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Objetivos
Que usted pueda:
Primera Parte
Introducción.
I. Conceptualización de la calidad.
Gráfico 1: “Mejora de la calidad de Geynat”.
II. Fases de la gestión de la calidad en las empresas.
Gráfico 2. “Fases en el control de calidad de las empresas.
II. I. La calidad como sinónimo de excelencia de los protagonistas.
II. II. Desarrollo de la calidad a través de la inspección (siglo XIX).
Segunda Parte
III. La calidad en la atención de la salud.
IV. Aseguramiento de la calidad y mejora de la calidad.
V. Un sobrevuelo de la obra de Avedis Donabedian.
Gráfico 3. “Calidad de atención médica según Donabedian”.
Gráfico 4. “Implicancias del modelo unificador”.
Gráfico 5. ”Curva de costos”.
Gráfico 6. ”Estructura, proceso y resultado”.
Conexiones
La lectura de este primer Módulo, le servirá para conocer los detalles del inicio de la gestión de
la calidad en el ámbito de la salud, sus precursores y posibilitará orientar sustancialmente sus
trabajos futuros.
Palabras claves
Gestión de calidad – calidad en salud – estructura, procesos y resultados
Bibliografía Consultada
2) Dagnino Gonzalez y otros. (1994)Calidad Total en Atención Primaria de Salud. Ed. Díaz de
Santos.
8) De Geyndt, W. (1995). Managing the quality of health care in developing countries. World
Bank Technical Paper nuber 258. The World Bank, Washington DC 20433 USA.
9) Deming W Edwards. (1982) Out of Crisis. Cambridge Mass: Mass Institute ofTechnology
11) Les circles de qualité: Leur place a I'hospital. (1983) Gestions Hospitalaries. Paris nro. 225.
12) Cela Trulock IL. (1999).Calidad, Que es, como hacerla. Gestión 2000.
13) Shewart WA. 1931. Economic control of quality of manufactured products. Washington DC;
D Van Nostrand 1931, reproint edition. American Societuy for Quality Control 1980, reprint
by Ceepres, The George Washington University, 1986.
14) Plan de garantía de calidad en atención sanitaria. (1988). Programa Marco 1ro. Madrid.
Ministerio de Sanidad y Consumo y Dirección General del Instituto Nacional de la Salud,
15) De Geyndt W. 1970. Five approaches for assessing the quality ofcare. Hospital
Administration 15 (I): 21- 42
16) Vuori HV. (1988). El control de calidad en los servicios sanitarios. Barcelona. Ed Masson,
17) Willconism JW. (1978). Formulating priorities for quality assurance activity.Description of a
method and its application, JAMA, vol 239,7.
21) Atkinson WL, Orenstein WA, Krugman S. (1990) The resurgence of measles in the United
States, 1989-1990. Annu Rev Med. 1992;43:451-63. Review.
22) Oakland, JS. (1989) Total Quality Management. Butterworth-Heinemann Ltd., Oxford.
Trabajo interactivo
Participe en los foros, complete todos los trabajos prácticos y manténgase en contacto
con su tutor a través de la plataforma o por correo electrónico.
Trabajos prácticos
Estas actividades son de suma utilidad y además obligatorias para aprobar el módulo.
Usted las encontrará al final de la unidad y deberá enviar las respuestas a su tutor/a.
Módulo II
Introducción
Son algunas de las preguntas que buscaremos responder en este segundo módulo. En
otras palabras, pretendemos un primer acercamiento a la filosofía de la gestión de la calidad
relacionada al ámbito de la salud, que funcionará como marco de actuación para la mejora de
la calidad asistencial a desarrollarse en las Instituciones de Salud.
Por último, a fin de ayudarlo a reflexionar sobre los aspectos más importantes de la
problemática trabajada, le presentaremos un cuestionario cuyas preguntas se centran en los
aspectos más significativos del módulo.
I. Conceptualización de la calidad
Probablemente no pase un día de nuestra vida cotidiana en el que veamos, oigamos o leamos
una declaración sobre la calidad de parte de empresas con o sin fines de lucro, entidades
gubernamentales, ONG o personas independientes. Se han derramado mares de tinta sobre la
calidad y su profusa terminología: aseguramiento de la calidad, garantía de calidad,
mejoramiento de la calidad, administración de la calidad total, etc. La mayor parte de lo escrito
proviene del terreno industrial manufacturero, habiéndose brindado mucha menos atención a la
industria de los servicios. Y, probablemente, dentro de los servicios, son los de salud los que
han recibido la menor atención.
En principio, esto es así porque calidad es un término primario o primitivo desde el punto
de vista lógico, es decir, se utiliza en las definiciones de otros términos del sistema, pero él
mismo es muy difícil de ser definido. Comparte así la situación de otros conceptos abstractos
como belleza, bondad, etc.
La gran variedad de denotaciones y connotaciones del término, que involucra desde conceptos
culturales, situacionales y personales hasta coyunturales e históricos, le da un carácter muy
rico y variado, obstaculizando al mismo tiempo su adecuada caracterización, al punto que
puede llegar a pensarse que ésta es inaccesible.
En ese caso, la pregunta que nos hacemos es: ¿Cuáles serían estos
aspectos medulares en el caso que nos ocupa?
Para los profesionales de la salud, la cuestión de la calidad debería tener al menos una faceta
práctica y central: las acciones en pro de la salud deben poseer la más alta calidad, deben
hacerse bien desde la primera vez. Asimismo, se admite en la actualidad que las acciones para
la calidad no deben acarrear una elevación de costos del sistema sino aumento de la
productividad.
¡Depende!: Depende de quién pregunte, qué cosas sean importantes para él, depende de
quién mida y qué parámetros tome.
En este sentido, el gurú del marketing, Philip Kotler, advierte que la calidad, como el servicio,
tiene muchos significados.
Los servicios se comportan de la misma manera. Todos sin duda pretendemos un buen
servicio, ¿pero cómo se define un buen servicio? Los consumidores desean cosas diferentes
en diferentes momentos. Considérese un restaurante: algunos prefieren una comida rápida y
autoservicio, en tanto otros disfrutan y pagan por un servicio de mesa con mozos y poca luz.
En definitiva, cada servicio posee una lista de atributos y cada persona asigna un valor y una
importancia diferente a cada uno de ellos, aún en diferentes momentos y contextos para cada
persona. De esto se desprende que los mercados de las empresas son un blanco móvil que
cambia constantemente y se renueva cada pocos años (Kotler. 2001).
"cero defecto"?
¿O por la presencia de características objetivas o especificaciones, que
son en última instancia un manojo de propiedades mensurables de un
producto en sentido amplio?
O, desde una óptica más personal, ¿puede hablarse de una relación social
y técnica de consumo, esto es, adecuación de las propiedades de un bien
o servicio a las necesidades de su usuario? Lo que, en otras palabras,
autores de la talla de Juran definen como “adecuación al uso”.
Retomando lo dicho por Passos Nogueira, parte de las dificultades en definir la calidad surgen
porque las normas internacionales y los diferentes autores se refieren alternativamente a cada
una de las ideas anteriormente mencionadas (Passos Nogueira, 1999).
En todo caso, y si bien en la base de cualquier metodología evaluativa hay una multiplicidad de
juicios sobre cada una de las propiedades o cualidades de un producto, consideradas
individualmente o en un proceso de mutua interrelación, lo más evidente al final del proceso es
una especie de síntesis última o veredicto.
El tema de la valoración o juicio, en el caso de los servicios, es complejo. Por una parte, es
cierto que la satisfacción del usuario es considerada como metro patrón para evaluar calidad.
Algunos se refieren a esta satisfacción como la meta última del programa de calidad.
Se dice que lo que no puede medirse no puede controlarse, por lo que ser capaz de medir la
calidad constituiría una condición sine qua non para poder encarar esfuerzos para su mejora. Y
aquí tampoco la cuestión está resuelta.
Más allá de la medición en las empresas productivas propiamente dichas, en salud está claro
que ciertos aspectos de la ciencia médica pueden medirse directamente y otros no. En general,
los aspectos de la ciencia médica son medibles, pero existen serios problemas metodológicos
en lo que concierne al arte de la medicina (tema que será abordado y ampliado por
Donabedian, en otro apartado de este módulo). Por otra parte, la distinción entre ambos no
siempre está clara o es absoluta. Por ejemplo, se dice que entre el 50% y 75% de la atención
no quirúrgica pertenece al ámbito del arte más que a la ciencia de la medicina (De Geyndt.
1990).
Más aún, como veremos en extenso en otro módulo del curso, las tasas de utilización de
diversos procedimientos y cirugías varían ampliamente entre diferentes regiones y
profesionales, en relación a diversas variables.
De modo que la cuestión de si la calidad de la atención es medible no puede ser un simple sí o
no. Requiere identificar y agrupar los elementos de la atención en relación a su grado de
medibilidad.
Si volvemos a la pregunta inicial: ¿Qué es la calidad?, podría buscarse
una respuesta a partir de la “problematización pedagógica” de su
significado.
Laques: Escrito de Platón, que remite a un diálogo de su maestro Sócrates. En él, Sócrates se
dirige al General Laques, pidiéndole que le explique qué es la valentía, un tema de
conocimiento para un General. El interrogado cree ingenuamente saber lo que se le pregunta,
pero a poco de avanzar el interrogatorio se manifiesta éste como un falso saber. Mediante una
serie de conclusiones legítimas y aceptando, al principio, las respuestas como válidas, se pone
de relieve el error o la contradicción inherentes. Es en definitiva una pedagogía de la incerteza.
Su frase final: ¿Cómo sabe Usted…? remite a la necesidad de contar con pruebas sólidas y
objetivas, apropiándose de las ideas de Sócrates. Es obvio, también, que Deming hace
alusión a que lo más importante en relación a la calidad, más incluso que poseer una buena
teoría sobre ella, es la posibilidad de introducir en las empresas la discusión sobre cómo
otorgar calidad a los productos y servicios.
Sócrates: Sócrates solía preguntar: ¿Dónde están las pruebas? , solicitando que cada
respuesta tuviera una referencia de objetividad, una remisión a los hechos.
El desarrollo de los esfuerzos empresariales del último siglo para la gestión de la calidad
permite reconocer cuatro fases más o menos bien definidas (Bounds, 1989. James, 2000). A
éstas suele agregarse una quinta (Passos Nogueira, 1991), que se ubica al principio. Si bien es
una propuesta didácticamente válida, en el mundo real la separación es arbitraria. Las fases
muchas veces no se presentan sucesiva sino simultáneamente y, en muchos tipos de
empresa, aún es imposible diferenciarlas claramente.
Se parte de la noción de que la calidad puede estar determinada desde el comienzo como si
fuese un punto de partida y no de llegada.
Passos Nogueira asegura que, a pesar de estar ausente en los manuales de calidad, esta es
una manera usual de certificar calidad en muchas organizaciones como universidades,
escuelas y hospitales. Concretamente en el hospital, el nivel de formación de los médicos,
unido al grado de actualización tecnológico, es lo que se mide o se percibe como "de calidad".
También se ve que estos hospitales o universidades buscan (y logran) vestir un determinado
servicio o cátedra incorporando a un profesor de gran prestigio, logrando que el aura que
emana de él impregne de calidad a su entorno (Passos Nogueira, 1991).
Se cree que la preocupación por la calidad empezó con la inspección. En la época de los
artesanos, únicos fabricantes de mercaderías, la noción de
calidad estaba implícita en el propio trabajo. El alfarero, por
ejemplo, configuraba su trabajo integralmente. Así, la ecuación
que definía su trabajo se caracterizaba por una alta calidad, una
baja eficiencia y un costo de fabricación elevado. También
podría decirse que su trabajo estaba orientado al proceso v no al
cliente.
Las inspecciones no sólo ocurrían al final de una etapa particular, sino en cada porción del
producto manufacturado. Cada componente era inspeccionado continuamente para asegurar
que era correcto para la próxima fase. Si aparecía un defecto, el artículo era apartado.
Es famoso el análisis de Adam Smith de una fábrica de alfileres y el trabajo de sus operarios.
Luego de analizar el caso, Smith estimó que un obrero que fabricaba
integralmente un alfiler producía unos pocos por día. En cambio, si se
separaban las tareas y cada obrero se encargaba de una sola en particular,
se fabricaban varios miles. De ese modo, la eficiencia mejoraba
notoriamente y el precio descendía sustancialmente. A pesar de ello, decía
Smith, el trabajo repetitivo embrutecía al obrero y limitaba sus capacidades.
Adam Smith: 1723-1790. Economista que provino del área de las ciencias
políticas y fue influenciado por Hume, lo que dio a sus escritos un sesgo
claramente filosófico.
Podría decirse que el sistema de control de calidad tiene una verdadera lógica perversa
inherente.
El problema ocasionado fue el divorcio de la responsabilidad y los resultados reales del trabajo,
es decir: mientras que el trabajador fabricara el artículo de acuerdo a las especificaciones, no
era necesaria la inspección.
Sólo la inspección de artículos acabados se convirtió en norma. El problema fue que el equipo
en proceso no se mantenía en proceso y los defectos resultantes no se tenían en cuenta
hasta ser inspeccionados al final de la línea. Esto no permitía movimientos de proceso
mientras se operaba con el equipo, haciendo que los defectos resultantes sólo se pudieran
detectar más tarde. Se perdía el valor añadido del artículo defectuoso y se añadía un costo al
proceso de producción y, por tanto, o bien se incrementaba el precio del consumidor o bien se
reducían los beneficios.
Con el estallido de la Primera Guerra Mundial y la necesidad de producir armas masivamente,
fue necesario llevar a cabo una inspección a gran escala. Cada pieza producida era
inspeccionada. Así, las competencias iban desde el personal de primera línea, (al igual que
en la época de los artesanos), al personal de inspección (en esta era de dirección científica). El
uso de medidas daba más objetividad a la determinación sobre si un artículo cumplía los
estándares fijados en la especificación de producción.
Shewhart aplicó simples técnicas estadísticas, lo que permitió establecer causas asignables
(en la variación que no era normal) y no asignables de variación. La idea era segregar causas
fortuitas y reales de variación, y manejarlas eficazmente. Se buscaba aplicar este simple
proceso de control de calidad a cada fase de fabricación de un producto, corrigiendo las
causas asignables de variación cuando estas aparecían. De esa forma se lograba un ahorro
significativo de tiempo y dinero.
La dirección decidió que la calidad podía quedar "asegurada" en el lugar de fabricación. Las
normas internacionales como BS, EN o ISO, afirman que el aseguramiento de la calidad esta
formado por aquellas acciones planificadas y sistematizadas necesarias para ofrecer la
adecuada confianza de que el producto satisfacerá los requisitos de calidad. En este sentido, el
aseguramiento de la calidad necesita de auditorías, que están diseñadas para ofrecer una
evidencia real de la integridad del sistema de producción a través de una inspección
independiente.
Atkinson (1990) afirma que la GCT afecta a cada persona en una organización y se cree que
para que sea competitiva y próspera, sus filosofías, principios y prácticas deben ser aceptadas
por todos. Oaklland (1989), por su parte, sugiere que la GCT es "una forma global de mejorar
la eficacia y flexibilidad de un negocio".
Esencialmente, la GCT necesita una revolución cultural en la forma de hacer las cosas en
una organización, cada elemento debe ser fácilmente visto, pero no nos ayuda a determinar
las porciones apropiadas de cada uno o el énfasis que se le debe dar. Aunque podemos
asumir que los elementos son de alguna manera interdependientes, hasta cierto punto deben
existir para asegurar las filosofías y prácticas de la GCT, las cuales, por tanto, mantienen y
ayudan a desarrollar la cultura de la GCT.
Podría decirse que la GCT es una filosofía de dirección, que busca continuamente mejorar la
calidad de actuación en todos los procesos, productos y/o servicios en una organización.
Atkinson dice, asimismo, que la calidad total es un acercamiento estratégico para producir
el mejor producto y servicio posible a través de una constante innovación.
La GCT provee los medios por los que las organizaciones pueden proporcionar una
participación de sus empleados, satisfacción a los clientes e, igual de importante, lograr la
competitividad en la organización.
alta dirección está comprometida con la causa de la calidad, aunque el cambio resulte caro en
un principio, con la participación de especialistas, a la larga pagará dividendos.
Pagará dividendos: Es probable que los costos generales sean más bajos, que se satisfagan
las esperanzas de los trabajadores y que se genere la lealtad del cliente.
El sector económico tradicional de los servicios y los servicios de salud, en particular, pueden
beneficiarse muchos con los métodos de la GTC.
Lo que en principio pareció un desarrollo específico para el sector industrial, es susceptible de
ser aplicado con éxito en muchos otros ramos, ya que los conceptos que se utilizan en la GTC
son aquellos que unifican analíticamente a la industria y el sector servicios.
En la industria de los servicios de salud la calidad ha sido históricamente definida por los
proveedores de servicios. A partir de los ´80, ha habido un interés creciente de parte de los
compradores de adentrarse en cuestiones relativas a la calidad.
En países como EE.UU estos grupos obligaron a salir a la luz datos sobre la calidad de la
atención brindada por médicos e instituciones. Pero a pesar de muchas iniciativas, como las
propulsadas por la Comisión Conjunta (Joint Commission o JCAHO) o el Comité Nacional
Sobre Calidad (NCQA), parece que proveedores y compradores no se han puesto de acuerdo
en una definición uniforme de calidad.
En años recientes se aprecia un notorio cambio desde estos modelos basados en la inspección
a otros más proactivos, orientados a la prevención.
Diversas definiciones de calidad fueron dadas a lo largo de los años en el área de la salud, y
en este sentido, los siguientes ejemplos ilustran cómo cambiaron las ideas sobre calidad en
atención de la salud en los últimos 70 años.
En 1958, Esselstyn propuso que “los estándares de calidad deben basarse en el grado en el
cual la asistencia está disponible, es aceptable, comprehensiva, continua y documentada, y
asimismo en el grado en que la terapia adecuada se basa en un diagnóstico exacto y no sólo
en la sintomatología".
Más o menos para la misma época, los famosos Myers y Slee definieron calidad como el
“grado en que se cumplen las normas+, en relación con el mejor conocimiento médico
existente en cada momento, de acuerdo con los principios y prácticas generalmente
aceptadas".
Por su parte, Donabedian, a quien comentaremos por extenso en otro apartado de este
módulo, se refiere, dentro del contexto de su esquema trinitario, al proceso de la atención
como el objeto primario de la evaluación de la calidad. Al respecto, dice que éste, en su faz
técnica, está determinado por el estado de la ciencia y tecnología médica en cualquier
momento dado, es decir, por el modo en que los maestros hacen medicina y fijan las normas
de atención. Por ende, la calidad del proceso de la atención está definida como
comportamiento normativo, es decir, por el grado de apego o cumplimiento de las normas++,
con lo cual volvemos a la definición de Myers y Slee. Estos autores, muy razonablemente, se
cuidan de advertir que debe considerarse cada realidad en particular, estableciendo sus
recursos y posibilidades profesionales, financieras y de infraestructura, para considerar
normas cuyo cumplimiento sea posible.
Normas cuyo cumplimiento sea posible: Las normas, para ser realmente útiles, deben ser
elaboradas localmente y relacionadas con la realidad y circunstancia.
Es útil recordar que la propia OMS ha definido cuatro componentes en la atención médica, que
son precisamente y por definición los objetos del control de calidad en la atención de la salud.
La práctica profesional
La utilización de recursos
La gestión del riesgo
La satisfacción del paciente
En este contexto debemos enfatizar que calidad significa algo distinto para cada persona.
Tomemos un hipotético caso de una cirugía de reemplazo de cadera…
1. Hacer lo Correcto
La eficacia del procedimiento o tratamiento en relación a la condición del paciente. El grado al que la atención/intervención para el
paciente ha demostrado lograr el resultado deseado/ programado. La adecuación de una prueba, procedimiento, o servicio
específico para satisfacer las necesidades del paciente. El grado al que la atención/intervención proporcionada es relevante a las
necesidades clínicas del paciente, dado el nivel actual de conocimientos.
La seguridad del paciente (y otros) a quienes se proporcionan los servicios. El grado al que el
riesgo de una intervención y el riesgo en el entorno son reducidos para el paciente y otros,
incluyendo al médico.
La eficiencia con la que se proporcionan los servicios La relación entre los resultados (de la
atención) y los recursos utilizados para prestar servicios al paciente.
El respeto y cuidado con que se prestan los servicios. El grado en el que el paciente o un
apoderado participa en las decisiones sobre su atención, y el nivel de sensibilidad y respeto
hacia las necesidades, expectativas y diferencias individuales por parte de los que prestan el
servicio.
Entre las definiciones más recientes encontramos la del Institute of Medicine (1991), que define
a la calidad como el grado en el que los servicios de salud para individuos o poblaciones
incrementan la posibilidad de resultados deseados y son, a la vez, consistentes con el
conocimiento profesional corriente.
Melum y Sinioris (1992), por su parte, dicen que la calidad es el proceso de administración que
implica una mejora continua, un proceso que siempre busca exceder las expectativas del
paciente.
En definitiva, parece claro que es muy difícil llegar a un consenso sobre lo que constituye la
buena calidad de atención por los valores inherentes en la definición.
Al respecto es fundamental tener presente lo que advertía Donabedian: debe evitarse que la
definición de calidad se ensanche tanto que termine siendo un slogan que signifique
prácticamente cualquier cosa que uno quiera que signifique.
Este autor admite que hay varias definiciones de calidad y cada una puede ser valida en el
contexto apropiado. Para él, los servicios de salud pueden ser analizados desde tres diferentes
planos: la óptica de los prestadores, la de los usuarios y la de la sociedad en general.
Según De Geyndt, el objetivo principal de los esfuerzos por mejorar la calidad se vincula a
compromisos con la sociedad y con los individuos concretos. Parte de esto se logrará
mejorando la equidad y la eficiencia de los sistemas y servicios de salud.
Práctica: Variación
A pesar de haberse considerado la calidad como la estrategia de negocios de los ´80 y los ´90,
en el ámbito de la salud ha sido el último en ser abordada. Si bien hubo actividades
denominadas genéricamente bajo el término aseguramiento de la calidad, no se han
desarrollado prácticas orientadas a la mejora de la calidad, definida por los principios de la
mejora continua de la calidad o la administración de la calidad total.
El enfoque de mejora de la calidad es diferente. Considera que la salida global del proceso
provee la base para la acción y no sólo los resultados inaceptables, que exceden lo que sería
el límite de especificación en la industria. Es decir, habría una intención de mejorar la tasa
aunque ésta no excediera el 15%.
Al realizar un enfoque de mejora de la calidad, hay dos opciones a tener en cuenta.
Señala que la calidad es una propiedad que la atención médica puede poseer en diverso
grado. Sobre lo que no tiene claridad es si ésta constituye un único atributo o un conjunto de
atributos funcionalmente relacionados. Incluso, piensa que puede ser una combinación
heterogénea de atributos aglutinados por conveniencia o preferencia personal. Básicamente,
se pregunta cuál es la naturaleza íntima del atributo, y si una determinada atención posee esa
o esas propiedades.
La atención, por su parte, es definida como el tratamiento que aplica un médico o cualquier
profesional de la salud a un episodio de enfermedad o lesión claramente identificado, y que
está compuesta por diferentes componentes.
Aspecto técnico
Aspecto interpersonal
Amenidades
Aspecto interpersonal: Involucra todas las interacciones que tienen lugar entre el terapeuta y
el paciente.
Veamos ahora cómo se define la calidad en cada ámbito específico, estudiando el gráfico
siguiente.
Tratamiento
Aspectos técnicos Modelo
que proporciona
unificador
un médico u
otro profesional
a un episodio
de enfermedad. El nivel de calidad en el proceso
Aspectos Atención que causa máximo interpersonal se mide por el grado de
interpersonales beneficio (bienestar) y el apego a valores, normas, expectativas y
mínimo riesgo y pérdidas. aspiraciones.
Elementos
básicos
Juicio
Entorno Cuanto menos, no daña. No queda bien precisado cómo
¿Propiedades o
amenidades Usualmente hace algún beneficio el entorno debe manejarse
atributo/s?
e idealmente el máximo beneficio dentro del modelo general de
posible. la calidad.
Pertenece al entorno de la
Personas atención y en la última
Múltiples percepciones o enfoques. instancia podría considerarse
parte de las relaciones
Marcos o interpersonales, ya que denota
sistemas interés por el enfermo.
Adentrándose en el dilema entre la cantidad y la calidad de la atención, este autor opina que es
fácil definir intuitivamente una atención insuficiente como pobre en calidad, pero la inversa
dista de ser clara.
También es pobre en calidad desde la óptica donabedeana, ya, que en primer lugar no
aportará ningún beneficio, y en segundo término es socialmente ineficiente, ya que
desaprovecha un recurso que podría ser utilizado provechosamente en otras personas,
esta atención innecesaria además implica por parte del profesional descuido, falta de
juicio o impericia en su trabajo, lo que agrega otro elemento negativo de juicio.
sea inofensiva) o dañina, resulta más cara y de peor calidad. Cuando la atención es
ineficiente también dilapida recursos.
En pocas palabras si bien la calidad cuesta, siempre cuestan más las acciones derivadas de la
falta de calidad.
Este autor trató de reunir varias de las ideas que venimos analizando acerca de su obra en un
modelo único y formal, que considera la cantidad de servicios, sus beneficios, la utilidad de los
mismos y los costos y los riesgos para el paciente. Un modelo al que denominó unificador.
Dice él que a medida que se añaden servicios hay, hasta cierto punto, un aumento constante
de los beneficios y un poco menos en las utilidades. Este incremento se hace cada vez más
moderado, de modo que a partir de cierto punto no se obtienen más beneficios o utilidades.
Específicamente, la curva de beneficios se corta con la de riesgos (y la de costos) y, por lo
tanto, a partir de cierta cantidad de servicios son más los riesgos que los beneficios que cabe
esperar de estas acciones.
de igualdad a las expectativas de riesgo en la valoración del beneficio neto del tratamiento
técnico.
Estas consideraciones teóricas dan basamento a la idea de la atención médica óptima. Indican
que más atención no es sinónimo de más calidad.
Más calidad: Por lo menos a partir de cierto punto más allá del cual el agregado de servicios o
prestaciones no sólo no agrega valor, sino que lo disminuye, acrecentando los riesgos para el
enfermo y los costos para quien paga.
Otros autores coinciden con lo expresado por Donabedian. Por ejemplo, Vuori diseña unas
curvas semejantes, de tipo cuadrático, que indican visualmente que la calidad crece hasta un
punto máximo, con el agregado sucesivo de prestaciones, y luego decrece cada vez más, a
medida que se incrementan los riesgos y costos.
Volviendo a Donabedian, nos dice que aunque esta conceptualización unificadora que venimos
analizando parezca exagerada, en el mundo real los pacientes son capaces de valorar
adecuadamente los componentes aparentemente heterogéneos.
Valorar adecuadamente: Por ejemplo, cuando una afección seria pone en riego la vida, se
olvidan de refinamientos en la atención para imponer el acento en lo verdaderamente
importante, como los beneficios de la atención específicamente técnica.
En lo que hace a las cuestiones técnicas, es indudable que los profesionales de la salud
deben, como expertos en el tema, establecer lo que corresponde técnicamente. De este modo,
como ya mencionamos, la calidad de la atención médica se definirá como el tratamiento que
sea capaz de procurar el mejor equilibrio entre riesgos y beneficios. Esto es a lo que
Donabedian denomina calidad técnica. Cualquier otro factor se deberá considerar como
facilitador u obstaculizador para alcanzar este estándar de calidad, pero sin afectar al estándar
mismo.
Si consideramos que una función esencial del tratamiento es mejorar el bienestar del paciente,
es inevitable que éste comparta con el terapeuta la responsabilidad de consensuar los
objetivos de la atención y de valorar tanto sus beneficios como sus riesgos. El profesional
proporciona opinión experta, el paciente valora, haciendo del médico su agente y pidiéndole
que lo ayude en su decisión, poniendo su saber a tal fin. Esta es la definición individualizada
de la calidad.
Sinnúmero de factores: Entre estos factores encontramos desde cualidades del entorno
hasta aspectos técnicos, o lo que el paciente considera o decodifica como saber técnico. Por
ejemplo, muchos pacientes se fijan en conductas que, a su juicio, parecen significar
competencia o calidad, así como interés personal: puntualidad, respeto, atención, reflexión,
etc. Otros pacientes, quizá mas experimentados, reclaman la presencia de preguntas
específicas. Muchos enfermos, y es esta una experiencia cotidiana, valoran la calidad por la
cantidad y complejidad de los estudios a que son sometidos.
No obstante, tal valoración tiene limitaciones. El paciente tiene una comprensión limitada e
incompleta de la ciencia y técnica médicas, de modo que sus juicios en esta arena suelen ser
defectuosos. Por otra parte, el paciente muchas veces solicita o demanda cosas que sería
incorrecto o poco ético que el profesional le brindara.
Estas cuestiones y otras llevan al autor a concluir que existen en realidad varias definiciones de
calidad o al menos varias variantes de una misma definición. No obstante, propugna su
convencimiento de que el balance entre beneficios y riesgos para la salud es el núcleo duro de
la evaluación. Además, como vimos, asigna a la opinión experta, técnica, preeminencia sobre
otras consideraciones a las que supone facilitadores u obstáculos, que no afectan el estándar
técnico de calidad.
Elementos encadenados: En que cada elemento es causa del que le sigue y, a la vez,
está causado por los que lo preceden.
El estudio y el análisis de los resultados es otro enfoque indirecto para evaluar la calidad
de la atención, aunque esto pueda parecer paradójico. Según Donabedian los cambios
en el estado de salud no pueden tomarse como indicativos de calidad hasta que otras
causas que puedan influir en tales cambios hayan sido eliminadas y uno pueda estar
razonablemente seguro que la atención previa es la responsable de las modificaciones.
Lo mismo puede decirse del proceso. Sus elementos no son garantía de calidad hasta
que se haya establecido su vinculación con los resultados deseados. Pero una vez que
se comprueba que determinados procedimientos, usados en situaciones específicas,
están claramente asociados con buenos resultados, la mera presencia o ausencia de
ellos puede tomarse como una prueba de buena o mala calidad.
Aunque podría dudarse de algunos detalles, es evidente que esta clasificación, además
de brindar cajones adecuados en los que almacenar lo que pudiera ser sobreabundancia
de datos, puede servir como instrumento que demarca puntos de partida para la
búsqueda o redescubrimiento de métodos y modos adicionales de medición.
Validez: Entendida como la precisión de los datos, por un lado, y la precisión de las
mediciones que se elaboran con esos datos.
Hemos explicado los avances, a través del tiempo, de las distintas propuestas y de cómo
se conforma el marco conceptual que permite planificar y desarrollar políticas y
estrategias de la Calidad Asistencial en una organización de salud.
Cerramos el Módulo con la presentación de la obra del Prof. Dr. Avedis Donabedian, que
constituye la contribución más relevante en esta disciplina. La bibliografía utilizada, le
posibilitará a usted profundizar aún más los conceptos, facilitando futuros programas de
capacitación en gestión de la calidad.
Cuenta para las urgencias con médico de guardia activa las 24 hs., en un hábitat
exclusivo y con apoyo de enfermería, RX, laboratorio y hemoterapia. Este lugar
debe estar ubicado en el mismo edificio o a una distancia que se pueda recorrer
en 15 minutos. También se deben poder resolver sin derivar una serie de análisis
(amilasa, coagulograma, colesterol, CPK, glucemia, grupo, hemograma,
hepatograma, orina, parasitológico, etc.). Junto al médico tiene que estar de
guardia, las 24 hs., un técnico o químico.
Cuenta con normas escritas sobre precauciones para el control de las infecciones
nosocomiales y si estas normas se cumplen.
Posee historia clínica (HC) para la totalidad de las personas atendidas por el
establecimiento, si éstas son legibles, si están firmada por el médico tratante y si
tienen cierre. Además, si existen normas difundidas y conocidas sobre la
confección de las HC y, finalmente, si más del 80% de una muestra de HC de
pacientes internados se halla actualizada al día de la evaluación.