar desde
ellas el comportamiento de las realidades y conocerlas mejor.
Esas metalenguas se depuran más y más de posibles restos
axiológicos y, refinado su carácter abstracto, construyen
modelos desde los que aproximarse a lo que nos rodea y con
esa modelación investigar su comportamiento para así penetrar
más en su propia estructura; estructura que nunca escapará de
nuestra modelación y que, por consiguiente, no tendrá valores
de epistemología mítica, es decir, de descripción de la realidad
tal cual es, aunque sea en una marcha de continua
200
aproximación.
201
El resultado de nuestras operaciones científicas no puede
ser nunca una descripción de la realidad como es en sí, ni
aproximada, porque siempre está hecha desde la dualidad de
sujeto y objetos, que es un a priori de interpretación de lo real
de todos los vivientes por su condición de necesitados. Siempre
son construcciones de un viviente terrestre con una limitada
dotación cerebral, sensitiva y activa. Aunque las tecnologías
amplíen esas capacidades cerebrales, sensitivas y activas,
siempre estarán amarradas a esa dotación del viviente humano.
La inmensidad de lo que hay en todos sus niveles, tanto
del macrocosmos como del microcosmos, no están hechos
desde las medidas del cerebro y aparato sensitivo y activo
de un viviente terrestre y su condición de animal depredador.
Todo lo que las ciencias puedan descubrir es fruto de las
modelaciones que construyamos desde nuestras metalenguas
abstractas, desde nuestras capacidades cerebrales y sensitivo-
activas. Por más que nuestras tecnologías puedan ampliar
esas capacidades nunca se alejaran de su condición de ser
instrumentos adecuados al cerebro humano y a los sentidos
humanos. Toda pretensión de epistemología mítica como
descripción de lo real tal cual es, es imposible. Las ciencias
hacen descripciones, pero de lo que sus metalenguas y modelos
modelan.
Este tipo de funcionamiento de nuestro quehacer
lingüístico abstracto es lo que llamamos racionalidad.
200
Tampoco podemos olvidar que, precisamente porque son
obras del viviente humano, llevan en su seno el doble acceso a la
realidad. Las ciencias son a la vez gratuitas y utilitarias.
Tampoco debemos olvidar nunca esa doble cara de las ciencias.
Así como nuestro doble acceso a la realidad, en la
cotidianidad, es gratuita y por tanto absoluta y relacionada
con nuestras necesidades, así también le ocurre a las ciencias.
Para que nuestra naturaleza flexible sea verdaderamente
tal, el acceso a la DA, la gratuidad absoluta de lo real, tiene
que ser verdadera y radicalmente gratuita. Cuanto más
gratuito sea ese acceso, mayor flexibilidad y mayor capacidad
creativa en todos los campos. Si se pretende ligar esa noticia
de la DA a unas palabras, a unas formas, eso fija la DA y
fijando la DA fija también la DR, es decir, dañamos nuestra
flexibilidad. Esta es una experiencia clara en nuestro tiempo.
202
Las ciencias en lo más fundamental de su estructura
muestran que son construcción de unos vivientes. En su
prolongado y refinado trabajo de abstracción de todo lo
axiológico en su operar, no han abandonado la dualidad de
sujetos frente a objetos (S-O). Esa estructura dual es clara
proyección de la también fundamental estructura dual de todos
los vivientes (sujeto de necesidades-medio donde satisfacer esas
necesidades).
La diferenciación entre el observador y lo observado
supone mantener una actitud axiológica entre la superioridad del
observador respecto a lo observado, entre el modelador y lo
modelado. Para comprender justamente este resto axiológico
mantenido en las ciencias tenemos que aclarar que el sujeto
de la ciencia no es el constituido por un paquete de
deseos/temores, recuerdos y expectativas. El sujeto de las
ciencias es un simple operador, es un sujeto abstracto, pero a
pesar de ello es alguien frente a algo. Gracias a ese operador se
mantiene la dualidad del quehacer científico. Esa dualidad
sostiene una cierta actitud axiológica de dominio.
La purificación de todo lo axiológico, tanto en el sujeto como
en los objetos, puede sugerir objetividad, pero esa objetividad
nunca es completa porque el observador es siempre un
humano con un cerebro y unos sistemas sensitivos y activos
que la vida creó para un viviente necesitado en la tierra y los
creó fundamentalmente para sobrevivir, no para hacer ciencia.
Esta funcionalidad del cerebro y de todas nuestras facultades es
una limitación que, de alguna forma, deforma lo observado. El
modelador, modelando deforma.
Esta deformación que producen todos nuestros saberes es
lógica e inevitable porque el constructor de las ciencias es
un viviente que para sobrevivir tiene que dualizar, como
todos los restantes vivientes.
Si se hace ciencia y se la comprende desde una antropología
que sostiene que los humanos somos un compuesto de cuerpo y
espíritu, esta dificultad no surge, porque la ciencia es cosa del
203
espíritu y el espíritu no tiene porqué dualizar ni deformar.
204
Lo mismo ocurre si se considera que el hombre es un
compuesto de animal más racionalidad. Tampoco en este caso
surge dificultad ninguna porque se atribuyen a la racionalidad
los caracteres del espíritu. Por eso sostenemos que la razón de
esta antropología es el equivalente laico del espíritu.
La dificultad surge cuando se plantea una antropología
sin añadidos, como viviente constituido como tal por el
habla. Planteado el problema desde aquí, se comprende que
toda modelación humana, tanto la mítica como la científica,
deforman; y se comprende también que en la estructura dual
de la ciencia se conserva todavía un resto de axiologización
que asegura que las ciencias puedan retornar en beneficio de
los humanos.
205
Acompaña siempre al quehacer científico el interés
totalitario por la realidad, un interés gratuito, porque la
realidad es como es. La ciencia es hija del amor al saber por el
saber, no por las ventajas que se puedan seguir de él. Ese amor
al saber por el saber mismo es el motor de la gran ciencia.
Todo estos son aspectos de la DA incrustados en el seno de la
ciencia.
También la ciencia es el lugar donde brilla con más
esplendor la DA de toda realidad. Las ciencias provocan el
asombro, la admiración, el interés apasionado, la polarización
completa. Todos estos son también rasgos de la DA.
Pero la ciencia, porque conserva todavía la dualización y
porque sugiere un cierto dominio del saber humano sobre la
realidad, una relación de superioridad del sujeto (aunque sea un
mero operador), del modelador sobre lo modelado; porque
sugiere dominación, puede ser instrumentalizada y usada para
el mal de los humanos y de todas las criaturas. Es cierto que
esa instrumentalización y mal servicio de las ciencias hay que
atribuirlo más a las tecnologías que se derivan y acompañan a
las ciencias, que a las ciencias mismas.
Las ciencias no pueden dirigirse axiológicamente a sí
mismas, precisamente por el trabajo que realizaron de
abstracción de todo lo axiológico. Hemos escrito en otro
lugar que las ciencias, con relación a lo axiológico, se
asemejan a los eunucos con respecto a la procreación. Las
ciencias son eunucas para generar axiología. Precisamente por
ese carácter suyo abstracto pueden ser bien usadas o mal usadas,
dependiendo del cuerpo de valores desde donde se las maneje.
Podría decirse que la ambigüedad de las ciencias, cuanto a
buen uso o mal uso, pertenece a la periferia de las ciencias más
que a su esencia misma.
206
La creatividad tiene raíz axiológica
Siempre que se ejercita IDS interviene lo axiológico.
IDS es, en realidad, una actitud de indagación y valoración.
El interés verdadero por las realidades, sean del tipo que
sean, comporta una actitud que es una indagación y una
valoración. El distanciamiento de los propios intereses y
concepciones que exige el interés por las realidades, igual que
el silenciamiento de viejos patrones mentales y sensitivos, para
poderse acercar con corazón y mente limpias a lo que con el
interés se observa e indaga, es también fruto de una actitud
valorativa.
No hay creatividad ni intelectual, ni axiológica, ni práctica,
sin que se de la ejercitación de IDS. Cuanto más a fondo se
ejercite mayor será la posibilidad de creatividad.
209
Las organizaciones y las sociedades de conocimiento
deberán fomentar y cuidar el cultivo de IDS-ICS con el mismo
interés que se fomentan y cuidan el estudio de las ciencias y de
las tecnologías, o la convivencia ciudadana y entre países.
Sin una práctica individual de IDS-ICS, sin una
planificación y organización colectiva de su cultivo, las SC se
verán dañadas en su capacidad creativa y de innovación, tanto o
más que si olvidaran el aprendizaje y cultivo de las
tecnociencias.
Sin un cultivo sistemático individual y colectivo de IDS-
ICS y lo que comportan, las SC resultan ser, además, una
amenaza para la supervivencia de la especie, de todas las
especies vivientes y de la habitabilidad de la tierra. Y esta
amenaza no es remota, sino presente y ya poderosamente
operante.
La actitud axiológica que exige la práctica de IDS-ICS
es la cuestión más central y más importante para las
sociedades de conocimiento. Tanto para posibilitar la
creatividad continua en equipo, como para la supervivencia de
la vida en la tierra.
210
Todo lo que llamamos “organismo” no está compuesto de
partes, que supondrían fronteras entre las partes. Un
organismo es una unidad diversificada, en el que cada
diversidad depende de todas las demás diversidades.
Los animales no tenemos hígado, corazón, estómago,
esqueleto, cerebro, etc., sino que somos una completa unidad muy
diversificada, en la que todo depende de todo y en la que nada
puede prescindir de nada.
El proceso es una dinámica de cambio que no tiene una
teleología establecida, y en la que los cambios son el fruto de
las interacciones de todos los aspectos de la diversidad.
Nuestro organismo está en continuo proceso desde los
óvulos hasta el nacimiento y desde el nacimiento hasta la vejez y
la muerte. Las sociedades también están en continuo proceso,
desde las simples hasta las más complejas, desde las más
próximas a las más generales.
Tampoco se puede decir que las sociedades humanas
estén compuestas de individuos. Entre los individuos no hay las
divisiones fronterizas que espontáneamente pensaríamos.
Fisiológicamente, culturalmente, lingüísticamente,
económicamente, espiritualmente estamos todos entrelazados e
interdependientes profunda y sutilmente.
Tampoco entre los vivientes y el medio hay una frontera
clara. Todos los vivientes forman lo que hemos llamado un
organismo, una unidad diversificada con el medio. Sin el aire, el
agua, el sol, los frutos de la tierra y los animales nuestra vida no
es posible.
Igualmente el medio está formado y dependiente de
todas y cada una de las especies animales. Desde que
aparecieron los vivientes ha sido así y lo será hasta el final de
los tiempos. El medio ha dependido siempre de las
actuaciones humanas y mucho más desde la época industrial y
ahora mucho más hondamente desde las sociedades de
conocimiento.
211
Las sociedades humanas están en continuo proceso y la
unidad de humanos y el medio está en continuo proceso. Y esos
procesos se generan desde una unidad diversificada.
Desde el crecimiento acelerado de las ciencias y las técnicas
la interdependencia de humanidad y medio es más
patentemente una unidad diversificada. No somos nada ni
nadie venidos al medio; somos el medio, como el medio es
también nosotros.
Hay que corregir la idea que desde el individualismo se
genera del proceso en todos sus niveles, especialmente el
proceso “humanos-medio”.
El proceso “humanos-medio”, con las sociedades de
conocimiento está más que nunca en continuo y acelerado
proceso.
Ese proceso “humanos-medio” es de una importancia capital
para la vida en el planeta. Las sociedades humanas y el medio
están en una interdependencia mutua estrechísima.
La CH y la CHP forman una unidad con todo ese
conjunto. El proceso “humanos-medio” está en profunda
dependencia de esas cualidades, y esas cualidades en su existir
y en su modalidad depende de los procesos humanos y del
proceso de “humanos- medio”.
Dependemos del cielo y la tierra, del sol y la luna, de todo
el orden del cosmos.
Todo depende de todo, todo es como un macro
organismo en proceso, en el que cada diversidad depende de
todo el resto de diversidades, y en el que la unidad de todas las
diversidades depende de cada una de ellas.
El proceso no tiene otra dirección que la que resulta de
las interacciones e interdependencias de las diversidades. Nadie
ni nada desde fuera del proceso rige el proceso. El proceso
se rige desde dentro, en cada nivel, sin que nadie desde dentro
lo guíe.
212
La noción de “Dios” es ajena al funcionamiento y a la
comprensión de los procesos. Pero podemos distinguir entre
vivir los procesos desde su interior y como una diversidad más
de ellos, y considerar la DA de todos esos procesos y procesos
de procesos desde una gran unidad internamente muy
diversificada.
A esa DA no se puede llamar Dios, pero las redes
de interdependencias son tan sutiles y tan inteligentes, y
funcionan como si tuvieran un rector interno; los procesos no
tienen un fin establecido, pero están tan bien regidos que
parece que lo tuvieran.
Podemos, pues, afirmar que la perspectiva de la DA de
todo lo real, es como inteligente, como si condujera todos los
procesos, como si fuera un ser real. Pero todo eso son
nociones humanas aplicadas a lo que no pertenece a la
categoría de lo humano.
Sin embargo, esa DA no es “otra” de los procesos, y de su
totalidad; es otra mirada de lo mismo. Para nosotros los
humanos cada uno de los procesos y la gran unidad de todos
los procesos en interdependencia, tienen una doble
perspectiva, la relativa a nuestras necesidades, a nuestras
interdependencias, y la no relativa o DA que se refiere a todo
eso ahí.
El espacio-tiempo y el no espacio-tiempo en el
cosmos
Afirmamos que en el acceso a la doble dimensión de la
realidad, propia de nuestra especie, se da, simultáneamente,
una dimensión espacio-temporal en la DR y una dimensión
no espacio-temporal en DA. Y eso sin dualidad.
Estas categorías hay que aplicarlas también al cosmos. La
interpretación y vivenciación de la inmensidad del cosmos es,
quizás, uno de los ámbitos en que está más asentada y más
resistente la epistemología mítica. Se comprende que la
interpretación que hace la ciencia del cosmos evoluciona
rápidamente, pero resulta mucho más difícil aceptar que todas
esas interpretaciones, en rápida transformación, son
modelaciones humanas, no descripciones de lo real tal como es,
ni siquiera en sucesivas aproximaciones.
Se acepta que nuestra interpretación de la realidad del
cosmos es provisional porque es incompleta, pero se cree
que se va aproximando rápidamente a ser más y más
adecuada. Se piensa que lo que dice la astrofísica está
realmente ahí y no es una simple y
214
provisoria modelación de la realidad, como vivientes
terrestres y como científicos.
Desde esa resistencia de la actitud propia de la
epistemología mítica, resulta difícil plantear el problema del
tiempo-espacio en el cosmos.
Las ciencias cosmológicas sostienen que el tiempo-espacio
está presente en el mundo astronómico y como una dimensión
central en sus teorías. Como modelaciones que son, tienen que
ser tiempo- espaciales. Están construidas desde los habitantes
de la tierra que están situados en un tiempo-espacio. Contando
con el tiempo- espacio se construyen las teorías, los
instrumentos de observación, las naves espaciales, etc.
Todas nuestras construcciones teóricas y tecnológicas en
relación al espacio-tiempo pertenecen a nuestra DR de lo real y,
por tanto, tienen que ser temporales y espaciales.
La DA de nuestro acceso al cosmos es, por el contrario,
ni temporal ni espacial, como la DA de todas las
realidades. Las dimensiones del cosmos que no caben en
nuestra condición de animales terrestres, y no lo que todavía
nuestras ciencias ignoran, eso es la DA del cosmos. Esa
dimensión que no es concebible y que, por
desproporcionada a nuestras facultades de vivientes, es
razonable pensar que no lo será nunca, está fuera del espacio-
tiempo, precisamente porque no puede ser modelada.
Por tanto, nuestro acceso al cosmos, como el acceso a
cualquier otra realidad, tiene una DR situada en el tiempo-
espacio, y una DA no situada en el tiempo-espacio. El
cosmos, como toda realidad para los humanos es, a la vez,
tiempo-espacial y carente de esas categorías.
Estas reflexiones hacen evidente que hay que extender la
epistemología no mítica a nuestros saberes del cosmos.
212
Consecuencias del crecimiento espectacular de
los conocimientos cosmológicos
Hace no mucho tiempo sólo se conocía el sistema solar
y unas 4.000 o 5.000 estrellas que podían observarse a simple
vista o con pequeños telescopios. En poco tiempo, y a ritmo
cada vez más acelerado, se han podido observar centenares de
millones de galaxias, cada una con centenares de millones de
estrellas.
Ya se han podido observar exoplanetas y se supone con
fundamento que cada estrella tiene por lo menos un planeta.
Se supone que cada galaxia tiene en su centro un agujero negro.
Se han estudiado multitud de fenómenos astronómicos. Se
considera muy probable que en esa multitud de estrellas y
planetas haya vida en otros lugares. Y toda esa inmensidad no
es más que el 5% de lo que hay ahí fuera, el restante 95% es
materia y energía oscura que no se ha podido estudiar todavía.
Hablo sólo de lo que es de dominio público.
En el tiempo en que nacieron y se desarrollaron las
religiones y las tradiciones espirituales, los conocimientos
cósmicos se reducían al sol, a la luna y algunas estrellas fijas
pensadas como agujeros en la bóveda celeste.
En los últimos tiempos se ha producido una enorme
desproporción entre los mitos y creencias de las religiones y
los datos de la astronomía.
Podríamos decir que los mitos y creencias en las que se
expresaban las religiones eran como soluciones caseras, a la
medida de los habitantes de la tierra, pensada como centro
del universo. Los hombres como el centro de la tierra, y la tierra
como centro del universo. Una tierra pensada como inmensa y
en su mayor parte desconocida.
213
Los mitos hablan de Dios como entidad real trascendente
ontológicamente, hablan de su acción creadora de todos los
seres, de su Hijo que vino a la tierra desde ese ámbito
ontológicamente trascendente, para salvar de su pecado a los
humanos, para salvar sus almas y para conducirlos a otra
vida después de la muerte, resucitados en sus cuerpos y en su
individualidad.
Todas estas narraciones y las creencias que se apoyan en
ellas son interpretadas desde una epistemología mítica que
cree que describe esas realidades.
Los nuevos conocimientos astronómicos, que están en
continua revisión, que han crecido tan aceleradamente y que
continuarán haciéndolo, resultan tan deletéreos para esas
narraciones mitológicas, entendidas y vividas desde una EM,
como puedan serlo las sociedades de conocimiento de
innovación y cambio continuo en todos los niveles de nuestras
vidas.
La inmensidad de nuestro acceso al cosmos está modelada
por nuestros ojos ayudados por cada vez más potentes
telescopios y por nuestras ciencias construidas desde nuestra
condición de vivientes terrestres, desde sus sensores y desde su
cerebro.
Eso inmenso que hay ahí fuera no es a la medida de la
modelación de unos vivientes de este planeta, aunque estén
equipados con potentes ciencias e instrumentos.
Las trasformaciones de la interpretación del universo dañan a
las religiones que toman sus narraciones sagradas como
descripciones de lo real, pero en cambio dan nueva luz a las
afirmaciones centrales de los maestros del pasado.
La DA no es un mundo de trascendencia ontológica, es
la inmensidad de los mundos. La inmensidad de los mundos a
la que nos referimos no es nuestra modelación científica. Nos
referimos a lo no modelado de todas nuestras modelaciones, a
lo que es la fuente de las modelaciones.
214
En este ámbito, como en todos, es válida la diferencia
entre DR y DA. DR sería nuestra interpretación científica,
nuestra modelación del cosmos y DA sería la fuente de esa
modelación, lo no modelado, no porque nuestras ciencias
todavía no han llegado a estudiarlo, sino porque es el
trasfondo inobjetivable que permite que la interpretación del
universo de nuestras ciencias pueda continuar cambiando.
Si no tuviéramos también en el universo la doble dimensión
de nuestro acceso a la realidad, estaríamos fijados en una única
interpretación, como lo están los restantes animales.
Podríamos afirmar, como en todos los demás casos, que la
DA se modela a sí misma desde unos animales terrestres
flexibles frente al medio.
Eso no modelado no es algo con existencia cósmica, sino
puro efecto de nuestra estructura lingüística y su doble acceso
a lo real; es la consecuencia de la desproporción entre la
capacidad de acotar, objetivar y representar de un viviente
terrestre, y la realidad de la realidad. Lo que nuestro cerebro,
nuestros sensores pueden interpretar de esa inmensidad es a
nuestra medida, aunque esa medida esté ampliada por
nuestro instrumental científico y tecnológico.
Lo que podamos afirmar del cosmos nunca podrá alejarse
de la condición de asertos de un animal terrestre. Lo real no es
a esa medida, por más ampliada que esté. Siempre nuestro
conocimiento distingue, implícita o explícitamente, que una cosa
es la modelación que nosotros podamos hacer de lo real y otra
cosa es lo real mismo. Esta distinción, que también tiene que
darse en la astronomía, es la condición del crecimiento
continuo de la misma astronomía.
216
La dimensión absoluta en nuestra condición
de animales hablantes
217
La condición de nuestra flexibilidad, sin la cual no podría
darse, es tener una noticia de la DA como dimensión de lo real
sin forma, que sea verdaderamente noticia, como mínimo a
nivel operativo.
Si la DA tuviera forma, aunque fuera mínima, bloquearía
la flexibilidad. Para que se posibilite la flexibilidad de nuestra
especie en relación al medio, la DA debe ser noticia pero sin
forma alguna.
Este doble acceso a la realidad lo debemos a la estructura de
la lengua que traspasa el significado que las cosas tienen para
nuestra vida, de las cosas mismas a un soporte acústico. Así
logramos un doble acceso a lo real: el que es significativo
para nosotros como vivientes necesitados, y eso mismo de
ahí que es totalmente no relativo a nosotros, absoluto.
Eso absoluto es la inmensidad de los mundos, sin forma
alguna, porque toda forma proviene de la modelación que
proyecta la necesidad.
Como efecto de la doble dimensión de nuestro acceso a lo
real, se abre una gran puerta: la de la noticia de “Eso de ahí”, de la
inmensidad de los mundos sin forma.
Esa puerta es una noticia, clara como noticia, aunque
oscura porque es sin forma y radicalmente gratuita, y todo lo
que sea sin forma y totalmente gratuito, para nosotros,
vivientes necesitados, es enigmático, sutil y a la hora hablar de
ello, huidizo y paradójico.
Por esa DA se puede navegar; podemos adentrarnos en
esa dimensión, lo cual será muy bueno para que la DA pueda
cumplir su función biológica como fundamento de nuestra
flexibilidad.
Para adentrarse en esa noticia no se requiere que
adquiera formas religiosas, ni que cuadre dentro de sistemas de
creencias. Es una noticia que es un dato lo suficientemente
sólido para adentrarse en él.
218
Por la misma flexibilidad, nuestra especie puede vivir en
el medio de diversas maneras: como cazadores/recolectores,
como agricultores, como agricultores de riego, como
ganaderos, como industriales, como hombres de las sociedades
de conocimiento.
Cada una de esas formas de sobrevivencia tiene que
modelar la realidad de formas diferentes. Cada una de las
culturas hace una transformación de su mundo y de su
modo de vida que resulta equivalente a los cambios de
especie de los restantes animales.
Las sociedades preindustriales, que fueron estáticas,
construyeron sus PACs partiendo de las operaciones centrales
de su modo de supervivencia. Esas operaciones centrales de la
caza/ recolección, de la agricultura, etc. al pasar a la lengua se
convierten en metáforas que se pueden usar como paradigmas
para modelar la totalidad de las acciones que se tienen que
ejercer para sobrevivir. Ese sería su paradigma.
219
Según eso era atentado contra la sobrevivencia de la
sociedad, y delito frente a lo divino introducir novedades
importantes en los modos de vida. La religión, que se
identificaba con el PAC, era el medio de bloquear con gran
eficacia los cambios serios en los modos de vida.
Advirtamos que fijando el PAC se fijaba también el
acceso a la DA. Esto tendrá consecuencias graves. Cada
cambio de modo de vida supone un conflicto religioso. Y,
sobre todo, la aparición e implantación de las sociedades
industriales y, después, de las sociedades de conocimiento,
supondrán un grave conflicto con los PACs considerados
intocables por revelados y un grave conflicto con las
religiones.
Las sociedades estáticas, de PACs bloqueados por la
revelación, interpretaban sus PACs y sus religiones desde la
epistemología mítica, es decir, como descripciones sagradas e
intocables de lo real en todas sus dimensiones.
La epistemología mítica agravaba el conflicto y bloqueaba
la posibilidad de que los PACs religiosos de las sociedades
estáticas pudieran adaptarse a los nuevos modos de vida.
Resultaba que la interpretación y valoración de los PACs-
religión hacían de la realidad, de los modos de organización, a
todo nivel, de las formas de moralidad, etc. quedaban
sacralizados e intocables.
Así la religión se hizo incapaz de adaptarse a las nuevas
formas de vida, porque arrastraba consigo los PACs de
sociedades preindustriales. Pretendía imponer a las nuevas
formas de vida las interpretaciones, valoraciones, modos de
organización y de vida propio de sociedades que estaban o
desaparecidas o en vías de extinción.
La crisis mortal de las religiones estaba servida.
220
Las sociedades industriales y, sobre todo, las sociedades
de conocimiento se verán forzadas a rechazar la religión,
porque son sociedades de innovación y cambio continuo en todos
los parámetros de la vida y la religión pretende bloquear los
cambios y mantener a las sociedades de innovación dentro de
PACs bloqueadores de cambio.
Consecuentemente, las religiones son imposibles para las
sociedades de conocimiento. Si las sociedades de conocimiento
son como un destino inevitable para todos los pueblos de la
tierra, ha llegado a su fin la época de las religiones.
El fin de las religiones no daña para nada a la DA que
necesariamente continuará siendo una noticia
consciente o inconsciente pero siempre operativa. La
posibilidad de reconocimiento y de cultivo de la DA
continuará estando ahí. Lo único que cambia es que ya no se
podrá cultivar a la manera de las religiones.
Tendremos que construir otras formas de cultivarla.
Las religiones del pasado mueren como PACs-religión, y
mueren a la epistemología mítica, pero siguen ahí vivas como
depósitos de sabiduría, leídas y estudiadas desde una
epistemología no mítica, como grandes formaciones simbólicas
que apuntan a la DA.
223
También es prueba la constante existencia de las
religiones y espiritualidades. No tendrían ningún sentido si no
se tuviera notica de la DA de lo real. La gran fuerza de las
religiones y de los diversos tipos de espiritualidades, la
radicalidad de su atractivo para muchos sería inexplicable sin la
noticia de la DA.
Los grandes cambios culturales también son prueba de
que tenemos un doble acceso a lo real. Si no fuera sí
quedaríamos clavados en una única manera de vivir, como los
restantes animales.
225
Sin embargo esa peculiaridad no disminuye su cualidad de “dato”,
porque es verificado, en un grado u otro, por una gran cantidad
de personas de todas las culturas y todos los tiempos.
Ese dato siempre está presente, consciente y lúcido o
semiinconsciente, pero siempre, insistimos, operativo como
condición de posibilidad de numerosos fenómenos humanos
como los ya indicados. No podría ser de otra manera porque
la doble dimensión de nuestro acceso a la real es la
estructura específica humana.
Cobrar conciencia clara y lúcida de esa dimensión en el ser
de todo, es una posibilidad esencial de nuestra condición
humana de animales constituidos como tales por el habla.
Podríamos decir que es semejante a un destino para nuestra
especie, aunque la gran mayoría de los humanos no lleguen
nunca a poder realizar esa condición.
En esto nos ocurre a los humanos como a las plantas y a
los animales. Toda la infinidad de semillas arrojadas por
plantas, flores y árboles, para que germinen, sólo una entre
miles lo logra. Igual puede decirse de los animales; de los
miles de espermatozoides que se emiten en un coito animal o
humano sólo uno en cada caso fructificará en un nuevo ser.
Entre los humanos, de los miles de millones que somos, sólo
unos pocos, muy pocos, llegan a realizar clara y lúcidamente la
posibilidad estructural de la DA.
Nuestras facultades mentales y sensitivas no son nuestras,
porque no somos nadie venidos a este mundo, son de la
tierra, del cosmos, de este inmensidad entera. Desde esa
perspectiva, es nuestro destino como especie llegar a la clara y
explícita noticia de la DA de todo, de la misma manera que es el
destino de cada planta y animal reproducirse, aunque en la gran
siembra de la vida se den muy pocos casos de realización.
Sin embargo, en las SC el número de las personas que
deben llegar a la noticia explícita de la DA tiene que ser alto.
No jugamos únicamente con realizar o no una posibilidad
intrínseca de nuestra condición, sino que en ello nos va, en
226
las sociedades
227
de conocimiento, la supervivencia de la especie, de la vida de
las plantas y de la habitabilidad del planeta.
El lector perdonará que insistamos una y otra vez en que la
DA es un dato, por la importancia que este asunto tiene. Si
no fuera un dato, aunque axiológico y cualitativo, con lo que
eso supone, la SC no podría mantener abierta la posibilidad
de realización, en el grado que sea, de la DA, porque no
puede hacerlo desde la creencia, ni desde una antropología de
cuerpo y espíritu, ni desde una filosofía contemporánea de la
explosión y proliferación de las ciencias. Nuestra posibilidad de
CHP, que ya no es optativa para los grupos humanos, sería
imposible cuando más la necesitamos para poder gestionar
adecuadamente y en bien de los humanos y de la vida toda, el
crecimiento cada vez más acelerado de las ciencias y de las
técnicas.
En las sociedades de conocimientos hemos de poder realizar
la CH y la CHP y hemos de poder acceder a la DA sin
religiones, sin creencias y sin la posibilidad de leer desde una
epistemología mítica las grandes textos sagrados y los maestros
del pasado.
Para construir una SC de calidad, coherente y que no
amenace la vida, necesitamos comprender y reconocer que la
DA es un dato. También necesitamos reconocer como dato que
la DA es la fuente de todas nuestras modelaciones de lo real.
La DA es la fuente y a realidad honda de la DR y no a la
inversa.
229
Si todo son modelaciones de un viviente, no cosas dadas
ahí, no cabe la epistemología mítica. Los que son vivientes no
humanos, modelan también su mundo y en su modelación no
necesitan postular la DA. Para que se dé la posibilidad de la
DA tiene que tratarse de un viviente constituido por el habla.
Pero para la simple posibilidad de existencia de un
viviente hablante ya se requiere la DA, no como postulación,
sino como condición de posibilidad. No puede darse la
condición de hablante sin que se de un acceso bifurcado a la
realidad como DR y DA.
La única salida para que la DA sea un postulado sería que
nos situáramos en la epistemología mítica y en una
antropología de cuerpo + espíritu o de cuerpo + racionalidad.
Por consiguiente la DA no es un postulado sino un dato
condición de posibilidad.
Las artes, la ciencias, los cambios culturales radicales, las
religiones como fenómenos históricos, las espiritualidades, no
nacen de postular la DA sino de partir de ella como condición
de posibilidad imprescindible.
230
No hay palabras que estén más cerca de la DA que otras.
Todas las palabras sólo pueden apuntar a la DA, simbolizarla,
pero nada más. Las palabras pueden apuntar mejor o peor, en
dependencia de los contextos culturales.
La DA puede decirse en toda forma, y no está ligada a
ninguna. Ninguna forma está más cercana de la DA que otras.
Todas están a igual distancia. Todas son impotentes para
hablar de lo que es indecible.
Este hecho es la posibilidad de la diversidad de culturas y es
la posibilidad del verdadero ecumenismo.
El “empalabramiento” definitivo de la DA en una revelación es
un error, porque es una imposibilidad.
Quienes liguen la DA a una revelación definitiva (a
un empalabramiento exclusivo) cometen un error grave e
inoculan en la humanidad un terrible germen de discordia y
violencia.
En culturas pre-industriales, con EM, con patrón R y con
religiones funcionando como PAC, el error era prácticamente
inevitable, aunque no absolutamente inevitable. Unos pocos
sabios escaparon de la trampa.
Las palabras y la DA
Las palabras son libres en su relación a la DA, si se
intentan seriamente expresiones adecuadas y dignas.
En el mundo de la lengua, para aproximarse y apuntar
con acierto a la DA, no hay ningún posible criterio para
discernir unas palabras como mejores que otras.
Las palabras se construyeron y son aptas para hablar de lo
que modelan, de acuerdo con nuestras necesidades en un modo
concreto de sobrevivir. No se construyeron y no son aptas
para hablar de lo que, por su sutilidad para nuestra condición
animal, no podemos ni atrapar, ni concebir.
231
La inmensidad de lo que es, no cabe en nuestras
limitadas facultades de modelación de lo real que están
ordenadas a adaptarlo a la pequeñez de nuestras necesidades.
“Eso” no es a la medida de nuestro cerebro de animales
terrestres, de nuestras mentes y de nuestro sentir, porque
esas facultades están concebidos para que podamos reconocer
en el medio lo que nos puede mantener la vida.
Nuestras palabras no son adecuadas a lo que los sabios de
todos los tiempos se vieron forzados a llamarlo “lo inefable”, “lo
innombrable”, “lo sin nombre”, “lo sin forma”.
Todas nuestras palabras son impotentes y, porque lo son,
son libres en su relación a la DA.
La DA no puede tener conexión especial con ningunas palabras.
Tal es la desproporción.
En presencia de la noticia mental y sensitiva de la DA,
por oscura y débil que sea, se genera siempre una punta de
certeza diamantina de lo real de lo real.
Nuestra lengua puede utilizar términos para referirse a la
DA, que como símbolos o metáforas, hablen de origen, de
fontalidad, de paternidad, de antepasado, añadiéndoles una
calificación para
evitar la confusión con su sentido ordinario: le añaden “Padre
del cielo”, “Gran Antepasado”, le llaman “Dios” que es lo mismo que
luz, le llaman “Luz de lo alto”. O emplean nombres sin significado
concreto como “Ohm”, Brahman; o bien emplean una noción que
denota la incapacidad de todas nuestras palabras para
representarla, conceptualizarla, y le llaman “el Vacío”.
Estos términos, así peculiarizados, más la presencia de la
noticia de DA, se convierten en hábiles para apuntar, sugerir,
simbolizar lo innombrable. Esos términos no pueden nunca
designar aquello a lo que se refieren, porque la DA no es
objeto, ni nada concreto designable.
232
Esas palabras funcionan como símbolos, cuando por su
contexto, sea de texto o de circunstancias colectivas o
personales, se hacen transparentes de aquello a lo que aluden.
En esos casos es como si la DA se hiciera especialmente
presente en el símbolo. Es algo semejante a lo que ocurre con
la belleza y las otras artes: en el cuadro o en la pieza musical,
o en el poema, se hace presente la belleza.
En ningún caso las palabras disponen de criterio que
les permita sostener con verdad que unas determinadas
expresiones lingüísticas que pretenden expresar la DA son
mejores que otras para sugerirla, y menos para afirmar que son
exclusivas.
La DA es la dimensión gratuita y absoluta de toda
realidad; no habría, pues, razón para suponer que la DA
expresada por las palabras de un colectivo o de un pueblo
excluyan todas las otras, eso sería arbitrario y contra la
manera de ser de la DA y de las palabras. Ningunas palabras,
ninguna lengua es capaz de acotar la DA, y lo que no se
puede acotar, no se puede nombrar; ni la DA puede ceñirse en
exclusiva a ningunas palabras.
Por consiguiente, todas las palabras, de la lengua que sea,
son ineptas y libres para intentar aludir a la DA y la DA es libre
de todas las palabras humanas.
Siendo así las cosas, ¿por qué se ha producido el
fenómeno que unas palabras se considerasen como
revelación verdadera y exclusiva frente, a todas las otras
palabras posibles? ¿Cómo es que se ha generado el fenómeno
de la revelación, que una comunidad ha considerado como única
válida?
Eso ha ocurrido porque en las sociedades preindustriales
el PAC era a la vez el procedimiento de vivenciación y expresión
de la DA. El PAC para cohesionar y motivar al pueblo de las
sociedades estáticas era considerado como único válido,
exclusivo e intocable. El procedimiento que se usaba para
asegurar que no hubiera cambio, porque los cambios de
230
importancia podrían amenazar la sobrevivencia del grupo, era
afirma que era revelación divina. Y para asegurar que la
identidad de un grupo social no se diluyera
234
en otros grupos vecinos, que vivían de manera semejante,
había que sostener que únicamente el propio PAC era
revelación divina; cualquier otro PAC era error y pecado.
En sociedades como las de conocimiento, el PAC se vive
como pura construcción humana y no puede ser, a la vez,
vehículo de la vivenciación y expresión de la DA. La
consecuencia es que, por primera vez en la historia,
comprendemos con toda claridad que las palabras son libres
respecto a la DA y la DA es libre de toda posible sumisión
exclusiva a unas palabras determinadas.
Ningún PAC es revelación divina, ninguna religión es
exclusiva y única. Esto es lo correcto, una bendición para
las sociedades globalizadas y lo único coherente y posible
para las sociedades de conocimiento.
Este es el fundamento de un auténtico ecumenismo.
Podemos usar libremente todas las tradiciones religiosas y
espirituales de la humanidad. Todas son igualmente aptas e
igualmente ineptas.
Si nos queda algún criterio para discernir entre las
propuestas de apuntamiento y acceso a la DA en las sociedades
de conocimiento es el criterio que proporciona la CHP, nada
más, pero será suficiente para discriminar y rechazar, si es
necesario, las propuestas que no prendan fuego al ego
individual y colectivo o no orienten a la dimensión de la
realidad que es totalmente gratuita: la DA.
236
Mientras se interprete a los humanos como un compuesto
de espíritu y de materia o como un compuesto de animal y
racionalidad, no se comprenderá la trascendencia de nuestra
flexibilidad como animales frente al medio. Si somos espíritu
y razón la flexibilidad frente al medio no presenta problema.
Si somos animales constituidos como tales por el habla,
entonces es necesario dar cuenta de esa condición nuestra
exclusiva entre todos los vivientes.
La raíz de esa diferencia tiene que residir en nuestra
condición de hablantes y en la bifurcación que la lengua
provoca en nuestro acceso a la realidad. Más en concreto, la
raíz de esa diferencia con los restantes animales reside en la
posibilidad que crea la lengua de un acceso a todo lo que nos
rodea y a nosotros mismos, como una dimensión de lo real no
relativa a nuestras necesidades como vivientes, como una
dimensión que, porque no es relativa, podemos llamar absoluta.
De esta estructura de la condición humana hemos de sacar
la conclusión que cuanto más flexibles seamos, más humanos
somos. Ser más flexible depende del grado de conciencia y de
cultivo de nuestro acceso a la DA de lo real. Cuanto más
lúcido y profundo sea ese cultivo de la DA más libres somos
en relación al medio y nuestros modos de sobrevivencia.
La conciencia de la DA es reconocimiento de que la DR de
lo real es nuestra modelación, que esa modelación no es lo real
de lo real, sino que puede ser modificada cuando sea
conveniente.
Las sociedades de conocimiento son sociedades de
innovación y cambio continuo, por ello, han de ser las
sociedades más flexibles con relación al medio de todas las
que han existido, por lo cual tendrá que cultivar la DA de lo
real con más intensidad que las que les precedieron.
Hay que cobrar conciencia individual y colectiva que a
mayor cultivo de la DA, mayor flexibilidad, más capacidad
creativa y más adecuación a las nuevas sociedades. A menor
232
cultivo de la DA o de
233
una forma puramente operativa se seguirá coherentemente
menor flexibilidad, menor capacidad creativa y menor
adecuación a las nuevas sociedades.
El cultivo de la DA, además de las ventajas que comporta
en relación a la CH y a la CHP es, en las nuevas sociedades, un
factor de creatividad y, por tanto, de éxito.
En las sociedades preindustriales, que eran estáticas,
porque vivían durante milenios de hacer fundamentalmente lo
mismo, se tenía que refrenar esa flexibilidad en relación al
medio, incluyendo en el PAC la afirmación de que lo que
imponía el programa a través de mitos y narraciones era
herencia de antepasados sagrados o revelación de los dioses.
No se podía modificar sin caer en pecado y delito punible
religiosa y socialmente.
Esa comprensión suponía interpretar lo que decían los
mitos y narraciones como descripciones de lo real. La EM era
inseparable de esa interpretación del PAC. Consecuentemente
la CH y la CHP pasaban por la sumisión.
La noción de revelación o de herencia sagrada de los
antepasados es una confirmación de que la flexibilidad de
nuestra especie con relación al medio es una consecuencia de
nuestro acceso a la DA.
236
La tierra nos mantiene a nosotros y a todos los vivientes
como entre algodones.
Volviendo a hablar con lenguaje humano, podríamos decir
que, puesto que no nosotros somos luz de la mente y calor del
sentir, y no somos nadie venido a estos mundos, son estos
mundos los que son mente y sentir. Nosotros, débiles y breves
vivientes, somos el lugar donde la luz de la mente y el calor del
corazón brota, como el magma de los volcanes, desde el seno de
los mundos.
El misterio de los mundos es nuestro propio misterio y
el misterio de nuestro pensar y sentir es el misterio de los
mundos.
238
Nuestra condición de sociedades laicas, sin religiones, ni
creencias nos ha llevado donde estamos, sin posible marcha
hacia atrás.
El yo y la DA
Al ego, al yo, se le ha interpretado como entidad, como
individualidad, como espíritu o como racionalidad diferente
del cuerpo. La raíz de esta interpretación ha sido la base
helenista que consideraba que los hombres estábamos dotados
de un espíritu no mortal. Esa interpretación del yo pasó al
cristianismo que se propuso salvar esa identidad para la vida
eterna. Luego la cultura occidental sumió esa herencia y, por
último el liberalismo y el capitalismo la hicieron el eje de su
antropología y de su interpretación y organización de la
sociedad, de la economía, etc.
Esta herencia se cuestionó por efecto de la crisis de la
religión y la crisis del capitalismo, y por la aparición de la
sociedad de conocimiento que no puede basar en los individuos
su creatividad y
240
que debe vivir. La interpretación de sí mismo como una
entidad y del medio como una pluralidad de realidades, es lo
que podríamos llamar “error necesario”, el “pecado original” de
nuestra especie según el cristianismo, pero sin culpa.
Por efecto de este “error original, necesario a todo viviente”, el
yo, para poder sobrevivir, ha de cubrir con un velo la DA
única y no plural.
En la interpretación del yo de nuestros antepasados de
las sociedades agrario-autoritarias y en la interpretación de la
modernidad liberal y capitalista, el yo era el enemigo principal
del camino espiritual. En nuestra terminología diríamos, que
según la interpretación del yo que nos ha precedido, el yo es el
enemigo principal de la CH y sobre todo de la CHP.
Desde la necesidad de una nueva antropología y,
consecuentemente, de una nueva interpretación del yo, hay
que plantearse la pregunta: ¿es el yo enemigo de la DA, de la CH
y de la CHP?
241
cumplen insatisfactoriamente; los deseos van siempre
acompañados del temor de no alcanzar el objeto de deseo, o del
temor de perderlo una vez conseguido. Tantos grados de deseo,
tantos grados de temor. Los recuerdos, que son el punto de apoyo
de las expectativas, por las herencias psicológicas que nos
constituyen, deforman la realidad y con ella crean expectativas
inviables o poco viables. Además de estas reflexiones, hay que
añadir que la realidad no es a la medida de los deseos y
expectativas de unos pobres vivientes como nosotros y más
cuando esos vivientes están cargados de herencias
deformantes, interpretaciones pobres y limitadas de la realidad.
El Buda, y otros maestros de la CHP, ya nos advirtieron
que regirse por el deseo/temor es optar por vivir una vida de
sufrimientos, de dolor. Estas enseñanzas son tales que el yo las
puede comprender y verificar con facilidad.
Lo que ofrecen al yo las grandes religiones y las
tradiciones espirituales no es la muerte y un camino largo,
arduo, estrecho y de subida, al que le seguirá un paraíso en
otro mundo como premio; lo que ofrecen las grandes
tradiciones es el camino a la plenitud humana: a la CHP, a la
felicidad.
Sí, a la felicidad, ya en esta vida. La versión agrario-
autoritaria del camino a la luz, es la de un camino de
condenación del deseo, de castigo del cuerpo, de paso por la
muerte, de morir a sí mismo para conseguir la vida, que sólo se
realiza en plenitud en otro mundo, no en este. La vía espiritual
es un camino de cruz.
Con este planteo resulta difícil convencer al yo. El
argumento más sólido es la promesa de vida eterna de su
individualidad. Ese argumento pesa, pero está lejos para el yo.
Si se consigue convencer al yo, se transforma en algo
parecido al genio de la lámpara de Aladino. Se convierte en un
genio protector al servicio de la DA, de la CH y de la CHP.
Entonces es un actor perfecto que acierta en casi todo lo
242
que hace.
243
¿Por qué se convierte en un actor perfecto? Porque lo que
le hacía errar en muchas ocasiones era el deseo/temor que
deforma las realidades; los recuerdos que desfiguran lo
ocurrido en el pasado, y las expectativas que arrancando de los
deseos/temores, se apoyan en los recuerdos más o menos
deformados y parcializados.
Cuando el yo se libera de todos esos factores
condicionantes y deformantes, puede volverse limpio e
interesado a lo real y acertar en sus criterios y actuaciones.
Según esto las tradiciones de cultivo de la CHP ofrecen
felicidad y acierto a los humanos.
El yo convencido renuncia gustoso a su pretendida
identidad porque ha podido comprender que no pierde nada,
sino que gana y mucho: su identidad no es un pequeño paquete
de deseos/temores, reunidos al azar, que llaman persona, ni su
cuerpo mortal, sino que su identidad es la DA misma.
El tratamiento del yo para acceder a la DA y a la CHP de
las sociedades que nos han precedido crea una enemistad que, en
contra de la pretensión, fortalece al yo y perpetúa y agrava el
conflicto.
Una antropología de cuerpo/espíritu conduce a un
menosprecio del yo y de su soporte, la carne, y predica la
ascesis, el castigo y desprecio del cuerpo. Presenta el camino a
la DA y a la CHP de una forma dura, poco atractiva y de
conflicto perenne con el yo.
El individualismo da identidad al yo, le da consistencia
como espíritu, la religión le promete vida eterna, le mantiene
vivo, explica la sociedad y la economía a partir de él, le
convierte en el eje de la cultura.
Por la herencia helénica, el PAC agrario-autoritario y la
ideología liberal se concibe el camino espiritual, el camino del
espíritu en su conflicto con la carne y el yo, como un camino
arduo, de subida, estrecho, pero que conduce a la salvación
del individuo en otra vida. Un valle de lágrimas en la tierra
244
que puede desembocar en el paraíso o en los atroces tormentos
eternos del infierno.
240
El camino a la DA no es un camino a la felicidad en esta
tierra, sino una tarea ardua, llena de sumisión y de
responsabilidad frente a un juez riguroso.
246
La DA de los mundos
La DA de los mundos, de los cientos de millones de galaxias,
de los millones de millones de estrellas, de exoplanetas, de
fenómenos cósmicos, no es un ser con trascendencia
ontológica, no es un ser “otro” de esa inmensidad que nuestras
ciencias y tecnologías detectan y representan, ni toda esa
inmensidad es “otra” de la DA de la realidad.
La DA de los mundos es la misma que la de la pequeñez
y complejidad de los mundos atómicos y subatómicos.
La DA de los mundos atómicos y subatómicos es la misma
que la inagotable complejidad y diversidad de la vida de este
planeta, de animales grandes y pequeños, microscópicos y
macroscópicos, de los que todavía existen y de los que se
extinguieron.
Toda esa inmensidad de formas y estructuras no es “otra” de la
DA, ni la DA es “otra” de esa inmensidad.
Teniendo en mente toda esa diversidad de formas, de
estructuras y de mundos, ¿cómo concebir, representar y vivir
esa DA, que tampoco es “otra” de mi más íntima intimidad, sin
deformarla?
242
Se afirma que es la plenitud de ser, pero, a la vez, se afirma
que es infinito en todas sus cualidades. Lo que es infinito no
se puede decir que sea o que no sea. La noción de Dios como
ser puro, como ser infinito es equivalente a la noción de
vacío. Diciendo que es puro ser infinito se está diciendo que
es puro vacío del que no se puede afirmar nada.
A lo que no se puede aplicar ni la noción de ser, ni la noción
de no ser, tampoco se le podrán aplicar los rasgos
antropomórficos con que se le reviste, como que es sabio,
creador, poderoso, benevolente, providente, etc.
Un Dios así concebido como trascendente, como
radicalmente “otro” de todos los mundos, sólo puede ser creído o
no creído. La creencia y la no creencia son, en este caso, las
dos caras de una misma concepción.
La DA de nuestro acceso a lo real que es consecuencia
de nuestro acceso bifurcado a la realidad provocado por el
habla, fue concebido en las sociedades agrario-autoritarias
como un Dios Señor, trascendente ontológicamente como
“otro” radicalmente diferente de todas los niveles de lo real.
En las sociedades jerarquizadas ese ser “otro”, era la autoridad
suma y fuente de toda autoridad, era el Señor Supremo. Era el
Sujeto Supremo al que se le atribuían muchas cualidades
antropomórficas. Aunque siempre se afirmaba que tanto su ser,
como su señorío o sus cualidades, eran en Él infinitas.
Toda esta concepción y representación se interpretaba desde
la epistemología mítica.
243
Así debe ser para que la DA puede cumplir la función que
le asigna la estructura del habla, para que pueda cumplir su
papel de condición, causa y razón de nuestra flexibilidad como
vivientes con el medio.
Si la DA fuera un “otro” trascendente ontológico no podría
jugar la función que la estructura de la lengua le asigna.
Como consecuencia forzaría, y así ocurrió, a interpretar nuestra
flexibilidad con el medio como consecuencia de nuestra
naturaleza espiritual “otra”, ontológicamente hablando, de la DA,
de la condición divina.
Si la DA la concebimos como un “otro” ontológicamente
trascendente, hemos de concebir la DR como “otra” ontológica de
la DA, como entidad en sí, aunque desde otro, “ab alio”.
De la DA tenemos una noticia tan cierta que es operativa,
porque es la causa de nuestra flexibilidad con el medio como
vivientes. Pero se trata de una noticia que no es objetivable.
Que no lo sea no es obstáculo para que sea cierta y operativa.
Por el contrario, si la noticia de DA fuera objetivable, no
sería absoluta, es decir, sin relación a nuestras necesidades. Si
no fuera absoluta e inobjetivable no podría ser la razón de
nuestra flexibilidad como especie. Para que pueda funcionar
como raíz de nuestra flexibilidad tiene que ser absolutamente
inobjetivable, de lo contrario nos dejaría clavados en una única
manera de vivir en este planeta, como los animales.
La DA es una noticia clara, una noticia que es dato.
También es dato que esa DA la vivamos “como” mente, “como”
inteligencia, “como” fuente de todo lo que damos por real en nuestra
DR, “como” rector interno de todo ser.
Todos esos rasgos de la DA no los podemos predicar de
ella más que desde una epistemología no mítica. Todos esos
rasgos, que se nos presentan como noticias no objetivables, no los
podemos predicar de un “otro” trascendente ontológicamente, sino
de un "no- otro” de la DR no trascedente ontológicamente, sino
trascendente únicamente de todo nuestras capacidades de
244
categorización.
245
Así habrá que vivir la DA en las nuevas sociedades.
246
A medida que vaya comprendiendo su propia nada, por
la aproximación y profundización en la DA, dejará de
considerarse a sí mismo como individualidad. En esa misma
medida la DA deja de aparecer como individualidad y como
“otra” de quien pretende hacer el camino.
Al final DA y DR se encuentra en el reconocimiento, con
mente y sentir, de la “no dualidad”.
Esa actitud teísta o cuasi teísta es un mero estadio, un
tramo del camino que, tanto en las culturas teístas como en las
no teístas, se presenta y se ha de superar. En las culturas no
teístas hay que esforzarse por superarlo lo antes posible.
Sería un error intentar impedir o bloquear ese estadio del
camino, a causa de creencias laicas o de prejuicios culturales
contra la figuración divina. Hay que considerar la figura de Dios
como un útil que se debe superar. Ya el Yoga comprendió la
utilidad de esa figura en los estadios iniciales del proceso
yógico.
247
Ejercitarse en vivir, en todos los aspectos de la vida,
asentados, haciendo pie en la DA y no en el ego.
Habrá que ejercitarse en reconocer que en todo amor sólo
se ama a la DA.
Habrá que ejercitarse en reconocer que no hay otro actor
que la DA.
Ejercitarse en reconocer que no hay nada ni nadie en
ninguna parte que no sea la mismísima DA.
Todo este trabajo para reconocer la DA como la realidad de
la realidad y como lo único real no se puede apoyar sobre
creencias sino sobre la noticia que nos llega de la DA, sobre la
noticia de que es la fuente de toda realidad.
El trabajo de indagación de la realidad de la realidad
puede ser guiado por quienes antes recorrieron ese camino, da
igual si lo recorrieron desde el teísmo o desde fuera de él.
Lo importante es la indagación de la DA en la DR. Ahí y
sólo ahí se le encuentra, nunca fuera de la DR, y se le encuentra
tal como viene en la DR, no como debiera venir según nuestros
criterios.
248
La DR y la DA del cosmos
En el mismísimo Big Bang se inició el proceso que llegó
a nosotros pasando por la formación de las estrellas, las
galaxias, las catástrofes estelares, la aparición de la vida, la
evolución de las especies, la aparición de los homínidos,
hasta llegar a nosotros. Somos fruto de ese proceso y el
proceso mismo.
Nuestra visión del cosmos es construcción nuestra. Ahí
tampoco rige la epistemología mítica. Nuestra lectura del
cosmos, en toda su inmensidad, es la que corresponde a
nuestro cerebro de vivientes necesitados, a nuestro aparato
sensitivo y activo, (ampliado por nuestras ciencias y
tecnologías), que la vida construyó en función de nuestras
necesidades de vivientes habitantes del pequeño planeta rocoso
que es la tierra, orbitando entorno de una estrella mediana, el
sol, en una galaxia también mediana.
Según nuestro doble acceso a lo real, también respecto al
cosmos hay una dimensión relativa y una dimensión absoluta.
Toda nuestra interpretación del cosmos, con su potente saber
matemático y astrofísico y con sus potentes instrumentos de
observación y análisis, pertenece a la DR.
Esa misma DR es la DA porque no hay dualidad. La DA
no es tanto lo que nuestras ciencias ignoran de los agujeros
negros, de la materia y energía oscura y otras tantas cosas, sino
eso que es inaccesible para nuestra dotación cerebral y
sensitiva adecuada a nuestra condición de vivientes de nuestro
pequeño planeta rocoso.
Nuestras ciencias y tecnologías no serán capaces de llevarnos
más allá de las posibilidades de nuestro cerebro y sentidos, a
pesar la complicación magnífica de nuestros saberes y nuestras
tecnologías.
La maravilla de los astros y de la vida e incluso de nuestro
propio organismo, su capacidad lingüística y las posibilidades
que esa capacidad ha abierto, nos empujan a sostener que en ese
249
cosmos inmenso y en la vida que conocemos hay “como
inteligencia”, “como capacidad de decisión y ordenación”.
Decimos “como” porque
250
ciertamente no puede ser inteligencia ni capacidad de
decisión porque esas son nociones apropiadas a los humanos,
que, como vivientes que somos, tenemos que movernos en
un mundo que hemos de concebir y vivir como dual, aunque
no lo sea.
Si somos el cosmos y nada venido a él, y en nosotros
hay inteligencia, con todo lo que comporta, es que eso mismo
es del cosmos entero, desde el Big Bang. No somos ni
espíritus ni una racionalidad venida a este mundo. Somos
vivientes, sin nada añadido a nuestra condición de vivientes.
Resulta difícil no tender a imaginar esa “como inteligencia”, la
DA, como algo semejante a un espíritu, como un Dios, como
un artesano que opera todo ese maravilloso mundo. Eso sería
dualizar lo que es radicalmente no dual. Nadie crea ni dirige
nada. No hay artesano, ni creador, ni Dios.
El Brihadaranyaka Upanishad habla de un regente interno
de todo. Ese regente interno, que se dice que es interno para
afirma su no dualidad, es mi propio regente interno, mi propio
ser, que es el regente interno de todas las cosas.
Todo se crea y se desarrolla desde dentro de sí mismo,
sin dualidad de ningún tipo. Nadie hace nada desde fuera, y el
que rige desde dentro es “nadie”. Sin embargo hay “como inteligencia,
“como un regente interno” de todo. No hay que pensarlo como
materia más inteligencia. “Materia” es un concepto nuestro y no
muy claro, y “regente interno” es una metáfora antropomorfa.
El 5% de lo que para nosotros y para nuestra ciencia es
constatable en el cosmos visible de estrellas, galaxias, planetas,
etc., a penas sabemos algo de todo eso. Del 95% restante no
sabemos nada.
Lo que lleguemos a saber estará enmarcado en nuestra
capacidad cerebral y nuestra capacidad sensitiva, aunque
ampliada por nuestras ciencias y tecnologías. Todo lo que está
más allá de nuestras capacidades es la DA del cosmos. Esa
DA, que abarca también el cosmos del que tenemos noticia, es
251
la que nos permite ir
252
cambiando nuestra concepción del cosmos, llevados de la mano
por las ciencias y tecnologías.
Por más que crezca nuestro saber, siempre quedará fuera
esa dimensión del cosmos que no cabe en nuestro pequeño
cerebro, propio de unos vivientes de este planeta. Eso que no
cabe en nuestras cabezas es la DA y es lo que todo es, y es el
ser también de todo lo que desde nuestra DR podamos
construir acerca del cosmos. No hay dos.
Esta “como inteligencia” este “como regente interno” es difícil
de concebir y de representar, pero hay que ser fiel a los datos.
Los datos son:
-No somos nada ni nadie venido a este mundo, somos este
mundo.
-No hay espíritus en el cosmos, ni tenemos un espíritu
añadido a nuestra condición animal.
-Si en nosotros hay inteligencia y todas sus consecuencias,
esa inteligencia no es nuestra, es de esa inmensidad.
-En el cosmos y en la vida hay “como inteligencia” y sus
consecuencias.
-La dualidad es un a priori de la interpretación de la
realidad de todo viviente, no hay razón para atribuirlo al
mundo de lo real.
-Las sociedades de conocimiento no nos permiten
apoyarnos en creencias para interpretar estos datos,
tampoco lo permiten nuestras ciencias.
250
Podemos utilizar el término “Dios” para simbolizar y vivir en
simplicidad la inmensidad del cosmos en su doble aspecto
DR y DA.
Incluso podemos llamar al aspecto DA del cosmos entero
Dios, con tal de que se entienda como un apuntamiento que
remarca el “como inteligencia, “como regente interno”, pero
teniendo claramente en la mente que no es una entidad señora
del cosmos. Ni es “otro” del cosmos, ni el cosmos es “otro de Él”.
252
puede ser practicante asiduo de esos rituales sin que eso
suponga que entra decididamente por el camino del despertar.
La emoción que acompaña al reconocimiento no es como
el afecto; es diferente, es más sutil, es como un sentir perplejo,
puede presentarse intenso y no especialmente cálido, puede no
darse como conmoción sensible.
Por lo que conocemos no se ha estudiado suficiente la
colaboración o no del sentir y de la mente en el trabajo de
adentrarse en la DA. No se enseña y no se reconoce que
mente y sentir han de intervenir con igual radicalidad, aunque
pueda ser en tiempos diferentes. Esta carencia puede constituir
una gran trampa de desvío del verdadero camino. Y nos tememos
que caer en ese desvío es más frecuente de lo que se piensa.
La creencia a la que se suma la emoción, más o menos
provocada, no parece el camino a la sabiduría indicado por los
grandes.
253
A modo de conclusión
El verdadero silencio
¡Qué difícil cultivar
el verdadero
silencio!
El verdadero silencio
es mirar con el
corazón, sentir con los
ojos, entender con la
carne, Eso de ahí, Eso
de ahí, sin ninguna
referencia
a mí.
Es comprender y sentir
sin quién ni qué.
Es el puro existir
que es puro
vacío por
plenitud
impensable.
Es la no rutina
de referencias a mí
ni a nada
254
Es novedad pura,
incógnita deslumbrada,
perplejidad total,
admiración sin nadie
que admire.
Luz de
Eso sobre Eso,
luz de nadie
sobre nadie,
luz de nada
sobre nada.
Luz vacía.
Hay silencio
si no hay
muerte, hay
silencio,
si no hay felicidad
ni desdicha,
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Cuando hay no dualidad pura.
¡Imposible hablar,
apuntar, describir,
concebir el silencio!
El silencio
es el gran misterio,
es la gran
dificultad, es el
gran don,
es comprensión
suma, lucidez
definitiva,
es la gran paz,
el fin de todo temor,
el final de larga
indagación que hubo que
desechar, como escalera
inútil.
El silencio completo
es la iluminación.
Es el despertar
definitivo.
256